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Torres R & Rojas J 2018 La Fractura Hidro Chile

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Agua y disputas

territoriales en
Chile y Colombia
C O L E CC I Ó N   G E N E R A L
biblioteca abier ta

Astrid Ulloa
Hugo Romero-Toledo
editores

Grupo Cultura y Ambiente


Departamento de Geografía
Facultad de Ciencias Humanas
Sede Bogotá
biblioteca abier ta
colección general perspectivas ambientales
Agua y disputas territoriales en Chile y Colombia
Agua y disputas territoriales
en Chile y Colombia

Astrid Ulloa

Hugo Romero-Toledo Editores

Instituto de Estudios Antropológicos

2018
catalogación en la publicación universidad nacional de colombia

Agua y disputas territoriales en Chile y Colombia / Astrid Ulloa, Hugo Romero-Toledo, editores.
-- Primera edición. -- Bogotá : Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Ciencias Humanas.
Departamento de Geografía, 2018.
552 páginas : ilustraciones (principalmente a color), mapas. -- (Biblioteca abierta. Serie perspectivas
ambientales ; 476)

Incluye referencias bibliográficas al final de cada capítulo e índice de Materias.


ISBN : 978-958-783-565-6 (rústica). -- ISBN : 978-958-783-566-3 (e-book).

1. Recursos hídricos 2. Derecho de aguas 3. Gobernanza 4. Ecología política 5. Política pública 6.


Geografía humana -- Colombia 7. Geografía humana -- Chile I. Ulloa Cubillos, Elsa Astrid, 1964-, editor
II. Romero-Toledo, Hugo, 1981, editor III. Serie

CDD-23 333.91 / 2018

Agua y disputas territoriales en Chile y Colombia

© Biblioteca Abierta
Colección General, serie perspectivas ambientales

© Universidad Nacional de Colombia,


Sede Bogotá, Facultad de Ciencias Humanas,
Departamento de Geografía, 2018

Con la colaboración de la Univeridad Austral de Chile


y el Centro de Conflicto y Cohesión Social (Chile)

Primera edición, octubre de 2018


ISBN impreso: 978-958-783-565-6
ISBN digital: 978-958-783-566-3

© Editores, 2018
Astrid Ulloa
Hugo Romero-Toledo

© Autores varios

Facultad de Ciencias Humanas


Comité editorial
Luz Amparo Fajardo Uribe, Decana
Nohra León Rodríguez, Vicedecana Académica
Jhon Williams Montoya, Vicedecano de Investigación y Extensión
Gerardo Ardila, Director del Centro de Estudios Sociales -CES-
Jorge Aurelio Díaz, Director de la revista Ideas y Valores, representante de las revistas
académicas
Rodolfo Suárez Ortega, Representante de las Unidades Académicas Básicas

Diseño original de la Colección Biblioteca Abierta


Camilo Umaña

Preparación editorial
Centro Editorial de la Facultad de Ciencias Humanas
Camilo Baquero Castellanos, Director
Laura Morales, Coordinadora editorial
Juan Carlos Villamil Navarro, Coordinador gráfico
Carlos Contreras, Maquetación
Íkaro Valderrama, Corrección de estilo
[email protected]
www.humanas.unal.edu.co

Bogotá, 2018

Impreso en Colombia
Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio,
sin la autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales.
Contenido

Presentación.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Prólogo.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

Introducción

Hugo Rom ero -Toled o & Ast ri d U ll oa


Hidro-poderes globales-nacionales y resistencias locales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

Extractivismos, gobernanza, acaparamientos y derechos

Hugo Rom ero -Toled o, F eli pe Castro & Yerko G a rcía


Agua, extractivismo y etno-territorialidades: los aymara
y los mapuche en Chile.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57

Catalina Caro Galv i s


Las venas de la tierra, la sangre de la vida:
significados y conflictos por el agua en
la zona carbonífera del sur de la Guajira, Colombia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85

Maria Is ab el Valderram a Gon z ález


¿Gobernanza del agua en la Sierra Nevada
de Santa Marta, Colombia? Tensiones
y articulaciones alrededor de un recurso de uso común. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123

Rob ins on Torres S ali nas & Jorge Rojas Herná ndez
La fractura hidro-metabólica del neoliberalismo:
etnografías de la desposesión hídrica en Chile.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147
Patricia S án chez garc ía
Agua y gran minería en Colombia: reflexiones
a partir del análisis de los casos de Cerrejón (Guajira),
Cerro Matoso (Córdoba) y La Colosa (Tolima), Colombia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 177

Hidroeléctricas, represas y control territorial

Martha C orrea-Cas as
Reconfiguración territorial y apropiación del agua:
construcción de la represa Chivor, Colombia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 225

L orena Torres
Hidropoder: ¿agua para la vida o mercancía hidroenergética?
Caso del proyecto hidroeléctrico El Paso
en Cabrera, Cundinamarca, Colombia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 261

J ohanna Höhl
Hidroelectricidad y pueblos indígenas: un análisis
del megaproyecto Ralco en la región Bío Bío, Chile. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 297

Ciudades, acceso, conflictos y desigualdades socioambientales

Marce l a L ópez
Luchando por lo público, reivindicando la ciudadanía:
prácticas cotidianas de acceso al agua en zonas
de alto riesgo en Medellín, Colombia.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 335

Any i Castelb l an c o mon tañ ez


¿A quién le pertenece el agua? Apropiación del agua
en la vereda Buenos Aires Los Pinos, La Calera, Colombia . . . . . . . . . . . . . . . . . 359

Vl adimir S án chez-Calderón
Agua y desigualdades socio-ecológicas en Bogotá a mediados
del siglo xx. El caso del río Tunjuelo y sus barrios ribereños . . . . . . . . . . . . . . 391
María Ch ri st i na F ragkou & C l au dia Vásquez
El pasto es siempre más verde que el cactus: modificaciones
hidrometabólicas, producción de áreas verdes, y justicia
ambiental urbana en el desierto de Atacama, Chile . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 429

J enny M arcel a Peñu el a L ópez & A kba r Ro semberg


Vargas S an d oval
Camellones, monolitos y lógicas urbanizadoras: un análisis
de las socionaturalezas que configuran el tercio medio
del humedal Jaboque, Bogotá d. c., Colombia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 459

J enny Patri cia V el o z a Torres


Conflictos socioambientales alrededor del agua: el caso
del humedal Moyano, en la Sabana de Bogotá, Colombia. . . . . . . . . . . . . . . . . . 487

Conclusiones

Astrid U ll oa & Hu go Ro m ero -toled o


De aguas “naturales” a aguas politizadas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 527

Sobre los autores y autoras. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 539


Índice de materias. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 547
La fractura hidro-metabólica del
neoliberalismo: etnografías de la
desposesión hídrica en Chile1

Robinson Torres Salinas2


Universidad de Concepción, Chile

Jorge Rojas Hernández


Universidad de Concepción, Chile

Introducción
Después de casi cuatro décadas de neoliberalismo hídrico (1981-2017),
uno de los resultados macro-estructurales de la privatización de las
aguas en Chile es una problemática configuración socio-ecológica.
Por un lado, se observa desigualdad social en el reparto y asignación
de derechos de agua, que se expresa en una acumulación corporativa y
global de la propiedad de las aguas, en desmedro de la gradual despo-
sesión de personas, campesinos y productores locales. Por otro lado, se
observa una expansión socio-espacial de la degradación ambiental de
cuerpos de agua, es decir, la contaminación y agotamiento de glaciares,
ríos, lagos, acuíferos y humedales. Las causas de estas problemáticas
socioambientales son variadas, entre ellas, una demanda creciente
de agua por parte de diversos proyectos de desarrollo distribuidos a
lo largo y ancho de Chile (forestales, hidroeléctricos, agro-negocios,

1 El presente trabajo es resultado de nuestra colaboración en el Cluster


Agua & Sociedad, grupo de investigación interdisciplinario del Centro de
Recursos Hídricos para la Agricultura y la Minería (crhiam), conicyt/
fondap/15130015, Universidad de Concepción, Chile. Agradecemos a Jorge
Félez la elaboración de las figuras para este trabajo.
2 Proyecto fondecyt Postdoctorado 3170694.

147
Robinson Torres Salinas & Jorge Rojas Hernández

minería, urbanización, entre otros), y también debido a una menor


disponibilidad de agua en las cuencas debido a la mega-sequía y
al cambio climático. En este trabajo, abordamos estos procesos de
cambio y degradación socioambiental desde la noción de fractura
metabólica (metabolic rift) propuesta por Marx y reelaborada por el
sociólogo ambiental John Bellamy Foster (1999, 2004). En términos
simples, este concepto viene a indicar que, en la modernidad capita-
lista, los seres humanos experimentan una creciente separación de sus
ambientes naturales (Foster, 2004). Aplicado al mundo socio-hídrico,
analizamos dicha fractura como la creciente separación y alienación
de personas, grupos y comunidades humanas con respecto al control
y acceso a sus recursos hídricos. Argumentamos que la formación y
expansión geográfica de esta fractura hidro-metabólica coincide
con la actual hidro-modernidad neoliberal y privatización del agua
(desde 1981 en adelante). A su vez, esta expansión socio-espacial de la
fractura hidro-metabólica ha gatillado el surgimiento de un creciente
malestar social frente a la desposesión hídrica (Swyngedouw, 2005;
Arroyo y Boelens, 2013), que en el contexto de un mercado neoliberal
del agua como el chileno (cf. Budds, 2009; Bauer, 2015), ha generado
la aparición de nuevos sujetos que resisten y proponen alternativas
al régimen de des-gobernanza neoliberal del agua (Larraín, 2012;
Mundaca, 2014; Orrego y Urtubia, 2016). Bajo una aproximación
metodológica etnográfica y multi-situada (cf. Marcus, 1995), basada en
entrevistas biográficas (Bertaux, 1998; Plummer, 2001), observaciones
de campo (Bernard, 2011), y datos socio-espaciales recogidos durante
un trabajo de campo entre julio y diciembre de 2014 (Torres, 2016), nos
proponemos analizar cualitativamente cómo se han ido configurando
procesos de producción socio-espacial de fracturas hidro-metabólicas
y la emergencia de nuevos sujetos ambientalistas (cf. Agrawal, 2005;
Torres et al., 2017). La emergente movilización social por el agua
responde de diversos modos a la embestida neoliberal-corporativa,
que en diversos territorios hidrosociales (cf. Boelens, et al., 2016) de
Chile y América Latina, se apropia, sobreexplota, depreda y agota
recursos hídricos. En el caso chileno y durante la última década, este
avance del neoliberalismo hídrico viene dejando poblaciones rurales
sin agua —tanto en el norte como en el Chile centro-sur— que tienen

148
La fractura hidro-metabólica del neoliberalismo: etnografías de la desposesión...

que ser abastecidas por camiones aljibe financiados por el gobierno


central pero gestionados por los municipios (Delegación Presidencial
para los Recursos Hídricos, 2015; Azócar et al., 2018). En particular,
nos proponemos delinear un análisis etnográfico y socio-espacial
sobre procesos de desposesión hídrica en tres casos de estudio locali-
zados en las regiones del Biobío y Santiago, en el centro-sur de Chile.
Se enfatiza cómo dichos procesos han ido co-produciendo fracturas
hidro-metabólicas y nuevas subjetividades orientadas a defender los
territorios y sus aguas del agotamiento, contaminación y apropiación
por parte de mega-proyectos geográficos (cf. Harvey, 1996) basados
en capital global y local.

