Servicio Acción de Gracia – Plaza Venezuela
Caracas, 14 de agosto de 2022
Tema: Cómo hace la voluntad e Dios?
La voluntad de Dios se trata de poner toda nuestra confianza en él,
impulsados por la gracia del Espíritu Santo y con su palabra como arma de
doble filo que nos exhorta, alienta y alimenta cada día de nuestra vida. Hacer
la voluntad del Padre implica morir para el mundo y vivir para Cristo,
entregar nuestras cargas a él y pedirle su dirección en todo momento.
De esta manera podremos cumplir el propósito que tiene para nosotros, que
es tener acceso al reino de los cielos, al cual entraremos con vestiduras
blancas, sin manchas. Solo así podremos estar en la presencia de Dios para
siempre. Esto lo podemos apreciar en su palabra:
“No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino
el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán
en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre
echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?’ Y
entonces les declararé: ‘Jamás os conocí; apartaos de mí, los que practicáis
la iniquidad” (Mateo 7:21-23).
Filipenses 2:13 porque Dios es el que en vosotros produce así el querer
como el hacer, por su buena voluntad.
Salmos 143:10
Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me
guíe a tierra de rectitud.
El Salmista nos enseña en su oración a pedirle a Dios que nos enseñe a
hacer su voluntad. ¿Puede notar que hacer la voluntad no es algo que se
hace de la noche a la mañana? Permitir la guía del el Espíritu Santo quien
nos lleva a hacer la voluntad de Dios puede ser un proceso que para la
mayoría de creyentes puede tomar meses incluso años.
La Biblia dice en jeremías 17: 9 que el corazón humano es lo más engañoso
que hay y extremadamente perverso. Así que, dejarnos guiar por lo que nos
dicta el corazón puede ser muy peligroso porque un corazón que no ha sido
moldeado por el Señor solo nos guiará a tomar decisiones basadas en los
deseos egoístas e individualistas que pueden ser perjudiciales para nuestra
vida.
Por tal razón, para el Salmista era imperante recibir instrucción en cuanto a
la voluntad de Dios y reconocía que solo el Espíritu Santo puede llevarlo por
caminos de rectitud.
Para reflexionar: ¿puede meditar en lo que dice Pablo en Romanos 12: 2 con
respecto a que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta? ¿Le
motiva saber esto?
Qué debemos hacer para cumplir la voluntad de Dios?
Para cumplir la voluntad de Dios debemos primeramente aceptar y reconocer
a Jesucristo como nuestro único y verdadero de Dios, para de esta manera
comprender que solo debe seguirlo a él. Además es importante el
arrepentimiento antes de servir a Dios, reconocer que somos pecadores y
que solo la preciosa sangre de Cristo nos puede librar de la esclavitud del
pecado.
¿CÓMO PUEDO ESTAR SEGURO DE LA VOLUNTAD DE DIOS?
Cuando conozcas mejor a Dios, podrás discernir con certeza Su buena, aceptable
y perfecta voluntad en tu vida.
Y no se adapten a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su
mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno y
aceptable y perfecto. Romanos 12: 2 (NBLA)
Una de las preguntas más frecuentes entre muchos cristianos tiene que ver con la
voluntad de Dios. Hacen preguntas como: “¿Cuál es la profesión que Dios
desea que escoja?”, “¿quién es la persona con quien Dios desea que yo me
case?”, “cuál es el lugar donde Dios quiere que viva?”, y mucho más. Sin
embargo, diferentes cristianos tienen diferentes puntos de vistas de cómo
descubrir la voluntad de Dios. Algunos creen que la voluntad de Dios debe ser
recibida principalmente a través de una visión, sueño o voz audible de Dios. Otros
creen que los detalles de la voluntad de Dios solo se pueden saber a través de las
Escrituras. Otros creen que la pasión ya es suficiente evidencia para saber que
algo es la voluntad de Dios. Otros creen que Dios revela Su voluntad a través de
todos estos medios.
Sin embargo, todavía existe una duda: “¿Cómo puedo saber si la voluntad de
Dios es realmente de Él y no de mi propio pensamiento, interpretación o
emoción? ¿Cómo puedo estar más seguro?”
Queremos estar en el lugar de la voluntad de Dios. Queremos hacer la
voluntad de Dios en nuestras vidas. Y, por supuesto, el Señor Jesús dio el
ejemplo. El Siervo perfecto, que cuando se enfrentó a la peor situación
posible -una muerte dolorosa en la cruz a manos de los que Él había venido a
predicar y a manos, si se quiere, de Dios, Su Padre-, frente a esa dolorosa
muerte en la cruz, Él dijo: "No se haga Mi voluntad, sino la Tuya."
