265 - Carta Docente Pucp - (Escazu)
265 - Carta Docente Pucp - (Escazu)
Señor
Gilmer Trujillo Zegarra
Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores
Congreso de la República.
Lima. –
Atentamente,
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
I. ANTECEDENTES
1
Posteriormente, con la Declaración de Santiago de 2014 y con el apoyo de CEPAL, en el
2015 se dio paso a un proceso de diálogo sobre el contenido del Acuerdo respetando las
características y soberanía del ordenamiento de cada país, donde el Perú fue actor
importante.
Luego de ello, se adoptó el Acuerdo de Escazú, en alusión a la ciudad de Costa Rica donde
culminó su redacción el 4 de marzo de 2018. Nuestro país, suscribió el Acuerdo el 27 de
setiembre del 2018 y al igual que otros 22 países de Latinoamérica. Actualmente, 9 países
han ratificado el Acuerdo, pero se requiere de 11 ratificaciones para su entrada en vigor.
Estos aspectos serán analizados, en cinco partes, conforme a los ejes temáticos que el
Acuerdo de Escazú establece: (i) Acceso a la Información Ambiental, (ii) Participación
ciudadana en Asuntos Ambientales, (iii) Acceso a la Justicia Ambiental, (iv) De los
defensores ambientales, y finalmente, (v) De la Conferencia de las Partes.
Cabe señalar que esta iniciativa no solo cuenta con la opinión favorable de todas las
entidades competentes del Poder Ejecutivo, sino que también es apoyada por diversos
grupos de la sociedad civil. La Clínica Jurídica Derecho Ambiental de la Pontificia
Universidad Católica del Perú, busca, desde la academia, coadyuvar al desarrollo del país,
con este trascendental avance, por lo que esperamos que el Congreso de la República pueda
ratificar dicho acuerdo.
II. ANÁLISIS
2
Concretamente, el acceso a la información en el Acuerdo de Escazú se fundamenta en la
aplicación del principio 10 de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el
Desarrollo de 1992 el cual estableció que “toda persona deberá tener acceso adecuado a la
información sobre el medio ambiente de que dispongan las autoridades públicas, incluida la
información sobre los materiales y las actividades que encierran peligro en sus
comunidades”. Luego de 20 años la Declaración Río + 20 de 2012 se reafirma los
compromisos adoptados y se alienta a la adopción de medidas a nivel regional, nacional,
subnacional y local para su promoción.
Antes de desarrollar ambos artículos, se debe tener en cuenta que de acuerdo a Escazú se
entiende por información ambiental: “cualquier información escrita visual, sonora,
electrónica o registrada en cualquier otro formato, relativa al medio ambiente y sus
elementos y a los recursos naturales, incluyendo aquella que esté relacionada con los riesgos
ambientales y los posibles impactos adversos asociados que afecten o puedan afectar el
medio ambiente y la salud, así como la relacionada con la protección y la gestión
ambientales” (artículo 2 inciso c)
En esta misma línea, según el numeral 8 y 9 del artículo 5, se requiere que los motivos de la
denegatoria se encuentren legalmente establecidos con anterioridad y se deben definir y
3
reglamentar claramente en base al interés público, lo que significa que la autoridad
competente deberá ponderar en base a los principios de idoneidad, necesidad y
proporcionalidad para verificar si prevalece la retención de la información o su publicación.
Por último, el numeral 18 del artículo indica que que los Estados partes designarán
instituciones imparciales, autónomas e independientes para promover la transparencia,
fiscalizar el cumplimiento de las normas y vigilar, garantizar el derecho de acceso a la
información. El mencionado inciso es de gran importancia, porque exhorta a los países de la
región a contar con instituciones que garanticen el efectivo ejercicio del derecho a la
información ambiental, además implica que estas instituciones fiscalicen el verdadero
cumplimiento de las otras instituciones que cuentan con peticiones de información
ambiental. En el caso peruano, contamos con la Autoridad Nacional de Transparencia y
Acceso a la Información Pública creada mediante Decreto Legislativo N° 1353, la cual
ejerce facultades normativas, supervisoras, consultivas, promotora y de representación en
materia de transparencia y acceso a la información pública. Asimismo, en el marco del
Decreto Legislativo N° 1353, se creó también el Tribunal de Transparencia y Acceso a la
Información Pública (TTAIP) como órgano resolutivo del Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos encargado de resolver en la última instancia administrativa las controversias que se
susciten vinculadas a la transparencia y al derecho al acceso a la información pública a nivel
nacional. De ese modo, tenemos que el Estado Peruano ha avanzado significativamente
respecto a lo dispuesto en el numeral 18 del artículo 5 del Acuerdo de Escazú en la medida
que cuenta con una institucionalidad dedicada a supervisar y garantizar el cumplimiento del
derecho de acceso a la información.
