GAT Bolas dx hitorn:Argenting 1850-2960
‘AMsonam CatnroninyAljandenBujninns- od
Buenos Aloe Alianea, 2008
Bid p: 30> eens (alanes ated;
ISBN sso4n 0118
1. ul, IL Bujanian, Ald. «1 Hieaiogratia
‘isto do ations: Pablo Barres
Gomposicenyarnla: La Gaeta
‘Seeection ube Frere
© Algjnnate Catanatay Algandeo . Ele
© Alnor Batons, 8 &
‘Mache: Boonca Aire, 2008
A Corde Bey 1950 Buenos Aires
‘Tm 492-7008 / 9742810 934-4290
ris alaneaangdvelsinstin cima
lesa & dopa que emaren i ley 12725,
pres on Argenia Printed Argentina
INDICE,
Intraduecién
Primera parte
1, El surgimiento de Ia eritiea
Alejandro Eujanian
2, Paul Groussac y ts eritiea historiografiea
Alejandra Eujanian te
3. Método, abjetividad y estilo
en el proceso de institucionalizacion, 1910-1920
Alejandro Bujanian
Segunda parte
4 La historia y la ambigua profesién
de historiader en la Argentina de entreguerras
Algjandro Cettaruze
5. El revisionism; iinerarics de eaatre decadas
Alejandro Catiarvea
Tercara parte
6. Por una historia de la historia
Alejandro Cattaruse i
7. Héroes patricios y gauchos rebeides,
‘Tradiciones en pugna
Alejandro Cattaruze y Alejandro Bujanian
Referencias
Sobre fas aut
n
a
43
69
103
1
185
2u7
263
285INTRODUCCION
Tapso, por efecto de la continuidad de nuestras investigacio.
ines, de los debater tastartidos con otros eolegas 3, en las au:
Tag, con los estudiantes, fueren adquiriende un sentido de
eonjunto que posibilité casi naturalmente su translarmacién
‘en los siete capitulos de este libro, en Ja que Jorge LofTorgue,
‘a quien agredecemas, intervine eficaz y amablemente.
Son estos origenes 10s que autorizan el intento de olte
cer algunas claves de leetura. Ne aspiramos, por cierto, a in
din” el sentido que deve otorgarse a estos escritos, un ofan
siempre imposible, sino a sefalar algunos problemas que 72-
corren ios cepitules, articalindoles, y ciertas puntas de par
tida conceptuales.
Uno de ellos, quizds el mas eviciente, es el que hace de la
historiografia argentina un ebjeto da estudio que no se reds
cea Ia llamada historia profesional, La organizacién, ain
itnperfeota, de un sector social especializedo en la investiga-
cin y la enseanza de historia involueré la ereacién de ine
tituciones, ia preduceién de un tipo de relate referide al pa-
sado que se pretendia cientifico y la aparicién de ura rueva
categoria ocupacional. Sin embargo, egos procesos no pueden
comprenderse si no se analizan las condiciones eulturales y
sociales que los hicieron posibles y les dieron Lonos espeetti-
n1 Iraradaccién
0s, fuera de las cuales parecen inexplicables 0 sonciliamen-
te irvelevantes,
Desde esta perspectiva, los problemas de la autoridad y
l poder ¢2 convierten en los enlaces mas visibles entre pro
cesos acurrides en el seno de la diseiplina y el “exterior”; su
Analisis es ano de los ejes deb libre. Aguel enlace no debe ser
contebide come una anomalia, un accidents o un fenémene
marginal, sino como un elemento muy firme, constitutive de
Ja propia historiografia, cuya registro vuelve a poner en
cuestiGn la estabilidad de los margenes de la historia insti-
tucionalizada asi coma la eficacia de ios mecanismos de ex:
clusign que ella establecié, A gu ver, los pasos iniciales de su
onganizacién se dieron, en parte, de ear a una tradicion fun,
damentalmente literatia, que le disputaria sin embargo et
‘monopolio interpretative del pasade durante mucho tiempo,
pavalela @ un relative extraniamiento del mundo cultural,
eircuretancia que varios de ellos percibioran como un probic.
