TP N°3. Modernidad Líquida - GIMENEZ - FRECHOU - MENÓN
TP N°3. Modernidad Líquida - GIMENEZ - FRECHOU - MENÓN
ALUMNOS:
DESARROLLO:
1) La modernidad líquida es una categoría sociológica que sirve para definir el estado actual
de nuestra sociedad. El famoso sociólogo Zygmunt Bauman la define como una figura de
cambio constante y transitoriedad, atada a factores educativos, culturales y económicos.
Esta teoría le permitió realizar investigaciones que abordaban estos temas y sus
transformaciones. Luego de leer y analizar el contenido de la misma, consideramos que en
su obra “Los retos de la educación en la modernidad líquida”, su aporte más importante es
aquella reflexión sobre los cuatros desafíos que vive la educación contemporánea frente a
la sociedad líquida:
-El conocimiento: resulta que en la modernidad líquida lo duradero no tiene encanto, pues
todo es efímero, incluida "la educación". Por ello parafraseando al autor, el consumismo no
se define por acumular cosas, sino por el breve goce de ellas. Con esta óptica el
conocimiento ha terminado por ser algo "superficial".
Por último propone la necesidad de situarse fuera de la trampa economicista para qué
saberes y quehaceres puedan constituir una nueva ciudadanía.
2) La propuesta que nos presenta el libro nos permite reflexionar sobre los fenómenos
sociales de la era moderna y qué es lo que nos diferencia de las generaciones anteriores.
La "realidad líquida" de Bauman consiste en una ruptura con las instituciones y las
estructuras fijadas. En el pasado, la vida estaba diseñada específicamente para cada
persona, quien tenía que seguir los patrones establecidos para tomar decisiones en su vida,
sin embargo, en la modernidad, las personas ya han conseguido desprenderse de los
patrones y las estructuras, y cada uno crea su propio molde para determinar sus decisiones
y forma de vida.
La obra nos muestra cómo fue variando a lo largo del tiempo el concepto de conocimiento.
Este, fue valorado como una representación fiel del mundo, antes reflejaba que el
compromiso y la visión de la educación eran una réplica en las tareas de ese compromiso
fijo en la agenda moderna, el conocimiento tenía valor puesto en que se esperaba que
durara, es decir, que la educación debía encararse como la adquisición de un producto que
podía y debía atesorarse y conservarse para siempre. En este sentido, la memoria era un
valor positivo, tanto más rico cuanto más lejos en el pasado logrará llegar y cuanto más
tiempo se conservará. Sin embargo, en la actualidad cualquier compromiso a “largo plazo”
(y mucho más un compromiso eterno) presentan una amenaza, auguran un futuro cargado
de obligaciones que (inevitablemente) restringen la libertad y reducen la capacidad de
aprovechar nuevas oportunidades. Así como también hoy, una memoria tan sólidamente
atrincherada parece, en muchos casos, inútil.
En su obra Bauman busca remarcar los trazos que eran levemente visibles en las etapas
tempranas de la acumulación pero que se vuelven centrales en la fase tardía de la
modernidad. No ofrece teorías o sistemas definitivos, sino que se limita a describir nuestras
contradicciones, las tensiones no solo sociales sino también existenciales que se generan
cuando los humanos nos relacionamos. Este texto de Bauman nos lleva a ponderar algo
importante para una profunda reflexión en torno a la educación necesaria en nuestros días:
el lado oscuro de una modernidad tardía que nos empuja a evitar las costumbres
aprendidas, a evadir los legados del pasado y a entender las identidades como algo que no
implica compromiso alguno, poniendo en cuestión los fundamentos mismos de una
educación cimentada en valores y compromisos que han perdido su sentido original.