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Los Terceros en El Proceso Civil Panameño. Almengor, Arguelles, Helleby, Pérez.

Este documento trata sobre los terceros en el proceso civil panameño. Brevemente resume que existen terceros que intervienen de forma voluntaria, como la intervención coadyuvante o excluyente principal, y terceros que intervienen de forma provocada, como el llamamiento en garantía. También menciona las figuras de la mediación, conciliación y arbitraje, donde hay un tercero designado de forma imparcial para ayudar a resolver el conflicto entre las partes.

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Los Terceros en El Proceso Civil Panameño. Almengor, Arguelles, Helleby, Pérez.

Este documento trata sobre los terceros en el proceso civil panameño. Brevemente resume que existen terceros que intervienen de forma voluntaria, como la intervención coadyuvante o excluyente principal, y terceros que intervienen de forma provocada, como el llamamiento en garantía. También menciona las figuras de la mediación, conciliación y arbitraje, donde hay un tercero designado de forma imparcial para ayudar a resolver el conflicto entre las partes.

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Universidad de Panamá

Facultad de Derecho y Ciencias Políticas

Primer Semestre 2020

Trabajo de Investigación 1

Asignatura:

Derecho Procesal

Profesora:

Miriam Amores

Tema:

Los Terceros en el Proceso Civil Panameño

Integrantes:

Almengor, Ana 8-956-371

Arguelles, Nicole 8-938-2447

Helleby, Isabel 8-802-1661

Pérez, Carlos 4-799-152

Grupo:

III E diurno

Fecha de entrega:

Miércoles 10 de junio del 2020.

1
Índice
Introducción (pág. 3)

1. Mediación, conciliación y arbitraje (pág. 6)

1.1. Terceros nombrados por el Estado: El Juez (pág. 7)

1.2. Legitimación en la causa respecto a la intervención de un tercero (pág.7)

2. Las partes y los terceros (pág.8)

2.1. Las partes (pág.8)

2.1.1. Concepto de parte procesal (pág.8)

2.1.2. Legitimación procesal (pág.10)

2.2. El tercero en el proceso (pág.11)

2.2.1. Intervención de terceros en el proceso civil (pág.12)

2.2.1.1. Presupuestos de la intervención de terceros (pág.13)

2.2.1.2. Concepto procesal de tercero y tercero legitimado (pág.13)

2.2.2. Los terceros en relación con el proceso (pág.15)

2.2.2.1. Terceros con interés en el proceso y terceros totalmente

ajenos al proceso (pág.15)

2.2.2.2. Terceros principales y terceros accesorios (pág.15)

2.2.2.3. Terceros facultativos y terceros necesarios (pág.16)

2.2.2.4. Terceros con legitimación permanente y terceros

transitorios (pág.16)

2.2.2.5. Terceros de comparecencia obligatoria y terceros

obligatorios (pág.16)

2.2.3. Tipos de intervención de terceros (pág.16)

2.2.3.1. Intervención voluntaria de un tercero (pág.17)

2.2.3.1.1. Intervención coadyuvante (pág.17)

2
2.2.3.1.2. Intervención excluyente principal (pág.20)

2.2.3.1.2.1. Presupuestos de la intervención

principal (pág.22)

2.2.3.1.3. Intervención excluyente de propiedad o de un

tercero preferente (pág.22)

2.2.3.1.4. Denuncia de pleito (pág.23)

2.2.3.2. Intervención provocada de un tercero (pág.26)

2.2.3.2.1. Llamamiento en garantía o aseguramiento de

pretensión futura (pág.27)

2.2.3.2.2. Llamamiento posesorio (pág.29)

2.2.3.2.3. Llamamiento en caso de fraude o colusión (pág.30)

Jurisprudencia (caso completo) (pág. 32)

Conclusión (pág.50)

Recomendación (pág.55)

Bibliografía (pág.57)

3
Introducción
Tradicionalmente se consideraba al proceso partiendo del supuesto -más común en la

práctica pero no el único- de que cada una de las posiciones procesales está ocupada por

una parte, de que la pretensión es ejercitada por una única persona y frente a una única

persona. Sin embargo, existen casos en los que se ejercita una pretensión por varias

personas y/o frente a varias personas. Y esto obedece a dos fenómenos procesales muy

distintos: acumulación de procesos y proceso único con pluralidad de partes. En el

presente trabajo nos ocuparemos del papel que juegan los terceros en el proceso civil

panameño.

Ante un proceso único con pluralidad de partes, cuando dos o más personas se

constituyen en él, de tal modo que el Juez ha de dictar una única sentencia, en la que se

contendrá un solo pronunciamiento, la cual tiene como propiedad inherente a la misma

el afectar a todas las personas parte de modo directo. La pluralidad de partes es un

fenómeno consecuencia de la legitimación plural, pero esto no significa que todos

tengan que actuar coordinadas o subordinadas. Esta modalidad se denomina

litisconsorcio, el cual puede ser: necesario y facultativo.

La intervención de terceros en el proceso supone siempre la injerencia de alguien, que

hasta entonces era tercero, en un procedimiento judicial ya en marcha para convertirse

en él en parte. Unas veces la intervención procede una acumulación de procesos y otras

un proceso único con pluralidad de partes. Esta intervención puede producirse de dos

maneras: en forma voluntaria que implica la Coadyuvante, litisconsorcial y la

excluyente principal incluido el de derecho preferente y de propiedad; y en forma

provocada, de oficio o a pedido de parte, que implica el aseguramiento de pretensión

futura, el llamamiento posesorio y el llamamiento en caso de fraude o colusión.

4
En este sentido, el presente trabajo hacemos referencia a las partes y terceros, en

donde se desarrolla ampliamente la figura jurídica del litisconsorcio y la de intervención

de terceros propiamente tal.

La autotutela se caracteriza por dos notas esenciales: la ausencia de un tercero distinto

a las partes que pueda resolver el conflicto y la imposición de la decisión de una de

las partes a la otra.