Hidro-modernidades y privatización del agua en Chile


Durante su historia colonial y republicana, Chile ha experimentado
diversos regímenes de gobierno del agua. En términos amplios, estos
pueden ser caracterizados como la hidro-modernidad liberal (desde la
Conquista hasta 1888), la hidro-modernidad keynesiana (1888-1970),
la hidro-modernidad socialista (1970-1973), y la hidro-modernidad
neoliberal (1981 en adelante) (Torres, 2016). La hidro-modernidad liberal
se caracterizó, principalmente, por la indiferenciación entre el agua
para riego y el agua para consumo humano, que eran lo mismo, y se
extendió hasta la segunda mitad de siglo xix. La hidro-modernidad
keynesiana comienza en Santiago con la creación de la primera empresa
pública de agua potable en 1861 (Piwonka, 1999), y la canalización del
río Mapocho a partir de 1888 (Castillo, 2014). Estas obras fueron el
inicio de trabajos hídricos que luego crearon los primeros sistemas
de alcantarillado y saneamiento, generando la gradual diferenciación
entre el agua de riego y la de consumo humano (Castillo, 2014).
La hidro-modernización keynesiana se despliega durante el siglo xx,
por ejemplo, a través del desarrollo hidroeléctrico y la creación de
endesa en 1943 (cf. Bauer, 2009; Susskind et al., 2014; Torres et al., 2017),
y tomó mayor fuerza durante el período de reforma agraria emprendido
por Eduardo Frei Montalva (1964-1970), cuando se nacionalizó el agua
(1967), se creó la Dirección General de Aguas (dga) (1969), y el Estado
tomó mayor control en la economía, sociedad, y bienes ambientales.
La hidro-modernidad socialista de Salvador Allende (1970-1973)

149
Robinson Torres Salinas & Jorge Rojas Hernández

se diferencia de la hidro-modernidad keynesiana en que el control


estatal y comunitario se profundizó; por ejemplo, adquiriendo mayor
velocidad el proceso de reforma agraria mediante la transferencia
masiva de tierras y aguas a los campesinos que hasta entonces habían
permanecido excluidos de su acceso y control.3 Luego, en la hidro-
modernidad neoliberal de Pinochet, el proceso de reforma agraria se
revirtió, y el sector privado tomó el control general de las tierras y
aguas (Torres, 2016).4
Esta panorámica general muestra cómo los diversos regímenes
de gobierno del agua se relacionan dialécticamente con la historia
política y social de un país (Worster, 1993; Swyngedouw, 2015). En este
sentido, se entiende por hidro-modernidad las diversas formas mate-
riales e institucionales en que el Estado (central y municipal) ha buscado
suministrar agua a sus ciudadanos, ya sea para consumo humano,
riego agrícola, usos industriales, entre otros (Swyngedouw, 2005, 2015).
La hidro-modernidad como suministro público de agua equivale a
decir que el acceso al agua se transforma en un emblema material de
ciudadanía, un símbolo de inclusión política (Bakker, 2010, p. 218).
En Chile, hasta 1973, la participación pública estatal en la construcción de
infraestructuras e instituciones de gestión del agua fue marcada, espe-
cialmente en cuanto a riego, agua potable y saneamiento (Torres, 2016).
No obstante, y con el advenimiento de la privatización del agua
operada desde 1981, esta participación estatal ha sido gradualmente

3 Entre 1964 y 1973, 9.965.868 ha de tierra fueron expropiadas. De estas, un


35.8% (3.564.243 ha) fueron expropiadas por Frei (1964-1970), y un 64.2%
(6.401.625 ha) por Allende (1970-1973) (Bellisario, 2007, p. 15).
4 Entre 1973 y 1980, 3.182.225 ha (258.990 de riego) fueron restituidas a
sus antiguos propietarios (o grandes terratenientes). 1.560.452 ha fueron
rematadas (65.127 de riego), mientras que 869.221 ha (36.278 de riego)
fueron transferidas a instituciones públicas. Solo 3.946.106 ha (508.073 de
riego) fueron retenidas por campesinos (Bellisario, 2007, p. 19). Es decir,
alrededor de dos tercios de las tierras y casi un tercio de las aguas fueron
despojadas por la dictadura militar. Posteriormente, desde la década de
1980 ha venido operando una compleja articulación de mecanismos,
legales y extra-legales (Harvey, 2003), que han perpetuado la desposesión
de tierras y aguas a campesinos mapuche y no mapuche (cf. Kay, 2002;
Torres et al., 2015, 2016).

150
La fractura hidro-metabólica del neoliberalismo: etnografías de la desposesión...

desplazada hacia el sector privado-corporativo (Bauer, 2009). Así, la


hidro-modernidad neoliberal se entiende como el proceso mediante
el cual el suministro público de agua se ha privatizado, gradualmente,
desde la década de 1980, siendo cada vez más controlado por élites
corporativas locales y globales (Swyngedouw, 2005; Bakker, 2010).
En Chile, entre las consecuencias de la hidro-modernidad neoliberal está
la creación de nuevas reglas de gobernanza y transferencia de la propiedad
del agua desde el Estado al sector privado, lo que ha reconfigurado las
relaciones de poder social en la arena de la gestión y gobernanza hídrica
en el país (Budds, 2009; Bauer, 2015). El fundamento es la Constitución
de 1980, que sienta las bases del Código de Aguas de 1981. En particular,
el artículo 19 (numeral 24) de la Constitución, donde se establece que el
agua es propiedad privada y protege a sus propietarios de eventuales
expropiaciones (Bauer, 2004, pp. 35-36; Mundaca, 2014, p. 24). A su vez,
las concesiones de derechos de aprovechamiento de agua a entes privados
por parte del Estado se hacen, según el Código de 1981, gratuitamente y
en perpetuidad (Bauer, 2004, 2015). Después de casi cuatro décadas, el
resultado de la privatización de las aguas chilenas es una problemática
configuración socio-ecológica. Por un lado, se observa desigualdad
social en la asignación de derechos de agua (acumulación corporativa
de la propiedad de las aguas), y por otro, expansión socio-espacial de
la degradación ambiental de cuerpos de agua (contaminación y ago-
tamiento de glaciares, ríos, lagos, acuíferos y humedales). Esto a causa
de la demanda creciente de agua por parte de proyectos de desarrollo
(forestal, hidroeléctricos, agro-negocios, minería, urbanización, entre
otros), y una menor disponibilidad de agua en los ecosistemas de cuencas
debido al cambio climático y sequía (Bauer, 2004, 2015; Budds, 2009;
Larraín, 2012; Mundaca, 2014; Torres et al., 2015; Centro de Ciencias
del Clima y Resiliencia (cr2), 2015; Rojas, 2016; Orrego y Urtubia, 2016).

Hidro-modernidad neoliberal y la fractura


metabólica de la privatización
De acuerdo con Karen Bakker, la privatización del agua trae serias
consecuencias en la calidad ambiental (Bakker, 2010, p. 196). Es decir,
los diversos proyectos de desarrollo desplegados bajo condiciones de
producción capitalista neoliberal, degradan ecosistemas, lo cual no es

151
Robinson Torres Salinas & Jorge Rojas Hernández

exclusivo del sector privado, sino que compromete también al estado


corporativo (Bakker, 2010; Robbins, 2012, p. 159). En otras palabras,
proyectos de desarrollo, estatales y privados, producen degradación
de ecosistemas socioambientales. Como ya indicamos, en este trabajo
abordamos estos procesos de degradación socioambiental desde la
noción teórica de fractura metabólica (metabolic rift) propuesta por
Marx y retomada por Foster (1999, 2004). En términos simples, este
concepto indica que en la modernidad capitalista hay una creciente
separación de los seres humanos de sus ambientes naturales. Para Marx:
No es la unidad de la humanidad viviente y activa con las condi-
ciones naturales, inorgánicas del intercambio metabólico con la natu-
raleza, y por tanto de la apropiación humana de esta, lo que requiere
explicación, o es el resultado de un proceso histórico, sino, antes bien,
la separación que se produce entre estas condiciones inorgánicas de
la existencia humana y esta existencia activa, una separación que se
postula completamente tan solo en la relación del trabajo asalariado
y el capital. (Citado por Foster, 2004, pp. 245-246)

En otras palabras, la fractura metabólica es una metáfora teórica


para explicar la separación de comunidades humanas de su medio
ambiente natural a causa de las relaciones de producción capitalistas.
O como lo dijo también Marx, es la alienación del ser humano respecto
de la naturaleza (Foster, 2004).
Siguiendo esta idea, un estudio político-ecológico de nuevas
configuraciones de territorios hidro-sociales (Boelens et al., 2016) en
Chile y América Latina, podría ciertamente focalizar la mirada en
cómo esta separación o fractura metabólica es producida socialmente
en diferentes escalas socio-espaciales. El presente trabajo analiza la
fractura hidro-metabólica con tres casos de estudio que muestran
cómo diversos proyectos de desarrollo forestal, hidroeléctrico, y de
agro-negocios, han producido —en diversas formas e intensidad—
esta separación de las comunidades de sus recursos hídricos. Para ello
proponemos el concepto de fractura hidro-metabólica, que se define
como una creciente separación de personas, grupos y comunidades
(principalmente rurales) del acceso y control de sus recursos hídricos,
en parte a causa de diversos proyectos de desarrollo, y en parte debido

152
La fractura hidro-metabólica del neoliberalismo: etnografías de la desposesión...

al cambio climático, que se manifiesta en una considerable reducción


del recurso hídrico y en la mega-sequía que ha afectado al país en los
últimos años. En Chile, la producción y expansión socio-espacial de
esta fractura hidro-metabólica coincide con la actual hidro-modernidad
neoliberal y privatización del agua (1981-2017). En consecuencia, se
postula que el neoliberalismo hídrico sería una de las principales causas
de la formación y desarrollo de nuevos movimientos hidrosociales en
el país (Torres, 2016, p. 53).

Etnografías de la fractura
hidro-metabólica en el centro-sur de Chile

Caso 1. Complejo Forestal Industrial (cfi) Nueva Aldea


en la cuenca del río Itata, región del Biobío
El 1 de septiembre de 2006 comenzó a operar el nuevo Complejo
Forestal Industrial Nueva Aldea en la región del Biobío, sección media
de la cuenca del río Itata (figura 1). La planta industrial fue anunciada
durante los años noventa, pero su Estudio de Impacto Ambiental
(eia) se aprobó en enero de 2001. Desde dicha aprobación y hasta
septiembre de 2006, se construyó la planta industrial en la intersección
estratégica de los ríos Itata y Ñuble (figura 1), área rica en disponibi-
lidad de agua y esencial para alimentar los procesos productivos del
complejo industrial (Romero y Fuentes, 2007). Tiene capacidad para
producir 1.027.000 toneladas métricas de celulosa kraft blanqueada
de pino y eucalipto por año.5 Evidentemente, para ello se necesitan
monocultivos forestales de pinos y eucaliptus, que han sido plantados
desde principios del siglo xx, pero cuyo desarrollo se disparó desde
1974 con los nuevos subsidios estatales a la industria (Clapp, 1995;
Klubock, 2014). Dichos monocultivos forestales alcanzan casi un
millón de hectáreas en la región del Biobío (figura 1), que representan
casi un 40% del total de 2.447.591 hectáreas de plantaciones forestales
existentes a nivel nacional (Torres et al., 2016, p. 129).

5 Información extraída del sitio web de la empresa: http://www.arauco.cl/


informacion.asp?idq=647&parent=642&ca_submenu=642&idioma=21
[consultado en junio 2017]

153
Robinson Torres Salinas & Jorge Rojas Hernández

Perú 0 10 20 40
N
QDUHV N

Bolivia
Km
Cauquenes

Océano Pacífico Río Itata

Río Ñuble
Chillán

Concepción
Río Polcura
Coele

Río Laja
Argentina

Río Biobío

Los Ángeles
Lebu

Angol Poblado
Comuna
CFI Nueva Aldea
Ducto Industrial
Emisario Submarino
Monocultivo Forestal

0 10 20 40 0 10 20 40 60
QDUHV Km
N
Km
enes

Ninhue

Río Ñuble Treguaco


Chillán

Río Polcura
Coelemu Río Itata

Río Laja

Portezuelo
eles

Poblado
Comuna
CFI Nueva Aldea
Ducto Industrial
Emisario Submarino
Ranquil
Monocultivo Forestal

Figura 1. Complejo Forestal Industrial (cfi) Nueva Aldea, región del Biobío,
Chile. Fuente: elaboración propia.

