2010 08 07 RM LA RAMA QUE PRODUCE FRUTO - William Soto Santiago - PH.D
2010 08 07 RM LA RAMA QUE PRODUCE FRUTO - William Soto Santiago - PH.D
ÁRBOL NOVIA
(Reunión de Ministros)
William Soto Santiago, Ph.D.
Sábado, 07 de Agosto de 2010
Bogotá, Colombia
Muy buenas tardes, ministros, compañeros en el Reino de Dios, en el
Reino de Cristo, la Iglesia del Señor Jesucristo en este tiempo final. Un
saludo muy especial para el doctor Miguel Bermúdez Marín allá en la
República Mexicana, y también para el doctor Salomón Cunha y la doctora
Kélita Machado en Jerusalén, Israel; que Dios les bendiga grandemente, y les
use grandemente en Su Obra en este tiempo final. Y también un saludo para
todos los ministros y las congregaciones, reunidas en este momentos en
diferentes partes del planeta.
Para esta ocasión, quiero expresarles mi aprecio y agradecimiento por el
respaldo que le están dando al proyecto de la Gran Carpa Catedral, y del
esfuerzo que estarán haciendo para este gran empujón que se necesita, para
completar todo el material de la Gran Carpa Catedral en Puerto Rico.
También aprecio mucho el respaldo que le están dando a AMISRAEL y a
la oficina de AMISRAEL en Jerusalén, que requiere que se les respalde para
que puedan cumplir con los compromisos mensuales que allí se tienen.
Desde Jerusalén se trabaja con todos los países, está bien centralizada la
oficina, y tiene frente a esa oficina al doctor Salomón Cunha, a la doctora
Kélita Machado, al rabino Eliahu Birnbaum, delegado de AMISRAEL en
Jerusalén, en Israel, y a la secretaria y demás personas que allí trabajan. Hay
que darle un respaldo fuerte, permanente, para que puedan cumplir sus
compromisos mensualmente. Por lo tanto, no olviden esa oficina que está allí
en Jerusalén de AMISRAEL.
Todo lo que se hace allí y desde allí y desde todas las oficinas de
AMISRAEL en todos los países es por el bien de todas las naciones, por el
bien de los países, por el bien de la familia humana.
Porque AMISRAEL trabaja por la paz del ser humano, trabaja con el ser
humano integral: cuerpo, espíritu y alma, y por eso se ve a AMISRAEL
trabajando con cosas físicas, en beneficio de las personas, y en tiempos de
desastres trabajando para ayudar a restaurarse las casas, los países y así por el
estilo; y trabajando también en el nivel académico, ya eso es para el espíritu
de las personas y con diferentes conferencias; y trabajando en los asuntos
religiosos, eso es para el alma, porque el alma no se alimenta de pan literal
sino que se alimenta de la Palabra de Dios.
Y es la Palabra algo espiritual: “No solamente de pan vivirá el hombre
sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios.”
Ese es el alimento para el ser humano. Por eso AMISRAEL, también en
ese aspecto, trabaja en beneficio de la familia humana. Por eso encontrarán
diálogos interreligiosos en conferencias o actividades de AMISRAEL, como
la Conferencia Jerusalén, cada año en el mes de junio.
Y los que van a estar allá en el mes de junio, pues, con tiempo tengan
todo preparado para que les salga más barato todo en la Conferencia
“Jerusalén 2011.”
Aprecio y agradezco también el respaldo que le están dando a la obra
misionera y evangelística, la cual comenzó en los días de Jesús y los
apóstoles, para reunir a todos los escogidos escritos en el Cielo en el Libro de
la Vida del Cordero.
Y todavía no ha terminado esa labor, todavía pues faltan personas que
están escritas en el Libro de la Vida del Cordero y tiene que, el llamado de
Dios del Día Postrero, llegar a sus oídos y al alma de ellos. Recuerden que
Jesús dijo: “Mis ovejas oyen mi Voz y me siguen, y Yo les doy Vida eterna.”
Ese es el propósito de la predicación del Evangelio de Cristo, por lo cual
Él dijo:
“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que
creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será
condenado.” (San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16).
De etapa en etapa, de edad en edad, se ha estado llevando a cabo ese
trabajo y millones de seres humanos han estado entrando al Reino de Dios.
En el Programa divino, así como la descendencia de Abraham o la
descendencia de Adán pasa por la línea de Abraham para el pueblo hebreo:
Abraham, Isaac, Jacob, los patriarcas, y de esa línea viene Jesús. Y de Jesús,
de esa generación, de Su generación, esa generación de un descendiente aquí
en la Tierra, viene una familia: la Familia de Dios, la Familia celestial, que
forma la Iglesia del Señor Jesucristo. Pero ellos estaban en Cristo desde antes
de la fundación del mundo, así como los genes que forman el cuerpo de cada
persona estaban en nuestros padres. Tan sencillo como eso.
Así como en el grano de trigo estaban, digamos los genes de una planta
de trigo con muchos granos de trigo.
Es más: no solamente una planta de trigo estaba en un grano de trigo, sino
cientos de plantas de trigo con muchos granos de trigo estaban allí, en ese
grano de trigo. Se requería o se requiere entrar al proceso de reproducción,
para reproducirse, un solo grano de trigo puede poblar de plantas de trigo el
planeta Tierra completo.
Como Adán, un solo hombre, vean ustedes, miren qué mucha gente hay,
hay sobre o super población. Pero no se preocupen, han tratado de controlar
la población, o sea, para que no haya mucha, control de natalidad, pero Dios
lo va a resolver.
La gran tribulación va a quitar más de la mitad de la población. Que
quede una tercera parte, sería mucho.
Ustedes están viendo el calentamiento global, los problemas de la
naturaleza, todo eso va a causar muchas muertes en la Tierra.
Y también las bombas atómicas, nucleares, todas estas armas nucleares
que están guardadas, todo eso va a explotar porque las hicieron para eso. Si
se hace comida, se hace ¿para qué? Para comer.
Si se hace armas de guerra ¿para qué se hacen? Para pelear.
Así que, todo eso va a explotar, si hacen, si producen gas ¿para qué? Para
las estufas y para otras cosas, para que se prenda, para que haya fuego. Y
todo está preparado.
Ahora hay un tiempo destinado por Dios para llevarse a cabo eso. Pero
vean, después de Noé Dios le había dado muchos años al mundo
antediluviano, pero se apartaron cada día más y más de Dios; y Dios le dijo a
Noé que había llegado el fin para la raza humana.
Algunas personas piensan: “Bueno, Dios no puede destruir al ser
humano.” Lo hizo allá, pero dejó un grupo que creyó Su mensaje, para con
esas personas comenzar una nueva generación.
Y miren ya se pobló, está super poblada la Tierra de nuevo. Y ahora viene
el día ardiente como un horno (dice), por eso es el calentamiento global.
El calentamiento global da testimonio de lo que Dios dice a través de
Malaquías de un día ardiente, de un tiempo ardiente como un horno, un día,
una etapa: el Día del Señor, el séptimo milenio.
Va a ser tan ardiente por causa de los volcanes, el descuido que han
tenido en cuanto al cuidado de la naturaleza, por sacarle... si usted le saca el
agua o el líquido que tiene de enfriamiento a un automóvil y lo corre sin ese
líquido, ¿qué le pasa? Se le recalienta y se daña.
Y todo ese aceite y todo ese petróleo que le han estado sacando, pues, es
un sistema de enfriamiento del planeta Tierra y de potencia, de fuerza para el
planeta Tierra; y si se lo sacan, se queda sin fuerza y se recalienta.
Así que, el ser humano fue colocado como guardián de la Tierra, y si no
la guarda bien, pues va a tener problemas. Así como el guardián de su carro
es usted; si se lo presta a otro y se lo daña, después le dice: “Discúlpame, no
fue mi intención.” Pero no le dice: “Aquí tienes otro nuevo.”
Porque el que toma prestado es porque no tiene y no puede responderle.
Por lo tanto usted si puede y tiene, usted responde por él. Si tiene un
accidente, ¿quién responde? El dueño del carro. Bueno, mejor no tomar
prestado entonces, o no prestarle.
El que toma prestado, no debe estar tomando prestado, debe
desenvolverse con lo que tiene para no dañarle lo que otro luchó para
obtener.
Y no meterlo en pleitos. En un accidente que mueran personas hasta
puede ir preso el dueño del carro, y usted que tomó prestado lo más bien.
Bueno, estamos en un tiempo muy, pero que muy importante, señalado por el
mismo Jesucristo como en los días ¿de quién? De Noé, y como en los días de
Lot. Por lo tanto, es un tiempo en que venía una destrucción para el mundo
antediluviano y venía una destrucción en el tiempo de Lot sobre Sodoma y
Gomorra; y así dijo el Señor que sería el día en que el Hijo del Hombre se
manifestará, o sea, en que el Espíritu Santo vendrá a Su Iglesia.
