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Analisis Doctrinal y Legal de La Legitima Defensa

Este documento presenta un análisis legal y doctrinal de la legítima defensa en el derecho penal dominicano. Se divide en tres capítulos que analizan el concepto, efectos y tratamiento en el Código Penal de la legítima defensa. El documento introduce el tema y justifica su estudio. El primer capítulo define la legítima defensa y examina sus fundamentos y naturaleza desde la doctrina y jurisprudencia. El segundo capítulo analiza las consecuencias de la legítima defensa y sus requisitos. El tercer capítulo revisa cómo el C
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Analisis Doctrinal y Legal de La Legitima Defensa

Este documento presenta un análisis legal y doctrinal de la legítima defensa en el derecho penal dominicano. Se divide en tres capítulos que analizan el concepto, efectos y tratamiento en el Código Penal de la legítima defensa. El documento introduce el tema y justifica su estudio. El primer capítulo define la legítima defensa y examina sus fundamentos y naturaleza desde la doctrina y jurisprudencia. El segundo capítulo analiza las consecuencias de la legítima defensa y sus requisitos. El tercer capítulo revisa cómo el C
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UNIVERSIDAD DEL CARIBE

(UNICARIBE)

ASIGNATURA:
Derecho Penal II

TEMA:
Análisis Doctrinal y Legal de la Legítima Defensa

PRESENTADO POR:
Anhay Berenice Cuello Solano
Yuliana Santana Agramonte
Leidy Valdez Encarnación

FACILITADOR:
Fior Julieta Porcella Lluberes De Valdez

Santo Domingo, D.N. República Dominicana


Abril, 2023
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN.......................................................................................................1
JUSTIFICACIÓN........................................................................................................2

CAPITULO I
CONCEPTO DE LEGÍTIMA DEFENSA
1.1 La Legitima Defensa............................................................................................3
1.2 Fundamento y Naturaleza...................................................................................4
1.3 Doctrina................................................................................................................5
1.4 Jurisprudencia......................................................................................................6

CAPITULO II
EFECTOS DE LA LEGÍTIMA DEFENSA
2.1 Consecuencias de la legítima defensa................................................................7
2.2 Condiciones para que exista la legitima defensa................................................8
2.3 Requisitos esenciales..........................................................................................9

CAPITULO III
EL CÓDIGO PENAL Y LA LEGÍTIMA DEFENSA
3.1 Legislación.........................................................................................................12

CONCLUSIÓN.........................................................................................................14
BIBLIOGRAFÍA........................................................................................................15
ANEXOS..................................................................................................................16
INTRODUCCIÓN

En derecho penal, una defensa legítima es una defensa que excusa un


comportamiento penalmente sancionado al absolver a su autor de la
responsabilidad por adherirse a una serie de normas ya establecidas en nuestro
código. Si no se cumplen todos sus estándares, también permite reducir la sanción
aplicable.

En esta investigación, que se basa en el tema “La Legítima Defensa”, planteamos


la cuestión de cómo se aplica la legítima defensa en los diversos Códigos Penales
que han existido y los que se encuentran actualmente vigentes. Sin embargo,
dado que el hombre es sólo el sujeto activo o pasivo de la autodefensa, debemos
estar seguros de algo que está detrás del hombre. Nadie podrá precisar el
momento exacto en que se originó la legítima defensa.

Anhay Berenice Cuello Solano

En nuestro país, la jurisprudencia es muy tímida a la hora de tomar decisiones en


materia de legítima defensa y se atiene siempre al derecho francés. Esto se suma
a la ausencia de doctrina. Queremos demostrar que toda propiedad legalmente
protegida puede ser defendida con éxito.

Aunque tendremos que trabajar mucho debido a cómo la ley y la doctrina francesa
específicamente, y, por extensión, la ley y la doctrina dominicana, han tratado este
derecho, proporcionaremos los detalles necesarios a medida que avanzamos para
respaldar nuestra anterior afirmación.

