INDICE
INTRODUCCION …………………………………………………………. 03
1. DECRETO LEGISLATIVO QUE REGULA EL
USO DE LA FUERZA POR PARTE DE LA
POLICIA NACIONAL DEL PERU………………………………… 04
DECRETO LEGISLATIVO N° 1186……………………………… 05
TÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES…………………………………… 05
CAPÍTULO I
OBJETO Y ALCANCE……………………………………………. 05
Artículo 1.- Objeto …………………………………………… 05
Artículo 2.- Alcance …………………………………………. 06
CAPÍTULO II
DEFINICIONES, PRINCIPIOS E INTERPRETACIÓN………. 06
Artículo 3.- Definiciones:
Fuerza…………………………………………………. 06
Uso progresivo y diferenciado de la fuerza………. 06
Medios de Policía……………………………………. 06
Cumplimiento del deber……………………………. 06
Articulo 4.- Principios ……………………………… 06
TÍTULO II
DEL USO DE LA FUERZA EN EL EJERCICIO
DE LA FUNCIÓN POLICIAL……………………………………. 07
CAPÍTULO I
REGLAS GENERALES PARA
EL USO DE LA FUERZA………………………………………… 07
Artículo 6.- Uso de la fuerza ………………………... 07
Artículo 7.- Niveles del uso de la fuerza …………… 07
CAPÍTULO II
CIRCUNSTANCIAS Y CONDUCTA EN
EL USO DE LA FUERZA………………………………………… 09
Artículo 8.- Circunstancias y Reglas de Conducta en
el uso de la fuerza …………………………………. 09
1
TÍTULO III
DERECHOS Y RESPONSABILIDADES……………………....... 10
CAPÍTULO ÚNICO……………………………………………………… 10
DERECHOS Y RESPONSABILIDADES………………………………. 10
Articulo 10.- Derechos……………………………………… 10
2. ESPAÑA LEY ORGÁNICA 2/1986……………………………… 12
TÍTULO I
De los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad…………………………… 12
CAPÍTULO I………………………………………………………………. 12
Disposiciones generales……………………………. 12
Artículo primero……………………………………. 12
Artículo segundo…………………………………… 12
Artículo tercero. ……………………………………. 13
Artículo cuarto……………………………………… 13
CAPÍTULO II……………………………………………………………… 13
Principios básicos de actuación……………………. 13
Artículo quinto. ……………………………………. 13
CAPÍTULO III……………………………………………………………. 15
Disposiciones estatutarias comunes………………... 14
Artículo sexto. ……………………………………… 14
Artículo séptimo……………………………………. 16
Artículo octavo……………………………………… 16
TÍTULO II…………………………………………………………. 16
De las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado………………. 16
CAPÍTULO I………………………………………………………………. 16
Disposiciones generales……………………………. 16
Artículo noveno. …………………………………… 16
Artículo diez. ………………………………………. 16
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INTRODUCCION
El estallido social y la violenta represión, que a la fecha llega a los 42 fallecidos, ha
incorporado al debate la proporcionalidad y los criterios aplicables al uso de la fuerza
letal por la Policía Nacional.
La Policía es en nuestros días frecuente objeto de discusión. Es habitual escuchar o
leer comentarios que se refieren a su mucha o poca eficacia, a la corrección o no de
los medios que utiliza o si las tareas a las que dedica sus esfuerzos son las adecuadas o
si, por el contrario, debería dedicarse a otros menesteres que tiene actualmente
descuidados. La mayor o menor proximidad con el público y la legalidad de sus
actuaciones también es frecuente tema de debate. Incluso en el ámbito de los
estudiosos se critica habitualmente la dificultad en obtener datos objetivos sobre sus
actuaciones, así como la poca calidad de los datos sobre delincuencia que ofrece.
Todo esto no obedece al hecho de que la policía haya empeorado la calidad de sus
actuaciones y de su relación con el público en los últimos años, sino a un proceso
paulatino de democratización.
Las actuaciones de la policía, así como la mayoría de los detalles que se acaban de
citar, suelen tener su origen en la concepción que está detrás de la creación y
existencia de los cuerpos de policía. Se tiende a afirmar con mucha contundencia que
la policía es igual en todo el mundo ya que los problemas que afronta tienen muchas
similitudes.