Y como el relámpago que sale del Oriente, de allá del Medio Oriente, de
la tierra de Israel, y se muestra en el Occidente, Continente Americano, así
será la Venida del Hijo del Hombre. Así que, el Occidente, el Continente
Americano, tiene una bendición prometida ahí: la Venida del Hijo del
Hombre. En algún momento vamos a hablar con detalles el misterio de la
Venida del Hijo del Hombre.
El título “Hijo de Hombre” es título de profeta. Está ligado a un velo de
carne. Por eso Cristo siempre hablaba de Sí como el Hijo del Hombre, pues
era un profeta. Era el Ángel del Pacto dentro de un cuerpo de carne; era el
Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, vestido de un cuerpo humano. Y ahora,
vamos a ver la trayectoria por la cual va a verse al Ángel del Pacto, Cristo
que es el Ángel del Pacto, Cristo allá en el tiempo de Adán, Abraham,
Moisés, los profetas, Cristo en Su cuerpo angelical.
Ese Ángel del Pacto que les aparecía a esos hombres de Dios era Cristo
en Su cuerpo angelical, en el cual estaba ¿quién? Dios el Padre. Por lo tanto,
era nada menos que la imagen del Dios viviente, el cuerpo angelical de Dios,
esa teofanía, el Logos que era con Dios, el Verbo que era con Dios, a través
del cual Dios creó todas las cosas. Y luego se hizo carne y habitó entre
nosotros, y fue conocido por el nombre de Jesús. Eso es lo que nos narra el
evangelio según San Juan, capítulo 1, versos 1 al 14.
Y ahora, vamos a ver a la trayectoria del Ángel del Pacto, luego de la
partida, muerte, sepultura, resurrección y ascensión de Cristo al Cielo.
Leyendo en el evangelio según San Juan, capítulo 15, donde nos dice:
“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que
en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará,
para que lleve más fruto.
Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced
en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí
mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis
en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos...”
Los pámpanos son las ramas de la planta o árbol de uva.
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en
él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que
en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los
recogen, y los echan en el fuego, y arden.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo
lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que
llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.
Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced
en mi amor. Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así
como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su
amor.
Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro
gozo sea cumplido. Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros,
como yo os he amado.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita
entenderla.
“LA RAMA QUE PRODUCE FRUTO DESDE LA RAÍZ DEL ÁRBOL
NOVIA.”
La raíz del Árbol Novia es Jesucristo, el cual dice en Apocalipsis,
capítulo 22, verso 16:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en
las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de
la mañana.”
La estrella resplandeciente es la Columna de Fuego, el Ángel del Pacto, el
Espíritu Santo. Él es: el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, la Columna de
Fuego, esa es la estrella resplandeciente de la mañana. Y ahora, siendo Él la
raíz y el linaje de David, las palabras de Cristo en San Juan, capítulo *12,
verso 24, que dice:
“...si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si
muere, lleva mucho fruto.” Cristo es ese grano de trigo, esa Simiente de Dios,
simiente original, el cual tenía que morir para que pudiera de Él, como salió
de Adán su compañera Eva, salir de Cristo el Segundo Adán Su compañera la
segunda Eva, que es la Iglesia del Señor Jesucristo; Cristo comparado en un
grano de trigo y la Iglesia comparada en un árbol o una planta de trigo, que
va a tener muchos granos de trigo, muchos hijos e hijas de Dios, que son los
miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo, los creyentes en Cristo.
Y de etapa en etapa, encontramos que surge una rama, el tiempo de los
apóstoles allí surgió la planta de trigo, y en esa planta de trigo, pues, están
todos los hijos e hijas de Dios.
Pero esa planta de trigo va creciendo, y ahí están potencialmente todos los
hijos de Dios escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero.
Allá produjo el fruto en la fase o etapa espiritual, ha estado produciendo
fruto, hijos e hijas de Dios; luego sale una rama entre los gentiles que
corresponde a la primera edad de la Iglesia entre los gentiles. Comenzó con
judíos allá en Jerusalén, pero luego pasa la bendicion a los gentiles, surge una
rama, y San Pablo es la persona a quien corresponde esa rama.
Y muchos hijos e hijas de Dios nacieron en la planta de trigo en esa rama.
Luego surge otra rama más adelante, vamos a mencionarlas por los nombres
de los mensajeros, luego surge otra rama, allá en Smirna, representada en la
iglesia de Smirna, la primera es representada en la iglesia de Efeso, de Asia
Menor, esas siete iglesias mencionadas en Apocalipsis de Asia Menor, son
tipo y figura de las etapas por las cuales pasaría la Iglesia del
Señor....Estarían en diferentes naciones.
Con San Pablo en Asia Menor: la etapa de Efeso, esa rama; luego en
Francia con Ireneo, se cumpliría esa rama tipificada en Smirna, la iglesia de
Smirna; y ahora sale esa segunda rama entre los gentiles, esa generación de
entre los gentiles, esa generación de Jesucristo a través de Ireneo. Recuerden:
son generaciones, así como viene (dice) la generación de Adán.
Vamos a verlo aquí, capítulo 5 del Génesis, verso 1 al 2, dice:
“Este es el libro de las generaciones de Adán.”
De las generaciones, de los descendientes, pero entre todos los hijos, el
primogénito es el que lleva la bendición. Y por esa línea corresponde esa
bendición.
Por eso es que cuando uno pierde la bendición de la primogenitura y la
toma otro, entonces la línea de la descendencia sigue por ese que obtuvo la
bendición de la primogenitura. Dice:
“Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al
hombre, a semejanza de Dios lo hizo. Varón y hembra los creó; y los bendijo,
y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados. Y vivió Adán
ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su
imagen, y llamó su nombre Set.”
Ya Abel había muerto, Caín lo había matado, y no tuvo descendencia, por
lo tanto la generación de Adán continúa con Set. Abel y Set son tipo y figura
de Cristo.
Cristo murió como Abel, pero luego Dios le da a Adán y Eva otro hijo
llamado Set. Y ahora ese es Cristo, tipificando a Cristo, y por medio de Cristo
tipificado en Set, entonces surge la generación de Jesucristo. Cristo
glorificado, Cristo resucitado, y ahora, por medio de esa generación de
Jesucristo es que viene la simiente de Dios, la descendencia de Dios, de lo
cual San Pablo nos habla en Efesios, capítulo 2, verso 15 en adelante, dice:
“...aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos
expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo
hombre, haciendo la paz...”
Y ahora está creando un solo y nuevo hombre.
Por lo tanto una nueva raza está siendo creada por Dios, por medio de
Cristo, por medio de esa generación, por medio de la generación de Cristo;
por medio de esa descendencia de Cristo, nacidos de la Palabra, del agua y
del Espíritu.
Nacidos de la Palabra y del Espíritu Santo, nacidos en el Reino de Dios,
personas que entran al Reino de Dios al nacer del agua y del Espíritu. Y
ahora eso es una nueva raza que Dios está creando con Vida eterna. Así como
cuando Dios creó a Adán, lo creó primero en el mundo espiritual, un cuerpo
angelical con Vida eterna. Y luego lo trae a la Tierra con el cuerpo angelical
para que cuide de todo lo que estaba aquí creado, pero él no tenía un cuerpo
de carne, cuerpo angelical, diríamos como un Ángel cuidando toda la
creación. Fue colocado como un Ángel guardián de todo lo que estaba aquí
creado, y él, pues, siendo que tiene un cuerpo (Adán) en ese tiempo angelical,
se puede mover como una Columna de Fuego o puede moverse en forma
visible como un Ángel.
Y hay animales que ven más que los seres humanos; hasta la mula de
Balaam vio más que Balaam. Así que, lo veían los animales de seguro o en la
forma de luz o en la forma de un hombre guiando, dirigiendo todas las cosas
que Dios había colocado bajo su dominio; pues lo colocó Dios en la Tierra
como el rey de esta Tierra, y Dios es el Rey del Universo.
O sea, un Rey mayor manda a un país a su hijo, y lo coloca como rey allí:
“Tú eres el rey allí, tú me darás cuenta del reino. Porque aunque te colocó
como rey en ese país, ese país pertenece a mi reino.” Es una nación que está
bajo la corona del rey mayor, el padre de ese niño o de ese joven rey que fue
colocado allí. Por eso el hombre tiene que darle cuenta a Dios por todo lo que
hace en la Tierra, porque esta Tierra pertenece al Reino de Dios, es una parte
de ese Reino de Dios.
Y ahora, encontramos que Adán perdió la bendición de traer hijos e hijas
de Dios con cuerpos angelicales, eternos, y cuerpos físicos eternos también.
Por eso desde la caída de Adán los seres humanos han estado recibiendo un
espíritu del mundo, en la permisiva voluntad de Dios, y un cuerpo físico
mortal para pasar una temporada acá; eso fue la herencia que le quedó a Adán
para su descendencia, para sus generaciones.
