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Revistachagual 12

Este documento presenta un resumen de las actividades del Jardín Botánico Chagual en diciembre de 2014. Se anunció que el Jardín Botánico participaría en un plan de reforestación de 10 hectáreas en el Parque Metropolitano de Santiago. Un equipo interdisciplinario del Jardín Botánico trabajó en la preparación de esta plantación, como un ejemplo de colaboración. También se llevó a cabo una ceremonia para iniciar la segunda etapa de plantaciones con la presencia de autoridades. Además, el Jardín
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Revistachagual 12

Este documento presenta un resumen de las actividades del Jardín Botánico Chagual en diciembre de 2014. Se anunció que el Jardín Botánico participaría en un plan de reforestación de 10 hectáreas en el Parque Metropolitano de Santiago. Un equipo interdisciplinario del Jardín Botánico trabajó en la preparación de esta plantación, como un ejemplo de colaboración. También se llevó a cabo una ceremonia para iniciar la segunda etapa de plantaciones con la presencia de autoridades. Además, el Jardín
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Año XII, número 12

Diciembre 2014
Año XII, número 12
Diciembre de 2014

Hongos blancos
(Carlo Sabaini Simonetti)
Conte nidos
EDITORIAL

Año XII, número 12 / Antonia Echenique 3


Diciembre 2014 ACTUALIDAD
El agua y un nuevo rumbo a nivel urbano
/ Mauricio Lama 4

12
DESDE EL JARDÍN
Nuevas comunidades nativas establecidas en el Jardín Botánico Chagual
/ Constanza Valenzuela & M.Victoria Legassa 9

GÉNEROS CHILENOS
Austrocedrus chilensis y Pilgerodendron uviferum (Cupressaceae):
los cipreses de Chile
/ Maria Teresa Serra & Gustavo Cruz 18

LÁMINA BOTÁNICA
Jardín Botánico Chagual. Lámina botánica II Austrocedrus chilensis
/ Andrea Lira 29

(PALEO)ECOLOGÍA
Anillos de crecimiento de Austrocedrus chilensis: un archivo natural
del cambio climático
/ Carlos Le Quesne, Moisés Rojas & Duncan Christie 31

GAJES DEL OFICIO I


La última expedición del naturalista John Muir
/ Sergio Elórtegui 36

ADAPTACIONES
Adaptaciones morfológicas y anatómicas foliares de especies dominantes
duneras costeras de la zona central de Chile
/ Ana María Mujica Rizzardini & Eileen Guerra 42

MICROBIODIVERSIDAD I
Líquenes saxícolas presentes en la cordillera de la Costa de la región de Valparaíso
/ Jorge Redon & Angélica Montenegro 50

MICROBIODIVERSIDAD II
Tierra de hoja: puerta de entrada a un universo invisible bajo nuestros pies
/ Carlo Sabaini & Francisca Carvajal 56

GAJES DEL OFICIO II


Proyecto “Iris de suelo”. Siguiendo la ruta del río Aconcagua
/ Cristina Olguín, Carlo Sabaini & Gonzalo Ávila 65

PROPAGACIÓN
Germinación de semillas y multiplicación de rizomas in vitro
de Alstroemeria garaventae Ehr. Bayer
/ Ángel Cabello & Patricia Letelier 69

SEMINARIOS & CONGRESOS


Seminario Eficiencia Hídrica / A. Moreira 77
Congreso Latinoamericano de Botánica / F. González 78
Reunión Nacional de Botánica / T. Fuentes 79

LIBROS
Recomendados por la Revista Chagual / Comentario de libros / S.Teillier 81

ACTIVIDADES DEL PROYECTO


Noticias vinculadas al Jardín Botánico Chagual 85
Austrocedrus chilensis, río Cortaderal, cordillera de Rancagua. ©  Carlos Le Quesne.
EDITORIAL 3

Editorial

E n el marco del Programa de Conservación y Mejoramiento de 145 hectáreas en el Parque Metropolitano de San-
tiago, a principios de julio se anunció a la dirección del Jardín Botánico Chagual que había sido considerado en
el Plan de Reforestación del Parque Metropolitano. A partir de esa fecha se inició una estrategia de plantación, junto
con el Parque Metropolitano, para plantar alrededor de 10 ha localizadas en el extremo oriente de su emplazamiento,
ubicadas prácticamente enfrente del edificio de la Municipalidad de Vitacura.
Con el fin de elaborar las herramientas que permitieran el establecimiento de las colecciones destinadas a ese
sector —de acuerdo con el plan botánico (2002)— compatibilizando los distintos componentes de las asociaciones
vegetales con su adecuado correlato como paisaje, la coordinadora de Colecciones, María Victoria Legassa, recibió el
incondicional apoyo del director Hans Muhr, a quienes se sumó el núcleo de profesionales que desarrollaron el Plan
Maestro: Cristina Felsenhardt, Sebastián Teillier, Juana Zunino y Constanza Valenzuela. Se incorporaron también
nuevos profesionales, como Mitzi Rojas y Cristóbal Muhr.
La preparación de esta plantación fue un ejemplo de trabajo en equipo, interdisciplinario y voluntario, al cual se
incorporaron también alumnos de universidades, técnicos de empresas privadas, jardineros del Parque Metropolitano
y del jardín botánico, así como sus respectivos ejecutivos. Esta acción no solo es un modelo a replicar, sino también
aprender de la difícil experiencia que fue llevar a la práctica la ejecución de un plan maestro teórico en un área compleja
como son las laderas de un cerro con mucha pendiente, y con mucha vegetación exógena que en el futuro habrá que
eliminar paulatinamente para dejar crecer la vegetación nativa generada y clasificada en el laboratorio y viveros del JB
Chagual, de acuerdo con la base de datos del Jardín Botánico Chagual.
Queremos destacar que con esta acción se están incorporando y potenciando 10 ha científicamente plantadas del
Parque Metropolitano, lo que en el futuro permitirá dar a conocer y difundir nuestro patrimonio nativo de la zona
central con una señalética adecuada, así como generar espacios de recreación y enseñanza para las futuras generaciones.
Este inicio de la segunda etapa del proceso de plantaciones dio lugar a una ceremonia que contó con la presencia
Austrocedrus chilensis, río Cortaderal, cordillera de Rancagua. ©  Carlos Le Quesne.
del alcalde de Vitacura y presidente de la Corporación Jardín Botánico Chagual; del Ministro del Medioambiente,
Pablo Badenier; del Director del Parque Metropolitano, Mauricio Fabry; del Senador Ignacio Walker y de muchas otras
importantes autoridades académicas de las distintas instituciones con las cuales el JB tiene convenios, tales como la
Universidad Central, la Universidad Católica y Sendero de Chile.
En otro ámbito, a pesar de la limitación de los recursos, nuestra institución ha continuado con su labor de in-
vestigación en el laboratorio, efectuando análisis de semillas y estudios de germinación de especies de las que existe
nula o escasa información, y generando conocimiento útil para proyectos de conservación, reforestación, restauración,
mitigación y compensación.
En cuanto a su línea editorial, el Jardín Botánico Chagual colaboró en la reedición —por tercera vez— del libro Flora
nativa de valor ornamental, Chile zona centro y se cumplen 12 años ininterrumpidos de existencia de la revista Chagual.
Finalmente queremos destacar las importantes visitas recibidas este año: el Ministro del Medioambiente, Pablo
Badenier; el senador Guido Girardi y el Intendente Claudio Orrego, que demuestran un creciente interés por conocer
y apoyar el desarrollo del jardín.

Antonia Echenique Celis


Directora Ejecutiva
Jardín Botánico Chagual
4 ACTUALIDAD

El agua y un nuevo rumbo a nivel urbano

Mauricio Lama Kuncar


Profesor Escuela de Arquitectura,
Pontificia Universidad Católica de Chile
[email protected]

E l agua dulce, uno de los recursos más preciados del


mundo, dada su función básica para la supervivencia
del ser humano, se ha visto sometida a un excesivo consumo Agua total
Océanos 97,5%
global y a la contaminación,1 con nocivas consecuencias
para su calidad y distribución en el planeta. La Organiza-
Agua dulce 2,5%
ción de las Naciones Unidas (ONU) ha pronosticado que
para el año 2025 dos tercios de la población del planeta se
verán afectados por una crisis relacionada con este recurso, Agua dulce

a raíz de la superpoblación esperada, de 9.000 millones de


habitantes. Desde 1960 hay un aumento del consumo de Glaciares 68,7%

este recurso calculado en un 40% para usos sanitarios y


un 60% para riego de cultivos. Si bien el agua se considera
un recurso renovable, sus reservas probadas2 no superan
el 0,4% del total de agua dulce del planeta, lo que genera Aguas subterráneas 30,1%

un claro desbalance entre demanda y oferta, que pondrá


Permafrost 0,8%
en riesgo a más de 31 países del planeta que son parte de
este problema en la actualidad (Figura 1). Aguas superficiales 0,4%
y en la atmósfera
La mayor fuente de consumo son las actividades
agropecuarias, seguidas por la industria y la minería; el
Aguas superficiales
menor porcentaje corresponde al consumo urbano y, muy y en la atmósfera
por debajo, al uso doméstico, considerado básico para la Lagos de agua dulce 67,4%
supervivencia (Figura 2). De estos grupos de consumo, los Humedad del suelo 12,2%
que más agua usan el agua son, justamente, los que más Atmósfera 9,5%
Otros humedales 8,5%
la contaminan. Ríos 1,6%
Desalinizar el agua de los océanos pareciera, entonces, Plantas y animales 0,8%

una opción viable, si vemos que la mayor superficie del Figura 1. Origen y distribución del agua en el planeta.

1
Más de 2,5 millones de personas mueren anualmente en el planeta a causa de enfermedades relacionadas con el consumo de agua
contaminada, según datos de la ONU.
2
El término probadas hace referencia a las fuentes de agua alcanzables y concretamente explotables por la tecnología actual del planeta,
que no superan el 0,4% del total de agua dulce del planeta.
E l a g u a y un nue v o ru m b o a n i v el urb a n o • L AMA 5

6% de eficiencia hídrica. En los edificios, muy pocos utilizan


artefactos que promuevan la eficiencia del uso doméstico;
12%
menos aún son los que reciclan parte del agua utilizada.
Esto ocurre en buena medida por desconocimiento de los
9% sistemas disponibles, pero también por falta de una distin-
ción legal que diferencie las aguas grises de las negras5 —en
términos legales, la determinación aguas negras incluye
toda aquella que desechemos de nuestros edificios—; y
73% sin la referida distinción no se puede optar por reciclar
gran parte de este recurso (cerca del 40%) (Figura 3). La
diferenciación traería consigo un importante ahorro para
Agricultura Minería Industria Sanitaria la economía familiar y abriría un mundo de posibilidades
Figura 2. Distribución de los usos consuntivos del agua en el mundo. para el reúso, ya sea en artefactos que no requieran agua
potable —como el inodoro— o para riego de jardines en
zonas como Santiago, donde, por modas temporales, las
familias suelen optar por especies no locales, distantes de
planeta está cubierta por agua salada; pero el problema ra- la flora endémica apropiada para el clima, que consumen
dica en el altísimo costo energético, económico y medioam- enormes cantidades de agua.
biental3 asociado a los procesos de desalinización, con la En Chile, a pesar de la urgencia, y si bien hay proyec-
consecuente contaminación que estos generan. tos de ley que apuntan a establecer la diferenciación entre
Los problemas que Chile debe enfrentar desde ahora aguas grises y negras, esta distinción todavía no es una
no distan de esta realidad global; de hecho, en los últimos realidad. La legalización debe ir acompañada, además, de
años se han visto ciertas iniciativas como “Chile cuida su otras políticas y reglas nacionales sobre el tema; por ejem-
agua”,4 entre otras, que plantea medidas generales para plo, con un plan global que establezca diferencias regionales
enfrentar la sequía y la mala calidad de este recurso, pro- sobre el uso del recurso hídrico, ya que no es posible ni
blemas que ya están afectando no solo la zona norte sino sustentable el modelo que hemos estado aplicando para el
también buena parte de la zona central de país. diseño de gran parte de los parques —y en el paisajismo
Como es posible observar a menudo en países don- urbano en general—, que se ha reproducido de forma muy
de el agua escasea, nuestros hábitos de consumo de este similar en todo el país sin tomar en cuenta el clima ni la
recurso distan de lo que se podría considerar una cultura disponibilidad de agua local para dicho efecto.

Requieren agua potable No requieren agua potable


2%
9% Ducha-bañera WC
4% Lavabo Lavadora
5% 30% Beber y cocinar Limpiar la casa
Lavar platos Regar plantas 44%
56%
20%

20%
10%
Agua potable
Agua no potable

Figura 3. Usos del agua potable. Distinción entre usos que la requieren y los que pueden atenderse utilizando aguas grises recicladas.

3
Entre otros impactos medioambientales, los procesos de desalinización requieren grandes cantidades de energías fósiles para separar
la sal del agua, por lo que emiten CO2 en abundancia. Véase <http://www.conama.org/documentos/2.pdf>.
4
Ref. Estrategia Nacional de Recursos Hídricos 2012-2025 <http://www.mop.cl/Documents/ENRH_2013_OK.pdf>.
5
Las aguas grises proceden del lavado de utensilios y ropa, y del uso del lavamanos y la ducha; las aguas negras, por lo general provenientes
del inodoro, contienen desechos cloacales.
6 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 4 - 8 , 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

Actualmente, en diversas ciudades del mundo se usan las autoridades no han propuesto una solución concreta
variadas formas de desarrollo del paisaje urbano sostenible, para su mejoramiento y término.
con excelentes resultados para el manejo del agua. Respon- La reflexión a la que inducen los proyectos de este
diendo a diversos climas y necesidades, se han propuesto tipo va más allá de lo meramente ecológico o eficiente: es
planes y proyectos que optimizan el consumo no solo necesario considerar factores como la escala del proyecto,
con sistemas tecnológicos de riego que incluyen especies y sus implicancias económicas, políticas y sociales. Actual-
endémicas, sino también con planes integrales de reciclaje mente, la mayor cantidad de casos exitosos de este tipo de
y reúso de agua para riego y generación de áreas verdes en sistemas de reciclaje de aguas servidas corresponden a usos
los distritos de la ciudad; tal es el emblemático caso del domésticos, a escala de edificios, dado que para interven-
Parque de La Gavia, en Madrid, España. En zonas más ciones urbanas se requieren estudios profundos y un fuerte
lluviosas se usan los SUDS (sustainable urban drain systems apoyo por parte de las autoridades locales.
o sistemas de drenaje urbano sostenible) para administrar Un caso que grafica claramente lo afirmado es el
el agua de manera más eficiente y evitar inundaciones; es plan de manejo de aguas lluvia de la ciudad de Bogotá,
el caso de la ciudad de Portland, en Estados Unidos, que Colombia, donde el desarrollo de los SUDS se quedó en
cuenta con un plan integral de manejo de aguas lluvia el escritorio del nuevo gobierno local y perdió continuidad
integrado al diseño urbano. los últimos cuatro años. No obstante, vistas las constantes
En Madrid, el arquitecto japonés Toyo Ito desa- inundaciones que sufren ciertos barrios de la ciudad, las
rrolló un plan de reciclaje de aguas servidas de la nueva autoridades tienen la intención de repensar en el proyecto.
población de La Gavia, con sistemas como los reed bed En el caso de la ciudad de Portland, el ejemplo de la
o biofiltro con plantas de pantano,6 mezclado con filtros implementación del sistema ha sido vastamente estudiado
de grava, piscinas de exposición a rayos UV y aireación, y replicado. Aquí, la combinación de factores tales como
en un interesante diseño orgánico para purificar las aguas diseño eficiente, uso de especies endémicas, buena imple-
servidas. Su fin era reutilizar dichas aguas para revivir un mentación económica, continuidad de políticas públicas y
curso de agua extinto en la zona, el arroyo de La Gavia. acuerdo social, ha hecho que los SUDS sean una efectiva
Este plan incorporaba un circuito de canales que daban red de paleamiento de inundaciones, con sistemas de
vida a un parque de escala urbana para la población de retención e infiltración de aguas lluvia y riego de las áreas
la zona —el Parque de La Gavia—, generando así áreas verdes urbanas, muy similar a lo que se quiso hacer en
verdes sostenibles para la comunidad. El proyecto fue Bogotá, pero con resultados concretos.
considerado como el futuro “pulmón verde” de la zona Los sistemas usados involucran zanjas de infiltración,
del ensanche de Vallecas. estanques inundables de detención de aguas lluvia —como
Si bien la iniciativa de La Gavia generó un notable en el Parque de la Aguada, en Santiago—, pavimentos po-
ejemplo, a escala macro, de las posibilidades de este tipo rosos, humedales de depuración de aguas y los conocidos
de sistemas de reciclaje, el ayuntamiento difícilmente logró jardines absorbentes de lluvia con acumuladores de aguas
ejecutar dos de las tres fases de las que constaba el proyecto, en las calles, como un plan integral de diversas estrategias
de un total de 40 hectáreas. La inversión inicial aprobada para enfrentar el manejo de las aguas lluvia, su acumulación
para adecuar más de 11 hectáreas fue de casi 7 millones de y limpieza.
euros. En el camino, y con la crisis económica que afectó a Los jardines de lluvia, con menos riego que los jar-
España, el proyecto quedó en total abandono, motivo por dines tradicionales en bandejones y veredas de nuestras
el cual se han suscitado fuertes polémicas dirigidas por los ciudades, proveen un claro ejemplo de lo que se podría
vecinos, quienes vieron su gran proyecto transformado en diseñar y proponer para nuestras calles, considerando
un foco de sequía, deterioro y abandono, lo que incluso su fácil aplicación, simpleza constructiva y bajo costo
redujo la calidad del entorno, problema que persiste ya que de mantenimiento. En una primera etapa, el agua de las

6
Los humedales artificiales o reed beds tienen como propósito controlar la contaminación del agua principalmente con plantas macrófitas,
replicando los humedales naturales. Existen dos tipos principales: los de agua expuesta o de superficie, usados para limpiar estanques,
ríos lagunas, etcétera, a modo de islas flotantes de plantas macrófitas (Constructed Wetlands, Environmental Protection Agency, 1988),
y los de flujo de agua subterránea, usados para tratar aguas grises y negras previamente filtradas, con raíces enterradas en complejos
sistemas de capas de arena, grava y agua.
E l a g u a y un nue v o ru m b o a n i v el urb a n o • L AMA 7

escorrentías de las calles vehiculares se dirige hacia las bajo estos jardines se añaden estanques de acumulación de
áreas verdes de veredas o bandejones centrales por medio aguas lluvia. El objetivo es mantener húmedas las plantas
de pavimentos porosos e ingresan al jardín de absorción en períodos posteriores a los chubascos, reduciendo así el
usando disipadores de flujo —gravas, bolones, rejas, etcé- requerimiento de riego. El sistema remata con un rebalse o
tera— para evitar la erosión. Luego aparece el jardín como dren que hace la conexión al alcantarillado urbano cuando
tal, que generalmente se compone de tierra, arena y grava, el sistema se satura. De esta forma se genera un considerable
para permitir una rápida absorción (Figura 4). retardo de la inundación en la hora punta del chubasco, y se
Estos jardines pueden tener plantas macrófitas o ayuda a bajar la escorrentía en las calles y veredas aledañas.
fitodepuradoras, con el beneficio agregado de que el agua Si analizamos estos sistemas veremos que son total-
infiltrada es, al mismo tiempo, purificada. En algunos casos, mente factibles de aplicar en varias de nuestras ciudades,

a b

c d

e f
Figura 4. a: Plazoleta con jardín de lluvia en centro para acumular e infiltrar agua. b: Jardín de lluvia con disipador y registros, especies purificadoras. c: Jardín de
lluvia con piedras que evitan erosión por escorrentia. d: Jardines de lluvia entre vereda y calle con sistema de fitodepuracion por gramíneas locales. e: Entrada
de jardín de lluvia con disipador de velocidad. f: Jardín de lluvia con dren de rebalse. © Simón Moreira.
8 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 4 - 8 , 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

Figura 4. g: Jardín para ralentizar flujo de agua y evitar erosión. h: Plaza inundable con reja que advierte que no es
habitable en caso de lluvia. © Simón Moreira.

y que podrían solucionar conflictos tan cotidianos como Para finalizar, cabe señalar que todas estas iniciativas,
las inundaciones de nuestros barrios. También podrían si bien presentan una serie de innegables ventajas, igual-
solucionar otros problemas que ya estamos enfrentando, mente deben ser estudiadas acuciosamente, considerando
como el consumo desmesurado de agua y su constante los escenarios económicos, sociales y medioambientales
detrimento. Pueden proveernos de jardines más verdes específicos. Asimismo, no solo deben ser tratados por
en zonas secas, reducir las cuentas de agua y permitir que profesionales o especialistas en el tema; también deben ser
el recurso hídrico proveniente de lluvias o desechos sea tenidos en cuenta por nuestras leyes y autoridades, a fin de
reintegrado a su curso natural, con considerables bajas en lograr proyectos exitosos y sostenibles.
sus elementos contaminantes.
DESDE EL JARDÍN 9

Nuevas comunidades nativas establecidas


en el Jardín Botánico Chagual

Constanza Valenzuela Sepúlveda M.Victoria Legassa Classen


Jardín Botánico Chagual Jardín Botánico Chagual
[email protected] [email protected]

estructural, le aportan a la comunidad una fisonomía carac-


Introducción terística. Del mismo modo que la especie, cada comunidad
natural reconocible en la naturaleza que nos rodea es el
resultado de un largo proceso de evolución y es la base de

E l año 2014, en el marco del programa “Conservación


y Mejoramiento de 145 ha del Parque Metropolitano
de Santiago”1, el Jardín Botánico Chagual tuvo la opor-
un funcionamiento orgánico (Gajardo 1995).
La plantación proyectada para el JB Chagual abarca
10 ha. De acuerdo con su plan maestro, en este sector
tunidad de extender las plantaciones del área dedicada a corresponde establecer colecciones representativas de 7
representar las comunidades de vegetación nativas de la formaciones de vegetación y 14 comunidades-tipo. Estas
zona de clima mediterráneo de Chile. incluyen árboles, arbustos, hierbas y trepadoras, para lo
En aproximadamente 20 de sus 45 ha, el JB Chagual que el JB Chagual aportará cerca de 5.000 ejemplares de
se propone representar las 9 principales formaciones de ve- especies nativas que forman parte de sus colecciones.
getación del clima tipo mediterráneo definidas por Gajardo
(1994) y posteriormente reevaluadas por Luebert & Pliscoff
(2006). La representación se basa en un sistema jerárquico
mixto de caracteres como la forma de vida, la adaptación al Plan maestro y taller
ambiente, la estructura espacial y la composición florística. de zonificación
Las formaciones están integradas por comunidades que se
establecen naturalmente de forma discontinua, y que se
pueden identificar mediante ciertos rasgos específicos (las Con el fin de elaborar las herramientas que permitan el
comunidades constituyen el nivel superior a la especie en establecimiento de esas colecciones en el terreno compa-
la organización de los sistemas ecológicos). Normalmente, tibilizando los componentes de las asociaciones vegetales
las especies dominantes, o un cierto modo de organización con su adecuado correlato como paisaje, el 23 de julio

1
Licitación Pública N1/2014.Tercera etapa - Año 2014, Código BIP 301259980-0, ID N° 507-1-LP 14. La empresa ganadora de la licitación
convocada por el Parque Metropolitano para ejecutar este programa fue Las Pataguas. Quedaron a su cargo la limpieza de los sectores
a intervenir (extracción y retiro de vegetación seca; la poda, levantamiento, chipeo y esparcido; extracción de zarzamora y aplicación de
herbicida sistémico para su control); la instalación de un sistema de riego de tipo tecnificado; la enmienda de los suelos de cada casilla
mediante humus o compost; la aplicación de un fertilizante de liberación lenta para plantación forestal del tipo Basacote Plus 12M; la
instalación de mallas y tutores a cada uno de los especímenes plantados; el control de malezas; la construcción de un cortafuegos. El
sistema de riego incluye tanto los árboles nativos previamente establecidos como los que se incorporen en esta plantación.
10 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 9 -17, 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

Figura 1. Dibujo a mano alzada de la zonificación, las formaciones y las comunidades del proyecto de plantación 2014.

de 2014 se llevó cabo un taller de trabajo con el equipo trazado y la zonificación de cada una de las áreas a plantar.
fundacional de profesionales que desarrolló el plan maes- La zonificación se muestra en la Figura 1.
tro del JB Chagual. En él se refrendaron las asociaciones
de vegetación, las especies a establecer en cada una, y el

EL PROYECTO
FIGURA 1. FORMACIONES Y COMUNIDADES
0. Bosque esclerófilo de litre y quillay (árboles y arbustos)
1. Bosque esclerófilo de peumo y boldo Metodología
1b. Bosque de peumo y boldo (árboles)
1c. Vegetación de las quebradas (arbustos) Una vez que se bosquejó la disposición de las formacio-
1d. Matorral (arbustos altos, medianos y bajos) nes de vegetación en el terreno, se procedió a dibujarlas
2. Bosque y matorral subandino cartográficamente mediante el programa Autocad, sobre
2a. Bosque subandino de frangel (árboles y arbustos) un archivo georreferenciado del Parque Metropolitano de
2b. Bosque subandino de ciprés (árboles y arbustos) Santiago. A cada formación se le asignó un color: al bosque
2c. Vegetación de las quebradas subandinas (arbustos) de litre y quillay, rosado; al de peumo y boldo, azul; al su-
3. Bosque húmedo de belloto y peumo bandino, amarillo; al higrófilo, naranja; y al espinoso, verde.
3a. Bosque de belloto y peumo (árboles) Posteriormente, se fijaron en el terreno los puntos de cada
3b. Matorral cerrado (árboles, arbustos, trepadoras) polígono que delimitaba las formaciones y se capturaron
3c. Matorral abierto (arbustos, trepadoras y hierbas) las coordenadas para subirlas a un GPS. Ejemplos de los
4a. Bosque de patagua, canelo y lingue (árboles y helechos) planos cartográficos se muestran en las Figuras 2, 3, 4, 5 y 6.
4b. Bosque higrófilo de canelo, petra, temu y arrayán (árboles y helechos) Para demarcar los polígonos en el terreno se recurrió al
5. Bosque espinoso de espinos y algarrobos generoso apoyo de voluntarios amigos del JB Chagual,
N uevas comunidades nativas establecidas E N … • V a len z uel a & L e g a ss a 11

quienes se organizaron y —en distintas jornadas de tra- La georreferenciación resultó ser una herramienta
bajo— recorrieron la ladera del cerro con el esquema de clave para facilitar la posterior localización de las plantas en
la zonificación impreso y sus márgenes georreferenciados terreno, ya que, por la topografía y la escala del área donde
e introducidos en el equipo GPS. Así se marcaron, uno se trabaja, la ubicación de los puntos mediante coordena-
a uno, los puntos que delimitaban el perímetro de cada das es indispensable para lograr la fidelidad al proyecto.
formación, y se fijaron estacas pintadas con los colores La misma herramienta se utilizó para ubicar en el plano
asignados a cada tipo de bosque. las plantas que armarán la estructura de cada formación,

Figura 2. Zonificación de las formaciones de vegetación.

Figura 3. Zonificación georreferenciada por puntos de estacamiento para delimitar los polígonos en terreno.
12 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 9 -17, 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

Figura 4. Diseño del paisajismo de las formaciones de litre-quillay y Figura 5. Diseño del paisajismo de la plantación de las formaciones de
peumo-boldo, sobre áreas de color según el esquema de la zonificación. litre-quillay y peumo-boldo.

las que servirán de guía para establecer las distancias y de accesión con el que está registrada en la base de datos,
densidades, facilitando la plantación concebida como un la comunidad y la asociación a la que pertenecía, y el mes
diseño orgánico (Figuras 7, 8 y 9). y el año de plantación (Figura 10 a, b y c).
Las especies disponibles en el vivero, por formaciones
y asociaciones, son las siguientes:
Formaciones y especies
0. Bosque esclerófilo de litre y quillay. Especies: Ephedra
Las plantas producidas en el vivero del JB Chagual se chilensis, Kageneckia oblonga, Lithraea caustica, Maytenus
clasificaron por comunidad-tipo y por asociación, cada boaria, Muehlenbeckia hastulata, Podanthus mitiqui,
una con su correspondiente color y etiquetada con placas Quillaja saponaria, Retanilla trinervis, Schinus polygamus,
metálicas que contenían su nombre científico, el número Stipa caudata.

Figura 7. Georeferenciación polígonos zonificación. Figura 8. Árboles a plantar según georeferenciación Figura 9. Diseño final georeferenciado.
de puntos y polígonos.
N uevas comunidades nativas establecidas E N … • V a len z uel a & L e g a ss a 13

boaria, Proustia cuneifolia, Puya coerulea var. violacea,


Schinus montanus.

