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Hacia Otras Economias

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HACIA OTRAS ECONOMIAS, Critica al paradigma dominante Andrés Monares Pablo Salvat Bologna Armando Di Filippo Howard Richards Jorge Vergara Estévez Raul Gonzalez Meyer Oscar Useche César Carbullanca Compiladores Raul Gonzalez Meyer Howard Richards Maria de la Luz Trautmann José Luis Coraggio Humberto Ortiz Roca Nicolas Gémez Nez Ivan Canales Jorge Mendoza Pierre Calame HACIA OTRAS ECONOMIAS, Critica at paradigma dominante Compiladores. Raul Gonzétez Meyer Howard Richards Derechos reservados ISBN; 978-956-351-128-4 RPI:216.771 Disefo y Diagramacién Grafica LOM Ltda Concha y Toro 25 Fonos: [56-2] 672 2236 - (56-2) 671 5612 Impreso on tos talleres de LOM Ediciones. Mayo, 2012 AGRADECIMIENTOS Queremos agradecer a las instituciones que apoyaron la publicacién de este libro y nos brindaron espacio para las discusiones que estan a la base del mismo. En primer lugar, a la PASTORAL SOCIAL CARITAS de la Conferencia Episcopal de Chile que abrio el espacio para facilitar una reflexién sobre la “economia que tenemos” y la “economia que queremos” desde una dimensidn ética, motivada por las formulaciones de Mons. Alejandro Goic acerca del “salario ético”, y que con el aporte de Misereor contribuy6 a la edicidn de este libro. A la UNIVERSIDAD ACADEMIA DE HUMANISMO CRISTIANO y su catedra Economia y Sociedad, perteneciente al Departamento de Estudios Generales, en la que se ha generado una linea de investigacién sobre socio - econo- mia y acerca de la relacion entre economia y practicas econdémicas emancipatorias. Finalmente a la Facultad de Ciencias Religiosas y Filosoficas de la UNIVERSIDAD CATOLICA DEL MAULE que a través del Congreso Maulino de Discernimiento Teoldgico, realizadas en el 2011, cobijé discusiones sobre economia como dimensién de la realidad y como disciplina tedrica Queremos finalizar los agradecimientos, sefialando que los articulos presentados son fruto de la reflexidn y el debate realizado al interior del grupo “Repensando la Economia” que continua trabajando en la misma linea Introduccién Algunas perspectivas histéricas sobre El neoliberalismo Andrés Monares: Una breve historia del libre mercado Pablo Salvat Bologna: Del neoliberalismo y algunas sefias de identidad Armando Di Filippo: Etica y economia en el capitalismo global Discusiones con Friedrich Von Hayek Howard Richards: Una alternativa ética a la filosofia de Friedrich Von Hayek Jorge Vergara Estévez: La ética de Friedrich Von Hayek Algunas perspectivias tedricas nuevas Raul Gonzalez Meyer: De la economia a la socio economia Oscar Useche: Reestructuracién “bio-econémica del capitalismo y su impacto en la reconfiguracién del estado y la ciudadania Pierre Calame: Las diferentes categorias de bienes y servicios y los regimenes de Gobernanza para cada una de ellas Maria de la Luz Trautmann: La escasez como resultado de la busqueda de la abundancia Visiones alternativas y América Latina José Luis Coraggio: Los usos de Polanyi en la lucha por otra economia en América Latina INDICE 33 35 77 99 135 159 181 183 231 267 345 345 Humberto Ortiz Roca: Hacia un enfoque de desarrollo humano, integral, solidario, con basamento en una nueva economia Nicolas Gomez Nujfiez: Observaciones sobre lo econémico en el medio social urbano pobre Visiones criticas desde la teologia Ivan Canales: Economia y teologia desde una perspectiva critica Jorge Mendoza: La reconstruccidn ética de la economia César Carbultanca: Reflexiones acerca de los marginados del sistema productivo y social 381 413 415 435 439 | ‘| INTRODUCCION Este libro agrupa y desarrolla aspectos que, como conjunto, constituyen un material critico acerca del capitalismo neoliberal que fue ganando lugar en los Ultimos decenios. Variados aspectos nodales quedan con- tenidos dentro de ese marco y figuran entre los diversos articulos. Un punto de partida insistido es el de la importancia de la contextualizacion del liberalismo econdmico y la ubicacién de sus raices precisas, lo que ayuda a mostrarlo como una construccidn histérica. Con esto se busca escapar a naturalizar el orden mercantil como un proceso que, divino 0 profano, constituye una racionalidad absoluta y un fin de la historia Ello esta absolutamente conectado con otro aspecto transversal a esta publicacion, que es la critica a la idea de dejar que la economia sea la emanacidn de un orden espontaneo de naturaleza puramente mercantil como Unica o exclusiva via para coordinar una sociedad Dentro de ese propésito y de la reflexividad critica sobre la actualidad, es el grado de difusién de lo mercantil en la sociedad, lo que varios articulos ponen en discusién y establecen la necesidad de limites y re- versiones. Ello en relacidn con el trabajo, la naturaleza y en dimensiones variadas de las relaciones sociales y hurnanas que se hacen presa de esa mercantilizacion y, por lo cual, ademas, provocan incertidumbres e inestabilidades. Esto comprende una indagacién ético-critica sobre la importancia desproporcionada que tienen la ganancia y al capital como fines en si mismos, en la orientacién de la economia moder- na. Varios articulos valorizaran la ética, como ejercicio humano que siernpre puede poseer la dimensidn del deber ser y de cuestionar las costumbres vigentes Es interesante la constatacién de que en esa discusién critica sobre un orden mercantil absoluto, hay tendencias y autores de la propia matriz liberal que han tenido roles importantes abriendo puertas a un libera- liso social y a una busqueda mas compleja para armonizar libertad con igualdad. Es esa constatacién la que permite tomar conciencia de la inflexién historica que acontece a fines del siglo XX, generandose posiciones “restauradoras” de un individualismo altamente concentra- dor a través de un [neo)liberalismo que busca extender la racionalidad del mercado en nombre de una libertad abstracta y desprendida de la igualdad De alli, como sostienen varios trabajos, la necesidad de la recuperacién de la razén, la politica y la ética como bases para pensar y construir un orden social, y la validez de que desde alli se piensen aspectos como la justicia, la igualdad, la satisfaccion de las necesidades o la responsa- bilidad social. Esto lleva a plantearse el arte de gobernar la economia como actividad humana y social, revalorizando la idea de oikonomia en cuanto a la organizacién de la produccién y del reparto de bienes y servicios asegurando el bienestar de todos. Esto se relaciona con la necesidad de considerar a las instituciones “formales” e “informales” de la sociedad como determinantes en el funcionamiento de la economia y como construcciones histéricas. Sin embargo, mas de un articulo sefalara que ello no es cuestién de expertos separados de la sociedad, sino que todo desarrollo debe