En el proceso de globalización que nuestra sociedad experimenta en las últimas
décadas plantea que algunas problemáticas presentan semejanzas con independencia
del territorio en que no encontremos, circunstancia que, sin duda, obliga a articular
respuestas que se acercan algo más entre ellas que las que la policía ofrecía en
periodos anteriores en las diversas latitudes
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1) DECRETO LEGISLATIVO QUE REGULA EL USO DE LA
FUERZA POR PARTE DE LA POLICIA NACIONAL DEL
PERU.
Decreto Legislativo N° 1186.- Decreto Legislativo que regula el uso de la fuerza
por parte de la Policía Nacional del Perú.
En principio, las acciones de mantenimiento del orden están enmarcadas en
el Decreto legislativo que regula el uso de la fuerza por parte de la Policía
Nacional del Perú (Decreto Legislativo 1186), aprobado en agosto del 2015.
Esta norma establece definiciones sobre cómo debe proceder la Policía para
intervenir en distintas circunstancias, incluyendo los episodios de agitación
pública y violencia, y los derechos y responsabilidades de los efectivos
policiales para llevar adelante sus procedimientos.
Por ejemplo, la norma incluye tres definiciones claves:
Fuerza: “Es el medio que en diferentes niveles usa el personal de la
Policía Nacional del Perú, dentro del marco de la ley, para lograr el
control de una situación que constituye una amenaza o atenta contra la
seguridad, el orden público, la integridad o la vida de las personas”.
Uso progresivo y diferenciado de la fuerza: “Es la graduación y
adecuación, por parte del personal policial, de los medios [recursos
materiales] y métodos a emplear teniendo en cuenta el nivel de
cooperación, resistencia o agresión que represente la persona a
intervenir o la situación a controlar”.
Medios de policía: “Son las armas, equipo, accesorios y otros
elementos de apoyo, autorizados o proporcionados por el Estado, que
emplea el personal policial para enfrentar una amenaza o atentado
contra la seguridad, el orden público, la integridad o la vida de las
personas”.
Por su parte, el reglamento de esta norma, aprobado en el 2016, precisa
términos que se refieren tanto a las acciones policiales (arresto, intervención
policial, línea de comando, alcance de control y peligro real e inminente) como
a factores que constituyen violaciones a la ley, a saber:
Orden manifiestamente ilícita: “Es la disposición o mandato emitidos por un
superior jerárquico que, de manera notoria y evidente, contraviene el
ordenamiento jurídico o se dirige a afectar de manera arbitraria los derechos
fundamentales de las personas”.
Uso arbitrario de la fuerza: “Es todo uso de la fuerza no justificado, con
incumplimiento de los principios de legalidad, necesidad y proporcionalidad, y
que afecta derechos fundamentales”.
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Es importante mencionar que, en marzo del 2020, el Congreso de la República,
entonces presidido por Manuel Merino, promulgó una norma que derogó el
criterio de proporcionalidad dispuesto por el decreto que regula el uso de la
fuerza policial. Se trata de la Ley 31012, denominada Ley de Protección
Policial, destinada a dar cobertura legal a los miembros de la PNP que, en
ejercicio de su función, hagan uso de armas de fuego y causen lesiones o
muerte.
“Un juez debería inaplicar eso, por control difuso [la capacidad del juez para
determinar si una ley es compatible con la Constitución]”, dice el abogado
Juan Carlos Ruiz, del Instituto de Defensa Legal. “Hemos presentado
una demanda de inconstitucionalidad, en representación del Colegio de
Abogados de Puno, pero sigue vigente”, advierte.
No obstante, todavía existen otros instrumentos que regulan el accionar de las
fuerzas policiales en acciones como la que se están desplegando en estos días
para reprimir las protestas en el país.
Uno de los principales es el Manual de Derechos Humanos Aplicados a la
Función Policial, del 2018, que en relación a la ejecución de operaciones de
mantenimiento del orden público dispone como una de las obligaciones de todo
policía: “Emplear las técnicas y tácticas de mantenimiento del orden público,
así como el empleo de la fuerza de manera proporcional, cuando la actitud
violenta de los manifestantes generen grave alteración del orden, daños a la
propiedad o agresión a las personas (civiles o policías)”.
