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Bloque I Organización de Las Intervenciones de Salvamento y Rescate

Este documento describe los factores y métodos clave para organizar intervenciones de salvamento y rescate de manera efectiva. Explora factores ambientales como la topografía y condiciones climáticas de un área, factores humanos como la edad, salud mental y estado emocional de las víctimas, y factores psicosociales. También cubre métodos para determinar el área de búsqueda, técnicas como el rastreo y búsqueda activa/pasiva, y tácticas para localización y gestión de una búsqueda. El

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Bloque I Organización de Las Intervenciones de Salvamento y Rescate

Este documento describe los factores y métodos clave para organizar intervenciones de salvamento y rescate de manera efectiva. Explora factores ambientales como la topografía y condiciones climáticas de un área, factores humanos como la edad, salud mental y estado emocional de las víctimas, y factores psicosociales. También cubre métodos para determinar el área de búsqueda, técnicas como el rastreo y búsqueda activa/pasiva, y tácticas para localización y gestión de una búsqueda. El

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BLOQUE I ORGANIZACIÓN DE LAS INTERVENCIONES DE

SALVAMENTO Y RESCATE

ÍNDICE

1 INTRODUCCIÓN. OBTENCIÓN DE INFORMACIÓN DE DIFERENTES FUENTES ........... 3


2 FACTORES DEL ENTORNO: OROGRAFÍA Y CONDICIONES CLIMATOLÓGICAS ........... 7
2.1 Orografía de la zona ........................................................................................... 7
2.2 Condiciones meteorológicas. ........................................................................... 12
3 FACTORES ANTRÓPICOS DE LA VÍCTIMA................................................................. 25
3.1 Condicionantes de la edad ............................................................................... 26
3.1.1 Niños de 1 a 6 años................................................................................... 26
3.1.2 Niños de 7 a 12 años................................................................................. 28
3.1.3 Adolescentes 13 a 17 años. ...................................................................... 29
3.1.4 Adultos en general, de 18 años en adelante ............................................ 30
3.2 Condicionantes psicológicos ............................................................................ 31
3.2.1 Depresivos ................................................................................................ 32
3.2.2 Demencia y Alzheimer. ............................................................................. 33
3.2.3 Deficiencia mental. ................................................................................... 33
3.2.4 Enfermedad mental. ................................................................................. 34
3.3 Estado emocional............................................................................................. 35
3.4 Grado de destreza y equipamiento para el entorno ....................................... 36
4 FACTORES PSICOSOCIALES ...................................................................................... 36
4.1 Alarma social .................................................................................................... 36
4.2 Relación con la familia ..................................................................................... 37
4.3 Relación con medios de comunicación............................................................ 38
4.4 Actitud psicológica del buscador profesional y voluntario.............................. 38
5 TÉCNICAS O MÉTODOS DE INTERVENCIÓN. ........................................................... 40
5.1 Métodos de determinación del área de búsqueda ......................................... 40
5.1.1 Método Teórico ........................................................................................ 41

Bloque I Supervisión de la Intervención en Operaciones de Salvamento y Rescate


5.1.2 Método Estadístico ................................................................................... 42
5.1.3 Método Subjetivo ..................................................................................... 43
5.1.4 Método de Mattson ................................................................................. 43
5.1.5 Método Combinado ................................................................................. 44
5.2 Rastreo ............................................................................................................. 45
5.2.1 Uso de perros entrenados ........................................................................ 46
5.2.2 Uso de aparatos aéreos ............................................................................ 47
5.2.3 Seguimiento de indicios (Huellas y otras evidencias) .............................. 47
5.2.4 Localización de “trampas de ruta” ........................................................... 48
5.3 Método de búsqueda activa ............................................................................ 49
5.3.1 Búsqueda probabilística. Despliegues rápidos. ........................................ 49
5.3.2 Búsqueda sistemática ............................................................................... 50
5.4 Método de búsqueda pasiva ........................................................................... 51
5.4.1 Localización y guía de navegación ............................................................ 51
5.4.2 Balizamiento ............................................................................................. 52
5.4.3 Cerco o delimitación ................................................................................. 52
6 TÁCTICAS DE INTERVENCIÓN: LOCALIZACIÓN Y BÚSQUEDA .................................. 53
6.1 Localización en caso de perdidos..................................................................... 53
6.1.1 Localización de telefonía móvil ................................................................ 53
6.1.2 Guía ........................................................................................................... 55
6.2 Localización en caso de desaparecidos............................................................ 56
6.3 Gestión de una Búsqueda ................................................................................ 57
6.3.1 Organigrama ............................................................................................. 58
6.3.2 Desarrollo secuencial de una búsqueda ................................................... 66
6.4 Documentos generados en una búsqueda ...................................................... 76
7 PROCEDIMIENTOS DE COMUNICACIÓN Y SISTEMAS DE COMUNICACIÓN EN
SALVAMENTO Y RESCATE ............................................................................................... 78
8 MATERIAL DE AVITUALLAMIENTO Y EQUIPOS ESPECIALES, MAQUINARIA Y
VEHÍCULOS...................................................................................................................... 78
9 BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA............................................................................... 79

Bloque I Supervisión de la Intervención en Operaciones de Salvamento y Rescate


TEMA 1: ORGANIZACIÓN DE LAS
INTERVENCIONES DE SALVAMENTO Y
RESCATE

1 INTRODUCCIÓN. OBTENCIÓN DE INFORMACIÓN DE DIFERENTES FUENTES

Antes de introducirnos por completo en la materia de este módulo de operaciones de


salvamento y rescate, vamos a concretar que estas actuaciones las que realiza un
servicio de emergencia, ya sea civil o militar, con el principal objetivo de dar con
alguien o auxiliar a alguna persona. Es decir, no solo tiene por qué encontrarse aislada
de forma física, como un montañero perdido en algún paraje; sino que también
pueden encontrarse casos donde el aislamiento sea psicológico, como ocurre en el
caso de personas que suben un desfiladero, pero a la hora de bajar les apresa el
pánico.

Asimismo, estas personas que hay que auxiliar pueden estar o bien enfermos o heridos
y no poder salir de la zona en la que se encuentran por su propio pie, como
montañeros con fracturas; o puede ser que estén desaparecidos, como una persona
que pudiese haber quedado atrapada en su casa tras el derrumbe de un edificio; o en
áreas de difícil acceso, como pudiera ocurrir con un bañista que ha quedado atrapado
entre el oleaje y las rocas de una playa.

De esta forma, se puede decir que se producen búsquedas y rescates en montañas; en


ciudades; en el mar; en zanjas; en cuevas; etc. En definitiva, medios muy diversos que
iremos viendo a lo largo de los próximos temas de este módulo. No obstante, en este
que nos ocupa vamos a hacer una aproximación a las bases de cualquier intervención
de salvamento.

Normalmente, los rescates y salvamentos se van a llevar a cabo en escenarios difíciles


en los que nos encontraremos con que a veces se podrá movilizar al auxiliado hasta un
lugar a salvo; y en otras ocasiones, tendremos que saber llevar la solución hacia la
víctima.

En cualquier emergencia se puede definir la cronología de una intervención con la


secuencia descrita seguidamente, tabla 1.

Bloque I Supervisión de la Intervención en Operaciones de Salvamento y Rescate


FASE 4.
FASE 0. FASE 1. FASE 2. FASE 3.
Restitución a la
Movilización Valoración y zonificación Control de riesgos Intervención
normalidad
a) Recepción de aviso a) Valoración  Control de vertidos. Planificación de la intervención  Recogida de equipo y
 Tipo de siniestro y localización.  Valoración in situ y encuentro con  Cierre de compuertas o por parte del mando y reunión material.
 Presencia de personas afectas. alertantes/recopilación de esclusas. explicativa previa a la misma.  Toma de datos.
 Bienes en peligro y otros riesgos información.
 Controlar la estabilidad  Briefing de la
 Petición al alertante de que espere en  Valoración de las condiciones del  Establecimiento de un plan
entorno. de las embarcaciones. intervención. Análisis de
el lugar. de acción que marque la
 Conocer el Último Lugar Conocido  Seguridad de los intervinientes.  Otros riesgos la operación desde el
táctica y técnica a emplear.
(ULC).  Valoración de recursos disponibles e inminentes. punto de vista de su
 Intervención con un
 Movilización de medios sanitarios y incorporación de otros servicios o planeamiento y su
fuerzas del orden. refuerzos. objetivo perfectamente desarrollo real.
definido.
b) Salida c) Zonificación  Regreso.
 Búsqueda de la localización.  La señalización debe garantizar la  Localización/elevación de
 Cálculo de tiempo aproximado de seguridad de los intervinientes y del víctimas.
desplazamiento. entorno.  Atención sanitaria, si se
 Preparación Salida  Zonificar el lugar de trabajo. El requiere.
d) Desplazamiento a la intervención criterio de señalización debe  Valoración dinámica
 Ampliación de datos. ajustarse racionalmente a los
durante la intervención.
criterios oportunos en función de la
 Confirmación hora de llegada al 112 y  Control de tiempos.
situación existente y los medios
alertante.
disponibles.
 Conocer la evolución de la situación.
 Marcación del ULC, que es el origen
 Confirmación con 112 de medios
de todo el planteamiento táctico.
movilizados.
 Puesta en marcha del Plan de
emergencia.

Tabla 1. Ejemplo de cronología de una intervención cualquiera. La numeración de las tareas puede no corresponderse con el orden real de ejecución, ya que
muchas de ellas pueden realizarse de forma simultánea por distintos miembros del equipo.

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Hay también una serie de factores que van a condicionar las labores de la intervención
como son los siguientes:

 Factores del entorno. Hace referencia a la orografía y las condiciones


climatológicas.

 Factores antrópicos. Son la suma de la edad, el estado psicológico, el


emocional y la destreza de la víctima.

 Factores psicosociales. Haciendo referencia a la alarma social, a la relación con


la familia, con los medios y la actitud de los operarios.

Seguidamente se definen dos términos que son esenciales en las operaciones de


rescate y salvamento que pueden ser confundidos:

 Persona desaparecida. Se entiende como aquella persona de la cual sus


familiares no tienen noticias, o se ha echado en falta y no se localiza, o que se
halla en paradero desconocido, sin que sepa si vive. Por lo tanto, de aquí se
desprende que es su propio entorno el que da la voz de alarma y el que, por
tanto, mejor pueda ayudar a los servicios aportando datos. Se desplegará el
dispositivo en caso de que la persona desaparecida tenga algún tipo de
dependencia, se pueda crear alarma social o sean víctimas autónomas, pero en
riesgo vital objetivo.

Hay un término muy utilizado entre los profesionales, que es el de última


localización (ULC), es decir, encontrar cuál ha sido el último punto en el que se
puede situar al desaparecido. Esto es determinante para actuar según unos u
otros criterios.

 Persona perdida. Se refiere a aquella persona que no sabe en qué posición


está, es decir, no sabe dónde está ubicada, y que ha establecido una
comunicación con tal de que se le encuentre, ya sea directamente con alguna
otra persona que dé la voz de alarma o con el propio servicio de emergencias.
Un ejemplo de esta situación podría ser una persona perdida en un paraje
natural que ella misma da la voz de alarma.

Aquí entraría en juego el término de última referencia conocida (URC) y


cuestiones-como la fecha y la hora de la ULC.

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La forma de actuación será totalmente distinta sea uno u otro el caso. En el caso de la
persona perdida, se tratará de un intercambio de información con dichas personas a
fin de determinar suposición. En el otro caso, con la persona desaparecida, se iniciará
un proceso complejo de investigación para intentar determinar y delimitar el paradero
de la persona desaparecida. Para despejar esta incógnita, es preciso conocer a qué
factores y premisas nos enfrentamos.

La experiencia en diferentes intervenciones con senderistas y montañeros, con niños,


enfermos y personas mayores tanto de perdidos como de desaparecidos, revela la
ineficacia de búsquedas masivas y desorganizadas realizadas sin planificación. Es
necesario incorporar una sistemática que permita gestionar el número de personas y
las grandes distancias que concurren en un siniestro de estas características, es decir,
crear un protocolo de búsqueda en grandes áreas para responder a esta necesidad.
Debe quedar muy bien definido que se debe activar una búsqueda sistemática y
organizada siempre que la integridad o la vida del sujeto corra peligro.

Normalmente este tipo de búsquedas genera una demanda de personal que se va a


prolongar en el tiempo y que supera los recursos ordinarios de cualquier servicio de
emergencia. Por tanto, para mejorar las situaciones que se puedan producir, resulta
imprescindible la colaboración entre Administraciones e Instituciones de diversa
índole, ya que sólo la coordinación de grupos multidisciplinares puede hacer que el
servicio al ciudadano sea el mejor posible.

Aunque no existe un criterio único sobre los órganos que deben intervenir en un
rescate de estas características, es recomendable contar con la actuación de los
siguientes servicios básicos: Fuerzas del Orden; Guardia Civil o Policía Nacional (según
su área de influencia), Policía Local, Bomberos, Protección Civil y Sanitarios.
En grandes búsquedas, también es importante contar con la colaboración de
asociaciones y voluntarios en número tal que puedan ser asumidos y coordinados
eficazmente por la organización de búsqueda.

Antes de poner en marcha las operaciones de salvamento o rescate es muy importante


tener en cuenta una serie de informaciones, como son las circunstancias y el estado
que rodean a la víctima en cuestión. Esta información, puede proceder, entre otros, de
las siguientes fuentes:

 Allegados o familiares a la víctima. Estos son, a priori, los que puedan ofrecer
una información más fiable de dónde y cómo se encuentra la víctima a rescatar.
Sin embargo, en ocasiones, estos familiares se dejan llevar por el pánico o la
angustia, por lo que hay que considerar la información y tener en cuenta todo y

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cada uno de los matices que entran en juego. En muchas ocasiones son los que
también dan la voz de alarma y avisan a los servicios de emergencias.

 Personas de la zona. Habitualmente, cuando sucede algún tipo de emergencia,


como por ejemplo un incendio en un bloque de viviendas o una explosión en un
local, los vecinos de la zona son los primeros en avisar a los cuerpos de
emergencia. Generalmente, suelen proporcionar información del hecho.

 Otros servicios de emergencias. La información también puede proceder de


otros servicios de emergencias como, por ejemplo, los sanitarios.

En la profesión también se atiende a lo que se denomina el primer aviso, es decir


aquella notificación que requiere la búsqueda o rescate de alguien y que puede llegar a
través del entorno cercano, de un familiar o de testigos. Generalmente en España se
suele llamar al teléfono 112 de Emergencias.

2 FACTORES DEL ENTORNO: OROGRAFÍA Y CONDICIONES CLIMATOLÓGICAS

Tal y como ya hemos mencionado en el anterior punto, hay una serie de factores que
van a influir en el desarrollo de la búsqueda y en el rescate de una víctima.
Uno de los factores más determinantes son los del entorno, es decir, la orografía de la
zona y las condiciones meteorológicas y climáticas del momento.

2.1 Orografía de la zona

Es fundamental conocer el terreno en el que se mueve la víctima, principalmente, para


estar preparados y poder establecer un plan en el que se incluyen cuestiones como,
por ejemplo, si se ha podido resguardar en algún tipo de escondite o qué zona podría
ser hostil y haber creado un problema a dicha persona.
Entre los distintos entornos de intervención en nuestro país, se pueden señalar los
siguientes paisajes o elevaciones:

 Llanuras y estepas. La principal característica de estos tipos de terreno es su


superficie más o menos plana, sin grandes desniveles o superficie abrupta.

A efectos de las búsquedas, las áreas de este tipo son las que permiten realizar
rastreos sistemáticos más efectivos ya que la distancia de batida y, por tanto, la
distancia entre los buscadores es mayor. También porque permite participar a
un mayor número de personas al no requerir condición física ni preparación
específicas.