transformar en sujetos a aquellos que supuestamente debiesen ser los meros beneficiarios de este Sin duda, dentro del debate que inaugurase un post-neoliberalismo se plantea el tema preciso de la retribucidn y la igualdad. Este es un o de los aspectos en que con mayor fuerza se impugna la idea de que no se debiese intervenir sobre las reglas espontaneas del mercado, y que no puede entenderse como populismo o como atavismo historico buscar construir un sistema con dosis altas de equidad. Mas atin si, como se sefala en varios articulos, la pobreza actual no es tan expli- cable por la carencia de medios como por el exceso de desigualdad y concentracién de la riqueza Esto se hace mas importante como forma de leer el problema de la pobreza ain existente si consideramos otro componente que cruza varios articulos, cual es la cuestidn de las orientaciones acumuladoras de la economia vigente, en virtud de la cual se condiciona fuertemente la estructura de la vida, usando incluso el mundo de los lenguajes y los afectos, y poniendo en cuestién la reproduccién de la naturale- za. Eso, de acuerdo a algunos textos, actUa como contracara de un impulso consumista que obliga a penetrar mas en el caracter social que acompaiia la modernidad. El propio keynesianismo fortalecié una ética consumista como forma de mantener viva la dinamica sistémica ol Esa enorme capacidad de produccién que se va acumulando, a la vez y paradojalmente, es la base de fuertes crisis y oscilaciones, al no encontrar la demanda suficiente y mantener una gran cantidad de recursos sociales invertidos en técnicas para aumentar ese consumo y alimentar una determinada cultura del tener. Para varios autores, estas orientaciones tienden a hacerse mas fuertes por el papel protagénico y expandido de las grandes empresas trasnacionales en la construccion de la economia global, y en que el capitalismo se muestra como un sistema que crece sin limites ecolégicos, culturales ni geograficos. Pero si bien se analiza criticamente un orden econdmico y social sustentado en bases como las anteriores, varios articulos, junto con combatir la idea que el comportamiento egoista y acumulador lleve a resultados favorables sobre el bienestar general -por la mayor produc- cién de riqueza que produciria- van a sefialar que la economia actual no es caracterizable por esas solas motivaciones. En particular se hace referencia a multiples practicas econdmicas populares, comu- nitarias, domésticas, de reciprocidad o alternativas que, sumadas a la economia publica, constituyen una porcidn importante del sistema econémico. Algunas de dichas motivaciones y practicas no pueden ser entendidas sdlo como propias o resabios de sociedades tradicionales. En particular la economia popular, una parte de la cual esta fundada en relaciones solidarias, aparece orientada por la satisfaccidn de las necesidades basicas basada en el trabajo de sus miembros y en que se generan redes y capital social. Se trataria de realidades que pueden ser fortalecidas, aumentando el peso de sectores subalternos tanto en lo econdmico como en lo politico: Esas otras logicas y agentes econdmicos, en algunos articulos, son comprendidos como la base del planteamiento de una economia plural, en la cual la logica de acumulacion de capitales sea una ldgica entre otras; operante, pero no dominante. Ello seria consistente, por ejemplo, con la realidad de América Latina, donde es observable esa pluralidad de formas de economia aunque se necesiten politicas para fortalecer aquellas de caracter mas social Varios trabajos asociaran la idea de una nueva economia con la revision critica de la ciencia econdmica. Esta no debe considerarse una suerte de fisica social ni una mirada reducida a los datos cuantitativos. Debe comprender la importancia de las instituciones en la explicacion de los hechos econdmicos y que estos contienen, en su interior, dimensiones de la cultura, la politica y la ética, evitando tanto una vision “subso- cializada” como ahistérica de lo econémico. Esto abre al analisis so- cioecondémico un importante campo que ha quedado fuera del analisis convencional de la economia. Los hechos econdmicos estan inscritos en temporalidades de distinta duracién que ayudan a explicarlos, a entregarles significado y a definir periodos con ciertas caracteristicas La publicacién esta dividida en 5 secciones. La primera seccion, se refiere a “algunas perspectivas historicas sobre el neoliberalismo” y contiene trabajos de Andrés Monares, Pablo Salvat y Armando Di Filippo. Elarticulo de “Andrés Monares, Una breve historia del libre mercado: teologia reformada, filosofia moral y ciencia econdmica”, indaga en los origenes de la economia moderna, o de libre mercado, para com- prender las bases el neoliberalismo actual. Ella es fruto del desarrollo particular en las islas britanicas de la teologia de Calvino, que legitimo un tipo de conducta ya existente e impulsd a conducirse de esa mane- ra especifica. En ese proceso participan pensadores como |. Newton y J. Locke, que armonizan la idea de direccion absoluta de Dios con el conocimiento de las leyes naturales. Sera A. Smith quien realice la articulacién definitiva entre gobierno providencial, pecado original y ética materialista, dando forma al sistema de mercado autorregulado Es la deidad, partiendo de los sentimientos humanos y usando su na- turaleza egoista, la que estructura un orden espontaneo, a fin de que la especie sobreviva. El gobierno providencial de los sentimientos para regular a la sociedad se expresa en la autorregulacién bajo la accién de la “mano invisible El neoliberalismo recoge aquel legado, aunque sustrae de Smith su particular filosoffa y ética religiosa, pero repitiendo sus ideas: un orden social espontaneo, la limitacién de la razon, una moral emocional de caracter egoista y la necesidad de autonomia individual. Hayek enfatiza la limitacién racional de la humanidad y define infructuoso cualquier intento de organizacién social con base a la razon, pujando por la libre expresion de la emocional “racionalidad econdmica” y el egoismo lu- ol crativo. Los sentimientos de altruismo o de justicia social responden a épocas pretéritas de la humanidad, donde predominaba el cara a cara y no la sociedad extendida actual, propia de la civilizacién: “la ilusion de que tenemos un producto social, que esta a nuestra disposicién para distribuirlo como queramos, es justamente eso: pura ilusin”. Dentro de esta historia, A. Monares destaca lo curioso que es que las ideas profundamente religiosas y piadosas de Smith hayan despertado en estos siglos oposicién entre diferentes confesiones cristianas. Sin embargo, ellas expresan lo que ya estuvo en los pensadores medievales sobre transformar la ganancia y al capital en fines en si mismos por encima del trabajo productivo Util a la sociedad con una justa