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Sobre El Fenónemo de Las Peregrinaciones en La Europa Medieval

El documento describe el fenómeno de las peregrinaciones en la Europa medieval y su impacto social. Las principales peregrinaciones eran a Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela. Esto atrajo a peregrinos de toda Europa, impulsando la economía local y consolidando redes de caminos. Las autoridades tuvieron que legislar para proteger a los peregrinos de los bandidos. Los monasterios y hospicios también jugaron un papel importante en la acogida de los peregrinos.

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Sobre El Fenónemo de Las Peregrinaciones en La Europa Medieval

El documento describe el fenómeno de las peregrinaciones en la Europa medieval y su impacto social. Las principales peregrinaciones eran a Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela. Esto atrajo a peregrinos de toda Europa, impulsando la economía local y consolidando redes de caminos. Las autoridades tuvieron que legislar para proteger a los peregrinos de los bandidos. Los monasterios y hospicios también jugaron un papel importante en la acogida de los peregrinos.

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El fenómeno de las peregrinaciones en el mundo

medieval y su impacto en la sociedad europea

Imagen: Como un omne e seu fillo yban en romeria a Santiago. Cántiga 175. Miniatura
procedente de las Cántigas de Santa María del rey Alfonso X el Sabio. Vemos a dos
hombres, padre e hijo, que llevan capas de camino, con zapatos, y zurrones al cuello.

Documento: LOS JURADOS DE LA CIUDAD DE ZARAGOZA 27/03/1299


"La Ciudad de Zaragoza concede amplios privilegios en personas y bienes a los
peregrinos que de varias partes del mundo acudían a postrarse ante la Virgen del Pilar,
ilustre por incesantes e innumerables maravillas".

Historia económica y social de la Edad Media

Curso 2022/2023

Pablo Royo Latorre. (800529)


ÍNDICE.
El fenómeno de las peregrinaciones en el mundo medieval y su impacto en la
sociedad europea. ............................................................................................................. 2
DOCUMENTO: los Jurados de Zaragoza (27 de marzo de 1299) ............................. 10
RESEÑA. García de Cortázar, José Ángel. Viajeros, peregrinos, mercaderes en la
Europa Medieval. Viajeros, peregrinos, mercaderes en el occidente medieval: XVIII
Semana de Estudios Medievales. Estella, 22 a 26 de Julio de 1991, 1992. págs. 15-52. 14
APÉNDICE. .................................................................................................................. 16
Bibliografía .................................................................................................................... 20

Página 1 de 21
El fenómeno de las peregrinaciones en el mundo medieval y su impacto en la sociedad
europea.

La Europa de la Edad Media está condiciona por múltiples factores, y uno de los más
importantes es el religioso. La religión durante la Edad Media fue junto con la monarquía,
el principal centro de poder. Tenía el control espiritual de buena parte de la población,
con todo lo que eso conllevaba. El cristianismo en el continente europeo fue uno de los
principales motores sociales, políticos, económicos y culturales de este momento, como
vamos a analizar en este trabajo a partir del fenómeno de las peregrinaciones.

Uno de los fenómenos más importantes que se desarrolló y tuvo su máximo apogeo en
este momento medieval fueron las peregrinaciones1.

El peregrino (del latín peregrinus) y el homo viator son dos figuras relacionadas con el
fenómeno de las peregrinaciones, que cobraron ahora gran importancia. Si acudimos al
diccionario de la RAE, las dos primeras acepciones son:

1. adj. Dicho de una persona: Que anda por tierras extrañas. U. m. c. s.


2. adj. Dicho de una persona: Que por devoción o por voto va a visitar un santuario,
especialmente si lleva el bordón y la esclavina. U. m. c. s.

Por lo tanto, un peregrino es una persona que anda por tierras extrañas que va a visitar un
santuario por una motivación concreta, y que solía llevar un particular atuendo, el bordón
y la esclavina por ejemplo.
El fenómeno de las peregrinaciones no es algo exclusivo de la religión cristiana, sino que
está presente en la mayoría de las religiones del mundo.

En estos siglos, los centros importantes de peregrinación de la cristiandad fueron tres:


Jerusalén (Tierra Santa), Roma y Santiago de Compostela. Se les conoce a éstas como las
peregrinaciones mayores. A los fieles que viajaban a estos tres lugares se les conocía
como palmeros (Jerusalén) romeros (Roma) y peregrinos (Santiago). Pero, a lo largo del
periodo medieval, se fueron creando circuitos locales de peregrinos en las diferentes
regiones de Europa, con santuarios más locales, como el de Rocamadour en Francia.

El primer centro de peregrinación de la cristiandad fueron los lugares santos de Tierra


Santa. Esta peregrinación empezó a cobrar importancia a partir del siglo IV. Eusebio de
Cesarea (S.III-IV d.C.) en varios de sus escritos menciona la presencia de gentes venidas
de diferentes partes visitando los lugares santos como el monte Getsemaní o Belén.2 Un
ejemplo de esto es el viaje que hizo Elena de Constantinopla, madre del emperador
Constantino. A partir de éste, empiezan a surgir centros religiosos en torno a lugares
santos, como la construcción de la Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén.

1
Sobre los peregrinos y las peregrinaciones podemos leer por ejemplo la introducción general de Estatuto
jurídico de los peregrinos en la España medieval. (Vázquez, 2005)
2
(Pereira., 2022) P.71

Página 2 de 21
La motivación para realizar estos viajes en la tardo antigüedad no fue por un motivo
penitencial o para obtener una redención, o buscar la salvación (como sí que lo será a
partir de la Edad Media), sino que se hacía para fortalecer la fe, entrando en contacto
directo con los lugares que aparecen en las Sagradas Escrituras, intentando de esta forma
poder conectar con la divinidad. En esos lugares se empezaron a venerar diferentes
objetos relacionados con Jesús de Nazaret o los primeros santos de la cristiandad como
los apóstoles o mártires. Esos restos materiales se conocen con el nombre de reliquias.
Conforme avance el tiempo, también se empezara a peregrinar a templos, santuarios
donde por ejemplo, tuvo lugar una aparición mariana, no solo a lugares donde se
custodien reliquias. Un ejemplo de esto último es la iglesia, posterior colegiata, de Santa
María la Mayor de Zaragoza, conocido en la actualidad como la basílica-catedral del Pilar.

