Guía para Lograr Aprendizajes Efectivos en Educación Superior Julio Castillo Narváez
Guía para Lograr Aprendizajes Efectivos en Educación Superior Julio Castillo Narváez
LEAD U EDICIONES
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acerca del autor
Nacido en Talca el 23 de Diciembre de 1952. Estudió en el Liceo Blanco Encalada (actual
Colegio de La Salle), formando parte del último curso de Humanidades, que egresó el año
1970. Antropólogo de la Universidad de Chile, Master of Arts en Educación por la Univer-
sidad de Chicago. Por más de 10 años, se desempeñó como profesor universitario en An-
tropología y en Metodologías de Investigación Cualitativa, en el Departamento de Antro-
pología de la Universidad de Chile y en la Escuela de Psicología de la Facultad de Ciencias
Sociales de la Universidad Central. Ha dirigido proyectos de investigación y asistencia técnica
educacional en las universidades de Chile y Central de Chile (Montegrande, FONDEF,
FONIDE, PROFIM y MECE- MINEDUC) Se desempeñó como Director de Asistencia Técnica
para el Desarrollo Curricular, en la Dirección General Académica de la Universidad Mayor
y como Director General de Pregrado, en la Universidad San Sebastián. Durante 5 años,
formó parte del equipo profesional de la Vicerrectoría Académica, que lideró el proceso de
Acreditación Internacional de la Universidad Mayor ante la Middle States Commission on
Higher Education, cuyo status de acreditada se obtuvo en el 2010, siendo la primera uni-
versidad de Chile y de América Latina, en lograr dicha distinción.
Desde el año 2.000, se involucró en temas de desarrollo curricular, cuando dirigió el
proyecto FONDEF (D00I1047 “La aplicación del paradigma de las Inteligencias Múltiples
en el mejoramiento de la calidad de la Educación Básica y Media”.
En los últimos 9 años, ha trabajado en el tema de diseño y gestión curricular centrada en
el aprendizaje del estudiante y en articulación de mallas curriculares de carreras de pregra-
do, basada en resultados de aprendizaje. En esta tarea, ha realizado una amplia labor de
perfeccionamiento docente, a través de talleres de articulación curricular, en los cuales los
participantes transforman sus programas de asignatura a resultados de aprendizaje, incor-
poran metodologías de docencia efectiva, expresadas en estrategias de enseñanza y
aprendizaje (Clases expositivas guiadas, ABP, Estudio de casos, simulación, entre otras) y
establecen nuevos criterios e instrumentos de evaluación de los aprendizajes (Rúbricas o
matrices de valoración, portafolios de evidencia)
En la actualidad, se desempeña como consultor en desarrollo y gestión curricular, en
educación superior, asesorando a distintas universidades.
2
agradecimientos
3
tabla de contenidos
presentación 7
prefacio 9
parte 1: nivel micro curricular
el proceso de enseñanza-aprendizaje 11
1.el enfoque centrado en el aprendizaje 12
1.1 el principio del conocimiento previo 13
1.1.1 ¿porque el conocimiento previo
impreciso puede distorsionar el aprendizaje? 13
1.1.2 ¿que hay del conocimiento previo inapropiado? 13
1.2 el principio de organización 14
1.2.1 ¿cuales son las implicancias de este
tipo de educación en la enseñanza? 17
1.3 el principio de maestría (dominio) de habilidades 18
1.3.1 el punto ciego de los expertos 19
1.3.2 ¿qué significa esto para la enseñanza? 20
2. la trilogía inseparable 22
2.1 ¿qué enseño? ¿para qué enseño?: el tránsito
desde objetivos a resultados de aprendizaje 23
2.1.1 ¿qué enseño? la definición de resultados de aprendizaje 24
2.1.2 recursos que constituyen un resultado de aprendizaje 28
2.1.3 fases de elaboración de resultados de aprendizaje 29
2.1.4 articulación de aprendizajes previos 33
2.1.5 ¿cómo se presentan los resultados de aprendizaje en un
programa de asignatura? 35
2.1.6 ¿para qué enseño?: el desarrollo de habilidades genéricas 37
2.2 ¿cómo enseño?: metodologías de enseñanza-aprendizaje
para un aprendizaje efectivo 49
2.2.1 participación, control y aprendizaje 49
2.2.2 algunas distinciones desde la ontología del lenguaje
para comprender el proceso de aprendizaje 54
2.2.3 ejemplos de metodologías de enseñanza-aprendizaje que
promueven la participación activa de los estudiantes 57
2.2.3.1 la instrucción entre pares de eric mazur 58
2.2.3.2 aprendizaje basado en equipos (bae) 61
2.2.3.3 cómo constituir equipos utilizando inteligencias múltiples 64
2.2.3.4 la relación docente-estudiante 68
2.2.3.5 estrategias de enseñanza y estrategias de aprendizaje 72
4
2.3 ¿cómo evalúo? 73
2.3.1 ¿qué significa evaluar el aprendizaje de los estudiantes? 73
2.3.2 tipos de evaluación de los aprendizajes 75
2.3.3 mitos en la evaluacion de los aprendizajes 78
2.3.4 el logro de aprendizaje profundo 86
2.3.5 estrategias de retroalimentación oportunas 87
2.3.6 ¿cómo evaluar resultados de aprendizaje? 91
2.3.7 evaluación de proceso en un resultado de aprendizaje 93
parte 2: nivel macro curricular
la articulación curricular 98
1. elperfil de egreso de la carrera 99
1.1 ¿cómo organizar el perfil de egreso de la carrera? 100
1.2 ámbitos que conforman el perfil de egreso 100
1.3 ¿cúal es el rol del perfil de egreso en el diseño curricular
de una carrera profesional? 101
1.4 el perfil de egreso es el que manda (demanda) 102
2. la articulación de la malla curricular 105
2.1 la formación en la profesión 106
2.2 ¿cómo se inicia la articulación de la malla curricular? 108
2.3 ¿cómo sería la malla curricular articulada? 109
2.3.1 la articulación horizontal 109
2.3.2 la articulación vertical 111
2.4 actividades curriculares de integracion (aci's) 111
2.5 ¿cuáles son algunas ventajas del desarrollo de aci's en una carrera? 113
2.6 descubriendo los verbos de una malla curricular articulada 114
2.6.1 ¿cuáles son los verbos predominantes del proceso de aprendizaje
de un estudiante en cada año de su carrera? 114
2.6.2 dominios de competencias en una malla curricular 116
3. elrol de la planificación de asignaturas en la articulación curricular 118
3.1 ¿cómo planifico mi asignatura? 118
3.2 ¿cúales son las ventajas de la planificación de asignaturas,
por resultados de aprendizaje? 123
4. ¿cómo se evalúa la efectividad de los aprendizajes? 125
4.1 el ingreso 126
4.2 el proceso de enseñanza-aprendizaje 127
4.3 procesos de evaluación de los aprendizajes 127
4.4 procesos de retroalimentación 128
5
4.5 el egreso 128
4.5.1 la matriz de tributaciones a las competencias
del perfil de egreso de una carrera 129
4.6 el seguimiento de egresados 131
5. conclusiones y desafíos 132
6. bibliografía 134
7. index 139
6
presentación
Este libro sobre aprendizaje efectivo en Educación Superior, viene a cubrir un vacío y una
necesidad. Un vacío porque son escasos los textos sobre educación superior que realizan
una sistematización conceptual y práctica sobre este aspecto del proceso de enseñanza
aprendizaje, con la intención explícita de ofrecer al docente un fundamento para justificar
su práctica pedagógica. Y una necesidad, porque viene a reducir la distancia entre lo que
decimos y hacemos concretamente. ¿Qué hacemos para que los estudiantes puedan ter-
minar sus estudios en el tiempo definido para su titulación? ¿Qué hacemos para que el perfil
de egreso sea efectivamente logrado durante los años de formación y no sea una simple
declaración idealista? ¿Cuáles son aquellas conexiones eficaces de nuestro currículo de
estudios con los otros dispositivos del Ambiente Enseñanza Aprendizaje?
¿Demostramos con evidencias cómo la comunidad académica completa es la que se hace
cargo del proceso enseñanza aprendizaje?
El filósofo norteamericano John Dewey decía que existe una diferencia fundamental entre
el conocimiento de la materia, necesario para la enseñanza y el conocimiento de ella por
sí misma. Afirmaba que: “Cada estudio o materia tiene de esta manera dos aspectos: uno
para el científico como científico; el otro para el profesor como profesor. Estos dos aspec-
tos no son en ningún sentido opuestos o conflictivos. Pero tampoco son directamente
idénticos”. A menudo, se asume que el conocimiento científico de una materia, al que
Dewey se refiere, representaba conocimiento suficiente para el docente.
La investigación en educación superior en el último tiempo, sin embargo, ha coincidido
con esta intuición profunda de Dewey. Aunque algo de lo que el docente necesita saber
sobre su materia se solapa con el conocimiento del especialista de la disciplina, él también
necesita comprender su materia en una forma que promueva el aprendizaje. Es aquí,
también, donde este libro llega a ser un recurso de primer orden para el Ambiente Ense-
ñanza Aprendizaje.
Es indudable que el cambio profundo que está experimentando la educación superior
está teniendo una especial repercusión en el proceso de enseñanza y en la formación del
profesorado universitario. Sin embargo, este cambio no siempre es acogido en la práctica
docente y en la implementación y administración del proyecto educativo de nuestras
instituciones de Educación Superior. Por esto, estos lineamientos responden a la exigencia
pedagógica y didáctica que no tiene parangón en la reciente historia de las universidades
chilenas. Más concretamente, se demanda ahora un nuevo perfil docente que pueda satis-
facer la demanda de esa capacidad de fomentar en el estudiante un aprendizaje significa-
tivo, habilidad de pensamiento superior, el aprender de manera autónoma. En la actualidad,
todo ello es considerado como un punto clave.
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El libro nos invita a dar cuenta de aquello que nos hablaba José María Valverde. Para él,
lo más difícil en la docencia es aprender a callarse. Y a eso nos invita el autor cuando
sostiene que el estudiante ha sido durante mucho tiempo un sujeto pasivo de su propio
aprendizaje. Pero además, nos ayuda a reflexionar sobre qué es el aprender en nuestro
Ambiente de Enseñanza Aprendizaje. Esto, respecto de preguntarnos sobre nuestra ca-
pacidad autocrítica que se evidencia en demostrar un aprendizaje significativo en el estu-
diante y entre los docentes. El logro de aprendizaje corresponde a un cambio en la forma
de pensar que nos adentra en lo más humano y realista.
Siendo coherentes con el enfoque centrado en el aprendizaje del estudiante, el autor
nos sorprende gratamente con la presentación de un método simple y eficaz que se adapta
a cualquier campo del saber y responde adecuadamente a las necesidades actuales de la
educación superior, en nuestro país.
Pero más valioso es, el fin de re-situar al estudiante como parte central del proceso de
conocer y derribar el pensamiento dogmático que excluye la experiencia del sujeto en su
educación. Esto nos exige una mirada incluyente que valora el logro de aprendizaje en su
dimensión práctica y urgente. La docencia es comprendida como una relación de ayuda
que completa este vacío y nos invita a no debatir desde el reduccionismo o la ceguera que
frena la satisfacción de la necesidad de un espacio educativo en mejora continua.
Finalmente, y pensando más en los aportes para construir una propuesta más completa
de nuestros proyectos educativos, me atrevo a sugerir también a todos los docentes y
directivos de IES, la posibilidad de incluir los elementos propuestos en estos lineamientos
que pueden ser muy fructíferos para el proyecto de sus respectivas carreras y para su
práctica docente. No se trata sólo de un empirismo orientado, dictado por la situación
real, sino de una búsqueda de mayor consistencia con nuestra responsabilidad como
formadores de profesionales.
8
prefacio
Y la ola nos llegó. Querámoslo o no, lo que se definió hace algunos años en el Espacio
Europeo de Educación Superior, está impactando nuestra forma de ver los procesos de
diseño, de planificación, de enseñanza-aprendizaje y de evaluación de los aprendizajes, en
educación superior. Tanto el discurso oficial del Ministerio de Educación, como el de los
procesos de acreditación apuntan, cada vez más, al aseguramiento de la calidad de la en-
señanza y de los aprendizajes de los estudiantes. Pero este cambio que se le exige a los
docentes involucrados en la formación de técnicos y profesionales, no es un cambio cos-
mético, ni de forma, sino que es un cambio cultural, en el cual los roles de docentes y es-
tudiantes son significativamente modificados.
Este texto tiene como objetivo principal mostrar el cambio cultural que implica, para
todo docente del nivel superior, modificar su práctica habitual, caracterizada por estar
centrada en la enseñanza, inspirada por la práctica docente de sus maestros formadores,
para dar paso a un proceso centrado en el aprendizaje del estudiante. Esto último, obliga
al docente a involucrarse en el diseño de tareas de aprendizaje (Marcelo, Yot y Mayor, 2011)
Por otra parte, se pide al estudiante desarrollar su propio conocimiento, a partir de acti-
vidades de aprendizaje que, según Meyers y Nulty (2009) debiesen ser auténticas, reales
y relevantes; secuenciadas y relacionadas entre sí; que requieren que los estudiantes utilicen
y participen progresivamente en procesos cognitivos de orden superior; deben estar ali-
neadas con los resultados de aprendizaje deseados, y deben potenciar el interés y motiva-
ción por aprender.
El problema que se les genera a los estudiantes, es el cambio drástico de escenario edu-
cativo: mientras fueron alumnos del sistema escolar, se movieron en un paradigma centra-
do en la enseñanza, donde el protagonista principal es el docente, que debe dar cuenta de
una serie de contenidos establecidos por el sistema. Cuando llegan a la universidad o a una
institución de educación superior, se les señala que deben moverse en un escenario cen-
trado en el aprendizaje activo. En otras palabras, se les exige ser protagonistas de su propio
aprendizaje. En muchas instituciones de educación superior, esta exigencia forma parte del
nivel declarativo del modelo educativo, pero en la práctica, lo que se observa en la sala de
clases, es un docente igualmente agobiado por cumplir con los contenidos o materia de los
programas de la carrera.
En este escenario centrado en el aprendizaje, tan distinto al que persiste en la mayoría
de las instituciones de educación superior chilenas, el docente debe dejar de ser el foco
principal, para dar paso al estudiante, como actor relevante y, más bien, debe asumir el rol
de diseñador de la escena.
Sobre esto último, Bain (2007) indica que el rol del docente de educación superior debe
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apuntar al desarrollo de un proceso de enseñanza que fomente el aprendizaje, creando un
ambiente de aprendizaje crítico natural, donde los estudiantes aprendan, enfrentándose a
problemas importantes, atractivos o desafiantes, realizando tareas auténticas que les plan-
tearán un desafío al momento de tratar con nuevos contextos, recapacitar sus supuestos
(aprendizajes previos) y examinar sus modelos mentales de la realidad.
La presentación del tema se hará en dos niveles:
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parte 1: nivel micro curricular
el proceso de enseñanza-aprendizaje
11
parte 1
12
parte 1
1.1. el principio del conocimiento previo
Un aspecto central del enfoque centrado en el aprendizaje, es considerar el conocimien-
to previo del estudiante. Ausubel (1968) señaló “El factor único más importante que influye
en el aprendizaje es aquello que ya sabe el sujeto que aprende.” Este puede ser producto
de su experiencia personal, que incluye su vivencia afectiva, social y cultural, como también
una historia educativa, el hábito dado por un determinado método de estudio, su actitud
ante el aprendizaje, y su propia forma de adaptación en el desarrollo del aprendizaje.
Sin embargo, el conocimiento previo del estudiante puede ayudar o entorpecer el apren-
dizaje. El conocimiento previo ayuda al aprendizaje del estudiante cuando es activado de
forma eficiente, apropiada y precisa. Entorpece, cuando está inactivo, es insuficiente, ina-
propiado e impreciso. Los estudiantes llegan a las salas de clases con hechos, modelos,
actitudes, creencias y supuestos, por lo tanto, ellos desarrollan e interpretan la nueva in-
formación a través de las lentes de su conocimiento previo.
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parte 1
El conocimiento puede ser apropiado para un contexto e inapropiado para otro. Si los
estudiantes aplican un conocimiento previo que es inapropiado para un nuevo contexto de
aprendizaje, puede:
a) Impedir el aprendizaje.
b) Distorsionar la comprensión.
c) Inhibir el rendimiento.
Los estudiantes pueden: a) emplear mal las convenciones disciplinarias, por ejemplo,
aplicar convenciones expresivas en reportes de laboratorio; b) actuar inapropiadamente
sobre supuestos culturales, por ejemplo, abstenerse de hacer preguntas para no insultar al
profesor; c) confundir significados técnicos con otros no técnicos, por ejemplo, interpretar
“reforzamiento negativo” como castigo.
En resumen, como docentes, necesitamos:
a) Descubrir que saben y no saben los estudiantes.
b) Trabajar activamente en corregir conocimiento impreciso (ideas equivocadas)
c) Activar conocimiento previo relevante.
d) Identificar aplicaciones inapropiadas de conocimiento previo.
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parte 1
figura 1: organización del conocimiento
Fuente: Susan A. Ambrose: From Research to Practice: Using Principles of Learning for “Smart” Teaching.
Presentación en el PROGRAMA DE INNOVACIÓN EN LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE III, Universidad de Harvard, Octubre, 2012. (Original en Inglés)
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parte 1
Pero cuando se les dio una estructura para organizar la información, ellos mejoraron entre
2-3 veces su desempeño:
figura 2: estructura de organización de la información
Fuente: Susan A. Ambrose: From Research to Practice: Using Principles of Learning for “Smart” Teaching.
Presentación en el PROGRAMA DE INNOVACIÓN EN LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE III, Universidad de Harvard, Octubre, 2012 (original en inglés)
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parte 1
1.2.1. ¿cuáles son las implicancias de este principio de organización
en la enseñanza?
El principio de organización del conocimiento es un elemento clave para avanzar en la
articulación curricular, basada en resultados de aprendizaje:
a) Mientras más débil el conocimiento del estudiante y su organización, más difícil será
para él/ella ver las conexiones que son aparentes para el docente.
b) Los estudiantes pueden fallar en ver como una clase se relaciona con la siguiente, como
las partes de una clase se conectan entre sí, como las tareas se conectan con otros aspec-
tos del curso, como los laboratorios se conectan con las clases, etc.
c) Darle a los estudiantes una estructura organizadora y destacar aspectos importantes
ayuda a los estudiantes:
I. A ver el cuadro mayor y las estructuras comunes.
II. A situar el nuevo conocimiento.
III. A ver relaciones.
IV. A la comprensión
V. A la memoria y la recuperación.
El principio de organización cobrará relevancia más adelante cuando abordemos la ela-
boración de resultados de aprendizaje y la representación del recorrido de aprendizaje que
debe hacer el estudiante, para evidenciar el resultado esperado. Por ahora, es necesario
tener en cuenta que, para ayudar a los estudiantes a desarrollar organizaciones de conoci-
miento más ricas, más útiles y más conectadas:
a) Démosle una estructura para enmarcar el nuevo conocimiento.
b) Destaquemos y reforcemos las conexiones.
c) Debemos enfocarnos sobre características estructurales de problemas y casos.
d) Debemos ayudarles a organizar el conocimiento para facilitar su aplicación.