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En las siguientes fotografías, imagen 1, se muestran dos ejemplos de este tipo
de terrenos, el de la izquierda es una campiña -gran extensión de terreno llano
o con débiles ondulaciones, en especial la dedicada al cultivo- y el de la derecha
una paramera -región o lugar donde los terrenos son llanos y secos y las plantas
son pobres y escasas-.

Imagen 1. A) Campiña. B) Paramera.

Cuando las estepas mesetarias están delimitadas por bosques abiertos, es muy
fácil extraviarse ya que, aunque son bosques abiertos y las distancias entre
árboles son grandes, crean una imagen homogénea que impide la visión del
horizonte y, por tanto, tomar referencias de rumbo.

 Sierras o serranías. Paisaje de media montaña que alterna bosques con pastos
y monte bajo, de orografía accidentada donde se alternan valles cerrados con
elevaciones más o menos escarpadas, imagen 2.

Una búsqueda en esta zona seguramente planteará sectores de búsqueda muy


dispares en cuanto a transitabilidad y visibilidad. En estos casos es importante
hacer un reconocimiento previo de los diversos sectores para saber qué
equipos serán los apropiados en cada caso.

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Imagen 2. Serranía

 Bosques cerrados. Entorno enteramente forestal con árboles de porte,


matorral y pasto intercalados, imagen 3. La orografía no es necesariamente
complicada, sin embargo, la discontinuidad de la marcha y la escasa distancia
de visibilidad dificultan el rastreo. Según la espesura también reducen el
posible alejamiento de la víctima desde la Última Localización Conocida (ULC).

Imagen 3. Bosque cerrado

 Alta montaña. La dificultad de búsqueda de desaparecidos en alta montaña es


elevada, imagen 4. En primer lugar, por la escasez de accesos para vehículos a
motor, por lo que es posible que sea necesario recorrer grandes distancias a pie
solo para llegar al punto de ULC.

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Lo tortuoso de los caminos y las duras y cambiantes condiciones climáticas son
otra dificultad añadida. La vegetación es muy escasa y de poco porte por lo que
la visibilidad, si el día es claro, es buena; pero si por el contrario se levanta
niebla, la visibilidad será nula.

Por tanto, las operaciones en este medio requieren a personal cualificado y en


buena condición física, de hecho, se reserva a personal especializado.

Imagen 4. Alta montaña

 Galerías. Zona que, enmarcada dentro de una gran área, y a consecuencia de


su orografía o por la intervención humana, la posible ruta a seguir desde ULC se
ve limitada y solo puede discurrir en una dirección, como ocurre en
determinados cañones, imagen 5, vías de servicio entre autovía y ferrocarril,
caminos vallados por fincas particulares, etc.

Imagen 5. Galería

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 Paisajes mixtos y humanizados. Aquí se produce una combinación de distintos
factores: naturaleza y civilización, pudiéndose encontrar mezclados, por
ejemplo, pueblos, caminos, granjas, pastos, etc., imagen 6. En este entorno es
donde se realiza un mayor número de búsquedas, sobre todo cuando las
víctimas son enfermos de Alzheimer, niños y ancianos cuya ULC es su propia
casa o residencia.

Tienen la ventaja de resultar muy accesibles a todos los medios y la logística es


más sencilla al poder utilizar los servicios del municipio. La dificultad estriba en
la cantidad de infraestructuras y edificaciones donde pueden estar ocultos y de
objetos y huellas previas al paso de la víctima, que enmascaran aquellas pistas
que puede dejar la persona objeto de la búsqueda.

Imagen 6. Mixtos y humanizados

 Medios acuáticos. Algunas veces, como veremos en el tema de rescate y


salvamento en medio acuático, las intervenciones pueden desarrollarse en ríos,
pantanos, en el mar o zonas inundadas, imagen 7.
Las diferentes intervenciones se plantean en función de las características de
cada uno de estos ámbitos.
Por ejemplo, los ríos, pantanos y embalses cuentan con una geografía
determinada en la que experimentan variaciones más o menos controladas
tanto por su estacionalidad como por su impacto hacia el entorno. En el caso
de las inundaciones, aunque es frecuente que se tengan localizados los puntos
geográficos en los que suelen presentarse, su naturaleza y el impacto de sus
efectos entraña una mayor variabilidad que puede hacer la intervención más
compleja.

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Imagen 7. A) Río. B) Inundación

2.2 Condiciones meteorológicas.

El medio natural es dinámico, cambiante y la atmósfera como una parte integrante de


éste también lo es. Los sucesivos estados atmosféricos se caracterizan por valores de
variables como la presión, la temperatura, la humedad, etc.

Las condiciones climáticas y meteorológicas, así como su previsión, pueden


condicionar tanto los trabajos como las técnicas de búsqueda, por ejemplo, ante
condiciones meteorológicas adversas, se debe valorar si los equipos de búsqueda
están preparados para trabajar durante todo el tiempo que dura la intervención como
también, se debe adecuar las técnicas de búsqueda a la distancia de visibilidad
existente en caso de nieve, lluvia, niebla o terrenos de espesa vegetación. Se debe
tener en cuenta, también, si dicha meteorología puede influir de forma directa en la
supervivencia o en la orientación de la víctima.

En determinadas ocasiones se producen fenómenos atmosféricos donde alguna de las


variables -presión, temperatura, humedad, etc.- alcanzan valores muy elevados. Las
consecuencias y daños que estas situaciones provocan se derivan de la inadaptación
del hombre y su entorno a estos eventos extraordinarios.

Las distintas situaciones atmosféricas que afectan a un determinado lugar vienen


caracterizadas por varios elementos como son:

 Propiedades de las masas de aire influyentes, fundamentalmente su


temperatura y grado de humedad, imagen 8. Se distingue entre:

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o Masas frías y húmedas. Provenientes de zonas frías más al norte -polares o
árticas- y de zonas marítimas con mayor humedad.

o Masas frías y secas. Originadas al norte, pero en zona continental.

o Masas cálidas y húmedas. Del sur y de zonas marítimas.

o Masas cálidas y secas. Del sur y de la zona continental.

Imagen 8. Masa aire fresco Atlántica y masa aire cálido africana.

 Configuración del campo de presiones:

o Situación de los frentes de altas y bajas presiones. Se denomina altas


presiones o anticiclón a aquellas regiones en las que la zona central posee
una presión mayor que la de la periferia. Un anticiclón se corresponde con
un tiempo bueno y estable sin nubes ni vientos fuertes y, como mucho, da
lugar a nieblas. Por el contrario, en las borrascas o bajas presiones, la zona
central posee una presión menor. Las borrascas son configuraciones de mal
tiempo que suelen ir acompañadas de abundante y espesa nubosidad
porque el aire, al ascender, se enfría condensando humedad y formando
nubes.

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o Localización de los frentes activos. Cuanto más cerca nos encontremos del
centro de la borrasca, más baja será la presión que marquen las isobaras y
más se incrementa también esa fuerza del viento. Asociada a estas isobaras
veremos también las precipitaciones, que serán en forma de lluvia o de
nieve, en función de la temperatura que tengamos en superficie.
o Proximidad de las isobaras y su variación. Isobaras muy juntas denotan
grandes variaciones de presión, Imagen 9A, que se traduce en fuertes
vientos; los vientos serán más intensos cuanta mayor proximidad exista
entre las isobaras. Isobaras muy separadas, Imagen 9B, significa que la
variación de presión es muy baja lo cual se traduce en absoluta estabilidad
del aire o vientos inapreciables. La Península Ibérica, a menudo está
afectada por el anticiclón de las Azores.

Imagen 9. A) Borrasca o baja presión con isobaras muy juntas. B)


Anticiclón de las Azores, isobaras muy separadas.

Isobaras ¿qué nos dicen las rayas azules y rojas de los mapas del tiempo de la
tele? ¿Cómo funcionan? ¿Qué indican? ¿Por qué son tan significativas? Mira
este video si quieres saberlo o refrescarlo:

https://youtu.be/MFWQ53x8bDE

 Otros elementos con influencia importante en el tiempo y clima:

o Orografía de la zona. La configuración del relieve tiene una notable


importancia en la distribución espacial de los climas.
En primer lugar, la altitud modifica las características de casi todos los
elementos climáticos, por ejemplo, la temperatura -descenso de 0,5°C cada
vez que la altitud se incrementa 100 metros-, las precipitaciones o la
radiación solar.

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En segundo lugar, la disposición y la orientación del relieve puede limitar la
llegada de las masas de aire. La existencia de obstáculos montañosos, en
casi toda la periferia peninsular, reduce la influencia marina hacia el
interior. La forma maciza y aislada de la Península acentúa las variaciones
térmicas diarias y anuales, que son más contrastadas en el interior.
Por último, las características de las masas de aire se modifican al chocar
contra las montañas. A barlovento se produce un ascenso del aire y, con él,
un descenso térmico, lo que favorece la condensación y la formación de
precipitaciones. A sotavento, el descenso del aire aumenta su temperatura
y reduce drásticamente su humedad -efecto foehn-. Las situaciones de
abrigo orográfico son muy comunes en la Península, Imagen 10, como, por
ejemplo, en el Valle del Ebro. En Canarias la especial configuración
montañosas de algunas islas, acentúa la importancia de este efecto.

Imagen 10. Barreras o abrigos orográficos: A) mapa orográfico de España y


B) Mapa de regiones climáticas de España

o Temperatura del agua de los mares u océanos próximos. Las masas de agua
-mar, océanos, embalses, etc.- tienen un efecto regulador del clima local.
La causa es que el agua absorbe y desprende calor a diferente ritmo que las
rocas. Las rocas absorben y desprenden calor muy rápidamente. El agua,
por el contrario, lo hace con mayor lentitud. De esta manera, se establece
una diferencia de temperatura en la costa, entre las zonas de tierra y las de
agua. Esta diferencia provoca vientos locales, llamadas brisas marinas.
Durante el día la tierra está más caliente, y el aire que hay sobre ella
asciende, dejando sitio para el aire más fresco que sopla del mar, imagen

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11A. Durante la noche el mar está más caliente, y el aire que hay sobre él
asciende, dejando sitio para el aire más fresco que sopla de tierra, imagen
11B.

Imagen 11. Funcionamiento brisas marinas. A) Brisa de mar. B) Brisa de


tierra.

Pero la influencia del mar no se limita a los vientos locales diarios. Durante
todo el año el mar se comporta como un regulador de la temperatura. En
las épocas de calor el agua absorbe grandes cantidades de energía. El
proceso de evaporación es muy intenso, lo que hace que se reduzca la
temperatura del aire. Las temperaturas medias cerca del mar son más
suaves que en el interior.

Durante las épocas frías, por el contrario, el calor acumulado en el agua del
mar se va desprendiendo, templando la temperatura del aire. En este
proceso la evaporación y la condensación del agua es fundamental, por lo
que la humedad relativa del aire en las zonas costeras es superior a las del
interior de los continentes. Esta influencia del mar puede llegar muchos
kilómetros tierra adentro, gracias al movimiento de las masas de aire.

La temperatura del mar no siempre tiene que ver con el calor absorbido
por el agua en el lugar concreto donde se encuentra. Las corrientes
marinas lo transportan de un sitio a otro. Es bien conocido que la corriente
del Golfo transporta el calor del trópico hasta la Europa del norte, y que

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gracias a él son habitables latitudes que en otros continentes están
cubiertas por el hielo. En general, las corrientes marinas que circulan desde
latitudes tropicales hacia las polares son cálidas y húmedas, mientras que
las que circulan desde las latitudes polares hacia las tropicales son frías y
secas.

o Fenómenos de escala regional o planetaria. (el Niño, fase de la NAO, la


Niña, …). La atmósfera y el océano se comportan como un conjunto mucho
más allá de lo que se puede comprobar a primera vista. El intercambio de
calor tiene una dimensión planetaria, de tal manera que se regulan
mutuamente. Los vientos provocan el movimiento de las olas, que
oxigenan el mar.

Dependiendo de las variaciones de las corrientes marinas el clima de las


distintas regiones en las que influye puede variar de manera importante.
En este sentido el fenómeno más conocido y estudiado es El Niño, el cual
se produce por las variaciones en la corriente cálida ecuatorial del Pacífico.
Ésta, normalmente, circula desde las costas de Perú hasta las de Indonesia,
empujada por los alisios, imagen 12. Así, de las costas peruanas se «retira»
la humedad, haciendo de ellas uno de los lugares más áridos del planeta, y
la llevan a Indonesia, uno de los lugares más lluviosos de la Tierra. Los
alisios son los suficientemente fuertes como para garantizar este recorrido,
que sin ellos no se produciría.

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Imagen 12. Corrientes marinas y vientos alisios. A) Corrientes marinas. B)
Vientos alisios

Pero los alisios no soplan con la misma velocidad en todo momento y todos
los años. Cada cierto tiempo la velocidad se reduce y las masas de aire
húmedo no son capaces de llegar a Indonesia. Además, el anticiclón del
Pacífico sur reduce su potencia. En estas circunstancias el tipo de tiempo se
invierte. En las costas americanas entran grandes cantidades de masas de
aire húmedas que provocan grandes lluvias, mientras que, al mismo
tiempo, a Indonesia llegan masas de aire secas, y no se producen las lluvias
monzónicas; situación que repercute en todo el Sudeste Asiático.

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La combinación de estos elementos puede dar lugar a distintas configuraciones.
Algunas de ellas propiciarán el desarrollo de situaciones de riesgo, que pueden ser muy
diferentes tanto en el espacio como en el tiempo, variando desde sucesos muy
localizados espacialmente -ráfagas de viento, tornados, tormentas- a otros de gran
escala espacial -grandes inundaciones, sequías- y con fluctuaciones o frecuencias de
aparición estacionales -p. ej. cada primavera-, anuales, multianuales e incluso
multidecadales -p. ej. un verano anormalmente cálido y húmedo o un invierno
anormalmente frío y nevado, o una serie consecutiva de inviernos suaves o
excepcionalmente severos-.

Por otro lado, resulta también interesante saber interpretar y conocer diversos
fenómenos locales. En el caso de la península ibérica, destacan, entre otros, las
Depresiones aisladas -Gota Fría-, el Efecto Foehn o la Inversión Térmica, que se
explican seguidamente:

 Gota fría. Tipo de tiempo que se da en el clima mediterráneo a finales del


verano y en otoño, y que se caracteriza por las grandes precipitaciones que
caen en muy pocos minutos y en un lugar muy concreto. El término gota fría es
muy popular, pero en meteorología se conoce como DANA (Depresión Aislada
en Niveles Altos). Meteorológicamente hablando podríamos decir que, una
gota fría es un embolsamiento en altura de aire muy frío, éste se ha descolgado
de latitudes altas y que circula de forma aislada y se superpone sobre una masa
de aire cálida y húmeda. De esta manera, provoca tormentas intensas, con un
gran aparato eléctrico, granizo y fuertes vientos que afectan a superficies
reducidas y siguen trayectorias erráticas.

La génesis de estas masas de aire frío aislado en la altura se encuentra en las


ondulaciones de la corriente en chorro. Cuando la corriente en chorro se
desplaza hacia las latitudes altas a finales del verano el empuje provoca
profundas ondulaciones, a la manera de los meandros de los ríos, y cuando
estas son muy pronunciadas tiene lugar un estrangulamiento que aísla una
masa de aire polar que desciende hacia latitudes más cálidas, imagen 13.

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Imagen 13. Génesis del embolsamiento de una masa de aire frío.

La masa de aire desgajada conserva el giro ciclónico propio de las borrascas,


por lo que se convierte en una baja presión, pero sólo en altura. En superficie
las cosas son muy distintas. Aquí existe una masa de aire tropical, cálida, con
grandes cantidades de agua disuelta como humedad absoluta y que asciende
rápidamente. Cuando esta masa de aire que asciende por estar muy caliente y
encuentra la masa de aire frío, ésta primera asciende de forma violenta y
explosiva, formando los grandes complejos nubosos de los que se producen los
grandes aguaceros, tormentas y precipitaciones muy cuantiosas en poco
tiempo.