retribu- cién. En eso estaria el error del economismo o liberalismo del siglo XIX, que se repite en el presente. Esto, a pesar de que autores como Novak, hablando desde el catolicismo, se muestran abiertamente partidarios de la acumulacién infinita de riqueza. Esto se enfrentaria, para A. Monares, al propio Smith, para quien, mas alla de la bruta- lidad de algunas opiniones acerca de los trabajadores, su economia es sustentadora y su meta es primariamente cubrir necesidades, no acumular ni menos especular. El articulo de Pablo Salvat, “Del neoliberalismo y algunas sefias de identidad”, nos presenta lo que el autor llama “sefias de identidad” del discurso neoliberal, con la conciencia de que ello no es neutral y que hay siempre una tensién entre proyecto, historia y realizacion factica. En este sentido, el autor afirma que la evaluacién que hacemos del neoliberalismo no se guia Unicamente por cuestiones tedricas, sino, principalmente, por las consecuencias que sus aplicaciones han significado para la vida social de nuestros pueblos. A partir de Saint Pelerin, el neoliberalismo establece identidades en lo metodoldgico, en lo practico-historico, en la visidn de la politica, en lo antropoldgico y su vision de la libertad. El autor muestra como esos postulados se apartan de una corriente liberal anterior, presente en autores como Rousseau 0 Tocqueville, en que no es solo la libertad individual, sino también la desigualdad la que potencia 0 no la reali- zacion efectiva de la primera y obliga a entenderla para combatirla Ello introducfa el campo de la construccién del orden social conside- he rado por el neoliberalismo como ideario racionalista, constructivista y socializante, opuesto a las virtudes del orden espontaneo y lo que constituye su institucion mayor: el mercado Entre las sefias principales del neoliberalismo estan: énfasis en el individuo, reducido a preferidor racional, e individualismo como desva- lorizacién de una voluntad comun deliberada; libertad entendida como falta de coaccidn, sin contenido positivo y con fuerte centralidad en la libertad econdémica practicada en el mercado; individuos y sociedades con conocimiento limitado desde el cual no puede construirse orden social; orden espontaneo que sigue a una evolucién social; distancia de idearios politicos modernos supuestamente negadores de la libertad y que estarian afincados en una confianza desmesurada en las posi- bilidades de la razon y el conocimiento. Bajo esas consideraciones, el mercado resulta ser una especie de “milagro de coordinacién incons- ciente”, siempre que funcione como mercado libre Salvat sefala el rol ideolégico del neoliberalismo tanto por olvidar el cardcter utopizante de la manera en que mira la sociedad y la economia (postulandola una evidencia empirical, como por su re-elaboracién a-posteriori y estrecha de los principales acontecimientos politicos, sociales y econdmicos del siglo XX. Ademas, critica su tendencia a negar las racionalidades humanas en juego, a favor de una hegemonia de su expresion calculista/funcional a partir de preferencias. Si solo se tienen preferencias no hay posibilidad de reclamar derechos. Por Ultimo, agrega, el neoliberalismo en su defensa del orden espontaneo hace abstraccidn de los procesos histéricos que conforman la distribu- cin inicial de los recursos, y hace imposible pensar la justicia social por sus implicancias para intervenir sobre esas reglas espontaneas Eltercer articulo de esta seccin, “Etica y economiaen el capitalismo global”, de Armando Di Filippo, resefia la complicada historia de las relaciones entre ética y economia en Occidente. La nocién de la ética comenz6 a cambiar en la era moderna. El liberalismo econémico intenta demostrar una conexidn entre los moviles egoistas del comportamiento de las personas y los resultados favorables sobre el bienestar general por la mayor produccién de riqueza que ello implicaba. Fue el inglés J. Bentham quien profundizo en las bases de este sistema ético utili- 15) tarista, sobre el que se asientan el capitalismo y la teoria académica actual, a través de la nocién de utilidad marginal, base de la teoria de los mercados y de los precios. Luego, de acuerdo al autor, se observan dos determinismos: primero, en el analisis de Marx, uno de tipo tecnoldgico, que fija los valores de las mercancias de acuerdo con su contenido de trabajo abstracto incor- porado bajo condiciones técnicas medias. Otro, en la teoria neoclasica, donde los agentes son meros optimizadores de magnitudes, calculadas con base en la racionalidad instrumental de un “hombre econdmico” Los mecanismos en ambos casos son deterministas sin que medie una dimension ética. Para los neoclasicos, no cabe analizar el contenido y legitimidad de las preferencias de los consumidores, ni el origen y legi- timidad social del ingreso real que determina el poder de compra y la satisfaccion de las necesidades esenciales. La Gran Depresi6n de los afios treinta cedié paso a la legitimidad de las politicas fiscales, monetarias y cambiarias del Estado, e impulsd, desde el keynesianismo, la emergencia de una ética consumista, pues la dinamica del sistema capitalista sufria decaimientos ciclicos de la demanda efectiva. A su vez, el proceso de descolonizacién y el reconocimiento de los Derechos Humanos abrieron su rol desarrollista y benefactor, reapareciendo la temnatica de la ética Di Filippo plantea también la ética asociada a una vision multidimensional del ser humano, que extrae de la filosofia aristotélica. Al respecto, cita ala Escuela Estructuralista Latinoamericana, por plantear un explicito reconocimiento de que la ciencia econdémica no esta “autocontenida’”, de modo que deba aislarse de la ética y de las otras ciencias sociales. En ella estuvo presente el tema de las desigualdades sociales en la distribucién del progreso técnico, de la riqueza y del producto social. Por otro lado, en las economias desarrolladas se produce un compromiso entre las nociones del individualismo y el utilitarismo y las nociones de derechos econdmicos, sociales y culturales. El igualitarismo liberal de John Rawls configura una teoria de la justicia, buscando la convergen- cia de libertad e igualdad, y construye una ética social del capitalismo regulado y la democracia social. Una inflexidn histérica acontece a fines del siglo XX, generandose posi- ciones “restauradoras” de un individualismo altamente concentrador. | 16 Este libertarianismo define la libertad humana como la propiedad de si mismo y de todos los objetos legitimamente poseidos, con algunos limites basicos. Las desigualdades sociales no son tomadas en cuenta, ni las diferentes posiciones de poder en una estructura social. Con la globalizacion, a su vez, se produce una confrontacion entre los derechos de propiedad de corporaciones transnacionales despersonalizadas y los derechos