Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 437
HACIA OTRAS ECONOMIAS,
Critica al paradigma dominante
Andrés Monares
Pablo Salvat Bologna
Armando Di Filippo
Howard Richards
Jorge Vergara Estévez
Raul Gonzalez Meyer
Oscar Useche
César Carbullanca
Compiladores
Raul Gonzalez Meyer
Howard Richards
Maria de la Luz Trautmann
José Luis Coraggio
Humberto Ortiz Roca
Nicolas Gémez Nez
Ivan Canales
Jorge Mendoza
Pierre CalameHACIA OTRAS ECONOMIAS, Critica at paradigma dominante
Compiladores.
Raul Gonzétez Meyer
Howard Richards
Derechos reservados
ISBN; 978-956-351-128-4
RPI:216.771
Disefo y Diagramacién
Grafica LOM Ltda
Concha y Toro 25
Fonos: [56-2] 672 2236 - (56-2) 671 5612
Impreso on tos talleres de LOM Ediciones.
Mayo, 2012AGRADECIMIENTOS
Queremos agradecer a las instituciones que apoyaron la publicacién
de este libro y nos brindaron espacio para las discusiones que estan a
la base del mismo. En primer lugar, a la PASTORAL SOCIAL CARITAS
de la Conferencia Episcopal de Chile que abrio el espacio para facilitar
una reflexién sobre la “economia que tenemos” y la “economia que
queremos” desde una dimensidn ética, motivada por las formulaciones
de Mons. Alejandro Goic acerca del “salario ético”, y que con el aporte
de Misereor contribuy6 a la edicidn de este libro. A la UNIVERSIDAD
ACADEMIA DE HUMANISMO CRISTIANO y su catedra Economia y
Sociedad, perteneciente al Departamento de Estudios Generales, en
la que se ha generado una linea de investigacién sobre socio - econo-
mia y acerca de la relacion entre economia y practicas econdémicas
emancipatorias. Finalmente a la Facultad de Ciencias Religiosas y
Filosoficas de la UNIVERSIDAD CATOLICA DEL MAULE que a través
del Congreso Maulino de Discernimiento Teoldgico, realizadas en el
2011, cobijé discusiones sobre economia como dimensién de la realidad
y como disciplina tedrica
Queremos finalizar los agradecimientos, sefialando que los articulos
presentados son fruto de la reflexidn y el debate realizado al interior
del grupo “Repensando la Economia” que continua trabajando en la
misma lineaIntroduccién
Algunas perspectivas histéricas sobre
El neoliberalismo
Andrés Monares: Una breve historia del libre mercado
Pablo Salvat Bologna: Del neoliberalismo y
algunas sefias de identidad
Armando Di Filippo: Etica y economia en el capitalismo global
Discusiones con Friedrich Von Hayek
Howard Richards: Una alternativa ética
a la filosofia de Friedrich Von Hayek
Jorge Vergara Estévez: La ética de Friedrich Von Hayek
Algunas perspectivias tedricas nuevas
Raul Gonzalez Meyer: De la economia a la socio economia
Oscar Useche: Reestructuracién “bio-econémica
del capitalismo y su impacto en la reconfiguracién
del estado y la ciudadania
Pierre Calame: Las diferentes categorias de
bienes y servicios y los regimenes de Gobernanza
para cada una de ellas
Maria de la Luz Trautmann: La escasez como
resultado de la busqueda de la abundancia
Visiones alternativas y América Latina
José Luis Coraggio: Los usos de Polanyi en la lucha
por otra economia en América Latina
INDICE
33
35
77
99
135
159
181
183
231
267
345
345Humberto Ortiz Roca: Hacia un enfoque de desarrollo humano,
integral, solidario, con basamento en una nueva economia
Nicolas Gomez Nujfiez: Observaciones sobre lo econémico
en el medio social urbano pobre
Visiones criticas desde la teologia
Ivan Canales: Economia y teologia desde una perspectiva critica
Jorge Mendoza: La reconstruccidn ética de la economia
César Carbultanca: Reflexiones acerca de los marginados
del sistema productivo y social
381
413
415
435
439|
‘|
INTRODUCCION
Este libro agrupa y desarrolla aspectos que, como conjunto, constituyen
un material critico acerca del capitalismo neoliberal que fue ganando
lugar en los Ultimos decenios. Variados aspectos nodales quedan con-
tenidos dentro de ese marco y figuran entre los diversos articulos. Un
punto de partida insistido es el de la importancia de la contextualizacion
del liberalismo econdmico y la ubicacién de sus raices precisas, lo que
ayuda a mostrarlo como una construccidn histérica. Con esto se busca
escapar a naturalizar el orden mercantil como un proceso que, divino
0 profano, constituye una racionalidad absoluta y un fin de la historia
Ello esta absolutamente conectado con otro aspecto transversal a esta
publicacion, que es la critica a la idea de dejar que la economia sea la
emanacidn de un orden espontaneo de naturaleza puramente mercantil
como Unica o exclusiva via para coordinar una sociedad
Dentro de ese propésito y de la reflexividad critica sobre la actualidad,
es el grado de difusién de lo mercantil en la sociedad, lo que varios
articulos ponen en discusién y establecen la necesidad de limites y re-
versiones. Ello en relacidn con el trabajo, la naturaleza y en dimensiones
variadas de las relaciones sociales y hurnanas que se hacen presa de
esa mercantilizacion y, por lo cual, ademas, provocan incertidumbres
e inestabilidades. Esto comprende una indagacién ético-critica sobre
la importancia desproporcionada que tienen la ganancia y al capital
como fines en si mismos, en la orientacién de la economia moder-
na. Varios articulos valorizaran la ética, como ejercicio humano que
siernpre puede poseer la dimensidn del deber ser y de cuestionar las
costumbres vigentes
Es interesante la constatacién de que en esa discusién critica sobre un
orden mercantil absoluto, hay tendencias y autores de la propia matriz
liberal que han tenido roles importantes abriendo puertas a un libera-
liso social y a una busqueda mas compleja para armonizar libertad
con igualdad. Es esa constatacién la que permite tomar conciencia de
la inflexién historica que acontece a fines del siglo XX, generandose
posiciones “restauradoras” de un individualismo altamente concentra-
dor a través de un [neo)liberalismo que busca extender la racionalidaddel mercado en nombre de una libertad abstracta y desprendida de
la igualdad
De alli, como sostienen varios trabajos, la necesidad de la recuperacién
de la razén, la politica y la ética como bases para pensar y construir un
orden social, y la validez de que desde alli se piensen aspectos como la
justicia, la igualdad, la satisfaccion de las necesidades o la responsa-
bilidad social. Esto lleva a plantearse el arte de gobernar la economia
como actividad humana y social, revalorizando la idea de oikonomia
en cuanto a la organizacién de la produccién y del reparto de bienes
y servicios asegurando el bienestar de todos. Esto se relaciona con la
necesidad de considerar a las instituciones “formales” e “informales” de
la sociedad como determinantes en el funcionamiento de la economia
