Ensayo Cultura de La Legalidad
Ensayo Cultura de La Legalidad
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“La cultura es el resultado de nuestra historia”.
1. Introducción
El objetivo del presente ensayo es analizar la cultura de la legalidad de los
ciudadanos de la Ciudad de México, a partir de un análisis explicativo, dando a
conocer que se entiende por cultural, subcultura, legalidad, legitimidad y
cultural de la legalidad; con la finalidad de diagnosticar cómo se ha construido
la cultura de la legalidad a lo largo la historia de la CDMX y poder proponer
como la ciudadanía puede fomentar un respeto hacia un conjunto de normas
legales establecidas en sociedad.
En cuestión de legalidad, es importante mencionar que esta tienes sus bases
tres aspectos fundamentales como son: 1) la garantía de aplicación en las
normas legales,2) en la conducta de los individuos en sociedad y 3) respeto de
la dignidad de las personas ante la ley.
Se reconoce y se entenderá para el presente ensayo como cultura de la
legalidad como dice Salazar: “[…] el conjunto de conocimientos, creencias,
usos y costumbres, símbolos, etc., de los miembros de esa comunidad en
relación con los aspectos de la vida colectiva que tienen que ver con las
normas jurídicas y su aplicación.” (Salazar Ugarte 2016, 33).
Se establece que dentro de la cultura de la legalidad hay “subculturas de
legalidad” en grupos sociales que comparten una forma de visualizar el respeto
a las normas legales, siempre con apego a la cultura central definida por toda
la coexistencia humana organizada. En las “subculturas de legalidad” se hace
presente la legitimidad que es un aspecto importante para comprender los
cuestionamientos por parte de la propia ciudadanía, para el actuar de los
ejecutores de las normas legales y su aplicación en sociedad.
Además, es necesario reconocer que también hay una cultura de la ilegalidad,
que puede ser comprendida, como aquellas acciones que carece de cumplir las
normas legales establecidas, con el objetivo de obtener una ventaja para el
beneficio de la persona o grupos de personas y que a lo largo de un tiempo se
vuelven creencias, costumbres y una forma de vivir. Cabe reconocer que para
evitar que se presente una cultura de ilegalidad es necesario promover la
confianza, reciprocidad, cooperación entre las personas e instituciones
públicas, que los actores que ejecutan y aplican las normas legales no abusen
de las mismas y que las normas sean entendibles para la ciudadanía.
La cultura de la legalidad en la Ciudad de México a lo largo de su historia y
conformación, presenta una dinámica en la construcción política-social y de
poder políticos-administrativo, que se podría distinguir tres fases. El primer
periodo corresponde (1930-1970) se caracterizó básicamente, por el control
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político-jurídico de la Ciudad de México por parte del presidente, esto limitaba
de manera directa el progreso y beneficio de la sociedad, ya que limitaba al
ciudadano y por lo consiguiente sus derechos. En el segundo periodo (1970-
2000) tiene esencialmente un aspecto de trasformación de poder y se presenta
un desmoronamiento de la “legitimidad” de la forma de control político-jurídico,
produciendo grandes avances tanto jurídico hasta democráticos, además se
empieza a gesta una cultura política que es de trascendencia para la
conformación de una cultura de la legalidad en la ciudad y por último el periodo
del (2000-2018) aporta una fase de transición y cambio de poder político, es
decir, el poder tanto político/gobierno cambia de puesto, producto de una
gestión política con falta de resultados para la ciudadanía y prácticas de control
político autoritarias, además de conflicto político entre partidos, pero lo más
importante en cuestión de la cultura de la legalidad se empieza impulsar la idea
de fortalecer la cultura de la legalidad, por medio de institutos electorales que
promueven la cultura cívica, política y de legalidad., para la ciudadanía
empiece a tener conocimiento de la importancia de fomentar valores,
mecanismos de participación y conocimiento de la normatividad para
ciudadanía que empieza a tener aspectos progresistas y de beneficio social.
Estos tres periodos reflejan la parte importante de la construcción de la cultura
de la legalidad en la CDMX, reflejando el cumplimiento de las normas legales
por parte de la ciudadanía, los cimentación de la convivencia en un sistema de
normas legales que permiten la armonía social y las realidades de los
procedimiento, aplicaciones y ejecución de la ley; pero también se refleja una
estructura del incumpliendo de las leyes, por parte tanto de los ciudadanos
como de los gobernantes, además de carencia de confianza con las leyes que
se ejercen a lo largo del tiempo que producen privilegios e impunidades en las
instituciones de justicia.
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gobernantes como de los ciudadanos, además de carecer de no cumplir los
pactos, es decir “[…] los miembros de la colectividad se comprometen a
respetar tres pactos sucesivos: a) la renuncia al uso de la fuerza por parte de
los individuos y grupos; b) la instauración de reglas para resolver pacíficamente
los eventuales conflictos futuros, y c) la creación de un poder superpartes
facultado para garantizar que los pactos se respeten, incluso utilizando la
coacción.” (Salazar Ugarte 2016, 33).
Además, hay que tener presente que la pérdida de confianza en la legalidad se
da por parte de la ciudadanía desde diversos aspectos como son: 1) la
aplicación de las normas jurídicas sea aplicada de forma incorrecta ante las
personas, 2) la carencia de confianza están en función de la legitimidad de sus
destinatarios a lo largo del tiempo, 3) la afectación de la norma en el desarrollo
de vida de las personas, y 4) por último, la falta de reconocimiento de las
instituciones legales que han predominado en el poder; se reconoce que los
aspectos busca dar un acercamiento de las causas de carencia de la cultura de
la legalidad.