humanos y ciudadanos de los habitantes. La Iglesia es examinada también en su esfuerzo por reubicarse en el mundo contemporaneo, expreséndose en una Doctrina Social, que muestra distancias con principios éticos del capitalismo y con las lecturas de la lucha de clases. Una inflexion historica sera a partir del Concilio Vaticano Segundo, que legitima reformas para humanizar el sistema socio-econdmico y en que se incursiona en las desigualdades crecientes entre naciones y, mas adelante, en una fundamentacion ética y filosofica del trabajo humano Finalmente, Di Filippo analiza las nociones de justicia distributiva y justicia legal o reparadora (conmutativa), estableciendo que la priori- dad ética y logica respecto de los criterios de justicia corresponde a la justicia distributiva La segunda seccién es “Discusiones con Friedrich von Hayek”, y contiene trabajos de Howard Richards y Jorge Vergara Estévez El articulo de Howard Richards, “Una alternativa ética a la filosofia de F. von Hayek”, toma como base el discurso de Hayek cuando recibe el Premio Ndbel de Economia en 1974, y se plantea como una alternativa a esos planteamientos y a los de tipo socialdermdcrata. Ello lo plantea como una ética, definida esta como las normas que pautan la accidn humana. El autor sefala que comparte con Hayek el que la economia no es una fisica y que los datos cuantitativos no logran comprender los mecanismos que generan los fendmenos. Lo que genera la conducta humana es, en gran parte, la organizacién normativa que la cultura ha dado a las tendencias instintivas, pero agrega que la ética posee la dimensién del deber ser y del cuestionar all si la costumbre vigente debe permanecer, lo que hace que todas las normas deben ser consideradas provisorias. En concordancia con Hayek, Richards comparte que hay una inocen- cia nefasta de los economistas al suponer que la vida social se puede comprender con ecuaciones de pocas variables. Lo realmente esencial para estudiar la sociedad es partir de las normas que la organizan Asi, dadas las reglas del juego, es esperable que cuando los gobiernos intervengan para subir los sueldos y los impuestos, bajen las ganancias y las inversiones, 0 que se verifique el postulado liberal de que la des- viacién de los precios reales normalmente debilita el motor principal de la forma econdmica dominante, la acumulacion de capital A partir de de esas realidades el autor sefiala, sin embargo, que Hayek cae en una utopia liberal cuando afirma que lo que frena el empleo es la intervencion anti-natural de gobiernos y sindicatos, sin lo cual se llegaria a un equilibrio natural feliz; pero analizando al capitalismo de libre mercado sacamos la conclusién de que la utopia liberal imaginada por Hayek no es esperable, dadas las reglas del juego que tenemos. Si son esperables: cesantia, bajos sueldos y una perenne alternancia cruel entre inflacién y estancamiento. A partir de alli, el autor plantea que hay una opcién mas real que la utopia socialdemécrata criticada por Hayek, y mas real que su utopia liberal: es una economia plural. Esta estaria orientada desde normas que obedecen a una serie de dinamicas distintas. Es una economia en la cual la Logica de acumulacién de capitales es una ldgica entre otras, operante pero no dominante Esta proposicion ética pone en tela de juicio las reglas del juego actual- mente vigentes, y es una propuesta de cambio social. La superacién del liberalismo de Hayek supone contar con un criterio ético independiente del mercado. Son necesarias las reglas del juego para la formacién de tres sectores: el privado, el ptiblico y un amplio grupo de “terceros sectores”, distinto de los dos anteriores. Para Richards, la economia tiene que ser plural, porque a veces una instituci6n, a veces otra, es el instrumento mas apto para lograr la finalidad del desarrollo humano 18 integral y esta mas en condiciones para seguir funcionando, aunque sea debilitada la fuerza de una de sus varias dinamicas El articulo de Jorge Vergara Estévez, “La ética de Hayek”, refuta la idea de que el neoliberalismo carece de una ética, exponiendo la posicién de F. von Hayek. Al respecto, muestra las diferencias con la ética de Kant y le realiza un conjunto de cuestionamientos. El autor muestra que, para Hayek, la racionalidad es el resultado de un proceso evolutivo, que ha permitido la adquisicién de habilidades ancladas en tradiciones que le han permitido construir la gran sociedad contemporanea. La etapa humana inicial, de acuerdo a Hayek, fue gre- garia y carente de libertad, marcada por una alta cohesi6n y cooperacién grupal, que fue lo que le permitio sobrevivir. Por ello, el individualismo no fue instintivo, sino el resultado de una evolucién civilizatoria. Vergara plantea que con ese marco de analisis Hayek sostendra que la creencia en la justicia social corresponde a un “atavismo La actual se entiende como una sociedad extendida, que surgié de la supresion progresiva de las normas instintivas y de su sustitucién por normas impersonales de coordinacién humana. La sociedad de mercado es un “orden extendido”, que para Hayek representa la fase final del desarrollo de la humanidad y que integra el producto de la experiencia practica de la humanidad. Constituye una “evolucién selectiva” de las normas y no una emanacion de nuestra razon. Por el contrario, segin Hayek, esa pretensidn Ultima, presente en Occidente en el siglo XX a través de ideas colectivistas, habia conducido a una confusién moraly a limitar las libertades individuales. Hayek rechaza la nocién de “res- ponsabilidad social” y niega el valor ético de un Estado de Bienestar que obliga a determinados actos altruistas. De este modo, el autor afirma que Hayek convierte en imperativas las normas sociales de la “sociedad extendida”, inmanentes y necesarias para su reproduccion como sociedad de mercado. Permiten la coordinacién espontanea, el uso de inconcientes patrones de conducta y suministran los valores y fines a los que nuestra razon debe servir. En Kant, sefiala Vergara, a partir de la distincion entre éticas heterd- nomas y auténomas, se rechaza una pura construccidn ética basada en la experiencia y se evidencia que la razén también interviene en la forma en que debe obrar, poniendo incluso en cuestién el como se ha obrado hasta ahi. Los seres humanos pueden darse normas y pueden criticar las normas recibidas. A su vez, para Kant, el hombre en su historia tom conciencia de que habia que considerar a los otros como iguales, donde no cabe la instrumentalizaci6n. Para Vergara ello funda una ética racional con base en la autonomia de la razon y en la igualdad y dignidad de las personas muy distinta de la hayekiana, que convierte en normas éticas las condiciones de posibilidad de una sociedad de mercado. Asi, desde la perspectiva de Kant retomada por el autor, resulta criticable que