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parte 1
Fuente: Susan A. Ambrose: From Research to Practice: Using Principles of Learning for “Smart” Teaching.
Presentación en el PROGRAMA DE INNOVACIÓN EN LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE III, Universidad de Harvard, Octubre, 2012 (original en inglés)
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parte 1
1.3.1. el punto ciego de los expertos
Nathan, Koedinger & Alibali (2001) y Nickerson (1999) se refieren al punto ciego de los
expertos, el cual se produce cuando los instructores o docentes expertos, son ciegos a las
necesidades de aprendizaje de los estudiantes novicios, por ejemplo:
a) Sobre estiman lo que los novicios saben y pueden hacer.
b) Sub estiman cuanto tiempo tomarán los novicios.
c) No ven los pasos/partes que los novicios deben aprender.
d) No predicen donde los novicios tendrán dificultades.
e) Presumen que los novicios hacen las cosas del modo que los expertos las hacen.
En la medida que la maestría se desarrolla y los estudiantes, gradualmente, desarrollan
mayor competencia dentro de un dominio, ellos primero ganan y luego pierden conciencia
de las habilidades y capacidades que están ejercitando, tal como muestra la figura siguien-
te (Sprague & Stuart, 2000):
Fuente: Fuente: Susan A. Ambrose: From Research to Practice: Using Principles of Learning for “Smart” Teaching.
Presentación en el PROGRAMA DE INNOVACIÓN EN LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE III, Universidad de Harvard, Octubre, 2012 (original en inglés)
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parte 1
El efecto del punto ciego de los expertos tiene consecuencias en el proceso de enseñan-
za-aprendizaje: ser un experto es un valor para trabajar en nuestro campo, pero puede ser
un problema para enseñar a los estudiantes. Esto último es un tema interesante que debemos
considerar en la realidad de las universidades chilenas: lo que existe en las distintas salas
de clases, son profesionales expertos que forman a otros futuros profesionales. Sin embargo,
la gran mayoría de estos profesionales formadores (ingenieros, abogados, médicos, arqui-
tectos, sociólogos, por nombrar algunos) no necesariamente, han recibido una formación
en didáctica y evaluación, como para fomentar el desarrollo de dominio de habilidades y
establecer el nivel de logro, por parte de los estudiantes.
Un aspecto clave para que los estudiantes logren un nivel de maestría, en un dominio o
área determinada, es la integración de las habilidades existentes. Lograr esta integración
es una habilidad en sí misma y los estudiantes necesitan practicarla para lograr ser domi-
nada. Para ello, el docente debe identificar y enseñar las habilidades componentes; el si-
guiente paso es ayudar a los estudiantes a integrar aquellas habilidades.
Ambrose da algunas directrices al respecto:
a) Saber Cómo y Cuándo aplicar las habilidades: saber QUE, es distinto a saber COMO y
distinto a saber CUANDO.
b) Los estudiantes “saben” un principio (nombrarlo o definirlo), pero no saben cómo
aplicarlo (resolver nuevos problemas)
c) Los estudiantes “saben” como aplicar el conocimiento en una situación, pero no saben
cuándo o como aplicarlo en otra situación (o incluso no reconocen que no pueden)
d) La literatura muestra una y otra vez (Glick & Holyoak (1980, 1983); Mason Spence
& Weisberg (1986); Perfetto, Bransford & Franks (1983) que los estudiantes tienden
a no aplicar lo que ellos han aprendido, en nuevos contextos.
e) Mientras más “distante” el nuevo contexto del contexto de aprendizaje anterior, menor
es la posibilidad de transferencia de los estudiantes.
En resumen, el principio de maestría implica lo siguiente:
a) Ayudar a los estudiantes a adquirir habilidades componentes significa: primero, iden-
tificar las habilidades componentes que los estudiantes necesitan, luego, ofrecer a los
estudiantes suficientes situaciones para que las practiquen.
b) Ayudar a los estudiantes a aprender cómo integrar habilidades significa: primero, re-
conocer donde las múltiples habilidades se pueden traslapar; luego, enfocar a los es-
tudiantes en la meta de integración.
c) Ayudar a los estudiantes a aplicar y transferir lo que han aprendido implica: primero,
apreciar la dificultad inherente de transferir; luego, promoverla.
20
parte 1
Operativamente, el enfoque centrado en el aprendizaje fomenta en el estudiante el
descubrimiento y el desarrollo del conocimiento. Mientras Ausubel promovía la enseñanza
expositiva o el aprendizaje por recepción, Jerome Bruner (1998) enfatizaba permitir al
estudiante aprender por medio del descubrimiento guiado, que ocurre durante la explora-
ción motivada por la curiosidad. Para ello, es necesario crear un ambiente de aprendizaje
potente, que permita mejorar la calidad del aprendizaje, para hacer posible el éxito de un
estudiante caracterizado por su diversidad (en este último tema sugiero la revisión de la
obra de Jan Vermunt de la Universidad de Cambridge)
21
parte 1
2. la trilogía inseparable
Tal como se señaló en la introducción, en este nivel micro, haremos un recorrido por una
trilogía inseparable para todo docente que busca que sus estudiantes logren aprendizajes
efectivos. Esta trilogía se puede representar de la siguiente forma:
figura 5: la trilogía inseparable para una docencia efectiva
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parte 1
2.1. ¿qué enseño?, ¿para qué enseño?: el tránsito desde objetivos a resul-
tados de aprendizaje
El paradigma centrado en el aprendizaje requiere de un cambio sustancial: transitar desde
Objetivos a Resultados de Aprendizaje. ¿Por qué realizar este cambio si los objetivos han
formado parte de los programas de estudios de muchas carreras, por años? Por dos razones
fundamentales:
a) La definición de objetivos presenta algunas limitaciones que se pueden resumir de
la siguiente manera:
I. En ocasiones, los objetivos se redactan en función de la finalidad de la enseñanza, es
decir, de lo que va hacer el profesor y no se refiere a la tarea del estudiante.
II. En otras ocasiones, se refiere a lo que se espera del proceso de aprendizaje
Moon, citado en Kennedy (2007), se refiere a esta ambigüedad de los objetivos:
“El concepto ‘objetivo’ tiende a complicar básicamente la situación, porque los objetivos
se pueden redactar en términos de finalidad en la enseñanza o aprendizaje esperado… Esto
significa que algunas definiciones se relacionan a la enseñanza en el módulo y algunas al
aprendizaje… La falta general de un acuerdo en relación al formato de los objetivos es
complicado y justifica una especie de abandono en el uso del concepto ‘objetivo’ al descri-
bir módulos y programas.”
b) Si el Sistema de Educación Superior exige a las carreras de pregrado Perfiles de Egreso
por Competencias, entonces, lo lógico es tributar a dicho perfil con Resultados de
Aprendizaje, cuya estructura y recursos son de la misma naturaleza que una com-
petencia.
El mismo Kennedy indica que Gosling y Moon (2001) señalaron que este enfoque basado
en resultados se está tornando más conocido en la enseñanza a nivel internacional:
“El enfoque basado en logros ha sido cada vez más aceptado en el terreno de los créditos
y por las autoridades involucradas en la calidad nacional y las calificaciones, como por
ejemplo, en el Reino Unido por la Agencia para asegurar la calidad en la educación superior
(Quality Assurance Agency for Higher Education-QAA) y por las Autoridades para la Titu-
lación (Qualification Authorities) en Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica.”
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parte 1
Finalmente, Kennedy señala que hacia el año 2010 y con la implementación del Proceso
de Bolonia, se deberán redactar los módulos y programas de los países miembros con un
enfoque basado en resultados, es decir, en términos de resultados de aprendizaje.
En la década del setenta, Robert Mager (1975) fue un representante del enfoque basado
en objetivos conductuales (behavioural objectives). Mager propuso redactar enunciados
bien específicos en términos de resultados observables. Él denominó estas aseveraciones
objetivos operacionales. Al utilizar estos objetivos operacionales y sus resultados en forma
de desempeño, trató de definir el tipo de aprendizaje que ocurriría al concluir una instruc-
ción y cómo se apreciaría ese aprendizaje. El modelo de Mager especificaba tres aspectos
de un objetivo:
a) Debía tener un verbo de acción, medible.
b) Debía incluir una especificación que se le da al aprendiz.
c) Debía contener una especificación de criterio para el éxito o competencia.
Por su parte, Declan Kennedy (2007) en su Manual Práctico para Redactar y Utilizar
Resultados de Aprendizaje, muestra la forma de redactar resultados de aprendizaje, apo-
yándose en la Taxonomía de Benjamin Bloom (1956). Kennedy muestra cómo elaborar
resultados de aprendizaje para cada uno de los niveles taxonómicos de Bloom, con lo cual
confirma la importancia de este referente para la definición de lo que se espera que el es-
tudiante evidencie, luego de un proceso de aprendizaje.
Para la definición de Resultado de Aprendizaje, su estructura y sus componentes, hemos
procedido, eclécticamente, tomando elementos del modelo de Mager y de algunas indica-
ciones de Kennedy, inspirados, además, por la Taxonomía de Bloom. Para ello, nos basamos
en los componentes planteados por Mager para sus Objetivos conductuales, pero sin asumir
sus fundamentos teóricos conductistas. Tal como señaló Taba (1974), refiriéndose a la
estructuración de los planes de estudio basado en la psicología conductista: “lo importan-
te es la superficie de contenido cubierta y la presunción de una mente pasiva que presenta
marcada insistencia sobre la presentación detallada, la memorización y la recitación”. En
este caso, el resultado de aprendizaje, se aleja de esta sentencia conductista y responde,
más bien, al enfoque centrado en el aprendizaje del estudiante, por lo tanto, el rol de éste
es activo y no pasivo y su accionar, si bien se basa en la memoria (saber), también involucra
el saber hacer y el saber ser, como se verá más adelante.
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parte 1
En este documento, el Resultado de Aprendizaje será definido como:
Un Resultado de Aprendizaje es una declaración acerca de lo que se espera que el estu-
diante sea capaz de evidenciar, de manera pertinente, mediante la movilización de recursos
cognitivos/conceptuales, procedimentales y relacionales, en un contexto determinado, una
vez terminado un proceso de aprendizaje.
Analizaremos algunos componentes de esta definición:
a) El resultado de aprendizaje es una declaración que hace el docente, con la cual abre
un mundo de posibilidades al estudiante. Por lo tanto, cuando un docente elabora
un resultado de aprendizaje, está estableciendo un compromiso implícito que dice:
“Me comprometo a que el estudiante, después de X horas de enseñanza-aprendiza-
je, será capaz de evidenciar un determinado resultado de aprendizaje.”
b) El estudiante debe evidenciar un producto o resultado, por ende, el docente debe
verificar dicho producto o resultado.
c) De manera pertinente, esto significa que hay un forma de hacer las cosas estableci-
da por alguna instancia.
d) Mediante la movilización de recursos cognitivos/conceptuales, recursos procedi
mentales y recursos relacionales, lo cual implica que el estudiante debe saber aplicar
los recursos aprendidos, en un contexto determinado.
La movilización de recursos, en un contexto determinado, es un aspecto clave del proceso
de aprendizaje del estudiante. Durante el transcurso de su carrera, el estudiante aprende
ciertos conceptos que no tiene claro para que le sirve, por ejemplo, en los talleres los do-
centes plantean que algunos estudiantes no entienden para que deben estudiar Física, en
la carrera de Agronomía. En ese caso, es necesario poner esos conceptos de Física en un
contexto agronómico.
El Resultado de Aprendizaje se redacta en tercera persona pues existe un sujeto concre-
to, el estudiante, que debe evidenciar el resultado de aprendizaje declarado, luego de
terminado el proceso de enseñanza aprendizaje.
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parte 1
26
parte 1
realizan las acciones, en determinados dominios. Cuando no existen estos referentes (esta
ausencia se nota mientras más nos acercamos a las Humanidades), entonces el criterio
estará dado por orientaciones teóricas, autores, escuelas, entre otras posibilidades. Final-
mente, cuando no existe un criterio declarado, lo define el profesor de la asignatura. Ahora
bien, si hay otros profesores que realizan la misma asignatura en la escuela, en la facultad
o en la universidad, lo recomendable es que se reúnan a establecer un consenso, sobre el
cómo se debe realizar la acción solicitada al estudiante.
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parte 1
Un Resultado de Aprendizaje está compuesto por recursos que el estudiante debe ser
capaz de movilizar, de manera eficiente, en un contexto determinado. Los recursos que
constituyen un Resultado de Aprendizaje son los siguientes:
figura 7: recursos de un resultado de aprendizaje
28
parte 1
Finalmente, los Recursos Relacionales, pertenecientes al dominio afectivo, representan
la demanda de tipo actitudinal, valórica o de relación con los demás, que se le exigirá al
estudiante, en el desempeño de la acción solicitada en el resultado de aprendizaje.
Este último elemento, marca una diferencia notable con la declaración de objetivos pues,
habitualmente, en la declaración de objetivos no se señala la actitud esperada del estudian-
te, en su logro.
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debe apelar a una norma, un protocolo o un procedimiento ya establecido. Como se señaló
anteriormente, cuando no exista un criterio, el docente deberá establecerlo, mediante una
pauta o una guía. En el caso de un docente que trabaja en una misma área o en la misma
asignatura, con otros docentes, o en asignaturas que se articulan, la sugerencia es que logre
el consenso con sus pares, estableciendo un criterio de cómo realizar la acción solicitada
en el Resultado de Aprendizaje.
El establecer el criterio con el cual se debe efectuar la acción solicitada al estudiante,
tiene una ventaja estratégica: permite la evaluación del nivel de logro del aprendizaje es-
perado, por lo tanto, el docente tiene un referente para establecer dicho logro. En otras
palabras, el criterio de realización para el estudiante, se constituye en el criterio de evalua-
ción para el docente.
Fase 2: Identificación de las actividades claves para la evidencia del resultado de apren-
dizaje y de sus recursos asociados.
La identificación de las actividades claves de un resultado de aprendizaje es una etapa
estratégica, por cuanto el docente deberá recrear el “recorrido” que deberá hacer el estu-
diante, en su proceso de evidenciarlo. Esto obliga a que el docente sepa, exactamente,
como evidenciar el resultado de aprendizaje (nadie enseña lo que no sabe)
En esta fase y la siguiente, se ponen en acción, a lo menos, los tres principios señalados
por Susan Ambrose. Veamos de qué manera ocurre esto:
a) En el primer paso, el docente debe visualizar las actividades claves y tareas principales
del resultado de aprendizaje, ordenadas jerárquicamente (lo primero es lo primero)
En este caso, debe identificar las actividades claves necesarias para que el estudiante
pueda evidenciar que es capaz de lograr lo que se le está solicitando. Por lo tanto, el
docente debe tener claro y debe saber exactamente, cuales son estas actividades
claves y tareas principales involucradas en el desempeño del resultado de aprendizaje
solicitado al estudiante (ver figura 9).
En este paso, el docente debe aplicar el principio de Organización, por cuanto, con esta
actividad establece un mapa con las tareas y actividades que el estudiante deberá recorrer,
para evidenciar el logro del resultado de aprendizaje. En este mapa, el docente podrá indicar
al estudiante cada uno de los pasos importantes y las partes que deberán aprender. Además,
le podrá indicar aquellas actividades claves en las cuales tendrá mayores dificultades, por
lo tanto, el estudiante deberá invertir más tiempo y más energía en ellas.
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Fase 3: Finalmente, el docente deberá identificar los tipos de recursos que constituyen
el resultado de aprendizaje.
En este paso, el docente tiene la oportunidad de relacionar los aprendizajes previos del
estudiante y ponerlos en un contexto nuevo (Principio de conocimiento previo) De esta
forma, el estudiante podrá darle un significado o podrá re-significar un tipo de aprendiza-
je previo. El docente tendrá, además, la oportunidad de establecer nuevas relaciones entre
los aprendizajes del estudiante.
Para ilustrar lo anterior, las actividades claves, las tareas principales y los recursos nece-
sarios (Recursos Cognitivos/conceptuales: RR Cog/Conc; Recursos Procedimentales/
Relacionales: RR Proc/Rel) para el logro del Resultado de Aprendizaje anterior (figura 8),
serían los siguientes:
figura 9: mapa de actividades, tareas y recursos de un resultado de aprendizaje
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2.1.4. articulación de aprendizaje previos
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Por lo tanto, para que el estudiante pueda cumplir con el resultado de aprendizaje soli-
citado, debe haber logrado y consolidado el resultado de aprendizaje previo, que es “Realiza
lavado de manos, clínico, según protocolo MINSAL”.
De igual forma, el recurso cognitivo Normas Hospitalarias, se aprenden en el segundo
año. El recurso procedimental “Elaboración de reporte”, es un resultado de aprendizaje de
una asignatura anterior, como podría ser “Redacción de textos”, de primer año.
Estos ejemplos, representan la articulación de resultados de aprendizaje de asignaturas
anteriores, tal como se verá en la segunda parte de este documento.
Con la articulación de resultados de aprendizaje, se logra el tercer principio de Maestría
presentado por Susan Ambrose, dado que el estudiante, gradualmente aumenta sus com-
petencias, dentro de un dominio.
En los talleres de capacitación y perfeccionamiento para docente universitarios, les re-
comiendo realizar cada uno de los pasos señalados anteriormente, de modo que, cada vez
que inicien una Unidad de Aprendizaje, le muestren a sus estudiantes el Resultado de
Aprendizaje que ellos esperan, al finalizar las sesiones planificadas para dicha unidad.
¿Qué se logra con esta presentación a los estudiantes?:
a) Se establece una comunicación efectiva con los estudiantes al presentarles, claramen-
te, el resultado de aprendizaje esperado que se les está pidiendo evidenciar, al finalizar
una unidad de aprendizaje. Este es un aspecto clave, pues la experiencia señala que,
habitualmente, los docentes inician unidades de aprendizaje, también llamadas unida-
des temáticas, sin especificar que se espera de los estudiantes al finalizar dicha unidad.
b) El mapa del recorrido del resultado de aprendizaje, ayuda a los estudiantes a ver el
cuadro mayor y les otorga una estructura organizadora.
c) Les permite a los estudiantes establecer relaciones.
d) Les permite re-significar conocimientos previos en un nuevo contexto,
e) Les ayuda a tener una mayor comprensión del proceso formativo.
f) Les facilita la memoria y la actualización de aprendizaje previos.
g) El docente puede señalar a sus estudiantes aquellas actividades claves que representan
un mayor nivel de dificultad, por lo tanto, requieren de mayor energía y dedicación,
por parte de ellos, para su logro.
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Dos recomendaciones para los docentes, respecto a los resultados de aprendizaje:
1. La redacción del Resultado de Aprendizaje debe ser lo suficientemente clara y
autorreferente, de modo que el estudiante no tenga que consultarle a nadie
sobre lo que se le está solicitando.
2. Cada vez que inicie una Unidad de Aprendizaje, muestre a sus estudiantes el
Resultado de Aprendizaje, ojalá como el recorrido de la figura 9, indicándoles
aquellas actividades claves en las que tendrán que poner más energía y tiempo,
por la complejidad que representan y dándole pistas para su mejor desempeño.