Y con los postulados de académicos que dan sustento a la problemática
planteada como son del profesor Gessner que estipula en su estudio que “[...] a
pesar de la pobre incidencia de las instituciones formales de justicia para el
arreglo de los conflictos, la complejidad de la sociedad mexicana habría
elaborado caminos informales para la resolución de los mismos sin pasar por la
recomendaciones o tradiciones liberales y procesos propios de una cultura de
la legalidad.” (Fierro 2017, 31).
Y desde la misma preceptiva la Doctora Erika Tapia, se postula que, lo “[…]
político predominó sobre lo jurídico y no sólo pervirtió el funcionamiento de las
instituciones de un Estado de derecho sólido, sino que además generó en su
seno una cultura autoritaria con escaso apego a las leyes y, sobre, la
ciudadanía no logró desarrollar un juicio crítico sobre la misma.” (Tapia Nava,
Tesis Doctoral 2018, 70).
3. Marco Teórico
3.1 Una aproximación general a la Cultura
Para tratar el tema de la cultura de la legalidad, será primero identificar que se
entiende por cultura y legalidad; y sus contrapartes enfatizando la ilegalidad
para tener un contexto más detallado de la problemática planteada.
La cultura será entendida desde la postura de Merton que la concibe como:
“[…] la cultura impone la aceptación de tres axiomas culturales: primero, todos
deben esforzarse hacia la misma meta elevada, ya que están a disposición de
todos; segundo, el aparente fracaso del momento no es más que una estación
de espera hacia el éxito definitivo; y tercero, el verdadero fracaso está en
reducir la am bición o renunciar a ella.” (k. Merton 1987, 217). Y son
distinguidos por dos aspectos fundamentales como son: objetivos culturales y
normas institucionalizadas.
3
Véase en: Latinobarómetro. Informe 2018. Análisis Estadístico, Santiago de Chile: Corporación
Latinobarómetro, 2018.
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Además, otro punto de referencia para entender la cultura en la Ciudad de
México es como estipula Tejeda define a la cultura como: “[…] conjunto de
valores, prácticas y significados que son retomados por los actores sociales
con el propósito de conseguir un beneficio en sus negociaciones políticas.
Dependiendo de las circunstancias y de las ventajas particulares que
obtengan, el comportamiento político de los ciudadanos se inclina hacia
actitudes autoritarias o hacia aquellas que podrían catalogarse como
democráticas.” (Tejera Gaona 2001, 54). Es decir, la cultura puede indagar los
vínculos sociales y legales que conectan a los ciudadanos con las instituciones
públicas y políticas públicas., por medio de fomentar un bien en común
derivado de la reciprocidad, confianza y cooperación., entre los miembros de
una comunidad siempre que los beneficios sean para en ventaja de la sociedad
y para su desarrollo de vida.
Asimismo, se debe observar el fenómeno de la cultura desde coexistencia
humana organizada y tener claro que una de las características principales son:
las conductas tanto de hábitos, normas escritas y no escrita; y desde el ámbito
de la experiencia del individuo como de la propia sociedad. Se puede decir que
la cultura “[…] puede significar, la menos, dos cosas relacionadas entre sí: a)
los modos de vivir y de pensar compartidos, y b) todo el conjunto de
conocimiento, creencias, artes, leyes, usos y costumbres que las personas han
adquirimos y compartimos como miembros de un saciedad determinada”.
(Salazar Ugarte 2016, 19).
Lo anterior sirve para identificar y reconocer que las personas forman parte de
una cultura que está presente en la forma de vida de cada persona como
social, al igual que las subculturas que en la actualidad son presentes en la
sociedad actual y que se hacen presentes en ciertos grupos de la sociedad y
que se plasman en espacio público determinado para su interacción.
3.2 La teoría de la subcultura en la Legalidad
Desde la visión de Young4 la “[…] cultura está vista como la forma que han
desarrollado las personas para tratar los problemas a los que se enfrentan en
su vida diaria. […]Las personas se encuentran en posiciones estructurales
específicas en el mundo -por su edad, clase social, sexo o raza, por ejemplo- y,
a fin de resolver los problemas que se plantean, se crean soluciones culturales;
es decir, las personas que se encuentran en cada posición estructural particular
desarrollan su propia subcultura.” (Lea y Young 2001, 107). Y desde la misma
óptica Salazar establece que es posible identificar que dentro de cierta cultura
hay múltiples subculturas que conforman una general, lo que permite “[…]
identificar los referentes sociales que cohesionan a un grupo social
determinado y, consecuentemente, que lo diferencia de otros grupos sociales.”
(Salazar Ugarte 2016, 20).
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específicas han desarrollado para diferentes problemas.” (Lea y Young 2001,
108), además se “[…] interpretan como una actividad desarrollada socialmente
con una racionalidad definida y que tiene significado.” (Lea y Young 2001, 109).
Es decir, que la propia subculturas buscar dar solución a la problemática que lo
aqueja, pero cabe aclarar que en cuestión de la legalidad, hay subcultura que
poseen su propias normas y reglas., siempre con apego a la legalidad
constitucional, además las subculturas comparten una misma ideología,
creencias y problemática común que les afecta directamente.
