Introducción Al Estudio Del Derecho, Teoría de La Ley y Personas
Introducción Al Estudio Del Derecho, Teoría de La Ley y Personas
Capítulo I
El Derecho y sus conceptos fundamentales
I. Introducción
un sistema complejo de vínculos entre los otros, dado que para que estas relaciones puedan
realizarse de forma pacífica se necesita recurrirse a la regulación y a la autolimitación
humana.
La forma de vida en sociedad descrita anteriormente implica una renuncia que la
humanidad ha hecho a vivir en un Estado de Naturaleza, el cual se basa en el elemento
instintivo y en el cual existe primacía del más fuerte y/o más adaptado. Por ejemplo, cómo
funciona la vida de los animales salvajes: si el león necesita alimentarse, es cuestión de que
salga a cazar a otros animales y dado su carácter de ser el líder de la cadena alimenticia,
éste se impone por sobre animales más débiles como las cebras y las gacelas.
En ese sentido, el ser humano para poder regularse a sí mismo y su forma de
relacionarse con los demás se otorga normas a sí mismo. Como tal, estas normas buscan
enunciar y mostrarnos lo que es un “deber ser”1, es decir el comportamiento individual o
colectivo que el ser humano ha de seguir en una relación y, en caso de no seguir o no
ajustar su actuar a éstas estará expuesto a una sanción o consecuencia por esto. He aquí
donde se inserta el Derecho.
Sin embargo, cabe señalar que no todas las normas a las que se encuentra sujeto el
ser humano son impuestas por el Derecho. Como se estudiará más adelante existen
normativas no sólo en lo jurídico, sino que también de carácter social, religiosa, moral, etc.
Sin embargo, el Derecho estará presente en la regulación de las distintas relaciones que
desarrollen los seres humanos entre sí, como una forma de regular la vida en sociedad.
De lo anterior, puede desde ya concluirse una idea que es muy importante y que ya
algo hemos vislumbrado: el Derecho está presente siempre en el día a día de las personas,
incluso si las personas lo desconocen o es más, incluso sin tener conciencia de ello, pues
como decía Carlos Santiago Nino, “el Derecho es como el aire. Está en todas partes” 2. Por
ejemplo, desde el nacimiento de un individuo humano, éste queda sujeto a ser reconocido
como persona y que se le otorguen una serie de atributos; lo anterior se encuentra
establecido o determinado por el Derecho. Actividades cotidianas, como ir a un quiosco y
comprar un refresco con una colación implica estar sujeto a un vínculo regulado por el
Derecho. En las elecciones políticas pasadas, todos quienes ejercieron el sufragio lo
1
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho Civil
Partes Preliminar y General. Tomo Primero. Octava Edición 2015. pp. 13.
2
NINO, Carlos Santiago. Introducción al análisis del derecho. Ariel, Barcelona, 2013. pp. 1
3
hicieron porque se les reconocía un “derecho” a hacerlo y el Derecho regula esta situación
y el cómo realizar dicha actividad.
Sin embargo, el Derecho como orden normativo pareciese tener ciertas
particularidades en ese sentido, dado que esta renuncia al Estado de Naturaleza y a la
llamada “ley del más fuerte” no puede basarse en la mera cortesía y racionalidad humana,
sino que esto es, en rigor, un acto de imposición humana: es decir, ello implica que todo el
ser humano debe someterse y obedecer al Derecho, independiente de su voluntad,
conciencia y/o creencias y, en caso de no hacerlo queda sujeto a las consecuencias que
emanan de ello. Lo anterior implica reconocer que el Derecho tiene dos elementos que le
son esenciales, los cuales son expuestos por Carlos Santiago Nino: a) la autoridad y b) la
coacción3. Estos elementos eran ya reconocidos de forma previa en los orígenes del
Derecho entendido como una disciplina autónoma a la filosofía y a la moral, dado que los
juristas pertenecientes al Derecho Romano entendían que éste descansaba en dos pilares: a)
“auctoritas” y b) “potestas”.
La autoridad implica reconocer que existen una serie de órganos e instituciones
reconocidas que se encargan de establecer cuál es el Derecho y cuál es su normativa, con lo
cual estos determinan cuáles son las conductas deseables a tener, cuáles son sus
consecuencias y, asimismo, resuelve los casos particulares en caso de existir una disputa
entre dos sujetos de Derecho otorgando una solución a este conflicto y caso práctico4.
La coacción, por otro lado, busca establecer que las consecuencias jurídicas que se
deriven en caso de inobservancia a la conducta establecida por la normativa del Derecho se
impongan y cumplan y, en caso de existir negativa del sujeto regulado, se pueda recurrir a
la fuerza para obtener su cumplimiento. Como es de esperarse, esta fuerza se encuentra
regulada y es aceptada por la sociedad, dado que ella permite una convivencia sana y
pacífica entre los humanos, dado que es la forma que se tiene para imponer la regulación de
las relaciones humanas y, además, para disuadir a las personas racionales de que cometan
inobservancia y/o incumplan lo establecido por el Derecho.
En las sociedades modernas y contemporáneas, tanto los elementos de autoridad
como de coacción se encuentran radicados en el Estado y es éste quien goza del monopolio
3
Ibíd. pp. 3
4
Ídem.
4
5
¿A qué nos referimos con esto? Como se estudiará más adelante, los privados también pueden darse
normativa de forma autónoma y que resulta ser coactiva, como cuando se celebra un contrato. Sin embargo,
esto es aceptado y permitido en la media que el Derecho, a través de su normativa reconozca a los particulares
esta facultad.
5
Por un lado Cayo afirma ser dueño del huevo, dado que éste fue puesto en su fundo.
Por otro lado, Ticio estima que el huevo es de su propiedad, dado que la gallina que la puso
es de él. En la discusión, no logran un acuerdo y existe una controversia en torno a quien
resulta tener la propiedad de dicha cosa. Cayo le señala que bajo ninguna circunstancia
devolverá el huevo a Ticio, dado que él insiste en ser dueño.
Ante esta situación, Ticio demanda a Cayo ante los tribunales competentes
señalando que él es el verdadero dueño del huevo en cuestión6. El Derecho debe resolver el
conflicto dando el huevo a quien corresponde, de modo tal que la autoridad no podrá optar
por una solución salomónica como lo sería, por ejemplo, echar a cocer el huevo y luego
partirlo por la mitad y dar a cada uno un medio de éste. Luego de una disputa, en el cual
ambos debieron presentar abogados y pruebas que confirmasen su pretensión, el tribunal
resuelve y en este caso estima que, conforme a la normativa del Derecho Civil que es el
área que se encarga de regular este tipo de situaciones, el huevo es propiedad de Ticio y
ordena a Cayo devolver el huevo a Ticio o, de no ser posible lo anterior, pagar el valor de
éste a Ticio.
A pesar de lo anterior, la tozudez de Cayo se mantiene y éste señala que no tiene
intenciones ni de devolver el huevo ni de pagar su valor. Ante esto, Ticio recurre a la
autoridad competente, quien ante el incumplimiento de la sanción o consecuencia
establecida hará uso de la fuerza y ordenarán que Ticio sea embargado y se le quite el
huevo en cuestión o, si esto no es posible, que se le incauten bienes suficientes que
permitan pagar el valor de éste. De esta forma ha operado una sanción de forma coactiva
por la fuerza, a través de una que resulta ser socialmente aceptada y reconocida por la
sociedad.
La pregunta a hacerse es, ¿Qué hubiese ocurrido si Ticio, consciente de que el
Derecho ampara su situación, hubiese decidido no demandar a Cayo ante los tribunales? O
bien, ¿si habiendo obtenido una sentencia favorable incumplida hubiese optado por no
pedir a la autoridad el cumplimiento forzado? Y en vez de Ticio haber actuado de la forma
que lo hizo, hubiese optado por pedirle a unos amigos que lo acompañasen o haber armado
él su propio ejército particular y de esta forma haber ido al fundo de Cayo y por medio de la
6
Recordar que si esto ocurre en Derecho Romano, el jurista es quien resuelve. En la actualidad todo recae en
los tribunales establecidos por la ley.
6
El término “Derecho” hace referencia a una palabra que puede resultar ambigua en
su expresión y significado. El mismo Carlos Santiago Nino nos señala que en el día a día
los individuos hacen uso de esta palabra para referirse a distintas acepciones o bien
queriendo referirse a distintas situaciones8. Junto con ello, dado que el estudio del Derecho
no se inserta dentro de lo que son las ciencias exactas u objetivas, el otorgar un concepto
exacto de esta palabra presenta ciertas dificultades, dado que los estudiosos y los
aplicadores del Derecho pueden verse influenciados por distintos valores morales, políticos,
económicos y filosóficos que inciden en cómo el Derecho debe apreciarse o debe
entenderse.
7
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho Civil
Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 14.
8
NINO, Carlos Santiago. Introducción al análisis del derecho. Óp. Cit. pp. 13.
7
Asimismo, Nino nos señala que la palabra Derecho goza de una carga emotiva, dado
que la gente suele asociar esta palabra a situaciones que le son de carácter beneficioso y
correcto, con lo cual tiene una carga emotiva positiva o favorable, lo cual hace que se
perjudique el que pueda ser apreciado en su significado auténtico o real, porque la gente
tenderá a excluir de éste situaciones negativas o que rechaza9.
Cabe señalar que en torno al “Derecho”, además, existen distintas nociones
filosóficas de éste y que un concepto exacto de la palabra en sí muchas veces puede estar
determinado según la corriente o visión filosófica que se tenga en torno a cómo debe
entenderse el Derecho en cuestión. Así, hasta el día de hoy los teóricos tienen nociones
diversas y muchas veces opuestas de lo que deben entenderse o comprenderse por Derecho.
A continuación hacemos referencia al concepto que podemos otorgar de Derecho.
En el latín científico, el utilizado por los juristas romanos, la palabra de lo que hoy
concebimos como Derecho era “ius”10, con lo cual es fácilmente deducible que ésta palabra
no deriva directamente del término utilizado en ese idioma. En cambio, su origen en el
idioma castellano se encuentra más bien en otro término en latín, que es “dirigo”, el cual
era entendido como dirigir, enderezar, rectificar, ir hacia lo justo y correcto, etc.11
Por lo demás, no solamente en el castellano se dio esta relación o derivación de
aquella palabra, ya que en la mayoría de los idiomas romances que derivan del latín, lo que
se entendió por “ius” fue derivado en sus respectivas lenguas o nacieron a partir de la
palabra “dirigo”12. Así, en italiano se habla de diritto, en francés de droít, etc.13
En cambio, el latinismo “ius” dio origen a otro concepto que suele vincularse al
Derecho, consistente en lo justo o la justicia14. Aunque cabe señalar que de éste también se
derivaron otros conceptos o términos que también se vinculan al Derecho. Sólo a modo de
ejemplo, “jurídico” es un término usado de forma habitual para referirse a una situación que
9
Ídem
10
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 14-15.
11
Ídem.
12
Ídem.
13
Ídem.
14
Ídem.
8
Como ya señalamos, Carlos Santiago Nino nos señala que la palabra “Derecho” es
ambigua y vaga de difícil precisión15.
Sin embargo, nosotros estimamos y coincidimos con lo expuesto por Arturo
Alessandri Rodríguez, Manuel Somarriva y Antonio Vodanovic en el sentido de que más
que vaga o ambigua, nos parece más correcto estimar que la palabra “Derecho” es
polisémica, es decir que presenta distintos significados, lo cual no sólo se da en la vida
cotidiana de las personas, sino que incluso en el campo o ámbito jurídico y/o del estudio del
mismo Derecho esta expresión admite distintos significados según sea el caso16.
En lo específico, es quizás en la mayoría de los casos que cuando se habla o se hace
referencia a la palabra “Derecho” se está haciendo sinónimo a ésta de ordenamiento
jurídico17 (es decir, el conjunto de normas en una sociedad determinada) y se deja las otras
acepciones o definiciones de Derecho con un término que los distinga18. Sin embargo, el
simplificar el asunto de esta manera, nos parece que puede generar ciertas confusiones o
imprecisiones en ciertos casos.
De esta forma, como ya señalamos el Derecho es una noción polisémica y como tal
presenta tres conceptos o acepciones específicas que deben ser determinadas para dar una
comprensión más global del asunto. Así, las tres nociones esenciales que presenta la
palabra “Derecho” son: a) Derecho Objetivo; b) Derecho Subjetivo y c) Ciencia del
Derecho. A continuación aclararemos cada uno de estos conceptos
A) Derecho Objetivo
15
NINO, Carlos Santiago. Introducción al análisis del derecho. Óp. Cit. pp. 14.
16
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 15-16.
17
NINO, Carlos Santiago. Introducción al análisis del derecho. Loc. Cit. pp. 14
18
Ídem.
9
19
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Loc. Cit. pp. 15-16.
20
Ibíd. pp. 18.
10
21
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho civil: parte general. Editorial Jurídica de Chile, Cuarta Edición. 2005.
pp. 11-13.
22
Ídem.
11
B) Derecho Subjetivo
23
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Loc. Cit. pp. 15-16.
24
Ídem.
25
Ídem.
12
26
Ibíd. pp. 81-82.
27
NINO, Carlos Santiago. Introducción al análisis del derecho. Óp. Cit. pp. 315-316.
28
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Loc. Cit. pp. 81-82.
14
A modo de balance final, cabe señalar que si bien las tres acepciones que tiene la
palabra “Derecho”, es decir de Derecho Objetivo, Derecho Subjetivo y Ciencia del Derecho
parecen extremadamente diversas entre sí e incluso disonantes, en realidad son absoluta y
totalmente compatibles entre sí, toda vez que como señalan Alessandri, Somarriva y
Vodanovic forman parte de una misma esencia30.
Lo anterior toda vez que el Derecho Objetivo es la acepción que se encarga de
reconocer y amparar al Derecho Subjetivo y sus distintas manifestaciones y, a su vez, estos
Derechos Subjetivos encuentran su fundamento y protección en el Derecho Objetivo. A su
vez, la Ciencia del Derecho es aquella acepción que permite un conocimiento acabado y
una mejor comprensión tanto del Derecho Objetivo y del Derecho Subjetivo. Por lo demás,
la Ciencia del Derecho tendrá como objeto de estudio y de investigación al Derecho
Objetivo y al Derecho Subjetivo.
De esta forma, podemos apreciar que las distintas acepciones del Derecho se
encuentran en consonancia, armonía y vinculadas entre ellas, al formar parte todas de una
misma esencia.
29
Ídem.
30
Ibíd. pp. 17.
15
Con respecto a lo anterior, por Derecho Positivo debe entenderse como aquel que ha
surgido y ha sido establecido por la voluntad humana y que rige en una sociedad
determinada en un momento histórico dado31, como es aquel que se encuentra en la
Constitución, las leyes, los tratados internacionales, actos administrativos, etc. En cambio,
el Derecho Natural se entiende como aquel de carácter ideal que no ha sido elaborado por el
ser humano32. La controversia existente hasta la actualidad consiste en si es posible aceptar
la existencia de un Derecho Natural en conjunto con el Derecho Positivo o, al revés,
solamente es realmente existente el segundo, siendo el primero descartado.
Las posibles respuestas a lo anterior han dado lugar a tres grandes corrientes en la
Filosofía del Derecho, las cuales son: (i) el Iusnaturalismo; (ii) el Positivismo Jurídico y
(iii) el Realismo Jurídico.
A) El Iusnaturalismo
31
Ibíd. pp. 77.
32
Ídem.
17
autores, de modo tal que el Iusnaturalismo tiene en sí distintas corrientes que dan respuestas
diferentes en torno a que considerar Derecho.
A pesar de lo anterior, si bien existen o han existido discrepancias en los
iusnaturalistas en torno a qué considerar Derecho, Carlos Santiago Nino nos señala que
existen dos ideas copulativas que cualquiera quien comparta o esté de acuerdo con ellas en
conjunto puede considerarse a sí mismo un partidario del Iusnaturalismo, por el contrario,
quien niegue una o las dos ideas presentadas anteriormente no podrá ser considerado o que
adhiera a esta corriente. Estos dos principios son:
a) Existen principios morales y de justicia que son universalmente válidos y
accesibles y asequibles para la razón humana33.
b) El concepto de Derecho estima que un sistema normativo y/o norma que no se
ajuste a estos principios no puede ser considerado como Derecho34.
De esta forma, las distintas corrientes del Iusnaturalismo son coincidentes en torno a
estos dos principios de forma copulativa y la negación de uno o ambos impide considerar a
alguien como iusnaturalista. Las discrepancias entre los mismos iusnaturalistas están o
consiste precisamente en torno a cuáles son los principios morales y de justicia35, existiendo
diferentes respuestas posibles.
Así, las principales corrientes filosóficas del Iusnaturalismo que se han podido
apreciar a lo largo de la Historia son:
Esta visión es la sostenida por la Iglesia Católica por medio de la cual se estima que
existe un Derecho Natural que es eterno e inmutable que es creado u originado en Dios
como el creador del Universo y como tal reviste un carácter general y universal para toda la
humanidad, de modo tal que si un sistema normativo o norma no se ajusta a este Derecho
de origen divino no puede ser considerado como tal, con lo cual no podrá tener fuerza
33
NINO, Carlos Santiago. Introducción al análisis del derecho. Óp. Cit. pp. 28.
34
Ídem.
35
Ídem.
18
obligatoria para los seres humanos36. Existen muchos teóricos pertenecientes a esta
corriente, sin embargo, el más destacado y mencionado es Santo Tomás de Aquino.
El Derecho Natural Católico, para quienes adhieren a él, presenta las siguientes
características:
a) Es un Derecho verdadero: es decir, es válido y existente.
b) Es un Derecho necesario: es decir, inmutable.
c) Es un Derecho universal: es decir, aplicable a todos los seres humanos y en
todos los tiempos históricos37.
Conforme a Santo Tomás de Aquino, el Derecho al estar y pertenecer a las
relaciones interpersonales humanas se encuentra vinculado a la virtud cardinal de la justicia
y pertenece a su órbita, ya que todas estas relaciones se guían bajo este valor38. Según este
autor, existen cuatro categorías de leyes, las cuales son:
i) La Ley Eterna: la cual se encuentra en la Razón Divina, es decir en Dios
mismo, y que ningún ser humano puede conocer totalmente en sí, sino que
sólo en forma parcial a través de sus manifestaciones39.
ii) La Ley Natural: la cual consiste en la participación humana como criatura
racional en la Ley Eterna, a través de la razón40.
iii) La Ley Divina: aquella que ha sido presentada por Dios al ser humano a
través de la revelación por medio de las Sagradas Escrituras41.
iv) La Ley Humana: aquella promulgada por quien tiene bajo su cuidado a la
comunidad y que es prescrita por la razón y ajustada al Bien Común42.
De esta forma, el Derecho Positivo debe obtenerse como una derivación del
Derecho Natural o, al menos, aproximarse a sus principios y postulados principales y
generales. De esta forma, para esta postura el Derecho Positivo debe hacer efectivo por
medio de la coacción lo señalado por el Derecho Natural Católico43. Por el contrario,
36
Ídem.
37
Ídem.
38
PACHECO GÓMEZ, Máximo. Teoría del Derecho. Editorial Jurídica de Chile, Cuarta Edición. 1993. pp.
737.
39
Ibíd. pp. 736.
40
ídem
41
Ídem.
42
Ídem.
43
NINO, Carlos Santiago. Introducción al análisis del derecho. Óp. Cit. pp. 29.
19
cualquier desvío del Derecho Positivo de éste hará que éste pierda su fuerza obligatoria y
no sea coactivo.
A partir del Siglo XVII, se desarrolló en Europa la era del Iluminismo, que marcó la
crisis de la visión escolástica del mundo y que trajo consigo el desarrollo del método
científico, y que es caracterizado, entre muchas cosas, por poner como centro de la
Filosofía y las ciencias humanas al ser humano acompañado de la razón y la experiencia
como mecanismos que le permitían conocer al mundo y la realidad. Esta nueva
cosmovisión tendiente al antropocentrismo y al desarrollo de la razón influyó, sin duda, en
el Derecho creando una nueva corriente denominada Iusracionalismo, Iusnaturalismo
Racional o Escuela Clásica del Derecho Natural, la cual aún puede ser considerada como
Iusnaturalista, toda vez que cree en la existencia de un Derecho Natural, previo y universal
al Derecho Positivo, el cual, sin embargo, no tiene su origen en Dios ni es conocido por
medio de verdades y/o textos revelados, sino que tiene su origen en la naturaleza y/o en la
estructura de la razón humana44. Algunos exponentes de esta postura son Hugo Grocio,
Thomas Hobbes, John Locke, Gottfried Leibniz, Baruch Spinoza, Samuel von Pufendorf,
Christian von Wolff, entre otros.
El objetivo de los iusracionalistas era transformar al Derecho en una ciencia
demostrativa y, por lo tanto, la forma de aproximarse al fenómeno científico era a través del
método científico aplicable a las ciencias naturales que le permitirían, así, conocer un
Derecho Natural basado en la razón humana, de carácter eterno, universal e inmutable45. De
esta manera, la moral descansa para los partidarios de esta corriente en la razón humana y a
partir de ella es posible conocer al Derecho Natural que existía en el Estado de Naturaleza
en forma previa a la vida social que trajo consigo el desarrollo del Derecho Positivo46.
En conclusión y relación con lo anterior, la Escuela Clásica del Derecho Natural es
consciente del carácter social del ser humano y el Derecho Positivo es creado conforme a la
44
Ídem.
45
PALMA GONZÁLEZ, Eric Eduardo. Estado constitucional liberal católico en Chile (1812-1924): Nueva
Historia Constitucional. Universidad de Chile, Facultad de Derecho, 2012. pp. 107-109
46
Ibíd. pp. 110.
20
razón en consideración con el ámbito o relación social que define a las relaciones humanas
y es derivado del Derecho Natural dictado por la recta razón, quedando prohibido todo lo
que no se ajuste a ella47. De este modo, el Derecho Positivo hace obligatorio los mandatos y
preceptos morales de la razón humana. Conforme a esta visión, este Derecho Natural
Racional es independiente de Dios y subsistiría incluso en caso de no existir Dios48.
47
PACHECO GÓMEZ, Máximo. Teoría del Derecho. Loc. Cit. pp. 737.
48
Ídem.
49
TEJEDOR CAMPOMANES, César Tejedor. Historia de la Filosofía: en su marco cultural. Ediciones SM,
1992. pp. 291.
50
Ídem.
51
PACHECO GÓMEZ, Máximo. Teoría del Derecho. Óp. Cit. pp. 739.
21
52
NINO, Carlos Santiago. Introducción al análisis del derecho. Loc. Cit. pp. 29.
53
Ídem.
54
PACHECO GÓMEZ, Máximo. Teoría del Derecho. Óp. Cit. pp. 740.
22
adquiere un rol secundario en comparación a dicho trabajo55. Para poder conocer, entonces,
lo anterior, es necesario analizar la Historia de cada pueblo y la dirección que ésta adquiere,
ya que ello ilustra la conciencia popular.
B) El Positivismo Jurídico
55
Ídem.
56
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 78.
57
Ídem.
58
Ídem.
59
Ibíd. pp. 78-79.
60
Ídem.
23
61
NINO, Carlos Santiago. Introducción al análisis del derecho. Óp. Cit. pp. 30-32.
62
Ibíd. pp. 32-34
63
Ibíd. pp. 36-37
64
Ibíd. pp. 37-38.
65
Ibíd. pp. 38.
24
de valores éticos, morales y de justicia que sean universalmente válidos y aceptados, pero
estos no deben ser usados en la justificación ni en la conceptualización del Derecho66.
De esta manera, y en concordancia con lo anterior, el Positivismo Jurídico niega que
haya un Derecho Natural, cuya existencia sea de forma previa y el cual se entienda como
una condición necesaria para la validez del Derecho Positivo. En ese sentido, Agustín
Squella nos señala que para un positivista no existe el Derecho Natural, sólo el Derecho
Positivo que es producto, modificado y derogado por la voluntad humana67. Con lo cual, a
su juicio, resulta ser un pleonasmo hacer para éste la expresión de “Derecho Positivo”, ya
que el único Derecho existente para éste es el “Derecho Positivo”, con lo cual éste es
sinónimo de “Derecho”. Sin embargo, cabe remarcar que es un error creer o intentar o
hacer sinónimos al Positivismo Jurídico con el Derecho Positivo, ya que el primero
representa una corriente filosófica y el segundo una manifestación normativa68.
Al igual que con el Iusnaturalismo, la corriente del Positivismo Jurídico no ha sido
uniforme existiendo dentro de él distintas corrientes en cómo entender al Derecho.
A partir de la dictación del Código Civil de Francia del año 1804, también
nombrado el Código Napoleónico o el Code, surgió una tendencia de generar un culto al
legislador, ya que ideológicamente éste tenía la pretensión de unificar todo el Derecho
francés en un cuerpo único, eliminando los localismos jurídicos y las fuentes preexistentes
a éste, que fuese capaz de abarcar y regular todos los ámbitos y conflictos civiles de las
personas y que pudiesen surgir. En este contexto surge la Escuela de la Exégesis.
Esta corriente parte de la base que el único Derecho a considerar es aquel que esté
presente en el Code, sin recurrir a juicios de valor69, ya que es Derecho aquello que esté
escrito este texto. Desde ese punto de vista para el juez, quien es el aplicador del Derecho,
versa la prohibición de crear Derecho, ya que esto le corresponde al órgano legislador, el
66
Ídem.
67
SQUELLA NARDUCCI, Agustín. Norberto Bobbio: un hombre fiero y justo. Fondo de Cultura
Económica. 2005. pp. 183.
68
Ídem.
69
RADBRUCH, Gustav. Introducción a la filosofía del Derecho (traducción de Wenceslao Roces). Fondo de
Cultura Económica, México, 2013. pp. 121.
25
cual hizo su labor con la dictación del Código Civil, de modo tal que la sentencia judicial
debe ser una reproducción del texto legal, quedando prohibido así a la jurisdicción atenuar
la vigencia de la ley70. De esta forma, el juez se limita a expresar la sanción concreta
establecida previamente por el legislador. Junto con ello, sobre el órgano judicial pesa
también una prohibición de negarse a fallar, siendo un imperativo resolver el asunto
concreto71. El mismo Código Civil Francés establece en su articulado una prohibición
expresa de ello.
Lo anterior parte del presupuesto de que la legislación y el Code carecen de lagunas,
no tienen contradicciones, es clara y completa72, con lo cual el juez siempre puede resolver
y todos en casos semejantes debiesen hacerlo de la misma manera por las características
que presentan el acto legislativo y que por lo tanto, por los medios intelectuales, es siempre
posible llegar a soluciones unívocas desde ese punto de vista73. Por lo demás, es el mismo
legislador quien ha procurado dar normas claras al juez de cómo debe interpretar las
normas jurídicas.
Esta es una segunda corriente del Positivismo Jurídico, de carácter inglés, y que
aprecia al Derecho como un conjunto de leyes y/o mandatos. Los principales exponentes de
esta postura son John Austin y Jeremy Bentham, quienes fundamentan al Derecho desde
una perspectiva individual, para luego pasar a una colectiva: así, el Derecho es la suma de
leyes y/o mandatos individuales que forman un colectivo74. Sin embargo, esta agrupación
está determinada por el reconocimiento y la agrupación de mandatos que establecen los
superiores políticos al establecer un conjunto de leyes positivas obligatorias para los
individuos75. Para estos el soberano es el superior político a los individuos, el cual no tiene
ningún superior a su vez76.
70
Ídem.
71
Ídem.
72
Ibíd. pp. 121-122-
73
Ídem.
74
MORESO, Josep Joan. Cinco diferencias entre Bentham y Austin. Anuario de filosofía del Derecho, 1989,
no 6, pp. 351-352
75
Ídem.
76
Ídem.
26
Estos autores, basados en los principios filosóficos del utilitarismo estimaban que
una norma es jurídica y/o válida en la medida en que pertenezca a un sistema jurídico de
carácter eficaz. Esto quiere decir que debe ser obedecido de forma habitual por pertenecer
al soberano y, a su vez el orden obedecido de forma habitual es de por sí obedecido por los
individuos77. De esta forma, la presencia de un sistema jurídico eficaz es la condición
absoluta y necesaria para que una norma jurídica pueda ser concebida y considerada como
tal y aquello que hace o que le da eficacia al sistema jurídico es la habitualidad de la
obediencia a éste y el ser dictado por un soberano.
En forma resumida, consideran al Derecho como un mandato emanado del
soberano que va acompañado de una amenaza de recibir un mal o una sanción en caso de
contravenir este mandato.
El austríaco Hans Kelsen elabora su propia “Teoría Pura del Derecho”, la cual
considera su teoría general del Derecho que tiene como objeto al Derecho Positivo nacional
e internacional, buscando analizar su estructura y nociones fundamentales. De esta manera,
solamente considera al Derecho que ha emanado de la voluntad humana78. En ella, Kelsen
se pone cómo objeto lo qué es el Derecho, excluyendo cualquier análisis del deber ser de
éste, señalando que la justicia no es un problema del análisis jurídico, sino que corresponde
a la moral estudiarla79, razón por la cual ésta no es considerada como un objeto de su
trabajo.
Conforme a su visión, Kelsen estima que el estudio de los distintos fenómenos
sociales que han sido considerados como “Derecho” presenta una característica en común:
son un ordenamiento de la conducta humana80. Éste se manifiesta como un conjunto de
normas que se presentan en unidad y encuentran su mismo fundamento en un orden
jerarquizado. Lo anterior significa que en el sistema presentado, las normas de jerarquía
77
Ídem.
78
SQUELLA NARDUCCI, Agustín. Introducción al derecho. Editorial Jurídica de Chile 2000. pp. 122.
79
Ídem.
80
Ídem.
27
inferior encuentran su validez en las normas de jerarquía superior a éstas 81. Lo anterior se
presenta en una doble perspectiva: las normas de jerarquía superior suelen determinar y
señalar las formas y procedimientos de creación de las normas de jerarquía inferior, de
modo tal que deben ajustar sus mecanismos de creación a éstas. A su vez, el contenido de
las normas inferiores puede estar delimitado por las normas de jerarquía superior82. Junto
con ello, la norma jurídica de jerarquía superior y todo el ordenamiento encuentra su
fundamento en una norma básica, llamada norma fundante o norma hipotética fundamental,
la cual otorga validez a todo el sistema83. El fundamento de esta norma suele ser el hecho
que da origen a la Primera Constitución Histórica por ejemplo.
A su vez, Kelsen nos indica que todo aquello que se ha considerado históricamente
como Derecho ha sido la regulación de las conductas humanas, las cuales van acompañadas
de una sanción, siendo ésta necesariamente de carácter coactiva, ya que se presenta como
un mal socialmente aceptado ante conductas que se presentan como indeseadas por la
sociedad84. Estos males o sanciones son ejercidos como amenazas coactivas, es decir ante
su comisión la sanción es establecida y ejercida por la fuerza. De esta forma, el Derecho
para Kelsen se diferencia de otros órdenes normativos en este elemento: en que sus
mandatos son ejercidos de forma coactiva y pueden imponerse por la fuerza, a diferencia de
la moral, la religión, los usos sociales, entre otros85.
81
Ídem.
82
Ídem,
83
Ídem.
84
Ibíd. pp. 123-124.
85
Ídem.
86
Ibíd. pp. 130-131.
28
autoridad soberana, mas no incluye aquellas consuetudinarias o que nacen de los privados
como los actos jurídicos y los contratos87.
Ante esto, Hart propone definir o considerar al Derecho como la unión o el conjunto
de reglas primarias y secundarias, las cuales en sí representan o forman parte de ser normas
de la conducta humana.
Para Hart, las reglas primarias son aquellas que imponen directamente deberes y
obligaciones a los sujetos, los cuales, ante su incumplimiento se ven expuestos a una
amenaza de recibir un mal en caso de que su conducta se desvíe de aquello que esté
prescrito por las reglas primarias88. Sin embargo, a priori y por sí solas presentan
inconvenientes, ya que pueden generar incertezas (de no saber su obligatoriedad o no), ser
estáticas o inmutables e ineficaces si se desconoce el cómo aplicarlas89.
En ese contexto, las reglas secundarias vienen a solucionar aquellos inconvenientes
que generan o pudiesen generar las reglas primarias90. Hart señala que existen tres tipos de
reglas secundarias:
i) La regla de reconocimiento: consistente en una regla que permite de forma
incontrovertible determinar si una regla primaria pertenece o no al sistema
jurídico91.
ii) Las reglas de cambio: consistente en aquellas que facultan a un individuo o
grupo de individuos a introducir nuevas reglas primarias y a modificar,
enmendar y/o dejar sin efecto a éstas92.
iii) Las reglas de adjudicación: aquellas que facultan a un individuo o grupo de
individuos como autoridad para ejercer las consecuencias jurídicas ante el
incumplimiento de las reglas primarias93.
De esta forma, Hart nos presenta al Derecho como un sistema o una realidad
normativa, por ser un conjunto de reglas primarias y secundarias.
C) El Realismo Jurídico
87
Ídem.
88
Ibíd. pp. 132-133.
89
Ídem.
90
Ídem.
91
Ídem.
92
Ibíd. pp. 134.
93
Ídem.
29
Junto con los movimientos anteriormente presentados existe una tercera corriente
diferente al Iusnaturalismo y al Positivismo Jurídico que parte en su esencia de una
desconfianza y escepticismo hacia las normas jurídicas, ya que éstas se presentan de forma
general y existen casos que no quedan cubiertos ni regulados por ellas94. A su vez, estiman
que el Derecho se presenta a los individuos como una realidad que resulta ser más bien de
carácter fáctica, basada en los hechos y que resulta ser empíricamente verificable más
aterrizado a la realidad que a un idealismo ya sea moral o normativo95. Esta corriente es el
Realismo Jurídico, el cual se ha manifestado principalmente en Estados Unidos y en los
países escandinavos.
El realismo jurídico norteamericano tiene como principales exponentes al juez
Oliver Holmes y a Karl Llewellyn. Estos autores estiman que las reglas ayudan y son
efectivas en la medida que permitan predecir el comportamiento y las decisiones
judiciales96. De esta forma, el Derecho no debe encargarse del estudio de deberes y
facultades que tienen las personas, sino que es un estudio de la predicción del actuar
judicial. Así, puede concebirse al Derecho como un conjunto de decisiones judiciales en
este ámbito. La crítica que muchas veces se hace a esta postura es que los jueces no toman
decisiones de forma autónoma, sino que para sus decisiones recurren a normas
preestablecidas.
Por otro lado, el realismo jurídico de los países escandinavo tiene como principal
exponente a Alf Ross. Para este autor el Derecho vigente es el conjunto de directivas que
probablemente tendrán los jueces en cuenta en la fundamentación de sus decisiones. Así, el
rol de la Ciencia Jurídica consiste en predecir qué normas o directivas van a ser usadas por
los jueces como fundamento de sus sentencias97. Así, se diferencia del realismo
norteamericano, en cuanto no presenta un escepticismo total a las normas, sino que el rol
consiste en la predicción de las normas que serán las directrices de las sentencias
94
NINO, Carlos Santiago. Introducción al análisis del derecho. Óp. Cit. pp. 46-48.
95
Ídem.
96
Ídem.
97
Ibíd. pp. 49
30
Concebir al Derecho como una realidad fáctica o un hecho implica poner énfasis y
entender al fenómeno jurídico en base a los hechos que en sus comienzos han sido aquellos
que han dado origen a las normas. De esta forma, es una visión centrada en el
comportamiento humano han sido observadas por la norma y ésta ha prescrito como una
regla de conducta sancionada por el Derecho101. Dicho de otra forma, esta tendencia pone
su centro en las “fuentes materiales del Derecho”102 que son aquellos hechos extrajurídicos
que inspiran y dan origen a las normas. Junto con ello, pone énfasis también al
comportamiento de los aplicadores del Derecho, es decir, de los jueces, en cuanto a si éstos
aplican o no efectivamente las sanciones y consecuencias coactivas que emanan del
incumplimiento o inobservancia con aquello que ha sido prescrito por la norma jurídica
como conducta deseada103.
98
Ídem.
99
Ibíd. pp. 49-50.
100
SQUELLA NARDUCCI, Agustín. Introducción al derecho. Óp. Cit. pp. 115
101
Ídem.
102
Ídem.
103
Ídem.
31
Como se puede apreciar la corriente jurídica del Realismo Jurídico, en general, pone
su énfasis y análisis de estudio en esta dimensión del Derecho, dado que esta corriente
comprende a éste y al fenómeno jurídico como una situación fáctica o de hecho.
Concebir al Derecho y/o al fenómeno jurídico que se manifiesta como una realidad
valorativa o como un valor implica poner énfasis en las consideraciones y valoraciones que
tiene la autoridad al momento de incluir normas, o bien al momento de modificarlas y/o
derogarlas en un determinado ordenamiento jurídico104. Se estima de esta forma que estas
consideraciones y valoraciones no pueden ser desprendidas de la norma que ha sido objeto
de inserción, enmienda o derogación105, quedando, por lo tanto, éstas impregnadas en la
norma misma. Por otro lado, esta concepción también considera a las valoraciones de
carácter social que se tienen de las normas, de modo tal que en cuanto exista coincidencia
entre las valoraciones dadas por las autoridades, aquellas otorgadas socialmente y la norma
misma, éstas últimas cobrarán una mayor o menor eficacia en su aplicación106.
Como se puede apreciar la corriente filosófica del Iusnaturalismo pone, en general,
su énfasis y análisis de estudio en esta dimensión del Derecho, dado que ella considera y
concibe a éste y al fenómeno jurídico como un valor que se encuentra íntimamente ligado a
la moral.
104
Ídem.
105
Ídem.
106
Ídem.
107
Ibíd. pp. 116.
32
jurídico108. Esta noción debe responder eso sí también considerar la existencia de reglas que
no se ajustan al patrón clásico de establecer un deber de conducta que va acompañado de
una sanción, sino que existen normas que atribuyen competencia y facultades de creación
de las mismas normas por un lado y otras que establecen la competencia de ciertas
autoridades para ejercer la coacción que emana de las sanciones 109. A su vez, esta
dimensión considera o debe dar explicación de la existencia de ciertos patrones de conducta
en el ordenamiento jurídico que no son normas y no operan como tal, los cuales son los
principios jurídicos110. De esta forma, el fenómeno jurídico como realidad normativa suele
ser el elemento a primar o a poner mayor atención, sin embargo, no es el único.
Como se puede apreciar la corriente jurídica del Positivismo Jurídico, en general,
pone su énfasis y análisis de estudio en esta dimensión del Derecho, dado que esta corriente
comprende a éste y al fenómeno jurídico como una situación normativa o de normas.
En una dimensión academicista y científica del Derecho, éste puede ser concebido
como una ciencia y un Arte. A su vez, generalmente se vincula con el valor general de la
Justicia.
Con respecto a este punto, tal como ya se señaló, la noción de ciencia ha ido
aumentando y creciendo, siendo hoy consideradas no solamente las ciencias naturales y
exactas. En cuanto al Derecho como ciencia nos remitimos a lo señalado anteriormente en
la sección de “El Concepto del Derecho” en el ítem de “Ciencia del Derecho”.
108
Ídem.
109
Ídem.
110
Ídem.
33
C) La Justicia
111
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 82.
112
Ídem.
113
Ídem
114
Ídem.
115
Ídem.
34
116
Ídem.
117
Ibíd. pp. 82-83.
118
Ibíd. pp. 83.
119
Ídem.
120
Ídem.
121
Ídem.
122
Ídem.
35
123
Ibíd. pp. 83-84.
124
Ídem.
125
Ibíd. pp. 84.
126
La redacción de esta sección estuvo a cargo del ayudante de Derecho Civil, don Benjamín Cubillos
Aguilera.
127
Grosso modo, el iuspositivismo consiste en una corriente iusfilosófica que concibe al derecho,
esencialmente, como una expresión volitiva humana, esto es, en cuanto a su génesis y para algunos inclusive
en su aplicación, como una operación creativa de la voluntad, y, en cuanto tal, puramente profana, por
contraposición, por ejemplo, al iusnaturalismo, corriente según la cual el derecho es imagen más o menos fiel
de principios naturales (o, particularmente, divinos) aprehensibles por la razón. En cuanto a la extensión del
positivismo, este es comprehensivo de escuelas y corrientes considerablemente disímiles, tales como el
realismo jurídico, que, en el ámbito aplicativo del derecho –esto es, en el ejercicio jurisdiccional–, erige ya a
la política y otras consideraciones de utilidad pública, ya a los móviles y pulsiones ocultos de la voluntad (en
cuanto inconscientes) del órgano aplicador en principios activos; y el formalismo, según el cual el derecho es
forma, como es ostensible, por ejemplo, en la obra de HANS KELSEN, en que se concibe al derecho como un
36
orden (lógico) social normativo y coactivo, y en que la ciencia jurídica se desembaraza de las consideraciones
políticas y morales que otrora le otorgaran verdad (moral o normativa, principalmente) y utilidad y que, por
consiguiente, lo justificaran, todo lo cual implica que las consideraciones científico-jurídicas propiamente
tales adquieren la fisonomía de juicios acerca de la corrección lógico-normativa (validez), esencialmente
nomológica, de los elementos (y objetos) que se pretenden integrantes del Derecho.
128
Vid. HELLER, Herman. 1998. Teoría del Estado. Fondo de Cultura Económica. Ciudad de México. pp.
102 y ss.
37
personal”– a “uso” –resultando “uso social”–, por consiguiente, significa las conductas que
el ser humano despliega recurrentemente y que, según el caso, pueden o no tener un
contenido o significación social y axiológica.
Con todo, cabe consignar que “hábito”, “costumbre”, “convención”129 y “uso”, en
teoría del derecho y en la legislación, no comparten idéntica significación. Pues pese a que
el significado de las voces antedichas tiene como presupuesto común la conducta recurrente
(esto es, un elemento objetivo), ellas se diferencian en cuanto a su significación social (vale
decir, el elemento subjetivo). En efecto, “hábito” describe una conducta recurrente
desplegada por un agente cualquiera –esto es, no necesariamente por un sujeto social en
cuanto tal– sin que de ella fluya o bien tenga significación axiológica, esto es, que no son
necesariamente merecedoras de un juicio normativo o moral y ni aun pragmático; son,
pues, meras conductas. Así, ejemplos de hábitos son lavarse los dientes por la mañana,
desayunar, dormir a determinadas horas, etc.130
Por lo que atañe a la diferencia entre los hábitos y las reglas, se tiene (1) que si no se
siguen los primeros, el actor no es merecedor de un reproche, puesto que su desviación
(conductual) no está abierta a la crítica social ni supone presiones normativas; (2) que la
crítica que supone la inobservancia de una regla viene dada porque aquella está
generalmente motivada, a diferencia de un hábito, con lo cual el reproche en comentario es
visto como legítimo o justificado; y (3) que las reglas, además de tener un “aspecto
externo” –esto es: una conducta uniforme socialmente seguida–, tienen, a diferencia de los
hábitos, un “aspecto interno” consistente en la consciencia que tiene el sujeto normativo
acerca de la obligatoriedad de una regla, o en palabras de Hart, en una “actitud crítica y
reflexiva”131 con respecto a ciertas conductas en cuanto estándar común.132133
129
El sentido de “convención” seguido a este respecto refiere a un hecho del mundo cuya relevancia jurídica
es nula o bien solo contingente, y no al acto jurídico bilateral provisto de eficacia para la creación,
modificación y extinción de obligaciones y derechos subjetivos correlativos bajo el amparo del derecho
objetivo.
130
Carlos Santiago Nino, siguiendo a Georg Henrik von Wright, sostiene que las costumbres “son especies de
hábitos”; que aquellas se distinguen de estos en cuanto “sociales”. Agrega, alejándose de la definición que
ofrecimos, que, si bien la costumbre no origina obligaciones jurídicas, sí comporta una presión normativa
anónima para los miembros de la comunidad; esto es, orienta la conducta humana sobre la base de la aversión
al reproche social, que en cuanto tal no tiene un emisor individualmente determinado (puesto que se trata de la
sociedad). Nosotros, en cambio, siguiendo a Max Weber, estimamos que aquella presión normativa la
comportan las convenciones, como se ve infra. Véase NINO, Carlos. 2003. Introducción al Análisis del
Derecho. Ciudad de Buenos Aires. Editorial Astrea. 69p; y WEBER, Max. Economía y Sociedad.
131
Traducción libre.
38
132
HART, H.L.A. 1994. The Concept of Law. Oxford University Press. New York. pp. 55-57.
133
Es importante consignar que Hart, cuando se refiere a “habits” (hábitos), no está hablando de hábitos en el
mismo sentido que nosotros. Pues Hart supone que los hábitos son una conducta socialmente seguida,
mientras que nosotros le atribuimos una dimensión, más bien, individual, reservando las “acciones de masa” a
las costumbres, como se ve en el párrafo siguiente.
134
WEBER, Max. Op. Cit. 708p
135
GUZMÁN BRITO, Alejandro. El Fundamento de Validez de la Costumbre como Fuente de
Derecho. Revista Chilena de Derecho. 1995, 22(3), 623.
136
ibíd.
39
141
Con “naturaleza social” se hace referencia a una cuestión de hecho, puramente fenoménica, y no
normativa.
41
142
WEBER, Max. Op. Cit. 163p.
143
ídem 708p.
144
Ídem. 709p.
145
Véase II, §2,1
146
KELSEN, Hans. Teoría Pura del Derecho. Ciudad de México: Universidad Nacional Autónoma de
México, 1982.
42
dable sostener que en los albores del hombre existiese una persistencia conductual y
psicofísica motivada por su obligatoriedad, sino precisamente lo contrario: que la
obligatoriedad venía dada por su regularidad y avenimiento con un “orden natural”. La
extravagancia, si fuere reprochable, pues, lo sería no porque infrinja preceptos obligatorios,
sino porque no se condice con el orden natural. Sin embargo, la noción de lo obligatorio
“por sí” nace –como se dijo anteriormente– con la innovación, con una conducta en
principio extravagante que influye en los demás sujetos sociales sea por inspiración de la
conducta (esto es: “despertar de pronto en el individuo influido la idea de una acción
mediante drásticos medios eficacísimos como algo que ‘debe hacerse’”), sea por endopatía
(esto es: que el influido conviva “la propia conducta interior del que influye”). 147 Las
influencias especialmente intensas son susceptibles de formar un consenso –y convicción–
de la obligatoriedad de la conducta que constituye el objeto de la costumbre, con lo cual
ella puede evolucionar en convención y aun en derecho positivo.148
En suma: la secuencia (continua) de los conceptos esbozados es, por consiguiente,
así: (mera) costumbre, convención, Derecho consuetudinario.149
Valga hacer ahora una breve mención sobre las diversas formas de costumbre
jurídica. Pues bien, ellas son: costumbre según ley, costumbre en silencio de ley y
costumbre contra ley. La primera es aquella que se circunscribe en todo caso a lo prescrito
por la ley, lo cual implica, naturalmente, preeminencia en cuanta fuente de esta sobre
aquella, todo lo cual es adoptado en nuestro sistema de derecho, como fluye del art. 2 del
Código Civil. A su vez, la costumbre en silencio de ley es aquella que suple la ley en
cuanto las circunstancias fácticas presentadas y susceptibles de ser objeto de la costumbre
no configuran el supuesto de hecho de una norma jurídica, a partir de lo cual pueda seguirse
una determinada consecuencia jurídica, como ocurre en el Derecho comercial chileno, en
que la costumbre, según preceptúa el art. 4 del Código de Comercio (…). Finalmente, la
147
WEBER, Max. Op. Cit. 710p.
148
Asimismo, es importante consignar que mucho se ha dicho acerca de la “costumbre” como fuente primera
y gran fundamento de obediencia del derecho positivo. Autores sostienen, en efecto, que las normas positivas
que no tienen asidero en la costumbre (y, como hemos planteado, en una “convención”) son, en general,
ineficaces; y que gran parte de los motivos por que se observan las reglas responden a una repetición
irreflexiva de la conducta de los pares –según el vulgar adagio anglosajón: “monkey sees, monkey does”–.
149
No constituye el objeto de este trabajo discurrir aún más sobre cómo se opera este tránsito. Si se desea
profundizar, véase WEBER, Max. Op. Cit. pp. 708-719.
43
150
La costumbre como fuente será tratada ulteriormente en (…).
151
Véanse los ejemplos citados infra §2, 2.1 y 2.2.
152
No se trata, como puede deducirse a partir de cuanto se dice a continuación, que con sujeto social, en este
aspecto, no se está haciendo referencia a un sujeto en cuanto integrante y agente de la sociedad toda, sino de
un ámbito de ella consistente en un círculo humano unido por consideraciones, sobre todo, técnicas,
económicas, políticas, etc.
153
La responsabilidad es un principio general del derecho, como se describe en (…). En un nivel concreto,
consiste en un juicio de imputación de daños que origina una obligación indemnizatoria, de cesación de daños
o restitutoria sobre la base de la causación culpable de aquellos. La responsabilidad extracontractual, en
particular, opera cuando la fuente de la obligación reparatoria no es un contrato o cuasicontrato, sino un delito
o un cuasidelito.
154
BARROS, Enrique. 2006. Tratado de Responsabilidad Extracontractual. Santiago de Chile. Editorial
Jurídica de Chile pp. 104-105.
44
155
Por “motivo”, en cuanto elemento del mentado “ámbito motivacional”, entendemos, siguiendo a Max
Weber, “la conexión de sentido que para el actor o el observador aparece como ‘fundamento’ de una
conducta”. WEBER, Max. Op. Cit. 137p.
156
TÖNNIES, Ferdinand. Sociedad y Comunidad.
157
ídem.
45
a) En el mandato –un “contrato en que una persona confía la gestión de uno o más
negocios a otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera” (art.
2116 del Código Civil), que es naturalmente oneroso (o remunerado),158 si las partes
no acuerdan los honorarios, ellos serán fijados por la ley, la costumbre o el juez
(art. 2117 del Código Civil).
b) También en materia de arrendamiento hay cabida a la costumbre. Pues dentro de las
obligaciones del arrendatario se encuentran las reparaciones locativas, que son
aquellas que “según la costumbre del país son de cargo de los arrendatarios, y en
general las de aquellas especies de deterioro que ordinariamente se producen por
culpa del arrendatario o de sus dependientes (…)” (art. 1940 del Código Civil).
c) Asimismo, la costumbre sirve para determinar la extensión obligacional de los
contratos, sobre la base del principio de buena fe objetiva, consagrado en el art.
1546, que reza: “los contratos deben ejecutarse de buena fe, y por consiguiente
obligan no sólo a lo que en ellos se expresa, sino a todas las cosas que emanan
precisamente de la naturaleza de la obligación, o que por la ley o la costumbre
pertenecen a ella.”
d) En materia de interpretación de contratos la costumbre cumple también un rol
hermenéutico. Pues las cláusulas de “uso común” en los contratos se presumen (art.
1563 del Código Civil), de suerte que se entienden incorporadas válidamente en
ellos; y, además, las cláusulas de un contrato pueden interpretarse según las
cláusulas de otro contrato “entre las mismas partes y sobre la misma materia” (art.
158
Según la clasificación de los contratos del Código Civil, los contratos onerosos son aquellos que tienen por
objeto “la utilidad de ambos contratantes, gravándose a cada uno a beneficio del otro” (art. 1440 del Código
Civil).
46
1564 II del Código Civil), con lo cual sería jurídicamente relevante una práctica
reiterada aun privada.
e) La causa de un acto jurídico corresponde a aquel “supuesto de hecho legalmente
suficiente para justificar un determinado efecto jurídico”; es un interés económico
(práctico) objetivo que induce a la contratación y que es jurídicamente protegido.159
Según el art. 1467 del Código Civil, para que una obligación produzca sus efectos,
la causa debe ser real y lícita. Causa ilícita es aquella que contraría las buenas
costumbres o el orden público. El inciso tercero de la comentada disposición
ejemplifica un caso de causa ilícita: “la promesa de dar algo en recompensa de un
crimen o un hecho inmoral”.160
159
ALCALDE RODRÍGUEZ, Enrique. La Responsabilidad Contractual. Santiago de Chile. Ediciones UC.
pp. 82-83
160
Sin embargo, el hecho inmoral debe ser no la causa ocasional –esto es, los móviles personales y subjetivos
del autor o contratante– sino la finalidad económica objetiva perseguida a través de la celebración del acto o
contrato. Así, siguiendo el ejemplo de Alcalde, si una persona vende a otra (mayor de edad) cigarrillos o
contrata publicidad para promover su consumo, pese a que alguien pudiera pensar que ello es inmoral, por
ejemplo, porque el consumo de tabaco produce cáncer y otras enfermedades varias (“causa ocasional”), ello
no es considerado por el derecho “inmoral”, puesto que tales contratos no suponen una torción de un interés
jurídicamente protegido; el derecho, antes bien, permite y ampara a los mismos. ídem. 87p.
161
Se cita “buenas costumbres” en el idioma original puesto que es un error recurrente traducir “gutten
Sitten” como ética o moral.
162
La noción de faltas a las buenas costumbres (sittenwidrigkeit) en el derecho alemán, sobre todo en el
ámbito contractual, atiende a una desproporción de los intereses de las partes. En este sentido, véase
47
2. Derecho y Moral
HÖGLER, Eva Maria. Die guten Sitten im Straf- und im Zivilrecht.Doctoral, Karl-Franzens-Universität Graz,
2012.
163
Recuérdese que las “buenas costumbres” tienen una componente valorativa. En consecuencia, no se trata
aquí de “mera” costumbre. Véase supra.
164
CORRAL TALCIANI, Hernán. 2004. La familia en el código civil francés y en el código civil chileno. En:
El Código Civil francés de 1804 y el Código Civil chileno de 1855: Influencias, confluencias y divergencias.
Escritos en conmemoración del bicentenario del código civil francés. Cuadernos de Extensión jurídica.
Santiago de Chile. Universidad de los Andes. 64p. nota nº35.
48
165
Este último punto, porque el conocimiento de la naturaleza permite dominarla. El conocimiento y el poder
sobre la naturaleza permiten obtener poder político. Véase nota nº46.
166
La (“falsa”) creencia de que a partir de observaciones del mundo, o sea, del examen del mundo como “es”,
es posible colegir como este “debe ser” fue refutada por el filósofo David Hume y llamada “falacia
naturalista” por filósofos posteriores. Ronald Dworkin explica la refutación en comentario de forma
especialmente pedagógica al sostener que el principio de Hume “enuncia que ninguna serie de proposiciones
sobre el modo en que el mundo es, como cosa científica o metafísica, puede presentar por sí sola una
alegación convincente –sin un juicio de valor oculto en sus intersticios– en respaldo de una conclusión sobre
el deber ser del mundo.” A ello agrega un contraejemplo como intento –infructuoso, desde luego– de
transgredir el mentado principio: “’Jack está sufriendo mucho y para ti sería fácil ayudarlo. En consecuencia,
por esa sola razón tienes el deber moral de prestarle ayuda’”, arguyendo luego que “[s]i este, tal y como se
presenta es un buen argumento, debe intervenir entonces algún principio acerca de qué hace bueno a un
argumento. ¿Cuál es ese principio? No puede ser ninguna forma de inducción o generalización, porque estas
supondrían que uno ha tenido un deber moral en el pasado, y eso es un supuesto moral. No puede ser un
principio de deducción o vinculación semántica. Hace falta otra cosa, y esa otra cosa debe ser algo –una
premisa oculta o un supuesto sobre la naturaleza del buen razonamiento moral– que esté imbuido de fuerza
moral.” DWORKIN, Ronald. 2014. Justicia para erizos. Fondo de Cultura Económica. Ciudad de México.
65p. Para recurrir a la fuente originaria de la falacia antinaturalista, véase HUME, David, Tratado de la
Naturaleza Humana. Barcelona: Folio, 2000, versión pdf, 398p.
49
ciertos fenómenos naturales ajenos a la voluntad humana puedan estar provistos de valor
jurídico, al integrar el supuesto fáctico de una norma jurídica.167168
Con lo dicho bien puede colegirse que el Derecho y la Moral no son meras
manifestaciones de la naturaleza, sino de la agencia humana aplicada cuya objetivación –
esto es, de la voluntad originaria– se refleja en una norma. Pues tanto la moral como el
derecho no describen el mundo en cuanto existente, sino que prescriben conductas
determinadas.
Es ostensible, entonces, que la delimitación conceptual entre Derecho y Moral no
obedece a una calificación diversa sobre la base de la mentada clasificación
natural/normativo; antes bien, a partir de cuanto se ha consignado fluye que ambos
conceptos son, en tal nivel, homogéneos, por cuanto pertenecen –como se dijo– a lo
normativo. Ahora bien, sin entrar en el examen de las normas jurídicas y morales, podemos
decir, provisoriamente, que la clasificación en comento tampoco obedece a una primitiva
estructura lógico-formal diversa de las comentadas normas; pues tanto las primeras cuanto
las segundas están provistas, en los términos de von Wright, de un “núcleo normativo”,
compuesto por un carácter –u operador deóntico–, un contenido y una o varias condiciones
de aplicación169; esto es, de una forma más o menos parecida. Obedece (la diferencia), en
rigor, a la presencia concreta de diversos elementos simbólico-normativos y fácticos
(algunos connaturales a la vida social), en relación con la eficacia nómica de los respectivos
órdenes, así como con el ser (diverso) de las normas a que ellos dan lugar.170
Asimismo, el Derecho y la Moral son extensionalmente diversos: ésta es más
extensa que aquel. En general, el Derecho se extiende a conductas de relevancia social; la
moral comprende también la conducta y consciencia del sujeto para consigo mismo.
167
Las normas, con todo, pueden ser no sólo prescriptivas, sino que también, por ejemplo, pueden servir para
indicar un curso de acción para la consecución de un determinado objetivo, así como delimitar el ámbito
operativo de una actividad. Para profundizar a este respecto véase NINO, Carlos Santiago. Op. Cit.
168
Naturalmente, nos referimos en este punto a los hechos jurídicos, tales como el nacimiento o la muerte.
169
Para ahondar en estos conceptos, véase el capítulo (…).
170
Esto, porque las normas jurídicas y las normas morales son solo ontológicamente diversas y, en
consecuencia, tienen una existencia efectiva distinta. No son lógico-deónticamente diversas puesto que el
objeto del Derecho y la Moral puede ser idéntico no solo en un sentido abstracto –esto es, la conducta
humana–, sino también concreto, en cuanto las normas morales de igual suerte que las normas jurídicas
pueden proscribir eficazmente, verbigracia, el homicidio –o sea, no la conducta humana, sino una conducta
humana específica–; y porque comparten otros elementos estructurales lógicos, sin que ellos sean ni deban ser
configurados necesariamente de igual forma.
50
171
Esto, desde luego, es una generalización. Así, por ejemplo, un régimen totalitarista o paternalista bien
podría servirse del derecho en cuanto herramienta para la maximización de la felicidad.
51
(2) el poder (en todas sus dimensiones, pero principalmente político); y (3) la existencia de
bienes que distribuir, lo que a su vez presupone (4) fuerzas productivas.
Asimismo, está ligada a dos ideas esenciales, a saber: la (i) distribución y la (ii) no-
arbitrariedad. Ilustra (i) la clásica noción platónica de justicia cristalizada en el principio
suum quique, esto es, “dar a cada uno lo suyo”; pues “dar” implica distribuir. Asimismo, a
partir del aforismo mencionado es posible dar cuenta de los elementos esenciales de la
justicia que se consignaron en el párrafo precedente. En efecto, “a cada uno” supone que
existe una pluralidad de seres humanos a quienes distribuir algo, con lo cual se hace
evidente (1); “dar”, asimismo, supone que existe algo útil172 que distribuir (3) y, por
implicación, (4) fuerzas que lo produzcan; y naturalmente, para que pueda “darse”, alguien
debe “dar”, alguien con poder suficiente (2).
Pero también la justicia, como se dijo, está ligada a la idea de no-arbitrariedad, que
a su vez lleva ínsita las nociones de igualdad e imparcialidad. En efecto, normalmente
estimamos que son injustas las diferencias arbitrarias sea porque se imponen a unos y no a
otros (piénsese, verbigracia, a este respecto en el adagio popular “ley pareja no es dura”),
sea porque no tienen una razón que las justifique.
Por lo que toca a la justicia y la moral, se tiene que, contrario a cuanto puede
pensarse a primera vista, ambos conceptos no comparten igual extensión; lo “moral” no es
lo mismo que lo “justo”. Si, por ejemplo, concebimos a la justicia meramente sobre la base
de la no-arbitrariedad, es evidente que el hecho de que un padre golpee brutalmente sólo a
uno de sus hijos cuando este no le obedece y no a los demás en iguales circunstancias es
injusto; justo sería que golpease a todos dadas las mismas circunstancias173. Empero, para
la mayoría de las personas, la acción del padre es en ambos casos “mala” o “inmoral”.174
En sentido inverso, si un sujeto arroja basura al mar porque ello le divierte,
estimamos que tal conducta es “mala” o moralmente reprochable, pero no que ella es
“injusta”. (Esto, particularmente, porque la moral no presupone necesariamente, a
172
Justifica el uso del adjetivo calificativo “útil” el que sería bastante absurdo esforzarse social y
políticamente para distribuir cosas inútiles.
173
Esto refleja el aforismo “ley pareja no es dura”. Sin embargo, concepciones contemporáneas de justicia
han “moralizado” la idea de justicia, puesto que la han ligado no a la mera idea de justificación y distribución,
sino también a la de dignidad humana, por ejemplo. Véase, v.g., RAWLS, John. A theory of Justice; y
FORST, Rainer. Zwei Bilder der Gerechtigkeit. Para estas concepciones, el ejemplo que se reprodujo sería
necesariamente injusto. Empero, nosotros optamos por mostrar una noción más bien “clásica” de la justicia.
174
En esta línea de pensamiento, véase HART, H.L.A. Op. Cit. pp. 157 y ss.
52
diferencia de la justicia, que existe un círculo de humanos con que el agente se relaciona.
La moral puede ser meramente individual; la justicia, no).
Con todo, sí podemos conferir el estatus de “valor” a la justicia. Pues aquello que es
justo es normalmente tenido como “bueno” y aquello que es injusto, como “malo”. Se dice,
verbigracia, que un gobierno “bueno” tiene como requisito la promoción de la justicia, que
sea justo y, a contrario sensu, que uno injusto es por fuerza “malo”.
(i) Exterioridad-interioridad
El presente criterio dice relación con el contenido de las normas, esto es, con las
conductas o disposiciones anímicas que constituyen su objeto y que, por consiguiente, son
reguladas por ellas, así como con su eficacia.
Pues bien, las normas externas son aquellas que regulan conductas efectivas ya de
carácter comisivo (sinónimo de conducta positiva o acción), ya de carácter omisivo
(sinónimo de conducta negativa o abstención); y se entienden cumplidas en la medida en
que el contenido de la norma se vea convertido en máxima de la conducta del sujeto
obligado, sin referencia a su fuero interno, esto es, su ámbito motivacional propio y su
conciencia. Por consiguiente, las normas externas, válidas y observadas, afectan el arbitrio
de los sujetos en cuanto consiste en una manifestación externa de su libertad concretizada
en una acción u omisión –en todo caso, máxime en el derecho, generalmente objeto de una
175
Véase SQUELLA NARDUCCI, Agustín. Op. Cit.
53
176
La conducta desplegada, en cuanto “acción básica” debe ser, entonces, previa y contemporáneamente a su
efectividad, objeto de la facultad de decisión del agente, debe ser controlada. Esto es cuanto determina su
relevancia jurídico penal. Así, a contrario sensu, movimientos reflejo, por ejemplo, no son considerados
acciones relevantes por el derecho penal, puesto que no son controlables. Véase Kindh user, Urs. 2013.
"Análisis causal y adscripciones de la acción . Derecho Penal Contemporáneo – Revista internacional. pp. 79-
120.
54
Con todo, es preciso consignar que las normas jurídicas no son exclusivamente
externas, de igual suerte que las normas morales no son exclusivamente internas. Pues las
primeras pueden atender al fuero interno del sujeto normativo, lo mismo que las segundas a
su fuero externo. 177 Obsérvese, verbigracia, el caso de las normas de sanción penal, que
operan sobre la base de un juicio de imputación dependiente de la intención del agente,178
lo cual comporta –en el ámbito penal, naturalmente– una desigualdad simbólica y punitiva
entre una pena que se irroga sobre la base de la adscripción de dolo y otra de negligencia;
las sanciones, en efecto, son más rigurosas en el primer caso. A mayor abundamiento, en
nuestro sistema jurídico-penal, hay normas de sanción penal que son aplicables sólo en
cuanto el agente haya obrado con cierta intencionalidad; por ejemplo, en general, los delitos
contra la propiedad, en que se excluye la negligencia.
Por su parte, las normas morales también pueden alcanzar –en su telos– la conducta
efectiva del sujeto normativo, por cuanto buscan que los deseos reprochables de este no
sean reflejados en una conducta externa; que ellos “sean superados en la acción
práctica”.179 Así, un sujeto puede motivarse por deber o buenas intenciones y, sin embargo,
infringir una regla moral, como ocurriría, pongamos por caso, en cuanto aquel demuestre
compasión excesiva con un desvalido, incurriendo en conductas calificables como “de mal
gusto” sea por la religión, sea por el cuerpo social.
(ii) Autonomía-heteronomía
177
WEBER, MAX. Op. Cit. 713p.