5
1. MEDIACIÓN, CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE

En estas instituciones se nota la presencia de un tercero designado por la partes o

decidido por éstas, quien no actúa por una parte, en nombre y representación de ella,

supliendo una voluntad, sino designado por ambas para hacerlo en forma imparcial.

Justamente ese elemento, la imparcialidad, va a ser lo que caracteriza a los terceros que

tienen como misión resolver (o ayudar a resolver) el conflicto cuando este se ha

planteado.

El mediador es un tercero que intenta comunicar a las partes entre sí, por propia

iniciativa de éstas o de un tercero que se lo pide; propone medios de solución aceptables

y puede, en consecuencia, lograr el acuerdo de aquellas sobre el punto de discrepancia.

Es un simple particular que impone sus buenos oficios. Sería el caso del abogado que,

muy frecuentemente, busca el acuerdo antes que el pleito. La solución obtenida por el

mediador extrae su eficacia del acuerdo de las partes, en un mero contrato, una

transacción, normalmente, salvo que una de aquellas renuncie a sus pretensiones por

completo.

La conciliación es, en último extremo, una mediación, pues resulta también la

intervención de un tercero que busca un acercamiento de las partes procurando el

acuerdo basado en la voluntad de ellas. Por lo general, el conciliador es un órgano

público, creado especialmente a fin de solucionar, en forma amistosa, los conflictos

jurídicos, para evitar que deriven en un proceso judicial.

El arbitraje implica la composición del conflicto por un tercero, que lo resuelve por su

voluntad y conforme a un procedimiento predeterminado. Puede suponer un órgano

público o privado, nacional o internacional. Generalmente encierra la sumisión

voluntaria de las partes, quienes, a menudo, también lo eligen libremente. El árbitro es

un tercero imparcial y está investido (ya sea por las partes o por la ley) de atribuciones

6
idénticas a la de los jueces (jurisdicción), más no de poder y fuerza para ejecutar sus

decisiones. Puede juzgar, pero luego necesita para ejecutar lo juzgado.

1.1. TERCERO NOMBRADO POR EL ESTADO: EL JUEZ.

La otra forma de heterocomposición es el proceso, que es la manera de solucionar los

conflictos que brinda el Estado mediante su función jurisdiccional. Como advierte

COUTURE, el Juez, si bien tiene la facultad de Juzgar, tiene también el deber de

hacerlo; tiene un deber - poder.

El Estado expropia la función sancionadora, y en sustitución de los particulares, debe

organizar un mecanismo necesario para resolver los conflictos y aplicar las sanciones.

Es decir, que el Estado, en el campo jurídico, no solo cumple con la producción y el

establecimiento de las normas jurídicas, sino que la tutela jurídica implica integrar la

función normativa con otra complementaria. El medio para realizar la función

jurisdiccional es el proceso y las normas que lo regulan, el derecho procesal.

1.2. LEGITIMACIÓN EN LA CAUSA RESPECTO A LA INTERVENCIÓN

DE TERCEROS.

UGO ROCCO sostiene: "Las normas de legitimación, no sólo establecen qué sujetos

está jurídicamente autorizados para accionar y para contradecir frente a otros sujetos,

para obtener declaración de certeza o para la realización de una determinada relación

jurídica, sino que determinan también, en la hipótesis de proceder al ejercicio de la

función jurisdiccional a requerimiento de algún interesado, qué sujetos deben participar

o ser llamados a participar con el carácter de actores o demandados en la declaración de

certeza de aquella relación". ROCCO se está refiriendo en la cita anterior al caso del

litisconsorcio necesario. Más adelante agrega: "De manera que, además de los sujetos

que están jurídicamente autorizados para accionar o contradecir en sentido estricto, es

decir, para iniciar el juicio formulando la demanda judicial, hay otra categoría de sujetos
7
que están asimismo autorizados por la ley procesal para tomar parte en un juicio

pendiente entre otros sujetos y que, por lo tanto, pueden voluntariamente o por

requerimiento de los sujetos inicialmente en litis, hacer parte en el mismo proceso"

Estimo, dice JAIRO PARRA QUIJANO, que existe legitimación en cabeza de los

terceros que justifiquen su intervención, cuando éstos tienen que hacer valer intereses

jurídicamente tutelados en un proceso dado, o cuando por existir una relación material o

disposición legal, pueden ser llamados de oficio o a petición de parte a éste.

2. LAS PARTES Y LOS TERCEROS

2.1. LAS PARTES.

2.1.1. CONCEPTO DE PARTE PROCESAL.

El proceso es una relación jurídica entre dos partes: la parte demandante y la parte

demandada, que pueden ser personas naturales, jurídicas, patrimonios autónomos, etc.

Cada parte, por otro lado, puede estar constituida por una o más personas, dando lugar a

la figura procesal del litisconsorcio. La idea de parte excluye la de terceros. Se puede

conceptuar que es parte aquel que, en su propio nombre o en cuyo nombre se pide,

invoca la tutela jurisdiccional de algún derecho subjetivo, promoviendo la actuación de

la voluntad de la ley contenida en el derecho objetivo; también es parte aquel contra

quien se formula el pedido. De lo anotado es posible establecer una perfecta distinción

entre el que pide la tutela jurisdiccional y aquel a favor de quien se pide la tutela.

Lo que da la condición de parte (procesalmente hablando) es, entonces, la posición en el

proceso, independientemente de la calidad de sujeto del derecho (sustancial) o de la

acción (pretensión). E independientemente que actúan por sí o por representación.

VESCOVI, en su obra citada nos dice: "En puridad se pueden distinguir, jurídicamente,

tres calidades: PARTE (procesal), SUJETOS DEL DERECHO (de la relación

8
sustancial) y LEGITIMADOS PARA PRETENDER (accionar) (legitimación en la

causa).