DECRETO LEGISLATIVO N° 1186
TÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES
CAPÍTULO I
OBJETO Y ALCANCE
Artículo 1.- Objeto
El presente decreto legislativo establece el marco legal que regula el uso
de la fuerza por parte del personal de la Policía Nacional del Perú en
cumplimiento de su finalidad constitucional.
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Artículo 2.- Alcance
Las disposiciones del presente decreto legislativo alcanzan a todo el
personal de la Policía Nacional del Perú en situación de actividad que usa la
fuerza en defensa de la persona, la sociedad y el Estado.
CAPÍTULO II
DEFINICIONES, PRINCIPIOS E INTERPRETACIÓN
Artículo 3.- Definiciones:
Para los efectos del presente decreto legislativo se debe tener en cuenta
las siguientes definiciones:
a. Fuerza- Es el medio que en sus diferentes niveles usa el personal
de la Policía Nacional del Perú, dentro del marco de la ley, para
lograr el control de una situación que constituye una amenaza o
atenta contra la seguridad, el orden público, la integridad o la vida
de las personas.
b. Uso progresivo y diferenciado de la fuerza- Es la graduación y
adecuación, por parte del personal policial, de los medios y
métodos a emplear teniendo en cuenta el nivel de cooperación,
resistencia o agresión que represente la persona a intervenir o la
situación a controlar.
c. Medios de Policía. - Son las armas, equipo, accesorios y otros
elementos de apoyo, autorizados o proporcionados por el Estado,
que emplea el personal policial para enfrentar una amenaza o
atentado contra la seguridad, el orden público, la integridad o la
vida de las personas.
d. Cumplimiento del deber. - Es la obligación del personal policial
en el ejercicio de la autoridad que representa, de garantizar el
orden y la seguridad sirviendo a la comunidad y protegiendo a las
personas en el marco de sus competencias, funciones y
atribuciones legalmente establecidas.
Articulo 4.- Principios
4.1. El uso de la fuerza por el personal de la Policía Nacional se sustenta en el
respeto de los derechos fundamentales y en la concurrencia de los siguientes
principios:
a. Legalidad. - El uso de la fuerza debe orientarse al logro de un objetivo legal.
Los medios y métodos utilizados en cumplimiento del deber deben estar
amparados en el marco del Derecho Internacional de los Derechos Humanos,
la Constitución Política del Perú, y demás normas nacionales sobre la
materia.
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b. Necesidad. - El uso de la fuerza en el cumplimiento del deber es necesario,
cuando otros medios resulten ineficaces o no garanticen de ninguna manera
el logro del objetivo legal buscado. Para determinar el nivel de fuerza a usar,
se debe considerar, razonablemente, entre otras circunstancias, el nivel de
cooperación, resistencia o agresión de la persona intervenida y las
condiciones del entorno.
c. Proporcionalidad. - El uso de la fuerza es proporcional cuando el nivel de
fuerza empleado para alcanzar el objetivo legal buscado corresponde a la
resistencia ofrecida y al peligro representado por la persona a intervenir o la
situación a controlar.
4.2. El personal de la Policía Nacional del Perú en el planeamiento,
conducción y ejecución de operaciones en el ejercicio de sus funciones,
observará y se sujetará a los principios contemplados en el presente decreto
legislativo.
Artículo 5.- Interpretación
Las disposiciones del presente decreto legislativo se interpretan conforme a lo
establecido en la Constitución Política del Perú, las normas del Derecho
Internacional de los Derechos Humanos reconocidas por el Estado peruano, las
decisiones de organismos supranacionales, los Principios Básicos sobre el
Empleo de la Fuerza y de Armas de Fuego por los Funcionarios Encargados de
Hacer Cumplir la Ley y el Código de Conducta para Funcionarios Encargados
de Hacer Cumplir la Ley.