y como construcciones histéricas. Sin embargo, mas de un articulo
sefalara que ello no es cuestién de expertos separados de la sociedad,
sino que todo desarrollo debe transformar en sujetos a aquellos que
supuestamente debiesen ser los meros beneficiarios de este
Sin duda, dentro del debate que inaugurase un post-neoliberalismo
se plantea el tema preciso de la retribucidn y la igualdad. Este es un
o de los aspectos en que con mayor fuerza se impugna la idea de que
no se debiese intervenir sobre las reglas espontaneas del mercado, y
que no puede entenderse como populismo o como atavismo historico
buscar construir un sistema con dosis altas de equidad. Mas atin si,
como se sefala en varios articulos, la pobreza actual no es tan expli-
cable por la carencia de medios como por el exceso de desigualdad y
concentracién de la riqueza
Esto se hace mas importante como forma de leer el problema de la
pobreza ain existente si consideramos otro componente que cruza
varios articulos, cual es la cuestidn de las orientaciones acumuladoras
de la economia vigente, en virtud de la cual se condiciona fuertemente
la estructura de la vida, usando incluso el mundo de los lenguajes y
los afectos, y poniendo en cuestién la reproduccién de la naturale-
za. Eso, de acuerdo a algunos textos, actUa como contracara de un
impulso consumista que obliga a penetrar mas en el caracter social
que acompaiia la modernidad. El propio keynesianismo fortalecié una
ética consumista como forma de mantener viva la dinamica sistémicaol
Esa enorme capacidad de produccién que se va acumulando, a la vez
y paradojalmente, es la base de fuertes crisis y oscilaciones, al no
encontrar la demanda suficiente y mantener una gran cantidad de
recursos sociales invertidos en técnicas para aumentar ese consumo y
alimentar una determinada cultura del tener. Para varios autores, estas
orientaciones tienden a hacerse mas fuertes por el papel protagénico y
expandido de las grandes empresas trasnacionales en la construccion
de la economia global, y en que el capitalismo se muestra como un
sistema que crece sin limites ecolégicos, culturales ni geograficos.
Pero si bien se analiza criticamente un orden econdmico y social
sustentado en bases como las anteriores, varios articulos, junto con
combatir la idea que el comportamiento egoista y acumulador lleve a
resultados favorables sobre el bienestar general -por la mayor produc-
cién de riqueza que produciria- van a sefialar que la economia actual
no es caracterizable por esas solas motivaciones. En particular se
hace referencia a multiples practicas econdmicas populares, comu-
nitarias, domésticas, de reciprocidad o alternativas que, sumadas a
la economia publica, constituyen una porcidn importante del sistema
econémico. Algunas de dichas motivaciones y practicas no pueden ser
entendidas sdlo como propias o resabios de sociedades tradicionales.
En particular la economia popular, una parte de la cual esta fundada
en relaciones solidarias, aparece orientada por la satisfaccidn de las
necesidades basicas basada en el trabajo de sus miembros y en que
se generan redes y capital social. Se trataria de realidades que pueden
ser fortalecidas, aumentando el peso de sectores subalternos tanto
en lo econdmico como en lo politico:
Esas otras logicas y agentes econdmicos, en algunos articulos, son
comprendidos como la base del planteamiento de una economia plural,
en la cual la logica de acumulacion de capitales sea una ldgica entre
otras; operante, pero no dominante. Ello seria consistente, por ejemplo,
con la realidad de América Latina, donde es observable esa pluralidad
de formas de economia aunque se necesiten politicas para fortalecer
aquellas de caracter mas social
Varios trabajos asociaran la idea de una nueva economia con la revision
critica de la ciencia econdmica. Esta no debe considerarse una suertede fisica social ni una mirada reducida a los datos cuantitativos. Debe
comprender la importancia de las instituciones en la explicacion de los
hechos econdmicos y que estos contienen, en su interior, dimensiones
de la cultura, la politica y la ética, evitando tanto una vision “subso-
cializada” como ahistérica de lo econémico. Esto abre al analisis so-
cioecondémico un importante campo que ha quedado fuera del analisis
convencional de la economia. Los hechos econdmicos estan inscritos
en temporalidades de distinta duracién que ayudan a explicarlos, a
entregarles significado y a definir periodos con ciertas caracteristicas
La publicacién esta dividida en 5 secciones. La primera seccion, se
refiere a “algunas perspectivas historicas sobre el neoliberalismo” y
contiene trabajos de Andrés Monares, Pablo Salvat y Armando Di Filippo.
Elarticulo de “Andrés Monares, Una breve historia del libre mercado:
teologia reformada, filosofia moral y ciencia econdmica”, indaga en
los origenes de la economia moderna, o de libre mercado, para com-
prender las bases el neoliberalismo actual. Ella es fruto del desarrollo
particular en las islas britanicas de la teologia de Calvino, que legitimo
un tipo de conducta ya existente e impulsd a conducirse de esa mane-
ra especifica. En ese proceso participan pensadores como |. Newton
y J. Locke, que armonizan la idea de direccion absoluta de Dios con
el conocimiento de las leyes naturales. Sera A. Smith quien realice la
articulacién definitiva entre gobierno providencial, pecado original y
ética materialista, dando forma al sistema de mercado autorregulado
Es la deidad, partiendo de los sentimientos humanos y usando su na-
turaleza egoista, la que estructura un orden espontaneo, a fin de que
la especie sobreviva. El gobierno providencial de los sentimientos para
regular a la sociedad se expresa en la autorregulacién bajo la accién
de la “mano invisible
El neoliberalismo recoge aquel legado, aunque sustrae de Smith su
particular filosoffa y ética religiosa, pero repitiendo sus ideas: un orden
social espontaneo, la limitacién de la razon, una moral emocional de
caracter egoista y la necesidad de autonomia individual. Hayek enfatiza
la limitacién racional de la humanidad y define infructuoso cualquier
intento de organizacién social con base a la razon, pujando por la libre
expresion de la emocional “racionalidad econdmica” y el egoismo lu-ol
crativo. Los sentimientos de altruismo o de justicia social responden a
épocas pretéritas de la humanidad, donde predominaba el cara a cara
y no la sociedad extendida actual, propia de la civilizacién: “la ilusion
de que tenemos un producto social, que esta a nuestra disposicién
para distribuirlo como queramos, es justamente eso: pura ilusin”.