Y nosotros hemos heredado de Adán, hemos heredado la clase de cuerpo
que tenemos, y heredamos también el espíritu del mundo, pero con el nuevo
nacimiento Dios nos da dado en las generaciones de Jesucristo Él ha estado
dando un nuevo espíritu: el Espíritu Santo, y le ha prometido darle un cuerpo
eterno, inmortal, glorificado y joven para toda la eternidad; lo que ocurrirá en
la resurrección de los muertos en Cristo en cuerpos glorificados y lo que
ocurrirá con los creyentes en Cristo nacidos de nuevo que estén vivos en ese
tiempo, los cuales serán transformados.
Y entonces se habrán terminado todos los problemas para la familia de
Dios, para los hijos de Dios. Y ahora, es importante saber en cuál de las
generaciones de Jesucristo, del Segundo Adán, la persona está viviendo.
Cada generación o cada rama de la Vid verdadera, encontramos que está
encabezada como las generaciones de Adán, en donde uno, el que tiene la
bendición de la primogenitura, viene a ser la cabeza de esa generación de ese
tiempo.
Y de ahí nace otro que viene a ser la cabeza de otra generación más
adelante; y así es en el Programa divino. Encontramos que para la Iglesia, las
generaciones de Jesucristo son las diferentes etapas de la Iglesia del Señor
Jesucristo, en donde Cristo trae a la Tierra un espíritu de otra dimensión, con
alma de otra dimensión, y lo coloca en un cuerpo de carne aquí en la Tierra.
Tan sencillo como eso. Y a ése lo coloca como la persona a través de la
cual Dios a través de Cristo en Espíritu en ese mensajero, va a traer esa
generación venidera de hijos e hijas de Dios. Y por cuanto esas generaciones
de Jesucristo vienen por creación divina, y Dios crea por medio de Su
Palabra, así como vino el cuerpo de Cristo, el Ángel Gabriel habló la Palabra,
y María dijo: “Hágase conforme a Tu Palabra.”
Ella lo aceptó y se hizo realidad, el Espíritu Santo creó en el vientre de
María esa vida, que después de nueve meses, a los nueve meses nació en la
Tierra, y fue el cuerpo al cual le pusieron por nombre Jesús.
El velo de carne, la semejanza física de Dios, a través de la cual Dios se
iba a manifestar, a revelar al pueblo hebreo y para toda la humanidad, para
que toda la humanidad conociera esa manifestación de Dios visitando la raza
humana: Emanuel, Dios con nosotros. Porque la virgen concebiría y daría a
luz un hijo, y se llamaría su nombre Emanuel, que significa: “Dios con
nosotros.” Isaías, capítulo 7, verso 14, y San Mateo, capítulo 1 (por ahí), por
el verso 21 al 23, si la quieren a la cita exacta, 23.
“He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su
nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.”
Y ahora, continuamos acá Efesios, capítulo 2, verso 16, donde nos
detuvimos un momentito: “...y mediante la cruz reconciliar con Dios a
ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. Y vino y anunció
las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban
cerca...”
Cristo resucitando y hablando a Sus discípulos les dice: “Paz a
vosotros.”¿Ve? Y viene con un mensaje de paz para los creyentes en Él, Sus
discípulos.
Y anuncia la paz de Dios para con el ser humano, siendo reconciliados
por medio del Sacrificio que Él llevó a cabo en la Cruz del Calvario, el
Sacrificio de Expiación de Cristo para la reconciliación del ser humano con
Dios. De eso es que se trata la predicación del Evangelio de Cristo.
“Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos,
y a los que estaban cerca; porque por medio de él los unos y los otros
tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.
Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los
santos, y miembros de la familia de Dios...”
Los miembros de una familia son los descendientes de ese padre, y por
consiguiente, son las generaciones de ese padre; esos son los hijos de ese
padre. Por eso la descendencia de Abraham son los hijos de Abraham, los
descendientes de Abraham; son hijos, no se les llama nietos, se llama “hijos
de Abraham,” que nacen en diferentes generaciones de Abraham.
“...edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la
principal piedra del ángulo Jesucristo mismo...”
¿Ven? Él es la cabeza, Él es el patriarca de esa generación, de esas
generaciones completas.
Pero el de cada generación, de esa generación de Cristo, es el mensajero
correspondiente a cada edad, a través del cual el Espíritu que estaba en Cristo
en Su ministerio terrenal, está en ese mensajero reproduciéndose en hijos e
hijas de Dios, por medio de la Palabra, el mensaje de Dios traído por el
Espíritu Santo a través de ese mensajero en esa edad, para producir o
reproducir a Cristo en muchos hijos e hijas de Dios. Y esos son los granos de
trigo en la planta de trigo.
Y esos son el fruto en la Vid verdadera. Y ahora, para cada tiempo, como
hemos visto, hay una rama que nace, que surge, y esa rama es conocida o será
reconocida en el Reino milenial por el nombre del mensajero correspondiente
a ese tiempo.
Y aún en nuestro tiempo, ya sea que por dicho o por llamarle del nombre
del líder de cada una de esas etapas, en los tiempos en que no se comprendía
y los perseguían, pues le llamaban a la gente de ese mensajero del nombre del
mensajero.
Pero eso también para el mensajero, son conectados en el nombre que trae
el mensajero. Como las tribus de Israel, tienen el nombre de cada hijo de
Jacob o Israel: la tribu de Rubén, la tribu de Judá, la tribu de Benjamín, la
tribu de José, ¿ve? Luego de la segunda etapa o rama de entre los gentiles del
Árbol Novia o Iglesia, de la generación de entre los gentiles se pasa a otra
tercera generación en Francia y en Hungría, y su mensajero fue Martin o
Martín.
Luego se pasa a Irlanda y Escocia, otra rama, otra generación de
Jesucristo, y su mensajero fue Colombo. Luego se pasa a otra etapa del Árbol
Novia, de la Vid verdadera, y echa una rama allá en Alemania, y el mensajero
fue Lutero. Luego pasa a otra etapa de la Vid verdadera a Inglaterra, echa una
rama allí, su mensajero fue Wesley.
Siempre cada rama tiene el nombre del mensajero.
Y luego se pasa a otra etapa, a Norteamérica, y su mensajero fue el
reverendo William Branham. Siete etapas siete generaciones, ahí tenemos, y
luego se pasa a la Edad de la Piedra Angular, una rama que viene
directamente de las raíces, de la raíz y el linaje de David. La vida de la
generación o generaciones de Jesucristo, de esa generación de Jesucristo, va
pasando por esta Vid verdadera, que también es la planta de trigo en la otra
parábola, y acá en la parte alta, la raíz y el linaje de David: Cristo, echa una
rama; directamente del tronco viene esa rama. Isaías, capítulo 11, nos dice,
verso 1 en adelante:
“Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces.
Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de
inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de
temor de Jehová. Y le hará entender diligente en el temor de Jehová.
No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus
oídos; sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por
los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca (o sea, con
la Palabra), y con el espíritu de sus labios matará al impío.”
El Espíritu de Sus labios también es la Palabra, que también es
representada en fuego en Apocalipsis, capítulo 11, y también es representada
en una espada, capítulo 19 es representada en fuego y también en una espada,
y el capítulo 1 de Apocalipsis también.
“Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su
cintura. Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se
acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño
los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el
león como el buey comerá paja.
Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado
extenderá su mano sobre la caverna de la víbora.
No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será
llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar. Acontecerá
en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los
pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa.
Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que Jehová alzará otra vez su
mano para recobrar el remanente de su pueblo que aún quede en Asiria,
Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar y Hamat, y en las costas del mar.
Y levantará pendón a las naciones, y juntará los desterrados de Israel (o
sea, a las tribus perdidas, las diez tribus), y reunirá los esparcidos de Judá (o
sea, las dos tribus del reino de Judá o reino del sur) de los cuatro confines de
la tierra. Y se disipará la envidia de Efraín, y los enemigos de Judá serán
destruidos.
Efraín no tendrá envidia de Judá, ni Judá afligirá a Efraín; sino que
volarán sobre los hombros de los filisteos al occidente, saquearán también a
los de oriente; Edom y Moab les servirán, y los hijos de Amón los
obedecerán.”
O sea que ahí tenemos una profecía para la Segunda Venida de Cristo. La
Venida de Cristo como Rey, la Venida de Cristo como el Hijo de David, la
Venida de Cristo como el León de la Tribu de Judá; porque así es para la
Segunda Venida de Cristo o la Venida del Mesías para el pueblo hebreo. Y
ahora, encontramos que en las generaciones de Jesucristo va a surgir esa
bendición en la Edad de la Piedra Angular. Ahí es que todo se va a concretar,
todo el Programa divino.
Y por eso es que, como los judíos trajeron el Evangelio por medio de
Pedro y Pablo a los gentiles, el Evangelio de la Gracia, los gentiles o de entre
los gentiles, será llevado el Evangelio del Reino, será llevado el Evangelio a
los judíos, el Evangelio del Reino. Por lo tanto, algo grande está prometido
para ser manifestado en la Iglesia del Señor Jesucristo en la rama que tiene
que producir el fruto de este tiempo, pues ya las demás ramas tuvieron su
tiempo.