Las reliquias desde los primeros siglos del cristianismo han sido objeto de veneración y
un método de adquisición de fama y poder, en definitiva, de prestigio. Recordemos que
ya en el siglo III, Elena de Constantinopla, la futura Santa Elena, en torno al 326 d.C.
encontró los restos de la cruz donde murió Jesús, iniciando la tradición del Lignum
Crucis, una de las reliquias más famosas y prestigiosas de la Edad Media.
Las reliquias son los cuerpos de los mártires, santos y beatos, pero no solo, sino también
objetos que pertenecieron a estos personajes, o que estuvieron en contacto con ellos o su
cuerpo. Cualquier objeto que hubiera estado en contacto o cerca del cuerpo del santo o
mártir era considerado una reliquia.

Las peregrinaciones a Palestina fueron pacíficas hasta finales del siglo VII, cuando la
pacífica convivencia empezó a deteriorarse. Estos viajes hacia Tierra Santa se vieron
intensificados a partir del siglo XI. El papa Urbano II firmó la primera Cruzada en 1095,
con concesión de indulgencia plenaria3. A lo largo de la historia tuvieron lugar 9 cruzadas,
la última en 1271. Estas Cruzadas fueron un estímulo importante para viajar a Tierra
Santa, con el principal argumento de luchar contra el Islam en pro de la fe cristiana. La
realidad es que detrás de las Cruzadas había varios intereses. A partir del siglo XII y hasta
el XIV, las motivaciones para peregrinar a Tierra Santa fueron algo diferentes. A partir
de ese momento se podía peregrinar por motivos de cumplimiento de pena sacramental o
sentencia judicial civil. Además, en este momento la Iglesia empieza a permitir las
peregrinaciones por delegación. Terceras personas podían peregrinar en favor de otras
que no pudiera o no quisieran realizar el camino4.

La concesión de indulgencias (el perdón de los pecados) a partir del año mil, a cambio de
una limosna, pudo motivar de forma importante las peregrinaciones, y, como ya hemos
mencionado antes, en torno a los caminos principales se crean pequeños santuarios
regionales, en torno a reliquias de santos o personajes bíblicos. Estas reliquias atraían a
peregrinos que aportaban limosnas, importantes para mantener la vida de esos templos.

3
“La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto
a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la
Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las
satisfacciones de Cristo y de los santos”. Código de derecho canónico (c. 992)
4
(Cortázar. José Ángel García de, 1992) P.37

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Podemos pensar por lo que estamos diciendo que se crearon y consolidaron una
importante y sólida red de caminos, pero, lo cierto es que la mayor parte de los caminos
consistieron en recuperar las viejas calzadas del Imperio Romano, y tampoco seguían un
orden espacial claro y planificado como estas vías, sino que iban uniendo sobre el
momento los diferentes núcleos poblacionales que se iban formando a lo largo de los
siglos X, XI, XII y XIII. En la Península Ibérica, esas redes de comunicación parece que
se organizaban en torno a un status jurídico, según el tipo de usuario que lo utilizaba y la
importancia que esa vía tenía dentro de la región (vía pública, camino de carro o camino
de personas)5. Una importante fuente de ingresos que se recibía de estos caminos y sus
usos eran los peajes que se debían pagar para pasar puentes o aduanas. Estas acciones
crearan abundantes reclamaciones y pleitos por los abusos que cometían los recaudadores.

Al final, las autoridades se vieron obligadas a legislar sobre esos caminos para proteger a
los peregrinos y viandantes que usaban esos caminos, y que sufrían el ataque o robo de
bandidos. Un ejemplo de esa protección a los peregrinos lo podemos ver en el documento
de los Jurados de Zaragoza de 1299, que analizaremos en este trabajo. La gente y la
acogida que ésta hacía también era importante; con las legislaciones de las autoridades
no era suficiente. Eran muy importante las ayudas de los monasterios o los hospicios por
ejemplo.

En la Península Ibérica tenemos que destacar por encima de todas las rutas y circuitos el
camino de Santiago. El momento de mayor esplendor del camino de Santiago podemos
situarlo entre los siglos XI-XIII, coincidiendo con la decadencia de los palmeros y los
romeros por cuestiones políticas en la Península Itálica y en Jerusalén, y con la
consolidación del frente cristianismo-islam en la Península Ibérica. Santiago se convirtió
en el principal centro de peregrinación de la cristiandad en esos siglos. La “publicidad” y
la imagen que se proyectaba del camino hacia Europa también era importante, como
podemos ver en la obra el Códice Calixtino. Esta peregrinación contribuyó a dinamizar
Europa espiritual, económica y culturalmente, con la transmisión de ideas, productos y
estilos artísticos por ejemplo. A través de esto se introduce en la Península el arte
románico o gótico, tan característico de las iglesias de todo el camino, como podemos ver
en la Catedral de Jaca, Burgos, León o la propia de Santiago de Compostela.

La peregrinación será ofrecida en general como una práctica salvadora al alcance


de todos, y el Camino de Santiago se convierte, en particular, en eje difusor de
las reformas como expresión de pertenencia a una misma comunidad dentro de
una orden de jerarquía y centralismo bajo la cabeza rectora del pontífice de Roma.
(García, 2009).6
Nada de esto hubiera tenido lugar si no se hubiera producido al mismo tiempo que los
cristianos iban conquistando territorio al mundo islam en la Península Ibérica, y lo
asociado a esto, como el fenómeno de la repoblación.

5
(Cortázar. José Ángel García de, 1992) P.41.
6
(García, 2009) P.349.

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Debemos decir que dentro del camino de Santiago no había una única vía, sino que se
fueron creando múltiples recorridos, creando a su vez pequeños circuitos de santuarios y
templos, inscritos dentro del camino hacia Santiago. Estos circuitos solían gozar de apoyo
y protección de las autoridades civiles y/o religiosas, como es el caso del documento de
los Jurados de Zaragoza, que trataremos más adelante.

