Investigar como un tejer para vivir
Dice Enrique Dussel que la ética es una
forma de afirmar la vida, y la política un
instrumento al servicio del vivir.
Dicen los Antiguos Egipcios que se fue bueno
cuando se defendió la vida de los demás.
Dice Jorge Dubatti ve, hace e investiga teatro
para no morir.
Dice Clifford Gertz que el hombre es un
animal inserto en tramas que él mismo ha tejido
y que el análisis de la cultura debe ser no una
ciencia experimental en busca de leyes, sino una
ciencia interpretativa en busca de
significaciones.
Partiendo entonces de la idea de la Investigación en Artes Escénicas como
una forma saludable de reflexión crítica, ética y política para las artes vivas,
despliego este primer tejido a modo de hipótesis:
La investigación es-
un tejido-----
un entramado---
una forma de ver--
un tejerse-------
una ética---
un dar vida----
una hipótesis--
un entretejerse-
---Cuando compartí mi mirada
------di de comer al hambriento
------di de beber al sediento
-----------di de vestir al desnudo
-----di una barca al peregrino
--Soy investigador porque actúo,
----que es la cultura, soy creador
-------Porque soy investigador y
--actor, tejo en este gran tejido
Si pensamos en la ética como una
---------en esta gran creación
-soy actor porque investigo.
forma de AFIRMAR LA VIDA, y en
la política como un instrumento al
SERVICIO DEL VIVIR, toda-----
investigación debe ser--------------
fundamentalmente ética y política-
-----que es vivir
en tanto pretende ser una-----
herramienta para DAR VIDA--------------------
El actor de teatro teatra para vivir, porque es el teatrar su comida, su bebida,
su vestido y su barca. Y en todo teatrar, consciente o inconscientemente, se
producen universos de conocimiento que son el esqueleto que da forma a esta
práctica. Por ende cada conocimiento es indispensable para la vida del actor. Y
por ello es el deber ético de cada artista, la obligación de cada individuo que
participe del fenómeno, poder hacer a todo el mundo testigo de sus formas de
mirar, de sus formas de entender, y de sus formas de construir realidad, ya que
es su mirada un universo, es su mirada un nuevo conocimiento, es su mirada
que mira con deseo de mirar una forma de investigar.
Cada mirada puede constituir entonces un hilo en el gran entramado de la
cultura, del teatro, de la vida. Cada hilo da forma a este tejido que nos viste.
Por ello es un deber ético compartir nuestra mirada, como quien dice compartir
nuestra forma de entender, de investigar, de conocer, porque en ese compartir
tejemos en el gran tejido, nos entretejemos con tejidos ajenos, y damos la
posibilidad de vestirse al desnudo incapaz de ver cómo ve nuestra mirada. Y
porque al poner en común nuestra mirada vamos a pasar a formar parte del
tejido cultural, también debemos ser responsables y conscientes de cómo
puede incidir nuestro mirar, a quién puede interpelar, a quién pretendemos
llegar, y según eso, ser capaces de traducir nuestras formas de percibir para
que otros puedan también ver lo que vemos. No hay ética posible sin pensar en
el otro, no hay ética posible sin respeto por la otredad.
Ahora bien, es importante hacer consiente que la investigación no debiera
pretender grandes descubrimientos, o no debiera únicamente buscar la
creación de lo nunca antes creado. Debemos despojarnos de la idea de que
solo vale la pena compartir nuestra mirada si nadie más ha reflexionado sobre
lo que vimos. Hay que hacer consciente la idea de que cada uno está tejido de
forma diferente, cada uno percibe al mundo con sus propias subjetividades,
cada quien crea a su manera, cada quien construye conocimientos según como
ha ingresado en la urdimbre de la cultura. Siendo conscientes de todo esto,
también podemos hacer consciente que poner la mirada sobre un mismo objeto
que fue observado ya una y mil veces, es tan valioso como crear algo nuevo,
ya que nuestro ojo subjetivo le va a dar un nuevo plano de existencia a ese
objeto, y se va a convertir en un posible potenciador de nuevas existencias.
Todo conocimiento que se comparte, se convierte así en fuente de vida, en
existencia, en potencia, en hilo, en tejido.
Una última reflexión sobre el tema tiene que ver con las formas de producir
conocimiento y de investigar. Cada disciplina tiene sus formas de tejer, su
forma de entramarse en el mundo, y así las artes vivas tienen sus propios
modos. Forzarnos a investigar desde metodologías que son ajenas al objeto y
a nosotros mismos, también nos inhabilita a poder plasmar fielmente lo que
queremos compartir. Una disciplina que se construye desde la comunión de
mente y cuerpo, también debe poder investigar desde esa supuesta dialéctica,
desde esa síntesis de procedimientos que conjuga universos que otras ciencias
creen irreconciliables. Las artes vivas, que son una expresión constante de
subjetividades, no pueden pretender instaurar leyes universales, ni verdades
determinantes, ni plegarse a metodologías que no le son propias como las de
las ciencias duras, ya que sus modos de crear y construir existencia y
conocimiento son otros.
La investigación en artes escénicas es entonces ética y política porque en
su tejer pretende llegar a otros que necesitan de cierto conocimiento, pretende
multiplicar los planos de existencia de lo que se investiga y pretende defender
sus propias metodologías para compartir más fielmente su forma de mirar,
conocer e investigar.