Cada persona tiene que reconocer la rama correspondiente al tiempo en el
cual vivimos, y estar ahí para llevar fruto, porque ese es el lugar donde Cristo
en Espíritu Santo está siempre de edad en edad: en la rama correspondiente a
cada tiempo.
Y ahora, ya pasaron entre los gentiles siete ramas de entre los gentiles, y
ahora, nace un vástago, un retoño de la raíz, ahí es donde se va a cumplir la
Venida del Señor a la Iglesia, en esa rama; como Rey de reyes y Señor de
señores. Es ahí donde Él, al completar Su Iglesia, la completa ahí en esa
rama, y Él entonces terminará Su labor en el Lugar Santísimo como Sumo
Sacerdote, saldrá del Lugar Santísimo porque habrá completado la familia de
Dios, la descendencia de Dios, en esa generación, le llamaríamos octava; pero
si contamos la del tiempo de los apóstoles sería la novena. Pero vamos a
llevarla a la octava, esta octava etapa de la Edad de la Piedra Angular donde
es la etapa o edad para la adopción de los hijos e hijas de Dios.
La adopción espiritual ya la han estado recibiendo de edad en edad, que
es el nuevo nacimiento, al recibir el Espíritu Santo, y han obtenido la Vida
eterna.
Ya tienen Vida eterna todos esos miembros de esa generación de
Jesucristo, que está señalada en diferentes etapas; la generación de Jesucristo,
Sus descendientes vienen de edad en edad, cada uno en la edad que le
corresponde aparecer.
Y en este tiempo final, que es la etapa o Edad de la Piedra Angular o
rama de la Edad de la Piedra Angular, luego que haya recibido su adopción
espiritual, el nuevo nacimiento los creyentes en Cristo, vendrá la resurrección
de los muertos en Cristo en esta misma rama; porque ya las otras pasaron; y
luego la transformación de los que estén vivos, en esa misma rama. Porque
esta rama es paralela a la del día del Señor Jesucristo dos mil años atrás.
En aquel tiempo hubo un precursor: Juan el Bautista, y después vino el
Mesías. Vino la Edad de la Piedra Angular, la edad mesiánica, porque el
Mesías es la Piedra Angular, la piedra que los edificadores desecharon, la
Piedra del Ángulo, la piedra principal, la Piedra que corona.
Y por consiguiente, siendo Él la Piedra Angular, Su edad es de edad de
Piedra Angular; es la Edad de la Piedra Angular allá y tiene que ser acá la
edad de la Piedra Angular también.
Allá hubo una resurrección, la resurrección de Cristo ¿en qué edad? La
Edad de la Piedra Angular, y la resurrección de los santos del Antiguo
Testamento en la Edad de la Piedra Angular también, resucitaron con Cristo
los santos del Antiguo Testamento.
O sea que estamos viviendo en un tiempo paralelo al tiempo de
Jesucristo, y ya no comenzando, sino finalizando, cerca de la resurrección de
los muertos en Cristo y de la transformación de los vivos. La adopción o
redención prometida para el Día Postrero es la redención del cuerpo, de la
cual el apóstol Pablo en Efesios, capítulo 4, verso 30, dice:
“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados
para el día de la redención.”
El día: séptimo milenio; de la redención. ¿qué redención? La redención
del cuerpo. O sea, en donde los hijos de Dios que vivieron cada uno en la
rama que le correspondió: los del tiempo de los apóstoles en el tiempo de los
apóstoles, allá en el parte más baja, allá en el tronco casi; y luego los de las
diferentes edades de la Iglesia entre los gentiles, y luego los de la Edad de la
Piedra Angular que son los que estarán vivos en la Venida del Señor para ser
transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Aunque alguno se vaya antes, pero tiene que regresar porque el
aeropuerto para viajar está aca. Será desde acá, de la Tierra, que nos iremos a
la Cena de las Bodas del Cordero con Cristo.
Por eso los santos de las diferentes edades, los santos de las diferentes
edades pasadas están en el Paraíso, están un poquito más arriba que nosotros,
pero de ahí nos están viendo. Cuando los visitó el reverendo William
Branham dijo que eso, la sexta dimensión, está a unos 12 pies de altura, esos
son como unos 4 metros, más o menos.
Así que, ellos nos escuchan desde allá, y el mismo Jesús dice que en el
Cielo hay gozo cuando un pecador se arrepiente. Así que cada vez que ven
viniendo a los hijos de Dios a recibir al Señor como Salvador, hay gozo en la
sexta dimensión y hay gozo entre los ángeles.
No están tan lejos, y no estamos solos, hay personas de la Familia del
Segundo Adán, los descendientes del Segundo Adán pertenecientes a las
diferentes generaciones de Jesucristo, diferentes edades, que nos están
mirando, y que disfrutan todas las actividades que se llevan a cabo. Y cuando
hablamos de estas cosas: de la resurrección, de la fe para el rapto y todas
estas cosas, se ponen muy felices, porque saben que pronto van a regresar.
Y ya nos mandaron un mensaje, que allá no comen ni duermen, pero que
cuando vengan a la Tierra tomarán cuerpos nuevos y entonces podrán comer.
Así que podremos compartir con ellos de lo que tengamos, como hicieron
cuando Jesucristo resucitó.
Creían que era un espíritu y que no podía comer, y Él les dice: “¿Tienen
ustedes algo de comer?” Le traen un pedazo de pescado y un pedazo de panal
de miel, come delante de ellos, y se dan cuenta que no es un espíritu, que es
una persona con un cuerpo tangible; y así es el cuerpo glorificado, pero que
es interdimensional, que puede aparecer o desaparecer. Es la clase de cuerpo
perfecto que Dios tiene para todos Sus hijos e hijas.
Y Dios tiene uno, que es el importante: es el cuerpo glorificado de
Jesucristo. Esos son los que serían a imagen y semejanza de Dios
plenamente. Esos son los que llegarán a glorificación. Eso será la
glorificación: cuerpos glorificados, con el cual cuando ya lo tengamos, se
acabaron los boletos aéreos.
Ya no los necesitaremos, se acabaron los automóviles para nosotros; no
importa que no haya automóviles, tendremos un medio de transportación
mejor: el cuerpo glorificado e interdimensional. Y si quisiéramos viajar en
algún medio de transportación, pues hay carros de fuego. Le diríamos a
Gabriel o Miguel que nos lleven en un carro de fuego, y nos llevarán.
Para ellos, pues, sería de bendición y privilegio llevar a un hijo de Dios.
Llevaron a Elías, se lo llevó de seguro Miguel con Su ejército; y se llevaron a
Moisés también, pues dice la Escritura, en Judas, que el Ángel Miguel se
encargó del cuerpo de Moisés, cuando contendía el diablo con Miguel por el
cuerpo de Moisés. Así que, en este planeta Tierra están muy atrasados,
¿verdad?
Todo es de los hijos de Dios, es la herencia de Dios, pero como
coherederos con Cristo. Porque la planta de trigo o las ramas que forman el
árbol de uva, la vid, ese árbol tiene ramas, pero la vida sale de la raíz, del
tronco, y las ramas heredan lo que tiene el tronco.
Y la Iglesia hereda, cohereda con Cristo, todas esas bendiciones porque
todo viene de parte de Cristo. Y ahora, la rama que produce el fruto para el
tiempo final, ¿cuál es? La rama de la Edad de la Piedra Angular.
Esa es la rama en donde yo estoy. ¿Y quién más? Pues cada uno de
ustedes también. Todo lo que Dios ha prometido que va a hacer por medio
del Espíritu Santo en Su Iglesia, en el Día Postrero lo va a hacer en esa rama.
Tan sencillo como eso.
Porque no le puede decir a San Pablo que venga para acá con su gente
para hacer un trabajo de este tiempo. Ya él hizo el trabajo de su tiempo, y así
lo hizo cada rama con su mensajero. Cada rama lleva el nombre del
mensajero. Y ahora, hay muchas cosas que están prometidas que la Iglesia
del Señor en el Día Postrero va a tener.
Por ejemplo: el reverendo William Branham fue transportado al futuro en
medio de la Iglesia y vio una Gran Carpa Catedral donde se estaban llevando
a cabo actividades, se estaba predicando, y se estaba haciendo llamamientos,
la gente venían llorando para recibir al Señor, se oraba por ellos también, y se
oraba por los enfermos.
Y en ninguna de las ramas pasadas se vio el cumplimiento de esa
promesa; aunque la séptima rama de la séptima edad de la Iglesia gentil,
quiso producirla pero no le fue permitido. Y ahora, la promesa es que va a
surgir en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo una Gran Carpa Catedral.
Va a ser producida en esa rama, que llevará el fruto del Día Postrero: la
rama de la Edad de la Piedra Angular, no hay otro lugar. Ahí es donde Cristo
va, por Su Espíritu, ha producir todo lo que Él ha prometido para Su Iglesia;
todas las bendiciones que Él ha prometido para Su Iglesia las va a traer en esa
rama, en ese retoño que nace del tronco, y viene directo del tronco y se
coloca arriba de la Iglesia, arriba sobre esas siete edades, ahí hubo una
brecha, y luego viene esa Edad de la Piedra Angular; pero viene directamente
del tronco.