178
A mayor abundamiento, la teoría analítica de la imputación en el derecho penal la concibe a esta y su
operatividad sobre la base de la “intención”. El juicio de imputación opera, se sostiene, en dos niveles
intencionales: uno en que se mira a la acción como intención de primer orden, esto es, como mero despliegue
de agencia que, en cuanto punible, contraría una norma de comportamiento, que impone un deber de
conducta; y otro en que se mira a la acción como intención de segundo orden, o sea, como realización de la
intención de querer realizar la intención de primer orden, que, en lo relevante para el derecho penal, consiste
en el despliegue inefectivo de la capacidad del agente de motivarse conforme a la norma de comportamiento,
desobedeciéndola, y donde operan las reglas de imputación. Así, el juicio de imputación consiste, a la vez, en
un reproche dirigido al agente por (1) no haber realizado –pudiendo hacerlo, o sea, con capacidad de acción–
la intención de evitar la realización del tipo penal, esto es, no formarse una intención conforme derecho (lo
cual se llama “imputación a título de infracción de deber); y (2) por no haber tenido –pudiendo hacerlo, o sea,
con capacidad de motivación– a la norma de comportamiento como máxima de conducta, o sea, como se ha
dicho, por no formarse una intención de segundo orden de evitar la realización del tipo penal. Véase, v.g.,
KINDHÄUSER, Urs. La lógica de la construcción del delito. Revista de Análisis Especializado de
Jurisprudencia. Tomo 4, agosto 2009.
179
Ídem.
55
180
NINO, Carlos Santiago. Óp. Cit. 76p.
56
origen.181182 Las normas morales, por su parte, en su origen, pueden ser ya autónomas (v.g.,
moral profana), ya heterónomas (v.g., normas religiosas), lo mismo que en su imperio, por
una parte, cuando se trata de la moral individual (es decir, legislación moral dictada
autónomamente por un ser racional) y, por otra, cuando se trata de la moral social (es decir,
conjunto de valores socialmente determinados), respectivamente.
(iii) Unilateralidad-Bilateralidad
moral social, es dable sostener que las normas morales pueden ser también bilaterales.
Puede, verbigracia, la iglesia exigir, aunque no mediante el uso de la fuerza, el
cumplimiento de los deberes de los fieles.
A su turno, las normas jurídicas son, en general, bilaterales. Si se mira una relación
obligacional-contractual, por ejemplo, podrá darse cuenta de la existencia de un sujeto
activo (acreedor) facultado para exigir el cumplimiento compulsivamente de la prestación
(conducta consistente en dar, hacer o no hacer alguna cosa) objeto de la obligación a un
sujeto pasivo (deudor), que es quien por su voluntad propia se ha obligado a ella. Pero las
normas jurídicas también pueden ser unilaterales, como ocurre en el caso de las
obligaciones naturales, que, de conformidad con el art. 1471 del Código Civil, son aquellas
que “no confieren derecho para exigir su cumplimiento, pero que cumplidas, autorizan para
retener lo que se ha dado o pagado en razón185 de ellas”.186
(iv) Coercibilidad-Incoercibilidad
186
Las obligaciones naturales son muy buenos ejemplos de deberes de obligaciones imperfectas. En efecto, el
art. 1470 del Código Civil las define como aquellas que “no confieren derecho para exigir su cumplimiento,
pero que cumplidas, autorizan para pagar lo que se ha dado o pagado en razón de ellas”. Esto es, la fuerza
socialmente organizada no asiste al acreedor de la obligación natural para que exija su cumplimiento; pero
una vez que se le ha pagado una obligación natural, incorporará a su patrimonio el objeto de la prestación
debida, produciéndose el efecto solutio retenti.
187
La teoría de las normas se trata en (…). Por lo pronto, siguiendo a NINO, concebimos a la sanción como
una consecuencia jurídica que importa el uso de la fuerza. Ello nos llevará a tratar de forma más o menos
indistinta a las sanciones y a la pena, como se ve infra. Pero cabe notar que ambos términos no son idénticos.
Sólo siguiendo la definición que se ha ofrecido la distinción podría soslayarse, sobre todo por consideraciones
pedagógicas. Véase NINO, Carlos Santiago. Introducción al Análisis del Derecho. 78p. (revisar).
58
390 del Código Penal chileno) es una norma coercitiva, por cuanto establece que, ante el
hecho (hipotético) de que un sujeto (activo) dé muerte a otro (sujeto pasivo) en
conocimiento de las relaciones de parentesco que los ligan, se le aplicará al primero una
sanción consistente en la imposición de la pena de “presidio mayor en su grado máximo a
presidio perpetuo calificado”. De suerte que la coercibilidad (es decir, posibilidad de
irrogación de la pena), reflejada en la sanción (= la pena), de la norma se actualiza en
coactividad en la medida en que se despliega efectivamente la acción parricida –
realizándose el supuesto fáctico de la norma– y se aplica o ejecuta la pena consignada.
La coerción y la coacción, pues, tienen un fundamento normativo, pero se
despliegan en tanto hechos de la realidad empírica potencial y actual, con lo cual están
provistas, a este respecto, sólo de una dimensión fenoménica. La sanción, en cambio,
carece de esta dimensión fenoménica, puesto que no existe tal cosa en el ámbito
existencial-epistémico empírico como una sanción; de suerte que las sanciones, en
definitiva, son meros noúmenos. Ello es especialmente evidente cuando se habla de la pena
(que es una especie de sanción); pues, como sostiene Juan Pablo Mañalich, no hay tal cosa
en el mundo real como una “poena naturalis”, por cuanto –agrega el autor, citando a Ernest
Beling– “los procesos reales que están dados como apariciones vitales, el encierro y la
retención de un ser humano, el pago de una suma de dinero, etc., recién adquieren para
nosotros el significado de ‘pena’ [o sanción] por el hecho de que nosotros, a través de una
relación de pensamiento, ponemos en conexión estos procesos con una representación que
nosotros tenemos”. De esta suerte, la aplicación de una sanción –y, a fortiori de una pena–
depende de una atribución de sentido mediada por lo colectivo, lo cual constituye su
“estatus semiótico”, sin perjuicio de su operatividad lógica en el silogismo jurídico.188189
188
MAÑALICH, Juan Pablo. 2018. Estudios sobre la fundamentación y la determinación de la pena. Capítulo
II. Retribucionismo consecuencialista como programa de ideología punitiva. Santiago de Chile. Thomson
Reuters. pp. 38-39.
189
En rigor, lo normativo (en cuanto “puramente” normativo) en toda su extensión carece de aquella
dimensión fenoménica. Así pues, un sujeto puede mentirle a su mejor amigo; un niño puede hurtar un juguete
en una tienda por mero capricho; un hijo puede ofender a su padre. Todos estos hechos aparecen en la vida
como la emisión de ciertas palabras y como la aprehensión de una cosa. Esos son sus fenómenos, pues así los
percibimos por nuestra sensibilidad. Pero si estos hechos no los consideramos como un mero despliegue de la
naturaleza, sino como “ideas”, o sea, los elevamos a un ámbito formal-hipotético en que puede concluirse la
existencia de un deber, no se los está mirando como fenómenos. Se trata de un actividad de atribución de
sentido que escapa de la mera facticidad. Pues en el mundo natural no existen la mentira, el hurto, las ofensas.
Estas “injurias” existen en el mundo humano sólo porque nosotros hemos concebido estas unidades de
sentido. Por eso, es una imprecisión –por decir lo menos– hablar de “fenómenos normativos”.
59
190
Véase WEBER, Max. Óp. Cit. 185p.
191
Sin embargo, un aparato hierocrático también puede aplicar coacción física, aunque ella vehiculice, en
definitiva, una sanción trascendente principal. Por ejemplo, la condena a morir en el fuego de la hoguera,
determinada por el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, consistía, al mismo tiempo, en la irrogación de
un mal físico: quemaduras letales; y uno psíquico: la privación del bien de la vida eterna.
192
Véase II, 2, §2, b)
193
Como se verá, para mantener un discurso coherente, “legitimidad” (en la coacción), a este respecto, está
limitado al ámbito del individuo, de suerte que no la se concibe como un hecho de la realidad social.
60
sea mera fuerza– ejercido por un aparato coactivo consistente en una agrupación de
personas destinada a vigilar la observancia de las normas jurídicas a través de la aplicación
de un castigo ante su infracción; en otras palabras, el Derecho mantiene su vigencia
mediante la imposición de las sanciones estatuidas a las conductas que lo contrarían.
Bajo esta luz, la coacción operativizada en la forma de una sanción efectiva,
particularmente como pena, adquiere la fisonomía de una contradicción de
contradicciones.194 Pues el autor de una conducta jurídicamente sancionable expresa una
voluntad de suprimir, ante todo, la vigencia de la norma que proscribe aquella conducta –
negándose la conciliación posible entre arbitrios diversos, entre la libertad de todos y cada
uno195–, poniendo en entredicho, luego, la vigencia del orden jurídico en su conjunto –
negando la capacidad de ser titular de derechos196–; consiste, en una palabra, en una
declaración de que la norma y el derecho no valen para él. La conducta jurídicamente
reprochable, consecuentemente, contradice sus presupuestos existenciales, es una
contradicción performativa, por cuanto valida la cancelación del Derecho, orden con
arreglo al cual es posible el despliegue de agencia –esto es, la realización (en sentido
normativo) de la conducta reprochable–. Ello hace necesaria una respuesta jurídica
coercitiva (en cuanto categorialmente homogénea con respecto a la primera coacción) que
contradiga lógica y comunicativamente el contenido declarativo de la conducta
reprochable, una “negación de la primera negación”, la aplicación, en definitiva, de una
sanción o de una pena; y es tal aplicación cuanto opera como constatación de la existencia
exterior y vigencia del Derecho (que es, en un primer momento, inexistente exteriormente
en tanto voluntad) con respecto a la voluntad particular del infractor.197
194
Véase KANT, Immanuel. 2008. Metafísica de las costumbres. Madrid. Tecnos. pp. 40-41.
195
ibíd.
196
Esto, porque si se adopta como máxima de validez universal de conducta a una conducta antijurídica, el
Derecho, en último término, no sería posible.
197
Se reproduce de forma muy somera y deliberadamente imperfecta la teoría de la pena de Hegel (véase
HEGEL, G.W.F. Filosofía del Derecho. 1968. Ciudad de Buenos Aires. Editorial Claridad S.A. §92-§101). En
parte, porque hablar de pena y de sanción, como se dijo supra (nota nº37) no es lo mismo. Sin embargo,
habida cuenta que definimos a la sanción como una consecuencia normativa que implica el uso de la fuerza, la
distinción entre aquellos conceptos no se hace esencial; pues sirve, de igual manera, para ilustrar cuanto se
pretende.
61
198
El arribismo epistemológico es una propuesta filosófica que sostiene que todo el conocimiento valedero
dimana de la experiencia sensible en cuanto estudiada mediante las ciencias naturales, propugnando un
entendimiento experimental de ciencia. Este fenómeno cobra relevancia en la modernidad, por el modelo de
sir Francis Bacon sobre la relación de ciencia, tecnología y desarrollo, que sostenía que el medio más idóneo
para la obtención de poder sobre los hombres –esto es: político– es la obtención de poder sobre la naturaleza,
lo cual sólo es posible si ella se conoce –nuevamente– por medio de las ciencias naturales. Cristaliza este
modelo el celebérrimo aforismo baconiano “el conocimiento es poder”. Véase ORELLANA BENADO, M. E.
2011. Arribismo epistemológico y desarrollo científico y tecnológico. En: Prójimos Lejanos. Santiago de
Chile: Ediciones UDP. pp. 144-158.
199
Es importante notar que diversas concepciones de justicia tienen diversos criterios con arreglo a los cuales
se determina lo justo de lo injusto. Justicia puede entenderse, por ejemplo, aquello que está conforme con el
derecho positivo (como sostiene Hobbes) o bien aquello que está conforme con la moral (como sostiene
Ihering).
200
Imputar quiere decir reconducir, atribuir o adscribir un hecho del mundo a la voluntad de un agente.
201
El mundo es entendido, entonces, sobre la base no de la causalidad natural, sino del principio de
imputación. Esta idea está presente en KELSEN. Teoría Pura del Derecho.
202
MILL, J.S. 2014. El Utilitarismo. Madrid. Alianza Editorial. 136p. Esto es, sin embargo, una
generalización, como podrá comprobarse infra.
203
Es decir, de Esquilo.
62
Violencia,204 a pasar sus días encadenado a una roca en la desolada Escitia, donde durante
el día un águila desgarrará su vientre y comerá su hígado, en tanto que por la noche se
regenerarán sus heridas, en infinito ciclo. Hefesto, Océano y sus hijas –las Oceánidas– en
coro, de igual suerte que Ío, mostrarán compasión por Prometeo y estarán contestes en que
la sanción que se le ha impuesto es injusta, que no se aviene con las exigencias de la moral,
pese a haber sido dictada por una autoridad legítima205: Zeus Cronión.206 En la obra
comentada, pues, se reconoce la posibilidad de que la ley, aun en tanto divina pero
aplicable a los mismos dioses olímpicos (de suerte que, en un sentido relativo, podría
sostenerse que es una ley positiva), sea injusta, lo cual, empero, no pone en entredicho su
naturaleza jurídica en cuanto obligatoria; pues los dioses observan la disposición jupiteriana
pese a parecerles injusta.207
Otro tanto ocurre con la Antígona de Sófocles, quien, a diferencia de Esquilo y
Eurípides, no admite generalmente con igual intensidad que aquellos la falibilidad de los
dioses y sus leyes, sino que, por el contrario, condena la impiedad de los hombres. Por lo
que atañe a Antígona, pues, se pone de relieve la disonancia entre la ley eterna (infalible) y
la ley positiva (falible): en efecto, Creonte, arrogante e intransigente mandatario de Tebas,
otrora regida por Edipo, condena, oponiéndose intencionalmente a las leyes eternas de los
dioses, a la hija de este, Antígona, a pasar el resto de sus días desprovista de alimentos
suficientes para una continuada supervivencia en una cueva de propiedad de Hades, por
haber celebrado, según preceptúa la ley del mentado dios, las exequias fúnebres de su
hermano Polinices, muerto tras haber invadido Tebas en duelo fraticida contra Eteocles.
Hemón, prometido de Antígona e hijo de Creonte, y los ancianos tebanos, sin perjuicio de
mostrar estos mayor cercanía con Creonte que con Antígona, exhortan al mandatario a
derogar su edicto en observancia de las leyes plutónicas; el adivino Tiresias incluso le
204
Que Fuerza y Violencia sean los esbirros de Zeus retrata muy bien uno de los rasgos definitorios del
Derecho: la coerción, que como dijimos es susceptible de actualizarse en coacción haciendo, por consiguiente,
al ordenamiento jurídico eficaz.
205
Es decir, de hecho obedecida.
206
El criterio de justicia a este respecto es, entonces, la moral (trascendente). Véase cita nº37.
207
Con respecto a la cabida de lo justo y lo injusto en los dioses, en contraste con cuanto se propone en
Prometeo Encadenado, es interesante cuanto sostiene Aristóteles en su “Ética a Nicómaco”: “[l]o justo se da
entre aquellos que participan de las cosas buenas en sí mismas y que pueden tener exceso o defecto de ellas;
porque hay quienes no pueden tener exceso de ellas, como quizá los dioses, y otros a quienes no les es
beneficiosa parte alguna de ellos, los malos sin remedio, a quienes todo les hace daño, y otros a quienes
benefician en cierta medida. Por eso la justicia es una cosa humana.” ARISTÓTELES. Ética a Nicómaco.
86p.
63
208
Es interesante observar, asimismo, que en la obra se reflejan visiones disímiles y antitéticas de justicia.
Así, la concepción de justicia de Antígona y la de Creonte y el coro de ancianos se oponen radicalmente.
209
A continuación, se reproducen los último ocho versos de la segunda antístrofa del primer estásimo, los
cuales reflejan claramente uno de los principales mensajes moralizantes de la obra, a saber, el ser piadoso en
feliz observancia de las normas terrenas y divinas:
“Si entrelaza las normas de la tierra
y la justicia de los dioses permaneciendo fiel al juramento prestado
¡he ahí un ciudadano de primera!
Pero ¡sea privado de la condición de ciudadano, en pago a su osada falta de escrúpulos,
aquel con quien convive el desdoro:
ojalá ni comparta conmigo el hogar
ni esté entre los que piensan igual que yo
quien se comporte así!”
Esquilo, Sófocles, Eurípides. 2012. Obras Completas. Madrid. Cátedra. 536p.
64
de la conciencia.6 Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores
de Dios que atienden continuamente a esto mismo. 7 Pagad a todos lo que debéis: al
que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra,
honra.”
En el mismo sentido, 2 Pedro 2:13-19:
“13
Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a
superior, 14 ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los
malhechores y alabanza de los que hacen bien. 15 Porque esta es la voluntad de Dios:
que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; 16 como
libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo,
sino como siervos de Dios. 17 Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios.
Honrad al rey.
18
Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los
buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar.19 Porque esto merece
aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias
padeciendo injustamente.”
A partir de aquello, puede colegirse que la contingencia de la relación derecho,
moral y justicia es, más bien, aparente. Pues, según aquellos argumentos, inclusive cuando
las normas positivas parezcan injustas, es justo seguirlas. Esto, porque la obediencia de
normas injustas está fundamentada en una virtud: la piedad.
Con todo, tal posición de obediencia irreflexiva no representa la totalidad del
iusnaturalismo de base bíblica. Fundamentos en sentido contrario hay, por ejemplo, en el
libro veterotestamentario de Isaías:
“10 ¡Ay de los que dictan leyes injustas, y prescriben tiranía, 2 para apartar del juicio
a los pobres, y para quitar el derecho a los afligidos de mi pueblo; para despojar a
las viudas, y robar a los huérfanos! 3 ¿Y qué haréis en el día del castigo? ¿A quién
os acogeréis para que os ayude, cuando venga de lejos el asolamiento? ¿En dónde
dejaréis vuestra gloria? 4 Sin mí se inclinarán entre los presos, y entre los muertos
caerán. Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todavía su mano está
extendida.
65
En igual veta, Hechos 5:29: “es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres”.
En los diversos autores que tratan el asunto en comento es importante notar, ante
todo, si la relación Derecho-Moral-Justicia es necesaria o meramente contingente.
Naturalmente, que esta relación sea necesaria significa que el enunciado “el Derecho es
justo y moral” es verdadero en todos los mundos posibles, con lo cual, por implicación, es
imposible que aquel enunciado sea falso sin contradicción. Ello permite concluir que existe
una identidad semántica entre los mentados conceptos, de suerte que según esta noción el
Derecho es justo y moral y si no lo es, no es derecho. Por otra parte, que la relación en
comentario sea contingente quiere decir que el enunciado “el Derecho es justo y moral” no
es una tautología (enunciado verdadero en todos los mundos posibles) ni una contradicción
(enunciado falso en todos los mundos posibles), es posiblemente verdadero, dependiendo
del caso; o sea, que el derecho puede ser justo y moral, pero que no lo es necesariamente.
Asimismo, es importante prevenir que hay otra especie de “necesidad” relevante
para los efectos que ahora nos ocupan. No se trata de necesidad meramente lógica en los
términos que se ha consignado precedentemente, sino de un tipo de necesidad que
llamaremos “necesidad moral”. Según este tipo de necesidad, la relación entre Derecho,
Justicia y Moral es necesaria, pero no en el sentido de que el enunciado “el Derecho es
justo y moral” sea verdadero en todos los mundos posibles, sino en el sentido de que existe
una obligación moral de obedecer el derecho, pese a que pueda aparecer como injusto, con
lo cual esta cualidad, si fuere efectiva, no lo priva a aquel de su naturaleza. Concepciones
iusfilosóficas de esta veta generalmente sostienen, asimismo, que los principios que
sostienen el Derecho no son inmutables; que, antes bien, corresponden a ciertas
disposiciones anímicas sociales relativas.210
Pues bien, en la Antigüedad se propugnó por grandes autores, con mayor fuerza, la
necesidad lógica de la relación entre Derecho, Moral y Justicia. Así pues, sostuvo Platón en
su diálogo “Las Leyes” que “no son rectas leyes las que no se establecen en razón de la
comunidad total de la ciudad. Donde las leyes se hacen en gracia sólo de unos cuantos,
decimos que no hay ciudadanos, sino sediciosos, y que su pretendida justicia no es sino un
nombre vano”.211 Otro tanto argüía Marco Tulio Cicerón en su De Legibus, para quien, ante
210
Esta distinción está basada, en parte, en aquella que hace Hart en HART, H.L.A. Op. Cit. pp. 156-157.
211
PLATÓN. Las Leyes IV, 715b.
66
todo, la ley “es (…) la distinción de las cosas justas e injustas, expresada con arreglo a
aquella antiquísima y primera naturaleza de todas las cosas” y que, en cuanto tal, no puede
ser injusta. Esta última posición se ve reflejada en el siguiente pasaje de la comentada obra:
“aquellos que hayan prescrito a los pueblos mandatos perniciosos e injustos, como han
obrado en contra de lo que han prometido y profesado, han prepuesto cualquier cosa más
bien que leyes; luego que pueda ser perspicuo que en ese mismo nombre de ley se ha de
interpretar que está incluida (sic) la necesidad y el pensamiento de elegir lo justo y el
derecho.”212213
Agustín de Hipona, por su parte, sostuvo que la naturaleza jurídica y, en cuanto tal
obligatoria del derecho positivo, viene dada por su avenimiento con leyes superiores, a
saber, las divinas; “lex iniusta non est lex”, nos dice en su De Libero Arbitrio; de suerte
que la ley es tal, o sea, tiene fuerza de ley (obligatoria), en cuanto justa.
Otro tanto propugnaba en el medioevo Tomás de Aquino, sosteniendo, ante todo, en
su Suma Teológica, que las leyes humanas pueden ser justas o injustas; y que serán de la
segunda especie en cuanto 1) no ordenen al bien común –o sea, injustas en razón del fin–,
porque exceden el poder del autor –injustas en razón del autor– o porque distribuyen cargar
inequitativamente entre súbditos –injustas en razón de la forma–; y 2) se oponen al bien
divino. Agrega que si una ley humana es injusta en el segundo sentido, no debe ser
obedecida. Prima facie, podría parecer, entonces, que para Tomás de Aquino la relación
entre moral, derecho y justicia es contingente.214 Pero antes de caer en este yerro es preciso
tener presente que el derecho, para que sea tal, debe tener un mínimo de eficacia; pues es de
la esencia del mismo el ser obligatorio, en cuanto su objeto es, precisamente, la regulación
y dirección de la conducta humana. De ello fluye que la relación en comento es, por
implicación, necesaria. En efecto, sostiene Tomás de Aquino que la ley positiva humana en
tanto contraria a la ley natural no es una ley propiamente tal, sino una corrupción de ella,
como ocurre con la ley tiránica, que es obligatoria sólo en sentido secundario.215 A
contrario sensu, la ley auténtica –esto es, en terminología tomista, la ley simpliciter–, que es
212
CICERÓN, Marco Tulio. De Legibus II, 5, 11 y 13
213
Se ha optado por seguir los ejemplos –en cuanto a Platón y Cicerón– que ofrece José Antonio Seoane en
SEOANE, José Antonio. La doctrina clásica de la lex iniusta y la fórmula de Radbruch. Un ensayo de
comparación. Anuario da Facultade de Dereito da Universidade da Coruña, 2002 (6). 761-790.
214
Véase AQUINO, Tomás de. Suma Teológica II, c. 96, a. 4
215
AQUINO, Tomás de. Op. Cit. c. 95. a. 2.
67
la que cumple con los antedichos criterios de justicia, es la única provista de obligatoriedad
en términos absolutos.216217
Sobrevenida la Modernidad, gran parte de la doctrina jurídica sostuvo que el
Derecho positivo es reflejo de leyes naturales aprehensibles por la razón. Asimismo, el
Derecho Positivo, lo mismo que el Estado y la sociedad civil, fue justificado como un orden
que protegía la vida y otros fines humanos con arreglo a leyes de la naturaleza,
garantizando derechos naturales inherentes al ser humano. Ejemplos a este respecto pueden
encontrarse en los autores contractualistas: Hobbes, Locke y Rousseau.218 Varios autores
ilustrados sostuvieron que la relación entre derecho y moral es contingente, lo cual no resta
eficacia ni validez al derecho.219
Immanuel Kant, máximo exponente de la Aufklärung,220 postulaba, por su parte,
que, en cuanto el derecho positivo –producto de la operación ineluctable de la razón
práctica– es la medida con arreglo a la cual se concilia la libertad de todos con la de cada
uno según una ley universal (a priori), garantizando el estatus individual de sui iuris
(legislador moral), está ligado a la facultad de coaccionar 221 y es irresistible, por cuanto
contravenirlo implica la actuación conforme con una máxima que imposibilita –
contradiciendo– la operatividad y, a la postre, la existencia del derecho. 222 Sostiene Kant,
asimismo, que el Derecho y la Moral están unidos en cuanto estatuyen leyes de la libertad,
que se llaman leyes morales. Asimismo, estas leyes dependiendo de su objeto, pueden ser
jurídicas o éticas. Serán de la primera especie en cuanto su objeto se refiera al arbitrio, a
una acción externa; y de la segunda en cuanto su objeto constituya, además de la acción
externa, la voluntad, una causalidad interna formal de la acción, los móviles. Si una acción
externa coincide con lo preceptuado por una ley sin atender a los móviles del agente de
216
ídem. c. 96, a. 4
217
Para profundizar a este respecto véase FINNIS, John. Ley natural y derechos naturales.
218
Véase HOBBES, Thomas. Leviatán.; LOCKE, John. Dos tratados sobre el gobierno civil.; ROUSSEAU,
Jean Jacques. Contrato Social.
219
Un gran mérito de los autores contractualistas es, además de elucidar un fundamento pragmático-moral del
estado y de la sociedad civil, de brindar un convincente argumento en favor de la obediencia civil, a saber:
que obedecer a la autoridad es, en último término, obedecer “nuestra propia voluntad”.
220
Ilustración alemana.
221
Pues como se ha dicho, el derecho hace manifiesta su existencia (exterior) mediante la coacción, que es
una contradicción a una contradicción –a saber, el hecho antijurídico–. Véase cita nº(x)
222
Véase KANT, Immanuel. 1986. Teoría y Práctica. Tecnos. Madrid. 40p.
68
223
KANT, Immanuel. 2008. Metafísica de las costumbres. Madrid. Tecnos. pp. 17-18.
224
KELSEN, Hans. Op. Cit. (1) 15p.
225
KELSEN, KELSEN, Hans. Law, State and Justice in the Pure Theory of Law. The Yale Law Journal.
1948, 57(3), pp. 382-383.
226
Con “presupuesto” quiere significarse que la teoría pura del derecho no se cuestiona sobre los orígenes del
derecho, puesto que ello escapa de su objeto. Antes bien, aquella presupone que el derecho existe, lo estudia
como un orden existente, sin importar las razones de su existencia. véase ibíd.
69
227
KELSEN, Hans. Op. Cit. (1) 10p.
228
KELSEN, Hans. Op. Cit (2). pp. 383-390.
70
229
Vid. DWORKIN, Ronald. Taking Rights Seriously.
230
“Gesetzliches Unrecht und übergesetzliches Recht”.
231
ALEXY, Robert. Gustav Radbruch’s Concept of Law. 7p.
71
(6) congruentes, en cuanto obliguen a la autoridad lo mismo que a los ciudadanos; (7)
posibles y (8) estables, brindando certeza jurídica232.
Con lo antedicho puede notarse, en suma, que la determinación de si la relación
entre Derecho y Moral es necesaria o contingente viene dado por la concepción subyacente
del derecho tenida por el juzgador, y que puede ser más o menos formal o sustantiva. De
suerte que cuanto más se conciba el Derecho como tal sobre la base de su forma, tanto más
se tenderá a pensar que la relación en comento es contingente –v.g., Kelsen–; y, a contrario
sensu, si se tiene una concepción iusnaturalista (sustantiva) del derecho, se tenderá a pensar
que la relación es necesaria, no porque el derecho positivo no exista, sino porque no existe
como derecho en cuanto no es obligatorio –v.g., Agustín de Hipona–. 233
Con todo, debe notarse que para la determinación si la relación entre Derecho,
Moral y Justicia es necesaria o contingente también es de importancia fundamental el
criterio de justicia que se siga, puesto que se puede tener una concepción formalista del
derecho y pensarse que este, empero, será siempre justo, en la medida en que el criterio de
justicia lo constituya la mera legalidad (como ocurre en Hobbes).
A) Derecho y Política
“Política” tiene tres acepciones de uso frecuente. Una, como ciencia; otra, como
actividad o arte; y otra, como facultad (efectiva). Para los efectos de este trabajo, interesa
esta última acepción, de conformidad con la cual cabría definir “política” como el poder de
tomar decisiones generalmente vinculantes en un ámbito de existencia colectiva. Atañe, en
232
Es cuestionable, en todo caso, que estos criterios sean calificables como “morales”: desde el positivismo
bien se podría plantear que ellos son, en rigor, requisitos existenciales del derecho de carácter técnico-formal.
233
La discusión es, naturalmente, mucho más compleja. Se opta por ilustrarla con pares antitéticos
(forma/sustancia) por motivos pedagógicos.
72
consecuencia, a todo cuanto dice relación con el ejercicio de lo que llamamos poder
público. Algunos autores añaden que la política comprende también las relaciones que se
gestan en la búsqueda y ejercicio del poder público.
La política, pues, tiene como horizonte, en una medida relevante, la dirección de la
conducta humana. Pero ello no significa que la política se encuadre en el ámbito –
exclusivamente– normativo o bien que tenga, por necesidad, fundamento jurídico alguno.
Antes bien, la política es, en rigor, una quaestio facti, sin perjuicio de que pueda expresarse
sobre una base lógico-normativa –esto es, como quaestio iuris– en cuanto opere por
intermedio de instituciones objetivadas.234 En otros términos, la política no tiene como
condición necesaria la existencia de un orden normativo –como el Derecho– que posibilite
su despliegue; la política, por consiguiente, puede ser ajurídica e, inclusive, antijurídica.
Por lo que atañe a la política sólo es relevante, entonces, la obediencia. Con todo, valga
decir que la política es comprensiva también de cuestiones procedimentales que no tienen,
al menos en principio, una pretensión normativa.
A partir de cuanto se ha consignado precedentemente fluye que el Derecho y la
política son esencialmente diferenciables. La política es “supremamente subjetiva”; es, por
su naturaleza, extrajurídica, sin perjuicio de que en los hechos tienda a perpetuarse
mediante su “juridización” y que, por consiguiente, pueda tener un fundamento
normativo.235
Con todo, es preciso consignar que esta posición (separación de derecho y política)
no es unánimemente reconocida en la doctrina jurídica.236 En efecto, los realistas, por
ejemplo, son grandes opositores a estos razonamientos. En cuanto al ejercicio de la
jurisdicción, ellos, en particular, en su llamada “ala sociológica”, estiman que los jueces
toman decisiones con arreglo a fines esencialmente políticos; que, a la postre, la actividad
jurisdiccional –lo mismo que el derecho en toda su extensión; pues resulta evidente que la
génesis del derecho es, por esencia, político– es política.
234
En otras palabras, la política puede tener una base normativa (jurídica, moral, etc.) que la fundamente; pero
eso no ocurre en todos los casos. Téngase por caso los gobiernos de facto, como gran parte de dictaduras
militares.
235
Tal ha pasado con el derecho que nace de las revoluciones. Mírese, verbigracia, el sensible caso de la
dictadura cívico-militar chilena: la dirección política carecía de fundamentación jurídica; se trataba, pues, de
un orden de facto. Sin embargo, no hubo de transcurrir demasiado tiempo desde la arrogación del poder para
que aquella buscase su propia conservación y perpetuación teniendo al derecho como instrumento.
236
En este sentido, véase la obra de SCHMITT, por ejemplo.
73
237
SQUELLA NARDUCCI, Agustín. Op. Cit. 252p.
74
B) Derecho y Economía
Las dos acepciones de “economía” que más interés ofrecen a este trabajo son
economía como (1) administración eficaz y razonable de bienes; y como (2) ciencia que
estudia los métodos más eficaces para satisfacer las necesidades humanas materiales,
mediante el empleo de bienes limitados.
Lógicamente, Derecho y Economía corresponden a órdenes diversos. Pero ello no
obsta a que existan posibles relaciones entre ellos. Las relaciones particularmente
relevantes las llamaremos de “fundamentación” e “integración”.
En efecto, la economía, lo mismo que la política, constituye una fuente material del
Derecho; motivaciones económicas inspiran una gran cantidad de norma, que constituyen el
fundamento de la institucionalidad económica. Las normas jurídicas, pues, fungen como
unidades creadoras e integradoras de aquella.
Por ejemplo, el estatuto de la propiedad, tanto en su veta constitucional como la
relativa a otras ramas del Derecho Público y al Derecho Privado, es fiel reflejo de una
concepción económica determinada de la propiedad y, en último término, de la economía
(en un sentido descriptivo, o sea, considerando cómo es la economía; y prescriptivo, esto
es, cómo debe ser el modelo económico por integrar e integrado). De suerte que existen
normas modeladoras de la institución de la propiedad y otras integradoras. Las primeras son
las normas fundamentales (constitucionales), que le dan un contenido esencial a la
institución. Las segundas operativizan a las primeras (v.g., regulando el tráfico jurídico y
mercantil y creando incentivos y desincentivos a determinadas actividades) y determinan la
extensión de la propiedad.
En el caso chileno, la norma modeladora de la propiedad (que, al mismo tiempo, es
una norma integradora de un ideal económico) es el art. 19 Nº24 de la Constitución Política
de la República de Chile, que debe conjugarse con los Nº21 (libertad para desarrollar
cualquiera actividad económica) y º23 (libertad para adquirir el dominio sobre toda clase de
bienes). En cuanto a las normas integradoras, es suficiente para los efectos de este curso
mencionar sólo algunos ejemplos, tales como las normas del Título II del Libro Segundo
del Código Civil (que regula el dominio), la Ley Nº17.336 sobre Propiedad Intelectual, la
75
Ley Nº20.169 sobre Competencia Desleal, el Decreto Ley Nº211 que fija normas para la
defensa de la Libre Competencia, y la Ley Nº18.046 sobre Sociedades Anónimas.238
Cuando se describe el sistema jurídico se suele recurrir a una serie de conceptos que
sirven de base para la construcción de éste, conforme nos señala Carlos Santiago Nino lo
que hace que estas nociones sean consideradas como “básicas” es el hecho de que son
aplicadas en prácticamente todas las ramas y disciplinas del Derecho239, tanto aquellas que
comprenden el Derecho Público como el Derecho Privado, razón por la cual son incluidas
en la Parte Preliminar del estudio del Derecho.
Tal como se señala, estas nociones son usadas como una descripción del
ordenamiento y del contenido de las normas, pero no a las normas mismas240. Junto con
ello, estas definiciones buscan aclarar el uso de estas reflexiones y expresiones por parte
tanto de los juristas y cómo son entendidas por el público, junto con evitar la existencia de
ambigüedades en cuanto a su uso, con lo cual se pretende lograr que estas definiciones
entregadas mantengan una coherencia dentro del sistema jurídica por medio del
otorgamiento de unidad en cuanto al sentido de las palabras241.
Para efectuar esto, tomaremos los conceptos básicos establecidos por Hans Kelsen,
junto con señalar la recepción de éstos en la legislación y dogmática jurídica chilena. Los
conceptos a analizar son: (i) sanción; (ii) acto antijurídico (delito); (iii) responsabilidad; (iv)
deber jurídico; (v) derecho subjetivo; (vi) obligación; (vii) capacidad jurídica; (viii)
competencia; (ix) persona; (x) institución jurídica.
1. Sanción
238
Naturalmente, los ejemplos de normas integradoras son sobreabundantes. La selección en cuestión de
funda en que las normas comentadas integran, en ámbitos de mayor concreción que el constitucional, el
concepto de propiedad y de las mencionadas libertades: demarcan sus límites.
239
NINO, Carlos Santiago. Introducción al análisis del derecho. Óp. Cit. pp. 165.
240
Ibíd. pp. 168.
241
Ibíd. pp. 167.
76
A) Es un acto coercitivo
242
Ibíd. pp. 168.
243
Ídem.
244
Ibíd. pp. 168-169.
245
Ídem.
246
Ídem.
77
Para estos efectos se entiende que la persona debe ser privada de algo que le es
propio. En ese sentido y sólo para estos efectos, los “bienes” señalados pueden recaer tanto
sobre efectos patrimoniales como extrapatrimoniales. En materia civil, como regla general
(pero no absoluta), la privación de bienes suele recaer sobre bienes de carácter patrimonial.
Por ejemplo, el embargo de bienes, pagar indemnizaciones, restituir cosas, etc. En cambio,
en materia penal, como regla general (pero no absoluta), suele recaer sobre bienes de
carácter extrapatrimonial. Por ejemplo, privaciones de libertad, restricciones de realizar
ciertas actividades, arraigo, etc.
Hans Kelsen señala un problema que puede generar la noción de bienes, consistente
en qué tan efectivo o real es en ciertos casos excepcionales en que se esté privando de un
bien. Un ejemplo histórico, en Estados Unidos: la asesina en serie Aileen Wuornos fue
condenada a pena de muerte en el estado de Florida en el cual se encuentra vigente esa
sanción; ella durante muchos años manifestó su deseo de morir para que acabara su
sufrimiento, siendo finalmente ejecutada el 09 de octubre de 2002, ante lo cual podría
surgir la siguiente pregunta: considerando que ella deseaba morir, ¿su sanción consistió
realmente en la privación de un bien?
Otros ejemplos de lo anterior podrían ser los siguientes: una persona es embargada y
privada de ciertas cosas que eran de su propiedad, no obstante, éstas eran objetos de los
cuales el sancionado tenía pensado deshacerse de ellos, surge la misma pregunta, ¿hubo
realmente una privación de bienes?; o por ejemplo, una persona que vivía en la indigencia
es privado de libertad con lo cual ésta persona a pesar de estar en la cárcel adquiere comida
y techo asegurado que era lo que le falta antes de la condena, uno podría incluso
preguntarse si acá hubo una sanción o un beneficio.
En fin, con respecto a este eventual problema, Kelsen nos señala que para estos
efectos bienes son el estado general de cosas que para la generalidad de las personas
resultan ser valiosos247. Con lo cual, es probable que existan personas que estén en estados
precarios económicos, estén desesperados, estén con algún problema de salud mental, sean
masoquistas, etc. Sin embargo, las normas jurídicas no deben considerar este tipo de
situaciones.
247
Ibíd. pp. 169-170.
78
Conforme nos señala Hans Kelsen, no basta con que la sanción sea la privación de
un bien en forma coercitiva por la autoridad competente, porque de lo contrario hipótesis
como las cuarentenas que se decretaron en pandemia podrían ser vistas como sanción
jurídica. Junto con ello, también podrían ser los casos de personas que son declaradas
inimputables por problemas mentales que, sin embargo, se ordena que sean tratadas por
seguridad en centros psiquiátricos. Según lo indicado por Kelsen, ninguna de esas hipótesis
puede ser considerada una sanción jurídica, pues ellas no son privaciones de bienes
entendidas como consecuencias de una conducta249.
De esta forma, es necesario que la sanción para que sea concebida como tal es
necesaria que sea ejercida como una respuesta a una actividad voluntaria del sujeto
regulado, el cual debe tener una posibilidad de realizarla en forma diferente u omitirla250.
Este elemento y caracterización de la sanción es válida tanto para efectos civiles como
penales.
248
Ibíd. pp. 170-171.
249
Para efectos legales, los inimputables se considera que carecen de voluntad y discernimiento en su actuar.
250
Ibíd. pp. 171.
79
La principal fuente normativa del acto antijurídico o delito civil es el artículo 2314
del Código Civil, el cual señala: “El que ha cometido un delito o cuasidelito que ha inferido
251
Ibíd. pp. 174.
252
Ídem.
253
Ídem.
254
Ibíd. pp. 177.
80
daño a otro, es obligado a la indemnización; sin perjuicio de la pena que le impongan las
leyes por el delito o cuasidelito”. A partir de esta norma, la doctrina civil ha definido al
delito civil como “la acción u omisión injusta que genera un perjuicio en la persona o
patrimonio ajeno”255. De esta forma, se establece que el acto antijurídico civil tiene los
siguientes elementos que lo constituyen: (i) un hecho: acción u omisión imputable; (ii)
atribuible a culpa o dolo; (iii) que genere daño; y (iv) que exista un nexo causal entre la
acción u omisión culpable o dolosa y el daño causado.
En un análisis detallado:
255
ABELIUK MANASEVICH, René. Las obligaciones (Vol. 1). Santiago: Thomson Reuters, 2014. pp. 121.
256
BARROS BOURIE, Enrique. Tratado de responsabilidad extracontractual, Editorial Jurídica de
Chile. Santiago, 2006, pp. 63.
257
Ídem.
258
Ibíd. pp. 64-65.
259
Ibíd. pp. 70-71.
81
Como regla general, en materia civil se exige que para que la conducta pueda ser
calificada como un acto antijurídico o ilícito civil que sobre ésta recaiga un juicio de valor
negativo260, esto quiere decir que a este hecho se le pueda atribuir ya sea la intención de
realizarla y de generar el daño o bien pueda ser considerada como negligente por quien
actúa. Así, se señala que, como regla general, al hecho se le debe atribuir culpa o dolo.
a) Culpa: Esta significa la infracción a un deber de cuidado producto de la
negligencia del sujeto o de a quienes tiene bajo su cuidado261. Cuando el acto
antijurídico es culposo, éste recibe el nombre de cuasidelito.
b) Dolo: Se encuentra definido en el artículo 44 del Código Civil como “la
intención positiva de inferir injuria a la persona o propiedad de otro”. De modo
tal, el daño se genera con la intención de producir daño. Cuando el acto
antijurídico es doloso, éste recibe el nombre de delito.
Conforme se señala, éste es el elemento indispensable para que pueda existir un acto
antijurídico civil262, dado que el fin de la sanción civil será la reparación de este efecto
causado. El daño se conceptualiza o se entiende como la lesión a un interés de la víctima263,
la cual debe ser significativa (excluyendo molestias que nacen de la vida en sociedad)264.
Este interés puede manifestarse ya sea en el patrimonio de la víctima (como lo es una lesión
a la propiedad) o bien en la persona misma (como lo es una lesión a su seguridad). De esta
manera, los daños se clasifican en:
a) Daños patrimoniales: aquellos que afecten bienes de significación y avaluación
económica265. Estos son principalmente el daño emergente y el lucro cesante.
b) Daños no patrimoniales: aquella que afecta bienes que no son de avaluación
pecuniaria266. Estos son principalmente el daño moral.
260
Ibíd. pp. 75.
261
Ídem.
262
Ibíd. pp. 215.
263
Ibíd. pp. 220
264
Ibíd. pp. 226.
265
Ibíd. pp. 231.
266
Ibíd. pp. 232.
82
El hecho por el cual se responde y el daño causado deben estar vinculados y ser la
última consecuencia del primero como condición mínima para que se pueda responder de
éste, pues de lo contrario no es posible establecer responsabilidad267. Sin duda, es necesario
y fundamental que exista una proximidad mínima entre el actuar del sujeto y el daño, de
modo tal que no se responde de daños que resulten lejanos al hecho (por ejemplo, la madre
del infractor no puede responder por el hecho de haberle dado a luz, lo que podría haber
evitado el delito, pues esta relación es muy lejana). Así, el hecho debe ser la condición
necesaria para la comisión del ilícito.
(i) Acción
267
Ibíd. pp. 373.
268
BULLEMORE, Vivian; MACKINNON, John. Curso de Derecho Penal. Tomo III, Ediciones Lexis Nexis,
2005. pp. 3
269
Ídem.
83
De esta forma se excluyen como acción (y como delito) los actos cometidos por una
fuerza física irresistible, los actos de reflejo y aquellos que han sido ejecutados en el sueño
o la inconsciencia.
(ii) Tipicidad
Para que exista un delito sancionado por el Derecho Penal es necesario que la
conducta se encuentre tipificada, esto quiere decir que la conducta a sancionar debe estar
tanto mencionada como regulada en la ley, con lo cual la tipicidad dice relación con el
hecho de que la conducta a sancionar pueda ser subsumida en la descripción y regulación
legal270. Cabe mencionar y señalar que la única fuente capaz de crear un delito en materia
penal es la ley, no siendo posible encontrar delitos en reglamentos, actos judiciales,
contratos, costumbre, etc.
La tipicidad en materia penal tiene dos dimensiones:
a) Tipo objetivo: la acción debe coincidir con la descripción legal. Para ello debe
cometerse el mismo verbo rector señalado en la norma legal. Junto con ello, si
ésta además ha establecido modalidades especiales271 (como el sujeto, objeto,
lugar y forma) éstas también deben cumplirse.
b) Tipo subjetivo: la acción en materia penal debe ser cometida con dolo. El dolo
en Derecho Penal se define como el querer y el saber que se está cometiendo un
delito272. Si no hay dolo, no hay delito. Como regla general, las acciones que se
cometen con culpa, es decir con imprudencia, negligencia o impericia273 no son
sancionados, a menos que la ley expresamente lo haya establecido, en cuyo caso
estamos en presencia de cuasidelitos penales.
(iii) Antijuricidad
270
Ibíd. pp. 9.
271
Ibíd. pp. 20-21.
272
Ibíd. pp. 31.
273
Ibíd. pp. 40.
84
Esto consiste en que la realización del tipo penal debe estar prohibida o mejor dicha
no expresamente permitida274. Lo anterior debido a que el Derecho Penal contempla
causales de justificación, esto es autorizaciones legales para realizar ciertas conductas
típicas275, lo cual por los fines que cumple implicará que se excluye la posibilidad que esa
conducta pueda ser calificada como delito en materia penal.
Así, los actos cometidos con legítima defensa, estado de necesidad, cumplimiento
de un deber o ejercicio legítimo de un derecho excluyen el elemento antijurídico y con ello
al delito.
(iv) Culpabilidad
Finalmente, para que la conducta pueda ser calificada como delito debe recaer sobre
ella un juicio de valor negativo, es decir, que ésta debe ser reprochable a quien comete la
conducta, con lo cual el actuar debe ser atribuido a alguien con la capacidad y posibilidad
de motivarse por el Derecho276, ósea que sea alguien que pueda ajustar su comportamiento
a la norma jurídica que establece un delito.
Así, no se sancionan los actos penales de los inimputables (como quienes están bajo
enajenación mental, los menores de edad y quienes están privados total o parcialmente de la
razón), tenga un error de prohibición (es decir, inconsciencia de la ilicitud) o bien no se
pueda exigir una conducta conforme a Derecho (fuerza moral irresistible, miedo
insuperable, encubrimiento de parientes y obediencia debida).
274
Ibíd. pp. 48.
275
Ídem.
276
Ibíd. 73-74.
85
- El delito penal tiene una aplicación más restrictiva, toda vez que aquello que
determina su existencia es la tipicidad, es decir que esté descrito y regulado en la
ley; en cambio el delito civil tiene una aplicación más amplia, toda vez que
aquello que determina su existencia es el daño inferido a otro277.
- Es posible concebir delitos penales que no tengan o nadie sufra daño; en cambio
no es posible concebir un delito civil en el cual no haya una víctima que sufra
daño.
- En materia penal no se concibe un delito que no esté tipificado ni regulado por
la ley; en cambio en materia civil no es necesario que el delito esté regulado en
la ley.
- El delito penal mira y protege un interés general de la sociedad; en cambio el
delito civil proteger intereses particulares de las víctimas al buscar la reparación
de su daño278.
3. Responsabilidad
277
ABELIUK MANASEVICH, René. Las obligaciones (Vol. 1). Óp. Cit. pp. 123.
278
Ídem.
279
NINO, Carlos Santiago. Introducción al análisis del derecho. Óp. Cit. pp. 187.
86
Esta dice relación en torno al individuo que comete el hecho que es sancionado por
la norma.
a) Responsabilidad directa: es aquella con la cual es posible sancionar a quien
cometió el acto o delito que sirve de antecedente que es objeto de la sanción280.
b) Responsabilidad indirecta o vicaria: es aquella que permite hacer responsable al
sujeto por la conducta cometida por un tercero281.
280
Ídem.
281
Ídem.
282
Ibíd. pp. 189.
283
Ídem.
87
4. Deber jurídico
Así, Kelsen define al deber jurídico como “la conducta opuesta a la acción
antijurídica”284. Conforme nos señala, lo opuesto no es sinónimo de lo contrario285, toda vez
que, por ejemplo, en responsabilidad civil el contrario a dañar es reparar o indemnizar los
perjuicios, pero el deber jurídico consiste en el “no dañar”, dado que esto es lo opuesto. En
relación con lo anterior para que exista un deber jurídico es necesario que éste esté
contemplado en una norma jurídica que sea válida que contemple una sanción en caso de
realizar la conducta opuesta, es decir el acto antijurídico286.
A su vez, Kelsen señala que es fundamental que la conducta opuesta al deber
jurídico tenga una sanción contemplada287. Sin embargo, cabe señalar que no es necesario
que la sanción en cuestión sea el exigir el cumplimiento de forma forzada del deber
jurídico, dado que existen conductas en los cuales esto no es posible. Sin embargo, sigue
siendo deber jurídico si se contempla una sanción. Así por ejemplo, en materia penal, como
regla general, no es posible ante la comisión de delitos exigir el cumplimiento forzado del
deber, sin embargo, el delito sí tiene sanciones (las penas establecidas en la ley), lo mismo
ocurre como regla general con las sanciones en Derecho de Familia.
En aquellos casos en que el deber jurídico pueda o sea susceptible de ser exigido por
la fuerza, éste adquiere ciertas características particulares que se estudiarán al momento de
analizar el concepto de obligación.
5. Derecho Subjetivo
284
Ibíd. pp. 192.
285
Ídem.
286
Ídem.
287
Ibíd. pp. 193.
89
más que una manifestación del mismo Derecho Objetivo288 y establece desde ese punto de
vista, en el uso del lenguaje el Derecho usa distintas nociones en cuanto a cómo se
manifiesta esta idea.
288
Ibíd. pp. 198.
289
Ídem.
290
Ibíd. pp. 201.
291
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 301.
90
En esta visión entre en juego la relación entre deber jurídico y derecho subjetivo,
dado que conforme a ella se establece que el titular del derecho subjetivo tiene el derecho a
exigirle una conducta positiva, es decir un actuar al que tiene un deber jurídico, existiendo
entonces una relación jurídica entre ambos, dado que el derecho subjetivo es concebido
como un reflejo del deber jurídico292. Así, frases como “el vendedor tiene derecho a exigirle
el pago del precio al comprador”, “El estudiante tiene derecho a exigirle una respuesta al
profesor por la pregunta realizada”, son una manifestación de esta visión toda vez que el
titular del derecho subjetivo, en los ejemplos, el vendedor y el estudiante tienen la potestad
de exigir el cumplimiento del deber jurídico al titular de éste.
Esta noción un tanto más técnica dice relación con la posibilidad de que el individuo
pueda recurrir a la organización judicial con el fin de poder exigir un pronunciamiento o el
292
Ibíd. pp. 202-203.
293
Ibíd. pp. 203-204.
294
Ibíd. pp. 204.
91
cumplimiento del deber jurídico que nace como correlato del derecho subjetivo del cual es
titular el individuo, existiendo éste último de forma independiente a la acción invocada.
Así, por ejemplo frases como “la Tesorería General de la República tiene derecho a cobrar
los impuestos impagos” o “el comprador tiene derecho a exigirle al vendedor la entrega del
bien vendido por el embargo” son algunas manifestaciones que dicen relación con la
exigencia que se hará en tribunales de dicho derecho emanado para reclamar las sanciones
correspondientes.
F) Derechos políticos
6. Obligación
295
Ibíd. pp. 206-207.
92
no hacer algo”296. De esta forma, la noción de lo que se comprende por obligación es más
restrictiva.
Desde este punto de vista, la obligación se caracteriza en primer lugar por establecer
un vínculo por medio del cual hay un acreedor que es el titular del derecho subjetivo a
realizar y por otro lado de un deudor quien se encuentra en la necesidad de tener una
conducta en favor del acreedor. En segundo lugar también se aprecia que ésta por tener una
prestación consistente en el dar, hacer o no hacer algo en favor del acreedor. Esta
prestación es exclusivamente de carácter patrimonial, es decir que puede ser apreciada en
dinero.
Lo anterior trae una característica que es fundamental, consistente en que debido a
su carácter pecuniario es posible exigir el cumplimiento de la obligación por la fuerza, a
través de la ejecución forzada, lo que la diferencia de otros deberes jurídicos que, si bien
traen consigo una sanción ésta no es el cumplimiento forzado de dichos deberes. Sólo a
modo de ejemplo, el matrimonio genera una serie de deberes, destaco entre ellos el deber
de fidelidad consistente en abstenerse de tener relaciones sentimentales con alguien que no
sea el cónyuge, pero si uno de los cónyuges incumple este deber podrá dar lugar a ciertas
sanciones que la ley contempla, pero en caso alguno sería posible exigir la ejecución
forzada del deber; en cambio en una compraventa al ser pecuniarias sus obligaciones es
posible pedir el pago por la fuerza de las obligaciones que de ella emanan.
Las fuentes que dan origen a las obligaciones están reguladas en el artículo 1437 del
Código Civil, el cual señala: “Las obligaciones nacen, ya del concurso real de las
voluntades de dos o más personas, como los contratos o convenciones; ya de un hecho
voluntario de la persona que se obliga, como en la aceptación de una herencia o legado y en
todos los cuasicontratos; ya a consecuencia de un hecho que ha inferido injuria o daño a
otra persona, como en los delitos y cuasidelitos; ya por disposición de la ley, como entre los
padres y los hijos sujetos a patria potestad”.
En virtud de lo anterior se señala que las fuentes de las obligaciones son: (i) la ley;
(ii) el contrato; (iii) el cuasicontrato; (iv) el delito; y (v) el cuasidelito.
7. Capacidad jurídica
296
ABELIUK MANASEVICH, René. Las obligaciones (Vol. 1). Óp. Cit. pp. 14.
93
La capacidad en materia civil puede ser concebida como el atributo legal a ser titular
de derechos subjetivos y obligaciones y a ejercer dichos derechos y obligaciones por sí
mismo sin el ministerio de otro. Así, la capacidad en Derecho Civil tiene una doble
dimensión:
a) Capacidad de goce: consistente en el atributo de ser titular de derechos y
obligaciones, lo cual es inherente a toda persona por el hecho de serlo, sin existir
en Chile incapacidades de goce genéricas298, sólo específicas como por ejemplo
en materia sucesoria.
b) Capacidad de ejercicio: consistente en la habilitación para ejercer los derechos
por sí mismo299. En Chile, como regla general todos son capaces de ejercicio
con excepción de ciertas personas que sólo pueden actuar a la vida del Derecho
de forma representada (incapaces absolutos que son el impúber, el loco o
demente y el sordo o sordomudo que no puede darse a entender claramente) o
bien quienes pueden hacerlo sólo en la medida que sean autorizados por su
representante legal (incapaces relativos que son el menor adulto y el interdicto
por disipación).
En el capítulo de personas se profundizará en este punto.
297
NINO, Carlos Santiago. Introducción al análisis del derecho. Óp. Cit. pp. 221.
298
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho civil: parte general. Óp. Cit. pp. 122.
299
Ídem.
94
8. Competencia
300
NINO, Carlos Santiago. Introducción al análisis del derecho. Óp. Cit. pp. 222-223.
301
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 14.
95
9. Persona
A) Personas Naturales
Conforme al artículo 55 del Código Civil son personas naturales todo individuo de
la especie humana independiente de su edad, sexo, estirpe o condición. De esta manera,
cualquier ser humano en la actualidad, por el hecho de serlo es ser humano, por lo demás
hoy no existe la esclavitud ni estamentos en la sociedad chilena. La personalidad natural es
adquirida con el nacimiento y se extingue con la muerte, durante toda la vida de la persona
entre esos intervalos el ser humano tiene la condición de persona, lo cual es sumamente
302
MATURANA MIQUEL, Cristián. Derecho Procesal Orgánico. Parte General. Facultad de Derecho,
Universidad de Chile, 2015. pp. 249.
303
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 111.
96
relevante, ya que esto le permite ser titular de derechos y obligaciones como sujeto de
Derecho en una relación jurídica304.
B) Personas jurídicas
Finalmente, cabe mencionar que las reglas o comportamientos humanos que son
básicos, típicos y reiterados que crean o se ajustan a determinados modelos o esquemas
delineados por un conjunto de normas reciben el nombre de institución jurídica308. Junto
304
Ibíd. pp. 112-113.
305
Ibíd. pp. 157.
306
Ibíd. pp. 159.
307
Ídem.
308
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 20.
97
con ello, recibe también este nombre el conjunto de normas que regula esos
comportamientos o relaciones en sus diversas etapas o fases309.
De esta forma, cada norma cumple en el sistema un fin de comportamiento y, en la
medida que pertenece a una institución ésta cumple la función que se encuentra establecida
en ella. Así, el legislador ha establecido que cierto conjunto de normas cumpla una función
en el ordenamiento jurídico con cierta estructura.
Así, a modo de ejemplo, el Código Civil establece al contrato como una institución
jurídica que tiene ciertas características y funciones. Pues bien, las normas que forman
parte de ésta están destinadas a cumplir con la función establecida por el legislador. A su
vez, esta función permite clarificar el entendimiento de la institución310 y su lógica de
funcionamiento en el ordenamiento jurídico.
309
Ídem.
310
Ídem.
98
Capítulo II
Teoría de la Norma Jurídica
I. Las normas
El ser humano como ser social se encuentra dotado a diferencia de los otros seres
vivos una voluntad libre. En ese sentido, en su actuar interactúa su inteligencia, es decir la
capacidad de tomar la información del mundo a través de la intuición y la sensación para
extraer conclusiones y entender la realidad, en conjunto con la voluntad individual,
entendida como un libre querer o no algo. Desde ese punto de vista se entiende por “acto
humano” el que combina esos dos elementos. Claramente, es imposible que la totalidad de
las acciones que son realizadas por una persona puedan eso sí, estar combinada con ambos
elementos.
Desde ese punto de vista, Máximo Pacheco nos señala que existen, en base a lo
anterior cuatro grandes tipos de actuar humano: (i) los simplemente naturales; (ii) del
hombre; (iii) violentos y (iv) humanos311.
a) Actos simplemente naturales: aquellos que proceden de las potencias sensoriales y
vegetativas del ser humano312. Sobre éstas, claramente, el ser humano no posee
control de ellos y se manifiestan de forma espontánea. Son por ejemplo, la
respiración, el sueño, la nutrición, el nacimiento, la circulación de la sangre, etc.
b) Actos del hombre313: aquellos que proceden sin voluntad humana, ni deliberación
alguna, dado que éste se encuentra privado de razón314, ya sea de forma total o
transitoria. Estos son los actos del demente, el drogado, el ebrio, el sonámbulo, los
actos en sueño, etc.
311
PACHECO GÓMEZ, Máximo. Teoría del Derecho. Óp. Cit. pp. 32
312
Ídem.
313
Para estos efectos, entiéndase por “hombres” un sentido genérico de la palabra que abarque todo individuo
de la especie humana,
314
Ídem.
99
c) Actos violentos: aquellos que realiza el ser humano que está siendo coaccionado,
con lo cual realiza el acto contra su voluntad315. Por ejemplo, el que ha sido
intimidado o amenazado para que tenga una determinada conducta.
d) Actos humanos: aquellos que son realizados por el ser humano con todas sus
facultades racionales, es decir deliberando y advirtiendo del hecho.
Naturalmente y dado que el acto humano es el único en el cual los seres humanos
tienen un total control y responsabilidad de su actuar316, pueden ser sujetos de ser objeto de
normas. En ese sentido, estos son el objeto material sobre el cual recaerá una norma de
cualquier tipo.
1. El Acto Humano
En base a lo anterior, es posible establecer que el acto humano es aquel que procede
de la voluntad libre, es decir que en él concurre tanto la inteligencia como la voluntad317 y,
en consecuencia, lo diferencia de los actos de otros seres vivientes y de los demás actos
pueden realizar los seres humanos. Máximo Pacheco nos señala que éstos son una
manifestación directa de la dignidad humana318.
Al respecto, este autor nos distingue entre los actos humanos internos o
simplemente actos y los actos humanos externos o también llamadas acciones.
a) Acto humano interno: También se le denomina simplemente “acto”. Son
aquellos que el ser humano realiza únicamente en su intimidad, accionando en
su interior psíquico y físico319. Básicamente, consisten en los deseos y
reflexiones que cada ser humano realiza en su día a día.
b) Acto humano externo: También se le denomina “acción”. Consisten en
aquellos que permiten dar efectividad al acto hacia el exterior a través del uso de
su propio organismo320. De esta forma, el ser humano proyecta su interioridad y
le permite conectarla con el medio objetivo y realidad externa del mundo que se
315
Ídem.
316
Ídem.
317
Ídem.
318
Ídem.
319
Ídem.
320
Ídem.
100
le presenta321. Así, van desde las cosas más básicas cómo pueden ser comer,
leer, sentarse, tomar algo, etc. hasta situaciones más complejas como son
celebrar un contrato, contraer matrimonio, votar, asumir un cargo, etc.
Al respecto, Máximo Pacheco nos señala que existe una importante relación entre
ambos tipos de acto. De partida, ambos se caracterizan por ser actos de carácter humano 322.
Pero la relación no se queda en eso, sino que va más allá, dado que las acciones suelen ser
dependientes y derivadas de los actos. Lo anterior toda vez que la acción va dirigida por la
libertad (que se entiende para estos efectos como el ejercicio de una voluntad libre,
desprovista de toda coacción o limitación a ella) y el intelecto (entendido como la
apreciación a través de la sensación y la intuición) que se encuentra presente en el acto
interno323.
En base a ello es posible realizar la siguiente deducción: el acto humano es el que se
compone tanto de un acto como de una acción; en el sentido de que la acción se manifiesta
como la concreción del acto en el mundo real y externo, siendo por lo tanto la acción
gobernada por el acto. Lo anterior desde situaciones que pueden ser calificadas como
simples y cotidianas hasta complejas. Por ejemplo, si una persona opta por comer algún
alimento se asume que su intelecto y su voluntad han optado y decidido en el caso concreto
que desean alimentarse en base a la comida escogida; si una persona va a celebrar un
contrato lo hace para que sea válido bajo su voluntad libre y habiendo decidido la
celebración del acto en cuestión. Y así pueden pensarse múltiples hipótesis.
Máximo Pacheco nos indica que todo acto humano, sin importar la clasificación
posee tres elementos principales que lo constituyen: (i) el elemento cognoscitivo; (ii) el
elemento volitivo y (iii) el elemento ejecutivo324. Por otro lado, el acto humano para que
pueda ser apreciado y valorado como tal es necesario tener presente puede dar lugar a
responsabilidad y por otro lado el grado y nivel de imputabilidad de la persona que lo
comete325. Esos son los elementos que analizaremos a continuación para entender la
constitución y efectos del acto humano como tal.
321
Ídem.
322
Ídem.
323
Ídem.
324
Ibíd. pp. 33-34.
325
Ídem.
101
Tal como señalamos anteriormente, los elementos del acto humano según lo señala
Máximo Pacheco son el cognoscitivo, el volitivo y el ejecutivo. A continuación,
presentamos la descripción de cada uno de ellos.
326
Ibíd. pp. 33.
327
Ídem.
328
Ídem.
329
Ídem.
330
Ídem.
331
Ídem.
102
Por este elemento se nos señala que éste es la influencia que tiene la voluntad o bien
como ésta se ejerce en el acto humano en cuestión334. Se vincula, en consecuencia, con el
libre querer o no querer algo.
Se nos señala, entonces, que parte desde un inicio y un principio del conocimiento
del fin y de la situación, para luego inclinar su actuar hacia el fin que se desea o quiere,
siendo esta inclinación hacia ella de carácter libre, teniendo conocimiento del fin hacia el
cual se dirige este actuar335.
Máximo Pacheco nos señala que la acción de carácter libre se opone a la de modo
de obrar necesario, es decir se excluye la determinación del actuar o la necesidad de éste.
Por lo anterior se concibe al ser humano como dueño de sus propias acciones y con
potestad para poder determinar su contenido y las formas en las cuales se ejecuta éste en el
mundo exterior336.
Máximo Pacheco nos señala que los principales impedimentos que puede tener este
elemento son dos: las pasiones y el miedo.
- Pasiones: entendidas como perturbaciones del ánimo que se producen por
afectos intensos y permanentes que paralizan y/o desvían la voluntad humana,
ya que se oponen y confunden a la recta razón337. Pacheco señala que si éstas
son de carácter voluntarias y deliberadas operarán como una agravante de la
332
Ídem.
333
Ídem.
334
Ídem.
335
Ídem.
336
Ídem.
337
Ídem.
103
B) Imputabilidad y responsabilidad
El acto humano tiene en sí como condición necesaria para su actuar que exista
imputabilidad del que lo comete y su efecto es la responsabilidad de dicho sujeto en su
actuar en el caso concreto.
La imputabilidad parte del supuesto de que los seres humanos actúan bajo libertad y
por lo tanto el origen de sus actos así como los efectos que emanan de éste le pueden ser
338
Ídem.
339
Ídem.
340
Ibíd. pp. 34.
341
Ídem.
104
imputables a éste tanto la génesis de dichos actos así como los efectos que emanan de aquel
en cuestión342.
En ese sentido, la imputabilidad consiste en poder atribuir a quien ejecutó el acto
humano a quien lo ejecuta, tanto de forma física como de forma moral343. Máximo Pacheco
entiende por imputabilidad física el considerar al agente como la única causa material o
física del acto en cuestión344; en cambio la imputabilidad moral dice relación con el grado o
conocimiento con el cual este sujeto actuó345.
En base a lo anterior, a quien actúa con advertencia y libertad es moralmente
imputable de sus actos y sus efectos. Así, Pacheco señala que la imputabilidad moral
consiste en el conjunto de condiciones necesarias para que el acto pueda y deba ser
atribuido voluntariamente a quien lo ejecuta de forma libre y espontánea, siendo éste la
causa eficiente del acto346.
