FACULTAD DE DERECHO Y HUMANIDADES
ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO
CURSO: DERECHO COMERCIAL II
TEMA: MEDIDAS QUE PUEDEN ADOPTARSE EN LAS
TRANSACCIONES DE CRÉDITO A TRAVÉS DE TÍTULOS
VALORES POR PARTE DE LOS CIUDADANOS VENEZOLANOS
QUE NO CUENTAN CON PROPIEDADES QUE LOS RESPALDEN
COMO GARANTÍA, TENIENDO EN CUENTA LOS LINEAMIENTOS
DE SU PROFESIÓN DEMOSTRANDO RESPONSABILIDAD.
INTEGRANTES:
ALEXANDER HEINRICH MARIN CARHUAPOMA
ARACELI URQUIA FASANANDO
DAVER TRUJILLO ROMERO
JOSE DAVID AGUIRRE RAYMUNDO
JOSE LUIS NAVARRO MIRANDA
JOSEFINA MENESES MAGALLANES
KELLY MARIELA VILLARREAL CAMPOS
LILIANA PAOLA CASTILLON CAMPOS
ROCKEY DAVIS QUISPE RICCI
WILSON TRUJILLANO GALLARDO CICLO IX
YSSAYTH MARCOS GIMENEZ ALVARE AÑO - 2023
DOCENTE: WALTER CARLOS TINEO ESPEJO
ÍNDICE
SITUACIÓN DE LA POBLACIÓN MIGRANTE Y REFUGIADA EN EL PERÚ ..... 3
PROBLEMÁTICA VISTA DESDE EL PUNTO INICIAL ............................................ 6
HALLAZGOS SOBRE SITUACIÓN, NECESIDADES Y DEMANDAS EN SALUD 7
BARRERAS DESDE EL LADO DE LA DEMANDA DEL SECTOR FINANCIERO
FALTA DE REGULARIZACIÓN DE DOCUMENTOS DE IDENTIDAD. ................ 9
FALTA DE HISTORIAL CREDITICIO Y GARANTÍAS. ............................................ 9
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES. ............................................................. 11
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ............................................................................ 15
SITUACIÓN DE LA POBLACIÓN MIGRANTE Y REFUGIADA EN
EL PERÚ
En Perú, la migración de extranjeros ha tomado relevancia en los últimos años por
el aumento del flujo migratorio de población venezolana, observándose que más de 7
millones de venezolanos han migrado a diferentes países del mundo4. En particular, el Perú
es el segundo país a nivel mundial, luego de Colombia, con mayor recepción de migrantes y
refugiados venezolanos, con un influjo que alcanzó su pico en el año 2019.
Si bien se tiene poca información sobre la población extranjera que permanece en
el país, se han hecho grandes esfuerzos, en particular para caracterizar a la población
venezolana, la población extranjera más representativa en el territorio. Por ejemplo, de
acuerdo con la Encuesta dirigida por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI)
a la población venezolana (ENPOVE 2022), del total de migrantes venezolanos que viven
en el país, la mitad son mujeres, y el 56% tiene entre 18 a 44 años, porcentaje menor en
comparación a los resultados de la ENPOVE 2018 (72%), probablemente por el incremento
de la migración por reunificación familiar. Por otro lado, es importante mencionar que el
77% de la población venezolana migrante manifestó su intención de quedarse en el país.
El deterioro de las condiciones de vida de la población venezolana, incluyendo la
falta de servicios y desabastecimiento de medicamentos, suministros y equipos de salud,
habrían determinado su inopinada emigración.
Los estados tienen la obligación de proteger el derecho a la salud en el marco de los
tratados internacionales que han suscrito, al no contarse con aseguramiento universal tal
derecho no se ejerce cabalmente. Como es el caso del Perú, en el que, a pesar de los avances
registrados en los últimos años, persisten importantes brechas en cobertura y calidad.
Asimismo, el 18% de la población venezolana de 15 años a más cuenta con estudios
universitarios completos, 1% postgrado y 11% superior técnico completo, porcentajes
ligeramente inferiores a los obtenidos en el año 2018 (25%, 0.8% y 15.5% respectivamente),
relacionado al contexto de movilidad humana donde ha habido una tendencia hacia un perfil
de mayor vulnerabilidad (OIM y MPFN, 2022), con niveles de educación más bajos.
