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Obra Viento Fuerte

Este documento resume la obra literaria "Viento Fuerte" de Miguel Ángel Asturias. Narra las difíciles condiciones de vida y trabajo que enfrentaban los campesinos guatemaltecos bajo el dominio de la United Fruit Company a inicios del siglo XX. Se describe la explotación laboral, la pobreza y enfermedades que sufrían. También presenta a Lester Mead, un personaje que lidera la resistencia campesina contra la poderosa compañía bananera estadounidense en defensa de la tierra y dignidad de los trabajadores.

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Obra Viento Fuerte

Este documento resume la obra literaria "Viento Fuerte" de Miguel Ángel Asturias. Narra las difíciles condiciones de vida y trabajo que enfrentaban los campesinos guatemaltecos bajo el dominio de la United Fruit Company a inicios del siglo XX. Se describe la explotación laboral, la pobreza y enfermedades que sufrían. También presenta a Lester Mead, un personaje que lidera la resistencia campesina contra la poderosa compañía bananera estadounidense en defensa de la tierra y dignidad de los trabajadores.

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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA –USAC-

CENTRO UNIVERSITARIO DE BAJA VERAPAZ –CUNBAV-

LICENCIATURA EN CIENCIAS JURIDICAS Y SOCIALES, ABOGADO Y NOTARIO

Licenciado Raúl Moreira

Curso: Derecho Civil I

Semestre: Tercero

TEMA

Obra “Viento Fuerte”

Nombre: Jeimy Paola Torres López

Carné: 202043518

CUI: 3149770741501
OBRA “ VIENTO FUERTE” (MIGUEL ANGEL ASTURIAS)

Como inicia la obra

Las condiciones de vida de la mayor parte de la población centroamericana eran miserables.


Por lo que concierne más directamente a Guatemala, país en que la población india oscilaba
entre el 14 % en la zona de Amatitlán, sobre la costa, y el 96 % en el departamento de
Totonicapán, sobre el altiplano, baste considerar que, según estadísticas oficiales,
probablemente válidas todavía, el régimen alimenticio del trabajador rural consistía, sobre todo,
en maíz, frijoles y chile por consiguiente la productividad del campesino guatemalteco era muy
baja porque sufría de desnutrición, parasitismo y malaria, a lo que se añadían los efectos
deletéreos del aguardiente, de mala calidad y que se vendía a bajo precio. Este estado de
cosas demuestra la absoluta ineficacia del colosal desarrollo económico promovido por
la United Fruit Company en el país para el mejoramiento concreto del temor general de vida.

Se relata como era de duro, sin las condiciones adecuadas trabajar para esta compañía y todo
por la necesidad de cada uno de los trabajadores lo necesitaban Ya no era fuerza que dieran
signos violentos de alegría. Toda la desvelada multitud estaba cansada, desesperada,
esparcida, después de haber pasado días y noches trabajando arduamente bajo condiciones
inhumanas el aquel terreno se hallaban unos sentados, otros acostados, parecía totalmente
dominado por ellos. Todos dominados, menos el húmedo, el inmóvil, e insoportable calor de la
costa, manos y equipos mecánicos modificaron el terreno. Cambios en el desplazarse natural
de los ríos, elevación de estructuras para el paso de caminos de hierro, entre cerros cortados o
puentes o rellenos, por donde máquinas voraces consumidoras de árboles reducidos a troncos
verdiones, transportaban hombres y cosechas, hambre y alimentos. Se desmoronaban los
árboles, mientras otros amanecían plantados defendiendo del azote del viento sementeras
preparadas para ciertos cultivos y en los barrancos, como en los intestinos de la pobre bestia
fabulosa, domeñada, destrozada y siempre viva, se trabajaba removiendo las rocas,
trasladando toneladas de la escasa piedra que por allí se encontraba o bien aprovechando
desequilibrios topográficos, para soltar el paso alborozado de corrientes de agua turbia, sucia,
menesterosa, que más abajo se limpiaba y fluía por valles de encendido color verde.