Conforme pasaban las décadas, cada vez llegaban más viajeros y peregrinos camino hacia
Santiago, por lo que se tuvo que ir creando toda una estructura que respondiera a esas
demandas de esas gentes. Es el momento en el que nacen las posadas o albergues urbanos,
cuya etapa dorada fue el siglo XV. La presencia de estos albergues indicaba en cierta
manera el desarrollo urbano que tenía una ciudad medieval. También se desarrollaron
hospitales medievales para amparar y cuidar a los viajeros y peregrinos que llegaban a
esas ciudades, a esos albergues. En el tramo del Camino Francés los más importantes se
ubicaron en Burgos, León y Santiago.

Gracias a la descripción que podemos encontrar en el libro del peregrino, el V del Codex
Calixtinus7, sabemos que había cuatro vías principales: Vía Turonensis, que empezaba en
París, Vía Lemovicensis, Vía Podiensis y Vía Tolosana, que acababa en el camino
aragonés. Estas cuatro vías confluían en la Península Ibérica en el Camino Francés, la
ruta con mayor importancia y protagonismo, por ser la vía con mayor tránsito de personas,
y con la más “servicios” contaba por ese motivo. Aunque este camino francés no fue el
único existente en la Península. Podemos encontrar el camino primitivo, que parte desde
Oviedo, o el del Norte, que bordea toda la costa cantábrica. Éste último empezó a cobrar
importancia a partir de la repoblación urbana de esta zona a través del comercio marítimo.
En cuanto a la cronología de estos caminos (cuál es el más antiguo) hay un importante
fondo bibliográfico, con diferentes hipótesis, pero no es tema para abordar aquí.

En esta ruta se supo combinar el factor religioso con una importante actividad económica,
comercial, de hecho, estas actividades (económicas, sociales, poblacionales etc.) pudieron
desplazar el hecho religioso de la vía8. Esta vía viene desde la frontera con Francia, los
puertos de Somport y Roncesvalles, uniéndose en Puente la Reina, continuando hacia
Logroño, Burgos, León, Ponferrada, Sarria y acabando en Santiago, donde se encuentra
la tumba del Apóstol Santiago.

Esta ruta se vio favorecida, impulsada, por los monarcas Alfonso VI de Castilla y Sancho
Ramírez de Aragón, que impulsaron la apertura de monasterios y hospicios, o la supresión
de aranceles para favorecer la circulación por estas vías.

7
Conjunto de materiales varios que se fueron redactando en diversos momentos y de forma independiente
y a los que se han atribuido diferentes objetivos: de pedagogía espiritual, de publicidad de las
peregrinaciones, de impulso a las reformas litúrgicas o de mera exaltación de la sede jacobea. El conjunto
se articularía en cinco partes: textos propios de la liturgia de Santiago; colección de milagros debidos a la
intercesión del Apóstol; la traslación de su cuerpo a Compostela; el Pseudo-Turpín, que narra un tanto
enfáticamente la expedición de Carlomagno a España; y la mencionada Guía, adaptada especialmente para
peregrinos franceses. (Fernández., 2004) P.323.
8
(Solar, 1998 ) P.13.

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Como podemos leer en El Camino de Santiago en la Península Ibérica (Martín, 1993):

La fijación de la ruta principal fue obra de Alfonso VI de Castilla y de Sancho


Ramírez de Aragón, que eximieron de peajes y portazgos a los peregrinos,
garantizaron la seguridad del viaje y lo facilitaron mediante la reparación de
caminos y puentes y a través de la creación de hospitales y ciudades en las que
los peregrinos pudieran hallar cuanto necesitasen, para lo cual era preciso lograr
el asentamiento de campesinos, artesanos y mercaderes en estas ciudades.
(Martín, 1993) 9

Uno de los primeros monarcas que tomó la iniciativa intentando atraer a la población
franca a esas zonas del norte de la península, para atender a los peregrinos que venían de
Europa, fue Sancho Ramírez, con la concesión del Fuero de Jaca en 107710, por ejemplo,
que se extendió a lo largo del siglo XII por otras poblaciones como Pamplona o Sangüesa.
Esto dio un impulso a la economía del pequeño reino pirenaico. En los territorios
dominados por Alfonso VI, la presencia franca fue menor, sobre todo entre Sahagún y
Santiago. En esta última, tuvieron gran presencia. Este rey fue el principal impulsor de la
construcción de puentes desde Logroño hasta Santiago, facilitando el viaje hacia esta
ciudad.
A través de esta entrada y asentamiento de población europea en la Península en torno al
camino, que se dedicaban a labores artesanales y comerciales, se dio impulso no solo a
asuntos económicos, sino a la seguridad o la hospitalidad en el entorno del camino, como
ya hemos mencionado. Por esto, nos podemos preguntar si realmente el motor real era la
tumba del apóstol o era la dinamización del territorio a través de esa vía, que estaba
empezando a cobrar importancia. Porque, antes de la creación del santuario de Santiago,
ya había centros de peregrinación relevantes11.

Esta población franca gozó de importantes privilegios en Aragón y Navarra, y fueron bien
recibidos en la Península, lo que produjo ciertos resquemores entre la población indígena.
Ante estos “ataques” se justificaron diciendo que esas tierras anteriormente habían sido
ocupadas por Carlomagno, en los siglos VIII-IX. Esa población franca tuvo su
importancia hasta el siglo XIII, momento en el que empezó a perder esa importancia que
tuvo en siglos pasados, por varios motivos, como los territoriales o por estrategias
políticas.

