LA FRONTERA SUR: LA REALIDAD SOCIAL DE LAS
TEMPORERAS
Carlota Recio Suárez
2º Trabajo Social
Índice
● Introducción
● La inmigración en España
● El proceso de contratación de las temporeras marroquíes
● Mujeres temporeras, ¿quiénes son?
● La vida en los campos onubenses
● Violencia sexual
● Conclusión
Introducción
● En los campos de Huelva, el cultivo de frutos rojos se desarrolla de manera intensiva con el objetivo final de exportar el
producto hacia mercados europeos como Francia, Reino Unido, o mercados internacionales como el asiático. Andalucía, al ser
una comunidad autónoma con baja industrialización hace que su actividad económica principal sea la agricultura.
●
● Flexibilización de la industria agroalimentaria, que se manifiesta como una falta de estabilidad laboral, donde los contratos
dependen en todo momento de las necesidades de la producción.
● La falta de relevo generacional, la desvalorización del trabajo agrícola y las duras condiciones laborales han ido ahuyentando la
mano de obra nacional hace que se contrate masivamente mano de obra de origen no nacional para cubrir los empleos
que se necesitan en ese momento.
● La contratación en origen como un modelo de migración ‘legal y ordenada’.
En 2001, el Gobierno de España, a través de un acuerdo con Marruecos, crea
un sistema para regular las contrataciones en origen de mujeres marroquíes
para el trabajo de recogida de frutos rojos en Huelva.
La inmigración en España
● Los flujos migratorios ya no representan una novedad característica de las sociedades contemporáneas, sino que dichos flujos han
estado siempre presentes en la historia de la humanidad.
● En un corto periodo de tiempo, España ha dejado de ser un país expulsor de población autóctona para convertirse en uno que atrae a
la inmigración de diferentes partes del mundo (norte de África, continente americano, este de Europa) para buscar una mejora en su
calidad de vida y las de sus familia, abandonando sus países de origen.
● Las pésimas condiciones de vida que sufren en sus países de origen les hace tomar la iniciativa de abandonar sus casas, muchas
veces poniendo sus vidas en peligro. Estas condiciones de extrema vulnerabilidad supone que indirectamente, este colectivo también
se vea obligado a tomar medidas extremas, como por ejemplo, aceptar trabajos con pésimas condiciones laborales o trata de seres
humanos con fines de explotación sexual como única forma de subsistir.
● España ha sido uno de los países miembros que más porcentaje de personas extranjeras ha recibido, más incluso que Italia o Grecia.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), desde el año 2009 hasta 2018, se ha registrado un crecimiento gradual y constante
de población inmigrante que procede de África, ascendiendo a un total de 1.066.029 personas. (INE, 2019)
El proceso de contratación de las temporeras marroquíes
La contratación de inmigrantes en los sectores de trabajo que no requieren cualificación, como la manipulación agrícola o el servicio
doméstico, se contempla como una necesidad para muchos sujetos empleadores que han de cubrir la demanda de mano de obra en
actividades en las que una buena parte la población autóctona no desea trabajar, al ser percibidas como de escaso valor social.
Dentro de los principios que rigen el Derecho de Extranjería, se prioriza el mercado laboral nacional. Ante la situación de que los
mismos nacionales no quieren acceder al puesto de trabajo centrado en la recogida de fruta, se creó la figura del “cupo de trabajo”, una
herramienta que actúa como regulador de los flujos migratorios que no pertenecen a la Unión Europea. Esto ofrece anualmente un
número máximo de autorizaciones para trabajar en aquellos puestos que no han sido cubiertos por población autóctona.
La explotación de la fuerza de trabajo de las personas inmigrantes en el sector agrícola y ganadero, con
frecuencia, se acerca a las condiciones propias de la esclavitud. Estas condiciones pueden verse reflejadas en la
sentencia 143/2014 de la Audiencia Provincial de Huelva:
- Jornadas de más de diez horas, no se respetaba el tiempo mínimo para comer, no tenían días libres y no
pagaban por horas extras. Además, no se les permitía cubrir sus necesidades básicas como beber agua,
abandonar su puesto de trabajo.