4
Ejecutivo está impulsando para modernizar la gestión pública de las entidades. En esa línea,
es importante que los ciudadanos accedan de manera directa a los datos sobre determinados
parámetros ambientales y puedan estimar el estado de la calidad ambiental en nuestro país,
como algunas instituciones públicas en materia ambiental ya lo viene realizando1.
Por otro lado, se solicita a los Estado que realicen informes nacionales ambientales
periódicamente en un intervalo máximo de 5 años y ha dispuesto algunos lineamientos de los
que este informe debe versar según el numeral 7 de este artículo. De este modo, también se
pide que cada parte realice evaluaciones de desempeño ambiental que evalúen la eficacia y
progreso de las políticas nacionales ambientales respecto a sus metas nacionales e
internacionales que se han comprometido alcanzar. Esta evaluación, según el numeral 8,
indica que esta evaluación deberá ser realizada con participación de diversos actores.
Bajo dicho contexto, la Ley General del Ambiente en su artículo 42 establece que el
MINAM solicitará la información a las entidades generadoras de información con la
finalidad de elaborar los informes nacionales sobre el estado del ambiente. Asimismo, se
publicó en el año 2016, la Evaluación de Desempeño Ambiental a cargo de la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económicos – OCDE y la Comisión Económica para
América Latina y el Caribe – CEPAL, la misma que contiene 96 conclusiones y 66
recomendaciones relevantes para el mejoramiento del desempeño ambiental en el Perú,
agrupadas bajo tres ejes: Progresos hacia el Desarrollo Sostenible, Calidad Ambiental y
Aprovechamiento de la Base de Recursos Naturales con énfasis en el sector pesquero,
minero y agrícola -forestal. En ese sentido, el Perú muestra avances significativos respecto al
cumplimiento de lo establecido en el numeral 7 y 8 del artículo 6.
Finalmente, en los numerales 12 y 13 del artículo 6, se hace mención al sector privado, pues
insta a los países parte a adoptar medidas necesarias mediante marcos legales para la
promoción del acceso a la información que se encuentre en poder de entidades privadas y se
requiere que se incentive a estas a elaborar informes de sostenibilidad en el que pongan en
conocimiento sobre los posibles riesgos a la salud humana y al medio ambiente.
Con respecto a todo lo mencionado, debemos señalar nuestro país ya viene ejecutando lo
establecido en el Acuerdo de Escazú. Así, se tiene por ejemplo el principio de máxima
1
Ver por ejemplo el portal de Datos Abiertos del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental en:
https://www.oefa.gob.pe/datosabiertos/header.html
5
publicidad establecido en el artículo 3 del Texto Único Ordenado de la Ley de Transparencia
y Acceso a la Información Pública (TUO de la LTAIP).
Otro ejemplo que podemos citar es la no exigencia de indicar motivos por el que se requiere
la información, pues esto se encuentra prescrito en el artículo 7 de la Ley 27806 que indica
que en ningún caso se exige expresión de causa para el ejercicio del derecho.
Todos estos ejemplos detallados previamente y a lo largo del análisis sobre el derecho de
acceso a la información, permite concluir que el Estado peruano cuenta con varios
mecanismos establecidos en el ordenamiento jurídico que son concordante con lo
contemplado en el Acuerdo de Escazú, por lo que fortalece el efectivo ejercicio del derecho
al acceso a la información.
Este derecho también se ha regulado en la Ley 28611- Ley General del Ambiente, cuyo
Artículo III del Título Preliminar establece lo siguiente:
2
el Principio 10 de la Declaración de Río prevé que “toda persona tiene el derecho de acceder a la
información sobre el ambiente de que dispongan las autoridades públicas, incluida la información sobre
los materiales y las actividades que encierran peligros en sus comunidades, así como el derecho de
participar en los procesos de adopción de decisiones”.