O sea, que una cosa es ser titular del derecho, de la relación sustancial (el deudor, el

acreedor, el propietario, el vendedor), estar en una situación jurídica activa o pasiva,

haber celebrado un contrato, contraer obligaciones, etc., y otra cosa es tener la necesaria

legitimación para acciones (pretender), puesto que la pretensión (acción) es autónoma,

independiente del derecho. Naturalmente que ambas condiciones son, por lo general,

coincidentes, ya que el que puede (y debe) defender en juicio un derecho es su titular.

Sin embargo, en ocasiones el legitimado, por excepción, es otro. Una tercera cosa es

quién realmente actúa en el proceso, la parte. Lo más frecuente es que las tres categorías

coincidan en la misma persona.

En conclusión, las partes son quienes actúan en el proceso, en la posición de actor o

demandado. El primero es el que demanda y el segundo aquél contra quien el actor

dirige su demanda. Estas afirmaciones no quedan desvirtuadas: a) ni porque intervengan

terceros en el proceso, que al ingresar también serán partes; b) ni porque una parte esté

integrada por varios individuos, cual sucede en la parte compleja o compuesta, como

sucede en la figura del litisconsorcio, que da lugar al llamado proceso con pluralidad de

partes.

La capacidad de ser parte en el proceso implica en principio aptitud de ser titular de los

derechos materiales o sustantivos en controversia, o mejor, aptitud para afirmar en un

proceso que se tiene la calidad de titular de tales derechos.

2.1.2. LEGITIMACIÓN PROCESAL.

La capacidad es una calidad del sujeto jurídico mientras que la legitimación consiste en

una relación entre el sujeto y el objeto (jurídicos).

9
La capacidad nos dice quiénes pueden actuar en cualquier proceso (por sí mismos) por

tener la aptitud psicofísica requerida por la ley. Sin embargo esto no basta para poder

ejercer válidamente los derechos o deducir determinadas pretensiones, sino que es

necesaria una condición más precisa y específica referida al litigio de que se trata.

La legitimación procesal, entonces, es la consideración legal, respecto del proceso, a las

personas que se hallan en una determinada relación con el objeto del litigio y en virtud

de la cual se exige, para que la pretensión de fondo pueda ser examinada, que dichas

personas figuren como tales partes en el proceso. (Alfonso es un sujeto plenamente

capaz (capacidad procesal) pero, para demandar desalojo, debe demostrar o que es

arrendador, o subarrendador, o titular de un derecho real de goce, por ejemplo. Para

reivindicar debe ser propietario. Esa es la legitimación activa. A su vez, para ser

demandado deberá ser arrendatario, subarrendatario, etc., o poseedor, ésta es la

legitimación pasiva).

La legitimación, entonces, puede definirse como la posición de un sujeto respecto al

objeto litigioso que le permite obtener una providencia eficaz.

La legitimación que consideramos es la que se refiere a la titularidad del derecho

respecto del objeto del proceso. Es, por lo tanto, una peculiar situación jurídica que

tiene el sujeto que actúa en el proceso respecto del objeto que se controvierte, que es lo

que lo autoriza a pretender en forma eficaz. O, por parte del demandado, a contradecirla

hábilmente.

La legitimación, entonces, es un presupuesto de la sentencia de mérito; el juez,

previamente a la decisión, debe analizar si las partes que están presentes en el proceso

son las que deben estar, esto es, aquellas que son los titulares de los derechos que se

discuten.

2.2. EL TERCERO EN EL PROCESO.


10
Desde Roma se mantiene el principio de que los efectos del proceso, en especial la cosa

juzgada, no alcanzan a los terceros. Por eso los romanos no admitieron la figura de

terceros en el proceso, fenómeno que solo aparece en la práctica judicial medieval,

desde donde llega hasta los derechos positivos latinoamericanos.

En la actualidad se admite, en principio, la intervención de un tercero en el proceso,

además de las partes, cuando tiene un interés propio (cierto y actual) en la litis que se

desarrolla.

En definitiva, digamos que en derecho moderno, pese a atenerse al aforismo romano de

que la cosa juzgada no afecta a los terceros, se acepta, sin embargo, la intervención de

estos cuando demuestran tener un interés directo en la causa que se controvierte en el

pleito entre otras partes, así como su llamada cuando legalmente pueden ser

responsables de la pretensión deducida (llamada en garantía, etc.).

En estos casos, el tercero, una vez admitido en el proceso, se convierte en parte y tendrá

los derechos, deberes y cargas de esta.

2.2.1. INTERVENCIÓN DE TERCEROS EN EL PROCESO CIVIL.

La intervención de terceros importa una acumulación subjetiva sucesiva, pues con

posterioridad a la notificación con la demanda al emplazado se incorporan al proceso

otros sujetos. De por medio está el interés y la legitimidad de los terceros para pretender

incorporarse voluntariamente al proceso o para ser incorporados a él, ya sea de oficio,

por el juzgador, o a petición de parte. Esto significa que cualquier tercero no puede

incorporarse al proceso. Por lo pronto se debe precisar que la denuncia civil constituye

un mecanismo procesal para incorporar a terceros al pleito.

Se sostiene que la decisión que se emita en un proceso sólo debe afectar a los que hayan

intervenido en él: actor y al demandado. No obstante, que en un proceso intervienen el

11
actor y el demandado -litigantes originarios o partes originarias-, hay situaciones,

circunstancias y justificaciones por las cuales se hace imperativo el ingreso de terceros

en el proceso. ATILIO C. GONZÁLES, escribe lo siguiente: "La intervención de los

terceros en el proceso es uno de los temas más preocupantes de la doctrina; pues, por

principio, el proceso comprende a las dos partes entre los que habitualmente tramita -el

actor y el demandado- y únicamente a ellos aprovechan o perjudican los límites

subjetivos de la cosa juzgada que la sentencia definitiva es susceptible de adquirir. No

obstante lo cual, las relaciones jurídicas suelen ser de tal complejidad que con

frecuencia la litis afecta derechos de terceros; quienes, de ese modo, se encuentran

vinculados en un proceso en el cual no han intervenido -por lo menos inicialmente- y

cuya sentencia es susceptible, no obstante la expresada circunstancia, de generarles un

perjuicio. Allí nace, precisamente, le necesidad de regular el instituto de la intervención

de terceros en el proceso civil.