Cabe señalar que en Derecho Civil existe una regulación de la imputabilidad en
torno a las normas de capacidad, tanto en materia contractual y extracontractual, contenidas
en el Código Civil. En cambio, en Derecho Penal existe otra regula la imputabilidad en el
Código Penal estableciéndola como las normas de inimputabilidad. Tanto en materia Civil
como Penal se funciona bajo una lógica parecida: todos los seres humanos son civilmente
capaces y/o penalmente imputables, con excepción de a quienes la ley declara civilmente
incapaces y/o penalmente inimputables.
En cuanto a la responsabilidad, se parte del supuesto de que un ser humano que es
libre e imputable se hace cargo de las consecuencias que emanan de sus actos, lo que se
traduce en que responde de éstos al resto de la sociedad, tanto de sus consecuencias que le
resultan favorables como aquellas que le son perjudiciales, de sus actos libres347. Así, existe
una relación directa entre responsabilidad e imputabilidad, ya que la primera resulta ser la
consecuencia necesaria de la segunda348.
Máximo Pacheco señala que en materia de responsabilidad hay una retribución por
parte de la sociedad hacia el individuo que como parte de ésta realiza un acto, ya sea a
342
Ídem.
343
Ídem.
344
Ídem.
345
Ídem.
346
Ídem.
347
Ibíd. pp. 34-35.
348
Ídem.
105
través del premio o del castigo que emana del acto, todo lo cual es producto de la vida en
sociedad y sus relaciones en cuestión349. Por lo demás, esta responsabilidad abarca tanto a
los hechos como las omisiones según sea el caso350.
Máximo Pacheco nos señala que el ser humano no solamente es responsable de los
actos como una conclusión en sí, sino que también de los medios con los cuales llega a esta
conclusión y fines351, de modo tal que desde el punto de vista jurídico no es posible para
conseguir un fin lícito valerse de medios ilícitos ni viceversa, sin esperar ser responsable de
aquello.
Nos remitimos a lo señalado anteriormente en cómo tanto el Derecho Civil como el
Derecho Penal entienden a la responsabilidad en cada disciplina.
349
Ídem.
350
Ídem.
351
Ídem.
352
NINO, Carlos Santiago. Introducción al análisis del derecho. Óp. Cit. pp. 63.
106
353
Ídem.
354
Ibíd. pp. 64.
355
Ídem.
356
Ídem.
107
El uso directivo o prescriptivo del lenguaje se puede caracterizar por (i) busca
influir en el comportamiento ajeno; (ii) no se puede confirmar o refutar su veracidad o
falsedad; (iii) pueden usar tanto el modo imperativo como el modo indicativo.
357
Ídem.
358
Ídem.
359
Ídem.
360
Ídem.
361
Ídem.
108
En su esencia está que tiene como objetivo el buscar generar una influencia en el
comportamiento ajeno, de tal manera que están en miras de lograr en que alguien haga algo
o deje de hacer algo, según sea aquello que prescriba o establezca el emisor al hacer uso de
su lenguaje de forma prescriptiva o directiva362. Sin embargo, resulta ser indiferente el
hecho de si se cumple o no con el objetivo, lo determinante es que sean hechas con la
finalidad de realizar esa influencia en el comportamiento ajeno363.
Carlos Santiago Nino señala que lo fundamental es la intención de generar la
influencia en la conducta para que pueda ser considerada uso prescriptivo del lenguaje364,
de modo tal que no pueden ser consideradas manifestaciones del uso normativo aquellas
que son hechas de forma poco seria (como en una obra de teatro, en frases retóricas,
aquellas que se saben que no se pueden cumplir, las que se hacen de broma, las que se
hacen con ironía o cualquier otra situación por el estilo).
362
Ídem.
363
Ídem.
364
Ídem.
365
Ibíd. pp. 65.
366
Ídem.
109
La expresión lingüística no depende, como podría pensarse, del modo en que se usa.
Con lo cual, es posible concebir a este uso del lenguaje tanto en el modo imperativo como
en el modo indicativo367. Generalmente, las directrices o prescripciones suelen ir
acompañadas con el modo imperativo del lenguaje, ya que éste cuadra bien sin embargo, en
muchas ocasiones puede también recurrirse al modo indicativo para realizar este uso 368. Por
ejemplo, uno podría formular la siguiente oración “para aprobar los exámenes, usted debe
estudiar” es una frase que recurre al modo imperativo; sin embargo, la misma idea podría
manifestarse de la siguiente forma “para aprobar los exámenes, estudiar es recomendable”
es uso del modo indicativo. De esta manera, en ambas oraciones se está haciendo uso
directivo o prescriptivo; no obstante, se está recurriendo a dos modos distintos.
Carlos Santiago Nino señala que se pueden recurrir expresiones que pueden ser
consideradas como deónticas, tales como esto es prohibido, permitida, ordenada, etc.369.
También es posible recurrir a ciertas frases que son consideradas como modales, tales como
posible, necesarios, imposible, etc.370. En otros casos se puede recurrir, nos señala, a
expresiones operativas del lenguaje, tales como “te ordeno”, “le ruego”, “le pido”, “te
sugiero”, “te exijo”, etc. Sin embargo, el mismo Nino nos señala que nada de lo anterior es
una condición necesaria para que estemos en presencia del uso directivo o prescriptivo.
Las normas son la forma que tiene mayor fuerza de todas las modalidades posibles
que puede adquirir el uso directivo o prescriptivo del lenguaje, en palabras de Carlos
Santiago Nino371. Estos son las órdenes, mandatos, imposiciones, etc., los cuales son
asemejados como sinónimos de “prescripciones” habitualmente372, soliendo hacer
sinónimos estos términos.
367
Ídem.
368
Ídem.
369
Ídem.
370
Ídem.
371
Ídem.
372
Ibíd. pp. 66.
110
373
Ídem.
374
Ídem.
375
Ídem.
376
Ídem.
377
Ídem.
378
Ídem.
379
Ibíd. pp. 67.
111
380
PACHECO GÓMEZ, Máximo. Teoría del Derecho. Óp. Cit. pp. 35.
381
Ibíd. pp. 36.
382
Ídem.
383
Ídem.
384
Ídem.
385
Ídem.
386
Ídem.
112
387
Ídem.
388
Ídem.
389
Ibíd. pp. 37
390
Ídem.
391
Ídem.
392
Ídem.
393
Ibíd. pp. 38-40.
113
El filósofo y estudioso de la lógica Georg Henrki Von Wright propone que las
normas pueden ser clasificadas en los distintos sentidos que adquiere la palabra “norma” y
que, si bien no tienen exactamente todos los elementos en común, sí se encuentran
relacionadas entre sí de forma estrecha394. Así, este autor propone distinguir entre normas
que son de carácter principal y normas que son secundarias395.
Georg Henrik Von Wright estima que las normas que son calificadas como
principales son: (i) las reglas definitorias o determinativas, (ii) las directivas o reglas
técnicas, y (iii) las prescripciones396.
394
NINO, Carlos Santiago. Introducción al análisis del derecho. Loc. Cit. pp. 67.
395
Ídem.
396
Ibíd. pp. 67-68.
114
Estas reglas o normas son aquellas que determinan o definen el cómo se realiza una
actividad397. De esta forma, si alguien decidiese o quisiese hacer una actividad que tiene sus
reglas de cómo realizarla, éstas se encuentran caracterizadas bajo esta categoría de normas
principales. Von Wright incluye en esta categoría a las reglas de los juegos, las reglas del
lenguaje y las de la matemática398.
Así, por ejemplo, en las reglas de los juegos se establecen los pasos a seguir y las
instrucciones con las cuales se procede para realizar una actividad determinada y que cosas
son permitidas y cuáles no. Por ejemplo, el fútbol, el ajedrez, el atletismo, los juegos de
mesa, las carreras, etc., son todas actividades que tienen una normativa en cómo proceder y
actuar.
Lo mismo ocurre con el lenguaje, para hablar correctamente un determinado idioma
se tienen reglas de vocabulario, gramática y ortografía que deben ser respetadas para poder
decir y señalar que se está hablando de forma correcta un idioma determinado. Lo mismo
con las matemáticas, ya que la aritmética, la geometría, el álgebra y el cálculo son todas
disciplinas que tienen una normativa en cómo proceder y actuar para desempeñar
correctamente esta actividad.
La pregunta entonces que puede surgir es ¿Qué ocurre si no se siguen las reglas o
normas establecidas de este caso? La respuesta a aquello es que simplemente no se está
realizando la actividad399. Por ejemplo, si alguien quiere jugar a las cartas y no sigue las
reglas de éstas y las altera, no está jugando al juego correspondiente; sin embargo, está
realizando quizás un juego distinto. Lo mismo con el idioma, si alguien no sigue las reglas
del lenguaje de un idioma correspondiente no habla dicho idioma, sin embargo, puede
hablar uno distinto o un dialecto.
397
Ídem.
398
Ídem.
399
Ídem.
115
Estas reglas se encargan de indicar los medios para alcanzar un fin específico o
determinado400. De esta manera, ellas no buscan dirigir ni inducir de manera alguna la
voluntad del receptor, sino que le indican cómo lograr un objetivo propuesto. Dicho de otra
manera, la voluntad del receptor de estas reglas tiene su voluntad en el objetivo o fin que se
propone, de manera tal que las directivas están condicionadas a la voluntad y al objetivo del
quien recibe las normas401.
La estructura de estas reglas se compone primeramente de una proposición
anankástica, que consiste en una proposición descriptiva del objetivo preestablecido 402 (por
ejemplo, “si usted quiere hacer funcionar un computador”, “si usted quiere preparar una
torta”, “si usted quiere construir una mesa”, etc. Ésta se plantea como hipotética, dado que
puede ser verdadera o falsa403. Luego de esto vienen los enunciados, instrucciones y/o
pasos a seguir para lograr el objetivo señalado en la proposición anankástica. Sobre estas
últimas, en cambio, no es posible afirmar su veracidad o falsedad404.
Algunos ejemplos de este tipo de reglas son las recetas de cocinas, los manuales de
uso de algún aparato u objeto, las instrucciones para la construcción o fabricación de algo,
las guías de alguna actividad práctica, etc.
Ante la duda de cuál sería el efecto de un posible incumplimiento de las reglas
técnicas que se indican para una actividad específica, la respuesta será que no se puede
realizar ni lograr el objetivo establecido en la proposición anankástica.
Conforme a la descripción establecida por Georg Henrik Von Wright ésta normas
tienen ciertos elementos que la caracterizan, los cuales consisten en que son que emanan de
una autoridad normativa, siendo destinadas a un sujeto normativo. Además, ellas están
promulgadas por la misma autoridad de quien emana y, en caso de incumplimiento, se
contempla una sanción o amenaza de castigo405.
400
Ibíd. pp. 68.
401
Ídem.
402
Ídem.
403
Ídem.
404
Ídem.
405
Ibíd. pp. 68-69.
116
Georg Henrik Von Wright estima que las normas que pueden ser calificadas o
caracterizadas como secundarias son: (i) las normas ideales, (ii) las costumbres y (iii) las
normas morales406.
Este tipo de normas buscan establecer un modelo o patrón a seguir de forma óptima
dentro de una especie407. De esta manera, éstas no indican acciones o procedimientos
específicos a seguir, sino el ideal de éstos408. De esta forma, estas normas se encargan de
enseñar las virtudes que son las características que se deben seguir o tener en una actividad
específica determinada409.
Algunos ejemplos de éstos son los códigos de ética profesional (indican como ser un
buen profesional), los modelos o guías estudiantiles (señalan el ser un buen estudiante), la
lex artis, etc.
Este tipo de normas se asemejan a las reglas técnicas en el sentido que indican cómo
conseguir un objetivo específico y determinado410; a su vez, se parecen a las reglas
determinativas en el sentido de que nos definen y establecen un modelo a seguir411.
El no seguir con estas normas implica que no se estará cumpliendo con el ideal
como efecto, salvo que alguna autoridad normativa haya establecido a las normas ideales
como prescripciones (como suele ocurrir con los códigos de ética profesional y los
reglamentos estudiantiles), en cuyo caso serán sancionados según ésta.
406
Ibíd. pp. 69.
407
Ídem.
408
Ídem.
409
Ídem.
410
Ídem.
411
Ídem.
117
Éstas consisten en hábitos de conducta que son hechos con cierta regularidad por los
individuos en circunstancias análogas412. Este tipo de hábitos413 tiene como característica
esencial el hecho de que son de carácter social, es decir que estas conductas integradas en la
conciencia hace que sean compartidas por la generalidad de la comunidad de la que forman
parte414.
El incumplimiento o no seguimiento a estas costumbres traerá como consecuencia
gravosa para su infractor una crítica y/o reproche social por parte de la comunidad de la que
éste forma parte415.
Las costumbres se asemejan a las prescripciones en el sentido de que llevan
aparejadas una presión normativa, un carácter compulsivo en su desarrollo416. Sin embargo,
se diferencian de éstas en que no emanan de alguna autoridad normativa determinada, sino
que su origen está en la comunidad, son entonces “prescripciones anónimas”.417 Asimismo,
tampoco necesitan un acto de promulgación por parte de ninguna autoridad, ya que surgen
de forma espontánea, son en ese sentido “prescripciones implícitas”418.
Junto con lo anterior, es posible establecer semejanzas entre ellas y las reglas
determinativas, toda vez que se encargan, en cierta medida de definir a una comunidad y
sus características diferenciándola de otras419.
412
Ídem.
413
Y que lo distingue de otros.
414
Ídem.
415
Ídem.
416
Ídem.
417
Ídem.
418
Ídem.
419
Ídem.
118
420
Ibíd. pp. 70.
421
Ídem.
422
Ídem.
423
Ídem.
424
Ídem.
425
Ibíd. pp. 70-71.
426
Ídem.
427
Ídem.
428
Ídem.
429
Ídem.
119
características y elementos de las prescripciones son los siguientes: (i) carácter, (ii)
contenido, (iii) condición de aplicación, (iv) autoridad, (v) sujeto, (vi) ocasión, (vii)
promulgación y (viii) sanción430.
Von Wright señala que el carácter, contenido y condición de aplicación son el
núcleo normativo, es decir la estructura lógica de la norma431. En cambio, la autoridad, el
sujeto y la ocasión son los elementos distintivos de la prescripción de las otras normas432.
Finalmente la promulgación y la sanción sirven para definir a la prescripción, pero no
componen a ésta433.
A continuación, los elementos de la prescripción son:
(i) Carácter
(ii) Contenido
430
Ibíd. pp. 71.
431
Ídem.
432
Ídem.
433
Ídem.
434
Ibíd. pp. 72.
435
Ídem.
436
Ídem.
120
Consisten en las acciones y/o actividades que una norma declara imperativo,
prohibido o permitido437. Éstas tienen que provocar, conforme lo señala Von Wright, en un
cambio en el mundo exterior o interferir de alguna manera en éste438. En ese sentido, las
acciones o actividades pueden ser vistas en un sentido positivo, es decir que implican un
imperativo, prohibición o permisión de hacer algo o bien negativo, es de realizar una
omisión, es decir abstenerse de hacer algo.
Por ejemplo, si se señala “quien fume en lugares públicos cerrados, será sancionado
con una multa”, se indica entonces que el carácter de esta norma es prohibitiva, toda vez
que manda a no hacer algo y su contenido consiste en la actividad en cuestión, en este caso
consistente en fumar. Otro ejemplo, si se señala “el deudor debe cumplir con lo pactado, de
lo contrario será embargado” se está indicando algo imperativo como carácter de la norma
y el contenido consiste en la actividad de pagar o cumplir con el contrato.
Ésta consiste en que debe darse una determinada oportunidad para que pueda
realizarse el contenido de la norma439. Estas condiciones de aplicación pueden ser
categóricas en el sentido de que sólo suponen condiciones para que haya oportunidad440, en
cambio son hipotéticas si además de la oportunidad establecen condiciones adicionales a
ésta441.
En el ejemplo anterior, si se señala “queda prohibido fumar” estamos en presencia
de una norma categórica, toda vez que supone como condición necesaria el hecho que haya
una persona que tenga a la mano un cigarro para que sea aplicable la norma. En cambio, si
se señala “si hay menores de edad presentes, se prohíbe fumar” está agregando una
condición adicional, consistente en que haya presencia de menores de edad.
(iv) Autoridad
437
Ibíd. pp. 73.
438
Ídem.
439
Ibíd. pp. 76.
440
Ídem.
441
Ídem.
121
Consiste en el agente que emite o dicta una determinada prescripción 442. Georg
Henrik Von Wright señala que se pueden clasificar estas normas en teónomas y positivas y
en heterónomas y autónomas443.
a) Teónomas y positivas:
- Teónomas: Emanan de la autoridad divina. Es decir, de Dios o los dioses según
sea la religión444.
- Positivas: Emanan de una autoridad humana445.
b) Heterónomas y autónomas:
- Heterónomas: La autoridad es alguien distinto al sujeto normativo446.
- Autónomas: La autoridad es el mismo sujeto normativo447.
442
Ídem.
443
Ídem.
444
Ídem.
445
Ídem.
446
Ídem.
447
Ídem.
448
Ibíd. pp. 77.
449
Ídem.
450
Ídem.
122
(vi) Ocasión
(vii) Promulgación
451
Ídem.
452
Ídem.
453
Ídem.
454
Ídem.
455
Ídem.
456
Ídem.
123
(viii) Sanción
457
Ídem.
458
Ibíd. pp. 77-78.
459
Ídem.
460
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 13.
461
Ídem.
462
Ídem.
463
Ídem.
464
Ídem.
124
validez de las normas se encuentra en su deber ser, no tanto en el hecho de si éstas normas
son cumplidas o no465. Así, posteriormente se analizarán los distintos tipos de normas y sus
características.
Conforme lo señala Máximo Pacheco las principales características de las normas
de conducta son:
a) Establecen una relación de deber ser entre un hecho antecedente (consistente en la
conducta dada) y un hecho consecuente que puede o no ocurrir. Es decir, no
anticipan los hechos, sino que aquello que debe ser cumplido466.
b) Es de su esencia que aquello que prescriba la norma pueda ser o no cumplido, así no
constituyen normas aquellos hechos que forzosa o necesariamente será realizado467.
Así, las leyes de la naturaleza, como la ley de gravedad por ejemplo, no constituyen
normas bajo estos parámetros.
c) La validez de las normas emana de su proceder intrínsecamente obligatorio,
buscando la realización de lo prescrito468.
A continuación analizaremos las normas de conducta más importantes de conducta
social.
1. Normas religiosas
465
Ídem.
466
PACHECO GÓMEZ, Máximo. Teoría del Derecho. Óp. Cit. pp. 40.
467
Ibíd. pp. 41.
468
Ibíd. pp. 41-42.
469
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 74.
125
normas viene dado ya sea por la presencia de textos revelados que contienen el modo de
proceder de esta conducta y/o viene presentado a partir de la prédica o enseñanza una
autoridad que se presenta como el sabio o erudito del dogma religioso, consistente
generalmente de un ministro, sacerdote, pastor, reverendo, etc.
En caso de incumplimiento de una norma religiosa, es la misma religión o credo la
que contempla las sanciones ante la inobservancia de la conducta prescrita por ella misma.
Por regla general estas sanciones serán o surtirán efectos en el mismo campo o ámbito
divino, con lo cual será Dios o los dioses quienes se encargarán de aplicar el
correspondiente castigo en el caso.
Cabe señalar que en los orígenes de la civilización y en gran parte de las normas
religiosas solían ser coincidentes con las normas jurídicas, generándose una confusión entre
ellas470. Esto ocurría en los Estados que eran considerados como Estados Teocráticos que
encontraban su fundamento en la divinidad, tales como las monarquías absolutas. Sin
embargo, a partir de las ideas de la Ilustración con las cuales surgió la idea del Estado de
Derecho, que encuentra su fundamento en la racionalidad y en la sujeción del Estado
mismo a la ley comienza a superarse la organización estatal teocrática para encontrarnos
con ordenamientos jurídicos estructurados bajo el Estado de Derecho en la actualidad471.
Existen casos en los cuales las normas religiosas pueden ser coincidentes con
normas morales y normas jurídicas472. A modo de ejemplo, la Biblia contempla en su libro
del Éxodo 20, 13 al mandamiento quinto que prescribe “No matarás” y la constituye como
una norma religiosa para cristianos, judíos, musulmanes y cualquier religión que encuentre
su fundamento en la Biblia. Sin embargo, nos atrevemos a decir que para la gran mayoría
de las personas esta norma también es un imperativo de carácter moral, transformándose en
una norma moral. Por otro lado, el Derecho Penal ha consagrado al homicidio como un
delito como sancionado. De esta forma, hay una coincidencia entre una norma religiosa con
una moral y una jurídica.
Sin embargo, a pesar de lo anterior, presentan entre sí una diferencia fundamental:
mientras que en la norma jurídica el vínculo se da entre el individuo y el Estado y en la
470
Ídem.
471
Cabe señalar eso sí que no obstante lo anterior, aún es posible encontrar en el mundo estados que revisten
el carácter de teocrático.
472
Ibíd. pp. 74-75.
126
2. Normas morales
La palabra “moral” tiene muchos significados que son necesarios aclarar para su
debida consideración.
a) Etimológicamente viene del latín mores, consistente en todo lo relativo a la
conducta humana, es decir coincidirían con las costumbres476. Desde ese punto
de vista sería el objeto de estudio de la sociología, ya que la moral sería la
ciencia de las costumbres477.
b) Otra noción entiende a la moral como lo opuesto a lo físico, corporal y tangible,
con lo cual sería sinónimo de lo espiritual, lo inmaterial o lo incorporal478. Esto
permitiría distinguir a las ciencias biológicas y físicas de las ciencias morales y
473
Ídem.
474
Ídem.
475
Ídem.
476
Ibíd. pp. 61.
477
Ídem.
478
Ídem.
127
La moral analiza y se concentra en aquello que permite calificar a los actos humanos
como buenos482.
En general, la filosofía moral intenta establecer a la moral como válida de forma
universal, con lo cual tradicionalmente el bien se mira tradicionalmente como algo objetivo,
común para todos los seres humanos, permanente en los distintos tiempos históricos y que
por medio de normas y reglas es posible alcanzar para todos siguiendo lineamientos
479
Ídem.
480
Ibíd. pp. 62.
481
Ídem.
482
Ídem.
128
esenciales483. Esto lo diferenciaría de las ciencias positivas, toda vez que en estos la noción
de bien y lo bueno es variable en el tiempo y en los distintos pueblos484.
De esta forma puede decirse, conforme lo señalan Arturo Alessandri Rodríguez,
Manuel Somarriva y Antonio Vodanovic, que la moral es el conjunto de normas de
conducta que debe tener el ser humano frente a sí mismo y a los demás, incluso frente a la
naturaleza (como los animales y las cosas) para que sus hechos y pensamientos se ajusten al
bien485. Esto incluye, entonces valores como la honestidad, la responsabilidad, la lealtad, la
justicia, etc.
En base a lo anterior, la inobservancia a una norma moral traerá como consecuencia
el remordimiento de conciencia por parte del individuo. Es decir, una persona que tiene un
actuar que se puede calificar de inmoral se tendrá como juez y sancionador a sí mismo,
quien por medio de su conciencia le traerá un remordimiento y un auto reproche por su
propia conducta.
Estas normas no se encuentran escritas y emanan del propio ser humano en su
conducta486. En ese sentido son autónomas, lo que lo diferencia de las normas jurídicas que
emanan del Estado y de las normas religiosas que vienen dadas por la divinidad. Vienen
entonces de la reflexión propia de cada individuo487. No obstante aquello, existen quienes
estiman que la moral emana de las tendencias externas, como la opinión pública, la fuerza,
los estímulos, etc. y, en consecuencia, son cambiantes según estas circunstancias.
Algunos conceptos que tienen importancia en el entendimiento de la moral como
normativa son los siguientes:
a) Moralidad pública: Son entendidas como el conjunto de nociones y
sentimientos que tiene un pueblo en un momento histórico determinado,
conforme al orden moral488. Así, en ciertos momentos el pueblo estima y
distingue lo correcto de lo incorrecto.
b) Moral individual: Son los deberes del ser humano para consigo mismo, en
cuanto a su existencia individual como una realidad física, intelectual y de
483
Ídem.
484
Ídem.
485
Ídem.
486
Ídem.
487
Ídem.
488
Ibíd. pp. 63.
129
voluntad489. De esta forma, el ser humano controla sus tendencias y las orienta
hacia el bien.
c) Moral social: Son los deberes del ser humano para con los demás. Es decir, en
sus vínculos y relaciones con otros seres humanos490. En consecuencia de lo
anterior abarca sus relaciones en el ámbito familiar, de la sociedad civil e
incluso internacional si se quiere pensar.
d) Conciencia moral: Consiste en el acto de aplicar una norma moral a la
generalidad de las circunstancias491. En general, lo moral es de carácter
autónomo e individual; sin embargo, en virtud de la conciencia se puede
reconocer la facultad de reconocer una norma moral para que sea aplicada a la
generalidad de los casos, tal como ocurre con la legislación positiva492.
En general se puede presentar semejanzas entre el Derecho y la Moral, toda vez que
ambas disciplinas buscan orientar la conducta humana hacia un determinado fin otorgando
directivas éstas493. Por otro lado, existen quienes estiman que tanto el Derecho como la
Moral buscan lograr la felicidad del ser humano494. Sin embargo, ambas disciplinas
presentan diferencias que son importantes.
- La moral tiene un campo de aplicación más extenso que el Derecho, toda vez
que la primera regula las relaciones del ser humano tanto para consigo mismo
como para con los demás, en cambio el segundo solamente regula relaciones del
ser humanos para con los demás, es decir con otros seres humanos495.
- La moral por otro lado persigue la perfección del ser humano, con lo cual tiene
un imperativo mucho más amplio, toda vez que se rige por la máxima de hacer
el mayor bien posible al otro; en cambio el Derecho persigue la paz y el orden
social que permiten el desenvolvimiento de la Sociedad, con lo cual el Derecho
489
Ídem.
490
Ídem.
491
Ídem.
492
Ídem.
493
Ibíd. pp. 64.
494
Ídem.
495
Ídem.
130
496
Ídem.
497
Ídem.
498
Ibíd. pp. 64-65.
499
Ibíd. pp. 65.
500
Ídem.
501
Ídem.
131
a) Moralización del Derecho: Concibe que la vida social descansa en ciertos códigos
morales y que el Estado se encarga de poner en práctica y proteger en la mayor
medida posible502. Así, el Estado se encarga de recoger las normas morales y
positivizarlas en el Derecho Positivo.
b) Utilitarismo: Considera que la libertad de las personas debe ser limitada lo más
mínimo posible, es decir que sólo lo indispensable para que no perturbe la
organización social503. Así, el Derecho no se encarga de sancionar los actos
inmorales, sino que resguardar el orden público, es decir la convivencia armoniosa y
pacífica entre los miembros de la Sociedad. De modo tal que se incorporan aquellas
normas morales al Derecho Positivo en tanto sirva para resguardar esta finalidad.
C) Buenas Costumbres
En general, el Derecho suele recoger una noción un tanto difusa y con contenido
moral consistente en las “Buenas Costumbres”504. Un ejemplo de ello es el artículo 1467
del Código Civil que señala que un acto jurídico adolece de causa ilícita en una serie de
hipótesis dentro de las cuales está el que éste sea contrario a las buenas costumbres, una
noción que tiene un contenido un tanto difuso y poco claro.
En Derecho Civil, se entiende por “Buenas Costumbres”, en general, como los
comportamientos habituales y comunes que tienen los miembros de la sociedad que se
ajustan a la moral imperante en un momento histórico determinado505.
Al respecto, es necesario hacer dos precisiones: en primer lugar, el contenido de lo
que configuran a las “Buenas Costumbres” es variable en el tiempo, dado que las
sociedades están en un constante dinamismo, con lo cual no es una noción que sea
constante y uniforme en el tiempo. Por otro lado, esta noción es dada por la mayoría y/o el
término medio de los miembros de la sociedad506, de modo tal que la pauta no es entregado
por ascetas, héroes, santos, etc.
502
Ibíd. pp. 66.
503
Ídem.
504
Ibíd. pp. 67.
505
Ídem.
506
Ídem.
132
Las normas de uso social son, conforme señala Arturo Alessandri Rodríguez,
Manuel Somarriva y Antonio Vodanovic, las prácticas que observa una sociedad o algunos
sectores de ella en orden a distintos factores que son determinados por la Sociedad508.
Algunos ejemplos de esto son la cortesía, la buena educación, la estimación de la dignidad,
pautas de vestimentas, exteriorización de sentimientos, etc.509.
La inobservancia a este tipo de conductas trae como consecuencia el reproche
social, es decir una presión de los otros individuos y consideración del actuar. Por ejemplo,
el trato amable hacia el otro es considerado una norma de uso social. Su incumplimiento
hará que los otros individuos califiquen a quien no actúa así de “mal educado,
desagradable, pesado, prepotente, etc.” o bien en ciertos actos como miradas con desprecio,
que deje de ser invitado a ciertos eventos, manifestaciones de enojo, etc.
Es posible establecer diferencias claras entre el Derecho y sus normas con las
normas de uso social, a saber:
- Las normas jurídicas son de carácter y de tipo autárquicas, es decir que se
imponen por su propio valor y sin necesidad de valoración externa, en cambio
507
Ídem.
508
Ibíd. pp. 72.
509
Ídem.
133
las normas de uso social se imponen en la medida que sean aceptadas por los
interesados en ellas510.
- Las normas jurídicas se hacen cumplir por la fuerza, ya sea través de la coerción
del mandato o la aplicación de penas sustitutivas, en cambio no hay posibilidad
del uso de la fuerza ante la infracción de una norma de uso social511.
- Las normas jurídicas son amparadas por el Estado, las normas sociales no gozan
de dicha protección512.
Existen casos, eso sí, en los cuales hay normas de uso social pueden ser
incorporadas como normas jurídicas y su regulación, tal es el caso a modo de ejemplo de la
regulación legal que se ha hecho de la propina a los trabajadores en los restaurantes, cafés,
bares, hoteles, etc.513.
Conforme se señaló anteriormente, los usos sociales son variables según los países,
épocas y sociedades en las cuales éstas rigen514. De manera tal que éstas son variables y en
consideración a las circunstancias materiales que rigen en el momento y lugar en la cual se
aplican.
Existen eso sí, usos sociales que son persistentes en el tiempo. A modo de ejemplo,
el trato amable y la cortesía suelen ser usos sociales que se mantienen constantes en la
sociedad a lo largo del tiempo y las condiciones de la Sociedad o al menos lo han sido en su
esencia. Por otro lado, existen otras que son sumamente variables, tales como las modas y
las formas de vestir, las cuales son cambiantes de forma importante en espacios muy cortos
de tiempo o de lugar.
Existen quienes incluyen dentro de las normas de uso social a las reglas que dirigen
los juegos de entretención de diversa índole, desde deportes competitivos (como el ajedrez,
fútbol, atletismo, tenis, basquetbol, etc.) hasta juegos de mesa (como los naipes, la trivia,
510
Ídem.
511
Ídem.
512
Ídem.
513
Ibíd. pp. 74.
514
Ibíd. pp. 73.
134
etc.)515. De esta forma, quien actúe de forma desleal o tramposa en este tipo de actividades
será sancionado con el repudio y/o reproche social a su actuar. La excepción a esto es que
la actividad se haya profesionalizado, en cuyo caso la sanción podrá tomar ribetes de índole
jurídica.
515
Ídem.
516
Ibíd. pp. 44.
517
Ídem.
135
Las últimas normas de conducta y las más importantes por ser nuestro objeto de
estudio son aquellas que emanan del Derecho, es decir, las normas jurídicas. Tal es su
importancia para este curso que le dedicaremos todo el resto de este capítulo a su análisis y
estudio de sus fundamentos, características y elementos.
518
Ídem.
519
Ídem.
520
Ídem.
521
Ídem.
522
Ídem.
523
Ídem.
524
Ibíd. pp. 45.
136
En torno a la naturaleza de las normas jurídicas existen dos teorías que son
consideradas las tradicionales, consistentes en la teoría de la imperativista y la teoría del
juicio hipotético.
A) Teoría imperativista
525
Ibíd. pp. 23.
526
Ídem.
137
A esta teoría se han hecho algunas críticas, consistiendo en que es posible negar el
carácter imperativo de cualquier norma jurídica527. De esta manera, si la norma es un
mandato, la persona se convierte en objeto de la voluntad ajena, la del Estado o legislador,
cuestión que se discute, toda vez que la voluntad actúa sobre uno mismo y no otros528. Los
partidarios de esta tesis en el sentido de que no se destruye el libre albedrío ni la libertad de
decisión, dado que el receptor del mandato tiene independencia para aceptar o acatar el
mandato, eso sí asumiendo la responsabilidad que emana de la inobservancia529. Así, este
carácter imperativo tiene su mismo fundamento en la libertad y voluntad del individuo530.
Una segunda tesis afirma que la norma jurídica no es más que un juicio hipotético,
es decir una disposición que afirma o niega algo, hecho bajo condición 531. De esta forma,
las normas jurídicas tendrían dos elementos: un hecho o hipótesis y una consecuencia
jurídica que deriva de esta consecuencia jurídica532. De esta manera, las normas jurídicas no
contienen órdenes ni mandatos, sino que un juicio hipotético que establece una causal o
condición que genera un efecto o consecuencia jurídica en caso de cumplirse.
Una crítica que se le hace a esta teoría consiste en que, aun cuando contenga esta
relación lógica, las normas y sus contenidos siempre tienen un acto de voluntad que hace
que la gente se comporte de determinada manera.533 De esta manera, el mandato dado por
el legislador hace que la norma sea considerada de por sí una orden, aun cuando se presente
como un juicio lógico hipotético534.
527
Ibíd. pp. 23-24.
528
Ídem.
529
Ídem.
530
Ídem.
531
Ibíd. pp. 24.
532
Ídem.
533
Ibíd. pp. 24-25.
534
Ídem.
138
Una postura intermedia o ecléctica considera que las normas jurídicas son
imperativas, es decir órdenes y mandatos, los cuales se presentan o se formulan bajo un
juicio hipotético535.
Algunas críticas que se hacen a lo anterior es que la ley es un mandato o imperativo
que deriva de la obligatoriedad de la ley a todos los sujetos536. En la realidad es imposible
pensar que una persona puede tener el conocimiento total de todas las disposiciones legales
en el ordenamiento jurídico. Al respecto a ello se indica que lo que se impone es lo
substancial de la norma y esta crítica solamente excluye lo gramatical537. Por otro lado, hay
quienes estiman que existen normas de carácter permisiva, las cuales parecieran no ser
mandatos; al respecto se señala que éstas también incluyen deberes y mandatos538.
Existen normas jurídicas en los cuales no hay discusión en que se presentan como
imperativas (como aquellas que obligan a realizar ciertos actos o imponen un acción o
abstención), sin embargo, existen algunas normas que requieren una mayor aclaración en
cuanto a su a imperatividad. Éstas son:
a) Imperatividad en las normas jurídicas que establecen requisitos de los actos
jurídicos: Se manifiesta en que la inobservancia a estas normas jurídicas no le
otorgan valor a los actos en cuestión539.
b) Imperatividad en las leyes penales: En estos se impone una abstención, es
decir prohibiciones de realizar ciertos actos o tener ciertas conductas540.
c) Imperatividad de las normas permisivas: Son aquellas que establecen una
autorización a actuar de ciertos individuos. En primer lugar, imponen al resto de
los individuos el tolerar o aceptar la conducta permitida541. Por otro lado,
muchas de estas normas son excepciones a mandatos o prohibiciones en ciertas
conductas que han sido obligadas o prohibidas542.
d) Imperatividad en las normas auxiliares o complementarias: Existen ciertas
normas que están destinadas a complementar ciertas normas, a saber:
535
Ídem.
536
Ídem.
537
Ídem.
538
Ídem.
539
Ibíd. pp. 25.
540
Ídem.
541
Ibíd. pp. 26.
542
Ídem.
139
- Normas derogatorias: Estas dejan sin valor normas anteriores o parte de ellas.
En ese sentido, establecen una orden de eliminar del sistema jurídico543.
- Normas declarativas: Éstas aclaran pasajes oscuros o bien puntualizan
conceptos fundamentales544. Éstas mandan, dado que nos aclaran o nos explican
cómo entender los pasajes y conceptos jurídicos545.
- Normas sobre interpretación de las leyes: Son las establecidas en el Código
Civil entre sus artículos 19 al 24. Señalan cómo debe analizarse y entenderse las
disposiciones legales. Algunos estiman que éstos son meros consejos para el
intérprete546. Arturo Alessandri Rodríguez, Manuel Somarriva y Antonio
Vodanovic critican esta postura y señalan que son obligatorias y que su
infracción puede dar lugar a la impugnación de la sentencia547.
Sin perjuicio y más allá de las posturas clásicas que de manera general han regulado
y han sido las tradicionales en explicar a la norma jurídica y su estructura lógica, en la
Filosofía del Derecho se han dado nuevas explicaciones que nos ilustran el cómo funciona
y operan las normas jurídicas. Para ello, si bien éstas no son las únicas, nos referiremos
especialmente a las propuestas de Hans Kelsen, Herbert Lionel Adolfus Hart, Carlos Cossio
y Jorge Millas.
A) Hans Kelsen
En su análisis, Hans Kelsen nos indica que existen dos tipos de juicios que se
pueden realizar en torno a la realidad: hay juicios que enumeran un “ser” y otro un “deber
ser”548. Los juicios que constituyen un “ser” son enunciados descriptivos, susceptibles de
ser declarados verdaderos o falsos, en cambio aquellos juicios que enuncian un “deber ser”
543
Ibíd. pp. 27.
544
Ibíd. pp. 28.
545
Ídem.
546
Ibíd. pp. 29.
547
Ídem.
548
NINO, Carlos Santiago. Introducción al análisis del derecho. Óp. Cit. pp. 79.
140
nos indican directivos que no son susceptibles ni tiene sentido de ser declarados verdaderos
o falsos549. Estos últimos sirven para interpretar, toda vez que representan actos de
voluntad, es decir la intención de dirigir a otra persona550. Sin embargo, estos actos de
voluntad no deben entenderse para Kelsen en un sentido real y psicológico, dado que
existen casos en que las normas no coinciden con la voluntad real de quien la dicta o bien la
norma subsiste sin ella551. Se pone de ejemplo el caso de los legisladores y las costumbres
que se dictan por quienes no conocen los aspectos de ello o bien de los testamentos cuyos
efectos vienen dados después de la muerte del testador.
Así, Hans Kelsen discrepa de lo señalado por John Austin en que la norma jurídica
son mandatos que emanan del soberano bajo amenaza de fuerza, dado que considera que
los mandatos tienen una voluntad real psicológica. En ese sentido, para Kelsen las normas
jurídicas son mandatos “despsicologizados”552. Desde ese punto de vista, la voluntad no es
aquello que caracteriza a las normas jurídicas, sino que el elemento que las distingue de
cualquier otro mandato u orden consiste en la “validez” que tienen las normas jurídicas553.
Para Hans Kelsen la “validez” es la existencia específica de las normas y constituye
la razón de su fuerza obligatoria554. Lo anterior depende de que quien la formule esté
autorizado por otra norma para hacerlo válido555. Así, Kelsen estima que una norma
jurídica es válida en la medida que su validez depende de otra norma jurídica en cuestión
que regule su forma de dictación.
En cuanto a la estructura de las normas jurídicas, éstas tienen una motivación
indirecta, es decir se describe la conducta indeseada con su correspondiente sanción556. Esto
lo diferencia de las normas morales y sociales que establecen una motivación directa, toda
vez que indican la conducta deseada. Por ejemplo, en las normas morales se establece el
imperativo moral de la siguiente manera: “no se debe matar a otro” o bien “no matarás”. En
cambio, desde el punto de vista jurídico se manifiesta en el Código Penal de la siguiente
manera: “el que mate a otro será castigado con presidio mayor en su grado máximo a
549
Ídem.
550
Ídem.
551
Ibíd. pp. 80.
552
Ídem.
553
Ídem.
554
Ídem.
555
Ídem.
556
Ibíd. pp. 81.
141
perpetuo”. Con lo cual, no nos señala que no hay que cometer homicidio, sino que la
sanción que se contempla en caso de que alguien cometa homicidio.
Para Hans Kelsen, la sanción jurídica es un acto coercitivo, real o potencial,
consistente en la privación de un bien ejercida por un individuo autorizado y como
consecuencia de una conducta557. Así la norma no es la sanción en sí, sino que ésta es un
elemento que se contempla en ella. Por otro lado, el deber ser incluye las situaciones que
están ordenadas, permitidas o autorizadas por la misma norma558. De esta forma, las normas
tienen como contenido un acto coercitivo que está calificado como debido559.
Hans Kelsen realiza la siguiente clasificación de las normas jurídicas:
Las normas jurídicas categóricas son aquellas cuya ejecución no está supeditada a
ninguna condición560. Constituyen este tipo de normas las sentencias judiciales y, en
general, los actos y contrato, esto dado que son ejecutados sin necesidad del cumplimiento
de una condición. Por ejemplo “Juan se obliga a pagar cinco millones de pesos” o “Se
condena a Pedro a entregar el inmueble” se cumplen por sí solas.
En cambio, las normas jurídicas hipotéticas son aquellas que establecen una
condición para que puedan ser aplicadas561. En general, las leyes son las que constituyen
este tipo de normas. Un ejemplo de lo anterior es el ya citado. En la tipificación del
homicidio en el Código Penal se establece así: “el que mate a otro será castigado con
presidio mayor en su grado máximo a perpetuo”. Se establece una condición y una
consecuencia.
Este criterio dice relación con la determinación del sujeto a quien va dirigida la
norma jurídica en cuestión.
557
Ídem.
558
Ibíd. pp. 82
559
Ídem.
560
Ibíd. pp. 83.
561
Ídem.
142
Así, son normas jurídicas generales aquellas en los que los sujetos a quien va
dirigida la norma y las condiciones de aplicación se encuentran indeterminadas 562. De esta
forma, las leyes son normas de carácter general, toda vez que en ellas no se específica al
sujeto a quien va dirigida la norma en cuestión, sino que rigen a la sociedad en todo su
conjunto.
Por otro lado, son normas particulares aquellas en las cuales el sujeto a quien va
dirigida la norma se encuentra específicamente determinada563. Así, los contratos, actos
jurídicos y las sentencias judiciales son, en general, normas de carácter particular.
Las normas jurídicas principales son aquellas que prescriben las condiciones
necesarias para que se justifique el uso de la fuerza como sanción 564. Así, en general
cualquier norma jurídica que se contemple en las fuentes formales (leyes, sentencias, actos,
etc.) dado que ellas contienen la estructura que se piensa en las normas jurídicas: una
condición y una consecuencia jurídica.
Luego, las normas jurídicas secundarias son consecuencias lógicas que se derivan a
partir de la norma jurídica principal y que tienen sentido en la medida en la que se
relacionen con ella565.
Usemos nuevamente el ejemplo del homicidio en Chile. El Código Penal dispone
como norma jurídica principal lo siguiente: “el que mate a otro será castigado con presidio
mayor en su grado máximo a perpetuo”. De ahí se puede derivar la correspondiente norma
jurídica secundaria que consiste en el “no se debe matar a otro”.
En relación con aquello, una crítica que se le puede formular a Hans Kelsen es que
en el ordenamiento jurídico existen normas que no contemplan ni tienen sanción de forma
562
Ídem.
563
Ídem.
564
Ibíd. pp. 84.
565
Ídem.
143
directa o al menos una de forma expresa566. Así, existen normas jurídicas en la Constitución
que establecen derechos fundamentales para las personas. Lo mismo en la legislación,
como lo es en el Código Civil aquella que regula ciertos derechos y potestades específicas
para las personas (como las normas relativas al dominio y a la herencia).
Hans Kelsen señala que este tipo de reglas no son en sí normas jurídicas, sino que
son enunciados normativos que forman parte de una norma en cuestión o bien sirven de
antecedente para la configuración de una norma posterior, pero no constituyen ni son
normas autónomas en sí567.
Corresponde hacer en base a lo señalado por Hans Kelsen entre lo que es una norma
jurídica y una proposición normativa.
La norma jurídica en sí es de lo que hemos estado hablando, establece un “deber
ser” y que buscan señalar y orientar la conducta humana, sin ser susceptibles de ser
calificadas como verdaderos o falsos568.
En cambio, las proposiciones normativas son enunciados descriptivos de las normas
jurídicas que como tal pueden ser declaradas como verdaderas o falsas569. Así, el objeto de
las proposiciones normativas son las normas jurídicas y consisten en un análisis
descriptivo, señalan el ser de éstas570. Esto es el trabajo que realiza la ciencia jurídica al
estudiar y analizar el ordenamiento jurídico y sus normas.
De esta forma, constituye una norma jurídica la frase consistente en “el que mate a
otro será castigado con presidio mayor en su grado máximo a perpetuo”; en cambio aquella
que señale “el Derecho Penal chileno sanciona el homicidio como un delito” es una
proposición normativa.
B) H. L. A. Hart
566
Ibíd. pp. 86.
567
Ídem.
568
Ibíd. pp. 87.
569
Ídem.
570
Ídem.
144
Herbert Lionel Adolfus Hart es crítico de concebir a las normas jurídicas como una
orden respaldada por amenaza, debido a que éstas solamente pueden servir para describir a
las normas jurídicas penales y a algunas normas civiles571. De esta manera, se omite en este
análisis el considerar como normas jurídicas a las potestades que son aquellas que señalan
facultades y procedimientos para la realización de ciertas actividades tanto en el ámbito
privado (como lo son las que establecen como realizar los contratos, testamentos, actos,
etc.) y en el público (como lo son las que regulan el actuar y los atributos de las autoridades
políticas, judiciales, legislativas, etc.)572. Hart es crítico de analizar como lo hace Hans
Kelsen a estas normas como parte de una norma primaria o sino ver a la nulidad como
sanción573.
En ese sentido, H.L.A. Hart considera que es posible hacer una distinción entre
reglas jurídicas primarias y reglas jurídicas secundarias.
Las reglas jurídicas primarias son aquellas que prescriben y establecen ciertos actos
a los individuos, estos lo quieran o no. Así, éstas cumplen con la estructura tradicional de
basarse en imponer una obligación y/o deber acompañado de la fuerza y consecuencias
jurídicas por la fuerza compulsiva ante el caso de la inobservancia de la conducta ante el
contenido de ésta574. Estas reglas van dirigidas tanto a los sujetos de derecho quienes deben
cumplir con la normativa, como a las autoridades encargadas de aplicar las
correspondientes consecuencias575.
Estas no se ocupan de lo que los individuos deben hacer o no576. Existen tres tipos
de reglas de este estilo, a saber:
571
Ibíd. pp. 89.
572
Ídem.
573
Ibíd. pp. 90.
574
Ibíd. pp. 91.
575
Ídem.
576
Ídem.
145
a) Regla de reconocimiento: Ésta sirva para identificar si una regla jurídica forma
parte o no del ordenamiento jurídico en cuestión577. Así, ésta permite identificar
aquellas reglas jurídicas que son parte del ordenamiento.
b) Reglas de cambio: Éstas consisten en aquellas que permiten dinamizar el
ordenamiento jurídico señalando y regulando los procedimientos para que las
normas jurídicas primarias puedan ser incorporadas, modificadas o dejadas sin
efectos578. Así, éstas confieren potestades tanto a las autoridades políticas como
a los sujetos de Derecho a dictar normas jurídicas.
c) Reglas de adjudicación: Éstas consisten en aquellas que dan u otorgan
competencias a ciertos individuos para establecer si una norma jurídica ha sido
infringida579. Éstas van dirigidas principalmente a los jueces en la solución de
conflictos de trascendencia jurídica.
C) Carlos Cossio
El filósofo del Derecho argentino Carlos Cossio desarrolla, en base a Hans Kelsen,
una nueva teoría de las normas jurídicas denominadas como la Teoría Egológica, en cuanto
a que considera cinco grandes elementos en ella: “Ontología jurídica”, “Lógica jurídica
formal”, “Lógica jurídica trascendental”, “Axiología jurídica” y “Gnoseología del error”580,
tomando como inspiración la fenomenología de Husserl, del existencialismo de Heidegger
y los fundamentos kantianos en la Teoría Pura del Derecho581.
Carlos Cossio parte por considerar que el Derecho es un objeto, pero que presenta
características especiales en relación a otros, dado que es una realidad cultural establecida
por el ser humano582. El énfasis debe ir más a lo normativo que a la norma en sí y se debe
distinguir lo jurídico de lo no jurídico583: aquello que es mundano, que se presenta como
una realidad física, no es algo de carácter jurídico, en cambio la conducta humana es algo
577
Ídem.
578
Ibíd. pp. 92.
579
Ídem.
580
GASSNER, Miriam; OLECHOWSKI, Thomas; PETTORUTI, Carlos Enrique. Teoría egológica del
Derecho versus Teoría pura del Derecho. Anales de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, 2014, vol.
11. pp. 298-299.
581
Ibíd. pp. 298.
582
Ibíd. pp. 299.
583
Ídem.
146
D) Jorge Millas
Finalmente, el filósofo chileno Jorge Millas considera que la Filosofía del Derecho
no es una disciplina autónoma del conocimiento filosófico, sino que es una región
específica de la filosofía en general, con lo cual se conecta y tiene influencia de las distintas
áreas y disciplinas que le pertenecen a ésta589. De esta forma, Millas estima que la Filosofía
del Derecho se encarga del estudio de la naturaleza, límites y conocimientos del fenómeno
jurídico590, en cambio, al igual que Hans Kelsen, estima que la Ciencia del Derecho se
584
Ídem.
585
Ídem.
586
Ídem.
587
Ídem.
588
Ídem.
589
COFRÉ LAGOS, Juan O.; ISLER SOTO, Carlos. La axiología jurídica según Jorge Millas. Revista de
filosofía, 2013, vol. 69, pp. 52.
590
Ídem.
147
encarga y tiene como principal objeto las normas jurídicas que han sido válidamente
promulgadas591.
Sin embargo, el rol del jurista para Jorge Millas es buscar el auténtico sentido de las
normas y la comprensión de éstas592. Este trabajo trasciende a la norma misma y consisten
en buscar el ideal de la norma en sí, con lo cual en la esencia del Derecho está el buscar las
idealidades de éste593. Con lo anterior, Millas presenta una visión que se denomina como
axiológica del Derecho en la cual éste representa ciertos valores que son ilustrados por los
juristas con la lectura de los ideales en cuestión594.
Jorge Millas señala que las normas de conducta en general representan valores:
aquellas reglas prácticas son una representación de la utilidad595, las normas morales ciertos
valores de carácter ético596, las normas de uso social ciertos valores de trato con los demás
(como la elegancia, la educación, etc.)597. De esta misma forma, las normas jurídicas
representan también valores.
Las normas jurídicas, eso sí, presentan ciertas particularidades: no valen, en tanto,
porque valga algún valor, sino que son independientes de la realización de cualquier valor
concreto598. De esta forma, las normas jurídicas no presentan las características de
manifestar en sí el valor. En ese sentido tiene razón para Millas Hans Kelsen en el sentido
de que la norma en su origen puro, casi químico en su composición, sin embargo en su
enunciación y en el alcance que se le da a las normas jurídicas y su sentido entra en juego
los valores que determinan a éstas599.
A su vez, Jorge Millas coincide con Hans Kelsen en ver a la norma como un juicio
hipotético, pero no lo ve como un mandato dirigido al juez en la aplicación de la normas,
sino que es más sistemático y va al común de la población600. La estructura es la siguiente:
las normas predisponen un deber ser, lo que se manifiesta en un negativo a aquello que se
busca evitar o aquello en lo cual no debe manifestarse y, en caso de que se produzca
591
Ibíd. pp. 53.
592
Ídem.
593
Ibíd. pp. 54.
594
Ibíd. pp. 55.
595
Ibíd. pp. 56.
596
Ídem.
597
Ídem.
598
Ídem.
599
Ídem.
600
Ibíd. pp. 58.
148
A partir de todo lo anterior, podemos concluir que las normas jurídicas tienen
ciertas características que le son propias y la distinguen de las demás, las cuales son: (i)
imperatividad; (ii) bilateralidad, intersubjetividad, alteralidad o sociabilidad; (iii)
heteronomía; (iv) generalidad; (v) abstracción; (vi) coercibilidad; (vii) finalidad; (viii)
estatalidad.
A) Imperatividad
Algunos estiman que esta característica realmente no es tal, sino que es la naturaleza
misma de la norma jurídica como hemos indicado y referido en lo anteriormente
señalado603.
Lo anterior implica que la norma jurídica lleva envuelta una orden o un mandato, es
decir no es una sugerencia, una petición, un favor, un ruego, un consejo, etc.604, sino que se
manifiesta de forma obligatoria hacia quienes va dirigida ésta. En la redacción gramatical
de estas normas no es necesario ni requiere que esté de forma expresa la orden, sino que
601
Ídem.
602
Ídem.
603
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 30.
604
Ídem.
149
basta con que esté se encuentre de forma implícita (y que se pueda desprender de ello a
través de su análisis y lectura del sentido) para que podamos estar en presencia de una
norma jurídica605.
Muchas normas jurídicas, como los mensajes de las leyes, la exposición de la
Historia de la Ley de ésta, los preámbulos o ciertas declaraciones de creencia o mención
según sea el caso (esto era muy común antiguamente en que se hacían invocaciones a Dios,
al pueblo, a alguna autoridad, etc.) son enunciaciones contienen o pueden contener una
exposición de los propósitos, los fines, objetivos o incluso la visión política, económica o
jurídica de la norma en cuestión606. Sin embargo, éstas no contienen mandatos explícitos ni
implícitos con lo cual no son ni pueden ser consideradas estas disposiciones como normas
jurídicas607, no obstante lo anterior pueden servir para interpretar y/o integrar el contenido,
alcance y sentido de lo que busca establecer la norma en cuestión.
605
Ídem.
606
Ídem.
607
Ídem.
608
Ibíd. pp. 30-31.
609
Ídem.
610
Ídem.
611
Ídem.
150
correlatividad, de modo tal que los deberes que surgen de ellas no tienen una facultad
correlativa que permita exigir su cumplimiento612.
C) Heteronomía
Las normas jurídicas nacen por una voluntad exterior al sujeto al cual van dirigida, a
diferencia de las morales que nacen por el mismo sujeto creador de la norma613. De esta
forma, estas normas son impuestas a los individuos, sin importar si éste está de acuerdo con
ellas y con su contenido. Con respecto esto se reconocen excepciones eso sí, tanto de
contenido como de origen.
En cuanto a la excepción de contenido se puede señalar a la objeción de conciencia
en aquellos casos en los cuales la misma norma jurídica autoriza al individuo, bajo ciertas
circunstancias, a abstenerse del cumplimiento de la norma614. Esto en Chile, por ejemplo, se
contempla en la regulación de la interrupción voluntaria del embarazo (aborto) en los casos
en que se autoriza éste, por medio del cual los encargados de realizar medicamente este
procede. Sin embargo, nos parece que ésta no es una causal real de falta de heteronomía
toda vez que es la misma norma jurídica la que contempla la posibilidad de ejercer la
objeción de conciencia. Con lo cual es, en realidad, una norma de tipo permisiva.
En cuanto al origen, Cristián Boetsch señala como primera excepción a la
costumbre jurídica en los casos en que procede, es decir la reiteració n constante y uniforme
bajo convencimiento de estar cumpliendo un deber jurídico por parte de los miembros de la
sociedad615. Este caso tampoco me parece que sea una excepción a la heteronomía de las
normas jurídicas, dado que en realidad el contenido de la costumbre jurídica no viene dado
por el sujeto regulado, sino que por los miembros de la sociedad o la sociedad misma de la
que forma parte.
La segunda excepción señalada por Cristián Boetsch en cuanto al origen son los
actos jurídicos celebrados por los individuos616. Esta última sí podemos considerar una
612
Ídem.
613
BOETSCH GILLET, Cristián. Teoría de la Ley. Facultad de Derecho, Pontificia Universidad Católica de
Chile. pp. 15.
614
Ídem.
615
Ídem.
616
Ídem.
151
verdadera y real excepción a la heteronomía, toda vez que tanto la génesis como el
contenido de lo que emana de los actos jurídicos emanan de la voluntad y/o el acuerdo de
voluntades (consentimiento) de los individuos que regulará y determinará los efectos que
éstas producirán, con lo cual el o los creadores de estas normas son los mismos
destinatarios de estas normas jurídicas.
D) Generalidad
Esta característica dice relación con que se dirige a todos los individuos a quienes
va dirigida, durante el tiempo de su vigencia, de modo tal que pueden ser aplicadas a quien
se encuentre subsumido las hipótesis que se encuentren previstas por las normas jurídicas
en cuestión617. De esta manera, es necesario que el mandato u orden sea susceptible de ser
aplicada cualquiera que se encuentre y caiga en la hipótesis señalada por la norma618.
Este carácter tiene su fundamento en el Principio de Igualdad ante la Ley, de modo
tal que establece que la regla es la misma para todas las personas, sin buscar favorecer ni
perjudicar a nadie, con lo cual se evita la existencia de discriminaciones arbitrarias619.
E) Abstracción
Este carácter se vincula con la generalidad, dado que las normas jurídicas no prevén
casos concretos ni particulares, sino que hipótesis abstractas que representan las
situaciones-tipo que pueden ser aplicadas para regular la relación en cuestión620. A partir de
ellas entran a actuar y se indican las consecuencias jurídica que proceden de la hipótesis
abstracta y que se cumpla con las situaciones-tipo621.
Por ejemplo, el artículo 2314 del Código Civil señala: “El que ha cometido un delito
o cuasidelito que ha inferido daño a otro, es obligado a la indemnización; sin perjuicio de la
pena que le impongan las leyes por el delito o cuasidelito”. Si se lee el contenido a partir de
ella se establece la situación-tipo como hipótesis abstracta aplicable a todo caso en el cual
617
Ibíd. pp. 31
618
Ídem.
619
Ídem.
620
Ibíd. pp. 32.
621
Ídem.
152
F) Coercibilidad
Como hemos señalado, para que se pueda cumplir con la finalidad que busca la
norma jurídica y sus mandatos es necesario que el respeto a ello sea obligatorio
independiente de la voluntad del sujeto regulado, con lo cual es necesario que en caso de
inobservancia de la conducta con aquello prescrito por la norma el poder público disponga
del uso de la fuerza para imponer el cumplimiento del deber que emana de ella, ya sea
exigiendo el cumplimiento forzado o bien con medidas sucedáneas622. Esto se es lo que se
define como coercibilidad.
De esta forma, la coerción se manifiesta como una amenaza de sanción acompañada
de la posibilidad de ser aplicada por la fuerza respaldada por el poder público, siendo este
el elemento que permite diferenciar al Derecho y sus normas de los demás ordenes que
regulen la conducta humana623 (como la moral, la religión y los usos sociales). La
coercibilidad o coactividad dice relación con esta “posibilidad” de recurrir a la fuerza, lo
que lo diferencia de lo “coactivo” que implica una imposición a toda costa624.
Es importante señalar que el uso de esta fuerza es socialmente reconocido y
amparada por el Derecho mismo, junto con encontrarse monopolizada por el Estado en el
uso de este poder625, con lo cual es aceptada desde ese punto de vista, lo que lo diferencia
de la justicia a mano propia, funas, emboscadas, usurpación, detención privada y cualquier
otra situación por el estilo que implican violencia y no pueden ser reconocidas como
Derecho.
G) Finalidad
622
Ídem.
623
Ídem.
624
Ídem.
625
Ídem.
153
A grandes rasgos se suele decir que el Derecho busca como finalidad regular la
conducta humana, de tal manera imponer la paz social, el orden y la justicia626, con lo cual
la norma jurídica como tal cumple con el objetivo de poder perseguir y cumplir con estas
finalidades. Estos son los objetivos generales del Derecho y sus normas.
Sin estar en desacuerdo con lo anterior, las normas jurídicas representan ciertos
intereses de tipo político, económico y/o social, con lo cual en particular cada una de las
normas jurídicas responderá también a las finalidades de esta naturaleza que tengan las
normas en cuestión. Desde ese punto de vista, la conducta humana es el objeto de ellas en
su regulación, mientras que la dirección de éstas es su objetivo, el cual viene determinado
por las fuentes materiales del Derecho.
H) Estatalidad
Las normas jurídicas tiene un carácter estatal, lo cual tiene una doble significación:
por un lado es el Estado quien crea las normas jurídicas o al menos, sin crearlas, las
reconoce como obligatorias para todos los seres humanos que se encuentren regulados por
ella, con lo cual el Estado es quien determina el Derecho627. Por otro lado, dice relación con
la estabilidad con la cual el Estado garantiza el respeto y/u observancia al ordenamiento
jurídico, siendo éste quien pone los medios para hacer valer la coercibilidad de las normas
jurídicas628.
De lo anterior se desprende algo: las normas jurídicas pueden ser creadas
directamente por el Estado. Sin embargo, existen ciertas normas jurídicas que no tienen su
origen en ésta, como la costumbre jurídica y los actos jurídicos 629; no obstante lo anterior,
es el mismo Estado el cual reconoce la obligatoriedad y la coercibilidad de estas normas
jurídicas de la misma forma de aquellas que son creadas directamente por el Estado.
626
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Loc. Cit. pp. 30.
627
Ibíd. pp. 43.
628
Ídem.
629
Ídem.
154
Esta clasificación dice relación con los sujetos de la relación regulada y la calidad
de éstos en ella630.
Las normas jurídicas de Derecho Público son aquellas que regulan la organización y
actividad del Estado y los demás órganos o entes estatales menores, sus relaciones entre sí o
con los particulares631. Es importante eso sí que el Estados y sus entes actúen como sujetos
dotas de poder público, lo que se denomina “imperio” o imperium, con lo cual los
particulares actúan como subordinados ante la soberanía estatal632.
630
Ibíd. pp. 47.
631
Ídem.
632
Ídem.
155
Las normas jurídicas de Derecho Privado son aquellas que regulan las relaciones de
los particulares entre sí, o bien la de éstos con el Estado o los demás entes públicos,
siempre y cuando éstos últimos no actúen como soberanos ejerciendo el poder público, sino
que como si fuesen particulares633. De esta manera, se actúa en estas normas bajo un plano
de igualdad634.
El criterio dice relación con la posibilidad o imposibilidad de que los sujetos que
son regulados por ella puedan o no excluir de su regulación a las norma en cuestión635.
Las normas jurídicas de orden público son aquellas que imponen necesariamente su
propia regulación, sin permitir a los particulares descartarles y/o establecer una regulación
diferente a la establecida por ella636. En general, estas normas protegen ciertos un interés
social que hace que su aplicación sea general a todos los individuos637.
Algunos ejemplos de estas normas son aquellas del Derecho Civil de Familia, las
del Derecho del Trabajo, el Derecho del Consumidor, etc.
Las normas jurídicas de orden privado son aquellas que permiten a los particulares
fijar una regulación distinta a la prescrita, de manera tal que éstas regirán en la medida en
que los sujetos de la relación no hayan dispuesto fijar disponer algo diferente638. Estas
normas se miran como beneficiosas para la generalidad de las personas en la mayoría de las
633
Ibíd. pp. 47-48.
634
Ídem.
635
Ibíd. pp. 48.
636
Ídem.
637
Ídem.
638
Ídem.
156
hipótesis; sin embargo, se reconoce que las partes pueden estimar que una regulación
diferente puede resultar igual o más beneficiosa en ciertas situaciones, con lo cual se
reconoce la posibilidad de modificarlas sin comprometer intereses generales de la
sociedad639. De esta forma los particulares pueden excluir o modificar la regulación
establecida por estas normas640.
En general las normas de Derecho patrimonial representan en la mayoría de sus
casos (aunque no absoluto) este carácter, como por ejemplo, las normas que regulan los
contratos establecidos en el Código Civil, las que establecen las reglas del pago, aquellas
que se refieren a los efectos del incumplimiento, etc.
Estas normas dicen relación con la comprensión y fijación del sentido y alcance del
contenido de las normas jurídicas.
Las normas jurídicas interpretativas o explicativas son aquellas normas que fijan el
sentido, extensión o contenido de palabras o conceptos que se encuentren en otras normas
jurídicas de distinto tipo641.
Algunos ejemplos de estas normas son las normas de interpretación de la ley
(artículos 19 al 24 del Código Civil), las normas de interpretación de los contratos
(artículos 1560 a 1566 del Código Civil), las normas de interpretación de los testamentos
(artículo 1069 del Código), algunas que otorgan definiciones legales (artículos 44, 45, 567,
99, 1438 y entre muchas otras del Código Civil), etc.
639
Ídem.
640
Ibíd. pp. 49.
641
Ídem.
157
Las normas jurídicas supletivas o integradoras son aquellas normas que se encargan
de llenar y subsanar las lagunas del contenido de los actos jurídicos ante la ausencia de
regulación por parte de la voluntad de las partes642.
A modo de ejemplo, la gran mayoría (aunque no todas ni de forma absoluta) de las
normas presentes en el Libro IV del Código Civil cumplen esta finalidad.
Las normas jurídicas completivas son aquellas que regulan la ausencia total o
parcial de declaración de voluntad por las partes643. De esta forma, se diferencian de las
normas jurídicas supletivas o integradoras toda vez que éstas buscan hacerse cargo de las
lagunas de la voluntad, en cambio en las completivas se hace cargo de una ausencia de
voluntad.
Los ejemplos más importantes de lo anterior son las normas que regulan a la
sucesión intestada que regulan una ausencia total de voluntad reguladora de la disposición
de bienes para después de la muerte (testamento) y las normas de la sociedad conyugal que
regulan la ausencia total de una voluntad en establecer un régimen patrimonial en el
matrimonio644.
