En el proceso penal seguido contra Nancy Milagros Suito Meza y Helberth Alfredo Barrera
Bardales por delitos de organización criminal, colusión agravada y negociación incompatible
en agravio del Estado, se interpusieron recursos de casación contra el auto de vista que
revocó el auto de primera instancia e impuso la medida de prisión preventiva por dieciocho
meses. El Segundo Juzgado de Investigación Preparatoria Nacional había declarado
infundado el requerimiento de prisión preventiva y les impuso la medida de comparecencia
restringida y suspensión temporal en el ejercicio del cargo. La Primera Sala Penal de
Apelaciones Nacional emitió el auto de vista revocando la medida y dictando la prisión
preventiva. Los recursos de casación alegaron inobservancia de precepto constitucional,
quebrantamiento de precepto procesal y vulneración de la garantía de motivación. La
defensa cuestionó la legalidad de la medida de prisión preventiva y planteó nuevos
estándares para determinar una sospecha grave y fundada. Se resaltó el papel de los
encausados en la organización criminal y los actos realizados en relación a la licitación
cuestionada. Además, se mencionó el riesgo de fuga y obstaculización como fundamentos
para la medida de prisión preventiva.
En esta sentencia de casación n.° 1640-2019/Nacional, emitida por el Poder Judicial, se
aborda el tema del ámbito de la casación penal y se analiza la situación jurídica de los
encausados Barrera Bardales y Suito Meza en relación a la prisión preventiva. A
continuación, se resumen algunos puntos relevantes de la sentencia:
El recurso de casación penal es un medio de impugnación extraordinario cuya admisión
corresponde a la Corte Suprema. La Corte puede limitar o acotar los motivos de casación
en base a la relevancia del caso.
En el caso en cuestión, relacionado con el mandato de prisión preventiva, no se discute el
jumus delicti comissi (sospecha grave y fundada del delito atribuido al imputado). El examen
casacional se centra en los requisitos de peligro de fuga y peligro de entorpecimiento para
Barrera Bardales, y en el requisito de peligro de entorpecimiento para Suito Meza.
Respecto a Barrera Bardales, se considera que existe peligro de fuga debido a su orden de
captura en otro proceso, la gravedad de los delitos que se le imputan, su participación en
una organización criminal y el perjuicio causado al Estado. También se valora el peligro de
entorpecimiento debido a la entrega de información reservada al líder de la organización.
En el caso de Suito Meza, se estima el peligro de entorpecimiento debido a su solicitud de
corrección de una resolución para evitar la formulación de cargos en su contra.
Se hace referencia a las bases dogmáticas de la prisión preventiva, resaltando los principios
institucionales, características, presupuestos y requisitos de esta medida de coerción
personal.
Se menciona que la doctrina legal de la Corte Suprema en materia de prisión preventiva se
encuentra establecida en el Acuerdo Plenario 01-2019/CIJ-116 y en el Acuerdo Plenario
Extraordinario 01-2017/CIJ-116.
En relación a los requisitos de la prisión preventiva, se examinan los alcances, condiciones
y exigencias procesales en los párrafos 34 a 55 del Acuerdo Plenario 01-2019/CIJ-116.
Se analiza de manera concreta la situación jurídica de Barrera Bardales y se concluye que
los riesgos de fuga y entorpecimiento afirmados por el Tribunal Superior carecen de
consistencia para justificar la prisión preventiva.
También se analiza la situación jurídica de Suito Meza y se cuestiona la existencia de un
peligro efectivo de entorpecimiento basado en la solicitud de corrección de una resolución
administrativa.
En resumen, la sentencia aborda el ámbito de la casación penal y analiza los requisitos y
fundamentos de la prisión preventiva en los casos de Barrera Bardales y Suito Meza,
concluyendo que los riesgos invocados no son suficientes para justificar la medida de
prisión preventiva.