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Cabe mencionar que un Estado Jurídico es: “[…] aquel que funda su actuación en un
conjunto de mandatos (más o menos) generales y abstractos que, en sentido amplio,
constituyen un ordenamiento jurídico” , en cambio los “ […]Estados de derecho cuentan con
una constitución (normalmente escrita) que limita al poder político mediante un conjunto de
instituciones especificas (como la división o separación de los poderes) con la finalidad de
proteger un conjunto de derechos individuales fundamentales.”. Véase en Salazar Ugarte,
Pedro. Democracia y (Cultura de la) Legalidad, Cuaderno de Divulgación de la Cultura
Democrática, Número 25. Primera Edición. México, Ciudad de México: Instituto Nacional
Electoral , 2016. p. 28.
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porque garantiza a los ciudadanos el ejercicio de sus derechos y el
cumplimento de sus obligaciones.” (Salazar Ugarte 2016, 9).
Se entiende que la legalidad es el respeto a las leyes y comportamiento social
que garantiza la armonía social y en el cual los actores principales de
promover, proponer y ejecutar las leyes, se basa en la decisión de la mayoría
de las personas a favor de establecer a los actores que velen por la legalidad,
se estaría hablando de un principio fundamental de la cultura de la legalidad
como es velar siempre por el bienestar de la sociedad por encima de los
interese personales y de agrupación política. Actualmente se tendrá menor
fragilidad de la legalidad, cuando las normas sean más proteccionistas,
progresivas, respeto, dignidad y garantías de los derechos fundamentales de
las personas y donde la legitimidad de la legalidad se basa en la protección
primero de los individuos y después de las autoridades del Estado y su
engranaje burocrático e institucional vele primero
Se podría entender que la legalidad “[…] abarca el comportamiento de los
individuos, al menos, en dos direcciones: a) su relación con estos poderes
públicos (como productores y destinatarios del derecho), y b) en sus relaciones
interpersonales con los demás miembros de su colectividad.” (Salazar Ugarte
2016, 31-32), es decir se cumplen con dos aspectos importantes que son: “[…]
para el primer, caso, se entiende por la legalidad estrictamente sus criterios
normativos; en segundo, la legalidad se establece en base en la conducta
social.” (Correa Ortiz 2016, 37). La legalidad posee cuatro aspectos
fundamentales para su entendimiento para la sociedad como son: 1) La
interacción y comunicación entre los poderes que ejecutan las leyes, la relación
subcultural que existe en el entorno establecido, la relación de capital social en
la comunidad, la comprensión de las normas y la conducta que presenta cada
ciudadano ante la sociedad.
Un aspecto importante para distinguir entre legitimidad y legalidad son los
siguientes argumentos:
“El concepto de la legitimidad sirve para distinguir al poder de derecho
del poder de hecho, mientras que el concepto de legalidad distingue
entre el poder legal y el poder arbitrario.” (Salazar Ugarte 2016, 25)
“La legitimidad hace referencia a quién gobierna y por ende se puede
cuestionar la legitimidad de la autoridad que elabora las normas legales
y su ejecución en la sociedad”. (Salazar Ugarte 2016, 25)
Cabe mencionar que al diseñar instituciones garantes de la legalidad y Estado
de derecho, se podría esperar que se velen de las garantías de las personas,
pero lamentablemente es un proceso que se lleva acabo diariamente en los
diversos poderes tanto ejecutivo, legislativo y judicial; los cuales buscan que
no haya una voluntad arbitraria por parte del gobernante, de los miembros de la
burocracias y de los que ostentan el poder, además se busca tener un cambio
paulatinamente de sus principios que son: “ […] las funciones del poder político
y otro a los órganos que las desempeñan, son fuentes de la certeza y de la
seguridad jurídica indispensable para proteger y garantizar los derechos (de
libertad, políticos y sociales) de los individuos”. (Salazar Ugarte 2016, 31).
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3.4 Cultura de la Legalidad.
El espíritu de la cultura de la legalidad, radica en la relación que se presenta
entre la persona y la esencia de la norma para el beneficio de la armonía
social., cuya responsabilidad radica en cada persona posea un entendimiento
claro de la norma para su aplicación y la convivencia social tenga un base en la
armonía y no en las amenazas e usos arbitrario de la norma para a hacer valer
la ley en sociedad. Pero es necesario examinar sus implicaciones como son:
“[…] reconocer que no es suficiente el monopolio de la coacción física para
mantener el orden social en el Estado, tampoco basta la promoción de un
interés con miras alcanzar la cohesión social, incluso puede cuestionarse que
la voluntad política sea un elemento indispensable para preservar el orden
social de un Estado.” (Correa Ortiz 2016, 39).
En la actualidad la cultura de la legalidad, se presenta como un aspecto de
desarrollo en la vida social, se podría mencionar que a mayor entendimiento y
respeto de las leyes mayor progresividad de las normas, es decir “[...] el
termino cultura de la legalidad refiere no sólo a una caracterización de la
cultura que cualquier sistema jurídico tiene, sino se le ha dado una carga
positiva en el discurso desarrollista, en donde la cultura de la legalidad como
discurso corresponde a una serie de valores democráticos, de respeto a los
derechos humanos y cumplimiento de la ley que prevalecen en cierto tipo de
sociedades desarrolladas.” (Fierro 2017, 31).
