Diagnóstico Diferencial - Hemoglobinopatías
Diagnóstico Diferencial - Hemoglobinopatías
EN EL LABORATORIO CLÍNICO
Ed Cont Lab Clín; 28: 53-71
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
DE LAS HEMOGLOBINOPATÍAS.
INTRODUCCIÓN
Las hemoglobinopatías constituyen las enfermedades monogénicas más frecuentes y un
importante problema de salud pública en determinadas áreas del mundo. Aproximada-
mente el 7 % de la población mundial es portadora de genes causantes de hemoglobi-
nopatías y se estima que cada año nacen más de 500,000 niños con hemoglobinopatías
graves. Consisten en unas enfermedades genéticas de herencia autosómica recesiva que
afectan a las cadenas de globina, en la molécula de hemoglobina. Las hemoglobinopa-
tías se pueden categorizar en dos principales grupos: 1) las talasemias (alteración cuan-
titativa) y 2) las hemoglobinas variantes o estructurales (alteración cualitativa). Debido
a los flujos de migración ocurrido en las últimas décadas, las hemoglobinopatías han
dejado de ser endémicas en determinadas zonas como África, Sur de Europa, Oriente
Medio y Asia para estar presentes ampliamente en todo el mundo, incluyendo el conti-
nente Americano, Australia, Europa occidental y más recientemente el Norte de Europa
(Figura 1). Este incremento notable de la prevalencia de las hemoglobinopatías en nue-
vas áreas obliga a disponer de herramientas para su detección, diagnóstico, prevención
y tratamiento. El laboratorio clínico juega un papel crucial en el correcto diagnóstico
de las hemoglobinopatías, disponiendo de gran cantidad de técnicas que, junto a su
avance tecnológico, permite la detección de la gran mayoría de hemoglobinopatías. En
el presente documento se aborda las principales características de aquellas hemoglobi-
nopatías más frecuentes, así como las técnicas de laboratorio de primera línea utilizadas
más frecuentemente en su screening y diagnóstico.
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SÍNTESIS DE HEMOGLOBINAS
La molécula de hemoglobina (Hb) es un tetrámero formado por 2 pares de cadena de
globina junto a un grupo hemo unido a cada cadena. Dependiendo de la combinación
entre los tipos de globina se sintetizan diferentes hemoglobinas, tales como la Hb fetal
(HbF), la HbA y la HbA2. La HbF está compuesta por 2 cadenas gamma (γ) y 2 cadenas alfa
(α), y pasa de ser la mayoritaria durante la etapa de gestación (constituye entre el 90-95
% de las hemoglobinas), a representar menos del 2-3 % a los 6 meses de edad. La HbA
(formada por 2 cadenas α y 2 cadenas β) por el contrario, y debido al switch fisiológico de
las síntesis de cadenas, es la mayoritaria a partir del sexto mes de edad (Figura 2). La HbA2
formada por 2 cadenas α y 2 cadenas deltas (δ) por su parte se sintetiza en pocas cantida-
des desde el nacimiento, manteniendo una concentración estable minoritaria a partir del
sexto mes entre 2,5-3,5 %.
TALASEMIAS
Las talasemias son un conjunto de enfermedades genéticas que afectan a los genes de las
cadenas de globina produciendo una disminución o ausencia en la síntesis de una o más
cadenas de globina. Esta disminución/ausencia de cadenas de globina produce una reduc-
ción de la formación de las hemoglobinas de la cual forman parte, originando un hematíe
de menor tamaño (microcítico) y con menor contenido de hemoglobina (hipocromo). En
contraposición existirá un aumento de aquellas hemoglobinas en las que la cadena de
globina afectada no forma parte, ayudándonos en el diagnóstico diferencial. Las talase-
mias son frecuentes en países del Mediterráneo, Sudeste de Asia, Oriente Medio, África e
India. Una de las maneras de clasificar las talasemias es según la cadena de globina afec-
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-talasemias
Las β-talasemias resultan de la síntesis reducida (β+) o ausente (βº) de cadenas β-globina.