Visto así el proceso de enseñanza aprendizaje, se asemeja a un viaje que iniciará el estu-
diante, con la ayuda de su profesor. Esto, se aleja de una clase que se inicia con un tema no
anunciado y, en la cual, el docente “pasa la materia” declarada en el programa del curso,
sin mayores explicaciones sobre lo que espera de sus estudiantes, al finalizar dicho tema.
2.1.5. ¿cómo se presentan los resultados de aprendizaje
en un programa de asignatura?
El Programa de Asignatura puede ser considerado como un instrumento curricular que
forma parte del Plan de Estudios de una carrera. La opción es si este instrumento se define
por objetivos, como es en la mayoría de las instituciones de educación superior, o se orienta
al logro de los aprendizajes, expresado en resultados de aprendizaje.
A continuación, veremos un ejemplo de cómo se presentaría un Programa de Asignatura
centrado en el aprendizaje del estudiante y expresado en resultados de aprendizaje.
Para ello, utilizaremos el mismo ejemplo de la figura 9. Supongamos que la asignatura es
Obstetricia I de 4° semestre, de la carrera de Obstetricia y la Unidad de Aprendizaje es
Control Pre-natal y Modelo de la OMS, entonces su presentación sería el siguiente:
Unidad de Aprendizaje 2: Control Pre-Natal y Modelo de la OMS
Resultado de Aprendizaje de la Unidad de Aprendizaje 2: Realiza control pre-natal, de
la primera visita, según modelo de la OMS.
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c) Recursos relacionales Involucrados.
√ Rigurosidad en la aplicación de las fases del modelo.
√ Participación en trabajo en equipo.
√ Respeto pos la opinión de sus pares.
√ Responsabilidad en las actividades y tareas fijadas.
Observación:
• Cada resultado de aprendizaje tiene sus propios recursos relacionales, que se establecen
según la naturaleza de los procedimientos del resultado de aprendizaje.
• También es posible declarar recursos relacionales transversales que se deseen enfatizar,
en virtud de valores institucionales o del desarrollo de habilidades genéricas, tales como,
Pensamiento crítico y autocrítico, solidaridad, participación activa, entre otros.
Presentados así los resultados de aprendizaje, se pueden establecer claras diferencias con
el enfoque centrado en objetivos:
a) En los programas por objetivos, habitualmente, se presentan solo los recursos con-
ceptuales, denominados contenidos.
b) Dado lo anterior, en un programa por resultados de aprendizaje se agrega información
clave para el estudiante al identificar lo que debe hacer para evidenciar el logro esta-
blecido, a través de los recursos procedimentales.
c) Finalmente, la diferencia más significativa con el enfoque por objetivos, es la declara-
ción de aquellos elementos relacionales y/o actitudinales que se le pedirá a los estu-
diantes.
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La pregunta es:
¿Cómo se desarrollan estas habilidades transversales dentro de la malla curricular?
Habitualmente, el desarrollo de estas habilidades transversales es promovido por asig-
naturas que integran el área de Formación Integral o General (la CNA la denomina Área de
Formación General o Complementaria)
No obstante lo anterior, también se está solicitando a todos los docentes de una carrera,
que asuman la promoción de algunas de estas habilidades genéricas, en el desarrollo de las
actividades propias de su asignatura.
A continuación, se presenta una propuesta de como enfatizar el desarrollo de habilidades
genéricas transversales, en el desarrollo de una actividad de los estudiantes:
√ La actividad es la resolución de un problema contingente de la disciplina, por ejemplo,
en Educación, puede ser el “Bulling en Educación Media” o en Ingeniería Comercial podría
ser el problema de la colusión entre entidades comerciales, para fijar precios u otros pro-
blemas atingentes a cada disciplina.
√ La metodología de trabajo es el Aprendizaje Basado en Problemas (ABP).
En una secuencia de transparencias, se irá mostrando las habilidades que los estudiantes
tendrán que poner en acción en cada uno de los pasos señalados en el recorrido del resul-
tado de aprendizaje. La tarea del docente es enfatizar y destacar la importancia de cada
una de estas habilidades en juego y hacer que los estudiantes tomen conciencia de su
aplicación, en cada etapa.
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En la actividad “Conocer Metodología ABP”, el estudiante deberá poner en acción su
habilidad de Comprensión Lectora (más adelante se muestran dinámicas para fortalecer la
lectura crítica), sus habilidades académicas, su capacidad de autoaprendizaje, su capacidad
de análisis crítico para comprender en que consiste la metodología ABP. En términos való-
ricos, se involucra la responsabilidad, en el sentido que deberá aprender que es el ABP y ser
honesto y no auto engañarse, aprendiendo a medias.
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En la actividad de organización de las ideas y conocimientos previos, los estudiantes
ponen en acción nuevas habilidades tales como: razonamiento, análisis crítico y autocrítico
y la creatividad. Se agrega como valor la rigurosidad.
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Cuando los estudiantes se involucran en la definición de prioridades de aprendizajes,
para poder comprender a cabalidad el problema planteado y establecer hipótesis sobre
sus causas, entonces ponen en acción habilidades como la capacidad de investigación y
la creatividad.
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En la actividad de examinar la nueva información aprendida y la refinación de las pregun-
tas originales, los estudiantes ponen en acción habilidades destacadas anteriormente,
agregándose la creatividad. Como actitud se destaca la rigurosidad.
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2.2. ¿cómo
enseño?: metodologías de enseñanza para un
aprendizaje efectivo
Esta es la segunda dimensión de la Trilogía Inseparable de la figura 5, que se refiere a las
metodologías de docencia efectiva.
En los últimos años, una pregunta ha recorrido las aulas de distintas universidades chile-
nas ¿Cómo nos movemos desde un enfoque centrado en la enseñanza a un enfoque cen-
trado en el aprendizaje del estudiante? Si bien esta pregunta es válida, muchos de Uds. se
preguntarán “¿por qué debo cambiar mi forma de hacer clases, centradas en la enseñanza,
si me ha resultado bien, por años?” Y otros podrían agregar que la clase centrada en la
enseñanza, que ha predominado por decenas de años en nuestro país, ha generado buenos
profesionales, entonces ¿por qué cambiar?
Siendo válidas las preguntas anteriores, cada uno está en su derecho a enseñar como
estime conveniente y así se señala en la mayoría de las universidades chilenas, bajo el término
“libertad de cátedra”. Sin embargo, la literatura ha demostrado que hay enfoques más
efectivos que otros, por lo tanto, como parte de esta libertad de cátedra, es obligación de
todo docente visualizar nuevas alternativas para que sus estudiantes logren aprendizajes
efectivos. La siguiente figura, muestra la participación del docente y del estudiante en
distintos espacios de enseñanza aprendizaje.
2.2.1. participación, control y aprendizaje
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La figura 12, muestra la relación control y participación del docente, expresado como
control de la actividad y el control y participación del estudiante, expresado como autono-
mía en el aprendizaje, en diversas actividades del proceso de enseñanza-aprendizaje.
En el extremo izquierdo, la primera actividad es la Clase Magistral, en la cual el docente
tiene casi todo el control de la actividad, por lo tanto, su participación es alta. Por su parte,
en este tipo de actividad, el estudiante tiene poco control y participación y su nivel de
autonomía en el aprendizaje, es bajo.
En este punto, es preciso señalar que el mensaje en el análisis anterior, no significa desechar
la clase magistral. De hecho, existen clases magistrales significativas, que logran captar la
atención del participante. Pero, desafortunadamente, no todas las clases magistrales son,
necesariamente, significativas. Lo que se señala, es que una actividad expositiva, debe ir
acompañada de actividades que permitan la participación de los estudiantes.
En la medida que nos desplazamos hacia la derecha de la figura, la participación del es-
tudiante aumenta. Por ejemplo, después de la exposición de un tema o un concepto, el
docente puede organizar pequeños grupos de reflexión, análisis o discusión, con sus estu-
diantes (veremos los efectos de esta metodología con Eric Mazur), actividad que cambia
inmediatamente la participación en la sala de clases, aumentando la autonomía en el
aprendizaje del estudiante.
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En el extremo opuesto, están las actividades de autoaprendizaje, en las que el estudian-
te asume un rol protagónico y el docente asume un rol de tutor, para retroalimentar el
trabajo realizado.
Se recomienda a los docentes, moverse de un punto a otro, combinando actividades,
desde buenas exposiciones, cortas, ágiles, hasta trabajos que deban desarrollar los estu-
diantes de forma autónoma.
Otra forma de aproximarse a la efectividad de las metodologías o actividades de trabajo,
en relación al aprendizaje de los estudiantes, se visualiza en la siguiente figura:
figura 13: pirámide de retención de aprendizaje
Fuente: Cody, Blair. Cómo aprenden y recuerdan los estudiantes de manera más efectiva
http://studyprof.com
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Es destacable señalar el bajo impacto del uso de los medios audio visuales, que solo
aseguran un 20% de retención de aprendizaje. Relacionado con este tema, quisiera desta-
car la proliferación de las presentaciones en PowerPoint, en las salas de clases universitarias.
En muchas ocasiones, se constituyen en el eje de desarrollo de la clase, en el soporte que
utiliza el docente para explicar o demostrar algo.
Las tres primeras actividades indicadas en la figura, se pueden caracterizar como pasivas.
En consecuencia, todos aquellos estudiantes que tiene un estilo de aprendizaje predomi-
nante de tipo auditivo o visual, podrían lograr un mayor porcentaje de retención de apren-
dizaje. El problema surge con los estudiantes que tiene un estilo predominante kinestésico.
Por el contario, cualquier actividad que implique que los estudiantes se involucren, por
ejemplo, Demostrar, Argumentar, Realizar Prácticas o Enseñar a otros, asegura sobre un
30% de retención de aprendizaje.
La pirámide de la figura, está mostrando situaciones límites en las cuales predomina un
tipo de actividad por sobre las otras. Las tres primeras están centradas en la memoria visual
o auditiva. Las siguientes actividades, son más experienciales, en las cuales el estudiante
se involucra activamente. La recomendación para los docentes, es que en sus clases com-
binen actividades, por ejemplo, lecturas breves y luego discusión de grupos pequeños sobre
lo leído, para terminar en una actividad plenaria. De esta manera, nos estamos moviendo
de una punta a otra de la pirámide, generando mayores oportunidades de aprendizaje para
nuestros estudiantes.
Finalmente, para ilustrar desde otra perspectiva que pasa con la actividad cerebral de los
estudiantes, en distintas actividades, el Dr. Eric Mazur mostró en uno de sus talleres, los
resultados de un experimento en el que se puso un brazalete a los estudiantes para registrar
su actividad cerebral, durante 7 días, en diversas actividades. A continuación, se muestran
los resultados del seguimiento realizado a un estudiante:
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figura 14: actividad cerebral del estudiante en distintas situaciones
Fuente: Eric Mazur (Mazur Group) Peer Instruction: Engaging Students in the Classroom.
Presentación en el PROGRAMA DE INNOVACIÓN EN LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE III, Universidad de Harvard, Octubre, 2012.
La figura muestra que la actividad cerebral del estudiante en una clase expositiva fue,
sistemáticamente, baja durante los 6 días en que asistió. Lo más paradójico y significativo,
es que la actividad cerebral del estudiante viendo televisión o en una actitud de relajo (relax)
es similar a la de la clase, es decir, plana. ¿Cuál es la explicación para esta similitud? Cuando
uno ve televisión, habitualmente, recibe información de forma pasiva, ya sea en la forma
de una película, un show musical, un documental, todas actividades que no requieren de
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Esta primera distinción, es clave tenerla presente cuando nos involucramos en una acti-
vidad de enseñanza aprendizaje con nuestros estudiantes.
El Oír, se refiere al fenómeno físico que se produce cuando una onda sonora entra al oído
y se produce el proceso de la audición.
OIR = PERCIBIR
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El Escuchar es un fenómeno muy diferente.
ESCUCHAR = PERCIBIR+INTERPRETAR
Para Rafael Echeverría (1994), la escucha valida el habla. El habla sólo logra ser efectiva
cuando produce en el otro, la escucha que el orador espera. Hablamos para ser escuchados.
Éste es el propósito del habla. Si lo que he dicho nadie lo entiende, si digo una cosa y se me
escucha otra, mi habla no ha sido efectiva. Para lograr concitar la escucha en el otro, uno
de los factores más importantes a considerar, es si aquello que vamos a decir responde a
las inquietudes del oyente, a lo que a éste le interesa.
Escuchar es interpretar y esta interpretación depende de nuestro pasado, es decir, de
nuestras experiencias personales, de nuestro grupo de pertenencia, de la familia en la que
nacimos, de la escuela o colegio en el cual estudiamos, de nuestro grupo de amigos, entre
otros.
¿Cómo se relaciona esta dimensión del pasado con el proceso de aprendizaje del estu-
diante?
La experiencia del estudiante es importante y en el proceso de aprendizaje, toma la forma
de conocimientos previos, como se vio anteriormente. Por lo tanto, lo que haya vivido el
estudiante, antes de entrar en nuestra sala de clases, es un aspecto clave para el proceso
de enseñanza-aprendizaje. Como docentes, debemos apelar a esos conocimientos previos
y promover que el estudiante, a partir de esa experiencia, pueda interpretar nuevas situa-
ciones y nuevos contextos.
Nuestro escuchar también depende de nuestro presente. En el presente, están nuestras
emociones, nuestros intereses y nuestros estados de ánimo.
¿Cómo se relaciona esta dimensión del presente con el proceso de aprendizaje del estu-
diante?
En la sala de clases o en cualquier otro espacio donde se produzca el encuentro docen-
te-estudiante, lo que pase con este último es importante. Habitualmente, cuando iniciamos
una clase no preguntamos por el estado de ánimo de nuestros estudiantes, ni menos por
sus emociones e intereses. Damos por hecho que están interesados en lo que diremos y/o
haremos en los próximos 45 o 90 minutos, por el solo hecho de estar sentados frente a
nosotros. ¿Quién nos asegura que lo que haremos en clases es del interés de los estudiantes?
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2.2.3. ejemplos de metodología de enseñanza-aprendizaje que promueven
la participación activa de los estudiantes
La primera distinción que es necesario hacer es entre estrategias de enseñanza y estra-
tegias de aprendizaje. La primera, se refiere a las metodologías que utiliza el docente para
exponer un tema o explicar un concepto o modelar algún procedimiento. La segunda noción,
se refiere a las metodologías en las cuales participa el estudiante para lograr los aprendi-
zajes, por ejemplo, Aprendizaje Basado en Problemas, grupos de discusión, análisis de casos,
elaboración de mapas conceptuales, aprendizaje basado en equipo o basado en proyecto,
entre otros.
A continuación, revisaremos tres metodologías de enseñanza-aprendizaje en las cuales
el estudiante se involucra activamente, aumentando sus posibilidades de lograr un apren-
dizaje efectivo.
2.2.3.1 la instrucción entre pares de eric mazur
Eric Mazur es profesor de Física y Física Aplicada y Decano de la Facultad de Física Apli-
cada de la Universidad de Harvard. Preocupado por los magros resultados obtenidos por
sus estudiantes, escribió un libro en el cual explica cómo enseñar en una clase de manera
interactiva (Peer Instruction: A User’s Manual (Prentice Hall, 1997))
El método del Dr. Mazur está basado en el uso de “clickeras” o “tecleras” (un pad numé-
rico que permite votar) para cada uno de los estudiantes. Cada “clickera” tiene un identidad
(ID) única en la parte de atrás, de modo que el docente puede saber que opción votó cada
uno de los estudiantes.
El Dr. Mazur caracteriza lo que sucede en una clase expositiva usando una frase de Albert
Camus “Algunas personas hablan mientras duermen, los expositores hablan mientras la
gente duerme.” Con esto, Mazur quiere destacar la poca participación que tiene un estu-
diante en una clase expositiva, tal como se graficó en el estudio de la actividad cerebral
mostrado anteriormente.
Para Mazur, en una clase expositiva, los estudiantes:
a) No ponen mayor atención.
b) Piensan que saben lo que se está diciendo.
c) No se confrontan con sus errores o ideas falsas.
d) Tienen un falso sentido de seguridad.
Para este autor, educación no es solo transferencia de información, sino asimilación de
información. La asimilación de la información por parte del estudiante es la clave. Sin
embargo, la transferencia de la información, preferentemente, debería ocurrir fuera de la
clase y la asimilación de esa información, dentro de la clase.
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figura 15: secuencia del metodo de instrucción entre pares
Fuente: Eric Mazur (Mazur Group) Peer Instruction: Engaging Students in the Classroom.
Presentación en el PROGRAMA DE INNOVACIÓN EN LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE III, Universidad de Harvard, Octubre, 2012. (Original en inglés)
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Hay dos momentos claves en esta secuencia: el momento de la discusión entre pares que
tienen diferentes respuestas. En esta actividad, se pone en acción la argumentación y el
razonamiento entre pares. Uno trata de convencer al otro de que su respuesta es la correc-
ta. Si la pregunta se refiere a la lectura o tarea previa (subida a la web por el docente),
entonces aquellos estudiantes que hayan leído previamente, tendrán una mayor probabi-
lidad de responder bien y podrán argumentar mejor, durante la discusión entre pares. El
segundo momento clave, es la explicación del docente sobre la respuesta correcta. Esta
actividad permite al docente modificar las respuestas erróneas de algunos estudiantes, lo
que se denomina “aprendizaje a partir del error” o bien “Retroalimentación Formativa”
(Hannafin, 1983; Hanna, 1976; Black et al.1998; Epstein et al. 2006; Shute, 2006; Morgan,
2006)
Shute (2006) entrega la siguiente definición: “La Retroalimentación Formativa represen-
ta información comunicada al estudiante, que intenta modificar su forma de pensar o actuar,
con el propósito de mejorar el aprendizaje.”
Finalmente, Mazur recalca lo siguiente:
* La educación no es acerca de transferir información
* Ni hacer que los estudiantes hagan lo que el docente hace.
* En educación, la participación activa es un deber.
* No es la tecnología lo que importa, sino la pedagogía.
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2.2.3.2. aprendizaje basado en equipos (ABE)
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Nota: Esta secuencia se repite para cada unidad de aprendizaje, típicamente, de 5 a 7 por curso.
Fuente: Aprendizaje Basado en Equipo: Trabajo en Grupo que Funciona Michael Sweet Director of Instructional Development Center for Teaching and
Learning University of Texas, Austin. Presentación en el PROGRAMA DE INNOVACIÓN EN LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE III,
Universidad de Harvard, Octubre, 2012. (Traducción y adaptación de la figura al tiempo de clases en Chile, por Julio Castillo Narváez)
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Una vez que el PAI está completo, el resto de la unidad de aprendizaje se usa para tareas
y actividades en clase, que requieren que los estudiantes practiquen usando los contenidos
del curso.
Los cuatro elementos esenciales del Aprendizaje Basado en Equipos.
Pasar de familiarizar a los estudiantes con los conceptos del curso, mediante una expo-
sición de contenidos, a requerir que los estudiantes movilicen dichos conceptos para resol-
ver problemas, no es una tarea menor.