¿Recuerda en el Jardín, cuando Él dijo: "Padre mío, si no puede pasar de mí
esta copa sin que yo la beba, hágase Tu voluntad."? Ese es el pensamiento
esencial. Si usted todavía está preocupado por su voluntad, sus planes, su
realización, realmente tiene poca o ninguna esperanza de cumplir la voluntad
de Dios.
Efesios 6:6 No sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres,
sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios;
El apóstol Pablo, en varias ocasiones en sus escritos, usó la pequeña frase:
"según la voluntad de Dios." Por ejemplo, en el primer capítulo de Romanos,
versículo 10. Nuevamente en el capítulo 15 de Romanos. Colosenses 4:12,
"según la voluntad de Dios." Aún Pedro habla de eso. Él dice en su epístola,
1 Pedro 4, que: "para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las
concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios". Hay
dos temas que compiten en su vida. Uno de ellos es el deseo de su propia
carne, lo que usted quiere, de la manera que usted lo quiere, cuándo lo
quiere, cómo lo quiere. Y está la voluntad de Dios. Usted vive conforme a la
voluntad de Dios o de acuerdo a la voluntad de su propia carne.
Las condiciones para discernir la voluntad de Dios
En Romanos 12:2, Pablo nos muestra los requisitos que nos ayudarán a
encontrar la voluntad de Dios con más certeza. El texto dice: “Y no se adapten a
este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente, para
que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno y aceptable y
perfecto” (NBLA). Este texto bíblico nos muestra a lo mínimo tres cosas.
Primero, saber la voluntad de Dios principalmente viene a través del
discernimiento. Si no hay discernimiento, no estás pasando por un proceso bíblico
para saber la voluntad de Dios. Si alguien te dice, “Dios me habló y me dice que
debes hacer esto”, y lo aceptas sin ningún discernimiento santo de tu parte, ya
estás desviándote de lo que manda la Palabra de Dios (cf. 1 Corintios 14:29).
Segundo, si estás intentando de discernir, pero todavía tienes deseos,
preferencias, metas y valores similares a los del mundo secular, está garantizado
que tus discernimientos no serán correctos. El estándar del mundo sobre lo que es
bueno, aceptable y perfecto no tiene relación a lo que es bueno, aceptable y
perfecto para Dios (cf. 1 Juan 2:15-16). Tercero, si estás intentando de discernir,
pero todavía no has tomado el tiempo para saber y reformar tu mente de acuerdo
con los deseos, las preferencias, las metas y los valores de Dios revelados en las
Escrituras, no podrás discernir lo que es la voluntad de Dios. En palabras simples,
si no conoces a Dios, no sabrás qué es lo que Él quiere. Es imposible agradar a
una persona si no sabes nada de esa persona.
La belleza del discernimiento
Pero ¿por qué discernir? La necesidad del discernimiento, es decir, la necesidad
de medir tus opciones para saber la voluntad de Dios muestra que la voluntad de
Dios no se trata de una lista de deberes. En otras palabras, la voluntad de Dios no
se trata solamente de descubrir la única opción correcta sino también la opción
superior en medio de varias opciones donde dos o más de ellas pueden estar de
acuerdo con Su voluntad. Además, como un esposo que va a buscar un regalo
para su esposa que le agradaría más en vez de la misma rosa que siempre fue
suficiente para hacerla feliz, hay un amor más profundo detrás de un esfuerzo para
medir las opciones y escoger la mejor opción teniendo en cuenta lo que tú conoces
sobre Dios y lo que le agrada. El hecho de que tienes que “discernir” en vez de
simplemente “recibir” la voluntad de Dios muestra que hay un involucramiento de
un conocimiento relacional de amor y fidelidad hacia Dios.
Para poder discernir si lo que tú recibiste, piensas o sientes es la voluntad de Dios,
primero tienes que ver si tu estilo de vida y tu percepción del mundo está de
acuerdo con lo que conoces de Dios a través de las Escrituras, porque estas son
evidencias de lo que realmente sientes y conoces de Dios. Cuando conozcas
mejor a Dios, podrás discernir con más certeza Su buena, aceptable y perfecta
voluntad en todos los detalles de tu vida.