Dentro de esta historia, A. Monares destaca lo curioso que es que las
ideas profundamente religiosas y piadosas de Smith hayan despertado
en estos siglos oposicién entre diferentes confesiones cristianas. Sin
embargo, ellas expresan lo que ya estuvo en los pensadores medievales
sobre transformar la ganancia y al capital en fines en si mismos por
encima del trabajo productivo Util a la sociedad con una justa retribu-
cién. En eso estaria el error del economismo o liberalismo del siglo
XIX, que se repite en el presente. Esto, a pesar de que autores como
Novak, hablando desde el catolicismo, se muestran abiertamente
partidarios de la acumulacién infinita de riqueza. Esto se enfrentaria,
para A. Monares, al propio Smith, para quien, mas alla de la bruta-
lidad de algunas opiniones acerca de los trabajadores, su economia
es sustentadora y su meta es primariamente cubrir necesidades, no
acumular ni menos especular.
El articulo de Pablo Salvat, “Del neoliberalismo y algunas sefias de
identidad”, nos presenta lo que el autor llama “sefias de identidad” del
discurso neoliberal, con la conciencia de que ello no es neutral y que hay
siempre una tensién entre proyecto, historia y realizacion factica. En este
sentido, el autor afirma que la evaluacién que hacemos del neoliberalismo
no se guia Unicamente por cuestiones tedricas, sino, principalmente,
por las consecuencias que sus aplicaciones han significado para la vida
social de nuestros pueblos.
A partir de Saint Pelerin, el neoliberalismo establece identidades en
lo metodoldgico, en lo practico-historico, en la visidn de la politica, en
lo antropoldgico y su vision de la libertad. El autor muestra como esos
postulados se apartan de una corriente liberal anterior, presente en
autores como Rousseau 0 Tocqueville, en que no es solo la libertad
individual, sino también la desigualdad la que potencia 0 no la reali-
zacion efectiva de la primera y obliga a entenderla para combatirla
Ello introducfa el campo de la construccién del orden social conside-he
rado por el neoliberalismo como ideario racionalista, constructivista
y socializante, opuesto a las virtudes del orden espontaneo y lo que
constituye su institucion mayor: el mercado
Entre las sefias principales del neoliberalismo estan: énfasis en el
individuo, reducido a preferidor racional, e individualismo como desva-
lorizacién de una voluntad comun deliberada; libertad entendida como
falta de coaccidn, sin contenido positivo y con fuerte centralidad en la
libertad econdémica practicada en el mercado; individuos y sociedades
con conocimiento limitado desde el cual no puede construirse orden
social; orden espontaneo que sigue a una evolucién social; distancia de
idearios politicos modernos supuestamente negadores de la libertad
y que estarian afincados en una confianza desmesurada en las posi-
bilidades de la razon y el conocimiento. Bajo esas consideraciones, el
mercado resulta ser una especie de “milagro de coordinacién incons-
ciente”, siempre que funcione como mercado libre
Salvat sefala el rol ideolégico del neoliberalismo tanto por olvidar el
cardcter utopizante de la manera en que mira la sociedad y la economia
(postulandola una evidencia empirical, como por su re-elaboracién
a-posteriori y estrecha de los principales acontecimientos politicos,
sociales y econdmicos del siglo XX. Ademas, critica su tendencia a
negar las racionalidades humanas en juego, a favor de una hegemonia
de su expresion calculista/funcional a partir de preferencias. Si solo
se tienen preferencias no hay posibilidad de reclamar derechos. Por
Ultimo, agrega, el neoliberalismo en su defensa del orden espontaneo
hace abstraccidn de los procesos histéricos que conforman la distribu-
cin inicial de los recursos, y hace imposible pensar la justicia social
por sus implicancias para intervenir sobre esas reglas espontaneas
Eltercer articulo de esta seccin, “Etica y economiaen el capitalismo
global”, de Armando Di Filippo, resefia la complicada historia de las
relaciones entre ética y economia en Occidente. La nocién de la ética
comenz6 a cambiar en la era moderna. El liberalismo econémico intenta
demostrar una conexidn entre los moviles egoistas del comportamiento
de las personas y los resultados favorables sobre el bienestar general
por la mayor produccién de riqueza que ello implicaba. Fue el inglés
J. Bentham quien profundizo en las bases de este sistema ético utili-15)
tarista, sobre el que se asientan el capitalismo y la teoria académica
actual, a través de la nocién de utilidad marginal, base de la teoria de
los mercados y de los precios.
Luego, de acuerdo al autor, se observan dos determinismos: primero,
en el analisis de Marx, uno de tipo tecnoldgico, que fija los valores de
las mercancias de acuerdo con su contenido de trabajo abstracto incor-
porado bajo condiciones técnicas medias. Otro, en la teoria neoclasica,
donde los agentes son meros optimizadores de magnitudes, calculadas
con base en la racionalidad instrumental de un “hombre econdmico”
Los mecanismos en ambos casos son deterministas sin que medie una
dimension ética. Para los neoclasicos, no cabe analizar el contenido y
legitimidad de las preferencias de los consumidores, ni el origen y legi-
timidad social del ingreso real que determina el poder de compra y la
satisfaccion de las necesidades esenciales. La Gran Depresi6n de los afios
treinta cedié paso a la legitimidad de las politicas fiscales, monetarias y
cambiarias del Estado, e impulsd, desde el keynesianismo, la emergencia
de una ética consumista, pues la dinamica del sistema capitalista sufria
decaimientos ciclicos de la demanda efectiva. A su vez, el proceso de
descolonizacién y el reconocimiento de los Derechos Humanos abrieron
su rol desarrollista y benefactor, reapareciendo la temnatica de la ética
Di Filippo plantea también la ética asociada a una vision multidimensional
del ser humano, que extrae de la filosofia aristotélica. Al respecto, cita
ala Escuela Estructuralista Latinoamericana, por plantear un explicito
reconocimiento de que la ciencia econdémica no esta “autocontenida’”,
de modo que deba aislarse de la ética y de las otras ciencias sociales.
En ella estuvo presente el tema de las desigualdades sociales en la
distribucién del progreso técnico, de la riqueza y del producto social. Por
otro lado, en las economias desarrolladas se produce un compromiso
entre las nociones del individualismo y el utilitarismo y las nociones de
derechos econdmicos, sociales y culturales. El igualitarismo liberal de
John Rawls configura una teoria de la justicia, buscando la convergen-
cia de libertad e igualdad, y construye una ética social del capitalismo
regulado y la democracia social.
Una inflexidn histérica acontece a fines del siglo XX, generandose posi-
ciones “restauradoras” de un individualismo altamente concentrador.|
16
Este libertarianismo define la libertad humana como la propiedad de
si mismo y de todos los objetos legitimamente poseidos, con algunos
limites basicos. Las desigualdades sociales no son tomadas en cuenta,
ni las diferentes posiciones de poder en una estructura social. Con la
globalizacion, a su vez, se produce una confrontacion entre los derechos
de propiedad de corporaciones transnacionales despersonalizadas y
los derechos humanos y ciudadanos de los habitantes.