3. Bosque húmedo de belloto y peumo con muestras de


matorral cerrado y abierto. Especies: Aextoxicon punctatum,
Beilschmiedia miersii, Citronella mucronata, Cryptocarya
alba, Lardizabala biternata, Lobelia excelsa, Maytenus
boaria, Otholobium glandulosum, Raphithamnus spinosus,
Senna stipulacea.

4a. Bosque húmedo de patagua, canelo y lingue. Especies:


Crinodendron patagua, Drimys winteri, Persea lingue.

4b. Bosque de canelo, petra, temu y palo colorado. Es-


pecies: Drimys winteri, Blepharocalyx cruckshanksii, Luma
apiculata, Myrceugenia exsucca.

5. Bosque espinoso de espinos y algarrobos. Especies:


Figura 6. Plano técnico de plantación georreferenciado.
Acacia caven, Cestrum parqui, Colliguaja odorifera, Mueh-
lenbeckia hastulata, Prosopis chilensis, Proustia cuneifolia,
Schinus polygamus, Solanum ligustrinum, Stipa caudata,
1. Bosque esclerófilo de peumo y boldo. Especies: Azara Teucrium bicolor.
celastrina, Cryptocarya alba, Eryngium paniculatum,
Escallonia pulverulenta, Lepechinia salviae, Lithrea caustica,
Lobelia excelsa, Peumus boldus, Podanthus mitique, Sophora
macrocarpa. DESCRIPCIÓN DE LA VEGETACIÓN
INCLUIDA EN EL PROYECTO
2a. Bosque subandino de frangel. Especies: Colliguaja inte-
gerrima, Colliguaja salicifolia, Corynabutilon ceratocarpum,
Guindilia trinervis, Kageneckia angustifolia, Puya coerulea 0. Bosque esclerófilo de litre y quillay
var. coerulea, Tetraglochin alatum. En este tipo de bosque el estrato de árboles está dominado
por Lithrea caustica (litre) y Quillaja saponaria (quillay).
2b. Bosque subandino de ciprés de la cordillera. Especies: Forma bosquetes relativamente densos para abrirse en áreas
Austrocedrus chilensis, Azara serrata, Colliguaja integerrima, más dispersas, con alturas que alcanzan hasta 15 m. La
Escallonia myrtoidea, Fabiana imbricata, Haplopappus cobertura de los tres estratos de vegetación varía entre 25%
multifolius, Kageneckia oblonga, Lithraea caustica, Maytenus y 50%. Además, existe un estrato de arbustos de abierto a

a b c
Figura 10. a y b: Plantas etiquetadas con colores diferenciados por comunidad. c: Ejemplar de ciprés de la cordillera con la etiqueta de identificación y datos
de registro.
14 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 9 -17, 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

semicerrado, formado por especies siempreverdes y escle- 4b. Bosque de canelo, petra, temu y palo colorado
rófilas o caducas de verano; bajo ellos, hay una pradera de Comunidad de bosque siempreverde. Las especies domi-
hierbas perennes o anuales de carácter estacional. nantes son Drimys winteri (canelo), Myrceugenia exsucca
(petra), Blepharocalyx cruckshanksii (temu) y Luma apicu-
1. Bosque esclerófilo de peumo y boldo lata (arrayán). Los árboles alcanzan alturas de entre 15 y
El estrato de los árboles está dominado por Cryptocarya 20 m. El sotobosque tiene un estrato de hierbas donde des-
alba (peumo) y Peumus boldus (boldo). Su porcentaje de tacan helechos como Blechnum hastatum y Adiantum spp.
cobertura varía entre 50% y 80%. Existe un estrato de La cobertura total de la vegetación varía entre 60% y 90%.
árboles menores, como Azara celastrina, y uno ralo de
arbustos con Lobelia excelsa (tabaco del diablo), entre otros. 5. Bosque espinoso de espinos y algarrobos
Su estructura espacial está dada por árboles altos y medianos
2. Bosque y el matorral subandinos que tienen una densidad relativamente baja y alcanzan una
El bosque es de carácter esclerófilo y está ampliamente altura de hasta 10 m. El dosel es abierto y luminoso. El
dominado por Kageneckia angustifolia (frangel) o por estrato está dominado por Acacia caven (espino) y Prosopis
Austrocedus chilensis (ciprés de la cordillera); en ambos chilensis (algarrobo); su cobertura varía entre 15% y 20%.
casos, se trata de un bosque abierto, con árboles dispersos. Hay, además, un estrato de arbustos y una amplia pradera
La altura varía según especie dominante: 5 m en el caso de homogénea y estacional. La formación tiene el aspecto
Kageneckia angustifolia y hasta 20 m en el de Austrocedrus general de una sabana.
chilensis. Los arbustos que los acompañan, que ocupan los Durante el año 2014 no fue posible plantar las 10 ha
espacios entre los árboles, son Guindilia trinervis (guindilla) inicialmente proyectadas. Lo establecido, 5,34 ha y 2.225
y Colliguaja integerrima (duraznillo). Este estrato contiene especímenes, está distribuido como sigue:
algunas especies de tipo espinoso, particularmente ramná-
ceas, como Colletia hystrix (crucero) y Trevoa quinquenervia · Comunidad peumo-boldo: 2,86 ha, 727 árboles y 251
(tralhuén). Existe, además, un estrato de hierbas perennes arbustos de 3 y 9 especies respectivamente.
y anuales bien desarrollado, de carácter primaveral. La · Comunidad subandina de frangel: 0,28 ha, 55 árboles
cobertura varía entre 80% y 40%. y 145 arbustos de 1 y 8 especies.
· Comunidad subandina de ciprés: 0,48 ha, 83 árboles y
3. Bosque húmedo de belloto y peumo 200 arbustos de 5 y 7 especies respectivamente.
Bosque denso, con Beilschmiedia miersii (belloto del norte) · Comunidad belloto-peumo: 1,72 h, 640 árboles, 81
y Cryptocarya alba (peumo) como especies dominantes, arbustos y 43 trepadoras de 5, 4 y 3 especies respecti-
con alturas que alcanzan hasta 15 m y árboles menores, vamente.
como Senecio yegua (palo de yegua) y Azara celastrina
(lilén). Existe un sotobosque formado por arbustos, como Está considerado concluir la plantación el año 2015.
Rhaphithamnus spinosus (arrayán macho) y Senna stipulacea,
acompañados por un importante contingente de plantas
trepadoras herbáceas, como Bomarea salsilla (zarcilla), o
leñosas, como Cissus striata (voqui colorado), Lardizabala Vegetación:
biternata (coguilera) y Proustia pyrifolia (parrilla blanca), así especies dominantes y cobertura
como helechos. La cobertura total varía entre 30% y 70%.

4a. Bosque húmedo de patagua, canelo y lingue Uno de los desafíos más importantes para el establecimiento
Comunidad de bosque que ocupa los fondos de las que- de las formaciones de vegetación proyectadas resultó la
bradas. Sus especies características son árboles: las especies fuerte presencia de flora alóctona, cultivada y asilvestrada,
regionalmente higrófilas Crinodendron patagua (patagua), en el Parque Metropolitano. Por eso se analizó la vegetación
Persea lingue (lingue) y Drimys winteri (canelo). Los árboles preexistente en los primeros sectores que se plantaron, que
alcanzan hasta 25 m de altura y a ellos se suman arbustos consideró tres criterios:
como Luma chequen. Existe un estrato herbáceo muy ralo,
con helechos como Blechnum hastatum y varios Adiantum. · Unidades de paisaje: unidades homogéneas de vege-
La cobertura total varía entre 70% y 80%. tación, que comparten una textura, un color y una
N uevas comunidades nativas establecidas E N … • V a len z uel a & L e g a ss a 15

densidad. Estas unidades se nombraron según la especie Cabe mencionar que las unidades de paisaje que se
vegetal dominante que las caracteriza. analizaron tienen una cobertura mayor que la de las plan-
· Dominancia de especies vegetales: especies más repre- taciones, tal como se indica en la Figura 11: abarcan una
sentativas de cada unidad de paisaje, diferenciando las superficie de 10,44 ha de territorio, compuesta por nueve
especies dominantes de las acompañantes (las que for- unidades de paisaje. De estas, solo tres presentan dominan-
man parte de la unidad, pero no definen su fisonomía). cia de especies nativas: A: Acacia caven; G: Lithraea caustica
· Porcentaje de cobertura: proporción de recubrimiento y H: Cryptocarya alba, las que ocupan 5,3 ha. La unidad de
total del suelo por la vegetación en cada unidad de pai- mayor importancia es la pradera con Acacia caven, por su
saje. El grado de cobertura se estimó visualmente, con extensión (4,5 ha) y porque constituye el único remanente
base en la escala propuesta por Etienne & Prado (1982). de la vegetación natural de la ladera (Figuras 12 y 13).

Figura 11. Vegetación preexistente y polígonos de las comunidades de vegetación representadas. El


cuadro rojo muestra el área del proyecto de plantación referido en este artículo.

Figura 12. Área de vegetación preexistente por hectárea.

Figura 13. Porcentaje de cobertura de unidades homogéneas de paisaje.


16 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 9 -17, 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

La flora acompañante de estas unidades homogéneas B: Platanus orientalis, crece acompañado por Acacia
de paisaje con dominancia de especies nativas corresponde a: melanoxylon. El promedio de densidad total de cobertura
de la vegetación es de 96,6%. Alcanza un área de 1,78 ha.
A: Acacia caven
Árboles: Crataegus oxyacantha, Cryptocarya alba, Lithraea Las otras unidades de paisaje definidas en este trabajo
caustica, Olea europaea, Pinus sp., Quillaja saponaria, Trevoa (E, J, K y L) representan una seria amenaza para el correcto
quinquenervia. desarrollo del proyecto de representación del paisaje y el
Arbustos: Colliguaja odorifera, Moscharia pinnatifida, establecimiento de las plantas nativas, ya que, aunque no
Loasa tricolor. ocupan una gran superficie, la composición de especies les
Se encontraron dos áreas para esta unidad, las que asegura una alta cobertura y una importante agresividad en
suman 4,5 ha. El promedio de densidad de cobertura total su tasa de crecimiento, lo que genera localmente condiciones
de la vegetación para esta formación es de 17,5%. ambientales muy desfavorables para la vegetación nativa.
Estas unidades homogéneas de paisaje comprenden 1,32 ha
G: Lithrea caustica de superficie. El promedio de cobertura de la vegetación al-
Árboles: Acacia caven, Crataegus oxyacantha, Cryptocarya canza un 88,75%. Las unidades se describen a continuación:
alba, Eucalyptus globulus, Olea europea, Pinus sp., Schinus
polygamus. E: Ailanthus altissima
La unidad se extiende en un área de 0,3 ha. La vege- Especies acompañantes: los árboles Grevillea robusta y
tación alcanza un 30% de cobertura. Casuarina cunninghamiana. La unidad ocupa 0,3 ha. La
cobertura de la vegetación alcanza el 100%.
H: Cryptocarya alba
Acompaña a los árboles Ailanthus altissima, Eucalyptus J: Rubus ulmifolius
globulus, Olea europea, Pinus sp. Ocupa una superficie de De crecimiento muy agresivo, forma agrupaciones puras.
0,5 ha. La cobertura de la vegetación alcanza un 80%. Se encontró en cuatro sitios, y abarca 0,84 ha. La cobertura
de la vegetación promedia un 85%.
Las demás unidades están dominadas por flora alóc-
tona, cultivada, y comprenden 5,14 ha. K: Ailanthus altissima
También forma agrupaciones puras. Posee una importante
Por extensión y densidad, las de mayor importancia capacidad de regeneración por brotes de raíces. Ocupa unas
son las unidades C y D, ambas dominadas por Eucalyptus 0,08 ha. La cobertura de la vegetación alcanza un 90%.
globulus, pero con variaciones en la composición de las
especies acompañantes y en la densidad de la cobertura L: Acacia dealbata
de vegetación. La flora acompañante de estas dos unidades Forma, igualmente, una comunidad monoespecífica. Ocu-
homogéneas corresponde a: pa una superficie de 0,1 ha. La cobertura de la vegetación
alcanza un 80%.
C: Eucalyptus globulus
Lo acompaña el árbol Acacia melanoxylon. Existen dos áreas En conclusión, se constata una importante presencia
de 0,96 ha, con una cobertura total de vegetación de 90%. de flora alóctona, que crece de tres maneras diferentes:

D: Eucalyptus globulus · en comunidades puras, con especies de crecimiento muy


Árboles: Acacia caven, Acacia dealbata, Crataegus oxyacantha, agresivo como Rubus ulmifolius (zarzamora), Ailanthus
Olea europea, Schinus polygamus, Arbustos: Cestrum parqui. altissima (árbol del cielo) y Acacia dealbata (aromo),
La cobertura alcanza un 60%. Ocupa una extensión de situación que se observa en distintos sitios del área de
1,6 ha. estudio;
· en comunidades mixtas, con variadas especies intro-
La vegetación del borde del camino Rodolfo Philippi, ducidas, de porte arbóreo y con ejemplares añosos que
en torno a la cota de 750 m, tiene una alta densidad y está generan espacios sombríos de condiciones ambientales
formada por un grupo, distribuido en tres zonas: adversas para el establecimiento de las especies que
constituyen este proyecto de paisaje; y
N uevas comunidades nativas establecidas E N … • V a len z uel a & L e g a ss a 17

· en comunidades también mixtas, pero con menor co-


bertura y con flora autóctona, situación que genera las Agradecimientos
mejores condiciones espaciales para las comunidades
vegetales que forman parte del proyecto de representa-
ción de paisajes nativos de clima mediterráneo. A Hans Muhr, Cristina Felsenhardt, Juani Zunino, Mitzi
Rojas y Sebastián Teillier, por su invaluable participación
Es urgente extraer y controlar las especies que cons- y aportes a la definición de la zonificación, las formaciones
tituyen las unidades alóctonas arbóreas con ejemplares de vegetación y las comunidades que se establecieron.
añosos, como Eucalyptus globulus, Pinus sp., o agresivos, A Cristóbal Muhr, por su apoyo en la zonificación
como Ailanthus altissima y Rubus ulmifolius, para evitar el de las comunidades en terreno y en la distribución de las
crecimiento de renuevos y el consecuente entorpecimiento plantas.
del desarrollo de las especies que son parte del proyecto. A Francisca Prieto, Rodrigo Guarda, Emmanuel Ver-
En este trabajo se definieron las comunidades o gara, Abner Espinoza, Jaime Ibieta, Javier Gálvez, Adrián
formaciones de vegetación de acuerdo con las unidades de Fernández, Diego Figueroa, Catalina Valdés, Alfonso del
paisaje y la cobertura de la vegetación; queda pendiente Río, Michael Pineda y Cristóbal Mancini, por participar
generar cartografías de la vegetación que describan las en la demarcación y en la distribución de especies al mo-
comunidades y sus estratos, su densidad y su grado de mento de plantarlas.
artificialización, de acuerdo con la metodología propuesta Al equipo Chagual: Daniela Escobar, Monique Be-
por Etienne & Prado (1982), que podría ser una buena llenand, Evelyn Rossi, Bremania Letelier, Milko Gutiérrez
herramienta para evaluar el proyecto de representación y Christian Gutiérrez, por sus aportes en la preparación
de paisaje iniciado por el JB Chagual ya en el año 2010. y etiquetado de las plantas en el vivero y el traslado y la
distribución durante la plantación.
Al Parque Metropolitano, por incluir esta plantación
en su Programa de Mejoramiento y Reforestación 2014.
Referencias bibliográficas

Etienne M & C Prado. 1982. Descripción de la vegetación


mediante la cartografía de ocupación de tierras. Ciencias
Agrícolas 10. Universidad de Chile, Facultad de Ciencias
Agrarias, Veterinarias y Forestales, Santiago de Chile.
Gajardo R 1994. La vegetación natural de Chile. Clasificación y
distribución geográfica. Editorial Universitaria y CONAF,
Santiago de Chile.
Luebert F & P Pliscoff. 2006. Sinopsis bioclimática y veget
acional de Chile. Editorial Universitaria, Santiago de Chile. 
18 GÉNEROS CHILENOS

Austrocedrus chilensis y Pilgerodendron uviferum


(Cupressaceae)
Los cipreses de Chile1

María Teresa Serra V. Gustavo Cruz M.


Geobiota. Investigadora senior Facultad de Ciencias Forestales
[email protected] y Conservación de la Naturaleza
Universidad de Chile

S e denomina ciprés a las coníferas introducidas, prin-


cipalmente del género Cupressus, y, por extensión, a
los árboles o arbustos similares que presentan hojas siem-
(Cupressaceae); y Lepidothamnus fonckii, ciprés enano (Po-
docarpaceae), con hojas muy similares y conos pequeños.
Curiosamente, los tres “cipreses” nativos presentan caracte-
preverdes pequeñas, escuamiformes y aromáticas (Figura 1). rísticas muy peculiares: Austrocedrus chilensis es la conífera
En Chile no existen Cupressus en forma natural, más septentrional y de mayor distribución norte-sur en
pero dos árboles y un pequeño arbusto nativo reciben el Chile; Pilgerodendron uviferum está considerada como
nombre común de ciprés: Austrocedrus chilensis, ciprés de la la conífera más austral del mundo y la de mayor rango
cordillera; Pilgerodendron uviferum, ciprés de las Guaitecas geográfico de distribución en los bosques templados de
Sudamérica austral (Rovere et al. 2002); y Lepidothamnus
fonkii es una de las coníferas más pequeñas del mundo y
la segunda más austral (Serra 1987).

Coníferas:
Cupressaceae y los cipreses de Chile

Las coníferas se reúnen en 6 familias, 71 géneros y alrededor


de 670 especies, presentes en todos los continentes excepto
la Antártica (Plomion et al. 2011). Cerca del 70% de la di-
Figura 1. Cupressus macrocarpa cultivado en la localidad de Punucapa, región
versidad total se halla en el hemisferio norte (Farjon 2004).
de Los Ríos (Valdivia). © María Teresa Serra. Las coníferas del hemisferio sur presentan una diversidad y

Se seleccionaron a las dos especies arbóreas nativas más relevantes que se denominan cipreses, en el texto se cita a Lepidothamnus
1

fonckii con sus características sobre todo como especie pequeña de las coníferas.
A u strocedr u s c h i le n s i s y P i lgerode n dro n u v i fer u m • S err a & C ru z 19

distribución mucho más reducida y fragmentada, signo de de los bosques subantárticos de Chile y Argentina: Fitzroya,
un arcaísmo evidente y de una expansión anterior mucho Austrocedrus y Pilgerodendron (Gadek et al. 2000, Farjon
más amplia (Woltz 1985). En Sudamérica se estima que 2005).
crecen 32 especies de coníferas nativas, de las cuales 8 son Biogeográficamente, Austrocedrus y Pilgerodendron
nativas de Chile y Argentina y 1 es endémica de Chile: se consideran elementos florísticos templados del sur, con
Podocarpus salignus (Gardner & Lara 2003). Fitzroya y Saxegothaea (Muñoz-Moreira 2011), o como
Las coníferas nativas se encuentran representadas por endémicos de los bosques subantárticos, por su presencia
tres antiguas familias: Araucariaceae (1 género y 1 especie); en la cordillera de los Andes, en Chile y la Argentina adya-
Cupressaceae, subfamilia Callitroideae (3 géneros y 3 espe- cente (Rodríguez et al. 1983, Villagrán & Hinojosa 1997),
cies); y Podocarpaceae (4 géneros y 5 especies) (Rodríguez de origen gondwánico junto con los demás géneros de la
& Quezada 1995), con una extensa distribución norte-sur subfamilia Callitroideae de mayor antigüedad, similar a
de 2.100 km de longitud y una gradiente de precipitación Araucariaceae y Podocarpaceae (Leslie et al. 2012).
anual que va desde menos 1.000 mm en la zona centro-sur
a más de 4.000 mm en los bosques lluviosos magallánicos
(Gardner & Lara 2003).
A diferencia de las angiospermas (Magnoliophytas), Clave de identificación
que han desarrollado una gran diversidad hasta alcanzar de las Cupressaceae nativas
las 250.000 especies actuales, las coníferas (Pinophyta)
presentan una rica historia fósil y las especies vivas son
1. Árboles de hojas
muy escasas —la mayoría de carácter relictual—, apenas escuamiformes isomorfas.
una fracción de la diversidad pasada; no obstante, domi- Ramillas no aplanadas
dorsiventralmente
nan muchos ecosistemas boscosos templados y boreales
(Mackay et al. 2012).
2. Hojas opuesto-decusadas. Pilgerodendron uviferum
Ramillas tetragonales (D. Don) Florin, ciprés de las
Guaitecas

Antecedentes taxonómicos 2. Hojas en verticilos Fitzroya cupressoides (Molina)


trímeros I. M. Johnst. Alerce, lahuán
de los cipreses de la cordillera

1. Árboles de hojas Austrocedrus chilensis


escuamiformes dimorfas, (D. Don) Pic. Serm. & Bizarri
Austrocedrus chilensis (D. Don.) Pic. Serm. & Bizarri, ci- un par frontal pequeño ciprés de la cordillera, ciprés
y otro lateral más len
prés de la cordillera, y Pilgerodendron uviferum (D. Don), grande, con hojas
Florin, ciprés de las Guaitecas, pertenecen a la división de dorso aquillado.
Ramillas aplanadas
Pinophyta, clase Pinopsida (coníferas), orden Cupressales, dorsiventralmente
familia Cupressaceae s. l., subfamilia Callitroideae, tribu
Libocedreae (Schulz et al. 2005).
Las Cupressaceae s. l., árboles forestales muy apre-
ciados por su valor ornamental, incluyen entre 133 y 162
especies (Farjon 2005), con 31 a 32 géneros, de los cuales Ciprés de la cordillera
18 son monotípicos (Gadek et al. 2000). Las Cupressaceae
incluyen casi la totalidad de los géneros de Taxodiaceae
tradicionales. Ambos taxones conforman un nuevo linaje Descripción botánica
de las coníferas, aunque se interpretan como una única
familia: Cupressaceae s. l., presente en ambos hemisferios Árbol siempreverde, de hábito juvenil piramidal compacto,
(Farjon 2005, Gadek et al. 2000). que recuerda, por su aspecto, a Cupressus lawsoniana. Los
Las relaciones filogenéticas han determinado la di- ejemplares adultos presentan la copa aplastada; tronco
visión en subfamilias, entre las que destaca la subfamilia recto o tortuoso, habitualmente limpio de ramas en los
Callitroideae —muy bien representada en los bosques del 2/3 de su longitud (Serra 1987); corteza de 8-25 mm de
hemisferio sur—, que incluye los tres géneros endémicos espesor, con fisuras longitudinales y transversales profundas
20 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 18 -2 8 , 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

Figura 2. Corteza fisurada de ciprés de la cordillera. © Gustavo Cruz. Figura 3. Ramilla y conos de Austrocedrus chilensis, ciprés de la cordillera, en
la Reserva Natural Futaleufú. © F. Greene.

y escamas de adherencia variable, café-grisáceas, aromáticas imbricadas —con filotaxis opuesto-decusada— y dimorfas:
y resinosas (Castro 2009) (Figura 2). las laterales más grandes que las centrales, de 2-3 mm de
El ciprés de la cordillera tiene ramas extendidas as- largo, extendidas sobre el tallo, con el dorso aquillado o
cendentes, ramificadas, ramillas comprimidas, aplanadas, agudo con bandas estomáticas blanquecinas; y las hojas
amarillo verdosas con bandas estomáticas blancas en el faciales aplanadas, triangulares, de 0,5-1,0 mm de largo.
envés (Rodríguez et al. 1983, Hechenleitner et al. 2005). Asimismo, son hojas anfiestomáticas, es decir, con estomas
(Figura 3) Posee hojas perennes, escuamiformes, sésiles, en ambas caras (Barrera & Meza 1991).
Especie dioica, con estróbilos masculinos terminales
de 4-5 mm de longitud (Figura 4a) y estróbilos femeninos
o conos ovoideos, solitarios, de 1-1,5 cm de largo, con 4
escamas de coriáceas a leñosas, basifijas, con un mucrón
corto en el dorso; las escamas inferiores son estériles y más
cortas, en tanto que las superiores son fértiles, con 2 óvulos
cada una (Figura 4b).
La polinización se produce de octubre a noviembre.
La madurez reproductiva tiene lugar entre los 15 y los 25
años en ejemplares femeninos (Enright & Hill 1995).
Las semillas, que maduran de febrero a marzo, son conos
anuales con dehiscencia natural (Hechenleitner et al. 2005),
amarillentos, de 5 por 3 mm, con dos alas asimétricas (la
a lateral, membranosa, más desarrollada). La germinación
es epigea (Donoso 2013).
La fisonomía del ciprés de la cordillera muestra
una gran plasticidad cuando soporta severas condiciones
ambientales, como estrés hídrico, suelos pobres, escasa
luminosidad y fuertes vientos, factores que le imponen
restricciones a su crecimiento (Grosfeld & Barthelemy
2004). Se observan ejemplares con varios fustes y de baja
altura en sitios abiertos y en condiciones xéricas, y árboles
rectos de porte piramidal y alturas superiores a los 25 m
en condiciones más favorables, con diámetros de hasta 2 m
b
(Veblen et al. 1995) (Figura 5).
Figura 4. Estructuras reproductivas de un ciprés de la cordillera. a: Amento
Especie longeva, el ciprés puede superar los 500 años
masculino. b: Conos femeninos leñosos, en su madurez. © Gustavo Cruz. de edad y llegar hasta los 1000 (Enrigth & Hill 1995); sin
A u strocedr u s c h i le n s i s y P i lgerode n dro n u v i fer u m • S err a & C ru z 21

Figura 5. Ejemplares de hábito piramidal de ciprés de la cordillera destacando entre el bosque esclerófilo, en Alto Cachapoal. © Gustavo Cruz.

embargo, es raro encontrar ejemplares de estas edades, de la cordillera (Enright & Hill 1995). En Chile, tanto en
debido a la corta y/o alta frecuencia de las perturbaciones su límite norte como en el sur, la distribución es discon-
(Hechenleitner et al. 2005, Veblen et al. 1995). tinua: se presenta en forma de poblaciones aisladas más o
menos densas, formando “cipresales” (Hechenleitner et al.
2005). De acuerdo con el catastro realizado por CONAF-
Distribución geográfica CONAMA-BIRF (1999), el tipo forestal ciprés de la cor-
dillera cubre una superficie de 44.996,2 ha, es decir, 0,3%
El ciprés de la cordillera se considera la conífera con mayor de la superficie nacional de bosque nativo por tipo forestal.
rango latitudinal de distribución en Chile y Argentina,
puesto que se extiende por más de 11 grados latitudinales,
desde los 32º39’ hasta los 43º44’ de latitud sur, una dis- Hábitat
tancia de alrededor de 1.230 km en línea recta (Pastorino
et al. 2006). Además, es la conífera más septentrional de Austrocedrus chilensis es la conífera nativa más resistente a
Chile, ya que su límite norte se ubica en el cerro Tabaco, las condiciones de sequías estivales. Participa en numerosas
San Felipe, región de Valparaíso (32º39’ de latitud sur y formaciones vegetacionales, principalmente en ambientes
72º49’ de longitud oeste) (Schlegel 1962), hasta el valle andinos, desde matorrales y bosques esclerófilos andinos
del río Palena, región de Los Lagos (43º32’ de latitud sur y hasta bosques caducifolios montanos, y en los bosques
72º04’ de longitud oeste) (Serra et al. 1986). Crece tanto en patagónicos (Gajardo 1994, Luebert & Pliscoff 2006). Los
la cordillera de los Andes como en la cordillera de la Costa, ambientes preferenciales se encuentran en la alta monta-
en Chile, entre los 37°3’ S (cordillera de Nahuelbuta) y los ña, donde constituye masas puras de densidad variable,
40°20’ de latitud sur (Río Bueno) (Pastorino et al. 2006). que crecen en laderas rocosas de fuerte pendiente. En su
Los bosques más conspicuos se hallan entre los área de distribución norte se sitúa en exposiciones sur, en
34°45’ S y los 38°38’ S, en la vertiente occidental de los valles abrigados, en aluvios rocosos de los cauces de ríos
Andes, y entre los 39°30’ S y los 43°35’ S del lado argentino (Hechenleitner et al. 2005).
22 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 18 -2 8 , 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

El ciprés de la cordillera también crece en laderas poblaciones naturales, y la selección negativa de los ejem-
bajas y en terrenos planos, sobre suelos de ceniza volcá- plares más desarrollados. Es una madera muy estimada
nica, incluso sobre lava y escorias, formando pequeños para tallados artísticos y de figuras religiosas (Castro 2009,
rodales poco densos, aunque constituye masas boscosas Donoso 2013).
con Nothofagus, preferentemente con Nothofagus obliqua
y Nothofagus glauca. Su comportamiento general es el de
una especie intolerante. Estado de conservación

En el ámbito nacional, Austrocedrus chilensis está clasificada


Comunidades en las que participa en la categoría NT: casi amenazada (DS 42/2011), y en la
Lista Roja de UICN 2013 (Souto & Gardner 2013). Especie
Austrocedrus chilensis está incluido en las formaciones ve- en peligro para la región del Libertador Bernardo O’Higgins
getacionales (Gajardo1994) y en los pisos vegetacionales (Faúndez et al. 2007). Está escasamente considerada en el
(Luebert & Pliscoff 2006) que se detallan en la Tabla 1. Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado
(SNASPE), que cubre solamente el 6,4% de la superficie
de este tipo forestal (Donoso 2013).
Importancia forestal y ornamental

El ciprés de la cordillera presenta excelentes aptitudes como


árbol ornamental, por su atractivo porte cónico y el color de Ciprés de las Guaitecas, lahuán, ten,
su follaje (Riedemann & Aldunate 2014). Cultivado en el ciprés de las islas, shios o lipaix
norte de Europa y Norteamérica, su madera es aromática,
de muy buena calidad, textura fina y fibra derecha, liviana,
fácil de trabajar y resistente al deterioro; de albura blanco- Descripción botánica
amarillenta y duramen castaño-ocráceo claro.
En el pasado, el uso de la madera en construcción, Árbol de hasta 20 m de altura, de copa estrecha piramidal
carpintería, mueblería, rodrigones de viñas y postes tele- cuando joven e irregular en ejemplares maduros, de aspecto
fónicos y telegráficos produjo la rápida reducción de las similar al alerce (Fitzroya cupressoides); de tronco recto y

Tabla 1.

