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La Simbolizacion y La Experiencia

Este documento presenta un libro que explora las articulaciones entre las teorías psicoanalíticas de Lacan, Melanie Klein, Winnicott y Bion. El libro aborda temas como la simbolización, la psicopatología, las prácticas clínicas con niños y las experiencias analíticas. Se compone de varios capítulos que analizan conceptos clave y casos clínicos desde las perspectivas de estos autores, con el objetivo de profundizar la comprensión de sus enfoques y su aplicación clínica.

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La Simbolizacion y La Experiencia

Este documento presenta un libro que explora las articulaciones entre las teorías psicoanalíticas de Lacan, Melanie Klein, Winnicott y Bion. El libro aborda temas como la simbolización, la psicopatología, las prácticas clínicas con niños y las experiencias analíticas. Se compone de varios capítulos que analizan conceptos clave y casos clínicos desde las perspectivas de estos autores, con el objetivo de profundizar la comprensión de sus enfoques y su aplicación clínica.

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Diego Velázquez

LA SIMBOLIZACION
Y LA EXPERIENCIA
En Lacan, Melanie Klein y la Escuela Inglesa.
Articulaciones de un psicoanálisis bilingüe
Colaboran: Natalia Ledesma, Florencia L. CasabeFla y Juan Pablo Visconti

El
TO

ª 1 Facultad de
§:?' -

;;;.._ ..a Ciencias Sociales


~ Universidad Nacional de Lomas de Zamora
Íl'll)ICE
Capítulo l 1: Lacan y Winnicott: articulaciones.
Parte 1: La experiencia y la psicopatologfa Espejo, se(fy trastornos tempranos Pag. 167
en cuestión Pag. 7 Capítulo 12: Lacan y Bion: articulaciones.
Capitulo 1: La psicopatología en cuestión En busca de lo imposible. Pag. 193
¿cómo leerla? Pag. 9
Capíh1lo 2: Consideraciones acerca del diagnóstico. .
Parte 5: Anexo clínico: niñes v niñez, Pag. 211
Natalia Ledesma Pag. 27 Capítulo 13: Psicoanálisis fuera del agua.
Capítulo 3: Psicopatología y mgimcia subjetiva Pag.41 Nata/la Ledesma Pag. 213
Capítulo 14: Prevención e intervenciones
Parte 2: Articulaciones Klein - Lacan Pag. 55 temprana-: en autismo. Desafíos y problemáticas
Capítulo 4: Retorno a K lcin Pag. 57 de la detección temprana. .J?lorencia L. Casahella. Pag. 221
Capítulo 5: Simbolización y formaciones clínicas Pag. 71 Capítulo 15: Dclincuenci a juvenil y esperanza:
Capítulo 6: El duelo, lo real y lo simbólico en la tendencia antisocial (t.a). Juan Pablo Visconti. Pag. 239
Lacan y Klein Pag. 83 Capítulo 16: El trauma y las series
complementarias. Natalia Ledesma. Pag. 245
Parte 3: Nuevas articulnciones Klein - Lacnn Pag. 105
Capítulo 7: Los niños vienen de París (con escala
=n Londres). El caso Dick de Melanie Klcin Pag. 107
Capítulo 8: Articulaciones Lacan - K lein en
e: seminario 6: los grafos y su vertiente clínica Pag. 131
Capítulo 9: Repetición y transferencia en
Lacan y Klein Pag. 139

Parte 4: Algunos aportes poslacanianos


. pcskkinianos Pag. 153
-:- ~:: iO: Lo real y la pulsión de muerte:
~-:i=-_a;::ones posteriores a Lacan y Klein Pag. 155
3
4
INTRODUCCIÓN lo que permanentemente me enseñan.
Y a: Natalia Ledesma, florencia Casabella, Juan Pablo
Este libro es una continuación <le los intereses y las
Visconti, y \fortín Eito (ilustración y diseño de tapa); a ello:,
investigaciones que desarrollarnos en los anteriores: "Lu que por sus colaboraciones tan útiles como bellas.
Lacan y Klein sabían del Otro" (Editorial Letra Viva, 2016),
Por último, dedico este libro a María Tnés Ferrero v a
y "Tesrimonios de la transferencia'' (é:,le j un to a Florencia L. Mariana Dopazo. ,
Casabclla, Editorial Entreicleas, 2019).
Confluyen ahora la intención de ampliar esos reconi-
clos y d csfüer7.o por aj ustarlos a la transmisi6n universitaria
DV
y a compartirlos en los grnpos que habitamos j unto a tantas
personas en contextos muy diversos.
Por eso se abordan cuestiones que son de abstrac-
ción teórica - como las articulaciones entre Lacan, Melanie
Klein, Winnicott y Bion - junto a otra,;; que se proponen re-
flejar la praxis tanto propia <.:Orno de colegas y cst11diantes.
De allí el interés en temas como la simbolización, la psicopa-
tología, las prácticas con nifies, y las experiencias analíticas.
Y de allí, por ende, también el agradecimienlo a colec-
tivos y a personas. Agradezco especial.mente a:
Los colegas del Colegio de Psicoanalistas. l .os cole-
gas profesores de la UNLZ (Universidad Nacional de Lomas
de Zamora) en las m,tlerias Psicopatología; Psicología Social,
Te01ías psjcoanaliticas contemporáneas, y A bordaje psicoana-
:..::::co con niños y adolescentes (en éstas dos últimas al profo!'lor
: .-=!os Q uirogu). A las autoridades, estudiantes, exest udiantes,
·.:.ala comunidad de la l7NLZ. También a la UPE (U ni ver-
~ Pmvincial de Ezeiza). Y a las colegas analistas del Oru-

pO de Es.udio de General Las Hcras. A todos ellos agradezco


5
CAPÍTI~LO l
LA PSICOPATOLOGÍAEN CUESTIÓN
¿CÓI\-1O LF.F.RLA'!

PARTE 1 Esta pregunta puede recorrer varias zonas de la ar-


Liculación entre los desarrollos úe Lacan y los Je los auto-
l ,A EXPERIENCIA Y LA PSICOPATOLOGÍA res más importantes de la escuela inglesa de psicoanálisis ( en
EN CUf:STIÓN especial Melan ie Klcin, Winnicott, y Bion), y, además, con-
tiene tma doble veniente: cómo leer los textos y los aulores
seleccionados para esta aniculación, y cómo orientarse en una
lectura dt: las psicopatologías humanas entendiéndolas justa-
mente como algo a ser leido y no diagnosticado en un a priori.
Incluso, problematizando el término mismo de psicopatología.
Así, iremos puntuando los distintos recorridos con una lúiea
en común que los une, y es la de entt:nder este campo (el de
la psicopatología) como el de "I¡-¡ relación humana en tanto
se torna problemática" (José Rafael Paz, "Psicopatología: sus
fundamentos dinámicos", 1970/2004, p. 15). Ya que no es po-
sible una relación humaJm que em:aje instintivamente y de for-
ma programada y sin conflicto; siempre queda algo por fuera,
corno resto, y toda relación al olro está definida por la noción
de e-0nflicto.
E s así como no podemos partir de un encuadre - in-
;enuo en la mirada,. pero interesado i1foológicamente -, que
.::Jstendría que todos los humanos entramos dentro de un "cua-
. -o·· psiquiátrico que está definido en manuales, y al que un
kc:or experto (psiquiatra, psicólogo, psicopcdagogo, trabaja-
7 dor social, el acompañante terapéutico) puede aplicar códigos
9
pr~fijado~ ~ara entenderlo. La mirada de una psicopatología 11, 11 111 111 111l i(rn e.le entrevista, como pueden ser relatos de
ps1coana1I_tica (la nuestra), si cabe, implica lo contrario: la psi- 11 111111 , 1111111.: 1inl bibliográfico, dibujos de niños hechos fuera
copatologia en cuestión. d1 l 1 11111111l'ión de entrevista, sueños relatados por fuera de una
. Esta parte de nuestro recorrido comienza con textos , 11111, o lursus de lenguaje que alguien relata que cometió.
orientadores sobre estas cuestiones uno sobre el d' , t· 1'111 1¡t•mplo, veamos esta situación clínica.
. , 1agnos1co
en p~1coanálisis y otro sobre las llamadas formaciones clínicas Fn un servicio de Psicopatología, se presenta, con una
o ps1copatológicas. El diagnóstico en psicoanálisis lo entende- 1111 111 i 11 importante, la consulta de una pareja de padres que
mo~ como un proceso que se da en transferencia, nunca fuera 11 ,, 111 11 111 enfermería de guardia con su hija de tres años, alar-
de esta, en vínculo, en lazo social; no como algo que el sujeto 111 11 11111 porque - relatan - se cometió sobre ella un abuso en
ya trae y va a ser leído por un experto, como si se tratara de , 1 p1n lf n de infantes. Los profesionales de guardia me piden
una radiografía. Sabemos que aún en ese método técnico algo 1 pul!do ver a esta pareja con carácter de urgencia, saltean-
de cómo el paciente va a la consulta a hacerse una radiografía il11 otros turnos de pacientes, por la gravedad del caso. Así se
puede incidir en el resultado, por ejemplo su ansiedad diHpone y los padres ingresan a la consulta psicológica con la
. . ' ' sus
mov1m1entos dentro del recinto etc Si en est . l 1tl1lu. Relatan que ha sido abusada por un profesor de música
, · e eJemp o tan
acotado vemos la incidencia de una "situación del aqu' 1 - y que esto es una barbaridad. Insiste en su relato la frase "que-
,, . . 1ya10
ra ' imagmemos cuánto más esto se da en una entrevista con 11 mos justicia" . Ante la indagación y exploración (no puedo
una escucha diferenciada como puede serlo la del . 1· d11r por hecho lo que relatan como una verdad incuestionable,
. ps1coana 1s-
ta o mcluso la del trabajador social u otros profesionales de la 111 menos hay que ver cómo lo vivió la niña), los padres co-
s~lud o la educación. Por eso sostenemos que el diagnóstico es 111 ienzan a manifestar mayor irritabilidad (en ningún momento
siempre en transferencia. Hasta podríamos decir que el cuadro huy angustia) y - recordemos, ante la presencia de la niña - la
(p_referimos llamarlo formación clínica), para nosotros, se des- madre saca de su cartera un dibujo que le hizo "hacer" ella a
p~1ega allí. Por supuesto que hay aconteceres históricos de la lu niña. Allí, en medio de garabatos indescifrables, la madre
vida de un sujeto, y no es que su formación clínica se origina indica que hay "un pene" y que otra figura es "el profesor de
en la consulta o empieza a existir en el consultorio. Pero de música". En la consulta no es posible indagar algo del orden
algú~ modo, para la escucha, sí empieza allí. No hay un saber dl! la vivencia de la niña, algún antecedente de la historia de
previo sobre ese sujeto que nos consulta De all' l . t·sta familia, etc., sólo hay un interés porque el profesional ra-
• 1 a mconve-
niencia de arriesgar posiciones o diagnósticos antes de ver a 1ifique que en esos dibujos está la evidencia de un abuso. La
fon paciente o entrevistado, o de apoyarse con muestras exter- entrevista concluye, y no me da la impresión de la existencia
11
de un abuso porque es mucho más llamativa la actitud de los 111111 lins pacientes (y lamentablemente muchas veces, a niños
padres en la entrevista: traen a la niña, no hay ningún pudor p11 111, necesitan medicación) resulta un debate actual y nada
en lo que relatan, no hay angustia, no hay lugar para las dudas 11111 l' llll!, ya que involucra los intereses de quienes comerciali-
o las preguntas. Ante esto, los cito a una segunda entrevista 11 11 los medicamentos que se venden como panacea para miti-
con ellos solos y sin la niña, tres días después. No concurren ¡.,11 1 l'SOS " cuadros". Pero nada que tenga que ver con el sujeto,
a pesar de la urgencia que habían manifestado al irrumpir e; 11 historia, su sufrimiento subjetivo y su posición ante el mun-
primer día en la guardia. ¡1,, y su realidad psíquica, se modifica con estos dispositivos
¿Qué nos muestra este tipo de fragmento clínico? No ,,111 medicamentosos o estigmatizantes.
podemos adherir a un diagnóstico con datos externos a la En este sentido, la idea de formación psicopatológi-
situación. Resulta más relevante para un diagnóstico, o para 1 11 o formación clínica orientará nuestra lectura de estos as-
una orientación acerca de ante qué formación clínica nos en- Pl'l'los. Porque esto implica ver al sujeto primero en situación
contramos, lo que ocurre allí en la escucha. En ese sentido ese (d1,; entrevista, de sesión), y luego en situación respecto de su
dibujo que trae la madre, y la actitud con la que lo ingres~ en l11storia, de sus vínculos y lazos sociales, de su realidad psí-
la consulta, es más revelador de una perturbación en ella (0 en q11i ca (concepto que se ve en la lectura de los textos de Freud
e l vínculo de ellos con la hija) que de la existencia objetiva de y su central concepto de las "series complementarias"). Así
un abuso en la realidad externa. No tiene ningún valor ese di- , • como nos interesarán, más que los signos o conductas que
bujo porque no fue hecho en sesión, por lo tanto, no podemos 11hican a alguien dentro de un cuadro de manual, qué posición
leerlo. Recordemos cómo Winnicott consideraba los dibujos ltl·nc el sujeto ante el mundo (interno y externo), de qué for-
hechos conjuntamente en sesión, o cualquier producción ha- 11111ción clínica estamos hablando en d , o como también lo
blada de un adulto. La psicopatología, entonces, es: 0 bien la pod ríamos nombrar: de qué estructura estamos hablando.
posibilidad de leer los síntomas y perturbaciones de un sujeto, La noción de "las estructuras freudianas" como un es-
o construirlos en conjunto en un vínculo , en un 1azo, no un quema tripartito (neurosis, psicosis y perversión) no fue es-
cuadro definido de antemano. 11 ictamente mencionada por Freud (tampoco en este sentido
Los debates actuales sobre neurociencias y diagnósti- l1•xtualmente en La.can, ya abordaremos esto). En su prime-
cos psiquiátricos y psicológicos son interesantes en la medida 111 clasificación psicopatológica (correspondiente a los textos
11
en que transmiten a su vez, como decíamos, debates ideológi- / 11s neuropsicosis de defensa (1894/1981)" y "Nuevas pun-
cos. La rotulación en cuadros diagnósticos con los que muchas lltlfl izaciones sobre las neuropsicosis de defensa" (1896/1981 ),
~eces se congela, estigmatiza, y luego se trata y se medica a 1:rcud distingue las neurosis histéricas, las neurosis obsesivas,
13
Y las psicosis alucinatorias; las diferencia por el modo en que -=--- que opern en cada campo: la estructura en las neurosis,
actúa la defensa ante lo pulsional. Luego, más tarde en su obra ,a estructura en las psicosis, etc. Y la posición de Lacan es
( correspondiendo a los textos "Neurosis y psicosis" y "La pér- más la de la variedad sintomútica, los tipos clínicos; qui:als la
dida de la realidad en la neurosis y /a psicosis"), se inclina por partición más clara en Lacan esté en la contraposición ªforma-
una diferenciación que ordena por un lado neurosis y por otro ciones del ínconscie,nte" versus "fcnórnenos elementales"; y
psicosis, cada una con sus mecanismos específicos. Y, además, de allí podemos homologar: neurosü; y psicosis.
las neurosis narcisistas como la melancolía o ·la manía, que Es decir, la fonnacíón clínica de un sujeto, su "estruc-
en posteriores abordajes psicoanalíticos fueron consideradas rnra", nos habla de cómo es su posición ante el mundo (enten-
por algunos autores como psicosis o por otros como neurosis diendo mundo como el conjw1to de significaciones con las que
graves o "borderlinc". se maneja, se inscribe y percibe la realidad). Justamente, neu-
Entonces, en Frcud, vemos dos esquemas: primero rosis, psicosis y perversión, son un ordenador de leclura, ya
neurosis (obsesiva o histérica) y psicosis (alucinatoria como que nos permiten ver cómo es el fw1ciona111iento de un sujeto,
la paranoia); y en un segundo esquema, neurosis, psicosis, y y no sólo sus fenómenos (o sea, no sólo lo que hace o se ve en
neurosis narcisista. Por olro lado, quedarán las perversiones, él circunstancialmente) o tampoco su clasificación dentro de
también con su mecanismo específico. Para Jacqucs Lacan, un sistema ele nombres médicos o psiquiátricos. Por ejemplo,
los mecanismos psíquicos implicados son: la represión en las s~ estamos ante un suje-lo que consume drogas o comete actos
neurosis, la forclusión en las psicosis, y la renegación en las ..elictivos o antisociales, desde esta nuestra mirada de la psico-
perversiones. Las estructuras freudianas tripartitas, fueron jus- patología nos interesará ver de qué estructura estamos hablan-
tamente, leídas y organizadas de esle modo por Lacan, c.1uien do en ese sujeto: ¿es un neurótico, un psicólico, un perverso?
en una lectura freudiana y en el marco de su "retomo a Freud", ._,Se trnla de alguien que está haciendo una conducta que lo
ordena (o se deduce que or<.hma, ya veremos) éstas como las clasifica y lo condena, o de alguien que al decir ele W.innicott
tres posiciones en que w1 SL¡jelo puede encontrarse para vérse- - autor central en nue.stras articulaciones - está haciendo un
las con la sexualidad en sentido amplio. Pero más j usto sería Jamado que contiene una esperanza <le curación? Luego habrá
decir que. esta no es una lectura textual de Lacan... sino' a su 'JllO entre cientos de nombres para clasificarlo en el manual de
ve7., w1a lectura que se hizo de Lacan. ;siquiatría, pero el funcionamiento psíquico de ese sujeto, su
El psicoanalista francés nunca se refirió textualmente a .:.5.ado en el lazo soóal o su estado en el discurso, sólo se nos
tres estructuras freudianas (investigación que debemos al au- ~ legible a partir de estas categorías (neurosis, psicosis y

[~r argentino Pablo Muñoz, 2018); si, en cambio, a fo esrruc- ;,erversión; incluso en sus intersecciones y supc11)osiciones).
15
presión funcionando, mecanismo que para nosotros tiene un
Categorías que consideramos vigentes por su poder explicati-
vnlor positivo) y tener episodios que consideramos de locura:
vo d~J mundo interno del sujeto. No obstante, el profesional
:ue tiene cont~cto con estos temas puede manejar el lengua- por ejemplo, crisis, fenómenos de despersonalización, algún
fragmento delirante o de terror irracional, aspectos incontrola-
Je que se
. reqmera (por ejemplo ' el del manual d e ps1qmatna
. . ,
bles en el lazo con el otro, funcionamiento maníaco o proyec-
DS1:, s1 su contexto laboral lo exige), pero es importante que
tivo, etc. Es decir que, para pensar estas formaciones, "mayor
no pierda de vista que la profundidad de lo humano reqmere .
gravedad" puede ser un eje (neurosis más o menos graves, por
herramientas que den cuenta de la complejidad ante la que es-
ejemplo), y "estructura" puede ser otro eje (neurótico o psicó-
tamos. Esta puede ser una indicación para alumnes y profesio-
tico; formaciones del inconsciente o fenómenos elementales).
nales de carreras que abarcan el trabajo de asistencia.
l~sto lo veremos cuando abordemos la idea de formaciones
Volviendo a las estructuras clínicas, su definición la
clínicas; muchos autores de la historia del psicoanálisis lo han
encontramos en los textos, pero su compresión se desarrolla
trabajado de distintas maneras como las continuidades posi-
en el encuentro con los autores que continúan "el deseo de
bles entre neurosis y locura (para Freud: en el transcurso de
Freud", Y que intentamos articular aquí junto a las experien-
una neurosis puede irrumpir temporariamente una psicosis de
cias clínicas.
defensa, así lo dice en los primeros textos); entre psicosis y
y aquí se hace necesario distinguir lo que podría ser la
locura (Lacan y los franceses lo trabajan), o - los de la línea
noción de• estructura de la de fenómeno. Por e,iem
J plo, pod e-
Inglesa como Klein, Winnicott o Bion- como las interseccio-
mos considerar la psicosis - como formación clínica general-
nes entre neurosis y psicosis (hay ejemplos más adelante).
mente de las más graves - como algo de un orden estructural
Esto parece especialmente complejo sin antes hacer un
y la locura como algo del orden del fenómeno. Recordemo~
recorrido por el sentido de los términos neurosis y psicosis
que, para Lacan,
. la estructura está en el fenómeno . Por eJem-
.
en Freud, recorrido que haremos en el contexto de la idea de
plo, un SUJeto puede tener un funcionamiento psicótico (un
formaciones clínicas (sentido que tomamos de los trabajos de
modo de procesar los pensamientos y las emociones, un modo
Rnfnel Paz, 1970/2004; 2008; 2017).
de relación con el lenguaje y el mundo social) pero no estar
Otro aspecto importante a tener en cuenta y para lo
. . y , por
loco en el sentido del fenómeno maníaco O de una cns1s.
1u1l necesitamos ciertos conceptos auxiliares antes de la ar-
el contrario, alguien puede ser un neurótico en su estructura
tlaulación de autores, es la distinción de los tres registros que
(en el sentido de tener la formación clínica que generalmente
h,trndujera Lacan para entender la posición neurótica o psi-
es la m~s cercana a la salud mental porque implica un grado
cótlcu de un sujeto, y también otras variantes, como las de las
fimpleJo de estructuración lograda y el mecanismo de la re- 17
Por otra parte, lo Simbólico se puede articular como la
patologías que podemos llamar actuales (por su carácter de
dimensión en la que se sumerge el ser humano parlante por el
acto sin predominio del procesamiento simbólico) 0 que se
ill·cho de que habla. Para Lacan, los fonemas, significantes y
presentan con cierta frecuencia en nuestra época (adicciones
pnlabras se ordenan en un lenguaje que no fue inventado para
d.epresiones, trastornos de la alimentación, conductas impul~
l'omunicarse, sino para lograr una identificación, así como lo
s1vas, abusos, violencia, crisis de angustia - tan vigentes en la
demuestran los juegos y el lenguaje en los niños. Es que más
expresión "ataque de pánico" - , etc.).
11 llá de la comunicación - que es más un resultado que una
Lo real, registro sobre el cual armaremos varias de
cousa - el lenguaje humano está hecho para trasladar signifi-
nuestras articulaciones, fue definido por Lacan como aquello
caciones. Es lo que demuestran las palabras, ya que ellas se
"que está siempre en el mismo lugar", por decir tan sólo una
comportan como valijas vacías que transportan sentidos sin te-
introducción ya que de este registro pueden distinguirse dis-
ner ellas mismas un sentido. Que la palabra no tiene un sentido
tintas variantes lacanianas según la altura de su obra. Este im-
único lo demuestran el humor y el chiste, como ya lo había
~osible que es lo real, es una marca de la pérdida de un goce
trabajado Freud. Es decir que lo simbólico da cuenta de lapo-
fundamental, que la dimensión simbólica o imaginaria inten-
sición donde se designa la posición en el mundo de un sujeto.
tarán articular, anudar o subsanar. Los 4 Discursos, en Lacan,
Lo Real, como dijimos, sufre varias transformaciones
por ejemplo, son considerados como los distintos modos en
en la enseñanza de Lacan. Al comienzo de ésta, no se refiere
los cuales lo real del goce ingresa en un trabajo de acotamien-
tanto a este orden, lo usa en forma indistinta o hasta super-
to o un modo de hacer con ese goce; un modo de lazo social.
puesta con otras nociones. Pero siempre, debe observarse que
Así el goce perdido no deja de intentar resolverse e insiste
éste es un real que no tiene que ver con " la realidad" (por
precipitando al sujeto a un imposible. La instancia del superyó
ejemplo, con la realidad material de Freud, y la realidad del
también es una muestra de este empuje de y hacia lo real, ya
mundo externo en Melanie Klein). Es decir, hay un recorrido
que es la instancia que tiraniza al yo con exigencias que éste
en la noción de lo real, quizás el más difícil de definir de los
no podrá alcanzar. En este sentido, el superyó "obliga" a un
lres registros. Desde aquello que resiste a la palabra, es decir,
goce, según una formulación habitual (aunque requiere preci-
11 entrar en lo simbólico, hasta aquello que es "lo que vuelve
siones). De allí la pertinencia de valernos de los registros real
siempre al mismo lugar" (Lacan, Seminario 3), vemos un pri-
simbólico e imaginario en Lacan. '
mer desarrollo de este registro. Lo que está o vuelve siempre
Entonces lo Real como imposible de un goce total en
111 mismo lugar, da una idea de la dimensión de la repetición
relación a nuestro cuerpo y al cuerpo del otro constituye una
fe las dimensiones o registros del sujeto.
8
l'reudiana. Lo real comporta así un punto fijo, algo que no tie-
19
nen ni lo simbólico ni lo imaginario. Por eso Lacan en el mis- ji!aderos del significante", 2018), J. Lacan introduce este es-
mo seminario lo asimila a los planetas y los astros, cuerpos quema tripartito que recorre luego toda su enseñanza, incluso

que veamos o no, midamos o no, conozcamos o no, siempre hasta el final, definiendo que esos son sus "tres". Desde ese

están allí realizando sus órbitas fijas. Así como todo esto remi- punto de partida para lo real, también puede ser ubicado el

te a la repetición, por su carácter de fijeza remite a la fijación. comienzo de lo simbólico como registro (ya que lo simbólico .

Es el propio Lacan quien señala que en una posterior defini- como idea ya está con anterioridad al comienzo de sus semi-

ción liga lo real a lo imposible. No es un real puro: lo imposi- narios, como una dimensión del ser humano, que vive una rea-

ble depende del sistema simbólico que pueda o no inscribirlo 1idad simbólica).
transcribirlo. En cada sujeto (también en lo social, lo veremo~ Lacan alude con lo simbólico a la función del lenguaje

en algunos ejemplos), ese real tendrá que ver con lo que no humano, la función del significante, que subvierte la realidad

puede ser leído por su aparato de lectura. Si un video o archivo humana y que marca que somos seres pulsionales y de deseo

no puede ser leído por mi celular, no es porque sea, en estado y no seres de instinto y necesidad. Utiliza, en la conferencia

pt~o'. ilegible, sino porque mi dispositivo de lectura no puede citada, un ejemplo para dar cuenta de lo esencial del lenguaje

as1m1larlo, bajarlo. Si se amplía la memoria, o las operaciones simbólico humano: la contraseña. En efecto, lo más importan-

p~sibles de lectura (lo simbólico singular de ese aparato), ahí te de la contraseña no radica en la comunicación, sino en de-

s1 podrá leerlo. Es decir que lo real se define a partir de los finir claramente la posición del sujeto, ya que de ella depende

otros registros: es lo que no puede ser pensado nombrado un lugar para el sujeto.
O

(simbólico), ni imaginado (imaginario). Por eso es lo que "no La cultura humana es simbólica; no hay naturaleza hu-

cesa de no escribirse", no puede alcanzarse por la representa- · mana; o mejor dicho el ser humano tiene una naturaleza cul-

ción. Esto, si bien como dijimos es singular, comporta un as- tural. El hecho de que se tome como punto de partida de la
existencia del humano en la tierra la fecha de la que datan las
pecto general de la especie: el lenguaje desnaturaliza los sexos
primeras sepulturas, es un ejemplo también de esta posibilidad
Y la ~?eriencia humana: por eso, al decir de Lacan, no hay
relac1on / proporción sexual. No hay objeto para el humano del lenguaje, ya que la escritura designa la vida y la muerte de

que encaje para una satisfacción instintiva. En desarrollos más alguien, alguien relacionado con otros.
El desarrollo de este registro tan central en el psicoa-
avanzados en su obra, por lo tanto, Lacan asimilará lo real en
relación al "no-todo" y al efecto subjetivo singular. nálisis (aunque no principal, ya que no hay una jerarquía de
registros), será ampliamente desplegado cuando realicemos
En su "Conferencia Lo simbólico, lo imaginario, ¡0
las articulaciones entre Lacan y Melanie Klein.
;gat" de 1956 (citado en Muñoz, "Psicopatología. En los des- 21
simplificada. Se liga con la idea de salud mental como la ca-
El registro de lo Imaginario es la dimensión en la cual
pacidad de vivir una vida creativamente, como lo veremos en
lo humano está articulado en una relación con los otros en
Winnicott.
función de imágenes que lo han formado y estructurado. Y que En esto, podemos ver una confluencia de algunos de
también lo captan, lo seducen, lo atrapan en las pasiones de la los grandes autores psicoanalíticos continuadores d~ Freu~. ~s
mirada, los celos, la envidia. El estadio del espejo, andamiaje así como para la escuela inglesa (Melanie Klein, Bion, Wmm-
fundamental en el pensamiento de Lacan, así lo muestra. Es lo cott), la salud mental se alcanza por la mayor complejidad en
que Lacan definió como el lazo de yo a yo. Somos yo por otro, la formación de símbolos y la creatividad, en la mayor capa-
y la imagen siempre tiene una anticipación, una perfección cidad de vivir las experiencias emocionales y de integrarlas Y
que contrasta con la vivencia fragmentada del cuerpo (aspec- pensarlas; así como para Freud también lo deseable era la m~-
to que también desarrollaremos largamente en la articulación dificación de la realidad de manera creativa. Dice, en "La per-
Lacan - Klein de capítulos próximos). Las instancias del yo dida de la realidad en la neurosis y la psicosis" (1924/1981 ),
ideal y el ideal del yo tienen su origen allí. Este lazo del yo que la conjunción deseable es aquella conducta que mod'.fica
la realidad como en la psicosis y se conserva en la realidad
con las imágenes es un lazo trabajoso y trabajado, no natural;
una lucha movida por el conflicto - como dij imos, motor de lo como en la neurosis.
Para Lacan y la escuela francesa la mayor articula-
psíquico -, y por la pulsión de muerte como motor paradoja! de
ción de lo simbólico, o un determinado anudamiento de los
la existencia. Todo esto último, como la cuestión de los regis-
tres registros, puede ser traducido como un índice de la salud
tros y en especial de lo simbólico y lo real, serán largamente
mental. Podemos pensar que en un paciente lo real se filtra
trabajados más adelante. Por esto, podemos adelantar que la cuando algo de lo simbólico no ha podido ser suficientemente
construcción del registro de lo imaginario marca una apoya- elaborado O pensado, o anudado. Los efectos de lo no simbo-
tura importante de Lacan en su lectura de Melanie Klein, y lizado están allí, de lo inconsciente en sentido de Freud. Esto
las dos posiciones que ella postula (la esquizo - paranoide y la no simbolizado, no pensado, no procesado o tramitado, con lo
depresiva): dos modos de operar con las ansiedades y no dos que todos los sujetos debemos enfrentarnos en mayor o menor
etapas evolutivas. medida, son las angustias primordiales o las derivadas de lo
Con estas herramientas podemos encarar algo que nos traumático. La angustia real. Incluso las angustias primitivas
sitúa en el mapa de las psicopatologías: a mayor amplitud en 0
de desestructuración, que han estudiado autores como Win-
lo simbólico, o, mejor dicho, a una especial relación con lo nicott, y sobre las cuales se estructurará (o no) la formación
simbólico y de éste con los otros dos registros de la experien- neurótica posterior de un suj eto.
23
cia, mayor salud mental, podría decirse, aunque de manera
22
'd ·untamente con el
nica (estructural) están para ser le1 os, conJ
Vemos con Freud cómo lo traumático tiene que ver con . . t os y así es como,
sujeto que tenemos trabaJando Junto a noso r ,
la realidad psíquica y no con la realidad externa. Del texto . t demos la lectura
tanto en los textos como en el trabaJO, en en
"Las vías de laformación de síntomas" (1915-1917/ 1981) se · , on el otro y no
de la psicopatología: el campo de la re 1acwn c l
desprende que es traumático no lo malo u horrible que le pue- . . , V algo de esto en e
un listado de manual de ps1qmatna. eremos
de suceder a un sujeto en su realidad externa (sucesos de la t' ulaciones entre
próximo capítulo antes de ingresar en las ar ic
vida adulta, en las series complementarias de Freud), sino que
Lacan, Klein, Winnicott YBion.
es traumático aquello que no puede ser tramitado o elaborado
con la estructura simbólica existente. O sea, pensamos lo trau-
mático como lo sorpresivo o lo que sobrepasa la capacidad
del sujeto de simbolizar o pensar lo que vive. De esta manera,
entenderemos lo traumático como altamente singular: qué es
aquello que, para ese sujeto, en ese momento, es lo imposible
de ser leído con el sistema o las herramientas psíquicas con
que cuenta. O sea, cuál es el caudal simbólico disponible para
enfrentar la significación de lo que le sucede, y no tanto qué
es lo que le sucede en sentido objetivo. De lo contrario, no po-
dríamos entender por qué algunos sujetos hacen un delirio, se
desestructuran, o en casos extremos se quitan la vida, ante su-
cesos que para otros sujetos son enfrentados solo con angustia,
dolor, elaboración o hasta creación. (Se ve también cómo la
angustia o los sentimientos depresivos pueden ser tanto neuró-
ticos como psicóticos, por lo tanto, habrá angustias neuróticas
y angustias psicóticas). Así es como lo entiende a todo esto
Winnicott, al plantear la salud mental no como la ausencia de
conflictos, sino como el caudal de herramientas con las que
un sujeto cuenta para enfrentar los conflictos relativos a cada
etapa de su vida o a cada acontecimiento azaroso. 25
Entonces, el síntoma (alteración) o la formación clí-
24
so de conocimicnlo, discemimiento, discriminación mediante
CAPÍTL:LO 2
una "descripción carnctcríslica. y diferencial" de aquello que
CONSIDER.\CIONES ACERCA DEL DIAGNÓSTICO se observa.

Natalia Ledesma En esta definición el acento está puesto en el proceso


de construcción del diagnóstico.
F.ste desanollo busca t:mmarcar la lectura de dos textos: 2.- El uso corriente proviene de la medicina y da cuenta de rn1a
Clavreul, J. (1983), El orden médico. Barcelona: Argot. Y So- etapa del proceso de adm inistración de la cura. Se utiliza para
ler, C. (2009) Del diagnóstico en psicoanálisis. 1-:n La querella referirse aJ conocimiento de los signos de las en rermedades:
de los diagnósticos. Buenos Aires: Let rn viva.
" Arte o acto de conocer la naturaleza de una enfermedad me-
Para contribuir a la comprensión se abren alg1mas lú1eas
diante la observación de sus síntomas y signos".
de análisis en torno a la noóón de diagnóstico. Utilizando dis-
El rnédico saca conclusiones basadas en el estudio de
tintos apo11cs teóricos sobre el tema, el desanollo se organiza
d ichos signos, que sirven para su ubicación en w1a categoría
según la siguiente secuencia:
preestablecida: "calificación que da el médico a la enfermedad
l)efinición del tém1ino diagnóstico
Su uso dentro del campo psiquiátrico según los signos que advier te". Se da un proceso de clasifica-
Las particularidades del diagnóstico en psicoanálisis ci(m que rernite a ciertas categorías nosográficas, es decir, ca-
Comparación de la clínica médica y la clínica psi- tegorías que dan cuenta de la clasificación y descripción de las
quiátrica enfermedades. Fsle uso, a diferencia del anterior, enfatiza e l
Los sentidos del diagnóstico en función de su uso momento de cierre, la defini ción de enfermedad que comporta
Lodo d iagnóstico.
El término Diagnóstico
Diagnóstico psiquiátrico
La psicopatología es un campo heterogéneo de discur-
s os y prácticas diferentes, que coexisten referidos a la vida
El campo de la psiquiatría es exLenso y complejo, y no
mental de los sujetos. El Diccionario de la Real Academia Es-
se desarrollarán en este trabajo las diversas construcciones en
pañola ofrece dos acepciones de la palabra diagnóstico.
tomo a la enfermedad mental. Sin embargo, se plantean al-
1.- Etimológicamente deriva del griego y significa conocer.
gunas cuestiones generales sobre cómo la mirada psiquiátrica
En esta acepción se puede identificar d término con el proce-
construye el diagnóstico.
27
A finales del siglo XVTTT la locura comienza a ser con-
28
,.iclcrada como w1a cuestión médica, queda configurada como En 1952 surge la primera edición del Manual diagnós-
t•nfermeclacl, y, por lo tanto, obj eto de investigación Y trata- tico y estadístico de los trastornos mentales (en inglés Diag-
111icnto por parte de la psicopatología. La subjetividad del en- nostic and Statistical Manual o/ A1ental Disorders, DSlvf) ele
lh mo deberá atenderse mediante tratamientos de corte educa- la Asociación Psiquiáuica de los Estados l :nidos. La clasifica-
1
tivo y desde una mirada moral. ción se elaboró a partir de datos empíricos y con una metodo-
El psiquiatra es quien desde su saber, observa, clasifi- logía descriptiva, el manual no tiene pretensiones explicativas,
1.:a v nombra la enfermedad, ubicando al sujeto dentro de una sino que se limita a una descripción de diversos trastornos.
cat~goría general y universal. El médico procura conocer la El objetivo es construir nomenclaturas, nombrar y ordenar los
enfermedad a partir de una realidad objetiva y material, Y esta diferentes trastornos y patologías vinculadas a la salud mental.
objetividad sólo puede eslar presente si se excluye la palabra Retomando el texto de Soler: "tanto la psiquiatría clá-
del enfeimo, que, justamente a causa de su enfermedad, se sica como el manual de diagnóstico DSM, se basan en una
uncuentra distorsionada. El discurso psiquiátrico aloj a a la en- clínica descriptiva. La diferencia es que el DSM, se basa en la
l'crmedad, pero no a los cnfe.rmos. No hay ningún intento de vía estadística, mientras que la psiquiatría clásica, se basaba
escuchar el discurso de la locura. Es decir, qué puede decir un en una detenida y minuciosa observación del uno por uno, lo
sujeto sobre lo que le pasa, sobre su padecimiento. La mirada que la vuelve más cercana al psicoanálisis".
sobre el cuerpo y sobre el síntoma resulta suficiente para el EJ trabajo con el uno por uno, con la singularidad de
médico. cada sujeto, es una de los ejes del psicoanálisis. ¿Cómo acce-
Dice Colette Soler: "Foucault, en su análisis de la psi- der al uno por uno?
quiatría clásica describe que el diagnóstico es un ordenamien-
Rosario Herrera Guido p lantea qL1e d movimiento de
to basado en la racionalidad que intenta hacer entrar el caso
la mirada a la escucha es la chwe del pas~jc de la psiquiatría
bingular en una especie general. ¿Cómo se produce esta ope- al psicoanálisis.
ración? Por medio de la mirada del médico, es decir que viene
de afuera, del otro, que busca enterarse de los signos de la en-
Diagnó.11tico psicoanalítico
Ccrmedad. No los signos <le ese sujeto, sino de la enfermedad,
reconstruida desde sus síntomas visibles"'
La clínica psicoanalítica proviene de la medicina, pero
logra distanciarse de ella. Freud aJ crear el psicoanálisis parte
1 Soler, c. (2009) Del diagnóstico en psicoanálisis. En La querella de los de las clasificaciones y los tipos clínicos de la psiquiatría de
ti/agnóstico. Buenos Aires: Letra viva
29 su época, pero no se contenta con generar una nueva clasifica-
30
ción, sino que su interés se cenlra en comprender las condicio-
nes de producción de las enfennedaclcs mentales. Se interroga o lo que cree, sacando conclusiones que impidan escuchar la
acerca de causación de los síntomas, construye y desarrulla particularidad de ese di~curso.

teorías para expl icar los modos de funcionamiento de. lo psí- Lacan define al diagnóstico como: •óel trab,\jo por el
quico. q ue el analista. se ubica en el campo transferencia( del paciente
Se va elaborando una teoría clínica propia del psi- para hacer posible desde a11i una manifestación más nítida de
coanálisis, diferente de las t eorías clínicas de la psiquiatrja y síntoma en tanto expresión de un saber inconsciente que con-
consecuemementc, se propone un abordaje pa1ticular de los cierne y divide al sujeto que lo padece"2•
pacientes, una terapéutica propia. El p adecer, el sufrimiento, la qu~ja que pueden apa-
Para llevar adelante esta terapéutica el psicoanalista se recer en el discurso del paciente tienen que interrogarse para
basa en la palahra del paciente. Quien conduce un tratamiento volverse síntoma. El sínloma, en un sentido psicoanalítico,
procura escuchar la palabra s ingular del paciente. ;,Qué cree puede pensarse como al go que no está de antemano, sino que
q ue le pa<sa? ¿Por qué cree que le pasa? ¿Con qué se relaciona hay que producir. Ese es uno de los resultados del proceso
lo que le pasa? ¿A qué se debe lo que le pasa? diagnóstico .
Estas preguntas apuntan a abrir un espacio para lapa- Aquí establecemos una distinción entre un síntoma
labra del sujeto. en el sentido de instalar interrogantes, que observable, y un síntoma analítico, "autodiagnosticado" que
se irán dcsplegru1do a lo lar go de entrevistas. l ,a fum:ión del es siempre tm efecto del tratamiento en el cual la subjetivi-
psicoanalista está vinculada a habilitar una pala bra y permitir dad tiene un lugar fund amental. Los sf ntomas expresan el
que e l Sl~jeto se pueda ir enconlrando en su decir con lo que le funcionamiento del inconsc.ientc de manera fragmentaria y
pasa. Que el sujeto pueda es<.:ucharse. desconocida parn el sujeto. A difer encia de la psiquiatría, la
Es imporumle ubica1· que, a partir de este despl~- implicación del sujeto es condición necesaria para la produc-
m iento de la mirada hacia la escucha que in1plica el psicoa- ción del diagnóstico. El proceso diagnóstico p sicoanalítico es
nálisis, podría caerse en una reprodt1cción, aJ1ora a nivel de complejo ya que requiere como condición de producción un
In palabra, del uso del diagnóstico en el sentido de un etique- espacio tran::;ferencial en eJ que la p alabra dd s ujeto acerca de
tnmiento. Intentar encontrar en el discurso del paciente, los su sufrirniento c.:obra un lugar central.
i,igno;:; de lo que " tiene" de manera lineal, general. No se Lrata
de catalogar, desde afuera. En este sentido, resul ta importante
que la escucha del a nalista no tienda a escuchar lo q ue ya sabe,
31 2 ~acan,. ~- _(1 964-1965¡ "El seminario 12" Problemas cruciales para el
fl1coana/1s1s, clase del 10 de junio de 1965. Inédito
1 ,1 dinica médica/ La clínica psicoanalítica
CLlNICA MF.t>lCA CLIJ\iICA
PSJCOA NALITICA
El texto de Jean Clavreul, El ordrm médico, desarrolla
d1krcntes cuestiones. Por un lado, denuncia y explica una rc- La persistencia o :ncMenni- lucert:dumhre doctri nal con
nación dd .,ufrirniento Jlevan respeclo a la medicina.
l 11•ión s ubordinada de los psicoanalistas frente a los médicos. DERlVAClON
a una derivación c:omo úlri- Trnta ck ~ceptar un segundo
/,11:{tiene que esta posición de suhordinación se debe a la difi- mo re.curso. Evidencia del lugar dcnlro del orden niédico,
1 11ILud, incluso para los psicoanalistas, de precisar la diferencia factor psíquiui. sin reconocer su é$peciticidad.

1• d valor propio que tiene el psicoanálisis al instalar u.na clíni- Diagnóstico de el iminación. Establee~ un diagnóstico posi-
1 11 diferente. Por otro lado, analiza el tema del diagnóstico, el Quedan fuera del discur- tivo: no se trata de vencer los
ENF KTt ,v lE -
so médi co, nr;-ojadas a. un síntomas sino de i:lterpretarlos.
vinculo paciente - médico/analista y la orientación de la cura. D:\DES
regislro imag inario que se
A continuación, se recuperan algunos ejes de análisis ME NTALES opone a lo real. T.as vuelve El psicoarnili, is cons tituye ,m
ü1~x is1.entes: (;Usted no ticn::: ";{:.'lcr ,obre lo inconsciente.
que plantea el kxto para establecer una comparación acerca
nada1; .
del lugar del diagnóstico en la clínica médica y la clínica psi- Estudia iu enfcnncdad )' la
rnanalíti ca. separn del bomhre.
No es decisiva en el esta- hs fundamental. ¿Qué es lo
bkcimiento de la rclad(m que motiva a alguien r, cons:J l-
mtdica. tar al p.,icoanalista?
Los molivos de consulta ,on El discurso del pa~i~nlt penni-
anecck\t:icos. te vincula, su vida aciual con
su hi~tnria infantil. bl deseo
inconscient.:: se ckspliega en la
enumeración de sus sín10mas,
sus angustia:;, ,us <le.sdichas.