TÍTULO II
DEL USO DE LA FUERZA EN EL EJERCICIO
DE LA FUNCIÓN POLICIAL
CAPÍTULO I
REGLAS GENERALES PARA
EL USO DE LA FUERZA
Artículo 6.- Uso de la fuerza
La fuerza debe usarse de manera progresiva y diferenciada, de
conformidad con los principios y los
Artículo 7.- Niveles del uso de la fuerza
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7.1 Los niveles de cooperación, resistencia o agresividad del ciudadano a
intervenir, son los siguientes:
a. Resistencia pasiva
1. Riesgo latente. Es la amenaza permanente no visible presente en
toda intervención policial.
2. Cooperador. Acata todas las indicaciones del efectivo policial sin
resistencia manifiesta durante la intervención.
3. No cooperador. No acata las indicaciones. No reacciona ni agrede
b. Resistencia activa
1. Resistencia física Se opone a su reducción, inmovilización yio
conducción, llegando a un nivel de desafio físico
2. Agresión no letal. Agresión física al personal policial o personas
involucradas en la intervención, pudiendo utilizar objetos que
atenten contra la integridad física.
3. Agresión letal. Acción que pone en peligro inminente de muerte o
lesiones graves al efectivo policial o a personas involucradas en
la intervención.
7.2 Los niveles de uso de la fuerza por el personal de la Policía Nacional son
los siguientes:
a. Niveles Preventivos
1. Presencia policial. - Entendida como demostración de autondad
del personal de la Policía Nacional uniformado, equipado, en
actitud de alerta y realizando un control visual, que previene y
disuade la comisión de una infracción o un delito.
2. Verbalización. - Es el uso de la comunicación oral con la energía
necesaria y el uso de términos adecuados que sean fácilmente
entendidos y comprendidos por las personas a intervenir,
facilitando su control individual o grupal.
3. Control de Contacto. - Es el uso de técnicas de comunicación,
negociación y procedimientos destinados a guiar, contener la
acción o actitud de la persona o grupos a ser intervenidos.
b. Niveles Reactivos
1. Control físico. - Es el uso de las técnicas policiales que permiten
controlar, reducir, inmovilizar y conducir a la persona
intervenida, evitando en lo posible causar lesiones.
2. Tácticas defensivas no letales. - Es el uso de medios de policía no
letales para contrarrestar y/o superar el nivel de agresión o
resistencia.
3. Fuerza letal. - Es el uso de armas de fuego por el personal de la
Policía Nacional, contra quién realiza una acción que representa
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un peligro real e inminente de muerte o lesiones graves, con el
objetivo de controlarlo y defender la vida propia o de otras
personas.
CAPÍTULO II
CIRCUNSTANCIAS Y CONDUCTA EN
EL USO DE LA FUERZA
Artículo 8.- Circunstancias y Reglas de Conducta en el uso de la fuerza
8.1. El personal de la Policía Nacional del Perú, observando lo
prescrito en los artículos 4, 6
8.2. El personal de la Policía Nacional del Perú puede usar la fuerza,
de conformidad con los artículos 4, 6 y el numeral 7.2, en las siguientes
circunstancias
a. Detener en flagrante delito o por mandato judicial conforme a ley
b. Cumplir un deber u órdenes lícitas dictadas por las autoridades
competentes.
c. Prevenir la comisión de delitos y faltas.
d. Proteger o defender bienes jurídicos tutelados.
e. Controlar a quien oponga resistencia a la autoridad.
8.3. Reglas de Conducta en el uso excepcional de la fuerza letal
El personal de la Policía Nacional del Perú, excepcionalmente, podrá
usar el arma de fuego cuando sea estrictamente necesario, y sólo cuando
medidas menos extremas resulten insuficientes o sean inadecuadas, en las
siguientes situaciones:
a. En defensa propia o de otras personas en caso de peligro real e
inminente de muerte o lesiones graves.
b. Cuando se produzca una situación que implique una sena
amenaza para la vida durante la comisión de un delito
particularmente grave.
c. Cuando se genere un peligro real e inminente de muerte o
lesiones graves como consecuencia de la resistencia ofrecida por
la persona que vaya a ser detenida.
d. Cuando la vida de una persona es puesta en riesgo real, inminente
y actual por quien se está fugando
e. Cuando se genere un peligro real o inminente de muerte del
personal policial u otra persona, por la acción de quien participa
de una reunión tumultuaria violenta
Artículo 9.- Acciones posteriores al uso de la fuerza.