Si bien los migrantes se han incorporado al mercado laboral peruano, ello se ha
dado en su mayoría bajo condiciones desfavorables. De acuerdo con la ENPOVE 2022, el
71% de la PEA venezolana que vive en el país se encuentra ocupada (en comparación con
el 86% registrado en el año 2018), donde el 88% trabaja en empresas de hasta 20 personas,
las cuales son por lo general menos productivas y más informales. Si bien el 68% de la
población ocupada es dependiente asalariado (principalmente empleado, obrero, o trabajador
del hogar), el 81% de ellos no cuenta con un contrato laboral (porcentaje menor que en el
año 2018, 89%).
Dicha situación laboral podría mejorar considerando el incremento en la
acreditación de los estudios, donde el 91% de la población venezolana con educación
universitaria completa, logró acreditar u homologar sus títulos, en contraste con solo el 3%
en el 2018. Sin embargo, la falta de un documento migratorio válido y el escaso
reconocimiento en la práctica de estos como documentos que acreditan su estatus regular,
especialmente en el caso de los refugiados, constituyen una de las principales limitantes para
la inserción laboral.
Inclusión financiera por parte de la población migrante y refugiada para conocer el
nivel de inclusión financiera de la población extranjera se cuenta con poca información.
Según un estudio de USAID y WOCCU (2020), solo el 14% de la población venezolana
había tenido acceso a algún producto financiero en el Perú, tenencia mucho menor a la que
tenían cuando se encontraban en Venezuela (87%). En este sentido, la SBS solicitó
información a entidades del sistema financiero6 para conocer el número de cuentas y créditos
de extranjeros según su registro por documento de identidad.
Es así que, con información al 31 de diciembre de 2021, las entidades reportaron 830 mil
cuentas abiertas por extranjeros, habiéndose abierto en su mayoría con carné de extranjería
(75%) y en un porcentaje reducido con documentos de identidad temporales.
Por su parte, los productos activos, fueron contratados principalmente con carné de
extranjería (93%), probablemente vinculado a una mayor situación de estabilidad y
percepción de voluntad de permanencia en el territorio nacional. En este sentido, se puede
observar que si bien la población identificada con carné de extranjería (con calidad
migratoria residente) puede acceder con mayor facilidad al sistema financiero, existe una
gran brecha por atender para las personas con documentos de identidad provisionales como
el PTP, el CPP y el carné de solicitante de refugio.
PROBLEMÁTICA VISTA DESDE EL PUNTO INICIAL
Una primera imagen de la población venezolana en el Perú, la cual rápidamente
devino desactualizada, provino de los resultados de los Censos del 22 de octubre del
2017. A esa fecha se contaron 60 949 personas, que habían llegado del 2012 al 2017, y
aun antes; vale decir, respectivamente, como migrantes recientes y como migrantes de
toda la vida:
El 2017 mostraba rasgos que, más allá del volumen poblacional, al momento de
realizar la Encuesta sobre las Condiciones de Vida de la Población Venezolana que reside
en Perú (ENPOVE, noviembre y diciembre del 2018), no se habían modificado
sustancialmente: la mayor parte seguía en los principales centros urbanos (86% en Lima y
Callao al 2017). Un año después, se estimaba en 630 715, de la que 568 570 estaban en la
capital, y 40 370 en el Callao, en conjunto 96,5% del total en el país.
HALLAZGOS SOBRE SITUACIÓN, NECESIDADES Y DEMANDAS EN
SALUD
Según la ENPOVE, el 11% de la población inmigrante venezolana refirió tener algún
problema de salud crónico (no verificada mediante examen), 12,9% en mujeres, 9,3% en
hombres. Para el mismo periodo de realización de la encuesta, para la población urbana del
Perú este valor era 39%, probablemente influenciado por la distinta estructura de edades,
más joven en la población venezolana. Según advertimos estas comparaciones deben ser
hechas con cautela.