Durante los siglos XI y XII, los reyes Alfonso VI y Alfonso VII fueron transfiriendo
competencias señoriales en localidades de realengo a sedes episcopales como Astorga,
órdenes religiosas como la del Temple en Ponferrada, u órdenes religiosas como la
cisterciense de las Huelgas de Burgos. Era importante que estos señoríos fuesen fuertes
para asentar población en torno a ese camino. Recordemos que las competencias de los
señores sobre sus señoríos eran múltiples y diferentes facetas (infraestructuras,

9
(Martín, 1993) P. 385.
10
(Solar, 1998 ) P.17
11
José Luís Barreiro Rivas. Tesis Doctoral. La función política de los Caminos de Peregrinación en la
Europa Medieval (Estudio sobre el Camino de Santiago) P.71

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económicas, judiciales etc.). Un ejemplo de todo esto lo podemos encontrar en la
siguiente cita:

Paso a paso el camino se fue dotando de las necesarias infraestructuras básicas:


una red urbana capaz de ofertar productos y seguridades más allá de los
rudimentos naturales de las aldeas, un ordenamiento legal específico de carácter
protector, un cuerpo de policía organizado bajo el hábito de las órdenes militares,
y una trama de hospitales, iglesias y santuarios siempre abiertos a los cristianos
apacibles. Al cabo, el trayecto entero se había transformado notablemente en un
espacio urbanizado, protegido, acogedor y sagrado. Un camino seguro, en
criterios de la época. (García, 2009)12

Por ejemplo, en la ciudad de Santiago se fue conformando un importante señorío


conocido como “Tierra de Santiago”, cuyo mando llevaba el obispo de esa ciudad. Fue
acumulando importantes derechos y privilegios, sobre todo a partir del siglo XI, como la
acuñación de moneda en el siglo XII13. Se fue levantando una ciudad en torno a una
importante población religiosa y de burguesía comercial y artesanal. Esa nueva ciudad
intentaba hacer frente a las demandas de esa población con la creación de talleres
especializados, por ejemplo, algunos de esos talleres y posteriores gremios más
importantes fueron los concheros, azabacheros o plateros. En esta ciudad se protegió a
los mercaderes a través del fuero concedido en 1113 o en 1133. El arzobispo Gelmírez
dictó un decreto, apoyado por el rey, por el cual regulaba la actividad comercial en esa
ciudad, y todo lo que le implicaba. A pesar de esta última medida, tres años más tarde, en
1136, los burgueses de esta ciudad pidieron mayores privilegios al rey, al igual que tenían
los francos de realengo. 14

¿Y porque los dirigentes cristianos de los diferentes reinos y condados peninsulares


tuvieron tanto interés en conseguir atraer y asentar a población franca en esos territorios?
Podemos hablar de dos motivos; para consolidar esos nuevos territorios tenían que
repoblar esas zonas vacías de gente, para compensar las consecuencias de la conquista de
esos territorios, y para intentar reactivar todas esas zonas económicamente con la llegada
de esa población, comerciantes y artesanales, que se iban a instalar y crear nuevas
ciudades, donde nacerá una importante burguesía. Un núcleo importante de burgueses fue
la ciudad de Burgos, enclavada en el camino francés, que recibe su nombre por este nuevo
grupo social. Se produce un cambio económico, porque ahora no solo tenemos
actividades agrícolas, sino que empezamos a ver actividad mercantil y artesanal, que
empiezan a dinamizar esa economía medieval. Al final, todo esto fue una apertura hacia
Europa, como ya hemos mencionado anteriormente.

12
(García, 2009) P.359
13
Sobre la acuñación de moneda en Santiago de Compostela y su taller: “Sancti Iacobi Compostelae et
Toleti”. Monedas del rey Alfonso VI acuñadas en Santiago de Compostela. Manuel Mozo Monroy. OMNI
N°11 – 07/2017
14
(VÁZQUEZ, 2016) PP.101-102

Página 7 de 21
Una de estas nuevas actividades es la celebración de ferias y mercados en los nuevos
núcleos poblacionales, como en el caso de Castilla en Sahagún (1155) o Carrión (1169)15.
Podemos sintetizar todos estos cambios con las siguientes palabras de Juan Ignacio Ruiz
de la Peña Solar:

En el curso de los primeros decenios del siglo XIII los procesos de desarrollo
demográfico y reactivación económica que habían determinado un pujante
desenvolvimiento de la vida urbana en el espacio articulado por la vía jacobea
parecen alcanzar su punto de inflexión.16 (Solar, 1998 ).

Los peregrinos, fueron uno de los motores dinamizadores de esta economía medieval
de los reinos de Castilla y Aragón, ya que tenían que cubrir ciertas necesidades, que
fomentaban una actividad económica continua; necesitaban alimentarse, hospedarse
o vestirse, y eso se debía cobrar, por lo que había un cambio monetario. Este dinero
lo conseguían porque lo llevaban desde su lugar de origen o porque lo ganaban
trabajando o haciendo alguna venta de productos, por lo que incluso los peregrinos
podían ser comerciantes en momentos puntuales. Pero, no debemos confundir
mercader y peregrino, porque en estos siglos eran figuras totalmente diferentes que
se diferenciaban perfectamente, ya que los peregrinos tenían un status jurídico
propio.17

Otra actividad económica que podemos pensar que podía ser fuente de riqueza es el
hospedaje de estos peregrino. Lo cierto es que eran tratados como un viajero más, no
tienen un cuidado especial o específico de ese grupo de gente.

Los peregrinos por lo tanto no solo aportaban beneficios económicos directos, sino
que también eran transmisores de ideas, valores, nuevos pensamientos y modas, que,
sin duda alguna, favorecieron “la modernización” de la Península Ibérica, y permitió
a ésta poder estar al mismo nivel que el resto de territorios europeos.
Las cuestiones políticas iniciales tomaron la cuestión religiosa como excusa para
poder asentarse de manera clara y preeminente frente al “enemigo” islam, y a través
de estas vías de peregrinación, se fueron consolidando y creando núcleos de poder
que fundamentaría a la sociedad pleno medieval de la península ibérica, que, no
olvidemos, fue mayoritariamente rural.
Al final este camino de peregrinos se convirtió en un círculo cerrado que se
retroalimentaba. Los peregrinos acudían a Santiago de Compostela a visitar la tumba
del apóstol, y la zona era repoblada por nuevas gentes que realizaban actividades
comerciales y artesanales que satisfacían las necesidades de esos viajeros. Esto
originó el nacimiento de los primeros burgos y de las primeras ciudades medievales
de la Península, derivando siglos después en los gremios y cofradías, pilares del
comercio peninsular.

15
(Solar, 1998 ) P.23
16
Ídem. P.24
17
(VÁZQUEZ, 2016) P.110.

