TÍTULO DE LA UNIDAD : “CELEBRAMOS NUESTRO ANIVERSARIO CUMPLIENDO DIVERSAS
ACTIDADES”
I. DATOS INFORMATIVOS
1.1 INSTITUCIÓN EDUCATIVA : 34052 “JOSÉ ANTONIO ENCINAS FRANCO”.
1.2. GRADO : SEXTO “C”
1.3. FECHA : 08/06/23
1.4 DURACIÓN : 45min
1.5. DOCENTE : Mg. Sonia, JUSTINIANO ESPIRITU
1.6. PRACTICANTE : Jazmín, LAURA ESPINOZA
II.- PROPOSITO DE APRENDIZAJE: RECONOCE LA LABOR DE JOSÉ Y VALORA SU ROL COMO
PADRE DE JESÚS EN LA TIERRA.
ÁREA: RELIGION
ACTIVIDAD: JOSE PADRE DE JESUS.
ACTIVIDAD SIGNIFICATIVA: Identificamos el área de religión para a si conocer a Dios en nuestra aula.
COMPETENCIA: C0NSTRUYE SU IDENTIDAD COMO PERSONA HUMANA AMADA POR DIOS, DISGNA, LIBRE Y
TRACENDENTE, CINPRENDIENDO LA DOCTRINA DE SU PROPIA RELIGION ABIERTO AL DIALOGO CON LAS QUE
SON MAS CERCANAS.
EVIDENCIAS DE
CAPACIDAD DESEMPEÑO PRECISADO
APRENDIZAJE
Conoce a Dios y asume su identidad FICHA DE
Comprende la acción de Dios revelada en la historia de
religiosa y espiritual como persona TRABAJO.
digna, libre y trascendente. la salvación y en su propia historia, que respeta la
dignidad y la libertad de la persona humana.
Cultiva y valora las manifestaciones LISTA DE
religiosas de su entorno COTEJO.
argumentando su fe de manera Expresa el amor de Dios desde sus vivencias,
comprensible y respetuosa. coherentes con su fe, en su entorno familiar y
comunitario.
Asume la experiencia el encuentro
personal y comunitario con Dios en
su proyecto de vida en coherencia Establece relaciones fraternas y respetuosas con los
con su creencia religiosa.
demás en diferentes escenarios, y participa en
celebraciones religiosas de su comunidad.
ENFOQUES TRANSVERSALES DE LOS APRENDIZAJE: ACCIONES OBSERVABLES
El enfoque Humanista Cristiano. * Permite a los estudiantes comprender y dar razón de su fe
aplicándola a la realidad, integrando la Fe y la vida. Así podrán
El Enfoque Cristo céntrico. descubrir su verdadera identidad de seres humanos llamados a
vivir en el amor.
* En este enfoque se nos presenta la Fe como virtud teologal,
por lo que creemos en Dios y todo lo que Él nos ha revelado.
III.- PREPARACIÓN DE LA SESIÓN DE APRENDIZAJE
¿Qué necesitamos hacer antes de la sesión? ¿Qué recursos o materiales se utilizarán en esta sesión
Prevé para esta sesión una lista de cotejo con Cuaderno.
los nombres de los estudiantes. Lápiz
los acuerdos de convivencia para la sesión. Borrador
Prevé el material para la sesión. Tajador
IV.- MOMENTO DE LA SESIÓN
Procesos Estrategias/Actividades Minuto
Pedagógicos s
ACTIVIDAD DE 10
INICIO Se saluda amablemente a los estudiantes y se indica que se pongan de pie para
Motivación realizar una dinámica:
Recojo de
saberes previos.
Conflicto
cognitivo.
“EL ARCA DE NOÉ”
Desarrollo: Se preparan previamente tantos papeles
como personas participantes. En cada papel el
dinamizador escribirá el mismo nombre de un
animal. Se pide que lo miren pero que no lo
comenten con nadie.