Las cadenas de β-globina están codificadas por el gen HBB (gen β) incluido en la familia de
genes β y situado en un cluster de 45 kilobases (kB) en la sección 15.5 del brazo corto del
cromosoma 11 (11p15.5) (Figura 4). Se han descrito alrededor de 400 mutaciones en el gen
HBB responsables de las β-talasemias, siendo molecularmente de una elevada heterogenei-
dad genética.
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Según el tipo de β-talasemia se pueden originar cuatro cuadros clínicos de menor a ma-
yor gravedad: portador silente, rasgo talasémico, talasemia intermedia y talasemia mayor.
El portador silente no muestra alteraciones clínicas ni hematológicas presentando un he-
mograma anodino, mientras que en la talasemia minor (rasgo talasémico o β-talasemia
heterocigota) se observa una microcitosis, hipocromía y anemia en algunos casos, siendo
clínicamente asintomática. En la talasemia intermedia por su parte, la disminución de la
hemoglobina es más marcada (Hb: 7-10 g/dL) con valores también más disminuidos para
el VCM y la HCM. Debido al desbalance de cadenas se observa una eritropoyesis ineficaz
y hemólisis crónica con aumento de reticulocitos. Por último la talasemia mayor o anemia
de Cooley, enfermedad con ausencia de cadenas β, presenta una manifestación clínica con
anemia severa (Hb<7g/dL), hepatoesplenomegalia, retraso en el crecimiento y deformida-
des óseas.
Figura 5: Representación de la familia de genes que forman parte del cluster para la α-globina
junto las principales deleciones observadas en las α-talasemias y los genotipos que representan.
-talasemias
Las cadenas de α-globina están codificados por 2 genes α, HBA1 (α1) y HBA2 (α2), situados
en una región denominada alpha globin gene cluster de la sección 13.3 del brazo corto
del cromosoma 16 (16p13.3), dando lugar a 4 genes α en total (genotipo normal: αα/αα).
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taje es mayor). Solo la presencia de la HbH o Hb de Bart pueden ser detectadas por HPLC
o EC al tratarse de hemoglobinas anómalas de elución rápida formadas por tetrámeros de
cadena beta (b4) o gamma (4g) respectivamente.
-talasemia
Las mutaciones en este tipo de talasemias afectan a los genes β (HBB) y δ (HBD) (Figura 4).
Son menos frecuentes que las β-talasemias pero de igual complejidad molecular. Al no estar
afectado el gen γ, los pacientes afectos de una δβ-talasemia presentan una elevación en la
síntesis de HbF (2α2γ) entre un 5-20 % con niveles de HbA2 normal (heterocigoto) o dismi-
nuido (homocigoto). Se puede detectar por electroforesis pero su cuantificación se debe
realizar mediante HPLC o EC. El estado heterocigoto fenotípicamente es similar al rasgo
β-talasemia, mostrando en el hemograma una hemoglobina entre 8-13 g/dL con microcito-
sis, hipocromía, un RDW incrementado (en las β-talasemias no siempre) y reticulocitosis. Las
características morfológicas también son similares a las halladas en las β-talasemias. El esta-
do homocigoto se comporta como una talasemia intermedia y no como una mayor debido
a su concentración de HbF alrededor del 100 %, presenta una anemia más o menos severa
(Hb: 9-10 g/dL), con reticulocitosis por hemólisis crónica y presencia de esplenomegalia en
algunos casos.
HEMOGLOBINAS VARIANTES
En la actualidad hay descritas más de 1200 variantes estructurales de hemoglobinas, debi-
do principalmente a un cambio de aminoácido. Este cambio aminoacídico puede alterar
las características fisicoquímicas de la variante condicionando su solubilidad, estabilidad,
afinidad por el oxígeno y función fisiológica siendo responsables de las manifestaciones
clínicas de los pacientes afectos. La hemoglobina S (HbS) es la hemoglobinopatía estructural
más frecuente, seguida de la HbC, HbD, HbE y Hb Lepore. Las guías internacionales reco-
miendan realizar el diagnóstico de la presencia de hemoglobinas variantes mediante dos
métodos distintos. Los métodos más utilizados son el HPLC, electroforesis alcalina y ácida,
isoelectroenfoque o test de falciformación, entre otros. En ocasiones la combinación de es-
tos métodos no es suficiente y se requiere la confirmación molecular para poder tipificar la
hemoglobina anómala estructural.