Página 8 de 21
Las peregrinaciones en Europa fueron en definitiva, un motor dinamizador de la
economía y la sociedad medieval sin ninguna duda. Ese viaje individual, sirvió para
cambiar y transformar grupos sociales enteros, e ir evolucionando a lo largo del
tiempo. Además, estas peregrinaciones fueron importantes pilares usados por la
política del momento, no solo civil, sino también religiosa, porque por ejemplo,
gracias a Santiago de Compostela, Roma recuperó su protagonismo, frente a la
Europa Occidental bizantina.
Por todo ello la peregrinación desborda el asunto religioso para abracar todos los
ámbitos sociales. Si estos peregrinos no hubieran aportado nada a la sociedad civil
del momento, los concejos no hubieran protegido a esos viajeros o no hubieran
incentivado ese transcurso de viajeros.

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DOCUMENTO: los Jurados de Zaragoza (27 de marzo de 1299)

El documento de los Jurados de Zaragoza, es una salvaguardia concedida por el Concejo


de la ciudad de Zaragoza el 27 de marzo de 1299, por petición del Cabildo de la colegiata
de Santa María de dicha ciudad, a los peregrinos que visitasen a la Santísima Virgen y su
venerable Pilar. Salvaguardia concedida en beneficio de los peregrinos que visitasen a la
Virgen del Pilar, para que sus bienes no pudieran ser empeñados ni embargados salvo por
causa justificada ante la justicia.

Este documento tiene una singularidad especial por dos motivos; es el mayor y el más
antiguo sello de la institución del Concejo de la ciudad que conservamos (en el anverso
podemos ver el símbolo de la ciudad, el león rampante con la corona de tres florones con
la leyenda Sigillum Concilii Cesaraguste, y en el reverso un muro con tres puertas y
cuatro torres redondas con atalayas, en el centro, sobre el muro, la cruz patriarcal y la
leyenda de la orla Benedictus Dominus Deus Israehel); y porque en este documento del
siglo XIII es donde se plasma por primera vez la advocación de Santa María del Pilar en
la iglesia de Santa María. Los jurados de Zaragoza ponen bajo su amparo a todos los
peregrinos que acudan al templo mariano de la ciudad.

Este documento lo podemos situar en el contexto general europeo en el que estaba de


“moda” invocar a María con el apelativo referido a un accidente geográfico o material,
como la Virgen de la Peña en Graus, Nuestra Señora de Veruela o el Espino en Soria 18.
En este caso, la Virgen del Pilar, de la columna que trajo María y depositó en la orilla del
río Ebro ante el apóstol Santiago.

Tenemos que señalar que no se conservan documentos seguros anteriores al siglo XII,
donde se nos hable de esta advocación concreta del Pilar. Ni San Isidoro, San Braulio o
las Cántigas de Santa María hacen mención sobre la columna de la Virgen. Por lo que
desconocemos realmente cuando empezó esa advocación mariana del Pilar.19

Otro documento medieval importante que nos habla de la tradición de la Venida, lo


encontramos en el primer volumen de la obra Moralia in Job, una copia de esta obra
redactada en el siglo VI, que se cree que puede ser del siglo XIII. Al final del primer
volumen encontramos la relación más antigua de la tradición de la Venida de la Virgen a
Zaragoza20. Debemos dejar claro que esta tradición no especifica ni el día, ni el mes ni
el año de la venida, y no será hasta el siglo XVII cuando la venerable María de Jesús de
Ágreda en su Mística Ciudad de Dios señale la fecha del 2 de enero del año 40. En este
relato también se nos habla de los milagros que realizará la Virgen del Pilar: “…Junto a
él pondrás el altar de la capilla, en el cual por mis ruegos y reverencia la virtud del muy
Alto obrará prodigios y portentos admirables, especialmente en aquellas personas que
en sus necesidades invoquen mi favor…” (Villalba., 2018.) P.10.

18
(Blasco Martínez, 2008) P.122
19
(Blasco Martínez, 2008) PP.118-119
20
((V.V.A.A.), 1991, pág. 176) Sobre esta relación de la Venida de la Virgen.

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Son estos dos documentos que acabamos de citar los dos más antiguos que conservamos
que nos hablan tanto de la tradición de la Venida como de la advocación del Pilar en
Zaragoza. Y serán fundamento histórico para los siglos posteriores, sobre la tradición y
la historia de la Virgen en esta ciudad. Y lo que fomentará la venida de cientos de
peregrinos para ver a la Virgen y su Pilar.

En torno a la tradición pilarista encontramos dos teorías, los apologistas y los


impugnadores. Para conocer de forma más profunda los argumentos de ambas teorías
véase (Villalba., 2018.) p.14.

Por este motivo no podemos asegurar que antes del XIII hubiera en Zaragoza una
devoción a Santa María con la advocación del Pilar, pero sí sabemos había un santuario
dedicado a la Virgen donde se custodiaba la Columna depositada por la Virgen en el año
40 d.C. como así cuenta la tradición. Y si con este documento se quería proteger a los
peregrinos, será porque ya había una larga tradición de peregrinaje a Zaragoza, aunque
no tengamos menciones documentales anteriores al XIII. De hecho, como podemos leer
en el documento, los peregrinos venían de todas partes del mundo: “Non solament en el
Regno de Aragon, mas ante toda Espaynna et en muytas otras partidas del mundo…”
(Berges, 2019) p.910. Por lo que, podemos concluir que ya con anterioridad al siglo XIII
la colegiata21 de Santa María la Mayor de Zaragoza era un centro importante de
peregrinación, y que a lo largo de la Baja Edad Media, la devoción pilarista se asentó de
forma definitiva y fue en aumento.

Zaragoza, al igual que Santiago de Compostela u Oviedo, era una ciudad con un
importante santuario cristiano, y al cual acudían peregrinos de múltiples partes de la
Península Ibérica y de todo el mundo, como acabamos de decir. Además, el Pilar para
intentar atraer a más peregrinos, se vinculó de forma importante con el cabildo
compostelano, relacionando el elemento jacobeo que unía a los dos santuarios. La Virgen
se apareció al Apóstol cuando estaba en Zaragoza, de ahí que Santa María también se
reivindique como centro de tradición jacobea.