La Iglesia es examinada también en su esfuerzo por reubicarse en el
mundo contemporaneo, expreséndose en una Doctrina Social, que
muestra distancias con principios éticos del capitalismo y con las
lecturas de la lucha de clases. Una inflexion historica sera a partir del
Concilio Vaticano Segundo, que legitima reformas para humanizar el
sistema socio-econdmico y en que se incursiona en las desigualdades
crecientes entre naciones y, mas adelante, en una fundamentacion
ética y filosofica del trabajo humano
Finalmente, Di Filippo analiza las nociones de justicia distributiva y
justicia legal o reparadora (conmutativa), estableciendo que la priori-
dad ética y logica respecto de los criterios de justicia corresponde a
la justicia distributiva
La segunda seccién es “Discusiones con Friedrich von Hayek”, y
contiene trabajos de Howard Richards y Jorge Vergara Estévez
El articulo de Howard Richards, “Una alternativa ética a la filosofia de
F. von Hayek”, toma como base el discurso de Hayek cuando recibe el
Premio Ndbel de Economia en 1974, y se plantea como una alternativa
a esos planteamientos y a los de tipo socialdermdcrata.
Ello lo plantea como una ética, definida esta como las normas que
pautan la accidn humana. El autor sefala que comparte con Hayek
el que la economia no es una fisica y que los datos cuantitativos no
logran comprender los mecanismos que generan los fendmenos. Lo
que genera la conducta humana es, en gran parte, la organizacién
normativa que la cultura ha dado a las tendencias instintivas, pero
agrega que la ética posee la dimensién del deber ser y del cuestionarall
si la costumbre vigente debe permanecer, lo que hace que todas las
normas deben ser consideradas provisorias.
En concordancia con Hayek, Richards comparte que hay una inocen-
cia nefasta de los economistas al suponer que la vida social se puede
comprender con ecuaciones de pocas variables. Lo realmente esencial
para estudiar la sociedad es partir de las normas que la organizan
Asi, dadas las reglas del juego, es esperable que cuando los gobiernos
intervengan para subir los sueldos y los impuestos, bajen las ganancias
y las inversiones, 0 que se verifique el postulado liberal de que la des-
viacién de los precios reales normalmente debilita el motor principal
de la forma econdmica dominante, la acumulacion de capital
A partir de de esas realidades el autor sefiala, sin embargo, que Hayek
cae en una utopia liberal cuando afirma que lo que frena el empleo es
la intervencion anti-natural de gobiernos y sindicatos, sin lo cual se
llegaria a un equilibrio natural feliz; pero analizando al capitalismo de
libre mercado sacamos la conclusién de que la utopia liberal imaginada
por Hayek no es esperable, dadas las reglas del juego que tenemos.
Si son esperables: cesantia, bajos sueldos y una perenne alternancia
cruel entre inflacién y estancamiento.
A partir de alli, el autor plantea que hay una opcién mas real que la
utopia socialdemécrata criticada por Hayek, y mas real que su utopia
liberal: es una economia plural. Esta estaria orientada desde normas
que obedecen a una serie de dinamicas distintas. Es una economia en
la cual la Logica de acumulacién de capitales es una ldgica entre otras,
operante pero no dominante
Esta proposicion ética pone en tela de juicio las reglas del juego actual-
mente vigentes, y es una propuesta de cambio social. La superacién del
liberalismo de Hayek supone contar con un criterio ético independiente
del mercado. Son necesarias las reglas del juego para la formacién
de tres sectores: el privado, el ptiblico y un amplio grupo de “terceros
sectores”, distinto de los dos anteriores. Para Richards, la economia
tiene que ser plural, porque a veces una instituci6n, a veces otra, es el
instrumento mas apto para lograr la finalidad del desarrollo humano18
integral y esta mas en condiciones para seguir funcionando, aunque
sea debilitada la fuerza de una de sus varias dinamicas
El articulo de Jorge Vergara Estévez, “La ética de Hayek”, refuta la idea
de que el neoliberalismo carece de una ética, exponiendo la posicién
de F. von Hayek. Al respecto, muestra las diferencias con la ética de
Kant y le realiza un conjunto de cuestionamientos.
El autor muestra que, para Hayek, la racionalidad es el resultado de
un proceso evolutivo, que ha permitido la adquisicién de habilidades
ancladas en tradiciones que le han permitido construir la gran sociedad
contemporanea. La etapa humana inicial, de acuerdo a Hayek, fue gre-
garia y carente de libertad, marcada por una alta cohesi6n y cooperacién
grupal, que fue lo que le permitio sobrevivir. Por ello, el individualismo
no fue instintivo, sino el resultado de una evolucién civilizatoria. Vergara
plantea que con ese marco de analisis Hayek sostendra que la creencia
en la justicia social corresponde a un “atavismo
La actual se entiende como una sociedad extendida, que surgié de la
supresion progresiva de las normas instintivas y de su sustitucién por
normas impersonales de coordinacién humana. La sociedad de mercado
es un “orden extendido”, que para Hayek representa la fase final del
desarrollo de la humanidad y que integra el producto de la experiencia
practica de la humanidad. Constituye una “evolucién selectiva” de las
normas y no una emanacion de nuestra razon. Por el contrario, segin
Hayek, esa pretensidn Ultima, presente en Occidente en el siglo XX a
través de ideas colectivistas, habia conducido a una confusién moraly
a limitar las libertades individuales. Hayek rechaza la nocién de “res-
ponsabilidad social” y niega el valor ético de un Estado de Bienestar
que obliga a determinados actos altruistas. De este modo, el autor
afirma que Hayek convierte en imperativas las normas sociales de la
“sociedad extendida”, inmanentes y necesarias para su reproduccion
como sociedad de mercado. Permiten la coordinacién espontanea, el
uso de inconcientes patrones de conducta y suministran los valores y
fines a los que nuestra razon debe servir.
