Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001 (Modalidad:
Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
Este trabajo parte de dos líneas de investigación interrelacionadas:
la gestión pública y la governance. La primera, tiene que ver con
una interpretación más instrumental y dinámica del objeto de estu-
dio de la administración pública. La segunda, una interpretación
que proviene de la Ciencia Política y que busca conformar una inter-
pretación del gobierno cercana a una red de instituciones y nuevos
DR. JOSÉ JUAN SÁNCHEZ GONZÁLEZ
actores políticos y sociales donde el gobierno ya no es el único
interlocutor, sino por el contrario, para tener una governance requie-
Es licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pú-
re de los consensos, acuerdos, negociaciones y coordinación con
blica con mención honorífica por la Escuela Nacional de
otros actores que están fuera del alcance del gobierno, pero que
Estudios Profesionales, Acatlán; obtuvo los grados de
requiere de su apoyo, comprensión y por supuesto de su legitimi-
maestro y doctor en Administración Pública con mención
dad.
honorífica, en la Facultad de Ciencias Políticas y Socia-
les de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ac-
Para el autor, debe abordarse una de las traducciones, menos co-
tualmente es profesor e investigador en la División de
munes al principio y más generalizadas en la actualidad del
Estudios de Posgrado de la propia Facultad.
management como es la gestión pública. La llegada del management
como paradigma dentro de la Administración Pública provocó un
Fue galardonado con el Premio del Instituto Nacional de
uso desmedido de la Gerencia Pública, para lo cual de manera
Administración Pública 1997, con la obra Administración
inusual antes de identificar y conocer la traducción de esta voz
Pública y Reforma del Estado en México. Ha publicado el
anglosajona, el empleo de esta palabra tuvo un continuo abuso
libro La Administración Pública como Ciencia, su Objeto
idiomático. A la saga, la voz Gestión Pública comenzó a utilizarse
y Estudio, además de 20 ensayos, artículos y coordinado
de manera marginal y para determinados contextos específicos de
diversas revistas en la materia.
la actividad gubernamental. Con el tiempo, existe una declinación
del uso de la Gerencia Pública y cada vez más comienza una épo-
Se ha desempeñado en el sector público como coordi-
ca donde la palabra Gestión Pública comienza a ocupar el lugar
nador de técnicos especializados en la Secretaría de
que le corresponde dentro del ámbito de la Administración Pública.
Educación Pública; ha realizado funciones de asesoría
en la Coordinación de Asesores del Rector de la UNAM,
Asimismo, el propósito esencial de esta investigación es analizar
así como en la Coordinación de Asesores del Secretario
de manera sucinta el origen, desarrollo, planteamientos básicos y
de Desarrollo Social. Fue director de Proyectos y Mo-
principales críticas a la propuesta de New Public Management (Nueva
dernización en la Unidad de Coordinación Sectorial de
Gestión Pública), que tiene como antecedentes los trabajos de
la Sedesol. Actualmente es Jefe del Departamento de
Osborne y Gaebler (1992) llamado Reinvención del Gobierno y el
Seguros y Fianzas en el Sistema Integral de Tiendas y
de Barzelay (1992) denominado el Modelo Posburocrático, así como
Farmacias del ISSSTE
diversos trabajos productos de reformas realizadas en países como
Gran Bretaña, Nueva Zelanda, Australia y Canadá, entre los más
representativos.
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
José Juan Sánchez González
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
José Juan Sánchez González
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
c Instituto de Administración Pública del Estado de México, A.C.
Av. Hidalgo Pte. Núm. 503
Colonia La Merced
Toluca, México.
C.P. 50080
Tels. (722) 214 38 21 y 214 06 89
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ISBN: 968-6452-50-8
Toluca, México, Mayo de 2002.
Diseño Editorial: Jasmín Araceli Padua Marín
Foto de portada: Alejandro Zarur Osorio
Impreso en México.
Miembros Fundadores Consejo Directivo 2001-2004
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Jorge Guadarrama López Carlos Rello Lara
Filiberto Hernández Ordóñez Guillermo Cano Garduño
Roberto Rayón Villegas Rafael López Castañares
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Arturo Martínez Legorreta Ignacio Rubí Salazar
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Guillermo Ortiz Garduño Julio César Olvera García
Gregorio Valner Onjas Alejandro Fierro Sánchez
Jorge Hernández García CONSEJEROS
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Gerardo Sánchez y Sánchez
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Roberto Gómez Collado
Guillermo Haro Bélchez
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EXTENSION
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INVESTIGACION
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PRESIDENTE Av. Hidalgo Pte. Núm. 503,
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Alexander Nemer Naime Libién PROFESIONALIZACION DEL IAPEM
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Barrio la Teresona.
SECRETARIO TECNICO Toluca, Estado de México.
Tel.(01 722) 167 10 03, 167 10 05,
y 167 10 06.
Comité Editorial DELEGACION REGIONAL EN
TLALNEPANTLA
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Ricardo Uvalle Berrones DELEGACION REGIONAL EN VALLE DE
CHALCO
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Gerardo Albarrán Cruz entre Tezozomoc y Xicoténcatl,
SECRETARIO TECNICO C. P. 56611
Valle de Chalco Solidaridad, Estado de
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DELEGACION REGIONAL EN
VALLE DE BRAVO
Calle Isidro Fabela No. 13
Barrio de Barranca Seca.
Valle de Bravo,
Estado de México. C.P. 51200
Comité Editorial
A la memoria de mi padre. Mi mejor ejemplo
de trabajo, tenacidad y esfuerzo.
Presentación
Uno de los objetivos del Programa de Investigación del Instituto de Administración
pública del Estado de México, A. C., es promover la realización de investigaciones
teóricas de calidad que contribuyan, desde un punto de vista disciplinario o
multidisciplinario, al estudio y comprensión de la evolución, actualidad,
tendencias y prospectiva de la administración pública. Con este propósito el
IAPEM ha llevado a cabo desde 1988 de manera ininterrumpida, el certamen
PREMIO IAPEM con el objeto de reconocer y premiar aportaciones a nuestra
disciplina publiadministrativa.
Con base en lo anterior, el jurado del Premio IAPEM 2001. Tradición y Excelencia
en la modalidad Investigaciones Teóricas, y Teórico-prácticas, decidió otorgar la
Mención Honorífica a la investigación: Gestión Pública y Governance, presentada
por el Dr. José Juan Sánchez González.
Cabe destacar que la relevancia de su trabajo radica, en sus valiosas
contribuciones al desarrollo teórico de la disciplina, que nos permiten conocer
con mayor claridad los orígenes, fundamentos, usos y críticas más comunes de
la gestión pública, y asimismo los antecedentes, supuestos, limitaciones y alcances
de lo que se ha denominado como Nueva Gestión Pública; enfoque que tiene
como interés principal “suprimir la política como fuente del Estado y, de tal
manera, situarlo alrededor del concepto técnico de manejo”.
Otra aportación novedosa es su estudio conceptual del término Governance,
que diferencia y precisa respecto de otros que también son utilizados como
gobernabilidad, gobernanza, gobernación, buen gobierno, capacidad de
gobierno, entre otros, así como la sólida fundamentación que realiza de su
propuesta de vincular Gestión Pública y Governance, como dos caras de una
misma moneda: la actividad gubernamental.
Interesantes son también sus aportaciones sobre nuevos campos de estudio donde
la gestión pública intenta priorizar y destacar su contribución a la Administración
Pública como: gestión ética, gestión estratégica, gestión intergubernamental,
gestión de recursos humanos y gestión del conocimiento.
Coincido con el Dr. José Juan Sánchez González en el sentido de que se requiere
“publificar” a la gestión pública, es decir, extraer la riqueza de lo público en las
relaciones entre la sociedad y el Estado, porque “Sólo en esta vía, la gestión
pública tendrá futuro, rumbo, permanencia, identidad y consistencia para
aportar conocimientos al estudio de la Administración Pública”.
Finalmente, y en congruencia con lo anterior, espero que la publicación de esta
obra, constituya la mejor convocatoria a los estudiosos de la disciplina, a participar
con nuevos aportes en las subsecuentes promociones del Premio IAPEM, y con
ello, seguir contribuyendo al fortalecimiento teórico y práctico de la
administración pública.
Enrique Mendoza Velázquez
Presidente del IAPEM
Índice
Introducción 13
CAPÍTULO I ORIGEN DE LA GESTIÓN PÚBLICA 25
1.1 Aproximación histórica de la gestión pública 26
1.2 Aproximación teórica a la gestión pública 32
1.3 Conceptualización de la gestión pública 45
1.4 Enfoques de la gestión pública 54
1.4.1 Enfoque de políticas públicas “P” 57
1.4.2 Enfoque de negocios “B” 58
1.5 El método de la gestión pública: el análisis de casos 61
1.6 ¿Es la gestión pública una ciencia? 66
1.7 Administración pública y gestión pública 76
CAPÍTULO II DE LA GESTIÓN PÚBLICA A LA
NUEVA GESTIÓN PÚBLICA
(NEW PUBLIC MANAGEMENT) 89
2.1 Origen y desarrollo de la nueva gestión pública 90
2.1.1 La argumentación administrativa 93
2.1.2 Aucoin 98
2.1.3 El caso de Nueva Zelanda 101
2.1.4 Reinvención del gobierno y gestión pública 103
2.1.5 Paradigma posburocrático y gestión pública 111
2.1.6 El caso de Australia 116
2.1.7 Estado del arte de la gestión pública 117
2.1.8 De la administración pública progresiva a la
nueva gestión pública 119
2.1.9 Análisis comparativo de la nueva gestión pública 122
2.1.10 Reino Unido y Australia 124
2.1.11 El caso de Canadá 125
2.1.12 La gestión política de Moore 126
2.1.13 Lynn 131
2.1.14 La nueva gestión pública en el año de 1996 132
2.1.15 La nueva gestión pública de 1998 a 2000 134
2.1.16 Dos estudios de caso recientes: México y Brasil 135
2.2 Políticas de la nueva gestión pública 138
2.3 La Nueva gestión pública: Limitaciones y alcances 146
CAPÍTULO III LOS USOS DE LA GESTIÓN PÚBLICA
Y SUS CRITÍCAS MÁS COMÚNES 155
3.1 Los usos de la nueva gestión pública a nivel teórico 156
3.1.1 La gestión pública como gestión 158
3.1.2 La gestión pública como gestión privada 163
3.1.3 La gestión pública como gestión empresarial 168
3.1.4 La gestión pública como calidad 176
3.1.5 La gestión pública como endoprivatización 184
3.1.6 La gestión pública como gestión pública 189
3.2 Usos de la gestión pública en la práctica administrativa 199
3.3 Polémica en torno a la nueva gestión pública 203
3.4 Críticas a la nueva gestión pública 211
3.4.1 Crítica fatalista 213
3.4.2 Crítica individualista 214
3.4.3 Crítica jerárquica 215
3.4.4 Crítica igualitaria 217
3.5 Críticas a la nueva gestión pública desde el punto de vista
de los valores 222
3.6 Patologías de la nueva gestión pública 224
3.7 Mitos de la nueva gestión pública 226
CAPÍTULO IV LA NUEVA GESTIÓN PÚBLICA EN
ACCIÓN 231
4.1 Los paradigmas de la gestión pública 233
4.1.1 El paradigma tradicional de la gestión pública 234
4.1.2 El paradigma eficientista de la gestión pública 236
4.1.3 El paradigma de la calidad en la gestión pública 238
4.2 La gestión pública para la Organización para la Cooperación
y Desarrollo Económicos (OCDE) 244
4.3 La gestión pública para el Centro Latinoamericano
de Administración para el Desarrollo (CLAD) 256
4.4 La nueva gestión pública: Cuatro modelos 260
4.4.1 El modelo anglosajón 264
4.4.2 El modelo europeo continental 270
4.4.3 El modelo europeo septentrional 276
4.4.4 El modelo de los países en transición 279
4.5 La necesidad de una gestión pública comparada 282
4.6 La transformación de la gestión pública 287
CAPÍTULO V GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE 293
5.1 Tendencias de la administración pública: Gestión pública y
governance 294
5.2 La gestión pública como fortalecimiento de la capacidad
administrativa del Estado 298
5.3 La governance como fortalecimiento de la capacidad política
del Estado 301
5.3.1 Definiciones de la governance 303
5.3.2 Antecedente de la governance 315
5.4 Interpretaciones de la governance 320
5.4.1 Governance y gobernabilidad 321
5.4.2 Governance y gobernación 342
5.4.3 Governance y capacidad de gobierno 346
5.4.4 Governance y gobernanza 348
5.4.5 Governance y “buen gobierno” 354
5.5 Governance: la recuperación del ingrediente político en la
administración pública 368
CAPÍTULO VI NUEVAS ORIENTACIONES Y
CAMPOS DE LA GESTIÓN PÚBLICA 379
6.1 Orientaciones de la gestión pública 380
6.1.1 Dimensión democrática de la gestión pública 381
6.1.2 Dimensión política de la gestión pública 383
6.1.3 Dimensión económica de la gestión pública 386
6.1.4 Innovación en la gestión pública 389
6.1.5 Legitimidad en la gestión pública 393
6.2 Nuevos campos de la gestión pública 396
6.2.1 Gestión ética 397
6.2.2 Gestión estratégica 408
6.2.3 Gestión intergubernamental 416
6.2.4 Gestión de recursos humanos 424
6.2.5 Gestión del conocimiento 432
6.3 Futuros alternativos de la gestión pública 438
Conclusiones 451
Bibliografía 465
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Introducción
La administración pública como actividad organizada del
Estado se fue transformando de manera acelerada en las
dos últimas décadas (1980-1990) del siglo XX. El cambio
del Estado Benefactor hacia el Estado Regulador modificó
los fines, instrumentos y políticas públicas aplicadas por
los gobiernos. Para algunos autores se trata de uno de los
mayores cambios ocurridos al interior de la parte más
visible del gobierno. Bajo la influencia del gerencialismo
privado y de la teoría de la elección pública (public choice)
nace el llamado movimiento del New Public Management
(Nueva Gestión Pública) que ataca los fundamentos
esenciales de la Administración Pública Progresiva (APP) a
decir de Hood (1994) y que se conoce como Modelo
Burocrático.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 13
José Juan Sánchez González
Esta investigación pretende de manera sucinta presentar el origen, desarrollo,
planteamientos básicos y principales críticas a la propuesta de Nueva Gestión
Pública, que tiene como antecedentes los trabajos de Osborne y Gaebler (1992)
llamado Reinvención del Gobierno y el de Barzelay (1992) denominado el Modelo
Posburocrático, así como diversos trabajos productos de reformas impuestas en
países como Gran Bretaña, Nueva Zelanda, Australia y Canadá, entre los más
representativos.
Este trabajo parte de dos líneas de investigación interrelacionadas: la gestión
pública y la governance. La primera, tiene que ver con una interpretación más
instrumental y dinámica del objeto de estudio de la administración pública. La
segunda, una interpretación que proviene de la Ciencia Política y que busca
conformar una interpretación del gobierno cercana a una red de instituciones
y nuevos actores políticos y sociales donde el gobierno ya no es el único
interlocutor, sino por el contrario, para tener una governance requiere de los
consensos, acuerdos, negociaciones y coordinación con otros actores que están
fuera del alcance del gobierno, pero que requiere de su apoyo, comprensión y
por supuesto de su legitimidad.
I POLICY, MANAGEMENT Y GOVERNANCE
Durante las últimas décadas del siglo XX aparecieron tres grandes paradigmas o
corrientes administrativas que nutren el objeto de conocimiento de la
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
14 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
administración pública: 1) la policy (políticas públicas) provenientes de estudios
alternativos al interior de la Administración Pública; 2) el management (gerencia
pública o gestión pública) que nacieron de los enfoques gerenciales privados,
de las teorías de la elección pública y de instituciones como la OCDE y 3) la
governance (gobernabilidad, gobernación, capacidad de gobierno, gobernanza,
gobernancia o “buen gobierno”) que provenía de investigaciones realizadas dentro
de la Ciencia Política.
Mientras que la policy ha tenido un desarrollo acelerado, tanto en lo teórico
como en los diversos campos de estudio que ha construido (ciencias de policy),
este trabajo parte del supuesto de que uno de los orígenes más importantes de la
gestión pública fueron las llamadas políticas públicas. Estas constituyen una de
las orientaciones más destacadas dentro de la Administración Pública, no
obstante, que será abordada de manera marginal, en particular, con lo que
Bozeman ha denominado el Enfoque “P”.
Por lo corresponde a la segunda corriente, nos interesa de manera esencial abordar
una de las traducciones, menos comunes al principio y más generalizadas en la
actualidad del management como es la gestión pública. La llegada del manage-
ment como paradigma dentro de la Administración Pública provocó un uso
desmedido de la Gerencia Pública, para lo cual de manera inusual antes de
identificar y conocer la traducción de esta voz anglosajona, el empleo de esta
palabra tuvo un continuo abuso idiomático. A la saga, la voz Gestión Pública
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 15
José Juan Sánchez González
comenzó a utilizarse de manera marginal y para determinados contextos
específicos de la actividad gubernamental. Con el tiempo, existe una declinación
del uso de la Gerencia Pública y cada vez más comienza una época donde la
palabra Gestión Pública comienza a ocupar el lugar que le corresponde dentro
del ámbito de la Administración Pública.
Incluso, una de las prácticas más comunes, pero no por ello inadecuadas, de
utilizar indistintamente Gerencia Pública y Gestión Pública en el campo de nuestra
disciplina, lo cual muestra una transformación radical a partir de la tesis de que
se trata de dos significados diferentes que provienen de la voz management.
Una de las mayores contribuciones que encontramos en ese sentido se trata de
la corriente impulsada en España, de estudios e investigaciones que traducen al
management como Gestión Pública.
Para el autor, resulta indispensable que dentro del estudio de la Administración
Pública exista un uso adecuado y fundado de vocablos que representan contenidos
y significados que en ocasiones difieren. Resulta vital en nuestro campo de estudio
desterrar añejas prácticas de confundir, mimetizar o abusar de voces que ni
siquiera han sido definidos teóricamente, y que por tratarse de “modas”
administrativas recurrentemente se utilizan de manera inadecuada.
Por último, la voz governance nos parece que vuelve a recuperar el carácter
político de la gestión pública. Ello es así, debido a que regresa la mirada del
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
16 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
gobierno a actores que se suponía eran aliados naturales de la actividad
gubernativa. Cuando en realidad, dichos actores (ONG’s, organizaciones de
voluntarios, organizaciones civiles) requieren ser consultados, incluidos y
representados en las políticas públicas que tendrán impacto en su vida cotidiana.
La governance viene a confirmar que toda gestión pública es una gestión política.
Esta investigación intenta contribuir en la medida de su ámbito, a darle sustento,
suficiencia e identidad a la Gestión Pública, así como a la governance.
II MANAGEMENT Y GESTIÓN PÚBLICA
El objeto de estudio primordial de este trabajo es estudiar y analizar la naturaleza
y contenido de la voz Gestión Pública, tanto en su dimensión teórica como en
su ejercicio práctico. Desde el punto de vista teórico, la trayectoria histórica del
concepto de management durante los siglos XIX y XX, muestran sus diversos
significados desde “doma de caballo”, hasta sinónimo de manejo, dirección,
administración y gobierno. Esta misma situación repercute en su traducción al
español, provocando al menos tres definiciones: 1) Gerencia Pública; 2) Gestión
Pública y 3) Dirección Pública. Mientras que las dos primeras son las traducciones
más recurrentes en la literatura iberoamericana, la tercera es menos frecuente.
Hay que agregar que para identificar un término más adecuado a nuestras
realidades, Omar Guerrero propone la voz “manejo” público. Como sea, el punto
de partida para el estudio de la Gestión Pública es el Management.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 17
José Juan Sánchez González
En este contexto, de acuerdo con Cabrero la introducción de la voz manage-
ment en Francia se traduce como gerencia pública y después cuando es adoptada
en España se opta por la traducción de gestión pública. En América Latina,
comienza a utilizarse indistintamente gerencia pública o gestión pública, situación
que provoca mayor confusión dentro de los estudiosos de la Administración
Pública y los publiadministrativistas.
Un hallazgo fundamental para la Gestión Pública es el que realiza Peter Drucker
(1987) en el sentido de que el management tiene su origen en el ámbito público
fundamentalmente en el ejército, las universidades y las instituciones públicas
modernas, para después aplicarse dentro de la empresa moderna. Esta es resultado
de un proceso histórico en el capitalismo, que es muy posterior al surgimiento
de los ejércitos y las universidades de los Estados-Nación del feudalismo.
Por último, este trabajo afirma que no existe un único significado de la gestión
pública en la actualidad. Por lo menos existen seis interpretaciones como son:
1) como gestión; 2) como gestión privada; 3) como gestión empresarial; 4) como
gestión de calidad; 5) como endoprivatización y 6) como gestión pública. Esta
situación supone lo que señala Uvalle, (1998) en el sentido de que la gestión
pública tiene un carácter multifacético. Asimismo, quién sostenga que existe
una gestión pública única y universal, se encuentra alejado de la realidad de
esta orientación del objeto de estudio.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
18 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
III GOVERNANCE COMO INGREDIENTE POLÍTICO DE LA GESTIÓN
PÚBLICA
De manera directa, la Gestión Pública tiene una relación intrínseca con la
Governance. Entendida como el conjunto de mecanismos, políticas y acciones
para una adecuada coordinación, dirección política, acuerdos y consensos para
implementar las políticas públicas con el apoyo y colaboración de los diferentes
actores políticos dentro de la esfera del gobierno (poder legislativo y poder
judicial), así como de actores fuera de este ámbito como ONGS, organizaciones
de voluntarios y las llamadas organizaciones del “tercer sector”.
A partir de la polémica construcción de la dicotomía política-administración
sugerida por Wilson (1887), la vinculación de la Gestión Pública y la
Governance viene nuevamente a demostrar que la racionalidad administrativa
debe tomar en cuenta la racionalidad política como punto de partida. Una
propuesta que logra incluir ambos enfoques corresponde a Moore (1995) quien
señala que la gestión pública es en todo momento una gestión política. Los
acuerdos, consensos, coordinación y dirección política que el gestor público
debe realizar para alcanzar las políticas públicas resultan de vital importancia
dentro de los alcances de la governance.
La governance que proviene del francés, y después es trasladada al inglés, al
principio era entendida como “dirección de navíos” fue ampliando sus
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 19
José Juan Sánchez González
significados como gobierno, administración y dirección, entre otros. En la
actualidad, no existe un consenso único de la manera más adecuada de traducir
la voz governance, tanto en instituciones económicas como en los círculos
académicos. Para una mejor interpretación de este concepto, identificamos cinco
significados de la governance: 1) como gobernabilidad; 2) como gobernación;
3) como capacidad de gobierno; 4) como gobernaza y 5) como “buen gobierno”.
Cabe señalar que otra de las traducciones menos utilizadas es la de “gobernancia”
que fue introducida por Carlos Fuentes y que Omar Guerrero considera la más
apropiada.
La propuesta de esta investigación es que la Gestión Pública debe reconocer
como propios los conocimientos y contenidos de la Governance, con el propósito
de mejorar su nivel de credibilidad, aceptación, legitimidad y capacidad de
respuesta ante la sociedad. Más que una orientación al cliente, la gestión pública
debe mejorar sus niveles de Governance para alcanzar el interés público, el
interés de todos los ciudadanos y no sólo de algunos clientes o consumidores.
IV CONTENIDO DE LA INVESTIGACIÓN
El presente trabajo se encuentra divido en seis capítulos. El primer capítulo,
“Origen de la Gestión Pública” describe la trayectoria histórica y teórica de la
Gestión Pública, los enfoques más representativos, así como la discusión de su
pretendido carácter de ciencia en contraposición a quienes sostienen que debe
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
20 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
ser identificado sólo como una orientación del objeto de estudio de la
Administración Pública.
En el segundo capítulo, “De la Gestión Pública a la Nueva Gestión Pública
(New Public Management)” se realiza una descripción de los tres paradigmas
más comunes de la gestión pública (tradicional, eficientista y de calidad), que
sirven como punto de partida para conocer la trayectoria histórica desde el origen
y el desarrollo para conformar la llamada Nueva Gestión Pública. En este apartado
se revisan y analizan a los principales autores, estudios y aportaciones de la
NGP, para concluir con sus alcances, limitaciones teóricas y estructurales como
paradigma.
En el tercer capítulo, “Los Usos de la Gestión Pública y sus Críticas más Comunes”
se identifican los seis significados más usuales de la gestión pública –gestión,
gestión privada, gestión empresarial, gestión de calidad, endoprivatización y
gestión pública- para después sugerir algunos criterios de discusión en torno a la
gestión pública. Posteriormente, se analizan las críticas a la gestión pública
agrupadas en cuatro grupos que son: fatalistas; individualistas; jerárquica e
igualitaria, así como los argumentos en su contra (mitos y patologías) más
representativos.
En el cuarto capítulo, “La Nueva Gestión Pública en Acción” revisa las propuestas
de la OCDE y del CLAD en torno a la gestión pública para identificar las diferencias
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 21
José Juan Sánchez González
y contradicciones que existen entre ambas propuestas. Asimismo, se hace un
recuento de cuatro modelos –anglosajón, europeo continental, europeo
septentrional y países en transición- de gestión pública para mostrar los contrastes
entre diferentes países. Continuando con algunos argumentos en contra de las
tendencias de la gestión pública –privada y empresarial- que permiten establecer
la necesidad de una gestión pública comparada.
En el quinto capítulo, “Nueva Gestión Pública y Governance” se realiza una
revisión lo más profunda posible de la governance, sus antecedentes, definiciones
y traducciones, para identificarla como un elemento intrínseco de la gestión
pública. En este apartado, se resume parte de la propuesta de vincular
Gestión Pública y Governance, como dos caras de una misma moneda: la
actividad gubernamental.
Por último, en el capítulo sexto “Nuevas Orientaciones y Campos de la Nueva
Gestión Pública” se identifican orientaciones fundamentales para mejorar, tanto
el fundamento teórico, como aspectos prácticos de la gestión pública como son:
las dimensiones democrática, política y económica, así como la innovación y la
legitimidad. Posteriormente, son identificados nuevos campos de estudio dentro
de la gestión pública, entre los que destacan: la gestión ética; gestión estratégica;
gestión interinstitucional; gestión de recursos humanos y gestión del conocimiento.
A partir de este marco de ideas, es posible construir diversos futuros alternativos
de la gestión pública, que muestran la necesidad que se requiere de mayores
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
22 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
contenidos teóricos y una visión pública y política para darle sustento a la gestión
pública en el siglo XXI. De no hacerlo, la gestión pública estaría condenada al
fracaso y convertirse en una moda pasajera, para ser sepultada en el cementerio
de la Administración Pública. Finalmente, se presenta las conclusiones,
bibliografía utilizada y consultada en esta investigación.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 23
José Juan Sánchez González
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
24 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
Capítulo I
Origen de la Gestión Pública
Identificar el origen de la gestión pública es una de las
primeras necesidades para estudiar su naturaleza teórica y
práctica. Existen dos formas para intentar determinar su
origen: por un lado, su origen histórico que como actividad
existió en la antigüedad –objeto de estudio que se deriva de
la Administración Pública- mezclada con otras actividades
y por otro lado, el concepto mismo que proviene de la voz
management y que deriva de las tres traducciones más
comunes al español: 1) Gerencia Pública; 2) Dirección
Pública y 3) como Gestión Pública.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 25
José Juan Sánchez González
En este capítulo nuestro propósito es establecer una aproximación histórica y
teórica de la gestión pública, intentando construir una definición integral
y ampliada de su contenido, para identificar las diferencias existentes entre el
enfoque “B” de negocios y el enfoque “P” de políticas públicas, para
posteriormente situarnos en el debate de su supuesto carácter científico como
ciencia.
A partir de estas ideas, se considera indispensable establecer dos hipótesis centrales
de esta investigación: 1) que el objeto de estudio de la administración pública es
compartido y forma parte de una “orientación” de la gestión pública, por tanto,
la administración pública no puede desaparecer, ni por la gerencia pública o la
gestión pública; 2) la gerencia pública y la gestión pública no pueden ser
empleadas como sinónimos, ya que se trata de actividades y conocimientos de
diversa naturaleza, aunque comparten un origen común –el management- son
dos categorías diferentes en el contexto de la administración pública.
1.1 Aproximación histórica de la gestión pública
Intentar determinar el momento histórico del origen de la gestión pública resulta
complejo. En parte, porque más que una disciplina académica se trata de un
esfuerzo institucional reciente, como señala Bozeman (1998).1 Aunque no tiene
1
Bozeman, Barry (coord.) La Gestión Pública. Su Situación Actual. México, Colegio Nacional de Ciencias Políticas
y Administración Pública, Universidad Autónoma de Tlaxcala, FCE, 1998, p. 37.
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26 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
una fecha histórica donde pueda localizarse, ya que su objeto de estudio le
pertenece a la Administración Pública. Sin embargo, Peter Drucker (1987) realiza
un hallazgo fundamental para la gestión pública:
El secreto mejor mantenido en la gestión empresarial es que las primeras
aplicaciones sistemáticas de la teoría empresarial y los primeros principios de la
administración no tuvieron lugar en la empresa privada. Se desarrollaron en el
sector público. La primera aplicación sistemática y deliberada de los principios
de la gestión empresarial en Estados Unidos –emprendidos con plena conciencia
de que era una aplicación del manejo administrativo- fue la reorganización del
Ejército de Estados Unidos por parte de Elihu Root, el secretario de guerra de
Teddy Roosevelt.2
Drucker afirma que la empresa comercial no fue la primera de las instituciones
administrativas. Tanto el ejército como la universidad modernas se adelantaron
casi medio siglo a la empresa comercial. Ambas surgieron durante las Guerras
Napoleónicas. De hecho, el primer “Presidente-Director General” de una
institución moderna fue el jefe del Estado Mayor del ejército prusiano post-
Napoleónico, cargo que se empeño entre 1820 y 1840. Tanto en espíritu como
2
Drucker, Peter F. Las Fronteras de la Administración. Donde las Decisiones del Mañana Cobran Forma Hoy.
Buenos Aires, Sudamericana, 1987, p. 165. Actualmente, hay sin duda gestión administrativa tanto fuera de la
empresa como en la empresa misma, tal vez incluso más. Las instituciones más conscientes del manejo administrativo
en este momento son tal vez las fuerzas armadas, seguidas por los hospitales y las universidades. Hace algunos
años, los consultores administrativos consideraban potencialmente clientes sólo a las empresas comerciales. En la
actualidad, la mitad de los clientes de una firma típica son no comerciales: dependencias estatales, las fuerzas
armadas, escuelas y universidades, hospitales, museos, asociaciones profesionales y entidades de la comunidad
como los Boy Scouts y la Cruz Roja.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 27
José Juan Sánchez González
en estructura, la nueva universidad y el nuevo ejército representaron una marcada
ruptura con sus predecesores sobre todo en materia de gestión.3
En 1908, apareció el primer “administrador municipal” en Staunton, Virginia,
resultado de una aplicación consciente de los principios de Administración
Pública como la separación de la “política” (conferida a un consejo municipal
electo y políticamente responsable) y “administración” (conferida a un profesional
no político, responsable administrativamente). El administrador municipal, fue
el primer ejecutivo superior que fue llamado administrador; en el ambiente
empresarial ese título era todavía desconocido. Por ejemplo, Frederick W. Taylor
en su declaración de 1911 ante el Congreso de los Estados Unidos, nunca uso
ese término sino que habló de “los propietarios y sus colaboradores”.
Treinta años más tarde, el administrador municipal Luther Gulick aplicó la gestión
empresarial y los principios de administración a la organización del estado
federal que se había escapado del control en los años del New Deal. En 1950
conceptos y principios semejantes de gestión fueron aplicados en una empresa
comercial para una tarea semejante: la reorganización de la compañía General
Electric. Cuando esta empresa ya había superado su estructura organizativa
anterior.
3
Ibid, p. 166. A propósito de la importancia de lo público en la empresa, Drucker afirma que: “En suma, para que
la administración de la gran empresa alcance total legitimidad, tendrá que aceptar que para seguir siendo ‘privada’
debe aceptar que desempeña una función social, y esto significa ‘pública’ “.
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28 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
Otro punto de partida para comprender el origen de la gestión pública es a partir
del concepto: saber. El saber es entendido como conocimiento aplicado para el
desarrollo y el progreso.4 En la primera fase, el saber se aplicó a herramientas,
procesos y productos; esto creó la Revolución Industrial, pero también dio forma
a lo que Marx denominó “alineación”, nuevas clases y la lucha de clases, con
ella el socialismo. En su segunda fase, que empezó alrededor de 1880 y culminó
hacia la Segunda Guerra Mundial, el saber, con su nuevo significado empezó a
aplicarse al trabajo; esto marco el comienzo de la Revolución de la Productividad,
que en setenta y cinco años convertía al proletariado en una clase con mayores
ingresos, aunque todavía explotada. La última fase se inició después de la Segunda
Guerra Mundial; ahora el saber se aplica al saber mismo y es la Revolución
de la Gestión.
Este tercer cambio en la dinámica del saber puede denominarse la revolución de
la gestión y, al igual que sus dos predecesores, el saber aplicado al trabajo humano,
la revolución de la gestión se ha extendido por toda la tierra. A la Revolución
Industrial le costó cien años, desde mitades del siglo XVIII hasta mitades del
siglo XIX, llegar a extenderse y dominar el mundo entero; la revolución de la
productividad tardó setenta años, desde 1880 hasta el final de la Segunda Guerra
Mundial, en extenderse y dominar el mundo entero; la revolución de la gestión
ha empleado menos de cincuenta años desde 1945 a 1990, en extenderse y
dominar el mundo entero.5
4
Drucker, Peter. La Sociedad Poscapitalista. España, Editorial Sudamericana, 1999, pp. 31-32.
5
Ibid, p. 58.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 29
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Según Drucker (1999) la revolución de la gestión vino a transformar
significativamente la dinámica de las organizaciones, no solo privadas, sino
también a las públicas. La gestión es una función genérica de todas las
organizaciones, sea cual fuera su misión especifica; es el órgano genérico de la
sociedad del saber. La gestión pública tiene muchos años de existencia, aunque
no había sido considerada como una categoría específica de trabajo hasta después
de la Segunda Guerra Mundial. Todavía en 1950, cuando el Banco Mundial
empezó a destinar créditos para favorecer el desarrollo económico, la palabra
“gestión” en su connotación actual no se encontraba en el vocabulario. De hecho,
aunque la gestión se inventó hace un largo tiempo, no fue descubierta como
categoría hasta después de la Segunda Guerra Mundial.
Por otra parte, en una interpretación materialista Gvishiani (1980) sostiene que
el desarrollo de la gestión como tipo específico de actividad, el crecimiento de
su papel y la constante ampliación de la red de órganos de administración
constituyen la expresión natural y lógica del progreso histórico social.6 Aunque
trata de ubicar a la gestión en los diferentes sistemas de producción, es en el
capitalismo donde la gestión pública comienza a diferenciarse de otras actividades
administrativas públicas.7
6
Gvishiani, D. Organización y Gestión. México, Ediciones de Cultura Popular, 1977, p. 13. Sobresaltado mío.
7
Ibid, p. 57. “Al examinarse los rasgos fundamentales del capitalismo monopolista desde el punto de vista de las
condiciones y tareas de organización de la labor administrativa, no se puede menos de hacer constar que en este
dominio se producen cambios cardinales que imprimen a la gestión un nuevo contenido y escalas inconmensurables
mayores. (...) Se registra, por tanto, la tendencia al progreso preferente de la gestión, cuya base objetiva es la
centralización progresiva del capital”.
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30 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
La organización de la gestión se va haciendo cada vez más difícil; aumenta sin
cesar el número de personas dedicadas a la actividad administrativa. Esta labor
se extiende hoy tanto a los procesos de producción como al cambio, a la
distribución, al consumo, a los servicios, a las finanzas y a todos los canales y
comunicaciones con ayuda de los cuales se efectúan dichos procesos.8
Para este autor, la gestión constituye una esfera específica de la actividad humana,
no existe por sí misma como proceso absolutamente independiente, sino que es
siempre parte integrante de un sistema más vasto, el cual determina las
características específicas de la administración pública. Por tanto, es preciso
tener siempre en cuenta que las peculiaridades específicas de la forma de gestión
y sus medios técnicos dependen de cuál será el objeto de la gestión y en que
sistema se efectúe esta última.9
Como podrá apreciarse, la gestión como actividad permanece mezclada con
otras actividades administrativas, propias del desarrollo del Estado moderno. Sólo
con un mayor grado de especialización y complejidad de la actividad
gubernamental, es que la gestión pública comienza a diferenciarse y separarse
de su núcleo central: la administración pública. La gestión surge primero en el
ámbito público y en particular en el ejército y las universidades, para después
ser trasladada a la gestión privada de la empresa comercial. Posteriormente, la
8
Ibidem. “Está claro que la esfera de la gestión abarca también los procesos de servicios, en particular, todo lo que
se refiere a la vida cultural, la literatura, el arte, la ciencia, la sanidad, las instituciones jurídicas, la instrucción
pública, la escuela superior, etc.”.
9
Ibid, p. 16.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 31
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gestión que se encuentra en el núcleo privado es importada para ser utilizada
como categoría de análisis en el gobierno. Este proceso se encuentra marcado
por un amplio debate que será presentado a lo largo de esta investigación.
1.2 Aproximación teórica a la gestión pública
La voz gestión pública ha tenido un empleo intenso en Francia desde tiempo
atrás. Nació con la ciencia de la administración pública misma: Charles-Jean
Bonnin la usó en 1812, cuando refirió la ejecución de las leyes como un asunto
necesario a la “gestión de los asuntos públicos” (gestion des affaires publiques).
Para Guerrero (2001) es a partir de la década de 1980, que gestión comenzó a
ser usada como antónimo de administración, precediendo e inspirando a la
corriente anglosajona de la Nueva Gestión Pública (New Public Management).10
Desde un punto de vista teórico, el concepto de Gestión Pública11 debe
diferenciarse de sus progenitores: el Public Management y la Gerencia Pública;
así como describir su origen como campo de estudio y su pretendido carácter
científico para considerarse como disciplina.12 Mientras que la administración
pública es un concepto que nace con Woodrow Wilson en 1887 y su objeto de
10
Guerrero, Omar. “Nuevos Modelos de Gestión Pública”. Revista Digital. México, UNAM, 30 de septiembre del
2001, vol. 2, No. 3, www.revista.unam.mx.
11
Por una cuestión de método, se hace referencia a la actividad usando el término en minúscula –gestión pública-
y al estudio de dicha actividad en mayúscula –Gestión Pública-. Esta pequeña aclaración permitirá mayor precisión
en el uso y empleo del concepto. Situación que es necesario aclarar para evitar confusiones en el ámbito teórico y
práctico.
12
El término gestión pública se encuentra vinculado directamente con la voz management y más directamente con
el de gerencia pública. Su uso moderno proviene de la necesidad de encontrar un término adecuado para referirse
al management. Es en España en donde el galicismo gestion publique, se utiliza de manera permanente para
referirse a este concepto.
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32 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
estudio –actividad- es tan antiguo como el gobierno mismo, por su parte, el
concepto de gerencia es más reciente, por lo que nos parece extremo intentar
sustituir una tradición por una moda.13 Esta confusión original muestra la
complejidad de contar con una aproximación que nos permita definir de manera
clara a la gestión pública, para diferenciarla de la gerencia pública y por supuesto
de la administración pública. En realidad el punto de partida es el uso del vocablo
public management, que al introducirse en Europa y América, se convierte primero
en gerencia pública (con los franceses) y después en gestión pública (por los
españoles).
El armazón teórico que subyace en la mayoría de los cambios en la administración
pública está formado por un conjunto de valores, principios y técnicas que se
enmarcan en las llamadas ciencias del management. Con el adjetivo “público”,
el management se ha convertido en el punto de referencia obligado de los
programas de modernización administrativa.14
De hecho, la ciencia de la administración pública en Estados Unidos es
genéticamente gerencial. Esto se observa en Woodrow Wilson (1887), su fundador,
quien señalaba que el objeto de estudio administrativo es descubrir, primero,
13
Sánchez González, José Juan. “Situación Actual de la Ciencia Administrativa”. Revista Conmemorativa del Colegio.
25 aniversario. Estado del Arte en la Administración Pública. México, Colegio Nacional de Ciencias Políticas y
Administración Pública. A.C., 1999.
14
Echevarria, Koldo y Mendoza, Xavier. “La Especificidad de la Gestión Pública: el Concepto de Management
Público”. En Losada i Marrodán, Carlos. ¿De Burócratas a Gerentes? Las Ciencias de la Gestión Aplicadas a la
Administración del Estado. Washington, Banco Interamericano de Desarrollo, 1999, p. 15. Para estos autores, el
nacimiento del New Public Management constituye una de las tendencias internacionales más notables en
la administración pública, convirtiéndose en la denominación más común del conjunto de doctrinas muy similares
que han dominado la agenda de la reforma burocrática en numerosos países de la OCDE, de acuerdo
a Hood (1991).
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 33
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qué puede hacer adecuada y exitosamente el gobierno y, en segundo lugar, cómo
puede hacerlo con la máxima eficacia y al mínimo costo posible, sea de dinero
o de esfuerzo. Wilson definió a la administración pública como el campo de los
negocios públicos, pues separa de la contienda política a la administración
pública, y en muchos aspectos está separado incluso al estudio constitucional.15
Para Guerrero (2000) el fundador intelectual del término management (manejo)
en administración pública es Leonard White, autor del primer libro de texto en
la materia, quien propuso como pivote de la definición de ese campo del saber.
En su obra, Introducción de la Administración Pública, White se propuso sentar
las bases no jurídicas para el estudio de la administración pública en los Estados
Unidos, pues asumió que debía descansar más en el manejo que en el fundamento
de la ley.16
Por su parte, Cabrero (1998) señala que a mediados de la década de 1970 algunos
autores comienzan a hablar con insistencia de public management en los Estados
Unidos.17 Este énfasis supone que un buen gobierno será aquel en el que el
conjunto de redes de dependencias gubernamentales funcione adecuadamente,
es decir, con eficiencia en la ejecución de los fondos públicos, con eficacia en la
interacción con agentes y agencias externas, así como con la legitimidad en
15
Guerrero, Omar. Teoría Administrativa del Estado. México, Oxford University Press, 2000, pp.145-143. Cabe
señalar que Guerrero traduce management como manejo. Aunque más comúnmente se traduce al español como
gerencia o gestión pública. Está última es la traducción que en esta investigación nos interesa explorar.
16
Ibid, p. 147.
17
Cabrero Mendoza, Enrique. “Estudio introductorio”. Barry, Bozeman (coord.) La Gestión Pública. Su Situación
Actual. México, Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública-F.C.E., 1998, p. 22-23.
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34 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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Capítulo I Origen de la Gestión Pública
la prestación de los servicios que producen. Por lo que se refiere a la diferencia
entre gestión pública y gerencia pública, Cabrero afirma que se trata de un matiz
semántico. Una vez que se introduce en los Estados Unidos la idea del public
management, el concepto se inserta en el resto de otros países. En Francia desde
inicios de la década de 1980 se incorpora como un anglicismo (gerencia pública);
en España para evitar este anglicismo, se incorpora un galicismo con el vocablo
gestion publique.18 Por su parte, en algunos países de América Latina se adopta
la denominación gerencia pública refiriéndose a lo mismo, aunque posteriormente
se adoptó indistintamente gestión o gerencia pública, situación que ha propiciado
una mayor confusión en el uso y empleo de estos conceptos.
Por su parte, Guerrero (1999) ha sostenido que la palabra management ha tenido
diferentes significados; en el siglo XVIII significaba manejo o doma de caballos;
luego se convirtió en un sinónimo de administración; hacia finales de ese siglo,
se traducía al español como manejo o administración; en francés era sinónimo
de governer y administration; también manager es trasladada como directeur. En
el Reino Unido la voz management se usaba como una categoría gubernamental,
mientras que en España y Francia se prefería el uso del vocablo administración.19
18
El uso del concepto gestión pública como el de gerencia pública empleado indistintamente provoca mayor
confusión y caos en la administración pública. Esta situación es similar a la utilización de categorías como
modernización y burocracia, que terminan por significar cualquier cosa menos lo que realmente representan. En
nuestra opinión, existe una diferencia marcada entre gestión pública y gerencia pública, en el sentido de que la
primera enfatiza a todo el proceso administrativo público (planeación, organización, ejecución, control y evaluación),
mientras que la segunda se encuentra referida a una etapa de la dirección y la toma de decisiones, por lo que se
encuentra más vinculada a la función que realiza la dirección.
19
Guerrero, Omar. “El ‘Management’ Público: una Torre de Babel”. Convergencia. México, UAEM, septiembre-
diciembre 1998. pp. 14-15.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 35
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El origen primigenio de la gestión pública es el management. Para Paramés (1971)
la voz management tiene los siguientes significados: 1) la gestión administrativa;
2) los problemas técnicos modernos; 3) la investigación aplicada en función de
los objetivos de la organización; 4) la promoción comercial e investigación
de mercados; 5) la gestión financiera; 6) la administración de personal y 7) las
técnicas de actuación.20 El management se presenta como un término equívoco
que encierra acepciones dispares y no pocas doctrinas contradictorias. Su
especificidad científica procede de su singular orientación hacia el mejoramiento
del rendimiento de las organizaciones, lo que se expresa en satisfacer los valores
de economía, eficiencia y eficacia. Pertenece a las denominadas ciencias
aplicadas, las cuales se caracterizan por su valor instrumental, técnico y
prescriptivo para lograr la transformación de la realidad.21
En realidad el concepto de management fue evolucionando entre los siglos XIX
y XX, por lo que fue empleado por John Stuart Mill, Adam Smith, Jeremy Bentham.
El mérito se acredita a Frederick Taylor, quien en 1911 publicó The Principles of
Cientific Management (Principios del Manejo Científico), quién lo difunde de
manera más amplia. Sin embargo, Taylor ya había utilizado la voz en el ensayo
Shop management, publicado en 1903.22 En sus orígenes, el management adopta
una vocación universal y uno de sus precursores, H. Fayol, hace una expresa
20
Paramés Montenegro, Carlos. En Torno al Management. Madrid, INAP, 1971, p. 26. Convergencia. México,
UAEM, septiembre-diciembre 1998.
21
Echevarria, Koldo y Mendoza, Xavier. Op. cit., p. 18.
22
Taylor, Frederick W. “Estudio del Tiempo, Trabajo a Destajo y el Obrero Destacado”. Merrill. Harwood F.
(Compilador). Clásicos de la Administración. México, Limusa, 1978, pp. 67-75. Extracto de Shop management,
escrito presentado en la reunión de junio 1903 de la Sociedad de Ingenieros Mecánicos, Saratoga, Nueva York.
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36 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
aplicación de estos principios al ámbito de la administración pública en su Teoría
administrativa en el Estado.23
Por lo que se refiere a la Administración Pública existe constancia documental
de diversos autores que emplean el término management en sus obras como
Leonard White,24 Charles Merriam,25 Luther Gulick,26 Marshall Dimock27 y Paul
Appleby,28 así como la adopción del management en el Informe Roosevelt
(Report of the President’s Comittee on Administrative Management) preparado
por Merriam, Gulick y Louis Brownlow.
Dentro de la ciencia de la administración pública el management (manejo) y la
administración han constituido una relación muy estrecha, pero no carente de
confusiones. Incorporado a mediados de la década de 1920 como parte de la
definición de administración pública, dos décadas después aún implicaba cierto
grado de ambivalencia que todavía conserva en nuestros días. Desde 1946 cobija
una sinonimia con las nociones de administración y ejecución, con relación al
23
Echevarria, Koldo y Mendoza, Xavier. Op cit. p. 17.
24
White definió a la “administración pública como el management de hombres y materiales para lograr los propósitos
del Estado”. Citado por Omar Guerrero. “El ‘Management’ Público: una Torre de Babel”. Op. Cit. p. 18.
25
Para Merriam, “es claro que el management es un aspecto de las relaciones sociales que comprende a un cuerpo
de personas, de prácticas y procesos, de una serie de datos que son observables con mucha precisión y que son
sujetos viables de análisis, interpretaciones e inferencias, respecto a patrones de conducta general y continua en un
campo especial de comportamiento”. Ibid, p. 19.
26
Luther Gulick afirmó que “las cosas que los gobernantes hacen, esto es, el trabajo del gobierno, el desarrollo y la
aplicación de controles, el establecimiento y management de servicios –todos ellos juntos son administración
pública-“. Ibid, pp. 19-20.
27
Para Marshall Dimock la “administración pública incluye los problemas, poderes, organización y métodos del
management de empleados en la aplicación, la ley y el despecho de las responsabilidades gubernamentales”. Ibid,
p. 20.
28
Para Paul Appleby la “administración aquí es tratada, por tanto, como un término muy amplio involucrado en la
hechura de policy (...) management involucra el entremetimiento de la hechura de policy y la ejecución, pero es
aquí asignado arbitrariamente al nivel básico y usado para significar la acción ejecutiva con menor hechura de
policy”. Ibidem.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 37
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manejo industrial. Empero, management no constituye un sinónimo de
administración, sino que es un término específico referido a los altos
funcionarios.29
La versión más actual del management alude a tres significados: 1) como Dirección
Pública, 2) Gerencia Pública y 3) Gestión Pública.30 En su primera acepción, en
la Dirección Pública algunos autores como Carlos Juan Bonnin (1808)31 y Dwight
Waldo (1964)32 habían utilizado el management vinculado a la dirección. Para
Laufer y Burlaud (1989) la Dirección Pública es una disciplina nueva. Como es
frecuente en el terreno de la gestión, el triunfo de las prácticas precede a la
coherencia de las concepciones. Estos autores utilizan el término “management”
en lugar del concepto de gestión, porque se ciñe más específicamente a las
técnicas desarrolladas por la empresa.
Más para poner orden en los hechos hay que poner orden en las palabras y, por
lo tanto, dar cuenta del carácter contradictorio de la expresión “management
public”, que asocia, incluso enfrenta, algo que normalmente está separado:
el sector público y el sector privado. Estudiar la Dirección Pública es plantearse
29
Guerrero, Omar. Teoría Administrativa del Estado. Op. cit., p.155.
30
Para profundizar más en el uso del management como dirección pública y gerencia pública, sugiero revisar el
artículo citado de Omar Guerrero. “El ‘Management’ Público: una Torre de Babel”. Op. cit. y su reciente obra: Del
Estado Gerencial al Estado Cívico. México, Miguel Ángel Porrúa, 1999.
31
Bonnin decía el gobierno significaba “la autoridad creada para dar movimiento al Estado (cuerpo político) y una
dirección común a todos los individuos para la ejecución de las leyes”. Ibid, p. 24.
32
Waldo afirma que “(1) Administración es la organización y dirección (management) de hombres y materiales
para lograr los fines del gobierno. (2) Administración pública es el arte y la ciencia de la dirección (management)
aplicada a los asuntos del Estado”. Ibid, p. 25.
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38 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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Capítulo I Origen de la Gestión Pública
al mismo tiempo el problema del sector público y el de la definición
del “management”.33
En ese sentido, la Dirección Pública afecta tanto a los gestores del sector privado
como a los del sector público, tanto a la comprensión de la gestión del sector
público, tanto a la enseñanza de la gestión como a las Ciencias Administrativas,
y tanto a los actuantes en la acción social como a los analistas de los fenómenos
sociales: a los sociólogos de las organizaciones, de la comunicación, también a
los especialistas de las Ciencias Políticas. Por tanto, la Dirección Pública se sitúa,
en un cruce de lenguajes y tradiciones heterogéneas: Dirección y Ciencias de la
Organización, de un lado, Ciencias Administrativas y Ciencias Políticas, de otro.34
Cabe señalar que el uso de la noción dirección pública es uno de los más acotados
dentro del campo del management, aunque existen autores que lo continúan
empleando.
En su segunda acepción, la Gerencia Pública como management tiene como
objetivo primordial brindar un campo altamente innovativo de formación
profesional para el servidor público que ocupa los altos mandos. El gerente público
se caracteriza por la capacidad de análisis, la aptitud para introducir racionalidad
33
Laufer, Romain y Burlaud, Alain. Dirección Pública: Gestión y Legitimidad. Madrid, INAP, MAP,
1989, p. 17.
34
Ibid, p. 20. “La expresión ‘public management’ es contradictoria en sus términos, ya que ‘management’ procede
del sector privado y ‘public’ lo hace del Sector Público. Esta contradicción se observa en la actitud de todos los
empleados del Estado, que se manifiesta ampliamente ambivalentes al respecto”.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 39
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en el proceso decisorio y la habilidad para establecer adecuadas relaciones
interpersonales.35
Por su parte, en su tercera acepción, management como Gestión Pública,
contribuyeron autores como Alejandro Oliván,36 Michel Messenet,37 Octave
Geliner,38 Heller,39 Les Metcalfe y Sue Richards,40 así como Paramés41 que
utilizaron la voz gestión pública, por considerarla más adecuada para referirse al
management. Por ejemplo, para David Arellano (1995) la gestión pública tiene
nuevas propuestas que pretenden ser el renacimiento del pensamiento académico
sistemático y metodológico de la arcaica “administración pública”. Como lo
había señalado Wildavsky:
Sustituyendo una palabra, digamos ‘administración’ por ‘gestión’, el viejo mundo
de la administración pública va a ser revivido bajo la rúbrica de la ‘gestión
pública’.42
35
En esta investigación no habremos de profundizar en el uso del término gerencia pública, debido a que existen
diferentes autores que la han explorado. Sin embargo, más adelante se analiza para diferenciarla de la gestión
pública.
36
Omar Guerrero señala que Oliván expresó en 1843 que la administración era el cuidado de la cosa pública, una
“gestión de responsabilidad”. Ibid, pp. 28-29.
37
Este autor escribió la obra “La Nueva Gestión Pública: por un Estado sin Burocracia”. Ibid. p. 29.
38
Gelinier prologó el libro de Henri Fayol usando el término management public para referir una técnica que
refleja con nitidez tiempos emergentes y, particularmente, “la innovación y la anticipación”, así como la aptitud
para “gerenciar (gérer) el cambio”. Ibid. p. 30.
39
Heller escribió la obra El Manager Desnudo, donde sostiene la superioridad del manager privado sobre el
funcionario público, emana de la ascendencia del mundo empresarial. Ibidem.
40
Estos autores sostienen que el management público como proceso extra-organizativo ha desplazado a la visión
intra-organizativa, cuya hechura se le acredita a Max Weber. Ibid, p. 31.
41
Paramés sostiene que “la gestión es algo que apunta en exclusiva al funcionamiento y tiene en nuestro idioma un
matiz de actividad secundaria y subordinada”. Ibid, p. 29.
42
Arellano Gault, David. “Gestión Pública en Estados Unidos: Crisis y Estado del Arte”. Gestión y Política Pública.
México, CIDE, vol. IV, núm. 1, primer semestre de 1995. El autor cita a Wildavsky y traduce el management en
gestión. La gestión pública en los Estados Unidos es abordada por Arellano en tres ámbitos: 1) la elección pública
(public choice); 2) la “mejor práctica de investigación” –reinvención del gobierno y paradigma posburocrático- y
3) la desregulación y revitalización del sector público.
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40 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
Utiliza el término gestión pública para referirse al public management, aunque
señala que se ha constatado que el esquema institucional tradicional sobre el
que actúa la administración pública conduce a la ineficiencia, sin importar que
tan bien diseñado esté el sistema burocrático.43 Identifica cinco dilemas que no
han sido resueltos por la gestión pública: 1) rendición de cuentas o innovación;
2) participación o decisión técnica; 3) equidad o mercado; 4) resolver problemas
o administrar programas y 5) liderazgo o institucionalidad.
En suma, para realizar una diferencia más contundente entre los términos
administración pública, gerencia pública y gestión pública; Dwight Waldo (1964)
ha dicho que la voz administración pública se refiere a dos aspectos básicos: a la
actividad organizada del Estado (objeto de estudio) y a la ciencia que estudia
dicha actividad (estudio del objeto).44 “La administración pública, además de
ser un fenómeno universal en la cultura occidental, es una palabra igualmente
planetaria”45
En nuestra opinión, desde el punto de vista teórico, la Gestión Pública representa
una “orientación” o “campo de interés” que bajo un mismo objeto incluye una
diversidad de investigaciones empíricas. En el nivel práctico, la gestión pública
corresponde al conjunto de políticas públicas para modernizar, reformar y
43
Arellano Gault, David. “De la administración pública a la gestión pública: cinco dilemas”. Revista Conmemorativa
del Colegio. 25 Aniversario. El Estado del Arte de la Administración Pública. México, Colegio Nacional de Ciencias
Políticas y Administración Pública, A.C., 1999.
44
Waldo, Dwight. Estudio de la Administración Pública. Madrid, Aguilar, 1964.
45
Guerrero, Omar. Teoría Administrativa del Estado Op. cit. p. 40.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 41
José Juan Sánchez González
transformar la administración pública en un organismo más flexible, apto, ágil y
capaz para dar atención a los requerimientos ciudadanos en un contexto de
globalización, interdependencia mundial y rápido avance tecnológico.
Por todo ello, la diferencia con la Gerencia Pública, nos parece se refiere a que
ésta se encuentra relacionada con la dirección operativa de las dependencias
gubernamentales. En su sentido original, la gerencia es el órgano específico de
la empresa, cuyo principio vital que determina su naturaleza es la realización
económica.46 Su principal función es dirigir un negocio, para obtener una
realización económica debe haber una empresa. La segunda función de la
gerencia es, por lo tanto, convertir los recursos humanos y materiales en una
empresa productiva. Es decir, ésta es la función de dirigir a los gerentes. Aunque
debe considerarse que los principios de la gerencia privada no son necesariamente
aplicables en su totalidad y en cualquier momento a la gerencia pública.
Significa, en primer lugar, que la habilidad, la competencia y la experiencia de
la gerencia no pueden, como tales, transferirse y aplicarse a la organización y al
gobierno de otras instituciones. En particular, el éxito de un hombre en la gerencia
no lleva en sí misma la promesa –ni que hablar de la garantía- de que tendría
éxito en el gobierno. Una carrera en la gerencia no es de por sí una preparación
para funciones políticas importantes o para dirigir las Fuerzas Armadas, la Iglesia
46
Drucker, Peter. La Gerencia de Empresas. Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1978, p. 18. (Título original:
The Practice of Management, 1954).
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
42 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
o una universidad. (...) Lo que para el gerente es el punto principal, para el
político es necesariamente un factor entre muchos.47
Para Drucker (1954) la función final de la gerencia es dirigir a los trabajadores y
al trabajo. La gerencia es la única que puede satisfacer tales necesidades, por lo
que la gerencia es el “órgano animador de la empresa”. Por lo tanto, las tres
tareas de la gerencia: la dirección del negocio, la dirección de los gerentes y la
dirección del trabajador, se pueden analizar, estudiar y valorar separadamente,
sin embargo, cualquier decisión de la gerencia afecta a sus tres tareas y deben
tomarse en cuenta las tres funciones.48
Como podrá inferirse, el vocablo gerencia deriva de la voz latina genére, que
significa dirigir, mandar, debido a que constituye la capacidad de ordenar.49
El concepto de Gerencia Pública se sitúa en el nivel directivo, aunque en su
etapa operativa y se encuentra en las atribuciones de liderazgo, capacidad y
creatividad del que toma las decisiones en un contexto de amplia complejidad e
incertidumbre.
La gerencia es una noción que proviene del sector privado y que alude a
su específica manera de obtener resultados para el mercado. La Gerencia Pública
tiene que ver con la implementación en el sector público de las técnicas y métodos
47
Ibid, pp. 20-21.
48
Ibid, p. 30.
49
Ibid. p. 25.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 43
José Juan Sánchez González
del sector privado, con el fin de hacer más eficientes y eficaces las organizaciones
públicas. El término Gerencia Pública hace referencia al conjunto de actividades
conducentes a obtener bienes o productos públicos que engloban, tanto las
desarrolladas por la dirección como por los distintos niveles administrativos.50
Cabe señalar que el management se ha diversificado en multitud de corrientes
de pensamiento que parten de premisas diferentes sobre el comportamiento
humano y la naturaleza de las organizaciones y a menudo resultan en
interpretaciones contradictorias de los valores centrales de racionalidad
económica que caracterizan su aproximación científica.
Frente a las pretensiones de universalidad y generalidad de sus precursores, el
management se presenta en nuestros días como una disciplina fragmentada que
ofrece una pluralidad de respuestas y criterios en función de los presupuestos y
suposiciones que se acepten como válidos y de la situación concreta a la que se
quieran aplicar.51
Por su parte, el vocablo Gestión Pública ha tenido un empleo intenso en Francia
desde tiempo atrás, fundamentalmente para referirse a la puesta en práctica de
los métodos y técnicas en el interior de la organización, así como para resolver
los problemas que el exterior impone. Sin embargo, desde los década de 1970,
50
Olías de Lima Gete, Blanca (coord.). La Nueva Gestión Pública. Madrid, Prentice Hall, 2001, p. 3.
51
Echevarria, Koldo y Mendoza, Xavier. Op. cit., p. 17.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
44 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
Gestión Pública comenzó a ser usada como antónimo de administración,
precediendo e inspirando a la corriente anglosajona del nuevo management
público. 52 En España, por ejemplo, existe una corriente muy amplia de
investigadores que se inclinan más por este vocablo, que por el de Gerencia
Pública, debido a que se considera una palabra más adecuada a la formación
iberoamericana.
1.3 Conceptualización de la gestión pública
La gestión pública proviene de la palabra latina gestio-onem, por lo que el gestor
es un procesador, un hacedor de acciones. En español, el vocablo gestión ha
sido usado generalmente como sinónimo de administración.53 La voz gestión
pública se encuentra precedido de otros conceptos que le dan su origen:
el public management y la gerencia pública. Incluso, para algunos estudiosos se
puede usar indistintamente la palabra Gerencia Pública y Gestión Pública.54 Se
ha llegado al extremo de quienes sostienen que es más deseable el uso del término
gerencia, debido a que es más flexible y ágil que el de administración.55
Para distinguir entre “administración pública” y “gestión pública”, dada la
confusión existente entre ambos conceptos, es indispensable clarificar las
52
Guerrero, Omar. “El ‘Management’ Público: una Torre de Babel”. Op. cit. p. 29.
53
Ibid, p. 28.
54
Cabrero Mendoza, Enrique. “Estudio Introductorio”. Op. cit. p. 23.
55
Guerrero, Omar. “El ‘Management’ Público: una Torre de Babel”. Op.cit. El autor señala que en un seminario en
Chile, un conferencista sugería el cambio de la voz gerencia por el de administración.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 45
José Juan Sánchez González
distinciones entre prácticas concretas y formulaciones teóricas. En el contexto
académico de los Estados Unidos existe una clara distinción entre “public
administration” y “public management”, como vocablos que se asocian con
significados diferentes respecto de la acción administrativa.56
Para Ospina (1993), la administración pública connota una orientación tradicional
centrada en la aplicación de funciones administrativas genéricas con cierto grado
de pasividad y orientado hacia el statu quo. Esta concepción de la administración
como disciplina aplicada y basada en la utilización mecanicista de conceptos
administrativos tradicionales, es una de las percepciones más comunes que se
presentan para atacarla, aunque habría que decir que no se presentan los
argumentos concretos para su detrimento.
Mientras la gestión pública connota una orientación más agresiva, orientada a la
acción y a la solución creativa de los problemas de la administración dentro de
un contexto de innovación y con la ayuda de instrumentos racionales. Según
Ospina (1993) ésta es una concepción más integral, basada en la aplicación de
conocimientos y técnicas modernas, apoyadas por ejercicios de reflexión
sistemática de la práctica profesional en el contexto del trabajo.
56
Ospina Bozzi, Sonia M. “Gestión, Política Pública y Desarrollo Social: hacia la Profesionalización de la Gestión
Pública”. Gestión y Política Pública. México, CIDE, vol II. No. 1, enero-junio, 1993, p. 39.
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46 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
Propongo utilizar el término gestión pública para referirnos a la acción o práctica
social desempeñada por profesionales en posiciones de responsabilidad con
relación a la toma de decisiones en organizaciones públicas.57
Por su parte, Metcalfe (1999) sostiene que debe diferenciarse a la gestión y al
control, ya que se utilizan como sinónimos. Una diferencia clave es que
administrar no es controlar. Cuando se necesitan respuestas no rutinarias es cuando
el control resulta inoperante y entran en el juego las características de la gestión:
ingenio, creatividad, riesgo y resolución de conflictos.58
La gestión es una categoría intermedia. Supone la aceptación de la responsabilidad
de dirigir un sistema cuando no es posible el control, y cuando los procesos
ecológicos espontáneos producen resultados poco satisfactorios. Es un proceso
de adaptación que avanza por experimentación, aprendizaje e innovación en
un entorno cambiante. No es la promulgación de un programa preconcebido ni
la aplicación de normas. La gestión es un concepto que puede aplicarse en el
gobierno con mayor amplitud que el control, precisamente porque las políticas
requieren una cooperación intensa y prolongada entre muchas organizaciones.
Por eso mismo es difícil, ya que requiere una acción común en presencia de
intereses organizados diferentes y quizá opuestos.
57
Ibidem. “En contraste, al hablar de administración pública me refiero al conjunto de teorías y conceptos que se
derivan de la larga tradición de reflexión intelectual basada en las disciplinas académicas y a la profesión de
quienes están involucrados en problemas de gestión del sector público”.
58
Metcalfe, Les. “La Gestión Pública: de la Imitación a la Innovación”. En Losada Marrodán, Carlos. ¿De Burócratas
a Gerentes? Las Ciencias de la Gestión Aplicadas a la Administración del Estado. Washington, Banco Interamericano
de Desarrollo, 1999, p. 54.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 47
José Juan Sánchez González
(...) Si la gestión en general consiste en saber hacer algo por intermedio de las
personas, la gestión pública consiste en saber hacer algo por intermedio de otras
organizaciones. (...) La gestión pública suele implicar el entendimiento de la
compleja y delicada tarea de aceptar la responsabilidad de dirigir una red
interinstitucional. La coordinación entre organizaciones que son formalmente
autónomas pero funcionalmente interdependientes es una de las claves para
conseguir la eficacia en la gestión pública.59
En ese sentido, Bozeman (1993) señala que en los últimos años, el término gestión
pública se ha presentado como antagónico, sustituto o sinónimo de administración
pública. Pero han surgido ciertos temas específicos, artículos, libros e
investigaciones que nos dicen qué es nuevo y diferente en la gestión pública.
La investigación de la gestión pública entraña un enfoque en la estrategia (no en
el proceso empresarial), en las relaciones interorganizacionales (no en las
relaciones intraorganizacionales) y en la intersección de las políticas y la gestión
públicas.60
La gestión pública se ha intentado definir de muy diversas maneras. Uno de
estos intentos recientes la concibe como un “conjunto de decisiones
de coordinación y motivación de las personas para alcanzar los fines de la
59
Ibid, p. 54. Sobresaltado mío.
60
Bozeman, Barry. La Gestión Pública y su Situación Actual. Op. cit. p. 7.
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48 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
organización estatal (eficiencia y equidad) dentro de las restricciones del marco
jurídico-político”. Siendo considerada gestión debido a que involucra a un
“conjunto de decisiones dirigidas a motivar y coordinar a las personas para
alcanzar metas individuales y colectivas” y es pública “por la naturaleza de sus
fines y el marco jurídico-político en el que se desenvuelve”.61 El entorno jurídico-
político en el que se desenvuelve supone ciertas restricciones respecto del
sector privado pero también un conjunto de recursos propios y singulares para
crear valor público.
Por su parte, Uvalle (1998) sostiene que la gestión pública no es en sí una teoría
del gobierno, aunque realiza aportaciones a su funcionamiento y operación
cotidiano. Su ventaja reside en la creación de capacidades que se orientan para
que los gobiernos sean más eficientes.62
En este caso, gestión pública significa conducir, controlar, manipular, realizar.
Pero como categoría de análisis referida a la complejidad del gobierno y la
administración pública, significa saber conducir un país, una sociedad, una
comunidad. Por tanto, la gestión pública se relaciona con los proyectos de vida
que se formulan de manera política y pública. Se vincula con lo que es la sociedad
contemporánea y hacia quienes quiere llegar. Se vincula con los cambios
institucionales que las sociedades viven, como las reformas, las reinvenciones,
las reconvenciones y las re-estructuraciones.63
61
Albi, E., González-Páramo, J.M. y López Casanovas, G. Gestión Pública. Fundamentos, Técnicas y Casos. Barce-
lona, Ariel, 1997, pp. 20-21.
62
Uvalle Berrones, Ricardo. “El carácter Multifacético de la Gestión Pública”. Revista IAPEM, México, IAPEM,
No. 37, enero-marzo 1998, p. 19.
63
Ibid, p. 17.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 49
José Juan Sánchez González
De este modo, la gestión pública orientada al núcleo de las políticas de gobierno
debe proporcionar las capacidades tecnológicas, organizativas y funcionales para
que las decisiones y las acciones de gobierno tengan no sólo la lógica
argumentativa, sino la consistencia en el momento de su implementación.64 Otro
autor señala que es necesario delimitar su contenido:
pero limitaríamos el concepto de gestión pública al universo de las organizaciones
públicas y excepcionalmente algunas privadas que por su naturaleza o situación
particular de vinculación a la sociedad y a la opinión de ésta (accountability),
pudieran considerarse cercanas a la gestión pública.65
La categoría gestión pública tiene diferentes acepciones.66 Se vincula en un primer
momento a la noción de gobierno. El gobierno es el sistema de dirección que
conduce con base en la institucionalidad a la sociedad. En un segundo momento,
la gestión pública alude a un buen gobierno, el cual pretende lograr el interés
público en la búsqueda de una vida de civilidad donde sobresalen el goce de las
libertades civiles y políticas, así como un constante mejoramiento de la calidad
de vida en favor de los individuos, grupos y regiones. En un tercer momento, la
64
Ibid, p. 21. “No hay lugar pues, para minimizar la gestión pública con los valores del gerencialismo
privado, dado que su contexto tiene horizontes públicos de gran envergadura y de complejidad
incuestionable. Un reto fundamental de la gestión pública es saber conjugar con acierto los valores de la
democracia y la eficiencia”.
65
Cabrero Mendoza, Enrique. Del Administrador al Gerente Público. México, INAP, 1997, p. 129.
66
Uvalle Berrones, Ricardo. Las Transformaciones del Estado y la Administración Pública en la Sociedad
Contemporánea. México, IAPEM, 1997, pp. 51-52.
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50 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
gestión pública es punto nodal de la capacidad de gobierno. Permite cubrir
necesidades económicas, políticas y sociales, así como atender los procesos de
cambio y la democratización del poder. Por último, la gestión pública tiene
relevancia una vez que la reforma del Estado como tendencia mundial da lugar
a una nueva configuración del Estado.
La gestión pública puede definirse como el conjunto de aptitudes que tienen por
objeto conservar la organización del Estado, tomando en cuenta su diversidad
territorial, demográfica, económica, política y social para proporcionar que sus
facultades, sistema volitivo y vitalidad institucional se conjuguen para asegurar
su pervivencia óptima.67
La acción del gestor público siempre trasciende sus fronteras internas para alcanzar
otras organizaciones públicas y privadas en redes que pueden generar su servicio.
Si se ha definido al management como el arte de conseguir que las cosas se
hagan a través de otros, el management público implica conseguir las cosas
mediante otras organizaciones públicas.
La gestión pública, el management público en su caso, implica, entonces, tomar
responsabilidad por la acción del sistema público en toda su complejidad,
abarcando todo el proceso de políticas públicas, trayectoria que va desde la
declaración hasta la ejecución de las políticas públicas. Y esta acción implica
67
Ibid, p. 52.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 51
José Juan Sánchez González
siempre trabajar en redes sectoriales e intersectoriales, con otras organizaciones
públicas y privadas.68
El concepto de gestión pública hace referencia al Estado como un sistema
construido por la sociedad para producir servicios bajo el criterio del interés
público. En su construcción están presentes valores sociales que superan al interés
específico de sectores o grupos aislados. En este marco, la gestión pública no es
sólo el producto final, el servicio público o la prestación. Con la gestión de los
organismos públicos se produce igualdad, justicia, equidad y solidaridad. Esta
presencia de valores le dan el carácter público a la gestión de las instituciones
gubernamentales.69
Cabe señalar que para la Organización de las Naciones Unidas la gestión pública
se podía mejorar mediante los servicios de la Organización y Métodos (O y M).
En un documento de 1980, señala que para una buena gestión pública se requiere:
1) la sistematización de toda la estructura de los servicios públicos; 2) el
establecimiento de unas organizaciones viables y eficaces; 3) la asignación de
recursos financieros y humanos adecuados; 4) la formación y la capacitación
del personal y 5) la coordinación de las operaciones de la administración pública,
que están cada vez más diferenciadas y fragmentadas.70
68
Alvarez Madrid, José. “La Gestión de Políticas Públicas y la Naturaleza de la Gerencia Pública: una Referencia al
Caso Chileno”. Reforma y Democracia. Caracas, CLAD, No. 6, julio de 1996, p. 168.
69
Etkin, Jorge. Política, Gobierno y Gerencia de las Organizaciones. Buenos Aires, Prentice Hall,
2000, p. 323.
70
Organizaciones de las Naciones Unidas. Manual de Mejoramiento de la Gestión en la Administración Pública.
Nueva York, Departamento de Cooperación Técnica para el Desarrollo, 1980, p. 5.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
52 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
Por otra parte, otra definición de gestión pública señala que es una idea referida
sobre todo a la organización. De ella se desprende una actividad interna de
índole económica, ética y técnica, antes de manifestarse como la respuesta
gubernamental a demandas sociales o procesos administrativos internos. La
gestión pública, en tal sentido, es equiparable a la función pública.71
En suma, una vez revisado las diversas interpretaciones en torno a la definición
del objeto de estudio, sugiero dos acepciones: como campo de estudio en el
nivel teórico (Gestión Pública); y como actividad en el terreno práctico (gestión
pública), en los términos siguientes:
1. La Gestión Pública es el campo de estudio que representa una “orientación”
de un mismo objeto de estudio: la Administración Pública. No es una ciencia
debido a que no tiene objeto de estudio propio o que le sea exclusivo, por lo
tanto, tiene un incipiente desarrollo en su campo de estudio. No obstante, es un
conjunto de investigaciones basadas en estudios de casos y con predominancia
empírica, aplicable e institucional.
2. La gestión pública es la parte más dinámica de la administración pública,
que se define como el conjunto de actividades, acciones, tareas y diligencias
que se realizan para alcanzar los fines del interés público, tanto al interior de la
operación de una organización pública, como en el exterior mediante la
interrelación con otras organizaciones gubernamentales.
71
Anaya Cadena, Vicente (coord.) Diccionario Política, Gobierno y Administración Pública Municipal. México,
Gobierno del Estado de Tlaxcala, Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública, A.C., 1997, p. 189.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 53
José Juan Sánchez González
En estas propuestas de definición mínimas se destaca la naturaleza dinámica y
aplicativa de la gestión pública; su marcada intención de alcanzar el interés
público como elemento central para recuperar el carácter ”público” de la propia
gestión; que forma parte del objeto de estudio de la Administración Pública. Por
ello, no tiene objeto propio y por lo tanto, no es una ciencia, sino en realidad se
trata de una orientación del estudio del objeto.
1.4 Enfoques de la gestión pública
La investigación de la gestión pública, como término que sirve para describir el
estudio y la práctica de hacer que funcione un gobierno, se ha convertido en
refugio de toda clase de pícaros, nos dice Kettl (1993).72 Hay algunos que
encuentran la gestión pública mucho más atractiva que el estudio tradicional de
la administración pública. Hay analistas que ven en la investigación de la gestión
pública un enfoque más positivo que el producido por el estudio de las
aplicaciones. Existen teóricos de la organización que encuentran atractiva la
búsqueda de soluciones prácticas al problema de la administración pública. Hay
quienes han emigrado al estudio de los fenómenos del sector público, llegando
de las escuelas de comercio; algunos otros buscan soluciones a problemas que
el análisis de las decisiones ha dejado sin respuesta, y muy pocos buscan teorías
generalizables a partir de su experiencia práctica.
72
Kettl, Donald F. “En Busca de Claves de la Gestión Pública: Diferentes Modos de Cortar una Cebolla”. Bozeman,
Barry (coordinador) La Gestión Pública. Su Situación Actual. México, Colegio Nacional de Ciencias Políticas y
Administración Pública, Universidad Autónoma de Tlaxcala, F.C.E., 1993, p. 100.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
54 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
Aunque existen diversas interpretaciones, para Bozeman (1998) la gestión pública
como campo de estudio y enseñanza educativa parece haber surgido a finales
de los años de 1970 y comienzo de 1980 en dos instituciones muy distintas:
las escuelas de políticas públicas (el enfoque P) y las escuelas comerciales
(el enfoque B). Mientras que el enfoque P, enfatiza el estudio del management
como complementario del estudio de las políticas públicas, al que se le traduce
en español gestión pública. Por su parte, el enfoque B, el cual recupera los
conceptos básicos de la administración de empresas, no establece una distinción
entre las esferas públicas y privadas, este enfoque corresponde a la denominada
gerencia pública.73 Ver cuadro.
Cuadro No. 1.1
Diferentes enfoques de la gestión pública
Enfoque Descripción Denominación
Enfoque P Producto de las escuelas de Políticas Públicas y de la Gestión Pública
Asociación para el Análisis y la Gestión de Políticas
(literatura que se publica en el Journal of Policy Analysis
and Management).
Enfoque B Proviene de la administración de empresas y del esfuerzo Gerencia Pública
de la Sociedad Americana para la Administración Pública
(literatura publicada en la Academy of Management
Review, Public Administration, Research and Theory y
Public Administration Review).
Fuente: Elaboración propia con base en las ideas de Enrique Cabrero, Op. cit. p. 24.
73
Cabrero Mendoza, Enrique. Del Administrador al Gerente Público. Op. cit. p. 21.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 55
José Juan Sánchez González
La idea principal es que hay dos gestiones públicas rivales: la versión de la escuela
de políticas públicas y la versión de la escuela comercial. A fines de la década de
los setenta surgieron casi al mismo tiempo dos enfoques considerablemente
distintos de la gestión pública; uno de ellos provenía de la orientación de la
escuela de políticas públicas (el enfoque P), mientras que el otro influido por
las ideas de comercio y los avances ocurridos en la administración
pública (enfoque B).74
Ambos enfoques tienen una misma raíz (el management) pero por el tratamiento
de sus herramientas de análisis, los resultados y sus implicaciones teóricas y
prácticas tienen diversas repercusiones en la administración pública. Analicemos
su contenido y alcances de cada uno de estos enfoques.
Con base en este ideario de enseñanza, se entiende porque el enfoque de negocios
(P) se considere como el lado “blando”, en tanto que el enfoque de policy (P)
implica el lado “duro”. Bozeman opina que los temas fuertes del enfoque basado
en policy residen en el reconocimiento de la importancia del análisis de estos
aspectos del management, el aprendizaje basado en la experiencia de los
practicantes, la preocupación por destilar las lecciones y trasmitirlas de un modo
fácil de comprensión y la promoción del diálogo entre funcionarios y los
estudiosos del management.75
74
Barry, Bozeman (coord.) La Gestión Pública. Su Situación Actual. Op. cit., pp. 37-38.
75
Guerrero, Omar. Teoría Administrativa del Estado. Op. cit., pp.163-164.
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56 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
1.4.1 Enfoque de políticas públicas “P”
Las escuelas de políticas públicas se fundaron, en parte, como rechazo directo a
la administración pública tradicional. No obstante, desarrollaron un conjunto
de principios y supuestos teóricos que gradualmente constituyeron las Ciencias
de Políticas (policy science). Las escuelas de políticas públicas se orientaron
más al análisis cuantitativo formal, aplicado sobre todo a la economía. Sin
embargo, estas escuelas comenzaron a reconocer cada vez más una grave
limitación: en el sector público había poca demanda de análisis cuantitativo
formal, o de “gran diseño” de las políticas. En cambio, existía una gran demanda
de gestión. Como una solución se inventó la gestión pública.76 El profesorado de
las escuelas de políticas públicas empezó a emplear el término gestión pública y
a reflexionar acerca de los programas escolares de gestión pública.
Desde sus azarosos comienzos, la gestión pública guiada por las escuelas de
políticas públicas empezó a cristalizar y adquirir su propia identidad. El enfoque
se ha centrado en la llamada gestión de las políticas de alto nivel. El interés no
recae en la administración cotidiana de las dependencias, ni siquiera en la gestión
estratégica de las mismas, sino, antes bien, en la función del administrador
(o ejecutivo político) en las políticas de alto nivel.77
76
Ibid, p. 38. “Resulta significativo que casi ninguna de las personas que salieron de la escuela de políticas como
‘especialistas en gestión pública’ tuviese antecedentes o siquiera una identificación con la administración pública.
Algunos eran economistas ‘renegados’. Otros eran más practicantes que académicos. Otros eran politólogos de
orientación institucional”.
77
Ibid, p. 39.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 57
José Juan Sánchez González
Bozeman señala que la bibliografía que ha originado el enfoque P es en gran
parte ateórica, no cuantitativa y acumulativa de conocimiento, se orienta hacia
reglas prescriptivas basadas en la práctica. El método de investigación preferido
también es el método de enseñanza predilecto: el análisis de estudios de casos.
Por lo anterior, se reconoce que la gestión pública guiada por la escuela de
políticas fue más la respuesta a un problema que una idea o una oportunidad.
Destaca que este enfoque busca participar en el nivel macroadministrativo de
las políticas de alto nivel, mientras que tradicionalmente la gestión pública se
refiere al ámbito microadministrativo.
1.4.2 Enfoque de negocios “B”
El enfoque de negocios se encuentra más identificado con la administración
pública tradicional, por lo que asumen a la gestión pública como guiada por las
escuelas de comercio, de negocios o empresariales. Las personas identificadas
con este enfoque, han enseñado en las escuelas de negocios, fueron preparados
en esas instituciones o en programas de gestión “genéricos”.78
Este enfoque tiene varias características que lo hacen diferente del enfoque de
políticas públicas. En primer lugar, el enfoque B está dispuesto mucho más
favorablemente a los conceptos de las disciplinas comerciales, de negocios y
empresariales. En segundo lugar, mientras que la mejor manera de resumir el
78
Ibidem.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
58 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
enfoque P es mediante la frase de Wallace Sayre que se repite con frecuencia:
“Las organizaciones públicas y privadas son similares en todos los aspectos no
importantes”, el enfoque B hace distinciones menos marcadas entre los sectores
público y privado, o bien reconstruye esas distinciones.79
El enfoque B se caracteriza por los siguientes elementos: mayor orientación hacia
la investigación y la teoría; aptitud para adaptar y difundir métodos, técnicas y
teorías procedentes de diversas disciplinas; incorporación de análisis comparados
más elaborados, cuyas bases son tanto las experiencias de la gestión pública y
privada; orientación hacia la gestión estratégica; interés por cuestiones de proceso,
y atención en el funcionario de carrera, más que en la del ejecutivo político.80
Este enfoque se preocupa mucho más por desarrollar la teoría empírica y gran
parte de la investigación se ha centrado en identificar y explicar las diferencias
entre las organizaciones públicas y privadas. Pese a su creciente interés por la
gestión estratégica e interorganizacional, este enfoque sigue más orientado hacia
la gestión de los procesos. Así, los temas relacionados son diseño de
organizaciones, personal, presupuesto, finanzas, entre otros, les interesan a los
partidarios de este enfoque. Por el contrario, el proceso recibe poca atención en
el enfoque P, que en cambio subraya el proceso de la elaboración, análisis,
diseño e implementación de las políticas públicas y la política. A manera de
79
Allison, Graham. “Public and Private Management: are they Fundamentally Alike in all Unimportant Respects?”
En Richard Stillman (ed.), Public Administration: Concepts and Cases. Boston, Houghton Mifflin,1988, p. 283.
80
Guerrero, Omar. Teoría Administrativa del Estado. Op. cit., p.167.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 59
José Juan Sánchez González
análisis comparativo se presenta en el siguiente cuadro, los puntos fuertes y los
puntos comunes de ambos enfoques.
Cuadro No. 1.2
Cuadro de puntos fuertes y comunes de los enfoques
Puntos fuertes “P” Puntos fuertes “B” Puntos comunes
• Reconocimiento de la • Mayor orientación hacia la • La preocupación por algo
importancia del análisis de investigación y la teoría; más que la administración
las políticas para la gestión • Capacidad de adaptar y interna de las dependencias
pública; difundir métodos, técnicas (gestión externa);
• Aprendizaje basado en la y teorías de una variedad de • Respeto a la función de la
experiencia de los practi- disciplinas; política en la administración
cantes; • Incorpora comparaciones pública;
• Preocupación por destilar cada vez mejor desarro- • Una orientación pres-
lecciones y transmitir de una lladas, basadas en la criptiva e interés por mejorar
manera fácil de compren- experiencia de la gestión la eficiencia administrativa, y
der, y pública y la privada; • Aprecio del aprendizaje
• Promoción del diálogo • Orientación hacia la por experiencia, como se
entre administradores gestión estratégica; refleja en el empleo del
experimentados o ejecu- • Preocupada por cuestiones estudio de casos al enseñar
tivos políticos y estudiosos de proceso, y la gestión pública.
de la gestión pública. • Mayor concentración en el
administrador público de
carrera que en el ejecutivo
político.
Fuente: Elaboración propia con base en las ideas de Enrique Cabrero, Op. cit. p. 41.
La mayor parte de las ventajas de los respectivos enfoques no son, en principio,
mutuamente excluyentes. Podría ser factible una síntesis que tomara lo mejor de
cada enfoque, lo que permitiría contar con un enfoque integral en la gestión
pública.81 Más que defender alguno de los dos enfoques, estos muestran la
81
Ibid, p. 40. Bozeman concluye: “El enfoque B tiene nexos más poderosos con la administración pública, mientras
que el enfoque P se aparta de ella”.
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60 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
complejidad de la voz management, en los asuntos de la administración pública
y diversos usos del concepto de gestión pública en el ámbito del sector público.
Cabe señalar, que en esta investigación se destaca el uso de la gestión pública
como una alternativa a las necesidades de los países iberoamericanos, que
encuentran más respuestas en los enfoques de las políticas públicas que en los
matices gerenciales privados. Sin embargo, el impulso inicial del enfoque B como
gestión pública en dichos países, se convirtió en un paradigma que rápidamente
fue empleado para generar algunas reformas de sus gobiernos.
1.5 El método de la gestión pública: El análisis de casos
El método de investigación más común en la gestión pública es el análisis de
casos. No es el único método de estudio, pero es quizás el más empleado. Behn
(1993) 82 identifica diversos métodos de investigación en la gestión pública,
entre los que destacan los siguientes:
1. La investigación experimental: es la más auténticamente científica de estas
estrategias, pues es la que más acerca a nuestro concepto de ciencia. Un ejemplo
son los experimentos realizados en la Western Electric de Hawthorne.
82
Behn, Robert D. “La Investigación de Análisis de Casos y la Eficiencia Administrativa: Cómo Guiar a las
Organizaciones a la Cima de Dunas de Arena”. Barry, Bozeman (coord.) La Gestión Pública. Su Situación Actual.
México, Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública, Universidad Autónoma de Tlaxcala,
F.C.E., 1998, pp. 81-99.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 61
José Juan Sánchez González
2. La investigación por cuestionarios: en la gestión pública ha evolucionado
una tradición de investigaciones por cuestionarios, pues ofrece la oportunidad
de hacer el mismo tipo de pruebas estadísticas que da su atractivo a la
investigación experimental. Sin embargo, se ha dicho que toda ciencia se divide
en dos categorías: la de coleccionar mariposas y la física. Investigar por medio
de cuestionarios se parece mucho a coleccionar mariposas
3. La investigación del administrador-filósofo: muchos administradores no
sólo han tratado de escribir acerca de sus experiencias para reflexionar sobre
ellas en un esfuerzo de crear ideas que sean de valor práctico para otros
administradores. El ya prolongado linaje de los administradores-filósofos incluye
a Taylor (1914), Cooke (1918), Fayol (1916), Dennison (1931) y desde luego,
Barnard (1938).
4. La investigación de “gedanke” (gran cerebro): toda investigación tiene
algún tipo base empírica, pero quienes practican la investigación de “gedanke”
(gran cerebro) dependen de la lógica como de una labor empírica detallada y
específica. Max Weber, Herbert Simon y Charles Lindblom realizaron una labor
empírica; pero tal vez se les recuerde más por sus ideas teóricas que desarrollaron
y explicaron por medio de la razón y de la observación.
5. La investigación por observación: esta investigación parte de una pregunta
básica: ¿qué hacen en realidad los administradores públicos? Aun para quienes
no se dedican a esta profesión es relativamente directo obtener una respuesta a
esta pregunta. Sólo tenemos que observar a algunos administradores en acción.
Por ejemplo Mintzberg, Kotter (1982) y Kaufman (1981).
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62 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
6. La investigación más utilizada por la gestión pública son los estudios de
casos. Existen estudios de caso que han servido de base para cambiar los supuestos
teóricos de la administración pública y privada. Han representado el punto de
partida de nuevas orientaciones en el campo disciplinario.
El método de investigación de la gestión pública, para Behn (1998) sugiere tomar
distancia respecto al hecho de considerar el estudio de casos como la panacea,
dada su fragilidad como vía de generación del conocimiento sistemático y
verificable.83
Este método produce información empírica “casual”, no es del todo confiable,
es una fuente de información poco sólida y riesgosa; los análisis de casos no
demuestran ni prueban nada.84
Con estos argumentos se desmitifica un método de trabajo que, aun cuando está
muy extendido en la investigación en las Ciencias Sociales, no siempre es
analizado a partir de sus limitaciones. En todo caso se trata de un método “blando”
de investigación. Mientras que los métodos “duros” como el experimental y otros
similares no son fácilmente aplicables a una realidad en constante interacción y
movimiento como sucede con la Administración Pública, es necesario revalorar
el método de estudio de casos entre otros posibles de ser utilizados.