la busqueda de justicia distributiva, de cooperacién y de un proyecto colectivo puedan ser caracterizados como atavismos arcaicos La tercera seccién presenta algunas perspectivas nuevas de anali- sis de la realidad y contiene trabajos de Raul Gonzalez Meyer, Pierre Calame, Oscar Useche y Maria de la Luz Trautmann El trabajo de Raul Gonzalez Meyer, “De la economia a la socio econo- mia”, plantea bosquejar un enfoque alternativo a la teoria neoclasica para interpretar los hechos econdémicos, al cual denomina socio- economia. En esa perspectiva, plantea la necesidad de reintroducir la esfera econdmica en la sociedad y entenderla en fuerte imbricacién con las otras esferas, entendiendo los hechos econdmicos como he- chos sociales. Eso significa que contienen a la cultura, la politica y ala ética no en su entorno, sino en su propia constitucién y manifestacién, combatiendo una visién “subsocializada” de lo econdmico. Esto se re- laciona con la necesidad de considerar a las instituciones “formales” e informates” de la sociedad como determinantes en el funcionamiento de la economia, lo que, para el autor, hace relevante el estudio de sus construcciones y sus cambios. Esto incluye la propia comprension del funcionamiento de los mercados reales, no reducibles en su caracter al sdlo acto mercantil de oferta y demanda, y en que, citando a Durkheim, sefiala que no todo es contractual en el contrato. Gonzalez plantea, también, que la economia actual no es caracterizable, como lo hace la teorfa econdmica dominante, por las solas motivaciones de maximizacién de consumidores, trabajadores y capitalistas. Junto } | 20 con compartir la critica de Polanyi de que el liberalismo econdmico ha tratado de crear un universal en el mercado y el homus econémicus, el autor sostiene que una serie de otras légicas estan presentes y son claves para comprender la dinamica contemporanea del sistema eco- nomico. La economia social y solidaria, doméstica y comunitaria, y la economia publica, son ejemplos de ello. En este plano, sefiala el autor, algunas de dichas motivaciones y practicas no pueden ser entendidas sdlo como propias, 0 resabios de sociedades tradicionales. Esto abre al analisis socioecondmico un importante campo que ha quedado fuera del analisis convencional de la economia Otro Angulo desde el cual levantar una lectura distinta a la neoclasica es la comprensién de la economia desde el movimiento histérico. Los hechos econdmicos estan inscritos en temporalidades de distinta du- racién que ayudan a explicarlos, a entregarles significado y a definir periodos con ciertas caracteristicas. Para Gonzalez, retomando autores como Veblen, Schumpeter o Marx, la teoria neoclasica, al centrarse en las modalidades de como se reequilibra el sistema econdmico cuando se altera una variable -estatica comparativa-, es incapaz de aprehender la dinamica histérica de lo econémico Finalmente, el autor plantea que esta perspectiva de una socio-economia tiene implicancias para el campo normativo y de la accién politica: la esfera econdmica no puede ser naturalizada, sino que esta sujeta a ser orientada por la sociedad; permite observar lo econdmico en toda su complejidad, como creador de instituciones y condicionado por instituciones, lo que puede hacerse objeto de la politica; fundamenta elimpulso de sectores de economia social en la idea de una economia plural, no caracterizada por una sola racionalidad; abre la idea del cam- bio historico como un dato permanente de la realidad sobre el cual se puede y debe actuar; por ultimo, la socio-economia muestra que toda economia funciona con determinados postulados éticos que pueden ser transformados en objeto de reflexividad critica por la sociedad El articulo de Oscar Useche, “Reestructuracién bio-econémica del capitalismo y su impacto en la reconfiguracion del Estado y la ciuda- dania”, busca aportar a una propuesta de desarrollo que reconstruya formas de vida y la relacion con la naturaleza. Sefiala que el liberalis- 2 mo, emergiendo como oposicién a la sobre-codificacién juridica que habia dado al Estado una fuerza de Leviatan, realz6 a la sociedad, la ciudadania y los derechos y libertades individuales, en primer lugar la mercantil y la propiedad privada. El mercado constituyé el test donde ese liberalismo identificd el “gobernar demasiado”. El neoliberalismo ha extendido esta racionalidad del mercado sobre el conjunto de la vida humana y la naturaleza, modificando formas de vida con el desplieque de técnicas de poder que constituyen, de acuerdo a M. Foucault, una “bio-politica” que conlleva la imposibilidad de comprender la alte- ridad, la diferencia y el pluralismo. El mercado, sefiala Useche, se transforma en una fabrica de subjetivaciones que expande la razon econémica como pauta de comportamiento basico. De ello participan una cultura tecnoldgica y cientifica, el mercadeo y el sistema financiero. Como contraparte, la politica es vaciada de contenidos y se empieza a circunscribir a un “mercadeo politico” Se constituye un espacio especifico de bio-poder que el autor nombra como la “bio-economia’, la que representa, citando a Fumagalli, el poder totalizador e invasivo de la acumulacién capitalista en la vida de los seres humanos y la naturaleza. Asi ta biosfera, en donde habita la infinita diversidad de formas de vida, es sometida a la logica del merca- do, la que supone que esos bienes siempre estuvieron ahi, esperando ser apropiados y explotados. El antropocentrismo y mercado-centrismo han puesto en crisis la relacién hombre biosfera y la consideracién de la entropia cuestiona hoy la rigidez y unilateralidad de la economia do- minante. Pero también, sefiala el autor, el mundo de los lenguajes y los afectos, del pensamiento ldgico y ta comunicacién, de la interacci6n y la confianza, aparentemente repelentes a la esfera del trabajo, resurgen como factores productivos. Estas facultades humanas son captadas como materia prima esencial de la economia globalizada, poniendo en la entrafia del proceso de acumulacién bio-econdmica al capital humano y al capital social. En estas circunstancias se levanta un mundo de la vida que desde la incertidumbre e inestabilidad pugna por liberarse de este mercantilismo extendido. Florecen embriones de comunidades abiertas y reconfigura- ciones sociales que horadan la supremacia del mercado y su conflictivo binomio con el Estado. Es una fuerza inmanente, que ya no se refe- 122 rencia obligatoriamente al capital, que es potencialmente autonomay cooperativa. Para Useche, entonces, se establece un terreno de lucha entre diferentes subjetivaciones entre los poderes dominantes y las fuerzas de la vida. Es la huella de pequefios acontecimientos y de su capacidad de transformacidn lo que se va tornando relevante para el analisis actual, como los micro-procesos productivos en los que, sin embargo, esta