Durante la construcción de la planta Nueva Aldea, la Comisión


Regional del Medioambiente (corema Biobío) detectó una serie de
irregularidades. En particular en la etapa 1 (fase 1) de su construcción,

154
La fractura hidro-metabólica del neoliberalismo: etnografías de la desposesión...

durante la cual se edificaron un aserradero y una planta de lami-


nación de madera. Muchas de las irregularidades se asociaron con
problemas ambientales causados por las nuevas instalaciones indus-
triales, como el ruido, tala ilegal de bosque nativo, desarmonización
del paisaje y falta de un plan de tratamiento de aguas residuales.
Por estas razones, Forestal Arauco tuvo que presentar un nuevo eia
en agosto de 2004, el cual finalmente fue aprobado en marzo de 2005.
Esto permitió la construcción de la planta de celulosa, etapa final (fase 2)
que completó este complejo industrial de 19 hectáreas localizado en
el municipio de Ránquil.
Ante este nuevo proyecto de desarrollo forestal en Biobío, entre
2005 y 2007 miles de personas protestaron en pueblos y ciudades como
Cobquecura, Trehuaco, Coelemu, Chillán y Concepción contra este
megaproyecto industrial forestal. Los manifestantes argumentaban que
el nuevo complejo industrial forestal iba a interrumpir sus vidas tran-
quilas, destruir el medio ambiente, contaminar el río Itata y también la
costa de la región, donde desemboca el río. Los grupos de manifestantes
se componían principalmente de pequeños productores de vinos tra-
dicionales (como el vino pipeño), campesinos, pequeños agricultores,
estudiantes, activistas, funcionarios públicos, surfistas y pescadores
artesanales de la zona costera. Les preocupaban los peligros potenciales
que traería Nueva Aldea, ya que ponía en riesgo la calidad del agua del
río Itata. Los opositores a Nueva Aldea argumentaban que las aguas
continentales (superficiales y subterráneas), y las aguas marinas de la
costa estaban siendo amenazadas por las aguas industriales residuales
que Nueva Aldea iba a descargar en el río Itata. En efecto, durante más
de tres años (desde su inauguración el 1 de septiembre de 2006 hasta
diciembre de 2009), la planta Nueva Aldea descargó aguas residuales
industriales directamente en dicho río, lo cual fue aprobado por la auto-
ridad ambiental regional (corema Biobío), bajo la condición de que esas
aguas residuales fueran tratadas adecuadamente dentro de los límites y
parámetros legales. En el intertanto, Nueva Aldea construyó una tubería
(ducto) para conducir directamente las aguas residuales industriales
desde la planta al mar. El ducto quedó compuesto por un acueducto
industrial (50 km) y un acueducto submarino industrial (2,5 km),
para dirigir los residuos industriales líquidos (riles) directamente

155
Robinson Torres Salinas & Jorge Rojas Hernández

al mar (figura 1). Este acueducto comenzó a operar el 5 de diciembre de


2009. Al tener como objetivo la descarga de las aguas residuales indus-
triales en el mar, se explica por qué muchos agricultores, pescadores
artesanales y surfistas de la comuna costera de Cobquecura estuvieron
involucrados en protestas contra Nueva Aldea, ya sea contra la planta
de celulosa como contra su acueducto. Argumentaban que este com-
plejo industrial iba a contaminar y destruir sus cultivos y medios de
vida, incluyendo cultivos de uvas destinados a la producción de vino
artesanal, y también recursos marinos de los que dependen pescadores
artesanales del área.
Todas estas preocupaciones se hicieron realidad. Sólo un año
después de la inauguración del acueducto de aguas residuales, en
diciembre de 2010, la nueva tubería de 52 km sufrió su primera fisura
y con ello la fuga de residuos industriales líquidos, contaminando el
Estero Velenunque, ubicado a un costado de la Planta Nueva Aldea,
frente a la cual se encuentra también localizado el pueblo de Nueva
Aldea, habitado por alrededor de 300 personas. El hecho se volvió
a repetir en 2011. En 2013, la tubería volvió a fallar y nuevamente
derramó aguas residuales cerca de la costa. Esta vez, las aguas re-
siduales industriales contaminaron el río Itata y los acuíferos en la
zona del estuario, que está ocupada por campesinos, agricultores y
pescadores artesanales. Los campesinos y pescadores de Cobquecura,
Trehuaco y Coelemu fueron particularmente afectados. Estos agri-
cultores, dedicados principalmente al cultivo de papas, porotos, y
otros cultivos de subsistencia, perdieron sus fuentes de agua, que eran
utilizadas para uso doméstico y agricultura de riego a pequeña escala.
Esto ocurrió porque sus pozos fueron contaminados por los desechos de
Riles industriales, que se infiltraron desde la superficie, a través de los
canales subterráneos de agua, alcanzando a sus acuíferos desde
los cuáles extraían agua a través de sistemas de bombeo, conocidos
popularmente como “punteras”.6 Con este hecho, muchos agricultores
que vivían en la zona del estuario perdieron el acceso directo a sus
fuentes de agua potable, siendo desposeídos de la condición natural

6 Sobre la relación entre aguas superficiales y subterráneas, véase Arumi


et al. (2014).

156
La fractura hidro-metabólica del neoliberalismo: etnografías de la desposesión...

más elemental para su existencia: agua limpia para su consumo per-


sonal. Por esta razón, comenzaron a ser atendidos por camiones
municipales de reparto de agua potable —también conocidos como
camiones aljibe— una o dos veces por semana. Matías y Nancy son
una de las familias afectadas en esta zona.7 En la entrevista con Matías,
su nueva condición de agricultor y pescador desposeído de su acceso
directo al agua, le hizo recordar que su padre nunca recibió tierras
durante la reforma agraria (1964-1973), no obstante, trabajó toda su
vida en un fundo en la zona de Trehuaco. Matías también trabajó para
el patrón de su padre como parte del intercambio de fuerza de trabajo
del sistema de inquilinaje, que operaba desde la época del sistema de
hacienda colonial y que duró hasta la reforma agraria iniciada en 1964
(cf. Bengoa, 1988). Este fundo nunca fue expropiado durante la reforma
agraria, y Matías siempre trabajó para su propietaria, una anciana de
más de ochenta años. A cambio de casi una vida de servicio, un día
esta anciana terrateniente decidió venderle una hectárea a Matías,
justamente aquella donde vive con su esposa Nancy, y que se localiza
en la ribera norte de la intersección del río Itata con el Océano Pacífico.
En esta hectárea Matías se dedica a cultivar papas, lechugas, lentejas,
entre otros cultivos. Nancy se ocupa de criar pollos, gallinas y de
gestionar un pequeño invernadero. Matías también tiene un pequeño
bote con el que pesca artesanalmente en el área donde el río Itata se
encuentra con el Océano Pacífico.
Esas dos actividades, la agricultura de subsistencia y la pesca
artesanal, fueron destruidas a causa de la contaminación del río Itata
con riles de Nueva Aldea. De modo que Matías ya no puede pescar,
pues hubo una reducción significativa de los recursos marinos en la
zona, precisamente después de que el acueducto filtrara nuevamente
con riles las aguas del río Itata y con ello las aguas marinas, en oc-
tubre y noviembre de 2013.
La empresa nos está contaminando, pero no lo reconocen, pero
sí estamos contaminados [...] Hace años, cuando [Forestal] Arauco
estaba vertiendo [aguas residuales] en el río, aquí tuvimos una gran

7 Matias y Nacy, entrevista grupal realizada en su hogar en la comuna de


Trehuaco, 24 de septiembre de 2014.

157
Robinson Torres Salinas & Jorge Rojas Hernández

lluvia. Hubo una semana de lluvia, cinco días sin parar, luego llovió
y se detuvo, llovió y se detuvo, y así sucesivamente, y el río [Itata]
desbordó. Durante unos tres días aquí, los animales no tenían nada
que comer, el agua entró aquí [a tierra] y luego salió por las playas.
Por entonces había agua pura, pero [los Riles] que Forestal Arauco
estaba vertiendo en el río, esa contaminación se mantuvo aquí en las
vegas [humedales]. ¡La contaminación todavía está aquí! Y no hay un
estudio en profundidad, sobre todo para saber qué son los productos
químicos. Ellos [autoridades, empresa] han hecho estudios, pero los
resultados solo muestran heces, que provienen de las heces de los ani-
males y nuestros propios residuos [...] Por eso dicen que el agua no es
apta para beber, pero nunca han estudiado los riles. Esos estudios
nunca lo han hecho, y si lo hacen, no lo sabemos, porque los estudios
son pagados por Forestal Arauco. (Matías, habitante de la comuna de
Trehuaco, entrevista, 24 de septiembre de 2014)

Matías ya no puede cultivar porque el agua subterránea que


bombeaba para regar sus cultivos fue contaminada —vía infiltración
subterránea de los acuíferos— con las aguas residuales industriales
de Nueva Aldea. Matías y Nancy tampoco pueden beber el agua
directamente desde su pozo. Han sido desposeídos de su agua y
sus medios de subsistencia como resultado de la negligencia cor-
porativa de Forestal Arauco; al igual que las casi 50 mil personas
sin agua que tiene la región del Biobío (Delegación Presidencial de
Recursos Hídricos, 2015, p. 44), han estado sufriendo —sin saberlo—
la alienación de las condiciones hidro-naturales de su existencia a
causa del desarrollo forestal, tanto a través de las plantaciones de
monocultivos como con las plantas de celulosa. En consecuencia, la
condición material elemental para tener una vida sostenible —acceso
directo al recurso hídrico no contaminado— les ha sido expropiada.
Este caso es un ejemplo de otras múltiples fracturas metabólicas que
se están produciendo a medida que se expande el desarrollo forestal
en la región del Biobío y otros territorios del sur de Chile. El desarrollo
forestal neoliberal se está convirtiendo en sinónimo de destrucción
ambiental y nuevas oleadas de desposesión hídrica (Klubock, 2014;
Torres et al., 2016; Azócar et al., 2018)

158
La fractura hidro-metabólica del neoliberalismo: etnografías de la desposesión...

Caso 2. Desarrollo de un embalse para riego


y producción hidroeléctrica en la cuenca del
río Itata, ¿sueño o pesadilla hídrica?
En la misma cuenca del río Itata pero en la zona cordillerana,
desde mediados del siglo xx existe un sueño hídrico, expresado en
un proyecto de embalse destinado a aumentar la seguridad de riego
en la zona media-baja del río Ñuble, en los alrededores de la ciudad
de Chillán, donde históricamente se ha desarrollado la agricultura
de riego (figura 2).
Perú 0 10 20 40
N
QDUHV San Fabian de Alico
Bolivia

Km
Cauquenes
Océano Pacífico

Río Itata

Río Ñuble
Chillán

Concepción Río Ñuble


Río Polcura

Río Laja
Argentina

Río Biobío

Los Ángeles
Lebu

Angol

Volcán
Chillán

Área agrícola

0 10 20 40 0 10 20 40 60
QDUHV Km
San Fabian de Alico
Km
Cauquenes
N

Río Itata

Río Ñuble
Chillán

ncepción Río Ñuble


Río Polcura

Río Laja
Río Biobío

Los Ángeles

Angol Poblado
Comuna
Caminos
Volcán
Chillán Área Proyecto
Muro Embalse Punilla
Área agrícola Planta Ñuble

Figura 2. Proyecto Represa/Embalse Punilla y Planta Hidroeléctrica Ñuble.


Fuente: elaboración propia.