3) 34
:--¡ 0 es un elemenlo ;:.scncia l Median•,:; la regla fumlarncnta l
ubicables en las categorías conocidas: neurosis- psicosis- per-
en la ¡;nic1ica médica. La c.:c ¡8 asociación Ebrc. E: sfnco-
1 \NSP E-
evolución ne la ~n1i:rmcclad rna aparee.e en el discurso que versión. Patologías de borde, trastornos borderline, trastornos
1 rll 1/\ depende tk que ,e siga el se produce en d cncuen1ro con narcicistas, patologías del acto y otros términos hablan de una
Lratanúc11tn. El méúico bus- el psicoanalis:a. produ¡;.ción teórica, una nueva conceptualización en tomo a
co información de di\'e:·s,1s Cualq11ier cos.i puede trnnsfor-
. ••
fuentes y decide en :unc1on inarsc en , il1toma de acuerdo la estructura que da cuenta de esta ten.sión. Otras corrientes
de criterios médicos. al dl·scurso dei paciente. Con e: afirman que, aunque la variedad clínica sea extensa, y existan
El saher está en el m6clico, In paso del tieJ11pn se c:, tabh:cen múltiples modos ele presentación de lo patológico, las coorde-
ignorancia en el r,acienlc. hechos sintomMico~.
nadas clásit:as del psicoanálisis resultan suficientes para esta-
Re.:~lablccer nn estado ante- La cco:ía psicoanalítica no es
1

blecer un diagn6stico.
rior. ur. cuerpo docnina.rio, sino un
1 JIRA 1.a medicina ,e enca.--ga del conjunto de pautas q11e pem1i- En este punto, retomamos la ideu de fom1aciones psi-
enfermo y se r"sponde n la :en escuchar al paciente. copatológicac; "porque delimita y también posibilita pensur un
demat1da con el ohjetivo Je El p~icoanálisi, 110 puede pro-
pnncr un modelo ide.:I, la cum
conjunto de fenómenos y problemas, y por lo tanto significa
suprL11irla.
/\daptació11a In snciedaJ. ln- solo puetl.: rcal iwrse con f¡,. una idea flexible y concordante con la el íníca actuaf"3
llucncio del 1i,é<liw para que participación act.iva del ana li- Con respecto a la utilidad del diagnóstico también hay
desaparezca lo enfermedad zantc.
distintas posiciones: algunas corrientes consideran que resul-
El motor de la cura ;;~ el ninn-
tenimienlo de la clemanda. ta inútil el uso del diagnóstico en psicoanálisis, incluso sería
El Jcvanramiento de los sinto- pernicioso en cuanto comporta un abuso del saber, es decir,
n;as viene "¡;or n~ndidura~. un saber puesto al servic io del control social, con el poder de
establecer cuáles serían las desviaciones morales. A esta ten-
,",cntidus vinculados al uso del diagnóstico ckncia se contrapone otra, "diagnosticista'·, es decir un abuso
cid uso de categorías diagnósticas, muchas veces demandadas
Los síntomas se van configurando de una manera difc- por los pacientes o utilizada-; en la vida cotidiana. í.a rotula-
1ente en cada época, carnhia.n, son históricos ya que su confi-
ci6n es uno de los oqjetivos del diugnóstico, pero si cobra w1a
g uración se produce según el contexto del discmso. El debate centralidad excesiva puede volverse un obstáculo.
t• 11 torno a la aparición de nuevas categorías sintomáticas 110 es Desde la perspectiva de los pacientes algunos podrán
nuevo, pero tiene un lugar importante en la actualidad. contar que estuvieron "investigando" acerca de eie1ta patolo-
Muchos analistas inventaron, crearon nuevas catego- gía que creen tener, e incluso llegan aJ tratamiento con una
tlas que permitían localizar aquellos pacientes que no er~; 3 Ve lá2q uez, D. Psicopatología y formaciones psicopatoló<sicas (o
formaciones clínicas)._Ficha de cátedra, Psicopatología. Carrera Trabajo
Social. UNLZ.
36
"Hace tiempo que en el campo de la salud mental exis-
définición diagnóstica desde una mirada externa: mayoritaria-
te una puja entre diversas fom1as de concebir el tras-
mente médica o educativa. Desde la perspectiva psicoanalí-
li ca se intentará interrogar este diagnóstico, escuchar de qué tomo psíguico y sus maneras de abordarlo. El propio

:-e trata para este sujeto esto que trae, así como se escuchan concepto ';salud mental" se mostró especialmente fruc-
otras cuestiones que traiga un sujeto al espacio del análisis. t ífero al erosionar las creencias y prejuicios con los que
Los diagnósticos pueden generar calma o, por el contrario, se abordaban los problemas del sufrimiento psíquico
nngustia o ansiedad. Pero seguramente la posibilidad de esta- por parte de la psiquiatría tradicional, generó un nuevo
blecer durante el tratamiento un diagnóstico que nombre ade- foco desde el cual abordar los problemas y éste era el '
cuadamente la enfermedad tendrá un efecto tranquilizador en de comprender los sufrimientos mentales del suj eto en
el sujeto. el conjun to de sus relaciones sociales. Es justamente
i\.hora, ¿cuál es la utilidad del diagnóstico para quien
esta relación en la q ue se piensan los problemas de la
conduce un tratamiento? Aquí aparece el diagnóstico como
salud mental, en el entrecruzamiento de lo individual y
una orientación, un norte. Es importante delimitar qué estruc-
lo colectivo la que ha entrado en c.risis en los últimos
tura sostiene al sujeto que consu1ta., pero también, es parte del
años a propósito de las re laciones entre lo rúblico y lo
diagnóstico definir la gravedad del cuadro. Coletk Soler plan-
privudo". 5
tea que "el diagnóstico es necesario, para saber si la persona
puede beneficiarse con el psicoanálisis y de qué modo . Por
otro lado, la construcción del diagnóstico delimita un campo Se transformaron las r rácticas y las concepciones so-
de intervención: qué recursos se pondrán en juego, a qué otros bre la enfermedad mental. Se amplían y complejizan las pro-
profesionales es necesario convocar, es decir que aparece la blemáticas del objeto de in tervención: desde una problemática
dimensión del cálculo sostenida en una dimensión ética. No m eramente individual, hacia una dimensión w lectiva.
se trabaja del mismo modo con todos los pacientes: pueden
delinearse indicaciones, orientaciones del trabajo analítico en Los sujetos sociales se encuentran atravesados por di-
función del diagnóstico"L.
versas prohlemálicas. Surgen nuevas demandas que invitan a
El rcco1ic de la enfermedad y el modo en que queda
ampliar la mirada y cuestionar las respuestas bajo la forma
definida, va variando a lo largo de la historia ya que se trata de
de prácticas psicoternpéuticas tradicionales. Sin embargo, el
una construcción social.
campo de la salud mental es complejo, y coexisten d iversos
4 Sole r, C. op.cit.
3í 5 Galende, E. ( 1998). De un horizonte incierto. Psicoanálisis y salud
mental en lo sociedad actual. Buenos Aires, Paidós.
38
discursos, prácticas, ideologías y miradas muchas veces con-
trad ictorias.

Para cada sujeto se tratará de ubicar con qué cuenta, es CAPÍTUJ,0 3


decir, del conjunto de recursos sociales disponibles qué se le PSTCOPATOLOGÍA V URGfi:l'\CJA SlJBJ1':TIVA
ofrece, qué es lo que ese sujeto particular precisa y con qué
recursos subj etivos cuenta para transitar lo que padece. Si continuamos con la concepción de una psicopalo-
logh,1 en c uestión o en tendida desde el psicl>análisis, podemos
situar que no hay paradigmas un iversale.s, sino que cada caso
es parad igmático. El diagnóstico, desde el p sicoan álisis, como
hemos visto, que.da comprendido no como un instrumento
descriptivo sino t.lcmostrativo de la radicalidad del sujeto del
inconsciente. r:I psicOalllilista opera con la singularidad, con
el cnso por caso, aún en aquellas presentaciones más ruertes
donde la cla.'lificación nosogrártca es tentadora por distintos
motivos (por ejemp lo, las pato logías graves en niños, como
el autismo o las d iscapacidades; las anorexias, toxicomanías,
adicciones u depresiones). Como enseñó Lacan, los iipos clí-
nicos no están construic.los con el m ismo afán clasificatorio
ckscriptivo e.le la psit¡uiatría, y tampoco podemos conducimos
con una rigidización, o idc:alización de las llamadas " estructu-
ras clfnicas". Vale recordar, como lo hace en un valiosn aporte
investigativo el autor ¡¡rgcntino Pablo :vluñoz, que las llamadas
" estructuras fre-udianas". no son nombradas así por e l propio
Freud (esto es sabido), pero tampoco son leídas exactamente
así por La can (esto no lo es tanto, y es e l aporte que nos acerca
esk: autor). Lo que sí puede pesquisarse en distintos puntos de
la obra de Lacan, es cómo los tipos clínicos revelan la presen-
cia de una estructura. Y así podemos hablar entonces de una
estructura en las psicosis, como tamb ién en las neurosis y en
las perversiones. Y de allí la lectura de este "esquema tripar-
41

39
tito". Así lo explica Muñoz (En "Psicopatología. En los des- 11 •11rse o viceversa, si bien no es exacto decir que la escuela
filaderos del significante". Editorial Brujas. Córdoba, 2018): 111glcsa lo afirme así sin más). Es decir, que toda mirada hecha
"La lectura lacaniana más clásica en la que las "estruc- 1 11 transferencia sobre la situación neurótica o psicótica de un
turas clínicas" no intersectan y no son combinables p111.: icnte, es siempre temporal, no invariante. Ya que no son
' 11ombres estancos, sino efectos del lenguaje sobre el sujeto
impide responder con la tesis del desencadenamiento
de una psicosis en el curso de una neurosis, o situando l111blante. Prosigue Muñoz, haciendo salvedades y diferencias
núcleos, o fragmentos, o partes de una psicosis en una , 0 11 lo que hemos señalado: "( ... ) tampoco responderemos con
neurosis o viceversa, como han hecho otras escuelas de 1•1 concepto de borderline, al que no le ahorramos críticas. Sin
psicoanálisis". (p. 11 O) 1•mbargo, borrar de un plumazo tantos añ.os de trabajo de los
111ós serios psicoanalistas que en el mundo han intentado abor-
Esta concepción, como veremos, es coincidente con la dnr teórica y clínicamente este problema, nos parece pecar de
que desarrollamos en este y otros trabajos ("Lo que Lacan y ignorancia". (p. 110)
Klein sabían def Otro", de nuestra autoría, y "Testimonios de Nos recuerda que Lacan no descalificaba a colegas
la transferencia", en coautoría con Florencia Casabella). En psicoanalistas que abordaban estos problemas, reconociendo
especial, Y tomando la vía en la cual Muñoz indica que es- un núcleo de verdad en la obra de Melanie Klein (en nuestro
tas intersecciones de neurosis y psicosis fueron desarrolladas desarrollo postulamos que es aún más que esto: muchos de
por otras escuelas del psicoanálisis, hemos demostrado cómo los postulados de Lacan están basados sin dudas en su lectura
la escuela inglesa, desde Melanie Klein hasta continuadores de Klein, y en muchos aspectos, por lo tanto, son desarrollos
como Bion, observan y establecen la continuidad entre neuro- convergentes. No nos explayaremos aquí sobre esto, ya que
sis Y psicosis con la descripción de las ansiedades de distinto es tratado en capítulos posteriores). Señala entonces Muñoz
tipo que aparecen en ambas entidades. Incluso, y así lo he- que Lacan: "Así, en varias oportunidades afirma que Melanie
mos trabajado, el aparente (y en algún momento sostenible) Klein era una excelente analista, pero teorizaba mal. Y si él
no posible pasaje de una estructura a otra en la teoría lacania- adoptó esta postura de respeto y cuidado por sus colegas es
na, puede ser relativizada en posteriores aportes de Lacan y porque entendió que había un núcleo de verdad en sus desa-
continuadores. En los que aparece un Lacan más ligado a una rrollos en tomo de los llamados "núcleos psicóticos de la per-
clínica continuista. (p. 11 O). Muñoz es un autor que también sonalidad" o los casos fronterizos" (p. 11 O)
sostiene que la clínica lacaniana es continuista (no en el sen- El debate actual sobre psicosis ordinaria y extraordina-
¿~do "inglés" de que un paciente puede ser neurótico y psico- ria (sin o con fenómenos elementales notorios o desencadena-
43
dos), actualiza justamente estos problemas teóricos y clínicos. Entonces, locura común ( de las neurosis, donde la
El problema de la continuidad y/o discontinuidad entre creencia está barrada, no es absoluta, y se presenta una pre-
neurosis Y psicosis ha convocado a los psicoanalistas desde gunta a construir o un texto a ser descifrado) o completa (en el
Freud, cuando éste, en sus primeros textos (los mencionados sentido de las formaciones clínicas psicóticas o símil psicóti-
"Las Neuropsicosis de defensa" y "Nuevas aportaciones a fas cas, donde predomina la certeza, la respuesta que llega antes
neuropsicosis de defensa"), habla de la psicosis que puede que la pregunta, o en el otro extremo, la vacilación total de
irrumpir en el curso de una neurosis histérica o mixta. la creencia en la despersonalización del yo); en estas oscila-
El mencionado M uñoz desarrolla este problema. Dice ciones, y siempre en transferencia, puede pensarse una psi-
así: copatología psicoanalítica, con las variantes de la perversión

"( .. .)es el binarismo psicosis-neurosis - el que exclu- (donde hay un guión en escena) y los pasajes al acto (donde

ye toda la clínica que otros psicoanalistas intentaron hay una salida de la escena). Cuestiones estas últimas, aun-

formalizar - con categorías ya citadas : "borderlines" que no sólo ellas, que nos acercan a la problemática del goce,
' como la expresión paradójica que el sujeto tiene de su síntoma
"personalidades narcisistas", "personalidades múlti-
ples", "personalidades como sí", etc. - dando lugar a o su posición. La otra satisfacción. Que no es estrictamente
la lógica de lo inclasificable ( ... ) porque no se logra corporal, aunque su expresión pueda ser en síntomas de la es-

saber d e qué lado del binario consignarlo. Y eso porque fera psíquica o física, o en prácticas compulsivas. Entendiendo

dichas categorías no presentan los síntomas tipo de la también que toda entrada en lo simbólico (en el desarrollo o

psicos is y la neurosis de la nosografía clásica" (p. 114) en el proceso analítico), comporta una pérdida de goce. De
hecho, la entrada en discurso, cualquiera sea éste, es un modo

La excesiva rigidización de estas clasificaciones puede de hacer con el goce, de acotamiento del mismo. De allí el

hacer olvidar o disociar tanto la singularidad en j uego, como efecto apaciguante de cualquier entrada en discurso analítico,

la transferencia bajo la cual estas miradas tienen algún sentido. cualquiera sea su dispositivo, como se ve en la problemática

Ya que es en transferencia donde se historizará la simboliza- de las urgencias, que veremos a continuación.

ción del suj eto, y que se vehiculi za en el diálogo de lo imagi-


nario. La clínica baj o transferencia es siempre en lazo al otro. La urgencia

Con sus version es singulares de la falta y las estructuras no en


Esta problemática o campo de la praxis no sólo invo-
un sentido entificado sino como evidenciables, presentes, en
los fenómenos. lucra al sostenimiento y fundamento de una práctica y unas
44 45
nir por oportunidades y operaciones, por una lectura en situa-
intervenciones de los psicólogos o psicoanalistas, sino tam-
ción y por "oportunidades de simbolización" ("Testimonios
bién las de los y las acompañantes terapéuticos, trabajadores
de la transferencia", Florencia Casabella y Diego Velázquez,
sociales, docentes de distintos niveles e integradores, terapis-
2019), más que por indicaciones canónicas.
tas ocupacionales, enfermeres, etc. Es que, al decir de Eric
Laurent, el psicoanalista es centro de " un enjambre de saberes Urgencia subjetiva
que lo rodean y que no tienen nada que ver con la clasificación
universitaria o con la clasificación de la ciencia... y ningún En efecto, por lo dicho es dable diferenciar la urgencia
recorte organizativo de los saberes de la civilización es sa- subjetiva de la descripción de los hechos. Ya que todo hecho lo
tisfactorio para lo que se tiene que sostener". Y esto implica es de discurso. La urgencia subjetiva no es la urgencia médica,
"aliarse con todos los que luchan dentro de la psiquiatría o que se resuelve con la sutura sintomática, con la medicación,
dentro de la Salud pública para construir estructuras menos con la estabilización biológica del paciente; todas instancias
crueles y esto supone tener una idea de los goces en juego en necesarias pero diferentes de la urgencia subjetiva. La locali-
las organizaciones y en su funcionamiento" (En "Posición del zación de la urgencia subjetiva, por lo tanto, es un hecho de
psicoanalista en el campo de la salud mental", Psicoanálisis y interpretación y de discurso y depende de quien la lee y de
Salud .!vienta!. Tres Haches, Buenos Aires, 2000.) quien la interpreta, no sólo de quien la emite como tal. Puede
localizarse allí donde la no simbolización se presenta Y el pa-
Aquí, más que en la ciencia del discurso universitario o
saje al acto amenaza con advenir.
discurso Amo de la ciencia, cabe pensar - con Rafael Paz - en
La urgencia subjetiva, es un lugar privilegiado para ve-
el psicoanálisis como ciencia de la experiencia del inconscien-
rificar la eficacia del psicoanálisis y sus efectos terapéuticos.
te.
Ya que podemos postular que la sola entrada en el marco del
Para esto, se requiere la :flexibilidad y la lectura propia
llamado discurso analítico, marca un corte con los efectos ofi-
del discurso analítico, ya que, en contextos como las guardias ciales (pero no oficiantes) de los otros tres discursos postula-
y urgencias, el trabajo con padres, el trabajo de distinta índole dos por Lacan, y produce de por sí un apaciguamiento de las
en las escuelas e instituciones, las intervenciones no son ni ansiedades y una restitución mínima de la dignidad humana.
pueden ser estandarizadas. Ya que son contextos de entrecru- La ética del psicoanálisis conduce a posponer los jui-
zamiento de discursos. Pues también se juegan allí las urgen- cios y a no anticiparse en la adjudicación o distribución del
cias de los propios profesionales, no sólo las de los pacientes. "bien" de los pacientes, entendiéndolo desde los valores del
En esos contextos habrá que tener en cuenta quiénes son los profesional.
actores en juego, cómo circula el poder, y así poder interve- 47
46
Al respecto, dice Inés Sotelo (Clínica de la urgencia, del trabajo de la transferencia que concierne a los dos partici-
2007, ICE Ediciones, Buenos Aires): "Cada profesional está pantes. Entiende Sotelo que en las instituciones encontramos
atravesado, por sus urgencias, por su historia, sus valores, sus analistas decididos que sostienen su práctica cotidianamente,
ideales( ... ) El problema surge si se interviene desde los pro- inventando sin estándares ni programas preestablecidos, pero
pios j uicios morales o de valor, y peor aún, si desde allí se con todo el rigor ético y dispuestos a lograr otra eficacia: efi-
trabaja desde el supuesto bien de los pacientes marginados, cacia en la subjetivación de la urgencia, en la lectura y loca-
adoptados, golpeados, abandonados ... " (p.41) lización del síntoma, en introducir una pausa que permita el
Sitúa esto en los contextos actuales, tan diversos y de- primer tratamiento del exceso de goce que irrumpe en la vida
safiantes: de un sujeto, muchas veces bajo la modalidad del acting out.
"(. .. ) las guardias y las admisiones suelen presentar Sucede que, como lo hemos planteado aquí y en otros
una encrucijada: la posición de quien llega tomado por trabajos junto a la autora Florencia Casabella (2019) la diver-
el exceso en el encuentro contingente con un analis- sidad de abordajes no depende de profesiones o profesionales,
ta. La dimensión de rechazo del inconsciente, silencio sino de su posición en la transferencia, fenómeno que excede
pulsional ligado a la pulsión de muerte y al goce por al consultorio. Como lo demuestra la función que ejercían (y
parte del sujeto y el buen encuentro con un analista de- en algunos lugares aún lo hacen) los médicos de pueblo. Es
cidido que no desaprovecha las oportunidades que se que la sola entrada en el discurso analítico produce un efecto
le presentan para que la urgencia se ponga a decir algo terapéutico. Por ejemplo, el apaciguamiento de los estados de
del sujeto en cuestión" (p. 85-86) pánico, la baja de la angustia, o la postergación de pasajes al
acto. Son efectos terapéuticos inmediatos de la entrada en el
Y concluye que la presencia del analista tendrá conse- discurso analítico.
cuencias para el paciente, en tanto no toma a la salud como un
bien a obtener ni el síntoma como un problema a solucionar: Urgencia y estructuras
"en todo caso tomará al síntoma como andamiaje significante
erigido alrededor de lo reprimido primordial( ...) El deseo del Aquí cabe otro modo de organizar la psicopatología.
analista es el concepto que posibilita otra salida( ... ) habrá que Así como existe una divisoria que separa neurosis y psicosis,
calcular entonces el manejo de la Transferencia" (p. 120). otra puede ser la que se postula entre fenómenos elementales
Así, las intervenciones (que pueden ser de distintos y formaciones del inconsciente.

i¡eradores ubicados en discurso analítico) operan por efecto 49


Los fenómenos elementales tienen un carácter neutro , Tema de vital importancia, ya que en este tipo de situa-
anideico, esto es sin carga afectiva y emocional, y no son a l'iones hay un empuje a ingresar en algún otro tipo de discurso,
priori causados por ninguna idea. Son fenómenos que no pue- rnmo el jurídico, punitivo, o médico, variantes del llamado
den ligarse con ninguna idea previa o dentro de la corriente discurso del Amo. Si bien se entiende que cada institución es
que el sujeto venía sosteniendo en su mundo habitual de pen- portadora de su discurso, y sus intervenciones tienen sentido
samiento. ,·nel contexto de sus coordenadas, quien está en posición ana-
Para Lacan estos fenómenos elementales dan cuenta 111 ica es portador y generador de efectos de discurso distintos.
de la estructura; aquí elemental quiere decir irreductible: no 1~s distinto en su relación con el saber: el analítico es el único
hacen cadena significativa con el w1iverso habitual del suje- de los discursos que no es oficial sino oficiante. Y el saber que
to, o al menos, se trata de otro tipo de cadena nueva. No son L'Slá en juego no es el saber médico o legal; es el saber no sabi-
conducibles a otra cosa que no sea la propia estructura, es de- do, el saber como lugar de lo imposible de ser sabido.
cir, la muestran. El delirio mismo es un fenómeno elemental. Esto hace que el psicoanálisis pueda ser eficaz en dis-
Clínicamente se observa una irrupción de lo real y el sujeto 1 i ntos tipos de intervenciones o contextos: ya que no tiene con-
queda involucrado; siente o mejor dicho tiene la certeza, de lraindicaciones a priori; si éstas aparecen serán en situación
que un mensaje inequívoco le es dirigido. De allí el carácter no según la escucha, la política y la estrategia del agente psicoa-
reductible, amenazante y angustiante que tiene (si entendemos m1lítico que opere. Y de esta manera su intervención puede
que aquí la angustia es de una cualidad y monto no habitual ni L'slar articulada con otras prácticas.
imaginable; es la ansiedad psicótica o paranoide que describe Por eso, para las urgencias subjetivas de la actualidad,
también la escuela inglesa). 1.·11 las que el corte del lazo social y el desabono del incons-
No obstante el carácter desbordante de estas ansieda- 1:icnte son lo prevalente, la presencia del discurso analítico en
des, algo se deposita en un agente analítico para que luego sus distintas operaciones y agentes, puede devolver algo allí
pueda ser puesto en un cifrado. A pesar de que el pasaje al acto donde la transferencia podrá advenir. Aquello que advendrá
o la ansiedad psicótica no simbolizada implica la ausencia de L'ntre un saber previo de la doxa y la singularidad del sujeto
pensamiento y del malentendido propio de las neurosis (sobre y su presentación urgente en el real de su experiencia. Y en
el que se puede realizar el trabajo de descifrado, imposible l'Ontextos posmodernos como el actual, el quiebre del lazo so-
en un primer momento en los casos más graves), algo podrá L'inl se expresa en las diversas patologías del acto, el ataque
ingresar en un cifrado en el discurso analítico. d<.! pánico, el insomnio, la angustia aparentemente inmotivada,
los depresiones en sus diversas formas, y las singularidades de
50 51
las adicciones o accesos maníacos. Allí el psicoanálisis tiene Todas estas presentaciones, entre nemosis y psicosis
siempre mucho que hacer y decir, ofreciendo otro lugar para más o menos graves, son aquellas donde el más allá del prin-
la escucha, allí donde opera "el paradigma borderline" (Yago cipio del placer es arrasado por el goce, alienado no al placer
Fi:anco, 2018). Prestar el cuerpo, intervenir en un acompaña- sino al dolor, a una satisfacción del dolor (la otra satisfacción),
miento, festejar un cumpleaños, alcanzar al paciente con un que dependiendo del monto y el despliegue puede conducir
auto, intercambiar mensajes y contenidos por redes, la conver- incluso a la muerte. Modos de evitar el encuentro con lacas-
sación, la invenc ión; desde todos esos lugares y tantos otros tración; modos de imposibilidad de construir esos andamiajes
que implican la presencia de un analista, se cifra el deseo 0
propios del campo del deseo. El actuar predomina al decir. Así
se sostiene en lo subjetivo, produciendo efectos siempre. Es lo marca Lacan en el Seminario 3: un delirio ha de ser juzgado
decir, operar también con lo imaginario, produciendo efectos como un campo de significación, de modo que la primera regla
simbólicos en lo real. de un buen interrogatorio, y de una buena investigación de la
La función del tiempo será aquí fundamental como psicosis, podrá ser la de dejar hablar el mayor tiempo posible
bien lo ilustra esta cita de J. A. Miller (en "La erótica d;l tiem- para luego "hacerse una idea".
po Y otros textos", Buenos Aires, Tres Haches, 2001 ). : Este es el momento "fecundo", que no puede entrar en
"Podemos situar esta experiencia del tiempo con nues- ninguna simbolización, y que luego podrá ser - o se intentará
tras categorías, y hasta hacer un paralelo temporal en- que pueda ser - recapturado para un trabajo analítico. En el
tre la manía y 1a melancolía. La manía en sentido psi- Seminario 6, también se postulará un momento fecundo para
quiátrico está enmarcada por la precipitación. Como la neurosis en el análisis (podemos pensarlo cómo esos acon-
si e l sujeto viviera un presente demasiado estrecho en tecimientos que muestran la estructura del sujeto en acto).
relación con lo que él tiene para decir, mientras que el Nos encontramos con un real pulsional que da cuenta
melancólico vive un presente demasiado largo. Pode- de la urgencia en las psicosis o en las situaciones de autolesión
mos decir que el melancólico, en sentido estricto, está o intento de suicidio (fenómenos que de todas maneras son
marcado por un presente que retroactúa ( ... ) para él, el transversales a distintas estructuras y formaciones clínicas). El
tiempo va del futuro al pasado ( ... ) eso es lo que da al pasaje al acto da cuenta de un estado especial de la angustia y
melancólico ese sentimiento especial de detención ( ... ) de lo real, por fuera de lo simbólico, todavía sin marco transfe-
e l maníaco vive un futuro veloz, un futuro en cierta rencia! y con la exigencia de un cifrado, ya que en principio no
manera, instantáneo" es cifrable. Está en relación con lo real y no es significable. A
diferencia del acting out que se da en un marco transferencia!.
52 53
Éste, por lo tanto, está dirigido a otro, es descifrable, inter-
pretable, pasible de ser puesto en el trabajo de descifrado más
propio de las neurosis. En general, la escucha y la entrada en
discurso analítico producirá un acotamiento del goce en juego;
PARTE2
ordena, hace borde, contiene lo disociado (en términos ingle-
ARTICULACIONES KLEIN - LACAN
ses). Por lo tanto, puede cambiar la posición del sujeto. Para
muchos, es escasa la oportunidad de encontrarse o reencon-
trarse con la dignidad y ser escuchado y causado de ese modo.

55
54
como en sus comienzos como psicoanalista. M ás tarde, ya en
Jnglaterra, obtendría ciudadanía sueca y luego británica.
CAPÍTL"LO 4 La Viena de lo s años de la Melanie nif'\a era un hervi-
Ri!.TORNO A KLll~IN
dero de ciencia y cultura, fue largamente estmfüwdo el contexto
de e¡;as coordenada.e:; centroeuropeas que dieron origen a tanto
l .a importancia y vigencia de :\-fehmie Klcin en la his-
toria <ld psicoanálisis, y la pertinencia e interc;s <le su articu- dcsan'Ollo científico, una de cuyas muestras es el propio Freud.
lación con Lacan, pueden ser apoyadas por esta expresión de Klein (cuyo nombre era Melanic Reizes; K lein es el
Jea11 Laplam:he : Apellido del que sería su marido por unos ai'los y padre de
''Así ocurre con Melanie Klein; más que desterrarla o sus tres hUos), se <lestacó desde n ifia y joven por su marcada
cxorcisarla, hagámosla trabajar, obliguemos a su pen- personali dad y vnriada curiosidad intelectual. Qu iso estudiar
samiento y a su obra a trabaj,1r. Entonces compnmde-
medicina, objetivo que nunca logró por las limitaciones im-
remos que el trab,üo de toda gran obra psicoanalít ica,
puestas por la vida fa.miliar, las circunstancias de ép oca y otros
coincide, se emrecruw, con el trabajo Je on·a obra.
Pienso 4ue, más allá de todo eclecticismo, nuestra épo- impedimentos . Este mismo hecho, el de no tener 1111 título pro-
ca <lehería dedicarse a ese trabajo, a esa intersección fesional, la ubicó en una posición ambigua frente a los círculos
paciente <le exigencias. Sea l'. ual fuere el punto <le par- psicoanalíticos en ]()s que sería una rcfon:nte: tenía la libertad
tida, todo trabajo de un pensamiento psicoanalítirn se y la creatividad ele una auténtica outs:ider y era blanco de los
encuentra con el trabajo de otro pensamiento, a condi- prejuicios diversos por ser muj er, divorciada y no profesional.
ción de q m: se trate de un verdadero pensamiento y de
)::.sto más allá ele la sospecha que representaba la osad ía dt:
un verdadero trnbajo. (En "¿Hay que quemar a Mela-
sus teorías, y el hecho (secreto a voces) de que sus primeras
nie Klein?" www.revistaaltcr.com, p.9)
t abundnntes conclusiones de sus observaci0nes y análisis de
Mdanie K lein es conocida como la fundadora de la 1üfios provenían del psicoanálisis sistemático de sus prop ios
escuela inglesa de psicoanalisis, pero en Inglaterra era una ex - Jiij os. Cuando comienza a ejercer el psicoanálisis de 1l.l11os y a
tranjera, una inmigrante, si bien fue invitada primero a t!nsei'iar 1.1scribir y presentar sus teorías, no era tan sencillo contar con
allí y luego a vivir, por la Sociedad Psicoanalítica Británica. 1naterial de análi sis de ni..5os, experiencia no tan difundida y
Ella hahía nacido en Vit:na (en 1882), y pasó paitc de su vida rún en sus comienzos en la década de 1920.
en Europa central, región con la que tuvo intensas experien-
Melaníc Kkin se acerca al psicoanál is is como pacien-
cias vitales y marcadas influencias, tamo en la vida familiar
57 te: era una joven que padecía de lo que se entendía como "en-
fJrmedades nerviosas". Hoy podríamos decir (gracias a, entre
5~
supervisión o control de los propios casos. Klein se convierte
" "'portes v descubrimientos de ella misma) que en analista de niños (al principio con el artilugio de analiLar a
, ,1, ,\S cosas, lo"
« •
. · . fue una persona
u1dccia de esludos depresivos y ansiosos. ., sus hijos, luego con su clientela propia), en base a los pocos
lo repr~senta tamb1en
,111rcada por durísimos duelos (e1 d ue ,.; . modelos de la época, como analistas que recibían niños en .su
los temas centra1es de s u es . tl· ·ai·r·ollo psieoanalít1co;
. . consulta con un afán pedagógico, educativo o moral. Y con él
1tH> de , d' d 1
, 1
' ntno veremos mas ade ante, runp l
r ando VJ profun 1zan o a objetivo de refrenar los impulsos si;xuales y agresivos que ya
. . fret1d·1ana) Estos duelos fueron la muerte de una el psicoanálísis admitía en los niños y niñas a ún muy peque-
, 11ncepc10n ·
. d d de amhus· la muc1te de su hcnnanu ños. La gran innovación de Kleiu fue trasladar los postulados
hl•rmana a temprana e ª ' ., .
&: • ·to y· coofidenk - siendo ambos Jovenes . de Freud al análisis de niños: sexualidad infantil, transleren-
1 manue l - su 1avon .
. . · d hiJ·o· sus contmuas eia, y asociación libre (que ella adaptará a través del juego en
separación y· d1vorc10; la muerte e un
,11 .
' . n r •
,nigraciones entre Austria, Hungría, Checoslovaquia, er m y la llamada Play Técnique; mucho más que 1ma técnica, como
1 ondres por razones profesionales y personales. señalan varios autores posteriores).
La capacidad dt: los niños de establecer transferencia es
una novedad de las teorías <le KJein; lo realmente vanguardista
1rnns-Fcrcncúa
es que no es una fommlación abstracta, sino extraída. comple-
Como psicoanalista su desarrollo comienza en Bu- tamente de la experiencia. Esto es algo que siempre marcó la
·t· all't sus estados nerviosos la llevan a la consulta del práctica y la ética analítica de Melanie Klein: la experitmcia
1
111pes . . • d
· as" m-'.1s presng1oso e crea la teoría y no a la inversa. ;-.;o practica una teoría, sino que
''\:specialista en enfermcdad es nervws . , . ~ . .
l lungría en esos días: el doctor Sandor f-erencz1, su ~nm~1 teoriza una práctica, aunque sea por rnomenlos ·'mal teorizc:1-
. ta rne11tor, •v a su vez él mismo el discípulo tavon-
t' tla" como decía Lacan.
1111a lIS ' ;
l de Frcud r., un analista y autor brillante y ,mticipado u su El clesm1·01lo que ponía a Budapest como la futura ca-
t1 v · · 1· l de
l' poca). Ferenczi advierte en ella un geruo especia.' ue~~ . pital del psicoanálisis (así lo creía Freud) se ve interrumpid1)
, . . 'f l . interesa en el ps1coanahs1s, por las circunstancias de la primera guerra mundial. Luego
iu) tiempo <le ar1ahs1s .v. e ame se ~ "
Impactada por la lectura de "La interpretación de los sue_nos de la ocupacic'm comunista de H1mgria, y el posu~rior clima y
. . . se clcdic:¡ue al estudio de prácticas antisemitas de la restauración conservadora húngara
d1• Freud. FcrencLt la a1icnta a que .
. , . - , , l O a que sea analista de mfíos. obligan a casi todos los analistas a m igrar y empezar de nuevo.
1,1 ps1colog1a de los nmos 1 neé>o
• a falta de un título de Klein lo hace en Berlín. Y es allí donde conoci;;, se analiza., y es
Klcin contaba, al cubo de un tiempo. .
• · Fr~u·l para convertir~ apadri nada por otro de los pioneros y principales discípulos de
doctora, con los pilares necesarios segun '- ' , 60
l.: en analista: el analisis personal, el estudio de la teona, y ;~
. ·ud: Karl Abraham. Para éste, el futuro del psicoanálisis era
11~ • Kl .
·1· . de nu·~1os , v, , por ende.· el t'uturo era ~-1elamc em. graves de esquizofrenia:. Teori7.a sobre los mecani smos de de-
l 1 ana 1s1s
fensa más primitivos (como el "splitting" o "escisión"). Esto
No se equivocó. . .
Con Abraham, Klein se analiza un mio y medio nasta abre lus vías posteriores y actuales que nos permiten pensar ~
que éste enferma y muere: un nuevo duelo. Los e~ectos perso- trabajar en una clínica de la escisión, más que - o no tan sólo
. do on Fercnca v /\.braham - en una clínica de la represión.
imles y teóricos de ha herse ana liza c .
..,on enonnes en el desarrollo ele Melanie. En 1946, ya avanzada su práctica y su obra - el men-
Las condiciones económicas y sociales de posguerra en cionado caso Dick se publica en 1930 - comienza una inves-
Herlín son conocidas: obligan a una nueva migración, ésta vez tigac ión muy importante sobre lo que llamó la '·posición es-
l\Inglaterra, donde, invitada por Ernest .Tones, Klcin c~núen:ta quizCrpuranoide'·, lo que la lleva a. planteal' la presencia del
n enseñar y luego se establece, produciendo un revulsrvo en el instinto de muerte en la clínica. Este concepto, introducido por
tranquilo ambjente psicoanalítico británico. f)el cual pronto Frcucl en 1920, había sido resistido y silenci ado por la mayoría
' t" de innovado- de los analistas de la época y los llarnados "posfreudianos'·.
será la líder a fuerza de una abundante prac ica,
ras teorías, éxitos terapéuticos novedosos y asombrosos (como Veremos la vigencia de esto en capítulos posteriores.
el famoso caso Dick, entre otros, que veremos), y de una gran Cuando Klein puso a discusión e imercambio sus ex-
capacidad política y de seducción. . periencias y observaciones sobre los esquizofrénicos y psi-
K\ein nunca se detuvo si tenía que contradecir y mo- cóticos graves tanto nií'íos wmo adultos, teorizó la posición
dificar las teorías de Freud si así se lo indicaba su experiencia esquizo--paranoitlc y dio preeminencia a la identificación pro-
con niños; Lampoco se amedrentó para enfrentar a A1ma f rel.1d yectiva. Expresó sus conclusiones en "Notas sobre algunos
(la única hija de Freuu que se dedico al psicoanálisis~ h:re- mecanismos esquizoides" de 1946. Trahajo que es base de mu-
dera supuesta de su legado) en las famosas "contro~~rs1:1~· .el: chos desarrollos posteriores de la Escuela Inglesa. Asimismo,
la década del 40, que las enfrentaban en la concepc1on clmtc postula una nueva concepción de la transferencia, lo que da
·. lid d · f: til en la sesión. Esta origen a su vc7. a una nueva visión de la w ntratransferencia
de la transferencia y la sexua a in an .
diferencia también la desarrollaremos rnús ade lante. . , alrededor de 1950 (seguida ésta por poskleinianos, ya que ella
Además de ser pionera en el dispositivo de ps1coana- no desarrolla ese concepto). Concepción también desarrolladn
1isis de nifios, y e11 la introducción de la Play Técnique (a la luego, como veremos. por una de sus principales discípulas.
que entendemos, como dijimos, como mucho más que unu T-Ianna Scgal, y por otros.
· dos muv
técnica), Mclanie Klein co111ieI1L.a a trabaJar con cua r c;1 El último y fundamental desano'llo de Kleín, "Enviditi
y gratitucf' Je 195 7, provocó pol6micas y con ellas el aleja-
62
111 1unto de varios analistas, como Winnicott y Paula Heimann,
y ia articulación de las escuelas francesa e inglesa, la envid'ÍJt
q1dcnes discrepaban con el carácter innato que Kleín atribuía a
es una idea fundamental. K.lein obviamente no es la primera
, 'In fuerza. Pero la postulación de la envidia primaria abre im-
que se ocupa de esta profunda emoción humana; en la lite-
pi>ttantes vías para pensar lo que desde la escuela francesa se
ratura psicoanalítica anterior a ella tampoco lo es, pero sí da
p11cde llamar lo Real. Veamos algunas de esas implicancias, ya
un enfoque original y novedoso, revulsivo, y que sienta ba-
q11c las relativas a las fundamentales posiciones "Depresiva"
ses para estudios posteriores y para la clínica. Su imp01tancia
y "Esquizo-paranoide", o al Edípo temprano, serán desarrolla-
para nuestros fines es que la envidia constit11ye para K.lein !:W
dl\S en otros capítulos.
m:tdeo de la subjetividad y su aparición es tempranfsima. De
I.a obra y la práctica de Klein, como la de los gran-
allí que más adelante ubicaremos a la envidia como el núcleo
des autores ele la historia, no sólo registra descubrimientos,
hTe_d_uctible no simbolizado del sujeto humano. De hecho, la,
sino que abre caminos. La concepción y tratamiento de los
ubica como el núcleo psicótico de la personalidad y abre las
tras tornos graves; la influencia de la cuestión libidínal y del
vías para pensar su presencia en la clínica de las psicosis (aun-
snclismo en los trastornos de aprendizaje; la relevancia de los
que también de las neurosis).
complejos de Edipo y castración y del superyó en las <listin-
¿Cuúl es el basamento de la envidia según Mclanic
lus formac iones clínicas y en fenómenos como la lectoescri-
Klein? La. 11bica como prim,uia; si bien este término admite
tura; la actualidad del aquí y ahora ele la transferencia para
discusiones. El bebé se relaciona con un primer objeto que es
ser pensadas en diferentes contextos; y, las/ bul not least, sus
la madre. En buenas condiciones, recibe amor, cuidado y el
ideas sobre la sexualidad femen ina, los aromas a matriarcado
alimento; la madre es el mundo, será Lambién mundo interio-
y matricidio que sobrevuelan su obra, y la ape11ura posible a la
rizado. Es fuente de todo lo bueno, pero también de lo malo:
~uestión femi1ústa, son sólo algunas de las semillas plantadas todo lo que da, produce en el o la bebé dos reacciones opues-
por \-1elanic Klein. tas: la que contiene la gratificación, la calma y el amor (lue-
go derivarán en la gratitud, emoción más compleja y base de
Envidia y Gratitud los objetos buenos) y la envidia, hostilidad basada en la proto
comprensión de que la fuente de alimento, amor y bienestar
Podrían puntuarse muchos con_ceptos como centrales se encuentra fuera de uno mismo. Klcin establece distinciones,
en la obra klciniana: es difícil de resumir, y nuestra idea aquí cuidadosas entre los conceptos interrelacionados de celos, en-
es sólo aportar aptmtes, no jerarquizados en un orden. En lo vi día y voracidad. La envidia primaria eslá relacionada con .el
relativo al tema de este libro, la simbolízadón y la experienc¡~ núcleo psicótico que _para Klein existe en lo más profundo de
cada sujeto.
64
La envidia, por eso, es más primitiva que los celos:
111 ge en una relación de objeto parcial y no está conectada con de escándalo hasta escozor ( ... ) no existe forma de resolver la
1111tt s ituación triangular; es puramente desti:uctiva y apunla al transferencia negativa, si no es a partir de la envidia que sienta
11hjolo de amor y admiración. Opera sobre todo mediante Ja el paciente a-Ia capacidad de analizar que tenga el psicoanalis-
1d1·11tificación proyectiva destmctiva. Recordemos aquí tam- ta ( ... ) tenemos aspectos destructivos, y ( ... ) si se considera la
l11~n la pertinencia de los con1plcjos familiares estudiados por idea de pulsión <le muerte, esto no resulta muy sorprendente".
1 ,,can y otra.s articulaciones posibles que se desarrollan luego. (p.174)
Los celos constituyen un sentimiento mucho más com- Llamamos a esto envidia primaria, y es así p0rque n..s,
pl ·jo y que implica una cierta elaboración del núcle,o psicó- es reactiva a alguna frusttación que se· le impone al sujeto, es,
111;(1, ya que pe1tenecen al tdángul-0 edípico; se basafl -en el un montante que aparece con el nacimiento (hay discusiones
111nor, y el odio hacia el rival es una consecuencia del amor sobre si se trata de algo innato, si es de la especie, si es consti-
el objeto del deseo. Celos i.J.nplica e:x:clusíón, terceridad;
11111' tucional, si es parte de las series complementarias). Y, la envi-
mientras c¡ue la envidia se relaciona con el impuls o de atacar o dia para Klein es primaria porque se dirige al objeto primario
dnl'lar aquel objeto que supuestamente lo tiene todo. Es bueno y no depende de la frustración.