La gota fría, por supuesto, se puede dar tanto sobre una región continental
como marina, pero las masas de aire que se encuentran en el interior de los
continentes tienen una menor cantidad de humedad absoluta, porque no hay
grandes masas de agua de donde evaporar. Así pues, las consecuencias de una
gota fría son mucho menos importantes en el interior de los continentes que en
las zonas costeras.

El mecanismo de formación de gotas frías funciona tanto en el oeste como en


el este de los continentes, pero es en el oeste donde las diferencias de las
temperaturas de las masas de aire tropical y polar son mayores, y por lo tanto
es aquí donde se producen con mayor claridad. Además, aquí se producen tras
un largo período de aridez estival, por lo que sus consecuencias son mucho más
llamativas. Frecuentemente son las precipitaciones más abundantes del año,
aunque no las más provechosas. El lugar del mundo donde se definen con más
claridad las gotas frías es el levante español: Cataluña, Valencia, este de
Andalucía, y también la costa mediterránea de Francia e Italia.

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Las consecuencias de la gota fría pueden llegar a ser desastrosas,
especialmente cuando se encadenan varias tormentas seguidas. Con la gran
cantidad de agua caída frecuentemente se producen inundaciones, que en
ocasiones no anegan el lugar en que cae la lluvia, sino aguas abajo, cuando las
aguas descontroladas se unen a las de otras tormentas y juntas llegan,
inesperadamente, a lugares desprevenidos.

Las gotas frías no tienen la energía de las tormentas tropicales ni los huracanes,
pero es un fenómeno análogo que se produce en el oeste de los continentes, lo
que quiere decir que sólo se alimentan del medio marino en determinadas
condiciones, como puede ser el mar Mediterráneo cuando hay viento del este.
Así pues, se trata de un fenómeno de peligrosidad media, pero muy intenso,
que puede superar los 250 mm y vientos de 100 km/h. La combinación de
avenidas de agua con la pleamar puede crear inundaciones importantes.

En la costa levantina española todos los años se producen gotas frías más o
menos importantes. Son tanto más fuertes cuanto más cálido haya sido el
verano. Su carácter esporádico y puntual hace que mucho de los cauces de las
ramblas por donde se descarga el agua se encuentren atorados por suciedad,
cuando no construidos y hasta habitados, lo que multiplica el poder
catastrófico de las gotas frías.

Entre las mayores gotas frías que de las que se tienen registro están:

 Valencia 1957, que inunda la ciudad de Valencia y tras la cual se desvía el


cauce del río Turia

 Alcira (Valencia) 1982, que derrumba el pantano de Tous, lo que provoca


numerosos muertos.

 Oliva (Valencia) 1987, donde se llegaron a recoger 817 mm en 24 horas.

Gota fría ¿Cómo se refleja la gota fría en un mapa climatológico? ¿Cómo se


distribuyen los frentes activos? ¿Qué trabajos realizaron los Servicios de
Emergencia? Mira esta noticia en AlicantePress del 20 de abril de 2019:

https://alicantepress.com/art/42237/una-gota-fria-descarga-de-madrugada-
sobre-alicante

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 Efecto Foehn. Una masa de aire se caracteriza por su temperatura y humedad.
Se distinguen dos tipos de humedad:

 Humedad absoluta. Cantidad de agua por metro cúbico que contiene el aire, y
se mide en gramos por metro cúbico (gr./m3).

 Humedad relativa. Capacidad del aire para absorber agua; la relación entre la
cantidad de agua que contiene el aire y la que puede contener antes de
saturarse. Se mide en tanto por ciento (%).

Se considera que una masa de aire está saturada cuando la humedad relativa es
del 100%. En ese momento, el agua que ya no puede contener el aire comienza
a condensarse en las partículas de polvo y otros sólidos que encuentra en el
ambiente, formando nubes, gotas de agua que, cuando son lo suficientemente
grandes, precipitan en forma de lluvia. Esta capacidad depende de la
temperatura. Para una misma humedad absoluta, la humedad relativa aumenta
cuando desciende la temperatura.
Las masas de aire pierden temperatura a medida que ascienden y la gana
cuando descienden, por lo que sólo puede llover cuando el aire asciende.
Una masa de aire saturada, o cercana a la saturación, es una masa de aire
húmeda de la que las plantas pueden aprovechar su agua sobrante.
Los efectos de la relación entre temperatura y humedad son trascendentales en
las zonas de montaña. A medida que una masa de aire, con una humedad
absoluta constante, asciende por la ladera, ésta se va enfriando y, por lo tanto,
va aumentando su humedad relativa. Llega un momento en que esta humedad
alcanza el 100%, forma nubes y termina lloviendo. A este fenómeno se llama
Efecto Barrera, y es el responsable de que esa ladera, la de barlovento, sea más
frondosa y verde que la contraria, la de sotavento, imagen 14.

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Imagen 14. Efecto barrera, barlovento y sotavento.

Una vez que la masa de aire traspasa las cumbres, ésta comienza a bajar,
calentándose, reduciendo su ya escasa humedad y, ganando velocidad. Se
forma, así, el Efecto Foehn; y cuando la diferencia entre las cumbres y el fondo
del valle es muy importante, genera un viento fuerte, seco y desagradable,
capaz de hacer subir la temperatura más de 20 ºC en unas pocas horas.

Efecto Foehn. Para entender mejor el efecto Foehn, puedes mirar ese video:

https://www.youtube.com/watch?v=RlY2koZwGUo

 Inversión térmica. Este fenómeno sucede cuando el aire frío va decantándose


en áreas de vaguadas, provocando temperaturas más frías en las zonas del valle
que en las áreas de montaña.

La inversión térmica es un fenómeno natural que, en principio, se puede


presentar cualquier día del año y cualquier hora del día y que, debido a su
carácter natural, por si misma no presenta ningún riesgo para la salud humana.
Solamente se vuelve peligrosa cuando, en la capa atmosférica se encuentran
inmersas altas concentraciones de contaminantes ya que, una inversión térmica
es sinónimo de estabilidad atmosférica, al menos temporal, por lo que, no
permite la dispersión de los mencionados contaminantes mientras dure,
imagen 15.

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Imagen 15. Situación normal y situación de inversión térmica con concentración
de contaminantes –momentos de anticiclón-.

El fenómeno de inversión térmica se presenta cuando, en las noches despejadas,


el suelo se enfría rápidamente por radiación. El suelo a su vez enfría el aire en
contacto con él, que se vuelve más frio y pesado que el que está en la capa
inmediatamente superior. Al disminuir, tanto la convención térmica como la
subsidencia atmosférica, disminuye la velocidad de mezclado vertical entre las
dos capas de aire.

Esto ocurre especialmente en invierno, en las mañanas frías sobre los valles de
escasa circulación de aire y en todos los ecosistemas terrestres, junto con
situaciones anticiclónicas fuertes que impiden el ascenso del aire y concentran la
poca humedad en los valles y cuencas, dando lugar a nieblas persistentes y
heladas.

En resumen, conociendo el clima de una determinada zona se pueden predecir las


condiciones en que se va a desarrollar la búsqueda, debemos consultar también la
predicción meteorológica para las siguientes horas y saber identificar los fenómenos
locales y puntuales.

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3 FACTORES ANTRÓPICOS DE LA VÍCTIMA

Los factores antrópicos, como ya se ha mencionado al principio del tema, hacen


referencia a la suma de:

 La edad.

 El estado psicológico.

 El entorno emocional

 La destreza de la víctima.

Por lo tanto, todas estas características de la víctima van a ser un condicionante en la


búsqueda, ya que, no será lo mismo buscar y auxiliar a una persona de 80 años perdida
en un bosque que a un niño de 5 años en una llanura. Tampoco lo será si ese anciano,
por ejemplo, padece Alzheimer o si el niño tiene movilidad reducida.

La persona desaparecida que no está en el ULC, se supone que ha realizado o está


realizando un recorrido a pie por un área determinada, de mayor o menor tamaño. La
distancia que podrá recorrer y las condiciones en que supuestamente se encontrará,
dependerán, por una parte, de las variables geográficas y meteorológicas y, por otra,
de sus propias circunstancias. Estas circunstancias pueden variar mucho de unos
individuos a otros. Considerando todo esto, los servicios de emergencia podrán prever
un radio de búsqueda desde el ULC (última localización), más aproximado.

Para ello se han establecido unos valores extraídos de las estadísticas de localización
de personas desaparecidas anteriormente y, que establecen las distancias desde ULC a
la que han aparecido el 50%, 75% y 99% de las personas desaparecidas para cada uno
de varios perfiles previamente clasificados. Estas estadísticas se denominan D50, D75 y
D99. Estos valores varían en función de los factores antrópicos, anteriormente
mencionados; es decir, de la edad, del estado psicológico, del entorno emocional y de
la destreza de la víctima –donde también se incluye el equipamiento de la víctima-.

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3.1 Condicionantes de la edad

Grado de capacidad de un ser humano para desarrollar un trabajo o ejercicio físico.


Puede diferir mucho entre personas según su constitución, sexo, estilo de vida, etc.
Además, es de vital importancia el aspecto cognitivo, es decir, cómo se interpreta la
realidad y que reacción se espera a partir de ella. Por ello, al estudiar la condición física
se diferencian 4 grupos: niños de 1 a 6 años, niños de 7 a 12, adolescentes y adultos en
general como períodos que, por el nivel de desarrollo físico y cognitivo en la formación
del individuo, presentan diferencias notables de alejamiento y lugares en que son
encontrados. Se utilizará la clasificación de “Piaget” para determinar los aspectos
cognitivos de cada etapa y las estadísticas de hallazgos para determinar el alejamiento.

3.1.1 Niños de 1 a 6 años

Resulta evidente la diferencia evolutiva entre un niño de 1 año y uno de 6, por lo que
se dividirá este grupo en dos subgrupos atendiendo a su comportamiento.

 De 1 a 3 años (Período Sensorimotor). La conducta de los niños consiste en


respuestas motoras ante los estímulos sin que exista la cadena “percepción-
reflexión-actuación”. En cuanto a su comportamiento cuando se pierden se
caracteriza porque:

o Su movilidad es reducida.

o No tiene conciencia de estar perdido ni capacidad de orientación.

o No responde a llamadas.

o Se desplaza en una búsqueda sin sentido concreto.

o Tiene tendencia a buscar refugio y esconderse.

o Tiene un importante apego a sus progenitores.

 De 4 a 6 años (Periodo preoperacional). Usa el lenguaje y piensa en objetos que


no ve, comprende los cambios y las relaciones causa-efecto; sin embargo, su
pensamiento es focalizado y egocentrista. A esta edad, un niño perdido:

o Tiene mayor competencia motora.


o Tiene conciencia de estar perdido.

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o Tiene intención de volver a casa.

o Se mueve por caminos o sendas.

o Responde a llamadas.

o Puede ser presa del pánico y desorientarse más.

Actuación: en ambos casos tienden a buscar refugios o escondites, a menudo


inverosímiles, por lo que se precisa un rastreo sistemático –se verá más adelante- si es
posible con equipos caninos de rastreo. Siempre que se trate de menores, la respuesta
debe ser inmediata.

En la siguiente imagen se muestran los valores extraídos de las estadísticas de


localización de personas desaparecidas en este rango de edad, imagen 16A, y la
estadística de alejamiento, imagen 16B.

Imagen 16. A) Localización de personas desaparecidas según estadísticas basadas en la


experiencia. B) Distancia de alejamiento según D50, D75 y D99.

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3.1.2 Niños de 7 a 12 años

Período evolutivo en el que ya se realizan operaciones concretas. Se caracteriza por:

o Haber superado el egocentrismo y puede ponerse en lugar de otros y analizar


varios aspectos de una situación.

o Adquirir los conceptos de reversibilidad y conservación.

o Cuando se pierde, lo hace por buscar atajos confiando en su orientación, ya


posee un mapa mental, juicio racional e intención de volver al punto de partida
por lo que se moverá por caminos o sendas y por lugares similares a aquellos
que conozca.

Actuación: Por estas características se usará la búsqueda probabilística –se verá más
adelante- hasta comprobar todas las hipótesis de búsqueda posibles. Si hay equipos
caninos de rastreo, también son aconsejables. Siempre que hablemos de menores, la
respuesta debe ser inmediata.

En la siguiente imagen se muestran los valores extraídos de las estadísticas de


localización de personas desaparecidas en este rango de edad, imagen 17A, y la
estadística de alejamiento, imagen 17B.

Imagen 17. A) Localización de personas desaparecidas según estadísticas basadas en la


experiencia. B) Distancia de alejamiento según D50, D75 y D99.

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3.1.3 Adolescentes 13 a 17 años.

Período evolutivo que se caracteriza por la incorporación de las operaciones formales.


Se caracteriza por:

o A partir de esta edad aparece la capacidad de pensar de forma abstracta, de


resolver problemas complejos a partir de representaciones intelectuales.

o En la adolescencia se fomenta el sentimiento de pertenencia, por lo que es


frecuente que se vaya en grupo y se viva la experiencia de hallarse perdido
como una aventura. Esta misma situación hace que entre en un estado de
pánico si está solo.

o Generalmente buscará el retorno a lugares conocidos, zonas altas o habitadas,


marcha por caminos o sendas y responde a las llamadas.

o Se aleja menos que los adultos.

Actuación: agotar todas las hipótesis de búsqueda probabilística. Siempre que


hablemos de menores, la respuesta debe ser inmediata.

En la siguiente imagen se muestran los valores extraídos de las estadísticas de


localización de personas desaparecidas en este rango de edad, imagen 18A, y la
estadística de alejamiento, imagen 18B.

Imagen 18. A) Localización de personas desaparecidas según estadísticas basadas en la


experiencia. B) Distancia de alejamiento según D50, D75 y D99.

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3.1.4 Adultos en general, de 18 años en adelante

En esta etapa se alcanza un desarrollo cognitivo pleno. Se caracteriza por:

o Sentido de orientación plenamente desarrollado.

o Se pierde por error en la elección de caminos o sendas, mayor capacidad de


concentración por lo que se dan casos de perderse en actividades de caza o
micología por falta de toma de referencias.

o La confianza en sí mismo puede hacer que insista en su error alejándose más.

o Responde bien a llamadas.

o Puede presentarse un pánico irracional por sentimiento de pérdida de control.

o Tiende a buscar caminos, sendas, cables de tendido eléctrico que le lleven a


carreteras o lugares habitados.

o En condiciones climáticas adversas o cuando cae la noche buscará refugio.

o La condición física es determinante en el adulto para poder prever la distancia


hasta la que se pueden alejar

Actuación: Para localizarlo se agotarán todas las vías de búsqueda probabilística


teniendo en cuenta su condición física, actividad que realizaba, equipamiento, etc.

En la siguiente imagen se muestran los valores extraídos de las estadísticas de


localización de personas desaparecidas en este rango de edad, imagen 19A, y la
estadística de alejamiento, imagen 19B.

Bloque I Supervisión de la Intervención en Operaciones de Salvamento y Rescate


Imagen 19. A) Localización de personas desaparecidas según estadísticas basadas en la
experiencia. B) Distancia de alejamiento según D50, D75 y D99.

3.2 Condicionantes psicológicos

Algunas personas sufren trastornos psicológicos de base que están catalogados y que,
o bien influyen en su comportamiento y en la respuesta que van a tener ante una
desorientación, o bien pueden ser su causa. Se dividen en cuatro categorías
fundamentales:

o Trastornos neuróticos: ansiedad, fobias, trastornos obsesivo-compulsivos,


trastornos somatoformes y disociativos.

o Trastornos afectivos: depresión y manía.

o Trastornos de la personalidad: paranoide, antisocial, trastorno pasivo-agresivo.

o Trastornos degenerativos del sistema nervioso: Alzheimer y demencias.