Hemoglobina S
La hemoglobina S es la hemoglobinopatía más frecuente en el mundo teniendo una mayor
incidencia en África, Oriente Medio, India y la cuenca del Mediterráneo, aunque en la actua-
lidad está mucho más extendida. En 1947, L. Pauling sugirió que la HbS podría tratarse de
una enfermedad molecular, siendo el resultado de una mutación en el gen de la β-globina
que comporta un cambio de aminoácido en la posición 6 de una valina en lugar de un ácido
glutámico (β6 Val-Glu). En situaciones de oxigenación la HbS es igual de soluble que la HbA,
pero en ausencia de oxígeno la solubilidad de la HbS disminuye precipitando en forma de
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Las manifestaciones clínicas por presencia de HbS tienen lugar en el estado homocigoto
(HbSS) dando lugar a la anemia de células falciformes o drepanocitosis. Además la com-
binación de la HbS con una hemoglobina C (HbC) o una β-talasemia daría lugar a hetero-
cigotos compuestos originando síndromes falciformes con clínica similar a la anemia de
células falciformes por HbSS. Es decir, la enfermedad de células falciformes puede presen-
tar 3 genotipos distintos: HbSS (anemia de células falciformes), HbSC o HbS/β-talasemia.
La HbS también se puede combinar con otras hemoglobinas variantes menos frecuente
y presentar manifestaciones clínicas similares, como la HbD o la HbO-Arab entre otras. En
la Figura 8 se muestra una tabla con el riesgo clínico en relación a la posible combinación
entre variantes de hemoglobinas y talasemias.
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Figura 8: Tabla basada en el trabajo del profesor B. Modell. Sickle Cell and Thalassemia.
Handbook for Laboratories.
Los pacientes heterocigotos para la HbS o con rasgo falciforme no presentan manifesta-
ciones clínicas y sus valores del hemograma son normales debido a la presencia de HbA. La
observación morfológica es anodina, aunque en determinadas situaciones que inducen la
falciformación (mínima) se puede observar la presencia de hematíes con los extremos pun-
tiagudos en forma de semiluna menos marcada (o barco). En cambio en estados homocigo-
tos la presencia de hematíes falciformes o drepanocitos es muy elevada (Figura 9). La doble
heterocigosis entre HbS y HbC, HbD-Punjad o HbO-Arab facilita la falciformación.
Hemoglobina C
Se trata de una hemoglobina variante de cadena β en la que se ha producido un cambio del
ácido glutámico por una lisina en la posición 6 (β6 Lys-Glu). Es frecuente en el continente
Africano, especialmente en el oeste de África de donde surge, teniendo una prevalencia en
algunas zonas de hasta el 50 % (Costa de Marfil). En la actualidad, debido al flujo migrato-
rio está presente en el norte de África, Sur de Europa, EEUU o Canadá. El estado heteroci-
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goto (HbAC) no presenta clínica mientras que en homocigosis (HbCC) se puede observar una
anemia hemolítica moderada, de menor gravedad que en la drepanocitosis, con discreta
esplenomegalia pudiendo aparecer retinopatía y dolores óseos. El cambio de aminoácido
reduce la plasticidad del hematíe y condiciona la solubilidad de la HbC pudiendo generar
estructuras cristalinas en el interior del hematíe por deshidratación. En la revisión del frotis
podemos observar la presencia de dianocitos, alcanzando incluso hasta el 30 % en el estado
HbCC. El hemograma en ocasiones cursa con una discreta microcitosis.