Mu brayar que esto es supuesto, ya que como señala Lacan, la Este concepto de la envidia primaria, tan radical para
111vidia se da sobre. el goce totalízante que se le supone al olro el psicoanálisis cuando ella lo plantea (1957), produce el ale-

(como lo expone en el Seminario 11 ). jamiento de algunos segtúdores, entre ellos, como dijimos,

La voracidad también se diferencia de la envidia: con.- Winnicotl. Su idea <le la madre suficientemente huena choca

,iste en apoderarse de todas las riquezas del obj eto, más allá con este concepto klciniano; más bien para Klein esta madre

de la necesidad del sí mismo o ele las capacidades o voluntad también puede producir hostilidad por ser buena y fuente de lo

del o~jeto. Opern sobre todo fncdi~te int royección. El daño


bueno. Es decir, también hay madre suficientemente mala. Es
una gran intuición: lo bueno del otro puede ser dificil de so-
qu0 produce la voracidad es accidental ; en cambio, aa envidia
portar; para la clínica y para la vida cotidiana es muy útil este
posee como fin direclo el de deteriorar los atributos del obj et◊.
concepto, ya que la capacidad de sentir grati tud y de ale~rrarse
D ice Horaéio Etchegoyen (En "Afelanie Klein. Semi-
por lo bueno del otro es una capacidad no dada per se, hay
1wrios de introducción a su obra" de este autor y Luis Minu-
que alcanzarla y no todos pueden hacerlo. l:n análisis puede
~:hin): "Lo que a.firma Melaníe Kleín ( .. . ) os q.ue la envidia
conducir, a veces trabajosamente, a alcanzar esa emoción que
11ncc con la p ersonp. (.,.)es lógico que se dirija al objeto que
es la gratitud y que ¿sla prevalezca frente a la envidia.
1 i~ne todo, es decir, eLpecho de Ia madre. Esta idea causa des-
65
66
El primer objeto envidiado (envidia primaria), como .-,
Jijirnos, es el pecho materno. J,as marcas clínicas de la no ela- , ~·,,., dia, Y corrigió esto). Es ctistinto querer lo que otro tiene, qq_ e
boración de la envidia primaria, y del no paso a los celos (que querer que el oLro no lo tenga (aunque nosotros tampoco), y>
implican una estructura más compleja, de terceridad simbóli- . ~ querer la destrnccifo1 de lo bueno del otro porque no se sopor-
ca), tienen las más graves consecuencias psicopatol6gicas: es ta eso. Estas distinciones hac-en a la capacidad simboli:.am.te
el terreno de los trastornos psicóticos graves. En casos menos .de i.m paciente. Cuando predominan los rasgos esquizoides
extremos, esta envidia primaria es revivida en el análisis en la y paranoides, las defensas contra la envidia no pueden tener

siluación transferencia!, dando lugar por ejemplo a una reac- éxito, puesto que los ataques sobre el sujeto lo llevan u una
sensación de aumento de la persecución: la envidia excesiva
ci.ón terapéutica negativa. Y es que la envidia interfiere con la
causa dolor y angustia. En la situación psicoanalítica, si la en-
oradual formación del obieto buooo en la transferencia. Si el
o -
vidia escindida puede ser analizada e imegrnda, se enriquece
alimento y el objeto primario bue110s no pudieron ser acepta-
la relación. En este sentido, la envidia es proyectiva (la vora-
dos y a.similados en el estadio más temprano, esto se repite en
cidad es introyecti va, excede la necesidad de incorporar, es
d tratamiento, perjudicando el curso del análisis. destructiva también). Es dable señalar que estas no son sólo
La gratitud es una ele las emociones mas complejas e
especulaciones: Klein extrae esto de la clínica con niños y con
importantes: deriva de allí la capacidad parn amar,-y apreciar pacienle~ graves, y sienta bases para desarrollos psicoanalíti-
la bondad en los otros y en sí mismo. Es la base de la devoción cos (recordemos sino la referencia de Lacan a San Agustín en
hacia personas y cosas. Su raíz está, por lo tanto, en: lo más el Seminario 11). Si bien Klein fue con esto muy terminante y
ternprano. Esto implica la capacidad de aceptar y asimilar el abarcadora, psicoanalista::; ingleses posteriores (Bion, Meltzer,
objeto primario bueno (no sólo como fuenle de alimento), sin el argenti no Etchegoyen), especifican y aclaran la perLinencia
que la voracidad y la envidia ataquen. Nuevamente, esto puede de este descubrimiento psicoanalílico.
traducirse a tocias las edades y al análisis. La envidia excesiva,
al contrario, impide establecer la base para una personalidad Klein y Lacan: el superclásico bilingiie
integrada. Así, en casos graves, puede afectar la simbolización
y la percepción del mundo. Puede dañar el aparato perceptivo. J,a relación entre 1vklanic Klcin y Lacan fue muy pun-

Si hay una simbolización creciente, los celos reempla- tual: entre 1947 y 1951 (no se sahe si estaha Klein en la comu-
zarán en parte a la e.nvidia: los. celos adrñiten la -indasión ele niczición de Lacan, Some Reflections on the Ego, el 2 de mayo
de l 95 1 en Londres). Sus respectivas obras, desfasadas por
un tercero (Klei.n se enojó cuando en una traducción de sus
una generación, muesLrun que Klein fue impem1cable a las ín-
obras al francés se usó la rnisma palabra para celos Y em1; 68
1111vacioncs de f ,acan, pero éste propició con Klein una al ianza
ellos. El Doctor Lacan también me sugiere la importancia de
!vódca y política contra el annafreudismo y la psicología del
yo. Según Marie Claude Thomas ("Lacan, lector de lvfelanie que en el Congreso de Psiquiatría Infantil de este verano estu-
Klein", 2008), es patente en el caso de Argentina y Brasil, que viese representada la opción más innovadora en psicoanálisis,
lll teoría kleiníana preparó el terreno para la teoría lacaniana y que, por lo tanto, no debiera haberse elegido a A.nna Freud
con, correlativa y extrañamente, una evitación recíproca de como referente" (citado por Grosskurth, p. 395). Luego, se
klcinianos y l.acanianos (p. 46). A su vez en el Congreso de producirá el malentendido por el cual Lacan se ofrece a tradu-
i',urich de 1949 (que füc memorable por varias razones, entre cir al francés "El psicoanálisis de niños" de Klei.n, traducción
el las que Melanie Klein vuelve a ver a su hija \1elitta después q ue luego se demora (Lacan pierde el manuscrito) y termina
de mucho tiempo, a unque no se hablaron por estar enfrenta- siendo realizada por o tros colegas. Tiempo después Klein se
das) se produce una intersección Klein - Lacan. Es en este arrepiente de haberle confiado este trabajo, pero - afirma a los
Congreso que Lacan presenta su trabajo sobre el estadio del nuevos traductores - que por razones de esta alianza política
espejo. Un año antes, en Bruselas, Lacan había relacionado no podía negársela a Lacan.
las imágenes del cuerpo fragmentado con los objetos internos El superclásico hili ngüe está en march a.
de Klcin, y "durante muchos años en sus trabajos remitió a la
obra de Mclanie Klein en términos favorables. Los analistas
kleinianos contemporáneos rechazan toda afinidad entre las
ideas de Klein y las de Lacan" señala Phyllis Orossknrth en la
biografía ''Afelanie Klein. Su mundo y su obra,_. (p. 395). Fn
este nuestro trabajo y en otros - no mud10s - autores, pode-
mos intentar una perspectiva diferente.
Esta coincidencia de 1948 y 49 promueve varios mo-
vimientos. En una carta de K lein a Clifford Scott, ella afirma
que había discutido con Lacan la agenda ele ese Congreso, por
entender que este psiquiatra francés era influyente para hacer
llegar el psicoanálisis a los psiquiatras de su país. Allí Kleín
afinna: "Lacan es miembro de la Sociedad Psicoanalítica de
París; y, hasta donde puedo vislmnbrar, el más progresista de
69

70
CAPÍTULO(? a la de la neurosis clúslca, pueden dar una pista acerca de esa
SIMBOLIZACIÓN Y FORM.ACI.ONES CLÍNICAS variedad clínica que se p resenta bajo distintos modos, como
particulares formaciones clínicas, y que desafían el diagnós-
La clasificación psicoanalítica clásica ele Frcud, defini- tico rígido, o el diagnóstico a secas. Allí se pueden encontrar
da por Laplanche y Pontalis en el "Diccionario de psicoanáli- entre otras: las palologías del desvalimiento o vacío; los défi -
s;s" (1968/1981), im:luyó s ucesivamente primero la distinción cits d iversos; las somatizaciones o actuaciones; la clínica de
entre neurosis de defensa y neurosis actuales, con la inclusión los ataques de angustia; las inhibiciones sever-as; las distintas
posterior <le las neurosis narcisistas; finalmente se organizó fonnas de las depresiones; la ahulia: la snhreadaptación y la
(también para entender lo básico de algunas cuestiones clíni- normalidad patológica, o la deprivación (Donald Winnicott,
cas) en el esquema tripartito n'eurosis - psicosis - perversio- 1986/2004, en " El hogw; nuestro punw de partida"). Y demás
nes, según una lectura que se ha hecho ele Lacan. etcéteras que convocan a pensar en los cuadros fronterizos,
Hay una ven4ja en la observación de modos de fun- borderline, que muchas corrientes también proponen como
cionamiento mental, más que en una descripción de conductas una estructura propia, y no sólo como u na bolsa donde va a
clasificables por la observación externa, modalidad descripti- caer todo aquello que no es ni neurosis ni psicosis.
va que está hoy, por ejemplo, representada en el furor diagnós- T,a escuela psicoanalítica inglesa ha desarrollado di-
tico a través del uso de los man uales de psiquiatría estadouni- versas ideas en este sentido. T.a obra kleiniana se ocupa ep
denses. varios momentos de la idea de que las primeras ansiedadés
Además de todo lo antedicho, y después de avances y humanas, muy temprana<;, tienen el carácter que podemos en•
desarrollos de la teoría y la práctica clínica psicoanalítica, se contrar en los cuadros psicóticos infantiles o adultos, por la
puede pensar también en una cantidad de sujetos que pueden predominancia de una angustia de aniquilamiento, de despe-

ser entendidos como funcionando con una psiquis no homogé- dazamiento, terrorífica: Esto es terna de todo el artículo "El

nea. Y que, sin llegar a la desorganización de las psicosis, tam;- complejo de Edipo a la luz de las ansiedades tempranas", de
Mela.rúe K lei.n (1945il 986).
poco puéden set compt'endidos exclusivamente con los pará-
Esto permite a un continuador de Klein, \Vilfred Di◊T1,
metros clásicos que definen a las neurosis. Es decir, un apnrato
hablar de la parte psicótica de la personalidad (o personalidad
mental con aspectos neuróticos y otros no tanto (o dircctamen-
psicótica) y la parte neurótica. Pueden coexistir, con predomi-
Lc psicóticos); con interferencias de estructuras y la presencia
nancia de lo neurótico. Es decir, que un sujeto al que se podría
de corrientes de la vida psíquica que coexisten en el mismo
ver funcionar como un neurótico, puede contener dentro de sí
Htljeto. Estos sqjetos, con una constitución psíquica diferente 72
7l
aspectos psicóticos, aunque no sea un psicótico clínico, esqui-
arrojados mi madre deprimida y yo (. ..) ahora sé que
zofrénico o paranoico. Su traducción en la cl ínica puede verse
detrás de esas experiencias conscientes había angustias
en este tipo de neuróticos, aunque en todos po<lría observarse;
o en lo que Bion llama (en "Aprendiendo de la experiencia", psicóticas". (p.127)
1980/1997; o en "Seminarios clínicos y cuatro textos", 1992) En la experiencia clínica, vemos ejemplos similares a
psicosis limítrofe, es decir, un cuadro no manificstam.ente psi- este tipo de pasaje, con la aparición de figuras o situaciones te-
cótico. midas que no son racionales y que participan de la experiencia

Un aulor inglés contemporáneo, Rooert Young (2000), neurótica de muchos pacientes. La convocatoria a desplegar
en "La.fantasía y las angustias psicóticas", articulo compilado estos aspectos, y darles un nombre que los rescate de la inli-
por Burgoyne, B. y Sullivan, M. (2000) en "Los diálogos sobre midad rumiante del paciente o de su carácter innominable, es
Klein-Lacan", rastrea eómo en la infancia o en los recuerdos parte de la experiencia y el trabajo analíticos.
preconscientes de neuróticos, se hallan sensaciones de miedo
irracional, por ~jemplo a detem1inados personajes de una pelí- Simbolizaciún y oh.jeto en Klein y Lacan
cula o relato, a zonas oscuras de la casa, de un espacio natmal,
o a algunas expresiones o palabras que convocan algo poco Dice Freud en "Psicología de las masas y análisis del
domeñable (no completamente desestrncturante) pero cercano yo" (1921/1981) que al suj eto: "sólo muy pocas veces y bajo
ni terror. Propone la idea de que cualquiera puede rastrear este determinadas condiciones excepcionales Je es dado prescindir
tipo de sensaciones o re:cuerdos, que ayudan a comprender qué <le las relaciones del imlividuo con sus semejantes. En la vida
n, lu angustia psicótica, o las zonas psicóticas de la pcrsonali- anímica individual aparece integrado siempre, efectivamente,
d,,d. Dice en un pasaje muy vívido: "el otro", como modelo, ol~jeto, auxiliar o adversario, y de este
"Cuando yo era niño vi vía en una casona emplazada en modo, la psicología individual es al mismo tiempo y desde un
un gran terreno en una hondonada, amurallada y con principio psicología social, en un sentido amplio, pero plena-
una entrada en la que, además de pe1mdas cadenas, ha- mente justificado". (p. 2563)
bía una leyenda en hieno forjado: "DRIVERDALE". Al asumir esa idea, se puede sin más considerar que
No podía acercanne sin experimentar w1a angustia ín- lo no simbolizable tiene un plano relativo al psiquismo indi-
l~nsa. ( .. . ) No recuerdo ningún tiempo en el que esta vidual y un plano relativo al lazo socütl. Si es que luego de la
pu labra conjurara en mí la idea de un infierno indcs- afirmación citada de Freud pudieran diferenciarse ambos pla-
t I iplible, al que estábamos en inminente peligro de ser nos. Alg11nos autores (de inspiración francesa, como Todorov
73 en su 1:sl11d io de la comunicación en la conquista de México,
711
o Zizek) se han ocupado ele la articulación del yo y el otro En ese sentido señala Le Gaufey ("El objeto a de La-
que arma la matriz de lo social. Es decir, lo real que queda
can") que lo edípico aplasta singularmente, porque se sabe
como resto no simbolizado (tanto en lo psíquico individual
siempre dema.~iado pronto lo que quieren decir las palabras
como en lo social), sólo puede ser entendido a posteriori: des-
"madre" y "padre". Esto recuerda a algunos fragmentos clí-
de lo simbólico ya construido que en cada sujeto hace barre-
nicos <le supervisiones de Wilfred Bion ( continuador ptivile-
ra a lo real que insiste sin ser procesado. Un acontecimiento
es experimentado como "traumático" sólo cuando adviene un giado de Klein), quien solía interrumpir a s us supervísandos
espacio simbólico en el cual se inscribirá con el estatuto de preguntando por qué dice un paciente que es homosexual y
herida traumática. Y esto es tanto pensable para el psiquismo cómo es que lo sabe, o cómo sabe que es padre, o cómo sabe
individual como para lo no simbolizable ele lo social. Es in- que el que está allí es su analista; en definitiva, qué son esos
teresante acotar cómo, siguiendo esta linea en cuanto al lazo significantes (en términos lacanianos) sino otra cosa que sig-
social, se puede pensar en todas las dificultades para asimilar nificantes. O previniendo, como también hacía Bion, de los
lo inasimilable del otro, que están expresadas en el racismo en supuestos compartidos del sentido común entre paciente y
sus distintas fonnas de segregación del otro. analista (Seminarios clínicos y cuatr·o textos, 1992). Es decir,
Hay el:'.Itonces algo que no sopor.ta set representado: tal
lo que se sabe demasiado pronto aplasta la apertura simbólica.
la definición canónica del "objeto a'". Es siluable así en Lacau:
El objeto a no es un objeto imaginario ni simbólico ni
una manera de imaginarizar lo que sostiene al deseo cuando
real; se trata Je un elemento de la teoría apto para dcsam1ar
éste, al ponerse en marcha, se dirige hacia otra cosa. Este es
definitivamente. loda concepción esencialista de los objetos
el sentido por el cual los sujetos humanos no se encuentran
adaptados instintivamente a un objeto prefijado: no hay objeto para el psicoanálisis. Pirra el propio Lacan (1954-1955/2012)
en si; no hay objeto de la necesidad ni objeto del instinto en no hay posibilidad de lo simbólico, si no hay .pérdida de ob-
el humano. Tampoco, la di visión heredada del pensamiento jeto; nada fecundo le sucede al nombre sino por la mediación
cartesiano: sujeto - objdo. Es esa invención de Lacan, el ob~ ele una pérdida del objeto ("El Seminario, libro 2. El Yo en la
jeto a, lo que permite pensar no en 1.1na esencia de los objetos Teoría de Preud y en la Técnica Psicoanalítica").
adecuados para cada sujeto, sino en la c01itingcncia, en cómo Lacan operará una serie de diferenciaciones que culmi-
el objeto a constituye, arma un suj eto. A.si, no hay objeto "er1 narán en la producción del objeto a como real. En este sentido,
el mundo" sino para un sujeto. Una especie de intemo - ex- Jacques Alaín Mi Iler realiza aportes para pensar las formacio-
temo que también la escuela inglesa encuentra en el objeto o
nes psicopatológicas. J::nliende que en Freud no es visible en
fenómeno transicional winnicottiano.
primera instancia un mapa de las categorías clínicas: pasó por
75
cliforentcs conceptualizacioncs de los cuadros nosológicos,
76
esto ya se scitaló cuando se hizo referencia a Laplanche y Pon-
talis (1968/1981) y su Diccionaiio. Par.a Miller (en ''Lógicas sis (la conferencia citada de este autor es antigua en función
de la vida amorosa") Lacan, al contrario, pone orden en la de su posición actual, pero sirve para ejcmplilkar lo que: era
clinica de Frcud. Lo explica así: mostrado como una diferencia profunda entre Lacan y Klein).
"( ... ) el mapa se ordena, como un pequeño país. La can Entonces: presencia de ansiedades psicóticas en pacientes
es un poco el Haussmann - que reordenó París en el neuróticos o parte psicótica de la personalidad (escuela ingle-
siglo XIX - de la clínica de Freud; simplifica enorme- sa): y clínica continuista (escuela francesa). En ambas, con la
menle la clíniea de Freud. El sistema de la clínica de <lislinta teorización, se puede suponer la falla o los impasses
Lacan es simple, mucho más simple que la clínica que en la simbolización - cuanto menos parcialmente-.

nos proponen los anglosajones ( ... ) hay tres categorías Cnn las salvedades hechas respecto de estos temas pro-

clínicas: neurosis, psicosis y perversión ( ... ) no hay sigue así: "Se podrfrr hacer tl11 manual de clínica lacaniana a
,pattir de esto: la distinción estruclural de lres categorías y la
ningún continuum entre ellas. No se puede pasar de
asignación.a cada una de ellas de un mecanismo central.( ... )
una a otra: "He tenninado con mi neurosis, voy a ver
Es claro que el peligro de esto es tomar la clínjca de Lacan
un poco qué pasa con mi psicosis y después vuelvo ... "
como una clínica mecánica( ... ) inscribe una discontinuidad
Así se presentan a veces los casos anglosajones; oca-
( ... ) No hay en la clínica ningm1a causalidad mecánica. Tene-
sionalmente ellos creen haher curado psicosis" (p. 81 ).
mos, sí, una causa que llamamos a." (p. 82),
Así como en la subjetividad individual eslo puede to-
F.n lo que bace al ordenamiento de categorías clínicas,
mar la fonna de pasajes al acto, de fenómenos s ímil psicóticos,
se sostiene allí t!sa tliferencia. Así, continúa lVlillcr: "porque
e tc., en lo social puede hacerlo en manifestaciones de desin-
no hacen diferencia entre histeria y psicosis; como ::;i hubiera
tegración simbólica como el racismo, la xenofobia, los femi-
una puerta por dontle se pudiera circular ( ...) Cou Lacan, se
nicidios, el rechazo del ntrn, la no hospitalidad hacia el extra-
trata de estruct:ura: así como, en París, hay una y otra ribera del
ño, todas especies de actuaciones que excluyen la integración
Sena; y hay también una isla, en París, entre las dos riberas,
simbólica. Si lo real no articulable a lo simbólico no encuentra
allí podemos ubicar la isla de la perversión". (p. 82)
la representación adecuada en el psiquismo, aparecen estas
Pero desde la perspectiva de la clínica continuista de por.Ciones disociadas. La motorización de estos procesos da el
Lacan, el propio Miller, más actualmente, e8 un teórico tam- siguiente efecto: debe1ia encontrarse en el sem~jante, que es
bién continuista: postula como más integradas - o al menos fo.ente tanto de auxilio como de hostilidad, una identificación
no tajantemente separadas - las categorías neurosis y psico- de lo que es especularizable.
77 78
Veamos otra articulación contemporánea. Rafael Paz tinaces con la mod.elística referida al hebé, la micro~copí~
desarrolla la cuestión de lo no simholizable desde una pers- deletérea vincular psicótica o símil psicótica y lo lrabajahle
pectiva de resonancia inglesa, aunque el autor no puede ser operacionaltnente en el aquí y ahora de la sesión'', ugrega Paz.
reducido a un kleiniano. Así, en su libro "Cuestiones disputa- El trabajo sobre esto es detectable en incrementos simbólicos.
das. J!,n la Teoría y la Clínica Psicoanalíticas" (2008), recorre Señala: "No olvidemos que la acción envidiosa como identi-
distintos puntos centrales de la teoría y la praxis y las enmarca
ficac.ión proyectiva violenta arrastra consigo parte del aparato
y referencia en su teorización. Debe recordarse que aquello
ment.al, lo cual lleva de paso a un autodopaje que precave se-
que para Mclanie Klein y su escuela es lo no simbolizable en
cundariamente de las percepciones intolerables de valor en el
el psiquismo, puede asimilarse al llamado núcleo psicótico, o
otro". (p. 201)
más tardíamente en la teoría, a la envidia primaría. Dice Paz,
Se explica así que la envidia y la identificación pro-
haciendo referencia a estos restos no integrados: "( ... ) trazas
yéctiva violenta implican un ataque al aparato perceptual. Las
o núcleos psic.óticos como derivaciones düociadas de los pro-
a1~siedadcs son primordiales, universales, se pueden pesquisar
cesus primordiales. El trámite posterior de las mismas será
en los funcionamientos m.ás perturbados o en los disociados
variadísimo, y no fijan a priori ningún destino, pues se inscri-
ben en la complejidad de las neurosis infantiles y del adulto, de la experíene,ia del sujeto. De esa manera, se resitúa tantG

constituyendo los basamentos para las psicosis francas ulterio- el estatuto de las psicosis como también el modo de articula-

res ''. (p. 197) ción de-lo perverso. Esto úl timo, en el terreno del goce ligado
De este modo, Paz (2008) ubica cómo c1 núcleo al arbitrio sobre el cuerpo del otro y desde allí del propio, y
psicótico puede tener distintos intentos de tramitación,. aunque al decir de Paz se presentan estas ansiedades no procesadas,
con resto. Así. por ejemplo, en un extremo como el de las psi- en lo perverso: "desencajándose del pautado cultural en que
cosis, el efecto y la presencia de ese núcleo psicótico se obser- la simbólica compartida introduce y constriñe tales relacio-
va ';con registro insoportahle de diferencia que es anulado por nes de dominio". (p. 264). Si no se integra lo fragmentado,
la liquidación omnipotenle del o~jeto junio al aspecto de si persecutorio, amenazante y dañino para el aparato psíquico
perceptualmente implicado'' (p. 20 l ). Y es así como se incre- ("las expulsiones radicales y los fragmentos mínimos pero te-
menta en sucesivas reinscripciones y al impregnar conductas mibles"), coñstatamos secuelas en la capacidad de simbolizsi;-
habituales, en un intento por su simbolización. ción, y, por lo tanto, d~ lenguaje, pensamiento,..aprendi:¿ajes,
La centralidad de este concepto (núcleo psicótico) en
etc., condicionando el tránsito por el complejo de Edipo (que
el edificio klciniano "pennitc ligar experiencias dañinas per-
79 es finalmente un modo de defensa frente a la angustia real).
Sigue Paz: "Tengamos en cuenta que lo que retorna de ese
80
trato lo hace malamente, con lo cual el borde defensivo está
impregnado de ansiedad persecutoria" y lo hace por '\nlitting Esto no siempre puede encontrar alguna tramitación
fragmentante y reproyección" (p. 266). psíquica ya que no todos los materiales pueden entrar en la
Es decir que núcleos escindidos pueden o no estar pro- constitución "01úrica". Estos aspectos - al menos en nueslra
yectados y producir distintos efectos: Se trata de lo q ue está experiencia - son claves comunes en el psicoanálisis de Lacan
más allá del principio del placer. Estas no son, para nosotros, y Klein.
abstracciones o rarezas de cuadros que aparecen cada tanto,
sino que hacen pensar en las continuidades con las formacio -
nes clínicas más diversas (y menos graves) que immdan la
clínica y la vida cotidiana. Así, muy lejos de constituir algo
remoto, según Paz "bordea de continuo nuestra clínica, porque
así ocurre con la vida de todos los días" (p. 29 1). Esto es, hay
algo de la experiencia que no es abarcable. Así lo sostiene Paz
realizando una articulación:
"( ... ) la insistencia freudíana en el caos abismal del
ello es incompatible con una sistemática que preten-
diera agotarlo sin resto. A la vez que en la teoría madu-
ra se une a una interminabilidad del análisis y lo impo-
sible de nuestra profesión. Lo cual perdura en el modo
en que el trabajo de lo negativo se hall.\ en el e je de las
ideas de autores tan disímiles como Melanie Klein o
Lacan, por ejemplo. En la primera, por el papel asig-
nado al instinto de muerte, que deviene motor parado-
ja! de la existencia y por ende de la vida de fantasía,
al exasperar la contradicción interna: instinto de vida/
instinto de muerte. En el segundo, por lo irremisible-
mente perdido en el pasaje del cueq10 al significante".
(p. 298) 82
81
, r lo cual esperamos encontrarlo en el mismo sitio. Lo real es
CAPITUL06 /
\. . / ,
aquello a lo cual no le falta nada; si algo falta es porque una
EL DL"ELO, LO REAL Y LO SIMBOLICO
EN LACAN Y KLEIN ley - simbólica - indica que allí debería haber algo. Si algo
falta, falta en lo simbólico (Laean,. 1954- 1955/2012).
Luego de trabajar algunos textos contemporáneos,. aho- Por otro lado, en el Seminario 10 (1962- 196V2013),
ra tomaremos partes de los propios textos de Lacan y Klein. ya en otro contexto de su obra, Lacan desarrolla otro de los
Comenzaremos con Lacan. haciendo referencia a dos libros de constrnctos que nos ayudan a pensar el resto que resiste a la
"El Seminario": el 2 y el 10. En el primero (1 954-1955í2012) simbolización. Se trata del o bj eto a, sobre el que señala Lacan
hay algunos pasajes que permiten pensar e n las distintas mo- en el Seminario 1O: " El o bjeto a es aquella roca de laque habla
dulaciones y configuraciones que puede tomar (o no) lo real Freud, la reserva última irreductible de la libido ( ... ) lo irre-
no simbolizado. Veamos s i no este pasaje del Seminario 2, tm ductible de lo incógnito - no podemos decir lo incognoscible
el que sitúa a las reacciones psicosomáticas sugiriendo que es- puesto que hablamos de ello-" (p.12 l ).
tán fuera del registro de las constn1cciones neuróticas. Señala
También en el Seminario 10 Lacan puntualiza que an-
así Lacan que: "Se trata de ( ... ) lo que a veces hablamos y que,
tes del estadio del csp~jo, lo que será i(a) se encuentra en el
parn ser precisos, no podemos alcanzar y, sin cmbaJgo, no lo
desorden de los a minúscula que todavía no es cuestión de te-
olviden, está allí: les hablo de lo simbólico, de lo imaginario,
nerlos o no tenerlos. Describe una proliferación que reclierda
pero también está lo real. Las relaciones ps1cosomáticas se si-
a los obj etos fragmentados de la posición esquizoparanoide
túan a nivel de lo real." (p. 150).
de Klein. Este es para Lacan el verdadero sentido <lel Lérmi-
También es caracterizado lo real como aquello que es-
capa a una distinción o diforenciación entre una exterioridad no autoerotismo, ya que al sujeto en constitución le falta el sí

y una interioridad, reparando en que tal distinción no liene mismo, le falta una totalidad, que si hicn por estructura nunca
ningún sentido a nivel de lo real. Dice en ese seminario que alcanzará. Su incornpletud es más patente en esta época sin
"no tenemos ningún otro medio de aprehender lo reaJ - en to- palabras anterior a la unificación imaginaria idealizada del es-
dos los planos, y no sólo en el del conocimiento - si no es por tadio del espejo, y que marcará la entrada en lo simbólico y
intermedio de lo simbólico( .. .) Lo real carece absolutamente el campo del deseo. No es el mundo exterior lo que le falta al
de fisura". (p. 151) s~jeto, para Lacan; lo que le falta es uno mismo: aún no hay
En el mísmo seminario Lacan hat:e referencia a lo real sujeto allí. Dice:
como aquello que está siempre en el mismo lugar; aquello de "Aquí se inscribe la po sibilidad de este fantasma del
83
cuerpo despedazado que algunos d e ustedes han en -
84
contrado en los esquizofrénicos. Por otra parte_, esto
Retornando a Lacan, en el mismo seminario, se refiere
no nos pennite decidir el determinismo de este fantas-
a este estado marúaco, este estado más propio del campo del
ma ( ... ) lo que la madre del esquizofrénico articula de
goce y del registro de lo real, señalando que en la manía es
aquello que había si<lo parn ella su hijo en el momento
en que se encontraba en su vientre - nada más que un precisamente la no función de a lo que está tm juego, y no
cuerpo inversamente cómodo o molesto, o sea, la sub- simplemente su desconocimiento. En ella el sujeto no tiene "el
jctivación de a como puro real( . .. ) Esto es el a, el resto lastre de ningún a, lo cual lo entrega, sin posibilidad alguna a
aborrecido del Otro." (pp. 132-133). veces de liberarse, a la pura metonimia, infinita y lúdi ca, de la
cadena significante". (p. 363)
El objeto a es precisamente aquello que representa al
sujeto en su real irreduct ible. Aquí se sitúa una paradoja: se Melanie Klein, el duelo y las ansiedades
habla de lo real, se habla de a, en la teoría, se hipotetiza sobre
su presencia y ausencia, su aparición o sus efectos, y de esa En este apartado, se trabajará sobre una idea de Mela-
manera, se lo simboliza en la escritura teórica. Pero ¿dónde nie Klcin, de su obra "El duelo y su relación con los estados
se ve - si se ve - en la clínica y en la vida? A esto se intenta- maníaco depresivos" (1940/1988), para dejar planteada una
rá responder, con Lacan. En el mismo Seminario 1O, señala:
cuestión central. Dice Melanie Klein, sentando la posición que
"( ... )simboliza lo que, en la esfera <lel signiücante, se presen-
se tomará y luego se ampliará, que "cualquier dolor causado
ta siempre como perdido( ... ) Pero precisamente este desecho,
por experiencias dolorosas, cualquiera que sea su naturaleza,
esta caída ( ... ) es lo que acaba constituyendo el fundamento
tiene algo de común con el duelo y reactiva la posición depre-
en cuanto tal del sujeto deseante ( ... )"(p. 190).
iriva infantil". (p .293)
Es decir que esta pérdida es constitutiva y lanza al su-
jeto a lo simbólico. Esta dimensión rescata al incip iente sujeto Lo que no ha podido ser elaborado o integrado de la
del campo fragmentario del goce, lo que en términos de la posición esquizoparanoide, con su ansiedad psicótica desper-
escuela inglesa es la manía o la ansiedad persecutoria ele la tada por lo amenazante de la angustia de fragmentación, de
posición esquizoparanoide. Este es un tema que a su vez es la acción a pleno del instinto de muerte, y de la proliferación
caro a la perspectiva anglosajona: se puede pensar no sólo en de objetos parciales terroríficos, marcará el predominio de an-
lo maníaco de la posición esquizoparanoide, sino en la pérdida siedad persecutoria, proyección violenta y envidia primaria,
que estará asumida y será consliluti va lLtego de la posición de- y sus restos que pueden ser reactivados. En esto ve Klein la
presiva, con sus emociones de amor, culpa y reparación. diferencia entre el duelo normal y el duelo patológico, en la
85 posibilidad de elaboración de estas ansiedades tempranas: el
86
sujeto no está haciendo esto por primera vez, sino que a través
corno eslruclural, sea por procesos de forclusión o de duelos
del trabajo ele duelo está reinstalando un objeto, así como to-
de la vida- desde la perspectiva lacaniana-; sea desde la pers-
dos los objetos internos que siente haber perdido.
pectiva kleiniana, el duelo nunca es completo.
El duelo de la posición depresiva es el modelo: es como
Melanie Klein da varias pistas acerca de cómo piensa
un duelo primero, paradigma de todo duelo, de toda pétdida: ··
aquello que es de difícil tramitación en el psiquismo (o de im-
La buena daboración de este proceso en la posición depresi-
posible tramitación sin resto). En sus textQS canónicos sobre
va, es clave para la integración del yo y la adquisición misma
el duelo ("Contribución a la psicogénesis de los estados ma-
de la prueba de realidad. O sea, la futura (próxima, en Klein)
niaco-depresivos" de 1934, y ''El duelo y su relación con los
capacidad de formación de símbolos. El duelo es en Klein la
estados maníaco-depresivos" de 1940, incluidos en "Contri-
forma de teorizar la pérdida de objeto. Además del adelan-
buciones al psicoanálisis. Obras Complelu.l"', 1947), refuer:7.a
tamiento cronológico que le supone al Edipo, este complejo
su opinión - expresada también en textos anteriores suyos - de
es como un nuevo duelo. En efecto, el duelo de la posición
que todo niño experimenta ansiedades que son de contenido
depresiva tiene como consecuencia la aparición del Edipo a psicótico, y de que la neurosis infantil es el medio nonnal de
fin de paliar la angustia y de permitir superar la posición de- tratar y modificar estas ansiedades. Por eso, la formación del
presiva misma. El Edipo sería una estructuración siguiente a la superyó es temprana y tiene mayor centralidad que el Edipo.
de la posición depresiva, una especie de neurotización de ese Concluye Melanie Klein, por ejemplo, que los meca-
núcleo psicótico que se juega en la posición esquizoparanoide nismos obsesivos son una defensa contra las ansiedades para-
y sus angustias primitivas que buscarán modulación posterior. noides, tanto como medios de modificarlas. Y el duelo nonnal
En esk sentido, el yo precoz es una de las fomias de modular es un proceso en el cual se renuevan y reviven las tempranas
la angustia, siendo la producción del superyó prc::coz una de ansiedades. Lo amplía así en "El duelo y su relación con los
sus modulaciones. estados maníaco - depresivos" (1940i 1986): "( ... ) el sujeto
El duelo cuestiona al sistema significante en su conjun- instala dentro de sí el objeto amado perdido, no hace esto por
to, y es allí donde los ritos social.es se imponen como media- primera vez, sino que; a través de la labor de duelo reinstala
ción ante ese agujero imposible de colmar, haciendo ele este et ohjelo pei-dido tanro como los objetos internos amados que
modo coincidir la hiancia del duelo con la falta en lo simbó- s inlió que había perdido . De este modo recupera lo que había
lico. Pensemos sino en las difi.cultades - individuales o socia- lo~rnJo yu en la infancia." (p. 295)
les - que se originan cuando faltan esos ritos. Ese aguj ero de Puna Mt,.', lanic Klein, y esto recorre su ohra incluso de
la pérdida, sea por el real imposible de amarrar que aparece n11111t.lr11 1•t.:ilornilv11, la~ razones más profundas de la dificultad
87 kk
para c.fosarrollar un duelo, es la incapacidad de un sujeto para tahlecer o~jetos huenos internos y de sentir seguridad
vencer con éxito la posición depresiva infantil. El fracaso en en su mundo interno. Realmente, no vencieron nunca
este sentido tiene consecuencias clínicas concJetas: origina la posición depresiva infantil. En el duelo normal, sin
depresión, estados maníacos o directamente configuraciones
embargo, la posición depresiva temprana, que se ha re-
como la paranoia. ¿Córno lucha el psiquismo contra esto?
vivido con la pérdida del objeto amado, se modifica
Dice Klein que existen dos métodos por los que el yo intenta
una vez más y se vence por métodos similares a los que
escapar al sufrimiento, conectados con la posición depresiva:
usó el yo en la infancia." (pp. 300-301 ).
la huida hacia los objetos buenos intemos (que puede condu-
cir a una psicosis grave) y la huida hacia los objetos buenos
El duelo es, por ende, el proceso que, tanto en la nor-
extemos que hacen posible el vencimiento de la'-neurosis.
~--- ..... _ En
la clínica kleiniana, esto tiene su expresión. Las ansiedades malidad como en la patología, muestra la constatación clínica
primordiales son reactivadas,. aún en procesos normales como de que los núcleos tempranos resisten a la simbolización, y se
las neurosis adultas o el duelo normal. Así, señala Klein: integran en productos neuróticos que son su modulación. Esto
"Si en nuestros pacientes, el análisis disminuye la an- más allá de la psicopatología de los enclaves escindidos de
siedad por los padres internos, destructivos y persegui- esos núcleos, que tienen distintos destinos.
dores, se comprende que el odio y a su vez la ansiedad En "C:ontrihucián a la psicogénesis de los estados ma-
disminuyan, y que sean capaces de revisar su relación níaco depresivos" (193 4í1986) Melanie Klein continúa tra-
con los padres - vivos o muertos - y rehabilitarlos aún bajando la relación de este sadismo primitivo y el simbolis-
teniendo motivos de resentimiento.( .. .) Esto los capa- mo. Se observa la ubicación temprana y arcaica que atribuye
cita para experimentar emociones - pena, culpa y tris- a estos procesos: sadismo y defensas frente a las ansiedades.
teza, tanto como amor y confianza -, elaborar el duelo, Cuestiones que son el.aves para la futura capacidad simbólica
vencerlo (... ) La diferencia fundamental, entre el duelo del sujeto.
normal, por una pait e, y por la otra el duelo patológico
En sus primeros trabajos, Klein describe una fase del
y los estados maníaco-depresivos, es la siguiente: los
sadismo en su cúspide, por la que pasan los niños durante el
enfermos maníaco-depresivos y los sujetos que fraca-
primer afio de vida. En Jos primeros meses el 1út10 tiene impul-
san en el trab~jo de duelo, aunque las defensas puedan
sos sádicos dirigidos no sólo contra el pecho de su madre, s ino
diferir ampliamente una de otra, tienen en común el
no haber sido capaces, en su temprana infancia, de es-
tambié n contra el interior de su cuerpo; impulsos 1e vaciar su
89 contenido, de devorarlo y destruirlo "por todos los medios que
el sadismo puede sugerir. La evolución del niño pequeño está
90
gobernada por los mecanismos de introyección y proyección" "De acuerdo con Freud y Abraham, el proceso funda-
(p. 253). Desde el comienzo de la vida, para Klein, el yo inlro- mental ele la melancolía es la pérdida del obj eto amado.
vecta objetos buenos y malos, siendo el pecho ele la madre el La pérdida verdadera ele un o~jeto real, o alguna situa-
prototipo de ambos. ción similar que tenga el mismo significado, da por re-
A los objetos malos, que son los que el bebé imagi- sultado la instalación del objeto dentro del yo. Debido,
na que frustran o que lo a tacan, dice Klein que el nifio ios s in embargo, a un exceso de impulsos canibalísticos en
concibe como realmente peligrosos, como persegm·ctores ,9-11.ue el sujeto, esta introyección se malogra y la consecuen-
teme le hagan lo mismo que él proyectó. Y contra estos/ de- cia es In enfermedad ( ... ) el sadismo oral tiene un papel
fiende, como se señaló, por todos los medios que el saáismo predominante y según mi criterio constituye la base ele
puede imaginar. Indica Klein a este respecto que: "Uno de los la esquizofrenia ( ... )"(p. 255).
métodos ele defensa contra el miedo a los perseguidores, ya
sentidos en el mundo exkrno o ya internalizados (eventual- Como vemos, es sabidb que para Melanie Klein hay
mente después de la proyección sobre un objeto real), es el de una ampliación de la concepción del duelo: como elemento es-
la escotomización, la negación de la realidad psíquica; esto tmctural más allá de fo biográfico incJjvidual de la pél-dida de
puede llevar( ... ) a la negación de la realidad externa, forman- un ohjeto en el mundo externo (por ejemplo, la muerte de un
do la base de psicosis más graves" (p. 253 ). Es decir que, para ser querido). Ella se atribuye con razón ampliar la concepción
Klein, no sólo el exceso de sadismo o la intensidad y rigidez clásica de Freud y A braham (si bien hay referencias no ofi-
de las defensas conspiran contra el proceso de sim bolización, ciales ele Freud contrarias a sí mismo, en el sentido del duelo
sino que lo que se disocia puede vo.lver como persecutorio, o
como pérdida estructural que nunca se repone. Lo hace Freud
instalarse en el mundo interno como un enclave no simboliza- en una carta a Binswanger en 1929 luego de la muerte de su
do. Lo que forma la base del núcleo psicótico no simbolizado,
hija Sophie. Dehemos esta referencia a la investigación de la
que en este encuadre teórico equivale a la potencialidad de
autora :vfaría Martha Chaker en "El niño, el sujeto. Esrudios
psicopatología severa y angustias no moduladas. psicoanaliticos", 2020).
Klein recuerda que, en estos procesos tempranos, ya se
Para Klein, entonces, la :fij ación temprana a la madre
j uega junto a los avatares del sim hol ismo - y ligado con esto
no sólo tiene que ver con la dependencia, sino con la ansiedad
- la cuestión del duelo. Duelo que es una experiencia básica y,
y la culpa que genera el haber tenido impulsos destructivos
podría decirse, estructural para el sujeto humano. A l respecto,
hacia ella. Lo cual explicar{a la importancia del superyó tem-
en el mismo texto, sefi.ala que:
91 prano. La clínica de Klein, y sus observaciones,. junto a las de
92
otros analistas ingleses, la llevan a una conclusión: la influen-
La no simbolización y el agujero en lo real:
cia directa de los primeros procesos de introyección sobre el
el duelo en Lacan
desarrollo tanto normal como patológico es importantísima.
Por otra parte, en ,; El duelo y s11 relación con los estados ma-
El duelo es central también en Lacan, en relación con
niaco-depresivos" de 1940, va en el mismo sentí do. Allí, la
la simbolización. Se trata de una cuestión estrnctural de la sub-
maestra de la escuela inglesa, como resultado de su trabajo
jetividad, más allá de las vicisitude1; biográficas por las que
sobre la posición depresiva infantil, cree que es la central en
atraviese cada sujeto. Rl duelo es de orden estruclural v no
el desanollo de] niño. Ya que el niño en su desarrollo pasa por
sólo de orden d ínico. El sujeto no puede situarse en el deseo
estados maníaco depresivos.
sin la dimensión de la pérdida. Y se sabe que cuando se habla
Esto hace que se otorgue al duelo una dimensión cs- de castración se habla de algo del orden de un duelo que se
tmcturante, no sólo la de tma vicisitud clí11ica o hiográfica. ha realizado. En el campo descante se entra por un deseo no
Observemos sino este bello e intenso pasaje: "cualquier dolor realizado: ser el falo del on-o, y se sale con tm duelo realizado:
causado por experiencias dolorosas, cualquiera sea su natura- dejar de ser el falo. El duelo entonces es lo que permite entrar
leza, tiene algo de com(m con el duelo y reactiva la posición en la dimensión S'imbólica. Es dable recordar que en ocasión
depresiva infantil. El encuentro y la superación de la adversi- de trabajarse aquí el Seminario 1O de Lacan, "La angustia",
dad de cualquier especie ocasiona un trabajo mental similar al el maestro francés vuelve a referirse al duelo, destacando que
duelo" (p. 293). esta problemática está relacionada con la conceptualización
Y no deja esto de tener consecuencias clínicas para en- del objeto. Lacan introduce así el objeto a para dar cuenta del
contrar y resolver muchns situaciones ele ansiedad temprana objeto causa del deseo, objeto que no tiene estah1to ontoló-
"desconocidas anteriormente y que teórica y terapéuticamente gico o sustancial; no es un objeto adecuado al sttjeto huma-
son de tal importancia que quizás no la podamos valorar toda- no, ni complemtinLario; no es perteneciente al mundo externo,
vía. Creo tamhién que el pr?blema del duelo sólo puede ser to- sino que es el objeto que pone en movimiento el deseo. Es así
talmente comprendido, teniendo en cuenta estas situaciones ele como Lacan en un momento ava117ado de su obra encuentra
ansiedad temprana" (Klein, p.296). El fracaso en este sentido, que la etapa última del deseo está en relación con lo que llama

la imposibilidad de simbolización ele núcleos fuertemente es- "vacío", una causa no sabida en relación con el objeto a. En
cindidos "origina depresión, manía o paranoia" (p. 300), como efecto, el trabajo de duelo tendría como función permutar un
nccionnr ligado al acting-out y al pasaje al acto o a la ínhibí-
ya se ha especificado.
d ,'ln <·nrnc1crística del duelo patológico, por un accionar liga-
1>,1
93
do al deseo. Volver a sostener jubilosa la mirada especular~ese
lización posible, pero no posible de ser sustituido ni colmado.
es el trabajo del duelo que se desprende de los desarrollos de
Tampoco negado maiúacamenle, sin consecuencias clínicas
Lacan en el Seminario 10. Es posible retomar, de este modo,
severas. Ko hay salida posible del duelo sin que se pierda una-
la idea de Lacan acerca de que frente a la pérdida del o~jeto
parte de sí mismo.
amoroso - de ese otro que es para el Sl~jelo un ser esencial - el
La función del duelo para ambos aulores, como vemos,
orden simbólico se desordena, produciéndose un desequilibtip
'\ es estructural, y no sólo una presentación biográfica o clínica
y exigencia de rearn1ado en la estructura subjetiva, por lo que''-.
\\
de un sujeto.
se deberá hacer (si se puede), un trabajo de recomposición de
la trama signi:ficunle, que permita cubrir ese agujero insopor-
El simbolismo y lo simbólico. Lacardector de Klein.
lable del duelo.
Para Lacan el trabajo de duelo tendría como función
sustituir o superar esa dimensión maníaca ,SÓl:iti/Í/~0"'1~'11. a Tanto Melanic Klein como Lacan y las corrientes que
,.. I
trabajado ya aquí, y que está caracterizada por un accionar originan estos maestros, entienden esto: un psicoanálisis pue-