En Kant, sefiala Vergara, a partir de la distincion entre éticas heterd-
nomas y auténomas, se rechaza una pura construccidn ética basadaen la experiencia y se evidencia que la razén también interviene en
la forma en que debe obrar, poniendo incluso en cuestién el como
se ha obrado hasta ahi. Los seres humanos pueden darse normas y
pueden criticar las normas recibidas. A su vez, para Kant, el hombre
en su historia tom conciencia de que habia que considerar a los otros
como iguales, donde no cabe la instrumentalizaci6n. Para Vergara ello
funda una ética racional con base en la autonomia de la razon y en
la igualdad y dignidad de las personas muy distinta de la hayekiana,
que convierte en normas éticas las condiciones de posibilidad de una
sociedad de mercado. Asi, desde la perspectiva de Kant retomada por
el autor, resulta criticable que la busqueda de justicia distributiva, de
cooperacién y de un proyecto colectivo puedan ser caracterizados como
atavismos arcaicos
La tercera seccién presenta algunas perspectivas nuevas de anali-
sis de la realidad y contiene trabajos de Raul Gonzalez Meyer, Pierre
Calame, Oscar Useche y Maria de la Luz Trautmann
El trabajo de Raul Gonzalez Meyer, “De la economia a la socio econo-
mia”, plantea bosquejar un enfoque alternativo a la teoria neoclasica
para interpretar los hechos econdémicos, al cual denomina socio-
economia. En esa perspectiva, plantea la necesidad de reintroducir la
esfera econdmica en la sociedad y entenderla en fuerte imbricacién
con las otras esferas, entendiendo los hechos econdmicos como he-
chos sociales. Eso significa que contienen a la cultura, la politica y ala
ética no en su entorno, sino en su propia constitucién y manifestacién,
combatiendo una visién “subsocializada” de lo econdmico. Esto se re-
laciona con la necesidad de considerar a las instituciones “formales” e
informates” de la sociedad como determinantes en el funcionamiento
de la economia, lo que, para el autor, hace relevante el estudio de sus
construcciones y sus cambios. Esto incluye la propia comprension del
funcionamiento de los mercados reales, no reducibles en su caracter al
sdlo acto mercantil de oferta y demanda, y en que, citando a Durkheim,
sefiala que no todo es contractual en el contrato.
Gonzalez plantea, también, que la economia actual no es caracterizable,
como lo hace la teorfa econdmica dominante, por las solas motivaciones
de maximizacién de consumidores, trabajadores y capitalistas. Junto}
|
20
con compartir la critica de Polanyi de que el liberalismo econdmico ha
tratado de crear un universal en el mercado y el homus econémicus,
el autor sostiene que una serie de otras légicas estan presentes y son
claves para comprender la dinamica contemporanea del sistema eco-
nomico. La economia social y solidaria, doméstica y comunitaria, y la
economia publica, son ejemplos de ello. En este plano, sefiala el autor,
algunas de dichas motivaciones y practicas no pueden ser entendidas
sdlo como propias, 0 resabios de sociedades tradicionales. Esto abre al
analisis socioecondmico un importante campo que ha quedado fuera
del analisis convencional de la economia
Otro Angulo desde el cual levantar una lectura distinta a la neoclasica
es la comprensién de la economia desde el movimiento histérico. Los
hechos econdmicos estan inscritos en temporalidades de distinta du-
racién que ayudan a explicarlos, a entregarles significado y a definir
periodos con ciertas caracteristicas. Para Gonzalez, retomando autores
como Veblen, Schumpeter o Marx, la teoria neoclasica, al centrarse en
las modalidades de como se reequilibra el sistema econdmico cuando
se altera una variable -estatica comparativa-, es incapaz de aprehender
la dinamica histérica de lo econémico
Finalmente, el autor plantea que esta perspectiva de una socio-economia
tiene implicancias para el campo normativo y de la accién politica: la
esfera econdmica no puede ser naturalizada, sino que esta sujeta a
ser orientada por la sociedad; permite observar lo econdmico en toda
su complejidad, como creador de instituciones y condicionado por
instituciones, lo que puede hacerse objeto de la politica; fundamenta
elimpulso de sectores de economia social en la idea de una economia
plural, no caracterizada por una sola racionalidad; abre la idea del cam-
bio historico como un dato permanente de la realidad sobre el cual se
puede y debe actuar; por ultimo, la socio-economia muestra que toda
economia funciona con determinados postulados éticos que pueden
ser transformados en objeto de reflexividad critica por la sociedad
El articulo de Oscar Useche, “Reestructuracién bio-econémica del
capitalismo y su impacto en la reconfiguracion del Estado y la ciuda-
dania”, busca aportar a una propuesta de desarrollo que reconstruya
formas de vida y la relacion con la naturaleza. Sefiala que el liberalis-2
mo, emergiendo como oposicién a la sobre-codificacién juridica que
habia dado al Estado una fuerza de Leviatan, realz6 a la sociedad, la
ciudadania y los derechos y libertades individuales, en primer lugar la
mercantil y la propiedad privada. El mercado constituyé el test donde
ese liberalismo identificd el “gobernar demasiado”. El neoliberalismo
ha extendido esta racionalidad del mercado sobre el conjunto de la vida
humana y la naturaleza, modificando formas de vida con el desplieque
de técnicas de poder que constituyen, de acuerdo a M. Foucault, una
“bio-politica” que conlleva la imposibilidad de comprender la alte-
ridad, la diferencia y el pluralismo. El mercado, sefiala Useche, se
transforma en una fabrica de subjetivaciones que expande la razon
econémica como pauta de comportamiento basico. De ello participan
una cultura tecnoldgica y cientifica, el mercadeo y el sistema financiero.
Como contraparte, la politica es vaciada de contenidos y se empieza a
circunscribir a un “mercadeo politico”
Se constituye un espacio especifico de bio-poder que el autor nombra
como la “bio-economia’, la que representa, citando a Fumagalli, el
poder totalizador e invasivo de la acumulacién capitalista en la vida de
los seres humanos y la naturaleza. Asi ta biosfera, en donde habita la
infinita diversidad de formas de vida, es sometida a la logica del merca-
do, la que supone que esos bienes siempre estuvieron ahi, esperando
ser apropiados y explotados. El antropocentrismo y mercado-centrismo
han puesto en crisis la relacién hombre biosfera y la consideracién de
la entropia cuestiona hoy la rigidez y unilateralidad de la economia do-
minante. Pero también, sefiala el autor, el mundo de los lenguajes y los
afectos, del pensamiento ldgico y ta comunicacién, de la interacci6n y la
confianza, aparentemente repelentes a la esfera del trabajo, resurgen
como factores productivos. Estas facultades humanas son captadas
como materia prima esencial de la economia globalizada, poniendo
en la entrafia del proceso de acumulacién bio-econdmica al capital
humano y al capital social.