La forma en que estos trastornos afectan al desarrollo de una búsqueda es tan variada
como la sintomatología que presentan y sus distintos grados, de modo que se dará un
enfoque práctico: conductas generales y distancias a las que han sido encontrados
mayoritariamente.

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3.2.1 Depresivos

Se caracterizan por:

o Puede existir voluntariedad de desaparecer.

o No responden a llamadas y pueden tender a esconderse.

o A veces han avisado de cómo y dónde van a perderse, lugares significativos o


de buenos recuerdos para ellos.

o Tendencias suicidas.

o No suelen recorrer grandes distancias, aunque, en algunos casos se dedican a


vagar sin sentido pudiendo recorrer distancias superiores a las del adulto
normal.

o Pueden haber consumido alcohol, drogas o medicamentos.

Actuación: La colaboración con los familiares es fundamental. Se debe prestar


atención a toda la información recibida. La búsqueda debe iniciarse de inmediato.
Búsqueda probabilística.
Según los casos, se debe realizar de forma discreta (sin uniformes ni vehículos oficiales,
sin llamarla y en pequeños grupos haciéndose el “encontradizo”) sobre todo si tiene
tendencias suicidas.

En la siguiente imagen se muestra la estadística de alejamiento; Tabla 2.

Tabla 2. Estadística de alejamiento

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3.2.2 Demencia y Alzheimer.

Se caracterizan por:

o Suelen presentar historial de desapariciones.

o No responden a llamadas.

o Sin conciencia de estar perdidos, pueden hablar con otros transeúntes sin
aparentar estar desorientados.

o Pueden presentar dificultades físicas.

o Buscan lugares familiares sin relacionarlos con el entorno.

Actuación: La respuesta debe ser inmediata. Se aconseja utilizar unidades de rescate


canino. Consultar con la familia sobre el historial de otras desapariciones y lugares de
significado afectivo. Búsqueda probabilística y paso a sistemática lo antes posible.
Buscar en proximidades de barreras físicas y regresar al entorno de domicilio y lugares
habituales.

En la siguiente imagen se muestra la estadística de alejamiento; tabla 3.

Tabla 3. Estadística de alejamiento

3.2.3 Deficiencia mental.

Además de los trastornos mentales descritos, otras causas como enfermedades o


traumatismos pueden afectar a la capacidad cognitiva. Se denominará genéricamente
como “deficiencia mental”.

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Respecto a sus características:

o Se trata de trastornos cognitivos con origen traumático o asociado a


enfermedades (ictus, hidrocefalias, parálisis cerebral…).

o No tienen conciencia de estar perdidos.

o No contestan a las llamadas y se esconden o huyen.

o En caso de movilidad reducida, vagabundean sin destino concreto.

Actuación: Respuesta inmediata. Utilizar unidades caninas. Búsqueda sistemática -la


búsqueda probabilística no es eficaz porque se desplazan sin destino fijado-. Atención
a barreras físicas. Reincidir en zonas ya buscadas.

En la siguiente imagen se muestra la estadística de alejamiento; Tabla 4.

Tabla 4. Estadística de alejamiento

3.2.4 Enfermedad mental.

Se caracterizan por:

o Responden al resto de trastornos descritos (paranoides, esquizoides,


antisociales, etc.).

o Se muestran huidizos y no responden a llamadas.

o Una situación de desaparición puede coincidir con una crisis por


desajustes en la medicación (defecto o exceso) pueden mostrarse
temerosos o agresivos y el comportamiento es impredecible, aunque
pueden buscar refugio o sentirse atraídos por lugares singulares

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Actuación: Unidades caninas. Búsqueda sistemática lo antes posible. Buscar en
refugios y lugares que llamen la atención, buscar en barreras naturales o muros.
Reincidir en zonas ya buscadas.

En la siguiente imagen se muestra la estadística de alejamiento; Tabla 5.

Tabla 5. Estadística de alejamiento

3.3 Estado emocional.

En una situación de emergencia, como la que supone encontrarse perdido en un


entorno desconocido y condiciones más o menos hostiles, es normal que el sujeto
sufra ansiedad, angustia, fobias o ataques de pánico, sin embargo, este tipo de
reacciones son normales, ya que son una respuesta adaptativa a una situación
extraordinaria y para la cual, no se tiene una respuesta emocional aprendida o
programada.

La información que se puede recopilar por parte de los conocidos es también


importante para hacerse una idea de la forma de reacción en este tipo de situaciones.

En general hay dos tipos de personalidades dependiendo de la forma de enfrentarse a


los problemas:

 Las de tipo reflexivo tienen un concepto más limitado de sí mismas y buscarán


un refugio o un cruce de caminos, un lugar donde ser encontradas o pedir
ayuda.

 Las de tipo proactivo tienen un alto concepto de sus capacidades que les lleva a
intentar solucionar los problemas por sí mismos, estos buscarán seguir un
camino, curso de agua, etc. hasta encontrar un punto conocido. La pérdida de
control emocional es más probable en el caso de las personas proactivas si no
logran sus objetivos. Cuando se produce suele derivar en pánico.

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3.4 Grado de destreza y equipamiento para el entorno

Es un parámetro a tener en cuenta y, en muchas ocasiones, viene dado por las


circunstancias en las que se ha producido la desaparición, qué actividad realizaba o se
disponía a realizar el sujeto. También es importante la climatología y la época del año u
hora del día.

4 FACTORES PSICOSOCIALES

Durante la intervención en una búsqueda se pueden dar una serie de circunstancias


relacionadas con la presión del entorno social que pueden interferir en la toma de
decisiones, afectar o condicionar la forma en que se trabaja y al resultado mismo de la
acción. Todos aquellos factores originados por el peso de la sociedad que motivan que
se varíe el plan inicial (la forma en que se percibe el hecho en sí de la desaparición por
parte de la sociedad, los prejuicios o tabúes adquiridos por parte del rescatador, la
responsabilidad que se asigna o se auto asigna el rescatador sobre el posible éxito o
fracaso…) se denominan factores psicosociales.

Destacan en estos ámbitos, los siguientes aspectos: alarma social, relación con la
familia, relación con los medios de comunicación y actitud del buscador profesional y
voluntario.

4.1 Alarma social

Los casos que despiertan el interés mediático por ser especialmente dramáticos o por
el misterio que los envuelve, suelen poner de manifiesto la vulnerabilidad de las
personas por un proceso de identificación (casos con menores, grupos de personas,
personajes famosos, etc.).

El rescatador, además, se ve en la obligación de encontrar cuanto antes al


desaparecido para devolver la calma a la ciudadanía. Todo ello puede provocar una
confusión de objetivos, (que es la principal forma en que afectan estos factores) y se
puede caer en la tentación de pensar que el objetivo es calmar esa alteración de la
sociedad y olvidarse de que el objetivo es el hallazgo de la persona desaparecida. Es
entonces que la actitud de la búsqueda puede dejar de ser la adecuada, positiva y
realista.

Por otra parte, los casos de gran alarma social, tienden a la mediatización y la
proliferación de testigos que generan pistas falsas y, aunque hay que verificar todas las
que lleguen, se deben manejar todos los datos para saber qué testimonios son
coherentes con el grueso de los datos y cuáles no. Además, la responsabilidad de que

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las actuaciones vayan a ser observadas y juzgadas por cientos o miles de personas a
través de los medios de comunicación, dentro de una labor tan llena de incertidumbre
como ésta, es una dificultad añadida que no es fácil de sobrellevar.

4.2 Relación con la familia

Las relaciones humanas se basan en la predicción del comportamiento de la persona


con la que se interrelaciona. En este sentido, pese a que es factible imaginar los
sentimientos que puede despertar la desaparición de un ser querido (incertidumbre,
miedo, dolor, culpabilidad…), nadie sabe cómo se puede reaccionar a una situación tan
extraordinaria. Lo más frecuente es que la reacción emocional sea también
excepcional. Por tanto, a efectos prácticos, se debe pensar que lo normal es que se
encuentre a los familiares en un estado emocional alterado.

Aunque, en primera instancia, se desea que el familiar se calme y que no juzgue el


trabajo del rescatador, se debe evitar todo aquello que desvíe el objetivo principal y
único que es encontrar al desaparecido. En este sentido, es importante seguir estas
indicaciones:

o Reconocer el derecho de un familiar a estar alterado, puesto que está


sometido a una experiencia insólita y contra la que no tiene respuesta.

o Ofrecerle una respuesta útil. “Tú no sabes qué hacer, pero yo vengo a ayudarte
a buscar a tu familiar”.

o No dar falsas esperanzas. “Cuando una persona se pierde siempre es difícil


encontrarla”.

o Trasmitirle que se sabe lo que se hace y que, con su colaboración y el trabajo


de una búsqueda concienzuda hasta agotar todas las hipótesis, es muy
probable que se encuentre a la persona o nuevos indicios que ayuden a
avanzar. Una buena gestión de las expectativas, así como trasmitir la idea de
trabajar con un objetivo común, es fundamental para conseguir una actitud de
colaboración.

o Es primordial escuchar al entorno familiar pero lo más práctico es solicitar un


portavoz de la familia que haga de vía de comunicación entre el equipo de
búsqueda y la familia. Esta comunicación debe fluir en los dos sentidos, por eso
se les irá informando del desarrollo de la búsqueda y de los hechos
significativos.

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Es obligado basar esta relación en el respeto mutuo, la confianza y la honestidad.
Ahora bien, no es necesario que la familia lo sepa todo, ni que esté puntualmente
informada de cada detalle. Por ejemplo, ante la aparición de indicios (ropa, calzado,
alguna huella, etc.) serán los terceros en saberlo después del buscador que ha
encontrado el indicio y el puesto de mando.

4.3 Relación con medios de comunicación

Los servicios de emergencia, que pretenden trabajar de una forma sistemática y


ordenada para devolver una situación extraordinaria a la normalidad, pueden verse
alterados por la presencia de los medios de comunicación que centran su objetivo en
ofrecer a su audiencia hechos insólitos, desagradables o escandalosos.

Ahora bien, dado que los medios también pueden contribuir positivamente a los
esfuerzos del servicio cuando se requiere la colaboración ciudadana, es preciso
mantener una buena línea de colaboración e interacción con ellos. De cualquier
manera, se deben amoldar a los tiempos que determina la operación de búsqueda y no
al de la hora de máxima audiencia.

4.4 Actitud psicológica del buscador profesional y voluntario

En ocasiones la voluntad del buscador de querer encontrar a la persona desaparecida


puede verse involuntariamente afectada por factores emocionales tales como:

 Problemas con la actitud de personas allegadas a la víctima: quieren que el


familiar aparezca, pero temen ser ellos quienes lo encuentren (por
sentimientos de miedo o angustia). En otras ocasiones, el afán por encontrarlos
hace que no se atengan a la disciplina de la búsqueda y pueden llevar a otros
buscadores al mismo error.

 En el caso de buscadores con mayor experiencia, la tendencia a identificar el


caso con experiencias anteriores, les puede llevar a adoptar actitudes
derrotistas cuando se compara con situaciones en las que no ha habido éxito.

 Ante la sospecha de que el resultado de la búsqueda sea trágico, el fuerte


estrés emocional puede hacer que el instinto primario de supervivencia
prevalezca sobre la capacidad de razonar y provoque en el buscador un íntimo
deseo de no encontrar al desaparecido, con la consecuente y posterior bajada

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en la autoestima, sentimientos de culpabilidad, etc. De ahí la necesidad de que
el rescatador adquiera unas buenas estrategias de afrontamiento de este tipo
de situaciones.

 En el caso de búsquedas en grandes grupos se puede diluir la responsabilidad o


caer en un exceso de optimismo al pensar que, entre tantos participantes, el
éxito está asegurado. En ocasiones puede llevar a dejar de mirar a fondo un
determinado lugar al pensar que entre tantas personas participando en la
búsqueda “seguro que alguien ha mirado ya”.

 Una mala planificación del tiempo de búsqueda puede llevar al cansancio tanto
del mando como de los miembros del equipo de búsqueda y provocar
comportamientos y decisiones ineficaces. Así, se corre el riesgo de que el
equipo deje de buscar y se limite a recorrer el sector, que el mando amplíe el
espacio entre buscadores, o que utilice cualquier otra fórmula para terminar
antes el sector (con éxito o sin él).

 La espera también es fuente de estrés. Es frecuente que, ante cuellos de botella


en el puesto de mando, los equipos de búsqueda salgan de forma paulatina. Es
importante que esa espera se desarrolle de forma relajada y tranquila.
Disponer de una zona de espera amplia y confortable e informar bien a los
equipos de ayuda a generar tranquilidad. Cuando la espera es larga, los
organizadores colaborarán con el encargado de asignar los sectores, (instarle a
que se dé prisa, provocará más estrés a él y a los que esperan).

Hay que estar atentos para identificar el momento en el que se deja de tener
un nivel de atención adecuado. En tal caso se comunicará al jefe de equipo o de
búsqueda o superior al mando para que se haga una pausa o se sustituya al
equipo.

El cansancio depende de:

o Las aptitudes físicas o mentales: el buscador está y se siente preparado


para moverse por el entorno.

o El grado de motivación e implicación: el buscador está plenamente


convencido del método de búsqueda y se siente parte importante del
plan.

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o La adecuación del ritmo de trabajo a la máxima “menos es más” que se
concreta en esta actitud: mantengo la cohesión del equipo (si es
necesario, me detengo y espero al resto) y no dejo nada sin mirar”.

Entonces, lo ideal es plantearse la búsqueda con optimismo realista, pensando que se


van a desarrollar las mejores técnicas posibles y se va a mantener el esfuerzo
requerido para encontrar a la persona desaparecida.

5 TÉCNICAS O MÉTODOS DE INTERVENCIÓN.

5.1 Métodos de determinación del área de búsqueda

La búsqueda de una persona desaparecida viene determinada por multitud de


aspectos como la naturaleza del entorno, las características de la víctima o el momento
en el que se lleva a cabo la intervención. Así, el carácter de la búsqueda demanda de
los profesionales encargados que seleccionen las técnicas que mejor se adapten a los
rasgos y necesidades propios de cada caso.

Teniendo presente que, en ocasiones, una táctica podrá combinar varias técnicas de
forma simultánea, lo importante es disponer de un método de trabajo que permita
optimizar los recursos de tiempo y materiales de los que disponemos. En este sentido,
llevar un control preciso de las acciones que se realizan y un registro de las zonas
recorridas, jugarán un papel fundamental.

En toda intervención de búsqueda, lo prioritario es determinar el área de búsqueda.


Ésta se refiere a toda la superficie en la que se presupone que existen posibilidades de
localización de la persona desaparecida con arreglo a los datos sobre la víctima y sus
últimos movimientos o sobre el propio terreno y, por tanto, donde se van a desarrollar
los trabajos de búsqueda.

Esta área puede verse modificada o ampliada durante las pesquisas de búsqueda a la
luz de nuevos indicios, pero, debe ser abarcable por los medios de que poseemos en
un período razonable de tiempo.

Llamamos métodos de búsqueda dirigida a los que se emplean para determinarla. Para
determinar un método de búsqueda se debe:

 Conocer la última localización conocida (ULC) de la persona desaparecida.

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 Elegir el criterio que delimite la zona de búsqueda. Existen varios métodos para
ello, que se verán seguidamente.

 Segmentar la zona de búsqueda en áreas más pequeñas, adaptadas a los


tiempos y equipos de búsqueda. La configuración de estos sectores se verá más
adelante cuando se trate la búsqueda sistemática.

Existen varios métodos para delimitar el área de búsqueda:

1. Método Teórico.
2. Método Estadístico.
3. Método Subjetivo.
4. Método de Mattson.
5. Método Combinado.

El método utilizado tendrá un impacto directo en las acciones a realizar durante la


intervención.