Salazar establece que “[…] la cultura de la legalidad sirve como criterio para
evaluar el grado de respeto y apego de las normas vigentes por parte de sus
aplicadores y destinatarios.” (Salazar Ugarte 2016, 37)., este podrá ser un buen
indicador para determinar el grado de efectividad de la norma, pero también
es necesario determinar el grado de ilegalidad que pueda existir. Y Tapia
menciona que “[…] la cultura de la legalidad no implica sólo la obediencia de
un orden jurídico como en un régimen autoritario o totalitario sino más bien, el
seguimiento de criterios compartidos por la colectividad de que las leyes
convienen a los individuos para garantizar la conveniencia y el respeto a los
derechos de fundamentales en una sociedad democrática.” (Tapia Nava, Tesis
Doctoral 2018, 24).
“La cultura de la legalidad es una condición indispensable de la democracia, ya
que contribuye a un Estado democrático de derecho. De ahí que se reconozca
un vínculo ineludible entre la aplicación y el cumplimiento de la ley con el
respeto y la protección de los derechos humanos.” (Correa Ortiz 2016, 41). Se
reconoce que para una democracia la cultura de la legalidad es importante, su
esencia radica en representar el interés del pueblo, por medio de normas que
regulen la convivencia social y que los actores siempre velen por el principio
pro-persona., además que los mecanismo para fomentar valores democrático
ayudan a la construcción y entendimiento de la legalidad para las personas.
Cabe reconocer que no hay que confundir la cultura jurídica y la cultura de la
legalidad, ya que la primera se refiere “[…] se refiere sobre todo al conjunto de
teorías, filosofías, etc., compartidas por los estudiosos y aplicadores del
derecho y no a la relación que existe entre generalidad de los destinatarios de
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las normas y el ordenamiento jurídico vigente en su colectividad.” (Salazar
Ugarte 2016, 33). Además, Salazar establece que pueden entran en conflictos
la cultura de la legalidad y la cultura política, ya que la primera indica que “[…]
debo obedecer las normas que rigen la vida de mi colectividad, pero mi cultura
política puede sugerirme que cierta practicas adolecen de legitimidad.” (Salazar
Ugarte 2016, 26).
Se reconoce que para entender la cultura de la legalidad, es necesario la
corresponsabilidad entre actores involucrados, normas jurídicas, e instituciones
que velen e estimulen las normas aplicables, pero lo más importantes es el
entendimiento, ejecución y aplicación de los ámbitos legales que establece la
ciudadanía en su entorno social y al mismo tiempo que los actores que son
parte esencial de la instituciones que impulsar la cultural de la legalidad la
cumplan a cabalidad, sin perder de vista que ante todo primero son ciudadanos
antes que funcionarios públicos.
3.5 Cultura de la Ilegalidad
Un primer acercamiento a la cultura de la ilegalidad seria como lo establece
Salazar, “El que se aprovecha, el abusivo, no lo hace porque desconoce las
normas, sino porque conoce la forma de evitarlas para sacar ventaja sobre
quienes la respetan;” (Salazar Ugarte 2016, 40) y como lo menciona Tapia: “Así
la máxima de cumplir la ley porque es la representación del interés general ,
quedo sustituida por una idea común de que el más débil, es aquel que mejor
burla la ley.” (Tapia Nava, Tesis Doctoral 2018, 70)
La cultura de la ilegalidad produce un deterioro del respeto a las leyes y al
estado de derecho, es como postula Joseph Raz “La violación del estado de
derecho puede tomar dos formas. Puede llevar a incertidumbres o puede
conducir a expectativas frustradas y malogradas. Conduce a incertidumbre
cuando el derecho no permite a la gente prever los desarrollos futuros o
formarse expectativas definidas (como en casos de vaguedad y la mayoría de
los casos de muy amplia discrecionalidad). Conduce a expectativas frustradas
cuando la apariencia de estabilidad y certidumbre que estimula a la gente a
confiar y planear en base al derecho existente se encuentra destruida por la
creación retroactiva del derecho o al impedir una adecuada aplicación del
derecho, etcétera.” (Raz 1982, 277).
La cultura de la ilegalidad puede estar ligada al descontento tanta del individuo
como de la sociedad en las normas que se aplican en su entorno, su ejecución
las formas de aplicarlas, además la impunidad que existen en grupos de poder,
como establece el descontento desde la visión de Young “[…] se da cuando se
hacen comparaciones entre grupos comparables que sugieren que están
ocurriendo injusticias innecesarias. Si la distribución de la riqueza se considera
natural y justa -por más dispar que sea- será aceptada.” (Lea y Young 2001,
111).
4. Diagnóstico
La cultura de la legalidad en la sociedad mexicana tiene algunos rasgos
esenciales como son: “1) Una socialización deficiente en el apego a la ley. 2)
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Un formalismo extremo en la percepción de la ley. 3) La reducción del valor
social de la ley aun papel instrumental. 4) El conflicto entre las reglas formales
e informales de las instituciones sociales que tienden a minar y obstaculizar el
desempeño institucional.” (Flores 2017, 172).
Para dimensionar actualmente la cultura de la legalidad de los ciudadanos en la
Ciudad de México, es de trascendencia realizar un análisis general de la
historia política del Gobierno de la Ciudad de México y su interactuar con la
ciudadanía, con el objetivo de determinar si hay lastres de una cultura de la
legalidad como de la ilegalidad e identificar en años actuales como se visualiza
la cultura de la legalidad.
Para identificar y poder dar una propuesta viable para el fortalecimiento de la
cultura de la legalidad, es necesario profundizar las relaciones entre ciudadanía
y Gobierno de la Ciudad de México; en materia de legalidad y de la cultura de
la legalidad a lo largo de la historia política del propio Gobierno de la Ciudad de
México. Por tal motivo, en el presente subcapítulo se presentan algunas
interacciones entre ciudadanía-legalidad-gobierno para determinar su
composición y su cultura de la legalidad en el tiempo de la Ciudad de México,
enfocado en su ámbito político-gobierno.