Gracias a la documentación que conservamos, podemos ver la realización de milagros


que se produjeron gracias a la intercesión de la Santísima Virgen en el templo de
Zaragoza. Un ejemplo de esto es la lista de 23 milagros fechados entre 1249 y 1271, que
encontramos en el pergamino del siglo XIII que contiene la Revelación del sepulcro y
cuerpo de San Braulio22.

Si retrocedemos un poco más en el tiempo, podemos encontrar un documento fechado en


1119, donde el obispo Pedro Librana insta a realizar donaciones al templo de Santa María
de Zaragoza, que se encontraba en estado ruinoso. Con este documento intentaba atraer
peregrinos para conseguir financiación, al igual que estaban haciendo en Compostela.23
En relacion a esto último, podemos leer en el documento “… y que sabéis que disfruta de

21
En 1141 el papa Inocencio II eleva a categoría de Colegiata el templo de Santa María. (Villalba., 2018.)
P.24.
22
Para ver el documento y una breve expliación sobre él. ((V.V.A.A.), 1991, págs. 174-175)
23
(Blasco Martínez, 2008) P.120

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una feliz y antigua fama de santidad y dignidad…”. (Villalba., 2018.) P.18. Siguiendo la
línea del documento del obispo Librana, el papa Gelasio II concede una bula, Litteras
devotionis24, por la cual concede el perdón de los pecados a todos aquellos que
contribuyeran a reparar el templo de Santa María de Zaragoza. También es significativo
que todos estos documentos se expiden justo un año después de la conquista de la ciudad
por parte de Alfonso I el Batallador, en 1118. El aspecto cristiano está presente en esa
conquista, o reconquista, y se apela a una antigüedad conocida por todos, podemos
entender que ya desde antes de la llegada islámica al valle del Ebro.

El templo que debían ver los peregrinos del siglo XIII debía encontrarse en un estado
precario, como podemos deducir de los documentos. Sabemos que a finales de siglo el
estado de ruina era importante, ya que la ubicación del templo en la orilla del rio Ebro no
ayudaba mucho. De hecho, en 1261 se produjo una fuerte crecida que afecto al templo.
La iglesia románica fue reparada a lo largo del siglo XIV, y no sufrió modificaciones
hasta el incendio de 1435. De esa iglesia solo conservamos el tímpano de la portada.

En 1296 el papa Bonifacio VIII concedió un año y 40 días de indulgencia para quiénes
visitaran el templo de Santa María. Nuevamente, es una forma de intentar atraer a
peregrinos (y sus limosnas) al templo cesaraugustano.
No solo podemos rastrear la huella de los peregrinos que pasaron por Zaragoza a lo largo
de la Edad Media a través de la documentación, sino que también gracias a algunos
vestigios arqueológicos. Podemos encontrar restos materiales que nos dejan patentes
como debían ir vestidos por ejemplo esos peregrinos. Uno de esos objetos arqueológicos
que nos hablan de estos peregrinos son los sellos25 que llevaban cosidos en sus ropas, para
mostrar a todo el mundo a que santuarios había peregrinado, por donde había pasado, un
recuerdo de esa estancia en el templo o santuario. Estos sellos formaban parte de un
conjunto de insignias que formaban parte de la indumentaria del peregrino, y fueron muy
habituales entre los siglos XII y XV. Son unas piezas metálicas, planas, con unas anillas
en los extremos, por donde eran cosidas a los sombreros o las túnicas. El ejemplo del
templo del Pilar lo podemos ver en un sello que muestra a la Virgen con el Niño encima
del Pilar. (Véase el apéndice documental). Gracias a estos sellos también podemos
estudiar la iconografía representativa de cada templo, con qué imagen quería que la gente
reconociese a esa devoción.
Lo cierto es que desconocemos si habría una vía principal para llegar a Zaragoza, como
el Camino Francés, pero podemos intuir cuales serían las vías utilizadas por los peregrinos
para llegar a Zaragoza. Las más habituales serían, la vertiente del camino de Santiago que
venía desde Cataluña, pasando por Lérida, y el camino que seguía aguas arriba el curso
del Ebro. Y ya, durante la Edad Moderna, cobró importancia la rama del camino de
Santiago Complutense, que iba desde Alcalá de Henares a Roma y Jerusalén, y pasaba
por Zaragoza26.

24
(Villalba., 2018.) P.18
25
Sobre los sellos de los peregrinos: (González., 2017) (SANTIAGO-OTERO, 2007 )
26
(Ubieto Arteta, 2017) PP.48-50.

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Podemos concluir que el templo de Santa María la Mayor de Zaragoza desde la Edad
Media fue un importante centro de peregrinación, no solo para los habitantes de la
Península Ibérica, sino para gentes de todo el mundo, como así lo afirman los documentos
que nos han llegado hasta la actualidad. Bien es cierto que desde el siglo XIII hacia atrás
es una incógnita la tradición y peregrinación que pudo haber al templo, pero, por lo que
podemos leer en el documento de 1299, desde hacía unos años atrás la peregrinación era
de carácter mundial.

Esta peregrinación al Pilar fue cobrando mayor importancia a lo largo de la Edad Media,
sobre todo a partir de los siglos XIV y XV, con la visita de personajes ilustres como la
reina Blanca de Navarra o personajes de la corte de los Austrias.

El motor de todas estas peregrinaciones eran los milagros, que motivaban y atraían a los
peregrinos, y no solo se veían atraídos por los milagros, sino también por las indulgencias
que se condecía, que como hemos dicho, fue el principal motor de esas peregrinaciones,
y no tanto una búsqueda real con la divinidad. En definitiva, la difusión de milagros y la
concesión de las indulgencias contribuyeron a que la devoción a Santa María del Pilar
llegase a buena parte de Europa y del mundo, como lo podemos ver en la actualidad.

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RESEÑA. García de Cortázar, José Ángel. Viajeros, peregrinos, mercaderes en la
Europa Medieval. Viajeros, peregrinos, mercaderes en el occidente medieval: XVIII
Semana de Estudios Medievales. Estella, 22 a 26 de Julio de 1991, 1992. págs. 15-52.

Este estudio de José Ángel García forma parte de la Semana de Estudios Medievales de
Estella de 1991, cuya temática central fue Viajeros, peregrinos y mercaderes en el
occidente medieval.