Regiones fitoecológicas, subregiones y formaciones


Pisos vegetacionales
en las que se encuentra Austrocedrus chilensis
(Luebert & Pliscoff 2006)
(Gajardo 1994)

REGIÓN DE LA ESTEPA ALTOANDINA


SUBREGIÓN DE LOS ANDES MEDITERRÁNEOS
Bosque esclerófilo mediterráneo andino
de Kageneckia angustifolia-Guindilia trinervis
Formación del matorral esclerófilo andino
Asociación de Austrocedrus chilensis-Schinus montanus
REGIÓN DEL BOSQUE ESCLERÓFILO
SUBREGIÓN DEL BOSQUE CADUCIFOLIO MONTANO
Bosque caducifolio mediterráneo andino de Nothofagus obliqua-
Austrocedrus chilensis, junto con especies esclerófilas (quillay, litre),
Formación del bosque caducifolio de La Montaña
con N. glauca (hualo) en la región del Maule y probablemente con
Asociacion de Austrocedrus chilensis-Nothofagus obliqua
N. macrocarpa (roble de Santiago) en las regiones de O’Higgins y
del Maule
Formación del bosque caducifolio de la precordillera
Asociación de Austrocedrus chilensis-Nothofagus glauca
REGIÓN DEL BOSQUE ANDINO PATAGÓNICO
SUBREGIÓN DE LAS CORDILLERAS PATAGÓNICAS Bosque resinoso templado andino
de Austrocedrus chilensis-N. dombeyi (coihué), con Lomatia hirsuta
Formación del bosque patagónico con coníferas (radal)
Asociación de ciprés de la cordillera-radal (Lomatia hirsuta)
A u strocedr u s c h i le n s i s y P i lgerode n dro n u v i fer u m • S err a & C ru z 23

Figura 6. Ejemplar adulto de Pilgerodendron uviferum, creciendo en la región Figura 7. Ejemplar juvenil de ciprés de las Guaitecas resistiendo la nieve en la
de Magallanes, Chile. © Gustavo Cruz. región de Magallanes. © Gustavo Cruz.

cónico de hasta 1 m de diámetro (Figura 6), corteza muy por 1,5 mm; la cubierta seminal tiene numerosos canales
gruesa (de 20-40 mm) con fisuras muy profundas (10-45 resiníferos; las alas son de obovadas a oblongas, y miden
mm), longitudinales, paralelas, entrelazadas, de tiras ver- de 6-7 a 3 mm. La polinización tiene lugar de octubre a
ticales muy elongadas, color pardo-rojiza y de fragancia diciembre; las semillas maduran entre marzo y fines de
resinosa (Rodríguez et al. 1983, Serra 1987, Castro 2009). abril, y su germinación es epigea (Donoso 2013).
El ciprés de las Guaitecas tiene ramas abiertas, as- El ciprés de las Guaitecas es una especie muy longeva
cendentes, y ramillas ásperas por cicatrices foliares (Figura y de lento crecimiento (Roig y Boninsegna 1991, Veblen et
7). Sus hojas son isomorfas, persistentes, escuamiformes, al. 1995); puede vivir más de 800 años (Lara et al. 2006) y
sésiles, muy imbricadas, de 2-3 mm, aovado-oblongas, llegar hasta el milenio. Es común la edad de 500 años en
curvadas, romas o agudas; de filotaxis opuesto-decusada sitios no alterados (Szeicz et al. 2000).
que forma una cruz cada dos pares y le da a la ramilla una
sección transversal tetragonal muy típica. Presentan hojas
epiestomáticas, es decir, con estomas solamente en el haz Distribución geográfica
(Barrera & Meza 1991).
Es una especie dioica (Bannister et al. 2014). Los Pilgerodendron uviferum es la conífera nativa con mayor
estróbilos o amentos masculinos son cortos, subcilíndri- rango de distribución geográfica de los bosques templados
cos, de 5-10 por 2 mm; los estróbilos o conos femeninos de Sudamérica austral: 1.600 km (Szeicz et al. 2000, Rovere
son globosos, pardos, café-rojizos en la madurez, de 8-12 et al. 2002), desde el nivel del mar hasta los 800 msnm.
mm de largo por 4-6 mm de ancho, formados por dos En Chile presenta una distribución discontinua desde la
pares de escamas opuestas (las dos basales son estériles y región de Los Ríos, entre 39º43’ de latitud sur (Soto et
las superiores son fértiles), provistas de un largo apéndice al. 2010) hasta la de Magallanes, 55º20’  de latitud sur
dorsal aristado, carnosas cuando jóvenes y leñoso-coriáceas (Martínez 1981, Moore 1983). Forma poblaciones aisladas
en la madurez. Las semillas son bialadas, asimétricas, de 3 en mallines y terrenos planos de la cordillera de la Costa
24 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 18 -2 8 , 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE CIPRÉS DE LAS GUAITECAS al. 2000, Bannister 2004), poblando lugares bajos y zonas
(PILGERODENDRON UVIFERUM (D. DON) FLORIN) EN CHILE.
pantanosas (Martínez 1981).
Los bosques pantanosos de Pilgerodendron consti-
tuyen un tipo de vegetación estable que puede persistir
miles de años, aunque es muy vulnerable a los incendios
recurrentes (Bannister et al. 2008) (Figura 9).
Producto de las alteraciones causadas por el fuego y
la extracción, los bosques actuales de P. uviferum presentan
una estructura más simple en comparación con la que
tuvieron los rodales inalterados. Sin embargo, esta especie
logra persistir después de una o varias perturbaciones, que
aparentemente no producen cambios radicales en el hábitat
(Cruz & Lara 1981).
Parece no ser capaz de regenerarse bajo dosel y, con-
secuentemente, depende de grandes perturbaciones que
den condiciones de luz favorables para su regeneración. En
sectores planos más húmedos y con mal drenaje (Figura
10) se observa una buena regeneración (Donoso 1993).

Figura 8. Distribución geográfica del ciprés de las Guaitecas, Pilgerodendron


uviferum, en Chile (basado en CONAF 2011).

y en la de los Andes en su distribución norte, mientras


que hacia el sur es más abundante, especialmente en las
islas de Chiloé, Aysén y Magallanes, lo que la convierte
en la conífera más austral del mundo (Szeicz et al. 2000,
Bannister et al. 2008) (Figura 8).
En Argentina su distribución es menor, con po-
blaciones de pocos ejemplares, entre los 41º y 50º32’ de
latitud sur, en terrenos turbosos o anegados (Rovere et al. Figura 9. Ciprés de las Guaitecas creciendo en sectores alterados por incen-
dios, Chile. © Gustavo Cruz.
2002) (Figura 8).
El tipo forestal ciprés de las Guaitecas representa el
7,2% de la superficie nacional del bosque nativo en Chile,
con una superficie de 970.326 ha (CONAF et al. 1999).

Hábitat

El ciprés de las Guaitecas es una especie intolerante, que


aumenta su tolerancia en condiciones de mejor drenaje
y fertilidad del suelo (Cruz & Lara 1981). Habita prin-
cipalmente en zonas frías y con abundante precipitación
(> 3000 mm/año). Crece en terrenos planos con mal dre-
naje, saturados de humedad, ricos en materia orgánica y Figura 10. Regeneración de ciprés de las Guaitecas, sobre Sphagnum sp., en
muy ácidos (pH de 3,5 a 4,7) (Cruz & Lara 1981, Szeicz et suelos saturados de humedad.
A u strocedr u s c h i le n s i s y P i lgerode n dro n u v i fer u m • S err a & C ru z 25

Comunidades en las que participa Importancia forestal

Según la distribución natural de las poblaciones de Pilgero- El principal uso histórico del ciprés de la Guaitecas es el
dendron uviferum en Chile, la especie se ha clasificado como maderero. Se usa como combustible y, antes, en la cons-
parte de diversas formaciones vegetacionales (Gajardo trucción de remos y dalcas; estas últimas, embarcaciones
1994) y pisos vegetacionales (Luebert & Pliscoff 2006), en que fabricaban y utilizaban los indígenas de la isla de
sentido norte-sur, que se detallan en la Tabla 2. Chiloé y de la costa del territorio continental adyacente
(Torrejón et al. 2013).

Tabla 2.

Regiones fitoecológicas, subregiones y formaciones en las que participa


Pisos vegetacionales
Pilgerodendron uviferum
(Luebert & Pliscoff, 2006)
(Gajardo, 1994)

Región del bosque laurifolio


Subregión del bosque laurifolio de Valdivia
Bosque resinoso templado costero de
Formación del bosque laurifolio andino Pilgerodendron uviferum y Tepualia stipularis
Asociaciones de Pilgerodendron-Tepualia stipularis,
Fitzroya cupressoides-Tepualia stipularis

Región del bosque siempreverde y de las turberas


Subregión del bosque siempreverde con coníferas Bosque resinoso templado costero
de Pilgerodendron uviferum y Astelia pumila
Formación del bosque siempreverde de la Cordillera Pelada
Asociaciones de Pilgerodendron-Tepualia stipularis,
Pilgerodendron-Astelia pumila
Fitzroya-Tepualia stipularis

Formación del bosque siempreverde de la cordillera de los Andes


Asociación de Fitzroya cupressoides-Tepualia stipularis

Formación del bosque siempreverde con turberas de la isla de Chiloé


Asociaciones de Pilgerodendron,Tepualia stipularis,
Pilgerodendron-Philesia magellanica,
Pilgerodendron-Astelia pumila Matorral siempre verde templado costero
y Fitzroya cupressoides-Tepualia stipularis de Pilgerodendron uviferum y Nothofagus nitida

Formación del bosque siempreverde con turberas de los Chonos


Asociaciones de Pilgerodendron-Astelia pumila, Pilgerodendron-Tepualia stipularis

Formación del bosque siempreverde de Puyuhuapi


Asociación de Pilgerodendron-Tepualia stipularis

Subregión de las turberas, matorral y estepa pantanosa

Formación de los matorrales siempreverdes oceánicos


Asociación de Pilgerodendron-Tepualia stipularis

Formación de turberas y matorral siempreverde pantanoso del canal Messier


Asociación de Pilgerodendron- Philesia magellanica

Formación de turberas y estepa pantanosa de los archipiélagos magallánicos


Asociación de Pilgerodendron-Philesia magellanica
26 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 18 -2 8 , 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

a b c
Figura 11. Usos de la madera de ciprés de las Guaitecas. a: Pasarela caleta Tortel, región de Aysén, Chile. b:Tejuelas para el recubrimiento de viviendas, caleta
Tortel. c: Embarcación tradicional chilota, Isla Grande de Chiloé, Chile. © Gustavo Cruz.

Su madera es liviana, blanda e imputrescible, de gran El aprovechamiento tradicional de estos bosques


durabilidad y alta resistencia a daños biológicos, muy aro- para madera de embarcaciones y tejuelas ha implicado la
mática, de color amarillo-anaranjada, características que le explotación y quema extensiva de grandes superficies de
otorgan un alto valor para la construcción de tejuelas, mue- cipresales, especialmente en la Isla Grande de Chiloé y en
lles, embarcaciones y muebles (Castro 2009) (Figura 11). Aysén. Debido a la mejor accesibilidad, gran parte de la
El ciprés de las Guaitecas tuvo una función impor- madera de ciprés que hoy se comercializa proviene de la
tante durante la conquista y colonización de los pueblos explotación de estos bosques quemados.
indígenas del sur de Chile. Hubo una intensa explotación Las cortas ilegales en las reservas y parques nacionales,
a raíz del valor que alcanzó su madera para la elaboración y en islas australes, más las prácticas de cosecha deficientes
de durmientes, debido al desarrollo ferroviario en Chile en terrenos privados, son continuos problemas que afectan
y Sudamérica, y a la quema de los bosques a partir de la la conservación de esta especie en Chile (Szeicz 2000).
segunda mitad de siglo XIX (Hofmann 1999, Martinic
2005).

COLOFÓN
Estado de conservación

El ciprés de las Guaitecas no está en ninguna categoría de Ambos cipreses nativos, el ciprés de la cordillera y el de
amenaza, de acuerdo con el Reglamento de Clasificación las Guaitecas, así como sus bosques, deben ser protegidos
de Especies (RCE) del Ministerio del Medio Ambiente. en sus áreas naturales. Es necesario promover planes de
Está catalogado como vulnerable en la Lista Roja de la forestación y de usos sostenibles, en los hábitats adecuados,
Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y generar instancias de conservación y conocimiento de
(UICN) (Souto, Premoli & Gardner 2013), y desde 1973 estas antiguas especies relictas de la flora nativa.
está considerado en el apéndice I de la Convención Inter-
nacional de Comercio de Especies Amenazadas (CITES),
con lo cual se prohíbe su comercio internacional.
Actualmente es el tipo forestal con mayor superficie Referencias bibliográficas
protegida (SNASPE) con respecto a su superficie nacio-
nal total. La mayor población protegida se concentra en
las regiones de Aysén y Magallanes, con 73,1% y 71,6% Bannister JR, A Lara & C Lequesne. 2008. Estructura y diná-
respectivamente (CONAF et al. 1999). mica de bosques de Pilgerodendron uviferum afectados por
A u strocedr u s c h i le n s i s y P i lgerode n dro n u v i fer u m • S err a & C ru z 27

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II. Austrocedrus chilensis (D. Don)
Pic. Sermolli et Bizzarri Andrea Lira 2014
Jardín Botánico Chagual

Austrocedrus chilensis (D. Don) Pic. Sermolli et Bizzarri


Webbia 32(2):455-534. 1978

Austrocedrus: del griego austro = sur y cedrus = un género similar;


chilensis: de Chile.
Rodolfo Emilio Giuseppe Pichi-Sermolli (1912-2005),
botánico italiano graduado en la Universidad de Florencia.

Nombre común: ciprés de la cordillera, lahuán, ciprés, len

Familia: Cupressaceae

Categoría de conservación: Casi amenazado (NT  RCE7  DS 42/2011 MMA)

Árbol siempreverde, generalmente dioico, de hasta 25 m de alto, con copa piramidal


y tronco de 1-2 m de diámetro. Ramas ascendentes, densas, con ramillas comprimidas,
amarillento-verdosas. Hojas como escamas; las laterales, de 2-3 mm de largo, borde aquillado
o agudo; las ventrales, triangulares, menores, usualmente con bandas blancas por el envés.
Inflorescencia en conos; los masculinos, solitarios y terminales; los femeninos, ovoides,
de 1-1,5 cm de largo, compuestos de dos pares de escamas unidas por sus bases, opuestas,
coriáceas, con espina dorsal corta; el par inferior, más pequeño y estéril. Floración entre octubre
y noviembre (Rodríguez et al. 1983, Rodríguez et al. 1995). Semillas con un ala membranácea
unilateral, obtusa; maduración entre febrero y marzo (Rodríguez 2004).

Género monotípico formado por una sola especie endémica de Chile y Argentina.
En Chile vive desde el cerro Tabaco, San Felipe, región de Valparaíso, hasta el valle del río Palena,
región de Los Lagos, tanto en la cordillera de los Andes como en la cordillera de la Costa.

a: Rama. b: Hoja. c: Fruto inmaduro. d: Fruto maduro. e: Semilla. f: Brote.

Lámina dibujada por Andrea Lira © Andrea Lira 2014.


Basada en la Colección de Plantas en Categoría de Conservación
del Jardín Botánico Chagual.
Descripción de la especie. MMA.
Ficha de antecedentes de especies. Id. especie n.º 137.
(PALEO)ECOLOGÍA 31

Anillos de crecimiento de Austrocedrus chilensis:


un archivo natural del cambio climático

Carlos Le Quesne, Moisés Rojas & Duncan Christie


Instituto de Conservación Biodiversidad y Territorio,
Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales,
Universidad Austral de Chile,Valdivia
[email protected]

Anillos de crecimiento
y registro del clima pasado

E scasas son las disciplinas que estudian el clima del


pasado que presentan una resolución anual, por ello
la dendrocronología se considera una técnica de datación
absoluta y a la vez una fuente clave para contextualizar el
cambio climático en una perspectiva de largo plazo (Bradley
et al. 2003, Schweingruber 1996). Esta disciplina, aplicada
al ciprés de la cordillera (Austrocedrus chilensis, en adelante,
ciprés) permite analizar las variaciones climáticas de los
Andes mediterráneos durante el último milenio.
La dendrocronología se basa en secuencias cronoló-
gicas de anchos de anillos de crecimiento (similares a un
código de barras), comunes a los árboles de un mismo
sitio y de distintos sitios o poblaciones de árboles (Fritts
1976). Este patrón consta de años característicos (usual-
mente, anillos estrechos) formados bajo la influencia de
un mismo régimen climático.
En los climas con estaciones contrastantes, el creci- Figura 1. Hojas escuamiformes, imbricadas, opuestas y comprimidas, amarillo
miento radial de los árboles cesa en la época desfavorable verdosas, con bandas estomáticas blanquecinas más marcadas en el envés.

(otoño-invierno) y se activa en condiciones favorables


(primavera-verano). Este ritmo anual, de reposo y activi-
dad, queda almacenado en la estructura de la madera. Cada el último período de crecimiento de un testigo de madera
año se agrega una nueva capa, que en un corte transversal —extraído de un árbol vivo—, se asigna el año exacto en
del leño se marca como un anillo. De este modo, conocido el que se formó cada anillo de crecimiento, hacia el pasado.
32 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 31- 35 , 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

Los ambientes montañosos donde habita el ciprés


restringen su crecimiento y, en consecuencia su tasa de Método dendrocronológico
crecimiento radial. Además, la variabilidad interanual
(año por año) del crecimiento se acentúa en las poblacio-
nes de árboles en su extremo de distribución. En Chile En el marco del proyecto FONDECYT 1121106 se han
central se produce un marcado gradiente de aridez que llevado a cabo campañas de muestreo en los Andes de
limita progresivamente el crecimiento hacia el norte. Así, Chile central (Figura 2), que consisten en la extracción de
la “sensibilidad” del registro de anillos (madera que se muestras de madera (o testigos) de árboles vivos utilizando
construye año tras año), depende, en buena medida, de la taladros de incremento y secciones (rodelas) de árboles
disponibilidad de agua. muertos para formar una red de cronologías (Figura 3).
Las muestras de árboles vivos se montan en molduras
de madera y se pulen usando lijas de granulometría de-
creciente (desde granos gruesos a, progresivamente, más
Características de la especie finos). Las muestras de madera muerta (rodelas o cuñas)
se restauran y sus fragmentos se fijan con cola fría, antes
de someterlas al proceso de pulido. Se debe tener en
El ciprés de la cordillera es la conífera con distribución más cuenta que la exposición prolongada (por varios siglos) a
septentrional de los bosques andino-patagónicos (Schlegel los factores ambientales (radiación, cambios de humedad
1962). Poblaciones dispersas se presentan a lo largo de los y temperatura, viento, etcétera) ocasiona la erosión de la
Andes —desde la región de Valparaíso (provincia de Los porción más externa, por lo que generalmente carecen de
Andes, 32°29’ de latitud sur) hasta la región de Los Lagos corteza. Este tipo de material leñoso se denomina madera
(provincia de Palena, 43°38’ de latitud sur). Estas pobla- relicta o subfósil, por su antigüedad, y se conserva como
ciones corresponden típicamente a formaciones boscosas restos en pie, trozos tumbados en el suelo e incluso como
abiertas, con árboles aislados sobre sustrato rocoso, condi- restos enterrados bajo detrito rocoso.
ción que se acentúa hacia el límite norte de distribución. Las maderas tratadas mediante este procedimiento
De las tres cupresáceas sudamericanas, el ciprés es la única permiten visualizar los elementos constitutivos del tejido
especie asociada a ambientes xéricos. leñoso y los límites de los anillos, bajo lupa estereoscópica
El ciprés es un árbol siempreverde, especie dioica, de (Figuras 4 y 5). Dado que se conoce la fecha de formación
hasta 20 m de altura, con copa piramidal, y un tronco que del último anillo de crecimiento (el más cercano a la corte-
alcanza hasta 2 m de diámetro. Desarrolla ramas ascenden- za) de los árboles vivos, es posible asignar el año calendario
tes y densas, con hojas escuamiformes comprimidas (ver exacto en el que se formó cada anillo (Figuras 4 y 5).
Figura 1). Presenta conos masculinos solitarios terminales, Mediante la comparación de los patrones de crecimiento
y conos femeninos ovoides, compuestos por cuatro escamas de distintas muestras se verifica y corrige la secuencia cro-
coriáceas opuestas, que contienen 1 a 2 semillas aladas nológica, lo que resulta en una línea de tiempo continua
(florachilena.cl). con resolución anual.

Figura 2. Panorámica del cajón de los Cipreses. Silueta de A. chilensis longevos sobre sustrato rocoso en El Baule. Al centro, el cerro Cotón (4.295 m); al fondo,
el cerro Alto de los Arrieros (4.990 m). Reserva Nacional Río de los Cipreses.
A nillos de crecimiento de A u strocedr u s … • L e Q uesne , R o j a s & C hr i s t i e 33

a c
Figura 3. Muestreo de árboles vivos de A. chilensis. a: Obtención de muestra perpendicular al fuste con taladro de incremento. b: Cuenca del río Cachapoal,
donde crecen árboles longevos de ciprés sobre rocas, al fondo río Cortaderal. c: Detalle de testigo radial de la madera (0,5 cm de diámetro), que contiene
los anillos de crecimento anual. Para extraerlo se utiliza un taladro de incremento.

Resultados y discusión 1998), y sabemos muy poco de la variabilidad natural de


las precipitaciones, los caudales y los balances de masa de
los glaciares en el pasado.
Las poblaciones de ciprés a las que refiere esta nota se lo- Teniendo en cuenta la situación actual de emergencia
calizan en el límite norte de distribución en Chile central, hídrica que afecta a Chile central, a consecuencia de estar
donde crecen los árboles más sensibles a la disponibilidad experimentando la década más seca desde que se tiene re-
de agua. Se trata de las poblaciones más antiguas de ciprés, gistro instrumental (a partir del año 1866) ( DGA 2014),
entre la cuenca del río Aconcagua y la del río Tinguiririca. resulta evidente la pertinencia de desarrollar esta red de
En la Reserva Nacional Río de los Cipreses se con- cronologías de ciprés. Este valioso archivo nos permite
servan extensas poblaciones de la especie, con algunos evaluar cambios en el clima bajo un contexto milenial.
ejemplares que superan los 900 años (Figura 2). Asimismo,
la preservación de las maderas relictas es excepcional, lo que
permite extender los registros de anillos hacia el pasado.
Estos registros exhiben una buena replicación (número ade- Resultados más relevantes
cuado de muestras), de tal forma que por primera vez se hace
posible analizar las variaciones del hidroclima de los últimos
1000 años, con estimadores robustos de alta resolución. Como producto de este proyecto de investigación se vi-
Los registros proxy del clima pasado, como este ar- sitaron 11 sitios (algunos en varias ocasiones), lo que se
chivo natural, son comparativamente escasos en el hemis- tradujo en un archivo con alrededor de 1400 muestras de
ferio sur; gran parte de estos proviene de investigaciones árboles vivos y 600 de madera relicta.
realizadas en el hemisferio norte (Bradley et al. 2003). Se pudo establecer la edad aproximada del árbol
Además, la mayoría de las investigaciones han puesto el más longevo de ciprés, conocido hasta el momento. Este
acento en la estimación de la temperatura (Mann et al. ejemplar tiene por lo menos 1427 años, considerando que
34 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 31- 35 , 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

a c
Figura 4. Análisis de muestras de madera procesadas (montadas y pulidas) en laboratorio. a: Este procedimiento precisa una lupa estereoscópica con aumento
de 50x. b: Secuencia de anchos de anillos de crecimiento anuales donde se observa la sensibilidad del crecimiento de A. chilensis a la disponibilidad de agua. Destaca
el anillo estrecho formado durante el año 1968 (flecha), que corresponde a una intensa sequía en la zona (10x). c: Visión transversal de la madera de A. chilensis. El
tejido está conformado por células (traqueidas) con espesor de paredes y diámetro de lúmenes variables en la conformación del anillo de crecimiento. Las líneas
oscuras verticales delimitan los anillos de crecimiento anuales (flecha segmentada), y las bandas horizontales más claras corresponden a los radios medulares (30x).

a c
Figura 5. Uno de los hallazgos más relevantes del proyecto consistió en ubicar el individuo vivo de ciprés más longevo que hasta ahora se conoce para la
especie. a: Este ejemplar posee una edad mínima estimada en 1427 años y se encuentra ubicado en el Santuario Serranía del Ciprés, El Asiento. La mayor
parte del árbol se encuentra muerta; de la porción más antigua del fuste muerto, se extrajo una sección transversal. b: La parte cercana al centro —en des-
composición— data del año 587 y el último anillo —en la periferia erosionada— corresponde al año 1262. Dado que la parte central del árbol se encuentra
incompleta, no es posible determinar su fecha de nacimiento. c: La madera de este ejemplar presenta una secuencia de anchos de anillo distintiva, lo que
permite su datación exacta mediante técnicas dendrocronológicas.
A nillos de crecimiento de A u strocedr u s … • L e Q uesne , R o j a s & C hr i s t i e 35

su primer anillo (el más cercano al centro), corresponde al por su experiencia en escalada, fundamental para rescatar
año 587. La parte más antigua (cuando el árbol era joven) muestras desde los escarpes rocosos. A Gonzalo Velásquez,
se encuentra en estado de pudrición, lo cual hace imposible Tomás Muñoz, Mariano Masiokas, Mariano Morales,
precisar su fecha de nacimiento (Figura 5). Waldo Iglesias, Daniel Stahle, Maximiliano Le Quesne
En la Reserva Nacional Río de los Cipreses se encon- y Felipe Benra, por su apoyo en las labores de terreno. A
traron restos de maderas relictas que datan del año 620. Este la Corporación Nacional Forestal (CONAF) por facilitar
hallazgo, sin precedentes para la especie, complementa los nuestra investigación y por su permanente apoyo.
estudios previos (LaMarche et al. 1979, Le Quesne et al. A los proyectos FONDECYT 1121106 y FONDAP
2006) y revela la importancia de incluir maderas relictas 15110009.
en la reconstrucción de este paleoarchivo.
Nuestros resultados demuestran la importancia de
contar con áreas de protección y reservas nacionales des-
tinadas a la conservación del ciprés, teniendo en cuenta Referencias bibliográficas
su condición de especie vulnerable (Hechenleitner et al.
2005) y considerando su calidad de depósito de maderas
relictas. En estos espacios se preserva la historia ambiental, Bradley RS, KR Briffa, J Cole, MK Hughes & TJ Osborn. 2003.
a salvo de la intervención humana y de incendios forestales The climate of the last millennium. En: K Alverson, RS
que ponen en riesgo este invaluable patrimonio natural. Bradley & TF Pederson (eds.), Paleoclimate, Global Chan-
Nuestros resultados de reconstrucciones hidroclimáticas ge, and the Future, pp. 105-141, Springer, Nueva York.
utilizando los registros de crecimiento de ciprés indican, DGA. 2014. MOP decreta escasez hídrica en 12 comunas de la
que los caudales de los ríos y las precipitaciones en Chile región de Valparaíso. Dirección General de Aguas. Noticias
central durante las dos últimas décadas, han sido los más de la Dirección, 1 de diciembre.
bajos de los últimos 1000 años. Espinoza C. 2014. Dirección Meteorológica: 2003-2013 es
la década más seca de los últimos 150 años. La Tercera,
Tendencias, 4 de mayo.
florachilena.cl. s/f. Enciclopedia de la Flora Chilena. Ciprés de
Desafíos actuales y futuros la cordillera, len. Austrocedrus chilensis. <http://museo.
florachilena.cl/Niv_tax/Gimnospermas/Cupressaceae/
Austrocedrus/Austrocedrus_chilensis.htm>.
Fritts HC. 1976. Tree rings and climate. Academic Press, Lon-
En adelante, el proyecto se focalizará en extender la red
dres, 567 pp.
de cronologías hacia el sur de Chile y Argentina, prestán-
Hechenleitner P, MF Gardner, PI Thomas, C Echeverría, B
dole especial atención a las zonas donde el ciprés prolifera
Escobar, P Brownless & C Martínez. 2005. Plantas amena-
sobre sustrato rocoso, con escasa intervención humana y
zadas del centro-sur de Chile. Distribución, conservación y
en su límite altitudinal. La extensión de los datos (red de
propagación. Universidad Austral de Chile, RBGE, 188 pp.
cronologías) permitirá el análisis espacial y temporal de las
LaMarche VC, RL Holmes, PW Dunwiddie & LG Drew. 1979.
sequías, con el objeto de indagar en detalle este fenómeno
Chile. Tree-Ring Chronologies of the Southern Hemis-
recurrente en la zona centro y centro-sur de Chile. phere. Series V, vol. 2, Laboratory of Tree-Ring Research,
El estudio de incendios y heladas abre otras líneas de University of Arizona, 43 pp.
investigación en el análisis de los anillos de crecimiento del Le Quesne C, DW Stahle, MK Cleaveland, MD Therrell, JC
ciprés en la zona ya que estos eventos quedan registrados en Aravena & J Barichivich. 2006. Ancient Austrocedrus
deformaciones anatómicas de la madera (células anómalas). tree-ring chronologies used to reconstruct Central Chile
precipitation variability from A.D. 1200 to 2000. Journal
of Climate 19: 5731-5744.
Mann ME, RS Bradley & MK Hughes. 1998. Global-scale
Agradecimientos temperature patterns and climate forcing over the past six
centuries. Nature 392: 779-787.
Schlegel FM. 1962. Hallazgo de un bosque de cipreses cordille-
Se agradece a los arrieros Carlos Farías, Ángel Lara, Kiko ranos en la provincia de Aconcagua. Boletín Universidad
Lara, Joaquín López y Raúl Espinosa por su valiosa asis- de Chile 32: 43-46.
tencia para acceder a los sitios y trasladar los materiales. Schweingruber FH. 1996. Tree rings and environment: dendro-
También agradecemos a Diego Ahumada y Oscar Concha ecology. Paul Haupt, Berna, 609 pp.
36 GAJES DEL OFICIO I

La última expedición del naturalista John Muir

Sergio Elórtegui Francioli


Biólogo,
Programa de doctorado de Ciencias de la Educación
Pontificia Universidad Católica de Chile
Corporación Taller La Era
[email protected]

J ohn Muir no es un nombre muy conocido en estas


latitudes. Sin embargo, las consecuencias de su
trabajo y vida, como también sus “últimos deseos” están
años, se convertirá en uno de los más amados naturalistas
de Norteamérica. Considerado uno de los exponentes
más espirituales de la historia natural norteamericana,
ciertamente presentes y ligados a Chile. Muir, quien llega consagra su vida a la total contemplación de la naturaleza
en 1849 a Estados Unidos desde Escocia a la edad de 11 (Worster 2008).