Con posteridad al uso de la fuerza el personal de la Policía Nacional deberá
realizar las siguientes acciones
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a. Adoptar las medidas necesarias para que se bnnde asistencia y servicios
médicos a las personas heridas o afectadas, salvo que existan
circunstancias que impidan su realización
b. Adoptar las medidas necesarias para comunicar lo sucedido a los
familiares de las personas fallecidas, heridas o afectadas o a aquellas que
estas últimas indiquen, salvo que existan circunstancias que impidan su
realización
c. Presentar un informe a la unidad policial correspondiente, indicando las
circunstancias, los medios empleados, el personal interviniente, el tipo de
armas y las municiones utilizadas, el número e identidad de los
afectados, las asistencias y evacuaciones realizadas
TÍTULO III
DERECHOS Y RESPONSABILIDADES
CAPÍTULO ÚNICO
DERECHOS Y RESPONSABILIDADES
Articulo 10.- Derechos
En el ejercicio de su función relacionada al uso de la fuerza, el personal de la
Policía Nacional del Perú tiene los siguientes derechos:
a. A la protección y respeto de su vida, integridad personal, dignidad y a las
consideraciones que su autoridad le otorga
b. No acatar disposiciones u órdenes suspensores para el uso de la fuerza
cuando éstas sean manifiestamente ilícitas o arbitrarias
c. Recibir formación, capacitación y entrenamiento permanente sobre el uso
de la fuerza en todos los niveles educativos conforme a los estándares
nacionales e internacionales en matena de derechos humanos
d. La asignación de armamento, vestuario y equipo que garanticen el uso
adecuado de la fuerza.
e. Recibir tratamiento y asistencia médica, por cuenta del Estado cuando
resulte afectado en cumplimiento de su deber.
f. Recibir orientación psicológica por cuenta del Estado para sobrellevar las
tensiones generadas por el uso de la fuerza que afecten la vida o
integridad física de otras personas.
g. Recibir asesoramiento y defensa legal por cuenta del Estado, cuando se
haya usado la fuerza en el contexto del presente decreto legislativo en el
ejercicio regular de sus funciones.
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Artículo 11.- Responsabilidades
11.1. Toda ocurrencia relacionada al uso de la fuerza o de arma de fuego se
informa al comando policial.
11.2. Cuando al usar la fuerza se ocasionará lesiones o muerte, se dispone la
investigación administrativa correspondiente y se da inmediata cuenta de los
hechos a las autoridades competentes para los fines consiguientes.
11.3. Cuando se usen las armas de fuego, el personal de la Policía Nacional no
puede alegar obediencia a órdenes superiores si tenía conocimiento que el uso
de ésta era manifiestamente ilícita_ En caso de haberse *astado, también serán
responsables los superiores que dieron dichas órdenes.
11.4. Los superiores jerárquicos incurren en responsabilidad cuando conozcan
o debiendo conocer del uso ilícito de la fuerza por el personal policial a sus
órdenes, no adopten las medidas necesarias para impedir o neutralizar dicho
uso o no denunciaron el hecho oportunamente.
11.5. El uso de la fuerza que contravenga el presente decreto legislativo genera
responsabilidad administrativa disciplinaria, penal y civil.
DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS FINALES
Primera. - Reglamento
El Poder Ejecutivo, mediante Decreto Supremo refrendado por el
Ministro del Interior reglamenta el presente decreto legislativo en un plazo
máximo de noventa (90) días, contados a partir de su puesta en vigencia.