6
47.1 Toda persona, natural o jurídica, tiene el deber de participar responsablemente en
la gestión ambiental, actuando con buena fe, transparencia y veracidad (…)
De acuerdo a ello, se puede apreciar que la realización de este derecho se manifiesta en dos
sentidos: por un lado, se presenta como un derecho y como tal implica que las autoridades
generen las condiciones necesarias que favorezcan el desarrollo de procesos participativos
vinculados a la temática ambiental, y de ese modo permitan la realización de éste derecho, y,
por tanto, su incumplimiento puede ser exigido a nivel de los órganos administrativos y/o
jurisdiccionales. Por otro lado, también se establece como un deber, es decir, una obligación
impuesta a los ciudadanos para participar en asuntos ambientales de manera responsable,
actuando de buena fe.
Una vez señalado el marco constitucional y legal – ambiental que regula el derecho a la
participación, podemos concluir que el Acuerdo de Escazú se presenta como un mecanismo
internacional que complementa nuestro marco jurídico nacional y otorga una relevancia
específica al Derecho a la Participación Ciudadana en el proceso de toma de decisiones en
asuntos ambientales.
En esa línea, el artículo 7 de este Convenio: “Participación pública en los procesos de toma
de decisiones ambientales”, se precisan los mecanismos de participación pública que los
Estados parte deben adoptar En base a ello, numeral 1 establece que Estados deben
implementar una participación abierta e inclusiva en los procesos de toma de decisiones
ambientales, y se garanticen mecanismos de participación tales como , revisiones,
reexaminaciones o actualizaciones relativos a proyectos y actividades, así como en otros
procesos de autorizaciones ambientales que tengan o puedan tener un impacto significativo
sobre el medio ambiente, incluyendo aquellos que puedan afectar la salud (artículo 7,
numeral 2).
7
El Acuerdo de Escazú exige la información proporcionada debe realizarse a través de medios
apropiados que incluyan un contenido mínimo como: el tipo o naturaleza de la decisión
ambiental, la autoridad responsable del proceso de toma de decisiones, el procedimiento
previsto para la participación del público y las autoridades públicas involucradas a las que se
les pueda requerir mayor información sobre la decisión ambiental de que se trate (artículo 7,
numeral 6). En el ámbito nacional, dichas disposiciones se incorporan
Siguiendo esa línea, el Acuerdo de Escazú ha dispuesto, en el numeral 8 del artículo 7, que
cada Parte deberá velar por el cumplimiento de la oportuna información sobre la decisión
adoptada, los motivos y fundamentos que la sustentan y la manera que se tomó en cuenta las
observaciones realizadas por los ciudadanos. Se recalca nuevamente en el siguiente numeral
que la difusión de las decisiones ambientales debe realizarse a través de medios adecuados
de manera efectiva y rápida y dentro de la información difundida debe incluir los
procedimientos correspondientes para ejercer acciones administrativas y judiciales
correspondientes (artículo 7, numeral 9).
Otro aspecto importante que prevé el Acuerdo es la consideración que se debe tener en
cuenta para una adecuado ejercicio de la participación pública, es así que se requiere que los
Estados deberán considerar las características sociales, económicas, culturales, geográficas y
de género de los ciudadanos, especialmente se requiere realizar esfuerzos para identificar a
las personas o grupos de vulnerabilidad y aquellos que se vean directamente afectados o
puedan tener un impacto significativo sobre el medio ambiente para así eliminar las barreras
a la participación conforme lo dispone los numerales 10, 14 y 16.
Finalmente, se indica cuál debe ser el contenido mínimo de información respecto al proceso
de toma de decisiones ambientales, los cuales deberán ser puestos a disposición del público
de manera gratuita.
8
f) la descripción de las tecnologías disponibles para ser utilizadas y de los lugares
alternativos para realizar el proyecto o actividad sujeto a las evaluaciones, cuando la
información esté disponible; y
Dicha información ha sido recogida en nuestro marco jurídico ambiental, sobre todo, en los
resúmenes ejecutivos de los estudios de impacto ambiental de los proyectos de inversión, los
cuales contienen la información esencial sobre las implicancias ambientales de la ejecución
del proyecto. De otro lado, dicha información, en la medida de lo posible, puede adaptarse de
acuerdo a la naturaleza de otras decisiones ambientales, distintas a la evaluación de impacto
ambiental de los proyectos de inversión.