A continuación se coloca una silla en un extremo
de la sala y se les dice que Noé está a punto de
meter a todos los animales en su arca, pero sólo
queda espacio para una especie más. El primero
que se siente al oír el nombre de su animal será el
que entre. El punto gracioso está en que al tener
todos el mismo, cuando el dinamizador lo nombre
todos irán corriendo a por el último sitio.
Comunica el propósito de la sesión: El día de hoy vamos a reconocer la labor de
José y valorar su rol como padre de Jesús en la tierra.
Recordamos las siguientes recomendaciones:
Escuchar y respetar la opinión de los demás.
Ser solidarios al trabajar en equipo.
Tener nuestros materiales de trabajo listos y en orden.
DESARROLLO Observa la imagen y responde lo siguiente: 30
Gestión de
acompañamient ¿Conocen a este personaje?
o de los ¿Saben quién fue San José?
aprendizajes ¿Qué saben de su vida?
¿Será importante conocer la vida de San José?, ¿Por qué?
SAN JOSÉ: ESPOSO DE MARÍA y PADRE VIRGINAL DE JESUS
La solemnidad de San José es el 19 de marzo y la fiesta de San José obrero (Día
Internacional del trabajo) es el 1 de mayo. También está incluido en la Fiesta de la
Sagrada Familia (30 de diciembre) y sin duda forma parte de la historia de la Navidad.
Dios le confió a San José una misión excepcional: ser esposo de la Virgen María y padre
adoptivo de Su Hijo, Jesús, constituyéndose así en el Custodio de la Sagrada Familia. San
José es, por lo tanto, el santo que más cerca está de Jesús y de la Virgen.
Las fuentes de información confiable sobre la vida de San José son el evangelio según San
Mateo y el evangelio según San Lucas. San José era descendiente del rey David y
probablemente nació en Belén, aunque vivía en Nazaret en el tiempo de la Anunciación. Su
oficio era el de carpintero (Mateo 13,55, Marcos 6,3), su padre se llamó Jacob (Mateo 1,16) y
parece que era el tercero de seis hermanos. La tradición nos transmite la figura del joven
José como un muchacho de mucho talento y un temperamento humilde, dócil y devoto.
Las palabras de la Anunciación por parte del ángel Gabriel acerca de la venida del Hijo de
Dios que se encuentran en el Evangelio según San Lucas 1,28-38, fueron dichas «a una
joven virgen que estaba comprometida en matrimonio con un hombre llamado José, de la
familia de David. La virgen se llamaba María.» (Lucas 1,27).
En la cultura judía de entonces, toda mujer debía pertenecer a un hombre: a su padre, a su
esposo o, si fuera viuda, a un hijo, por lo que este compromiso daba ya los derechos de la
vida conyugal; es decir, María ya es esposa de José, aun cuando ella no había salido
todavía de la casa paterna (Mateo 1,20, 24).
José fue hombre agradable a Dios: justo, bueno (Mateo 1,19). Cuando María quedó
embarazada por obra del Espíritu Santo es evidente que José aún no sabía cuál sería su
papel en este misterio; pero pronto quedaría aclarado cuando el Ángel del Señor se le
apareció en sueños y le dijo: «José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a
María, tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra del Espíritu Santo, tú eres el que
pondrás el nombre al hijo que dará a luz. Y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo
de sus pecados» (Mateo 1,20,21).
De esta manera, aunque José no era padre natural de Jesús, el Hijo de Dios, a él se le
encomendó darle el nombre, lo que era propio del padre o tutor y, por lo tanto, San José se
convierte en el hombre elegido por Dios para una confianza muy especial: ser el Custodio del
Redentor, de María Santísima y del misterio cuyo cumplimiento habían esperado desde
hacía muchas generaciones la estirpe de David y toda la “casa de Israel”.
Durante la Navidad en Belén (Lucas 2,1-18), contemplamos a San José en medio de
circunstancias adversas, muy cerca de Santa María, lleno de delicadezas con Ella. Jesús va
a nacer. Él ha preparado lo mejor que ha podido aquella gruta del pesebre. Pidámosle
nosotros que nos ayude a preparar nuestra alma para recibir a Jesús.