En estas circunstancias se levanta un mundo de la vida que desde la
incertidumbre e inestabilidad pugna por liberarse de este mercantilismo
extendido. Florecen embriones de comunidades abiertas y reconfigura-
ciones sociales que horadan la supremacia del mercado y su conflictivo
binomio con el Estado. Es una fuerza inmanente, que ya no se refe-122
rencia obligatoriamente al capital, que es potencialmente autonomay
cooperativa. Para Useche, entonces, se establece un terreno de lucha
entre diferentes subjetivaciones entre los poderes dominantes y las
fuerzas de la vida. Es la huella de pequefios acontecimientos y de su
capacidad de transformacidn lo que se va tornando relevante para el
analisis actual, como los micro-procesos productivos en los que, sin
embargo, esta presente el conjunto de relaciones vitales. Eso debe ser
acompanado por grandes orientaciones que configuran un “programa
de desarrollo por la vida”, que pone limites al crecimiento, reconoce
las nuevas potencialidades comunales del trabajo que crea capacida-
des propias en nuevos sujetos y agencias sociales para entrar en la
Produccién cognitiva, que afinca espacios de intercambio propio, que
profundiza en la experiencia de mercados sociales e impulsa formas
de consumo responsable.
El trabajo de Pierre Calame, “Las diferentes categorias de bienes y
servicios y los regimenes de gobernanza para cada una de ellas”
parte de la pregunta por la naturaleza de los diferentes tipos de bienes
y servicios y las implicancias de ello para su gestién. Para Calame, el
gobierno de la economia no puede pensarse desde la idea de que existe
un orden natural pre-establecido, que resuelve espontaéneamente las
necesidades individuales y sociales. Esto lleva a plantearse el arte de
gobernar la economia, lo que conduce a actualizar el significado de
oikonomia en cuanto organizar la produccién, el reparto y el uso de
bienes y servicios de manera de garantizar a la humanidad todo el
bienestar posible. Esto, recordando la etimologia griega oiko nomos,
es decir gobierno de la casa, La ciencia econdmica debe ser repensada
no como un parangon de la ciencia de la fisica, sino como un ramo del
arte de la gobernanza.
Esta gobernanza debe considerar que el intercambio nace de la
produccion y del uso de los bienes y servicios, y tiene como finalidad
ayudar a satisfacer esas necesidades, pero también crear los vinculos
que contribuyen tanto a forjar la sociedad y las relaciones entre los
individuos como la relacién entre las sociedades y la bidsfera. Estas
practicas sociales que solemos llamar “econdémicas” son ellas mismas
construidas socialmente y, a la vez, bases de la construccién de la so-
ciabilidad en general. Por ejemplo, sefiala Calame, el hecho de acufiar23
un circulante, una moneda, crea una comunidad, la comunidad de
aquellos quienes se relacionan entre si por medio de aquella moneda
De acuerdo a Calame, la ciencia econémica, entendida como o/kono-
mia, tiene que ser capaz de describir y calificar los distintos bienes y
servicios, clasificarlos en categorias tan homogéneas como sea po-
sible. Ello porque solo a partir de esa distincién se pueden definir los
actores, los ordenamientos institucionales, los procesos y las reglas;
en una palabra, los “regimenes de gobernanza” corresponden a cada
una de esas categorias. No se trata de un mecanismo Unico -el mer-
cado o la planificacién-, en abstracto, a través del cual se enfrentan
las necesidades. Resulta fundamental adecuar los diversos regimenes
de gobernanza de la produccién y del uso de los bienes y servicios a la
naturaleza de los diversos tipos de bienes y servicios.
En la direccién sefialada, Calame propone clasificar los bienes y servicios
bajo cuatro rubros, cada uno de los cuales requiere una gobernanza y
por ende una ciencia econémica repensada y especifica; es decir, una
distinta oikonomia. Estos cuatro tipos de bienes y servicios son, para
el autor: (1) los bienes que se destruyen al compartirse (2] los bienes
que se dividen al compartirse y existen en cantidad finita; (3} los bienes
que se dividen al compartirse pero existen en cantidad indetermina-
da; [4] los bienes que se multiplican al compartirse. En relacién con
esas categorias, va sefialando el lugar de la sociedad, del Estado y del
mercado en su gestion
El articulo de Maria de la Luz Trautmann, “La escasez como resultado
de la busqueda de la abundancia”, busca mostrar otra manera de
plantearse el problema econémico contemporaneo, en particular las
recientes crisis. Parte diciendo que tos textos en uso definen a aquel
como el problema de la escasez, del que surge la constante busqueda
del crecimiento. Sin embargo, la autora observa que el crecimiento ha
sido mucho y que los problemas continuan. Asimismo, se observa que
una serie de las ultimas crisis han sido por escasez de divisas, pero
como efecto de una masa demasiado abundante de capitales que cir-
culan por el mundo y producen aquella situacin critica nivel nacional.
Recuerda también la afirmacién de Rosa de Luxemburgo sobre los
obreros que quedan cesantes por haber producido demasiado. La crisis26
iniciada los afios ‘70 es producto de la sobreproduccién por ta disputa
intercapitalista y el incremento de la produccién japonesa y alemana
Otros varios hechos que mostrarian a esta abundancia relativa como
origen del problema: la enorme cantidad de recursos utilizados en
publicidad, los recursos financieros que buscan utilidades por el
mundo y las dificultades de las pequefias empresas para colocar
sus productos. Muchos paises pobres sefalan las dificultades para
vender sus productos agricolas por los subsidios de los agricultores
norteamericanos o europeos. Trautmann pregunta si eso es escasez
de productos 0 escasez de mercados. A la vez, el aumento del producto
tiene una serie de efectos ambientales y sobre la salud humana, por
ejemplo la produccién minera, forestal y agropecuaria. Asimismo,
amenaza con sobre-explotar las fuentes de agua, el calentamiento
global, la biodiversidad y la existencia de alimentos.
Esta idea de crecer sostenidamente, apoyada en el erréneo planteamiento
del problema econdmico, se sostiene para la autora, tomando como
referencia a E. Fromm, en el “caracter social” generado en el sistema
capitalista. Desde el punto de vista subjetivo, el hombre ha terminado
trabajando para fines extrapersonales y se ha transformado en el esclavo
de una maquina que él mismo construyé. Las relaciones han perdido
su caracter directo y presentan un espiritu de instrumentalidad y de
manipulacién donde lo Unico importante es adquirir propiedades y el
derecho ilimitado a conservarlas. Fromm lo define como la “cultura del
tener” y del “caracter mercantil’, en que todo se transforma en articulo
de comercio, las cosas y las personas, aun sus sonrisas.
Frente a aquella cultura, la autora sostiene que hay muchas iniciativas
ciudadanas que se arraigan en la cultura del ser, como los movimientos
ciudadanos que ponen limites a trasnacionales movidas por la ganancia,
las orientaciones hacia la soberania alimentaria, la revalorizacién de
los bienes comunes, las discusiones sobre la renta basica, las expe
riencias de trueque y las festividades y el arte publico, donde el tener
y la apropiacién no son lo centralLa cuarta seccién presenta analisis referidos a la cultura popular
urbana y a un desarrollo otro, y contiene trabajos de José Luis Cora-
ggio, Humberto Ortiz y Nicolas Gomez.
