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Responsabilidad Penal de Las Personas Jurídicas

Este documento analiza la responsabilidad penal de las personas jurídicas, en particular de las empresas de servicios públicos, desde una perspectiva legal comparada y colombiana. Examina las teorías sobre la responsabilidad de las personas jurídicas y cómo se ha abordado este tema en otros países. También estudia el marco legal colombiano sobre este tema y conceptos como el compliance. El objetivo es explorar cómo aplicar el sistema punitivo colombiano a las empresas de servicios públicos cuando incurren en irregularidades.
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Responsabilidad Penal de Las Personas Jurídicas

Este documento analiza la responsabilidad penal de las personas jurídicas, en particular de las empresas de servicios públicos, desde una perspectiva legal comparada y colombiana. Examina las teorías sobre la responsabilidad de las personas jurídicas y cómo se ha abordado este tema en otros países. También estudia el marco legal colombiano sobre este tema y conceptos como el compliance. El objetivo es explorar cómo aplicar el sistema punitivo colombiano a las empresas de servicios públicos cuando incurren en irregularidades.
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RESPONSABILIDAD PENAL DE LAS PERSONAS JURÍDICAS: UN ANÁLISIS

DE LA RESPONSABILIDAD DE LAS EMPRESAS DE SERVICIOS PÚBLICOS.

ANDRÉS HENAO MONTOYA

Director:

Nicolás Ortega Tamayo

Abogado y docente Universidad Pontificia Bolivariana

Trabajo de grado presentado como requisito para optar al titulo de abogado

UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA

ESCUELA DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

FACULTAD DE DERECHO

MEDELLÍN

2020
Declaración de originalidad

Fecha: 26 de julio de 2020

Yo, Andrés Henao Montoya, en mi calidad de autor del artículo titulado Responsabilidad
penal de las personas jurídicas: un análisis de la responsabilidad de las empresas de
servicios públicos, presentado como requisito de grado en el pregrado en Derecho de la
Universidad Pontificia Bolivariana, declaro que este trabajo de grado no ha sido presentado
para optar a un título, ya en igual forma o con variaciones, en esta u otra universidad.
Asimsimo, declaro que he reconocido el crédito debido a las ideas citadas y que no he
incurrido en plagio en elaboración del trabajo de grado.

Firma
RESUMEN

El reconocimiento de la persona jurídica, como ente capaz de asumir derechos y


obligaciones, trae con sí una serie de cuestionamientos de matiz jurídica. Suele
asociarse a este tipo de persona con el ámbito comercial, dejando a un lado una
serie de cuestionamientos necesarios para la comprensión global de este
fenómeno, uno de estos temas es el aspecto penal de dichas personas. Por lo cual
se realizará un estudio académico cualitativo donde se analizan las diferentes
regulaciones que existen a nivel internacional y nacional de dicha figura. Adicional
a esto, se estudiará la figura del compliance con sus respectivos efectos procesales,
para así, abordar la temática de la responsabilidad penal de las personas jurídicas,
desde el punto de vista de las empresas de servicios públicos. De esta forma, se
analizan algunos escenarios de la responsabilidad penal de este tipo empresas, la
forma en que pueden ser sancionadas y cómo entender la aplicación del marco legal
nacional.

PALABRAS CLAVES
Persona jurídica, responsabilidad penal, Empresa de Servicios Públicos, Compliance.
ABSTRACT
The recognition of the legal person, as an entity capable of assume rights and
obligations, involve a series of questions of juridical nuance. This Kind of person is
usually associated with the commercial sector, leaving aside a necessary series of
questions for the global compression of this juridical phenomenon, one of these
themes is the penal aspect for these persons. Whereby, a qualitative academic study
is carried out where the different regulations that exist at the international and
national level are analyzed of this case. In addition, compliance with its respective
procedural effects will be studied, in order to board the thematic of the penal
responsibility for the legal persons, from the public services companies’ perspective.
In this way, some scenarios of juridical responsibility of this type of companies are
analyzed, as the form how these can be sanction and how to understand the
application of national legal framework.
KEYWORDS

Legal entity, criminal liability, Compliance.


Introducción

Históricamente el término de persona jurídica no ha sido posible encontrarlo


en el derecho romano pues en esta época había poco interés en el tema, y lo
importante era cómo se desarrollaba la persona natural. Cuando se comienza a
hacer uso de la noción persona jurídica, este se entendía, en aquel entonces, como
una “entidad diferente de las personas individuales” (Valencia, 1998, p. 263), lo cual
se insinúa al iniciarse la época clásica con la promulgación de la lex iulia de collegiis.

Ahora bien, cabe resaltar la expresión de los juristas justinianeos quienes


establecen la persona jurídica con el vocablo universitas, sin embargo, sólo en la
edad media se puede hablar de un pleno desarrollo de la teoría de la persona moral,
permitiendo la aparición de definiciones clásicas de la persona jurídica como la que
establece el jurista italiano Ferrara (citado en Valencia 1998): “Las personas
jurídicas son asociaciones o instituciones formadas para la consecución de un fin y
reconocidas por el ordenamiento jurídico como sujetos de derecho”.

En la época clásica, de igual manera, se da una primera clasificación de las


personas jurídicas entre fundaciones (época justinianea) y corporaciones (época
clásica). Esta última, a su vez se divide en corporaciones de derecho público y
corporaciones de derecho privado, que a su vez se integra por los collegia y las
fundaciones.

Lo anterior es una breve contextualización sobre como se ha desarrollado en


la época romana la figura de la persona jurídica, y como la misma ha suscitado
diversos problemas debido a la dificultad de su regulación. Siguiendo el hilo
conductor de este análisis, en la actualidad han surgido diversos problemas, más
novedosos y con unas singularidades que, dependiendo del área del derecho objeto
de estudio, se dará respuesta o se buscarán alternativas.

La responsabilidad penal de las personas jurídicas es un tema que ha sido


objeto de estudio desde hace pocos años, por lo cual suscita gran relevancia
conocer cómo el tema de la responsabilidad es aplicable al sector público, pues
desde las diversas teorías se debe evidenciar cómo el Estado, a través de su
participación con los particulares, cede un poco de su soberanía y entra a unos
regímenes donde es difícil en ocasiones vislumbrar la línea entre lo privado y lo
público (Valencia, 1998).

Además, se debe realizar un análisis sobre cómo se ha abordado el tema de


la responsabilidad en las teorías dogmáticas y en los diferentes Estados que han
acogido esta figura pues es de relevancia observar sus ámbitos de imputación y las
críticas que estas suscitan.

De cara a la atribución de responsabilidad desde diferentes parcelas


jurídicas, surgen unos instrumentos como materialización de las políticas de buen
gobierno corporativo y responsabilidad social empresarial que reciben la
denominación de programas de cumplimiento o “compliance program”.