- Jornadas laborales con vigilancia contínua: no podían salir del campo a realizar sus necesidades, teniendo
que hacerlo allí mismo.
- No podían abandonar el lugar de trabajo si no eran acompañadas, utilizando para ello la fuerza física si
era necesaria y exigiendo otros “favores sexuales” para así asegurarse de que podían seguir trabajando.
A través del acuerdo del Gobierno Español
con Marruecos, en el año 2001 cuando el
Gobierno español, el sistema de contratación
en origen destinado a una elevada cifra de
trabajadoras sólo ha hecho incrementar el
número de contratos. En 2019 se realizaron
alrededor de 19.000 contratos.
Como apunta Manuel Piedra, secretario
general de la UPA-Huelva: “Si no tuviéramos
la contratación en origen en Marruecos no
podríamos recolectar toda la fruta que
hay”.
Fuente: Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Portal de inmigración y datos de Echarri Amhaouch Ilhame
(2020). Elaboración propia. En el artículo 6 de este acuerdo se especifica que:
“los trabajadores y trabajadoras marroquíes
La migración circular ha sido creada por la Unión sirve para poder justificar este modelo de gozarán de los derechos y privilegios que les
conceda la legislación española” y que “las
contratación. La migración circular podría crear una oportunidad para que las personas que
autoridades competentes se comprometen en este
residan en un tercer país vengan temporalmente a la UE para trabajar, estudiar o formarse, o contexto a tomar las medidas necesarias para
una combinación de estas tres cosas, a condición de que, al final del período durante el cual facilitar el acceso a una mejor cualificación
profesional de esos trabajadores y trabajadoras”
les fue concedida la entrada, restablezcan su residencia principal y su actividad principal
en su país de origen.
d
Como podemos ver en la siguiente tabla, cuyos datos han sido obtenidos de la Subdelegación del Gobierno en la
provincia de Huelva, observamos las nacionalidades que principalmente se ocupan de la recogida en esta provincia
fueron: Rumanía, Polonia y Marruecos. También observamos cómo, a lo largo de los años, la única nacionalidad que se
ha mantenido activa en las sucesivas campañas ha sido la marroquí, alcanzado en 2009 un número aproximado de 14.000
contratos de trabajo.
Fuente: Subdelegación del Gobierno en la provincia de Huelva, publicado en Gordo Márquez (2014: 178).
La vida en los campos onubenses
Las condiciones de vida y de trabajo en la que estas mujeres marroquíes desarrollan su día a día en Huelva tiene grandes deficiencias.
Las temporeras viven en las fincas donde también trabajan, lejos de los núcleos de población. Para poder transportarse al nucleo urbano
a realizar compras, dependen del transporte que les ofrece el empleador.
El hecho de residir donde también se trabaja les impide establecer una clara diferenciación entre la vida privada y laboral. Y es en este
contexto, donde un grupo de mujeres marroquíes denunciaron por acoso laboral y sexual a un empresario fresero.
Si comparamos las condiciones laborales y de vida en la que se desarrollan las mujeres marroquíes y hacemos una comparativa con lo
legal en España, podemos ver cómo estas mujeres sufren diariamente una vulneración de los derechos laborales, llevándolos a
situaciones de precariedad extrema de la que es muy difícil salir.
Mujeres temporeras, ¿quiénes son?
Lo que no se nombra no existe y la precariedad nunca es nombrada.
La necesidad de profundizar en la situación de las mujeres que, desde otros países, llegan a nuestro territorio para realizar trabajos
temporales en la recogida de frutos es ineludible. El sector de la agricultura es bien conocido porque trabajan en él personas migrantes
en muy malas condiciones laborales. La patronal fresera establece el cupo de trabajadoras y requisitos que deben cumplir y la
ANAPEC (Agencia Nacional de Promoción de Empleo y Competencias) hace la selección.