Figura 1. Sequoia National Park, Sierra Nevada, California. © Sergio Elórtegui.


L a ú l t i m a e x pe d i c i ó n d el n a t ur a l i s t a J o hn Mu i r • E l ó r t e g u i 37

Figura 2. Grupos de araucarias en los faldeos del volcán Llaima. © Sergio Elórtegui.

Su decisión de dejarlo todo comienza durante los En vida, Muir fundó la primera organización con-
primeros años de su juventud. Criado bajo el extremo servacionista de la historia, que persiste hasta hoy: Sierra
rigor de un padre calvinista, trabaja la tierra en la granja Club. Su trabajo se concentró en conocer la naturaleza a
familiar en Montello, Wisconsin; luego, en 1860, cursa través de la experiencia directa en los territorios salvajes y,
materias de química, geología y botánica, pero solo dos desde este conocimiento, proponer activamente estrategias
años, en la Universidad de Wisconsin. En 1867, después de conservación. Para Muir era tan importante conservar
de un grave accidente de trabajo que casi lo deja ciego, una sequoia gigante como las diminutas hierbas que crecen
decide abandonarlo todo y comienza a caminar hacia en las praderas.
el sur, literalmente. Camino de observación, registros y Entrando ya en sus 70 años y luego de enviudar,
reflexiones que lo llevarán por más de 1.800 kilómetros les comunica a sus hijas y amigos el profundo deseo de
desde Indianápolis hasta el Golfo de México y luego más realizar su último viaje: “[…] para encontrar un extraño
allá, hasta Centroamérica. Pasado un año retorna, para fi- árbol sudamericano que hacía tiempo deseaba estudiar”
nalmente sentirse en casa en las montañas de Sierra Nevada, (Branch 2009). El último viaje que Muir planeaba tenía
California. Ahí, en una pequeña cabaña perdida en el valle como destino Chile y sus bosques de Araucaria araucana
de Yosemite, su propia vida, dedicada a la observación y a en la región de la Araucanía (Figuras 2, 3 y 4).
la escritura de sus reflexiones sobre la naturaleza, comienza Este artículo expone un breve extracto de la bitácora de
a ejercer una atracción creciente para la gente de su época. su viaje de noviembre de 1911 y del que apenas hay registros
La publicación de sus trabajos —más de 300— atrajo la en Chile. La bitácora de Muir demuestra que su autor no fue
atención e influenció a gobernantes como Theodore Roo- solo un viajero y botánico, sino también un conservacionista
sevelt, quien lo visita y luego, con su apoyo, da origen al con preocupaciones globales. Nos aporta una mirada que se
primer programa de parques nacionales de Estados Unidos, anticipa y nos advierte no solo de la belleza que buscaba, sino
visión que posteriormente se expandiría a otros rincones de lo que ya en ese tiempo se les avecinaba a los bosques de
del mundo. Emblemáticos parques, como Sequoia (Figura Chile. Las palabras que se recogen de John Muir incrementan
1), Grand Canion y el mismo Yosemite, existieron primero la percepción del mundo natural e inspiran e invitan a los
en la mente de Muir. naturalistas de hoy a tomar una posición ética sobre nuestros
cohabitantes y el lugar en que cohabitamos.
38 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 36 - 41, 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

Figura 3. Parque Nacional Conguillio. © Sergio Elórtegui.

Expedición de John Muir Nov. 17


a los bosques de Araucarias Buen clima. Brisa fresca y el suelo secándose rápidamente.
Espero estar listo para partir a las montañas mañana.
Sur de Chile, 1911.

Nov. 18
Nov. 14 Cielo casi sin nubes. Al medio día las montañas, una noble
Me fui de Santiago a las 5:40 p. m. en el tren rumbo a cadena de cumbres y colinas nevadas, se veían completa-
Victoria, alrededor de quinientas millas al sur, esperando mente a lo largo del horizonte este. La mayoría de ellas
desde ese momento alcanzar los bosques de Araucarias que blancas sólidas e inmaculadas hasta las estribaciones. Una
dicen se extienden a lo largo de los Andes cerca del borde ancha llanura nivelada al frente, ligeramente o densamente
de la nieve. Hasta que oscureció, el camino yacía a través arbolada, surcada por pequeños arroyos, y con material de
de un fértil valle abundante con todo tipo de cultivos, morrenas esparcido. Las colinas y montañas separadas al
viñedos, y campos de grano. oeste del pueblo de Victoria están uniformemente cubiertas
de árboles a excepción de donde han sido despejadas para
campos de trigo. Estas montañas costeras son tal vez más
Nov. 15 altas que 1.000 pies de altura y finamente esculpidas. El
Fuerte lluvia durante la noche. Esta mañana seguía suelo en la llanura o meseta es aparentemente profundo y
nublado y lloviznoso. Estoy ahora en el valle con cerros algo arenoso. Una gran parte de él dedicado al trigo, que
y montañas visibles en todas direcciones. Alrededor de se ve bien y tiene ahora alrededor de un pie de altura. El
las 8:00 a. m. estoy pasando por verdes cerros. Extensos pueblo de Victoria cubre una gran área. Las calles son
campos de trigo y pastos. Una hermosa región. Cientos anchas, las cuales, excepto la parte comercial cerca de la
de millas de Álamos de Lombardía. Dunas de arenas en Plaza, están en una condición miserable, sin pavimentar
anchas correas por allí y por allá. Llegué alrededor de las y cortadas con baches y sobresalientes, con bancos de lodo o
9:00 a. m. a Victoria y fui recibido por los Smith, como si bancos de polvo según el clima. Dicen que las plantaciones
fuera uno de la familia. sufren frecuentemente con la sequía. La tormenta del 14
y 15, que ha dejado las calles imposibles de pasar, dicen
Nov. 16 que fue excepcional.
Jueves. Despejando. El suelo empieza a secarse, pero los Estoy feliz de por fin dirigirme hacia las montañas,
caminos de vuelta al campo son reportados como impo- a pesar de que disfruté mucho este hospitalario hogar.
sibles de pasar. Partí en carreta a las 3:30 p. m. Carreta liviana, tirada
L a ú l t i m a e x pe d i c i ó n d el n a t ur a l i s t a J o hn Mu i r • E l ó r t e g u i 39

Figura 4. Araucarias en la lluvia. © Sergio Elórtegui.

por dos caballos y manejada por uno de los hijos del señor renta pies de largo y cuatro pies de diámetro. Desconozco
Smith. Camino extremadamente malo. Gran parte de él su especie; probablemente haya —el más importante género
está obstruido por troncos torcidos. Los puentes sobre arroyos de los bosques de árboles de por aquí. Seis especies en Chile;
también están en muy malas condiciones. Tan así que la cinco de ellas grandes; una llamada Roble hace la mejor
mitad del camino es evitado y el viaje sigue por uno de leña. Podocarpus chilense es uno de los más notables junto
los dos lados de los puentes, cruzando los arroyos ahora a al Laurel; ambos grandes y muy hermosos árboles. También
menudo con el agua a altura del estómago de los caballos, lo es Persea lingue. De los arbustos: Berberis, Pernettia,
y rodeados de lodo casi igual de profundo. En varios lugares Cytharonxylon, Lomatia, Azarole, Embothrium. Por
casi perdemos a los caballos y la carreta. Densos bosques lejos, el más llamativo e influyente es el último, con sus flores
a ambos lados tan lejos como la visión permite ver. En los carmesí en grandes masas, adornando todos los espacios
pocos campos que han sido despejados, solo los árboles más abiertos, especialmente prados. Este fino arbusto se para
pequeños han sido sacados de raíz; los más grandes simple- erguido alrededor de cinco a diez pies de altura. También
mente han sido quemados y matados, y así es como están hay un parásito florido, muy llamativo, que adorna pro-
parados melancólicamente, monumentos negros, algunos de fusamente los troncos de los árboles. No creo haber pasado
ellos cercanos a los 100 pies de altura, formando los cultivos a través de un bosque de árboles redondeados y de madera
más desordenados e imperfectos imaginables. Una especie dura más fino que este. La altura promedio no puede ser
de lirio de un llamativo color rojo es común a lo largo de menor a los cien pies; muchos de ellos son mucho más altos,
las vallas. Llegué a las 6:30 p. m. al rancho de los Smith, 125 a 140 pies. Pero están siendo rápidamente destrozados.
alrededor de 15 millas de Victoria, y fui recibido por otro El suelo en el que están creciendo es comparativamente
de sus múltiples amigos. más nivelado y sube gradualmente hasta alrededor de los
6.000 pies sobre el nivel del mar. Su suelo es bastante fértil.
Los leñadores rentan para explotar grandes tramos; cortan
Nov. 19 lo más valioso, Roble, etc., y después sin piedad queman
Paseé por amplios campos de trigo a una o dos millas de la todo lo que queda; nueve décimos o similar. Ramas secas
casa del rancho y obtuve magníficas vistas de ocho grandes y leña son apiladas alrededor de cada árbol y la quema
y blancos conos volcánicos, extendiéndose a lo largo del eje continúa hasta que no queda nada más que monumentos
de las montañas. Pasé el día dibujándolos. Dibujé todo en negros de los bosques floridos y frondosos. Después el trigo
contornos. Encontré un árbol parecido a la “Madrona” con es sembrado alrededor de los muñones y escombros y luego
un tronco de 3.9 pulgadas; su corteza es suave, delgada y rallado y cosechado con hoces. Los más destruidos campos
rojiza por fuera; pálida donde escamas han sido reciente- canadienses son lisos y tranquilizadores en comparación.
mente sacadas. ¿Una Myrtaceae? Probablemente Myrtus, Solo Nueva Zelanda en una pequeña escala puede mostrar
con hojas pequeñas. Otro árbol postrado; con ciento cua- igual desolación de árboles.
40 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 36 - 41, 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

Nov. 20 una cordillera de 1000 pies de altura bordeando el lado sur


Mañana neblinosa. A las 6:00 a. m. empacando para las de una planicie glaciar, cuya cima estaba rodeada de las
altas montañas donde crece Araucaria imbricata.1 La noche largamente buscadas Araucarias. Larga lucha subiendo la
anterior fui a ver a John Hunter, quien tiene un aserradero. empinada pendiente de hierbas y arbustos. Un caballo cayó
Amablemente dejó su trabajo para guiarnos hacia los bosques y rodó. Caminamos por la cordillera una milla o dos, admi-
que por tanto tiempo he deseado ver. Difícil pero glorioso rando; después descendimos la larga pendiente sur cubierta
día. Acampamos antes de que se pusiera el sol. Cabalgamos de cañas hasta la parte baja de otro valle de pradera glaciar
a través de magníficos bosques de árboles redondeados, flanqueado por un arroyo lleno de rocas y situado debajo
algunos de ellos de hojas perennes. Donde el suelo tiene de una arboleda de Araucarias. Hay Araucarias en grupos
buena cantidad de agua la altura promedio de los árboles separados o solas por todo el camino, tanto hacia arriba
principales debe exceder los cien pies. Algunos alrededor de como hacia abajo de la pendiente sur y enmarcando todo el
ciento cincuenta pies de altura. Nuestro grupo consiste en el horizonte alrededor. Una vista gloriosa e insólita, mejor que
señor Smith, el señor Williams, el señor Hunter, yo mismo y todo lo que había esperado. Sin embargo lo había soñado por
dos porteadores chilenos, todos bien montados, bien cubiertos tanto tiempo, que parecía familiar. Mis tres acompañantes
y aprovisionados. Después de pasar varias cadenas de colinas durmieron debajo de carpas de lona, extrañamente temiendo
y arroyos, terrenos de helechos y musgos, apareció a la vista el bendito aire y rocío de la montaña.

La especie A. imbricata Pav. pasó por una serie de géneros y nuevos nombres que no respetaron el epíteto específico original
1

de Molina, “araucana”, todos erróneos, hasta que en 1873 Koch la nombra correctamente Araucaria araucana, nombre que se
mantiene hasta ahora. Hoy las preguntas sistemáticas sobre la especie nos llevan a mirar con interés la particularmente diferente
población de la cordillera de Nahuelbuta (ver Figura 6). [Nota de S. Elórtegui]

Figura 5. Dibujos y notas de John Muir sobre los bosques de araucarias.


L a ú l t i m a e x pe d i c i ó n d el n a t ur a l i s t a J o hn Mu i r • E l ó r t e g u i 41

La corteza de los árboles varía mucho en el grosor y particular, generalmente de ocho a diez pies de altura, estaba
diseño. En algunas es liso; en otras profundamente cortada cubierto con brillantes flores escarlatas, haciendo un magní-
en cuadrados o rombos como pieles de caimanes, desde fico borde al bosque. Muchos de los árboles también tenían
media pulgada a casi dos pulgadas de diámetro. sus troncos y ramas más grandes adornadas con helechos de
muchas especies y hermosos parásitos y epifitas.
Llegué al rancho de los Smith la noche del mismo día
Nov. 21 que nos fuimos de los bosques de Araucarias. Notamos en
Caminé por la cordillera sur sobre nuestro campamento, diferentes lugares algunas Araucarias solitarias creciendo entre
dibujando y fotografiando seis vistas del antiguo bosque las arboledas de hayas y laureles, especialmente en los bordes
(Figura 5). Obtuve una flor masculina y una femenina y de las arboledas, esto aproximadamente seis u ocho millas
conos. Partimos el viaje de vuelta al rancho de los Smith por desde el borde más bajo de la principal cadena de Araucarias.
un camino muchas millas más al sur que por el que vinimos,
y así obtuve nuevas vistas de los magníficos bosques de árboles
redondeados extendiéndose por toda la meseta tan lejos como Nov. 22
el ojo puede ver, e interrumpido solo por pequeñas praderas y Volví en carreta a Victoria.
médanos. Creo que es sin ninguna excepción el bosque de ár-
boles redondeados más alto que jamás he visto, promediando
milla tras milla más de cien pies de altura. Muchos hermosos Nov. 23
árboles y arbustos estaban en flor, especialmente alrededor Me despedí de los amables Smith y partí a las 7:20 a. m. hacia
de las aberturas de los prados y praderas. Un arbusto en Santiago. Llegué a las 10:20 p. m., obteniendo así vistas de la
región pasada durante la noche en el camino hacia Victoria.
En la estación, a pesar de que era tan tarde en la noche,
encontré el coche del señor Fletcher esperándome, y en pocos
minutos estaba en su palaciego hogar, gloriándome de mi
triunfante éxito en haber visto el gran bosque del sur de Chile.

Bibliografía

El manuscrito completo del viaje de 1911 permanece en


John Muir Papers, Holt-Atherton Special Collections,
University Library, University of the Pacific, Stockton,
California.
Branch MP. 2009. John Muir’s Last Journey. South to the
Amazon and East to Africa. Island Press, Shearwater
Books. Washington, D. C., 337 pp.
Worster D. 2008. A passion for nature: the life of John Muir,
Oxford [u.a.]. Oxford University Press, 544 pp.

Agradecimientos

Por el trabajo de traducción: Prof. Genoveva Medel, Ins-


tituto de Literatura y Ciencias del Lenguaje. Facultad de
Figura 6. Grupo de Araucaria araucana en el Parque Nacional Nahuel-
Educación. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
buta. © Sergio Elórtegui.
42 A DA P TAC I O N E S

Adaptaciones morfológicas y anatómicas foliares


de especies dominantes duneras costeras
en la zona central de Chile

Ana María Mujica Eileen Guerra


Profesor Botánica Ingeniera Agrónoma
Departamento de Ciencias Vegetales Departamento de Ciencias Vegetales
Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal
Pontificia Universidad Católica de Chile Pontificia Universidad Católica de Chile
[email protected] [email protected]

la transpiración. Generalmente corresponden a formas de


INTRODUCCIÓN vida fanerófitas perennes. La actividad biológica de estas
especies muestra distintos ciclos de crecimiento y formas de
ordenar su biomasa para ser más eficientes en el uso de los

L a zona central de Chile, aproximadamente entre


los 27° y 39° de latitud sur, tiene un clima de tipo
mediterráneo, caracterizado por una estación invernal
recursos disponibles. Se han establecido patrones básicos de
crecimiento que explican cómo y cuándo las plantas forman
sus diferentes órganos o eliminan parte de sus estructuras,
con precipitaciones y bajas temperaturas, y una estación y cómo ordenan sus estructuras vegetativas y reproductivas
estival con un período variable de sequía, altas tempera- (módulos) de una forma propia (arquitectura). Todo lo
turas y radiación solar (Di Castri & Hajek 1976). Los anterior se puede organizar en diagramas fenológicos que
factores ambientales mencionados son los responsables de corresponden al ciclo anual de crecimiento de una especie
condicionar el desarrollo y crecimiento de la vegetación determinada.
(Riedemann et al. 2008). La vegetación nativa del borde costero de Chile cen-
Para sobrevivir exitosamente, las plantas han debido tral corresponde a una comunidad con predominancia de
desarrollar estrategias adaptativas de crecimiento que les arbustos bajos esclerófilos y un estrato herbáceo estacional
permitan sobrellevar los períodos de escasez hídrica. Estas que se distribuye sobre terrazas marinas y finaliza con
estrategias están enfocadas a “evadir” o bien “soportar” una vegetación de dunas, con predominancia de especies
la falta de agua (Martínez 2009). Una forma de evadir la suculentas halófitas.
sequía es eliminando los órganos por los cuales las plantas En las terrazas marinas se concentran especies leñosas
podrían perder agua (deciduas); “secan” la parte aérea y arbóreas arbustivas: Beilschmiedia miersii (belloto del nor-
confían la reproducción a las semillas, que permanecen te), Cryptocarya alba (peumo), Citronella mucronata (na-
bajo tierra (herbáceas anuales y bianuales). ranjillo) y Escallonia pulverulenta (corontillo), entre otras
Por el contrario, aquel grupo de plantas que “sopor- (Gajardo 1994). Estas especies responden a la necesidad
tan” la sequía desarrollan estructuras adaptativas, especial- de reducir la transpiración cubriendo sus hojas con densas
mente en las hojas, que les permiten reducir al máximo y gruesas cutículas propias de las plantas esclerófilas. Otras
A daptaciones morfológicas y anatómicas … • M U JI C A & G U E R R A 43

El ecosistema es de tipo psamófilo. La vegetación que


crece en este ecosistema lo hace en un sustrato arenoso,
inestable, seco y altamente salino, donde la concentración
de cloruro de sodio en el agua intersticial es igual o excede
el0,5% (Wickens 1998). Las plantas deben adaptarse para
sobrevivir, crecer y reproducirse. Las adaptaciones son un
proceso que codifica caracteres morfológicos o fisiológicos
en respuesta a presiones selectivas determinadas, en un
proceso evolutivo único y específico (Dallmann 1998).
La hoja es el órgano que mejor representa el desarrollo de
mecanismos estructurales específicos de adaptabilidad: tri-
comas, gruesas cutículas epidérmicas, mesófilo compacto,
estomas hundidos en cavidades, relieve epidérmico, hipo-
dermis. La presente investigación corresponde a un estudio
anatómico y morfológico foliar de 3 especies vegetales que
crecen en dunas costeras.

Figura 1. Ubicación de la localidad de estudio. Fuente: Elaboración EGM.

SITIO DE ESTUDIO

consiguen el mismo efecto con la reducción o supresión Nuestro sitio de estudio es la quebrada de Cantagua. Se
completa de las hojas durante la estación seca del año; es el ubica en la comuna de Zapallar, región de Valparaíso,
caso de la Fuchsia lycioides (palo de yegua), arbusto caduco 32º37’ sur, 71º25’ este (Figura 1). El sitio se caracteriza
facultativo que, a mediados del invierno y si cuenta con por su clima semiárido, con un período seco que dura
la humedad suficiente, bota sus hojas y deja aparecer sus de 7 a 8 meses y un déficit hídrico de 800 a 1000 mm
flores, de color rosado oscuro. En la sombra de los árboles anuales. El período húmedo dura de 2 a 4 meses, con una
y arbustos destacan otras formas de vida, como hierbas, precipitación media anual de 450 mm, temperatura media
trepadoras, plantas epifitas y parásitas. Las hierbas tienen estable promedio de 14 °C y humedad relativa del 75%
a menudo órganos subterráneos carnosos, bulbos, rizomas, (Verbist et al. 2012).
tubérculos o raíces engrosadas.

METODOLOGÍA
VEGETACIÓN PSAMÓFILA
DEL BORDE COSTERO DE CHILE CENTRAL
Se realizó un catastro de vegetación utilizando la meto-
dología “línea intercepto”(Canfield 1941). Se trazaron
La vegetación de las dunas está expuesta directamente ocho líneas de 30 metros, con 10 metros de separación
a la influencia oceánica: fuertes vientos, suelos arenosos perpendicular a la línea de la costa. Con los datos obte-
altamente salinos y enterramiento (Ramírez 1992). Las nidos se calculó la cobertura relativa, considerando como
dunas costeras son montículos de arena sujetos a la acción especies dominantes aquellas que alcanzaron una cobertura
de los vientos. Se encuentran en todas las costas arenosas del superior al 30%. Aleatoriamente, se seleccionó un ejemplar
planeta y adquieren formas y tamaños diversos (Martínez de baja representatividad para realizar las comparaciones.
2008). En Chile las dunas litorales activas se localizan entre Se dispuso de muestras vegetales de hojas de las especies
los 29° y 37° de latitud sur, tanto en el clima semiárido dominantes para su análisis histológico en laboratorio. El
del norte del país como en la zona central y la zona sur material obtenido se observó con microscopio óptico y
templado-húmeda. electrónico de barrido.
44 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 42- 49, 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

especies nativas, 37,5%; endémicas, 43,75%; y adventi-


RESULTADO Y DISCUSIÓN cias, 12,5% (Figura 2). La forma de vida predominante
corresponde a la categorizada como hierba perenne 53%
(Figura 3). En cuanto a la cobertura relativa, Carpobrotus
Especies dominantes chilensis (39,19%) y Tessaria absinthioides (32,44%) son
las especies más abundantes. Oxalis megalorrhiza fue
El catastro determinó la presencia de 15 especies vegetales seleccionada como especie con baja cobertura (Figura 4).
con predominancia de la familia Asteraceae (Tabla 1):

Tabla 1. Catastro de la vegetación presente en el sitio de estudio


Nombre Científico Familia Hábito Status
Atriplex chilensis Chenopodiaceae Arbusto Endémica
Carpobrotus chilensis Aizoaceae Hierba perenne Nativa
Cistanthe grandiflora Portulacaceae Hierba perenne Endémica
Frankenia salina Frankeniaceae Subarbusto Nativa
Nolana crassulifolia Nolanaceae Arbusto o subarbusto Endémica
Oxalis megalorrhiza Oxalidaceae Hierba perenne Nativa
Polyachyrus poepigii Asteraceae Subarbusto perenne Endémica
Rumex maricola Polygonaceae Hierba perenne Endémica
Selliera radicans Goodeniaceae Hierba perenne Nativa
Tessaria absinthioides Asteraceae Arbusto Nativa
Tetragonia tetragonoides Aizoaceae Hierba anual Adventicia
Apium sellowianum Apiaceae Hierba anual o bianual Nativa
Equisetum giganteum Esquisetaceae Hierba perenne Nativa
Gunnera tinctoria Gunneraceae Hierba perenne Nativa
Ambrosia chamissonis Asteraceae Hierba perenne Adventicia

  Arbusto
8 Endémicas: 43,75%   Arbusto o subarbusto
7 Nativas: 37,5%   Hierba anual
7 Hierba anual o bianual
Adventicias: 12,5%  
6
6   Hierba perenne
  Subarbusto
5   Subarbusto perenne
4 7% 13%
7%
6%
3
2 7%
2
53%
1
7%
0
Adventicia Endémica Nativa

Figura 2. Origen biogeográfico de las especies encontradas. Figura 3. Formas de vida encontradas en el lugar de estudio.
A daptaciones morfológicas y anatómicas … • M U JI C A & G U E R R A 45

COBERTURA RELATIVA POR ESPECIE

Atriplex chilensis
Polyachyrus poepiggi
Tetragonia tetragonoides
Oxalis megalorrhiza
Cistanthe grandiflora
Gunnera tinctoria
Apium sellowianum
especies

Selliera radicans
Equisetum giganteum
Valeria sp.
Frankenia salina
Nolana crassulifolia
Tessaria absinthioides
Carpobrotus chilensis

0 10 20 30 40 50

% de cobertura relativa
Figura 4. Porcentaje de cobertura relativa.