presente el conjunto de relaciones vitales. Eso debe ser acompanado por grandes orientaciones que configuran un “programa de desarrollo por la vida”, que pone limites al crecimiento, reconoce las nuevas potencialidades comunales del trabajo que crea capacida- des propias en nuevos sujetos y agencias sociales para entrar en la Produccién cognitiva, que afinca espacios de intercambio propio, que profundiza en la experiencia de mercados sociales e impulsa formas de consumo responsable. El trabajo de Pierre Calame, “Las diferentes categorias de bienes y servicios y los regimenes de gobernanza para cada una de ellas” parte de la pregunta por la naturaleza de los diferentes tipos de bienes y servicios y las implicancias de ello para su gestién. Para Calame, el gobierno de la economia no puede pensarse desde la idea de que existe un orden natural pre-establecido, que resuelve espontaéneamente las necesidades individuales y sociales. Esto lleva a plantearse el arte de gobernar la economia, lo que conduce a actualizar el significado de oikonomia en cuanto organizar la produccién, el reparto y el uso de bienes y servicios de manera de garantizar a la humanidad todo el bienestar posible. Esto, recordando la etimologia griega oiko nomos, es decir gobierno de la casa, La ciencia econdmica debe ser repensada no como un parangon de la ciencia de la fisica, sino como un ramo del arte de la gobernanza. Esta gobernanza debe considerar que el intercambio nace de la produccion y del uso de los bienes y servicios, y tiene como finalidad ayudar a satisfacer esas necesidades, pero también crear los vinculos que contribuyen tanto a forjar la sociedad y las relaciones entre los individuos como la relacién entre las sociedades y la bidsfera. Estas practicas sociales que solemos llamar “econdémicas” son ellas mismas construidas socialmente y, a la vez, bases de la construccién de la so- ciabilidad en general. Por ejemplo, sefiala Calame, el hecho de acufiar 23 un circulante, una moneda, crea una comunidad, la comunidad de aquellos quienes se relacionan entre si por medio de aquella moneda De acuerdo a Calame, la ciencia econémica, entendida como o/kono- mia, tiene que ser capaz de describir y calificar los distintos bienes y servicios, clasificarlos en categorias tan homogéneas como sea po- sible. Ello porque solo a partir de esa distincién se pueden definir los actores, los ordenamientos institucionales, los procesos y las reglas; en una palabra, los “regimenes de gobernanza” corresponden a cada una de esas categorias. No se trata de un mecanismo Unico -el mer- cado o la planificacién-, en abstracto, a través del cual se enfrentan las necesidades. Resulta fundamental adecuar los diversos regimenes de gobernanza de la produccién y del uso de los bienes y servicios a la naturaleza de los diversos tipos de bienes y servicios. En la direccién sefialada, Calame propone clasificar los bienes y servicios bajo cuatro rubros, cada uno de los cuales requiere una gobernanza y por ende una ciencia econémica repensada y especifica; es decir, una distinta oikonomia. Estos cuatro tipos de bienes y servicios son, para el autor: (1) los bienes que se destruyen al compartirse (2] los bienes que se dividen al compartirse y existen en cantidad finita; (3} los bienes que se dividen al compartirse pero existen en cantidad indetermina- da; [4] los bienes que se multiplican al compartirse. En relacién con esas categorias, va sefialando el lugar de la sociedad, del Estado y del mercado en su gestion El articulo de Maria de la Luz Trautmann, “La escasez como resultado de la busqueda de la abundancia”, busca mostrar otra manera de plantearse el problema econémico contemporaneo, en particular las recientes crisis. Parte diciendo que tos textos en uso definen a aquel como el problema de la escasez, del que surge la constante busqueda del crecimiento. Sin embargo, la autora observa que el crecimiento ha sido mucho y que los problemas continuan. Asimismo, se observa que una serie de las ultimas crisis han sido por escasez de divisas, pero como efecto de una masa demasiado abundante de capitales que cir- culan por el mundo y producen aquella situacin critica nivel nacional. Recuerda también la afirmacién de Rosa de Luxemburgo sobre los obreros que quedan cesantes por haber producido demasiado. La crisis 26 iniciada los afios ‘70 es producto de la sobreproduccién por ta disputa intercapitalista y el incremento de la produccién japonesa y alemana Otros varios hechos que mostrarian a esta abundancia relativa como origen del problema: la enorme cantidad de recursos utilizados en publicidad, los recursos financieros que buscan utilidades por el mundo y las dificultades de las pequefias empresas para colocar sus productos. Muchos paises pobres sefalan las dificultades para vender sus productos agricolas por los subsidios de los agricultores norteamericanos o europeos. Trautmann pregunta si eso es escasez de productos 0 escasez de mercados. A la vez, el aumento del producto tiene una serie de efectos ambientales y sobre la salud humana, por ejemplo la produccién minera, forestal y agropecuaria. Asimismo, amenaza con sobre-explotar las fuentes de agua, el calentamiento global, la biodiversidad y la existencia de alimentos. Esta idea de crecer sostenidamente, apoyada en el erréneo planteamiento del problema econdmico, se sostiene para la autora, tomando como referencia a E. Fromm, en el “caracter social” generado en el sistema capitalista. Desde el punto de vista subjetivo, el hombre ha terminado trabajando para fines extrapersonales y se ha transformado en el esclavo de una maquina que él mismo construyé. Las relaciones han perdido su caracter directo y presentan un espiritu de instrumentalidad y de manipulacién donde lo Unico importante es adquirir propiedades y el derecho ilimitado a conservarlas. Fromm lo define como la “cultura del tener” y del “caracter mercantil’, en que todo se transforma en articulo de comercio, las cosas y las personas, aun sus sonrisas. Frente a aquella cultura, la autora sostiene que hay muchas iniciativas ciudadanas que se arraigan en la cultura del ser, como los movimientos ciudadanos que ponen limites a trasnacionales movidas por la ganancia, las orientaciones hacia la soberania alimentaria, la revalorizacién de los bienes comunes, las discusiones sobre la renta basica, las expe riencias de trueque y las festividades y el arte publico, donde el tener y la apropiacién no son lo central La cuarta seccién presenta analisis referidos a la cultura popular urbana y a un desarrollo otro, y contiene trabajos de José Luis Cora- ggio, Humberto Ortiz y Nicolas Gomez. Elarticulo de José Luis Coraggio, “Los usos de K. Polanyi en la lucha por otra economia en América Latina”, busca leer a dicho autor desde el objetivo de comprender los sentidos de las experiencias de