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Carlos Julio Martínez Arias. Trabajo Eucaristía

Este documento es la Exhortación Apostólica Postsinodal "Sacramentum Caritatis", resultado de la XI Asamblea General del Sínodo de los Obispos de 2005. Se divide en tres partes que exploran la Eucaristía como misterio que se debe creer, celebrar y vivir. La primera parte analiza aspectos de la fe Eucarística como la Santísima Trinidad, el sacrificio redentor de Cristo y la relación de la Eucaristía con los otros sacramentos. La segunda parte se enfoca en cómo celebrar apropiadamente la

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Carlos Julio Martínez Arias. Trabajo Eucaristía

Este documento es la Exhortación Apostólica Postsinodal "Sacramentum Caritatis", resultado de la XI Asamblea General del Sínodo de los Obispos de 2005. Se divide en tres partes que exploran la Eucaristía como misterio que se debe creer, celebrar y vivir. La primera parte analiza aspectos de la fe Eucarística como la Santísima Trinidad, el sacrificio redentor de Cristo y la relación de la Eucaristía con los otros sacramentos. La segunda parte se enfoca en cómo celebrar apropiadamente la

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Instituto Teológico

San Fulgencio

Sacramentum Caritatis
Estudio sobre la Exhortación Apostólica Postsinodal de la XI
Asamblea General del Sínodo de los Obispos, Vaticano 2005

Carlos Julio Martínez Arias

Sacramentos de Iniciación Cristiana: Eucaristía

Prof. D. Felipe Tomás Valero

Mayo 2022
I. INTRODUCCIÓN

En el trabajo anterior nos centrábamos en la cuestión del Bautismo, tal y como

se veía reflejado en el pensamiento de Benedicto XVI. Tras dicho análisis,

constatábamos cómo las homilías del Papa Ratzinger bien podían considerarse

como un gran ejemplo de lo que fue en su día la oratoria sagrada. Es más, llegábamos

no sin cierta temeridad a afirmar que su nombre debía estar junto al de los grandes

Padres de la Iglesia tales como san Juan Crisóstomo, san Ambrosio e incluso san

Agustín.

Y, en efecto, parece ser que nuestro análisis no estaba del todo desencaminado.

Es más, al estudiar ahora el pensamiento de Benedicto XVI sobre la Eucaristía,

nuestro parecer incluso se reafirma.

Ahora bien, el Corpus de homilías sobre la Eucaristía de este papa sabio es sin

duda demasiado extenso. Por eso, en este trabajo nos centraremos en un solo

documento, Sacramentum Caritatis, que podríamos considerar como un epítome de

todo lo que durante su papado explicará en sus charlas eucarísticas. Primero,

daremos algunas pinceladas generales sobre el documento; luego, haremos un

resumen de los puntos más importante, siguiendo el esquema básico que nos aporta

el mismo; después, comentaremos algunos puntos que creemos de importancia;

finalmente, esperamos llegar a algunas fructuosas conclusiones1.

1 Un buen estudio y excelente comentario lo podemos encontrar en el artículo homónimo del Lic.
Alejandro Branca, del que hemos tomado numerosas ideas, y al cual, por cuestiones de no hacer
pesada la lectura, no citaremos explícitamente. También hemos utilizado los comentarios del padre
Juan Javier Flores, así como los del propio Papa Benedicto en la presentación que hace al documento.

1
II. SOBRE EL DOCUMENTO EN GENERAL

En realidad, el documento es una Exhortación Apostólica Postsinodal, fruto de la

XI Asamblea General del Sínodo de los Obispos, celebrada en el Vaticano en octubre

de 2005.

Es decir, no es un documento de Benedicto XVI como tal, como lo podría ser una

Encíclica o un Motu Proprio. Se trata de las conclusiones a las que los Patres han

llegado tras el sínodo, un compendio de lo que finalmente han llegado a un acuerdo

bajo la inspiración del Espíritu santo.

No obstante, es casi imposible no ver aquí la mano, o al menos la influencia, del

Papa alemán. Creemos que es evidente a lo largo de todo el documento, y lo iremos

apuntando cuando lo analicemos con más detalle. Es por esto que lo hemos elegido

como un epítome o síntesis de lo que será la doctrina eucarística de Benedicto XVI,

que no es sino la de toda la Santa Iglesia.