ma de imporiancia. Ese complejo de reparticiones que eva ct
Estado, en tants, sometié o la historia desde fines det siglo
NN aun veclamo especifico: su particinacién ex la empresa
de afirmacién de una identidad calectiva nacional. El recla-
mo, @ veces indirecto, fue integrado finalmente por muchos
historiadares su versign de la funcign de la disciplina en to
sociedad, y demostrs también una duracién notable. Asi,
ctr0 de los problemas que se ubica en el centro de nuestra
examen as cl de lae velaciones entre Ia historiografia, la po
Intieay las letras, donde una de ls euestiones centrales fue ta
de la nacisn y su historia
Por otra parte, hamos analizado eonflictos de diversa nae
turaleza que tuvieron lugar en la bistoriografia argentina;
consitieramos que esa aproximaciin permite hacer visibles
algunos aspectos importantes de su funcionamiento. Mas @
nvenos intensos, ellos asumnieran Ja forma de debates entre
miembros de la elite politica y cultural o, ya entrado el sigle
5x, enire ellos y les racién Mlegades, Las diseusiones do Mitve
con Vélez Sarsfield y con Vieente Leper, y luege las libradas
entre Groussac y los hombres de la “nueva escucla histéri-
Puig de a ein 13
ca”, se inseriben en esa serie de fenémenes, Pero también se
protiujeron dishutas de otro arden, por eonseguir el reconoci
riente de algun privilogio en la inuerpretacisn del pasado ©
ger oblener recurses estatales. Les esfuerzos por eanquistar
logitimidad cientifica para ciertas lecturas de Ia historia ar-
gentina en competencia can otras existentes, y por difundir
‘ag, Fuevon a su ver corvientes, y ne sélo en torno a la igor
de Rosas, Finalmente, una larga puja entre roprecentaciones,
festatalee de le historia argentina, en cuya cemposicion tu>
vieron un lugar principal los historiadores, y otras que, de
‘mados sinuosos y fragmentarios, apelando a praetieas y ma
teriales que esos prafesianates no controlaben, eonséraian,
Jos grapes populares, se desorrotid a lo largo de buena parte
del peefodo que cubre este libro. Este dltime proceso parece
ralificor que fo organizacién de imsgencs del pasado results,
ario y abjeto de luchas que
las exceden,
No es entonces este un ropertoria de las “grandes obras”
producidas entre 1860 y 1960 ni un ana}isis centrado en los
bistoriadares "consagrados"; tampace el relato de los ramos
gue habrisn llovade la hisloriografia argentina hacia niveles
‘aila ver mas altos de profesionalidad, sin sabyesaltas a pe
sr de ciertos momentos de crisis. Atentos a los modes €”
‘que 80 organiza y funciona al munde historiograliea, propo
rnemos en cambio una lectura que vercibe dificullades, rup>
taras, situaciones equivocas, éxitos que no se consiguen de
tuna ver y para siempre, en el procese de constitucién de una
historia profesional desatiada ean canstancia, y muchas ve-
ces con éxito, desde fuera de sus propias instituciones. En
nuestra interprettcidn, el debate entre Mitre y Lépes ve ate
nuade su earacter fundacional; la profesionalizacian eneara:
da por la "nueva escuela" te tara imperfecta no por la oem
paracién con otros modelos pasibles sino cotejada con el pro-
‘yecto que alguios de sus propies miembros bosquejaron; el
evisianjame deja de aparocer como un movimiente ajeno @
les centros de la cultura argentina, y encuentra un porvenit
de masas cuando, sdla en los afios sesenta, se ve convertida
fen una rola més de Ia visién peronista dal! mundo un pasa-
26 Baca, €904, LA HISTORIA Y LA AMBIGUA
PROFESION DE HISTORIADOR
EN LA ARGENTINA DE ENTREGUERRAS,
Alejandro Cattaruzza
En Tos alos inmediatamonte posteriores a la Gran Gue
ra; ios miembros de Ta~nueva escuela historical” tenia ya
algunos pasos dados en su tarea de diferenciacidn de la tr
dicién historiografica heredada y del mundo de las letras,
fandada, segin proclamaban, en su dominio det método, que
les permilfe al tratamiento ebjetive de au materia, Ta) como
se ha planteado en el eapstule anterior, las polemicas ora
das con Groussac entre 1914 y 1846, aun antes de que Juan
Agustin Garcia diora al grupo le denominacién con que os eo-
neeide hasta hay, habian sido un episodio de importancia en
faquel empotio, Al mismo tiempo, los hombres do Ta “nusva
escuela” extendian, ain paulatinamente, su presencia en la
universidad: en la Facultad de Filosofia y Letras, Ravignani
era designado director de la Seeeién de Investigacionss Hic.