Las mujeres eran unas crueles mentirosas, risa y risa, mientras les vendían tortillas, queso
oreado, chorizos, morongas, güisquiles cocidos, yuca, rellenos de plátano, frijoles parados.
Ellos, después de beber agua en un grifo, sin acercar mucho la boca porque el sol lo ponía
como asador, se medio lavaban la cara, se pasaban agua fresca por la cabeza y tras secarse
con las hojas que les quedaban cerca, cuidando no fuera a ser chichicaste, volvían la cara
ansiosa a la comida traída por las almuerceras. De las tortillas de maíz chorreaban salsas de
chile verde, frijoles, carnes gordas, papas en amarillo, trozos de aguacates, queso y tortas con
recados picantes y mantecosos. En trastos de peltre que fueron tazas se vaciaba de las tinajas
leche con café, agua de leche con millares de puntitos negros, como pecas del mismo café
molido, y en las tazas llenas hasta los bordes paseaban con todo y dedos y uñas, los pedazos
de tortilla o trozos de pan, para luego llevarlos, ya casi hechos sopas, a la boca entre
mosqueos y bigotes sin importarles la higiene y enfermedades que podrían causarles, el pitazo
del jefe daba la señal de reanudar la tarea. Aún paladeaban la comida siempre por bien que
comieran se quedaban con hambre y a seguir en lo que estaban.

No descansaban ni de día ni de noche, la tala devoraba árboles para los hornos de las
locomotoras, las trituradoras, las otras máquinas que calentaban con fuego de leña el trabajo
ocupaba gente y más gente, herramientas y más herramientas rocas que se esponjaban en el
fuego parejo de los hornos, convertidas en cal pechugona, blanca, y en las construcciones los
cimientos y los muros devoraban piedras y más piedras, para rellenos, puentes y diques en que
se atajaba el agua que como un sueño profundo seguía moviéndose suavemente hasta
precipitarse en las turbinas, para dar nacimiento a la energía eléctrica que en hilos de metal
empezó a repartirse por todos lados en forma de luz, de shute de avispa de fuego que entre
chisperío y halos azules perforaba rieles, hendía planchas de acero o juntaba cabos de metales
en unión eterna.

El progreso de la empresa repartía un contento de triunfo entre todos aquellos hombres que
trabajan como animales, para el desarrollo de aquella, sin importarles el sacrificio, heridos,
muertos y aun así sin contar a los mutilados y como en todo ejército había los desertores, los
que llegando al campo de batalla volvieron acobardados, sintiéndose incapaces de sobrevivir
físicamente a la epopeya
Trama de la obra

La United Fruit Company o UFCO nació así en 1899, cuando Minor Keith tuvo que fusionar su


empresa Tropical Trading and Transport Company con una importante compañía competidora:
la Boston Fruit Company de su compatriota Andrew W. Preston. Todo comenzó en 1901,
cuando el astuto patriarca Estrada Cabrera estampó su firma de rábula resabido en el primer
contrato con la United Fruit Company. En menos de cuatro años, la frutera instalaría el primer
ferrocarril para embarcar las bananas hacia los Estados Unidos, bajo la dirección de Minor C.
Keith, el verdadero Papa Verde.

Papá Chichiguo, así apodaban al jefe de las bodegas, un tabasqueño prieto, pero no prieto
lustroso, sino prieto cenizo, con la piel escamosa, y una gran familia de hijos rubios, andaba en
sus ocupaciones, cuando asomó Ernie Walker, con su mechón de pelo en la frente, el
sombrero en la mano, se detuvo en la puerta y dijo con marcado acento inglés, ya un poco
ebrio, el bodeguero, a quien el “versito” no hizo mayor gracia, estaba contándole las costillas a
uno de los tantos encadenados a su sistema de ventas a plazos, cuya osamenta, frente a él, se
transparentaba a través de un traje de manta, pantalón y camisa, al cuello un pañuelo anudado.

Lester Meand emprendió un viaje a la capital y visitó a su abogado, exfuncionario judicial cuya
conducta exigía desenterrar calificativos tan enterrados como integérrimo, insobornable,
inmaculado, incorruptible, y por todos estos “in”, con un Inri de dos pisos sobre su cabeza. El
abogado explicó a su cliente que tan pronto como recibió su telegrama estuvo en la Auditoría
de Guerra para averiguar lo existente en autos y que no había nada, entonces Meand le dijo
mis hombres están presos, es lo único que sé; quiere decir, señor abogado, que sí hay algo.
Lester Mead averiguó en seguida quién era el abogado de la Tropical Platanera S. A. y lo
buscó antes de mediodía.