Anatomía foliar

Grosor de epidermis cuticular


grosor: epidermis cuticular, cara abaxial (mm)

41,73%
En una cara abaxial de la lámina, la epidermis cuticular más 45 Desviación estándar
40 Tessaria absinthioides 2,1
gruesa la presentó C. chilensis, con un promedio de 41,73 35 Oxalis megalorrhiza 0,9
micrones, lo que sugiere que este sería uno de los mecanis- 30 Carpobrotus chilensis 1,5
micrones

25
mos utilizados por la especie para proteger sus estructuras 18,12%
20
11,45%
internas de la alta radiacióny así reducir la pérdida de agua 15

de la planta. Cabe destacar que C. chilensis presenta hojas 10   Tessaria absinthioides


5   Oxalis megalorrhiza
triangulares, por lo que, en estricto rigor, no existiría una 0   Carpobrotus chilensis

distinción clara entre la cara abaxial y la adaxial; sin em- promedio

bargo, para hacer las comparaciones pertinentes, se tomó la Figura 5. Especies estudiadas versus epidermis cuticular abaxial.
medición promedio presente en sus tres caras.Una gruesa e
irregular capa cerosa la impermeabiliza del medio externo,
evitando así la excesiva pérdida de agua por evaporación.
T. absinthioides muestra un grosor de la cara abaxial
de 18,12 micrones, casi tres veces menor que la epider- grosor: epIDERMIS cuticular, cara aDaxial (mm)
mis cuticular de C.chilensis. Los resultados sugieren que 429%
450 Desviación estándar
T. absinthioides utiliza otros recursos para protegerse de 400 Tessaria absinthioides 2,3
las altas radiaciones; por ejemplo, abundantes tricomas en 350 Oxalis megalorrhiza 126,07
300 Carpobrotus chilensis 1,5
ambas caras de la hoja.
micrones

250
La especie con baja cobertura relativa elegida al azar 200
150
muestra un grosor de 11,45 micrones, valor inferior a las
100   Tessaria absinthioides
41,73%
dos especies con mayor presencia en el sitio de estudio. 50
19,26%   Oxalis megalorrhiza
0   Carpobrotus chilensis
La Figura 5 muestra el comportamiento de la cutícula
promedio
abaxial de las tres especies estudiadas, con sus respectivas
desviaciones estándar. Figura 6. Grosor de la epidermis cuticular de la cara adaxial.
46 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 42- 49, 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

En el estudio de la epidermis cuticular adaxial de las


tres especies estudiadas, Oxalis megalorrhyza, aquella con
menor cobertura, es la especie con mayor tamaño 429,7
micrones (Figura 6). Los resultados sugieren que O. me-
galorrhiza desarrolla este mecanismo como una forma de
protección.
Figura 7a. Corte transversal de una hoja equifacial de T. absinthioides. Ilustra-
ción de Alexis Gonzales B.

Distribución del parénquima empalizada

El parénquima es un tejido vegetal poco especializado,


implicado en una gran variedad de funciones, como la
fotosíntesis, el almacenamiento, la elaboración de sustan-
cias orgánicas y la regeneración de tejidos. El parénquima
forma masas continuas de células en la corteza, en la médula
de tallos y raíces, en el mesófilo de las hojas, en la pulpa
de los frutos y en el endosperma de la semilla. Las células
parenquimáticas pueden aparecer asociadas al xilema y el
floema, formando parte integral de los mismos (Molist
2014). Las células del parénquima empalizada presentan
cloroplastos; por lo tanto, realizan procesos fotosintéticos.
En las especies analizadas, la distribución del parénquima
en empalizada es equifacial, presente en todas las caras de
la hoja. Este arreglo mesofoliar es característico de plantas
xerófitas. En suelos arenosos, la reflexión de la luz desde la
Figura 7b. Corte transversal de una hoja de C. chilensis: comportamiento
arena hace que la hoja reciba una considerable irradiación equifacial. Ilustración de Alexis Gonzales B.
también en la superficie abaxial, por lo que el parénquima
en empalizada en ambas caras mejora la eficiencia foto-
sintética (Lindorf et al. 1991). O.  megalorrhiza muestra
parénquima en empalizada solo hacia la cara superior; con
un comportamiento dorsiventral.

Presencia y tipo de cristales Figura 7c. Corte transversal por hoja de O. megalorrhiza: comportamiento
dorsiventral. Ilustración de Alexis Gonzales B.

La presencia de cristales es característica de especies que


crecen en suelos salinos, especialmente en aquellos con un
alto contenido de calcio, significación fisiológica de los
cristales en la regulación de la concentración interna de C. chilensis
Rafidios: cristales de
este ion ca+2 (Poblete et al. 1991). oxalato de calcio
En la Figura 8 se observan cortes histológicos de
C.chilensis (Figura 8a) y de O.megalorrhiza (Figura 8b),
con cristales de oxalato de calcio en forma de rafidio,
drusa y prisma.

Figura 8a. O. megalorrhiza.


A daptaciones morfológicas y anatómicas … • M U JI C A & G U E R R A 47

secos (García 2008). Se presume que los estomas en am-


bas caras permiten un mayor intercambio gaseoso y, por
ende, más oportunidades de hacer fotosíntesis y producir
materia seca. O.megalorrhiza presenta estomas solo en su
cara abaxial; por lo tanto, es una hoja hipoestomática, lo
que le permite un mayor control de la pérdida de agua vía
Drusas
evapotranspiración laminar.
Cristal
prismático

Presencia, morfología y distribución de tricomas

Los tricomas contribuyen a evitar la excesiva transpiración


Figura 8b. Oxalis megalorrhiza.
y, por ende, el sobrecalentamiento de la hoja, manteniendo
un equilibrio en el balance energético (Thomson1975). A
medida que los tricomas maduran, las vesículas se rompen
Distribución de estomas y liberan su contenido de sales hacia la epidermis, forman-
do una superficie altamente reflectante que disminuye la
El análisis muestra hojas anfiestomáticas en C. chilensis y pérdida de agua (Smith et al. 1997). En plantas halófitas
T. absinthioides, las dos especies más frecuentes en el sitio de que poseen tricomas glandulares, estos pueden estar invo-
estudio. Que una hoja sea anfiestomática implica que pre- lucrados en la excreción de sales, uno de los mecanismos
senta estomas en ambas epidermis. Este comportamiento más eficientes para manejar el exceso en las hojas (Bronwyn
es característico de plantas que se desarrollanen ambientes et al. 2007).

a-1 a-2 a-3

b-1 b-2 b-3


Figura 9. Tricomas epidérmicos foliares. a-1: T. absinthioides, tricomas filamentosos pluricelulares. a-2: Tricomas glandulares de cabeza pluricelular biseriada. a-3:
Tricoma filamentoso pluricelular. b-1: O megalorrhiza, tricomas glandulares unicelulares. b-2: Tricomas glandulares unicelulares observados con lupa. b-3: Corte
transversal x hoja de O megalorrhiza.
48 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 42- 49, 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

Suculencia:parénquima acuífero

Solo C. chilensis presenta parénquima acuífero y abundantes


polisacáridos, lo que sugiere efectividad en la retención del
agua almacenada en sus estructuras durante más tiempo.
La suculencia es el efecto típico manifestado por plantas
sometidas a cloruro de sodio (García 2008, Degano 1999).
El aumento de la suculencia de los distintos órganos de las
plantas halófitas es consecuencia de la diferencia de presión
osmótica entre la planta y el medio externo, lo que produce
un aumento de la turgencia en la vacuola de la célula, con 11
el consiguiente aumento de tamaño y almacenamiento de
agua en las mismas.

Parénquima acuífero Células de mucílago

12
Figura 10. C chilensis. Parénquima acuífero formado por células mucilaginosas.

Figura 11. F. salina. Estoma epidérmico foliar recubierto de sales


higroscópicas. MEB 2010x
Figura 12. N. sedifolia. Glándula foliar epidérmica pluricelular reservante
de agua. MEB 930x
Figura 13. N. sedifolia. Rugosidad epidérmica. MEB 594x 13

Tabla 2. Caracteres morfológicos foliares

Especie Epidermis Tipo de hoja Presencia y tipo Tipo de hoja Presencia, Tipo de Carácter específico
de acuerdo de cristales de acuerdo a la distribución y tipos paronquima
al arreglo del ubicación de los de tricomas
mesofilo estomas
Carpobrutus Uniestratificada Equifacial Rafidios +++ Anfiestomática No presenta acuífero Células mucilaginosas
chilensis
Tessaria Uniestratificada Equifacial No presenta Anfiestomática Unicelular no empalizada Mesofilo isolateral,
absinthioides glandular ++++ biestratificada epidermis con abundantes
y glandulares de tricomas filamentosos y
cabeza pluricelular glandulares
biseriada con pie
unicelular y papilas
Oxalis Uniestratificada Dorsiventral Rafidios, Hipoestomática Unicelular no empalizada Epidermis superior muy
megalorrhiza solitarios, glandular ++ y biestratificada grande y epidermis inferior
prismáticos + glandulares de protegida por grandes
cabeza pluricelular tricomas glandulares,
biseriada con pie mesofilo pequeño y muy
unicelular ++++ compacto

- = ausencia; + = baja; ++ = media; +++ = alta; ++++ = muy alta.


A daptaciones morfológicas y anatómicas … • M U JI C A & G U E R R A 49

CONCLUSIÓN BIBLIOGRAFÍA

Cualquier recurso natural de nuestro planeta tiene un valor Bronwyn B, R Vera-Estrella, E Balderas & O Pantoja. 2007.
intrínseco ecocéntrico, solo por el hecho de existir. Su gran Mecanismos de tolerancia a la salinidad en plantas. Bio-
tecnología 14cs3.indd., México, pp. 263-272.
dinamismo acelerado convierte a estos ecosistemas en labo-
Canfield R. 1941. Application of the line interception method
ratorios naturales donde es posible analizar los mecanismos in sampling range vegetation. J. Forestry 39: 388-394.
naturales de regeneración, un conocimiento esencial para Dallmann, P. 1998. Plant adaptations. En: P. Dallman, Plant life
proyectos de restauración ecológica. Las dunas costeras in the world’s Mediterranean climates, pp. 29-44.
de Chile central presentan una alta diversidad ecológica Di Castri F & E Hajek. 1976. Bioclimatología de Chile. Uni-
versidad Católica de Chile, Santiago de Chile.
y son un importante recurso natural de la Tierra. Poseen
Degano, C. 1999. Respuestas morfológicas y anatómicas de
un alto endemismo vegetal, quizá debido a lo extremo de Tessaria absinthioides (Hook. et Arn.) DC a la salinidad.
sus condiciones ambientales. Al mismo tiempo, debido a Revta.Brasil. Bot., São Paulo, 22(3): 357-363.
la creciente intervención antrópica en el lugar donde se Gajardo R. 1994. La vegetación natural de Chile. Clasificación
encuentran, son espacios extremadamente frágiles, lo que y distribución geográfica. Editorial Universitaria, Santiago
conlleva una rápida pérdida vegetal; de allí la importancia de Chile, 165 pp.
García M, D Jáuregui & E Medina. 2008. Adaptaciones ana-
de los procesos de restauración y, por ende,del conocimien-
tómicas foliares en especies de angiospermas que crecen
to de esta dinámica vegetacional. en la zona costera del estado Falcón (Venezuela). Acta
Por otro lado, la tolerancia a las condiciones am- Botánica Venezuelica, 31(1): 291-306 pp. Recuperado
bientales tan adversas que caracterizan a estos ecosistemas de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=86211471010.
duneros nos lleva a estudiar la similitud con que las plantas Lindorf H, L De Parisca & P Rodríguez. 1991. Botánica: cla-
sificación, estructura, reproducción. Universidad Central
responden aún cuando provienen de diferentes historias
de Venezuela, Biblioteca Caracas, 584 pp.
evolutivas (convergencia evolutiva). Martínez ML. 2008. Dunas costeras. Investigación y Ciencia
La caracterización de las especies analizadas de- 383: 26-35.
terminó que plantas con igual forma de vida presentan Martínez ML. 2009. Las playas y las dunas costeras: un lugar en mo-
diferentes respuestas frente al estrés hídrico ambiental. Las vimiento. Fondo Cultura Económica, México DF, 189 pp.
adaptaciones anatómicas y morfológicas, exclusivas de cada Molist P, MA Pombal & M Megías. 2014. Tejidos vegetales. En:
P Molist P, MA Pombal & M Megías, Atlas de histología
especie, son una de las formas de hacer frente a la falta de
vegetal y animal.Universidad de Vigo, Pontevedra, España.
agua que tienen las plantas xerófitas halófitas. Poblete V, V Campos, L González & G Montenegro. 1991.
Tres caracteres en común presentaron las especies Anatomical leaf adaptations in vascular plants of a salt
predominantes: epidermis uniestratificada, ordenamiento marsh in the Atacama Desert (Chile). Revista Soc. Chilena
equifacial en relación con el mesófilo de la hoja y estomas Hist. Nat. 64: 65-75.
Ogburn M & E Edwards. 2010. The ecological water-use strate-
en ambas caras de la hoja (anfiestomáticas), lo que sugiere
gies of succulent plants. En: JC Kader & M Delseny (eds.),
que podrían ser un rasgo común de las especies presentes Advances in Botanical Research 55: 179-225. Burlington
en un ambiente de dunas costeras. Sin embargo, no se Academic Press.
puede concluir que los caracteres comunes encontrados en Ramírez C. 1992. Las dunas chilenas como hábitat humano,
las especies dominantes sean los únicos responsables de su florístico y faunístico. Bosque 13(1): 3-7.
éxito en estos ambientes, ya que pueden existir otros que Riedemann P, G Aldunate & S Teillier. 2008. Flora nativa de
valor ornamental. Identificación y propagación. Edición
los potencien; por ejemplo, algunos relacionados con órga-
de Alicia Marticorena. Santiago de Chile, 645 pp.
nos de la planta no estudiados en esta oportunidad (tallos Smith W, T Vogelmann, E De Lucia, D Bell & A Shepherd. 1997.
y/o raíces). La suculencia es el carácter presente en todas Leaf form and photosynthesis. Bioscience 47: 785-793.
las especies analizadas, sugiriendo la efectividad de su rol ThomsonW. 1975. The structure and function of salt glands.
en la vegetación psamófila. C. chilensis es la única especie En: A Poljakoff-Mayber & J Gal (eds.), Plant in saline
environments. Springer Verlag, Nueva York, pp. 118-146.
suculenta que presenta, además, células con mucílago en
Verbist K, F Santibáñez, G Donald & G Soto. 2012. Atlas de
su parénquima acuífero, un factor anexo para la efectividad zonas áridas de America Latina y el Caribe. Documentos
en el almacenamiento celular de agua. técnicos del PHI-LAC, CAZALAC, Santiago de Chile.
Wickens G. 1998. Ecophysiology of economic plants in arid and
semi-arid lands. Springer Verlag, Berlín, 393 pp.
50 MICROBIODIVERSIDAD I

Líquenes saxícolas presentes en la cordillera de la Costa


de la región de Valparaíso

Jorge Redon Angélica Montenegro


Universidad de Viña del Mar Profesora de biología
[email protected] Pontificia Universidad Católica de Valparaíso

RESUMEN OBJETIVOS

S e informa sobre los resultados de investigaciones en


líquenes saxícolas, efectuadas durante los años 2013
y 2014 en cerros de la cordillera de la Costa, región de
· Reconocer y analizar las especies de líquenes saxícolas en
diferentes cerros de la cordillera de la Costa en la región
de Valparaíso, en alturas superiores a los 1200 msnm.
Valparaíso, en alturas entre 1200 y 2000 msnm. · Comparar las especies encontradas con aquellas presentes
Hallazgos de Xanthopeltis rupicola, y especies del en comunidades de líquenes saxícolas previamente estu-
género Umbilicaria, amplían sus respectivas áreas de diadas en la zona altoandina de la región de Tarapacá.
distribución. · Comparar los resultados obtenidos con estudios realiza-
dos en Bolivia y en la zona altoandina del Perú.
· Contribuir al conocimiento fitogeográfico de los líquenes
chilenos.
INTRODUCCIÓN

En relación con el conocimiento de los líquenes chilenos, METODOLOGÍA


se reconoce, de acuerdo con la bibliografía disponible, la
existencia de una marcada desproporción del mismo, res-
pecto a las diferentes zonas geográficas de nuestro país. La Ambos autores efectuaron un total de 10 excursiones a los
zona sur, incluyendo la Antártica occidental, ha recibido lugares seleccionados. Realizaron observaciones detalladas
una atención mucho mayor e intensiva con respecto a la de los sitios respectivos y recolectaron muestras de roca,
zona central y, especialmente, la zona norte de nuestro país. sobre las que se desarrollan las asociaciones de líquenes,
En la zona central, existen muy pocas contribuciones, con principalmente crustosos, mediante el uso de martillo y
excepción de aquellas correspondientes a las islas de Juan cincel. El material se conservó en sobres de papel y pos-
Fernández e Isla de Pascua (Redon 1973, 1976; Redon & teriormente se ingresó al herbario de líquenes del primer
Walkowiak 1978) y lo mismo puede afirmarse respecto a autor. Los sitios de muestreo y las comunidades analizadas
la zona norte de nuestro país. fueron registrados a través de fotos (cámara fotográfica
Nikon 7000) y georreferenciados mediante la utilización
de un GPS marca Garmin, Modelo Colorado 400.
L í quenes s a x í c o l a s presen t es en l a c o r d i ller a … • R E DO N & MO N T E N E G R O 51

RESULTADOS

En los estudios sobre la flora líquénica de la zona central de


nuestro país, nuestro primer objetivo ha sido reconocer las
especies de líquenes saxícolas en diferentes montañas de la
cordillera de la Costa en la región de Valparaíso (Figura 1),
por encima de los 1200 msnm, para lo cual hemos reali-
zado varios ascensos a los siguientes cerros: El Tabaco, Las
Vizcachas, El Roble, La Campana y La Chapa (Figura 2).

Figura 1. Mapa de las localidades estudiadas.

b c

d e
Figura 2. a: Cerro El Tabaco. b: Cerro Las Vizcachas. c: Cerro El Roble. d: Cerro La Campana. e: Cerro La Chapa.
52 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 5 0 - 55 , 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

Hasta el momento se ha logrado reconocer 13 es- Tabla 1. GÉNEROS DE LÍQUENES PRESENTES


EN LAS 5 LOCALIDADES ESTUDIADAS
pecies de líquenes. Se encuentran en proceso de estudio
un número equivalente a las especies halladas, por lo cual GÉNEROS DE
LÍQUENES
estos resultados deben considerarse como preliminares.
1. Acarospora Galloway & Quilhot (1998); Wirth (1980)
2. Dermatocarpon Galloway & Quilhot (1998); Wirth (1980)
3. Haematomma Galloway & Quilhot (1998); Wirth (1980)
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES 4. Nephroma Galloway & Quilhot (1998); Wirth (1980)
5. Ochrolechia Galloway & Quilhot (1998); Wirth (1980)
6. Pseudocyphellaria Galloway & Quilhot (1998); Galloway (1992)
La información obtenida en los estudios de terreno y la- 7. Rhizocarpon Galloway & Quilhot (1998); Wirth (1980)
boratorio sobre la composición y distribución de algunas 8. Rhizoplaca Galloway & Quilhot (1998);
especies y comunidades de líquenes saxícolas en la región de
Galloway & Quilhot (1998); Crespo &
Valparaíso, que se desarrollan en algunas de las principales Sancho (1982); Follmann & Redon (1973);
9. Umbilicaria
cumbres de la cordillera de la Costa, constituye un nuevo Hestmark (2009); Krzewicka, B. & A. Flakus,
(2010); Wirth (1980)
aporte sistemático y fitogeográfico al conocimiento de este
grupo para esta región. 10. Xanthoria Galloway & Quilhot (1998); Wirth (1980)
11. Xanthopeltis Galloway & Quilhot (1998)
1. Algunas especies de líquenes encontrados y analizados
en las áreas montañosas estudiadas presentan porcentajes
significativos de similitud entre sí y con líquenes que
crecen en el altiplano de la región de Atacama. 3. Las especies de los géneros Umbilicaria y Xanthopeltis
2. Se postula una relación significativa desde el punto de encontradas en nuestra investigación muestran una
vista fitogeográfico entre las comunidades de líquenes distribución geográfica que podría evidenciar un origen
andinos de la región central de Chile y las comunidades septentrional común.
que crecen sobre superficies rocosas de la cordillera de
la Costa.

Tabla 2. ESPECIES DE LÍQUENES PRESENTES


EN LAS 5 LOCALIDADES ESTUDIADAS

Cerro Cerro
Cerro Cerro Cerro
Especies de líquenes Las La
El Tabaco El Roble La Chapa
Vizcachas Campana

Acarospora schleicheri (Ach.) Mass. + + + + +


Acarospora socialis H. Magn. + + + +
Dermatocarpon miniatum (L) W. Mann + + +
Haematomma campanaense Redon et Walkowiak +
Nephroma pseudoparile (Räs.) Zahlbr. +
Ochrolechia parella (L) Massal. + + + + +
Pseudocyphellaria crocata (L) Wain. +
Pseudocyphellaria hirsuta (Mont.) Malme +
Rhizocarpon geographicum (L) DC. + + + + +
Rhizoplaca melanophthalma (Ramond) Leuckert & Poelt + + + + +
Umbilicaria decusata (Vill.) Zahlbr. + + + + +
Umbilicaria krempelhuberi Müll. Arg + + + + +
Xanthoria polycarpa (Hoffm.)Th. Fr. ex Rieber + + + + +
Xanthopeltis rupícola Sant. + + +
L í quenes s a x í c o l a s presen t es en l a c o r d i ller a … • R E DO N & MO N T E N E G R O 53

Una de las conclusiones más significativas se refiere a


que el transecto atraviesa algunas zonas muy intervenidas
por acción antrópica, así también como otras áreas muy
poco alteradas. Por otra parte, se ha detectado la presencia
de especies de líquenes que representan característicos
relictos de las últimas glaciaciones. Tal es el caso de la
asociación de Pseudocyphellaria crocata, Pseudocyphellaria
hirsuta y Nephroma pseudoparile, especies características de
la zona austral de Chile, encontradas solamente en algunos
escasos enclaves rocosos del cerro La Campana, a una altura
por encima de los 1000 msnm (observaciones personales
del primer autor). Figura 3. Acarospora socialis.
La singularidad de algunas de las asociaciones de
líquenes estudiadas plantean muchas preguntas respecto
al origen de las mismas, por lo cual habría que citar a
Croizat (1962), quien destacó la importancia de identifi-
car las escalas temporales y espaciales adecuadas para cada
pregunta, separando así los tres problemas diferentes pero
interrelacionados de la biogeografía:

a) la edad de la asociación liquénica;


b) la edad de las comunidades concretas existentes; y
c) el origen de los elementos componentes de estas
asociaciones.
Figura 4. Haematomma campanaense. © Sergio Elórtegui.

En base al conocimiento logrado hasta el momento,


en campañas como las realizadas recientemente, queda de
manifiesto la necesidad de incrementar paulatinamente
programas de investigación más detallados, que consi-
deren el estudio sostenido de los líquenes, a fin de lograr
un conjunto de conocimientos integrados que permitan
proponer medidas específicas en resguardo de las respec-
tivas comunidades, que a su vez dependen de la fragilidad
de los ecosistemas de plantas superiores en los cuales se
desarrollan.
El incremento en los niveles de radiación UV como
producto de la disminución de la capa de ozono en el Figura 5. Pseudocyphellaria crocata.

hemisferio sur, está afectando a los ecosistemas. Es espe-


rable que las comunidades de líquenes presenten cambios
morfológicos y químicos, en mayor o menor grado.
Los líquenes observados en terreno, durante las
excursiones programadas a las distintas localidades visi-
tadas, presentan una biomasa de recursos proteicos para
potenciales herbívoros. Sin embargo no son consumidos
por ellos, debido a un sistema efectivo de defensa química
consistente en la acción de compuestos triterpenoides
(estudios realizados en especies de los géneros Nephroma y
Pseudocyphellaria, por Galloway, 1991). Observaciones per-
sonales me permiten afirmar que los ácaros están presentes Figura 6. Pseudocyphellaria hirsuta.
54 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 5 0 - 55 , 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

Figura 7. Rhizocarpon geographicum. Figura 8. Rhizoplaca melanophthalma.

Figura 9. Umbilicaria decusata. Figura 10. Umbilicaria krempelhuberi.

en los líquenes con bastante frecuencia y que los utilizan,


al parecer, como refugio y no como alimento.
Por último, se puede concluir que futuras inves-
tigaciones permitirán ampliar los resultados obtenidos
hasta ahora, lo que seguramente significará incrementar
el número de especies.
Resulta significativo, desde el punto de vista de la
distribución geográfica, constatar que varias de las especies
Figura 11. Xanthopeltis rupicola.
de líquenes encontradas en la zona cordillerana también
están presentes en áreas tan distantes como la cordillera
de la Costa de la zona central, entre ellas, cerro Las Viz-
cachas, cerro El Roble y cerro La Campana (por ejemplo,
la presencia de Xanthopeltis rupícola y especies del género
Umbilicaria). El patrón de distribución es claramente
andino y se extiende posiblemente desde el sur de Chile
hasta Bolivia y el norte del Perú.
Ramírez & Cano (2005) han descrito 38 especies de
líquenes para los Andes peruanos (Huaylas, Áncash) en un
sector de la Cordillera Negra, entre 2200 y 4450 msnm.
En la publicación citada llama la atención la ausencia de
Figura 12. Xanthoria polycarpa. Xanthopeltis rupícola Sant., especie muy bien representada
L í quenes s a x í c o l a s presen t es en l a c o r d i ller a … • R E DO N & MO N T E N E G R O 55

en la región andina de Chile. Por otra parte, también está Galloway DJ, 1992. Studies in Pseudocyphellaria (lichens) III.
presente la especie cosmopolita Rhizocarpon geographicum. The South American Species Bibliotheca Lichenologica,
Hestmark (2009) en sus investigaciones sobre especies Bd. 46, ed. J.Cramer, Berlin, Stuttgart, 275 pp.
del género Umbilicaria en la zona cordillerana de Bolivia. Galloway DJ & W Quilhot, 1998. Checklist of Chilean lichen –
Krzewicka & Flakus (2010) han realizado nuevos aportes forming and Liquenicolous Fungi Symbiosis, 11: 327-344.
al conocimiento del género Umbilicaria (New records of Hestmark G, 2009. New observations and records for Umbi-
the genus Umbilicaria from Bolivia). licaria (Umbilicariaceae) in Bolivia. The Bryologist 112:
Redon & Montenegro (2013) investigaron la zona 833-838.
altiplánica ubicada al interior de Iquique, y registraron Krzewicka B & A Flakus, 2010 New records of the genus
nuevas especies de líquenes saxícolas, por encima de los Umbilicaria from Bolivia. Cryptogamie, Mycologie, 31
4000 msnm, (resultados no publicados), algunos de los (4): 441-451.
cuales también están presentes en las áreas investigadas en Ramírez A & A Can, 2005. Líquenes de Pueblo Libre, una lo-
la zona central de Chile. calidad andina en la Cordillera Negra (Huaylas, Áncash,
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Floristische Briefe, Darmstadt. 22. Heft 2, Deutschland.
56 MICROBIODIVERSIDAD II

Tierra de hoja: puerta de entrada a un universo invisible


bajo nuestros pies1

Carlo Sabaini Simonetti Francisca Carvajal Mascaró


Centro Regional de Innovación Hortofrutícola Investigadora independiente
de Valparaíso (Ceres). CONICYT Regional R10|1001 [email protected]
Investigador principal
[email protected]

Si las puertas de la percepción fueran depuradas,


todo se habría de mostrar al hombre tal cual es: infinito.
(William Blake)

Introducción El origen de las hojas


de la tierra de hoja

E n Chile, sobre todo en el Chile central, donde se


concentra desde hace siglos la mayor parte de la
población del país, la expresión tierra de hoja es amplia-
En nuestro planeta, la vida se abre camino ocupando
energía, elementos y espacios a su disposición. En un bos-
mente usada para referirse al mantillo del bosque. La tierra que, la vida vegetal se expresa en su máxima complejidad,
de hoja ha sido histórica e indiscriminadamente extraída determinada por las características edáficas y climáticas de
del bosque para llevarla a los jardines de las principales cada biorregión. En la zona central de Chile encontramos
urbes. Muchos hemos llevado “un saquito” para mejorar el el característico bosque esclerófilo. Este es un bosque que
jardín. Las consecuencias de esta extracción descontrolada ha logrado adaptarse, climáticamente, a los prolongados
son desconocidas, pero podrían ser nefastas para el frágil y secos veranos del Chile Mediterráneo, con una estación
ecosistema del bosque esclerófilo. lluviosa de no más de 4 meses al año.
Tierra de hoja es un concepto popular que trasluce El bosque esclerófilo se extiende actualmente desde
la creación de suelo. Percibirla desprejuiciadamente nos el sur de la región de Coquimbo hasta la región del Bío
permite acercarnos a la naturaleza, a sus fuerzas formadoras Bío, ocupando principalmente las accidentadas quebradas
y a los procesos que facilitan la perpetuación de la vida, no y la umbría de nuestra cordillera de la Costa y de la pre-
solo a través del conocimiento intelectual, sino también cordillera andina. En dichos lugares, se ve favorecido por
a través de los sentidos (Sabaini y Moreira-Muñoz 2014). una compensación climática, tanto de las exposiciones sur,
Revisaremos a continuación algunos aspectos fundamen- dado por el menor ángulo de incidencia de los rayos del sol,
tales para repensar nuestra relación con el suelo y con el como en la cordillera de la Costa, por las neblinas costeras
ecosistema que sustenta la vida en el Chile central actual. (Elórtegui y Moreira-Muñoz 2009). Previo al avance de

1
Título inspirado en el blog de Juan José Ibáñez (2014), <http://www.madrimasd.org/blogs/universo/>.
T ierra de hoja : puerta de entrada a un … • S a b a i n i & C a r v a j a l 57

del año; además, son pequeñas y duras, coriáceas, ricas en


aceites esenciales, de textura áspera y con cutículas cerosas.
Estos atributos estructurales y funcionales de las hojas, y
la estacionalidad climática característica del mediterráneo,
permiten la acumulación de una capa abundante de ellas
sobre el suelo, formando un mantillo de hojas.