Conforme a este planteamiento, se buscará en el presente texto dar una serie


de conceptos que tienen como finalidad abordar el sistema punitivo colombiano en
relación con las empresas de servicios públicos, por lo cual se abordará el concepto
de la responsabilidad de las personas jurídicas en el capítulo inicial, posteriormente
se hablará del compliance y cómo esta es una forma de atenuación o exclusión
punitiva, y por último, plantear algunas alternativas frente a la problemática de la
responsabilidad de las personas jurídicas de cara a las empresas de servicios
públicos en Colombia.
RESPONSABILIDAD DE LAS PERSONAS JURÍDICAS EN EL DERECHO
COMPARADO Y EN EL DERECHO COLOMBIANO.

APROXIMACIÓN DE LA PERSONA JURÍDICA

Como punto de partida es posible encontrar en el ordenamiento jurídico


Colombiano, como regulación primaria y fundamental, el Código Civil, en su artículo
633, el cual define a la persona jurídica de la siguiente manera:

ARTÍCULO 633. DEFINICION DE PERSONA JURIDICA Se llama


persona jurídica, una persona ficticia, capaz de ejercer derechos y
contraer obligaciones civiles, y de ser representada judicial y
extrajudicialmente.

Las personas jurídicas son de dos especies: corporaciones y


fundaciones de beneficencia pública.

Hay personas jurídicas que participan de uno y otro carácter (Código


Civil Colombiano de 1873, artículo 633).

Aunado a esto, la Corte Suprema de Justicia sirve de apoyo al presentar la


concepción de persona como los seres capaces de tener derechos y contraer
obligaciones, en otras palabras: sujetos portadores de facultades y deberes,
nacidos los primeros en el derecho subjetivo y originados los otros en las
estipulaciones jurídicas (Corte Suprema de justicia citado en Santofimio, 2004).

Las anteriores definiciones nos dan a entender cómo la persona jurídica nació
para ser un ente autónomo el cual pueda tener derechos y obligaciones, pero que
en el momento en que defraude estas últimas sea sujeto de una sanción, la cual
puede ir desde diversos ámbitos como, disciplinario, fiscal, administrativo, tributario,
etc.

TEORÍAS DE LA RESPONSABILIDAD DE LA PERSONA JURÍDICA


Ahora bien, respecto al fundamento teórico de la atribución de
responsabilidad jurídica a las personas jurídicas, la doctrina ha propuesto algunas
teorías a partir de las cuales se busque explicar el nexo de imputación y, por tanto,
su fundamento normativo. Según Cabeza de Vaca (2018) algunas de estas son:

En primer lugar, según la teoría del principio de agencia, la persona jurídica


será penalmente responsable de las actuaciones que sean realizadas y tengan
relevancia para el ius puniendi, por los integrantes de la compañía, esto es también
llamado teoría de rebote y se fundamenta en el la teoría vicarial o responsabilidad
vicarial.

En segundo lugar, según el postulado de dirección, sólo se podrá atribuir


responsabilidad penal a la persona jurídica cuando quien ejerce la conducta con
relevancia típica es una persona natural que tiene un cargo de dirección dentro de
la compañía.

En tercer lugar, según el principio de funcionalidad, la persona jurídica será


responsable penalmente, cuando el acto se ha cometido dentro del desarrollo de su
objeto social y si la persona que lo ha cometido lo ha lo hace dentro de las
atribuciones que la misma sociedad le ha conferido. Además, este principio indica
que hay responsabilidad cuando hay fallas en el fuero interno de la compañía de
cara a las falencias que se pueden presentar en los procedimientos internos,
sistemas operativos e incluso en la cultura corporativa que debe tener como objetivo
principal evitar que sus directivos cometan delitos.

Por lo tanto la responsabilidad será no solo para la persona natural que es la que
comete el acto con connotación penal, sino también a la persona jurídica que es
sobre la cual se utiliza para poder cometer estas actuaciones típicas.

La finalidad de este principio es que la persona jurídica emplee medidas que


tengan como fin evitar que sus órganos directivos cometan delitos utilizando la
persona jurídica como escudero de todos sus actos ilegales.
Las anteriores teorías evidencian cómo a través de la doctrina y de los altos
tribunales se ha buscado darle una solución a un tema un poco álgido como lo es el
determinar las sanciones a las personas jurídicas y cómo se ha venido declarando
una independencia de la estas con las personas naturales.

El intento por reglar el mundo empresarial de cara a la responsabilidad de las


mismas, da lugar a dos modelos los cuales son el de heteroregulación y el de
autorregulación. El primero de ellos es un modelo de marco normativo, propio de
Estados con gran actividad regulatoria donde se busca establecer con gran rigidez,
por parte del Estado, cómo se conforma las empresas y como se debe dar su
funcionamiento tanto de cara al interior de la persona jurídica como de cara al
intercambio de relaciones con las demás personas naturales, jurídicas y los
Estados. En esto punto lo programas de cumplimiento cumplen un papel de
sistematización del complejo entramado jurídico, de cara a una eficaz
implementación y ejecución por parte de la persona jurídica y, con ello, de las
personas que la conforman.

Sin embargo, este modelo es de difícil aplicación debido a la complejidad del


mundo empresarial, y para el Estado es cada vez más difícil regular las situaciones
en las cuales se encuentran inmersas las empresas, por lo tanto la regulación se
vuelve ineficaz y se encuentra desactualizada frente a las realidades fácticas de las
organizaciones (Raza, 2015).

Ahora bien, debido a las problemáticas que conllevan los sistemas de


heterorregulación, surgen los modelos de autorregulacion los cuales se muestan
como un paradigma que permite materializar los conceptos de gobierno corporativo
y responsabilidad social empresarial. Pues bien, en estos modelos se evidencia un
desplazamiento de las competencias de regulación tanto interna como externa a las
empresas y, con ello, parte de las competencias sancionatorias que un principio
estaban concentradas en el Estado. A su vez la autorregulación empresarial se
puede dividir en: autorregulación pura y regulada. En la primera, se presenta un
completo desprendimiento de control estatal sobre la persona jurídica, lo que implica
un ensanchamiento del ámbito de responsabilidad de la persona jurídica.

En cuanto a la autorregulación regulada, se presente como una alternativa de


paliar los problemas que presentan los modelos de heterorregulación sin que ello
suponga un desprendimiento de todas las potestades del Estado en la configuración
del ente Colectivo; lo que ocurre, en este modelo, es un diseño de ciertas
parámetros marco que le permitan cierta maniobrabilidad de configuración a la
persona jurídica (Coca, 2013).