Luego vemos a la Sagrada Familia en el momento de la presentación en el templo (Lucas
2,22-35). De nuevo San José dice “sí” a Dios, sin objeciones ni demoras, cuando “el Ángel
del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre y
huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes buscará al niño para
matarlo.» José se levantó; aquella misma noche tomó al niño y a su madre y partió hacia
Egipto” (Mateo 2,13,14).
Imaginemos esa huida de noche, a través de cientos de kilómetros de desierto, hacia un país
extraño, sin conocer su lengua, sus costumbres, sin contactos, sin trabajo del cual vivir…
para después de un tiempo regresar, siempre en obediencia a la voluntad del Señor (Mateo
2,19-23).
Seguramente Jesús llamaba “padre” a José (Lucas 2,48), pero en el templo de Jerusalén,
después que él y María encontraron a Jesús a quien habían perdido de vista, José escucha
las misteriosas palabras: « ¿Y por qué me buscaban? ¿No saben que yo debo estar donde
mi Padre?» (Lucas 2,49)… y José, lo mismo que María, saben bien de Quién habla. No
obstante, Jesús estaba sumiso tanto a José como a María (Lucas 2,51) tal como un buen hijo
está sumiso a sus padres.
Pasan los años de la vida oculta de la Sagrada Familia de Nazaret. El Hijo de Dios, enviado
por el Padre, está oculto para el mundo, oculto para todos los hombres, incluso para los más
cercanos. Sólo María y José conocen su misterio. Viven este misterio cada día. El Hijo del
Eterno Padre pasa, ante los hombres, por hijo de ellos; por «el hijo del carpintero» (Mateo
13,55). Al comenzar el tiempo de su misión pública, Jesús recordará, en la sinagoga de
Nazaret, las palabras de Isaías que en aquel momento se cumplían en Él, y los vecinos y los
paisanos dirán: « ¿No es el hijo de José?» (Lucas 4,16-22). El Hijo de Dios, el Verbo
Encarnado, durante treinta años de vida terrena permaneció oculto: se ocultó a la sombra de
José. Al mismo tiempo, María y José permanecieron escondidos en Cristo, en su misterio y
en su misión.
Por la fidelidad a su esposa, con la que según la Iglesia Católica no consumó el matrimonio,
debido a que María estaba profundamente entregada al amor de su padre divino (aun siendo
verdadero esposo virginal), San José recibió el don divino de la paternidad, de ahí su
dignidad y santidad. San José fue declarado patrono de la familia. El Papa Pío IX lo proclamó
patrono de la Iglesia universal en 1870. Debido a su trabajo de carpintero es considerado
patrono del trabajo, especialmente de los obreros. La Iglesia Católica lo ha declarado
también protector contra la duda y en 1920 el Papa Benedicto XV lo declaró además patrono
contra el comunismo y la relajación moral. En 1989 el papa Juan Pablo II le dedicó una
exhortación apostólica: "Redemptoris Custos". Ha sido proclamado patrono de América,
China, Canadá, Corea, México, Austria, Bélgica, Bohemia, Croacia, Perú, Vietnam.
DE ACUERDO AL TEXTO LEIDO:
1. Redacta 10 hechos relevantes de la lectura.
2. Escribe un compromiso a cumplir imitando las virtudes de San José.
PROBLEMATIZACIÓN
A fin de socializar con los estudiantes los invitamos a analizar una serie de
preguntas:
¿Quién era San José? ¿Qué enseñanzas nos da San José?
¿Cómo era la vida de San José?
CIERRE Promueve la reflexión de los estudiantes respecto a sus aprendizajes. 05
Metacognición Se realiza las siguientes preguntas:
Transferencia ¿Qué hicimos?, ¿para qué lo hicimos?
¿Qué aprendimos?
Evaluación
Comenta que temas más podemos tratar para que a si pueden compartir con sus
familiares.
Ahora te invitamos a reflexionar sobre lo aprendido.
REFLEXIÓN DEL DOCENTE:
¿Qué avances tuvieron mis estudiantes?