En suma, la ratificación del Acuerdo de Escazú permitirá consolidar los estándares asumidos
en nuestra legislación en materia de participación ciudadana en asuntos ambientales, así
como fortalecer su aplicación en diferentes ámbitos de la gestión ambiental y del
aprovechamiento de los recursos naturales, así como reforzará los procedimientos existentes
de participación pública en nuestro ordenamiento jurídico
El Acuerdo de Escazú establece una serie de estándares para garantizar el ejercicio efectivo
de los derechos de acceso a la información, participación pública y justicia en asuntos
ambientales. Estos estándares significan el mínimo contenido que debe contener el marco de
políticas públicas y marco normativo sobre estos derechos.
En lo que respecta a los numerales 1 y 2 del artículo 8, se tiene que el mismo establece la
obligación que tiene el Estado de garantizar el acceso de justicia en asuntos ambientales de
acuerdo a la garantía de un debido proceso, el acceso a instancias judiciales y administrativas
para impugnar y recurrir, en cuanto al fondo y el procedimiento relacionado al acceso a la
información ambiental, la participación pública en procesos de toma de decisiones
ambientales, cualquier otra decisión que afecte de manera adversa al medio ambiente.
9
agua, aire, suelo, fauna, flora, entre otros). La afectación consiste en la acción u omisión que
pueda poner en riesgo el ambiente o puede generar un daño concreto3.
"Toda persona tiene el derecho a una acción rápida, sencilla y efectiva, ante las
entidades administrativas y jurisdiccionales, en defensa del ambiente y de sus
componentes, velando por la debida protección de la salud de las personas en
forma individual y colectiva, la conservación de la diversidad biológica, el
aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, así como la conservación
del patrimonio cultural vinculado a aquellos Se puede interponer acciones
legales aun en los casos en que no se afecte el interés económico del
accionante. El interés moral legitima la acción aun cuando no se refiera
directamente al accionante o a su familia."
La Ley General del Ambiente también consagra la legitimación activa para obrar en un
sentido amplio, estableciendo que toda persona tiene el derecho a una acción rápida, sencilla
y efectiva ante las entidades administrativas y jurisdiccionales, en defensa del ambiente y sus
componentes, velando por la debida protección de la salud de las personas en forma
individual y colectiva, la conservación de la diversidad biológica, el aprovechamiento
sostenible de los recursos naturales, así como la conservación del patrimonio cultural
vinculado.
3
Benavente García, Selene (2015) Acceso a la justicia ambiental. Lima. SPDA. pág. 14
10
ningún motivo. Estas barreras pueden ser de diversa índole. Pueden ser económicas cuando
la pobreza impacta en la concreción del derecho a la justicia o la dificultad de poder acceder
al sistema de justicia en razón a la falta de recursos económicos que impiden sufragar el
costo de un abogado. También pueden ser lingüísticas debido a la dificultad que poseen
determinados sectores para acceder al Sistema de Justicia través de un idioma distinto al
castellano. .
Al respecto, la Constitución Política del Perú en los artículos 2° inciso 19, 48º y 200º inciso
1 reconoce los derechos a la identidad étnica y cultural; así como a las lenguas originarias y
al español como idiomas oficiales. En ese sentido, una forma de materializar dichos derechos
es la designación de un intérprete y/o traductor, a las personas que dominen un idioma
diferente al español, por lo que constituye una manifestación del ejercicio del derecho de
defensa en cualquier etapa del proceso judicial.
Por otra parte, nuestra legislación nacional enarbola el principio de gratuidad de la defensa
en el numeral 16 del artículo 139 de nuestra Constitución, la misma que es desarrollada en el
artículo 2 de la Ley 29360 -Ley de Servicio de la Defensa Pública, que prescribe que el
Servicio de Defensa Pública tiene la finalidad de asegurar el derecho de defensa
proporcionando asistencia y asesoría técnico legal gratuita, en las materias expresamente
establecidas, a las personas que no cuenten con recursos económicos y en los demás casos en
que la ley expresamente así lo establezca.