Se retomará los postulados de conclusiones del estudio de la doctora Erika
Tapia6 para determinar la relación con los procesos histórico-político de la
Ciudad de México en función de la cultura de la legalidad, por tal motivo los
argumentos que se retoman son: 1) “[…] las prácticas autoritarias donde existía
una escasa o nula participación ciudadana y donde la política subvirtió a la
legalidad constituyeron mecanismos de control de la clases gobernante.” (Tapia
Nava, El apego a las leyes 2011, 249). 2) “[…] a partir del proceso de transición
y democratización en México, con valores y actitudes comenzaron a cambiar
en torno a la necesidad de consolidar un Estado de derecho y la exigencia de
impulsar una participación ciudadana comprometida y razonada” (Tapia Nava,
El apego a las leyes 2011, 250). Y por último “[…] existen patrones de
comportamiento que se encuentran arraigados y que se confrontan con la
generación y adquisición de estos nuevos valores y prácticas […].” (Tapia
Nava, El apego a las leyes 2011, 250).
Empezaré estipulado que:
En 1929 se buscó que el Gobierno del D.F., tuviera un contrapeso de poder,
tanto para el ejecutivo y para el beneficio de ciertos sectores de poder social,
además de visualizar un eje estratégico tanto político-administrativo y
económico. Cabe reconocer que la construcción de un gobierno y proceso
político democrático a nivel local., se visualizaron hasta el año 1988, dónde se
plasma la voluntad del pueblo. (Rodríguez Kuri 2012, 420). Se puede analizar
que a lo largo de cincuenta y nueve años, se careció de vivir en una
democracia, ya que la elección y la designación se establecían de manera
directa para gobernar el ámbito local.
6
En el estudio de la Dra. Erika Tapia realiza una réplica y comparación excepcional del estudio de
Almond y Verba, de la Cultura cívica de los años 1959 y 2009.
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A continuación se presentan tablas 1 y 2., que identifica algunos rasgos
esenciales de la cultura de la legalidad y político., que afectaron de forma
importante a la ciudadanía y conformación de la Ciudad de México.
Tabla 1
Año Relevancia Política Leyes Trascendentales Estructura de Poder Autoridad
Terminó el modelo de Jefe del
gobierno local prefigurado Departamento
por la Constitución de Central. M. Puig
192
Cádiz (1812). Casauranc
9
Se proponía una (1929-1930)
representación política
global para el D.F. 1) Tendencia
Estipulaba que el Gobierno Ley de secretarías de centralizadora y Jefe del
del Distrito Federal está Estado y vertical de casi todo el Departamento
193 bajo el dominio Federal. dependencias del gobierno nacional. del Distrito
4 Ejecutivo Federal. 2) Dinámica Federal. A.
especificas del Sáenz (1932-
gobierno municipal y 1935)
Se implementan políticas Modificación a la Ley de la representación Jefe del
urbanistas, por la de secretarías de política a nivel local. Departamento
necesidad del aumento Estado, se hizo cargo del Distrito
194 creciente de la población de manera directa el Federal.
6 de la ciudad de México. Y cobro de impuestos Fernando
Departamento del Distrito en el Distrito Federal. Casas Alemán
Federal solamente ejercerá (1932-1935)
el gasto.
Se buscó una Proyecto de la Ley Dominio del Gobierno Alfonso
reorganización territorial del orgánica del Distrito Federal ante la Martínez
D.F. Federal. Ciudad de México Domínguez
197 Y la relación con la (antes D.F.), y la (1970-1971)
0 ciudadanía, por medio de carencia de un
una reestructuración del sistema de
mapa político. representación
política.
Fuente: Elaboración propia en base a la información obtenida en: Rodríguez Kuri, Arie. «VII. Ciudad Oficial, 1930 - 1970.» En Historia política de la Ciudad de México, (Desde su fundación hasta el
año 2000), de Ariel Rodríguez Kuri y (Coord.), 568. México, D.F.: COLMEX, 2012.
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en el D.F., y limitaba los derechos políticos- electorales de los ciudadanos, ya
que se carecía de tener un sistema democrático en la entidad, a pesar del gran
aumento gradual de las demandas sociales producidas por el aumento
potencial de la población. Se puede llegar a decir que el primer argumento de
la Doctora Tapia, es certero, ya que en este periodo, se llevaron acciones
autoritarias y se presentó mecanismo de control de poder que limitaban la
cultura de la legalidad.
Para el periodo de 1970-2000, se presenta una dinámica de cambios
transcendentales para la vida política de la CDMX, es decir de “[…] los años
1987-1988, correspondió a la época posrevolucionaria tardía en la ciudad de
México significo el fortalecimiento de la subordinación de la jefatura del
Departamento del Distrito Federal al presidente de la República y a la
administración pública federal. (Marván Laborde 2012, 484). Pero, la forma de
gobernar ciudad tendría una crisis como estipula Marván es su estudio, los
factores importantes son: las crisis de la deuda, la inflación acelerada, ajuste
estructurales a la economía nacional, sociedad civil organizada, forma de
gobernar autoritaria, movimientos sociales y presión política partidaria. 7
Un aspecto importante para que haya cultura de la legalidad es poseer una
estructura democrática representativa por el pueblos., es decir se podría hablar
de los cimientos de una cultura de Legalidad para la Ciudad de México, a partir
de los “[…] resultados de las elecciones de 1973 en la ciudad de México nos
muestra con claridad que la ‘apertura democrática’ ofrecida por Echeverría tuvo
por resultado un importante cuestionamiento electoral al sistema […]” (Marván
Laborde 2012, 502), sin duda la ciudadanía todavía se encontraba bajos el
poder presidencial, pero la sociedad de la ciudad empieza a participar de forma
efectiva.