2.2.1.1 PRESUPUESTOS DE LA INTERVENCIÓN DE TERCEROS.

El tercero puede entrar al proceso siempre que se den ciertos presupuestos, los cuales

deben ser verificados por el Juez, ya que se trata de un caso de excepción, pues, en

principio, el proceso es una relación entre dos partes.

El primer presupuesto es la conexidad, esencia de todo proceso acumulativo. Es decir

que la pretensión del tercero tiene que ser conexa con el objeto del proceso para permitir

(o determinar) que se trata y resuelva juntamente con ésta. En principio, no puede

admitirse que el tercero deduzca una nueva pretensión, sino que debe ser conexa con la

que las partes controvierten en el proceso en curso, sea coincidentemente o excluyente,

pero siempre relacionada con aquella.

En segundo término, debe alegar un interés propio y actual en el proceso. Esto

resulta de la necesaria conexión referida. En primer lugar, que se requiera un interés

12
propio y cierto para evitar la intervención de un tercero que alegue un derecho ajeno al

que se debate en el proceso; luego, que se actual, lo que no implica que no pueda ser

eventual, pero sujeto a una eventualidad cierta, esto es, que se trate de algo que

acaecerá, no una simple probabilidad.

Según algunos, el interés invocado debe ser legítimo, esto es, basado en el derecho,

pues no basta el simple interés. En realidad, la pauta la debe constituir la misma

condición que permita ejercer legítimamente una acción independiente.

En último término, se requiere que haya un proceso pendiente.

2.2.1.2 CONCEPTO PROCESAL DE TERCERO Y TERCERO LEGITIMADO.

Se llama tercero en el campo procesal a todo aquel que no es parte en el proceso, es

decir, a todo aquel ajeno absolutamente a la relación jurídico - procesal que se produce

en él. Una persona puede ser calificada como tercero con relación a un proceso dado;

sin embargo, puede tener vinculación con la relación material, con el derecho

sustantivo, caso en el cual se le califica como parte material. Claro está que, como en la

relación procesal hay terceros totalmente extraños a ella, en la relación sustantiva

existen también terceros totalmente ajenos a ella. Tercero, en términos absolutos, será

aquel ajeno totalmente a ambas relaciones. Quien no tiene vinculación alguna con la

relación material siempre tendrá la condición de tercero en atención a que no tendrá la

legitimidad o el interés legítimo para tener participación en el proceso correspondiente.

Un tercero que se considera facultado para intervenir en un juicio dado debe estar

necesariamente vinculado a la materia en controversia, ya sea por interés directo o

indirecto, propio o ajeno, concurrente o excluyente, respecto al interés de las partes en

litigio. Si se admite la intervención de un tercero en el proceso, por cuanto el Juez ha

encontrado que tiene legitimidad para participar en él, ese tercero recibe la

denominación de tercero legitimado.


13
La figura denominada proceso, puede producir efectos erga omnes en la sociedad.

Quienes son o pueden ser afectados directa o indirectamente por el litigio, reciben el

nombre de terceros.

Los terceros no son partes formales en el proceso al momento de constituirse la relación

jurídico-procesal, pero esos terceros tienen la posibilidad jurídica de intervenir en la

disputa.

Para regular la noción de terceros, los Códigos de procedimiento Civil, han creado

institutos tendientes a resguardar los intereses de quienes pueden llegar a ser partes en el

proceso, o sin serlo coadyuvan a éstas en la contienda.

Se entiende por terceros, en cuanto al proceso, a todas las personas naturales o jurídicas

que no son partes. Ahora bien, los terceros eventualmente pueden convertirse en partes.

2.2.2. LOS TERCEROS EN RELACIÓN CON EL PROCESO

En cuanto a las partes, estas son dos, demandante y demandado, independientemente de

la cantidad de personas naturales o jurídicas que compongan cada una. Sin embargo,

puede existir una purisubjetividad de personas, lo que nos lleva a la figura del

litisconsorcio. Con respecto a los terceros ya estamos al corriente que son todos

aquellos que no son parte (demandante o demandado) en un proceso civil; pero sucede

que un tercero eventualmente puede llegar a ser parte.

2.2.2.1. Terceros con interés en el proceso y terceros totalmente ajenos al proceso

El primero tiene el derecho o el deber de intervenir en el proceso y la decisión final lo

afecta directamente. En el segundo presupuesto, el tercero no va a beneficiarse ni a

perjudicarse con el resultado del proceso.

2.2.2.2. Terceros principales y terceros accesorios

14
Una vez que se inicia la relación procesal el tercero involucra una pretensión

incompatible con las partes o bajo la existencia de una cotitularidad con una de las

partes. En este caso estamos en presencia de litisconsorcio ya que el tercero tiene una

pretensión propia. Bajo este prisma jurídico podemos manifestar que el litisconsorcio y

la intervención ad excludendum (artículo 604 del código judicial) son ejemplos de

intervención principal.

Cuando el tercero no tiene una pretensión propia sino que hace valer pretensiones

ajenas, se dice que es accesorio o secundario. No tiene disposición del objeto en litigio

(artículo 603 del código judicial)

2.2.2.3. Terceros facultativos y terceros necesarios

En algunas ocasiones la necesidad de proferir una decisión de fondo obliga a que se cite

a terceros en el proceso. En otras oportunidades se podrá dictar sentencia aun sin la

concurrencia de un tercero.

2.2.2.4. Terceros con legitimación permanente y terceros transitorios

Cuando el tercero interviene en parte del proceso, estamos frente a un tercero con

legitimación parcial. Por lo contrario, si el tercero participa en todo el proceso se dice

que es un tercero de carácter permanente.