Finalmente, la Defensa Pública cuenta entre otros servicios, con el servicio de Defensa de
Víctimas, descrito en el literal h) del artículo 80 del Decreto Supremo 013-2017-JUS, la
misma que tiene por finalidad el ejercicio de la defensa de las víctimas que han sufrido la
vulneración de sus derechos en cualquiera de sus formas, siendo la vulneración de sus
derechos constitucionales, amparables por dicho servicio, tanto en la esfera administrativa,
penal y constitucional.
Por otro lado, atendiendo que el numeral 3 del artículo 8 del referido instrumento menciona
que el estado contará con órganos estatales competentes con acceso a conocimientos
especializados en materia ambiental, lo que denota la necesidad de la especialización de los
Defensores Públicos de Defensa de Víctimas en materia ambiental; por lo que, se sugiere la
implementación del servicio de Defensa Pública de Víctimas especializado en Derecho
Ambiental.
Al respecto, se debe precisar que para dichos fines el Estado peruano cuenta con todo un
aparato institucional, el cual cuenta con organismos ejecutores y técnicos especializados,
tales como el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), el Organismo
Supervisor de los Recursos Forestales y Fauna Silvestre – OSINFOR y la Autoridad
Nacional del Agua – ANA cuyos tribunales administrativos resuelven controversias
ambientales generadas a partir del posible incumplimiento de la legislación ambiental.
De otro Pacto de Madre de Dios por la Justicia Ambientales un compromiso suscrito por
representantes del Ejecutivo y la sociedad civil, que pone en relieve el reconocimiento
constitucional y legal de los derechos ambientales. En esa medida se creó el Observatorio de
Monitoreo de la Justicia Ambiental con la finalidad de hacer seguimiento a los órganos
judiciales y sus decisiones ambientales, así como mejorar las condiciones de protección a
personas que sufran algún tipo de agresión en el libre ejercicio de sus derechos a través
11
de la promoción de la aplicación efectiva de los mecanismos concretos y eficaces de acceso a
la Justicia Ambiental en dicha región. Sin embargo, aún se requiere contar con juzgados
especializados a nivel nacional, como una política de Estado, que coadyuven en la atención
de la carga procesal.
La justicia ambiental requiere que sea oportuna, eficaz y expedita para asegurar la
prevención de los derechos o el restablecimiento de los mismos, así como contar con un
modelo de justicia ambiental desde primera instancia. El contar con juzgados, salas y fiscales
especializados en materia ambiental permite la resolución célere y oportuna de los conflictos
en materia ambiental, por lo que se recomienda la implementación progresiva de juzgados y
salas especializadas en materia ambiental, así como la implementación de una mayor
cantidad de FEMA (fiscalía especializada en materia ambiental) en los distritos judiciales al
interior del país. Para ello, también se requiere contar con autoridades y profesionales
capacitados en materia ambiental, por lo cual se recomienda la asignación de presupuesto y
recursos para tal efecto4.
Si bien nuestra regulación nacional cuenta con un amplio desarrollo normativo que responde,
en la mayor parte, con el estándar internacional del acceso a la justicia ambiental plasmado
en el Acuerdo de Escazú, aún sigue siendo importante que se refuerce el enfoque de la
especialidad ambiental en la administración de justicia. El beneficio de ratificar el Acuerdo
refuerza y complementa nuestra normativa respecto al acceso de justicia ambiental a través
una norma de rango constitucional que dote de espacios y autoridades con conocimientos
especializados en la materia y permita generar mecanismos específicos para mejorar el
acceso de los ciudadanos a la justicia ambiental, a través de la mejora de las capacidades de
la ciudadanía en la generación de medios prueba sobre el impacto ambiental que generan las
actividades, participación de la ciudadanía en los procedimientos administrativos donde se
resuelvan casos que los afecte directamente, desarrollar mecanismos alternativos de solución
de controversias que permitan mejorar en el ámbito rural la toma de decisiones sobre el
acceso y el aprovechamiento de los recursos naturales para fines de autoconsumo y
subsistencia, y que cada vez más el conocimiento sobre los temas ambientales sea parte de la
evaluación para ejercer el cargo de fiscal y juez con la finalidad de administrar justicia con
un enfoque más especializado.
