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Derecho Romano Trabajo

Este documento presenta una introducción al derecho romano y su evolución desde la monarquía hasta la república y el imperio. Explica que Roma comenzó como una ciudad-estado monárquica gobernada por un rey y un senado patricio, pero en el siglo VI a.C. los ciudadanos expulsaron a los reyes y establecieron una república. Luego, describe las distintas fuentes del derecho romano a lo largo de la república y el imperio, incluyendo las leyes, plebiscitos, edictos de mag

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Derecho Romano Trabajo

Este documento presenta una introducción al derecho romano y su evolución desde la monarquía hasta la república y el imperio. Explica que Roma comenzó como una ciudad-estado monárquica gobernada por un rey y un senado patricio, pero en el siglo VI a.C. los ciudadanos expulsaron a los reyes y establecieron una república. Luego, describe las distintas fuentes del derecho romano a lo largo de la república y el imperio, incluyendo las leyes, plebiscitos, edictos de mag

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UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL

DE LOS LLANOS OCCIDENTALES


“EZEQUIEL ZAMORA”
UNELLEZ

EL ESTADO VENEZOLANO. LA NACIONALIDAD Y LA CIUDADANÍA


(DERECHO ROMANO I)

Facilitadora: Participantes:
Dr. Yennis Rangel -Daimely Contreras
C.I. 31.203.895
-Grecia Delgado
C.I. 30.595.452
-Jennifer Anuel
C.I. 30.344.383
-Luzmar Becerra
C.I. 31.084.193
-Maryelis Colmenares
C.I. 30.962.463
-María Redondo
C.I. 26.511.872
-Orliennys Colmenares
C.I. 31.398.737

San Fernando de Apure, Abril 2023

i
INDICE
INTRODUCCIÓN................................................................................................................ 1
LA REPÚBLICA.................................................................................................................. 1
Transición de la Monarquía a la República.........................................................................2
EL DERECHO ROMANO....................................................................................................3
La lucha social entre Patricios y Plebeyos..........................................................................6
LA LEY XII TABLAS............................................................................................................ 9
La magistratura Republicana.............................................................................................10
¿Qué es una magistratura?...........................................................................................11
LOS COMICIOS................................................................................................................12
El Senado.......................................................................................................................... 12
FUENTES DEL DERECHO ROMANO DURANTE LA REPUBLICA.................................14
Las Leyes...................................................................................................................... 14
Los Plebiscitos............................................................................................................... 15
Los senados consultos..................................................................................................16
Los edictos de los magistrados......................................................................................17
La jurisprudencia........................................................................................................... 19
El imperio....................................................................................................................... 20
Organización política: el príncipe, los Comicios, el senado y la magistratura....................21
-El Rey........................................................................................................................... 21
-El Senado..................................................................................................................... 22
-El Pueblo...................................................................................................................... 22
-Tribus y curias..............................................................................................................23
-Comicios Calados y Comicios Curiados.......................................................................23
-Comicios centuriados...................................................................................................23
-Las Magistraturas.........................................................................................................24
LA REFORMA CONSTITUCIONAL DE DIOCLECIANO Y CONSTANTINO.....................24
FUENTES DEL DERECHO...............................................................................................25
Clasificación de las fuentes...........................................................................................26
1) La costumbre......................................................................................................26
2) Las Leyes............................................................................................................ 26
3) Los Plebiscitos....................................................................................................26
4) Los Edictos......................................................................................................... 26
LOS JURISCONSULTOS..................................................................................................28

ii
LEGISLACIÓN COMICIAL................................................................................................28
LOS SENADO CONSULTOS............................................................................................29
LAS CONSTITUCIONES IMPERIALES............................................................................29
Clasificación de las Constituciones Imperiales..............................................................29
-Decretos................................................................................................................... 30
-Mandatos..................................................................................................................30
-Rescriptos................................................................................................................. 30
EL EDICTO DE LOS MAGISTRADOS..............................................................................31
LAS RESPUESTAS DE LOS JURISCONSULTOS ROMANOS........................................32
JUSTINIANO Y SU OBRA DE CODIFICACIÓN (EL CORPUS-IURI CIVILE)...................33
-Legado...................................................................................................................... 36
CONCLUSIÓN.................................................................................................................. 38
REFERENCIAS.................................................................................................................39

iii
INTRODUCCIÓN

Para comprender de forma óptima el desarrollo de este trabajo, vamos a ir poco


a poco introduciéndonos en el mundo de la antigua Roma. La civilización romana
es probablemente la civilización más importante de la historia del planeta. Su
expansión definió a Europa. Su constitución formó sociedades desde Rusia en el
este hasta los Estados Unidos y América Latina en el oeste. Ni siquiera sus
conquistadores fueron inmunes a la cultura romana superior.

En un principio, tenemos que Roma fue una ciudad-estado monárquica. El rey


era elegido por una asamblea y su cargo era vitalicio, pero a su muerte el poder
volvía al estado. El Senado designaba un rey provisorio entre sus miembros hasta
la elección de un nuevo rey. Los jefes de las familias patricias integraban el
Senado, institución que asesoraba al rey en todas sus actividades y decisiones. La
asamblea estaba compuesta exclusivamente por ciudadanos propietarios. Tenía
funciones legislativas, judiciales y elegía al rey.

En general, Roma fue, durante mucho tiempo, una pequeña ciudad de la


península Itálica gobernada por una monarquía. Pero en el siglo VI a.C. sus
habitantes expulsaron a los reyes y se constituyeron en República. Después de
numerosas guerras, Roma se adueñó de las tierras que rodeaban el Mediterráneo

LA REPÚBLICA

1
Según la tradición, en el año 509 a.C. se produjeron una serie de hechos
esenciales en la historia de Roma: se expulsó al último monarca, Roma fue
tomada por el ejército de Porsenna, se firmó el tratado entre Roma y Cartago, se
iniciaron de los Fastos Consulares y se consagró el templo de Júpiter Capitolino.
Parecen muchos acontecimientos para tan poco tiempo. El único perteneciente
con seguridad al año 509 a.C. es la dedicatoria del templo de Júpiter. Los
restantes pudieron suceder más tarde, aunque con poca diferencia de tiempo.
Los Fastos Consulares (listas con los nombres de los cónsules que servían como
referencia para datar acontecimientos importantes) resultan básicos para el
estudio de la República a partir del 503 a.C., fecha en que se considera que ya
son dignos de credibilidad.
Otro sistema utilizado se basa en el ritual del clavus annalis. Esta práctica se
inició al año siguiente de la dedicatoria del templo de Júpiter Capitolino y consistía
en clavar un clavo en el muro de la cella de Minerva cada aniversario de esta
dedicatoria. El primer clavo fue clavado en el 508 a.C., un año después de su
consagración. El templo de Júpiter Capitolino constaba, además de la cella de
Júpiter, de otras dos anexas: la de Minerva y la de Juno.
La década que siguió al 509 (fecha de la conspiración contra el último rey de
Roma, Tarquinio el Soberbio, cuando estaba fuera de Roma sitiando la ciudad de
Ardea) es un período oscuro del que sólo se conocen hechos aislados.

Transición de la Monarquía a la República

La transición política de la Monarquía a la República fue seguida de graves


tensiones sociales internas que fueron aprovechadas por los pueblos vecinos para
reducir el control territorial de Roma y conseguir su desaparición. De ahí que,
durante los primeros 70 años de la República, Roma tuviera que ratificar su
identidad en demasiadas ocasiones. Los primeros años de la República son de
incertidumbre como consecuencia de la confusión política existente. Había
partidarios de la Monarquía, de la República, de Porsenna y de la Liga latina, entre
otros. Los que conjuraron en el 509 a.C. no tenían prevista ninguna fórmula
institucional para sustituir a la monarquía.

2
Todos los historiadores están de acuerdo en que el Consulado -magistratura
doble y colegiada durante toda la República- no surgió inmediatamente después
de la expulsión de Tarquinio. La tesis más generalizada presupone que en la
transición de la Monarquía al consulado se pasó por una fase intermedia en la que
se designaba un praetor maximus por un año y que, más tarde, desdoblaría sus
funciones. Aunque ya se acercaba al sistema binario de los cónsules, éstos
seguían designándose como pretores al menos hasta 449 a.C., con la ley Valeria
Horaria.
Parece ser que las supremas magistraturas no fueron monopolizadas por los
patres -personas que controlaban el Senado, el ejército y los sacerdocios desde el
inicio de la historia de Roma- ya que se conocen casos de plebeyos que ocuparon
el consulado hasta el año hasta el 485 a.C. El clima de tensiones y
enfrentamientos de los comienzos de la República llevaría a las facciones más
fuertes a formalizar compromisos y alianzas entre ellas. A partir del 485 se
produjo la intransigencia del patriciado pasando a controlar todas las magistraturas
civiles y religiosas y excluyendo a los plebeyos de cualquier tipo de
responsabilidad en el gobierno.

EL DERECHO ROMANO

Además de por las luchas entre patricios y plebeyos, la República se caracterizó


por la expansión del poder de Roma a toda la Italia peninsular, por la
promulgación de la Ley de las XII Tablas en el 450 a.C y por las guerras civiles por
la igualdad. La Ley de las XII Tablas, llamada así porque estaba escrita en doce
tablas, es el código más antiguo de derecho romano. Se estableció para aplacar
las demandas de los plebeyos.
Hasta que se redactó este código el derecho romano había tenido un carácter
sagrado, por haber estado unido a la monarquía y al colegio de los pontífices. Con
su redacción el derecho romano se desacraliza constituyendo la base del derecho
del mundo occidental. Para el historiador Tito Livio, las XII Tablas eran la fuente de
todo el derecho romano, tanto público como privado.