La oficina del abogado de la compañía respiraba el confort del trasatlántico que vuelve tan
cómodos los movimientos de los jefes y empleados en las oficinas yanquis, el abogado vestido
con un impecable traje cortado en Nueva York, hizo pasar a Mead, al solo verlo entrar, no
obstante que tenía varios clientes esperando en la antesala. Entonces la respuesta que recibió
fue que la Platanera S.A. solo le daba información al prensa para que ellos los publicaron,
entonces hablo con el director del periódico pero aun así la única respuesta que le dio fue
negativo, se fue a tomar un trago y un compañero le dijo que estaba bien lo que estaba
haciendo pero tenía más valor la palabra de la Platanera S.A.
En los días pasados, la sociedad adquirió las tierras de los Fueté, El valor épico de la primitiva
empresa parece repetirse en la resistencia de algunos cultivadores, pobre gente, propietaria de
un pedazo de tierra, que tienen la osadía de levantarse contra la potente sociedad
norteamericana. Los estimula y los apoya Lester Mead -Lester Stoner que era su verdadero
nombre ciudadano estadounidense, pronto envuelto en un halo de leyenda: es él quien
organiza la resistencia, ayudado por su mujer, Leland Foster, y logra hacer frente a la sociedad.

La lucha que Lester Mead conduce contra los sistemas del Papa Verde responde, en el
coloquio que él mantiene con algunos socios influyentes de la compañía bananera y un
representante del Departamento de Estado, a una necesidad práctica de moralización, para
conservar en el futuro las conquistas económicas. El personaje se muestra en esto hombre de
negocios hábil, y Leland, mujer idealista, cuando aprende la posición real de su marido en
cuanto socio de la Tropical Platanera S.A., sufre una profunda desilusión. Para Asturias, al
contrario, Lester Mead se embarca sin reservas, honradamente, en una empresa de redención;
a través de su obra vuelve a repetirse la épica grandeza de los orígenes, que la Tropicaltanera
ha olvidado con demasiada prisa.

El contacto con los Luceros y los otros socios permite a Lester penetrar el verdadero espíritu
del mundo en que vive; de extranjero se torna en uno de ellos el emporialista desaparece. En
su testamento, previniendo el caso posible de la muerte también de su mujer, dispone que
todas sus acciones de la Tropicaltanera se repartan entre los miembros de la pequeña
sociedad que ha fundado, dando así concreta realización a sus ideas de que los beneficios de
la empresa deban recaer de alguna manera en los que pertenecen al país objeto de
explotación económica. Disposición que se revela providencial cuando las potencias de la tierra
desencadenan para destruir la responsable de tanta desventura.

La reforma de Árbenz miraba a expropiar los terrenos incentivados, no explotados directamente


por los propietarios, para distribuirlos a los campesinos. A la United Fruit Company, se le
confiscaron cerca de cien mil hectáreas de tierra. Es natural que los intereses de los
latifundistas guatemaltecos y los de la gran compañía estadounidense los llevasen a una
alianza y a la lucha contra el gobierno democrático, que fue definido como comunista.

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Personajes principales

 Lester Mead (agricultor)


 Leland Foster (agricultor)
 Adelaido Lucero (agricultor)
 Papa Verde (presidente todo poderoso de la Tropical Platanera S. A.)
 Cucho (mejor amigo de Adelaido)
 Lucero
Como finaliza la obra

Al llegar a las cuevas del Gambusino, Leland se abandonó sin más señal de vida que un
soplido gimiente entre los labios, su blancura de cera helada bajo sus cabellos de oro verdoso,
en medio de una atmósfera turbia como agua de sal. Lester había traído uno de los cojines del
sulky, y sobre este desecho de crin y cuero colocó la cabeza de su esposa, mientras buscaba
un pañuelo para enjugarle un hilo de sangre que le corría por el cuello tras de la oreja. Las
sombras de árboles fantásticos, de árboles que no existían, pero que existieron allí, empezaban
a gatear y a entrarse en las cuevas igual que animales gigantes. Lester lo sabía la Sarajobalda
lo contaba a todos cuando hay tempestad, las sombras de los árboles que derribaron hace
muchos años en los cortes de madera, se meten como fantasmas en las cuevas del
Gambusino, y al que encuentran dentro le sacan todo lo que tiene vivo debajo del pellejo y lo
dejan convertido en muñeco de piel sobre los huesos.