Para el año 1988, se lleva a cabo la democracia en la ciudad de México con el
establecimiento de la Asamblea de Representante del Distrito Federal, se abre
la apertura democrática de la ciudad y para la ciudadanía., con el objetivo que
se empezará a impulsar leyes que beneficien a los habitantes, pero como
estipula Marván “[…] 24 años no hubo mayor cambio en cuestión como el
control del presidente sobre la administración de la ciudad y la subordinación
del Departamento del Distrito Federal a otras dependencias de la
administración federal;” (Marván Laborde 2012, 495). El poder y el control se
mantenían solamente en un grupo de poder partidista y, lamentablemente los
avances del gobierno, político y económico., se vieron limitados para el
bienestar de la ciudadanía.
Tabla 2
Año Relevancia Política Leyes Trascendentales Estructura de Poder Autoridad
197 Todos los nombramientos Se reformó la Ley Dominio del Jefe del
1 para ser jefe de gobierno Orgánica del Gobierno Federal Departamento
de D.F., quedarán sujetos Departamento del Distrito ante la Ciudad de Central. Alfonso
a ratificación del Federal produciendo Ley México (antes Martínez
7
Véase con mayor detalle en: 15. Marván Laborde, Ignacio. «VIII. De la ciudad del presidente al
gobierno propio, 1970 - 2000.» En Historia política de la Ciudad de México, (Desde su fundación hasta el
año 2000), de Ariel Rodríguez Kuri y (Coord.), 568. México, D.F.: COLMEX, 2012.
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Tabla 2
Año Relevancia Política Leyes Trascendentales Estructura de Poder Autoridad
presidente y deberán Orgánica de la
residir en la ciudad. Administración Pública del
Distrito Federal.
Domínguez
El Congreso de la Unión
(1970-1971)
aprobó el Estatuto del
D.F.)
Gobierno del Distrito
Federal.
Se empezó a gestar una Aprobación de la Ley de
197
comunicación con la Desarrollo Urbano del
6
sociedad, más delicada, Distrito Federal Jefe del
por el aumento de las Reforma a la Ley Departamento
demandas sociales en Orgánica, se estipula la del Distrito
cuestión de vivencia y incorporación de una Federal. Carlos
197
crisis económica. asociación de residentes a Hank González
8
la estructura institucional y (1976-1982)
derecho de los capitalinos
al referéndum.
Existencia de un cuerpo Se empiezan a gestar las Se establece un
representativo local, como primeras leyes por parte contrapeso de Jefe del
198 de la Asamblea de poder y, hay una Departamento
lo es la Asamblea de
8 Representante del Distrito apertura del Distrito
Representante del Distrito Federal.
Federal. Federal.. democrática para
ostentar el poder. Manuel
Reforma política de la Primer Estatuto de Camacho Solís
199
ciudad de México Gobierno del Distrito (1988-1993)
3
Federal
Se establece un cambio de Nueva ley de participación Dominio de la Jefe del
poder político por parte de ciudadana. alternancia Gobierno
199 la alternancia partidista. Reforma a la Ley de partidista ante la Distrito Federal
9 Desarrollo Urbano del Ciudad de México Cuauhtémoc
Distrito Federal. (antes D.F.). Cárdenas
(1997-1999)
Fuente: Elaboración propia en base a la información obtenida en: Marván Laborde, Ignacio . «VIII. De la ciudad del presidente al gobierno propio, 1970 - 2000.» En Historia política de la Ciudad de
México, (Desde su fundación hasta el año 2000), de Ariel Rodríguez Kuri y (Coord.), 568. México, D.F.: COLMEX, 2012.
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la ciudadanía, pero cabe resaltar que la descentralización del poder, produjo un
aspecto importante para impulsar leyes en pro de las personas y cuya cultura
de la legalidad se vaya estableciendo para la sociedad.
En el transcurro del periodo del 2000-2018, se presentan un gran interés para
impulsar la cultura de la legalidad, tiene como finalidad comprender y, analizar
si en la sociedad de la Ciudad de México presenta niveles de respeto a las
leyes, como ejemplo tenemos el estudio de la doctora Erika Tapia establece
que “[…] se observa que la ley, su creación y aplicación continúan siendo un
espacio de constitución lejano para el ciudadano en la actualidad. […] ya que
las leyes parecen ser un elemento extraño y hasta opuesto a los intereses de
los ciudadanos.” (Tapia Nava, El apego a las leyes 2011, 238). Lo anterior se
puede explicar mejor en la tabla 1, si se analiza cada legislatura por periodo y
sus alcances en cuestión de leyes que se impulsaron para “beneficio de la
sociedad” tanto en autonomía como en democracia; pero cabe resaltar que la
ciudadanía entiende a las leyes como un elemento extraños, ya que su
contenido es muy técnico y especializado; que pocas veces se posee un
lenguaje ciudadano en la leyes.