2.2.2.5. Terceros de comparecencia obligatoria y terceros voluntarios

El tercero puede ser citado de oficio como interviniente en forma obligada o a

instancia de parte. Por citación del juez tenemos el llamamiento ex oficio y a

instancia de parte al tercero se le impone una situación pasiva en el proceso

(llamamiento en garantía y denuncia del pleito). También puede suceder que la parte

pasiva del proceso quiera desligarse del mismo y que el tercero lo reemplace totalmente

(laudatio o nomintio auditoris).

15
A continuación, en los tipos de intervención de terceros, explicaremos a groso modo la

intervención voluntaria de un tercero y la intervención provocada de un tercero, con sus

respectivas subclasificaciones.

2.2.3. TIPOS DE INTERVENCIÓN DE TERCEROS.

ANA MARIA ARRARTE ARISNABARRETA nos dice: "Las diversas formas de

intervención de terceros estarán determinadas por la legitimidad del interés jurídico que

sea invocado, es decir, mientras más cercano esté de la relación material involucrada en

el proceso, las facultades de las que gozará el tercero legitimado serán mayores. A

manera de precisión resulta pertinente indicar que al analizar cada una de las

modalidades de terceros, podremos apreciar que, en estricto, dos de ellas (la

intervención coadyuvante y la litisconsorcial) formarán parte del sub-género de los

litisconsorcios facultativos o cuasi necesarios - al haber descartado la posibilidad que un

tercero sea parte en el proceso, hemos excluido también que un tercero pueda ser

considerado litisconsorte necesario-, mientras que las modalidades de terceros

excluyentes (sea principal, de derecho preferente o de propiedad) pertenecerán al género

que será simplemente la acumulación subjetiva sucesiva, en la medida que estaremos

frente a supuestos donde se pretende evitar la multiplicidad de procesos respecto a

temas vinculados".

2.2.3.1. INTERVENCIÓN VOLUNTARIA DE UN TERCERO.

2.2.3.1.1. Intervención Coadyuvante.

Es coadyuvante cuando su participación tiene por objeto ayudar a una de las partes,

colaborar con él en el litigio, sin incorporar pretensión alguna al proceso.

Su intervención puede admitirse incluso durante el trámite en segunda instancia,

entendiéndose que como el trámite en la segunda instancia no termina normalmente con

16
la sentencia que se emita en ese nivel, el tercero adherente está en aptitud procesal de

interponer el recurso de casación correspondiente.

La intervención coadyuvante es calificada como accesoria en atención a que ella no

importa la inclusión al proceso de una pretensión propia del tercero, sino que su tarea se

concreta a defender el derecho que sustenta la pretensión de la parte a quien coadyuva

en la defensa. Esta intervención servirá asimismo para evitar que el actor y el

demandado acudan al fraude procesal.

Es pertinente añadir, dice el Maestro CARRION LUGO, que a nuestro criterio el tercero

coadyuvante tiene la calidad de parte en la relación procesal y no tiene la calidad de

parte en la relación material subyacente en el proceso.

Esta institución que también recibe el nombre de coadyuvancia, se caracteriza por la

intervención del tercero.

En el proceso con el fin de obtener un resultado favorable para una de las partes, ya que

tiene con ésta una relación material que puede verse afectada. La relación sustancial del

tercero con la parte, en principio es ajena a los efectos de la resolución, pero en forma

indirecta (el tercero) puede ser afectado por la declaración jurisdiccional. El

interviniente no se convierte en parte, pero busca el triunfo de la parte con quien

coadyuva, por lo tanto, tiene que apoyarlo.

Esta figura se encuentra regulada en el artículo 603 del Código Judicial y sus

características son:

1.-Solamente procede en procesos contenciosos, en cualquiera de las instancias y desde

la notificación de la demanda. Si la intervención se realizó antes de notificar la

demanda, deberá resolverse con posterioridad a dicho acto tribunalicio, Jorge Fábrega

17
estima que de conformidad con el artículo 1423.2 del Código Judicial también procede

en procesos no contenciosos.

2.-El interviniente adhesivo no puede ejecutar actos que impliquen disposición del

derecho en litigio, pero puede oponerse a éstos (transacción, allanamiento, etc.).

Solamente puede coadyuvar al demandante o al demandado, pero no disponer del objeto

del proceso.

3. El tercero adhesivo puede efectuar todos los actos procesales propios de la parte a la

que ayuda, en cuanto no se oponga a ésta ni disponga de lo discutido.

4.-Debe existir un interés real, el cual se le tiene que probar al Juez en la solicitud.

5.-La solicitud formal deberá contener los hechos, el fundamento legal y las pruebas,

pero no se requiere que sea propiamente una demanda.

6.-El tercero se encuentra subordinado a un proceso originario (principal) en el cual no

es parte.

7.-Aun cuando nuestro estatuto procesal no lo dice expresamente, estimamos que el

coadyuvante puede abandonar el proceso en cualquier momento.

Si bien algunos autores, como Parra Quijano, estiman que el interviniente adhesivo es

parte en el proceso ya que hacen una abstracción en cuanto al litigio y al proceso,

consideran que no es parte en el litigio (la relación material que se discute en juicio),

pero si es parte en el proceso entendido en su aspecto formal; en nuestro concepto, el

tercero coadyuvante no es parte en virtud que si bien es cierto la sentencia lo puede

afectar, no lo hace en forma directa. Por ejemplo, si la parte a la que coadyuva es

condenada en costas, el tercero no tiene que pagarlas, o si coadyuva con el demandado y

este es condenado en la sentencia a pagar una suma de dinero, el coadyuvante no está

obligado.