Ahí es donde veremos lo que fue llamado por el Ángel, que le aparecía al
reverendo William Branham, la Tercera Etapa; ahí es donde habrá un
ministerio que les predicará aún a los perdidos.
Será esta Tercera Etapa para la Iglesia Novia, para hablar las bendiciones
para que reciban la fe para ser transformados y raptados, recibiendo la
revelación del Séptimo Sello; y también esa Tercera Etapa obrará para las
vírgenes insensatas, obrará también para los 144.000 hebreos, y tambien
obrará para los perdidos.
No para salvación para los perdidos, porque ya se habrá cerrado la puerta
de misericordia en el Cielo, y ya no habrá más tiempo para entrar a formar
parte del Cuerpo Místico de Cristo, obteniendo por consiguiente primero el
nuevo nacimiento, sino que entonces será para que tomen fuerza para pasar
por la gran tribulación y dar sus vidas en la gran tribulación.
Y resucitarán después del Reino milenial, excepto los 144.000 hebreos,
12.000 de cada tribu, que van a resucitar al final de la gran tribulación para
entrar al Reino del Mesías, y ser los eunucos, servicio de eunucos; como los
reyes tenían servicio de eunucos para servir a la reina, así el Mesías tendrá
144.000, 12.000 de cada tribus de los hijos de Israel, para servirle a la Iglesia;
van a estar al servicio de la Iglesia, y van a ser una bendición para la Iglesia y
la Iglesia va a ser una bendición para ellos también.
La Iglesia no va a necesitar nada de los judíos; porque la Iglesia es, los
miembros de esta generación de Jesucristo son los hijos e hijas de Dios. Y
serán como los ángeles, que ni se casan ni se dan en casamiento. En el Reino
del Mesías no habrá casamientos ni tener hijos para los que pertenecen a
alguna de estas generaciones de Jesucristo nuestro Salvador; serán como los
ángeles y estarán em favor del pueblo hebreo, será la defensa más grande
para el pueblo hebreo.
Ese será el ejército celestial del Mesías, ese es el ejército con el cual Él
viene en Apocalipsis, capítulo 19, después de la gran tribulación para
establecer Su Reino en la Tierra. Y ahí yo vendré con Él. Cristo es el
heredero del Reino de David, y en la generación final del Hijo de David, del
Mesías, que es la generación de la Edad de la Piedra Angular, ahí Él va a
cumplir las cosas que van a hacer que el Reino de Dios sea introducido y el
milenio sea introducido en la Tierra.
Esa es la etapa o edad para introducir todo el programa de la restauración
del Reino de David en la Tierra. Y el trono de David va a ser ocupado. La
lucha en este tiempo será ya no por el Trono celestial, porque el Trono
celestial lo conquistó Cristo, está a la diestra de Dios.
Es por el trono terrenal, el Trono de Dios terrenal que es el Trono de
David, al cual Cristo es heredero; y el que tenga ese trono ocupado, será el
rey que reinará sobre Israel y sobre todo el planeta Tierra.,y que traerá la paz
para el pueblo hebreo y para todas las naciones. Por lo tanto, habrá un tiempo
de lucha como lo hubo en aquel tiempo. En el tiempo de Jesús, el enemigo
tenía su candidato para que se sentara en el Trono celestial y era Judas
Iscariote. Pero Dios tenía el Suyo, que era Jesucristo, que es la imagen del
Dios viviente, el cuerpo angelical de Jesucristo.
Y el diablo tenía, pues, a Judas Iscariote con el cuerpo espiritual de Judas
Iscariote. Pero ganó Cristo, obtuvo la victoria Cristo. Los dos murieron en un
árbol: Judas Iscariote se ahorcó, y reventó, murió fuera del tiempo que tenía
que llevarse a cabo la redención; murió antes que Jesús, cuando vio que lo
condenaron, fue y se ahorcó.
Jesús murió en el momento que tenía que morir, en un árbol también, una
cruz. Uno se fue al infierno, al lugar de donde vino: el diablo, Judas Iscariote,
su espíritu bajó al reino de las tinieblas; y Jesús, más adelante, bajó también
allá, de seguro lo vio, pero fue llevando los pecados que Él había tomado de
la raza humana. Él llevó nuestros pecados, los llevó allá y se los entregó allá,
porque allá estaba el originador, el diablo, y se los llevó; remitió nuestros
pecados, así como cuando usted escribe una carta y le pone el nombre del
remitente, si no la reciben allá se la devuelven a usted.
“Esto es suyo,” acá se la trae el cartero, “ esta es suya, porque el que
remite, el nombre del remitente está aquí.” Y ahora, la lucha es por el Trono
terrenal.
La Venida del Señor para el Día Postrero es para reclamar el Trono
terrenal, el Trono de David. Y también lo va a estar reclamando otra persona:
el anticristo, el hombre de pecado. Así que, van a ver esa... cuando ustedes
vean esas cosas, recuerden que es por la lucha del Trono terrenal. Pero no se
preocupen, Cristo dijo: “He aquí Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno abre
la puerta, si alguno abre...” Vamos a leerlo:
“ He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la
puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.”
Por lo tanto esto es para el tiempo de la tarde, el tiempo de la mañana fue
el tiempo de los apóstoles allá, de San Pedro y los demás apóstoles, luego
pasa a Asia Menor con San Pablo, ¿ve? Y va corriendo el día, pasa por
Europa, vamos a decir, ya va moviéndose el sol más; pasa a Norteamérica,
vamos a decir que está por Norteamérica por ahí a las 3:00 de la tarde; y
luego pasa a Suramérica o la América Latina, en la mañana pues desayuno, al
mediodía pues almuerzo, pero cuando se habla de la cena se habla de la tarde;
es en la tarde que se cena. Y ahora, hay una promesa de una cena, la Cena de
las Bodas del Cordero.
Y en lo espiritual, una cena de Palabra de Dios para la Casa de Dios.
“¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su
casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al
cual, cuando su señor venga (¿ve? La Venida del Señor), le halle haciendo
así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá.”
¿Y qué es eso? Cuando un padre de familia como Abraham, o como un
rey, como el faraón puso sobre su casa a José, ¿qué posición era esa?
Administrador, el virrey, el primer ministro del reino. El que estaba a la
diestra del rey, eso es estar a la diestra del reino, así como Cristo obtuvo la
victoria, subió al Cielo y se sentó a la diestra de Dios. Y luego dijo en San
Mateo, capítulo 28, versos 16 al 20: “ Todo poder me es dado en el Cielo y en
la Tierra.”
El que se sienta a la diestra es el que recibe el poder para gobernar, para
administrar conforme a la voluntad del que lo sentó ahí. Y para a través de él,
el que lo sentó obrar. Cuando Cristo se sentó en el Trono de Dios, Dios no se
quedó sin poder, aunque Cristo dijo: “Todo poder me es dado.”
Es que Dios estaba en Cristo. Y a través de Cristo, todo el poder de Dios
manifestado, llevando a cabo todos los Proyectos divinos. Y ahora todo el
poder Cristo lo coloca en Su Iglesia. Y de edad en edad lo administra a través
del mensajero de cada edad, y en el Día Postrero en el tiempo de la tarde,
para la cena, habrá uno que escuchará esa Voz, ese sonido tocando a la
puerta, abrirá la puerta, abrirá la puerta de esa rama, de esa edad, de esa
etapa, abrirá la puerta de esa edad, no de Laodicea porque la edad de
Laodicea ya pasó; abrirá la puerta de su edad, la Edad de la Piedra Angular, y
ahí él entrará.
Siendo la Iglesia un Cuerpo Místico que está señalado como el Templo
espiritual de Cristo, es la puerta del Lugar Santísimo de ese Templo
espiritual.¿Dónde estaba el maná escondido? Pues en el lugar santísimo. Ahí
es la gran comida o fiesta espiritual, de alimento espiritual para el alma de los
creyentes en Cristo, y luego la Cena de las Bodas del Cordero, pues, la fiesta
en el Cielo, que eso es la recepción de Boda de la unión de Cristo con Su
Iglesia.
En la Edad de la Piedra Angular, pues, esa es una edad joven, por eso la
visión de la Novia fue mostrada con jóvenes pasando frente al reverendo
William Branham. Y ahora dice: “...cenaré con él, y él conmigo.” Y si cena
con él y él con el Señor, los que estarán ahí en esa rama van a estar de fiesta
cenando, porque van a estar cenando la familia completa. Porque el
mensajero siempre tendrá su pueblo, su gente, su generación.
“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo
he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”
Ahí está la promesa del vencedor. La misma promesa del siervo fiel y
prudente, el cual cuando su Señor venga y le halle haciendo así, dice: “De
cierto os digo que sobre todos Sus bienes le pondrá.” Pues lo va a sentar en el
Trono, a Su diestra. De esto es que se trata también Apocalipsis, capítulo 2,
versos 26 en adelante, cuando dice:
“Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad
sobre las naciones...”