Las características estructurales de la HbC hacen que pueda ser detectada mediante elec-
troforesis. No obstante, en la electroforesis alcalina la HbC tiene la misma movilidad que la
HbE, HbA2 y HbO-Arab no pudiéndose diferenciar entre ellas, mientras que en la electro-
foresis ácida puede diferenciarse bien de la HbE y HbA2 y de la HbO-Arab. Al presentar un
residuo de lisina le confiere a la variante estructural un carácter más básico que la HbA o
HbS quedando retenido más tiempo en la columna cromatográfica, pudiéndose diferenciar
fácilmente cuando se procesa por HPLC. La HbC en el cromatograma presenta un tiempo de
retención más alargado, alrededor de 4,6-4,9 minutos (dependiendo del analizador y kit de
reactivos). El HPLC y la EC son dos métodos que permiten la separación correcta de la HbC
del resto de hemoglobinas más comunes, pudiendo además ser cuantificadas.
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MÉTODOS DIAGNÓSTICOS
A continuación se describen con detalle las principales pruebas analíticas disponibles en el
laboratorio para el cribado y diagnóstico de las hemoglobinopatías. En ocasiones, el diag-
nóstico definitivo requiere la confirmación mediante el uso de técnicas moleculares que no
se tratarán en el documento. Algunas de las más utilizadas son PCR-Gap, PCR con enzimas
de restricción, MLPA (high resolution ligation-dependent probe amplification), Southern
blot o secuenciación del DNA. Es necesario recordar que para la identificación correcta de
una variante de hemoglobina las guías internacionales recomiendan al menos el uso de 2
métodos diagnósticos diferentes.
Hemograma
La determinación del hemograma es una de las pruebas de laboratorio más demandadas en
la rutina diaria, siendo fundamental en la sospecha inicial de una talasemia. Las talasemias
se caracterizan por presentar una microcitosis (VCM < 80 fL) con hipocromía (HCM < 27 pg) y
en ocasiones aumento del número de hematíes por compensación. El primer paso es realizar
el diagnóstico diferencial con una anemia ferropénica, también microcítica e hipocroma. En
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Figura 10: Cromatogramas (HPLC) procesados por el analizador Variant II de Bio-Rad con presencia
de diferentes hemoglobinopatías: a) Hemoglobina S heterocigota. b) Hemoglobina S homocigota
con aumento de la hemoglobina F. c) Hemoglobina C homocigota. d) Hemoglobina C heterocigota.
e) Hemoglobina D heterocigota. f) Hemoglobina E heterocigota. g) Hemoglobina Lepore. h) Enfer-
medad de la hemoglobina H (alfa-talasemia intermedia) con presencia de hemoglobina H (elución
muy rápida con tiempo de retención de 0.12 min) con disminución de la hemoglobina A2.
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Figura 11: Cromatogramas (HPLC) procesados por el analizador D-10 de Bio-Rad con presencia de
diferentes hemoglobinopatías: a) Cromatograma sin alteraciones. b) Hemoglobina S heterocigota.
c) Hemoglobina C heterocigota. d) Hemoglobina D heterocigota. e) Hemoglobina E heterocigota.
f) Hemoglobina Lepore. g) β-talasemia (aumento de la HbA2). h) δβ-talasemia (aumento de la HbF
y HbA2 normal). Enfermedad de la hemoglobina H (alfa-talasemia intermedia) con presencia de
hemoglobina H (elución muy rápida con tiempo de retención de 0.12 min) con disminución de la
hemoglobina A2.
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Como ventajas, la EF es una técnica sencilla y coste-efectiva para laboratorios con bajo volu-
men de muestras, permitiendo la identificación de la mayoría de hemoglobinas anómalas.
En cuanto a inconvenientes, se trata de una técnica relativamente laboriosa, ya que requie-
re una preparación manual. Es necesario lavar los hematíes con solución salina, ya que la
presencia de paraproteínas plasmáticas puede interferir en la separación de hemoglobinas.