159
Robinson Torres Salinas & Jorge Rojas Hernández

Como los grandes beneficiados, los casi cinco mil regantes agrupados
en la Junta de Vigilancia del río Ñuble son los principales proponentes de
este mega-proyecto hídrico, que fue aprobado el 15 de noviembre de 2010,
y ratificado como pieza prioritaria de infraestructura hídrica por parte
de la administración de Michelle Bachelet (2014-2018), en el contexto de
la Reforma Hídrica iniciada por su gobierno en 2014 (Bachelet, 2014).
El proyecto Punilla propone construir una mega-represa que even-
tualmente tendrá un muro de 136 metros de altura, cuya capacidad de
almacenamiento sería de unos 600 millones de metros cúbicos de agua
(Ministerio de Obras Públicas, 2015b). Para ello, 1.752 ha serían inun-
dadas en la cordillera de los Andes en las cercanías del volcán Chillán
(figura 2, zona roja). La otra pequeña área roja corresponde a la central
hidroeléctrica de pasada Ñuble, aprobada en 2011 y que eventualmente
producirá 136 mw que serán distribuidos a través del Sistema Interco-
nectado Central (sic). En su dimensión de riego, el embalse de Punilla
pretende aumentar la superficie de riego a 10.000 ha para llegar a las
70.000 ha con una “seguridad de riego del 85%” (Ministerio de Obras
Públicas, 2015a). Estas tierras agrícolas se ubican principalmente en el
valle central, hacia el lado norte del río Ñuble (figura 2, área verde), para
lo cual el Estado asignará derechos de agua a esas 10.000 ha adicionales
(Ministerio de Obras Públicas, 2015a).
El diseño e implementación del proyecto Punilla ya ha generado
opositores, representados por la población local y el movimiento
ambiental anti-represas denominado Ñuble Libre. Este movimiento
sostiene que el Embalse Punilla y la planta hidroeléctrica Ñuble des-
truirán el medio ambiente y desplazarán a las poblaciones locales de
sus parcelas, privándolas de sus formas tradicionales de vida asociadas
con la agricultura, el turismo de montaña, turismo de naturaleza, y
otras prácticas culturales desarrolladas tras décadas (incluso siglos)
de vivir en la zona. En la sub-cuenca del río Nuble, en su zona de
montaña no existen comunidades indígenas (mapuche) como en
la zona cordillerana de la cuenca del río Biobío, sino que son prin-
cipalmente familias campesinas tradicionales las que viven allí.
No obstante, durante las últimas décadas se ha observado la llegada
de personas chilenas y extranjeras que han comprado terrenos a
campesinos locales, destinándolos como parcelas residenciales o

160
La fractura hidro-metabólica del neoliberalismo: etnografías de la desposesión...

pequeñas empresas turísticas. Muchos de estos nuevos residentes


buscan sacar dividendos económicos por la venta de sus tierras, ya
que algunos deben ser desplazados por encontrarse en el área de
inundación del Embalse Punilla. En efecto, el proyecto Punilla con-
templa la expropiación de 1.105 hectáreas, desplazando 72 familias que
viven en el área de inundación (Ministerio de Obras Públicas, 2015c).
Durante el trabajo de campo de 2014, se entrevistó a Alejo8, uno de
los campesinos cuya tierra estaba localizada en el área de inundación,
por lo cual iba a ser expropiada por el Estado. Por ende, era inminente
que Alejo sería obligado a abandonar su hogar y el de sus ancestros
por causa del Embalse Punilla. Para él, este desplazamiento estuvo
siempre en sus pensamientos porque el proyecto Punilla, como un
sueño hídrico histórico de los regantes que viven aguas abajo del
río Nuble, siempre ha estado en las conversaciones e imaginarios de
las personas que habitan la zona. Lo que ha sido un sueño para los
agricultores del valle central del río de Ñuble, para Alejo y su gente
ha representado una larga pesadilla, que ahora se ha convertido fi-
nalmente en una realidad: su tierra fue expropiada por el Ministerio
de Obras Públicas en 2014, ya que su parcela se encuentra en medio de
la zona de inundación del embalse de Punilla. Cuando se visitó a Alejo
para entrevistarlo, quedamos fascinados por el hermoso paisaje de la
zona, casi virgen, con densos bosques nativos y ríos salvajes, donde
también habitan especies de fauna nativa como el huemul y el puma,
también conocido como león andino. Ello fue relevante para que en
el 2011 gran parte de esa zona fuera declarada Reserva de la Biósfera
por la unesco (Reserva de la Biósfera Nevados de Chillán – Laguna
del Laja). Toda la rica biodiversidad de la zona está acompañada de
una tranquilidad ideal para vivir una vida sostenible al lado de la
naturaleza. La paz de esas montañas andinas es lo que Alejo dijo que
iba a extrañar una vez que fuera desplazado definitivamente. Alejo
definió su relación con el embalse Punilla con la palabra ‘violencia’, que
para él describe el acto de ser desplazado. Alejo refería ser parte de la
tercera o cuarta generación de su familia en habitar dicha área, cuyos

8 Entrevista realizada en el hogar de Alejo, sector El Sauce, comuna de San


Fabián de Alico, octubre 11 de 2014.

161
Robinson Torres Salinas & Jorge Rojas Hernández

antepasados llegaron a estas montañas a finales del siglo xix. Desde


entonces, esta familia campesina ha basado su economía doméstica
principalmente en la cría de animales (vacas, cabras y pollos, entre
otros), complementando con cultivos de subsistencia, principalmente
porotos, trigo y otros granos. Durante las últimas dos décadas también
han trabajado prestando servicios turísticos a los visitantes, como ca-
balgatas a caballo, senderismo y otras actividades en el río Nuble. En las
montañas andinas, el agua no es solo para el riego e hidroelectricidad,
sino también para el turismo de naturaleza.
Según Alejo, el gobierno les ofreció “reubicarlos” en casas que
eventualmente serían construidas por el Estado para las familias
desplazadas, las cuáles se localizarían en el pueblo de San Fabián de
Alico. Ante esto, Alejo indicó que “este lugar en el que vivo no se puede
comparar con ningún otro lugar”, porque tiene toda una historia fa-
miliar inscrita en su parcela, en el río, en la montaña, en el bosque, con
los animales, con el aire fresco, con la libertad y el privilegio de vivir
en un ambiente limpio y exuberante como estas montañas andinas.
En la entrevista realizada en su casa en medio de la montaña,
Alejo protestaba diciendo que “el gobierno no tiene idea del valor que
tiene este ambiente para nosotros”. Por supuesto, él no está hablando
del medio ambiente como valor de cambio, sino que se refiere al valor de
uso de este entorno natural, cuasi prístino y brillante. Sin embargo,
el neoliberalismo llegó a esta zona para transformar estas montañas
naturales y los flujos de agua en flujos de ganancias para el capital
hidroeléctrico y para la agricultura de riego que se desarrolla aguas
abajo. La situación para Alejo y su familia es que su parcela es tan
pequeña (casi 3 ha), que el dinero que recibirían por la expropiación
no servirá para comprar otro lugar con las mismas características.
Argumentos similares tenían las hermanas Quintraman, pertenecientes
a la etnia mapuche-pehuenche, que a fines de los noventa y principios
de la década del 2000 lucharon contra la corporación endesa a causa de
la construcción de las mega-represas Ralco y Pangue en la zona del
Alto Biobío. Para ellas y sus comunidades, esas montañas andinas
eran lugares sagrados, pero para el gobierno y la hidro-corporación
solo eran tierras para ser inundadas y explotadas con el fin de extraer
ganancias monetarias (cf. Susskind et al., 2014). En el caso de Alejo,

162
La fractura hidro-metabólica del neoliberalismo: etnografías de la desposesión...

el Estado expropió sus tierras, llevando a tasadores oficiales del gobierno,


quienes establecieron el “valor” de sus parcelas pero solo considerando
su valor fiscal de mercado, no los valores históricos, culturales y subje-
tivos, que Alejo y su pueblo les han asignado —legítimamente— a este
asombroso lugar andino: “Porque el verdadero daño es que tengo que
dejar este lugar. Eso no lo pueden pagar con efectivo” (Alejo, entrevista
realizada en octubre 11 de 2014).
Durante la entrevista, Alejo también enfatizó que él y otros
campesinos desplazados de esta área han organizado un grupo para
presentar sus demandas al gobierno. Este pequeño grupo de alrededor
de veinte familias fue organizado para diferenciarse de quienes Alejo
describió como “gente extranjera”, en referencia a algunos ambien-
talistas, propietarios de parcelas residenciales, y empresarios del tu-
rismo que viven principalmente en el pueblo de San Fabián de Alico.
Para Alejo, estas personas “de afuera” han llegado durante la última
década desde ciudades como Santiago, Chillán, San Carlos e incluso
de países extranjeros. Para Alejo, lo que el gobierno ha tratado de
hacer es “dividir nuestra comunidad”, ofreciendo diferentes precios de
tierras de forma individual en lugar de negociar con todos ellos como
un grupo. Alejo definió su grupo “local” como aquel compuesto por
la veintena de familias que, como él, viven “aguas arriba del futuro
muro”, es decir, desde el punto donde se construiría el muro del embalse
Punilla, en dirección hacia la frontera con Argentina. Según Alejo,
son las personas como él, que viven río arriba del futuro embalse, las
que “sufren el verdadero dolor” y la amenaza real de ser desplazadas.
En cambio, muchas —aunque no todas las personas— que viven “aguas
abajo” del futuro muro, intentan obtener beneficios económicos del
otro proyecto hidroeléctrico (Central Hidroeléctrica Ñuble), vendiendo
sus tierras a los precios más altos posibles. Para Alejo, ni él ni su grupo
quieren vender sus tierras, porque no quieren dejar el modo de vida
tranquilo, apacible y sostenible que llevan en este lugar.
No queremos el embalse porque el daño no es pagadero.
Este daño no es sólo para nosotros: ¿puedes imaginar todo el daño a
la naturaleza? [...] Pero tal vez la naturaleza reaccionará a todos estos
proyectos porque aquí cerca tenemos el volcán Chillán. (Alejo, entre-
vista realizada el 11 de octubre de 2014)

163
Robinson Torres Salinas & Jorge Rojas Hernández

En este punto, el “ambientalismo campesino” de Alejo coincide con


el “ambientalismo activista” propuesto por los miembros de Ñuble Libre
sin represas. Este movimiento por el agua y el medioambiente se compone
de personas locales y foráneas, la mayoría de ellos jóvenes trabajadores
rurales, empresarios de turismo, estudiantes y profesionales. Antes de
viajar a San Fabián en octubre de 2014, se consiguió una entrevista tele-
fónica con una importante informante clave, Alicia. Una vez arribados al
lugar, fue precisamente ella quien nos presentó a Alejo y al movimiento
social que se ha formado y desarrollado contra los proyectos hidroeléc-
tricos en el río Ñuble. Alicia fue importante para facilitar penetrar las
redes de la gente local contra las centrales hidroeléctricas de Punilla y
Ñuble, ya que como retrata la historia relatada por Alejo, hay fuertes
sospechas entre los locales hacia las personas foráneas que llegan al área
preguntando sobre su activismo, sean estas del Estado, corporaciones,
o con intereses científicos. En efecto, el entramado de poder político
y corporativo es el que típicamente intenta dividir y fragmentar las
comunidades; lo cual se hace a través de incentivos materiales (becas,
canastas familiares, apoyos monetarios varios) para así ganar simpatía
local y apoyo para los mega-proyectos hidroeléctricos y otros proyectos
geográficos de envergadura, como los forestales y de agro-negocios.
De este modo, lo que Alejo describió como el intento del gobierno de
dividir a su comunidad (negociando individualmente con cada uno
de ellos), desde la perspectiva de los lugareños es visto como una estrategia
deliberada para generar desconfianza y fragmentar a las comunidades,
ofreciendo más dinero por la compra de tierras a los unos, y menos a
los otros. Esta situación es similar a otras experiencias de lucha y resis-
tencia local contra mega-proyectos hidroeléctricos en otras regiones del
país. Por ejemplo, en el marco de nuestra experiencia de investigación
sobre el proyecto HidroAysén en la Patagonia, observamos procesos
similares por parte de las empresas proponentes (endesa/colbun): se
repartió dinero en efectivo y otros incentivos a algunos miembros de
las comunidades para obtener apoyo para el proyecto, lo que a su vez
generó profundas divisiones internas en las familias y miembros de las
comunidades (Torres et al., 2017). Sin embargo, los campesinos como
Alejo están siendo fuertemente apoyados y defendidos por miembros
de Ñuble Libre y sin represas. Para los miembros de este movimiento

164
La fractura hidro-metabólica del neoliberalismo: etnografías de la desposesión...

socio-hídrico, los proyectos de represas en el río Ñuble son un crimen


contra la naturaleza, porque bloquean los flujos naturales de las aguas
de los ríos, y ese bloqueo se representa como una destrucción del río, de
la cuenca y su entorno natural. Lito, nacido en el pueblo de San Carlos
pero quien vive desde principios del 2000 en el pueblo de San Fabián
de Alico, relató de la siguiente manera esta filosofía activista:
Utilizamos siempre una metáfora aquí o lo vemos así: los ríos
son las venas de la tierra. Si construyes una muralla [represa], estás
formando un coágulo. Lo mismo sucede en el organismo o cuerpo
humano. Cuando tienes un coágulo, puedes tener un ataque al co-
razón y te duele. Incluso puede producir trombosis. En estos mo-
mentos, la tierra está sufriendo esta trombosis porque ¿cuántos ríos
del planeta no están siendo bloqueados? (Lito, entrevista personal, 17
de octubre de 2014)

La defensa ambientalista frente a proyectos hidroeléctricos busca


evitar que Alejo y otros campesinos y campesinas sigan siendo des-
plazados por el Proyecto Punilla y otros proyectos de desarrollo
hidroeléctrico. Esta realidad de conflicto hidrosocial en el valle del
río Ñuble pone de relieve el modo en que ciertos grupos de personas,
particularmente aquellos que habitan áreas rurales, están siendo des-
poseídos de sus formas de vida tradicionales y de su acceso y control
de bienes naturales como tierras, aguas, y paisajes de montañas.
Una migración y desplazamiento que, como en otros lugares del Chile y
América Latina, son ejemplos de la fractura y separación forzada de los
seres humanos de su medio ambiente natural y sus recursos hídricos.