Dentro del 11% de quienes reportaron enfermedad crónica, las más comunes fueron
asma (39%), seguido de hipertensión (18,4%), artritis (4,8%) y diabetes con 4,6%. El cáncer
también fue reportado en 2,1% de entrevistados/as con alguna enfermedad crónica, 3,4% en
mujeres y 0,5% en hombres.
En cuanto al tratamiento, ocho de cada diez de quienes reportaron alguna enfermedad
crónica manifestó no recibirlo. Sólo el 11,5% de quienes lo requieren reciben el tratamiento
con la frecuencia necesaria a su condición, 13,4% en mujeres y 9,1% en hombres. Para la
población urbana del Perú con alguna enfermedad crónica, seis de diez no buscaron atención.
Asimismo, la ENPOVE indagó acerca de algún padecimiento (accidentes, síntoma,
malestar o enfermedad) presentado desde que llegaran al Perú, 44% presentó algún problema
de salud, la mitad de naturaleza respiratoria o gastrointestinal. Para el mismo periodo de
dicha encuesta, y referida a las cuatro semanas anteriores, 30% de la población urbana en el
Perú reportaba algún problema de salud no crónico.
Entre quienes buscaron atención, el 55,1% lo hizo en una botica o farmacia, mientras
que un tercio se automedicó, y poco menos del 20% acudió a un establecimiento del MINSA.
Aunque no estrictamente comparables en el periodo de referencia, la población urbana del
Perú que buscó atención fue 48%. De estos, aproximadamente la cuarta parte acudió a algún
establecimiento del MINSA, uno de cada tres se automedicó, mientras que dos de cada cinco
fueron a una farmacia. Esta opción es la que más ha crecido entre quienes buscan atención,
pasando de 10 a 20,5% en las áreas urbanas, del 2004 al 2018.
Otro aspecto importante fue la condición de discapacidad. Acaso por no tratarse de
una encuesta especializada, en una breve sección la ENPOVE engloba sus distintos tipos
(definidas como la «dificultad física, mental, intelectual o de los sentidos de manera
permanente»). Sin especificarlos, se encontró que 2% refería algún tipo de discapacidad, por
debajo de la encuesta especializada realizada en el país el 2012 (5,2%). No se presentan
resultados sobre su acceso a tratamiento.
Respecto al aseguramiento, al momento de la realización de la ENPOVE sólo el 8,5%
refirió contar con un seguro de salud, la novena parte de la población peruana. Poco más de
la mitad de quienes cuentan con algún seguro está afiliado al Seguro Integral de Salud (SIS).
A partir del análisis realizado, se identificaron nueve barreras para el acceso a
productos y servicios financieros por parte de la población migrante, las cuales se clasifican
en:
(i) barreras institucionales y de entorno,
(ii) (ii) barreras desde la oferta del sistema financiero, y
(iii) (iii) barreras desde la demanda del sistema financiero.
A continuación, se presenta y desarrolla cada una de ellas:
BARRERAS DESDE EL LADO DE LA DEMANDA DEL SECTOR
FINANCIERO FALTA DE REGULARIZACIÓN DE DOCUMENTOS DE
IDENTIDAD.
La tenencia de un documento oficial que acredite la residencia regular en el
país impacta positivamente en diversos ámbitos de la vida de la población migrante, así
como en la economía del país receptor (Equilibrium – CenDE, 2021); sin embargo, a
pesar de las numerosas ventajas de la regularización, a fines de abril de 2022, el 58%
de la población migrante venezolana, se encuentra en situación irregular, sea porque el
plazo de permanencia se encuentra vencido o porque han ingresado sin el debido control
migratorio.
Si bien el gobierno ha implementado importantes políticas de facilitación para
la regularización de la población migrante venezolana, los costos y trámites para la
obtención de los documentos migratorios, así como la incertidumbre por los plazos y
cambios de calidades migratorias, son una constante17 y constituyen uno de los
principales desafíos para el proceso de regularización de la población migrante.
FALTA DE HISTORIAL CREDITICIO Y GARANTÍAS.