Según el estudio realizado por Juana Moreno Nieto (2009), los principales requisitos son:
- Ser mujer
- Gozar de buena salud
- Tener entre 18 y 40 años (es importante que no cuenten con más de 45 años para que puedan responder a las exigencias físicas
requeridas para el cultivo y la recolección de la fresa)
- Residir en el mundo rural,
- Haber trabajado previamente en la agricultura
- Estar casadas (con autorización expresa del cónyuge), divorciadas o ser viudas (aportando acta de divorcio o certificado de
viudedad)
- Tener hijos menores de 14 años a su cargo. En la inscripción se les exigía acreditar principalmente aquellos criterios relacionados
con su estado civil.
Los empresarios onubenses tienen enorme preferencia por trabajadoras marroquíes frente a mano de obra masculina basado en
prejuicios enormemente sexistas.
¿Quiénes son las temporeras?
Las llamadas “temporeras de la fresa” juegan un rol clave en la recogida de los frutos rojos cuya exportación aporta ingresos
anuales de 475 millones. El flujo migratorio, controlado y temporal, de las trabajadoras marroquíes, está enmarcado en un
espacio fronterizo de dos territorios profundamente desiguales económicamente: Marruecos y el sur de España. Se trata, a día
de hoy, de la frontera más desigual del mundo.
Por lo pronto, las mujeres son seleccionadas en
base a criterios claramente discriminatorios, pues
se exige que las candidatas sean:
Las condiciones de vida y de trabajo de las
- Mujeres
trabajadoras marroquíes en los campos de la fresa
en Huelva presentan enormes deficiencias; y es - Estar casada (con autorización expresa del
que, la puesta en relación del marco jurídico laboral cónyuge), viuda o divorciada.
español con el marroquí acaba propiciando la - Que vivan en zonas rurales con
vulneración de los derechos laborales de estas experiencia en el sector de la agricultura
trabajadoras, y abocándolas a situaciones de - Que tengan hijos/as
precariedad laboral extrema. - De entre 25 y 45 años (no pueden ser
mayor de esta edad
Este contexto de alta vulnerabilidad socioeconómica marca el nivel de dependencia de estas mujeres a la renovación de sus contratos,
que la mayoría de las veces se entrega en castellano, no ofreciendo ni una copia en árabe ni un traductor que les ayude con el trámite, ni
tampoco guardan una copia del contrato firmado. Esto implica un desconocimiento de la normativa legal y de lo que afecta a su
relación laboral. La escasa inserción en la sociedad de acogida dada la temporalidad y las barreras culturales e idiomáticas, hace muy
difícil que las trabajadoras marroquíes reivindiquen posibles incumplimientos del contrato o puedan tener acceso a sus derechos.
Estas mujeres son muchas veces la única fuente de ingresos familiar, lo que dificulta aún más abandonar situaciones de abuso cometidos
en los campos de trabajo. La dependencia al empresario es muy alta, lo que les sitúa en una situación de gran vulnerabilidad y terreno
fértil de posibles abusos.
La demanda, por parte de los empresarios, de trabajadoras migrantes con responsabilidades familiares, y procedentes de zonas rurales
empobrecidas muestra la forma particular que adquiere en esta situación, la relación entre feminización y precariedad laboral.
La migración de estas mujeres es la respuesta, muchas veces, a la existencia de una falta de oportunidades laborales en el país de origen,
todo ello unido al condicionamiento existente de la carga familiar.
Violencia sexual
Desde hace años se vienen denunciado la situación de explotación sexual de mujeres migrantes en las zonas de explotación agrícola de Almería y Huelva.
El principal problema es el silencio por parte de cargos responsables
ante esta situación que es vox populi en Huelva. Resulta difícil
encontrar en Huelva a alguien que acepte hablar mal de la fresa a cara
descubierta. El fruto se conoce como el "oro rojo" y factura
anualmente 320 millones de euros. Guardia Civil, jueces, políticos,
empresarios, periodistas... Todo el mundo ha oído algo sobre abusos,
pero no es un tema de conversación agradable: la fresa es el sustento
de media provincia.