José Ángel García de Cortázar (1939) es un historiador medieval, especializado en la Alta


Edad Media, en la sociedad rural y la organización social del espacio feudal. Doctor
Honoris Causa por la Universidad del País Vasco, y actual catedrático emérito de la
Universidad de Cantabria, fue profesor también en la Universidad de Salamanca y en la
Universidad de Santiago de Compostela. Autor de decenas de libros, y centenares de
colaboraciones, podemos destacar: Historia religiosa del Occidente medieval (Años 313-
1464) (2012), el Manual de Historia Medieval (2008), junto a José Ángel Sesma Muñoz,
o Sociedad y organización del espacio en la España medieval (2004).

Este autor también ha tratado la temática del viaje de los santos, relacionado con las
reliquias y la invención de sepulcros. En su trabajo El Sanctus Viator los viajes de los
santos (venidas del más allá, difusión de advocaciones, traslado de reliquias),
precisamente habla de eso. O en otro artículo La civitas Dei: la ciudad como centro de
vida religiosa en el siglo XIII trata del factor religioso en las ciudades y su importancia
dentro de la configuración de las mismas.

El estudio expuesto en la Semana de Estudios Medievales de Estella y publicado en actas,


está dividido en ocho apartados, cada uno trata de un tema específico relacionado con los
viajes en la Edad Media, con esos viajeros que transcurrían por los caminos medievales.

Viajeros de ida y vuelta, donde habla de los viajes reales, los soldados, los embajadores,
emisarios, mercaderes y carreteros, y los pastores; viajeros de ida: repobladores y
exiliados; viajeros a todas y ninguna parte, nos habla del viaje de reliquias, de
predicadores, vagabundos o mendigos; viajeros de Dios: los peregrinos, este es el
apartado que más nos interesa para nuestro trabajo; los viajes de nuestros viajeros, como
distinguir a los que realmente viajaban de los mensajeros o pastores, y sobre los caminos
de la Edad Media, también nos interesa este apartado, porque esas vías las utilizaban los
peregrinos; la industria hotelera en la Europa Medieval, los albergues y hospitales
medievales; los viajeros inmóviles, la vida religiosa; y conclusiones.

García de Cortázar nos explica que son los peregrinos, porque existen y cuál es su
función; por dónde transitaban y cuáles eran sus hábitos de vida. Cómo fue evolucionando
esa cultura del viajar y el peregrinar, ya que las motivaciones no fueron las mismas
durante la tardo antigüedad que durante la Baja Edad Media por ejemplo, como hemos
visto anteriormente.

Es en definitiva, un estudio general sobre los distintos tipos de viajeros que podíamos
encontrar por la Europa medieval, desde los reyes hasta los peregrinos y pastores. Nos

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habla como evoluciona la sociedad, desde el siglo X hasta la Baja Edad Media ya en los
siglos XIV y XV. Un espectro social muy diferente, pero que en muchas ocasiones,
compartían el mismo objetivo. Peregrino podía ser el rey con su séquito, como un hombre
que no tenía nada, pero lo que comparten es el objetivo final, llegar a ese centro religioso.

Es un estudio que utiliza otras fuentes secundarias, como estudios relacionados con el
tema, que sirve para completar y apoyar esas explicaciones que está realizando. Además,
hace menciones a fuentes documentales primarias para reforzar y dejar clara esa idea de
la que habla en el texto.

Aunque sea de carácter general, en algunos aspectos profundiza más que en otros, como
en el tema del hospedaje y los hospitales.

Sobre este tema se ha escrito mucho, sobre todo en relación con las vías de peregrinación
hacia Santiago y su impacto, pero este estudio no solo se quiere quedar en ese tema, sino
que se quiere abrir más, dar una visión más general en su conjunto, de los viajes durante
el medievo.
En general, es un texto interesante, que te aporta una imagen bastante general, pero buena
sobre el aspecto central del tema y de las conferencias, las peregrinaciones y los viajes
medievales. Me ha ayudado para poder ver las conductas y mentalidades que tenían y
realizaban los peregrinos antes, durante y después de su largo viaje, que me ha servido
para tener una visión más amplia de lo que eran los peregrinos.

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APÉNDICE.

Figura 1: pergamino con letra minúscula gótica, que contiene la salvaguardia concedida
por el Concejo de la ciudad de Zaragoza el 27 de marzo de 1299, por petición del Cabildo
de la colegiata de Santa María de dicha ciudad, a los peregrinos que visitasen a la
Santísima Virgen y su venerable Pilar. Fotografía procedente de ((V.V.A.A.), 1991, pág.
76). Se conserva en el Archivo Capitular del Pilar.
Transcripción. N º450. 1299, mayor, 27. Zaragoza. 27
Salvaguardia concedida por los Jurados de Zaragoza a instancia del prior y del cabildo de
la iglesia de Santa María la Mayor de Zaragoza, en beneficio de los peregrinos que
visitaran a la Virgen del Pilar y que portaran una señal de la misma para identificarse,
para que sus bienes no pudieran ser empeñados ni embargados salvo por causa justificada
ante la justicia.
"A todos los cuales las presentes venrran. De nos los Jurados, Prohomes et la
Universsidat de la çiudad de Çaragoça, muytas saludes et buena amor.
Non solament en el Regno de Aragon, mas ante toda Espaynna et en muytas otras
partidas del mundo crehemos seer manifiesto los muytos et innumerabiles miraglos quel
Nostro Seynnor Jhesu Christo feytos a et cada dia fazer non cessa en los ovientes devocion
en la gloriosa et bien aventurada Virgen madre suya, Sancta Maria del Pilar, en la glesia
de Sancta Maria la Mayor de la çiudat sobredita. Ond, como de part de los honrados prior
et el capitol de la dita glesia ayamos entendido que algunos, ovientes devoción en aquel
sancto lugar, no osan venir en los peregrinages ho romerías por ellos en aquel prometidos,
dubdantes seer pevnnorados ho marchados en la dita çiudat por algunos, demandaron con
grant instancia que sobre aquesto deviessemos la dita Glesia de algun remedio provehir.

27
(Berges, 2019) Apéndice, pp.910-911.