Caso 3. Agro-negocios de cerdos y olivos en la comuna


de San Pedro, región metropolitana de Santiago
El desarrollo de la mega-industria de cerdos en la cuenca del río
Maipo es también ilustrativa de este proceso multiescala de fractura
hidro-metabólica en los territorios hidrosociales chilenos. La industria
y su principal corporación, Agrosuper, es originaria de la Región
O’Higgins (sur de Santiago), y comenzó a invertir en la comuna de San
Pedro a fines de los años ochenta. San Pedro se ubica en las tierras de
secano cercanas a la cordillera de la costa, localizándose aguas abajo

165
Robinson Torres Salinas & Jorge Rojas Hernández

de la cuenca del río Maipo (figura 3). En esta zona, las principales
fuentes de agua son los acuíferos. Según Alexis —abogado y activista
fundador del Movimiento Juntos por el Agua9— cuando Agrosuper
llegó a San Pedro no tenían derechos de agua. Por lo tanto, comenzaron
a solicitar los derechos a la Dirección General de Aguas (dga): “Todo
comenzó después del proceso de reforma agraria. [Cuando] Agrosuper
se instaló en la zona, creo que con algunos estudios hidrogeológicos,
comenzaron a solicitar grandes cantidades de derechos de agua”. En
efecto, de acuerdo con el Catastro Público de Aguas de la dga10, la
empresa Agrosuper comenzó a solicitar derechos de aguas subterráneas
a partir de 1995, siendo su última solicitud de 2011. Tienen un total de
nueve solicitudes de derechos de agua en el catastro, que suman un
total de 454 litros por segundo en la comuna de San Pedro (dga, 2016).
Según campesinos de San Pedro, dedicados principalmente al cultivo
de frutillas, crianza de pollos, producción de huevos y ganado (vacas,
ovejas), la extracción de estas grandes cantidades de agua en aquellas
tierras de secano les ha afectado, porque sus pozos se han secado.
Esto ocurre de la siguiente manera. Los pozos profundos operados por
Agrosuper —que según los habitantes locales sustentan la producción
de alrededor de dos millones de cerdos en diversas plantas de crianza y
procesamiento situadas en el municipio— son más profundos que los
pequeños pozos operados por los productores de frutillas, quienes a
través de sus pequeños pozos noria solían extraer agua para consumo
humano y riego de sus cultivos. Una vez que Agrosuper comenzó a
construir pozos profundos industriales de más de 100 metros, para
así bombear grandes cantidades de agua desde los acuíferos de la
comuna, las personas que viven en el área han presenciado cómo sus
pozos noria familiares se han secado gradualmente. Como lo indican
otras integrantes del Movimiento Juntos por el Agua:
Lo que sucede es que los grandes pozos extraen agua en de-
trimento de los pequeños. Todos nuestros pozos se están haciendo
inútiles. Nuestros pequeños pozos se secan y por lo tanto la gente

9 Entrevista realizada en la comuna de Melipilla, 26 de noviembre de 2014.


10 Esta información puede ser encontrada en el sitio web de la dga: http://
www.dga.cl/productosyservicios/derechos_historicos/Paginas/default.aspx
[consultado el 4 de enero de 2016].

166
La fractura hidro-metabólica del neoliberalismo: etnografías de la desposesión...

se queda sin agua... Este problema no solo nos daña a nosotros, los
pequeños productores, sino también a ellos [los grandes produc-
tores], porque llegará un momento en que no tendrán agua tampoco.
(Constanza y otros campesinos, entrevista grupal realizada en la
comuna de San Pedro, 27 de noviembre de 2014)

Perú N 0 5 10 20 30 N
Chacabuco
Bolivia

Km

Tiltil
Chacabuco Huechuraba
Océano Pacífico

Quilicura
Colina
Pudahuel Huechur
Conchalí
Lampa Lo Barnechea Renca
Vitacura Renca Recoleta
Curacaví
Quilicura Cerro Navia Independencia
Renca
Pudahuel Santiago Quinta Normal
Provid
María Pinto Santiago Las Condes Pudahuel Lo Prado
Maipú
La Florida Peñalolén Santiago Santiago
Peñaflor Ñ
Puente Alto Estación Central
Melipilla El Monte Talagante San Bernardo
Argentina

Pedro Aguirre Cerda


Calera de Tango
Buin Cerrillos M
Pirque San Miguel
Melipilla Cordillera Sa
Maipo Maipú Lo Espejo
La Cisterna La Granja
Paine
San Pedro San José de Maipo

El Bosque San Ramón


Talagante
Alhué
La Pintana

La Pintana
Maipo

Comuna Provincia

0 5 10 20 30 N
Chacabuco
Km

Tiltil
Chacabuco Huechuraba
Quilicura Lo Barnechea
Colina
Pudahuel Huechuraba
Conchalí
Lampa Lo Barnechea Renca Vitacura
Vitacura Renca Recoleta
Quilicura Cerro Navia Independencia Las Condes
Renca
Pudahuel Santiago Quinta Normal
Providencia
Santiago Las Condes Pudahuel Lo Prado
Maipú
La Florida Peñalolén Santiago Santiago La Reina
Peñaflor Ñuñoa
Puente Alto Estación Central
te Talagante San Bernardo Peñalolén
Pedro Aguirre Cerda
Calera de Tango
Buin Cerrillos Macul
Pirque San Miguel
Cordillera San Joaquín
Maipo Maipú Lo Espejo
La Cisterna La Granja
Paine
San José de Maipo La Florida

El Bosque San Ramón


Talagante
La Pintana
Cordillera
La Pintana
Maipo
0 5 10 20 30
Km

Figura 3. Región Metropolitana de Santiago de Chile, según Provincias y


comunas. Fuente: elaboración propia.

167
Robinson Torres Salinas & Jorge Rojas Hernández

La fractura hidro-metabólica en la comuna de San Pedro no solo


está influenciada y hasta cierto punto gatillada por la industria porcina.
En 2010, una compañía estadounidense proveniente desde Utah llegó a la
zona para comenzar a cultivar aceitunas, destinadas a la producción de
aceite de oliva para exportación.11 De acuerdo con información entregada
por algunos entrevistados del área, la empresa compró alrededor de
3.500 ha de tierra en la comuna a un terrateniente local llamado Ricardo
Aristía, quien tenía derechos de propiedad de tierras y aguas desde 1974
en las comunas de Talagante, Melipilla y San Pedro.12 Aristía es un reco-
nocido empresario en el sector agrícola e hídrico, ya que fue presidente
durante casi cuatro décadas de la Asociación de Canalistas Canal Las
Mercedes, un importante canal de riego en la cuenca del río Maipo que
data del siglo xix (Torres, 2016). En 2010 fue nombrado Director Nacional
del Instituto Nacional de Desarrollo Agropecuario (indap) por el nuevo
gobierno de Sebastián Piñera (2010-2014). Según campesinas de San
Pedro, Ariztía tuvo que vender (o transferir) sus tierras, derechos de
agua y empresas para asumir esta importante posición. Así, en 2011
esta empresa estadounidense, con el nombre local de Agroreservas
de Chile s. a., compró tierras y derechos de agua de propiedad de
Ariztía en la comuna de San Pedro. Desde entonces, cultivan olivos
para la producción de aceite de oliva para los mercados globales, para
lo cual hacen uso de las tierras y derechos de agua subterráneas que le
compraron a Aristía. De acuerdo con el Catastro Público de Agua de
dga (dga, 2016), en junio de 2011 Agroreservas de Chile s. a. realizó
25 inscripciones de derechos de agua subterránea en el municipio, por
un total de 991 litros por segundo. Eso es una gran cantidad de agua
bombeada desde los acuíferos de San Pedro, que sumados a los 454
litros por segundo extraídos por Agrosuper, explican en parte por
qué casi toda la población de la comuna (8.485 personas) está siendo
atendida por camiones de agua municipales desde 2011 (Areli, admi-
nistradora municipal de los camiones aljibe de la Municipalidad de
San Pedro, entrevista personal, realizada el 26 de noviembre de 2014).

11 Véase el sitio web de la empresa: http://www.chileoliveoil.cl/


12 Véase una biografía en https://es.wikipedia.org/wiki/Ricardo_
Arizt%C3%ADa_de_Castro

168
La fractura hidro-metabólica del neoliberalismo: etnografías de la desposesión...

Las 25 inscripciones significan 25 pozos profundos. Sin embargo, según


los campesinos locales, “si se le pregunta a la dga dicen que hay 25 pozos,
pero la gente que trabaja allí dice que hay mucho más de 100 [pozos]”
(Constanza y otros campesinos, entrevista grupal, noviembre 27 de 2014).
Quienes trabajan en las plantaciones de olivos son precisamente las
familias de estas campesinas y campesinos, que también son la principal
fuerza de trabajo rural en las plantas de la industria porcina. Por lo tanto,
estas personas son conscientes de que los derechos de agua (subterráneos
y consuntivos) acumulados por esta gran empresa transnacional son
solo estadísticas oficiales, porque en la práctica están extrayendo mucha
más agua que la declarada en el Catastro Público de Aguas. Lo oficial
no tiene nada que ver con lo real. Los registros gubernamentales no
tienen relación con lo que realmente se extrae desde los ríos, acuíferos
y sus caudales ecológicos. Estos ecosistemas socio-hídricos están siendo
afectados por la falta de precipitaciones durante la última década debido
a la mega-sequía (Centro de Ciencias del Clima y Resiliencia cr2, 2015),
cuyos efectos son exacerbados por la sobreexplotación capitalista de los
pocos recursos hídricos que existen a través de mega-proyectos geo-
gráficos que están, literalmente, secando el territorio. Como lo expresó
Abigail, ingeniera y Sub-Delegada Presidencial de Recursos Hídricos
para la Región Metropolitana de Santiago13:
La gran lucha que la gente tiene aquí en la región metropolitana es
que se preguntan: ¿Por qué? El vecino—que no es ni siquiera nacional
sino transnacional—viene y compra predios completos, hacen pozos
profundos de 100 o 200 metros, tienen agua para regar muchos árboles
de olivo. Y sin embargo, los campesinos no tienen agua para regar
sus frutillas. [Hay] un montón de pozos, muchos olivos creciendo,
pero estas personas no tienen agua para beber ni agua para trabajar
[sus tierras]. (Abigail, entrevista personal, 3 de diciembre de 2014)

13 En 2014, la presidenta Michelle Bachelet nombró un Delegado Presidencial


para los Recursos Hídricos, para así abordar de forma focalizada el
problema de escasez hídrica que afecta al país. La persona designada
fue Reinaldo Ruiz, profesor de la Universidad de Talca, quién a su vez
nombró sub-delegados regionales. Durante el trabajo de campo de esta
investigación, se entrevistó a Abigail, la sub-delegada para la Región
Metropolitana de Santiago.

169
Robinson Torres Salinas & Jorge Rojas Hernández

Este es otro ejemplo de cómo las interacciones metabólicas del


mercado del agua, la sequía y el poder económico de las grandes
corporaciones están produciendo nuevas fracturas hidro-metabólicas
y un proceso de intensificación de la desigualdad socio-espacial en la
cuenca del río Maipo, despojando a la población local de sus recursos
hídricos. Pero las grandes corporaciones no solo están dejando a la
población local sin agua, sino también agotando los acuíferos y creando
problemas de depredación ambiental que probablemente serán difí-
ciles de restaurar socio-ecológicamente. Esta situación también está
eliminando la posibilidad de que la dga distribuya más derechos de
agua en el futuro, porque en la Región Metropolitana de Santiago
de Chile existe sobre-explotación de los acuíferos en un contexto de
mega-sequía. Lo anterior ha llevado a la autoridad hídrica a declarar
áreas de restricción —lo cual significa que la dga no puede asignar
más derechos de agua— ya que en la cuenca del río Maipo “no hay
más agua para asignar” (Patricia Macaya, directora dga Región Me-
tropolitana, entrevista personal, 14 de noviembre de 2014).