Las normas jurídicas reguladoras son aquellas que establecen de forma directa la
disciplina y manifestación de una relación jurídica645.
La generalidad de las normas jurídicas del ordenamiento jurídico tiene estas
características.
642
Ibíd. pp. 50.
643
Ídem.
644
Ídem.
645
Ídem.
158
Las normas jurídicas de aplicación o de reenvío son aquellas que establecen que la
regulación de las hipótesis que éstas contemplan será la de otras normas que prescriben
hipótesis diferentes646.
Algunos ejemplos de este tipo de normas son las del Derecho Internacional Privado
que establecen la regulación en las normas jurídicas sustantivas chilenas o de otro país
según sea el caso, las de la permuta que se remite a las normas de la compraventa y las del
arrendamiento de servicios que hace aplicable la regulación de distintos contratos según sea
el caso.
Las normas jurídicas plenas son aquellas que tienen un contenido propio y se bastan
a sí misma sin necesidad de tener que ser complementadas por otras normas647.
En general, la gran mayoría de las normas jurídicas del ordenamiento jurídico
cumplen con esta característica.
Las normas jurídicas en blanco son aquellas que carecen de un contenido propio y
deben ser llenadas con el contenido de otras normas jurídicas dictadas por el mismo
legislador o bien por la autoridad administrativa o de otro carácter648.
Estas normas jurídicas se diferencian de las normas de aplicación y reenvío, toda
vez que si bien ambas se parecen en el hecho de que remiten su contenido a normas
diferentes a ellas mismas, las normas jurídicas de reenvío o de aplicación buscan establecer
la regulación de sus hipótesis en normas que regula hipótesis diferentes, en cambio las
646
Ídem.
647
Ídem.
648
Ídem.
159
normas jurídicas en blanco establecen que en otras normas se regularán las hipótesis que se
contemplan en estas normas649.
En materia penal no se permiten leyes penales en blanco, debido a que los delitos se
rigen por el principio de tipicidad que señala que debe estar regulado en la ley el contenido
del delito; sin embargo, se acepta la complementación normativa por otras fuentes de ellas,
en tanto esto último no se refiera al contenido o núcleo esencial de la conducta punible o la
sanción, como lo que ocurre con la Ley 20.000.
En general, se justifica la existencia de normas jurídicas en blanco para permitir a la
autoridad con conocimiento más técnico, especialización u oportunidad del contenido que
regula las normas jurídicas en cuestión650.
El criterio de esta distinción dice relación con la posibilidad de que estas normas
puedan ser aplicadas indirectamente y en la preferencia en cuanto a su aplicación en
relación con otras651.
Las normas jurídicas de Derecho Común son dictadas para la totalidad de las
personas, la totalidad de las cosas o la totalidad de las relaciones jurídicas652. De esta
manera al abarcar y tener un ámbito de aplicación tan amplio como el que se establece que
estas normas pueden ser destinadas a suplir aquellos vacíos que las normas de Derecho
Especial no hayan regulado653. En segundo lugar dado que abarcan una cantidad de
hipótesis de aplicación tan amplia y genérica como el que se establece estas normas no
gozan de preferencia, con lo cual al ser las normas de Derecho Especial ser, como lo dice
su nombre, especiales tienen, en consecuencia, preferencias en relación con las normas de
Derecho Común.
649
Ibíd. pp. 50-51.
650
Ibíd. pp. 51-52.
651
Ibíd. pp. 52.
652
Ídem.
653
Ídem.
160
Las normas jurídicas de Derecho Especial son aquellas dictadas para regular un
determinado tipo de personas, de cosas o de relaciones jurídicas que ofrecen ciertas
particularidades, con lo cual necesitan ser apartadas de la regulación general, con la cual
comparten principios comunes, pero de los que tienen ciertas rectificaciones o modalidades
propias que constituyen una adaptación de éste654. De esta forma, estos normas especiales
gozarán, por lo mismo, de preferencia en su aplicación, pero debido precisamente a su
especialidad no podrán servir de carácter de supletorio para llenar vacíos de otras normas,
ya que este rol lo cumple el Derecho Común.
A modo de ejemplo, en Derecho Privado, el Código de Comercio regula las
relaciones jurídicas de carácter mercantil pertenecientes al Derecho Comercial, el Código
del Trabajo regula las relaciones jurídicas laborales pertenecientes al Derecho del Trabajo,
el Código de Minería regula las relaciones jurídicas que versen sobre productos mineros,
etc.
Este criterio dice relación con el hecho de regirse o no los principios generales que
regulan a la rama del Derecho o institución jurídica en cuestión
654
Ídem.
161
Las normas jurídicas regulares son aquellas normas que aplican los principios
generales de una rama del Derecho o institución jurídica en cuestión 655. Desde ese punto de
vista, estas normas son una manifestación más de las reglas generales de la disciplina o
institución jurídica.
655
Ibíd. pp. 54.
656
Ídem.
657
Ídem.
658
Ídem.
162
1. La relación jurídica659
659
La redacción de esta sección estuvo a cargo del ayudante de Derecho Civil, don Benjamín Cubillos
Aguilera.
163
derecho: por ejemplo, el derecho no se hace cargo de cómo los sujetos de la relación en
comento han de demostrarse afecto.
Por eso, cabe sostener que la relación jurídica tiene dos dimensiones: una fáctica, y
otra jurídica. La primera es un hecho: las personas se relacionan entre sí en sociedad
formando un vínculo. La segunda comporta una regulación normativa: aquel vínculo es
jurídicamente relevante.
En tanto y cuanto una norma regula una relación jurídica, se entiende que ella crea,
modifica o extingue ciertas posiciones jurídicas, constituidas sobre la base de las nociones
de derechos subjetivos y deberes correlativos.
A continuación, se clarifica la concepción fundamental de Derecho objetivo y
Derecho subjetivo, lo que hará posible la explicación de los efectos de la relación jurídica.
660
Bien podría advertirse que ello conduce a un problema de recursividad. Sin embargo, como se verá en
3.4.2, este problema es, en lo relevante, aparente.
165
aplicable realizada que el supuesto de hecho de la regla. En cambio, las reglas que originan
posiciones jurídicas de segundo orden son reglas constitutivas. Esto será tratado
posteriormente.
Ahora bien, puede haber posiciones jurídicas de tercer orden con respecto a otras de
primer orden, en cuanto aquellas operen como posiciones de segundo orden con respecto a
otras posiciones de segundo orden (con respecto a otras de primer orden).
Esto, prima facie, plantea un problema de recursividad: los sujetos en posiciones
jurídicas de segundo orden en la posición de potestad pueden, en cuanto tales, alterar
posiciones jurídicas, por ejemplo, de derecho y deber, en cuyo caso se tiene que el titular de
aquél, lo mismo que el portador de éste pasa a ocupar sendas posiciones de sujeción. Otro
tanto ocurriría si se tratase de incompetencias (posición correlativa de potestades): ella, si
alcanzare el deber, alcanza también a un derecho correlativo, de suerte que el portador del
primero, lo mismo que el titular del segundo, ocupan ahora las posiciones de inmunidad,
cuyas posiciones correlativas son las de sujeción. En suma, allí donde había dos posiciones,
ahora existen cuatro. Esta progresión geométrica “se extendería infinitamente, dada la
completitud del correspondiente sistema de normas”.
Sin embargo, el problema de la recursividad es sólo aparente. Pues ella existe sólo
en determinados casos.
Para elucidar este asunto es preciso, ante todo, atender al fundamento de las
posiciones jurídicas; en lo concreto, a si las posiciones jurídicas se fundan en una
proposición normativa o bien en normas. Esto es relevante, pues la generación de
posiciones jurídicas correlativas de segundo orden ad infinitum opera sólo en cuanto
fundadas en una proposición normativa y no en reglas; puede haber recursividad, pues, sólo
en sentido débil. Por implicación, si una regla (constitutiva) instituye poderes y sujeciones
correlativos, se tendrá que, en sentido fuerte, no existe recursividad. Todo esto se sostiene
en que la génesis y el número de posiciones correlativas subsecuentes queda delimitados
lógicamente por la misma operación de la regla constitutiva.661
661
MAÑALICH RAFFO, Juan Pablo. “La clausura de los sistemas de normas de sanción penal como
sistemas de reglas constitutivas”, Revus [Online], 44 | 2021, Online since 08 September
2021. URL: http://journals.openedition.org/revus/7473; DOI: https://doi.org/10.4000/revus.7473
170
Pueden esgrimirse copiosas razones por las que existen, viven y mueren las
relaciones jurídicas; y ellas pueden ser de corte filosófico o bien pragmático-económico.
Sin embargo, para los efectos de este curso es de interés el fundamento jurídico de las
relaciones jurídicas.
Pues bien, el comentado fundamento normativo objetivo debe buscarse en el orden
jurídico mismo. Para estos efectos, téngase presente que los elementos del orden jurídico se
relacionan jerárquicamente y entablan, muchas veces, vínculos de interdependencia, por lo
cual resulta conveniente, para propósitos pedagógicos, tener presente la llamada “pirámide
de Kelsen”662. En el nivel de máxima jerarquía de la pirámide estriba la Constitución
Política de la República; en el escalafón de jerarquía inmediatamente inferior, las leyes
orgánicas y especiales; en el siguiente, las leyes ordinarias y los decretos con rango legal;
luego, los reglamento; después, las ordenanzas; y finalmente, los contratos y las sentencias.
El fundamento mediato de toda institución y norma jurídica es la constitución. En lo
que nos importa, su carácter fundamental se refleja en que ella, además de establecer
662
La “pirámide” es un recurso pedagógico. Kelsen nunca habló de ella en su obra.
171
mecanismos de creación de normas (que pueden por sí mismas ser eficaces para la creación
de relaciones jurídicas), establece los derechos y libertades sobre la base de los cuales se
sostienen, en abstracto, las relaciones jurídicas. Piénsese, por ejemplo, en el derecho de
propiedad, en la libertad de desarrollar actividades económicas y de adquisición de toda
clase de bienes corporales e incorporales. Con todo, la Constitución por sí sola ya posibilita
la creación relaciones jurídicas, aunque no de carácter privado. Ello ocurre, por ejemplo, en
el caso de los derechos tutelados por la acción constitucional de protección, que puede
intentarse aún contra el estado.
En los escalafones siguientes la idoneidad para la creación, modificación y
extinción de relaciones jurídicas es más evidente que en el caso anterior. Mírese el caso de
los contratos (cuyo fundamento, como se ha dicho, es en último término constitucional y,
en general, el más inmediato legal), que regidos por principio de autonomía privada y sobre
la base de una relación jurídica, sirven como un vehículo para la satisfacción de intereses y
necesidades. Otro tanto ocurre con la ley. Así, la relación jurídica (de derecho privado) de
padre e hijo no tiene una fuente ligada a la voluntad, sino que se estatuye por la ley.
En suma, el fundamento de las relaciones jurídicas siempre será una norma (en el
caso de relaciones jurídicas articulada sobre la base de posiciones jurídicas de primer orden,
una norma regulativa; en el caso de posiciones jurídicas de segundo orden, una norma
constitutiva). Primero, la Constitución; luego, en general, la ley ya por sí misma, ya
confiriendo un ámbito de libertad a los sujetos normativos (como ocurre con las normas que
regulan los contratos); y finalmente, los contratos, que sirven para constitución y
modificación relaciones jurídicas.
2. La consecuencia jurídica
663
Ibíd. pp. 33.
172
de sanción que acompaña al mandato y la relación jurídica, la cual se hace efectiva en caso
de inobservancia a la conducta establecida664.
La sanción de la norma representa el mal al cual se somete el transgresor de la
norma jurídica665.
Arturo Alessandri Rodríguez, Manuel Somarriva y Antonio Vodanovic señalan que
en las normas jurídicas el mandato de conducta constituye la “norma primaria”, mientras
que la sanción es la “norma secundaria”, estando muchas veces implícita666. Existen en el
ordenamiento jurídico una variedad de sanciones según sea el caso, a continuación nos
referiremos principalmente a las sanciones en Derecho Civil y en Derecho Penal.
664
Ídem.
665
Ídem.
666
Ídem.
667
Ídem.
173
668
Ibíd. pp. 34
669
Ibíd. pp. 35.
670
Entiéndase que daños y perjuicios son palabras sinónimas
671
Ibíd. pp. 36-37.
672
Ídem.
673
Ídem.
674
Ibíd. pp. 35-36.
174
675
Ídem.
676
Ibíd. pp. 34-35.
677
Ibíd. pp. 36.
678
Ídem.
679
Ibíd. pp. 37-38.
680
Ibíd. pp. 38.
175
Como se estudiará más adelante la nulidad puede ser absoluta o relativa, según sea
la causal. Por otro lado hay una doctrina que estima como sanción a la inexistencia jurídica,
de la cual se discute si es recogida por el Código Civil o no. Sin entrar a esta última
discusión nos parece que incluso acogiendo que ésta es recogida en el ordenamiento
jurídico no puede verse a ésta como “sanción”, toda vez que supone un acto que no produce
efecto alguno, con lo cual no hay alguien que se vea privado de algún beneficio, en ese
sentido es más una consecuencia jurídica que una sanción681.
(v) Inoponibilidad
(vi) Resolución
681
RODRÍGUEZ GREZ, Pablo. Inexistencia y nulidad en el Código Civil chileno. Santiago, Editorial Jurídica
de Chile, 2016. pp. 23-26.
682
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Loc. Cit. pp. 38.
683
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 372.
176
Son aquellas que hacen caducar o terminar un derecho o potestad por haberse vuelto
su titular inepto para gozar del derecho o hacer ejercicio de la facultad685.
Algunos ejemplos son: el cónyuge que da lugar a la separación judicial del
matrimonio con culpa se ve privado de los derechos sucesorios que emanan del
matrimonio; el padre del cual se obtuvo la determinación de la filiación con su oposición
pierde derechos en la herencia del hijo; el heredero que sustrae bienes de una sucesión
pierde los derechos sobre esos bienes y deberá restituirlos (y si no puede deberá pagar su
valor doblado); etc.
684
Ídem.
685
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Loc. Cit. pp. 38.
686
Ibíd. pp. 39.
687
Ídem.
177
Estos son castigos previstos por la ley en interés privado y con lo cual se beneficia a
una o más personas determinadas688.
Por ejemplo, en Derecho Sucesorio si una persona que tendrá la calidad de heredero
de otra cuando esta última muera comete un hecho ofensivo contra su futuro causante,
podrá éste en vida desheredarlo o bien los demás herederos pedir que se le declare indigno
para suceder, con lo cual se le privará del derecho a suceder al causante. De esta forma hay
una pena privada, toda vez que se le impide conservar su asignación y, a su vez, se
beneficia a otras personas, dado que podrán otros entrar a suceder o sino acrecerá la
asignación de los otros herederos.
688
Ibíd. pp. 42.
689
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 356.
178
690
Entiéndase por esto que incluye al crimen, delito y simple delito.
691
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 40.
692
Ídem.
693
Ídem.
694
Ídem.
695
Ídem.
179
696
Ídem.
697
Ídem.
698
Ídem.
699
Ibíd. pp. 41.
700
Ídem.
180
701
Ídem.
181
Capítulo III
Teoría de la Ley
I. Ordenamiento Jurídico
702
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 9
703
Ídem.
704
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Loc. Cit. pp. 18.
705
Ídem.
706
Ídem.
707
Ídem.
708
Ídem.
182
a) Validez Formal: Dice relación con que la manera en la cual se crea la norma
jurídica debe ajustarse a las formas que son establecidas en la norma jurídica
superior709. Por ejemplo, la ley debe ajustarse los procedimientos establecidos
por la Constitución, los contratos a las formas establecidas por la ley, etc.
b) Validez Material: Dice relación con que la norma jurídica superior no puede
abordar materias tratadas por la norma jurídica superior, ni tampoco contradecir
el contenido de la primera710. Por ejemplo, los contratos no pueden entrar a
regular materias que son de reserva legal y constitucional. Por otro lado, no
podría existir una ley que amparase la esclavitud, dado que constitucionalmente
ésta se encuentra prohibida.
A pesar de que el ordenamiento jurídico se presenta como una unidad, es posible
encontrar, eso sí, una pluralidad de ordenamientos jurídicos, existiendo algunas distinciones
entre las distintas formas en las cuales éste se manifiestas. La clasificación más importante
es:
1) Ordenamiento jurídico estatal: El Estado se concibe como la persona jurídica
de Derecho Público que ejerce la soberanía en un territorio, espacio y tiempo
determinado, viéndose como la organización política y jurídica de una sociedad
específica711. En ese sentido, es el Estado quien coloca o reconoce a las normas
jurídicas en cuestión y, a su vez, es en él mismo en el cual se establecen tanto la
jerarquía como las formas de solución de las eventuales contradicciones que
pudiesen existir entre las distintas normas jurídicas. Por otro lado es el mismo
Estado quien se encarga de resguardar la observancia a las normas jurídicas y
hacer valer las consecuencias en caso de inobservancia a ellas por medio del uso
de la fuerza que se encuentra regulada jurídicamente y que es socialmente
aceptada. Esta es la forma de ordenamiento jurídico más importante que existen,
dado que es la forma principal en la cual se manifiesta el Derecho y cómo puede
establecerse a éste como un sistema, sin embargo, no es el único tipo de
ordenamiento existente. A su vez, existen tantos ordenamientos jurídicos
estatales cuantos Estados existan.
709
Ídem.
710
Ídem.
711
Ídem.
183
712
Ibíd. pp. 19.
713
Ídem.
714
Ídem.
715
Ídem.
184
716
Ídem.
717
Ibíd. pp. 20.
718
Ídem.
719
Ídem.
185
Uno de los ejercicios que se suele hacer en el estudio e investigación del Derecho
consiste en el análisis del Derecho Comparado, lo cual consiste en poner en relieve las
semejanzas y diferencias existentes en los principios de los distintos ordenamientos
jurídicos que se pueden encontrar en el mundo721. Esto permite analizar las soluciones que
se han dado a los distintos problemas teóricos y prácticos existentes en los distintos
ordenamientos, lo cual se vuelve de alta importancia en el desarrollo de un mundo
globalizado.
Asimismo, el desarrollo de la globalización y la existencia de relaciones jurídicas
que trascienden al ámbito nacional pueden provocar que se generen eventuales choques y
contraposiciones en el cual resulten aplicables las reglas y principios de dos o más
ordenamientos jurídicos. Así, para evitar inestabilidades en las soluciones concretas a
otorgar se ha desarrollado con cada vez más fuerza la disciplina del Derecho Internacional
Privado que permite dar respuesta a estos conflicto, junto con el desarrollo de reglas que
permiten una mejor integración entre los distintos estatutos jurídicos.
720
Ídem.
721
Ibíd. pp. 103.
186
De forma muy sucinta suele señalarse que esta tradición se caracteriza por dar una
primacía a la ley escrita que ha sido promulgada por la autoridad pública, siendo el rol del
Poder Judicial dar una aplicación a la ley, concibiéndose en éste una Corte Suprema en la
estructura jerárquica de su organización, la cual tiene el rol de casar o anular las sentencias
judiciales que hayan vulnerado la ley, ya sea en cuanto a la forma o procedimiento, o bien
en cuanto al contenido de la misma ley723.
Con respecto a lo anterior, si bien no me parece que sea en sí incorrecto, sí estimo
que es demasiado simplista el análisis. En ese sentido, tal como hemos señalado, la
característica esencial de un sistema jurídico consiste en que los distintos ordenamientos
jurídicos que lo componen tienen su origen en común y características que le son propias y
esto es aquello que comenzaremos a analizar.
722
Ídem.
723
Ibíd. pp. 104.
187
Desde ya señalamos que los países que componen a este sistema son los países de
Europa Continental principalmente y que han influenciado a aquellos países en los cuales
se encontraban sus colonias, con lo cual esta tradición rige fuertemente en Latinoamérica y
algunos países de Asia y África. Como ya señalamos, Chile se encuentra inserto totalmente
en este sistema.
Este sistema encuentra sus orígenes y principales instituciones derivadas del
Derecho Romano, el Derecho Canónico y el Derecho Mercantil en lo que se refiere
principalmente al Derecho Privado y con influencias en el Derecho Procesal y el Derecho
Penal. Por otro lado, el Derecho Público como un área de estudio encuentra su origen y
concepción como tal en lo que es la Era de las Revoluciones. Por otro lado, cabe señalar
que por influencia de la Ilustración comenzó el desarrollo más fuerte de la técnica
legislativa, la cual acompañada de la cientificidad propia de la filosofía iluminista dio
origen a los procesos y fenómenos del constitucionalismo y la codificación que se encargan
de indicar a los jueces y juristas cómo interpretar y aplicar las normas en cuestión.
A continuación, comienzo el análisis de cada uno de estos elementos y
características de estos elementos.
A) Derecho Romano
724
DAVID, René. Los grandes sistemas jurídicos contemporáneos, trad. Pedro Bravo. Aguilar, España, 1968.
pp. 25.
725
GROSSI, Paolo. La primera lección de derecho, Trad. Clara Álvarez Alonso, Madrid, Marcial Pons, 2006,
pp. 45-47.
726
Ibíd. pp. 47-48.
188
figura del jurista, el cual se encargó de realizar un estudio científico del Derecho 727 y darle
un carácter sistemático que lo hizo y volvió como una disciplina autónoma a la filosofía y a
la moral.
Los juristas en su análisis y resolución de los casos se encargaron de crear
conceptos, instituciones y principios que regulaban a las relaciones jurídicas de las personas
en lo que hoy entendemos como Derecho Civil, junto con encargarse de la enseñanza de su
trabajo, con lo cual se logró establecer el contenido de esta disciplina de la cual sus grandes
visiones y principios establecida por los juristas romanos sirve de base hasta la actualidad
para entenderla.
El Derecho Romano es conocido como fuente principal por la recopilación que hizo
el emperador bizantino Justiniano llamada Corpus Iuris Civilis, la cual fue hecha en el
Siglo VI Después de Cristo728. Esta fijación contemplaba distintas partes dentro de las
cuales las con mayor influencia hasta el día de hoy revisten el Digesto que contenía las
opiniones de los juristas romanos del período del Derecho Romano Clásico y las
Instituciones, vistas como un manual de enseñanza escrito por el emperador. Aunque esta
fuente no es perfecta eso sí, dado que en la recopilación Justiniano intentó hacer
correcciones, uniones y eventuales solución a las contradicciones, lo cual se denominan
como interpolaciones729. En ese sentido, el trabajo de los investigadores ha sido purificar de
su estudio a las interpolaciones para conocer al Derecho Romano propiamente tal.
El Derecho Civil se concibe hasta la actualidad como la base del Derecho Privado y
el objeto principal de estudio que le compete a la Ciencia Jurídica en lo que es el sistema
romano-canónico, con lo cual al tener éste su base en el Derecho Romano notamos que la
influencia de éste resulta trascendental en la comprensión cabal de ésta. No por nada hasta
el día de hoy este sistema tiene como apellido al elemento romano, con lo cual la influencia
de éste resulta absolutamente innegable.
B) Derecho Canónico
727
Ídem.
728
MERRYMAN, John Henry; PÉREZ-PERDOMO, Rogelio. La tradición jurídica romano-canónica. Fondo
de Cultura Económica, 2015. pp. 27-28.
729
Ídem.
189
730
Ibíd. pp. 34.
731
Ídem.
732
Ibíd. pp. 35.
733
GROSSI, Paolo. La primera lección de derecho. Óp. 51-52.
734
Ídem.
190
C) Derecho Mercantil
Este tercer componente nace en las ciudades y puertos italianos, los cuales
dominaron el comercio en el Mar Mediterráneo en el período de las Cruzadas736, el cual
tuvo una forma de manifestación un tanto diferente a lo que fue el Derecho Común,
caracterizado por su academicismo universitario, sino que éste buscaba tener un carácter de
absoluta practicidad y de ser desarrollado por quienes se dedicaban al comercio, siendo
éstos los encargados de la interpretación y aplicación de este estatuto jurídico737.
Con respecto a lo anterior, este Derecho precisamente se desarrolló por las
actividades de los gremios de comerciantes y en tribunales en los cuales éstos mismos eran
los jueces, aunque muchas veces hay que reconocer que consultaban al mundo académico
para ilustrarse especialmente de lo que era el contenido del Derecho Romano738. Esta
disciplina adquirió también adquirió por sus características una aplicación de tipo
internacional, especialmente entre las distintas ciudades739.
Esta base del sistema romano-canónico tiene una influencia muy importante para lo
que es el Derecho Comercial, el cual sigue funcionando en base a principios propios y en el
cual la costumbre jurídica cumple un rol mucho más amplio que en las demás disciplinas.
Por otro lado, sigue siendo un Derecho que muchas veces sus resoluciones de conflictos
suele encontrar su sede en el arbitraje en el cual se aplican normativas y estatutos
especializados que son propios de los gremios de comerciantes, junto con seguir teniendo
un carácter internacional hasta el día de hoy y un desarrollo importante de reglas y
principios propios, como la Lex Mercatoria, los principios UNIDROIT, entre otros.
735
Ídem
736
Ibíd. pp. 38-39.
737
Ídem.
738
Ídem.
739
Ídem.
191
Luego del fin de la Edad Media y el comienzo de la Modernidad surge con cada vez
más fuerza la noción moderna del Estado, lo que implicó en primer lugar que el soberano
de éste no solamente era una figura política, sino que su voluntad se transforma en la
actividad estatal y esto implica que en el territorio sobre el cual éste ejerce soberanía su
política son el mandato obligatorio para los habitantes de éste. Así, el soberano pasa a ser
también el creador del Derecho, lo cual se hace mediante la ley, con lo cual el Derecho pasa
ser legislado740.
Desde este momento de la Historia el Derecho deja de ser una actividad que nace de
los juristas o los usos y costumbres de los habitantes, sino que pasa a ser un producto
estatal y todas las fuentes tendrán una eficacia y reconocimiento en la medida en que sean
aceptadas como tal por el mismo Estado. Lo anterior trajo como consecuencia la
eliminación definitiva de los pluralismos y localismos jurídicos y la correspondiente
unificación del Derecho en cada Estado y la supremacía de la ley por sobre las demás
fuentes jurídicas741.
Lo anterior, sin embargo, también trajo una influencia importante de las Monarquías
Absolutas en los distintos ámbitos de las personas e incluso en el Derecho Privado. De esta
forma y en reacción al absolutismo, la filosofía de la Ilustración desarrolló la noción de que
las personas son concebidas bajo una igualdad en sus Derechos Individuales742.
Posteriormente con la Era de las Revoluciones cambió la concepción y se pasa a una idea
de soberanía nacional, con lo cual la ley era un reflejo de la voluntad general de la
sociedad743. Junto con ello resulta importante el desarrollo de la noción de Estado de
Derecho.
Todo lo anterior implicó un cambio de importancia mayúscula: la actividad estatal y
su actuar bajo soberanía es también Derecho, lo cual implica concebir la existencia del
Derecho Público, con lo cual el Estado tiene también en sí una regulación jurídica y su
actuar también debe someterse al Derecho, siendo esto un elemento de este sistema
740
GROSSI, Paolo. La primera lección de derecho. Óp. Cit. pp. 54-56.
741
Ídem.
742
Ídem.
743
Ídem.
192
jurídico. A partir de esta noción y de estos elementos surgen como disciplinas el Derecho
Constitucional, el Derecho Administrativo, el Derecho Tributario, entre otros.
E) Constitucionalismo y codificación
Este modelo surge a partir del Código Civil Francés también conocido como Código
Napoleónico o “Code” del año 1804 y que buscaba establecer y lograr una unidad jurídica
en base a los grandes principios del Derecho a partir del trabajo y análisis de juristas
pertenecientes a la Escuela Humanista, especialmente Robert Pothier y Jean Domat, junto
con lograr plasmar al nivel de la legislación los resultados políticos que se obtuvieron a
744
DAVID, René. Los grandes sistemas jurídicos contemporáneos. Óp. Cit. pp. 86.
745
Ídem.
746
Ibíd. pp. 88.
193
partir de la Revolución Francesa (de manera tal que este Código tiene una pretensión y
contenido político importante), eliminando de esta manera las costumbres y los localismos
jurídicos.
Dentro de los elogios al Code están el hecho de que crea normas jurídicas con
fórmulas amplias para la solución de problemas de forma práctica y ser presentadas en un
lenguaje claro y preciso747. Sin embargo, se ha criticado este Código por su individualismo
exacerbado y por ciertos defectos en cuanto a la regulación de ciertas instituciones (como la
propiedad raíz) y la ausencia de regulación de ciertas figuras748.
El modelo directo de codificación para el Código Civil Chileno al momento de su
dictación fue, precisamente, el Código Civil Francés.
El segundo gran modelo de codificación es el del Código Civil Alemán o BGB del
año 1900, el cual no tiene un elemento político tan marcado, sino que busca ser un trabajo
científico de juristas a partir del estudio de las Pandectas Romanas749. Este Código tuvo una
tiempo de redacción de más de veinte años y recibe una influencia importante del
pensamiento de la Escuela Histórica Alemana (la cual curiosamente era contraria a la idea
de un Código) y del jurista Rudolf von Ihering.
El BGB se ha elogiado por su tecnicidad y cientificidad, la amplitud de sus fórmulas
y el hacer frente al individualismo exacerbado750. Por otro lado se ha criticado la existencia
en él de una abstracción demasiado amplio y su complejidad y poca claridad en su
redacción751.
Cabe señalar que si bien estos son los dos modelos principales de Código Civil han
existido luego de éstos otros procesos de codificación, como el que dio origen al Código
Civil de Suiza de 1912, al Código Civil de Italia de 1942 y distintas codificaciones a lo
747
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 104-105.
748
Ibíd. pp. 105.
749
Ibíd. pp. 106.
750
Ídem.
751
Ídem.
194
largo del Siglo XX que toman influencias tanto de la experiencia francesa como de la
alemana según sea el caso.
Finalmente, cabe señalar que si bien esta tradición jurídica reconoce a la ley como la
fuente jurídica principal ésta se encuentra en contacto con otras fuentes del Derecho. Desde
ya señalamos que dado el desarrollo cada vez mayor de las relaciones internacionales se ha
terminado por recoger normativa internacional proveniente de tratados internacionales, los
cuales una vez que son recogidos por un Estado pueden ser invocados como Derecho.
Por otro lado, si bien fuentes jurídicas como la costumbre jurídica y la
jurisprudencia se encuentran en jerarquía inferior con respecto a la ley siguen jugando un
rol determinante. En lo específico, la jurisprudencia muchas veces da líneas en cómo debe
entenderse y analizarse el Derecho. Junto con ello, la estructura jerárquica que presenta el
Poder Judicial muchas veces ha creado de forma indirecta una especie de precedente, dado
que los tribunales inferiores suelen replicar aquello que señalan los tribunales superiores.
Finalmente, esta tradición jurídica se nutre mucho de los principios establecidos y
del desarrollo de la Ciencia Jurídica, con lo cual la explicación, técnica y aclaración de lo
que es el Derecho suele ir acompañado de una cierta cientificidad que hace que el sistema
sea ilustrado a partir de las explicaciones y teorías que conforman al ordenamiento jurídico.
En ese sentido, sigue jugando un rol importante el jurista y el académico del Derecho al
momento del desarrollo de la doctrina jurídica. Tal es su importancia que John Henry
Merryman señala expresamente: “El profesor-investigador es el verdadero protagonista de
la tradición de derecho civil. El derecho civil es un derecho de profesores”752.
752
MERRYMAN, John Henry; PÉREZ-PERDOMO, Rogelio. La tradición jurídica romano-canónica. Óp.
Cit. pp. 105.
195
la invasión normanda liderada por Guillermo el Conquistador a la isla que hoy conforma al
Reino Unido, con el surgimiento de Inglaterra. Este sistema encuentra sus bases en el
Derecho Inglés y ha influenciado a todos los países que se encuentran en territorios que
antiguamente fueron colonias inglesas. Dentro de ellas nace como otra potencia en materia
jurídica el Derecho en Estados Unidos. Además de ello este sistema se encuentra presente
en países tales como Canadá, Australia, Sudáfrica, Nueva Zelanda, etc.
Tradicionalmente se suele decir sucintamente que este Derecho se basa y tiene como
fuente principal a la jurisprudencia, siendo obligatoria el referirse a ella como precedente al
momento de tomar las decisiones judiciales753. Nosotros nos referiremos en este punto
principalmente a la estructura del Derecho Inglés como base de este sistema y luego
haremos referencia al Derecho de los Estados Unidos.
A) El Derecho Inglés
El origen del sistema de Common Law se encuentra por razones históricas evidentes
en Inglaterra, siendo la base principal para los países que han adoptado esta tradición y ha
sido aquella que ha tomado los elementos que permiten identificar a este sistema. El
Derecho Inglés ha tenido una evolución a lo largo del tiempo. Al ser el ordenamiento
jurídico más antiguo perteneciente a esta tradición su historia se remonta al año 1066 con la
victoria normanda sobre los sajones en la Batalla de Hastings. Este hito implicó la
introducción en Inglaterra de un poder fuerte y centralizado, junto con el feudalismo, lo que
provoca pasar de un Derecho tribal al modelo de este sistema con las correspondientes
evoluciones históricas754.
A grandes rasgos los elementos que componen al Derecho Inglés son: (i) el
Common Law; (ii) la Equity; y (iii) la ley. A continuación comenzamos el análisis de estos
elementos.
753
Ibíd. pp. 25.
754
DAVID, René. Los grandes sistemas jurídicos contemporáneos. Óp. Cit. pp. 239.
196
(ii) Equity
755
Ibíd. pp. 244-245.
756
Ibíd. pp. 243-244.
757
Ibíd. pp. 265.
758
Ídem.
759
Ibíd. pp. 292-293.
760
Ibíd. pp. 252-253.
761
Ídem.
762
Ídem.
197
(iii) Ley
A partir del Siglo XIX, Inglaterra comienza a aplicar con cada vez más fuerza el
elemento legislativo como fuente del Derecho767. De esta forma, se comienza a sistematizar
las soluciones en reagrupaciones, eliminando ciertas soluciones arcaicas y haciendo un
esfuerzo en ordenar las normas jurídicas, aunque sin formar parte del proceso de
codificación continental, con lo cual el legislador orienta las nuevas soluciones, pero se
abstiene de crear un Derecho Nuevo768.
En el Siglo XX la aproximación entre el Derecho Inglés y el sistema romano-
canónico se acentúa aún más y la legislación adquiere un papel cada vez más importante,
producto del desarrollo del Estado Benefactor y los cambios existentes en la sociedad en
763
Ibíd. pp. 255-256.
764
Ídem.
765
Ídem.
766
Ibíd. pp. 265-266.
767
Ibíd. pp. 258-259.
768
Ídem.
198
este período, junto con un mayor desarrollo del comercio internacional y una mayor
relación y aproximación entre los países769.
En primer lugar, el carácter de Estado Federal de los Estados Unidos implica que
existen en el Derecho materias de competencia exclusiva de los Estados y otras que son de
las autoridades federales770. En ese sentido, el actuar dentro de la competencia que otorga el
Derecho a las distintas autoridades resulta trascendente en su actuar771. En ese sentido la
Constitución de los Estados Unidos es aquella que determina la competencia de actuar y un
desvío a ésta implica la inconstitucionalidad de dicha ley, la cual conforme al modelo de
justicia constitucional se encuentra radicada en los distintos tribunales del país, desde los
inferiores hasta llegar a la Corte Suprema772.
769
Ibíd. pp. 259.
770
Ibíd. pp. 318-319.
771
Ídem.
772
Ibíd. pp. 319.
199
El Derecho de los Estados Unidos, al igual que el Derecho Inglés. Presenta las
características de ser un Derecho jurisprudencial que se basa principalmente en la razón, la
cual es ilustrada y descubierta a partir de la prudencia de los jueces 776. Sin embargo, éste
funciona de forma distinta al de Inglaterra, en el sentido de que en este país se concibe a
éste como el Derecho Común a toda Inglaterra, pues bien en Estados Unidos no existe un
Derecho Común federal aplicable a toda la Unión, aunque esto suene contradictorio con la
misma idea de Common Law777. De esta manera existe en el Estado de Colorado un
Common Law distinto al de Montana y al de Connecticut.
Con todo, existe eso sí un sentimiento de unidad por parte de los juristas
norteamericanos lo que implica que muchas veces las decisiones que hayan sido dadas en
un estado pueden ser aplicadas a un estado diferente si del puro análisis racional y de las
circunstancias se deduce el “deber” de recurrirse a ellas, en caso de que en ese estado no se
773
Ídem.
774
Ibíd. pp. 319-320.
775
Ídem.
776
Ibíd. pp. 322.
777
Ibíd. pp. 326-327.
200
haya regulado esta materia778. La excepción a ello será en caso de que la particularidad del
litigio justifique un trato diferente779.
778
Ibíd. 327.
779
Ídem.
780
Ibíd. pp. 329.
781
Ídem.
782
Ídem.
783
Ídem.
784
Ibíd. pp. 115.
201
785
Ídem.
786
Ídem.
787
Ibíd. pp. 669.
788
Ídem.
789
Ídem.
790
MERRYMAN, John Henry; PÉREZ-PERDOMO, Rogelio. La tradición jurídica romano-canónica. Óp.
Cit. pp. 20.
202
colonización. Lo anterior, sin embargo, generó cierta resistencia en algunos países de Asia,
África y parte de Oceanía, en los cuales el estilo de vida europeo no recibió una aceptación
con unanimidad791, lo cual generó cierta resistencia en las distintas materias de la vida
social, incluyendo al Derecho. A partir de lo anterior, solamente presentamos algunas
características diferenciadoras ciertos Derechos a modo de referencia.
En base a lo anterior, nos referimos a los siguientes modelos presentes y su
diferenciación. En lo principal, este sistema jurídico encuentra su base ya sea en la religión
o bien lo hace en el elemento tradicional, es decir en las prácticas consuetudinarias y la
costumbre jurídica. A continuación presentamos algunos de ellos.
a) El Derecho Musulmán: Este modelo encuentra sus bases en las facetas de la
religión del Islam, conforme a la cual se establecen en ésta, además de las dogmas y
creencias se compone por un char’, cual constituye al Derecho como el camino a
seguir, existiendo coincidencia entre las obligaciones ante Dios con aquellas
jurídicas792. Lo anterior va de la mano de una concepción del Estado como una
verdad revelada por la divinidad793. Cabe señalar eso sí que este Derecho no debe
confundirse con el Derecho de los Estados de población musulmana, sino que es de
aquellos que tienen su base en el sistema jurídico a la religión islámica.
b) El Derecho Hindú: No debe entenderse a éste como al Derecho de la India, sino
que aquellas comunidades que tienen como base de su sistema jurídico a la religión
brahmánica794. Este modelo determina al Derecho en base a un sistema de castas
como estructura social el cual sirve de fundamento para la estructura jurídica del
ordenamiento, asumiendo la religión una base y coincidencia con el Derecho795.
c) El Derecho de los países de Extremo Oriente: A modo de referencia estos
Derechos encontraban una base consuetudinaria en su desarrollo. Sin embargo, con
la influencia del Derecho Socialista y la posterior occidentalización de estos países
fueron insertándose cada vez más en la tradición jurídica romano-canónica796.
791
DAVID, René. Los grandes sistemas jurídicos contemporáneos. Óp. Cit. pp. 353.
792
Ibíd. pp. 355-356.
793
Ídem.
794
Ibíd. pp. 378.
795
Ídem.
796
Ibíd. pp. 405-406.
203
La distinción entre Derecho Público y Derecho Privado vendría dado por el interés
que tutelan las normas. Así, el Derecho Público se caracterizaría por tener normas que son
aquellas que protegen un interés colectivo o general, mientras que el Derecho Privado sería
aquel cuyas normas tutelan un interés de tipo individual799.
Crítica a este criterio: Lo anterior tiene un problema de entidad importante. Si una
norma se mira desde el punto de vista del Estado, siempre se tiene por finalidad la
protección de un interés general, bajo esa lógica, todo el Derecho sería Público; a su vez, si
se mira desde el punto de vista del individuo siempre se busca la protección de un interés
particular y en ese sentido todo el Derecho sería Privado800.
797
Ibíd. pp. 426-427.
798
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 11.
799
Ibíd. pp. 12.
800
Ídem.
204
Una segunda propuesta señala que el criterio debe estar puesto en la posibilidad o
imposibilidad de derogación de las normas por parte de los particulares 801. Así, las normas
de Derecho Público serían irrenunciables e imperativas para las partes; mientras que las
normas de Derecho Privado serían renunciables para las partes, las cuales rigen solamente
de forma supletoria a la voluntad de estos802.
Crítica a este criterio: En esta noción existe una confusión entre dos conceptos que
son muy diferentes: en realidad no se está distinguiendo entre Derecho Público/Privado,
sino que lo que está explicando es la diferencia entre normas de orden público y normas de
orden privado803. Por lo demás, la asociación es doblemente errónea toda vez que en
Derecho Privado existen numerosas normas son de carácter irrenunciable o de orden
público (como las de la nulidad, Familia, Laboral, etc.), lo cual no los hace perder el
carácter de ser Derecho Privado804.
Otro criterio propuesto pone su énfasis en el sujeto que se encuentra regulado por la
normativa: así, el Derecho Público sería aquel que le compete y corresponde al Estado,
mientras que el Derecho Privado es aquel que le compete a las personas805, tomando como
referencia la distinción que se hacía en Roma en considerar a lo público todo aquello que le
compete a la ciudad, mientras que lo privado a las personas806.
Crítica a este criterio: En esta lógica se olvida que el Estado en muchas ocasiones
actúa en relación a los particulares como un ente privado, actuando sin usar el imperio en la
relación807.
801
Ídem.
802
Ídem.
803
Ídem.
804
Ídem.
805
Ídem.
806
Ídem.
807
Ídem.
205
808
Ídem.
809
Ídem.
810
Ídem.
811
Ídem.
812
Ídem.
813
Ibíd. pp. 13.
206
necesidades de los individuos conforme a un orden común y carácter social, bajo criterios
de distribución, reparto y atribución814.
En relación al Derecho Público podemos señalar que éste tiene en su centro,
entonces, al poder, lo cual abarca desde la forma de organización estatal como poder
constituyente hasta el ejercicio de los distintos poderes estatales ya constituidos como la
administración, lo legislativo y judicial815. El ejercicio del poder en sus distintas facetas
implica que éste se rige bajo un criterio de juridicidad, lo cual establece y concreta a la
regla de oro del Derecho Público ya comentada, consistente en que “sólo puede realizarse
aquello que esté expresamente permitido o autorizado”.
En Derecho Privado la regla de oro es la inversa, a saber “puede realizarse todo lo
que no esté expresamente prohibido”; sin embargo, cabe tener presente que la prohibición
en esta materia no es exclusivamente la ley, dado que también existen otras nociones que
pueden limitar el actuar de los particulares, tales como el orden público, las buenas
costumbres, los derechos ajenos, la buena fe, etc.816.
Dado que nuestro objeto de estudio lo constituye el Derecho Civil nos centraremos
principalmente a continuación en esta disciplina como un área del Derecho Privado.
En base al análisis anteriormente el centro y corazón del Derecho Privado están las
personas, los bienes y la dinámica de los juegos de voluntad, guiados bajo la justicia
conmutativa. A continuación nos referiremos al Derecho Civil como la disciplina base del
Derecho Privado817.
El Derecho Civil es la proyección más inmediata que se tiene del Derecho Romano
elaborado por los juristas del período clásico del cual se tiene conocimiento a través de la
recopilación del Corpus Iuris Civilis de Justiniano, el cual, como se señaló, al ser
descubierto y analizado bajo el trabajo realizado por los glosadores y comentaristas se
814
Ídem.
815
Ibíd. pp. 14.
816
Ibíd. pp. 15.
817
Ídem.
207
instala como la base esencial del sistema o tradición jurídica romano-canónica818, la cual,
en consecuencia tiene como disciplina de mayor trascendencia en el ordenamiento jurídico
al Derecho Civil, el que tiene un carácter permanente y universal producto de ser una
construcción hecha en base al análisis de casos reales en la sociedad con sus modificaciones
más de dos mil años y no tanto como una construcción meramente abstracta y teórica819. De
esta manera, el ordenamiento jurídico tiene como una de sus bases más importantes, si es
que no la más importante, al Derecho Civil.
El Derecho Civil puede ser definido en dos perspectivas: una sintética y una
descriptiva:
a) Definición sintética: El Derecho Civil es el Derecho Privado común y
general820.
b) Definición descriptiva: El Derecho Civil es el conjunto de principios y
preceptos jurídicos sobre la personalidad y las relaciones patrimoniales y de
familia821.
Nosotros proponemos una definición que fusione ambas perspectivas, a saber: el
Derecho Civil es el Derecho Privado de carácter común y general, que se encarga de
regular a la persona y sus distintas relaciones tanto patrimoniales como de familia.
A partir de lo anterior comenzamos nuestro análisis.
El Derecho Civil puede ser caracterizado como el Derecho Privado (i) general; (ii)
común; (iii) supletorio y (iv) sustantivo.
(i) General
818
Ídem.
819
Ídem.
820
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 85
821
Ídem.
208
(ii) Común
El Derecho Civil es Derecho Común toda vez que sus normas regulan toda relación
jurídica privada que no esté regulada o disciplinada por otra rama especial o autónoma del
Derecho824. Lo anterior implica que el Derecho Civil constituye la rama y parte
fundamental y más importante de los estudios jurídicos, en virtud de que su organización
conceptual e instituciones gobiernan y reflejan a las disciplinas especiales, con lo cual no es
posible concebir un estudio de ellas sin tener un conocimiento previo del Derecho Civil825.
Lo anterior no implica que las otras ramas del Derecho Privado, como el Derecho
Comercial o el Derecho del Trabajo no hayan adquirido fisonomías propias, sin embargo,
estas disciplinas rigen relaciones jurídicas especiales y de carácter excepcional bajo ciertas
circunstancias, de tal manera que ellas tienen una aplicación más restrictiva que el Derecho
Civil826. Sin embargo, ellas no deben ser entendidas como una oposición a la disciplina
original consistente en el Derecho Civil, sino que son un complemento a éste y una
renovación del Derecho ante los cambios que ha experimentado la sociedad a lo largo de la
historia827.
(iii) Supletorio
822
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Loc. Cit. pp. 15
823
Ídem.
824
Ídem.
825
Ídem.
826
Ídem.
827
Ídem.
209
presentar las demás ramas del Derecho Privado cuando ellas ni aparecen inspiradas por
principios singulares que contradigan a los comunes828. Esta característica y las anteriores
se encuentran contempladas en artículo 4° del Código Civil, el cual señala: “Las
disposiciones contenidas en los Códigos de Comercio, de Minería, del Ejército y Armada y
demás especiales, se aplicarán con preferencia a las de este Código”. En un sentido similar
el artículo 2° del Código de Comercio señala que todo lo no resuelto por ese Código se
completa con el Código Civil.
De esta forma, los Derechos Especiales rigen sus instituciones con preferencia y, en
aquello que no hayan regulado, entra el Derecho Civil a suplir las lagunas y vacíos de su
normativa. Con lo cual, el Derecho Civil puede ser concebido como un Derecho Privado
despojado de toda normativa procedente de los Derechos especiales, como el Derecho
Comercial o el Derecho del Trabajo829.
(iv) Sustantivo
828
Ídem.
829
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Loc. Cit. pp. 85.
830
Ídem.
210
jurídicas que ésta tiene a lo largo de su vida. En ese sentido, a modo de ilustración
pedagógica propongo entender al Derecho Civil como si fuese la vida de una persona: un
ser humano nace en primer lugar como tal, luego al crecer manifiesta su voluntad y asume
las consecuencias de su actuar para luego tener relaciones jurídicas de distinto ámbito (ya
sea de familia o económicas) hasta que finalmente muere.
En ese sentido, el Derecho Civil tiene el siguiente contenido:
831
Ídem.
832
Ídem.
833
Ídem.
834
Ídem.
835
Ídem.
211
En base a lo anterior, puede estimarse que el Derecho Civil de Familia posee dos
grandes unidades de análisis: el Matrimonio y el Acuerdo de Unión Civil por un lado y por
el otro la Filiación, sin perjuicio de existir otros ámbitos.
El Derecho Civil incluye como tercera y gran unidad a las relaciones jurídicas
patrimoniales que tiene la persona, es decir, el conjunto de derechos y obligaciones que son
valuables en dinero. Estas relaciones abarcan distintos ámbitos e instituciones:
a) Los derechos reales: Es decir, aquellos que son ejercidos sobre las cosas y no
respecto a determinada persona y que permiten el uso y goce de una cosa de
forma excluyente hacia las otras personas836.
b) Los derechos de obligación: Es decir, aquellos en virtud de las cuales una
persona se encuentra establecida como un acreedor lo cual lo faculta para exigir
a otra que se establece como deudor el realizar una prestación consistente en el
dar, hacer (una acción positiva) o no hacer (una abstención) algo en favor de
ella837. Esto incluye como las dos más grandes unidades al Derecho de Contratos
y a la Responsabilidad Civil, sin perjuicio de existir otras.
c) El Derecho Sucesorio: Se encarga de regular a la sucesión por causa de muerte,
es decir la transmisión de los bienes y patrimonio de una persona a consecuencia
de la muerte de ésta838. Es importante señalar que de esta unidad emanan
derechos reales principalmente, sin embargo, por su importancia se mira como
diferente, sin perjuicio de que en teoría no lo es.
Finalmente, es importante señalar que por razones de tradición y práctica también se
incluyen dentro del Derecho Civil el estudio de la Teoría de la Ley y de las Fuentes del
Derecho839.
836
Ibíd. pp. 85-86.
837
Ibíd. pp. 86.
838
Ídem.
839
Ídem
212
840
Ibíd. pp. 86-87.
841
Ibíd. pp. 87.
842
Ídem.
843
Ídem.
213
aplicación844. Sin embargo, lo anterior se produce más bien por razones de conveniencia y
el Derecho Civil sigue teniendo un rol de unificación del Derecho Privado, por lo demás
éstas nacen a partir del Derecho Civil, con lo cual sus instituciones siguen siendo el carácter
general, común y supletorio del Derecho Privado, con lo cual resulta imposible señalar que
ha perdido su característica de ser el núcleo y centro del sistema jurídico como
disciplina845.
También se ha estimado que con el desarrollo de la Constitucionalización del
Derecho el Derecho Civil tendría como destino final el ser absorbido por el Derecho
Público, lo cual es un tanto exagerado pensar en un Estado orwelliano que dirija toda la
vida de las personas, con lo cual dado que si bien el Derecho Público ha ido aumentando su
ámbito de aplicación no es posible concebir que éste regulará todos los aspectos de la vida
humana846. El Derecho Civil seguirá rigiendo la esfera individual del ser humano847.
Los “Códigos” son un tipo de ley que presentan ciertas particularidades. En primer
lugar, podemos señalar que constituyen una fijación material, es decir reúnen de forma
sistemática las fuentes jurídicas preexistentes, pero no en cuanto a la forma de éstas, sino
que toma el contenido de éstas y las racionaliza de forma unitaria con un carácter
totalizador, es decir que busca que las fuentes jurídicas previas pierdan vigencia de forma
total848. La idea de Código es propia de la Ilustración, de manera tal que su objetivo fue
tomar las fuentes que existían, extraer sus principios y sistematizarlas de forma racional en
un nuevo texto que se llamase el Código con pretensión de fijar y establecer el Nuevo
Derecho.
En base a lo anterior, los Códigos ordenan sistemáticamente las normas legales de
una determinada disciplina del Derecho849. En Chile la idea de codificación tiene su origen
844
Ídem.
845
Ibíd. pp. 88.
846
Ídem.
847
Ídem.
848
GUZMÁN BRITO, Alejandro. La Fijación del Derecho: contribución al estudio de su concepto y sus
clases y condiciones. Ediciones Universitarias de Valparaíso. 1977. pp. 21-27.
849
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 89.
214
(i) Gestación
850
Ídem.
851
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 16.
852
LIRA URQUIETA, Pedro. El Código Civil chileno y su época. Editorial Jurídica de Chile. Santiago, 1956,
pp. 7.
215
853
Ídem.
854
Ídem.
855
Ídem.
856
Ídem.
857
Ídem.
858
Ídem.
859
Ídem.
860
Ídem.
216
861
Ibíd. pp. 8.
862
Ídem.
863
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 17.
864
Ídem.
865
Ídem.
866
Ídem.
217
en los años 1846 y 1847, aunque se paralizó como grupo en el trabajo de un Código y se
disolvió en 1848867.
Andrés Bello trabajó en un proyecto de forma autónoma, el cual concluyó su trabajo
en el año 1852 y se nombró una Comisión Revisora compuesta y presidida por el entonces
Presidente de la República Manuel Montt junto con miembros del Poder Judicial y con la
asesoría del jurista argentino Gabriel Ocampo (quien luego se encargaría de la redacción
del Código de Comercio), los cuales presentaron el Proyecto Definitivo el año 1853868 y
que fue aprobado por el Congreso Nacional el día 14 de diciembre de 1855, entrando en
vigencia el 1° de enero de 1857869.
A partir del proceso de gestación del Código Civil es posible apreciar que a lo largo
del proceso existieron distintos proyectos del Código Civil, los cuales exponemos a
continuación:
a) El Proyecto de Mariano Egaña del año 1833: Al momento de la entrada en
vigencia de la Constitución de 1833, el entonces ministro y antiguo miembro de
la Gran Convención Conservadora presentó un Proyecto no completo de Código
Civil, aunque la mayoría de los investigadores reconocen expresamente la
influencia de Andrés Bello y algunos incluso le establecen su autoría870.
b) El Proyecto de 1841-1845: Los cuales fueron producto del trabajo de la
Comisión Mixta y la Junta Revisora que publicaron sus trabajos en “El
Araucano”, los cuales incluyen regulaciones principalmente de las materias del
Título Preliminar, el Derecho Sucesorio y del Derecho de Contratos y
Obligaciones871.
867
Ídem.
868
Ibíd. pp. 18.
869
Ídem.
870
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 92.
871
Ídem.
218
872
Ídem.
873
Ídem.
874
Ídem.
875
Ídem.
876
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Loc. Cit. pp. 18.
877
Ídem.
878
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 18-19.
219
1838, el Código de las Dos Sicilia, el Código Civil español de García Goyena,
etc.: Toda esta normativa sirve de inspiración en distintos puntos o materias879.
e) Principios del Derecho Inglés: Andrés Bello vivió en Inglaterra antes de
establecerse en Chile, en lo cual recibió influencia importante en la regulación del
Derecho Internacional Privado880.
f) Doctrina jurídica: Siendo la mayor influencia el pensamiento de Robert Pothier,
Jean Domat y Friedrich Karl von Savigny881. También sigue el trabajo de los
primeros comentaristas del Código Civil Francés y otros españoles882.
La influencia de las distintas fuentes jurídicas es posible apreciarla en la regulación
de las distintas materias que conforman al Derecho Civil como disciplina del Derecho y
esta multiplicidad de influencias es aquello que constituye al Código Civil como una
creación original que, a su vez, presenta una unidad conceptual883.
En las materias de Teoría de la Ley y las fuentes del Derecho tratadas
principalmente en el Título Preliminar sigue en parte al Código Civil Francés, sin embargo,
hay innovación por parte del Código Civil de Chile al tratar principios del Derecho
Internacional Privado y la interpretación de la ley, materias que son ignoradas por el
Code884. La influencia inglesa se puede apreciar en la regulación internacional que realiza
Andrés Bello, mientras que en materia de en lo que a interpretación de la ley se refiere se
puede apreciar una inspiración en el trabajo del Código Civil del Estado de Lousiana885.
En Derecho de Bienes, el Código Civil se aparta totalmente del modelo francés y se
basa principalmente en Derecho Romano, al establecer que para adquirir el dominio de un
bien es necesario tanto un título traslaticio de dominio como un modo de adquirir el
dominio, mientras en el Código Civil Francés basta el puro título para poder transferir la
propiedad de los bienes886. Asimismo, recibe influencia del Derecho Alemán en la creación
de un sistema registral887.
879
Ídem.
880
Ídem.
881
Ibíd. pp. 19.
882
Ídem.
883
Ídem.
884
Ídem.
885
Ídem.
886
Ídem.
887
Ídem.
220
El Código Civil de Chile fue alabado en Europa y América como obra científica por
su tecnicidad, lógica y coherencia en su redacción, junto con su carácter original por no ser
una copia del Código Civil Francés890. La influencia del Código Civil chileno en el resto de
Sudamérica y Centroamérica891.
El Código Civil de Ecuador del año 1861 fue una adopción íntegra del Código Civil
de Chile con algunas modificaciones892. Lo mismo ocurrió con el Código Civil de
Colombia de 1873893. El mismo fenómeno se puede apreciar en los Códigos Civiles de
Panamá, El Salvador y Honduras, los cuales son básicamente una recepción del texto
chileno con ciertas modificaciones894.
Por su parte, el Código Civil de Nicaragua señaló en su Comisión Revisora de haber
seguido la metodología y plan del Código Civil chileno895. A su vez, es posible apreciar
tanto la influencia como el elogio al Código Civil de Chile por parte de Tristán Narvaja en
el Código Civil de Uruguay del año 1868 y a su vez influenció a Dalmacio Vélez Sarsfield
888
Ídem.
889
Ibíd. pp. 19-20.
890
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 99.
891
Ídem.
892
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 37.
893
Ídem.
894
Ídem.
895
Ídem.
221
en la redacción del Código Civil de Argentina de 1871, el cual fue adoptado por Paraguay
en el año 1876, con lo cual el éste recibe influencia indirecta de la codificación chilena896.
Finalmente, es posible apreciar una influencia más o menos intensa en los procesos
posteriores, tales como los Códigos Civiles de Portugal de 1867, de México de 1873, de
Venezuela de 1873 y 1916, de Guatemala de 1877, de Costa Rica de 1888 y de España de
1889, siendo este último adoptado por Cuba, Puerto Rico y Filipinas, con lo cual estos
países reciben influencia indirecta de la codificación civil chilena897. Finalmente es sabido
que influenció a Teixeira de Freitas en la redacción del Código Civil de Brasil898.
De esta manera es posible apreciar que el Código Civil de Chile sirvió de influencia
para distintos procesos codificadores en materia civil, tanto en Sudamérica como en
Centroamérica e incluso llegando a influenciar procesos europeos con mayor o menor
intensidad.
896
Ídem.
897
Ídem.
898
Ídem.
899
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 96.
222
900
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 20-21.
901
Ídem.
902
Ídem.
903
Ídem.
904
TAPIA RODRÍGUEZ, Mauricio. Código Civil: Evolución y perspectiva. Editorial Olejnik. Buenos Aires,
2016. pp. 65-67.
905
Ídem.
223
El primer libro del Código Civil regula a tanto a las personas (tanto naturales como
jurídicas) como al Derecho de Familia906.
En su regulación de las personas se contempla normativa que determina la
existencia, atributos y fin de las personas naturales, en conjunto posteriormente a las
personas jurídicas, siendo una innovación del Código Civil el contemplar una regulación de
esta materia907.
En materia de Derecho de Familia se regula a las relaciones que nacen en el ámbito
familiar, en lo específico, al Matrimonio y a la Filiación como las principales fuentes a
partir de las cuales nacen las relaciones jurídicas familiares, ilustrándonos los derechos,
deberes y obligaciones que nacen por ley en esta materia y que determinan la situación de
cada individuo en este ámbito908.
Finalmente, este Libro incluye también en su regulación la situación de las personas
cuya voluntad se encuentra disminuida al regular las Tutelas y Curatelas, es decir los
representantes legales incapaces y administradores de ciertos patrimonios909.
Evolución histórica: Prácticamente la única parte del Código Civil que ha sufrido
modificaciones realmente trascendentales desde su dictación hasta la actualidad es,
precisamente, el Libro I. Si bien en Derecho de personas naturales no ha habido un cambio
normativo tan significativo sí ha recibido importante influencia en su forma de
comprensión por influencias constitucionales, jurisprudenciales y doctrinarias910. En
materia de personas jurídicas ha habido una modificación normativa en pos de dar
facilidades para su constitución.
Sin embargo, el gran cambio se ha dado en materia de Derecho de Familia.
Originalmente se contemplaba una familia basada en el matrimonio religioso indisoluble,
heterosexual, discriminatorio respecto a los hijos y concibiendo a la mujer bajo incapacidad
relativa en el régimen de Sociedad Conyugal. El modelo actual, producto de una serie de
modificaciones legales, es totalmente opuesto: hoy el matrimonio es secular desde el año
1884, se contempla al divorcio con efecto de terminar el vínculo matrimonial desde el año
2004 y desde el año 2022 también se acepta en Chile el matrimonio igualitario. Por otro se
906
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Loc. Cit. pp. 20-21.
907
Ídem.
908
Ídem.
909
Ídem.
910
TAPIA RODRÍGUEZ, Mauricio. Código Civil: Evolución y perspectiva. Óp. Cit. pp. 67-92.
224
ha establecido desde el año 1999 la igualdad entre los hijos nacidos dentro y fuera del
matrimonio aceptando también fuentes de la filiación distinta a la biológica tales como la
adopción y las técnicas de reproducción asistida911.
Lo anterior hace prácticamente un modelo de familia absolutamente diferente al
contemplado en el Siglo XIX, aunque aún quedan temas pendientes por reformar, a saber:
en materia de Sociedad Conyugal, si bien desde el año 1989 ya no se contempla la
incapacidad relativa de la mujer casada bajo este régimen, sí se contemplan
discriminaciones y una situación de desigualdad en relación a ella en lo que se refiere a la
administración, dado que ésta se encuentra establecida exclusivamente en favor del marido.
Por otro lado y por las mismas razones no se contempló a la Sociedad Conyugal en el
matrimonio igualitario, lo cual puede ser apreciado como un defecto de dicha legislación. A
su vez, falta en Chile una regulación de las convivencias de hecho, ya que solamente se
establece la posibilidad de que estos celebren un Acuerdo de Unión Civil o contraigan
matrimonio, pero no existe una regulación de esta situación generando ciertas
incertidumbres. Por otro lado, falta en Chile una recepción y regulación de la maternidad
subrogada como fuente de la filiación.
Sin embargo, a pesar de que faltan estos temas por discutir resulta innegable el
cambio radical que ha vivido el Derecho de Familia en Chile a lo largo de su historia.
(iii) Libro II: “De los bienes y de su dominio, posesión, uso y goce”
Este Libro del Código Civil regula al Derecho de Bienes y a los Derechos Reales
con sus atributos912.
En primer lugar, esto regula la clasificación de los bienes y determina cuáles son los
derechos reales, junto con fijar su contenido913. Junto con ello, se establecen a los modos de
adquirir el dominio. Se concibe a la propiedad o dominio como el Derecho Real base, a
partir del cual nace y se derivan los demás derechos en cuestión, concibiéndose y
regulándose los demás derechos como limitativos del dominio914.
911
Ibíd. pp. 92-127.
912
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 22.
913
Ídem.
914
Ídem.
225
(iv) Libro III: “De la sucesión por causa de muerte y de las donaciones entre
vivos”
915
TAPIA RODRÍGUEZ, Mauricio. Código Civil: Evolución y perspectiva. Óp. Cit. pp. 127-175.
916
Ídem.
917
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Loc. Cit. pp. 22.
918
Ídem.
919
Ídem.
920
TAPIA RODRÍGUEZ, Mauricio. Código Civil: Evolución y perspectiva. Óp. Cit. pp. 175-196.
226
921
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 23.
922
Ídem.
923
Ídem.
924
Ídem.
925
TAPIA RODRÍGUEZ, Mauricio. Código Civil: Evolución y perspectiva. Óp. Cit. pp. 196-314.
926
Ídem.
227
pierdan vigencia de forma total y sean reemplazadas por el Código, buscando no que ellas
caigan en desuso, sino que sean eliminadas del ordenamiento jurídico. El mensaje en ese
sentido iba dirigido al Derecho Indiano y muy especialmente a las Siete Partidas, con el
objetivo de derogar el contenido de Derecho Civil de ellas en Chile, con excepción de lo
procesal lo cual solamente se dio en la medida que no haya habido contradicción. La
derogación total del Derecho Procesal contemplado en las Siete Partidas vino con la
dictación de los Códigos de Procedimiento Civil y Penal en el Siglo XX.
927
Esta ilustración del contenido del Código Civil estuvo a cargo del ayudante de Derecho Civil, don
Benjamín Cubillos Aguilera.
228
total de 486 artículos. Regula la sucesión intestada, la ordenación del testamento, las
asignaciones testamentarias, las asignaciones forzosas, la revocación y reforma del
testamento, la apertura de la sucesión, la partición de los bienes, los albaceas, la
partición de bienes, pago de las deudas hereditarias y testamentarias, el beneficio de
separación, las donaciones entre vivos.
e) Libro Cuarto – “De las obligaciones en general y de los contratos”: compuesto
por los 1088 artículos restantes (1437 al 2524), regula el negocio jurídico,
clasificaciones de obligaciones, sus efectos, la interpretación de los contratos, los
modos de extinguirse las obligaciones, la nulidad, la prueba de las obligaciones, los
regímenes patrimoniales del matrimonio, los diversos contratos, la cesión de
derechos, los cuasicontratos, los delitos y cuasidelitos civiles, prelación de créditos,
y la prescripción.
f) Título final – “De la observancia de este código”: compuesto por un artículo
único, se encarga de derogar el derecho civil anterior a la fecha de vigencia del
Código Civil.
El Código Civil chileno como texto ha sido elogiado por distintas razones
anteriormente expuestas, sin embargo, no es una obra perfecta y como tal presenta tanto
cualidades como defectos. A continuación nos referimos a ellas.
928
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 98.
229
3) Fue el primer Código Civil que estableció igualdad ante la ley para chilenos y
extranjeros en relación a la adquisición y goce de derechos civiles929.