Muchos de los implicados en los abusos sexuales utilizan el argumento del
consentimiento de estas mujeres para justificar las continuas violaciones. Los
jueces, ante estos casos, apuntan a la principal dificultad que encuentran: el
consentimiento viciado. Estos abusos se viven como un peaje que tienen que pagar
para volver la temporada siguiente.
““Hazme caso o te cuento menos cajas”.
El regreso de la trabajadora al año siguiente depende siempre de los kilos
recogidos.
Miguel Ángel Arias, que es el fiscal de extranjería de la Audiencia Provincial de Huelva, ha reconocido la existencia de dos procesos
de denuncia contra varios capataces.
El primero nace de la denuncia que cuatro chicas interpusieron en El segundo proceso está en fase de investigación. A finales de la
abril de 2009 contra el propietario de la finca en la que trabajaban, su campaña pasada, en junio, otras cuatro marroquíes de una finca de Palos
hijo y un encargado, todos entre 30 y 55 años. Les acusan de coacción, de la Frontera denunciaron acoso sexual directo bajo amenaza. Los
amenazas y acoso sexual continuado. Las humillaciones se trasladaban argumentos de los agresores eran los mismos: tenían que ser "buenas".
al campo. Si no se portaban como ellos querían, les prohibían ir al Presuntamente se consumaron actos sexuales en numerosas ocasiones.
baño y beber agua a 40 grados bajo el sol. A este cuadro habrá que añadirle un delito de prostitución coactiva si
llega a probarse que el jefe recibió dinero de amigos a cambio de
franquearles el acceso a las chicas.
Las víctimas permanecieron calladas durante tres meses. Fue un Que tras una denuncia contra los patronos se llegue a juicio es tan
testigo, un trabajador rumano, quien se personó ante la Guardia Civil infrecuente que la Guardia Civil decidió grabar todos los testimonios
de Moguer. Los agentes se encontraron en la finca con un amplio para que no se frene el proceso si las mujeres desaparecen.
relato de horrores. El juzgado de la localidad entendió que existían
suficientes indicios y envió el caso a la Audiencia Provincial de
Huelva, en donde se espera el juicio para el otoño.
La revista alemana Correctiv publicó un reportaje que ponía enfasis en el aumento del número de abortos que se produce en los pueblos
colindantes a Huelva donde se recoge la fresa. Se menciona el testimonio de Josea Mora Gómez, trabajadora social en el Centro de Salud
Pública local, donde explica que ‘deben aprobar cualquier solicitud de aborto que se realice allí’, produciéndose 185 abortos en Palos de la
Frontera y en Moguer en el año 2016. De estos abortos, más del 90% se practicaron a mujeres trabajadoras temporales procedentes de
Marruecos, Rumania y Bulgaria.
CONCLUSIÓN
```````` La contratación en origen se ha considerado como una vía de escape de la
pobreza por parte de estas mujeres, una ayuda para el sostenimiento de la
familia que queda en el país de origen, y la apertura a unas mejores
condiciones de vida.
Tradicionalmente, el hecho de que las mujeres marroquís de entorno
rurales accedan al mundo laboral fuera de Marruecos tiene una mala
reputación socialmente, ya que esto afecta a la vida familiar. Hasta
nuestros días, la pricnipal labora de la mujer marroquí ha sido el cuidado
de su familia y su hogar.
Es por ello, que se presenta una doble dificultad a la hora de denunciar
estos abusos, ya que piensan que sus familias pensarán que las culpables
son ellas. Y ya no solo esto, sino que las demandas ante los Juzgados de
lo Social son muy escasas, pues estas mujeres, todas ellas con menores a
su cargo en su país de origen, temen que les sea denegada la autorización
de residencia o ser expatriadas a su país de origen, con la imposibilidad
de tener trabajo en las siguientes campañas.
Dicho temor se atenuaría si estas mujeres contaran con el apoyo y la
protección adecuada en materia normativa, sindical, policial, judicial y de
la Inspección de Trabajo.