Francisca y La Muerte
Francisca y La Muerte
¡Claro!, venía la parca con su trenza retorcida bajo el sombrero y su mano amarilla en el
bolsillo.
ROMEO-Pues mire
NARRADOR -le respondieron, y asomándose a la puerta, un hombre señaló con un dedo rudo de
labrador:
ROMEO-Allá por los matorrales que bate el viento, ¿ve?, hay un camino que sube la colina. Arriba
hallará la casa.
NARRADOR"Cumplida está" pensó la Muerte, y dando las gracias echó a andar por el camino
aquella mañana en que, precisamente, había pocas nubes en el cielo y todo el azul resplandecía
de luz.
CATRINA: Andando pues, miró la Muerte la hora y vio que eran las siete de la mañana. Para la una
y cuarto, pasado el meridiano, estaría en su lista, cumplida ya, la señora Francisca.
NARRADOR:se dijo satisfecha de no fatigarse la Muerte y siguió su paso, metiéndose ahora por el
camino apretado de romerillo y rocío.
NARRADOR:
Efectivamente, era el mes de mayo y con los aguaceros caídos no hubo semilla silvestre ni brote
que se quedara bajo tierra sin salir al sol. Los retoños de las ceibas eran pura caoba transparente.
El tronco del guayabo soltaba, a espacios, la corteza, dejando ver la carne limpia de la madera. Los
cañaverales no tenían una sola hoja amarilla.Verde era todo, desde el suelo al aire y un olor a vida
subiendo de la flores.
Natural que la Muerte se tapara la nariz. Lógico también que ni siquiera mirara tanta rama llena de
nidos, ni tanta abeja con su flor: Pero, ¿qué hacerse?; estaba la Muerte de paso por aquí, sin ser
su reino. Así pues, echó y echó a andar la Muerte por los caminos hasta llegar a casa de
Francisca:
MAMÁ-¡Quién sabe!
NARRADOR-Y la Muerte se mordió el labio. No era para menos, seguir dando rueda por tanto
mundo bonito y ajeno.
MAMA-Aquí quien viene tiene su casa. Pero puede que ella no regrese hasta el anochecer.
CATRINA-"¡Chin!, "se me irá el tren de las cinco. No, mejor voy a buscarla". (Y levantando su voz,
dijo la Muerte). ¿Dónde, de fijo, pudiera encontrarla ahora?
CATRINA-Gracias
NARRADOR -dijo secamente la Muerte y echó a andar de nuevo.Pero miró todo el extenso campo
arado y no había un alma en él. Sólo garzas. Soltóse la trenza la Muerte y rabió: "¡Vieja andariega,
dónde te habrás metido!" Escupió y continuó se sendero sin tino.
Una hora después de tener la trenza ardida bajo el sombrero y la nariz repugnada de tanto olor a
hierba nueva, la Muerte se topó con un caminante:
CATRINA-Señor, ¿pudiera usted decirme dónde está Francisca por estos caminos?
NARRADOR-Tiene suerte -dijo el caminante-, media hora lleva en casa de los Noriegas. Está el
niño enfermo y ella fue a sobarle el vientre.
CATRINA-Gracias –
NARRADOR- dijo la Muerte como un disparo, y apretó el paso.Duro y fatigoso era el camino.
Además ahora tenía que hacerlo sobre un nuevo terreno arado, sin trillo, y ya se sabe cómo es de
incómodo sentar el pie sobre el suelo irregular y tan esponjoso de frescura, que se pierde la mitad
del esfuerzo. Así por tanto llegó la Muerte hecha una lástima a casa de los Noriegas.
SRA.¿Por qué tan de pronto?-(respondieron-.) Sólo vino a ayudarnos con el niño y ya lo hizo. ¿De
qué extrañarse?
CATRINA -Bueno... verá (-dijo la Muerte turbada-), es que siempre una hace sobremesa en todo,
digo yo.
SRA-¿Digamos qué?
CATRINA-Filosa.
SRA¿Es todo?
CATRINA-Bien, nublados... sí, nublados han de ser.... ahumados por los años.
SRA-No, no la conoce -dijo la mujer-. Todo lo dicho está bien, pero no los ojos. Tiene menos
tiempo en la mirada. Ésa a quien usted busca, no es Francisca.Y salió la Muerte otra vez la
camino. Iba ahora indignada sin preocuparse mucho por la mano y la trenza, que medio se le
asomaba bajo el ala del sombrero.
Anduvo y anduvo. En casa de los González le dijeron que estaba Francisca a un tiro de ojo de allí,
cortando pasto para la vaca de los nietos.
Mas sólo vio la Muerte la pastura recién cortada y nada de Francisca, ni siquiera huella menuda de
su paso.
Entonces la Muerte, quien ya tenía los pies hinchados dentro de los botines enlodados, y la camisa
negra, más que sudada, sacó su reloj y consultó la hora:
FRANCISCA:Ella se incorporó asomando medio cuerpo sobre las rosas y le devolvió el saludo
alegre: -Nunca -dijo-, siempre hay algo que hacer.