térieas en 1920, cargo que siguis ocupando exando la secsisn,
fue transformsda en institute un ato mds tarde; en 1927,
legaba al Decanato. También en Le Plata y an ol Instituto
Nacional del Prefesorade, con ritmos propios, se verificaban,
provesos semejanies, A partir de esos momentos, segin un
relate que ha logrado consenso, Ia “nueva escuela” habria
conducide un proceso de ampliaeién y consolidacidn de Jas
instituciones de Ia historia profesional, que se desarvollaria
fn las décadas siguientes eon notable éxito,”
1. Como ejemplos de esta nerracise que hemos planteade y eo-
103104 istoriadr an Arora de ensreysorrae
Esta imagen de trazo graese queda ratificada si se ensa
‘ya un répido eotejo de la situacién que vivia le historia come
Brofesion hacia 1924, fecha del comienze del debate con
Groussac, con la que atravesaba en los primeros aos cua
venta. Bn tiempos de In Segunda Guerra Mundial la base
institucional habra erecide ean la fondacién de nuevas carve,
ras y centros de investigacidn, varias revistas especializadas
etaban cirewlando, los eantactos eon historiadores y eentros
‘extranjeros se haben regularizade, y el Estado solfa consul
tar a los historiadores y subsidiay ¢ retribuir sus actividades
‘de miuches modes. Sin embargo, aon dasde una bersperaiva
ue Se centre soja en jas diimerisiuues histitucionates deb pi
ceso de profesionalizacisn, el andlisis de otras variables per
‘mile Cormular eiortas progontas de cuyas respucstas ose ve
lata dificilmente rueda hacerse sarge, {Qué tipo de estructu
ra era la que contrelaban los historiadores, y eémo se rela
eionaba ean el mundo exterior? Qué inserciéa profesional
Aiferencins de enfoques, Puede verse Corbis,
Rémuly, Historia erica de lo histariagrafia arpeatina. Be, As, CO-
i, 3940, en particular, p. 150 y a5; Callet Bois, Ricardo, La histo
gratin, on Revels, Ly Histavia de te fteratwra argentina, VI,
Bs, As, Peuser, 1980; Cuccarese, Hovaei, Historia ertiea de Ye his
tiingrofia snivasindsica nrguntina del vile, La Pista, Univer
Nacional de La Plata, 1875, pavsincs Pagano, Nova y Migust
Gallante, "oa nueva escuela” Hisuiiea: una aproximacisn intitu
pal dal Centenaria ala ddenda del 42°, en Devoto, Fernando (camp),
Ibn historiagrofia argoutine en ol siglo 3x 3, Bs. As, CHAL, 1983;
Quausineeht-Wolsson, Diana, Lee mater de lo merria, Historia po
Used nla Argentina, Be. Aa, Breet, 1995; em particu enp. 3 5
Cattaruats, Alejandro, “Desefiando pasades: debates y represents
cinnes de a historia nneional’, on Cetusrurea (di), Crisis eennim
fs, avec del Eade wnertidarabe polite (1930-1649), Bs. AS,
Sudamericana, 2001, entre atsee. a “Nivel superior y universiteio
{oe estudiag de caso, Fernands Devsto ha sefalado Ins difereicins
fn ia altuacién de las universidadee de Buenas Airos y La Plata. Su
frvfeulo ae inchuye an AAV, La dante de Historia y Numiemaica
Arnericana y ef maviraente hiatoringrics 1m ta. Argentina 1898:
1958, Tl, Bs. As, Academia Nacional de ia Historia, 1996, p. 989 yas.
ida
oiicar ds hisarn 105
tenian y cual gavantizaban para quienes se formaban en los
eentres que habian ereada? {Come funcionaba este espacio
social que, sobre el sjercicic de una ciencia cuya clave, sein
entendian, se hallabs en et menejo del métado, habia funda
do una profesion?