4
Benavente García, Selene (2015) Acceso a la justicia ambiental. Lima. SPDA. pág. 73.
12
efectos que se multiplican y trascienden su origen, vulnerando múltiples derechos humanos,
comunitarios e individuales5.
Esta degradación severa del medio ambiente puede afectar el bienestar del individuo y de la
sociedad en general, y como consecuencia de ello generar violaciones a los derechos de las
personas, tales como los derechos a la vida, al respeto a la vida privada y familiar y a la
propiedad privada. Esto significa que un medio ambiente satisfactorio y favorable al
desarrollo está estrechamente relacionado con los derechos económicos y sociales en la
medida en que el medio ambiente afecta la calidad de vida y la seguridad de las personas.
Esta estrecha relación entre la vigencia de los derechos económicos, sociales y culturales -
que incluye el derecho a un medio ambiente sano - y la de los derechos civiles y políticos,
constituyen un todo indisoluble que encuentra su base en el reconocimiento de la dignidad de
la persona humana, por lo cual exigen una tutela y promoción permanente con el objeto de
lograr su vigencia plena, sin que jamás pueda justificarse la violación de unos en aras de la
realización de otros.
Es en este contexto que aparecen los defensores humanos en materia ambiental. Los
Defensores de Derechos Humanos en diversos informes del Relator Especial sobre la
situación de los Defensores de Derechos Humanos, se señala que estos pueden ser
individuos, grupos y movimientos sociales sin distinciones, independientemente de si las
personas deciden registrar una asociación o de si pueden hacerlo o no, de su ubicación
urbana o rural, del objeto, público o privado, de sus actividades de promoción, de los asuntos
relativos a los derechos humanos que les suscitan interés, de su nacionalidad, su estatus
migratorio o su género, entre otros factores. Todas las personas son defensoras de los
derechos humanos cuando toman las riendas del proyecto de derechos humanos por medios
pacíficos6.
En esa línea, un defensor de los derechos humanos es toda persona que, individual o
colectivamente, actúa o desea actuar para promover, proteger o procurar la protección y
realización de los derechos humanos y las libertades fundamentales en los planos local,
nacional, regional o internacional. Los defensores de los derechos humanos defienden,
reivindican, hacen cumplir, protegen y promueven los derechos humanos, y las acciones que
emprenden deben ser pacíficas. Los defensores no solo detectan violaciones de los derechos
humanos, al tiempo que señalan a la atención de las autoridades las consecuencias de sus
acciones y omisiones, sino que también desempeñan varias otras funciones, entre ellas la de
ayudar a los Estados partes en la elaboración de las políticas públicas para el cumplimiento
de sus obligaciones .
En base a ello, podemos señalar algunas de características de los defensores de los derechos
humanos en materia ambiental, a la luz de las sentencias de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos e Informes de Relator de Naciones Unidas sobre las Situación de los
Derechos de los Defensores de los Derechos Humanos:
13
registrados o no como asociación. Su objeto puede ser público o privado y desempeñar
sus labores en el ámbito rural o urbano, lo esencial es que realizan una actividad
orientada a la promoción y defensa de los derechos humanos. En el plano ambiental,
tenemos casos que representan ambas situaciones; desde líderes indígenas u
organizaciones civiles que ejercen la defensa del patrimonio forestal frente a actividades
de tala ilegal que ponen en riesgo los bosques tropicales, hasta organizaciones de
ciudadanos que ejercen su derecho a un medio ambiente sano y sostenible ante
situaciones de disposición inadecuada de residuos sólidos en las franjas marginales de
los ríos ubicados en las zonas urbanas de las ciudades. En consecuencia, la defensa
individual o colectiva del derecho a un medio ambiente sano y sostenible en escenarios
urbanos o rurales, no constituye per se una barrera que impide que estos sean
calificados como defensores ambientales ante situaciones de amenaza o riesgo por la
labor que realizan.
7
Informe del Relator Especial sobre la situación de los defensores de los derechos humanos, Michel
Forst, 2016, página 9.
8
Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso Defensor de Derechos Humanos y otros vs.