Por eso es que los ministerios de Moisés y Elías tendrán autoridad aún
sobre la naturaleza. Esto nos habla de adopción, y la adopción será la
glorificación. La adopción es la redención del cuerpo, donde tendremos la
bendición de obtener de parte de Dios el cuerpo nuevo, eterno y glorificado.
Y entonces ahí, esa rama con toda su gente, será la que estará viviendo en el
Día Postrero y a ella se van a unir los miembros de las ramas pasadas con la
cabeza o líder de cada una de esas ramas pasadas.
“...y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de
alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre...”
La misma autoridad como Cristo la recibió del Padre, la va a otorgar al
vencedor. “Todo poder me es dado en el Cielo y en la Tierra,” dijo Cristo.
“...y le daré la estrella de la mañana.”
¿Que le dará la estrella de la mañana? La estrella de la mañana es Venus
¿verdad? Pues Venus representa a Cristo. Él dice: “Yo soy la raíz y el linaje
de David, la estrella resplandeciente de la mañana.” (Apocalipsis 22, verso
16).
O sea que va a tener la Estrella de la mañana, que es el Ángel del Pacto,
la Columna de Fuego en él manifestado. Tendrá el Sello del Dios vivo que es
el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, ese es el Varón que viene con el Sello
del Dios vivo para llamar y juntar y sellar 144.000 hebreos, 12.000 de cada
tribu.
Ahí lo tienen, tan sencillo como eso. Ese es el único que podrá hacer esa
labor, porque no será él de su propia cuenta sino que será el Espíritu Santo, el
Ángel del Pacto, a través de él llevando a cabo esa labor. Él siempre estará
dándole la gloria al Ángel del Pacto, a Dios; siempre reconociendo que no
será una labor suya, sino del que está en él. Ese Ángel del Pacto, Cristo en
ese Varón, ese Ángel que viene en Apocalipsis, capítulo 7, verso 1 en
adelante, donde dice:
“Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de
la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase
viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol.” O sea,
para que no soplase viento, no vinieran guerras, deteniendo las guerras.
Y sobre todo, deteniendo la tercera guerra mundial que será atómica. “Vi
también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios
vivo...”
O sea, tenía el Espíritu Santo, que es el Sello del Dios vivo, del cual dice
San Pablo: “
Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados
para el día de la redención.” (Efesios, capítulo 4, verso 30). “...y clamó a
gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer
daño a la tierra y al mar, diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni
a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de
nuestro Dios. Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil
sellados de todas las tribus de los hijos de Israel.”
O sea, son sellados 144.000 hebreos, 12.000 de cada una de las tribus de
los hijos de Israel, de las doce tribus. Y ese es el que llamará y juntará
144.000 hebreos, 12.000 de cada tribu en el Día Postrero en el tiempo final.
Y eso será la representación de todo el pueblo hebreo. En ellos estarán
representados todos los descendientes de Jacob o de Israel.
Pero esos son 144.000 escogidos, que van a tener una posición muy
importante en el Reino del Mesías. Luego ellos son los que aparecen en
Apocalipsis, capítulo 14, verso 1 en adelante, donde dice:
“Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de
Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de
su Padre escrito en la frente.”
O sea, que esas personas son los que, del pueblo hebreo, van a ver la
Venida del Señor, del Mesías, lo van a reconocer, y lo van a seguir. Son los
escogidos, los elegidos del pueblo hebreo de este tiempo final. Pero los
miembros de la rama de la Edad de la Piedra Angular, los miembros de la
Iglesia, no son los 144.000; los 144.000 van a pasar por la gran tribulación;
los miembros de la rama de la Edad de la Piedra Angular van a ser
transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
“Y oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas, y como sonido
de un gran trueno; y la voz que oí era como de arpistas que tocaban sus
arpas.
Y cantaban un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro
seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico sino
aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la
tierra. Estos son los que no se contaminaron con mujeres...”
O sea, con sistemas religiosos gentiles, pues son vírgenes. “Estos son los
que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de
entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero.”
Esos son los que van a seguir la Venida del Mesías en el Día Postrero
cuando se revele el Mesías al pueblo hebreo. Y esos van a tener una posición
muy importante en el Reino del Mesías; son primicias para Dios y para el
Cordero. “...y en sus bocas...” O sea que son también los primeros que van a
recibir al Mesías, lo van a reconocer y lo van a recibir.
“...y en sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante
del trono de Dios.
Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno
para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y
pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de
su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y
las fuentes de las aguas.”
Y ahora, éste que viene, este Ángel que viene volando con el Evangelio
eterno en Su mano para predicarlo a los moradores de la Tierra, viene
diciendo a gran voz: “ Temed a Dios y dadle gloria,” o sea, diciéndole a la
gente que busquen a Dios, porque es un tiempo peligroso.
Volcanes por diferentes lugares, maremotos, terremotos, y el
calentamiento global y la amenaza de una tercera guerra mundial que ya hasta
la han acercado para acá, para América Latina, para que podamos ver el
peligro que hay; todo el problema del Medio Oriente lo quieren pasar para
acá a la América Latina.
Que a los políticos se les abran los ojos y no permitan que les traigan una
guerra del Medio Oriente para acá, porque eso es de allá del Medio Oriente.
Pero las bendiciones nos vinieron del Medio Oriente también, y vienen
algunos problemas también. Y ahora viene diciendo:
“Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y
adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las
aguas.”
Ahora viene predicando el Evangelio, por lo tanto será un predicador;
conocedor del tiempo que estamos viviendo. Que estamos viviendo en el
tiempo en que la ira de Dios estará cayendo sobre la Tierra. Ahora Rusia, oí
decir que tiene la preocupación de que se le exploten los armamentos
nucleares que tienen bajo tierra. Bueno, cuando las gallinas cuando colocan el
nido y colocan su huevito, se calientan, y nacen los pollitos.
Y las tortugas la entierran también y nacen las tortuguitas, por lo tanto
pueden hacer un sinnúmero de explosiones atómicas desde la Tierra por el
calentamiento global que está ocurriendo. Y si Rusia está así, asustada,
porque sería destruida ella misma, sería autodestrucción, ¿cómo estarán otras
naciones que tienen también armamentos nucleares?
Que no les toque cerca de un volcán porque se calientan más rápido. Sería
un volcán atómico, ya eso pues, sería lo máximo en armamento nucleares.
Ahora, vean cómo la ira de Dios está anunciada por ese Ángel.
Vamos a ver que hay aquí en Isaías, Malaquías, capítulo 4, dice:
“Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los
soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá
los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni
rama.”
Pero dice: “Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en
Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel. He aquí, yo os envío el profeta
Elías, antes que venga el día de Jehová...
El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, no sea que yo
venga y hiera la tierra con maldición.”
La destrucción y la maldición es la gran tribulación con la cual será
herida la Tierra. Isaías, capítulo 61, verso 1 en adelante (dice) al 2:
“El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová;
me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los
quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos
apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y
el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados...”
Cuando Cristo leyó este pasaje, en San Lucas, capítulo 4, se detuvo donde
dice: “...a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová...”
Y no continuó leyendo, porque Él vino a proclamar el año de la buena
voluntad de Dios en donde todo ser humano sería reconciliado con Dios por
medio del Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario. Vino para proclamar
buenas nuevas, vino para proclamar un anuncio de paz, de paz de Dios con el
ser humano, para el ser humano estar en paz con Dios.
Y así el ser humano estar reconciliado para vivir eternamente con Dios en
Su Reino. Pero luego el día de venganza del Dios nuestro lo cual no leyó
Cristo, corresponde para la Segunda Venida de Cristo. Y ahora, aquí el Ángel
que predica el Evangelio eterno viene proclamando el día de venganza del
Dios nuestro. Viene proclamando que la hora de Su juicio ha llegado.
Y eso será el anuncio del juicio divino que vendrá, que caerá sobre la
Tierra durante la gran tribulación. Así como Moisés predicó el juicio divino
en Egipto, cuando habló por parte de Dios o Dios a través de Moisés habló
las plagas, estaba Moisés proclamando o predicando el juicio divino que
caería sobre Egipto, el cual había sido ya anunciado a Abraham en el capítulo
15, versos 12 al 19, que Dios con mano fuerte libertaría a Su pueblo, o sea,
con juicio divino.
Moisés y Elías estarán hablando ahí en el capítulo 11 los juicios divinos,
pues, en el capítulo 11, son los dos Olivos. Y vean aquí lo que dice, y eso es
dando a conocer lo que va a venir, o sea, alertando a las personas para que
busquen a Dios, y diciendo los juicios divinos que han de venir sobre la
Tierra en el Día Postrero. Dice capítulo 11, verso 1 en adelante, dice:
“Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me
dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él.
Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque
ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y
dos meses.” Los cuarenta y dos meses corresponden a la gran tribulación.
Son tres años y medio. “Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil
doscientos sesenta días, vestidos de cilicio (que son también tres años y
medio). Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en
pie delante del Dios de la tierra.”
Son los mismos que aparecen en Zacarías, capítulo 4, verso 1 al 14.
“Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los
días de su profecía...” Por lo tanto, estarán adoptados. “...y tienen poder
sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda
plaga, cuantas veces quieran.
Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo (o
sea, el anticristo y su reino) hará guerra contra ellos, y los vencerá y los
matará.”
Y ahí sigue explicando lo que ha de suceder. Pero recuerden: para ese
tiempo la rama del Día Postrero, la generación final de Jesucristo
correspondiente a la Edad de la Piedra Angular, estará transformada.
Así que, la cosa va a estar buena. Luego de eso, vean lo que viene: ahí
habrá una resurrección luego de tres días y medio, dice verso 11 en adelante:
“Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida
enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los
que los vieron.
Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al
cielo en una nube; y sus enemigos los vieron.
En aquella hora hubo un gran terremoto, y la décima parte de la ciudad
se derrumbó, y por el terremoto murieron en número de siete mil hombres; y
los demás se aterrorizaron, y dieron gloria al Dios del cielo. El segundo ay
pasó; he aquí, el tercer ay viene pronto.
El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que
decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su
Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.”
Este séptimo Ángel con esta séptima Trompeta, la séptima Trompeta la
tocan Moisés y Elías, los dos Olivos.
Vean lo que dice, y la séptima Trompeta es el mensaje, mensaje de
Trompeta o de gran Voz de Trompeta. “Y los veinticuatro ancianos que
estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus
rostros, y adoraron a Dios, diciendo: Te damos gracias, Señor Dios
Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado
tu gran poder, y has reinado.
Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los
muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los
que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que
destruyen la tierra. Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su
pacto se veía en el templo.
Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo”
Eso será lo que vendrá del Trono de Dios, del Juez: el juicio divino
hablado desde el Trono de Dios para la raza humana. Porque ya habrá
terminado esa Dispensación de la Gracia y la puerta de la Dispensación de la
Gracia ya estará cerrada, ya Cristo no estará como Cordero sino como el
León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, haciendo Su
Obra de Reclamo.
Todos esos juicios caerán en la Obra de Reclamo, así como cuando Dios
reclamó al pueblo hebreo allá en Egipto, fue bajo los juicios divinos para
libertar al pueblo. “Con mano fuerte Yo los libertaré.”
Y eso será con mano fuerte durante la gran tribulación, en el reclamo de
todo lo que le corresponde a Cristo, de toda la herencia de Dios que le
corresponde a Cristo.
Todo eso está incluido dentro de la generación final de Jesucristo, que es
la generación de la Edad de la Piedra Angular. Y con Cristo estará Su
ejército, no solamente la rama final, sino todas las demás ramas de la Vid
verdadera que llevaron fruto en su tiempo, juntamente con la que estará
llevando fruto en este tiempo. En la cual se estará viendo cumplidas o
cumpliéndose las cosas que Cristo dijo que hará en el Día Postrero.
Estará el mensaje del Evangelio eterno siendo predicado para todo
pueblo, nación y lengua, enseñando que adoren a Dios, que busquen a Dios,
porque la hora del juicio divino, de la ira de Dios ha llegado. Estará eso
conforme a Apocalipsis, capítulo 14, verso 6 al 7, y San Mateo, capítulo 24,
verso 14, que dice:
“Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para
testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”
Primero se predica el Evangelio del Reino, que le sigue al evangelio de la
Gracia, y se anuncian las cosas que han de venir para la restauración del
Reino de Dios en la Tierra, se anuncian los juicios divinos que han de venir, y
luego se ve todo ese juicio divino viniendo sobre la Tierra, bajo la
predicación del Evangelio del Reino para todas las naciones, y luego vendrá
el fin. El fin del reino de los gentiles, el fin de los pies de hierro y de barro
cocido.
Y eso es para este tiempo final en el que vivimos en donde ya el séptimo
milenio o Día del Señor milenial en el cual Él establecerá Su Reino, ya
comenzó conforme al calendario gregoriano.
Y el Señor es Señor del sábado, o sea, del Día del Señor, del día de
reposo, el día en que la Tierra, luego de pasar una temporada difícil en este
cambio, en donde Cristo recibirá el Reino y lo compartirá con Su iglesia y
con el pueblo hebreo, encontramos que después de esa etapa difícil viene la
paz; para Jerusalén, y desde Jerusalén para todo el pueblo hebreo, para todo
el Medio Oriente, y para todas las naciones en el Reino del Mesías.
Por eso todas las naciones están esperando la Venida del Mesías, por eso
es el Deseado de todas las naciones el Ángel del Pacto. Y vendrá para
reclamar Su Trono desde el cual El traerá la bendición para Israel y para
todas las naciones.
Todo eso está ligado a una rama: a “LA RAMA QUE PRODUCE
FRUTO DESDE LA RAÍZ DEL ÁRBOL NOVIA,” donde la luz de Cristo, el
cual dijo:
“...el que me sigue , no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la
vida.”
Él ha estado alumbrando en ese Árbol Novia, en ese planta de uva, en esa
Vid y en sus ramas, de edad en edad, va a traer a vida el fruto. Y en este
tiempo si miramos hacia atrás, vemos cómo fue encendida la luz de cada
edad: por el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, el mensajero de cada edad.
Para el Día Postrero muchos se preguntarán: “Así como hubo un hombre
a través del cual el Espíritu Santo encendió la luz de su día, de su rama, ¿cuál
será el que usará Dios para encender la luz del Día Postrero?” Pues todos lo
vamos a saber a través de la Escritura, y a través del mensaje del Evangelio
del Reino que estará abriéndonos estos misterios en este tiempo final.
Será a través del que tenga a cargo esa octava generación de Jesucristo
entre la Iglesia del Señor entre los gentiles. Esa rama va a llevar su nombre
automáticamente en el milenio ya lo vamos a ver. Ahora lo dejamos
quietecito, pero en el milenio ya quedará establecido como quedaron
establecidas las tribus, los descendientes de Jacob, con el nombre de cada uno
de los patriarcas, de cada uno de las cabezas de esa descendencia o de esa
generación, de esas doce generaciones de Jacob.
Y ahora, así como ellos fueron sentados en tronos, vean, Cristo promete a
los apóstoles que los va a sentar en doce tronos. Ellos son de allá del tiempo
del fundamento y tienen una posición paralela, igual a la de los patriarcas
hijos de Jacob; tienen corona, son reyes, son importantes.
Pero Juan y Jacobo no estaban conformes con el trono que Cristo les
prometió, querían algo más; aunque tampoco estaban *desconformes, pero
sabían que había algo más. Ellos querían estar en el Reino del Mesías uno a
la diestra y el otro a la siniestra.
Eso es sentarse o Cristo sentarlos con Él en Su Trono. Lo mismo que hizo
el Padre con Cristo: sentarlo con Él en Su Trono.
O sea, ellos querían todo el poder, y querían el ministerio de Elías
también, pues cuando en Samaria no recibieron a Jesús y a Sus discípulos,
ellos le dicen a Jesús:“Señor, ¿quieres que mandemos a descender fuego del
Cielo?” No para alumbrar, sino para quemarlos. Jesús le dice: “Ustedes no
saben de qué espíritu son.”
El espíritu de ellos no eran para traer juicio. El espíritu de Moisés y Elías
es para traer juicio, hablar el juicio divino, dar a conocer el juicio divino que
ha de venir sobre la Tierra. Ellos querían la posición que Cristo después en
Apocalipsis, capítulo 3, verso 20 al 21, dice:
“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo
he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”
Y también Apocalipsis, capítulo 2, verso 26 al 27, que dice:
“Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad
sobre las naciones, y las regirá (las gobernará) con vara de hierro...”
O sea que es con mano dura. Y dice también: “... y serán quebradas
como vaso de alfarero...” O sea que nación que no se alinee, nación que es
quemada.
Eso dice Cristo en la parábola del juicio de las naciones. Cuando el Hijo
del Hombre se siente en el Trono de Su Padre, y ahí va a estar con Él el que
Cristo va a sentar con Él en Su Trono. Dice que el Hijo del Hombre cuando
se siente en el Trono de Su Gloria que es el trono de David, Trono terrenal,
juntará delante de Él a todas las naciones; van a ser juntadas todas las
naciones, y como el pastor junta a sus ovejas y a los cabritos, las ovejas a la
derecha y los cabritos a la izquierda, así va a ser el Hijo del Hombre al
sentarse en el Trono de David.
Y a los de la derecha va a decir que entren al Reino de Dios, el Reino del
Padre preparado desde antes de la fundación del mundo para ellos; y a los de
la izquierda les va a decir: “Malditos, al fuego.” Van a ser quemados. Es lo
mismo.
“...y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he
recibido de mi Padre...”
La misma autoridad, la misma autoridad que Cristo tiene en el Cielo, la
va a dar al Vencedor en la Tierra.