Elarticulo de José Luis Coraggio, “Los usos de K. Polanyi en la lucha
por otra economia en América Latina”, busca leer a dicho autor desde
el objetivo de comprender los sentidos de las experiencias de economia
social y de las movilizaciones sociales en América Latina. Destaca que
Polanyi permite enfrentar un fatalismo economicista, al hacer ver que
siempre otra economia es posible, en tanto las economias modernas
son construcciones politicas que se expresan en institucionalizaciones.
Polanyi permite observar que en la historia han existido varios “modelos
o principios de integracién” del proceso econdmico, y que el mercado
es solo uno de ellos. Coraggio los sistematiza en cuanto a sus conte-
nidos y en cuanto a las condiciones para que se den: las “estructuras
facilitadoras”. Ademas, incluye y refuerza otros dos, no ausentes en
la obra de Polanyi, pero menos considerados: la economia doméstica
y la planificacion. Sobre el primero sefiala que en la actualidad, en
América Latina, una parte apreciable del sustento se logra a través
de la produccién para el propio consumo. Sobre el segundo, sefala
que el Estado en América Latina ha tenido un rol fundamental en la
industrializacién, en los sistemas educacionales, en salud, infraes-
tructura y otros.
Ese esquema de anilisis, Coraggio lo contrasta con lo que denomina
la economia social y su programa de accién en América Latina. Entre
otros puntos, es destacada la importancia de las unidades domésticas
populares, que configuran la economia popular centrada en la repro-
duccién de la vida y en el trabajo. También la necesidad de construir
un sistema econdmico que articule los cinco modelos de integracién,
a lo que apunta la critica de Polanyi al liberalismo de intentar reducir
el sistema al solo principio del mercado. En esa direccion también es
pertinente la perspectiva de Polanyi de sacar al trabajo del mercado,
desprivatizando los contratos de trabajo y expandiendo experiencias
autogestionarias, asi como también a la tierra, desmercantilizando la
relacién con la naturalezali
i
126
Coraggio sostiene, finalmente, que los planteamientos de Polanyi per-
miten sobrepasar una idea de lo social como mera preocupacién por
los mas pobres y como acciones asistencialistas. Lleva a construir otra
economiay a la reestructuracion de sus instituciones, justicia, disposicion
y propiedad de los recursos. Ello aparece correspondiente con la realidad
de América Latina, donde, aunque con diferencias entre subregiones, se
presenta una economia mixta, -empresarial capitalista, publica y popular-,
y donde esa otra economia debe constituirse de la convergencia entre las
acciones ptblicas y la auto-organizacién social. Desde esa perspectiva,
el autor sostiene que América Latina se encuentra en un inevitable pro-
ceso de creacin de una pluralidad de formas de economia alternativa,
Eso, junto a ser un proceso nuevo, es la prolongacién de una tradicién
larga, donde se sitUan las actuales luchas de los pueblos originarios;
los legados de la Teologia y de la Pedagogia de la Liberacién; la historia
del cooperativismo y del mutualismo y diversas revoluciones que han
acompafiado los esfuerzos emancipadores en el continente.
El articulo de Humberto Ortiz, “Desarrollo humano, solidaridad y
nueva economia”, plantea la necesidad de avanzar hacia esa reali
dad. Un dato de partida para el autor es la globalizacién, actualmente
dirigida por grupos empresariales trasnacionales bajo orientacion
neoliberal. Ello ha generado una gran cantidad de pobreza, exclusién
y concentraci6n de la riqueza, conflictos armados de baja intensidad;
abundante comercio de narcolicos. Frente a esa realidad es necesario
el planteamiento de un otro desarrollo.
El autor sostiene que el desarrollo no puede ser concebido como algo
proveniente desde expertos y que se impone a los grupos humanos,
sino que debe partir de estos, debe ser un desarrollo “desde abajo” y
“desde dentro”. Sin embargo, es necesario partir de una definicién de
desarrollo integral, que es a la vez econdmico, social, politico, cultural,
ecoldgico y ético. Asi, los distintos paises o comunidades pueden tener
distintos niveles de desarrollo en cada una de estas dimensiones y
siempre tendran desafios por delante
Ortiz sostiene que este desarrollo humano integral debe arraigarse en
practicas visibles de solidaridad, existentes en la economia popular
actual. Tomando a Coraggio, sefiala que esta economia esta orientadapor la satisfaccién de las necesidades basicas y se basa en la expan-
sién de las capacidades laborales de personas y familias, las que
generan Fondos de Trabajo bajo las formas de trabajo dependiente o
independiente, remunerados y de trabajo doméstico, comunitario 0 de
autoformacién, no monetarios. Esto significa, para el autor, pasar de un
paradigma centrado en el capital y la competitividad a otro centrado en
el trabajo y la cooperacién, lo que significa, citando a Razeto, movilizar
el “factor C” (cooperacién, compartir, comunidad, confianza, etc.). Este
tipo de economia, sefiala el autor, se ha venido configurando en Amé-
rica Latina como respuesta de poblaciones empobrecidas y excluidas
Para que esta economia avance mas es necesaria una interaccién de
politicas micro, meso y macro econdmicas, ademas de globales, asi
como un proyecto nacional con dicha perspectiva. Asimismo, debe re-
conceptualizarse el mercado como relaciones entre personas y grupos
humanos, maximizando la cooperacion en los intercambios.
Dentro de esa estrategia, el territorio local debe ser concebido como
un importante espacio de desarrollo econdmico popular y solidario
Ello pasa por reconocer la existencia en su interior de seis sectores
claves: produccién, consumo, comercio, servicios generales, servicios
tecnoldgicos y servicios financieros. El desarrollo local se basa en me-
jorar las condiciones de vida, usando sustentablemente los recursos
enddgenos, a partir de la concertacidn de actores econdmicos locales
de origen publico, privado y social
El articulo de Nicolas Gomez Nujfiez, “Observatorio sobre lo eco-
némico en el medio social urbano pobre”, explora la cultura de las
organizaciones econdmicas en medios sociales urbanos pobres. En
una primera parte identifica los andlisis sobre los cambios ocurridos
desde los afios ‘70 en el mercado del trabajo en América Latina, que, en
general, fueron interpretaciones sobre las consecuencias del abandono
de la estrategia de sustitucién de importaciones y en que la “‘pequefia
empresa” fue entendida como un refugio
Luego describe las perspectivas de analisis que se generaron sobre la
cultura de las organizaciones antes sefaladas. En una primera mirada
aparecen aspectos empresariales modernizantes, la legitimidad en
referencia al sector formal, la modalidad de gestacion de la cultura28
interna y la naturaleza hipotético deductiva del analisis a partir de una
empresa idealizada. En una segunda linea de analisis se considera las
relaciones de cooperacién en un mercado competitivo, la categoria de
lo popular, las relaciones sociales de solidaridad.