economia social y de las movilizaciones sociales en América Latina. Destaca que Polanyi permite enfrentar un fatalismo economicista, al hacer ver que siempre otra economia es posible, en tanto las economias modernas son construcciones politicas que se expresan en institucionalizaciones. Polanyi permite observar que en la historia han existido varios “modelos o principios de integracién” del proceso econdmico, y que el mercado es solo uno de ellos. Coraggio los sistematiza en cuanto a sus conte- nidos y en cuanto a las condiciones para que se den: las “estructuras facilitadoras”. Ademas, incluye y refuerza otros dos, no ausentes en la obra de Polanyi, pero menos considerados: la economia doméstica y la planificacion. Sobre el primero sefiala que en la actualidad, en América Latina, una parte apreciable del sustento se logra a través de la produccién para el propio consumo. Sobre el segundo, sefala que el Estado en América Latina ha tenido un rol fundamental en la industrializacién, en los sistemas educacionales, en salud, infraes- tructura y otros. Ese esquema de anilisis, Coraggio lo contrasta con lo que denomina la economia social y su programa de accién en América Latina. Entre otros puntos, es destacada la importancia de las unidades domésticas populares, que configuran la economia popular centrada en la repro- duccién de la vida y en el trabajo. También la necesidad de construir un sistema econdmico que articule los cinco modelos de integracién, a lo que apunta la critica de Polanyi al liberalismo de intentar reducir el sistema al solo principio del mercado. En esa direccion también es pertinente la perspectiva de Polanyi de sacar al trabajo del mercado, desprivatizando los contratos de trabajo y expandiendo experiencias autogestionarias, asi como también a la tierra, desmercantilizando la relacién con la naturaleza li i 126 Coraggio sostiene, finalmente, que los planteamientos de Polanyi per- miten sobrepasar una idea de lo social como mera preocupacién por los mas pobres y como acciones asistencialistas. Lleva a construir otra economiay a la reestructuracion de sus instituciones, justicia, disposicion y propiedad de los recursos. Ello aparece correspondiente con la realidad de América Latina, donde, aunque con diferencias entre subregiones, se presenta una economia mixta, -empresarial capitalista, publica y popular-, y donde esa otra economia debe constituirse de la convergencia entre las acciones ptblicas y la auto-organizacién social. Desde esa perspectiva, el autor sostiene que América Latina se encuentra en un inevitable pro- ceso de creacin de una pluralidad de formas de economia alternativa, Eso, junto a ser un proceso nuevo, es la prolongacién de una tradicién larga, donde se sitUan las actuales luchas de los pueblos originarios; los legados de la Teologia y de la Pedagogia de la Liberacién; la historia del cooperativismo y del mutualismo y diversas revoluciones que han acompafiado los esfuerzos emancipadores en el continente. El articulo de Humberto Ortiz, “Desarrollo humano, solidaridad y nueva economia”, plantea la necesidad de avanzar hacia esa reali dad. Un dato de partida para el autor es la globalizacién, actualmente dirigida por grupos empresariales trasnacionales bajo orientacion neoliberal. Ello ha generado una gran cantidad de pobreza, exclusién y concentraci6n de la riqueza, conflictos armados de baja intensidad; abundante comercio de narcolicos. Frente a esa realidad es necesario el planteamiento de un otro desarrollo. El autor sostiene que el desarrollo no puede ser concebido como algo proveniente desde expertos y que se impone a los grupos humanos, sino que debe partir de estos, debe ser un desarrollo “desde abajo” y “desde dentro”. Sin embargo, es necesario partir de una definicién de desarrollo integral, que es a la vez econdmico, social, politico, cultural, ecoldgico y ético. Asi, los distintos paises o comunidades pueden tener distintos niveles de desarrollo en cada una de estas dimensiones y siempre tendran desafios por delante Ortiz sostiene que este desarrollo humano integral debe arraigarse en practicas visibles de solidaridad, existentes en la economia popular actual. Tomando a Coraggio, sefiala que esta economia esta orientada por la satisfaccién de las necesidades basicas y se basa en la expan- sién de las capacidades laborales de personas y familias, las que generan Fondos de Trabajo bajo las formas de trabajo dependiente o independiente, remunerados y de trabajo doméstico, comunitario 0 de autoformacién, no monetarios. Esto significa, para el autor, pasar de un paradigma centrado en el capital y la competitividad a otro centrado en el trabajo y la cooperacién, lo que significa, citando a Razeto, movilizar el “factor C” (cooperacién, compartir, comunidad, confianza, etc.). Este tipo de economia, sefiala el autor, se ha venido configurando en Amé- rica Latina como respuesta de poblaciones empobrecidas y excluidas Para que esta economia avance mas es necesaria una interaccién de politicas micro, meso y macro econdmicas, ademas de globales, asi como un proyecto nacional con dicha perspectiva. Asimismo, debe re- conceptualizarse el mercado como relaciones entre personas y grupos humanos, maximizando la cooperacion en los intercambios. Dentro de esa estrategia, el territorio local debe ser concebido como un importante espacio de desarrollo econdmico popular y solidario Ello pasa por reconocer la existencia en su interior de seis sectores claves: produccién, consumo, comercio, servicios generales, servicios tecnoldgicos y servicios financieros. El desarrollo local se basa en me- jorar las condiciones de vida, usando sustentablemente los recursos enddgenos, a partir de la concertacidn de actores econdmicos locales de origen publico, privado y social El articulo de Nicolas Gomez Nujfiez, “Observatorio sobre lo eco- némico en el medio social urbano pobre”, explora la cultura de las organizaciones econdmicas en medios sociales urbanos pobres. En una primera parte identifica los andlisis sobre los cambios ocurridos desde los afios ‘70 en el mercado del trabajo en América Latina, que, en general, fueron interpretaciones sobre las consecuencias del abandono de la estrategia de sustitucién de importaciones y en que la “‘pequefia empresa” fue entendida como un refugio Luego describe las perspectivas de analisis que se generaron sobre la cultura de las organizaciones antes sefaladas. En una primera mirada aparecen aspectos empresariales modernizantes, la legitimidad en referencia al sector formal, la modalidad de gestacion de la cultura 28 interna y la naturaleza hipotético deductiva del analisis a partir de una empresa idealizada. En una segunda linea de analisis se considera las relaciones de cooperacién en un mercado competitivo, la categoria de lo popular, las relaciones sociales de solidaridad. También