Yuliana Santana Agramonte

Las circunstancias políticas, sociales, económicas y religiosas que sirvieron de


base para desarrollar el concepto legal de legítima defensa requieren nuestra
atención cuando se habla de legítima defensa. También debemos situarnos en el
contexto geográfico.

1
Finalmente, teniendo en cuenta todo lo expuesto anteriormente, intentaremos
mediante un breve análisis de la estructura de la legítima defensa como
justificación, ya que un análisis más profundo iría más allá de los límites de este
trabajo, precisar conceptualmente sus elementos constitutivos y pronunciarse
sobre la cuestión contenciosa de la exigencia temporal de este tipo permisivo. Sin
pretender dar "la solución" al problema, ya que no caeríamos en tal presunción,
entonces intentaremos definirlo.

Leidy Valdez Encarnación

2
JUSTIFICACIÓN

Las causas de justificación son normas permisivas que se componen, al igual que
los tipos, de elementos subjetivos y objetivos. Su concurrencia anula la prohibición
o el mandato generales contenidos en el respectivo tipo, permitiendo en supuestos
excepcionales que el sujeto realice la acción u omisión típicas. Constituyen, por
tanto, autorizaciones para comportarse típicamente, cuyo fundamento radica en la
existencia, en tales supuestos, de un interés preponderante para el ordenamiento
jurídico.

Efectos de la concurrencia de todos los elementos de una causa de justificación.


La concurrencia de todos los elementos objetivos y subjetivos de una causa de
justificación tiene los siguientes efectos:

El hecho será típico pero no antijurídico, de modo que no podrá imponerse a su


autor ni una pena ni una medida de seguridad, ni tampoco se le podrá exigir por
regla general responsabilidad civil derivada de delito.

3
Anhay Berenice Cuello Solano

CAPITULO I
CONCEPTO DE LEGÍTIMA DEFENSA

1.1 La Legitima Defensa

Es una causa de justificación que se realiza bajo la finalidad de defenderse,


justificando el haber realizado una acción que merece sanción o está penalizada
según la ley, es también conocida como autodefensa o defensa propia y esta es
regulada en el artículo 20.4 del Código Penal.

La legítima defensa es el derecho conocido a todos los individuos. Pero no es un


derecho absoluto e ilimitado. Hay que tener claro que no siempre está permitido
defenderse. Es por esta causa, que, en las sociedades democráticas, resulta muy
fundamental conocer los alcances de esta, puede ser usada por el ciudadano
común, también debe saber que, para propósito de represalia o rencillas, no podrá
acudir a la legítima defensa, porque no deberán quedar impunes los actos donde
hace presencia los típicos ejecutados dolosamente.

La autodefensa es en el derecho penal, una causa que justifica un accionar


sancionado penalmente, dejando libre de toda culpa a su causante y así
respetando los requisitos plasmados en nuestro código, y si no se cumple con sus
requisitos, permite reducir la pena que debería aplicarse. Esta es una situación
que permite dispensar, o reducir, la sanción de una conducta generalmente
prohibida.

La legítima defensa es un contra ataque a una agresión actual, próximo con la


finalidad de dar protección a la vida o bienes jurídicos propios o de un tercero.

La ley al conjunto de la necesidad son los elementos fundamentales de la


justificación. En cuanto a la ley, se porque sólo ella puede declarar lícitas muchas
de las acciones típicas y la necesidad porque es una determinada situación que en
sí misma es el fundamento de la justificación (Fontan Balestra, 1998).

La doctrina ofrece muchas definiciones, tomamos las siguientes:

4
Legítima defensa, según Fontán Balestra, es la reacción necesaria para evitar la
llamada agresión ilegítima y no realizada de un bien jurídico o amenazado por la
acción de un ser humano.

La legítima defensa “la respuesta necesaria contra una agresión injusta, actual y
no premeditada”. (Soler, 1987).