Teóricamente, además de la forma de regular las empresas, se ha intentando dar


una solución a los ámbitos de imputación del actuar delictivo de las empresas, por
lo tanto cabe resaltar en este punto los sistemas de heterorresponsabilidad y de
autorresponsabilidad. Los primeros, hacen referencia a la atribución de
responsabilidad a la persona jurídica por un hecho realizado por uno de sus
integrantes en desarrollo del objeto social y que el mismo le haya reportado un
beneficio al ente colectivo. (Montero, 2016)

Los segundos, tiene como fundamento un defecto se organización del propio


ente colectivo, de allí que estas teorías afirman que la persona jurídica responde
por el hecho propio y no, como sucede en el paradigma de la
heterorresposanbilidad, por el hecho de un integrante de la misma (Petro, Mosquera
y Torres, 2014).

Teniendo en cuenta los modelos y las teorías planteadas, se busca identificar


cómo estos se presentan en el mundo fáctico, por lo cual se tomará como referencia
España, al ser un país que ha contado con un desarrollo amplio de regulación, y la
legislación colombiana como contexto que enmarca el presente artículo.
TRATAMIENTO DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LAS PERSONAS
JURÍDICAS EN ESPAÑA Y COLOMBIA

Para comenzar, el ordenamiento jurídico español hasta el año 2003, se regía


bajo el aforismo «societas delinquere non potest» (las sociedades no pueden
delinquir). Posteriormente, en el preámbulo de la Ley Orgánica 15 de 2003, se
establece que las personas jurídicas son responsables penalmente, y si bien, desde
allí se reconoce dicha responsabilidad, a juicio del español Sánchez (2012) sólo se
puede hablar en España de la responsabilidad con la Ley Orgánica 5 de 2010
específicamente en su artículo 4, el cual modifica el Código Penal Español y
adiciona el artículo 31 bis estableciendo lo siguiente:

1. En los supuestos previstos en este Código, las personas jurídicas


serán penalmente responsables:

a) De los delitos cometidos en nombre o por cuenta de las mismas, y


en su beneficio directo o indirecto, por sus representantes legales o
por aquellos que actuando individualmente o como integrantes de un
órgano de la persona jurídica, están autorizados para tomar
decisiones en nombre de la persona jurídica u ostentan facultades de
organización y control dentro de la misma.

b) De los delitos cometidos, en el ejercicio de actividades sociales y


por cuenta y en beneficio directo o indirecto de las mismas, por
quienes, estando sometidos a la autoridad de las personas físicas
mencionadas en el párrafo anterior, han podido realizar los hechos por
haberse incumplido gravemente por aquellos los deberes de
supervisión, vigilancia y control de su actividad atendidas las
concretas circunstancias del caso (Ley Orgánica 5 de 2010, articulo
4).

El autor, realizando un análisis del artículo, expone el sistema dual en España


frente al tema de responsabilidad penal de las personas jurídicas, en el cual se
maneja un sistema de autorresponsabilidad, y de responsabilidad vicarial (principio
de agencia).

Por un lado, el sistema de autorresponsabilidad, establece que la persona


jurídica responde por su propio actuar, es independiente de la responsabilidad sobre
la cual recae de la persona natural que actúa a través de la empresa. Frente a la
responsabilidad de las personas jurídicas lo que se verifica a la hora de hacer un
juicio de reproche son las situaciones que llevaron a la ocurrencia del hecho y el
grado de culpabilidad sobre la cual está inmersa la empresa.

Respecto de lo anterior, así también lo ha establecido el Pleno de la Sala


Penal del Tribunal Supremo:

A partir del análisis acerca de si el delito cometido por la persona física


en el seno de aquella ha sido posible, o facilitado, por la ausencia de
una cultura de respeto al derecho, como fuente de inspiración de la
actuación de su estructura organizativa e independiente de la de cada
una de las personas físicas que la integran, que habría de
manifestarse en alguna clase de formas concretas de vigilancia o
control del comportamiento de sus directivos y subordinados
jerárquicos, tendentes a la evitación de la comisión por estos de los
delitos enumerados en el Libro II del Código Penal como posibles
antecedentes de esa responsabilidad de la persona jurídica (Tribunal
Supremo, Sentencia No 154 de 2016).

Todo lo anterior, permite entender que independiente de la responsabilidad


de las personas naturales que hacen parte de la empresa, se debe verificar las
acciones que toma la empresa para la prevención de delitos pues esto determinará,
la mayor o menor punibilidad a la cual se asocia la responsabilidad penal de esas
personas jurídicas.

Por otro lado, como lo establece el autor (Sánchez, 2012), el sistema de


heteroresponsabilidad o por transferencia, establece un traslado de la
responsabilidad de la persona natural a la persona jurídica, siempre y cuando la
conducta que se pretende imputar haya sido realizada en desarrollo del objeto social
y que le haya reportado un beneficio a la empresa siendo esta la acogida por el
ordenamiento jurídico del Estado del viejo continente en su artículo 31 ter, el cual
se establece en la Ley Orgánica 5 de 2010 que plantea lo siguiente:

Artículo 31 ter.

1. La responsabilidad penal de las personas jurídicas será́ exigible


siempre que se constate la comisión de un delito que haya tenido que
cometerse por quien ostente los cargos o funciones aludidas en el
artículo anterior, aun cuando la concreta persona física responsable
no haya sido individualizada o no haya sido posible dirigir el
procedimiento contra ella (Ley Orgánica 5 de 2010, artículo 31 ter).

A su vez el literal B del mismo artículo 31 Bis, establece las causales de


exclusión de responsabilidad penal, y el artículo 31 quater establece las causales
de atenuación punitiva. Por esto es importante además traer a colación el artículo
31 quinquies que establece lo siguiente:

Artículo 31 quinquies.

1. Las disposiciones relativas a la responsabilidad penal de las


personas jurídicas no serán aplicables al Estado, a las
Administraciones públicas territoriales e institucionales, a los
Organismos Reguladores, las Agencias y Entidades públicas
Empresariales, a las organizaciones internacionales de derecho
público, ni a aquellas otras que ejerzan potestades públicas de
soberanía o administrativas.

2. En el caso de las Sociedades mercantiles públicas que ejecuten


políticas públicas o presten servicios de interés económico general,
solamente les podrán ser impuestas las penas previstas en las letras
a) y g) del apartado 7 del artículo 33. Esta limitación no será aplicable
cuando el juez o tribunal aprecie que se trata de una forma jurídica
creada por sus promotores, fundadores, administradores o
representantes con el propósito de eludir una eventual
responsabilidad penal (Ley Orgánica 5 de 2010, artículo 31 quinquies).