La tierra de hoja, el detritus


vivificador del bosque esclerófilo
Figura 1. Mantillo del bosque esclerófilo, conocido tradicionalmente en la
zona central de Chile como tierra de hoja. © Nicolás Ortíz López.

La ecología de suelo nos aporta el concepto de detritósfera,


la que actualmente entendemos como una masa de restos
las actividades humanas, es posible que también ocupara vegetales y animales acumulada en la capa superficial, una
la Depresión Central (Moreira-Muñoz y Cereceda 2013). de las principales fuentes de materia orgánica de los suelos.
Al encontrarnos con el bosque esclerófilo llamarán En la zona central de Chile, a este mantillo se lo conoce
nuestra atención grandes y frondosos árboles y arbustos, como tierra de hoja, y constituye uno de los espacios para
estilosas lianas y bellas flores. Aparecerán también hongos, la vida del suelo (Figura 2). En estas esferas biológicas del
líquenes, musgos, insectos, arácnidos, reptiles, roedores, suelo habitan millones de organismos —micro-, meso- y
aves y mamíferos. Al mirar sobre el suelo, encontraremos macrofauna— que se encargan de transformar la materia
un manto que cubre todo rincón (Figura 1). Esto se debe orgánica y los minerales, dejándolos a disposición del resto
a que las hojas de los árboles de este bosque son perennes, de la cadena trófica de la biósfera.
es decir, no se deshojan en otoño, sino que cada una de La constante incorporación de los restos orgánicos
ellas tiene un ciclo independiente y van cayendo a lo largo del bosque a través de la tierra de hoja permite que la

Figura 2. Esferas funcionales del suelo descritas por Beare et al. (1995), que representan las esferas de percepción de la vida del suelo. Adaptado de Beare et
al. (1995). © Akemi Sone Betta.
58 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 56 - 6 4 , 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

energía ingrese de manera estable en el suelo, ya que biológica de ingreso de oxígeno y agua, representan un há-
agrega permanentemente restos vegetales ricos en cadenas bitat aeróbico ideal para la vida de muchos organismos. Tal
carbonadas, que podrán ser digeridos y transformados por ambiente se ve favorecido por la energía disponible en los
quienes ahí habitan. Al descomponer los restos orgánicos, ricos exudados orgánicos, propios del entorno circundante
algunos microorganismos, pequeños pero químicamente de las raíces, y por la actividad de la meso- y macrofauna
poderosos, no solo extraen energía para mantenerse, sino allí presentes (Taboada y Álvarez 2008).
que también producen aminoácidos y polisacáridos que Los organismos mencionados, al igual que la esfera
facilitan la colonización de las otras especies que forman de vida que generan, permiten importantes procesos
esta invisible red biológica (Figura 3). Además, al existir una edáficos, tales como la humificación y la mineralización.
cobertura permanente en el suelo y un activo crecimiento El primero de estos procesos nos habla de cómo los restos
de raíces, hay mayor producción de estas sustancias, ya vegetales y animales presentes en el suelo se van trasfor-
que al aumentar el suministro estable de alimento, las mando hasta convertirse en humus (Figura 4), estado
poblaciones de hongos forman asociaciones con las raíces, final de descomposición que alcanza la materia orgánica,
llamadas micorrizas (Hoorman et al. 2009). máxima concentración de energía en el mínimo de materia
En el acto de penetrar y explorar el suelo, la meso- (Restrepo y Hensel 2011). Los minerales presentes en los
fauna —aquellos organismos que logramos ver usando restos digeridos son mineralizados por la microbiología
una lupa— y las raíces generan poros o canales de diversos e ingresan a la red trófica superior; es decir, los invisibles
tamaños. Las lombrices de tierra y otros insectos, llama- microrganismos presentes en el suelo vivifican los minerales
dos “ingenieros de ecosistemas”, también aportan a estos y así permiten que insectos, reptiles, mamíferos y plantas
espacios para la vida al tomar la materia orgánica y otros puedan nutrirse y desarrollarse.
compuestos de la superficie, y turbarlos horizontal y verti- La importancia de la humificación y la mineralización
calmente, generando largos y continuos conductos (Lavalle radica en que a partir de estos procesos se dispondrá de
y Spain 2005). Estos poros, que constituyen una válvula minerales y sustancias húmicas que favorecen la formación

Figura 3. Actinomicetos extendiéndose por el mantillo de hojas del bosque Figura 4. Kats de lombrices ricos en humus. © Nicolás Salvador Ortiz López.
esclerófilo. © Carlo Sabaini Simonetti.
T ierra de hoja : puerta de entrada a un … • S a b a i n i & C a r v a j a l 59

de los complejos arcillo-húmico coloidales del suelo. Estas los suelos —de forestal esclerófilo a actividades productivas
uniones son posibles gracias a las cargas magnéticas de la silvoagropecuarias—, el monocultivo de especies exóticas
superficie tanto de las arcillas como del humus (Hoorman desde mediados del siglo XX y los avances frutícolas —que
et al. 2009). La agrupación de estas partículas forma los traspasan los valles y penetran irracionalmente las serranías,
agregados del suelo, proceso que se ve potenciado por la en su mayoría, cultivos de paltos y vides— también han
acción de las hifas de los hongos y las raicillas, que físi-
camente enredan las partículas minerales y orgánicas del
suelo, reuniéndolas y organizándolas (Figura 5). Así, esta
estética masa vivificadora del bosque esclerófilo transforma,
recicla, arma y desarma, compone y descompone la materia
orgánica y los elementos minerales, mullendo el suelo del
bosque hasta convertirlo en una verdadera esponja, liviana
y suave, rica en espacios para la vida.
Los agregados son una manifestación física de la or-
ganicidad de la vida del suelo (Figura 6), que nos permite
percibir la expresión de los invisibles procesos edáficos
vitales descritos. Su combinación armoniosa en el tiempo,
es decir, su ritmo, determina el equilibrio y la estabilidad.
Este ritmo —y, en consecuencia, su salud— puede modi-
ficarse de forma natural o por alteraciones antrópicas. Por
ejemplo, las estaciones del año hacen variar los factores Figura 5. Hifas de hongos enredando los restos orgánicos del suelo. © Fran-
cisca Carvajal Mascaró.
ambientales que influencian el ciclo de formación de suelo.
así, en los meses de otoño e invierno, las lluvias activan el
metabolismo de la vida; y las temperaturas crecientes en
la primavera, lo dinamizan aún más.

La extracción de tierra de hoja

En los últimos años, las acciones humanas relacionadas


con el bosque esclerófilo han adquirido una intensidad
desmesurada, con lo que se han alterado los patrones de
ritmo y la dinámica no solo del bosque esclerófilo, sino Figura 6. Agregados del suelo formados como resultado de procesos edáfi-
de todos los ecosistemas del planeta. Esto ha afectado los cos vitales invisibles. © Nicolás Ortiz López.
procesos de perpetuación de la vida del suelo, desde el
metabolismo de los organismos, hasta la agregación de los
suelos, generando grandes pérdidas de materia y energía, y
desencadenando enfermedades de causa antrópicas, como
la deforestación, desertificación y compactación.
Las acciones extractivas (Figura 7), principalmente
de tierra de hoja —a la fecha, sin ninguna protección legal
(Recuadro 1)—, pero también de leña, así como la con-
fección de carbón a partir de especies nativas, decapitan la
vida del bosque. Por otra parte, los incendios que afectan la
vegetación nativa (31.000 hectáreas según CONAF 2013a),
en general son por motivos antrópicos (85,2%, según Figura 7. Venta de tierra de hoja en la cuesta La Dormida. © Andrés Moreira
CONAF 2013b). Otros factores, como el cambio de uso de Muñoz.
60 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 56 - 6 4 , 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

Recuadro 1. El suelo en la legislación chilena

Una de las características de la legislación ambiental de Chile, es su falta de organicidad, es decir, hay una gran
cantidad de normas relativas al medio ambiente, dispersas en diversos cuerpos legales (fuente: <http://www.
leychile.cl> [consultada el 3 diciembre de 2014).
Frente a la necesidad de legislar en este ámbito debemos preguntarnos cuál es el centro de lo que deseamos proteger.
El suelo se puede considerar un recurso, en cuyo caso el Estado debe generar mecanismos institucionales y jurídicos
para evitar su deterioro, además de estimular y posibilitar la aplicación de técnicas apropiadas de uso y manejo; o bien,
puede ser visto como algo superior, como ente generador de vida, con derechos de protección inherentes a su existencia.
Las primeras experiencias favorables a la protección del suelo instauradas desde sus respectivas Constituciones
corresponden a Bolivia y Ecuador, y se basan en las filosofías de vida de sus pueblos originarios (Mamani 2010).

significado un aumento de la superficie de suelos degrada- Muchos de nuestros problemas diarios no son incon-
dos, imposibilitando la conservación y regeneración de los venientes para la naturaleza. En el bosque no hay basura:
bosques del valle central (Salazar et al. 2015). toda materia y energía es parte de un ciclo. El bosque
produce toneladas de biomasa al año, sin fertilizantes ni
riego; y la red de organismos que lo forman funciona de
manera armónica, integrando todo de forma dinámica y
Una invitación a percibir los invisibles con ritmo. La tierra de hoja es una esfera de revivificación
espacios, ciclos y ritmos de lo vivo del bosque. Comprender sus atributos sin separarla de su
entorno puede llegar a ser fuente de inspiración y admira-
ción. En su libro Biomimesis, Benyus (2012) nos muestra
La pérdida de conexión del ser humano con los ambientes cómo la imitación de la naturaleza tiene el potencial de
naturales nos ha llevado a despreciar los procesos que llevan cambiar nuestra manera de obtener alimento, materiales
a cabo los organismos que no vemos, así como a restarles y energía; de curarnos, de almacenar información y de
importancia, principalmente por desconocimiento. Reco- comercializar.
rrer el bosque con ojos inocentes, dispuestos a cuestionar Para lograr una aproximación sistémica a la tierra de
lo que nos rodea, es fundamental para avanzar hacia for- hoja, como mantillo vivo del bosque esclerófilo —y a sus
mas de vida más armónicas con la naturaleza. Entender atributos—, los invitamos a comenzar con un ejercicio: al
cómo funciona la vida es aún materia de investigación caminar por el bosque, una primera mirada les mostrará
para muchos científicos; pero, más allá del intento de que el suelo está cubierto de muchísimas hojas. Diluyan en-
comprenderlo todo, debemos ser nosotros los interesados tonces su atención en todo lo que los rodea, para entrar así
en entender cuestiones elementales para el buen vivir en a un estado de contemplación. Siguiendo el ejercicio de per-
el planeta (Recuadro 2). cepción, los invitamos a que se inclinen por un momento

a b c
Figura 8. Espacios de vida perceptibles al escarbar el mantillo del bosque. Fotografías: a, b: © Nicolás Salvador Ortiz López; c: © Gonzalo Ávila Arredondo.
T ierra de hoja : puerta de entrada a un … • S a b a i n i & C a r v a j a l 61

y escarben cuidadosamente la hojarasca. En la superficie


podrán sentir el olor de las esencias propias de cada especie; Actuar con otro estilo:
y en la profundidad predominará el olor de la actividad de imitando la tierra de hoja
hongos y bacterias. Así también, verán que las hojas y las
pequeñas ramas, desde la superficie hasta la profundidad,
poco a poco se van fragmentando y ennegreciéndose. La En la tierra de hoja podemos percibir la complejidad de la
vida las tiñe de negro con la oleosa sustancia de carbono vida. Los patrones de su dinámica y su ritmo, y también
estable llamada humus. Estas observaciones, junto con la sus atributos, podrán ser fuente de inspiración, imitación
dinámica de la vida que no vemos, se complementan para e innovación, para estimular la reconexión con nuestros
hacernos percibir la vitalidad del mantillo (Figura 8). valores, costumbres y hábitos, y la reflexión sobre acciones
Repetir este ejercicio en diferentes lugares y momen- importantes para la toma de conciencia sobre los desequi-
tos del año proporciona más agudeza e intensidad a nuestra librios que hemos generado.
capacidad de percepción. Los detalles aparecen y vamos lo- Morin (2005) nos habla del paradigma simplificador,
grando una creciente inmanencia o comunión con los seres que rompió el lazo inseparable que liga al observador con
que hacen el tan maravilloso trabajo de reciclar las hojas. la cosa observada, y reduce lo humano —y la vida— a lo

Recuadro 2. Dimensiones a profundizar e integrar en torno al suelo,


mediante la educación, la ciencia, la sociedad y la política*

Durante los últimos años, la ciencia viene estudiando el suelo con una gran especialización, abriendo nuevas
líneas de investigación en diferentes áreas. Su importancia, como uno de los ambientes con mayor potencial
transformador frente al cambio climático y principal fuente de biodiversidad del planeta, ha dirigido la atención
de los científicos hacia este patrimonio. A partir de esto, visualizamos las siguientes dimensiones de trabajo:

· Generar una visión holística, cambiando el cómo se entiende el suelo: de la mirada del suelo como soporte
físico, a una basada en la salud, la armonía y la fertilidad.
· Desarrollar conceptos claros acerca de lo que se quiere difundir, procurando una comprensión integral, por la
sociedad, de las funciones del suelo en el medio ambiente. Usar el 2015, Año Mundial del Suelo (http://www.
fao.org/soils-2015/es/) como plataforma transdisciplinaria para lograr este objetivo.
· Llegar a consenso en cuanto a indicadores edáficos y definiciones, en los ámbitos nacional e internacional, para
abordar y monitorear problemas ecológicos, técnicos, sociales y económicos.
· Crear alianzas entre las ciencias y la política, con agrupaciones sociales, entidades públicas o privadas, y otras,
de acuerdo con la realidad de cada país, para plantear políticas públicas sobre la gobernanza del suelo.
· Desarrollar nuevas formas de enseñanza, principalmente al aire libre, que incorporen estrategias pedagógicas
que amplíen la percepción de alumnos y profesores, con clases prácticas que liguen, por ejemplo, la ciencia
con el arte y múltiples disciplinas, además del uso de medios audiovisuales y exposiciones itinerantes, entre
otras herramientas.
· Integrar al ser humano con su ambiente de vida: desde la microbiología del suelo hasta la escala de paisaje.
· Estimular la colaboración e integración entre físicos, químicos y biólogos de suelos, y de estos con profesionales
de otras disciplinas.
· Enfocarse en cuestiones prácticas y de ciencia aplicada, incorporando los saberes campesinos.
· Generar conciencia en la comunidad y recuperar la identidad de los territorios, a través de vínculos afectivos,
para que cada vez seamos más participes de las decisiones que se toman en cada país.

* Argumentos elaborados a partir de las exposiciones presentadas al XX Congreso Latinoamericano de Ciencias del Suelo.
(SLCS 2014).
62 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 56 - 6 4 , 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

Figura 9. Transformación de restos orgánicos domiciliarios en abono de alta calidad mediante compostaje y lombricultura. Dirección de Gestión Ambiental
de La Pintana (DIGA). © Francisca Carvajal Mascaró.

biológico, y lo biológico a lo químico y lo físico. Básica- producimos nuestro alimento; al mostrar cómo generar una
mente, podemos decir que en los últimos años el mundo buena condición del suelo y al utilizar la memoria microbio-
separa la razón de la emoción, al ser humano de su medio, la lógica del suelo para devolverles fertilidad y estabilidad a los
ciencia de la filosofía, la investigación del trabajo práctico, campos. Queda pendiente un desafío aún no abordado: el
y la educación de las observaciones al aire libre. uso de la tierra de hoja en viveros, jardinerías, parques y pla-
Las alteraciones antrópicas antes mencionadas no zas, como sustrato mejorador de la fertilidad física del suelo.
podrán ser reorientadas mientras sean tratadas desde la
misma racionalidad economicista e instrumental que las
posibilitó. Esta crisis ambiental es reflejo y resultado de la Ejemplo 1. Reciclaje urbano de la materia orgánica
crisis civilizatoria occidental, causada por sus formas de
conocer, de concebir y, por ende, de transformar el mundo El Programa Comunal “Separación de residuos en origen”
(Eschenhagen 2010). de la comuna de La Pintana se ha consolidado, desde el
Es fundamental, para este cambio, la cercanía entre año 2005, como una propuesta de gestión ambiental, al
la naturaleza y el ser humano. Igualmente, comprender los incorporar en el quehacer diario el reciclaje de la materia
conceptos de complementariedad, equilibrio, interdepen- orgánica domiciliaria.1 Gracias al tratamiento de compos-
dencia y reciprocidad con el ambiente, que requieren una taje y lombricultura (Figura 9), han podido sustituir el
experiencia directa con el entorno natural, espacio que en uso de tierra de hoja por compost de alta calidad, como
las megaciudades ya se ha perdido (Eschenhagen 2013). mejorador de suelo de sus parques, plazas y canchas. Esto
Una percepción emocionada de la tierra de hoja puede, no solo ha aumentado la superficie de áreas verdes; tam-
enriquecer enormemente la sustentabilidad de nuestra bién ha generado identidad comunitaria y ha resaltado la
cultura en variados ámbitos, forjando un nuevo estilo en importancia de trabajar en equipo y de la perseverancia.
nuestro actuar.
Los cuatro ejemplos que mencionaremos a conti-
nuación, son un rescate de formas en las que, consciente o Ejemplo 2. Restauración biológica de suelos
inconscientemente, se han utilizado los patrones del bosque
como inspiración. Esto, al cambiar los hábitos diarios de La pérdida de percepción del suelo como sistema vivo,
manejo de nuestros desechos orgánicos y las formas en que por parte de los actores del mundo agrícola, ha llevado a

1
Lo invitamos a visitar la página <www.digap.cl>, donde podrá encontrar más información y detalles de este y otros programas que lleva
a cabo la Dirección de Gestión Ambiental de La Pintana.
T ierra de hoja : puerta de entrada a un … • S a b a i n i & C a r v a j a l 63

diversos procesos de deterioro. Para colaborar ante esto, el


Programa de Restauración Biológica de Suelos (RBS) del
Centro CERES (http://www.centroceres.cl/) ha generado
herramientas de percepción in visu e in situ, que permiten
determinar la condición biológica de la detritósfera en los
campos agrícolas. Dicha condición, se determina como
buena cuando cubre toda la superficie, en una profundidad
mayor a una pulgada y estando compuesta por materiales
diversos. Con esta herramienta, los actores de cada unidad
agrícola lograrán comprender que la buena condición de
sus suelos aportará significativamente a la salud y fertilidad
de sus campos. Se deja en manos de ellos la posibilidad
de innovar, en la búsqueda de sus propias coberturas,
partiendo por reciclar los residuos vegetales del campo en
el campo (Figura 10).

Ejemplo 3. Rescate de la memoria microbiológica

Los microorganismos del suelo, digestores de la tierra de


hoja, son la memoria geológica que ha evolucionado de
forma conjunta y en armonía con los bosques y el clima de
Figura 10. Predio agrícola de la región de Valparaíso. Allí, al percibir los suelos
una determinada región. Así, a cada bosque le corresponde vivos, han comenzado a incorporar prácticas para su protección. © Esteban
una memoria de acuerdo con las condiciones ecológicas Zapata Orellana.
o bioclimáticas de cada lugar. Estos microorganismos
también son conocidos como microorganismos de montaña
o microorganismos eficientes, ya que están condicionados
genéticamente para producir suelo. En los últimos años, paso a propuestas de ofensiva proactivas, en el paisajismo
diferentes estilos de agricultura han desarrollado técnicas urbano y rural, llevando los patrones de nuestro bosque
a partir de inóculos de microorganismos locales (Figu- esclerófilo de la zona central a los campos y las ciudades.
ra 11), para estimular la mineralización de los campos Hagamos que esto nos permita desarrollar una identidad
(Simón 2012). con nuestros territorios. Aprendamos, entonces, que el
suelo es la matriz de la vida.

Ejemplo 4. Una alternativa a la extracción

Hoy, la mayor demanda de tierra de hoja del bosque


esclerófilo tiene lugar para usarla como componente de
mezclas de sustratos de propagación, y como enmienda
en la preparación de suelos de parques y jardines. La
búsqueda de alternativas provendrá de la comprensión de
los atributos similares que aportan los reciclados de restos
orgánicos como los mencionados en los ejemplos anteriores
en experiencias urbanas y rurales, con restos orgánicos do-
miciliarios lombricompostados y compostados; y, para los
contextos agrícolas, con los reciclados de restos orgánicos
propios de cada predio y región.
Cambiar pequeños hábitos diarios puede resultar de- Figura 11. Elaboración de abono orgánico fermentado tipo bocashi. Forestal
cisivo para enfrentar con éxito el cambio ambiental. Demos San Lucas, Olmué. © Braulio Cortés.
64 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 56 - 6 4 , 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

Hoorman J, JC de Moraes & R Reeder. 2009. The Biology of Soil


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cativa 6(3): 1-16. Facultad de Agronomía (UBA), Buenos Aires.
GAJES DEL OFICIO 65

Proyecto “Iris de suelo”.


Siguiendo la ruta del río Aconcagua

Cristina Olguín Acevedo Carlo Sabaini Simonetti


Licenciada en Arte, Centro Regional de Innovación Hortofrutícola
fotógrafa e investigadora visual independiente de Valparaíso (Ceres).
[email protected] CONICYT Regional R10|1001
Investigador principal
[email protected]
Gonzalo Ávila Arredondo
Centro Regional de Innovación Hortofrutícola de Valparaíso (Ceres).
CONICYT Regional R10|1001
Investigador
[email protected]

I nspirados en la conexión espiritual y terrenal que


Gabriela Mistral mantuvo durante toda su vida con
el suelo de su valle del Elqui, llevándolo consigo a modo
observando sus bifurcaciones y cruces, sus ires y venires;
sus cursos subterráneos que emergen en un algún lugar o
simplemente siguen bajo tierra o desaparecen por la sequía,
de objeto de arte, ya fuera en pequeñas bolsitas de tela o en ciertos tramos, en tiempos en los que debiera haber
plástico, por donde quiera en el mundo que ella viajara y deshielos. Mientras nosotros lo seguíamos como quien
soñara, queríamos retratar el suelo. Y así como Gabriela, sigue a la vida, dejándonos llevar por lo que acontecía, por
conectarnos con el suelo de nuestro valle del Aconcagua: los imprevistos, y aceptando las señales de quien se cruzara
ver y escuchar lo que el lugar, el territorio y la naturaleza en nuestro camino, el río y el suelo se entremezclaban en
tenían para contarnos. Entonces surgió la travesía: segui- conceptos y percepciones nuevas para nosotros.
mos el serpenteo del río Aconcagua como una brújula que La calidad del agua, no solo del río Aconcagua, sino
emerge dadivosa, pura y cristalina, desde la montaña del de todas las aguas de la Tierra, está estrechamente ligada
mismo nombre. Esta aventura nació de la obsesión creativa al uso y abuso del suelo. Los alimentos que de él obtene-
de hacer una deriva para obtener una serie de muestras de mos, nuestra atmósfera, los insectos, las aves y nosotros
cromatografías de suelo del valle del Aconcagua y llevarlas mismos, como seres humanos, estamos estrechamente
a modo de artefactos a una exposición de arte, pero desde vinculados a él.
el inicio de nuestro recorrido percibimos que el proyecto Cada lugar donde nos detuvimos a obtener una
iba adquiriendo nuevas dimensiones, más allá de nuestra muestra de suelo (Figura 1) amplió nuestra imaginería y nos
intención inicial. llevó a repensarlo en términos de producción alimenticia
Comenzamos a hablar de suelo en diferentes con- y de conexiones a la tierra, al paisaje, al territorio y a sus
textos: artísticos, biológicos, poéticos, antropológicos, ritmos trastocados.
culturales, económicos, científicos; les dimos cabida a todos Cada lugar de donde sacamos suelo es un espacio
los -icos que aparecían mientras avanzábamos río abajo, definido por quienes ahí viven, transitan, trabajan o lo
66 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 6 5 - 6 8 , 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

Figura 1. Travesía de cromatografía, Proyecto “Iris de suelo”, río Aconcagua.

Figura 2. Suelo: territorio sensible. Cromatografías de suelo y fotografías de la travesía por el valle del Aconcagua. Cromatografías circulares corridas
y reveladas en el Laboratorio de Cromatografía de Suelo, CERES-PUCV. © Cristina Olguín y Carlo Sabaini.
P royecto “ I ris de suelo ” • Ol g u í n , S a b a i n i & Á v i l a 67

ocupan. Por las grandes empresas que se tragan vorazmente Esta travesía es un proyecto al que hemos llamado
el río, por los áridos que cambian el curso y deforestan, por “Iris de suelo”. Desde él abordamos la importancia de
los basurales que crecen a lo largo de cientos de kilómetros comprender y concientizar acerca de la vida del suelo,
junto al río donde los niños juegan, por los camarones de desde una mirada amplia, que permita la permeabilidad a
río que ya no se ven, por el río cercado y, en muchos tramos, partir de otras disciplinas y experiencias, en un intento de
inaccesible (Figura 2). reconectarnos con nuestra naturaleza de manera armónica;
Cada tramo de este paisaje de río nos entregó una y, como dice Humberto Maturana en El sentido de lo huma-
imagen de suelo y nos planteó preguntas: ¿Qué somos en no, “[…] para que naturaleza, convivencia y sobrevivencia
la naturaleza? ¿Qué hacemos en la naturaleza? ¿Cómo la sean parte de nuestro vivir”.
miramos? Y también nos dio respuestas.

La cromatografía de suelo en papel circular fue


desarrollada en la década de 1950 por el bioquímico
alemán Ehrenfried Pfeiffer para visualizar la salud de
los suelos y la calidad de los alimentos producidos
(Pfeiffer 1984). Actualmente, esta metodología con-
tinúa su desarrollo a partir de los esfuerzos que hacen
los ingenieros agrónomos Jairo Restrepo y Sebastiao
Pinheiro (Restrepo y Pinheiro 2011) para su difusión,
lo que posibilita a campesinos y profesionales agrícolas
contar con imágenes que les permiten determinar las
condiciones de vida y destrucción de los suelos.
El método de la cromatografía en papel circular
comprende inicialmente la digestión de una muestra Figura 3. Representación de las zonas de interpretación de una cro-
de suelo con hidróxido de sodio, proceso mediante el matografía en papel circular. © Laboratorio de Cromatografía de Suelo,
CERES-PUCV.
cual se separan sus componentes. La solución obtenida
se hace correr por un papel filtro circular previamente
sensibilizado con nitrato de plata (sustancia fotosensi-
ble). Los componentes de la solución se distribuyen y expresada con terminaciones en nubes suaves, y for-
reaccionan espacialmente en el papel de acuerdo con su mación de radios ramificados que unen las diferentes
composición, sobre la base del principio de retención zonas. Lo anterior se asocia a procesos de mineralización
selectiva. Al exponer gradualmente el papel a la luz, se y humificación a partir de la descomposición de la ma-
revelan y expresan las siguientes características: 1) colo- teria orgánica por la actividad de diversos organismos
res deseables (anaranjados, dorados, pardos y amarillos) del suelo. En cromatografías de suelos enfermos se
y colores no deseables (pardo oscuro, azules, grises y observan colores pardos oscuros y grises, ausencia de la
violetas); 2) zonas (central o de aireación, intermedia zona central o de aireación, formas planas sin rayos de
o mineral, interna u orgánica y externa o enzimática); integración entre la zona orgánica y mineral, y una zona
y 3) formas (radiales, nubes y puntas) (Figura 3). Estas enzimática sin expresión, o bien con terminaciones en
características, en conjunto, permiten interpretar un puntas; esto se asocia a suelos con una condición bioló-
croma y así percibir la condición biológica de los suelos gica deteriorada, consecuencia de manejos agronómicos
en su interacción con el mundo mineral y orgánico. que no promueven la vida de los suelos.
En la Figura 4 se observan imágenes de suelos Esta herramienta, bien usada, puede llegar a ser
agrícolas. En cromatografías de suelos sanos se obser- una potente ayuda para la restauración biológica de
van colores dorados y pardos, con zonas centrales o suelos y, por ende, para favorecer el cultivo de alimentos
de aireación bien desarrolladas, una zona enzimática sanos y vitales.
68 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 6 5 - 6 8 , 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

Figura 4. a: Imágenes de cromatografías de suelos sanos. b: Imágenes de cromatografía de suelos


enfermos. © Laboratorio de Cromatografía de Suelo, CERES-PUCV.