Segunda. - Medidas institucionales
El Ministerio del Interior adoptará las medidas institucionales para:
a. Evaluar la situación actual del armamento, munición, equipos y
otros accesorios necesarios para el uso de la fuerza por parte de la
Policia Nacional del Perú, con la finalidad de estandarizar su
adquisición, tenencia y almacenamiento en las dependencias
policiales a nivel nacional.
b. Actualizar el programa de adquisición de armamento letal y no
letal, municiones, equipamiento anti motín, vehículos anti motín y
otros accesorios para la Policía Nacional del Perú, conforme a las
disposiciones del presente decreto legislativo
c. Adecuar los planes de capacitación y entrenamiento para el
personal policial en aplicación de la presente norma, bajo la
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supervisión del órgano especializado en derechos fundamentales
del Ministeno del Interior.
d. Actualizar la normativa relacionada con el objeto de la presente
norma.
Tercera. - Supervisión de acciones de capacitación
El Ministerio del Interior a través del órgano competente en materia de
derechos fundamentales, en coordinación con la Policía Nacional del Perú,
supervisa la adecuación y conformidad de los contenidos de las actividades
educativas relacionadas al uso de la fuerza con los estándares y disposiciones
establecidas en el presente decreto legislativo_
Cuarta. - Financiamiento
La implementación de lo dispuesto en el presente Decreto Legislativo se financia
con cargo al presupuesto institucional del Ministerio del Interior, sin demandar
recursos adicionales al Tesoro Público.
2) ESPAÑA LEY ORGÁNICA 2/1986
TÍTULO I
De los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad
CAPÍTULO I
Disposiciones generales
Artículo primero.
1) La Seguridad Pública es competencia exclusiva del Estado. Su mantenimiento
corresponde al Gobierno de la Nación.
2) Las Comunidades Autónomas participarán en el mantenimiento de la Seguridad
Pública en los términos que establezcan los respectivos Estatutos y en el marco
de esta Ley.
3) Las Corporaciones Locales participarán en el mantenimiento de la seguridad
pública en los términos establecidos en la Ley Reguladora de las Bases de
Régimen Local y en el marco de esta Ley.
4) El mantenimiento de la Seguridad Pública se ejercerá por las distintas
Administraciones Públicas a través de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
Artículo segundo.
Son Fuerzas y Cuerpos de Seguridad: BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
LEGISLACIÓN CONSOLIDADA
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a. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado dependientes del Gobierno de la
Nación.
b. Los Cuerpos de Policía dependientes de las Comunidades Autónomas.
c. Los Cuerpos de Policía dependientes de las Corporaciones Locales.
Artículo tercero.
Los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad ajustarán su actuación al principio
de cooperación recíproca y su coordinación se efectuará a través de los órganos que a tal
efecto establece esta Ley.
Artículo cuarto.
i. Todos tienen el deber de prestar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad el auxilio
necesario en la investigación y persecución de los delitos en los términos
previstos legalmente.
ii. Las personas y entidades que ejerzan funciones de vigilancia, seguridad o
custodia referidas a personal y bienes o servicios de titularidad pública o privada
tienen especial obligación de auxiliar o colaborar en todo momento con las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
CAPÍTULO II
Principios básicos de actuación
Artículo quinto.
Son principios básicos de actuación de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad los siguientes:
1. Adecuación al ordenamiento jurídico, especialmente:
a. Ejercer su función con absoluto respeto a la Constitución y al resto del
ordenamiento jurídico.
b. Actuar, en el cumplimiento de sus funciones, con absoluta neutralidad
política e imparcialidad y, en consecuencia, sin discriminación alguna
por razón de raza, religión u opinión.
c. Actuar con integridad y dignidad. En particular, deberán abstenerse de
todo acto de corrupción y oponerse a él resueltamente.
d. Sujetarse en su actuación profesional, a los principios de jerarquía y
subordinación. En ningún caso, la obediencia debida podrá amparar
órdenes que entrañen la ejecución de actos que manifiestamente
constituyan delito o sean contrarios a la Constitución o a las Leyes.
e. Colaborar con la Administración de Justicia y auxiliarla en los términos
establecidos en la Ley.
2. Relaciones con la comunidad. Singularmente:
a. Impedir, en el ejercicio de su actuación profesional, cualquier práctica
abusiva, arbitraria o discriminatoria que entrañe violencia física o moral.
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b. Observar en todo momento un trato correcto y esmerado en sus
relaciones con los ciudadanos, a quienes procurarán auxiliar y proteger,
siempre que las circunstancias lo aconsejen o fueren requeridos para ello.