Realizar este cambio requiere una modificación de los roles del profesor y del estudian-
te. El rol primario del profesor cambia desde la provisión de la información, hacia el diseño
y gestión del proceso instruccional. Los roles de los estudiantes cambian desde recipien-
tes pasivos de la información, a responsables de estudiar los contenidos del curso, en forma
autónoma, de tal forma que puedan estar preparados para el trabajo grupal en clases.
Cambios de esta magnitud no ocurren automáticamente, pues tienen un trasfondo
cultural y pueden parecer una utopía, más que una realidad factible. Pero, Sweet y Michael-
sen señalan que este cambio es posible, cuando los cuatro elementos esenciales del ABE
se implementan correctamente:
a) Grupos: Los grupos deben ser formados y guiados en forma apropiada.
b) Responsabilidad: Los estudiantes deben ser responsables por la calidad de su trabajo
individual y grupal.
c) Retroalimentación: Los estudiantes deben recibir retroalimentación frecuente y
oportuna.
d) Diseño de tareas y actividades: Las tareas y actividades grupales deben promover
tanto el aprendizaje, como el desarrollo del equipo.
Ahora, se mostrará en más detalle los alcances de los cuatro elementos claves que pre-
sentan los dos autores mencionados.
Elemento 1: Grupos formados y guiados apropiadamente.
El ABE requiere que el profesor supervise la formación de los grupos, de tal forma que
pueda manejar tres variables importantes:
a) Asegurar que los grupos tengan recursos adecuados para completar sus tareas y que
estos recursos estén aproximadamente al mismo nivel entre los grupos.
b) Evitar coaliciones entre los miembros que probablemente interfieran con el desarrollo
de la cohesión del grupo.
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figura 17: perfil de inteligencias múltiples
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y lógica general (sentido común) Para mayor información sobre Inteligencias Múltiples y
aprendizaje ver a Pizarro y Clark (2007, 2008 y 2010)
En la conformación de grupos, el docente puede establecerlos mezclando a estudiantes
que se auto perciben con una inteligencia más potente, por ejemplo, Lógico-matemática,
con otros que tienen mayor predominio Lingüístico, y así, considerando otras combinacio-
nes posibles.
Cuando los miembros de un grupo traen muchas y diferentes perspectivas hacia una
tarea, se hace muy interesante observar el proceso colaborativo de desarrollo de conoci-
miento hacia la búsqueda de consensos. Además, aun cuando la diversidad de los miembros
inhibe, inicialmente, el proceso grupal y el funcionamiento, es probable que se vuelvan
activos cuando hayan trabajado juntos algún tiempo, bajo condiciones que promueven la
cohesión de los grupos (Watson, Kumar, and Michaelsen, 1993).
Existen otros dos elementos a tener en consideración al momento de conformar los
grupos:
a) Minimizando las Barreras para la Cohesión Grupal. Para Sweet y Michaelsen, es im-
portante evitar las coaliciones dentro de un grupo probablemente, pues ponen en riesgo
su desarrollo general. En grupos recientemente formados, ya sea las relaciones previas
establecidas entre algunos integrantes del grupo (como parejas de enamorados o amigos)
o la cohesión potencial entre integrantes basadas en factores tales como nacionalidad,
cultura o lengua materna, constituyen una carga que genera tensiones internas y externas
que puede afectar el funcionamiento del grupo. Ya que nuestra naturaleza humana nos
impulsa a buscar personas similares, cuando se permite que los estudiantes formen libre-
mente sus propios grupos, se asegura en la práctica la existencia de subgrupos potencial-
mente disruptivos (Fiechtner and Davis, 1985; Michaelsen and Black, 1994).
b) Tiempo. Los grupos necesitan tiempo para desarrollarse como equipos de alto rendi-
miento. Por esta razón, los estudiantes deberían permanecer en el mismo grupo por el
curso entero. Aun cuando, una sola actividad o tarea bien diseñada usualmente produce
una variedad de resultados positivos, solo cuando los estudiantes trabajan juntos por un
periodo de tiempo, sus grupos logran la suficiente cohesión para evolucionar como equipos
verdaderamente efectivos y auto-gestionados.
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Elemento 3: Retroalimentación frecuente e inmediata a los estudiantes.
La retroalimentación inmediata es la palanca instruccional primaria del ABE, por dos
razones muy distintas. Primero, la retroalimentación es esencial para la retención y apren-
dizaje de contenidos o recursos cognitivos. Esta noción está muy bien documentada en la
literatura de investigación educacional (Bruning, Schraw y Ronning, 1994; Kulik y Kulik,
1988; Hattie y Timperley, 2007) Segundo, la retroalimentación frecuente tiene un impacto
significativo en el desarrollo grupal, pues le permite a sus integrantes, mejorar sistemáti-
camente su trabajo (para una mayor revisión, ver Birmingham y McCord, 2004).
Elemento 4: Tareas y actividades que promueven tanto el aprendizaje
como el desarrollo del equipo.
Para Sweet y Michaelsen (2008), el aspecto fundamental para el diseño de tareas y ac-
tividades que promuevan, tanto el aprendizaje como el desarrollo de los equipos, es ase-
gurar que éstas requieran de una verdadera interacción grupal. En muchos casos, las tareas
asignadas a los equipos generan un alto nivel de interacción. Por ejemplo, si las tareas re-
quieren que los equipos usen los conceptos del curso para tomar decisiones, o bien, que
involucren diferentes tópicos complejos, permitiéndoles generar reportes de sus decisiones,
en un formato simple.
Cuando las tareas se enfocan en la toma de decisiones, muchos estudiantes eligen com-
pletar la tarea participando en una discusión grupal abierta, relacionada con los contenidos.
Por el contrario, tareas que requieren la generación de documentos largos y complejos,
frecuentemente, limitan el aprendizaje y desarrollo del equipo, al inhibir las discusiones
intra-equipos de dos formas: Primero, las discusiones son más cortas, ya que los estudian-
tes sienten la urgencia de crear un producto que será calificado. Segundo, en vez de enfo-
carse en temas relacionados con los contenidos, ellos se preocupan más en como dividir el
trabajo. Así, la generación de productos complejos tales como documentos largos, rara-
mente contribuye al desarrollo del equipo, porque estos inducen a la fragmentación del
proyecto completo y al trabajo individual de sus miembros.
En resumen, Sweet y Michaelsen, señalan que con el cumplimiento de los cuatro elemen-
tos esenciales del ABE: formación cuidadosa de los grupos, responsabilidad, retroalimen-
tación oportuna al estudiante y tareas y actividades claras, los docentes crean un contexto
que promueve la calidad y la frecuencia de interacción requerida para transformar los
grupos, en equipos de aprendizaje altamente efectivos.
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estudiante docente
• El docente tiene un rol de guía en el
• El estudiante tiene un rol protagónico,
proceso de aprendizaje. Rescata el conoci-
pues es el responsable de su aprendizaje, mo-
miento previo del estudiante y le proporcio-
vilizando sus aprendizajes previos, los recur-
na recursos cognitivos (relacionados con el
sos cognitivos, procedimentales y de relación
Saber), recursos procedimentales (relacio-
otorgado en la experiencia educativa.
nados con el Saber Hacer) y le exige recursos
relacionales (asociados con el Saber Ser o
Saber Convivir) a través de los cuales se
ponen en acción los valores de la universidad.
• El estudiante debe desarrollar su capaci- • El docente debe hacer uso de una meto-
dad de aprendizaje autónomo, que le permita dología de docencia efectiva, activa y parti-
evidenciar un resultado o logro de aprendi- cipativa, que promueva un alto nivel de re-
zaje. Ello, supone una experiencia de apren- tención y significación del aprendizaje, tales
dizaje significativo, de creciente complejidad como: Aprendizaje Basado en Problemas
y profundidad, en las que participa activa- (ABP), Aprendizaje por Proyecto, Estudio de
mente. Casos, actividad de grupo, simulación,
debate, indagación, actividad de laboratorio,
proyecto y paso práctico, entre otras.
• El estudiante debe ser capaz de evaluar • El docente debe ser capaz de evaluar el
el desempeño de sus pares y acoger la eva- desempeño del estudiante al inicio, durante
luación de ellos (co-evaluación) para mejorar y al término del proceso formativo, haciendo
su logro de aprendizaje. uso de escenarios e instrumentos evaluativos,
para retroalimentarlo oportunamente.
70
parte 1
• El estudiante debe participar en activi- • El docente debe participar en actividades
dades de trabajo colaborativo con sus pares, de trabajo colaborativo con sus pares (por
sus docentes y todos los actores del ambien- ejemplo en comunidades de docencia efec-
te de aprendizaje. tiva), con el fin de lograr la articulación e
integración del resultado de aprendizaje y
asumir un sentido de co-responsabilidad por
el logro de aprendizaje del estudiante.
71
parte 1
72
parte 1
2.3. ¿cómo evalúo?
2.3.1. ¿qué significa evaluar el aprendizaje de los estudiantes?
La evaluación de los aprendizajes de los estudiantes implica declarar los criterios, enten-
didos como los principios, normas o ideas de valoración en relación a los cuales se emite
un juicio valorativo sobre el objeto evaluado (García, 2010). Estos criterios deben permitir
evidenciar el grado de logro de los resultados de aprendizaje. Para ello, es importante so-
cializarlos de forma oportuna con los estudiantes (Kennedy, 2007; ANECA, 2013)
Veamos un ejemplo de evaluación de resultado de aprendizaje, usando el de la figura 21:
• Realiza control pre-natal, de la primera visita, según modelo OMS. •
Este resultado indica que la estudiante de Obstetricia deberá realizar un control pre-na-
tal según lo estipula el nuevo modelo de la OMS, cuando se trata de la primera visita.
En otras palabras, el criterio de evaluación de este resultado de aprendizaje es el nuevo
modelo de control prenatal de la OMS.
¿Qué debiese observar el docente para evaluar el desempeño de la estudiante en la si-
mulación de control pre natal de la primera visita?
1. La estudiante explica que se entiende por Primera Visita:
PRIMERA VISITA para todas las mujeres que consultan por primera vez al obstetra inde-
pendientemente de la edad gestacional. Si la primera visita tiene lugar después de la fecha
recomendada, realice todas las actividades necesarias hasta ese momento.
2. Realizar los procedimientos que requiere la primera visita:
Formulario de clasificación que indica elegibilidad para el componente básico
del programa:
• Examen médico
• Anemia clínicamente severa. Prueba de hemoglobina
• Examen obstétrico: estimación de edad gestacional, altura uterina
• Examen ginecológico (puede posponerse hasta la segunda visita)
• Medición de presión arterial
• Peso/altura de la madre
• Realización inmediata del análisis de sífilis, detección de ITS sintomáticas
73
parte 1
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parte 1
2.3.2. ¿qué significa evaluar el aprendizaje de los estudiantes?
La evaluación del aprendizaje debe ser antes, durante y al final del proceso formativo,
para favorecer la retroalimentación continua del docente al estudiante. ¿Cómo nos apro-
ximamos a este complejo tema que es la evaluación de los aprendizajes de los estudiantes?
La evaluación de los resultados de aprendizaje puede ser de varios tipos:
a) Evaluación Inicial: La evaluación inicial tiene por objeto establecer el punto a partir
del cual va a tener lugar la acción docente. Este punto de partida, le permite al docente
saber el capital que traen los estudiantes, para poder actuar en consecuencia.
¿Qué se evalúa inicialmente?
El conocimiento previo específico del estudiante, las características y circunstancias
personales, las aptitudes y las actitudes del estudiante. Este aspecto tiene una relevancia
significativa para mejorar la retención de los estudiantes de educación superior.
Esta evaluación se debe realizar al momento en que el estudiante se incorpora a la
institución y, también, cada vez que se inicia un proceso de aprendizaje, para marcar el
punto de partida.
¿Cómo se puede realizar esta evaluación inicial?
Mediante la realización de un sondeo de prerrequisitos, para abordar cualquier proceso
de aprendizaje. Es preciso, además, realizar sondeos específicos antes del comienzo de cada
nueva Unidad de Aprendizaje, para establecer que tanto saben los estudiantes sobre los
temas a tratar en dicha unidad. Una segunda alternativa, es el análisis de las reacciones
frente al nuevo material o situación de aprendizaje. El marco para dicho análisis, lo propor-
cionan las tutorías individuales y el contenido de las reacciones de los estudiantes, expre-
sados en términos de dificultades, dudas, satisfacciones, entre otras.
b) Evaluación Formativa. La evaluación formativa tiene como finalidad principal con-
seguir el perfeccionamiento del proceso de enseñanza-aprendizaje. Se debe aplicar a través
del desarrollo del propio proceso de enseñanza-aprendizaje. La evaluación formativa tiene
que ver más con los procesos de aprendizaje que con los productos del mismo.
¿Cuándo se realiza esta evaluación?
En las entrevistas o tutorías individuales con los estudiantes, cuando estas existen. En
estas instancias, el docente responde a dificultades y dudas planteadas por el estudiante,
proponiendo alternativas de búsqueda de información, reforzando algunos temas claves,
orientando al estudiante, en función de los resultados de aprendizaje establecidos en la
75
parte 1
asignatura. En las tutorías colectivas, los docentes pueden comprobar los aprendizajes
adquiridos, los procedimientos utilizados y los problemas específicos de los estudiantes.
Otra instancia de retroalimentación, es la corrección de los trabajos o tareas desarrolladas
por los estudiantes. Una buena estrategia para evaluar el progreso de los estudiantes es la
elaboración de un portafolio de evidencia, físico o virtual, con todos los trabajos, tareas y
actividades reportadas. Esto, le permite al docente tener el pan óptico del proceso, con los
logros, errores y mejoramientos. Finalmente, se sugiere que el docente evalúe con sus
estudiantes, al finalizar cada clase, como se verá en el modelo MITA, más adelante.
c) Evaluación Sumativa: La evaluación sumativa es lo que clásicamente se ha entendi-
do por evaluación. Es la más utilizada en las instituciones de educación superior. Se utiliza
al final de cada periodo de aprendizaje, pero también puede ser periódica y frecuente,
mediante pruebas o interrogaciones cortas, de una o dos preguntas. La finalidad de este
tipo de evaluación es determinar el grado o nivel de logro de los resultados de aprendizaje,
por parte del estudiante. Este nivel de logro, determina la posición relativa de cada estu-
diante en el grupo y lo sitúa en determinados niveles de eficacia, marcados habitualmente
(y establecidos normativamente) por una escala de calificaciones conocida. Una caracte-
rística significativa de la evaluación sumativa, es que el juicio que en ella se formula, es
genérico. Dicho juicio otorga una calificación o valor a los aprendizajes obtenidos, dentro
de la escala de calificación, sin discriminar sobre el tipo de capacidades, habilidades o
destrezas obtenidas por los estudiantes. Otra limitación de este tipo de evaluación, es que
no facilita la posibilidad de mejoramiento sobre la unidad de aprendizaje que se ha desa-
rrollado, por realizarse a posteriori. Si tiene algún efecto, este sería sobre la unidad de
aprendizaje siguiente, en cuyo caso actuaría como evaluación inicial, pero no sobre el
proceso de enseñanza-aprendizaje cuyo producto evalúa. Salvo que el docente dedique
una sesión exclusivamente para revisar los resultados de la evaluación sumativa de una
unidad de aprendizaje, para llenar las brechas, vacíos o errores que presentan los estudian-
tes. Si esto no ocurre, entonces aquellos estudiantes que no lograron el nivel requerido,
pasarán a la siguiente unidad de aprendizaje con un déficit.
d) Evaluación auténtica: para Collins et al, la evaluación auténtica se “concibe como
un proceso colaborativo y multidireccional, en el cual los alumnos se autoevalúan, son
evaluados por sus pares y por el maestro y este a su vez aprende de y con sus alumnos”
(Collins et al, 1995). El primer elemento a destacar en este tipo de evaluación, es que
incluye múltiples formas de medición del desempeño de los estudiantes, lo que la ubica
más allá de la heteroevaluación que caracteriza a la evaluación universitaria. En segundo
término, el estudiante asume una responsabilidad en el desarrollo de su propio aprendiza-
je. Y, en tercer lugar, estas múltiples evaluaciones reflejan el aprendizaje, logros, motivación
76
parte 1
y actitudes del estudiante, respecto a las actividades más importantes del proceso de en-
señanza-aprendizaje. Algunos ejemplos de estrategias de evaluación auténtica son la
evaluación de desempeño, portafolios y auto-evaluación.
¿Por qué este creciente interés por la evaluación auténtica?
Éste, se basa en dos puntos principales: la forma en que se evalúa actualmente a los
estudiantes no considera la variedad de las actividades y productos que estos desarrollan.
Por su parte, los docentes tienen dificultades con la utilización de la información obtenida
para planificar sus clases. Un tercer punto, es que los instrumentos de evaluación utilizados
son como lentes de baja capacidad de observación del desempeño del estudiante. Por
ejemplo, un instrumento de alternativas “Verdadero/Falso” es de una pobreza significativa:
es como mirar la actuación de un estudiante “a través de una rendija”. Por su parte, las
pruebas de selección múltiple, ponen el énfasis en la evaluación de destrezas básicas (dis-
cretas) y no involucran representaciones reales de actividades de clases, no incluyen las
interacciones entre los estudiantes, ni el uso de recursos múltiples, o de situaciones de la
vida real. Por el contario, los estudiantes en una clase activa, leen y escriben textos intere-
santes, pueden integran la información sobre distintos temas con opiniones personales,
pueden realizar trabajos en grupo o llevar a cabo proyectos colaborativos, comparten in-
formación, integran resultados de aprendizaje de distintas áreas de estudio (por ejemplo,
Biología, Matemática, Química) para resolver problemas. Entonces, la pregunta es ¿cómo
evaluar esta diversidad de situaciones y actividades en las cuales se involucra el estudiante?
A continuación se presentan algunas alternativas de evaluación. O’Malley y Pierce (1996),
han categorizado los tipos más comunes de valoración auténtica y las actividades realizadas
por los estudiantes que se deben observar y documentar:
a) Entrevistas orales: El docente hace preguntas al estudiante sobre su trayectoria
personal, actividades que realiza, lecturas y demás intereses. Esto asemeja a una evaluación
inicial.
b) Nueva narración de la historia o del texto: El estudiante vuelve a narrar las ideas
principales o pormenores seleccionados de un texto al que estuvo expuesto, a través de la
lectura o la narración oral.
c) Ejemplos de tipos de escritura: El estudiante genera un documento de tipo narra-
tivo, explicativo, persuasivo o de referencia.
d) Proyectos / Exhibiciones: El estudiante trabaja en equipo con otros compañeros
para crear un proyecto que con frecuencia involucra producción en multimedia, presenta-
ciones verbales o escritas, y una exhibición.