Una historia cientifiea, profesional y patri6tica
Alo large del siglo xx europeo, segtin se admite, tuva lor
gardectransformacidnrde to-historie;-wie-aetivided-inpetes——
tual praeUcada mas o menos libromente, an-anadigeiolina
profesional. Ese cambio, que se operé través de la erencién
de ona base institucional, de la implantaciga de contrales
académicas, del establecimiento de yatrones de legitimacisn
bbasadas en las eredencislos abcenigas en la universidad y en
Ja particinacién en los circuites de sociabilidad profesional,
hizo de la historia una disesplina dispuesta a dispatar ol 7
conocimienta y los recursos estatales, asi como el prestigio
social, La bibliograffa dedicada al problema de las relaciones
entve cl Estado y la erganizacién de las profesiones, por atra
parte, es ya muy vesta; en nuestro ease, parece aplicable ef
svitario que indiea que el fortalecimienta de los espacios pro-
fesionales, entre ellos el de los historiadares, forms parie del
vasto proceso de arganizacign del aparate estatal, y por er
de de ba consolidacién del orden capitalista en su versién fi
nisecular?
2. Sugovimes, para aztns temas nnaliandas an diversos dimbitoe
aacionale, Ia consulta de Neva, Pierve,“L/Histaive de Brance de
Laviese', on Nora, Pierre (din), Lor lieu ce mémoine, 1, Paes
Quarto Gallimard, 199%; Handlin, Osea, Le verdad en Ia histori.
México, ECE, 1989; Iggars, Georg, La cieneda hisivica en of siglo
Ax, Bareelona, Labar, 1985; Cannadine, David, Hextoria iglese: pa
sada, presents éy futoro?, Bs. As, OPFyL-PE YL, 1091, traduccion
de un artieuls apavecida un al nimero 116 de Past and Prosent, d&
1987, Aserea de ln situactén an falta, ence Cantino, Deli, Zoe
historiadores 9 la historia, Bateelona, Peninssla, 1936, dh pactcy
Tne cl apartada "Nota sobre los estudios histricoy en Italia de 1926106 = pthisuriedor en argnsina do srtrgusrrag
Bl regisiro de estos procesos europeos exhibe la ventaja
de ofrecer un provisorio contexto en el cual instalar el caso
argentine, pero al mismo tiempo favorece la tendeneia a sub-
sumitlo en un fenémene general, que se habria ropreducido
agu! sélo que algunas décadas mas tarde. Por el contraric,
aunque ciertos rasgos son efectivamente similares, lo pecu:
liar de la sifuacién argentina aparece con claridad.si se
atiende por ajampla « la relacién eon el Estado, que atlopté
formas multiples desde sus inicios, tenues, a fines del siglo
xix. La constitucién de una ostructura administrativa dedi
cada a aquelles reas relacionadas con la historia fue lenta
en la Argentina: las facultades de humanidades fueron pocas
y.s2 erearon on los afios eercanos al cambio de siglo: a pesar_
Ge algunas excepciones, los archivos no eran reparticiones
priviiegiadas; la escueia media se expandia, pero ne aicainza
ba cantidadss significativas de alumnos.?
‘Simultdneamente, desde las sltimas décadas del siglo
xis, actus sobre la historia una fuerte demanda estatal. Si,
‘en palabras de Eugene Weber, el desafio que enfrenté la Te
‘2 1961". En referencia al mas amplio problems de lax profestanes,
Femitimes a Polany, &, La gran teansformacian for ortgenes po
lican y condmion de nusséra tiempo, Méxien, ECE, 1952, Satt-
Laraon, Magali, The rise of proferstonatism:a socio
Borkeley, 1077; Bourdieu, Piarre, El campo elensics
Revista de Estudios Sociales dela Ciancia, val. 1, N°2, U
Nacional de Quilmes, 1994. Un balance de Ine trabajos dediendos 3
J sociologia In Pietoria de Ina profesiones puede constltara
Gonsdlez Leandrt, Ricardo, Lar profesiones. Eutre le vooacién y cb
interés corperativo, Madrid, Catiel, 1999.