Según Jiménez de Asúa, “la legítima defensa es la contraria de la agresión


ilegítima, actual o inminente, por la víctima o tercera persona, contra el agresor,
sin traspasar la necesidad de la defensa y dentro de la racional proporción de los
medios empleados para impedirla o repelerla”.

Para Núñez la legítima defensa es la que se lleva a cabo empleando un medio


racionalmente necesario para impedir o repeler una agresión ilegítima y sin que
medie provocación suficiente, ocasionando un daño moral a la persona.

1.2 Fundamento y Naturaleza

La legítima defensa es una causa de justificación, un tipo permisivo que elimina la


contrariedad de la conducta típica con el orden jurídico.

Respecto del fundamento de la impunidad del hecho realizado en legítima


defensa, se distinguen en la doctrina dos grupos de teorías: las que sostienen que
el hecho en intrínsecamente en sí mismo injusto, debiendo buscarse en otra parte
las causas que lo eximen de pena y las que lo juzgan intrínsecamente justo y por
lo tanto lícito. Para este grupo se está ante una verdadera causa de justificación.

En la actual fase del derecho a la legítima defensa existe una combinación de


intereses individuales y comunitarios, ambos tienen importancia para su
fundamentación:

Desde la perspectiva del individuo particular: se entiende como un derecho


individual a la protección y la autodeterminación frente a agresiones. Desde el

5
punto de vista del Estado: aparece como la defensa que sustituye la tarea de
confirmación del derecho, la que en principio, sólo compete al Estado.

La doctrina y jurisprudencia reconocen que el fundamento de este permiso


proviene de la especial situación del autor y del bien jurídico en el momento de la
acción. En la actualidad se reconoce unánimemente la naturaleza de justificante
de la legítima defensa: la legítima defensa es una afirmación del derecho. El
fundamento se ve en el principio según el cual "el derecho no necesita ceder ante
lo ilícito".

Sostiene Zaffaroni "se define el fundamento por la necesidad de conservar el


orden jurídico y de garantizar el ejercicio de los derechos." El fundamento de la
legítima defensa, reiteramos, se basa en el principio de que nadie puede ser
obligado a soportar lo injusto.

Se trata de una situación conflictiva en la cual el sujeto puede actuar


legítimamente porque el derecho no tiene otra forma de garantizarle el ejercicio de
sus derechos o mejor dicho la protección de sus bienes jurídicos.

En la medida en que haya otro medio jurídico de proveer a la defensa de los


bienes jurídicos no es aplicable el tipo permisivo. Cuando entre el mal que evita
quien se defiende y el que le quiere causar quien le agrede media una
desproporción inmensa, porque el primero es ínfimo comparado con el segundo.

1.3 Doctrina

En el Código Penal dominicano, la legitima defensa esta prevista en la parte


especial, no en la parte general muy contrario a otros países de Europa y también
de América. Esto está justificado porque el legislador, de Francia de donde
proviene nuestra legislación, quiso aplicarla a la vida y a la integridad física, a
diferencia de los otros países donde se le aplica a todos los bienes jurídicos.

En la doctrina dominicana, según argumentos de Gregory Castellanos Ruano, si


una excusa, solo puede ser acogida en caso de que la ley de modo específico la
6
contemple, con mayor razón una causa de justificación para ser acogida tendría
que estar también prevista por la ley ya que sus efectos son los de redimir de
responsabilidad penal y civil, simultáneamente.

Para Artagnan Pérez Méndez “…debemos admitir que la legitima defensa es un


principio general que justifica todos los hechos siempre y cuando se cumplan las
condiciones exigidas y por tanto el principio establecido en el 328 tiende a
salvaguardar todos los derechos protegidos y reconocidos a la persona humana”.

El autor Vidal-Magnol expresa que la legítima defensa únicamente puede ser


reconocido en caso de protección de la vida, del cuerpo y del pudor. Chauveau y
Helie, se extienden más allá, pues aparte de reconocerle en aquel caso, también
la reconocen en el caso de la propiedad, pero en este caso solo cuando la
agresión envuelve riesgo para la persona del propietario.

