Dualismo
¿Qué es el dualismo?
El dualismo es un concepto que implica que dos elementos se encuentran unidos
en una misma cosa. Normalmente, los mencionados elementos pueden ser
contrarios o complementarios entre sí para formar una unidad. El dualismo en la
filosofía es la corriente opuesta al monismo. Los monistas tienden a ceñirse al
pensamiento positivista.
En el caso de la religión puede hablarse del bien o del mal, que se encuentran
contrapuestos, pero juntos crean una realidad. Sin embargo, en otro sentido puede
hablarse de complementos como la mente y el cuerpo, cuya unión conforma a un
individuo.
En los últimos años, el dualismo se ha perfilado a lo expresado en la corriente
conocida como el realismo crítico, a través del cual los fenómenos sociales se
analizan e interpretan tomando en cuenta la intervención del individuo en el hecho
estudiado.
Para los dualistas esta corriente es la única que contiene las herramientas
necesarias para aproximarse a las realidades de la sociedad en las que las
personas intervienen, puesto que al integrar el elemento individual no se puede
tratar el asunto desde un punto de vista que pretenda suprimir esa subjetividad.
En el dualismo, normalmente, se realizan descripciones de los problemas
específicos y no explicaciones exactas y universales.
Origen del dualismo
Antecedentes:
La idea del dualismo ha estado presente en la filosofía desde hace mucho tiempo.
Se ve por ejemplo en Pitágoras, que propone la oposición entre límite e ilimitado, o
entre los números pares e impares.
El dualismo es una idea que se volvió popular entre los griegos, como fue el caso
de Aristóteles, quien planteó la existencia del bien y del mal, aunque esas
nociones habían sido trabajadas antes en teorías similares.
Otros de los que se interesaron en plantear propuestas dualistas fueron los
miembros del grupo de filósofos conocidos como atomistas.
Pero el dualismo tomó forma a través de los postulados de Platón en los que
hablaba acerca del mundo el de los Sentidos y de las Formas. Al primero le
proporcionó características negativas, mientras que el segundo tendía hacia la
perfección.
Fueron los neoplatónicos los encargados de realizar un puente entre los dos
mundos que Platón propuso, lográndolo a través de la doctrina de la
emanación. Esta teoría de los neoplatónicos se le atribuye a Plotino y a Proclo, y
en ella se planteaba que todas las cosas del mundo provienen de un flujo de la
unidad primordial.
Sin embargo, en esa época no se había concebido la palabra “dualismo”, ni
tampoco el concepto moderno de esta corriente filosófica.
Luego el catolicismo, con Santo Tomás de Aquino, recogió esta teoría para
sustentar el hecho de que al final de los tiempos las almas se volverían a unir con
el cuerpo que les correspondía y podrían participar en el Juicio Final.
Dualismo
El principal fundamento de la teoría del dualismo que se conoce en la actualidad
proviene de lo planteado por René Descartes en su obra Meditaciones
Metafísicas.
Según Descartes, la mente es la cosa pensante o res cogitans; ella va
acompañada del cuerpo, que es aquello que existe físicamente y a lo que llamó
la res extensa. De acuerdo con su planteamiento, los animales no poseían alma,
puesto que no pensaban. De allí se desprende la famosa frase: “Pienso, luego
existo”.
Pero no fue hasta 1700 cuando se acuñó por primera vez el término “dualismo” en
el libro llamado Historia Religionis Veterum Persarum, escrito por Thomas Hyde.
Los postulados de Descartes sirvieron como base a lo que se conoce como
“dualismo cartesiano”, que es la base de todas las ramas del dualismo moderno.
Este es aplicado en diferentes ciencias, especialmente en las sociales.
Los planteamientos de Descartes fueron tomados por filósofos como Locke y Kant
para reforzar sus propias teorías. El último, por ejemplo, mostró en sus
proposiciones la diferencia entre “razón pura” y “razón práctica”.
Tipos de dualismo:
Algunas de las corrientes en las que se ha vertido el dualismo desde sus
postulados originales son las siguientes:
-Interaccionismo.
-Epifenomenismo.
-Paralelismo.
Dualismo en Platón
Uno de los primeros pensadores en abordar el tema fue Platón en Atenas, durante
el siglo V antes de nuestra era.
El ateniense separó al universo en dos mundos: uno inmaterial conformado por
conceptos idealizados, el mundo de las Formas, y uno de cosas reales, tangibles y
materiales, el mundo de los Sentidos.
En el mundo de las Formas solo habitaba aquello que era puro, ideal e inmutable.
La belleza, las virtudes, las formas geométricas y, en general, el conocimiento,
eran elementos que pertenecían a ese mundo.
El alma, como receptáculo del conocimiento, y siendo inmortal también formaba
parte del mundo de las Formas.