's Véase, acorea de astas cueztiones, Buchbindat, Pable, Histor
Ho de lz Facultad de Filesofia y Letrar, Bs. As., Eadab, 1997, 09
particular p. 26 58, y cap. I; Buchbinder, Pabin, Vinculos privax
dos, institusiones publieasy reias profesionales en los origenes de
In histariografia argentina’, en Boletcn del fneieuig de Historia A
aentina y American “Dr. £: Ravignant". 3 sete, N18, 1995, 9 Te
Serco, Juan Carlos, Educacién y sociedad en fe Arg
41943), Be, Ax, Solas, 1985; al dato sabre In escun!
145.
Pouca do ahora 1
cera Repiiblica fue transformar a grandes masas campesing,
fon franceses, aqui la sitoacién pareota todavia mas comehe
ja, Toopestores de eseuelas, diputados, fancionarios, ra}
‘maron la utilzacién de la escucla primaria en la tateg
unificacion cultural, que entendian urgente ante las maga
que llegaban de Europa: en las aulas, los hijos de los inne
grantee, pero también los de les sectores populares ericlins,
debian ser transtormados en patriotas y ciudadanes, Dea!
‘ya, no existis una adsoluta uniformidad ideologica en eags
anhelos de nacionalizacién de las macas, y no faltaron lag
Giseasiones en torno a qué contenidos rcbian atribuirse ap
patriotisma, pero nadie dudaba de que la difusign de una vj
sida gel pasada nacionel-tonia-un-papel-en-aquel-esfaeregsc
BB relato que intentsba difandirse encortraba saporter ¢.
verses: desde los manuales escolares hasta los retratoe de
préceres y las banderas que adornaban le aulas; desde la |
turgia patritiea asta los manumentos, que llegaron a ser
cancebidos como las plezas de lo gue Ricardo Rojas, en 1903,
Pemaria la "podagogta do las estataas”® So creaba do este
rade us leer para ia historia en Ia acsion astatal sobre ia
sociedad, y durante todo el pertodo de entreguerraa esa cir
unstancia infiuys en al mundo da lo hictoniadorse ©
4, La eueetiGn de Ia esepeiin de estas histarins entre los set.
rae populates, dela conszrvetidn de oirne represontaciones del pas
‘ado por patte de esos miamoe grupos, son ataligedss en # Smo
30. En Et monitor de (@educacin comin, NY 586, Be. As, 3
pt 182%, pp. 209-203,226 El bstviadoren te Argootoa do onververss
‘ce nacionalidad™*# El Conseje Nacional de Educacion, en ju
Tia de 1940, recemendaba “ensofiar al nfo la Historia’ Argen-
tina tocando su corazén” para lograr, junto eon otros procedi
rmientzs, "Yortalecer el sentimiento patriético y consolidar y
afignzar nuestras instituciones demoersticas y Ia seberania
de la Nacién’, en una coyunturs condicionada por Ta neatrali
dad dosidida ante la Segunda Guerra.®?
Los historiadores profesionales no desatendieron esa di
mension que se atribuia a su actividad. En Ze restauracidn.
nacionatista, Rojas citaba un informe de Ricardo Levene, pro-
fesor del Colegie Nacional Oeste, de 1908; all planteaba Le.
vyene que "la nueva tendencia de dar eardcter eminentemente
patridtico a la ensefanza” eva una "veforma de grandes virlu-
des caya urgencia se hace alarmanie en las poropias aulas,
de un costupalitiamo complejo". L
de texto para Ia eschele secundaria en 19T2, que canoes
variag-reediciones, mientras que un grupe de Tos historiado:
res de la “nuava escuela” lo acta en 1827, con al Manual de
historfa. de la cwil'zacién argentina. Carbia incursions
también en ese terreno con slgunes textos para la primaria,
En 1924 en al Congreso Cientifico Panamericana celebrado
‘en Lima Levene prosentaba un proyecto para la redaccicn de
van manual de historia americana destinado a la escuela se-
cundaria, que debfa tener presente “la necesidad de educar a
BL. Cf respectivamenta el mimnern ctade de Novotrat, $9.80,
149, 154, La intervencion de Albarracin en Academia Nacional de Is
storia, [f Congreso de Historia dp Américs, ol V, Be. x, 2083,
1. 294, Hornein Zorraquin Bees, par entances un joven historiader
Ee sido implante eendémicn, exaitaba Ins vireades de Tn discigling
‘como “acienteenérgico dea consieneia nacional" cfr Atvuarin 1940,
Sociedad de Histor Argentina, Be, Az, 1641, p. 110. Expresionce
como las citadas evan muy frecuentes en el period
32. Cf El Monitor de la Bducacin Comin, nfo LIX, N° 81),
jul 1840, pp. $1, 98, 98 y 86
33. Bn Bieardo Ras, La
34. Chr. Rémulo Carbia, *
nual de historia de le clurlizzitn
Gel Profesorado, Bs. As., 1817, 9.8
ourecidn nacionsliste, p16.