4) Fue el primer Código Civil en regular de forma completa y precisa a las
personas jurídicas930.
5) Innovó al incorporar dentro de sí reglas y principios de Derecho Internacional
Privado, las cuales muchas legislaciones comparadas recogieron de forma
posterior la entrada en vigencia de nuestro Código Civil931.
6) En materia de propiedad hizo adelantos importantes al establecer un sólido
fundamento basado en la institución del Registro Conservatorio de Bienes
Raíces, por medio del cual se anotan todas las transacciones y gravámenes
existentes a un bien raíz, de manera tal que es posible llevar una historia clara y
completa de los bienes inmuebles932.
7) A su vez, también en propiedad eliminó los mayorazgos, prohibió los usufructos
sucesivos y simplificó el régimen hipotecario933.
8) Estableció en materia sucesoria un régimen liberal y equitativo, limitando la
libertad de testar hacia ciertos parientes, junto con establecer también la división
de los bienes, lo que provocó una reforma agraria profunda, pero no conflictiva
con su dictación934.
9) El Código Civil de Chile procuró llenar muchos vacíos que había dejado el
Código Civil Francés935.
929
Ídem.
930
Ídem.
931
Ídem.
932
Ídem.
933
Ídem.
934
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 36.
935
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Loc. Cit. pp. 98.
230
936
Ídem.
937
Ibíd. pp. 98-99.
938
Ibíd. pp. 99.
231
Conforme lo señala Mauricio Tapia, el Código Civil tiene una cierta ideología, es
decir, tiene un conjunto de ideas fundamentales que determinan y caracterizan la regulación
que se encuentra contenida en ésta939. Dicho de otra forma, a nuestro juicio estas ideas nos
señalan y determinan la forma en la cual el Código Civil lee y entiende a la realidad que
disciplina normativamente.
En ese sentido, el conjunto de ideas que tiene el Código Civil son: (i) libertad; (ii)
igualdad y (iii) voluntad.
(i) Libertad
(ii) Igualdad
Como fruto de la Ilustración, el Código Civil concibe a las personas bajo una idea
de igualdad en su sentido formal, es decir todas las personas gozan de los mismos derechos
sin considerar privilegios ni protecciones especiales en razón de consideraciones especiales
939
TAPIA RODRÍGUEZ, Mauricio. Código Civil: Evolución y perspectiva. Óp. Cit. pp. 33.
940
Ibíd. pp. 34-35.
941
Ídem.
232
que se puedan concebir y analizar en las personas (como los estamentos, razas, situación
familiar, etc.)942.
Eso sí, cabe señalar que en Derecho de Familia originalmente se concebía
desigualdad entre los distintos miembros de ésta. El día de hoy esto se ha eliminado; sin
embargo, todavía subsiste discriminaciones hacia la mujer casada bajo el régimen de
sociedad conyugal.
El Código Civil no incorpora dentro de sí criterios de igualdad material ni
consideraciones apuntadas hacia una solidaridad social desde ese punto de vista como
tampoco considera que en la práctica los individuos no están en las mismas condiciones ni
tienen la misma información. Esto llevó a muchos abusos, los cuales han sido paliados en
gran medida por la legislación laboral y de consumidor.
(iii) Voluntad
La visión del ser humano sobre los individuos es el de la voluntad, tanto así que éste
es concebido en el Código Civil como si su realidad consistiese en una voluntad, lo cual
hace que sea ésta el fundamento de las distintas instituciones que atraviesan y que son
reguladas en el Código Civil943.
Así, la ley es una voluntad soberana, el matrimonio nace de la voluntad, el
testamento y los contratos también, la responsabilidad civil se funda en actos voluntarios
del ser humano, etc.944.
Por otro lado, las incapacidades son, precisamente concebidas, en virtud de que
existen individuos que están con una voluntad disminuida por distintas circunstancias, de
manera tal que el ser humano es visto de esta forma como si fuese voluntad, siendo éste su
sustento filosófico.
942
Ibíd. pp. 35-36.
943
Ibíd. pp. 36-37.
944
Ídem.
233
A) Autonomía de la Voluntad
Este es un principio general que consiste en que las personas son libres de
vincularse o no con otras, haciéndolo bajo su propia voluntad libre y soberana, para
satisfacer sus necesidades; sin embargo, en caso de optar y decidir hacerlo deben asumir las
consecuencias jurídicas que de ello deriven, tanto si le son ventajosas como si le son
perjudiciales945.
Este principio es, sin duda, uno de los fundamentales y más importantes en Derecho
de Contratos, sin embargo, no es restrictivo de esta materia encontrando su aplicación en
todo el Derecho Civil en distintas instituciones, como la renuncia los derechos, la
celebración de ciertos actos jurídicos unilaterales, el pago, etc.946.
Este principio, si bien es trascendental en Derecho Civil, tiene ciertas limitaciones:
por ejemplo, en Derecho de Familia se encuentra limitado en gran medida sólo a lo que es
la conclusión de los actos, es decir, decidir si se celebran o no, pero no en la determinación
del contenido. Por otro lado, en virtud de la autonomía de la voluntad no es posible atentar
contra las garantías fundamentales del individuo, ni siquiera de aquel que manifiesta la
945
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 24.
946
Ídem.
234
voluntad (así, por ejemplo, una persona no podría darse a sí misma en esclavitud). Por otro
lado, excepcionalmente las legislaciones han concebido hipótesis de contratación
forzosa947. Todo lo anterior, sin embargo, no impide que siga siendo la autonomía de la
voluntad un pilar en el Derecho Civil.
A grandes rasgos puede señalarse que la autonomía de la voluntad concibe tres
limitaciones generales:
a) La ley: Es la misma legislación la que puede establecer limitaciones al actuar
voluntario de las partes948. Por ejemplo, en la regulación de los requisitos para la
validez de los contratos, la prohibición legal de celebrar ciertos contratos, limitar
la renuncia de los derechos a los casos en las cuales ésta no esté prohibida por la
ley, etc.
b) El orden público y las buenas costumbres: Como limitaciones de carácter
genérico dos instituciones cuyo contenido es un tanto difuso. El Código Civil
contempla al orden público, entendido como el ajuste y el arreglo de las cosas al
espíritu general de la legislación949 (así, por ejemplo no puede renunciarse
anticipadamente a la prescripción). Por otro lado, están las buenas costumbres
que son aquellos usos que la sociedad considera como necesarias y básicas para
la convivencia en ella950.
c) La protección a derechos legítimos de terceros: El ejercicio de la autonomía
de la voluntad no puede perjudicar a los terceros que han constituido sus
derechos de forma legítima. En general, dicha legitimidad viene otorgada por la
buena fe en que se encuentre este tercero951. Así, por ejemplo sólo pueden
renunciarse derechos que miren un interés individual.
B) Buena Fe
947
Ibíd. pp. 25.
948
Ibíd. pp. 26-27.
949
Ibíd. pp. 27.
950
Ídem.
951
Ibíd. pp. 27-28.
235
952
Ibíd. pp. 29.
953
Ídem.
954
Ibíd. pp. 30.
955
Ibíd. pp. 31
236
Fe, por regla general debe probarse, salvo en aquellos casos en los cuales se encuentre
presumida. Por ejemplo, el artículo 968 N°5 del Código Civil al momento de regular las
causales de indignidad para suceder a una persona señala que en caso de ocultación o
detención dolosa del testamento se presume el dolo por el mero hecho de la ocultación o
detención; otro caso consiste en el artículo 706 inciso final del Código Civil que señala que
en materia posesoria un error en materia de derecho es una presunción de mala fe que no
admite prueba en contrario.
956
Ibíd. pp. 32.
957
Ídem.
237
D) Responsabilidad Civil
958
Ídem.
959
Ídem.
960
Ibíd. pp. 34.
961
Ídem.
962
Ídem.
238
corresponderá atribuir y hacer aplicables a ellas en caso de generarse un daño las reglas de
la responsabilidad civil contractual o extracontractual según sea el caso y la postura
doctrinaria que se tome963.
Este principio consiste en que deben eliminarse todas las trabas que sean tendientes
y no permitan que haya un flujo libre de la propiedad de manos de un individuo a otro. En
ese sentido, este principio va de la mano con la idea y filosofía de la libertad económica en
un sentido liberal, entendidas como que deben darse facilidades y evitarse la existencia de
trabas que limiten, impidan o hagan engorroso el que pueda traspasarse el dominio de los
bienes de un individuo a otro. Este principio en gran medida es una reacción o respuesta al
modelo de propiedad colectiva e indivisa existente en la Edad Media derivada del
feudalismo.
Algunas instituciones que encuentran su fundamento en esto es la prohibición legal
de constitución de usufructos y fideicomisos sucesivos, la limitación a las cláusulas de no
enajenar, la imprescriptibilidad y carácter absoluto del derecho a solicitar la partición de
bienes, la prescripción adquisitiva como institución del Derecho Civil, etc.
963
Ibíd. pp. 35.
239
El Derecho Civil contempla otros principios en virtud de ciertas materias que son
propias de su regulación. A continuación presentamos algunos de ellos de manera
referencial.
a) Sanción al abuso del derecho: En virtud de la Buena Fe y la Responsabilidad
Civil, se deriva que un derecho subjetivo no puede ser ejercido de forma abusiva
buscando perjudicar a otro.
b) Repudio a la lesión: Existen ciertos contratos, actos o instituciones en las cuales
el Código Civil ha regulado y limitado de forma expresa y excepcional la
ganancia que se puede considerar como legítima a obtener en determinadas
hipótesis. Esto tiene como antecedente histórico a la usura.
c) Protección a la familia: El Estado debe fortalecer en el ejercicio de su poder a
la familia964.
d) Protección al matrimonio y a la convivencia civil: El Estado debe resguardar
el cuidado de las parejas que se han unido en matrimonio y acuerdo de unión
civil965.
e) Protección al cónyuge más débil: Deben tomarse todas medidas necesarias
para paliar y reparar la situación del cónyuge que en el matrimonio se encuentre
en una situación económica desfavorecida966.
f) Interés superior del niño: Deben tomarse todas las medidas que para que los
niños, niñas y adolescentes puedan tener su mayor realización material y
espiritual posible967.
g) Libre investigación de la paternidad y la maternidad: Deben eliminarse
todas las trabas y favorecerse los métodos que permitan a una persona conocer
su verdad biológica en su filiación968.
h) Derecho del niño a ser oído: En los juicios en que estén involucrados intereses
familiares de niños, niñas y adolescentes el juez tendrá el deber de escuchar y
964
LEPÍN MOLINA, Cristián. Derecho familiar chileno. Thomson Reuters, 2017. pp. 51-52.
965
Ibíd. pp. 52-54.
966
Ibíd. pp. 54-55.
967
GÓMEZ DE LA TORRE VARGAS, Maricruz. Sistema filiativo: filiación biológica. Tirant lo Blanch,
2017. pp. 76-78.
968
Ibíd. pp. 100-105.
241
969
Ibíd. pp. 115-117.
970
GÓMEZ DE LA TORRE VARGAS, Maricruz. Derecho Sucesorio. Thomson Reuters, 2022. pp. 23-24.
971
SQUELLA NARDUCCI, Agustín. Introducción al derecho. Óp. Cit. pp. 205.
972
Ídem.
973
Ibíd. pp. 206.
242
quienes sigan una visión del Derecho basado en la religión señalarán que éste es
Dios, otros que es el orden racional humano, otros la paz social y así.
b) Segunda acepción: Consiste en cualquier forma de organización humana que
requiera del Derecho para existir y desarrollarse974. De esta manera, el Estado sería
Fuente del Derecho ya que necesita a éste para existir y desarrollarse. De la misma
forma una sociedad anónima y un club deportivo también sería Fuente del Derecho
por las mismas razones.
c) Tercera acepción: Consiste en el órgano, autoridad o persona que crea normas
jurídicas conforme al procedimiento establecido y la competencia otorgada para ello
en el ordenamiento jurídico975. En ese sentido, el Poder Legislativo sería la Fuente
del Derecho al crear la normativa legal, lo mismo serían los particulares en relación
con lo contractual.
d) Cuarta acepción: Es el fundamento de validez de las normas jurídicas976. De esta
forma, una ley encuentra su fundamento en la Constitución como norma de
jerarquía superior, un contrato lo hace en la ley y así.
e) Quinta acepción: Consisten en los distintos factores de diversa índole que en una
sociedad determinada influyen en la creación y contenido de una norma jurídica977.
Estos factores pueden ser de carácter político, económico, social, filosófico,
ideológico, científico, etc.
f) Sexta acepción: Debe entenderse como sinónimo de fuentes del conocimiento
jurídico o simplemente fuentes cognitivas, con lo cual esto alude toda manifestación
que nos permita conocer el Derecho, ya sea de tiempos pasados como presente978.
Así por ejemplo, un texto antiguo o derogado es fuente del Derecho, una frase en
una lápida podría serlo, un discurso político que nos ilustre el contenido del
Derecho también y así.
Las Fuentes del Derecho se clasifican y distinguen entre lo que son las Fuentes
Materiales del Derecho y lo que son las Fuentes Formales del Derecho, las cuales
explicaremos a continuación. La idea de “Fuente Material del Derecho” va de la mano y se
974
Ídem.
975
Ídem.
976
Ibíd. pp. 206-207.
977
Ibíd. pp. 207.
978
Ibíd. pp. 208.
243
Las “Fuentes Materiales del Derecho” son todos los factores de diversa índole (ya
sean políticos, económicos, sociales, religiosos, filosóficos, científicos, sanitarios, técnicos,
artísticos, etc.) que se encuentran presentes en una sociedad determinada en un momento
histórico específico, los cuales de forma dinámica y en interacción entre ellos influyen de
forma decisiva, o al menos importante, en la producción y contenido de las normas
jurídicas previstas en el ordenamiento jurídico que rige y disciplina a la sociedad
señalada980.
Agustín Squella señala al momento de señalar que ellas determinan la “producción”
de las normas jurídicas, este término debe entenderse en un sentido lo más amplio posible,
el sentido de que debe considerarse en ella la creación (cómo se introducen éstas), la
modificación (cómo se cambian ellas) y la extinción de las normas jurídicas (cómo pierden
vigencia éstas)981.
Desde un punto de vista estrictamente formalista el Derecho se puede entender y
analizar desde el punto de vista de la autoridad quien coloca en el ordenamiento jurídico
ciertas normas siguiendo los procedimientos y requisitos establecidos para ello982. Así, el
legislador crea una ley, una persona celebra un contrato, etc. Sin embargo, como ya se ha
señalado el Derecho busca regular la vida en sociedad y la conducta de los individuos, con
lo cual éste tiene su origen en la sociedad misma. De esta manera, el Derecho puede ser
entendido como un producto social, con lo cual hay factores que van más allá de lo
estrictamente jurídico que determinan la creación del Derecho983.
En relación a lo anterior, a modo de ejemplificación de lo anterior. Señalamos que
en el Siglo XIX la filosofía de la Ilustración incidió de forma jurídica lo que provocó los
979
Ídem.
980
Ídem.
981
Ídem.
982
Ibíd. pp. 208-209.
983
Ibíd. pp. 210-211.
244
fenómenos del constitucionalismo y codificación, lo que hizo que nacieran los Códigos
Civiles y las Constituciones; los problemas sociales y los abusos en el Siglo XIX e inicios
del Siglo XX dieron origen a las legislaciones laborales en favor de los trabajadores; a
finales del Siglo XX la doctrina económica del neoliberalismo provocó en Chile el
nacimiento de una nueva regulación de ciertas instituciones lo que produjo múltiples
cambios a nivel legislativo; y así podrían señalarse múltiples ejemplos de cómo opera lo
anterior.
Agustín Squella señala que el análisis de las “Fuentes Materiales del Derecho”
puede analizarse desde una doble perspectiva, a saber: puede preguntarse sobre cuál es el
origen del Derecho y otra sobre cuál es el origen de determinada norma jurídica o de cierta
institución del Derecho. En relación a ello, la primera pregunta le corresponde responderla
y analizarla a la Filosofía del Derecho, mientras que la segunda correspondería a la
Sociología Jurídica984.
El mismo Agustín Squella, siguiendo a Edgard Bodenheimer, señala que el Derecho
puede verse su origen en la fuerza, en el sentido en que a través de ésta se impone la paz
como objetivo jurídico985. En ese sentido, existen en el Derecho distintas fuerzas que sirven
de modeladoras del Derecho en determinar a éstas, las cuales son:
a) Fuerza modeladora política: Entendida como la transformación en del poder
en el Derecho y a éste como el compromiso entre grupos opuestos y, a su vez,
como una autolimitación al ejercicio y las atribuciones que tienen los
gobernantes986.
b) Fuerzas modeladoras psicológicas: Las cuales dicen relación con la influencia
en el Derecho de los hábitos, las costumbres, el deseo de paz y el deseo de
orden987.
c) Fuerzas modeladoras económicas: Consistente en la influencia de las
circunstancias económicas de una sociedad determinada en la producción del
Derecho988.
984
Ibíd. pp. 211.
985
Ídem.
986
Ídem.
987
Ibíd. pp. 214.
988
Ibíd. pp. 215.
245
Las “Fuentes Formales del Derecho” son los distintos procedimientos por medio del
cual se producen las normas jurídicas, así como la exteriorización de éstas y el continente
en el cual es posible hallar dichas normas jurídicas. Es decir, esta noción apunta tanto a lo
que son los modos de creación como los modos de manifestación existentes de las normas
jurídicas990.
En relación a lo anterior tomemos como ejemplo a la legislación: toda la discusión
parlamentaria y los trámites existentes en éste son una Fuente Formal del Derecho
entendida como un modo de creación de las normas jurídicas, mientras que la ley es el
continente o el modo por el cual se manifiesta una norma jurídica junto con su contenido
específico991.
Cabe señalar que es el mismo ordenamiento jurídico el cual a través del Derecho va
a determinar las formas, procedimientos y requisitos que han de servir como modo para
lograr la producción de las normas jurídicas y las formas en las cuales éstas se manifiestan,
junto con su validez, con lo cual éste otorga las correspondientes competencias a distintos
sujetos992. En ese sentido, el Derecho contiene en sí, usando un término establecido por
Herbert Hart, reglas de competencia para estos efectos993.
Las “Fuentes Formales del Derecho” son la Constitución, los Tratados
Internacionales, la Ley, los Actos Administrativos, la Costumbre Jurídica, la Jurisprudencia
Judicial, los Actos Jurídicos, los Principios Generales del Derecho y la Equidad Natural994.
También algunos incluyen en esta categoría a la Doctrina Jurídica. Al respecto, Agustín
989
Ídem.
990
Ibíd. pp. 215-216.
991
Ibíd. pp. 216.
992
Ibíd. pp. 216-217.
993
Ídem.
994
Ibíd. pp. 217.
246
Squella estima que ésta no puede ser considerada como fuente formal, dado que ella no
produce ni crea normas jurídicas, sino que permite su conocimiento y difusión995. En las
siguientes partes de este capítulo haremos un análisis y estudio exhaustivo de las distintas
Fuentes Formales del Derecho
Al respecto, el mismo Agustín Squella nos propone la siguiente clasificación de las
Fuentes Formales del Derecho según diferentes criterios que expondremos a continuación:
a) Fuentes formales heterónomas y autónomas:
- Heterónomas: Son aquellas fuentes formales que son emanadas y dictadas por
quien se encuentra en una posición de autoridad respecto a los sujetos
normados996. Un ejemplo de esto es la ley, los actos administrativos y la
jurisprudencia judicial.
- Autónomas: Son aquellas que son emanadas y dictadas por el mismo sujeto que
quedará sujeto a su regulación997. El ejemplo por excelencia de esto son los
actos jurídicos.
b) Fuentes formales generales y particulares:
- Generales: Son aquellas que contemplan en su contenido normas que son
abstractas y aplicables a un grupo de individuos998. El ejemplo por excelencia de
esto es la ley.
- Particulares: Son aquellas que en su contenido tienen normas que son
particulares, concretas y singulares, dirigidas a un caso específico y sujetos
determinados999. El ejemplo por excelencia de este tipo de fuente es la
jurisprudencia judicial.
c) Fuentes formales formalizadas y no formalizadas:
- Fuentes formalizadas: Son aquellas que se exteriorizan a través de un texto
escrito1000. Ejemplos de esto es la ley, la jurisprudencia judicial, los actos
jurídicos solemnes.
995
Ídem.
996
Ibíd. pp. 219.
997
Ídem.
998
Ídem.
999
Ídem.
1000
Ídem.
247
1001
Ídem.
1002
Ídem.
1003
Ídem.
1004
Ibíd. pp. 220.
1005
Ídem.
1006
La redacción de esta sección estuvo a cargo del ayudante de Derecho Civil, don Benjamín Cubillos
Aguilera.
248
1007
Estas distinciones están basadas, en una medida no despreciable, en el contenido expuesto en las clases de
derecho penal dictadas profesor titular del ramo de la Universidad de Chile, Juan Pablo Mañalich.
1008
La pirámide de Kelsen no es en rigor de Kelsen. Es una construcción pedagógica. El autor no habla de una
pirámide en su obra.
1009
Imagen obtenida en https://iusuniversalis.blogia.com/2011/022402-piramide-de-kelsen.php
249
Pues bien, habida cuenta de la Grundnorm kelseniana, que sirve como fundamento
subjetivo del mismo1010 y dispensa el primer fundamento de validez, el escalafón positivo
primero lo constituye la Constitución: es el más importante de todos. Esto, porque consiste
en el primer fundamento positivo de validez de todas las normas jurídicas. Así, todas las
normas jurídicas engendradas con arreglo a las normas constitucionales están, por este
hecho, dotadas de validez.
La Constitución fija los mecanismos de creación de las leyes. Estas adquieren,
entonces, su fundamento de validez inmediato por la Constitución. Entre las leyes se
entiende que existen orgánicas (y especiales) y ordinarias. El primer grupo de leyes está
superordinado respecto del segundo, pues el fundamento de éste, muchas veces, proviene
de aquel. Pero debe mencionarse también que este tercer escalafón está compuesto también
por los decretos. Estos se distinguen de las leyes ordinarias, esencialmente, por su forma:
unos nacen por el ejercicio de las facultades gubernativas (decretos) y otras por las
legislativas (leyes).
Los reglamentos son normas cuyo fundamento de validez proviene de leyes o
decretos, con lo cual se predica de ellos su infralegalidad, lo cual implica, por ejemplo, la
existencia de diversos mecanismos de creación, reforma y derogación con respecto a aquel
tipo de normas. Asimismo, generalmente constituyen concreciones lógico-semánticas de las
normas del escalafón superior.
Siguen las ordenanzas. Lo antedicho puede aplicarse a ellas. En general, regulan
materias más específicas que los reglamentos.
Finalmente, el último escalafón está compuesto por las sentencias judiciales y los
contratos. Su graduación en la pirámide se justifica por su efecto relativo. Esto es, mientras
la ley tiene efecto absoluto (rige erga omnes, salvo disposición en contrario), con lo cual se
entiende que vincula a todos los habitantes de la República, los contratos y las sentencias
obligan sólo a las partes. El fundamento normativo de ello puede verse en la ley, en
concreto, en los artículos 3 II (sobre el efecto relativo de las sentencias) y 1545 del Código
Civil (sobre el efecto relativo de los contratos).
Como se habrá notado, no ha habido mención de la costumbre. Esto, porque nuestro
sistema es legalista: pone acento en la ley como fuente del derecho. Por consiguiente, la
1010
Tal como lo hace la “buena voluntad” en la ética kantiana.
250
V. La Constitución
1011
SQUELLA NARDUCCI, Agustín. Introducción al derecho. Óp. Cit. pp. 222.
1012
Ibíd. pp. 222-223.
1013
Ídem.
1014
Ibíd. pp. 223.
251
1015
Ídem.
1016
Ídem.
1017
Ídem.
1018
Ídem.
252
primera Constitución Histórica o bien por distintas circunstancias por las cuales
se haya perdido la vigencia constitucional1019. El soberano de esto es la sociedad
y el pueblo.
b) Poder Constituyente Derivado: Consiste en la creación de un nuevo texto
constitucional o bien la introducción, modificación o derogación de la normativa
presente en el texto ya vigente, todo lo cual se hace conforme a las formas,
mecanismos, competencias y atribuciones que se encuentran preestablecidas en
la Constitución vigente1020.
c) Poder Constituyente Otorgado: Consiste en la atribución de un grupo
determinado el cual toma para sí tanto el Poder Constituyente Originario como
el Derivado y otorga al ordenamiento jurídico una Carta Política. Este fenómeno
fue habitual en el Siglo XIX con las restauraciones de las monarquías absolutas
bien ocurre en los casos en los cuales luego de un Golpe de Estado se impone
una normativa.
Otro término que corresponde analizar es si las constituciones contemplan para sí
mecanismos de reformas constitucionales y cuáles son sus requisitos y procedimientos, ante
ello se distingue en:
a) Constituciones pétreas: Las cuales consisten en aquellas que no contemplan
mecanismo ni procedimiento alguno para su reforma, ya sea para la totalidad del
texto o bien para ciertas secciones de ella1021. Por ejemplo, existe el artículo 139
de la Constitución de la República Italiana una prohibición de revisión
constitucional de la forma republicana de gobierno.
b) Constituciones rígidas: Contemplan mecanismos y procedimientos para su
reforma1022. Entre ellas se suele distinguir:
- Constituciones rígidas propiamente tal: Establecen quórums muy elevados
para la reforma del texto constitucional1023. Por ejemplo, la Constitución chilena
de 1833 establecía originalmente que para la reforma o enmienda del texto se
necesitaba un quórum de dos tercios en ambas Cámaras.
1019
Ibíd. pp. 223-224.
1020
Ídem.
1021
Ibíd. pp. 224.
1022
Ídem.
1023
Ídem.
253
1024
Ídem.
1025
Ídem.
1026
Ibíd. pp. 225.
1027
Ibíd. pp. 227.
254
Una segunda fuente formal que encuentra su rango y jerarquía al nivel de la ley y
que adquiere mucha importancia en la actualidad, dado el mundo globalizado y un
desarrollo cada vez mayor de las relaciones internacionales, son los Tratados
Internacionales como fuente formal de Derecho.
Cabe señalar que si estos se encuentran vigentes en Chile gozan de la misma
obligatoriedad y jerarquía normativa gozan del mismo rango que la legislación ordinaria,
salvo que el contenido de estos verse sobre Derechos Humanos, en cuyo caso se ha
entendido que éstos tendrán rango constitucional conforme a su finalidad y al artículo 5° de
la Constitución.
En Chile, los Tratados Internacionales se encuentran regulados a nivel
constitucional como una fuente formal, sin embargo, la principal fuente que determina el
procedimiento de creación y la forma de incorporación tanto para el ordenamiento jurídico
estatal como para el ordenamiento jurídico internacional se encuentra establecida en la
Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados del año 1969, la cual es obligatoria
para los países que la han suscrito y ratificado, dentro de los cuales se encuentra,
255
precisamente, Chile desde el día 22 de junio del año 19811028, con lo cual resulta aplicable
su normativa.
Doctrinariamente se han definido a los Tratados Internacionales como los pactos o
acuerdos que suscriben dos o más Estados y que tienen por finalidad crear derechos y
obligaciones para los Estados que concurren a ellos, o bien con la finalidad de organizar
entidades internacionales que no son Estados y establecer la competencia de éstas y las
formas en que ellas se relacionarán con los Estados1029.
La Convención de Viena entiende a los tratados internacionales de forma más
restringida como el acuerdo internacional celebrado por escrito entre Estados y regidos por
el Derecho Internacional, ya conste en un instrumento único o más instrumentos conexos y
cualquiera sea su denominación en particular1030.
En el procedimiento necesario para la formación y entrada en vigencia de un
Tratado Internacional en Chile se pueden encontrar las siguientes fases y etapas:
1) Fase Externa: Consiste en toda la negociación que hace el Estado para lograr
un tratado junto con el establecimiento de su texto1031. Luego de eso se pasa la
adopción del texto en el cual se establece el acuerdo entre los Estados
participantes1032. Posteriormente, en caso de lograr el acuerdo, se pasa la
autenticación por medio del cual queda el tratado establecido como el
definitivo1033.
2) Fase Interna: Consiste en la aprobación que debe dar el Poder Legislativo de
cada país al texto del Tratado, lo cual se tramita conforme a la Constitución de
manera semejante a la legislación ordinaria1034.
3) Ratificación: Consiste en la manifestación de voluntad realizada por el Jefe de
Estado consistente en obligarse por un tratado1035.
4) Canje o Depósito: El instrumento ratificado debe ser puesto a conocimiento del
resto de los interesados en saber que éste ha sido aceptado por el Estado1036.
1028
Ibíd. pp. 242-243.
1029
Ídem.
1030
Ibíd. pp. 243.
1031
Ibíd. pp. 243-244.
1032
Ibíd. pp. 244.
1033
Ídem.
1034
Ídem.
1035
Ídem.
256
Para ello se han establecido mecanismos tales como: (i) el canje en los Estados
contratantes; (ii) depósito ante un depositario o (iii) notificación a los Estados
contratantes o al depositario si así se ha pactado1037.
5) Registro y Publicación: Consiste en informar de la entrada en vigencia del
tratado, conforme lo exige la Convención de Viena, a la Secretaría de la
Organización de Naciones Unidas para su registro, archivo e inscripción y
publicación1038. En caso de que se haya designado un depositario, éste puede
realizar ese trámite.
Como hemos señalado numerosas veces, una vez que un Tratado Internacional entra
en vigencia en el ordenamiento jurídico, éste tiene la misma fuerza obligatoria que cual otra
Fuente Formal del Derecho, con lo cual resulta obligatorio su contenido para los sujetos
normados y disciplinados por ello.
Con respecto al detalle de los Tratados Internacionales como Fuente Formal del
Derecho, éste es objeto de estudio de la disciplina consistente en el Derecho Internacional
Público, la cual tiene como su principal fuente formal precisamente a los Tratados
Internacionales, es por esto que nosotros nos remitimos a lo que se estudiará en ese curso.
Por ahora entregamos solamente un panorama general de ellos como fuente formal del
Derecho en que consiste, dejando el detalle para esa disciplina.
VII. La Ley
En nuestro ordenamiento jurídico para que un acto pueda ser considerado como
“ley”, conforme a la Constitución y al Código Civil, se atiende a la forma en que se
presenta ésta, siendo indiferente el hecho de que implique un mandato general y abstracto o
bien unos con contenido singular y concreto1039. Se entiende a la ley como una declaración
del Poder Legislativo que se ciñe a ciertos trámites y requisitos para que ella pueda ser
considerada y establecida como tal1040. Desde ese punto de vista puede concebirse a la ley
1036
Ibíd. pp. 244-245.
1037
Ibíd. pp. 245.
1038
Ídem.
1039
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 116.
1040
Ídem.
257
como Fuente del Derecho bajo distintos puntos de vista en base a sus características y
requisitos:
a) Desde el punto de vista técnico y riguroso, la ley es la norma jurídica que emana
del Poder Legislativo1041.
b) Desde un punto de vista formal es toda declaración del Poder Legislativo que se
encuentra sometido a ciertos trámites para su gestación1042.
c) Desde un punto de vista material, es un mandato abstracto y general emandado
por el Poder Público1043.
A continuación presentaremos las distintas definiciones que se han dado y
establecido para lo que es la ley.
1041
Ídem.
1042
Ídem.
1043
Ídem.
1044
Ibíd. pp. 117.
258
- Razones de fondo: Por otro lado existe quienes critican este concepto de ley por
el hecho de no incluir en ella nociones de justicia o de principios generales que
sean aceptados en toda sociedad, con lo cual no logra dar una idea clara de cuál
es el objeto de la ley1045. Nos parece que esta crítica es improcedente toda vez
que ella implica asumir una visión iusnaturalista del Derecho por un lado de
forma necesaria y, en segundo lugar, en base a la Pirámide de Kelsen, quien
establece el contenido al que debe ajustarse la ley viene establecido
precisamente por la Constitución.
- Razones sistemáticas: Se crítica el hecho de que esta definición no incluya en sí
el carácter de normas que se formulan de forma abstracta y genérica, pudiendo
caber bajo esta definición situaciones particulares1046. A pesar de ello, cabe
señalar que si bien la regla general es que ley contenga normas genéricas y
abstractas, también puede contener situaciones particulares, tales como las leyes
que otorgan nacionalidad por gracia o las leyes expropiatorias.
Marcel Planiol define a la ley como una regla social obligatoria, establecida en
forma permanente por la autoridad pública y sancionada por la fuerza1047. A partir de esta
definición es posible extraer cuáles son las características de la ley como una Fuente
Formal del Derecho:
a) La ley es una regla social: Es decir, es una norma de conducta exterior que no
regula la vida ni el fuero interno o meramente psicológico de las personas, sino
que los actos del ser humano en su vida en sociedad1048.
b) La ley emana de la autoridad pública: Es decir, existen organismos a los
cuales la sociedad y el ordenamiento jurídico han otorgado el poder para
dictarla1049.
1045
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 45.
1046
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 117-118.
1047
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 44
1048
Ídem.
1049
Ídem.
259
2. Requisitos de la ley
La ley como Fuente Formal del Derecho tiene ciertos requisitos que cumplir, de los
cuales se distinguen requisitos externos y requisitos internos de la ley, los cuales se pueden
1050
Ídem.
1051
Ídem.
1052
Ídem.
1053
Ídem.
1054
Ídem.
1055
Ibíd. pp. 45.
1056
Ídem.
1057
Ídem.
260
La ley como Fuente Formal del Derecho debe ser manifestada en la forma prescrita
por la Constitución. Lo anterior tiene una doble dimensión y consideraciones al respecto
necesarias de realizar:
1058
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 118.
1059
Ídem.
1060
Ídem.
261
1061
Ibíd. pp. 119.
1062
Ídem.
1063
Ibíd. pp. 120.
1064
Ídem.
1065
Ídem.
1066
Ídem.
262
1067
Ídem.
1068
Ídem.
1069
Ídem.
1070
Ibíd. pp. 120-121.
1071
Ídem.
1072
Ídem.
1073
Ídem.
263
La ley admite distintas clasificaciones, las cuales vienen dadas y entregadas según la
materia y los requisitos que éstas tienen para que puedan ser aprobadas y consideradas
como ley.
Al respecto, partimos señalando que muchos manuales y textos incluyen en este
apartado a la Constitución como ley fundamental de la República. Nosotros discrepamos de
lo anterior, por razones que ya hemos expuesto, en primer lugar en que vemos a la
Constitución como una norma jurídica que se encuentra en una jerarquía superior a la ley y
que tiene sus características propias razón por la cual dimos ideas de ella en un apartado y
en la profundidad nos remitimos a lo que se estudiará en el correspondiente curso de
Derecho Constitucional.
Con lo cual, sin perjuicio y aparte de la Constitución, es posible concebir en el
ordenamiento jurídico los siguientes tipos de leyes.
1074
Ídem.
1075
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 47.
1076
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 56.
264
entenderá que se encuentra incorporada a la misma Constitución, ya que ella permite tener
claridad en torno a su contenido1077.
Las leyes orgánicas constitucionales (LOC) son aquellas que para su aprobación,
modificación y derogación necesitan ser aprobadas por cuatro séptimo de los diputados y
senadores en ejercicio, junto con un control preventivo obligatorio por parte del Tribunal
Constitucional de forma previa a su promulgación1078. Dicho de otra forma necesitan de un
quórum de 4/7 de cada una de las cámaras más la aprobación del TC.
A estas leyes le corresponde regular ciertas materias que expresamente la
Constitución ha señalado que deben ser reguladas por ellas1079. Algunos ejemplos son la ley
que regula a la Contraloría General de la República, la ley que regula al Banco Central, la
ley que regula al Ministerio Público, etc.
Las leyes de quórum calificado (LQC) son aquellas que para su aprobación,
modificación y derogación requieren de la mayoría absoluta de los diputados y senadores
en ejercicio1080. Dicho de otra forma, necesitan del “50% + 1” de cada una de las cámaras.
La Constitución señala de forma expresa cuáles son las materias que requieren ser
reguladas por leyes que necesiten este quórum, por ejemplo aquellas que establezcan
limitaciones para adquirir el dominio de ciertos bienes1081.
1077
Ídem.
1078
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 46.
1079
Ídem.
1080
Ibíd. pp. 47.
1081
Ídem.
265
las categorías anteriores y que la Constitución señale que deben ser reguladas de manera
legal1082. Estas leyes deberán ser aprobadas por la mayoría de los parlamentarios que hayan
concurrido a la votación.
Dentro de esta categoría se encuentran las leyes de base, las cuales no regulan
materias en su integridad, sino que solamente fijan las bases del ordenamiento jurídico
respectivo, permitiendo que la autoridad administrativa complete mediante el ejercicio de la
potestad reglamentaria que se complete el contenido de la legislación respectiva y en
cuestión1083.
Los Decretos con Fuerza de Ley (DFL) consisten en la potestad legislativa radicada
en el Presidente de la República. Dicho de otra forma esto opera y ocurre en aquellos casos
en los cuales el Congreso Nacional ha autorizado y delegado al Presidente la facultad para
que éste legisle de manera autónoma sobre una materia determinada1084. Al respecto, cabe
señalar que esta figura constituye una verdadera ley y sólo pueden ser modificados o
dejados sin efectos por una disposición de jerarquía legal1085.
Junto con lo anterior es importante señalar que esta facultad se encuentra restringida
en varios sentidos: (i) solamente pueden versar sobre ciertas materias específicas y
determinadas por la Constitución; (ii) debe haber una autorización expresa del Congreso
Nacional; y (iii) se restringe el plazo para desarrollar y dictarlo, el cual no puede ser
superior a un año1086.
F) Decretos Leyes
Los Decretos Leyes (DL) son toda legislación que se dicta en aquellos momentos en
los cuales el ejercicio normado del Poder Legislativo se encuentra suspendido, de manera
1082
Ídem.
1083
Ídem.
1084
Ibíd. pp. 49.
1085
Ídem.
1086
Ibíd. pp. 50.
266
tal que son ejercicio del Poder Ejecutivo que tiene fuerza legal1087. Esto ocurre
especialmente en relación con toda la normativa que ha sido dictada al momento de estar en
presencia de un gobierno de facto1088.
Durante mucho tiempo se discutió la validez de esta normativa debido al hecho de
que nace sin respetar las normas establecidas por el ordenamiento jurídico para efectos de
lograr la dictación de la ley; sin embargo, por la realidad práctica se entienden incorporadas
a éste, con lo cual el día de hoy los Decretos Leyes dictados en circunstancias
extraordinarias tienen la misma jerarquía que cualquier legislación1089.
1087
Ídem.
1088
Ídem.
1089
Ídem.
1090
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 123.
267
La duda que surge es, entonces, cómo se hace valer la supremacía constitucional
sobre las leyes. Para responder a esto, surge la figura de la justicia constitucional, la cual se
encarga de mantener y hacer valer dicha supremacía, de modo tal que se pueda lograr que
no exista ninguna ley que atente o vaya contra la Constitución y, en caso de haberla,
expulsarla del ordenamiento jurídico.
En cuanto a las leyes que son inconstitucionales es importante señalar que éstas son
obligatorias y deben ser obedecidas por los poderes públicos y los ciudadanos en tanto no
hayan sido declaradas inconstitucionales1091. Es decir, no basta con que se aprecie que una
norma es inconstitucional, es necesario que exista que la ley haya sido así declarada. Al
respecto, existen distintos modelos para estos efectos: mientras países como Estados
Unidos tienen un modelo de control difuso (es decir, el control constitucional sobre la ley
recae en todos los tribunales) otros países siguen o tienen un modelo de control concentrado
o también llamado austríaco, es decir existe un solo órgano el cual se encarga de ejercer el
control o justicia constitucional sobre la ley recae en un órgano específico1092. Chile sigue
este último modelo, ya que la justicia constitucional y el control de las leyes en este ámbito
recae en un órgano específico, el cual es el Tribunal Constitucional, siendo éste el único
que goza de competencia actualmente para poder dictar una ley ya sea que inaplicable por
inconstitucionalidad o directamente como inconstitucional1093.
Actualmente se contemplan diferentes mecanismos, tanto de tipo preventivo como
de orden represivo.
1091
Ibíd. pp. 124.
1092
Ídem.
1093
Ídem.
268
1094
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 52.
269
Las leyes admiten distintas clasificaciones según la forma bajo la cual estas se
encuentran manifestadas y prescritas. Ante ello, presentamos algunas clasificaciones que se
han formulado en torno a ellas.
Esta es la clasificación que emana del artículo 1° del Código Civil y no ha estado
exenta, toda vez que existe quienes afirman que no es posible concebir la existencia de
leyes prohibitivas ni de leyes permisivas1095. Con respecto a las primeras, esto se debería al
hecho de que si algo se encuentra prohibido es lo mismo que decir que se encuentra el
imperativo de no tener una determinada conducta, es decir, se exige una abstención. En
cambio, respecto a las segundas se señala que en base al principio de la libertad si algo no
está ordenado ni prohibido, por lógica está permitido1096.
En base a lo anterior, es importante recordar que el Derecho al final del día es uno
sólo y que cualquier clasificación de sus instituciones es hecha con fines pedagógicos para
lograr un estudio cabal y comprensivo de las instituciones jurídicas. En ese sentido, sigue
teniendo sentido, toda vez que los efectos de cada una de éstas clasificaciones son distintos
en cada categoría.
Las leyes imperativas son aquellas que imponen la obligación de realizar algo bien
establecen el cumplimiento de un requisito para lograr un fin específico o determinado1097.
Desde ese punto de vista, las leyes imperativas suelen tener dentro de sí una clasificación
que es propia:
1095
Ibíd. pp. 52-53.
1096
Ídem.
1097
Ídem.
270
a) Leyes imperativas propiamente tales: Son aquellas que ordenan hacer algo
específico y determinado1098. Por ejemplo, el artículo 904 del Código Civil ordena
en un juicio reivindicatorio al poseedor vencido restituir la cosa a su dueño, el
artículo 321 del Código Civil obliga pagar alimentos a determinadas personas, el
artículo 1826 del Código Civil exige al vendedor entregar la cosa al comprador una
vez que la obligación es exigible, etc.
b) Leyes imperativas de requisito: Son aquellas que establecen imponen el
cumplimiento u observancia de algún requisito determinado con la finalidad de
poder cumplir un objetivo específico1099. Algunos ejemplos de esto son, los
artículos 1011 y siguientes del Código Civil establecen las solemnidades necesarias
para poder desarrollar un testamento, el artículo 1554 del Código Civil señala los
requisitos que deben cumplirse para celebrar un contrato de promesa, el artículo
1801 del Código Civil exige la escritura pública en la compraventa de ciertos
bienes, el artículo 412 inciso primero del Código Civil los requisitos para que
ciertas personas puedan celebrar actos en los bienes del pupilo, etc.
Sanción a las leyes imperativas: Este tipo de leyes no siempre lleva aparejada la
misma sanción en caso de una inobservancia al mandato que se encuentra prescrito en
ella1100. Para ello, corresponde distinguir si las normas son o miran un interés público o
bien están amparando un interés particular o privado.
En general, el interés público o general está conformado por las nociones de orden
público, es decir el conjunto de normas que son vistas como esenciales para el
mantenimiento de la sociedad1101; y por las buenas costumbres, entendidas como ciertas
normas con contenido moral que proceden de forma concreta en una época determinada1102.
Dentro de éstas también deben entenderse comprendidas las normas de Derecho
Público1103. En cambio las normas de interés privado o particular son disponibles por las
partes su regulación.
1098
Ibíd. pp. 60.
1099
Ídem.
1100
Ídem.
1101
Ibíd. pp. 61-62.
1102
Ídem.
1103
Ídem.
271
La sanción ante una norma imperativa que mire un interés público será, por regla
general, la nulidad, la cual podrá ser tanto en bajo las reglas de la nulidad absoluta en caso
de que se trate de requisitos que miren o sean exigidas para el acto o contrato en atención a
su naturaleza1104. En cambio, será la nulidad relativa si es que se mira un requisito en
consideración al estado o calidad de las partes1105.
Cabe destacar que lo anterior constituye una regla general en la regulación, dado
que la ley podría disponer que la sanción a la omisión de una ley imperativa de interés
público sea una diferente a la nulidad1106.
En cambio, la sanción a una norma imperativa que mire un interés privado, la
sanción será, por regla general, la responsabilidad civil, es decir hará nacer la obligación de
reparar los daños por medios de indemnización de perjuicios1107.
Cabe señalar que al igual que con las normas de interés público, la responsabilidad
civil constituye una regla general con respecto a las sanciones de interés privado, esto toda
vez que la ley podría establecer una sanción diferente a ella1108.
Las leyes prohibitivas son aquellas que contienen un mandato de no hacer algo y no
lo permiten en ninguna circunstancia1109. De esta forma los conceptos “ley prohibida” y
“acto prohibido por ley” son términos que resultan ser coincidentes y ser la misma cosa en
ese sentido1110.
En primer lugar, es importante señalar que es importante que para que una ley sea
prohibitiva el acto vetado debe encontrarse en la disposición como prohibida bajo ningún
aspecto o circunstancia, dado que si se admitieran excepciones realmente se estarían
estableciendo requisitos, con lo cual la norma pasaría a ser en realidad una ley imperativa
de requisitos, pero no prohibitiva1111.
1104
Ibíd. pp. 62.
1105
Ídem.
1106
Ídem.
1107
Ídem.
1108
Ibíd. pp. 63.
1109
Ibíd. pp. 59.
1110
Ídem.
1111
Ídem.
272
Las leyes permisivas son aquellas que confieren o reconocen un derecho subjetivo
y/o facultad o atribución a algún particular, el cual queda entregado o puede ser ejercido a
1112
Ídem.
1113
Ídem.
1114
Ibíd. pp. 59-60.
273
1115
Ibíd. pp. 63.
1116
Ídem.
1117
Ibíd. pp. 64.
1118
Ídem.
274
Esta segunda clasificación dice relación con la forma en la cual las leyes se
manifiestan en relación con los sujetos regulados.
Las leyes imperativas o prohibitivas son aquellas cuyo mandato o prohibición tienen
un alcance obligatorio absoluto, es decir, se impone la voluntad del legislador a los
particulares, sin posibilidad de que éstos puedan eludir de la aplicación de la ley1121. Lo
anterior ocurre por distintas razones:
a) Para asegurar el orden público, es decir el conjunto de reglas que son necesarias
para el mantenimiento de la sociedad1122.
b) Para proteger a ciertas personas e virtud de alguna condición personal, como la
edad, condición física, estado de necesidad, etc., sin la cual ésta persona podría
terminar siendo víctima de su debilidad o inexperiencia.
Prácticamente la totalidad de las leyes del Derecho Público son de este carácter1123.
En Derecho Privado especial o satélite es posible señalar que las normas del Derecho del
Trabajo y del Derecho del Consumo tienen estas características. A su vez, la mayoría de las
1119
Ibíd. pp. 63.
1120
Ídem.
1121
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 121-122.
1122
Ibíd. pp. 122.
1123
Ídem.
275
normas del Derecho Civil de Familia tiene una normativa de este tipo. En Derecho Civil
Patrimonial es posible encontrar normativa de este estilo, tales como por ejemplo las
normas sobre capacidad, aquellas que regulan los requisitos de validez de los actos
jurídicos, las que regulan las asignaciones forzosas en materia sucesoria, etc.
Las leyes declarativas o supletivas son aquellas que determinan las consecuencias
de los actos jurídicos cuando las partes interesadas no la han previsto y regulado de otra
manera, teniendo libertad para hacerlo1124.
En estos casos, la ley suple el silencio u omisión de las partes con el fin de que
tengan la regla o normativa que ellas no establecieron ni regularon en las cláusulas del acto
celebrado1125. Esto puede adquirir dos modalidades diferentes o formas de operar según sea
el caso:
a) Reproduce la voluntad presunta de las partes de la forma que
probablemente lo habrían hecho éstas1126: En este caso, las normas se
encargan de suplir o completar la voluntad teniendo en consideración la relación
jurídica establecida. El ejemplo de esto son la mayoría de las normas que
regulan a los contratos en particular en el Código Civil. Así, por ejemplo, están
las normas de la regulación de la compraventa las cuales rigen en ausencia de
que las partes hayan establecido por su voluntad una reglamentación diferente.
b) Establece la voluntad considerando las tradiciones, hábitos, costumbres y el
interés general1127: En este caso se tienen en consideración elementos generales
y el orden presente para establecer qué es aquello que las partes no regularon.
Por ejemplo, la sociedad conyugal como el régimen legal y supletorio del
matrimonio, las reglas de la sucesión intestada ante la falta de testamento, los
plazos para el pago y duración del arrendamiento de cosa, etc.
1124
Ibíd. pp. 121.
1125
Ídem.
1126
Ídem.
1127
Ídem.
276
Cabe señalar que la mayoría, pero no todas, de las normas legales del Derecho Civil
Patrimonial son de carácter declarativas o supletivas, entendidas con la finalidad de
completar la voluntad en aquello que no fue regulado por las partes, conforme al principio
de la autonomía de la voluntad1128. Sin embargo, reiteramos y ponemos énfasis en que
también el Derecho Civil Patrimonial contiene leyes imperativas o prohibitivas.
Estas leyes dicen relación con la vida y la comprensión de la normativa que regula a
las distintas instituciones jurídicas en el ordenamiento.
1128
Ídem.
1129
Ibíd. pp. 122-123.
1130
Ídem.
277
Las leyes normativas son aquellas leyes que se encargan de disciplinar y establecer
materias que anteriormente no habían sido objeto de implementación ni de regulación legal
alguna1131.
Un ejemplo de esto en Chile es la Ley 20.830 la cual estableció y reguló al Acuerdo
de Unión Civil, el cual era una institución jurídica que hasta antes de la dictación de dicha
ley carecía de existencia jurídica y de cualquier regulación.
Las leyes modificatorias son aquellas que establecen o hacen variar el estatuto legal
de una situación que ya se encontraba reglamentada y regulada previamente por la ley1132,
estableciendo cambios a dicho estatuto.
Por ejemplo, el Código Civil ha recibido ciertas modificaciones a sus instituciones
por medio de leyes especiales, mencionamos algunos casos: el contrato de arrendamiento
de cosa recibió ciertos cambios a través de le Ley N° 18.101 sobre arrendamiento de bienes
raíces urbanos; el contrato de mutuo recibió variaciones por la Ley N° 18.010 sobre
operaciones de crédito de dinero; el matrimonio ha recibido múltiples cambios: primero por
la Ley de Matrimonio Civil del año 1884 que estableció la secularización del matrimonio
junto con la creación del Registro Civil, luego la Ley N° 19.947 que cambió la normativa
anterior y estableció al divorcio en el matrimonio, la Ley N° 21.400 que incluyó al
matrimonio igualitario; el sistema filiativo recibió reformas trascendentales por medio de la
Ley N° 19.585.; etc.
Las leyes interpretativas son aquellas que se limitan a declarar el sentido de otras
leyes1133.
El reconocimiento de este tipo de leyes se encuentra en el artículo 9° inciso segundo
del Código Civil, el cual señala: “Sin embargo, las leyes que se limiten a declarar el sentido
1131
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 53.
1132
Ídem.
1133
Ibíd. pp. 54.
278
de otras leyes, se entenderán incorporadas en éstas; pero no afectarán en manera alguna los
efectos de las sentencias judiciales ejecutoriadas en el tiempo intermedio”. A partir de ello
surgen criterios importantes.
En ese sentido, es importante tener presente que una ley interpretativa no es una
nueva ley, sino que se constituye y manifiesta como una regulación complementaria a la ley
anterior, teniendo como único alcance el consistir en la aclaración de un punto dudoso u
oscuro de la ley primitiva1134. A su vez, conforme a lo señalado en la norma citada, las
leyes interpretativas no son modificaciones de la ley interpretada, ya que una vez dictada se
entienden incorporadas a la primera1135, sin perjuicio de que no pueden afectar sentencias
judiciales ejecutoriadas en virtud de la protección de la seguridad jurídica y el efecto de la
cosa juzgada.
6. Vigencia de la ley
Las leyes surten y producen efectos, como hemos señalado anteriormente, de forma
permanente, es decir, en todo el momento bajo el cual ésta se encuentra vigente. Sin
embargo, tal como hemos señalado esto no es sinónimo en caso alguno de perpetuo o
eterno. Es decir, ninguna ley ha existido desde el origen de los tiempos y ninguna ley puede
tener la pretensión de existir hasta el Armagedón y el final de los tiempos.
En ese sentido, es importante aclarar que las leyes son permanentes, pero tienen una
vida que comienza con la promulgación y publicación de éstas y termina con la pérdida de
vigencia de ellas, instituciones que pasamos a analizar.
La Constitución dispone que las leyes puedan tener su origen ya sea en la Cámara
de Diputados o en el Senado y se puede iniciar su tramitación por mensaje o iniciativa del
Presidente de la República o bien por una moción o iniciativa de cualquier diputado o
senador. Aprobado un proyecto por una de las Cámaras pasa a la otra Cámara y, en caso de
1134
Ídem.
1135
Ídem.
279
que sea aprobada por ambas Cámaras con los quórums necesarios pasa al Presidente de la
República para que éste, si es que no lo veta, lo promulgue como ley. En caso de haber
discrepancia en las Cámaras pasa a comisión mixta. Si es rechazado por la mayoría no es
ley de la República. Durante todo este trámite, el cual se denomina la discusión de la ley,
ésta no puede ser considerada como ley. Es sólo un proyecto de ley el cual no tiene ninguna
vigencia.
La ley comienza a tener vigencia recién con los actos que realiza el Presidente de la
República consistente en la promulgación y la publicación de la ley. Lo anterior se
encuentra establecido en el artículo 6° del Código Civil, el cual dispone:
“Artículo 6°.- La ley no obliga sino una vez promulgada en conformidad a la
Constitución Política del Estado y publicada de acuerdo a los preceptos que siguen.
El decreto supremo promulgatorio de una ley iniciada por moción deberá contener,
a continuación del nombre de aquella, el de los diputados o senadores autores de la referida
iniciativa”.
A partir de ello se entiende que la ley tiene dos requisitos copulativos para que
pueda entrar en vigencia consistentes en la promulgación y la publicación, las cuales
explicamos a continuación:
a) Promulgación de la ley: Es el acto del Poder Ejecutivo busca dar existencia a la
ley, fijar su texto y ordenar que sea cumplida como tal1136. Dicho de otra forma, por
medio de él, el Presidente le otorga la obligatoriedad. Este acto se efectúa a través
de un decreto promulgatorio, el cual al ser un acto del Presidente es un Decreto
Supremo1137.
b) Publicación de la ley: Es el acto por medio del cual la ley es insertada en el Diario
Oficial momento desde el cual es considerada como una ley de la República1138.
En base a lo anterior, es posible señalar que la promulgación y la publicación de la
ley son dos instituciones diferentes: la primera busca atestiguar y darle existencia a la ley
como tal con su correspondiente obligatoriedad, mientras que la segunda busca dar a
1136
Ibíd. pp. 64.
1137
Ídem.
1138
Ibíd. pp. 65.
280
Las leyes tienen vigencia hasta el momento en el cual ésta la pierden. Una ley puede
perder vigencia por tanto por causales extrínsecas a ella como por causales que le son
intrínsecas en ella misma.
1139
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 167.
1140
Ibíd. pp. 169-170.
281
La causal extrínseca por la cual una ley pierde vigencia consiste en la derogación, la
cual es la cesación de eficacia de una ley en virtud de la disposición o disposiciones de otra
ley posterior1141. De esta forma, por medio de esta figura se priva de fuerza a una ley, por
medio de otra ley, la cual puede tanto reemplazar a la ley antigua como simplemente dejarla
sin efecto1142.
Es importante señalar que las leyes, conforme a la Pirámide de Kelsen, pueden ser
derogadas sólo en virtud de una norma de igual jerarquía o superior: es decir, una misma
ley puede derogarla o sino la Constitución y los Tratados Internacionales, pero jamás por
un acto administrativo, un acto jurídico o la costumbre jurídica1143.
La derogación es una institución que admite las siguientes clasificaciones, las cuales
se desprenden a partir del artículo 52 del Código Civil, el cual señala:
“Artículo 52.- La derogación de las leyes podrá ser expresa o tácita.
Es expresa, cuando la nueva ley dice expresamente que deroga la antigua.
Es tácita, cuando la nueva ley contiene disposiciones que no pueden conciliarse con
las de la ley anterior.
La derogación de una ley puede ser total o parcial”.
Conforme a ello, podemos clasificar a la derogación de la siguiente manera: (i)
derogación expresa y tácita; (ii) derogación por retruque o carambola; (iii) derogación
orgánica y (iv) derogación total y parcial.
1141
Ibíd. pp. 207.
1142
Ídem.
1143
Ibíd. pp. 207-208.
282
La derogación expresa es aquella por medio de la cual una nueva ley de forma
expresa deroga y deja sin vigencia a una ley antigua o anterior1144. La característica esencial
de este tipo de derogación consiste en que tenemos un acto del legislador por medio éste
deja sin efecto una ley que había dictado antiguamente1145.
En cambio, la derogación tácita implica la existencia de una nueva ley, la cual tiene
disposiciones que son incompatibles con la ley antigua1146. Es decir, este tipo de ley implica
la existencia de una contradicción o antinomia entre dos normas jurídicas establecidas a
nivel legal, la cual debe ser solucionada, en la cual prima la ley nueva por sobre la ley
antigua1147. Sin embargo, es importante aclarar que la derogación tácita, por lo mismo, no
implicará necesariamente la derogación total de la legislación antigua, sino que sólo será en
aquello en lo cual exista contradicción entre ambas.
Al respecto y en relación con lo anterior, el artículo 53 del Código Civil señala: “La
derogación tácita deja vigente en las leyes anteriores, aunque versen sobre la misma
materia, todo aquello que no pugna con las disposiciones de la nueva ley”. En ese sentido,
es importante señalar que la ley se derogará sólo en lo que haya contradicción o antinomia.
En la práctica, corresponderá al intérprete de la ley fijar y señalar cuando una ley ha sido
derogada tácitamente. En ese sentido, resulta más sencillo para éste los casos en los cuales
hay derogación expresa.
1144
Ibíd. pp. 208.
1145
Ídem.
1146
Ídem.
1147
Ídem.
1148
Ibíd. pp. 209.
283
su normativa y regulación a lo que son las normas del contrato de compraventa en todo lo
que no se oponga la naturaleza del contrato.
La pregunta que surge es: ¿Qué ocurriría si la ley referida es derogada ya sea
expresa o tácitamente? ¿Qué ocurre con la ley referencial? Si se estima que la respuesta es
que esto es que la derogación de la ley referida implica también la derogación de la ley
referencial estamos en presencia de una derogación por retruque o carambola.
De esta forma, la derogación por retruque o carambola es la derogación de una ley
referida, la cual deroga la ley referencial1149. En el ordenamiento jurídico no otorga una
pauta general en cómo se produciría este tipo de derogación, de modo tal que habrá que ir
buscando las soluciones en el caso concreto, analizando cuáles son las particularidades de
cada una de las situaciones1150.
- Derogación orgánica
Esta derogación es aquella que se produce en caso de que una ley disciplina todas
las materias reguladas por una o varias leyes precedentes aunque no exista ni haya
incompatibilidad entre las disposiciones de éstas y la de la ley nueva 1151. De esta forma,
este tipo de derogación supone que el legislador ha reordenado todos los principios
directivos de una materia, los cuales lleva como consecuencia que se deja sin efectos los
supuestos de una ley antigua1152. A su vez, la derogación orgánica supone que la nueva ley
regula de forma completa una materia regulada antiguamente1153.
El ejemplo de esto ha sido en Chile los cambios de Constitución, los cuales dejan
sin efecto las instituciones del régimen político que estaban concordes y contestes con la
Constitución antigua.
1149
Ídem.
1150
Ídem.
1151
Ídem.
1152
Ibíd. pp. 209-210.
1153
Ídem.
284
Esta se contempla en el inciso final del artículo 52 del Código Civil y dice relación
con la extensión de la ley derogatoria.
La derogación total implica una supresión por completo de la ley antigua, ya sea que
señale ésta o bien que reemplace su normativa por una nueva1154. Ejemplo de esto es el
Artículo Final del Código Civil, el cual deja sin vigencia de forma total la antigua
normativa del Derecho Indiano.
La derogación parcial implica, en cambio, la supresión de uno o más preceptos de la
ley antigua ya sea que los reemplace por otros o no, quedando el resto vigente 1155. En
Derecho Civil de Familia, las leyes que han regulado al matrimonio civil o por ejemplo la
Ley N°19.585 sobre filiación han venido a significar derogación de ciertos preceptos del
Código Civil, pero el resto se ha mantenido vigente.
Finalmente en relación con la derogación corresponde aclarar eso sí algunas
situaciones que pueden surgir duda.
1154
Ibíd. pp. 210-211.
1155
Ídem.
1156
Ibíd. pp. 211.
1157
Ídem.
285
El hecho de que una ley derogue una ley expresamente había derogado una ley
antigua no hace revivir por sí sola ni dar vigencia nuevamente a ley antigua, es necesario
para que ello ocurra que así se haya dispuesto de forma expresa. De nada establecerse la
institución jurídica regulada quedará abolida o bien será regulada por los principios
generales1160. De esta forma es necesario para que ocurra que se le devuelva la vigencia de
forma expresa. Lo anterior dado que la ley es positiva y no puede desprenderse por medio
de conjeturas o análisis sofisticados1161.
En cambio, con la derogación tácita, si la ley nueva que había derogado tácitamente
una ley antigua es a su vez derogada, esto trae vida y vigencia a la ley antigua, lo anterior
toda vez que ya no existiría la contradicción que fundamenta la existencia de la derogación
tácita de la ley.
1158
Ídem.
1159
Ídem.
1160
Ibíd. pp. 212.
1161
Ídem.
1162
Ibíd. pp. 213.
1163
Ídem.
286
El desuso de una ley consiste en la no aplicación de una ley por simple no uso de
ella1167. Dicho de otra, una ley deja de ser utilizada para la solución de conflictos que ella
aborda. Lo anterior puede ocurrir por distintas razones:
- Desaparecen las condiciones sociales, políticas o económicas que motivaron la
dictación de esta ley1168.
- Ser inadecuada para la necesidad que se pretende servir1169.
- Falta de correspondencia entre la ley y el sentido o mentalidad de una
sociedad1170. Por ejemplo, el castigo al duelo y la provocación al duelo1171.
En Chile y en la mayoría de los países el desuso no tiene ningún valor, de modo tal
que la ley sigue estando vigente a pesar de no recurrirse a ella1172. Por lo demás, la
costumbre contra ley en Chile no tiene valor alguno tampoco.
La mayoría de los autores se oponen también al desuso por distintas razones, entre
las cuales destacan las siguientes:
1164
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 68.
1165
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Loc. Cit. pp. 213
1166
Ídem.
1167
Ídem.
1168
Ídem.
1169
Ídem.
1170
Ídem.
1171
Ídem.
1172
Ibíd. pp. 214.
287
7. Autoridad de la ley
Tal como ya hemos señalado la regla de oro del Derecho Público es que es lícito y
permitido todo aquello que esté expresamente permitido1177. Esta regla se encuentra
consagrada normativamente en la misma Constitución en su artículo 7° y también la
podemos ver presente en el Código Civil el cual en su artículo 1462 al regular una de las
hipótesis de objeto ilícito dispone: “Hay un objeto ilícito en todo lo que contraviene al
derecho público chileno. Así la promesa de someterse en Chile a una jurisdicción no
reconocida por las leyes chilenas, es nula por el vicio del objeto”.
Al encontrarse prohibido todo lo que no esté permitido y ser las leyes del Derecho
Público normas que protegen un interés general, entonces debemos concluir que la sanción
ante una inobservancia o incumplimiento de lo prescrito por una ley de Derecho Público
será la nulidad del acto en cuestión1178, ya sea la nulidad de Derecho Público (institución
que es estudiada en los cursos de Derecho Constitucional y Derecho Administrativo) o la
nulidad absoluta regulada en el Código Civil.
1173
Ídem.
1174
Ídem.
1175
Ídem.
1176
Ídem.
1177
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 54.
1178
Ídem.
288
1179
Ídem.
1180
Ibíd. pp. 54-55.
1181
Ibíd. pp. 55.
1182
Ídem.
289
1183
Ídem.
1184
Ídem.
1185
Ídem.
1186
Ibíd. pp. 55-56.
290
debido, etc.1187. Todas estas instituciones se basan en la protección general del principio de
la Buena Fe.
De esta forma, la presunción de conocimiento de ley (o ficción mejor dicho) es algo
diferente y con consecuencias distintas al error de derecho, ya que la primera busca
establecer que el desconocimiento no será causal para no cumplir la ley, pero no señala
cuáles serán sus consecuencias, las cuales se regularán en el caso a caso, pero teniendo
resguardando siempre el imperio de la ley1188.
Por lo demás, cabe señalar que existen casos en los cuales la ley exige expresamente
que para atribuir ciertos efectos y consecuencias, el acto haya sido hecho “a sabiendas” o
“debiendo saber”. Por ejemplo, el artículo 1468 del Código Civil señala que no se podrá
repetir lo dado o pagado por objeto o causa ilícita “a sabiendas”, lo mismo señala el artículo
1683 del Código Civil que señala que no puede solicitar la nulidad absoluta el que celebró
el acto “sabiendo o debiendo saber” del vicio. Una situación similar ocurre con la
regulación de los vicios redhibitorios en la compraventa, los cuales rigen que hace que son
aplicables si el comprador “no sabía o no debía saber” de ellos. Lo mismo ocurre con
disposiciones en otras materias, como en Derecho Tributario1189. Todo lo anterior hace
concluir que no existe un conocimiento presunto de todas las circunstancias de hecho y
derecho, sino que implican que haya y exista un conocimiento efectivo y real de la
ilicitud1190.