Agradecimientos Referencias

A Gonzalo Ávila A., Ing. Amb. M. Sc., director del La- Pfeiffer E. 1984. Chromatography applied to quality testing. Rhode
boratorio de Cromatografía de Suelos del Programa de Island, EE. UU., Biodynamic Farming and Gardening
Restauración Biológica de Suelo, Centro Regional de Inno- Association.
vación Hortofrutícola de Valparaíso, CERES-PUCV. A las Restrepo J y S Pinheiro. 2011. Cromatografía: imagen de vida y
Ing. Agr. Francisca Carvajal y Akemi Sone, por sus aportes destrucción del suelo. Cali, Colombia, Feriva S. A.
en las tertulias, el revelado de cromatografías y la salida a
terreno. A Pedro Suárez, Eduardo Gratacós y Raúl Ortiz,
por su colaboración en terreno. A Camila Hernández,
por su apoyo en la gráfica. Al Programa de Restauración
Biológica de Suelo del Centro Regional de Innovación
Hortofrutícola de Valparaíso, CERES, y a su Laboratorio
de Cromatografías de Suelo, que acogieron esta iniciativa.
PROPAGACIÓN 69

Germinación de semillas y multiplicación de rizomas


in vitro de Alstroemeria garaventae Ehr. Bayer

Ángel Cabello Patricia Letelier


Jardín Botánico Chagual Jardín Botánico Chagual
[email protected] [email protected]

INTRODUCCIÓN

A lstroemeria garaventae Ehr. Bayer, es una hierba pe-


renne (Sanso, 2008), de tamaño muy variable, desde
15, hasta 90 cm de alto en sectores sombríos; hojas glaucas,
linear-lanceoladas o escuamiformes con torsión cerca de
la base; flores blanco, rosado-anaranjado, lilacino, gene-
ralmente con rayitas purpúreas; anteras café-amarillentas
(Figura 1); cápsula elíptica, color café claro; semillas de
2,5 mm de diámetro. Florece entre noviembre y febrero. Figura 1. Ejemplar de Alstroemeria garaventae Ehr. Bayer, creciendo natural-
mente en la localidad de Caleu. © M. Victoria Legassa.
Frutos en diciembre (Muñoz-Schick y Moreira-Muñoz,
2003, Novoa 2007).
Es una especie endémica que habita en la zona límite el bosque caducifolio de Nothofagus macrocarpa, roble de
entre la región Metropolitana y la de Valparaíso, a una Santiago (Novoa, 2007). Crece bajo especies de estas co-
altitud entre 1.200 y 2.000 m (Muñoz-Schick y Moreira- munidades o en el matorral de altura, en suelos de origen
Muñoz, 2003; Novoa, 2007; Sanso, 2008). Hasta el año granítico del batolito costero (Luebert et al. 2002). En la
2006 se conocían poblaciones de la especie en la cordillera cuesta Chincolco-Alicahue, el hábitat es marcadamente
de la Costa, a ambos lados de la cuesta la Dormida, entre distinto al de la población “El Roble - Vizcachas”: la for-
el cerro El Roble (32°58’36” S; 71°00’48” W) y los Altos mación de vegetación es un matorral espinoso muy abierto
de Colliguay (33°8’21” S; 71°7’54” W), en un tramo de de Adesmia sp., Chorizanthe sp., Eriosyce aff. curvispina y
apenas 21 km. En enero del año 2007, se encontró una Echinopsis chiloensis; los ejemplares de A. garaventae crecen
nueva población en el portezuelo de la cuesta que une entre afloramientos rocosos (Novoa, 2007).
Chincolco con Alicahue (32°16’ S; 70°48’ W), provincia En cuanto a su estado de conservación, Hoffmann
de Petorca, región de Valparaíso; esta nueva localidad se (1989) la clasifica como vulnerable, y Ravenna et al. (1998)
localiza a unos 82 km al norponiente de la población del como rara. Sin embargo, Novoa (2007), al estimar que las
cerro El Roble (Novoa, 2007). cuatro poblaciones conocidas de A. garaventae (El Roble,
La distribución de Alstroemeria garaventae se encuen- Vizcachas, altos de Colliguay y cuesta Chincolco-Alicahue)
tra restringida a algunas de las comunidades que forman crecen en un área de alrededor de 2,28 km2, informa que
70 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 69 -76 , 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

la especie se encontraría en la categoría “en peligro crítico”, Desinfección de semillas y germinación


de acuerdo con la metodología propuesta por UICN 2001
(3.1), por ocupar una superficie inferior a 100 km2. El año A las semillas se les sometió a 4 métodos de desinfección
2012, la especie fue oficialmente declarada “en peligro” y, además, se incluyó un testigo. Se utilizaron 225 semi-
(RCE 5 DS 33/2012 MMA). llas, distribuidas en 3 repeticiones de 15 semillas para
Algunas de sus poblaciones se encuentran protegi- cada tratamiento.Todas las semillas fueron remojadas
das en el cordón limítrofe entre el Parque Nacional La previamente en agua con un par de gotas de detergente y
Campana y el Santuario de la Naturaleza Cerro El Roble luego enjuagadas. El primer método correspondió a una
administrado por la comunidad de Caleu. (Muñoz-Schick adaptación del aplicado por Lin et al. (2000) para el género
y Moreira-Muñoz, 2003; Novoa, 2007). Alstroemeria y los restantes a la inmersión de las semillas en
Dada la situación de conservación en que se encuentra peróxido de hidrógeno (H2O2) a distintas concentraciones
la especie y la inexistencia de antecedentes escritos sobre (Cuadro 1). El H2O2, además de utilizarse para la desinfec-
su propagación, se realizaron ensayos de multiplicación in ción de semillas, ha mostrado un efecto estimulante en la
vitro de plántulas a partir de semillas. germinación al incrementar el abastecimiento de oxígeno
(Schmidt, 2000).
Con base en las recomendaciones de King y Bridgen
(1990) y en experiencias realizadas en el JBCh con otras
MATERIAL Y MÉTODOS especies del género Alstroemeria, a las semillas desinfectadas
e instaladas in vitro, en medio MS (Murashige y Skoog,
1962) semisólido al 50% con un 1% de sacarosa, se las
Material vegetal sometió a una estratificación cálida-fría, manteniéndolas
21 días a 25 °C y 7 días a 5 °C. Una vez terminado el
Se utilizaron semillas colectadas en febrero del año 2013, tratamiento, se ubicaron en una cámara de cultivo 15 °C,
de plantas cultivadas en el Jardín Botánico Chagual (JBCh) temperatura óptima de germinación para la especie A. ligtu
desde el año 2007 (Figuras 2 a 5), provenientes de Caleu. según Ramírez (2011). Las semillas quedaron en oscuridad
por dos meses, período en que se determinó el porcentaje
de desinfección y la capacidad germinativa para los 4 tra-
Análisis de las semillas tamientos y el testigo.

Previo a los ensayos, se determinó el número de frutos y


semillas por kilogramo, y el contenido de humedad (CH) Multiplicación y enraizamiento
luego de remojos en agua (0; 24; 48 y 72 hr) con el objeto
de comprobar si existían barreras a la absorción de agua Para su multiplicación in vitro, las plántulas obtenidas a par-
por parte de la cubierta de la semilla. tir de las semillas desinfectadas y germinadas, se cultivaron

2 3 4 5
Figura 2. Fruto de A. garaventae previo a la dehiscencia. Figura 3. Fruto abierto con semillas aún adheridas y otras ya fueron dispersadas. Figura 4. Semilla.
Figura 5. Semilla en corte transversal: testa (cubierta externa), endosperma y embrión (al centro).
G erminación de semillas y multiplicación de … • C a bell o & L e t el i er 71

Cuadro 1. Métodos de desinfección de las semillas Alstroemeria garaventae previo al cultivo in vitro

Paso Lin et al. (2000) H2O2 al 3% H2O2 al 6% H2O2 al 9% Testigo


1 Remojo con detergente Quix ® en agitador magnético por 10 minutos
2 Enjuague por 30 minutos con agua corriendo
Inmersión por 2 min Remojo por 24 hr a Remojo por 24 hr a Remojo por 24 hr a 3 enjuagues en agua
3 en alcohol al 70% 25°C en H2O2 al 3% 25°C en H2O2 al 6% 25°C en H2O2 al 9% destilada esterilizada
Remojo en NaClO al 3 enjuagues en agua 3 enjuagues en agua 3 enjuagues en agua
4 -
1,5% por 20 min destilada esterilizada destilada esterilizada destilada esterilizada
3 enjuagues en agua
5 - - - -
destilada esterilizada

en medio MS completo, a 20°C y 16 hr diarias de luz fría,


durante cinco ciclos de cultivo. Para este estudio, un ciclo RESULTADOS Y DISCUSIÓN
de cultivo correspondió a dos subcultivos de un mes de
duración cada uno; el primero con adición de citoquinina
para inducir la multiplicación vegetativa y el segundo sin Análisis de las semillas
adición de citoquinina para lograr el desarrollo de los
rizomas y brotes iniciados. Una vez iniciado el desarrollo Los resultados de las determinaciones realizadas se presen-
de rizomas laterales, y una vez que alcanzaron una longitud tan a continuación:
de 5 mm, se separaron al término de cada subcultivo, y se
cultivaron individualmente, siguiendo el ciclo ya descrito.
En los subcultivos, se cortaron los brotes vegetativos que Determinación Valor
sobrepasaban el tamaño del frasco, seccionándolos a una Número de frutos/kg 4.445
distancia de aproximadamente 1 cm por encima del rizoma. Número de semillas/kg 65.029
Terminados los cinco ciclos de cultivo, se continuó CH de semillas 8,4%
con dos ciclos más sin adición de citoquinina, destinados CH de semillas con 24 hr de remojo 51,4%
a la elongación de los rizomas obtenidos. En total, el CH de semillas con 48 hr de remojo 55,9%
cultivo in vitro de A. garaventae duró 7 ciclos de cultivo, CH de semillas con 72 hr de remojo 55,9%
correspondientes a 14 meses.
Al medio MS se le adicionó 3 concentraciones de
una citoquinina (6-bencil aminopurina, BAP): 0; 0,5 y 2,0
mg l-1. Las concentraciones empleadas, así como el medio Los contenidos de humedad alcanzados por las
MS, corresponden a las aplicadas por Lin et al. (1998) para semillas, 51,4 a 55,9%, luego de ser remojadas en agua
especies del género Alstromeria, por Villalobos (2007) en los por 1 a 3 días, si se comparan con el CH de las semillas
cultivares Alstroemeria ‘Freedom’, ‘Liberty’ y ‘Sweet Laura’ sin remojo, 8,4%, permiten descartar la presencia de una
y por Rehab et al. (2011) en Alstroemeria c.v. Rebecca. cubierta impermeable. Estos resultados demuestran que
Se cultivaron 30 plántulas en total, 10 por cada tra- las semillas no presentan una testa que restrinja o impida
tamiento, determinándose: el Porcentaje de Plántulas que la hidratación del endosperma y del embrión, por lo tanto
Inician Rizomas1 la Tasa de Multiplicación Real (TMR)2, no procede aplicar tratamientos pregerminativos a la testa
la Tasa de Multiplicación Efectiva (TME)3 y el Porcentaje para lograr el ingreso del agua.
de Enraizamiento de los Rizomas.

1
Corresponde al porcentaje de plántulas que generaron rizomas laterales, permitiendo su multiplicación.
2
Cociente entre el número de explantes finales y el número de plántulas iniciales una vez terminada la etapa de elongación.
3
Cociente entre el número de explantes finales, descontando las pérdidas y el número de plántulas iniciales una vez terminada la etapa
de elongación.
72 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 69 -76 , 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

Desinfección y germinación de semillas la germinación que presentan las semillas. Por otra parte,
si bien es cierto que el tratamiento con H2O2 al 9% logró
Los mejores métodos de desinfección fueron el de Lin et al. el más alto porcentaje de germinación, 53,3%, al mismo
(2000) y los correspondientes a remojo en H2O2, variando tiempo dañó un 13,33% de las semillas.
entre 86,67 y 100% las semillas no infectadas al cabo de Para corroborar la eficacia del tratamiento con H2O2,
28 días de estratificación cálida-fría y 2 meses de cultivo al término del ensayo desinfección y germinación, las se-
a 15 ºC. En ese mismo período el testigo solo obtuvo un millas no germinadas del testigo y las tratadas según Lin et
24,44% de semillas no contaminadas. al. (2000), se remojaron en una solución al 6% de H2O2 y
En relación con la germinación (Figuras 6 y 7), el se cultivaron nuevamente por 8 semanas más (Gráfico 2).
remojo en H2O2 aumentó la capacidad germinativa de Como resultado de este tratamiento, un 44% de las semi-
las semillas con el incremento de la concentración de la llas testigo germinaron y también lo hizo un 35% de las
solución, desde un 3,0% obtenido en el testigo a un 53,3% semillas tratadas según Lin et al. (2000).
al aplicar remojo por 24 horas en H2O2 al 9% (Gráfico 1). Respecto a la germinación de especies del género
Es necesario resaltar que todas las semillas, tanto Alstroemeria endémicas de Chile, Machuca (2006) obtuvo
testigo como las sometidas a tratamientos de desinfección, porcentajes de germinación, en 8 semanas, de 62,20 y
fueron sometidas a estratificación cálida-fría. Los trata- 68,87%, en semillas de A. magnifica ssp. magnifica apli-
mientos que solo fueron estratificados, Testigo y las tratadas cando como tratamiento pregerminativo cortes radiales a
según Lin et al. (2000), obtuvieron muy baja germinación, la cubierta para dejar el embrión de la semilla expuesto y
3,0 y 4,4% respectivamente, lo cual implica que el trata- sometiéndolas a 25 ºC durante 4 semanas y 7 ºC durante
miento de estratificación aplicado no supera las barreras a 4 semanas o solo 25 ºC, respectivamente. Las semillas sin

Germinación según tratamiento de desinfección

60,0
53,3
50,0
Germinación (%)

40,0

30,0
22,2
20,0

10,0 8,9
3,0 4,4
0,0
Testigo Lin 3% H2O2 6% H2O2 9%H2O2

Tratamiento de desinfección
Figura 6. Semilla de A. garaventae germinada in vitro.
Gráfico 1. Porcentaje de germinación de semillas de A. garaventae según
tratamiento de desinfección.

Germinación tras aplicar h2o2 a semillas testigo


y desinfectadas con el método de lin et al. (2000)

50,0
44,0
Germinación (%)

40,0
35,5

30,0

20,0

10,0
4,4
3,0
0,0
Tratamiento inicial Luego de aplicar H2O2
Gráfico 2. Segundo ensayo germinación para semillas no germinadas del tes-
tigo y las desinfectadas con la metodología de Lin et al. (2000) tras someterse
Figura 7. Desarrollo de plántula in vitro, se observan raíces y brote aéreo. a remojo en H2O2 al 6%.
G erminación de semillas y multiplicación de … • C a bell o & L e t el i er 73

corte germinaron entre 0 y 22,20%. Concluye que el au- Cuadro 2. Tasa de Multiplicación Real para cada ciclo
de cultivo y tratamiento aplicado
mento en porcentaje y velocidad de germinación se debería
a una posible latencia física de las semillas. Tratamiento TMR por ciclo de cultivo
BAP mg l-1 1 2 3 4 5 6 7
Por otra parte, King y Bridgen (1990), de acuerdo
con los resultados obtenidos en ensayos realizados con 0 1,0 1,0 1,1 1,2 1,3 1,4 1,8
cultivares ornamentales del género Alstroemeria afirman 0,5 1,0 1,0 1,0 2,3 3,5 4,9 12,5
que la escarificación mecánica por corte (chipping) reduce
2,0 1,0 1,0 1,0 2,3 2,4 4,0 15,0
el porcentaje de germinación debido a la mayor incidencia
de patógenos en las semillas, pero que acelera considerable-
mente la velocidad con que esta sucede. A su vez, determi- una TMR promedio de 1,8 con un máximo de 5 rizomas
nan como mejores tratamientos pregerminativos el remojo por plántula (Gráfico 3).
por 12 horas en agua destilada o en GA3, indistintamente4, Sin embargo, al considerar la tasa de multiplicación
seguidos por una estratificación combinada5 obteniendo efectiva (TME), en la que se descuenta la mortalidad de
porcentajes de germinación entre 78 y 90%. rizomas durante el cultivo, el mejor tratamiento correspon-
Como lo demuestran los contenidos de humedad de a BAP 0,5 mg l-1, con una TME promedio de 11,7, en
alcanzados luego de 24 a 72 hr de remojo en agua, 51,4 a relación a 10,3 obtenido con BAP 2,0 mg l-1 y a 1,2 en el
55,9%, y considerando el 8,4% de contenido de humedad tratamiento testigo (Gráfico 4). La mortalidad de rizomas
del testigo, se puede afirmar que la cubierta de las semillas
de A. garaventae no restringe el ingreso de agua al interior
TASA DE MULTIPLICACIÓN REAL (TMR)
de ellas. El aumento del porcentaje de germinación con SEGÚN TRATAMIENTO Y CICLO DE CULTIVO
la aplicación de H2O2, sugiere una posible dificultad al
ingreso de oxígeno hasta el embrión por parte de la testa 16   0 mg/1 BAP
14   0,5 mg/1 BAP
y/o endosperma. Probablemente, este tratamiento podría 12   2 mg/1 BAP
reemplazar la escarificación por corte o abrasión propuesta 10
TMR

por Machuca (2006), y disminuir la pérdida por patóge- 8


6
nos descrita por King y Bridgen (1990), debido al efecto 4
desinfectante del H2O2. 2
0
1 2 3 4 5 6 7
Ciclo de cultivo
Multiplicación y enraizamiento de los Rizomas
Gráfico 3. Tasa de multiplicación real de A. garaventae según concentración
de BAP y ciclo de cultivo.
Un 40% de las plántulas testigo y un 50% de las tratadas
con BAP, iniciaron rizomas. La aplicación de la citoquinina
TASA DE MULTIPLICACIÓN REAL (TMe)
influyó en la tasa de multiplicación de rizomas (Cuadro SEGÚN TRATAMIENTO Y CICLO DE CULTIVO
2, Gráfico 3), presentando ambas concentraciones grandes
diferencias con el testigo, particularmente en los últimos 14   0 mg/1 BAP
12   0,5 mg/1 BAP
dos ciclos, sin adición de citoquinina. Estas diferencias se   2 mg/1 BAP
10
inician a partir del cuarto ciclo.
8
TMR

La mayor tasa de multiplicación real (TMR), trans- 6


curridos 7 ciclos de cultivo, se obtuvo adicionando BAP 4

2 mg l-1, alcanzando una TMR promedio de 15,0 con una 2


0
variación entre 0 y 89 rizomas por plántula. Con 0,5 mg l-1
1 2 3 4 5 6 7
se alcanzó una TMR promedio de 12,5 con un máximo de
Ciclo de cultivo
64,0 rizomas por plántula. El tratamiento testigo presentó Gráfico 4. Tasa de multiplicación efectiva de A. garaventae según concentra-
ción de BAP y ciclo de cultivo.

4
En relación a escarificación por corte, por abrasión y remojo en KNO3.
5
Cuatro semanas a 18-25 °C seguidas de cuatro más a 7 °C.
74 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 69 -76 , 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

se debió a la oxidación del material vegetal, luego del corte “Jamaica”, respectivamente, adicionaron al medio de culti-
de los brotes aéreos que superaban el tamaño del frasco. vo utilizado (MS completo) una mezcla de BAP y NAA, y
Independiente del tratamiento, los plántulas formaron obtuvieron tasas de multiplicación a de 4,1 con BAP 0,5 mg
múltiples brotes aéreos (Figura 8) desde el primer ciclo l-1 más 0,2 mg l-1 NAA transcurridas 9 semanas de cultivo,
de cultivo, iniciando rizomas laterales a partir del tercero el primero, y de 10,65 luego de 12 semanas de cultivo con
(Figuras 9, 10 y 11). 1 mg l-1 BAP más 0,2 mg l-1 NAA, el segundo. Aunque la
Lin et al (2000) obtuvieron, a partir de plántulas duración de los experimentos mencionados fue menor a
generadas in vitro, una tasa de multiplicación promedio la probada en el presente estudio, se puede presumir que
de 2,1 rizomas laterales por plántula, luego de dos meses el número de rizomas obtenidos de A. garaventae podrían
de cultivo con MS completo adicionando BAP 0,5 mg l-1, haber sido mayores, por lo que se estima necesario probar la
resultados similares a los obtenidos en el presente estudio6 adición de NAA al medio de cultivo utilizado, en búsqueda
cuya TMR en el cuarto subcultivo correspondió a 2,3 de mejorar la tasa de multiplicación de rizomas. Además,
(Cuadro 2). Khaleghi et al. (2008) aseveran que la presencia de una
Sin embargo, Khaleghi et al (2008) y Yousef et al. baja concentración de NAA en el medio es necesaria para
(2007) quienes investigaron la propagación in vitro partir el desarrollo de los primordios de brote y de los rizomas
de rizomas de Alstroemeria cv. “Fuego” y Alstroemeria cv. y, Yousef et al. (2007) afirman que al adicionar NAA al

Figura 8. Brotes aéreos en plántula de A. garaventae germinada in vitro: se Figura 9. Desarrollo de rizomas laterales durante el tercer ciclo de cultivo
observa en la base, la cubierta de la semilla aun unida a la plántula. (6 meses).

Figura 10. Rizomas de A. garaventae cultivados in vitro en medio MS completo Figura 11. Rizomas laterales separados al término de un subcultivo para ini-
con 2 mg l-1 de BAP, con abundantes rizomas laterales y brotes vegetativos en ciar el cultivo de ellos individualmente y continuar con la multiplicación.
desarrollo en el sexto ciclo de cultivo (12 meses).

6
Previo a los dos meses de cultivo, las plántulas estudiadas por Lin et al (2000) estuvieron en crecimiento in vitro en medio MS completo
sin hormonas por 4 meses, por lo que la duración de su estudio equivaldría al tercer subcultivo de en la presente investigación.
G erminación de semillas y multiplicación de … • C a bell o & L e t el i er 75

medio de cultivo se produce un efecto sinérgico con BAP, Un 26,2% de los rizomas multiplicados con BAP 2
aumentando el número de rizomas y raíces, y promoviendo mg l-1 enraizaron espontáneamente, resultado notoriamente
la proliferación de brotes. menor al obtenido 59% de enraizamiento de los rizomas
laterales iniciados con BAP 0,5 mg l-1 (Figura 12), y al
58,3% logrado sin BAP (Testigo)
En el 20% de las plántulas testigo se observó forma-
ción de callo (Figuras 13 y 14), mientras esto ocurrió solo
en el 10% de las plántulas cultivadas con adición de BAP
0,5 mg l-1 y BAP 2 mg l-1.

Conclusiones

Las semillas de Alstroemeria garaventae no presentan una


Figura 12. Rizoma de A. garaventae con raíces formadas finalizado el séptimo
testa que restrinja o impida la hidratación del endosperma
ciclo de cultivo. y del embrión; sin embargo, es probable que la testa y/o
endosperma dificulten la oxigenación del embrión.
El remojo en H2O2 aumentó la capacidad germina-
tiva de las semillas con el incremento de la concentración
de la solución, desde un 3,0% obtenido en el testigo a
un 53,3% al remojarlas por 24 horas en H2O2 al 9%. La
estratificación cálida-fría aplicada por sí sola, no superó
las barreras a la germinación que presentan las semillas.
No se probó si el solo remojo en H2O2, sin aplicar una
estratificación cálida-fría posterior, como se hizo en esta
investigación, lograría resultados semejantes a los aquí
obtenidos.
Los más altos porcentajes de desinfección de las
Figura 13. Callo formado a partir de una semilla desde semilla puesta a ger-
minar.
semillas, 86,67 y 100%, se obtuvieron al aplicar el mé-
todo de Lin et al. (2000) y el remojo en H2O2 en las tres
concentraciones probadas.
Un 40% de las plántulas testigo y un 50% de las
tratadas con BAP, iniciaron rizomas laterales; sin embargo,
la adición de BAP al medio de cultivo aumentó significati-
vamente la tasa de multiplicación de rizomas.
Al cabo de 14 meses de cultivo, la mayor tasa de
multiplicación real se obtuvo adicionando BAP 2 mg l-1
al medio MS, alcanzando un promedio de 15,0 rizomas
por semilla germinada in vitro, sin embargo, la más alta
tasa de multiplicación efectiva, 11,7, se logró con BAP
0,5 mg l-1. El testigo presentó una TMR promedio de 1,8
y una TME de 1,2.
En todos los tratamientos aplicados para la multipli-
cación de rizomas laterales se produjo enraizamiento sin
necesidad de aplicar un tratamiento específico para ello.
Los más altos resultados, 59,0 y 58,3% se alcanzaron al
Figura 14. Brotes aéreos generados a partir de callo. adicionar BAP 0,5 mg l-1 o sin la adición de él (Testigo);
76 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 69 -76 , 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

con BAP 2 mg l-1 solo enraizaron un 26,2% de los rizomas Machuca A. 2006. Efecto de la estratificación de embriones y
multiplicados. escarificación de semillas sobre el crecimiento de Alstroeme-
Tanto en las semillas germinadas con adición de BAP ria spp. in vitro. Memoria Ing. Agrónomo. Universidad
como en las que no se aplicó, se formó callo que alcanzó a de Chile. Facultad de Ciencias Agronómicas. Santiago de
un 10% de las tratadas con la citoquinina y a un 20% de Chile. 21 pp.
las semillas testigo. Muñoz-Schick M & A Moreira-Muñoz. 2003. Alstroemerias de
Chile: diversidad, distribución y conservación. Taller La
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Novoa P. 2007. Nueva localidad y nuevo límite norte de distri-
Los autores agradecen al Ministerio del Medio Ambiente, bución gerográfica para Alstroemeria garaventae Ehr. Bayer
quien a través del Proyecto “Programa de Conservación (Alstroemeriaceae), una especie endémica para Chile. Chlo-
de Flora ex situ para la Región Metropolitana de Chile” ris Chilensis Año 10 (2). URL:http://www.chlorischile.cl
financió esta investigación. Ramírez M. 2011. Propagación del complejo Alstroemeria ligtu
mediante semillas. Tesis Universidad de Chile. Título de
Biólogo con Mención en Medio Ambiental. Santiago de
Chile. 45 pp.
BIBLIOGRAFÍA Ravenna P, S Teillier, J Macaya, R Rodríguez & O Zöllner.
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nativas de Chile. Boletín del Museo Nacional de Historia
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Khaleghi A, A Khalighi, A Sahraroo, M Karimi; A Rasoulnia, Sanso AM. 2008. Alstroemeriaceae. En: Zuloaga, F.; Morrone, O.
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Nacional La Campana: Origen de una Reserva de la Bios-
fera en Chile Central. Taller La Era, pp. 36-69.
SEMINARIOS & CONGRESOS 77

Seminario

SEMINARIO “EFICIENCIA HÍDRICA”


Diplomado de Arquitectura Sustentable de la Pontificia Universidad
Católica de Chile

13 al 25 de noviembre de 2014

Entrevista de Andrés Moreira con Macarena Langlois, organizadora del Seminario

Hoy en Chile damos por sentado que al abrir la llave va a salir el agua, tanto para beber como para el lavado y
el riego. Pero hay amplias regiones de América y el mundo donde el acceso al agua siempre ha sido restringido
y hoy esto se ha agravado por el cambio climático. Chile no es la excepción: cada vez más se nota la escasez,
especialmente desde la región de Valparaíso hacia el norte, como producto de la poca conciencia que existe
acerca de lo que significa ocupar un territorio de clima mediterráneo y semiárido.
En la historia hay bastantes casos de uso más racional del agua; por ejemplo, la casa griega y la romana
tenía el impluvium, una suerte de espacio central para guardar el agua. La ciudad de Santiago, en cambio, se
sigue expandiendo a partir de barrios como Chicureo, que intentan copiar una imagen ideal foránea de prados
verdes que no se condice con el paisaje original semidesértico y que requiere enormes cantidades de agua
para su riego y mantención.
La arquitectura sustentable estuvo centrada, en una primera fase, en la energía, con medidas como reducir
el uso de la calefacción y del aire acondicionado. Ahora, en el último tiempo, hay más conciencia e interés por el
uso irracional del agua en los procesos domiciliarios y en los de construcción, y en el entorno de las viviendas,
ya sean jardines individuales o de conjuntos habitacionales.
Existen hoy varios sistemas para edificio que buscan disminuir el consumo o bien reciclar el agua. La-
mentablemente, en Chile la reglamentación sanitaria se ha quedado en el pasado; hay buenas intenciones y
tecnologías, pero nos encontramos empantanados por las normas. Por citar un caso, no se permite el ingreso
de aguas recicladas (aguas grises) a los edificios; esta es una gran oportunidad perdida para el reciclaje de agua.
En el caso de las viviendas, ni siquiera es posible regar el jardín con aguas tratadas, pues estamos obligados a
conectarnos a la red de agua potable domiciliaria.
Estamos en un clima semiárido y no hay conciencia sobre el problema de la escasez de agua. Así como
se está explorando la posibilidad de que los particulares generen electricidad y la reingresen al sistema, es
necesario y urgente explorar las posibilidades de reingresar aguas recicladas a las viviendas o edificios.
Otro tema son las llamadas aguas lluvia, que generan una serie de problemas debido a la escorrentía por las
calles. Como está todo pavimentado, las aguas no encuentran las vías de escape ni de infiltración. Surge la impor-
tancia de los techos vegetales, los jardines filtradores, y las plazas y espacios públicos inundables en caso de eventos
de precipitación extraordinaria, frecuentes en Chile central por tener un régimen típico de clima mediterráneo.
En el Seminario “Eficiencia hídrica” se vieron temas desde lo conceptual hasta lo práctico, como sistemas
de infiltración, cálculo de caudales y especies nativas depuradoras de aguas contaminadas, para su almacena-
miento y reutilización.
El paisajismo está hoy orientado a especies autóctonas de bajo consumo que ojalá no se rieguen con
agua potable. La certificación LEED, por ejemplo, da mucho puntaje por los logros en esta materia. Esta certifi-
cación ya está instalada en Chile a través del Green Building Council de Estados Unidos; lo nuevo, acá, es CES,
la Certificación de Edificios Sustentables.
Hay interés por la promoción de buenas prácticas, pero cuesta romper con la cultura que considera el
agua como un bien inagotable.
Los expositores del seminario fueron Mauricio Lama, de la Escuela de Arquitectura de la Universidad
Católica (UC); Rosemary Ullrich, paisajista; Bonifacio Fernández y Jorge Gironas, del Departamento de Ingeniería
Hidráulica y Ambiental de la UC; Pedro Chubretovic, de la Universidad Técnica Federico Santa María; y Carlos
Bonilla, de la Escuela de Ingeniería de la UC.
78 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 7 7- 8 0 , 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