También el autor explora la naturaleza de los quehaceres cientificos
que estuvieron presentes en la exploracién de las organizaciones
econdmicas populares, donde destaca el rol jugado por el Programa
de Economia del Trabajo (PET] en Chile. Una serie de conocimientos
que aparecen se refieren a los sentidos de su actividad econdmica y
a las relaciones con la comunidad. Nociones como comensalidad, re-
ciprocidad y coordinacién se hacen claves en el andlisis. También las
practicas de asociacién y de representacion. En términos generales,
en esta historia Gomez sefiala una asimetria entre las dimensiones
econdémicas, sociales y culturales en los analisis, con privilegio de las
dos primeras. Respecto de los analisis sociales, describe estudios de
villas argentinas y de Lomitz, en que aparecen los fendmenos de las
redes y las relaciones y sociabilidades.
Finalmente, hay un intento de afirmar algunos conceptos para apre-
hender lo econémico de las organizaciones analizadas. Asi, pueden ser
comprendidas como un complejo de relaciones cooperativas y como
un contexto estructurado de significados, pero que existen en medio
de tensiones experimentadas por los integrantes. El autor analiza
interpretaciones de esas tensiones tomando dos ejemplos: el estudio
de Bourdieu acerca de la vivencia de desarraigo del subproletariado
urbano y campesinado proletarizado en Argelia, y el del Hogar Obrero,
fundado en Argentina y analizado por Forni y Roldan. Esos ejemplos
permitirian concluir que la cultura de las organizaciones econdmicas
populares es un desenlace de las tensiones entre componentes de
su universo simbolico. Ello estaria a la base de los procesos de cons-
titucion de redes y del capital social que acumulen, asi como de sus
componentes més especificos, como los grados de confianza
La quinta seccion aborda criticamente el sistema economico actual
desde una perspectiva teoldgica, y contiene trabajos de Ivan Canales,
Jorge Mendoza y César Carbullancaal
El articulo de Ivan Canales, “Reflexiones para una ética social cris-
tiana de caracter global”, se plantea un analisis de la realidad y una
propuesta desde una ética social cristiana, a partir de la sintesis de
las tesis de Antonio Gonzalez. El autor parte por caracterizar el capi-
talismo como un sistema que crece sin limites ecoldgicos, culturales
ni geograficos, y que esta pasando desde un imperialismo centrado en
Estados nacionales a otro mundial. El poder mundial es asimétrico y se
refleja en aspectos como las barreras arancelarias de los paises mas
ricos, la accién de las instituciones econdmicas internacionales y las
barreras a la emigracidn. Este orden se expresa en una impresionante
concentracién de los ingresos, desaparicion de especies y sobreexplo-
tacién de recursos naturales. El déficit democratico es también grande,
dado el dominio de los capitales multinacionales sobre los Estados. La
ideologia neoliberal ha servido para aplicar estas politicas.
Todo ello el autor lo ve como consecuencia de déficits sistémicos que
van més alla de la economia y que abarcan una dimension ética pro-
funda. Yendo a las fuentes biblicas, esto se levanta sobre la pretension
adamica de autojustificacién 0 de ser como dioses, de buscar el poder
y el prestigio, que es el pecado de Adan, De construir la torre de Babel.
Asi, la obsesion capitalista por el crecimiento y la produccién son tam-
bién expresidn de esa ldgica puesta al descubierto por las Escrituras,
expresion de una ldgica situada en lo mas profundo de las estructuras
de dominacién y de la praxis humana
Sin embargo, Canales plantea que se lee que Dios ofrece la posibilidad
de configurar una praxis alternativa al egocentrismo autojustificatorio
de la légica adamica. La figura de Abraham es presentada como un
contrapunto de Adan, en términos de la entrega total en que se fun-
da la historia de la salvacién. El libro del “Exodo”, aun més radical,
muestra a los israelitas abandonando el sistema econémico opresor
para construir en la periferia una sociedad alternativa, que equivale a
una nueva creacion. La ley de Israel, de acuerdo al relato biblico, no
puede entenderse al margen de esa experiencia de liberacidn y esta
destinada a evitar que reaparezca la opresidn, lo que se expresa en el
objetivo de que desaparezca la pobreza, en el perdén de las deudas,
la prohibicion del préstamo a interés, la recuperacién de las tierras,
la inexistencia de impuestos como tributo al rey, la posibilidad de re-#30
cuperar la libertad si se ha caido en la esclavitud. Para Canales no se
traté de un aislacionismo sectario, sino de una distincidn necesaria
para ser una alternativa, de lo que se sigue que los descendientes de
Abraham son bendicion para todas las familias de la tierra
Para el autor, la fe cristiana afirma con Jesus que se ha superado el
pecado fundamental de la humanidad, el pecado de Adén de autojusti-
ficacién que, de acuerdo al diagnéstico biblico, es la estructura profunda
de toda forma de desconfianza, manipulacién, dominacién, violencia y
opresion social. Jesus, sefiala el autor, con su actuar de no responder,
renuncia a entrar en la légica del malvado y con ello escapa a la base en
que se funda toda forma humana de dominacién y todo imperio Jesus
esta proponiendo nuevas relaciones sociales, libres de la lgica adami-
ca de la retribucidn, y toca la raiz misma de la opresin y no solo sus
plasmaciones concretas. Es la subversion radical de la historia humana,
desde el presente y desde abajo. Elautor sefiala que frente a las logicas
egocéntricas y devastadoras del imperio, el cristianismo debiera confi-
gurarse como una praxis comunitaria de resistencias con una estructura
descentralizada y reticular. Por tanto, los cristianos pueden mostrar que
la esperanza ya es una realidad, que la humanidad nueva comienza a ser
posible en sus comunidades y que el futuro se ha iniciado, ya
El articulo de Jorge Mendoza, “La reconstitucion ética de la econo-
mia”, parte de la afirmacién de que reconstruir la economia desde
bases éticas exige entenderla como una construccién social, cuyo
proposito es la satisfaccion de las necesidades de las personas. En
este sentido, no se la puede ver en términos de “mano invisible” como
sindénimo de “Providencia divina” y ni como la sacralizacién de algun
modelo econdmico, pretendiendo dirigirlo como si se tratara de algo
natural. En esta visidn solo tendria cabida la resignacién y no habria
lugar a la esperanza, inteligencia y voluntad.
El autor sefala que ello significa trabajar temas como la voluntad de
Dios, la libertad del hombre y revisar el supuesto de la escasez, impe-
rante en la teoria econémica. Sefiala que el actual modelo econdmico
esta sustentado en la produccidn de satisfactores para quien tiene
capacidad de pagarlos, excluyendo a quienes no tienen esa capacidad