En el mundo de los Sentidos se encontraba todo aquello que fuese compuesto,
real y cambiante. Lo bello, lo virtuoso, que son las representaciones tangibles de
las formas y cualquier cosa que pudiese ser percibida por los sentidos,
pertenecían a ese mundo. El cuerpo humano, que nacía, crecía y moría formaba
parte de él.
Según el filósofo, el alma era lo único que podía ir entre los dos mundos, pues
pertenecía al campo de las Formas y proveía de vida al cuerpo en el nacimiento,
convirtiéndose en parte del mundo de los Sentidos.
Pero el alma dejaba atrás al cuerpo al momento de la muerte, pasando a ser una
esencia perteneciente, una vez más, al mundo de las Formas.
Además, en su obra Fedón, Platón postulaba que la existencia de todo parte de su
opuesto. Lo bello debía nacer de lo feo, lo lento de lo rápido, lo justo de lo injusto y
lo grande de lo pequeño. Eran opuestos complementarios.
Dualismo antropológico:
El dualismo antropológico puede encontrar sus raíces en lo planteado por
Descartes: los individuos cuentan con una mente y un cuerpo. Entonces,
solamente la unión de ambos aspectos pueden conformar a una persona de
manera íntegra.
La teoría del dualismo cartesiano ha tenido por seguidores a muchos otros
filósofos en su cosmovisión, como fue el caso de Locke y Kant. Sin embargo, fue
Tacott Parsons quien logró darle una forma que se adapta al estudio de las
ciencias sociales.
El individuo se encuentra incluido en dos grandes aspectos fundamentales para su
desarrollo. Primero se encuentra relacionado con la res extensa, que tiene un
enlace directo con la sociología y el sistema tangible en el que interactúa el
individuo, lo que es el sistema social en el que se desenvuelve.
Pero también las personas en el nivel básico o individual, están inmersas en la res
cogitans a la que se llama “sustancia mental” y que está relacionada con la cultura
que lo rodea, por lo que atañe a la antropología.
Todavía el dualismo cartesiano tiene una gran influencia en la visión de la
antropología moderna que ha tratado de delimitar las diferencias entre lo físico y lo
ideal, por ejemplo, al separar el rito de la creencia.
Dualismo epistemológico:
En el campo del conocimiento también existe una rama epistemológica que se
relaciona directamente con los planteamientos de la corriente del dualismo.
El dualismo epistemológico está normalmente ligado a las investigaciones
cualitativas, lo que lo posiciona como una alternativa opuesta al monismo
epistemológico, en el que se basan las corrientes de investigación cuantitativas.
Actualmente, el dualismo epistemológico ha evolucionado a lo que se conoce
como el realismo crítico, que se separa de aquello relacionado con lo metafísico,
aunque sigue siendo sujeto de críticas en cuando a la veracidad del conocimiento
que de él se deriva.
La respuesta a los comentarios que realizan los monistas acerca de la agudeza
epistemológica del dualismo fueron contestados por el filósofo Roy Wood Sellars,
quien planteó en un texto que para los realistas críticos el objeto no se infiere, sino
que se afirma.
Sellars también aclaró que para los dualistas el conocimiento de una cosa no es la
cosa; por lo contrario, explicó que el conocimiento toma elementos de la
naturaleza externa del objeto en una interacción con los datos que ofrece el
mismo, es decir, una realidad dialógica.
Para el dualismo epistemológico el conocimiento y el contenido no son lo mismo,
pero tampoco pretende crear una relación ficticia de causalidad en los fenómenos,
sino conocer los datos y su relación con el objeto.
Dualismo metodológico:
La metodología está comprendida como uno de los aspectos que aborda la
epistemología. Es decir, que el dualismo epistemológico se corresponde con su
metodología, que es cualitativa e igualmente dualista. Sin embargo, el último se
enfoca en las líneas que sirven como directrices en la investigación.
En las ciencias sociales existen disciplinas que han logrado circunscribir su
metodología a la corriente monista, pero los que se decantan por el dualismo
exponen que los fenómenos sociales solo pueden abordarse tomando en cuenta
el factor del contexto.
La modalidad de investigación que implementa la metodología dualista, se aplica a
los fenómenos sociales. Con esto se elaborará una aproximación a los mismos, a
través de la descripción, que está influida por la interpretación y casuística
particular.
Al estar involucrado el factor humano como una variable, no es posible
aproximarse al fenómeno como una situación objetiva, sino que está influido por
las circunstancias y el entorno. Esa situación deja al enfoque monista sin las
herramientas necesarias para explorar dicho fenómeno.
Algunas de las herramientas que utiliza el dualismo metodológico son las
entrevistas, la observación participante, los grupos focales, o los cuestionarios.
Sin embargo, a pesar de que las condiciones sean iguales, si dos personas
trabajan en paralelo en una investigación de un fenómeno social sus resultados
podrían diferir.