83
Ibid, p. 99.
84
Cabrero Mendoza, Enrique. “Estudio introductorio”. Op. cit. p. 27.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 63
José Juan Sánchez González
La investigación de análisis de casos pretende mostrar lo que puede funcionar:
ayuda a descubrir las combinaciones y permutaciones de tácticas, enfoques,
estrategias, conceptos e ideas administrativas que pueden auxiliar a los
administradores públicos, en situaciones diversas para reproducir dichas
experiencias y producir resultados útiles. Mediante el examen cuidadoso de
administradores públicos eficientes en acción, el método de casos puede descubrir
la manera en que diversos dirigentes logran hacer frente a problemas particulares
del modo que mejor cumplan las funciones de la organización.85
En el método de casos el especialista examina un sólo ejemplo de administración
pública con bastante profundidad. En ocasiones, el estudio se enfoca a un dirigente
en particular. Otros estudios se centran en un grupo de gestión o bien a toda una
organización. Ejemplos de métodos de casos exitosos son el examen al Forest
Service de los Estados Unidos (1960), realizado por Kaufman y el estudio clásico
del Tennessee Valley Authority (1949) elaborado por Selznick.
De acuerdo con Behn (1993) el método de casos se fundamenta, sobre todo, en
la suposición de que si quiere crear una teoría acerca de una práctica eficaz, se
deben comprender muchas observaciones de dicha práctica. Si en realidad
se desea saber cuál es la mejor manera de llevar una organización a la cima, se
tendrá que observar los esfuerzos de muchas organizaciones para ascender a
dicho lugar. Luego se tendrá que unir todos los aspectos comunes de éxito e
85
Behn, Robert D. Op. cit. p. 81.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
64 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
intentar crear un marco teórico para explicar estos éxitos limitados y
condicionantes.86
Éste es, pues, el valor de la investigación del análisis de casos: ensancha el
repertorio profesional de los administradores públicos y su comprensión de
cuándo y cómo podrá ser útil cada herramienta de su repertorio. Si los estudiosos
pueden exponer no sólo casos que ilustren nuevos instrumentos para el repertorio
del administrador bien preparado, sino también análisis que expliquen los
principios subyacentes en cada instrumento, esos investigadores podrán prestar
un servicio útil. Ayudarán a los administradores públicos a descubrir cómo lograr
que sus organizaciones asciendan a lo más alto de las dunas de arena.87
En realidad, el enfoque de management se centró en la gerencia de políticas
públicas de alto nivel, debido a que su interés no recae en la administración
cotidiana de las oficinas gubernamentales, ni tampoco en el manejo estratégico
de éstas, sino en la función de quien maneja o del ejecutivo político que hace
las policies de alto nivel. El sustento de la investigación y docente de este concepto
no es propiamente teórico, sino que se orienta hacia reglas prescriptivas basadas
en la práctica administrativas. Por consiguiente, el método de investigación
preferente es también el método de enseñanza dilecto, es decir, el análisis de
estudios de casos.88
86
Ibid, p. 94.
87
Ibid, p. 99.
88
Guerrero, Omar. Teoría Administrativa del Estado. Op cit., p.163.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 65
José Juan Sánchez González
El método de casos es una herramienta limitada a la que no se debe pedir más de
lo que ofrece. Entre sus beneficios se encuentra el hecho de que permite acumular
fragmentos de información sobre la realidad, además, que posibilita estudiarla
con profundidad. A partir de ello, manteniendo cautela y rigor en el análisis, es
posible dar un salto en la generación de conocimiento una vez que se han
acumulado experiencias suficientes para inducir comportamientos. Aunque el
método de casos no brinda las mejores soluciones o alternativas a elegir en la
práctica, sí amplia el repertorio de opciones y sugiere itinerarios ya recorridos
que pueden llevar a soluciones ya probadas. Aunque, para Cabrero (1998), el
método de casos puede seguir siendo útil para la gestión pública, aún a pesar de
sus limitaciones teóricas.
1.6 ¿Es la gestión pública una ciencia?
La respuesta a esta pregunta es indispensable explorarla conforme al desarrollo
conceptual de la gestión pública. Tanto en el origen de la gestión pública como
paradigma teórico, también existe al igual que con su definición, la misma
confusión. Bozeman (1993) lo refiere en los siguientes términos:
Lo turbio de los orígenes de la gestión pública contrasta con los de la
administración pública y la teoría burocrática. Como campo de estudio
autoconsciente, la administración pública se remonta a Woodrow Wilson y a
sus conceptos -fascinadoramente ambiguos- acerca de la dicotomía entre política
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
66 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
y administración. El estudio de la burocracia en toda forma parece empezar con
Max Weber y su arquetipo.
Los orígenes de la gestión pública quedan oscurecidos por el hecho de que esta
disciplina es producto de la evolución institucional más que del desarrollo
intelectual.89
Por ello, los dos enfoques de la gestión pública –como tal y como gerencia
pública- aún no han logrado constituirse en un núcleo vital, para conformarse
en una verdadera síntesis que permita aglutinar conocimiento acumulado,
ordenado y sistematizado que pueda constituirse en teoría. El resultado es una
acumulación de estudios vagamente relacionados para conformar una orientación
común que impide afirmar que se trata de una cuerpo disciplinario de pleno
derecho. Incluso en la actualidad queda en discusión la posibilidad siquiera de
una teoría de la gestión pública en sentido estricto, debido a que no existe el
conocimiento acumulado necesario para ordenarlo y sistematizarlo para que
pueda constituirse en principios generales, relaciones causales consistentes y
leyes de aplicación general. Solo puede hablarse del estudio de la gestión pública,
no de una teoría debidamente constituida.
La naturaleza del origen de la gestión pública explica en parte las carencias
teóricas en su desarrollo; parecería que la disciplina se ha tenido que desarrollar
89
Bozeman, Barry (coord.) La Gestión Pública. Su Situación Actual. Op. cit., p. 37. Subrayado nuestro.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 67
José Juan Sánchez González
más rápidamente en el seguimiento de la realidad, el análisis de experiencias de
gestión y el estudio de casos, que en la conceptualización y clarificación
de categorías para la interpretación de dicha realidad. (...) se reconoce que este
campo es más intuitivo, empírico y descriptivo de lo que sería deseable desde la
perspectiva de una ciencia social.90
El enfoque de la gestión pública parte del supuesto de que la burocracia es un
cuerpo compuesto de seres humanos, diferentes de organización a organización,
actuando sobre contextos particulares y que tienen agendas organizacionales
diferentes. La burocracia es un cuerpo pluriorganizacional que tiene una variedad
de dimensiones sociales. Debe reconocerse que no se puede buscar generalizar
el comportamiento burocrático, pero en cambio se puede estudiar cómo actúa
de manera concreta, en contextos específicos y sobre ello se pueden proponer
mejoras.91
Uno de los mayores problemas con el management es que es un movimiento
que ha rechazado sistemáticamente las reservas de la Administración Pública y
la Ciencia Política sobre la creación de una nueva teoría en el orden
administrativo. Ahora su reto es tratar de conservar su existencia y por lo mismo
conformar su propia identidad.92 De no lograrlo, el management se convertirá
en una moda pasajera como muchas en el estudio de la Administración Pública.
90
Ibid. p. 25.
91
Arrellano, David. Op. cit. p. 37-38.
92
Guerrero, Omar. Teoría Administrativa del Estado. Op. cit., p.163.
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68 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
En cuanto al pretendido carácter científico de la gestión pública y la creación de
teoría, sus propios representantes tienen serias dudas al respecto. Rainey (1993)
prefiere no profundizar en torno a la supuesta teoría de la gestión pública, por lo
que considera necesario pasar de la reflexión a la producción de una teoría de la
gestión pública.93 Laurence Lynn Jr. (1993) intenta conciliar práctica y teoría, al
afirmar que la utilidad de que los administradores públicos recurran a la teoría
es esencial para la fijación de adecuadas políticas públicas, pero señala que los
trabajos acumulados por esta corriente han sido poco sistemáticos y con
investigación teórica casi nula.94 Por su parte, para James L. Perry (1993) la
teoría de la gestión pública debe propiciar “generalizaciones útiles y prácticas”
para que los administradores públicos las pongan en práctica.95 Este autor
reconoce que una de las debilidades de la gestión pública es su marcada
orientación hacia los niveles directivos y que desconocen a los otros niveles de
decisión y operación.96 Concluye diciendo que la teoría de la gestión pública
93
“Me abstengo de comentar lo que es la teoría de la gestión pública y lo que debería ser. Muchos eruditos han
dedicado tiempo, energía y tinta al análisis de lo que es y de lo que debería ser la administración pública, y a
cuestiones similares, como, por ejemplo, si esta disciplina cuenta ya con un fondo adecuado de investigación y
teoría”. Rainey, Hal G. “Preguntas Importantes para la Investigación”. Bozeman, Barry (coord.) Op. cit. p. 45.
94
“El papel de la teoría en el ámbito profesional de la gestión pública consiste en ayudar a los administradores y a
sus asesores a hacer que una inteligencia crítica y analítica se involucren en el diseño y la elección de las disposiciones
institucionales necesarias para alcanzar las metas de las políticas públicas. (...) La teoría en la gestión pública dará
buen uso a la experiencia de las administradores públicos (basándonos en el concepto de que los administradores
públicos harán un trabajo mejor si estudian las experiencias reales de sus colegas en circunstancias similares).
También se basará en las disciplinas académicas dedicadas a explicar la conducta y la elección (sobre la base de
que la realidad administrativa suele ser demasiado compleja para poder verla adecuadamente a simple vista).”
Lynn, Laurence E. “La Teoría en la Gestión Pública” Bozeman, Barry (coord.) Op. cit. p. 49.
95
“¿Qué debe tratar de aportar la teoría de la gestión pública? En pocas palabras, darnos generalizaciones útiles y
prácticas sobre cómo deben actuar los administradores públicos en diversas situaciones. La frase “útiles y prácticas”
pretende sugerir que la teoría de la gestión pública debe ser pertinente y orientada hacia problemas concretos.”
Perry, James. “La Teoría de la Gestión Pública: ¿Qué es? ¿Qué debería ser?” Bozeman, Barry (coord.) Op. cit. p. 53.
96
“La teoría de la gestión pública debe hablar a todos los administradores públicos, no sólo a los que se encuentran
en la cúspide estratégica de las organizaciones públicas. (...) La teoría de la gestión pública debe estar tan atenta a
crear un conocimiento útil para la gran mayoría de administradores intermedios, como a desarrollar una teoría que
sea pertinente para los administradores de nivel superior.” Ibid. p. 55.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 69
José Juan Sánchez González
debe hablar a todos los administradores públicos, no sólo a los que se encuentran
en la cúspide estratégica de las organizaciones públicas.
Asimismo, Lee Frost-Kumpf y Barton Wechsler (1993) sostienen que las teorías
de la gestión pública no deberían separar la práctica y la teoría, aunque reconocen
que no han logrado crear categorías, clasificar pensamiento, observaciones y
experiencias vitales bajo el rubro de la gestión pública.97 Para estos autores
debe superarse la dicotomía teoría y práctica en favor de un enfoque colectivo
más interactivo para teorizar acerca de la práctica de la gestión pública; este
enfoque permitiría incluir el trabajo tanto de los académicos como el de los
practicantes. Los esfuerzos por definir lo que es la teoría de la gestión pública
deben tratar de investigar, aprender y actuar mediante la práctica de la gestión
pública, en una tarea compartida y colectiva.
Incluso, se afirma que la gestión pública necesita de una teoría de éxito respecto
al desempeño y la productividad. Para McGregor Jr. (1993) esta necesidad es de
tipo académica y práctica. Del lado académico, debe preguntarse cuánto tiempo
y de qué modo una empresa de gestión pública con pretensiones profesionales
cada vez mayores puede mantenerse si su repertorio no incluye al menos un
modelo de éxito razonablemente sólido. Del lado práctico está desarrollándose
97
“ En contraste con la situación de las disciplinas tradicionales, las teorías de la gestión pública se forman, se
ponen a prueba y se aplican en la práctica. La teoría de la disciplina está, debe estar y no puede dejar de estar
encarnada en la práctica de la disciplina. Por consiguiente, aun cuando se puedan mantener separadas las teorías
de la gestión pública de su práctica, considerando que representan distintas formas de una actividad social colectiva,
no se las puede separar en su contenido sustantivo ni en la influencia de su mutua interacción.” Frost-Kumpf, Lee
y Wechsler, Barton. “Una Metáfora Arraigada en una Fábula”. Bozeman, Barry (coord.) Op. cit. p. 58.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
70 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
un drama que incluye intereses y resultados, los cuales reducen la importancia
del juego académico hasta un tamaño insignificante, pues la actual escala y
ritmo de los hechos del mundo real han conspirado para suprimir los antiguos
escenarios en que se presentaba la gestión pública.98
La utilidad de la gestión pública tiene relevancia en momentos que la acción de
gobierno es objeto de evaluaciones que enfatizan los resultados que realizan
más que sus propósitos y herramientas que emplea. Lo importante no es
puntualizar lo que hacen los gobiernos, sino cómo lo hacen. Un atributo de la
gestión pública es que alude al comportamiento factual del gobierno y axiológico.
Bajo esta interpretación no se trata de una metateoría, sino más bien de una
categoría positiva, la cual destaca que la metodología de la gestión pública son
las aportaciones que nacen del conocimiento aplicado en sus facetas de
observación, experimentación, ensayo y error, así como comprobación
empírica.99
Por su parte, Kettl (1993) afirma que el movimiento de la gestión pública ha
crecido bajo ciertas dudas, entre las que destacan tres cuestiones relevantes.100
Primera, aunque los estudiosos de diversas disciplinas hayan contribuido al
crecimiento de la gestión pública, existe muy poco cultivo fértil disciplinario.
98
McGregor, Eugene B. Jr “Hacia una Teoría del Éxito en la Gestión Pública”. Barry Bozeman (coordinador). La
Gestión Pública. Su Situación Actual. México, Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública,
Universidad Autónoma de Tlaxcala, F.C.E., 1998, p. 239.
99
Uvalle Berrones, Ricardo. “El Carácter Multifacético de la Gestión Pública Contemporánea”. Op.cit, p. 12-13.
100
Kettl, Donald F. “En Busca de Claves de la Gestión Pública: Diferentes Modos de Cortar una Cebolla”. Op. cit. p. 100.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 71
José Juan Sánchez González
Tienen que aportar conocimiento unos a otros; no obstante, se ha compartido
muy poco conocimiento. Segunda, cada una de las ramas de la gestión pública,
se ha formado de manera fundamental, por lo que sus especialistas han decidido
estudiar y analizar cada una de ellas. Contemplar diferentes unidades de análisis
a menudo produce visiones muy distintas. Tercera, aun cuando el primer impulso
del estudio de la gestión pública ha sido la búsqueda de tácticas comunes que
pueden aplicarse a casi todos los problemas administrativos, la gestión pública
tiene con frecuencia variaciones sorprendentes, por tipo de programa y nivel de
burocracia.
La obra clave de la investigación de la gestión pública que ha brotado de las
escuelas de políticas públicas tiene varias características distintivas,101 como
son las siguientes:
1. Rechazo de la administración pública y su aplicación. La investigación
de la gestión pública empieza por rechazar implícitamente la investigación
tradicional de la administración pública y su aplicación. Resulta instructivo
observar que pocos de los estudiosos principales de la gestión pública sean
politólogos o administradores públicos.
2. Desarrollo de un campo de estudio alentador y prescriptivo. En marcado
contraste con el estudio de la aplicación, que está centrado en la dificultad de
alcanzar las metas de un programa, la investigación de la gestión pública se
dedica a producir resultados.
101
Ibid, pp. 103-104.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
72 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
3. Enfoque en la fijación de estrategia por los altos administradores. La unidad
básica de análisis para los investigadores de la gestión pública es la conducta de
los administradores públicos de rango superior en las burocracias públicas.
Mientras que la investigación de la administración pública les ha parecido con
frecuencia a sus críticos una búsqueda de principios que brinda pocos
lineamientos claros a los administración públicos y la investigación de la gestión
pública está dedicada a la mano firme que pueden adoptar los administradores
públicos para producir resultados.
4. Desarrollo del conocimiento por medio de casos. La investigación de la
gestión pública ha progresado mediante un método deductivo que avanza a
tropezones, buscando casos exitosos al estilo de las escuelas comerciales y las
experiencias personales de administradores públicos. Desde su perspectiva, no
sabemos lo suficiente para hacer predicciones o crear modelos; en cambio,
debemos limitarnos a observar lo que funciona, y de ese examen sacar algunas
proposiciones que puedan ser útiles a los administradores públicos.
5. La lucha por poner el estudio de la gestión pública al mismo nivel que la
investigación de las decisiones. El movimiento de la gestión pública está singu-
lar y conscientemente dedicado a lograr la paridad con la economía y el análisis
de decisiones.
La gestión pública ha seguido rumbos de investigación en donde es probable
que aporte ideas y conocimiento empírico. Pero en otras líneas de investigación,
la complejidad de la administración pública solamente puede producir “recetas”
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 73
José Juan Sánchez González
o “proverbios”. En ese sentido, son reveladoras las conclusiones a las que llega
Kettl (1993) con relación a la investigación de la gestión pública:
Primera, la gestión pública abarca mucho más que la conducta de los funcionarios
de alto nivel de la dependencia; incluye un conjunto mucho más vasto de
problemas, y concentrarse exclusiva o siquiera principalmente en los funcionarios
de rango superior es perder de vista cuestiones importantes que afectan de manera
decisiva el desempeño de la dependencia. Segunda, la gestión pública no presenta
un conjunto uniforme de problemas; antes bien, éstos difieren sistemáticamente.
Comprender las diferencias y hacerles frente bien puede hacernos llegar más
lejos y con mayor rapidez que buscar los elementos comunes a toda la gestión
pública.102
El estudio de la gestión pública aún está en sus inicios, y quienes la enseñan y la
practican tiene una ocasión significativa de moldear esta área de conocimiento.
También tienen oportunidad de mejorar la forma en que se administra el gobierno.
Señala Kettl que la respuesta se encuentra en cortar la “cebolla” de la gestión
pública de diferentes maneras, pues sus capas revelan perspectivas importantes
del problema para lograr que el gobierno funcione. Por lo que no existe una sola
manera de cortarla, si bien, existen diferentes formas de hacerlo.
En la búsqueda del núcleo de la gestión pública Bozeman (1993) identifica al
menos cinco aspectos esenciales: 1) un interés por la prescripción y, a menudo,
102
Ibid, p. 113.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
74 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
por la teoría prescriptiva; 2) un enfoque en el carácter distintivo de la gestión
pública y de las organizaciones públicas y, en particular, por los efectos de
la política; 3) un enfoque en problemas más que un enfoque en proceso;
4) un claro hincapié en el conocimiento contextual y la experiencia (en
comparación con el conocimiento teórico basado empíricamente) y 5) un enfoque
en estrategia y en problemas multiorganizacionales.103 Concluye diciendo
“...cuando las sumamos, obtenemos un resultado que es un poco distinto de la
Sociología, la Ciencia Política, la Economía y hasta la Administración Pública.
Por tanto, lo que encontramos en el núcleo es un enfoque del conocimiento
distinto, no un cuerpo de teoría singular”.104
El estudio de la gestión pública muestra sus mejores facetas cuando se preocupa
por una prescripción informada teóricamente y basada en la experiencia. Muestra
sus peores aspectos cuando corre al rescate del administrador público armado
tan sólo con la reflexión sobre un caso presuntamente pertinente o, peor aún, la
experiencia idiosincrásica de un estudioso. Las principales fallas del estudio de
la gestión pública son su impaciencia por cuestiones causales más profundas y
su falta de interés por el tipo de estructura teórica que pudiera soportar un análisis
más profundo de las cuestiones causales que analiza.
103
Bozeman, Barry “Conclusión: en Busca del Núcleo de la Gestión Pública”. Bozeman, Barry (coordinador) La
Gestión Pública. Su Situación Actual. México, Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública,
Universidad Autónoma de Tlaxcala, F.C.E., 1993, p. 476.
104
Ibidem.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 75
José Juan Sánchez González
De acuerdo a Bozeman (1993) la gestión pública es un campo construido sólo
por la práctica y el conocimiento tácito por lo que está en peligro de perder la
orientación y rumbo, debido a que debe aspirar a ser un cuerpo teórico coherente
de conocimientos y no sólo un conjunto de experiencias de índole práctica.
Para los estudios de la gestión pública el riesgo es que sólo sean un cúmulo de
investigaciones bajo un objeto de estudio común, aunque no se haya construido
una disciplina que los integre y sintetice.105 La gestión pública está lejos de
constituir una disciplina científica, o una teoría propiamente hablando.
1.7 Administración pública y gestión pública
Existe una polémica, por una parte, entre los que sostienen a la Administración
Pública como campo de estudio, disciplina de enseñanza y ámbito de ejercicio
profesional, en la que se comparte añejas fuentes intelectuales, notorio vigor y
futuro promisorio (Guerrero, 2000). Por otro lado, aquellos que quisieran
actualmente referirse al public management como un paradigma que resuelve
los problemas de los gobiernos y que tiene un carácter más dinámico y flexible,
por lo que se sostiene que es mejor referirse a la gestión pública (Ospina, 1993).
Frente al paradigma del management en su versión de gestión pública, se
encuentran argumentos que ubican adecuadamente su relación con la
Administración Pública.
105
Omar Guerro señala que el management (como gestión pública) tampoco ofrece un elíxir de vitalidad a la
administración pública que ésta lo vea como su salvador y si bien es cierto que la causa del atraso de la administración
pública justifica la emergencia de la gestión pública, su resultado no deja de ser muy pobre. De tal modo, que el
remedio ha sido más malo que la enfermedad. Guerrero, Omar. Teoría Administrativa del Estado. Op. cit. p.165.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
76 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
Un primer asunto es que se cuestiona que la voz administración pública se
considera inadecuada y ambigua. La ciencia de la administración pública ha
sido reducida de ciencia social a un paradigma singular, que tiende a ser
descalificado a favor de una denominación que tradicionalmente era parte de su
definición y alcance de estudio: public management, en inglés.106 Debe quedar
claro, que el management es una orientación de un objeto de estudio mayor y
del cual comparte su origen: la Administración Pública. Otro problema
lo constituye la irrupción de ese paradigma autodenominado New Public
Management (Nueva Gestión Pública), que es una reminiscencia añeja que
incorpora las técnicas privadas a la administración pública, pero ahora se realiza
mediante la vía de la economía neoclásica.
Este desconcierto, por el cual la Ciencia de la Administración Pública es reducida
a un mero paradigma, provoca serios problemas de traducción al español con
perjuicio para la construcción conceptual y la irrupción acrítica de modelos de
privatización impulsados por el neoliberalismo y que constituye un obstáculo
para el desarrollo de nuestra disciplina. Un principio de solución es el
redescubrimiento de la voz Administración Pública, reivindicando su utilidad
conceptual, sin menosprecio alguno del uso fructuoso que puedan ofrecer nuevos
o renovados paradigmas.107
106
Guerrero, Omar. “Una Cruzada en pro de la Administración Pública: Perspectivas de la Ciencia de la
Administración Pública desde Iberoamérica”. III Congreso del CLAD. www//clad.org.ve/formana3.html.
107
Ibid, p. 3.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 77
José Juan Sánchez González
La Administración Pública, como cualquier disciplina científica vigorosa en
desarrollo, sufre periódicas crisis cuya función es reforzar su estatuto de ciencia,
renovar su objeto de estudio y abrir brecha a la innovación traída por nuevos
paradigmas. Sin embargo, la supuesta crisis de los años de 1990 más bien ha
significado una campaña difamatoria a través de muchos instrumentos, aunque
algunos de los argumentos utilizados en su contra no cuentan con los sustentos
teóricos necesarios. Omar Guerrero (2000) afirma que el paradigma de
Administración Pública continúa predominando, en tanto que el propio al nuevo
paradigma de la Nueva Gestión Pública, inherente a la privatización, declina
con ella. En realidad, los académicos y practicantes de la Nueva Gestión Pública
lo refieren como público, cuando por su naturaleza y propósitos más bien se
trata del manejo privado de lo público. Por lo tanto, queda claro que:
La ciencia de la administración pública se ha caracterizado por un proceso de
construcción sumamente dinámico, cuya flexibilidad de su objeto de estudio en
su periferia es patente. Por extensión, nunca ha tenido que resignarse a perder su
centro disciplinario ni debe tampoco ceder su nombre a favor, por ejemplo, del
management público. Este último, en todo caso, es parte de su centro académico,
y tal como lo hemos apreciado, no ha renunciado jamás a él.108
Por su parte, Baena del Alcazar (2000) afirma que el estudio de la Administración
Pública, titular formal del poder público y elemento del sistema político, es de
por sí un estudio político, como lo es también el estudio de su funcionamiento y
108
Ibid, p. 15.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
78 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
de la gestión pública que realiza.109 Lo que lo lleva a plantear los siguientes
argumentos: 1) el carácter interdisciplinario de la Ciencia de la Administración,
al que no debe renunciar, pero que no puede llevar a prescindir de una
construcción propia y más avanzada; 2) aunque la pertenencia de nuestra
materia a la Ciencia Política es indudable, hay que definir el terreno específico
propio de la Ciencia de la Administración y 3) esta ciencia no puede ni debe
quedar en el terreno de la mera especulación sino que debe ofrecer soluciones
prácticas a los administradores públicos.
Por lo que es necesario elaborar una teoría en el periodo que se encuentran en
auge nuevas ideas, distintas de las tradicionales sobre la Administración Pública,
como es el caso de la New Public Management (Nueva Gestión Pública). Aunque
existen aportaciones sobre el límite entre la política y la administración, estás no
resuelven el problema central de la Ciencia Administrativa ya que no supone la
construcción científica sobre la gestión administrativa que inclusive se encuentra
ensamblada con las decisiones políticas y su estudio.
El auge y puesta en práctica de la Nueva Gestión Pública por el cual, ante la
crisis financiera del Estado de Bienestar, se intenta reducir a toda costa el gasto
público y llevar a cabo una política de privatizaciones. De esta forma se trataría
de conseguir una disminución del volumen del sector público y del papel mismo
de la sociedad, lo que produce al mismo tiempo que se intenta obtener eficiencia
109
Baena del Alcazar, Mariano. “La Ciencia de la Administración Pública en España”. III Congreso del CLAD.
www//clad.org.ve/formana3.html.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 79
José Juan Sánchez González
y eficacia en un contexto de una creciente falta de legitimidad de la administración
pública. “El movimiento del new public management ni supone un cuerpo de
doctrina sobre este punto ni ofrece soluciones respecto a él”.110
Para Kettl (1993) la Administración Pública sigue siendo el foro de muchas
investigaciones importantes, pero perdió indiscutiblemente su asiento central
ante la mesa en su disciplina familiar: la Ciencia Política. Además, cada vez es
más frecuente, que quienes investigaban y enseñaban la Administración Pública
se distanciaron de la Ciencia Política y a veces hasta encontraron hogares más
hospitalarios en otras disciplinas o simplemente intentaron crear una disciplina
dentro de la misma.111
Para este autor, la investigación de la gestión pública tiene raíces distintas y más
recientes. Cuando empezaron a desarrollarse las escuelas de políticas públicas,
siguieron típicamente vías separadas para el análisis de las políticas (enfoques
basados en la economía para identificar las mejores decisiones) y la investigación
de la gestión pública (la mejor manera de llevar a la práctica esas decisiones).
“Ciertas obras que marchan bajo la consigna de la gestión pública no son más
que la antigua investigación de la administración pública y su aplicación, con
un nuevo atractivo para un público diferente”.112
110
Ibid, p. 9.
111
Kettl, Donald F. “En Busca de Claves de la Gestión Pública: Diferentes Modos de Cortar una Cebolla”. Op. cit. p. 102.
112
Ibidem.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
80 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
Si son válidas las evaluaciones recientes (Kraemer y Perry, 1989) de la
investigación y la teoría de la gestión pública, entonces esta “disciplina” aún no
está capacitada para ocupar un lugar junto a las Ciencias Sociales más maduras
y teóricamente ricas en conocimiento. Como campo de estudio, la gestión pública
se ha descrito de modo diverso; se dice que está del lado “blando” (el análisis de
políticas está del lado “duro”) y se le considera más como un oficio que como
una disciplina (Liebman, 1963). En realidad, la investigación y la teoría de la
gestión pública han recibido mejores calificaciones por su aspecto práctico y su
utilidad (Graciano y Rehfuss, 1974); pero desde los años de la época de la
administración científica no se han hecho afirmaciones muy convincentes acerca
de su potencial científico.113
Para resolver el problema de la supuesta cientificidad de la gestión pública,
Bozeman (1993) señala, de manera irónica, una de las formas en que se puede
avanzar en la teoría de la gestión pública y mantener una relación saludable con
la práctica y la aplicación. Esta consiste en seguir empleando una definición
vaga del término teoría, lo cual no resuelve el carácter empírico de la gestión
pública.
Hoy, no resulta productivo discutir sobre los requerimientos de la teoría ni resucitar
debates entre positivistas y antipositivas. Lo que se debe reconocer es que gran
113
Bozeman, Barry. “La Teoría, la ‘Sabiduría’ y el Carácter del Conocimiento en la Gestión Pública: Opinión Crítica
del Nexo entre Teoría y Práctica”. Bozeman, Barry (coordinador) La Gestión Pública. Su Situación Actual. México,
Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública, Universidad Autónoma de Tlaxcala, F.C.E., 1993,
p. 65.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 81
José Juan Sánchez González
parte de la bibliografía sobre la gestión pública no es teórica, no tiene pretensiones
teóricas y, sin embargo, es muy útil.114
Por su parte, para González (1999), el surgimiento de la Nueva Gestión Pública
puede ser comprendido como una verdadera “ruptura epistemológica” en tanto
que supone un cambio profundo respecto de los paradigmas que han regido la
construcción de la disciplina.115 Por ejemplo, la “ruptura del paradigma formalista”
sostiene que parte de la eficacia per se de la norma y el procedimiento para
obtener los resultados esperados, predeterminando la acción de las
organizaciones. De allí que su legitimidad proviene de su apego a la legalidad.
El nuevo paradigma pone el acento en las calidades gerenciales y el liderazgo,
marca esta tendencia al privilegiar la capacidad de gestión por encima de la
estructura y la fórmula burocrática. La eficacia como indicador de la acción
administrativa y por ende del gasto público, se presenta como una instancia
superadora de la eficiencia como medida del rendimiento de las
organizaciones.116
Hay que considerar que al lado de las mejoras a la gestión pública se inscriben
las recomendaciones de acercar al Estado a la sociedad a través de la participación
y la descentralización, mediante los mecanismos del control social, del fomento
de organizaciones civiles, las organizaciones no gubernamentales, las
114
Ibid, p. 80. (El sobresaltado es mío).
115
González, Juan Antonio. “La Ciencia de la Administración Pública y la Ciencia Política en Iberoamérica”.
III Congreso del CLAD, p. 6. . www//clad.org.ve/formana3.html.
116
Para este autor existen otras “rupturas” como son: 1) del objeto; 2) del sujeto; 3) dialéctica público-privado; 4)
paradigma formalista y 5) del presupuesto de la neutralidad.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
82 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
cooperativas, las del orden privado y del voluntario como potenciales para
desempeñar actividades estatales por delegación o contratación. Esta alternativa
en fuerte alianza con la posburocracia se convierte en el pilar fundamental para
evitar el desplome del Estado.117
Cabe señalar que las primeras aproximaciones de los resultados de la aplicación
del modelo empresarial, ha mostrado que es altamente costosa y que al igual
que con las organizaciones privadas, la aplicación de las técnicas se ha convertido
en moda, con la particularidad que tiene para el sector público. A veces los
enfoques pueden ser contradictorios: mientras la reingeniería, supone que los
empleados son sacrificables, la calidad total afirma que son de valor inapreciable.
La reingeniería es un proceso que destaca la misión organizacional y se transforma
iniciando de cero, mientras que el enfoque de calidad pregona el mejoramiento
continuo. 118
Algunos autores han presentado argumentos que buscan constituir el perfil de
una Nueva Gestión Pública con énfasis en los países iberoamericanos. La primera,
la capacidad del gobierno del Estado de utilizar los medios financieros y
administrativos para poder intervenir eficazmente en aquellos casos en que el
mercado acuse falta de coordinación. La segunda, que se relaciona con la
dinámica social mediante los pactos sociales o coaliciones políticas que permiten
estabilidad política y legitimidad del gobierno, lo que en términos de estructuras
117
Banco Mundial. Informe sobre el Desarrollo Mundial. 1997.
118
Barrera Restrepo, Efrén. “Ciencia de la Administración Pública y Ciencias Sociales en Iberoamérica. (Entre la
Utopía de la Eficiencia y la Realidad de la Corrupción)”. III Congreso del CLAD. www//clad.org.ve/formana3.html.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 83
José Juan Sánchez González
se traduce en la creación de un núcleo estratégico del Estado y descentralización
a través de las agencias ejecutivas y organizaciones sociales, por medio de los
contratos de gestión.119
Otra posición propone la conciliación entre Política y Administración bajo el
buen gobierno. Para superar los modelos –ideal, ortodoxo, liberal y empresarial-
de la gestión pública, se sugiere a la buena administración pública como una
“posibilidad de implementación organizacional del conjunto de tecnología
gerencial a las finalidades, valores y reglas operacionales de cada Estado, para
que el Estado sea eficiente, fiscal, justo y seguro”.120
Existe la necesidad en la nueva administración pública de un proceso de
modernización donde la importancia del liderazgo sea el motor de la visión del
futuro de la gestión pública, desde el cual se constituye una red eficaz de agentes
de cambio presentes significativamente en las diversas organizaciones que
integran la administración pública, en la que participen en su mejora los
parlamentos y los partidos políticos.121 En esta perspectiva, la gestión moderna
se inicia con la modernización de la democracia en la participación y
descentralización, el ejercicio de la ciudadanía, los partidos políticos, el
parlamento y el aparato administrativo, para el caso iberoamericano sin la
introducción de conceptos como corporativismo, estatismo, patrimonialismo,
119
Bresser Pereira, Luis Carlos. “Una Reforma Gerencial de la Administración Pública en Brasil”. Reforma y
Democracia. www//clad.org.ve/formana3.html.
120
Falcao Martins, Humberto. I Congreso del CLAD. www//clad.org.ve/formana3.html.
121
Pratsi Catalá, Joan. “De la Reforma a la Modernización Administrativa”. Consigna, No. 441, Bogotá, tercer
trimestre, 1994. Citado por Efrén Barrera Restrepo.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
84 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
centralización, burocratismo autoritario y caudillismo, no es posible entender la
historia de nuestros países.
Por último, se requiere “publificar” a la gestión pública, es decir, extraer la riqueza
de lo público en las relaciones entre la sociedad y el Estado. Como propuesta es
diferente a la crisis del Estado y del aparato burocrático, frente a la globalización
e internacionalización de la economía. La propuesta sostiene que la sociedad
civil debe participar en la democracia para generar mayores alternativas de
participación ciudadana y de control social, para poner como objetivo de la
reforma administrativa posburocrática, la “publificación” donde las relaciones
sociales tienen por escenario la sociedad misma.122
Echevarría y Mendoza (1999) señalan que debe tenerse presente que el desarrollo
de las ciencias del management ha estado vinculado a un mundo empresarial en
el que las presiones competitivas han servido de motivo de renovación y
perfeccionamiento constante de los sistemas de gestión, lo que a su vez ha
promovido la aparición y el avance de nuevas corrientes científicas.123 Ajena a
las presiones del mercado, la Administración Pública no había experimentado la
misma urgencia por atender a los dictados de economía, eficiencia y eficacia.
Sus principios de organización y funcionamiento se orientaban a satisfacer el
imperativo burocrático de la aplicación universal y uniforme de las normas, sin
122
Cunill Grau, Nuria. Repensando lo Público a Través de la Sociedad. Caracas, CLAD, 1997.
123
Echevarría, Koldo y Mendoza, Xavier. “La Especificidad de la Gestión Pública: el Concepto de Management
Público”. Op. cit., p. 18.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 85
José Juan Sánchez González
reparar demasiado en recursos ni resultados. Esta es una razón para entender la
dificultad de trasladar el bagaje conceptual y práctico del management hacia la
Administración Pública.
Desde los años de 1960 a 1980, la introducción del management hacia el sector
público no dio los resultados esperados. El escepticismo fue la reacción
predominante ante un lenguaje que se consideraba extraño y hostil a la tradición
administrativa, dominada por profesionales pertenecientes a la tradición jurídica
y política. En consecuencia, el trasplante de las técnicas de gestión tuvo una
vigencia precaria y poco duradera, allí donde llegó a realizarse.
El problema era su interpretación perversa y restringida, se tendió a considerar el
management como un conjunto de técnicas universales, igualmente aplicables
a todo tipo de organizaciones. Al tiempo que se le relacionaba casi exclusivamente
con la racionalización de estructuras y procedimientos, la depuración técnica
de los procesos de toma de decisiones y el incremento de la productividad de
los empleados públicos.124 Así, para algunos se trata sólo del management
público, bien como una orientación derivada de la gestión empresarial, o bien
como un campo de estudio con características propias y diferenciadas que le
confieren su propia singularidad. Está última sujeta a discusión en otro apartado.
124
Ibid, p. 19. Estos autores citan a Gibert un administrador público francés que señala: “La realidad del manage-
ment público es muy controvertida: para algunos se trata de un concepto estrella, mientras que para otros es el
instrumento culpable de una voluntad de ‘privatización’ o de ‘rentabilización’ de los servicios públicos; es, igualmente
un concepto vacío para los que piensan que no hay más que un management, una ciencia ficción para los que
hacen un análisis pesimista de la gestión de la administración, un neologismo inútil para los que ven en la ciencia
administrativa el instrumento de un enfoque concreto del funcionamiento de las organizaciones, etc”.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
86 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo I Origen de la Gestión Pública
A partir de la aplicación de los postulados de la Nueva Gestión Pública se pueden
constatar las limitaciones de los mecanismos de mercado y de redes, lo que
conduce a una revalorización y reconceptualización del rol del Estado. Luego
de casi dos décadas de críticas incesantes al Estado y su burocracia, estamos
asistiendo en este momento al replanteo del valor y de la importancia del núcleo
estatal en el nuevo sistema de servicios públicos. En primer lugar, porque dis-
pone de una maquinaria administrativa con representación a nivel nacional. En
segundo lugar, porque dicha maquinaria responde a los representantes electos
por el conjunto de la ciudadanía. Esto lo distingue de la lógica particularista de
mercado, ya que expresa la voz de la ciudadanía y no de una parte de ella.125
Al mismo tiempo, porque asume la representación de sectores sociales carentes
de poder de compra y que no interesan al mercado. Por ello, el aparato
administrativo estatal constituye el canal de accountability ante los representantes
políticos, y a través de ellos ante la ciudadanía en su conjunto, por la formulación
e implementación de las políticas públicas. Este rol del Estado en la elaboración
de las políticas públicas, se basa en que aún en el proceso más negociado, éste
no es un actor más, sino que es el único actor que puede desarrollar la capacidad
de tener una visión de conjunto y expresar el interés general.
En suma puede señalarse que: 1) la gestión pública tiene dos implicaciones:
a) es una actividad que para nuestros efectos debe emplearse en minúscula
125
Narbondo, Pedro y Ramos, Conrado. “ “La Cuestión de la Governance: Mercados, Redes y Capacidad Estatal de
Conducción”. VI Congreso Internacional del CLAD, Argentina, 2001, www.clad.org.ve/anales6/html.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 87
José Juan Sánchez González
(gestión pública) y b) existen investigaciones que intentan explicar dicha actividad
por lo que debe utilizarse en mayúscula (Gestión Pública);126 2) su origen con-
ceptual se encuentra en el public management y en su derivación primaria de
gerencia pública; 3) cuenta con un interés de estudio que le permite conformar
una orientación en el objeto de estudio de la Administración Pública; 4) no
existe una teoría de la gestión pública y probablemente, no puede aspirar a
construirla; 5) es un enfoque de naturaleza empírica que pretende convertirse en
una disciplina (situación controversial y compleja) y 6) por todo lo anterior, puede
afirmarse que no puede considerarse como una ciencia, sino como una
orientación dentro del objeto de estudio de la Administración Pública.
126
La administración pública tiene un objeto de estudio que es la actividad organizada del Estado, por lo que la
gestión pública comparte este objeto, es decir, no cuenta con un objeto propio e independiente. Lo mismo sucede
con el estudio del objeto, por lo que puede afirmarse que la Gestión Pública como estudio del objeto, es una de las
orientaciones o interpretaciones de la Administración Pública.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
88 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
C a p í t u l o II
De la Gestión Pública a la Nueva Gestión Pública
(New Public Management)
Una de las mayores transformaciones que viven los Estados
en la actualidad, se centra en el cuestionamiento de su
capacidad de gobierno. No se discute su existencia misma,
ya que el Estado es una de las instituciones más antiguas y
probablemente, la única capaz de resolver los grandes
problemas que enfrenta la humanidad. La crítica hace énfasis
en la eficiencia y eficacia de la administración pública para
atender de manera adecuada, oportuna y con limitados
recursos, las necesidades y requerimientos crecientes de una
sociedad más participativa y demandante. La administración
pública como la parte más visible del gobierno, tiene uno
de sus mayores retos: constituirse en un factor de desarrollo
y no en un obstáculo para consolidar el desarrollo
económico y social de las naciones.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 89
José Juan Sánchez González
En este capítulo, se describe el surgimiento de la gestión pública y su
transformación a la Nueva Gestión Pública (New Public Management). De manera
histórica, se revisa la bibliografía más representativa que muestra la transformación
de la gestión pública a la Nueva Gestión Pública, propuesta que realiza Barzelay
(2001) y que, con algunas fuentes adicionales, nos permite conocer el desarrollo
histórico y teórico, así como la situación actual de la gestión pública
contemporánea.
La situación actual de la Nueva Gestión Pública puede ser abordada en dos
dimensiones: la primera tiene que ver con la influencia de la gerencia privada en
la gestión pública, y en segundo lugar, el enfoque de calidad aplicado al servicio
público. En este capítulo abordaremos las teorías gerenciales y sus argumentos
más representativos aplicados a la administración pública, que conforman la
llamada Nueva Gestión Pública. En el siguiente capítulo serán analizados los
estudios de calidad en el servicio público, para identificar los aspectos más
relevantes en la gestión pública.
2.1 Origen y desarrollo de la nueva gestión pública
La Nueva Gestión Pública (New Public Management) es un campo de debate
profesional y de políticas, de proyección internacional, acerca de temas
concernientes a la gestión pública, incluyendo políticas de gestión pública,
liderazgo ejecutivo, diseño de organizaciones programáticas y operaciones
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
90 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo II De la Gestión Pública a la Nueva Gestión Pública
(New Public Management)
gubernamentales. 1 La Nueva Gestión Pública (NGP) se presenta como
políticamente neutra, aunque en realidad no lo sea. Su hegemonía y su amplia
difusión se debe a su capacidad para dar respuesta a algunos dilemas del mundo
actual y, específicamente, a los generados por los altos costos de los servicios
públicos, así como la carencia de control de las burocracias.
Dentro de este contexto las fuentes teóricas de la Nueva Gestión Pública se
encuentran en la escuela de la elección pública (public choice) y en el
gerencialismo clásico. En cuanto cuerpo teórico, la crítica que efectúa la elección
pública a las instituciones y al modelo burocrático de administración pública es
mucho más demoledora que la del gerencialismo, ya que este último apenas
logra despegar de la casuística y de los intereses del mundo de los negocios. Las
ideas de la elección pública tienen una construcción mucho más sistemática y
su crítica a la burocracia tiene intuiciones acertadas que si bien no constituyen,
una explicación completa del fenómeno y, por ello, lo distorsionan ponen de
manifiesto aspectos que son difíciles de ignorar.2
Al margen de la consistencia de los argumentos que presentan cada uno de estos
enfoques, lo que ambas corrientes tienen en común es su cuestionamiento de la
burocracia, lo que tienen de contradictorio es la solución del problema. La teoría
1
Barzelay, Michael. “La Nueva Gerencia Pública. Un Ensayo Bibliográfico para Estudiosos Latinoamericanos
(y otros)”. Reforma y Democracia. Venezuela, CLAD, No. 19, 2001. Cabe señalar que el traductor utiliza a la NGP
como (nueva gerencia pública), para los efectos de esta investigación se traduce a la NGP como (nueva gestión
pública). Asimismo, debe señalarse que se cita la bibliografía señalada por Barzelay, alguna directamente del
inglés y otra que se encuentra en español, así como otra que se considera necesario incorporar a este desarrollo.
2
Olías de Lima Gete, Blanca. (coord.) La Nueva Gestión Pública. Madrid, Prentice Hall, 2001, p. 10.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 91
José Juan Sánchez González
de la elección pública se “centra en la necesidad de restablecer la primacía del
gobierno representativo sobre la burocracia (...) el gerencialismo es la necesidad
de restablecer la primacía de los principios gerenciales sobre la burocracia”.3 La
elección pública pretende limitar la autonomía de la burocracia retomando su
control en nombre del gobierno representativo; el gerencialismo busca alejar a
los gerentes de la intromisión de los políticos.
Durante la década de 1970, el management público se presentó como un conjunto
de doctrinas de aplicación general y universal caracterizada por rasgos de
portabilidad y difusión, así como de neutralidad política. Esto significó, por una
parte, que sus principios y técnicas se presentaran como una respuesta válida
para los problemas de la gestión pública en una multitud de países (desde
Dinamarca hasta Nueva Zelanda), en diversos niveles de administración (de la
central a la local) y en los más variados sectores de actividad pública (desde la
educación hasta la salud). Por otra parte, con la supuesta neutralidad política se
quería sugerir que sus prescripciones servían para poner en práctica las voluntades
de ideologías contrapuestas, ofreciéndose como un marco bajo el cual se podía
perseguir tanto el desmantelamiento como la defensa del Estado de Bienestar.4
Sin embargo, la naturaleza y especificidad de muchos de los problemas públicos
pondría de manifiesto la imposibilidad de encontrar soluciones previas en el
3
Aucoin, P. “Reforma Administrativa en la Gestión Pública: Paradigmas, Principios, Paradojas y Péndulos”. Brugué,
Q., Subirats, J. Lecturas de Gestión Pública. Madrid, MAP-INAP, 1996, p. 493.
4
Echevarría, Koldo y Mendoza, Xavier. “La Especificidad de la Gestión Pública: el Concepto de Management
Público”. En Losada Marrodán, Carlos. ¿De Burócratas a Gerentes? Las Ciencias de la Gestión Aplicadas a la
Administración del Estado. Washington, Banco Interamericano de Desarrollo, 1999, p. 16.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
92 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo II De la Gestión Pública a la Nueva Gestión Pública
(New Public Management)
sector público. Como consecuencia, las organizaciones públicas deberían o bien
adaptar sustancialmente las técnicas privadas, o construir sus propios modelos.
Ello daría lugar a un proceso de experimentación y aprendizaje social en el que
el management público constituye un enfoque de gestión distintivo que se esfuerza
por responder a la especificidad y complejidad de las administraciones públicas
y del entorno en que éstas operan. Como afirma Metcalfe (1990), el desarrollo
del management público puede contemplarse como un proceso que va
progresivamente “de la imitación a la innovación”.5
La Nueva Gestión Pública se origina como un dispositivo conceptual inventado
con el propósito de estructurar la discusión académica sobre los cambios
contemporáneos en la organización y el gerencialismo de la rama ejecutiva del
gobierno. Barzelay (2001) realiza una revisión bibliográfica de los trabajos más
representativos que propiciaron la transformación de la gestión pública a la Nueva
Gestión Pública.6 A continuación se describen a cada uno de ellos, con sus
propuestas y limitaciones teóricas, para finalizar con un debate en torno a este
proceso de transformación.
2.1.1 La argumentación administrativa
La referencia original más citada es Hood (1991), sin embargo, un trabajo de
similar importancia que cubre los orígenes de la Nueva Gestión Pública (NGP)
5
Metcalfe, Les. “La Gestión Pública: de la Imitación a la Innovación”. En Losada Marrodán, Carlos. ¿De Burócratas
a Gerentes? Las Ciencias de la Gestión Aplicadas a la Administración del Estado. Washington, Banco Interamericano
de Desarrollo, 1999, p. 47.
6
Barzelay, Michael. Op. cit., pp. 12-53.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 93
José Juan Sánchez González
es la obra Administrative Argument (La Argumentación Administrativa) de
Christopher Hood y Michel Jackson (1991).7 En este trabajo ambos autores
reconocen a la NGP simultáneamente como un argumento administrativo y como
una filosofía administrativa aceptada, aunque no es considerada como teoría.
Aunque para ellos no existe un texto clásico que fije definitivamente las ideas de
la nueva gestión pública, quizá el documento oficial más cercano es el tratado
de la Tesorería de Nueva Zelanda, Government Management, elaborado en 1987
(NZ Treasury, 1987). Para Hood y Jackson la Nueva Gestión Pública (New Pub-
lic Management) es una abreviatura conveniente, pero imprecisa, para denotar
una filosofía administrativa que vino a dominar la agenda de la administración
pública en los años de 1980 en el Reino Unido, Nueva Zelanda y Australia.
Aunque hay variantes en Estados Unidos y Canadá que tienen cierta semejanza
con dichos planteamientos, siguen caminos diferentes.8
La Nueva Gestión Pública tiene una base intelectual ecléctica. Hasta cierto punto
utilizó el “nuevo“ institucionalismo económico que había florecido en los años
de 1940. Aún es discutible hasta qué punto tales ideas hayan ejercido una
influencia directa sobre la práctica del gobierno, aunque sin duda formaban
parte de un clima amplio de actitudes hacia el Estado y el sector público dentro
del cual se desarrollaba la Nueva Gestión Pública. Así, ésta obtuvo algo de su
esplendor de las doctrinas de la “cultura corporativa” que estaba de moda en los
7
Hood, Christopher y Jackson, Michel. La Argumentación Administrativa. México, Colegio Nacional de Ciencias
Políticas y Administración Pública, Universidad Autónoma de Coahuila, F.C.E., 1997.
8
Ibid, p. 288.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
94 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo II De la Gestión Pública a la Nueva Gestión Pública
(New Public Management)
años de 1980 (Peters y Waterman, 1982)9 . Sin embargo, para Hood y Jackson la
Nueva Gestión Pública es parte de un desarrollo del movimiento intelectual de
la administración científica, con su preocupación por eliminar el desperdicio y
medir los productos del trabajo como una condición del control efectivo. Esta
preocupación, de antiguo data de las ideas de Taylor y aún de Bentham acerca
de la Administración Pública.
Hood y Jackson encuentran una relación entre el cameralismo y la nueva gestión
pública, al menos en siete aspectos esenciales: 1) el uso del término
“administración pública” (Staatswirtschaft Haushaltungskunst); 2) el acento en
la tecnología administrativa como clave de una administración pública eficaz;
3) la idea de que la ejecución puede y debe separarse de las altas políticas; 4) la
noción de austeridad es la reina de las virtudes administrativas, y la importancia
central otorgada al sistema financiero del Estado; 5) la preferencia por evitar la
administración estatal directa de transacciones o procesos complejos; 6) la
naturaleza esencialmente jerárquica y centralista de ambas escuelas en la práctica,
y 7) la ausencia de cuestionamiento de los parámetros del orden social y político
dentro del cual opera la administración pública.10
Para estos autores existen seis elementos que constituyen un factor de aceptación
de la nueva gestión pública, los cuales se pueden resumir de la siguiente manera:
9
Peters, Thomas J. y Waterman, Robert H. Jr. En Busca de la Excelencia. México, Lasser Press, 1984. (Título
original: In Search of Exccellence).
10
Ibid, p. 293-294.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 95
José Juan Sánchez González
1. Simetría: la nueva gestión pública corresponde al deseo de cambio en las
modas administrativas, del surgimiento de algo nuevo, como una “nueva
apariencia” diferente a las ideas de la planeación y la ingeniería social de los
años de 1960 y 1970. Un ejemplo muy claro es el surgimiento en Nueva Zelanda
de la Nueva Gestión Pública debido a la crisis de las divisas y el cambio del
gobierno en el año de 1984.
2. Metáfora: la metáfora principal de la Nueva Gestión Pública es la de dirigir
la organización estatal como una administración corporativa privada. Es discutible
considerar que la Nueva Gestión Pública cambió la realidad del trabajo
gubernamental en los más mínimos detalles. Esta transformación puede verse en
el lenguaje político de los altos funcionarios, quienes dejaron de hablar como
burócratas para adoptar el lenguaje de los gestores de corporaciones privadas.
3. Ambigüedad: como señala Pollitt (1985) la retórica del “desempeño” como
un leitmotiv de la Nueva Gestión Pública es un concepto vago y polifacético
que trasmite un gran conjunto de significados potenciales (eficiencia, economía,
eficacia, calidad, disponibilidad o satisfacción del consumidor). Por lo tanto el
“mejoramiento del desempeño” puede interpretarse como un código de la
parsimonia financiera (mejora el desempeño financiero) y, al mismo tiempo,
como un código de la calidad del servicio. Lo mismo se aplica a la
“responsabilidad” y a la “excelencia”, tan invocada por Peters y Waterman (1982).
4. El bien público y los intereses privados: la Nueva Gestión Pública se
presenta como una fórmula para el beneficio colectivo. Éste residía en la promesa
de servicios públicos mejores y menos costosos para los contribuyentes y los
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96 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo II De la Gestión Pública a la Nueva Gestión Pública
(New Public Management)
ciudadanos en general. Tales objetivos se obtendrían como resultado de una
administración pública profesional, aliada a otras doctrinas convencionales de
la Nueva Gestión Pública como la privatización, la corporativización, la
evaluación del desempeño y la paga por méritos. Cabe señalar que muchos de
los supuestos beneficios públicos de la Nueva Gestión Pública son improbables
y cuestionables; resulta más fácil demostrar los beneficios privados y semiprivados
de esta corriente que, por cierto, no figuran en sus argumentos justificativos.
5. La selectividad en la argumentación: la Nueva Gestión Pública recurría
típicamente a la cita de ejemplos, autoridades y máximas. Su defensa abundaba
en anécdotas acerca de las fallas o los despilfarros extravagantes en la ”antigua”
administración pública.
6. La eliminación de la duda: la Nueva Gestión Pública era vulnerable a la
duda porque no había demostrado sus afirmaciones: que el cambio a la
corporativización y la privatización beneficiaba principalmente a los
administradores públicos y políticos; que la parcialidad descentralizada de la
“libertad de escoger” era incompatible con la parcialidad centralista de la “libertad
para administrar”; que sus defensores tendían a sugerir comparaciones
inconsistentes con el sector privado; que el concepto de “responsabilidad” era
empobrecido y apolítico.11
11
Ibid, p. 309. Los autores señalan que la idea de modelación de la administración pública, según la receta de la
“excelencia” aconsejada por Peters y Waterman, era vulnerable a la duda porque todos los casos eran
estadounidenses, de modo que las lecciones que pudieran extraerse de ellos fallarían. Que la “excelencia” podría
ser un fenómeno transitorio, debido a que más de la mitad de las compañías identificadas como “excelentes”
habían desaparecido menos de 10 años después de la publicación de su libro.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 97
José Juan Sánchez González
Hood y Jackson concluyen que muchas de las ideas acerca de la Administración
Pública -incluida la Nueva Gestión Pública- deben considerarse doctrinas, antes
que teorías. Las doctrinas como punto intermedio entre las “políticas” y la “teoría”,
que además son numerosas y contradictorias, en las que su grado de aceptación
social, aumenta o disminuye por obra de algún proceso distinto de su
demostración a partir de “datos sólidos”. A pesar de la aseveración de Herbert
Simon (1988) de que el único camino para la ciencia administrativa era el
experimento con “datos sólidos”. La realidad demuestra que después de 40 años
los resultados son limitados “por lo menos en ese tiempo parece haber tenido un
escaso efecto sobre la manera en que la argumentación administrativa es llevada
a la práctica”.12 En suma, la Nueva Gestión Pública sólo es una doctrina y no
puede ser considerada como teoría. 13
2.1.2 Aucoin
A pesar de que no utiliza el término Nueva Gestión Pública, la obra de Aucoin
(1990) es también considerada como un trabajo inicial de la literatura sobre esta
materia.14 Su discusión fue similar a la de Hood y Jackson, al afirmar que los
cambios en las ideas aceptadas ayudaron a dar cuenta de los cambios
12
Simon, Herbert A. El Comportamiento Administrativo. Estudio de los Procesos Decisorios en la Organización
Administrativa. Madrid, Aguilar, 1988.
13
Ibid, p. 315.
14
Aucoin, Peter. “Administrative Reform in Public Management: Paradigms, Principles, Paradoxes, and Pendu-
lums”. Governance, No. 3, 1990. Este artículo se encuentra en español. Aucoin, Peter. “Reforma Administrativa en
la Gestión Pública: Paradojas y Péndulos”. Bruge, Quim (comp.). Lecturas de Gestión Pública. Madrid, Ministerio
de las Administraciones Públicas, 1996.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
98 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo II De la Gestión Pública a la Nueva Gestión Pública
(New Public Management)
administrativos en el Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda durante los
años de 1980.15
Aucoin argumenta que la Nueva Gestión Pública está basada en dos campos de
discurso o paradigmas, conocidos como elección pública y gerencialismo. La
elección pública (public choice) como un campo contemporáneo de discurso
sobre el gobierno, con preocupaciones más amplias que la gerencia, mientras
que el gerencialismo es un campo de discurso inicialmente destinado a ser
aplicado en organizaciones del sector privado.
De acuerdo con Hood y Jackson (1991) Aucoin cree que la Nueva Gestión Pública
se caracteriza, en términos generales, por la defensa de: 1) un cambio en las
políticas a la administración (en el sentido de incrementar el énfasis en dirección
al costo consciente del sector público y de hacer menos hincapié en el desarrollo
de las políticas); 2) un cambio de la agregación a la desagregación en la
organización del servicio público (de los sistemas monopólicos a los mercados
internos y la competencia), 3) un cambio de planeación y el bienestar que brinda
el servicio público al énfasis en la reducción de costos y la disciplina laboral; 4)
un cambio de proceso a la producción en los mecanismos de controles y
responsabilidades; y 5) un divorcio de la provisión y la producción (o la “entrega)
en la política pública.16
15
Barzelay, Michael. “La Nueva Gerencia Pública. Un Ensayo Bibliográfico para Estudiosos Latinoamericanos (y
otros)”. Op. Cit. p. 17.
16
Hood, Christopher y Jackson, Michel. Op. cit. p. 289.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 99
José Juan Sánchez González
Asimismo, el autor utilizó en su terminología los conceptos de centralización y
descentralización. Aucoin infirió que la filosofía administrativa predominante
incorporó argumentos a favor de la centralización, originarios en el paradigma
de la elección pública, junto con argumentos a favor de la descentralización,
provenientes del gerencialismo. Señala Barzelay:
Tanto Aucoin (1990) como Hood (1991) fueron ampliamente percibidos como
exponentes de los mismos grandes puntos sobre los cambios contemporáneos
en la organización y en la gestión de la rama ejecutiva del gobierno en países
como el Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda: en primer lugar, que un cambio
en las doctrinas administrativas aceptadas tuvo lugar durante los años 80; en
segundo lugar, que dichos cambios fueron parte integral de las tendencias
internacionales de la gestión pública; y en tercer lugar, que los argumentos
presentes tras estas ideas deberían ser analizados y evaluados.17
La presentación de Aucoin estuvo más estrechamente vinculada a la moda de
los discursos de la elección pública (public choice) y el gerencialismo. Este autor
tradujo estas ideas en un marco de referencia más convencional relativo al diseño
organizacional. Por lo que afirma:
Lo que esta ocurriendo en la mayoría de los países occidentales, dotados de un
sistema administrativo altamente institucionalizado, es un cambio de énfasis en
17
Ibid, p. 18.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
100 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo II De la Gestión Pública a la Nueva Gestión Pública
(New Public Management)
los diseños organizativos para la gestión pública. Esta internacionalización de la
gestión pública se desarrolla en paralelo de la internacionalización de las
economías públicas y privadas. Consecuentemente, no es del todo inesperado
que los gobiernos hayan buscado aprender no sólo de otros gobiernos, sino
también de las experiencias en la gestión privada.18
El trabajo de Aucoin busca proponer una agenda para el estudio comparativo
(base esencial para el conocimiento administrativo y político) que constituye
una posibilidad realista, como lo demuestra el reciente interés de los gobiernos
por la gestión pública comparada (OCDE, 1989). Es necesario, encontrar marcos
conceptuales que permitan determinar que factores en el diseño institucional y
en la gestión pública merecen ser analizados.
2.1.3 El caso de Nueva Zelanda
En 1991, Jonathan Boston, John Martín, June Pallot y Pat Walsh, publicaron, de
manera conjunta, la obra sobre el caso de Nueva Zelanda. En este volumen se
incluyó un capítulo de Boston sobre los “fundamentos teóricos” de las reformas
en Nueva Zelanda, que tuvo una gran influencia (Boston 1991). Esta presentación
en particular fue parte de un argumento pensado para explicar las opciones de
política, relativas a la gestión pública, asumidas por el gobierno neozelandés en
18
Aucoin, Peter. Op. Cit. p. 513.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 101
José Juan Sánchez González
la década de 1980.19 Las propuestas de política ofrecidas por el Departamento
del Tesoro dieron forma a dichas opciones.
La descripción del razonamiento seguido por el personal directivo (staff) del
Tesoro en relación con la gestión pública determinó tres componentes clave en
la Nueva Economía Institucional: la teoría de la elección pública (public choice),
la economía de los costos de transacción y la teoría económica de la agencia.
Para algunos estudiosos se asume que Boston ha dicho que la Nueva Economía
Institucional (NEI) es el fundamento de la Nueva Gestión Pública. Sin embargo,
para Barzelay (20001) lo que fue presentado como una explicación de las opciones
de política de Nueva Zelanda devino en una propuesta mucho más amplia y
ambigua.20 Amplia, en el sentido que la Nueva Gestión Pública denota una
tendencia internacional, mientras que Boston se refirió a la historia reciente de
un país. Ambigua, debido a que los fundamentos intelectuales sugieren, sin
proponerlo plenamente, que la aplicación de la Nueva Economía Institucional
(NEI) es la única manera seria de argumentar sobre la gestión pública. Nuevamente
las consideraciones de la NEI fueron extraídas de la teoría de la elección pública
y de la teoría agente-principal, como sucedió con Aucoin.
19
Boston, Jonathan, Martín, John, Pallot, June y Walsh, Pat. Reshaping the State: New Zeland’s Bureaucratic Revo-
lution. Auckland, New Zealand’s, Oxford University Press, 1991.
20
Barzelay, Michael. “La Nueva Gerencia Pública. Un Ensayo Bibliográfico para Estudiosos Latinoamericanos (y
otros)”. Op. Cit. p. 20.
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102 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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Capítulo II De la Gestión Pública a la Nueva Gestión Pública
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2.1.4 Reinvención del gobierno y gestión pública
La propuesta de reinventar el gobierno de David Osborne y Ted Gaebler se ha
convertido en un nuevo paradigma para la administración pública. Este trabajo
representó un papel primordial en el proceso mediante el cual las doctrinas de la
Nueva Gestión Pública llegan a influir en el establecimiento de la agenda en el
gobierno federal de los Estados Unidos durante la primera administración de
Clinton.
El antecedente más remoto de esta propuesta fue presentada a William Clinton
siendo gobernador de Arkansas por Ted Gaebler, después como presidente de
los Estados Unidos, Clinton continuó esta propuesta para lo cual formó una
Comisión presidida por Al Gore. Reinventando el Gobierno fue publicado en
febrero de 1992 por David Osborne y Ted Gaebler. Clinton decidió respaldar
este esfuerzo para emplear gran parte de sus energías en la transformación del
aparato gubernamental.21 Sin embargo, desde la década de 1980 se habían
iniciado ya procesos que impactaban en las teorías, filosofía y sistemas de gestión
pública en los gobiernos de los Estados Unidos.
Hay que recordar que Osborne se convirtió en el principal asesor del
vicepresidente Al Gore en el diseño y elaboración del Informe para la Revisión
21
Osborne, David y Gaebler, Ted. Reinventing Government: How the entrepreneurial spirit is transforming the
public sector. New York, Plume, Reading Ma, 1992. El gobierno de Arkansas seleccionó seis áreas de trabajo, en
cada una de ellas fue creado un Consejo de Calidad y se entrenó un equipo de facilitadores durante 1990 a 1992
para extender el programa de calidad total.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 103
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del Rendimiento Nacional (National Performance Review-NPR). Los cuatro
principios básicos del NPR eran: a) reducción del papeleo necesario (red tape);
b) dar prioridad a las necesidades y exigencias de los clientes en la prestación de
los servicios públicos; c) otorgarles mayor poder (empowerment) a los empleados
en la toma de decisiones, y d) reducir a lo básico, es decir, lograr un gobierno
que produzca más con menor costo.22
El momento culminante del nuevo paradigma para reinventar el gobierno, ocurrió
el 7 de septiembre de 1994, cuando en una destacada ceremonia de la Casa
Blanca -en la cual se presentaban como trasfondo dos montacargas repletos de
reglamentos federales- Al Gore entregó al presidente estadounidense Bill Clinton
la copia final del NPR. Así, las ideas de Osborne y Gaebler se habían convertido
oficialmente en el marco conceptual y filosófico que orientara la reforma
gubernamental a todos los niveles del sector público. Ciertamente, no se había
logrado en los Estados Unidos un apoyo tan generalizado a un conjunto de ideas
desde los tiempos de las dos Comisiones Hoover.23
La euforia con el proyecto de reinventar el gobierno, es decir, la intención de
transformar las burocracias públicas en gobiernos empresariales, productivos y
eficientes, obedece al creciente escepticismo de los ciudadanos sobre la capacidad
del Estado para administrar la sociedad y satisfacer las necesidades sociales
22
Santana Rabell, Leonardo y Negrón Portillo, Mario. “Reinventing Government: Nueva Retórica, Viejos Problemas”.
Revista de Administración Pública, San Juan, vol. 27, No. 2, 1995, pp. 49-64.
23
Executive Office of the President. National Performance Review: From Red Tape to Result: Creating a Govern-
ment that Works Better and Costs Less. Washington, D.C., US Government Pronting Office, 1993.
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básicas. La idea de rehacer el gobierno puede parecer inadecuada, a quienes
consideran al gobierno como un ente fijo e invariable, pero en realidad los
gobiernos se encuentran en constante cambio. Para ello, se presentan cuatro
consideraciones específicas:
1. Hay que creer en el gobierno. No debe contemplarse como un mal
necesario, el gobierno es el mecanismo adecuado para tomar decisiones comunes:
dónde construir una carretera, qué hacer con las personas sin hogar, qué clase
de educación se dará a nuestros hijos y el tipo de salud es necesaria para quienes
no tienen acceso a las instituciones de salud privada.
2. Una sociedad civilizada no puede funcionar adecuadamente si no tiene
un gobierno eficiente. Los gobiernos en la era industrial, con su enormes
burocracias centralizadas y sus servicios estandarizados, no son lo perfectamente
adecuadas a los nuevos retos que les presentan las sociedades en la era de la
información, rápido cambio y economías basadas en la ciencia.
3. Las personas que trabajan en el gobierno no son el problema; el problema
consiste en los sistemas dentro de los cuales trabajan. Los sistemas burocráticos
pueden cambiarse, de suerte que liberen la enorme energía de creatividad e
innovación de los servidores públicos y así, incrementar la capacidad de éstos
para servir a la población.
4. Ni el liberalismo ni el conservadurismo tradicionales resultan muy
pertinentes para las dificultades que nuestros gobiernos afrontan en la actualidad.
No se resuelven los problemas mediante un mayor o menor gasto, ni con la
creación de nuevas burocracias públicas, ni con las privatizaciones ya existentes.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
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Para volver hacer eficientes a nuestros gobiernos, debemos rehacerlos.
El problema de los gobiernos contemporáneos -según Osborne y Gaebler- no
son las personas (servidores públicos) que trabajan en sus agencias, el verdadero
mal se encuentra en los sistemas, estructuras, reglas, procedimientos y leyes que
los atrapan e inhiben su capacidad creativa. Estos sistemas (servicio civil,
presupuestos, compras y suministros) deben cambiarse si se quiere aumentar la
eficiencia. 24
La propuesta de un gobierno empresarial se fundamenta en diez principios, cuya
aplicación constituye la base para la reinvención del gobierno. Los primeros seis
principios fueron elaborados por Osborne y Gaebler directamente de sus
investigaciones, mientras que los cuatro restantes son extrapolaciones del sentido
común expuestos por estos autores. Ver cuadro No. 2.1.
Cuadro No. 2.1
Principios de la reinvención del gobierno
Principio Descripción
1. Gobierno Catalizador El principio implica transformar al gobierno tradicional como
proveedor directo de servicios en un facilitador, promotor y
coordinador, que armonice y active las iniciativas de los sectores
privados, comunitarios y las organizaciones no gubernamentales
para la búsqueda de soluciones a los problemas de la sociedad.
2. Gobierno Competitivo Consiste en exigir criterios de competencia en la prestación de servicios
mediante la eliminación de los monopolios gubernamentales y la
liberación de las fuerzas del mercado. Con esta estrategia se espera reducir
los costos de los servicios y aumentar su calidad.
24
Santana Rabell, Leonardo y Negrón Portillo, Mario. Op. cit. p.53.
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Continuación del cuadro No. 2.1
Principio Descripción
3. Gobierno inspirado por misiones Las instituciones públicas tradicionales están dirigidas por las reglas
y los procesos, no obstante, las organizaciones empresariales tienden
a minimizar las reglas y ponen su enfoque en definir claramente su
misión y objetivos. La misión es la justificación social de cualquier
organización.
4. Gobierno orientado hacia los La preocupación de los gerentes públicos debe cambiar de prioridad;
resultados de insumos y procesos a resultados. El desempeño se debe evaluar
por la calidad de los resultados, no sólo por el fiel cumplimiento de
los procesos formales.
El propósito del gobierno es servir a sus ciudadanos. A partir de la
5. Gobierno orientado hacia los clientes filosofía de calidad total, argumentan que la mejor forma para obtener
calidad es logrando satisfacer las necesidades o deseos del cliente.
La reinvención consiste en dirigir la autoridad y responsabilidad del
6. Gobierno empresarial gobierno hacia ganar dinero en vez de gastarlo y motivar a los
empleados con diversos incentivos para lograr este objetivo. Se
propone establecer el motivo de ganancia como un aspecto
importante en la provisión de los servicios públicos.
Consiste en otorgar mayor grado de autoridad para tomar decisiones
7. Gobierno descentralizado a los funcionarios en los niveles más bajos de la organización;
significa delegar autoridad; conferir poder decisional a las unidades
y empleados. Se trata de acercar las decisiones a los niveles más
próximos a los clientes; reducir las jerarquías burocráticas y fomentar
la participación y el trabajo de equipo.
Su objetivo es fortalecer las comunidades y la participación de los
8. Gobierno de la comunidad ciudadanos en las decisiones gubernamentales. Se parte del supuesto
que la comunidad tiene mayor compromiso y que entiende mejor
sus problemas que los burócratas profesionales.
Tiene como función principal anticipar los problemas, consensar
9. Gobierno previsor antes de actuar; prevenir para evitar remediar. Se basa en la necesidad
de la planeación estratégica, lo cual significa visualizar el futuro de
la organización a los fines de formular su misión, identificar los
problemas más urgentes o prioritarios y adoptar los objetivos,
decisiones y acciones para alcanzarla.
El gobierno debe explorar la idea de utilizar los mecanismos del
10. Gobierno orientado al mercado mercado para ofrecer servicios públicos. Se parte del supuesto que
el mercado puede ser estructurado para conseguir metas públicas y
evitar que los programas gubernamentales respondan a decisiones
públicas.
Fuente: Elaboración propia con base en Santana Rabell, Leonardo y Negrón Portillo, Mario.
Op. cit. p. 54-57.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 107
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El objetivo de la reinvención del gobierno no es cambiar los fines (el qué y para
qué) del gobierno; la tarea urgente es cuestionar y cambiar la forma tradicional y
burocrática de cómo funciona el gobierno. El problema entonces es de carácter
instrumental; es cuestión de afinar los medios, mejorar la operación de las
instituciones públicas y erradicar la burocracia. En el fondo, más que una teoría
de gobernabilidad, proponen una microgerencia pública.25
Como ya se mencionó, el Presidente Clinton en 1993 promovió la creación del
programa National Performance Review, grupo especializado del gobierno fed-
eral destinado a apoyar y promover la calidad como fundamento de servicio y
excelencia en los Estados Unidos, con este proceso se inició el segundo impulso
hacia la calidad en el gobierno estadounidense. La comisión fue encabezada
por Al Gore el 19 de marzo de 1993; los resultados se publicaron el 20 de
septiembre del mismo año, donde se destaca el propósito de ahorrar en su primera
etapa 100 millones de dólares en los cinco años siguientes. Asimismo, fue creado
en 1988 el Quality Federal Institute como herramienta para promover el programa
de calidad total, y también en ese año se empezó a otorgar el denominado Premio
de la Presidencia a la Calidad.26
25
El concepto de microgerencia pública se refiere a la gerencia pública más influida por la administración de
negocios. Constituye el nivel micro-organizacional y los aspectos relacionados con la eficiencia y la eficacia
interna. La microgerencia pública en el sector público permite imitar, adoptar y adaptar métodos, técnicas y estrategias
de la administración de negocios. A nivel macro-gerencial la situación es más compleja dado las variables políticas
que determinan el contexto de la administración pública.
26
El Premio Presidencial a la Calidad establece siete principios para identificar a las agencias gubernamentales que
alcanzan la excelencia: 1) liderazgo; 2) información y análisis; 3) planificación estratégica de la calidad; 4) desarrollo
y administración de los recursos humanos; 5) administración del proceso de calidad; 6) resultados en la calidad y
las operaciones y 7) enfoque y satisfacción del cliente.
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La propuesta de reinventar el gobierno, en realidad trata de los viejos problemas
de la Administración Pública que la nueva retórica gerencial elude o trata de
manera superficial.27 Para Santana y Negrón (1995) algunas limitaciones al
respecto son:
1. Una de la tesis centrales del libro es que la sociedad civilizada no puede
funcionar eficazmente sin un gobierno eficaz. Este es un aforismo cierto, aunque
debe considerarse que en una sociedad democrática, la eficacia o eficiencia no
constituyen los únicos valores que orientan las decisiones y acciones
administrativas en el sector público. Existen valores como: justicia social, equidad,
responsabilidad pública, protección de las leyes, apego a la ley, representatividad,
protección de los derechos civiles y honradez en la gestión pública. Por otra
parte, los conceptos de constitución o gobierno constitucional, que deberían
formar parte de los principios de cualquier reinvención del gobierno, no son
considerados seriamente. Más que reinventar el gobierno, hace falta redescubrirlo.
2. Los reformadores del gobierno deben conocer los procesos legales, las
interpretaciones judiciales y los aspectos del derecho administrativo aplicables
en su área de intervención. Por ejemplo, la misión de las agencias y otras
dependencias gubernamentales está definida en la ley que las crea; es propiamente
una directriz legislativa. Desde esta óptica, los gestores públicos sólo pueden
reinventar las misiones organizacionales dentro de los requerimientos o exigencias
establecidas por los mandatos legales. Los gestores públicos tienen que ser
27
Ibid. p. 59-62.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 109
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eficientes, innovadores y creativos, pero sus acciones empresariales siempre deben
efectuarse dentro del marco de la discreción administrativa permitido por la ley.
3. La metodología que se utiliza en la obra plantea serias interrogantes sobre
la posibilidad de extrapolar generalizaciones conceptuales empíricamente válidas
basadas en la descripción de historias de eventos específicos que fueron exitosos.
La selección de estos ejemplos permite probar que sus argumentos no significan
que la estrategia de ofrecer servicios públicos no pueda fracasar en otros escenarios
o condiciones organizacionales.
4. Otra limitación metodológica que radica en la obra, se debe a la carencia
en los procesos de implementación (políticos, procesales, actitudes, cultura,
comportamiento, etc.) de las estrategias empresariales. Además, se obvian aspectos
de la historia institucional, así como las características específicas del entorno
político, social, cultural y económico, que son tan importantes para tener una
visión totalizadora y científica del objeto estudiado. De las buenas intenciones y
declaraciones oficiales, los reformadores gubernamentales tienen que basarse
en un análisis riguroso de una realidad socio-administrativa que es sumamente
compleja y dinámica en cada país.
Coincidimos con lo dicho por Leonardo Santana y Mario Negrón en el sentido
que establecen “...la reinvención del gobierno debe incluir otras variables
relacionadas con la preservación y legitimidad del sistema político-administrativo,
particularmente las que se relacionan con la equidad y la redistribución de los
recursos. A pesar de sus pretensiones, la aportación más valiosa de Reinventing
Government reside en el ámbito de la microgerencia pública, pues integra y
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aplica las ideas emergentes en el campo de la gerencia moderna para conseguir
eficiencia interna en las organizaciones (calidad total, planeación estratégica,
reingeníeria, gerencia participativa, entre otras), pero en realidad no constituye
o reinventa una teoría de gobierno”.28
2.1.5 Paradigma posburocrático y gestión pública
Otro ejemplo representativo de la gestión pública, es el libro de Michel Barzelay
(1992), que a partir de un estudio de caso sugiere consideraciones teóricas.29 El
texto es un recuento crítico de la experiencia en el Estado de Minnesota para
alcanzar una reforma exitosa de innovación gerencial y organizacional. Entre las
propuestas más importantes se encuentran la desregulación, el uso de mecanismos
de mercado y la adopción de conceptos y técnicas surgidas en la iniciativa privada,
como cliente, calidad total o el “enfoque al usuario”. Para Barzelay el cliente es
una herramienta cada vez más usada por los funcionarios públicos en la definición
y la solución de problemas.30
Al documentar la experiencia de éxito del programa STEP (Striving Toward
Excelence in Performance) en el Estado de Minnesota en la década de los 1980,
Barzelay estudia la incorporación de mecanismos de mercado y competencia
28
Ibid. p. 62-63.
29
Barzelay, Michael. Atravesando la Burocracia. Una Nueva Perspectiva de la Administración Pública. México,
Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública-F.C.E., 1998, p. 46. La experiencia presentada se
refiere a un departamento staff en el Estado de Minnesota.
30
Ibid. p. 47.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 111
José Juan Sánchez González
para resolver problemas de desperdicio y lentitud en la actuación de diversas
agencias estatales, básicamente derivados del erróneo control y decisión en las
estructuras del staff del gobierno.31
El trabajo de Barzelay se diferenció de Hood y Jackson en tres aspectos
importantes.32 En primer lugar, el libro se basó en un estudio de “caso natural”,
y no en el análisis de “caso” abstracto, definido desde el punto de vista de la
aceptación de una filosofía administrativa. En segundo lugar, Barzelay no sólo se
ocupó del establecimiento de la agenda, sino también de la reelaboración de las
rutinas y culturas organizacionales en la “fase de implementación” del proceso
de elaboración de las políticas públicas. En tercer lugar, la obra explicaba el
cambio en Minnesota utilizando métodos descriptivos vinculados con una teoría
implícita, en tanto que Hood y Jackson explicaron un marco de referencia
explicativo de base teórica, para escoger los hechos en su caso estilizado.
El paradigma burocrático, según Barzelay, es que la eficiencia de la acción se
debe a la delegación específica de autoridad y a la ejecución de procedimientos
y reglas de una manera uniforme. El ejercicio del presupuesto está basado en la
idea del gasto y del ahorro, no desde el punto de vista del objetivo y de la
manera más eficiente de alcanzarlo. De esta manera, Barzelay diagnóstica un
31
Arellano Gault, David. “Gestión Pública en Estados Unidos: Crisis y Estado del Arte”. Gestión y Política Pública.
México, CIDE, vol. IV, núm. 1, primer semestre de 1995, p. 128.
32
Barzelay, Michael. “La Nueva Gerencia Pública. Un Ensayo Bibliográfico para Estudiosos Latinoamericanos (y
otros)”. Op. Cit. p. 23.
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agotamiento de dicho paradigma ante la complejidad de los contextos de acción
de cualquier gobierno moderno. El paradigma posburocrático tiene las siguientes
características:
1. Una dependencia burocrática se enfoca en sus propias necesidades y
perspectivas. Una dependencia impulsada por el cliente se enfoca en las
necesidades y las perspectivas de éste.
2. Una dependencia burocrática se enfoca en las funciones y las
responsabilidades de sus partes. Una dependencia impulsada por el cliente se
enfoca en ayudar a que toda la organización funcione como equipo.
3. Una dependencia burocrática se define tanto por la cantidad de recursos
que controla como por las tareas que desempeña. Una dependencia impulsada
por el cliente se define por los resultados que logra en beneficio de sus clientes.
4. Una dependencia burocrática controla los costos. Una dependencia
impulsada por el cliente crea un valor neto de costo.
5. Una dependencia burocrática se aferra a la rutina. Una dependencia
impulsada por el cliente modifica sus operaciones como respuesta a las demandas
cambiantes de sus servicios.
6. Una dependencia burocrática lucha por ganar terreno. Una dependencia
impulsada por el cliente compite por obtener más negocios.
7. Una dependencia burocrática insiste en seguir los procedimientos
normales. Una dependencia impulsada por el cliente introduce la opción en sus
sistemas operativos, cuando al hacerlo cumple un propósito.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 113
José Juan Sánchez González
8. Una dependencia burocrática anuncia políticas y planes. Una dependencia
impulsada por el cliente emprende con sus clientes una comunicación en am-
bos sentidos, con objeto de evaluar y revisar su estrategia operativa.
9. Una dependencia burocrática separa el trabajo de pensar del trabajo de
hacer. Una dependencia impulsada por el cliente otorga la autoridad a los
empleados operativos, de emitir juicios sobre el modo de mejorar tanto el servicio
al cliente como su valor.
En esta perspectiva, los valores de las agencias públicas deben dirigirse hacia las
nuevas palabras: cliente, calidad, valor, servicio, incentivos, innovación,
flexibilidad e impulso a la discrecionalidad de sus empleados. Sin embargo, la
mayor parte de los trabajos de Osborne y Gaebler, y del Barzelay, está sustentada
en casos de aplicación exitosos. Realizados según la filosofía de la “mejor práctica
de investigación”, estudian las políticas que han resultado ser las adecuadas y
que resultaron exitosas, sin estudiar las que no lo fueron. No obstante, existen
consideraciones que hay que tomar en cuenta.33 Primera: no se aprende de la
experiencia donde el éxito no pudo ser evaluado a largo plazo, sino sólo aquellos
definidos por el investigador de acuerdo a sus fines. Innovaciones y logros de
hoy se convierten, regularmente, en problemas del mañana. Segunda: la
transferencia de las experiencias es una ilusión. Cada caso se desarrolla en
condiciones específicas, donde los diversos factores se combinan en formas únicas
e incluso irrepetibles. El peso de determinados elementos, desde suerte y azar
33
Arellano Gault, David. Op. cit. p. 134.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
114 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo II De la Gestión Pública a la Nueva Gestión Pública
(New Public Management)
hasta liderazgo, convierte los sucesos en experiencias a considerar pero no en
modelos para repetir. Más aún, este tipo de prácticas que obtienen conclusiones
de sentido común, no es una teoría que se pueda probar.
En esta clase de estudios se violan claramente los principios de validación
científica. Respecto a la validación interna, existen obvios problemas de
maduración, selección, interacción y efectos de reacción a las medidas prescritas,
y se confunde continuamente selección con tratamiento. Ignorando la historia y
dedicándose simplemente a la descripción de prácticas exitosas, desarrollan casos
donde la demostración de la complejidad queda ausente, donde en vez de ver
una realidad compleja de actores, sólo se observan imágenes confusas hacia el
camino de casos de éxito.
La propuesta posburocrática no es tal, debido a que Barzelay no logra proponer
un nuevo paradigma con los argumentos y principios teóricos de la burocracia
elaborados por Max Weber. Lo que la propuesta posburocrática propone es elevar
el grado de racionalidad unilateral. Pasar de la legalidad planteada por Weber
hacia una racionalidad todavía más impersonal: la del mercado y su lógica. Así,
en vez de tener una posburocracia lo que se tiene en realidad, es una
ultraburocracia racional por la lógica impersonal de la competencia y la
agregación de preferencias en el mercado libre.
En suma, parece que el paradigma posburocrático de Barzelay es un regreso a la
discusión iniciada por Herbert Simon, en el sentido de que los supuestos principios
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 115
José Juan Sánchez González
del paradigma se reducen a “proverbios” con una limitada certeza científica en
el ámbito de la administración pública.
2.1.6 El caso de Australia
En el año de 1992 aparece el estudio de Colin Campbell y John Halligan acerca
del liderazgo ejecutivo y la elaboración de políticas de la gestión pública en
Australia durante ocho años de gobierno laborista en ese país (1982-1990).34
Este trabajo Political Leadership in an Age of Constraint (1992), surge del campo
de las Ciencias Políticas en el estudio de las políticas públicas.
La importancia del libro de Campbell y Halligan en este debate es el hecho de
que constituyó un estudio descriptivo y explicativo del cambio de las políticas
de gestión pública en Australia. Las evidencias del caso examinado por estos
autores, se relacionaban con los cambios ocurridos en dos dimensiones clave de
las políticas de gestión pública: las reglas institucionales y las rutinas
organizacionales. El método explicativo consistió en suministrar un informe
narrativo. La teoría utilizada para explicar los cambios en las reglas y rutinas
institucionales provenían, por una parte, de la literatura sobre la elaboración de
políticas públicas y, por otra parte, de la literatura sobre la conducción de las
intervenciones organizacionales desde posiciones de autoridad ejecutiva.
34
Campbell, Colin y Halligan, John. Political Leadership in an Age of Constraint: The Australian Experience. Pitts-
burgh, P.A. University of Pittsburgh Press, 1992
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
116 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo II De la Gestión Pública a la Nueva Gestión Pública
(New Public Management)
Siguen siendo recurrentes en la literatura de la Nueva Gestión Pública, los estudios
de caso “exitosos”, que, por un conjunto de circunstancias particulares y
específicas, no pueden reproducirse de manera automática a países en desarrollo
como es el caso de Australia.
El problema central se refiere a que se trata de “imitar” los cambios en la gestión
pública, más que “innovar” a partir de las referencias culturales, políticas y
administrativas en los países receptores. La falta de una argumentación teórica
sólida a este respecto, limita las posibilidades de acumular conocimiento útil en
el marco del estudio de la Gestión Pública.
2.1.7 Estado del arte de la gestión pública
Aunque Barzelay (2001) no incluya la obra de compilación de Barry Bozeman
(1993), sin lugar a dudas, ocupa un lugar destacado como punto de partida para
entender el estado actual del public management. Aparecida en el año de 1993,
el trabajo permite conocer diferentes disertaciones sobre un mismo tema: la
gestión pública.35
Bozeman señala que fue convocada una Conferencia Nacional de Investigación
sobre Gestión Pública en septiembre de 1991, donde 73 investigadores y teóricos
35
Bozeman, Barry (comp.). Public Management. The State of the Art. California, Jossey-Bass Inc, Publishers, 1993.
Versión en español: Bozeman, Barry (comp.). La Gestión Pública. Su Situación Actual. México, Colegio Nacional
de Ciencias Políticas y Administración Pública, Universidad Autónoma de Tlaxcala, F.C.E., 1999.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 117
José Juan Sánchez González
de la gestión pública, reunidos en la Universidad de Syracuse, expusieron ideas
sobre el contenido, significado y las perspectivas de la gestión pública. Los
propósitos de la Conferencia fueron: 1) evaluar el estado actual de la investigación
sobre gestión pública; 2) presentar los mejores y más modernos estudios sobre la
gestión pública; 3) favorecer el avance de la investigación sobre la gestión pública
identificando las lagunas que hubiese en la teoría, la investigación y la
metodología, y 4) facilitar la comunicación entre los investigadores de la gestión
pública.36
La obra intenta explorar la posibilidad de una teoría de la gestión pública, sus
problemas prácticos y metodológicos, más allá de las simples experiencias y
anécdotas que experimentan los gestores públicos, para intentar construir un
núcleo central de la gestión pública. Representa una seria reflexión sobre una de
las mayores debilidades de la gestión pública: su pretendido carácter teórico. A
partir del reconocimiento de que la gestión pública, representa más que una
orientación académica, un esfuerzo institucional, se proponen líneas de
investigación para superar dicha limitación conceptual.
En nuestra opinión, es una de las pocas obras que asumen la categoría “gestión
pública” –en su traducción de public management- de manera seria y reflexiva,
debido a que reconoce sus alcances, aunque también asume sus limitaciones
particulares. Resulta una consulta obligatoria para los estudiosos de la gestión
36
Ibid, p. 8.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
118 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo II De la Gestión Pública a la Nueva Gestión Pública
(New Public Management)
pública que pretenden avanzar del empirismo limitante, al debate fundado y
reflexivo de esta nueva orientación de estudio.
2.1.8 De la administración pública progresiva a la
nueva gestión pública
En 1994 Christopher Hood publicó su libro Explaining Economic Policy
Reversals, que incluía un capítulo sobre la Nueva Gestión Pública. Su propósito
principal fue dar cuenta de una dramática modificación ocurrida en el estilo de
organización de los servicios públicos, desde la Administración Pública Progresiva
(APP) hacia la Nueva Gestión Pública 37
La Administración Pública Progresiva (APP) puede ser interpretada como parte
del proceso hacia la “modernización” social. Max Weber fue el primero en 1911
en caracterizar la “democracia moderna” en términos muy parecidos a los del
modelo de la APP (incluyendo una carrera para toda la vida, pagas fijas y no
fluctuantes en función de la actividad, y un énfasis en las reglas de procedimiento).