En todas sus intervenciones, proporcionarán información cumplida, y tan
amplia como sea posible, sobre las causas y finalidad de las mismas.
c. En el ejercicio de sus funciones deberán actuar con la decisión necesaria,
y sin demora cuando de ello dependa evitar un daño grave, inmediato e
irreparable; rigiéndose al hacerlo por los principios de congruencia,
oportunidad y proporcionalidad en la utilización de los medios a su
alcance.
d. Solamente deberán utilizar las armas en las situaciones en que exista un
riesgo racionalmente grave para su vida, su integridad física o las de
terceras personas, o aquellas circunstancias que puedan suponer un grave
riesgo para la seguridad ciudadana y de conformidad con los principios a
que se refiere el apartado anterior.
3. Tratamiento de detenidos, especialmente:
a. Los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad deberán
identificarse debidamente como tales en el momento de efectuar una
detención.
b. Velarán por la vida e integridad física de las personas a quienes
detuvieren o que se encuentren bajo su custodia y respetarán el honor y
la dignidad de las personas.
c. Darán cumplimiento y observarán con la debida diligencia los trámites,
plazos y requisitos exigidos por el ordenamiento jurídico, cuando se
proceda a la detención de una persona.
4. Dedicación profesional.
Deberán llevar a cabo sus funciones con total dedicación, debiendo
intervenir siempre, en cualquier tiempo y lugar, se hallaren o no de servicio, en
defensa de la Ley y de la seguridad ciudadana.
5. Secreto profesional
Deberán guardar riguroso secreto respecto a todas las informaciones que conozcan por
razón o con ocasión del desempeño de sus funciones. No estarán obligados a revelar las
fuentes de información salvo que el ejercicio de sus funciones o las disposiciones de la
Ley les impongan actuar de otra manera.
6. Responsabilidad.
Son responsables personal y directamente por los actos que en su actuación profesional
llevaren a cabo, infringiendo o vulnerando las normas legales, así como las
reglamentarias que rijan su profesión y los principios enunciados anteriormente, sin
perjuicio de la responsabilidad patrimonial que pueda corresponder a las
Administraciones Públicas por las mismas.
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CAPÍTULO III
Disposiciones estatutarias comunes
Artículo sexto.
1) Los Poderes Públicos promoverán las condiciones más favorables para una
adecuada promoción profesional, social y humana de los miembros de las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, de acuerdo con los principios de objetividad,
igualdad de oportunidades, mérito y capacidad.
2) La formación y perfeccionamiento de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad se adecuará a los principios señalados en el artículo 5.º y se ajustarán
a los siguientes criterios:
a. Tendrá carácter profesional y permanente.
b. Los estudios que se cursen en los centros de enseñanza dependientes de
las diferentes Administraciones públicas podrán ser objeto de
convalidación por el Ministerio de Educación y Ciencia, que a tal fin
tendrá en cuenta las titulaciones exigidas para el acceso a cada uno de
ellos y la naturaleza y duración de dichos estudios.
c. Para impartir las enseñanzas y cursos referidos se promoverá la
colaboración institucional de la Universidad, el Poder Judicial, el
Ministerio Fiscal, las Fuerzas Armadas y de otras Instituciones, Centros
o establecimientos que específicamente interesen a los referidos fines
docentes.
3) Los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad deberán jurar o prometer
acatamiento a la Constitución como norma fundamental del Estado.
4) Tendrán derecho a una remuneración justa que contemple su nivel de formación,
régimen de incompatibilidades, movilidad por razones de servicio, dedicación y
el riesgo que comporta su misión, así como la especificidad de los horarios de
trabajo y su peculiar estructura.
5) Reglamentariamente se determinará su régimen de horario de servicio que se
adaptará a las peculiares características de la función policial.
6) Los puestos de servicio en las respectivas categorías se proveerán conforme a los
principios de mérito, capacidad y antigüedad, a tenor de lo dispuesto en la
correspondiente reglamentación.
7) La pertenencia a las fuerzas y Cuerpos de Seguridad es causa de
incompatibilidad para el desempeño de cualquier otra actividad pública o
privada, salvo aquellas actividades exceptuadas de la legislación sobre
incompatibilidades.