3
Entre los años 133 y 27 a.C. se desarrolló una etapa muy convulsa en la historia
de Roma debido a una compleja situación económica, social y política que llevó a
momentos de tensión, como los vividos con los Gracos o las guerras sociales
entre nobles y plebe.
La dictadura: la transición de la República al Imperio Romano
El gran paso hacia un sistema político en el que el poder se acumulase en manos
de una sola persona lo dio Sila (dictador en los años 82-79). La sistematización de
Sila fue muy importante y una de las consecuencias que tuvo, y que influyó en
gran medida en la política y en el propio final de la República, radicó en el hecho
de que concentró todo el poder político en manos del Senado, hecho que no
sucedió con el poder ejecutivo.
Esto dio lugar a que el Senado tuviera que confiar el ejecutivo a un hombre
fuerte, a un general que, además, fuese político. A su vez, los populares también
querían ocupar el poder provocando un fortalecimiento del poder personal a la
hora de gobernar. El fortalecimiento del personalismo condujo a los triunviratos y a
las dictaduras de César o Augusto, y supuso el fin de la República y el principio de
una nueva etapa, el Imperio
-Consecuencias de la expansión romana
Como consecuencia de las grandes conquistas, la vida en Roma y sus provincias
cambiaron totalmente, esto debido a la intercalación cultural de los pueblos que
habían sometido; por la riqueza acumulada en la élite de la sociedad romana y por
el poder y prestigio que había ganado el ejército romano.
-Consecuencias políticas
Roma se convirtió en la primera potencia del Mundo Antiguo, dueña de extensos
territorios con grandes riquezas.
Los territorios conquistados se transformaron en provincias romanas, con un gran
gobernador o procónsul en el gobierno de cada uno de ellas y un séquito de
funcionarios a su orden.
Las autoridades y funcionarios públicos llegaron a corromperse por falta de
control en un territorio tan basto.
Aparecieron caudillos con ansias de poder, lo que ocasionó en guerras civiles.

4
-Consecuencias sociales
Surgió una sociedad con grandes desigualdades donde la clase rica estaba
representada por los nobles patricios y la otra pobre, representada por los
plebeyos.
La mayoría de la clase media murió en las batallas y los pocos que regresaron,
vendieron sus pequeñas propiedades a los ricos.
Lo pobres se levantaron contra los ricos y el senado, originando las luchas
sociales.
-Consecuencias económicas
Al lado de los patricios ricos, surgí o una nueva clase llamada los caballeros.
Estos fueron financieros, banqueros, mercaderes y armadores.
Consolidaron el latifundio es decir acumulando extensas tierras bajo un solo
dueño, generalmente en los países conquistados.
Aparecieron también las grandes sociedades financieras como los bancos, de
explotación minera y de recaudación de impuestos.
Intensificaron el mercado de esclavos por la existencia de numerosos prisioneros
de guerra y por los contactos con los puertos de Oriente, originando de este modo,
el abaratamiento de la mano de obra.
La agricultura decayó enormemente por la competencia del trigo importado, que
se vendía a un precio más bajo que el nacional y por la despreocupación de los
latifundista.
-Consecuencias religiosas
Las creencias religiosas evolucionaron, especialmente por la imitación que
hicieron de los dioses griegos.
Construyeron templos y estatuas para consagrar a los dioses que habían
asimilado.
-Consecuencias intelectuales
Asimilaron la cultura de los pueblos vencidos, especialmente en el campo de la
literatura y las artes de los griegos.
Perfeccionaron la educación, gracias a la influencia de los pedagogos griegos.

5
La lucha social entre Patricios y Plebeyos

La población de Roma se componía de ciudadanos libres y esclavos, como la


población de Grecia. Desde tiempos remotos, los ciudadanos libres se clasificaban
en patricios y plebeyos, ambos grupos separados por una barrera infranqueable.
Los miembros de las antiguas familias romanas eran patricios: sus antepasados
fueron consejeros reales y ello les confería derecho hereditario a participar en el
Senado. La palabra patricio viene de pater (padre), y los que formaban el «consejo
de ancianos» eran los padres del Estado. Los senadores fueron en su origen
asesores del Rey; por regla general, los patricios poseían latifundios y fortunas
cuantiosas en dinero contante, y por su nacimiento y potencial económico,
dominaban la sociedad y la dirigían tanto en tiempos de guerra como de paz.
Cónsules y senadores se elegían entre ellos, y sus representantes se reunían se
en un lugar consagrado en las cercanías del Foro, donde se discutían leyes y se
decidían asuntos políticos importantes.
Los que inmigraron luego a Roma y sus descendientes, modestos campesinos
y trabajadores manuales casi todos, eran considerados plebeyos. Aunque esta
clase superase en importancia numérica y estuviera dispensada del servicio militar
y del pago de impuestos, no tenía ninguna influencia en el gobierno. La posición
política y social de los plebeyos nos recuerda la de los periecos en Esparta. Estos
campesinos plebeyos eran los más perjudicados con las incesantes querellas
vecinales, y con frecuencia tenían que pedir préstamos a los patricios. Cuando un
deudor no podía pagar los usurarios intereses exigidos, una rigurosa ley
autorizaba al acreedor a encarcelar o a reducir a esclavitud al deudor y a su
familia.
Cuanto más prolongadas e importantes eran las guerras y más aumentaba el
territorio romano, tanto más penosa era la situación de los plebeyos. «Se quejaban
–dice Tito Livio- de que su destino fuera luchar por la libertad y el poder de Roma,
mientras Roma oprimía y esclavizaba a sus mismos compatriotas». La libertad del
hombre del pueblo era mejor salvaguarda en guerra que en paz; había más
seguridad frente al enemigo que ante sus compatriotas. El abismo entre ricos y
pobres no correspondía exactamente al que separaba a patricios y plebeyos.

6
Como señala Mommsen, algunas familias plebeyas eran ricas y respetadas. Sólo
la torpeza de los patricios les alejaba de los asuntos políticos de la ciudad, con lo
que creaban ellos mismos la situación adecuada para que surgieran jefes
influyentes en la oposición.
Cuenta Tito Livio que «un anciano entró en el Foro hecho una lástima. Tenía los
vestidos manchados, pálidos y enjutos el rostro como un cadáver, el cabello y la
barba desgreñados. Pese a ello se le identificó. Había mandado una centuria
(centurión, jefe de cien, el grado más elevado de la sub oficialidad en la legión
romana) y la multitud compadecida aludía a otras recompensas militares.
Mostraba por doquier testimonios de sus heroicos combates y las cicatrices en su
pecho. En seguida le rodeó una multitud tan grande como una asamblea pública,
inquiriendo el porqué de su situación y lastimoso aspecto.
Explicó que fue soldado en la guerra de los sabinos, y que, después del
saqueo, no sólo no recogió cosecha alguna, sino que su granja fue incendiada y
sus ganados robados; y que en aquella crisis le exigieron el pago de los impuestos
y se llenó de deudas; que éstas, aumentadas por los intereses, le embargaron el
campo de sus progenitores y el resto de sus bienes y no perdonaron ni su misma
persona; que su acreedor le amenazó, no sólo con la esclavitud, sino con la
prisión y la muerte. A continuación, enseñó a todos su espalda con huellas de
recientes azotes. Impresionado por el aspecto y las palabras del centurión, el
gentío se alborotó.
El Foro fue incapaz de contener el tumulto que se extendía por toda la ciudad.
Los esclavos por deudas, con o sin cadenas, se precipitaron a las calles
implorando el apoyo de los quirites (se dio el nombre de quirites en la antigua
Roma a los sabinos que procedentes de Cures –legendaria patria de Numa
Pompilio- se establecieron en la colina del Quirinal después de la alianza entre
Rómulo y Tacio). Por si fuera poco, unos caballeros latinos recién llegados
anunciaban otra grave noticia: el ejército volsco, tomando la ofensiva, se dirigía
contra Roma».
En el seno de la sociedad romana latía un peligro: la amenaza de los plebeyos
de no cumplir sus obligaciones militares si no se les atendía. Los patricios tuvieron

7
miedo y prometieron suavizar las leyes relativas a las deudas; así tranquilizadas,
las pobres gentes marcharon a la guerra y derrotaron a los volscos, pero,
desaparecido el peligro, se olvidaron de las promesas y la situación volvió a
repetirse. «Al fin –dice Tito Livio- la paciencia de los plebeyos se acabó.
Abandonaron Roma y levantaron un campamento en el Monte Sagrado«. Desde
allí amenazaron con fundar una ciudad rival en la que todos los hombres tuvieran
los mismos derechos.
Roma quedó consternada. ¿Qué sucedería si estallaba una guerra? Decidieron
parlamentar con los plebeyos, y para esta misión eligieron a Menenio Agripa,
excelente orador y patricio muy estimado por la plebe. Logró convencer a los
plebeyos, invitándoles a la reconciliación, que aceptaron de buena gana. En cierto
modo, Agripa fue el Solón de Roma. Influyó en el Senado para que hiciera
concesiones, y ambos partidos llegaron a un acuerdo. Los plebeyos lograron el
derecho, igual que los patricios, de poseer su propia asamblea; en esta, el
derecho a votar sería independiente de la riqueza e igual para todos. Esta
representación popular de los plebeyos fue el órgano más importante del
movimiento de democratización.
Los representantes de los plebeyos elegían sus propios magistrados, llamados
tribunos de la plebe, que tenían por misión proteger a sus hermanos de clase
contra los patricios. Si el Senado o los cónsules adoptaban una medida que el
tribuno del pueblo juzgaba desfavorable para la plebe, sólo tenía que poner su
«veto» (me opongo) y la decisión era anulada. Cualquier ciudadano podía también
apelar a los tribunos del pueblo para que le protegieran de las injusticias. Por tal
razón, las casas de los tribunos permanecían abiertas día y noche. Los tribunos de
la plebe gozaban de inmunidad y su autoridad era similar a la de los cónsules.
El cónsul tenía el poder de decretar y el tribuno el derecho de oponerse; el
poder del senador era positivo y el del tribuno negativo. La institución del tribunado
fue, en realidad, una tentativa para introducir, por medios legales, un elemento
revolucionario en la organización política. La retirada al Monte Sagrado y el
establecimiento del tribunado parece que ocurrieron hacia 494 A. C., año en que
los persas destruían Mileto hasta la última piedra.