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
¿Qué dificultades tuvieron mis estudiantes?
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
¿Qué aprendizajes debo reforzar en mis estudiantes en la siguiente sesión?
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
¿Qué actividades, estrategias y materiales funcionaron y cuáles no?
Mg. Sonia, JUSTINIANO ESPIRITU Jazmín, LAURA ESPINOZA Mg. Gloria, ALIAGA TIZA
DOCENTE PRACTICANTE JEFA DE PRACTICA
INDICADORES
N° Explica la Expresa la Escribe un
APELLIDOS Y vida de San importancia de compromiso de
NOMBRES José con imitar la vida de imitar la vida de San
fundamento San José con José tomando
bíblico. autonomía. conciencia de
cumplirlo
SI NO SI NO SI NO
1. ALANIA ZAMUDIO, Jheremy
Dayron
2. ALCANTARA SANTA CRUZ,
Mariana luz
3. AMBROCIO LAZARO, Klein
Andric
4. BENITO ROJAS, Dylan Sneyder
5. BONILLA FLORES, Britani
Selena
6. CAJAS ALVITES, Leonel Samir
7. EVANGELISTA
HUARICANCHA, Jhosep
8. GONZALES HURTADO, Henrry
Edyson
9. HUARICANCHA EDUSRDO,
Anthony Dylan
10. JANAMPA CIPRIANO, Alezna
11. LAURIANO ATENCIO, Estrella
12. MILLA CARHUAS, Hector
13. QUISPE RIVERA, Sebastian
14. RODRIGUES ROJAS, Ruth
15. TAPIA FERNANDEZ, Jhon
16. TORRES CARHUAZ, Erick
17. TORRES JAVIER, Lisbeth
18. VASGAS ESPINOZA. Rocio
19. VIVAR MAJIÑO, Britany
FICHA DE TRABAJO
Apellidos y Nombres:…………………………………………………………… fecha:………….. Grado y sección:…………
SAN JOSÉ: ESPOSO DE MARÍA y PADRE VIRGINAL DE JESUS
La solemnidad de San José es el 19 de marzo y la fiesta de San José obrero (Día Internacional del trabajo) es el 1
de mayo. También está incluido en la Fiesta de la Sagrada Familia (30 de diciembre) y sin duda forma parte de la
historia de la Navidad.
Dios le confió a San José una misión excepcional: ser esposo de la Virgen María y padre adoptivo de Su Hijo, Jesús,
constituyéndose así en el Custodio de la Sagrada Familia. San José es, por lo tanto, el santo que más cerca está de
Jesús y de la Virgen.
Las fuentes de información confiable sobre la vida de San José son el evangelio según San Mateo y el evangelio según
San Lucas. San José era descendiente del rey David y probablemente nació en Belén, aunque vivía en Nazaret en el
tiempo de la Anunciación. Su oficio era el de carpintero (Mateo 13,55, Marcos 6,3), su padre se llamó Jacob (Mateo 1,16)
y parece que era el tercero de seis hermanos. La tradición nos transmite la figura del joven José como un muchacho de
mucho talento y un temperamento humilde, dócil y devoto.
Las palabras de la Anunciación por parte del ángel Gabriel acerca de la venida del Hijo de Dios que se encuentran en el
Evangelio según San Lucas 1,28-38, fueron dichas «a una joven virgen que estaba comprometida en matrimonio con un
hombre llamado José, de la familia de David. La virgen se llamaba María.» (Lucas 1,27).
En la cultura judía de entonces, toda mujer debía pertenecer a un hombre: a su padre, a su esposo o, si fuera viuda, a un
hijo, por lo que este compromiso daba ya los derechos de la vida conyugal; es decir, María ya es esposa de José, aun
cuando ella no había salido todavía de la casa paterna (Mateo 1,20, 24).
José fue hombre agradable a Dios: justo, bueno (Mateo 1,19). Cuando María quedó embarazada por obra del Espíritu
Santo es evidente que José aún no sabía cuál sería su papel en este misterio; pero pronto quedaría aclarado cuando el
Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María,
tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra del Espíritu Santo, tú eres el que pondrás el nombre al hijo que
dará a luz. Y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mateo 1,20,21).