Esto pone en evidencia, desde una interpretación exegética, cómo se excluye


de las formas de responsabilidad penal a los organismos que hacen parte de la
estructura del Estado, pues como lo explica el profesor (Sánchez, 2012) para el
Estado, que es titular del Ius Puniendi, no tiene sentido castigarse a él mismo.

Lo anterior es a grosso modo como se regula este tema en España, siendo


conscientes de que es un asunto novedoso frente a su regulación y aún se podrían
presentar vacíos que deben ser cubiertos por el legislador y los altos tribunales.

Ahora, en lo referente al desarrollo de la responsabilidad de las personas


jurídicas en el ordenamiento jurídico colombiano, el protagonismo ha recaído en el
derecho administrativo sancionador. Ello porque el legislador colombiano, a pesar
de múltiples intentos, no ha creado una responsabilidad penal para los entes
colectivos.

No obstante, han existido diversas sentencias y enunciados normativos que


han establecido la responsabilidad de personas jurídicas de diversas maneras, por
lo tanto se hará un recorrido de manera genérica de algunos antecedentes
jurisprudenciales y normativos. En un principio, cabe destacar la sentencia C-320
de 1998 de la Corte Constitucional, la cual establece lo siguiente:

A la Ley no se le prohíbe sancionar el abuso de la personalidad


jurídica: se reconoce entonces la utilización de las sociedades como
“vehículos” para la comisión de delitos, buscando mantener la
indemnidad frente a la falta de legislación. En virtud de lo anterior,
podrían imponerse a las personas jurídicas las consecuencias
jurídicas derivadas con ese actuar. La norma objetada no descarta que
el hecho punible pueda concretarse en cabeza de la persona jurídica.
[…] es posible que ello (la conducta punible) se realice por una
persona jurídica, en cuyo caso, de acreditarse el nexo entre la
conducta y la actividad de la empresa, el juez competente, según la
gravedad de los hechos, estará facultado para imponer a la persona
jurídica infractora una de las sanciones allí previstas (…) En supuestos
como los considerados en los tipos penales - relativos a los delitos de
peligro común o de menoscabo al ambiente -, la persona jurídica
puede soportar jurídicamente atribuciones punitivas. La sanción de
naturaleza penal significa que la conducta reprobada merece el más
alto reproche social, independientemente de quien la cometa. (Corte
Constitucional, Sentencia C-320 de 1998)

Posteriormente en la ley 906 de 2004, en su artículo 91 establece lo siguiente:

Articulo 91. Suspensión y cancelación de la persona jurídica <Aparte


subrayado CONDICIONALMENTE exequible> En cualquier momento
y antes de presentarse la acusación, a petición de la Fiscalía, el juez
de control de garantías ordenará a la autoridad competente que,
previo el cumplimiento de los requisitos legales establecidos para ello,
proceda a la suspensión de la personería jurídica o al cierre temporal
de los locales o establecimientos abiertos al público, de personas
jurídicas o naturales, cuando existan motivos fundados que permitan
inferir que se han dedicado total o parcialmente al desarrollo de
actividades delictivas.

Las anteriores medidas se dispondrán con carácter definitivo en la


sentencia condenatoria cuando exista convencimiento más allá de
toda duda razonable sobre las circunstancias que las (Ley 906 de
2004, articulo 91).

Adicionalmente en el año 2016 se promulga la ley 1778, mediante la cual se


dictan normas sobre la responsabilidad de las personas jurídicas por actos de
soborno transnacional y se dictan otras disposiciones en materia de la lucha contra
la corrupción, a su vez es relevante observar el artículo 34:

Artículo 35. Medidas contra personas jurídicas.

Modifíquese el artículo 34 de la Ley 1474 de 2011, el cual quedará así:

Artículo 34. Medidas contra personas jurídicas. Independientemente


de las responsabilidades penales individuales a que hubiere lugar, las
medidas contempladas en el artículo 91 de la Ley 906 de 2004 se
aplicarán a las personas jurídicas que se hayan buscado beneficiar de
la comisión de delitos contra la Administración Pública, o cualquier
conducta punible relacionada con el patrimonio público, realizados por
su representante legal o sus administradores, directa o
indirectamente.

En los delitos contra la Administración Pública o que afecten el


patrimonio público, las entidades estatales posiblemente perjudicadas
podrán pedir la vinculación como tercero civilmente responsable de
las personas jurídicas que hayan participado en la comisión de
aquellas (Ley 1778 de 2016, artículo 35).

Según el análisis que Murcia y Galeano (2017) exponen, se puede establecer


que este último artículo da una real separación entre la responsabilidad de las
personas naturales y las personas jurídicas. Lo cual es un importante paso para el
tema, pues estipula responsabilidades independientes y la persona natural podrá
responder independiente de la persona jurídica o viceversa. Esto permite inferir que
ambas, persona jurídica y natural, podrían además responder por el mismo hecho
de manera diferente.

Por lo tanto, todas las anteriores normas son, a grandes rasgos, el progreso
normativo en materia penal de la responsabilidad de las personas jurídicas. Esto
no excluye de las demás normas que existen en las diversas parcelas del derecho
en Colombia, puesto que hay gran cantidad de normas donde se exige un
comportamiento de la persona jurídica y donde si ésta no cumple con los establecido
por la legislación podría acarrear sanciones de carácter disciplinario, tributario,
fiscal, entre otros, que sancione el comportamiento contrario a la ley de la persona
jurídica.

EL COMPLIANCE COMO MEDIO DE ATENUACIÓN O DE EXCLUSIÓN DE LA


RESPONSABILIDAD DE LAS PERSONAS JURÍDICAS.

ORIGEN Y CONCEPTO DEL COMPLIANCE

El origen de los programas de compliance se remonta a la década de los 70


en EEUU, debido al interés que presentaron diversas empresas nacionales y
transnacionales en lo referente a la responsabilidad social corporativa.

El referente más importante lo encontramos en las U.S. Federal Sentencing


Guidelines, pero estas tienen un antecedente sumamente relevante, el denominado
caso Watergate. Este trajo múltiples consecuencias, como la renuncia del
presidente Nixon, pero uno de los aspectos que mayor impacto causó fue como se
comprobó que empresas que tenían domicilio en Estados Unidos o tenían alguna
relación comercial con este país, pagaron coimas o bribes, en países donde estas
compañías tiene asentados sus negocios. Esto con el fin de proteger las inversiones
en esos países. Por lo anterior, en el año de 1977, el senado de los EEUU, establece
los FCPA (Foreign Corrupt Practices Act) cuyo objetivo era sancionar a las
empresas que tuvieran su domicilio o que participaran en la bolsa de valores del
país y que participaran activamente en actos de corrupción que tuviera como
destinatarios servidores públicos de países extranjeros. (Garcia, 2016)

En la década de los 90, aparece propiamente las U.S. Federal Sentencing


Guidelines, las cuales son:

Directrices que fueron expedidas por The United States Sentencing


Comission cuya vigencia empezó en el año de 1991 y que: se aplican
para las corporaciones, sociedades, entidades sin fines de lucro y
demás, con algún domicilio en territorio norteamericano, con el
propósito de determinar el nivel de involucramiento de las
organizaciones en delitos y al mismo tiempo brinda recomendaciones
para detectar y prevenir estos delitos a niveles internos (Andretta
citada en Bermeo, 2018).