El documento consta de 97 números, de los cuales los primeros 5 son

introductorios, y los últimos 4, la conclusión. Se divide en tres partes que reflejan la

armonía entre dogma, liturgia y vida: la Eucaristía es un Misterio que se ha de creer,

celebrar y vivir. Las consideraciones que siguen se centran en dos aspectos de esa

triple dependencia: por una parte, la relación entre fe y celebración; por otra, la

relación entre celebración y vida.

2
III. PRIMERA PARTE LA EUCARISTÍA, MISTERIO QUE SE HA DE CREER

(7-33)2

En esta primera parte de la exhortación apostólica se aborda la fe Eucarística de

la Iglesia. Se recogen algunos aspectos sobre las verdades de fe sobre la Eucaristía:

Partiendo del seno mismo de Dios, cuando se habla sobre Santísima Trinidad y

la Eucaristía (7-8), en el que se subraya que el Hijo eterno del Padre personalmente

se entrega por nosotros, y es el mismo Dios Padre que nos da a su Hijo querido como

pan de vida. Nosotros gratuitamente entramos en comunión con la Santísima

Trinidad, participamos de verdad en la intimidad divina, se nos comunica la misma

divina en el don de la Eucaristía. Por lo que “la Iglesia con obediencia fiel, acoge,

celebra y adora este don. El ‘misterio de la fe’ es misterio del amor trinitario, en el

cual por gracia, estamos llamados a participar” (8).

La misión de Cristo se cumple en el Misterio Pascual, en el que se enfatiza la

importancia del Sacrificio redentor de Cristo, que cumple la nueva Alianza, auténtica

liberación del mal y de la muerte, de modo que, “la Eucaristía contiene en sí esta

novedad radical, que se nos propone de nuevo en cada celebración” (9). En este

contexto, el Papa nos habla de la Institución de la Eucaristía, con toda la fuerza del

misterio Pascual, en la que se introduce la novedad radical del sacrificio de Cristo:

“Al instituir el sacramento de la Eucaristía, Jesús anticipa e implica el Sacrificio de la

cruz y la victoria de la resurrección” (10). El antiguo rito de la pascua judía, se ha

cumplido y ha sido superado definitivamente, la figura cede paso a la realidad, Cristo

nos hace gratuitamente el don de su amor y nos manda representarlo

2A menos de que se indique lo contrario, los textos entrecomillados y el número que aparece entre
paréntesis son referencias a citas textuales del documento mismo.

3
sacramentalmente, como memorial de su entrega en la Eucaristía “novedad radical

del culto cristiano” (11).

El Espíritu Santo tiene un papel decisivo en el desarrollo de la forma litúrgica y

en la profundización de los divinos misterios. Se pone en realce esta tarea en la

invocación al Padre para que envíe el Espíritu Santo y realice la presencia real de

Cristo y la unidad de toda la Iglesia.

Se considera también la “unión causal entre el Sacrificio de Cristo, la Eucaristía y

la Iglesia” (14). Porque Cristo se ha entregado por nosotros en sacrificio, misterio

que se hace presente en la Eucaristía, la Iglesia puede hacer la Eucaristía.

Al inicio del n. 16 el Papa recoge la enseñanza del Concilio respecto a la relación

íntima que guardan los demás Sacramentos con la Eucaristía3, relación que pondrá

patente el Santo Padre en los siguientes párrafos. Es importante subrayar que esta

relación se comprende cuando entendemos la naturaleza de la Iglesia como

Sacramento, por eso indica: “El hecho de la que la Iglesia sea ‘sacramento universal

de salvación’ muestra cómo la ‘economía’ sacramental determina en último término

el modo como Cristo, único Salvador, mediante el Espíritu llega a nuestra existencia

en sus circunstancias específicas” (16). Por medio de los Sacramentos se comunica

la gracia y capacita a los fieles a ofrecer el Culto Espiritual. Luego se hace explicita la

relación de la Eucaristía con cada uno de los Sacramentos: Eucaristía e Iniciación

Cristiana (17-19); Eucaristía y Sacramento de la Reconciliación (20-21); Eucaristía

e Unción de los Enfermos (22); Eucaristía y Sacramento del Orden (23-26);

Eucaristía y Matrimonio (27-29).

