UNIVERSIDAD NACIONAL
EXPERIMENTAL DE LAS ARTES
MINISTERIO DEL PODER POPULARPARA LA
EDUCACION UNIVERSITARIA
SIFAC-UNEARTE VALERA
VALERA, EDO TRUJILLO
Orígenes del Teatro (Manifestaciones Proto Teatrales)
Estudiante:
Cristian David Uzcategui GIl, C.I:30.976.370
11 de Noviembre de 2022.
Origen del Teatro
Aunque su origen comúnmente se remonta a la Antigüedad clásica de
Occidente, lo cierto es que casi todas las culturas antiguas tuvieron alguna forma
de teatro o de espectáculo muy parecido, con el que educaban a sus jóvenes,
rezaban a sus dioses o recordaban sus mitos fundacionales.
Sin embargo, los primeros en comprender el teatro como una forma de arte
en sí misma, es decir, como el “arte dramático”, fueron los antiguos griegos de los
siglos VI al IV a. C.
Los antiguos griegos celebraban ciertos rituales religiosos en honor a
Dionisos, dios del vino y la fertilidad, conocidos como las bacanales. En estos ritos
la danza y los estados de trance eran normales, pero también cierta narrativa y
escenificación de los mitos fundacionales, y esto último fue lo que dio origen al
teatro.
El teatro fue tan relevante en la cultura griega, que el propio filósofo
Aristóteles (384-322 a. C.) se inspiró en ellas para escribir el primer tratado sobre
el arte dramático de la historia de la humanidad: la Poética de 335 a. C.
Manifestaciones Proto Teatrales
Mucho antes de que la tradición hispánica teatral llegara a Venezuela con el
proceso de conquista y colonización, ya los indígenas que poblaban lo que
actualmente corresponde a nuestro territorio desarrollaron algunas
manifestaciones proto-teatrales o teatrales rudimentarias, tales como pantomimas
y la representación simbólica de los fenómenos naturales. Para los mukus y
jiraharas estas representaciones funcionaban como medios de cohesión espiritual
y recurso educativo, para lo cual construyeron estructuras físicas especialmente
diseñadas para su celebración: suerte de tinglados donde sólo hombres lograban
encarnar una historia, dialogando, narrando, cantando y gesticulando. Un ejemplo
de estas celebraciones, lo tenemos en La Fiesta de la Tura, fiesta ritual de los
arahuacos, ayamanes y gayones de la región limítrofe de los actuales estados
Lara y Falcón, la cual consistía en pantomimas relativas a los períodos de la
siembra y la cosecha.
Las manifestaciones teatrales venezolanas están poco documentadas
durante el periodo pre-colombino, en parte a la visión eurocéntrica del mundo, y al
poco desarrollo de las tribus indígenas locales, frente a los Aztecas, Mayas e
Incas. Los grupos indígenas locales se limitaban a realizar pantomimas sobre la
recolección de alimentos. Y como en todas las culturas primitivas, se observa una
veneración hacia los fenómenos naturales, encontrándose presente el elemento
del mito: la explicación de porqué los animales o las plantas deben ser adornadas.
El Teatro como un arte colectivo
El teatro es un arte colectivo, que necesita ser guiado y dirigido por un
profesional capaz de integrar otras disciplinas, los factores que intervienen son
muchos: los factores con los que se va a trabajar, pesan ciertamente más que el
relato en sí.
Es un arte de trabajo colaborativo y participativo en el que cada profesional
cumple con una determinada función, esto de acuerdo a sus capacidades
creativas y revolucionarias; en las que no solamente las personas o en este caso
“actores” que interpretan dichos roles teatrales tienen todo el mérito, y aunque sí;
la mayoría de veces siendo los interpretes o autores, (o en algunos casos los
escritores), los que se llevan toda la atención del público; es de primordial
importancia el conocer y sobre todo lo demás, el tener presente y claro que el
teatro desde su creación y en toda su evolución ha sido un
La creación colectiva favoreció la comprensión del trabajo del actor en un
sentido mucho más integral, como creador que investiga y se involucra con la
problemática que se a desarrollar, propone y discute soluciones escénicas y es
corresponsable de todo proceso.