Robert Vouin es partidario de la extensión de la legitima defensa a todos los


bienes jurídicos, excepto en los casos de injuria, calumnia o difamación. De
acuerdo a René Garraud, en su “Tratado Teórico y Práctico del Derecho Penal
Francés”: no hay ni crimen ni delito, cuando el prevenido estaba en estado de
legítima defensa o en estado de demencia al tiempo de la acción.

Para Von Buri, en la defensa legítima hay una coalición de derechos y se debe
sacrificar al menos valioso que es el agresor, disminuido precisamente por la
agresión. Hegel, sostiene con su reconocido método dialectico, fija el fundamento
de la legitima defensa en la falta de injusticia, “la agresión es la negación del
derecho, la defensa es la negación de esta negación, es decir, la afirmación del
derecho.

1.4 Jurisprudencia

Si la agresión no puso en inminente peligro la vida del prevenido, no se justifica la


legítima defensa invocada, sino solamente la provocación. No es admisible la
legitima defensa reciproca o legítima defensa contra la legitima defensa. Por lo

7
tanto, no se puede calificar de legítima defensa la creación artificiosa de esta, cuyo
fin es evidente, como en el caso de provocación degenerando en agresión (duelo
irregular, pelea, riña).

Se expresa en la jurisprudencia: “Considerando: el que mata, provocado por una


agresión injusta con una zambeta, comete el crimen de homicidio voluntario
excusable, castigado con tres (3) meses a un (1) año de prisión. Para que haya
legítima defensa la reacción de quien es atacado debe ser proporcional al ataque
injusto que contra él realiza el agresor.

La proporcionalidad quiere decir que la defensa sea proporcional al ataque que se


recibe. Un ejemplo de esto es, si la persona es atacada sin armas, no puede
defenderse con armas.

Sostiene la jurisprudencia: “después de que el agresor le hizo dos disparos sin


herirlo, el acusado sacó su revólver y lo mató. Fue condenado a un año de prisión
correccional, acogiendo a su favor la excusa de la provocación”. En este caso es
aplicado el requisito del caso anterior, pues debe haber proporcionalidad del
ataque. Ambas partes, víctima y victimario usaron armas en el ataque.

Estudiando el criterio de la proporción puede plantearse el problema de la


admisibilidad de la legitima defesa de bienes patrimoniales mediante puntas de
hierros colocadas en rejas y verjas, vidrios puestos sobre paredes o tapias
divisorias, artefactos mecánicos y explosivos instalados, en forma oculta, detrás
de puertas cerradas, etc. Tomamos en cuenta que este medio opera en el
momento de la agresión. Sin embargo, la duda surge en lo que concierne a la
necesidad de la defensa y a su proporción.

8
Yuliana Santana Agramonte

CAPITULO II
EFECTOS DE LA LEGÍTIMA DEFENSA

2.1 Consecuencias de la legítima defensa

Sujeto Activo. El elemento principal en la legítima defensa es el que calificamos


como sujeto activo. Solo frente al hombre (en sentido lato) cabe la legítima
defensa con lo cual frente a los animales y frente a las cosas no hay legítima
defensa, solo cabe un estado de necesidad.

El sujeto activo es quien puede defenderse y quien puede defenderse por sí


mismo. Los senadores y diputados, embajadores, nuncios papales, en fin todos
gozan de ciertos privilegios en función del puesto que desempeñan. ¿Es legítima
defensa frente a un jefe de estado? Entendemos que si pues no hay razón para
que él pueda matar sin que se le impida hacerlo ni para permitir que por ser jefe
de Estado nos destruya nuestro patrimonio.

Lo mismo puede decirse del papa que del Rey frente a ambos es legitima la
defensa también, y lo es porque ellos son sujeto activos y pasivos de defensa
legítima. Los agentes de seguridad del estado y los del orden público así como los
militares, pueden defenderse legítimamente por las razones señaladas
anteriormente. Las personas morales no pueden solo pueden las personas física
ellos son pura ficción de la ley. Les falta la condición fundamental que es ser
hombre.