8
En sus investigaciones, algunos historiadores explican los acontecimientos de
manera más natural y menos dramática. En realidad, los tribunos eran unos
hombres en quienes se depositaba la confianza comunal; el pueblo elegía uno
para cada cuatro tribus o barrios de la ciudad; se trataba, pues, de una especie de
consejo comunal en pequeña escala. Poco a poco, los tribunos se reunieron para
deliberar juntos los problemas comunes de la ciudad. De ello a convocar de vez en
cuando en el Foro a todo el pueblo para tratar de los asuntos concernientes a
todos los romanos, sólo mediaba un paso.
Así nació una especie de representación popular no refrendada por la ley, pero
lo bastante poderosa para hacerse respetar en los asuntos públicos. Respaldados
por la mayoría del pueblo, los tribunos podían, pues, aprovechar esta situación
para apoyar a sus hermanos de clase contra las exacciones de los magistrados
patricios. A su vez, los plebeyos se comprometían por juramento a defender a los
tribunos del pueblo contra todos los ataques, vinieran de donde vinieran. Además,
los tribunos podían lanzarse a la demagogia, organizar manifestaciones y
levantamientos callejeros o amenazar con hacerlo. En un principio, no tenían
capacidad jurídica para proteger eficazmente los intereses de los plebeyos, pero
como suele ocurrir siempre, los poderes que los tribunos se arrogaron con el
apoyo popular fueron reconocidos de jure por la sociedad entera.

LA LEY XII TABLAS

Durante los tres primeros siglos de Roma, el derecho privado tenía su fuente
única en usos vigentes entre los fundadores de la ciudad, que había pasado, por
tradición, de las poblaciones primitivas a la nación nueva. A estas costumbres se
les conoce como mores majorum («costumbres de los mayores», o «costumbres
de los antepasados»). Se puede decir que en este periodo, el derecho privado
solo tiene una fuente cierta, la costumbre. La falta de precisión y esclarecimiento
de sus reglas favoreció al arbitrio de los magistrados patricios encargados de la
administración de la justicia, y no solamente en el derecho privado, sino también
en la represión de crímenes y delitos. Los tribunos, que fueron los intérpretes de
las reclamaciones de la plebe, pidieron la redacción de una ley que rigiera

9
igualmente para todos los ciudadanos. Después de diez años de resistencia, los
patricios cedieron: el Senado y los tribunos acordaron redactar una ley aplicable a
los dos órdenes. Esta ley fue la de las XII Tablas.
Fue un texto legal que contenía normas para regular la convivencia pueblo
romano. También recibió el nombre de Ley decenviral. Por su contenido, se dice
que pertenece más al derecho privado que al público. Fue el primer código de la
Antigüedad que contuvo reglamentación sobre censura. Se consideran un
conjunto de leyes inscritas en 12 tablillas de bronce creadas en la antigua Roma
en los años 451 y 450 a.C. Estas tablillas solo se conservan en fragmentos, por lo
que no se sabe con certeza cuáles eran todas las leyes.

La magistratura Republicana

Para comprender el funcionamiento de la Antigua Roma hay que comprender


primero cómo se articulaba su aparato institucional. Lejos de resultarnos ajeno, las
magistraturas romanas han sido y son objeto de estudio en las aulas de todos los
niveles educativos incluso hoy en día. Históricamente, estas magistraturas han
trascendido entroncándose en el aparato político del mundo occidental. Por ello,
no nos resulta extraño que todavía hoy en día existan figuras políticas como son
los cónsules o los ediles. 
Además de nuestra propia experiencia como sujetos políticos, es importante
conocer las raíces que sustentaron no solo a la propia Roma sino también a sus
provincias. La República de Roma consiguió extenderse a lo largo y ancho de todo
el Mare Nostrum debido a la gran capacidad de apuntalar sus conquistas con una
base política lo suficientemente firme como para funcionar de manera autónoma. 
Sin embargo, este modelo tuvo sus problemas y fue – entre otros motivos – un
detonante claro de la llamada “Crisis de la República”. La fina línea entre la
evolución de los cargos y la perversión de los mismos se fue haciendo cada vez
más difusa hasta que prácticamente perdieron todo su valor con la llegada del
Imperio.
En este artículo se hablará de forma sucinta de la estructura política y de los
cargos que formaban el conocido como Cursus Honorum. Continúa leyendo para

10
descubrir los engranajes que, en forma de magistratura, coordinaban el aparato
político de Roma.

¿Qué es una magistratura?

El término “magistrado” proviene de la raíz “magis”, de magno. Es decir, los


magistrados se encontraban en una condición de prevalencia frente a los demás.
Un magistratus era lo contrario al privatus, es decir se encargaba de los intereses
de la res pública. Su poder emanaba de la elección del pueblo, no de detentar la
fuerza como el Rex cuyo origen está en el caudillaje militar.
Los magistrados contaban con el imperium, es decir, el mando sobre el ejército
en el exterior y el valor jurídico en el interior. En época republicana sólo contaban
con imperium las magistraturas más elevadas: pretor, cónsul, dictador y el tribuno
consular. Pero este imperium no solo implicaba dirigir los ejércitos, sino que
también entraban en juego cuestiones como permitir la vida y la muerte, imponer
tributos a los pueblos derrotados o celebrar el triunfo siendo saludado bajo el título
de imperator. Existía una diferenciación entre el imperium militiae, relacionado con
el mundo militar y el imperium domi que tenía que ver con los comicios electorales
y el Senado. Este último estaba enfocado a intervenir contra aquellos ciudadanos
que no respetaran las instituciones o impidieran las funciones de las mismas
(Roldán, 1999).
Junto con el imperium encontramos la potestad. Propia de los magistrados
menores (cuestores y ediles) con el cuál podían multar y sancionar a aquellos que
violaran las leyes (Roldán, 1999).
Ahora bien, las magistraturas republicanas se ejercían prácticamente en solitario,
ya que no existía el aparato burocrático que se desarrollará en el Imperio. Por ello,
los magistrados tenían que contar con grandes sumas de dinero para apoyarse de
forma privada en sus familias para cargar con el peso de las magistraturas.
Acompañando a los magistrados estaban los lictores. Estos eran unos guardias
que escoltaban a los magistrados allá donde fueran. No solo eran una forma de
protección física, sino que tenían una poderosa carga ideológica detrás. Los
lictores suponían la protección de la república a sus instituciones. La figura del

11
lictor ha trascendido históricamente debido a que portaban las fasces. Realmente
este arma (constituida de ramas de olmo o abedul con un hacha en el centro) no
tenía una gran efectividad de cara a la defensa del magistrado, pero sí que
apuntalaba su simbolismo.

LOS COMICIOS

Los comicios romanos o asambleas romanas eran un grupo de instituciones


esenciales en el gobierno de la Antigua Roma y, junto con el Senado romano, eran
los principales órganos de representación política del populus romanus ('pueblo
romano
Un Comicio era en Derecho Romano una asamblea de habitantes del
pueblo, en la que se decidían todas las acciones a tomar en pro de la sociedad y
en contra de quienes no correspondían en respeto y obediencia al lineamiento
legal que se empezó a escribir en Roma. Es una asamblea de habitantes del
pueblo, en la que se decidían todas las acciones a tomar en pro de la sociedad y
en contra de quienes no correspondían en respeto y obediencia al lineamiento
legal que se empezó a escribir en Roma. Según su etimología, la palabra comicio
es proveniente del latín “Comitium” que significa “Conjunto o Compañía” de ahí se
establece que un comicio no es más que una reunión de personas que en
conjunto llegan a un acuerdo.
La historia del Derecho Romano nos coloca con respecto de los comicios al
inicio de esta, cuando el Rey Rómulo ordeno la división de los patricios en tres
tribus, que luego se subdividirían en 10 curias. Estas curias formarían los primeros
comicios. En la República a falta de ley los magistrados y las asambleas estaban
compuestos por estos comicios que decidían y formaban una importante parte de
todas las acciones que ocurrían en Roma.

El Senado

El Senado romano funcionaba como órgano de consulta de los magistrados de


Roma y estaba compuesto por los funcionarios públicos más experimentados de la
ciudad y la élite de la sociedad. Sus decisiones tenían un gran peso, aunque no

12
siempre se convirtieran en leyes en la práctica. El Senado siguió ejerciendo su
influencia en el gobierno en la época imperial, aunque en menor medida.
Con el paso del tiempo, el Senado fue testigo de un aumento de la intervención
del ejército en la política y sufrió la manipulación tanto de sus miembros como de
sus sesiones por parte de los sucesivos emperadores. La institución sobrevivió a
todos los emperadores, y los senadores siguieron siendo los actores políticos más
poderosos de Roma, ocuparon cargos públicos clave, influyeron en la opinión
pública, comandaron legiones y gobernaron provincias.
Los romanos utilizaban el nombre de senatus para su sede de gobierno más
importante, que deriva de senex, que significa "viejo", y hacía referencia a una
"asamblea de ancianos", con una connotación de sabiduría y experiencia. A veces
se llamaba a sus miembros "padres" o patres, por lo que esta combinación de
ideas ilustra que el Senado era un órgano destinado a proporcionar una
orientación razonada y equilibrada al Estado romano y a su pueblo.
Según la tradición, el fundador de Roma, Rómulo, creó el primer Senado de 100
miembros como órgano asesor del soberano, pero se sabe muy poco sobre su
papel real en la historia temprana de Roma como monarquía.
En los primeros tiempos de la República, es probable que el órgano comenzara
como un consejo de consulta de los magistrados y que luego aumentara su poder
a medida que los magistrados retirados se unían a él, como indica la lex Ovinia
(después del 339 a.C. pero antes del 318 a.C.), que establecía que los miembros
debían ser reclutados entre los "mejores hombres".
Los censores elaboraban una nueva lista de miembros cada cinco años, pero los
senadores solían mantener su cargo de por vida, a menos que hubieran cometido
un acto deshonroso. Por ejemplo, en el año 70 a.C., nada menos que 64
senadores fueron excluidos de la nueva lista por conducta indigna. Se estableció
un sistema que, en efecto, creó una nueva y poderosa clase política que
dominaría el gobierno romano durante siglos.