Congreso

XI Congreso Latinoamericano de Botánica


LXV Congreso Nacional de Botánica

XXXIV Encuentro Regional de Botánicos de Minas Gerais,


Bahía y Espíritu Santo (ERBOT)

Francisco González Vicencio

Desde el 19 al 24 de octubre del 2014 se realizó en Salvador (Bahía - Brasil) el Congreso Latinoamericano
de Botánica. Este espacio de reunión entre estudiantes, profesionales y académicos de la región, se centró en
el debate sobre la botánica en América Latina, su conocimiento, interacción y difusión. El congreso convocó a
más de mil participantes y estuvo compuesto por 4 conferencias magistrales, 18 simposios temáticos, 9 mesas
redondas, 15 reuniones de especialistas y más de mil exposiciones de pósters de diversos temas. El congreso
El objetivo del congreso fue buscar la presentación y divulgación de avances científicos y tecnológicos en
el área de la botánica; proyectos en desarrollo y discusiones sobre la necesidad de infraestructura de datos
(e-botany); análisis actuales y perspectivas sobre disciplinas de la botánica; e incluso discusiones ligado a la
propuesta de políticas públicas.
Las conferencias magistrales estuvieron a cargo del Dr. Jorge Crisci, quien ilustró sobre la sistemática
biológica de nuestro tiempo, del periodo revolucionario que atraviesa esta disciplina y la necesidad de un plan
educativo estratégico para América Latina. Por otro lado, el Dr. Carlos Jaramillo expuso sobre la evolución del
paisaje latinoamericano durante los últimos 120 millones de años, demostrando como el clima y la geología
han modificado el paisaje, la flora y fauna de la región. También expuso el Dr. Alejandro Casas sobre el manejo
y domesticación de plantas en Mesoamérica, donde la agricultura se destaca como actor principal a través
de un proceso paulatino e independiente en cada uno de los sitios de la región. Asimismo, el Dr. José Rubens
explicó los patrones y procesos de la diversidad de flora neotropical brasileña.
Los diversos simposios trataron el debate del conocimiento, interacción y difusión de los distintos temas
de la botánica, tales como los desafíos para la enseñanza de la botánica, etnobotánica y dialogo interdisciplinario,
tendencias emergentes en la sistemática de plantas y biogeografía, las ciencias en las interfaces de la botánica
estructural en el siglo XXI, evolución de los biomas suramericanos en el Cenozoico, flora mundial en línea,
novedades de Asteraceae en América Latina, entre otros.
Uno de los simposios a destacar fue sobre la década de consolidación de la infraestructura de informa-
ción sobre biodiversidad y e-botany en América Latina a cargo del Dr. Vanderlei Canhos, presidente director
del Reference Center on Environmental Information (CRIA), organización dedicada a hacer de los datos de
biodiversidad que sean libres y disponibles en internet. Este simposio tuvo como objetivo ilustrar las iniciativas
regionales y globales en la década de las infraestructuras de datos sobre biodiversidad como el Herbario
Virtual de Flora y Fungos de Brasil, proyecto OpenBio EU-Brasil, proyecto CREATIVE-B, entre otros. Además,
se presentaron los desafíos, perspectivas y necesidades para el acceso libre y abierto del uso de datos de
biodiversidad, discutiendo sobre el rol de infraestructuras de investigación que faciliten la colaboración para
análisis sobre la biodiversidad regional. Los principales expositores del simposio fueron W. Los, D. Canhos, L. da
Costa, F. Pando, M. Bustamante y M. Baena.
Otro simposio importante fue sobre el avance y novedades de Asteraceae en América Latina a cargo de
la Dra. Nadia Roque, investigadora académica en sistemática vegetal con enfoque en la familia de la Asteraceae.
El simposio se centró en los estudios filogenéticos, biogeográficos, evolución y origen de la familia y algunos
SEMINARIOS & CONGRESOS 79

grupos en América del Sur. Además, ahondó en aspectos específicos como estudios sistemáticos en Asteroi-
deae, filogenia y estimaciones de tiempos de divegerencia del género Lagenophora (Astereae), y sistemática y
evolución de Baccharis (Astereae). Los principales expositores fueron L. Katinas, V. Funk, M. Diazgranados, G.
Sancho y G. Heiden.
Las mesas redondas tuvieron como objetivo ahondar en aspectos específicos de la botánica, como la
distribución de las palmeiras tropicales, avances en filogenia, taxonomía y biogeografía de Euphorbiaceae y
Phyllanthaceae, entre otras. Por otro lado, las reuniones de especialistas se centraron en aspectos interesantes
como en briófitas, anatomía vegetal, fitosociología y ecología vegetal, pteridología y en algunas familias como
Poaceae y Solanaceae.
Existieron más de mil exposiciones de carteles durante los días del evento, tratando diversos temas tales
como biología floral y de la reproducción, botánica estructural, enseñanza de la botánica, etnobotánica, fisio-
logía vegetal, fitogeografía y biogeografía, fitoquímica, fitosociología, biología molecular de plantas, entre otros.
Por último, existieron instancias de mini cursos durante el 18 y 19 de octubre dirigidos principalmente
a estudiantes de pre grado tales como ecología de polinización, estrategias para la enseñanza de botánica en
enseñanza básica, identificación de árboles, introducción a herramientas para análisis biogeográficos usando
ArcGis, Biodiverse y BEAST, entre otros. Además, se organizó una excursión científica hacia Chapada Dia-
mantina, localidad a 384 km de Salvador, caracterizada por las primeras incursiones para el interior de Bahía
alrededor de 1600.
Los aspectos generales, programación y organización del congreso se pueden encontrar en la página
web: http://www.65cnbot.com.br

Congreso

LVII REUNIÓN ANUAL DE LA SOCIEDAD DE BIOLOGÍA DE CHILE


XLVII REUNIÓN ANUAL DE LA SOCIEDAD DE GENÉTICA DE CHILE
VIII REUNIÓN ANUAL DE LA SOCIEDAD CHILENA DE EVOLUCIÓN
XXI REUNIÓN ANUAL DE LA SOCIEDAD DE ECOLOGÍA DE CHILE
XXV REUNIÓN ANUAL DE LA SOCIEDAD DE BOTÁNICA DE CHILE

Puerto Varas, 25, 26 y 27 de noviembre de 2014

Taryn Fuentes-Castillo

Los días 25, 26 y 27 de noviembre de 2014 se efectuó en Puerto Varas la reunión anual conjunta de las So-
ciedades de Biología, Genética, Evolución, Ecología y Botánica de Chile. La reunión comprendió 11 simposios,
7 conferencias plenarias, 2 talleres, comunicaciones libres y trabajos de incorporación a las distintas socieda-
des. Los temas tratados abarcaron desde la fisiología-desarrollo-neurofisiología, la ecología, la evolución y la
microbiología-inmunología-genómica, hasta la botánica y la genética.
La conferencia inaugural, “Evolution of the animal face: from principles to mechanisms”, estuvo a cargo
del Dr. Arkhat Abzhanov (Department of Organismic and Developmental Biology, Harvard University). En esta
presentación se discutieron los mecanismos que crean la diversidad animal.
80 R E V I S TA C H AG UA L 12 : 7 7- 8 0 , 2 014 , S A N TI AG O, C H I L E

Los días 25, 26 y 27 de noviembre de 2014 se efectuó en Puerto Varas la reunión anual conjunta de las So-
ciedades de Biología, Genética, Evolución, Ecología y Botánica de Chile. La reunión comprendió 11 simposios,
7 conferencias plenarias, 2 talleres, comunicaciones libres y trabajos de incorporación a las distintas socieda-
des. Los temas tratados abarcaron desde la fisiología-desarrollo-neurofisiología, la ecología, la evolución y la
microbiología-inmunología-genómica, hasta la botánica y la genética.
La conferencia inaugural, “Evolution of the animal face: from principles to mechanisms”, estuvo a cargo
del Dr. Arkhat Abzhanov (Department of Organismic and Developmental Biology, Harvard University). En esta
presentación se discutieron los mecanismos que crean la diversidad animal.
Los simposios trataron temas referidos al cáncer y la reproducción; a la flora antártica; a la dinámica mo-
lecular de la pared vegetal; a los estresores múltiples del océano; a la genética cuantitativa; al valor y los desafíos
de las colecciones biológicas; a la biología y la estructura floral; a los desafíos de la enseñanza de la evolución
en Chile; a la ciencia ambiental y la sustentabilidad; a la genómica estructural y funcional en Chile; y, finalmente,
al bosque chileno visto a través del lente de los rasgos funcionales.
La conferencia presentada por la Sociedad de Ecología de Chile-Sociedad de Botánica de Chile,“Defauna-
ción en el Antropoceno”, a cargo del Dr. Mauro Galetti (UNESP-São Paulo State University), mostró alarmantes
cifras de pérdida de especies de fauna de gran tamaño, debido al menoscabo y la fragmentación de su hábitat,
a la caza y al comercio ilegal. A mayor tamaño del cuerpo del animal, mayor es su riesgo de extinción. Esto
tendría consecuencias en el comportamiento de las comunidades de mamíferos y su evolución.
La conferencia “Dr. Hermann Niemeyer”, de la Sociedad de Biología de Chile, estuvo a cargo de la Dra.
Mary Kalin (Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile), quien presentó el tema “Investigando preguntas
claves en la biología de reproducción en plantas de la alta cordillera de los Andes de América del Sur”. La Dra.
Kalin mostró los resultados de su línea de investigación en los Andes, y presentó importantes resultados con
respecto a la disponibilidad de polinizadores y la probabilidad de polinización en estos ambientes.
La Sociedad de Ecología de Chile y la Sociedad Chilena de Evolución presentaron el simposio “El valor y
los desafíos de las colecciones biológicas, y su relevancia para estudios en ecología, biogeografía y evolución”.
Los expositores —Rocío Jaña, Eduardo Palma, Luis Parra y David Rubilar— destacaron el rol de los herbarios
de Chile y su aporte a la ciencia, el uso de las colecciones entomológicas en estudios sobre la biodiversidad, y
la importancia de la colección de paleontología del Museo Nacional de Historia Natural. El principal mensaje
del simposio fue la relevancia de las colecciones biológicas, su aplicación en distintas disciplinas, su limitado
financiamiento actual y la necesidad de aumentar el número de profesionales dedicados a su mantención.
Respecto a los premios, el instituido por el Grupo BIOS y la Sociedad de Biología de Chile para un
científico promisorio se concedió al Dr. José Manuel Pérez, de la Universidad Andrés Bello. Por otra parte, el
premio al mejor trabajo científico de un estudiante, que se concedió en la XXI Reunión Anual de la Sociedad
de Ecología de Chile, correspondió al estudio “Distribución de especies de plantas vasculares pertenecientes a
géneros endémicos del altiplano sudamericano y su representatividad en áreas silvestres protegidas en Chile”,
de Taryn Fuentes-Castillo, Andrés Moreira-Muñoz y Jaime Hernández. Finalmente, el premio al mejor trabajo
científico de un estudiante, otorgado en la XXV Reunión Anual Sociedad de Botánica de Chile, correspondió a
“Presencia de Lignotuber en especies mediterráneas de la zona central de Chile”, de Constanza Galaz, Gerardo
Valenzuela, Susana Paula y Paulette Naulin.
LIBROS 81

Recomendados por revista Chagual

LIBROS

ALCANCES SOBRE FLORA Guía de Campo 3ª Edición FLORA NATIVA DE ENDEMISM IN VASCULAR PLANTS
Y VEGETACIÓN DE LA CORDILLERA ARBUSTOS NATIVOS ORNAMENTALES VALOR ORNAMENTAL Series: Plant and Vegetation,Vol. 9
DE LOS ANDES / Región de Antofagasta DEL CENTRO SUR DE CHILE Tomo I: Identificación y Propagación Carsten Hobohm (editor)
Miguel Ángel Trivelli & Jorge Huerta P. Riedemann, S. Teillier & G. Aldunate / Tomo II: Rutas y Senderos 2014
2014 2014 Paulina Riedemann & Gustavo Aldunate
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Cavieres & Marticorena 2014 y del Mapocho del antiguo Arauco
2013 S. Teillier, A. Marticorena & H. Niemeyer Ziley Mora
2011 1999
82 LIBROS

Comentario de libros Sebastián Teillier

LA REEDICIÓN DE LA GEOGRAFÍA BOTÁNICA DE CHILE,


DE K. REICHE1

Sebastián Teillier
Escuela de Arquitectura del Paisaje
Universidad Central de Santiago de Chile

Al tiempo que Karl Reiche trabajaba intensamente en su famosa e imprescindi-


ble Flora de Chile, recibía de su mentor Oscar Drude y del maestro de maestros
de la época, Adolf Engler, el encargo de escribir una geografía de las plantas de
Chile, nada menos que para el canon de la geografía botánica de entonces: Die
Vegetation der Erde (1896-1928). Engler es uno de los padres de la sistemática de
plantas, mientras que Drude es uno de los pioneros de la geobotánica: publicó
varios trabajos sobre esta área; el más famoso, uno de los primeros manuales de
Geografía de las plantas (1898).

La obra de Reiche, Grundzüge der Pflanzenverbreitung in Chile (Principios de la


distribución de las plantas en Chile) se publicó en el volumen 8 de la colección Die Vegetation der Erde, en 1907.

En el prólogo del libro, Reiche explica su situación personal frente al encargo y las acciones que llevó a cabo para
cumplirlo. Hay menciones al nuevo empleo en el Museo Nacional de Historia Natural de Santiago, que le da libertad
para hacer excursiones; agradece a la Real Academia Prusiana por el apoyo financiero para esas excursiones; y relata
que buena parte de su trabajo se relaciona con la investigación para la Flora de Chile.

Abre la introducción una ineludible cita de Caldcleugh:“En este país tan rico en bellísimas plantas, es imposible reprimir
el deseo de hacerse botánico” (11). Cita que da cuenta, a su manera, del entusiasmo de Reiche por el encargo y de
su admiración por la flora de Chile, nuestra flora quizá pobre, pero endémica.

Luego viene un capítulo que nos ha servido de inspiración y referencia permanente: “Historia de la exploración botá-
nica de Chile”; en él se expone, en orden y con mucha opinión propia, la sucesiva aparición de nuestros descubridores:
· Ruiz y Pavón y su itinerario en Chile.
· El abate Molina, con vicisitudes (1782) como su exilio y la pérdida de sus apuntes durante el viaje y la recupera-
ción de los mismos: “Su Saggio fue vertido en todos los idiomas cultos y durante las primeras décadas del siglo
XIX fue la obra única en conocimientos sobre Chile […].Este éxito se debe a que la obra en general es digna
de un naturalista y aventaja grandemente al fantástico Alonso de Ovalle, pero al mismo tiempo: sus diagnosis son
demasiado breves e imprecisas para identificar las especies” (18).
· La invasión británica post-Independencia (M. Graham, Miers, Gillies, entre otros).
· La venida y establecimiento de Claude Gay y R. A. Philippi. Con respecto a estos dos naturalistas, Reiche no se
guardó las opiniones: al mismo tiempo que alaba el buen tino de Gay al trabajar con especialistas y no hacer las
cosas solo, observa que “suele repetir en las descripciones de las especies, los caracteres genéricos, saliendo sus
diagnosis inútilmente largas y confusas […]. Más grave es la falta de claves para encontrar fácilmente las familias,

Publicado por la Cámara Chilena de la Construcción, con la colaboración de la Facultad de Geografía y Ciencia Política de la Pontificia
1

Universidad Católica de Chile y la Biblioteca Nacional. Santiago de Chile, 2013, 556 pp. Editado por Andrés Moreira-Muñoz y Mélica
Muñoz-Schick. En adelante, los números entre paréntesis indican el número de la página de la que se extrajo la cita.
LIBROS 83

géneros y especies respectivos” (26). De Philippi nos revela su lado revolucionario: “[…] tomó parte en los movi-
mientos políticos que estallaron en 1848 en Alemania para establecer monarquías constitucionales; pero, al triunfar
la reacción en 1851, tuvo que renunciar a su puesto de Director de la Escuela Técnica de Cassel” (28). Con mucho
cariño afirma que Philippi, en 1853, apenas nombrado director, “Inmediatamente se puso a la obra y al Museo [de
Historia Natural] dedicó las mejores energías de su vida”. Con toda la admiración, tampoco se guarda la crítica:
“Hay muchas especies de un valor indiscutible; pero, en cambio, hay un buen número que no resiste una crítica
seria: principalmente las creadas a una edad avanzada” (28-29).

Uno de los capítulos que más impresiona es el que dedica a sus fuentes de bibliografía: ¡hay más de 500 referencias!
Esto nos da luces sobre la conciencia del autor en cuanto a considerar los trabajos de los demás para hacer un buen
trabajo propio. Prolijidad y paciencia las de Reiche para reunir, en esos tiempos, tantos trabajos. También hay datos
sobre las colecciones de plantas chilenas que se encuentran en herbarios del extranjero, las que muchos podemos
consultar solo recientemente a través de internet (Kew, París, Berlín).

A continuación entra en materia con un “bosquejo de la geografía física de Chile”, una explicación indispensable
sobre nuestro territorio. Como se diría en nuestros tiempos, un repaso a los factores ambientales que determinan la
distribución y la abundancia de las especies de plantas. Resulta de lectura interesante, ya sea porque muestra una co-
rrectísima visión del Chile de entonces con valor histórico, como por los múltiples datos que mantienen plena vigencia.

La segunda parte de la obra contiene su estudio sobre “La vegetación de Chile, sus familias, formas, formaciones y
condiciones de vida”.

En la primera sección, más bien taxonómica, Reiche da cuenta de todo sus conocimientos sobre la taxonomía y la
distribución de las especies chilenas; vierte toda la experiencia acumulada en los años que había recorrido nuestro
país. Es un capítulo muy importante, que está en la base de muchos estudios fitogeográficos.

La sección siguiente es un pequeño tratado que contiene los conocimientos de la época sobre las formas de creci-
miento o de vida de las plantas. En 11 categorías fisonómicas, Reiche caracteriza la flora de Chile; son muy instructivos
los análisis sobre las plantas en cojín, que se basan en un trabajo propio presentado, en su momento, a la Sociedad
Científica Alemana de Santiago. Continúa esta parte con la sección sobre “las formaciones vegetales” donde nos relata
su particular visión de la vegetación de Chile y su distribución en el país. Las formaciones las clasifica en “mesófitas;
xerófitas e higrófitas”.

Al autor lo ocupa a continuación la biología de las especies: los rasgos dominantes en la fisiología del “crecimiento,
florecimiento y fructificación”. Consciente de sus limitaciones, indica: “Pertenece a épocas futuras renovar este tra-
bajo, pero dividiendo los estudios según provincias climatológicas naturales” (175). La lectura de esta sección es muy
instructiva; indica una serie de temas a desarrollar en términos del conocimiento de la biología de las plantas que
algún fisiólogo moderno o ecofisiólogo debería chequear.

La tercera parte de la obra incluye el corazón del libro, la “Descripción de la vegetación chilena”. Dice Reiche:“Provistos
ya de las bases sistemáticas, fito-fisonómicas y biológicas, quiera ahora el paciente lector acompañarnos a través de
Chile para conocer su mundo vegetal. Los cuadros de vegetación que presentamos, solo pueden considerarse como
ejemplos o muestras, pues la extensión del país y lo inaccesible de muchas de sus partes, no permiten una descripción
continuada. Sin embargo, creemos que con los numerosos viajes que hemos emprendido y aprovechando la literatura
dejada por otros viajeros, lograremos hacer resaltar sus rasgos más importantes” (211).

Más de 100 páginas relatan con detalles y comentarios la distribución de las especies al nivel de las localidades de
Chile. Como él mismo advierte, no podía ser un trabajo exhaustivo, pero da luces muy importantes sobre las especies
que se encuentran en diferentes sitios.

Hay que resaltar que esta publicación ha sido durante años la referencia obligada para responder la consabida pre-
gunta de “qué habrá en…”, infaltable cuando se arman las propuestas de proyectos de investigación o de asesorías.
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La información —valiosa por ser muchas veces de primera mano y, cuando no, proveniente de fuentes fidedignas—
es muy importante para reconstruir el paisaje en numerosas zonas del país, pues da cuenta del estado en que se
encontraba la vegetación silvestre en aquellos años, una tradición que han seguido autores como Rodolfo Gajardo,
en su Vegetación natural de Chile (1994), y Luebert & Pliscoff, con su clasificación de la vegetación de Chile en pisos
de vegetación (2006).

Reiche escribe con estilo, algo impensable en estos días de frío lenguaje científico-técnico, a menudo lleno de formalidad.
Veamos algunos ejemplos: “Cerro Renca: En resumen, el magnífico cuadro de variados colores que pasa ante los ojos
del observador, es digno de la primavera chilena tantas veces elogiada” (291). “La flora de Valparaíso es en primavera
muy variada y matizada por brillantes colores; pero cuando los calores estivales han secado las yerbas, se destaca un
sue­lo gredoso de color rojizo en toda su desnudez, dando un aspecto desconsolador a la región, que ha impresionado
desfavorablemente a más de un viajero (277). “La vegetación habitual de la gran llanura donde está edificado Santiago,
está formada, excepto las partes destinadas a cultivos, por espinales (Acacia cavenia). La flora herbácea indígena ha
sido en gran parte desalojada por una vegetación advena fea y muy prolífica (Cynara cardunculus, Silybum marianum,
etc.)” (286). “El territorio de Victoria, Traiguén hasta Nueva Imperial y Carahue está dedica­do principalmente al cul-
tivo del trigo y carece, por tanto, de interés fitogeográfico. Pequeños bosques revelan que Nothofagus obliqua es su
árbol más importante, o me­jor, que lo fue. Hay pocas observaciones de detalle de esta parte de la República” (324).

Con esto finaliza el tomo 1… y como si el contenido del 1 no fuera suficiente, tenemos un tomo 2. En uno de sus
capítulos, Reiche expone con muchos aciertos su propuesta de clasificación de Chile en regiones fitogeográficas,
adhiriéndose a las ideas de Engler y Drude respecto a la ubicación de Chile en la Región Andina del Reino Floral
Suramericano, con el extremo sur incluido en el Reino Floral Austroantártico, propuesta que mantiene su validez
en gran medida.

La sección sobre estadística de la flora de Chile fue por años fuente única y de mucha utilidad; está muy bien docu-
mentada, pues Reiche la construyó sobre la base de su vasto conocimiento sobre la flora de Chile. Aprovechemos
aquí de hacer un justo homenaje al botánico Clodomiro Marticorena, quien tomó la posta y publicó sus excelentes
análisis en los años ochenta y comienzos de los noventa.

La cuarta parte del volumen 2 hace referencia a las relaciones de la flora de Chile con la de los países vecinos, la de
Nueva Zelanda, la de Europa y la de California. Se refiere luego a la evolución de la flora de Chile, intentando buscar
explicaciones a las tremendas afinidades que encuentra particularmente con Nueva Zelanda. Afinidades que nece-
sitaban, a su juicio, “un ovillo de improbabilidades” para ser razonablemente explicadas (ahora resulta bastante más
sencillo, cuando se tiene a mano la teoría de Wegener, no disponible en aquel tiempo). Muy interesante es también
su enumeración de los “contingentes” de especies con los que se fue constituyendo históricamente nuestra flora: el
tropical-americano, el andino, el californiano y el antártico, entre otros.

En la quinta parte es muy recomendable leer el capítulo 1, sobre la “limitación del área de dispersión de las plantas
silvestres”, una minuciosa relación acerca de la historia de Chile y de cómo ya a esas alturas habíamos estado arrin-
conando a la flora nativa. Habla, además, de un segundo problema que está todavía en el tapete: la ampliación del
área de distribución de las plantas adventicias. Cierra el libro un capítulo en el que Reiche se refiere a las plantas
útiles indígenas y cultivadas.

La lectura de semejante libro es muy ilustradora; se aprende a raudales. Si bien hay preguntas que ya encontraron
respuesta y nombres científicos obsoletos, a la luz del paso del tiempo ha sido una fuente de inspiración constante
para muchos colegas contemporáneos y encontrará nuevos lectores que releerán el texto y encontrarán ideas que,
no por estar publicadas en un libro de 1907, dejan de ser inspiradoras y frescas. La traducción de G. Looser colabora
en mucho con la lectura, ¡hay que destacarla!

Agradecemos, finalmente, a don Karl Reiche su fructífera estadía en nuestro país. Lamentamos que haya sufrido el
pago de Chile, y vemos en su reedición un justo homenaje.
ACTIVIDADES DEL PROYECTO 85

Noticias vinculadas al Jardín Botánico Chagual

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Figura 1. Visitas guiadas. El JB Chagual realiza regularmente visitas guiadas para escolares y ocasionalmen-
te para público en general. Concebidas para apoyar, complementar y fortalecer los contenidos programá-
ticos Ciencias Naturales y de los objetivos transversales de los alumnos de Educación básica, constituyen
una amigable de aprendizaje sobre la zona de clima mediterráneo de Chile central y sus ecosistemas,
especialmente de su biodiversidad vegetal. En las fotografías. a: Alumnos y profesores del Colegio San
Francisco de Huechuraba. b: Colegio Alemán de Santiago. c: Residencia Casa de Laura, Santiago Centro. d:
Escuela Básica Juan Pablo, Independencia.
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Figura 2. Plantación. En el marco del programa de conservación y mejoramiento


de 145 ha del Parque Metropolitano de Santiago, el año 2014 el Jardín Botánico
Chagual estableció plantaciones representativas de 4 comunidades de vegetación de
la zona de clima mediterráneo de Chile: Bosque Esclerófilo Peumo-Boldo; Bosque
y Matorral Subandino de Ciprés de la Cordillera y de Frangel: Bosque Húmedo
Belloto-Peumo. a: El equipo del Plan Maestro y del JB. Chagual, aunados a voluntarios
y trabajadores del Parque Metropolitano, en distintos momentos de la planificación
y ejecución de la plantación. b: Autoridades realizan una plantación simbólica de
b Austrocedrus chilensis durante el acto de inauguración.
ACTIVIDADES DEL PROYECTO 87

Figura 3.Vivero y Laboratorio. a: Ejemplares de


Puya venusta y P. coerulea ssp. violacea florecen
en nuestro vivero. b: Cultivo in vitro en rizomas
de Alstroemeria garaventae y explantes en
proceso de aclimatación.

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Figura 4. Como es tradición, durante el año 2014 varios alumnos de instituciones de educación superior con las que mantenemos con-
venios, realizaron sus prácticas laborales y profesionales en el JB Chagual. a: Luisa Valencia y Cristóbal Mancini, alumnos del Centro de
Formación Técnica del Medioambiente (IDMA), realizan su práctica de Técnico (a) en Agricultura Ecológica. b: Alfonso del Río y Michael
Pineda, alumnos en práctica de la Facultad de Agronomía de la P. Universidad Católica de Chile.
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Figura 5. Patatour. Siguiendo la tradición, este 2014 el JB Chagual volvió a formar


parte de los protagonistas de esta acción educativa que se realiza gracias a la Ilus-
tre Municipalidad de Maipú en conjunto con la Estación Experimental Agronómica
Germán Greve de la Universidad de Chile y la Fundación Sendero de Chile, en la
Quebrada de La Plata. El sentido educativo de la caminata (5 km) por la cuenca, per-
teneciente a la cordillera de la Costa ubicada en Rinconada de Maipú, fue promover
en los estudiantes la protección de los espacios naturales con importancia cultural
y de diversidad biológica de la comuna. La quebrada de La Plata alberga una rica
diversidad de especies vegetales, algunas de las cuales se encuentran amenazadas,
como el guayacán, el quisquito y el chagual.

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