Guatemala, considerando 129
14
de medidas de remediación de pasivos ambientales generados a partir del uso del
mercurio en la actividad minera colonial y cuyos impactos continúan manifestándose en
la actualidad, puede conllevar a medidas de defensa y protección del medio ambiente de
manera constante y permanente por parte de los defensores ambientales. La discusión
pública sobre una propuesta normativa que tiene consecuencias sobre el medio
ambiente y la gestión de los recursos naturales, puede conllevar a la aparición puntual
de defensores ambientales en base a las implicancias específicas de la propuesta. En
consecuencia, podemos concluir considerando estos casos, que son las condiciones
particulares de la problemática ambiental la que hace que los defensores ambientales
puedan realizar su actividad de manera permanente o de manera ocasional.
En esa línea, el elemento común es que trabajan para proteger el medio ambiente del que
depende una amplia gama de derechos humanos. Hay que tener presente que no se puede
disfrutar plenamente de nuestros derechos, incluidos los derechos a la vida, la salud, el agua
y la vivienda, en un medio ambiente degradado. En ese sentido, los defensores ambientales
cumplen una trascendental función social, ya que proteger el medio ambiente conlleva
también avanzar en la protección de los derechos humanos10.En el Perú se advierte
dificultades para la defensa de derechos humanos, en especial para la defensa del medio
ambiente. El acuerdo de Escazú menciona que cada parte garantizará un entorno seguro y
propicio en el que las personas, grupos y organizaciones que promueven y defienden los
derechos humanos en asuntos ambientales puedan actuar sin amenazas, restricciones e
inseguridad (artículo 9, numeral 1). Esta medida es muy importante, puesto que, como ya
mencionó líneas arriba, los defensores ambientales son la primera línea de defensa que
resguardan el goce efectivo de un medio ambiente equilibrado y el goce de los demás
derechos relacionados a ellos. Esto encuentra respaldo a nivel constitucional en el artículo
22° inciso 22, respecto a los derechos fundamentales toda persona tiene derecho a la paz, a
la tranquilidad, al disfrute del tiempo libre y al descanso, así como a gozar de un ambiente
equilibrado y adecuado al desarrollo de su vida.
9
Ibid.
10
Borras Susana (2013) El derecho a defender el medio ambiente: la protección de los defensores y
defensoras ambientales. En Revista Derecho PUCP N° 70: Lima, pág. 296.
15
Como ya se mencionó, la vulneración al derecho al medio ambiente sano puede tener
repercusiones directas o indirectas sobre las personas debido a su conexidad con otros
derechos, tales como el derecho a la salud, la integridad personal o la vida, entre otros. La
degradación del medio ambiente puede causar daños irreparables en los seres humanos, por
lo cual un medio ambiente sano es un derecho fundamental para la existencia de la
humanidad.
Por otra parte, el artículo 9° numeral 2 del Acuerdo establece que “cada parte tomará las
medidas adecuadas y efectivas para reconocer, proteger y promover todos los derechos de
los defensores de los derechos humanos en asuntos ambientales, teniendo en cuenta sus
obligaciones internacionales en el ámbito de los derechos humanos, sus principios
constitucionales y los elementos básicos de su sistema jurídico”.
Esto encuentra respaldo en el artículo I del título preliminar de la Ley General del Ambiente:
Asimismo, el artículo 69° de la misma Ley señala “la relación entre los seres humanos y el
ambiente en el cual viven constituye parte de la cultura de los pueblos. Las autoridades
públicas alientan aquellas expresiones culturales que contribuyan a la conservación y
protección del ambiente y desincentivan aquellas contrarias a tales fines”.
Como se aprecia hay una preocupación por parte del Estado de promover la defensa del
medio ambiente, y para tal propósito es importante reconocer que los defensores ambientales
hacen una contribución positiva, importante y legítima a la promoción y protección de los
derechos humanos relativos al disfrute de un medio ambiente sin riesgos, limpio, saludable y
sostenible11. Sin embargo, debido a su actividad figuran entre los que están más expuestos y
corren mayores riesgos
11
Article 19 Un Verde Mortal, Amenazas contra los defensores y defensoras de los Derechos. Londres,
pág. 10.