13
FUENTES DEL DERECHO ROMANO DURANTE LA REPUBLICA

Las fuentes formales del derecho están creadas por el hombre en la época
romana siendo estos los primeros que instituyeron el derecho como lo conocemos
el día de hoy.
En la época de la república surgió una gran reglamentación y normas y a su vez
creación de métodos de organización del gobierno para una mejor observación de
las leyes, su creación y cumplimiento, con el fin de tener una convivencia
armónica entre la sociedad. Las fuentes principales del derecho fueron la
costumbre, la ley, la ley de las XII tablas, los senado, los edictos de los
magistrados y la jurisprudencia y más leyes que fueron creadas para situaciones o
conflictos en específico.
Las fuentes del derecho en la República al igual que los órganos políticos en
Roma se vieron obligadas a evolucionar para satisfacer las necesidades jurídicas
de las nuevas conquistas romanas y su expansión territorial. Y en esta etapa fue
que se crearon verdaderas fuentes formales del derecho en las cuales esta:
• La Costumbre.
 • La Ley.
 • Ley de las XII Tablas.
 • Los Plebiscitos.
 • Los Senadoconsultos.
 • Los Edictos de los Magistrados.
 • La Jurisprudencia

Las Leyes

Para los romanos, la ley es toda manifestación jurídica el pueblo romano se daba
para sí mismo, por lo que en un sentido amplio podemos hablar de la ley
como cualquier norma con una fuerza jurídica universal en el cuerpo jurídico del
derecho romano.
La Ley de las Doce Tablas (ca 450 a.C) fue la primera ley escrita romana. Hasta
entonces el derecho en Roma había tenido un carácter sagrado: su administración
estaba reservada a los sacerdotes, los cuales se basaban en rituales, sacrificios y
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visiones, con lo que la justicia estaba sujeta a todas las arbitrariedades. Una de las
mayores influencias del Derecho Romano es en el derecho procesal civil, porque
básicamente fueron los creadores del sistema jurídico actual, otorgándoles a los
ciudadanos romanos la posibilidad de defender sus derechos. Eso se evidenció en
la designación de un pretor por parte del Estado.

Leyes romanas:

Nombre Fecha Autor (es)

Lex Acilia Calpurnia 67 a. C. Cayo Calpurnio Pisón y Manio Acilio Glabrión

Lex Acilia de
191 a. C. Manio Acilio Glabrión
intercalando

Manio Acilio Glabrión y Cayo Sempronio


Lex Acilia repetundarum 123-122 a. C.
Graco

120–63 a. C.
Lex Aebutia de formulis Ebucio
(circa)

La ley era concebida como el mandato emanado del pueblo o de la plebe a


petición de un magistrado; por esto las leyes podían ser curiadas, originadas en
las curias; centuriadas, procedentes de las centurias; originadas en los plebiscitos
o procedentes de las tribus.

Los Plebiscitos

Plebiscita (palabra latina de la que deriva la castellana "plebiscito") era la


denominación de las decisiones tomadas por la plebe romana en sus asambleas.
Fueron adquiriendo mayor importancia progresivamente. El 465 a. C. el dictador
Quinto Hortensio hizo votar por los Comicios Centuriados la ley que obligaba a
todos los ciudadanos a acatar los plebiscitos. Aunque no se precisaba el
asentimiento del Senado, fue generalmente solicitado.
El plebiscito romano, en su origen, designaba a los jefes plebeyos, votaba
normas de su interés (inviolabilidad de los tribunos, protección de las Asambleas,

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derecho de voto, etc.) y ejercía jurisdicción criminal sobre los plebeyos de las
tribus.
Más tarde extiende su competencia a asuntos de interés general, (precisándose
primero desde el 471 a. C. el consentimiento del Senado para la presentación de
la moción, consentimiento que después desaparece hacia el 449 a. C., aun siendo
frecuentemente solicitado) y el plebiscito adquiere fuerza de ley, sin obligar a los
patricios, y más tarde (289 a. C.) obligando a todos los ciudadanos.
Es una forma de consulta popular directa sobre temas políticos clave,
generalmente planteados como una alternativa entre dos posibilidades. Nacido en
el derecho romano, también ha sido utilizado en la época moderna y
contemporánea.

Ley es lo que aprueba y establece el pueblo. Plebiscito es lo que aprueba y


establece la plebe.
En términos generales, el plebiscito es aquello que aprobaba el concilio de la
plebe a instancia o convocatoria de un magistrado. Para su identificación, los
plebiscitos incluían el nombre del tribuno que impulsaba la iniciativa. Inicialmente,
los plebiscitos eran válidos sólo para la propia plebe.

Los senados consultos

Los senadoconsultos fueron el conjunto de actos proferidos por parte del


Senatus en el que examinaban algún asunto puesto bajo su auctoritas.
A lo largo de la historia romana su vinculatoriedad jurídica varió, siendo de
carácter meramente consultivo durante el periodo republicano, especialmente tras
la promulgación de la Lex Hortensia; y de carácter obligatorio durante el imperio.
El senado estuvo presente a lo largo de toda la historia de la Antigua Roma, y
una de sus principales funciones fue asesorar al rex, a los magistrados, o al
princeps y decidir en temas litigiosos, que no correspondieran a la competencia
del magistrado.
La naturaleza de los senadoconsultos fue variable a lo largo de la historia
romana, en unos momentos constituyeron verdaderas leyes, y en otros, solo
fueron consultivos ─de allí su nombre─ para dirimir los conflictos entre las

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colegiaturas de los magistrados. Lo cierto es que, en todos los casos, siempre
fueron de carácter rogado, con lo que podemos dar una definición más o menos
acertada.
Es todo asunto encomendado para su decisión al Senado Romano y parece
ser que para los romanos esta definición era aún menos estricta, y cualquier acto
emanado en instancia del senado sería tenido como un senadoconsulto. Cada
Senador podía hablar el tiempo que quisiera, siendo el primero en expresarse, el
“princeps senatus”. Para votar, los senadores, puestos de pie, se agrupaban de
acuerdo a opiniones comunes. Durante la época republicana, tuvieron una gran
importancia y era muy raro, que el Magistrado que convocara al Senado obrara en
sentido diferente a lo allí votado, a pesar de que no eran obligatorios, pues solo los
comicios tenían esa facultad de dictar leyes. Estaban sujetos al veto de los
Tribunos.
Durante el Imperio, los seiscientos miembros que ahora componían el cuerpo,
eran designados por el Príncipe, que a su vez lo presidía. En esta etapa
adquirieron fuerza de ley, pero estaban totalmente controlados por el Emperador.
Según Tácito, a partir de la época del emperador Tiberio, “los comicios pasaron
del Campo de Marte al Senado”
Durante el Bajo Imperio, los senadoconsultos perdieron valor, ante la
preeminencia que alcanzaron las Constituciones Imperiales. Entre el régimen
republicano, donde la voluntad del pueblo se expresó en los comicios, y el régimen
del Dominado o Bajo Imperio, donde la norma jurídica fue emanación de la
voluntad imperial, los Senadoconsultos aparecen como una forma de transición
entre uno y otro sistema.

Los edictos de los magistrados

Edicto es el mandato o decreto publicado con autoridad de un magistrado. El


concepto procede del latín edictum, un vocablo que se utilizaba para nombrar al
pronunciamiento de los magistrados romanos sobre cuestiones relativas a su
competencia.

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En la Antigua Roma, los pretores eran los principales emisores de edictos. El
pretor era un magistrado que se encargaba de administrar justicia. Podía tratarse
de un pretor urbano (dedicado a resolver asuntos entre los ciudadanos romanos) o
de un pretor peregrino (quien dirimía litigios entre ciudadanos romanos y
extranjeros o peregrinos). Al iniciar su mandato, los magistrados emitían un edicto
para informar cómo iban a desarrollar su tarea. Cada edicto era publicado a la
vista de los ciudadanos y constaba de tres partes: una introducción (donde
asegura la obediencia de las personas), una parte central (con las modificaciones
respecto al pretor anterior) y un apéndice. Los edictos podían ser perpetuos (que
tenían validez durante todo el mandato del pretor) o repentinos (emitidos para un
caso concreto y con validez exclusiva para él). Otra clasificación habla de edictos
traslaticium (redactados por el pretor antiguo y utilizados por el nuevo sin ningún
tipo de modificación) y edictos novum (difundidos por el pretor anterior y
reutilizados por el nuevo con algunos cambios).
A lo largo de la Historia han existido muchos edictos importantes que han
significado un hito por determinados motivos. Así, por ejemplo, tendríamos que
hacer referencia al conocido Edicto de Milán, que se promulgó en el año 313 en la
misma ciudad que le da nombre. Ha pasado a ser llamado también como “La
tolerancia del cristianismo” ya que en él se determinaba la libertad y la tolerancia
religiosa en el Imperio Romano. Los emperadores Licinio y Constantino I fueron
los que se encargaron de rubricar a aquel documento que permitió así que se
pusiera fin a las interminables, trágicas y multitudinarias persecuciones que se
realizaban por culpa de la religión, principalmente a los cristianos. Gracias a él
empezaría la llamada Paz de la Iglesia.
No obstante, tampoco hay que olvidarse de otros importantes edictos como el
de Nantes. Este se promulgó a finales del siglo XVI, concretamente en el año
1598, por orden del rey Enrique IV de Francia. Gracias a él también se pusieron fin
a las guerras religiosas que estaban asolando el país y que habían traído consigo
numerosas víctimas que habían muerto por su fe. Y es que lo que se establecía en
aquel era la libertad de culto, especialmente referida a los protestantes. Así, lo
demuestra el hecho de que en los casi 100 artículos que daban forma al edicto, se

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establecía que incluso aquellos podían estar protegidos de las acciones de la
Santa Inquisición cuando viajaran fuera de Francia y además podían formar parte
de las altas autoridades del país.
En la actualidad, la noción de edicto hace referencia a una comunicación judicial
que se hace pública para dar noticia de algo que debe ser notorio para todos. Por
ejemplo: “El Juzgado Nro. 8 publicó un edicto en el diario La Gaceta donde notifica
a los usuarios que deberán cambiar de empresa en los próximos treinta días”.