5.1.1 Método Teórico

Se centra en la persona desaparecida, ya que se localiza en el mapa su ULC y se realiza


una estimación del avance en línea recta que, atendiendo a su edad y capacidades y
condiciones de entorno, podría haber realizado durante el tiempo transcurrido.

Utilizando esta distancia como radio, se traza una circunferencia en el mapa alrededor
de la ULC (con independencia de la orografía y otras características del entorno), y se
conforma así el área de búsqueda. A continuación, se evalúan las características
topográficas, como los lagos, los caminos, los ríos y los cortados, etc., y el área de
búsqueda empieza a configurarse, llegándose a una subdivisión de segmentos de
búsqueda más manejables o más probables, limitados por las características de la
topografía.

Por ejemplo, un kilómetro recorrido desde el lugar donde la víctima fue vista por
última vez se traduce en un área de búsqueda de 3,1 km2, imagen 20, y si la distancia
que puede haber recorrido son 3 km, el supuesto produce un área de búsqueda de
28,3 km2:

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Imagen 20. Método teórico
5.1.2 Método Estadístico

Este método atribuye a la persona desaparecida un patrón de comportamiento


esperado en función de variables concretas (edad, condición física, perfil psicológico,
etc.) apoyándose en el análisis estadístico de las distancias recorridas desde la ULC por
personas anteriormente encontradas con su mismo perfil.

Este método también contempla el porcentaje de casos anteriores que han aparecido
en entornos con unas características determinadas, lo que permite priorizar la
búsqueda en sectores con mayor probabilidad.

Por ejemplo, si se trata de un niño de 6 años, consultaremos las estadísticas y


encontraremos que:

o En el 50% de los casos se han desplazado 1 km.


o En el 75 % de los casos 1,8 km
o En el 99% de los casos 2.7 km

A partir de esta información se establece el área de búsqueda delimitada por la mayor


de las distancias (en el ejemplo, el radio de 2,7 Km).

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5.1.3 Método Subjetivo

Una vez fijada la ULC, y en función del estudio de los datos del caso y el
reconocimiento de la zona, el director de la búsqueda establece, aplicando su propia
experiencia y criterio, el área y los sectores de búsqueda.

Este método es útil cuando no tenemos certeza sobre la precisión de ULC.

5.1.4 Método de Mattson

Desarrollado por el Teniente Coronel Robert Mattson, añade una variable al método
subjetivo. El área establecida por el director de la búsqueda se subdivide en sectores a
los que cada miembro del equipo de intervención (4 o 5 personas) atribuye un
determinado porcentaje de probabilidad de que se encuentre a la persona en cada uno
de esos sectores. La suma de la probabilidad de todos los sectores debe llegar al 100%.

El porcentaje medio alcanzado por cada uno de los sectores establece la prioridad de
la búsqueda para cada sector.

Por ejemplo, de una estrategia de búsqueda a partir del método de Mattson, imagen
21.

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Imagen 21. Prioridad de búsqueda asignada por el método de Mattson

5.1.5 Método Combinado

Consiste en combinar varios métodos a la vez para conseguir una mayor eficacia en la
búsqueda.

Se parte del método que se utilice con mayor frecuencia para determinar el área de
búsqueda, póngase como ejemplo el estadístico. Determinamos el área de búsqueda y
los perímetros correspondientes a D50, D75 y D99, aunque podemos determinar más
círculos concéntricos desde ULC. El área de búsqueda estará conformada por estos
círculos concéntricos y por los sectores en que subdividamos el área.

Tal como se muestra en la ilustración, imagen 22, las flechas rojas representan los
equipos que buscan perimetralmente y las azules los que realizan rastreo sistemático
de sector.

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Imagen 22. Búsqueda de personas desaparecidas -UPA equivale a U.L.C.-

5.2 Rastreo

Aunque, en ocasiones, los conceptos de búsqueda y rastreo se utilizan como


sinónimos, no lo son; resulta preciso distinguirlos. Podemos diferenciarlos siguiendo
dos criterios:

 Por una parte, en la búsqueda se hace hincapié en el terreno y en el lugar en


que se encuentra la persona. En el rastreo se traza un recorrido desde su ULC
hasta que se perdió y se presupone su ruta en su intento por regresar. Durante
este recorrido, su acción afecta el terreno con señales como huellas, ramas
rotas, restos de ropa o envoltorios, e incluso su propio olor. Los rescatadores
pueden detectar estos indicios y seguirlos hasta la localización del
desaparecido.

 Por otra parte, el término búsqueda suele hacer referencia a la táctica, es decir,
al operativo desplegado; mientras que con el término rastreo nos referimos a
las técnicas disponibles para localizar a las personas desaparecidas.

Un método efectivo de plantear una táctica de búsqueda es marcar objetivos de


localización de indicios a la hora de realizar el rastreo. La víctima es un indicio más (el
definitivo) y los indicios parciales que se vayan localizando nos acercan a ella. El
desaparecido es uno solo, pero los indicios pueden ser numerosos y la minuciosidad es
esencial para percibirlos, por lo que es necesaria la mayor concentración y motivación.

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5.2.1 Uso de perros entrenados

Los grupos especiales de rescate canino existen tanto en algunos cuerpos policiales
como de bomberos. Están formados por los perros y sus adiestradores. Entrenan
continuamente para localizar a personas perdidas o atrapadas. Se tiende a la
especialización de cada equipo en un aspecto concreto de la búsqueda. Así, hay
equipos específicos para búsquedas en derrumbes, en grandes áreas, incluso unidades
subacuáticas especializadas en la detección de cadáveres.

En caso de necesitar y no disponer de un cuerpo de rescate canino, se debe recurrir a


las unidades especializadas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (Policía Nacional y
Guardia Civil) o a agrupaciones voluntarias de unidades caninas.

En la modalidad de rescate canino en espacios abiertos pueden distinguirse dos tipos:

 Perros de Rastro. El adiestramiento de los perros de búsqueda consiste en dar


a oler un objeto que pertenezca a la persona desaparecida. El perro seguirá el
rastro de olor que ha dejado la víctima hasta localizarla. Entonces volverá hacia
su adiestrador para guiarlo al lugar donde se encuentra. El proceso de
búsqueda con este sistema se inicia en el ULC, allí se da a oler al perro una
prenda de la persona desaparecida y se deja que comience a seguir el rastro.
Este método es usado por los Equipos de Respuesta Inmediata en Emergencias
(ERIE) de Cruz Roja.

 Perros de Venteo. Son perros entrenados para localizar y señalar cualquier olor
humano que puedan llegar a percibir. Se suele recurrir a este tipo en sectores
por ejemplo con una vegetación densa, es decir, en zonas donde la búsqueda
es más compleja.

Se comenzará a recorrer el sector en contra de la dirección del viento. El perro


realiza un barrido de la zona siguiendo un trayecto perpendicular al viento,
seguido por el adiestrador. De esta forma aumenta la probabilidad de cruzarse
con alguna corriente de olor, aunque sea poco concentrado. A cierta distancia
(unos veinte metros por detrás) puede acompañar una batida de buscadores -
que el perro haya olfateado previamente para no confundir sus olores con el de
la víctima-. Durante la búsqueda, el perro va identificando los olores que le trae
el viento. Si percibe el olor de una persona, irá hacia ella y ladrará o realizará la
muestra para la que se le haya adiestrado.

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En España, tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional y la unidad de rescate
canino de bomberos usan perros de venteo, que son también los utilizados
para la búsqueda de víctimas de derrumbes y la localización de cadáveres. Esta
versatilidad propicia que la mayoría de los perros de búsqueda sean entrenados
para venteo.

ACATH (asociación canina de trabajo humanitario) entrevista y reportaje de


búsqueda selectiva en grandes áreas mediante la Unidad Canina de Rescate:

https://youtu.be/eYYyzClNOT4

5.2.2 Uso de aparatos aéreos

La utilización de aparatos aéreos, tripulados o no, es una forma efectiva de localización


de personas desaparecidas en espacios abiertos. En ocasiones, son empresas externas
quienes realizan esta labor y pueden apoyarse en el uso de nuevas tecnologías como
cámaras térmicas o de alta definición y localizadores por GPS.

Se delimitará la zona de búsqueda y se sobrevolarán los sectores que mejor se ajusten


a sus características; por ejemplo, amplias llanuras, ríos, cañaverales o zonas
arboladas, son áreas adecuadas para ser asignadas a los medios aéreos. También se les
puede adjudicar que rastreen terrenos con grandes probabilidades como caminos o
carreteras. Hay varias maneras de realizar búsquedas sistemáticas con esta técnica:

o Mediante vuelos en zigzag de un helicóptero.

o Mediante una aeronave no tripulada o dron.

o Mediante una red de drones que vuelen en paralelo.

5.2.3 Seguimiento de indicios (Huellas y otras evidencias)

Una persona extraviada siempre deja rastros en el entorno por el que transita, esto se
traduce en una serie de impactos y huellas sobre la naturaleza. Se calcula que una
persona produce unas 2000 pistas por cada kilómetro que recorre (huellas de pisadas,
ramas rotas, agua turbia o removida, etc.).

Estos signos son conocidos como rastros o indicios. Los hay de tres tipos:

o Físicos. Son huellas evidentes sobre el terreno, debido a su propia actividad, ya


sea huellas de calzado, ramas quebradas, mechones de pelo o tejido, hierba

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aplastada, piedras movidas. También se engloban en este tipo las evidencias
que pueda dejar la víctima cuando confía que la están buscando, como piedras
apiladas o indicadores de dirección, etc.
Otros indicios físicos se pueden encontrar en las aguas enturbiadas por el paso
de una persona, restos de tejidos y pelo en ramas, incluso colillas de cigarro,
envoltorios de cualquier tipo, restos de alguna hoguera, más o menos fríos, si
se tiene la capacidad de encender fuego.

o Químicos. Principalmente son rastros de olor corporal (sudor, aliento, ropa,


colonia, orina, etc.). Los perros detectan este tipo de indicios cuando se
encuentran lo suficientemente próximos para que el viento les acerque las
partículas químicas que constituyen el olor del sujeto.

o Sociales. Dentro de este tipo se diferencian los signos antrópicos de los


tecnológicos:

 Antrópicos. Se basan en los recuerdos de los testigos que se accede a


ellos a través de las entrevistas.
 Tecnológicos. Son aquellos datos que se dejan en las redes sociales,
cajeros automáticos, cámaras de seguridad de establecimientos
públicos (gasolineras, bancos, comercios, etc.) y a los que las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad pueden acceder.

Por ejemplo, a través de las redes sociales la víctima puede haber


comunicado o haber descargado mapas de la ruta que pensaba seguir,
las antenas de telefonía móvil permiten la localización del dispositivo
por triangulación, siempre que el móvil permanezca encendido. El
rescate en grandes áreas urbanas puede servirse del rastreo de
tarjetas de crédito o del visionado de cámaras de vigilancia.

5.2.4 Localización de “trampas de ruta”

Esta técnica consiste en estudiar el terreno en busca de trayectos lógicos, lugares por
los que, de estar por la zona, el sujeto ha transitado con seguridad. Estas zonas de paso
obligado son lugares en los que es probable que queden huellas: puentes o vados,
pasos secos en humedales, crestas de montañas o valles estrechos, intersecciones de
caminos o refugios, así como oquedades entre la vegetación en zonas muy frondosas
son algunos ejemplos.

La localización de las llamadas “trampas de ruta” permite, en algunos casos, acelerar el


proceso de rastreo. Una vez localizadas se balizarán para impedir que pasen otras
personas y puedan desvirtuar las pistas y se inspeccionará la zona detenidamente en
busca de cualquier indicio.

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5.3 Método de búsqueda activa

Es la movilización de los rescatadores por las zonas establecidas a partir de un proceso


de recogida y análisis de información. Tras un detallado estudio se establece una serie
de hipótesis de trabajo acerca de la posible ubicación de la persona desaparecida. Este
método únicamente requiere equipos de trabajo y que exista la posibilidad de contar
con un registro cartográfico para delimitar las zonas a batir y controlar el proceso, de
forma que se evite que se queden zonas sin rastrear.

Tomando esto como base, en función de las características del suceso, del personal
disponible y del momento, se podrán aplicar diferentes métodos de trabajo.

5.3.1 Búsqueda probabilística. Despliegues rápidos.

Este método se emplea inmediatamente tras recibir la denuncia de la desaparición.


Aquí se establecerán las siguientes fases:

1. Zonas a batir de forma prioritaria. Con los datos disponibles en esos primeros
momentos, se identifican las rutas, poblaciones o infraestructuras en las que
sea más probable encontrar al desaparecido como zonas prioritarias a batir y
se envían equipos rápidos -motorizados o no-, para que verifiquen esos
lugares. Estas rutas varían en función de las características del desaparecido.

2. Sectores de búsqueda. Se establecen zonas de búsquedas más amplias que la


anterior y con equipos algo más numerosos, de forma que no solo se recorra
un determinado camino, sino también ambos márgenes (puede revisarse un
margen del camino a la ida y el otro a la vuelta), inspeccionando al tiempo los
edificios aledaños, pozos, alcantarillas, etc. Los caminos y zonas asignadas al
equipo correspondiente como sector de búsqueda, deberán quedar
registrados en un mapa físico o informático.

3. Apoyo de las unidades caninas. El apoyo de unidades caninas, por ejemplo, es


altamente recomendable. Los despliegues rápidos continuarán en función de
que existan hipótesis aún por descartar.

Si no hay resultados en un periodo de tiempo razonable se puede pasar a un método


de búsqueda sistemático.

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5.3.2 Búsqueda sistemática

El objetivo de la búsqueda sistemática es registrar por completo el área de búsqueda


que se haya delimitado. Para ello, se formarán equipos a los que se asignará un sector
de búsqueda representado cartográficamente, así como cada una de las subdivisiones
del área de búsqueda. Cada equipo se despliega en línea recta a lo largo del límite del
sector manteniendo una distancia entre sus miembros que variará en función de las
condiciones del terreno: cuanto mayor sea la visibilidad, mayor puede ser la distancia
entre los miembros del equipo. En todo caso, esta distancia debe permitir la
visualización de los objetos que pudieran encontrarse entre dos miembros contiguos
del equipo de batida.

La prueba de Wartes permite establecer un punto de partida para calcular la distancia


entre buscadores.
Para saber cómo funciona podéis encontrar la información en el siguiente link:

http://ceis.antiun.net/cursos/curso-online-rescates/resources/pantalla66-rescate-
prueba-de-wartes.pdf

Este barrido se establece en cinco pasos:

1. Se utilizan las estadísticas que arrojan las longitudes que han podido recorrer
los perfiles similares a la persona en búsqueda. Estos números arrojan datos
como la relación entre la distancia que han recorrido y el porcentaje de éxito.
2. Se indica en un mapa la ULC del individuo y se establecen alrededor del mismo
dos circunferencias donde se marcan la relación entre longitud y porcentaje de
éxito de casos similares anteriores.

3. Una vez marcados, se establecen cuáles van a ser los sectores donde se va a
intensificar la búsqueda, teniendo en cuenta la orografía del terreno y
elementos que puedan facilitar el hallazgo como, por ejemplo, caminos u orillas
de ríos.

4. El encargado de la operación, distribuirá a los operarios en distintas zonas de


búsqueda según lo siguiente:

o Cada grupo, de entre 3 y 15 personas, contará con un jefe de equipo.

o Se rastreará en primer lugar la zona más cercana a la ULC.

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o La distribución debe hacerse en función de los medios y personas a
utilizar, es decir, cuantos más operarios a participar mayor extensión
podrán abarcar.

5. Si existen desniveles considerables, las búsquedas se efectuarán siempre en


sentido descendente y no al revés para evitar un mayor desgaste físico.

5.4 Método de búsqueda pasiva

El objetivo de la búsqueda pasiva es conseguir que la persona extraviada, bien llegue a


un punto en el que pueda ser rescatada, o bien pueda alcanzar lugares en los que
existan medios de locomoción para regresar a su domicilio o al punto de origen por sus
propios medios.

