Aportes de la Psicología aplicada a la Nutrición
¿Por qué es importante la Psicología en la Nutrición?
Articulo extraído de Rodríguez Romero, D. (2017). Alimentación y Emociones. Una sinergia
fundamental para nuestro bienestar. Universitat de Barcelona
La Psicología y la Nutrición son áreas que se relacionan y complementan debido a que cómo nos sentimos
afecta nuestra manera de comer y absorber los nutrientes. Asimismo, la forma en la que comemos influye
en nuestra forma de sentirnos.
La Psicología, es la ciencia que estudia la conducta y los procesos mentales del ser humano, y trata de
comprender y explicar cómo percibimos, aprendemos, recordamos, resolvemos problemas, nos
comunicamos, sentimos y nos relacionamos con otras personas.
La Psiconutricion hace referencia a todos los componentes psicológicos y psicodinámicos que buscan
comprender a la forma en la que cada persona se alimenta. Este enfoque toma en cuenta todo lo que rodea
a la nutrición, es decir, vincula aspectos sociales, personales, laborales con el fin de comprender la relación
existente entre el individuo, sus emociones y la comida.
Es un nuevo enfoque que se engloba dentro de un equipo interdisciplinar, ambas disciplinas Psicología y
Nutrición trabajando conjuntamente, y que consigue mejores resultados que ambas por separado.
La calidad del vínculo entre el psiquismo, los factores sociales, emocionales y educativos, y la nutrición, son
esenciales para el desarrollo saludable de cualquier persona.
Por ejemplo, el problema de la obesidad no solamente consiste en bajar de peso, en muchas ocasiones
existen ciertos aspectos involucrados que deben abordarse y que no solamente tienen que ver con la
alimentación. Un individuo que ha sido obeso desde la infancia nunca ha tenido una representación de su
cuerpo delgado. Cualquier cambio que ocurra no solamente afectará a su peso, sino que tendrá
consecuencias en su identidad. La psicología, por tanto, juega un papel importante en el bienestar de las
personas.
Hay casos en donde la Psiconutrición es realmente fácil de identificar, pues existen trastornos de la
alimentación como anorexia, bulimia. En este tipo de situaciones, es evidente que requiere de un
acompañamiento especializado para poder tratar debidamente la enfermedad. Sin embargo, hay
enfermedades como por ejemplo cáncer o enfermedades inmunodeficientes; en donde la nutrición
acompañada de una buena asesoría psicológica ayuda a que la persona mejore su estado de salud gracias a
un buen plan alimenticio y a un acompañamiento psicológico que le permita ir recuperando su energía y su
bienestar.
El acompañamiento durante este proceso ayuda a identificar los factores que alteraron la relación de la
persona con la comida, pues es necesario saber que al interior de cada persona, pueden estar dándose
pensamientos, traumas o cualquier otra situación que marcan su relación con los alimentos.
Como psicólogos no nos vamos a involucrar directamente con la nutrición, sino a la relación de la persona
con la comida. El psicólogo identifica las causas de la mala relación con la comida, ayuda a tomar consciencia
de la manera de actuar, identifica y trabaja el rechazo de la persona a los hábitos saludables que le generen
bienestar.
Adicional a lo anterior, el psicólogo trabaja la imagen corporal, las exigencias o bloqueos emocionales que
no permiten la alimentación del individuo y busca estrategias particulares de afrontamiento, es decir, que
hay que tener claro que no será el mismo tipo de tratamiento para todos los casos, sino que todos los casos
se evalúan para poder organizar rutas de trabajo según cada necesidad.
También se trabaja la autoestima, el autocuidado, el auto concepto y ayuda a diferenciar el hambre real del
hambre emocional, es decir, ayuda a comprender las motivaciones reales con relación al hambre que está
manejando la persona.
Las emociones afectan nuestra ingesta: la alimentación emocional
En muchas ocasiones las personas conocen muy bien la pedagogía de la alimentación, el problema es que no
se adhieren a un plan dietético por muchos motivos: falta de motivación, objetivos poco realistas, creencias
de autoeficacia negativas, exposición a estímulos interferentes y, sobretodo, un estado anímico bajo.
La relación emociones-alimentación es clara, por ejemplo: en momentos de inestabilidad emocional somos
más propensos a consumir alimentos grasos. Esto no es positivo para el control de peso y provoca un exceso
de grasa en la dieta. Cuando usamos la dieta para calmar nuestro estado emocional, a esto se le llama
alimentación emocional.
Las variables psicológicas y emocionales son muy importantes para tener éxito en la dieta, ya que para
muchas personas no es un camino fácil. Por otro lado, hay que entender el comportamiento humano y saber
que cuando estamos ansiosos o tenemos problemas emocionales, muchos individuos responden con grandes
ingestas de comida. Además, el estrés también causa problemas anímicos que influyen en la ingesta
alimentaria.
Beneficios de la Psiconutricion.
Se ha comprobado un mayor índice de adherencia al tratamiento o al cambio de régimen alimenticio. Es
decir, vincular tanto la psicología como la nutrición en el tratamiento, disminuye el riesgo de recaídas y
permite unos resultados mucho más beneficiosos y sostenibles en el tiempo.
También contribuye a recuperar la relación saludable con la comida y a tener mejores hábitos alimentarios
incrementando la calidad de vida.
En el proceso, es posible que se requiera de la ayuda de otros profesionales de la salud, con el propósito de
mejorar el estilo de vida de la persona. Por ejemplo: puede ser necesario acudir a un médico general que
evalúe tus condiciones físicas en caso de existir ciertas patologías crónicas a lo largo de todo el proceso.