La jurisprudencia

La Jurisprudencia es el conjunto de sentencias y demás resoluciones judiciales


emitidas en un mismo sentido por los órganos judiciales de un ordenamiento
jurídico determinado.
La Jurisprudencia en el Derecho romano es considerada una de las fuentes más
importantes del Derecho Occidental actual,[1] como a su vez en la Historia de
Roma. La Jurisprudencia como fuente del Derecho era entendida como la "ciencia
del saber del Derecho", a diferencia de hoy en día donde el eje principal de la
jurisprudencia son las sentencias.
Los Jurisprudentes o también conocidos como jurisconsultos eran hombres cuyo
estudio del Derecho en la época romana era un quehacer, pues ligados a la
Aristocracia romana, dedicaban gran parte de su tiempo a dicho propósito. La
Jurisprudencia romana adquiere su trascendencia en el tiempo gracias al trabajo
de Justiniano, cuya compilación del Digesto, las novellae, las Institutas y el Codex
fue la base fundamental para la conformación del Corpus Iuris Civilis durante el
siglo vi d. C.
Esta obra nos permite hoy en día dilucidar la evolución de las fuentes del
Derecho a lo largo de su historia y además, constituye una fundamental fuente de
estudios para entender cómo se estructuraba el Derecho romano.
El Derecho romano se considera un excelente medio de educación jurídica. Los
grandes jurisconsultos romanos, principalmente de la época clásica (entre el 130
a. C. y el 230 d. C.) brillaron por su capacidad creadora de nuevas instituciones,
con su plasmado pragmático sobre el edicto pretorio, buscando siempre la

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consecución del ideal de justicia procedente de la filosofía griega del suum cuique
tribuere (dar a cada uno lo suyo). Leibniz los comparaba con los matemáticos que
aplicaban sus principios como fórmulas algebraicas.
Asimismo, el Derecho romano es indispensable para comprender la historia y
literatura romanas, ya que los ciudadanos romanos estaban iniciados para la
práctica del Derecho y tenían una inclinación natural hacia su estudio.

El imperio

El Imperio romano (En latín: Imperium Rōmānum) [n. 5][n. 6] fue el periodo de la
civilización romana posterior a la República y caracterizado por una forma de
gobierno autocrática. En su apogeo controló un territorio que abarcaba desde el
océano Atlántico al oeste hasta las orillas del mar Caspio y Rojo al este, y desde el
desierto del Sahara al sur hasta las orillas de los ríos Rin y Danubio y la frontera
con Caledonia al norte. Debido a su extensión y duración, las instituciones y la
cultura romana tuvieron una influencia profunda y duradera en el desarrollo del
lenguaje, la religión, la arquitectura, la literatura y las leyes en el territorio que
gobernaba.
Odoacro y la deposición del usurpador Rómulo Augústulo en el 476, se señala
tradicionalmente el fin de la Edad Antigua y el comienzo de la Edad Media, aún
cuando toma cada vez más relevancia la consideración de la Antigüedad tardía
como una época de transición entre ambos periodos.
El Imperio romano de Oriente proseguiría casi un milenio en pie como el único
Imperio romano, aunque usualmente se le da el nombre historiográfico de Imperio
bizantino, hasta la caída de Constantinopla ante los turcos otomanos de Mehmed
II en 1453.
El legado de Roma fue inmenso, especialmente en Europa Occidental; tanto es
así que varios fueron los intentos de restauración del Imperio, al menos en su
denominación. Destacan las campañas de reconquista del emperador Justiniano
el Grande en el siglo vi y el establecimiento del Imperio carolingio por Carlomagno
en el año 800, el cual evolucionaría en el Sacro Imperio Romano Germánico. Sin
embargo, ninguno llegó a reunificar todos los territorios del Mediterráneo como

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una vez logró la Roma de tiempos clásicos. Según ciertas periodizaciones, la
caída del Imperio occidental y oriental marca el inicio y fin de la Edad Media.
En el inmenso territorio del Imperio romano se fundaron muchas de las grandes e
importantes ciudades de la actual Europa Occidental, el norte de África, Anatolia y
el Levante. Ejemplos son París (Lutecia), Estambul (Constantinopla), Viena
(Vindobona), Zaragoza (Caesaraugusta), Mérida (Augusta Emerita), Milán
(Mediolanum), Londres (Londinium), Colchester (Camulodunum) o Lyon
(Lugdunum) entre otros.

Organización política: el príncipe, los Comicios, el senado y la magistratura 

-El Rey

El rey era la cabeza del gobierno. Su poder comprendía atribuciones políticas,


judiciales, religiosas y militares; las cuales, englobadas en el concepto de
imperium, eran vitalicias y dotaban al monarca de irresponsabilidad e inviolabilidad
personal.
El rey velaba por la convivencia pacífica entre los habitantes de la ciudad, para lo
cual tenía facultades de legislador y juez supremo, pudiendo disponer, en el marco
de dichas atribuciones, de la vida de sus súbditos. También le era propio cuidar
las buenas relaciones entre la comunidad y los dioses, estando dotado para ello
del ius aspiciorum, esto es, de la facultad de consultar la voluntad divina a través
de la interpretación de ciertas señales denominadas auspicios (auspices). En
tiempos de guerra, era el comandante supremo del ejército.
El poder del rey no era hereditario. Fallecido el monarca, el gobierno pasaba a
los senadores, quienes se turnaban para ejercerlo por períodos de cinco días, bajo
el título de interrex, en espera de que el Pueblo eligiera un nuevo Rey. Dicha
elección debía ser ratificada por el Senado. Si los senadores daban su aprobación,
procedía la inauguratio, ceremonia en la cual los augures consultaban los
auspicios que indicaban si el rey electo gozaba o no del favor divino. La respuesta
positiva de los dioses significaba la legitimación incuestionable de la autoridad del
nuevo monarca.

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-El Senado

El senado consistía en un cuerpo colegiado que actuaba como consejo asesor


del rey. Estaba formado por los jefes de las distintas gens de la ciudad, a quienes
se les llamaba respetuosamente "padres" (patres). El propio nombre de "Senado"
aludía a la avanzada edad que solían tener sus integrantes (senex, anciano).[1]
El Senado funcionaba solo a petición del Rey, manifestando su parecer a través
de resoluciones formales que recibían el nombre de senadoconsultos (senatus
consulta), las cuales, en todo caso, no eran vinculantes para el monarca.
Sus miembros eran nombrados por el Rey. Se cuenta que Rómulo designó
originalmente a cien senadores, cuyas familias y descendientes fueron conocidos
como patricios. Tulo Hostilio, tercer rey de Roma, creó cien nuevos patres
provenientes de la derrotada Alba Longa; Tarquinio Prisco, quinto rey, hizo lo
propio, sumando al Senado otros cien integrantes procedentes de ciudades
etruscas conquistadas. El número de trecientos senadores permaneció
relativamente inalterado hasta las reformas de Sila, en tiempos de la República.
El Senado y sus dictámenes tenían una especial fuerza moral, fundada en la
sabiduría que la sociedad romana le reconocía. En razón de tal legitimación,
denominada auctoritas (en el caso concreto auctoritas patrium, autoridad de los
padres), se estimaba prudente solicitar la opinión del Senado para proceder a
ejecutar una serie de actos, tanto públicos como privados. A la vez, era el
argumento que permitía a los senadores desempeñar las funciones de gobierno
durante el período de interregnum.

-El Pueblo

Las asambleas operaban sobre las bases de la democracia directa. Los


ciudadanos romanos ejercían el derecho al voto, aunque no individualmente, sino
agrupados en categorías sociales y económicas.

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-Tribus y curias

Según la tradición romana, Rómulo dividió al pueblo (constituido éste únicamente


por los patricios) en tres tribus, que denominó ramnnes, tites y luceres; cada una
de las cuales subdividió, a su vez, en 10 curias (curiae, posiblemente del
indoeuropeo kowiriya = co-vira= reunión de hombres). Cada curia era dirigida por
un curio maximus o curión, quien tenía atribuciones militares y religiosas en Roma.

-Comicios Calados y Comicios Curiados

Las curias, bajo el nombre de comicios calados (comitia calata), se reunían en


las calendas y nonas de cada mes (respectivamente, primer día del mes y día
quinto o séptimo) para atestiguar ciertos actos de carácter religioso, como la
comunicación del calendario anual por parte del rey, las adopciones (adrogatio) y
los testamentos (detestatio sacrorum).
Las curias, además, eran la base de la organización del primitivo ejército romano.
Cada curia debía contribuir con 100 soldados de infantería (milites) y 30 de
caballería (celeres). De tal forma, cada tribu aportaba 1000 milites y 300 celeres,
contingentes que eran comandados por tribunos; respectivamente, por el tribunus
militum y el tribunus celerum. El conjunto del ejército romano recibía el nombre de
legión (legio).
Reunidas las curias, según la señalada organización militar, constituían los
comicios curiados (comitia curiata), asamblea de carácter político, cuya función
era sancionar las decisiones del rey, además de aprobar la elección del mismo
mediante la lex curiata de imperio.