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Nos empero, attendientes que la devocion de los fieles non conviene por alguna ocasion
seer enbargada: por esto, por las presentes seguramos todas et cada hunas perssonas
venientes en romeria ho peregrinage a la dita glesia de Sancta Maria et portantes seynnal
de aquella assi que ellos ni las compaynnas et bienes que trayeran non sian peynnorados
ni marchados por algun vezino de la ciudat, de venida, estada et torna, ni encara por
alguna otra perssona estrania en la dita ciudat ni en sus terminos, es a saber, por deudos
en los quales principalment o por nompne de fiadoria obligados sian ni por alguna otra
razon. Si doncs non seria por maleficio que fiziessen por el qual conveniesse a ellos
encontinent responder et fazer dreyto a los quereyllantes.
En testimonio de la qual cosa los presentes mandamos con el siello mayor de la
Ciudat pendient seer sielladas.
Datum Cesarauguste, VI° kalendas iunii, anno Domini M° CC XC nono.”

TRADUCCIÓN.
1299 LOS JURADOS DE ZARAGOZA POR SANTA MARIA DEL PILAR 28.-
27 de mayo 1299. La Ciudad de Zaragoza concede amplios privilegios en personas y
bienes a los peregrinos que de varias partes del mundo acudían a postrarse ante la Virgen
del Pilar, ilustre por incesantes e innumerables maravillas". (Armario 1, cajón 5, legajo
2, núm. 8. Pergamino original: alto, 42, ancho, 60 cm. Cuelga el sello mayor de la ciudad,
que mide 88 mm. de diámetro):
"A todos los cuales las presentes vendrán. De nos los jurados prohomes et la
Universidad de la Ciudad de Zaragoza. Muytas saludes et buen amor. Non solament en el
Regno de Aragón, mas ante toda Espayna et en muytas otras partidas del mundo crehemos
ser manifiesto los muytos et innumerabiles miraglos quel Nuestro Seynor Jhesu Cristo
feitos a et cada dia facer no cessa en los ovientes devocion en la gloriosa et bien
aventurada virgen Madre suva, Santa María del Pilar, en la Glesia de Santa María la
Mayor de la Ciudad sobredita.
"Ond como de parte de los honrados Prior et el Capitol de la dita Glesia ayamos
entendido que algunos, ovientes devoción en aquel santo lugar, no osan venir en los
peregrinajes ho romerías, por ellos en aquel prometidos, dubdantes ser Pevnorados ho
marchados en la dita ciudad por algunos, demandaron con gran instancia que sobre
aquesto deviessemos la dita Glesia de algun remedio provehir.
"Nos empero atendientes que la devoción de los fieles no conviene por alguna
ocasión ser embargada, por esto, por las presentees, seguramos todas et cada unas
personas venientes en romeria ho peregrinaje a la dita Glesia de Santa Maria et portantes
seynal de aquel. Así que ellos ni las compaynas et bienes que traveran no sian peinorados
ni marchados por algun vecino de la ciudad, de venida, estada et tornada, ni encara por
alguna otra persona extranya en la dita ciudad, ni en sus terminos, es a saber, por deudos
en los cuales principalment, o por nopne da fiadoria obligados sian ni por alguna otra
razon; si dones no sera por maleficio que ficiesen, por el cual conviniese a ellos con-
tinent responder et facer drevto a los querellantes. En testimonio de la cual cosa las
28
Transcripción procedente de (Lasanta., 1971) pp.183-185

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presentes mandamos con el sello mavor de la Ciudad pendient seer siellada. Dado en
Cesaraugusta el IV de las Calendas de Junio del año del Señor 1229.”
Cuelga de cinta listada de blanco v rojo el sello de cera, que presento, reducido a la mitad
de su grandor en fotoorabado. Anverso: León rampante coronado; v en la orla se lee:
SIGILLUM CONCILII CESARAU GUSTE.
"Reverso Muro con tres puertas y cuatro torres. Debajo el león, Encima la cruz patriarcal,
que distingue también algunas monedas del rey Don Jaime I en señal por ventura de
haberse cruzado para la empresa ultra- marina en 1269, que tan fatal había de ser a san
Luis, rev de Francia. La levenda está sacada del Cántico de Zacarías y alude a la
reconquista de Zaragoza por el eiército de los cruzados, que acaudillaba el rev Alfonso el
Batallador en 1118: BENEDICTUS DOMINUS DEUS ISRAHEL Mas el león parece
que fue debido no sólo a este monarca, sino también a su entenado Don Alfonso VII de
Castilla y de León: el cual (diciembre 1136), al enseñorearse de Zaragoza, se dirigió con
su acompañamiento triunfal al templo del Pilar, mara ser allí aclamado v probablemente
coronado rev de Aragón, como lo refiere su crónica. No se conoce otro ejemplar de este
sello preciosísimo sino el que halló suelto, en el archivo municipal de Tortosa, don
Fernando Segarra, v ha hecho público dos haños ha, pero muy gastado v de fecha
insegura".

Figura 2. Sello de la institución del


Concejo de la ciudad que
conservamos en el documento. En la
fotografía vemos el reverso. Un muro
con tres puertas y cuatro torres
redondas con atalayas, y en el centro,
sobre el muro, la cruz patriarcal y la
leyenda de la orla BENEDICTUS
DOMINUS DEUS ISRAEHEL

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Figura 3. Anverso y reverso del sello. Imagen extraída de (Fita, 1904.)

Figura 4. Reproducción de un sello de peregrino de


Santa María la Mayor de Zaragoza. Vemos
representada a la virgen con el niño, rodeada de
ángeles, encima del Pilar, y en la parte de abajo dos
figuras sin identificar, podría ser el apóstol Santiago y
algún obispo. Podemos leer en la leyenda perimetral:
CAESARAUGUSTA BEATA MARIAE MAIORIS.
Fotografía propia, esta reproducción que se encuentra
en el archivo del Pilar, y forma parte de un grupo de
sellos de santuarios diversos.

Figura 5. Grupo de sellos de


santuarios, que se encuentran en
el Archivo del Pilar.

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Entrevista a José Ángel García de Cortázar. Memorias de la Fundación. FUNDACIÓN
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José Ángel García de Cortázar Doctor Honoris Causa de la Universidad del País
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https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=94992#Libros

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