18
Un ejemplo de intervención litisconsorcial sería el caso de un proceso especial de

alimentos promovida por la segunda esposa (que no tiene hijos); la ex esposa, con quien

el demandado si tuvo descendencia y a los que pasa una pensión voluntaria, puede

intervenir como coadyuvante en favor de su ex marido, demostrando incluso que la

esposa actual no tiene necesidad de alimentos, ya que de fijarse alimentos para la

demandante se podrían ver disminuidos los ingresos que ella recibe voluntariamente de

su ex esposo.

2.2.3.1.2. Intervención Excluyente Principal.

Se presenta cuando alguien pretenda su incorporación al proceso a fin de hacer valer

dentro de él su propia pretensión procesal, que se supone opuesto a las pretensiones de

las partes en el proceso.

Aceptada como tal y sólo si se presenta antes de la expedición de la sentencia de

primera instancia, actuará como una parte más en el proceso, dando lugar a un caso sui

géneris en el cual habrá tres partes intervinientes en el proceso con sendas pretensiones

procesales. Su intervención no suspende el proceso sino la expedición de la sentencia.

Esta forma de intervención de terceros también recibe el nombre de intervención

principal o excluyente y acontece cuando un tercero demanda total o parcialmente la

cosa o derecho controvertido en un proceso. El tercero pretende que con audiencia del

demandante y del demandado, se le reconozca su pretensión en el mismo proceso.

Para evitar colusión o fraude procesal, el Juez cuenta con plenos poderes. El artículo

604 del Código Judicial regula la intervención principal de la siguiente manera:

"Artículo 604. Quien pretenda, en todo o en parte, la cosa o el derecho controvertido,

podrá intervenir formulando su pretensión frente a demandante y demandado, para que

19
en el mismo proceso se le reconozca. La oportunidad de tal intervención precluye con la

sentencia de primera instancia.

El interviniente deberá presentar demanda con los requisitos legales, que se notificará a

las partes o a sus apoderados como dispone este Código para toda demanda, y de ella se

dará traslado por el término señalado para la demanda principal. El auto que acepte o

niegue la intervención, es apelable en el efecto devolutivo.

Si el término de prueba estuviere vencido y en la demanda del interviniente o en las

respuestas de las partes se solicitare la práctica de pruebas, se fijará no adicional que no

podrá exceder de aquél, a menos que demandante y demandado acepten los hechos

alegados y éstos sean susceptibles de prueba de confesión.

La intervención se tramitará conjuntamente con el proceso principal, y con ella se

formará cuaderno separado.

En la sentencia que decida sobre la demanda inicial se resolverá en primer término,

sobre la pretensión del interviniente.

Cuando en la sentencia se rechace en su totalidad la pretensión del interviniente, éste

será condenado a pagar al demandante y demandado, además de las costas que

corresponda, multa de cien balboas (B/. 100.00) a quinientos balboas (B/. 500.00) y a

indemnizar los perjuicios que les haya ocasionado la intervención, que se liquidarán

mediante incidente.”

Las características procesales de intervención principal son las siguientes:

1. El tercero se convierte en demandante del actor y del demandado en el mismo

proceso.

2. La oportunidad procesal para intervenir precluye con la sentencia de primera

instancia.

20
3. La demanda debe contener los requisitos legales comunes a todo proceso.

4. Cuando la intervención se produzca precluido el término probatorio, se fijará

uno adicional que no podrá exceder al primero.

5. En la sentencia que decide la demanda principal se resuelve la pretensión del

interviniente.

Es importante que la pretensión inicial se encuentre correlacionada con la pretensión

original o con una de las partes originales, existiendo una relación con la cosa u objeto

de la demanda principal y que el interviniente pretenda en todo o en parte dicha cosa.

Un ejemplo de intervención principal es: A demanda a B alegando que el vehículo que

conduce el demandado es de su propiedad, por lo que solicita su restitución.

Posteriormente aparece C quien aduce que el auto en mención no es de propiedad ni de

A ni de B si no suya (como puede observarse existe una clara acumulación de

pretensiones, puesto que se acumula la pretensión de A y de C.)

2.2.3.1.2.1. Presupuestos de la intervención principal.

1) El interviniente debe tener la calidad procesal de tercero.

2) Debe pretender total o parcialmente la cosa o el derecho que es objeto del

proceso. Es decir que concurra la incompatibilidad.

3) Que exista un proceso pendiente.

4) El procedimiento para el proceso que plantea el interviniente debe ser el mismo

del proceso en curso.

5) El Juez o magistrado que conoce el proceso debe ser competente para la

demanda del interviniente.

2.2.3.1.3. Intervención excluyente de propiedad o de derecho preferente.

21
Puede intervenir en un proceso quien pretende se le reconozca su derecho en oposición

al de los litigantes como consecuencia de alguna medida cautelar ejecutada sobre un

bien de su propiedad o sobre el cual tuviera un mejor derecho que el titular de la medida

cautelar. Para la viabilidad de la intervención del tercero, en este caso, se supone la

existencia de una medida cautelar dictada dentro de un proceso, incompatible con el

derecho de propiedad o de algún otro derecho de un tercero (tercerista) respecto al bien

gravado; en este caso, el tercero puede intervenir en el proceso con el propósito de

obtener una declaración judicial sobre la prelación de su derecho.

Tratándose de la tercería excluyente de propiedad, la demanda correspondiente puede

interponerse en cualquier momento antes de que se inicie el remate del bien. Debe

reunir los requisitos legales y debe presentar la prueba que acredite el pretendido

derecho, consistente en documento público o privado de fecha cierta, así como prestar

garantía suficiente por los daños y perjuicios que la tercería pudiera irrogar. Admitida a

trámite, se suspenderá el proceso si estuviera en la etapa de ejecución, aunque esté

ejecutoriada la resolución que ordena la venta de los bienes.

Tratándose de la tercería preferente de crédito la demanda debe proponerse antes que se

realice el pago al acreedor. Admitida la demanda, se suspende el pago al acreedor hasta

que se decida en definitiva sobre la preferencia.