La tradición weberiana de entender el cambio administrativo como modernización
permaneció fuertemente atrincherada y la APP fue observada como el símbolo
de la modernidad en la administración pública.
37
Hood, Christopher. Explaining Economic Policy Reversals. Buckingham: Open University Press, 1994. Hood,
Christopher “Reforma Administrativa en la Gestión Pública: Paradojas y Péndulos”. Bruge, Quim (comp.). Lecturas
de Gestión Pública. Madrid, Ministerio de las Administraciones Públicas, 1996.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 119
José Juan Sánchez González
De acuerdo con Hood (1994) es a principios de los años de 1980, que la alternativa
más potente a la interpretación weberiana de la APP, como el último paso en la
modernización funcional fue la aproximación de la “economía de la burocracia”,
propuesta por Wiliam Niskanen (1971) en su famoso libro: Bureaucry and
Representative Government, (Burocracia y Gobierno Representativo).
En realidad, para este autor la Nueva Gestión Pública es una “mata dinosaurios”
de la APP. Las explicaciones sobre el desarrollo de la administración pública
recibieron una sacudida cuando varios países de la OCDE empezaron a moverse
hacia lo que se denominaba “Nueva Gestión Pública”. En realidad existe una
analogía con los términos “nueva política” o “nueva derecha” y “nuevo Estado
industrial”, que se inventaron por razones similares.
El modelo de la NGP golpea ostensiblemente en el núcleo de las dos doctrinas
básicas de la APP (...) Una de sus proposiciones es la disminución de las diferencias
organizativas entre el sector privado y el sector público, con el fin de reducir la
evitable ineficiencia del sector público. La nueva doctrina establece que los
métodos de funcionamiento del sector público deben ser cambiados, sustrayendo
el énfasis en las reglas generales y poniendo el acento en los resultados.38
De acuerdo a Hood, existen seis dimensiones que resumen el cambio de la APP
a la NGP, que son: 1) más énfasis en la desagregación de las organizaciones
38
Ibid, p. 431.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
120 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo II De la Gestión Pública a la Nueva Gestión Pública
(New Public Management)
públicas en unidades separadas y autónomas; 2) más énfasis en la competencia
formal, tanto en organizaciones del sector público a través de la “prueba (test)
del mercado” y las franquicias; 3) mayor énfasis en la adopción de prácticas del
sector privado en el sector público; 4) más énfasis en la gestión directa (hands on
management) para tener mayor control y poder discrecional por parte de los
gestores públicos; 5) mayor importancia en establecer estándares de
funcionamiento explícitos y medibles para las organizaciones públicas en términos
de alcance, nivel y contenido de los servicios a ser provistos, y 6) más énfasis en
el control de las organizaciones públicas mediante un control de las salidas
(outputs).
Hood (1994) se diferenció de Hood y Jackson (1991) en varios aspectos
específicos. En primer lugar, la idea de que la Nueva Gestión Pública es un
“argumento administrativo” no fue mencionada. En segundo lugar, hizo referencia
a la Nueva Gestión Pública desde el punto de vista de un patrón de políticas y
prácticas descrito como un “estilo de organización de los servicios públicos” y
no desde el punto de vista de una filosofía administrativa. En tercer lugar, el
capítulo del libro de 1994 introdujo el concepto de APP -también concebida
como un estilo de organización de los servicios públicos- para describir los
cambios radicales de las políticas en la administración pública.
Una reflexión final que realiza Hood se refiere a que la Nueva Gestión Pública
simplemente representa un desarrollo de “contabilización” más allá de lo que
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 121
José Juan Sánchez González
Weber pudo imaginar y la automatización de muchos procedimientos de encajar
casos en categorías que en tiempos de Weber se hacían manualmente.39 A pesar
de que la Nueva Gestión Pública sea una sorpresa para el estándar propuesto
por Niskanen, este modelo se puede desarrollar siguiendo su propia lógica para
hacer que desarrollos como la corporatización y la contratación externa sean
predecibles.40 En realidad, el rompecabezas actual debería preguntarse por qué
el modelo de la APP duró tanto tiempo y no por qué se desarrolló para
cuestionarlo.
2.1.9 Análisis comparativo de la nueva gestión pública
En ese mismo año, Herman Schwartz (1994) publicó “Small States in Big Trou-
ble” en World Politics”. El objetivo principal fue dar cuenta de las similitudes
entre Australia, Nueva Zelanda, Suecia y Dinamarca en los años de 1980. Su
propósito fue poner los cambios ocurridos en la gestión pública bajo el alcance
de la investigación comparada de las Ciencias Políticas sobre el cambio
institucional y de políticas.41
Schwartz sostenía que la Nueva Gestión Pública había tenido lugar en un caso si
estaban presentes determinadas políticas acordes con grandes temas. Entre estos
asuntos se incluían: “dejar que los gerentes gerencien” e “inyectar competencia”.
39
Ibid, p. 488.
40
Niskanen, William. Bureaucracy and Representative Government. Chicago, Aldine-Atherton, 1971.
41
Schwartz, Herman. “Small States in Big Trouble”. World Politics, No. 46, 1994.
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122 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo II De la Gestión Pública a la Nueva Gestión Pública
(New Public Management)
El autor obtuvo evidencias de casos en áreas tan dispares como la planificación
de gastos y la gerencia financiera, relaciones entre gobierno central y los gobiernos
estatales, así como el diseño organizacional de la provisión de servicios públicos.
Lo que de acuerdo a este punto de vista se demostraba es que la Nueva Gestión
Pública no era un paradigma único y universal, ya que cada país impulsaba
determinadas políticas en aspectos que consideraba prioritarios.
Sobre estas bases, Schwartz argumentó que Australia, Nueva Zelanda, Suecia y
Dinamarca eran sumamente similares desde el punto de vista de los resultados
definidos para los casos, aunque utilizaban diferentes herramientas
administrativas. Posteriormente, procedió a explicar estas similitudes, utilizando
ampliamente una buena proporción del repertorio de ideas teóricas del campo
de políticas y de política comparada.42
La Nueva Gestión Pública estaba muy lejos de ser un paradigma universal que
podría aplicarse manera única, por el contrario algunos países utilizaban diversas
herramientas para alcanzar los mismos resultados. Esta situación demuestra que
la Nueva Gestión Pública tiene mayor apoyo en países anglosajones, que en
otros países que comparten una mayor intervención estatal.
42
Barzelay, Michael. “La Nueva Gerencia Pública. Un Ensayo Bibliográfico para Estudiosos Latinoamericanos
(y otros)”. Op. Cit. p. 28.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 123
José Juan Sánchez González
2.1.10 Reino Unido y Australia
Otro trabajo que apareció en 1994 fue el estudio comparativo de Spencer Zifcak,
entre la Iniciativa de Gerencia Financiera del Reino Unido y el Programa de
Mejoramiento de la Gerencia Financiera de Australia.43
Basado en una disertación realizada en la London School of Economics, este
libro examinó los cambios ocurridos en las rutinas organizacionales en el área
de la planificación de gastos y la gerencia financiera. Zifcak utilizó métodos
descriptivos e ideas teóricas acerca de las intervenciones organizacionales para
conducir las investigaciones sobre estas dos experiencias.
Como podrá inferirse, el campo de las ideas prácticas de la Nueva Gestión Pública
se encuentra en muy pocos países: Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, Países
Bajos, Suecia y Dinamarca. En el caso latinoamericano, mientras que nuestros
países se encontraban en ese tiempo aplicando la primera generación de políticas,
con todos los costos políticos y administrativos que afectaron las capacidades
del Estado, los países que impulsaban la Nueva Gestión Pública tenían otra clase
de prioridades y requerimientos.
Actualmente, la segunda generación de políticas impulsadas por el Centro
Latinoamericano de Administración para el Desarrollo (CLAD) propone cambios
43
Zifcak, Spencer. New Managerialism: Administrative Reform in Whitehall and Canberra. Buchkingham, Eng.,
Open University Press, 1994.
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124 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo II De la Gestión Pública a la Nueva Gestión Pública
(New Public Management)
en la gestión pública acordes a la naturaleza pública de los países. Sugiere sólo
de manera limitada algunas políticas de la Nueva Gestión Pública, debido a que
su implementación en la administración pública latinoamericana crea efectos
colaterales y regresivos, que más que ayudar en su modernización, puede provocar
disfunciones en la capacidad de respuesta del Estado.
2.1.11 El caso de Canadá
Nuevamente Aucoin publicó en 1995 un estudio comparativo sobre la Nueva
Gestión Pública en Canadá. Este trabajo incluía varios planteamientos alrededor
de un argumento administrativo.44 Este planteamiento era complejo e incluía la
formulación de un argumento doctrinal sobre las políticas de gestión pública;
una evaluación de las políticas de gestión pública en el Reino Unido, Australia y
Nueva Zelanda, y un criterio a favor de la elección e implementación de
determinadas alternativas de política en Canadá.
El argumento administrativo de Aucoin concernía a las precondiciones para el
buen gobierno, definido como políticamente responsable y capaz de formular e
implementar políticas públicas sustantivamente valiosas.45 En primer lugar, hay
un argumento a favor de contar con un servicio civil de carrera, a partir de tomar
en cuenta la historia administrativa. En segundo lugar, Aucoin afirma que la
cuestión relativa a la estructuración y gestión de la relación entre un servicio
44
Aucoin, Peter. The New Public Management: Canada in Comparative Perspective. Montreal, IRPP, 1995.
45
Barzelay, Michael. “La Nueva Gerencia Pública. Un Ensayo Bibliográfico para Estudiosos Latinoamericanos (y
otros)”. Op. Cit. p. 29.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 125
José Juan Sánchez González
civil de carrera y los ministerios debería ser enfrentado como si se resolviese un
problema agente-principal. La solución propuesta fue que los ministros escribieran
contratos explícitos conteniendo metas específicas para los productos. Este
argumento fue elaborado mediante la aplicación de la teoría agente-principal a
las circunstancias del gobierno. El tercer planteamiento concierne a la gestión
interna de las agencias de gobierno. A partir del concepto de organizaciones de
buen desempeño, el autor defiende la idea de poner énfasis en la gente, en el
liderazgo participativo, en los estilos de trabajo innovadores y en una fuerte
orientación al cliente. Este argumento fue elaborado mediante la aplicación de
las doctrinas gerenciales de moda, a las burocracias públicas.
En suma, Aucoin puso en estrecho contacto tres universos de discurso vagamente
asociados: 1) la teoría normativa de la administración pública; 2) la Nueva
Economía Institucional y 3) el pensamiento gerencial. De cualquier manera, el
servicio civil de carrera no ha desaparecido de aquellos países que lo impulsaron
–Estados Unidos e Inglaterra- en realidad, sólo se han realizado reformas para
flexibilizarlo y ponerlo a tono con las nuevas condiciones prevalecientes en el
contexto de la gestión pública.
2.1.12 La gestión política de Moore
Otra ambiciosa investigación fue publicada por Mark. H. Moore (1995).46 Este
trabajo presentó un argumento administrativo, dirigido principalmente a los
46
Moore, Mark H. Creating Public Value: Strategic Management in Government. Cambridge, MA: Harvard University Press,
1995. Versión en español: Gestión Estratégica y Creación de Valor en el Sector Público. Barcelona, Paidós, 1998.
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126 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo II De la Gestión Pública a la Nueva Gestión Pública
(New Public Management)
ejecutivos designados y de carrera en los Estados Unidos. A diferencia de Hood
y Jackson, el tema del argumento administrativo de Moore fue el liderazgo
ejecutivo. Consecuentemente, en lugar de lidiar con los temas recurrentes del
diseño organizacional, este libro adelanta un punto de vista acerca del rol de los
gestores públicos. El autor presenta su obra en los siguientes términos:
En primer lugar, expone una filosofía de la gestión pública, es decir, una idea de
lo que los ciudadanos debemos esperar de los gestores públicos, las
responsabilidades éticas que asumen al tomar posesión de su cargo y lo que
constituye una ejecución virtuosa. En segundo lugar, presenta diferentes esquemas
de diagnóstico para guiar a los gestores en el análisis del contexto en el que
operan y calibrar el potencial para llevar a cabo una acción efectiva. En tercer
lugar, identifica tipos de intervención que los gestores pueden realizar para
explotar el potencial del contexto político y organizativo con el fin de crear
valor público.47
Para Barzelay el argumento administrativo de Moore (1995) incorpora dos tipos
de planteamientos.48 El primero fue un argumento político con un sentido
coincidente con el que se ha dado al término en ese momento. Según este
planteamiento los gestores públicos deberían discernir los mandatos de sus
agencias, involucrándose en la gestión política. La segunda exposición
47
Ibid, p. 19.
48
Barzelay, Michael. “La Nueva Gerencia Pública. Un Ensayo Bibliográfico para Estudiosos Latinoamericanos (y
otros)”. Op. cit. p. 31.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 127
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correspondió al análisis de casos para describir cómo las situaciones
administrativas han sido manejadas por los gestores públicos.
Moore afirma que muchas de las técnicas de la gestión empresarial son igualmente
aplicables al sector público, dicho debate se plantea de manera errónea ya que
el sector público crea valor de una manera diferente al sector privado. Así, el
sector público a pesar de poder crear valor en la provisión de determinados
bienes y servicios que el sector privado no puede producir, fundamentalmente
crea valor en la manera en que produce dichos bienes, es decir, mediante el
diálogo comunitario, la participación social y el respeto a los valores
constitucionales y democráticos.49
El argumento administrativo de Moore puede ser parcial e imperfectamente
codificado. Este argumento incorpora tres subargumentos principales. El primero
tiene que ver con el concepto de valor público.50 Para Barzelay este argumento
no concierne a la gestión pública; más bien suministra razones para rondas
posteriores de argumentación acerca de las burocracias públicas y del rol de los
gestores públicos. Sin embargo, estoy de acuerdo con Moore en el sentido de
que las aspiraciones colectivas de un conglomerado político, más que cualquier
otra consideración aislada, determina dónde radica el valor público. Las
propuestas de cualquier actor u observador respecto a qué podría constituir un
49
Moore, Mark H. Op. cit., p. 17.
50
El concepto de valor público se relaciona con aquel de una filosofía pública del gobierno, que se centra en el
“gobierno en acción”, más que en apropiados arreglos institucionales.
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128 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
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incremento o un decremento en el valor público deben sustentarse en una
evaluación apropiada de las aspiraciones colectivas de un conglomerado político.
Una segunda argumentación de Moore es la importancia de las circunstancias
en las cuales operan las burocracias públicas. Las circunstancias moldean las
oportunidades para la creación del valor público. El valor público es un punto
de vista, a partir del cual, se evalúan los cambios imaginados con respecto a lo
que hacen las agencias del gobierno y a su entorno político.
Por último, destaca en la argumentación de Moore el papel de los gestores
públicos, que consiste en discernir oportunidades, formular una estrategia para
alcanzar el éxito organizacional, traducir esta estrategia en una intervención
organizacional planificada y llevar a cabo esta intervención con habilidad. Una
primera apreciación consiste en desarrollar el rol del gestor público como un
empresario y un estratega. Una segunda consideración se refiere a identificar las
funciones organizacionales y los tipos de intervenciones que se supone tienen
que desempeñar los gestores públicos, tales como la gerencia pública y la
reingeniería, respectivamente. Un tercer tipo de especificaciones consiste en
identificar las acciones puntuales, que se supone debe asumir un gestor público,
tales como la formulación del enunciado de la misión.
El gestor público, para Moore, es quien debe estimular y conducir el diálogo
comunitario para la definición y constante evaluación de la gestión pública. El
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 129
José Juan Sánchez González
directivo tiene que potencializar su capacidad política, expresada de manera
efectiva a través de su gestión política (political management). Fundamentalmente,
el gestor público debe encargarse de obtener una misión o mandato explícito
para su organización o programa, de cuya ejecución posteriormente debe rendir
cuentas ante los representantes democráticos de la sociedad. No se trata de que
el gestor público imponga su propia concepción del valor público, sino que
tome la responsabilidad de obtener dicho mandato y obligarse a su cumplimiento.
En realidad, de acuerdo a la opinión de este autor, toda gestión pública es
necesariamente una gestión política.
En este sentido coincide Metcalfe (1999) cuando señala que los gestores públicos
deben no sólo administrar eficazmente la labor de sus organizaciones, deben
también participar en un proceso más estratégico y político de gestión en las
transformaciones estructurales de gran escala ocurridas en las redes de
organizaciones a través de las cuales se elaboran y aplican las políticas públicas.
Las preferencias personales determinarán si esto se considera como una
politización de la gestión o una gestión de la política. “La gestión pública y la
política están indisolublemente interrelacionadas en el proceso de gestión del
cambio en el plano interinstitucional.”51
El directivo público posee un conjunto de herramientas entre las que destaca la
gestión estratégica como instrumento para definir el valor de la actividad
51
Metcalfe, Les. “La Gestión Pública: de la Imitación a la Innovación”. En Losada Marrodán, Carlos. ¿De Burócratas
a Gerentes? Las Ciencias de la Gestión Aplicadas a la Administración del Estado. Washington, Banco Interamericano
de Desarrollo, 1999, p. 48.
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organizativa y la gestión política, como principios para interactuar con los actores
del entorno en que se desenvuelve con el fin de obtener un mandato legítimo.
La gestión política como parte de las tareas de la gestión pública introduce nuevas
dimensiones, no solo técnicas y administrativas, sino que sitúa a la misión del
gestor público de manera comunitaria y consensuada. El valor público sólo puede
ser definido por los ciudadanos, no por los clientes. Esta obra rompe de manera
efectiva la visión limitada de que la gestión pública es sobretodo una gestión
administrativa.
2.1.13 Lynn
La obra de Lawrence Lynn, publicada en 1996, aunque no discute la Nueva
Gestión Pública, se refiere a temas de teoría y método de la investigación sobre
la gestión pública.52 Lo que Lynn propuso como camino hacia delante es mate-
ria de análisis. En lo general, recomendó seriamente al campo de la gestión
pública que se tornase más científico sin perder el sentido de propósito, la
jurisdicción y la legitimidad tomada de su orientación profesional. Al reconocer
que la gestión pública se presentaba como un conjunto de experiencias de
políticas implementadas por determinados países, el tema ausente en su agenda
era su fundamento teórico.
52
Lynn, Lawrence. Public Management as Art, Science and Profession. Chatham, NJ, Chatham House, 1998.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 131
José Juan Sánchez González
Lynn considera que la gestión pública requiere de mayor rigor científico en sus
interpretaciones y métodos de trabajo, para pasar de sus referentes empíricos y
prácticos, así como proponer una mayor aportación con criterios de validez
comprobatoria. La única manera para que la gestión pública no se convierta en
una moda pasajera en la administración pública, sólo es posible mediante la
aceptación seria y reflexiva de que carece de una andamiaje teórico.
En este contexto, este autor propuso que los estudiosos de la gestión pública
reorienten sus esfuerzos de manera que se restableciera un “adecuado balance”
entre su atención hacia el diseño organizacional, por un lado, y hacia el liderazgo
ejecutivo, por el otro.
En estas ideas coinciden tanto Bozeman como Lynn en el sentido de que la
gestión pública requiere de una mayor esfuerzo teórico y conceptual, para pasar
de las recomendaciones de “proverbios” a principios de validez científica con
mayor rigor y sustento argumentativo. Dejar que el conocimiento factual continúe
predominando en la gestión pública es condenarla como una simple moda
emergida del public choice y el gerencialismo, que no genera conocimiento
para la Administración Pública.
2.1.14 La nueva gestión pública en el año 1996
En el año de 1996 se incluyen tres publicaciones significativas relacionadas con
la Nueva Gestión Pública. La primera fue la compilación realizada por Ferlie, en
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
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Capítulo II De la Gestión Pública a la Nueva Gestión Pública
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el que se analiza el estudio del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido.53
Parte del trabajo aborda las principales decisiones de política realizadas por los
centros institucionales de poder, mientras que otras partes tratan sobre las
intervenciones organizacionales desde varias posiciones de autoridad ejecutiva
en el interior del sistema de salud. En realidad, el estudio hizo énfasis
principalmente en el diseño de organizaciones programáticas más que en el
liderazgo ejecutivo o en las políticas de gestión pública.
Una segunda publicación fue el libro editado por Johan P. Olsen y B. Guy Peters.
Se trata de un esfuerzo colectivo, en el que destaca el capítulo sobre el Reino
Unido escrito por Christopher Hood. El tema central se centró en el
“establecimiento de la agenda”, si se toma este argumento para incluir la
“especificación de alternativas”, el otro proceso analítico que opera en la fase
previa a las decisiones del proceso de elaboración de las políticas. Su método
consistió en suministrar un informe descriptivo de los eventos, histórica y
analíticamente significativos del caso del Reino Unido.
Otro estudio publicado en 1996 fue el libro de Allen Schick, que en conjunto
con el Departamento de Tesoro y la State Servicies de la Comisión de Nueva
Zelanda analizan el caso en este país.54 La primera parte de esta investigación
consistió en un informe narrativo que examina cómo tuvo lugar la “revolución
53
Ferlie, Ewan, Andrew Pettigrew y Louise Fitzgerald. The New Public Management in Action. Oxford, Oxford
University Press, 1996.
54
Schick, Allen. The Spirit of Reform: Managing the New Zealand State Sector in a Time of Change. Wellington,
State Services Commission and the Treasury, 1996.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 133
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burocrática” en Nueva Zelanda. El tema central fue la aplicación de las políticas
de gestión pública, en los campos de la planificación del gasto, la gestión
financiera, el servicio civil y las relaciones laborales.
A diferencia de Boston (1991) Shick estaba presentando su propio argumento
administrativo con el propósito de elevar el debate sobre la gestión pública en
Nueva Zelanda, más que describir el argumento del Departamento del Tesoro
con la finalidad de explicar las opciones de política.
La publicación de estos libros en 1996 en torno a la Nueva Gestión Pública
mostraron nuevamente que se trataba de estudios de caso de Reino Unido y
Nueva Zelanda. En ese tiempo la NGP ya tenía un mayor desarrollo de
experiencias empíricas, pero los trabajos teóricos faltaban por escribirse.
2.1.15 La nueva gestión pública de 1998 a 2000
Entre los libros del periodo comprendido de 1998 a 2000 se encuentra el estudio
de Eugene Bardach que centra su interés en la operación de organizaciones
programáticas, y en particular, en cómo identificar y aprovechar oportunidades
para alcanzar metas de políticas a través de la colaboración entre agencias.55
55
Bardach, Eugene. Getting Agencies to Work Together: The Practice and Teory of Managerial Craftsmanship. Washington,
D.C., Brookings, 1998.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
134 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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(New Public Management)
También propuso el “análisis de prácticas inteligentes” como una forma
esencialmente teórica de conducir un diálogo científico y profesionalmente
relevante entre ideas y evidencias.
Un segundo libro en 1998 fue el de Christopher Hood, en el que retomó el
modelo de Hood y Jackson relativo al establecimiento de la agenda. El volumen
incluyó varios capítulos donde comenta a la Nueva Gestión Pública, desde una
perspectiva analítica y crítica. Al año siguiente, la Institución Brookings publicó
el estudio de Donald Kett (1999) sobre la “revolución global de la gestión
pública”.56 Por último, en el año 2000 aparecieron diversas publicaciones
referidas a la Nueva Gestión Pública.57
2.1.16 Dos estudios de caso recientes: México y Brasil
Un reciente artículo aparecido en la publicación del CLAD, escrito por
académicos del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), ofrece
una interesante discusión sobre las políticas de la gestión pública en el área de la
planificación de gastos y gestión financiera.58 El planteamiento está dirigido
específicamente a los participantes en los procesos de reforma de los sistemas
presupuestarios en México. Un segundo argumento consiste en cómo estudiar y
argumentar en torno a la Nueva Gestión Pública.
56
Kettl, Donald F. The Global Public Management Revolution. Washington, D.C., Brookings Institution.
57
Pollitt, Christopher y Geert Bouckaert. Public Management Reform. Oxford, Oxford University Press, 2000.
Lane, Jan-Erick. New Public Management. London, Routledge, 2000. Barzelay, Michael. The New Public Manage-
ment: Improving Research and Policy Dialogue. Berkeley, University of California Press, 2000.
58
Arellano Gault, David, José Ramón Gil, Jesús Ramírez Macías y Angeles Rojano. “Nueva Gerencia Pública en
Acción: Procesos de Modernización Presupuestal”. Reforma y Democracia, Caracas, CLAD, junio 2000.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 135
José Juan Sánchez González
El principal argumento dirigido a los participantes en el proceso de reforma
presupuestaria en México se presenta de la siguiente manera. Si se acepta la idea
general de utilizar el sistema presupuestario como un instrumento para lograr la
aspiración de una gestión de gobierno orientada a los resultados, el debate debería
abordar varios temas relacionados. El primer tema es cuál debería ser el rol de y
las relaciones entre el departamento responsable del presupuesto, la Secretaría
de Hacienda y Crédito Público y los departamentos que efectúan el gasto. En la
medida en que este rol y estas relaciones están moldeadas por reglas institucionales
(un concepto que se relaciona con el marco normativo y legal) y por rutinas
organizacionales, una interrogante pertinente se refiere a cómo deberían
evolucionar estas reglas y normas.59
Estos autores sostienen que la reforma presupuestaria es un proceso de
aprendizaje. La interrogante de qué pueden aprender los mexicanos, acerca de
la reforma presupuestaria en el Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda, la
responden de dos maneras. Primero, es que las aspiraciones y argumentos que
orientan la reforma presupuestaria en México es similar a la orientación hacia
los responsables de la elaboración de las políticas de gestión pública en los
casos ya citados. Segunda, es que el proceso de reforma presupuestaria en México
ha sido, y necesariamente seguirá siendo similar en aspectos clave, al de los
casos de Nueva Gestión Pública ya mencionados, como es el hecho de que la
reforma presupuestaria requiere de cambios en las rutinas y la opinión favorable
59
Barzelay, Michael. “La Nueva Gerencia Pública. Un Ensayo Bibliográfico para Estudiosos Latinoamericanos (y
otros)”. Op. Cit. p. 42.
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136 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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Capítulo II De la Gestión Pública a la Nueva Gestión Pública
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de todos los participantes en el sistema: agencias centrales, departamentos que
ejecutan los gastos y los políticos. Aunque en el caso de México es muy discutible
todavía que sea considerado como un caso exitoso de NGP.
En segundo lugar, existe el artículo de Tendler y Freedheim (1994) en el que
analiza el Programa de Agentes de Salud (PAS) en el estado brasileño de Ceará
durante el periodo de 1987 a 1993.60 El argumento central que ubica el artículo
en la Nueva Gestión Pública, se refiere a que el éxito del PAS se debe, en parte,
a la decisión del gobierno estatal de remar junto a los gobiernos municipales
(por ejemplo, seleccionando los agentes de salud a nivel de la línea del frente),
en lugar de limitar sus actividades a timonear (por ejemplo, diseñando
lineamientos de programas y financiando posiciones a nivel municipal). Este
diseño programático, argumentan estos autores, hizo posible que el programa
evitase adoptar una modalidad de trabajo habitualmente destinada al fracaso,
que incorpora las prácticas “patrimonialistas” de los alcaldes.
Como podrá inferirse, este desarrollo académico hacia la Nueva Gestión Pública
deja muchas enseñanzas teóricas y prácticas en la administración pública. Hood
(1994) afirma que todavía se carece de criterios para medir y comparar ambos
estilos de gestión pública –APP y NGP- además de que la distinción entre cambio
superficial y cambio profundo siempre ha sido difícil en las organizaciones
públicas.61 Incluso, el modelo de gestión pública de la APP no ha desaparecido
60
Tendler, Judith y Sara Freedheim. “Trust in a Rent-Seeking World: Health and Government Transformed in
Northeast Brazil”. World Development, No. 22, 1994.
61
Hood, Christopher “Reforma Administrativa en la Gestión Pública: Paradojas y Péndulos”. Op. cit., p. 487.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 137
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en la misma medida en todas partes, debido a que el proceso todavía está en
curso. Algunos investigadores consideran estos cambios como una rápida sucesión
de modas efímeras que tienen breves momentos de gloria antes de caer en el
olvido y no como una tendencia de fondo en la gestión pública. La Nueva Gestión
Pública puede ser considera como una rueda de modas administrativas, donde
cada moda, por extraña que parezca, volverá algún día.
Pero sí la interpretación ofrecida anteriormente es incorrecta –señala Hood- no
todo en la Nueva Gestión Pública son simples modas propagandísticas. Es difícil
concluir que la extinción de la APP fuera debido a un poder meteórico de nuevas
ideas o de evidencias. Muchas de las ideas han sido versiones recicladas de
viejas doctrinas. Antes del libro de Osborne y Gaebler (1992) la literatura sobre
el gerencialismo en los servicios públicos consistió en listas de comentarios de
académicos escépticos. “Como conjunto de ideas, hay elementos para argumentar
que la NGP parece más un conjunto de reflexiones derivadas de la práctica,
especialmente en los países anglosajones, que el producto irrefutablemente lógico
de un experimento baconiano”.62
2.2 Políticas de la nueva gestión pública
Las propuestas de la Nueva Gestión Pública son tan amplias y variadas como su
utilización. En estas se encuentran desde instrumentos, técnicas o tecnologías,
que por su propia naturaleza tienen un éxito circunstancial y cambian con
62
Ibid, p. 488.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
138 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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Capítulo II De la Gestión Pública a la Nueva Gestión Pública
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extraordinaria rapidez, así como propuestas acerca de la mejor manera de vincular
las relaciones entre las organizaciones públicas y los ciudadanos con relación a
la provisión de bienes públicos.63
Estos planteamientos se encuentran entre las ideas de la Nueva Gestión Pública
(NGP) que, en su conjunto, tienen la pretensión de construir alternativas a los
modelos tradicionales de gestión pública. Sujetas a una amplia discusión se
presentan de manera sucinta.
1. Reducción del tamaño del sector público: el principal postulado de la
Nueva Gestión Pública es la reducción del sector público en tamaño, recursos,
ámbito e influencia. La privatización es la herramienta más recurrente para
justificar la ineficiencia del sector público y la supuesta superioridad del mercado
para asignar recursos. El planteamiento de los promotores de la Nueva Gestión
Pública es que existe un excesivo intervencionismo estatal que busca propiciar
un mayor control de la burocracia, el cual tiene un efecto pernicioso que desactiva
la libre competencia en el mercado.
2. Descentralizar las organizaciones: una de las aspiraciones más inmediatas
de los reformadores ha sido terminar con el supuesto gigantismo de las
organizaciones públicas. La descentralización tiene como propósito central
acercar las organizaciones a los ciudadanos y aproximarse a sus necesidades y
63
Olías de Lima Gete, Blanca. Op. cit. pp.13-28. Señala que: “Más difícil es intentar sistematizar el contenido y las
orientaciones predominantes de la NGP. Como se ha puesto de manifiesto en numerosas ocasiones, con la idea de
gerencia pública estamos invocando un conjunto difuso de supuestos, conceptos, tecnologías y prácticas de indudable
pujanza y difusión, pero de más que discutible coherencia, que en los últimos años se ha convertido en el aliado
imprescindible de la nueva administración pública”.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 139
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aspiraciones. La proximidad a los ciudadanos significa también llevar los centros
de decisiones a los lugares donde los problemas se plantean.
3. Jerarquías aplanadas: descentralizar las organizaciones públicas es una
parte del proceso de cambio en la Nueva Gestión Pública; eliminar la abundancia
de escalones jerárquicos y de jefaturas intermedias es el siguiente paso. La idea
central es que aplanar las organizaciones (disminuir los niveles jerárquicos) tiene
también otros efectos en la mejora interna de la gestión: los trámites se acortan y
el tiempo necesario para completar los procesos se reducen sensiblemente.
4. Ruptura del monolitismo y especialización: implícita en las propuestas
anteriores está la idea de poner fin a las grandes organizaciones administrativas
creando en su lugar organizaciones más pequeñas y mejor adaptadas al entorno.
El instrumento idóneo es la idea de la agencia. El sistema de agencia implica la
creación de unidades gestoras independientes de las estructuras centrales. La
característica de esta forma de gestión es la autonomía y el establecimiento de
objetivos claros, los cuales se comprometen por medio de vínculos contractuales
bajo criterios de racionalidad económica.
5. Desburocratización y competencia: el nuevo modelo es también una
ruptura con los métodos burocráticos de gestión de los asuntos públicos y de la
producción de bienes y servicios. El núcleo de esta propuesta es liberar a las
nuevas organizaciones del pesado lastre de los procedimientos, el formalismo y
la irresponsabilidad, característicos de la burocracia, que en su momento
aseguraron la regularidad, estabilidad y legalidad en la prestación de los servicios
públicos, que en la actualidad constituyen un obstáculo en un entorno cambiante
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
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y dinámico. La quiebra del monolitismo es también la quiebra del monopolio y
de la coherencia burocrática. En contrario, la Nueva Gestión Pública propone la
fragmentación, que distintas organizaciones compitan por recursos, por servicios
y por clientes.
6. Desmantelar la estructura estatutaria: uno de los obstáculos tradicionales
y reiterados para una gestión basada en los resultados es la estructura estatutaria
de los empleados públicos. La gestión de personal, una de las variables sobre las
que más énfasis están poniendo las nuevas tecnologías, requieren de instrumentos
claramente incompatibles con la función pública. Las propuestas de la Nueva
Gestión Pública afectan dos aspectos: la estabilidad en el empleo y las
retribuciones. Los principios de que puesto y retribución deben ir unidos ignora
la relación existente entre desempeño y motivación.
7. Clientalización: la Nueva Gestión Pública ha traído una nueva visión del
usuario de los servicios públicos. La noción de cliente promovida por los
reformadores implica un cambio radical en la orientación de los servicios públicos.
La introducción del concepto de cliente, como innovador y renovador del servicio,
se ha hecho dentro de la polémica acerca de las connotaciones instrumentales y
mercantiles que su uso encierra. “Lo que la idea del cliente permite superar es la
percepción imperfecta que el mercado público tiene de las preferencias de los
ciudadanos. Convertir a los ciudadanos en clientes significa también dotarlos de
relevancia y de poderes sobre los servicios que recibe (empowerment)”.64
8. Evaluación por resultados: una de las características de la Nueva Gestión
Pública es el desplazamiento de los sistemas de control tradicionales –control
64
Ibídem.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 141
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de legalidad y financiero contable- y su reemplazo por la evaluación de resultados.
La evaluación por resultados pone el acento en los resultados de la gestión y
buscan medir o ponderar la adecuación entre éstos y los objetivos perseguidos.
9. Gerentes públicos o managers: la idea central del gerencialismo se resume
en la frase “dejar que los gerentes públicos gestionen”. Esta afirmación supone
un cambio en la relación entre políticos y gestores, la cual tiene como propósito
separar la política de la administración. Se supone que liberados de las distorsiones
intervencionistas de los políticos, los gestores públicos pueden concentrar su
atención en “lograr que las cosas se hagan”.
10. Responsabilidad: el tema de la responsabilidad es uno de los elementos
centrales de la Nueva Gestión Pública. En este panorama el gestor público no
tiene incentivos distintos a los del mercado, por lo que se guía por el propio
interés y tiende a buscar las oportunidades, para el servicio y su propia promoción.
La capacidad para decidir qué debe hacerse y cómo debe hacerse implica
rendición de cuentas y responsabilidad por la gestión. El gestor público responde
ante las autoridades que le nombraron que son las que legítimamente ostentan
el poder y la responsabilidad.65
11. Potenciación de gestores y clientes: enlazada con el fortalecimiento de la
idea del líder innovador, capaz de identificar oportunidades internas y externas,
y gestionarlas, los promotores de la Nueva Gestión Pública han acuñado un
65
Ibídem. Esta autora señala que: “Coherentemente con sus postulados la NGP desplaza la rendición de cuentas
del ámbito político al del consumo y traslada las obligaciones de la administración a la esfera del mercado. Son los
clientes de los servicios públicos los que deben evaluar los servicios que se prestan y, por tanto, el éxito o el fracaso
de la gestión. El árbitro del interés público no es político, ni el gestor, es el ciudadano en su versión de cliente o
consumidor de los servicios públicos. En última instancia, tanto la legitimidad del gobierno como la de la
Administración tienen la misma fuente, el consentimiento de los ciudadanos”.
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142 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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nuevo concepto: la potenciación o capacitación (emporwerment). Potenciar o
capacitar a los gerentes o a los ciudadanos es reconocer capacidades para tomar
decisiones relativamente autónomas y asumir un papel activo en la definición
del interés público.
En suma, la Nueva Gestión Pública actúa más como un depósito de orientaciones,
métodos y técnicas diversas que como un conjunto sistemático y ordenado de
propuestas a los que acudir en función de los problemas propios, los objetivos a
alcanzar y las fuerzas de apoyo y resistencia al cambio. Más que un modelo, se
trata de un contra modelo, en el sentido de que es un conjunto diverso de
instrumentos y orientaciones cuya finalidad es acabar con un modelo específico:
el burocrático.66 La Nueva Gestión Pública responde como una ideología;
propiciando una sola respuesta –contenida en la gerencia pública- frente a la
diversidad de los problemas y las situaciones.
Por su parte Ramió (2001) afirma que existen dos enfoques en la Nueva Gestión
Pública: una mayoritaria, la corriente neoempresarial, y otra minoritaria, la
corriente neopública. La visión neompresarial se ha impuesto de forma unilat-
eral entre los políticos y los gestores profesionales de los países de América
Latina y del Caribe, mientras que la visión neopública comienza a ganar terreno
como contrapuesta a esta visión de corte gerencial.67
66
Ibid, p. 21.
67
Ramió Matas, Carles. “Los Problemas de la Implementación de la Nueva Gestión Pública en las Administraciones
Públicas Latinas: Modelo de Estado y Cultura Institucional”. Reforma y Democracia. Caracas, CLAD, No. 21,
octubre de 2001, p. 77.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 143
José Juan Sánchez González
La Nueva Gestión Pública agrupa muchas corrientes y modelos de gestión
diferentes; unos analíticos, la mayoría de carácter normativo; unos genéricos y
otros más concretos. En este contexto, el enfoque neoempresarial pone énfasis
en la economía, la eficacia y la eficiencia de los aparatos públicos, y que proponen
una clientelización de los ciudadanos; por el otro lado, existe el enfoque
neopúblico que pone especial atención en la repolitización, la racionalización y
el control de la externalización de los servicios públicos, la participación
ciudadana y la ética en la gestión pública.68
El peso real de estos dos grupos de corrientes es muy desigual: el enfoque
neoempresarial representa la mayoría de la literatura y resulta ser la fuente de
inspiración directa de un significativo número de equipos de gobierno de nuestras
administraciones. El enfoque neopúblico en cambio, es claramente minoritario
tanto en el mundo académico como en las bases conceptuales de las innovaciones
en la gestión pública de nuestras administraciones.
Por ello, la asimetría se agudiza a un nivel de impacto real de ambas corrientes,
ya que las aportaciones neopúblicas son mucho menos atractivas para los gestores
políticos y los gestores profesionales que las aportaciones neoempresariales. Los
valores asociados a la visión neopública (ética pública) son “sólo” valores que
pueden aparecer en el plano normativo (códigos deontológicos, declaraciones
de principios) y que, pueden incorporarse en un nivel formal del discurso. Estos
68
Ibid, p. 80.
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144 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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Capítulo II De la Gestión Pública a la Nueva Gestión Pública
(New Public Management)
valores están en franca desventaja con valores neoempresariales de carácter in-
strumental que van acompañados de herramientas que favorecen su inmediata
implementación.
En una perspectiva similar, Longo y Echevarría (2001) señalan que deben
establecerse claramente los cambios producidos por la Nueva Gestión Pública
(NGP).69 En primer lugar, la NGP no tiene por objeto las transformaciones en las
instituciones políticas dentro o fuera del poder ejecutivo; es decir, no incluiría
cambios en las instituciones que afectan el origen, distribución y formas de
legitimación del poder político, la naturaleza del régimen político, las relaciones
entre los poderes del Estado, la estructuración territorial del poder y los cambios
en los sistemas de representación. En segundo lugar, tampoco abarcaría cambios
en el papel del Estado a través de una modificación extensiva o restrictiva de sus
responsabilidades ante la sociedad. Esto sería el cambio de reformas sustanciales,
a partir de políticas públicas, empezando por la económica y siguiendo con
otras de carácter sectorial (educación, trabajo, sanidad, vivienda y agricultura,
entre otras).
El énfasis de los reformadores bajo la visión de la Nueva Gestión Pública, al
margen de los cambios en la política económica, ha sido incrementar la eficiencia
y la eficacia del sector público mediante nuevas disposiciones institucionales
que orienten el comportamiento de sus actores internos y externos a una mayor
69
Longo, Francisco y Echevarría, Koldo. “La Nueva Gestión Pública en la Reforma del Núcleo Estratégico del
Gobierno: Experiencias Latinoamericanas”. Peter Spink et al. Nueva Gestión Pública y Regulación en América
Latina. Balances y Desafíos. Caracas, CLAD, 2001, p. 101.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 145
José Juan Sánchez González
racionalidad económica. Sin embargo, ni las instituciones políticas, ni las
responsabilidades centrales del Estado de Bienestar han sufrido una alteración
sustancial, a pesar de la retórica del discurso político en algunos países.70
2.3 La nueva gestión pública: Limitaciones y alcances
La Nueva Gestión Pública (New Public Management) ha tenido un desarrollo
sostenido a partir de las dos últimas décadas del siglo XX. Tanto sus alcances
como sus limitaciones estructurales deben ser revisadas dentro del ámbito de la
administración pública para ubicar la verdadera naturaleza de este paradigma.
Para Barzelay (2001) la Nueva Gestión Pública refleja la idiosincrasia de las
disciplinas particulares que la nutren y, por tanto, de sus materias de
especialización. Las disciplinas que la estudian son la administración pública, la
ciencia política, el manejo (management), la economía institucional y pública,
el derecho administrativo y la sociología organizacional. Las líneas de
investigación son, entre otras, la salud, la defensa, la educación, el transporte,
los servicios sociales, así como el funcionamiento de las agencias centrales. Para
este autor la Nueva Gestión Pública es primariamente el manejo administrativo
de las políticas públicas y cada área de planeación y manejo financiero, el servicio
civil y las relaciones laborales, la organización y métodos, las auditorías y la
evaluación.71
70
Ibid, p. 102.
71
Barzelay, Michael. “The New Public Management. Improving Research and Policy Dialogue”. London School of
Economics and Political Science. www.tce.sc.gov.br/bliblioteca/ artigos/newpublicmanagement.html.
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La Nueva Gestión Pública tiene implícitas seis estrategias: 1) el modelo de manejo
público puede reemplazar exitosamente al paradigma de administración pública;
2) el Estado manejador sustituye al Estado administrador; 3) el manejo público
existe si hay un gran sector paraestatal; 4) los elementos estructurales de la
administración pública y el manejo público son dicotómicos; 5) los manejadores
forman una corporación especial de hacedores de policy y 6) hay en curso una
segunda “revolución manejarial” (Guerrero, 1999).72
La Nueva Gestión Pública se empeña en suprimir a la política como fuente del
Estado y de tal manera situarlo alrededor del concepto técnico de manejo. Manejo,
no policy, sugieren sus promotores. En realidad, esta es una de sus mayores
debilidades debido a que la Nueva Gestión Pública se encuentra basada en la
política, pues como público todo manejo que concierne al Estado está involucrado
de manera inevitable con la política. Otras debilidades de la NGP se extienden
a una variedad de ámbitos,73 como son los siguientes:
1. Involucra grandes complejidades y contradicciones, tales como las amplias
variaciones de enfoque y la ausencia de un sentido genuino y original de sus
propuestas. El concepto de manejo es antiguo y sus tópicos centrales en la
actualidad son ya clásicos en la teoría de la administración pública en los Estados
Unidos.
72
Guerrero, Omar. Del Estado Gerencial al Estado Cívico. México, Miguel Ángel Porrúa, 1999, p. 144.
73
Ibid, pp. 153-158.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 147
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2. Establece una sutil división entre los “usuarios de los servicios” y los
“consumidores de los servicios”. Estos últimos no son considerados como
recipientes pasivos de servicios, sino como clientes activos. Resulta irónico pensar
que los resultados electorales estarían determinados más por la satisfacción o
insatisfacción con los servicios públicos, que por la polítización, las campañas
políticas y una opinión pública consciente.
3. La Nueva Gestión Pública es defectuosa porque las técnicas del manejo
privado raramente se han aplicado a las operaciones del gobierno, y cuando así
ha ocurrido, su proceso de metamorfosis ha sido tal, que durante su
implementación se van transformando en técnicas de gestión pública.
4. Dentro del mercado, los clientes son soberanos que pueden defender sus
intereses y son libres de cambiar de proveedor. En cambio, los ciudadanos viven
dentro de instituciones políticas y demandan la responsabilidad pública de los
políticos y los gobernantes. En el interior del mercado, el consumidor defiende
su bienestar y se esfuerza por mejorar su posición. Por su parte, el ciudadano usa
su voz como insatisfacción, incluso como protesta violenta, pues cuando
demanda, su voz refleja la opinión pública, no la expresión anónima del mercado.
Esta situación es desdeñada por la Nueva Gestión Pública.
5. Un defecto más, es que sus promotores afirman que los servidores públicos
no tienen vocaciones personales y valores públicos, porque las técnicas del
manejo privado pueden ser transferidas hacia la administración pública. Dicha
superioridad de la gestión privada sobre la gestión pública, no está comprobada
y la realidad muestra que los fines y los medios no son comparables en la mayoría
de los casos.
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Para otro autor, la Nueva Gestión Pública ha tenido una influencia en la agenda
de los países en desarrollo, pero tiene un alto grado de retórica en la práctica. La
NGP es sólo uno de los tipos de reformas que se pueden implementar en dichos
países.74 Esto se debe a que la Nueva Gestión Pública es inapropiada para los
países en desarrollo debido a que sus problemas de corrupción y su incapacidad
administrativa de apego a la ley. Algunos casos en realidad son historias de fracaso
donde sus políticas no pudieron llevarse a cabo. Las iniciativas de la Nueva
Gestión Pública en dichos países, requieren tomar en cuenta los factores de
contingencia, y en general, las características nacionales de cada país.
Las reformas de la administración pública necesitan determinar sus propias
prioridades y guiarse por las necesidades de cada situación específica. Las reformas
bajo la Nueva Gestión Pública –según Polidano (1999)- son mucho más que las
tres “E” (economía, eficiencia y eficacia), por lo que sugiere incluir dos más:
experimentación y eclecticismo. La búsqueda de soluciones a los problemas de
gobierno en los países en desarrollo requieren de una visión más amplia que
permita apegarse y adecuarse a las necesidades específicas y particulares de los
países.
En esta perspectiva, coinciden Hughes y O’Neil en el sentido de que se presenta
a la Nueva Gestión Pública como un fenómeno internacional, por lo que sus
principales políticas pueden aplicarse a cualquier país sin importar su grado de
74
Polidano, Charles. The New Public Management in Developing Countries. Institute for Development Policy and
Management. University of Manchester, November 1999. http://idpm.man.ac.uk.
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desarrollo. Sin embargo, en los hechos los países implementan diferentes reformas
a la administración pública en distintos momentos y por diferentes razones.75
Ormond y Löffler (1999) llegan a conclusiones significativas con relación a la
aplicación del New Public Management (Nueva Gestión Pública) en los países
de la OCDE.76 Primero, no existen modelos pre-establecidos. El cambio debe
enraizarse en la configuración específica de la historia, las tradiciones y estructuras
constitucionales y legales, las fuerzas político-administrativas, las perspectivas
económicas y sociales, así como la posición internacional de cada país. No
existe una solución única para el sector público como un todo.
Segundo, la mayoría de los elementos de la Nueva Gestión Pública no son
realmente nuevos en el sentido de que numerosos países han implementando en
el pasado algunos de estos, o con otras denominaciones. Lo que es nuevo en
relación la NGP es que el concepto global ha evolucionado a partir de un
movimiento orientado a la práctica, que se inició en forma independiente y
aislada en varios países.
Tercero, los países que han adoptado este enfoque de manera gradual, ahora
confrontan un problema de estructuras duales en el sector público: islas de reforma
75
Hughes, Owen y O’Neil, Deirdre. The Limits of New Public Management: Reflections on the Kennett ‘Revolu-
tion’ in Victoria. Monash University. http: www.willamette.org/ipmn/research/ papers/sydney/hughesoneill.html.
76
Ormond, Derry y Löffler, Elke. “Nueva Gerencia Pública: qué Tomar y qué Dejar”. Reforma y Democracia,
Caracas, CLAD, No. 13, febrero 1999, p. 3. Cabe señalar que en la traducción de este artículo el New Public
Management se emplea como Nueva Gerencia Pública, aunque para esta investigación se utiliza como Nueva
Gestión Pública.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
150 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo II De la Gestión Pública a la Nueva Gestión Pública
(New Public Management)
con orientación hacia la Nueva Gestión Pública que coexisten con organizaciones
públicas gerenciales en forma tradicional. Esta situación genera tensiones en el
proceso de reformas, como resultado de estructuras de incentivos en conflicto, y
en algunos casos inclusive llega a poner en tela de juicio lo que ha sido logrado
hasta el momento.
Cuarto, existen también importantes desafíos concernientes a la gestión de
gobierno, que no necesariamente están incluidos en el debate sobre la Nueva
Gestión Pública. Algunos de los cuales pueden haber sido exacerbados por dicha
reforma como son: el mantenimiento de toma de decisiones efectivas del gobierno
central en un contexto de devolución y globalización; gerencia de la ética en el
gobierno; educación y responsabilidad cívica en la sociedad; nuevas relaciones
entre el ejecutivo y el sector privado; y las nuevas relaciones cambiantes entre
ejecutivo y legislativo.
Asimismo, entre los problemas asociados a la corriente neoempresarial de la
Nueva Gestión Pública existen algunos que no deben de olvidarse.77 Primero,
existe problema al vincular el Estado Neoliberal (Estado Relacional) con el Estado
de Bienestar, en el sentido de que algunos servicios públicos prestados por
organizaciones privadas producen efectos asimétricos sobre los ciudadanos.
Segundo, en el modelo de administración neoliberal hay que tener presente que
77
Ramió Matas, Carlos. Op. cit., p. 82-83. Como conclusión este autor señala que hay que pasar del “que piensen
e inventen ellos” (los anglosajones) a explorar nuestros propios modelos y estrategias de modernización de la
administración pública. Lo afirmado por Metclafe, pasar de la imitación a la innovación en la gestión pública.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 151
José Juan Sánchez González
una administración pública que no “rema” puede olvidar los rudimentos básicos
de la navegación y perder el control de la nave. Tercero, se tiende a formular
objetivos de actuaciones públicas sin compromisos concretos, que son de difícil
verificación por parte de los ciudadanos. Cuarto, inspirarse en la gestión privada
es un error conceptual grave por dos razones: por un lado, la gestión pública
acredita muchos aspectos diferenciales en relación con la gestión privada y, por
otro lado, la teoría de la gestión privada es una ciencia inmadura, sus
prescripciones son totalmente coyunturales y suelen tener un margen de error
muy elevado.
Quinto, reducir la condición de ciudadanos a clientes es un paso atrás y no al
revés. Los ciudadanos son mucho más que clientes, los ciudadanos son los
accionistas políticos y económicos de las administraciones públicas y tienen
muchos más derechos de los que están asociados al rol del cliente. Entre la
administración pública y la ciudadanía no hay un contrato comercial sino un
contrato social y político. Sexto, se impulsan organismos que tienen formas
jurídicas alejadas en mayor o menor grado del Derecho Público. Por último, la
fragmentación y las formas empresariales del sector público pueden provocar
corrupción derivada de la defensa de intereses particulares y disminución de las
responsabilidades públicas.
En definitiva, debe mantenerse un conjunto equilibrado de valores de la gestión
pública. La Nueva Gestión Pública no debería referirse sólo a la promoción de
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
152 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo II De la Gestión Pública a la Nueva Gestión Pública
(New Public Management)
valores económicos. La tarea que tenemos por delante es la de hacer mayor
énfasis en los productos y en resultados efectivos, acorde con los principios
legales y políticos de la administración pública.
Para Longo y Echevarría (2001) la Nueva Gestión Pública puede considerarse en
América Latina, al mismo tiempo una realidad y una ficción. Es una realidad que
acredita la asunción generalizada de su mensaje sobre la necesidad de integrar
la racionalidad económica en el funcionamiento del sector público y la oferta de
conceptos y técnicas de gestión. Sin embargo, la idea de que la Nueva Gestión
Pública es una lista de proposiciones ideales y universales sobre lo que hay que
hacer con el aparato estatal para que éste se vuelva eficaz y eficiente, sólo puede
considerarse una mera ficción.
Los autores plantean cuatro conclusiones de la aplicación de la Nueva Gestión
Pública para América Latina.78 La primera afecta al reconocimiento del llamado
componente institucional del management, por encima del puramente técnico o
instrumental. La aceptación e implementación del management conlleva la puesta
en cuestión de culturas, intereses y sistemas de poder de los actores afectados
dentro y fuera del sector público; esto significa aceptar la naturaleza institucional
de la transformación que conlleva, y obra en consecuencia. Ha sido peor el
remedio que la enfermedad.79
78
Longo, Francisco y Echevarría, Koldo. Op. cit., pp. 147-149.
79
Los autores hacen referencia a Metclafe y Richards (1987) quienes hacen la distinción entre management como
orden instrumental y el management como orden semántico. Lo sustantivo sería su significado instrumental del
management como orden semántico, mientras que lo adjetivo serían las técnicas de gestión pública, sujetas a la
variabilidad y contingencia de la “adhocracia fragmentada” que representa el management.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 153
José Juan Sánchez González
La segunda conclusión se basa en adoptar una visión de la gestión pública acorde
con su verdadera naturaleza plural y fragmentada, sensible a los factores de
contingencia en los que se desenvuelven las organizaciones públicas y privadas.
No hay un solo management, sino muchos, parcialmente complementarios, pero
también contradictorios, fruto de un conocimiento que surge de la experiencia y
que, por lo tanto, es consustancialmente empírico y adaptativo.
La tercera conclusión es, si queremos ser coherentes con la naturaleza del
conocimiento gerencial, debe reconocerse un valor limitado. Hay cosas que el
management que conocemos puede resolver, y basta buscar los conceptos y
técnicas apropiadas. Sin embargo, el management podría contribuir a resolver,
pero sólo si se basa en la innovación y descubrimiento de conceptos y técnicas
adaptadas a los problemas que enfrenta; no basta con copiar ni descubrir mejores
prácticas; existe la necesidad de una aproximación innovadora en la gestión
pública. Finalmente, el éxito en la aplicación del management consiste en aceptar
que muchos de los problemas que enfrenta la transformación del Estado no se
pueden resolver válidamente mediante el recurso de la gerencia, sino por otras
aproximaciones diferentes.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
154 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
C a p í t u l o III
Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
La voz gestión pública tiene una diversidad de usos y de
significados. No podría afirmarse que existe una
denominación única y de aceptación generalizada que
permita integrar la totalidad de acepciones. En la actualidad,
pareciera que la gestión pública representa diferentes
orientaciones con contenidos distintos, no sólo de tipo con-
ceptual sino incluso de naturaleza ideológica. Al respecto,
a nivel teórico identifico los siguientes usos de la gestión
pública: 1) como gestión; 2) como gestión privada; 3) como
gestión empresarial; 4) como gestión de calidad; 5) como
endoprivatización y 6) como gestión pública. Por lo que
corresponde, a nivel práctico, existe una variedad de
adjetivos a la voz “gestión”, que muestran el uso
generalizado del término.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 155
José Juan Sánchez González
El objetivo esencial entonces, es revisar cada uno de los diferentes usos en la
gestión pública contemporánea para identificar sus principales postulados, así
como a sus representantes más destacados. Asimismo, introducir las principales
críticas a la gestión pública, que sirvan como marco de referencia para conocer
las limitaciones y obstáculos que tiene su implementación en los países
iberoamericanos. Para posteriormente, argumentar la recuperación de la
naturaleza de lo “político” en la gestión pública
3.1 Los usos de la nueva gestión pública a nivel teórico
Es posible encontrar todo un abanico de posiciones en torno al problema de la
sustantividad de la gestión en la administración pública: desde afirmar que la
administración pública es única y completamente diferente a la que se aplica en
el ámbito privado, hasta quienes sostienen que no es más que una modalidad
menos eficiente de gestión empresarial.1 Entre ambas posturas se sitúa un buen
número de puntos de vista intermedios que se exponen a continuación, según la
explicación de Gunn (1987):2
• La administración pública es diferente. Su realidad es totalmente ajena a
la del sector privado, existiendo elementos diferenciales como la delimitación
1
Echevarría, Koldo y Mendoza, Xavier. “La Especificidad de la Gestión Pública: el Concepto de Management
Público”. En Losada Marrodán, Carlos. ¿De Burócratas a Gerentes? Las Ciencias de la Gestión Aplicadas a la
Administración del Estado. Washington, Banco Interamericano de Desarrollo, 1999, p. 19-20.
2
Gunn, L. “Perspectives on Public Management”. En J. Kooiman y K. Eliassen, editores. Managing Public Organi-
zations. Londres, Sage Publications, 1987. Citado por Echevarría y Mendoza. Op. cit.
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156 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
legal de los campos de actividad, el monopolio de ciertas sanciones y poderes
coercitivos o un entorno mucho más complejo y variado.
• La gestión pública y privada se parecen en todo lo que no es importante.
Exceptuando las aparentes coincidencias funcionales, el trabajo de un directivo
público y uno privado se parecen poco. Las técnicas de gestión privada son
útiles en el sector público sólo de manera marginal.
• El management público es el paradigma integrador. Se destaca la necesidad
de desarrollar un concepto sustantivo de gestión pública que, por una parte,
aproveche las enseñanzas de la gestión empresarial, y por otra, desarrolle sus
propios conceptos y categorías allí donde los problemas públicos sean específicos.
• Convergencia entre la gestión pública y privada. Las fronteras entre los
sectores públicos y privados son borrosas. Más que organizaciones puramente
públicas o privadas, se trata de diferentes configuraciones organizativas en las
que se mezclan los aspectos públicos y privados.
• La gestión empresarial es una forma menos eficiente de gestión privada.
Es por ello que los métodos, instrumentos y prácticas de la gestión privada deberían
trasladarse de la forma más amplia posible al sector público.
Asimismo, Metcalfe (1999) afirma que en la actualidad se observa en todo el
mundo una tendencia a mejorar la administración pública utilizando conceptos,
herramientas y técnicas de gestión surgidas en muchos casos para resolver
problemas del sector privado. Para que la gestión pública prospere como sector
en crecimiento no se puede limitar simplemente a extrapolar el planteamiento
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 157
José Juan Sánchez González
que sirvió de base a sus éxitos iniciales, pues están apareciendo problemas nuevos
y diferentes para los cuales no se tienen respuestas prefabricadas.3 Señala que es
imprescindible y urgente poner en marcha un proceso de revisión, si no queremos
que la reforma se reduzca a un proceso autolimitador de utilización de soluciones
convencionales de gestión de empresas.
Estos argumentos pueden servir como punto de partida para identificar las
diferentes interpretaciones de la gestión pública. Desde una perspectiva teórica,
existen al menos cinco usos de la gestión pública, dentro de la literatura
especializada y que son los siguientes: 1) como gestión; 2) como gestión privada;
3) como gestión empresarial; 4) como gestión de calidad; 5) como
endoprivatización; y 6) como gestión pública. Analicemos sus aspectos más
relevantes.
3.1.1 La gestión pública como gestión
El primer uso de la voz gestión pública es como gestión. En esta corriente, no
existe una diferencia específica entre gestión pública o gestión privada: sólo es
posible la gestión. Para Roberts (1993) tanto la gestión pública como la privada
tienen elementos procesales comunes que nos permiten considerar a la gestión
como un proceso universal (Baldwin, 1987; Weinberg, 1983). Además, los
3
Metcalfe, Les. “La Gestión Pública: de la Imitación a la Innovación”. En Losada Marrodán, Carlos. ¿De Burócratas
a Gerentes? Las Ciencias de la Gestión Aplicadas a la Administración del Estado. Washington, Banco Interamericano
de Desarrollo, 1999, p. 47.
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158 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
analistas han señalado una convergencia de sectores: las semejanzas en sus
funciones, enfoques administrativos y notabilidad pública (Bozeman, 1987;
Musolf y Seidman, 1980).4 De hecho, análisis recientes sugieren que todas las
organizaciones se pueden considerar como públicas en la medida en que la
autoridad política afecta su conducta y sus procesos (Bozeman, 1987). Por
consiguiente, estas investigaciones parecen indicar que es apropiado y posible
transferir la gestión privada a las dependencias públicas. Por lo que más que una
gestión pública o privada, existe sólo la gestión.
La voz gestión implica referirnos tanto a las organizaciones privadas como
públicas, así como a las llamadas de tercer nivel. Incluso entre diferentes sistemas
económicos –capitalismo y socialismo- la gestión tiene características particulares,
pero a partir de estas pueden producirse generalizaciones de conocimiento.
El crecimiento interesante del papel de la gestión es la tendencia rectora del
proceso de desarrollo y de reforzamiento del carácter social de la producción.
Este proceso adquiere formas cualitativamente distintas en la sociedad capitalista,
por una parte, y en la sociedad, por otra. Bajo el capitalismo, la tendencia objetiva
del crecimiento del papel de la gestión agrava las contradicciones propias de
este régimen, ya que la organización de la producción dentro del marco de una
u otra empresa y sus agrupaciones se halla en constante contradicción con la
4
Roberts, Nancy C. “Limitaciones de la Acción Estratégica en las Dependencias”. Barry Bozeman (coordinador).
La Gestión Pública. Su Situación Actual. México, Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública,
Universidad Autónoma de Tlaxcala, F.C.E., 1998, p. 216.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 159
José Juan Sánchez González
anarquía de la producción capitalista considerada en conjunto. En la economía
socialista, la tendencia ascendente del papel de la gestión coincide enteramente
con el carácter planificado de dicha economía, con la ley objetiva de sus desarrollo
proporcional.5
Para Gvishiani (1980) el estudio de la gestión tiene un enfoque interdisciplinario,
es decir, de “análisis múltiple”. El economista estudia los procesos económicos;
el ingeniero, los técnicos y tecnológicos; el abogado, los jurídicos; el psicólogo,
los psicológicos, y así sucesivamente. Sostiene que la gestión se ha convertido
en una ciencia propia, cuya teoría nace de la necesidad de asegurar la máxima
eficacia de los sistemas que funcionan juntos.6 Sin embargo, afirma que la ciencia
de la gestión no puede ser considerada como una simple suma de partes de las
distintas ciencias dedicadas a la labor administrativa. La ciencia de administrar
debe ser un conocimiento sistematizado, una investigación de las leyes objetivas
a que obedece la gestión de la producción social.
Los métodos científicos de gestión significan, en primer término, que la dirección
de la producción debe basarse en el conocimiento de las leyes económicas
objetivas y en el estudio de las formas concretas de manifestación de las mismas,
es decir, no puede basarse sólo en la experiencia personal y la intuición de uno.
Los métodos científicos de gestión requieren una investigación compleja de todos
5
Gvishiani, D. Organización y Gestión. México, Ediciones de Cultura Popular, 1977, p.13.
6
Ibid. p. 16. Según el autor, la teoría de la gestión recibe apoyos de disciplinas como la cibernética, la teoría de la
información, la teoría de los juegos, la teoría de las decisiones, entre otras. Por lo que la teoría de la gestión va
adquiriendo cada vez más el carácter de ciencia exacta.
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160 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
los aspectos del funcionamiento de la empresa, considerada como un complejo
organismo económico y social. La problemática de la gestión no puede reducirse
sólo a problemas económicos y técnicos; es preciso tomar en consideración
igualmente los aspectos sociológicos y psicológicos. En la creación de la teoría
científica de la organización y la gestión debe ocupar un lugar especial el
problema del hombre en la organización.7
Como parte de su planteamiento clasifica en cinco escuelas administrativas a la
teoría de la gestión. En primer lugar, la escuela de la “administración científica”
que se remonta a principios del siglo XX.8 Formula los principios generales de la
gestión sobre la base de la investigación de todos los aspectos de la experiencia,
de los negocios (business) y de la producción. La segunda corriente es la doctrina
de las “relaciones humanas”. Analiza aquellas orientaciones que la escuela de la
administración científica había descuidado: los motivos psicológicos de la
conducta humana en el proceso de producción, las relaciones de grupo, las
normas del grupo, las barreras de comunicación y la organización informal,
para determinar las formas que influyen en la gestión. La tercer escuela, es la
llamada “empírica”. Incluye investigadores que definen a la administración
pública como estudio de la experiencia y la práctica de la gestión, algunas veces
para sintetizarla, pero en su mayoría para transmitirla a los prácticos y los
estudiantes. La cuarta corriente es la escuela de los “sistemas sociales”. Los teóricos
de esta escuela investigan la organización considerada en su conjunto, simulando
7
Ibid, pp. 490-491.
8
Ibid, pp. 35-41.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 161
José Juan Sánchez González
también ciertos procesos de organización, combinando los unos con los otros y
aclarando cuáles de dichas combinaciones resultan más propicias para lograr el
objetivo de la organización. La quinta escuela es la llamada “escuela nueva de
la ciencia de administrar”. La misión principal es investigar los procesos de toma
de decisiones con empleo de los nuevos medios y métodos matemáticos para
conocer los procesos por los que se lleva a cabo la gestión.
Las diferencias en las tendencias de aproximación entre las escuelas de la gestión,
son divergencias que reflejan las diversas etapas y formas del desarrollo de la
gestión práctica de la producción en los Estados Unidos y de otros países
capitalistas desarrollados. Asimismo son producto de las contradicciones entre
las distintas capas capitalistas que surgen en el proceso de la centralización
creciente del capital.
La tesis central de esta corriente, sostiene que no existe diferencia entre la gestión
pública y la gestión privada. La gestión pública es entendida como una parte
más amplia: el estudio de la gestión. En este enfoque se equipara a la producción
de la empresa privada con el funcionamiento de la burocracia en el gobierno. El
elemento que los enlaza es la tendencia a conjuntar el estudio de las
organizaciones –empresa y burocracia- como un mismo objeto dentro de la
gestión. Esta contradicción provoca que no sea posible diferenciar la naturaleza
“pública” de la gestión, y evita profundizar en las implicaciones “políticas” en el
proceso de la gestión pública. Tal situación representa su mayor debilidad como
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
162 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
propuesta de estudio. Sin demeritar su contenido y alcance, es un primer punto
de partida para encontrar los diversos usos de la gestión pública.
3.1.2 La gestión pública como gestión privada
El segundo uso de la gestión pública se encuentra relacionado con la gestión
privada. Aquellos que sostienen esta posición afirman que la modernización de
las organizaciones públicas se presenta frecuentemente como la sustitución de
las prácticas anticuadas de la administración pública por los métodos actualizados
de gestión de empresas privadas.9 Literalmente, señalan que la forma de hacer a
la administración pública más empresarial supone convertirla en una empresa
privada.
A partir de esta consideración, se afirma que los métodos y técnicas de gestión
privada que han resistido la prueba del mercado pueden y deben ser aplicados
en la administración pública. También supone creer que someter al sector público
a las presiones del mercado o utilizar el mercado para fines públicos, puede ser
positivo desde el punto de vista de la eficiencia y la eficacia del gobierno.
Metcalfe y Sue (1989) afirman que la experiencia extraída de la gestión privada
tiene indudablemente mucho que ofrecer al sector público.10 Este enfoque supone
9
Metcalfe, Les y Richards, Sue. La Modernización de la Gestión Pública. Madrid, INAP, Ministerio para las
Administraciones Públicas, 1989, p. 227.
10
Ibid, pp. 227-229.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 163
José Juan Sánchez González
que allí donde el sector privado haya desarrollado con éxito soluciones para
problemas específicos de gestión, no tiene sentido que la administración pública
reinvente nuevas formas de modernización. La gestión pública puede aprender
de la gestión privada, incluso aunque existan diferencias de naturaleza y
contextuales que impidan que la práctica privada proporcione soluciones
disponibles y directamente aplicables.
En realidad, el sector público se ha retrasado en comprender que el manage-
ment está más avanzado y desarrollado en el sector privado. En la gestión pública
se le considera con enorme escepticismo, exagerando las dificultades de introducir
cambios y métodos exitosos del sector privado. En la gestión privada es al
contrario, los gestores privados se sienten favorecidos con la idea de que forman
parte de un proceso de gestión más amplio y que su perspectiva y
responsabilidades se amplían al ascender de niveles inferiores a superiores. Por
lo tanto, como punto de partida puede establecerse que la gestión privada es
relevante para la gestión pública.
Aunque debe destacarse que las orientaciones del mercado para la gestión pública
están fuertemente asociadas a los valores individuales y se apoyan en las teorías
de la public choice (elección pública) del pensamiento económico. Existe una
falla central en esta perspectiva, debido a que se presenta la elección pública y
la elección privada como interdependientes en todo el proceso, no como
elementos alternativos, lo que tiene implicaciones para la gestión pública en
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
164 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
general. La dependencia en la motivación individual y los métodos de mercado
no elimina las responsabilidades de la gestión pública.
Los temas que frecuentemente se enfatizan con esa orientación de la gestión
pública como gestión privada son: 1) Mejora de la contabilidad pública; 2) cobrar
la provisión de servicios comunes dentro de la administración pública; 3) cobrar
por los servicios prestados a clientes externos; 4) contratar al exterior la provisión
de servicios (privatización) y 5) contratar servicios de gestión. A este respecto
puede inferirse que:
Tanto en el supuesto de provisión exterior de los servicios, como en el de la
contratación de directivos privados, la Administración sigue siendo responsable
de decisiones estratégicas sobre el volumen, las condiciones y la financiación
de los servicios. Se produce una interacción entre lo público y lo privado. La
gestión pública establece el marco en el que opera la gestión privada.11
Incluso en el caso de la privatización, que se ofrece como una opción de
sustitución de la gestión pública; la gestión pública y la gestión privada son
normalmente complementarias. Aunque la administración pública se desprende
de la provisión de servicios, retiene altas funciones de gestión privada para definir
en qué marco los servicios son prestados.
11
Ibid, p. 247. El sobresaltado es mío.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 165
José Juan Sánchez González
Para reforzar estas ideas, Bozeman (1998) señala que es fundamental diferenciar
a la gestión pública y la privada. El “acertijo sobre lo público” esto es, cómo los
aspectos públicos de las organizaciones afectan su gestión, “es el problema cen-
tral de la teoría de la gestión pública. Sin cierta comprensión de las diferencias
entre la gestión pública y la privada, la primera no tiene una razón de ser
intelectual (...) sin teorías de la gestión pública, lo público de la gestión podría
verse fácilmente como un problema menor de medición”.12
A diferencia del primer uso de la gestión pública (gestión), esta segunda aplicación
como gestión privada restringe todavía más entender, de manera precisa, la
naturaleza dinámica de la gestión pública. Lo que puede afirmarse es que la
gestión pública nació primero como forma de mejorar la administración pública;
después la gestión privada tuvo un mayor desarrollo dentro del ámbito de la
empresa comercial y de ahí se extrapolan técnicas y métodos al sector privado.
Guerrero (2000) describe diferencias entre la gestión pública y la gestión privada.13
En primer lugar, en los gobiernos los gestores públicos tienen una perspectiva
laboral estrecha, pues permanecen en el cargo breve tiempo en atención a las
necesidades y el calendario político, en tanto que los gestores privados
permanecen un tiempo más prolongado debido a los imperativos del mercado,
12
Bozeman, Barry. (coord.) La Gestión Pública. Su Situación Actual. México, Colegio Nacional de Ciencias Políticas
y Administración Pública, Universidad de Tlaxcala, F.C.E.1998, p. 66.
13
Guerrero, Omar. Teoría Administrativa del Estado. México, Oxford University Press, 2000, pp.168-169. El autor
cita a dos autores: Graham Allison. “Public and Private Management: are they Fundamentally Alike in all Unimpor-
tant Respects?”. En Richard Stillman (ed.) Public Administration: Concepts and Cases, Boston, Houghton Mifflin,
1988. Joseph Bower. “Effective Public Management”. Frederick Lane (ed.) Current Issues in Public Administration,
Nueva York, St. Martin’s Press, 1978.
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166 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
la innovación tecnológica y el diseño organizativo establecido. En segundo lugar,
otra diferencia sustancial es que el gestor público se sitúa en una atmósfera laboral
donde las tareas se han repartido con equidad, en tanto que el gestor privado se
ubica en un ambiente de alta tensión donde predominan los imperativos de la
eficiencia y la competencia.
En tercer lugar, la gestión gubernamental está sujeta a un escrutinio público abierto,
y la gestión privada obedece a evaluaciones internas, sólo interesantes para la
empresa. Del mismo modo, el gobierno enfrenta todos los días la opinión de los
medios de comunicación, siempre atentos a su trabajo; la empresa privada está
sometida a una vigilancia menos asidua. El gobierno no sólo obedece a los
dictados de la opinión pública, sino al esquema constitucional de los poderes
que lo someten a la vigilancia: el Legislativo y el Judicial.
Por último, en ambos tipos de gestión se encuentran diferencias constitucionales
de rango superior, debido a que en los negocios hay un soló jefe que centraliza
todo, en tanto que en un Estado nacional la gestión pública se confía sobre todo
al Ejecutivo, pero también de manera parcial a los otros dos poderes. Por tanto,
es una falacia pensar que la transferencia de las prácticas y técnicas de la gestión
privada en el gobierno redundan automáticamente en el mejoramiento de su
desempeño.
En suma, la administración pública debe desarrollar su propio enfoque y emplear
las aportaciones de la gestión privada de forma selectiva, orientada por un
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 167
José Juan Sánchez González
concepto de gestión pública propia más amplio e integral que el que proviene
del sector privado.
3.1.3 La gestión pública como gestión empresarial
Un tercer uso de la gestión pública es la pretensión de que ésta se convierta en
una gestión empresarial. Sin duda, se trata de la mayor aplicación de la gestión
pública en la actualidad. Aunque existe un ataque frontal al funcionamiento del
gobierno, no se cuestiona su existencia. Lo que se pretende es que el gobierno y,
por tanto, su gestión pública sea más eficiente. Dos son sus representantes más
asiduos con sus respectivas obras: David Osborne y Ted Gaebler (1992) y Michael
Barzelay (1994).
Para Osborne y Gaebler (1992) el gobierno no es un mal necesario debido a que
todos los países tienen un gobierno. El problema reside en que la gestión pública
que realiza se encuentra cuestionada en su funcionamiento y en particular en
sus resultados. Para estos autores, la gestión pública debe convertir al gobierno
con fines y medios del ente empresarial.
Cuando hablamos del modelo empresarial, nos referimos a las instituciones del
sector público que actúan habitualmente de esta forma: siempre utilizan sus
recursos de manera novedosa con el fin de aumentar tanto su eficiencia como su
eficacia.14
14
Osborne, David y Gaebler, Ted. Un Nuevo Modelo de Gobierno. Como Transforma el Espíritu Empresarial al
Sector Público. México, Gernika, 1994, p.19.
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Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
La tesis que sostienen es simple: las formas de gobierno que se desarrollaron
durante la era industrial, con sus burocracias lentas, centralizadas, su
preocupación por las normas y los reglamentos y sus cadenas jerárquicas de
mando, ya no funcionan bien. Lograron grandes avances en su época, en par-
ticular en la etapa del avance del Estado de Bienestar, lo que Hood ha llamado la
Administración Pública Progresiva (APP), pero se apartaron de los ciudadanos.
El modelo burocrático funcionó, no porque fuera eficiente, sino porque resolvía
los problemas básicos que la población deseaba resolver.
Las líneas generales en la gestión pública considerada como empresarial parten
de los siguientes argumentos15 : 1) la mayoría de los gobiernos empresariales
promueven la competencia entre los proveedores de servicios; 2) delegan el
poder en los ciudadanos al despojar a la burocracia del control y dárselo a la
comunidad; 3) evalúan el desempeño de sus agencias, centrándose, no en los
insumos, sino en los resultados; 4) los impulsan sus objetivos, sus misiones y no
las normas y los reglamentos; 5) redefinen a sus beneficiarios como clientes y les
ofrecen opciones; 6) previenen los problemas antes de que surjan, en lugar de
limitarse a ofrecer sus servicios después de los hechos; 7) se empeñan en ganar
dinero, no sólo en gastarlo; 8) descentralizan la autoridad, adaptando la
administración participativa; 9) prefieren los mecanismos de mercado a los
burocráticos y 10) se ocupan no sólo de prestar servicios públicos, sino de
involucrar a todos los sectores –público, privado y voluntario- en acciones que
resuelven los problemas de su comunidad.
15
Ibid, p. 47.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 169
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A partir del reconocimiento de que el gobierno no es una empresa y que no
puede administrarse como tal, ello no imposibilita que el gobierno no pueda
tener un gobierno con mayor espíritu empresarial.16 En esta perspectiva, la gestión
pública tradicional tiene que transformarse en una gestión empresarial que
contribuya a objetivos más cuantitativos y específicos, como son la eficacia y la
eficiencia, aunque intentan olvidar valores como el interés público, el bienestar
general y los fundamentos legales basados en la Carta Magna.
Por su parte, para Barzelay (1994) la gestión pública burocrática debe
transformarse en una gestión pública posburocrática que se caracteriza por guiarse
por el usuario y orientarse hacia el servicio. El uso más común de términos como
clientes, calidad, servicio, valor, incentivos, innovación, autorización y
flexibilidad, competencia y mercado, según este autor, muestran la transformación
de la gestión pública tradicional.17 Este nuevo modelo de administración pública
se fundamenta en la prestación competitiva de bienes y servicios, el ejercicio del
control de la administración por el usuario, la introducción de sistemas de
retribución que incentivan el esfuerzo individual y la dotación de mayor
autonomía a gerentes y unidades de línea. Subraya la necesidad de construir una
cultura profesional que integre, junto con la lógica jurídico-formal, técnicas de
16
Ibid, p. 49. “El gobierno es democrático y abierto, por lo que se mueve con más lentitud que las empresas, cuyos
gerentes pueden tomar decisiones rápidas a puertas cerradas. La misión fundamental del gobierno consiste en
‘hacer el bien’, no en amasar fortuna; de aquí que los cálculos sobre costos y beneficios en las empresas se
conviertan en absolutos morales en el sector público. Con frecuencia, el gobierno debe servir a todos por igual,
independientemente de su capacidad de pago o de su demanda de servicio, y por ello no puede lograr la misma
eficiencia mercantil que una empresa”.
17
Barzelay, Michael. Atravesando la Burocracia. Una Nueva Perspectiva de la Administración Pública. México,
Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública, F.C.E., 1998, p. 176.
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170 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
evaluación analítica, así como una concepción de dirección estratégica,
fundada en ideas de negociación, cooperación y liderazgo a desarrollar por
gestores públicos.18
A pesar de que varios investigadores asumen que el modelo burocrático sigue
siendo vigente mediante diversas formas de gobierno, el pretendido modelo
posburocrático sigue siendo más una aspiración que una realidad. El cuadro
siguiente muestra las características del enfoque empresarial de la gestión pública:
Cuadro No. 3.1
Comparación de paradigmas
Paradigma burocrático Paradigma posburocrático
• Interés público • Resultados que valoran los ciudadanos
• Eficiencia • Calidad y valor
• Administración • Producción
• Control • Lograr el apego a las normas
• Especificar funciones, autoridad y estructura • Identificar misión, servicios, clientes
• Justificar costos • Entregar valor y resultados
• Implantar responsabilidad • Construir la rendición de cuentas
• Fortalecer las relaciones de trabajo
• Seguir reglas y procedimientos • Entender y aplicar normas
• Identificar y resolver problemas
• Mejorar continuamente los procesos
• Operar sistemas administrativos • Lograr apoyo a las normas
• Ampliar las opciones al cliente
• Alentar la acción colectiva
• Ofrecer incentivos
• Evaluar y analizar resultados
• Enriquecer la retroalimentación
Fuente: Barzelay, Atravesando la Burocracia Op. cit., p. 177.
18
Boix, Charles. “Hacia una Administración Pública Eficaz: Modelo Institucional y Cultura Profesional”. Gestión y
Análisis de Políticas Públicas. Madrid, INAP, No. 1, septiembre-diciembre 1994, p. 21.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 171
José Juan Sánchez González
Para seguir abundando en su propuesta Barzelay (1994) sostiene que la metáfora
de Woodrow Wilson de que el gobierno es un negocio (government is a busi-
ness), propició una amplia relación entre aspectos que relacionan a la empresa y
al gobierno.19 Esta metáfora fue bien recibida por aquellos que aborrecían el
sistema de despojo (spoil system), o que no podían soportar hechos de funcionarios
incompetentes, favoritismo en las contrataciones, flexibilidad en los controles
financieros o mecanismos muy débiles de control de los organismos
administrativos.
La metáfora Government is a Business animaba a los ciudadanos a pensar en
una administración pública como un instrumento técnico más, que bien
organizado y gestionado podría convertir al Gobierno en un organismo capaz y
eficiente para desarrollar las funciones públicas imprescindibles.20
Abundando en estas ideas de una gestión pública de carácter empresarial, en
esta comparación de la empresa y el gobierno, Barzelay (1994) propone en el
cuadro lo siguiente:
Cuadro No. 3.2
Comparación entre la empresa y el gobierno
Empresa Gobierno
Empresa Poder Ejecutivo
Consejero Delegado Presidente
Búsqueda de beneficio Servir los intereses públicos
Producción Procedimientos y actividades administrativas
Funciones productivas Funciones productivas
Ejecución especializada Ejecución especializada en tareas
Producto Bienes
Servicios Programas
Empresa de servicios Organismos y agencias gubernamentales
Fuente: Elaboración propia a partir de las ideas de Barzelay, “Metáforas en la Gestión de los Servicios
Públicos”. Op. Cit.
19
Barzelay, Michael. “Metáforas en la Gestión de los Servicios Públicos”. Gestión y Análisis de Políticas Públicas.
Madrid, INAP, No. 1, septiembre-diciembre 1994, p. 17.
20
Ibídem.
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Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
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Para este autor, el traslado de Consejero Delegado a Presidente implica que el
papel del Congreso es de control del Ejecutivo, pero no de dirección del mismo.
La traslación de búsqueda de beneficio a servir los intereses públicos implica
que el servicio público en sí mismo es la única recompensa para el Gobierno.
De forma similar, el traslado de producción por procedimientos y actividades
administrativas expresa que el Gobierno opera de forma eficiente si divide sus
funciones en tareas especializadas, asignando esos deberes a funcionarios bien
preparados, los cuales deberán responder de su trabajo ante sus superiores. Según
este planteamiento, lo que era cierto y aconsejable para las corporaciones in-
dustriales tenía que serlo también para las actividades gubernamentales.21
Estas prácticas y principios han conducido a las organizaciones públicas (así
como a las privadas) a mayores niveles de rendimiento que permiten mejoras
potenciales significativas, a partir de recursos no explotados. Las ideas de
conceptos de “calidad total” o “reinvención del gobierno” deben ser relacionadas
con las concepciones que sobre estos temas mantienen los gestores públicos. En
esta perspectiva, resulta muy probable que los proyectos de mejora de la gestión
gubernamental reflejen los ideales de la práctica empresarial del siglo XX.
Para Echevarría y Mendoza (1999) existen al menos cuatro premisas en que se
basa la gestión pública vista como gestión empresarial.22 Entre ellas destacan las
siguientes:
21
Ibid, p. 17-18.
22
Echevarría, Koldo y Mendoza, Xavier. “La Especificidad de la Gestión Pública: el Concepto de Management
Público”. Op. cit., p. 27-28.
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1. Primacía de la lógica de adaptación al entorno. Dado que la empresa
difícilmente podrá modificar con su actuación individual el entorno en que op-
era, las técnicas empresariales se orientan a favorecer la capacidad de adaptación
de la organización a las condiciones ambientales actuales y futuras.
2. Un modelo de decisión racional. La gran mayoría de las técnicas de gestión
empresarial presuponen la existencia de un responsable para la toma de decisiones
unitario, capaz de ordenar sus preferencias, formular objetivos no contradictorios,
valorar las distintas alternativas y evaluar la actuación presente de la organización
con base en dichos objetivos. El beneficio aparece como un criterio unificador
que facilita el cálculo y la evaluación de alternativas.
3. Sesgo marcado hacia la cuantificación. El mercado ofrece retroalimentación
permanente sobre el desempeño de la empresa y abundante información tanto
sobre la competencia como sobre la disponibilidad y costo de los distintos recursos
empleados. Se presupone que las transacciones individuales que se dan en el
mercado son capaces de capturar la totalidad o la mayor parte del valor creado,
y de reflejar los costos en que se ha incurrido para su creación.
4. Marcado carácter intraorganizacional. Los resultados que obtiene la
empresa se dan en función de sus propios recursos, de sus habilidades y del
esfuerzo realizado en comparación con el de sus competidores. “La definición
convencional de management como ‘la obtención de resultados a través de las
personas’ (de la propia organización) (...) es quizá la formulación más clara del
carácter intraorganizativo de los procesos de gestión empresarial”.23
23
Ibid, p. 28.
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GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
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En suma, las técnicas de gestión empresarial se pueden clasificar en dos grandes
grupos: por un lado las técnicas de dirección general de la organización que son
las más específicamente gerenciales, y por otro, las técnicas correspondientes a
una función o área especializada de la empresa. Por su relevancia práctica, a
estas se debe añadir un tercer grupo: el de las técnicas de desarrollo de habilidades
directivas.24
Muchos de los conceptos, principios y prácticas del mundo empresarial fueron
trasladados de manera casi mecánica a las operaciones administrativas públicas.
La representación metafórica de la empresa al Gobierno resulta incompleta en
este aspecto, debido a que reformadores y burócratas se acostumbraron a inferir
que los organismos gubernamentales funcionaban correctamente si realizaban
las tareas asignadas de forma coherente a las reglas. Fijadas por cada una de las
distintas comunidades profesionales implicadas en dirigir y controlar los diferentes
aspectos de las actividades de esos organismos. Concluye el autor que la
comprensión de la gestión estratégica de servicios puede ayudar a formular una
lista sistemática y detallada de cuestiones prácticas sobre cómo gestionar los
programas gubernamentales.
Esta perspectiva parte de una premisa falsa: que el gobierno funciona igual o
semejante a la empresa comercial. De antiguo, existen tratadistas connotados de
24
Dentro de las técnicas de dirección general se encuentran: planeación estratégica; gestión de procesos de cambio
organizativo; dirección por objetivos y dirección de proyectos. Por lo que corresponde a técnicas relativas a una
determinada función están: marketing; dirección de operaciones; diseño organizativo; dirección de recursos humanos;
gestión de servicios; gestión financiera; gestión de sistemas de información y control de gestión. Por último, las
técnicas de desarrollo de habilidades directivas se centran en desarrollar, habilidades de toma de decisiones,
negociación y gestión del conflicto, liderazgo, trabajo en equipo, creatividad e innovación, y capacidad de asumir
la complejidad, la ambigüedad y la incertidumbre.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 175
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la Administración Pública que han demostrado que el gobierno es diferente a la
empresa. El gobierno no puede concebirse, medirse o evaluarse con las mismas
herramientas que el sector privado. No obstante, que existan áreas comunes en
las que se interrelacionan el gobierno y la empresa, está claro que el gobierno
no tiene fines empresariales, que no puede utilizar siempre medios provenientes
de las empresas y que la gestión pública también es una gestión política en la
medida que debe lograr los consensos y acuerdos necesarios para alcanzar el
interés público.
3.1.4 La gestión pública como calidad
El cuarto uso de la gestión pública se encuentra vinculado al paradigma de la
calidad. El enfoque hacia la calidad en el servicio es parte fundamental de la
orientación general de las reformas en la administración del sector público que
los países miembros de la OCDE están implementando, para mejorar la capacidad
de respuesta y sensibilizar a sus instituciones gubernamentales.25
Para Ingraham (1999) la Nueva Gestión Pública tuvo dos tipos de reformas.26 El
primer grupo de reformas, conocido como “gerencialistas” se caracteriza por su
énfasis en mayor eficacia, una mejor respuesta por parte de los funcionarios
elegidos, y por la adopción de varias formas de descentralización y/o
25
Shand, David y Arnberg, Morten. “Exposición de Antecedentes”. Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE). Un Gobierno Alerta. Iniciativas de Servicios de Calidad en la Administración. México, DDF,
1997, p. 18.
26
Ingraham, Patricia W. “Administración de Calidad Total en las Organizaciones Públicas: Perspectivas y Dilemas”.
En Losada Marrodán, Carlos. ¿De Burócratas a Gerentes? Las Ciencias de la Gestión Aplicadas a la Administración
del Estado. Washington, Banco Interamericano de Desarrollo, 1999, p.p. 343-344.
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Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
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privatización. Entre sus políticas destacan el pago de desempeño, una mejor
gestión financiera, la subcontratación de tareas y servicios por fuera de la
organización, y el traslado de corporaciones y actividades públicas al sector
privado (Pollitt, 1990; Hood, 1995).
Al mismo tiempo se consolidó un segundo tipo de reformas orientadas hacia la
gestión de la calidad, las cuales rechazan de manera implícita los supuestos
fundamentales que respaldan los de corte gerencialista. Los esfuerzos a favor de
la calidad se concentran en mejorar la calidad y prestación del servicio y en la
mayor satisfacción del cliente. Asimismo, hacen hincapié en la participación de
los empleados en la toma de decisiones y en la comunicación dentro de la
organización.27
En la gestión de calidad se observan políticas como la potenciación del per-
sonal, las organizaciones más “planas”, una mejor comunicación y una mayor
atención al servicio del cliente, que se han convertido en principios comunes
para los gobiernos en el nivel federal y local. Sin embargo, en el sector público
las reformas y actividades de la gestión de la calidad han recibido poca atención
en comparación con las de carácter gerencialista. Aquí se hace una breve revisión
de este enfoque, a partir de las consideraciones de la gestión pública.