repetitivo, alocado y errante, que caracteriza al actin[.; out. El de ser pensado como el trabajo de integración o simboliza-
trabajo de simboliza<:.ión tendrá como efecto el reemplazo de cíón de restos. En efecto, para Lacan, lo simbólico es un orden
esa dimensión maníaca por un movimiento producto de la re- preexistente, aquello que como texto (escrito o no, dicho o
composición del orden significante, que permita re-inscribir la no) espera al ser humano por nacer y al sujeto por advenir.
pérdida corno falta. Esa falta pondrá en movimiento al sujeto Es aquel orden o registro por el cual existe una ley que ante-
psíquico, y si el camino es el de la simbolización, se promove- Cí.!de a cada sujeto individual y lo integra en una globalidad
rá en el sujeto el acceso a una posición de deseo. Para Lacau, 1, i11sti1uido preexistente y supra-indi\,idual. En cambio, para
en lo que respecta al duelo, la falta que provoca la pérdida de l( I ·in el simholismo (y no lo simbólico) es aquello a lo cual el
un objeto no es sustituible{en especial en el punto donde el sujeto deberá acceder mediante distintos progresos mentales u
sujeto fue causa del deseo para ese otro que ya no está, donde operacio1ies que sí aquí se podrían Ilamar de orden simbólico,
perdió su lugar de causa del desco_}f-'V-- aunque no es ésa la terminología que usa Klc.in. Ella hahla
De este modo, existe un punto irreductible, incurable, más, por cierto, del simbolismo que de lo simbólico. El basa-
ÍtTeversible en el duelo, en el que no habrá sustitución posible. mento de la teoría kleiniana, en ese sentido, no es lo simbólico
Aquí está el llamado "agujero en lo real", que conmueve toda sino lo emocional. La huida de los obj otos ansiógenos dará
la estructura si,mificame en torno a él forzando a una simbo- resultados paradoj a les: no 1.:~ lt1 hi'1 sqm.:da de fuentes de p lacer,
~ 95
es el comicn;,o dt 111, 111<,vi1nh·11lo 111cnlal de desplazamientos
96
que, tramitados en y por la fantasía inconsciente, dará curso a
las emociones siempre en relación con objetos. Es decir, hay
de la vida mental", 1957, donde más acentúa este punto de
un desplazamiento de unos objetos parciales originales hacia
vista) ( ... ) se abre esa brecha que nos permite pensar en un
otros nuevos. "En la meaida--e.i1 que estos objetos sustituyen a
'·, ser humano más desgaiTado, enfrentado a pérdidas definitivas,
los originarios (primero parciales y luego totales - personas -)
condenado a la finitud y a la mue1te" (p.76)
Klcin los considera símbolos, y habla así de la fuerte tenden-
En efecto, Melanie Klein, en sus últimos tra bajos, va
cia, constante en el nífio, a simbolizar" ("/'vfelanie Klein. Cie- acercándose a la noción de inoompletud, de carencia por la
rre y apertura", Elsa .M. del Valle Echegaray, 1999, p. 308). totalidad soñada, "remitiéndose a nuevas perspectivas que la
Todo esto tiene que ver con las condiciones de pai1ida acercan a aquellos autores que hacen del narcisismo y sus vi-
del sujeto humano: hay una ligazón primitiva con la madre, la cisitudes el ~je de sus teorías, e incluso a la noción de falta en
deuda alimentaria (Zafiropoulos, 2002), y esa unidad prenatal Lacan." (Elsa Echegaray, p. 81).
y de los primeros meses con la madre, tiene sus efectos y no Sj la envidia es excesiva, se verán las fallas en la sim-
puede mantenerse en el tiempo; está destinada a una ruptura. boliiación y, por lo tanto, las inhibiciones, Jos prohlemas en
Salvo en situaciones graves como por ejemplo la de las psico- el aprendizaje u otras consecuencias clínicas más severas. De
sis simbióticas infantiles. allí la importancia de la integración como meta analítica, cues-
De hecho, no se puede recapturar plenamente la perdi- tión retomada por autores poskleinianos como Wilfred Bion o
Donald Meltzer (Los diálogos sobre Klein-Lacan, Bmgoyne,
da unión prenatal con la madre, es decir, hay aspectos del suje-
R. y Sullivan, comps., 2000). Para Klein e l análisis debe pro-
to q ue siempre quedarán por fuera de una integración. Los au-
ponerse la recaptura de lo disociado, ya que todo aquello es
tores de Ia escuela inglesa siempre se ocuparon de recalcar que
núcleo de ansiedades infantiles psicóticas. Lo que no tomaba
la salud mental no es la ausencia de todos los conflictos (algo
el psicoanálisis de su época (el análisis de las ansiedades psi-
imposible pero que, paradojalmente, de existir, representaría
cóticas, ya que se consideraba que no debían ser interpretadas
una posición maníaca). Por el contrario, el sujeto se enriquece
para no caer en el peligro de producir una psicosis), ella sí lo
y fortalece en el dominio de los conOictos y ansiedades, y en
toma. Descubre que el progreso de un psicoanálisis consiste
esto se basa la evolución mental. Esta cita del mismo trabajo
precisamente en interpretar la ansiedad más aguda, fuera ésta
de Elsa del Valle Echegaray (1999) lo confirma y ademús lo de carácter neurótico o psicótico.
anicula con Lacan, ya que para Klein "las ansiedades y con- La lectura que el propio Lacan hace de Melanie Klein
flictos se renuevan y reavivan a lo largo de toda la. vida( ... ) es central para entender algunas construcciones teóricas como
la elabomción nunca es rotal (es en "Sobre el funcionamiento las relativas al estadio del espejo. Así lo vemos en la abarca-
. 97 98
tiva y original obra de Marie Claude Thomas, "Lcu.,,an, lec- (p. 40). Así, se puede pesquisar en Lacan que el momento de
tor de 1\,felanie Kleín. Com;ficuencias para el 'psicoanálisis la aprehensión del orden simbólico y la metáfora, se puede co-
de niños"' (2008). Se trata de una articulación seria y pottmle rrelacionar con la fase depresiva desciipta por Melanic Klcin.
acerca de las dos escuefas;1:r¡~ allá <le la que de primera mano Este es otro punto de articulacióo fundamental: cómo
el propio Lacan realiza en sus scminari os. En este sentido, son ambos consideran, con terminologías distintas, que hacia la
de destacar las referencias presentes en el libro 6 de El Sem i- mitad del primer año de vida se opera un cierre, un abrocha-
nario, "El deseo y su in1'~111retación", donde a grandes rasgos miento (si las cosas marchan bien), que constituye una ope-
Lacan (1958-1959!20 14) reitera algunas cuesliones que realza ración psíquica fundante de la subjetividad. En efecto, se tra-
de la teoría y clínica kleinianas. Por ejemplo, e l simboiismo ta del esLadio del espejo en Lacan y la posición depresiva en
puesto en juego a partir de las palabras e interpretaciones de Klein, que coinciden cro11ológica y lógicamente. Son la co-
Ja propia Klein en el trab~jo analítico, para crear una instan- ronación modificada, y simbolizada a posteriori, de la etapa
primitiva de las fantasías del cuerpo fragmentado. Cuestiones
cia simbólica más que para interpretarla (en el caso Dick, por
posteriores, como el complejo de castración, pueden ser ins-
ejemplo); y el carácter fragmentado de los objetos que ace-
criptas en esta lógica: la fantasía de castración sería la secue-
chan en la posición esquizoparanoide, que equivale lógica y
la de la serie de las fantasías del cuerpo fragmentado, como
cronológicamente al comienzo del estadio del espejo. Lo tra-
Melanie Klein lo comprendió y describió bajo el nombre de
baja La.can en una totalidad donde se respira la.admiración y la
fase esquizoparanoide. Es el "maniquí heleródito" o muñeca
coincidencia en cuanto a ese mundo prcverhal y arcaico des-
barroca que evoca Lacan en su trabajo sohre los complejos
cripto por Klein. Lo p1imero que se destaca en la lectura que
familiares. También se extiende la coincidencia en relación al
Lacan hace de Kle~n, es la conjunción y el paralelo entre las
Edipo, y al superyó temprano como aii iculador universal. Y
imagos del cuerpo fragmentado (Lacan) y los objetos internos
todo ese mundo fragrncntado de los primeros seis meses de
(Klein). Esta primera correlación es situada en la obra laca- vida. Así lo señala Thomas: "con Melanie Kleín, Lacan va a
niana anterior a 1953 . Así .habla Mari e Claude Thomas (2008) proponer una interpretación que va má5 all á del complejo pro-
de algunas perspectívas de Lacan a este respecto: "Veremos piamente edípico: la fantasía de castración está precedida por
entonces, a lo largo de algunas sesiones de su enseñanza, ( ... ) toda una serie ele fantasías de despedazamiento( ... ) Toda la
cómo se tejieron literalmente, a partir de, y con las nociones panoplia kleiniana del sadismo y de la represalia está di cha ahí
de fonnación del símbolo y de objetos interiorizados, los con- ( ... ) Lacan, para pensar el complejo de castración, no retoma
ceptos principales de significante, de falo, de objeto parcial y las cosas en el nivel de la diferencia de los sexos, sino efecti-
de fantasía; cómo es evocada Melanie Klein en sus escritos" vamente en lo que Melanie Klcin descubrió" (pp. 82-83) .
99
100
Es decir, la madre del deseo hace surgir a la madre
del goce mortífero. Esa madre arcaica había sido descripta malos'' van a emplazar un interior, no del cuerpo, sino de un
por 11:felanie Klein como la fi gura del superyó primitiv,o. Por mun<lo de símbolos, de signos - allí donde la imagen real v
/
lo tanto, la articulación entre ambos se extiende al campo de la imagen virtual se acomodan - y un exterior, a condición d~
/
Edipo y castración; Lacan introdujo entonces co~ Melanie que el sujeto tenga un lugar, tenga un pun to de vista en el sim-
Klein modificaciones notables en estas concepciones, junto bólico, el de su nombre, es decir. aquél donde él mismo, su-
a la centralidad del superyó temprano. La. universalidad que jeto, p uede estar ausente o presente" (p. 106). El punto donde
Freud asignó al Edipo, puede deducirse que tanto Lacan como el sujeto se sitúa, Jo ubica a su vez en un orden, ya simbólico.
Klein se la concedieron al superyó temprano como operador Hay una di\'isión que ordena el mundo: el sadismo primitivo
universal de Ja. subjetividad (se puede ver ampliamente articu- que parte a los objetos y da la base para la construcción de un
lado por Markos Zafiropoulos, 2002, en "Lacan y las ciencias ordenamiento de presencia-ausencia o de inremo-extemo en
sociales. La declinación del padre (1938-1953)"). De esto se correlación con lo introyectado y lo proyectado; en principio
desprende la consecuencia psicopatológica.: los restos no sim- precario. Desde ese ángulo, l .acan interroga el caso Dick: en el
boli7.ados que se expresa11 en el simbolismo parcelario de las Seminario J.

adicciones o los pasajes al acto, los fenó menos psicosomáti- Así, la pérdida del objeto, no es solamente su ausencia
cos, los de tipo psicótico, o lo no integrado de las neurosis, constatada obj etivamente, su pérdida en la reLtlidad externa. Es
en la forma de retomo de restos que se ubican por fuera. de también la destrucción del o~jeto por el sadismo (Klein) 0 su
una simbolización. Todos estos funcionamientos o fenómenos asesinato por la paJabra (lacan). Es decir que la pérdida O des-
dan cuenta <le presencia de lo real; no en vano son co tejados trucción de] o~jeto, da lugar al comienzo de la simbolización.
con esas excitaciones que recuerdan a los restos maniacos que Ese "mu ndo primitivo" se constata en lo maníaco de
escapan a la integración, modo en que lo explica la escuela in- w1a falsa coincidencia con el ideal o en lo persecutorio de un
glesa. Como ya se ha señalado, el núcleo no simbolizado. para ideal amenazante. Las sem~jam.as de este mundo descripto
ambas corrientes, se expresa en la noción de objeto malo, que por Klcin con la dinámica del estadio del espejo de Lacan,
Lacan retoma de Klein. son notables. Se observa tam hién esto en la reflexión de Tiw-
Esto es lo simbólico : nace sobre e~e mm1do arcaico. mas: ''¡,qué es lo que determinu, para Lacan, y en sus términos,
"Hay entonces la proyección de un movimiento de discurso, la importancia de la ' 'fa.se depresiva" kleiniana? El objeto del
de un discurso sobre una época sin palabra, cosa que Lacan deseo, el seno, o~jeto metonímico(. ..) está tomado en un mo-
afinna" (p. 89), nos señala. Thomas. Dice: "Esos "objetos mento en que nace la aclividad de una metáfora." (p. 198).
• 101
~~tonces, esta dinámica está presente en lo temprano y en la
clínica: "Este advenimiento real del sujeto, sin simbolización ticula; no se trata de una destreza técnica; opera "como oficio
se atrapa, en la cura, en la transferencia, se recupera, se en- de la metáfora, como oficina, laboratorio de la simbolización"
gancha, en y por la fantas ía, en una puesta en escena o en (Thomus, p. 278). Así, las teorías no son superadoras de otra
delirio, que puede también ser una obra de arle o un juego. tradición psicoanalítica, sino que, por el contrario, muestran
Y efectivamente, llevamos los efectos de la Play 1hchnique cómo las dificultades principales del psicoanálisis en una y en
hasta ese nivel." (p. Ú2). El psicoanálisis de nifios es siempre otrn escuela son, ele alguna mtmera, las mismas.
evocado. Y Jo que para Lacan es la csu·uctura significante, para
Melanie K.lein es "la madre": continente de todos los obje-
tos fantaseados. En ese mundo fragmentado, lo ansiógeno y
enigmático del objeto interno malo es aquello sobre lo cual se
deberá desanollar la integración y simbolización posibles. La
co1Telación del campo de La Cosa freudiana, el objeto interno
kleiniano y el objeto a lacaniano, y sus desplazamientos, dan
cuenta de este aspecto. De allí proviene y se explica el carácter
que tienen de malos estos objetos. En esta línea puede postu-
larse que la cura, según Lacan, sería de cierto modo una per-
turbación del duelo; y para Klein, la elaboración de los duelos
de la posición depresiva infantil: el fin de la cura en sí mismo
es un duelo. ::.Jo es de extrañar entonces t¡ue las emociones
asociadas al duelo reaparezcan al finalizar un análisis.
Es destacable que Lacan reconoció que para varias
contribuciones suyas (estadio del espejo, fantasma del cuer-
po fragmentado, duelo como paradigma, objeto a), fueron
fundamentales aportes ingleses como el de objeto parcial y
objeto malo klcinianos, y el objeto transicional wínnicottia-
no. Melanie Klein demostró con sus descubrimientos que el
stüeto está dividido y su realidad es simbólica. Con Lacan se
puede sostener lo mismo. Por ejemplo, el juego conecta y ar-
103
104
, /,,.- -.
CAPITULO?
LOS Nl~OSVIRNEN llE PARÍS
(CON ESCALA EN J,ONDRES)
El Caso Dick de M.elanie Klcin

La escue la inglesa de psicoamiJisis Luvo desde su ori-


gen un perfil muy autónomo, en especial desde el punlo <le
PARTF.3
vista teórico. De buena relación política con Freud, los pri-
meros representantes de esta incipiente escuela en la década
NUEVAS ARTICULACIONES de 1920, realizan un impulso muy fuerte desde lo leórico y
KLEI.'.'l - LACA~ práctico con h1 llegada ele una ü1migrante, una outsider en todo
sentido como lo es Melanie Klein. Las innovaciones que ella
propondrá darán un impulso inédito a la joven disciplina, tm
empujón casi tan fuerte como el inaugural de Freud. Podemos
dcc:.ir con Kristeva, que Mclanie es la madre del psicoanálisis.
En Lodos estos sentidos, además de en lo referido a las
tradiciones y rivalidades europeas, Gran 13relaña es, en todo,
una isla, y en el psicoanálisis también. Así es como tambi1:n se
expresa en el lenguaje común. La ampliación del campo prác-
tico del psicoaJ1álisis a los niños y a los psicóticos, también
liga al psicoanálisis inglés (más tank también al francés) a
esos pacientes que también se encontraban aislados.
En este sentido, las islas que signi fican los ni:ños gra-
ves, son lambién en principio un elemento importa;nte den-
tro de la naciente escuela klciniana. Allí, en el pai-atligmático
"caso Dick" de Mclanie Klein, y su estudio poswrior por otros,
autores, está la discusión de si incluir o no los autisn os entre
1
estos casos graves a considerar tratables. Y si bien eÍ!l. el mo-
\ 107

105
niño una vez en su consulta,junto al padre, no hay juguetes, no
mento en que Melanie Klein analiza a Dick no está instalado
hay juegos, sólo unas palabras del Profesor al niño; palabras
aún el término o concepto de autismo (había sido introducido
que no podemos dejar de valorar desde el punto de vista de su
por Bleuler pero lo conceptualizará Leo Kanner 16 años des-
efecto simbólico y simbolizante (quizás también él le enchufa
pués del caso Dick), una discusión posterior a la intervención
al niño el mito edípico, podríamos decir parafraseando lo que
y teorización de Klein es si Dick era un niño autista. La auda-
Lacan dijo de Klein con Dick).
cia de Klein para considerar tratable por el psicoanálisis a este En ese sentido Melanie Klein sí es la primera en supo-
niño tan particular, más allá de las consideraciones teóricas ner que se puede analizar a un niño de la misma manera que
o diagnósticas, hace de ella una excepción. En especial des- analizaba Freud: con las herramientas y postulados de la tras-
de este punto de vista de incluir en el psicoanálisis los casos ferencia, la sexualidad infantil, el inconsciente y la asociación
de niños graves, es donde la obra de Melanie Klein represen- libre. Haciendo en esta última una modificación técnica, que
ta una isla. Y que el psicoanálisis inglés es también de algún explicamos dentro de unas líneas. Melanie Klein consideraba,
modo una isla, y el continente es Francia, está expresado en frente a la posición de Anna Freud, otra pionera, que el niño
que Lacan cita muchísimas veces a Klein en los seminarios tiene todas las de la ley para ser analizado. Se desprende así de
(para el tema que nos ocupa, el 1, pero también el 6 y otros), una posición pedagógica del análisis del niño, postulado que
y en la obra de Klein Lacan no está citado ni una vez (no así sostenía Anna Freud, para quien el niño debía ser en primer
en la de Winnicott). De ahí también el carácter autónomo del término, reeducado.
psicoanáli sis inglés. La modificación técnica de la asociación libre es la
llamada Técnica del juego. Como señalaran varios autores
Dick, como sabemos, es un niño de 4 años (ubiqué-
franceses, como Eric Laurent, Jean Laplanche o Marie Clau-
monos en 1929, es importante decirlo porque aún estaba en
de Thomas, esto es mucho más que una técnica. Es una posi-
camino de establecerse un dispositivo específico para el psi-
ción ética frente a los niños: estos son sujetos de análisis, de
coanálisis de niños). Melanie Klein no es la primera pero sí
transferencia. Así lo entiende Laplanche: "( ... ) esta cuestión
una de las primeras en disponer un dispositivo específico para va más allá de un puro problema de técnica( ... ) es que el
ver a los niños en una sesión. Recordemos que Freud había juego en el análisis pasa a ser otra cosa que el juego observado
atendido a un niño en un psicoanálisis, el famoso caso Juanito objetivamente; se convierte en el equivalente de un discurso
con las particularidades conocidas; lo hace a través del padre (. ..) de simbolización: en el análisis, el juego pasa a dirigirse
del niño, indicándole a éste tomar notas de las conductas y di- al analista". (En "¿Hay que quemar a Melanie Klein?" www.
chos diarios del pequeño y a través de este material el propio revistaalter.com ,p.3)
Freud interpretar o indicar algunas cuestiones. Sólo lo ve al 109
108
cura de un autismo o niño grave, hace 90 años, como un hito a
Esta " técnica" incluye disponer en el consultorio unos
tener en cuenta para el tratamiento de chicos graves.
juguetes sencillos; por ejemplo, material para dibujar, masa,
autitos, muñecos de figuras humanas, animalitos, y poco más. Esto produjo muchas preguntas en la historia posterior

Esta indicación es muy precisa, y sostenible hoy en día (más del psicoanálisis acerca de cómo aparece un niño con estas
allá de que podemos - según los estilos personales del ana- características - psicotizado o autistizado - y sale neurotiza-
lista de niñes - incluir materiales de juego que el niño o niña do menos de un año después (reiteramos, esquematizando un
trae o que surgen en sesión). Se sostiene este material sencillo poco .. . pero quizás no tanto). Esta es la pregunta que también
dado que en principio propicia la mayor proyección del mun- se hace luego Lacan: cómo t e n e ~ o diferente un tiem-
do interno del niño, ya que es un material inespecífico, no pre po después, qué es lo que hizo Klein.
armado. Quizás la excepción (que funda una nueva regla: la Melanie Klein, si bien era una analista aparentemente
de atender niños graves) la hace Klein en su técnica habitual. muy estricta, que seguía preceptos ortodoxos, en este caso y
Como dice ella misma, en este caso modifica su técnica: inter- en su escritura posterior, declara haber modificado su técnica.
preta de otra manera - que veremos - y espera al niño en una Ella esperaba la aparición de material simbólico para realizar
-de las primeras sesiones con los trencitos dispuestos, ya que sus interpretaciones, al menos así describía ella su procedi-
sabía de este único interés de Dick por los trenes. miento habitual. Pero aquí dice haber hecho lo contrario: co-
En este contexto, Klein recibe a un chico de 4 años, mienza a interpretar desde la primera sesión. Al decir de La-
bastante grave, del cual hoy podríamos discutir si se trata de can, le enchufa el simbolismo con total brutalidad. Siguiendo
una psicosis infantil o un autismo. Describe la primera sesión los postulados acerca del interés prioritario y excluyente del
mostrando a Dick como un niño que no era agresivo, pero sí niño por el interior del cuerpo de la madre, con el consecuente
alguien completamente aislado que aparece, en ese primer sadismo primitivo que en la fantasía lo penetra y explora para
contacto, sin lenguaje, sin ningún tipo de afectividad, sin nin- apropiarse de sus contenidos. Este sadismo primitivo será la
gún tipo de emocionalidad y sin aparente contacto con los base de la curiosidad por el mundo de los objetos~por el mun-
otros humanós. do exterior, y será el insumo que - desplazado de lo real del
Klein dice que en esa primera sesión ella es para él un cuerpo matero e ingresado el sujeto en lo simbólico - permi-.
mueble más, ya que el niño presentaba una total indiferencia tirá la exploración de la realidad y del mundo y los futuros
hacia todo lo que lo rodeaba. Y empezando por el final, podría- rendimientos emocionales e intelectuales, el aprendizaje y la
mos decir - esquematizando un poco - que al cabo de menos relación con los otros.
de un año sale de allí un niño "neurotizado'1• Así, tenemos una 111
11 O
acerca de la madre y el padre real, simbólico e imaginario.
_Klein supone en Dick estas constelaciones, y así lo si-
Concepciones a nuestro juicio convergentes y que nos permi-
gue por sus primeros desplazamientos físicos dentro del con-
ten una amplitud para el trabajo con niños, que nos despega
sultorio, dando sentido a todos los movimientos del pequeño.
de cuáles son las figuras externas (reales o imaginarias) que
Acompaña esto con palabras, describiendo e interpretando lo
están presentes en la vida del niño y nos da la posibilidad de
que para ella sucedía cuando, por ejemplo, Dick se encierra en
constatar el plano simbólico de estas :figuras y sus efectos. Así
un ropero y ella le dice "Dick está entrando en mamita oscu-
es como en una familia uniparental (por ejemplo, una madre
ra". Esto no es sólo una interpretación - salvaje o no; acertada
que vive sola con su niña) puede haber efectos de entrada en
o no - sino una manera de entender lo que es un niño y sus po-
lo simbólico sin la necesidad de que haya allí un señor que
sibilidades de simbolizar, a través del eje de la transferencia.
rellene el álbum de :figuritas del Edipo. Como por ejemplo se
Recordemos que una de las principales diferencias en-
creía hace años cuando el "hijo de padres separados" era de
tre el psicoanálisis de Klein y la noción analítico-pedagógica
por sí portador de un diagnóstico, porque en la casa no vivía
derAnna Freud, consistía en la concepción de la transferencia.
un padre. Y como constatamos a la inversa, en casos de niños
Para Anna Freud, en una posición que rescata una versión ca-
graves, los personajes de la foto pueden estar todos: madre,
nónica y algo limitada de la transferencia en Freud, la misma
padre, hermanos, y aún así algo no se anudó en lo simbólico.
es la reedición de los impulsos vividos en la primera infancia
Puede hacerse extensivo esto a cualquier formación nueva que
hacia los padres y revividos en la relación con el analista.
va tomando la institución familia (uniparental, con padres del
En cambio, Melanie Klein entendía que el niño o niña,
mismo sexo, etc. Donde esto, según nuestra experiencia, lejos
por vivir una realidad desdoblada, ya puede establecer transfe-
de ser el motivo de consulta es un dato biográfico más).
rencia con el analista a una edad muy temprana, por ejemplo,
Volvamos al inaugural caso Dick.
a los dos años de edad. En efecto, Klein distinguía la madre
Se producen algunos movimientos en las primeras se-
externa de la interna, siendo esta última la introyección que
siones, en las que Dick puede reconocer a Klein y empezar a
hace el niño de una figura fantaseada, por lo cual, a una madre
establecer una relación; lo cual en sí mismo tiene un efecto
muy dura o estricta, puede corresponder una figura interna con
simbolizante y terapéutico. En ese espacio, se producen esas
otros matices, y viceversa, ya que el procesamiento interior
míticas frases, que toman a través de la historia un sentido
por la fantasía hace que no se pueda decir aquí que "madre
poético, como la que quedará para siempre en la historia del
hay una sola". Por lo menos hay dos: interna y externa. Se-
psicoanálisis y sobre la cual se han hecho tantos debates y
cundariamente se podrá decir lo mismo del padre, y aquí en-
conjeturas. En efecto, Dick, en su desinterés por el mundo,
contramos un interesante puente con el desarrollo de Lacan 113
112
ejemplo que Klein le decía que la vida es triste o lo consolaba
tenía, no obstante, cierto interés por los trenes, y al tomar dos
abrazándolo. Sobre algunas de las interpretaciones que ella le
trencitos de juguete de la caja de juegos dispuesta por Klein,
hizo, y que figuran en sus textos, Dick afirma que hoy en día,
y hacerlos andar y chocar entre sí, Melanie enuncia la histó-
si la volviera a ver le diría: "Melanie, te has pasado".
rica frase: "Tren pequeño Dick, tren grande papá". Frase que
Las mejoras y los avatares de este tratamiento están
emociona por su simpleza, su valor y significación que excede
sintetizadas en el canónico texto de Klein sobre la formación
las paredes de ese consultorio de la Europa de 1929. Si en-
de símbolos que referiremos a continuación. Klein vuelve a
tendemos que el comienzo de un orden si~bólico está dado
ver a Dick cuando éste era aiolescente, pero de esto no hay
por la distinción de al menos dos lugares, allí tenemos una
tantas referencias. Cabe señala~ a propia Klein quizás no
primera organización, o intento de ordenamiento de un mundo
quiso abundar en detalles biográficos del paciente, ya que se
simbólico-. Donde un tren no es sólo una cosa, así como en el
supone que era hijo de una pareja de analistas colegas de ella.
Fort Da Freud nos enseñó que no se trataba sólo de un niño
De allí la sola y escueta referencia a la "falta de afecto de la
arrojando antojadizamente un objeto.
madre" y a un episodio de inanición en los primeros meses del
La distinción de la propia Klein como un sujeto, y por
niño, pero no mucho más.
lo tanto de Dick como otro sujeto, también está dada en otra de
las míticas frases pronunciadas en esos primeros momentos,
"La importancia de la formación de símbolos en el desa-
cuando Dick dice: "Poor Nlrs. Klein" ("Pobre señora Klein")
rrollo del yo", de 1930: punto de partida y de articulación
habilitando en la cadena simbólica la dimensión del sadismo ,
la agresividad, la culpa y la reparación; dimensiones luego tan
Este desarrollo de Klein, que está expresado en este
caras al universo kleiniano.
mítico y aún hoy asombroso caso Dick (también incluido en
En la biografía de Melanie Klein escrita por Phillys
"Contribuciones al psicoanálisis. Obras Completas", 1947),
Grosskurth (Melanie Klein, su mundo y su obra, 1986/ 1990)
conlleva ya en su título una dimensión que lo hace fundamen-
se entrevista a Dick ya adulto. La primera impresión es que se
tal y articulable con desarrollos posteriores del psicoanálisis,
trata obviamente de un hombre neurótico, y lo que señala la
en especial con los lacanianos.
autora es que Dick, contrariamente a lo que se podría esperar,
Véase sino este desarrollo en el que Klein parece in-
es muy dicharachero. Tiene algunos recuerdos del tratamiento
dicar dónde se sitúa lo no simbolizable: tiene su origen en el
1·(·11 li zndo con Klein; no tiene memoria de algunos de los histó-
exceso de sadismo que despierta angustia y moviliza los me-
1'1('0Hd irhos o netos de su analista, pero sí de algunos detalles
canismos de defensa más primitivos del yo. Lo describe de
qlll' IH> q11eduron inmortalizados en ningún texto como por 115
1111 ,
las tentativas del niño por reencontrar en todos los objetos sus
manera clínica, a partir de sus observaciones derivadas de los
propios órganos y las funciones de éstos. Dice Klein:
análisis que ella condujo. Con ese fundamento, desarrolla que
"( ... ) junto al interés libidinoso, es la angustia que sur-
la primera defensa impuesta por el yo está en relación con dos
ge en la fase descrita la que pone en marcha el meca-
fuentes de peligro: el propio sadismo del sujeto y el objeto que nismo de identificación. .Como el niño d,esea destruir
es atacado. Estas son para Klein defensas muy intensas, ya los órganos (pene - vagma - pecho) que\ epresentan
que luchan a su vez contra fuerzas muy violentas. La defensa, los objetos, comienza a temer a estos últimos. Esta an-
en correlación con el grado de sadismo, es de carácter vio- gustia contribuye a que equipare dichos órganos con
lento y difiere fundamentalmente del ulterior mecanismo de otras cosas; debido a esa equiparación éstas a su vez, se
represión. Se trata de defensas más primitivas, como la esci- convierten en objetos de angustia. Y así el niño se sien-
sión, la expulsión y la identificación proyectiva más primaria te constantemente impulsado a hacer nuevas ecuacio-
y violenta, que hacen a la posición esquizoparanoide y que nes que constituyen la base de su interés en los nuevos
están presentes de manera moderada en la depresiva junto a la objetos, y del simbolismo." (p. 21 O)
aparición de nuevas defensas. Ya que cabe aquí recordar que
las posiciones implican ansiedades y defensas propias de cada El simbolismo es el fundamento de la fantasía y sobre
él se construye también la relación del sujeto con el mundo
una.
exterior y con la realidad. El objeto del sadismo en su punto
En relación con el sadismo del sujeto, la defensa impli-
culminante - y el impulso epistemofílico que surge junto con
ca expulsión, mientras que en relación con el objeto atacado
él - es el cuerpo materno con sus contenidos fantaseados. Por
implica destrucción. Lo explica así Klein en el texto referido:
lo tanto, para Klein, a medida que el yo va evolucionando,
el sadismo se convierte en una fuente de peligro porque ofrece
se establece "a partir de esa realidad irreal, una verdadera re-
ocasión para la liberación de angustia, y "De este modo, el lación con la realidad" (p. 21 1). Es decir que la realidad, la
íntegro yo no desarrollado se encuentra ante una tarea que, construcción de un mundo simbólico, se produce a partir del
en esta etapa, está totalmente fuera de su alcance" (p. 210). insumo y la fuerza del sadismo, y los desplazamientos que se
Esto es, la tarea de dominar la angustia más intensa, propia van realizando desde los primeros objetos de interés libidinal
de los estados donde el simbolismo no ha alcanzado aún una (los situados o fantaseados en el interior del cuerpo materno,
constitución. y este continente en sí mismo). Esos desplazamientos originan
Luego Klein, en el mismo desarrollo, i:, plora y teoriza la formación de símbolos que darán la dimensión de sujeto al
sobre un aspecto central: los comienzos dt:I •ii111hnl ismo. Así lo humano.
explica: la identificación, prccunmra drl s1111hol islllo, surge de 117
116
De todos modos, este proceso, en perspectiva kleinia- La lectura lacaniana del Caso Dick

na, no es unívoco ni directo; no es evolutivo~ la constitución


Además del desarrollo que el propio Lacan realiza so-
del sujeto requiere de ciertas operaciones psíquicas, no sólo
bre este caso en el Seminario 1, pueden pensarse distintas ar-
del paso del tiempo o del crecimiento biológico de un yo ini-
ticulaciones de total vigencia para el psicoanálisis de niños "Y
cial. Para Klein, depende también de las vicisitudes defensivas
niñas en la actualidad.
frente al sadismo. En efecto, una excesiva y prematura defensa
Gabriela Duguech, investigadora de la Facultad de Psi-
del yo contra el sadismo impide el establecimiento de la rela-
cología de la Universidad Nacional de Tucumán, señala que
ción con la realidad y el desarrollo de la vida de fantasía. Lo
el interés de retomar el caso Dick desde su comentario por
explica así en este texto mencionado:
Jacques Lacan, radica en lo que nos enseña sobre la incidencia
"La posesión y exploración sadística del cuerpo ma-
de la estructura en el desarrollo, a la luz de los tres registros
terno y del mundo exterior (el cuerpo de la madre por
imaginario, simbólico y real. Así es como, con la herramienta
extensión), quedan detenidas y esto produce la suspen-
de los tres registros puede leerse este caso desde la perspectiva
sión más o menos completa de la relación simbólica
de la intervención y el deseo del analista, ya que esto da lugar
con cosas y objetos que representan el cuerpo de lama-
a la aparición de evoluciones en la constitución psíquica y por
dre y, por ende, del contacto del sujeto con su ambiente
tanto en la relación con el mundo y sus semejantes, impensa-
y con la realidad en general. Este retraimiento forma la
das e imposibles antes de que se ponga en marcha el análisis
base de la falta de afecto y angustia, que es uno de los
de este niño grave; con Melanie Klein. El lugar que podemos
síntomas de la demencia precoz." (p. 221).
darle al deseo del analista es fundamental; es lo que permite la
lectura articulada de autores disímiles como Lacan y Klein. Al
Es decir, la defensa excesiva contra el sadismo, dificul-
iniciar estas investigaciones nos alentaba la posibilidad de ho-
ta la simbolización, que nunca es sin resto. En esta perspecti-
mogeneizar estas perspectivas, estandarizadas de algún modo.
va, el futuro de la simbolización del sujeto depende del monto
Viene aquí al auxilio una ética del psicoanálisis, del caso por
de ansiedad, del monto y violencia del sadismo (es decir de
caso, más allá de las escuelas; resumida en la expresión de
coordenadas del mundo interno), y también de los recursos
Mariana Dopazo: "lo que las estandariza es el deseo .del ana-
que el sujeto singular puede poner en juego -para la construc-
lista" (2013 , comunicación personal).
ción de las defensas. En especial, en su éxito para transitar,
En este sentido, el valor histórico y actual del caso Dick
constihlÍr y superar la posición depresiva infantil.
justifica explorar los comentarios posteriores que se hicieron
119
118
por parte de los mismos kleinianos hasta su revalorización por Una figura que resulta trascedente en esta historia es,
parte de Lacan. Ernest Iones, en cuanto a la posición que Klein va tomando en
Sabemos que la trayectoria de Melanie Klein está el universo inglés (sabemos que no es inglesa y que en princi-
marcada por sus transferencias con Abraham y Ferenczi. Su pio es una inmigrante en Gran Bretaña, aunque ya psicoanalis-
contacto con Freud es teórico y de una influencia enorme por ta con recorrido). Iones es uno de los principales promotores
parte del padre del psicoanálisis. No hay un contacto personal políticos del desembarco de Klein en Inglaterra, pero desde
(coinciden solamente en un congreso), a pesar de que muchos el punto de vista teórico hay diferencias entre ellos, y quizás
años antes de su muerte Freud ya tenía conocimiento del papel podríamos decir, el vuelo creativo clínico y teórico propio que
de Klein en el psicoanálisis inglés. Incluso tiene una sola cita tiene Melanie, la distancia y aventaja respecto de Iones.
en su obra donde destaca un aporte de Klein que sin dudas Ernest Iones entendía que el principio de placer es el
abre muchísimos caminos. En efecto, en "El malestar en la impulsor del simbolismo, que hace que interior y exterior se
cultura" (1929-1930/1981 ), Freud destaca el aporte de Klein identifiquen entre sí por la similitud de placer que proporcio-
acerca del superyó, cuando ésta indica que la severidad del nan. Para Klein, por el contrario, es la angustia la que pone en
mismo no es función de la severidad de los padres extemGs,
marcha el mecanismo de identificación y por tanto el simbo-
ya que muchas veces niños y niñas con una autoexigencia muy
lismo. Nos dice Juiia Kristeva en "El genio femenino": "Junto
marcada crecieron con padres muy permisivos y a la inver-
al sadismo originario habría una protosimbolización inefable
sa. Sin dudas, una típica observación kleiniana, que desdobla
la cual inhibida defensivamente podría obstruir el acceso a la
los padres externos de los padres interiorizados, y da un papel
actividad imaginaria: Dick no juega, no llama. La analista le
fundamental a éstos últimos, inaugurando una realidad simbó-
supone fantasías sádicas concernientes al interior del cuerpo
lica en el niño. Así como el par envidia y gratitud, más tarde,
dará cuenta de que nuestra realidad es simbólica. de la madre que constituyen la relación fundamental con el
Klein fue paciente y también alumna de Ferenczi, y de mundo exterior y la realidad. Si estas fantasías llegan a ma-
esa influencia aparece la idea de que en el fundamento del sim- nifestarse en el juego y el lenguaje, establecen una realidad
bolismo se encuentra la identificación: el esfuerzo que hacen fantasmática con el exterior, una "realidad irreal" y solo en un
los niños por representar y representarse constituye su princi- segundo momento, "una relación auténtica con la realidad'"'.
pal trabajo. Y este trabajo es el de descubrir en cada objeto del (Kristeva 2001: 181.Citado en Duguech).
mundo exterior sus propios órganos y su función, esto si las Sabemos que Klein presenta a Dick como un niño de 4
cosas salen bien y puede realizarse ese fundamental desplaza- años que, por la pobreza de vocabulario y desarrollo intelec-
miento. tual, estaba al nivel de un niño de 15 a 18 meses. Carecía de
12[
120
dero amor; su madre desde el principio estaba excesivamente
afectos y era indiferente a la presencia o ausencia de la madre
angustiada y a partir del año pensaba que su hijo era anormal,
o la niñera. Rara vez manifestaba angustia, no jugaba, noma-
lo que pudo afectar su actitud hacia él Klein extiende esta fal-
nifestaba intereses y no tenía contacto con su medio, articula-
ta de afecto al padre y a la primera niñera. Si bien esto cambió
ba sonidos ininteligibles y repetía constantemente ruidos.
cuando a partir de los dos años tuvo una nueva niñera y pasó
Al respecto continúa Duguech (en su texto "El caso
una larga temporada con su abuela ambas afectuosas no hubo
Dick y los tres registros de Jacques Lacan"): '
grades cambios en su desarrollo. El obstáculo fundamental
"Klein advierte que Dick no sólo no era capaz de ha-
que encuentra Klein para establecer contacto es que "en Dick
cerse inteligible sino que tampoco lo deseaba. La ma-
el simbolismo no se había desarrollado, no existía en su mente
dre advertía a veces una actitud fuertemente negativa
ninguna relación afectiva o simbólica con las cosas de su am-
que se expresaba en que hacía todo lo contrario a lo
biente. Ninguno de los actos casuales relacionados con ellos
que se esperaba de él. Por ejemplo, si la madre lograba
estaba coloreado por la fantasía, siendo imposible considerar
hacerle repetir ciertas palabras, con frecuencia Dick las
dichos actos como representaciones simbólicas" (Klein, 1964:
alteraba completamente, aunque otras las pronunciaba
214). Según Klein, no hay una incapacidad de expresión ver-
perfectamente pero repitiéndolas de forma incesante y
bal, es mucho más que eso, ya que Dick no tiene ninguna otra
mecánica hasta hartar a todos. A diferencia del niño
expresión propia de los niños (juego, dibujo, etc.).
neurótico cuya oposición, rebeldía u obediencia (inclu-
so acompañada de excesiva angustia) tienen referencia
La lectura de Lacan en el Seminario 1
a personas o a cosas implicadas, en Dick la obediencia
o rebeldía no indicaban comprensión o afecto alguno,
Recordemos que Lacan pone la clase en la que trabaja
tampoco posibilidad ni deseo de ser consolado y mi-
el caso Dick bajo el eje del análisis del discurso y el análisis
mado. Su torpeza física era también notable".
del yo. Define al yo del sujeto, como maestro en errores, sede
de la ilusión, lugar de una pasión que le es propia, el desco-
Klein en su texto sobre la formación de símbolos , se-
nocimiento. Propone el texto de Klein "La importancia de la
ñala que Dick tiene una diferencia con niños neuróticos gra-
formación de símbolos en el desarrollo del yo", para consta-
ves. Este niño que tuvo una lactancia infructuosa, que estuvo
tar el punto de vista opuesto a Anna Freud para quien en un
a punto de morir de inanición, desde bebé sufrió trastornos di-
análisis de niños todo debe ser conducido desde una posición
gestivos e intestinales. Su desarrollo quedó afectado porque si
moderada y educativa del yo.
~Jfn recibió toda clase de cuidados, nunca se le prodigó verda- 123
simbólico, donde los objetos pueden representar otra cosa, no
Nos dice la ya citada autora Duguech:
son sólo cosas. Mientras Dick vive en un mundo donde no hay
"Klein que está más cercana al descubrimiento de
yo ni otro, la introducción de las puertas y los trenes comienza
Freud, le enchufa al pequeño Dick, le suelta la verbali-
a dibujar un mundo compresible, habitable, simbolizable. El
zación brutal del mito edípico y esto va a tener efectos intervalo entre las dos puertas, la división de los dos trenes,
en este niño cuya profunda indiferencia, apatía, ausen- es para Lacan el mundo propiamente humano: lo nombrado.
cia, muy distinta a la de los neuróticos, muestra que su En este sentido Klein le habla a un sujeto que, aunque en un
ego no está fonnado y la realidad no está simbolizada. primer momento no responde desde lo simbólico, empieza a
Está en la realidad en su estado puro inconstituído, en habitar el mundo de una realidad posible de ser simbolizada.
lo indiferenciado. Dick vive en un mundo no huma- Continúa Duguech, sobre Dick:
no. (Lacan, 1985: 112). La constitución de un mundo "En el caso de Dick los tres registros están percepti-
humano implica que los objetos se multiplican se de- bles, a:florantes. En lo simbólico, el lenguaje, algo su-
sarrollan con una riqueza que constituye su originali- cede porque Klein le habla. En lo imaginario son esos
dad. Esto sucede por un proceso de expulsión ligado juegos de proyecciones, introyecciones, expulsiones
al instinto de destrucción. (Lacan, 1985: 113) Lacan en que el sujeto que ha proyectado su sadismo lo ve
sigue a Klein en estos procesos (. ..) proporcionan su retornar de los objetos y se ve bloqueado por un te-
mor ansioso. El problema reside en la articulación
marco a ese real infinitamente más complejo que es el
de lo simbólico y lo imaginario en la constitución de
real humano. Dick no puede lograr ni siquiera este tipo
lo real (Lacan, 185: 120). Lo real humano no es algo
de identificación que sería ya un esbozo de simboliza-
dado, sino que se constituye a partir de los otros dos
ción". registros articulados veremos cómo. Respecto a Klein,
valora la experiencia de una terapeuta pero señala su
En efecto, Dick está en una realidad demasiado real, o teoría del yo incompleta y la confusión de registros.
sólo real. Concreta, sin matiz, sin imaginario ni simbólico. De Lacan se pregunta ¿cómo es posible que el yo cuyo
allí las discusiones posteriores de autores que han polemizado desarrollo prematuro (empatía prematura según Klein)
sobre la naturaleza de este histórico caso. ¿Falta la anudación traba el desarrollo, al desarrollarse abra las puertas de
de los tres registros o pueden distinguirse? La realidad concre- la realidad? Evidentemente no es desde el yo que estas
ta_e indiferenciada de Dick comienza a matizarse o a dividirse puertas se abren para el sujeto como lo demuestra a
a partir de las intervenciones de Klein. Ella interpreta, pero partir de la propia experiencia de Klein."
a la vez, incluye brutalmente a Dick en un mundo humano y 125
124
Lacan y Dick por la introducción (para Lacan brutal) de la simbolización del
mito edípico. Hay desde allí un llamado hablado, ya que Dick
En el Seminario 1, Lacan señala algunas conclusiones se angustia y llama a Melanie, con un llamado verbalizado que
acerca de este niño grave. Sobre los tres registros señala que lo implica una primera respuesta.
imaginario no se enlaza a lo real (no se da el juego) y aunque Dice Klein en su texto: "La actitud hacia la madre y
hay un esbozo de imaginarización del mundo externo, esto aún niñera se toma afectuosa y normal, desea su presencia, quiere
no está constituido. Para Lacan, en Dick no pueden conjugarse que le presten atención y se entristece cuando lo dejan. Tam-
lo real y lo imaginario, dada la pobreza del mundo imagina- bién con su padre muestra indicios cada vez más claros de
rio del niño; no está posibilitada la transposición imaginaria actitud edípica normal" (Klein, 1964: 217)
a través del juego, que hace del ser humano el único entre Comienzan a darse las equivalencias kleinianas de los
los animales que posee un número casi infinito de objetos a objetos que se sustituyen unos a otros, desplegando así el niño
su disposición. Por otro lado, en cuanto a lo simbólico: no se su mundo. Klein describe además una serie de efectos simbó-
enlaza a lo imaginario, este niño que pronuncia vocablos no licos: que el niño pueda angustiarse ante la partida de la niñera
dirige ningún llamado. Esto para Lacan resume la experien- y recibir con placer su retomo, preguntar por ella en su ausen-
cia con Dick. Si bien ya tiene un sistema de lenguaje que le cia, interesarse por las palabras tranquilizadoras, recordarlas
permite por ejemplo un juego de oposición negativista (recor- y repetirlas correctamente, interesarse por los juguetes; que

demos que contraría los pedidos de su madre) no hay en Dick aparezcan tendencias agresivas, enriquecimiento de vocabu-

un llamado humano que se daría en el interior de un sistema lario, interés creciente por las cosas y sus nombres, y el deseo