Conclusiones
Los tres casos de estudio descritos en este trabajo ilustran los
diversos modos en que el neoliberalismo hídrico (expresado en el
mercado de aguas) y el cambio climático (expresado en la mega-
sequía) están contribuyendo conjuntamente a producir fracturas
hidro-metabólicas en diversas cuencas y territorios de Chile. A medida
que esta fractura hidro-metabólica se expande social y espacialmente,
está produciendo una doble situación: personas sin agua y ecosistemas
degradados. Las personas sin agua, desposeídas del acceso y control
de sus recursos hídricos, ya han comenzado a articular estrategias
colectivas para hacer frente a esta nueva situación de vivir sin agua.
Por un lado, han tenido que adaptarse gradualmente a la cotidianidad
de ser abastecidos de agua potable por camiones aljibe. Por otro lado,
también han empezado a organizarse para protestar y generar espacios
de discusión que permitan comenzar a disputar la noción del agua
como propiedad privada y mercantilizada impuesta por la dictadura
militar de Pinochet, que instauró la hidro-modernidad neoliberal
como una estructura hegemónica de des-gobernanza hídrica en el país.

170
La fractura hidro-metabólica del neoliberalismo: etnografías de la desposesión...

La etnografía multi-situada de la desposesión hídrica en las regiones


del Biobío y Santiago nos muestra que hay un malestar social ante
el neoliberalismo hídrico, y por ello se han comenzado a generar
articulaciones de estos movimientos locales con miras a generar un
movimiento de escala nacional por el agua, cuyo propósito principal es
recuperarla como un bien público (Larraín, 2015; Torres et al., 2017)14.
Los casos de estudio de Punilla, Nueva Aldea, y Agrosuper demuestran
que la acumulación corporativa de agua es relevante para entender
la desposesión hídrica y la reacción social contra esta desposesión.
El cambio climático y la sequía influyen, pero no son el principal
factor de la escasez de agua. Los resultados de nuestra investigación
demuestran que el mercado hídrico es un factor decisivo en la pro-
ducción socio-espacial de fracturas hidro-metabólicas en los territorios
hidrosociales de Chile. Al respecto, las cifras son elocuentes: a enero

14 En Chile, la noción del agua como un “bien público” puede rastrearse,


históricamente, cuando inició la provisión de agua potable por parte del
Estado a los ciudadanos, que ocurrió desde la creación de la primera
empresa pública de agua en Santiago en 1861 (Piwonka, 1999). Este hito dará
vida, durante gran parte del siglo xx, a una suerte de hidro-keynesianismo,
donde el Estado tuvo un fuerte rol en la construcción de infraestructuras
hídricas (alcantarillado, represas, canales de riego, embalses, etc.). Este
hidro-keynesianismo llegaría a su punto más alto cuando, en el contexto
de la reforma agraria (1964-1973), el presidente Eduardo Frei Montalva
nacionalizó el agua en 1967, la cual sería re-privatizada con el Código de
Aguas de 1981, dando vida a la hidro-modernidad neoliberal.
Es precisamente a partir de esa noción de agua como bien público, muy
marcada en el período de 1967-1973, que el Estado asume un rol conductor
en la provisión de agua a sus ciudadanos; dicha noción está siendo, de un
modo u otro, recogida y resignificada por los actuales movimientos sociales
por el agua en el país. No obstante, esta resignificación sería acorde al actual
momento histórico de (post) neoliberalismo y cambio climático, y también
considerando que hoy existe una creciente desconfianza por parte de los
movimientos sociales con el aparato de estado. Es por ello que la noción de
agua como bien público también se entrelaza con la noción del agua como
un bien comunitario y no exclusivamente estatal, procesos que están dando
vida, gradualmente, a la transición hacia la hidro-modernidad de lo común.
De cualquier modo, tanto el agua como bien público, como el agua como
bien común, son nociones en proceso de (re)construcción (Mundaca, 2014;
Bauer, 2015; Torres, 2016; Torres et al., 2017).

171
Robinson Torres Salinas & Jorge Rojas Hernández

de 2015, aproximadamente 400 mil personas están sufriendo la escasez


absoluta de agua, teniendo que ser atendidas por camiones aljibe mu-
nicipales (Delegación Presidencial para los Recursos Hídricos, 2015).
Estas cifras son la contabilidad oficial, pero probablemente son muchas
más las personas sin agua en el país. La desposesión hídrica es de
escala nacional.
La fractura hidro-metabólica del neoliberalismo es una fractura
socioambiental cuya escala sigue creciendo, al igual que el malestar
social. Ñuble Libre sin represas y el Movimiento Juntos por el Agua son
ejemplos tomados entre decenas de otros movimientos que emergen
en diversos territorios del país como respuesta a la desposesión hídrica
del capital global sobre las comunidades locales. Irónicamente, ante
la creciente separación de las comunidades de su acceso y control de
sus recursos hídricos, se viene generando una creciente unión de estas
mismas personas y comunidades siendo desposeídas. Así, emergen
nuevas subjetividades ante esta destrucción multiescala de los ecosis-
temas hídricos. Se vislumbra una alternativa, un proyecto político-
ecológico y socio-espacial que busca declarar el agua como un bien
común (commons), pero también restaurar ecosistemas socio-hídricos
altamente contaminados (río Itata), sobre-explotados (acuíferos de San
Pedro), e intervenidos a gran escala (río Ñuble). La hidro-modernidad
neoliberal comienza su retirada, emergiendo la alternativa de la hidro-
modernidad de lo común (cf. McCarthy, 2005; Carroza y Fantini,
2016; Infante, 2016; Torres, 2016), que abre un universo de nuevas
posibilidades para crear modos más democráticos y sustentables de
habitar los territorios. Nuestras preguntas de investigación y trabajo
colaborativo comienzan también a dirigirse en esa dirección.

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176
Sobre los autores y autoras

Catalina Caro Galvis: antropóloga con estudios de maestría en Geografía de la


Universidad Nacional de Colombia. Forma parte del grupo de investi-
gación Cultura y Ambiente. Ha trabajado acompañando comunidades
indígenas, afrocolombianas y campesinas en varios lugares del país,
específicamente en temas relacionados con derechos humanos, conflicto
socioambiental, educación propia e intercultural y educación popular
ambiental. Ha sido docente ocasional en la Universidad Nacional de
Colombia y en la Pontificia Universidad Javeriana. Actualmente es
Investigadora de Censat Agua Viva, donde trabaja como coordinadora del
área de conflictos mineros acompañando a comunidades afectadas por
el extractivismo minero en el Cauca, el suroeste antioqueño y la Guajira.
[email protected]

Anyi Viviana Castelblanco Montañez: licenciada en Educación Básica con


énfasis en Ciencias Sociales de la Universidad Distrital Francisco José
de Caldas y antropóloga de la Universidad Nacional de Colombia.
Es integrante del grupo de investigación Cultura y Ambiente. Ha trabajado
acompañando comunidades para la formulación de procesos educativos
propios, comunitarios y con población en condición de vulnerabilidad, y
ha investigado temas socioambientales y de epidemiología. Actualmente
trabaja en Censat Agua Viva apoyando los procesos investigativos y de
acompañamiento de las comunidades afectadas por el extractivismo en
los departamentos de La Guajira, Suroeste de Antioquia y Cauca.
[email protected]

539
Sobre los autores y autoras

Martha Correa Casas: profesional en el área de antropología y medio ambiente,


con estudios de maestría en Antropología Social y licenciada en Biología.
Ha centrado su trabajo en la aproximación a conflictos socioambientales
vinculados con la conservación y restauración de ecosistemas estratégicos,
así como en el fortalecimiento de procesos de apropiación territorial.
Tiene un interés especial en procesos asociados con la gestión ambiental,
el ordenamiento territorial y la gobernanza del agua.
[email protected]

Felipe Castro: geógrafo y magíster en Planificación Territorial de la Universidad


Católica de Temuco, e investigador del Observatorio Regional uct. Su área
de especialización son los sistemas de información geográfica aplicados
a las ciencias sociales, así como los análisis y diagnósticos territoriales.
[email protected]

María Christina Fragkou: profesora asistente en el Departamento de Geografía


de la Universidad de Chile. Tiene un doctorado en Ciencias Ambientales de
la Universidad Autónoma de Barcelona, España, y una maestría en
Tecnología Ambiental del Imperial College, Reino Unido. Es una de
las profesoras a cargo del Laboratorio de Ecología Política y Conflictos
Socioambientales del Departamento de Geografía. Su investigación se
centra en los impactos sociales de la gestión de los recursos naturales y
su escasez en Chile.
[email protected]

Yerko García: sociólogo de la Universidad Católica de Temuco. Realizó su


práctica en el Observatorio Regional uct, sobre la expansión forestal
en Chile, y ha trabajado el tema de la autoidentificación indígena en
aymaras y mapuches.
[email protected]

540
Sobre los autores y autoras

Johanna Höhl: tiene un doctorado en Historia Contemporánea del Instituto


de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Libre de Berlín, y es
magíster en Ciencias Regionales de América Latina de la Universidad
de Colonia, Alemania. Docente de la maestría Governance of Risk and
Resources, organizada por la Universidad de Heidelberg en colaboración
con la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Sus áreas de interés son la gobernanza de recursos, específicamente
el nexo entre agua y energía. Asimismo, estudia el rol de los pueblos
indígenas en los procesos y estructuras de gobernanza en torno al uso
y control de los recursos.
[email protected]

Marcela López: geógrafa con una formación interdisciplinaria en estudios urbanos


y ambientales. Su investigación se enfoca en desigualdades sociales, con-
flictos ambientales y políticas de agua. Es la fundadora de la plataforma
Paisajes Hídricos Urbanos en Disputa (contestedurbanwaterscapes.
net), la cual promueve el diálogo e intercambio interdisciplinario entre
académicos, movimientos sociales y proveedores de servicios públicos
para la búsqueda de alternativas que permitan reducir las desigualdades
en el acceso al agua. Actualmente es investigadora del Rachel Carson
Center for Environment and Society en Munich, Alemania.
[email protected]

Jenny Marcela Peñuela López: estudiante de geografía de la Universidad Nacional


de Colombia y estudiante de licenciatura en biología de la Universidad
Pedagógica Nacional. Miembro del grupo de investigación Cultura y
Ambiente del Departamento de Geografía de la Universidad Nacional
de Colombia. Miembro de las organizaciones Colectivo Caicas y Mesa
Socioambiental de Occidente. Sus temas de interés son ecología política
urbana, movimientos ambientales, desarrollo y sociedad, gestión del re-
curso hídrico, entomología y educación ambiental para la biodiversidad
y la sustentabilidad.
[email protected]

541
Sobre los autores y autoras

Jorge Rojas Hernández: doctor en Sociología por la Universidad de Hannover,


Alemania. Sus líneas de investigación incluyen procesos de desarrollo
regional, trabajo, transformaciones globales, instituciones, movimientos
sociales y ambientales, sustentabilidad y cambio climático. Fue di-
rector del Proyecto anillos soc-28: Impactos Socioambientales del
Cambio climático en la Región del Biobío, y actualmente es investigador
asociado del Proyecto conicyt/fondap 15130015: Centro de Recursos
Hídricos para la Agricultura y la Minería (crhiam). Investigador de la
red temática Cambio Transnacional, Desigualdad Social, Intercambio
Intercultural y Manifestaciones Estéticas en La Patagonia, Universidad
Friedrich Schiller, Alemania y financiada por el daad. Investigador del
grupo clacso: Pensamiento Crítico y Prácticas Emancipatorias. Ha sido
director del Departamento de Sociología y Antropología de la Universidad
de Concepción decano de la Facultad de Ciencias Sociales y sub-director
del Centro de Ciencias Ambientales (eula) de Chile. Actualmente es
profesor titular del Departamento de Sociología (Facultad de Ciencias
Sociales) y vicerrector de Relaciones Institucionales y Vinculación con
el Medio (vrim), Universidad de Concepción, Chile.
[email protected]

Vladimir Sánchez Calderón: geógrafo y magíster en Ciencias Económicas de la


Universidad Nacional de Colombia; Magíster y doctor en Historia de la
Universidad de los Andes. Miembro de la línea de Historia Ambiental del
grupo de investigación Historia, Ambiente y Política de las universidades
Nacional y Los Andes; miembro de la línea de Historia Urbana del grupo
de investigación PSORHE de la Universidad Industrial de Santander (UIS).
Profesor asistente de la Escuela de Historia, UIS. Sus áreas de interés son
historia ambiental urbana, ecología política, ambiente urbano, historia y
geografía de ciudades latinoamericanas, desastres y riesgos, antropoceno.
[email protected]

542
Sobre los autores y autoras

Patricia Sánchez García: socióloga (2005) y magister en Geografía de la Universidad