Otro aspecto importante es el beneficio de leyes que pueden favorecer al
interés de los ciudadanos, pero esto se ve contrapuesto en los intereses
partidistas que en algunas ocasiones no cuentan con la mayoría parlamentaria
para impulsar la ley o reforma para el beneficio de la ciudadanía.
Tabla 1.
Alcances importante en leyes de la ALDF en materia de autonomía y democracia de 1997 al 2018
I II III IV V VI VII
1997-2000 2000-2003
LEGISLATURA 2003 -2006 2006-2009 2009-2012 2012-2015 2015-2018
/ADMINISTRACIÓN -------- ---------
DE GOBIERNO.
--------- --------- --------- -------- --------
Cuauhtémoc Andrés
Andrés Manuel Marcelo Ebrad Marcelo Ebrad Miguel Ángle Miguel Ángle
Cardenas Manuel López
López Obrador Casaubon Casaubon Mancera Mancera
Solórzano Obrador
*Ley Orgánica
de la Asamblea *Ley que *Promulgación *Promulgación
*Ley Orgánica
Legislativa del establece el de leyes en: de leyes en:
de la *Promulgación de
Distrito Derecho a la Desarrollo Desarrollo
Adminitración *Promulgació leyes en:
Federal. Pensión Metropolitano, Urbano,
Pública del n de leyes en: Transparencia,
Alimentaria para Justicia Establecimient
Distrito Movilidad, Acceso a la
los adultos Alternativa, os Mercantiles,
LEYES Federal en
*Ley Orgánica mayores de Manifestacion Información
materia de Protección de Turismo,
PROMULGADAS Y de la setenta y ocho Datos Procudaduría es Públicas, Pública y
REFORMADA. autonomia. reforma al art. Rendición de
Procuraduría años, residentes Personales, Social y
*Ley de Ambiental y en el Distrito Sociedades de reforma del 25 de la Ley de Cuentas de la
Desarrollo del Federal. Convivencia, art- 146 del Protección de CDMX y la Ley de
Social del Ordenamiento Voluntad Codigo Civil del Animales Vivienda del
*Ley de Distrito Federal
Distrito Territorial del Anticipada art. Distrito
Participación
Federal. Distrito 144 y 145. Federal.
Ciudadana.
Federal.
*PRD - 15
*PRD - 34
*PRD - 34 *PRD - 30 *PAN - 10
*PRD - 19 *PAN - 13
*PRD - 38 *PAN - 17 *PAN - 15 *PRI - 8
*PAN - 17 *PRD - 37 *PRI - 9
REPRESENTANCIÓN *PAN - 11 *PRI - 4 *PRI - 7 *MORENA- 20
PARTIDISTA QUE *PRI - 16 *PAN - 16 *PT - 3
*PRI - 11 *PT - 1 *PT - 6 *PT - 1
CONFORMAN LOS *PVEM- 1 *PRI - 7 *PVEM - 2
*PT - 1 *PVEM - 3 *PVEM - 4 *PVEM- 3
66 DIPUTADOS DE *MC - 2 *PVEM - 5 *MC - 3
*PVEM- 4 *MC - 1 *MC - 1 *MC - 3
ALDF. *PC - 8 *PMP - 1 *NA - 1
*Otros - (PC)-1 *NA - 4 *NA - 2 *NA - 1
*DS -3 *Independiente-
* PASC - 2 *PACS - 1 *PH - 1
1
*ENS -4
Fuente: Elaboración propia en base a la información obtenida en: Ordaz Sánchez, Guillermo S. Estudio sobre las aportaciones y constribuciones legislativas de la Asamblea Legislativa del Distrito
Federal en materia de autonomía y democracia. Estudio, CMDX: IIP/ALDF VII Legislatura, 2018.
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Los grandes avances de impulsar leyes en la CDMX, del año 1997 al 2018, se
enfocaron tener una clara división de poderes y la protección de derechos
fundamentales, además de reconocer, delimitar las acciones locales para
respetar los derechos internacionales y carecer de producir leyes
inconstitucionales (Ordaz Sánchez 2018). Cabe aclarar que aún falta grandes
avances en cuestión de leyes para la CDMX, pero una gran esperanza es la
“Constitución de la Ciudad de México” que se elaboró con el objetivo que
tengan un impacto, entendimiento y progresividad para la ciudadanía. Se
podría decir que conforme la ciudadanía vaya entiendo las normas legales de
las cuales son parte y las vean como un beneficio común, es posible crear una
cultura de la legalidad capaz de responder a las demandas de la ciudadanía.
En la Tercera Encuesta Nacional de Cultura Constitucional, se establece sobre
la cultura de la legalidad una pregunta trascendental para el presente ensayo
que es: ¿Por qué respeta y obedece la leyes?, donde se puede visualizar que
la respuesta dominante y la opinión de la ciudadanía fue “porque cumplir la ley
nos beneficiara a todos” en los años 2003 tiene un 45%, 2011 tiene un 49.5% y
en 2016 un 38.1%, (Fierro 2017) analizando estos aspecto se podría decir, que
la sociedad tiene un respeto por las leyes, pero carece de simpatizar con su
aplicación y sus ejecutores; que en vez de velar por un bien común, ven su
interés particular, además, existen un tendencia de que el respeto que se tiene
por la ley se vaya disminuyendo a lo largo del tiempo.