ya adquirido de lenguaje e implicaría un desarrollo más rico de hacerse inteligible. Es decir, el niño logra simbolizar la rea-
' lidad que lo rodea a partir del núcleo palpitante de simbolismo
ulterior, que Dick no ha realizado, porque para él el lenguaje
está interrumpido a nivel de la palabra (Lacan). que le da Klein (Lacan, 1985: 137). Hay una diferencia de
concepción: para Klein se trató de abrir las puertas del incons-
Como señala la autora que estamos tomando, el len-
ciente; para Lacan esto prueba que es a partir de un discurso
guaje y la palabra no son lo mismo. Dick es dueño hasta cierto
punto del lenguaje, pero no habla. El sujeto está ahí y no res- (el de Klein) que el inconsciente comienza a existir para Dick.
Este caso es para Lacan la comprobación de su axioma "el
ponde. El llamado hablado, humano, implica una respuesta.
inconsciente es el discurso del otro". El caso Dick demostraría
Para Lacan, Dick no responde porque la palabra no Je ha lle-
cómo es posible que un sujeto que dispone de los elementos
gado. A partir del antológico "Dick tren pequeñito, tren gran-
del lenguaje, "que tiene posibilidades de desplazamientos
de papá tren" (Lacan, 185:136), el niño progresa rápidamente 127
126 · '
Eric Laurent destaca a Lacan entre los primeros psi-
imaginarios no estuviese en lo real" (Lacan, 1985:140). En
coanalistas franceses en introducir a Klein y presentar sus re-
este sentido concluye Duguech:
( ... ) lo decisivo, es la introducción de lo simbólico en sultados de manera sistemática en Francia desde 1948 (con
el acto dela palabra.(... ) Queda para seguir investigan- "La agresividad en psicoanálisis", y "La psiquiatría inglesa
do la idea kleiniana de un protosimbolismo que impli- y la guerra", texto éste último que retomaremos en relación a
ca considerar grados de simbolismo que sus discípulos Bion). Desde que anuncia el retomo a Freud con su fónnula
siguieron investigando contemporáneamente a Lacan. "el inconsciente está estructurado como un lenguaje", toma
Por ejemplo el anclaje de la capacidad simbólica en la en su primer seminario "Los escritos técnicos de Freucf' el
experiencia corporal y fantasmática precoz desarrolla- estudio del caso Dick y genera un nuevo modo de leer a Klein,
do por Susan Isaacs o las elaboraciones de Paula Hei- de poder hojearla, de poder respirar en la densidad de lo que
mann ( ... ) Lacan no negaría( ... ) "esbozos de simboli- ella describe. Laurent dice que Lacan se pregunta cómo se las
zación", sino que el niño accedería a la simbolización hubiera arreglado Anna Freud con este niño grave. Observa,
propiamente dicha a través del discurso del Otro que como él dice, lo que Melanie sabía de la cosa freudiana: con-
encarna la analista, antes del cual el mundo de Dick trariamente a lo que se cree, "ella no operaba con lo imagina-
como lo subraya Lacan no es un mundo humano por- rio sino con lo simbólico, como todo el mundo, imaginarizán-
que los tres registros no se pueden anudar."
dolo" (Laurent, 1993 ). Veamos esta convergencia, recordada
por Laurent (citado en Marie Claude Thomas, 2008) :
Aportes de Eric Laurent y Julia Kristeva
"Finalmente tenemos aquí un nuevo modo de leer a
Melanie Klein, de poderla hojear. Quiero decir con
Otro autor actual, el francés Eric Laurent, señala que la
esto distinguir las hojas del real, del simbólico y del
importancia del caso Dick.publicado en 1930 - primer ejemplo
imaginario en su obra. Podemos distinguir el imagina-
de la literatura psicoanalítica del tratamiento de un niño psicó-
tico - es la posibilidad de estudiar un dispositivo experimental rio de la posición depresiva, de la relación mortífera
de disyunción entre lo simbólico y lo real donde la acción so- del sujeto con el simbólico y del real de la excitación
bre lo simbólico acarrea una verdadera generación del yo y de maníaca en lo que hace retorno de esta mortificación.
lo imaginario. Lacan, según Laurent, insiste en la producción Igualmente el imaginario de la posición esquizo-para-
de lo imaginario a partir de lo simbólico en una época en que noide, en tanto que es la relación nonnal con el cuerpo
se insistía en poner a punto lo imaginario para insertar al suje- fragmentado (el núcleo "histérico" de las neurosis da
to a lo simbólico (Laurent, 1993). testimonio de ello), debe ser distinguido de los efectos
129
128
CAPÍTUL0,8
simbólicos inducidos por la forclusión del nombre del
ARTICULACIONES LACAN - KLEIN
padre en la psicosis y de los pasajes en el real que im-
EN EL SEMINARIO 6: LOS GRAFOS
plica. Melanie Klein habría podido conocer estos tres
Y SU VERTIENTE CLÍNICA.
resultados desde 1953 y se tiene la sensación de que tal
fue el caso." (pp. 63-64).
En el seminario 6 "El deseo y su interpretación", La-
can plantea la idea de que la defensa es frente al deseo, o que
Es así como algunos autores (Foucault 1954, citado en
el deseo mismo es ya una defensa. Coincide esto con formu-
Marie-Claude Thomas, 2008; Laplanche, 1991), ponen el foco
laciones de Melanie Klein que pueden expresarse así: tanto el
en las divergencias o los caminos contrarios que observan en
complejo de Edipo, como el campo del deseo, son construc-
las concepciones lacaniana y kleiniana, ellos mismos u otros
ciones que tienen un carácter defensivo frente a la desinte-
exploran las convergencias. Por ejemplo, el aporte de Jean
gración que implica el goce o lo esquizoparanoide, tomando
Laplanche: expresa altamente el espíritu de nuestro trabajo, ya
ambos lenguajes. Incluso puede pensarse que las tres neurosis
que considera a Klein la mayor creadora después de Freud. Y
clásicas (histeria, fobia y obsesiones), son tres soluciones o
que, como éste, reconoce el carácter extraño, extranjero, hos-
defensas frente al deseo del Otro.
til, angustiante, de nuestro mundo interno.
Esta orientación puede apreciarse en las consideracio-
También Julia Kristeva propone que lo esencial del
nes que Lacan hace en este seminario en relación a los dos
caso Dick es "seguir los fulgores de la observación kleiniana
sueños analizados por Freud y por Ella Sharpe. La orientación
que registra el estado y el desarrollo del niño pero también la
para pensarlos es la siguiente: el sueño, como cualquier for-
génesis del simbolismo" (citado en Duguech). Kristeva acen-
mación del inconsciente, conlleva en sí mismo una interpreta-
túa la audacia, así como los límites, de los desarrollos kleinia-
ción. Es el trabajo del sueño, el trabajo que el propio aparato
nos respecto a una experiencia pulsional anterior a la subjeti-
psíquico realiza, y por el cual la interpretación está trabajándo-
vidad. Para Lacan Dick está sumergido en lo real y Klein lo
se sola en las llamadas elaboración primaria y secundaria. Es
introduce en lo simbólico. Las posiciones esquizoparanoide y
un carácter que también implica una posible lectura articulada
depresiva, si bien no están formuladas así en la presentación
de Lacan y Klein (recordemos que éste es el seminario donde
que Klein hace del caso, pueden rastrearse aquí, al igual que
hay mayor cantidad de referencias a Klein). Es decir, el sueño
los registros simbólico, imaginario y real.. Es la lectura que nos
no es solamente un producto acabado, exterior al sujeto o al
permite esta articulación y los autores comentados.
análisis, que un experto analiza conforme a un saber, sino que
131
130
es un intento de elaboración, una creación productiva de sen- el objeto tampoco ingresa en una lógica de maduración; se
tido nuevo (Bion); una interpretación en el sentido de que el distinguen así el objeto del conocimiento del objeto del deseo.
deseo es la interpretación (Lacan). Así, los objetos estarán en relación con los significantes de
La misma puede ser una orientación de lectura para cada sujeto singular.
el juego de los niños. Desde la interpretación sistemática que Esto permite distinguir los niveles de enunciado y
realizaba Melanie Klein hasta las "descripciones" que privile- enunciación, de los que Lacan, apoyándose en Jackobson, ex-
gian sus continuadores poskleinianos (por ejemplo entre no- trae las herramientas para articular aquello que del descubri-
sotros Virginia Ungar, en "El oficio de analista y su caja de miento freudiano de las leyes del inconsciente (condensación
herramientas: la interpretación revisitada", 2015) siempre el y desplazamiento) puede ser actualizado con la disciplina de
acento está puesto en la continuidad del juego. Para Klein, si el la lingüística. Así, en el Grafo completo, vemos cómo los pi-
juego siguiente contiene mayor valor simbólico, ese es el índi- sos se desdoblan y toman un lugar tanto el enunciado como
ce de la efectividad de la interpretación. Es decir, el niño juega la enunciación: siendo el enunciado aquello que, en el piso
e interpreta; el juego es el laboratorio de la simbolización. Por inferior, es el discurso ilusoriamente dirigido a otro, lo dicho.
eso, son cada vez más los niños que vienen a la sesión a jugar Corresponde al yo del narcisismo. Mientras que_el lugar de la
y se sostienen allí frente a las indicaciones de algunos padres enunciación es aquel desde el que el sujeµ{habla como discur-
que le dicen que "cuente todo". so del Otro. Es el decir, desde dónde se dice lo dicho.
Otra cuestión a observar es la del objeto. La consti- En este seminario, Lacan indica la cuestión que ya está
tución del objeto está ligada necesariamente a un duelo (las sugerida en el título, es decir, si el deseo es inarticulable en
13 clases dedicadas por Lacan a Hamlet en el Seminario 6 lo lo consciente, ¿cómo interpretarlo? El inconsciente opera por
muestran). Por eso no hay una maduración de la libido. Si fue- interpretación. Interpretar un sueño desde un modelo hegemó-
ra así, las "posiciones" kleinianas serían etapas del desarrollo nico (el profesional que sabe le dice los significados ocultos
del bebé y no justamente posiciones que implican ansiedades a un paciente que no sabe), implicaría cargar de significados
y defensas propias, modos de funcionamiento que se alternan a algo que ya hizo su trabajo; y en el caso de la interpreta-
en momentos de la vida, momentos de un proceso, momentos ción reiterada de los síntomas, recargarlos y agravarlos. Así,
de una sesión o de un sueño. El objeto a como causa del deseo, la interpretación del inconsciente, puede pensarse tomando el
implica esto mismo. No es un objeto sustancializable, imagi- valor del genitivo: es el inconsciente el que interpreta; el tra-
narizable. Es la constatación de una pérdida de algo que nunca bajo consiste en crear las condiciones para que esto suceda. Y
estuvo; motor paradójico de la existencia y del deseo. Por eso, estas condiciones son la transferencia, por lo tanto, la técnica
132 133
es secundaria al lazo de trasferencia, que es el auténtico motor cronología se trata no de reproducciones de conceptos, ni de
del trabajo curativo (o educativo, en otro contexto). ilustraciones, sino de modos extraídos de la experiencia y la
Por eso, la concepción del lenguaje tiene su correla- praxis clínica, de acotar la polisemia de algunos términos del
to en la praxis (cualquier praxis, analítica, educativa, etc.). O lenguaje psicoanalítico (intención que también está en Bion,
bien se cree que el trabajo consiste en rellenar huecos en un como veremos). Es así como el a como causa del deseo, no és
sujeto - el otro es un objeto a ser rellenado -; o el otro es un un objeto sustanti:ficable, no es del mundo exterior (tampoco
sujeto que va a realizar junto a nosotros su trabajo. Así, para es un objeto interno kleiniano, aunque se parece; quizás tiene
Lacan, el deseo es su interpretación. Sostenido en un fantasma su mayor correspondencia con el objeto transicional winni-
articulado, dará lugar a las formaciones del inconsciente (sue- cottiano). Es el objeto no que se anhela, o que el sujeto cree
ños, síntomas, actos fallidos, donde algo del sujeto emerge). que quiere "conseguir", sino que es causa del deseo. Ya en el
En este seminario, se observa esta orientación: a la falta en seminario 4 se había planteado la crítica a la llamada relación
el Otro el sujeto responde con el fantasma. El deseo, así, es de objeto: no hay relación natural o complementaria c o ~
defensa respecto de la castración en el Otro, frente a la falta objetos, siempre está mediada.
en el Otro (que en los grafos se escribe tachando la A, Y sig-
Volviendo a los grafos, tienen un piso inferior: el piso
nifica que el A- el Otro - está castrado). Cuando el deseo está
de abajo es siempre el del Imaginario. Y el recorrido del Gra-
ligado al fantasma, tenemos el síntoma. Cuando está ligado a fo 1 puede ilustrarse así: comienza en un sujeto mítico de la
un discurso tenemos el synthome. Por estructura, entonces, no
necesidad y se dirige a otro (porque mmca un ser humano está
se puede vivir sin síntoma. Si todo esto no ocurre o es muy en un estado puramente biológico o de la necesidad del cual
fallido estamos en el campo del goce, no del deseo; y posible-
luego sale). Recordemos que tenemos una existencia en lo
mente de las psicosis. Es visible en los niños, aunque no sólo simbólico antes de tener una existencia física, ya que estamos
en ellos. en la fantasía de nuestros antecesores, tenemos una existencia
En este sentido de la orientación lacaniana de este se- en el lenguaje antes de nacer.
minario, el objeto del deseo es opuesto al objeto del conoci-
miento. Este último, pertenece al campo de la consciencia. En Los Grafos
este seminario, nos encontramos en un momento de la obra
de Lacan que está orientado en los grafos. Recordemos que
Decíamos que los grafos no son una representación
lo había precedido un momento de esquemas, y luego ven-
gráfica, sino datos de la experiencia. El Grafo 1 muestra la
drán los de la topología y los nudos. En cualquier caso, en esta
134
relación del sujeto con el significante reducida a lo observa-
135
ble del hecho lingüístico. D (delta) es un punto mítico; en el también, porque allí hay alguien que escucha, el enunciado
animal el camino iría directo a su satisfacción, en el hombre toma carácter de enunciación. Ya que el mensaje es construido
antes de encontrarse con el objeto debe perderlo. El recorrido por el receptor, y vuelve desde él de manera invertida.
no va directo al objeto, sino que tiene que "hacerse entender". La distinción de ese enunciado respecto de un código
El lugar hacia el que va la primera línea del recorrido Lacan lo es hecha por el Otro y de esa manera incluida en el Tesoro sig-
llama primeramente "código", término después reemplazado nificante. Por eso la interpretación, o la intervención, es pro-
por tener connotaciones de las ciencias de la comunicación. ducción de sentido nuevo, como lo es el chiste utilizando las
Luego será llamado "la batería de los significantes y las leyes palabras del código compartido. El chiste dice más de lo que
de su empleo". El Tesoro del significante. dice y por eso tiene una relación con la verdad (no es toda la
M es lo que Lacan en un primer momento llamó "men- verdad, porque resta algo que Lacan llama objeto a). Por eso
saje", tém1ino con el mismo problema y por eso luego es reem- el Grafo 2 refiere al circuito del chiste, que no analizaremos
plazado por A (Otro). En el punto C se encuentra el lenguaje, aquí. Lacan reemplaza en el Grafo 2, C por A (Otro), y M por
como obstáculo al hallazgo del objeto; esto produce un desvío "Significado del Otro" (A). A es el sitio de la alteridad radical; /
1
hacia M. O sea, debe esperar a la sanción del código. La línea recordemos que no es una persona del mundo externo, aunque'
superior de C a M marca el efecto retroactivo; alguien quiere a veces puede encarnarlo, por ejemplo, la madre del primer
decir una versión primera de algo y el interlocutor sanciona la vínculo.
segunda. Estos son detalles para ampliar con los grafos. El Grafo 3 es el análisis (el desglose) del Grafo 1. La-
Por ejemplo, un paciente adulto comienza con una serie can agrega un piso superior: implica que un sujeto puede in-
de síntomas físicos, temores y ataques de angustia al comien- sistir en su demanda más allá de que no esté sostenida por una
zo del año en que será la fiesta de 15 de su hija mayor, evento intención consciente. Como hay una falta en el A, el mensaje
que pone en cuestión su economía para afrontarlo (economía nunca puede cerrarse y entonces se abre el piso superior, in-
material y psíquica). Luego de cierta mejoría en análisis, un consciente, ya que el Otro deja un resto (a), aquello que no se
día le extraen una muela y al volver a casa se siente mal, le articula y es la causa del deseo. De la misma manera, el Grafo
baja la presión, lo asisten su mujer y su hija, y se desmaya en 4 puede verse como el análisis (desglose) del Grafo 2.
el baño. Me dice que, cuando vuelve en sí "estaban ahí las dos En el texto de Lacan "Subversión del sujeto y dialéc-
mujeres gritando". Le digo: "entonces tu hija ya es una mu- tica del deseo en el inconsciente freudiano", incluido en "Es-
jer". El sujeto cree estar diciendo un enunciado, una primera critos JI", los términos "goce" y "castración" se incluyen en el
versión, y el interlocutor (analista) sanciona una segunda. O piso superior del grafo, y significante y voz en el piso inferior.
136 137
Por eso se desdoblan los dos pisos: cuando un sujeto habla, el CAPÍTUL0,9 J
inconsciente está en lo que dice y no en " las profundidades". REPETICIÓN Y TRANSFERENCIA
Al decir de Rafael Paz, desde otra orientación: "lo cotidiano, EN LACAN Y KLEIN
que es donde se alberga lo profundo" (expresión ya trabaja-
da). Así, la función diacrónica se encuentra en la frase, en la En los primeros tiempos del psicoanálisis, se podía
medida en que no cierra su significación sino con su último pensar que la rememoración y el recuerdo de sucesos del pa-
término y por su efecto retroactivo. Lacan lo dice así: "El niño sado eran el foco del análisis, y la llave de la curación. Pero
de golpe, desconectando la cosa de su grito, eleva el signo a a lo largo de su trabajo Freud se encuentra con los límites de
la función del significante, y la realidad a la sofistica de la la rememoración, así como con los límites del principio del
significación, por medio del desprecio de la verosimilitud'. placer o, mejor dicho, se encuentra con un más allá del prin-
Recordemos también cómo Melanie Klein postulaba una rea- cipio del placer. Algo gobierna nuestras vidas más allá de la
lidad desdoblada, donde los objetos internos no son un reflejo búsqueda del placer. Esto es todo aquello que Freud introduce
de la realidad externa. Por ejemplo, la madre o padre internos con la pulsión de muerte. Y para definir esto que Fre1::11 coloca
no se corresponden con las características personales de los bajo la égida de la pulsión de muerte, Lacan utilizará, en su
padres "externos"; es así como un niño o niña puede desarro- Seminario 11 de 1964, "Los cuatro conceptos fundamentales
llar una exigencia enorme sobre sí mismo/a y sus padres ser del psicoanálisis" dos términos de Aristóteles a los que aplica-
blandos o poco exigentes, observación clínica de Klein que rá una leve torsión.
Freud había destacado como un acierto, como ya trabajamos En efecto, Lacan toma los conceptos aristotélicos de
en otros capítulos. Tyché y Automatón, y los redefine al servicio de su " retorno a
Así, es del "código" del Otro de quien el sujeto reci- Freud"; de la práctica psicoanalítica, y de la revisión del con-
be el mensaje que emite. Sólo en el campo de las psicosis se cepto freudiano de Repetición. La tyché queda definida aquí
distingue en forma pura un código. Por eso, a mayor desdo- corno el encuentro con lo real, recordando que, en su estable-
blamiento de la realidad, a mayor simbolización, menos goce cimiento de los tres registros, Lacan trabaja lo real en gran
o psicopatología. Este criterio recorre ambas orientaciones, la parte de sus seminarios de distintas maneras. Pero a los fines
de Lacan y la de Klein. de nuestra transmisión podemos situar lo real como aquello
que está siempre en el mismo lugar, aquello que no ingresa en
una simbolización. La tyché, entonces, este encuentro con lo

138
real, es aquello que está más allá del automatón, definido éf j~
último (en el Seminario 11) como la red de los significantes. como éstos, desde el comienzo de la vida. Cabe aclarar el uso
Retomando, entonces, aquello que no ingresa en la red simbó- del término "instinto", lo cual de paso puede servir para el
lica de los significantes, queda del lado de este encuentro con recorrido general de este libro. Las traducciones existentes
lo real. Lo real como aquello que yace siempre tras el automa- de los originales de Freud, dan dos términos diferentes para
tón, tras el retorno, el regreso, de los signos a que nos somete el alemán "Trieb": se lo traduce como "instinto" y como "pul-
el principio G!el placer. sión". Esta última acepción es largamente la más aceptada,
La función de la tyché se presentó en la obra freudia- reservándose en general en el psicoanálisis el término ~nstinto
na (si bien no se le da este nombre) como el trauma, lo real para aquello que pauta la conducta animal.
del trauma. Es decir, lo que éste tiene de inasimilable por ser Melanie Klein usó la traducción "instinto", de allí la
ilegible y sorpresivo para el aparato psíquico. Lo real, en este definición de más arriba. Muchos de los poskleinianos prefi-
sentido, se presenta como lo inasimilable. Cuando hablamos rieron el uso de la palabra "pulsión", entre ellos Hanna Segal,
de este "encuentro con lo real", hablamos de un encuentro quien rescata que el "Trieb" alemán es el "Drive" en inglés, y
siempre fallido. Los sueños, y en especial las pesadillas, testi- no el " instinct".
Retomamos. Para Melanie Klein, entonces, el aparato
monian de este encuentro disruptivo.
psíquico "experimenta" al instinto (pulsión) vinculado con la
El lugar de lo real está en aquello que va del trauma al
fantasía de un objeto. De este modo, para cada pulsión (par-
fantasma. A lo real hay que buscarlo en un más allá del sueño,
cial) hay una fantasía correspondiente que la estructura. Lo
se halla en lo que el sueño ha recubierto, envuelto, escondido,
que Freud describe como "realización alucinatoria de deseos"
tras la falta de representación. En el sueño, de la representa-
se basa según Melanie Klein en que una fantasía inconscien-
ción, sólo hay aquello que hace sus veces, algo que está en te acompaña y expresa al impulso instintivo. Esto, a nuestros
su lugar, un lugarteniente. El lugarteniente de la representa- fines, significa de manera general que toda construcción (de-
ción. Este real, dice Lacan, más que cualquier otro, gobierna fensiva, sintomática, deseante, fantasmática) está nutrida por
nuestras actividades, y nos lo designa el psicoanálisis. Lo real un sustrato pulsional. Así, las producciones de los niños en
estructura el fantasma. Así como en una lectura homologable, análisis, tanto los juegos como los dibujos o los síntomas, son
aunque en otra terminología, Melanie Klein decía que la fan- de orden pulsional, de allí extraen su fuerza. Esto puede im-
tasía inconsciente - también como aquello que gobierna nues- plicar ciertos repasos ya que involucra distintas terminologías,
tros actos - es la expresión mental de los instintos (pulsiones). pero hace al mismo espíritu que transmitimos. O sea, como
En efecto, según Melanie Klein, la fantasía inconsciente es "la decíamos parafraseando a Lacan en el Seminario 11 , lo real
expresión mental de los instintos" y por consiguiente existe, estructura el fantasma.
140
14 1
Entonces, en este seminario, Lacan reubica el concepto juega su existencia, y que es el que vemos (o no) en sus juegos
freudiano de repetición, por las consecuencias no sólo teóricas y producciones que comandan la sesión. En el niño hay un tra-
sino clínicas y experienciales que la repetición conlleva. Por bajo de representación, y no una representación a la manera de
ejemplo, en cuanto a la transferencia. Si bien no es directa una reproducción de algo. Por eso, al decir de Lacan, e1 propio
la relación entre repetición y transferencia. Volveremos sobre juego es representante de la representación.
esto último. Decíamos entonces que la tyché, el encuentro con lo
Esta relectura del concepto de repetición, extrae lo si- real, está en el accidente, en el tropiezo de este encuentro, que
guiente: la repetición no es una reproducción del pasado o de es siempre fallido, es siempre un mal encuentro. Este trabajo
algo oculto. La repetición exige lo nuevo. En el juego del Fort anima el desarrollo entero; desarrollo tal como nos lo muestra
Da, hay una primera oposición. No hay Fort sin Da, ni Da sin - dice Lacan - Melanie Klein (en la única mención que hace
Fort. Los sintagmas mismos son creados o leídos por Freud en de ella en este seminario, por contraposición a las proliferantes
la vocalización de su nieto; el niño sólo emitía unas vocales. citas en seminarios anteriores mientras vivía Klein - recor-
El hombre, el sujeto, piensa con su objeto; no es que demos que muere en 1960 y Lacan dicta este Seminario en
este objeto que es el carretel del niño, simbolice a su madre 1964).
que se ausenta. El sujeto, el niño, se designa en su objeto. Po- Este modo lacaniano y por extensión kleiniano de en-
dríamos decir que no hay dos esencias, una un sujeto niño Y tender el desarrollo del niño o niña, entonces, implica que
otra un objeto carretel, sino que hay constitución del sujeto éstos realizan operaciones, están en un trabajo de representar
en ese objeto. Esto es "el objeto a", en la terminología de La- y representarse, en un laboratorio de la simbolización, y esto
can, en "el álgebra lacaniana", como él mismo dice. El objeto es lo que orienta su devenir. El desarrollo, así concebido, no es
carretel no es que represente a la madre para el sujeto que un pasaje por estadios sucesivos. De hecho, si bien los estadios
es el niño: recordemos que este niño, como cualquier otro, es pueden ser aislados para su observación, y "existen" (como le
un sujeto en constitución; más allá de que nosotros desde una dice Francoise Doltó a Lacan en el espacio de preguntas de
lógica consciente adulta veamos allí un suj eto como persona este seminario), no habría pasaje alguno, o crecimiento o de-
completa. No hay un juguete o juego que esté representando a sarrollo alguno, si no ocurren las operaciones simbolizantes en
la madre o a sus acciones (ausentarse), sino que, a la manera el niño. Si hay estadios, estos giran en tomo al operador que
del objeto transicional winnicottiano, hay allí un trabajo de es la angustia de castración, que ordena todos los puntos an-
constitución de la subjetividad. Un trabajo de representación teriores: el destete, la disciplina anal, etc. Y éstos son también
que es el que principalmente interesa al niño y en el cual se siempre un mal encuentro: no se trata de aprendizajes técnicos
142 143
o evoluciones cronológicas; por el contrario, son, como todo
Freud como Klein cuando ubican la transferencia como un fe-
avance o aprendizaje en un niñe, operaciones que dan cuenta
nómeno humano exuberante y universal. Dirá Lacan en efecto:
de un estado de lo simbólico.
"Esto no significa en lo más mínimo que cuando no
Por esto, lo real llega siempre en mal momento. Como
hay un analista a la vista no pueda haber efectos de
esto es así, la escena primaria resulta traumática, porque siem-
transferencia, en sentido propio, estructurables exacta-
pre llega antes; su significación no puede sino tomar lugar a
mente como el juego de la transferencia en el análisis.
posteriori. Se habla de trauma y de escena primaria, porque la
Simplemente, el análisis al descubrirlos permite dar de
empatía o el entendimiento no se dan. No hay lectura posible
ellos un modelo experimental, de ningún modo dife-
de este real para un niño o niña. Por ejemplo, en el caso Juani-
rente del modelo, !lamérnoslo así, natural. De tal modo
to de Freud, vemos cómo la excitación del niño ante su madre
que hacer aflorar la transferencia en el análisis, donde
es bien patente, pero el estado de Juanito en lo simbólico y
encuentra sus fundamentos estructurales, es quizás la
lo real, no lo ubica como para hacerle frente a ese exceso de
única manera de introducir la universalidad de aplica-
excitación.
ción de este concepto. Bastará luego cortar las ataduras
Decíamos que la repetición tiene sentido, entre otras
que lo sujetan a la esfera del análisis y, más aun, a la
cuestiones, en lo que atañe a la transferencia. En la trasferencia
doxa que le es atinente."
y sus efectos no puede verse sólo una repetición. Por ej emplo,
existe una versión vulgarizada que entiende a la transferencia
La transferencia, por lo tanto, puede verse en la esqui-
como una reproducción exacta de los vínculos del pasado. Si
zia del sujeto, lo cual siempre indica ese mal encuentro con lo
bien puede tener un sesgo en ese sentido, no es eso lo que
real. Por eso, lo real siempre llega en mal momento y de allí
define a la transferencia; no se trata de que un paciente vuelca
ese carácter traumático de la escena primaria y de la sexuali-
sobre el analista el modelo de vínculo que tuvo con su padre,
dad infantil en general.
madre o hermanos. Ni siquiera es que necesitamos que los dos
El psicoanálisis se trata de una cita siempre reiterada
actores en juego sean un analista y un paciente para que la
con un real que se escabulle. Muchas versiones del psicoa-
transferencia se ponga en juego; la transferencia no espera la
nálisis pueden llevar a un idealismo; es lo que Lacan criticó
presencia de un analista para existir, como lo demuestran in-
en los llamados "posfreudianos", o en la psicología del yo: la
finidad de episodios de la escena educativa, social, médica o
relación analítica no se trata de una relación de yo a yo, y, por
hasta religiosa. Ya lo sugiere Lacan en este seminario cuando
lo tanto, la transferencia no es una simple relación de dos per-
distingue repetición de transferencia, y ya lo sugirieron tanto
144 sonas en la que una de ellas se propone como el ideal "sano" a
145
seguir. La introducción que Lacan hace del Gran Otro, amplía ni tampoco con la reproducción de una conducta o con una
y subvierte esta concepción idealizada del psicoanálisis y lo rememoración actuada. La repetición es algo cuya verdadera
pone en cambio, del lado de un trabajo de lo real por lo sim- naturaleza siempre está vedada. Es interesante en ese sentido
bólico. este párrafo de Lacan: "La relación con lo real que se da en
El lugar, siempre evanescente, donde se encuentra ese . la_transferencia, la expresa Freud en los términos siguientes:
real, es ese "inconsciente huidizo", que no es una sustancia, que nada puede ser aprehendido in effigie, in absentia". Ahora
mucho menos un personaje o un lugar del cerebro. Tampo- bien, señala Lacan, se nos presenta la transferencia como effi-
co se trata de un lugar en las profundidades, un lugar oscuro gie y en relación con la ausencia, y esto pone a trabajar lo am-
y recóndito de donde parten revelaciones ocultas. El incons- biguo de la transferencia: una relación con una persona (otro)
ciente es una hiancia, o está en la hiancia; y lo vemos, aunque en el sentido del mundo externo, pero fundamentalmente una
huidizo, siempre en la superficie: así lo entendía Freud, quien relación a un Gran Otro, que a su vez debe dejarse tomar en
encontró el inconsciente en los tropiezos, en los lapsus, en los un lugar de objeto a como causa del deseo. Recordemos la
sueños, en los chistes, en la "psicopatología de la vida cotidia- función de la causa que Lacan plantea al comienzo del semi-
na". Y también, por lo tanto, en la transferencia y en la sesión nario. Melanie Klein también enfatizó la función del analista
analítica. en la posición de un objeto, y podríamos pensar: un objeto que
Es así como son situados, entonces, dos de los cuatro causa efectos, ya que se invierte la dirección: de lo que sucede
conceptos fundamentales del psicoanálisis que Lacan plantea en el interior del análisis se desprenden consecuencias en los
en el Seminario 11: repetición y transferencia; también está el vínculos exteriores a él. Es el aquí y ahora kleiniano. (Reali-
inconsciente, y luego tendremos: la pulsión. Pero el Seminario zamos estas distinciones en "Testimonios de la transferencia",
11 en sí no se trata de un compendio (Lacan va y viene con
con Florencia Casabella).
estos "cuatro conceptos fundamentales", y el interés es tanto
Reiteramos que, en este sentido, entonces, la transfe-
psicoanalítico como filosófico y político). Se trata de articular
rencia en este sesgo, se aleja de aquella concepción simplifica-
estos conceptos y ponerlos, como dijimos, al servicio de un
da por la cual se trataría de una reproducción en el presente de
retorno a Freud, al deseo de Freud, que es en definitiva lo que
vínculos del pasado. La transferencia presenta algo ambiguo,
funda el campo del psicoanálisis.
que tan bien señalara Melanie Klein; se trata de una relación
Decíamos, entonces, repetición y transferencia. La
con objetos también presentes, como el analista por ejemplo,
repetición no debe confundirse con el retorno de los signos
y que no reproduce una relación pasada con los padres. Esto
(recordemos que un signo es lo que indica algo rara alguien),
146 permitió a Klein establecer que se puede analizar niños en ge-
147
neral, y muy pequeños en particular (por ejemplo, de dos años puede criar bien a un niño sin que éste sea psicótico, aunque
de edad), ya que son capaces de establecer transferencia. Esto no haya un señor allí al lado. Desmiente así esto la versión
es así ya que no se necesita que los niños hayan "finalizado" la vulgarizada del Edipo. O, en cambio, vemos aparecer psicosis
relación con los padres externos para hacer trasferencia analí- infantiles en familias donde están la madre, el padre y los her-
tica (así lo creía Anna Freud). Es decir, no se necesita que sean manos (y ninguno de estos familiares es psicótico). Esta es la
adultos para entrar en transferencia, o lo que es lo mismo de- realidad ambigua y desdoblada con la que trabajamos en la clí-
cir el análisis de niños no es sin transferencia; no es pedagó- nica con niños, inspirada en el deseo de los maestros (Freud,
'
gico o educativo. Es sexual, pulsional y transferencia!. Como Klein, Lacan), y no en una mirada clasificatoria.
lo demuestra la práctica con niños: muchos de ellos pueden En este sentido, y retomando, la transferencia es para
desbloquear situaciones de dificultad en el aprendizaje cuando Lacan y Klein una presencia del pasado, pero una presencia
se pone en el análisis a trabajar lo sexual - puls~onal, que es en acto. Para ambos, podríamos decir, no cuenta el analista en
siempre la materialidad de los síntomas. Por ejemplo, cuando cuanto persona de la relación intersubjetiva, sino que el analis-
entra como material del análisis un embarazo no dicho, un em- ta es objeto (de las proyecciones o introyecciones del paciente
barazo perdido por los padres, u otros fragmentos disociados en Klein; posición de objeto a que causa el deseo, en Lacan).
de la historia externa o interna relativos a las teorías sexuales Y se deja tomar en esa posición de objeto, siendo el deseo
infantiles o a la sexualidad infantil. Además, los padres son del analista lo que cuenta aquí (en este sentido también puede
personas en el mundo externo, pero también personajes inter- entenderse la expresión "el deseo es el deseo del Otro"). Entre
nos: hay madre y padre internos, como hay padre y madre sim- las posiciones opuestas de Melanie Klein (el analista como
bólico, real e imaginario. Esto permite orientarse en el análisis objeto) y de Anna Freud (el analista como sujeto), Lacan se
de niños cuando no están presentes las figuras concretas padre inclina por la primera acentuando que el analista ocupa el lu-
y madre, por ejemplo, cuando trabajamos con familias unipa-
gar del vacío.
rentales o con nuevas configuraciones: niños criados por dos Hecha esta digresión ( o no tanto), continuamos esta
personas del mismo sexo; por un hombre y una mujer ambos relación que Lacan hace, o deshace, entre transferencia y re-
homosexuales; por otros parientes a cargo del niño, etc. (Re-
petición.
cordemos que ''parents" en inglés es "padres", y en francés, en Lo real, decíamos, se presenta en el sueño, en la pesa-
algunos usos, "les párents", es tanto "los padres" como " los dilla, donde más allá de la ayuda de los estímulos externos (un
parientes", y esto nos habilita a trabajar con distintas figuras ruido, una sensación física), o de los restos internos (lo visto u
en el consultorio). Y permite explicar cómo una madre sola
148
oído durante el día), se engancha la presencia de un real que ~~
1
mucho más que la realidad. Lacan retoma un sueño expuesto Es decir, el sujeto con el que nos vemos en el psicoaná-
por Freud para ejemplificar y trabajar esto. El fantasma, señala lisis, es el del deseo, no es el de la consciencia reflexiva. Aquí
Lacan, nunca es sino la pantalla que disimula algo absoluta- se introduce la función de la mirada, y la separación entre el
mente primero, determinante en la función de la repetición. ojo y la mirada. Por eso la mirada del otro desorganiza el cam-
Cualquier fragmento de realidad de un sueño, despierta a la po de la percepción, y la percepción entonces está "contami-
"otra realidad" fundamental de lo pulsional. Y la pulsión siem- nada", no es una máquina de captar objetividades. El incons-
pre es parcial. ciente, por lo tanto, está, o se presenta, en la experiencia de
De la misma manera, el lenguaje del niño, mal llamado ruptura entre percepción y consciencia, en ese corte y en ese
egocéntrico, hace una sintaxis "que es la reserva inconsciente lugar intemporal que Freud designa como "otra localidad" u
que escapa al sujeto". Lo inconsciente, traumático, refiere a "otra escena". Otro espacio, otro escenario, entre percepción Y
un núcleo según Freud, pero esto es sólo una aproximación: consciencia. De allí la función de la mirada - tan trabajada en
para Lacan, ese núcleo ha de ser designado como real, en tanto este seminario como uno de los "objetos a" - que interviene Y
"la identidad de percepción es su regla". Siendo percepción y
subvierte el campo de la percepción.
consciencia no idénticos. La mirada sólo se nos presenta bajo la forma de una
Lo real del sujeto resulta ser siempre lo más cómplice extraña contingencia, "simbólica de aquello que encontramos
de la pulsión, por su relación con ella, y porque como dijimos, en el horizonte y como tope de nuestra experiencia, a saber, la
siempre se trata de un mal encuentro. Esto es la tyché en tanto falta constitutiva de la angustia de castración" (Lacan). Re-
encuentro con lo real. A diferencia del concepto en Aristóteles: cordemos que es el complejo de castración aquello que orga-
para el filósofo la tyché sólo puede provenir de un ser capaz de niza la evolución del niño, no en forma lineal sino en forma de
elección, no entonces de niños, animales u objetos. No es así operaciones simbolizantes, resignificando los "estadios" libi-
por supuesto, la tyché de Lacan: quién más que el niño se de- dinales anteriores. Es decir que, por ejemplo, el objeto a no es
bate en lo real. Sino, estaríamos, no sólo en el campo del análi- el origen de la pulsión oral. No se presenta, dice Lacan, como
sis pedagógico desexualizado de Anna Freud frente a Melanie "el alimento primigenio". Se presenta más bien porque no hay
Klein, sino en el campo segregatorio de aquellos restaurantes alimento primigenio alguno. No hay un objeto del mundo que
europeos que colocaban carteles de (mito urbano o no tanto) conesponda a una pulsión y que brinde su satisfacción. La
"prohibido entrar con perros, niños, o rumanos". Más allá de pulsión oral, por ejemplo, no se satisface nunca por un alimen-
este dislate, no son pocas las prácticas actuales que, sin admi-
to concreto, así sea la leche o el pecho maternos; no se satis-
tirlo, no consideran sujetos a los niños.
150 face a no ser "contorneando el objeto eternamente faltante" .
151
Así es como no hay estadios evolutivos; no hay una relación
de engendramiento entre una pulsión parcial y la siguiente.
La noción de "posiciones" en Klein enfatiza el mismo criterio
no evolutivo. El paso de la pulsión oral a la pulsión anal no es
el resultado de un proceso de maduración; es resultado de la
intervención de operaciones simbólicas sobre lo real. A veces
se realizan en la crianza y en la vida, y a veces en el análisis u
PARTE4
otros dispositivos de simbolización.
"El ojo y la mirada, ésa es para nosotros la esquizia en
ALGUNOSAPORTESPOSLACANIANOS
la cual se manifiesta la pulsión a nivel del campo escópico",
Y POSKLEINIANOS
dice Lacan. La mirada no sólo interesa, entonces, en la fe-
nomenología de la percepción del filósofo Merleau Ponty (la
cuestión de cómo percibimos); sino que en la obra póstuma de
este filósofo ("Lo visible y lo invisible") que Lacan comenta
en su seminario, se señala un rasgo de la mirada. Esto es, que
sólo veo desde un punto, pero soy mirado desde todas partes.
El sueño, por ejemplo, se da a ver; sólo en la vigilia sabemos
que nos miran. Así, la mirada puede contener en sí misma el
objeto a. La mirada puede simbolizar la falta central expresa-
da en el fenómeno de la castración. Tenemos allí, nuevamen-
te, el encuentro fallido y siempre insistente con lo real. Los
complejos de castración y de Edipo, lejos de ser patológicos
o accidentes del desarrollo, son estructurantes del psiquismo
y organizadores de las defensas. Son en sí mismos estructuras
defensivas frente a lo real del goce, si bien estos complejos, y
todo síntoma, se fabrican con la materia prima que es el goce.

152
153
Podría entenderse también que ese real, en Klein, es lo
no elaborable de la posición depresiva y el duelo como final
CAPÍTULO'l0
.. / , ' del análisis. Coincide con una progresión de Klcin hacia el
LO REALY l :.A PULSION DE l\HJERTE:
final de su obra hacia mm versión de un sujeto incompleto y
ARTICULACIONES POSTERIORES
que nunca podrá reestablecer la unidad perdida idealizada con
A LA CAN V KLRT~
la madre de los primeros tiempos.
Como hemos señalado,@ omo tal es presentado
La discusión, diálogo, articulación, entre las teorías
lacaniana y kleiniana tiene una larga historia posterior a los por Lacan: en una perspectiva distinta de la freudiana: no e~

desamillos de ambos autores. Desde la controversia a la com- una pérdida simhólica sino algo conectado a lo real. Y Lacan
paración vemos bascular a diversos autores de estas escuelas; lo dice de manera original. Enuncia que es el reverso de la
la aiticulación, por el contrario, es menos visitada. Si bien operación que autoriza la lógica de la forclus ión, que seria el
este terna puede implicar muchas investigaciones posteriores, retomo del significante forcluido de lo simbólico en lo real. El
recorreremos ahora algunos aportes de psicoanalistas impor- duelo, que es una pérdida verdadera e intolerable para el ser
tantes en este plano (y ya citados en otros momentos de este hmnano, provoca para él un agujero en l ~J. Este agujero
libro): Jean Laplanche, Hanna Segal y Erie Laurent. ofrece el lugar donde precisamente se proyecta el "significante
J:::n este sentido, podemos intuir una nueva convergen- faltante". En el duelo así concebido, se abre un agujero en el
cia entre las escuelas que estamos examinando. Para Erie Lau- lugar mismo de la falta de significante en la lengua a partir de
renl, Lacarr radicaliza la perspectiva de Melarrie Klein con sus la pérdida de un objeto de la realidad. Hay antecedemes, según
categorías de lo real y lo simbólico para ir más allá de las re- Laurent: el objeto transicional, el Fort-Da, la desaparición del
presentaciones imaginarias del funcionamiento fantasmático. s,~ieto, la afánisis, son represen taciones en la tradición psicoa-
ütrns t.}fercnéias de Laean, que hemos explorado, pcnnitcn
nalítica de la estmctura del fantasma, que Lacan radica liza en
pensar que ese real más allá de lo sjmbúlíco, es lo que también
su definición al situarlo co mo el momento en que el suj eto se
ve en el rnso Dick, al entender que el pequeño paciente de
capta a sí mismo en el propio movim ie nto de su desaparición.
Klein vive en una realidad demasiado real, y su analista lo em-
PL\ja a lo simbólico enchLliandole esto "con total brutalidad".
El Coloquio de Marsella tic 1984
Es decir quetLacan, como dice Laurent, radicaliza la posición
kleiniana, basándose - podríamos agregar - precisamente en
En esta reunión psicolllml llic.:u podcnios ver un cruce de
los descubrimientos de la praxis de Melarrie Klein aunque
perspectivas francesa e inglc!<u rcprc~e11 lndo por Jcan Laplan-
conceptualizándola en otro lenguaje. 156
155
che y Hanna Sega!, quienes realizaron ponencias sobre la pul- Jean Laplanche nombró a su ponencia "La pulsión de

sión de muerte desde dos tradiciones. Tomamos este ~jemplo muerte en la teoría de La pulsión sexual". Este autor, quien fue

ya que la pulsión de muerte es un concepto que, podríamos discípulo de Lacan y luego se independizó creando propios,

decir, une a las escuelas francesa e inglesa en la confluencia de originales y muy influyentes desarrollos, ya trabajaba este con-

un psicoanálisis, como hemos dicho, no adaptativo. Si bien las cepto en sus obras clásicas "Vida y muerte en psicoanálisis"

posiciones teóricas y clínicas son bien distintas.


' y "Problemáticas IT1', El inconsciente y el ello". Allí, propone
Para Laplanchc, el concc.:pío d~ res- la pulsi6n de mue1te en ténninos de pulsión sexual de mue1te.

pondc a la finali dad de fonnalizar una teoría general que or- Dice en "Vida y muerfe en psicoanálisis":

ganice en un sistema explicativo más vasto la interacción de "A1ás allá del principio del placer que en 1920, un

los procesos psíquicos. Daría cuenta del dualismo pulsional año después de Pegan a un niño, introduce la pulsión

1undamemal, de la tendencia a la compulsión de repetición, <le muerte, s igue siendo el texto más fascinante y más

del origen de la agresividad y de "la primacía de la autoagresi- desconcertante de toda la obra freudiana. Jamás se ha

vidad sobre la agresividad dirigida contra otro." mostrado Fn:ud tan libre, tan audaz como en este gran
fresco metapsicológico, metafisíco y n1ctabiológico.

Dice Magdalena Echegaray. qt1ien trabajó este rema Eros, pulsión de m uc1ic, compulsión de repetición ...