‘palabras del ordenador”, en fa.
ties, aoeineisn Nacional
Potcns do a hist ar
las jvenes gonoracionce en ol eulto de ta propia patria y en
al sentimienta de amor de fos pueblos de América entre a
Ia tavea dovente que miembros dela "nueva escuela” desa-
rrollaron en el Institute Nacional del Prfesorado también se
Felaciona con estas inquietsdes, at emo enn la volantad de
txpansisn profesional. Por au parte, Rémalo Zabala, raem:
bro de la Junta de Histris y Nomsiematioa y luego Faneiona
rio en educacin, sostenia hacia 1927, enlazando ia vosaciOn
Cientifien con ol afin patistice: "lla historia positivs’ es Ia
fue busca lo verded wt, la vercad necenaria, Ta verdad (1
oro fuerea sentimental qae ahonda el amor ala pari’
De todae manerae, mos alla oe laz dferensios que ox
tian entre las posiionesindividwales, los historadoras pare
i, rie Grupo, haber respond rads Tefvorosamene a coe
amanda evtatsl 8 vente, fe ietron
en Sue Bones yarticlas, Seve tareigr accede a cir=
ges enliven educative: Juan B.‘Tevin, Zabale y Enrique ee
Gandia son tres sjemplos, ya que fueron fancionarios en el
Consejo Nacional de Bducncion a comienaos de os afc tein
tay Ramén Céreeno, ovasidente en 1910 de la Junta, lo fee
isego del Consejo, Ozras agencias con fanciones patisieas
vineuladas @ la historia eran presididas por Levene, com
Seurti con a Comiign Nasions! de Mineos y do Monto
tosy Lugares Histirieas, a como cen la Comisien Agena
para la Enaehanen de la storia y le Geografia Americanes,
Inteprace tambien por Felix Ovtes, profesor en Filosofia y
Latras, director de su Museo Binografice y miemro de le
Fanta de Historie y Namiomatiea, y Emilio Ravignans, entre
atvos, Enrique de Gondla, aeretaro de In Junéa de Hisonia
y Namiemstica,y Rémulo Zabala, vcepresidente de la Junta
J secrtarie dl Consejo Nacional de Bdusesis,publieaban
fn 1935 el libro Le enselonea de ls historia en fas estuelas
35. La tyanecripeén garcia! de In intarvencién de Laven on Riv
mule Zaiala y Enrique de Gandin, La ensavanza de fe hixoria en fos
‘rouslas primeriaa de Hispanoamérice, By As., Anaconda, 1983,» 63,
36, Romulo Zabsin, "Diseareo ee racepeiin a Emilio Cen”
(1927), en Boles, Juntn de Bietoin y Nomamsties Anverieane,
vol 1X, 1992, po. 201-202.
Pe|
i
i
+-——-batriabimie-san en, las rep!
| 8 prinsipales deTa ene
ws Ei hstornder a la Argan de etregueras
primarias de Hispancamérica, dedicado a los maestros, En el
‘apartado “Bl sentimiente nacionalista en la ensefanza de la
bistoria’, valvian sobre temas conocidos: “En eslos pa‘ses de
alavidn donde, salve los elementos indigenas —nulos en mu:
thos de ellos come en la Argentina y Uruguay—, Ia gran ma:
sa de sus habitantas es europea o de ascendiente extranjeros,
la historia nacional que se ensefa en las escuelas |... va for~
mando ng scendrada onidad espiritual y un elevado patri.