77
parte 1
mito 1
RENDIMIENTO = APRENDIZAJE
Schell afirma que el aprendizaje es un cambio permanente en el conocimiento. Para es-
tablecer este cambio, es necesario medir el conocimiento previo del estudiante. Para
realizar esta evaluación inicial, Schell propone el uso de Dynamics Concept Inventory As-
sessment (DCI). Para Gray et al. (2004), “Los inventarios de conceptos son una herramien-
ta invaluable para evaluar el aprendizaje del estudiante y la innovación curricular. Las falsas
ideas no son aleatorias, sino son generalmente el resultado de una deficiencia en su compren-
sión de principios fundamentales.” (Original en inglés)
Para Libarkin (2008) “los Inventarios de Conceptos (IC’s) son tests de evaluación de alter-
nativas múltiples idealmente diseñados para dos propósitos focalizados en el aprendiz. El
Inventario de Conceptos puede ser usado para diagnosticar áreas de dificultades conceptua-
les, previas a la instrucción y evaluar los cambios en la comprensión relacionada con interven-
ciones específicas. Algunos creadores de Inventarios de Conceptos (por ejemplo, Klymkows-
ky, y Garvin-Doxas, 2008) se enfocan predominantemente en el diagnóstico, mientras que el
esfuerzo de otros (por ejemplo, Anderson et al., 2002, Libarkin y Anderson, 2007) apunta
hacia herramientas de evaluación que sirven para un propósito dual de evaluación, así como
de diagnóstico. Independientemente del propósito último de los IC’s, ellos son un primer paso
valioso y necesario para investigar el aprendizaje en el campo de las ciencias a lo largo de los
escenarios institucionales.” (Original en inglés)
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parte 1
La verdad, según Schell:
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parte 1
mito 2
LA EVALUACION ES UNA HERRAMIENTA SOLO PARA CALIFICAR
Con esta sentencia, Schell señala que es mejor la práctica de realizar frecuentes medi-
ciones de baja inversión (se refiere a instrumentos o situaciones evaluativas sencillas, de
baja inversión de tiempo en su elaboración), para ir tomándole el pulso al aprendizaje del
estudiante y poder remediar aquellos fundamentos débiles, falsa ideas o brechas en el
conocimiento.
Este es un tema interesante en la educación universitaria chilena: la examinación. Es una
práctica institucional, en la mayoría de las universidades chilenas, establecer durante el
semestre, dos o tres eventos de examinación que reciben diversos nombres: pruebas so-
lemnes, pruebas nacionales, certámenes y otros nombres rimbombantes. Estas mediciones,
buscan establecer cuanto sabe el estudiante, en algunos momentos del semestre o del año
académico, sin embargo, tienen muy baja capacidad de retroalimentación al estudiante.
Una de las malas prácticas que genera este tipo de examinación, entre los estudiantes,
es el frío cálculo del porcentaje de aprobación, para “pasar de curso”. Cada uno de estos
eventos de examinación, representa un porcentaje de la nota final de aprobación (4.0 en
nuestro sistema de calificaciones) de manera que los estudiantes calculan, exactamente,
cuanto necesitan para pasar de curso, de modo que si la suma de los dos primeros eventos,
o bien, la suma de un evento, más las notas parciales de pruebas menores “le da el prome-
dio” (frase típica en los pasillo universitarios), entonces, se “liberan” del evento siguiente.
La pregunta es ¿esto es lo que persigue la evaluación de los aprendizajes?
Lo anterior, es un escenario muy distinto a un enfoque de retroalimentación permanen-
te al estudiante sobre sus aprendizajes.
Schell finalmente concluye lo siguiente:
LA EVALUACION ES UNA PODEROSA
HERRAMIENTA DE ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE
80
parte 1
mito 3
EL DOCENTE ES EL ÚNICO EVALUADOR
Schell plantea que la ventaja de la evaluación auténtica, radica en que es diversa y no
solo de expertos. Luego se refiere a la importancia de la autoevaluación, por parte de los
estudiantes.
La autoevaluación y la evaluación entre pares.
La autoevaluación de los estudiantes genera algunas aprensiones entre los docentes
de carreras universitarias, especialmente, entre aquellos que tienen asignaturas en el
primer año. La razón principal de esta aprensión, es la falta de garantía que puede dar un
estudiante que no tiene desarrollado un espíritu de autocrítica y, lo más probable, es que
se auto asigne el más alto puntaje o los mejores juicios sobre su desempeño.
La recomendación es que los docentes promuevan la autoevaluación entres los estu-
diantes, desde el primer año, a pesar de la aprensión señalada anteriormente. Los estu-
diantes están en un proceso formativo y debemos entrenarlos como observadores y
evaluadores, pues con ello, estamos promoviendo su pensamiento crítico. (Para mayor
información sobre pensamiento crítico: www.criticalthinking.org)
Paul (1999, 2000) señala que el pensamiento crítico es un pensamiento que se evalúa
a sí mismo. En la medida que nuestros estudiantes necesitan que los docentes les digan
como lo están haciendo, ellos no están pensando críticamente. Por su parte, las instruc-
ciones didácticas hacen a los estudiantes demasiado dependientes del docente, pues con
éstas, los estudiantes raramente desarrollan independencia intelectual y, a menudo, no
tienen estándares intelectuales contra los cuales evaluar su pensamiento. En cambio,
instrucciones que promueven una mente pensante, disciplinada, es el lado opuesto.
Paul indica que, dada la importancia de la autoevaluación para el pensamiento crítico,
es importante llevarlo a la estructura de la clase y no dejarlo solamente como episodios
tácticos. Virtualmente, cada día, por ejemplo, los estudiantes pueden darse unos a otros
y recibir de los otros, una retroalimentación sobre la calidad de sus trabajos. Ellos, regu-
larmente, debiesen usar estándares intelectuales de manera explícita. Esto debiese ser
diseñado dentro del proceso de enseñanza aprendizaje, como una característica regular
de éste.
Para Paul, existen dos tipos de criterios que los estudiantes necesitan para evaluar sus
aprendizajes. Necesitan criterios universales que se apliquen a todos sus pensamientos,
independientemente del tipo de tarea. Por ejemplo, ellos deberían estar siempre esfor-
81
parte 1
zándose por la claridad, la precisión y la significación, en sus trabajos y tareas. Por otra
parte, ellos también necesitan ajustar sus pensamientos a las demandas precisas de la
tarea o de la pregunta.
Una simple estructura para usar en la atención a estas necesidades dual de los estu-
diantes, es proporcionarles un conjunto de criterios de desempeño que ellos apliquen en
sus trabajos, una y otra vez. Luego, tomar las medidas del caso para alentarlos a pensar
de una manera enfocada acerca de las demandas particulares de cualquier tarea o pre-
gunta que tengan frente a ellos.
Paul (1999, 2000) proporciona una variedad de estructuras que pueden ser usadas:
Evaluación de la escritura.
a) Cada estudiante escribe una nota breve. En grupo de a 4, eligen la mejor nota
escrita, luego se juntan con un segundo grupo para elegir la mejor de dos. Esta última
nota escrita se lee a toda la clase, para generar una discusión acerca de sus fortalezas y
debilidades, llevando a la clase a votar por el mejor escrito del día.
b) Los estudiantes en grupos de 3 o 4, escriben sus recomendaciones para mejorar
3 o cuatro notas escritas (de otros estudiantes que no son del grupo) Luego, las reco-
mendaciones vuelven al autor, quien hace un borrador revisado para la siguiente vez.
c) Los estudiantes en grupos de 3 o 4, toman turnos para leer sus escritos y discuten
en qué medida ellos cumplen o no el criterio de desempeño relevante para esa nota
escrita.
Evaluación del escuchar.
Dado que los estudiantes pasan buena parte de su tiempo escuchando, es imperativo
que ellos aprendan a escuchar críticamente.
a) Como docentes, necesitamos convocar a los estudiantes, regular e imprevisible-
mente, tanto a hacer preguntas de clarificación, como a estar preparados a dar un resumen
o un ejemplo de lo que los demás han dicho.
b) Debemos pedirle a los estudiantes que escriban las preguntas más básicas que
ellos necesitan responder, de modo de entender lo que se ha estado discutiendo. Luego,
el docente recoge las preguntas o bien llama a uno de ellos a leer sus preguntas en voz
alta. Otra alternativa es ponerlos en grupos de dos para que respondan las preguntas de
unos y otros.
82
parte 1
Evaluación del hablar.
En una clase bien diseñada, los estudiantes se involucran a menudo en discusiones
orales. Ellos articulan lo que están aprendiendo, explicando, dando ejemplos, poniendo
problemas, interpretando información, planteando supuestos, etc. Los estudiantes ne-
cesitan evaluar lo que ellos están diciendo, tomando conciencia cuando comienzan a ser
vagos al dar ejemplos o cuando sus explicaciones son inadecuadas, etc. Paul presenta tres
estrategias generales para mejorar el desempeño al hablar.
a) Estudiantes enseñan a estudiantes. Uno de los mejores modos de aprender es
tratar de enseñar a otros. (Ver Pirámide del Aprendizaje) Si uno tiene problemas en ex-
plicar algo a otro, a menudo, es porque no tenemos claro aquello que estamos tratando
de explicar.
b) Resolución de problemas en grupo. Poniendo a los estudiantes en grupos y dán-
doles un problema o tópico a resolver, su mutua articulación e intercambio les ayudará a
pensar mejor. A menudo, se ayudarán corrigiéndose unos a otros y aprenderán a corre-
girse a sí mismo.
c) Pruebas orales sobre vocabulario básico. Una táctica que ayuda al aprendizaje de
los estudiantes es la prueba oral. A los estudiantes se les da una lista de vocabulario. En
grupos de dos o tres, se les pide que, por turnos, expliquen que significan las palabras.
Ellos están alentados a evaluar cada explicación. Cuando ellos se siente preparados, son
evaluados por el docente. Los estudiantes que pasan, se convierten en “certificados” o
“tutores” y son asignados a evaluar a otros estudiantes (o a tutorarlos) Cada uno obtiene
experiencias múltiples explicando o recibiendo explicaciones de un vocabulario básico.
Evaluación de la lectura.
En una clase bien diseñada, los estudiantes se involucran en una gama de lecturas.
Por lo tanto, es importante que ellos aprendan a comprender la lógica de lo que están
leyendo (significados lógicamente interconectados) Una buena lectura es un diálogo
entre el lector y el escritor. El escritor ha elegido palabras a través de las cuales transmi-
tir el significado de sus pensamientos y experiencias. El lector, por su parte, debe tradu-
cir desde esas palabras a sus propios pensamientos y experiencias y capturar el signifi-
cado que el autor quiso dar. Esto es un proceso complejo que requiere de buen
razonamiento. Podemos enseñar a los estudiantes el mejor proceso para modelar esto,
de la siguiente forma:
83
parte 1
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parte 1
actividad determinada, donde cada celda representa un criterio de desempeño, claro,
preciso y, en la medida de los posible, cuantificable, de modo que peritan al docente
discriminar el desempeño entre de cada estudiante.
La evaluación auténtica, típicamente, es una medida basada en criterios. Esto es,
que la aptitud de un estudiante en una tarea es determinada contrastando el desempeño
del estudiante con un con junto de criterios, para determinar el grado en el cual el des-
empeño del estudiante alcanza la tarea. Para medir, entonces, el desempeño del estu-
diante contra un conjunto pre determinado de criterios de desempeño, una rúbrica o
matriz de evaluación, es creada, conteniendo criterios esenciales para la tarea y apropia-
dos niveles de desempeño para cada criterio.
La rúbrica es una excelente herramienta de evaluación del desempeño del estu-
diante, que presenta las siguientes fortalezas:
a) Establece criterios de desempeño, claros, precisos y, en la medida de lo posible,
cuantitativos, que permiten discriminar entre un nivel de desempeño y otro. Por lo tanto,
cada celda de la rúbrica es un criterio de desempeño en sí mismo, distinto al de la celda
de ambos lados. Por esta razón, la descripción del criterio debe ser acotada, de modo que
términos tales como: “Casi todas”; “La mayoría”; “Habitualmente”; Casi siempre”, no
permiten discriminar con claridad. Cuando esta claridad y precisión no se establece,
entonces estamos en presencia de una mala rúbrica, que confundirá al estudiante.
b) La rúbrica, además de evaluar el desempeño del estudiante, tiene un trasfondo
de meta cognición y auto aprendizaje pues el estudiante tiene a la vista la forma correc-
ta de desempeñarse en cada uno de los aspectos específicos que se busca evaluar en una
tarea determinada (proyecto, presentación oral, presentación escrita, estudio de casos,
entre otras)
c) La rúbrica permite una evaluación de 360 grados: partiendo por la heteroeva-
luación del docente, la evaluación de pares, que aplican la rúbrica al desempeño de sus
compañeros de curso y la autoevaluación, cuando el estudiante se aplica la rúbrica para
visualizar el nivel de su desempeño, en una actividad determinada. Una rúbrica bien
elaborada es aquella que, una vez aplicada, no existen diferencias significativas entre el
puntaje total otorgado por el docente, por el otorgado por los pares y el auto otorgado
por el estudiante. Una diferencia no significativa no pasa de 1 a 2 puntos. Es decir, si el
docente asignó 16 puntos de 21, y los pares otorgaron un total de 17 o 15 puntos y lo
mismo el propio estudiante, entonces es una rúbrica clara y calibrada.
d) Facilitan la relación docente/estudiante en el proceso de evaluación del apren-
dizaje, por cuanto, el estudiante conoce la rúbrica con anterioridad y los criterios pre
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parte 1
establecidos establecen una distancia entre ambos, evitando preguntas tales como “¿Pro-
fesor, por qué me puso esta nota tan baja?”, cambiándola por un diálogo interno de auto
reflexión del estudiante “¿Por qué me saqué esta nota tan baja”, al comparar su desempe-
ño con lo establecido en la matriz de valoración.
e) La rúbrica permite pasar de una evaluación cualitativa a una cuantitativa, basada
en calificaciones o notas, dentro de una escala de calificaciones (por ejemplo, de 1 a 7)
Para ello, se multiplica el número de categorías por el número de aspectos que se están
evaluando. Por ejemplo, si existen 4 categorías de desempeño: Excelente (4 puntos); Bueno
(3 Puntos); Suficiente (2 puntos) y Necesita Mejorar (1 punto), Ahora bien, si se evaluaron
7 aspectos de la actividad, entonces, el máximo puntaje que puede obtener un estudiante,
cuyo desempeño se ubica en la categoría Excelente (4 puntos) en cada uno de los aspectos
a evaluar, es 24 puntos. Para transformar estos 24 puntos en notas del 1 al 7, se establece
que el porcentaje de aprobación mínima es el 60%, por tanto, son 15 puntos = 4.0 y, desde
ahí, se construye una escala.
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parte 1
Un elemento fundamental para el desarrollo del conocimiento profundo es el aprendiza-
je colaborativo entre pares y expertos. Para Johnson y Johnson (1999), el aprendizaje co-
laborativo es “...un sistema de interacciones cuidadosamente diseñado que organiza e induce
la influencia recíproca entre los integrantes de un equipo.” Se desarrolla por medio de un
proceso gradual en el que los miembros del ambiente de enseñanza aprendizaje se sienten
mutuamente comprometidos con el aprendizaje de los demás, generando una interdepen-
dencia positiva que no implique competir entre ellos. En otras palabras, el aprendizaje
profundo no es posible si el estudiante no tiene la posibilidad de intercambiar, discutir,
dialogar y negociar con otros estudiantes y con sus docentes.
2.3.5. estrategias de retroalimentación oportuna
Un ejemplo de retroalimentación permanente y oportuna que aprendimos en el proyec-
to FONDEF, fue con la Dra. Ellen Weber (1997, 1999), autora del modelo MITA (MULTIPLE
INTELLIGENCE TEACHING APPROACH), que es un enfoque para enseñar las Inteligencias
Múltiples (EEIM), tendiente al mejoramiento del aprendizaje y de la enseñanza, centrado
en el alumno, dirigido a la integración y a la colaboración en el aula, tanto a nivel secunda-
rio, como de educación superior.
El modelo MITA tiene cinco pasos. El quinto paso denominado: Reflexionar para refinar
el aprendizaje y la evaluación que promueve las respuestas de calidad a su pregunta, tiene
como objetivo la retroalimentación oportuna e inmediata al estudiante, al finalizar la clase.
Al respecto, señala Weber: “Cuando reflexionamos sobre cada lección, abandonamos prác-
ticas menos efectivas a cambio de aquéllas que precipitan el conocimiento.”
Unos cinco minutos antes de finalizar una clase, las preguntas reflexivas sobre su desa-
rrollo podrían ser las siguientes:
a) ¿Qué objetivo/meta principal cubrió mi lección? ¿Qué contenidos aprendieron bien
mis alumnos? ¿Por qué? ¿Qué contenidos no aprendieron? ¿Por qué? ¿Qué cosas diferentes
haría a futuro? ¿Fue el contenido interesante y apropiado para esta clase? ¿Poseían los
alumnos conocimientos necesarios de apoyo? ¿Cuál será el desarrollo futuro de esta lección?
Las preguntas reflexivas sobre el trabajo del docente podrían ser las siguientes:
b) ¿Cuánto tiempo utilicé en hablar?; ¿Cuánto tiempo hablaron los estudiantes? ¿Quién
habló más? ¿Por qué? ¿Existen actividades adicionales o preguntas que habrían ayudado a
los estudiantes a descubrir más? ¿Estoy preguntando a los estudiantes? ¿Cómo motivé a
los estudiantes en esta lección específica? ¿Funcionó mi estrategia para la motivación? ¿Por
qué y por qué no?
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parte 1
•Análisis de resultados: Ordenar por temas.
•Otro tipo de consideración: Los equipos proporcionan una mayor retroalimentación
que los individuos en cursos numerosos.
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parte 1
b) Haga que sus estudiantes reflexionen sobre sus preguntas y escriban una res-
puesta corta, breve (una o dos frases)
c) Recoja las respuestas mientras los estudiantes van dejando la sala.
Minute paper Colaborativo.
Cuando los estudiantes tienen limitada habilidad de reflexión sobre lo que aprendieron
o no aprendieron, se recomienda ayudarlos a desarrollar dicha habilidad, pidiéndoles que
formen grupos de 3 a 4 integrantes, para trabajar juntos en una respuesta breve. Si es
necesario, se le puede dar unos minutos más, para que lleguen a consenso.
Chequeo entre pares.
Pedir a los estudiantes que se vuelvan hacia su vecino más próximo y discuta sobre lo
que cada uno ha escrito; ellos se sorprenderán de tener diferentes percepciones o se sen-
tirán complacidos de tener coincidencias.
Análisis de las respuestas.
Recolecte las respuestas y ordénelas por temas. Ud. tendrá una clara idea de cuál será
el énfasis de la siguiente clase. Sígale la pista a los temas que emergen en el semestre para
revisarlos. Ud. podría anunciar a sus estudiantes los temas principales que emergen y como
Ud. planea enfatizarlos. Un punto clave: Ud. debe reconocer la retroalimentación de sus
estudiantes para que ellos sepan el valor de sus pensamientos y puntos de vista.
Las Limitaciones.
Se debe enfocar en un concepto, de otro modo, se hace muy complicado realizar un
análisis breve. Cuando los estudiantes tienen habilidades reflexivas poco desarrolladas, esta
técnica es más efectiva realizarla en grupos.
Otra limitación podría ser la falta de interés del estudiante, si esta actividad no lleva
una calificación o nota. Una sugerencia es que la suma de notas concisas, constituyan un
porcentaje de una nota parcial o de la nota final del curso.
Las Ventajas.
√ Toma poco tiempo de la sesión y poco tiempo de preparación.
√ El análisis puede ser realizado rápidamente.
√ Proporciona una retroalimentación formativa focalizada.
√ Demanda que los estudiantes reflexionen sobre sus aprendizajes y escuchen de
forma activa.