-Comicios centuriados

Según las fuentes romanas, Servio Tulio, el sexto rey de Roma, reorganizó la
población de Roma en circunscripciones o tribus para establecer un impuesto o
tributum e incluir a los plebeyos en el ejército. Distinguió, según decían armarse
para la guerra, dos grupos: Los classis y los infra classem; a estos últimos los
excluyó del servicio armado; a los primeros, los dividió en cinco subgrupos

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(clases) de acuerdo con su riqueza. A partir de esta distinción, creó nuevas tribus
territoriales; 16 rústicas para los propietarios, llamados también adsidui, y 4
urbanas para los no propietarios.
Dispuso, finalmente, que cada clase contribuyera al ejército con un
determinado número de centurias (grupos de cien hombres), debiendo la primera
clase aportar el mayor contingente (80 centurias). Esta organización militar será la
base de los comicios centuriados, nueva asamblea que reemplazará políticamente
a los comicios calados, los cuales quedarán restringidos a funciones sacras.
Si bien los comicios centuriados otorgaban voto a todos los habitantes de Roma,
patricios y plebeyos (incluso los de la infra classem, quienes participaban
agrupados en una gran centuria), hay que tener presente que el voto no era
individual, sino por cada centuria, y que las primeras clases, integradas
básicamente por patricios adinerados, al aportar un mayor número de centurias a
la asamblea, decidían en la práctica, sin contrapesos, cualquier votación.

-Las Magistraturas

Magistratura es un término con origen en el latín magistrātus. Se trata del oficio


de magistrado y del tiempo que dura su cargo. El magistrado es un funcionario
público que ejerce un cargo administrativo o judicial y que se encarga de juzgar y
hacer ejecutar lo juzgado.

LA REFORMA CONSTITUCIONAL DE DIOCLECIANO Y CONSTANTINO

El proceso reformista comenzado por el emperador Diocleciano, reformas de


Diocleciano (284-305), y continuadas por el emperador Constantino, las reformas
de Constantino, que se extendieron durante todo su reinado, del 306 hasta el 337,
año de su muerte fue un factor decisivo en la supervivencia del Bajo Imperio
romano. La clave reestructuración del ejército fue muy importante, pero hay dos
hechos que marcan este periodo reformista: la declaración de la libertad de
cultos (313), lo que terminaría con las persecuciones al cristianismo, que será
religión oficial del imperio años más tarde o la inauguración de la nueva capital del

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Imperio romano, Constantinopla, lo que rebajaría a Roma a una ciudad secundaria
luego de mil años de dominio.
La inestabilidad política de Roma, iniciada en el siglo III, dio lugar a una
decadencia progresiva que, finalmente, desembocaría en el hundimiento de la
parte occidental del Imperio, como consecuencia de la penetración de los pueblos
germanos. Sin embargo, la civilización romana, que había florecido durante más
de mil años, aún tuvo la solidez necesaria para resistir los embates de los
invasores hasta mediados del siglo V.
La Tetrarquía instaurada por Diocleciano, con la división del Imperio entre
Occidente y Oriente, logró consolidar las fronteras y frenar las invasiones
bárbaras. Diocleciano se esforzó por combatir la crisis del siglo III reorganizando la
hacienda, la justicia, la administración y el ejército. Además, organizó las
provincias en diócesis y éstas en prefecturas, y revitalizó el paganismo y el culto
imperial.
Tras la abdicación de Diocleciano y Maximiano en el año 305, estalló una lucha
por el poder que duró hasta el año 324 y concluyó con la victoria de Constantino el
Grande, que restableció la unidad imperial. Constantino reforzó el poder absoluto
de la monarquía y fundó Constantinopla como capital del Imperio. Además,
consciente de la importancia creciente del cristianismo, en el año 313 decretó la
libertad de cultos con el Edicto de Milán. Mientras que el último gran emperador
fue Teodosio el Grande (379-395), que en el año 391 convirtió el cristianismo en
religión oficial del Imperio.

FUENTES DEL DERECHO

Es un conjunto de normas que el pretor o el juez podía usar para resolver un


caso. En general, las fuentes del derecho eran los medios considerados
legítimos para buscar normas aplicables en un caso y a lo largo de toda la historia
romana fueron variando, y creándose mayores divisiones, como la posterior
división del derecho civil y el derecho honorario.

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Clasificación de las fuentes

1) La costumbre

La costumbre, en latín: mos, mores maiorum, mores civitas, es el nombre que


recibe la fuerza jurídica de los actos uniformes repetidos en el tiempo de forma
constante y aceptados socialmente como válidos. La costumbre es la más antigua
de todas las fuentes del derecho romano, y se cimienta en la estructura socio
familiar, heredada de los primeros fundadores de roma. En general la costumbre
como fuente del derecho rigió asuntos privados y fue perdiendo poder normativo
conforme la estructura y las formalidades jurídicas aumentaron.

2) Las Leyes

Para los romanos la ley es toda manifestación del pueblo al ordenar y disponer
algo (iustinianus), por lo que en sentido amplio se usó el termino ley para cualquier
norma con fuerza universal dentro del cuerpo jurídico del derecho romano así se
llamó ley a algunos edictos proclamó por los emperadores, y algunos plebiscitos,
la ley aquilia. Aunque estrictamente “ley” era el nombre que recibían los actos
proferidos por votación en los comicios romanos a propuesta de un magistrado,
con un procedimiento especial, y con tiempos definidos de promulgación y
discusión. En sentido amplio la palabra lex refería a cualquier norma, que tuviese
una aplicación obligatoria y general a todos los habitantes, independientemente
del órgano colegiado o magistrado que la promulgara.

3) Los Plebiscitos

”Plebiscito” es el nombre que reciben los actos jurídicos proferidos por la


”plebe” en los comicios tribunados o en las asambleas de la plebe. Dichos actos a
lo largo de la historia de Roma fueron adquiriendo fuerza legislativa, conforme la
sociedad romana se urbanizó y densificó.

4) Los Edictos

Edicto es el nombre que recibían los pronunciamientos oficiales que hacían los
magistrados romanos con relación a los asuntos de su competencia, permitiendo
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al público en general conocer tanto las decisiones específicas de un magistrado,
como las normas o las condiciones en que debían allegarse a él los casos. Edictos
del pretor Edictos del emperador La facultad que permitía la publicación de
edictos, se llamó ius edicendi, y era exclusiva de las magistraturas. Aunque solo
dos tipos de estos edictos fuero jurídicamente relevantes: (a) los del pretor y (b)
los del emperador, por ser ambos creadores de verdadero derecho. En general, la
mayor fuente de los edictos del derecho romano provino de los pretores, o al
menos fue así hasta el 131 cuando Adriano ordenó compilarlos todos en un solo
texto. Esto, debido a que cada año, el pretor debía invocar las normas que tendría
como referencia para sus juicios. Y es precisamente esta labor de publicidad del
contenido de los edictos, lo que dio como resultado el surgimiento del ius
honorarium. Ya durante la época imperial romana son famosos los edictos
publicados por el emperador, y a nivel provincial los edictos por los gobernadores
─presidentes─ que regían como los del mismo emperador.

Hace referencia al cuerpo de normas que podía promulgar el emperador, entre


las que se encuentran los edictos, mandatos, decretos y rescriptos. Las
constituciones imperiales son una fuente tardía de derecho en el derecho romano,
que aparecen con las prerrogativas heredadas por el emperador de la función
consular como magistrado, como la potestad para promulgar edictos y que luego
se fue desarrollando a la resolución de asuntos burocráticos y resolución de casos
particulares. Durante la época imperial romana, el emperador constituye una figura
muy relevante para entender la evolución y el desarrollo del derecho romano.
Dada su potestad por sobre el imperio sus decisiones y proclamaciones fueron
una fuente formal del Derecho Romano. Al conjunto de todos estos documentos
que emitían los emperadores se les llamó constituciones imperiales. Las
constituciones imperiales no eran un cuerpo uniforme de normas agrupadas en un
solo documento, sino que eran las recopilaciones de otros tipos de documentos a
través de los cuales el emperador fijaba oficialmente su postura respecto a un
tema, ya fuera un tema judicial, administrativo o meramente valorativo.

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LOS JURISCONSULTOS

Durante todas las épocas de Roma existieron diferentes opiniones doctrinales,


expedidas por personas que, por su posición social, o vocación, conocían
suficiente del derecho. A estas personas se les llamó jurisconsultos. La fuerza de
las opiniones que daban estos jurisconsultos, no vinculaban formalmente, ni a los
pretores, ni a los jueces, quienes solo se servían de ellas por la misma autoridad
que tuviera la persona, y la verosimilitud que su veredicto tuviera para resolver el
caso. Así, aunque no tuvieran una vinculatoriedad formal, si el jurisconsulto
provenía de una persona con el suficiente prestigio, como ocurrió cuando el
emperador les concedió a algunos jurisconsultos, el auctoritas principis se
consideraba casi obligatorio que el juez o el magistrado fallara en este sentido.
Pero, sobre todo, cuando se empezaron a compilar sus decisiones, para ser
citadas una y otra vez, los mismos jurisconsultos en diferentes juicios, se harían
casi obligatorias, a tal punto de que terminaría cuál regularse qué jurisconsulto era
válido, y cuál no, mediante la ley de citas.