Lo que hizo Dios con Adán, que le dio toda autoridad en la Tierra, Cristo
lo va a hacer con el vencedor. Pero Cristo va a estar en él, va a ser un
Programa divino que va a estar llevándose a cabo acá en la Tierra, en donde
el Reino de Dios, que es el Reino de David, va a ser restaurado y el trono de
David va a ser restaurado, y va a sentarse ahí el Mesías Príncipe. Hay una
expectativa grande en el mundo. Y algo grande está moviéndose y de un
momento a otro va a estallar en el mundo espiritual. Y luego vamos a ver sus
efectos para la Iglesia Novia: grandes bendiciones.
Los juicios de la gran tribulación están muy cerca. Cuando la puerta de la
misericordia, la puerta de la Dispensación de la Gracia que es Cristo como el
Cordero de Dios, se cierre, Él dijo: “Yo soy la puerta; el que por mí entrare
será salvo,” cuando Él cambie de Cordero a León y de Sumo Sacerdote a
Rey, la puerta se habrá cerrado.
Ya no habrá salvación para nadie, ni misericordia; ya la luna que es la
Iglesia se va, desparece de la escena. Y eso está representado en la naturaleza
también, cuando desparece la luna la marea sube, está ligada la marea con la
luna, hay algo ahí que sube la marea en cierto momento que hay un cambio
ahí en la luna o movimiento, y la marea cubre las costas.
Lo cual representa la ira de Dios cubriendo las costas; por eso dará el
pago a los de las islas. Cuando termina la Dispensación de la Gracia, pues, ya
termina la Iglesia su labor en la Tierra. Y hay algo que puede ser histórico, o
historia, o una historieta un cuento, pero se habla de un lugar en donde hubo
un hombre sabio que conocía los tiempos en que la marea entraba, lo cual
representa la entrada, el juicio o ira de Dios a la Tierra.
Y había un hombre sabio en la montaña que conocía, y él veía desde allá
cómo era todo, y conocía el tiempo en que esa marea entraba a la costa y lo
que estuviera en la costa lo arrastraba. (Estoy tratando de conseguirle dónde
lo tenía por aquí).
Y hubo un hombre que creía que lo sabía todo, bien estudiado, y se metió
a la costa y el hombre sabio baja y le dice: “Sal de este lugar, no sigas
caminando, porque ahí, un lugar de rocas y la marea va a entrar y no vas a
poder subir ni vas a escapar.” Y ese hombre inteligente le dice: “Yo sé lo que
hago, ocúpate tú de lo tuyo.” Y entró la marea y no pudo escapar; murió.
Cuando el juicio divino está por llegar hay que tomar todas las
precauciones. El hombre sabio, el anciano sabio estaba arriba en la montaña,
que es lo que busca la persona las partes altas, cuando sabe que va a haber un
maremoto o un tsunami, pues se va a lo más alto, para no perecer él y su
familia. El ignorante se queda y perece.
Dice la Escritura que el sabio, el entendido, ve el mal y huye, ve el
peligro que viene y huye; pero el que no es sabio, perece. Y así le sucedió a
ése de esa historieta y así le sucedió al mundo antediluviano, al cual Noé le
predicó por bastantes años, unos cien años, ciento veinte años, y pereció
porque no entendió (dice Cristo), y no conocieron, no entendieron y vino el
diluvio y se los llevó a todos.
Cuando iba a venir el diluvio, pues había que escapar y el único medio de
escape era el arca, pero no iban a caber tanta gente entonces ¿qué iba a pasar?
Pues se convertían a Dios, y Dios aguantaba el diluvio. Tan sencillo como
eso. ¿No hizo eso mismo, iba a enviar el juicio a Nínive, y Jonás fue y ya fue
llevado hasta en una ballena? Y entonces predicó, y se convirtió el rey a
Dios, se humillaron él y el pueblo, y Dios detuvo el juicio. No lo suspendió,
sino que lo atrasó; le dio unos años más porque buscaron a Dios.
Aquí tenemos lo que el Ángel que viene con el Evangelio eterno predica,
que busquen a Dios, ¿ve? Dios nos podría dar unos añitos más...Y no se sabe
si nos ha dado ya unos cuántos añitos mas. A Noé le dio 120, dice que la
paciencia de Dios estaba allí, ¿por qué? Por Noé que no había terminado el
arca.
Y hasta que se complete la Iglesia y hasta que veamos el cumplimiento de
la Visión de la Carpa, no nos vamos a ir de aquí. La misericordia de Dios
estará ahí.
Es la misericordia lo que nos tiene todavía vivos, porque la humanidad
merecidamente tiene el juicio de Dios asignado para caer sobre ella. Pero por
amor a los escogidos, Dios ha detenido el juicio divino. Y todavía
necesitamos un tiempito más, hasta que tengamos todo listo y Dios esté
cumpliendo lo último que falta y haciendo lo que Él ha prometido.
Y haciendo Su Obra de Reclamo, resucitando a los muertos en Cristo y
transformandonos a nosotros los que vivimos, para lo cual necesitamos tener,
recibir la fe para ser transformados. Y todo eso está ligado a la Tercera Etapa,
y a la Visión de la Carpa, y a los siete Truenos de Apocalipsis 10, y el Libro
sellado con siete Sellos. Y por consiguiente, a la Venida del Señor a Su
Iglesia.
Todos esos misterios van a ser abiertos completamente en esa etapa, en el
cumplimiento de la Visión de la Carpa, para bendición de todos los creyentes
en Cristo, para bendición de los escogidos de Dios. Ha sido para mí un
privilegio grande estar con ustedes dándoles testimonio de:
“LA RAMA QUE LLEVA FRUTO EN EL DÍA POSTRERO.”
“LA RAMA QUE PRODUCE FRUTO DESDE LA RAÍZ DEL ÁRBOL
NOVIA.”
Somos fruto de Cristo a través de la rama del Día Postrero, hijos e hijas
de Dios en el Día Postrero trabajando en la Obra de Dios. Nosotros como
hijos frutos de Cristo, y nuestro trabajo, fruto de todo el esfuerzo que
hacemos por amor a Cristo, trabajando en Su Obra lo cual cuenta como obras
de fe que serán recompensas en el Reino del Señor como Él lo ha prometido.
Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todo
ustedes, y les use grandemente llevando mucho fruto desde la raíz del Árbol
Novia en este tiempo final; llevando fruto de la raíz y el linaje de David,
llevando trabajo, ligado a la raíz y el linaje de David, bajo el Evangelio del
Reino y también bajo el Evangelio de la Gracia. La rama que está ligada
directamente con la raíz y el linaje de David para la manifestación de Cristo
como la raíz y el linaje de David como el Hijo de David, como el Rey de
reyes y Señor de señores, es la rama del Día Postrero.
Por lo tanto, que Dios les bendiga y les use grandemente en toda la Obra
de Cristo correspondiente a la Edad de la Piedra Angular, que está ligada a la
Iglesia del Señor Jesucristo y al pueblo hebreo, y a toda la humanidad. En el
Nombre del Señor Jesucristo. Amén. Bueno, continúen pasando todos una
tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.
Y me alegro, ¿ya almorzaron? Me alegro que hayan almorzado. Yo no
tuve el tiempo y por eso necesité más tiempo, pero luego para mí es más
sencillo que para ustedes; ustedes eran muchos, yo con un solo plato, así que,
es más fácil para los que me prepararán en el momento necesario lo que haya
para almorzar o quizás sea cena, las dos cosas a la vez.
Bueno, buen provecho para los que almorzaron, y también para la cena
buen provecho para todos ustedes y nos veremos mañana Dios mediante en el
lugar que ya está programado, tempranito mañana porque tengo que viajar
también, voy a tratar de estar lo más temprano posible y ya con el equipaje
para de ahí salir al aeropuerto, ya que tengo que viajar; otras veces no me
gusta viajar así, domingo, pero en esta ocasión no tenía otra opción, y ¿qué
me hubieran recomendado?
Que no viajara, pero entonces me tenía que ir ayer sábado, entonces me
recomendarían que viajara hoy para estar aquí con ustedes, así que, que
viajara mañana, y para mí, pues, ha sido una bendición estar con ustedes hoy
y mañana, y viajar mañana, pero sin perderme la actividad de mañana.
Bueno, que Dios les bendiga. Oren mucho por esa actividad.
Y oren mucho por todos los proyectos del Programa divino
correspondiente a este tiempo final. Y ya cuando esté en Puerto Rico, es que
estaban hablando del gran empujón que se le va a dar al proyecto de la Carpa;
pero antes de dar un buen empujón, hay que estar empujando, porque si no,
no tiene fuerza uno si no se ha ejercitado primero, sino que hay que estar
trabajando un poco más de lo que se estaba trabajando para llegar después al
gran empujón para que se complete esa labor en Puerto Rico, en el proyecto
de la Gran Carpa Catedral.
No sé cuánto tiempo dijo Miguel que iba a ser ese gran empujón, si es por
un mes, un año, dos años, pero creo que será hasta que tengamos todo listo.
Bueno, que Dios les bendiga y les guarde, y continúen pasando una tarde
feliz llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.
“LA RAMA QUE PRODUCE FRUTO DESDE LA RAÍZ DEL ÁRBOL
NOVIA.