27
Ibid, p. 344. Para esta autora, el acento en los recursos organizativos es muy distinto al de los esfuerzos gerenciales.
El desempeño superior depende de un mejor uso de los recursos existentes y de los conocimientos y destrezas del
personal; los empleados en toda la organización participan en el logro de la calidad; el papel del directivo disminuye
significativamente, excepto con lo relativo al cliente y su satisfacción.
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José Juan Sánchez González
Gestionar la calidad de una institución implica realizar todas las tareas inherentes
a la consolidación de una organización que se prepara para garantizar calidad
en sus productos o procesos. Es calidad en función de un compromiso, de una
especificación de productos o servicios, del tiempo de entrega, de un ambiente
organizacional predispuesto a la mejora continua, de un conjunto de
procedimientos hechos para identificar por dónde las cosas se están haciendo
en función de un parámetro externo o norma adoptados voluntariamente.28
Los orígenes de las iniciativas de calidad en la gestión pública tienen diversas
causas. En algunos países surgieron por presiones presupuestales. En otros fue la
insatisfacción general con los servicios del sector público, aunque algunos países
tuvieron una combinación de ambos. En el Reino Unido la iniciativa fue
desarrollada y promovida por líderes políticos. En Canadá fue iniciada y
promovida por los servidores civiles. En otros países (Australia, Nueva Zelandia,
Suecia) la administración y el personal de las organizaciones gubernamentales
han iniciado mejoras en la calidad del servicio como parte de la transformación
en la gestión pública.
Para sus defensores existe un creciente interés en la gestión de la calidad orientada
al cliente, la cual está cambiando la administración del sector público y la
prestación de servicios en la mayoría de los países miembros de la Organización
28
Malvicino, Guillermo. “La Gestión de la Calidad en el Ámbito de la Administración Pública: Potencialidades
para un Cambio Gerencial”. VI Congreso Internacional del CLAD, Argentina, www.clad.org.ve/anales6/htlm.
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para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).29 La publicación de la
obra en 1987 de la Administración como Servicio: el Público como Cliente,
refleja la importancia para determinar el valor de los servicios públicos al
ciudadano.30 Se trata del primer documento donde se promueve, de manera
institucional, a la calidad como una estrategia de mejoramiento de la gestión
pública.
La OCDE considera que existen evidencias de que las iniciativas de gestión de
calidad están cambiando la percepción del público acerca de los servicios
destinados a la población, así como la forma de interacción entre los servidores
públicos y el público, así como la forma en que está organizado el servicio a
ellos destinado. También están cambiando los tipos de servicios suministrados y
la manera en la cual se presentan dichos servicios públicos. Más aún, es prob-
able que estén alterando las relaciones entre los políticos y los gestores públicos.31
Desde el punto de vista teórico, la calidad es ahora un elemento fundamental en
el nuevo estilo de gestión de las organizaciones. Mediante la gestión de la calidad,
la gerencia participa en la definición, análisis y garantía de los bienes y servicios
que produce para la sociedad.
29
García Solana, Ma. José. “La Posición del Ciudadano: la Noción del Cliente”. En Olías de Lima, Blanca. Nueva
Gestión Pública. Madrid, Prentice Hall, 2001. Para profundizar en torno al significado de ciudadano y cliente,
puede revisarse este artículo.
30
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La Administración al Servicio del Público.
Madrid, Ministerio de la Presidencia, 1991
31
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Un Gobierno Alerta. Iniciativas de
Calidad en la Administración. México, DDF, PUMA, 1997, p. 13.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 179
José Juan Sánchez González
Debe entenderse por gestión de calidad al conjunto de caminos mediante los
cuales se consigue la calidad; incorporándolo por tanto al proceso de gestión,
que es como traducimos el término inglés “management”, que alude a dirección,
gobierno y coordinación de actividades.32
Dentro de las ventajas que se supone produce aplicar la gestión de calidad se
señalan las siguientes: a) su fundamento es hacer las cosas bien a la primera; b)
consiste en dar al cliente lo que desea; c) está basada en el sentido común; d) no
supone hacer más que lo necesario; e) todos los niveles de la organización están
involucrados; f) asegura el espíritu de equipo, y g) su aplicación es altamente
motivante.33 Por ello, el concepto de calidad alude a tres acepciones básicas:
1) calidad realizada: es aquella que es capaz de obtener la persona que
realiza el trabajo. Un ejemplo es el artesano que trabaja sin especificaciones,
pero se refiere también al grado de cumplimiento de las especificaciones que el
responsable de un trabajo es capaz de conseguir;
2) calidad programada: es la calidad que se pretende obtener. Esta calidad
es la que aparece descrita en un documento de diseño, en una especificación o
en un plan concreto; y
3) calidad necesaria: es la calidad que el cliente exige con mayor o menor
grado de concreción, o por lo menos, la que a él le gustaría recibir.
32
Udaondo Durán, Miguel. Gestión de Calidad. Madrid, Díaz de Santos, 1991, p. 5.
33
Ibid, p. 11.
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Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
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La gestión de calidad pretende conseguir que estas tres acepciones sean
concéntricas y que coincidan entre sí. En la medida que se asegure pasar de una
calidad realizada a una programada y después a una necesaria, los efectos podrán
ser percibidos por los clientes. Un enfoque que deje de lado alguno de estos
componentes impedirá alcanzar una calidad permanente y duradera.
La gestión de la calidad en una organización implica: identificar los procesos
que deben ser reformulados o reposicionados en función de una demanda
fluctuante; determinar las causas y efectos de los requerimientos volátiles de los
nuevos nichos de mercado; identificar vetas de diferenciación de procesos;
organizar el sistema de aseguramiento de calidad y definir procesos tecnológicos
que impliquen precisar métodos de diferenciación.34
La gestión de calidad es entendida a partir de tres enfoques perfectamente
diferenciados: el enfoque tradicional; el enfoque normativo y el enfoque de
calidad total.35 El enfoque tradicional responde al argumento de que sí las cosas
están bien, no es necesario cambiarlas. Por su parte, el enfoque normativo
reconoce que es conveniente adoptar normas voluntarias para mejorar la gestión
de la organización y asegurarse que los clientes serán satisfechos en sus
expectativas. Por último, el enfoque de calidad total supone que es imprescindible
imponer una nueva cultura en la organización para que todos sus integrantes se
involucren en la mejora continua de las prácticas y procedimientos para satisfacer
mejor al cliente.
34
Malvicino, Guillermo. Op. cit. p. 7.
35
Ibidem.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 181
José Juan Sánchez González
Sin embargo, existen opiniones en sentido contrario que polemizan en considerar
a la gestión pública como calidad, en particular en lo relativo al énfasis que
hacen del cliente como valor supremo de la gestión. Schachter (1995) realiza un
interesante ensayo en el que contrasta el modelo de ciudadanos como clientes
desarrollado por Osborne y Gaebler (1992) y el modelo de ciudadanos como
dueños propuesto por Frederickson (1994).36
Osborne y Gaebler (1992) afirman que los ciudadanos son clientes del gobierno
y que, por lo tanto, los servidores públicos deben hacer los cambios necesarios
para atender sus propósitos en la misma forma que la empresa privada atiende a
sus clientes.37 Los clientes deben estar satisfechos de los bienes y servicios
proveídos por el gobierno, deben ser consideradas sus necesidades y, por lo
tanto, se afirma que el gobierno habrá cumplido su labor. Eficiencia, eficacia,
calidad y orientación al cliente son valores supremos de la gestión de la calidad.
Por su parte, Frederickson (1994) argumenta que los ciudadanos no son clientes
del gobierno, sino dueños que eligen a sus líderes para que representen sus
intereses. El modelo centrado en clientes pone a los ciudadanos en un papel
reactivo limitado al gusto o disgusto de los servicios, esperando que los
funcionarios hagan cambios si el objeto de los clientes es suficiente. En cambio
36
Schachter, Hindy Lauer. “Reinventing Government or Reinverting Ourselves: Two Models for Improving Govern-
ment Performance”. New Jersey Institute of Technology. November-December 1995, vol. 55, No. 6.
37
Osborne y Gaebler. Un Nuevo Modelo de Gobierno. Como Transforma el Espíritu Empresarial al Sector Público.
México, Gernika, 1994.
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en el modelo de ciudadanos como dueños, estos representan un papel proactivo
y deciden lo que será la agenda gubernamental.38
Este concepto de la ciudadanía eficiente se basa en que los ciudadanos son
dueños de su gobierno, y como tal tienen el deber de involucrarse en los asuntos
públicos e instruir políticas que demanden los “accionistas”. Los ciudadanos, no
los clientes, cuentan con todas las prerrogativas constitucionales y legales que
les da su condición plena de miembros de un Estado. La gestión de calidad
reduce a los ciudadanos en simples receptores de servicios mediante el pago de
sus impuestos. Los ciudadanos tienen derechos, los clientes tienen expectativas.
Asimismo, debe destacarse que una de las características de los cambios políticos
recientes ha sido el descubrimiento (o redescubrimiento) del concepto de
“usuario” (cliente). Ello se ha relacionado tanto en las doctrinas de derecha que
enfatizan el mercado y la soberanía del usuario, como las de la izquierda que
buscan la participación y el compromiso político por abajo, a nivel de usuarios
de los servicios públicos.39 No importa el modelo de donde provengan, se debe
defender la implicación de los usuarios en la evaluación de las políticas públicas
sobre la base de una eficiencia política, así como de una eficiencia gestora.
Aunque se acepte esta idea, su puesta en práctica no será fácil, debido a las
características, necesidades y tipos de usuarios que varían en función de las
distintas políticas sectoriales.
38
Frederickson, George. “The seven principles of Total Quality Polities”. Public Administration Times, vol. 17,
1994, p. 9.
39
Jenkins, Bill y Gray, Andrew. “Evaluación y el Usuario: la Experiencia del Reino Unido”. Gestión y Análisis de
Políticas Públicas, Madrid, INAP, No. 1, septiembre-diciembre 1994, p. 47.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 183
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En suma, crear calidad en el servicio público es crear la capacidad, el compromiso
y la voluntad de realizar el trabajo necesario. Pero también se trata de crear el
espacio político que permita la implantación de cambios políticos. La gestión de
calidad y las organizaciones redefinidas que ésta respalda pueden hacer una
contribución importante a la gestión pública, pero sólo una contribución.40 Por
sí sola, la gestión de calidad no solucionará los problemas que enfrentan los
organismos públicos en prácticamente cada una de las naciones modernas. La
creación de servicios civiles con la capacidad de ser creativos, negociar acuerdos,
educar, iniciar, innovar, promover valores éticos públicos y manejar el cambio,
es una opción mayor para mejorar la gestión pública contemporánea.
3.1.5 La gestión pública como endoprivatización
Un quinto uso de la gestión pública lo constituye lo que Omar Guerrero (1999)
ha denominado la endoprivatización. Incluso se le puede denominar a la
endoprivatización como la privatización de la gestión pública. Antaño se privatizó
lo qué se hacía (exoprivatización), ahora el cómo se hace (endoprivatización).41
Para Guerrero (1999) cada administración pública individual ha quedado
uniformada bajo un patrón universal, formado por cinco rasgos prominentes:
1) el mimetismo organizativo de la empresa privada; 2) la incorporación del
40
Ingraham, Patricia W. Op. cit. p. 358.
41
Guerrero, Omar. Del Estado Gerencial al Estado Cívico. México, Universidad Autónoma del Estado de México-
Miguel Angel Porrúa, 1999, p. 105. “Hoy en día, al fracaso de la exoprivatización –enajenación del patrimonio
público- ha seguido la rutina de la endoprivatización –alineación de la gestión pública-“.
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mercado como proceso de confección de los asuntos públicos; 3) el fomento de
la competitividad mercantil; 4) el reemplazo del ciudadano por el consumidor y
5) la reivindicación entre la política y el management.42
Este modelo es el resultado de un proceso constituido por dos etapas de
privatización de los espacios públicos. La primera entraña la exoprivatización
del Estado, consiste en el procedimiento por el cual la administración pública
transfiere la producción de bienes y servicios a la administración privada. La
exoprivatización fue la etapa estratégica primigenia del neoliberalismo meditada
como ventajosa, en atención a la eficiencia del mercado que podría ofrecer a la
economía capitalista en su conjunto. La idea de exoprivatización es más nítida si
se considera el papel de los enajenadores del patrimonio público a través de un
uso diverso de la categoría de manejo público (public management), pues hacia
el principio de la década de los noventa se juzgaba que dicho manejo podía
rediseñarse para implementar el proceso de privatización.
La segunda etapa de la estrategia neoliberal consiste en la endoprivatización del
Estado, es decir, la sustitución de la gestión de los asuntos públicos por la idea, la
metodología y la técnica del manejo privado. En contraste con la exoprivatización,
en la cual el manejo público fungió como el sujeto de la transacción de cosas
hacia el mercado, en la endoprivatización ese manejo se convierte en el objeto
de una transacción mercantil. Su nombre es el “nuevo” manejo público (New
42
Guerreo, Omar. “Una Cruzada en pro de la Administración Pública: Perspectivas de la Ciencia de la Administración
Pública desde Iberoamérica”. III Congreso del CLAD. www.clad.org.ve.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 185
José Juan Sánchez González
Public Management). “En tanto la exoprivatización afecta al qué de la
administración pública, la endoprivatización lo hace con el cómo”.43
En esta posición, no se propone que la administración pública sea similar a la
administración privada, sino que la gestión del gobierno ha sido invadida y
conquistada por el espíritu empresarial privado. La primera fase fue la privatización
de la administración pública (exoprivatización); la segunda fase es la privatización
de la gestión pública (endoprivatización), tal como lo muestra el siguiente cuadro:
Cuadro No. 3.3
La era de la privatización
Exoprivatización Endoprivatización
El manejo público fungió como sujeto de la El manejo público se convierte en el objeto
transacción de cosas hacia el mercado. de una transacción mercantil.
El qué hace la Administración Pública El cómo lo hace la Administración Pública
Se privatizan las actividades estatales Se privatiza la gestión interna
Fuente: Navarro, Ernesto. Reseña del libro: Omar Guerrero, Del Estado Gerencial al Estado Cívico.
México, Miguel Ángel Porrúa-UAEM, p. 188.
El manejo público contemporáneo tiene escasa relación con el manejo público
que se ha cultivado en el pasado en aquellos países. Este último constituye un
enfoque diferente del manejo público referido, que se denomina “nuevo manejo
público”.44 El neo-manejo público no tiene ninguna relación con la administración
43
Ibid, p. 2.
44
Guerrero, Omar. Del Estado Gerencial al Estado Cívico Op. cit. p. 89. En este libro Guerrero utiliza la traducción
nuevo manejo público derivado de la New Public Management. Aquí se cita conforme a esta interpretación. En
esta investigación New Public Management se traduce como Nueva Gestión Pública.
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pública tal como había sido estudiada en el pasado y en el presente, porque
derivó en la privatización en general y en el neoliberalismo, inspirado por la
opción pública. Más bien se trata del manejo privado de lo público y lo que se
denomina la endoprivatización.
Los promotores del nuevo paradigma de gestión pública, para diferenciarlo del
manejo público, lo llamaron “nuevo” manejo público (New Public Manage-
ment). Este busca encaminar no hacia la enajenación de la exterioridad del Estado,
sino de su interior, por lo que ahora prosigue con la endoprivatización de su
gestión interna. Los padres fundadores del nuevo manejo público son Milton
Friedman, Ludwing von Mises y Friedrich von Hayek. Así como James Buchanan
y Gordon Tullock, junto con Vincent Ostrom, Marcur Olsen y William Niskanen,
así como más recientemente Osborne y Gaebler y Barzelay.
El neomanejo público tiene tres elementos sustanciales: el primero consiste en
la estrategia derivada de los programas de exoprivatización de la época de Tatcher
y Reagan, hoy vinculados a la “reinvención” del gobierno de Clinton. El segundo
lo constituye el entramado doctrinario cuyo eje central es la economía neoclásica.
El tercero, fielmente asociado al anterior, está integrado por la opción pública
(public choice) y a un cierto romanticismo antiadministrativo.
El nuevo manejo público constituye un paradigma administrativo que ofrece
una promesa de implementación para los negocios gubernamentales. Está
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 187
José Juan Sánchez González
integrado por la dualidad manejo burocrático-manejo lucrativo de von Mises, el
mapeo de simplificación organizativa de Ostrom, el concepto de oficina como
organismo no-lucrativo que oferta bienes y servicios propuesto por Niskanen, el
decálogo de principios para “reinventar el gobierno” de Osborne y Gaebler, así
como la propuesta del paradigma posburocrático de Barzelay.
El nuevo manejo público, referido a la endoprivatización, está caracterizado por
cuatro elementos esenciales: 1) el esfuerzo por disminuir o revertir el crecimiento
del gobierno; 2) el cambio hacia la privatización o cuasiprivatización, con un
renovado énfasis en la subsidiaridad de la provisión de servicios; 3) el desarrollo
en la producción y distribución de servicios, con énfasis en la tecnología
informática y 4) el mayor desarrollo de una agenda internacional crecientemente
enfocada en los temas generales del manejo público, el diseño de policy, los
estilos de decisión y la cooperación internacional.45
Por tanto, según Guerrero (1999) la endoprivatización de la gestión pública está
basada en la idea de que el sector público debe estar en manos de gerentes
profesionales, dotados con un control activo, visible y discrecional sobre las
organizaciones. Se requieren estándares explícitos y medidas de rendimiento,
así como definición de metas, objetivos e indicadores de éxito, preferentemente
expresados en términos cuantitativos. Pone énfasis en los controles de resultados,
la asignación de recursos está ligada a la medida de rendimiento y se anteponen
45
Ibid, pp. 138.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
188 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
los resultados a los procedimientos. La burocracia antaño centralizada, ahora
está desarticulada en unidades menores. Existe una desagregación de la
organización del sector público, desmembrando las unidades monolíticas y
estableciendo un sistema de manejo uniforme dentro de unidades corpóreas
integradas alrededor de productos. Busca que el sector público se mueva hacia
el aumento de la competencia con un enfoque de mercado.
En suma, la endoprivatización es el proceso mediante el cual el gobierno incorpora
en su interior, prácticas administrativas, empresariales, gerenciales y privadas,
convirtiendo a la gestión pública en una gestión orientada al mercado. Su objetivo
primordial es satisfacer las necesidades del cliente, que sólo puede ser medida y
evaluada, mediante indicadores de desempeño de tipo cuantitativo en un
ambiente competitivo de mercado. En el supuesto de que sólo lo que se mide
pueda ser controlado, lo que queda fuera no es relevante ni indispensable.
3.1.6 La gestión pública como gestión pública
El último uso de la gestión pública es precisamente como gestión pública. Aquí
convergen diferentes opiniones y corrientes que expresan puntos de vista distintos
a los que se han expuesto en torno a la gestión pública. Cabe señalar que dentro
de los más comunes usos de la gestión pública existen otras voces que intentan
recuperar a la gestión pública, precisamente como una gestión gubernamental.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 189
José Juan Sánchez González
Una primera propuesta es la que estudia Bozeman (1987) que proviene del campo
de las organizaciones, en las que afirma que “todas las organizaciones son
públicas”, por lo que la gestión sólo puede ser una gestión pública.
“Algunas organizaciones son gubernamentales, pero todas las organizaciones
son públicas”. Si hubiera que condensar las siguientes páginas a su mínima
expresión, yo escogería esa frase. La premisa cardinal de este libro es que lo
público es una clave para entender el comportamiento y manejo de una
organización, no sólo en dependencias de gobierno, sino virtualmente en todas
las organizaciones.46
No obstante, que reconoce que en 1945 Paul Appleby, un brillante estudiante y
gerente en el campo de la administración pública, observaba que la “gestión
gubernamental difiere –de manera apenas perceptible desde el exterior, en virtud
de su naturaleza pública- y por el modo en que está sujeta al escrutinio y clamor
públicos”.47 Bozeman sostiene que a pesar de que existen algunas diferencias,
tanto en las comparaciones de empleados y sistemas de personal, en las tareas y
el contexto de trabajo, así como en las organizaciones y en su estructura, en
última instancia, tanto las corporaciones como el gobierno son públicas.
La tesis central es que todas las organizaciones son públicas porque la autoridad
política afecta parte del comportamiento y los procesos de todas las organizaciones
46
Bozeman, Barry. Todas las Organizaciones son Públicas. Tendiendo un Puente entre las Teorías Corporativas
Privadas y Públicas. México, Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública y F.C.E., 1998, p.31.
47
Ibid, p. 54.
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190 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
(públicas y privadas) mediante mecanismos de regulación. Ello implica:
1) lo público concierne a los efectos de la autoridad política; 2) las organizaciones
pueden ser más públicas en relación con ciertas actividades y menos públicas
con respecto a otras; 3) todas las organizaciones son públicas, pero algunas lo
son más que otras.48 A partir de esta argumentación, luego entonces sólo existe
una gestión pública.
Para Bozeman a los gestores públicos se les puede encontrar casi en todo tipo de
organizaciones públicas o privadas, debido a que son personas que manejan lo
público. Esta visión permite mostrar que la práctica de la gestión pública ha
estado dominada por dos perspectivas. Algunos gestores públicos piensan que
hay ciertos principios básicos de buena administración que conducen a buenos
resultados casi en cualquier contexto. Otros creen que la gestión pública requiere
habilidades muy distintas a las que se necesitan en la administración de empresas.
Pero se ha prestado poca atención al manejo de lo público fuera de las
organizaciones gubernamentales.
Varias características de la gestión pública parecen distintivas, incluyendo la
importancia de los ciclos electorales, la visibilidad de los directores públicos de
alto nivel y los intereses en juego. Sin embargo, muchas de estas características
también afectan a los gerentes de empresas que se ocupan en manejar lo público.49
48
Ibid, p. 130.
49
Ibid, p. 201.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 191
José Juan Sánchez González
Enfocarse en el manejo de lo público implica que virtualmente todas las grandes
organizaciones tienen las mismas motivaciones y presunciones en sus procesos
de obtención de recursos. Las organizaciones –incluyendo no sólo las
empresariales, sino también las del gobierno, de servicio público y no lucrativas-
buscan un crecimiento estable, autonomía en la toma de decisiones y control.
En este mismo planteamiento coincide Laufer (1980), cuando afirma que la gestión
pública es una nueva fase de la administración pública y a la vez diferenciada
de está.50 Para este autor, la gestión pública es una visión derivada del manage-
ment que se orienta a la atención de los problemas organizacionales en función
de sus efectos sobre el entorno.
Según Laufer las organizaciones privadas, históricamente preocupadas sólo por
su propia sobrevivencia, introducen como un prerrequisito de su quehacer ante
la sociedad, nuevas responsabilidades de tipo ecológico, laboral, de consumo,
entre otras. En esta evolución, las organizaciones requieren la visión de la gestión
pública como una forma de acción y de conducta en búsqueda del logro de sus
propios objetivos, pero no a costa de su legitimidad ante la sociedad, sino
haciendo una función mixta de ambos.51
Si bien la transposición directa de técnicas de gestión pública de lo privado a lo
público, tiene una serie de aspectos y restricciones a cuestionar, y habría que ser
50
Laufer, R-Burlaud, A. Management Public. Gestión et Legitimité. Francia, Dalloz, 1980. Citado por Cabrero
Mendoza, Enrique. Del Administrador al Gerente Público. México, INAP, 1997, p. 127.
51
Cabrero Mendoza, Enrique. Op.cit., p. 128.
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192 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
cauteloso en este tipo de procesos; no deja de ser altamente sugerente la idea de
Laufer sobre la nueva era de una gestión pública como pauta de conducción
para todo tipo de organizaciones ante un escenario tan complejo, diverso y
cambiante como el actual.
Una segunda corriente que enfatiza lo “público” de la gestión pública lo representa
el movimiento de la desregulación y revitalización del sector público. Ante el
ataque emprendido por los mecanismos de mercado aplicados al sector público,
surge una voz crítica que pretende ver la complejidad del fenómeno y del objeto
de la gestión pública. La desregulación del sector público significa la
transformación del personal y de los procedimientos para procurar de manera
tal que se incremente la capacidad discrecional de los empleados públicos.52
Para Arellano (1993) la idea central es que reinventar el gobierno o el cambiar
procedimientos para que sean dirigidos por la lógica de la competencia del
mercado, es una frágil solución a un gran problema: la complejización de las
fronteras con que la acción gubernamental se está enfrentando. Las prescripciones
de la posburocracia, de reinventar el gobierno y mucho menos las de la elección
pública no parecen comprender que lo que se vive es la complejización de las
relaciones privadas y gubernamentales, públicas y sociales. Debido a que una
acción gubernamental tiene que aceptar y reconocer que el atacar un problema,
involucra numerosas agencias y variados niveles de gobierno, así como intrincadas
redes de relaciones público-privadas.
52
Arellano Gault, David. “Gestión Pública en Estados Unidos: Crisis y Estado del Arte”. Gestión y Política Pública.
México, CIDE, vol. IV, núm. 1, primer semestre de 1995. p. 136-137.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 193
José Juan Sánchez González
Por tanto, es necesario generar una dinámica distinta en el sector público donde
sea posible realizar integraciones verticales y horizontales de problemas complejos
y singulares. El redescubrimiento de las instituciones es fundamental en este
sentido, donde el gobierno no es un participante más entre otros en un mercado,
sino que es quien tiene la responsabilidad de perseguir el interés público. Y para
ello está constituido por organizaciones que interactúan y se interrelacionan de
múltiples maneras.
La idea central de este planteamiento se encuentra en la idea de liberar a los
actores de excesivas restricciones (desregulación), ya que una mayor flexibilidad
permitirá que los flujos organizacionales mejoren su calidad y generen alternativas.
Algunas de sus propuestas específicas abarcan soluciones parciales pero que
pueden mejorarse:
1. El gobierno federal debe mejorar su capacidad de información y análisis,
estableciendo sólidos sistemas de información de la administración financiera
que posicionen a los empleados federales en una base tecnológicamente sólida
para vincular gasto con resultado;
2. Mejorar el sistema de administración financiera para conocer en qué se
está gastando el dinero, para qué proyectos y con qué resultados;
3. Mejorar e intensificar el uso de la tecnología del gobierno;
4. Vincular claramente presupuesto con resultados;
5. Implementar el servicio a clientes y la administración de calidad total en
aquellos espacios donde sea posible, factible y lógico;
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
194 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
6. Tener observadores de los resultados;
7. Recuperar la esencia de la acción pública que dice que los ciudadanos
son los que pagan los impuestos. La primera responsabilidad de las agencias de
gobierno no es con los clientes, sino con los ciudadanos en general.
Una tercera propuesta es la de Goodsell (1992) quién critica a la reinvención del
gobierno con un argumento en tres niveles.53 Primero, indica que muchas de las
propuestas retoman la ya tradicional polémica entre lo público y lo privado sin
añadir nada novedoso. Segundo, dice que el argumento está basado en un
conjunto de experiencias que no son necesariamente generalizables y aplicables
para todos los casos. Tercero, asegura que el argumento ignora elementos críticos
del marco teórico de la administración pública tradicional, los cuales son
fundamentales para elaborar una propuesta teórica coherente.
Goodsell (1992) sugiere que es posible contraponer los diez principios propuestos
por la reinvención del gobierno de Osborne y Gaebler, con otros que nos
recuerdan las bases democráticas que enmarcan la gestión pública y que
determinan los pilares de la administración pública como disciplina con objeto
propio y como actividad organizada del Estado.
1. A través de sus representantes elegidos, los ciudadanos, no los empresarios,
deben estar a cargo del gobierno.
53
Goodsell, Charles. “Reinvent Government or Rediscover it?”, Public Administration Review, vol. 53, no. 1, 1993,
pp. 85-87.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 195
José Juan Sánchez González
2. La función del gobierno es servir al interés público, no crear reservas
económicas o alimentar “egos” empresariales.
3. El gobierno tiene que operar bajo las reglas de la Constitución y la ley, no
bajo misiones enunciadas por particulares.
4. El gobierno puede entrar en asociaciones con entidades privadas, siempre
y cuando sea el socio principal.
5. El gobierno debe ser flexible e innovador, pero también debe ser suscep-
tible de rendir cuentas al público.
6. El gobierno debe buscar resultados, pero sin atropellar a quienes van a
desempeñar esta tarea, o sea los empleados públicos.
7. En el gobierno la conducta privada de los gerentes debe someterse a los
ideales públicos de la igualdad de oportunidades y del escrutinio público.
8. Esta bien simplificar reglas, pero no a costa del tratamiento equitativo y de
la integridad de los procesos legales.
9. La reducción de limitaciones fiscales es aceptable, pero no lo es la
reducción de requerimientos para proteger los recursos públicos.
10. Los problemas públicos deben ser solucionados con creatividad, pero sin
darle ventajas a quienes se pueden beneficiar de éstos.
Por su parte, Ospina (1993) concluye que existen dos conjuntos de principios de
la administración pública claramente diferentes: por un lado están quienes afirman
que no existen diferencias reales entre gestión pública y privada. Generalmente
este argumento va acompañado por otro que propone la utilización de prácticas
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
196 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
desarrolladas en el sector privado para mejorar la gestión en las burocracias
gubernamentales. Del otro lado están quienes afirman que el carácter democrático
del sistema político determina la naturaleza de la gestión pública, la cual es un
rasgo distintivo y específico que hace una marcada diferencia con la gestión
privada.54
Hay quienes defienden la posición de que una distinción muy tajante entre lo
público y lo privado es artificial, y que las diferencias entre los dos tipos de
prácticas son más de grado que de naturaleza. En contrario, especialistas en
administración pública sugieren que la distinción es prerrequisito para el avance
en las investigaciones de esta disciplina como un campo de estudio con objeto
propio. Más aún, la distinción sugiere una visión de la gestión pública como
actividad profesional con prestigio y reconocimiento social propios.
Un cuarto argumento, es el que proponen Echevarría y Mendoza (1999) en el
que señalan que existe una marcada particularidad al contexto en que tienen
lugar los procesos de gestión pública, como son: la pretendida sustitución del
mercado por el proceso político como mecanismo de asignación de recursos; el
hecho de que las administraciones públicas tiene el carácter de poderes públicos;
la naturaleza distinta de los procesos de creación de valor por parte del sector
público, y la dificultad de medir el valor creado.55
54
Ospina Bozzi, Sonia M. “Gestión, Política Pública y Desarrollo Social: hacia la Profesionalización de la Gestión
Pública”. Gestión y Política Pública. México, CIDE, vol II. No. 1, enero-junio, 1993, p. 40.
55
Echevarría, Koldo y Mendoza, Xavier. Op. cit., p. 20-24.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 197
José Juan Sánchez González
El proceso político como mecanismo de asignación de recursos ofrece un marcado
contraste con el mercado. Así, mientras éste último se caracteriza por la exclusión
de la demanda no solvente, la realización de transacciones individuales entre
ofertantes y demandantes, la existencia de precios y el automatismo en la
asignación de recursos. Por su parte, el proceso político se caracteriza por su
preocupación en los aspectos redistributivos y de equidad, la realización de
transacciones administrativas-individuos y administración-sociedad, la ausencia
de precios y la falta de correspondencia entre el financiamiento que recibe
determinada organización pública y su desempeño o capacidad de gestión.
La administración pública tiene un carácter de poder público. La sociedad otorga
al Estado la potestad de ejercer un poder coercitivo sobre sus miembros cuando
se trata de conseguir determinados fines. Las administraciones públicas
constituyen poderes públicos cuya esencia es el ejercicio de la autoridad que les
ha sido conferida por la sociedad. En el sector privado esto no ocurre.
Asimismo, las administraciones públicas crean valor a través de transacciones
individuales con los ciudadanos (garantizando sus derechos, prestándoles
servicios o a través de transferencias monetarias), pero también lo hacen de otras
formas. De acuerdo con Moore (1984) el valor creado por los programas públicos
consiste en dotarlos de una capacidad de respuesta para afrontar amenazas, ya
que dichos programas expresan los valores y preferencias sobre el tipo de sociedad
en que sus miembros desean vivir. Aspectos como la transparencia, equidad, no
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
198 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
discriminación, legalidad y receptividad forman parte integral de creación de
valor del sector público. Por último, resulta complejo tratar de medir este valor
en el ámbito público, debido a que se trata de objetivos y valores que difícilmente
pueden tener un indicador de medición cuantitativo.
3.2 Usos de la gestión pública en la práctica administrativa
Una aproximación adecuada para conocer la diversidad de los usos de la gestión
pública a nivel práctico es la que presenta Martínez (2000). Señala que las
estrategias adoptadas para modificar los modelos tradicionales de implementación
de las políticas públicas, muestran que las reformas de la Nueva Gestión Pública
no ha logrado superar las debilidades de la gestión pública. Debido a su carácter
disperso y parcial, así como por la insuficiente consideración de las problemáticas
institucionales y la ausencia de esfuerzos para superar dichas limitaciones.56
A partir de cuatro ejes centrales que representan problemáticas en las reformas
en América Latina –burocratización, fractura organizacional, falta de apertura y
excesivo centralismo- este autor propone diversos usos de la gestión pública,
como lo muestra el siguiente cuadro:
56
Martínez Nogueira, Roberto. “La Gestión Pública: del Diálogo Crítico a la Evaluación de la Diversidad”. Política
y Gestión. Argentina, Homo Sapiens, Revista No. 1, noviembre 2000, p. 11.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 199
José Juan Sánchez González
Cuadro No. 3.4
Interpretaciones de la Gestión Pública
Ejes Tipos de Gestión Caracteristícas
1) Burocratización a) Gestión por resultados Esta estrategia constituye el eje básico del
“gerencialismo” y de la Nueva Gestión
Pública. Atribuye las ineficiencias del
gobierno al exceso de regulaciones
asociadas a un marco normativo
caracterizado por una elevada
concentración decisional de jerarquías.
b) Gestión por Derecho Privado Consiste en la modificación de la
naturaleza jurídica de las organizaciones
estatales de manera de someter la gestión
al derecho privado.
c) Gestión por Proyectos Consiste en la creación de ámbitos
específicos en el interior de las
organizaciones estatales, a través de
proyectos.
d) Gestión por Terceros Provisión privada de los bienes y servicios
a través de la gestión privada (terceros),
introduciendo la lógica del mercado.
2) Fractura Organizacional a) Gestión Interinstitucional Para superar el problema de la
coordinación se integran gabinetes
especializados o comisiones de alto nivel
con participación de distintos ámbitos
ministeriales.
b) Gestión Consolidada Para reducir la necesidad de coordinación
se propone disminuir la diferenciación del
aparato estatal a través de la consolidación
de funciones dispersas en diversas
organizaciones públicas, mediante la
fusión o la incorporación de entidades
descentralizadas a las administraciones
centrales.
c) Gestión Unificada Se crean instancias superiores que
pretenden superar los problemas de
coordinación por vía de la autoridad,
resolviendo las cuestiones de competencia
y de coherencia a través de la jerarquía.
d) Gestión Integrada Territorial- Se crean mecanismos especiales de
mente integración y de coordinación a nivel local.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
200 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
Ejes Tipos de Gestión Caracteristícas
3) Falta de Apertura a) Gestión Concertada Se incorporan organizaciones represen-
tativas de intereses o perspectivas a
instancias de formulación de políticas, ya
sea integrando órganos directivos,
consejos de asesores, comisiones ad hoc,
o participación de instancias de consulta.
b) Gestión Operacional Partici- Las organizaciones de la sociedad civil
pada asumen de manera más activa la
prestación de servicios a la comunidad.
c) Gestión por la Demanda Mediante fondos concursables este
mecanismo de uso cada vez más
frecuente.
d) Gestión Controlada Social- Se promueve la promoción de la participación
mente mediante la introducción de distintas formas
de control o auditoria social.
4) Centralización Excesiva a) Gestión Desconcentrada Consiste en la atribución de capacidades
decisorias a los niveles subordinados de
las organizaciones del sector público.
Busca una mayor flexibilidad en la gestión
pública.
b) Gestión Transferida y Con- Involucra la transferencia de funciones a
junta los ámbitos de gobiernos regionales,
provinciales o locales, junto a una
redefinición del papel normativo y
orientador de los gobiernos centrales.
c) Gestión por Devolución Se realizan experiencias en las que ciertas
funciones estatales han sido atribuidas a las
organizaciones de la sociedad civil (ONG).
d) Gestión en Red Las redes permiten la integración de
aportes diferenciados en el marco de la
cooperación y no de la competencia. Son
recursos para la coordinación de
transacciones entre organizaciones y
dentro de éstas.
Fuente: Elaboración propia con las ideas de Martínez Nogueira, Roberto. Op. cit. pp. 16-35
Como podrá inferirse, las diversas interpretaciones de la gestión pública son
variadas y su uso corresponde al eje central que desee resolverse. Por ello, es
necesario ampliar el alcance del análisis de las innovaciones en los modelos de
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 201
José Juan Sánchez González
gestión pública, introduciendo una perspectiva más amplia que la utilizada en
los abordajes convencionales de la administración pública.
Al respecto es indispensable tomar en cuenta tres consideraciones.57 En primer
lugar, es erróneo avanzar en la modificación de los modelos de gestión pública
establecidos sin atender a la vez a los requerimientos de la construcción
institucional, de las políticas sustantivas y de los procesos de movilización de los
actores, tanto en las etapas de formulación como de ejecución. Las políticas no
consisten simplemente en la enunciación de propósitos, definición de estrategias
y sanción de los cuerpos legales, constituyen un ciclo en el que la implementación
determina el impacto sobre la realidad. Por tanto, el debate de la gestión pública
no puede desatender estos temas sustantivos.
En segundo lugar, es preciso construir visiones más maduras acerca de las
capacidades del Estado para alimentar las acciones de reforma de la gestión
pública. En el pasado fue usual la construcción de capacidades administrativas
mediante la adquisición de insumos y equipamiento, de la construcción de
infraestructura, de la capacitación del personal y de la aplicación de nuevos
sistemas normativos. Aunque fueron útiles, los nuevos enfoques no deben
confundir la superación de la carencia de medios con el incremento en las
capacidades de governance, para la gestión pública y para la producción de
impactos significativos.
57
Ibid, p. 36.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
202 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
Por último, las intervenciones dirigidas a las reformas de la gestión pública deben
ser complejas y adecuadas a la naturaleza de las problemáticas que enfrentan y
a las concepciones que gobiernan el diseño de las políticas. Los cambios puntuales
y la introducción de nuevas modalidades de innovación en las tecnologías de
gestión pública, sólo son sustentables si responden a estrategias de cambio
institucional y de entorno organizacional.
3.3 Polémica en torno a la nueva gestión pública
El empleo de diferentes usos de la voz gestión pública implica que esta propicie
diversos significados y contenidos que han provocado discusiones sobre sus
alcances y limitaciones. Aquí se abordan algunos cuestionamientos y en los
siguientes capítulos existen otros aspectos que son enfatizados.
Para empezar hay que señalar que a partir de los objetivos de la administración
pública actual y el entorno en el que se desarrolla su actividad, la gestión pública
debe entenderse, ante todo, como una organización dirigida a la prestación de
servicios; en la que el usuario o sujeto receptor de estos servicios, generalmente
el ciudadano, ha de ser definido como cliente.58 El reconocimiento de esta nueva
misión central de la administración pública, de prestación de servicios, conduce
a una nueva concepción de la gestión pública que, a su vez, supone cambios
sustanciales tanto en la estructura organizativa como en su cultura interna, en la
58
Boix, Carles. “Hacia una Administración Pública Eficaz: Modelo Institucional y Cultura Profesional en la Prestación de
Servicios Públicos”. Gestión y Análisis de Políticas Públicas. Madrid, INAP, No. 1, septiembre-diciembre 1994, p. 23.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 203
José Juan Sánchez González
medida que establece relaciones diferentes entre los políticos, los empleados y
los ciudadanos.
En una perspectiva más crítica del enfoque de la calidad en la gestión pública, se
afirma que existe una clientelización de las relaciones entre la administración
pública y sus administrados. Desde espacios ideológicos distintos se apoya a
aquellas organizaciones que se han mostrado más cercanas a sus consumidores,
que satisfacen mejor las demandas de sus clientes, o que son capaces de identificar
con más precisión las necesidades de su público.59 Quizá lo que haga falta es
pasar de la clientelización a la ciudadanización de la gestión pública, como
parte importante para recuperar su dimensión democrática y política.
En este contexto, para Brugué, Amorós y Goma (1994) existen algunas dificultades
que este enfoque no ha podido superar. En primer lugar, se ha trasladado a un
segundo plano la tarea de conceptualizar teóricamente el propio enfoque, dejando
sus términos sin definir y sus argumentos sumidos en una profunda ambigüedad
conceptual. En segundo lugar, se trata de un debate que ha nacido en el seno de
las corporaciones y que se ha magnificado en todo momento de su carácter
apolítico. La administración pública no sólo produce determinados bienes y
servicios, sino que lo hace en defensa de determinados valores colectivos y de
planteamientos políticos-ideológicos específicos basados en el interés público.
59
Brugué, Q., Amorós, M. y Gomá, R. “Administración Pública y sus Clientes: ¿Moda Organizativa u Opción
Ideológica? Gestión y Análisis de Políticas Públicas. Madrid, INAP, No. 1, septiembre-diciembre 1994, p. 33. Una
parte de este apartado esta tomado de este importante artículo.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
204 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
Marginar estos elementos genera importantes vacíos conceptuales, que sólo
recientemente están empezando a ser abordados con la seriedad necesaria.
En tercer lugar, el eje de la crítica al enfoque de calidad se desarrolla en su
carácter mimetizador de las iniciativas de la gestión privada a la gestión pública.
Este proceso de mimetismo tiende a eliminar las diferencias entre gestión pública
y gestión privada. En este caso, las importaciones organizativas y gestoras del
mundo de los negocios generan dificultades de adaptación a las peculiaridades
del sector público, las cuales sugieren dos direcciones. Por una parte, los clientes
del sector privado disfrutan de un poder de elección que no tiene equivalente en
el ámbito público. Las instituciones públicas descansan en fundamentos políticos
que condicionan sus relaciones con los administrados: sus servicios no han de
satisfacer únicamente demandas individuales sino, sobre todo, satisfacen intereses
colectivos. Por otra parte, las opciones estrictamente empresariales tratan a sus
clientes como personas aisladas con las que se establecen relaciones mercantiles
puntuales, mientras que el sector público ha de tratarlas como grupos de
necesidades colectivas. Los modelos de relación son más complejos y requieren
de instrumentos que no ofrece el marketing privado.
Una alternativa para superar estos dilemas es lo que algunos autores sostienen
que es necesario sustituir la imitación por la innovación, o la necesidad de integrar
la dimensión colectiva en las relaciones que se establecen entre la administración
pública y sus administrados.60 Así, la voluntad de construir una gestión pública
60
Ávalos Aguilar, Roberto. “Innovación de la Gestión Pública: Análisis y Perspectiva”. Gestión y Estrategia. México,
UAM, No. 8, julio-diciembre 1995, pp. 6-17.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 205
José Juan Sánchez González
independiente de las experiencias privadas, reafirma la necesidad de una dirección
política que no sirva únicamente para optimizar el funcionamiento de instituciones
públicas, sino también para orientarlas en el entramado de las organizaciones
que conforman el complejo mundo en el que la gestión pública actual se
encuentra inmersa.
La administración pública moderna, en palabras de Osborne y Gaebler (1992)
no puede limitarse a “remar”, es decir, a implementar correcta pero asépticamente
un conjunto de políticas públicas, sino que también debe “llevar el timón”,
conducir la nave hacia la consecución de los grandes objetivos nacionales que
sólo pueden ser definidos políticamente. En otras palabras, un nivel de micro
gestión pública donde lo prioritario es mejorar la mecánica del funcionamiento
de cada organización, y un segundo nivel de macro gestión pública donde la
preocupación no se centra en los medios sino en los objetivos.
Durante los ochenta, la micro gestión pública ha aprendido del sector privado,
pero esto ya no parece suficiente para los noventa. En un entorno que tiende a la
dispersión y al cambio, es necesario desarrollar habilidades estratégicas que nos
permitan dirigir y controlar la incertidumbre. Estas habilidades pueden tomar
formas diferentes pero con un denominador común: la repolitización de la gestión
pública, es decir, la introducción de unos valores y de un diseño estratégico de
las actuaciones que faciliten timonear la nave en una dirección predefinida.61
61
Ibid, p. 39.
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206 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
Por lo tanto, sí únicamente nos ocupamos de la micro gestión pública –de
esforzarnos por “remar” mejor- es muy probable que una relación mercantil
como la que establece una empresa con sus clientes sea el camino más adecuado
para su mejora. Sin embargo, la gestión pública está obligada a operar en un
nivel macro, a “llevar el timón” hacia el logro de unos objetivos políticos en el
gobierno que, una sociedad democrática, ha de definir a partir de la participación
de los ciudadanos.
En este sentido, Metcalfe (1999) afirma que la mejor manera de establecer una
clara distinción analítica entre macrogestión y microgestión, es referirse a sectores
públicos y privados. En tal caso, la gestión pública en el plano de la macrogestión
se ocupa del comportamiento de todo el sistema, y la gestión privada en el plano
de la microgestión se centraría en el comportamiento de las partes. La gestión
pública en cuanto macroprocesos se ocupa, ante todo, del cambio y en particu-
lar del cambio estructural. Es precisamente en las fases de reorganización radi-
cal cuando resulta más precario el equilibrio entre los intereses públicos y
privados, por lo que se necesita un proceso de macrogestión para encauzar la
transición hacia un nuevo marco institucional.62
Para mayor claridad, conviene asociar la macrogestión con la dirección de las
redes interinstitucionales y la microgestión con la de cada una de esas
62
Metcalfe, Les. “La Gestión Pública: de la Imitación a la Innovación”. En Losada Marrodán, Carlos. ¿De Burócratas
a Gerentes? Las Ciencias de la Gestión Aplicadas a la Administración del Estado. Washington, Banco Interamericano
de Desarrollo, 1999, p. 56-57.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 207
José Juan Sánchez González
organizaciones. Cuanto más interdependientes sean las funciones de las
organizaciones, mayor será la probabilidad de que se planteen problemas de
acción colectiva irresolubles para la microgestión. Cuando eso ocurre, se necesita
un proceso de macrogestión para garantizar la coordinación. Ello no significa
que la macrogestión deba suplantar a la microgestión. (...) El focus distintivo de
la gestión pública es conseguir la cooperación entre organizaciones en aquellos
casos en que se ponen en tela de juicio el marco básico de la política pública y
la cooperación interinstitucional.63
Por lo anterior, es indispensable recuperar la dimensión democrática de la nueva
gestión pública. Recuperar la dimensión democrática de la administración pública
supone también aceptar que los conflictos, las luchas, los valores o los intereses
que se entrecruzan en su interior no deben resolverse sólo a través de los
mecanismos mercantiles, sino mediante los instrumentos políticos basados en la
negociación y el consenso.64 La gestión de la administración pública debe
orientarse a la configuración de un determinado modelo de sociedad, donde sus
actuaciones sirvan para darle una forma determinada y, por lo tanto, incorporar
una elección que no está exenta de conflictos. La administración pública configura
un espacio donde surgen y se resuelven conflictos, donde interactúan intereses
contrapuestos, donde se prioriza entre valores en competencia y donde, en
definitiva, se dan cita todos los elementos de un debate político.
63
Ibid, p. 57.
64
Brugué, Quim. “La Dimensión Democrática de la Nueva Gestión Pública”. Gestión y Análisis de Políticas Públicas.
Madrid, INAP, No. 5-6, enero-agosto 1996, p. 45.
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208 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
En ese sentido, la gestión pública tiene que ser concebida entonces en su amplio
sentido social, político y económico, además de ser entendida en los parámetros
de la vida organizacional de las instituciones públicas. Lo que la administración
pública hace o deja de hacer no sólo es producto de disposiciones jurídicas,
sino también de un conjunto de adaptaciones constantes de las instituciones
públicas a las condicionantes del entorno social, económico y político.65 Por
ello, a pesar de su relevancia, el análisis jurídico posee sus límites para entender
lo que realmente sucederá en la gestión pública.
En este contexto es necesario distinguir las dimensiones inseparables del man-
agement público. En primer lugar, el management como conjunto de técnicas o
instrumentos de gestión, o lo que se denomina el “significado del management”
(the meaning of managment). En segundo lugar, el management como una función
ideológica que sirve para crear y mantener en las organizaciones las prerrogativas
de gestión (el llamado “derecho a gestionar” – the right to manage), con base en
el reconocimiento de valores de racionalidad económica, a esta segunda faceta
se le denomina en un juego de palabras, “la gestión del significado” (the man-
agement of meaning).66
Para Echevarría y Mendoza (1999) la dimensión ideológica del management se
compone de dos elementos fundamentales: en primer lugar, la existencia de una
65
Motta, Paulo Roberto. Innovación y Democratización de la Gestión Pública. Caracas, CLAD, 1990, Serie Temas
de Coyuntura en Gestión Pública, No. 19, p. 11.
66
Echevarría, Koldo y Mendoza, Xavier. Op. cit., p. 32. Los autores citan a Gowlen, D. y Legge, K. (1983). “The
Meaning of Management and the Management of Meaning: A View From Social Antropology”. En M.J. Earl, editor.
Perspectives on Management. Oxford, Oxford University Press.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 209
José Juan Sánchez González
cultura de valores reconocidos y aceptados comúnmente sobre lo que se entiende
por buena gestión pública (la trilogía economía, eficiencia y eficacia) y, en segundo
lugar, unas instituciones de responsabilidad (o rendición de cuentas) que le pongan
límites a la creación, mantenimiento y manipulación del poder y prevean
sanciones por el incumplimiento de los valores de referencia. Sobre estos
fundamentos ideológicos y culturales se formula todo un entramado de técnicas,
modelos y prácticas de comportamiento que constituyen el contenido del man-
agement y con los que se pretende lograr la satisfacción de sus valores dominantes.
La interrelación entre ambas dimensiones permite subrayar la poca viabilidad
de impulsar la introducción de técnicas de gestión sin aceptar al mismo tiempo
la legitimidad de los valores y de las funciones gerenciales. En otras palabras, el
management es ante todo un orden semántico completo del que no se puede
extraer una parte y esperar que cobre sentido por sí sola cuando sus presupuestos
institucionales y éticos no están reconocidos en el proceso político. El gran reto
de la modernización administrativa radica precisamente en construir un nuevo
marco de responsabilidades que reordene la interrelación entre funciones políticas
y administrativas, dada la complejidad de la administración moderna.67
La modernización administrativa se aproxima al management desde su dimensión
cultural e ideológica, buscando un nuevo sistema de legitimación de conductas
67
Ibid, p. 33. “La limitación fundamental del paradigma institucional del management, tal y como se ha constituido en el
sector privado e importado al sector público, es su pertenencia a una lógica de racionalidad económica individual y egoísta,
concebida para ordenar el comportamiento de una organización independiente. Trasladar esta lógica al sector público
presenta claras insuficiencias, ante la necesidad de observar valores colectivos y atender a la exigencia de colaboración
interinstitucional, imprescindible en la gestión de numerosas políticas públicas”.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
210 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
ligado a valores de racionalidad económica en la gestión. En esta última década, la
interpretación del contenido del management como un conjunto de técnicas y
modelos de comportamiento, se hace indispensable en la reordenación de las
responsabilidades políticas y administrativas en el seno de la administración pública.
Una reflexión final es que en el contexto latinoamericano se impone a la gestión
pública una clara responsabilidad y compromiso con la agenda más amplia para
impulsar las tareas necesarias de promoción del desarrollo social y económico.
Esta conexión entre el ámbito micro (la acción administrativa) y el ámbito macro
(el desarrollo nacional) del universo de la gestión pública, supone a su vez una
serie de acciones que garanticen la continuidad del carácter democrático del
sistema político en la esfera de la organización.68 Contrario a lo que se ha
planteado, la gestión pública debe responder al interés público, el interés de
todos, no a satisfacer las necesidades del cliente, que en su individualidad no
puede interpretarse como una colectividad concebida por el ciudadano. Interés
público y ciudadanía son dos pilares de la gestión pública contemporánea.
3.4 Críticas a la nueva gestión pública
A partir de los diversos usos de la gestión pública, existen opiniones en contrario
que pueden incluirse como críticas. No obstante, que a lo largo de esta
investigación se presentan en diferentes momentos, parece adecuado detenernos
68
Ospina Bozzi, Sonia M. Op .cit., p. 54.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 211
José Juan Sánchez González
en una crítica expuestas por Dunleavy y Hood (1995). Representan un punto de
partida para determinar que la gestión pública es una categoría multifacética en
el universo de la administración pública.
La primera posición la sustentan Dunleavy y Hood (1995) para quienes la Nueva
Gestión Pública despierta una mezcla de odios y pasiones. Debido a que los
elogios son suficientemente conocidos, este apartado se centra en las críticas.69
Éstas críticas se pueden clasificar en cuatro grupos: 1) las fatalistas;
2) las individualistas; 3) las jerárquicas, y 4) las igualitarias. Como se muestra en
el siguiente cuadro:
Cuadro No.3.5
Críticas a la Nueva Gestión Pública
Tipo de crítica: Alternativa:
Fatalista
La Nueva Gestión Pública no puede hacer frente a los Ninguna, sobrevalora los sistema de gestión, los
dilemas básicos de la Administración Pública. hace vulnerables a los ataques fatalistas.
Individualista
La Nueva Gestión Pública corre el riesgo de convertirse Más contratos reales y menos cuasicontratos, más
en un sustituto mediocre de los derechos contractuales privatización y menos corporatización.
individuales.
Jerárquica
La Nueva Gestión Pública puede erosionar la cohesión Fortalecer la capacidad de control central e
del sistema y situar al sector público fuera del control. incrementar las obligaciones de consulta.
Igualitaria
La Nueva Gestión Pública puede fomentar la corrupción, Más cesión de poder a los ciudadanos, más
acomodarse a los intereses personales de los altos mecanismos anticorrupción, extender el modelo
funcionarios y debilitar las responsabilidades. del rol empresarial, imponer un control estricto
sobre los posibles fraudes en los contratos.
Fuente: Adaptación de Dunleavy, Patrick y Hood, Op. Cit. p. 107.
69
Dunleavy, Patrick y Hood, Christopher. “De la Administración Pública Tradicional a la Nueva Gestión Pública.
Ensayo sobre la Experiencia Modernizadora de Diversos Países Desarrollados”. Gestión y Análisis de Políticas
Públicas, Madrid, INAP, No. 3, mayo-agosto de 1995.
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212 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
Aunque se reconoce que las cuatro grandes críticas a la Nueva Gestión Pública
son contradictorias entre sí, se puede aprender algo de cada una de ellas. Por lo
que se presentan de manera separada, para conocer sus contenidos, alcances y
limitaciones.
3.4.1 Crítica fatalista
En el terreno de la reforma administrativa, la posición fatalista sostiene que los
problemas básicos de la gestión en el sector público –los errores humanos, las
fallas del sistema, los programas mal planeados, el fraude y la corrupción- son
omnipresentes.70 Ningún sistema de gestión pública, ya sea la Nueva Gestión
Pública, la administración pública tradicional o cualquier otro sistema
administrativo, puede eliminar estos problemas.
Los fatalistas son particularmente conscientes frente a la evidencia de que muy
poco está cambiando bajo el manto de una nueva sigla –Nueva Gestión Pública-
y del renovado esquema de control promovido, por lo que proclaman el colapso
y el fracaso de un sistema bajo ese paradigma.
La crítica fatalista es indudablemente negativa, ya que pretende destruir las
ambiciones de la Nueva Gestión Pública sin presentar un programa alternativo
mínimamente definido. Los defensores de la Nueva Gestión Pública son más
vulnerables a la crítica fatalista si exageran los beneficios previstos por la
70
Ibid, p. 107.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 213
José Juan Sánchez González
introducción del nuevo sistema de gestión pública. Pero incluso los fatalistas no
ofrecen nada que sirva para sustituir a la Nueva Gestión Pública más allá de
desacreditar escépticamente cualquier propaganda reformista.
3.4.2 Crítica individualista
La crítica individualista cree en la primacía de la actividad emprendedora que
responde a las señales del mercado, a la que consideran el mejor método para
regular el desarrollo social. Los individualistas sostienen que la Nueva Gestión
Pública es una mezcla insatisfactoria entre las estructuras tradicionales de la
administración pública y un sistema basado en la fuerza de los contratos y de los
derechos legales de los individuos.
Los individualistas son radicalmente críticos con los aspectos gerenciales de los
mercados de la Nueva Gestión Pública, así como con los acuerdos cuasi-
contractuales que son plenamente vinculados en términos legales. Los
individualistas rechazan las medidas de “corporativización” que se detienen antes
de la completa “privatización”, así como aquellos aspectos del sistema
administrativo que reproducen el tradicional modelo “high-group/high-grid” (el
carácter vitalicio de los empleados públicos, por ejemplo).71
Para los individualistas, la solución se halla en sustituir los cuasi-contratos por
contratos jurídicos que permitan a los usuarios finales de cada servicio la
71
Ibid, p. 108.
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214 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
capacidad suficiente para litigar en contra del contrato entre el comprador y el
proveedor. En privatizar en lugar de corporatizar, en relacionar los salarios con
los rendimientos, o en abandonar parte del modelo de servicio civil de carrera.
En ese sentido, la crítica individualista, a diferencia de la fatalista, es capaz de
generar una agenda de reforma; una agenda construida alrededor de los mercados
y de los contratos.
3.4.3 Crítica jerárquica
La etiqueta jerárquica incorpora una amplia variedad de puntos de vista vinculados
a la gestión centralizada, a la planificación, al profesionalismo o a la tecnocracia.
La perspectiva jerárquica confía en la capacidad humana para gestionar la
naturaleza, siempre y cuando esta gestión permanezca estrechamente definida,
y los sistemas humanos y naturales no desborden radicalmente determinados
límites.
Los jerárquicos sostienen que los reformadores de la Nueva Gestión Pública
deben tener mucho cuidado de no dejar los procesos de cambio sin control, lo
cual dañaría irreversiblemente la dirección global de los servicios públicos. Para
esta posición, la desestabilización es la mayor amenaza. Subrayan la necesidad
de guiar las reformas con mucho cuidado y tiento para prevenir el desorden y la
anarquía, por ejemplo, en el sistema de pago de los servicios públicos o en las
normas que regulan las formas de operar la administración pública.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 215
José Juan Sánchez González
A la perspectiva jerárquica le preocupa la forma en que la Nueva Gestión Pública
desarrolla las habilidades de gestión y reduce el énfasis en los diseños estratégicos
o en las capacidades sinópticas. La Nueva Gestión Pública –según los jerárquicos-
podría acaparar la atención que los altos responsables públicos deberían prestar
a otras herramientas de mayor significado.
Allí donde la Nueva Gestión Pública pone más precisión para satisfacer un
conjunto limitado de objetivos, los jerárquicos se preocupan por reducir los
posibles efectos perversos y por animar a los gestores públicos a reducir los
desastres previstos a través de transformaciones en la relación costo-beneficio, o
a través de negociaciones y de asesorías alternativas (Hood y Jackson, 1991).
Ellos temen, que las políticas puedan derivar en fracasos parecidos a los que
provocó la computarización del servicio de ambulancias de Londres en 1992.
A los jerárquicos les preocupa el riesgo de una erosión en la ética tradicional del
servicio público provocada por los cambios que introduce la Nueva Gestión
Pública. Desmantelando el concepto de servicio civil de carrera dentro del ámbito
público o rediseñando las organizaciones del sector en línea de las relaciones
entre el contratista o el tomador de decisiones principal y los agentes. Con la
introducción del concepto de ética de los servidores públicos, quizá se quiere
dar a entender que se requiere tener un alto nivel de confianza en todo el sector
público.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
216 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
Las soluciones jerárquicas para tales debilidades subrayan la necesidad de
mantener o de impulsar una mayor capacidad de control central sobre los servicios
públicos. Aquí los argumentos de mayor poder de decisión a los gerentes públicos
debe tomarse con cuidado y con los elementos necesarios de control
administrativo y político.
3.4.4 Crítica igualitaria
Con relación a la Nueva Gestión Pública, la crítica igualitaria sostiene que unas
reformas de amplio alcance mercantilizador incrementan el riesgo de corrupción
en el sector público. En ausencia de presiones contrarias, la Nueva Gestión Pública
puede reflejar los intereses personales de los altos cargos en detrimento de los
usuarios de los servicios y del interés público. El riesgo de la Nueva Gestión
Pública es convertir al gobierno en algo menos comprensible, menos responsable
y menos accesible para los ciudadanos; aunque proclame intenciones y objetivos
radicalmente contrarios.72
El riesgo de aumentar la corrupción, la malversación y la parcialidad es constante
en las críticas igualitarias a la Nueva Gestión Pública. Los igualitarios consideran
que estos abusos son más fáciles de llevar a cabo en un modelo de responsabilidad
descentralizada como el propuesto por la Nueva Gestión Pública, así como en
la extensión de áreas cubiertas por doctrinas de la confidencialidad comercial o
de la privacidad de los contratos. El temor es que la creciente interrelación entre
72
Ibid, p. 109.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 217
José Juan Sánchez González
los sectores público y privado pueda incrementar los motivos y las oportunidades
para la corrupción.
A los igualitarios también les preocupa que los altos cargos caracterizados por su
vocación de dar forma a las organizaciones, consideren que les puede interesar
presionar excesivamente en la dirección de estrictos cortes presupuestarios,
subcontrataciones o procesos corporativizadores (Dunleavy, 1990).
Consecuentemente, los igualitarios señalan el riesgo de una venta o una
privatización inadecuada (reductora del bienestar) del sector público, simplemente
porque los posibles cambios crean oportunidades para rediseñar las
organizaciones públicas hacia formatos que se adaptan a los intereses personales
de los altos cargos en la administración pública.
También a los igualitarios les preocupa el efecto que la fragmentación del gobierno
en los niveles central y local pueda tener sobre las políticas públicas, sustituyendo
las autoridades con objetivos múltiples y con capacidades para afrontar problemas
complejos, desde los propios recursos internos o desde alternativas estratégicas,
por pequeños órganos dedicados a un único asunto. La fragmentación crea
unidades con objetivos estrechamente delimitados o, a menudo, dedicados a la
oferta de un único producto; situación contraria en el sector público.
Esta situación multiplica las relaciones inter-organizativas y puede generar
problemas adicionales, como la pérdida de responsabilidad que provoca el paso
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
218 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
de los servicios controlados públicamente a las relaciones contractuales; el déficit
de coordinación que acusan los servicios públicos al pasar de ser coordinados
políticamente a convertirse en una administración pública “sin dirección”,
controlada por gestores públicos o usuarios; la insuficiente capacidad de respuesta
política que conduce a la sustitución de la burocracia, que puede ser utilizada
como herramienta de cambio social por los imperativos de la competencia; y el
riesgo creciente de que los servicios públicos fracasen como resultado del tránsito
desde unas organizaciones grandes, con disponibilidad de recursos estratégicos
y con capacidad para afrontar los problemas de personal a otras organizaciones
relativamente más simples, con recursos escasos y fuertemente vulnerables frente
a posibles debilidades de liderazgo.
Dunleavy y Hood concluyen, que es poco probable que no se pueda establecer
un consenso acerca de cuál de las críticas referidas tiene mayor relevancia. Quizá
lo que se puede decir es que estas son las principales críticas y ataques a la
Nueva Gestión Pública. Aunque estas opiniones deberán ser superadas por este
paradigma para reorientar sus cambios dentro de la gestión pública y modificar
sus líneas de investigación, si desean considerarse una orientación con rumbo y
futuro dentro del objeto de estudio de la administración pública.
Por su parte, Pollitt (1993) señala cuatro críticas a lo que considera un desarrollo
excesivamente neotaylorista de la Nueva Gestión Pública: críticas a su coherencia,
a su realismo y a sus valores.73
73
Pollitt, C. Managerialism and the Public Services. Londres, Blackwell Publishers, 1993. Citado por Quim Brugué.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 219
José Juan Sánchez González
En primer lugar, detecta tensiones y contradicciones que dificultan la coherencia
interna del modelo, tales como la motivación de los empleados públicos, la
participación democrática, o los procesos simultáneos de delegación-control.74
En segundo lugar, Pollitt califica los postulados neotayloristas como poco realistas,
pues considera que asumen la posibilidad de trasladar la gestión privada al ámbito
público sin darse cuenta de las especificidades de éste último. En tercer lugar,
nos recuerda que el programa neotaylorista no es un mero ejercicio de ingeniería
técnica, sino que articula un elenco de intereses determinados. La lista de
beneficiarios de la Nueva Gestión Pública es muy ilustrativa: empresas auditorías,
escuelas de negocios, empresas interesadas en la subcontratación de servicios
públicos, políticos neoliberales, entre otros. Finalmente, este autor también señala
la dimensión valorativa del neotaylorsimo. Su compromiso con la economía y la
eficiencia (siendo la eficacia una especie de hermano pobre) deja de lado otros
valores como la igualdad, la justicia, la representación, la legitimidad o la
participación. Se trata de una firme apuesta por el individualismo.
Desde otro punto de vista, Jarquín y Losada (1999) afirman que existe un riesgo
alto en el uso de las técnicas de management de manera aislada, sin considerar
su componente metatécnico, es decir, sin que se creen simultáneamente los
mecanismos que favorezcan una nueva cultura de responsabilidad, o sin
contemplar el componente político en la reforma de la gestión pública. El
mejoramiento de la capacidad de gestión de un organismo público debe ir
74
Brugué, Quim. Op. cit., p. 54.
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220 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
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acompañado con la creación y/o fortalecimiento de los contrapesos de poder y
de un sistema de garantías que permita asegurar que la institución trabaja dentro
de un marco socialmente deseable. A su vez, será necesario redistribuir el poder
en la organización y en torno a ella, de manera que la coalición de poder resultante
no sólo facilite los cambios sino que permita su afianzamiento.75
En este contexto es necesario ser conscientes de que la mayoría de las técnicas
de gestión favorecen la ampliación de la discrecionalidad de los directivos y
altos funcionarios, lo que a su vez permite ganar en flexibilidad y eficiencia. Sin
embargo, esto también puede conducir a que se traspase la tenue barrera que
separa la discrecionalidad de la arbitrariedad, el abuso de poder y la corrupción.
Por tanto, es conveniente concebir a las técnicas de gestión pública como una
oportunidad y como un riesgo.76 La oportunidad consiste en dotar de contenido
real a compromisos que hasta el momento poco han trascendido su carácter
retórico, ya que dichas técnicas apuntan a garantizar su materialización, al tiempo
que favorecen la formalidad de la acción pública. El riesgo puede estar en valerse
de las contribuciones del management para crear ámbitos de discrecionalidad
que no cuenten con su respectivo sistema de rendición de cuentas nuevo y más
exigente, como son los sistemas de contrapeso y salvaguarda que aseguran que
las instituciones actúan dentro del marco de acción y de los objetivos que la
sociedad les ha fijado y sin modificar los incentivos sociales y organizativos.
75
Jarquín, Edmundo y Losada, Carlos. “Aportes de las Ciencias de Gestión (Management) a la Reforma del Estado”.
En Losada Marrodán, Carlos. ¿De Burócratas a Gerentes? Las Ciencias de la Gestión Aplicadas a la Administración
del Estado. Washington, Banco Interamericano de Desarrollo, 1999, p. 3.
76
Ibid, p. 4.
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3.5 Críticas a la nueva gestión pública desde el punto de vista
de los valores
La llamada Nueva Gestión Pública es algo más que un conjunto de técnicas de
gestión más o menos importadas de la empresa privada y mejor o peor aplicadas
a la administración pública. Lo anterior, se pone de manifiesto en el hecho de
que muchas de sus críticas se han centrado, precisamente, en los valores que
supuestamente la sustentan y que, también suponen podría atentar contra los
viejos y buenos valores del paradigma burocrático.77
En primer lugar, la idea de que es necesario un cambio cultural para consolidar
un nuevo estilo en la gestión pública, ha alarmado a los defensores del modelo
clásico de la administración pública por considerar que los ideales a los que
prestaba sus servicios pueden verse sustituidos por principios más cercanos al
libre mercado y la competencia. Los cuales son identificables con prácticas poco
éticas y, desde luego, ajenas a las ideas de justicia social o igualdad de
oportunidades.
En segundo lugar, existen autores que rechazan lo que denominan la ética de
situación, es decir, aquella ética que busca patrones morales de comportamiento
en armonía con las medidas impuesta por la Nueva Gestión Pública, sin poner
en discusión dichas medidas de reforma que se consideran como un hecho no
77
Román Masedo, Laura. “La Cultura Organizativa y la Ética Pública”. En Olías de Lima, Blanca (coord.) La Nueva
Gestión Pública. Madrid, Prentice Hall, 2001, p.p. 230-232.
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222 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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discutible. Frederickson (1999) niega la compatibilidad entre la ética y algunas
de estas medidas y entiende que los principios que regulan la conducta de las
burocracias públicas son, por definición, más éticos que los de las empresas y
los individuos que actúan ateniéndose a las reglas del mercado.78
En tercer lugar, incluso aquellos que defienden a la Nueva Gestión Pública como
una verdadera y necesaria redefinición de las relaciones entre el sector público
y la sociedad, se preguntan si lo mejor del viejo modelo –profesionalismo,
imparcialidad, altos niveles éticos y ausencia de corrupción- puede mantenerse
en el nuevo modelo de management público.
Por último, en una postura más conciliadora se ha puesto el énfasis en la necesidad
de combinar lo mejor del paradigma burocrático con las ventajas de la Nueva
Gestión Pública. Insistiendo en que no se trata de desmontar la administración
pública, sino de acomodar algunos de sus valores a un modelo de gestión pública
más eficaz presidido por una cultura de servicio, más que por una cultura de
procedimiento. Algunos autores han refutado estos argumentos concluyendo que
no se ha logrado demostrar en qué términos la Nueva Gestión Pública cuestiona
los valores del paradigma burocrático que todavía continúan vigentes y pueden
servirnos para guiar la actuación administrativa.79
78
Ibid, p. 231. Citado por Laura Román Masedo.
79
Ibid, p. 232. Esta autora señala que debe partirse de dos piedras angulares de la NGP: 1) una administración
pública orientada a la consecución de objetivos y 2) una redefinición del tipo de responsabilidad del funcionario
público y de su papel como garante del interés público. A partir de estos principios se ha puesto de manifiesto los
principios del modelo tradicional de la administración burocrática.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 223
José Juan Sánchez González
En suma, la “nueva ética pública” no puede ser, muy distinta de la “vieja ética
pública”. Lo que sí debe incorporarse a esta última es una serie de valores que,
precisamente, no pueden tener entre sus objetivos básicos el garantizar el interés
público y mejorar la calidad de los servicios que presta la administración pública.
3.6 Patologías de la nueva gestión pública
La reforma del Estado y la modernización de la gestión pública son temas
indispensables en la agenda de la transformación mundial. En este proceso la
operación de las políticas públicas se hace efectiva mediante la gestión de los
recursos materiales e inmateriales del sector público en la dirección determinada
por las políticas públicas.80
Si se analiza la participación del sector público en la estrategia de desarrollo
desde el punto de vista de sus resultados la gestión es, por lo tanto, el eslabón
principal de la cadena. Dicha gestión es la que concreta los cursos de acción
elegidos y los resultados dependerán de su eficiencia y de su eficacia.81
La gestión pública incluye el conjunto de procedimientos y acciones de los que
depende críticamente la aplicación exitosa de las más variadas políticas públicas.
Sin embargo, resulta paradójico que el tema de la gestión pública en América
80
Lahera, Eugenio (editor). Cómo Mejorar la Gestión Pública. Chile, CIEPLAN, FLACSO, Foro 90, 1993, p. 10.
81
Ibídem.
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Latina no tenga la atención necesaria que requiere dentro del debate público,
como si la gestión pública fuese un supuesto dado, que no fuera necesario discutir.
Existen ciertas patologías en torno a la gestión pública que pueden tener efectos
negativos en la sociedad. En primer lugar, una patología se debe a que puede
haber políticas públicas que no se realicen o que se cumplan parcialmente por
debilidades de la gestión pública. También puede haber capacidad ociosa de
gestión, e incluso redundante y no justificada.
Una segunda patología, es concentrarse exclusivamente en el tema de los recursos
(materiales, técnicos, informáticos, humanos y financieros) destinados a llevar a
la práctica las políticas públicas, dejando a un lado la gestión pública. Si la
gestión es inadecuada, por su calidad o por su orientación, aunque se cuente
con los recursos necesarios e indispensables, los resultados serán igualmente
limitados.
Una tercera forma inapropiada de considerar el tema de la gestión pública, es
pensar que a cada conjunto de políticas –o incluso a cada política- corresponde
un tipo de gestión especial, ad hoc. Lejos de que así suceda, la gestión es un
tema transversal, cuya eficiencia y eficacia dependen de su consistencia. Sin
duda, existen especificaciones por sector, pero incluso éstas deben gestionarse
conforme a principios generales. No existe una gestión pública para cada política,
más bien se trata de una gestión pública general aplicable para cada caso.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 225
José Juan Sánchez González
Para Alvarez (1996), existen por lo menos tres “patologías” de la gestión pública
en el ámbito latinoamericano: 1) descoordinación dentro de los procesos de
elaboración, entre formuladores y eventuales ejecutores de la política pública;
2) descoordinación entre el proceso de formulación y el proceso de
implementación, entendido este último como la programación de la ejecución y
3) la acumulación de disposiciones y prácticas administrativas que no responden
a políticas públicas que se hayan formulado o, incluso son resabios de políticas
ya desechadas, pero que subsisten como prácticas burocráticas dentro de la
administración pública.82
En suma, para Lahera (1993) la calidad de la gestión pública depende de su
transparencia, flexibilidad, descentralización, especialización y separación en-
tre instancias decisorias ejecutoras o evaluadoras, entre otros criterios. También
son importantes, la claridad de los objetivos y procedimientos, el nivel de
capacitación de los funcionarios, la calidad de liderazgo organizacional con el
que se cuente, el recuperar la ética pública y la ya mencionada consistencia en
los principios de gestión.83
3.7 Mitos de la nueva gestión pública
La necesidad de reformar al Estado y modernizar la gestión pública son temas
recurrentes en el mundo. Pero de esta gran corriente modernizadora parece estar
82
Alvarez Madrid, José. “La Gestión de Políticas Públicas y la Naturaleza de la Gerencia Pública: una Referencia al
Caso Chileno”. Reforma y Democracia. Caracas, CLAD, No. 6, julio de 1996, pp. 168-170.
83
Ibid, p. 11.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
226 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
ausente, hasta ahora, el aparato estatal. Las críticas a la gestión pública representan
mucho más que el remanente de una política neoliberal que estigmatizó al Estado
y propugnó la desaparición de diversas áreas económicas en las que se reflejaba
la intervención estatal. Aunque gran parte de estos ataques representan mitos
ampliamente cuestionables.
Para Marcel (1993) la gestión pública se desenvuelve dentro de una red de normas
institucionales y administrativas más estrictas que las que rigen a otros sectores y
al propio mercado. El propósito fundamental de estas normas es resguardar
principios esenciales de la gestión del Estado, como la transparencia de las
acciones públicas, la responsabilidad política, la legitimidad, los valores éticos,
el uso apropiado de los recursos públicos y el mantenimiento de la disciplina
fiscal.84 Algunos de los mitos de la gestión pública más comunes son los siguientes:
1. El gigantismo estatal: un argumento que ha afectado a la gestión pública
es el pretendido “excesivo tamaño del gobierno”, por lo que se sugiere que se
reduzca, privatice y elimine cualquier aspecto de gigantismo en el aparato
gubernamental. Cabe señalar que los estudios en esta materia, muestran que no
existe un “tamaño ideal” del gobierno, que éste depende de las atribuciones que
le son conferidas por la Constitución y que más que el tamaño el problema debe
ser planteado con relación a la capacidad de gestión pública que genere los
resultados que la sociedad demanda.
84
Marcel, Mario. “Mitos y Recetas en la Reforma de la Gestión Pública”. Lahera, Eugenio (editor). Cómo Mejorar la
Gestión Pública. Chile, CIEPLAN, FLACSO, Foro 90, 1993, p. 91.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 227
José Juan Sánchez González
2. El gobierno como negocio: otro mito muy común en la gestión pública es
considerar al gobierno como un negocio, por lo que las prácticas y técnicas de
la gestión privada pueden aplicarse de manera mecánica y automática al sector
público. Tanto la teoría como la realidad, muestran que la naturaleza del gobierno
es diferente a un negocio o empresa privada, no obstante, es factible que algunas
técnicas sean comunes y puedan ser aplicables indistintamente a los dos ámbitos,
pero a partir de asumir que cada una tiene sus propias diferencias e identidades.
3. La privatización como medio para incrementar la gestión pública: otro
mito promovido por las tendencias actuales, es que la privatización es un medio
idóneo para la gestión pública, debido al argumento de que existen bienes y
servicios que pueden ser prestados por los particulares –situación sujeta a
discusión- por lo que la gestión pública puede concentrar sus esfuerzos a otras
actividades. No obstante, que esta recomendación podría ser aceptada de manera
parcial, está demostrado por diversas experiencias en otros países, que la
privatización no es la solución a los problemas del sector público. Existen
privatizaciones que fracasan, que trasladan un monopolio público a un privado
y, además, aunado al proceso de privatización tiene que garantizarse una
regulación adecuada y oportuna para vigilar y supervisar el proceso. La
privatización no puede ser una solución a los problemas de la gestión pública,
por el contrario, el mejorar los resultados del gobierno y su propia gestión, implica
que no se necesita recurrir a la privatización.
4. La gestión privada es más eficiente que la gestión pública: este es un mito
que se ha generalizado desde las teorías gerenciales y la gestión privada, sin que
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
228 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo III Los Usos de la Gestión Pública
y Sus Críticas Más Comunes
se pueda demostrar de manera definitiva. Debido a que los fines, los medios y la
naturaleza de ambas gestiones –privada y pública- corresponden a diferentes
ámbitos de acción. La gestión privada debe ser más eficiente en las empresas
comerciales, mientras que en el sector público es la gestión pública la que debe
combinar eficiencia con equidad social, trato igualitario en la prestación de los
bienes y servicios, buscando promover y propiciar el interés público.
5. La calidad como enfoque para mejorar la gestión pública: este es un mito
que en la actualidad tiene mayor significado para sus defensores. La calidad en
el servicio público es una más de las alternativas para mejorar la gestión pública,
por lo que no es la única estrategia para transformarla. El enfoque de calidad no
es la panacea para resolver la complejidad de los asuntos públicos. Tanto la
planeación estratégica y, en menor medida, la reingeniería de procesos, son dos
herramientas prácticas que pueden implementarse para cambiar la gestión
pública. En el plano teórico, las políticas públicas con su amplio bagaje teórico,
conceptual y metodológico es propicio como punto de partida para diseñar,
planear y evaluar los métodos para mejorar la gestión pública.
Los mitos sobre la gestión pública persisten, debido a que ninguna de las iniciativas
o reformas más comúnmente propuestas parecen ser suficientes por sí solas para
impulsar un proceso efectivo de modernizaciones en este campo en los próximos
años. Esto se debe, en primer lugar, a la parcialidad de las propuestas. Siendo la
principal los actuales resultados de una tradición administrativa e institucional
fuertemente arraigada en el sector público, y expresada en una multiplicidad de
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 229
José Juan Sánchez González
normas, instituciones y prácticas. En realidad, no existe una iniciativa que,
aisladamente, sea capaz de producir una reorientación sustancial de esa tradición.
La modernización efectiva de la gestión pública requiere de un programa
consistente y coordinado de reformas en diversas áreas, en torno a un conjunto
relativamente reducido de objetivos e ideas-fuerza.
La segunda razón por lo que las propuestas no han sido suficientes para impulsar
un proceso efectivo de modernización, es que ninguna de las políticas apunta al
problema central de la gestión pública, el cual consiste en la carencia de un
paradigma organizacional consistente con las necesidades de un Estado moderno
y una economía en rápido desarrollo.85
Como podrá inferirse, no existen soluciones simplistas que se puedan adoptar
de manera aislada para mejorar la gestión pública, pero quizá un paso necesario
para ofrecer alternativas de cambio, es desmitificar las creencias populares a
este respecto, para luego fundamentar propuestas de mayor alcance e impacto
en la administración pública.
85
Ibid, p. 104.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
230 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
C a p í t u l o IV
La Nueva Gestión Pública en Acción
En este capítulo, se describe de manera más especifica a la
Nueva Gestión Pública como actividad (objeto de estudio),
a partir de las recomendaciones e impulso de la OCDE, así
como de la propuesta poco difundida del CLAD que para
los países latinoamericanos nos parece es la más adecuada,
factible y viable. La Nueva Gestión Pública es tratada aquí
a partir de su dimensión en el enfoque de calidad, que es
otra de sus vertientes (la gerencial es la más importante).
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 231
José Juan Sánchez González
La gestión pública ha sufrido un cambio sustancial del paradigma clásico de la
administración pública –pasando por el paradigma de la eficiencia- al paradigma
de la gestión pública enfocada al cliente. Existe un cambio del “Consenso de
Washington” de corte neoliberal que impulsó políticas de primera generación,
hacia el “Consenso OCDE”, como fueron la privatización, la desregulación
económica y el pretendido “gobierno mínimo”, que asume y reelabora las tesis
y métodos administrativos de la Nueva Gestión Pública (New Public Manage-
ment).1
La OCDE como su principal impulsor ha promovido la transformación de los
alcances, objetivos y medios de la gestión pública. Los países más representativos
–aquí analizados- permiten mostrar la diversidad de políticas implementadas
para generar el cambio en la percepción de los ciudadanos, mayor capacidad de
respuesta e incrementar la legitimidad necesaria de sus gobiernos.
El cambio en el paradigma de la gestión pública en los países desarrollados que
han impulsado dichas transformaciones, no ha sido uniforme, integral y
homogéneo, por el contrario es diverso. En algunos casos son radicales –Reino
Unido, Australia y Nueva Zelanda- en otros casos limitados y conservadores –
Francia y Portugal- lo que permite sostener que el proceso de transformación de
un paradigma a otro, es simbólico y no necesariamente estructural.
1
Aguilar Villanueva, Luis. Enlace. México, Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública, A.C.,
No. 51, enero-marzo del 2001, p. 13.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
232 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
Por lo que respecta a los países en desarrollo, en su gran mayoría se encuentran
con reformas de la primera generación –paradigma eficiencista- de corte neoliberal
y de ajuste fiscal, por lo que muy pocos han logrado avanzar en las reformas de
segunda generación, que sería deseable que se implementaran. Por lo ante-
rior, se realiza una crítica fundada en las orientaciones de la Nueva Gestión
Pública actual, en la que se propone la necesidad de una gestión pública
comparada a partir de superar las limitaciones y obstáculos de la gestión
gubernamental. Nos parece que ésta es la forma más adecuada para abordar la
naturaleza de la gestión pública como actividad.
4.1 Los paradigmas de la gestión pública
A partir de las preguntas que se hace Sue Richards (1994), ¿quién define lo que
es el interés común? ¿quién ha de recibir qué, cuándo, dónde y cómo? ¿quién
toma las decisiones clave que convierten el infinito número de demandas en un
número manejable de legítimas necesidades a cubrir?. Una respuesta es que
éstas son cuestiones clave para los gestores públicos, en un momento en que
todo parece indicar que los cambios apuntan a una transformación de la gestión
de los servicios públicos.2
Una manera de interpretar y explicar estos cambios en la gestión pública es
mediante tres paradigmas: 1) el paradigma clásico de la administración pública;
2
Richards, Sue. “El Paradigma del Cliente en la Gestión Pública”. Gestión y Análisis de Políticas Públicas. Madrid,
No. 1, septiembre-diciembre de 1994, p. 5.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 233
José Juan Sánchez González
2) el paradigma de la eficiencia y 3) el nuevo paradigma del cliente. En este
mismo planteamiento coinciden Haywood y Rodríguez (1994), al retomar estos
conceptos en el caso de la Gran Bretaña.
4.1.1 El paradigma tradicional de la gestión pública
El paradigma tradicional de la gestión pública se ha desarrollado durante el
periodo de crecimiento sostenido y de cambio incremental en los servicios
públicos. Después de la fase de expansión del Estado de Bienestar en la posguerra,
se mantuvo de forma sostenida un crecimiento del gasto público amparado en
un amplio consenso sobre la forma en que debían utilizarse los recursos públicos
en metas de desarrollo social. Tanto las reglas formales de participación en el
gobierno de esos servicios públicos como las prácticas que se desarrollaron,
condujeron a una visión básicamente incremental del cambio.3
Diagrama 1
Paradigma tradicional de la Gestión Pública
Mandato
electoral Políticos Administrador Productores Know how
Fuente: Richards, Sue. “El Paradigma del Cliente en la Gestión Pública”. Op. cit. p. 6.
3
Haywood, Stuart y Rodríguez, Jeff. “Un Nuevo Paradigma para la Gestión Pública”. Kliksberg, Bernardo (comp.)
El Rediseño del Estado. Una Perspectiva Internacional. México, INAP, F.C.E., 1994.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
234 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
El diagrama 1 nos acerca a los ámbitos de poder clave en el paradigma de la
gestión pública y las bases de legitimación en que basan su fuerza. Los políticos
y técnicos que trabajan cerca de ellos se basan en el mandato electoral recibido
de los ciudadanos. A pesar de las imperfecciones del proceso democrático, las
elecciones proporcionaban el derecho a tomar decisiones en nombre de la
comunidad, para legitimar las acciones que eran asumidas.
Durante esta primera fase, hay tres actores principales: 1) los políticos,
quienes clásicamente toman las decisiones de política; 2) los profesionales que
producen los servicios requeridos a partir de las decisiones tomadas, y 3) los
administradores que mantienen el equilibrio entre ellos. La legitimidad en el
área profesional resultaba del conocimiento especializado aplicado a las políticas
implementadas. La pertenencia al grupo profesional es autorreguladora. Los
valores profesionales dominan el proceso de producción de servicios.4
Richards (1993) señala que en este paradigma no existe distinción alguna entre
cliente, elector y ciudadano. La rendición de cuentas parte de los productores
del servicio público hacia los líderes políticos y desde ellos hacia los electores.
No hay un control directo de un servicio público en particular, sino que éste se
enmarca en el más amplio proceso de responsabilidad política y de forma casi
inevitable se disuelve.5 En el paradigma clásico de la gestión pública son los
políticos quienes han de fijar los grandes parámetros de los servicios públicos.
4
Ibid, p. 190.
5
Richards, Op. cit. p. 6.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 235
José Juan Sánchez González
El segundo ámbito clave es el de productor de servicios. La legitimidad en este
campo proviene de la posesión de la experiencia necesaria para poder llevar a
cabo el proceso de producción del servicio. En la medida en que los políticos no
definen específicamente los detalles de una política de servicio, los profesionales
llenan ese vacío, considerándole como terreno propio.
Muchos de los productores de los servicios públicos son, de hecho, profesionales
que autorregulan su labor con el acuerdo implícito de la sociedad, y con un
derecho a controlar el acceso y a definir las normas de conducta. Dentro del
paradigma clásico de la gestión pública, esta situación les concede una gran
capacidad de influencia en la política de los servicios públicos.
Entre los productores y los políticos, el administrador público asume el papel
integrador, como de hecho lo postula el paradigma clásico de la gestión pública.
El administrador negocia lo que pueda considerarse común en esa arena de
negociación en disputa. Los administradores mantienen la línea a seguir, resuelven
disputas y definen problemas.6
4.1.2 El paradigma eficientista de la gestión pública
El paradigma clásico de la gestión pública comenzó a transformarse a partir de
la polémica para detener el continuo incremento del gasto público. Los gobiernos
6
Ibidem. “El papel del administrador se justifica por el hecho de conseguir el compromiso que mejor funcione
entre estos dos poderosos ámbitos, presentándose él mismo como el servidor de esos dos campos”.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
236 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
realizaron una serie de políticas neoliberales no sólo para reducir el gasto público,
sino también para obtener una mayor eficiencia del mismo mediante la
privatización y la desregulación económica. Con estas acciones se había iniciado
el paradigma de la eficiencia de la gestión pública.
Un asunto clave fue la idea de que las organizaciones del sector público tienden
a ser ineficientes debido a la falta de competencia, lo que provoca que acaben
atendiendo sólo a los intereses de los productores. En este paradigma, la solución
sería, allí donde fuera posible, aplicar mecanismos de mercado que favorecieran
una presión de competencia. Lo que se pretende es transformar un modelo cerrado
de administración por un modelo abierto y de competencia.
El papel del administrador, basado en su capacidad de negociación entre los dos
poderosos sectores en juego, se transformó en un nuevo rol managerial (gerencial)
capaz de ejercer presión sobre el ámbito de los productores para conseguir así
una mayor eficiencia.
Diagrama 2
Paradigma de la eficiencia de la Gestión Pública
Gestores
Políticos Productores
Públicos
Fuente: Richards, Sue. “El Paradigma del Cliente en la Gestión Pública”. Op. cit. p. 7.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 237
José Juan Sánchez González
El diagrama 2 muestra la naturaleza del paradigma de la eficiencia. El paradigma
se centra en la creación y el desarrollo de un rol integrador entendido más como
gestor público que como administrador, un papel que las personas del ámbito
político usarían para conseguir y desarrollar una mayor eficiencia. De acuerdo a
esta posición, lo que se necesitaba en las nuevas circunstancias era un integrador
que crease un nuevo orden alternando el equilibrio de poder entre los políticos
y los productores del servicio público, entre los profesionales y el resto de los
miembros del personal.