No permite la cuantificación de HbA2 y HbF siendo preferible el uso de HPLC o EC y no per-
mite la diferenciación de algunas hemoglobinas variantes . No es sensible a la detección
de variantes con un porcentaje bajo. No es un método utilizado inicialmente en el cribado
diagnóstico de hemoglobinopatías, pero sí es una buena técnica complementaria.
Electroforesis capilar
La electroforesis capilar es un método incorporado hace relativamente pocos años en la
detección de las principales variantes de hemoglobina, así como para la cuantificación de
la HbA2 y HbF. La separación de hemoglobinas se lleva a cabo en el interior de un capilar
de sílice de unas 25 micras de diámetro aproximadamente (Figura 13). El interior del capilar
está constituido por una solución buffer o tampón de electrolitos con pH alcalino, el cual es
conductor de la corriente eléctrica. La muestras son diluidas con una solución hemolizante
e introducidas en el ánodo por aspiración de manera automatizada. La separación de las
hemoglobinas tiene lugar en función de su relación masa/carga al aplicar un alto voltaje
(hasta 10000 voltios) entre los extremos del capilar, permitiendo así una separación rápida y
de alta resolución. La migración de las hemoglobinas se produce hacia el cátodo (-) gracias a
la fuerza que ejerce el flujo electroosmótico. Las hemoglobinas son detectadas en una bur-
buja de lectura situada en la parte catódica mediante absorbancia a una longitud de onda
de 415 nm. Cada tipo de hemoglobina presenta una velocidad específica de migración y se
separa en una zona determinada. Los resultados de las migraciones se representan en for-
ma de picos y se muestran en 15 zonas distintas, siempre en relación a la zona de migración
de la HbA.
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La EC presenta una gran cantidad de ventajas comparables con el método de HPLC. Se tra-
ta de un método automatizado, preciso y con alto rendimiento, ya que permite el análisis
simultáneo de varias muestras (hasta 8). Necesita un volumen de muestra de 100 µL para su
análisis. Permite la separación de las hemoglobinas así como de las variantes más comunes,
tales como HbS, HbC, HbD, HbE y la cuantificación de manera precisa de la HbF y HbA2 sin
que interfiera la presencia de HbS, HbE o HbC (Figura 14). Además, las hemoglobinas pos-
traduccionales por glicosilación o acetilación como la fracción glicosilada de la HbS no inter-
fieren en la detección y cuantificación de HbA2 y HbF, ya que no se separan de sus fracciones
originales. Detecta fácilmente hemoglobinas rápidas como la HbH o la HbBart.
Figura 14: Diferentes perfiles de hemoglobinas variantes procesadas por electroforesis capilar.
a) control interno que contiene HbA, HbF, HbS, HbA2 y HbC. b) Hemoglobina S heterocigota.
c) Hemoglobina C heterocigota. d) Hemoglobina D heterocigota. e) Hemoglobina E heterocigota.
f) hemoglobina J heterocigota (variante alfa). g) Hemoglobina Lepore. h) Beta-talasemia
(HbA2: 5.5 %, HbF: no detectable).
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Figura 15: Principales factores que pueden modificar los valores de la HbA2 y HbF.
INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS
La correcta interpretación de los resultados obtenidos ante la sospecha de una hemoglobi-
nopatía requiere de la valoración conjunta tanto de las manifestaciones clínicas del pacien-
te, como de los resultados del conjunto de pruebas relacionadas, tales como el hemograma,
la revisión del frotis y el metabolismo del hierro en primera línea, así como otras técnicas
comol HPLC, EF o EC posteriormente. Además, es importante tener presente todos aquellos
factores, genéticos y adquiridos (Figura 15), que pueden interferir en los resultados obteni-
dos reportando un comentario interpretativo del estudio completo. Este comentario apor-
tará un valor añadido a los resultados con el objetivo de facilitar el diagnóstico y manejo del
paciente por parte del clínico. Debemos evitar la simple validación de resultados.
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BIBLIOGRAFIA
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