Lo anterior permite concluir, por lo tanto, que la presunción o ficción del
conocimiento de la ley dista bastante de ser una presunción irreal y absoluta del
conocimiento de la ley, sino que lo que busca señalar es que ella hará siempre inexcusable
al cumplimiento de la ley y su imperio1191.
A continuación nos toca estudiar que la autoridad de la ley se manifiesta en lo que
son los efectos de la ley, los cuales se distinguen en lo siguiente: (i) los efectos de la ley en
cuanto a su sanción; (ii) efectos de la ley en cuanto a las personas; (iii) efectos de la ley en
cuanto al tiempo y (iv) efectos de la ley en cuanto al espacio o territorio.
1187
Ibíd. pp. 56.
1188
Ibíd. pp. 57.
1189
Ibíd. pp. 58.
1190
Ídem.
1191
Ídem.
291
Estos efectos dicen relación con las sanciones que genera la ley. Para ello hay que
tener presente la clasificación presente en el artículo 1° del Código Civil entre leyes
imperativas, leyes imperativas y leyes permisivas. Anteriormente ya nos habíamos referido
a la sanción prevista cuando analizamos la clasificación de las leyes, con lo cual para la
explicación detallada nos remitimos a lo señalado en esa sección.
Dado que fue explicado anteriormente, con el fin de no caer en la reiteración
innecesaria, solamente presentamos un resumen y enunciación de las sanciones
establecidas:
a) Leyes imperativas: Recordar que éstas pueden ser (i) imperativas propiamente
tales o (ii) imperativas de requisitos, para establecer la sanción hay que
distinguir si:
Sanción si protegen un interés general: será la nulidad (absoluta o
relativa), con la excepción en caso de que la ley haya previsto una sanción
diferente.
Sanción si protegen un interés particular: será la responsabilidad civil,
con la excepción en caso de que la ley haya previsto una sanción diferente.
b) Ley prohibitiva: Recordar que éstas impiden la realización de una conducta
bajo cualquier circunstancia.
Sanción: será la nulidad absoluta, con la excepción de que la ley haya
previsto una sanción diferente.
c) Ley permisiva: Recordar que éstas generan la obligación al resto de la sociedad
de tolerar y permitir el ejercicio del derecho o facultad entregada.
Sanción: será la responsabilidad civil, con la excepción de que la ley haya
previsto una sanción diferente.
De esta forma, se regulan y se contemplan como operan los efectos de la ley en
cuanto a la sanción que ésta genera.
1192
Ibíd. pp. 76.
1193
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 279.
1194
Ídem.
1195
Ídem.
293
Para efectos del Derecho Civil, el artículo 57 del Código Civil establece la igualdad
entre chilenos y extranjeros al decir que “la ley no reconoce diferencias entre el chileno y el
extranjero en cuanto a la adquisición y goce de los derechos civiles que regla este Código”.
De esta manera para todo lo que sean los “derechos civiles”, es decir aquellos que miran los
intereses privados del sujeto, valga a decir los que nacen de las relaciones jurídicas
patrimoniales y de familia, no existen diferencias entre el chileno y el extranjero 1196. Esto
debe encontrarse circunscrito a este ámbito, ya que para los derechos públicos (como sería
el derecho al sufragio, a ser electo en cargos públicos, etc.) sí existen diferencias entre el
chileno y el extranjero1197.
Con todo, la equiparación para efectos civiles entre el chileno y el extranjero admite
ciertas excepciones. Presentamos algunas de cierta importancia:
- El artículo 1012 del Código Civil prohíbe al extranjero no domiciliado en Chile
ser testigo de un testamento (la razón es procesal, por dificultades para obtener
su comparecencia)1198.
- El artículo 998 del Código Civil señala que en la sucesión intestada de un
chileno o extranjero fuera de Chile, sólo los chilenos que tienen interés en esta
sucesión pueden invocar los derechos que le corresponden conforme a la ley
nacional y solicitar que se les adjudiquen los bienes del causante existente en
Chile, mientras que los extranjeros sólo pueden invocar la ley que rige a la
sucesión y sin preferencia1199.
- Los bienes raíces fronterizos y a cierta distancia de la costa se encuentra
reservado su dominio, posesión y derechos reales a los chilenos1200.
- Conforme a los artículos 497 y 1272 del Código Civil extranjeros sin domicilio
en Chile no pueden ser tutores, curadores ni albaceas testamentarios1201.
De esta forma, para estos efectos la ley en Chile rige en el territorio en igualdad de
condiciones para chilenos y extranjeros.
1196
Ibíd. pp. 279-280.
1197
Ibíd. pp. 280.
1198
Ídem.
1199
Ídem.
1200
Ídem.
1201
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Loc. Cit. pp. 76.
294
1202
Ibíd. pp. 68.
1203
Ibíd. pp. 68-69.
1204
Ídem.
1205
Ídem.
1206
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 229.
295
Las leyes interpretativas son aquellas por medio de la cual el legislador se dispone a
determinar el sentido dudoso, oscuro o controvertido de una ley anterior1208. Los requisitos
para que estemos en presencia son dos:
a) Debe fijar el sentido incierto de una ley antigua1209.
b) Adopta una solución que podría haber consagrado la jurisprudencia, con lo cual
el legislador actúa a la manera del juez, es decir como intérprete del ley1210.
c) No es necesario que el legislador señale que una ley es de tipo interpretativa,
basta que en su contenido lo sea y se manifieste como tal1211.
Las leyes interpretativas no pueden ser consideradas como interpretativas, dado que
conforme al inciso segundo del artículo 9° del Código Civil, este tipo de legislación se
entienden que se encuentran incorporadas a las leyes interpretadas o antiguas. Por ficción,
1207
Ibíd. pp. 230.
1208
Ibíd. pp. 235.
1209
Ídem.
1210
Ídem.
1211
Ídem.
296
ocurre esto dado que la ley interpretativa no es una nueva declaración de la voluntad
soberana, sino que es una aclaración o alcance de una declaración previa en ese sentido1212.
El límite, eso sí, a la ficción anteriormente descrita es que estas leyes no pueden
afectar los efectos de las sentencias judiciales ejecutoriadas en el tiempo intermedio, es
decir, aquel que media entre la entrada en vigencia de la ley interpretada y la entrada en
vigencia de la ley interpretativa1213. Lo anterior se encuentra consagrado en el mismo y ya
citado artículo 9° del Código Civil. Esta es una norma que hace mucho sentido, ya que de
lo contrario podría implicar una intervención en el Poder Judicial y de las decisiones que
éste adopte por parte del Poder Legislativo, lo cual sería un atentado grave e importante
contra lo que es la doctrina de la separación de poderes, una de las bases del sistema
político democrático.
Lo anterior implica que, si bien las leyes interpretativas no son retroactivas por la
ficción de entenderse incorporadas en la ley interpretada en la práctica sí tienen un efecto
retroactivo toda vez que desde su dictación comienzan a interpretar hechos de relevancia
jurídica de forma previa a su dictación, teniendo esto como límite lo anteriormente
explicado para las sentencias judiciales ejecutoriadas1214.
En relación con la determinación de cuándo una ley resulta ser retroactiva o no,
junto con sus efectos, es importante tener presente cuándo se generan dichos efectos. Al
respecto, se han elaborado dos teorías que permiten el establecer esto, a saber: (i) la teoría
clásica de los derechos adquiridos y de las simples o meras expectativas y facultades
legales y (ii) la teoría de la situación jurídica de Paul Roubier.
A continuación pasamos a analizar cada una de estas teorías.
(i) Teoría clásica de los derechos adquiridos y las simples o meras expectativas
y facultades legales
1212
Ibíd. pp. 235-236.
1213
Ibíd. pp. 236.
1214
Ibíd. pp. 236-237.
297
Esta teoría encuentra sus orígenes y sustentos doctrinarios en Jean Portalis (redactor
del Código Civil Francés) y en Mr. Blondeau y es aquella que sirvió de base principal e
inspiración para la dictación de la Ley sobre Efecto Retroactivo de las Leyes que se
encuentra vigente en Chile1215. A lo largo del Siglo XIX esta teoría fue dominante, sin
embargo, en la actualidad presenta importantes críticas y detractores, principalmente
porque en ella se pueden presentar multiplicidad de criterios a aplicar según sea el caso 1216.
Esta teoría presenta la siguiente hipótesis y tesis base: una ley es retroactiva en la
medida que lesiona intereses que para sus titulares constituyen derechos adquiridos en
virtud de la ley antigua; en cambio, no lo será si sólo vulnera simples facultades legales o
meras expectativas1217.
En relación con lo anterior, el juez no debe aplicar la ley nueva a un derecho
adquirido en virtud de una ley antigua a no ser que estemos en un caso en que se ha
regulado o aceptado la retroactividad, en cambio sí debe aplicar la ley nueva en caso de que
la controversia verse sobre la ley antigua sea sólo una simple facultad legal o mera
expectativa1218.
Para esta teoría, los derechos adquiridos son todos aquellos derechos que son
consecuencia de un hecho apto para producirlos bajo el imperio de una ley vigente
momento en que se ha realizado y que ha entrado a formar parte del patrimonio de la
persona, sin que importe la circunstancia de hacerlos valer en el tiempo presente en que otra
ley rige1219.
De esta forma, ya sea por ministerio de la ley o por un acto de la persona el derecho
ha sido adquirido por el patrimonio de la persona1220. A modo de observación y crítica, es
un tanto confuso el hecho de que esta teoría haya usado la noción de “patrimonio”, toda vez
que los derechos adquiridos se pueden componer tanto de aquellos que son de carácter
patrimonial (como la propiedad) como no patrimonial (como el estado civil o la capacidad).
1215
Ibíd. pp. 231.
1216
Ídem.
1217
Ídem.
1218
Ídem.
1219
Ibíd. pp. 232.
1220
Ídem.
298
1221
Ídem.
1222
Ídem.
1223
Ídem.
1224
Ídem.
1225
Ibíd. pp. 232.
299
ley nueva, como ocurre con la mayoría de edad, pues no queda claro qué
ocurriría si una ley aumentara esta edad y qué normativa aplicar1226.
- La teoría solamente se pronuncia respecto a la parte y los derechos
patrimoniales, pero no dice nada respecto a los derechos que emanan del
Derecho Civil de Familia, con lo cual su aplicación es restrictiva1227.
Los defensores de esta teoría señalan que las críticas formuladas son exageradas,
pues no obstante no haber criterio uniforme, sí se presenta como útil para responder a los
problemas prácticos que presenta la irretroactividad de la ley1228. En el fondo, el espíritu de
esta teoría consiste en respetar las legítimas confianza que las personas depositan en las
situaciones establecidas y en que los actos realizados deben permanecer intactos, siendo
todo lo demás una esperanza que el legislador puede modificar y destruir a su propia
voluntad1229.
Paul Roubier formuló una nueva teoría en relación a cómo opera el problema de la
retroactividad, cambiando el enfoque señalado anteriormente, indicando que la distinción
debe hacerse para determinar el carácter de una ley es el diferenciar claramente lo que es el
efecto retroactivo, es decir la aplicación de una ley en el pasado y el efecto inmediato, es
decir la aplicación de una ley en el presente1230.
Para establecer lo anterior es necesario determinar cómo actúa la ley frente a una
“situación jurídica”, el cual tiene un término amplio consistente en la posición jurídica de
un individuo frente a una norma de derecho o institución jurídica determinada1231. Esta
noción tiene una amplitud mucho mayor que la de derecho adquirido, porque no atañe
solamente un carácter subjetivo y patrimonial, sino que abarca las situación y condiciones
personales (como la edad, los derechos de familia, la salud, etc.)1232. A su vez supera a la de
1226
Ídem.
1227
Ibíd. pp. 233.
1228
Ídem.
1229
Ídem.
1230
Ibíd. pp. 234.
1231
Ídem.
1232
Ídem.
300
relación jurídica, toda vez que ésta supone la existencia de dos partes, acá puede implicar
una sola parte1233.
En ese sentido, hay que distinguir la situación jurídica puede encontrarse en tres
momentos, los cuales son (i) la constitución de la situación, (ii) la producción de efectos de
la situación y (iii) la extinción de la situación1234. Con lo cual lo determinante para
establecer la retroactividad de una ley es ver en cuál de estos momentos afecta ella o no lo
hace.
Así, una ley será retroactiva si afecta o ataca situaciones jurídicas que se encuentran
constituidas o extinguidas, o bien a los elementos ya existentes que forman parte de la
constitución o extinción de una situación jurídica que se encuentra en vías de constitución o
bien en camino para extinguirse, de manera tal que estamos en presencia de lo que Roubier
ha denominado como el efecto retroactivo1235.
En cambio, una ley nueva sólo genera efectos inmediatos si es que rigen, desde su
entrada en vigencia, y ataca en los efectos de las situaciones jurídicas que han sido
establecidas y conformadas en virtud de la ley antigua y en relación la constitución y
extinción de situaciones jurídicas nuevas1236.
El efecto inmediato es la regla general en el ordenamiento jurídico, con lo cual éstas
no afectan el momento de la constitución ni de la extinción de situaciones jurídicas ya
establecidas1237. Este efecto, eso sí, tiene dos excepciones:
a) El efecto retroactivo: Es decir que la ley se haya concebido con retroactividad,
entendida en este sistema1238.
b) Los contratos vigentes: Dado que estos son instrumentos de voluntad creadora
de los particulares y como tal no pueden quedar sometidos a una nueva
legislación si ya fueron establecidos por el consentimiento de las partes bajo un
estatuto legal diferente al momento de su constitución, debiendo respetarla el
1233
Ídem.
1234
Ídem.
1235
Ídem.
1236
Ídem.
1237
Ídem.
1238
Ídem.
301
1239
Ídem.
1240
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 71.
1241
Ídem.
1242
Ídem.
302
Con todo, es importante señalar que, a pesar de la importancia sistemática que tiene
esta normativa, la aplicación práctica de la Ley sobre el Efecto Retroactivo de las Leyes es
escasa principalmente porque se encuentra circunscrita casi exclusivamente a las leyes del
Derecho Civil y, principalmente, porque en lo que es la práctica legislativa lo habitual es
que el legislador haya contemplado disposiciones transitorias en las cuales estudie o se
haga cargo de cómo entrará en vigencia la nueva ley en relación con la aplicación de la
legislación antigua.
A continuación, presentamos el contenido y los estatutos que se encuentran
presentes y regulados en la Ley sobre el Efecto Retroactivo de las Leyes.
De forma muy breve y sucinta, el Estado Civil es la calidad permanente que ocupa
un individuo en la sociedad en orden a sus relaciones de familia1243 (Por ejemplo hijo,
cónyuge, padre, madre, soltero, viudo, conviviente civil, etc.). Esta ley se hace cargo de
esta institución haciendo las siguientes distinciones:
a) Estado Civil adquirido: Conforme al artículo 3° de la Ley sobre el Efecto
Retroactivo de las Leyes, el Estado Civil adquirido conforme la ley vigente al
momento de su constitución subsiste aunque la ley se cambie1244. Por ejemplo, si
hoy día dos personas contraen matrimonio conforme a la ley vigente, pero en un
tiempo más esta ley es cambiada y no hay disposiciones transitorias, esas dos
personas seguirán casadas a pesar de la modificación legislativa.
b) Estado Civil aún no adquirido: Conforme al artículo 2° de la Ley sobre el
Efecto Retroactivo de las Leyes, el Estado Civil que aún no ha sido adquirido al
momento de cambiarse sólo podrá adquirirse conforme a las nuevas leyes1245.
Siguiendo el ejemplo anterior, si dos personas desean contraer matrimonio en un
tiempo más, pero hoy se cambia esa legislación y no hay disposiciones
transitorias, deberán contraer matrimonio conforme a la ley nueva.
1243
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 237.
1244
Ibíd. pp. 237-238.
1245
Ibíd. pp. 238.
303
c) Consecuencias del Estado Civil: Esto dice relación con los derechos y
obligaciones que emanan del Estado Civil y que éste trae aparejado. Con
respecto a ello, el artículo 3° de la Ley sobre el Efecto Retroactivo de las Leyes
señala que éstos se sujetarán a la ley nueva o posterior, tanto para los nuevos
derechos y obligaciones que se constituyan como para la modificación y
derogación de aquellos establecidos antiguamente, sin perjuicio de que se
mantienen intactos los actos y contratos ya celebrados bajo la legislación antigua
en virtud de eso efectos. De esta forma, se genera un efecto retroactivo porque
se alteran y modifican estos derechos1246. Por ejemplo, los padres tienen la patria
potestad sobre los bienes del hijo no emancipado, si legalmente ésta es
modificada, también lo será aquella ya constituida antiguamente, sin embargo,
no afectará los actos y contratos ya celebrados en virtud de este derecho.
1246
Ibíd. pp. 238-239.
1247
Ibíd. pp. 240-241.
1248
Ídem.
1249
Ídem.
304
De forma muy sucinta la capacidad es la aptitud legal de una persona para adquirir
derechos y para ejercerlos por sí sola1250. De esta forma, existen dos tipos de capacidad:
capacidad de goce (que dice relación con la aptitud para adquirir derechos) y capacidad de
ejercicio (que dice relación con la aptitud para ejercerlos por sí sola).
En base a lo anterior, corresponde distinguir el estatuto legal a aplicar en caso de
que una ley se modifique sin que ella contemple disposiciones transitorias:
a) Capacidad de goce: Queda sometida totalmente a la ley nueva conforme al
artículo 7° inciso segundo de la Ley sobre el Efecto Retroactivo de las Leyes1251.
De esta manera, si se reconocía la aptitud con la antigua ley para adquirir un
derecho y ésta se elimina, se pierda la posibilidad de adquirir ese derecho.
b) Capacidad de ejercicio: Conforme al artículo 8° de la Ley sobre el Efecto
Retroactivo de las Leyes, si una persona adquiere la plena capacidad no la
perderá por el hecho de ya no cumplir con los requisitos conforme a la ley
nueva1252. En esto la ley se aparte de la solución doctrinaria que establecieron
los autores, dado que ellos estiman que la capacidad de ejercicio es una mera
expectativa. De esta forma, en Chile, si el día de hoy se aumentara la mayoría de
edad de dieciocho a veintiún años, todos quienes estuviesen actualmente en ese
rango de edad no perderían la mayoría de edad, sin embargo, la doctrina de la
teoría clásica no comparte esta solución.
Esto dice relación con las personas que se encuentran sin la plena capacidad de
ejercicio y necesitan que otros les administren los bienes. Al respecto importa analizar dos
figuras en este ámbito: los guardadores que son los que ejercen tutela o curaduría sobre un
pupilo1253. Por otro lado, había una institución que vino a ser derogada por nuestro Código
1250
Ibíd. pp. 241.
1251
Ibíd. pp. 242.
1252
Ibíd. pp. 243.
1253
Ídem.
305
Civil consistente en la restitución in integrum que facultaba a los pupilos y a las personas
jurídicas facultadas por ley a pedir la nulidad del acto o contrato legítimamente celebrado
que le reportaba daño en sus bienes y así lograr el reintegro1254. Esta institución fue abolida
por prestarse para abusos y además porque generaba un desincentivo a la contratación con
estas personas.
En cuanto a la retroactividad, si se dicta una ley que modifique o elimine normativas
preexistentes en estos temas sin que existan disposiciones transitorias se contemplan las
siguientes soluciones:
a) Guardadores: Conforme al artículo 9° de la Ley sobre el Efecto Retroactivo de
las Leyes los guardadores que se hubiesen constituido válidamente bajo la ley
antigua siguen vigentes, pero sus cargos los deberán ejercer conforme a la ley
nueva1255.
b) Restitución in integrum: Conforme al artículo 11 de la Ley sobre el Efecto
Retroactivo de las Leyes si esta facultad es eliminada, los titulares de ella
pierden el privilegio ni lo podrán transmitir a sus herederos bajo la ley nueva1256.
Lo anterior va en concordancia con su carácter de ser una mera expectativa1257.
1254
Ibíd. pp. 244.
1255
Ibíd. pp. 243-244.
1256
Ibíd. pp. 244.
1257
Ídem.
1258
Ibíd. pp. 244-245.
1259
Ibíd. pp. 245.
306
1260
Ídem.
1261
Ibíd. pp. 246.
1262
Ídem.
307
Los derechos pueden deberse bajo condición suspensiva, es decir un hecho futuro e
incierto del que depende el nacimiento de un derecho.
Conforme al artículo 14 de la Ley sobre el Efecto Retroactivo de las Leyes, si la ley
nueva establece que la condición debe reputarse fallida si no se realiza dentro de cierto
plazo, subsistirán las condiciones establecidas y sus reglas bajo la ley nueva, a no ser que el
plazo excediere el establecido por esta última contado desde la fecha en que comenzó a
regir, en cuyo caso de no cumplirse la condición se mira como fallida1266.
El Código Civil establece como principio que las sucesiones se rigen por aquella
que estaba vigente al tiempo de su apertura, es decir, aquellas imperantes al momento de la
muerte del causante, dado que ésta es la que determina la calidad de heredero y todo lo
relativo a ello, tales como lo que el desheredamiento, capacidad, dignidad, derechos
transmisión y representación1267. No obstante, hay que hacer algunas precisiones:
1263
Ibíd. pp. 247.
1264
Ibíd. pp. 248.
1265
Ídem.
1266
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 73.
1267
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Loc. Cit. pp. 248.
308
1268
Ibíd. pp. 249.
1269
Ibíd. pp. 249-250.
1270
Ídem.
1271
Ídem.
1272
Ídem.
1273
Ídem.
309
En todo contrato corresponde distinguir lo que son sus requisitos internos (el
consentimiento, la capacidad, el objeto y la causa) de sus requisitos externos (las
formalidades) y de sus efectos (los derechos y obligaciones que éste genera). Al respecto,
en caso de dictarse una ley posterior que modifica o elimina estos elementos sin
disposiciones transitorias, ocurre lo siguiente:
1274
Ibíd. pp. 251.
1275
Ibíd. pp. 252.
1276
Ídem.
310
1277
Ibíd. pp. 253.
1278
Ibíd. pp. 254.
1279
Ídem.
1280
Ibíd. pp. 255.
1281
Ídem.
1282
Ídem.
1283
Ibíd. pp. 256.
311
1284
Ibíd. pp. 257.
1285
Ibíd. pp. 257.
1286
Ídem.
1287
Ídem.
1288
Ídem.
1289
Ibíd. pp. 258.
1290
Ídem.
1291
Ibíd. pp. 259.
312
a la de Roubier, dado que éstos se determinan por la ley vigente al momento de la dictación
de la sentencia1292.
1292
Ídem.
1293
Ibíd. pp. 259-260.
1294
Ídem.
1295
Ídem.
1296
Ídem.
1297
Ídem.
1298
Ibíd. pp. 261.
313
imperio de la nueva legislación, aunque ésta hubiese empezado a correr válidamente bajo la
ley antigua, con lo cual pierde el tiempo y se vuelve imprescriptible1299. En esto, la ley
chilena sí toma partido y va acorde con lo establecido por la teoría clásica1300.
1299
Ídem.
1300
Ídem.
1301
Ibíd. pp. 261-262.
1302
Ibíd. pp. 263-264.
1303
Ídem.
1304
Ídem.
314
disminuida por una ley posterior, en ese caso debe regir la ley nueva1305. Al
contrario, si ésta es más gravosa e mantiene la ley antigua1306.
d) Leyes que establecen multas: En la medida que la multa sea producto de una
infracción penal rige la misma regla que a las leyes penales 1307. En toda multa
que no es penal no rige retroactividad en ningún supuesto, sin embargo, muchos
autores estiman que esto es contrario a la equidad toda vez que las infracciones
en materia penal se mira como más grave que las infracciones en materia no
penal, con lo cual debiese aplicarse el mismo principio1308.
E) Ultraactividad de la Ley
1305
Ibíd. pp. 265-266.
1306
Ídem.
1307
Ibíd. pp. 268-269.
1308
Ídem.
1309
Ibíd. pp. 270-271.
1310
Ídem.
1311
Ídem.
1312
Ídem.
315
A) Territorio de Chile
1313
Ibíd. pp. 273.
1314
Ídem.
1315
Ídem.
1316
Ibíd. pp. 275.
1317
Ibíd. pp. 276.
316
El territorio de Chile está delimitado por sus fronteras, sin embargo, la autoridad del
Estado se extiende al mar territorial y al espacio aéreo sobre el territorio1318.
El mar territorial es el mar adyacente a la costa chilena hasta doce millas marinas
medidas desde la línea base, conforme lo explica y establece el artículo 593 del Código
Civil1319.
A su vez, el Estado chileno ejerce plena y exclusiva soberanía sobre el espacio
atmosférico existente sobre su territorio y aguas jurisdiccionales1320.
En lo que respecta a la aplicación de la ley, hay dos grandes principios:
a) Territorialidad de la ley: Consistente en la aplicación de la ley nacional dentro
de los límites del territorio estatal1321.
b) Extraterritorialidad de la ley: Consiste tanto en la aplicación de la ley
extranjera dentro del territorio nacional como la aplicación de la ley chilena
fuera del territorio nacional1322.
Conforme al ya estudiado artículo 14 del Código Civil, la territorialidad de la ley es
la regla general. En realidad este asunto no resulta problema para los asuntos en los cuales
solamente hay factores exclusivamente internos, puesto que la ley que rige es la del
territorio chileno (principio de territorialidad de la ley) y ni aun por autonomía de la
voluntad podría someterse a una legislación diferente, dado que eso sería querer derogar y
borrar las normas y la obligatoriedad del Código Civil y las demás leyes del ordenamiento
jurídico de forma indirecta, lo cual no es posible de realizar.
En aquellos casos en que se contempla la incidencia de factores internacionales que
determinen la aplicación de legislación extranjera aplica como regla general el principio de
territorialidad de la ley, a menos que las normas del Derecho Internacional Privado
establezcan algo diferente. A continuación analizaremos cada uno de estos principios y
estatutos a aplicar en los casos en que haya factores internacionales.
A) Territorialidad de la ley
1318
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 77.
1319
Ídem.
1320
Ídem.
1321
Ídem.
1322
Ídem.
317
Este rige fuertemente en materia de (i) bienes y Derechos Reales, junto con las (ii)
la autenticidad de los instrumentos públicos.
1323
Ídem.
318
B) Extraterritorialidad de la ley
1324
Ídem.
1325
Ibíd. pp. 78.
1326
Ídem.
319
1327
Ídem.
1328
Ibíd. pp. 79.
1329
Ídem.
320
Esto dice relación con las solemnidades externas que rigen a los actos jurídicos, se
deprende de lo señalado conforme al artículo 17 del Código Civil y en concordancia con el
inciso segundo del artículo 16 del Código Civil rige el principio de la locus regit actum, es
decir que las solemnidades quedan reguladas por el país que lo otorgó, de modo tal que es
necesario que estos hayan sido otorgados conforme a lo prescrito por la legislación de ese
país1330.
Excepciones: el principio anteriormente enunciado reconoce excepciones:
a) La prueba de la autenticidad de los actos: Esta debe otorgarse,
conforme al artículo 17 del Código Civil, según lo establecido en el
Código de Enjuiciamiento, es decir la ley procesal chilena, la cual es
principalmente el Código de Procedimiento Civil1331.
b) La prueba de los actos a los cuales la ley chilena exige solemnidad: El
artículo 18 del Código Civil señala que si la ley chilena exige
instrumento público para ciertos actos no puede probarse por escritura
privada, aun cuando en el país extranjero esto sea válido1332. Por
ejemplo, en Chile la compraventa de inmuebles sólo puede hacerse vía
escritura pública, con lo cual si esta se celebra en el extranjero y ese país
permite que se haga por escritura privada, ésta no podrá hacerse valer en
Chile para probar el acto en cuestión.
c) El testamento celebrado en el extranjero: Conforme al artículo 1027
del Código Civil, éste para se le reconozca validez debe presentarse y
1330
Ibíd. pp. 80.
1331
Ibíd. pp. 81.
1332
Ídem.
321
Esto dice relación con la voluntad, capacidad, objeto y causa que regirán a un
contrato. Estos contratos se regirán en estos elementos por la ley del país en que dichos
actos y contratos hayan sido establecidos1335.
La única excepción que se contempla para esto es lo relativo al artículo 15 del
Código Civil, conforme a lo cual los chilenos quedan sujetos en torno al estado y capacidad
si el acto o contrato ha de tener efectos en Chile y si produce o dice relación con derechos y
obligaciones que incidan en el Derecho de Familia, pero sólo respecto a su cónyuge y
parientes chilenos1336.
Conforme al artículo 16 inciso tercero del Código Civil, si los contratos han de
producir efectos en Chile quedan sujetos a la ley chilena, aun cuando éstos hayan sido
celebrad válidamente en el extranjero1337.
1333
Ídem.
1334
Ídem.
1335
Ibíd. pp. 82.
1336
Ídem.
1337
Ídem.
322
no sólo al Poder Ejecutivo, tiene una potestad de dictar normativa, la cual devendrá en ser
actos administrativos, los cuales son hechos con la intención o pretensión de obligatoriedad
hacia quienes va dirigida.
Se entiende como potestad reglamentaria a aquella que tienen ciertas autoridades
administrativas para dictar reglas obligatorias, más o menos generales, para el
cumplimiento de la ley o el establecimiento de normas administrativas1338. De esta forma,
por medio de la potestad reglamentaria se pueden dictar tanto normas que sean de carácter
general como resoluciones a personas o situaciones determinadas1339.
Esta potestad recae, sin duda, en el Presidente de la República, pero también abarca
otros órganos administrativos, tales como a los Ministros de Estado, Gobernadores
Regionales, los Alcaldes (Municipalidades), Directores de los Servicios Públicos,
Superintendentes Seremis, Director del Servicio de Impuestos Internos, Banco Central y
cualquier organismo o autoridad al cual la Constitución o la ley le reconozcan esta
facultad1340. Nos centraremos por, su importancia, en la potestad reglamentaria del
Presidente de la República.
1338
Ibíd. pp. 48.
1339
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 127.
1340
Ídem.
1341
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Loc. Cit. pp. 48
323
sea reducida, principalmente es usada en las leyes de base, que son aquellas que
establecen una regulación genérica para que sea completada por la autoridad
administrativa1342.
b) Potestad reglamentaria de ejecución: Son aquellas que buscan encargarse de
dictar normas necesarias para lograr el cumplimiento de la ley, pero sin poder
alterar el contenido legal ni tampoco entrar a regular materias que sean de
reserva legal1343. De esta forma, ella busca lograr que la ley pueda ser ejecutada
y cumplida, sin alterarla, contradecirla ni entrar en su ámbito de aplicación.
Dentro de lo que son los actos administrativos existen distintos tipos de estos según
su forma, objetivo y contenido, al respecto, estos son:
A) Decreto Supremo
Es aquel que es dictado y emana del Presidente de la República y que debe cumplir
con ciertas formalidades, tales como constar con la firma de su Ministro respectivo y
constar con toma de razón de la Contraloría General de la República, entre las demás que
corresponda1344.
B) Decretos en general
1342
Ídem.
1343
Ibíd. pp. 49.
1344
Ídem.
1345
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 128.
324
1346
Ídem.
1347
Ídem.
1348
Ídem.
1349
Ibíd. pp. 129.
1350
Ídem.
1351
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Loc. Cit. pp. 49.
325
A su vez, algunos manuales y libros incluyen en esta categoría a los Decretos con
Fuerza de Ley y a los Decretos Leyes. Nosotros discrepamos de esto, ya que como
analizamos previamente estos se asemejan a la ley y tienen dicha jerarquía y efectos, con lo
cual son leyes en su sentido técnico y por eso las analizamos en ese ítem.
C) Instrucciones
D) Ordenanzas
1352
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 131.
1353
Ídem.
1354
Ídem.
1355
Ídem.
1356
Ídem.
1357
Ídem.
326
Las semejanzas entre la ley los actos jurídicos son que ambos son disposiciones
normativas que emanan del Poder Público, de carácter obligatorio tanto para las autoridades
como para los ciudadanos y cuyo contenido y forma de dictación debe estar subordinado a
la Constitución.
Sin embargo, presentan entre sí importantes diferencias, a saber:
- Las materias que son objeto de regulación y de reserva legal se encuentran
establecidas taxativamente en la Constitución, no así en lo relativo a los actos
administrativos1362.
1358
Ídem.
1359
Ídem.
1360
Ibíd. pp. 131-132.
1361
Ídem.
1362
Ibíd. pp. 130.
327
1363
Ídem.
1364
Ídem.
1365
Ídem.
1366
Ibíd. pp. 130-131.
1367
Ibíd. pp. 157.
1368
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 99-100.
328
las leyes vinieron a hacer, en gran medida, fue positivizar y recoger los usos
consuetudinarios uniformes y generalmente aceptados, de modo tal que darles claridad,
fijeza y fuerza obligatoria1369.
Es importante en este punto diferenciar lo que es la costumbre jurídica del sentido
natural y obvio que tiene la palabra “costumbre” la cual es sinónimo de usos, hábitos o
práctica: estos últimos son conductas repetidas por un grupo de personas, como los usos
sociales, de cortesía, etc., los cuales no necesariamente constituyen costumbre jurídica, sin
perjuicio de que pueden ser un germen de ésta en la medida que vayan acompañados de la
convicción de obligatoriedad jurídica1370.
En base a lo anterior, es posible afirmar que la costumbre jurídica tiene dos
elementos esenciales que la constituyen:
a) Elemento objetivo: Consistente en el uso que es realizado por la generalidad de la
sociedad1371.
b) Elemento subjetivo: La convicción de estar cumpliendo con un imperativo
jurídico1372.
La Costumbre Jurídica como institución necesita ciertos requisitos para que pueda
constituirse como tal, a saber:
a) Generalidad: Debe ser realizado por la gran mayoría de los miembros de la
sociedad o al menos de un grupo social (como los habitantes de una ciudad, los
profesionales de un rubro, los comerciantes, etc.)1373. No importa que haya
disidencia, en tanto sea vista como una excepción por la gran cantidad de los
miembros del grupo1374.
1369
Ibíd. pp. 100.
1370
Ídem.
1371
Ídem.
1372
Ídem.
1373
Ídem.
1374
Ídem.
329
b) Uniformidad: Debe haber repetición de los actos de modo tal que se entiendan
como el acatamiento a una regla o principio1375. No es necesario que se
concreticen de la misma manera, sino que se les dé una igualdad de
significado1376.
c) Constancia: Debe repetirse de modo tal que en igualdad de circunstancias no
dejan de realizarse esta serie de actos uniformes1377. La interrupción por un
período de tiempo más o menos extenso impide la formación de la costumbre
jurídica1378.
d) Que tenga cierta duración en el tiempo: Es decir, deben haber sido estos actos
realizados en un espacio de tiempo, con lo cual no constituyen costumbres
jurídicas los hechos esporádicos.
e) Convicción jurídica: Los actos deben realizarse movidos por la convicción de
estar obedeciendo un imperativo jurídico, es decir de estar cumpliendo un deber
impuesto por el Derecho y no por la voluntad espontánea o de cortesía1379.
La Costumbre Jurídica constituye una fuente formal distinta y claramente
diferenciable de la ley en base a lo anterior por distintos criterios y razones, las cuales
señalamos a continuación:
- La ley es un acto que emana del Poder Público, la Costumbre Jurídica nace a
partir de la sociedad1380.
- La ley para perder su eficacia necesita ser derogada, en cambio la Costumbre
Jurídica basta que deje de cumplir con cualquiera de sus requisitos1381.
- La ley rige en el acto, en cambio la Costumbre Jurídica necesita una reiteración
uniforme y constante en un espacio de tiempo1382.
- La ley es cierta, es decir no necesita ser probada, en cambio la Costumbre
Jurídica debe probarse.
1375
Ídem.
1376
Ídem.
1377
Ídem.
1378
Ídem.
1379
Ídem.
1380
Ídem.
1381
Ídem.
1382
Ídem.
330
La anterior, por sus efectos es la clasificación más importante, sin embargo, existen
otras en virtud de la extensión de la Costumbre Jurídica.
1383
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 159-160.
1384
Ídem.
1385
Ídem.
331
Esto dice relación con si la Costumbre Jurídica abarca solamente un país o bien un
conjunto de países.
1386
Ibíd. pp. 160.
1387
Ídem.
1388
Ídem.
1389
Ídem.
1390
Ibíd. pp. 160.
332
desplazada y quedando subordinada a la ley como fuente formal, aunque esto no significó
su desaparición del todo.
En la actualidad, en el Derecho Civil la Costumbre Jurídica juega un rol menor,
pero aún tiene su papel en este ordenamiento. Asimismo, cumple una importancia mayor en
el Derecho Comercial como explicaremos. Junto con ello, cabe señalar que en el Derecho
Internacional Público la Costumbre Jurídica juega un rol mayúsculo, constituyéndose
como la más importante de todas las fuentes junto con los Tratados Internacionales1391,
debido en gran medida a que por sus características se carece de una unificación y de un
soberano que se encargue de dictar la legislación en forma imperativa a los Estados.
En Derecho Civil en relación con la Costumbre Jurídica el artículo 2° del Código
Civil señala que: “La costumbre no constituye derecho sino en los casos en que la ley se
remite a ella”. De esta manera, podemos ver y concluir que en Derecho Civil solamente
rige la Costumbre Jurídica según ley, con lo cual es necesario que la ley haga referencia a
ella y la invoque1392.
Con todo, existen materias importantes en las cuales el Código Civil invoca o hace
referencia a ley como fuente formal del Derecho, especialmente en materias vinculadas con
la regulación y determinación de ciertos elementos de los contratos de arrendamiento y de
mandato1393.
Sin embargo, existe una referencia importante en materia de Derecho de Contratos
en la cual la Costumbre Jurídica es invocada y ésta es el artículo 1546 del Código Civil, el
cual señala: “Los contratos deben ejecutarse de buena fe, y por consiguiente obligan no
sólo a lo que en ellos se expresa, sino que a todas las cosas que emanan precisamente de la
naturaleza de la obligación, o que por ley o por la costumbre pertenecen a ella”. Esta norma
es aquella que regula expresamente al principio general de la Buena Fe Objetiva y a partir
de ella se deduce que la Costumbre Jurídica se encuentra incorporada como ley del
contrato, ya que se encuentra incorporada en lo que es la ejecución del contrato de Buena
Fe y de los derechos y obligaciones que puedan emanar de ello1394.
1391
Ídem.
1392
Ídem.
1393
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 101.
1394
Ibíd. pp. 102.
333
1395
Ídem.
1396
Ídem.
1397
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Loc. Cit. pp. 160.
334
1398
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 103-106.
1399
Ídem.
335
1400
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 163.
1401
Ídem.
1402
Ídem.
1403
Ibíd. pp. 162.
336
1404
Ídem.
1405
Ibíd. pp. 135.
337
A) Parte expositiva
1406
Ídem.
338
B) Parte considerativa
C) Parte resolutiva
1407
Ídem.
1408
Ídem.
1409
Ídem.
1410
Ídem.
339
de Procedimiento Civil al señalar que la sentencia judicial debe contener “la decisión del
asunto controvertido”1411.
Para poder entender el cómo se llega a esta conclusión es necesario revisar los
considerando que forman a la parte expositiva y a la considerativa en que se exponen los
fundamentos que permiten llegar al resultado en cuestión1412.
Las sentencias judiciales se pueden clasificar entre (i) sentencias judiciales civiles
en juicios declarativos o de cognición; (ii) sentencias judiciales civiles en el juicio ejecutivo
y (iii) sentencias judiciales penales. Al respecto indicamos.
Los juicios declarativos o de cognición son aquellos que buscan que se reconozca o
modifique una situación jurídica determinada o bien se imponga una obligación a una de las
partes litigantes1413. En ese sentido, los tipos de sentencia que se pueden reconocer son:
a) Sentencias declarativas: Son aquellas que deciden acerca de la existencia o
inexistencia de una situación jurídica1414. Por ejemplo, aquellas que declaran la
nulidad del contrato, las que constatan un hecho, las que declaran la resolución
del contrato, etc.
b) Sentencias constitutivas: Son aquellas que producen el nacimiento,
modificación o extinción de una situación jurídica1415. Por ejemplo, aquellas que
versan sobre materias de estado civil, como el divorcio y la separación judicial
de bienes.
1411
Ibíd. pp. 136.
1412
Ídem.
1413
MATURANA MIQUEL, Cristián. Comparecencia en juicio, formación del proceso, plazos, actuaciones
judiciales, notificaciones, resoluciones judiciales y el juicio ordinario. Facultad de Derecho Universidad de
Chile. pp. 100.
1414
Ibíd. pp. 101.
1415
Ídem.
340
1416
Ídem.
1417
Ibíd. pp. 102.
1418
Ídem.
1419
Ídem.
1420
Ídem.
1421
Ibíd. pp. 103.
341
La sentencia judicial y la ley son dos fuentes formales distintas que, si bien
presentan ciertas semejanzas, es posible establecer entre ellas claras diferencias.
En cuanto a las semejanzas, es posible señalar que se parecen en que ambas emanan
del poder público, son obligatorias y puede exigirse el cumplimiento por la fuerza de ambas
fuentes1423.
Sin embargo, las diferencias que entre sí presentan son:
- La ley emana del Poder Legislativo; mientras la sentencia judicial emana del
Poder Judicial1424.
- La ley sirve a intereses generales de la sociedad; la sentencia sólo para intereses
particulares1425.
- La ley es general y universal, con lo cual obliga a todas las personas en sus
efectos; mientras la sentencia judicial sólo obliga a las partes que litigan en el
juicio1426.
- La ley nace de forma espontánea por parte del Poder Legislativo, es decir no
nace a petición de particulares el actuar y obrar de los legisladores en
determinada forma; en cambio la sentencia judicial nace por el Poder Judicial a
requerimiento de los particulares1427.
- El legislador no puede ser obligado a que dicte leyes que se le piden; en cambio
los jueces si son requeridos no pueden excusarse ni aun por falta de ley que
resuelva el asunto1428.
1422
Ídem.
1423
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 136.
1424
Ídem.
1425
Ídem.
1426
Ídem.
1427
Ibíd. pp. 137.
1428
Ibíd. pp. 138.
342
4. La Cosa Juzgada
Para que una sentencia judicial pueda cumplir con sus finalidades es necesario que
ella resuelva el asunto controvertido, de modo tal que éste pueda ser cumplido y que el
litigio no pueda renovarse o volver a discutirse. En ese sentido entra a jugar un rol
trascendental la institución de la Cosa Juzgada.
La Cosa Juzgada es la fuerza de la sentencia judicial que la hace inatacable, ya sea
en sentido formal y material1431. En ese sentido, la Cosa Juzgada tiene dos características
que le son esenciales:
a) Coercible: Es decir que el contenido de la sentencia judicial es imperativo y
puede hacerse valer por la fuerza1432.
b) Irreversible: Es decir, ésta no puede ser modificada, ni por el mismo Poder
Judicial, ni por el Poder Legislativo ni el Poder Ejecutivo1433.
En ese sentido, corresponde a continuación hacer un análisis de ciertos efectos y
condiciones que tiene la Cosa Juzgada y que dicen relación con las dos características
anteriormente mencionadas.
La Cosa Juzgada puede hacer valer en los juicios en virtud tanto en su carácter de
coercitiva como en su carácter de irreversible. Para ello es necesario ver quien tiene
1429
Ídem.
1430
Ídem.
1431
Ibíd. pp. 139.
1432
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 107.
1433
Ídem.
343
legitimación en la causa para hacerla valer, es decir la vinculación de las partes del juicio
en relación con el hecho o situación jurídica sobre el que versa el asunto1434. En ese sentido,
la Cosa Juzgada puede hacerse valer tanto como acción como excepción.
a) Acción de Cosa Juzgada: Es aquella en virtud de la cual, el favorecido por la
sentencia judicial solicita el cumplimiento de lo resuelto o la ejecución del
fallo1435. En ese sentido, ésta se vincula con el carácter de coercible de la
sentencia judicial y quien la ejerce tiene la legitimación activa en relación a ella,
es decir, lo hará como demandante1436.
b) Excepción de Cosa Juzgada: Es aquella en virtud de la cual el litigante y todo
quien aproveche el fallo solicitan que el asunto no vuelva a ser discutido
judicialmente1437. En ese sentido se vincula con el carácter de irreversible o
inmutable de la sentencia judicial y quien la ejerce tiene la legitimación pasiva
en relación a ella, es decir la ejerce como demandado1438.
1434
Ídem.
1435
Ídem.
1436
Ídem.
1437
Ídem.
1438
Ídem.
1439
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Loc. Cit. pp. 139.
344
que se pueda abrir un nuevo procedimiento para discutir este asunto. Por
ejemplo, los juicios sobre alimentos generan este efecto, toda vez que en el
mismo procedimiento no puede discutirse, pero puede el asunto volver a
someterse a discusión nuevamente1440. Lo mismo ocurre con la acción
constitucional de protección.
Para que la Cosa Juzgada pueda hacerse valer como una excepción e impedir que el
asunto vuelva a ser discutido nuevamente es necesario que se cumplan con tres
condiciones, elementos o requisitos copulativos que forman lo que se ha denominado como
la Triple Identidad de la Cosa Juzgada los cuales son: (i) identidad legal de partes; (ii)
identidad de la cosa pedida y (iii) identidad de la causa de pedir. Al respecto, indicamos
que:
1440
Ídem.
1441
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 108.
345
Esto se mira como un límite objetivo y se entiende por ella el beneficio jurídico o la
situación jurídica que se persigue por el litigante1442.En ese sentido, más determinante que
la cosa material o el hecho o situación fáctica reclamada, lo importante es el beneficio o
situación que se invoca de ella, lo que implica que podría en dos juicios diferentes
reclamarse una misma cosa, pero con beneficios o situaciones distinta, lo que hará que no
exista ni se cumpla con la triple identidad de la Cosa Juzgada1443.
Pongamos un ejemplo habitual: en un juicio se puede reclamar como cosa un bien
raíz específico. Sin embargo, las mismas partes pueden ejercer respecto a ella querellas
posesorias, con lo cual el beneficio o situación jurídica invocada es la posesión de ese bien
raíz. Luego, puede ejercerse la acción reivindicatoria, con lo cual lo invocado respecto a
ella es el dominio o propiedad, con lo cual no se generaría la triple identidad de la Cosa
Juzgada por fallar el requisito de la identidad de la cosa pedida.
Este es otro límite objetivo y conforme al artículo 177 del Código de Procedimiento
Civil es el fundamento inmediato del derecho deducido en juicio1444. La doctrina del
Derecho Procesal actualmente la define como la razón de la pretensión deducida en el
juicio1445. En general, en base a ello esta causa queda restringida a los hechos que han sido
objeto del juicio y que no pueden volver a discutirse, lo cual ha quedado establecido en
base a todo lo que se ha discutido en la instancia y no tanto en cuanto a los efectos que
pueda tener.
1442
Ídem.
1443
Ídem.
1444
Ídem.
1445
Ídem.
346
Sin embargo, existe una controversia consistente en torno a que tan extensa es la
causa, si constituye una causa próxima o una causa remota este elemento. El caso es el
siguiente: se puede demandar la nulidad del contrato por estar viciado el consentimiento
por dolo, sin embargo, luego se vuelve a demandar porque el vicio era el error. Algunos
podrían estimar que la causa es próxima importando que la voluntad esté viciada y otros en
cambio que esta es remota importando el vicio en el cual se materializa, diferenciándose al
dolo del error y la fuerza1446. La postura invocada dará respuestas diferentes.
1446
Ídem.
1447
1448
Ibíd. pp. 109.
1449
Ídem.
347
efectos ser oponibles a quienes no forman parte de éste, con lo cual no se afectan a
terceros1450.
Lo anterior, eso sí, debe ser relativizado, dado que es posible encontrar en el
ordenamiento jurídico sentencias que generen efectos absolutos o erga omnes. Para ello,
recordemos la clasificación entre sentencias civiles declarativas, constitutivas y de condena.
Al respecto, las sentencias civiles constitutivas al crear una situación jurídica nueva
generan efectos en relación con toda la persona1451. Desde esa perspectiva, una sentencia
que declara que dos cónyuges se han divorciado generará efectos para todo el resto de la
sociedad estando ellos divorciados no sólo en su relación, sino que también para con todos
los otros individuos.
En cambio, las sentencias civiles declarativas que reconocen una situación jurídica
preexistente el efecto será, por regla general, relativo, es decir, sólo obligará a las partes en
juicio1452. Se pueden concebir casos excepcionales en los cuales una sentencia civil
declarativa puede generar efectos absolutos, lo cual ha sido establecido expresamente por la
ley1453. Un ejemplo de ello es el artículo 1246 del Código Civil, el cual dispone que si una
persona ha sido declarada heredero a petición de un acreedor hereditario se entenderá como
heredero en relación con todos los acreedores hereditarios.
Finalmente, en relación con las sentencias civiles de condena se entiende que éstas
solamente pueden generar efectos relativos, dado que ellas imponen una prestación, con lo
cual no es posible concebir el establecimiento de una obligación a quien no ha sido parte
del juicio.
1450
Ídem.
1451
Ídem.
1452
Ídem.
1453
Ídem.
348
como los Actos Jurídicos. Desde ya indicamos que por el momento sólo daremos una
visión somera de esta institución, ya que ella será estudiada en detalle en el curso de
Derecho Civil que versa sobre la Teoría del Acto Jurídico, por ahora estamos enfocados a la
Teoría de la Ley.
La doctrina ha definido a los actos jurídicos como toda manifestación de voluntad
destinada a producir efectos jurídicos (crear, modificar o extinguir derechos y
obligaciones), siendo estos efectos queridos o previstos por el autor o las partes porque el
Derecho sanciona dicha manifestación de voluntad1454.
En ese sentido, debe haber una voluntad manifestada o exteriorizada que se hace
con la intención de producir efectos jurídicos, los cuales consisten en la creación,
modificación o extinción de derechos y obligaciones.
Los actos jurídicos pueden clasificarse de la siguiente manera:
a) Acto Jurídico Unilateral: Aquel que requiere la manifestación de voluntad de
un solo individuo, el cual se denomina autor. Por ejemplo, un testamento, la
renuncia a un derecho, el reconocimiento de un hijo, etc.
b) Acto Jurídico Bilateral: Aquel que requiere un acuerdo de voluntad para
producir efectos, acá los individuos se denominan partes. Por ejemplo, los
contratos, el pago, la resciliación, la novación, etc.
La fuente legal que reconoce y sanciona normativamente a los actos jurídicos y sus
elementos son principalmente las disposiciones del Libro IV del Código Civil. Dentro de
ellas destacamos especialmente al artículo 1445 del Código Civil, a partir se ha podido
distinguir que los Actos Jurídicos tienen tanto requisitos de existencia como requisitos de
validez. A partir de ello aclaramos.
a) Requisitos de existencia: Son aquellos necesarios para que el Acto Jurídico
nazca a la vida del Derecho y pueda producir sus efectos. Estos son:
Voluntad Jurídica: Todo Acto Jurídico necesita de un querer para producir
efectos. En los Actos Jurídicos Bilaterales la voluntad pasa a llamarse
consentimiento.
1454
VIAL DEL RÍO, Víctor. Teoría General del Acto Jurídico. Quinta Edición Actualizada. Editorial
Jurídica de Chile. Santiago, 2006. pp. 26.
349
Objeto: Todo Acto Jurídico necesita caer sobre una cosa real, comerciable y
determinada o determinable, o bien puede consistir en un hecho, el cual debe
ser determinado y junto con ser física y moralmente posible de realizarse
éste.
Causa: El Acto Jurídico debe estar inducido por un motivo de índole
jurídico que lleva a celebrarlo.
Solemnidades: En aquellos Actos Jurídicos en los cuales la ley ha señalado
que deben someterse a una ritualidad externa es necesario cumplir con ella.
Esto es excepcional, dado que la regla general es que los actos sean
consensuales.
b) Requisitos de validez: Son aquellos necesarios para que el acto produzca sus
efectos de forma sana y no sea susceptible de ser anulado. Estos son:
Voluntad sin vicio: La voluntad debe haber sido manifestado de forma
sana, sin que haya mediado un vicio de error, fuerza o dolo en relación a
ella.
Capacidad: La persona que celebra el Acto Jurídico debe tener la aptitud
legal para ello.
Objeto Lícito: Es decir, no debe ser contrario a la ley ni al orden público.
Causa Lícita: No debe atentar contra la ley, el orden público y las buenas
costumbres.
Si se omite un requisito de existencia el Acto Jurídico será sancionado con
inexistencia jurídica, en cambio en caso de faltarse a un requisito de validez la sanción será
la nulidad absoluta o relativa según sea el caso. Con todo existe una parte de la doctrina
encabezada por Arturo Alessandri Rodríguez y sus partidarios quienes estiman que la
inexistencia jurídica no es una sanción establecida en el Código Civil, debiendo tanto la
omisión a los requisitos de existencia como de validez sancionarse con nulidad. Por otro
lado, la inexistencia jurídica ha sido defendida fuertemente por Luis Claro Solar y sus
seguidores.
1455
LÓPEZ SANTA MARÍA, Jorge y ELORRIAGA DE BONIS, Fabián. Los contratos. Parte General.
Editorial Thomson Reauters. Sexta Edición Actualizada. 2017. pp. 288.
1456
Ídem.
1457
Ídem.
1458
Ídem.
1459
Ídem.
351
1460
SQUELLA NARDUCCI, Agustín. Introducción al derecho. Óp. Cit. pp. 270-271.
1461
Ídem.
1462
Ibíd. pp. 272.
1463
Ídem.
1464
Ibíd. pp. 273.
1465
Ídem.
352
1466
Ibíd. pp. 274.
1467
Ibíd. pp. 280.
1468
Ídem.
1469
Ídem.
1470
Ibíd. pp. 281.
1471
Ídem.
1472
Ídem.
1473
Ibíd. pp. 283.
1474
Ídem.
1475
Ídem.
353
Lo anterior trae una consecuencia que es fundamental, dado que en caso de haber
contradicción entre dos reglas jurídicas será necesario que una prevalezca en relación a la
otra, dado que la aplicación debe ser plena, quedando la otra expulsada del ordenamiento
jurídico1476. En cambio con los Principios Generales del Derecho no ocurre ello, sino que
habrá que hacer un juicio de ponderación en el caso concreto para ver en qué medida o
grado se aplica uno sin anular la existencia de un Principio diferente1477.
Es importante señalar que los principios pueden guiar tanto a la creación de la
normativa positiva como en la aplicación y el ejercicio de ésta, con lo cual existen
principios que se encuentran explícitos en la legislación, pero otros que se encuentra
implícitos en ella, sin que hayan sido expresados necesariamente.
Finalmente, es posible señalar que los Principios Generales del Derecho cumplen
dos funciones esenciales en el ordenamiento jurídico:
a) Función explicativa: Es decir, nos sirven para describir al ordenamiento
jurídico o bien a un sector o disciplina de éste1478.
b) Función normativa: Colaboran con la aplicación y la creación de las normas
jurídicas e incluso completan y suplen los vacíos y lagunas normativas que
presenta el ordenamiento jurídico1479.
En ese sentido, los Principios Generales del Derecho juegan un rol trascendente
tanto en el razonamiento jurídico como en la argumentación jurídica, ya sea que emane del
aplicador del Derecho como de quien lo ejerce y estudia1480.
Como analizaremos más adelante, el Código Civil reconoce a los Principios
Generales en lo que son las reglas de interpretación de la ley en un rol subsidiario. Por otro
lado, el Derecho Procesal Civil reconoce que la ausencia de normatividad puede ser
subsanada por los Principios Generales1481.
Cabe señalar, finalmente que si bien las disciplinas del Derecho Penal y el Derecho
Tributario cuentan con Principios Generales en ellas no es posible subsanar los vacíos o
lagunas con los Principios Generales, dado que ellas funcionan fuertemente en base a la
1476
Ídem.
1477
Ídem.
1478
Ibíd. pp. 286.
1479
Ídem.
1480
Ibíd. pp. 288.
1481
Ídem.
354
legalidad como fuente del delito y del tributo respectivamente, con lo cual una ausencia de
regulación legal de esta materia implica necesariamente la ausencia de delito o bien la
ausencia de tributo sin poder ser completado por normativa diferente al texto legal expreso.
1482
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 193-194
1483
Ídem.
1484
Ídem.
1485
Ídem.
355
Sin embargo, la idea de Equidad sí cumple un rol trascendente en relación con las
normas jurídicas toda vez que ella tiene tres funciones:
a) Función Interpretativa: La Equidad Natural puede ser usada para interpretar a
las normas jurídicas en aquellos casos en los cuales no es posible aplicar otra
regla de interpretación de ellas, conforme lo señala el artículo 24 del Código
Civil1486. En virtud de esa disposición debe darse preferencia a la interpretación
legal que resulte más acorde a la Equidad Natural.
b) Función Suplente: A su vez, la Equidad Natural también puede suplir a la ley
en caso de que sea la misma ley, la cual se remite a ella. Un ejemplo de ello es el
artículo 2867 del Código Civil1487.
c) Función Normativa: Consiste en que la Equidad Natural puede completar las
lagunas legales y entrar a resolver un asunto en concreto. El artículo 170 N°5 del
Código de Procedimiento Civil permite desprender que en caso de ausencia de
norma se debe resolver el asunto recurriendo a la equidad1488.
En base a lo anterior, es posible concluir que la Equidad Natural es una Fuente
Formal supletoria, toda vez que ella en el caso concreto se encarga de completar vacíos que
se presenten en la interpretación o aplicación del Derecho.
Finalmente, indicamos nuevamente que la Equidad Natural no puede jugar un rol ni
en Derecho Penal ni en Derecho Tributario, toda vez que estas disciplinas se basan en la
legalidad como fuente del delito y del tributo respectivamente, con lo cual una ausencia de
disposición legal implica que entonces no puede considerarse que existe delito o tributo
según sea el caso.
1486
Ídem.
1487
Ídem.
1488
Ídem.
356
creadoras de las normas jurídicas, sino que están destinadas a la ilustración del contenido
de éstas1489.
Con todo, si bien lógicamente puede tener sentido la opinión ilustrada
anteriormente, ésta es inconsistente con lo que ha sido la Historia del Derecho, toda vez que
a lo largo de ésta la Fuente Formal dominante y más importante fue, precisamente, la
Doctrina Jurídica. Al respecto cabe señalar que el período del Derecho Romano Clásico, el
cual es aquel que se estudia principalmente y el que compone el contenido principal de la
disciplina, tenía como Fuente Formal principal a la jurisprudencia de los grandes juristas, la
cual no debe ser entendida en el sentido que actualmente se entiende vinculado a la
sentencia judicial y a la actividad de los jueces, sino que era el trabajo y opiniones a aplicar
por parte de los grandes juristas romanos, es decir de los estudiosos del Derecho.
La Doctrina Jurídica también fue la Fuente Formal más importante en la Baja Edad
Media con lo que fue el desarrollo del Derecho Común en las Universidades Europeas, el
cual se basaba en un estudio del Derecho Romano Justiniano más el Derecho Canónico a
través del trabajo de los glosadores y comentaristas y, precisamente, las glosas y
comentarios eran explicaciones e ilustraciones que se hacían del contenido del Corpus Iuris
Civilis que permite conocer al Derecho Romano Justiniano y de los textos de Derecho
Canónico, de modo tal que se reconoce como Fuente Formal principal en este período a la
Doctrina Jurídica1490.
Fueron los movimientos del constitucionalismo y la codificación, acompañados del
dogma del legislador que implica que las normas jurídicas sólo son creadas por el poder
público, los cuales desplazaron a la Doctrina Jurídica como Fuente Formal al establecer en
normas escritas el contenido del Derecho y que hace que se pueda en la actualidad negarle
su carácter como tal1491.
Con todo, negarle importancia a la Doctrina Jurídica en el sistema jurídico resulta
algo imposible e irreal, toda vez que la aclaración e interpretación de las normas jurídicas
no se basta con el puro elemento gramatical presente en la proposición normativa, con lo
cual es necesario recurrir a una explicación de este contenido. En ese sentido la Doctrina
Jurídica cumple funciones realmente trascendente en la actualidad:
1489
DAVID, René. Los grandes sistemas jurídicos contemporáneos. Óp. Cit. pp. 108.
1490
Ídem.
1491
Ídem.
357
1492
Ídem.
1493
Ídem.
1494
Ídem.
1495
Ídem.
1496
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 82.
1497
Ídem.
358
En ese sentido, es importante tener presente que ninguna norma legal podrá abarcar
todos los casos que se presenten en la realidad, con lo cual la posibilidad de adaptar la
norma a las situaciones prácticas resultan darse y tener existencia1499. Por otro lado, la ley
debe ser siempre interpretada, tanto cuando ésta se componga de normas que resultan ser
claras como de normas oscuras o ambiguas.
En base a lo anterior, la idea de interpretación de la ley no lleva envuelta en sí una
noción de dificultad en la comprensión o claridad de la ley: si el texto es claro debe ser
interpretado, sólo que su labor será mucho más sencilla toda vez que ésta se presentará
rápida y espontáneamente; una norma oscura implicará un mayor trabajo y ejercicio
intelectual para su desarrollo1500. Por lo demás la claridad de las normas es relativa, toda
vez que una ley puede ser clara en su texto, pero ambigua en cuanto a los fines que se
propone y ser dudosa a la aplicación de los efectos de relaciones jurídicas que no son
alcanzadas por la norma en cuestión1501.
En relación con los modelos de interpretación de la ley es pertinente señalar desde
ya que en Chile se sigue un sistema reglado, esto significa que el mismo Código Civil ha
reglamentado y establecido cuáles son los criterios y elementos que el intérprete debe
seguir con la finalidad de fijar el sentido de la ley y dar aplicación en el caso concreto1502.
Existen países que en cambio establecen un sistema no reglado. La ventaja del modelo
chileno es que evita la arbitrariedad, pero amarra al juez a ciertos criterios legalmente
establecidos, en cambio el sistema no reglado permite mayor flexibilidad, pero puede dar
lugar a la arbitrariedad judicial y a una falta de uniformidad en los criterios1503.
Las especies de interpretación a las cuales se puede dar lugar como resultado del
trabajo del intérprete son:
a) Interpretación declarativa: Consistente en aquella que se limita a comprobar
que la letra de la ley corresponde al pensamiento del legislador1504. Básicamente
consiste en explicar el contenido de la ley.
1498
Ídem.
1499
Ídem.
1500
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 175.
1501
Ídem.
1502
Ibíd. pp. 176.
1503
Ídem.
1504
Ibíd. pp. 179.
359
Es aquella que es realizada por los estudiosos del Derecho, valga a decir
principalmente los juristas y tratadistas, junto con los profesores de Derecho y los
abogados1507.
En principio, esta es una interpretación que es de carácter privada y que carece de
toda fuerza obligatoria y puramente teórica, sin embargo, permite dar un conocimiento y
entendimiento de ésta y, en la medida que de mayor prestigio goce la persona que realiza
dicha interpretación es sabido que tiene una influencia que resulta ser esencial en la
aplicación y en la interpretación del Derecho1508.
1505
Ibíd. pp. 180.
1506
Ídem.
1507
Ibíd. pp. 187.
1508
Ídem.
360
1509
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 83.
1510
Ibíd. pp. 84.
1511
Ídem.
1512
Ídem.
1513
Ídem.
1514
Ídem.
361
1515
Ídem.
1516
Ibíd. pp. 85
362
De lo anterior se concluye que una interpretación realizada por el legislador genera efectos
generales y es obligatoria para toda la sociedad, mientras que la interpretación judicial
queda restringida al caso concreto en el cual ésta es realizada1517.
A su vez, la interpretación judicial tiene, como estudiaremos a continuación, cierta
reglamentación que ha sido establecida previamente por el Código Civil. En cambio, la
interpretación legal no tiene ninguna norma que deba seguir, más allá de respetar los
preceptos constitucionales.
A la interpretación hecha por el legislador se le llama también interpretación
auténtica, toda vez que es emanada por el mismo poder que dictó la ley, es decir el Poder
Legislativo y se efectúa cada vez que éste lo estime conveniente y se hace a través de una
ley interpretativa.
Las leyes interpretativas son aquellas que buscan aclarar un pasaje oscuro, confuso
o dudoso que tenga una ley dictada con anterioridad a ella1518. De esta forma, ellas no
buscan modificar el contenido establecido en la legislación (sino serían leyes
modificatorias), sino que fijar el sentido y alcance establecido en ella. Como hemos
indicado, no es necesario que esta ley nos indique el hecho de que está interpretando un
precepto legislativo, basta que ello se pueda desprender de su contenido y disposiciones
otorgándole ese carácter1519.
Conforme hemos indicado el artículo 9° inciso segundo del Código Civil dispone
que las leyes interpretativas una vez dictadas y que han entrado en vigencia se entienden
incorporadas a la ley previa que ellas se encuentran interpretando. De lo anterior es posible
desprender que las leyes interpretativas siempre son retroactivas necesariamente, dado que
se entienden incorporadas a ley interpretada. Sin embargo, esto reconoce dos limitaciones
que son importantes:
a) Sentencias ejecutoriadas: Es decir, las leyes interpretativas no pueden alterar ni
modificar el contenido de las sentencias ejecutoriadas que hayan sido dictadas
en el tiempo intermedio1520. Esto dice relación con la protección de la seguridad
jurídica y la separación entre los poderes del Estado.
1517
Ídem.
1518
Ídem.
1519
Ibíd. pp. 86.
1520
Ídem.
363
1521
Ídem.
1522
Ibíd. pp. 87.
1523
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 188.
1524
Ídem.
1525
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 89.