El papel del administrador ha sido reemplazado por el de gestor público. La
nomenclatura es deficiente tanto simbólica como retóricamente. El gestor público
es un agente activo del político. Los políticos tienen ahora una poderosa agenda
para el cambio y desean impulsarlo a través del gestor público.7
La historia de cambiantes circunstancias económicas que condujeron a la creación
de un nuevo paradigma de la eficiencia en los servicios públicos es el origen de
esta nueva etapa de la gestión pública. Esto explica los grandes cambios que se
observaron en el campo público de la década de 1980. Sin embargo, ahora se
está presenciando la emergencia de un nuevo paradigma: el de la calidad.
4.1.3 El paradigma de la calidad en la gestión pública
Tanto los gestores de los servicios públicos, como los estudiosos de la
administración pública no pueden evitar quedar impresionados por el poder
7
Haywood, Stuart y Rodríguez, Jeff. Op. cit. p. 191.
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238 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
retórico y mágico del concepto de “cliente”. Significó un cambio positivo en la
cultura administrativa y proporcionó una justificación a los gestores públicos y
productores a fin de trabajar bajo un objetivo común de conseguir mayor calidad
del servicio.8 La preocupación por el cliente recordaba los valores más antiguos
del servicio público, los cuales eran herencia del paradigma clásico de la gestión
pública. No obstante, existe un amplio debate para utilizar el concepto de cliente
por el de ciudadano.
Richards (1993) sostiene que la orientación hacia el cliente era consecuente con
la idea de aprendizaje del sector privado: las compañías más directamente
sometidas al mercado estaban actuando más adecuadamente que aquellas
industrias anticuadas y costosas que estaban perdiendo fuerza ante las
competencias internacionales. Se asume que no existe una diferencia de
naturaleza entre la gestión pública y la privada, por lo que aplicando las técnicas
de la gestión empresarial los resultados del sector público mejorarían.
Para Haywood y Rodríguez (1994) durante los años de 1990, existe una tercera
fase: permanecen los actores originales, pero parece estar surgiendo un cuarto
actor: el consumidor o cliente. Asimismo existen ahora dos fuentes potenciales
de legitimidad: la tradicional, a través del proceso democrático, y la más novedosa,
a través del consumidor o cliente. La posición del gestor público empieza a
cambiar debido a que ocupa ahora un territorio entre los tres ámbitos de políticos,
profesionales o productores y consumidores, articulando y equilibrando los
8
Richards, Op. cit., p. 9.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 239
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intereses de cada uno. El manejo de este triángulo y sus tensiones inherentes es
una de las tareas clave del gestor público en el paradigma de la calidad.9
En el caso del Reino Unido, la Carta del Ciudadano tiene en esta perspectiva un
significado simbólico del concepto de cliente. El gobierno británico escogió una
posición de defensor de los clientes frente a las unidades de productores, en los
servicios públicos de tipo monopolista. Ya que el cliente no era capaz de de-
fender sus intereses en cualquier circunstancia, la Carta le proporcionaba el marco
general a partir del que podía hacer oír su voz, creando mínimos de rendimiento
de cada servicio.
Diagrama 3
Paradigma de la calidad de la Gestión Pública
Políticos Productores
Gestores
Públicos
Clientes
Fuente: Richards, Sue. “El Paradigma del Cliente en la Gestión Pública”. Op. cit. p. 9.
La presencia del cliente en el paradigma legitimador como nuevo actor en este
paradigma emergente, se puede explicar a partir de cuatro consideraciones:
9
Haywood, Stuart y Rodríguez, Jeff. Op. cit., pp. 191-192.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
240 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
1. De la eficiencia gestora pública a la privada. La idea era que los gestores
públicos tenían que actuar como “lo hacían los del sector privado”. Se ha escrito
mucho acerca de lo diferente que es el campo público del sector privado. No
obstante, lo que se ha olvidado es el impacto real que sobre los gestores públicos
tienen los contactos con sus equivalentes en el sector privado. Las consecuencias
no deseadas de ese mayor contacto pueden haber sido el “importar” la
legitimación de mercado del sector privado al terreno público, a pesar de lo
diferente que es la base económica de uno y otro sector.
2. Gestionar a través del mercado. En el paradigma de la eficiencia, la “presión
directa” a través de la jerarquía organizativa y la “gestión a través del mercado”,
eran enfoques igualmente válidos para lograr una mayor eficiencia. Se supone
que el interés del cliente puede ser expresado ya sea colectivamente a través de
una autoridad que dispone del poder financiero, ya sea de forma individual,
pero sus elecciones tienen un impacto sobre la asignación de los recursos entre
los proveedores.
3. Liderazgo y cambio cultural en la gestión pública. En la década de 1980,
los gestores tanto públicos como privados redescubrieron el liderazgo. La literatura
sobre la “excelencia” evocaba la necesidad de trascender los modelos mecánicos
de gestión que antes ya habían prevalecido. Se pretende que para ser realmente
efectivos y mejorar en la productividad, los gestores públicos que trabajan en el
paradigma de la calidad, necesitan liderear un cambio cultural y, para ello, se
requiere el orientar a la organización a satisfacción del cliente.
4. La orientación al cliente. Los clientes en el mercado ejercen el poder que
les da la disponibilidad de su dinero y el cliente de los servicios públicos goza
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 241
José Juan Sánchez González
de un nuevo poder, en buena medida a causa de esa misma disponibilidad
financiera. En parte, el concepto de “usuario” en el paradigma de la eficiencia
da la apariencia de respetabilidad política a los valores del cliente que tienen
una serie de connotaciones políticas diferentes. La existencia de esta antigua
tradición a la que se ha señalado, ayuda a explicar la prontitud con la cual se ha
adoptado el concepto de cliente.10 Los gestores públicos que se sienten cercanos
a los viejos valores de los usuarios, buscan incorporarlos a las formas de
pensamiento actual. Por ello existe un tránsito de la voz “usuario” por la de
“cliente”.
La palabra “cliente” es un término común en el lenguaje administrativo. La forma
en que lo definen en la práctica probablemente difiere. Los clientes de los servicios
públicos pueden ser definidos simplemente como los receptores inmediatos del
servicio, en vez de, como ocurre en el sector privado, ser definidos como
compradores.
El paradigma clásico de la Administración Pública fue puesto en cuestión por
circunstancias políticas y económicas, que condujeron a la emergencia del
paradigma de la eficiencia con su énfasis en el conseguir más por menos. Ahora
es el paradigma de la eficiencia el que es puesto en cuestión por un movimiento
para incorporar la perspectiva del cliente. La nueva práctica de la gestión pública
sugiere que la orientación hacia el cliente cobra fuerza y está cambiando el
equilibrio de poderes que previamente prevalecía.11
10
Ibid, p. 11. Sobresaltados míos. “Los gestores que buscan el desarrollo de una mejor calidad del servicio pueden utilizar el
concepto (tanto real como ideal) de cliente como medio para fortalecerse en su labor de reto al papel tradicional predominante
del productor”.
11
Ibid, p. 15. Sobresaltado mío.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
242 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
Para Richards, es importante señalar que a la luz de la práctica cambiante en la
gestión pública, una cuestión central es establecer qué nuevos códigos prácticos
deberían desarrollarse como gestores públicos, que permitan gobernar mejor las
acciones en el nuevo mundo del paradigma del cliente. En torno a este paradigma
la polémica es muy amplia y variada por lo que en los siguientes capítulos se
realizará una revisión más detallada. Hasta aquí diremos que la discusión se
centra en que la categoría cliente, pierde sentido cívico y de derechos
fundamentales que sólo la voz ciudadano permite recuperar.
En principio el ciudadano-cliente o el cliente de la administración pública supone
un intento de relación de la gestión pública y la gestión privada cuyas fronteras
no se encuentran estrictamente delimitadas, además que supone valores de tipo
económico claramente alejados de la naturaleza pública del gobierno lo que
provoca una expresión contradictoria en sus términos.12
Utilizar el concepto de cliente como panacea cuya aplicación cabría para todo
actor social, individual y colectivo, puede llevar a cometer un grave error, pues
las implicaciones que desarrolla se hacen meramente en función de la eficiencia.
A ello se une que el reconocimiento no tanto de derechos y obligaciones sino de
privilegios, rompe el principio básico de la ciudadanía que es el reconocimiento
de derechos y deberes erga hommes.13
12
García Solana, Ma. José. “La Posición del Ciudadano: la Noción del Cliente”. En Olías de Lima, Blanca. La Nueva Gestión
Pública. Madrid, Prentice Hall, 2001, p. 306.
13
Ibid, p. 307. Este autor señala que: “No podemos hablar de un cliente universal en la administración pública puesto que
el cliente, aparte de asentarse en intereses particulares y fragmentados involucrados sólo mediante el consumo, rechaza
cualquier identificación con valores colectivos de la comunidad política lo que provoca la ausencia de valoraciones acerca
de su posición respecto a los derechos y valores políticos”.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 243
José Juan Sánchez González
4.2 La gestión pública para la Organización para la Cooperación y
Desarrollo Económicos (OCDE)
El primer trabajo donde se muestran los primeros rasgos en el cambio de la
Nueva Gestión Pública entre los miembros de la Organización de Cooperación
y Desarrollo Económicos (OCDE) es el documento “La Administración al Servicio
del Público”. Editado en 1987, como resultado de la primera fase de los trabajos
llevados a cabo por el Comité de Cooperación Técnica (TECO), órgano
especializado en el estudio de los temas relacionados con la gestión pública.14
El documento afirma que la administración pública es un servicio y el público,
su clientela. Esta nueva visión supone el concepto de “receptividad” en la cultura
administrativa como un nuevo valor, que es compatible con otros valores y pautas
como son la eficiencia, la eficacia o el respeto a la legalidad. Una administración
receptiva –según la OCDE- es aquélla que tiene en cuenta la capacidad de cada
persona para hacer frente al proceso administrativo, facilitando su acceso a las
prestaciones que tiene derecho a esperar de la administración pública.15
La receptividad es entendida en cuatro ámbitos: 1) el ciudadano tiene derecho a
que la administración pública sea comprensible, es decir, que su organización
se entienda y su funcionamiento sea claro; 2) que sea accesible en el plazo
espacial, temporal y material; 3) que responda a lo que se espera de ella, que dé
14
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La Administración al Servicio del Público.
Madrid, Ministerio de la Presidencia, 1991, p. 9.
15
Ibid, p. 10.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
244 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
soluciones y no retrase la solución de demandas y peticiones de los ciudadanos
y 4) que permita la participación de éstos en la adopción de las decisiones
administrativas que les afecten.
La principal preocupación de casi todos los gobiernos de la OCDE es mejorar las
relaciones entre las administraciones y el público; la interdependencia de los
sectores público y privado es tal que la Administración debe actuar con más
flexibilidad y satisfacer mejor las necesidades de los miembros de la sociedad.
En un intento de mejorar la calidad de los servicios prestados, los gobiernos
reforman la gestión de la Administración Pública. Esta reforma puede resumirse
así: abandonar la noción de relación entre administrador y administrado para
considerar que la Administración es un servicio cuyo cliente es el público.16
Para la OCDE, la administración-servicio, o la receptividad de la administración
pública (el término inglés “responsiveness” es más activo que “receptividad”, y
significa “capacidad de respuesta”) es una consecuencia del funcionamiento de
la administración y, en primer lugar, una disposición de ánimo. Por ello, esa
actitud es la que hay que cambiar en el servicio público. En suma, la orientación
del informe es práctica: se centra en los medios de que dispone la administración
pública para aumentar su receptividad hacia los clientes.
Un segundo documento, publicado en español en 1997, permite mostrar las
transformaciones alcanzadas por los países miembros de la OCDE en materia de
16
Ibid, p. 19.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 245
José Juan Sánchez González
la Nueva Gestión Pública.17 En el plano de la actividad, existe una transición de
la gestión pública tradicional hacia un modelo posburocrático, orientado y
caracterizado en la legitimación de la acción pública en los resultados.18 Este
proceso de transformación es más notorio en los gobiernos de la OCDE que
están realizando políticas que conducen a mayores niveles de crecimiento
sostenido y de empleo que contribuyan al bienestar social. En estas economías
destaca la importancia del sector público, la cual se ha incrementado
notablemente, por lo que su eficacia influye directamente en la economía gen-
eral. Supone que existe un dilema: el sector público puede ser un factor de éxito
o un obstáculo en la modernización de cualquier país, dependiendo más que de
su tamaño de su capacidad de atención y resultados. El peso absoluto del sector
público en la economía ha crecido de manera significativa y se reconoce que
éste ha tenido un impacto fundamental en el desarrollo económico total. Existe
consenso en que el desarrollo del sector público necesita ser mejorado.
La reforma en la gestión del sector público no es un asunto nuevo. En los últimos
30 años muchos países han perseguido “micro reformas” descritas de diversas
formas como presupuesto por programas, gerencia por objetivos, y gerencia
17
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La transformación de la gestión pública.
Las reformas en los países de la OCDE. Madrid, Ministerio de la Presidencia, Boletín Oficial del Estado, 1997.
18
Berrones Uvalle, Ricardo, “El carácter Multifacético de la Gestión Pública”. Revista IAPEM, México, IAPEM, No.
37, enero-marzo 1998, p. 16. “En cuanto categoría aplicada, la gestión pública puntualiza en las organizaciones
públicas lo siguiente: 1) el comportamiento de los sistemas de cooperación; 2) la eficacia de las capacidades de
realización; 3) las formas y modos de comunicación institucional; 4) la eficacia y congruencia de las fases de
diseño, aplicación, implementación y evaluación de las acciones; 5) la consistencia para el cumplimiento de
objetivos; 6) la aptitud para generar resultados positivos considerando resistencias y contratiempos; 7) la congruencia
entre recursos aplicados y logros conseguidos; 8) la aptitud para inducir procesos de cambio gradual, estructural o
coyuntural; 9) la aptitud para asociar valores cuantitativos y valores cualitativos; 10) la corroboración de que lo
organizativo y lo funcional tienen efecto multiplicador para llevar a cabo la transformación de las instituciones
gubernamentales y administrativas; 11) la correlación entre el sentido de oportunidad y las contingencias que
alteran los planes iniciales”.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
246 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
contable entre otras y muchas organizaciones individuales, en los niveles de
gobierno federal y local han desarrollado sus propias iniciativas dirigidas a la
eficiencia, eficacia y servicios al cliente. Pero lo que parece diferente acerca de
las reformas actuales es su gran alcance, implicando cambios significativos en
los límites y estructura del sector público. En ese sentido, para la OCDE la Nueva
Gestión Pública no es considerada como una moda pasajera.19
La Nueva Gestión Pública actual supone que para maximizar los resultados
económicos, asegurar la cohesión social y recuperar la legitimidad de la sociedad,
la administración pública debe adaptarse a las circunstancias cambiantes, explorar
nuevas posibilidades y utilizar adecuadamente los recursos disponibles. Por lo
que organizaciones fuertemente centralizadas, reguladoras y rígidas, que valoran
más los procedimientos que los resultados, constituyen un obstáculo para la
obtención de los resultados esperados por los ciudadanos.
Dentro de las razones más señaladas para realizar la transformación en la
gestión pública tradicional se encuentran: 1) el fuerte endeudamiento del Estado
y los desequilibrios presupuestarios agravados por las crisis, requieren una mejor
asignación y gestión de los recursos públicos; 2) el peso de las reglamentaciones
gubernamentales afecta el costo de las estructuras y la productividad del sector
privado, que son contrarios en un mercado internacional más competitivo y 3)
los cambios demográficos, la evolución económica y social conduce al incre-
mento de servicios que la sociedad espera del Estado.
19
Shand, David. “La Nueva Gestión Pública: Retos y temas de discusión en una perspectiva internacional”. Revista
de Administración Pública (RAP). México, INAP, 1996, No. 91, p. 77.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 247
José Juan Sánchez González
En el terreno de la gestión pública ha aparecido un nuevo modelo, dirigido a
fomentar una cultura centrada en la mejora de los resultados en un sector público
cada vez menos centralizado, donde los indicadores son una herramienta fun-
damental para la medición del desempeño. Este modelo de Nueva Gestión Pública
tiene los siguientes rasgos específicos: a) una orientación marcada hacia los
resultados, en función de eficiencia, eficacia y calidad del servicio público; b)
existe la pretensión de sustituir formas de organización jerarquizadas y fuertemente
centralizadas, en un contexto cada vez mayor de gestión descentralizada; c) se
exploran nuevas soluciones diferentes en la prestación directa de los servicios y
de una reglamentación directa por el Estado (privatización, desregulación,
subcontratación, etc.); d) la búsqueda de la eficiencia en los servicios públicos
prestados directamente por el sector público y, e) se refuerzan las capacidades
estratégicas del centro del gobierno, de manera que conduzca a la evolución del
Estado.
A partir de estas ideas, autores como Shand (1996) afirman que la gestión pública
se encuentra dirigida hacia cambios macro y micro.20 Entre los cambios macro
están la privatización y las concesiones que reducen el tamaño del sector público
(Reino Unido), así como el establecimiento de agencias de servicio autónomo
separadas de los departamentos de los ministros (Reino Unido y Nueva Zelanda).
Mientras que entre los cambios micro, pueden mencionarse: a) enfocarse más
de cerca a los resultados en términos de eficiencia, eficacia y calidad del servicio;
20
Ibid, p. 80-84.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
248 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
b) el remplazar las estructuras organizacionales altamente centralizadas a un
medio que descentralice la gestión pública; c) flexibilidad para explorar
alternativas en la provisión directa al público; d) nuevas políticas de manejo de
personal que den mayor flexibilidad al desarrollo del staff; e) el uso de mecanismos
para mejorar cuestiones como el desempeño en la concesión y la creación de
medios competitivos y de mercado; f) incentivos para mejorar el desempeño que
permita a las organizaciones conservar un porcentaje de ahorros de su desempeño;
g) el fortalecimiento de capacidades estratégicas al centro para “conducir” al
gobierno y h) mayor responsabilidad y transparencia en los requisitos para reportar
resultados.
Para fomentar una cultura orientada hacia los resultados es indispensable
incrementar la autonomía y la flexibilidad en el uso de los recursos. En algunos
países desarrollados, se delegan las decisiones sobre asignación de recursos en
los Ministerios y Agencias ejecutivas. El objetivo consiste en estimular a los
gerentes para que se dediquen más a los resultados, concediéndoles más
flexibilidad y autonomía en el uso de los recursos, tanto financieros como
humanos. Otra medida central es la desconcentración, basada en una mayor
exigencia de resultados y en una mayor responsabilidad, ha resultado ser una
opción adecuada en países miembros de la OCDE. Permite incrementar las
facultades y la responsabilidad de los gerentes y contribuye a concentrar más la
atención en los resultados, al tiempo que incentiva un mejor uso de los recursos.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 249
José Juan Sánchez González
Para la Nueva Gestión Pública resulta indispensable que la administración pública
se oriente más hacia el usuario (cliente), si se pretende que se fundamente más
en los resultados. Se han alcanzado progresos significativos en la mejora del
acceso de los clientes a los servicios, el incremento de la transparencia de los
procesos de decisión y en la reparación de las injusticias cometidas, así como en
aligerar las formalidades inútiles. Se pretende inculcar más la preocupación por
el cliente en el conjunto del sector público y en todos los niveles de la
administración pública, por lo que debe buscarse la calidad. Algunos países
establecen normas de servicio que especifican la calidad que puede esperar el
usuario. Los indicadores son útiles para conocer la efectividad y el grado de
satisfacción del cliente. 21 Uno de los ejemplos más representativos es la Carta
del Ciudadano en el Reino Unido, que se caracteriza por asegurar que todo
servicio público desarrolle, monitore y publique normas para la prestación de
servicios.
Para esta clase de Nueva Gestión Pública el sector público resulta más eficaz en
sus actividades cuando los mercados de sus productos son competitivos. Cuando
esta situación prevalece, el sector público fomenta la mejora de la calidad y la
eficiencia (formas mercantiles y privatización). Una Nueva Gestión Pública más
racional de la normativa debería incluir un objetivo cada vez más importante de
la acción gubernamental. La regulación, en sus diferentes formas, resulta un
instrumento importante y su buena calidad resulta esencial en la eficiencia del
gobierno.
21
Haywood, Stuart y Rodrigues, Jeff. Op. cit., p. 195.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
250 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
Para llevar a cabo una gestión de resultados, es necesario elaborar estrategias
dinámicas y flexibles que los individuos y las instituciones puedan adoptar a sus
necesidades. Una estrategia radical selectiva de aplicación de las reformas puede
ser una solución óptima. Una estrategia óptima de reforma podría consistir en
seleccionar un número limitado de cambios extremadamente visibles, con
alcances suficientemente limitados para ser realizables, pero a la vez
suficientemente radicales para producir un impacto significativo en los
comportamientos y en los procesos administrativos. La reforma es un medio, no
un fin en si mismo.22
Los esfuerzos actuales de la gestión pública deben salvaguardar la capacidad
central de gobernar, con un equilibrio entre la dirección centralizada y la acción
dejada a la voluntad de los gerentes locales, donde se protejan las formas
democráticas de responsabilidad y donde los valores tradicionales de integridad
y de equidad se combinen con nuevos valores como la eficiencia y la calidad de
los servicios”23
22
Una reforma radical supone realizar negociaciones con cuestiones novedosas: 1) el centro del gobierno debe
aplicar y desarrollar una capacidad estratégica de dirección de las reformas, actuando para que se diseñen y
apliquen en forma que se refuercen mutuamente; 2) los órganos centrales de gestión deben cesar de prescribir
detalladamente cómo deben actuar los agentes ejecutivos y dedicarse más a fijar el marco general de su actividad
y 3) las reformas deben apoyarse en los niveles más altos, pero este apoyo corre el riesgo de debilitarse si no se
percibe claramente una mejora de los resultados.
23
Ibid. p. 44. El futuro previsto por la OCDE para la gestión pública es que los gobiernos deben buscar: 1) Restringir
su participación en la prestación directa de los servicios; 2) Dedicar más tiempo a aplicar un modelo flexible para
desarrollar la actividad económica; 3) Regular mejor, disponiendo de información más completa sobre los efectos
probables; 4) Evaluar permanentemente la eficacia de las políticas seguidas; 5) Reforzar su capacidad de gestión
previsora y de dirección para una mejor adaptación a los desafíos económicos y sociales futuros y 6) Dirigir los
asuntos públicos de una manera más participativa.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 251
José Juan Sánchez González
Un tercer documento lo constituye la publicación en 1994 del Simposio sobre
iniciativas de calidad en el servicio público celebrado en París, organizado por
el Servicio de Administración Pública (PUMA-Public Management Servicie).24
En este evento se presentaron experiencias de diversos países miembros de la
OCDE.
Países como Bélgica, Francia, Portugal y el Reino Unido eligieron implementar
iniciativas de calidad centralizadas a través de proyectos de ley impulsados en
muchos casos por políticos, y en algunos casos, como en los Estados Unidos, a
través de declaraciones de normas de servicio por mandato instrumentadas por
organizaciones individuales del sector público. Por su parte, Australia y Suecia
se encuentran entre los países que consideraban la posibilidad de que una
iniciativa central podría complementar el trabajo existente realizado por las
organizaciones individuales. La Unión Europea está considerando una iniciativa
de “carta de servicios” al igual que el Consejo de Europa en relación con el
gobierno local. Una cuestión recurrente son las relativas ventajas de las iniciativas
centradas con relación a los servicios de calidad.
Existen evidencias de que las iniciativas de servicios de calidad están cambiando
la percepción del público acerca de los servicios destinados a la población, así
como la forma de interacción entre los servidores públicos y el público y la
forma en que está organizado el servicio a ellos destinado. También están
24
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Un Gobierno Alerta. Iniciativas de
Calidad en la Administración. México, DDF, PUMA, 1996.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
252 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
cambiando los tipos de servicios suministrados y la manera en la cual se presentan
dichos servicios. Más aún, están alterando las relaciones entre políticos y
servidores públicos.25
Aunque el enfoque de calidad en el servicio público presenta considerables
ventajas, también existen desventajas.26 Se afirma que se debe tener cuidado en
no dar a los deseos la categoría de necesidades, simplemente porque los clientes
quieren algo. Algunos consideran que los puntos de vista de los clientes son a
menudo volátiles y poco confiables, y critican a las encuestas de opinión de
usuarios sobre la base de que puede darse poca importancia a las respuestas de
preguntas hipotéticas. Sin embargo, lo que generalmente se concede al cliente
en todos los países miembros de la OCDE es el derecho de consulta, más que el
derecho de tomar decisiones. En realidad, la opinión del público y las demandas
de los clientes realizan un papel importante, pero la decisión será tomada
principalmente por el gobierno o dependencias de servicio.
Un cuarto documento de la OCDE que orienta el cambio hacia la Nueva Gestión
Pública en el plano de la ética fue publicado en 1997. En el informe se establece
que un aspecto fundamental en la gestión pública global es su vinculación con
la gestión ética.27 En las administraciones públicas los objetivos de las tres “E”,
economía, eficiencia y eficacia, continúan siendo importantes. Pero los países
25
Ibid, p. 13.
26
Shand, David y Arnberg, Morten. “Exposición de Antecedentes”. (OCDE). Un Gobierno Alerta. Iniciativas de
Calidad en la Administración. México, DDF, PUMA, 1996, pp. 34-37.
27
Una infraestructura ética comprende: compromiso político; marco legal eficaz; mecanismos eficaces de rendición
de cuentas; códigos de conducta efectivos; actitud de apoyo al servicio público y una sociedad civil activa que
desempeñe el papel de vigilante de los funcionarios. Ibid, p. 7.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 253
José Juan Sánchez González
están dando mayor prioridad a una cuarta “E”: la ética. El comportamiento correcto
y honesto ha sido siempre una condición sine qua non para una buena
administración pública.28 Se sostiene que las reformas de la gestión pública y la
confianza general en la administración pública dependerán de ello, lo que hace
necesario el establecimiento de una infraestructura ética sólida y eficaz.
El desafío de la gestión pública en el siglo XXI es la renovación de las instituciones,
en un contexto de mayores resultados, mejor satisfacción de los usuarios y un
manejo adecuado de los recursos. Algunos países han reconocido la imperiosa
necesidad de una reforma en conjunto de la gestión pública en sus sectores
públicos. Mientras que otros gobiernos han decidido reducir el tamaño del sec-
tor público. Algunos han destacado el papel esencial del sector público en su
desarrollo y sólo lo han modernizado.
El paradigma emergente para la gestión pública del sector público tiene mayor
riqueza que los que le han precedido. Para Haywood y Rodríguez (1994), la
Nueva Gestión Pública reconoce los diversos objetivos de las organizaciones
del sector público y confiere a la efectividad el mismo peso que a las
consideraciones de eficiencia. Admite los intereses del público y del proveedor,
por lo que no son sinónimos y que deben tener mayor preeminencia los de la
ciudadanía. Implícitamente manifiesta nociones de legalidad, que reconoce la
complejidad de la gestión pública.29
28
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La Ética en el Servicio Público. Cuestiones
y Prácticas Actuales. Madrid, Ministerio de Administraciones Públicas, 1997, p. 25.
29
Haywood, Stuart y Rodrigues, Jeff. Op. cit. p. 206.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
254 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
Estos cambios contribuyen a garantizar la naturaleza de la dirección de los asuntos
públicos, y el papel del Estado continuará transformándose. Generalmente se
admite que está emergiendo una cultura en la que predomina la preocupación
de los resultados y que estos están mejorando en el sector público. Las reformas
de la gestión pública conceden una gran importancia a la medición de los
resultados. Los indicadores permiten mostrar el grado de avance de estos cambios
al interior del sector público. Una de las herramientas más utilizadas son los
indicadores. Los indicadores son instrumentos cuantitativos que permiten
identificar los diversos aspectos del funcionamiento, operación y metas
alcanzadas. De manera general puede definirse a los indicadores como parámetros
utilizados para medir el nivel de cumplimiento de los objetivos estratégicos de
los proyectos, de la gestión y de los servicios, a través de los cuales cumple su
misión la institución.30
30
SHCP-SECODAM. Programa de Modernización de la Administración Pública 1995-2000 y Reforma Presupuestaria.
Metodología para la Planeación Estratégica. México, febrero 1999. Los indicadores deben reunir cuatro características
básicas: 1) ser confiables (aportar la misma conclusión sin importar quién realice la evaluación); 2) representativos
(describir las características de lo que se mide); 3) sencillos (que permitan obtener la información necesaria) y, 4)
replicables (que sean útiles para realizar análisis comparativos). La gestión pública en los indicadores: 1) establecen
sistemas de monitoreo y evaluación; 2) generan información necesaria para la toma de decisiones; 3) sustentan
acciones de mejora; 4) permiten ubicar los niveles de eficiencia, eficacia y calidad de los servicios prestados y, 5)
son insumo para la evaluación integral de la modernización administrativa. En ese sentido, los indicadores evalúan:
1) impacto (el beneficio social); 2) cobertura (evalúan el volumen de atención de la población objetivo); 3) eficiencia
(evalúan el aprovechamiento de los recursos); 4) calidad o satisfacción del cliente (evalúan la percepción o las
condiciones en que recibe el usuario el producto o servicio) y, 5) alineación de recursos (mide la congruencia entre
recursos requeridos y aprobados y suministrados). Por su tipo, los indicadores son: 1) Estratégicos (cumplimiento
de objetivos estratégicos); 2) Gestión (resultados y operación de los procesos clave); 3) Servicio (medición de la
calidad en la prestación de un servicio/ satisfacción percibida por el usuario) y, 4) de Proyecto (miden el logro de
los objetivos de los proyectos).
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 255
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4.3 La gestión pública para el Centro Latinoamericano de
Administración para el Desarrollo (CLAD)
El Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo (CLAD) aprobó
en su sesión del 14 de octubre de 1998, un documento preparado por su Consejo
Científico titulado: “Una Nueva Gestión Pública para América Latina”.31
El informe sostiene que se requiere de la construcción de un nuevo tipo de Estado
en América Latina. En primer lugar, en lo relativo a la crisis del Estado, cuya
gravedad era mucho mayor que la que existía en el mundo desarrollado. No
sólo estos países entraron en una seria crisis fiscal, sino que se enfrentaron al
agotamiento del modelo anterior de desarrollo económico (modelo de sustitución
de importaciones). Por otra parte, el problema de la deuda externa se hizo crónico
en casi todo el continente. El no haber resuelto esta clase de problemas
estructurales determinó que la década de 1980 estuviese marcada por el
estancamiento y por altas tasas de inflación.
Ante este escenario económico, la primera generación de reformas dio prioridad
a la dimensión financiera de la crisis fiscal del Estado. Estas reformas orientadas
al mercado, a la apertura comercial y al ajuste fiscal, fueron las principales medidas
tomadas en la década de los ochenta. En la búsqueda de la estabilización de la
economía ante el peligro hiperinflacionario estuvo, en la mayoría de los casos,
el éxito parcial de esta primera ronda de reformas.32
31
Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo. “Una Nueva Gestión Pública para América Latina”
Reforma y Democracia. Caracas, CLAD, No. 13, febrero de 1999.32 Ibid, p.p. 249-250.
32
Ibid, p.p. 249-250.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
256 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
El balance de estas primeras reformas muestra que el ajuste estructural, cuyo
objetivo último era disminuir el tamaño del Estado, no resolvió una serie de
problemas básicos de los países latinoamericanos. Por ello, el CLAD propone
una segunda generación de reformas con la finalidad de reconstruir el aparato
estatal.
El diagnóstico actual afirma que el Estado continúa siendo un instrumento fun-
damental para el desarrollo económico, político y social de cualquier país, aún
cuando hoy deba funcionar en una forma diferente a la contemplada en el patrón
nacional-desarrollista adoptado en buena parte de América Latina y al modelo
social-burocrático que prevaleció en el mundo desarrollado de la post-guerra.33
Para la reformulación estatal se sugiere tomar en consideración cuatro elementos
específicos de la región: 1) la consolidación de la democracia; 2) la necesidad
de retomar el crecimiento económico; 3) la reducción de la desigualdad social y
4) promover la reforma gerencial del Estado latinoamericano. La reconstrucción
de la capacidad estatal es una condición esencial para que los países
latinoamericanos enfrenten de manera exitosa los problemas de democratización,
de desarrollo económico y distribución de la riqueza, así como el mejoramiento
de su gestión pública.
Para el CLAD la puesta en marcha de la reforma gerencial es un aspecto funda-
mental para mejorar la capacidad de gestión del Estado, así como para aumentar
33
Ibid, p. 250.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 257
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la gobernabilidad democrática del sistema político. Las características más
relevantes del modelo de reforma gerencial pueden verse resumidas en el siguiente
cuadro:
Cuadro No. 4.1
Modelo de Reforma Gerencial para América Latina
Acciones Descripción
1.La profesionalización de la alta burocracia Debe constituirse un núcleo estatal estratégico para la formulación,
es el punto de partida de la Reforma supervisión y regulación de las políticas, formado por una élite
Gerencial. burocrática técnicamente preparada y motivada.
2.La administración pública debe ser Es preciso actuar directamente en la relación entre política y
transparente y sus administradores deben administración, disminuyendo la politización de la maquinaria
ser responsabilizados democráticamente gubernamental, haciendo más transparentes las decisiones públicas
ante la sociedad. e invirtiendo en el fortalecimiento de los patrones salariales y éticos
del funcionario.
3.Descentralizar los servicios públicos es Las funciones que puedan ser realizadas por los gobiernos estatales
una tarea esencial en el camino de la y locales, que antes estaban centralizadas, deben ser
modernización gerencial del Estado descentralizadas.
latinoamericano.
4.La administración pública gerencial se La evaluación del desempeño burocrático no sirve sólo para
orienta, básicamente, por el control de establecer si las metas fueron o no alcanzadas. La administración
resultados, contrariamente al control paso pública gerencial hace uso del control a posteriori de los resultados
a paso de las normas y procedimientos, de como un instrumento técnico capaz de hacer que las
tipo weberiano. organizaciones aprendan de sus errores y a partir de esto, elaboren
sus estrategias futuras.
5.La mayor autonomía gerencial de las Con la Reforma Gerencial del Estado, el control debe realizarse
agencias y de sus gestores debe ser en cuatro ámbitos: 1) control de resultados, 2) control contable de
complementada con nuevas formas de con- costos; 3) control de competencia administrativa y 4) control so-
trol. cial.
6.En el modelo gerencial de administración Las primeras son agencias que realizan actividades exclusivas del
pública es preciso distinguir dos formas de Estado y son por definición monopolios. La descentralización
unidades administrativas. contribuye a aumentar la flexibilidad administrativa. Las segundas
son agencias descentralizadas que actúan en los servicios sociales
y científicos, que pueden ser transferidas para que el suministro
de estos servicios públicos recaiga en un sector público no-estatal.
7.Otra característica de la reforma gerencial Los ciudadanos deben participar tanto en la evaluación como en
es la orientación del suministro de servicios la gestión de las políticas públicas, especialmente en el área
hacia el ciudadano-usuario. social.
8.Resulta fundamental modificar el papel Aumentar la responsabilidad del servidor público en tres aspectos:
de la burocracia en relación con la 1) ante la sociedad, tornando a la administración pública más
democratización del Poder Público. transparente y con rendición de cuentas; 2) ante los políticos electos
en función de la democracia representativa y 3) ante los
representantes formales e informales de la sociedad.
Fuente: Elaboración propia con base en el documento del CLAD, Op. Cit. pp. 257-268.
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258 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
La Reforma Gerencial del Estado necesita delinear una estrategia diferente de la
asumida por las reformas de primera generación hasta el momento actual. Esta
reforma es distinta de las primeras reformas implementadas en América Latina.
La primera ronda de reformas, de cuño neoliberal, puso a la defensiva a la
burocracia pública y a la izquierda tradicional, ya que estos grupos cerraban los
ojos ante la crisis del Estado latinoamericano. Aunque hoy se sabe que los medios
utilizados no condujeron a la resolución de los problemas. En administración
pública impulsaron la dimisión de funcionarios, la eficiencia a cualquier costo y
la identificación pura y simple de la administración pública con la administración
privada.34
Para el CLAD la reforma gerencial no opta por los principios del mercado como
el ordenador por excelencia de los nuevos rumbos del sector público. La propuesta
es que la vía para modernizar la administración pública pasa por la redefinición
de las relaciones entre la sociedad y el Estado, con la construcción de una esfera
pública que involucre a la sociedad y a los ciudadanos en la gestión de las
políticas públicas.35
La realidad de la gestión pública latinoamericana muestra que se debe impulsar
el paso del Consenso de Washington al Consenso de la OCDE, para después
transitar al Consenso del CLAD. Las condiciones políticas, sociales, administrativas
34
Ibid, p. 268.
35
La reforma del CLAD establece una clara distinción entre administración pública y administración de empresas;
propone una nueva burocracia y no el fin de la burocracia; tampoco es conservadora, sino que intenta ser progresista
y democrática.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 259
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y culturales muestran que en América Latina la gestión pública se vincula más a
los planteamientos expuestos por el CLAD, que aquellos que están llevando a
cabo los países miembros de la OCDE.
Este requerimiento básico parte del supuesto de que es necesario darle una
dirección adecuada que permita fortalecer las capacidades y la respuesta del
Estado latinoamericano, frente a los reclamos de la sociedad para que se inserte
de manera más clara y transparente con los grandes propósitos del interés público,
como son: el crecimiento económico sostenido y distributivo de la riqueza
nacional; el combate a la pobreza y al mejoramiento de las condiciones de vida
de la población más vulnerable y, por supuesto, el combate a la corrupción y a
la impunidad de servidores públicos deshonestos.
4.4 La nueva gestión pública: Cuatro modelos
La mayoría de los países occidentales impulsan a partir de 1980 programas más
o menos ambiciosos de reforma administrativa conocidos generalmente bajo la
denominación de modernización o de Nueva Gestión Pública. A pesar de la
existencia de especificidades nacionales y de diferentes ritmos de aplicación,
hay principios que se repiten: consideración del usuario como cliente, afirmación
de que los servicios públicos deben obedecer a reglas de la competencia para
ser más eficaces y eficientes, interés por la evaluación como forma de control
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
260 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
democrático y de aseguramiento de la calidad, así como el uso de técnicas
contractuales como alternativa a la acción unilateral del Estado.36
El cambio en la gestión pública implica una doble aplicación de propuestas que
no son excluyentes, sino que se complementan. En primer lugar, las que parten
del modelo inspirado en la teoría de la elección pública y que pretende asegurar
un control político de la acción burocrática. En segundo lugar, las que ponen el
acento en la desburocratización a través de diferentes fórmulas de privatización,
algunas radicales, otras graduales. De este modo, la importación de instrumentos
de actuación de la gestión privada es uno de los rasgos definitorios de la
denominada Nueva Gestión Pública.
En la actualidad, para algunos existe una transición de la gestión pública
tradicional hacia un modelo postburocrático, orientado y caracterizado en la
legitimación de la acción pública en los resultados.37 Esta transformación es más
evidente en los gobiernos de la OCDE que están realizando políticas públicas
36
Conde Martínez, Carlos. “Los Procesos de Innovación y Cambio en la Gestión Pública de los Países de la
OCDE”. En Olías de Lima, Blanca (coord.) La Nueva Gestión Pública. Madrid, Prentice Hall, 2001, p. 373. Las
reformas se orientan a: ámbito presupuestario y financiero: modificación de los mecanismos de control y evaluación,
presupuestación ligada a objetivos y resultados; ámbito organizativo: reorganización de los aparatos administrativos
a través de la desconcentración, la descentralización y la reducción del tamaño de las organizaciones; ámbito
directivo: mayor capacidad de los directivos en el desarrollo de la gestión; ámbito de los recursos humanos:
flexibilización de las fórmulas de gestión.
37
SHCP-SECODAM. Programa de Modernización de la Administración Pública 1995-2000. Op. cit. p. 16. “En
cuanto categoría aplicada, la gestión pública puntualiza en las organizaciones públicas lo siguiente: 1) el
comportamiento de los sistemas de cooperación; 2) la eficacia de las capacidades de realización; 3) las formas y
modos de comunicación institucional; 4) la eficacia y congruencia de las fases de diseño, aplicación, implementación
y evaluación de las acciones; 5) la consistencia para el cumplimiento de objetivos; 6) la aptitud para generar
resultados positivos considerando resistencias y contratiempos; 7) la congruencia entre recursos aplicados y logros
conseguidos; 8) la aptitud para inducir procesos de cambio gradual, estructural o coyuntural; 9) la aptitud para
asociar valores cuantitativos y valores cualitativos; 10) la corroboración de que lo organizativo y lo funcional
tienen efecto multiplicador para llevar a cabo la transformación de las instituciones gubernamentales y administrativas;
11) la correlación entre el sentido de oportunidad y las contingencias que alteran los planes iniciales”.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 261
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para mejorar la calidad en la prestación de los servicios públicos.38 Entre sus
conclusiones más representativas se encuentran las siguientes:
1. Para maximizar los resultados económicos y asegurar la cohesión social,
los gobiernos deben adaptarse rápidamente a circunstancias cambiantes, crear y
explorar posibilidades nuevas, usando y reutilizando los recursos de una manera
más rápida y flexible.
2. Las organizaciones fuertemente centralizadas, reguladas y rígidas, que
valoran los procedimientos más que los resultados, constituyen un obstáculo
para la obtención de resultados.
3. El fuerte endeudamiento del Estado y los desequilibrios presupuestarios
agravados por la recesión, obligan a los gobiernos a buscar una mejor relación
costo-eficacia en la asignación y en la gestión de los recursos públicos.
4. La amplitud y el peso de las reglamentaciones gubernamentales que afectan
a las estructuras de los costos y, a la vez, a la productividad del sector privado,
son contrarios a la flexibilidad indispensable para tener éxito en un mercado
internacional cada vez más competitivo.
5. Los cambios demográficos y la evolución económica y social conducen a
la ampliación de la gama de servicios que la sociedad espera del Estado, mientras
que, paralelamente, el ciudadano exige tener mayor peso en el campo de las
decisiones y en las acciones gubernamentales.
38
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La transformación de la gestión pública.
Las reformas en los países de la OCDE. Madrid, Ministerio de la Presidencia, Boletín Oficial del Estado, 1997.
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262 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
En este contexto, el desafío de la gestión pública contemporánea es afrontar el
siglo XXI con la renovación de sus instituciones. Para el Comité de Gestión Pública
de la OCDE, sí el sector público pretende seguir siendo receptivo a las necesidades
de aquellos a quienes sirve, los gobiernos deben dedicarse a hacer mejor las
cosas usando menos recursos, obteniendo mayores resultados y actuando de
manera distinta, que como lo hacían en la gestión pública tradicional.39
Para la Nueva Gestión Pública resulta indispensable que la administración pública
se oriente más hacia el cliente. Algunos países han alcanzado progresos
significativos en la mejora del acceso de los clientes a los servicios, el incre-
mento en la transparencia de los procesos de decisión y en la reparación de las
injusticias cometidas, así como en aligerar las formalidades inútiles. El propósito
es inculcar más la preocupación por el cliente en el conjunto del sector público
y en todos los niveles de la administración pública, por lo que debe buscarse la
calidad. Como ya se ha mencionado, algunos países establecen normas de servicio
que especifican la calidad que puede esperar el usuario.40 Algunos ejemplos son
la Carta para Usuarios de Servicios Públicos en Bélgica (1992), Iniciativa de
Normas de Servicio en Canadá (1992), Carta de Servicios Públicos en Francia
(1992), Carta de Calidad en los Servicios Públicos en Portugal (1993), Observatorio
de la Calidad en España (1992) y Carta del Ciudadano en el Reino Unido (1991).
39
Ibíd. , p. 35-36. Aunque se reconoce que no existe un modelo de reforma ideal, así como una solución adecuada
para cada país, la gestión pública persigue los siguientes objetivos: 1) prestar una mayor atención a los resultados;
2) obtener una mejor relación calidad/precio; 3) transferir competencias y lograr una mayor flexibilidad; 4) una
responsabilidad y un control fortalecidos; 5) una orientación hacia el cliente y el servicio; 6) una mayor capacidad
de definición de las estrategias y de las políticas; 7) introducir la competencia y otros elementos de mercado, y 8)
modificar las relaciones con los otros niveles administrativos.
40
Haywood, Stuart y Rodrigues, Jeff. Op. cit., p. 195.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 263
José Juan Sánchez González
Estas cartas se caracterizan por asegurar que todo servicio público desarrolle,
verifique y publique normas para la prestación de servicios. La Nueva Gestión
Pública está dirigida a fomentar una cultura centrada en la mejora de los
resultados, en un sector público cada vez menos centralizado.
La creación de un sector público orientado hacia el cliente y el servicio, es decir,
con mayor énfasis hacia el exterior que hacia el interior, constituye otro de los
ejes de esta transformación de la Nueva Gestión Pública.41 Se busca lograr una
mejor adaptación de los servicios a la demanda y mejorar la calidad. Asimismo,
consultar a los clientes sobre sus necesidades, informarse de sus reacciones frente
a los servicios prestados y otras formas de participación de los usuarios constituye
otro eje del cambio.
A continuación se enmarcan los cambios y reformas en la gestión pública en los
países de la OCDE, en cuatro modelos que comparten algunas propuestas
comunes de modernización administrativa.
4.4.1 El modelo anglosajón
En líneas generales, los países de habla inglesa comparten una estrategia radical
de reforma de la gestión pública basada en la doctrina del New Public Manage-
41
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La transformación de la gestión pública.
Op. Cit. pp. 66-67.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
264 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
ment (Nueva Gestión Pública).42 Desde el punto de vista teórico, se asumen los
esquemas de la teoría de la elección pública que propugna la desburocratización
de los aparatos públicos y la recuperación del control de las organizaciones por
los responsables políticos. Por lo que se refiere a la práctica administrativa, se
parte de los postulados de los estudios de management en su versión
norteamericana, que sostienen la superioridad de la gestión privada sobre la
pública. Situación controversial que es discutida en los siguientes capítulos.
Las grandes líneas que inspiran el programa de reforma del servicio público
australiano lanzado en 1996, establecía que: la gestión de los servicios públicos
debe basarse, en la medida de lo posible, en los mismos principios que el sector
privado; la gestión de recursos humanos en las administraciones públicas debe
adquirir una mayor flexibilidad; las distintas organizaciones públicas (agencias)
deben ser responsables de su funcionamiento y tener la mayor autonomía posible
sobre la gestión financiera y de recursos humanos; los procedimientos
administrativos que derivan de las obligaciones legales e imponen elevados costos
a la administración pública deben ser suprimidos; la ética y los valores que
distinguen a la administración pública deben ser mantenidos.
El primer caso es el de Australia, por lo que debe hacerse una distinción entre el
gobierno federal (el Estado de la Comunidad Británica de Naciones) y los estados
individuales. Sólo dos estados cuentan con Cartas de Ciudadano, Australia del
42
Conde Martínez, Carlos. Op. cit. p. 375. Parte de este artículo es tomado como base de estos cuatro modelos de
Nueva Gestión Pública.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 265
José Juan Sánchez González
Sur tiene su Carta del Ciudadano y Nueva Gales del Sur tiene una “Garantía de
Servicio” con principios similares a la Carta Británica.43
El movimiento de calidad en Australia es sorprendente, dado que no ha existido
una directiva del gobierno central en esa materia. Los ministerios individuales
(el Departamento de Seguridad Social, el Departamento de Empleo, Educación
y Capacitación, el Departamento de Servicios Humanos y Salud y el Departamento
de Defensa) han adoptado el enfoque de calidad en el servicio público. Algunos
programas federales están también comprometidos con la calidad como el
Programa de Normas de Acreditación para Servicios a la Comunidad y Servicios
de Salud, que acredita si estos servicios de salud cumplen con las normas
establecidas. A diferencia de otros países en donde la calidad apareció por primera
vez en las empresas públicas que operaban en situaciones de mercado, en
Australia la calidad echó raíces en actividades de índole social.
La calidad en Australia parece ser una obra hecha como un rompecabezas. Al
igual que en Francia, no existe un solo modelo: ciertos departamentos operan
sobre la base del modelo británico, que cuenta con normas acerca de la prestación
del servicio y miden su éxito a través de encuestas de satisfacción; otros
departamentos tienen normas enfocadas a los resultados, que se derivan
directamente de los objetivos de la organización y se refieren a la calidad intrínseca
43
Trosa, Sylvie. “Estrategias de Calidad en Tres Países: Francia, el Reino Unido y Australia”. Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Un Gobierno Alerta. Iniciativas de Servicios de Calidad en la
Administración. México, DDF, 1997, p. 321.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
266 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
o eficiencia de las actividades; y una tercera categoría de organización combina
los anteriores dos enfoques, teniendo tanto normas de prestación del servicio
como normas de efectividad.
En segundo lugar, en el Reino Unido, durante los años de 1980 se implementaron
programas de reforma del sector público con el objetivo de proporcionar mejores
resultados contra el dinero gastado.44 La Iniciativa de Administración Financiera
a principios de los años ochenta introdujo nuevos sistemas de administración
financiera y presupuestarios con una importante delegación de presupuestos a
gerentes locales. Asimismo, el programa de escrutinios de eficiencia “Rayner”
(nombrado por Sir Derek Rayner, asesor del Primer Ministro) abordó los aspectos
de la eficiencia y efectividad de las diferentes áreas de operación de los
departamentos. Posteriormente, en 1988 se puso en marcha la siguiente etapa
del Programa de Reformas que condujo a la creación de las 100 dependencias
distintas para realizar, en un ambiente más autónomo, las operaciones ejecutivas
que previamente eran sólo parte del trabajo general de los departamentos.
Además de buscar mayor eficiencia y eficacia en el sector público, el gobierno
también trató de reducir el papel del Estado. El programa de privatización trasladó
algunos servicios como el gas, agua y electricidad, totalmente al sector privado.
Algunos servicios que quedaron bajo la responsabilidad del gobierno también
44
Turton, Genie. “Tendencias Actuales y Futuras de las Iniciativas de Calidad en el Servicio. Programa de Calidad
en el Servicio: Reino Unido”. Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Un Gobierno
Alerta. Iniciativas de Servicios de Calidad en la Administración. México, DDF, 1997, p. 67.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 267
José Juan Sánchez González
fueron contratados con proveedores privados cuando éstos ofrecieron un mejor
valor por el dinero bajo el Programa de Oferta Competitiva Obligatoria.
Posteriormente fue impulsada la Carta del Ciudadano que inició su operación
en julio de 1991, que tiene entre sus objetivos, hacer que los servicios públicos
respondan mejor a las necesidades de la gente común. El Primer Ministro señaló
“la Carta del Ciudadano pretende dar mayor poder al ciudadano. Esto no es una
receta para que haya más acción del Estado, sino una afirmación de la creencia
del gobierno en el derecho de los ciudadanos de ser informados y de escoger
por ellos mismos”.45
A pesar de que se han logrado una gran cantidad de mejoras en la mayoría de las
áreas del servicio público británico, existe escepticismo en relación con la Carta
del Ciudadano, tentre algunos funcionarios, el público y los medios de
comunicación. Esto se debe a que algunos de los medios utilizados para mejorar
la prestación de los servicios públicos, como la privatización y la prueba del
mercado son instrumentos controvertidos en sí mismos. También las normas
iniciales establecidas en las cartas constitucionales, aunque realistas en función
de lo que se podría haber logrado, no reúnen las expectativas de los clientes.
El tercer caso es el de Nueva Zelanda que ha sido objeto de atención por la
radicalidad de las reformas introducidas bajo la inspiración de los principios
propios de la Nueva Gestión Pública. El programa de reformas comienza a
45
Ibíd, p. 68.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
268 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
principios de los años de 1980 con el propósito de combinar enfoques
eminentemente liberales en política económica con un interés destacado por el
mantenimiento de las políticas sociales, lo cual diferencia este caso del británico.46
Los principios del programa de reforma aplicados por el gobierno de Nueva
Zelanda a partir de 1984, se basan en la separación de las funciones comerciales
y no comerciales, así como la diferenciación de las funciones asesoras y
administrativas. En el ámbito organizativo, se propugna la descentralización
funcional y la autonomía de los gestores públicos, así como la mejora de los
mecanismos de control y responsabilidad.
La reforma se llevó a cabo de una manera integrada y sincronizada a través de
tres normas básicas: una referida a la reforma de las estructuras (State-owned
Enterprise Act) otra a la función pública (State Sector Act) y otra de la gestión
financiera (Public Finance Act). Las reformas en Nueva Zelanda han mantenido
una línea de continuidad a lo largo de los años. Fueron comenzadas por un
gobierno laborista a partir de 1984 y continuadas por el Partido Nacional a partir
de 1990. Esta continuidad explica, al igual que el caso británico, los logros
obtenidos.
Como último caso dentro del ámbito anglosajón debe destacarse el caso de
Irlanda. Constituye una excepción dentro de este modelo, en la medida que el
46
Conde Martínez, Carlos. Op. cit. p. 377.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 269
José Juan Sánchez González
movimiento de reforma no ha sido llevado a cabo con la radicalidad que es
común en este grupo de países. Entre las causas de este de esta disparidad, se
encuentra el carácter protector de la administración y su uso como instrumento
de empleo en un país con una pobre economía que dio lugar en la época del
Estado de Bienestar, a un aumento considerable del número de empleos públicos.
En el año de 1994 se lanza una nueva estrategia de reforma integral (Iniciativa
de Gestión Estratégica). Se adopta una táctica de bottom-up, en el sentido de
que cada departamento debe identificar sus fortalezas y debilidades para poner
en marcha un sistema de gestión estratégica. La iniciativa es seguida dos años
más tarde por un programa integral denominado Delivering Better Government,
cuyos ambiciosos objetivos se dirigen tanto a la provisión de servicios públicos
de calidad, abiertos y transparentes, como al incremento de la eficiencia
administrativa y la introducción de nuevos principios de gestión de recursos
humanos. En el caso irlandés, el peso de una cultura política tradicional en la
que la administración pública ejerce un destacado papel de patronazgo ha
limitado el potencial reformador en este país.
4.4.2 El modelo europeo continental
Conde (2001) señala que el caso de la mayor parte de los países de Europa
continental puede ser definido como de reforma incremental.47 El modelo clásico
de administración pública se ve modificado por determinados cambios graduales
47
Ibid, p. 380.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
270 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
y parciales que no afectan a los elementos constitutivos del mismo. En los países
de tradición napoleónica, ciertos rasgos estructurales continúan vigentes: gestión
administrativa, seguridad en el empleo y servicio civil de carrera. Dentro de este
contexto, la gestión pública y la gestión privada se consideran fundamentalmente
diferentes. Existe una diferencia en la percepción del papel del Estado. Mientras
que la perspectiva liberal que inspira el New Public Management del mundo
anglosajón da lugar a una reducción del papel del Estado en la economía y una
retirada del ámbito económico y social. Las reformas del continente europeo
van dirigidas a reforzar la legitimidad de la intervención del Estado a través de
formas de acción renovadas.
Grecia e Italia dirigen sus acciones a reforzar las estructuras estatales dentro de
su lucha contra la corrupción y por el saneamiento de la vida pública. Hasta
cierto punto, en su caso se trata de reforzar la administración weberiana y el
control de legalidad de las administraciones. Por el contrario, en el caso de otros
países como Francia, Alemania, España o Portugal, el reto es más bien
desburocratizar y agilizar unas administraciones cuya orientación no se dirige
con suficiente intensidad al logro de objetivos y a la obtención de un rendimiento
satisfactorio.
A partir de 1978, los esfuerzos por modernizar el gobierno en Francia se centraron
en las reformas que favorecían a los usuarios de los servicios públicos. A mediados
de 1980, en ese país inició un movimiento para mejorar la calidad en el
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 271
José Juan Sánchez González
gobierno.48 Se fomentó la creación de círculos de calidad diseñados para permitir
a todas las categorías de funcionarios públicos proponer y participar en esfuerzos
concretos para mejorar su trabajo, al tiempo que se emprendió una estrategia
más amplia para cumplir con las expectativas de los usuarios, quienes tienen el
derecho y la obligación de exigir un servicio adecuado. Los círculos de calidad
pueden considerarse como el primer paso en las iniciativas de calidad en el
servicio implementado en Francia.
Las medidas de calidad llevadas a cabo por el gobierno francés fueron: 1)
proyectos por dependencia; 2) los Centros de Responsabilidad; 3) motivación a
los funcionarios públicos; 4) cartas de servicio público; 5) transparencia; 6)
simplificación y 7) delegación de facultades. Los proyectos por dependencia
contribuyen a reafirmar los valores fundamentales de las dependencias
gubernamentales y dejar clara la naturaleza de su misión. Al enfatizar los
resultados, este enfoque ha introducido la eficiencia al interior de la dependencia
a la vez que incrementa su disposición al cambio, favorecido por una
globalización del presupuesto y por la delegación de facultades. Con este esfuerzo,
alcanzaron los 700 proyectos por dependencia.
48
Pochard, Marcel. “Tendencias Actuales y Futuras de las Iniciativas de Calidad en el Servicio: la Situación en
Francia”. Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Un Gobierno Alerta. Iniciativas
de Servicios de Calidad en la Administración. México, DDF, 1997, p. 57. El primer esfuerzo público por fomentar
la creación de círculos de calidad en el gobierno francés data de marzo de 1985. La Agencia de Servicios Públicos
Departamentales de Orne, el Fondo de Seguros de Atención Médica de Val de Marne, la Farmacia del Hospital
Central en París y la División de Telecomunicaciones Operativas en Angers emprendieron iniciativas de calidad de
carácter local.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
272 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
Por otra parte, al inicio de 1994, había 207 Centros de Responsabilidad dando
empleo a 100,000 servidores públicos. El principio rector de los centros de
responsabilidad es usar contratos para introducir una mayor flexibilidad a las
reglas que gobiernan el manejo de presupuesto, acompañado de una mayor
flexibilidad administrativa. Estos centros han sido utilizados también para rediseñar
funcionalmente algunas dependencias del gobierno central incrementado a la
vez la autonomía administrativa. Los Centros de Responsabilidad disponen el
otorgamiento de recompensas compartidas, en la forma de beneficios colectivos
tales como el establecimiento de cafeterías, el mejoramiento de las condiciones
de trabajo y viajes de investigación. Existe también la llamada nueva bonificación
indexada (la Nouvelle Bonification Indiciarie- NBI) para los funcionarios públicos
que ocupan puestos con responsabilidades especiales o que requieren de apti-
tudes técnicas especiales.
Por su parte, las Cartas de Servicio Público, adoptadas por el Consejo de Ministros
en 1992, fueron diseñadas para hacer del usuario la parte central de cada
dependencia pública y mejorar la calidad en el servicio. Para garantizar la
transparencia y apertura fueron establecidos los tiempos límite y los
procedimientos para apelar las decisiones (Decreto del 28 de noviembre de 1983),
además de las acciones del Comité de Acceso a los Archivos Administrativos y
por el Comité de Registros de Cómputo y de Libertad de Acceso.49
49
En materia de simplificación el Comité para la Simplificación de los Procedimientos Administrativos (COSIFORM)
y el Comité Regulador de la Codificación permitieron avances en este rubro. Por último, en lo relativo a la delegación
de facultades tanto la Ley del 6 de febrero de 1972 Relativa a la Estructura Territorial de la República y el Decreto
del 1° de julio de 1992, constituyen una carta constitucional para la delegación de facultades, han hecho de este
principio ley común para regir la intervención del Estado. Cabe señalar que también en la experiencia francesa de
calidad se ha puesto énfasis en un mejor recibimiento al cliente, así como en la medición y evaluación mediante
el Consejo Científico de Evaluación, que estableció una metodología basada en indicadores de calidad e indicadores
para medir la satisfacción del usuario.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 273
José Juan Sánchez González
El caso de Alemania puede ser descrito al igual que el francés, por una búsqueda
de ajustes parciales que no ponen en cuestión la estructura administrativa
tradicional.50 Pueden distinguirse dos periodos en la historia de modernización
alemana marcados por el hecho crucial de la unificación. En realidad su princi-
pal objetivo ha sido concentrarse en el esfuerzo organizativo de la administración
federal a la nueva situación territorial. Esta situación implica que apenas se hayan
introducido algunas transformaciones en la gestión en el ámbito federal. En donde
se han realizado cambios sustanciales ligadas a la Nueva Gestión Pública es en
el ámbito local. En ese sentido, hay que señalar el “nuevo modelo de dirección”
de las administraciones locales caracterizado por una estructura similar a la de
un grupo privado: separación funcional entre política y administración, gestión
descentralizada de recursos, gestión en función de resultados, formulas
contractuales e innovaciones en la gestión presupuestaria y de personal.
En la década de 1990 se asiste a un nuevo intento de reforma de la administración
federal cuyos objetivos se asemejan a los de la OCDE: reducción de las funciones
del Estado a lo sustancial y fomento de una mayor participación ciudadana. Se
trata del proyecto del último gobierno del canciller Kohl dirigido a la reordenación
del Estado Federal en el sentido de una reducción de su tamaño y tareas.51
Reformas que no lograron consolidarse por su salida en el gobierno.
50
Conde Martínez, Carlos. Op. cit. p. 383.
51
En este proyecto se pretendía la introducción de nuevos modelos de control de gestión, así como una mayor
flexibilidad presupuestaria y una simplificación de procedimientos administrativos. Asimismo, se incluían dentro
del proyecto las políticas de privatización y desregulación. Este programa fue desechado por el nuevo gobierno
socialdemócrata que sucedió al que había inspirado el programa, al considerar inadecuada la reducción del Estado
y sus funciones al contexto alemán.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
274 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
Por su parte, desde finales de 1985 Portugal ha gozado de un período de
estabilidad política y de considerable desarrollo económico. La integración con
Europa ha creado retos para los agentes económicos, la sociedad y el gobierno.
Para una pequeña economía abierta como la portuguesa, los aspectos de calidad
han adquirido una nueva relevancia.52 Se trata no sólo de producir más sino
también producir cosas mejores para alcanzar una adecuada calidad en todos
los sectores del país.
La calidad se mide por la ausencia de errores, omisiones, defectos, quejas, demoras
y malos entendidos, al mismo tiempo que hace un llamado al impulso
emprendedor y a la creatividad de hombres y mujeres que trabajan en la
administración pública y coloca a los ciudadanos y consumidores de servicios
públicos como el punto focal de sus actividades.53
En Portugal, desde 1986 el proceso de modernización de la administración pública
incluyó iniciativas orientadas a crear una sensibilidad a las demandas ciudadanas
y enfocarse en el papel que juega el ciudadano. En 1991 el gobierno prestó
particular atención a las políticas de calidad en la administración pública y
reconoció que el mejoramiento de la calidad también era un asunto
gubernamental. Después, en 1993 un número de iniciativas y procedimientos
ya establecidos fueron consolidados mediante la aprobación de la Carta de
Calidad en el Servicio Público.
52
Corte-Real, Isabel. “Tendencias Actuales y Futuras de las Iniciativas de Calidad en la Administración Pública
Portuguesa”. Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Un Gobierno Alerta. Iniciativas
de Servicios de Calidad en la Administración. México, DDF, 1997, p. 47.
53
Citado por Isabel Corte-Real. Ibíd. p. 48.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 275
José Juan Sánchez González
Adicionalmente fueron publicadas la Carta de Calidad por Sectores e Indicadores
de Calidad; en 1992 se realizó un Concurso Nacional sobre Ideas sobre Calidad
recibiéndose más de 300 trabajos; un Concurso de Calidad en el Servicio Público;
una capacitación a un grupo de veinte directores generales de todas las secretarías
que asistieron a un curso avanzado de capacitación en el manejo de calidad
llevado a cabo en Portugal y Canadá.54
4.4.3 El modelo europeo septentrional
En este grupo se encuentran los países escandinavos y los Países Bajos. Estos
países optan por un modelo aproximado a la Nueva Gestión Pública, pero alterno
dotándolo de un perfil pragmático que la separa de la concepción radical del
ámbito anglosajón..55 Este conjunto de países no rechaza de modo categórico el
modelo de gestión pública tradicional, sino que cuestiona su utilidad en algunos
ámbitos de la acción administrativa, sustituyéndolo por otras fórmulas basadas
en la eficiencia.
En el caso de los Países Bajos existe una voluntad de reforma que se mantiene a
lo largo de las décadas de 1980 y 1990. El objetivo global es la reducción del
tamaño y alcance del gobierno a través de políticas de privatización, la creación
de agencias y el análisis de las diferentes formas de intervención y gasto.
54
Sin embargo, a pesar de los avances alcanzados existen limitaciones, entre las que se puede mencionar: 1) hay
sectores y áreas en los que el éxito de calidad no es visible de inmediato; 2) la actividad descentralizada tiene un
precio: se requiere de un equilibrio entre el área central y la ejecutora para implementar la calidad y 3) la burocracia
cuenta con aliados: grupos intermediarios entre los sectores público y privado.
55
Conde Martínez, Carlos. Op. cit. p. 384.
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276 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
En 1982 es lanzada la iniciativa Grandes Operaciones dirigida al logro de seis
objetivos: 1) reconsideración del gasto público; 2) reorganización de los servicios
administrativos centrales; 3) desregulación de la intervención gubernamental;
4) descentralización; 5) desburocratización de las organizaciones estatales; y
6) inicio de un proceso de privatizaciones.
Al inicio de 1990, se desarrolla en estos países un nuevo proyecto denominado
Gran Operación por la Eficiencia, cuya finalidad es reducir la tareas
gubernamentales y mejorar las estructuras organizativas. El programa acentúa la
preocupación por las consecuencias económicas de la gestión pública y sitúa
como objetivo central la reducción del gasto público. A partir de este momento,
las transformaciones en Holanda se centran en objetivos específicos como es el
caso de la creación de agencias responsables de la implementación de políticas,
diversas medidas orientadas al cliente, intentos por aumentar la productividad
de la función pública o la privatización del sistema de gestión de la seguridad
social.
Las innovaciones de la gestión pública en los países escandinavos se inscriben
en un modelo similar al holandés. Sin embargo, se introducen reformas
sustanciales en determinados ámbitos parciales inspiradas por la New Public
Management (Nueva Gestión Pública).56 El caso de Suecia es ilustrativo de las
tendencias de la gestión pública de este grupo de países. El movimiento de reforma
56
Aunque este modelo se aleja de los mecanismos de mercado como respuesta general a los problemas públicos,
y plantea su propia estratega alternativa de cambio.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 277
José Juan Sánchez González
se inicia como parte de los retos de internacionalización y de su ingreso en la
Unión Europea en la década de 1990. Las estrategias suecas fueron: reforma en
los procesos presupuestarios; introducción de mecanismos de gestión por
resultados; y delegación de la toma de decisiones del gobierno a las agencias
con respecto a los recursos necesarios para obtener resultados (organización,
personal y finanzas).
Por su parte, Dinamarca ha llevado a cabo una serie de reformas que pretenden
combinar el imperativo de la eficiencia atendiendo los postulados de la Nueva
Gestión Pública y la defensa de la economía social de mercado a través del
protagonismo estatal. La reforma fue definida en tres documentos que se refieren
a diferentes aspectos de la gestión pública (Nuevas Perspectivas sobre el Sector
Público 1993, Bienestar para los Ciudadanos 1995 y Reforma Administrativa.
Estado de la Cuestión 1997).
A partir de 1993 se pone en marcha un programa de reformas parecidas al modelo
anglosajón. En primer lugar, se defiende una orientación al cliente ampliando su
participación en el diseño de los servicios públicos. En segundo lugar, se
introducen reformas presupuestarias, centradas en la descentralización de las
decisiones y la medición de resultados. En tercer lugar, se intensifica el uso de
fórmulas de sociedades limitadas en las actividades del sector público, lo que
sería la traducción danesa de la fórmula de agencia.57
57
Ibid, p. 385. Conde señala que la particularidad danesa reside en el hecho de que el sistema de agencia había
sido profusamente utilizada en los años de 1970, con anterioridad a la generalidad de esta fórmula. Incluso en los
años de 1980 y 1990 se reestructura el sistema introduciendo una cierta dosis de centralización y de control
gubernamental más estricto del sistema de agencia. La causa de esta reforma es que los daneses llegaron a la
conclusión de que las agencias ejercían un protagonismo político que no les corresponde.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
278 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
4.4.4 El modelo de los países en transición
Existe un último grupo de países con diversos niveles de desarrollo que están
realizando transformaciones institucionales, tanto en el campo político como en
el económico.58 Por una parte se encuentran México y Turquía, países que con
ciertas salvedades, muestran significativas similitudes. En primer lugar, el menor
nivel de desarrollo en términos comparativos los enfrenta al reto económico, el
cual en ambos casos está fuertemente determinado por su integración en espacios
económicos y comerciales abiertos como es el europeo y el estadounidense. En
segundo lugar, ambos países asumen principios democráticos cuyo traslado a la
práctica cotidiana resulta aún insuficiente en diversos ámbitos, por lo que la
profundización democrática forma parte de su agenda política.
Por otra parte, hay que referirse a los países ex-comunistas europeos: Polonia,
Hungría y República Checa. La transición de estos países, profunda en términos
políticos y económicos, afecta cada vez más directamente a los aparatos
administrativos del gobierno. Primero, porque se entiende que una administración
pública eficiente es una condición indispensable para obtener un desarrollo
económico adecuado. Segundo, porque la reforma de las estructuras y la gestión
administrativa es una condición impuesta para el ingreso a la Unión Europea.
Por último, hay que mencionar el caso de Corea. Se trata de un país en transición
en el que un rápido crecimiento económico protagonizado por un Estado
58
Ibid, p.p. 386-387.
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José Juan Sánchez González
intervencionista ha generado múltiples tensiones políticas y sociales ligadas a
las escasas virtudes democráticas del régimen político y a la importancia del
problema de la corrupción. La grave crisis económica que sacudió en los últimos
años a las economías asiáticas ha sido la causa de diversos programas de reforma
durante los años de 1990.
Para Conde (2001) existen rasgos comunes relacionados con el ámbito de la
gestión pública. El dilema más importante se refiere a su modelo de gestión
pública. Por una parte, el conjunto de ellos debe hacer frente al reto de afianzar
un Estado de Derecho en ocasiones frágil, lo cual da lugar a medidas tales como
la aprobación de leyes de procedimiento (Corea), la creación de la figura del
Ombusdman (México y Turquía), el reforzamiento del control externo (Hungría)
y presupuestario (República Checa). Del mismo modo, son generales las reformas
de la función pública dirigidas a reforzar su profesionalidad y neutralidad.59
Por lo que se refiere a los países latinoamericanos, las reformas de segunda
generación de la gestión pública aún no tienen los alcances y pretensiones de
los países desarrollados y por supuesto de los realizados en la OCDE. Tal como
lo plantea el CLAD, los países en desarrollo –particularmente los latinoamericanos-
sólo pusieron en marcha en la década de 1980 reformas de primera generación
dirigidas principalmente a la reducción del gasto público, redimensionamiento
59
En ese sentido, resulta conveniente el regreso al modelo clásico de administración pública para aportar soluciones
a determinados problemas estructurales, por ejemplo, la separación entre política y administración que obstaculiza
el tradicional sistema de botín o la seguridad laboral y la promoción garantizada que hagan del servicio público un
destino profesional atractivo y permanente.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
280 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
del aparato gubernamental, privatización de empresas públicas y desregulación,
para intentar alcanzar una disminución en el déficit público. La crisis fiscal del
Estado habría llevado a realizar este tipo de reformas, que lograron disminuir los
gastos del gobierno pero que tuvieron una repercusión en la capacidad
gubernamental, en la oportunidad y calidad de los servicios públicos.
Aunque Cabrero (1997) describe algunas experiencias de modernización de la
gestión pública en países de África, el Caribe, América Latina y México, en su
gran mayoría corresponden a las reformas de primera generación.60 De hecho,
los Seminarios Internacionales de Redimensionamiento y Modernización de la
Administración Pública en América Latina, celebrados en la sede del INAP entre
1989 y 1990, son muestra fiel de este tipo de reformas de primer nivel.61
Por su parte, Shepherd (1999) señala que en los países de América Latina y del
Caribe, el modelo jerárquico no ha funcionado bien. De hecho, el diagnóstico
es que las administraciones públicas de la región ejercen un control excesivo.
Así, no es de asombrarse que las técnicas de la Nueva Gestión Pública hayan
llamado la atención. Muchos gobiernos de la región son conocidos por la mala
calidad de sus servicios públicos y su excesiva regulación. Aunque han alcanzado
logros sustanciales en cuanto a estabilización económica.62 Con algunas
60
Cabrero Mendoza, Enrique. Del Administrador al Gerente Público. México, Instituto Nacional de Administración
Pública, 1997.
61
Instituto Nacional de Administración Pública. Memoria del Seminario Internacional. Redimensionamiento y
Modernización de la Administración Pública. México, INAP, 1989. Instituto Nacional de Administración Pública.
Memoria II Seminario Internacional. Redimensionamiento y Modernización de la Administración Pública. México,
INAP, 1991.
62
Shepherd, Geoffrey. “Administración Pública en América Latina y el Caribe: en Busca de un Paradigma de
Reforma”. En Losada Marrodán, Carlos. ¿De Burócratas a Gerentes? Las Ciencias de la Gestión Aplicadas a la
Administración del Estado. Washington, Banco Interamericano de Desarrollo, 1999, p.p. 81-82.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 281
José Juan Sánchez González
excepciones–Chile, Brasil, Ecuador, Jamaica, Costa Rica y México- los resultados
limitados y parciales de las reformas al sector público, no han logrado implementar
las políticas de la Nueva Gestión Pública.
Debido a ello, será necesario poner en marcha reformas de segunda generación
que, atendiendo a las necesidades e idiosincrasias culturales, permitan aplicar
transformaciones profundas en los modelos de gestión pública. Al efecto, debe
buscarse, como ya ha sido comentado, pasar del Consenso OCDE al Consenso
CLAD, ya que se trata de requerimientos, necesidades y argumentos más cercanos
a los países latinoamericanos.
4.5 La necesidad de una gestión pública comparada
La descripción de las diversas experiencias en materia de gestión pública, permite
comprobar los alcances de dicha transformación. En opinión de Wright (1997)
las diferencias deben ser explicadas a partir de cuatro elementos: 1) presiones;
2) potencial; 3) ambiciones y 4) estructura de oportunidades políticas percibidas.
En primer lugar, las presiones derivan de circunstancias comunes como
particulares. Dentro de los aspectos comunes existe la necesidad del saneamiento
de las finanzas públicas por diversas razones de cada país. Las circunstancias
particulares tienen una gran variedad: en algunos países la desburocratización
se plantea como una necesidad apremiante (Gran Bretaña, Francia, Grecia); en
otras la adaptación a la Unión Europea es una fuerte causa explicativa (España,
Grecia, Portugal); o el ingreso a la OCDE (México).
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
282 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
En segundo lugar, el potencial de reforma difiere en los distintos países. Mientras,
la privatización sólo obtiene protagonismo en los países con un amplio sector
público empresarial, por su parte, la descentralización es un motor en los países
fuertemente centralizados. Del mismo modo, el sistema de agencias es una medida
potencialmente innovadora en países que carecían de este sistema, pero que no
es sustancial en quienes ya lo mantenían.
El tercer elemento señalado por Wright, -la ambición reformadora- no responde
tanto a causas estructurales como a una voluntad política de cambio que deberá
ser puesta en relación con circunstancias políticas internas. Finalmente, un gran
número de circunstancias explica las diferentes estructuras de oportunidades:
liderazgo ejecutivo, contexto consensual o conflictivo, capacidad de
obstaculización o impulso de las estructuras burocráticas, papel de la oposición
política, capacidad técnica de las estructuras responsables de los cambios en la
Nueva Gestión Pública.
El análisis de las diferencias no debe ocultar ciertos rasgos comunes: en primer
lugar, el protagonismo gubernamental en los procesos de innovación, en segundo
lugar, su permanencia a lo largo del tiempo y, en tercer lugar, el hecho de que las
reformas pueden ser definidas como un proceso de aprendizaje y adaptación.63
La comparación de la gestión pública por modelos muestra resultados
significativos. En el modelo anglosajón, mientras que los reformadores
63
Conde Martínez, Carlos. Op. cit. p. 388.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 283
José Juan Sánchez González
neozelandeses establecen referencias explícitas a las teorías de la agencia
desarrollando mecanismos de control político sobre los gestores públicos, la
tendencia norteamericana es contraria, ya que pretende reforzar la capacidad de
los gestores para orientar estratégicamente sus agencias. Así, los procesos de
innovación en la gestión pública están fuertemente determinados no sólo por las
circunstancias estructurales propias de cada país, sino también por las distintas
consideraciones teóricas que cabe mantener sobre la gestión pública.
Por su parte, en el modelo europeo continental los casos de Francia y Alemania
son significativos. En ambos casos se observa la fortaleza de los principios
tradicionales de gestión administrativa frente a los intentos deliberados de reforma
que periódicamente inician sus gobiernos. Los múltiples obstáculos a la
introducción de reformas estructurales de gran alcance no significan, sin em-
bargo, la parálisis de sus administraciones públicas, sino la introducción de
mejoras de tipo incremental dentro de una concepción tradicional de la gestión
pública.
En el modelo europeo septentrional, los casos holandés y escandinavo muestran
nuevamente la importancia de los estilos nacionales de gestión pública y la
modificación de los principios de la Nueva Gestión Pública, al pasar por sus
instituciones nacionales. Las fórmulas corporativistas que tradicionalmente se
han desarrollado en este contexto imponen una diferencia de gran alcance en la
articulación de las innovaciones de la gestión pública. En este modelo, una gran
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
284 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
parte de los servicios públicos son proporcionados en colaboración con diversas
instituciones sociales de naturaleza privada o semipública y, en el caso
escandinavo, con un gran protagonismo de los gobiernos locales en la ejecución
de los servicios y las políticas públicas.64
Por último, los países en transición han impulsado un conjunto de reformas
inscritas en un modelo tradicional de administración pública que se considera
necesario para evitar la arbitrariedad del poder y la lucha contra la corrupción.
Al lado de estas medidas, existen otras directamente ligadas al afianzamiento de
una economía eficiente sostenida por un Estado adaptado al contexto global. En
este sentido, se desarrollan programas ambiciosos de reducción del tamaño del
Estado, supresión de monopolios y desregulación. El equilibrio alcanzado en
estos casos entre determinados principios de administración pública tradicional
y ciertas fórmulas gerenciales moderadas, resulta esclarecedor en cuanto a la
conveniencia de aportar soluciones no dogmáticas a los problemas que se
presentan.
En este contexto, las experiencias de gestión pública orientadas hacia la calidad
en el ámbito internacional muestran que no existe una sola “mejor manera” de
hacer las cosas en asuntos de calidad en el servicio público. A la pregunta de
¿cómo poder conciliar el enfoque de calidad y la tradición especifica del servicio
público francés? Trosa (1997) responde que es necesario definir a la calidad no
64
Las reformas introducidas en estos países son el resultado de una reflexión pragmática por parte de los responsables.
Las innovaciones se introducen de manera gradual y negociada. Al contrario que en el ámbito anglosajón no
forman parte de un programa político de transformación de contenido radical.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 285
José Juan Sánchez González
tanto como voz del cliente “en contra” del servidor público, sino como posibilidad
de crear relaciones más cercanas y duraderas entre los servidores públicos y los
usuarios.65
Como puede inferirse, existe una transformación de la gestión pública tradicional
por una Nueva Gestión Pública de resultados con una orientación al cliente,
calidad en el servicio, medición de resultados y de desempeño, así como rendición
de cuentas. La Nueva Gestión Pública se encuentra en proceso de transformación
a partir de la implementación de nuevas tendencias como el enfoque de calidad.
Sin embargo, no existe un único modelo de calidad en los países de la OCDE. La
calidad no sólo es percibida como la satisfacción del cliente (usuario) sino como
una nueva relación entre el sector público y sus usuarios. Esta percepción más
global de la calidad puede aportar mayores resultados y beneficios para los
ciudadanos. Otro aspecto que nos parece esencial resaltar, es el relativo a que el
cliente no se presenta de manera individual. El cliente se aglutina en grupos de
presión u organizaciones que los representan para defender sus intereses, por lo
que la satisfacción del cliente, puede ser, en algunos casos, contraria al interés
público general. La calidad en la gestión pública actual no genera eficiencia y
eficacia por sí misma. Esta clase de gestión pública debe ir acompañada de una
decidida política de descentralización, mayor autonomía a los gerentes públicos
locales, un adecuado sistema de rendición de cuentas y mejoramiento en su
sistema de incentivos personales.
65
Trosa, Sylvie. Op. cit. p. 307.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
286 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
En el ámbito de las innovaciones de la gestión pública, resulta prácticamente
imposible encontrar una estrategia de reforma que no aludiera explícitamente a
las obligaciones impuestas por la globalización como justificación de las medidas
emprendidas. En ese sentido, la acción de organizaciones como la OCDE, el
FMI, el Banco Mundial o la Unión Europea, son un factor que ayuda a comprender
la generalización de determinadas respuestas políticas a escala mundial. La
descripción de las experiencias de reforma en la gestión pública permite mostrar
el diferente alcance de dichas innovaciones administrativas.66 La explicación de
las diferencias debe abordarse a partir del conocimiento de los sistemas políticos
nacionales, que determinan no sólo la capacidad de la reforma, sino también la
voluntad de llevarla a cabo.
4.6 La transformación de la gestión pública
Puede inferirse, que tanto en el ámbito teórico como práctico, la Nueva Gestión
Pública presenta aspectos que no han sido analizados de manera profunda. La
polémica se encuentra situada en la discusión de sí la gestión pública representa
un nuevo paradigma posburocrático dentro del contexto de la administración
pública y en qué medida pueden aplicarse exitosamente las técnicas de la
administración privada y los negocios a los asuntos públicos.
Cabrero afirma que existen textos que han contribuido al campo de la gestión
pública no sólo por su capacidad descriptiva, sino por su solidez conceptual:
66
Conde Martínez, Carlos. Op. cit. p.p. 392-393.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 287
José Juan Sánchez González
Heclo (1978), Almond (1988), Hood y Jackson (1991), Ingraham y Kettel (1992),
Lynn (1996) y Bozeman (1987 y 1993). Sin embargo, estos trabajos no constituyen
un todo coherente, ya que “la gestión pública es un campo en construcción, el
cual busca un equilibrio entre la teoría y la práctica”.67 Desde el punto de vista
teórico, estos trabajos carecen de los principios de validación científica. A este
respecto existen problemas de maduración, selección, interacción y efectos de
reacción a las medidas descritas, confundiéndose continuamente selección con
tratamiento.
Una debilidad fundamental es que la mayoría de los textos relacionados con la
gestión pública han surgido de la experiencia norteamericana. Supone que la
construcción de la gestión pública dependerá de su capacidad para llevarla a
cabo, cuando no existen trabajos que se refieren a la gestión en otros contextos
económicos, políticos o culturales. La administración pública comparada entre
realidades nacionales ni siquiera es mencionada. La gestión pública nace en un
país con una economía de bienestar, que no es comparable con la mayoría de
los países latinoamericanos. Esta es una de las mayores limitaciones en el campo
de la gestión pública.
Recurrir a la política y a la administración pública comparada permite mostrar
cuáles han sido las diversas soluciones que en el mundo se han dado a los retos
administrativos, y las formas en que se pueden evitar los errores cometidos en
ese proceso, adaptar los aciertos y tomar en consideración la especificidad de
67
Cabrero Mendoza, Enrique. Op. cit., p. 22.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
288 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
los contextos dados. 68 En primer lugar, la tarea de gobernar es una tarea
crecientemente compleja y difícil en todo el mundo, por lo que la administración
pública comparada enseña mucho de los aciertos y errores de otros países y, en
particular, en las naciones latinoamericanas. En segundo lugar, en América Latina
se ha revalorado la importancia de la reforma administrativa como soporte de
otras reformas como el servicio civil de carrera; en tercer lugar, las reformas
administrativas son una tarea complicada debido a los actores involucrados, la
crisis de los paradigmas y los diversos dilemas existentes en el campo.69 Guy
Peters (1999) afirma que el estudio comparado de la administración pública es
fundamental, no sólo para el entendimiento de las cuestiones administrativas,
sino también para comprender el contexto en que se realizan las reformas
administrativas.
La administración pública comparada es una rama especializada en el estudio
de la administración pública. El desarrollo de las teorías de la organización y de
la gerencia en un nivel general pueden ayudarnos a entenderla pero no debemos
esperar que todas las respuestas provengan de ese terreno, por fértil que sea. La
naturaleza pública de la administración pública y la necesidad de entender el
contexto social, cultural y político de las organizaciones hacen de la
administración pública algo especial. Por lo tanto, la adaptación de enfoques
68
Méndez, José Luis. “Estudio Introductorio” B. Guy Peters. La Política de la Burocracia. México, Colegio Nacional
de Ciencias Políticas y Administración Pública, F.C.E., 1999, p. 9. “La pregunta central que la política comparada
nos debería ayudar a responder sería: ¿Es posible descentralizar el poder y al mismo tiempo a) combatir en lugar de
favorecer las tendencias a la corrupción en la región, y b) fortalecer en lugar de debilitar la capacidad de los
Estados latinoamericanos para guiar de manera adecuada el desarrollo nacional.”
69
Ibid. p. 58.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 289
José Juan Sánchez González
administrativos más generales –algo que consideraríamos fructífero para su
desarrollo- deberá hacerse con mucho cuidado y con la debida consideración
de factores contextuales y situacionales.70
Por lo que respecta al paradigma burocrático de Barzelay (1994) presenta al
menos dos restricciones. Primero, no aprende de todas las experiencias debido a
que no considera los casos particulares donde el éxito no puede ser evaluado a
largo plazo, sino sólo aquellos definidos por el investigador de acuerdo a sus
propósitos. Segundo, la transferencia de las experiencias es una ilusión. Cada
caso se desarrolla en condiciones especificas, donde los diversos factores se
combinan de formas únicas. Este tipo de prácticas que obtienen conclusiones de
sentido común, no es una teoría que se pueda probar.71
Asimismo, es claro que la modernización de las agencias gubernamentales en
los países desarrollados es en muchos casos un problema estrictamente de mayor
eficiencia administrativa. En el continente latinoamericano la modernización es
un problema más amplio, interrelacionado y complejo de lo que a simple vista
parece. Es un problema de cambio político, social, económico y administrativo.
En muchos países de América Latina, hoy en día los problemas de gestión pública
no sólo tienen que ver con un mejor desempeño de las agencias, también tienen
70
Peters, B. Guy. La Política de la Burocracia. México, Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración
Pública, F.C.E., 1999, p. 80.
71
Arellano, Gault, David. “Gestión Pública en Estados Unidos: Crisis y Estado del Arte”. Gestión y Política Pública.
México, CIDE, vol. IV, núm. 1, primer semestre de 1995, p. 134. El autor cita a Overman y Boyd: “Estas investigaciones
obtienen sus principios posburocráticos de partida, saben qué hacer aun antes de llegar ahí, y entonces velozmente
descubren la validez de sus ideas.”
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
290 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo IV La Nueva Gestión Pública en Acción
mucho que ver con la gobernabilidad de los países. (...)Esto hace que la gestión
pública en nuestros países se enfrente a dilemas todavía más complejos que en
los países desarrollados en los que surgió este enfoque. Se trata de una gestión
pública capaz de generar eficiencia, eficacia y legitimidad simultáneamente.72
La gestión pública en nuestros países latinoamericanos no puede ser considerada
como la simple traducción de ideas, técnicas y propuestas que han surgido en
los Estados Unidos, para aplicarse de manera directa sin considerar el contexto
de las administraciones públicas y su grado de modernización administrativa.73
Para nuestras realidades el concepto de gestión pública es más amplio y a la vez
más complejo, integra más variables y más preocupaciones por el diagnóstico
del problema que por las soluciones técnicas.
Asimismo, existe una serie de contradicciones, límites y dilemas que no ha resuelto
la gestión pública. El afán de vincular la administración pública a los criterios de
mercado y de eficiencia, no elimina el problema sustantivo: se está tratando con
sociedades plurales, con múltiples valores y diferenciados objetivos, donde no
existe un criterio racional para ordenar los valores y donde las esferas de influencia
y poder están desequilibradamente distribuidas,74 por lo que los esquemas
establecidos en la gestión pública limitan la posibilidad de realizar las reformas
de la administración pública en los términos establecidos por la OCDE.
72
Ibid. p. 23. Sobresaltado mío.
73
Para Cabrero la gestión pública es el único camino para reformar la administración pública: “Finalmente, cabe señalar que
la reflexión sobre gerencia pública si bien se percibe en algunos medios de nuestros países como un atentado a la tradicional
visión de la administración pública, paradójicamente pareciera ser la única vía para recobrar la gobernabilidad ante sociedades
que cambian, presionan al aparato gubernamental, y exigen una mayor transparencia y agilidad en su acción”. Ibid. p. 24.
Aunque no compartimos plenamente esta posición, en nuestra opinión, las experiencias de reforma administrativa en la
década de 1970 llevadas a cabo por los países latinoamericanos, pueden ser experiencias que puede aportar conocimiento
para las futuras reformas. La reforma administrativa debe realizarse dentro del contexto de la reforma del Estado. La gestión
pública es una parte esencial para modernizar la administración pública.
74
Arellano, Gault, David. Op. cit. p. 45.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 291
José Juan Sánchez González
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
292 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
Capítulo V
Gestión Pública y Governance
La dicotomía política-administración planteada por Wilson
(1887) surgió como una posibilidad para conformar un
cuerpo de conocimientos que pudiera constituirse en una
disciplina separada de su progenitora: la Ciencia Política.
Esta situación no fue posible, debido en parte, a que la
Administración Pública no se encuentra aislada de su
entorno y que se administra –a los seres como a las cosas-
en un ámbito politizado. El tiempo demostró que cuando
se toman decisiones administrativas para fortalecer la
capacidad gubernativa, al mismo tiempo, dichas decisiones
tienen implicaciones en lo político.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 293
José Juan Sánchez González
En este capitulo partimos de la tesis de que la gestión pública contribuye a
fortalecer la capacidad administrativa del Estado, mientras que la governance –
en la traducción que se desee- contribuye a fortalecer las capacidades políticas
y legitimidad del propio Estado. Por el contrario, una de las mayores debilidades
de la Nueva Gestión Pública (New Public Management)) es que sólo se preocupa
por las implicaciones técnicas y resultados administrativos, en detrimento de las
capacidades políticas de la governance.