2.2.3.1.4. DENUNCIA DE PLEITO

Es una intervención forzada por llamamiento al proceso y surge de la propia relación

sustancial. En la denuncia del pleito un tercero es llamado al proceso para ayudar a una

de las partes a conseguir una sentencia favorable, sin que se proponga en el mismo

proceso la condena del denunciado. El denunciado en un pleito, tiene facultades para

denunciarlo como demandante o como demandado. A pesar que el Código Judicial no

22
lo dice, consideramos que si por la no comparecencia del llamado se pierde del pleito,

este puede ser demandado por negligente.

La denuncia del pleito encuentra su razón de ser en la figura del saneamiento por

evicción regulado en el Código Civil. El vendedor tiene la obligación de entregar

saneada la cosa vendida y en ese sentido responderá ante el comprador por la posesión

pacífica y legal de la cosa y por los vicios o defectos ocultos (artículos 1231 y 1244). En

concordancia con lo anterior el artículo 1245 del Código Civil señala que la evicción se

presentará cuando se prive al comprador por sentencia firme y en virtud de un derecho

anterior a la compra de todo o parte de la cosa vendida.

El Código Judicial señala que:

“Artículo 605. Quien de acuerdo con la ley sustancial tenga derecho a denunciar el

pleito que promueva o que se le promueva, deberá ejercitarlo en la demanda dentro del

término para contestarla, según fuere el caso. El escrito de denuncia acompañará la

prueba siquiera sumaria del derecho a formularla y la relativa a la existencia y

representación que fueren necesarias. El denunciado en un pleito tiene a su vez facultad

para denunciarlo en la misma forma que el demandante o demandado”.

Para Devis Echandía la litis denuntiatio o denuncia del pleito como “… el llamamiento

en garantía se consideran como una misma institución procesal; para extenderla tanto a

la garantía real como a la personal de origen contractual o extracontractual. La denuncia

del pleito no se limita al caso de evicción de derechos reales, sino que se refiere, en

general, a los casos en que tenga el derecho a denunciar el pleito conforme a la ley

sustancial. Pero esto no significa que sea necesaria una disposición legal que

expresamente hable de denuncia del pleito, pues es suficiente que de su contenido se

deduzca tal derecho.”

23
Estimamos que en el segundo supuesto, o sea, el de las obligaciones personales, más

que ante una denuncia del pleito estaríamos en presencia de una llamamiento en

garantía. Para Jairo Parra Quijano la distinción entre denuncia del pleito o del litigio y el

llamamiento en garantía es de carácter procesal y no sustancial. Estima este autor que

mientras que en la primera el llamado o denunciado llega a ayudar al llamante para que

gane el pleito y no para ser condenado; en la segunda (llamamiento en garantía) el

llamado resulta vinculado con la parte y puede ser condenado en la sentencia.

En el caso de aceptar la denuncia del pleito como consecuencia directa del saneamiento

por evicción podríamos colocar como ejemplo el siguiente: A compra a B una

fotocopiadora. Con posterioridad el comprador demanda al vendedor reclamando el

saneamiento por la evicción. Por su parte B denuncia el pleito a C que es el distribuidor

de esa marca de fotocopiadoras como Alvarado Velloso se trata de una defensa en

común para ganar el pleito.

El artículo 606 del Código Judicial exige que el escrito de denuncia contenga los

siguientes requisitos:

1. El nombre del denunciado y el de su representante si aquél no puede comparecer por

sí al proceso;

2. La indicación del domicilio del denunciado o, en su defecto, de su residencia, y la de

su habitación u oficina y los de su representante, según fuere el caso, o la manifestación

de que se ignoran, lo último bajo juramento, que se entiende prestado por la sola

presentación del escrito;

3. Los hechos en que se basa la denuncia y los fundamentos de derecho que se

invoquen; y

24
4. La dirección de la oficina o habitación donde el denunciante y su apoderado recibirán

notificaciones personales.

La denuncia del pleito se deberá interponer en la demanda o en la contestación de la

demanda y si el juez la admite la correrá en traslado al denunciado por un término de

cinco días y hasta un término no mayor de diez días. El denunciado será litisconsorte

del denunciante. El denunciado en un pleito tiene a su vez derecho para denunciarlo a su

vez en la misma forma que el demandante y el demandado.

Aun cuando el Código Judicial no dice nada, estimamos, siguiendo la jurisprudencia

colombiana, que la denuncia debe realizarse en escrito separado a la demanda o a la

contestación (siempre dentro de los términos de éstas) y debe exigir una prueba sumaria

preconstituida que sustente la citación del tercero.

Las características procesales son:

1. Se deberá hacer la denuncia en la demanda o en la contestación

2. el denunciado será considerado como litisconsorte del denunciante y tendrá las

mismas facultades que éste.

3. Cuando fuere pertinente en la sentencia se resolverá sobre la situación sustancial

entre denunciante y denunciado.

2.2.3.2. INTERVENCIÓN PROVOCADA DE UN TERCERO.

La intervención de un tercero es provocada u obligatoria cuando alguna de las partes

solicita o el propio Juez dispone su incorporación al proceso. La intervención del tercero

en este caso no proviene de su voluntad, sino que se ve impelido para intervenir en el

litigio como consecuencia de un llamamiento formulado por el Juez, ya sea de oficio o a

petición de alguna de las partes mediante la denuncia civil correspondiente.

25
La denuncia civil como una forma de llamamiento de terceros al pleito, desde una

visión genérica, constituye una forma de propiciar una intervención obligada de un

tercero en el proceso. Es un mecanismo procesal mediante el cual una de las partes en el

litigio solicita la incorporación de un tercero al proceso, además de él o en su lugar, por

tener alguna obligación o responsabilidad en el derecho discutido, para lo cual debe

denunciarlo indicando su nombre y domicilio a fin de que, si el Juez considera

procedente, sea emplazado con las formalidades establecidas para la notificación con la

demanda. La denuncia civil constituye un mecanismo de intromisión de un tercero en el

proceso.