3 Cf. Presbyterorum Ordinis 5.

4
Es sostén del hombre que va de peregrino rumbo a la casa del Padre; la

celebración Eucarística tiene una fuerte dimensión escatológica. Es prenda de la

gloria futura y esta realidad nos recuerda la importancia de orar por los difuntos y

aplicar la Misa por ellos.

Se destaca el lugar que tiene la Virgen María en la vida de la Iglesia: su

participación en la Historia de la Salvación. su fe y su entrega obediente a cumplir

en todo la voluntad de Dios.

5
IV. SEGUNDA PARTE: LA EUCARISTÍA, MISTERIO QUE SE HA DE

CELEBRAR (34-69)

La segunda parte se divide en ocho partes de desigual contenido y van del n. 34

al 69. Se trata de la parte más amplia de la Exhortación Apostólica, contando con 36

párrafos. Aquí en esta parte el Papa hace hincapié en líneas fundamentales de

acción, que hay que tomar en cuenta para poder ponerlas en práctica.

Las primeras tres secciones (34-37), los podemos ubicar de la siguiente manera:

son como una especie de introducción a toda la segunda parte. Después de

establecer el vínculo que existe entre misterio de fe y su celebración (34), se

presenta el asunto de la Belleza y liturgia, como elemento constitutivo de la misma

acción litúrgica “ya que es un atributo de Dios mismo”, en el fondo se encuentra el

discurso teológico – litúrgico de Romano Guardini, que tanta influencia tiene sobre

el Santo Padre (35). El Christus totus es el sujeto de la celebración unido

estrechamente a su cuerpo que es la Iglesia, además se subraya la importancia de la

resurrección y la relación entre Resucitado – Día del Señor – Fracción del Pan (36-

37).

Luego de la introducción, se comienza con la aplicación al campo celebrativo

con las otras cinco secciones: Ars celebrandi (38-42); Estructura de la Misa (43-51);

Actuosa participatio (52-63); Participación interior en la celebración (64-65) y

Adoración y piedad Eucarística (66-69).

6
V. TERCERA PARTE: EUCARISTÍA, MISTERIO QUE SE HA DE VIVIR (70-

93)

Esta tercera parte del documento abarca 24 números de la Exhortación -

Apostólica. En ella se trata de la incidencia que el misterio Eucarístico ha de tener

en la existencia humana. Esta es la consecuencia de la fe y de la celebración de estos

divinos misterios.

Se subdivide en tres secciones que afrontan las consecuencias en la vida del

creyente del misterio de la Eucaristía: Forma eucarística de la vida cristiana (70-83);

Eucaristía, Misterio que se ha de anunciar (84-87): Eucaristía, misterio que se ha de

ofrecer al mundo (88-93). Aquí se va de lo particular a lo más general o amplio. El

ser del cristiano está marcado por la Eucaristía y le confiere una forma o estilo de

vida muy peculiar. La misión se desprende de esa forma de vivir la Eucaristía y sus

alcances llegan a mundo entero.

7
VI. CONCLUSIONES

Las novedades del documento papal están sobre todo en la profundización de la

reforma litúrgica.

El Papa refiere cómo los padres sinodales han constatado y reafirmado el influjo

benéfico que ha tenido para la vida de la Iglesia la reforma litúrgica puesta en

marcha a partir del Concilio Vaticano II. No ha faltado tampoco una constatación de

las dificultades y los abusos que no obscurecen el valor y la validez de la renovación

litúrgica, la cual tiene aún riquezas no descubiertas del todo (3). Se observa

claramente que hay unidad entre la fe profesada, la acción litúrgica y celebrativa y

el nuevo culto que ha inaugurado Cristo con su Misterio Pascual. En este orden de

cosas el Papa insiste en el orden de los sacramentos de la iniciación cristiana y en

cómo la Eucaristía hay que situarla en su justo puesto, tras la recepción del bautismo

y de la confirmación. La santísima Eucaristía, dice el Papa en el número 17, lleva la

iniciación cristiana a su plenitud y es como el centro y el fin de toda la vida

sacramental.

En definitiva, la gran novedad es la reflexión que la Iglesia reunida en el Sínodo

de los Obispos ha hecho sobre el sacramento de la caridad, que es la Eucaristía.

Nunca se profundizará suficiente sobre el sacramento que nos da el Cuerpo y la

Sangre de Cristo. La Celebración eucarística aparece con toda su fuerza como fuente

y cumbre de la misma existencia cristiana.

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