√ Su implementación implica baja tecnología y bajo costo.
90
parte 1
2.3.6. ¿cómo evaluar resultados de aprendizaje?
Para la evaluación de resultados de aprendizaje es necesario establecer algunas distin-
ciones básicas:
La Evaluación es un proceso de búsqueda de evidencias y de información válida y confia-
ble, para formular juicios de valor sobre el desempeño de los estudiantes, comunicando los
resultados con el propósito de mejorar y lograr el resultado esperado.
La definición anterior, indica lo siguiente:
a) La evaluación es un proceso y no un evento.
b) Durante este proceso, el docente debe buscar evidencias e información válida y
confiable, sobre el desempeño del estudiante.
c) Para esto, el docente debe establecer el criterio de evaluación, el o los procedimien-
tos de evaluación y el instrumento de evaluación.
d) Establecido lo anterior, el docente está en condiciones de emitir un juicio de valor
fundamentado sobre el desempeño del estudiante, en virtud del estándar establecido para
dicho resultado de aprendizaje.
e) Finalmente, el docente debe realizar la actividad más relevante del proceso de
evaluación de un resultado de aprendizaje que es retroalimentar al estudiante para mejorar
y lograr el resultado esperado.
Veamos, a través del ejemplo utilizado anteriormente, como se debe evaluar un resulta-
do de aprendizaje:
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parte 1
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parte 1
A este proceso de evaluación de un resultado de aprendizaje, el docente puede incorpo-
rar a los estudiantes para promover la co-evaluación y la autoevaluación, de modo de en-
riquecer la retroalimentación a los estudiantes.
2.3.7. evaluación de proceso en un resultado de aprendizaje
A continuación, veremos las posibilidades de criterios, procedimientos e instrumentos
de evaluación, como proceso, de las distintas actividades claves que debe realizar el estu-
diante (individual o grupalmente), para evidenciar un resultado de aprendizaje. Para ello,
seguiremos el ejemplo de resultado de aprendizaje utilizado anteriormente.
En la primera actividad que debe realizar el estudiante, se presentan las siguientes alter-
nativas de evaluación, por parte del docente:
figura 18: evaluación de proceso en el logro de un resultado de aprendizaje
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parte 1
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parte 1
de esta asignatura debiese tomar contacto con el/la docente de la asignatura anterior y
acordar la forma en que se evalúa este procedimiento (con esto se promueve la articulación
curricular que se verá en la segunda parte de este documento) En este caso, el criterio de
evaluación está formulado en el protocolo que el Ministerio de Salud establece para este
procedimiento.
La siguiente actividad del estudiante, es la simulación de la visita, es decir, la puesta en
acción del nuevo modelo de la OMS, en sus distintos pasos estipulados. Esta actividad re-
presenta el corazón del resultado de aprendizaje, por lo tanto, el docente deberá invertir
más tiempo y dedicación en su evaluación, de modo de tener la posibilidad de corregir y
retroalimentar a los estudiantes. La figura muestra las posibilidades de evaluación de esta
actividad clave:
La lista de chequeo permite una verificación rápida de la ejecución de cada una de las
actividades y procedimientos estipulados en el nuevo modelo de la OMS, para la primera
visita de control pre-natal. La OSCE, sigla en inglés para referirse a la Examinación Clínica
Objetiva Estructurada, es un formato de prueba en el que se pueden incluir diferentes
métodos evaluativos. El formato básico del procedimiento, consiste en que los estudiantes
roten por un circuito de estaciones secuenciales en el que se les solicita que realicen una
variedad de diferentes habilidades. En muchas de estas estaciones se utilizan Pacientes
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parte 1
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parte 1
Con esto, queda claro que el docente y los estudiantes tiene diversas posibilidades de
evaluar el logro de un resultado de aprendizaje. Para completar este proceso de evaluación,
el docente podría pedirles a los estudiantes que lleven un tipo de bitácora en la cual regis-
tren su proceso de autoaprendizaje y de aprendizaje colaborativo, lo cual representará una
información clave, al momento de evaluar la asignatura en su conjunto.
La clave en este proceso evaluativo, es la retroalimentación permanente a los estudiantes
por parte del docente, pero también entre ellos. Posiblemente, este procedimiento requie-
re de mayor energía y dedicación, por parte del docente y de los estudiantes, que la reali-
zación de una prueba de desarrollo, en la cual pregunte los pasos del nuevo modelo de
control prenatal de la primera visita de la OMS. Sin embargo, esa posibilidad de prueba
escrita representa bajas posibilidades de retroalimentación oportuna, por parte del docente,
pues los resultados de la pruebas no son, habitualmente, entregados a tiempo como para
que el estudiante pueda corregir aquello que no está logrado. Lo cierto, es que la aplicación
sistemática de evaluaciones diversas, que retroalimenten a los estudiantes, asegurará el
logro de aprendizajes profundos y el desarrollo de habilidades.
La verdad sobre evaluación, entonces es:
"LA EVALUACIÓN DEL DOCENTE, LA EVALUACIÓN DE PARES Y LA AUTOEVALUACIÓN OTORGAN
UNA RETROALIMENTACIÓN POTENTE AL ESTUDIANTE, PARA MEJORAR SUS APRENDIZAJES"
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parte 2: nivel macro curricular
la articulación curricular
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parte 2
Esta segunda parte, no pretende ser un tratado sobre currículo, ni menos sobre diseño
curricular. Para eso, hay una rica literatura con rigurosos especialistas. En cambio, lo que
se pretende, es entregar una forma muy práctica y simple de ver el desarrollo del currícu-
lo, a nivel de una carrera universitaria o de educación superior. Es más que nada, una invi-
tación a los docentes de carreras de educación superior, especialmente, a nivel universita-
rio, a reflexionar sobre lo que implica ser parte de una misión que tiene como meta final,
la formación de futuros profesionales.
Si entendemos por curriculum el recorrido (currere) o trayecto que debe realizar el es-
tudiante, entonces la pregunta es ¿Cómo debe ser este trayecto o carrera?
La respuesta es simple: este debe ser un recorrido articulado y efectivo. Un currículo
articulado exige la existencia de una coherencia rigurosa entre el Perfil de Egreso de la
carrera, el Plan de Estudio, la malla curricular, las metodologías de enseñanza aprendizaje
utilizadas por los docentes y las estrategias, escenarios evaluativos e instrumentos de
evaluación de los aprendizajes. Vamos por parte:
1. el perfil de egreso de la carrera
El Perfil de egreso de una carrera, es una declaración de la institución acerca de los rasgos
que caracterizan a sus estudiantes egresados y constituyen el compromiso ante la sociedad
y la comunidad académica, pudiendo ser legítimamente exigido su cumplimiento.
La literatura especializada indica que el Perfil de Egreso de una carrera universitaria debe
iniciarse como producto de un proceso reflexivo y dialogante, al interior de la carrera, para
dar una respuesta efectiva a las exigencias de la profesión en el medio laboral.
El proyecto Tuning define el Perfil del graduado de la siguiente forma: “Es un conjunto
organizado y sintético de los rasgos que distinguen a una persona después de haberse
formado conforme al plan de estudios de una carrera”. (Proyecto Tuning 2003)
Por su parte, la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), señala: La unidad debe definir
con claridad las competencias (conocimientos, habilidades y actitudes) que configuran el
perfil de egreso esperado para sus estudiantes, y demostrar que en dicha definición ha
tomado en cuenta los siguientes antecedentes:
a) Estado de desarrollo y actualización de los fundamentos científicos, disciplinarios
o tecnológicos que subyacen a la formación que se propone entregar.
b) Orientaciones fundamentales provenientes de la declaración de misión y los propó-
sitos y fines de la institución en la cual se inserta la carrera.
c) Consulta al medio profesional en el cual profesionales del área se desempeñan sa-
tisfactoriamente.
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parte 2
en el mercado nacional, las instituciones se ven en la obligación de marcar la diferencia con
carreras similares, de otras universidades.
d) AMBITO RETORNO REFLEXIVO: Este término fue tomado de Guy Le Boterf (2001)
y hace referencia a la capacidad de auto-evaluarse, auto-monitorearse y auto-observarse
que debe desarrollar el egresado, respecto a su práctica y desempeño como profesional.
Este retorno reflexivo, le permitirá generar nuevos recursos cognitivos, nuevos recursos
procedimentales y nuevos recursos relacionales, o bien, le permitirá mejorar la forma de
combinar estos recursos, en una situación profesional dada, con el propósito de establecer
un mejoramiento continuo de su quehacer profesional. Para toda carrera, esta dimensión
será un elemento clave al momento de evaluar el perfil de egreso o la evaluación de su malla
curricular, pues podrá recurrir a egresados que tiene esta capacidad desarrollada.
e) AMBITO RELACIONAL: En este ámbito, se declaran las competencias referidas a las
relaciones con los otros y consigo mismo, que deberá establecer de manera efectiva y
pertinente, el egresado de una carrera profesional universitaria. Estas competencias, de-
nominadas genéricas, tiene cada día más relevancia en el mercado laboral, dado que los
empleadores solicitan egresados capaces de integrar redes, trabajar en equipo, ser respon-
sables, respetuosos de la diversidad, entre otras cualidades.
1.3. ¿cuál es el rol del perfil de egreso en el diseño curricular de una
carrera profesional?
En el desarrollo de los talleres con directores de escuela o carrera, les señalo que, si tu-
viesen que diseñar la malla curricular de sus carreras desde cero, debiesen partir levantan-
do el Perfil de Egreso de la carrera, considerando los antecedentes que señala la CNA. Una
vez levantado y validado el perfil de egreso, entonces deben hacerse la siguiente pregunta:
¿Qué Resultados de Aprendizaje, entendidos como recursos cognitivos, procedimentales
y relacionales, demanda el perfil de egreso, para tributar a las competencias allí declaradas?
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1. ¿Cómo tributo al Perfil de Egreso de la carrera, desde mi asignatura?
2. ¿A cuáles asignaturas tributo desde mi asignatura (vertical y horizontalmente)
3. ¿Qué asignaturas tributan a mi asignatura?
Tener claras las respuestas a estas tres preguntas, es el punto de partida de la articulación
de la malla curricular.
Para ello, es necesario que ocurra lo siguiente:
1. Los docentes deben tener claro el perfil de egreso de la carrera. Para aquellos do-
centes por horas, que hacen clases en distintas universidades o aquellos docentes de
ciencias básicas, que hacen clases en distintas carreras, también es una obligación saber el
perfil de egreso de todas y cada una de las carreras en las cuales se desempeñan.
2. Tener claro la tributación (aporte) de los Resultados de Aprendizaje al perfil de egreso
¿Cómo tributo al perfil de egreso de la carrera, desde mi asignatura?
3. Tener claro a que otras asignaturas tributo (aporto) con los resultados de mi asig-
natura (vertical y horizontalmente).
4. Tener claro cuál o cuáles asignaturas tributan (aportan) a mi asignatura.
5. Tener claro, como carrera, la trazabilidad de los resultados de aprendizaje en la malla
curricular (vertical y horizontalmente) Con esto, se hace referencia a lo que se señaló
anteriormente: como un resultado de aprendizaje de una asignatura, va cambiando de una
asignatura a otra, haciéndose más robusto y complejo.
6. Establecer la co-responsabilidad por los resultados de los estudiantes, como lógica de
trabajo entre los docentes de la carrera. Si a un estudiante le va mal en una asignatura, no
es responsabilidad exclusiva del docente titular, sino también hay un grado de responsabi-
lidad de los docentes de años anteriores y también de asignaturas del mismo nivel o año.
Para mostrar la importancia de la articulación entre las asignaturas, relataré una expe-
riencia con profesores de una carrera. Durante la realización de un taller, una vez que ex-
pliqué el sentido de la articulación y mostré las preguntas que debe responder cada docente,
en el descanso para el café, se me acercó un docente y me dice: “Profesor, Ud. tiene toda
la razón, yo soy profesor de Química Orgánica en el 4° semestre y la Química que hace el
colega de 1er. Año, no me sirve.” Yo le agradecí la confianza y sinceridad al contarme eso,
pero le dije que esa conversación debía tenerla con su colega o bien con el Director de
carrera. Este tipo de conversación entre docentes de una carrera, no es fácil de sostener,
especialmente, cuando uno de los dos involucrados siente que los resultados de aprendi-
zaje del otro, no representan un aporte significativo a su asignatura.
La recomendación que hago a directores de carreras u otros encargados de las modifi-
caciones de la malla curricular, es que realicen un taller de articulación curricular, con la
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parte 2
mayor cantidad de docentes de la carrera (una gran tarea, difícil de lograr por las dificul-
tades horarias y dispersión geográfica de los docentes), pero por lo menos asegurar que
estén los docentes con jornada completa y media jornada o los coordinadores de niveles o
áreas, quienes podrían asumir el rol de difundir los resultados del taller, contactando a
aquellos docentes con menos presencia en la carrera.
En la realización de un taller de articulación curricular, todos los participantes deben tener
claro lo siguiente:
"El perfil de egreso de la carrera es el que manda"
Con esto en mente, las conversaciones entre los docentes participantes se facilitan, pues
el grado de tributación de una asignatura a otra, deja de ser un tema de personas, pasando
a ser un tema de docentes/profesionales, que deben ponerse de acuerdo en las tributacio-
nes de unos a otros, en virtud del Perfil de Egreso de la carrera en la cual participan.
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parte 2
2. la articulación de la malla curricular
En general, la malla curricular como expresión gráfica del Plan de Estudios de la carrera,
tiene una arquitectura que se asemeja, en las distintas universidades chilenas, y que se
muestra a continuación:
figura 19: malla curricular genérica
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parte 2
En el caso de las áreas de formación, primero está el área de Formación Básica o Funda-
mental, donde se ubican las asignaturas que son la base y los fundamentos de la carrera.
Estas asignaturas tienen gran protagonismo en el primer ciclo, para comenzar a desapare-
cer en la medida que el estudiante avanza hacia el ciclo específico.
Área de Formación Específica/Profesional, en la cual se ubican las asignaturas disciplina-
res que se inician con poco protagonismo o presencia en el ciclo básico, para adquirir gran
presencia en lo específico.
En el área de Formación Integral o de Formación General, se ubican las asignaturas y
actividades que promueven el desarrollo de competencias genéricas o transversales, tan
importantes para la vida profesional del estudiante egresado.
Finalmente, el área de Formación Práctica está constituida por todas aquellas asignaturas,
talleres o actividades prácticas, que se inician tempranamente, pero con poco protagonis-
mo, hasta hacerse fuertes hacia el final de la carrera.
2.1. la formación en la profesión
Aquí me quiero detener en un tema crucial y estratégico que, en mi opinión, es una deuda
que tienen las carreras de pregrado en Chile: la formación en la profesión u oficio. Utiliza-
remos el término oficio, del latín officium, como una ocupación habitual o la profesión de
algún arte y no en el sentido que, habitualmente, se le da de una actividad laboral que no
requiere de estudios formales.
Cada carrera profesional de pregrado puede ser vista como una cultura, por lo tanto,
posee un ethos, entendido como el carácter o espíritu fundamental de una cultura, o bien,
el sentimiento subyacente que informa de las creencias, costumbres o prácticas de un grupo,
en este caso, de una carrera profesional.
¿Quién o quienes forman en el oficio, dentro de una carrera de pregrado?
Este tema lo he conversado en innumerables talleres, con docentes de diversas carreras
y una de las conclusiones de estas conversaciones, es que no existe un conjunto de activi-
dades intencionadas, sistemáticas y articuladas, que busquen la formación en la profesión,
en el oficio.
Algunos de los docentes, señalaban que la formación en la profesión se daría en el área
de las prácticas, pero esta área, antes de las directrices de la CNA que sugieren la configu-
ración de prácticas tempranas y articuladas, no representaba un espacio en el cual se ini-
ciase al estudiante en la profesión. Otros docentes, señalaron que el oficio se aprende en
las prácticas de carácter profesional (campos clínicos, campos académicos, campos de
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parte 2
prácticas profesionales), pero estas actividades están ubicadas en el último año de la carrera
y, tal vez, para muchos estudiantes, es muy tarde para aprender algo que debiese haber
sido aprendido tempranamente.
Otra pregunta que les hago a los docentes que participan en los talleres es la siguiente:
El hecho que un estudiante apruebe todas las asignaturas ¿es garantía de haber aprendido
la profesión o el oficio? Unos dicen que sí, otros que no, otros dicen que esto se logra en el
desempeño profesional, etc.
Una cosa es que el estudiante apruebe el conjunto de asignaturas del plan de estudio de
una carrera de pregrado, siendo en muchos casos, una aprobación suficiente para pasar al
año siguiente, otra cosa muy distinta, es aprender el espíritu fundamental de la profesión,
la forma de hacer las cosas en ese oficio, el lenguaje propio, entre otros aspectos.
Un ejemplo claro de formación en la profesión, la constituyó la formación de los profe-
sores y profesoras normalistas o preceptores. La Escuela de Preceptores de Santiago, diri-
gida por Don Domingo Faustino Sarmiento, se creó en el año 1842, el mismo año que se
fundó la Universidad de Chile. Años después, Don José Abelardo Núñez inició la expansión
de las escuelas normales por todo el país (Chillán, La Serena, Valdivia, Talca, por nombrar
algunas de ellas)
Inicialmente, quienes ingresaban para ser profesores lo hacía a la edad de 14 años, es
decir, una vez que completaban la educación primaria (posteriormente, en 1967, se esta-
bleció que el ingreso se hacía para alumnos que hubiesen terminado las humanidades o
educación media) Por lo tanto, estos niños/adolescentes se formaban observando como
sus maestros hacían clases en las escuelas “anexas” (escuelas primarias) a las escuelas
normales. En esta práctica, había una transferencia del oficio de normalista, durante 6 años
(Gajardo, 2010)
En una carrera de pregrado, la formación en la profesión debiese ser un conjunto de ac-
tividades articuladas, paralelas a las asignaturas, con profesores tutores/guías que muestren
y enseñen ese espíritu, esas prácticas, ese lenguaje, esos usos y costumbres propios de la
profesión. Estos encuentros tutoriales deberían ser graduales y en consonancia con las
actividades que el estudiante está viviendo en las asignaturas de cada año. Este tema es
preciso profundizarlo y discutirlo, especialmente, en un escenario en que se busca acortar
el período de formación en la profesión, de 5 a 4 años.
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2.3. ¿cómo sería una malla curricular articulada?
Tal como se señaló anteriormente, la articulación de una malla curricular es de dos tipos:
articulación horizontal y orientación vertical.
2.3.1. la articulación horizontal
Este tipo de articulación, abre la posibilidad de establecer “circuitos formativos” entre
grupos de asignaturas, por ejemplo, entre las asignaturas de Psicología I, II, III y IV, inde-
pendiente de los nombres particulares que reciban, por ejemplo, Introducción a la Psicolo-
gía, Historia y Fundamento de Psicología II, Psicología del Desarrollo, Psicología Educacio-
nal, Psicología Comunitaria, etc. Todas estas asignaturas debiesen, en la medida de lo
posible, estar articuladas como “carros de un mismo tren”. Para ello, estos docentes debie-
sen iniciar conversaciones, mediadas por el director o algún coordinador, con sus resultados
de aprendizaje en las manos y determinar cuáles son aquellas conexiones entre ellos, para
determinar desde donde empezar y hasta donde llegar, en cada asignatura.