De esta manera, aunque José no era padre natural de Jesús, el Hijo de Dios, a él se le encomendó darle el nombre, lo
que era propio del padre o tutor y, por lo tanto, San José se convierte en el hombre elegido por Dios para una confianza
muy especial: ser el Custodio del Redentor, de María Santísima y del misterio cuyo cumplimiento habían esperado desde
hacía muchas generaciones la estirpe de David y toda la “casa de Israel”.
Durante la Navidad en Belén (Lucas 2,1-18), contemplamos a San José en medio de circunstancias adversas, muy cerca
de Santa María, lleno de delicadezas con Ella. Jesús va a nacer. Él ha preparado lo mejor que ha podido aquella gruta
del pesebre. Pidámosle nosotros que nos ayude a preparar nuestra alma para recibir a Jesús.
Luego vemos a la Sagrada Familia en el momento de la presentación en el templo (Lucas 2,22-35). De nuevo San José
dice “sí” a Dios, sin objeciones ni demoras, cuando “el Ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo:
«Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes buscará al
niño para matarlo.» José se levantó; aquella misma noche tomó al niño y a su madre y partió hacia Egipto” (Mateo
2,13,14).
Imaginemos esa huida de noche, a través de cientos de kilómetros de desierto, hacia un país extraño, sin conocer su
lengua, sus costumbres, sin contactos, sin trabajo del cual vivir… para después de un tiempo regresar, siempre en
obediencia a la voluntad del Señor (Mateo 2,19-23).
Seguramente Jesús llamaba “padre” a José (Lucas 2,48), pero en el templo de Jerusalén, después que él y María
encontraron a Jesús a quien habían perdido de vista, José escucha las misteriosas palabras: « ¿Y por qué me
buscaban? ¿No saben que yo debo estar donde mi Padre?» (Lucas 2,49)… y José, lo mismo que María, saben bien de
Quién habla. No obstante, Jesús estaba sumiso tanto a José como a María (Lucas 2,51) tal como un buen hijo está
sumiso a sus padres.
Pasan los años de la vida oculta de la Sagrada Familia de Nazaret. El Hijo de Dios, enviado por el Padre, está oculto
para el mundo, oculto para todos los hombres, incluso para los más cercanos. Sólo María y José conocen su misterio.
Viven este misterio cada día. El Hijo del Eterno Padre pasa, ante los hombres, por hijo de ellos; por «el hijo del
carpintero» (Mateo 13,55). Al comenzar el tiempo de su misión pública, Jesús recordará, en la sinagoga de Nazaret, las
palabras de Isaías que en aquel momento se cumplían en Él, y los vecinos y los paisanos dirán: « ¿No es el hijo de
José?» (Lucas 4,16-22). El Hijo de Dios, el Verbo Encarnado, durante treinta años de vida terrena permaneció oculto: se
ocultó a la sombra de José. Al mismo tiempo, María y José permanecieron escondidos en Cristo, en su misterio y en su
misión.
Por la fidelidad a su esposa, con la que según la Iglesia Católica no consumó el matrimonio, debido a que María estaba
profundamente entregada al amor de su padre divino (aun siendo verdadero esposo virginal), San José recibió el don
divino de la paternidad, de ahí su dignidad y santidad. San José fue declarado patrono de la familia. El Papa Pío IX lo
proclamó patrono de la Iglesia universal en 1870. Debido a su trabajo de carpintero es considerado patrono del trabajo,
especialmente de los obreros. La Iglesia Católica lo ha declarado también protector contra la duda y en 1920 el Papa
Benedicto XV lo declaró además patrono contra el comunismo y la relajación moral. En 1989 el papa Juan Pablo II le
dedicó una exhortación apostólica: "Redemptoris Custos". Ha sido proclamado patrono de América, China, Canadá,
Corea, México, Austria, Bélgica, Bohemia, Croacia, Perú, Vietnam.