Sujeto Pasivo. Contrariamente al sujeto activo, que es quien puede ejercer el


derecho de legítima defensa, el sujeto pasivo es aquel frente a quien puede
ejercerse ese derecho. Dicho de otro modo, el sujeto pasivo es el que agrede
ilegítimamente al sujeto activo. Igual que solo el hombre puede defenderse
legítimamente, solo frente a él podemos ejercer el derecho de defensa legítima.
Frente a los animales y frente a las cosas, hemos establecido claramente que en
eso caso no cabe la legitima defensa.

9
2.2 Condiciones para que exista la legitima defensa

La agresión. Acto negativo por medio del cual el agresor causa un daño al
agredido o sujeto activo. Es el acto por medio del cual se repele la agresión
ilegitima lanzada por el sujeto pasivo. La agresión que generalmente se da es la
agresión por acción, es decir en la que el sujeto pasivo actúa.

La agresión Inminente. No ha de esperar que el otro agregada porque podría


morir por lo que cuando es inminente la agresión y no cabe duda de que seremos
atacado.

La agresión Ilegitima. Algunos tratadista del derecho dicen agresión injusta


significa que esta contra la ley es ilegitimo el ataque que un hombre lanza contra
otro sin estar amparado en la ley.

Condición. De la Defensa Necesaria y Proporcional, es el acto por el cual el


agredido repele la agresión. Es un elemento sin el cual no es posible que haya
legítima defensa. No se concibe la legítima defensa si no hay un bien
jurídicamente protegido. Contrariamente a la agresión que debe ser siempre
ilegitima, la defensa debe ser legitima.

Necesidad de la Legitima Defensa. Nuestro código dice "necesidad actual" es


que si no hay necesidad de defensa esta será ilegitima. La legítima defensa es
independiente de la gravedad del daño causado por la agresión ilegitima es decir
que este derecha existe desde el momento en que la agresión es real o por lo
menos inminente, no importa que el bien amenazado sea la vida, una casa, un
carro, etc.

La Proporcionalidad. Las medidas de proporción se encuentran envueltas en la


idea de necesidad, pero no debe confundirse. Lo que no se puede es exigirse una
proporción real, es decir, Ojo por ojo, diente por diente. En nuestro código solo
dice que se debe actuar en legítima defensa y no menciona proporcionalidad.

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Las Armas para Repeler, Blanca y de Fuego. No hay especialidad para elegir
entre armas blancas y de fuego y de la misma categoría, elegir una y despreciar
otra, cualquier arma sea esta de fuego o blanca, es admisible para repeler una
agresión ilegitima.

2.3 Requisitos esenciales

La presencia de los requisitos esenciales será necesaria para considerar la


existencia de la legítima defensa, de forma que su incumplimiento descarta la
aplicación de cualquier eximente.

Agresión ilegítima: La agresión será una acción humana y dolosa que ponga en
peligro bienes jurídicos personales, propios o de tercero.

Bien jurídico particular: Tales bienes jurídicos habrán de pertenecer a un


particular, de manera que no cabe la legítima defensa de bienes colectivos,
comunitarios o supra personales, debido a la inidoneidad o peligro que supone
facultar al particular para actuar en defensa de aquellos bienes.

Carácter de acción activa u omisiva: Es necesario que la agresión sea una acción,
y no un supuesto de falta de acción. Por otro lado, cabe la acción propiamente
dicha, así como la comisión por omisión. Por supuesto, por acción nos referimos a
la conducta perteneciente exclusivamente a las personas físicas, y en ningún
caso, a los animales o personas jurídicas.

Carácter doloso de la acción: La acción habrá de ser dolosa, es decir, tendrá que
existir una voluntad y conocimiento de lesión de bienes jurídicos. Ello implica que
no cabe hablar de agresión en caso de imprudencia, con lo que no puede
considerarse legítima defensa la reacción contra una acción involuntaria.