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zaje transversales que tributan a diversas asignaturas, por ejemplo, la habilidad de escuchar
activo, el uso de TIC’s, entre otros.
Existen asignaturas que tributan a varias asignaturas, como es el caso de Anatomía, en
las carreras del área de la Salud. Lo que se debe resguardar, es que estas tributaciones estén
lo más próximas, en el tiempo, de modo de evitar brechas que provoquen que los estudian-
tes olviden lo que aprendieron (si lo olvidan es porque no se trataba de un aprendizaje
profundo, sino de un aprendizaje superficial) En este sentido, los resultados son como
“músculos” que deben ser fortalecidos constantemente, de lo contrario se atrofian.
2.3.2. la articulación vertical
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parte 2
aprendizaje (algunos de ellos todavía seguían siendo objetivos, pues la carrera estaba
transitando hacia la elaboración de resultados de aprendizaje)
Desde la libertad que otorga la ignorancia y la condición de ser responsable del taller, le
propuse al docente que había dado la idea del manual (que era Veterinario), algunos re-
sultados de aprendizaje. Recuerdo algunos de estos resultados: la asignatura de Biología,
por ejemplo, debía aportar un resultado de aprendizaje que describiese al caballo fina sangre
como un ser biológico. Algo similar haría la asignatura de Zoología, pero el estudiante debía
marcar la diferencia entre el aporte de una ciencia y la otra. Por su parte, la asignatura de
Ecología debía hacer un aporte sobre las condiciones medioambientales que asegurasen la
mejor crianza del caballo fina sangre; la asignatura de Matemática, debía proponer un
modelo matemático (suena muy rimbombante para primer año) que optimizase la crianza
del caballo; la asignatura de Física, debía aportar la descripción mecánica del animal y así,
sucesivamente, hasta llegar a dos asignaturas que estaban en el área de formación integral
o general: “Redacción de Textos”, que se encargaría de que el Manual estuviese bien escrito
y la asignatura “Aprender a aprender”, cuya misión era diseñar una pauta de auto observa-
ción que le permitiese al estudiante darse cuenta del proceso de aprendizaje, que implica-
ría el desarrollo de la ACI.
Una Actividad Curricular de Integración como la descrita, pone en acción los tres princi-
pios señalados por Ambrose, al inicio de este texto:
1. El principio de aprendizajes previos, pues el estudiante tiene que poner en acción
aprendizajes de las asignaturas del primer semestre y de la educación media;
2. El principio de organización, pues debe ordenar los resultados de aprendizaje de dis-
tintas asignaturas, con un propósito único que es la redacción de un manual y, finalmente,
3. El principio de maestría pues en la aplicación de estos resultados de aprendizaje, el
estudiante va adquiriendo mayor dominio de ciertas habilidades involucradas en la actividad.
Pero también pone en acción los demás principios de Ambrose, que no fueron revisados,
pero que veremos brevemente aquí:
1. El principio de Motivación, que determina, dirige y sostiene lo que los estudiantes
aprenden;
2. El principio de Práctica Dirigida a Metas, en este caso la meta es la elaboración del
manual, que junto con la retroalimentación dirigida a metas, mejoran la calidad de los
aprendizajes del estudiante;
3. El principio de Nivel de Desarrollo Actual del estudiante, interactúa con el clima social,
emocional e intelectual que implica el desarrollo de la actividad, impactando el aprendizaje
y, finalmente,
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4. El principio de Llegar a ser un Aprendiz Autónomo, durante el desarrollo de esta
actividad de integración, obliga al estudiante a aprender a monitorear y ajustar su propia
aproximación al aprendizaje.
La figura 20, muestra que las ACI’s de cada año están relacionadas. Esto significa que
estas actividades curriculares de integración podrían tener una gradualidad intencionada
y articulada, de modo que se fuesen haciendo cada vez más complejas, en la medida que
avanza la carrera. Existen carreras que por su naturaleza, parecen una gran ACI, desde el
año 1 al año 5, como es el caso de Arquitectura o Cine. De hecho, hay algunas experiencias
en Arquitectura que están diseñando estas instancias de integración gradual, desde una
menor a una mayor complejidad.
2.5. ¿cuáles son algunas ventajas del desarrollo de aci’s en una carrera?
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Una manera distinta, no habitual, de concebir la malla curricular de una carrera de pre-
grado, es la identificación de los verbos que caracterizan cada año, en el proceso de forma-
ción de un o una profesional.
Toda malla curricular se va complejizando, desde el año 1 hasta el año 5. Este proceso,
puede visualizarse a través de los verbos predominantes que tiene cada año una carrera
profesional.
2.6.1. ¿cuáles son los verbos predominantes del proceso de aprendizaje de un
estudiante en cada año de su carrera?
De acuerdo a la experiencia y a conversaciones con cientos de docentes en actividades
de taller, es posible identificar los verbos predominantes que un estudiante de pregrado,
debe poner en acción, en cada año de su carrera. En la figura 21, se mostrará de manera
genérica, los verbos que predominarían, en cada año de una carrera de pregrado.
figura 21: verbos genéricos predominantes de una malla curricular en cada año
La figura muestra como los verbos van cambiando, desde la acción de identificación que
hace un estudiante del año 1, hasta la de evaluación, que hace 5 años después.
Esta forma de ver una carrera, no implica que estos verbos sean inamovibles, en el sentido
que un estudiante del año 1 también puede crear y evaluar, pero será una creación y una
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evaluación propia de un estudiante de su nivel. Por ejemplo, en Arquitectura el estudiante
puede crear y evaluar una maqueta o un objeto arquitectónico, por llamarlo de algún modo,
pero ese objeto y esa evaluación no tendrá el mismo nivel de complejidad que una creación
y una evaluación de un objeto arquitectónico del año 5.
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Una manera más específica de ver los verbos de una malla curricular, es identificar los
grandes Dominios de Competencias que constituyen una carrera profesional. Se entiende
por Dominio aquellos ámbitos de competencias que debe desarrollar un profesional, para
el desempeño de su rol.
Por ejemplo, la figura 22 muestra los dominios posibles de un Psicólogo.
figura 22: dominios de competencia en una malla curricular de la carrera de psicología
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En este ejemplo ficticio, se grafica el área de investigación como una transversalidad en
el curso de la carrera, a la cual deberían tributar un número significativo de asignaturas.
Finalmente, el identificar las asignaturas que tributan a cada uno de los dominios de
competencias constitutivos de una carrera, permite establecer de manera cuantitativa, el
número de asignaturas que aportan a cada dominio, logrando un balance que asegure que
cada uno de ellos esté lo suficientemente cubierto.
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parte 2
figura 23: elementos de la planificación de resultados de aprendizaje
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c) Hacer una breve descripción de la asignatura (100 palabras, por ejemplo) en la cual
se relate lo más significativo y representativo de ella. Esto, acompañado de la declaración
de términos o conceptos claves (4 o 5) que resuman lo fundamental de la asignatura.
d) La descripción de la asignatura debe hacerse desde el punto de vista del estudiante.
En otras palabras, debe responder a la pregunta ¿Qué aprenderá el estudiante en esta
asignatura? Por ejemplo, en lugar de decir: “esta asignatura entrega conceptos y herra-
mientas de evaluación de proyectos…”, se debe decir: “en esta asignatura, el estudiante
aprenderá conceptos y herramientas que le permitirán la evaluación de proyectos…”
e) La importancia de esta sección, dentro del formato de planificación de asignatura
radica en que éstas, una vez subidas a una intranet o algún programa como Banner, ZAP
o cualquier otro existente en la IES, debería existir la posibilidad de un “Buscador” que
permita a cualquier docente, director de carrera o directivos superiores de la IES, encontrar
grupos de asignaturas, según temas. Por ejemplo, si un docente de la asignatura “Evaluación
de Proyectos” quiere saber quién más hace esta asignatura en la universidad en que trabaja,
entonces el “Buscador” debiese entregar una lista de todas las asignaturas que tengan en
su interior el concepto o término “evaluación de proyecto”. Por su parte, si un Director de
carrera, un Decano o un Vicerrector Académico quieren saber que asignaturas (por ende,
que docentes) declaran que utilizan Aprendizaje Basado en problemas” (ABP) como me-
todología de aprendizaje o “Rúbricas” para evaluar aprendizajes, entonces deberían recibir
el listado de asignaturas a nivel de carrera, facultad o universidad, según sea el caso. Esta
información es clave, por ejemplo, a la hora de planificar jornadas de actualización docente
o académica, desde instancias centralizadas (Direcciones de Pregrado, Generales o Acadé-
micas) pues les permitirá a aquellos encargados, identificar aquellas facultades o carreras
donde el uso de estas metodologías de aprendizaje o herramientas de evaluación son de-
claradas con más baja frecuencia, ya sea porque a los docentes no les interesa o porque no
saben cómo hacerlo.
f) Traspasar a una matriz apaisada (horizontal), todos los elementos que constituyen
un resultados de aprendizaje, a saber, recursos cognitivos (materia, contenido, conceptos),
recursos procedimentales y recursos relacionales que debe movilizar el estudiante, respec-
to a dicho resultado de aprendizaje. Luego, identificar las actividades que hará el docente,
para facilitar el desempeño de los estudiantes, lo que harán éstos, para evidenciar el logro
del resultado de aprendizaje. Finalmente, se debe identificar el criterio de evaluación y la
herramienta(s) de evaluación asociada(s) para establecer el nivel de logro de los estudian-
tes. El criterio de evaluación se refiere a las condiciones de satisfacción que debiesen estar
presentes en el resultado de aprendizaje, para que el docente declare que está bien hecho.
Por ejemplo, en nuestro ejemplo, el criterio de evaluación es que el control pre natal debe
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parte 2
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parte 2
3.2. ¿cuáles son las ventajas de la planificación de asignaturas, por resultados
de aprendizaje?
a) Establece de manera explícita, la tributación de las asignaturas al Perfil de Egreso
de la carrera.
b) Permite realizar un análisis de la cobertura de las competencias declaradas en cada
uno de los ámbitos del Perfil de Egreso, mediante un Inventario de asignaturas. En otras
palabras, frente a cada ámbito del perfil de egreso, se ubican las asignaturas que tributan.
Algunas de éstas tributan a más de un ámbito, por lo tanto, tendrá que aparecer en más de
uno. Este análisis, permite determinar cuáles ámbitos están totalmente cubiertos y cuales
aparecen debilitados, lo que permitiría realizar algunos ajustes en asignaturas, para que
tributen a los aspectos no asumidos, o crear una asignatura que cubra dichos aspectos.
c) Establece conversaciones de coordinación entre los docentes de una carrera, res-
pecto a las tributaciones que se establecen entre sus asignaturas, promoviendo la articu-
lación de la malla curricular.
d) Cuando se realiza la planificación de asignaturas por resultados de aprendizaje, el
docente “no pasa materia o contenidos”, sino que pone a disposición del estudiante recur-
sos cognitivos, junto con recursos procedimentales y relacionales, que el estudiante deberá
movilizar en un contexto determinado, para evidenciar su logro. En este sentido, es útil
imaginar la planificación de la asignatura como un “pañol de herramientas”, ordenado,
donde el docente ubica la disposición de los recursos que el estudiante deberá utilizar,
movilizar, para evidenciar el resultado de aprendizaje.
e) Esta disposición de recursos diversos, de naturaleza cognitiva, procedimental y re-
lacional, establece un principio estratégico: en la planificación no se debe poner ningún
recurso que no vaya a ser usado o movilizado por el estudiante. Por lo tanto, todo conte-
nido, materia o concepto que no juega un rol, dentro de ningún resultado de aprendizaje
de la asignatura, debe ser eliminado. Con esto, se evita la repetición de contenidos entre
asignaturas.
f) La eliminación de recursos innecesarios, especialmente cognitivos, que ocupan espacio
y tiempo (este último un recurso escaso), permite que las asignaturas se afinen, liberando
tiempo que puede ser ocupado en darle mayor énfasis a recursos estratégicos, claves, para
el logro de aprendizaje.
g) Con todo lo anterior, se obtienen asignaturas con planificaciones más “livianas”,
enfocadas en resultados de aprendizaje que tributan, claramente, al desarrollo de las com-
petencias declaradas en el perfil de egreso de la carrera.
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parte 2
En resumen, una malla curricular es una red articulada de resultados de aprendizaje, bajo
la forma de asignaturas o módulos, Estos resultados de aprendizaje se asemejan a “neuro-
nas” que entran en sinapsis. Por lo tanto, en una malla articulada desaparece la asignatura
“isla”, que no entra en conexión con otras asignaturas.
Si cada asignatura semestral tuviese 5 a 6 resultados de aprendizaje y si la malla de una
carrera tiene como promedio 55 asignaturas, entonces tendríamos en juego un promedio
entre 275 a 330 resultados de aprendizaje, en total, que deben ser gestionados por los
docentes y evidenciados, efectivamente, por los estudiantes.
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4. ¿cómo se evalúa la efectividad de los aprendizajes?
El último componente para cerrar el ciclo de la articulación curricular, es la evaluación de
la efectividad de los aprendizajes.
¿Cómo podemos saber que las competencias declaradas en el perfil de egreso de una
carrera son logradas por los estudiantes? ¿Cómo podemos saber si los resultados de apren-
dizaje declarados en las planificaciones de las asignaturas están siendo logrados por los
estudiantes?
Para responder a estas dos preguntas, es necesario recurrir a un sistema al que llamare-
mos Sistema de Evaluación de la Efectividad de los Aprendizajes (SEEA)
En términos generales, un sistema de efectividad de los aprendizajes debería tener el
siguiente tipo de información:
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parte 2
La figura 25 muestra los componentes del sistema, desde el ingreso hasta el egreso y
seguimiento de los egresados. A continuación, iremos analizando que elementos existen en
cada una de las instancias de este proceso, para evaluar la efectividad de los aprendizajes.
4.1. el ingreso
Cuando ingresa el estudiante a la IES, existe información clave que puede servir para
realizar una evaluación inicial:
a) Puntaje PSU
b) Validez predictiva (NEM, PSU Verbal, Matemática, otras pruebas de ingreso de ca-
rreras, sobre el primer año); (Pizarro, 2012)
c) Caracterizaciones de los estudiantes que ingresan a primer año, mediante test sobre
estilos de aprendizaje, Escala de Inteligencias Múltiples u otras mediciones.
126
parte 2
d) Alerta Temprana: Índices de Riesgo Educativo (IRE’s), (Pizarro, 2009)
e) CERES (Puntaje PSU en habilidades verbales y matemáticas por estudiante que ingresa)
Toda esta información relacionada con el estudiante que ingresa, permite a los directores
de carrera y a los docentes de primer año, establecer el punto de partida para el inicio del
proceso de enseñanza aprendizaje. Además, las caracterizaciones de los estudiantes entre-
gan información sobre sus fortalezas y debilidades.
4.2. proceso de enseñanza-aprendizaje
127
parte 2
g) Ensayos
h) Monografías
i) Rúbricas
j) Portafolios
k) Lista de chequeo
l) OSCHE
m) Casos clínicos
n) Pruebas clínicas
o) Puestas en escena
p) Prototipos
q) Evaluación y certificación de competencias del Perfil de Egreso.
Junto con los instrumentos e instancias de evaluación interna señalas, existen otras ins-
tancias que algunas universidades han establecido, tales como: Balance Académico por áreas
y ciclos curriculares, Evidencias de Formación Integral o general. En el caso de la evaluación
externa, están los procesos de acreditación nacional e internacional de carreras.
4.4. procesos de retroalimentación
Una carrera cuenta con varias oportunidades para saber cómo va el progreso de los
aprendizajes de sus estudiantes, entre los que se destaca la siguiente información:
a) Tasa de Aprobación
b) Tasa de Reprobación
c) Tasa de Deserción
d) Tasa Éxito Oportuno
e) Tasa Éxito Total
f) Sistema de Alerta Temprana: IRE’s
g) Actividades Curriculares de Integración (ACI’s)
h) Seguimiento Currículo institucional.
i) Análisis de rendimiento por asignatura.
j) Análisis de cohortes
El sistema de alerta temprana y la creación de Índices de Riesgo Educativo (Ver Pizarro,
2009) permiten a las carreras tomar medidas con aquellos estudiantes que van en riesgo
académico, de modo de establecer actividades remediales o de reforzamiento (para ahondar
en este tema ver: Zuzulich, Micin, Flores y Susperreguy, 2007).
4.5. el egreso
En el momento del egreso, se dan instancias de evaluación del proceso de formación de
los estudiantes:
128
parte 2
a) Evaluación de la docencia
b) Evaluación del servicio
c) Evaluación de Satisfacción
d) Examen de Título
e) Proyecto de Título
f) Defensa de Tesis
En algunas universidades, los estudiantes evalúan la docencia y el servicio recibido, a través
de encuestas alojadas en las web institucionales. Esta es una buena instancia de retroalimen-
tación para las autoridades de las casas de estudio y para los docentes.
En esta instancia, están los clásicos eventos por los cuales pasan los estudiantes para
terminan su proceso de formación profesional. Sin embargo, estos eventos en algunos casos,
se constituyen en verdaderas barreras para que los estudiantes puedan egresar, como es el
caso del proyecto de título. Como consecuencia, algunas carreras de pregrado presentan
bajas tasas de éxito oportuno, es decir, un bajo porcentaje de estudiantes de una cohorte
termina, exactamente, en los años que dura la carrera.
4.5.1 la matriz de tributaciones a las competencias del perfil de egreso
de una carrera
Este tema, merece un punto especial. Durante los 10 años de trabajo en este tema de
diseño y desarrollo curricular, he trabajado con varias carreras en las cuales he ido promo-
viendo el enfoque centrado en el aprendizaje del estudiante, expresado en resultados de
aprendizaje.
Una vez que las carreras han logrado tener sus programas de asignaturas y sus respectivas
planificaciones por resultados de aprendizaje, con claras tributaciones a las competencias
del Perfil de Egreso de la carrera, entonces les solicito a los equipos responsables que elabo-
ren una matriz de tributaciones al perfil de egreso, la cual se representa en la siguiente figura:
129
parte 2
Competencia 1
Competencia 2
Competencia 3
Competencia 4
Competencia 5
Competencia 6
Competencia 7
Competencia 8
0
Competencia 1
Competencia 2
Competencia 3
Competencia 4
Competencia 5
Competencia 6
Competencia 7
Competencia 8
N° de
Competencias a
Resultados de
las que tributa Apredizaje
PRIMER SEMESTRE
Asignatura Resultados de aprendizaje
0 0 0 0 0 0 0 0 0
SEMESTRE N
Asignatura Resultados de aprendizaje
De esta forma, si una carrera logra establecer la matriz de tributaciones de cada asigna-
tura, a cada una de las competencias del perfil de egreso de la carrera, a través de cada uno
de los resultados de aprendizaje, entonces tendrá una suerte de “inventario” de tributacio-
nes que le permitirá al Director de Carrera y su equipo, identificar el “peso porcentual de
tributación” de cada competencia. Con esto a la vista, podrán identificar aquellas compe-
tencias que estén sobre tributadas y aquellas que estén sub tributadas.