LEGISLACIÓN COMICIAL

La ley comicial es lo que el pueblo manda y establece, este en su aspecto


jurídico, fue para los romanos la regla de derecho impuesta obligatoriamente a
todo el pueblo, por el pueblo mismo, para regular la actividad humana, y como
norma coercitiva, capaz de castigar los actos que provocan su violación.
Estar Leyes se clasificar en:
Leges Datae: eran las dictadas por magistrados encargados de la administración
de las provincias o colonias romanas, en virtud de una organización dada por los
comicios. Expresa o tácita dada por los comicios.
Leges dictae Fueron estatutos con normas para la administración de ciertos
bienes del estado. Leges rogatae Tenían un original proceso de formación, ya que
eran expuestas al público por el magistrado y discutidas por los ciudadanos
expresaban sus opiniones sobre el proyecto.

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LOS SENADO CONSULTOS

Para el Derecho Romano, el senadoconsulto es el acto proferido por parte del


Senado sobre cualquier materia en concreto. A lo largo de la historia romana su
vinculatoriedad jurídica varía, siendo de carácter meramente consultivo durante el
periodo republicano, especialmente luego de la Lex Hortensia y luego de un
carácter obligatorio durante el imperio. El senado fue una institución romana
presente durante casi toda la duración de Roma, tanto en su etapa republicana,
como durante la consolidación del imperio. Una de sus principales funciones fue
asesorar a los magistrados y decidir en temas que se consideraran fuera de la
competencia del magistrado. Si bien es una fuente formal del derecho romano, su
vinculatoriedad jurídica fue variable a lo largo del tiempo.

LAS CONSTITUCIONES IMPERIALES

Una constitución imperial, en derecho romano, es lo que el emperador manda en


el ejercicio de sus funciones por edicto o epístola, creando una norma jurídica. Las
relaciones del emperador con sus súbditos permitían que estos pudieran
proponerle una apelación directamente
Debe entenderse, que las constituciones imperiales no eran un cuerpo uniforme
de normas agrupadas en un solo documento, sino el nombre común de las
decisiones con las que el emperador fijaba oficialmente su postura respecto a un
tema, ya fuera un tema judicial, administrativo o meramente valorativo.
La palabra proviene del latín constitutio principis, cuya traducción sería: "lo que
constituye el príncipe", sintetizando el carácter de la figura. Y dada su autoridad en
todo el imperio, estas decisiones fueron una fuente importante del derecho,
aunque en algunos casos no tuvieran vinculatoriedad jurídica.

Clasificación de las Constituciones Imperiales

Dado que las constituciones imperiales eran solo el nombre que se le daba a los
actos jurídicos emitidos por el emperador, debemos entender qué actos jurídicos

29
podía entonces expedir el emperador en uso de sus funciones, en qué casos y
cómo operaban.
-Edictos
Los edictos, ya eran en general una prerrogativa propia de los magistrados, así
que al ser la figura de emperador en esencia una magistratura, éstos tenían la
capacidad de emitir edictos. Dada la potestad máxima que tenían los
emperadores, y que sus decisiones debían acatarse en todo el imperio romano,
los edictos del emperador fueron una parte integral de las constituciones
imperiales. Vale la pena mencionar que bajo el mandato del emperador Adriano se
compilaron todas las fórmulas con las que se solían expedir los edictos y se
publicó el edicto perpetuo, lo que concentró más la labor legislativa en manos del
emperador.
-Decretos

El emperador romano, dada la ausencia de separación de poderes, y la


investidura de magistrado también resolvía asuntos jurídicos en los cuales por su
complejidad o importancia decidiera intervenir, ya fuese en el trámite de un juicio,
o como apelación del fallo de un magistrado de menor rango. Estos decretos
generalmente no solo resolvían el problema en cuestión, sino que dictaban
normas para resolver de la misma forma, como lo haría el emperador, en casos
futuros.
-Mandatos

Los mandatos eran los documentos expedidos por el emperador en uso de sus
funciones de máxima autoridad militar del imperio, para instruir a los gobernadores
y otros funcionarios, acerca de cómo debían administrar sus jurisdicciones.
-Rescriptos

Los rescriptos eran la forma en la que el emperador contestaba consultas que le


fuesen hechas por autoridades o por civiles muy importantes. Dichas
contestaciones eran una forma habitual de respuesta y no necesariamente
generaban efectos vinculantes en casos futuros.

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Los rescriptos terminaron por convertirse en una de las formas de gestionar los
asuntos privados de las personas, siendo el consejo privado del emperador, el que
respondía a peticiones especiales de la gente. Así, por ejemplo, las adrogaciones
después del siglo III, con el periodo del Dominado, se hicieron exclusivamente por
rescripto imperial
Gayo definió a la Constitución imperial como “aquello que el emperador
establece por decreto, edicto o epístola”. La fuerza de ley de estas constituciones
se daba desde el momento en que el emperador adquiría el poder imperial.

EL EDICTO DE LOS MAGISTRADOS

En virtud del 'ius edicendi', algunos magistrados romanos contaron con la


facultad de dictar normas de aplicación obligatoria.
Uno de los magistrados con dicho atributo fue el pretor, quien promulgaba un
edicto anual que contenía un variado catálogo de acciones procesales y criterios
jurídicos que guiaban y a los que sujetaba su labor el magistrado a lo largo del año
de su encargo.
Al tomar posesión de su pretura, cada pretor fijaba su edicto general o 'edictum
perpetum', pudiendo también dictar edictos nuevos o repentinos, para poder
resolver algún caso que se le presentara y que no tuviera una solución
contemplada en el edicto perpetuo. Fue práctica común que el magistrado pretor
entrante promulgara su edicto anual sobre la base del de su antecesor, con lo que
solía quedar una parte no modificada (edictum transitorium') a la que se le
agregaba una parte nueva o modificada
(Edictum novum').
Los magistrados que tuvieron facultad para dictar edictos, fueron:
a) El pretor urbano, cuyo edicto contenía normas de derecho civil y de derecho
honorario o pretorio. Tenía competencia para conocer de los asuntos entre
Ciudadanos romanos.
b) El pretor peregrino, que aplicaba el 'ius Gentium' o derecho de gentes, que era
el derecho común aplicable a los habitantes y ciudadanos de los demás pueblos.

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Tenía competencia para conocer de los asuntos entre ciudadanos romanos y
peregrinos y entre peregrinos avecindados en Roma.
Durante la época clásica, los edictos fueron los vehículos fundamentales para la
creación del derecho. Sobre ellos actúa el magistrado de un modo muy diverso al
de otro legislador, ya que empleaba una vía indirecta basada en el ejercicio de su
'imperium'.

LAS RESPUESTAS DE LOS JURISCONSULTOS ROMANOS

Durante los tiempos de la República libre en Roma, todo el que gozase de fama
de saber y doctrina podía responder a las preguntas de derecho que le fuesen
hechas, sin que tales respuestas estuviesen sujetas a formalidad alguna. Las
opiniones en sí de los así consultados no tenían en aquel tiempo más que un valor
doctrinal; pero cuando llegaron a ser la base de numerosas sentencias conformes,
pasaron definitivamente a la práctica.

-Las respuestas de los jurisconsultos, suplemento a la legislación durante la


República en Roma:

Con este carácter, las respuestas de los jurisconsultos sirvieron de suplemento a


la legislación, dando origen a importancias instituciones jurídicas, como, por
ejemplo, la teoría de las desheredaciones, la querella de inoficioso testamento y
otras que trataremos en lugar oportuno.

- Condición de los jurisconsultos durante el principado de Augusto:

La revolución que aniquiló a la República y condujo al principado de Augusto, obró


un gran cambio en la condición de los jurisconsultos. El Imperio comprendió la
misión y las ventajas de sostener y elevar la ciencia del derecho, y el príncipe, que
era por razón de su cargo el intérprete de las leyes, hizo partícipes de tanta
autoridad a algunos de los más distinguidos jurisconsultos, confiriéndoles el ius
publici respondendi, o sea el derecho de dar respuestas con la garantía del
príncipe: ex auctoritate eius.

- Las respuestas de los jurisconsultos, equiparables a las del príncipe:

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Esto equivale a decir, que las respuestas emanadas de los jurisconsultos
debían ser equiparadas a las del príncipe (a modo de los rescriptos), y tener, por
tanto, fuerza obligatoria para el juez, quien, naturalmente, debía tener libre arbitrio
para el caso en que ambas partes presentasen respuestas contrarias de
jurisconsultos igualmente autorizados. Pero en la práctica (como lo demuestran las
numerosas colecciones de respuestas hechas durante los primeros tiempos del
Imperio) adquirieron tal autoridad aquellas respuestas de los juristas autorizados,
aun cuando no hubiesen sido dadas para la causa en cuestión, que ni en este
caso el juez se atrevía a decidir en contrario, si no tenía el apoyo de las
respuestas de otros jurisconsultos igualmente autorizados: práctica del foro
expresamente confirmada por un rescripto de Adriano. Finalmente, la autoridad de
las respuestas pasó y se extendió con el tiempo a las obras en general.

JUSTINIANO Y SU OBRA DE CODIFICACIÓN (EL CORPUS-IURI


CIVILE)

Nacido en 482 en Tauresium, Iliria, en la península balcánica, Justiniano llegó a


gobernar Bizancio gracias a la ambición de su tío, que se proclamó emperador con
el apoyo del ejército y lo nombró heredero. Al ser coronado, en 527, Justiniano
tenía como objetivo restaurar la gloria del Imperio romano. Su política vino
marcada por un intenso programa de mejoras sociales muy transgresoras, guiado
por la inteligencia de su esposa y principal consejera, Teodora de Bizancio
El Código de Justiniano o Corpus Iuris Civilis (Cuerpo de Derecho Civil) fue una
importante reforma del derecho bizantino creada por el emperador Justiniano I
(que gobernó del 527 al 565 d.C.) en 528-9 d.C. Con el objetivo de aclarar y
actualizar las antiguas leyes romanas, erradicar las incoherencias y agilizar los
procesos legales, la colección de edictos imperiales y opiniones de expertos
abarcaba todo tipo de temas, desde las penas por delitos específicos hasta el
matrimonio y la herencia de bienes. No solo se utilizó como base del derecho
bizantino durante más de 900 años, sino que sus leyes siguen influyendo en
muchos sistemas jurídicos occidentales hasta la actualidad.