Cabe mencionar que en la Ciudad de México ocupa el lugar 22 en el índice de
paz, situándose dentro de las entidades con menor paz del país 8, se podría
decir que hay un incumpliendo de la ley fuerte en ciertas entidades, además
que la carencia de confianza por parte de la ciudadanía en las instituciones de
justicia refleja la percepción y el prestigio que se tienen sobre los actores
relevantes en el cumplimento de la ley. En 2015 se establece que “[…] son los
habitantes de Sonora, Nuevo León y el Distrito Federal quienes tienden a
confiar más en estas organizaciones e instituciones.” (Instituto Nacional
Electoral 2015, 134), pero cabe mencionar que la ciudadanía de la CDMX
(antes Distrito Federal) presenta un nivel de confianza bajo para las
instituciones de impartición de justicia 9. Estos dos indicadores tanto el índice de
paz como el nivel de confianza en la instituciones indican un aspecto
importante para la cultura de la legalidad.
En el ámbito de la CDMX, el más reciente “Informe sobre cultura cívica en la
Ciudad de México 2017”, estipula en función de la cultura de la legalidad,
8
Véase con detalle en: Institute for Economics & Peace. Índice de paz México 2018. Investigación,
Ciudad de México: The Institute for Economics & Peace, 2018.
9
Véase con detalle en: Instituto Nacional Electoral. Informe País sobre la Calidad de la Ciudadanía en
México. Investigación, Ciudad de México: INE, 2015.
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aspectos trascendentales como son: la confianza ciudadana, normas mínimas
de convivencia, respeto a la ley y percepción de la ciudadanía de ante el delito.
A continuación se detallan de forma general los principales hallazgos que tiene
que ver con la cultura de la legalidad como son:
“La confianza ciudadana, se puede decir que una abrumadora mayoría
de ciudadanía y ciudadanos tienen muy poca o nula confianza en las
instituciones políticas. Como ejemplo dentro de estos actores están los
diputados locales que son los ejecutores de las leyes.
La mitad de la ciudadanía reconoce haber violado alguna norma mínima
de convivencia.
La ciudadanía de la CDMX tiene un compromiso con la justicia, el
Estado de derecho y el imperio de la ley, pero se reconoce para casi la
mitad de la ciudadanía es justificable romper la ley, pero sólo en casos
extremos.
Para casi la mitad de las encuestadas y encuestados es mejor a veces
que el Estado no respete los derechos humanos pero resuelvan el delito.
Uno de cada diez ciudadanos y ciudadanas que cuando han sido
víctima de algún delito han levantado la denuncia correspondiente.
El índice de cultura de la legalidad de la ciudadanía de la Ciudad de
México10 establece que la mayoría de la ciudadanía tiene un nivel medio
en términos de cultura de la legalidad.” (Instituto Electoral de la Ciudad
de México 2018, 56-59).
Se establece que a los largo de la historia política de la Ciudad de México,
presenta una cultura de la legalidad que está en desarrollo para la ciudadanía,
ya que la apertura legal, está en función de una democracia tardía para la
ciudad, pero en los últimos años se impulsa su funcionamiento, por medio de
reconocimiento de las leyes con apego y respeto pro-persona.
Los estudios, informes y encuesta que tratan de visualizar la cultura de la
legalidad, estipula que la sociedad presenta un respeto a la ley, pero falta
fortalecer el conocimiento de la ley y ver su beneficio en sociedad, además,
será necesario ver a la cultura de la legalidad como un forma de vida que
ayuda a fortalecer los vínculos entre la comunidad y también reconstruye los
valores y principios establecidos.
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propone fortalecer la cultura de la legalidad con una visón de Estado de
derecho, por medio de campañas de información con un lenguaje ciudadano
tanto para la ciudadanía como servidores públicos y cuyo objetivo sea que
“[…] la cultura otorga identidad de los miembros de una comunidad en la
medida en que orienta y otorga significado a su vida en sociedad.” (Salazar
Ugarte 2016, 19) Además que se tenga un conocimiento que se entiende por
cultura de la legalidad y los beneficio que se trae en sociedad y para cada
individuo.
Para llevar a cabo las campañas piloto de información para la cultural de la
legalidad, es necesaria una corresponsabilidad tanto del Instituto Electoral de
la Ciudad de México, Tribunal Electoral de la Ciudad de México, Asamblea
Legislativa de la Ciudad de México y la participación de la ciudadanía., con el
objetivo de dar un conocimiento los beneficios de las leyes más importantes
para la ciudadanía de la Ciudad de México, por medio de carteles que tengan
un lenguaje claro para la ciudadanía y explica de forma sintética las leyes.
Es necesario implementar después de la campaña, realizar un informe anual
sobre la cultura de la legalidad tanto para los ciudadanos de la CDMX como
para los servidores públicos que forman parte de las instituciones públicas,
estos serán medibles, por medio del índice de la cultura de la legalidad,
empezando por las instituciones públicas. Con objetivo de determinar una
cultura de la legalidad con dos estrategias por una parte desde el ámbito de
gobierno y de fomentar un entendimiento claro para la ciudadanía de los
beneficios de poseer una cultura de la legalidad en su entorno.
6. Conclusiones
Los grandes cambios a lo largo de la historia de la CDMX, presentaron etapas
que limitaban la cultura de la legalidad, en determinados momentos y procesos
de la historia de la ciudadanía que ha conformado la CDMX, se reconoce que
el poder de legitimar las normas legales produjo un control sobre la propia
sociedad y las instituciones que garantizaban el beneficio de ciertos grupos de
poder que limitan el respeto a la leyes, más por coerción se imponía a la
ciudadanía que por convicción del propio ciudadano.
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