5.4.1 Localización y guía de navegación

Son técnicas que se utilizan con personas perdidas con las que se tiene posibilidad de
comunicar y mantener una conversación. El primer paso para localizar a una persona
en esas circunstancias es servirse de las referencias que proporcione. Hay varias
fórmulas para conseguir esto.

o Si la persona perdida dispone de teléfono móvil operativo y hay antenas


próximas, se puede localizar la ubicación del aparato por triangulación de la
señal. Disponer de la aplicación “localízame” de WhatsApp o de cualquier otra
semejante, puede propiciar que envíe su situación.

o Si tiene un mapa topográfico, puede triangular por sí mismo su posición y, si


tiene GPS, puede precisar las coordenadas exactas.

o La más básica, cuando la persona no dispone de ninguno de estos soportes, es


la orientación gracias a los accidentes geográficos. A través de su ULC se puede
determinar el entorno y solicitarle que localice visualmente accidentes
geográficos o infraestructuras muy evidentes. Se necesita localizar tres o más
elementos. A continuación, se le solicita que intente hacer un cálculo
aproximado de su orientación (guiándose por el sol). Se trazará una línea sobre
el mapa, desde cada punto observado en la dirección opuesta a la que mira la
víctima. El punto en el que se crucen estas líneas será la localización
aproximada. Si existe la posibilidad de utilizar una brújula, la localización será
más exacta y rápida.

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Una vez identificado el punto, se puede proceder al rescate, o si su ubicación y
condiciones lo permiten, se le puede guiar hasta una zona más segura (incluso su
vehículo). Para ello se le transmitirá una detallada guía de desplazamiento en la que,
paso a paso, se describa el camino e itinerario a seguir. Se comprobará periódicamente
que su rumbo es el correcto para llegar al objetivo.

5.4.2 Balizamiento

Dentro del área de búsqueda, siempre que se considere que la persona se encuentra
en movimiento, el balizamiento se puede usar en zonas donde la búsqueda resulte
especialmente complicada (por ejemplo, densa vegetación). Consiste en marcar todo
el perímetro de la zona elegida con avisos destinados a la víctima para que
permanezca junto a las balizas, con mensajes del tipo: “Estamos intentando localizarle.
Espere aquí. Pronto vendrán en su ayuda”. El objetivo es que, en su deambular, la
víctima se encuentre con una de estas balizas. Dado que los rescatadores recorren el
perímetro, se localizará al sujeto.

5.4.3 Cerco o delimitación

Esta técnica, semejante a la anterior, está indicada para zonas abiertas. Con la zona de
búsqueda delimitada en el mapa, se crean uno o varios perímetros concéntricos
dentro de las distancias de probabilidad y se selecciona una serie de puntos
estratégicos de vigilancia preferentemente altos, pues se pretende tener visibilidad de
todo el perímetro acotado, imagen 23.

Esta vigilancia estática persigue cortar el paso a la víctima si, en su alejamiento del
ULC, atraviesa uno de estos puntos. Este método se adapta especialmente bien a
entornos de alta y media montaña, siempre y cuando la vegetación sea escasa.

Además, permite que las personas menos preparadas físicamente puedan colaborar en
la búsqueda, ya que pueden desplazarse en vehículo hasta el punto de vigilancia y
realizar su labor sin esfuerzo físico.

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Imagen 23. Técnica de cerco

6 TÁCTICAS DE INTERVENCIÓN: LOCALIZACIÓN Y BÚSQUEDA

6.1 Localización en caso de perdidos

En determinados casos, los servicios de emergencia reciben avisos en los que son los
propios extraviados quienes informan de su situación, ya que disponen de algún medio
de comunicación. En estos casos nos referimos a ellos como perdidos.

Actualmente, esto es posible gracias a la telefonía móvil, en estos casos se recurrirá a


la técnica localización y guía de navegación, comentada en el punto 5 anterior. Aunque
podría darse el caso de que formaran parte de algún tipo de empresa o servicio público
que disponga de comunicación vía radio.

6.1.1 Localización de telefonía móvil

Si el aviso nos llega a través del teléfono de emergencias, el primer paso que tiene que
dar el jefe de búsqueda es solicitar al coordinador que le ponga en contacto con la
persona que llamó. Una vez establecido el contacto, se le requerirá toda la información
posible para determinar su localización exacta y fijarla en la cartografía.

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A. Ubicación de la víctima a través de su móvil.
Los contratos con los operadores de telefonía móvil pueden incluir o no
paquetes de datos* para el terminal de la persona perdida. Estas aplicaciones
son servicios adicionales que, en principio, se ofertan con el objetivo de
localizar a menores o mayores con deficiencias en caso de perderse. También
se utilizan para localizar el aparato en caso de extravío o robo.

A través de una página web a la que se accede con una clave, se puede
consultar la ubicación del terminal (habrá que contactar con el titular del
servicio, en caso de que no sea la persona que llama). Si el terminal no está
incluido en un servicio de estas características, se podría activar de forma
inmediata, al menos en teoría, entrando en la web de la compañía o llamando
en ese momento. Se contrata el servicio y el usuario recibe una clave con la que
entrar. Se tiene que facilitar el número de teléfono que se quiere localizar
(cuando el sistema es por triangulación de señal, no debe ser de doble tarjeta
porque se cruzan las antenas de ambas compañías y da posición errónea). La
persona perdida recibirá un mensaje de texto solicitando que autorice al titular
a localizar su terminal, con lo que ya se puede dar por concluido el proceso de
activación del servicio.

En los casos en los que se intenta localizar a personas desaparecidas esta


herramienta resulta menos eficaz, ya que el solicitante debe demostrar la
legitimidad y urgencia en la solicitud. Además, el sistema informático está
programado para activar la app al aceptarse el servicio a través de un mensaje
de texto del teléfono a localizar.

Una vez activado el servicio, se accederá a la aplicación para solicitar la


ubicación del número de teléfono de la persona perdida. Aparecerá situada en
Google Maps o un el programa similar que utilice la compañía. Otra aplicación
muy útil para estos casos es WhatsApp. Dado que solo se puede enviar la
posición durante una conversación con alguno de los contactos, si a la persona
que recibe la llamada no le llega el paquete datos, la localización no será viable.

B. Con el GPS del móvil.


Le pediremos al sujeto que nos indique las coordenadas, el formato de las
mismas y datum pues si ambos formatos de datum y coordenadas no son
coincidentes, habrá que modificar nuestro datum y las coordenadas del GPS
para hacerlo coincidir. A continuación, hay que introducir las coordenadas
indicadas, en nuestros localizadores o navegadores. Para terminar, se deberá a
cambiar de nuevo el formato a hh. mm. ss. con el datum con el que trabaje el
servicio de rescate de forma que se puedan comunicar las coordenadas
resultantes a todo el operativo.

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C. Si no dispone de móvil.
La estrategia a seguir consiste en tratar de ubicarlo en el mapa valiéndonos de
los datos que nos aporta. Primero, fijaremos el entorno solicitando que nos
indique el último lugar del que tuviese absoluta seguridad de saber dónde se
encontraba.

Por ejemplo: “Aparqué el coche en la plaza del pueblo X y salí por una calle
detrás de la iglesia hasta un camino que continuaba de frente. En el primer
cruce, giré a la izquierda y el camino se fue metiendo en un pinar”.

Si determinamos la hora de salida y la hora actual, sabremos el tiempo que ha


estado caminando o parado y si ha pasado por algún lugar destacable (ríos,
tendidos eléctricos, edificios, cañones, barrancos, etc.). Con toda esta
información se podrá acudir al mapa y volcar los datos aportados,
reproduciendo, en primer lugar, el recorrido conocido de la víctima para
determinar su ULC. Después se calculará la distancia recorrida a partir del
tiempo que lleva caminando (en un plano 1:25000, cada cuadrante de las
coordenadas UTM equivale a 1 Km2). Si al ubicar en el mapa los accidentes
geográficos que nos ha indicado, no es posible localizarlo, se actuará a la
inversa. Es decir, se localizarán aquellos que sean fácilmente identificables y le
pediremos que intente distinguirlos y determinar su orientación aproximada.

6.1.2 Guía

Una vez fijada la localización exacta en el mapa, se determinarán las coordenadas y se


dispondrá la operativa de rescate. En el caso de perdidos en zonas muy alejadas se
puede contemplar la posibilidad de guiarlos hacia un lugar más visible o confortable en
el que puedan esperar a los equipos de emergencia. Esto solo se realizará con las
siguientes pautas:

A. Si no dispone de móvil o GPS. El objetivo hacia el que se le guiará ha de


encontrarse a menos de 500 metros y no deben existir obstáculos para que
pueda alcanzarlo sin dificultad.

B. Si dispone de móvil o GPS. Habrá que asegurarse de que se podrá mantener la


comunicación. No conviene hacerle recorrer más de 3 kilómetros en línea recta
o cinco en total. En este caso iremos confirmando la ubicación cada 15
minutos.

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Si es posible hacerle llegar hasta su vehículo, podrá regresar a su domicilio, o bien a
una población cercana donde los servicios locales puedan prestarle asistencia.
También se le podría guiar a algún refugio o carretera donde aguarde la llegada del
equipo de emergencia.

6.2 Localización en caso de desaparecidos

No se debe olvidar que, tratándose de una persona desaparecida, no se tiene


contacto; por tanto, es su entorno el que requiere los servicios de emergencia para su
búsqueda. La localización dependerá en gran medida de los datos e indicios que se
puedan recabar.

La primera información necesaria es la que permite comprobar si la actuación de los


servicios de emergencia es necesaria. El hecho de que una persona adulta decida
marcharse, no constituye una emergencia y su ausencia no justifica establecer un
operativo de búsqueda, tanto desde el punto de vista de seguridad, como policial.

Los casos en los que se justifica el operativo de búsqueda son: víctima dependiente,
victima independiente (con riesgo vital objetivo) y alarma social.

A. Víctima dependiente. Una persona es una víctima dependiente cuando no


pueden transcurrir más de 24 horas fuera de un entorno humanizado sin sufrir
riesgo vital (daños importantes para su salud o integridad física). A su vez, este
riesgo puede ser concreto o indefinido.

 Riesgo vital concreto: la víctima tiene necesidad acceder a


medicamentos o tratamientos de forma periódica, por ejemplo,
enfermedades cardíacas, diálisis, diabetes, esquizofrenias, etc. Ante
estas situaciones se pueden valorar los perjuicios derivados del
abandono de los tratamientos necesarios y estudiar si, por sí mismos,
justifican la intervención de bomberos al tratarse de un rescate.

 Riesgo vital indefinido: derivado de dificultades de movilidad, sensitivas


o intelectuales que no suponen un riesgo específico, pero incrementan
las posibilidades de accidentes, desorientación, ahogamiento o
hipotermia. En este apartado se incluyen también los niños menores de
seis años. Sin necesidad de alcanzar un límite temporal marcado, en
este caso se trataría también de rescate.

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B. Víctima autónoma. Se habla de víctima autónoma cuando la persona
desaparecida tiene plenas capacidades físicas y mentales y no presenta
enfermedad que precise atención o tratamiento urgente. Los servicios de
rescate no tendrían competencia en la localización de esta persona, excepto si
existen indicios de que se enfrenta a un riesgo objetivo y externo (riadas,
avalanchas, accidentes, golpe de calor, etc.)

Por ejemplo: Si alguien da la alerta de que una persona salió a hacer


senderismo y que ya debería haber vuelto, cuando se están registrando
temperaturas extremas o fuertes tormentas, existe un riesgo vital objetivo que
justifica la asistencia a la víctima.

C. Alarma Social. Puede darse el caso de que, sin existir riesgo para la persona
desaparecida, se trate de alguien popular (muy conocido o querido del público
en general) o que el caso haya llegado a los medios de comunicación. Existe
entonces la posibilidad de que personas, sin medios ni preparación, organicen
una búsqueda voluntaria que pueda ser fuente de riesgos y accidentes ya que
carecería del control y la coordinación necesarios. En tal caso, activar el
protocolo de búsqueda estaría debidamente justificado.

El resto de casos serían competencia policial y la actuación de los bomberos


consistiría en aportar colaboración técnica u operativa.

6.3 Gestión de una Búsqueda

La gestión de una búsqueda requiere activar una serie de mecanismos organizados que
persiguen tres objetivos:

 Recabar y organizar toda la información disponible sobre la persona


desaparecida y el entorno en el que se mueve.

 Movilizar y coordinar todos los medios necesarios, tanto materiales como


humanos para realizar una adecuada intervención.

 Plantear las hipótesis de búsqueda y planificar el operativo encaminado a la


localización de la víctima. Trabajar para conseguir estos objetivos requiere
disponer de un orden jerarquizado.

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6.3.1 Organigrama

En este apartado se muestra el orden jerarquizado u organigrama de la parte


organizativa a la que se adscriben los distintos grupos de acción según sus propias
competencias y de la parte operativa de la organización de la búsqueda en sí misma,
imagen 24.

Grupos de acción dentro de la parte organizativa:

 Gabinete de información: órgano próximo al PMA (Puesto de Mando


Avanzado) que gestiona la información en varias direcciones.
 Jefe de búsqueda: está al mando del grupo operativo. En él se integra el grueso
de los recursos humanos, provengan del cuerpo que provengan. Lo
conveniente es que cada uno acoja tanto voluntarios, bomberos, sanitarios o
personal de las fuerzas del orden, que no estén adscritos a aquellos que
realizan las funciones que les son propias.

 Grupo de rescate: puede incorporarse como parte del grupo de intervención. El


jefe de búsqueda valorará su creación y les asignará tareas cuando prevea que
la persona perdida se encuentre herida o atrapada o se pueda localizar a en
lugares de difícil acceso.

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Imagen 24. Ejemplo de estructura organizativa, adaptación del Protocolo de
búsquedas del CEIS Guadalajara al PLATECAM

A. Puesto de Mando Avanzado (PMA)


Cada miembro del personal adscrito al operativo de búsqueda recibe órdenes
de sus propios mandos, lo que implica que el de mayor grado en la zona de
intervención debe coordinarse integrándose en el Puesto de Mando Avanzado
donde, coordinados por el máximo responsable (en el caso del ejemplo, el
responsable del CEIS Guadalajara), participarán de toda la información y toma
de decisiones.

El PMA se encontrará allí donde esté su máximo responsable. Sin embargo, lo


ideal es determinar un lugar concreto y dotarlo de los medios necesarios para
las funciones que va a llevar a cabo. El emplazamiento conviene ubicarlo cerca
del área de búsqueda, a ser posible donde se pueda dominar visualmente la
mayor parte de la zona, siempre que se disponga de buen acceso para
vehículos y cobertura de comunicaciones. Se debe tener también en cuenta el
espacio necesario para la recepción de medios y el que necesita el resto de
grupos para el desempeño de sus tareas.

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B. Recepción de medios
La recepción de medios no está reflejada en el organigrama y no es un grupo
propiamente dicho, pero a modo de “extensión” del jefe de búsqueda, es una
zona que resulta fundamental para gestionar los recursos de la actuación y
determinante para el óptimo funcionamiento de la intervención.

Como se viene demostrando en numerosos protocolos, una buena táctica


depende en muchos casos de una adecuada sectorización, y una buena
organización depende de una correcta distribución de los distintos organismos
implicados. Así, antes de comenzar, es muy útil localizar el lugar físico en el que
se ubicará el PMA y el resto de zonas necesarias (logística, sanitaria, zona de
prensa, de descanso o de aparcamiento) a cuyas áreas se tendrá acceso previo
paso por el área de recepción de medios, a fin de que la incorporación de
medios se realice de manera ordenada, imagen 25.