Nacional de Colombia (2014), posgraduada en Cultura de Paz de la Uni-
versidad Autónoma de Barcelona (2015). Actualmente cursa el Doctorado
en Estudios Interdisciplinarios sobre Desarrollo de la Universidad de Los
Andes. Ha sido partícipe o coordinadora de procesos de investigación
sobre conflictos socioambientales, extractivismo, minería, territoriali-
dades campesinas, Zonas de Reserva Campesina e inundaciones. Ha sido
consultora en organizaciones no gubernamentales y docente en diversas
universidades públicas y privadas de Bogotá, en donde ha dictado cursos
relacionados con ecología política, cartografía social, investigación cuan-
titativa y cualitativa, así como con conflicto social y armado colombiano.
[email protected]

Lorena Andrea Torres Higuera: antropóloga y socióloga de la Universidad


Nacional de Colombia, estudiante de maestría en Geografía en la Uni-
versidad Federal de Espirito Santo, Brasil. Ha trabajado problemáticas
asociadas a conflictos ambientales generados por la implementación de
proyectos extractivos en territorios campesinos en el departamento de
Cundinamarca; multiculturalismo y conflictos interculturales entre
pueblos indígenas y campesinos del departamento del Cauca. Ha acom-
pañado investigaciones sobre derecho, justicia propia y autonomía de
comunidades indígenas de la región del Putumayo y la Sierra Nevada
de Santa Marta.
[email protected]

Robinson Torres Salinas: sociólogo y doctor en Environmental Social Science


por la Arizona State University, ee. uu. Su línea principal de inves-
tigación es la ecología política, en particular la relación entre agua
y poder social. Profesor asistente, Departamento de Sociología
(Facultad de Ciencias Sociales) y Departamento de Planificación Territorial
(Facultad de Ciencias Ambientales), Universidad de Concepción, Chile.
Es investigador del Cluster Agua & Sociedad del Proyecto fondap 15130015:
Centro de Recursos Hídricos para la Agricultura y la Minería (crhiam);
e investigador principal del Proyecto fondecyt Postdoctorado 3170694:

543
Sobre los autores y autoras

La Hidro-Modernidad de lo Común: una Ecología Política de los Nuevos


Movimientos Sociales por el Agua en Chile (2017-2019). Miembro de la Red
waterlat-gobacit, dedicada a la docencia e investigación acción en
problemáticas sociohídricas y ambientales (véase, http://waterlat.org/es/).
[email protected]

Akbar Rosemberg Vargas Sandoval: geógrafo y estudiante de Ingeniería


Mecatrónica de la Universidad Nacional de Colombia. Miembro del grupo
de investigación Cultura y Ambiente del Departamento de Geografía de
la Universidad Nacional de Colombia y miembro del grupo estudiantil
Laboratorios Sociales de Ciencia y Tecnología (LabSCyT) de la misma
universidad. Sus temas de interés son ecología política urbana, ciencia,
tecnología y género, planeación urbano-regional, historiografía urbana
y cartografía social y participativa.
[email protected]

Claudia Vásquez Baeza: creció en la comuna de Pudahuel ubicada en la periferia


de la ciudad, este hecho la llevó a interesarse por las problemáticas urbanas
en su comuna, las diferencias en el espacio público y el trabajo voluntario
para mejorarlo. Estudió Geografía en la Universidad de Chile y elaboró
su trabajo de grado sobre áreas verdes urbanas en zonas desérticas, con
un marcado interés por el acceso desigual a ellas y sus diferencias de
acuerdo con las clases sociales. Ha ejercido en el Instituto Nacional de
Estadísticas, y en la Ilustre Municipalidad de Pudahuel.
[email protected]

Maria Isabel Valderrama González: comunicadora social y periodista de la


Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, magíster en Ciencias
Sociales (especialidad Territorios, Espacios, Sociedades) y doctora
en Antropología Social y Etnología de la École des Hautes Études en
Sciences Sociales de París. Sus temas de interés se centran principalmente
en cuestiones relativas al territorio, gobernanza, pueblos indígenas,
geopolítica interna, geografías del poder y de la resistencia, análisis

544
Sobre los autores y autoras

­institucional y de discursos. Su tesis doctoral aborda, desde una mirada


crítica, los obstáculos para la implementación de sistemas de gobernanza
en un territorio indígena como la Sierra Nevada de Santa Marta, donde
confluyen diferentes actores con sus intereses, representaciones y pro-
yectos de territorio. Además cuenta con experiencia profesional en
ordenamiento territorial, fortalecimiento organizativo, gestión social
institucional, comunicación pública, trabajo de campo y concertación
con comunidades.
[email protected]

Patricia Veloza Torres: geógrafa de la Universidad Nacional de Colombia,


licenciada en Educación Comunitaria con énfasis en Derechos Humanos
y especialista en Sistemas de Información Geográfica. Hace parte del
grupo de Investigación Cultura y Ambiente de la Universidad Nacional
de Colombia. Sus campos de investigación son los conflictos socioam-
bientales y territoriales, la ecología política, la geografía feminista y los
movimientos sociales. Ha trabajado en diversas organizaciones y ong,
desarrollando proyectos sociales y ambientales en torno a la defensa
territorial y el empoderamiento comunitario.
[email protected]

Hugo Romero-Toledo: sociólogo, doctor en Geografía Humana por la Universidad


de Manchester y profesor asociado del Instituto de Estudios Antropoló-
gicos de la Universidad Austral de Chile. Sus áreas de investigación son
transformaciones socioambientales, geografías interculturales y geografía
histórica. Fue director del Observatorio Regional de la uct, y miembro
de los claustros del magíster en Planificación Territorial y del doctorado
en Estudios Interculturales. Investigador de la línea Geografía del Con-
flicto del Centro de Estudios del Conflicto y Cohesión Social (coes) y ha
colaborado con el Centro de Estudios Interculturales Indígenas (ciir).
[email protected]

545
Sobre los autores y autoras

Astrid Ulloa: profesora titular del Departamento de Geografía de la Univer-


sidad Nacional de Colombia y directora del grupo de investigación
Cultura y Ambiente. Tiene una maestría y doctorado en Antropología
de la Universidad de California, Irvine, ee. uu. Hace parte del consejo
asesor de la Asociación Ambiente y Sociedad Colombia. Sus principales
temas de investigación son: movimientos indígenas, autonomía, género,
territorialidad, problemáticas ambientales, extractivismos, cambio cli-
mático, al igual que alternativas y propuestas locales. Investigadora de
las redes Gesma y TrAndes. Actualmente su proyecto de investigación,
financiado por la Universidad Nacional de Colombia-grade, se enfoca
en gobernanza hídrica en escenarios de minería a gran escala.
[email protected]

546
Índice de materias

A B
Acueducto: 21, 46, 64, 85, 155-157, 199, Bien común: 26, 34, 36, 38, 134, 136, 137,
214, 349-351, 353, 368, 371-373, 375, 141, 142, 171, 172, 205, 265, 382, 514,
380-385, 393, 394, 397-400, 404-407, 520, 530, 536
409-414, 416 Bien público: 23, 24, 35, 171, 308, 336,
Agrosuper: 165, 166, 168, 171 345, 348, 369, 536
Agua Bienes comunes: 34, 40, 78, 108, 137,
no contabilizada: 336 142, 363, 520, 536
potable: 23, 24, 32, 45, 61, 88, 106, Bogotá: 45-47, 231-233, 246, 262, 276,
133, 134, 149, 150, 156, 157, 170, 171, 286, 359, 360, 374-377, 382, 384, 391-
189, 194, 201, 209, 210, 338, 340, 344, 393, 396-400, 402, 405, 406, 410, 412-
347-349, 353, 357, 359, 364, 365, 368- 414, 416, 460-465, 467, 468, 474, 476,
371, 375, 384, 386, 389, 397, 398, 400, 478-480, 483, 489, 490-492, 503, 508,
403, 405-407, 409, 413, 417 518-520
prepago: 341, 343, 350 Buenos Aires Los Pinos: 45, 359, 360,
Apropiación: 19, 36, 42, 44, 71, 89, 92, 363, 369, 373-378, 382, 384-388
94, 103, 104, 107-109, 111, 112, 114,
115, 149, 152, 217, 225, 231, 234, 235, C
239, 241-245, 254-256, 253, 277, 283, Cabrera: 42, 43, 48, 261-265, 274, 275,
304, 359, 362, 376, 377, 381-385, 387, 280, 282, 283, 288, 289-292
388, 417, 470, 479, 487, 494, 498, 510, Cmëntšá: 533
513-515, 517-519, 532 Camiones aljibe: 68, 76, 149, 157, 168,
Araucanía: 57, 58, 71, 72, 74, 75, 78, 170, 172
310, 311 Carbón: 39-41, 85-93, 99, 100, 103, 104,
Áreas verdes: 46, 429, 435, 438-452, 106, 107, 112, 116-118, 177, 179-183, 185,
530 188, 190, 191, 200, 202, 204, 206, 207,
Asentamientos informales: 343 264, 287, 374
Aymaras: 29, 39, 57, 58, 62, 63, 65, Cerrejón: 86, 93, 95, 100, 101, 105, 177, 180-
67-69, 71, 72, 79, 80, 83 193, 197, 200-207, 209-211, 214, 215, 217

547
Índice de materias y nombres

Chile: 11,12, 15, 16, 19, 20, 26, 30, 34, 35, 158, 165, 178, 183, 186, 187, 191, 192, 194-
37-39, 41, 43, 46, 48, 57-59, 61, 62, 64, 196, 199, 210, 215, 225, 229-239, 241,
67-69, 71, 72, 74, 78, 117, 147-153, 158, 252, 255, 256, 264, 269, 270, 272-274,
165, 167, 168, 170, 171, 297, 298-300, 285, 286, 288, 298, 299, 304, 307, 309,
306-308, 310, 311, 312, 314, 318, 323, 312, 314-317, 319-322, 324, 352, 360,
339, 429, 431, 436, 438, 451, 453, 527 363, 364-367, 372, 373, 376, 384, 403,
Ciclo hidrosocial: 24, 25, 35, 43, 61, 78, 431, 461, 62, 465, 472, 475, 478-480,
263, 283, 284, 529, 530 487, 506, 530
Ciudad: 44-46, 69, 76, 343, 344, 346, Desarrollos geográficos desiguales:
394-396, 397, 416, 451, 480-484 177, 178, 217
bacteriológica: 23 Desastres: 396, 401, 402, 415
desértica: 46, 430 Desconexión: 340, 342, 343, 352
moderna: 23, 397, 416 Desierto de Atacama: 62, 429, 431
Ciudadania: 30, 44, 45, 150, 288, 335, Desigualdades: 12, 15, 20, 24, 38, 44, 45,
337, 342, 343, 346, 349, 350, 352, 353, 299, 304, 333, 341, 342, 354, 391-395,
361, 459, 484, 511 406, 417, 418, 483, 531-533
Conflicto(s) Dinámicas de negociación/resistencia:
ambiental(es): 194, 395 487 71, 529
hídrico(s): 24, 30, 65 Dirección General de Aguas (DGA):
socioambiental(es): 21, 23, 24, 30, 149, 166
40-42, 47, 48, 177, 180, 190, 200, 202,
207, 208, 210, 216, 300, 302, 305, 324, E
325, 473, 487, 489, 496, 499, 500, 509, Ecología política: 11, 15, 21, 23, 24, 29,
516-518, 520 32, 42, 43, 47, 48, 60, 177, 273, 297, 303,
Conquista hidrosocial: 42, 227, 229, 231, 305, 394, 403, 430, 433, 487, 488, 495,
234-237. 240, 242, 248-250, 254-256 499, 505, 510
Corporatización: 339, 343 Ecología política urbana: 22, 46, 393,
Cosmovisión: 30, 33, 40, 92, 96, 97, 99, 395, 431, 432, 433, 434, 451, 452
316, 320, 321 Elitización: 46, 47, 374, 464, 478, 480,
Cuencas hidrográficas: 123-125, 276 483
Embalse de La Esmeralda: 238
D Energía hidroeléctrica: 43, 261-263,
Derechos de la naturaleza: 535 266,-270, 272, 273, 283-287
Desalinización: 429, 430, 432, 531 Especies vegetales: 46, 431, 435, 440,
Desarrollo: 12, 13, 19, 32, 43, 77, 88, 105, 441, 446, 451, 452
117, 123, 126, 130, 133, 147, 149, 151, 155, Estructura Ecológica Principal: 461