Peligro real o agresión adecuada para producir daños: La acción tendrá que
suponer un peligro verdadero para el bien jurídico. No cabe hablar de legítima
defensa cuando tratemos la agresión procedente de tentativa idónea, así como los

11
supuestos de tentativa idónea, pero cuyo ataque resulte inofensivo por estar el
bien jurídico totalmente protegido y fuera de peligro.

Carácter típico de la acción: La doctrina afirma que sólo constituyen agresiones


ilegítimas aquellas acciones tipificadas, es decir, exclusivamente aquellas
conductas recogidas en la legislación penal. No cabe por lo tanto cualquier acción
que dañe bienes jurídicos personales, sino que éstos tendrá que haber sido
protegidos penalmente con anterioridad a que se produjera la agresión.

Carácter antijurídico de la acción: La acción no sólo habrá de ser típica, sino que
para considerarse agresión ilegítima, aquella habrá de suponer una amenaza al
bien jurídico protegido proveniente de una conducta no amparada por el Derecho.

Carácter actual de la acción: Consecuencia directa del concepto de "puesta en


peligro" del bien jurídico que supone la agresión ilegítima, se habla de la
necesidad de que tal agresión ilegítima sea actual, que esté causando peligro
provocando la necesidad de impedir o repeler tal agresión.

Necesidad de defensa: Según éste requisito, la agresión ilegítima que se dirige a


un bien jurídico ha de suponer que sea necesaria la intervención que impida o
repela el ataque. Así pues, la defensa es una conducta típica o atípica, activa u
omisiva cuyo fin es defender un bien jurídico de una agresión típica y antijurídica.

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Leidy Valdez Encarnación

CAPITULO III
EL CÓDIGO PENAL Y LA LEGÍTIMA DEFENSA

3.1 Legislación

La legislación dominicana no prevé la legítima defensa en orden a la defensa de


otros intereses jurídicos que no sean la vida y la integridad física. De acuerdo al
art. 65 del Código Penal Dominicano, “los crímenes y delitos que se cometan no
pueden ser excusados, ni la pena que la ley les impone puede mitigarse, sino en
los casos y circunstancias en que la misma ley declare admisible la excusa, o
autorice la imposición de una pena menos grave”.

Para que la defensa pueda ser considerada legítima, es decir, conforme a


Derecho, se precisa que la misma reúna dos características o condiciones: que
sea necesaria y proporcional. Podemos explicar esto de la forma siguiente: si
tenemos una propiedad donde hay árboles frutales, y a dicha propiedad entra un
jovenzuelo y es sorprendido por el dueño robando frutos de un árbol cualquiera, el
propietario no puede responder dicha agresión dándole muerte al joven, pues la
vida posee mayor valor que el bien que puedo haber sido sustraído.

De acuerdo al art. 328 del Código Penal Dominicano, “no hay crimen ni delito,
cuando el homicidio, las heridas o los golpes se infieran por la necesidad actual de
la legitima defensa de sí mismo o de otro”. Para que exista una legítima defensa
debe existir simultaneidad entre la agresión y la defensa; el legislador cuida de
esta manera de distinguir la legitima defensa de la venganza.

Derivado del art. 328, podemos decir, que para que exista una legítima defensa se
deben cumplir los siguientes requisitos: a) una agresión actual o inminente, b) que
la agresión sea injusta, c) cierta simultaneidad entre la agresión y la defensa y d)
proporcionalidad entre los medios de defensa y la agresión.

El art. 321 del Código Penal establece que “el homicidio, las heridas y los golpes
son excusables, si de parte del ofendido han precedido inmediatamente
provocación, amenazas o violencias graves”.

13
Cuando la legítima defensa es excesiva se convierte en provocación. Si me
defiendo excesivamente, mi delito no va a ser excusable, va a ser una excusa
atenuante, pero no absolutoria, logrará que mi pena sea menor, pero no me la
eliminará.