ORTOGRAFÍA
(Narrador) Así pues, echo y echo a andar la Muerte por los caminos hasta
llegar a casa de Francisca.
__
Por favor, con Panchita __ dijo adulona la Muerte.
Si en un diálogo el narrador interviene y después sigue hablando el
personaje, se usa un guión más para indicar que el narrador terminó.
Localízalo en el siguiente diálogo:
-Tiene suerte -dijo el caminante - media hora lleva en casa de los Noriegas.
En equipos cuenten algunos chistes. Escojan aquéllos que tengan
diálogos y escríbanlos utilizando guiones largos.
Las comillas tienen varios usos, uno de ellos es cuando un personaje piensa
algo y no lo dice. Identífica dos ejemplos en el texto "Francisca y la Muerte" y
escríbelos aquí:
Al contar una historia, el narrador va agregando detalles sobre cómo ocurren los
hechos, cómo son los personajes, los lugares y los objetos que van apareciendo.
Así, las narraciones parecen más reales y bonitas.
Lee los siguientes fragmentos y escribe sólo los detalles que se piden.
Observa el ejemplo:
¿Cómo es el camino?
¿Cómo habla la Muerte?
...siguió su paso, metiéndose ahora
-Gracias -dijo la Muerte como un
por el camino apretando de
disparo, y apretó el
romerillo y
paso...
rocío.
Lee los fragmentos sin los detalles que escribiste. ¿Cómo sería la historia
sin ellos?
Aquí hay una serie de hechos y personajes que juntos podrían ser el inicio
de un cuento.
1. Un niño entra a 2. Está obscuro y se 3. El hombre sale
una tienda tropieza con un hombre corriendo.
Muchas veces, en los once años que tengo, me dije que lo que más quería yo
en el mundo era que me pasaran cosas maravillosas, terribles y extraordinarias.
Pero a una chica de once, más bien chaparrita, más bien flaquita y un poco
dientuda, casi nunca le pasan cosas maravillosas, terribles y extraordinarias.
Ese día en el recreo le había contado a Paula que Martín, el niño nuevo, me
parecía muy agradable. Y ella me preguntó si me gustaba. Yo no supe qué
decirle porque nunca he entendido qué quiere decir que a uno le guste alguien.
Yo lo que sé es que si Martín se me acerca de sopetón, se me caen las cosas y
se me mezclan las palabras.
Bueno, esto venía a cuento porque el día del suéter amarillo yo me dije: "Lo
único que me falta es que se me aparezcan la sangrona de Verónica y Martín,
los dos juntos". Y ahí fue cuando empecé a pensar que ése era un día
especialmente espantoso, porque fue mucha casualidad: mi amiga Paula y yo
estábamos subiendo el escalón de la puerta de entrada cuando casi nos
tropezamos con Verónica y Martín. Cuando los vi "se me vino el alma al suelo"
y sentí como un frío en la garganta. "Ya está, ya se pescó también a Martín",
pensé,
En la tercera hora tuvimos Historia, y ahí sí que estalló todo. Hacía como una
semana que veníamos organizando el acto del 15 de mayo. Entre Federico y yo
inventamos una obrita de teatro que por suerte no nos salió demasiado tonta;
yo estaba contenta porque iba a hacer de Gerónima, una mujer que no le tenía
miedo a nadie.
En ésas estábamos cuando oí la voz chillona de Verónica que le decía a la
maestra que, en una de ésas, era mejor que ella, y no Inés (que soy yo, por si
no se han dado cuenta), hiciera de Gerónima, porque había conseguido un traje
verdadero para disfrazarse. La maestra dijo que era una idea sen-sacio-nal. Yo
no dije nada. Últimamente los grandes me están fallando. No se dan cuenta. Mi
alma rodaba por entre las patas de los bancos. Ahí fue donde metí las manos
en las bolsas del delantal y sentí algo peludo, tibio y que además, mordía...
INTERCAMBIO DE IDEAS
¿Cómo creen que continuaría la historia? Imaginen qué tenía Inés en la bolsa del
delantal. Piensen si es posible que a una niña como ella le pasen cosas maravillosas,
terribles y extraordinarias, y si resuelve sus problemas con los demás. Imaginen un
desenlace y escríbanlo.
El fragmento que leyeron forma parte de la novela Tengo un monstruo
en el bolsillo. Si quieren leerla completa, búsquenla en los Libros del
Rincón.
Las novelas son narraciones extensas en las que se cuenta una serie de
hechos que se van enlazando y complicando. Además, en las novelas, los
personajes se presentan detalladamente, de manera que parezcan reales.
ESCRIBE UN CUENTO
ACERCA DE LA LENGUA
Lee las siguientes oraciones y escribe en las líneas los verbos que
están conjugados.