smo", para sentenciar luego sin dudar: “Ei navionalismo y el
blicas hispanoamericanas los fi
aa de Te histor
Por esos misulas aioe, Bi
Bi a la Historia de ta weeidn Argetiaralt mnifestaoa-gue ie
bra se realizaba "con espirit eiantific, por el ideal de la ver~
dad bistarica, y pacristico, con amar por tradieién y tas ins
‘ituciones de la Patrio™ #8 Ee la rniama ceneepeign que ge hace
tvidiente en el titulo dal Hibve que el presidente de la Academit
publics en 1942, reeditado en 1948; Le culture histarice y el
Sentimiento de la nacionalidad, Et libre es una recopilacién de
discarsos, proyectos de ley e invormes sobre Ins actividades
realizadas par distintas comisiones en las que pnvlicioé Lave-
ne, y cabre loa afioe que van de 1932 a 1845, aprosimadamen
te, AI se publica el discurso de apertara de un congreso de
Istoria,eelebrado en 1941, donde el autor expresaba que "los
historiadores desempetian una funcién socia}, ademas dela ta
‘26 cientifiea que camplen siguienco la estrella polar de Ie ver
dad [..J] Beo fin eduective se realize [..| haciendo eonocer los
grandes hechos y los grandes hombres, y ¢ amer esa ineorpé-
rea deidad, la imagen encendida de Je putria...". Horacio Zo
rraqain Beol, por entonces un joven historindov que participa
boa de Tos ambientes acadérnicgs, exaltaba las virtudes de In
digciplina come "acieate enérgice de la consionsia nacional® %®
27. Ramla Zalala y Bovigue de Gandia, La anveance de lo
Aistoria ok les exeusles primarias de Hispancemariea, up. ct, p. 3
38. Cf In ps XKV de In edicign qua sn Buenos Alves pubtice EI
Atongo, on 1981
198. Cf Ricardo Levene, La cultura histdriva y ef vontiminte de
|
|
~T
Potties da hears 129
Esta interpretacidn de las tareas det historiador, que so era
por la époce exclusivamente local, ha porvivido en algunas 20-
nas de la disciplina eon vigor notable, En 2000, en el informe
titalado Le enseionza de la historia en la Argentina, a cargo de
tuna Comisién de Is Academia Nacional de Historia, se plantea-
bba que la historia era una disciplina “preservadora de la mie-
moria colectiva, destinada a jugar un papel fundamental en la
formacidn da la cenciancie nacional! 40 i
Asi, convencida de su caracter cientifico, confiada en que
tena una misién en Ia sociedad, segura de que el manajo del
tenia Levene havia 1984, la historia profesional parecta satis
~ —fecha de s¢on.la Argentina de 1940. Eta catisfaccidn et la que
cexplica algunas notas de la versién que Carbia, el nuevo his-
toriador mds sistemdticamente dedieade a le cuestién, ofrecia
de las evoluciones y del estade dela diseiplina, en Ia segunda
edicidn de su historia de ta historiografia argentina. En la
nueva situecién, eon le “nueva escuela" dominande el eseona-
rio, aquella versién de combate contra la historiografia del si-
gle XIx que ei grupo habia organizade en tiempos de la Gran
Guerra se habia transformade, definitivamente, on la saga de
la paulatina y armoniosa construcci6n —siempre ascenden.
te de una historia profesional y cientifies, A su ver, el pun-
to de legada dela tradicién diseftada por Carbia en 1940 ma.
rece analizarse. La “nueva escuela" albergaria varias corvien-
tes, pore “sélo tres han aleanzade una definicién evidents
Son éstas; la que se polariea en los centros universitarios de
Buenos Aires y La Plata [...)1 que informa los estudio his
toriees on los medios provincianos {...1y la que temando co.
mo epicentro a la Dictadura, anhela darle otro sentida y otra
comprensién a toda el pretérito argentino posterior « 1810",
Las sedes de estas “corrientes” gevian la Facultad de Filoso-
fia y Letras de Buenos Aires, to de Humanidades de La Pla.
Ti nationalided, Bspasa Calpe, Bs. As, 1546, p. 105. Expresiones,
del mismo tenor pueden hallarso en pp. 107, 108, 126, 192 y otras.