El teatro como expresión del hombre en sociedad
Desde siglos atrás se ha visto reflejado el comportamiento del hombre en
las distintas épocas, esto a través de las numerosas obras de teatro que han
existido y que sin duda alguna seguirán existiendo, para así mismo seguir
mostrando situaciones de gran impacto social mediante la creatividad misma y el
mensaje que se quiera transmitir al espectador.
Ya en las sociedades antiguas, en las cuales todavía no existían otras
formas de arte más actuales, el teatro ocupaba un gran lugar ya que era un
fenómeno a partir del cual una sociedad podía exponer en tono de tragedia o de
comedia aquellos elementos que caracterizaban su cotidianeidad; por ende este
es importante para el ser humano ya que le permite expresar a través de la
interpretación de historias reales o ficticias emociones, miedos, sensaciones,
dudas, inquietudes y a través de ellas apelar a un público que se siente más o
menos cercano a esas realidades y que puede identificarse con ellas.
A partir de esto podemos considerar al teatro como una disciplina literaria
de “propiedad” de una sociedad, perteneciente a la vida de un pueblo estimado
como un arte puro, y de absoluta participación, es por ellos que se dice que el
teatro lo escribe, lo escenifica y lo utiliza el mismo pueblo que se da y se sirve a
sus representaciones. El teatro es un vehículo formador de pensamiento, de
sentido crítico, de criterio; es un complemento a la educación, formación de los
niños, niñas y jóvenes; los enseña a ser mejores personas, más tolerantes,
entender mejor a los otros
Significado del actor y la actriz sobre si mismos
Los actores y las actrices somos voraces alumnos de talleres de
creatividad, vengan de la disciplina que venga, porque nos encontramos
constantemente en la necesidad de reavivar nuestro proceso creativo, para
posicionarnos de forma distinta frente a nuestra labor, enriquecerla de matices y
aportarle toda la autenticidad posible.
Trabajamos para hacernos cargo de nuestros pensamientos, emociones y
acciones, sintonizar con la realidad, con lo que ésta es y con lo que somos
nosotros mismos. La responsabilidad es la disposición a ser y a responder, es
decir a definirnos, centrándonos menos en aquello que ocurre, y más en lo que
hacemos en relación a lo que ocurre.
Actor Racional
El silencio cuando se logra en profundidad nos sitúa en lo que ocurre aquí y
ahora, nuestra mente se aquieta y abandona sus ficticios viajes al pasado ya
inamovible y al futuro impredecible. En el silencio contactamos con la mente, con
el cuerpo, con las emociones y tal vez con algo que nos trasciende, el silencio
permite que oigamos alto y claro y nos facilita poder poner la mirada en el otro y
en la experiencia que sea que compartimos en ese momento. Mientras que la
palabra es la manifestación de la racionalidad, el silencio permite transitar el
espacio vivencial de la experiencia y la interacción tal y como se presenta, sin la
constante mediación de nuestra lógica o nuestras preocupaciones.
En el escenario, la mente racional va a traicionarnos más que ayudarnos y,
por eso, el silencio es un elemento imprescindible para la construcción del
personaje y de la escena.Por supuesto, es imposible desconectar la mente y los
actores necesitan de racionalidad ya que pueden existir consignas técnicas que
sea imprescindible cumplir: recordar el texto, situarse sobre una determinada
marca, colocarse bajo los focos, seguir una coreografía de espadas… La mente
activa y práctica es necesaria, pero hay que acostumbrarla a que deje espacio al
silencio, a la nada, al vacío. Debe conocer y saber de memoria un texto, pero debe
encontrarse en un estado suficientemente vacuo para dejar que las palabras
fluyan como si fuera la primera vez que son pensadas y pronunciadas y para
encajar las palabras y la actitud del otro del mismo modo.