Con esto lo que se busca es determinar el grado de responsabilidad de las


empresas de cara a los actos delictivos que cometen sus órganos de dirección, lo
cual determinará una menor responsabilidad de la empresa si tiene un compliance
program adecuado. Conforme a esto, se plantea que:

Las guidelines for sentencing organizations son pautas que ayudan a


los jueces que conocen acerca de las causas en las que se encuentran
involucradas las organizaciones para poder tomar una decisión justa
y a través de la cual se busque, no solamente una remediación del
daño causado por dicha entidad, sino prevenir que el acto a
sancionarse y similares vuelvan a suceder (Bermeo, 2018 p. 46).

Klaus Tiedeman (2008), citado por Bermeo (2018) por su parte no solo
destaca la importancia de la figura antes mencionada, sino que a su vez da a
entender que en ocasiones éstos no son efectivos para la prevención de delitos.

Tras las Guidelines for sentencing organizations, las empresas utilizan


estos programas muchas veces como una pantalla protectora contra
las sanciones estatales y las investigaciones criminológicas informan
cómo los altos directivos de empresas con programas impresionantes
hacen a la vez un “guiño” para la comisión de delitos. (Bermeo, 2018
p. 45)

Por lo anterior es importante resaltar como con el nacimiento de las


Guidelines for sentencing organizations se busco el aminorar los riesgos a la hora
de la comisión de delitos dentro de las compañías. A pesar de los grandes esfuerzos
que se llevan a cabo para poder evitar estos, en ocasiones se puede presentar una
falla en el programa y se llega a la comisión del delito. En el momento en que este
se presenta, los elementos de la ley antes mencionada son importantes a la hora
de determinar la responsabilidad de la persona jurídica, pues es posible que el
Estado sancione a la persona natural que cometa el delito, pero deje indemne a la
persona jurídica que fue utilizada para el fin ilegal, gracias a estos programas.

Después de esta contextualización es importante determinar como en la


actualidad no se habla de Guidelines for sentencing organizations sino que se utiliza
el término de compliance, lo cual traduce conformidad, y gracias a las diferentes
organizaciones internacionales se continúa con la búsqueda de prevenir los delitos
de las empresas por lo tanto se comienza a hablar del término compliance programs
o programas de cumplimiento, noción entendida como:

Sistemas organizativos que incluyen principios, reglas,


procedimientos e instrumentos orientados a asegurar el cumplimiento
de la legalidad en el desarrollo de las actividades de una organización,
mientras que los criminal compliance programas, en los que se centra
este trabajo, constituyen sistemas de organización empresarial, que
también tienden a garantizar el cumplimiento normativo, si bien
limitados a asegurar la observancia de la normativa jurídico-penal por
parte de la empresa. Por lo tanto, el criminal compliance tiene un
ámbito mucho más limitado, circunscrito a prevenir el riesgo de
comisión de delitos, de tal forma que su implementación es más
sencilla, dado que su eficacia en la prevención de riesgos queda
limitada a este sector de la legalidad, cuál es el Derecho Penal (Neira,
2016, p. 469)

LOS PROGRAMAS DE CUMPLIMIENTO EN EL DERECHO COLOMBIANO

En Colombia la discusión sobre los programas de cumplimiento ha sido un


tema novedoso, pues las empresas hace algunos años no se interesaban por tener
estos tipos de programas dentro de sus proyectos institucionales. Dada la necesidad
del país por ingresar a los diferentes organismos de cooperación internacional,
como la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), la
CNUCC (Convención de las Naciones Unidas Contra la Corrupción), entre otros, se
ha exigido al Estado y, con ello a las personas jurídicas, ciertos niveles de
estrategias para que se aminore el riesgo de conductas desviadas al interior de las
personas jurídica y en caso de su ocurrencia, se logre la identificación y sanción de
los responsables.

A nivel nacional encontramos alrededor de 20 normas que buscan regular el


tema, y vale mencionar algunas de ellas. En primera instancia, en la Ley 1474 de
2011 - Estatuto Anticorrupción: entre los artículos 30 a 34, están las normas objeto
de estudio para establecer los mecanismos de cumplimiento corporativo. En
segunda la norma CONPES 167 de 2013 de la Estrategia Nacional de la Política
Pública Integral Anticorrupción, manifiesta la necesidad en el sector privado de
adoptar mecanismos para promover la corresponsabilidad en la prevención de
delitos asociados a la corrupción.

Ahora bien, la Ley 1778 de 2016 se constituye como el primer cuerpo


normativo que establece a los programas de cumplimiento como factores
determinantes para imposición de un sanción por actos de corrupción.

Toda la anterior normatividad adquiere una especial importancia de cara a la


responsabilidad que van a tener las personas jurídicas por los delitos que ha surgido
por su actuar, puesto que:

Para que estas medidas puedan aplicarse es necesario establecer


que la persona jurídica ha creado un riesgo jurídicamente
desaprobado, puntualmente, que ha defraudado su deber de
aseguramiento en el tráfico, en el evento en que una deficiente
organización societaria permitió la comisión del delito por parte de su
representante legal. Por el contrario, cuando se establezca que existe
un correcto aseguramiento en el tráfico en el ente societario, el delito
cometido por el representante es un hecho individual, que no tiene por
qué generarle consecuencias a la persona jurídica, ajena a la situación
y que tomó todas las medidas necesarias para evitar el suceso
(Bernate, 2018, pp. 44-45).

Por lo tanto es relevante la anterior precisión pues no es posible predicar una


responsabilidad penal (o administrativa) de las personas jurídicas cuando su actuar
no se ha encontrado conforme a los preceptos normativos pero la falla se ha
presentado a través de uno de sus órganos directivos, cuestión desconocida para
el resto de la organización, pero se vale de ésta para incurrir en el delito. Finalmente
y en cuanto a esto, el autor hace hincapié en la necesidad de contar con la
posibilidad de un sistema de autorresponsabilidad en el ordenamiento jurídico
colombiano.

ESTUDIO DEL CASO: RESPONSABILIDAD PENAL DE LAS EMPRESAS DE


SERVICIO PÚBLICO MIXTAS.

