Cuento
La vida de Anita
Era de tarde Anita una jovencita hermosa, vendía en la tienda cuando recibió un telegrama,
Abrió el telegrama rápido pues hace mucho tiempo no le llagaba nada. Recordando que su
ultima carta fue cuando estaba en tercer año, tan solo un papelito de un muchacho que
estaba enamorado de ella.
Que podría pasar “Serán buenas noticias” pensó, la idea la puso feliz.
“Hace unos años no, nos vemos te mandamos un boleto saldrá en dos días, haremos un
pequeño compartir con toda la familia, estaremos muy emocionados si te presentas te
extrañamos”.
Atte.: Julián Hidalgo
Son buenas noticias, pero la idea la ponía nerviosa, saco el boleto su hermano lo ha
enviado, la sonrisa nerviosa no se la quitaba nadie, estaba muy feliz de ver a su familia, el
día había terminado llego a casa sacando ropa de forma alborotada, tomo su mejor maleta y
empezó a meter la ropa saco su dinero ahorrado y lo escondió en unas de las esquinas de la
maleta.
Los dos días habían pasado rápido, mientras caminaba a la estación de tren pensaba si
estaría adecuadamente arreglada, su madre era muy estricta cuando se trata de sus
vestuarios no quería dar mala presentación.
Su mordía el labio inferior esa era la forma en la que controlaba sus nervios, el tiempo
parecía ir en contra cada minuto que pasaba era una eternidad para ella, pasaron dos horas
ella tatareaba canciones mientras observaba el paisaje, era hermoso no siempre podía viajar.
Pronto llego su parada, siendo la ultima en bajarse se seco las manos sudadas con la falda
que llevaba, un hombre alto y fornido tenia un letrero con su nombre ella fue directamente
donde el caminando torpemente. “Señorita Hidalgo, Bienvenida sea, soy Armando y seré
su chofer la ayudo con sus valijas” “Muchas gracias” llego a decir apenas en un susurro el
Sr. Armando le guio hacia el coche, pronto estaban en movimiento.
Grandes portones se abrían frente a ellos, un hermoso jardín quedo a la vista todo era
hermoso una fuente grande con la figura de un ángel caído, el olor a rosas llego a sus fosas
nasales cuando bajo del coche, todo estaba limpio e impecable.
“Por aquí señorita” otro señor apareció abriendo la puerta, era el mayordomo el chofer la
llevo a un pasillo y abrió la puerta al final de aquel, “ Esta será su habitación, la señora
Miranda la quiere en el patio trasero en 30 minutos, su vestuario esta listo en su cama” ella
asintió tomando su valija, la casa era grande y hermosa, muy hermosa todo era espacioso
hace mucho tiempo ella no iba a visitar a su familia, decidió tomar un baño rápido cuando
salió se vistió con el vestido rojo largo que amoldaba a su cuerpo, con unos tacones de
agujas.
Se sentía incomoda vestida de esa forma, ignorando aquello salió rumbo a el patio, se
podían escuchar las risa, y los gritos de los niños jugando, cruzando el umbral la primera
persona que vio fue a su hermano Julián, “Viniste” dijo su hermano con una sonrisa ladina
“Claro, estoy aquí” saludo a todos los miembros de su familia, ella jugaba con los niños en
el pequeño parque que tenían, reía a carcajadas viendo escuchando las ocurrencias de sus
sobrinos y primos.
“Hola” ella se levanto viendo a el muchacho que estaba frente a ella “hola” respondió de
igual manera, “¿me recuerdas?” pregunto, ella examino su rostro traía un traje negro
elegante, estaba de pie junto a él, ella negó ms no le gustaba hablar con desconocidos.
“Soy yo, Christopher Milano”, ella quedo anonada mas el chico que estaba en frente era el
que le mandaba pequeños papelitos con poemas, el sonrió y ella de igual manera lo hizo
pasaron la tarde juntos y jugando con los niños.
La noche había llegado, y pronto todos estaban en el comedor para la cena, la cena paso
con conversaciones triviales, hasta que la mama le pregunto lo mismo cada vez que ella iba
ahí y era porque no se quedaba con ellos y dejaba el pequeño pueblo en donde vivía, “Mi
papá esta sepultado ahí, no me iré” fue su repuestas decidió irse antes de empezar una
discusión, dando las gracias por la cena fue a su habitación.
A la mañana siguiente Christopher apareció junto a ella en los columpios “Porque no vives
aquí, puedes empezar desde cero”, ella no le respondió iba todos los días a el cementerio a
visitar a su padre ella le contaba todas sus cosas, todo lo que vivía, no quería dejarlo.
“No es por tu padre, ¿cierto?” pregunto “Si es por él, pero también me da miedo, crecí ahí
están todos mis recuerdos es ahí donde pertenezco, no aquí”.
Pasaron los días y llegaron a un acuerdo ella pasaría un mes con su familia si sentía cómoda
se quedaría, no fue fácil pero no se le hizo difícil, empezó a estar bien en ese lugar, pero no
se sentía en casa.
Crecieron sentimientos entre Anita y Christopher, pero sus mundos eran tan diferentes que
su amor no sería posible, un mes le pidió Christopher como aquel día solo un mes ella se lo
concedió su amor era enorme pero imposible.
Anita decidió quedarse pero, las cosas no fueron como lo planeaba, Christopher había
sufrido que lo había dejado en coma, pasaron años mientras el se recuperaba, Anita iba
cada día a atender a su amado, un día despertó no fue fácil, con el pasar los años
Christopher se recupere y le pidió matrimonió ah Anita, dijo que si estaba embaraza y fue
el regalo que le dio a su querido amado.
FIN