Es importante que se disponga de una amplia zona de espera y un cuello de


botella, único paso al resto de zonas. Se utilizará una mesa y sillas para recoger
el registro de todo el personal que se incorpore a la búsqueda. El número de los
responsables de esta función debe ser acorde a la magnitud de medios que se
vayan a utilizar. Sus funciones consisten en:

 Recibir y recoger el registro de los distintos cuerpos participantes,


brindándoles una breve explicación del desarrollo actual de la
búsqueda.
 Localizar al responsable de cada cuerpo participante y dirigirlo a PMA.
 Identificar a los que van a colaborar en la búsqueda y enviarlos a la zona
correspondiente para que puedan desarrollar sus diferentes
competencias (sanitaria, logística, etc.) o al área de descanso.

 Enviar los vehículos de transporte (los que no se emplearán en el


operativo) a la zona de aparcamiento gestionada por las FFOO (Fuerzas
del Orden: Carabineros y la Policía de Investigaciones).

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Imagen 25. Ejemplo distribución

C. Grupo de Orden
El Grupo de orden está conformado por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (en
España, integradas por el Cuerpo Nacional de Policía, la Guardia Civil, los
cuerpos de policía de las CC.AA. –en caso de que dispongan- así como la Policía
Local o Municipal).

Este grupo mantendrá una estrecha colaboración. Al mando estarán el capitán


de guardia civil, el jefe provincial de policía y el jefe de policía local. Sus
funciones serán:

 Facilitar y asegurar la actuación de todos los grupos: Grupo Sanitario,


Grupo Logístico, Área de Información, Grupo de Intervención, Equipos
de Búsqueda y Equipos de Rescate.

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 Controlar la fluidez y seguridad del tránsito de los vehículos que
acceden al área de búsqueda. Indicándoles claramente la localización
del área de recepción de medios y controlando el acceso a la zona de
aparcamiento.
 La coordinación con el grupo sanitario para priorizar el tráfico de
ambulancias si deben salir de la zona de intervención para trasladar
algún herido.

 Investigar las hipótesis relacionadas con sus competencias (medios de


transporte, telefonía móvil, testigos, etc.).

 Controlar las carreteras y caminos de acceso a la zona de búsqueda con


dos fines:

o Evitar el tránsito de personal ajeno a la búsqueda.

o Localizar a la persona desaparecida en el caso de que hubiera


recorrido más distancia de la prevista.

 Disponer de vehículos todo terreno de dos y cuatro ruedas para realizar


búsquedas probabilísticas en caminos forestales.

 Disponer de la utilización de unidades caninas a las que se les asignarán


los sectores más adecuados.

 Balizar y señalizar el entorno del puesto de mando y de los lugares que


sea preciso.

 Apoyar en las tareas de búsqueda a aquellos que se integren en grupos


de búsqueda sistemática.

 En caso de ser necesario, solicitar la colaboración de la población, para


localizar e identificar a la persona desaparecida.

 Avisar a todos los equipos de búsqueda y a los colaboradores de su


retorno una vez concluida la búsqueda.

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D. Grupo Sanitario
Está formado por el personal del Servicio de Salud (médicos y técnicos) y el
personal voluntario de la Cruz Roja. Están coordinados por el mando de la unidad
sanitaria que acude al lugar designado por el Servicio de Salud correspondiente.
Este grupo se encarga de:
 La atención y traslados sanitarios del personal que interviene en la
búsqueda, ya sea por posibles accidentes o por problemas de salud
derivados de sus funciones (hipotermia, calambres, deshidratación, cuerpos
extraños, lipotimias, etc.).

 Cuando se localiza a la víctima, valorar su estado, prestarle la atención


prehospitalaria y, si es preciso, trasladarla en las mejores condiciones.

 Colaboran en la búsqueda sistemática integrándose en los equipos de


búsqueda.

E. Grupo Logístico
Está conformado por Protección Civil, pero también puede participar Cruz Roja,
Bomberos o incluso voluntarios o empresas privadas. Estarán a las órdenes del
coordinador provincial de protección civil. Sus funciones son:

 Aportar y mantener todos aquellos materiales, herramientas y equipos que


sean necesarios para la intervención.

 Avisar a la población y divulgar fotografías y datos que faciliten el


reconocimiento de la persona desparecida.

 Proporcionar iluminación durante los trabajos nocturnos.

 Aportar los equipos de comunicaciones que se precisen.


 Proporcionar asistencia social y psicológica a la víctima y a los familiares.

 Abastecer de agua, alimentos y combustible.

 Ayudar en la llegada y partida del personal civil que colabora en la


búsqueda.

F. Área de Información
Se ubicará en las inmediaciones del puesto de mando y resulta fundamental en
este tipo de intervenciones. En ella se integran las siguientes personas: el jefe de

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prensa de la Diputación Provincial, el personal encargado de la recopilación de
información para la elaboración de hipótesis de búsqueda (tanto de bomberos,
como de FF.OO.) y el portavoz de la familia. Esta Área dispondrá de dos zonas
diferenciadas y suficientemente aisladas, una como zona de trabajo y otra para
recibir a la prensa. No hay un mando predefinido, este grupo depende de las
instrucciones del jefe de servicio. Sus funciones son:

 Entablar un diálogo fluido entre el operativo de búsqueda y el portavoz de


la familia en que se recoja de toda la información útil para establecer las
hipótesis de búsqueda.

 Aportar a la familia información actualizada sobre el desarrollo de las


labores de búsqueda y confirmar con ella los indicios encontrados.

 Solicitar la colaboración de los medios de comunicación difundiendo las


campañas de colaboración ciudadana que se consideren oportunas.

 Consensuar los datos con los participantes y el portavoz de la familia y


canalizar, a través del jefe de prensa, las notas de prensa a los medios de
comunicación en los que se informe sobre la marcha de los trabajos.

 Requerir y tomar cuantos testimonios sean necesarios en relación al caso,


tanto de forma presencial como telefónica o por cualquier otra vía.

 Trasladar toda la información disponible al PMA y al jefe de búsqueda.

 Intentar informar, por norma, cada hora a la familia sobre la marcha de los
trabajos y pactar con ellos los comunicados que se hagan llegar a la prensa.
Esto mismo se hará cada vez que se cambie de fase o haya nuevos indicios o
novedades destacables y, por supuesto, cuando se localice a la víctima.

G. Grupo de Intervención
Se encarga de elaborar un plan de acción, organizar su puesta en práctica y
ejecutarlo. Este grupo está formado por bomberos y por todo el personal
disponible no integrado en las labores propias de los grupos anteriores.

El mando lo ejerce el jefe de guardia (Jefatura Operativa o J0), que necesitará, en


caso de pasar a búsqueda sistemática, de la colaboración de un segundo mando,
de modo que:

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 Uno se encargue de elaborar las hipótesis de búsqueda y mantener la
comunicación con el PMA, al mando del oficial jefe de servicio.

 Otro asigne sectores a los distintos equipos de búsqueda.

H. Equipos de Búsqueda
Se encuentran al mando de un jefe de equipo o de sector (Cabo de Jefe de
Dotación o bombero -CJD/BB-). Es aconsejable que se trate de un equipo
multidisciplinar, coordinado por uno o varios bomberos.

No está de más aclarar que jefe de equipo y jefe de sector suelen ser lo mismo
salvo que un equipo se divida en dos sectores a los que se asignarán sus
correspondientes jefes. Es decir, jefe de equipo hace referencia al grupo de
personas que coordina y jefe de sector al área que se le ha asignado.

Para formar los distintos equipos, todo el personal se incorpora en el área de


recepción de medios (ARM) y allí completan y entregan las fichas de registro. En
ellas se identifica qué personas se incorporan a los respectivos grupos y cuáles a la
búsqueda. Desde el ARM se encaminan al Área de descanso donde aguardan a que
se les distribuya entre los distintos equipos. Éstos serán más o menos numerosos
en función del sector que se vaya a rastrear y del número de jefes de sector
disponibles. Sus funciones se concretan en:

 Recibir las instrucciones precisas de jefe de búsqueda o de la persona en


quien delegue.

 Reconocer e integrarse con las personas del grupo al que han sido
asignados.
 Dirigirse junto con el resto del equipo al sector asignado.

 Permanecer en las labores de búsqueda de su sector mientras dure la


misma y notificar al jefe de sector cualquier indicio que pudieran localizar,
así como si se encuentran cansados o sufren cualquier otra incidencia.

 No abandonar el grupo y comunicárselo al jefe de equipo hacen caso de


hacerlo.

I. Equipos de rescate
Se encuentran a las órdenes de un jefe de equipo (J0, CJD de bomberos). Actúan
cuando la víctima es localizada o en caso de accidente de algún miembro de la

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búsqueda que requiera una actuación especial (riadas, espeleología, derrumbes o
rescate en altura). Estará formado por el personal y equipos necesarios según el
caso. Sus funciones son:

 Planificar y preparar los materiales necesarios.

 Acceder al lugar del accidente.

 Realizar las actuaciones necesarias para poner a los afectados a disposición


del transporte o los medios sanitarios con la mayor seguridad posible.

 Informar al PMA de las circunstancias y el desarrollo de la intervención.

6.3.2 Desarrollo secuencial de una búsqueda

Cuanto menos tiempo transcurra desde que se produce la desaparición hasta que se
reciba el aviso en los servicios de emergencia, más sencillo y efectivo será el trabajo a
realizar.

Seguidamente se explica los pasos a seguir para el desarrollo de una búsqueda:

1. Recepción del primer aviso

Es muy poco habitual que el primer aviso de una persona desaparecida llegue al
teléfono del servicio de Bomberos. Lo más frecuente es que este tipo de incidencias se
reporten a las Fuerzas del Orden. Desde estas se lleva a cabo una labor policial útil,
aunque parcial, pues supone solo una parte del conjunto de técnicas que, sobre todo
en operaciones de búsqueda en las que existe riesgo vital, es preciso activar de forma
simultánea. Así, el centro coordinador que atiende telefónicamente la emergencia
(112) o las FF.OO. han de identificar esta situación y activar al servicio de bomberos.

2. Recepción de aviso en el Cuerpo de Bomberos

El aviso será atendido normalmente por CJD del parque cuya zona de actuación incluya
el municipio desde el que llega el aviso o donde se informa de la desaparición del
sujeto. El cabo recibe la información, toma nota del tipo de salida (búsqueda en
grandes áreas) y la localización de la misma. De forma inmediata se informa al jefe de
guardia (J0), que se prepara y se dirige, junto a la dotación, al lugar de los hechos.

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3. Recogida de la información

El jefe de guardia se pone en comunicación con el alertante y procede a realizar una


primera toma de datos sobre el desaparecido con el fin de obtener respuestas a las
siguientes preguntas reflejadas en la siguiente imagen 26.

Imagen 26. Primera toma de datos con el alertante.

4. Planificación rápida

Fruto de un razonamiento lógico sobre estos datos preliminares, se elabora un plan


basado en las primeras hipótesis de búsqueda, se establecerá el área de búsqueda y
los puntos de mayor probabilidad de localización. En la elaboración de este plan ya se
avanzan los posibles sectores de búsqueda, se asignan las técnicas de búsqueda que se
emplearán en cada sector y se estiman las necesidades de personal y de los equipos
que vamos a precisar.

En caso de búsquedas más complejas, se desarrolla la sectorización antes de proceder


a la movilización.

5. Movilización al lugar de ULC y evaluación

Se organiza el convoy de salida con una Bomba Rural Pesada y un vehículo


todoterreno, además de un vehículo de Mando con J0. Durante el trayecto se puede
continuar recibiendo información y preparando la cartografía. Al llegar al destino, el
jefe de búsqueda inspecciona toda el área con el fin de verificar que la zona coincide

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con lo estimado en el plan inicial. Esto es, que tanto el área de búsqueda como los
sectores que se han planteado se adecuan al escenario y que todas las hipótesis de
búsqueda resultan realistas a la vista del terreno. Si alguna de las hipótesis iniciales
resulta ser inadecuada, debe descartarse.

6. Delimitación y sectorización inicial de la primera búsqueda probabilística

Aproximadamente, durante una hora (FASE 1) se llevará a cabo una búsqueda


probabilística inicial partiendo de las hipótesis trazadas en la planificación. Se trata de
despliegues rápidos que recorren las rutas que probablemente haya tomado el sujeto
desaparecido (por ejemplo, del colegio a casa, de un pueblo a otro, del camping a un
pueblo cercano, etc.).

A cada una de estas rutas le corresponderá un sector y un orden de prioridad. Como


mínimo será recorrido por una pareja formada por un jefe de sector y un bombero.
Resulta imprescindible que utilicen un GPS con el track activado, de esta manera
queda registrado todo el recorrido que se realiza en esta fase del despliegue. Si es
posible, el sector estará cargado en la memoria del aparato. Si no se obtienen
resultados se pasa a la siguiente fase.

7. Revaluación y movilización de recursos

El jefe de búsqueda recopila la información de forma exhaustiva, para completar la


ficha de búsqueda con todos los datos y evaluar la necesidad de realizar una búsqueda
sistemática, en función de las nuevas hipótesis que se valoren sirviéndose de la
información que se va recibiendo.

Se calcula el personal y los materiales necesarios y se solicita la colaboración de los


recursos adecuados para trabajar durante las siguientes veinticuatro horas (FASE 2).

También se realizan estimaciones de los medios de los que se puede disponer y de los
plazos de tiempo que necesitan para incorporarse. Se moviliza un J0 adicional
dedicado a apoyar la organización porque, en este breve plazo de tiempo, se deberá
acondicionar un PMA elemental, así como un espacio para la recepción de medios y
para las zonas de los distintos grupos.

También entonces se preparan las hojas de filiación, las fichas de búsqueda y los
mapas tamaño A4 de los que se servirán todos los equipos de búsqueda implicados.

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8. Sectorización y registro de medios

A la llegada de un jefe de guardia de apoyo, el jefe de búsqueda será el de mayor


graduación (o antigüedad, en caso de igualdad). Entre sus labores se encuentra:

 Realizar la sectorización del área de búsqueda.

 Preparar el equipo informático y los aparatos GPS.

 Utilizar el programa BaseCamp para trazar los distintos sectores de búsqueda,


tanto en forma como en tamaño de manera que se adapten al tipo de terreno y
a las aptitudes de los equipos de búsqueda.

 Crear sectores tanto para las rutas de búsqueda probabilística como para las
áreas que se rastrearán de forma sistemática.

 Cargar los sectores en la memoria de los GPS y tenerlos preparados para el uso.

 Plastificar la ficha de búsqueda junto con los planos A4 de la zona en ortofoto y


en plano formato BaseCamp.
 Dar salida a cada jefe de equipo hacia su sector asignado.

 Mantener la comunicación periódica (como mínimo cada quince minutos) con


todos los jefes de equipo durante la búsqueda.

 Llevar un seguimiento cronológico de toda la intervención.

 Recopilar y gestionar toda la información que siga llegando.

El segundo J0 se denomina jefe de campo a fin de diferenciarlo del jefe de búsqueda.


Concretamente ejerce estas funciones:

 Organizar el área de recepción de medios y supervisar la creación ordenada del


resto de zonas.

 Comprobar que todo el personal que llega está equipado adecuadamente y se


integra en el operativo.

 Recibir a los distintos mandos y los dirige al PMA.

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 Recibir los vehículos, equipos y herramientas especiales de los diferentes
servicios que llegan, los guía a la zona de logística. Solicitar la elaboración de un
listado de todos estos recursos para transmitirlo al PMA.

 Informar al jefe de búsqueda del número de buscadores y de jefes de equipo


disponibles.

 Diseñar los equipos, distribuir los componentes de cada equipo y crear


personalmente aquellos que necesiten unas características especiales (grupos
de rescate canino, grupos de alta montaña, etc.).

 Dar las instrucciones pertinentes a los equipos de búsqueda y ponerlos bajo la


supervisión de cada jefe de equipo.

 Conservar el listado de equipos conformados.