14
CONCLUSIÓN

La legítima defensa sirve como justificación, licencia y ejercicio de derechos. En


otras palabras, se traduce en un medio idóneo para lograr la convivencia social, fin
que regula el Estado. Sin embargo, este derecho no es ilimitado; más bien, debe
cumplir con criterios tanto objetivos como arbitrarios para ser reconocido como un
derecho.

Todo ser humano tiene una reacción instantánea cuando es objeto de una
agresión o de un acto que claramente pone en peligro su vida. Debido a que esta
reacción frecuentemente no deja tiempo para considerar cómo o con qué
defenderse, muchas veces resulta en respuestas que no cumplen con los
requisitos de la legítima defensa.

Anhay Berenice Cuello Solano

De allí, surge la situación en que la parte agraviada no puede demostrar al tribunal


que actuó conforme a las circunstancias y motivos. Es importante tener en cuenta
que en nuestro sistema legal moderno, la evidencia habla por sí misma y
determina si un acusado es culpable o no, no la condena personal del juez. A la
luz de esto, valdría la pena considerar qué sucedería en los tribunales si una
persona que ejerce un derecho sagrado inherente, como el derecho a defender la
propia vida, no pudiera determinar la proporcionalidad u otras condiciones.

Concretamente podemos afirmar que es una cuestión que aún no ha sido


suficientemente precisada en cuanto al requisito temporal de la legítima defensa.
Las diversas posiciones y teorías que se han empleado en la doctrina científica
sobre la materia sirven como evidencia de que no existe unanimidad en cuanto a
su determinación.

Yuliana Santana Agramonte

15
Esta figura no se encuentra expresa y plenamente establecida en nuestro
ordenamiento, lo que crea un vacío jurídico que sin duda los tribunales han tenido
que llenar mediante la doctrina y la jurisprudencia. Sin embargo, como es bien
sabido, en nuestro sistema de justicia, y particularmente en materia penal, la ley
debe ser la primera y principal fuente de autoridad para disminuir la probabilidad
de injusticia, liberando a un culpable o castigando a un inocente.

Reflexiones finales: Dado que la legítima defensa es de tipo abierto permisivo,


concluimos este trabajo afirmando que el juez debe apreciar la legitimidad del acto
de defensa en el caso particular teniendo en cuenta las diversas circunstancias
que rodean al acto, particularmente cuando se trata de el arma utilizada, la
ubicación y las características personales del agresor y de la persona que se
defiende. La idea de actualidad no puede aplicarse rígidamente como regla
general en todas las circunstancias. La realidad presenta una variedad de
problemas que no pueden ser resueltos a través de una línea de pensamiento
consistente.

Leidy Valdez Encarnación

16
BIBLIOGRAFÍA

Castellanos Ruano, Gregory. “Extensión de la Legitima Defensa”. El Nuevo


Diario. Santo Domingo. Editora el Nuevo Diario. Junio 6 de 2011. Año 30.

Pérez Méndez, Artagnan. Código Penal Dominicano Anotado. Lib.III, Tit.II, Cap. I,
Art.328. pág. 356.

Código Penal Dominicano (2007, enero 24) [en línea]. Santo Domingo: Suprema
Corte de Justicia.

Acosta García, Juan Pablo. "La Legítima Defensa”, 2da. Edición, Editora Olga,
Santo Domingo, 1993, Pág. 127.

Héctor Dotel Matos. "Introducción al Derecho Penal", 2da. Edición, Editorial


Tavarez, Sto. Dgo. Rep. Dom., 1998, Págs. 158-162.

Jiménez de Asúa, Luis. "Lecciones de Derecho Penal", Volumen VII, Primera Serie
Biblioteca Clásicos del Derecho, Impresora Castillo Hnos. S.A; México, D.F;
2000, Pág. 367.

17
ANEXOS

18

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