Entonces Lester dijo: Leland, vámonos de aquí, las sombras se están entrando y señalaba con
su dedo rígido mira cómo gatean, mira cómo avanzan, mira cómo se extienden, mira cómo nos
arrinconan, mira que nos cogen y si nos envuelven nos vacían por dentro y mañana solo
recogerán aquí de nosotros dos muñecos de pellejo y huesos Escaparon de la cueva tan
violentamente, que Leland se rasgó el traje, quedando con media pierna de fuera y a seguir
huyendo hacia donde Lucero, entre los altos palos en cuyas copas el lejano resplandor del día
temblaba a la par de la tierra; a seguir huyendo con la mirada ya perdida en lo irremediable,
bajo las inmensas piedras que el viento huracanado desplazaba igual que basuras.
Consiguieron llegar, sin respiración, sin pies, como autómatas, a un espacio fortificado por el
bosque cercano a la casa de Lucero, y allí se detuvieron.

Caballos y caballos y caballos cruzaban al galope levantando nubes de polvo que se mezclaba
indeciso a la luz de agua de sal que enturbiaba la atmósfera. Por la polvareda y sus formas de
fluyentes bestias libres se sabía que cruzaban, porque el huracán silbaba para borrar hasta el
eco del galope, mientras una fuerte marea de petróleo permitía suponer que estaban saltando
las bodegas en que había gasolina almacenada. Ella se resbaló de su cuerpo y cayó hecha
fatiga, solo fatiga, nada más que fatiga; pero al llegar a sus pies, se trajo abajo el resto, la
materia, y ya fue ella cuerpo y ella fatiga, una sola cosa inmóvil, resueltamente abandonada
para lo que Dios quisiera, Leland se acercó a besarla, le golpeó los dientes con sus dientes y
repitió en voz baja, casi en secreto yo sabía, sabía que una gran oscuridad nos esperaba,
velaría a su lado, con ramas le arregló una almohada y cuidadosamente la tomó de la cintura
para tenderla mejor, porque había caído toda tronchada, igual que la rama de un árbol.

Aquí se conocieron y aquí se quedan, la determinación de doña Roselia, viuda de Lucero,


vestida de negro, con los ojos en llanto despenicado, roja la nariz de sonarse, quemados los
labios por la intemperie en que habían vivido tantas horas de angustia, no dejaba lugar a que el
viejo alguacil que fungía de alcalde y por lo mismo de juez de paz, dispusiera otra cosa.

Las camillas, parihuelas de hojas frescas, en que habían llevado los cuerpos, quedaron en el
patio rodeadas de perros hambrientos, en busca de comida, y doña Roselia, manos a la obra,
los tendió en una cama que sacó a la pieza principal. A falta de lugar, los dos en la misma
cama, uno al lado del otro, unidos en la muerte, helados como si estuvieran sus rostros y sus
manos expuestas a la luna llena en una cumbre muy alta. Los muchachos, sus hijos, andaban
auxiliando a la gente.

Luceros, Cojubules, y Ayuc Gaitanes presentes frente a los cadáveres, sin saber cómo
moverse, en una atmósfera caliginosa, impregnada de humedad y aún amenazante. Doña
Roselia hizo cavar la tierra al lado de la tumba de su marido, en el suelo del camposanto,
donde en una sepultura, la calavera, blanca de cal, de Hermenegilo Puac reía con todos los
dientes de fuera, rodeada por las tres risas amarillas: risa de Rito Fui Perraj, risa de Rito Soy
Perraj y risa de Rito Seré Perraj, el juez de paz volvió a reclamar los cuerpos.