DEFINICIÓN DE SERVICIO PÚBLICO

En el ordenamiento jurídico colombiano es difícil encontrar una definición de


lo que es servicio público, puesto que aún la ley que regula este tema presenta estos
como “todos los servicios y actividades complementarias a los que se aplica esta
ley” (Ley 142 de 1994, articulo 14), dejando en evidencia que no hay una definición
legal exacta de lo que es servicio público, por ende se debe hacer alusión a
diferentes autores que buscan darle unas definiciones teóricas a este concepto. Una
de las definiciones lo plantea de la siguiente forma:

Toda actividad organizada tendiente a resolver necesidades de interés


general, colectivas o públicas de la población, en forma regular,
continua y obligatoria, de acuerdo con un régimen jurídico especial de
derecho público, con la participación activa de la Administración
Pública en la prestación directa, en su regulación y control. Los
servicios públicos son aquellas actividades que satisfacen
necesidades colectivas, generalmente esenciales, que deben ser
ofrecidos en forma universal, obligatoria, continua y en condiciones de
igualdad y calidad, a toda la comunida (Matias, 2015, p. 168).

Ahora bien es importante para aproximarse desde un punto de vista legal a


este concepto remitirse a la Constitucion Politica de Colombia, la cual establece:

Los servicios públicos son inherentes a la finalidad social del Estado.


Es deber del Estado asegurar su prestación eficiente a todos los
habitantes del territorio nacional. Los servicios públicos estarán
sometidos al régimen jurídico que fije la ley, podrán ser prestados por
el Estado, directa o indirectamente, por comunidades organizadas, o
por particulares (Constitución Política de Colombia de 1991, articulo
365).

En todo caso, el Estado mantendrá la regulación, el control y la vigilancia de


dichos servicios. Si por razones de soberanía o de interés social, el Estado,
mediante ley aprobada por la mayoría de los miembros de una y otra Cámara, por
iniciativa del Gobierno decide reservarse determinadas actividades estratégicas o
servicios públicos, deberá indemnizar previa y plenamente a las personas que en
virtud de dicha ley, queden privadas del ejercicio de una actividad lícita.

Lo anterior es un acercamiento pero no basta para comprender el entramado


que allí se encuentra, sus dinámicas y responsabilidades. Por esto, se caracterizará
un poco este asunto de la prestación de servicios, lo cual permitirá posteriormente
llevar estas conceptualizaciones a la realidad colombiana específicamente a
aquellas entidades que se encargan de desarrollar esta actividad.

QUIÉN PUEDE PRESTAR LOS SERVICIOS PÚBLICOS EN COLOMBIA

Todo lo anterior es el fundamento teórico para lo cual será la regulación de


los servicios públicos en Colombia condensado en la Ley 142 de 1994:
14.5. EMPRESA DE SERVICIOS PÚBLICOS OFICIAL. Es aquella en
cuyo capital la Nación, las entidades territoriales, o las entidades
descentralizadas de aquella o estas tienen el 100% de los aportes.

14.6. EMPRESA DE SERVICIOS PÚBLICOS MIXTA. Es aquella en


cuyo capital la Nación, las entidades territoriales, o las entidades
descentralizadas de aquella o éstas tienen aportes iguales o
superiores al 50%.

14.7. EMPRESA DE SERVICIOS PÚBLICOS PRIVADA. Es aquella


cuyo capital pertenece mayoritariamente a particulares, o a entidades
surgidas de convenios internacionales que deseen someterse
íntegramente para estos efectos a las reglas a las que se someten los
particulares. (Ley 142 de 1994, articulo 14).

Como se observa, el numeral 14.6 puntualmente habla de las empresas de


servicio públicos mixtas donde es relevante establecer que una entidad para poder
ser parte de este régimen debe tener aportes estatales superiores al 50% pero
deben ser inferiores al 90%. Adicionalmente es importante establecer que las
empresas que se adecuan a este enunciado normativo tienen un régimen de
contratación especial pues será el de los particulares (régimen privado), sin
embargo su naturaleza podrá o deberá seguir siendo pública.

Adicionalmente, se ha establecido vía jurisprudencial la ubicación de estas


entidades en el ordenamiento juridico y en la estructura del estado colombiano, a
su vez de su regimen aplicable, pues la Corte Constitucional ha establecido en
reiteradas ocasiones, la diferencia entre sociedades de economía mixta y las
empresas de servicios públicos. Si bien en un principio pueden tener una estructura
similar frente a su creación y conformación (especialmente las empresas de
servicios públicas oficiales y mixtas), las últimas tienen un régimen especial debido
a la necesidad de someter la actividad que prestan, esta sería la ley 142 de 1994,
entonces el legislador previendo esta situación decide establecer un régimen
completamente excepcional para estas empresas, por lo cual no se podría hablar
de que las sociedades de economía mixta son iguales a las empresas de servicios
públicos. Lo anterior se encuentra respaldado de igual manera por la Corte
Constitucional:

… De lo anterior se desprende que cuando el Estado asume


directamente o participa con los particulares en dicho cometido, las
entidades que surgen para esos efectos también se revisten de ese
carácter especial y quedan sujetas a la reglamentación jurídica
particularmente diseñada para la prestación adecuada de los servicios
públicos. Otro tanto sucede cuando los particulares asumen la
prestación de servicios públicos. Así las cosas, las sociedades
públicas, privadas o mixtas cuyo objeto social sea la prestación de los
servicios en comento, antes que sociedades de economía mixta,
sociedades entre entidades públicas o sociedades de carácter
privado, vienen a ser entidades de naturaleza especial, para
responder así a este interés constitucional de someter esta actividad
de interés social a un régimen jurídico también especial (Corte
Constitucional, Sentencia C-736 de 2007).

Por todo lo anterior debe quedar claro que las empresas que pueden ser
aquellas que establece la ley 142 y son las empresas de servicios públicos, oficiales,
mixtas y privadas, todas se rigen por la ley antes mencionada y cabe resaltar que
las entidades oficiales y mixtas pueden ser empresas cuya naturaleza sea pública,
pero el régimen por disposición legislativa será el de derecho privado, además como
quedó claro en el anterior enunciado son entidades diferentes a las sociedades de
economía mixta. Adicionalmente, de cara a la ley 489 de 1998 estas entidades, la
empresas de servicio publico mixtas se encuentran dentro de la estructura organica
del estado.