("?ulsión de muerte. Notas sobre el Coloquio de M.arsella Tdea.s antiguas, aparentemente olvidadas, en particular

1984", presentación en el Colegio de Psicoanalistas, 2016). las del "Proyecto de psicología científica" vuelven a

que en el Coloquio de Marsella, las preguntas que orienta- surgir aquí, renovadas. Más que nunca el problema del

ron las controversias fueron: la de la si pulsión de muerte es un "biologismo" freudiano nos acosa por todas paites."

concepto necesario que nos pennite comprender el conflicto


puJsional; si permite otorgar lodo su peso a la idea de muerte Laplanche se mueve aqLLi en el marco de su idea de

en la actividad psíquica, y si puede explicar los límites de la "trabajo del psicoanálisis": poner a trabajar a los autores y sus

acción terapéutica o dar razón de estructuras psicopatológicas conceptos (así como decimos que la madera " trabaja" por las

inexplicables con el modelo del conflicto neurótico solamen- noches). Fiel a su propuesta propone poner a trabaj ar a Freud.

te. Ya que, dice: ;'los puntos de vista divergentes en el Colo- En este sentido, no se puede adoptar el término "pulsión de
quio ilustran sobre las contradicciones que el concepto Jleva mue1te" dotándolo de un contenido (por ejemplo1 agresividad)

en sí desde su origen". que no responde a lo planteado por Freud ni a la función de


esta noción dentro del pensamiento freu diano. í.aplunche sos-
~ '7
l .;, 158
tiene que la traducción de trieb por "instLnto" no sólo es in- el que tiende sin cesar a ser recubierto en la evolución del
psicoanálisis".
exacta (IIanna Segal desde la escuela inglesa sostiene lo mis-
mo), sino que es contraria al pensamiento de Freud. Señala
que la "1nuerte" en la "pulsión de muerte" no es la muerte del Se recupera la cuestión central de lo no ligado (podría-

organismo sino la muerte de este organismo que, en d ser hu- mos decir en los términos de este libro: lo no s imbolizado), lo

mano, representa los intereses del organismo biológico. demoníaco gobernado por el proceso primario y la compulsión

Dice al respecto Magdalena Echcgaray: de repetición, que implica la pulsión de muerte.

"Parn Laplanche lo fundamental de la afirmación de Laplanche sostiene: "La pulsíón de muerte no tiene energía
la pulsión de muerte es lá en la idea de que esos obje- propia, su energía es la libido. O m~jor dicho, la pulsión de
tos fuente u la vez estimulantes y atacantes se vuelven mu erte es el alma misma, el principio constitutivo, de la circu-
primeramente contra el sujeto y su energía es excita- lación libidinnl ".

ción que reclama satisfacción por Ja vía más breve,


permanece estancada en él, antes de ser de.flexionada Hanna Segal; por s u parte, nombró a su ponencia en
al exterior. Es la tesis del "masoquismo primario" u el Coloquio: "De la utilidad clínica del concepto de instinto
"originario". F.1 momento de deflexión de ta pulsión de muerte" (aunque, como anticipamos, prefiere la traducción
en el objeto no supone una íntencionalidad de placer de trieb por pulsión, equivalente al ing lés drive). Recordemos
agres ivo, sino una descarga que de permanecer en el que para la escuela inglesa el inconsc iente está activo desde
interior seria auto(fostructiva. los comienzos de la vida y sus elementos son las fanlasías in-
Es a la ve:t. la tesis de la constitución de la pulsión conscientes y las relaciones de objeto. La fantasía es la ex-
como objeto atacante interno, la fuente de la pulsión. presión psíquica de las pulsioncs. Ya expresamos largamente
Constitución del cuerpo exlraño in terno, excitante des- también la función de las ansiedades y sus defensas. Señala.
de el interior". >.1agda1cna Echcgaray:
" Respecto del ~ntc5ife mu ~ Klein sostuvo con
Decía Laplanche en 1981 qne la pulsión de muerte no vigor que es un concepto clínico, seguramente sien-
es un agregado a la leoría de la sexualidad, sino su profundiza- <lo fiel a f reud cuando díce que fueron hechos de la
ción. "El descubrimiento del sadismo y de la sexualidad son, clínica los que lo llevaron a formular un más allá del
de manera escandalosa impugnables, pero al mismo tiempo principio del placer: la repetición de situaciones que
ineluctables( ... ) Es este aspecto escandaloso de la sexuali dad nunca fueron placenteras para ninguno de los sistemas
159 160
psíquic0s; los sueños de las neurosis trauináticas. Este mos ver sus manifestaciones en estado puro, Sega] afirma que
es uno de los puntos que han suscitado gran polémica " con frecuencia es posible detectar la operación del instinto
entre otros psicoanalistas que no ven en la clínica una de muerte en estado casi puro en su conflicto con las fuerzas
expresión directa de la pulsión de muerte. El modo en de la vida -más que en su fusión-, y esto no sólo en el psicóti-

--
que Segal presenta su ponencia, a través de tres viñetas
clínicas, es coherente con el modo de pensar la pulsión
co". De allí que ella, como tantos autores k lcinianos, observan
con asiduidad pacienles muy perturbados, aunque no estricta-
de muerte: se puede "ver" en la clínica. Laplanche mente psicóticos.
afirma que "el aporte kleiniano puede ser considerado En los casos que Segal expone en el Coloquio, ve la
como la contribución clínica más fundamental a la teo- acción de la pulsión de muerte en diversas modalidades clí-
ría de la pulsión de muerle." La fantasía inconsciente 1úcas de presentación: fantasías transferenciales sádicas o
en tanto representación mental del instinto, se presenta masoquistas, somatizacioncs, angustias hipocondríacas,
en las asociaciones de los pacientes". sueños. Interpreta en términos de deseos las fantasías tanto
libidinales como agresivas. Por ejemplo, en un caso, dice de
Para la escuela kleiniana, de la cual Sega! se considera una paciente que trae asociaciones sobre lluvias radiactivas:
guardiana, el origen de [os instintos o pulsiones es constitucio- "( ... ) la amenaza de la muerte ern sentida como pro-
nal. Señala en este Coloquio qLie el nacimiento nos depara la veniente del exterior( ... ) Creo que en el curso de la

experiencia de las necesidades y que puede haber dos reaccio- sesión entró en contacto con una expresión casi directa

nes en relación con esta experiencia, y ambas están presentes de su propio deseo de aniquilación total del mundo y

en cada uno de nosotros, aunque en proporciones variables. de sí misma, lo que atenuó inmediatamente el senti-

Una de estas reacciones consiste en buscar la satisfacción de miento de persecución y le hizo aprehender la realidad

las necesidades: es la sed de la vida la que conduce a la bús- psíquica de sus propias pulsiones . El impacto de esta

queda del objelo de amor. La otra es la tendencia a aniquilar, la toma de conciencia y el alivio que lo continuó fueron

necesidad de aniquilar el sí mismo que percibe y experimen- asombrosos y duraderos( ... ) Una confrontación con el

ta, así como todo lo que es percibido. Esta aniqui lación de la instinto de muerte,. en circunstancias favorables, movi-
liza tmnbién el instinto de vida".
experiencia percibida, agregamos, es un punto presente en las
psicosis.
fa; decir que, p ~ el instinto de muerte es silen-
Si bien para Freud la pulsión de muerte tiene una pre-
cioso hasta el momento en que una situación clúüca lo devela.
sencia silenciosa en el organismo y por lo tanto nunca poclría- 162 .
161
Es su propia teorización lo que hace ver esta presencia o vice- vez lndudable los aportes novedosos tanto de Lacan como de
versa, esto es de difícil delimitación. En efecto, Segal sciíala: Klein. Esta exigencia de trab(\jo en Klein, es parf! Laplanche,
"Creo que utilizo el termino narcisismo de manera muy dife- "el reconocimiento del mundo inconsciente, que es algo com-
rente que los franceses( ... ) yo considero, por mi parte, que el pletamente diferente del cako olvidado de nuestra infancia,
narcisismo en su conjunto está fundado en la pulsión de muer- es el reconocimiento de la verdad de la pulsión." Agrega: "Si
te". Pata Laplanche, en cambio, la pulsión de muerte es en se toman los primeros descubrimientos de Frcud sobre§
Freud no un complemento a la teoría general ele la sexualidad, xuaÍida ésta es inseparable de la . ación de cuerpo extraño
sino su profundización, y afirma que fue Klein quien le dio mterno El cuerpo extraño es un excitante desde el interior".
toda su amplitud a ese descubrimienlo. No es la primera vez Y en el mundo interno, para Klein - segú:n Laplanche -: "está
que destaca Laplanche aquello que de Klein debe ser puesto ( ... ) la misma introyección del objeto perdido, bajo la forma
en valor, puesto a trabajar. Recordemos que este autor francés de objeto atacante, perseguidor interno ( ... ) no existe simbo-
se ha preguntado irónicamente si hay que ''quemar a Melanie lización de la ausencia; la ausencia del objeto satisfactorio de-
Kleí n", para responderse por el contrario que hay que rescatar posita en el sujeto un doble clivado atacante y malo. Cada vez
a esta brl\ja genial, a esta "helleza negra", como se la llamaba que el objeto pacificador se al~ja es el objeto excitante el que
en tiempos de Lacan. lgualmt::nte, para Laplanche, el de.scu-
. se interioriza''.
brimiento de Kleln de sadismo es una profundización, una re- Se podría entonces equiparar aqtú la pulsión sexual
novación del descubrimiento originario, el descubrimiento de de muerte en tcrminos de Laplanche, con los objetos internos
los Tres Ensayos, es decir el descubrimiento de I~ - mortíferos de Melanie Klein. Señala el francés que: "Melanie
~ Al respecto, agrega que es necesario señalar que el Klcin desarrolló cLinicarnente el descubrimiento de Freud ( ... )
~ o es planteado por Klein en el origen antes que el amor, es a través de un concepto como el de introyección primaria,
"exactamente como la sexualidad es planteada por Fre11d en el es decir> por el proceso que transforma o~íctos externos en
origen antes del amor de objeto." objetos internos completamente diferentes y atacantes, que se
Para . Laplanche, las exjgencias de "trab,;jo" en la,; puede encontrar la articulación entre la pulsión de muerte de
obras de fre1.1d y Klein, más allá de sus discordancias, se pro- Freud y el pensamiento de Klein".
fundizan una a otra. Esto concuerda con lo que la propia Kleín
se atribuía (al igual que Lacan): ser estrictamente freudiana. Podemos finali7..ar estas articulaciones con 1ma expre-
Aunque es innegable que mantienen viva la antorcha ele un sión de la ya citada Echcgaray, que reúne bien lo que hemos
psicoanálisis atrevido y políticamente no conformista, es a su querido plantear en este capítulo: que una articulación no .im-
163 164
plica identidad, sino una puesta en trabajo . Dice: "tanto Sega! ~APÍTULO'TI')
como Laplanche piensan la angustia como producto del ataque ~ .\.CANV\.VJNNICOTT: ARTICULACIONF:S.
pulsionál sobre el yo. La diferencia está en el origen que cada I Sl•EJO, SELFY TRASTORNOS TEMPRANOS
uno atribuye a la auto-destructividad primera. Para ambos la
angustia es la respuesta del Yo al contacto con la pulsión des- Veremos a partir de ahora cómo se inserta Winnicott en
pcdazantc, desbordante, aniquilante. Es angustia de aniquila- la tradición de la escuela inglesa y su articulación con la fran-
miento( .. .)". ces~, y cómo - más a<lelanle en este libro - podremos agregar
a Wilfred Bion.
Una introducción de esta prute nos la proporcion~ me-
jor de lo que podríamos expresarla, un pensamiento <le] psi-
coanalista francés André Green (1991) :
"( . .. ) t uve frente a mí dos perspectivas de investiga-
ción. La primera era la perspectiva local, francesa, a
través de la obra <le Lacan que, en el momento en que
seguí su seminario, se presentaba como una obra de
gran cuestionamiento teórico en el seno del psicoaná-
lisis, y que efectivamente cuestionó cierto· número de
cosas y fue la ocasión de numerosos apo1tes y rc11ova-
cionc~ que me interesaron mucho. Y por otro lado - y
cslo me sucedió m6s recientemente - comencé a tener
contacto con analistas ele Gran Bretaña. Y aquí el des-
cubrimiento fue de otra naturaleza. Noté que el lengua-
je que hahlaban aportaba un esclarecimiento directo a
mi experiencia de psicoanalista, mi práctica; y al mis-
mo tiempo noté una forma de concebir las cosas que
era muy diferente de la manera francesa, es decir más
empírica y más pragmática. ( ... ) Y por otro lado descu-
brí algo que no imaginaba descubrir, es decir que en el
167
165
ámbito empírico-pragmático general había, de hecho, de los niños y sus movimientos tempranos, la obra de Winni-
dos teóricos de gran valor a quienes los ingleses no ha- cott se construye alrededor de la parte que no privilegió Klein
bían comprendido bien. Eran Winnicott por una parte (aunque \a observó y la describió en varios casos). Es decir, el
y Bion por la otra. Ambos se revelaron como pensa- mundo externo. Allí donde la teoría kleiniana veía primordial-
dores de primer orden. ( ... ) que ciertamente no obede- mente proyecciones ( el mundo externo es una proyección de
cían al estilo filosófico de Lacan pero cuya riqueza de una realidad coloreada según las fantasías del mundo interno),
conceptos era un formidable estímulo para el espíritu. Winnicott aprecia cuál es el papel del mundo externo. Esto
( ... ) se los veía abrir perspectivas, aclarar campos que explica la incidencia de un autor como él en la actualidad, su
habían quedado oscuros ( ... )" (En "Reportaje a André vigencia y su utilidad para resolver situaciones clínicas diver-
Green", Revista Zona Erógena, número 7, 1991, p.47). sas O no tradicionales, institucionales, escolares, etc. Es decir,
para ampliar el campo de acción del psicoanálisis, más allá del
En principio, por lo ya señalado, los comienzos de la encuadre de consultorio. Aspiración de ampliar el legado freu-
obra y la práctica de Winnicott son tributarios de la influencia diano que lo sitúa en un punto de contacto con Lacan y Klein:
de Melanie Klein. Por una cuestión geográfica (Inglaterra), y el psic~análisis es así una praxis, una herramienta Y un dispo-
de raigambre (escuela inglesa), Winnicott se interesa vivamen- sitivo flexible técnicamente, aunque riguroso teóricamente. Y
te en la teoría kleiniana, realizando más adelante sus noveda- eficaz en el análisis y la resolución de dificultades graves o no
des y originalidades. En eso, Winnicott sigue una orientación clásicas en niños, en pacientes severos o vulnerables, en situa-
de la escuela inglesa: la tradición no está para reverenciarla ciones grupales, familiares, institucionales, etc., tanto dentro
sino para referenciarse, y desde allí hacer evolucionar al psi- como fuera del consultorio. En este sentido, nunca dejó de ser
coanálisis con novedades teóricas y prácticas. Desde lo teórico un pediatra, un médico de hospital público, tanto como un psi-
y práctico, como Klein, Winnicott se interesa por los niños y coanalista y un teórico.
por el desarrollo temprano. Sus experiencias en la atención de Un aporte muy interesante en su práctica es lo que
niños afectados por situaciones sociales (luego de la guerra) Winnicott entendía como la "consulta terapéutica". Por las ca-
hacen que se especialice en la comprensión de lo traumáti- racterísticas de su práctica, muchas veces un análisis con un
co y de cómo el ambiente tiene una importancia central en el niño no es posible o no es indicado. Por ejemplo, el paciente
desarrollo infantil. Todo autor trascendente hace foco en algo vive lejos, no se podrá trasladar, no tiene recursos económi-
que se convierte en su aporte a la historia del psicoanálisis. cos, todas cuestiones presentes en la población que veía el
Así como Klein observó con interés clínico el mundo interno analista inglés ... y que vemos nosotros hoy: las restriccio~~i
168
materiales del hospital público o las temporales de las obras
salud mental, y la propuesta de la psicoterapia breve o mercan-
sociales o las prepagas, que estipulan un tope de sesiones; o
tilizada expulsa estas dimensiones de lo humano. Como los
la particularidad de la consulta en poblaciones sin tradición
grandes maestros del psicoanálisis después de Freud (Lacan,
psicoanalítica. Esta consulta terapéutica libera al analista de
Klein, Bion) Winnicott amplía el campo de lo analizable: no
una especie de superyó teórico o del encuadre, y le posibilita
sitúa del lado del paciente la no analizabilidad, sino que sigue
intervenir desde lo posible en cada caso, pero - especialmen-
al paciente en sus posibilidades, su lenguaje, en definitiva, lo
te - desde lo singular de cada caso. Lo cual libera también el
que es central para él: su juego. Hay análisis o consulta tera-
potencial de creatividad del paciente, y el posible encuentro o
péutica para Winnicott, sólo cuando analista y paciente pue-
"comunicación" que Winnicott privilegiaba. Por ejemplo, con
den jugar un juego en común.
los niños, convierte este encuadre aparentemente limitado a
Dada esta situación, Winnicott evaluaba que debían
una sola consulta, en una experiencia con un potencial, ya que
darse estas condiciones: el ambiente familiar debía ser lo su-
algo de la subj etividad que se despliega en todo encuentro hu-
ficientemente facilitador o bueno, como para que lo trabajado
mano es recibida y trabajada con las herramientas del psicoa-
por el analista en la única consulta tuviera algún efecto poste-
nálisis. Por ej emplo, su técnica del "garabato" está inspirada
rior. De no ser así, este dispositivo no tendría mucho efecto.
en estas ideas: a un garabato inicial que hace el terapeuta, el
En la misma línea consideraba al papel de la escuela. Dadas
niño continúa dibujando encima y así se construyen dibujos
estas apoyaturas, entendía que podría intervenir y delegar en
conjuntos y originales de a dos. No hay un "a priori" de algo
esas otras instancias la continuación de sus intervenciones y
que el niño tiene y el analista diagnosticará: el diagnóstico es
orientaciones.
en transferencia y en la inmanencia de la situación que se ge-
¿Cómo trabajaba en esta única consulta? Con sus
nera allí "entre" ambos.
herramientas habituales: el juego, la técnica del garabato, la
Es decir, lo humano de la subjetividad desplegada no
asociación libre adecuada a la edad del paciente, la participación
está ausente porque haya pocos encuentros (por supuesto que,
en algún pasaje de los padres o de algún pariente. Luego,
si hay más frecuencia de encuentros, más se desplegará), sino
continuaba el contacto y la orientación a la familia por carta
que hace aparición si hay un dispositivo que no eApulsa lo que
o en visitas que en años posteriores podían volver a hacerle.
el psicoanálisis ve en lo humano: sexualidad infantil, transfe-
A su vez, ponía en juego su propia atención flotante
rencia, inconsciente. Una gran enseñanza winnicottiana para
como en cualquier sesión psicoanalítica, sin apresurarse a ha-
pensar hoy en una postmodernidad capitalista donde la idea
cer interpretaciones "brillantes" (a pesar del poco tiempo con
de rendimiento y productividad también llega al campo de la
170 que contaba una única ocasión). Confiaba en su escucha y
' 171
en las capacidades del niño de mostrar su punto de urgencia,
que se genera- justan1ente - entre ambos, dependerán en gran
siguiendo en esto a Melanie K lein en el sentido de interve-
parte las bases de la salud mental del sujeto. Salud mental que
nir en el punto de mayor ansiedad sea cual sea la cualidad
no es para Winnicott sólo la ausencia de enfermedad o psico-
de ésta. En este sentido, hay intervenciones memorables que
patología, sino la capacidad de vivir de manera creativa.
pueden rastrearse en sus textos. Por ejemplo, una que realiza
El medio ambiente debe proveer lo necesario para
con un niño finlandés, Iiro (Winnicott había viajado para dar
la subsistencia biológica pero fundamentalmente para el cre-
una conferencia en un hospital), en la que, con ayuda de una
cimiento emocional y por lo tanto mental del bebé (lo cog-
traductora cuya presencia casi no se notó, logra establecer algo
nitivo se estructura a partir de lo emocional temprano, no es
fundan1 ental para él. Lo que llamaba la "comunicación con el
un logro cronológico). El medio posibilitará, si todo va bien,
niño", proceso que no debe ser forzado, más bien debe no ser
el despliegue de lo que son las potencialidades heredadas. La
impedido para que florezca. Allí, con la técnica del garabato,
capacidad de la madre de estar atenta a las necesidades del
logra intervenir sobre un punto de urgencia en la ansiedad del
bebé, de ponerse en su lugar en el sentido de considerarlo otro
niño, y con la posterior orientación a la madre, consigue cier-
ser distinto de sí misma, es para Winnicott la llamada "preo-
tos reacomodamientos en el niño y la estructura familiar (es
cupación maternal primaria" . De allí que propusiera llamar a
notable cómo la madre pide hablar con este médico llegado de
la posición depresiva de Klein "estadio de la preocupación".
Inglaterra y le cuenta por primera vez secretos de su historia
Condición fundamental para la crianza, y disposición similar
y de su vida sexual, que hacen al síntoma del niño - ver en
a la atención :flotante y sostén del analista con el paciente. Es
"Clínica psicoanalítica infantil", p.33 -).
un punto de contacto con la posición depresiva, ya que Winni-
La ampliación winnicottiana al legado de Klein con-
cott tardó mucho más en aceptar la noción de posición esqui-
sistió en dar cabida a la influencia del medio ambiente en la
zoparanoide de Klein (ella bromeó acerca de que Winnicott
constitución del psiquismo individual. De allí su idea de que
terminaría aceptando algún día la posición esquizoparanoide,
"los bebés no existen ". Sólo podemos pensar en un bebé en
ya que tardó veinte años en aceptar la depresiva).
relación con su otro significativo primordial, o con una Otre-
Para el bebé, sabemos, la madre no es una unidad
dad fundamental que lo antecede (Lacan), que para sintetizar
dada. Tampoco él se percibe como una unidad. Al principio
y por razones estadísticas llamaremos su madre, aunque sabe-
hay una indiferenciación (yo-no yo, madre-bebé), pero luego
mos que lo que la convierte en madre no es una biología sino
de esto, en las primeras impresiones, para el bebé la madre no
lo simbólico. La madre, para Winnicott, representa en primer
es una persona única. No existe el "madre hay una sola", ya
lugar ese medio ambiente, y de esa relación, de ese "entre"
172 que para el bebé hay una madre en los momentos de calma
173
y otra en los momentos de tensión, como para Klein había edad", señala Tagle, a cuyo libro remitimos para explorar otras
pecho bueno y pecho malo, idealizado y persecutorio. En am- invenciones de Winnicott como "la deprivación" (entidad clí-
bas concepciones, la integración de los aspectos escindidos o nica en la que la crianza de un niño o niña comenzó bien, pero
disociados, es un logro del crecimiento mental. Pero la ma- algo le fue quitado, e implica una clínica distinta de la de los
dre debe sobrevivir a esta doble situación: sigue existiendo neuróticos y los psicóticos); "la esquizofrenia con tendencia a
en ambos momentos, y devuelve, en los momentos de tensión la recuperación espontánea", las concepciones sobre el valor
(por las angustias primarias que siente el bebé, la vivencia de la depresión, etc., y otras de similar originalidad. Veremos
de desintegración que lo inunda) la calma y la contención de algunas de estas en el Anexo.
sus tensiones. La agresividad, en este sentido, se deriva de la En estos desarrollos se inscribe la idea del "uso del
motilidad del bebé, de su primera relación con el mundo. Es objeto". Para la teoría kleiniana, en la relación de objeto, hay
necesario que el bebé, luego el niño, viva esta experiencia Y una proyección del bebé, que le asigna cualidades (buenas,
que ésta sea contendida por otro. Esto evitará situaciones gra- malas, parciales, totales). En cambio, el "uso" del objeto, para
ves posteriores. Por ejemplo, es común ver que un adolescente Winnicott, implica la reducción de la omnipotencia, ya que el
tiene actitudes. más agresivas en casa que en el afuera: esto objeto seguirá existiendo más allá de las acciones del bebé:
es un paso necesario porque en ese lugar percibe que puede tiene continuidad, la destructividad que se siente no se concre-
desplegar esta variante de la emoción humana sin destruir ni ta ni hace desaparecer al objeto. La culpa y reparación propias
ser destruido. Este tipo de modulación de la experiencia de la de la posición depresiva descripta por Klein, son aspectos to-
agresividad tiene su base temprana e infantil: su falla es un mados también por Winnicott, quien extenderá su concepción
aviso de psicopatología. Esto podemos observarlo en fenóme- de la depresión como oportunidad de reconocimiento, repara-
nos como la llamada tendencia antisocial ( que hace decir a ción y salud.
Winnicott que la delincuencia juvenil es un signo de esperan- La observación de bebés y de la relación con sus ma-
za). Desbordes sociales o clínicos que llamarán a "la indispen- dres, que en la consulta pediátrica Winnicott realizó por miles,
sable sobrevivencia del analista en su función de tal" Y sin la más la clínica psicoanalítica con niños y la reconstrucción de
cual "las interpretaciones caerán en saco roto y nunca se sal- las experiencias con los adultos, permitieron a este psicoana-
drá del ámbito de las actuaciones" (Alfredo Tagle, "Del juego lista descubrir fenómenos poco observados hasta ese momen-
a Winnicott. Una revolución silenciosa", p.50). La tendencia to. Por ejemplo, observa que los bebés se estimulan la zona
antisocial "no se trata de un diagnóstico, se la puede encontrar erógena oral, chupándose el pulgar o el puño, y unos meses
en una persona neurótica o psicótica, y también en cualquier después encontrarán placer al jugar con juguetes o muñecos.
174 175
Veremos más adelante cómo Lacan destaca esto. El primer descripción fenoménica, el objeto hace su aparición entre los
momento descripto es autoerótico, mientras que el segundo ya 4 y los 6 meses de edad (véase la interesante coincidencia con
presupone la relación con el mundo exterior. Para Winnicott la cronología del estadio del espejo en Lacan, y de la posición
este no es un pasaje natural, ni dado por el mero paso del tiem- depresiva en Klein), hasta los 12 meses y puede persistir en la
po. Entiende que existen fenómenos u operaciones del sujeto, niñez. Algunos niños lo pueden recordar más adelante, pero su
pensadas en la relación bebé-madre, y se propone estudiar qué destino es el olvido, simplemente cae. Pronto, innicott ha-
hay en medio de esas dos instancias: el mundo subjetivo del blará de los~ nómenos transicionaf~ ya que la importancia
chupeteo y el mundo objetivo del jugar con objetos reales. Es de este objeto no es la aparición de uno más en una colección
así como teoriza la existencia de un espacio intermedio. El de objetos psicoanalíticos o una simple anécdota observable,
pasaje se produce así: a ese chupeteo autoerótico lo empieza a sino en que es la representación de un espacio mental que se
acompañar, muchas veces en el momento de irse a dormir, una inaugura en el bebé, y que es índice de un desarrollo favorable
actividad: el bebé manipula algún pedazo de objeto exterior, y condición de logros mentales futuros. Dice: "lo que estudio
como puede ser una parte de una sábana o frazada, un trozo en esta parte de mi trabajo no es el trozo de tela o el osito
de lana o de alguna ropa, etc. Luego, se observa que esto no que usa el bebé; no se trata del objeto usado como del uso de
es casual ni aleatorio, sino que es repetitivo y tiene un sentido. ese objeto ". Esto hace a una paradoja descripta por Winnicott:
Entonces, se puede suponer que ese trozo de frazada, que no es este objeto es creado por el bebé, pero sin embargo lo preexis-
el sujeto mismo del autoerotismo, ni un objeto exterior; que no
te.
es ni de adentro ni de afuera del bebé; que no es ni la madre - Entonces, no es el objeto en concreto sino la transi-
de quien necesitaba una presencia total y permanente a riesgo ción que representa: será lo primero que iniciará del lado del
de creerla perdida - ni algo totalmente ajeno a ella (porque es bebé el camino de la independencia; le permitirá comenzar a
algún desplazamiento de la misma, cercano pero no idéntico alejarse de la madre en la medida en que ella queda represen-
como lo revela el tipo de nombre que muchas veces el niño
tada en ese objeto que significa su desplazamiento. Es un paso
le pone al objeto); reiteramos entonces, ese "ob'eto" es algo
constitutivo y necesario para poder pasar luego a una relación
intermedio. Witmicott lo llamará 'objeto transicional" or con el mundo exterior (por ejemplo, la relación con los jugue-
su carácter de transición entre esas instancias (sujeto-objeto; tes, con el jugar, y con los otros no primarios) y a una salida
madre-bebé; interno-externo). Es el gran descubrimiento win-
de la etapa de la dependencia absoluta a una de dependencia
nicottiano, pero no por el objeto en sí, sino por la variedad de
relativa.
fenómenos para explicar lo humano que esto posibilita. En la
176 177
Es importante el concepto mismo de ~ de objeto transicional, es un indicador clínico: no sólo por lo
~ una zona de fenómenos humanos que permiten este pa- fenoménico, sino por la dificultad que indica para constituir
saje y que a su vez implica la creatividad, porque al objeto la zona transicional, cuestión que define la posición clínica a
transicional el niño lo crea, aunque ya exista en el mundo. Su
advenir.
relación con el mismo es particular, especial: no es un objeto Asimismo, la presencia del juego también es un indi-
más; el niño o niña reacciona con angustia ante su desapari- cador clínico central para el dia nóstico en transferencia de
ción o ante la interrupción de la relación (por ejemplo, cuan- un niño. Nos referimos juego simbólico no sólo a un ejer-
do se lo lavan o retiran por alguna razón). Esto produce una cicio motriz, tanto sea ese juego 1mcial autoerótico como al
discontinuidad en la experiencia de existir; por eso, intuitiva- que luego se desarrollará a través del objeto transicional Y con
mente muchas veces los padres lo dejan ser y no lo quitan para la llegada a los juguetes que representan el mundo, el juego
guardarlo o lavarlo. reglado, el juego con los otros. Así, más que categorías diag-
Lo transicional significa entonces que el ser humano nósticas a priori, la presencia o no del jugar es orientadora de
tiene una tercera zona de existencia, ni externa ni interna, don- la formación clínica del niño en cuestión.
de se aloja en lo temprano ese objeto particular, y luego en mmcott aprovecha la distinción que el idioma in-
la vida todos los fenómenos que implican la creatividad: el glés posibilita entre "playing" Uugar) ~ U _uego regla-
arte, el juego, la creación científica o cotidiana, la religión, do); distinción que no está en nuestro 1d1oma. As1, el uso del
el anior. La posibilidad de transitar esa zona hace a la salud gerundio, también da cuenta de un proceso, de algo que está
mental al sentimiento de vivir una vida real, en contrario a las ocurriendo y se está constituyendo, y no de algo dado o ter-
'
configuraciones c o m o ~ índice de dificultades en minado. En general en su obra esto tiene una connotación de
la formación del psiquismo, una especie de coraza, un "como proceso (recordemos "holding", o "handling", por ejemplo).
sí", una existencia que el sujeto siente como irreal, pero es lo El juego será entonces zona intermedia, creación, lazo al otro,
único que tiene en lugar de enfrentarse a un abismo de desinte- que extenderá aún al análisis y la psicoterapia: ésta es un juego
gración. Una suerte de defensa estructural muy primitiva ante que dos jugarán juntos. Si no hay capacidad de desplegar esa
la psicosis. Es una aparente normalidad para un plano superfi- zona, no se "jugará" un análisis y éste no será posible. O el for-
cial de la existencia, pero una incapacidad profunda de sentir mar y construir esa zona, si la situación psíquica del paciente
emociones o de atravesar conflictos propios de cada etapa de es precaria, es la tarea previa que hará posible el análisis. Dice
la vida. Conlleva un empobrecimiento de la capacidad crea-
en "Realidad y juego":
tiva y por lo tanto de la salud mental. La ausencia, entonces,
178 179
"La psicoterapia se realiza en la superposición de las será el indicador para el bebé o el niño, de cómo es el mundo,
dos zonas de juego: la del paciente y la del terapeuta. 0 en última instancia, de cómo es él o qué es para otro. Esta
Está relacionada con dos personas que juegan juntas concepción relacional hace que la cualidad de lo que "devuel-
( ... ) Cuando el juego no es posible, la labor del tera- ve" la madre ante las ansiedades del bebé, será fundamental
peuta se orienta a llevar al paciente, de un estado en y decisivo para la construcción del yo del niño. Somos en los
que no puede jugar a uno en que le es posible hacerlo otros, somos lo que de nosotros vemos en ellos.
( ... ) Si éste último (el terapeuta) no sabe jugar, no está En este sentido, la mirada materna funciona como ilu-
capacitado para la tarea. Si el que no sabe jugar es el siones que luego el niño podrá reemplazar. La permanencia
paciente, hay que hacer algo para que pueda lograrlo, en esa captura es tan nociva como las fallas precoces. El falso
después de lo cual comienza la psicoterapia... " selfentonces es una defensa ante los otros. Una sobrecompen-
sación digna de un falso selfpodría ser "la infatuación intelec-
A Winnicott no le interesa el juego como técnica sino tual que aleja al infatuado de esos 'otros reducidos imaginaria-
como proceso. Esto explica la mejoría de algunos niños en mente'", como señala Carlos Quiroga (2011, Ficha de Cátedra
pocas entrevistas, ya que el jugar en sí es terapéutico y muchos UNLZ), quien agrega al respecto de esta articulación:
niños van a sesión directamente a jugar y parecen ser ajenos "En verdad resulta que, si la madre da cuenta de "un
a las interpretaciones verbales. Como lo consideraba Melanie deseo" más allá de su cría, la operación se cumple.
Klein, el juego es además una intervención en sí misma, un Pero más allá de esto, si la madre puede otorgarle al
proceso elaborativo en acto. El analista de niños debe ser un niño un verdadero "don", un verdadero "regalo", la
objeto disponible para ser "usado" por el niño. operación estará más que cumplida. Por ejemplo, si
En la teoría de Winnicot el espejo también hace su la madre le otorga al niño un regalo que "en verdad
aparición. Así lo desanolla en "Papel e espejo de la madre y la sustituya" eso le dará al niño un importante "grado
la familia en el desarrollo del niño" (en "Realidad y Juego", de libertad". Es lo que el gran psicoanalista Winnicott
1971 / 1991): la madre, para él, cumple un "papel de espejo". llamó "el objeto transicional": un espacio libre de con-
En su rostro se reflejará algo que será captado por el bebé flicto. El niño, dice Lacan, hace de ese pequeño objeto
como primeras impresiones del mundo exterior. Por ejemplo, "sin valor" la "condición absoluta" de su deseo. ( ... )
una madre deprimida (y no temporalmente como una emoción El niño con su "regalo que sustituye a la madre, más
propia del post-parto, sino severamente deprimida, desconec- específicamente a su tiránico yo ideal, causa última de
tada o con fallas narcisistas, como en la psicosis puerperal) los celos" ¡puede hacer lo que quiera! Morderlo, es~~i
180
pirlo, mimarlo, hacerlo llorar, consolarlo, es decir, ha- uso de la concepción del espejo es distinta de la del "Doctor
cer con la imagen tiránica lo que quiera. En ese juego, Lacan", es indudable que ambos le otorgan no una función
fundará una conquista invalorable de su constitución." evolutiva o meramente empírica, sino estructurante de la sub-
jetividad. El estadio del espejo interviene en la constitución
Y en una interesante articulación Lacan - Winnicott, de la subjetividad, no es una mera prueba o reproducción de
agrega: la realidad.
"es la madre la que en primera instancia demanda a En la vía de esta articulación, señala también el autor
su cría que coma. Y es ella la encargada de "traducir" Alejandro Varela (En el artículo " Winnicott y el espejo", en
sus primeras necesidades. ( .. .) La madre que nombra revista Psicoanálisis - Vol. XXXIX - n. 3 - 2017 - pp. 501-
a su hij o por el nombre que se le ha donado o le regala 520): "una manera de concebir el mencionado estadio del es-
un juguete que puede sustituirla, está reconociendo a pejo por Lacan cuando desplaza la imagen real del hecho de
su hijo como él mismo ( ...) Winnicott afirma que las corresponderse con el lugar del Ideal, sustituyéndolo por el
capacidades cognitivas de una persona dependerán de objeto a, da contenido al mencionado gesto ético. El modo en
que no hayan 'fallas precoces' en la construcción de que Winnicott ubica el rostro de la madre como precursor del
nuestro Self. (.. . ) las necesidades del Self no son las espejo, la demanda de asentimiento, esencial en el estadio del
que imperan por las pulsiones, sino que son necesida- espejo en Lacan".
des primarias de contacto y juego, de ser identificado En efecto, así lo señalábamos respecto de esta referen-
por otro. Estas necesidades se podrán desarrollar si el cia de Winnicott a Lacan en relación con el espejo. A su vez
"ambiente" del niño es lo suficientemente continente y Lacan en "Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el
sólido. Es decir, si en un comienzo los padres se han inconsciente ji-eudiano ", de 1960, referenciaba a Winnicott de
adaptado al niño y se han separado en el momento en esta manera: "( ... ) entrevió cierto psicoanalista en su práctica
que el niño goza de cierta robustez identificatoria". del niño, nombrándolo: el obj eto transicional, dicho de otra
manera: la hilacha de pañal, el trozo de cacharro amado que no
De allí que podamos hablar tanto de un objeto tran- se separan ya del labio, ni de la mano". Vemos así estas citas
sicional, como de un ~ to transicionclf!;Jcomo rescata el mutuas en torno al espejo y a su precursor, el rostro de la ma-
mismo autor citando una expresión de Gerard Pommier (en dre. Winnicott tenía razón al señalar que la concepción Y uso
Quiroga, C. "La Necesidad del otro", 2017). del concepto del espejo es diferente en él y en Lacan; aunque
Si bien el propio Winnicott aclara en su texto que su como aquí perseguimos la articulación de ambos autores, es
182 183
dable señalar que el factor de constitución de la subjetividad y concluir que éste no desecha el espejo de Lacan sino
su efecto en el resto de la vida, que ambos asignan a la cues- que lo lleva a sus límites. Por otra parte, el pasaje al
tión del espejo, es un punto fuerte en común. uso de los objetos que se verifica a través de la agre-
Una cuestión a pensar es si el estadio del espejo es sólo sividad destructiva a la que el Otro debe sobrevivir."
una instancia alienante y falsificadora, es sólo un episodio ex-
periencia!, o es además de todo - o junto a todo esto - un arma- Esto último es lo que inmcott considerará como el
do constitutivo en el cual la subjetividad en juego nos acompa- particular uso del objeto, cuya estabilidad revierte positiva-
ña toda la vida. El desarrollo de Winmcof acerca del papel del mente sobre el niño o adolescente cuando ese objeto - padres,
rostro de la madre como espejo no es una inspiración aislada; adultos, figuras significativas - sobrevive a la agresividad que
parece significar un eslabón más en el contexto de su obra y debe contener y que viene de los niños y jóvenes, sin destruir-
parece confluir con el papel que le da al ambiente y al peso se en ese intento. Reponiendo así una estabilidad simbólica en
de la concepción de que nos constituimos a través de otro. Yo el sujeto que se constituye. Nos plantea esta cuestión el citado
es otro, al decir de Lacan. Winnicott, en estos desarrollos, se Varela: "( ... ) ¿qué debe ver el niño en el rostro de la madre
pregunta insistentemente por la realidad del ser humano: qué para que se consolide la experiencia del objeto subjetivo? ( ... )
es real en la experiencia, qué es real en el humano, y qué es el La paradoja fundamental , considerada innumerables veces por
sentimiento de irrealidad en el mapa de las formaciones clíni- Lacan para el establecimiento de la lógica del objeto a, des-
cas. Cabe señalar que aquí "real" no es el real lacaniano, como cansa en ese oxímoron habitual que alude a la idea de objeto
es de suponer. Aunque el plano en que se dan estos fenómenos
subjetivo."
constitutivos es ni más ni menos que lo que podemos entender Así lo considera Winnicott cuando en el texto aludido
como el registro de lo real, y el nacimiento de lo imaginario y
explica:
lo simbólico en el humano. " Un bebé es sostenido y manipulado de manera satis-
Al respecto continúa Varela: factoria, y dado esto por sentado se le presenta un obje-
"Del mismo modo, en la consideración del estadio del to de tal forma, que no se viola su legítima experiencia
espejo ( ... ) Lacan pondrá el énfasis en la demanda de de omnipotencia. El resultado puede ser que el bebé
asentimiento como el aspecto esencial de la experien- sepa usar el objeto y sentir que se trata de un objeto
cia del espejo. Habrá de ser esta circunstancia ( ... ) lo subjetivo, creado por él ( ... ) La psicoterapia ( ... ) es
que asemeja la experiencia de Lacan a lo que Winnico- un derivado complejo del rostro que refleja lo que se
tt describe sobre el rostro de la madre y que permitiría
184 Puede ver en él. Me gusta pensar en mi trabajo de este
185
modo, y creo que si lo hago bastante bien el paciente atrofiarse su capacidad creadora, y de una u otra manera bus-
enconh·ará su persona y podrá existir y sentirse real. can en derredor otras formas de conseguir que el ambiente les
Sentirse real es más que existir; es encontrar una for- devuelva algo de sí."
ma de existir como uno mismo, y de relacionarse con El niño necesita una previsión, ya que el reverso temi-
los objetos como uno mismo, y de tener una persona do es el caos o la caída. De ahí la importancia del sostén, que
dentro de la cual podrá retirarse para el relajamiento." es tanto físico como simbólico. En Lacan, esto es la demanda
de asentimiento en el estadio del espejo, o la evoca. La acción
La creatividad (elemento central de la salud mental del rostro de la madre y el lugar del objeto a descompleta una
para Winnicott) y el sentimiento de ser real en la experiencia, idea de un desarrollo evolutivo lineal o inevitable. Así, no hay
se desprenden de este desanollo y muestran su centralidad en estadio del espejo sin rostro que lo sostenga. Al respecto dice
el pensamiento del inglés. También, el paralelo entre procesos Varela: "Es importante destacar entonces que el estadio del
emocionales constitutivos y un psicoanálisis, es una constante espejo se configura desde esa dimensión que Winnicott sitúa
en Winnicott, y también en Klein y otros ingleses, y podría como rostro y que Lacan establece como la dialéctica entre el
rastrearse en Lacan. Verse y ser mirado, ver y ser mirado, son objeto y el rasgo unario".
condiciones de la subjetividad que pueden destacarse en esta En esta articulación que realizamos nos encontramos
articulación. Toda constitución es posible si se es mirado. Las con otra autora que ha investigado este cruce y es Lilia Susana
consecuencias de que una madre no pueda responder a esto Reif. En su artículo "El factor Hu - Mano (Winnicott con La-
nos envía al campo de las psicopatologías, así como las pato- can)", nos dice que la noción de objeto transicional introducida
logías del objeto transicional han sido también descriptas por por Winnicott en el texto "Objetos y Fenómenos transiciona-
,,.. Winnicott. Las variantes "psicopatológicas" de las fallas en les " de 1951 , fue recibida con gran alborozo por la comunidad
estos planos, se despliegan entre las formaciones de falso sel/, psi de la época, suceso que lejos de satisfacerlo lo convoca a
las sobreadaptaciones, los empobrecimientos de la creativi- escribir el libro "Realidad y Juego" como una ampliación del
dad, y las variedades de las depresiones (si bien en estas últi- su texto original. Fue, sobre todo, para evitar que su invención
mas, Winnicott ve siempre una oportunidad, así como Melanie caiga en la gran bolsa de la "objetología" psicoanalítica.
Klein despejó las connotaciones negativas de lo "depresivo"). La autora mencionada nos dice:
..... Concluye el analista inglés: "Muchos bebés tienen una larga "En ese sentido se puede afirmar que es Lacan quien
experiencia de no recibir de vuelta lo que dan. Miran y no se logra captar en toda su dimensión lo que realmente
ven a sí mismos. Surgen consecuencias. Primero empieza a significó el aporte wmnicottiano ( ... ) interpela con su
186 187
descubrimiento directamente las bases y postulados , s finos descubrimientos, me recuerda, y nunca dejará de
psicoanalíticos tradicionales, planteando un desafío, ~:iver a mis recuerdos en homenaje, la ayuda que el objeto
pensar lo más propio de lo humano, ubicado en un es- . . 1 como él lo llamó me aportó( ... )"
trans1c1ona , '
pacio tercero, postulando una zona que no es en modo Y continúa:
alguno "intermedia", sino que se constituye paradóji- ". Cómo pueden los analistas descartar de su experiencia
6 f " d
camente con respecto a dos clases excluyentes, aden- lo que se les ofrece en grado sumo sobre la unc10n e
tro-afuera ( ... ) Es el mudo testigo del paso "desde la la mano? Hasta tal punto que, para ellos, lo humano
mano hacia el osito", desde el cuerpo propio al univer- debería escribirse con un guión en el medio ( .. .) La
so de lo simbólico, de la relación al uso del objeto". sola introducción de ese pequeño objeto que Winnicott
llama objeto transicional, ese cachito de trapo a cuya
En este sentido, como venimos señalando, es central . 1bebé mucho antes de ese drama alrededor
presencia e ,
la paradoja en iWinnicott. Lo que él descubre no se ubica "en- del cual se han acumulado tantas vaguedades confusas,
tre" lo interno y lo externo, "entre" la madre y el niño, etc. mucho antes que ese drama del destete que cuando lo
Estaríamos achatando su planteo en una cuestión meramente observamos ... es posible que la que más sienta el des-
empírica. Y si bien como todo autor de la escuela inglesa (y tete sea la madre ... la relación del niño y la madre se
tributario de la tradición filosófica del empirismo inglés) tiene ve inmediatamente interferida por esa función de ~se
un sesgo empirista importante, el descubrimiento winnicottia- pequeño objeto cuyo estatuto nos va a articul~r ~m-
no se eleva y amplía de este plano para señalar una verdadera nicott ( ... ) Está claro que de algún modo, es facil ~er
paradoja filosófica. Esto es, que lo más propio de lo humano acá la relación de ese pedacito de trapo, ese pedacito
está en un nivel emergente, una zona tercera con fenómenos de sábana, ese cachito manchado al que se aferra el
. b' d ce que no es el seno
y lógica propia, que no es un poco de una primera zona y un niño con ese pnmer o Jeto e go ,
poco de la segunda. No es una mezcla. Es un nivel humano por de la madre, nunca permanente, sino aquél siempre al

excelenci~ alcance, el pulgar de la mano del niño" .