364
A) Elemento Gramatical
Parte de lo señalado en el artículo 19 inciso primero del Código Civil que dispone
que: “Cuando el sentido de la ley es claro, no se desatenderá su tenor literal, a pretexto de
consultar su espíritu”. En relación con ello el artículo 20 del Código Civil dispone que:
“Las palabras de la ley se entenderán en su sentido natural y obvio, según el uso general de
las mismas palabras; pero cuando el legislador las haya definido expresamente para ciertas
materias se les dará en éstas su significado legal”. En concordancia con ello, el artículo 21
del Código Civil dispone que: “Las palabras técnicas de toda ciencia o arte se tomarán en el
1526
Ibíd. pp. 90.
1527
Ídem.
1528
Ídem.
365
sentido que les den los que profesan la misma ciencia o arte; a menos que aparezca
claramente que han tomado en sentido diverso”.
En base a ello, es posible entender que el punto de partida de la interpretación de
una ley se encuentra en el tenor literal de las palabras, estándose a ellas. Con todo para
poder fijar el alcance y significado de las palabras debe atenderse los siguientes criterios:
- Las palabras deben entenderse en su sentido natural y obvio. Para fijar esto y
dado que nuestra lengua es el castellano, para entender cuál es el sentido natural
y obvio de las palabras es necesario recurrir al Diccionario de la Real Academia
Española que es aquella que considera los cambios en el lenguaje y el
significado de las palabras en lengua castellana1529.
- Una excepción a lo anterior es que la misma ley disponga un significado de las
palabras para ciertos efectos en su aplicación, con ello en caso de haber una
discrepancia entre el sentido natural y obvio y la definición legal, debe dársele
preferencia a ésta última para efectos de aplicar la ley1530. Pongamos un ejemplo
habitual: en Chile la cadena perpetua se encuentra limitada por el Código Penal
a una cierta cantidad de años, sin embargo, el sentido natural y obvio de la
palabra “perpetua” es para siempre. Pues bien, en ese sentido debe dársele
preferencia a la definición legal para efectos de la aplicación de la ley penal.
- Si la ley usa palabras de una ciencia o arte, debe dárseles el significado
correspondiente a esta disciplina1531. Esto es algo muy habitual en las leyes que
regulan temas económicos técnicos, tributarios, sanitarios, científicos, etc.
B) Elemento Histórico
1529
Ibíd. pp. 91.
1530
Ibíd. pp. 92.
1531
Ídem.
366
En base a este elemento, es posible recurrir a la historia fidedigna de una ley para
fijar su intención o espíritu, es decir los objetivos con los cuales esta ley fue dictada en su
momento, cuando esto no se encuentre claramente establecido en la expresión normativa de
la ley1532. Es importante aclarar que esto busca establecer cuál es la finalidad de la ley en
cuestión, pero no es reconstruir la voluntad del legislador que dictó la norma analizada en
cuestión1533.
C) Elemento Lógico
D) Elemento Sistemático
1532
Ídem.
1533
Ídem.
1534
Ídem.
367
Alessandri Rodríguez señala que este elemento permite ver y unir a todas las instituciones
jurídicas entre sí, de modo tal de darle coherencia al ordenamiento1535.
Esto se encuentra establecido en el artículo 24 del Código Civil, el cual señala que:
“En los casos a que no pudieren aplicarse las reglas de interpretación precedentes, se
interpretarán los pasajes obscuros o contradictorios del modo que más conforme parezca al
espíritu general de la legislación y a la equidad natural”.
En base a ello, se establece como una norma de carácter subsidiaria, es decir, rige en
aquellos casos en los cuales no es posible aplicar las reglas de interpretación establecidas en
forma previa, ósea, las ya analizadas1536. De esta forma se puede recurrir al Espíritu
General de la Legislación, esto es a los Principios Generales del Derecho y a los fines que
tiene esa legislación en cuestión y a la Equidad Natural, la cual se entiende como el sentido
de justicia imperante en una sociedad determinada1537.
1535
Ibíd. pp. 93.
1536
Ídem.
1537
Ídem.
368
dársele preferencia a las segundas por sobre las primeras en caso de notar la existencia de
una contradicción entre ellas1538.
5. Integración de la ley
Ante un caso concreto es posible encontrarse con que no existe normativa legal a
aplicar para resolver el asunto, es decir que estemos ante una laguna o vacío legal1540.
1538
Ídem.
1539
Ídem.
1540
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 203.
369
Se está ante una laguna o vacío legal en todos los casos en los cuales no es posible
encontrar una norma jurídica específicamente adecuada que permita solucionar el conflicto
o problema en cuestión, existiendo entonces la necesidad de suplir y llenar de contenido a
la resolución del conflicto1541.
Lo anterior es un imperativo jurídico, toda vez que conforme a la Constitución y al
Código Orgánico de Tribunales si se reclama la intervención judicial para resolver un
asunto, ésta debe pronunciarse y no puede excusarse so pretexto de no existir una
legislación que resulte aplicable o que resuelva el asunto concreto1542.
Conforme al artículo 170 N° 5 del Código de Procedimiento Civil en caso de que no
haya leyes posibles a enunciar se debe recurrir a la Equidad Natural para resolver el asunto.
Sin embargo, esta no debe entenderse como una apertura a que el juez pueda hacer lo que
quiera y llenar el vacío con lo que le plazca o le dé la gana, sino que debe fundamentar el
contenido de la Equidad y en ese sentido juegan un rol trascendental lo que es el Espíritu
General de la Legislación y el argumento por analogía1543.
Desde ya, reiteramos nuevamente que esto no es un problema que se presente en
Derecho Penal ni en Derecho Tributario, ya que una ausencia de normativa legal implica la
ausencia de delito o tributo. A su vez, en base al principio de libertad existente en el
Derecho Privado, las leyes prohibitivas deben ser vistas y consideradas como
excepcionales, con lo cual no es posible respecto a ellas realizar analogía.
El Espíritu General de la Legislación viene construido por lo que son los Principios
Generales del Derecho, a los cuales ya nos referimos en forma extensa en forma previa. En
cuanto a los argumentos por analogía o argumento analógico estos consisten en suponer o
establecer una similitud entre las situaciones de hecho como el fin jurídico que se busca
realizar, de modo tal de darle igual valor jurídico con las mismas consecuencias a hechos
semejantes1544.
En base a ello, se puede emplear analogía como elemento de integración de la ley
cuando el alcance de una norma jurídica o la ausencia de ella puede venir dada por el
sentido de una norma que regula una situación semejante, así se traspasa el razonamiento
1541
Ídem.
1542
Ibíd. pp. 204.
1543
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 87-88.
1544
Ídem.
370
de una norma con el fin de llenar una laguna o un vacío de la legislación, sirviendo de base,
argumento y un componente importante de lo que constituirá a la Equidad Natural en su
fundamento1545. La analogía puede tomar dos modalidades:
a) Analogía legal: Es decir, la solución se busca en otra disposición legal vigente
presente en el ordenamiento jurídico1546.
b) Analogía jurídica o de derecho: En ella, la solución se busca dentro del
ordenamiento jurídico en su conjunto, es decir se recurre a los Principios Generales
del Derecho1547.
6. Aforismos
1545
Ídem.
1546
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 202
1547
Ídem.
1548
Ibíd. pp. 202.
1549
Ibíd. pp. 203.
371
1550
Ídem.
1551
Ídem.
1552
Ídem.
1553
Ídem.
1554
NINO, Carlos Santiago. Introducción al análisis del derecho. Óp. Cit. pp. 272-273.
1555
Ibíd. pp. 273.
1556
Ídem.
372
A) Clases de antinomia
Alf Ross señala que existen tres posibles tipos en los cuales se pueden manifestar
las antinomias, a saber:
a) Total-total: Es decir, que la referencia entre ambas normas hay una
superposición de tipo absoluta y en la cual no existe compatibilidad posible
alguna1557. Por ejemplo, una norma señala que la venta de los libros estará
gravada con IVA y otra señala que la venta de libros está exenta de IVA.
b) Total-parcial: Con la cual, la referencia a una norma está incluida totalmente en
otra, pero en ésta se comprenden casos adicionales. De esta forma, las hipótesis
de una se encuentran dentro de la otra1558. Por ejemplo. Una norma señala que la
venta de los libros está gravada con IVA y otra que señale que la venta de los
textos académicos se encuentra exenta de IVA.
c) Parcial-parcial: Consiste en que ambas normas describen soluciones que son
incompatibles entre sí por una superposición parcial, pero ambas tienen un
ámbito de referencia autónomo1559. Por ejemplo, una norma señala que se
encuentra gravado con IVA todo material o cosa que tenga por finalidad el
estudio, la enseñanza o bien rol de oficina, pero otra señala que la venta de los
libros está exenta de IVA.
Lo anterior tiene importancia, pues la determinación de que norma prevalece podrá
implicar la expulsión de la norma jurídica en su totalidad o sólo en parte de ella, según cuál
sea aquella que no logre prevalecer. En el primer caso, una de las dos normas será
expulsada totalmente del ordenamiento. En cambio, en el segundo y tercero, la norma podrá
ser expulsada total o parcialmente según cuál sea la que prevalezca en el caso en cuestión.
1557
Ibíd. pp. 274.
1558
Ídem.
1559
Ibíd. pp. 275.
373
Para establecer cuál es la norma que debe prevalecer en caso de presentarse una
antinomia, los juristas han establecido en su análisis las siguientes reglas y principios que
permiten dar una solución al problema de la antinomia:
a) Prevalencia de la ley superior (lex superior): Esta consiste en caso de que
exista una contradicción entre una norma de carácter superior en la jerarquía
normativa en relación con una de carácter inferior debe prevalecer la norma de
carácter superior en virtud de la Pirámide de Kelsen y el criterio de jerarquía
existente entre las normas1560. Por ejemplo, si existe contradicción entre las
normas constitucionales y las normas legales, prevalecen las normas
constitucionales por ser jerárquicamente superior.
b) Prevalencia de la ley posterior (lex posterior): Esta consiste en que, en caso de
igualdad en jerarquía normativa, debe prevalecer las normas jurídicas que son
más nuevas en relación con las más antiguas1561. Por ejemplo, vimos que esto se
produce y reconoce en el Código Civil en el reconocimiento de la institución de
la derogación tácita de la ley.
c) Prevalencia de la ley especial (lex specialis): En ese sentido debe dársele
preferencia a las normas que regulen materias específicas por sobre aquellas que
regulen hipótesis generales1562. Como señalamos, el Código Civil reconoce esta
regla en sus artículos 4° y 13.
Con todo, puede existir no sólo un conflicto o antinomia entre las mismas normas (o
antinomia de primer grado), sino que además puede existir o presentarse una contradicción
existente y choque entre los criterios a aplicar, lo que se denomina como una antinomia de
segundo grado, lo cual se soluciona de la siguiente forma:
a) Conflicto entre la ley superior y la ley posterior: En este caso se entiende que
debe prevalecer la norma de carácter superior, toda vez que la jerarquía
1560
Ídem.
1561
Ídem.
1562
Ídem.
374
1563
Ibíd. pp. 276.
1564
Ídem.
1565
Ídem.
1566
Ídem.
375
Capítulo IV
De la Relación Jurídica y de las Personas
1567
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 201.
1568
Ídem.
1569
Ídem.
1570
Ídem.
1571
Ibíd. pp. 202-203.
376
de otros órdenes normativos humanos como la moral, la ética, la religión, los usos sociales,
etc.1572.
Las relaciones existentes entre los seres humanos con consecuencia jurídica pueden
tener su origen en la ley, en hechos humanos voluntarios o simples hechos naturales1573.
Por ejemplo, de la ley nacen relaciones como la obligación tributaria que obliga a la
persona a pagar impuestos en favor del Fisco o la obligación alimenticia que se deben a
ciertas personas. Por otro lado hay hechos humanos voluntarios de los cuales nacen
relaciones humanas, tales como los contratos, el matrimonio o la comisión de delitos.
Finalmente, hay relaciones que nacen de simple hechos naturales no voluntarios, por
ejemplo la muerte de una persona provoca el surgimiento de las relaciones que nacen del
Derecho Sucesorio.
A partir de ello, podemos definir a la relación jurídica como el vínculo entre dos o
más sujetos regulado por el Derecho Objetivo1574. De esta manera, los vínculos existentes
entre los seres humanos vienen calificadas por el Derecho Objetivo como necesarias para la
sociedad1575. Junto con ello, los sujetos parte de ella también tienen interés en satisfacer sus
necesidades que nacen de la relación jurídica, lo cual se manifiesta en una serie de poderes,
facultades y deberes que nacen de ella y que son sancionadas, protegidas y amparadas por
el mismo Derecho Objetivo1576.
Dentro de éstas a una de las partes se le atribuye un poder o facultad y como
contrapartida a otro un deber consistente en la necesidad de satisfacer un interés cuyo titular
el sujeto atribuido con el poder1577, el cual puede recurrir al ejercicio de éste, en caso de que
su interés no se haya satisfecho.
A continuación analizaremos en detalle a la relación jurídica y su estructura.
1572
Ídem.
1573
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 297.
1574
Ídem.
1575
Ídem.
1576
Ídem.
1577
Ídem.
377
La relación jurídica se compone de tres elementos que la constituyen: (i) los sujetos;
(ii) el objeto y (iii) el contenido1578. A continuación explicamos cada uno de estos
elementos.
A) Los sujetos
Esto implica que en ella deben componer y estar presencia dos o más Sujetos de
Derecho, es decir, individuos con la aptitud legal de ser titular de derechos y obligaciones,
siendo a quienes se les reconoce esto a las personas1579. De modo tal que una relación
jurídica implica el vínculo y unión entre dos o más personas. Por personas implica y abarca
tanto a las personas naturales como a las personas jurídicas, pudiendo una relación jurídica
componerse sólo de personas naturales, como sólo de personas jurídicas, como tanto de
personas naturales y jurídicas al mismo tiempo.
Dentro de la relación jurídica, las personas pueden asumir un rol diferente dentro de
ella, clasificándose de la siguiente manera:
a) Sujeto activo: Es la persona a quien el ordenamiento jurídico le atribuye un poder o
facultad para hacer cumplir y satisfacer su interés1580. Es importante señalar que este
último debe ser legítimo, es decir, que el Derecho provea mecanismos para hacerlo
valer. Por ejemplo, en una obligación el acreedor es el sujeto activo, ya que él tiene
el interés de que le cumplan y paguen su crédito, pudiendo exigirla al deudor.
b) Sujeto pasivo: Es la persona sobre la cual recae el deber1581. Por ejemplo, en una
obligación el deudor es el sujeto pasivo, ya que él tiene la necesidad jurídica de
pagar la deuda en favor del acreedor, pudiendo verse coaccionado para cumplir
aquello.
En una relación jurídica los creadores de ésta y titulares del poder y deber se
denominan “partes”1582. En cambio, aquellos que no se encuentran insertos en ella y no
1578
Ídem.
1579
Ídem.
1580
Ídem.
1581
Ídem.
1582
Ídem.
378
pueden mirarse como partes o sujetos de dicha relación se les denominan como
“terceros”1583.
B) El objeto
En una relación jurídica, el objeto de ésta consiste en la entidad sobre la cual recae
el interés que se encuentra implicado e involucrado en la misma relación en cuestión que se
presenta1584.
Éste puede consistir desde bienes, tanto materiales (como una casa, una mesa, una
suma de dinero, etc.) como inmateriales (como el derecho real de propiedad, de herencia,
etc.) hasta actos singulares de otra persona, servicios, vínculos de familia, etc.1585.
C) El contenido
El contenido de una relación jurídica viene formado por los poderes y deberes que
la constituyen y forman su sustancia1586. Estos poderes indicados pueden manifestarse en
las relaciones jurídicas como poderes únicos y unilaterales (es decir, atribuidos a sólo una
de las partes) o bien múltiples y recíprocos (es decir, atribuido a ambas partes) 1587. Por otro
lado, existen poderes y deberes que necesitan requisitos adicionales al vínculo personal
para constituirse como tal, por ejemplo en la obligación alimenticia no basta la existencia
de un unión por medio del parentesco, sino que se exige la concurrencia de otras
circunstancias, tales como la presencia de un estado de necesidad por parte del alimentario
y una cierta solvencia económico por parte del alimentante1588.
El poder jurídico también se le denomina o lleva envuelta la idea de “facultad”, toda
vez que implica que el titular de éste o sujeto activo antes de ejecutarlo tiene la posibilidad
de hacer efectivo el poder en cuestión1589. En cambio, el deber jurídico implica la idea de
1583
Ibíd. pp. 298.
1584
Ídem.
1585
Ídem.
1586
Ídem.
1587
Ibíd. pp. 298-299.
1588
Ídem.
1589
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 204.
379
sujeción, es decir una pérdida de libertad por parte del sujeto pasivo consistente en la
necesidad de satisfacer el interés en cuestión involucrado en la relación jurídica1590.
La unión entre este poder jurídico y el deber jurídico es lo que constituye al vínculo
jurídico existente en la relación jurídica1591. A su vez, en aquellos casos en los cuales el
deber jurídico no es cumplido o cuando se toma la iniciativa de incumplirse se pasa a una
nueva situación que puede denominarse como “responsabilidad”, de la cual surgirá una
obligación de reparar daños y perjuicios causados1592.
Las relaciones jurídicas pueden clasificarse según distintos criterios y elementos: (i)
relaciones jurídicas simples y relaciones jurídicas complejas; (ii) relaciones jurídicas
absolutas y relaciones jurídicas relativas; (iii) relaciones jurídicas declarativas y relaciones
jurídicas creativas; (iv) relaciones jurídicas originarias, relaciones jurídicas en desarrollo y
relaciones jurídicas terminadas; (v) relaciones jurídicas de personalidad, relaciones
jurídicas de familia, relaciones jurídicas corporativas y relaciones jurídicas de tráfico
jurídico; (vi) relaciones jurídicas con contenido real y relaciones jurídicas con contenido
personal (subclasificación de las relaciones jurídicas de tráfico jurídico) y (vii) relaciones
jurídicas lícitas y relaciones jurídicas ilícitas.
A continuación analizamos dichas clasificaciones.
1590
Ídem.
1591
Ídem.
1592
Ídem.
380
a) Relaciones jurídicas simples: Son aquellas en las cuales existe un solo derecho
por parte del sujeto activo y un solo deber por parte del sujeto pasivo1593. Por
ejemplo, se entrega un bien con cargo a restituirlo simplemente.
b) Relaciones jurídicas complejas: Son aquellas en las cuales existe un conjunto
de derechos y obligaciones ligadas entre sí, junto con existir cargas, garantías,
sujeciones, etc.1594 Por ejemplo, las relaciones que emanan entre el comprador y
el vendedor en el contrato de compraventa, pues aparte del pago del precio y la
tradición de la cosa existen elementos adicionales como la obligación de
saneamiento y las de recibir la cosa.
La cual se refiere al efecto que se tiene en torno a una misma relación jurídica en
cuestión.
1593
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Loc. Cit. pp. 298.
1594
Ídem.
381
1595
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 205.
1596
Ídem.
1597
Ídem.
1598
Ídem.
1599
Ídem.
382
1600
Ídem.
1601
Ídem.
1602
Ídem.
1603
Ídem.
1604
Ibíd. pp. 206-207.
1605
Ídem.
383
segundo lugar y en relación con lo anterior, existen libros y manuales que hablan de
“relaciones jurídicas personales” y “relaciones jurídicas reales”, sin embargo, nos parece
que esta nomenclatura puede inducir a error, toda vez que podría llegar a pensarse que una
implica una relación jurídica con otra persona y otra relación jurídica con una cosa, lo cual
es equivocado: las relaciones jurídicas son siempre entre personas, sin embargo, ellas se
diferencian en la forma en la cual se ejerce el poder y hacia quien va orientado. Por lo
mismo preferimos hablar, para evitar esa confusión, de “relaciones jurídicas con contenido
personal” y “relaciones jurídicas con contenido real”.
a) Relaciones jurídicas con contenido personal: Son aquellas relaciones jurídicas
que se resuelven por medio de la cooperación o reparación de un individuo en
favor de otro teniendo como antecedente un derecho personal, el cual solamente
se hace efectivo por medio de la prestación ajena, es decir, su interés se realiza
por medio del comportamiento ajeno1606.
b) Relaciones jurídicas con contenido real: Son aquellas que tienen por objeto la
atribución de bienes y su correspondiente apropiación, teniendo como
antecedente un derecho real, el cual es defendido de interferencias ajenas y
turbaciones de terceros, mirando en consecuencia a la utilidad que genera el bien
en cuestión1607.
En relación con esto último es un regla que las relaciones jurídicas con contenido
personal generan efectos relativos, es decir pueden ser exigidas y vinculan a determinadas
personas que asumen el rol de acreedor y de deudor, mientras que las relaciones jurídicas
con contenido real generan efectos absolutos, es decir, el titular del bien puede exigir al
resto de la sociedad el respeto y no turbación de su derecho.
1606
Ídem.
1607
Ídem.
384
1608
Ibíd. pp. 208.
1609
Ídem.
1610
Ibíd. pp. 209.
1611
Ídem.
1612
Ídem.
1613
Ibíd. pp. 210.
385
Con todo, es importante tener presente que todo lo ilícito no implica una simple
prohibición, ya que ellos generarán efectos jurídicos, es decir, derechos y obligaciones al
momento de ser sancionados: por ejemplo, el fraude pauliano la inoponibilidad del acto, la
causa ilícita la nulidad del contrato viciado, los delitos y cuasidelitos la obligación de
reparar e indemnizar los perjuicios causados, etc., de modo tal que la ilicitud genera efectos
jurídicos derivados de la sanción, ya que ella va más allá de una simple prohibición.
En una relación jurídica, los sujetos que componen a éste se encuentran en una
determinada situación jurídica dentro de ella, es decir, de un modo o manera en la cual el
sujeto de la relación se encuentra respecto al otro sujeto1614. En ese sentido, sabemos que
existe un sujeto activo y un sujeto pasivo dentro de la relación jurídica, con lo cual una
parte estará en una situación jurídica activa y otra en situación jurídica pasiva.
Sin embargo, la forma en la cual se concretiza cada una de estas situaciones es
diferente dentro de ella misma. Es decir, la situación jurídica activa no es uniforme y ella
puede manifestarse de distintas maneras en su existencia y lo mismo ocurre con la situación
jurídica pasiva. A continuación analizaremos las modalidades y formas de manifestación
que pueden tomas las situaciones jurídicas activas y las situaciones jurídicas pasivas dentro
de una relación jurídica.
Son aquellas en las cuales se manifiesta el poder jurídico del cual es titular el sujeto
activo de la relación jurídica en cuestión. Estas pueden ser: (i) el derecho subjetivo; (ii) la
potestad; (iii) la facultad; (iv) la expectativa, (v) la cualidad jurídica y (vi) el estado o
status.
1614
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 300.
386
(ii) La potestad
(iii) La facultad
Son manifestaciones del derecho subjetivo que no tienen una existencia autónoma,
sino que ella se encuentra determinada en virtud y dependencia del mismo derecho
subjetivo1618. Por ejemplo, el dominio tiene ciertos atributos, los cuales consisten en las
facultades que emanan de él (uso, goce y disposición).
1615
Ibíd. pp. 301.
1616
Ídem.
1617
Ídem.
1618
Ídem.
387
1619
Ibíd. pp. 302.
1620
Ídem.
1621
Ídem.
1622
Ídem.
1623
Ídem.
1624
Ibíd. pp. 303.
388
visto y considerado en sí mismo o en relación con los grupos de los que forma parte, como
la familia y el Estado1625. En ese sentido se clasifican en:
a) Estados individuales: Son aquellos que dicen relación al individuo con sí
mismo, prescindiendo de los demás1626. Por ejemplo, mayor de edad, demente,
disipador, etc.
b) Estados sociales: Son aquellos que dicen relación con en su vínculo con los
demás miembros de la sociedad1627. En ese sentido se distinguen entre:
Estados sociales de Derecho Público: Determinados principalmente por la
nacionalidad y la ciudadanía1628.
Estados sociales de Derecho Privado: Determinados principalmente con el
estado civil1629.
No debe confundirse al estado con la capacidad, ya que el estado en sentido
genérico se mira desde un punto de vista estático y en ese sentido va a determinar la
capacidad o incapacidad de una persona1630.
Son aquellas formas en las cuales se manifiesta el deber jurídico que debe cumplir
el sujeto pasivo de la relación jurídica. Estas son: (i) la deuda; (ii) el deber genérico de
abstención; (iii) la sujeción correlativa al derecho potestativo; (iv) la carga; (v) la
responsabilidad y (vi) la garantía en sentido pasivo. A continuación analizaremos cada uno
de estos elementos.
(i) La deuda
1625
Ídem.
1626
Ídem.
1627
Ídem.
1628
Ídem.
1629
Ídem.
1630
Ídem.
389
la necesidad de dar, hacer o no hacer algo en favor de otro en virtud de la relación jurídica
llamada obligación que vincula a ellos1632.
La deuda es un tipo de deber jurídico; sin embargo, no todo deber jurídico es deuda,
ya que ésta implica necesariamente la existencia de una prestación avaluable
pecuniariamente, es decir en dinero, lo que permite que de ella nazca la posibilidad de
exigir el cumplimiento forzado de ésta, lo que caracteriza a la obligación como relación
jurídica de la cual nace la deuda1633.
Es el deber que tiene toda la sociedad de evitar cualquier hecho que impida,
amenace o perturbe el ejercicio y goce de un derecho establecido en favor de una
persona1634. Por ejemplo, es el deber de respetar y no turbar la propiedad ajena.
Como se estudiará más adelante, existen derechos potestativos, que son aquellos por
los cuales el titular de éste puede a su voluntad de forma propia y exclusiva provocar un
cambio en la situación jurídica del sujeto pasivo, el cual debe resignarse y someterse a esa
voluntad1635. Esta resignación es la sujeción al derecho potestativo.
Algunos ejemplos son la que tiene el comunero en cualquier momento para solicitar
el fin de la indivisión de la cosa en comunidad y la de la mujer casada en sociedad conyugal
y sus herederos a renunciar a los gananciales al momento de la liquidación de la sociedad
conyugal.
(iv) La carga
1631
Ídem.
1632
Ibíd. pp. 303-304.
1633
Ídem.
1634
Ibíd. pp. 304.
1635
Ibíd. pp. 304-305.
390
(v) La responsabilidad
Una garantía es todo medio existente destinado a dar seguridad jurídica a lo debido
a su equivalente, de modo tal que se logre el cumplimiento de dicho deber jurídico1638. Las
garantías se clasifican de la siguiente forma:
a) Garantía genérica: Esta la constituye el “derecho de prenda general”,
reconocida en el artículo 2465 del Código Civil consistente en que el acreedor
puede perseguir la ejecución de su derecho en todos los bienes presentes y
futuros del acreedor exceptuados los no embargables1639. De esta forma, el
deudor se sujeta en todos sus bienes propios al acreedor1640.
b) Garantía específica del deudor: Consistente en una garantía especial que se
manifiesta en la sujeción de ciertos bienes pertenecientes al deudor con el fin de
asegurar el cumplimiento de la obligación1641. Por ejemplo, el deudor otorga
1636
Ibíd. pp. 305.
1637
Ídem.
1638
Ibíd. pp. 306.
1639
Ídem.
1640
Ídem.
1641
Ibíd. pp. 306-307.
391
Como se señaló anteriormente, las relaciones jurídicas tienen como primer elemento
los sujetos de derecho. De esta forma, la existencia de dos o más sujetos de derecho es una
condición necesaria para que haya una relación jurídica, en la cual puedan ser atribuidos a
estos los poderes y deberes jurídicos que emanan de dicha relación en cuestión. Es aquí
donde entra, entonces la noción de persona.
Para el Derecho y desde un punto de vista jurídico, una persona es todo ser que
puede ser titular de derechos y obligaciones1644.
A partir de lo anterior, se puede concluir lo siguiente: persona y sujeto de derecho
son conceptos sinónimos, de modo tal que cuando hablamos de que una relación jurídica se
compone de sujetos de derecho es una forma distinta de decir que se compone de
personas1645.
De esta forma, la personalidad consiste en la posibilidad de ser titular de derechos y
obligaciones, mientras que una persona es un sujeto que goza de personalidad, es decir
tiene esa posibilidad de ser titular de lo anteriormente señalado1646.
En las sociedades antiguas es importante señalar que la idea de persona implicaba lo
anterior, sin embargo, en base a ello se le negaba a ciertos seres humanos la posibilidad de
ser persona. Lo anterior se manifestaba muy fuertemente en el reconocimiento y regulación
1642
Ibíd. pp. 307.
1643
Ídem.
1644
Ibíd. pp. 357.
1645
Ídem.
1646
Ídem.
392
1647
Ibíd. pp. 360.
1648
Ídem.
393
Con todo, si bien en Chile rige la igualdad en lo que respecta a las personas
naturales, no es menos cierto que el Código Civil hace una clasificación de las personas
según su edad en su artículo 26. Sin embargo, hay que desde ya señalar que esta
clasificación no incide ni afecta su condición de persona, con lo cual todo ser humano
independiente de la edad puede ser titular de derechos y obligaciones. No obstante aquello,
no todos los seres humanos podrán ejercer sus derechos y cumplir sus obligaciones de la
misma manera, tal como estudiaremos y nos referiremos al momento de estudiar a la
capacidad, y es en ese sentido y rol que empieza a tener efecto e importancia la
clasificación de las personas naturales según su edad.
De esta forma, el Código Civil en: (i) infante o niño; (ii) impúber y (iii) adulto.
A) Infante o niño
En relación con esta categoría de ser humano, el artículo 26 del Código Civil señala
que: “Llámese infante o niño a todo el que no ha cumplido siete años”. De esta forma, todo
ser humano que sea menor de siete años debe ser visto y considerado como un infante o
niño. Como señalaremos al momento de estudiar la capacidad de ejercicio, ellos son vistos
como incapaces absolutos.
394
Ante la duda de cuál es la razón por la que el Código Civil hace esta distinción se
encuentra a que esta categoría se le aplican y distinguen dos normas que son muy
importantes en cuanto a los actos que pueden realizar los que se encuentren en este rango
etario, a saber:
a) Responsabilidad Civil Extracontractual: Conforme al artículo 2319 del
Código Civil no son capaces de cometer delito ni cuasidelito civil los menores
de siete años ni los dementes. De esta forma, si un acto que pudiese considerarse
delito o cuasidelito civil es cometido por un infante o niño debe descartarse el
ser considerado como tal, dado que ellos no pueden cometer estos actos. Lo
anterior es sin perjuicio de poder atribuirle responsabilidad de los daños
causados a quienes estuviesen a su cargo si se les puede imputar negligencia en
esto.
b) Posesión: El artículo 723 inciso segundo del Código Civil se señala que los
dementes y los infantes son incapaces de adquirir por su voluntad la posesión de
algún bien, ya sea para sí mismo o para otros.
De lo anterior se desprende que para el Código Civil los infantes o niños son vistos
como personas que no tienen voluntad desde un punto de vista jurídico y ni siquiera pueden
distinguir ni discernir lo que es correcto de lo que es incorrecto o del bien y del mal,
asemejándolos en eso a los dementes privados de razón, lo cual es el motivo por la cual no
pueden ser imputable en Responsabilidad Civil Extracontractual ni adquirir posesión de los
bienes en caso alguno, ni para sí ni para otras personas.
B) Impúber
Conforme al artículo 26 del Código Civil es impúber: “el varón que no ha cumplido
catorce años y la mujer que no ha cumplido doce”. De esta forma, todo hombre entre los
siete y catorce años y toda mujer entre los siete y los doce años es considerado impúber
para el Código Civil. Al igual que el niño o infante es un incapaz absoluto como
analizaremos en el estudio de la capacidad.
A pesar de lo anterior, al impúber no se le aplica la restricción en materia posesoria
señalada al infante o niño y en materia de Responsabilidad Civil Extracontractual conforme
395
al artículo 2319 inciso segundo del Código Civil quedará a prudencia del juez determinar si
el menor de dieciséis años ha cometido delito o cuasidelito civil sin discernimiento. De lo
anterior se desprende que, si bien para el Derecho Civil el impúber aún no tiene voluntad en
sentido jurídico, éste ya sí ha podido desarrollar algo más el poder discernir el bien del mal,
lo que es correcto de lo que es incorrecto, lo cual deberá ser determinado por el juez en el
caso concreto.
C) Adulto
Conforme al artículo 26 del Código Civil es adulto “el que ha dejado de ser
impúber”. De esta forma, todo hombre mayor de catorce años y toda mujer mayor de doce
años es un adulto en Chile. Con todo, el mismo Código Civil clasifica a los adultos en: (i)
menores adultos, menores de edad o simplemente menores y (ii) mayores adultos, mayores
de edad o simplemente mayores.
Conforme al artículo 26 del Código Civil son menores adultos, menores de edad o
simplemente menores los que no han cumplido dieciocho años. Es decir, se compone de
todo hombre entre los catorce y dieciocho años y toda mujer entre los doce y dieciocho
años. Como estudiaremos en la capacidad, ellos son incapaces relativos en materia civil, lo
cual tiene influencia en la forma en que ejercen sus derechos.
Ante ello puede surgir una duda consistente en cuál es la razón por la cual las
mujeres adquieren la condición de menor adulto (y de incapaz relativo) antes que los
hombres por dos años. El motivo de ello es por razones históricas. Esta es una norma que
viene desde el Derecho Romano, en el cual se consideraba que las mujeres eran menores
adultos antes de los hombres por el hecho de que llegan a la pubertad antes que ellos a los
doce años. A su vez, al llegar a la pubertad entraban en la edad núbil, lo que las autorizaba
a contraer matrimonio antes.
La existencia de esta norma y distinción en la actualidad nos parece que es algo
sumamente cuestionable por las siguientes razones: en primer lugar, no es un hecho exacto
396
e invariable el que las mujeres lleguen a la pubertad exactamente a los doce años, pues el
día de hoy se sabe con la ciencia que el organismo humano se comporta en forma diversa
en cada individuo, con lo cual es posible que haya mujeres que lleguen a la pubertad a los
doce años, como también el que lo hagan antes o incluso después de esa edad, con lo cual
parece impertinente que el Derecho busque determinar ello. Por otro lado, la justificación
histórica de esta norma es sumamente arcaica y patriarcal, no condiciéndose con la
composición de la familia en la actualidad que se vea que las mujeres deban casarse lo
antes posible. Nos parece en ese sentido que, contrario a lo que podría pensarse, esta norma
es un resabio machista de la legislación y en su fundamento y para lo que se prestó atenta
contra la igualdad que debe existir entre hombres y mujeres. Finalmente, y en base con lo
anterior, esta norma ha perdido toda vez que hoy hombres y mujeres pueden contraer
matrimonio desde la misma edad, con lo cual lo que antes era considerado como edad núbil
ya no es aquello que determina la capacidad para contraer matrimonio.
Conforme al artículo 26 del Código Civil es todo aquel que ha cumplido dieciocho
años. De esta manera, todo quien tenga dieciocho años o más es un mayor de edad y goza
de plena capacidad en el Derecho Civil, salvo que esté afecto a una causal de incapacidad
que sea diferente a aquellas que son determinadas por el rango etario de las personas. De
esta forma, ellos pueden ejercer sus derechos y cumplir sus obligaciones de forma
autónoma como señalaremos al momento de estudiar la capacidad.
1649
Ibíd. pp. 363.
397
1650
Ídem.
1651
Ídem.
1652
Ibíd. pp. 364.
1653
Ídem.
1654
Ídem.
398
1655
Ibíd. pp. 364-365.
1656
Ídem.
1657
Ídem.
399
1658
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 112.
1659
Ibíd. pp. 113.
400
1660
Ídem.
1661
Ídem.
1662
Ídem.
401
1663
Ídem.
1664
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 368-369.
1665
Ídem.
1666
Ídem.
1667
Ídem.
1668
Ídem.
402
B) La época de la concepción
1669
Ibíd. pp. 369-372.
1670
Ídem.
1671
Ídem.
403
Esta norma es una de las más criticadas y complicadas que presenta el Código Civil,
toda vez que si bien los embarazos tienen en la mayoría de los casos una duración de nueve
meses en la cual se ajusta y coincide con el rango otorgado por la ley, el día de hoy han
existido, ocurrido y pueden seguir ocurriendo nacimientos que duren un tiempo superior al
rango legal como también un rango inferior y al ser una presunción de derecho, ésta no
admite prueba en contrario, con lo cual no sería posible desmentir, a pesar de ser una
realidad1672. Esto puede tener influencia importante y dar resultados injustos en materia de
filiación, especialmente en lo que es la presunción de paternidad del marido y conviviente
civil e impedir un posible desconocimiento de la filiación.
1672
Ídem.
404
1673
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Loc. Cit. pp. 113.
1674
Ídem.
1675
Ídem.
405
1676
Ibíd. pp. 114.
1677
Ídem.
1678
Ídem.
1679
Ídem.
1680
Ídem.
1681
Ídem.
1682
Ídem.
1683
Ídem.
406
B) Muerte presunta
En conjunto con la muerte natural o real de las personas naturales existe también
una muerte que se denomina como muerte presunta, que busca y tiene como objetivo el
fijar la muerte y los efectos de las personas que han estado ausentes durante un cierto
espacio de tiempo determinado y de los cuales no se tienen noticias. Su regulación se
encuentra entre los artículos 80 y 94 del Código Civil.
En base a lo anterior, podemos definir a la muerte presunta como aquella que es
declarada por el juez, en conformidad a las reglas generales, respecto de un individuo que
ha desaparecido y de quien se ignora si vive o no1686. En base a lo anterior nos damos
cuenta que ella tiene dos circunstancias o condiciones que sirven de base para la
conformación de la muerte presunta, las cuales son: (i) la ausencia o desaparecimiento del
individuo por un largo espacio de tiempo y (ii) la falta de noticias en relación a ese mismo
individuo1687. Dado que esta es determinada por el juez apreciando esos hechos, Arturo
Alessandri Rodríguez, Manuel Somarriva y Antonio Vodanovic proponen llamarla como la
“presunción de muerte por el desaparecimiento”1688.
En base a lo anterior, es posible señalar que los requisitos para que se declare la
muerte presunta de una persona son:
- Que sea declarada por sentencia judicial1689.
- Que la declaración se haga en conformidad al procedimiento establecido para
ello1690.
1684
Ídem.
1685
Ibíd. pp. 115.
1686
Ídem.
1687
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 384.
1688
Ídem.
1689
Ibíd. pp. 385.
1690
Ídem.
407
1691
Ídem.
1692
Ídem.
1693
Ídem.
1694
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Loc. Cit. pp. 115.
1695
Ídem.
1696
Ídem.
1697
Ídem.
1698
Ídem.
408
El período de mera ausencia es aquel que comienza desde que se han dejado de
tener noticias de la persona ausente1700.
El objetivo de este período consiste en la protección de los derechos del ausente,
con lo cual busca establecer cuál será la administración de sus bienes1701. En caso de que
éste haya dejado representantes o apoderados ellos se encargarán de administrar sus bienes,
a falta de esto se nombrará un curador de bienes del ausente conforme a los artículo 473 y
siguientes del Código Civil.
La duración del período de mera ausencia es de cinco años 1702. Esta regla tiene dos
excepciones en la cual este tiempo es acortado, a saber: (i) en caso de que la desaparición se
haya producido en un sismo o catástrofe, en cuyo caso será de seis meses y (ii) en caso de
que se haya producido en la pérdida de una nave o aeronave, en cuyo caso se rebaja a tres
meses1703.
Luego de este período se produce la declaración judicial de muerte presunta y se
pasa al período de posesión provisoria de los bienes, con la excepción de aquellos casos en
los cuales ésta no se requiere y se pasa inmediatamente al período de posesión definitiva de
los bienes1704.
1699
Ídem.
1700
Ibíd. pp. 115-116.
1701
Ídem.
1702
Ibíd. pp. 116.
1703
Ídem.
1704
Ídem.
409
1705
Ídem.
1706
Ídem.
1707
Ídem.
1708
Ídem.
1709
Ídem.
1710
Ibíd. pp. 117.
1711
Ídem.
1712
Ídem.
410
Término del período de mera ausencia: Este período puede terminar por:
a) El decreto de posesión provisoria1713.
b) El decreto de posesión definitiva en aquellos casos en que no aplica la posesión
provisoria1714.
c) El reaparecimiento del ausente1715.
d) El conocimiento exacto de la fecha de la muerte del desaparecido1716.
En caso de que reaparezca el ausente, éste recobra la administración de sus bienes y
en caso de que se tenga conocimiento de su muerte se siguen las reglas de la muerte natural.
En el caso de los decretos de posesión provisoria y definitiva se siguen las reglas de la
declaración de muerte presunta y su procedimiento1717.
Este es el período que comienza con el decreto de posesión provisoria de los bienes
y termina con el decreto de posesión definitiva de los bienes1718. Su objetivo es conciliar los
derechos del desaparecido con las personas a quienes habrían pasado sus bienes si es que el
ausente hubiese fallecido realmente, es decir estamos hablando de sus herederos
presuntivos, los cuales pueden ser tanto en base a un testamento como aquellos
intestados1719.
El decreto de posesión provisoria de los bienes se dicta a los cinco años desde la
fecha de las últimas noticias del desaparecido y en caso de no concurrir ni presentarse
herederos la herencia será declarada yacente1720.
Este período no ocurre en aquellos casos en los cuales la desaparición tiene como
causal: (i) la herida grave en la guerra u otro peligro inminente, (ii) la pérdida o
desaparición de una nave o aeronave; (iii) desaparición en caso de sismo o catástrofe y (iv)
1713
Ídem.
1714
Ídem.
1715
Ídem.
1716
Ídem.
1717
Ídem.
1718
Ídem.
1719
Ídem.
1720
Ídem.
411
que pasados los cinco años desde las últimas noticias se pruebe que han transcurrido setenta
años desde el nacimiento del desaparecido1721.
Los efectos del decreto de posesión provisoria y este período son los siguientes:
a) Se pone término al régimen de sociedad conyugal, si es que el desaparecido se
encontraba casado bajo éste1722.
b) Se pone término al régimen de participación en los gananciales, si es que el
desaparecido se encontraba casado bajo éste1723.
c) Se produce la emancipación de los hijos sujetos a patria potestad, a no ser que
sobreviva el otro padre, madre o progenitor, en cuyo caso recaerá en éste1724.
d) Se produce la apertura de la sucesión del desaparecido, la delación de las
asignaciones hereditarias (salvo aquellas sujetas a condición suspensiva) y la
publicación del testamento si es que hubiere1725.
e) Se otorga la posesión provisoria de los bienes a los herederos presuntivos del
desaparecido1726.
f) Los poseedores provisorios representarán a la sucesión en toda acción y defensa
necesaria contra terceros1727.
En relación con los herederos presuntivos queda una duda bajo qué título poseen los
bienes existen dos posturas: a) Luis Claro Solar estima que éstos se tienen bajo usufructo
legal sobre el patrimonio presuntivo del desaparecido. b) Otros estiman que estos bienes se
tienen bajo dominio sujeto a condición resolutoria de que el desaparecido reaparezca o se
tengan noticias exactas de su fallecimiento1728.
Los poseedores provisorios respecto a los bienes del desaparecido tienen dos
obligaciones con el fin de proteger los intereses de éste, a saber: en primer lugar deben
realizar, conforme al artículo 86 del Código Civil un inventario solemne de los bienes o
bien revisar y rectificar con la misma solemnidad el inventario existente1729. En segundo
1721
Ídem.
1722
Ídem.
1723
Ídem.
1724
Ídem.
1725
Ídem.
1726
Ídem.
1727
Ídem.
1728
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 396-397.
1729
Ibíd. pp. 396.
412
lugar deben otorgar caución de conservación y restitución de los bienes y hará suyo los
respectivos frutos e intereses1730.
Por otro lado, si los poseedores provisorios quisiesen enajenar los bienes que
pertenecen al parecido deben cumplir con los requisitos del artículo 88 del Código Civil.
Esto es, en caso de que se trate de bienes muebles la venta debe hacerse en pública subasta
y con autorización judicial (éste debe creerlo conveniente), habiendo previamente oído al
Defensor de Ausentes1731. En cambio, en el caso de los bienes raíces estos no pueden
enajenarse ni gravarse con hipoteca antes de la posesión definitiva, sino por causa necesaria
o de utilidad evidente declarada por el juez y con audiencia del Defensor de Ausentes,
debiendo la venta también realizarse por pública subasta1732. En caso de omisión de alguno
de estos requisitos, la enajenación o gravamen de cualquiera de los bienes del desaparecido
será sancionado con nulidad relativa1733.
Término del período de posesión provisoria de los bienes: Este período
puede terminar por las siguientes causales.
a) El decreto de posesión definitiva1734.
b) La reaparición del ausente1735.
c) Si se tuviesen noticias efectivas en relación a la fecha de la muerte del
desaparecido1736.
1730
Ibíd. pp. 397-398.
1731
Ídem.
1732
Ídem.
1733
Ídem.
1734
Ídem.
1735
Ídem.
1736
Ídem.
1737
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Loc. Cit. pp. 117.
1738
Ídem.
413
del desaparecido1739. Junto con ello, este decreto debe ser inscrito en el Registro del
Conservador de Bienes Raíces con competencia en la comuna del último domicilio del
desaparecido en Chile, siendo la falta de esta inscripción sancionada con la
inoponibilidad1740.
El decreto de posesión definitiva de los bienes se otorga diez años desde la fecha de
las últimas noticias del desaparecido, con la excepción de aquellas hipótesis en los cuales
no hay período de posesión provisoria, en cuyo caso se procede a la posesión definitiva de
los bienes inmediatamente una vez concluido el período de mera ausencia1741.
Los efectos de la declaración de posesión definitiva de los bienes son los siguientes:
a) Se produce la disolución del matrimonio: Es decir, el cónyuge pasa a estar viudo
o viuda1742.
b) Se pueden ejercer los derechos subordinados a la condición de la muerte del
causante: Como por ejemplo, el del nudo propietario en el usufructo, el del
legatario, fideicomisario, etc.1743.
c) Se produce la apertura de la sucesión: En aquellos casos en los cuales no está el
período de la posesión provisoria de los bienes1744.
d) Se cancelan las cauciones de conservación y restitución1745.
e) Cesan las restricciones para la enajenación de los bienes1746.
f) Puede realizarse la partición de bienes: Es decir tendiente a distribuir los bienes
del desaparecido entre sus herederos1747.
Con todo, la declaración del decreto de posesión definitiva de los bienes no puede
oponerse a la realidad, con lo cual este puede rescindirse si es que ocurren ciertas
1739
Ídem.
1740
Ídem.
1741
Ídem.
1742
Ídem.
1743
Ídem.
1744
Ibíd. pp. 118.
1745
Ídem.
1746
Ídem.
1747
Ídem.
414
circunstancias1748. En primer lugar, desde ya señalamos que es un error del Código Civil
hablar en esta etapa de “rescisión” toda vez que ésta alude a la idea de la nulidad relativa,
siendo que en realidad estamos en presencia de una revocación del decreto1749.
Las causales para pedir la revocación del decreto de posesión provisoria son las
siguientes:
a) Si se tuvieren noticias exactas de la existencia del desaparecido1750.
b) Si se tuvieren noticias exactas de la muerte real del desaparecido1751.
c) Si el muerto presunto reaparece1752.
Los legitimados para solicitar la revocación del decreto de posesión provisoria de
los bienes son: (i) el mismo desaparecido, (ii) los legitimarios habidos durante el
desaparecimiento y (iii) el cónyuge por matrimonio contraído en esa época1753. El plazo
para solicitar esta revocación es en cualquier momento para el mismo desaparecido y
dentro de los plazos de prescripción para los demás contados desde la muerte del
desaparecido1754.
Si se pronuncia la revocación del decreto de posesión definitiva de los bienes se
mirará a los poseedores provisorios como de Buena Fe, entendida como la ignorancia de la
causal que da lugar a la revocación del decreto, salvo que se pruebe lo contrario y se
presumirá la Mala Fe del que oculte la muerte del desaparecido 1755. En base a lo anterior,
los poseedores de Buena Fe conservarán los frutos de las cosas, mientras que los de Mala
Fe deberán restituirlos1756.
A su vez, la sentencia que revoca al decreto de posesión definitiva sólo aprovechará
a quienes lo obtuvieren y los poseedores definitivos no responderán del estado de los bienes
ni siquiera bajo culpa grave1757. Los bienes los recobrará quien haya obtenido la revocación
1748
Ídem.
1749
Ídem.
1750
Ídem.
1751
Ídem.
1752
Ídem.
1753
Ídem.
1754
Ídem.
1755
Ídem.
1756
Ídem.
1757
Ídem.
415
bajo el estado en que se hallen estos subsistiendo todas las enajenaciones, gravámenes y
cualquier derecho constituido sobre ellos1758.
En relación con los terceros, el reaparecido o quienes obtuvieron la sentencia
carecen de acción contra los terceros quienes hayan adquirido los bienes, con lo cual
quedan firmes las enajenación y tampoco pueden exigir la restitución del precio a los
poseedores definitivos que enajenaron los bienes (algunos afirman que acá la ley está
equivocada, pues está amparando un enriquecimiento sin causa)1759.
1758
Ídem.
1759
Ídem.
1760
RIVERA RESTREPO, José Maximiliano. Tratado de Derecho Sucesorio. Tomo I. Thomson Reauters.
Santiago de Chile. 2020. pp. 68-69.
1761
Ídem.
1762
Ídem.
1763
Ídem.
416
Estas son las reglas establecidas en los artículos 95, 96 y 97 del Código Civil y que
fueron incorporadas por la Ley N° 20.577 de fecha 8 de febrero de 2012. Ella aplica en
todo caso en el cual una persona desapareciese en circunstancias tales que la muerte pueda
ser tenida como cierta, aun cuando el cadáver no haya sido encontrado o no se pudiese
identificar. Esto aplica en casos como lo que fue el Accidente Aéreo de Juan Fernández de
fecha 2 de septiembre de 2011 que en gran medida impulsó la dictación de estas normas.
Conforme a ello, en caso de puede tenerse como cierta la muerte de una persona
desaparecida aun cuando no se encuentre el cuerpo de ésta o no se pudiese identificar, el
juez del último domicilio en Chile podrá, a solicitud de cualquier interesado, comprobar la
muerte para efectos civiles e inscribirla en el Registro Civil.
Un extracto de la resolución que compruebe la muerte del desaparecido deberá
publicarse en el Diario Oficial dentro de setenta días desde que ésta se encuentra firme y
ejecutoriada y deberá contener los antecedentes indispensables para la identificación y
fecha de la muerte que el juez haya establecido.
Para revocar esta comprobación judicial de la muerte se deberá proceder conforme a
las reglas de la rescisión del decreto de posesión definitiva en la muerte presunta.
A las personas, tanto naturales como jurídicas, se le reconocen lo que son los
atributos de la personalidad, estos son ciertos elementos o calidades que se le reconocen a
toda persona por el hecho de ser tal y son indispensables para su desenvolvimiento como
sujetos de derecho1764. Desde ya aclaramos que estos atributos generan en su desarrollo
tanto derechos como deberes y obligaciones para las personas, con lo cual no es tampoco
preciso mirarlos o estimarlos como derechos necesariamente1765.
A su vez, ellos deben mirarse como bienes extrapatrimoniales, es decir que ellos no
pueden ser apreciados en dinero1766. A su vez, debido a que dicen relación con la condición
de persona no pueden ser sujetos de pactos o acuerdos en relación a ellos, como tampoco
1764
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 119.
1765
Ídem.
1766
Ídem.
417
ser despojadas o privadas de ello a las personas1767. Todo lo anterior es sin perjuicio del
hecho de que si son lesionados pueden dar lugar a una indemnización por daño moral1768.
Los atributos de la personalidad son: (i) el nombre, (ii) la capacidad, (iii) la
nacionalidad, (iv) el domicilio, (vi) el estado civil, (vii) el patrimonio y (viii) los derechos
de la personalidad1769.
Las personas naturales gozan íntegramente de todos los atributos de la personalidad,
en cambio las personas jurídicas gozan de todos con excepción del estado civil y los
derechos de la personalidad los tienen en la medida que se condiga con su carácter de
persona jurídica1770. A continuación analizaremos a los atributos de la personalidad desde la
perspectiva de las personas naturales.
A) Nombre
1767
Ídem.
1768
Ídem.
1769
Ídem.
1770
Ídem.
1771
Ídem.
1772
Ibíd. pp. 119-120.
1773
Ibíd. pp. 120.
418
a) Es un bien extrapatrimonial1774.
b) Es indivisible1775.
c) Es irrenunciable1776.
d) Es incomerciable1777.
e) Es intransferible e intransmisible1778.
f) Es inembargable1779.
g) Es inmutable: Con ciertas excepciones1780.
En Chile, el nombre se adquiere por filiación: el pronombre o nombre propiamente
tal es aquel que le designen los padres al momento de inscribir al hijo en el Registro Civil,
pudiendo el oficial respectivo oponerse si el nombre con el que se busca inscribir resulta ser
extravagante, ridículo, impropio, equívoco o contrario al buen lenguaje1781.
En cuanto al apellido o nombre patronímico, hay que distinguir si el hijo tiene
filiación matrimonial o no matrimonial. En caso de que la filiación sea matrimonial el niño
adquiere los apellidos de los padres, los cuales son el marido y la mujer, dado que se
presume la paternidad del marido. En cambio, en la filiación no matrimonial el niño
adquiere los apellidos de quienes lo hayan reconocido, a no ser que la madre se encuentre
bajo un Acuerdo de Unión Civil heterosexual, en cuyo caso se presume la paternidad del
conviviente civil masculino.
El nombre es inmutable, es decir no se puede cambiar, salvo dos excepciones:
a) Cambio de nombre por vía principal: La Ley N° 17.344 autoriza a cambiar el
nombre de las personas por una vez en la vida por vía de un procedimiento judicial
no contencioso1782. Esto se tramita ante el Juzgado en lo Civil o el Juez de Letras
del domicilio del solicitante y una vez ejecutoriada la sentencia, ésta debe ser
inscrita en el Registro Civil, con lo cual una vez cambiado el nombre solamente
podrá usar el nombre nuevo1783. Sin embargo, el cambio de nombre debe ser
1774
Ídem.
1775
Ídem.
1776
Ídem.
1777
Ídem.
1778
Ídem.
1779
Ídem.
1780
Ídem.
1781
Ídem.
1782
Ibíd. pp. 122.
1783
Ídem.
419
causado, es decir, debe haber un motivo que justifique éste. Las causales de cambio
de nombre son por: a) Menoscaba moral o materialmente a la persona (es ridículo o
risible); b) Si la persona ha sido conocida por un nombre distinto por cinco o más
años y c) Para que la inscripción no haga manifiesta una filiación no matrimonial o
determinada, es decir para agregar o cambiar apellidos1784. Por otro lado, se autoriza
a las personas que no tienen un nombre en español a pedir su traducción (por
ejemplo, de John pasar a ser Juan), pero esto en realidad no es un cambio de nombre
realmente, simplemente es la traducción del ya existente1785.
b) Cambio de nombre por vía indirecta: Se da en aquellos casos en los cuales el
procedimiento no busca cambiar el nombre como la razón principal, sin embargo,
los efectos de éste producen esa consecuencia. Esto se da en todo lo que es la
determinación de la filiación y el cambio de género de la persona.
Existe también una regulación del seudónimo, el cual es un nombre imaginario que
voluntariamente adopta una persona para esconder o caracterizar su personalidad en una
actividad determinada. Generalmente, en estos casos el seudónimo hace desaparecer al
nombre en lo que dice relación con la actividad1786. Por ejemplo, en la literatura chilena,
todos conocen a los Premios Nobel chilenos Gabriela Mistral y Pablo Neruda, pero no se
puede decir lo mismo de Lucila Godoy Alcayaga y Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto
(los verdaderos nombres de esos autores respectivamente). Como se indica este seudónimo
es de carácter voluntario, lo que lo diferencia del nombre. La Ley N° 17.336 regula al
seudónimo como un derecho moral de su titular, es decir es intransferible y, a su vez, indica
que toda obra realizada bajo éste se presume que es realizada por el titular del
seudónimo1787.
El sobrenombre, en cambio, que es el apodo que suele darse a una persona en virtud
de alguna condición personal, este carece de todo valor jurídico y no tiene mayor relevancia
para el Derecho1788.
El nombre otorga la facultad de usar el nombre e impedir a otros usarlo.
1784
Ídem.
1785
Ídem.
1786
Ibíd. pp. 121-122.
1787
Ídem.
1788
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 434
420
En cuanto a la naturaleza jurídica del nombre existe quienes proponen que sobre
éste se tiene un derecho de propiedad; sin embargo, esto es criticado, toda vez que sobre él
no se contemplaría la facultad de disposición ni tiene valor pecuniario1789. Otros proponen
que simplemente es una marca distintiva de la filiación. Esto se critica, toda vez que el
nombre cumple un rol más trascendente1790. Marcel Planiol señala que no es un derecho,
sino que es una institución de policía civil que busca identificar a los individuos1791.
En realidad nos parece que el nombre es un atributo de la personalidad, es decir un a
calidad del ser humano innegable, siendo un bien no patrimonial e intransferible y que se
mira como institución de policía civil para evitar una confusión de personalidades entre los
individuos1792.
B) Capacidad
1789
Ídem.
1790
Ibíd. pp. 435.
1791
Ídem.
1792
Ibíd. pp. 436.
1793
LYON PUELMA, Alberto. Personas naturales. Santiago, Ediciones Universidad Católica de Chile,
Tercera Edición. 2007. pp. 172.
1794
Ídem.
421
1795
Ídem.
1796
Ídem.
1797
Ídem.
1798
Ídem.
1799
Ibíd. pp. 173.
1800
Ibíd. pp. 174.
1801
Ídem.
422
la protege bajo sus mecanismos, ya que ella sirve de fundamento para muchos derechos
subjetivos1802. De esta forma, ella es la base de los derechos subjetivos.
En base a lo anterior, existe cierta doctrina que estima que, si bien la capacidad de
goce no es un derecho subjetivo de carácter patrimonial, sí es un derecho de la
personalidad, en base a lo dispuesto por la Constitución y los Tratados Internacionales de
Derechos Humanos, dado que ella se encuentra ligada a la esencia de lo que es la
personalidad, debido que no puede haber personas sin capacidad de goce, ni tampoco una
capacidad de goce desligada de las personas1803.
1802
Ídem.
1803
Ídem.
1804
Ídem.
1805
Ibíd. pp. 175.
1806
Ídem.
1807
Ídem.
423
incapacidades son normas excepcionales y que como tal, deben ser interpretadas
restrictivamente, sin posibilidad de realizar analogía1808.
Las incapacidades que reconoce el ordenamiento jurídico son: (i) la incapacidad
absoluta y (ii) la incapacidad relativa. Las cuales explicamos a continuación:
a) Incapacidad absoluta: Son aquellos que no pueden nunca actuar a la vida
jurídica por sí mismo, sino que necesariamente deben hacerlo por medio de su
representante legal (como lo pueden ser los padres, los tutores, curadores,
etc.)1809. El fundamento se encuentra en que las personas sujetas a este tipo de
incapacidad no tienen voluntad necesaria para efectos jurídicos o bien esta no
puede ser conocida1810. Los incapaces absolutos son el (i) el loco o demente; (ii)
impúber y (iii) el sordo o sordomudo que no puede darse a entender
claramente1811. Estas se tratan de:
- El demente: No se encuentra definido en el Código Civil, sin embargo, se ha
entendido que ello involucra e incluye al que se encuentre privado de sus
facultades mentales, ya sea de forma permanente (como el que se encuentra
afectado por una enfermedad mental) o bien transitoria (como el ebrio o
drogado), lo cual le impide administrar correctamente lo suyo1812.
Es necesario tener presente que al momento de dictarse el Código Civil, los
estudios de psiquiatría y psicología no se encontraban tan desarrollados, en ese
sentido es una imprecisión de éste hablar de “demente”, toda vez que ésta alude
a cierto tipo de enfermedad mental1813. Hoy sabemos que la salud mental
involucra muchas posibles patologías que hagan que una persona no tenga el
discernimiento suficiente. Sin embargo, no basta la enfermedad mental por sí
sola. De esta forma, no toda persona sujeta a una patología de este tipo es de por
sí un demente: es necesario además que ella le impida administrar lo suyo1814.
1808
Ídem.
1809
Ibíd. pp. 176.
1810
Ídem.
1811
Ídem.
1812
Ibíd. pp. 178.
1813
Ibíd. pp. 179.
1814
Ídem.
424
En ese sentido, es necesario entender que para estos efectos el demente es una
persona que está afecta por una enfermedad mental1815. Para que una persona
jurídicamente sea considerada como tal debe ser declarada como demente en un
juicio de interdicción, luego de la cual la persona pasará a ser considerada como
un incapaz absoluto. Sin embargo, podrá el interdicto por demencia ser
rehabilitado en su capacidad si prueba haber recobrado permanentemente su
razón1816.
Por otro lado, debe incluirse a la persona que transitoriamente se encuentra
privado de sus facultades mentales, dentro de los cuales está el ebrio o drogado
que realiza un acto jurídico1817. Sin embargo, esta persona no podrá ser
declarada interdicto por medio de un juicio, sino que deberá probarse que al
momento de obrar se encontraba afecto por uno de estos efectos1818.
Es importante señalar que desde el 25 de agosto del 2008 en Chile se encuentra
promulgada la Convención sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad y su protocolo facultativo, adoptada por la Asamblea General de
la Organización de Naciones Unidas (ONU) el 13 de diciembre de 2006, la cual
se inspira en principios de igualdad, respeto y no discriminación y cuida que el
lenguaje para tratar a las personas con capacidades diferentes sea inclusivo y
respetuoso para dirigirse a ellos. Con lo cual, Chile debiese adoptar en su
Código Civil un lenguaje que fuese no discriminador y preferir términos tales
como “discapacidad intelectual” o “enfermedad mental” por sobre el de locura o
demencia.
- El impúber: Al momento de referirnos a la clasificación de las personas
naturales señalamos que, conforme al artículo 26, el impúber es todo aquel que
no ha llegado a la adultez. De esta forma, el hombre que no ha cumplido catorce
años y la mujer que no ha cumplido doce años es impúber y de esta forma un
incapaz absoluto1819. Ellos solamente pueden actuar a la vida del Derecho por
medio de su representante y no pueden tener peculio profesional. Por otro lado,
1815
Ídem.
1816
Ibíd. pp. 182-186.
1817
Ibíd. pp. 179-180
1818
Ídem.
1819
Ibíd. pp. 187.
425
esta incapacidad cesa de pleno derecho, por el simple hecho de cumplir los
catorce o doce años según sea el caso.
- El sordo o sordomudo que no puede darse a entender claramente:
Nuevamente, sería correcto que el Código Civil se actualizara y usara un
término más inclusivo, como por ejemplo, el de discapacidad auditiva. En este
requisito no basta que la persona esté afecta a un problema o discapacidad física
que le impide el desarrollo del sentido del oído. Sino que además, es importante
que quien esté afecto a ella no pueda darse a entender claramente, es decir le
dificulte o le impida su comunicación con los otros1820. La razón de ello, es que
el fundamento de esta incapacidad consiste en la imposibilidad de tener un
conocimiento real y efectivo de cuál es la voluntad. Así, por ejemplo, no estará
afecto a esta incapacidad quien tenga una discapacidad auditiva, pero pueda
comunicarse por escrito o por lenguaje de señas. Si el sordo o sordomudo
desarrolla la habilidad de darse a entender con claridad, ya sea de manera verbal,
señas o por escrito podrá solicitar sólo él mismo su rehabilitación
judicialmente1821.
b) Incapacidad relativa: Son aquellos que en principio deben actuar
representados, pero que cumpliendo con ciertas circunstancias y bajo ciertos
aspectos determinados por la ley (generalmente la autorización de su
representante), pueden actuar por sí mismos y sus actos tener valor 1822. Dicho de
otra forma, ellos actúan a la vida del Derecho representados, salvo que sean
autorizados por su representante a realizar ciertos actos jurídicos. Estos son: (i)
los disipadores interdictos y (ii) los menores adultos1823.
- Disipadores interdictos: Se ha entendido que ellos son quienes han demostrado
una falta total de prudencia en la administración de sus bienes, desperdiciando y
consumiendo su patrimonio en gastos inútiles.
1820
Ibíd. pp. 188.
1821
Ídem.
1822
Ibíd. pp. 177.
1823
Ídem.
426
A partir de esto, Claro Solar señala que es necesario para ser interdicto que: (i)
haya incurrido en gastos de tipo excesivos y (ii) estos deben ser inútiles,
irracionales o caprichosos, siendo habituales y reiterados1824.
Esta forma de incapacidad se establece por medio de una declaración en un
juicio de interdicción por disipación, lo cual lo priva y hace incapaz relativo.
Puede ser rehabilitado si prueba que puede administrar sus bienes sin
inconvenientes, conforme al artículo 454 del Código Civil1825.
- Menores adultos: Conforme al artículo 26 del Código Civil, ellos son los
hombres que han cumplido catorce, pero no han llegado a la mayoría de edad y
las mujeres que han cumplido los doce años, pero no han llegado a la mayoría
de edad1826. Esta incapacidad abarca tanto actos judiciales como extrajudiciales;
sin embargo, se permite que ellos celebren algunos actos jurídicos de familia
(como reconocer un hijo) y algunos actos jurídicos de Derecho Sucesorio (como
realizar un testamento), junto con los actos jurídicos patrimoniales que estén
vinculados al peculio profesional1827. Esta incapacidad cesa de pleno derecho
por el hecho de cumplir la mayoría de edad.
Como señalamos, el incapaz absoluto solamente puede actuar por medio de su
representante, mientras que el incapaz relativo por medio de su representante, a no ser que
éste lo autorice a realizar ciertos actos. Si el incapaz absoluto actúa por sí mismo en la vida
del Derecho ese acto será sancionado con nulidad absoluta, conforme al artículo 1682
inciso segundo del Código Civil; en cambio si el incapaz relativo lo realiza sin cumplir con
el contar con la correspondiente autorización, el acto será sancionado con nulidad relativa,
conforme al artículo 1682 inciso final del Código Civil1828.