SANCIONES A LAS EMPRESAS DE SERVICIOS PÚBLICOS EN COLOMBIA


Las empresas de servicios públicos principalmente deben soportar las
sanciones que establece la Ley 142 en su artículo 81 donde se le da la potestad a
la superintendencia de servicios públicos la posibilidad de llevar a cabo estas
sanciones por las diferentes transgresiones a la ley que puedan llevar a cabo las
empresas. Dentro de las sanciones encontramos:

ARTÍCULO 81. .- Sanciones. La Superintendencia de servicios


públicos domiciliarios podrá imponer las siguientes sanciones a
quienes violen las normas a las que deben estar sujetas, según la
naturaleza y la gravedad de la falta:

81.1.- Amonestación.

81.2.- Multas hasta por el equivalente a 2000 salarios mínimos


mensuales. El monto de la multa se graduará atendiendo al impacto
de la infracción sobre la buena marcha del servicio público, y al factor
de reincidencia. Si la infracción se cometió durante varios años, el
monto máximo que arriba se indica se podrá multiplicar por el número
de años.

81.3.- Orden de suspender de inmediato todas o algunas de las


actividades del infractor, y cierre de los inmuebles utilizados para
desarrollarlas.

81.4.- Orden de separar a los administradores o empleados de una


empresa de servicios públicos de los cargos que ocupan; y prohibición
a los infractores de trabajar en empresas similares, hasta por diez
años.

81.5.- Solicitud a las autoridades para que decreten la caducidad de


los contratos que haya celebrado el infractor, cuando el régimen de
tales contratos lo permita, o la cancelación de licencias así como la
aplicación de las sanciones y multas previstas pertinentes.
81.6.- Prohibición al infractor de prestar directa o indirectamente
servicios públicos, hasta por diez años.

81.7.- Toma de posesión en una empresa de servicios públicos, o la


suspensión temporal o definitiva de sus autorizaciones y licencias,
cuando las sanciones previstas atrás no sean efectivas o perjudiquen
indebidamente a terceros (Ley 142 de 1994, artículo 81).

Las sanciones a su vez se determinarán, en primera instancia, si la entidad


es prestadora de servicios públicos, y en segunda instancia, dependiendo del tipo
de servicio público que se preste, pues no se podría predicar lo mismo frente al
incumplimiento de un empresa que presta el servicio público de energía, de un
empresa que presta el servicio público de acueducto, debido a sus especiales
características y la singular regulación de cada servicio que se presta.

En el concepto unificado 09 de la Superintendencia de Servicios Publicos


Domiciliarios, encontramos una compilacion de algunas sanciones que se pueden
llevar a acabo dependiendo del servicio publico que se esta llevando a cabo, lo cual
materializa lo que se habia mencionado anteriormente frente a las particularidades
de cada servicio.

Por lo anterior es importante aclara que dentro de los tipos de sanciones que
se contemplan estan las económicas, las administrativas, entre otras, pero en
ningun momento se establece una responsabilidad penal frente a estas empresas.

Por otra parte, desde el punto de vista penal es importante resaltar como se
ha zanjado este problema en el derecho comparado. En España por su parte se
establece como se menciono anteriormente el artículo 31 quinquies, de la Ley
Orgánica 5, el cual establece que las sanciones de responsabilidad penal de las
personas jurídicas no serán aplicables:

Al Estado, a las Administraciones públicas territoriales e


institucionales, a los Organismos Reguladores, las Agencias y
Entidades públicas Empresariales, a las organizaciones
internacionales de derecho público, ni a aquellas otras que ejerzan
potestades públicas de soberanía o administrativas.

Lo anterior da a entender que frente a las empresas de servicios públicos


mixtas y publicas no habría una sanción penal como tal, y frente a las empresas de
servicio publico privadas se debe mirar las funciones que se ejercen al cometer el
delito y basado en esto evidenciar si es posible o no una sanción penal.

En otros países de nuestra latitud como Brasil, si bien se hablan de temas de


responsabilidad civil y administrativa de las empresas publicas cabe resaltar que
con la Ordenanza 909 de 2015, se busca que estas empresas tengan programas
de cumplimiento lo cual busque aminorar los riesgos de la comisión de delitos dentro
del giro ordinario de sus negocios. Lo anterior lleva a la necesidad que todas las
empresas del sector público tengan estos programas para en primer lugar evitar las
sanciones pecuniarias en las cuales podría recaer la compañía y en segundo evitar
los actos delictivos que podrían desarrollar sus órganos de dirección o demás
empleados.

Ahora bien, centrando este tema en Colombia encontramos que se han


iniciado de manera infructuosa diferentes proyectos de ley que busquen sancionar
a las personas jurídicas, como último intento encontramos el proyecto de Ley 117
de 2018, el cual no surtió el tramite legislativo y fue archivado. El objeto del proyecto
era el siguiente:

Artículo. 1 objeto. la presente ley tiene como objeto establecer


medidas para promover la probidad administrativa, establecer la
responsabilidad penal de las personas jurídicas, combatir y sancionar
modalidades de corrupción … (Proyecto de ley 117 de 2018, articulo
1).

Adicionalmente, respecto del tema de la responsabilidad de las personas


jurídicas encontramos en el proyecto en cuestión el artículo 21,

“TÍTULO V
RESPONSABILIDAD PENAL DE LAS PERSONAS JURÍDICAS

Artículo 100A. Responsabilidad penal de las personas jurídicas. Las


personas jurídicas de derecho privado responderán penalmente por
los delitos contra la administración pública, contra el medio ambiente,
contra el orden económico y social, financiación del terrorismo y de
grupos de delincuencia organizada y administración de recursos
relacionados con actividades terroristas y de la delincuencia
organizada y por todos aquellos delitos que afecten el patrimonio
público (Proyecto de ley 117 de 2018, artículo 21).

(negrilla fuera de texto)

Por lo tanto, haciendo un análisis literal del enunciado las normas están
presupuestas para sancionar a las personas jurídicas de derecho privado lo cual
indicaría que a juicio del legislador no se busca sancionar las personas jurídicas de
derecho publico, y esta norma solo es aplicable para el privado. Lo anterior da pie
para entender que las empresas de servicio publico mixtas y estatales no entrarían
como sujetos activos de esta ley y por lo tanto no los cobijaría las sanciones
atinentes a la misma.

A su vez, se logra evidenciar dentro del proyecto la importancia de los


programas de cumplimiento o programas de ética empresarial pues sirven como
circunstancias agravantes o atenuantes de este, así se logra evidenciar en el
articulo 100E y 100D del proyecto, que establece lo siguiente:

Artículo 100D. Circunstancias atenuantes.

Serán circunstancias atenuantes de la responsabilidad penal de la


persona jurídica, las siguientes:

(…)

c) La adopción por parte de la persona jurídica, antes de la comisión


de la conducta punible y sin estar obligada a ello, de un programa de
ética empresarial que cumpla los requisitos técnicos y de eficacia
establecidos por las autoridades de inspección, vigilancia y control.