Tenían lugar en un cementerio extranjero toda la familia Lucero y las familias de Cojubul y Ayuc
Gaitán, ya listas para el entierro, acompañaron los cadáveres de Lester Mead, con ese nombre
lo conocían ellos, y Leland Foster. En la misma camilla en que los trajeron a Semírames, los
llevaron al tren envueltos en dos sábanas blancas. De uno de los bultos asomaba un mechón
de pelo color de oro verde. El tren se fue despacito, rodando sin hacer mucho ruido, por un
cementerio de bananales tumbados, tronchados, destrozados.
Comentario Personal

Viento Fuerte es una obra realista porque en ella se ve reflejada como vivía la gente y aún
sigue viviendo en Guatemala. Obra literaria que expresa la presencia el reconocimiento a esa
parte mayoritaria de la población guatemalteca que era un resistente grupo de silencio, lleno de
atropellos, inequidades, sufrimiento, maltratos.

En el año de 1904, ingresó la UFCO a Guatemala, por medio de la compra de 35 caballerías en


la selva de Izabal, cerca del sitio arqueológico de Quiriguá. En este terreno inició la plantación
de banano, utilizando únicamente 11 de estas caballerías, así mismo entrando por la puerta
grande se acreditaron de 500,000 acres de tierra y un aproximadamente de 40% de tierra

Creo que esta empresa fue una de las mas en las que tubo a sus trabajadores en buenas
condiciones de trabajo así mismo de higiene y además nos da un reflejo de como las personas
vivían en nuestro país (siglo xx), aun se siguen cometiendo estos abusos en cuanto a lo
laboral. Nunca les importo bajo qué condiciones estas personas se esforzaban para llevar un
sustento a su hogar y no solo se habla sobre una empresa que exportaba frutas tropicales si no
que asi mismo contaban con su línea ferrocarrilera, administración de puertos y una flota de
buques conocidas como “La gran Flota Blanca”, este hizo que la UFCA crecieron en todos sus
sentidos y sobre todo en Guatemala.

En este tema de FRUIT COMPANY se habla sobre el misterio de trabajo estipulado en nuestro
país cuando el ex presidente Jorge Ubico fue derrotado y en su puesto quedo Juan José
Arévalo lo cual hizo ciertos cambios que iban en contra de los beneficios de la UFCO tenía una
mentalidad social política la cual describía de la depender de una empresa nacional
estadounidense y así mismo fundo el Ministerio de Trabajo, por obvias razones esto no le gusto
a UFCO lo cual crearon una compaña en desprestigio a Juan José Arévalo. El ministerio de
trabajo hoy en día creo que es muy importante, hubieron muchos beneficios los cuales en ese
tiempo hicieron falta creo que puntos muy importantes que se puede mencionar era la igualdad
de género ya que en ese siglo el hombre era el que tenía que ir a trabajar y la mujer quedarse
en casa, aunque en ese tiempo creo que en todos lugares los trabajos eran muy pesados.

Juan José Arévalo creo que influyo mucho en este tema con esta empresa cuando entro al
poder ya que hizo muchos cambios en ella, defendiendo a todas aquellas personas que
trabajaron bajo condiciones inhumanas y arduamente para el único beneficio de esta empresa,
así mismo esta empresa creo que dejo una marca en Guatemala sobre como se dependía de
una empresa nacional estadounidense que no era beneficio para nuestro país, dejo muchas
familias ya que unos murieron otros fueron mutilados y así mismo heridos y sin tomar en cuenta
a todos aquellos daños psicológicos que hubo en cada uno de esos trabajadores.

Los inicios de la aventura bananera presentan un carácter épico: se trata de transformar la


estructura económica de una extensa región, y en esta obra se manifiesta el heroísmo del
hombre, el entusiasmo que lo sostiene en la fatiga y que le hace olvidar las enfermedades, la
malaria, el miedo a la muerte. En este primer esfuerzo titánico, en el que la masa trabajadora
pone tantas esperanzas, los hombres se sienten unidos. Con el pasar del tiempo, sin embargo,
habiéndose impuesto, el imperio de la Tropicaltanera, la empresa inicia una lucha solapada
contra los cultivadores privados, que con miles de pretextos se ven rechazar su mercancía,
rápidamente deteriorable. Es su ruina no hay otra alternativa que ceder la tierra a la bananera o
intentar un esfuerzo desesperado, luchar contra el monopolio.

El valor épico de la primitiva empresa parece repetirse en la resistencia de algunos


cultivadores, pobre gente, propietaria de un pedazo de tierra, que tienen la osadía de
levantarse contra la potente sociedad norteamericana.
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