Asimismo, se vincula a la governance con la gestión pública, para identificar su
origen, definición, traducción, propósitos y significados, para destacar los atributos
requeridos que permitan lograr una auténtica gestión pública democrática, plu-
ral y con vocación participativa. A nuestro parecer, la governance es una
herramienta útil que permite comprender la naturaleza política de la gestión
pública.
5.1 Tendencias actuales de la administración pública: gestión pública
y governance
Luis Aguilar Villanueva (2001) afirma que existen dos tendencias que animan y
reorientan a la Administración Pública, entendida ésta como estructura y proceso
de gobierno, como ejercicio profesional y disciplina. La primera tendencia
recupera, reactiva y reconstruye la capacidad administrativa de la administración
pública, mientras que la segunda recupera, reactiva y reconstruye la naturaleza
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
294 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
pública y política de la administración pública. Las dos tendencias tienen puntos
de convergencia y complementariedad, pero orientaciones, preferencias, temas
y acentos distintos.1
La primera tendencia, acentúa la reconstrucción de la capacidad administrativa
-gestión pública- de la administración pública, guarda indudablemente relación
directa con las medidas de ajuste y equilibrio de las finanzas públicas que fueron
indispensables para salvar al Estado Benefactor de su bancarrota fiscal y para
mantener la salud de las finanzas públicas; pero obedece también a la necesidad
de asegurar la capacidad de respuesta de las democracias a la demanda social
por bienes, servicios y oportunidades que emergen de una sociedad con sectores
cada vez más diferenciados y autónomos y, a la vez, con grandes núcleos de
población arruinados por la pobreza de sus condiciones de vida.
En esta perspectiva, se acentúa la incorporación de formas organizacionales y
métodos gerenciales en las estructuras gubernamentales a fin de otorgar sentido
de dirección a los gobiernos y potenciar el manejo de los entornos, para lo cual
se introducen en la administración pública formatos de organización
postburocrática y métodos de dirección estratégica, administración de calidad,
reingeniería de procesos y gestión de conocimiento, entre otros.
La segunda tendencia de reactivación de lo público –governance- de la
administración pública es una consecuencia directa de la lucha por democratizar
1
Aguilar Villanueva, Luis. “Los Perfiles de la Gobernación y Gestión Pública al Comienzo del Siglo XXI”. Enlace. México,
Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública, No. 51, 2001.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 295
José Juan Sánchez González
al régimen político y es resultado del despertar de la ciudadanía y la sociedad
civil que ahora toma partido sobre la actuación de los poderes públicos y se
pronuncia en los asuntos públicos que son de interés para sus comunidades.
Existe un mayor énfasis en la disciplina y práctica administrativa, en la legalidad
de la actuación gubernamental, en la transparencia de los gobiernos, en el
ejercicio de los recursos públicos y en la rendición de cuentas al público
ciudadano sobre las razones de sus decisiones y los resultados de su acción.
Gobernanza (governance) es una palabra y un concepto que se ha vuelto
últimamente muy popular. Durante mucho tiempo, la palabra governance
significó simplemente “gobierno”, y esto referido al aspecto del proceso de
gobierno. Sin embargo, en la actualidad el término se utiliza para indicar un
nuevo modo de gobernar: la “gobernanza moderna”. “Gobernanza moderna
significa una forma de gobernar más cooperativa, diferente del antiguo modelo
jerárquico, en el que las autoridades estatales ejercían un poder soberano sobre
los grupos y ciudadanos que constituían la sociedad civil”.2 En la gobernanza
moderna, las instituciones estatales y no estatales, los actores políticos y privados,
participan, y a menudo cooperan, en la formulación y la aplicación de políticas
públicas. La estructura de la gobernanza moderna no se caracteriza por la
jerarquía, sino por actores corporativos autónomos y por redes entre
organizaciones.
2
Maynetz, Renate. “El Estado y la Sociedad Civil en la Gobernanza Moderna”. Reforma y Democracia, Caracas, CLAD, No.
21, octubre de 2001, p. 9. Señala que para que pueda darse la gobernanza moderna deben cumplirse una serie de condiciones
estructurales e institucionales previas. El poder debe estar disperso en la sociedad, pero de manera fragmentada e ineficiente.
Para ello, las autoridades deben poder ser aceptadas como guardianes del bienestar público. Asimismo, debe existir una
sociedad civil fuerte, funcionalmente diferenciada y bien organizada. Además de que los actores corporativos tienen que ser
cada uno eficiente en su propia esfera, sin que ninguno domine a los demás, y deben cooperar en la formulación de políticas
públicas, en vez de limitarse a pelear entre ellos.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
296 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
Para Luis Aguilar (2001) las dos tendencias renovadoras -gestión pública y
governance- tienen mucho que ver con la definición y consolidación del papel
del Estado y, particularmente, el gobierno habrá de cumplir para provecho de la
comunidad en condiciones de globalización económica, revolución tecnológica,
nueva economía, regionalización, resurgimiento de nuevas identidades locales,
agudización de las desigualdades sociales y riesgos ambientales.3
Al mismo tiempo, las dos tendencias coinciden en la centralidad en el ciudadano,
que ambas recuperan y revaloran por diversos caminos y razones. Por la vertiente
pública ocurre la recuperación del ciudadano que valora al ciudadano como
nacional, elector y contribuyente; mientras que por la vertiente gerencial se le
entiende como usuario, cliente y consumidor del servicio público cuyos
requerimientos y expectativas deben ser satisfechos.
En ese sentido, señala Prats (2001) que la gobernabilidad no la puede garantizar
sólo el gobierno. Por eso no se habla de gobernación que es la acción del gobierno,
sino que la gobernabilidad se garantiza hoy pasando del gobierno y de la gestión
pública a la governance. Así, es lógico que se necesita pasar, de acuerdo a la
frase de Metcalfe, de la administración pública al management y de éste a la
governance.4
3
Ibid, p. 12.
4
Prtas I Caralá, Joan. “La Importancia de la Gobernabilidad Democrática en América Latina y en México”. Prospectiva.
México, Política Nueva, A.C., No. 19, noviembre de 2001, p. 4. (Entrevista realizada por Rafael Martínez Puón).
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 297
José Juan Sánchez González
5.2 La gestión pública como fortalecimiento de la capacidad
administrativa del Estado
La gestión pública, de manera general, pretende fortalecer la capacidad
administrativa y de respuesta del Estado. Frente a la preocupación por los
problemas administrativos de los gobiernos, la gestión pública es una herramienta
útil para mejorar sus resultados, así como su mayor nivel de aceptación
(legitimidad) por parte de los ciudadanos.
Motta (1991) sostiene que la ineficiencia y la debilidad institucional de las
organizaciones públicas pueden tener su origen en la falta de actualización
administrativa o la carencia de habilidades gerenciales. Tanto los análisis más
simples de la gestión pública como los diagnósticos para reformas administrativas
revelan que ambos aspectos son determinantes para ofrecer los resultados que
espera la sociedad.5
La problemática administrativa y su relación con la infraestructura política puede
ser mejor entendida cuando se analizan las funciones desempeñadas por el Estado
en la sociedad. Los gobiernos mediante leyes procuran determinar funciones,
papeles y fuentes de legitimidad para la administración pública. A pesar de las
concepciones legales y constitucionales, el éxito de la administración democrática
depende, tanto de la práctica política de esos valores como de las formas
gerenciales que se utilizan en la administración de los asuntos públicos.
5
Motta, Paulo Roberto. Innovación y Democratización de la Gestión Pública. Caracas, CLAD, 1991, Serie Temas de Coyuntura
en Gestión Pública, p. 9.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
298 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
La ausencia de una práctica de administración democrática produce en la
población incredulidad y desconfianza respecto a la capacidad gubernamental.
Por eso, paralelamente a las propuestas legales y a las reformas administrativas,
es necesario recuperar constantemente la credibilidad de la población en la
capacidad administrativa de los gobiernos para responder al interés público,
además de reforzar las bases éticas y morales de la acción gubernamental
mediante mayores mecanismos de legitimidad.6
Por tanto, para Motta (1991) es indispensable mejorar las capacidades
administrativas del Estado mediante una gestión pública democrática, en la que
destacan los siguientes asuntos:
1. Demandas por formas más democráticas y participativas de gestión pública;
2. Nuevas expectativas sobre un desempeño más eficiente y eficaz de la
administración pública;
3. Demandas por más y mejores servicios públicos por parte del gobierno;
4. Aceptación de un nuevo papel del Estado, con redimensionamiento de
sus funciones y aparatos administrativos;
5. Presiones para desconcentrar la maquinaria administrativa del Estado,
unidas a presiones para la descentralización y la gestión pública comunitaria;
6. Mayor politización de funcionarios que, como clase o como grupos
profesionales diversos, articulan intereses colectivos para interferir en la política
pública;
6
Ibid, p. 10.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 299
José Juan Sánchez González
7. Presiones para la reconstrucción de la ética en la gestión de los asuntos
públicos;
8. Demandas de mayor transparencia y responsabilidad pública en los actos
de autoridades gubernamentales.
La perspectiva de la gestión pública democrática sugiere una nueva base de
acción y legitimidad, que depende ahora menos de la racionalidad legal-
administrativa de origen tecnocrático y mucho más de nuevas relaciones de
gobierno con la sociedad y de compromisos con el desarrollo social, económico
y político.7
La gestión pública tiene que ser entendida en su amplio sentido social, político y
económico, además de ser comprendida en los parámetros de la vida
organizacional de las instituciones públicas. Lo que el gobierno hace o deja de
hacer no sólo es producto de disposiciones jurídicas, sino también de un conjunto
de adaptaciones constantes de las instituciones públicas a las condiciones del
entorno social, económico y político. Por eso, a pesar de su relevancia, el análisis
jurídico posee sus límites para entender lo que realmente pasará en la Nueva
Gestión Pública actual.
7
Ibid, p. 12.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
300 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
5.3 La governance como fortalecimiento de la capacidad política
del Estado
Aguilar Villanueva (2001) sostiene que la crisis se volvió la categoría central y
popular de la descripción e interpretación de la realidad política, económica y
publiadministrativa del país. 8 Entonces, la democratización del régimen
(transición democrática), liberalización de la economía (cambio estructural de
la economía) y la reforma del Estado, fueron las estrategias que se consideraron
idóneas en los países para superar la crisis política y económica.
La governance como paradigma teórico conceptual, tiene como propósito esencial
demostrar que fortalecer la capacidad política del Estado resulta fundamental
para acompañar las reformas implementadas en la gestión publica, ya que en
estas se fortalece la capacidad administrativa. Este dilema es central para la
administración pública, debido a que pueden mejorarse las capacidades
administrativas del Estado mediante las políticas de la Nueva Gestión Pública.
Sin embargo, la governance destaca como un contrapeso idóneo para adecuar
las condiciones políticas al proceso de cambio administrativo.
La cuestión de la governance -traducida como gobernabilidad, gobernación,
capacidad de gobierno, gobernanza, gobernancia o buen gobierno- cuando se
libera de su ambiente de crisis, consiste en plantearse de manera positiva y con
8
Ibid, p. 14.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 301
José Juan Sánchez González
visión de largo plazo la cuestión sustantiva de qué tipo de gobierno se requiere
para que sea factor de coordinación, fortalecimiento y éxito de la sociedad, en
lugar de desorden, atraso, costo y daño.
La governance vuelve a poner en el centro del análisis al gobierno. Ello a partir
del hecho de que el gobierno sigue ocupando todavía el lugar central e
irremplazable de dirección y coordinación de la sociedad, dado que buena parte
de las organizaciones sociales y locales no muestran una aceptable capacidad o
suficiencia para resolver sus problemas y autoregularse o bien tienden a ser
dependientes del gobierno en el desahogo de sus problemas.
Para disponer de un gobierno democrático funcional, capaz y socialmente
aceptado por su desempeño y resultados, se requiere adicional y simultáneamente
edificar, restaurar o renovar de inmediato otras instituciones políticas –por
ejemplo, la relación del poder legislativo con el ejecutivo- y las instituciones
judiciales, así como las instituciones y actividades de la productividad/distribución
económica, las instituciones de identificación e integración social y, por cierto,
dar forma a una gestión pública eficaz y de calidad.9
La cuestión de la gobernabilidad, expuesta bajo el supuesto de la crisis, con todo
y su dramatismo, se desvanece cuando la pregunta encuentra su respuesta en la
governance (para Aguilar traducida como gobernación). En realidad, la posibilidad
9
Ibid, p. 17.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
302 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
de evitar la crisis o la posibilidad de gobernar va a depender de la capacidad
efectiva de gobernar. Esta capacidad de gobernar se muestra y acredita en las
pautas que siguen los agentes gubernamentales y los instrumentos que emplean
para relacionarse con los diversos actores y grupos sociales, con el fin de crear y
consolidar la coordinación entre los actores participantes de la sociedad.
Por su parte, Maynetz (2001) señala la relación existente entre gobernanza
nacional e internacional. Al respecto sostiene que vale la pena considerar en
qué medida tiene sentido concentrarse en construir estructuras nacionales
efectivas para hacer frente a los problemas y en qué medida se deben dedicar
esfuerzos a obtener influencia en las políticas internacionales. Sin embargo, no
se trata de elegir por uno u otro: la efectividad política interna y la gobernanza
internacional efectiva –o global como se denomina- están estrechamente
conectadas. “La condición para el logro de la solución de problemas en el plano
internacional es una gobernanza nacional efectiva”.10
5.3.1 Definiciones de la governance
Existe una diversidad de traducciones de la voz governance, que implica una
complejidad en su propia definición. A continuación se presentan definiciones
que se consideran representativas, aunque puedan existir incongruencias en
algunas de ellas y en las orientaciones que proponen.
10
Maynetz, Renate. “El Estado y la Sociedad Civil en la Gobernanza Moderna”. Op. cit. p. 18.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 303
José Juan Sánchez González
El origen de la palabra governance se remonta a las que, en el latín clásico y en
el griego antiguo, se empleaban para referirse a la “dirección de las naves”.
Originalmente se refería esencialmente a la acción o el modo de gobernar, guiar
o dirigir la conducta y se cubría con government.11 Durante mucho tiempo, su
empleo se limitó a cuestiones de carácter constitucional y jurídico relativas a la
dirección de los “asuntos del Estado” o dirección de instituciones o profesiones
concretas en las que había múltiples interesados. En la actualidad, el factor
esencial de su renacimiento ha sido probablemente la necesidad de distinguir
entre buen gobierno y gobierno, de manera que buen gobierno se refiera a las
modalidades y maneras de gobernar, y gobierno a las instituciones y a los agentes
encargados de gobernar y el acto mismo de ejercer el gobierno.
Asimismo, es necesario diferenciar a la governance del goverment.12 Por govern-
ance se entiende la estructura que asume un sistema social y político a consecuencia
del esfuerzo y de las intervenciones practicadas por los distintos actores presentes
en él; en esta configuración ningún actor desempeña un papel de primer plano,
sino que se producen numerosas interacciones entre la pluralidad de actores. Por el
contrario, la actividad del government (o gobierno), normalmente atribuida a las
administraciones públicas, consiste en la animación y, sobre todo, en la coordinación
de los distintos actores del sistema socioeconómico, de manera que las intervenciones
públicas y no públicas sean capaces de responder a las exigencias de complejidad,
diferenciación y dinamismo.
11
Jessop, Bob. “El Ascenso del ‘Buen Gobierno’ y los Riesgos de Fracaso: el Caso del Desarrollo Económico”. Revista
Internacional de Ciencias Sociales, marzo de 1998, No. 155. www.unesco.org/issj/rics155/titlepage.155.html.
12
Meneguzzo, Marco. “De la New Public Management a la Public Governance: el Péndulo de la Investigación acerca de la
Administración Pública”. Gestión y Análisis de Políticas Públicas, Madrid, INAP, No. 10, septiembre-diciembre 1997, p. 38.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
304 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
Para Solà (2001) sería conveniente contar con una traducción única del término
inglés governance. En la prehistoria de la voz governance, es interesante observar
que procede del francés antiguo gouvernance, precisamente el término que
adoptaron los franceses hace pocos años, cuando detectaron y estudiaron este
problema; una solución que ahora muy pocos discuten. Gouvernance era hasta
hace poco, una palabra francesa tan en desuso como su equivalente gobernanza
en castellano; una y otra tenían el mismo significado (gobierno) cuando la primera
se introdujo en el inglés en el siglo XIV.13
Para esta autora, la cuestión no irrumpió de forma masiva en el discurso político
hasta principios de los noventa, aunque su génesis teórica se remonta a 1985,
año en que J.R. Hollingsworth y L.N. Lindberg publicaron el artículo titulado
“The Governance of the American Economy: The Role of Markets, Clans, Hierar-
chies, and Associative Behavior”. Los mismos autores y J.C.L. Campbell volvieron
a publicar años más tarde una obra que se considera una referencia básica: “The
Governance of the American Economy” (Cambridge, University Press, 1991).
Posteriormente en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro celebrada en 1992,
la traducción de governance se estableció como: gobierno, administración,
régimen de administración, autoridad o reglamentación. A continuación algunas
de las interpretaciones más comunes de governance:
13
Solà, Amadeu. “La Traducción de Governance”. Punto y Coma. No. 65. www.europa.eu.int/commm/translation/bulletins/
puntoycoma/65/pyc652.htm.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 305
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Cuadro 5.1
Definiciones de governance
Término Ventajas Desventajas
1.- Gobernanza Se encuentra en el Diccionario de la Real Es evidente que la voz gobernanza es poco
Academia Española. conocida entre los hablantes de la lengua
Tiene correspondencia con el inglés y el española.
francés, el nuevo significado de
“gobernanza” como método o sistema de
gobierno, de forma que comprenda un
amplio abanico de supuestos.
En inglés (governance), en francés
(gouvernance), en portugués (governança)
y el español (gobernanza).
2.- Gobernancia Tiene una presencia significativa en los Es un neologismo diferente a otras
textos. soluciones (gobierno, gobernabilidad) que
Fue introducido por Carlos Fuentes en un pasan inadvertidas a expensas del rigor
discurso ante el Senado de la República terminológico y a una posible confusión
el 16 de noviembre de 1999. del lector.
No plantea problemas de interpretación y
permite distinguir entre gobierno,
gobernabilidad y gobernancia.
3.- Gobernabilidad Es sin duda la traducción más utilizada por El principal y de no poco peso, es la
los expertos y quizá también por los confusión con governability/governance y
traductores. la consiguiente asimetría y desventaja
Tiene una presencia académica e terminológica respecto a otras lenguas.
institucional importante.
Fuente. Elaboración propia con la ideas de Amadeu, Solà Op. cit, p. 4-6.
Abundando en estas ideas, Solà (2001) señala que el problema de traducir
governance como gobernabilidad tiene como limitante la voz governability.
Mientras que la génesis teórica del concepto de governance se sitúa, a mediados
de 1980 y el grueso del debate en plena década de 1990, el discurso político
sobre la governability tiene su origen en la llamada crisis de gobernabilidad
(governability crisis), a principios de los setenta y su referencia teórica es el informe
de la Comisión Trilateral (The Crisis of Democracy. Report on the Governability
of Democracies to the Trilateral Comisión, 1975), que suele citarse como “Informe
sobre la Gobernabilidad de las Democracias”.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
306 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
Una propuesta para diferenciar a la governability y la governance es la que sostiene
Nicandro (2001). Aunque vinculados en su raíz etimológica, su uso y aplicación
se refieren a fenómenos sociopolíticos. Mientras el concepto de gobernabilidad
democrática (democratic governability) es asociado por varios académicos a los
conceptos de orden, estabilidad, eficacia y legitimidad política basada en la
democracia, el de governance ha sido asociado a los conceptos de codirección,
interacción y cogestión, y en algunos casos de conducción (steering) entre actores
políticos y sociales.14 Esta diferencia se muestra en el cuadro siguiente:
Cuadro No. 5.2
Usos y adjetivaciones de los conceptos de gobernabilidad y governance
Referencias Governability Governance
Traducciones alternativas Gobernabilidad Gobernación; gobernalidad;
gobernabilidad; buen gobierno;
gobernanza.
Adjetivación en relación con Gobernabilidad dictatorial; Gobernabilidad democrática
los regímenes políticos Gobernabilidad autoritaria; (democratic governance).
Gobernabilidad democrática
(democratic governability).
Asociada a ámbitos o a actores Gobernabilidad ejecutiva; Societal governance; european
políticos y sociales Gobernabilidad legislativa; governance; citizen governance;
Gobernabilidad social. corporate governance; local
governance.
Adjetivación conceptual Good governance
normativa
Fuente: Tomado de César Nicandro Cruz. Op. cit. p. 16.
En esta perspectiva, la gobernabilidad es entendida como la capacidad de
presentar e implementar decisiones políticas mediante cauces institucionales y
14
Nicandro Cruz, César. “Gobernabilidad y Governance Democráticas: el Confuso y no Siempre Evidente Vínculo Concep-
tual e Institucional”. Prospectiva. México, Política Nueva, A.C., No. 19, noviembre de 2001, p. 16.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 307
José Juan Sánchez González
reglas del juego establecidas en los regímenes democráticos. La gobernabilidad
es entendida como un atributo sistémico, una capacidad y se confiere su existencia
a la rama ejecutiva del gobierno y al sistema político en su conjunto. En
contrapartida, mientras el estudio de la governability se ha dirigido a las
instituciones políticas y actores políticos clave, la governance tiene un campo
multidireccional, y se ha asociado su uso con diferentes ámbitos, tipos de actores,
niveles de gobierno y entornos (locales, subnacionales, nacionales, regionales,
supranacionales) con el fin de estudiar patrones, estructuras y reglas de juego
que permiten o limitan la articulación e interacción sociopolítica.15
Por governance se entiende una técnica o método de gobierno desarrollado,
precisamente, como respuesta a la mencionada crisis de gobernabilidad. La teoría
de la governance se considera hoy un elemento central en el debate sobre la
gobernabilidad y parece poco riguroso confundir ambos conceptos.16 Por lo que
concluye que:
Si se pretende fijar un término único para traducir (European) governance, la
reflexión debería centrarse probablemente en las opciones ‘gobernancia’ y
‘gobernanza’. (Quizá no sea demasiado tarde para rescatar y dar nueva vida a
esta antigua palabra).17
15
Ibid, p. 17.
16
Solà, Amadeu. Op. cit., p. 6. “La noción de gobernabilidad se presta ya en sí misma a múltiples interpretaciones en la
teoría política (...) Pero todas ellas giran al fin y al cabo en la órbita de la escueta definición que nos da el DRAE (Enmiendas
y adiciones: ‘cualidad de gobernable’), cuya correspondencia encontramos en las demás lenguas de nuestro entorno:
governability, gouvernabilité, governabilità, governabilidade. Una ampliación semántica asimétrica respecto a las lenguas
mencionadas, para dar cabida a la moderna noción de governance, no contribuye precisamente a aclarar las cosas”.
17
Ibid. p. 7.
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308 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
Por su parte, el Servicio de Traducción de la Comisión Europea decidió que la
palabra governance se traduciría al español como gobernanza. Asimismo, el
Diccionario de la Lengua Española la consigna como “acción y efecto de gobernar
o gobernarse”; en una segunda acepción que reflejara el nuevo significado, se
señala que es el “método o sistema de gobierno”. Por lo que desde este punto de
vista, el traducir governace como gobernanza, permitiría distinguir entre
“gobierno”, “gobernabilidad” y por supuesto “gobernanza”.18 Otra definición
que traduce a la governance como gobernabilidad es la siguiente:
Definimos “gobernabilidad” (governance) como el conjunto de tradiciones e
instituciones que determinan cómo se ejerce la autoridad en un país; ésta
comprende: 1) el proceso de selección, supervisión y sustitución de los gobiernos,
y sus mecanismos de rendición de cuentas (accountability) al público en gen-
eral; 2) la capacidad del gobierno para administrar los recursos públicos de forma
eficaz y elaborar, poner en marcha y ejecutar políticas y leyes adecuadas para el
desarrollo del país y el bien común, y 3) el respeto, por parte de los ciudadanos
y del Estado, de las instituciones que rigen sus relaciones económicas y sociales.19
Para abordar de manera distinta a la governance es necesario diferenciarla del
gobierno, como lo propone otro autor:
18
Nota del editor de la revista: Gestión y Políticas Públicas, México, CIDE, No. 1, I semestre del 2001, p. 56.
19
Kaufman, Daniel, Kraay, Aart y Zoido-Lobatón, Pablo. “La Gobernabilidad es Fundamental. Del Análisis a la Acción”.
Finanzas y Desarrollo, junio de 2000.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 309
José Juan Sánchez González
Por governance se entiende la estructura que asume un sistema social y político
a consecuencia del esfuerzo y de las intervenciones practicadas por los distintos
autores presentes en él; en esta configuración ningún actor desempeña un papel
de primer plano, sino que se producen numerosas interacciones entre la pluralidad
de actores.
Por el contrario, la actividad del government (o gobierno), normalmente atribuida
a las Administraciones Públicas, consiste en la animación y, sobre todo, en la
coordinación de los distintos actores del sistema socioeconómico, de manera
que las intervenciones públicas y no públicas sean capaces de responder a las
exigencias de complejidad, diferenciación y dinamicidad.20
Otra definición de governance se refiere a la “gobernación” que no es entonces
simplemente el gobierno –la instancia o institución gobierno-, sino la acción del
gobierno y es más que la acción exclusiva o unilateral de gobierno.
El concepto de gobernación –“governance” en inglés- posee un núcleo concep-
tual distintivo, no obstante sus diferencias de componentes, dimensiones,
argumentos y acentos. Gobernación, además de su sentido tradicional de con-
trol para la seguridad y estabilidad interna del Estado (sentido que se conserva
pero que no es el único ni necesariamente el principal), significa, en primer
lugar, la acción de gobernar del gobierno, el ejercicio de gobierno y, por ende,
20
Meneguzzo, Marco. “De la New Public Management a la Public Governance: el Péndulo de la Investigación acerca de la
Administración Pública”. Op. cit., p. 38.
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310 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
más precisamente, el conjunto de prácticas y procedimientos mediante los cuales
los gobiernos coordinan, regulan, conducen a los múltiples grupos y sectores
que integran su sociedad. Por consiguiente, significa que el conjunto de relaciones
que los actores gubernamentales establecen con los actores políticos, privados y
sociales para resolver los agravios, conflictos y asimetrías que se presentan entre
ellos desordenando y degradando la convivencia, a fin de definir interactivamente
con ellos cuáles son los asuntos que son básicos y/o prioritarios para la calidad y
seguridad de la vida en común, cuáles las políticas para atenderlos y cuál la
manera cómo se distribuirán los recursos públicos escasos (no sólo económicos)
entre esos varios asuntos y políticas y entre los sectores y grupos de la sociedad.21
En esa línea de ideas se mueve la “Coimission on Global Governance” de la
OCDE, cuando define a la governance como la “suma de las numerosas maneras
cómo los individuos y las organizaciones públicas y privadas dirigen y manejan
sus asuntos comunes. Se trata de un proceso permanente de ajuste entre sus
intereses diversos o en conflicto y de impulso a acciones de cooperación. Por
consiguiente, incluye las instituciones formales y los organismos encargados de
asegurar su observancia, así como los arreglos informales que las gentes y las
instituciones pactan o consideran que son de su interés y utilidad”.22
Para el Banco Mundial (BM), la governance consiste en: a) la forma del régimen
político, las instituciones políticas; b) el proceso de ejercicio de la autoridad y de
21
Aguilar, Luis F. “Los Perfiles de la Gobernación y Gestión Pública al Comienzo del Siglo XXI”. Op. cit., p. 21.
22
Citado por Aguilar, Luis F. Op. cit. p. 21.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 311
José Juan Sánchez González
administración de los recursos económicos y sociales de un país para su desarrollo;
c) la capacidad del gobierno para diseñar e implementar sus políticas y para
cumplir sus funciones.23
Para el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se ofrece un
concepto más acabado y explícito, que en similitud con OCDE rebasa las
instituciones de gobierno y la administración pública e incorpora al sector privado
y a la sociedad civil.
(Governance) es el ejercicio de dirección de los asuntos de una nación que
realiza la autoridad política, económica y administrativa. Consiste en el conjunto
de mecanismos, procesos, relaciones e instituciones mediante las cuales los
ciudadanos y grupos articulan sus intereses, ejercen sus derechos y obligaciones,
concilian sus diferencias (...) Aunque la governance abarca cada institución y
organización de la sociedad, desde la familia hasta el Estado, tres son las áreas
importantes de gobernación para lograr el desarrollo humano sustentable, a saber:
el Estado (las instituciones políticas y gubernamentales), las organizaciones de la
sociedad civil y el sector privado.24
En la perspectiva del PNUD hay un sistema de governance, que se integra por:
1) governance económica (las decisiones e iniciativas relacionadas con el
crecimiento, la distribución y el bienestar); 2) governance política (las decisiones
23
World Bank. Governance and Development. Washington, 1992.
24
UNDP. Reconceptualising Governance. Washington, 1997.
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312 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
de autoridades legítimas sobre las disposiciones legales y las políticas públicas,
en el marco de las instituciones del Estado); 3) governance administrativa (las
decisiones y acciones relacionadas con la implementación de las políticas para
el cumplimiento de las funciones públicas).25 Cuyo desempeño y equilibrio
depende de los resultados que logran en cada uno de esos campos las
interacciones entre los poderes públicos, el sector privado y las organizaciones
de la sociedad civil.
Otra traducción de governance es como ya se mencionó, gobernancia. Carlos
Fuentes en su discurso del 16 de noviembre de 1999, ante el Senado de la
República en México señaló:
Creo que no seremos excepción a la verdad que se perfila con claridad cada vez
mayor. No hay globalidad que sirva, no hay globalidad que valga sin localidad
que sirva. En otras palabras: no hay participación global sana que no parta de
gobernancia local sana; y la gobernancia local necesita sectores públicos y
privados fuertes y renovados. El Estado es necesario, el Estado no es superfluo.
No hay economía desarrollada que no cuente hoy con un Estado no grande, sino
fuerte; no propietario, sino regulador.26
El uso de esta traducción, también la apoya Roberto Espíndola, experto en
relaciones Europa-América Latina, profesor universitario en el Reino Unido y
25
Aguilar, Luis F. Op. cit. p. 22. El sistema de gobernación es la estructura institucional formal y organizativa del proceso de
decisión autoritario del Estado moderno, en la que concurren, influyen y se ajustan gobierno, empresa privada y agrupaciones
sociales.
26
Solà, Amadeu. Op. cit. p. 5.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 313
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autor de un artículo titulado “Democracia y Gobernancia en América Latina”,
señalando que: “El término governance (...) es esencialmente distinto de gobierno
(bueno o malo) y de gobernabilidad. Gobernancia es la única alternativa a usar
governance”.27 Incluso, la traducción más exacta al español de governance debió
ser gobernancia, aunque parezca extraña se hubiera evitado la confusión que
genera gobernabilidad cuando se emplea en nuestro idioma.28
La governance se traduce de diferente manera de acuerdo a los idiomas donde
se utiliza. En español, incluye las voces gestión pública, gestión del sector público,
buen gobierno, ejercicio del poder, función de gobierno y por supuesto,
gobernabilidad. En francés, se define como la buena gestión de los asuntos
públicos; eficacia de la administración; calidad de la administración; modo de
gobernar. Hay que recordar que governance proviene de la voz francesa
gouvernance, por lo que se incrementa su empleo. En portugués se emplean las
voces gestión pública (gestâo pública) y administración pública (administraçâo
pública). Buen gobierno o gobernabilidad en portugués equivale a
governabilidade, es algo que usa de manera frecuente.29
Como podrá inferirse, existe una variedad de interpretaciones en torno a la gov-
ernance, por lo que es necesario revisar las interpretaciones más comunes para
27
Ibidem.
28
Forysth, Harold. “Gobernabilidad Palabra muy Difícil”. www.caretas.com.pe/1408/transicion.html.
29
Russell-Bitting. “Neologisms in International Development: Translating English Terms into Spanish, French and Portu-
guese”. Translating Development, volumen 4, no. 1, January, 2000, www.accurapid.com/journal/11neolog.htm.
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314 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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Capítulo V Gestión Pública y Governance
relacionarlas con la gestión pública y el mejoramiento de las capacidades políticas
y administrativas del Estado. Para ello un paso previo, es necesario describir los
antecedentes del uso de la governance.
5.3.2 Antecedentes de la governance
Para Mayntz (2000) existe una evolución de la teoría de la governance, cuyo
origen se remonta al análisis de la actividad emprendida por la autoridad política
en el intento de moldear las estructuras y los procesos socioeconómicos. En
Alemania el término utilizado es Steuerungstheorie (teoría de la dirección). La
palabra inglesa governance estuvo equiparada con governing, elemento
procedimental de gobernar, representando así la perspectiva complementaria
respecto de aquella institucional más o menos como sinónimo de politische
Steuerung (dirección política).30
Sin embargo, el término governance ha sido utilizado recientemente en dos
acepciones adicionales, ambas distintas de aquella de guía o conducción política.
En primer término, actualmente se recurre a governance para indicar un nuevo
estilo de gobierno, distinto del modelo de control jerárquico y caracterizado por
un mayor grado de cooperación e interacción entre el Estado y los actores no
estatales, al interior de redes de decisiones mixtas entre lo público y lo privado.
30
Maynetz, Renate. “Nuevos Desafíos de la Teoría de Governance”. Instituciones y Desarrollo. Madrid, Instituto Internacional
de Gobernabilidad, No. 7, noviembre de 2000.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 315
José Juan Sánchez González
La governance como alternativa al control jerárquico ha sido estudiada en el
plano de la formación de las políticas en el ámbito nacional y sub-nacional, en
la arena europea y en el ámbito de las relaciones internacionales. El estudio de
modelos jerárquicos de decisiones, observables empíricamente en el ámbito
europeo, ha contribuido en modo consistente a esta primera interpretación del
término governance.
El segundo “nuevo” significado atribuido al concepto de governance es, por el
contrario, más general y posee un origen diferente. Governance significa una
modalidad distinta de coordinación de las acciones individuales, entendidas como
formas primarias de construcción del orden social. Este uso del término se deriva
de la economía de los costos de transacción, y en particular del análisis del
mercado y de la jerarquía como forma alternativa de organización económica
(Williamson, 1979). La tipología de este autor se amplió rápidamente hasta incluir
otras formas de coordinación diferente no sólo de la jerarquía, sino también del
mercado entendido concretamente, fue el que condujo al uso generalizado del
término governance para indicar cualquier forma de coordinación social, no
sólo en la economía sino también en otros ámbitos.
Para Mayntz, la teoría moderna de la governance política (Steuerungstheorie)
surgió después de la Segunda Guerra Mundial en un momento en que los
gobiernos aspiraban explícitamente a dirigir el desarrollo social y económico de
sus países hacia objetivos precisos. En esta versión, la teoría de la governance se
desarrolló en tres fases sucesivas:
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
316 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
Cuadro No. 5.3
Evolución de la teoría de la governance política
Etapa Descripción
1. Finales de los años 1960 Teorías prescriptivas de la planificación (cómo dirigir o conducir el
cambio).
2. Años de 1970 Estudios empíricos sobre el desarrollo de las políticas (definición de la
agenda, selección de los instrumentos, rol de la ley y contexto
organizativo).
3.Finales de los años de 1970/ La implementación de las políticas se afirmó como punto de referencia
principio de los años 1980 para la investigación.
Fuente: Elaboración propia a partir de Renate Maynetz, Op. Cit. p. 3.
En este primer momento, el paradigma de una teoría de la governance política
tenía relación con los temas del desarrollo e implementación de las políticas
públicas, y adoptaron lo que se puede definir como una perspectiva “desde
arriba” (top-down), desde el punto de vista del legislador.
Las investigaciones sobre implementación reclamaron atención sobre los amplios
fracasos de las políticas, demostrando cómo estos no fueron la simple
consecuencia de errores cognitivos en la planificación o de ineficiencias de las
agencias responsables de la puesta en práctica. Sino de la falta de consideración
a la resistencia obstinada por parte de los destinatarios de los mismos de las
políticas, así como de su capacidad para obstaculizar o subvertir el logro de los
objetivos programados. Esta sería una primera extensión importante del paradigma
inicial. Hasta ahora estaba concentrado sobre el “sujeto” de la dirección política,
el gobierno, y sobre su capacidad o incapacidad de guiar los procesos
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 317
José Juan Sánchez González
socioeconómicos; ahora incluye también la estructura, las actitudes y los
comportamientos del “objeto” del control político.31
La investigación que siguió, contribuyó a minar las bases mismas del modelo de
governance política, es decir, el supuesto de que el Estado, aún si encuentra
resistencia por parte de los grupos sujetos de sus iniciativas, constituye el corazón
del control de la sociedad. La desilusión sobre la certidumbre de la existencia de
un centro de control político eficaz, indujo a poner la atención sobre formas
alternativas de governance social (societal governance). Esta búsqueda se
concentró en dos directrices nuevas y distintas, en las que los principios de
mercado y la auto-organización horizontal fueron analizadas como alternativas
al control político jerárquico.
Cuadro No. 5.4
El paradigma de la governance y sus ampliaciones
Aplicaciones Descripción
Paradigma fundamental: Elaboración de las políticas públicas (por parte del gobierno) e implementación de
éstas (a cargo de las agencias públicas).
1ª extensión: Incluye la perspectiva bottom-up: estructura sectorial y comportamiento de los
destinatarios.
2ª extensión: Incluye la formulación e implementación de las políticas en el interior de las redes
públicas/privadas y en los sistemas sociales de autorregulación.
3ª extensión: Incluye el efecto de las políticas europeas en las estructuras sectoriales internas y
en la hechura de políticas en el ámbito nacional.
4ª extensión: Incluye el nivel europeo de formación de políticas.
5ª extensión: Incluye los procesos políticos de input sobre los niveles europeo y nacionales.
Fuente: Elaboración propia a partir de Renate Maynetz, Op. Cit. p. 4.
31
Ibidem. En Alemania, este paso se manifestó con una reubicación de la atención de la Steurerungsfähigkeit (capacidad de
dirección) a la Steuerbarkeit (posibilidad de ser dirigidos). De esta forma, la perspectiva top-down del paradigma ordinario
(formulación e implementación de las políticas), se extendió hasta incluir aquellos procesos que, siendo de tipo bottom-up,
mostrarón una conformidad parcial y selectiva de los destinatarios a los objetivos perseguidos, y, a menudo, condicionados
por la estructura de un sector de regulación dado.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
318 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
La teoría de la governance se dirigió hacia otros tipos de sistemas de negociación.
Con el tiempo, formas tradicionales de la llamada autorregulación social resultaron
ser objeto de una renovada atención, en especial el autogobierno local y el
considerado “tercer sector”, pero constituye lo que se conoce comúnmente como
modern governance. Los dos modelos principales de sistemas de negociación
tomados en consideración fueron, por el contrario, los acuerdos neocorporativos
(policy networks mixtos entre lo público y lo privado), y los sistemas de
autorregulación social en los cuales el Estado no participa directamente. Otra
forma de autorregulación social son los considerados como “gobiernos de los
intereses privados”, modalidad en la que los intereses que se contraponen no
son representados por organizaciones independientes, sino que están integrados
a regímenes regulatorios que subordinan la actividad de los agentes privados a
una disciplina autoimpuesta.
Mayntz señala que a mitad de la década de los ochenta, el debate teórico estaba
dominado por palabras como descentralización, cooperación y red. Sin em-
bargo, rápidamente también se entendió que la capacidad de solución expresa
de los problemas por parte de las redes públicas-privadas y de la autorregulación
social, podía estar limitada. Debido a que los diversos agentes públicos y/o
privados en el interior de tales sectores tienen intereses típicamente diferentes,
se impone el problema de cómo encontrar un acuerdo sobre una solución eficaz,
sin descargar los costos sobre quiénes no están involucrados en la red. El debate
de este tema dentro de la teoría de la governance, constituyó una reelaboración
más que una extensión del paradigma.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 319
José Juan Sánchez González
Una segunda línea de elaboración emergió de la observación de que, desde el
punto de vista de la concepción original “top-down” de la governance, la
negociación entre actores políticos y sociales en las estructuras neocorporativas,
así como la delegación de funciones reguladoras a instituciones de autogobierno
local o sectorial, apuntaban a una pérdida de capacidad en la conducción del
Estado. La autorregulación social tiene lugar en un cuadro institucional reconocido
por el Estado. No sólo ejerce una función de legitimación, sino a menudo apoya
la emergencia de varias formas de autogobierno. Por tanto, el control jerárquico
y la autorregulación social no son mutuamente excluyentes. Estos son principios
ordenadores diferentes que a menudo resultan amalgamados, y su combinación
y autorregulación “a la sombra de la jerarquía”, puede ser más provechosa que
cualquier otra forma pura de governance.
5.4 Interpretaciones de la governance
La interpretación de la voz governance tiene diferentes significados al traducirse
al español. Al menos identificamos cinco acepciones de la governance como: 1)
gobernabilidad; 2) gobernación; 3) capacidad de gobierno; 4) gobernanza y 5)
“buen gobierno”. Cabe señalar que no se aborda otra traducción que es la de
gobernancia, debido a que tiene un uso poco empleado. Aunque con distintos
argumentos y opiniones de cada una de estas interpretaciones, es posible
identificar los rasgos esenciales de la governance, para vincularla a la gestión
pública.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
320 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
5.4.1 Governance y gobernabilidad
La primera acepción de la governance es como gobernabilidad. En realidad se
trata de la más común y generalizada de las utilizaciones. Aunque habría que
señalar que en sentido estricto, la governance tiene otros alcances y limitaciones
que la hacen diferente a la concepción tradicional de gobernabilidad o
ingobernabilidad.
Etimológicamente gobernabilidad se refiere a la habilidad de gobernar. Y si se
entiende a los gobiernos como redes de instituciones políticas, entonces
gobernabilidad sería la capacidad de procesar y aplicar institucionalmente
decisiones políticas.32 Asimismo, la gobernabilidad es el grado en que las
relaciones entre los actores poderosos obedecen a unas fórmulas estables y
aceptadas. Por ello, la gobernabilidad no requiere que los actores estén contentos
y satisfechos con sus relaciones con otros actores; sólo se requiere que obedezcan
a la fórmula y no traten de cambiarla.33
Los orígenes históricos de la noción gobernabilidad se pueden situar en el cambio
sufrido por la política occidental al iniciarse la década de 1970.34 El diagnóstico
32
Altman, David y Castiglioni, Rossana. “¿De qué Hablamos cuando Hablamos de Gobernabilidad Democrática?”. Prospectiva.
México, Política Nueva, A.C., No. 19, noviembre de 2001, p. 12. Para estos autores la gobernabilidad, no sería más que una
de las capacidades de cualquier tipo de régimen político, con la posibilidad de que pueda ser democrático o no. Para una
mayor diferenciación, la gobernabilidad democrática sería definida como la capacidad de procesar y aplicar institucionalmente
decisiones políticas sin violentar el marco de derecho y en un contexto de legitimación democrática.
33
Ibid, p. 13.
34
Alcántara, Manuel. “Gobernabilidad”. www.iidh.ed.cr/diccelect/documentos/gobernabilidad.htm. La gobernabilidad -
para este autor- puede entenderse como la situación en la que concurre un conjunto de condiciones favorables para la
acción de gobierno que se sitúan en su entorno o que son intrínsecas a éste. La gobernabilidad viene condicionada por los
mecanismos en que se produce la acción de gobierno, que tiene que ver con una dimensión de carácter múltiple más propia
del mismo. Se trata de los criterios de representación política, de los niveles de participación política, de los sistemas de
partidos existentes y de los arreglos institucionales que regulan las relaciones entre los poderes Legislativo y Ejecutivo.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 321
José Juan Sánchez González
intelectual del momento tuvo dos aproximaciones muy diferentes
ideológicamente. Desde el lado neomarxista, James O’Connor (1973), se refirió
a la crisis fiscal del Estado resultado de las contradicciones del Estado del
capitalismo avanzado las cuales eran agravadas por el sistema democrático,
ambiente que preludiaba la crisis de gobernabilidad. Esta línea está continuada
por James Habermas y Klaus Offe al referirse a los problemas de legitimación del
capitalismo tardío. Ideológicamente al frente y haciendo eco de las ideas de
Daniel Bell, que se había referido a la ingobernabilidad como una consecuencia
de la sobrecarga de demandas a las que inevitablemente el Estado respondía con
su intervensionismo expansivo produciendo la crisis fiscal, se encuentra el informe
elaborado por la Comisión Trilateral en 1975.35 La gobernabilidad en su versión
actual proviene del diagnóstico elaborado por dicha Comisión compuesta por
Michel Crozier, Samuel J. Huntington y Joji Watanuki en la década de 1970,
quienes afirmaron que las principales instituciones políticas del capitalismo
avanzado llegaron a una situación ingobernable caracterizada por la “decepción”
ciudadana hacia el Estado y su burocracia.36
La década de 1980 contempló la incorporación del pensamiento neoliberal, en
el que los economistas, políticamente conservadores arremetieron, contra el
35
En dicho Informe se establecen cuatro tendencias que generan disfunciones en el sistema democrático. En primer lugar,
aparecía la deslegitimación de la autoridad y del individualismo. En segundo término, se registraba un diagnóstico de los
efectos en la actividad de gobierno en clave de “sobrecarga a causa de la expansión de la participación política y del
desarrollo de las actividades estatales. En tercer lugar, se detectaba la fragmentación de los partidos políticos y una suerte de
pérdida de identidad de los mismos, fruto de la intensificación de la competencia partidista. Finalmente, se denunciaba el
surgimiento de fuertes pautas localistas en la política exterior debido a la presión de sociedades que se estaban volviendo
estrechamente nacionalistas.
36
Alvarado Domínguez, Ofelia y Ramírez Zozaya, Miguel. La Crisis de la Ingobernabilidad en México. México, Colegio
Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública, 1998, p. 15. La Comisión estableció siete áreas para reforzar a los
gobiernos: 1) una planificación eficaz para el desarrollo económico y social; 2) el fortalecimiento de las instituciones de
liderazgo político; 3) una revigorización de los partidos políticos; 4) restaurar el balance entre gobierno y los medios de
comunicación; 5) reexaminar los costos y las funciones de la educación superior; 6) una intervención más activa en el área
de trabajo, y 7) la creación de nuevas instituciones para la democracia.
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322 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
keynesianismo y el Estado de Bienestar. De acuerdo con esta perspectiva, la
situación de ingobernabilidad era debido a que se estimaba que se creaba una
mezcla inestable, generándose una inflación endémica al confrontar los sindicatos
y los votantes con los gobiernos en un trasfondo en el que el Estado era visto
como un botín de servicios inagotables. Para los países menos industrializados
esta visión terminó con el denominado Consenso de Washington. Este se basaba
en la disciplina fiscal, las nuevas prioridades en el gasto público, la reforma
impositiva, la liberalización financiera, tipos de cambio unificados y competitivos,
la liberalización comercial y de las inversiones extranjeras directas, la
privatización de las empresas públicas, la desregulación y la seguridad en los
derechos de propiedad. Por último, para la década de l990 el término se hizo un
lugar en el acervo común de la clase política y de diferentes organismos
multilaterales.
Para Offe (1981) se entiende por ingobernabilidad un caso especial de patología
general de los sistemas sociales. Todos los sistemas sociales se reproducen por
medio de la acción de sus miembros coherente y dirigida por normas de un
lado, y por medio de la acción de contextos objetivos y funcionales por el otro.37
Esta patología se puede entender mejor con el término de “ingobernabilidad”,
ya que los sistemas sociales son “ingobernables” cuando hieren con sus reglas,
que sus miembros atacan, las leyes del funcionamiento a que están sujetos los
37
Offe, Claus. “Ingobernabilidad. El Renacimiento de las Teorías Conservadoras”. Revista Mexicana de Sociología, Instituto
de Investigaciones Sociales, UNAM, número extraordinario, 1981, p. 1860. Offe cita a Gramsci en el contexto de la
ingobernabilidad que señala: “La crisis consiste precisamente en el hecho de que lo viejo está muriendo y lo nuevo no puede
nacer; en este interregnum aparece una gran variedad de síntomas mórbidos”.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 323
José Juan Sánchez González
sistemas sociales, o cuando no actúan de tal manera que al mismo tiempo
funcionan.
Las sociedades industriales capitalistas desarrolladas no disponen de un
mecanismo en virtud del cual podrían armonizar las normas y valores de sus
miembros con las condiciones sistemáticas de función a las cuales están sujetos.
En este sentido, son en todo caso “ingobernables –y era más bien el favor de las
circunstancias de un largo período de prosperidad lo que permitió vivir con esta
“ingobernabilidad” de manera menos problemática que lo que es desde mediados
de los años setenta.38
Para Offe está muy claro que solamente cuando se dejan de lado estas condiciones
estructurales de “ingobernabilidad” de manera menos problemática se puede
llegar a un estado de alarma. Los estudios neoconservadores sugieren al mismo
tiempo que sería posible enfrentar con éxito la crisis mediante tentativas de recortar
las normas de reivindicación y las reglas acotadas en la acción, para armonizar
nuevamente con los imperativos funcionales y las “determinaciones objetivas” a
las que está sujeto el sistema.
Por su parte, Guerrero (1999) afirma que existen cuatro formas de
ingobernabilidad: 1) como disfunción; 2) por sobrecargas de demandas; 3) por
déficit fiscal y 4) por insuficiencia de racionalidad.39 Por lo que se refiere a la
38
Ibid, p. 1862.
39
Guerrero, Omar. Del Estado Gerencial al Estado Cívico. México, Universidad Autónoma del Estado de México, Miguel
Ángel Porrúa, 1999, pp. 35-43. En este libro se trata de manera profunda esta clasificación de ingobernabilidad.
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324 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
primera acepción, el término ingobernabilidad se identificó, de tal modo, con la
incapacidad del gobierno para responder a las demandas de bienestar, pero la
noción se movió hacia esquemas conservadores y sugirió la aparición de
enfermedades incurables y males congénitos del Estado. La ingobernabilidad
fue concebida de un modo particular, estricto y coyuntural, no como un fenómeno
general, toda vez que su configuración epistemológica tuvo su fundamento en la
idea de disfunción de un sistema cuyas partes se desadaptan.
En esta perspectiva, existen tres tipos definidos de disfunciones en la
ingobernabilidad. La primera se visualiza como el resultado de una sobrecarga
de exigencias sociales que obstruyen los procesos gubernamentales de respuesta
y merman la capacidad de servicio público. Gobernabilidad e ingobernabilidad
son identificados como partes del mismo proceso político, la primera como
función, la segunda como disfunción. El segundo enfoque la observa como un
problema derivado de la insuficiencia de ingresos fiscales provenientes de la
actividad meramente tributaria del Estado, ante el aumento incesante del gasto
público: es decir, la estrechez financiera es disfuncional del sistema. Finalmente,
la ingobernabilidad es concebida como el producto de la crisis de gestión del
gobierno y la degradación del apoyo político que le ofrecen los ciudadanos.
Constituye una vicisitud de enlace entre insumos y productos del sistema político
derivada en la crisis de salida como crisis de racionalidad y de la crisis de entrada
como crisis de legitimidad.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 325
José Juan Sánchez González
Como sobrecarga de demandas, la tesis central consistió en señalar la incapacidad
organizativa y operacional del Estado para satisfacer un cúmulo acrecentado de
demandas provenientes de un espacio político expandido y diferenciado,
demandas provenientes de la ciudadanía y las organizaciones políticas, tales
como los partidos, grupos de presión y medios de comunicación. El resultado
fue una sobrecarga de exigencias, ante las cuales los gobiernos no tuvieron
capacidad de respuesta positiva.
Por lo que se refiere al déficit fiscal, de acuerdo con la versión de la
ingobernabilidad como un producto negativo del deficitario fiscal, el Estado,
para garantizar su propia reproducción debe ceñirse a funciones primordiales y
particularmente limitarse a garantizar la acumulación de capital y preservar la
legitimidad. La clave de estas funciones es el potencial del gobierno para garantizar
las condiciones generales de la acumulación, evitando que el provecho de unas
clases en perjuicio de otras disminuya la tasa de legitimidad. El gobierno no
puede ignorar que tales funciones son los insumos de su vida, porque los
excedentes de la economía son las fuentes de sus ingresos.
La cuarta dimensión de la ingobernabilidad se asocia a la insuficiencia de
racionalidad. Se basa en la teoría de la expansión del papel del Estado y el
crecimiento de su intervención en la economía, pero puso acento en el cambio
de relaciones entre los valores y las estructuras, el ámbito de la participación, las
preferencias y las expectativas políticas. En este orden de ideas, la
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326 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
ingobernabilidad como un efecto de la crisis del capitalismo tardío, fue
conceptualizada como un deficitario sensible del rendimiento de la administración
pública.
Los conceptos de ingobernabilidad por sobrecarga, por crisis fiscal y por crisis
de racionalidad, corresponden más a lo que el estructural-funcionalismo ha
definido como “disfunción”. La sobrecarga de exigencias, más que un problema
general de gobierno, consiste en un desajuste entre los insumos de demanda y
los productos de decisión y acción; es decir, en un deficitario de
implementabilidad. La crisis fiscal, de manera similar, representa una
desproporción entre el monto del producto o salida (gasto público) y la cuantía
del ingreso o entrada (impuestos; esto es: consiste en un problema “homeostático”
de desequilibrio entre los arbitrios y el gasto, que provoca una tendencia al
desorden hacendario. La crisis de racionalidad, finalmente, corresponde a un
déficit de articulación entre un subsistema (economía) y otro (administración
pública), que desajusta la integridad del sistema en su conjunto.40
Por lo anterior, gobernabilidad significa el conjunto de los mecanismos que
aseguran un desempeño superior de la dirección y la autodirección de la sociedad;
es decir, un Gobierno que no sólo ofrece orden y estabilidad, sino también calidad
de servicio y bienestar social general. Ingobernabilidad, en contraste, es la
incapacidad de producir bienestar debido a un limitado orden y estabilidad;
40
Ibid, p. 42. Guerrero señala que la ingobernabilidad como problema central refleja una merma de gobierno, es mucho
más grave y mortífera que las expectativas disfuncionales. En realidad, significan la pérdida de seguridad interior y poner en
tela de juicio el objeto del Estado como garante del asilo cívico de la sociedad.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 327
José Juan Sánchez González
dicho de otro modo, la ingobernabilidad no es el resultado indeseado de pérdida
de calidad superior de Gobierno, sino de los fundamentos del propio Gobierno
en sí.41
Por su parte, Ansaldi (1995) señala que originalmente la expresión gobernabilidad
estaba referida al fenómeno de la estabilidad económica, a su funcionamiento
en la secuela de inestabilidad monetaria-inestabilidad productiva-inestabilidad
social, que exigen un procesamiento mediante las instituciones y los sujetos
sociales. En la Ciencia Política, en cambio se empleó la palabra gobernabilidad
para hacer referencia al control político-institucional del cambio social y a la
posibilidad de dirigir un proceso social transformador. La ingobernabilidad
entendida como situaciones de pérdida de control gubernamental de los
mecanismos o de las fuerzas objeto de gobierno.42
Posteriormente, la elaboración teórica neoconservadora de la crisis de la
gobernabilidad, plasmada en la década de 1970, enfatiza como característica
central de ésta la existencia de una creciente sobrecarga de demandas sociales,
cuya satisfacción por el sistema político encuentra límites de capacidad.
Particularmente cuando la expresión de los servicios y de la intervención estatal,
ha permitido atender las demandas y, con ello, ha generado otras nuevas y
mayores, se revela ineficaz para continuar brindando respuestas favorables; al
41
Guerrero, Omar. “Ingobernabilidad: Disfunción y Quebranto Institucional”. Reforma y Democracia, Caracas, CLAD, No.
3, enero 1995, p. 2.
42
Ansaldi, Waldo. “Gobernabilidad Democrática y Desigualdad Social”. http://catedras.fsoc.uba.ar; Publicado originalmente
en Estudios Sociales, Revista Universitaria Semestral, Año 5, No. 9, Santa Fe, segundo semestre 1995, pp. 9-35.
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328 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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Capítulo V Gestión Pública y Governance
reducirse éstas, se sobrecargan las demandas sociales y se produce una crisis
fiscal, apareciendo una situación de ingobernabilidad. En otras palabras, la
sobrecarga de demandas sociales y la incapacidad financiera del sistema político
para satisfacerlas genera la inestabilidad en conjunto de dicho sistema.
Para Alcántara (2000) existen tres tipos de orientaciones en la gobernabilidad.
La primera se refiere a aquellas que abogan por una clara posición politológica
que integra las visiones de Peters (1995) que considera a la gobernabilidad como
un problema particular de los países democráticos por la dificultad que existe a
la hora de trasladar un mandato de los electores en políticas operativas. Asimismo,
el propio Peters (1995) en su propuesta de governance, pondera los aspectos
más importantes que debe atender el gobierno: la renovación de sus estructuras
organizacionales; la administración del personal; el papel del servicio civil de
carrera en el desarrollo de las políticas públicas; la concepción del interés público
y la recuperación del significado de buen gobierno.43 En esta misma línea se
encuentra Michael Coppedge (1993) cuando señala que la gobernabilidad en
los sistemas democráticos representa una situación especial por cuanto la
democracia respeta la lógica de la igualdad política, mientras que la
gobernabilidad respeta la del poder.44
La segunda orientación se centra en una visión pluridimensional por la que la
gobernabilidad es resultado de numerosos factores como expresa Tomassini (1993)
43
Peters, Guy. “The Public Service, the Changing State and Governance”. Research Paper. Canadá, Canadian Centre for
Management Development, 1995, No. 13, p. IV.
44
Coppedge, M. “Institutions and Democratic Governance in Latin America”. Ponencia presentada en la Conferencia:
Rethinking Development Theories in Latin America, University of North Carolina, Chapel Hill, 1993. Citado por Manuel
Alcántara.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 329
José Juan Sánchez González
que se refiere a la gobernabilidad como la capacidad de la autoridad para canalizar
los intereses de la sociedad civil y como la interacción que se da entre ambos
para alcanzar el desarrollo económico.45 De esta manera, el autor insiste en que
este concepto no sólo se refiere al ejercicio de gobierno, sino a todas las
condiciones necesarias para que esta función pueda desempeñarse con eficacia,
legitimidad y respeto social. Orientación parecida a la de Arbos y Giner (1990)
también parten del concepto de capacidades:
Para que se dé la gobernabilidad es necesario tener legitimidad y eficacia. Por
esto, la gobernabilidad es la capacidad de un gobierno de ejercer a la vez las dos
funciones anteriores. Es la cualidad propia de una comunidad política según la
cual sus instituciones de gobierno actúan eficazmente dentro de un espacio de
un modo considerado legítimo por la ciudadanía, permitiendo así el libre ejercicio
de la voluntad del poder ejecutivo mediante la obediencia cívica del pueblo.46
Arbos y Giner plantean la existencia de cuatro niveles en los que se mueven los
procesos complejos de gobernabilidad y que se refieren al dilema legitimidad-
eficiencia, a las presiones y demandas del entorno gubernamental, a la
reestructuración corporativa de la sociedad civil y, por último, a la expansión y
el cambio tecnológico.
45
Tomassini, Luciano. Estado, Gobernabilidad y Desarrollo. Washington, Banco Interamericano de Desarrollo, Serie de
Monografías No. 9, 1993.
46
Arbos, Xavier y Giner, Salvador. La Gobernabilidad Ciudadana y Democracia en la Encrucijada Mundial. Madrid, Siglo
XXI, 1990, p. 10.
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330 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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Capítulo V Gestión Pública y Governance
La tercera orientación adopta un criterio intermedio sintetizado por Pasquino
(1990) que si bien enfatiza las relaciones complejas entre los componentes de
un sistema político, señala la dualidad interpretativa del término. En primer lugar
(la ingobernabilidad) como incapacidad de los gobernantes ante la existencia de
condiciones incurables y contradictorias de los sistemas capitalistas, y en segundo
término, como consecuencia de las demandas excesivas de los ciudadanos.47
Otra clasificación es la que adopta Camou (1990) la que establece en tres
dimensiones: 1) gobernabilidad y eficacia: la tradición de la “razón de Estado”;
2) gobernabilidad y legitimidad: la tradición del “buen gobierno” y 3)
gobernabilidad y estabilidad.48 La primera corriente pone énfasis en la dimensión
de la eficiencia/eficacia en el ejercicio del poder político y por ende en la gestión
pública, como clave de la gobernabilidad de un sistema social. Para esta corriente,
la gobernabilidad es una propiedad de los sistemas políticos, definida por su
capacidad para alcanzar objetivos prefijados al menor costo posible. Dejando
de lado la cuestión acerca de la definición y eventual medición de estos “costos”,
es claro que todo sistema tiende a asegurar su propia supervivencia y reforzar su
capacidad operativa. El concepto de eficacia/eficiencia se asemeja a la noción
de “razón de Estado”.
En una perspectiva distinta, la segunda posición considera que las condiciones
de gobernabilidad se han vinculado a una lejana tradición del pensamiento
47
Alcántara, Manuel. Op. cit. p. 3.
48
Camou, Antonio. Gobernabilidad y Democracia. México, Instituto Federal Electoral, 1995, Cuadernos de Divulgación de
la Cultura Democrática No. 6.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 331
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político: la tradición de la justicia y de la legitimidad de un ordenamiento político-
social, la tradición de los derechos humanos y de la obligación de proveer el
bienestar general, en suma, la tradición de buen gobierno. Tanto de Platón a
Aristóteles, como Bodino y Maquiavelo, el sentido de gobierno ha de actuar
conforme a ciertos valores morales de razón, justicia y orden, encontrando su fin
último y su justificación en la realización de esos valores.49 Por último, una
tercera posición afirma que el sistema será más gobernable en la medida en que
posea mayor capacidad de adaptación y mayor flexibilidad institucional respecto
de los cambios de su entorno nacional e internacional, económico, social y
político. En esta corriente, Norberto Bobbio señala que debe tenerse en cuenta
la capacidad de una forma de gobierno para “asegurar la estabilidad del poder”.
Por lo anterior, Camou define a la gobernabilidad como un estado de equilibrio
dinámico entre demandas sociales y capacidad de respuesta gubernamental.50
En esta definición se incluyen los principios de eficacia, legitimidad y estabilidad,
aspectos presentes en los distintos análisis en torno a la gobernabilidad. Este
estado de equilibrio permite ubicar a la gobernabilidad en un plano de relación
entre el sistema político y la sociedad, evitando cargar a uno solo de los términos
de la relación de gobierno, la responsabilidad de mantener adecuadas condiciones
de gobernabilidad.
49
Ibid, p. 7.
50
Ibid, p. 8. Para Camou, la eficacia gubernamental y legitimidad social se combinarían positivamente en un circulo virtuoso
de gobernabilidad, garantizando la estabilidad de los sistemas políticos; mientras que la ineficiencia gubernamental para el
tratamiento de los problemas sociales y la erosión de la legitimidad política generarían por el contrario, un “circulo vicioso”
que puede desembocar en situaciones inestables o de franca ingobernabilidad.
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332 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
Incluso, hay quien señala que la gobernabilidad se relaciona con la transición
democrática. Esta tesis constituye entonces una primera relación entre los tres
conceptos que se estudian: la transición determina en cierta forma la democracia y
la gobernabilidad.51 Ello se debe a que no es lo mismo tener democracia que gobernar
democráticamente. Una vez conquistado un “nivel mínimo” de democracia de cara
al autoritarismo, deviene la preocupación prioritaria de la gobernabilidad, es decir,
las condiciones de posibilidad de gobernar en el marco de las instituciones y
procedimientos democráticos. La gobernabilidad democrática es problemática no
tanto por el supuesto exceso de demandas sociales, como suponían los críticos
neoconservadores, sino más bien por la transformación de la política.52
El tema de la gobernabilidad surge junto con la constitución de la modernidad: el
paso de un orden recibido a uno producido. En la medida en que la sociedad ha de
producir por sí misma el ordenamiento de la vida social, la política emerge como la
instancia privilegiada de tal producción del orden. Como tal se encuentra expuesta a
dos exigencias fundamentales: por un lado la legitimación del orden y, por otro, la
conducción de los procesos sociales en función de dicho orden. Por estos criterios se
mide también la política democrática. La democracia es no sólo un principio de
legitimidad; además ha de asegurar una conducción eficaz.53
51
Nohlen, Dieter. Democracia, Transición y Gobernabilidad en América Latina. México, IFE, Conferencias Magistrales, No.
4, 1998, p. 13.
52
Lechner, Norbert. Cultura Política y Gobernabilidad Democrática. México, IFE, Conferencias Magistrales No. 1, 1997,
p. 23. Tres son las condiciones que forman parte de este cambio: 1) la política deja de ser la instancia máxima de coordinación
y regulación social; 2 desborda la institucionalidad del sistema político a través de múltiples redes, la acción de gobierno
pierde su marco acostumbrado y 3) la erosión de los códigos interpretativos en que se apoya la comunicación política.
53
Ibid, p. 24. Para Lechner durante la crisis de gobernabilidad de los ochenta prevaleció la interpretación neoliberal que
propugnaba una ruptura radical: el reemplazo del orden producido por el orden autorregulado. Se busca trasladarlo hacia
el mercado. Sin embargo, de cara a las polarizaciones conflictivas de los años setenta se vuelve a confiar en la fuerza del
mercado; acorde con el viejo sueño liberal se pretende sustituir las violentas pasiones políticas por los racionales intereses
económicos. La realidad, es menos idílica de lo que parece. El modelo neoliberal sólo saca conclusiones sobre las cuestiones
económicas, pero no se preocupa por las cuestiones políticas y sociales. Con este modelo se trata de eliminar una de las
funciones básicas de la política moderna: la de fijar límites a la economía de mercado.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 333
José Juan Sánchez González
Por su parte, Aguilar (2001) señala que la problemática de la gobernabilidad
(governance) suele plantearse bajo este supuesto incuestionable de que el agente
principal o único de regulación, conducción y coordinación social es el Estado
y concretamente el poder ejecutivo y, en particular, el gobierno ejecutivo.54
La cuestión de la gobernabilidad consistía entonces en preguntarse únicamente
sobre la creación y desarrollo de las capacidades de gobernar del gobierno,
considerando y relegando a la sociedad como una realidad a ser gobernada por
considerarla atrasada, incompetente, dividida, incapaz de autorregulación,
autodesarrollo y autogobierno. La sociedad era entendida como el problema
más que como parte de la solución de los problemas. El supuesto de que el
gobierno como agente único de la gobernabilidad de la sociedad ha cambiado.
Esta concepción dominante se debe a que se consideraba que el problema de la
ingobernabilidad se halla relacionado con el gobierno y no con la sociedad. La
sociedad era de suyo ingobernable o carente de capacidad de autogobierno. En
cambio el riesgo de la ingobernabilidad concernía al gobierno, debido a que se
suponía que el gobierno había perdido o podía perder su capacidad de
gobernabilidad. Sin embargo, se descubre por primera vez que en el conjunto
de la sociedad hay más capacidades directivas y regulatorias que las del solo
gobierno y que entonces la gobernabilidad ya no depende sólo de la acción
unilateral de gobierno, sino de las formas de sinergia, discursiva, normativa y
operativa que el gobierno establezca con la sociedad.
54
Aguilar, Luis F. Op. cit. p. 18.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
334 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
Por consiguiente, mientras en la problemática estándar de la gobernabilidad el
foco consistía en la averiguación y construcción de las capacidades que debe
poseer el gobierno para gobernar a su sociedad, en la problemática de la
gobernación (governance) el foco se desplaza correctiva y complementariamente
hacia fuera del gobierno y se centra en averiguar y construir los dispositivos
idóneos de relación del gobierno con su sociedad (política, civil, económica).55
El concepto de gobernabilidad tendría cuatro facetas: 1) gobernabilidad como
eficiencia del gobierno y del Estado para formular y aplicar políticas económicas
y administrar la gestión pública; 2) gobernabilidad como el grado de sustentación
social que alcanzan las políticas públicas en medio de los ajustes modernizadores;
3) gobernabilidad como variable política que resulta de la capacidad decisoria
que emerge de las reglas del juego de cada democracia, y de las dotaciones de
decisiones, representación y participación políticas que egresen de su sistema
de gobierno, de sus sistemas de partidos y de sus sistemas electorales, así como
la relación entre dichas variables y los elementos distintivos de la cultura política
de cada país; 4) gobernabilidad como capacidad de administrar los ajustes
producidos como consecuencia de los procesos de integración económica.56
En el mundo anglosajón, governance es una palabra utilizada habitualmente a
lo largo de siglos para referirse al ejercicio de la autoridad, dentro de una
determinada esfera. Su traducción a gobernabilidad se refiere a que debe
55
Ibid, p. 20.
56
Picardo Joao, Oscar. “Gobernabilidad: Aproximación al Concepto y Perspectivas”. Red de Investigadores Latinoamericanos
por la Democracia y la Autonomía de los Pueblos. www.ufg.edu.sv/red/gobernabilidad.htm.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 335
José Juan Sánchez González
entenderse como un proceso político, que significa crear consenso, obtener
consentimiento o la aquiescencia necesaria para llevar a cabo un programa, en
un escenario donde están en juego diversos intereses y autores.57
Los problemas de gobernabilidad constituyen un aspecto relevante en el
fortalecimiento de las culturas cívicas, la promoción de la acción voluntaria y,
por tanto, en la mejora de las bases sociales para la democracia. En consecuencia,
la gobernabilidad implica la creación de estructuras de autoridad en distintos
niveles de la sociedad, dentro y fuera del Estado, el término se ha revelado indis-
pensable para afrontar los procesos trasnacionales que requieren una respuesta
institucional creativa.
Asimismo, la gobernabilidad debe ir más allá de la mera capacidad del sector
público para gestionar en forma eficiente, transparente, responsable y equitativa
los recursos de todos. La gobernabilidad se refiere a las reglas y procedimientos
que producen un marco predecible, transparente y legítimo en el cual deben
operar los diversos actores concernidos a los procesos de desarrollo. En suma, se
refiere a la calidad del sistema institucional para generar una acción colectiva
positiva para enfrentar los retos y desafíos del desarrollo.58
El concepto mismo de gobernabilidad se mezcla y se confunde con otros, como
lo muestra un documento de las Naciones Unidas:
57
Quibel, Fernanda. Noticias Boletín. Organización Argentina de Jóvenes para las Naciones Unidas (OAJNU). Julio/Septiembre
2000. www.unic.org.ar/noticias/boletin/jul-set00/oct00-03.htm.
58
Lasagna, Marcelo. “Gobernabilidad y Desarrollo Humano: una Nueva Aproximación al Desarrollo”. Instituto Internacional
de Gobernabilidad. Colección de Documentos. www.iigov.org.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
336 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
Gobernabilidad es un reto para todas las sociedades de crear un sistema que
promueva, apoye y sostenga el desarrollo humano, especialmente para los más
pobres y los más marginados. Pero la búsqueda de una clara expresión del
concepto buen gobierno recién ha comenzado. Puede considerarse que la
gobernabilidad entraña el ejercicio de la autoridad económica, política y
administrativa en la gestión de los asuntos de un país en todos los planos. Abarca
los mecanismos, los procesos y las instituciones mediante los cuales los
ciudadanos y los grupos expresen sus intereses, ejercen sus derechos jurídicos,
satisfacen sus obligaciones y median en sus diferencias. El buen gobierno se
caracteriza por, entre otras cosas, la participación, la transparencia y la rendición
de cuentas. Además es eficaz y equitativo, y promueve el imperio de la ley.59
Para el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) la
gobernabilidad comenzó a manifestarse en diversos documentos.60 Por ejemplo,
para estos organismos la gobernabilidad se vuelve relevante a partir de su
vinculación con el desarrollo económico sostenido y equitativo. Se pretende la
mayor eficacia de la economía del mercado para la asignación de recursos y la
democratización. De allí que la necesidad de buscar una relación más eficiente
entre mercado y Estado contribuya a incorporar la dimensión de la gobernabilidad
como elemento esencial de la estrategia de desarrollo.
59
PNUD. Gobernabilidad y Desarrollo Humano Sostenible; Política del PNUD. New York, 1997, p. 3.
60
Barraza, Beatriz. “Gobernabilidad y Desarrollo: la Visión del BM y del BID”. Banca Multilateral de Desarrollo.
www.tercermudnoeconomico.org.uy. Esta autora señala que para estos organismos existe una relación directa
entre la sustentabilidad del modelo económico y la calidad de los procesos de gobierno. Se admite que la
gobernabilidad es un elemento esencial de la estrategia de desarrollo.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 337
José Juan Sánchez González
La gobernabilidad requiere -según este orden de análisis- renovados procesos de
legitimación del proceso social y político, lo cual lleva a la necesidad de
considerar la cuestión de la construcción de la legitimidad, por medio de la
participación ciudadana con el propósito de superar las debilidades de las
instituciones democráticas. Aunque reconoce que las presiones fiscales derivadas
de la crisis y los programas de ajuste estructural –reformas de primera generación-
al modificar el tamaño del Estado, en algunos casos, redujeron la capacidad de
las instituciones estatales para proporcionar los bienes y servicios que son
esencialmente responsabilidad del sector público.
El Banco Mundial (BM) define a la gobernabilidad como la “manera en la cual el
poder es ejercido en un país para el manejo de la economía y de los recursos
sociales para el desarrollo”. (BM, 1992)61 A partir de esta definición, el BM plantea
que su preocupación por la gobernabilidad atiende a dos tipos de razones. La
primera tiene que ver con su propia existencia que le ha mostrado que la
gobernabilidad es central en la creación de un ambiente propicio para el
desarrollo. La segunda está íntimamente ligada a la eficacia de las inversiones
que el Banco ayuda a financiar. Por ello, el BM establece cuatro áreas prioritarias:
1) gestión del sector público; 2) rendición de cuentas (accountability);
3) información y transparencia y 4) marco legal para el desarrollo.
Para Picardo (2000) existen siete condiciones para adaptar la noción de
gobernabilidad.62 En primer lugar, la gobernabilidad como concepto debe
61
Ibid, p. 2.
62
Picardo Joao, Oscar. Op. cit. p. 11.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
338 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
actualizarse a nuestro contexto latinoamericano, es decir, a nuestra realidad
histórica con todas sus dimensiones políticas, culturales, económicas y sociales.
En segundo lugar, si bien el concepto es novedoso y atractivo para el quehacer
público o político, es necesario “inculturizarlo” en nuestra realidad política,
para establecer los tratamientos y soluciones de otras latitudes que sirven como
simples referencias, y no como recetas válidas que garantizan una gestión pública
eficiente y legítima. En tercer lugar, hay que preguntarse por la validez del término
en el acontecer político, se trata de preguntarse si el concepto se aplica
teóricamente a nuestra realidad.
En cuarto lugar, habría que aclarar la hermenéutica del concepto, si es que asume,
para determinar cúal es la clave de la lectura para nuestra realidad política. En
quinto lugar, se podría plantear el tema de la “ingobernabilidad” como punto de
partida, lo que supone un diagnóstico serio y honesto de frente a la exclusión de
los factores que propician la ingobernabilidad. En sexto lugar, el problema
semántico no ha quedado resuelto; gobernabilidad no tiene una causa etimológica
o etiológica definida, ya que la posible traducción de “good governance” a buen
gobierno no permite una aproximación evidente a lo que se podría entender
como gobernabilidad. Por último, habría que aclarar los elementos constitutivos
de la gobernabilidad, tales como: eficacia, legitimidad, eficiencia, seguridad,
responsabilidad, así como los ámbitos administrativo, institucional, político,
económico, social y jurídico.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 339
José Juan Sánchez González
Para Hewitt de Alcántara (2000) la governance a menudo se ha empleado como
sinónimo de la gestión eficaz de un amplio espectro de organizaciones y
actividades, desde la empresa moderna (gobernabilidad corporativa) hasta asuntos
globales (gobernabilidad global).63 De manera específica para esta autora la
gobernabilidad significa crear consenso u obtener el consentimiento necesario
para llevar a cabo un programa, en un escenario donde están en juego diversos
intereses.
Uno de los abusos en el término gobernabilidad, es el que realizan los organismos
internacionales. Por ejemplo, al hablar de gobernabilidad (en lugar de “reforma
del Estado” o “cambio estructural”) se permitió que los bancos y organismos
multilaterales para el desarrollo abordaran temas sensibles reunidos bajo una
denominación relativamente inofensiva. Generalmente revestido de un lenguaje
técnico, excluyendo así cualquier sospecha de que estas instituciones estaban
excediendo los límites de su autoridad estatutaria al intervenir en los asuntos de
política interior de los Estados soberanos.64
Incluso en los programas económicos neoliberales se añadió la preocupación
por una buena gobernabilidad y por las reformas institucionales, con el fin de
que éstos fueran más eficaces y no para integrarlos en una síntesis donde la
economía dependería de consideraciones de orden social y político. Así, en la
63
Hewitt de Alcántara, Cynthia. “Usos y Abusos del Concepto de Gobernabilidad”. Instituto de Investigaciones de las
Naciones Unidas para el Desarrollo Social. www.unesco.org/isssj/rics155.
64
Ibid, p. 4. Es importante mencionar que el nuevo protagonismo de la gobernabilidad en el discurso y la práctica de las
instituciones financieras, no ha significado en ningún caso un debilitamiento del compromiso con las políticas de libre
mercado.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
340 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
retórica de las instituciones financieras internacionales el vínculo entre reforma
del libre mercado, buena gobernabilidad, democracia y sociedad civil era sólido.
Pero en realidad, la capacidad de los bancos multilaterales de apoyar a las
organizaciones de voluntarios o promover la democracia era escasa.
El concepto de “gobernabilidad” o de “buena gobernabilidad” desempeña un
papel decisivo: el intento de abandonar el callejón sin salida del pensamiento
economista (mientras se siguen discutiendo los temas sociales y políticos en
términos relativamente técnicos); el intento de desplazar el poder desde el sector
público al privado; reduciendo el rol del Estado y fortaleciendo el de la sociedad
civil; la necesidad de afrontar los requisitos de las reformas administrativas e
institucionales en el sector público de países del Tercer Mundo, sin que parezca
que se interviene demasiado en sus asuntos internos; la renovada insistencia en
la democratización y los derechos humanos; y los enormes desafíos que hay que
afrontar en situaciones de reconstrucción después de un conflicto.65
No sorprende que la visión de buena gobernabilidad que orienta a muchos
ciudadanos en la sociedad civil en América Latina, incorpore demandas no sólo
de participación política eficaz, sino también de reactivación de las economías
locales y la protección de sectores desfavorecidos. Sin embargo, esto suele
oponerse a las exigencias inmediatas de la estabilidad económica, tal como la
definen los inversionistas privados, las instituciones de crédito y los donantes.
65
Ibid, p. 9.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 341
José Juan Sánchez González
Por ejemplo, las reformas impuestas a las burocracias de América Latina han
conocido procesos de desestructuración y reestructuración que serían
inconcebibles en el contexto de los países modernos de la OCDE.
En suma, Hewitt de Alcántara (2000) considera que la gobernabilidad puede
abrir nuevas oportunidades para resolver la crisis actual de la calidad de vida y
gobernabilidad en América Latina, a partir de las siguientes direcciones: a)
renunciar a la búsqueda de recetas de “buena gobernabilidad” aplicables en
cualquier lugar, y fomentar la creatividad y originalidad del pueblo en situaciones
sociales concretas; b) renunciar a la “tecnificación” de las reformas institucionales
y abordar un diálogo más abierto sobre las necesidades de cambio en instituciones
y programas específicos; d) renunciar a la tendencia a trazar líneas poco realistas
entre Estado y sociedad civil, realizando esfuerzos para fortalecer la esfera pública
y recompensar las contribuciones al bien común; e) renunciar al análisis por
separado de la reforma institucional y la política macroeconómica y orientarse
hacia un reconocimiento más explícito de la necesaria interrelación entre ambas
esferas y f) renunciar a la separación artificial de los temas de gobernabilidad
entre el nivel nacional e internacional.
5.4.2 Governance y gobernación
La segunda acepción de la governance es como gobernación. Su empleo
comienza a propagarse con mayor regularidad. La gobernación como govern-
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
342 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
ance, es fundamentalmente el gobernarse de una sociedad, que incluye la
instancia de gobierno como un actor importante y con un papel sobresaliente,
pero no decisivo ni exclusivo en muchas áreas vitales de intercambio y
convivencia.66
En este enfoque, a diferencia de la versión tradicional de la gobernabilidad, la
capacidad de gobierno de una sociedad: a) no resulta sólo de procesos electorales
legítimos sino del ejercicio efectivo del gobierno; b) no resulta sólo de las
decisiones del ejecutivo y del desempeño de la administración pública, sino de
las relaciones entre los poderes públicos; c) no resulta sólo de las relaciones
entre los poderes públicos y los gobiernos, sino de la relación realmente existente
entre éstos y los ciudadanos singulares y sus organizaciones; d) no resulta sólo
de las instituciones formales legales de relación entre Estado/gobierno y sociedad
(política y civil) sino de las prácticas y modos reales de entendimiento entre el
gobierno y los ciudadanos; e) no resulta sólo de la acción del gobierno, sino de
las acciones de actores económicos y de las relaciones entre los actores sociales;
f) en suma, no es sólo un hecho y efecto gubernamental ni sólo un hecho político,
sino un hecho social, público-privado.
La gobernación significa –en este contexto- concretamente coordinar, integrar,
equilibrar a sociedades que se distinguen por su multicentrismo, es decir, por la
presencia de personas y organizaciones que son gubernamentalmente
66
Aguilar, Luis F. Op. cit. p. 21.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 343
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independientes, autónomas, diferenciadas entres sí, poseedoras de capacidades
y recursos propios cuya eficacia es acreditada con logros notables en sus campos
de interés. Además muestran también suficiente capacidad de control y
autogobierno en sus actividades, y que tienen influencia en determinadas
situaciones de la vida en común que son de su interés y preferencia. El núcleo
del problema de la gobernación consiste entonces en la coordinación de la
diferencia social.
El concepto de gobernación reconoce que por fuera del gobierno y con
independencia de él actúan en la sociedad otros agentes de dirección y regulación
social, que persiguen en sus comportamientos propósitos particulares. Pero cuyos
resultados, por satisfacer necesidades, resolver problemas de la vida y generar
relaciones de mutuo provecho y ayuda entre las personas, contribuyen
significativamente a la coordinación, cohesión y equilibrio social general. La
gobernación es cada vez menos mando y control y cada vez más diálogo,
acoplamiento y transacción entre actores gubernamentales y sociales.
La gobernación de una sociedad está constituida: a) por el conjunto de
instituciones formales e informales que enmarcan las acciones de gobierno, las
de los actores privados y sociales no gubernamentales y sus relaciones entre
ellos; b) por las actitudes, aptitudes, habilidades, destrezas de los gobernantes y
de los actores privados y sociales para dirigir a sus organizaciones, así como
para evitar conflictos, integrar intereses, construir consensos, compartir iniciativas,
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
344 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
resolver problemas, mediante formas de entendimiento; c) por la calidad y eficacia
de la gestión gubernamental en el desarrollo de las políticas públicas, cuyos
objetivos materializan los resultados esperados por la sociedad para dar respuesta
a problemas y necesidades públicas.67
Por su parte, Alcántara (2000) supone que la gobernación es una nueva visión
que se articuló en el centro de la preocupación de distintas instancias multilaterales
en el último lustro del siglo XX.68 De esta manera, el Banco Mundial prestó una
insólita atención al fenómeno de la gobernación. Haciéndole residir en la forma
del régimen político, en el proceso de ejercicio de la autoridad y de gestión de
los recursos económicos y sociales de un país para su desarrollo y en la capacidad
del gobierno para diseñar, formular e implementar sus políticas y cumplir sus
funciones.
En esa misma dirección la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE) ha llegado a definir a la gobernación como la suma de las
numerosas maneras como los individuos y las organizaciones públicas y privadas
manejan sus asuntos comunes. Se trata de un proceso permanente mediante el
cual se ajustan los intereses diversos o conflictivos y se impulsan acciones de
cooperación. Por consiguiente, incluye las instituciones formales y los organismos
encargados de asegurar su observación, así como los ajustes informales que las
personas y las instituciones pactan o perciben que son de su interés y utilidad.
67
Ibid, p. 12.
68
Alcántara, Manuel. Op. cit. p. 4.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 345
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Finalmente, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ofreció
en 1997 un concepto más complejo e integral según el cual la gobernación es el
ejercicio de dirección de los asuntos de una nación, llevado a cabo por la
autoridad política, económica y administrativa.69
5.4.3 Governance y capacidad de gobierno
Una tercera acepción de la governance es el uso de la categoría capacidad de
gobierno. Yehezkel Dror (1994) es quién se ha encargado de difundir esta
propuesta. Para este autor uno de los temas centrales de la humanidad será la
capacidad para gobernar de los gobiernos nacionales y continentales, de los
protogobiernos globales y las instituciones paralelas de gobierno.70
La afirmación de que los gobiernos constituyen la forma primaria y decisiva de
gobernación choca con las opiniones que minimizan la importancia de los
gobiernos cuando se compara con la importancia de la “mano oculta” de los
mercados y otros mecanismos similares de decisión pública, o con la sociedad
civil, que es determinante en las actividades gubernamentales.
Dror (1994) señala que está de moda la idea de que los negocios son más efectivos,
eficientes y fiables que los gobiernos, por lo que las funciones de gobernación
69
Ibidem. Tres son las áreas importantes de la gobernación que contribuyen directamente al logro del desarrollo humano
sustentable: las instituciones políticas y gubernamentales, las instituciones de la sociedad civil y el sector privado. Existe un
sistema de gobernación que integra la gobernación económica (las decisiones e iniciativas públicas y privadas para asegurar
el crecimiento y la distribución), la gobernación política (las decisiones de las autoridades legítimas sobre las disposiciones
legales y las políticas públicas para la conducción de sus sociedades) y la gobernación administrativa (la capacidad de
implementar las políticas y cumplir las funciones públicas).
70
Dror, Yehezkel. La Capacidad de Gobernar. Informe al Club de Roma. México, F.C.E., 1996, p. 35.
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346 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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tendrían que ser transferidas hasta donde fuera posible a los mercados, dejando
que el gobierno se ocupara de sus asuntos como si se trata de cuestiones de
negocios. A lo que señala que:
Los mercados pueden y deben manejar más funciones distributivas de gobernación
y deberían poder tomar decisiones descentralizadas, sujetas a las limitaciones
del “fracaso comercial”. Pero los mercados no pueden afrontar muchas de las
decisiones políticas críticas que se les plantean cada vez más a la humanidad.
Esto explica porque aún estando involucrados en menor número de funciones,
los gobiernos se están convirtiendo en algo cualitativamente más importante. Es
más, aunque sólo sea porque estos mismos mercados en expansión necesitan ser
gobernados, el papel clave de los gobiernos será igualmente inevitable en un
futuro próximo.71
Refutando este argumento de que los mercados acabarán por erosionar el papel
de la gobernación, debe destacarse que la sociedad civil reduce la autonomía de
los gobiernos, por lo que las reformas administrativas centradas exclusivamente
en los gobiernos carecen de sentido y utilidad. La sociedad civil es
extremadamente influyente en los asuntos del gobierno. Sin embargo, hay buenas
razones para llegar a la conclusión de que tanto la gobernación en general como
los gobiernos en particular, disfrutan de considerable independencia en la toma
de decisiones críticas, lo que los convierte en importantes objetivos de la reforma.
71
Ibid, p. 36.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 347
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Lo que nos interesa resaltar es el argumento de Dror en el sentido que se suele
hablar equivocadamente de “ingobernabilidad” cuando la que habría que hacer
es afrontar el problema real: la incapacidad de gobernar. El uso del término
“ingobernabilidad” es con frecuencia incorrecto y también peligroso. Es incorrecto
porque lo que se entiende por ingobernabilidad de la sociedad, suele ser el
resultado del fracaso de los gobiernos para ajustarse a las cambiantes condiciones.
Y es peligroso porque proporciona una coartada para las torpezas del gobierno,
que a su vez culpará a la sociedad.72
Es verdad que hay sociedades muy difíciles de gobernar, por excelente que sea
su gobierno. Pero teniendo en cuenta las serias flaquezas y debilidades de todos
los gobiernos contemporáneos, habría que concentrar los esfuerzos en desarrollar
la capacidad de gobernar y no en inculpar a las sociedades tachándolas de
“ingobernables”.
5.4.4 Governance y gobernanza
Un cuarto uso más restringido de la governance es el de gobernanza. Aunque su
uso es limitado y poco difundido, debe tomarse en cuenta. Hay tres ejemplos
que muestran su utilización actual.
En primer lugar, Christensen y Laegreid (2001) afirman que el modelo de la Nueva
Gestión Pública (NGP) se encuentra en tela de juicio debido a que intenta
72
Ibid, p. 39.
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representar un modelo económico universal de gobierno y organización que
centra su atención en la eficiencia. Sin embargo, poco se ha hecho en lo que
respecta a la evaluación de los efectos ocasionados por las reformas del modelo
de la Nueva Gestión Pública, ni en lo relacionado con la consecuencia de la
importante meta de la eficiencia, ni en lo que se refiere a los efectos sobre otras
metas, como la de la gobernanza política, lo cual se debe parcialmente al hecho
de que no se trata de una tarea fácil.73
Para estos autores existen pocas pruebas de que la aplicación de las estrategias
de reforma basadas en el modelo de la Nueva Gestión Pública produce realmente
los resultados esperados. A menudo, los efectos y consecuencias del modelo de
la Nueva Gestión Pública se dan por supuestos o se prometen, pero no se
documentan. Dichos efectos son difíciles de cuantificar y muy controvertidos; se
argumentan en contra de las relaciones entre las causas y los efectos; los
indicadores de eficiencia y efectividad son elusivos; los efectos secundarios son
difíciles de rastrear; y la metodología que se utiliza en la evaluación del modelo
de la Nueva Gestión Pública es insuficiente.74
Nosotros argumentáremos que los procesos de reformas públicas, como los
relacionados con el modelo de la nueva administración pública, no se caracterizan
por un simple ajuste de las actuales doctrinas internacionales sobre la
administración. Evidentemente, los conceptos de la reforma son filtrados,
73
Cristensen, Tom y Laegreid, Per. “La Nueva Administración Pública: el Equilibrio entre la Gobernanza Política y la Autonomía
Administrativa”. Gestión y Políticas Públicas. México, CIDE, vol. X, no. 1, primer semestre de 2001, p. 55.