Ponemos el piloto automático, pero esta vez, en lugar de ponerlo sobre las
emociones y sobre la vivencia del preciso instante en que nos encontramos como
solemos hacer, lo ponemos sobre la mente práctica: sabe lo que tiene que hacer,
que lo haga, pero sin copar nuestra atención. El silencio permite el contacto con mi
emoción y con la del otro, permite acoger lo que el otro me propone sin prejuicio ni
anticipación y reaccionar tal y como surge del momento y del contacto
Actor Emocional
La representación de las emociones es un elemento central del trabajo del
actor. Los estados de ánimo, la mayor parte de nuestra vida, son transparentes.
Están ahí, no nos damos cuenta de ellos, como dijimos, siempre estamos
inmersos en determinados estados de ánimo. En el actor, un estado de ánimo
define un espacio de acciones posibles, y recordábamos a Maturana que sostiene
que las emociones y los estados de ánimo son predisposiciones para la acción.
Estamos diciendo con esto que dependiendo del estado de ánimo en que el actor
se encuentre, ciertas acciones son posibles para él u otras no. Podrá enfrentar
algunas situaciones y otras le estarán vedadas, este es el aspecto central de lo
que constituye a las emociones y los estados de ánimo.
El encuentro entre un director y un actor podrá tener un resultado u otro si
ambos están o no atentos a sus propios estados de ánimo y a los de su
interlocutor. Si ambos mantiene un fluir liviano en su emocionar danzando juntos
en la recursividad de su acciones y su conversar el espacio de acciones y el
horizontes de posibilidades puede ser insospechado. Lo que importa comprender
de toda esto es saber que cualquier estado emocional es posible disolverlo.
El oficio del actor en su arte creador
El actor representa un significativo papel con su cuerpo y voz, talento y
praxis en su desempeño, en tanto apoya intensamente al espectáculo, que sin su
decisiva participación, no es posible. Porque él es un creador que, guiado por el
director y,o realizador, debe combinar y fusionar con sumo acierto las capacidades
antes mencionadas: su talento, sensibilidad y praxis, como asimismo el
conocimiento adquirido en previos estudios que han ido conformando su carrera.
El actor es el teatro, el único código imprescindible de la representación. Un actor
puede crear teatro ante el público, puede realizar todas esas formidables
modificaciones, sin texto previo, sin director que lo contenga, sin escenógrafo que
diseñe su espacio; los actores son profesionales encargados de representar
diferentes personajes, por lo cual deben conocer diversas técnicas para controlar
sus gestos, movimientos y voz.
El movimiento escénico, que tanto se enseña en las clases, suele crear en
los actores una gestualidad demasiado consciente y artificial que los lleva a buscar
posturas previsibles y ensayadas, mientras que la danza, el deporte y el mimo
exigen un cuerpo capaz de responder espontáneamente y casi por reflejo a los
estímulos de los diferentes personajes sin interferir en las reacciones humanas del
actor. La voz es un instrumento que hay que aprender a tocar. La dicción, esa
facultad gloriosa de comunicación de la que solo el hombre disfruta, es el único
instrumento del actor que le diferencia de los demás artistas de las artes
escénicas.
Durante el proceso creativo del actor se hace una construcción físico-
psicológica del personaje a interpretar a partir de la obra literaria preexistente. En
él se toman decisiones y se construye la idea, la posible obra intelectual intangible
y original que es ese nuevo personaje creado.
Así como los anteriores oficios planteados, se sabe que el actor tiene
muchísimos más enumerados y profundos retos que cumplir a la hora de cualquier
demostración artística, fomentando así cada vez más la creación de distintas y
creativas anécdotas, para el uso sociocultural.