La principal barrera mencionada por el 36% de los funcionarios del sistema
financiero entrevistados en el Perú, según el estudio de USAID y WOCCU (2020), es
la falta de historial crediticio y de garantías. La Cooperación Alemana y
Sparkassenstiftung (2021) también resaltó dicha barrera, incluyendo la falta de
garantías como parte de la problemática, en particular para los recién llegados, para
quienes la falta de garantías reales en el país o de avales limita su acceso al sistema
financiero.
Al respecto es importante mencionar que, el 96% de la población venezolana
mencionó vivir en viviendas alquiladas (ENPOVE, 2018), así como el 59% de
migrantes consideraban como su principal riesgo la pérdida de empleo (USAID y
WOCCU, 2020). Por otro lado, en el 2021 en promedio dicha población generaba un
ingreso mensual de S/ 917 (IFC, 2022). Así, la inestabilidad laboral y bajos ingresos
contribuye con esta falta de garantías. Adicionalmente, es pertinente destacar que el
87% de la población venezolana en Perú tuvo acceso a algún producto financiero
cuando estuvo en Venezuela (USAID y WOCCU, 2020); no obstante, la posibilidad de
que las entidades financieras locales accedan al historial crediticio es limitada, por lo
que se podría utilizar soluciones tecnológicas (Cooperación Alemana y
Sparkassenstiftung, 2021) y un mayor alcance de las mismas para enfrentar dicho
problema.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES.
La repentina condición de país de destino migratorio ha planteado múltiples desafíos al
sistema de salud en el Perú. Las condiciones de vulnerabilidad social de la población
venezolana en las ciudades del Perú revelan y hacen aún más precarias las condiciones de
atención de la salud de la población urbana, con la que eventualmente compiten por los
mismos insuficientes servicios.
Las necesidades y demandas de atención, promoción y prevención de la salud de la población
venezolana están muy influenciadas por el perfil de edades, de interés para organizar y
entregar servicios. Los registros administrativos en salud no vienen distinguiendo
adecuadamente a la población venezolana.
La situación y determinantes de la salud de la población inmigrante requieren que la gestión
de la información, incluyendo los registros administrativos, faciliten las acciones de
promoción y prevención adecuadas a su condición y distribución territorial. Para ello,
incluso se debiera considerar el rol que profesionales y técnicos calificados para que, de
acuerdo a las regulaciones establecidas en el Perú, pudieran sumarse para atender a sus
necesidades.
Áreas de mayor prioridad y aún poco atendidas como la salud sexual y reproductiva, y otras
insuficientemente caracterizadas como las de violencia física y sexual, desnutrición,
discapacidad, así como la salud mental y otras no estimadas como la salud buco-dental,
requieren ser visibilizadas, a fin de sustentar intervenciones urgentes para que ningún
inmigrante se siga quedando atrás.
A partir del análisis realizado, se puede concluir que la inclusión financiera de
la población migrante y refugiada resulta relevante para los países, dado los beneficios
que puede generar su adecuada integración económica, social y cultural, en la
seguridad, estabilidad y prosperidad de su entorno. En este sentido, resulta relevante
incrementar el nivel de inclusión financiera de la población extranjera en el Perú,
considerando el mayor flujo migratorio observado en los últimos años.
En particular, se han identificado diferentes barreras que limitan la adecuada
inclusión financiera de la población migrante y refugiada en el país, entre las que se
encuentran barreras institucionales y de entorno, Cabe señalar que según AFI (2022),
debido a nuevas regulaciones, se requiere el uso de pasaporte válido, el CURP, el carné
de residencia o visa humanitaria, así como un número de teléfono y correo electrónico
para abrir una cuenta.
Se redujeron durante un mes los requisitos de KYC debido al desastre natural
provocado por el tifón “Haiyan” en noviembre del 2013, donde en particular, se eliminó
el requerimiento de presentar un documento de identidad oficial hasta el 31 de
diciembre del 2013 y aplicaba a transacciones de hasta 1,142 dólares.
Es importante mencionar que los proveedores de servicios financieros tenían
solicitar el número de identidad nacional, para luego contrastar dicho número con bases
de datos provistas por terceros. Asimismo, una vez que la persona cumplía con el
procedimiento de KYC cara a cara, las restricciones del producto financiero eran
eliminadas.