74
Ibid, p. 56.
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interpretados y modificados a través de la combinación de dos procesos más
cuya base es nacional. Uno de ellos lo integran la historia, la cultura, las
tradiciones y la gobernanza político-administrativa nacionales, desarrollados de
una manera evolutiva; y el otro lo constituyen las acciones efectivas emprendidas
por los dirigentes políticos y administrativos para favorecer las metas colectivas
mediante la planeación administrativa y una política administrativa nacional
activa.75
En segundo lugar, Santibáñez (2000) señala que el vocablo governance se ha
traducido como governanza. Por lo que identifica tres distinciones en torno al
término.76 La noción de gobernaza I, el paradigma de la estabilidad, propio de la
concepción dominante de gobernabilidad, se ha impuesto en los procesos sociales
y políticos debilitando las capacidades y las posibilidades de acción e influencia
de la sociedad civil a favor de la acción del buen gobierno. Esto se ha expresado
en una relación vertical, poco participativa y con amplios mecanismos de con-
trol político y social. Frente a ella se empiezan a incubar dinámicas sociales que
tarde o temprano, constituirán un factor de desestabilización. A ello le llama
gobernanza II. En el marco de una sociedad que acentúa y reproduce las relaciones
de dominación, la posibilidad de una profundización de las tensiones que suponen
el encuentro de ambas lógicas tienden a aumentar.
Frente a la disyuntiva que supone el punto de inflexión de la descripción ante-
rior, se propone la noción de gobernanza III, para enfatizar la idea de diseñar y
75
Ibid, p. 58. Sobresaltado mío.
76
Santibáñez, Dimas. “Gobernabilidad, Profundización de la Democracia y Reforma del Estado”.
www.rehue.csociales.uchile.cl/diplomado/gobernabilidad.htm.
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favorecer la consolidación de una estructura global que posibilite una relación
virtuosa entre el Estado y la sociedad civil. Con una orientación algo distinta, la
propone como un concepto alternativo a gobernabilidad: “la principal
preocupación de la masa ciudadana no es, pues, la gobernabilidad, sino
exactamente, su inversa: la gobernanza; o sea: el poder (y derecho) de mantener
a políticos, tecnócratas y militares sujetos al control cívico y a la razón histórica
de la ciudadanía”.77
En tercer lugar, en el Modelo Estratégico para la Innovación Gubernamental
presentado por la Oficina de la Presidencia para la Innovación Gubernamental,
se señala que la pretensión es que en México se establezca una nueva forma de
administración pública, denominada Gobernanza Corporativa.78 Aunque no se
dan mayores detalles, este es un concepto que proviene de la OCDE.79
La llamada corporate governance (gobernanza corporativa) es otra de las
traducciones de governance, que empezó a extenderse en los Estados Unidos a
principios de los años de 1990, como sinónimo de buen gobierno de las empresas
o sociedades. En el contexto de la gestión de grandes sociedades, el término
(good) corporate governace hace referencia a la introducción en los consejos de
administración, por medio de códigos éticos (en España a partir de 1998, el
llamado Código Olivencia o Código de Buen Gobierno). Así como de mecanismos
77
Ibid, p. 2.
78
Muñoz, Ramón. Modelo Estratégico para la Innovación Gubernamental. México, Oficina de la Presidencia para la Innovación
Gubernamental, 2001.
79
OCDE. OECD Principles of Corporate Governance. Ad Hoc Task Force on Corporate Governance, 1999.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 351
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y prácticas de transparencia y buen gobierno que contrarrestan el divorcio
tradicional entre propiedad y equipos gestores.
La gobernanza corporativa es la bitácora del desarrollo sostenible, la transparencia
y la competitividad de las empresas del sector privado. Los países más competitivos
del mundo: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Bélgica, los Países
Bajos y Japón son aquellos que con mayor rigor y solidez, han adaptado estos
principios de buen gobierno corporativo.80
La OCDE tras múltiples análisis interdisciplinarios y procesos masivos de
concertación con la comunidad internacional, desarrolló y promulgó en 1999,
los principios básicos del Buen Gobierno Societario. Adoptados por la Unión
Europea, la Asociación Asiática de Naciones y gran parte también de América,
como lo demuestran las legislaciones de Brasil, México, Argentina, Canadá y
algunos estados federales de los Estados Unidos, entre otros.
El objetivo de la gobernanza corporativa –según sus impulsores- es el de asegurar
la transparencia y la ética en el manejo de las empresas del sector privado y
público, para promover e incrementar la competitividad, las mejores prácticas
comerciales, los mayores rendimientos y fomentar la inversión extranjera nacional
e internacional.
80
Corporate Governance. “Corporate Governance: Bitácora del Desarrollo y la Competitividad”. Confecamaras, Agosto,
2001. www.dinero.com/cg/SEMANAL.asp.
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352 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
Incluso en la integración europea existen documentos que traducen a la govern-
ance como gobernanza. Por ejemplo, el Libro Blanco de la Gobernanza Europea
que se refiere a la manera en que la Unión utiliza los poderes que le otorgan sus
ciudadanos.81 Este libro rebasa la perspectiva de Europa y contribuye al debate
sobre la gobernanza mundial. Por lo que la Unión Europea debería tratar de
aplicar los principios de buena gobernanza a sus responsabilidades mundiales.
Asimismo, hacer lo posible por aumentar la eficacia y las competencias de
ejecución de las instituciones internacionales. Los principios de la buena
governanza son la apertura, la participación, la responsabilidad, la eficacia y la
coherencia.
Por último, una interpretación adicional es el llamado gobierno electrónico
(gobierno en línea o gobierno digital) que es la herramienta que permite una
adecuada adaptación al nuevo entorno. El gobierno electrónico incluye todas
aquellas actividades basadas en las modernas tecnologías de la información y la
comunicación (como es el internet) que el Estado desarrolla para aumentar la
eficacia en la gestión pública, mejorar los servicios ofrecidos a los ciudadanos y
proveer las acciones de gobierno en un marco mucho más transparente que el
actual.82
81
Comisión de las Comunidades Europeas. La Gobernanza Europea. Un Libro Blanco. Bruselas, 2001. El Libro Blanco
establece los cambios propuestos a realizar. La primera parte se centra en los medios para reforzar la participación en la
elaboración y aplicación de las políticas de la UE. La segunda se refiere a la mejora de la calidad y la aplicación de las
políticas comunitarias. La tercera tiene por objeto reforzar la vinculación entre la gobernanza europea y el lugar de la Unión
en el mundo. Por último, la cuarta sección aborda el papel de las instituciones.
82
Gasco, Mila. Una Vuelta por el Mundo. Experiencias de Gobierno Electrónico en Europa y Estados Unidos: un Punto de
Partida. Instituto Internacional de Gobernabilidad, Magazine No. 21, Septiembre de 2001.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 353
José Juan Sánchez González
En este contexto, la gobernanza electrónica (e-governance) pone énfasis en la
unión de gestores, ciudadanos y representantes elegidos para participar en la
gobernanza de las comunidades a través de medios electrónicos. Esto es debido
a la prestación de servicios electrónicos que garantizan la provisión de servicios
gubernamentales a partir de la utilización de instrumentos electrónicos. La
governanza electrónica tiene tres propósitos básicos: 1) utilización de las nuevas
tecnologías en la gestión interna de las administraciones públicas; 2) acceso
ciudadano a diferentes tipos de información y 3) transacción con el gobierno.
Cabe señalar, que en el actual contexto de la Nueva Gestión Pública la gobernanza
como traducción al español de governance, comienza a generalizarse en su uso
y es probable que cada vez más, se recurra a esta voz en lugar de la palabra
gobernabilidad. Diversas investigaciones y publicaciones así lo demuestran.
5.4.5 Governance y “buen gobierno”
Por último, una quinta traducción de la governance es la relativa a la de “buen
gobierno”. Aunque se reconoce que en la versión española, el término en inglés
“governance” y en fránces “gouvernance” se ha traducido como “gobernabilidad”.
No obstante, que no existe unanimidad respecto a la mejor traducción, en otros
contextos se ha llegado a emplear como “gestión de asuntos públicos” o como
“buen gobierno”.83
83
Editor. Revista Internacional de Ciencias Sociales, marzo de 1998, No. 155. www.unesco.org/issj/rics155/titlepage.155html.
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354 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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Capítulo V Gestión Pública y Governance
Desde 1989, fecha en que el Banco Mundial describió la situación reinante en
África diciendo que se trataba de una “crisis de buen gobierno”, la expresión
“buen gobierno” ha estado asociada en gran medida, por no decir que
exclusivamente, a la política de desarrollo, en particular al desarrollo en el mundo
postcolonial (Banco Mundial, 1989).84 Añadiendo la noción de buen gobierno a
sus criterios operativos, el Banco Mundial parecía aceptar la pérdida inicial de
su presunta inocencia política e ideológica, al tiempo que evitaba la acusación
de que tanto él como el Fondo Monetario Internacional (FMI) actúan aplicando
un conjunto de supuestos políticos y culturales tácitos, y con frecuencia explícitos,
que son inevitablemente propios de Europa Occidental.
Para Pagden (1998) la noción de buen gobierno tiene como búsqueda una nueva
expresión con la cual caracterizar las nuevas relaciones internacionales. Entre el
Banco Mundial y la Organización de las Naciones Unidas han tratado de crear
una expresión plenamente cosmopolita.85 La teoría política anglo-estadounidense
emplea la palabra gobierno para referirse a las instituciones oficiales del Estado
y su monopolio de poder coercitivo legítimo. El gobierno se caracteriza por su
capacidad de adoptar decisiones y de hacer que se cumplan. En síntesis, se
entiende por gobierno a los procesos oficiales e institucionales que intervienen
en el plano del Estado nacional para mantener el orden público y facilitar la
acción colectiva.
84
Pagden, Anthony. “La Génesis de la Noción de ‘Buen Gobierno’ y las Concepciones de la Ilustración del Orden Mundial
Cosmopolita”. Revista Internacional de Ciencias Sociales, marzo de 1998, No. 155. www.unesco.org/issj/rics155/
titlepage.155.html.
85
Ibid, p. 11. “Para la mayoría de los primeros teóricos europeos del Imperio, había sido el orden monárquico cristiano
europeo; para Kant, era el republicanismo; para las Naciones Unidas y en la retórica (si bien no en la política) de los
organismos monetarios internacionales, es la democracia claramente liberal o neoliberal”.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 355
José Juan Sánchez González
Buen gobierno es una de las traducciones de governance que prefieren otros
traductores. Parece indicado no confundir la idea de governance como técnica,
método, teoría, filosofía o sistema de gobierno con la noción de good/bad gov-
ernance. Aquí se introduce un juicio de valor, positivo o negativo. La noción de
good/bad governance (quality of governance, level of governance) tiene su origen,
desde principios de los años de 1990, en la actividad del Banco Mundial y el
Fondo Monetario Internacional, especialmente en relación con la condicionalidad
política de la ayuda al desarrollo.86
Para otro autor, el buen gobierno se refiere principalmente al enfoque económico
y social de la gestión pública, en el cual se le atribuye al Estado una
responsabilidad clave en la conducción general de la economía y en el desarrollo
integral y equitativo de la sociedad.87 La concepción de buen gobierno, podría
decirse que tiene un mayor alcance que la concepción estadounidense del término
governance, asimilado éste a la calidad de la gestión de un gobierno determinado.
Mientras que governance significa adecuado desempeño gubernamental en el
sentido de sensibilidad frente a las demandas y eficiencia administrativa y
gerencial. También se vincula a transparencia y accountability (responsabilidad
ante la sociedad por los actos de gobierno). En cambio, gobernabilidad o buen
gobierno es una situación de los sistemas complejos que supone la
autoreproducción de los sistemas.
86
Solà, Amadeu. Op. cit. p. 7.
87
Guerra de la Espriella, Antonio. “Buen Gobierno”. www.parl.gc.ca/information/InterParl/FIPA/htm.
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Capítulo V Gestión Pública y Governance
Para Stoker (1998) la labor teórica sobre el buen gobierno recoge el interés de la
comunidad de los científicos sociales, por el fenómeno de la pauta de
desplazamiento de los estilos de gobierno. Señala:
Tradicionalmente se utilizaba la palabra inglesa (governance), y así nos lo dicen
los diccionarios, como sinónimo de gobierno, más en la bibliografía cada vez
más abundante sobre el tema, se ha reorientado su empleo y su importancia, y
así “buen gobierno” significa “un cambio de sentido del gobierno, que remite a
un nuevo proceso de gobernación, o bien al cambio experimentado por el mando
ordenado, o bien al nuevo método conforme al cual se gobierna la sociedad
(Rhodes, 1996).88
El buen gobierno se ocupa de suscitar las condiciones necesarias para un gobierno
ordenado y una acción colectiva. Sus resultados no son, por lo tanto, distintos de
los del gobierno. Se trata más bien de una diferencia de procesos.
A pesar de las diferentes posiciones en torno a los significados del buen gobierno,
existe un acuerdo básico acerca de que el buen gobierno se refiere a la puesta en
práctica de estilos de gobernar en los que han perdido nitidez los límites entre
los sectores público y privado. La esencia del buen gobierno apunta a la creación
de una estructura o un orden que no se puede imponer desde el exterior, sino
88
Stoker, Gerry. “El ‘Buen Gobierno como Teoría’: Cinco Propuestas”. Revista Internacional de Ciencias Sociales, marzo de
1998, No. 155. www.unesco.org/issj/rics155/titlepage.155.html.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 357
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que es resultado de la interacción de una multiplicidad de agentes dotados de
autoridad y que influyen unos en otros.89
Otras opiniones son que el buen gobierno es algo más que un conjunto de
instrumentos de gestión pública, debido a que también consiste en alcanzar una
mayor eficiencia en la producción de servicios públicos. A veces se utiliza el
buen gobierno para mostrar el rostro aceptable de la reducción de gastos. Es un
término empleado para indicar una disminución de la intervención de las
autoridades. El ascenso del buen gobierno corresponde a la búsqueda de
disminuciones en el compromiso y el gasto de recursos del gobierno. Además
refleja un abanico más amplio de fuerzas.
La aportación de la perspectiva del buen gobierno a la teoría no está al nivel del
análisis causal, ni ofrece tampoco una nueva teoría normativa. Su valor reside
en que se trata de un marco vertebrador. El valor de la perspectiva del buen
gobierno reside en su capacidad de facilitar un marco general que permite
entender los procesos de gobiernos cambiantes. La visión del buen gobierno es
válida si nos ayuda a identificar preguntas importantes, aunque no afirme que
también ha hallado respuestas útiles. En el análisis del buen gobierno existen al
menos, cinco propuestas para su mayor identificación, tal como se muestra en el
cuadro No. 5.5.
89
Ibid, p. 2. En Gran Bretaña y los Estados Unidos, la palabra governance forma parte del vocabulario de las autoridades
electas o designadas. Además, tiene resonancia en los debates políticos de otras democracias occidentales. En los países en
desarrollo, también ha aparecido en el ruedo político. Para el Banco Mundial, en ocasiones se limita al empeño en instaurar
un gobierno eficiente y que debe rendir cuentas.
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358 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
Cuadro No. 5.5
Interpretaciones del Buen Gobierno
Interpretación Descripción
1) El buen gobierno se refiere a un conjunto El primer mensaje del buen gobierno es poner en entredicho
de instituciones y agentes procedentes del las maneras constitucionales y formales de entender los
gobierno, pero también de fuera de él. sistemas de gobierno. En la práctica hay muchos centros y
diversos vínculos entre muchos órganos de gobierno en los
planos local, regional, nacional y supranacional.
2) El buen gobierno reconoce la pérdida de La perspectiva del buen gobierno no sólo reconoce la mayor
nitidez de los límites y las responsabilidades complejidad de nuestros sistemas de gobierno, sino que
tocantes a hacer frente a los problemas sociales además nos señala que se ha producido un desplazamiento
y económicos. de la responsabilidad, un retroceso del Estado y la
preocupación por llevar las responsabilidades a los sectores
privado y voluntario y sobretodo al ciudadano.
3) El buen gobierno identifica la dependencia La dependencia de poder significa: 1) las organizaciones
de poder que existe en las relaciones entre las dedicadas a la acción colectiva dependen de otras
instituciones que intervienen en la acción organizaciones; 2) para alcanzar metas, las organizaciones
colectiva. tienen que intercambiar recursos y negociar propósitos
comunes y 3) el resultado del intercambio está determinado
no sólo por los recursos de los participantes sino además
por las reglas del juego y el contexto del intercambio.
4) El buen gobierno se aplica a redes En el buen gobierno la máxima actividad de asociación es
autónomas de agentes que se rigen a sí mismas. la formación de redes que se rigen a sí mismas. Esas redes
guardan relación con las comunidades políticas y otras
modalidades de agrupaciones basadas en funciones o
problemas, muy estudiadas en los análisis de políticas. Las
redes de buen gobierno no se limitan a influir en la política
oficial, sino que se asumen el propio gobierno.
5) El buen gobierno reconoce la capacidad Los estudios anglo estadounidenses buscan adjetivos que
de conseguir que las cosas se hagan, que no describen la nueva forma “ligera” de gobierno acorde con
se basa en el poder del gobierno para mandar las circunstancias del buen gobierno. Posibilitador, agente
o emplear la autoridad. Considera que el catalítico, comisionado, son términos propuestos para
gobierno puede emplear técnicas e exponer cómo es la nueva forma de gobernar.
instrumentos nuevos para dirigir y guiar. En ellas se habla de la necesidad de que las autoridades
locales ejerzan la dirección, establezcan asociaciones,
protejan y regulen su entorno y promuevan oportunidades.
Fuente. Elaboración propia a partir de las ideas de Gerry Stoker, Op. cit. pp. 8-16.
Para Stoker (1998) la noción de buen gobierno facilita un marco vertebral a los
estudiosos y practicantes de la administración pública. Su aportación a la teoría
consiste en que ayuda a proporcionar un mapa o guía del universo en mutación
del gobierno. Detecta las pautas y los hechos clave. La perspectiva del buen
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 359
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gobierno saca a la luz varios dilemas o preocupaciones esenciales acerca de la
manera en que actualmente están cambiando los sistemas de gobierno. Uno de
los problemas que plantea estriba en que apenas esboza la perspectiva, el objeto
de estudio cambia. Es de esperarse que la visión del buen gobierno pueda
evolucionar de manera que sea capaz de aprender el proceso de adaptación,
aprendizaje y experimentación del buen gobierno.
Por su parte Jessop (1998) señala que existen dos significados de buen gobierno.
En primer lugar, buen gobierno puede remitir a cualquier modo de coordinación
de actividades interdependientes entre los cuales tienen pertinencia en tres niveles:
la anarquía del intercambio, la jerarquía organizativa y la “heterarquía” que se
autoorganiza. El segundo significado es el de heterarquía, en el que sus formas
comprenden las redes interpersonales que se autoorganizan, la coordinación
negociada entre organizaciones y la dirección entre sistemas descentralizados
en la que media el contexto.90
Aunque el buen gobierno en el sentido de heterarquía aparece en tres niveles
(interpersonal, entre organizaciones y entre sistemas), la expresión corresponde
a menudo a prácticas del segundo nivel, conforme al uso no especializado
reciente. En el que buen gobierno se refiere a la manera de dirigir instituciones u
organizaciones específicas en las que intervienen múltiples interesados, al papel
que desempeñan las asociaciones entre agentes públicos y privados y a otros
90
Jessop, Bob. “El Ascenso del ‘Buen Gobierno’ y los Riesgos de Fracaso: el Caso del Desarrollo Económico”. Revista
Internacional de Ciencias Sociales, marzo de 1998, No. 155. www.unesco.org/issj/rics155/titlepage.155.html.
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360 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
tipos de alianzas estratégicas entre organizaciones autónomas pero
interdependientes.
El interés por el buen gobierno como tema primordial tiene sus raíces en el
rechazo de varias dicotomías simplistas que reportan las ciencias sociales: el
mercado frente a la jerarquía de la economía; el mercado frente al plan en los
estudios políticos; lo privado frente a lo público en la política; y, por último, la
anarquía frente a la soberanía en las relaciones internacionales.
En realidad, debe partirse de la idea de que la noción de buen gobierno es verter
vino viejo en recipientes nuevos. Multitud de prácticas relacionadas con el buen
gobierno han sido analizadas tradicionalmente por otros campos de estudio.
Existen al menos cuatro aspectos esenciales en este contexto: en primer lugar,
con independencia de que la importancia de la heterarquía haya cambiado o
no, la importancia del buen gobierno en los discursos especializados ha cambiado,
tal como lo muestran los estudios en las ciencias sociales. En segundo lugar, ha
reaparecido una corriente estable, pero hasta hace poco subterránea, de prácticas
heterárquicas, que han empezado a suscitar atención renovada. En tercer lugar,
la heterarquía ha recuperado la importancia que había perdido en comparación
con otros modos de coordinación. Por último, ha proseguido una tendencia al
alza, se ha vuelto predominante y es probable que siga siéndolo. En cada una de
estas interpretaciones hay parte de la verdad.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 361
José Juan Sánchez González
En este sentido, la difusión reciente de las redes, a expensas de los mercados y
las jerarquías, y del “buen gobierno” a expensas del gobierno, no es únicamente
un movimiento pendular de una sucesión regular de modos predominantes de
formulación de políticas, sino que refleja un cambio de las estructuras
fundamentales del mundo real y un desplazamiento correspondiente del centro
de gravedad en torno al cual giran los ciclos políticos.91
El ascenso del buen gobierno se debe, en parte, a modificaciones seculares
ocurridas en la economía política que han hecho que la heterarquía adquiera
más importancia que los mercados o las heterquías para la coordinación
económica, política y social. La lógica del buen gobierno como mecanismo
particular de coordinación, opuesto a la coordinación a través del mercado y a
la coordinación imperativa.
Cabe señalar que existen amplias bibliografías acerca del fracaso del mercado y
del Estado. Es importante examinar el fracaso del buen gobierno y considerar
qué influye en su probabilidad y en las capacidades de recuperarse o responder
a este fracaso. Advertir los problemas y riesgos del buen gobierno ayudaría a ver
a través de la retórica que actualmente rodea a la asociación entre agentes públicos
y privados y a la tendencia conexa a subrayar los éxitos y quitar importancia a
los fracasos.
El mercado capitalista posee una racionalidad procedimental. Es de índole for-
mal y prioriza la incesante persecución “economizadora” de la maximización
91
Ibid, p. 7.
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362 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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Capítulo V Gestión Pública y Governance
de los beneficios. El gobierno, en cambio, posee una racionalidad sustantiva. Se
orienta a metas y prioriza la persecución efectiva de metas políticas sucesivas.
La coordinación y la jerarquía del mercado son presa de los problemas que
plantean la racionalidad acotada y el oportunismo. El buen gobierno heterárquico
se basa en un tercer tipo de racionalidad: la racionalidad reflexiva. La clave de
su éxito estriba en la adhesión permanente al diálogo para generar e intercambiar
más información; disminuir el oportunismo sujetando a los participantes del buen
gobierno en un conjunto de decisiones interdependientes sobre una mezcla de
horizontes a breve, mediano y largo plazo; y basarse en las interdependencias y
fomentando la solidaridad entre todos los interesados.92
Incluso se afirma que la noción de governance ha irrumpido en la disciplina de
las relaciones internacionales, hacia el final del decenio de 1980 de manera
destacable. Lejos de irse precisando con el uso, en la actualidad es una noción
comodín que se refiere a la noción de “régimen” como a la de “orden mundial”.
Al mismo tiempo, se sigue utilizando por las instituciones financieras
internacionales para justificar sus condiciones políticas en los países que no se
consideran aptos para gestionar de modo conveniente los créditos concedidos.
La governance se acompaña entonces de un adjetivo calificativo: “good” gov-
ernance.93
92
Ibid. p. 11. “Las condiciones necesarias para un ‘buen gobierno’ heterárquico que dé buenos resultados dependen de los
modos de coordinación que se adopten, de la constitución de los objetos del ‘buen gobierno’ y de los entornos en los que los
agentes pertinentes coordinan sus actividades para alcanzar los objetivos que se han propuesto”.
93
Smouts, Marie-Claude. “Del Buen Uso del Gobierno en las Relaciones Internacionales”. Revista Internacional de Ciencias
Sociales, marzo de 1998, No. 155. www.unesco.org/issj/rics155/titlepage.155.html.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 363
José Juan Sánchez González
Los fracasos de los programas de ajuste estructural han llevado a la banca
internacional a tener cada vez más en cuenta la gestión pública de los países en
los que interviene y a enumerar los criterios de una buena administración. El
Banco Mundial define al gobierno como el conjunto de gobernantes o
administración pública: el uso de la autoridad política, la práctica de control
sobre una sociedad y la gestión de sus recursos para el desarrollo social y
económico. Por su parte, el buen gobierno implica: 1) que estén garantizadas la
seguridad de los ciudadanos y el respeto de la ley, especialmente a través de la
independencia de los magistrados, es decir, el Estado de Derecho;
2) que los organismos públicos gestionen de manera correcta y equitativa los
gastos públicos: es la buena administración; 3) que los dirigentes políticos
respondan de sus acciones ante la población: es la responsabilidad y la impunidad
(accountability); 4) que haya información y sea fácilmente accesible a todos los
ciudadanos: es la transparencia. En síntesis, “el concepto de gobierno va unido a
lo que los grandes organismos de financiación han hecho de él: una herramienta
ideológica para una política de Estado mínimo”.94
Aunque se reconocen diferencias culturales, geográficas e históricas, algunas de
las líneas que pueden considerarse como un “mal gobierno” por el Banco
Mundial95 son:
• Fallas para hacer una clara separación entre lo que es público y privado. De
ahí una tendencia a distraer recursos públicos para provecho privado;
94
Ibid, p. 4.
95
Barraza, Beatriz. Op. cit. p. 9.
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364 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
• Falla para establecer un marco previsible en lo legal y en la conducta del
gobierno, o arbitrariedad en la aplicación de leyes y reglas;
• Excesivas reglas, regulaciones, requisitos, entre otros, que impiden el
funcionamiento de los mercados e incentivan la búsqueda de rentas;
• Prioridades inconsistentes con el desarrollo que resultan en una mala
asignación de los recursos;
• Procesos de toma de decisiones excesivamente estrechos y no transparentes.
Otro punto de vista afirma que la noción de gobierno, que refleja tanto la exigencia
de reflexionar sobre las relaciones de autoridad y poder como la necesidad de
poner de relieve la función de protagonistas no estatales en los mecanismos de
regulación política.
Por desgracia, nos dice Senarclens (1998) la problemática del buen gobierno ha
sido acaparada tanto por organizaciones internacionales deseosas de legitimar
sus orientaciones y proyectos de inspiración neoliberal como por algunos autores
cuyos trabajos teóricos solían carecer de rigor, y que confundían la expansión
del mercado capitalista con el despliegue del movimiento inexorable de la historia.
Estas circunstancias no deberían desalentar la realización de estudios sobre el
buen gobierno que planteen el problema de saber cuáles son las instituciones
que resultan más adaptadas a las evoluciones del mundo contemporáneo.96
96
Senarclens, Pierre de. “Buen Gobierno y Crisis de los Mecanismos de Regulación Internacionales”. Revista Internacional
de Ciencias Sociales, marzo de 1998, No. 155. www.unesco.org/issj/rics155/titlepage.155.html
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 365
José Juan Sánchez González
El buen gobierno no ha sido definido con precisión. Se trata de una noción más
amplia que la de gobierno. Se suele emplear, al referirse al proyecto de orden
internacional, como un especie de equivalente de instituciones y prácticas
favorables a la paz y al desarrollo. Estriba en la idea de que los gobiernos de los
Estados poseen el monopolio del poder legítimo, y que hay otras instituciones y
protagonistas que contribuyen al mantenimiento del orden y participan en la
regulación económica y social. Los mecanismos de gestión y control de los asuntos
públicos implican, en el plano local, regional y nacional, un conjunto complejo
de estructuras burocráticas, poderes políticos más o menos jerarquizados,
empresas, grupos de presión privados y movimientos sociales.
Sin embargo, las concepciones neoliberales han llegado a ser dominantes en las
instituciones internacionales, ya que todas se dedican a defender la misma lógica
económica y política. Se supone que el desarrollo económico impulsado por un
mercado con un mínimo de trabas va a resolver con el tiempo los problemas
económicos y sociales, creando riqueza y empleos y atenuando, por consiguiente,
los fenómenos de pobreza tanto del Norte como del Sur. En este contexto, los
conceptos económicos clásicos y las perspectivas utilitaristas del siglo XIX relativas
a la función limitada del Estado han vuelto a ponerse de moda.
El discurso del Banco Mundial sobre el buen gobierno correcto puede considerarse
que representa una evolución positiva con respecto a sus prácticas anteriores. El
banco ha abandonado la neutralidad política que le imponían sus estatutos y ha
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366 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
manifestado su interés por las condiciones políticas del desarrollo, es decir por
cuestiones como la legitimidad, la participación de las poblaciones en los
intercambios, el Estado de Derecho, la administración de la justicia, los derechos
humanos y la libertad de prensa. Esta institución también se ha pronunciado a
favor de las ONG, los sindicatos y los movimientos de la sociedad civil.97
Sin embargo, a pesar de dichos avances, el Banco Mundial prescinde del análisis
de los contextos históricos y políticos, especialmente por lo que se refiere a las
jerarquías de poder, las contradicciones y los conflictos entre grupos sociales, la
estructura de los intercambios internacionales y las dependencias financieras y
tecnológicas. El Banco contempla al mercado como una realidad social apolítica
que funciona en virtud de una dinámica propia y que está dispuesta a liberar las
fuerzas de la sociedad civil, así como a permitir el progreso económico y social
cuando el contexto institucional es favorable para su expansión.98
En suma, existe la necesidad de que la noción de buen gobierno, que permite
analizar no solamente a las instituciones clásicas, sino las formas de democracia,
el poder y sus instrumentos, deben incluir los nuevos mecanismos de coordinación
social y los nuevos actores que hacen posible la acción política.
97
Ibid, p. 9.
98
Ibidem. “Los trabajos sobre el buen gobierno tienen el mérito de recordarnos que los Estados y las organizaciones
intergubernamentales no son los únicos que apoyan y promueven el orden internacional y los regímenes de cooperación.
Estos trabajos han aclarado que los cambios estructurales están modificando las condiciones de ejercicio de la soberanía, y
que a partir de ahora en la política internacional intervienen e influyen numerosos protagonistas no estatales. (...) Además,
una buena parte de los trabajos publicados sobre el buen gobierno se ha preocupado por algunos problemas éticos que se
plantean en las relaciones internacionales, así como por una gestión de índole liberal de la sociedad civil, especialmente de
ONG, empresas, científicos y expertos”.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 367
José Juan Sánchez González
5.5 Governance: La recuperación del ingrediente político en la
administración pública
La governance contribuye a recuperar el elemento político en la Administración
Pública. Mientras que la gestión pública fortalece las capacidades administrativas
del gobierno, la governance intenta mejorar las capacidades políticas del gobierno.
Por ello, la gestión pública requiere del ingrediente político para alcanzar los
objetivos previamente establecidos.
Una propuesta sólida en la que puede mostrarse la importancia de la govern-
ance y la gestión pública es la de Moore (1995). Para este autor, aunque muchas
de las técnicas de la gestión empresarial son igualmente aplicables al sector
público, se plantea de manera errónea ya que el sector público crea valor de
una manera diferente al sector privado.99 Para este autor, el sector público a
pesar de poder crear valor en la provisión de determinados bienes y servicios
que el sector privado no puede producir, fundamentalmente crea valor en la
manera en que produce dichos bienes, es decir, a través del diálogo comunitario,
la participación social y el respeto a los valores constitucionales y democráticos.
El directivo público es quien, según Moore, debe estimular y conducir el diálogo
comunitario para la definición y constante evaluación de la gestión pública.
Para romper con la tradicional dicotomía entre política y administración, este
99
Moore, Mark H. Gestión Estratégica y Creación de Valor en el Sector Público. Barcelona, Paidos, 1998, p. 16.
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GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
autor propone una nueva clase de responsable público, el directivo y capacidad
política, expresada a través de la gestión política. Se trata de que el directivo
público debe encargarse de obtener una misión o mandato explícito para su
organización o programa, de cuya ejecución posteriormente debe rendir cuentas
ante los representantes democráticos de la sociedad. No se trata de que el directivo
imponga su propia concepción del valor público, sino de que tome la
responsabilidad de obtener dicho mandato y obligarse a su cumplimiento.
Pero ¿quiénes son los gestores públicos? Moore señala que los cargos de elección
del poder ejecutivo –presidente, gobernadores y presidentes municipales- pueden
considerarse como gestores públicos. Son responsables constitucionalmente de
la ejecución de las leyes y el uso de los recursos públicos. Alternativamente, se
puede considerar como gestores públicos a los responsables nombrados por los
cargos electos para dirigir las agencias: los administradores, comisionados o
directivos. A menudo, estos ejecutivos políticos asignan a su staff la
responsabilidad de gestionar proyectos y llevar a cabo determinadas iniciativas
políticas, los miembros de dichos staffs se podrían considerar gestores públicos.
O podrían considerarse gestores públicos a los funcionarios de rango superior
que apoyan a los cargos electos y sus staffs.100
Incluso aquellos que liderean grupos de interés se podrían considerar como
importantes emprendedores o gestores públicos, ya que a menudo inician o
100
Ibid, p. 20.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 369
José Juan Sánchez González
paralizan las organizaciones públicas. Por último, algunos gestores privados se
convierten en gestores públicos al trabajar para el gobierno. Sin embargo, aunque
muchos funcionarios pueden denominarse gestores públicos, sólo unos pocos
disponen de autoridad directa sobre los recursos públicos y responsabilidad por
lo que se refiere a la actuación del sector.
La gestión pública en el sector público debe empezar analizando la política. Por
política, no sólo debe entenderse como las expectativas y aspiraciones de los
ciudadanos y representantes, sino también los acuerdos políticos recogidos en
la legislación y que definen los mandatos de actuación de los directivos.
Para Moore los procesos políticos y legislativos, y las leyes derivadas de éstos,
merecen esta consideración.101 En primer lugar, en este ámbito los directivos
deben intentar descubrir qué propósitos valora la población y, por consiguiente,
defenderlos práctica y normativamente como centro del esfuerzo directivo. En
la política y a través de la política, los directivos pueden descubrir y encontrar
la forma de moldear los mandatos para la acción. En segundo lugar, las
instituciones políticas otorgan a los directivos públicos los recursos que necesitan
para realizar los objetivos operativos, incluyendo el dinero y la autoridad sobre
sus propias organizaciones y, más allá de éstas, sobre aquellos que contribuyen
al propósito de los directivos. En tercer lugar, a través del debate político y
legislativo, los directivos públicos, tanto en la teoría como en la práctica, deben
101
Ibid, p. 166.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
370 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
rendir cuentas de sus actos, ya que su reputación como buenos directivos se
construye a través de la evaluación de los resultados de su tarea. La gestión
política es una de las funciones clave de la gestión pública.
La gestión pública es una función importante por una razón muy sencilla: para
conseguir objetivos operativos, los directivos públicos a menudo necesitan la
colaboración de actores que están fuera del ámbito de su autoridad directa.
Generalmente, los directivos necesitan estos actores externos por una o varias
de las siguientes razones: les es necesario su permiso para utilizar recursos
públicos para una determinada misión, o su apoyo operativo para producir los
resultados de los cuales son responsables. Dado que dichos actores se encuentran
fuera del ámbito de la autoridad directa del directivo, éste no puede simplemente
ordenarles una determinada acción, sino que debe persuadirles. Por este motivo
es apropiado ver la dimensión política de la tarea directiva.
En el núcleo de la gestión pública, los actores que siempre están presentes y los
que se ve siempre prestar atención son los que nombran a los directivos, establecen
los términos de su responsabilidad y les proporcionan recursos. La figura más
importante en dicho contexto son los superiores inmediatos de los directivos,
generalmente los políticos. En realidad, muchos gestores públicos consideran
que sus inmediatos superiores son la única pieza relevante de su entorno
autorizador. Dicha concepción es defendida por los superiores políticos que
desearían ganar control efectivo sobre lo que los directivos subordinados hacen.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 371
José Juan Sánchez González
Los gestores públicos deben implicar a los actores del entorno político externo
para conseguir apoyo político, ganarse la legitimidad y movilizar a los actores
que están fuera del ámbito directo de su autoridad. Aunque parece que se trata
de una cuestión técnica, es también una cuestión ética. La manera en que los
gestores públicos implican a su entorno político determina la calidad de la
gobernabilidad democrática de que gozan los ciudadanos. Esta convicción afecta
a la convicción que tenemos de que los gestores públicos persiguen propósitos
genuinamente colectivos en lugar de su interés personal o sus propias
concepciones del bien público.102
En suma, la gestión política debe ser entendida como el esfuerzo por movilizar
la autoridad política y la legitimidad por un propósito, puede ser particularmente
importante para las organizaciones que regulan e imponen la ley. Sin el apoyo
público para ayudarles en la tarea de la imposición, no pueden alcanzar el grado
de conformidad que necesitan para la consecución de sus objetivos.
La governance no es una fórmula mágica, sino tan sólo, una visión y praxis
diferente del gobierno, orientada en función de la sociedad civil y de la
ciudadanía, que utilizará la negociación, el pacto y el consenso, antes que la
jerarquía, la fuerza y la imposición sin diálogo.103 Dentro de los retos más
importantes de la gestión pública, enmarcadas dentro de esta visión de govern-
ance se encuentran las siguientes:
102
Ibid, p. 201.
103
Canales Aliende, José Manuel. “Gobernabilidad y Gestión Pública”. En Olías de Lima, Blanca (coord.) La Nueva Gestión
Pública. Madrid, Prentice Hall, 2001, pp. 45-46.
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372 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
1. La gestión multinivel y en red, entre instituciones públicas y privadas y
del llamado “tercer sector”, así como relaciones intergubernamentales (entre
organizaciones públicas de distinto nivel) e interorganizativas (entre la
administración pública y la sociedad civil);
2. La complementariedad entre lo público y lo privado, frente a la separación
y al enfrentamiento precedente. Los mecanismos cuasi competitivos y de mercado
no pretenden eliminar el financiamiento y la provisión pública, sino gestionar
menos burocráticamente las políticas públicas. La provisión es pública, la
producción privada.
3. La configuración de la estructura de las organizaciones públicas de una
forma menos piramidal y jerárquica, por una más plana y flexible.
4. No puede olvidarse que la administración pública es titular del poder
público y que lo ejerce coactivamente en su caso.
5. Elevar la confianza y la motivación de los empleados públicos. La
motivación y la participación de éstos en los procesos de cambio es ineludible.
6. Establecer un nuevo modelo de responsabilidades por la gestión pública,
diferente y complementario del de legalidad.
7. La necesidad de una cierta autoridad, no incompatible con la autonomía
y la descentralización de la gestión pública.
8. En la gestión pública existen limitaciones legales y presupuestales fruto
del Estado de Derecho. Este punto es irrenunciable, aunque deban necesariamente
transformarse y adoptarse sus categorías jurídicas.
9. Las decisiones previas de la gestión pública son políticas, el mercado no
puede ni debe sustituir nunca a las instituciones democráticas.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 373
José Juan Sánchez González
10. La innovación y el aprendizaje aparecen como necesarios para el progreso
y del desarrollo de la gestión pública hoy.
11. La evaluación supone un instrumento y una práctica muy idónea no sólo
para el cambio organizativo, sino también para el aprendizaje previo de las
organizaciones y para la participación ciudadana.
12. La gestión pública, además de nuevos instrumentos o herramientas de
gestión, y de las habilidades directivas necesarias para quien la desempeñe,
necesita desarrollar ad intra y ad extra políticas de información y de comunicación
adecuadas y transparentes.
13. La transformación del presupuesto de una mera expresión legal y contable
en un instrumento para la dirección y la gestión pública.
14. Deben impulsarse nuevas formas de relacionarse del sector público con
la ciudadanía y los actores sociales y económicos.
15. Una profesionalización creciente de la función pública y una dirección
pública profesional y cualificada.
16. Los ciudadanos deben ser algo más que clientes, deben ser “copropietarios”
y como tal deben decidir y participar en aquello que les afecte.
17. Impulsar una nueva ética pública basada en los principios de legalidad,
honestidad, respeto a la ley y probidad pública.
A partir de esta influencia de la governance a la gestión pública, el resultado
deberá ser un modelo más pluralista, más abierto, participativo, innovador,
creativo, finalista y gerencial. Este modelo debe estar fundado en la misión y en
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
374 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
los valores democráticos a desarrollar, y en el logro de los máximos resultados al
servicio del ciudadano.104
En otra perspectiva, Moreno (2000) que traduce la governance como gobernaza
afirma que este neologismo se refiere a aquellos cinco momentos de la
gobernanza: la corporativa, la urbana, la buena gobernanza, la global y la
militar.105
La primera, es la gobernanza de la empresa y de estructuras de gobernanza
(corporate governance, governance structures) desde los años de 1970, en par-
ticular en la obra de Oliver Williamson, para designar la política interna de la
empresa, esto es el conjunto de dispositivos que ésta aplica para efectuar
coordinaciones eficaces en dos planos: los protocolos internos cuando la empresa
está integrada (jerarquía) o bien los contratos, asociaciones temporales, uso de
normas, cuando el producto o servicio se subcontrata. La gobernanza es, en esta
primera fase, una metáfora de la política: la política es la economía concebida
como gestión de las personas con vistas al beneficio.
El segundo gran momento de la gobernanza marca su transición hacia el ámbito
público: la gobernanza se hace urbana (urban governance). La gobernanza ur-
bana es inicialmente el resultado de los intentos contradictorios de los
ayuntamientos británicos de la era Thatcher de gestionar la ciudad con recursos
104
Ibid, p. 46.
105
Moreno, J.D. “De la ‘Gobernanza’ o la Constitución Política del Neoliberalismo”. Viento Sur. www.nudo.50.org/viento_sur/
ultimo/htm.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 375
José Juan Sánchez González
financieros fuertemente recortados. Existe una contradicción porque el asunto
es que las reducciones y privatizaciones de los servicios públicos se combinan
con prácticas de resistencia y solidaridad de las clases populares que luchan por
no ser excluidas. Con este tipo de gobernanza se logran tres objetivos al mismo
tiempo: se reduce el gasto público, se aumenta el beneficio privado y se suprime
en gran medida el margen de intervención de las clases populares en la gestión
de los asuntos públicos.
Una tercera etapa es la llamada buena gobernanza (good governance). La buena
gobernanza es, en este contexto, la disciplinada aplicación de los planes de
ajuste estructural ahora radicalizados y denominados “estrategias de reducción
de la pobreza”. A esta gobernanza que a escala nacional gestiona los efectos de
las políticas neoliberales hay que añadir una cuarta: la gobernanza global. Esta
es flexiblemente articulada con las políticas de organismos internacionales como
el FMI, el Banco Mundial, la OMC, la OCDE, el Foro Económico Mundial y las
instituciones de la Unión Europea.
Un último aspecto importante de esta gobernanza mundial es el militar. Aquí
también, la desaparición de las líneas entre lo público y lo privado y la
intervención de la sociedad civil y de las empresas, se hace evidente. La confusión
entre lo político y lo militar, la paz y la guerra, la economía y la acción comunitaria
son señas de una gobernanza flexible orientada a la máxima eficacia y
rentabilidad, sin que nadie se detenga a preguntar desde una instancia política
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
376 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo V Gestión Pública y Governance
cuáles son los fines perseguidos. Lo fundamental en la lógica de la gobernanza,
como en la del capital, es que la pregunta por los fines no se plantea: sólo los
medios cuentan.
Es frecuente, al considerar la gobernanza, ver en ella un mero cambio de estilo
en el modo de gobernar sin que ello suponga ningún cambio político funda-
mental. La gobernanza mejoraría la eficacia del Estado agilizando la vida social
y económica: incluso, en término de Giddens –el teórico de la Tercera Vía-
serviría para “democratizar la democracia” liberándola de la carga del Estado
social y acercándola a la “sociedad civil”. Sin embargo, un simple repaso de sus
objetivos explícitamente declarados permite ver su absoluta incompatibilidad
con los conceptos e instituciones básicas de la democracia. La soberanía popu-
lar, el principio de legalidad, la separación de poderes, la idea misma de ley, la
distinción entre lo público y lo privado son abandonadas como antiguas. El
cambio del modelo político que de manera más o menos explícita supone la
gobernanza es un auténtico proceso constituyente encaminado a que las
realidades económicas y sociales de 30 años de neoliberalismo queden legal y
políticamente sancionadas.106
Para Moreno la gran paradoja de la gobernaza es que se propone ampliar la
democracia hacia la sociedad civil que es precisamente aquel conjunto de
relaciones en que los ciudadanos son sólo agentes de un interés particular.
106
Ibid, p. 5.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 377
José Juan Sánchez González
El ciudadano sólo es tal, cuando es integrante del pueblo soberano. Las
prerrogativas que colocan la ley, expresión de la voluntad del soberano, por
encima del interés privado son la única garantía de los ciudadanos que integran
la persona colectiva del soberano contra la desigualdad y contra la dominación
de los más débiles por los más fuertes. Así, la aparente “devolución” de poderes
que realiza la gobernaza neoliberal a favor de la sociedad civil equivale a
expropiar al pueblo de su soberanía.
Para mejorar la gobernabilidad democrática y aumentar la capacidad de la gestión
pública se requiere no sólo la construcción de administraciones públicas
meritocráticas, bien incentivadas y con habilidades para gerenciar en contextos
de marcada incertidumbre y turbulencia. Más bien, se requiere complementar
este componente burocrático con un entramado de reglas de juego (instituciones)
formales e informales que mejoren la organización y representación de todos los
grupos sociales. A la vez que sirvan para fomentar la coordinación y/o cooperación
entre los agentes estatales (políticos, expertos y administradores públicos) y los
distintos sectores que componen la sociedad, en especial aquellos con menores
recursos de organización y voz para expresar sus necesidades.107
107
Repetto, Fabián. “¿Es Posible Reformar el Estado sin Transformar la Sociedad? Capacidad de Gestión Pública y Política
Social en Perspectiva Latinoamericana”. Reforma y Democracia. Caracas, CLAD, No. 16, febrero 2000, p. 5.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
378 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
C a p í t u l o VI
Nuevas Orientaciones y Campos
de la Gestión Pública
La gestión pública es un campo reciente de estudio que deriva del
uso de la voz management. Más que un campo de conocimiento
académico, representa un esfuerzo institucional para generar nuevas
condiciones de flexibilidad y capacidad de respuesta de la
administración pública.
En este último capítulo se describen y estudian algunas características
fundamentales de la gestión pública (dimensión democrática, política,
económica, innovación, legitimidad y el papel del factor humano)
que algunos autores en sus estudios han olvidado; asimismo, se
describen los nuevos campos de la gestión pública (ética,
interinstitucional, estratégica, de calidad y de conocimiento) para
demostrar que el uso generalizado que tiene la voz la gestión pública,
por lo que al final del mismo, se presentan algunos escenarios posibles
de su futuro en el presente siglo.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 379
José Juan Sánchez González
Cabe señalar que el autor comparte la tesis que la única forma de que la gestión
pública recupere su naturaleza “pública” es a partir de su “publificación” tomando
como centro de origen el concepto de interés público. Por ello, se revisan los
futuros alternativos de la gestión pública que pueden aportar mayor consistencia
a su fundamentación teórica.
6.1 Orientaciones de la gestión pública
En otro capítulo se ha sostenido que existen diversos “usos” del concepto de la
Nueva Gestión Pública. Desde la utilización de la gestión privada, empresarial y
de calidad, hasta la gestión pública como tal. En este contexto, la orientación
que nos interesa describir es retomar lo “público” de la gestión pública a partir
de nuevas categorías que contribuyen a ampliar su interpretación. De no hacerlo,
la visión reduccionista continuaría prevaleciendo en la comprensión de la gestión
pública.
La simplificación de la Nueva Gestión Pública implica una disminución de las
diversas características y dimensiones de su naturaleza. El intento simplista de
alejar la dimensión política y democrática de la gestión pública, es pretender
desconocer el ámbito, entorno y cultura administrativa que determina en última
instancia alcanzar los logros políticamente establecidos por el Estado. Revisemos
los alcances de estas categorías para recuperar el sentido primigenio de la gestión
pública.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
380 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo VI Nuevas Orientaciones y Campos
de la Gestión Pública
6.1.1 Dimensión democrática de la gestión pública
Quim Brugué (1996) señala que la atracción que ha ejercido la gestión
empresarial, las modas privatizadoras y desreguladoras, o más genéricamente,
el desprestigio del gobierno y de la cosa pública contribuye a explicar porque,
durante la última década, la dimensión democrática de la administración pública
ha aparecido únicamente en algunas eruditas notas a pie de página. Esta
marginación no ha conseguido reducir la importancia del tema.1
La dimensión democrática de la administración pública no supone un menoscabo
de algo que sí ha estado muy presente en los debates recientes sobre su
modernización: la mejora en la economía y la eficiencia de sus actuaciones.
Supone, en cambio, recordar que la administración pública no se entiende sin
sus referentes políticos y sociales. La reconoce como algo más que un instrumento
técnico o brazo ejecutor. Muy al contrario, la administración pública configura
un espacio donde surgen y se resuelven conflictos, donde interactúan intereses
contrapuestos, donde se prioriza entre valores en competencia y donde, en
definitiva, se dan cita todos los elementos de un debate político.
Además, recuperar la dimensión democrática de la administración pública supone
también aceptar que los conflictos, las luchas, los valores o los intereses que se
entrecruzan en su interior no deben resolverse –al menos de forma exclusiva- a
1
Brugué, Quim. “La Dimensión Democrática de la Nueva Gestión Pública”. Gestión y Análisis de Políticas Públicas.
Madrid, INAP, No. 5-6, enero-agosto 1996, p. 45.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 381
José Juan Sánchez González
través de mecanismos mercantiles. La administración pública debe orientarse a
la configuración de un determinado modelo de sociedad, sus actuaciones sirven
para darle una forma determinada y, por lo tanto, incorpora una elección que no
está exenta de conflictividad.2
Entonces el déficit democrático debe entenderse como la incapacidad de las
administraciones públicas para articular un discurso político –un debate
democrático- que sirva para resolver los conflictos que se dan en su interior,
para priorizar entre los valores en competencia y, en definitiva, para permitir al
conjunto social escoger lo que desea de su administración.
La Nueva Gestión Pública tiene dos dificultades esenciales. En primer lugar,
carece de coherencia interna. Cuando se analizan formulaciones aparentemente
coincidentes, aparecen notables diferencias de fondo que dificultan su
generalización. Después de una breve exploración, todos parecen reconocer
que el dinosaurio de la Administración Pública Progresiva se ha extinguido,
pero a la hora de definir el dinosaurio en la última versión de la Nueva Gestión
Pública, parece que cada autor ha dado con un animal diferente.
La segunda dificultad radica en que la dimensión democrática ha quedado
marginada de la mayor parte de las discusiones de la Nueva Gestión Pública. Se
detecta una clara obsesión por mejorar la eficiencia de las actuaciones
burocráticas a partir de la noción de cliente, mientras que su democratización
se da por supuesta o se olvida completamente a partir de la idea de ciudadano.
2
Ibidem.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
382 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo VI Nuevas Orientaciones y Campos
de la Gestión Pública
En resumen, la pauta argumental tiene que ser muy clara: si la administración
pública no es un mero instrumento ejecutor sino que también es un espacio de
conflicto político, entonces la gestión pública debe incorporar esta dimensión
en su quehacer diario; y, por otro lado, si nos situamos en un entorno democrático,
está incorporación no puede improvisarse sino que debe dar expresión a los
valores democráticos del sistema político donde se ubica.3
La tesis central de Brugué es que hay dos situaciones que la Nueva Gestión
Pública olvida de la dimensión democrática: 1) que la dicotomía política-
administración no existe y es artificial, por lo que se trata de una ficción analítica
y 2) que su argumentación discursiva proviene de la gestión privada y por lo
tanto olvidan las peculiaridades del ámbito público. Parafraseando a Metcalfe,
hasta ahora la Nueva Gestión Pública se ha dedicado a imitar, lo que hace falta
es empezar a innovar. La innovación debe partir de esquemas democratizadores
que proporcionen mayor sustento a los ciudadanos.
6.1.2 Dimensión política de la gestión pública
Ranson y Stewart (1994) promueven dentro de la Nueva Gestión Pública una
redefinición mediante lo que se conoce como PSO (public service orientation).4
En su libro reconocen que las críticas al despilfarro, a la ineficiencia y a la
ineficacia de la administración pública progresiva son acertadas; pero subrayan
3
Ibid, p. 57.
4
Ranson, S. y Stewart, J. Management for the Public Domain. Londres, Macmillan Press, 1994. Citado por Quim Brugué.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 383
José Juan Sánchez González
que una alternativa como la Nueva Gestión Pública debe referirse a alguna cosa
más que a la disfuncionalidad interna de estas administraciones. Ellos representan
las posturas más críticas dentro del mundo de los estudiosos de la gestión pública,
ya que para ellos el discurso instrumental es secundario y, en cambio, proponen
recuperar la esencia política de la Nueva Gestión Pública.
Para estos autores, la gestión pública se caracteriza por la universalidad de sus
objetivos, por expresar valores de índole política, por dedicarse a reconciliar la
diversidad de intereses sociales y por mediar entre los intereses particulares y el
interés colectivo. De este modo, creen que cualquier propuesta para diseñar una
reforma administrativa –objeto de la NGP- no puede quedar agotada en sus
aspectos instrumentales, sino que debe fomentar la aparición de una nueva moral
y de un nuevo orden político que responda a las necesidades de una sociedad
en profunda transformación. 5
La administración pública expresa valores, por lo que existe una diferencia entre
los valores socialdemócratas que caracterizaron a la Administración Pública
Progresiva desde los años de 1950 y el dominio de los valores mercantiles que
defienden las más populares corrientes de la Nueva Gestión Pública. Con la
reciente aparición del modelo consumerista –concepto con el que se refiere a la
Nueva Gestión Pública- los antiguos objetivos de igualdad y universalidad han
dado paso a los de la triple-E (economía, eficiencia y eficacia). La persecución
de estos objetivos, además, ya no se realiza desde el profesionalismo sino desde
la introducción de mecanismos de mercado en la administración pública.
5
Ibid, p. 55.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
384 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo VI Nuevas Orientaciones y Campos
de la Gestión Pública
Por ello, existe una contradicción en ese sentido, debido a que cualquier intento
de modernizar la administración pública ha de hacer frente a un dilema de difícil
solución: lograr con economía eficiencia y eficacia la obtención de resultados
capaces de reconciliar intereses individuales con los colectivos. Se trata de
combinar la dimensión instrumental con la dimensión política. Pero esta
combinación –según Quim- no se obtiene a través del mercado, ya que por
definición el mercado no deja espacio para la lógica política, sólo prevalece la
lógica económica.
La opción es democratizar la Nueva Gestión Pública. Para lograrlo, en primer
lugar, hay que reconocer que la gestión pública sirve para dar expresión a una
gran diversidad de objetivos en competencia y que, consecuentemente, se trata
de una actividad política. En segundo lugar, el carácter político de la
administración pública se concreta en la recuperación de un concepto de
ciudadanía que permita la expresión activa de las opiniones de los individuos,
que por tanto se aparte de la pasividad que se deduce de la clientelización que
propone el modelo consumerista. “Esta expresión de la ciudadanía ha de ser
utilizada para generar, a través de un discurso abierto y pluralista, la legitimidad
política de la administración pública”.6
En resumen, la elección colectiva que legitima democráticamente la actuación
de la administración pública ha de ser articulada a través de un discursos político.
6
Ibid, p. 56.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 385
José Juan Sánchez González
Esta elección se determinará mediante las instituciones públicas o, mejor todavía,
debe partir de la votación de los ciudadanos. Se propone que la Nueva Gestión
Pública reconozca y exprese su dimensión política, que sirva para articular
discursos colectivos y que sea capaz de escuchar a la ciudadanía.
6.1.3 Dimensión económica de la gestión pública
Un aspecto importante en los países de América Latina lo constituye la dimensión
económica de la gestión pública. Para Martner (2001) el nuevo paradigma de
gestión pública por resultados supone establecer reglas fiscales claras, con metas
de mediano plazo y capacidad de estabilización en el corto plazo, pero también
avanzar en la asignación de proporciones crecientes de gasto público de manera
plurianual. 7
Para este autor, en América Latina la mayoría de las reformas del sector público
y las recientes leyes de responsabilidad fiscal han procurado eliminar o restringir
el papel fundamental de regulación macroeconómica que se les atribuye
tradicionalmente a las finanzas públicas. Por ello, es esencial que las reglas fiscales
respeten dos principios fundamentales, como son la responsabilidad y la
estabilidad. El primero ha sido, por lo general, el único objetivo de las reformas
recientes de nuestros países; el segundo ha tenido un espacio bastante menor.
7
Martner, Ricardo. “La Gestión Pública Orientada a la Inversión y al Crecimiento”. Revista de la CEPAL, Santiago de Chile,
No. 74, agosto 2001, p. 21.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
386 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo VI Nuevas Orientaciones y Campos
de la Gestión Pública
Este último, entendido como el objetivo de mantener a un nivel alto la producción,
el empleo y el bienestar social, no es incorporado explícitamente en las leyes de
responsabilidad fiscal de América Latina.
Para garantizar un crecimiento económico estable y una adecuada ejecución de
los planes y programas votados por la ciudadanía, la gestión pública enfrenta
tres desafíos fundamentales: 1) respetar una regla macrofiscal a lo largo del ciclo
presupuestal; 2) identificar la aparición de déficits estructurales y 3) eliminar el
tradicional sesgo contra la inversión.8
A medida que la estabilización macroeconómica permite visualizar un horizonte
a mediano plazo, se hace cada vez más necesario el rescate de la planificación,
como un instrumento fundamental en la gestión pública latinoamericana. Realizar
un esfuerzo de prospectiva para incorporar anticipación y un horizonte de largo
plazo en el proceso de toma de decisiones es una de las tareas decisivas de la
gestión pública contemporánea.
Preparar la gestión pública para el futuro supone avanzar en siete áreas bien
definidas: 1) reglas macrofiscales claras; 2) presupuestación plurianual;
3) presupuesto base cero; 4) relajación de controles internos; 5) contabilidad y
gestión sobre base devengada; 6) evaluación de resultados y 7) convenios de
desempeño.9
8
Ibid, p. 23.
9
Ibid, p. 32.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 387
José Juan Sánchez González
La gestión pública podría facilitar el proceso de toma de decisiones y los arbitrajes,
tanto a nivel central como regional, si es diseñada a partir de ejercicios
prospectivos y de planes estratégicos, con reglas fiscales de mediano plazo,
programación presupuestal plurianual, convenios de desempeño, instancias de
coordinación efectiva y sistemas abiertos de evaluación de planes y programas.
La intención es lograr una gestión pública flexible, descentralizada y con mayor
responsabilidad y capacidad de acción de sus actores, a partir de sus necesidades
y requerimientos nacionales.
En suma, los desafíos macroeconómicos que enfrenta la gestión pública son:
primero, potenciar el papel catalizador del gasto público en el crecimiento de
largo plazo; segundo, aminorar los efectos no deseados de la globalización y la
apertura comercial, en particular, los referidos a la obligación del sector público
de proteger las regiones, sectores o personas más vulnerables a estos procesos;
tercero, manejar un nivel de deuda pública que permita garantizar la credibilidad
del Estado como agente macroecónomico y preservar su capacidad de reacción;
cuarto, buscar mecanismos para mejorar la coordinación de las políticas públicas
orientadas a la estabilización macroeconómica con los restantes agentes; y quinto,
disminuir el carácter cíclico de las finanzas públicas.10 La dimensión económica
de la gestión pública debe tener como punto esencial el interés público de las
naciones, por encima de los intereses de los organismos internacionales y
globalizadores.
10
Martner, Ricardo. Gestión Pública y Programación Plurianual. Desafíos y Experiencias Recientes. CEPAL, Instituto
Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social (ILPES), Serie Gestión Pública, No. 6, Santiago de Chile,
julio de 2000, p. 5.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
388 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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Capítulo VI Nuevas Orientaciones y Campos
de la Gestión Pública
6.1.4 Innovación en la gestión pública
La innovación es otro elemento fundamental para reorientar y publificar la gestión
pública. La innovación comprende aspectos tales como una mejoría en la
coordinación, tanto entre las unidades administrativas a nivel horizontal y verti-
cal. La coordinación permite una mejora en la jerarquización de la gestión pública.
Otro punto, dentro de la innovación es la descentralización y la desconcentración.
Ambas políticas responden tanto a criterios administrativos como político-
institucionales. En el proceso de innovación se requiere un mejoramiento en la
gestión de los recursos humanos.11 La innovación es el medio para mejorar el
desarrollo de la administración pública, es decir, el desarrollo es el fin a alcanzar
en las innovaciones administrativas (Ospina, 1993).12
La investigación de las innovaciones ha ocupado la atención de gran número de
científicos sociales en diversas disciplinas. Una buena parte de la bibliografía
intenta explorar los motivos que se presentan para innovar. En ambientes ajenos
al mercado, los medios para innovar consisten en tres elementos básicos: 1) las
motivaciones de las organizaciones en el sector; 2) los modos en que los usuarios
(por lo general votantes) y los financieros (por lo general legisladores) limitan la
conducta de las dependencias y 3) los mecanismos para compartir información
y valores entre organizaciones en el proceso de inversión e imitación.13
11
Ávalos Aguilar, Roberto. “Innovación de la Gestión Pública: Análisis y Perspectiva”. Gestión y Estrategia. México, UAM,
No. 8, julio-noviembre de 1995.
12
Ospina Bozzi, Sonia. “Gestión, Política Pública y Desarrollo Social: Hacia la Profesionalización de la Gestión Pública”.
Gestión Pública y Política Pública, México. CIDE, vol. II, No. 1, enero-junio 1993.
13
Perry, James L., Kraemer, Kenneth, Dunkle, Debora y Leslie King, John. “Motivaciones para Innovar en las Organizaciones
Públicas”. Barry Bozeman (coordinador). La Gestión Pública. Su Situación Actual. México, Colegio Nacional de Ciencias
Políticas y Administración Pública, Universidad Autónoma de Tlaxcala, F.C.E., 1998, p. 394.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 389
José Juan Sánchez González
Asimismo, algunos estudiosos han identificado, en general, cinco motivaciones
para innovar en la gestión pública.14 La primera motivación según Feller
(1980,1981) es la que distingue entre dos motivaciones potenciales. Una de
ellas incluye el grado en que una innovación aumenta la eficiencia de la
producción (reducir el costo para aumentar el nivel de producción). La otra
motivación contrasta con la eficiencia en el servicio. Se adapta la innovación sin
reducción de costo, pero se mejoran o intensifican los servicios y potencialmente
se incrementan. Este autor afirma que los burócratas prefieren las innovaciones
que aumenten el servicio: éstas también aumentan los presupuestos de la
dependencia, lo que extiende los usuarios a los que atienden y oscurece los
costos de producción, al mismo tiempo que alteran las mezclas de insumos y los
servicios prestados.
Una segunda motivación se refiere a que algunas innovaciones incluyen
intercambios entre los intereses de los ciudadanos y el control burocrático. Al
respecto se identifican dos modelos para la adopción de sistemas de
computadoras. Según el modelo racionalista, la tecnología computacional sirve
a los ciudadanos ofreciéndoles más servicios en forma más equitativa. De acuerdo
con el modelo de la política de refuerzo, las computadoras son instrumentos
para los intereses más poderosos. Por ello, otra dimensión de la motivación para
innovar es la toma de decisiones y el control. En ese sentido, la adopción de
tecnologías no es impulsada básicamente por consideraciones de eficiencia, sino
14
Ibid, pp. 394-396.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
390 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo VI Nuevas Orientaciones y Campos
de la Gestión Pública
que sugieren que la eficiencia en el servicio resulta menos importante que el
reforzamiento de las disposiciones de poder existentes.
Una tercera motivación es que se afirma que el control es la motivación básica
de la innovación. Así, el crecimiento se debe más a la atención de los
administradores hacia las preocupaciones inmediatas que a cualquier
maximización de la utilidad. Una cuarta motivación para innovar es la que
identifica Mohr (1969) en el sentido de que las organizaciones públicas realizan
innovaciones para buscar el status profesional. Este autor descubre que en las
organizaciones de salud, los grandes departamentos deciden adoptar un gran
número de programas, en lugar de disminuirlos. Esta situación se debe a una
innovación motivada por el prestigio y el status profesional de parte del funcionario
y de otros miembros de los departamentos de salud.
Una quinta motivación para innovar, puede residir en la novedad de un proceso
o producto: es el simbolismo de la innovación. Los funcionarios pueden favorecer
un nuevo producto o proceso simplemente porque es nuevo y representa un
modo alternativo de hacer las cosas. Una innovación puede atraer la preferencia
por la modernidad de las cosas o el cambio por el cambio mismo.
Metcalfe (1999) afirma que en los próximos años, la gestión pública tendrá que
elaborar nuevos conceptos y modelos de gobierno que modifiquen los procesos
de formulación de políticas, renueven los criterios utilizados para juzgar la eficacia
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 391
José Juan Sánchez González
de las políticas y transformen los patrones y procesos de responsabilidad pública,
además de desplegar técnicas de gestión más conocidas.
La gestión pública debe reconocerse como el principal ámbito de innovaciones
creativas en la teoría y la práctica de la gestión. Los gobiernos, causal o
deliberadamente, tienen problemas de gestión mucho más difíciles de los que
pueda tratar de superar cualquier empresa. Si la base de la reforma de la gestión
pública ha sido hasta ahora la imitación de la administración de empresas, el
desafío que se presenta en los años noventa es emprender el camino de la
innovación desarrollando nuevos métodos de gestión que respondan a las
necesidades propias del Estado.15
La idea central es que está a punto de agotar la aplicación de las prácticas de la
administración de empresas en el sector estatal, porque se tiene que pasar de la
imitación a la innovación en la gestión pública para desarrollar conceptos,
métodos y herramientas propias del sector público. “Los problemas con que
tropieza el Estado son tales que éste se convertirá en el vivero de la innovación
en el terreno de la gestión. Pero para poder pasar de la imitación a la innovación,
la gestión pública necesita nuevos cimientos teóricos”.16
Por lo tanto, para Metcalfe la diferencia entre imitación e innovación de la gestión
pública es más clara. La imitación de la reforma de la gestión en el Estado,
15
Metcalfe, Les. “La Gestión Pública: de la Imitación a la Innovación”. En Losada Marrodán, Carlos. ¿De Burócratas a
Gerentes? Las Ciencias de la Gestión Aplicadas a la Administración del Estado. Washington, Banco Interamericano de
Desarrollo, 1999, p. 48.
16
Ibid, p. 66.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
392 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo VI Nuevas Orientaciones y Campos
de la Gestión Pública
consiste en adoptar y adaptar ideas de gestión utilizadas en las empresas y otros
contextos para mejorar las capacidades microinstitucionales. Mientras que la
labor de innovación de la gestión pública en cuanto macroproceso consiste en
desarrollar capacidades macroorganizativas nuevas y muy específicas para
abordar el cambio estructural en el plano interinstitucional. Las capacidades de
macrogestión necesarias para orientar la reorganización en gran escala y las
grandes reformas no tienen equivalentes en las empresas o negocios comerciales.
En cuanto macroproceso, la gestión pública requiere un proceso de gestión
interinstitucional en el que las distintas organizaciones e intereses implicados en
un sistema de política pública compartan la responsabilidad de orientar el cambio
estructural, al mismo tiempo que conservan su autonomía en la gestión del cambio
incremental. La innovación de la gestión pública debe considerarse a partir de
nuevos esquemas que surjan del sector público; las técnicas y métodos de la
gestión privada ya se han agotado.
6.1.5 Legitimidad en la gestión pública
La cuestión de la legitimidad es uno de los problemas de investigación clásico
de la Ciencia Política. Aunque en la actualidad, la legitimidad es un tema central
de la administración pública, por la falta de credibilidad de la ciudadanía en la
capacidad de atención a sus demandas y necesidades. Para Bañón y Carrillo
(1997)17 es necesario que:
17
Bañon, Rafael y Carrillo, Ernesto. “La Legitimidad de la Administración Pública”. Rafael y Carrillo, Ernesto (comps.) La
Nueva Administración Pública. Madrid, Alianza Editorial, 1997, p. 59.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 393
José Juan Sánchez González
1. La administración pública necesita legitimarse: cualquier organización
necesita justificarse y la administración pública no es la excepción a esta regla.
Para ello se dispone de dos líneas argumentales: una relativa a su ubicación en
el sistema de dominación que le confiere legitimidad de carácter institucional
derivada de la legitimidad del sistema político; y otra referida al papel del Estado
en la economía, que le proporciona una legitimidad vinculada a la generación
de outputs o rendimientos para corregir las fallas del mercado;
2. La legitimidad del sistema político depende en parte de la administración
pública: la idea de separación entre política y administración hace que, para
que un sistema político democrático sea legítimo en la actualidad, tenga que
contar con una administración profesional cuyo comportamiento y estructura se
ajuste a los principios de la dominación legal. Al mismo tiempo, se hace necesaria
una administración pública capaz de dotar de eficacia al sistema político en el
desempeño de sus funciones, ya que en caso contrario puede contribuir a la
crisis de legitimidad del sistema político.
3. Las necesidades de legitimidad de la administración pública se han
multiplicado; ello es debido a que se han observado en el comportamiento de la
administración pública que no se ajustan al modelo de dominación legal –la
tensión entre burocracia y democracia- y además, se ha puesto en cuestión su
capacidad para generar rendimientos que corrijan los errores del mercado.
Para Bañón y Carrillo (1997) existen dos formas de obtener legitimidad en la
administración pública: 1) la legitimidad institucional, que se deriva del ajuste
del comportamiento de la administración pública a un sistema de valores
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
394 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo VI Nuevas Orientaciones y Campos
de la Gestión Pública
socialmente aceptado sobre cómo debe ser la administración pública en un Estado
social y democrático de derecho; 2) la legitimidad por rendimientos, que se
obtiene produciendo políticas, bienes y servicios públicos que respondan a
criterios de evaluación de lo público socialmente aceptados.18 Así, la legitimidad
institucional de la administración pública y la legitimidad de rendimientos
entroncan, respectivamente, con las dimensiones de legitimidad y eficacia del
sistema político.
En este contexto, se hace inevitable incorporar una referencia a los métodos de
gestión pública. Para Laufer y Burlaud (1989) los métodos constituyen el princi-
pal criterio de legitimidad de la administración pública actual. Con independencia
de que se comparta o no esta afirmación, los métodos de gestión pública entroncan
con un valor importante para el ámbito público, la idea de responsabilidad pública
en el que confluyen valores como la receptividad (dar respuesta y anticiparse a
las necesidades y demandas de los ciudadanos), la flexibilidad, la competencia
(en el sentido de ser competente manejando los asuntos públicos), la participación,
la responsabilidad y la honestidad.19
Bañon y Carrillo (1997) consideran que la relación entre administración pública
y legitimidad, puede resumirse con las siguientes proposiciones:
• La administración pública, para ser legítima, necesita de un sistema político
legítimo. Los sistemas políticos ilegítimos no pueden contar con una
administración legítima.
18
Ibid, p. 60.
19
Ibid, p. 63.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 395
José Juan Sánchez González
• No basta con que el sistema político sea legítimo para que su administración
sea legítima; ésta puede experimentar pérdidas de legitimidad que, de mantenerse
de forma prolongada y acusada, pondrían en cuestión la legitimidad del sistema
político.
• Una pérdida de legitimidad institucional difícilmente puede ser
compensada mediante mejoras en la legitimidad por rendimientos. Una pérdida
de legitimidad por rendimientos no puede mantenerse de forma prolongada.
• La legitimidad institucional es el punto débil de la administración en los
estados de bienestar de la actualidad y al mismo tiempo su dique de resistencia
más sólido frente al mercado.
Puede inferirse que en la gestión pública, el tema de la legitimidad es fundamen-
tal para recobrar la credibilidad y confianza de la ciudadanía y de la sociedad.
En la medida que los resultados esperados por los ciudadanos se reflejen en las
acciones de la administración pública, en esa misma proporción la gestión pública
recobra su confianza y credibilidad pública.
6.2 Nuevos campos de la gestión pública
La gestión pública contemporánea ha comenzado a dirigir sus preocupaciones
teórico-prácticas hacia nuevos campos de estudio. Algunos en ciernes, otros con
mayor desarrollo de conocimiento, pero sin lugar a dudas, deben ser considerados
como parte de la gestión pública. Puede ser, que sólo se trate de aplicar el término
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
396 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo VI Nuevas Orientaciones y Campos
de la Gestión Pública
“gestión” a necesidades especificas y énfasis de los autores, aunque para revisar
la trayectoria conceptual de la gestión pública es indispensable analizar sus
contenidos y alcances. Al menos, pueden identificarse cinco campos: 1) gestión
ética; 2) gestión estratégica; 3) gestión intergubernamental; 4) gestión de recursos
humanos y 5) gestión del conocimiento.
6.2.1 Gestión ética
La ética en el gobierno es un problema que ya en la antigüedad había sido
propuesto. Confucio dentro de su principios morales, consideraba que el
funcionario público debía practicar diversos principios para tener un buen
gobierno. Aristóteles ya había realizado un estudio de la acción voluntaria, así
como de la conexión entre los principios y las acciones. Está claro que las normas
morales o valores que el funcionario público ha de considerar cuando tiene que
hacer una elección deben ser aquellos que se derivan del servicio público y de
la ciudadanía.20
Caiden (2001) señala que nunca antes llamó tanto la atención el mundo de la
ética del servicio público. Por ello destaca que:
Una de las claves para la gobernanza moderna es el desarrollo de un servicio
público creíble, confiable y profesional, comandado por dirigentes públicos
20
Izquierdo, Agustín. “Ética y Administración”. Bañon, Rafael y Carrillo, Ernesto (comps.) La Nueva Administración Pública.
Madrid, Alianza Editorial, 1997, p. 316.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 397
José Juan Sánchez González
honestos. Nada destruye tanto la credibilidad de las instituciones públicas como
la corrupción en los círculos oficiales o la mínima sospecha de que las manos de
los gobernantes están sucias. La corrupción mina la confianza en la gente en sus
instituciones; ensombrece profundamente las políticas y las acciones oficiales;
destruye la confianza en el sistema tributario y en el pago de impuestos destinados
a proyectos políticos que parecen obedecer únicamente a intereses privados y
llenar los bolsillos de otras personas; (...); burla la aplicación justa de las leyes y
la veracidad de los presupuestos y cuentas públicas. En resumen, la corrupción
contribuye a perforar la gobernanza como hacen las termitas con la madera.21
En la actualidad, a la pregunta: ¿la ética es una moda o una necesidad? existen
varias respuestas. Hay quien como Cortina (1994), considera que la ética está
siempre de actualidad porque es una necesidad vital de los seres humanos, aunque
periódicamente pueda desaparecer como objeto de atención. En el mismo sentido,
dice Savater que allí donde aparecen seres humanos en acción siempre se hace
presente también la reflexión ética. Otros como Verdú consideran que la sociedad
está persiguiendo un ajuste de mayor alcance donde la revalorización de la ética
animaría los sentidos del pensamiento, la acción y la convivencia.22
Ubicar a la ética en el servicio público es necesario.23 Primero, se debe pensar a
la ética pública como principalmente asociada al fenómeno de la corrupción y
21
Caiden, Gerald. “Tendencias Actuales en la Ética del Servicio Público”. Gestión y Política Pública. México, CIDE, volumen
X, No. 2, segundo semestre de 2001, p. 233.
22
Martínez Bargueño, Manuel. “La Ética, Nuevo Objeto de la Gestión Pública”. Gestión y Análisis de Políticas Públicas,
Madrid, INAP, Ministerio de Administraciones Públicas, No.10, septiembre-diciembre de 1997, p. 19.
23
Román Masedo, Laura. “La Cultura Organizativa y la Ética Pública”. En Olías de Lima, Blanca (coord.) La Nueva Gestión
Pública. Madrid, Prentice Hall, 2001, p. 225.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
398 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo VI Nuevas Orientaciones y Campos
de la Gestión Pública
entonces entender que debe abordarse desde el punto de vista de los instrumentos
legales empleados para controlar las actuaciones impropias de políticos y
funcionarios. Segundo, se puede comprender la dimensión ética de las
organizaciones públicas con relación al cambio cultural y plantear el análisis
desde el punto de vista de la adaptación del individuo al medio y su socialización,
poniendo énfasis en los aspectos psicológicos de este proceso. Por último, se
puede acercar a la cuestión de la ética en la administración pública, desde una
perspectiva más filosófica y referirnos al problema moral de los deberes de los
individuos que actúan en la esfera pública y de los conflictos de intereses a los
que esta actuación les enfrenta.
Frederickson (1994) señala que la ética pertenece al mundo de la filosofía, los
valores y la moral, mientras que la administración pública pertenece al de las
decisiones y las acciones. Por lo que, si el gobierno ejerce poder a través de la
administración pública y ésta legitima su actuación en nombre del Estado, lo
que está “bien” o “mal” deja de ser un problema filosófico para pasar a referirse
inmediatamente a nuestra vida cotidiana en tanto que destinatarios de la autoridad
estatal.24
En este orden de ideas, Bargueño (2001) sostiene que la ética participa de ambas
calificaciones: es una cuestión permanente, que se puede rastrear históricamente
(por ejemplo en los libros de “espejos de príncipes” o en memoriales dirigidos al
24
Frederickson, H. G. “Public Ethics and New Managerialism”. Public Administration and Management, vol. 4, no. 12 (http:/
/pamij.com/99_4_2.html.)
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 399
José Juan Sánchez González
buen gobierno), pero también es preciso reconocer que se trata de una cuestión
de moda, impulsada por un ánimo decidido de la lucha contra la corrupción.
Una de las éticas aplicadas surgida en los últimos años es la llamada “ética de
los negocios” (bussiness ethics) o ética empresarial. Escándalos como el caso
Watergate recordaron hasta qué punto la falta de credibilidad de las empresas
puede resultar perjudicial para el negocio. Han surgido revistas especializadas
como el Journal of Bussiness Ethics, asociaciones internacionales y nacionales
como la EBEN (European Bussiness Ethics Network), que empezaron a proliferar,
así como cátedras de institutos de ética económica y empresarial.25
Otra segunda ética aplicada es la ética de la información que cuenta ya con
cierta tradición, como es por ejemplo el código ético elaborado por periodistas
catalanes en octubre de 1992, entendido como una declaración de principios
de profesión periodística en Cataluña. La Federación de Asociaciones de la Prensa
en España adoptó también un Código Ético el 28 de noviembre de 1993.
Entre la ética universal y las éticas aplicadas, ¿no hay nada intermedio? Cortina
(1994) ha acuñado el concepto de ética cívica, como una “ética de mínimos”
que rescata los elementos comunes de las distintas “éticas máximas” u ofertas
propuestas de vida buena o feliz. La ética cívica, dice, es un conjunto de valores
que comparten como ciudadanos los miembros de una sociedad pluralista, sea
cual fueren sus concepciones de vida buena, sus proyectos de vida feliz.26
25
Martínez Bargueño, Manuel. Op. cit., p. 20.
26
Según esta autora, el reto de nuestro tiempo está, en primer lugar, en ir tomando conciencia de los mínimos que ya
compartimos, luego dialogar sobre ello, especialmente en el terreno educativo y, en tercer lugar, trabajar con ahínco las
cuestiones de ética aplicada, entendiendo por tal la aplicación de la ética cívica a las distintas esferas de la vida social.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
400 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
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de la Gestión Pública
Sin embargo, nos interesa explicar el papel de la ética a la gestión pública. Una
de las éticas es la de aquellos profesionales que trabajan en la administración
pública. Rodríguez-Arena (1995) señala que la administración pública es una
organización compuesta de personas que gestionan intereses generales. La idea
de servicio de los intereses generales debe presidir la actuación de cualquiera
que realiza una función pública. Autoridad o funcionario público, debe hacer
siempre lo que sea mejor para los intereses públicos. El personal del servicio de
la administración pública lleva a cabo trabajos orientados a la satisfacción de las
necesidades colectivas; de ahí que las consideraciones éticas constituyan algo
consustancial a la actividad de quienes forman parte de las administración
pública.27
Hace apenas dos décadas, la cuestión ética aplicada a las organizaciones públicas
era un tema casi inédito. En realidad, es sólo a partir de 1978, cuando comienza
la preocupación por la ética en la administración pública, como expresión de un
movimiento convergente en el que toman parte gobiernos y opinión pública.
Bargueño (2001) afirma que en Estados Unidos, uno de los países clave en la
ética pública, esta preocupación surge como respuesta a un problema del man-
agement, para obtener una mayor eficiencia y credibilidad de la función pública,
muy deteriorada a partir del escándalo Watergate. Esta preocupación pública,
impulsará las reformas Carter: Civil Service Reform Act, Ethics in Government
Act e Inspectorate General Act, todas ellas de 1978.
27
Ibid, p. 23.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 401
José Juan Sánchez González
En la década de 1980 se puede empezar a hablar de un boom del tema ético en
la administración pública. Si en 1978 sólo se había publicado un libro sobre la
materia, a partir de entonces la ética aplicada a las organizaciones públicas
comienza a ser una cuestión central en las reuniones y conferencias
internacionales y son más abundantes las investigaciones y publicaciones sobre
la materia.28 Rohr desarrolla una teoría en la que los valores que han de guiar las
acciones del empleado público se derivan de la Constitución y de su interpretación
llevada a cabo por las decisiones del Tribunal Supremo de Justicia, sin llegar a
establecer el contenido concreto de esos valores.29
En 1984, la American Society for Public Administration (ASPA) aprobó un código
ético creado para elevar la práctica y los valores éticos de sus miembros. Y para
finales de esa misma década, la National Association of Schools of Public Affairs
and Administration (NASPAA) incorporó una redacción en la normatividad sobre
la currícula exigiendo programas de Administración Pública que mejoraron los
valores morales, el conocimiento y las habilidades de los estudiantes para que
actuaran de forma ética y eficaz.
En la década de 1990, florecen los estudios e investigaciones aplicadas sobre la
ética y Administración Pública. Destaca la Conferencia Internacional sobre la
Ética en el Gobierno, convocada por la Oficina Americana de Ética
Gubernamental y la Agencia Americana de Información, en noviembre de 1994
en Washington, en la que asistieron más de 100 participantes de 53 países de los
cinco continentes.
28
Rohr. Ethics for bureaucrauts. New York, Marcel Dekker, 1978.
29
Izquierdo, Agustín. Op. cit. p. 316.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
402 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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Debe destacarse la labor de las Naciones Unidas, tanto de la Asamblea General
como del Consejo Económico y Social. La Asamblea General adoptó la Resolución
51/59 el 12 de diciembre de 1996, por la que aprobó un Convenio Internacional
de Conducta para los titulares de los cargos públicos, así como la Resolución
51/1995 del 16 de diciembre del mismo año, donde aprobó la Declaración de
las Naciones Unidas contra la Corrupción y el Soborno en las Transacciones de
Comercio.
Por su parte, el Consejo de Organización de la OCDE adoptó en 1997 una
recomendación sobre la lucha contra la corrupción en las transacciones
económicas internacionales y en 1998 aprobó un Convenio contra la Corrupción
de Agentes Públicos Extranjeros en las Transacciones Comerciales Internacionales.
Otras organizaciones como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial
y el Banco Interamericano de Desarrollo, dentro de sus programas de reforma y
modernización del Estado, han realizado estudios y dedicado esfuerzos al tema
de la corrupción.
En el ámbito iberoamericano, la Convención Internacional contra la Corrupción,
aprobada en la reunión de la Conferencia Especializada de la Organización de
Estados Americanos celebrada en Caracas en marzo de 1996, entró en vigor el 6
de marzo de 1997, así como la aprobación de un plan de acción contra la
corrupción, decidida en la reunión del Foro Iberoamericano sobre el Combarte
a la Corrupción, auspiciada por el Centro Latinoamericano de Administración
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 403
José Juan Sánchez González
para el Desarrollo (CLAD) y la Agencia Española de Cooperación Iberoamericana
celebrada en Santa Cruz de Bolivia, en junio de 1998.
En el ámbito europeo, tanto la Unión Europea como el Consejo de Europa han
tenido un especial interés en la lucha contra la corrupción. Por ejemplo, el Consejo
de Europa, a través del Grupo Multidisciplinario sobre Corrupción, ha aprobado
un Programa de Acción de cinco años y, en la actualidad, se encuentra
considerando un proyecto de convención europea contra la corrupción.
Actualmente, la preocupación por las cuestiones éticas es patente en todos los
países de la OCDE. En 1996, esta organización realizó la publicación de un
estudio donde se realiza un análisis comparativo en nueve países: Austria,
Finlandia, México, Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, Portugal, Reino Unido
y Estados Unidos.30 En este informe se señala que cada país debe considerar la
integración de una “infraestructura ética” que incorpore tanto elementos
normativos como estructurales divididos en categorías según la función princi-
pal que desempeña: control, guía o gestión.31
Los funcionarios actúan en un medio ambiente nuevo y cambiante. Están sujetos
al control político y a exigencias crecientes de ciudadanos, al tiempo que padecen
30
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. La Ética en el Servicio Público. Madrid, Ministerio de
Administraciones Públicas, INAP, 1997.
31
La infraestructura ética está compuesta por: compromiso político, marco legal eficaz, mecanismos eficaces de rendición
de cuentas, códigos de conducta efectivos, actitud de apoyo al servicio público, existencia de algún organismo coordinador
en materia de ética y presencia de una sociedad civil activa (incluidos los medios de comunicación). Asimismo, la sinergia
relativa entre los distintos componentes de la infraestructura ética dependerá de las tradiciones culturales y políticas de la
Administración Pública del país, de sus enfoques globales de la gestión pública y de su historial de promoción del
comportamiento ético.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
404 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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mayores restricciones de recursos. Tienen que asumir nuevas funciones y
responsabilidades como consecuencia de la delegación de funciones y la mayor
discrecionalidad de gestión; la mayor comercialización del sector público; la
cambiante interrelación entre los sectores públicos y privado y los cambiantes
mecanismos de rendición de cuentas. En resumen, están teniendo que adoptar
nuevas formas de realizar la tarea de la Administración Pública. Aunque las
formas de la gestión pública han producido importantes resultados en cuanto a
la eficiencia y eficacia, algunos de los ajustes pueden haber tenido efectos no
buscados sobre la ética y los principios de conducta.32
En este contexto, se considera a la corrupción más que como actos individuales,
como el resultado de una deficiencia de todo el sistema o como una cultura que
no pone suficiente énfasis en la conducta ética. La contribución de la OCDE es
que destaca la necesidad de identificar instituciones, sistemas, recursos y
condiciones que los gobiernos utilizan para fomentar la integridad en el sector
público, mediante elementos y funciones necesarios para crear una
“infraestructura de la ética”.33
Un documento que es importante destacar dentro de los países de la OCDE,
relativos a la ética pública, sin duda alguna es el First Report of the Committee
on Standars in Public Life 1995, (Primer Informe de la Comisión sobre Normas
32
Ibid, p. 22.
33
Bertok, Janos. “Construcción de una Infraestructura de la Ética: las experiencias Recientes de los Países de la OCDE”.
Gestión y Política Pública. México, CIDE, volumen X, No. 2, segundo semestre de 2001, p. 335. Este artículo realiza una
recuento sistemático de las principales políticas para conformar una infraestructura ética en los países de la OCDE.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 405
José Juan Sánchez González
de Conducta en la Vida Pública), conocido como primer Informe Nolan. En este
Informe se establecen una serie de valores que deben ser tomados en cuenta por
la administración pública en el momento de gestionar los servicios públicos: 1)
altruismo; 2) integridad; 3) objetividad; 4) responsabilidad; 5) transparencia; 6)
honestidad y 7) liderazgo (capacidad de decisión).34
Por último, conviene reseñar que el 22 de abril de 1998, el Consejo de la OCDE
aprobó un conjunto de principios adecuados para favorecer la gestión de la
ética en el servicio público y recomendó a los países miembros que adopten
disposiciones encaminadas a velar por el buen funcionamiento de las instituciones
y de los sistemas destinados a fomentar un comportamiento ético en el servicio
público.
Un aspecto que resalta Caiden (2001), se refiere a que no puede haber dos códigos
de ética distintos, dos tipos de reglas de conducta, uno para el ámbito privado y
otro para el público. No puede haber un sector público libre de corrupción si en
realidad el sector privado tolera, e incluso premia, las prácticas corruptas.
Tampoco puede existir un sector empresarial honrado si el sector público, el
gobierno y el sistema político perdonan y no castigan la corrupción.35
34
En este Informe se sugieren tres requerimientos prácticos: 1) que cada organización cuente con un código de conducta
establecido por ella misma; 2) que cada organización imparta formación inicial y continua en materia ética y 3) que haya un
análisis externo (auditoría pública) que, más allá del análisis financiero, comience a velar por las normas de conducta y los
asuntos relativos a la ética, incluyendo valoraciones sobre si las decisiones se han tomado correctamente.
35
Caiden, Gerald. Op. cit., p. 234. Señala que el mismo conjunto de normas morales y las mismas expectativas de integridad
personal deben ser universales. No puede haber unas normas éticas para un grupo de personas y otras para otro, por lo
menos cuado tienen que hacer negocios juntos todos los días.