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En febrero de 528 d.C., Justiniano I reunió a un grupo de diez juristas y 39
escribas para reevaluar el derecho bizantino y compilar un nuevo código legislativo
colectivo. Fue una tarea verdaderamente hercúlea que implicó el estudio de
cientos de documentos y leyes romanas latinas que se remontaban a la primitiva
República Romana de Occidente, donde decidieron cuáles ya no eran relevantes,
cuáles se debían mantener y cuáles necesitaban alguna adaptación. El antiguo
sistema se basaba en fuentes tradicionales de derecho bizantino tan diversas
como el Codex Gregorianus (edictos imperiales de 196 a 284 d.C.), el Codex
Hermogenianus (principalmente edictos imperiales de Diocleciano, quien gobernó
del 284 al 305 d.C.) y el Codex Theodosianus (publicado en 438 d.C. y que
contiene edictos que se remontan a Constantino I, que gobernó del 306 al 337
d.C.).
Muchas de las leyes de las obras más antiguas eran repetitivas, contradictorias
o simplemente no cumplían los requisitos de una sociedad que había
evolucionado desde los tiempos romanos anteriores. A partir de más de 2000
libros y tres millones de líneas de texto legal, se tuvo que elaborar un nuevo
cuerpo de leyes completo y coherente y organizarlo mejor en materias y temas. De
este modo, Justiniano conseguiría sus múltiples objetivos de hacer las leyes más
claras para todos, reducir el número de casos presentados ante los tribunales
(muchos se basaban en malentendidos y en una interpretación errónea de lo que
realmente era la ley) y aumentar la rapidez con la que se trataban los casos
legales. Es posible que Justiniano también estuviera motivado por el deseo de
superar los famosos logros legales de Teodosio II (quien gobernó del 402 al 450
d.C.), y sin duda lo consiguió. Por último, un código legal nuevo y coherente
ayudaría en el plan de Justiniano de expandir el Imperio bizantino a nuevos
territorios y someter a esas sociedades a la jurisdicción del derecho romano.

La comisión encargada de actualizar el derecho bizantino estuvo dirigida por el


gran jurista Triboniano, que ya había sido cuestor del Gran Palacio de
Constantinopla, el más alto cargo jurídico del imperio. La primera parte del Corpus
Iuris Civilis se completó en abril de 529 d.C., y al año siguiente se añadieron dos

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partes más. La obra sustituyó a todos los documentos y registros jurídicos
anteriores de cualquier tipo. Para completarlo, el propio Justiniano promulgó
decretos, por lo que el Código de Justiniano se compone finalmente de cuatro
partes principales:
Codex Justinianus - El Códice, publicado en el año 529 d.C., era una colección de
12 libros que contenían 4562 edictos imperiales desde la época de Adriano (quien
gobernó del 117 al 138 d.C.) hasta el propio Justiniano I, organizados por temas y
todos correctamente atribuidos al emperador que los había dictado y con una
fecha. Curiosamente, el primer libro trata sobre temas eclesiásticos, mientras que
en los códices más antiguos se trataba en último lugar, lo que indica que el
cristianismo se había afianzado en la cultura bizantina en el siglo VI d.C.
Digestum (o Pandectas), publicado en diciembre del año 533 d.C., era un
compendio de opiniones legales de célebres juristas romanos del pasado, que
podían ser citadas por demandantes y defensores en los tribunales. También
estaba destinado a ser útil para los jueces en ejercicio. Estas palabras de
sabiduría fueron editadas, reducidas y reunidas en 50 libros (en lugar de los 1500
anteriores) y organizadas por temas. Las obras del prolífico abogado y escritor del
siglo II-III d.C., Ulpiano (también conocido como Domitius Ulpianus), eran
especialmente populares entre el equipo jurídico de Justiniano, y constituyen el
40% del Digesto.
- Las Instituciones, publicadas también en diciembre de 533 d.C., eran una
especie de manual del Codex y del Digestum para que los estudiantes de derecho
pudieran entenderlos y aplicarlos mejor. Fue compilado por Treboniano y otros dos
expertos, Teófilo y Doroteo.
Novellae Constitutiones - Las Novelas (o Nuevas Leyes) fueron una colección de
los edictos imperiales dictados por Justiniano entre el 534 y el 565 d.C., el último
año de su reinado. En lugar del latín, como se utilizaba anteriormente (y todavía se
utiliza en las otras tres partes), en estos nuevos edictos se utilizó mayoritariamente
el griego, la lengua común del Imperio bizantino.
Las leyes contenidas en esta enorme obra (todavía con cerca de un millón de
palabras) trataban todos los aspectos de la vida y la sociedad de Bizancio. Hay

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cuestiones relativas a la constitución, los poderes del emperador, los deberes de
los altos funcionarios y las fuentes del derecho. Hay cuestiones de derecho
privado y derecho penal con castigos para delitos específicos, así como la
cobertura de asuntos administrativos y cuestiones relacionadas con los impuestos,
el gobierno local, la administración pública y el ejército. Al igual que en el derecho
romano anterior, una preocupación especial eran las relaciones entre particulares,
como los contratos, el matrimonio, el divorcio, la propiedad, la herencia y la
sucesión. Por último, las cuestiones eclesiásticas adquirían una importancia
mucho mayor, lo que suponía un cambio con respecto a los códigos de derecho
anteriores.
Las Novelas, en particular, abordaban los cambios sociales que habían sufrido la
sociedad bizantina y su evolución respecto a la sociedad romana de la época de
Constantino. Así, se mejoraron los derechos de grupos como las mujeres, los
esclavos y los niños. Además, se estableció, por primera vez en el derecho
romano, que el emperador era la única fuente legítima de derecho.
El Código de Justiniano fue revisado a su vez en pocos años para reflejar la
legislación reciente y se volvió a publicar en diciembre de 534 d.C. (es esta
versión la que existe hoy en día). Para evitar cualquier confusión futura sobre qué
era qué, se prohibieron todos los comentarios sobre el Código. Los estudiantes de
derecho, en su quinto año, estudiaban el Código. Como consecuencia, la mayor
parte del Códice se tradujo gradualmente al griego a finales del siglo VI d.C. El
Código de Justiniano también se introdujo en la Italia recién reconquistada (en el
año 554), pero allí quedó relativamente olvidado hasta el siglo XI, cuando se
incorporó al Corpus Iuris Civilis medieval utilizando el latín en lugar del griego.
Partes del norte de África también utilizaron el Código hasta la expansión árabe
del siglo VII d.C.

-Legado

El conjunto de leyes creadas por Justiniano y sus expertos, de una forma u otra,
perduró durante casi un milenio hasta la caída del Imperio bizantino en 1453. Por
supuesto, a lo largo de los siglos se fueron añadiendo nuevas leyes bizantinas a

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medida que cada emperador emitía sus propios edictos y la sociedad
evolucionaba. León VI (que gobernó del 886 al 912 d.C.), por ejemplo, elaboró una
nueva colección de edictos bizantinos e hizo que todo se tradujera al griego, ya
que casi nadie entendía el latín (poca gente corriente lo habría hecho incluso en la
época de Justiniano).
Puede que el Corpus Iuris Civilis fracasara en su objetivo de ayudar a las
ambiciones imperiales de Justiniano, pero, dado que se convirtió en un elemento
fundamental de cualquier educación superior en toda Europa a partir del siglo XI
d.C. y se ha convertido en la base de muchos sistemas jurídicos desde entonces,
puede que al final lograra algo así como un dominio cultural duradero. El Código
es un monumento que rivaliza con su otro gran logro, la Santa Sofía de
Constantinopla. Las leyes romanas y luego bizantinas eran racionales, precisas y
completas, y son estas cualidades las que han influido en gran medida en muchas
de las leyes nacionales e internacionales que nos rigen hoy. Como señala el
historiador J. H. Rosser:
El Corpus Iuris Civilis no solo preservó el derecho romano, sino que proporcionó
la base del derecho de las naciones europeas emergentes. Su influencia en la
civilización occidental es probablemente mayor que la de cualquier otro libro,
excepto, por supuesto, la Biblia.
 

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CONCLUSIÓN

El Derecho Romano es una de las principales bases del derecho. Siendo este
pionero en distintas estructuras organizativas las cuales se han mantenido a lo
largo de la historia humana.
Este se caracterizó por tener una estructura organizativa concreta, Desde su
estructura social a su estructura política , Siendo dirigidos por un rey el cual no
tenía un poder omnipotente pero si era autónomo en la mayoría de sus decisiones,
Este pueblo también contaba con distintos líderes territoriales los cuales
facilitaban el contacto con el pueblo, dinamizando así es el derecho público.
Cabe destacar el pueblo Romano fue pionero en distintas ramas del derecho
como derecho público, Derecho privado, Derecho contemporáneo. 

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REFERERNCIAS

-BARCELÓ, P. (2001): Breve historia de Grecia y Roma. Alianza Editorial:


Barcelona.

-BEARD, M. (2015): SPQR. Una historia de la antigua Roma. Crítica: Barcelona.

-CAMPBELL, B. (2013): Historia de Roma. Desde los orígenes hasta la caída del
Imperio. Crítica: Barcelona.

-NOVILLO, M.A. (2012): Breve historia de Roma. Nowtilus: Madrid.

-https://www.ateneovalencia.es/el-proceso-reformista-de-diocleciano-y-
constantino-lucho-contra-la-decandencia-del-imperio-romano/
https://academia-lab.com/2012/08/06/las-fuentes-del-derecho-romano/

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