San Cristóforo
20 de Abril Siglo III
San Cristóforo vivió en el siglo III d. C., en los tiempos de la persecución cristiana por el
emperador Decio, años 249 a 251 d. C., cuando el Santo Hieromártir Babilas era Obispo de
Antioquía. Cristóforo estaba dotado de una fuerza extraordinaria y una gran estatura.
Cristóforo procedía de una raza semibárbara y se llamaba Réprobo, del griego Ρεμπρόβος,
que significa desaprobado. Se dice que era tan feo que le llamaban “cara de perro”.
Su conversión a Cristo tuvo lugar de un modo milagroso. Fue hecho prisionero en batalla
de su nación contra las tropas imperiales romanas. Fue integrado en las legiones romanas y
luchó contra los persas.
Cuando todavía era catecúmeno, para agradecer a Cristo, se estableció en un peligroso paso
del río y pasaba sobre sus hombros a los que deseaban cruzar el río. Un día se le presentó
un niño, quien le pidió que le pasara a la orilla opuesta.
Réprobo, con mucho gusto, lo puso sobre sus hombros y, apoyándose en su vara, entró en el
río. A medida que avanzaba, el peso del niño iba creciendo, por lo que necesitó un gran
esfuerzo para llegar a la otra orilla. Tan pronto como llegó a su destino, le dijo al niño que,
si hubiera tenido que levantar el mundo entero, seguro que no habría sido tan pesado.
El niño le respondió: “no te sorprendas, porque no solo has transportado al mundo entero,
sino también al que lo creó. Yo soy el que está al servicio de Quien has dedicado tus
fuerzas, y como prueba de ello planta tu bastón y mañana habrá germinado”, y desapareció.
Réprobo plantó su vara y al día siguiente efectivamente la encontró que hubo germinado.
Réprobo fue bautizado cristiano por el Santo Obispo Babilas, que lo renombró Cristóforo,
del griego “Χριστόφορο”: Jristóforo: portador de Cristo. La Divina Gracia que recibió en el
bautismo transformó toda su existencia. E incluso su rostro ahora parecía brillante y
hermoso.
En la persecución contra los cristianos, después de su bautismo, vio como eran maltratados
por los idólatras. Indignado, los recriminó duramente, escapando de ellos gracias a su
estatura y su poder. Pero fue denunciado ante el emperador y éste ordenó su arresto.
Doscientos soldados fueron enviados para capturarlo, después de explorar varios lugares, lo
encontraron en el momento en que se estaba preparando para comer un pedazo de pan seco.
Los soldados hambrientos le pidieron de comer y le prometieron que no lo maltratarían.
Uno de los soldados, al ver que a aparte de pan seco no había otra comida, se mostró
irónico con Cristóforo y le dijo que con mucho gusto se haría él también cristiano, si tenía
la fuerza suficiente para alimentar a todos con ese pedazo de pan.
Cristóforo se arrodilló, comenzó a suplicar a Cristo para que multiplicara aquel trozo de
pan, como hizo con los cinco panes en el desierto, para que pudieran comer los cinco
soldados hambrientos, y fueran iluminados para agradecerle y confesarle.
La petición de Cristóforo fue escuchada y el pedazo de pan se multiplicó. Los soldados al
ver el milagro, cayeron a sus pies y le pidieron que les ayudara a conocer mejor a su Dios.
Cristóforo les explicó con sencillez la enseñanza cristiana y tras expresar su deseo por
convertirse en cristianos, los condujo al Obispo de Antioquía Babilas, quien, después de
catequizarlos, los bautizó. Cuando el emperador Decio fue informado del hecho, detuvo a
los soldados bautizados y los decapitó.
Decio intentó convencer a Cristóforo con promesas y otras adulaciones, pero todas fueron
en vano ante la continua negación del Santo. Posteriormente le envió a dos mujeres
públicas, Aquilina y Calinica con la esperanza de ser atrapado por sus encantos y ser
arrastrado.
Las dos mujeres, habiendo oído el mandato de Cristóforo para volver a la senda de la
castidad y la virtud, se hicieron cristianas, y presentadas ante el emperador Decio,
confesaron a Cristo, por lo que fueron martirizadas hasta la muerte. Cristóforo fue sometido
a terribles torturas y finalmente sufrió la muerte por decapitación en el año 251 d. C.
El sagrado cráneo del santo se encuentra en el Monasterio Karakalou del Monte Atos,
Grecia. Partes de sus santas reliquias se encuentran en los monasterios de Prousos en
Euritania, Grecia; Natividad de la Madre de Dios en Egina, Grecia; Santos Anárguiros en
Kastoriá y Kikkos en Chipre.
La Iglesia Católica celebra la Festividad de San Cristóforo el 20 de Abril.
Vocabulario Bíblico Teológico Hebreo-Griego-Latino
Conversión: proviene del latín conversio: es la mudanza de la vida mala a la vida buena.
Trasladarse de una situación a otra, del pecado a la gracia por la penitencia. De la idolatría
al culto de Dios. La conversión sincera conlleva el perdón de todas las faltas.