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406 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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de la Gestión Pública
La corrupción provoca el empobrecimiento del Estado; priva a los pobres de
muchos servicios públicos necesarios; socava la confianza de los ciudadanos en
el gobierno y corroe el apoyo y la respetabilidad del sector público. La corrupción
tiene un efecto adverso en el crecimiento económico y también disminuye la
eficacia en la que se basa la economía nacional.36 Por lo general, se reconoce
que un sistema político corrupto desalienta y enajena a la ciudadanía y provoca
todo tipo de ineficiencias y distorsiones en las operaciones y servicios del
gobierno. Si un considerable segmento de la población define a los gobernantes
y al gobierno como corruptos e ilegítimos, es probable que se muestre receptivo
a la demagogia y al extremismo.37
La corrupción no es sólo un problema delictivo, también es un problema político
y de la administración pública. Un escándalo de corrupción puede desencadenar
una crisis política y gubernamental. Puede derrocar gobiernos aún en países con
democracias estables. Los grupos a favor de un buen gobierno, los medios de
información y la oposición política exigen que las unidades gubernamentales
hagan todo lo que esté en su poder para evitar la corrupción, y consideran
responsables a los altos funcionarios de cualquier corrupción que suceda bajo
su vigilancia.
Una de las maneras para el combate a la corrupción es crear coaliciones entre la
sociedad civil y el Estado. La apertura de canales, para que tanto la sociedad
36
Mohabbat Khan, Mohammad. “Problemas de la Democracia: Reforma Administrativa y Corrupción”. Gestión y Política
Pública. México, CIDE, volumen X, No. 2, segundo semestre de 2001, pp. 262-263.
37
Jacobs, James B. y Anechiarico, Frank. “Sobre los Costos y Beneficios del Control de la Corrupción”. Gestión y Política
Pública. México, CIDE, volumen X, No. 2, segundo semestre de 2001, p. 324.
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(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 407
José Juan Sánchez González
civil como los grupos de interés puedan demandar mayor responsabilidad de
ambas partes, genera y sustenta una dinámica ciudadano-gobierno que apoyará
sustancialmente las reformas.38 Comprender lo anterior ha propiciado que en
muchos países la sociedad civil presione a sus gobiernos para un cambio, y ha
hecho que muchos gobiernos emprendan una reforma de gran alcance en las
instituciones del sector público.
6.2.2 Gestión estratégica
Una segunda orientación en el campo de estudio de la gestión pública lo
constituye la llamada gestión estratégica. Aunque haya poco consenso sobre la
naturaleza de la gestión pública como campo de estudio, la mayoría de sus
estudiosos parecen estar de acuerdo en que la gestión pública incluye la estrategia.
Quienes tratan de distanciar a la gestión pública de la administración pública
señalan que la segunda se interesa en operaciones tácticas e internas, y que por
ello existe la necesidad de un campo centrado en la estrategia.
Para Roberts (1993) no hay acuerdo sobre una definición común, ni un enfoque
común a la práctica y al estudio de la gestión estratégica. En cambio, se depende
de dos enfoques generales para captar la esencia de la gestión estratégica: el
enfoque sinóptico y el enfoque incremental.39 En general, el enfoque sinóptico
38
González de Asís, María. “Construcción de Coaliciones para la Lucha contra la Corrupción”. Gestión y Política Pública.
México, CIDE, volumen X, No. 2, segundo semestre de 2001, p. 309.
39
Roberts, Nancy C. “Limitaciones de la Acción Estratégica en las Dependencias”. Barry Bozeman (coordinador). La Gestión
Pública. Su Situación Actual. México, Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública, Universidad Autónoma
de Tlaxcala, F.C.E., 1998, p. 216
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
408 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo VI Nuevas Orientaciones y Campos
de la Gestión Pública
se caracteriza por una “inclusividad integradora”. Se intenta integrar las decisiones
que forman una estrategia general de la organización para asegurarse de que
éstas se desarrollen conscientemente, se refuercen unas a otras y se integren en
un todo. El objetivo consiste en integrar las funciones, los procesos, la estructura
y la decisiones internas de la organización para colocar a ésta en la mejor posición
frente a su mercado y su medio.
Por su parte, el enfoque incremental es más analítico, racional e inclusivo. Se
hacen pocos intentos por integrar conscientemente las decisiones individuales y
de la organización que se afectan entre sí. La estrategia surge de una relación
separada de grupos de decisiones, que son tratados individualmente y sin
integración. “Las descripciones del enfoque sinóptico suelen predominar en la
bibliografía sobre empresas, mientras que las descripciones del enfoque incre-
mental suelen predominar en la bibliografía sobre las políticas y el sector
público”.40
El enfoque que aborda de forma más operativa esta visión holística de la realidad
es el enfoque estratégico, que se materializa en una construcción conceptual a
la que se denomina pensamiento estratégico.41 Para Bazaga (1997) el término
pensamiento en el ámbito público plantea la necesidad de abrir procesos de
reflexión sobre la naturaleza de las acciones y de incluir en la agenda las mismas
orientaciones a largo plazo. Asimismo, el término estratégico aporta al concepto
40
Ibidem.
41
Bazaga Fernández, Isabel. “El Planteamiento Estratégico en el Ámbito Público”. Bañon, Rafael y Carrillo, Ernesto (comps.)
La Nueva Administración Pública. Madrid, Alianza Editorial, 1997.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 409
José Juan Sánchez González
la relación con el entorno: de hecho no puede olvidarse que algunos autores
definen la estrategia casi exclusivamente en términos de los cursos de acción
que puede emprender una organización para relacionarse con su entorno.42 El
pensamiento estratégico más que un conjunto de herramientas de aplicación a
la acción pública, es una filosofía que busca el origen y el destino de ésta en
condiciones que permitan el fortalecimiento de la función social de la
organización.
El pensamiento estratégico es una manera de integrar la orientación de las
actuaciones con los métodos que se pueden emplear para llevarlas a cabo. En
definitiva, es una forma de integración de lo “político” y lo “técnico”. Lo esencial
para definir la actuación de una organización es recoger su cultura y sus valores,
ponerlos en relación con las características del entorno en el que está operando,
para plantear la producción de decisiones y de acciones que guíen lo que es, lo
que hace y por qué lo hace (Bryson, 1988). En suma, el planteamiento estratégico
es el proceso mediante el cual una organización define su futuro y los
procedimientos necesarios para alcanzarlo (Goodstein, 1993).
En este contexto, la gestión estratégica puede ser definida en los siguientes
términos:
Al proceso mediante el cual se transforma el pensamiento estratégico, el
conocimiento, el cambio organizativo es a lo que se denomina gestión estratégica.
42
Ibid, p. 110.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
410 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo VI Nuevas Orientaciones y Campos
de la Gestión Pública
La gestión estratégica contiene, al menos, tres diferentes vertientes (Thompson,
1990): por una parte, la estrategia en sí misma, la definición de una visión de
éxito para la organización y de los distintos caminos para alcanzarla; en segundo
lugar, la excelencia en la implantación de las estrategias para conseguir el cambio
deseado; en tercer lugar, la innovación para asegurar que la organización está
evolucionando en la dirección adecuada y que las estrategias definidas se van
revisando a lo largo del proceso para asegurar su perfeccionamiento, adaptación
y renovación.43
El proceso de gestión estratégica pone el énfasis en alcanzar la visión de futuro
de la organización atendiendo tanto a la formulación de estrategias que lo
permitan como a los modos de implantación de las mismas, sustituyéndolos
gradualmente el orden de importancia desde el inicio hasta el final del mismo.
Mientras en el comienzo se concentra el esfuerzo en la formulación, según se va
avanzando en el proceso, toma cada vez mayor importancia la implementación,
sin olvidar que ambas conviven a lo largo del proceso, siendo el énfasis otorgado
lo único que varía. Asimismo no pretende una ruptura traumática con el pasado,
sino una evolución en los planteamientos y acciones hacia el futuro, se manifiesta
como un proceso de gestión de la transacción entre la posición de la que la
organización parte y la posición que pretende alcanzar.
Resulta evidente que para conseguir cambios organizativos hay que pensar en
términos de implementación ya en la fase del diseño; el sólo planteamiento de
43
Ibid, p. 115.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 411
José Juan Sánchez González
las estrategias, abstraídas de su posterior ejecución, no hace que éstas produzcan
el cambio. Para conseguir que la implementación se pueda poner en marcha es
necesario que en la formulación se ponga especial cuidado en dos aspectos:
1) la identificación de los actores críticos que operan en el entorno y en el inte-
rior de la organización y 2) la generación de un consenso sobre la necesidad de
afrontar el proceso, incluyendo a los decisores clave en el diseño de las estrategias.
El proceso de gestión estratégica debe tener como referencia las orientaciones a
largo plazo, dónde se quiere y qué se quiere hacer, pero no olvidar las
orientaciones y acciones a largo plazo. De hecho, se deben diseñar acciones en
el plano temporal que contribuyan a ambos objetivos: la presentación de
resultados de impacto a corto plazo y la contribución para alcanzar la visión del
futuro. En el proceso de gestión estratégica existen seis aspectos que deben tomarse
en cuenta:44
1. La gestión estratégica implica en su inicio la realización de un análisis del
liderazgo organizativo, ya que el estilo de dirección influye de forma directa en
el diseño y en la puesta en marcha del proceso;
2. El manejo de los recursos, especialmente la gestión de recursos humanos
como instrumentos del cambio organizativo. La administración responsable es
aquella que rinde cuentas y responde a las demandas de sus ciudadanos, la que
incorpora el concepto de cliente desde la dimensión de ciudadano. Desde esta
definición adquieren importancia relevante las personas que están al servicio de
44
Ibid, p. 117-118.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
412 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo VI Nuevas Orientaciones y Campos
de la Gestión Pública
las organizaciones públicas, ya que una acción sobre ellas es requisito indispen-
sable para impulsar el cambio organizativo.
3. En el proceso de gestión estratégica, la información refuerza su calificación
como recurso básico. La actuación sobre la información contribuye a reforzar
dos importantes líneas de desarrollo: el apoyo a la adopción de decisiones y la
alimentación del proceso de elaboración de las estrategias.
4. Un tema estratégico es una tendencia o acontecimiento de dentro o fuera
de la organización que tiene una gran influencia para alcanzar el futuro deseado.
Una gran parte del esfuerzo de la gestión estratégica se concentra en identificar
los y el análisis de las tendencias, para formar una agenda de temas estratégicos
que facilite la anticipación a los cambios.
5. El análisis de FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas)
es un modo de agregación de la información, tomando como referencia la visión
de éxito. En ésta se toman en cuenta tanto los logros alcanzados, como los riesgos
y problemas del entorno.
6. El análisis de los agentes críticos, es otro sistema de ordenación de la
información, esta vez tomando como referencia a los distintos actores que afectan
o pueden ser afectados por los efectos o impactos de la acción organizativa. Se
trata de producir información, respecto a los agentes críticos, que ayude a la
organización a definir pautas de acción para relacionarse con ellos.
En el estudio de caso del Departamento de Salud Mental de Ohio, donde fue
aplicada la gestión estratégica, los resultados fueron benéficos para esta
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 413
José Juan Sánchez González
dependencia. Modificando su misión y sus metas básicas, su mezcla de servicios,
sus disposiciones de prestación de servicios, sus características de operación y
sus pautas de asignación de recursos.45 El concepto de estrategia sirve como
punto de partida útil o como concepto organizador para la teoría de la gestión
pública y la organización públicas. Las presiones dinámicas de la política y la
administración pública actúan simultáneamente sobre las organizaciones
públicas, forjando un contexto distintivo y un conjunto de limitaciones. Contener
de manera eficaz este campo de tensión de presiones internas y externas es tarea
principal y definitoria de la gestión pública.
Una gestión estratégica consiste en compromisos individuales y colectivos para
hacer cambios importantes en las cualidades fundamentales de una dependencia
pública y en sus relaciones con elementos clave del medio externo. El surgimiento
de esta estrategia se basa en una visión explícita y compartida del futuro de la
dependencia; esta visión es guiada por un conjunto de valores centrales que
permiten a los interesados principales y a sus partidarios, dentro o fuera de los
límites formales de la organización, emprender actos comunes e
interdependientes.46
Aunque para Roberts (1993) la gestión estratégica en las dependencias públicas
tiene aplicación limitada, sobre todo en los sistemas grandes y de múltiples
45
Frost-Kumpf, Lee, Wechsler, Barton, Ishiyama, Howard J. Y Backoff, Robert W. “La Acción Estratégica y el Cambio
Transformacional: El Departament of Mental Health de Ohio”. Barry Bozeman (coordinador). La Gestión Pública. Su Situación
Actual. México, Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública, Universidad Autónoma de Tlaxcala,
F.C.E., 1998, pp. 195-214.
46
Ibid, p. 196.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
414 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo VI Nuevas Orientaciones y Campos
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organizaciones. 47 No obstante, identifica cuatro áreas principales en que la
transferencia de la gestión estratégica basada en la organización resulta
especialmente problemática: 1) la formulación de las políticas de la dependencia;
2) la adaptación de la dependencia a su medio externo; 3) la aplicación de las
políticas de la dependencia y 4) la toma de decisiones.48
La gestión estratégica tiene como uno de sus objetivos la gestión local. Estos
cambios basados en la idea de que solamente un incremento cualitativo de la
idoneidad administrativa y de gestión de políticas, por parte de los funcionarios,
y de incremento de la participación organizada por parte de los ciudadanos,
puede hacer frente a los problemas que hoy enfrentan las comunidades.49 Orientar
cambios en la gestión local implica que la reforma abarca instancias relativas al
diseño de las políticas, la necesidad de modificaciones institucionales, el aumento
de la eficiencia en el gasto y la mejora de la gestión de los recursos humanos, la
generalización de instrumentos y mecanismos de gestión, así como la atención
y el servicio a los ciudadanos, el perfeccionamiento del control y la evaluación
de las políticas.
La orientación de la gestión estratégica es un campo de estudio que permite
comprender mejor a la organización pública en su entorno y en la medida como
47
Roberts, Nancy C. “Limitaciones de la Acción Estratégica en las Dependencias”. Barry Bozeman (coordinador). La Gestión
Pública. Su Situación Actual. México, Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública, Universidad Autónoma
de Tlaxcala, F.C.E., 1998, p. 216. En este artículo estudia al Departamento de Defensa de los Estados Unidos de América.
48
“Los modelos tomados de la gestión estratégica basada en las empresas no embonan bien en las organizaciones que
tienen grandes necesidades de coordinación y adaptación, y aún se tienen que crear nuevos modelos. Estamos en busca de
formas nuevas de organización social (Drucker, 1988; Jelinek, Litterer y Miles, 1986)”. Ibid, p. 237.
49
Estrada, Gabriela M. “Consideraciones para la Nueva Gestión Estratégica de los Gobiernos Locales”. VI Congreso
Internacional del CLAD, Argentina, 20010 www.clad.org.ve/anales6/estrada.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 415
José Juan Sánchez González
éste puede interactuar con el exterior. Como conjunto de técnicas administrativas,
la gestión estratégica contribuye a mejorar las organizaciones gubernamentales,
sin tener que llegar a excesos de recorte de personal o eliminación de estructuras
administrativas. En una posterior etapa, la gestión estratégica define sus acciones
estratégicas para concentrarse en su puesta en diseño, implementación y
evaluación.
6.2.3 Gestión intergubernamental
Una tercera orientación en el campo de la gestión pública, se dirige a la gestión
intergubernamental. Una manera de abordar esta nueva orientación, es a partir
de diferenciar a las relaciones intergubernamentales (RIG) y la práctica de la
gestión intergubernamental (GIG). Las RIG se refieren al análisis y a la comprensión
del conjunto de interacciones entre unidades, mientras que la GIG hace referencia
a la ejecución cotidiana de dichas interacciones.50
La noción de las relaciones intergubernamentales (RIG) sigue, en su sentido básico,
la definición propuesta de William Anderson (1960) a saber: un importante
contingente de actividades o interacciones que tienen lugar entre unidades de
gobierno de todo tipo y nivel territorial de actuación. Anderson hacía referencia
al sistema federal en los Estados Unidos, donde surge este concepto en la década
de 1930.51
50
Agranoff, Robert. “Las Relaciones y la Gestión Intergubernamentales”. Bañon, Rafael y Carrillo, Ernesto (comps.) La Nueva
Administración Pública. Madrid, Alianza Editorial, 1997, p. 125.
51
Anderson, William. Intergovernmental Relations in Review. Minneapolis, University of Minneapolis Press, 1960. Citado
por Robert Agranoff.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
416 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo VI Nuevas Orientaciones y Campos
de la Gestión Pública
El concepto de RIG resulta más accesible a la vista de cinco rasgos distintivos,
señalados por Wright (1988) para el caso de los Estados Unidos, aunque parece
tener una aplicación más amplia, lo cual supone su aplicación a otros países.52
En primer lugar, las RIG trascienden las pautas de actuación gubernamental
constitucionalmente reconocidas e incluyen una amplia variedad de relaciones
entre el nivel nacional y el local, entre el nivel intermedio (estatal, regional o
provisional) y el local, y/o entre las distintas unidades de gobierno local. A este
repertorio se deben añadir las unidades monofuncionales de gobierno, empresas
públicas, organizaciones sin fines de lucro y organizaciones parapúblicas (“quan-
gos” término con el que se conocen en el Reino Unido), que actúan en las fronteras
del sector público.
El segundo rasgo de las RIG es la importancia del elemento humano, constituido
por las actividades y actitudes del personal al servicio de las unidades de gobierno.
Wright (1988) sostiene que, en sentido estricto, no existen relaciones entre los
gobiernos y que únicamente se dan relaciones entre las personas que dirigen las
distintas unidades de gobierno.
Una tercera característica de las RIG es que las relaciones entre los empleados
públicos suponen continuos contactos e intercambios de información y de puntos
de vista. Wright (1988) opina que una de las preocupaciones centrales de los
participantes en las RIG es la de conseguir que los asuntos salgan adelante,
propósito que se alcanza a través de diversos mecanismos informales, prácticos
52
Wright, Deil S. Understanding Intergovernmental Relations. Belmont, California, Brooks/Cole, 1988.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 417
José Juan Sánchez González
y orientados a fines concretos, desarrollados dentro del marco formal y legal en
que se desenvuelven los distintos actores. En el Reino Unido, Rodees (1985) ha
definido a las RIG como una serie de reglas de juego que incluyen, entre otras, el
pragmatismo, la justicia, el compromiso, la despolitización y la confianza.
La cuarta característica identificada por Wright (1988) se refiere a que cualquier
tipo de empleado público es, al menos potencialmente, un participante en los
procesos intergubernamentales de adopción de decisiones. Si bien no es posible
saber con certeza cuántos actores gubernamentales intervienen en las decisiones
de las RIG, según una estimación a la baja de los Estados Unidos, el número
supera los 200,000 actores-participantes (Wright, 1988).
Por último, las RIG se caracterizan por su dimensión política. Wright (1988)
define este aspecto como el conjunto de las intenciones y acciones (o inacciones)
de los empleados públicos, así como las consecuencias de dichas acciones. La
dimensión política de las RIG exige el examen de las interacciones entre los
distintos actores de los diferentes niveles de gobierno que intervienen en la
formulación, implementación y evaluación de las políticas públicas.53 Hesse
(1987) ha descrito en Alemania a las RIG como un proceso que supone la
transformación del federalismo tradicional en la elaboración conjunta de políticas
públicas, donde los actores pertenecientes a los tres niveles de gobierno persigue
sus propios intereses de forma interactiva en el marco del desarrollo de las políticas
públicas.
53
Ibid, p. 128.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
418 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo VI Nuevas Orientaciones y Campos
de la Gestión Pública
El concepto de RIG trasciende los enfoques constitucionales-legales, tanto acerca
de las divisiones entre gobiernos como en lo referente a sus respectivas
competencias y funciones. No pretende sustituir conceptos históricos, tales como
el federalismo o la estructura de los sistemas unitarios, sino complementarlos a
fin de tener en cuenta las nuevas realidades políticas y administrativas, fruto de
la expansión de los gobiernos (Elazar, 1987).54
Por su parte, la gestión cotidiana de los asuntos entre los gobiernos es un
componente de las RIG que está cobrando una progresiva relevancia. La gestión
intergubernamental (GIG) se refiere a las transacciones diarias o relaciones
informales entre los elementos gubernamentales componentes de un sistema
político-administrativo. En su calidad de función de las RIG subraya el proceso
de logro de objetivos, puesto que la gestión constituye un proceso mediante el
cual los empleados que intervienen encaminan sus actuaciones hacia procesos
concretos. Wright (1988) atribuye tres cualidades especiales a las GIG:
1. Su enfoque se centra en la resolución de problemas, es decir, es un proceso
basado en la acción que permite a los gestores de todos los niveles hacer algo
constructivo.
2. Proporciona un mecanismo para entender y funcionar con el sistema tal
como es, incluyendo perspectivas estratégicas que expliquen el cómo y el porqué
de los cambios interjurisdiccionales, así como unas directrices sobre cómo actuar
en el sistema.
54
Elazar, Daniel J. Exploring Federalism. Tuscallosa, University of Alabama Press, 1987. Citado por Robert Agranoff.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 419
José Juan Sánchez González
3. Un énfasis en los contactos y el desarrollo de redes de comunicación. La
GIG supone la intervención conjunta de las distintas partes para desarrollar
soluciones conjuntas aunque reconoce la importancia de las cuestiones jurídicas
y políticas, por lo que trata de ajustarse a ellas para llegar a acuerdos. La GIG es,
por tanto, un proceso complejo y sinuoso de acción conjunta que persigue ar-
ticular formas de actuación conjunta en el campo de la gestión pública.
La relevancia de dichas actuaciones de gestión pública ha sido identificada en
varios contextos. Existe el interés de algunos autores en las características
interorganizativas de la resolución de los problemas intergubernamentales que
implica incontables niveles de gobierno y de agencias privadas. Las divisiones
de responsabilidades, los marcos de decisiones y los intereses divergentes
conducen a la necesidad de ofrecer acciones políticas coordinadas a través de
redes y organizaciones autónomas, pero a la vez, interdependientes, donde las
capacidades colectivas de una serie de participantes son esenciales para resolver
los problemas de forma eficaz, o donde las actuaciones de las unidades
individuales han de tener presentes las consideraciones políticas más generales.
Agranoff (1997) señala que el estudio de las redes en la puesta en práctica de
políticas intergubernamentales nos ha llevado a centrar más la atención en la
GIG como un enfoque para resolver problemas a través de los contactos y las
comunicaciones. En el Reino Unido, Rodees (1985) apunta a una serie de reglas
del juego entre las que destaca el pragmatismo, el consenso, la imparcialidad, el
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
420 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
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de la Gestión Pública
compromiso y la territorialidad. Pero hay algo más significativo que se identifica
como una serie de estrategias de gestión intergubernamental: la utilización
burocrática de los recursos, la entrada de las autoridades locales en los procesos
de decisión del centro, la consulta con las autoridades locales, la negociación e
intercambio de recursos, la confrontación sobre la inconformidad, la búsqueda
de aliados en los otros gobiernos, los incentivos financieros que se ofrecen y la
creación de competencias profesionales y la simplificación profesional al dividir
los problemas.55
Wright (1984)56 señala que la actual, es una era de la GIG por tres razones
principales, las cuales están ligadas al crecimiento y la complejidad de las
relaciones y configuraciones intergubernamentales:
1. La creciente importancia de la conducta basada en el cálculo, por ejemplo,
la necesidad de sopesar los costes y los beneficios de las subvenciones (federales),
de intervenir en el juego del reparto de fondos mediante fórmulas y de evaluar el
riesgo que supone el incumplimiento de las normativas frente al coste del
cumplimiento;
2. El juego de la fungabilidad, o la capacidad de desviar o intercambiar los
recursos recibidos para un propósito concreto a fin de conseguir otro;
3. La sobrecarga del sector público, lo que conduce a un coste excesivo, a la
ineficiencia y a la sobreregulación.
55
Ibid, p. 146.
56
Wright, Deil S. “Managing the Intergovernmental Scene: The Changing Dramas of Federalism, Intergovernmental Rela-
tions and Intergovernmental Management”. En William B. Eddy (ed.) Handbook of Organization Management, New York,
Marcel Dekker, 1984. Citado por Robert Agranoff
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 421
José Juan Sánchez González
Estas condiciones han resaltado el papel de los gestores públicos. La complejidad,
interdependencia, incertidumbre y riesgo crecientes son todos factores que han
fortalecido la posición de los actores con experiencia, preparación y
conocimientos, son atributos que los gestores públicos deben desempeñar para
ocupar las responsabilidades que le son asignadas.
Los gestores públicos, tanto los que trabajan en gobiernos locales o regionales
como los empleados en el gobierno central, desempeñan un papel clave en la
implementación de los programas intergubernamentales. Según Rosenthal (1984),
la GIG es diferente porque la responsabilidad de realizar un servicio o garantizar
su cumplimiento generalmente incumbe a una organización, pero su consecución
corre a cargo de otras agencias.57 El autor sugiere que existen cuatro condiciones
de esta forma “indirecta de gestión”:
1. Que la responsabilidad esté compartida a través de los niveles de gobierno
u organizaciones involucradas en un programa;
2. Que sea probable que las personas en las distintas agencias
gubernamentales tengan opiniones diferentes respecto a aspectos importantes,
como los objetivos del programa;
3. Que el programa y las relaciones entre los gestores estén en marcha;
4. Que los mecanismos o instrumentos se especifiquen para el intercambio
de recursos e información a través de las fronteras organizativas formales.
57
Rosenthal, Steven R. “New Directions in Evaluating Intergovernmental Programs”. Public Admistration Review, No. 44,
pp. 469-476.
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422 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
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de la Gestión Pública
Agranoff (1997) señala que han surgido una gran variedad de técnicas de GIG de
dichas experiencias indirectas. 58 El campo de la GIG muestra diversas
interpretaciones que marcan la diferencia con una orientación distinta dentro de
las relaciones intergubernamentales (RIG).
Por lo que respecta a los modelos, existen cuatro de gestión intergubernamental.59
Desde el modelo basado en relaciones de autoridad entre los sujetos, hasta el
modelo exclusivo, donde los distintos niveles de gobierno cuentan con sus ámbitos
de actuación y donde se dan pocas ocasiones para la colaboración. El tercero
estaría en el modelo interdependiente, que es el más representativo del
funcionamiento de las relaciones intergubernamentales donde la función del
gobierno involucra simultáneamente unidades nacionales estatales y locales al
igual que otro tipo de organizaciones no gubernamentales.
El cuarto modelo se trata de la gestión en red. En los últimos años se ha venido
configurando una nueva fórmula de gestión de los asuntos públicos, que ha
hecho énfasis en el contexto comunitario, basada en aspectos cualitativamente
diferentes a la gestión pública tradicional en lo relativo a los actores, a las
relaciones entre sector público y privado, a las relaciones entre centro y periferia,
entre otros.60
58
Agranoff señala diez planteamientos utilizados: 1) planificación estratégica, liderazgo y visión; 2) contactos entre los
empleados públicos; 3) influencia de los recursos intergubernamentales y privados; 4) fomento de la capacidad; 5) exenciones,
programas modelo y programación especial; 6) desregulación y flexibilidad regulatoria negociada; 7) elaboración conjunta
de políticas o colaboración en el proceso de la elaboración de políticas; 8) disminución del alcance de la supervisión central;
9) cooperación horizontal y desarrollo de redes y 10) reorganización gubernamental/enfoques del grado de eficiencia.
59
Mondragón Ruiz de Lezana, Jaione. “La Gestión Intergubernamental: las Relaciones Intergubernamentales en España”. En
Olías de Lima, Blanca. La Nueva Gestión Pública. Madrid, Prentice Hall, 2001, pp. 319-320.
60
Crespo González, Jorge. “Gestión Pública y Gestión Intergubernamental en la Unión Europea”. En Olías de Lima, Blanca.
La Nueva Gestión Pública. Madrid, Prentice Hall, 2001, p. 354.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 423
José Juan Sánchez González
El concepto de gestión intergubernamental se aleja de la idea de buscar soluciones
estratégicas de carácter general ante la complejidad del sistema
intergubernamental, adoptando más bien una postura modesta y limitada ante
las cuestiones intergubernamentales. Se caracteriza por aspectos como son: 1) la
búsqueda de la solución de problemas (problem solving); 2) la capacidad para
hacer frente a las situaciones (coping capabilities); y 3) la formación de redes
donde los contactos y las informaciones son mecanismos imprescindibles para
la resolución de los problemas.61
En suma, la gestión intergubernamental constituye un proceso mediante el cual
los trabajadores intervienen encaminando sus actuaciones hacia objetivos
concretos, resaltando la importancia del trabajo de los empleados públicos y sus
intentos de realizar los ajustes necesarios que permitan sacar adelante los
programas emprendidos.
6.2.4 Gestión de recursos humanos
Un cuarto campo de estudio de la gestión pública es la gestión de las personas
(gestión de recursos humanos). Ello se debe a la importancia central de las per-
sonas en la gestión de las organizaciones de la tercera ola, así como poner al ser
humano como primer elemento a considerar. Esta tendencia se observa en teóricos
de la organización (Mintzberg, 1989; Etzioni, 1989), en analistas de la cultura de
61
Mondragón Ruiz de Lezana, Jaione. Op. cit., p. 323.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
424 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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Capítulo VI Nuevas Orientaciones y Campos
de la Gestión Pública
las organizaciones (Peters y Waterman, 1982) y, desde luego, en estudiosos de la
gestión de la calidad (Deming 1986, 1989). Las bases en que se fundamenta esta
propuesta son, ante todo, funcionales, centradas en mejorar la eficacia y eficiencia
de las organizaciones. También las obras de Maslow (1954), McGregor (1960) o
Argyris (1957) han influido desde criterios más humanísticos en la configuración
actual del planteamiento.62
Para Villoria (1997) junto a esta tendencia general hacia la consideración de la
persona como elemento esencial de la organización, otro importante conjunto
de transformaciones sociales, políticas y económicas ha generado un entorno
diferente al taylorista en la gestión de los recursos humanos. Esta gestión ha sido
modificada por tres grandes corrientes de cambio: a) las corrientes políticas, que
han establecido un freno a la explotación en el trabajo, especialmente con el
desarrollo de los principios del Estado social y la legislación protectora; b) las
corrientes tecnológicas, que han simplificado los trabajos manuales y abierto
nuevas formas de empleo; c) las corrientes sociales, con el desarrollo de las
relaciones laborales y d) el nuevo papel del empleado en la organización.
Una definición mínima de gestión de recursos humanos “incluye un amplio
conjunto de decisiones y acciones que afectan la relación entre una organización
y sus empleados, y pretende adecuar la actuación de los empleados a la misión
62
Villoria, Manuel. “La Gestión de las Personas en las Administraciones Públicas Postburocráticas: un Enfoque Estratégico”.
Bañon, Rafael y Carrillo, Ernesto (comps.) La Nueva Administración Pública. Madrid, Alianza Editorial, 1997, p. 125.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 425
José Juan Sánchez González
y a las estrategias de la empresa o institución”.63 Así, la gestión de personal debe
ser una herramienta al servicio de la eficacia organizativa. Su principal razón de
ser es ayudar a la organización pública a alcanzar su objetivos. Para ello, la
gestión de recursos humanos impulsa acciones dirigidas a desarrollar la
motivación y el compromiso de los empleados, a fortalecer la cultura común y a
mejorar sus competencias profesionales.
Villoria (1997) considera que las tendencias generales y algunas de las
implicaciones que para la gestión de recursos humanos que se presentan son:
1. Una mayor diversidad de la fuerza de trabajo;
2. Buscar el equilibrio entre la responsabilidad en el trabajo y las necesidades
familiares;
3. Globalización, con la consiguiente competencia en el marco de una
economía mundial, frente a los requerimientos de cada país;
4. En un entorno complejo, diverso y en constante cambio, se precisa la
expansión de la planificación estratégica de recursos humanos como columna
vertebral de la gestión estratégica de los mismos;
5. Mayor participación y capacitación del empleado, siguiendo la tendencia
de poner al empleado en el centro de las decisiones de la organización y
considerarlo como el principal activo, conlleva la tendencia a una mayor
63
Cisternas, Xavier. “Los Recursos Humanos en las Administraciones Públicas: un Enfoque de Gestión”. En Losada Marrodán,
Carlos. ¿De Burócratas a Gerentes? Las Ciencias de la Gestión Aplicadas a la Administración del Estado. Washington, Banco
Interamericano de Desarrollo, 1999, p. 291. Algunos autores señalan que toda organización que quiera sobrevivir en este
entorno globalizado, competitivo y de conocimiento debe: a) invertir en capital humano; b) formar e instruir a los recién
llegados al puesto o la organización; c) instruir a todos en la resolución de problemas para mejorar la calidad; d) capacitación
específicamente a los directivos.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
426 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo VI Nuevas Orientaciones y Campos
de la Gestión Pública
participación de éste y a una capacitación (empowerment) del mismo para tomar
decisiones;
6. La naturaleza cambiante del trabajo futuro: formación y desarrollo para
una fuerza de trabajo basada en el conocimiento, pero que no puede perder de
vista los valores esenciales de lo público;
7. El crecimiento de expectativas del empleado y la necesidad de equilibrar
demanda y coste;
8. El crecimiento de las expectativas de la sociedad con respecto al servicio
público.
Para abundar más sobre el punto de colocar al empleado como centro de la
organización, deben considerarse las implicaciones que esta tendencia tiene
para la gestión de recursos humanos como son: a) la necesidad de promocionar
el trabajo de equipo frente al individualismo; b) el desarrollo de grupos de trabajo
semiautónomos y, en general, de nuevas formas de microestructuras organizativas;
c) la búsqueda de mecanismos para premiar y reconocer a los grupos de trabajo;
d) la generación y desarrollo de habilidades transversales en los empleados; e) el
eficaz uso del rediseño de puestos con la consiguiente variedad de habilidades y
la preocupación por el enriquecimiento de tareas y responsabilidades; f) la
necesidad de permitir al empleado ver la identidad de su tarea en el marco de la
organización, y el significado de la misma; g) reforzar la posibilidad de una
coherente rotación en puestos de trabajo que favorezca el mantenimiento de la
capacitación del empleado; h) promover la autonomía del empleado, de manera
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 427
José Juan Sánchez González
que tenga libertad para seleccionar las respuestas propias al entorno; i) favorecer
los sistemas de retroalimentación, de forma que el empleado goce de la posibilidad
de conocer la eficacia de su esfuerzo; k) desjerarquizar las organizaciones y
aplanar las estructuras, favoreciendo la responsabilidad y el diálogo.64 Aunque
debe considerarse la diferencia entre gestión pública y privada:
Una gestión de los recursos humanos de la administración como si fueran los de
una empresa privada podría colisionarse gravemente con el Estado de Derecho
e incluso con la propia democracia, que requiere siempre una administración
objetiva, imparcial y garantista de los procedimientos colectivamente
establecidos.65
La gestión de personal de la administración pública necesita una profunda
reconfiguración, pero sin olvidar los ineludibles lazos de las organizaciones
públicas con los valores democrático-constitucionales. Y ello porque la gestión
de recursos humanos en la administración pública no ha de tener como simple
objetivo, auxiliar en la dirección eficaz y eficiente de una gran empresa, sino
algo que incluye lo anterior y lo enriquece: ha de sostener y profundizar la
democracia. Sea cual fuere el nuevo modelo de gestión pública, no puede
olvidarse que la administración pública debe servir con objetividad los intereses
generales de la sociedad.
64
Ibid, p. 247.
65
Ibid, p. 250.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
428 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo VI Nuevas Orientaciones y Campos
de la Gestión Pública
En el ámbito de los servicios públicos, darle importancia a las personas parece
incuestionable, cualquiera que sea el enfoque utilizado. Por lo que no es de
extrañar que los reformadores de la administración pública acentúen, casi sin
excepción, la necesidad de revisar y potenciar las políticas y prácticas de la
gestión pública de los recursos humanos.66
Para mejorar la gestión de recursos humanos pueden dirigirse cuatro ejes
fundamentales: 1) descentralizar la gestión de personal y cambiar el papel del
departamento de recursos humanos; 2) planificar los recursos humanos en función
de la estrategia; 3) flexibilizar la gestión de recursos humanos para responder a
las necesidades de los servicios y 4) desarrollar prácticas de gestión de recursos
humanos para aumentar la productividad y para fortalecer el compromiso de los
empleados.67 Esto se debe que hay que reconocer que los recursos humanos son
decisivos para el éxito de cualquier organización. Las capacidades de una
organización no son otras, que las propias de las personas que en ella trabajan.
Se puede comprar o copiar la mejor tecnología o los sistemas de trabajo más
avanzados, pero si no se cambia la forma en que las personas piensan y se
comportan, no se conseguirán resultados cualitativamente diferentes.
Para Longo (1990) cabe preguntarse hasta qué punto la orientación a la flexibilidad
sintetiza en realidad orientaciones plausibles de mejora en cualquiera países o
66
Longo Martínez, Francisco. “Modernizar la Gestión Pública de las Personas: los Desafíos de la Flexibilidad”. V Congreso
del CLAD. www.clad.org.ve.
67
Cisternas, Xavier. “Los Recursos Humanos en las Administraciones Públicas: un Enfoque de Gestión”. Op cit. p. 293.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 429
José Juan Sánchez González
entornos. Parece en principio que la expresión resultaría aplicable sobre todo a
contextos en los que las prácticas de personal adolecieran de una rigidez
normativa y procedimental. Éste sería el caso de buena parte de los modelos
profesionalizados, basados en sistema de mérito –si empleamos el léxico
anglosajón- de función pública –si optamos por la terminología de Francia y
España-, o de servicio civil –como se hace en Iberoamérica. Por el contrario, si
habláramos de modelos que siguen la lógica del spoil system o botín político,
como es el caso en buena parte de los países latinoamericanos, sería dudoso que
las prioridades pasaran por flexibilizar. De hecho, la combinación de elementos
rígidos y flexibles, en proporciones por determinar en cada caso, caracteriza un
diseño correcto de las políticas de gestión pública de los recursos humanos.
La cuestión resulta menos simple de lo que parece, por las tres siguientes razones:
1) los sistemas de botín político no excluyen la existencia de elementos de rigidez
(la libre adscripción por lealtades políticas existentes en algunos países
latinoamericanos); 2) también en los países dotados de un sistema de méritos es
necesario desarrollar y perfeccionar los sistemas de garantías, para evitar riesgos
de politización y 3) la migración de los modelos del primer tipo a los del segundo,
no tienen porque hacerse al precio de copiar elementos disfuncionales existentes
en éstos últimos.
A este respecto, se afirma que existen dos visiones diferentes del mismo problema.
La primera de estas visiones de la flexibilidad se basa en una percepción
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
430 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo VI Nuevas Orientaciones y Campos
de la Gestión Pública
dominante de las personas como restricción y pone el acento en la reducción
de los costes de personal. Enlaza con los discursos empresariales de la reingeniería,
el downsizing, las competencias clave y la empresa red, orientándose a la
detección y eliminación de excedentes, así como de una inspiración eficientista.
La segunda visión tiende a percibir a las personas más bien como oportunidad, y
pone el acento en la flexibilidad de la gestión pública de recursos humanos
como apoyo a la creación de valor por parte de las personas. Sintoniza con los
discursos empresariales de calidad total, prácticas de alto rendimiento, y con las
orientaciones de la modernización administrativa más basadas en la idea servicio
público, de mejora de la receptividad, o de conversión del administrado en cliente.
Por ello, se requiere orientar la gestión pública de recursos humanos a la
flexibilidad, lo que supone afrontar algunos desafíos trascendentes que afectan
a: 1) la gestión del empleo (incorporación de personas idóneas para las tareas
que deben realizarse es la primera de las exigencias); 2) la planificación y
organización del trabajo (la mejora del aprovechamiento de los recursos
humanos); 3) la gestión del rendimiento (el estímulo a las mejoras en el
rendimiento de los empleados públicos constituye uno de los principales desafíos
de la gestión pública); 4) la gestión del desarrollo y aprendizaje (la adquisición y
desarrollo de capital intelectual que constituye un activo principal que debe ser
gestionado) y 5) a la propia organización de recursos humanos (el principal
protagonista es el directivo de línea, llamado a recibir de la organización
atribuciones y responsabilidades ).68 La gestión de las personas ha cambiado
68
Ibidem.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 431
José Juan Sánchez González
radicalmente, por lo que es necesario mostrar sus implicaciones en la gestión
pública.
Por lo tanto, debe destacarse el ámbito de la gestión de los recursos humanos
como uno de los elementos centrales de los procesos de transformación de la
gestión pública para generar mayores capacidades en las administraciones
públicas, así como para desarrollar los nuevos modelos de relaciones para la
prestación de servicios públicos.69
6.2.5 Gestión del conocimiento
Otra de las orientaciones más importantes en la gestión pública, particularmente
en España, es la gestión del conocimiento. Este concepto se encuentra ligado a
la teoría del capital intelectual y a la utilización de Tecnologías Informáticas (TI).
En una perspectiva más amplia, dentro del Estado se encuentran las empresas,
las familias de los empleados y los empleados como sujetos, de manera que la
incorporación de conocimientos debe ser una función del gobierno que debe
comenzar en los inicios con los sujetos. Son ellos los que trasladan esta cultura
de aprendizaje permanente en su entorno y son las empresas, entre otras, las que
capitalizan los conocimientos que depositan los empleados para crecer y
desarrollar el país.70
69
Salvador Serna, Miguel. “El Papel de las Instituciones en la Gestión de las Administraciones Públicas”. Reforma y Democracia.
Venezuela, CLAD, No. 20. junio de 2001, p. 76.
70
Belly, Pablo. “El Estado como Generador de Conocimientos”. Belly Knowledge Management. 2001.
www.gestiondelconocimiento.com.
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432 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
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de la Gestión Pública
La gestión del conocimiento no es un concepto de moda,71 sino que encierra
una amalgama de estrategias que provienen básicamente de la experiencia con
la gestión empresarial, la psicología, los recursos humanos, y el conocimiento
que se ha de tener sobre cado uno de los componentes de una organización: sus
trabajadores, sus clientes y sus proveedores.72
La gestión del conocimiento es el proceso mediante el cual adquirimos,
generamos, almacenamos, compartimos y utilizamos conocimiento, información,
ideas y experiencias para mejorar la calidad en el cumplimiento y desarrollo de
la misión de la organización.
Gestión del conocimiento para evitar perderlo, para aprender de él, para mejorar
la toma de decisiones, como riqueza de crecimiento personal y también
organizacional, capitalizando el potencial de los recursos humanos, empoderando
a los sujetos a los con los que estamos trabajando y mejorando la calidad en
nuestro trabajo. En definitiva, gestionar bien para crecer todos. Compartir para
aprender. Aprender y, nuevamente compartir; compartir para volver de nuevo a
prender y alimentar, una y otra vez, la espiral interminable del conocimiento.73
71
Otras definiciones son: “Gestión del Conocimiento es el proceso de administrar continuamente conocimiento de todo
tipo para satisfacer necesidades presentes y futuras, para identificar y explorar recursos de conocimiento tanto existentes
como adquiridos y para desarrollar nuevas oportunidades”. Ann Macintosh propone: “La Gestión del Conocimiento envuelve
la identificación y análisis del conocimiento tanto disponible como el requerido, la planeación y control de acciones para
desarrollar activos de conocimiento con el fin de alcanzar los objetivos organizacionales”. Benki von Roth, Andrea. “Gestión
del Conocimiento y la Competitividad”. Mastermind Global Information, 2000. www.gestiondelconocimiento.com.
72
Flores Vivar, Jesús. “Gestión del Conocimiento: ¿Nueva Estrategia Empresarial o Simple Concepto de Moda”. Nakua
Technologies, 2000. www.gestiondelconocimiento.com.
73
Gradillas Reverté. María. “Propuesta para la Formulación de una Estrategia de Gestión del Conocimiento”. Ayuda en
Acción, 2000. www.gestiondelconocimiento.com.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 433
José Juan Sánchez González
Udaondo (2000) considera que en castellano, debe entenderse por Gestión del
Conocimiento la suma de los dos conceptos (Knowledge Management) que es la
capacidad que tiene la organización para administrar el acervo de conocimientos
del que actualmente dispone.74 Este concepto es complementario al de Learning
Organization (la organización que aprende, también traducido como
“organización inteligente”) que se refiere a la capacidad que tiene la empresa de
aprender, es decir, de generar nuevos conocimientos. La gestión del conocimiento
como el esfuerzo de una organización por conseguir, organizar, distribuir y
compartir los conocimientos entre todos los empleados.
En realidad, recientemente se ha descubierto que en las organizaciones el primero
y principal de los activos disponibles, es el capital intelectual que poseen las
personas que las constituyen. Por ejemplo, en la antigüedad el único activo era
la tierra, después en las industrias los activos eran las máquinas, en la actualidad
el principal activo de las organizaciones (públicas o privadas) son las personas.
El capital intelectual75 en una empresa se encuentra compuesto por cuatro
componentes: 1) los activos del mercado (marca, clientes, distribución, etc.);
2) los activos de propiedad intelectual (productos del “know how” propiedad de
la empresa); 3) los activos de infraestructura, centrados en el individuo (lo que la
gente sabe hacer); y 4) los activos centrados en la gestión y cultura corporativa
74
Udaondo Durán, Miguel. “La Gestión del Conocimiento”. Airtel Movil, 2000. www.gestiondelconocimiento.com.
75
El capital intelectual es aquel conjunto de esos activos intangibles que suponen la generación de una mayor valoración de
la organización.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
434 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo VI Nuevas Orientaciones y Campos
de la Gestión Pública
(lo que nuestra organización y la forma de hacer las cosas es capaz de generar
de cara al futuro).76 Mientras que para otros autores, el capital intelectual se
encuentra conformado por: el Capital Humano (información sobre el empleado,
sus aptitudes, habilidades, capacidad de aprendizaje, etc.), el Capital Estructural
(información sobre la cultura de la organización, características, estructuras y
filosofía de trabajo), y por el Capital Relacional (relativo a los contactos con
entornos externos a la organización).
La gestión del conocimiento es el conjunto de procesos y sistemas que permiten
que el capital intelectual de una organización aumente en forma significativa,
mediante la gestión de sus capacidades para resolver los problemas en forma
eficiente (en el menor espacio de tiempo posible), con el objeto final de generar
ventajas competitivas sostenibles en el tiempo. Gestionar el conocimiento
significaría la gestión de todos los activos intangibles que aportan valor a la
organización en el momento de conseguir capacidades, o competencias
esenciales y distintivas.77
Para alcanzar la gestión del conocimiento se requieren tres conceptos: las perso-
nas, la tecnología y la comunicación. Esto que genera una nueva riqueza que se
denomina competencias. Para gestionar estas competencias, las organizaciones
orientadas a la gestión del conocimiento se mueven en torno al ciclo de creación
del conocimiento, cuyo valor es generar valor agregado.
76
Ibid, p. 4.
77
Carrión, Juan. “Introducción Conceptual a la Gestión del Conocimiento”. www.gestiondelconocimiento.com.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 435
José Juan Sánchez González
Desde el punto de vista de la empresa privada, frente a la visión tradicional de la
empresa centrada en el producto, surge una nueva visión que organiza todos los
procesos de la compañía pensando en la satisfacción del usuario. Este cambio
de enfoque no es producto de la casualidad o el capricho de los gestores, surge
como una respuesta a la necesidad de adquirir, retener y fidelizar usuarios en un
mercado intensamente competitivo en el que el cliente dispone de una variedad
de opciones entre las que se puede elegir y es el único en toma la decisión final.
En el caso de la administración pública aunque las circunstancias sobre la
competitividad no sean las mismas que en el entorno puramente empresarial,
existe un necesidad semejante fomentada por la marcha de personal propio, así
como la existencia de contratación de personal de asistencia técnica cuya rotación
en estos últimos tiempos es muy elevada. Con este propósito surgió el concepto
de gestión del conocimiento que estaría constituido por todas aquellas actividades
y procesos que permiten generar, buscar, difundir, compartir, utilizar y mantener
el conocimiento de una organización, con el fin de incrementar su capital
intelectual y aumentar su valoración dentro de su entorno de mercado.78
Por su parte, para Enebral (2000) la gestión empresarial ha evolucionado desde
las últimas décadas y mucho más si nos remontamos al comienzo del siglo.79
Desde Taylor y Fayol que iniciaron una etapa de gestión científica basada en la
78
Lozano, Mercedes Ma. “Aproximación a la Gestión del Conocimiento. Una Visión Práctica”. Gerencia Informática de la
Seguridad Social, 2000. www.gestiondelconocimiento.com.
79
Enebral Fernández, José. “Cien Años de Management”. Formación y Consultoria, S.A., 2000.
www.gestiondelconocimiento.com. Aquí se toman algunos argumentos de este apartado.
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436 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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mejora de la productividad. Después del experimento de Hawrthorne con Elton
Mayo, Mary Parker Folleerr y Chester Barnard que apuntaban a una gestión al
lado humano de la organización. En la década de 1950, McGregor, Maslow y
Herzberg, insistieron en el potencial disponible en los trabajadores y aportaron
valiosas ideas en torno al tema de la motivación. Para 1954 Peter Drucker
publicaba The Practice of Management, un clásico de la literatura en el que
impulsaba una gestión empresarial.
En la década de 1960, aparecía El Lado Humano de la Empresa (The Human
Side of Enterprise) de Douglas McGregor en el que formulaba sus conocidas
teorías “X”, e “Y” (alineando la primera al taylorismo y revolucionaria la segunda)
relativas al comportamiento de los trabajadores. Otros autores que contribuyeron
a la evolución del management fueron: Likert, Levitt, Kotler, Allen, Mintzberg,
Burns, Schon, Argyris y McClelland.80
En la década de los ochenta se comenzó a predicar el enfoque de calidad, que
ya había empezado en la años de 1950 con Deming y Juran en Japón. La gestión
occidental comenzaba a prestar más atención al modelo japonés y esto quedó
patente en algunos libros como el de Pascale y Athos (The Art of Japanese Man-
agement, 1981) o el de Ouchi (Theory Z, 1981). Pero quizá la obra más importante
apareció en 1982 fue En Busca de la Excelencia (In Search of Excellence) de
Peter y Waterman que contribuyó a la difusión de este tipo de literatura y en
80
Ibid, p. 3.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 437
José Juan Sánchez González
particular, a sensibilizar sobre aspectos de la gestión cuya importancia se había
olvidado.
Peter Senge insistió, al comienzo de la década de 1990, en el concepto de
learning organization en su importante obra The Fiffth Discipline. Texto que
postula la necesidad del pensamiento sistémico dentro de las organizaciones y
del que puede decirse que ha alimentado el debate en beneficio de la evolución
del management. Hammer hablaría por su parte de la reingeniería de los procesos
y que constituye una de las vetas actuales de la gerencia empresarial.
Para este autor, la gestión por competencias se abre paso porque efectivamente
había personas cuyos perfiles no encajaban del todo en los puestos que ocupaban.
La gestión del conocimiento sería uno de los últimos eslabones del manage-
ment, en el sentido de que reconoce que el conocimiento no resulta de una
consecuencia inmediata de la información. La gestión del conocimiento
representa una propuesta iberoamericana dentro de la gestión pública, enfatizando
la importancia de activos intangibles que enriquecen a cualquier organización.
6.3 Futuros alternativos de la gestión pública
Los futuros alternativos de la gestión pública son variados. Se pueden identificar
variados futuros específicos. El primero construido por Dunleavy y Hood (1995)
que afirman que al observar el paso de la Administración Pública Progresiva
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
438 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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desde la óptica de la teoría cultural a la Nueva Gestión Pública (NGP) permite
entender las críticas presentes, así como los futuros de la NGP. Parece poco
probable que estas críticas desaparezcan. Cada una de ellas enraiza con una
visión válida, internamente coherente e históricamente recurrente de la gestión
pública.81
Como una clara oposición a las opiniones de Osborne y Gaebler (1992), según
las cuales existe un movimiento inevitable y global hacia un único modelo de
Nueva Gestión Pública, estos autores sugieren que los posibles escenarios del
futuro son múltiples y variados. También defienden que las reformas del sector
público incorporan asuntos que van más allá de las más inmediatas
consideraciones de costo y calidad, que alcanzan una naturaleza constitucional.
Cuadro No.6.1
Futuros alternativos para la gestión pública
Nivel bajo de separación Nivel alto de separación
público-privado público-privado
Alto grado de generalización Modelo de reja cerrada Estado burocrático
de las reglas Proveedores privados, manuales de Extender la provisión pública a
procedimientos (juridificación), sin través de organizaciones públicas
mediación política. específicas.
Ejemplo: la sanidad americana en Ejemplo: el estilo tradicional del
los ochenta. sector público alemán.
Bajo grado de generalización Estado mínimo-comprador Modelo descabezado
de las reglas Máxima presencia corporativa, el Sector público específico pero
Estado como “consumidor turbulento, sin gestores
inteligente”. responsables.
Ejemplo: el gobierno de los Ejemplo: las universidades
Ángeles. británicas.
Fuente: Tomado de Dunleavy y Hood, Op. cit. p. 110.
81
Dunleavy, Patrick y Hood, Christopher. “De la Administración Pública Tradicional a la Nueva Gestión Pública. Ensayo
sobre la Experiencia Modernizadora de Diversos Países Desarrollados”. Gestión y Análisis de Políticas Públicas, Madrid,
INAP, No. 3, mayo-agosto 1995, p. 110.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 439
José Juan Sánchez González
Dos de los escenarios de futuro plasmados en el cuadro No. 6.1, (los cuadrantes
bajo-izquierda y alto derecha) ya nos son familiares. El de arriba de la derecha,
que se denomina Estado burocrático (public bureaucracy state) se asocia a un
sector público específico, con unas competencias básicas y con formas de operar
distintas y bien definidas. El escenario de abajo a la izquierda, llamado Estado
mínimo-comprador (minimal purchasing state), representa un mundo donde las
tareas del gobierno consisten en contratar y donde las grandes empresas privadas
dominan la provisión de los servicios públicos, de forma parecida a lo que ha
sucedido con los negocios de la comida rápida.82
El “modelo descabezado” (beadless chicken model) supone que los servicios
públicos son a la vez gestionados en exceso y en defecto. Son excesivamente
gestionados a nivel de las organizaciones individuales, pero conjuntamente sub-
gestionados, ya que no existe un sistema de dirección. Las reglas generales que
se aplican al sector público se relajan o abandonan. Nadie reconoce su propia
posición en el sistema.
El “modelo descabezado” comporta una estructura donde no existe un responsable
identificable de la gestión pública, lo cual es muy común en algunas fragmentadas
organizaciones gubernamentales. Las organizaciones públicas existentes efectúan
maniobras dentro de su terreno de juego, en función de una racionalidad indi-
vidual, pero no prestan ninguna atención a la racionalidad colectiva de las
82
Ibid, p. 111.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
440 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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estrategias del sector público, ya que no existen normas claras que delimiten
responsabilidades y marquen las pautas de trabajo. El gran riesgo en este modelo,
es la transformación gradual de la calidad y los problemas relacionados con la
inestabilidad, la sobreposición y confusión de responsabilidades, circunstancias
que han guiado la reforma de los centros de las metrópolis británicas y americanas
en el pasado.
El “modelo descabezado” es únicamente una posibilidad abstracta y teórica.
Algunas de las reformas contemporáneas del sector público tienden a situarnos
precisamente en ese sector del cuadro No. 6.1. A pesar de que oficialmente se
promociona el cuadrante bajo de la izquierda (Estado mínimo-comprador), en la
práctica fuerzas múltiples presionan en esta dirección. De aquí que de hecho los
cuerpos públicos permanezcan tan estables a pesar de la retórica de su apertura,
incluso en Estados con aspiraciones de reforma tan radicales como Nueva
Zelanda.
Para Dunleavy y Hood (1995) la reforma de la gestión pública es propensa al
“modelo descabezado”, al menos siempre que se produzca el abandono de una
burocracia uniforme e inclusiva. El continuo desarrollo de fuerzas en poderes
rivales dentro del sector público puede exacerbar las tendencias mencionadas.
Lo que no está tan claro es si el “modelo descabezado” es una posibilidad
permanente para la gestión pública o si se trata únicamente de un estilo de
gestionar que debe dejar paso a otros.
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Igualmente interesante es el cuadro alto de la izquierda, al que se ha denominado
el “modelo de la reja cerrada” (grid lock model). En el estilo de la “reja cerrada”
no se da una distinción estricta entre los proveedores privados y los públicos:
incluso muchos de los servicios públicos pueden ser prestados por corporaciones
privadas. Sin embargo, al mismo tiempo, se desarrollan normas de procedimientos
fuertes y tendencialmente completas, de tal manera que la provisión efectiva de
los servicios queda muy delimitada por las reglas.
Tal como sucede con el “modelo descabezado”, tampoco es demasiado
complicado identificar las tendencias que conducen la gestión pública hacia el
“modelo de la reja cerrada”. El aumento de los litigios asociado a las normas de
los seguros de todo riesgo, el incremento de la presión reguladora ejercida tanto
desde la Unión Europea como desde los propios Estados, y la proliferación de
códigos de conducta gubernamentales podrían estar provocando el efecto práctico
de alterar la libertad de gestión que reclaman las reformas de la administración
pública actuales, provocando la ubicación del sistema de gestión en la zona del
“modelo de la reja cerrada”.83
Tanto el “modelo descabezado” como el de la “caja cerrada” tienen
potencialidades y debilidades. La virtud más obvia del “modelo descabezado”
es su capacidad potencial para liberar fuerzas dinámicas y emprendedoras
83
Ibid, p. 112. Aunque también existen debilidades, como es el caso del “modelo descabezado” que puede provocar
duplicaciones, errores de precio muy elevado y la tendencia a la baja de los estándares de calidad que nos alejan de las
buenas prácticas de la gestión pública. Por su parte, los aspectos reglamentarios más estrictos del “modelo de la reja cerrada”
pueden provocar cierta rigidez y limitaciones, así como costos desmesurados y un elevado número de disputas sin resolver.
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reprimidas, para golpear estructuras anquilosadas y, en definitiva, para incorporar
disposiciones de innovación y de competitividad que estaban ausentes de las
aproximaciones tradicionales de gestión pública. En contraste, el “modelo de la
reja cerrada” es capaz de evitar las arbitrariedades y los caprichos que un poder
de gestión desenfrenado puede incorporar.
Un análisis realista de las dinámicas de la gestión pública debería alejarnos de
una comparación exclusivamente teórica entre las ventajas y los inconvenientes
de los mercados o de las jerarquías y, en cambio, llevarnos a considerar también
los menos examinados casos intermedios. Como sucede con todos los caminos
hechos con la mejora de las intenciones, la ruta hacia el estilo de gestión más
mercantil puede desembocar en situaciones inesperadas y desagradables.84
El segundo futuro de la gestión pública, es el que diseñan Emmert, Crow y
Shangraw (1993) 85 quienes a partir de estudios futurólogos presentan una versión
diferente a la de Dunleavy y Hood (1995). A partir de la idea de que el arte del
futurista es conocer lo que, por esencia, es inconocible: la tarea es sumamente
compleja. Emmert, Crow y Shangraw identifican ocho corrientes futuras:
1. La complejidad social y organizacional: La mayoría de los futuristas cree
que las estructuras y los procesos organizacionales y sociales se volverán cada
84
Ibidem.
85
Emmert, Mark A., Crow, Michael y Shangraw, R.F. Jr.. “La Gestión Pública en el Futuro: la Postortodoxia y el Diseño de la
Organización”. Barry Bozeman (coordinador). La Gestión Pública. Su Situación Actual. México, Colegio Nacional de Ciencias
Políticas y Administración Pública, Universidad Autónoma de Tlaxcala, F.C.E., 1998, pp. 455-474.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 443
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vez más complejos. Esta complejidad es producto de varias fuerzas, incluyendo
una creciente interdependencia entre organizaciones y sectores, el cambio
tecnológico, mayores demandas a las organizaciones y la globalización de las
interacciones. La mayor interdependencia entre niveles de gobierno, diversas
dependencias, los sectores públicos y privados y hasta entre naciones-estados
añadirá un nivel expansivo de complejidad en las organizaciones públicas. De
hecho, las organizaciones gubernamentales resultarán anacrónicas, ya que se
constituyeron para satisfacer necesidades de una sociedad mucho más sencilla.
Por tanto, la gestión pública será mucho más compleja y diversificada.
2. La privatización y la interacción entre los sectores público y privado. Los
futuristas consideran que continuará la tendencia hacia una mayor interacción
entre los sectores públicos y privados, y la dependencia cada vez mayor de
soluciones del sector privado a problemas públicos. Puede que continúe la
eliminación de las fronteras de separación entre los sectores públicos y privados
afectando a los fines, medios y técnicas de la gestión pública.
3. La continuación del cambio tecnológico. Hay consenso ente los futuristas
de que el ritmo del cambio tecnológico se intensificará y que las innovaciones
tecnológicas tendrán efectos significativos para las organizaciones. Casi todos
los futuristas ven a la tecnología como el motor del cambio. El avance tecnológico,
por un lado, exigirá mayores calificaciones técnicas a la fuerza laboral, la habilidad
de incorporar cambios a las estructuras organizativas, y por otro lado, una
capacidad de generar recursos para aprovechar las tecnologías y responder a los
problemas que broten de ellas.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
444 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo VI Nuevas Orientaciones y Campos
de la Gestión Pública
4. Recursos y desarrollo limitados del sector público. Toda la bibliografía
futurista predice un crecimiento modesto del tamaño del gobierno y de los recursos
de que disponga. Hasta los que esperan auges económicos, no creen que el
gobierno crezca en forma considerable. En realidad, muchos predicen una relativa
contracción del tamaño y función del gobierno. Como resultado de estos recursos
limitados, se extenderán los esfuerzos por aumentar la productividad tanto en el
sector público como en el privado, según Drucker (1986). Se pedirá a los
administradores públicos que encuentren maneras más eficientes de prestar
servicios y de enfrentarse a cuestiones públicas.
5. Diversidad de la fuerza de trabajo y la clientela. Todos los futuristas
convienen que la fuerza laboral y la ciudadanía de los países desarrollados
continuarán haciendo más diversa su composición. Esta diversidad adoptará
muchas formas, incluso la racial, étnica y cultural. A esta conformación se le ha
llamado “sociedad mosaico”. Esta diferenciación complicará la prestación de
servicios y las demandas que se hagan a las organizaciones públicas, requiriendo
soluciones hechas a la medida de condiciones laborales, en lugar de soluciones
universales.
6. El individualismo y la responsabilidad personal. Gran parte de los futuristas
predice una mayor independencia de la persona respecto de las grandes
instituciones, en particular de las instituciones gubernamentales, a favor de la
autoconfianza y la aceptación de mayor responsabilidad personal. Habrá una
redefinición general de las funciones de las personas y la sociedad, con énfasis
en las distinciones individuales y no en la homogeneidad. Se supone que esta
tendencia acelerará el avance hacia la privatización y el voluntarismo. Los usuarios
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 445
José Juan Sánchez González
del sector público se mostrarán menos tolerantes de las instituciones que no
están orientadas hacia el servicio.
7. La calidad de la vida y el ambientalismo. Existe consenso entre los futuristas
en el sentido de que el interés en la calidad de vida se intensificará, y que éste
movimiento incluirá una mayor preocupación por la calidad del ambiente. Se
dará por resultado una reducción de la importancia del trabajo como interés
central de la vida, conduciendo a ciertos cambios en las actitudes del trabajador.
Las preocupaciones por la calidad de vida echarán mayores cargas sobre las
dependencias gubernamentales para que aseguren que sus actividades sean
“ambientalmente neutrales”.
8. Transiciones, continuidad y no revolución. Todos los futuristas ven en el
futuro cambios importantes y hasta espectaculares. Sin embargo, casi todos dicen
que estas transformaciones ocurrirán dentro de los marcos generales de nuestras
estructuras sociales, políticas e institucionales. Ninguno de los futuristas considera
cambios revolucionarios.
Para Emmert, Crow y Shangraw (1993) la teoría y la práctica administrativas y de
las organizaciones actuales están desfasadas con la naciente dinámica de nuestra
sociedad, y muy mal equipadas para el futuro. Estos principios sirvieron dentro
de un medio estable y benévolo, pero muchos han perdido su utilidad.86
86
Ibid, p. 473. A partir de estas tendencias y tomando en cuenta las políticas llevadas a cabo por uno de los programas más
modernos, como es el programa Environmental Restoration and Waste Management (o programa EM) del Departamento de
Energía de los Estados Unidos de América, los autores proponen un diseño futurista con las siguientes características: 1)
incorporar supervisión y responsabilidad externas como premisa, no como reflexión ulterior; 2) diseñar límites y estructuras
organizacionales que se parezcan a una amiba, no a una pirámide; 3) integrar “asociados” externos en la fase de diseño; 4)
establecer un compromiso parar resolver problemas y aprender, no para aplicar soluciones; 5) unir los procesos de planeación
estratégica y de aplicación; 6) hacer que la adquisición, análisis y distribución de información estratégica sea una actividad
central; 7) unir la planeación estratégica y la presupuestación en forma significativa; 8) los diseños de la organización
deberán estar centrados en el cliente y 9) hacer que los sistemas de personal responsan a las necesidades de los empleados
y la organización.
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446 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo VI Nuevas Orientaciones y Campos
de la Gestión Pública
Contrastando con la opinión de Dunleavy y Hood (1995) estos autores establecen
tendencias que pueden modificar el futuro de la gestión pública.
El tercer futuro de la gestión pública es el que propone Peters (1997) quien prefiere
sugerir seis alternativas futuras de la administración pública.87 La construcción
de cada escenario se caracteriza por los siguientes elementos:
1. Continúa el statu quo (diagnóstico-agotamiento): la opción más lógica
para el futuro de la administración pública es una continuación del presente y
con eso la continuada incoherencia resultante de varias décadas de extensa
actividad en la reforma administrativa;
2. La alternativa del mercado (diagnóstico-monopolio): para hacer funcionar
mejor al gobierno teniendo el análisis de mercado de las dificultades en juego,
la estrategia obvia es la de eliminar el monopolio y crear una competencia para
los servicios públicos.
3. Participación en el gobierno (diagnóstico-jerarquía): mejorar la
participación en las organizaciones es una alternativa a las reformas basadas en
el modelo de mercado. El concepto de participación se utiliza para reformar el
personal y las funciones gerenciales del gobierno.
4. El Estado flexible (diagnóstico-permanencia): si la permanencia es el
problema para el gobierno, entonces la solución obvia es desarrollar los medios
para reducir el grado de permanencia tanto de las organizaciones como de los
contratos laborales de los individuos.
87
Peters, Guy. “Futuras Alternativas para la Administración Pública”. Gestión y Análisis de Políticas Públicas, Madrid, INAP,
No. 7-8, septiembre 1996-abril 1997, pp. 6-10.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 447
José Juan Sánchez González
5. Gobierno desregulado (diagnóstico-demasiadas reglas): otro argumento
muy conocido del gobierno es que muchas de las aparentes disfunciones del
sector público surgen de la existencia de demasiadas reglas, que se suponen
como inherentes al gobierno. Estas reglas limitan la capacidad del gobierno para
responder a las condiciones cambiantes y hacen que el suministro de servicios a
través del sector público resulte más caro de lo que sucede en el mercado.
6. Vuelta al statu-quo (diagnóstico-erosión valorativa): una opción para
reaccionar frente a las numerosas reformas de las últimas décadas es volver a
algunos de los valores y procedimientos tradicionales del gobierno que existían
antes de que estas reformas comenzaran. Estas reformas han producido un cierto
número de resultados beneficiosos para el gobierno y para el público, pero
también han impuesto costes sustanciales.
Concluye el autor que lo que se puede predecir con certidumbre es que el
conjunto de reformas actuales del sector público no será el último. La experiencia
de los profesionales del gobierno es que cada reforma engrenda la próxima ronda
de reformas. Así, la reforma vuelve a seguir a la próxima reforma.88 Incluso las
reformas pueden ser explicadas analizando la naturaleza de las presiones, el
tamaño y espectro del sector público tradicional, las ambiciones de los gobiernos,
las estructuras de la política doméstica y la oportunidad administrativa. Los
programas de reforma que se persiguen en varios países están caracterizados por
distintas contradicciones y numerosas paradojas.89
88
Ibid, p. 11.
89
Wright, Vincent. “Redefiniendo el Estado: las Implicaciones para la Administración Pública”. Gestión y Análisis de Políticas
Públicas, Madrid, INAP, No. 7-8, septiembre 1996-abril 1997, p. 27.
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448 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Capítulo VI Nuevas Orientaciones y Campos
de la Gestión Pública
Por último, hay quien considera que mediante la revisión de las técnicas que se
están utilizando en la gestión privada se pueden establecer las tendencias futuras
de la gestión pública (Olías, 2001). Entre las técnicas más recurrentes se
encuentran: el ABC (Actividad Basada en los Costes); Benchmarking; el EVA
(Economía del Valor Añadido); Calidad Total; Reingeniería y Gestión de
Proyectos.90 Todas estas técnicas, que a su vez comprenden otros muchos
instrumentos de gestión, no pueden adaptarse a la gestión pública por su propia
naturaleza pública. Sin embargo, representan orientaciones dentro del sector
público.
Tomadas en conjunto se pueden establecer las tendencias en la Nueva Gestión
Pública: 1) el peso creciente otorgado al entorno y a los clientes; 2) la búsqueda
de una visión de conjunto; 3) la selección rigurosa de objetivos y especialización;
4) la preocupación por el futuro o la prospectiva; 5) la importancia de los costes
y 6) la consideración del personal como factor crítico. En realidad, el futuro de la
gestión pública depende, en primera instancia, de sus propias transformaciones
internas y en segundo lugar, de los cambios realizados en el entorno del propio
gobierno.
Asimismo, sólo en la medida que se agudice el ingenio, la reforma de la gestión
pública irá acompañada del desarrollo de teorías nuevas y originales de gestión
en el futuro próximo. Los problemas con que se enfrenta el Estado son tales que
éste se convertirá en el vivero de la innovación en el terreno de la gestión.
90
Olías de Lima, Blanca. (coord.) La Nueva Gestión Pública. Madrid, Prentice Hall, 2001, p. 29.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 449
José Juan Sánchez González
Pero para poder pasar de la imitación a la innovación, la gestión pública requiere
de nuevos cimientos teóricos. La función de la gestión pública es hacer frente a
los problemas estructurales en el plano superior, a diferencia de la gestión privada
que se ocupa de gestionar el cambio incremental en un nivel más inferior.91 La
labor crucial de la gestión pública es reconocer la aparición de estos problemas
y emprender acciones de alcance general para ponerles remedio y evitar la
turbulencia que se produciría en caso contrario.
91
Metcalfe, Les. “La Gestión Pública: de la Imitación a la Innovación”. Op. cit., pp. 65-66.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
450 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
Conclusiones
La Gestión Pública es una orientación dentro de un objeto
de estudio mayor: la Administración Pública. Para explicar
su origen, desarrollo y estado actual sólo es posible cuando
se asocia a la disciplina que en el campo de estudio donde
surge. Se trata de una orientación reciente que proviene de
la voz inglesa management, que se caracteriza por
investigaciones empíricas basadas en estudios de casos
“exitosos” de los cuales se extraen recomendaciones de tipo
generalizables aplicables al ámbito público.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 451
José Juan Sánchez González
A pesar de lo que afirman los gestores privados, la gestión nace en el sector
público y no en la empresa comercial. La primera aplicación sistemática de la
gestión se realiza en el ejército de los Estados Unidos. Incluso, tanto en el ejército
como en la universidad moderna, la gestión es aplicada de manera consistente.
Aunque es necesario aclarar, que su mayor desarrollo se realiza en la gestión
privada, durante el desarrollo del siglo XX.
Por ello, coincidimos por lo señalado por Peter Drucker (1999), en el sentido
que de manera general existen tres revoluciones: 1) la revolución industrial; 2) la
revolución de la productividad y 3) la revolución de la gestión. La diferencia
entre cada una de ellas depende de la importancia del conocimiento y su
aplicación. En la revolución de la gestión, el saber se aplica de manera directa al
saber mismo. Después de la Segunda Guerra Mundial la gestión, comienza abrirse
camino como una orientación propia en la Administración Privada para ser
traslada posteriormente en la Administración Pública.
En el nivel teórico, el origen primogénito de la gestión pública se encuentra
asociado a la voz management. Omar Guerrero (1999) sostiene acertadamente
que la palabra management proviene del siglo XVIII cuando significaba “manejo
o doma de caballos”, luego se convierte en sinónimo de manejo o administración;
en francés era sinónimo de governer y administration; en el Reino Unido la voz
management se usaba como una categoría gubernamental, mientras que en
España y Francia se prefería el uso del vocablo administración.
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452 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
La Gestión Pública tiene como método de estudio de manera predominante el
estudio de caso. A partir del análisis de un caso específico, los investigadores
extraen conclusiones que se pretende se conviertan en generalizaciones y que
de acuerdo a este criterio tendrían que convertirse en teorías. Esta situación resulta
controversial debido a que los estudios de caso, no pueden aplicarse de manera
universal y no se pueden aplicar todos los conocimientos que supuestamente se
han adquirido. Como sea, se trata de una método práctico que tiene todavía
serias deficiencias cognoscitivas, epistemológicas y teóricas.
La Gestión Pública no es una ciencia independiente, debido a que tiene un
objeto de estudio que comparte con la Administración Pública y el estudio del
objeto es reciente, empírico, factual y de carácter institucional. En realidad, se
trata de un conjunto de técnicas que pueden aplicarse al sector público, con las
consiguientes limitaciones y especificaciones en cada caso. Para que la Gestión
Pública pueda lograr un mayor rigor científico requerirá de estudios con mayor
consistencia y argumentación, que permitan alcanzar conocimiento acumulable
y aplicable a la Administración Pública.
En el nivel práctico, la gestión pública ha transitado de una gestión pública
tradicional, a una gestión eficientista (gerencial) y después a una gestión de
calidad. En este contexto, algunos países como Australia, Reino Unido y Nueva
Zelanda comienzaron a realizar un conjunto de políticas con orientación al
cliente, la búsqueda de mejorar la eficiencia y eficacia, mayor poder a los gestores
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 453
José Juan Sánchez González
públicos y una gradual separación de organizaciones que toman decisiones y de
organizaciones operativas. Entonces nace la New Public Management (Nueva
Gestión Pública), también impulsada por la OCDE y el Banco Mundial, entre
otras. El soporte teórico de la Nueva Gestión Pública proviene de la elección
pública (public choice) y las teorías gerencialistas privadas que consideran que
dichas aplicaciones pueden ser implementadas de manera automática en el sec-
tor público.
Tanto, Christoher Hodd (1991, 1994), Aucoin (1990, 1995), Moore (1995), Lynn
(1998), así como Guerrero (1999), Bozeman (1987, 1993), Goodsell (1993) y
Frederickson (1993) han criticado la mayoría de los argumentos que sustentan la
Nueva Gestión Pública, particularmente los trabajos de Osborne y Gaebler (1992)
y de Barzelay (1992). La Nueva Gestión Pública no es una teoría administrativa,
sino más bien una filosofía administrativa. Presenta grandes deficiencias teóricas
que muestran que la Nueva Gestión Pública no es un modelo universal y aplicable
a todos los países en sus sistemas de gobierno, por el contrario, tienen enormes
limitaciones y obstáculos en su implementación. Mientras que en la
Administración Pública Progresiva (APP) se señalan las deficiencias del modelo
burocrático y de la intervención del Estado, en la Nueva Gestión Pública se
identifican los errores del gerencialismo y el supuesto modelo posburocrático y
del mercado. En realidad, la Nueva Gestión Pública es una moda pasajera que
ya forma parte del cementerio de enfoques dentro de la Administración Pública.
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454 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
El uso del concepto de gestión pública presenta una complejidad problemática.
Mientras que su primer uso –gestión- corresponde a un reconocimiento de esta
voz en el campo de la Administración y la Administración Pública. En las
siguientes utilizaciones –gestión privada, gestión empresarial y gestión de calidad-
se muestra la influencia del gerencialismo, la elección pública y el neoliberalismo
como franco ataque al papel del Estado y su maquinaria de intervención: la
administración pública. Un uso que pretende desenmascar el contenido real de
la gestión pública por la excesiva influencia de la Nueva Gestión Pública es el
propuesto por Guerrero (1999) que la denomina la “endoprivatización”, es decir,
la privatización de la gestión pública. A partir de este planteamiento y de otros,
han surgido nuevos argumentos teóricos y trabajos críticos a la Nueva Gestión
Pública, que permiten dar surgimiento a un uso más adecuado de la gestión
pública como una verdaderamente “gestión pública”. Es probable, que este sea
el germen para darle a la gestión pública su carácter “público” y “político” como
nos refiere Moore (1995).
La Nueva Gestión Pública en acción (como actividad y práctica) se encuentra
enmarcada en los supuestos establecidos por la OCDE. Puede afirmarse que la
primera generación de políticas públicas provienen del Consenso de Washing-
ton, que muestran el ataque más directo al Estado. Políticas como la privatización
de empresas públicas, la desregulación económica, el achicamiento del aparato
público, el saneamiento de las finanzas públicas y la búsqueda de un “gobierno
mínimo” muestran los instrumentos para desmantelar al Estado de Bienestar o
Interventor.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 455
José Juan Sánchez González
Para tratar de compensar los efectos perversos y el debilitamiento del Estado,
surge la segunda generación de políticas públicas bajo el Consenso de la OCDE.
Estas propuestas enfatizan la eficiencia y la eficacia con legitimidad, mayor
descentralización y un contenido ético en la función pública. Aunque esta etapa
no logra garantizar la capacidad de respuesta del Estado, frente a profundas y
estructurales demandas de la sociedad en los países latinoamericanos. Por tanto,
se debe impulsar una nueva generación de políticas públicas basadas en el
Consenso del CLAD, que tiene como prioridades: alcanzar un desarrollo
económico sostenido; combate frontal a la pobreza y la desigualdad de
oportunidades; atacar la corrupción y las prácticas desleales en el interior de la
administración pública; y en general, generar una Nueva Gestión Pública
aplicable a las características y necesidades de los países de la región. Las políticas
de la Nueva Gestión Pública, en este contexto, sólo representan una más de las
opciones para mejorar la función pública, además de aquellas que fueron
probadas exitosamente durante la ola de reformas administrativas en las décadas
de 1970 y 1980.
Con la Nueva Gestión Pública la ciencia de la administración pública ha sido
reducida de ciencia social a un paradigma singular, que tiende a ser descalificado
a favor de una denominación que tradicionalmente era parte de su definición y
alcance de estudio: public management. Asimismo, la irrupción del paradigma
New Public Management (Nueva Gestión Pública), es una reminiscencia añeja
que incorpora las técnicas privadas a la administración pública, pero ahora se
realiza mediante la vía de la economía neoclásica (Guerrero, 2000).
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
456 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Este desconcierto, ha provocado que la Ciencia de la Administración Pública
sea reducida a un mero paradigma. Se trata de una campaña difamatoria a través
de muchos instrumentos, aunque los argumentos utilizados en su contra no
cuentan con los sustentos teóricos necesarios. En realidad, los académicos y
practicantes de la Nueva Gestión Pública lo refieren como público, cuando por
su naturaleza y propósitos más bien se trata del manejo privado de lo público.
Una solución a este problema es el redescubrimiento de la voz Administración
Pública, reivindicando su utilidad conceptual, sin menosprecio alguno del uso
que puedan ofrecer nuevos o renovados paradigmas.
El estudio de la Administración Pública, titular formal del poder público y elemento
del sistema político, es de por sí un estudio político, como lo es también el
estudio de su funcionamiento y de la gestión pública que realiza. Aunque existen
aportaciones sobre el limite entre la política y la administración, no resuelven el
problema central de la Ciencia Administrativa ya que no supone la construcción
científica sobre la gestión administrativa que, además se encuentra ensamblada
con las decisiones políticas y su estudio (Baena del Alcazar, 2000).
La Nueva Gestión Pública se empeña en suprimir a la política como fuente del
Estado y de tal manera situarlo alrededor del concepto técnico de manejo. Manejo,
no policy, sugieren sus promotores. En realidad, este es una de sus mayores
debilidades debido a que la Nueva Gestión Pública se encuentra basada en la
política, pues como público todo manejo que concierne al Estado está involucrado
de manera inevitable con la política (Guerrero, 2000).
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 457
José Juan Sánchez González
Si son válidas las evaluaciones recientes (Kraemer y Perry, 1989) de la
investigación y la teoría de la Nueva Gestión Pública, entonces esta “disciplina”
aún no está capacitada para ocupar un lugar junto a las Ciencias Sociales más
maduras y teóricamente ricas en conocimiento. Como campo de estudio, la
gestión pública se ha descrito de modo diverso; se dice que está del lado “blando”
(el análisis de políticas está del lado “duro”) y se le considera más como un
oficio que como una disciplina (Liebman, 1963). En realidad, la investigación y
la teoría de la gestión pública han recibido mejores calificaciones por su aspecto
práctico y su utilidad (Graciano y Rehfuss, 1974)
Para resolver el problema de la supuesta cientificidad de la gestión pública, una
de las formas en que se puede avanzar en la teoría de la gestión pública y mantener
una relación saludable con la práctica y la aplicación consiste en seguir
empleando una definición vaga del término teoría, lo cual no resuelve el carácter
empírico de la gestión pública (Bozeman 1993).
Ajena a las presiones del mercado, la Administración Pública no había
experimentado la misma urgencia por atender a los dictados de economía,
eficiencia y eficacia. Sus principios de organización y funcionamiento se
orientaban a satisfacer el imperativo burocrático de la aplicación universal y
uniforme de las normas, sin reparar demasiado en recursos ni resultados. Esta es
una razón para entender la dificultad de trasladar el bagaje conceptual y práctico
del management hacia la Administración Pública (Echevarría y Mendoza 1999).
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
458 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
El problema era su interpretación perversa y restringida, se tendió a considerar el
management como un conjunto de técnicas universales, igualmente aplicables
a todo tipo de organizaciones, al tiempo que se le relacionaba casi exclusivamente
con la racionalización de estructuras y procedimientos, la depuración técnica
de los procesos de toma de decisiones y el incremento de la productividad de
los empleados públicos. A partir de la aplicación de los postulados de la Nueva
Gestión Pública se puede constatar las limitaciones de los mecanismos de mercado
y de redes, lo que conduce a una revalorización y reconceptualización del rol
del Estado (Narbondo y Ramos, 2001).
Por ello, la administración pública constituye el canal de responsabilidad (ac-
countability) ante los representantes políticos, y a través de ellos ante la ciudadanía
en su conjunto, por la formulación e implementación de las políticas públicas.
Este rol del Estado en la elaboración de las políticas públicas, se basa en que aún
en el proceso más negociado, éste no es un actor más, sino que es el único actor
que puede desarrollar la capacidad de tener una visión de conjunto y expresar el
interés general.
Asimismo, la Nueva Gestión Pública ha tenido una influencia en la agenda de
los países en desarrollo, pero tiene un alto grado de retórica en la práctica. La
Nueva Gestión Pública es solo una de los tipos de reformas que se pueden
implementar en dichos países. Esto se debe a que la Nueva Gestión Pública es
inapropiada para los países en desarrollo debido a sus problemas de corrupción
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 459
José Juan Sánchez González
y su incapacidad administrativa de apego a la ley. Algunos casos en realidad son
historias de fracaso donde sus políticas no pudieron llevarse a cabo. Las iniciativas
de la Nueva Gestión Pública en dichos países, requieren tomar en cuenta los
factores de contingencia, y en general, las características nacionales de cada
país. Las reformas a la administración pública necesitan determinar sus propias
prioridades y guiarse por las necesidades de cada situación específica. Las reformas
bajo la Nueva Gestión Pública- son mucho más que las tres “E” (economía,
eficiencia y eficacia), por lo que sugiere incluir dos más: experimentación y
eclecticismo. La búsqueda de soluciones a los problemas de gobierno en los
países en desarrollo requieren de una visión más amplia que permita apegarse y
adecuarse a las necesidades específicas y particulares de cada nación.(Polidano,
1999).
Se presenta a la Nueva Gestión Pública como un fenómeno internacional, por lo
que sus principales políticas pueden aplicarse a cualquier país sin importar su
grado de desarrollo. Sin embargo, en los hechos los países implementan diferentes
reformas a la administración pública en distintos momentos y por diferentes
razones. (Hughes y O’Neil).
No hay un solo management, sino muchos, parcialmente complementarios, pero
también contradictorios, fruto de un conocimiento que surge de la experiencia y
que, por lo tanto, es consustancialmente empírico y adaptativo. Hay cosas que
el management puede resolver, y basta buscar los conceptos y técnicas apropiadas.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
460 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
Sin embargo, el management podría contribuir a resolver, pero sólo si se basa en
la innovación y descubrimiento de conceptos y técnicas adaptadas a los problemas
que enfrenta; no basta con copiar ni descubrir mejores prácticas; existe la
necesidad de una aproximación innovadora en la gestión pública. Finalmente,
el éxito en la aplicación del management consiste en aceptar que muchos de los
problemas que enfrenta la transformación del Estado no se pueden resolver
válidamente mediante recursos de la gestión privada, sino de otras aproximaciones
diferentes.
Por su parte, la governance contribuye a recuperar el elemento político en la
Administración Pública. Mientras que la gestión pública fortalece las capacidades
administrativas del gobierno, la governance intenta mejorar las capacidades
políticas del gobierno. Por ello, la gestión pública requiere del ingrediente político
para alcanzar los objetivos previamente establecidos.
Una propuesta sólida en la que puede mostrarse la importancia de la govern-
ance y la gestión pública es la de Moore (1995). Para este autor, aunque muchas
de las técnicas de la gestión empresarial son igualmente aplicables al sector
público, se plantean de manera errónea ya que el sector público crea valor de
una manera diferente al sector privado. El sector público a pesar de poder crear
valor en la provisión de determinados bienes y servicios que el sector privado no
puede producir, fundamentalmente crea valor en la manera en que produce
dichos bienes, es decir, a través del diálogo comunitario, la participación social
y el respeto a los valores constitucionales y democráticos.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 461
José Juan Sánchez González
La gestión política debe ser entendida como el esfuerzo por movilizar la autoridad
política y la legitimidad por un propósito, puede ser particularmente importante
para las organizaciones que regulan e imponen la ley. Sin el apoyo público para
ayudarles en la tarea de la imposición, no pueden alcanzar el grado de
conformidad que necesitan para la consecución de sus objetivos.
La governance no es una fórmula mágica, sino tan sólo, una visión y praxis
diferente del gobierno, orientada en función de la sociedad civil y de la
ciudadanía, que utilizará la negociación, el pacto y el consenso, antes que la
jerarquía, la fuerza y la imposición sin diálogo. A partir de esta influencia de la
governance a la gestión pública, el resultado deberá ser un modelo más pluralista,
más abierto, participativo, innovador, creativo, finalista y gerencial. Este modelo
debe estar fundado en la misión y en los valores democráticos a desarrollar, y en
logro de los máximos resultados al servicio del ciudadano (Canales, 2001).
A nuestro parecer, sólo puede entenderse de manera adecuada a la gestión pública
con la vinculación a la governance. De la governance la traducción más usual y
generalizada es la gobernabilidad; pero no es la única. También existe la
gobernación como una función de gobernar; la capacidad de gobernar que se
presenta como opción para entender la gobernabilidad en otra dimensión: no
hay sociedades gobernables e ingobernables, lo que hay son gobiernos con
capacidad o incapacidad de gobierno. La gobernanza que no resulta familiar y
que otros sugieren que es más útil la palabra gobernancia. Incluso, algunas
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
462 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
GESTIÓN PÚBLICA Y GOVERNANCE
instituciones como el Banco Mundial sugiere utilizar “buen gobierno” como
alternativa para destacar la importancia de la búsqueda de consensos, acuerdos
y coordinación en la esfera de la gestión pública. Sea cualquiera el uso de la voz
governance, la conclusión será la misma: toda gestión pública es en principio y
al final una gestión política.
A pesar de todo lo expuesto, existe un consenso entre los estudiosos de la mate-
ria en el sentido de que la Gestión Pública tiene un futuro. Primero, a partir de
“atributos” que pueden lograr que la gestión pública sea una gestión pública.
Entre ellos se destacan su dimensión democrática; su dimensión política; su
dimensión económica; la importancia de la legitimidad y credibilidad de la
sociedad; la relevancia de la búsqueda de la innovación y la creatividad en el
ámbito público.
Segundo, nuevos campos de estudio donde la gestión pública intenta priorizar y
destacar su contribución a la Administración Pública. Pueden señalarse entre
otros: la gestión ética que destaca a la ética como fundamento de la gestión
pública; la gestión estratégica como conjunto de herramientas para darle a una
orientación y rumbo a las organizaciones públicas; la gestión interinstitucional
como actividades y tareas propias de la coordinación vertical y horizontal de las
actividades gubernamentales; la gestión de recursos humanos (gestión de
competencias) para revalorar el papel de las personas dentro de las organizaciones
y la gestión del conocimiento como reconocimiento de los activos intangibles
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
(Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas) 463
José Juan Sánchez González
de las organizaciones que no se pueden cuantificar, pero que son enormemente
valiosos en la consecución del interés público.
Por tanto, se requiere “publificar” a la gestión pública, es decir, extraer la riqueza
de lo público en las relaciones entre la sociedad y el Estado. La propuesta sostiene
que la sociedad civil debe participar en la democracia para generar mayores
alternativas de participación ciudadana y de control social, para poner como
objetivo de la reforma administrativa posburocrática, la “publificación” donde
las relaciones sociales tienen por escenario la sociedad misma (Cunill, 1997).
Sólo en esa vía, la gestión pública tendrá futuro, rumbo, permanencia, identidad
y consistencia para aportar conocimientos al estudio de la Administración Pública.
Mención Honorífica del Premio IAPEM 2001
464 (Modalidad: Investigaciones teóricas, y teórico-prácticas)
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