el autor explora la naturaleza de los quehaceres cientificos que estuvieron presentes en la exploracién de las organizaciones econdmicas populares, donde destaca el rol jugado por el Programa de Economia del Trabajo (PET] en Chile. Una serie de conocimientos que aparecen se refieren a los sentidos de su actividad econdmica y a las relaciones con la comunidad. Nociones como comensalidad, re- ciprocidad y coordinacién se hacen claves en el andlisis. También las practicas de asociacién y de representacion. En términos generales, en esta historia Gomez sefiala una asimetria entre las dimensiones econdémicas, sociales y culturales en los analisis, con privilegio de las dos primeras. Respecto de los analisis sociales, describe estudios de villas argentinas y de Lomitz, en que aparecen los fendmenos de las redes y las relaciones y sociabilidades. Finalmente, hay un intento de afirmar algunos conceptos para apre- hender lo econémico de las organizaciones analizadas. Asi, pueden ser comprendidas como un complejo de relaciones cooperativas y como un contexto estructurado de significados, pero que existen en medio de tensiones experimentadas por los integrantes. El autor analiza interpretaciones de esas tensiones tomando dos ejemplos: el estudio de Bourdieu acerca de la vivencia de desarraigo del subproletariado urbano y campesinado proletarizado en Argelia, y el del Hogar Obrero, fundado en Argentina y analizado por Forni y Roldan. Esos ejemplos permitirian concluir que la cultura de las organizaciones econdmicas populares es un desenlace de las tensiones entre componentes de su universo simbolico. Ello estaria a la base de los procesos de cons- titucion de redes y del capital social que acumulen, asi como de sus componentes més especificos, como los grados de confianza La quinta seccion aborda criticamente el sistema economico actual desde una perspectiva teoldgica, y contiene trabajos de Ivan Canales, Jorge Mendoza y César Carbullanca al El articulo de Ivan Canales, “Reflexiones para una ética social cris- tiana de caracter global”, se plantea un analisis de la realidad y una propuesta desde una ética social cristiana, a partir de la sintesis de las tesis de Antonio Gonzalez. El autor parte por caracterizar el capi- talismo como un sistema que crece sin limites ecoldgicos, culturales ni geograficos, y que esta pasando desde un imperialismo centrado en Estados nacionales a otro mundial. El poder mundial es asimétrico y se refleja en aspectos como las barreras arancelarias de los paises mas ricos, la accién de las instituciones econdmicas internacionales y las barreras a la emigracidn. Este orden se expresa en una impresionante concentracién de los ingresos, desaparicion de especies y sobreexplo- tacién de recursos naturales. El déficit democratico es también grande, dado el dominio de los capitales multinacionales sobre los Estados. La ideologia neoliberal ha servido para aplicar estas politicas. Todo ello el autor lo ve como consecuencia de déficits sistémicos que van més alla de la economia y que abarcan una dimension ética pro- funda. Yendo a las fuentes biblicas, esto se levanta sobre la pretension adamica de autojustificacién 0 de ser como dioses, de buscar el poder y el prestigio, que es el pecado de Adan, De construir la torre de Babel. Asi, la obsesion capitalista por el crecimiento y la produccién son tam- bién expresidn de esa ldgica puesta al descubierto por las Escrituras, expresion de una ldgica situada en lo mas profundo de las estructuras de dominacién y de la praxis humana Sin embargo, Canales plantea que se lee que Dios ofrece la posibilidad de configurar una praxis alternativa al egocentrismo autojustificatorio de la légica adamica. La figura de Abraham es presentada como un contrapunto de Adan, en términos de la entrega total en que se fun- da la historia de la salvacién. El libro del “Exodo”, aun més radical, muestra a los israelitas abandonando el sistema econémico opresor para construir en la periferia una sociedad alternativa, que equivale a una nueva creacion. La ley de Israel, de acuerdo al relato biblico, no puede entenderse al margen de esa experiencia de liberacidn y esta destinada a evitar que reaparezca la opresidn, lo que se expresa en el objetivo de que desaparezca la pobreza, en el perdén de las deudas, la prohibicion del préstamo a interés, la recuperacién de las tierras, la inexistencia de impuestos como tributo al rey, la posibilidad de re- #30 cuperar la libertad si se ha caido en la esclavitud. Para Canales no se traté de un aislacionismo sectario, sino de una distincidn necesaria para ser una alternativa, de lo que se sigue que los descendientes de Abraham son bendicion para todas las familias de la tierra Para el autor, la fe cristiana afirma con Jesus que se ha superado el pecado fundamental de la humanidad, el pecado de Adén de autojusti- ficacién que, de acuerdo al diagnéstico biblico, es la estructura profunda de toda forma de desconfianza, manipulacién, dominacién, violencia y opresion social. Jesus, sefiala el autor, con su actuar de no responder, renuncia a entrar en la légica del malvado y con ello escapa a la base en que se funda toda forma humana de dominacién y todo imperio Jesus esta proponiendo nuevas relaciones sociales, libres de la lgica adami- ca de la retribucidn, y toca la raiz misma de la opresin y no solo sus plasmaciones concretas. Es la subversion radical de la historia humana, desde el presente y desde abajo. Elautor sefiala que frente a las logicas egocéntricas y devastadoras del imperio, el cristianismo debiera confi- gurarse como una praxis comunitaria de resistencias con una estructura descentralizada y reticular. Por tanto, los cristianos pueden mostrar que la esperanza ya es una realidad, que la humanidad nueva comienza a ser posible en sus comunidades y que el futuro se ha iniciado, ya El articulo de Jorge Mendoza, “La reconstitucion ética de la econo- mia”, parte de la afirmacién de que reconstruir la economia desde bases éticas exige entenderla como una construccién social, cuyo proposito es la satisfaccion de las necesidades de las personas. En este sentido, no se la puede ver en términos de “mano invisible” como sindénimo de “Providencia divina” y ni como la sacralizacién de algun modelo econdmico, pretendiendo dirigirlo como si se tratara de algo natural. En esta visidn solo tendria cabida la resignacién y no habria lugar a la esperanza, inteligencia y voluntad. El autor sefala que ello significa trabajar temas como la voluntad de Dios, la libertad del hombre y revisar el supuesto de la escasez, impe- rante en la teoria econémica. Sefiala que el actual modelo econdmico esta sustentado en la produccidn de satisfactores para quien tiene capacidad de pagarlos, excluyendo a quienes no tienen esa capacidad

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