Para esta articulación es también pertinente incluir las
citas que Lacan hace de Winnicott en el Seminario 15 ("El Vemos una historización de ese estudio y praxis en re-
acto psicoanalítico" ), con la misma dirección que estamos tra- lación al objeto en el decurso de los años del psicoanálisis.
bajando. En efecto, dice así Lacan: "Tomemos un excelente También lo desarrolla Diana Rabinovich al examinar la re~a-
autor que se llan1a Winnicott ( .. .) al que debemos uno de los ción Klein-Lacan. Los objetos internos kleinianos, los ob1~~
188
tos transicionales winnicottianos y el objeto a lacaniano: es la posibilidad de ingreso al orden simbólico, de consti-
posible trazar una historia de ese objeto no objetivo para el tuirse como sujeto para no quedar tomado como objeto
psicoanálisis. Todo con el antecedente del objeto mítico de la de la madre ( ... ) el itinerario que va desde la mano
primera satisfacción para Freud. Lo más íntimo de lo humano hasta el símbolo".
está roto, no es por completo alcanzable, no es simbolizable,
y no puede agotarse sin resto: ni en la teorización ni en la ex- Aunque hoy en día parezca obvio decirlo, está corri-
periencia (ni en esa experiencia que es la teorización). Es la do el eje desde la relación madre-niño hacia la posición de
Cosa freudiana, como hemos desaiTOllado; complejizada en la madre, aporte ambiental y subjetivo. Con la consecuencia
Klein con los objetos internos (en especial los malos, de ardua esperable del orden simbólico y la simbolización, como nos
simbolización, o de trabajosa y exitosa integración en la posi- lo recuerdan a su manera tanto Lacan como Klein. Así lo con-
ción depresiva), y en Lacan con su invención - posterior - del cluye Lacan en el Seminario 15: "( ... ) la extracción del obj e-
objeto a. Cabe aclarar que Winnicott, además, para despegarse to es la condición de posibilidad para el ingreso en el orden
de la objetología y de los que lo critican apuntando que el tran- simbólico. Se trata más bien de la constitución de un objeto
sicional es sólo un objeto más dentro de la lista descripta por en el espacio que se origina entre la demanda y la necesidad
el psicoanálisis, indica que lo transicional no es sólo el objeto. ( ... ) desencuentro estructural entre la palabra y la cosa; no hay
Prefiere hablar de los fenómenos transicionales. Así comenta objeto que satisfaga la demanda".
Reif: Para Lacan la función del objeto es como objeto causa
"( ... ) Winnicott introduce la noción de objeto transi- del deseo ; el objeto que no pertenece al mundo material, no se
cional como la primera posesión no-yo. El bebé de- puede representar salvo a partir de sus efectos que aparecen
muestra a partir de un cierto momento de su existencia en formas privilegiadas del objeto parcial: objeto oral, objeto
un apego especial con un objeto que es amado y odiado anal, objeto voz y objeto mirada. Objeto perdido (el objeto
a la vez, mimado y mutilado sin consideración alguna, no se llora ni se duela); no sustantivo ni sustancial ni sustan-
los padres reconocen su importancia; lo cuidan, y res- tificable. Más bien testimonio de un agujero y de una falta;
guardan su contacto con el niño. De este modo, queda donde se ubicará el analista y su semblante (Lacan) Y el ana-
asegurado el sostén de la continuidad de la existencia. lista prescindente de dar interpretaciones brillantes sino sólo
El objeto se transforma en una defensa fundamental simples y cuando el paciente está listo él mismo para hacerlas
contra la angustia, refugio que permite separarse de la (~innicott). Podríamos agregar, todos conceptos anticipados

190
madre. Es en esta instancia donde se ubica el origen de por la clínica de Melanie Klein. Se comprueba una vez mf t¡
el encuentro de teorías que postulamos. Y no solamente en lo CAPÍTULO f2,
teórico (pueden ser especulaciones nuestras), sino en la praxis LACAN Y BIÓN: ARTICULACIONES.
clínica; ya que ambos autores (Winnicott y Lacan) ponen el EN BUSCA DE LO IMPOSIBLE.
acento en el analista como efecto del dispositivo, y no como
representante de un saber adquirido. Recordemos que :iq_ara Los desarrollos de Melanie Klein sobre los pacientes
Lacan el analista fo1ma parte del concepto de inconsciente; graves, y _ aunque no explícitamente - las coincidencias ex-
es producido como efecto del discurso del analizante. Así el ploradas aquí con la obra de Lacan, quizás convergen en per-
objeto a tiene un lugar particular en la operación y la maniobra mitir a un continuador de Klein, Wilfred Bion hablar de la
de la transferencia. Al respecto concluye Reif: "El analista en parte psicótica de la personalidad (o personalidad psicó~ic~)
su función de espejo, tal como la madre suficientemente buena y la parte neurótica (1980/1997). Para Bion pueden coexistir,
( ... )debe ofrecerse como objeto de uso( ... ) objeto transicio- con predominancia de lo neurótico. Su traducción en la clínica
nal como del objeto a ( ... ) operatoria que posibilita salir de la puede verse en este tipo de neuróticos, aunque en todos podría
alienación al otro, central en la constitución de lo humano y en observarse; 0 en lo que Bion llama (en "Aprendiendo de la
la instauración del dispositivo analítico". · · " , 1980/1997·, o en "Seminarios clínicos y cuatro
experiencia .
textos", 1992) psicosis limítrofe, es decir, un cuadro no mam-
Lacan rinde así su homenaje a l'Wimücott y nosotros a fiestamente psicótico, cercano a lo que otros autores llaman
ambos. organizaciones limítrofes.
Se puede ahondar en la obra de algunos poskleinianos
como Wilfred Bion y comprobar estas convergencias (también
es aludido a través de otros trabajos de la corriente kleiniana).
Pero cabe señalar que la teoría de las posiciones de Melanie
Klein, y la de los núcleos o aspectos psicóticos de la personal~-
dad, resultaron de los conceptos más fecundos en tanto segm-
dos por continuadores kleinianos.
En cuanto la concepción del objeto, que permite orien-
tarse en torno al problema de la simbolización, Diana Rabino-
vich ( "El concepto de objeto en la teoría psicoanalítica. Sus
incidencias en la dirección de la cura", 1988, p. 50) consid%~
192
que, para Klein, el efecto de división del sujeto se presenta haber osado proyectar la experiencia subjetiva en ese
tan sólo bajo la forma de la disociación del yo, proceso que período anterior"." (p. 51 ).
determina a su vez la división permanente del objeto en bueno
idealizado y malo persecutorio. Así, la posición esquizopara- Desde aquí, se puede rescatar cómo, en Melanie Klein,
noide implica como básica la disociación en la medida en que lo no simbolizable está articulado con los avatares de la posi-
la misma corresponde en la teoría kleiniana a "la división del ción y la angustia depresiva, lo cual permite entender la im-
sujeto por el significante, a la operación que en el seminario portancia que le adjudica al duelo. También, la centralidad que
XI Lacan denominará alienación" (p. 50). Son aspectos luego adquieren la culpa y la tendencia a la reparación como cons-
retomados por Bion. tituyentes de la posición depresiva. Para Rabinovich (1988),
A partir de allí Rabinovich realiza una articulación la introducción de la culpa en Klein: "es coherente con su
interesante en sí misma y central para los fines del presente conceptualización de los núcleos tempranos del superyó" (p
capítulo (puede operar como una de las síntesis de lo que se .57). En esto, ve Klein la diferencia entre el duelo normal Y
investiga aquí): el duelo patológico: en la posibilidad de elaboración de estas
"Lacan señala explícitan1ente, en el año '66, en la pre- ansiedades tempranas en la posición depresiva, que es clave
sentación de sus primeros trabajos titulada "De nues- para la integración del yo y la adquisición misma de la prueba
tros antecedentes", que éste es el aspecto de M. Klein de realidad. O sea, la futura (próxima, en Klein) capacidad de
que lo impactó fundamentalmente y que contribuyó de formación de símbolos. El duelo se vuelve, en la conceptuali-
manera sustancial a su creación del estadio del espe- zación kleiniana, y volviendo a Rabinovich, "la forma misma
jo: "Pues no omitamos lo que nuestro concepto ( .. .) de teorizar la pérdida de objeto, el objeto perdido freudiano"
conlleva de la experiencia analítica del fantasma, esas
(p. 57).
imágenes llamadas parciales, las únicas que merecen Para Klein, entonces, hay un cambio de acento que se
ser referidas a un arcaísmo primero, que reunimos produce en relación al complejo de Edipo: además del ade-
bajo el título de imágenes del cuerpo despedazado y lantamiento cronológico que le supone (el Edipo temprano),
que se corifi,rman por el aserto, en la fenomenología este complejo no supone un duelo, el de los objetos edípicos,
de la experiencia kleiniana, de los fantasmas de lafase sino que, por el contrario, es como un nuevo duelo. En efecto,
llamada paranoide. ( ... )Y en "La agresividad en psi- el duelo de la posición depresiva tiene "como consecuencia
coanálisis" elogiará a Klein por, en su exploración del la aparición del Edipo a fin de paliar la angustia y de permitir
niño, "en el límite mismo de la aparición del lenguaje, superar la posición depresiva misma" (Rabinovich, 1988\~s
194
58). Es decir, el Edipo sería una estructuración siguiente a la clínica de las psicosis, o de las ansiedades psicóticas presentes
de la posición depresiva, una especie de neurotización de ese en las neurosis. Ampliación que también puede pensarse como
núcleo psicótico que se juega en lo temprano de la posición un punto de contacto fuerte con la perspectiva lacaniana. P~a
esquizoparanoide y que se ordena en la posición depresiva. En Rabinovich, los destinos de estas elaboraciones de las ansie-
este sentido, Rabinovich también señala que "las relaciones de dades van ligados a la posibilidad de construcción del simbo-
objeto de este yo precoz son en realidad fo1mas de modular la lismo. Señala que reparar la función simbólica es "el objetivo
angustia misma, siendo la producción del superyó precoz una propio del psicoanálisis de la esquizofrenia según Bion. En un
de sus modulaciones." (p. 65) sentido amplio, podría decirse que éste coincide con Lacan, ya
Se aprecia cuánta importancia tiene en la escuela in- que ambos señalan la inexistencia de la represión primaria, l_a
glesa este proceso de elaboración de ansiedades tempranas en presencia de un déficit en el orden simbólico, aunque este de-
las dos posiciones. Por cierto, en la obra kleiniana y en varios ficit sea conceptualizado de manera absolutamente diferente."
continuadores (privilegiadamente en Bion), las posiciones to-
(p. 95)
man un sentido no sólo cronológico sino también lógico: son Cuando nos propusimos ensayar una articulación en-
momentos de oscilación caracterizados por una serie de ansie- tre Lacan y Klein, se abrieron múltiples caminos. Entre estos
dades y defensas propias de cada una. Y que pueden alternar maestros del psicoanálisis, creadores de escuela y contempo-
en modos de funcionamientos en distintas unidades de tiempo: ráneos si bien desfasados por una generación, se hallan las
en los meses tempranos de pasaje de una a otra; en momentos citas de Lacan a Klein en sus seminarios, y lo común de algu-
de la vida; en etapas de un análisis o en la microscopía de una nos terrenos que ambos transitan en el psicoanálisis posterior
sesión. Esto último lo trabajan autores actuales como Rafael a Freud. Luego de esto, ya trabajado por nosotros y de otras
Paz (2008). maneras por otros autores, resulta una tentación continuar las
Se destaca así en Klein: "( ... ) el objeto psicótico( ... ) articulaciones posibles entre autores post Klein (como Win-
su versión particular del carácter de plus de goce del objeto nicott y Bion) y Lacan y algunos aportes franceses (ya que la
parcial pulsional ( ... ) impulsa al sujeto hacia el más allá del articulación de ambas escuelas en su totalidad es tan imposible
principio del placer y, por lo tanto, genera una gran angustia como quizás inútil, ya que los lenguajes se abren en distintas
debido a la amenaza que representa para la barrera protectora
direcciones).
contra los estímulos ( ... )" (p. 78). Para poder centrar esta tarea, en una evolución Y con-
Wilfred Bion ampliará la concepción clínica kleiniana, tinuación de estas investigaciones, nos pareció que tanto Win-
y por lo tanto los objetivos terapéuticos: por ejemplo, en la
196
nicott y Lacan (que se citan mutuamente) como Bien Y Lac t~
1
(que, se intuye, se reconocen mutuamente), son ruiiculaciones Textos incómodos
posibles y fructíferas para los campos relativos a la ampliación
teórica y práctica del psicoanálisis y a los problemas de la sim- Es así como podríamos continuar esta articulación

bolización y la experiencia. Bion - Lacan con el autor Carlos Barredo ("Bion y Lacan, in-
. " b t bl s "") con cuyo texto tomamos contacto
En particular, la articulación Lacan - Bion ha sido ex- tercambw so re a ª ' .
plorada por pocos autores. Hay referencias del citado Rafael a través del analista Ricardo Spector, quien definió muy b1~n
Paz, cuando ve coincidencias entre "las tentativas de formali- este intento de articulación con la advertencia "arduo trabaJO
zación dispersas de Bion ( .. .) con lo tematizada por el último te espera" . .
Lacan respecto de lo Real" (en "Cuestiones disputadas en la Barreda señala sobre Bion y Lacan (y a modo de mtro-
teoría y la clínica psicoanalítica", p. 299). La función de los ducción a esta parte nos parece inmejorable):
sueños, y una clínica del más allá del principio del placer, pre- "La coincidencia no azarosa en los desarrollos de dos
sente en Lacan y Bion, es un punto también destacado por analistas contemporáneos que, partiendo de tradicio-
Paz. Recuerda que Bion lo desarrolla, situando a lo onírico no nes lógico filosóficas distintas y con lecturas de Freud
sólo como el fenómeno del contenido manifiesto y latente del heterogéneas, lograron dar cuenta, a través d~ difer~~-
º d s de la especificidad de la praxis analltl-
sueño, sino como un nivel de cualidad, como un modo de fun- tes recorn o ,
cionamiento que permite mantener una continuidad simbólica ca( ... ) Bion y Jacques Lacan también comparten un
en la vida despierta y sostener la vigilia. Esto no deja de te- rasgo que se hace evidente, desde el comienzo, para
ner consecuencias para el trabajo clínico. Así lo entiende Paz, cualquiera que emprenda la lectura de sus obras: po-
cuando hace hincapié en el proceso por el que se puede in- seen un estilo enunciativo con un efecto de provoca-
tentar: "La familiaridad creciente con lo escindido y apartado ción, que choca con nociones establecidas en el dis-
- clínica de la escisión que incluye y supera la de la represión curso común, sacudiendo así cualquier contexto de
-, y el hacerse cargo de su contención transferencia! ( .. .) mos- seguridad intelectual. No son "textos de placer"' en el
trándonos las torsiones y entrelazamientos en la superficie de sentido que otorga Roland Barthes a ese sintagma: tex-
.e- • a· que proviene de la
todos los días, que es donde se alberga lo profundo" (p. 279). to que contenta, co1ma, da eu1on ' , .
cultura, no rompe con ella y está ligado a una practica
confortable de la lectura. Son textos de goce, que con
efectos opuestos a los anteriores, ponen en estado de
pérdida, desacomodan, hacen vacilar los fundamen~~i
198
( ... ) También comparten lo que recortan como sus in- La experiencia de lo grupal y su relación a lo simbólico
terlocutores: le hablan a los analistas. Lacan no deja de
señalarlo en numerosas ocasiones, Bion lo explícita en Así como Lacan tiene referencias, en general elogio-
"Atención e interpretación", afinnando que duda de sas, otras veces críticas, a los psicoanalistas ingleses, sucede lo
que alguien que no sea analista practicante pueda en- mismo en las pocas expresiones que se encuentran en su obra
tender ese libro, aun habiéndose esforzado en tratar de sobre Bion. En su texto "La psiquiatría inglesa y la guerra",
hacerlo simple. Algo similar parece acontecer con las Lacan había anticipado su inquietud e interés respecto de los
presentaciones públicas de las que tenemos constan- grupos, que la audacia clínica y filosófica tan innovadora de
cia: tanto el impactante histrionismo de Lacan, como Bion sostuviera en la mítica Tavistock Clinic de Londres. Más
el aparentemente hierático y abstinente estilo de Bion, adelante, en "L Etourdit" avaló estas "prácticas de la palabra"
muestran al público que ambos componen el semblan- y dijo: "Ninguna objeción a la así llamada práctica de grupo,
te de un personaje en escena, dejando en claro que a condición de que esté bien indicada" (citado en Graciela Ja-
no están allí para responder de manera complaciente siner "Lacan y las Prácticas de Grupo. Reunión Lacanoame-
( ... ) ponen en claro que la única forma de transmitir ricana de Psicoanálisis, Montevideo 2007", donde la autora
el legado freudiano es transformándolo. Así, lejos de explora también esta poco recorrida articulación que estarnos
erigir a Freud en un monumento estático o de sacrali- intentando). Dice al respecto basándose en las expresiones de
zar sus textos, realizan operaciones de lectura crítica Lacan, que la forma esférica que representa lo grupal no debe
que, deconstruyendo nociones freudianas para volver desorientar acerca de lo pulsional, y no debe dar lugar a alguna
a construirlas en el contexto de articulaciones novedo- idea de falsa perfección o ilusión de completud. La práctica
sas, hacen surgir perspectivas, luces y horizontes que grupal, aquella que Lacan destaca de los primeros tiempos de
expanden la experiencia analítica." Bion y sus experiencias hospitalarias de la guerra y posguerra,
es subjetivante en la medida en que no esté orientada por una
Esto se observa en el estilo particular de Bion, que ar- idealizante ilusión de complementariedad de los miembros del
ticula de manera original nociones freudianas y kleínianas (en grupo. Falsa armonía que desconocería la función de la falta.
especial las de la última etapa de Klein), mostrando el espíritu La creatividad y el compromiso de Bion, tanto corno pensador
de expansión del pensamiento y la práctica analítica tan propio cuanto como clínico, no va por ese camino. Dice Jasiner:
de Melanie Klein y la escuela inglesa. "Si bien no hay ningún dispositivo o función que sean
200 garantía podría decirse que esta audacia de Bion en
' 201
una nueva concepción de la teoría y la praxis grupal En el planteo de los Supuestos Básicos ( que llama de
en la década del 40, es una de las intuiciones de este Ataque y fuga; de Apareamiento, y de Dependencia; modos
analista anglo-hindú que reconoce Lacan. Ya que allí, de lazo de a dos en el análisis o de a más en los grupos) Bion
no prima sólo lo imaginario de la forma grupal, sino lo descubre una estructura de masa. Incluye la masa de a dos,
simbólico posible de ser producido en la praxis. Tam- que se recrea en el análisis con los fenómenos que ya Freud
bién esta cuestión evoca aquella "masa de a dos" que describiera al estudiar las masas. Los grupos tienen así sus
Freud descubriera en el análisis de las masas y remitie- propios fenómenos emergentes y las parejas analíticas tam-
ra a la práctica analítica. Viendo en ella una dimensión bién. En este sentido, continúa Jasiner: "El trabajo con otros
grupal de a dos, que Bion retrabajara en sus fundamen- puede propiciar un anudamiento grupal, pero también un anu-
tales supuestos básicos, que implican un modo de masa damiento de la estructura del sujeto, lo que podríamos llamar
entre paciente y analista que determinará momentos Y "un buen anudamiento'"'.
modalidades pulsionales y simbólicas. Podría decirse Podemos pensar que lo que anuda es la tarea que los
entonces, que tanto Bion como Lacan hacen trabajar la miembros de un grupo, o de una pareja analítica, tienen que
psicología de las masas para situarla en una dimensión realizar en común. Se produce por transferencia con los otros,
superadora". con la tarea, y con un contexto más amplio como puede ser lo
institucional o lo social. Recordemos que entre nosotros En-
Recordemos que una de las grandes invenciones de rique Pichón Riviere enfatizó estos aspectos. Para Jasiner es:
Bion son los llamados Supuestos Básicos. Se trata - Bion - de "juntarse para después separarse, seguramente tributaria del
uno de los pocos analistas en la historia con verdaderas intui- par alienación / separación ( ... ) producción de cada quien Y a
ciones e invenciones completamente originales, no seriables la vez de una trama colectiva".
con desarrollos precedentes, si bien es un autor que se inscribe Esta concepción de lo grupal como subjetivante a tra-
en la tradición kleiniana pero va mucho más allá. Sin rendir vés de la tarea que media simbólicamente, en el trabajo con la
una pleitesía sumisa a Klein, de quien es discípulo, así como la falta y no con la completud, acerca a estos dos autores - La-
propia Klein no lo había hecho con Freud. Podría decirse que can y Bion - aparentemente lejanos más allá de la referencia
una impronta de la escuela inglesa - al menos de sus grandes temprana de Lacan al psicoanalista inglés nacido en la India.
autores - es no detenerse en una reverencia del pasado, sino Sucede lo propio respecto de las patologías graves. En efec-
tomarlo para ponerlo a trabajar y crecer. to, reparar la función simbólica es un objetivo del análisis de
las psicosis según Bion. Coincide con Lacan, ya que ambos
202 203
señalan la inexistencia de la represión primaria y un déficit "La tabla entonces resulta de la articulación que Bion
simbólico en ese tipo de formaciones clínicas, como hemos realiza de nociones freudianas, ubicándolas en una
señalado. presentación tabular que las toma operatorias en una
óptica kleiniana, por desplegarlas en un eje horizontal
Último Bion, último Lacan que complejiza progresivamente la relación continen-
te-contenido y uno vertical en el que crecen las posibi-
Bien podría decirse que entre las invenciones de este lidades de simbolización y abstracción ( ... ) sin partir
principal continuador de Melanie Klein que es Bion, está lo de ninguna declaración de pureza o erudición respecto
que llama La Tabla. Como hicimos con la mención de los su- de la tradición recibida, y sin forjar nuevos términos,
puestos básicos, no avanzaremos en su descripción o expli- articulando con mayor exactitud los ya existentes, pro-
cación. Remitimos a que esto sea hecho por quien se adentre cede a un acto de invención al servicio de una rela-
en una lectura introductoria del autor. Sí señalaremos, en esta ción autónoma a la experiencia. Deviene autor, se "au-
articulación que hacemos con Lacan, que al igual que éste, tor-iza" en una forma singular de pensar la experiencia
Bion intenta matematizar las experiencias clínicas y humanas, que es, a la vez, una experiencia de pensamiento".
en una pretensión que no es de mera estadarización, sino de
anotación de aquello que de la experiencia rebasa la concep- y lo homologa a los intentos de Lacan de esta manera,
tualización (homologable al real lacaniano ). Y en esto, se avi- señalando sobre Bion: "Así, igual que Lacan con su consigna
zora la intención de establecer un lenguaj e abstracto común a de "retomo a Freud" nos muestra un camino para la apropia-
los demás psicoanalistas para que éstos puedan dialogar, en ción crítica del legado recibido ( ... ) una recepción crítica Y
especial acerca de cuestiones tan difíciles de asir. Esta forma debate con los enunciados ( ... )Ninguna obra surge como un
de trabajo con la experiencia es un punto fuerte de contacto producto concebido sin impurezas en el seno de una mente
con Lacan, si bien no implicó ni partió de contacto alguno virginal, es ( ... ) posición de filiación que reconoce las raíces Y,
entre los autores. en un movimiento creativo, tiende a reformularlas."
Como decíamos, es Barreda un autor que realiza una Se sostiene a su vez una continuidad entre la primera
de las pocas aventuras de articulación entre ambos autores, parte de la obra de Bion (hasta 1977) donde se pone énfasis en
que - para colmo de dificultad - provienen de tradiciones, la construcción de nociones y escrituras inspiradas en la lógi-
idiomas y escuelas diferentes. Señala sobre esto: ca matemática y que se plasma en la construcción de la Tabla
como un "aparato para pensar pensamientos", y la segu~1~
204
parte, también llamada "mística", cuya referencia central es: de allí, en el campo de la falta, podemos hacer un puente hacia
"Memorias del futuro". Al respecto, la Tabla es un despliegue las imposibilidades freudianas que se traducen en cada dis-
en dos direcciones, de una experiencia que transcurre en la curso postulado por Lacan. Entendiendo discurso no como lo
praxis. Va horizontalmente, hacia la acción que trasciende el oficialmente proferido por alguien, sino corno forma de hacer
cuerpo, hacia el hacer con otros, hacia el lazo social. con el goce: discurso corno equivalente a lazo social.
Entonces, tanto para Bion como para Lacan, todo he- Habría muchas consideraciones para hacer sobre las
cho es un hecho de discurso (aunque no esté expresado así por escrituras en estos autores: la Tabla en Bion y los Discursos en
el primero). La experiencia sólo lo es entre los semejantes, en Lacan. Será tema para que cada lector continúe, o en nuestro
una trama de relaciones de actos y palabras de seres humanos caso, para futuras investigaciones. Sí, siendo Bion en muchos
(incluso los que están muertos pero vivos en el discurso, o en ámbitos menos conocido, podemos decir que: la intuición per-
los "objetos internos"). "Por lo cual toda nueva acción, todo manente en su obra y su práctica; su idea de los elementos alfa
(simbólicos) y beta (no simbolizados); la transferencia enten-
nuevo comienzo, cae en una trama ya existente donde desen-
dida desde la experiencia emocional; la búsqueda de conexión
cadena un proceso que afectará a muchos, más allá incluso de
con la experiencia que podemos llamar de lo real, y su formu-
aquellos con los que el agente está en contacto directo. Es esta
lación de la posición del analista como "sin memoria y sin de-
trama ya existente de relaciones humanas, con sus conflictos
seo", son algunas guías para acercarse a él. Donde transferen-
de intenciones y voluntades, la que determina la cualidad de
cia es lazo social y soporte clínico de lo que se le requiere al
imprevisibilidad de cualquier acción", señala Barreda, quien analista, siempre en un lazo singular que brinde posibilidad de
continúa: "Este uso de la tabla como forma de anotar "eso con acceso a potencialidades inéditas: posición enunciativa nove-
lo que se piensa", registro riguroso de cómo Bion creía fun- dosa, crítica respecto de lo recibido. Tanto Lacan como Bion
cionar como analista en un tramo de su experiencia(. .. ) estilo trabajan para asir la tensión mencionada entre el concepto y lo
deliberadamente religioso y metafísico ( .. . ) en la sustancia de real de la praxis analítica.
su experiencia, se ve llevado, siguiendo el hilo de la misma, a Veamos algunos pasajes de Bion que remiten a esto.
planteas acerca de las realidades últimas( ... )". Pertenecen al libro "Seminarios clínicos y Cuatro Textos", que
Este tipo de andamiaje nos recuerda mucho a la formu- recoge intervenciones y supervisiones de este anal ista, hechas
lación avanzada de los cuatro Discursos en Lacan (con todo en Brasil en la década del 70.
lo que evoca para futuras investigaciones acerca de la poten- En un pasaje de una supervisión, se produce el siguien-
cialidad de la entrada en discurso analítico de w1 sujeto, tema te diálogo, que da cuenta del modo de trabajar de Bion con un
que desarrollamos cuando nos ocupamos de las urgencias). Y supervisando; modo que hemos esbozado en este capítulo.
206 207
"Bion: ( ... )De lo que ha contado sobre él, se trata de
Para Bion, nunca hay que perder de vista que estamos
una persona que lo tiene todo: ideas, inteligencia, di-
nero. trabajando siempre con un paciente nuevo, aunque sea el mis-
mo que vino la semana pasada o hace años. No hay un esencia-
Analista (que supervisa): Vino a verme por lo mucho
lismo de los objetos, la situación transferencia[ es transitoria
que se odia. Una vez dijo: "Vale más ser un leproso que
(transferir para él también es llevar algo de un lado a otro;
un homosexual".
como nos lo recuerda la homología entre la palabra "metáfo-
Bion: ¿Qué es lo que quiere decir con "homosexual"?
ra" y mudanza o transporte, en el idioma griego). No se puede
Usted podría llamar su atención sobre el hecho de que
por completo recubrir lo real de la experiencia. Así son sus
se trata de un término técnico. ¿Cuál es la evidencia
expresiones, en el texto citado:
de que él sea homosexual? Podría preguntárselo. ¿ Y
cómo sabe él que es homosexual? "No tenemos palabras para la cosa real, para la cosa, en
A: la evidencia que él tiene es que prefiere los hombres sí misma. Siempre existe el peligro de caer en el "psi-
a las mujeres en el contacto sexual; cuando era joven co-balbuceo" con la intención de sonar como un ana-
odiaba a todas las mujeres. Dice: "Quiero compañía lista de verdad" (p. 149) ( ... ) "Conviene recordar que
sólo hasta que he tenido la relación, después no quiero "transferencia" también significa "transitorio", que no
ver a nadie".
es ESO. Tengo que usar una palabra como "eso" como
Bion: Los términos como "homosexual" ya no se usan el mejor modo de hablar de la cosa real, la cosa-en-sí-
como términos técnicos, ya son parte del lenguaje que misma, porque no sé cómo llamarla. En este trabajo,
la gente usa una y otra vez; desgraciadamente la tota- uno tiene que caer en este tipo de expresiones transito-
lidad del lenguaje que nosoh·os empleamos está deva- rias" (p. 153)
luada. Desde cie1io punto de vista, una relación sexual
no implica ninguna dificultad( ... ) como todo lo demás Esta posición que podríamos llamar humilde y hasta
que él puede hacer( ... ) De modo que me gustaría con- sorprendida, no erudita, ante lo infinito del inconsciente y lo
siderar qué es lo que él no puede tener. Aparentemente inconmensurable de lo real, es lo que guía el recorrido y cons-
puede tener casi todo. ¿Por qué es entonces que apare- tituye el legado de analistas y pensadores como Lacan y Bion,
ce un sentimiento de desesperación?" (p 64-65). que laten en nuestras trincheras cotidianas.

208
209
CAPÍTULO 13
PSICOAl\ÁLÍ SIS FUF.R.4. DF,L AGUA
Natalia Ledesmn

(Sohre el trabajo con niños. Texto leído en las Jornada.~ de Dé-


PARTE S sir Salud: Actualidad del trabajo con niffos: Nuevos desafiosj.

ANEXO CLÍXICO: NIÑES Y NIÑ.l!:Z El te>..1 0 de la convocatoria, entre otras cosas dice: "Se
presentarán lrahajo!, en relación a la actualidad de la clínica
con niños y los desafio., que presenta. Nuevos disposiiivos,
nuevas categorías diagnósticas y un cambi.o de paradi~ a en
el modo en que pensamos la infancia y el lugar del nbio en ta
actualidad··.
Voy a tomar tres ideas del titulo de la convocatoria a
las jornadas, y del texto de convocatoria. Trabajo- clínica-
Jugar. Voy a intentar hilvc1nar esos términos .
Trabajo con niños, y quería rescaLar de i::sta idea,
el trabajo no solamente como actividad (trabajo con niiíos,
acompaño niños, doy clases a niños) sino la idea de trabajo
como el esfuerzo necesario (e,,;fuerzo psíquico, trabajo sim-
bólico, disposición) que impl ica para el adulto dirigirse a un
niño, lo que es decir, apostar a que allí hay un niño con el que
se puede trabajar.
El segundo ténniuo. la pregunta por la actualidad de
la cUnica con ni11os. y en este sentido, mi presentación va a
intentar situar la clínica en sentido amplio. Es decir, la idea de
que una perspectiva clín ica puede ex istir más allá del disposi-
tivo clínico. Entonce~ voy a tratar de pensar qué condiciones
hacen fal ta para que pueda hablarse de clínica.
2l 1 213
El tercer ténnino que quiero recortar es lugar. "El lu- al que está ahí a la espera. Y no sabemos bien de qué depende
gar del niño en la actualidad", pensando justamente en la falta que funcione. Hay una incertidumbre.
de lugar que hay hoy para los niños, para sus despliegues, ma- Como ven me enloquecí y decidí pensar en esta idea de
nifestaciones. Y acá se vuelve central la idea del lazo. Porque la pesca para ubicar las condiciones de la clínica. Una clínica
el lugar de un niño siempre depende del Otro. Infancia y Otro que no sea de consultorio, una mirada clínica que se abra paso
son indisociables. en distintos espacios. Una ampliación del campo clínico que
Entonces, vamos a situar ciertas condiciones clínicas es necesaria para recuperar a los niños, y que depende de un
que habilitan un trabajo posible y un lugar para los niños y trabajo de nosotros, los adultos.
niñas. La clínica no se confunde con el consultorio, sino que
En una época marcada por la ruptura del lazo, todos se trata de una serie de elementos que pueden pensarse. Vamos
sueltos, solos. El individualismo como bandera puede llevar- a ir detallándolos.
nos a pensar que podemos solos. Es en este contexto que viene (!:á transferen_§)Dos frases encontré: "Pes~ador ~e
bien recuperar una de las ideas centrales del psicoanálisis que caña, paciencia y maña". Esa es linda, pero encontre una mas
dice que no hay sujeto sin el otro. Pero para el psicoanálisis ordinaria pero que me encantó: "El que quiera peces, que se
esto que acabo de decir no es una idea romántica. No hay nada moje el culo".
ideal ni romántico ni complementario. El acompañamiento, el análisis, la educación no son
Es esencial la función del otro en los primeros tiempos actividades técnicas. No existen sin el lazo al otro. No po-
de la vida, pero es esencial la función del otro en el lazo social. drían darse sin transferencia. La transferencia no es privativa
Entonces tenemos que buscar metáforas para pensar el de un psicoanálisis, lo que hace Freud es formalizar Y tomar en
lazo al otro. A mí se me ocurrió una metáfora de pesca: hay cuenta la transferencia. Pero también Freud nos enseñó que la
que pescar al sujeto. Tiene que haber un enganche. Siempre transferencia es compleja porque el otro, por estructura, puede
decimos que el otro debe ser encarnado, debe tomar una forma resultar pacificante u hostil.
concreta, es decir una carnadura. El lazo al otro no es etéreo, La transferencia es distinta de la voluntad, tampoco es
es algo en lo que el cuerpo está comprometido. Hay allí una llevarse bien.
violencia. ¿Qué es entonces? Es un campo de fuerzas, la puesta
Pero también está la idea de la carnada como engaño en acto de la realidad del inconsciente. Es también la principal
necesario. Cuando vamos a pescar ponemos la carnada como herramienta de cualquier trabajo clínico, maniobrar con la
un señuelo, pero esa espera de pique toca tanto al pez, como transferencia. La transferencia es una categoría que permJi~
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pensar el lazo de un sujeto con los otros, con los objetos, con fesionales, informes, apoyos, técnicas, evaluaciones, medica-
las escenas. ción ... Recursos sueltos, desencarnados. Exceso de terapias Y
Pero hay algo muy importante, si tomamos por ejem- técnicas, pero ¿podemos detenernos a pensar qué está pasando
plo la práctica con niños vamos a ver que el adulto que trabaja con la infancia?
con un niño o niña está implicado en la transferencia. Por eso
en ninguna práctica es posible la observación, porque no se Caso por caso. "Hay muchos peces en el mar".
puede mirar de afuera, estamos implicados en la observación. "A cada pez, le llega su vez".
Se participa de esa experiencia.
Todos sabemos la cantidad y el peso de los diagnós-
Efecto tera·péutico. "Tiempo al pez, que picará alguna vez" ticos que circulan en todos los ámbitos. Y también podemos
constatar lo amplias e imprecisas que son esas categorías.
Freud distinguió entre la terapia y los efectos terapéu- Categorías diagnósticas que pretenden universalizar lo que
ticos. Un análisis no puede tener como fin primero curar, la ocurre. Encontramos un menor uso de nombres propios. "Es
cura vendrá por añadidura. Eso mismo lo podemos pensar para autista", es el intento de responder, de estabilizar algo. Pero
un acompañamiento, o para la educación. Es algo que pasa y ¿cuán operativos para el trabajo concreto son los diagnósticos
no sabemos bien cómo. Es efecto de un trabajo. Los intentos en general?
de curar, arreglar, corregir, dan lugar a prác1icas moralizantes. Para el psicoanálisis es central el lugar de la particu-
En esta época rige muy fuertemente la idea de normalización. laridad, no hay universales. No hay un saber. Es necesario un
Algo que queda excluido si me centro en la normalización, es vínculo para conocer a un sujeto. Tiempo para que algo se
el Jugar del sufrimiento. despliegue. ¿Qué pasa con el tiempo? ¿Estamos acompañando
La discapacidad se inscribe en la lógica del déficit. a los niños y niñas en su desarrollo? ¿Podemos acompañar
Una madre me comenta que la neuróloga le sugiere una eva- un proceso con sus marchas y contramarchas? ¿Estamos los
luación de autismo a su hija. Entonces llama por la obra social adultos en condiciones de sostener a la infancia? ¿Podemos
a alguien que le haga la evaluación y la profesional le dice pensar un síntoma como una respuesta que pudo armar un
que pida 10 sesiones. Pero ¿tanto tarda la evaluación? No, lu suj eto?
evaluación son 3 ó 4, pero seguro algo va a tener. Es el reim1clo
de las prestaciones. Tanto, y tan poco. Espacios, equipos, pro
216 217
Experiencia. "Lo que sea del mar, todo es azar" Supervisión "A río revuelto, ganancia de pescadores".

La experiencia clínica que Freud formalizó, si bien tie- Quienes practicamos el psicoanálisis estamos acos-
ne rasgos particulares, es parte del mundo de las experiencias. tumbrados a la idea de supervisar. Es muy interesante esta
Estamos acostumbrados a pensar la experiencia como el cono- práctica que implica pasar por otro.
cimiento de algo (porque me pasó muchas veces, tengo expe- Trabajo en dos tiempos: el tiempo de la acción, Y el
riencia). Pero justamente para el psicoanálisis la experiencia tiempo de pensar sobre la acción. Espacio para pensar, para
es algo casi opuesto a la experticia. Es algo que no sabemos. ir delimitando la propia práctica. La angustia, el desorden, la
Es encuentro con el otro. Sorpresa. No es reducible a una téc- incertidumbre, lo que no entendemos de la experiencia. Ese
nica. es el material de la supervisión. Si eso no podemos ubicarlo,
La experiencia es dispositivo de trabajo, coordena- leerlo, vuelve más fuerte. ¿Qué se supervisa? El material de
das que hay que armar sobre la marcha. No hay protocolos la supervisión es un discurso. No es la realidad, ni los hechos,
ni respuestas garantizadas. No se puede aplicar algo. Tiempo sino su relato. Un informe que diga todo bien, o que informe
de retroacción: entender después. Escapa a la voluntad y es acerca de lo que un niño hace o no hace, nos excluye. El dis-
intransferible. Toda experiencia pone en juego la dimensión positivo de supervisión es la construcción de un espacio Y un
del cuerpo, el registro pulsional. No puede masificarse. tiempo para pensar la clínica.
Me contaba una paciente que cuida niños, que los pa- Quiero cerrar esta enumeración de elementos que ha-
dres de un nene que está cuidando desde los tres meses, y re- cen a la dimensión clínica volviendo al título de mi trabajo
cién empezó a hablar, tienen un montón de libros acerca de "Psicoanálisis fuera del agua". Fuera de la comodidad del con-
qué hacen los niños a tal edad, y que están leyendo el libro: sultorio, ¿cómo ampliar una mirada clínica a otros ámbitos?
"ahora viene el momento en que empiezan a comer con cucha- Quizá nunca como en estos tiempos fue tan necesario recupe-
ra", y ella le dice: "pero él ya empezó a agarrar la cuchara". Y rar la infancia. Ampliar la mirada clínica es ubicar al sujeto.
la paciente me decía a mí: "no lo miran, no lo miran ... " Si los adultos empezamos a ser todos agentes de salud
y prevención, atentamos contra las funciones simbólicas, los
espacios y los tiempos que necesita la infancia para su consti-
tución. No podemos ahorrarnos este trabajo.

218 219
mente para la medicina, los criterios diagnósticos y de abo1
claje se encuentran en permanente debate desde di stintas di:,
CAPÍTLJJ,O 14
ciplinas y desde diferentes posicionamientos y perspectiva~.
PREVENCTÓN E INTERVENCIONES
como el Psicoanálisis o las Neurociencias. Sin embargo, resu l
TEJ\'IPR.\NAS EN AUTISMO
Desafíos y problemáticas de la detección temprana
ta alannante que, como consecuencia de la predominancia dl:
la'> perspectivas b iologicistas dentro del sistema de salud, si.:

Florencia L. Casabella siguen imponiendo con fuerza criterios patologizantes y medi~


calizantcs de la infancia.
Gabriel entra al consultotio acompañado de su madre El presente trabajo surge del proyecto de investigación
y observa los juguetes dispuestos arriba de una. mesa pequeña que emprendió Désir Salud e-n el año 2016 a partir de una de-
que se encuentra en el centro. Entre ellos, muñecos, pelota~,
manda creciente y concreta e11 referencia al diagnóstico y a la
juegos de encastre, bloques y juguetes musicales. Sin embar-
detección temprana de trastorno del espectro aulista en niños y
go, su mirada se recorta sobre el pequeño autito de color azul
niñas desde los doce meses de edad. Por tratarse de una in stitu-
que se esconde entre la multitud. Hay dos iguales. Toma los
dos y se dirige a un rincón del consultorio en el cual dcspla7a- ción dedicada y abocada a la atención integral en salud mental
rá una y otra vez los autos de juguete sobre la alfombra, tam- y discapacidad, comenzaron a llegar por diferentes vías cada
bién azul, silencioso y cauto, pero llamativamente en estado vez más pedidos de eva!Ltación de ni.J:1os y niíias con diferentes
de alerta: no quiere que nada perturbe su juego. particularidades en el desarrollo que, según criterio médico,
En la actualidad, se observa un creciente interés en ma- no respondían a los parámetros normales.
teria de salud pública y de salud mental por alcanzar cada vez Entre las más observada<;, se detectaban niños con con-
más criterios diagnósticos específicos del trastorno del espec-
ductas antisociales, que no habían alcanzado el lenguaje a la
tro autista, a la vez que aumentan progresivamente los casos
edad esperada o que sólo se comunicaban a través de mono-
de nifios y niñas diagnosticados de autismo y de trnsLOrno del
sílabos o acotados neologismos, niños con comporta mientos
espectro autista tempranamente, con las consecuentes inter-
venciones que el diagnóstico temprano conlleva: modalidades estereotipados o cuyas co11d11ctas llamaban la atención de sus
de abordaje y tratamientos intensivos que cambian la vicia y padre.s por no encuadrarse dentrn de lo socialmente aceptahle.
coticliancidad de ese sujeto para siempre. Niños que no jugaban o que presentaban un interés restringido
Como sucede desde siempre con aquellas patologías a un objeto o _juguete detem,inado. Nifíos que no miraban a los
y/o manifestaciones que son de difícil definición exclusiva- o_jos, pero veían: miradas que evitaban el ~ncucntro con otra
22 1
mirada.
222
Las derivaciones l levaban, para casi todos los casos, la
social, el juego y la conducta, en niños, jóvenes y adultos en
íl rma del médico neurólogo de cabecera, q1úen ya había reali-
los que se sospecha la existencia de un trastorno del espectro
zado todos los estudios médicos correspondientes para descar-
autisra (TEA) o autismo. La evaluación comienza por la selec-
tar posibles trastornos que ocasionaran la sintomatología: to-
ción del módulo más apropiado para adm.inistrar de acuerdo
mografías, estudios de sueño, otoemisíones acústicas. análisis
con el nivel de lenguaje expresivo y la edad cronológica del
genéticos. La respuesta para todos: normal. De allí, derivación
nifio a evaluar.
a psicología y un pedido de evaluación través de dos técnicas
Cada uno de los módulos se compone de una serie de
parn la detección dd autismo: ADOS-2 y ADI-R. actividades_,juegos, denomfoados "presiones" que buscan for-
Ambas técnicas son herramientas de evaluación cada
zar de algún modo la interacción social, la respuesta del suje-
vez más requeridas y que resultan de utilidad para el cliag-
to, frente a cada situación dek~minada. La respuesta que cada
nóslico por la cantidad de información que apo11an y por los
sujeto da a cada presión será recogida, codificada y puntuada
escenarios de juego provocados que permiten observar al niño
también según algoritmos diagnósticos, ubicando al suieto en
y su desarrollo en un contexto lúdico y distendido. Sin embar- relación a una clasificación determinada: cumple o no cumple
go, suponen ciertas dificultades en tanto parlen de elementos
criterios para el diagnóstico de autismo.
observables a partir de los cuales componen un diagnóstico
Los módulos que componen la escala ele observación
que engloba diferentes características y áreas <lel desarrollo,
ADOS-2 son cinco, cada uno destinado a personas con una
excluyendo eljuicio clínica del observador. edad cronológica y un nivel de lenguaje detcnninado. Entre
En lo que respecta a la ADI-R, consiste en una entre-
ellos, llama nuestra atención al emprender el estudfo de estas
vista clínica semiclirigida a los padres, tutores o responsables
nuevas técnicas el módulo T, orientado a la evaluación de ni-
del sujeto a evaluar, a través de la cual se exploran t res gran-
ños muy pequeños, de entre 12 y 30 meses de e<lad y que no
des áreas mediante 93 preguntas (lenguaje y comunicación, usan un lenguaje de frases de manera consistente. Con una
interacción social recíproca y conducta restringida, rcpetiliva salvedad: el módulo T no arroja diagnósticos, sino que estipu-
y estereotipada). La información recogida de la emrevista se la "rangos de preocupación": poca, leve, moderada o severa.
codifica y se puntúa según algoritmos diagnósticos para la de- Ahora bien, ¿qué lugar queda para el juicio clínico del
tección del autismo. observador luego de estos resultados?
En cuanto a la escala de observaci611 para el diagnósti- Francisco, de 14 meses de edad, es derivado por su
co del autismo (ADOS-2) se trata de una evaluación estanda- médica neuróloga. En Ja orden de derivación sólo se observa
riz;ada y semiestructurada ele la comunicación, la interacción filed ido ele las técnicas ADOS-2 y A.DI-R y se adjuntan es-
223
tudios neurológicos de todo tipo realizados al niño reciente- Sin embargo, y haciendo lugar al juicio clínico dt' 1, 1
mente. A lo largo de la entrevista con los padres, infonnan que entrevistadora, se desestiman los resultados obtenidos po, la
el niño es muy comunicativo, alegre, cmpático y ocurrente. técnica y se encuadra el retraso en el desarrollo psicomutrn
\faniñestan observar que en d último tiempo se ha v1.1elto más como consecuencia del Sfodrome de Wcst adquirido tcm.pru-
cnmunicath:o con ellos, así como también observan más si- namente. La comunicación de los resul.tados a la madre del
tuaciones de complicidad entre el padre y el niño. Relatru1 que pequeño sorprende a la evaluadora: la mujer rompe en un llan-
a los siete meses de edad del niño aparecieron los primeros to y advic1te "tengo el fantasma del autismo acá", sefl.alando
episodios convulsivos, a raíz de lo cual fuera diagnosticado, a de.Lrá'> de sus espaldas. Como intervención, se indica el inicio
partir de un electroencefalograma, de Síndrome de West (sín- de estinmlación temprana con la máxima premura posible.

drome epiléptico del lactante).