548
Índice de materias y nombres

Etno-territorialidades: 57 I
Extractivismo: 12, 30-34, 38, 39, 57-59, Identidad indígena: 59, 65
61, 64, 72, 77, 78, 80, 87, 103, 107, 115, Identidades étnicas: 299, 304, 305, 320
117, 118, 207, 217, 386, 527, 530 Indígenas: 33, 34, 37-40, 43, 44, 48, 57-72,
75, 78-80, 91, 99, 107, 114, 116-118, 123,
F 125-133, 135-138, 141, 142, 160, 183-185,
Forestal Arauco: 155, 157, 158 189, 190, 192, 193, 206, 297-310, 312-325,
Fractura hidro-metabólica: 41, 147, 148, 466, 467, 528-530, 533, 534
152, 153, 165, 168, 170, 172 Infraestructura: 14, 23, 24, 27, 28, 31,
34, 36, 37, 45, 47, 76, 86, 88, 113, 116,
G 126, 134-136, 150, 160, 171, 179, 190, 197,
Gestión del agua: 37, 41, 104, 106, 139, 203, 213, 237, 261, 267, 274, 276, 279,
150, 299, 302, 308, 360, 361, 363, 370, 281, 336-338, 345-347, 350, 352, 367,
372, 373, 385, 462 371, 372, 376-380, 383, 384, 403, 412,
Gobernanza: 12, 28, 31, 38, 40, 44, 55, 433, 434, 446, 449, 450, 452, 498, 503,
123-126, 132, 139-141, 148, 151, 170, 300- 506, 507, 509, 518, 529
306, 309, 313, 360, 376, 531 Injusticia ambiental: 87, 177, 178, 215,
Gobernanza ambiental: 124, 301, 302, 430, 443, 446
304 Interés general: 133, 134, 136, 137, 142, 317
Investigación Acción Participativa:
H 489, 495
Humano: 23, 26, 29, 34, 35, 73, 530,
534, 535 J
Hidroeléctricas: 12, 20, 27, 32, 34, 36, Justicia ambiental: 24, 31, 46, 403, 429,
38, 42, 61-63, 73, 75, 78, 164, , 228, 229, 431-435, 445, 451, 452, 535, 536
253, 256, 263, 264, 269, 298, 303, 368, Justicia ambiental relacional: 535, 536
386, 527, 532 Justicia hídrica: 32, 33, 488, 527, 535, 536
Hidroelectricidad: 73, 77, 79, 162, 297,
298, 303, 322, 323 L
Hidropoder: 36, 42, 261, 283, 289, 531 La Calera: 45, 359, 360, 363, 373-375, 385
Historia ambiental urbana: 393, 395, 396 La Colosa: 41, 177, 180, 194-198, 210,
Humedal: 11, 19, 44, 46, 47, 64, 67, 147, 211, 213-215
151, 158, 404, 459, 460-479, 481, 482,
487, 488-519 M
Humedal Jaboque: 46, 47, 459, 461, 463- Mapuche: 57, 60, 62, 71-77, 79, 80, 150,
469, 474, 45, 478, 479, 484 160, 162, 298, 299, 305, 316, 321

549
Índice de materias y nombres

Maritorio: 78, 80 P
Materialidad del agua: 338, 352 Paisaje(s) hídrico(s): 36, 90, 94, 95, 103,
Mega-sequía: 148, 153, 169, 169 217, 235, 336, 376, 380, 384, 494, 499,
Mercantilización: 20, 36, 42, 308, 322, 500, 506, 508, 509, 511, 512, 517-519
335, 360, 362, 367, 365, 377, 378, 478, Paisaje hídrico urbano-rural: 47
480, 482, 536 Planes de Ordenación y Manejo de
Metabolismo hídrico: 23, 46, 430, 432 Cuencas Hidrográficas (POMCA):
Minería: 14, 24, 32, 39, 40, 57, 52, 63, 65, 124-128, 130-134, 139, 140
69, 71, 78, 86-90, 92-95, 100, 102-104, Poder: 15, 19, 21-23, 27, 28, 29, 31, 40, 42,
107, 109, 114, 116, 148, 151, 177-179, 181, 43, 61, 67, 80, 87, 91, 94, 103, 104, 108,
184-190, 192, 194-201, 210, 211, 214-216, 109, 115, 124, 138, 151, 164, 170, 216, 217,
270, 386, 431, 432, 437, 459 233, 235-237, 240, 248, 252, 256, 264,
Movimientos sociales por el agua: 171 265, 283, 285, 289, 297, 298, 300-304,
306, 310, 315, 323, 346, 361-353, 366,
N 374, 376, 381, 394, 397, 410, 411, 430,
Naturaleza: 15, 20-23, 26, 28, 29, 32, 43, 433, 452, 468, 472, 487, 489, 511, 517,
44, 47, 89, 91, 93-97, 109, 112, 115, 141, 527, 528, 530, 531
152, 160-163, 165, 216, 228, 229, 231, Privatización: 16, 19, 23, 26, 36, 37, 41, 42,
232, 241, 264, 271-273, 283, 286, 297, 45, 57, 61, 79, 80, 89, 92, 102-105, 107-
299, 301, 304-306, 317, 319, 320, 322, 109, 111-115, 147-151, 153, 181, 252-256,
323, 337, 338, 350, 359, 360, 362, 366, 269, 270, 305, 306, 337, 352, 360-365,
381, 388, 394, 395, 433, 434, 462-466, 370-373, 377, 480, 520, 531, 535
468, 469, 476-483, 487-489, 492, 499, Proyecto Hidroeléctrico El Paso: 43,
504, 510, 513, 518, 519, 528, 534, 535 261-264, 270, 274, 275, 278, 279, 283,
capitalista: 463, 469, 480, 481 284, 288, 289, 291, 292
orgánica: 47, 464, 466, 468, 483 Público: 25, 35, 41, 44, 86, 108, 124, 132,
Norte Grande: 57, 58, 60, 63, 68, 69, 133, 136, 150, 151, 166, 252, 253, 335, 337,
71, 79, 308 338, 342, 343, 349, 351, 353, 354, 369,
No humano: 28, 29, 34, 35, 73, 96, 299, 383, 470, 487, 509, 511, 516
303, 321, 322, 325, 528, 530, 533-536 Pueblos indígenas: 33, 37, 38, 43, 58-63,
65, 72, 78, 80, 125-127, 129, 132, 133,
O 135-137, 141, 297, 300, 302, 303, 305-
Organizaciones ambientales: 494, 496, 309, 312-318, 321-325, 466, 530, 533, 534
497, 506, 517, 520 Punilla: 159-161, 163-165, 171

550
Índice de materias y nombres

R 92-105, 108-111, 113, 115-118, 124-130,


Ralco: 43, 73, 162, 297-300, 302, 303, 132, 134, 137, 138, 139, 141, 148, 149, 152,
309-314, 316-318, 320-325 158, 165, 169-172, 178, 183, 187, 188, 192,
Recurso natural: 137 194, 197-199, 211, 213, 215-217, 227, 229,
Represa de Chivor: 42, 226, 227, 229- 231, 232-235, 242, 250, 252, 254-256,
234, 246, 255 261, 262, 264, 265, 272, 273, 275, 276,
Represas: 12, 22-24, 27, 34, 38, 42, 61, 278-280, 282, 285, 287, 288, 289, 291,
113, 117, 160, 162, 164, 165, 171, 172, 227- 292, 299, 302, 303, 305, 307, 312, 314-
229, 237, 251, 255, 267, 297, 299, 312, 325, 359, 362, 364, 365, 372-375, 378,
397, 402-406 381-388, 434, 435, 461, 471, 472, 476,
Río Tunjuelo: 45, 391-393, 395, 396, 398, 479, 481, 483, 489, 490, 496, 498-500,
401-406, 408, 410, 414, 416 509-511, 517, 519, 520, 529, 532-534, 536

S U
Sabana de Bogotá: 47, 462, 487, 489, Urbanización: 43, 45, 47, 59, 60, 148, 151,
490, 492, 494, 503, 508, 511, 518-520 230, 233, 272, 273, 286, 288, 391-396,
Sector Hugo Chávez: 47, 462, 464, 469- 404, 406, 416, 418, 451, 464, 469, 470,
474, 476, 477, 481 477, 481, 507
Segregación espacial: 475 Urbanización popular: 393, 396
Servicio público: 25, 133, 134, 136, 137, 284
Sierra Nevada de Santa Marta: 40, 123, V
125-130, 132-136, 140, 141 Valle de Tenza: 42, 225, 226, 229-232,
Siglo XX: 24, 27, 29, 34, 36, 45, 60, 64, 234-238, 241, 248, 255, 256
72, 75, 149, 153, 159, 171, 181, 225, 229,
248, 255, 277, 278, 391, 395-397, 400, W
402, 403, 406, 415, 416, 467, 530 Wayuu: 89, 93, 95-102, 106, 110-112, 114,
Significación: 30, 73, 78, 255, 513-515 117, 183, 184, 189, 190
Socionaturaleza: 47, 461, 464, 476, 478,
480, 481

T
Territorio(s): 11, 15, 16, 19, 20, 21, 22,
27-31, 33, 34, 37, 39, 41, 43, 44, 48,
57-59, 61-65, 67, 71-73, 77-80, 87, 89-90,

551
Agua y disputas territoriales
en Chile y Colombia
e di ta d o p or e l C e n t ro E di t or i a l
de l a Fac u lta d de c i e n c i a s
h u m a n a s de l a u n i v e r s i da d
n ac io n a l de c ol om bi a , F or m a
pa rt e de l a bi bl io t e c a a bi e rta ,
c ol e c c ió n g e n e r a l , s e r i e
p e r s p e c t i va s a m bi e n ta l e s .
e l t e x t o f u e c om p u e s t o e n
c a r ac t e r e s m i n io n y f ru t ig e r .
s e u t i l i z ó pa p e l H ol m e n b o ok
de 70 g r a m o s y, e n l a c a r át u l a ,
C l a s s ic L i n e n N at u r a l W h i t e DE
2 16 g r a m o s . e l l i bro s e t e r m i n ó
de i m p r i m i r e n b o g o tá , e n d g p
e di t or e s s a s , e n o c t u br e de 2 01 8.
La relación entre la Política del agua y los procesos que estructuran
a las sociedades humanas a nivel planetario se encuentra marcada
por múltiples tensiones y contradicciones, que se expresan en
la profundización del deterioro de la calidad y cantidad del agua
disponible para la vida, en grados crecientes de desigualdad
e injusticia en el acceso al agua, y en la multiplicación y
agravamiento de conflictos por esta, que revisten altos niveles de
complejidad debido a su carácter multidimensional, no reductible a
consideraciones técnicas y económico-mercantiles. ISBN 978-958-783-565-6

En este contexto altamente conflictivo, los casos de Colombia y


Chile revisten una importancia fundamental. Ambos países son
9 789587 835656
territorios privilegiados en la mira de la expansión extractivista
que caracteriza a la región latinoamericana. Colombia,
particularmente a partir de los acuerdos de paz firmados en
2017, se ha constituido en una de las fronteras más codiciadas
para dicha expansión, una de cuyas consecuencias más notables
ha sido el rápido crecimiento de la violencia y el asesinato
sistemático de las poblaciones que resisten el avance de la
expropiación y la expoliación extractivista. Chile, por su parte,
continúa siendo un ejemplo paradigmático de implementación del
ideal neoliberal de política del agua, prácticamente inigualado a
nivel global, debido al carácter extremo que asume la privatización
de las fuentes de agua en el país.

Este libro, compuesto por catorce capítulos de distintos especialistas,


constituye una excelente contribución a un debate urgente que debe
ser ampliado y profundizado, dadas las consecuencias de estos
procesos para el futuro de las sociedades latinoamericanas y, por
extensión, para el futuro de las sociedades humanas. La compilación
nos presenta una riqueza de ejemplos empíricos procedentes de los
medios urbanos y rurales de Chile y Colombia, que fundamentan
los argumentos ecológico-políticos desplegados por los autores
y confirman la gravedad de los desafíos que enfrentan las
comunidades ubicadas en los territorios de frontera del avance
extractivista. Su lectura resultará de gran provecho para un amplio
público interesado y comprometido con el estudio y el debate sobre
la política del agua y sus consecuencias para el futuro de nuestras
sociedades y de la vida misma.

José Esteban Castro


Coordinador de la Red waterlat-gobacit

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