8) Los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad no podrán ejercer en
ningún caso el derecho de huelga, ni acciones sustitutivas del mismo o
concertadas con el fin de alterar el normal funcionamiento de los servicios.
9) El régimen disciplinario, sin perjuicio de la observancia de las debidas garantías,
estará inspirado en unos principios acordes con la misión fundamental que la
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Constitución les atribuye y con la estructura y organización jerarquizada y
disciplinada propias de los mismos.
Artículo séptimo.
i. En el ejercicio de sus funciones, los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad tendrán a todos los efectos legales el carácter de agentes de la
autoridad.
ii. Cuando se cometa delito de atentado, empleando en su ejecución armas de
fuego, explosivos u otros medios de agresión de análoga peligrosidad, que
puedan poner en peligro grave la integridad física de los miembros de las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, tendrán al efecto de su protección penal la
consideración de autoridad.
iii. La Guardia Civil sólo tendrá consideración de fuerza armada en el cumplimiento
de las misiones de carácter militar que se le encomienden, de acuerdo con el
ordenamiento jurídico.
Artículo octavo.
1) La jurisdicción ordinaria será la competente para conocer de los delitos que se
cometan contra miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, así como de
los cometidos por éstos en el ejercicio de sus funciones.
TÍTULO II
De las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado
CAPÍTULO I
Disposiciones generales
Artículo noveno.
Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado ejercen sus funciones en todo el
territorio nacional y están integradas por:
a. El Cuerpo Nacional de Policía, que es un Instituto Armado de naturaleza civil,
dependiente del Ministro del Interior.
b. La Guardia Civil, que es un Instituto Armado de naturaleza militar, dependiente
del Ministro del Interior, en el desempeño de las funciones que esta Ley le
atribuye, y del Ministro de Defensa en el cumplimiento de las misiones de
carácter militar que éste o el Gobierno le encomienden. En tiempo de guerra y
durante el estado de sitio, dependerá exclusivamente del Ministro de Defensa.
Artículo diez.
i. Corresponde al ministro del Interior la administración general de la seguridad
ciudadana y el mando superior de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado, así como la responsabilidad de las relaciones de colaboración y auxilio
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con las Autoridades policiales de otros países, conforme a lo establecido en
Tratados y Acuerdos Internacionales.
ii. Bajo la inmediata autoridad del ministro del Interior, dicho mando será ejercido
en los términos establecidos en esta Ley por el director de la Seguridad del
Estado, del que dependen directamente las Direcciones Generales de la Guardia
Civil y de la Policía, a través de las cuales coordinará la actuación de los
Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
iii. En cada provincia, el Gobernador Civil ejercerá el mando directo de las Fuerzas
y Cuerpos de Seguridad del Estado, con sujeción a las directrices de los órganos
mencionados en los apartados anteriores, sin perjuicio de la dependencia
funcional de las unidades de Policía Judicial, respecto de los Jueces, de los
Tribunales y del Ministerio Fiscal, en sus funciones de averiguación del delito y
descubrimiento y aseguramiento del delincuente.
CONCLUSIONES:
La preparación de los efectivos policiales constituye un proceso permanente de
capacitación y entrenamiento que debe permitirle desempeñarse adecuadamente ante
los diversos requerimientos que el contexto social presenta durante el cumplimiento de
su misión. Los planes y programas del sistema educativo policial deben garantizar una
alta profesionalización, individual y colectiva, incidiendo en los aspectos de uso de
armas de fuego, defensa personal, técnica policial y ética; esta instrucción se debe
mantener en los diferentes niveles educativos, garantizando el sostenimiento de una
evaluación real que permita apreciarla calificación de la aptitud para cumplir con
la función policial. Es importante que la capacitación y el entrenamiento no sean sólo
un condicionamiento de calificación, pues el requerimiento de aptitud y competencia
son necesidades básicas para prestar un servicio eficiente y seguro, por lo tanto debe
motivarse que ésta se realice principalmente por el interés personal de cada efectivo
policial y no como una obligación.
BIBLIOGRAFIA:
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