40. Off, Academia Nacional de Historia, La ensefansa de la
historia en la Argentina, Bs. As, 2000, p. 20.
smétode-le permitiria indagaral“almadela-nacién’,comasos--130 thsi on I Argentina deepsea abe a
‘a, el Instituto Nacional del Profesorado, cdtedras de algunas
uuniversidades de! interior y el Instituto Juan Manuel de Fo-
608. BI argumento permitia que todo 6l escenari historio
‘grafico argentino quedara cubserto por Ja “nueva escuela”.
‘Ast, en la version de Carbia, 1a historia cientifica no sélo se
prensiva”, débil intervencién en el mundo de la enltara; Ra
vignani tenga en euenta Factores también importantes en la
empresa de conetitueién de la historia profesional.
Asf, utilizando este mapa, se perciben fenémenos que,
acompanando la profesionalizacisn, resultaron obstaculos
‘uy severos a esa misma tendencia, Uno de elles fuo Ia au:
sencia de un monopolio, ejersido por ia disciplins, sobre la in-
sercidn laboral en los puestos que se suponian destinados a
| quienes se formaban an sus centros; esa cuestién se relaciona
ton Jo exiguo de! reclutamiento de nuevos estudiantes, una de
las razones que hacfan que Ravignani entendiera que el “am
Dienta” eva todavia reducido, También se vineula a la difce).
habia impuesto, sino que on la Argentina de 1940 no habia
practicamente ningtin grape dedicado con alguna sariedad al
estudio del pasado que no pudiera fliarse con la “nueva es:
‘ucla’. El programa habja side cumplide con éxite,
bieaba on el oropio sen de wiganas de fas ine
tStaciones que suelen coneiderare parts ds Ta trata de la
Historia profesional en sus elences habia un cievia numero de
personas gue sosienfan con in investigasign y Ja ensehanea
de la disciplina una relacién relativamente lejana, y otras
tantas que ia compart con muy diversas actividades labo.
sales. in tercer lugar, debe eetalarse que la onsoldacion de
ta ictoria profesional no condijo-—en rastidad no podia con
| ducin~ al fin dela nvestigacin del pasado llevada adelante
zado no es estéril, tampoco debe ser Ja ultima ratio de nues- t por quienes no se contaban entre sus huestes; en este punto,
ros afanes”, El horizonte que Ravignani buscaba aleanzat Is que parece importante es el reconocimients que el manda
tos ates. Bl Norizonte aus Ragman! busaba alenzat, |G. S0Eusr engataa eas ora niasones
tra ampli, y esa amplitud fo impuloaba a seria mesnra acura ooraah rae ngaRBAN RS
Gheranalaas didncinetetataprenicrede | gg Qt natin sees ado orien, mee
cide ambiente argentine, una vee construida la vision inte
grada dsl patade, habrian “contribuido a hacer posible wn institutes, la histaria profesional no habia logradg controlar
Enperativo que nos impone Ia inci docente que tenemos | __‘#eon eieaca, nk defenderse de Tos competdores“# A au ver,
acignads, y habremes logrado aportar un poco de relieve @ | 48, Acorea de Ia importancia de! contra de a insorién inboral
nuestra modesta intervencién en la cultura general”? Fun- nel proceso de arganizacien de profesiones, rereitimos a la Biblio
cidn deeonte, tal como planteaba su colega Levens, escascz safe eitada on La nota J de este capftsle. Para constatar que la en
de recursos humanos, ausencia de un lectura “general y com: fefinnza secundaria era todavia al fn del periado considarada una
fetvidad eon prestgio social y cultural, resulte de wtlidad consul-
tac el diecionaria bingatica que, an 1948, publienba en Buenos Ai
ros la editorial Veritas, bajo el title Perwonatidedar de lx Argent
ra. Be este, daade ya, un cieclanaria da elite, can unas 2100 biogra
fies de “porsonalidades” vivas. Salvo indicacisn, eran los propios
Sin embargo, hacia 1927, Emilio Ravignani, en un a}
ticulo publicado en Sintesis, trazaba un cuadro que se dete |
nia en otras puntos, y sonaba menos optimista, No faltabaen