Barreras desde el lado de la oferta del sector financiero, así como barreras desde
el lado de la demanda. Al respecto se destaca entre las principales barreas la diversidad
y limitada vigencia de los documentos de identidad que genera incertidumbre y/o
confusión en la población y proveedores de servicios, la falta de interconexión de los
sistemas para una identificación más robusta que facilite el cumplimiento de las
políticas de debida diligencia del cliente, así como la baja regularización de la población
migrante por los costos y percepción de baja utilidad de los documentos de identidad.
Es así que, a partir de las barreras identificadas, se pueden plantear
recomendaciones y definir acciones de articulación con las autoridades migratorias y
actores relevantes que fomenten la inclusión financiera del grupo de interés. Entre las
primeras acciones a desarrollar podría elaborarse una cartilla o guía, similar a los casos
de Brasil y Colombia, con información clara sobre los documentos de identidad válidos
para realizar actos jurídicos, sus características y medios para verificar su autenticidad,
a fin de que estos puedan ser reconocidos y considerados por las entidades del sector
financiero. Asimismo, podrían realizar acciones de difusión con los operadores móviles
para fomentar el conocimiento de los documentos de identidad y así el proceso de
contracción de equipos móviles con los diferentes documentos, generando un mejor
ecosistema para el uso de productos y servicios financieros digitales.
Adicionalmente, con el fin de mejorar el proceso de autentificación de la
identidad, se debe buscar la interconexión de los sistemas de información entre los
proveedores de servicios financieros y las autoridades migratorias, acción que podría
venir acompañada de la evaluación sobre los requisitos de CDD que permita una
contratación menos estricta para la población con documentos temporales o para la
contratación por canales digitales.
Por otro lado, se debería continuar facilitando el desarrollo de soluciones
innovadoras28 por parte de las empresas del sector financiero, a fin de que estas puedan
desarrollar estrategias novedosas que permitan la identificación de la población
migrante y se facilite su acceso a cuentas de ahorro y créditos.
Adicionalmente, para conocer mejor a la población migrante y refugiada en el
Perú, sigue siendo relevante que se continúe con la generación de evidencias a través
de estudios y encuestas que permitan caracterizar y conocer las necesidades de este
grupo poblacional por diferentes entidades competentes, para que así se puedan reducir
los prejuicios, se pueda contar con una mejor atención para la población y una oferta de
servicios financieros según la fase migratoria y tipo de segmento al que pertenezca.
Finalmente, la situación analizada ratifica que las desigualdades para ejercer el
derecho a la salud, y que también afecta a la población venezolana en nuestro país,
continúa siendo uno de los principales retos para que el crecimiento y desarrollo
incluyan a quienes afrontan situaciones de mayor vulnerabilidad. Por último, resulta
relevante la realización de iniciativas de educación financiera para que la población
migrante y refugiada pueda familiarizarse con el nuevo entorno financiero (OECD,
2016), pueda tener una buena experiencia de usuario y tenga claridad sobre sus
obligaciones y derechos (GPFI, 2017), para que así, incremente su confianza cuando
interactúen con el sistema financiero local. En este sentido, es recomendable realizar
capacitaciones no solo a migrantes, sino a sus familias, trabajar de manera coordinada
con organizaciones que provean servicios esenciales de salud, educación e información
(OECD, 2016), así como la combinación de programas de emprendimiento junto con
capacitaciones de educación financiera (GPFI, 2017).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
_Instituto Nacional de Estadística e Informática. Características
sociodemográficas de la población venezolana censada en el año 2017. Lima, Perú:
INEI;2018.
_Instituto Nacional de Estadística e Informática. Condiciones de Vida de la
Población Venezolana que reside en Perú. Resultados de la Encuesta dirigida a la
Población Venezolana que reside en el Perú ENPOVE 2018. Lima, Perú: INEI;2019
_Aslany, M; Carling, J; Mjelva, MB; Sommerfelt, T (2021). Systematic review
of determinants of migration aspirations. QuantMig Project Deliverable D2.2.
Southampton: University of Southampton.
_AFI (2017). Financial Inclusion of forcibly displaced persons: Perspectives of
financial regulators.