~e este pequeño historial surgen@§:i observacioney
Con relación a su desarrollo motor, los padri.::s infor- que considero de extrema relevancia para pensar en la preven-
man que d niño aún no ha adquirido la marcha, pero se des- ción y las intervenciones tempranas en autismo:

plaza tomado de los m\1ebles o de algún punto de apoyo, acor- La primera se refiere directamente al aumento cre-
de a su edad cronológica. En lo que respecta a la adquisición ciente Y progresivo deJ diagnóstico del Trastorno del Espectro

del lenguaje, señalan que por el momento el nifio no utilifa Autista Y del Autismo y a los efectos que el sobrediagnóstico
palahras. ni frases, así como tampoco se ohserva balbuceo ni puede tener en la población. Según un informe emitido por la

imitación de soni<los vocales. Mira a los padres claramente a Sociedad ,1\rgentina de .Pediatría: "Si bien aún no contamos

los ojos, emite sonidos para llamar su atención. Informan una con estadísticas nacionales, se estima que la prevalencia de los

dificultad en referencia a la socialización con otras personas Y, Trastornos del Espectro Autista es del 1%. Es cinco veces más

en lo que respecta al juego, suele tener una actitud de inspec- frecuente en varones que en ninas y aparece por igual en todas

ción u observación de los juguetes más que un uso activo de las clases sociales, culturas y razas. En general las manifesta-
ciones clínicas son t em.pranas y van haciéndose evidentes a
los mismos.
medida que el niño se desarrolla. "ó
Se le administra el módulo T de la técnica ADOS-2
Esta primera observación nos pone de cara a la pregun-
v se observa un leve retraso en el desarrollo del lenguaje, así
ta en referencia a las herramientas de evaluación y diagnóstico
~orno una escasa interacción ::;odal con la entrevistadora. De
que se utilizan para la detección temprana del trastorno y, en
acuerdo a los algoritmos utilizados y la puntuación global ob·
ten.id.a de la observación, el rango de preocupación es de leve 6 https://www.::;ap.org ar/noved¡3des/25í2-de-abril-da-mundial-de-
conqent1zac1on-sobre-el-autismo.htmf
a moderad a. 225 226
consecuencia, a la impmtancia de la formación y experien- La p1·cvcnción del autismo en la agencia pública

cia clínica por parte de los profesionales. Ahora bien, ¿cómo


La prevención y el diagnóstico del autismo instalado
es posible que el autismo, categoría clínica que encuentra s us
cu la agenda pública y sanitaria ha dado lugax a importantes
antecedentes en la psiquiatría de Bleuler de 1908, se haya ex-
antecedenles en el campo de las políticas públicas y en el cam-
pandido de fo1111a tan masiva y cada vez más temprana en la
po de la salud en la República Argentina.
población infantil?
A nivel nacional, la ley 27.043 sancionada en c1 año
L~ segunda observación encuentra su soporte en la clí-
2014 dcclarn el interés y la importancia de realizar un abordaje
nica de la singularidad, en la clínica de lo particular, y p.trle
interdisciplinario del Trastorno del espectro autista y destaca
de las siguientes premisas: la primera y la más evidente parte e l rol de "la formación profesi?nal en su pesquisa, detección
de que ningún niño diagnosticado de Trastorno del Espectro temprana, diagnóstico y tratamiento" 7 • Buenos Aires, Cata-
Autista y/o de Autismo se parece a otro con el mismo diagnós- marca, Córdoba, Chaco, Santa foe, Salta, Santa Cruz, entre
tico. Es decir, si bien en todos los sujetos autistas se ohservan otras tantas provi.ncias, han elaborado sistemas de abordaje
y detectan similitudes, cada niifo es diferente. integral e interdisciplinario del Autismo y programas para el
La segunda, no por eso menos importante, se ancla en diagnóstico temprano. En términos de prevención, insisten
una cuestión que surge de la presente investigación: de acuer- fuertemente tétminos que aludt!n a la detección y a la inter-
do con nuestra experiencia, la mayor paite de las afecciones en vención temprana.
las diferentes áreas del desanollo de un niño (social, molrici- En la Ciudad de Buenos Aires tenemos un anteceden-
dad y lenguaje) se encuentran estrechan1ente relacionadas con te reciente que es Ia promulgación de la Ley :'-Jº 6151 íl 9 que
la posición de las figuras parentales en relación al desarrollo crea un ';Sistema de Vigilancia del Desarrollo Infantil para la
de ese niño y con el lugar que ese niño ocupó en sus propias Detección Temprana del Trastorno del Espectro Autista". "La
fantasías y deseos. Pero no sólo eso: se considera que también presente Ley tiene por o~jeto impulsar la vigilancia del desa-
rrollo infantil que incluya, en casos seleccionados, una pes-
forma parte de la constitución subjetiva de cad a niño la histo-
quisa de Trastornos del Espectro Autista, con el fin de lograr
ria subjetiva que lo precede y que se vincula directamente con
la detección temprana de niflos con Trastorno del Espectro
el embarazo, parto y puerperio de su madre (o las inslancias
Autista." 8
de espera de la llegada de ese nítio que correspondan) y cómo
transcurrió su primer año de vida. 7 Art. 1, Ley N° 27.043/14, Buenos Aires. 19 de noviembre de 2014.
A continuación, desarrollaré ambas ideas. República Argentina ·
8 A rt. 1, Ley N° 6151/19, Buenos Aires, 28 de marzo de 2019, Ciudad
Autónoma de Buenos Aires
227 228
En principio, la ley propone una definición del Trastor- Los problemas vinculares entre el bebé y la ma-
no del Espectro Autista que hace hincapié en las dificultades dre, aquellos relativos a la comunicación y al desarrollo so-
en la comunicación y en la interacción social que presentan cio-afectivo de cada niño (desde sus primeros meses de vida)
los sujecos t:un autismo y otras patologías que se encuadrarían, son habitualmente observados por los pediatras; no obstante,
dentro del manual diagnóstico DSM IV, en los trastornos ge- son muy escasas las intcrconsultas referidas por parte de estos
neralizados del desarrollo. Con el nuevo manual diagnóstico, profesionales para la evaluación de t.ra<:tomos vinculares y/o
el DSM V, el trastorno del espectro autista se separa de los en el desarrollo y, por el contrario, estas observaciones son
trastornos generalizados del desarrollo y confonna una cate- cada vez más derivadas a los neurólogos, quedando el autismo
goría propia. .,; y los trastornos del espectro autista solamente en manos de las
Por otra parte, destaca la impotiancia de realizar un neurociencias.
control adecuado del niño sano por parle del equipo de salud En relación a este punto de referencia, me parece opor-
y en este puJ1to quisiera hacer una observación: la ley refiere tuno citaJ la resolución 605/2005 de la Secretaría de Salud de
que se trata de que los profesionales puedan "evaluar la posi- la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que propicia la puesta
bilidad de riesgos yío desafíos en el desarrollo socio - comuni- en marcha del Programa de Prevención, Diagnóstico y Trata-
cativo de ]os pacientes" 10 • Llama nuestra atención al momento miento de los Trastornos Severos de la Comunicación en el
de recibir las derivaciones de niños y niñas para la evaluación Lactante y del Autismo Infantil. No casualmente dicha resolu-
y diagnóstico de trastorno del espectro autista, que la enorme ción refiere que entre las finalidades del programa se trata de
mayoría ele derivaciones provienen de neurólogos y no de sus "mejorar el diagnóstico ele los trastornos precoces de Ja comu-
pediatras de cabeceras, aquellos profesionales de la salud que nicación en lactantes y del autismo infantil, permitiendo de esa
en e>
o-cneral conocen al nifio desde sus primeros días de vida, mancrn mejorar Ja calidad de vida de los niños y niñas afee la-
que han dado seguimiento a la historia. personal de salud de dos y sus familias (. .. ) de la implementación de un programa
ese niño. que conocen los antecedentes médicos de sus proge- prioritariamente preventivo y de control sobre situaciones de
nitores y que (en general) han podido acompafíar los primeros riesgo" 11 •
meses de vida. Por otro lado, hace referencia a la importancia de "bus-
car indicadores que permitan un diagnóstico precoz para que
9 Estos datos referidos son meramente orientativos, ya que no
representan en su totalidad el modo en que se pretende abordar el una intervención simple tenga oportunidad de controlar una
Autismo en el present-e trabajo. .
l(J Art. 3, Ley W 6151/19, Buenos Aires, 28 de marzo de 2019, Ciudad 11 Resolución 650/2005, Buenos Aires, 22 de abril de 2005, Ciudad
Autónoma de Buenos Aires Autónoma de Buenos Aires
229 230
psíquico esa primera vivencia de satisfacción no sólo dcspkrta
evolución hacia la instalación de un trastorno grave de la co- esos primeros registros, sino que también puede ser desper-
2
municación". : tada por ellos ( es decir, el hambre en el lactante despierta no
Considero que en este punto está la clave de la inler- sólo por un estímulo fisiológico sino también por el contacto
vención propuesta por Désir Salud y de la estrategia de pre- piel con piel con la madre, su mirada, etcétera).
vención del sobrediagnóstico del autismo. En este sentido es habitual oír a las madres decir c¡ue,
La comunicación (mucho antes que la adquisición del de sólo mirarlo donnir, el pequeño despierta, tamo como que
lenguaje) constituye la base para la interacción social en el ser en sus brazos pide el alimento mucho antes de la hora en que
humano. El acto de la alimentación (ese acto que establece
Jo necesitaría.
el primer lazo social del niño con la madre, o con aquel que De acuerdo con esta observación, podríamos decir que
encarna esa función) es un acto fündante del aparato psíquico, una intervención temprana y a tiempo frente a las dificultades
se constituye como la primera vivencia de satisfacción para el
evidentes en la comunicación entre el lactante y su madre po-
nifi.o en tanto y en cuanto, en esa llegada al mllndo, la primera
drían prevenir en el avance y la evolución hacia un trastorno
vivencia de displacer en el cuerpo (ese estímulo tan interior
de Ja comunicación y/o del lenguaj e más severo en edades más
corno exterior para el niño que es el hambre) es cancelado por avanzadas. Las derivaciones para la evaluación diagnóstica y
el acto de la alimentación que ejerce la madre, el Otro de los
para la detección de autismo acontecen a partir de los <loe.e./
primeros cuidados. catorce meses de edad de un 11h10. Sin embargo, pareciera im-
La particularidad de la alimentación del cachorro hu-
ponerse cada vez con más fuerza la importancia de la inter-
mano radica, en principio, en la prematurez del lactante para
vención temprana durante todo el primer afio de vida de cada
alimentarse por sus propios medios (al punto tal que de no ser
ni110 y yendo aún más atrás: resulta fundamental el acompa-
asistido por su madre moriría) y, por otro lado, en que el acto
ñamiento de la madre en el embarazo, parlo y puerperio, en
alimentario de la madre es acompai\ado de otros signos que
tanto constituyen instancias de apertura e inicio de ese nuevo
sientan las bases de la primera comunicación: la voz de lama-
vínculo.
dre, su mirada, su calor, los latidos de su corazón, su olor. Los
Ahora bien, el sistema para la detección temprana del
ruidos del ambiente, los olores del hogar, todos esos estímulos
trastorno del espectro autista propone la elaboración de pro-
con forman esa primera vivencia de satisfacción y, por lo tanto,
tocolos de acción, la utilización de hen-amientas diagnósticas
la alucinación posterior del lactante que revive en el aparato
y una pesquisa en sujetos aparentemente sanos "mediante la
12 Resolució1 650í2005, Buenos Aires, 22 de abril de 2005, Ciudad a.1;Hcación de procedimientos rápidos, sencillos y costo-efec-
.Autónoma de Buenos Aires 2.,_
23 1
severos, a veces coyunturales, a veces estructurales.
tivos" ll _ Desde nuestra pcrspectñvu, esta sistematización del ante los cuales no tengo todo el tiempo del mundo,
diagnóstico resulta sumamente riesgosa porque anula el juicio porque no se trata de una neurosis que puede ser ana-
clínico del evaluador (a través ele la implementación <le algo- lizada en otro tramo de la vida. (. . .) cuando llega al
ritmos diagnósticos) y, fundamenta lmente, porque pondera el consultorio un niño que se está golpeando la rnheza,
diagnóstico temprano por encima de la intervención (con las que no me mira, que uo me habla y que ya ritme dos
sabidas consecuencias que en el proceso de constitución suh- años, no dispongo de todo el tiempo; en estos casos las
jetiva tiene la estigmatización a través de las clasifi caciones). intervenciones deben ser muy fuertes, si aspiro a tener
En este punto, la propuesta de prevendón e inter- alguna chance de que este niño se estructure al 111.odo
venciones tempranas de Désir Salud hace hincapié en la de la no psicosis o del no autismo". 14
prevención del sobrediagnóstico a través de una evaluación
interdisciplinaria y a través de la investigación fuertemente Llama nuestra atención al momento de realizar la en-
centrada en la elaboración y el desarrollo del juicio clínico de trevista a la madre y/o al padre del niño que, casi siempre y
los observadores. Los trastornos del espectro autista consti- para casi todos los casos, es posible ubicar un evento de ca-
tuyen fenómenos sumarnente compl~jos que involucran áreas rácter traumático para la madre en aJguna<i de las etapas cons-
del desarrollo difícilmente analizables únicamente desde una Lituti vas de la subjetividad del niño. De igual n1oclo, aparecen
perspectiva evolutiva y, por otro lado, difícilmente entendibles en el discurso referencias que denotan lo siguiente: el desa-
si se los pretende comprender más allá del v ínculo fundru)tc rrollo del niño parece transcurrir dentro de los llamados pará-
del ser humano, entre la madre y el niño . metros " normales" durante los primeros doce/dieciocho meses
).... En su libro " lvfujere::; y niños ... ¿primero'?", dice Cle- de vida, pudiendo ubicar los padres o cuidadores del nir'ío un
mencia Baraldi: "Cuando hay manifestaciones tempra- momento clave y coyuntural a partir del cual el discurrir del
nas preocupantes en un ni110, se hace más necesaria desarrollo se detiene.
la intervención sohre aquello que supone una relación Habitualmente, los niños y nifias que llegan para eva-
entre ese niño y la mujer colocada en el lugar del Otro luación diagnóstica no tienen ningún antecedente médico yío
primordial. ( ... )creo que las patologías tempranas es- biológico rnncreto, su embarazo y concepción no plantearon
tán mucho más ligadas a accidenLes psíquicos sufridos ninguna dificultad y durante el primer año de vida su desarro~
por la mujer uhicada en el lugar de Otro. Accidentes
14 Baraldi, C.: 'Mujeres y niños .. . ¿primero?'', Letra Viva, Buenos Aires,
2018, p. 37-38
¡:, Art. 2, Ley W 6 15 1/1 9, Sueros A ires, 28 de marzo de 2019, Ciudad 2:14
Autónoma de Buenos Aires
233
llo aconteció sin sobresaltos pero entre los doce y los diecio- es habitual oír madres totalm.cnte dcsafcctivizadas respecto
cho rneses de edad se ponen en evidencia trnstomos en la ad- del niño, preocupadas por el diagnóstico eu tanto y en cuanto
quisición de la marcha, en la adquisición del lengu~je y en la buscan una explicación y una orie ntación, pero con una fuerte
comtmicación, dificulta.des en la interacción social, conductas dcsimplicación subjetiva respecto de ese hij o.
)' comportamientos que llaman la atención de los padres y una Al consultarle a Milena por la llegada de Gabriel a su
actitud activamente evitativa en la mirada. hogar, cuenta que era un bebé m uy tranquilo, que casi no se lo
Ahora bien, ¿,bastan todos estos fenómenos observa- esc1.1ch,1ba llorar y que había que despertarlo para alimentarlo.
bles para avan7.ar en d diagnóstico de aut ismo? Creemos fir- En paJ abras de su madre "era como si no hubiera un bebé en
memente que no y especialmente en edades tan tempranas es la casa". Con relación a su desarrollo, sus padres infom1an
donde más fuerte debe ser nuestra intervención, no sólo res- haber detectado que algo no andaba del todo bien en el com-
pecto del niño sino, y fundamentalmente, respecto de la madre portamiento del niño a los 18 meses de edad, observando que
yío de quien encarne la fun ción materna. Gabriel era un niffo sumamente independiente, que práctica-
La he1Tamienta i\.DI-R para la entrevista con los padres mente no lloraba ni pedía por los adultos para nada Y su pres-
y cuidadores del niño prácticamente no incluye dentro de sus cindencia absoluta de un tercero para el juego o el desarrollo
ítems a evaluar preguntas referidas al primer afio de vida, a de actividades de la vida cotidiana. Como hito fundamental Y
cómo trnnsitó la madre de ese niño su embara7.o o cómo füe la simultáneo a estas primeras observaciones, informan que a los
espera de ta llegada de ese niño; no hay pregunta¡; referidas al 18 meses de edad de Gabriel nació su hermana más pequeña.
parLO, así como tampoco a la alimentación, al sueño, al llanto. Sin embargo, la llegada de la pequeña no parece ser un
La comunicación es evaluada en ténninos del lengu~ie (para hito en sí mism o para Gabriel sino para M ilena, quien refiere
aquellos s~jetos que ya lo han adqujrido) y en términos de lo que su hija "se llevó todo lo que era para Gabriel", no había
gestual (en todas sus versiones). para esa madre un lugar para alojar a los dos. Me pregunto si
Sin embargo. la entrevista omite preguntas refer idas al alguna vez lo hubo .v pienso que, en la clínica del autismo Y,
~

lugar que ese niño tuvo en el deseo de los padres, al momento sobre todo, en la clínica de los padres del autismo se trata ma-
ele su concepción y gestación, al lugar de ese nifio y de sus yormente de poder alojar ese discurso parental que no puede
síntomas tm la parej a parental, a todos los procesos su~jetivos alojar al niño y frente a lo cual el niño no cuenta con ningún
y psicoafectivos que acontecen durante el parto y puerperio y soporte simbólico para el proceso de subjetivación .
a cómo esa madre pudo recibir y alojar a ese ni110 en sus pri- y es que no son pocas las veces que escuchamos a los
meros días de vida. Al momen(o de la evaluación diagnóstica, padres de un niño o una niña en proceso de evaluación diag-
235 236
116stica referirse con culpa a los primeros meses de vida de ese a a~:1enir y hasta qué punto somos capaces de oír la verba Ii
niño, a cierto odio o rechazo desp(;rtado a raíz de su llegada. zac1on del rechazo sin moralizarla
• ' • "Los 111110s
. ~· autistas.
.. , quc
Llama la atención el alivio que produce en los padres poder han so~ort~do una demanda de exclusión, que han padecido
alojar ese recha:.c.o, poder reconocer ese sentirniento desperta- una -pnvac10n de amor, no rechazan la comida, rechazan la
16
do por la llegada de un hijo y, yendo aún más lejos, el reco- palahra''.
nocimiento de ese rechazo tiene 11n efecto casi inmediato en ~a intervención en la clfnica del autismo se impone
el pequeño también: como si hubiera un desplazamiento de lo necesanamenle temprana y violenta, en tanto buscar humaní-
rechazado (en el niño) al propio rechazo del lugar que tomó ·.~ y. pro d. uc1r
zar la. existencia de ese. nmo • esa incorporación
. de la
ese niño en la pareja parental. pro~ia voz en los primeros tiempos de la constitución subjeti-
Clemencia Baraldi, en et texto citado previamente, va frente a la más profunda resistencia.
cuenta en relación a Lm caso clínico: "J .e llevará un par de años . En esta línea, la prevención del sobrediagnóstico de
a la mamá poder contarme que cuando por las noches el niño ~ut1smo o de un diagnóstico equivocado debe esk1r dirigida a
recién nacido lloraba, ella, sintiéndose incapaz de calmarlo, lo mtervenciones
. temp· ranas con ca, d a pequeno,
~ pero, sobre todo.

tiraba a la cama. Allí comienza a gestarse su odio que sigue a mtervenciones


. dirigidas a la madre, el .padre o el otro dem
l .

presente. .tvk dice con angustia: lo detesM, lo odio, quisiera cuidados fundamentales.

que se muera. ( ...)No deberá sorprendernos entonces, la no-


5
table mejoría que presenta el niño a partir de ese momento ." ;
Me pregunto qué pasaría si la clínica del autismo co-
menzara a contemplar, entre sus dimensiones y variables, la
angustia materna frente a la llegada de un hijo y cómo esa
angustia, cuando no encuentra alivio ni sublimación, se tradu-
ce en un desamparo tal que rcacmaliza el lugar de esa madre
como hija y es realizado con ese niño. Me pregunto basta qué
punto, como profesionales de la salud, pensamos en el acom-
pañamiento ele los procesos de embarazo, parto y puerperio
como parle del proceso de constitución subj etiva del sujeto
16 Baraldi,
2018, p. 149C.: '·Mujeres y niños... ¿primero?"
· , Letra v·1va, Buenos Aires,
.
15 Baraldi, C.: "Mujeres y niños ... ¿primero?", Letra Viva , Buenos Aires,
238
2018, p. 151 237
1
CAPÍTUL0 Ís) de el nií'io se convirtió en un ni11o dcprivado. Lo que ocurrió
OELINCUE~ IAJlJVENILY .RSPERA~ZA= en un comienzo tenía un sentido que ahora (reformatorio) se
LA T EN DEN CIAANTISOCIAL (T.A) encuentra desvanecido .
.luan Pablo Visconti
Pern entonces, ¿Qué es la dcprivación?
En abril de 1967 en la ciudad inglesa de \Vinchester,
D011:ald Wim1icott pr onuncia una conferencia en el congreso No es una falla social sino una fol la específica, es un
de Subdirectores de Reformatorios reunidos en el King Al- cam bio que alteró la vida del nifio y que sucedió en un mo-
fre<l's College donde intentará dar luz a conceptualizaciones menlo donde éste no podía dar cuenta de lo que estaba suce-
relativas a la delincuencia juvenil. Pero las palabras con las diendo. La deprivación la podemos entender en clave de una
que el autor nos introduce en la temática refieren a la tendencia pérdida, algo que se tuvo y se ha perdido. E l sujeto en condi-
antisocial. Sí, Donald Winnicott no se referirá literalmente a la. ciones adecuadas podrá reproducir lo que ocmrió, es decir en
delincuencia juvenil. condiciones psicoterapéuticas es capa7. de evocar a partir del
Y es que la tendencia antisocial no es una estructura material aportado en sus juegos, sus sueños, en su discurso. los
para Winnicott, sino una anomalía, algo que ocurrió en deter- rasgos esenciales de su deprivación. ·
m inado momento del desarrollo físico o emocion al del infante. Un niño deprivado va a experimentar en primer lugar
Tal como expresa el autor estas tendencias pued en observarse una ansiedad impensable que irá reorganizando hasta alcan;ar
en el "extremo nonnal de la escala". un esla<lo neutral. Este estado está caracterizado por la obe-
Tal vez podamos entender la impo1tancia de estas con- diencia y es cómodo para quienes lo rodean, este es el mo-
ceptualizaciones si pensamos que para el autor la T. A. en- mento en el que surge la esperanza. El niño sin conciencia de
cierra un pedido de auxilio que puede ser leído pero que va lo y~e ocurre, se siente impulsado a retroceder a una época
compleji:z.ándosc con e l pasar del t iempo, cuando las destrezas antenor a la deprívación; el fin consiste en anular el temor a
en algtma actividad antisocial crecen como así también la falta la ansiedad o confusión experimentadas antes de organizar el
de comunicación . .Aun así, el pedido de auxilio seguirá. ahí. estado neutral.
Estamos acostumbrados a relacionar la d elincuencia
con temas generales inherentes a la pobr~za, vivienda inade-
cuada, hogares deshecho s, falla en la provisión social, etc.
Pero lo que nos dirá el autor es qu~ hubo un comienzo en don-
239 240
niño o la niña van a tener la posibilidad ele integrar impulsos
La madre
amorosos y destructivos, logrando de ésta manera proteger de
sí mismo a los objetos y personas que valora. Según Winoicott
La madre al adaptarse a las necesidades de su hijo le
el medio donde el infante se mueve debe .resultar indestructi-
pem,ite descubrir o~jetos creativarm:ute, es decir promueve el
ble en sus aspectos esenciales; todo lo que pueda romper con
uso creativo del mundo. Si esto no sucede el niño pierde con-
taclo con los objetos y la posibilidad creativa ele descubrirlos. sus impulsos el n iiio, puede ser renovado, incluso la confianza

J.a mano roba un objeto, se trata de un acto compulsi- de sus padres.

vo, el niño no sane por qué lo ha hecho, lo que busca no es un Tj na deprivación, una ruptura, un suceso que tiene im-

objeto sino la capacidad de descubrirlo y así sentir la satisfac- pacto negativo sobre la organjzación del nii'ío produce que sus

ción ele un momento de esperanza. Tal vez podamos entender impulsos agresivos dejen de ser inocuos y que el niño tome
un poco más en este punto de qué se trata la esperanza en la el control que ha quedado vacante y, como consecuencia la
teoría de DonaJd \Vi.nnicott. El problema surge cuando el acto ansiedad le impedirá aceptar su agresividad ya que verá inte-
se transforma en un acto planificado y organizado, el fin se rrumpida la experimentación de la misma. La identificación
complejiz.a, viene la travesura y luego su transición al acto estará dirigida hacia los adultos a cargo y no hacia su propio

antisocial. self
E n las primeras impresiones son actos normales de la El circuito que comienza a diagramarse podliamos
índole de un "hijo tomando una galleta en la cocina" o "un describirlo de la siguiente manera: cada vez que en el niño
niño revisando carteras viejas de su madre". El acto va toman- se despícrta la esperanza de restablecer su seguridad (la cual
do times compulsivos, se va tran:sfonnando en una destreza. ha perdido) redescubre su agresividad. :t\o tiene conciencia de
lo que ocurre, solo puede comprobar una agresión repentina

El padre (haber roto un objeto o lastimado a alguien) carente de toda ló-


gica. El autor nos va a decir que la reacción social consecuente
En el ni:fio y en la niña se comprneban sentimientos con estas conductas, no percibirá el mensaje en la acción a
agresivos que no representan riesgos en el marco familiar, que reprochar, sino que tenderá a actuar de forma moralizadora,
no es., ni más ni menos que una representación de la sociedud. castigando e l hecho y pidiendo una explicación lógic.:a. la cual
Los niños pueden experimentar actividades relativas al odio. no tendrá ningún valor ya que nada dirá sobre la causa o etio-
La figura del padre va a tener la función de brindar logía del trastorno.
seguridad a un medio en donde si lo hace de forma correcta el
~ ~ l 242
Claves terapéuticas
Witmicott le dirá al personal de los reformatorios que CAPÍTULO 16
son importantes los vínculos ya que toda comunidad es tera- EL TRALl'.\-1A Y LAS SERIES COMPLEMENTARIAS
péutica, siempre y cuando funcione. No hay beneficios para Natalia Ledesma

las/los jóvenes que integren grnpos caóticos ya que tarde o


La actualidad
temprano esta dinámica dará como fruto a un dictador.
En cuanto a la sesión terapéutica nos dice que la mo-
En este capítulo trabajaremos la noción de series com-
ralidad debe quedar por fuera, a menos que la manifieste el plementarias y el concepto de trauma trabajado por Freud y
paciente teniendo en cuenta que no se apunta a invesligar los desde los aportes de Germán García en su libro "T.a actua-
hechos objetivos sino a lo que es real para el paciente. lidad del trauma". Quisiéramos plantear, justamente, la ac-
En cuanto a lo transferencia! el autor expresa que hay tualidad de estos conceptos .va que remiLtm a dos cueslione:;
~

que prestar atención a cómo el paciente se vincula, con re- fundamentales a la hora de pensar la subjetividad. En primer
proches por preferir a otros pacientes, pidit:ndo que mueva lugar, la cuestión de la complejidad: fue Freud quien edificó

de Jugar objetos del consultorio, etc. Todos estos elementos el psicoanálisis sobre la base de la complejidad. Cualquiera de
sus textos apunta a encontrar conflictos, factores, relaciones,
son importantes ya que nos dicen que el paciente se encuen-
delerrninaciones, condiciones para los fenóme,nos. El análisis
tra experimentando en el presente algo que fue real en algún
y descomposición de los materiales que se le van presentimdo,
momento. Por este motivo no hay que ceder con explicaciones y las permanentes rcelaborncioncs de sus ideas dan testimonio
y justificaciones ya que estaríamos desaprovechando material de su compromiso con la cmn plejídad humana. En una épo-
clínico. En este sentido el analista debe estar dispuesto a invo- ca de simplificación, descontextualización y dcsinscripción,
lucrarse con el paciente, tolerando que éste desperdicie citas bienvenida la complejidad. En segundo lugar, la cuestión del
o no las respete, ya que estos fenómenos nos hablarán <le la tiempo. Cuando decimos tiempo decimos procesos, pero cual-
transferencia tlel mismo y vehiculi7.arán el poderoso proceso quier lectura de Freud nos confronta con procesos no lineales,
ni previsibles. Términos como fijación, regresión, transac-
terapéutico.
ciones, ligazón, disposición, con<lemmciones, desplazamien-
:os, asociaciones, retroacción, nos muestran una estructura
de elementos que se organizan. En una época de objetividad,
;,ienvenido el desarrollo freudiano del tiempo para pensar la
'!structura y ver cómo se configuran las cosas.
245
243
Series complementarias La constitución sexual se refiere a la existencia simbó-
lica del sujeto antes de la existencia física, mientras que los su-
Freud entiende a la neurosis como una estructuración cesos infantiles los podemos encuadrar en la primera infancia
más allá de la presencia de síntomas. Los síntomas varían a lo desde el nacimiento hasta los primeros años de vida. La cons-
largo de la vida, Freud dice que todos somos neuróticos por- titución sexual va a ser anterior a ese tiempo, porque tiene que
que todos tenemos mecanismos para hacer síntomas. ver no tanto con la vida concreta del sujeto sino con su antece-
La noción d ~ a r a el psicoanálisis alude más a dencia. Como para el psicoanálisis la antecedencia no es gené-
los caminos de su estructuración que al fenómeno sintomático tica, todo lo que nos precede funciona como matriz simbólica.
en sí. El esquema de la~ s complementari0i.ue plantea, Entonces, cuando Freud habla de constitución sexual se está
lejos de simplificar, nos habla de la complejidad, de la relación refiriendo a que somos sujetos sexuales y que, justamente, la
entre elementos, de la historicidad, de la contingencia. reproducción sexual lo que marca es que siempre venimos de
Estas series complementarias articulan la vida infantil un encuentro de deseos que nos trajo a la vida. La llegada al
y la vida adulta. De acuerdo a cómo se juegue la articulación mundo no es un hecho meramente biológico sino producto de
entre la constitución sexual y los sucesos infantiles de la pri- una configuración que tiene que ver con el encuentro de los
mera infancia va a generarse un material predisponente lla- otros, con la marca de los deseos. La antecedencia de la que
mado disposición libidinal La disposición libidinal sería el habla Freud es una antecedencia simbólica, no es biológica, ni
equivalente a la disposición pulsional y dice Freud que todo lo genética, ni por la vía de la sangre, sino que la herencia tiene
que al sujeto le pase tendrá que ver con cómo se articula esa que ver con cómo se inscribe cada uno en la cadena generacio-
disposición ( componente predisponente) con los posteriores nal, somos hijos de, hermanos de, etc. en tanto posiciones sim-
sucesos de la vida. bólicas; nuestra familia tiene una historia, hay una trama que
Entonces, la constitución sexual combinada con los su- enlaza a nuestros padres, también como hijos de sus padres y
cesos infantiles produce una serie que, a su vez, se combinará somos efectos de relatos de los que estuvieron antes.
con los sucesos de la adolescencia y la vida adulta. Freud está Tenemos un nombre elegido para nosotros antes de na-
lejos de una teoría determinista, más bien su disposición es la cer, eso es una marca y tiene un peso, hay una serie de expec-
de seguir una trama, localizar las relaciones, establecer aque- tativas, se esperan ciertas cosas de nosotros. Cuando alguien
llo que va armando series, en función de una combinatoria de llega al mundo, no llega al mundo desierto en el cual no hay

elementos que es singular. nada. Llega a un mundo en que todo esto: deseos, expectativas,
246 historias familiares, ocultamientos, relatos, se van tejiendo. La
247
existencia se desplegará, entonces, en esta red de relaciones y juegan en los primeros tiempos de la vida. Si uno mira un bebé
configuraciones que nos anticipan. Eso es la herencia, la trama en una cuna, y luego en una sala de jardín de infantes, pocos
simbólica que nos antecede, se trata más del lenguaj e y la con- años después, se va a dar cuenta de lo que tuvo que haber
figuración significante que de cualquier biología desama1Tada pasado para que ese niño o niña se desarrolle, para sostenerse
de esta red de relaciones. La constitución sexual, que Freud en su cuerpo, para poder hablar, jugar con otros, relacionarse
nombra como sucesos prehistóricos tendrá que ver más con el con el mundo que lo rodea, poder aprender. La vida humana
campo de los otros que con la vida del sujeto; aún no nacemos implica gran dependencia del otro, en los primeros años se ven
y eso ya existe. cuestiones muy importantes a nivel del desarrollo que, desde
Para el psicoanálisis es fundamental el primer tiem- lo que venimos planteando, no es natural, ni automático, ni
po de la vida, lo que acontece durante los primeros años para evolutivo, sino que tendrá que ver con este momento de la
nuestra constitución. Freud destaca la constitución humana a vida. Hay cosas que pueden ocurrir o no ocurrir, puede haber
partir de los sucesos de la sexualidad infantil, las tendencias trabas, dificultades, avances y retrocesos.
pulsionales parciales y los objetos infantiles primitivos. Las De lo que hubo antes de que viniéramos al mundo Y
adquisiciones que un niño alcanza desde que es bebé y durante de lo que efectivamente vivimos, se armará una configuración
los primeros años de vida no se lograrán de manera autónoma. predisponente. Pero el sujeto no está totalmente constituido
Winnicott lo explica a partir de la función de sostén que tiene en la primera infancia, faltará recorrer todo un camino en la
la madre para el bebé y en el desarrollo del espacio que se va pubertad, adolescencia y todo lo que implica la vida adulta.
armando entre ambos. En Lacan, esta función se juega entre Por eso Freud destaca también los sucesos accidentales del
el gran Otro corno función simbólica, la madre incorporando adulto. El sujeto humano no está predeterminado al momento
al suj eto a una existencia simbólica, al tiempo que funciona del nacimiento, lo que nos aleja de una teoría innatista. Tam-
como madre real. El sostén físico es insuficiente para el ser poco es el resultante de los sucesos que viva, lo que nos aparta
humano, sino que precisamos un sostén en lo simbólico para de lecturas ambientalistas. Es el resultado de una combinatoria
existir. A su vez, la simbolización no llega a anudar totalmente compleja entre cierta predisposición y lo que acontece, se trata
eso que llamamos cuerpo. siempre del sujeto y sus circunstancias. Freud cuando desarro-
Entonces, no se trata de una abstracción simbólica que lla las series complementarias explica que no puede saberse a
nos antecede, sino que el psicoanálisis enfatiza las experien- ciencia cierta cuál es la incidencia relativa de cada uno de los
cias tempranas en que esa trama se realiza. Las vivencias, ex- factores. Si dos sujetos atraviesan la misma situación no les
periencias, operaciones necesarias para el armado subjetivo se
248
pasará Jo mismo, porque lo que cambia es la predisposición
2}~
posición, los recursos que cada sujeto tiene, las posibilidades trauma no es algo en sí, tampoco es una cualidad de una situa-
simbólicas. ción en particular, sino un evento que cobra un sentido trau-
Siempre se tratará de un sujeto y sus circunstancias, mático. ¿Qué significación le damos a los eventos que suceden
no hay dos sujetos iguales como tampoco hay dos situaciones alrededor nuestro? Para el sujeto humano la percepción del
iguales. Aquí se destaca el valor de la singularidad que sostie- mundo está atada a las determinaciones inconscientes, por este
ne el psicoanálisis. motivo no hay objetividad posible en la relación con la reali-
Como vemos, hay muchos elementos que j uegan, no dad, ya que se tratará de un aparato de lectura. El trauma es un 111

se trata de lecturas de causa y efecto. El sujeto no es un suj eto encuentro que tiene valor de acontecimiento. Está, entonces, 11

aislado, sino que está sostenido por una red de relaciones. asociado a una inscripción. Más allá de la situación concreta,
el énfasis está puesto en que un acontecimiento es algo que
El trauma se recorta, que tiene una carga simbólica particular. Primero
desarmemos algunos prejuicios sobre el trauma, para retomar
Si descriptivamente dos personas atraviesan el mismo el espíritu de la fo1mulación freudiana. Un acontecimiento no
evento, esto a priori no nos dice nada, ya que lo que ocurra tiene que ser terrible para ser traumático. No se trata de que
va a variar de acuerdo a cómo el sujeto asimile la situación, sea algo malo, grave, tremendo. Una situación favorable para
cómo se relacione con lo que pase, cómo pueda responder, lo alguien desde una mirada del sentido común puede, también,
que pueda armar a raíz de eso. En este sentido, el esquema de tener un valor traumático. El trauma no puede abordarse desde
las series complementarias es muy interesante para abordar una categoría moral.
lo traumático no como una condición a priori sino como un Al inicio de su obra, Freud se refiere al trauma como un
efecto, un resultado de cierta inscripción. acontecimiento sexual, vivencias en la primera infancia, abu-
En este sentido, lo primero que hay que decir sobre el sos, insinuaciones, encuentros con situaciones sexuales. Más
trauma es que, para calificarse como traumático, es preciso que adelante, Freud va a conceptualizar la categoría de fantasía.
se inscriba como tal. El trauma siempre es resultado de una re- Para abordar el concepto de trauma se impone entrar en
lación asociativa, hay en el trauma un hilo ya que se trata de la compleja relación entre fantasía y realidad. El trauma, dice
un evento que toca otros anteriores. Recordemos el concepto Freud, no es una vivencia sino el recuerdo de una vivencia.
de trama simbólica del que hablábamos antes. Vamos a seguir Aparece la noción de tiempo: tiempo que separa la vivencia Y
algunas ideas presentes en el libro "Actualidad del trauma" en su recuerdo. También nos habla de una secuencia: la tempo-
el que Germán García hace una caracterización muy clara. Un ralidad retroactiva en la que es el recuerdo el que incide en la
250 25 1
vivencia. Algo sucede, pero luego, viene un segundo momento lectura, su interpretación, su inscripción. Es decir, su inclusión
que toca el primero. Más que de los eventos se tratará de las en una trama.
asociaciones, entre ellos, según el modelo del aparato psíquico Entonces, si desarmamos el sentido común de lo trau-
como instancia de inscripciones. mático como una cualidad en sí misma, podemos situar ciertas
La categoría que Freud construye es la de realidad psí- características para abordar el trauma. Sigamos el recorrido
quica, no se trata de la veracidad de los hechos sino de su que propone Germán García.
construcción. Así, los elementos de realidad y de fantasía, se La primera característica es la extrañeza. El trauma
superponen, coexisten. Freud dice que las escenas infantiles como elemento extraño, algo permanece extraño en la medi-
no son siempre verdaderas. Dice, incluso, que en su mayor da en que no puede ser integrado, el trauma insiste como un
parte son falsas o contrarias a la verdad histórica. Agrega que elemento no integrable a la trama de sentido propia de la neu-
los sucesos infantiles no son totalmente reales ni totalmente rosis. Se corta el hilo, algo no puede enlazarse a la narrativa,
falsos, por eso, aquello que en un análisis se evoca como suce- no encuentra un sentido que lo anude. Desde esta perspectiva,
so infantil es una mezcla de verdad y mito. Dice que el sujeto vemos que el trauma es algo que carece de significación. Otra
obra como los pueblos "los cuales constituyen con leyendas característica del trauma es la sorpresa, ya que se trata de algo
la historia de su olvidado pretérito". ¿Cómo diferenciar reali- inesperado: el efecto sorpresa con que irrumpe el aconteci-
dad e imaginación? Freud dice que hay que prescindir de esa miento no permite simbolizarlo, volverlo legible. Al no poder
preocupación: la realidad psíquica es eficaz porque produce ser leído, el acontecimiento traumático no puede ser integrado
efectos más allá de la veracidad. Las producciones psíquicas y produce una discontinuidad, un corte en las asociaciones.
revelan, así, su eficacia. Algo es traumático porque no puede ser leído.
El territorio entre fantasía y realidad es fundamen- Otra característica del trauma es la extimidad, ese
tal para entender las configuraciones psíquicas, las fantasías concepto que condensa lo exterior, y la intimidad. Punto de
primarias son elementos necesarios e indispensables ya que quiebre cuando en lo exterior, reconocemos lo más cercano.
articulan lo excesivo de la sexualidad. En la actividad de la Recordemos que el primer exterior del bebé, lo que se cons-
fantasía se conserva un territorio de libertad al que la coerción tituye como exterior, es una localización de lo displacentero.
exterior obliga a renunciar. El trauma, por lo que venimos diciendo se presenta como ex-
Para conocer ese lugar singular desde el que alguien terior, pero este rasgo no lo volvería traumático, justamente,
mira el mundo no queda otro camino que el de la palabra. No es traumático porque siendo exterior, me concierne. El sujeto
se trata para el psicoanálisis tanto de los sucesos como de su se ve afectado porque está enlazado íntimamente a eso que
252 253
acontece. El trauma es exterior e interior a la vez, tiene que
del centro. Recorrió la calle Corrientes para conseguirlo, pero
ver con el sujeto.
nada, estaba agotado. Ella empezó entonces a buscar un ejem-
El trauma no se puede simbolizar, se instala como algo
plar en algunas ferias de libros usados, se movía, pero no tenía
no elaborable, y esto afecta la dimensión del tiempo. El trau-
suerte. Cada tanto, en las clases comentaba su búsqueda, tan
ma genera una ruptura del equilibrio, viene a romper con una
incesante como infructuosa. Finalmente, en una clase, cuando
regulación existente: no se encuentra explicación, pero tampo-
me disponía a desarrollar un tema, me interrumpe. Quiere con-
co se puede avanzar, no aparecen asociaciones posibles. Siem-
tar algo, está urgida, contenta y desencajada. Había, por fin,
pre idéntico, actual, el trauma rompe la dimensión de pasado
encontrado el libro. El fin de semana anterior, toda la familia
y presente y futuro. Al no poder ser integrado en una trama,
(marido e hijos) se habían movilizado a la capital a pasear
permanece intacto.
y, también, a buscar el libro, que a esta altura era una espe-
Para el psicoanálisis lo que es traumático por defini-
cie de obsesión. Dice que estaban recorriendo, ella miraba Y
ción es la sexualidad, en el sentido de que es un exceso que
consultaba en cada puesto de Parque Rivadavia. Muy amables
debe ser elaborado. Se trata de la indefensión frente a la propia
los libreros, pero no se conseguía el libro. En un puesto en
pulsión, comprendemos que las fantasías primarias son uni-
particulaJ, pregunta nuevamente si tenían "Actualidad y trau-
versales porque responden al exceso de la sexualidad humana,
ma". Un hombre que estaba mirando unos libros allí, la co-
y a su enigma. El trauma no puede situarse como causa, sino
rrige: "La actualidad del trauma, se llama". El hombre mira
que la causa estará ligada al fundamento pulsional del sujeto.
al librero, luego la mira a ella. Se acerca y le tiende la mano.
Para cerrar este capítulo nos gustaría c:ompartir una si-
"Mucho gusto, soy Germán García". Ella le cuenta de la fa-
tuación de hace algunos años. A este libro referido de Germán
cultad, charlan un rato, le presenta a su familia. Nos muestra
García, lo trabajamos en la cátedra de Psicopatología de la
a mí y a sus compañeros y compañeras el libro firmado, con
Facultad de Ciencias sociales de la UNLZ, incluyendo algu-
dedicatoria y todo.
nos capítulos en el módulo de bibliografía. Como suele suce-
Me resulta imposible explicar la inquietante sensación
der, algunos estudiantes se entusiasman más con ciertos auto-
que se produjo en el aula cuando ella nos relató lo que había
res, con algunas lecturas. En una oportunidad, una estudiante
sucedido. No recuerdo el nombre de la estudiante. Ha pasado
comentó que le interesaba tener el libro que estaba, y está,
bastante tiempo ya, pero no hay cuatrimestre en que al trabajar
agotado. No lo quería fotocopiar completo, quería el libro. Es
este tema no cuente esta anécdota. Y juro que la magia no se
así que emprendió la búsqueda por librerías de zona sur de
gasta con los sucesivos relatos.
Buenos Aires, luego fue consultando a libreros y editoriales
254
255

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