Artículo 100E. Circunstancias agravantes.

Serán circunstancias agravantes de la responsabilidad penal de la


persona jurídica, las siguientes:

(...)

c) No haber implementado un programa de ética empresarial,


estando obligado a ello, o haber implementado un programa que no
satisfaga los requisitos técnicos y de eficacia establecidos por la
Superintendencia de Sociedades (Proyecto de ley 117 de 2018,
artículo 21).

De la misma manera, esto busca que las empresas privadas (y las publicas
si se deciden sancionar), deban desarrollar dentro de sus diferentes organigramas,
programas de cumplimiento los cuales puedan servir como una formar de eximirse
o de excluirse de sanciones penales.

Conclusiones

De acuerdo a lo establecido a lo largo del presente trabajo es conveniente


concluir:

Respecto de la responsabilidad de las personas jurídicas en Colombia se


debe tener en cuenta que no hay una regulación que permita establecerla, por lo
tanto las sanciones que se pueden presentar frente a esta son de índole
administrativo, tributario, comercial, entre otros, pero no desde el aspecto penal.

Las teorías penales han desarrollado y demostrado gran avance frente al


tema en cuestion, y lo que en un principio se hablaba de tajo que societas delinquere
non potest, ha sido superado pues la doctrina ya ha planteado suficientes
estratagemas que dan conclusión a esto. Es relevante tomar el ejemplo Español en
este punto para así demostrar cómo pueden coexistir teorías conjuntas como lo
sería la vicarial y la de autorresponsabilidad.

Frente al tema de la regulación española se debe observar, como en toda


inclusión normativa, que en el mencionado país era un gran avance la imposición
de multas, lo cual en Colombia se debe analizar si las multas que se presentan no
son ya lo suficientemente elevadas, y si son realmente efectivas.

Por lo tanto es conveniente destacar cómo estos sistemas mixtos pueden


llevar a lograr una mayor eficacia de las sanciones a las personas jurídicas, pues
en innumerables ocasiones se encuentran cómo las personas jurídicas son usadas
para defraudar a terceros y cómo después de una serie de estrategia delictivas, las
sanciones imponibles son muy bajas debido al daño al bien jurídico que se presenta.
Por esto un sistema mixto como el español donde la empresa si responda de una
manera mas adecuada dependiendo del tipo normativo, el sistema de la
autorresponsabilidad podrá ser una respuesta punitiva a estos fenómenos de delitos
empresariales; logrando así, que la persona natural no quede impune.

Ahora bien, frente al compliance es fundamental determinar cómo un buen


sistema de gobierno corporativo, o de ética empresarial, debe de ser premiado por
el ordenamiento jurídico, y en el caso de que la empresa que implemente un
adecuado programa de estos, incurre en un actuar delictivo y logre identificar a la
persona o personas que participan del hecho ilícito, estas deben responder
personalmente sin afectar a la empresa. Por esto, aunado al punto anterior, también
sería importante el tema de la autorresponsabilidad, pues la empresa podría salir
indemne en un procesos por la acciones delictivas cometidas por sus miembros que
en ocasiones pueden ser personas que no tengan la característica de
administradores.

En suma, en cuanto a las empresas de servicios públicos mixtas se evidencia


una gran dificultad para determinar cuál es su naturaleza, régimen y a dónde
pertenece. Actualmente lo que se puede establecer es, que hace parte del rama
ejecutiva debido a la ley 489, tienen un régimen privado de acuerdo a la Ley 142 de
1994, y por lo tanto la naturaleza es pública, sin embargo frente a este último punto
no es clara la ley ni la jurisprudencia, pues aún hay tesis que establece que son
entidades privadas.

Conforme a las síntesis y análisis de la responsabilidad penal de las


empresas de servicios públicos en Colombia que se expuso en el presente artículo,
podrían plantearse algunas alternativas frente a la responsabilidad penal de las
empresas de servicios publicos. Cabe hacer claridad en este punto es que serian
posibilidades meramente enunciativas, pues hay multiplicidad de alternativas y en
la actualidad no hay regulación sobre el tema.

Teóricamente se podría tomar como alternativa el modelo español en el cual


se indica de manera certera, que las empresas que hacen parte de la rama
ejecutiva, no responden penalmente, y bien lo explica el profesor Sánchez (2012) al
decir que no sería lógico que el Estado se cobre multas a él mismo por las
actuaciones omisivas y delictivas que lleva a cabo alguna de sus entidades.

Ahora bien, en Colombia han existido diversos proyectos de ley donde se ha


intentado incluir la responsabilidad de las personas jurídicas. Lo anterior, ha
buscado entonces insistentemente sancionar desde el aspecto penal a las personas
jurídicas, pero cabe resaltar que se busca sancionar la persona jurídica de derecho
privado, no se habla en ningún momento de las entidades de derecho público, por
lo tanto, la alternativa más próxima que se tendría es que de cara a la
responsabilidad penal de las personas jurídicas de las empresas mixtas que prestan
servicios públicos, no responderías penalmente, aunque cabe aclarar que lo anterior
se hace con base a un proyecto de ley y a las conclusiones que nos entrega el
anterior trabajo.

Otra alternativa, que podría pensarse es que el legislador estableciera que


las empresas descentralizadas por servicios, sociedades de economía mixta,
empresas industriales y comerciales del Estado, empresas mixtas de servicios
públicos, entre otras, respondieran penalmente por las actuaciones delictivas de las
mismas. En este punto tienen relevancia los sistemas de compliance pues
mundialmente estos han servido como causales de exclusión de responsabilidad
penal. Por lo tanto se debe hacer claridad que, inclusive el proyecto de ley que se
mencionó anteriormente (117 de 2018), se establece lo que se entiende como
situaciones agravantes y atenuantes.

Por lo anterior, el compliance tendría relevancia no solo de cara a un aspecto


penal sino en todos los ámbitos sancionatorios a los cuales se les pueda predicar a
las empresas de servicios públicos mixtos y a las empresas en general, pues
propician en ellas, poseer una estructura anticorrupción que permita un mejor
manejo de recursos y una distribución organizada de funciones.

Estas eran dos de las alternativas que posiblemente se podrían presentar a


futuro en el ordenamiento jurídico colombiano. Partiendo de este contexto como
realidad que enmarca el sistema penal en general, y lo actual y novedoso del tema
que convoca el presente artículo, podría pensarse que éste será regulado
seguramente en los próximos años, para lo cual deberá entonces clarificarse la
concepción de las empresas de servicios públicos mixtas en cuanto a su naturaleza
y demás, lo cuál determinará si será incluída o no dentro de la regulación penal.
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