16
Siguiendo esa misma línea, mediante Resolución Ministerial No. 0159 de 2019-JUS, se
aprobó el Protocolo para garantizar la protección de personas defensoras de Derechos
Humanos. El presente protocolo establece como beneficiario(a) a las personas defensoras de
derechos humanos a quienes se dirigen las acciones de protección o las acciones urgentes de
protección. En el protocolo hay una definición relevante: “las personas defensoras de
derechos humanos son personas naturales que actúan de forma individual o como
integrantes de un grupo, organización, institución pública o movimiento social, así como
personas jurídicas, grupos, organizaciones o movimientos sociales cuya finalidad es la
promoción, protección o defensa de los derechos humanos, dentro del marco del Derecho
nacional e internacional”. Además, que “la defensa de derechos humanos es toda actividad
que se realiza de manera pacífica, sin recurrir al uso de la violencia, que contribuye a la
eliminación efectiva de todas las violaciones de los derechos humanos y las libertades
fundamentales”.
El protocolo es un buen punto de partida porque establece cuestiones relevantes como son la
protección a la integridad y vida de las personas defensoras de derechos humanos debido al
tipo de actividad y los riesgos a los cuales están expuestos.
Sin embargo, aún se requiere una mayor definición respecto de la categoría Defensor
Ambiental como un concepto autónomo y por consiguiente respecto de las medidas
apropiadas, efectivas y oportunas para prevenir, investigar y sancionar ataques, amenazas o
intimidaciones que los defensores de los derechos humanos en asuntos ambientales puedan
sufrir en el ejercicio de los derechos contemplados en el Acuerdo de Escazú (artículo 9,
numeral 3). Un reconocimiento adecuado de una categoría jurídica normativa conlleva, al
mismo tiempo, a reconocer las medidas de protección adecuadas y efectivas.
En esto radica la importancia de la ratificación del Acuerdo de Escazú ya que nos permite
adecuarnos a estándares internacionales, sin dejar de observar nuestros principios
constitucionales puesto, como ya se mencionó, no hay discordancia. Además, resulta
congruente y fortalece los avances normativos desarrollados por el Poder Ejecutivo para
garantizar la protección de los defensores de derechos humanos en asuntos ambientales de
manera efectiva. Por tal motivo, nos permite seguir generando las garantías necesarias para
su protección a través de un enfoque especializado que atienda a las particularidades del
riesgo que estos enfrentan.
12
Courtis, Christian y otros (2008) Guía de Defensa Ambiental AIDA: México, pág 7.
17
conforme al inciso de 2 de tal artículo, tendrá su primera sesión dentro del término del año
de la entrada en vigor del Acuerdo13. La reunión será convocada por el Secretario/a
Ejecutivo/a de CEPAL.
Esto no es algo sui generis para el Acuerdo de Escazú, sino una manera de organización
común de los tratados promovidos por Naciones Unidas, como en el caso de la Convención
Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático o el Convenio de Diversidad Biológica.
Estos acuerdos internacionales establecen la Conferencia de Partes como mecanismo
multilateral de toma de decisiones sobre la implementación de lo dispuesto en el acuerdo.
III. CONCLUSIONES
13
Después que se realicen once ratificaciones del mismo, acorde al artículo 22
18
Además, mediante la información ambiental que proporcione el Estado, se promoverá en la
sociedad una cultura de cuidado al medio ambiente, lo que redundará en la mejora en la
calidad ambiental y un desarrollo sostenible nacional.
e) Por último, la Conferencia de las Partes (COP) será un órgano que se creará luego de la
Ratificación del Acuerdo, y será, como en el caso de otros acuerdos internacionales en el
marco del Sistema Naciones Unidas, el máximo espacio multilateral donde los países que
ratificaron el Acuerdo adoptarán las decisiones necesarias para su implementación. Además,
se prevé órganos subsidiarios como el Comité de Apoyo y Cumplimiento, como instancia
consultiva que apoyará en hacer efectivo el contenido del Acuerdo. En adición a ello, la
ratificación del Acuerdo de Escazú permitirá contar con un centro de intercambio de
19
información de carácter virtual y de acceso universal sobre los derechos de acceso en el cual
se podrá incluir medidas legislativas, administrativas y de política, códigos de conducta y
buenas prácticas implementadas por los países de la región en materia de Derechos de
Acceso.
20