El artículo 1447 inciso final del Código Civil establece que existen ciertas
incapacidades o inhabilidades establecidas por ley para ciertas personas en la celebración
1824
Ibíd. pp. 189.
1825
Ibíd. pp. 190.
1826
Ídem.
1827
Ibíd. pp. 191.
1828
Ídem.
427
1829
Ibíd. pp. 175-176.
1830
Ídem.
1831
Ídem.
1832
Ídem.
428
C) Nacionalidad
La nacionalidad consiste en un vínculo jurídico y político que une a una persona con
un Estado determinado, por medio del cual nacen derechos y obligaciones recíprocos entre
sí1838.
En general, la persona adquiere ciertos deberes tales como prestar ciertos servicios
al Estado y el genérico de respetar su ordenamiento jurídico1839. En cambio, el Estado
1833
Ibíd. pp. 178.
1834
Ídem.
1835
Ídem.
1836
Ídem.
1837
Ídem.
1838
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 124.
429
1839
Ídem.
1840
Ídem.
1841
Ídem.
1842
Ídem.
430
La nacionalidad en principio solamente debe ser una; sin embargo, por medio de
tratados internacionales y en ciertos casos previstos por la ley se permite a una persona
tener doble nacionalidad1843.
En Derecho Civil, el artículo 57 del Código Civil dispone que “la ley no reconoce
diferencias entre chilenos y extranjeros en cuanto a la adquisición y goce de los derechos
civiles que regla este Código”, con lo cual este atributo de la personalidad no choca ni
limita a la capacidad de los extranjeros, con lo cual, en general, la determinación de la
nacionalidad de una persona suele ser irrelevante para el Derecho Civil1844. Lo anterior
tiene algunas excepciones que son previstas y reguladas expresamente por la ley, las cuales
son:
- El artículo 15 del Código Civil establece una normativa en torno a la
extraterritorialidad de la ley en relación al estatuto de las personas que resulta
aplicable exclusivamente a los chilenos conforme al tenor literal de dicha
norma1845.
- Conforme al artículo 1012 N°10 del Código Civil, los extranjeros no pueden ser
testigos de un testamento solemne otorgado en Chile1846.
- Conforme al artículo 1028 N° 1 del Código Civil sólo puede celebrar testamento
en un país extranjero conforme a las formalidades del testamento otorgado en
Chile el chileno o el extranjero con domicilio en Chile1847.
- En materia sucesoria, conforme al artículo 998 del Código Civil, los chilenos
gozan de ciertas protecciones especiales, tales como: (i) tener los mismos
derechos que le corresponderán según las reglas de la sucesión intestada sobre la
sucesión de un extranjero que se abra dentro o fuera de Chile; (ii) chilenos
podrán adjudicarse los bienes del extranjero existentes en Chile en todo lo que
les corresponda en la sucesión y (iii) los chilenos podrán pedir que se les
adjudique en los bienes de un chileno existentes en Chile todo lo que
1843
Ídem.
1844
Ídem.
1845
Ibíd. pp. 125.
1846
Ídem.
1847
Ídem.
431
D) Domicilio
1848
Ídem.
1849
Ídem.
1850
Ídem.
1851
Ídem.
1852
Ídem.
1853
Ibíd. pp. 126.
432
1854
Ídem.
1855
Ídem.
1856
Ídem.
1857
Ídem.
1858
Ídem.
1859
Ídem.
1860
Ídem.
1861
Ídem.
433
con la voluntad efectiva de la persona, pero también puede ser presuntiva como en aquellos
casos en los cuales el legislador presume cuál es el domicilio.
1862
Ídem.
1863
Ibíd. pp. 127.
1864
Ídem.
434
- Cargo o empleo fijo por largo tiempo: El mismo artículo 64 del Código Civil
señala que se presume el domicilio por el hecho de aceptar un cargo concejil, o
un empleo fijo de los que regularmente se confieren por largo tiempo. En esta
norma también se incluyen las circunstancias análogas a éstas1865.
b) Presunciones negativas de domicilio: Al respecto, el Código Civil también
establece ciertas hipótesis de ello:
- Habitar casa propia o ajena si se tiene hogar doméstico en otra parte: Al
respecto el artículo 63 del Código Civil señala que no se presume el domicilio
de un individuo por el hecho de habitar una casa propia o ajena, si se tiene en
otra parte el hogar doméstico en otra parte o aparece por otras circunstancias que
la residencia es habitual1866.
- Residir en otra parte si se conserva familia y asiento principal de los
negocios en otra parte: En relación con ello, el artículo 65 del Código Civil
señala que no se muda el domicilio por el hecho de residir un individuo largo
tiempo en otra parte, voluntaria o forzadamente, si se conserva a su familia y el
asiento principal de sus negocios en su domicilio anterior1867.
1865
Ídem.
1866
Ídem.
1867
Ídem.
435
1868
Ídem.
1869
Ídem.
1870
Ídem.
1871
Ídem.
1872
Ídem.
1873
Ídem.
1874
Ibíd. pp. 127-128.
436
también la regulación del artículo 66 del Código Civil que señala que el
eclesiástico obligado a una residencia determinada tiene su domicilio en ella, el
artículo 311 del Código Orgánico de Tribunales señala que los jueces están
obligados a tener su domicilio en la ciudad o población que desempeñen su
cargo, etc.1875.
- Domicilio convencional: Este se encuentra regulado y establecido en el artículo
69 del Código Civil, el cual señala que: “Se podrá en un contrato establecer de
común acuerdo un domicilio civil especial para los actos judiciales y
extrajudiciales a que diere lugar el mismo contrato”1876. De esta forma, este es
un domicilio especial, que puede ser real o ficticio, pero que es inmutable al
menos de forma unilateral mientras dure el desarrollo de la convención que le da
origen, dado que éste forma parte de la fuerza obligatoria del contrato conforme
al artículo 1545 del Código Civil1877. Este domicilio se encuentra limitado en la
materia, toda vez que solamente aplica en lo relativo a la relación jurídica que
emana de la convención y en el tiempo, en el sentido de que éste dura lo que
dure el acto del cual emana1878.
- Domicilio real: Este consiste en la regla general en materia de domicilio civil y
es aquel que se encuentra establecido en el artículo 59 del Código Civil y de su
correspondiente definición, es decir como la residencia acompañada del ánimo,
real o presuntivo de permanecer en ella1879. Este tipo de domicilio será aplicable
a todo aquel que no esté sujeto a alguna regulación especial en la legislación ni
tampoco a quien haya convencionalmente fijado un domicilio distinto1880. Este
domicilio es variable y puede cambiar, en la medida en que varíen las
situaciones que lo constituyen, con lo cual se producirá un cambio de
domicilio1881. Al ser el domicilio un hecho material, éste debe probarse y para
ello es posible recurrir a todos los medios de prueba existentes en la legislación.
Por otro lado, quien alega un cambio de domicilio o la falsedad de éste debe
1875
Ídem.
1876
Ídem.
1877
Ídem.
1878
Ibíd. pp. 128-129.
1879
Ibíd. pp. 129.
1880
Ídem.
1881
Ídem.
437
1882
Ídem.
1883
Ídem.
1884
Ibíd. pp. 130.
1885
Ídem.
438
E) Estado Civil
1886
Ídem.
1887
Ídem.
1888
Ídem.
1889
Ídem.
1890
Ibíd. pp. 131.
1891
Ídem.
1892
Ídem.
439
El Estado Civil se encuentra definido en el artículo 304 del Código Civil, el cual
indica que: “El estado civil es la calidad de un individuo, en cuanto lo habilita para ejercer
ciertos derechos o contraer ciertas obligaciones”. Esta definición ha sido sumamente
criticada por la doctrina, toda vez que en primer lugar es vaga al no aclarar ni establecer
cuál es la calidad a la cual se está refiriendo1893. Junto con ello, esta noción y habilidad para
ejercer derechos y contraer obligaciones es muy diversa, aun cuando el Estado Civil
permanezca invariado1894. En realidad, esta definición se asemeja más a la noción de lo que
es la capacidad más que darnos una idea precisa de lo que es el estado civil.
Es por ello que la doctrina prefiere definir al Estado Civil como “la calidad
permanente que un individuo ocupa en la sociedad, derivada de sus relaciones de familia,
en razón de la cual goza de ciertos derechos y se halla sometido a ciertas obligaciones”1895.
Esta noción nos da una idea más precisa de lo que es el Estado Civil, aunque esta
explicación tampoco es perfecta, toda vez que esta calidad no es permanente, dado que el
Estado Civil es mutable y variable1896. Por ejemplo, de soltero se puede pasar a estar casado
para luego ser separado, divorciado o viudo. Incluso en la actualidad la filiación es variable
al contemplarse acciones y mecanismos para impugnar y reclamar la filiación. Con todo, el
Estado Civil es permanente en tanto no ocurra alguna circunstancia que lo haga variar, es
decir, se mantiene en tanto no se adquiera uno diferente.
El Estado Civil es un atributo de la personalidad y como tal, toda persona natural
debe necesariamente tener un estado civil. De esta forma, el Estado Civil como institución
presenta las siguientes características:
- Es inherente a toda persona natural. Es decir, no existen personas naturales
que no tengan Estado Civil1897.
- Es privativo y exclusivo de las personas naturales, es decir, las personas
jurídicas no gozan de Estado Civil, lo cual es lógico, dado que ellas no tienen
relaciones jurídicas de familia1898.
- Se encuentra determinado y regulado por las leyes1899.
1893
Ídem.
1894
Ídem.
1895
Ídem.
1896
Ídem.
1897
Ibíd. pp. 132.
1898
Ídem.
440
1899
Ídem.
1900
Ídem.
1901
Ídem.
1902
Ídem.
1903
Ídem.
441
El Estado Civil nace a partir de ciertas circunstancias que lo originan y que hacen
que éste sea adquirido por las personas, las cuales son o pueden ser (i) hechos jurídicos; (ii)
actos jurídicos y (iii) sentencias judiciales1904.
a) Hechos jurídicos: Es decir, que emanan de una situación ajena a la voluntad de
los individuos. Desde ese punto de vista, la voluntad de las partes resulta ser
irrelevante, dado que estamos ante una imposición de la ley en la cual ésta
estima que un determinado hecho atribuirá y producirá el Estado Civil. Algunos
casos de esto son el nacimiento de una persona, la muerte, el cumplimiento de
edad, etc.1905.
b) Actos jurídicos: Es decir, que a través de una manifestación de voluntad de un
individuo destinada a producir efectos jurídicos se establece el Estado Civil.
Esto ocurre, por ejemplo, en el matrimonio, el Acuerdo de Unión Civil, el
reconocimiento de un hijo, el repudio de una filiación, etc.1906.
c) Sentencia judicial: Aquella que se produce por un acto judicial luego de un
procedimiento que se encuentre destinado a establecer el Estado Civil. Esto
ocurre por ejemplo en los juicios que dan lugares a sentencias de separación
judicial divorcio, de determinación de la filiación, etc.1907.
1904
Ibíd. pp. 133.
1905
Ídem.
1906
Ídem.
1907
Ídem.
1908
Ídem.
442
1909
Ídem.
1910
Ídem.
1911
Ídem.
1912
Ídem.
1913
Ídem.
1914
Ídem.
443
1915
Ídem.
1916
Ibíd. pp. 134.
1917
Ídem.
1918
Ídem.
1919
Ídem.
444
parientes1920. De esta forma, podemos concluir que el parentesco se extiende hasta los
colaterales en sexto grado, sin importar si estos son de doble o de simple conjunción1921.
En cuanto a los parientes por afinidad, su línea y grado se califican por la línea y el
grado de consanguinidad del cónyuge: es decir, para establecer cuál es el parentesco por
afinidad de un cónyuge éste se determina por la línea y el grado que tiene su cónyuge con el
consanguíneo1922. Por ejemplo, Pedro está casado con María, con lo cual María tomará el
lugar de Pedro en relación con los consanguíneos de éste y ella tendrá la misma línea y
grado que Pedro tiene con sus consanguíneos. Lo mismo ocurrirá con Pedro en relación con
los consanguíneos de María.
Es importante tener presente que en una relación de parentesco por afinidad, la
muerte de uno de estos parientes no afecta a dicho parentesco por afinidad, con lo cual
subsiste y seguirán considerándose como parientes por afinidad por la muerte de uno de
ellos. Lo mismo ocurre si el que muere es uno de los cónyuges: el viudo o viuda mantiene
su parentesco por afinidad con lo consanguíneos del cónyuge difunto.
El parentesco es una institución muy importante para el Derecho Civil, ya que éste
determina una serie de consecuencias, a saber:
- Conforme al Título IX del Libro I del Código Civil genera derechos y
obligaciones entre los padres y los hijos1923.
- Conforme al artículo 321 del Código Civil genera la obligación alimenticia en
relación con el cónyuge y en relación con los parientes1924.
- Conforme al artículo 367 del Código Civil determina los que son llamados a
tutela o guarda legítima1925.
- En materia sucesoria, dentro de lo que son los órdenes sucesorios en lo que es la
sucesión intestada viene determinada por el parentesco y por el grado de
cercanía entre éstos1926.
- Determina algunos impedimentos de personas para contraer matrimonio entre
sí1927.
1920
Ídem.
1921
Ídem.
1922
Ídem.
1923
Ibíd. pp. 136.
1924
Ídem.
1925
Ídem.
1926
Ídem.
445
Para probar el Estado Civil no se siguen las reglas generales de la prueba de las
obligaciones, ni tampoco existe una libertad absoluta en cuanto a las reglas a seguir en
cómo se debe probar el Estado Civil. En ese sentido se debe seguir la normativa establecida
en el Título XVII del Libro I del Código Civil denominado “De las pruebas del estado
civil”.
En base a esas normas se debe distinguir tanto entre medios principales para probar
el Estado Civil, es decir, aquellos a los cuales debe dárseles preferencia y medios
supletorios consistentes en aquellos que deben aplicarse a falta de medios principales para
estos efectos1930. Por otro lado, es necesario distinguir, también el tipo de relación jurídica
que se busca probar: es decir si es una que nace del matrimonio o bien una que nace de la
filiación.
a) Medios de prueba principales: Aquellos a los cuales se le da preferencia. Se debe
distinguir entre:
- Si se busca probar el estado civil que emana del matrimonio, Acuerdo de
Unión Civil, filiación matrimonial o bien una filiación no matrimonial de un
hijo nacido en la vigencia de una convivencia civil heterosexual: Lo anterior
se acreditará ante terceros y se probará en juicio por medio de los certificados y
partidas del Registro Civil, ya sea copia de los certificados o certificados de la
1927
Ídem.
1928
Ídem.
1929
Ídem.
1930
Ibíd. pp. 137.
446
Posesión notoria del estado civil: Este medio es a falta de cualquier otro.
Conforme al artículo 310 del Código Civil consiste en haber tratado a los
supuestos cónyuges como tales en sus relaciones domésticas y sociales,
siendo recibidos así en el vecindario del domicilio en general por un plazo
de al menos diez años continuos. Ello se prueba por testimonios fidedignos
que lo establezcan de modo irrefragable, conforme al artículo 313 del
Código Civil1939.
- Si se busca probar la filiación: Se debe recurrir a:
Documentos auténticos: Mediante los cuales se haya determinado
legalmente la filiación1940.
Juicio de filiación: A falta de un medio de prueba debe probarse en el
correspondiente juicio de determinación de la filiación, para lo cual se
recurre a los medios de prueba establecidos en el Título VIII del Libro I del
Código Civil1941, los cuales son:
Toda prueba decretada a oficio o petición de parte: Con todo, la
prueba testimonial no basta por sí misma para establecer la
filiación1942.
Prueba biológica: La cual debe ser tomada ante el Servicio
Médico Legal, por medio del cual se demuestre la coincidencia
genética. En caso de que exista negativa a tomarse la prueba o una
no comparecencia se presume la paternidad del demandado.
Posesión notoria del estado civil de hijo: La cual, conforme al
artículo 200 del Código Civil consiste en que un padre, madre,
progenitor o ambos hayan tratado al hijo como tal, dándole trato y
fama en su vida jurídica y social, siendo reputado en el vecindario
del domicilio en general como tal por un plazo de cinco años
continuos1943. Si existe contradicción entre la posesión notoria y la
1938
Ídem.
1939
Ídem.
1940
Ídem.
1941
Ídem.
1942
Ídem.
1943
Ídem.
448
1944
Ibíd. pp. 140.
1945
Ídem.
1946
Ídem.
449
1947
Ibíd. pp. 141.
1948
Ídem.
1949
Ibíd. pp. 141-142.
1950
Ibíd. pp. 142.
1951
Ídem.
1952
Ídem.
450
La ley establece las formas en las cuales se deben realizar las correspondientes
inscripciones y subinscripciones en cuanto a su forma y contenido y las copias de ésta
hacen las veces de instrumento público, es decir, una persona no puede pedir a la
inscripción o subinscripción en sí, sino que una copia de ésta, la cual tiene el valor de ser un
instrumento público1953.
El Registro Civil, administrativamente, es un servicio público dirigido por el
Director General del Registro Civil y de Identificación 1954. A nivel local, el Registro Civil
se organiza por comunas, estando a cargo de cada una de ellas un Oficial del Registro Civil,
los cuales llevan los libros y otorgan las copias de las inscripciones y subinscripciones1955.
En las comunas en que no haya notario, el Registro Civil puede autorizar ciertos actos que
serían de competencia notarial1956.
F) Patrimonio
1953
Ídem.
1954
Ídem.
1955
Ibíd. pp. 143.
1956
Ídem.
1957
Ídem.
1958
Ídem.
451
1959
Ídem.
1960
Ídem.
1961
Ídem.
1962
Ibíd. pp. 144.
452
La Teoría Clásica del Patrimonio fue elaborada por los juristas franceses Aubry y
Rau, inspirándose en Zacharie, conforme a la cual el patrimonio se encuentra compuesto
por de relaciones activas y pasivas, es decir de derechos y obligaciones que tengan
valoración económica, siendo los derechos el activo y las obligaciones el pasivo1963. De
esta forma, queda fuera del patrimonio todos aquellos derechos que no pueden ser
apreciados en dinero, como el derecho a la vida, el derecho a voto, los deberes personales
del matrimonio, etc.1964.
Conforme a esta teoría el patrimonio es una emanación de la personalidad, de modo
tal que toda persona necesariamente tiene patrimonio y no se conciben personas sin él y
como tal no puede ser transferido ni embargado y, a su vez es de carácter imprescriptible.
Al ser un todo unitario implica que cada persona tiene necesariamente patrimonio, pero uno
solo que es de tipo indivisible, de modo tal que las personas no pueden tener en sí múltiples
patrimonios1965.
1963
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 486.
1964
Ídem.
1965
Ibíd. pp. 487.
453
1966
Ídem.
1967
Ídem.
1968
Ídem.
1969
Ibíd. pp. 488.
1970
Ibíd. pp. 489.
1971
Ídem.
1972
Ídem.
1973
Ídem.
1974
Ibíd. pp. 490.
454
1975
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Loc. Cit. pp. 144.
1976
Ídem.
1977
Ibíd. pp. 145.
1978
Ídem.
1979
Ibíd. pp. 145-146.
1980
Ibíd. pp. 146.
455
1981
Ídem.
1982
Ibíd. pp. 147.
1983
Ídem.
1984
Ídem.
1985
Ídem.
1986
Ídem.
456
- Es una universalidad jurídica: Es decir, aquella que ha sido creada por ley y
que se compone de todos los bienes, derechos y obligaciones de una persona1987.
- Es intransferible: Es decir, se encuentra fuera del comercio humano, con lo
cual una persona no puede ceder su patrimonio, aunque sí puede desprenderse y
ceder a los bienes que lo componen1988.
- Es inembargable: Es decir, no puede ser requisado por la autoridad para efectos
de lograr el cumplimiento de las obligaciones, debido a que se encuentra fuera
del comercio humano1989.
- Es imprescriptible: Lo que significa que no puede perderse por prescripción
extintiva ni ser adquirido por prescripción adquisitiva1990.
- Es unitario: Es decir, es único e indivisible y cada persona debe ser titular de un
patrimonio, pero a la vez sólo puede ser titular de uno, lo cual no impide que la
ley recoja o acepte que dentro de éste puedan encontrarse distintas masas de
bienes separadas bajo un mismo titular, pero que estén destinados a una
finalidad específica y determinada, es decir que hayan patrimonios separados
con un régimen distinto1991.
- Es independiente de los derechos y obligaciones que lo componen: Es decir,
no debe entenderse que el patrimonio es en sí las unidades específicas que son
parte de él1992.
- Se compone de activos y pasivos: Es decir, de derechos y obligaciones. En esto
se diferencia del Derecho Romano, el cual solamente concebía al patrimonio
con activos1993.
- No necesita un saldo positivo para existir: Es decir, se puede componer de
casos en los cuales el activo supere al pasivo, o bien tenga valor cero e incluso
que tenga un valor negativo, es decir que el pasivo supere al activo1994.
1987
Ibíd. pp. 148.
1988
Ídem.
1989
Ibíd. pp. 149.
1990
Ídem.
1991
Ibíd. pp. 150-151.
1992
Ídem.
1993
Ídem.
1994
Ídem.
457
- Tiene su origen en la ley: Razón por la cual se mira como una universalidad
jurídica1995.
G) Derechos de la personalidad
1995
Ídem.
1996
Ibíd. pp. 151.
1997
Ibíd. pp. 152.
1998
Ídem.
1999
Ídem.
2000
Ídem.
2001
Ídem.
2002
Ídem.
458
derechos fundamentales ante las consecuencias que puedan venir de actos u omisiones
ilegales o arbitrarios de las autoridades o particulares que priven, perturben o amenacen
dichos derechos2003.
A pesar de no ser medibles en dinero, una violación a estos derechos puede traer
como consecuencia el que el infractor de estos derechos sea sancionado con
responsabilidad civil extracontractual, lo cual implicará que se verá en la obligación de
reparar e indemnizar todos los daños y perjuicios que se hayan devenido de la lesión a uno
de los derechos de la personalidad2004.
Los derechos de la personalidad son reconocidos tanto a personas naturales como a
personas jurídicas, sin embargo, en estas últimas se conciben solamente aquellos que sean
compatibles con su calidad de personas jurídicas2005. Por ejemplo, no podría afirmarse
racionalmente que una persona jurídica tiene derecho a la vida o derecho de disposición
sobre su propio cuerpo.
2003
Ídem.
2004
Ídem.
2005
Ídem.
2006
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 492.
2007
Ídem.
2008
Ídem.
459
2009
Ibíd. pp. 493.
2010
Ídem.
2011
Ídem.
2012
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 153.
2013
Ídem.
2014
Ibíd. pp. 154.
2015
Ibíd. pp. 154.
460
En conjunto con las personas naturales existe otro tipo de sujetos de derecho y de
persona consistente en las personas jurídicas. Las personas jurídicas son tan sujeto de
derecho como las personas naturales, con lo cual son susceptibles de ser titulares de
derechos y obligaciones en una relación jurídica.
En cuanto a su definición y explicación, ésta se encuentra establecida y regulada en
el artículo 545 del Código Civil, el cual dispone que: “Se llama persona jurídica una
persona ficticia, capaz de ejercer derechos y contraer obligaciones, y de ser representada
judicial y extrajudicialmente”. De esta forma, se concibe a la persona jurídica en Chile
2016
Ibíd. pp. 154-155.
2017
Ibíd. pp. 155.
2018
Ídem.
2019
Ibíd. pp. 156-157.
461
como una ficción2020. Sin embargo, esta definición ha sido criticada, porque realmente no
nos indica ni precisa que debe entenderse por una persona jurídica en sí, sino que más bien
nos indica cuáles son sus atributos, específicamente en lo relativo a su capacidad2021.
Es por ello que la doctrina prefiere definir a las personas jurídicas como aquellas
entidades colectivas que tienen personalidad jurídica propia, independiente de la
personalidad individual de los seres que la componen2022. En base a ello, es posible señalar
que las personas jurídicas tienen dos requisitos fundamentales y básicos para que puedan
constituirse como tal, los cuales son:
a) Que la persona jurídica surja como una entidad distinta e independiente de las
personas que la componen y la dirigen2023.
b) Que a esta entidad le sean reconocidos los derechos y obligaciones propias o
privativas de ella y no como parte de los miembros que la componen por el
Estado2024.
De esta forma, a las personas jurídicas, el Estado y el ordenamiento jurídico les
reconocen su calidad de sujeto de derecho y como tal da amparo y protección a los
derechos y obligaciones de ellas que son autónomas e independientes de los miembros que
componen a la persona en cuestión.
2020
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 503-504.
2021
Ídem.
2022
Ídem.
2023
Ibíd. pp. 505.
2024
Ídem.
2025
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 158.
462
a) Teoría de la ficción: Esta tesis ha sido propuesta por Friedrich Karl von
Savigny, con lo cual las personas jurídicas resultan ser seres que han sido
creados artificialmente, capaces de tener un patrimonio, con lo cual ellas carecen
de una voluntad real, pero la ley les ha atribuido ficticiamente una personalidad,
de modo tal que se les concede voluntad2026. Esta tesis se ha criticado por
asemejar a la capacidad con la voluntad, siendo que no es así, ya que los
incapaces absolutos no tienen jurídicamente voluntad, pero sí son sujetos de
derecho2027. Por otro lado, no son las personas jurídicas seres ficticios, ellos
tienen poder como individualidades sociales2028.
b) Teoría del patrimonio de afectación: Conforme a esta visión, se trata de un
patrimonio que no tiene como titular a una persona natural, sino que ella está
destinada a un fin en particular, el cual es la razón de ser de la persona jurídica
en cuestión2029. De esta forma, los derechos y obligaciones son de ese
patrimonio y no de una persona natural2030.
c) Teoría de Otto von Gierke: Conforme a esta opinión las personas jurídicas son
una realidad objetiva que se manifiesta como un organismo social2031.
d) Teoría de Francesco Ferrara: Conforme a su opinión las personas jurídicas
son realidades abstractas, es decir son instituciones o asociaciones formadas
para la consecución de un fin y que son reconocidas por el ordenamiento
jurídico2032.
e) Teoría de la propiedad colectiva de Marcel Planiol: Conforme a la cual, la
persona jurídica es un reconocimiento que el ordenamiento jurídico hace a la
propiedad colectiva en contraste con la propiedad individual2033.
f) Teoría individualista o del sujeto de Derecho: La cual concibe que los únicos
sujetos de derecho son las personas naturales, de todo tal que el sujeto de los
derechos y obligaciones no serían las personas jurídicas en sí, sino que ellos son
2026
Ídem.
2027
Ídem.
2028
Ídem.
2029
Ídem.
2030
Ídem.
2031
Ídem.
2032
Ídem.
2033
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 510.
463
2034
Ibíd. pp. 512.
2035
Ibíd. pp. 512-513.
2036
Ibíd. pp. 518.
2037
Ibíd. pp. 517-518.
2038
Ibíd. pp. 515.
2039
Ídem.
2040
Ídem.
464
2041
Ibíd. pp. 522.
2042
Ídem.
2043
Ídem.
2044
Ídem.
465
2045
Ibíd. pp. 523-524.
2046
Ídem.
2047
Ibíd. 525-526.
2048
Ídem.
466
2049
Ibíd. pp. 528.
2050
Ídem.
2051
Ibíd. pp. 530.
2052
Ídem.
2053
Ibíd. pp. 531.
2054
Ibíd. pp. 537.
467
entenderá que una persona jurídica tiene o no fines de lucro. En ese sentido y línea
corresponde determinar qué es lo que se entiende por lucro para estos efectos.
Probablemente quien ha tenido un curso de economía sabrá que la palabra “lucro”
resulta ser un concepto que es muy habitual al momento de estudiar dicha disciplina,
entendiéndose por ella como una utilidad o ganancia que se obtiene a partir de la
explotación de los costos y medios de producción (es decir, tierra, trabajo, tecnología y
capital). De esta forma, todo empresario que obtenga un beneficio económico a partir de la
utilización de aquellos costos producción se entiende que está lucrando en el sentido que
otorga la economía.
Para efectos del Derecho Civil la noción de “lucro” debe entenderse en un sentido
diferente a cómo ésta es comprendida por la economía. Para estos efectos, debe entenderse
como lucro aquella finalidad u objetivo de que la utilidad pecuniaria vaya a los miembros
que componen a la persona jurídica2055.
De esta forma, una persona jurídica tendrá fines de lucro si es que ella busca que los
beneficios y utilidades sean repartidos entre los miembros que componen a dicha persona
jurídica2056; mientras que una persona jurídica será sin fines de lucro si es que ella busca
que los beneficios y utilidades no sean repartidos entre los miembros que la componen, sino
que ello sea reinvertido en la misma persona jurídica y la finalidad que ésta tiene2057.
Lo anterior tiene una consecuencia que es trascendental: una persona jurídica sin
fines de lucro puede lucrar en el sentido que otorga la economía, pero no lo puede hacer en
el sentido que le otorga el Derecho Civil. Pensemos un ejemplo habitual: un grupo de
personas forma una corporación para efectos de establecer un colegio particular pagado.
Este establecimiento podrá lucrar en sentido económico, es decir podrá tener ganancias y
utilidades a partir de los costos de producción. Sin embargo, no lo podrá hacer en el sentido
del Derecho Civil, con lo cual este beneficio económico no podrá ir a manos de los
miembros de esa corporación, sino que deberá ser reinvertido en el mismo colegio para, por
ejemplo, comprar libros para éste, mantener las instalaciones, pagar sueldo a los profesores
y funcionarios, adquirir implementación deportiva, etc.
2055
Ibíd. pp. 546.
2056
Ídem.
2057
Ídem.
468
Las personas jurídicas con fines de lucro son aquellas que tienen por finalidad que
la utilidad y el beneficio que se obtenga a partir de ellas sea repartido entre los miembros
que la componen, En lo específico ella viene determinada por las sociedades civiles y
comerciales que se encuentran reguladas en el Código Civil, el Código de Comercio y
demás leyes especiales2058.
La definición de sociedad se encuentra presente en el artículo 2053 del Código
Civil, el cual señala que “La sociedad o compañía es un contrato en que dos o más personas
estipulan poner algo común con la mira de repartir entre sí los beneficios que de ello
provengan”. Inmediatamente luego, el inciso final de esa disposición señala que la sociedad
es una persona jurídica distinta a los socios que la componen individualmente2059.
El artículo 2061 del Código Civil señala que las sociedades pueden ser (i)
sociedades colectivas; (ii) sociedades en comandita y (iii) sociedades anónimas2060. De
estas, las sociedades colectivas y las sociedades en comandita pueden tanto civiles como
mercantiles, mientras que la sociedad anónima será siempre mercantil 2061. A ellas, hoy
debemos sumar y considerar también dentro de ellas a (iv) la sociedad por acciones y (v) la
empresa individual de responsabilidad limitada.
Explicaremos de forma somera cada una de este tipo de sociedades, ya que el detalle
de ello corresponde tanto al curso de Derecho Civil de los Contratos, Parte Especial como
al curso de Derecho Comercial.
a) Sociedades colectivas: Es aquella que todos los socios administran por sí mismos o
por un mandatario elegido de común acuerdo2062. En principio todos los socios
responden personalmente de las obligaciones que surgen contra la sociedad, a no ser
2058
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 159.
2059
Ídem.
2060
Ibíd. pp. 160.
2061
Ídem.
2062
Ídem.
469
Las personas jurídicas de Derecho Privado sin fines de lucro son aquellas cuyos
beneficios y utilidades económicas que éstas obtengan en su vida jurídica no sea repartida
entre los miembros que la componen, sino que sean reinvertidas en la misma persona
jurídica y la finalidad con la cual ellas fueron constituidas como tal. En Chile existen dos
tipos de personas jurídicas de Derecho Privado sin fines de lucro, las cuales son (i) las
corporaciones y (ii) las fundaciones.
2063
Ídem.
2064
Ídem.
2065
Ídem.
470
2066
Ídem.
2067
Ibíd. pp. 161.
2068
Ídem.
2069
Ídem.
2070
Ídem.
2071
Ídem.
471
Las corporaciones pueden ser constituidas por: (i) ley o bien (ii) por un acto de
constitución de sus miembros. En este último caso es importante indicar que este acto debe
realizarse por escritura pública o privada suscrita ante notario, oficial del Registro Civil o
funcionario municipal autorizado por el alcalde. La copia autorizada de este acto
constitutivo debe ser depositada en la secretaría municipal del domicilio de la corporación
en formación dentro de treinta días desde su otorgamiento.
Luego de ello, el secretario municipal deberá pronunciarse sobre su aprobación o
bien objeción por incumplimiento de los requisitos. En este último caso deberá notificarlo
por carta certificada. En caso de silencio, se entenderá que está aprobada y se pasará a su
inscripción. Las observaciones deben ser subsanadas dentro del plazo de treinta días.
Una vez aprobado el acto constitutivo se archivarán los antecedentes dentro de
quinto día y remitirá al Registro Civil para la inscripción de la corporación en el Registro
Nacional de Personas Jurídicas Sin Fines de Lucro, pudiendo el solicitante realizarlo
personalmente.
El acto de constitución y los estatutos deberán contener e indicar: (i) individualizar a
quienes comparecen; (ii) voluntad de constituir una persona jurídica; (iii) aprobar estatutos;
(iv) designar autoridades y (v) determinar derechos y obligaciones de los asociados,
condiciones de incorporación y forma y motivos de exclusión. En caso de querer reformar
los estatutos ello debe ser acordado por la asamblea. Por otro lado, el nombre de la
corporación deberá hacer alusión a su naturaleza, objeto o finalidad.
Su administración está a cargo de un directorio de no menos de tres integrantes cuya
duración máxima es de cinco años en el cargo. Debe llevar contabilidad, memoria de sus
472
actividades y balance aprobado por la asamblea o directorio. Ellas son fiscalizadas por el
Ministerio de Justicia y la voluntad de la corporación es aquella que tome la asamblea.
En cuanto a la disolución de la corporación, esto puede ocurrir por: (i) vencimiento
del plazo; (ii) acuerdo de la asamblea general extraordinaria; (iii) sentencia judicial que
declare que la corporación está prohibida por la Constitución y la ley, se infringieron los
estatutos o bien se cumplió con su finalidad; y (iv) demás causales establecidas en los
estatutos y las leyes.
La liquidación de los bienes de la corporación se hará en la forma prevista en los
estatutos y si nada se dice los bienes irán para el Estado y deberán emplearse finalidades
semejantes a los de la corporación.
Las fundaciones pueden ser constituidas por: (i) ley o bien (ii) por un acto de
constitución de sus miembros. En este último caso es importante indicar que este acto debe
realizarse por escritura pública o privada suscrita ante notario, oficial del Registro Civil o
funcionario municipal autorizado por el alcalde. La copia autorizada de este acto
constitutivo debe ser depositada en la secretaría municipal del domicilio de la fundación en
formación dentro de treinta días desde su otorgamiento.
Luego de ello, el secretario municipal deberá pronunciarse sobre su aprobación o
bien objeción por incumplimiento de los requisitos. En este último caso deberá notificarlo
por carta certificada. En caso de silencio, se entenderá que está aprobada y se pasará a su
inscripción. Las observaciones deben ser subsanadas dentro del plazo de treinta días.
Una vez aprobado el acto constitutivo se archivarán los antecedentes dentro de
quinto día y remitirá al Registro Civil para la inscripción de la fundación en el Registro
Nacional de Personas Jurídicas Sin Fines de Lucro, pudiendo el solicitante realizarlo
personalmente.
El acto de constitución y los estatutos deberán contener e indicar: (i) individualizar a
quienes comparecen; (ii) voluntad de constituir una persona jurídica; (iii) aprobar estatutos;
(iv) designar autoridades y (v) señalar los bienes y derechos que aporte el fundado a su
patrimonio, reglas que son básicas para la aplicación y fines que tiene la fundación y
473
determinación de sus beneficiarios. En caso de querer reformar los estatutos ello debe ser
acordado por la asamblea. Por otro lado, el nombre de la fundación deberá hacer alusión a
su naturaleza, objeto o finalidad.
Su administración está a cargo de un directorio de no menos de tres integrantes cuya
duración máxima es de cinco años en el cargo. Debe llevar contabilidad, memoria de sus
actividades y balance aprobado por la asamblea o directorio. Ellas son fiscalizadas por el
Ministerio de Justicia y la voluntad de la fundación es aquella que tome la asamblea.
En cuanto a la disolución de la corporación, esto puede ocurrir por: (i) vencimiento
del plazo; (ii) acuerdo de la asamblea general extraordinaria; (iii) sentencia judicial que
declare que la corporación está prohibida por la Constitución y la ley, se infringieron los
estatutos o bien se cumplió con su finalidad; (iv) demás causales establecidas en los
estatutos y las leyes; y (v) la destrucción de los bienes destinados a su manutención.
La liquidación de los bienes de la fundación se hará en la forma prevista en los
estatutos y si nada se dice los bienes irán para el Estado y deberán emplearse finalidades
semejantes a los de la corporación.
Las personas jurídicas al ser consideradas personas ellas gozan de los mismos
atributos de la personalidad que tienen las personas naturales, con excepción del Estado
Civil el cual es privativo de las personas naturales, lo cual resulta ser lógico, toda vez que
solamente estas últimas tienen relaciones jurídicas de familia, siendo imposible concebir a
una persona jurídica con relaciones de esta naturaleza (ellas no son hijas, cónyuge, etc.). A
su vez, los derechos de la personalidad son compatibles con ellas en la medida en que se
condigan con su carácter de persona jurídica (sería irracional e imposible concebir a una
persona jurídica alegando que tiene derecho a la vida o a determinar su propio cuerpo).
A continuación explicamos algunas precisiones que tienen los atributos de la
personalidad en las personas jurídicas.
A) Nombre
474
B) Domicilio
C) Nacionalidad
2072
Ibíd. pp. 164.
2073
Ídem.
2074
Ídem.
2075
Ídem.
2076
Ídem.
2077
Ídem.
2078
Ibíd. pp. 165.
475
D) Patrimonio
2079
Ídem.
2080
Ídem.
2081
Ídem.
2082
Ibíd. pp. 166.
2083
Ídem.
2084
Ídem.
2085
Ídem.
476
E) Capacidad
El Código Civil al definir lo que es una persona jurídica en el artículo 545 del
Código Civil, les reconoce a las personas jurídicas la posibilidad de ejercer derechos,
cumplir obligaciones y de ser representadas judicial y extrajudicialmente2090.
Sin embargo, dada la naturaleza que tienen las personas jurídicas debe entenderse
que su capacidad se encuentra restringida exclusivamente con la adquisición de derechos y
cumplimiento de obligaciones que sean de carácter patrimonial, debido a que ellas no
pueden ser titulares de relaciones jurídicas que estén reguladas por el Derecho de Familia
(misma razón por la cual no tienen Estado Civil)2091.
Por lo demás, es importante señalar que incluso dentro de los derechos
patrimoniales existen ciertos derechos que son de carácter personalísimo que solamente
pueden tener como titular a una persona natural, como lo es por ejemplo, el uso y
2086
Ídem.
2087
Ibíd. pp. 167.
2088
Ídem.
2089
Ídem.
2090
Ídem.
2091
Ídem.
477
habitación2092. Por otro lado existen ciertos cargos que por su naturaleza sólo pueden ser
ejercidos por personas naturales, como lo son las guardas, partidores de bienes, albaceas y
depositarios2093.
Como regla general, la capacidad de una persona jurídica viene determinada por la
finalidad que tiene esta misma y se encuentra subordinada a este elemento2094.
A) Responsabilidad penal
2092
Ídem.
2093
Ídem.
2094
Ídem.
2095
Ibíd. pp. 168.
2096
Ídem.
2097
Ídem.
2098
Ídem.
2099
Ídem.
478
Quienes son partidarios de la tesis consistente en que las personas jurídicas son
realidades objetivas estiman que ellas sí pueden ser sancionadas penalmente, pero no por la
generalidad de éstos, sino que de algunos específicamente determinados que resulten
compatibles con su naturaleza de persona jurídica2100.
Por otro lado, quienes estiman que las personas jurídicas son realidades abstractas
consideran que ellas no pueden ser concebidas como autoras de delitos penales ni ser
sancionadas penalmente por su naturaleza, sin embargo, nada impide que si la persona
jurídica comete como tal una infracción al Derecho, ella pueda ser sancionada por el
Derecho Administrativo Sancionador2101.
En Chile esta disputa se encuentra resuelta a nivel legal, toda vez que la Ley N°
20.393 reguló la responsabilidad penal de la persona jurídica. El principio que se establece
es que en principio las personas jurídicas no pueden ser sancionadas penalmente. Lo
anterior tiene como excepción los casos en los cuales el delito cometido es uno de los
siguientes: (i) cohecho, (ii) lavado de activo, (iii) financiamiento de conducta terrorista,
En base a lo anterior los requisitos para sancionar penalmente a una persona jurídica
son:
- Que el delito cometido sea uno de aquellos que permiten sancionar penalmente a
la persona jurídica.
- Que sea cometido por una persona natural en beneficio de la persona jurídica.
- Que se hayan incumplido los deberes de dirección y supervisión.
Las penas a las que puede quedar expuesta la persona jurídica en estos casos son: (i)
multa a beneficio fiscal, (ii) pérdida total o parcial de los beneficios fiscales, (iii)
prohibición temporal o perpetua de celebrar contratos con organismos del Estado; (iv) su
disolución.
B) Responsabilidad civil
2100
Ídem.
2101
Ídem.
479
pueden quedar sujetas éstas, según se trate el caso en cuestión que se presente en que se vea
involucrada una persona jurídica.
2102
Ibíd. pp. 168-169.
2103
Ídem.
2104
Ídem.
2105
2106
Ibíd. pp. 169.
480
2107
Ídem.
2108
Ídem.
2109
Ídem.
2110
Ídem.
2111
Ibíd. pp. 170.
2112
Ídem.
2113
Ídem.
2114
Ídem.
481
V. Derechos Subjetivos
2115
Ibíd. pp. 171.
2116
Ídem.
2117
Ídem.
2118
Ídem.
2119
Ídem.
2120
Ibíd. pp. 210.
482
2121
Ídem.
2122
Ídem.
2123
Ídem.
2124
Ibíd. pp. 210-211.
2125
Ídem.
2126
Ibíd. pp. 211.
2127
Ídem.
2128
Ídem.
483
a) Postura del Derecho Romano: En general, los romanistas están contestes en que el
Derecho Romano no contenía en sí una idea o noción de Derecho Subjetivo, sino
que ésta es una noción moderna, encontrando su origen en las ideas ilustradas2129.
b) Teoría de León Duguit: Conforme a su postura no existen los “derechos” como tal,
sino que los individuos deben obedecer reglas sociales, basadas en su condición de
ser social, de la cual surge interdependencia de las necesidades derivadas de la
solidaridad social2130. De esta forma, no existen derechos subjetivos, sino que una
“situación subjetiva de derecho”2131.
c) Teoría de Hans Kelsen: Se estima que es falso y pernicioso oponer al Derecho
Objetivo y al Derecho Subjetivo entre sí, dado que éste último solamente es
resultante de la aplicación a los individuos del Derecho Objetivo, con lo cual éste
último es sólo un aspecto subjetivo de las normas jurídicas2132. De esta forma, los
derechos subjetivos son sólo posibilidades que las normas le conceden al sujeto para
que pueda regular sus propios intereses y cumplir sus deberes2133.
2129
Ídem.
2130
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 309-310.
2131
Ídem.
2132
Ibíd. pp. 310.
2133
Ídem.
484
2134
Ibíd. pp. 310-311.
2135
Ídem.
2136
Ibíd. pp. 311-312.
2137
Ídem.
2138
Ídem.
2139
Ibíd. pp. 312-313.
2140
Ibíd. pp. 313.
485
2141
Ídem.
2142
Ibíd. pp. 315.
2143
Ídem.
2144
Ídem.
2145
Ídem.
2146
Ídem.
2147
Ibíd. pp. 316.
486
2148
Ídem.
2149
Ídem.
2150
Ídem.
2151
Ídem.
2152
Ídem.
2153
Ídem.
2154
Ibíd. pp. 317.
2155
Ídem.
487
Este criterio dice relación con la determinación del sujeto pasivo y quien se
encuentra obligado por el Derecho Subjetivo.
a) Derechos Absolutos: Son aquellos en los cuales el sujeto pasivo se concretiza
en la sociedad entera, es decir debe ser respetado por absolutamente todas las
personas2158. Por ejemplo, el Derecho de Propiedad sobre una cosa.
2156
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 212.
2157
Ídem.
2158
Ibíd. pp. 213.
488
b) Derechos Relativos: Son aquellos en los cuales el sujeto pasivo es una persona
o grupo de personas específicamente determinados2159. Por ejemplo, los créditos
que nacen de los contratos del acreedor contra el deudor.
Este criterio dice relación con cuál es la fuente que da nacimiento y existencia al
Derecho Subjetivo.
a) Derechos Originarios: Es un derecho que emana del titular, es decir, que no
existía antes y que ha sido creado por un hecho del titular2160. Por ejemplo, un
Derecho de Propiedad que se adquiere por un modo de adquirir el dominio
originario, como la ocupación, la accesión y la prescripción adquisitiva.
b) Derechos Derivados: Es un derecho que antes tenía un titular diferente, es
decir, que se verifica un acontecimiento que determina el cambio de titular2161.
Por ejemplo, un Derecho de Propiedad que se adquiere por un modo de adquirir
el dominio derivativo, como la tradición y la sucesión por causa de muerte.
a) Derechos Puros y Simples: Es aquel que puede ejercerse sin previo cumplimiento
de ningún requisito2162. Por ejemplo, los derechos del vendedor y el comprador en
una compraventa de bienes muebles al contado.
b) Derechos Sujetos a Modalidad: Es aquel que sólo puede ejercerse una vez
cumplido un requisito determinado2163. Por ejemplo, los derechos que se encuentran
sujetos a plazo suspensivo o a condición suspensiva.
c) Derechos Eventuales: Consiste en aquel necesario para su constitución la
existencia de un supuesto de hecho jurídico, es decir que se verifique un hecho
2159
Ídem.
2160
Ídem.
2161
Ídem.
2162
Ídem.
2163
Ídem.
489
2164
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 321-327.
2165
Ibíd. pp. 328.
2166
Ídem.
2167
Ídem.
2168
Ídem.
2169
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 214.
2170
Ibíd. pp. 215.
2171
Ibíd. pp. 216.
490
2172
Ibíd. pp. 216-217.
2173
Ibíd. pp. 214.
2174
Ibíd. pp. 187.
2175
Ibíd. pp. 188.
2176
Ídem.
2177
Ibíd. pp. 183.
2178
Ibíd. pp. 184.
2179
Ídem.
491
Esta clasificación dice relación con la posibilidad de que un derecho pueda cambiar
de titular, ya sea por acto entre vivos (transferencia) o bien por causa de muerte
(transmisión).
a) Derechos Transferibles y Transmisibles: Son aquellos que pueden cambiar de
titular tanto por acto entre vivos o por causa de muerte. La regla general en el
ordenamiento jurídico es que todos los Derechos Patrimoniales cumplan con
esta característica, con excepción de aquellos que la ley expresamente ha
declarado como derechos personalísimos2180.
b) Derechos Personalísimos o Intransferibles e Intransmisibles: Son aquellos
derechos que no pueden cambiar de titular ni por acto entre vivos ni por causa
de muerte2181. Por ejemplo, son el derecho a pedir alimentos, los derechos de
uso y habitación, etc.
Cabe señalar que la ley también ha establecido derechos que no pueden transmitirse,
es decir no pasan a los herederos por causa de muerte, pero sí pueden transferirse, ósea,
pueden cambiar de titular por acto entre vivos como el derecho real de usufructo2182. Junto
con ello, existen derechos que no pueden transferirse, pero sí transmitirse, como el derecho
que nace del pacto de retroventa2183.
La transferencia o enajenación de un derecho considerado personalísimo se
encuentra establecido como una causal de objeto ilícito conforme al artículo 1464 N° 2 del
Código Civil, con lo cual de realizarse ésta será sancionada con la nulidad absoluta2184.
2180
Ibíd. pp. 219.
2181
Ídem.
2182
Ídem.
2183
Ídem.
2184
Ídem.
492
Esta clasificación dice relación con la extensión de la facultad en cuestión al rol que
cumple la voluntad en el Derecho.
a) Derecho a una Conducta Ajena: También denominados como “Derechos de
Imperio”, son aquellos que aseguran un señorío jurídico sobre una parte del
mundo exterior o sobre la conducta de otra persona2185. Estos son por ejemplo,
los Derechos Personales y los Derechos Reales.
b) Derechos Potestativos: Son aquellos derechos que se caracterizan por la
atribución a un sujeto de la facultad de modificar una situación jurídica
preexistente por medio de un acto de voluntad, relevante incluso a terceros, los
cuales no pueden oponerse al ejercicio o uso de este derecho en cuestión2186.
Estos derechos pueden buscar crear un nuevo derecho de imperio, modificar uno
o incluso extinguirlo2187. Algunos ejemplos de estos derechos son, el derecho de
la mujer y sus herederos a renunciar a los gananciales en la liquidación de la
sociedad conyugal, el derecho a repudiar al padre en caso de un hijo que es
reconocido, el derecho de un comunero a solicitar la partición, el derecho del
acreedor a elegir la obligación alternativa, etc.
Es importante diferenciar este tipo de derechos, toda vez que el ejercicio de un
Derecho a una Conducta Ajena podrá ser visto como abusivo si se sobrepasan ciertos
límites, en cambio el ejercicio de un Derecho Potestativo jamás podrá ser visto ni
considerado como abusivo por su naturaleza2188.
2185
Ibíd. pp. 195-196.
2186
Ídem.
2187
Ídem.
2188
Ídem.
493
Los Derechos Subjetivos para tener efectos en la vida jurídica deben nacer o ser
adquiridos por un sujeto de derecho, es decir, una persona. Para entender este fenómeno es
necesario recordar la distinción entre los derechos originarios2189, es decir aquellos que no
existían antes de su titular realizara un hecho o acto que los creara, con lo cual nacen
directamente del titular, de los derechos derivados, que son aquellos que producto de un
acontecimiento cambian de titular2190.
En general, los Derechos Personales suelen ser originarios, toda vez que nacen de la
voluntad de su titular2191. Excepcionalmente son derivados, como lo es en aquellos casos en
los cuales puede efectuarse la tradición de estos derechos, conforme al artículo 699 del
Código Civil2192. Como contrapartida, los Derechos Personales eso suelen necesitar, como
regla general, de un acuerdo de voluntades o un consentimiento mutuo, es decir que no
pueden adquirirse por un acto exclusivo propio2193. En cambio, las obligaciones sí pueden
ser creadas como un acto o hecho exclusivo por parte del deudor que se obliga2194.
En cambio, la mayoría de los Derechos Reales nacen derivativamente2195. En efecto,
para adquirir un Derecho Real en el ordenamiento jurídico chileno se necesitan dos
antecedentes: (i) un título traslaticio, es decir, un antecedente que sirve de causa para esa
adquisición2196 y (ii) un modo de adquirir, es decir, un hecho o acto al cual por su
naturaleza se le atribuye el efecto de atribuir el derecho real2197.
Los modos de adquirir son los señalados en el artículo 588 del Código Civil
consistente en la ocupación, la accesión, la tradición, la sucesión por causa de muerte, la
prescripción y la ley2198. Estos modos se clasifican en modos originarios y modos
derivativos. De estos es originaria la ocupación, la accesión y la prescripción de modo tal
2189
Ibíd. pp. 217.
2190
Ídem.
2191
Ídem.
2192
Ídem.
2193
Ídem.
2194
Ídem.
2195
Ídem.
2196
Ibíd. pp. 218.
2197
Ídem.
2198
Ídem.
494
que si el Derecho Real es adquirido por uno de estos modos el título es constitutivo y el
derecho fue originario2199. En cambio, por los otros modos, el título buscará traspasar el
Derecho Real de una persona a otra, con lo cual, éste será derivado, toda vez que reconoce
que éste se encontraba en un titular primitivo.
Las fuentes de los Derechos Subjetivos son los hechos de los cuales emanan éstos,
es decir, aquellos hechos y/o actos que tienen la eficacia de hacerlos nacer a la vida del
Derecho2200. Los Derechos Reales tienen su fuente en los modos de adquirir enumerados en
el artículo 588 del Código Civil, es decir, la ocupación, la accesión, la tradición, la sucesión
por causa de muerte y la prescripción2201.
En cambio, los Derechos Personales tienen su origen en las Fuentes de las
Obligaciones que se encuentran enumeradas en el artículo 1437 del Código Civil, es decir,
la ley, el contrato, el cuasicontrato, el delito y el cuasidelito 2202. A partir de esto, algunos
prefieren diferenciar a la ley de los hechos jurídicos (delito, cuasidelito y cuasicontrato) y
los actos jurídicos (contratos), al ser en realidad la ley la fuente de todos los Derechos
Subjetivos, ya que ella es la que le reconoce a las otras fuentes el poder de crear Derechos
Personales y Obligaciones2203.
El contrato puede ser entendido como un acto jurídico bilateral o convención
destinada a crear derechos y obligaciones. El cuasicontrato, en cambio, es un hecho
voluntario, unilateral y lícito del cual nacen obligaciones2204.
El delito es un hecho ilícito, cometido con intención, que ha inferido daño a otro2205.
En cambio, el cuasidelito es un hecho ilícito culpable que ha inferido daño a otro2206. De
estos nace el derecho subjetivo consistente en pedir la reparación de dicho daño2207.
2199
Ídem.
2200
Ibíd. pp. 221.
2201
Ídem.
2202
Ídem.
2203
Ídem.
2204
Ídem.
2205
Ídem.
2206
Ibíd. pp. 222.
2207
Ídem.
495
Los Derecho Derivados señalamos que son aquellos derechos que pasan de un
titular a otro2208. Este cambio recibe la denominación de transferencia o transmisión según
sea el caso2209.
a) Transferencia: Es el cambio del titular del Derecho Subjetivo, el cual se
produce por acto entre vivos2210. Éste sólo puede ser a título singular, es decir
que el adquirente no recibirá más derechos y obligaciones del que resulten del
título de transferencia2211.
b) Transmisión: Es el cambio que se produce por causa de muerte2212. Éste puede
ser a título universal, en el cual se adquiere todo o una cuota del patrimonio de
la otra persona, como ocurre con las herencias2213; o bien a título singular en el
cual se adquieren bienes determinados, como ocurre con los legados2214.
Es importante señalar que nadie puede transferir ni transmitir más derechos de los
que tiene, con lo cual nadie puede adquirir más derechos de los que tenían el titular original
o primitivo del derecho en cuestión, lo cual es reconocido en distintas normativas del
Código Civil como lo son sus artículos 682 y 7172215.
Los derechos que no pueden transferirse ni transmitirse se denominan derechos
personalísimos.
2208
Ibíd. pp. 218.
2209
Ídem.
2210
Ídem.
2211
Ídem.
2212
Ídem.
2213
Ídem.
2214
Ídem.
2215
Ibíd. pp. 219.
496
2216
Ibíd. pp. 220.
2217
Ídem.
2218
Ídem.
2219
Ídem.
2220
Ídem.
2221
Ídem.
2222
Ídem.
497
2223
Ídem.
2224
Ibíd. pp. 221.
2225
ALESSANDRI R, Arturo; SOMARRIVA U, Manuel; VODANOVIC H, Antonio. Tratado de Derecho
Civil Partes Preliminar y General. Óp. Cit. pp. 343.
2226
Ídem.
2227
Ibíd. pp. 344.
2228
Ídem.
2229
Ídem.
498
2230
Ídem.
2231
Ídem.
2232
Ídem.
2233
Ídem.
2234
Ídem.
2235
Ibíd. pp. 345.
2236
Ídem.
2237
Ídem.
499
2238
Ibíd. pp. 346.
2239
Ídem.
2240
Ídem.
2241
Ídem.
2242
Ídem.
2243
Ídem.
2244
Ibíd. pp. 347.
2245
Ídem.
2246
Ídem.
500
causante, generando este repudio impide la adquisición del derecho o bien lo extingue sin
traspasarlo a otra persona2247.
2247
Ídem.
2248
DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil: parte general. Óp. Cit. pp. 222.
2249
Ídem.
2250
Ídem.
2251
Ídem.
2252
Ídem.
501
2253
Ibíd. pp. 223.
2254
Ídem.
2255
Ídem.
2256
Ídem.
2257
Ídem.
2258
Ídem.
2259
Ibíd. pp. 224.
2260
Ídem.
502
ser una institución que se encuentra regulada y amparada por el Derecho Objetivo y el
ordenamiento jurídico, el que hace un uso abusivo de éste en realidad no lo está ejercitando,
ya que el Derecho no autoriza el abuso2261. De esta forma, el Abuso del Derecho implica
que se han transgredido los límites que las facultades le han otorgado al derecho en
cuestión2262. Es decir, el titular de un derecho subjetivo se encuentra obrando fuera de la
órbita de ese derecho2263.
La duda o interrogante que se sigue inmediatamente consiste en determinar cuáles
son los límites al ejercicio de los derechos. Al respecto, el artículo 582 inciso primero del
Código Civil señala al regular el derecho de propiedad que: “El dominio (que se llama
también propiedad) es el derecho real en una cosa corporal, para gozar y disponer de ella
arbitrariamente; no siendo contra ley o contra derecho ajeno”2264. En realidad, las facultades
que se conceden al dominio se le reconocen a todos los derechos subjetivos, lo cual es
reconocido en el artículo 583 del Código Civil al señalar que sobre las cosas incorporales,
es decir los derechos, también hay una especie de propiedad, con lo cual las limitaciones a
ésta se aplican en consecuencia a todos los derechos2265.
A partir de las disposiciones señaladas uno puede concluir que existen dos grandes
limitaciones a los derechos subjetivos: la ley y el derecho ajeno2266.
Algunos han criticado que esta disposición use el adverbio “arbitrariamente”, toda
vez que entienden que a partir de ella podría pensarse que se ampara un individualismo
exacerbado que autoriza el capricho2267. Sin embargo, en realidad esta disposición no
significa aquello, ya que implicaría una contradicción en el mismo artículo que reconoce a
la ley y al derecho ajeno como límite2268. Lo que en realidad hace dicho adverbio es
reafirmar a la autonomía de la voluntad como un principio2269.
Las limitaciones a los derechos subjetivos pueden agruparse en dos grandes
categorías: (i) los límites intrínsecos a los derechos, es decir, aquellos que provienen de la
naturaleza misma del derecho, los que derivan de la Buena Fe y los determinados por la
2261
Ídem.
2262
Ídem.
2263
Ídem.
2264
Ídem.
2265
Ídem.
2266
Ibíd. pp. 225.
2267
Ídem.
2268
Ídem.
2269
Ídem.
503
función social de ese derecho2270; y (ii) los límites extrínsecos, consistentes en los que se
originan por la protección de la Buena Fe respecto de terceros, los inherentes de la
concurrencia de derechos y los que se originan por la colusión de derechos2271.
En ellos se encuentran (i) aquellos que emanan de la naturaleza del derecho mismo,
(ii) los que derivan de la Buena Fe y (iii) los determinados por la función social de ese
derecho. Estos se tratan de:
a) Los que emanan de la naturaleza del mismo derecho: Los derechos no son
iguales entre sí y se diferencian por las facultades que le atribuyen a su
titular2272. Lo anterior vale tanto para derechos reales como derechos
personales2273. De esta forma, el ejercicio de un derecho no puede ir más allá de
lo que el propio derecho autoriza en su regulación2274.
b) Buena Fe: Este es un principio fundamental del Derecho Privado2275. El
ordenamiento jurídico reprocha el actuar de Mala Fe, con lo cual el ejercicio de
éste debe realizarse conforme a las exigencias de la Buena Fe, dado que la Mala
Fe va más allá de lo que se encuentra autorizado por el derecho subjetivo
mismo2276. Lo anterior se encuentra reconocido en numerosas disposiciones del
Código Civil. Por ejemplo, el artículo 1546, 1617 N° 5, 1661, 1683, 1814, 2468
del Código Civil entre otras2277.
c) Función Social: Consiste en un uso anormal del derecho subjetivo, es decir, que
se encamina hacia fines distintos a los cuales fue establecido, con lo cual escapa
de la protección jurídica que se le reconoce a éste por ser utilizado para algo
diferente, es decir, se ha abusado2278. La anormalidad viene dada, en
consecuencia, por la alteración de la finalidad del derecho: con un resultado
2270
Ídem.
2271
Ibíd. pp. 226.
2272
Ídem.
2273
Ídem.
2274
Ídem.
2275
Ídem.
2276
Ídem.
2277
Ibíd. pp. 227.
2278
Ídem.
504
2279
Ibíd. pp. 227-229.
2280
Ibíd. pp. 229.
2281
Ídem.
2282
Ibíd. pp. 230-231.
2283
Ibíd. pp. 231.
2284
Ídem.
2285
Ídem.
2286
Ibíd. pp. 232.
505
2287
Ídem.
2288
Ibíd. pp. 233.
2289
Ídem.
2290
Ídem.
2291
Ídem.
2292
Ibíd. pp. 234.
2293
Ídem.
2294
Ídem.
2295
Ídem.
2296
Ídem.
506
1. Cosas Corporales
2297
Ibíd. pp. 173.
2298
Ídem.
2299
Ídem.
2300
Ibíd. pp. 174.
2301
Ídem.
2302
Ídem.
2303
Ibíd. pp. 175.
2304
Ídem.
507
2305
Ídem.
2306
Ídem.
2307
Ibíd. pp. 178.
2308
Ídem.
2309
Ibíd. pp. 179.
2310
Ibíd. pp. 178.
508
bienes que pueden ser clasificados como naturalmente inmueble, los cuales son
la tierra y las minas2312.
- Bienes Inmuebles por Adherencia: Regulados en el artículo 569 del Código
Civil, los cuales son bienes que siendo naturalmente muebles se miran como
inmuebles por el hecho de estar adheridos permanentemente a un bien
inmueble2313. Por ejemplo, una planta, un edificio, etc.
- Bienes Inmuebles por Destinación: Son aquellos bienes que, siendo
naturalmente muebles, se reputan inmuebles por una ficción jurídica, debido al
hecho de estar permanentemente destinados al uso, cultivo y beneficio de un
inmueble, no obstante puedan separarse sin detrimento2314.
Esta clasificación tiene mucha importancia en el Derecho Civil chileno, dado que
ella permite diferenciar efectos materia de constitución de Derechos Reales, formalidades
que debe tener la compraventa, protección a incapaces, normas de la sociedad conyugal,
materia procesal, etc. atribuyéndose diferentes efectos en la debida consideración de si el
bien es mueble o inmueble2315.
Esta clasificación aplica a los bienes muebles, en los cuales corresponde si el bien es
un género o una especie o cuerpo cierto2316. Los bienes inmuebles siempre serán de especie
o cuerpo cierto.
a) Bienes Genéricos: Son aquellos que pertenecen a una clase o tipo de bienes2317.
Por ejemplo, un vehículo, un cuaderno, un lápiz, etc.
b) Bienes de Especie o Cuerpo Cierto: Consiste en la determinación de un bien
específico perteneciente a un género determinado2318. Por ejemplo, ese vehículo,
ese cuaderno, ese lápiz, etc.
2311
Ídem.
2312
Ídem.
2313
Ídem.
2314
Ídem.
2315
Ibíd. pp. 176-177.
2316
Ibíd. pp. 180
2317
Ídem.
2318
Ídem.
509
Esta es una clasificación que resulta únicamente aplicable a los bienes muebles, ya
que los bienes inmuebles jamás serán consumibles. El criterio de distinción es la
destrucción del bien con su primero uso.
a) Bienes Consumibles: Son aquellos que se destruyen con su primer uso2319. Esta
destrucción puede ser tanto material como jurídica2320. Una destrucción material
sería en el caso de los alimentos, mientras una destrucción jurídica sería el
dinero, dado que al usarlo éste es enajenado.
b) Bienes No Consumibles: Son aquellos que no se destruyen con el primer
uso2321. Es importante entender que esto no implica una no destrucción del bien,
ya que todas las cosas se destruirán en algún momento, lo importante es que ello
no ocurra con el primero uso, pudiendo dárseles un número plural.
Esta clasificación también aplica únicamente a los bienes muebles, ya que los bienes
inmuebles jamás serán no fungibles por su naturaleza.
a) Bienes Fungibles: Son aquellos que pueden sustituirse los unos con los otros,
porque se determinan por su cantidad, peso o medida2322. Por ejemplo, el dinero.
b) Bienes No Fungibles: Aquellos que no pueden sustituirse los unos con los
otros2323.
2. Cosas Incorporales
2319
Ibíd. pp. 181.
2320
Ídem.
2321
Ídem.
2322
Ibíd. pp. 180.
2323
Ídem.
510
2324
Ibíd. pp. 175.
2325
Ibíd. pp. 181.
2326
Ibíd. pp. 183.
2327
Ídem.
2328
Ibíd. pp. 184.
2329
Ibíd. pp. 187.
2330
Ibíd. pp. 188.
2331
Ídem.
2332
Ibíd. pp. 189.
2333
Ídem.
511
dar se reputan muebles o inmuebles según la cosa que haya dar2334. En cambio, las
obligaciones de hacer y las de no hacer, conforme al artículo 581 del Código Civil serán
siempre muebles, debido a que los hechos que se deben se reputan muebles2335.
3. Universalidades
2334
Ídem.
2335
Ídem.
2336
Ibíd. pp. 190.
2337
Ídem.
2338
Ídem.
2339
Ídem.
2340
Ibíd. pp. 194.
2341
Ibíd. pp. 190.
2342
Ídem.
2343
Ídem.
2344
Ídem.