Finalmente, esta matriz permite ver los desempeños individuales de cada estudiante de
la carrera, en el sentido de poder cuantificar las evaluaciones y las calificaciones de cada uno
130
parte 2
de los resultados de aprendizaje obtenidos por el estudiante A y poder compararlo con el
desempeño del estudiante B.
Con lo anterior, los responsables de una carrera de pregrado podrán ir evaluando, como
un proceso, la manera específica de logro de las competencias del ´perfil de egreso, cada
estudiante. Esto permitiría poder remediar, oportunamente, aquellos dominios de compe-
tencias en los cuales los estudiantes estén mostrando debilidades.
Esta instancia de seguimiento de egresados cobra relevancia para efectos de la acreditación
de una carrera de pregrado. Por esta razón, es necesario el desplazamiento de varias alter-
nativas que permitan estar en contacto permanente con quienes terminan una carrera. En
esta etapa es posible encontrar las siguientes instancias de información:
a) Seguimiento de egresados.
b) Consulta a empleadores
c) Red de Egresados
d) Tasa de empleabilidad
e) Nivel de ingreso
f) Estabilidad laboral
g) Posicionamiento profesional
h) Necesidades de actualización
i) Educación Continua
j) Observatorios Laborales
Los Observatorios Laborales son una instancia efectiva para recopilar información sobre
distintos aspectos de los egresados, por ejemplo, la tasa de empleabilidad, el tiempo en que
obtienen su primer trabajo, la estabilidad en el trabajo, el nivel de remuneraciones, la pro-
gresión en el trabajo, entre otras.
Todo este conjunto de actividades y tipos de información que se genera en el proceso de
enseñanza aprendizaje, debe ser sistematizado y actualizado oportunamente y los resulta-
dos obtenidos, deben retroalimentar al sistema y, específicamente, al plan de estudio y a la
malla curricular de toda carrera de pregrado.
131
parte 2
5. conclusiones y desafíos
1. El logro de aprendizajes efectivos en la educación superior supone un cambio cultural
que afecta al proceso de enseñanza-aprendizaje y a los roles del docente y del estudiante,
involucrados en él.
2. Este cambio exige modificaciones, a nivel micro, en la denominada Trilogía Insepara-
ble: ¿Qué enseño y para qué enseño?; ¿Cómo enseño? y ¿Cómo evalúo los aprendizajes de
mis estudiantes? Un cambio significativo en la forma en que se concibe el proceso de ense-
ñanza aprendizaje, no podría dejar fuera ninguna de estas tres preguntas claves.
3. El cambio de objetivos a Resultados de Aprendizaje (¿Qué enseño y para qué enseño?)
establece, claramente, el logro que debe alcanzar el estudiante, mediante la movilización
de recursos cognitivos, procedimentales y relacionales, en un contexto determinado.
4. El uso de metodologías de enseñanza-aprendizaje activas (¿Cómo enseño?), en las
cuales se involucra directamente el estudiante, por ejemplo, Aprendizaje Basado en Problemas
(ABP) o Trabajo en Equipo, aseguran un porcentaje mayor de retención del aprendizaje.
5. El uso de variadas instancias e instrumentos de evaluación, entendida como un proceso,
en las que se produce una heteroevaluación (del docente), una co-evaluación (de los otros
estudiantes) y una autoevaluación (del propio estudiante), aseguran una retroalimentación
que favorece la posibilidad de remediar o mejorar aprendizajes débiles.
6. Los cambios en lo que denominamos el nivel micro, referido al proceso de enseñan-
za-aprendizaje, deben ser acompañados por un cambio a nivel macro, es decir, a nivel de la
forma en que se concibe la creación de una carrera profesional.
7. El perfil de egreso de la carrera debe tener competencias claras, formuladas en con-
junto con empleadores, especialistas y egresados. Debe responder a las necesidades de la
sociedad.
8. El perfil de egreso demanda resultados de aprendizaje de las asignaturas, por lo tanto,
todo docente de una carrera de pregrado debe saber cómo tributa al perfil de egreso.
9. Una malla curricular articulada requiere que los docentes de la carrera identifiquen a
cuales asignatura tributan, desde su asignatura, y cuales le tributan. Esto requiere de con-
versaciones y coordinaciones entre los docentes de una carrera.
10. La planificación de asignaturas es una comunicación y un compromiso entre el
docente y el estudiante. En ella, se debe declarar, con claridad, a que competencias del perfil
de egreso y a que competencias genéricas tributará desde su asignatura. Se debe identificar
132
parte 2
cada Unidad de Aprendizaje, con su resultado de aprendizaje asociado (se sugiere uno por
unidad de aprendizaje) El detalle de la planificación se representa en una matriz (1 hoja
horizontal por Unidad de Aprendizaje) en la cual se explicita el Resultado de Aprendizaje,
sus recursos cognitivos, procedimentales y relacionales, que el estudiante deberá evidenciar
en un contexto determinado. Debe definir, en términos generales, las actividades que rea-
lizará el docente y cuales realizará el estudiante para evidenciar su nivel de logro. Finalmen-
te, el docente debe declarar el criterio de evaluación que utilizará para evaluar el logro de
aprendizaje y las herramientas de evaluación.
11. Toda carrera debiese contar con un sistema que permita evaluar la efectividad de
los aprendizajes de los estudiantes, para poder establecer el nivel de logro. La información
resultante de la evaluación debe servir de retroalimentación a los directivos y docentes de
la carrera, con el propósito de mejorar aquellos aspectos que están débiles o de ciertos logros
que no se alcanzaron.
Como desafíos para las carreras, se pueden mencionar los siguientes:
1. Capacitar a los dicientes de la carrera en las distinciones y dispositivos de un modelo
centrado en el aprendizaje del estudiante.
2. Iniciar el tránsito desde objetivos a resultados de aprendizaje.
3. Modificar la planificación de asignaturas o syllabus y aplicar una matriz que permita
la planificación de unidades de aprendizaje con sus resultados de aprendizaje asociados.
4. Iniciar la articulación de las asignaturas de la malla curricular, poniendo en contacto
a los docentes.
5. Diseñar e instalar un sistema de evaluación de la efectividad de los aprendizajes.
La invitación final a los docentes de IES, es que se atrevan a iniciar este cambio cultural.
La experiencia de los últimos 10 años, con más de 1.000 docente capacitados, de distintas
universidades, me ha señalado que este es un cambio cultural posible, lento pero seguro.
133
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138
{7} index
A
Acreditación, 2, 9, 38, 99, 128, 131.
Actividades de aprendizaje, 9.
Actividades claves, 29, 31, 34, 34, 35, 92, 113.
Actividad cerebral, 52, 53, 54, 57.
Actividades Curriculares de Integración, ACI’s, 5, 111, 112, 128.
Alerta temprana, 126, 128.
Ambrose, S., 12, 15, 16, 15, 16, 18, 19, 20, 31, 34, 110, 112, 134.
Aprendizaje activo, 9, 58.
Aprendizaje a partir del error, 60.
Aprendizaje Basado en Equipos, ABE, 4, 61, 63, 72.
Aprendizaje Basado en Problemas, ABP, 39, 57, 70, 121, 132.
Aprendizaje colaborativo, 86, 97.
Aprendizaje efectivo, 4, 7, 48, 57, 79.
Aprendizaje significativo, 7, 8, 70.
Aprendizaje previo, 4, 12, 32, 33, 34, 86.
Aprendizaje profundo, 4, 86, 87, 110.
Área de Formación Básica o Fundamental, 105.
Área de Formación Específica/Profesional, 106.
Área de Formación Integral/General, 106.
Área de Formación Práctica, 106, 110.
Articulación de las asignaturas, 10, 102, 133.
Articulación curricular, 2, 3, 5, 10, 17, 94, 103, 108, 118, 125.
Articulación horizontal, 5, 108, 109, 110.
Articulación de resultados de aprendizaje, 33, 34, 110.
Articulación vertical, 108, 111.
Ausubel, D., 13, 21, 134.
Autoevaluación, 36, 38, 68, 81, 84, 85, 92, 97, 132.
B
Bain, K. 9, 134.
Banner, programa. 121.
Biggs, J. 134.
Birmingham, C. 69, 134.
Black, P. 60, 67, 134.
Bloom, B.S., 24, 26, 29, 134.
139
Brobeck, F.C., 134.
Bruning, R.H. 69, 134.
C
Cambio cultural, 9, 12, 132, 133.
Campo laboral, 140.
Calidad, 2, 3, 9, 21, 23, 63, 68, 69, 81, 87, 112. 136, 138.
Calidad del aprendizaje, 21.
CERES, 127.
Ciclo Básico o Fundamental, 105.
Ciclo Específico, 105, 106.
Ciclo Profesional 105.
Circuito, 58, 95, 109.
Chan, C., 134.
Co-evaluación, evaluación entre pares, 68, 70, 92, 115.
Comisión Nacional de Acreditación, CNA, 38, 39, 99, 101, 106, 120, 135.
Competencias, niveles de., 2, 5, 6, 19, 23, 34, 38, 79, 99, 100, 101, 102, 105, 106, 116,
117, 120, 123, 125, 128,129, 130, 131, 132, 133, 135.
Comunicación, 30, 34, 46, 48, 102, 118, 120, 133, 136.
Comunicación efectiva, 34.
Condición, condición de Resultado de Aprendizaje, 28, 29, 112.
Conocimiento previo, principio de., 4, 13, 14, 32, 70, 75, 78.
Conocimiento previo inapropiado, 4, 13.
Contexto, contexto de aprendizaje, 10, 12, 13, 20, 25, 26, 28, 29, 32, 34, 55, 56, 69, 79,
86, 110, 113, 118, 123, 132, 133.
Coll, C., 134.
Collins, J. 76, 77, 134.
Co responsabilidad por los resultados, 103.
Criterio, criterio de Resultado de Aprendizaje. 2, 24, 26, 29, 30, 31, 38, 48, 73, 81, 82, 84,
85, 91, 92, 93, 94, 96, 118, 121, 133, 135, 140.
Criterio de evaluación, 31, 73, 91, 93, 94, 96, 121, 133, 155.
Criterios universales, 81.
Curriculum, 99, 100, 136, 137.
D
Davis, B., 67, 135.
Declaración, 7, 25, 29, 37, 59, 99,108, 121.
Desarrollo del aprendizaje, 13.
140
Descubrimiento guiado, 21.
Diseño curricular, 5, 99, 101, 102.
Dipietro, M., 135.
Docencia efectiva, 2, 12, 22, 49, 70, 71.
Dominio, 4, 5, 18, 19, 20, 26, 28, 34, 38, 67, 100, 110, 112, 116, 117.
Dominio afectivo, 28.
Dominio cognitivo, 28.
Dominio psicomotor. 28.
Dominios de competencias, 5, 116, 117, 135.
E
Echeverría, R., 55, 135.
Enseñanza, enseñanza-aprendizaje, 2, 4, 5, 7, 8, 9, 11, 12, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 23,
25, 35, 49, 50, 53, 54, 55, 57, 59, 62, 70, 72, 75, 76, 77, 80, 81, 87, 89, 99, 118, 127, 131,
132, 136.
Enseñanza expositiva, 21.
Enfoque centrado en el aprendizaje, 4, 8, 12, 13, 21, 24, 49, 70, 72, 86, 118, 129.
Epstein, M.L., 60, 135.
Epstein, B.B., 135.
Espacio Europeo de Educación Superior, 9.
Entrevistas orales, 77.
Efectividad de los aprendizajes, 5, 125, 126, 122.
Evaluación auténtica, 76, 77, 81, 85, 134.
Evaluación de la efectividad de los aprendizajes, 125, 126, 133.
Evaluación cualitativa, 86.
Evaluación de proceso, 5, 93.
Evaluación de proyecto, 121.
Evaluación del desempeño, 85,
Evaluación de la escritura, 82,
Evaluación del escuchar, 82.
Evaluación del hablar, 83.
Evaluación de la lectura, 83.
Evaluación entre pares, 81, 95.
Evaluación inicial, 75, 76, 77, 78, 126.
Experimentos, 78.
F
Fiechtner, S., 67, 135.
Formación integral, formación general, 38, 39, 106, 110, 112, 128, 139.
141
Formación en la profesión, formación en el oficio, 5, 106, 107.
G
Gajardo, J. 107, 135.
Gavrin, G.L., 58, 135, 136, 137.
Gray, G.L., 78, 135.
Grunet, J., 118, 135.
H
Habilidad, habilidades académicas, habilidad de gestión de comunicación, de pensamien-
to crítico, de autoaprendizaje, de aprendizaje autónomo, de redacción, de escuchar, 4, 18,
19, 20, 21, 28, 37, 38, 39, 40, 41, 43, 44, 45, 46, 47, 48, 61, 76, 86, 89, 90, 95, 97, 99,
102, 110, 111, 112, 120, 127, 141, 143.
Habilidades componentes, 18, 20.
Habilidades genéricas, habilidades transversales, 37, 38, 39, 40.
Hanna, G.S., 60, 135.
Hannafin, M.J., 60, 135.
Hattie, J., 69, 135.
I
Índices de Riesgo Educativo, IRE’s, 126, 128.
Inteligencias múltiples, 2, 4, 10, 64, 65, 66, 67, 87, 126, 136, 137.
Instrucción entre pares, 4, 57, 59, 72.
J
Johnson, D.W., 61, 86, 135.
Just in Time Teaching (JiTT), 58, 136.
K
Kennedy, D., 23, 24, 73, 135.
Kruger, J., 135.
Kulik, J.A., 69, 135.
L
Laboratorio, 10, 14, 17, 54, 70, 127.
Le Boterf, G., 101, 135.
Libarkin, J., 78, 136.
Libertad de cátedra, 49.
M
Malla curricular, malla curricular genérica, 5, 10, 33, 38, 99, 101, 102, 105, 108, 109, 110,
142
114, 116, 123, 124, 131, 133.
Malla curricular articulada, 5, 109, 110, 114, 133.
Marcelo, C. 9, 135.
Mager, R.F., 24, 136.
Marrs, K.A. 58, 135, 136.
Marton, F., 86, 136.
Mazur, E., 58, 59, 60, 78, 136.
Meta cognición, meta cognitivo, 70, 85.
Metodologías de enseñanza-aprendizaje, 4, 49, 57, 99, 132.
Meyers, N.M., 9, 136.
MIDAS™, Multiple Intelligences Developmental Assessment Scales, 64, 137, 142.
Modelo MITA™, Multiple Intelligences Teaching Approach, 76, 87.
Morgan, A. 60, 136.
Movilización de recursos, movilización de recursos cognitivos, procedimentales y relacio-
nales, 25, 132 142.
N
Nathan, M.J., 19, 136.
Newman, D., 136.
Nickerson, R.S., 19, 136.
Niveles de competencias, 19.
O
Objetivos, 4, 23, 24, 29, 35, 37, 111, 132, 133.
Observatorios Laborales, 131, 143.
O’Malley, J., 77, 136.
One minute paper, Minute paper colaborativo, 88, 89, 93.
Ontología del lenguaje, 4, 54, 135.
P
Paul, R., 81, 82, 83, 136.
Pensamiento crítico, 37, 38, 81, 102, 120, 141.
Perfil de Egreso, perfil del graduado, 5, 6, 7, 10, 38, 79, 99, 100, 101, 102, 103, 104, 108,
116, 120, 123, 125, 128, 129, 130, 131, 132, 133.
Perfil de Inteligencias Múltiples, 65, 66.
Pirámide del aprendizaje, 83, 143.
Pizarro, R., 67, 126, 128, 136, 137.
Planificación de asignaturas, 5, 118, 120, 123, 133, 143.
Planificación de asignaturas por resultados de aprendizaje, 123.
143
Portafolio, portafolio de evidencias, 77, 78, 96, 113.
Prácticas, 52, 64, 80, 87, 106, 107.
Principios de Aprendizaje, 12.
Principio de Llegar a ser un aprendiz auto-dirigido, 112, 143.
Principio de Maestría (dominio) de habilidades, 4, 18, 20, 34, 118, 112.
Principio de Motivación, 112.
Principio de Nivel de Desarrollo Actual, 112.
Principio de Organización del conocimiento, 16, 17.
Principio de Práctica Dirigida a metas, 112.
Proceso de aprendizaje, 4, 5, 12, 23, 24, 25, 54, 55, 59, 62, 70, 72, 75, 112, 114.
Proceso de Aprendizaje Inicial, 62.
Proceso de enseñanza-aprendizaje, 4, 5, 7, 9, 10, 11, 20, 25, 35, 49, 50, 54, 55, 75, 76,
77, 81, 89, 127, 131, 132.
Proceso de Aprendizaje Inicial, PAI, 62.
Proceso formativo, 34, 70, 75, 81.
Proyecto FONDEF, 2, 10, 64, 82, 136.
Proyecto Tuning, 99.
Protocolo, 26, 30, 34, 92, 94.
PSU, 126, 127, 136.
Punto ciego de expertos, 19, 20.
R
Recursos, recursos cognitivos, recursos procedimentales, recursos relacionales, 4, 23, 25,
28, 31, 32, 33, 36, 37, 46, 61, 63, 69, 70, 77, 79, 86, 93, 101, 113, 121, 123, 132, 133,
142, 144.
Rendimiento, rendimiento académico, 14, 67, 78, 79, 87, 128.
Retroalimentación continua, retroalimentación, 5, 6, 58, 60, 62, 63, 69, 72, 75, 76, 80,
81, 87, 88, 89, 90, 92, 97, 112, 128, 129. 132, 133.
Retroalimentación formativa, 60, 90.
Resolución de problemas, 66, 83.
Resultado de aprendizaje, 4, 5, 10, 24, 25, 26, 28, 29, 30, 31, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 39,
40, 61, 70, 71, 73, 91, 103, 111, 112, 118, 121, 122, 123, 133.
Rúbrica, Matriz de Evaluación o Valoración, 2, 10, 84, 85, 86. 92, 95, 121, 128.
S
Schell, J., 80, 81, 118, 127, 137.
Shearer, C.B., 64, 137.
Shute, V.J., 60, 137.
144
Sistema de Evaluación de la Efectividad de los Aprendizajes, 125, 126, 133.
Sprague, J., 19, 137.
Sweet, M., 68, 69, 95, 137.
T
Taba, H., 24, 137.
Taxonomía de Bloom, 24, 26, 29.
TIC’s, 72, 102, 111, 127.
Trabajo en equipo, 37, 68, 95, 132.
Trazabilidad de los resultados de aprendizaje, 103.
Tributación, tributación a competencias del perfil de egreso, tributación a asignaturas,
103, 104, 108, 111, 123, 130, 144.
Trilogía inseparable, 4, 10, 22, 49, 132.
U
Unidad de Aprendizaje, 29, 34, 35, 61, 62, 63, 75, 76, 118, 133.
V
Valores, 12, 37, 42, 70, 101.
Verbo de acción, acción, acción de Resultado de Aprendizaje, 24, 29, 36, 112, 114, 121,
129.
W
Watson, W.E., 67, 137.
Weber, E., 10, 87, 88, 137.
Whatley, K., 58, 137.
Z
Zap, Programa., 12.
Zuzulich, S. 128, 138.
Zeilik, 88, 89, 137.
145