En las búsquedas a pequeña escala, J0 realizará las funciones tanto de jefe de


búsqueda como de jefe de campo, incluso de Gabinete de Información.

9. Búsqueda sistemática

Mientras se continúa en Fase 2, la dotación del parque de la zona de actuación cuenta


con el apoyo del parque de la zona vecina y con el personal voluntario o FF.OO. que se
encuentren en la zona.
Los equipos y sectores de búsqueda sistemática se plantean para una zona de
búsqueda equivalente a D50 y se priorizan en función de la evaluación previa, que no
tiene por qué coincidir necesariamente con los más próximos a ULC. A estos sectores
se les denomina en función de la prioridad. Se pueden usar números para los sectores
probabilísticos (Sector 1, 2, 3...) y letras para los sistemáticos (Sector A, B, C.…).

La búsqueda sistemática se inicia cuando los equipos se encuentran equipados y


preparados para acudir a su sector prediseñado e introducido en un GPS de búsqueda
y navegación.

Los equipos de búsqueda pueden salir simultánea o paulatinamente, a medida que se


diseñan los sectores y se actualiza la documentación necesaria. Estarán al mando de
un jefe de equipo cuya responsabilidad es:

 Controlar y llevar al equipo al sector asignado.


 Manejar el GPS para garantizar la batida de todo el sector asignado.

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 Verificar que se mantiene la posición y la actitud adecuada de todos los
buscadores.

 Garantizar la seguridad de todo el equipo y comprobar que el sector se ajusta a


las capacidades de los buscadores implicados.

 Comunicarse con el jefe de búsqueda solo cuando haya hallazgos o dificultades,


o al entrar y salir del sector asignado (el jefe de búsqueda establecerá
comunicación periódica con todos los jefes de equipo). Cuando se termina de
revisar cada sector se regresa al área de descanso, salvo que el jefe de
búsqueda les asigne otro sector en la zona.

 Velar por el correcto descanso y avituallamiento de todo su equipo al regresar


al área de descanso, de forma que se encuentren en condiciones para retomar
la búsqueda si fuese preciso.

Transcurridas 24 horas desde la desaparición sin que exista un resultado positivo, la


operación pasa a (FASE 3). Este período de veinticuatro horas puede variar en función
de las horas de luz.

10. Reevaluación y movilización de recursos

Transcurridas las primeras veinticuatro, se constata en los registros del programa


BaseCamp la batida realizada sin éxito en unos determinados sectores (D50 desde ULC
como se ha planteado).

La búsqueda debe proseguir hasta que se haya descartado la presencia del


desaparecido en un área en la que se hayan localizado el 99% de los desaparecidos
(D99).

Decretar la Fase 3 implica la ampliación del personal con bomberos adicionales a los
del turno del día. Tiene que incorporarse personal suficiente para coordinar los
equipos necesarios para realizar la batida de los sectores restantes, desde D99 hasta
los que se hayan cubierto hasta ese momento.

Durante la reevaluación se valorarán los siguientes aspectos:

 Volver a analizar toda la información, tanto la inicialmente recabada como la


adicional.

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 Analizar los indicios encontrados.

 Valorar nuevas hipótesis de búsqueda a la luz de las últimas informaciones.

 Plantear el número y el tamaño de los sectores restantes.

 Planificar las técnicas de búsqueda para cada sector, así como el personal y el
tiempo que se precisa en función de esta las técnicas, considerando además el
ritmo de trabajo de la fase anterior.

 Estudiar el personal y los equipos especiales aconsejables para determinadas


zonas.

Una vez estudiada toda esta información, se está en condiciones de evaluar el número
aproximado de personas que se precisan en las labores de búsqueda y se podrá pasar a
la movilización de recursos, imagen 27.

Imagen 27. Recursos movilizables

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11. Resectorización y filiación o registro de medios adicionales

La búsqueda debe proseguir hasta que se haya descartado la presencia del


desaparecido en un área en la que se hayan localizado el 99% de los desaparecidos
(D99).

En la programación del GPS se introducen los sectores restantes y se cargan en los


respectivos GPS de cada equipo.

Los nuevos recursos que se incorporan a la búsqueda acceden al ARM y completan su


filiación en la Hoja de Adscripción de Buscadores. Su coordinación depende de los
bomberos de turno más los de refuerzo, esto propicia un aumento de la capacidad
operativa.

12. Búsqueda sistemática ampliada

En la FASE 3 toda la organización descrita ya debe estar establecida, de forma más o


menos desarrollada.

La búsqueda sistemática de todos los sectores puede continuar mientras queden zonas
por recorrer.

Transcurridas 72 horas desde que se inició la búsqueda, el mando operativo último del
servicio puede valorar las siguientes opciones:
 Prorrogar la Fase 3 durante un tiempo determinado o hasta haber peinado
debidamente todos los sectores.

 Pasar a la Fase 4.

 Dar por finalizada la intervención.

En la FASE 4 todo el personal disponible participa de forma voluntaria y desinteresada


en colaboración con el resto de participantes. Cada voluntario responde ante su
propia organización. El OJS debe autorizar el inicio de esta fase que no tiene una
duración predefinida.

13. Localización de la víctima o declaración de fin de búsqueda

La búsqueda se da por finalizada cuando se da alguno de estos casos:

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 El oficial jefe de servicio declara el fin de la búsqueda. Tanto en la Fase 3 como
en la Fase 4.

 Se agotan todas las hipótesis de búsqueda. Una vez que se haya verificado el
registro de todos los sectores.

 La víctima es localizada: cuando se tiene confirmación cierta de que el sujeto de


la búsqueda ha aparecido.

Cuando se localiza a la víctima, el jefe de equipo lo comunica al PMA y notifica su


ubicación exacta (sector y coordenadas donde se encuentra). Se comunica su estado
físico y las condiciones de accesibilidad al lugar.

Si la víctima aparenta estar fallecida (no muestra signos de consciencia ni actividad de


ningún tipo) el grueso del equipo de búsqueda mantendrá una distancia de unos diez
metros. Solo se acercará el jefe de búsqueda, los cuerpos policiales y los sanitarios del
equipo si se encuentran presentes. Se comunica al PMA y el jefe del grupo sanitario
asume el mando hasta que se certifique el fallecimiento. Una vez confirmado, es el jefe
de las Fuerzas del Orden quien determina las siguientes acciones a tomar.

14. Rescate de la víctima

Cuando la víctima se localiza con vida debe valorarse su situación y los datos recibidos
para decidir la forma de traslado.

 Si no presenta lesiones ni patologías y se dispone de medios de transporte, el


equipo que lo localizó lo llevará a PMA. Allí, el grupo sanitario se encargará de
la evaluación de su estado de salud y valorará su traslado a un hospital.

 Si el sujeto se encuentra herido, sufre lesiones o es víctima de alguna patología


se dispondrá un equipo de rescate. El jefe de campo decide la composición de
este equipo y de los medios con los que se desplaza al lugar. Tomará estas
decisiones basándose en los datos que posee sobre el estado y la localización
de la víctima. Decide también qué vehículos se implican en el rescate. Puede
usarse un todoterreno medicalizado o, si hay traumatismos y la zona es de
difícil acceso, se organizaría su traslado en helicóptero.

En caso de la implicación de menores o en presencia de determinadas patologías,


puede ser recomendable que se incorpore al equipo un familiar o una persona del
entorno, para identificarle en caso de duda o para proporcionar tranquilidad al sujeto.

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15. Desmobilización de medios

Cuando ya se ha asegurado la identificación de la persona encontrada (o el PMA


declara el final de la búsqueda, por cualquiera de los motivos previstos), se dará aviso
a:

 Todos los jefes de equipo: cada uno de ellos regresará al área de descanso,
comprobará que todo el personal a su cargo ha regresado y así lo reflejará en
su listado de intervinientes que entregará al jefe de búsqueda. En caso de que
falte alguien por regresar se asegurará de su ubicación y, si no hay novedades,
le informará de la finalización de la búsqueda. El jefe de búsqueda informa al
PMA de la marcha de todos los participantes en la búsqueda y se da por
concluida la operación.

 Todos los jefes de grupos: cada uno avisa a su propio equipo y podrán
desmovilizarse uno por uno desde su posición. Previamente deben notificarlo a
su mando y éste a su vez al PMA. Según las circunstancias también pueden
reunirse en el área de recepción de medios y abandonar la zona al mismo
tiempo. Cualquiera que sea la opción elegida, el PMA tiene que tener
conocimiento de la misma.

16. Vuelta a la normalidad

Una vez que se desmontan todas las estructuras de los distintos grupos de acción, el
jefe de búsqueda y el jefe de campo se incorporan al PMA. Allí se recopilará toda la
información generada durante la búsqueda y se archivará informáticamente.

Los datos a indicar son los siguientes:

 Posición de ULC (fijada en mapa y coordenadas, breve descripción)

 Ubicación de la localización de la víctima. Se fijará sobre un mapa, se indicarán


las coordenadas y se acompañará de una breve descripción.

 Fecha y hora de primer aviso; del inicio de la búsqueda y de la localización.

 Cronología o time line de todas las Fases por las que ha pasado la búsqueda.

 Desglose de los servicios personales y materiales que han participado.

 Incidencias o accidentes registrados.

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 Superficie que se ha rastreado.

 Circunstancias del rescate

 Estado de la víctima.

Por último, todos los jefes de equipo que han participado en el operativo intercambian
impresiones con la finalidad de sopesar las fortalezas y debilidades descubiertas
durante esa operación en concreto.

El OJS disolverá el Puesto de Mando notificándolo al Teléfono de Emergencias.

Ya en el parque, se completará el correspondiente parte de intervención y se


incorporará toda la información disponible a un archivo general con el que elaborar las
estadísticas de búsquedas. Estos informes servirán para revisar las distancias desde
ULC y ajustarlas de forma más precisa al entorno en el que se trabaja.

6.4 Documentos generados en una búsqueda

Los principales documentos generados a lo largo de una búsqueda son los siguientes:

a. Ficha de búsqueda. Es la plantilla en la que se recogen los datos relativos a la


persona desaparecida (fotografía, antropometría, vestimenta, rasgos de
personalidad y cualquier otro aspecto destacable). Una copia de este
documento se ha facilitado a cada equipo inicial iniciar la búsqueda. El jefe de
búsqueda incorpora a esta ficha toda la información que se recopila.

b. Hoja de adscripción de buscadores. Es la ficha que rellena cada participante.


Suele tener tres apartados:

o Primero: se anotan los datos referentes al operativo.

o Segundo: datos de contacto y aptitudes de los participantes (sobre todo


nombre y teléfono para comunicar en caso de urgencia o al terminar las
operaciones).

o Tercero: espacio para la firma de todos los participantes ajenos a


organismos oficiales. En ella aceptan las condiciones en las que se
desarrolla la búsqueda, que declara su capacidad para realizarla y asume
la responsabilidad de sus actos en caso de acciones tomadas por su
cuenta y riesgo.

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c. Cartografías físicas y digitales. En el puesto de mando se utiliza todo tipo de
mapas, tanto en papel como digitales, ya sea en aplicaciones como
“Emercarto”, Google Maps, Earth, o BaseCamp. A los equipos de búsqueda se
les asigna uno o varios mapas de la zona en tamaño A4 (debidamente
adaptados para que se aprecie la distribución de los sectores y se distinga sin
género de dudas el sector asignado y la ruta de acceso desde el PMA). Se
puede incluir ortofoto si sirve de ayuda a los objetivos anteriores.

d. Time line general. Es el desglose sobre una línea de tiempos de los principales
hitos, indicios y datos de la operación.

e. Time line de sector. Es el desglose en una línea de tiempos de las actividades


desarrolladas por el operativo en una sección concreta.

f. Listado de intervinientes. En él se detalla el papel de los participantes y el


equipo del que han formado parte.

g. Listado de equipos. Se indica el seguimiento de la ubicación de cada equipo y


sector en que trabaja.

h. Tracks de sector. Se diseñan en la aplicación BaseCamp del PC y quedan


registrados en el disco duro con su correspondiente copia de seguridad. Se
introducen en el dispositivo GPS donde se memorizan temporalmente para
facilitar el trabajo de los equipos de búsqueda.

i. Tracks actuales. Son los registros de la trayectoria recorrida por el dispositivo


a lo largo del rastreo. La función “Guardar track” tiene que estar activada.
“Track actual” es la denominación por defecto en el aparato del recorrido
guardado, pero se puede editar cada recorrido y sustituir su nombre por el del
sector o el del equipo de búsqueda.

j. Registro de indicios (fotografías, coordenadas, etc.). Normalmente estos


indicios se incorporan en el time line. Pero si se encuentra un número
importante de rastros, puede resultar aconsejable crear un registro
independiente en el que poder cotejarlos entre sí.

k. Reportes periódicos del estado de la búsqueda. Estos reportes se generan


para informar a la familia y a los medios y, por tanto, no son documentos
técnicos, sino informativos. Los elabora el gabinete de comunicación y se
hacen públicos con el visto bueno del PMA y el representante de la familia.

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7 PROCEDIMIENTOS DE COMUNICACIÓN Y SISTEMAS DE COMUNICACIÓN EN
SALVAMENTO Y RESCATE

En otros módulos se trata en profundidad cuáles son los principales equipos de


comunicaciones que se emplean dentro de las distintas áreas de actuación de los
servicios de emergencia y protección civil. Por ello, en este módulo ni se va a repetir o
repasar los equipos de comunicaciones (emisoras, móviles, ordenadores portátiles, PC
tablet, teléfonos satélites, GPS, Equipos de radiofrecuencia y telefonía, drones, etc.) ni,
se va a ver los distintos tipos de comunicación entre equipos (Modo cordada, Modo
contacto, Modo info, Modo enlace, etc.).

8 MATERIAL DE AVITUALLAMIENTO Y EQUIPOS ESPECIALES, MAQUINARIA Y


VEHÍCULOS

La utilización de equipos y herramientas puede cambiar según el medio donde se


desarrolle el rescate ya que, como aprenderemos, no es lo mismo realizar una
operación de salvamento marítimo, que una intervención en una gruta o un rescate
tras un accidente de tráfico.
Cada uno de los materiales, equipos y herramientas lo veremos en cada capítulo
correspondiente, en el caso de que no se haya visto en otros módulos.

No obstante, adelantaremos una clasificación con los más empleados de forma


genérica:

 Equipos de comunicación: radios y emisoras, móviles, intercraneales


(auriculares con micrófono), walkie-talkie, etc.

 Equipos de orientación: brújula, prismáticos, GPS, etc.

 Equipos de medición: radiómetro, detector de gases, anemómetro portátil,


cámara termográfica o térmica, puntero láser. etc.

 Equipos de generación e iluminación: generador de electricidad portátil,


generador eléctrico, devanaderas, linternas, focos, etc.

 Equipos de señalización: conos, balizas luminosas, cintas de señalización,


señales, etc.

 Vehículos: autobombas, salvamento, vehículos especiales, vehículos auxiliares


de unidades, remolques, barcas, aeronaves.

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9 BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA

 Perruca Hurtado, Eugenio. Manual de rescate y salvamento CEIS Guadalajara:


Rescate y búsqueda en grandes áreas.
 Delena Formación. VIII. Supervisión de la intervención en operaciones de
salvamento y rescate.
 Búsqueda y localización de personas desaparecidas. Curso básico de Formación
Voluntarios de Protección Civil 2008. Generalitat Valenciana.

WEBS RECOMENDADAS Y MENCIONADAS EN EL TEXTO:

 https://www.escuelasalvamento.org/
 http://www.proteccioncivilribadesella.es/documents-base/
 http://www.ucrsmadrid.es/
 https://www.meteorologiaenred.com/mapa-del-tiempo.html
 https://alicantepress.com/art/42237/una-gota-fria-descarga-de-madrugada-
sobre-alicante
 https://www.youtube.com/watch?v=RlY2koZwGUo
 https://youtu.be/eYYyzClNOT4

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