El llamamiento del tercero que hace el Juez en caso de fraude o colusión procesal es un

llamamiento sui generis, ya que tiene como sustento la conducta fraudulenta de las

partes y tiene como propósito dar la oportunidad al tercero para defender su derecho

discutido en el proceso fraudulento o que pueda ser afectado.

En rigor, no se trataría del llamamiento a un litisconsorte necesario, por cuanto el

Código faculta al acreedor reclamar el cumplimiento de la obligación a cualquiera de

los deudores solidarios y no necesariamente a todos. En todo caso, la denuncia civil

servirá para conocer y, consecuentemente, emplazar al litisconsorte necesario, que se

supone no conocía el actor.

2.2.3.2.1. Llamamiento en garantía o aseguramiento de pretensión futura.

La parte que considere tener derecho para exigir de un tercer una indemnización por el

daño o perjuicio que pudiera causarle el resultado de un proceso, o considere tener

derecho a repetir contra dicho tercero lo que debiera pagar en ejecución de sentencia,

puede solicitar el emplazamiento del tercero con el objeto que en el mismo proceso se

resuelva además la pretensión que tuviera contra él.

26
Este instituto procesal constituye una especie de denuncia civil previsto para aquellos

casos en los cuales las partes consideren estar facultados para exigir a un tercero el

cumplimiento de alguna prestación como consecuencia de la decisión que en su contra

se produzca en el proceso.

Cualquiera de las partes pueden pedir el emplazamiento del tercero, planteando

realmente una pretensión procesal cono todas las formalidades que señala el

ordenamiento procesal civil, para que el Juez, en el mismo proceso, decida sobre dicha

pretensión. El amparo o no de la pretensión planteada contra el tercero está subordinada

a la suerte de la pretensión originaria propuesta contra la parte que solicita la

incorporación del tercero al proceso, cualquiera que sea el sentido de la decisión, porque

supongamos que prospere la pretensión del demandante, ello no necesariamente

conducirá a que la pretensión del demandado propuesta contra el tercero prospere, ya

que ésta dependerá que sus fundamentos se acrediten en el proceso, especialmente la

conexidad que sustenta la subordinación entre la pretensión del demandado contra el

tercero respecto de la pretensión originaria. Asimismo, si no prospera la pretensión del

demandante, la pretensión del demandado contra el tercero tampoco prosperará. Por

tanto la pretensión propuesta por el demandado contra el tercero mediante el

aseguramiento de pretensión futura no tiene el carácter de autónomo.

El instituto en estudio, en el fondo, no sólo importa una denuncia civil para lograr la

consecuente incorporación del tercero al proceso, sino también propende a garantizar la

pretensión del demandado que va a surgir precisamente como consecuencia del

resultado negativo del proceso, es decir, cuando el demandado es vencido en el litigio

(por ejemplo: en el caso que se le prive al demandado de su propiedad; en el caso que al

demandado se le mande pagar, como avalista, el importe de la letra de cambio, etc.,),

consiguiendo que el propio Juez ampare la pretensión procesal del demandado frente al

tercero incorporado. Aquí, en efecto, se ve claramente la vigencia, como sustento del


27
instituto, de los principios de economía procesal y de la congruencia de las decisiones

judiciales que no permite sentencias contradictorias.

Para que el tercero llamado al proceso responda por la pretensión propuesta por el

solicitante éste debe hacer uso de la denuncia civil de aseguramiento de pretensión

futura o llamamiento en garantía. Con este tipo de denuncia no se persigue que el

denunciado reemplace a la parte denunciante, sino se busca que el tercero responda a

favor del demandado de las consecuencias del proceso originario en que ha sido

vencido.

2.2.3.2.2. Llamamiento posesorio.

Supongamos que Alfonso dirige una demanda de desalojo contra Luis, que no es la

persona que verdaderamente está en posesión del bien cuya restitución reclama, siendo

simplemente un tenedor del inmueble en nombre de otro. En este caso Luis, al contestar

la demanda, debe expresar su verdadera situación, indicando el nombre y domicilio real

del verdadero poseedor. Esto importa una denuncia civil especial que dará lugar a que el

proceso se suspenda hasta el momento del emplazamiento del denunciado. Aquí se

pueden presentar dos situaciones:

1) Si el denunciado comparece y reconoce su condición de poseedor, será

emplazado con la demanda con las formalidades de ley y reemplazará al demandado

originario, quien será apartado del proceso.

2) Si por el contrario el denunciado no comparece al proceso, o haciéndolo niega

ser poseedor, el proceso seguirá en curso contra ambos, esto es, contra el demandado

originario y contra el denunciado en su condición de litisconsorte, a quien

necesariamente se le debe notificar con la demanda con las formalidades de Ley, caso

en el cual la sentencia, si ampara la demanda, afectará a los dos, si las pruebas lo

ameritan.
28
El Código Procesal Civil regula el llamamiento posesorio en la forma expuesta, con la

atingencia de que en caso de silencio u omisión del demandado, éste será conminado a

indicar el domicilio del verdadero poseedor bajo apercibimiento de ser condenado en el

mismo proceso a pagar una indemnización por los daños y perjuicios que su silencio

cause al demandante.

Esta figura procesal del llamamiento posesorio tiene relación con la legitimidad para

obrar del demandado, que constituye una de las condiciones para un adecuado

pronunciamiento sobre el fondo de la controversia, pues con ella se evitará que el

proceso se siga contra una persona que realmente no debe ser demandada, dando lugar a

un proceso inútil. Por ello es viable también que el emplazado, que es demandado

atribuyéndosele una condición que realmente no tiene (aducir que es poseedor sin serlo

realmente), deduzca perfectamente la excepción de falta de legitimidad para obrar del

demandado, la que si se ampara conducirá a la suspensión del proceso y, eventualmente,

a la nulidad de lo actuado y conclusión del mismo..

2.2.3.2.3. Llamamiento en caso de fraude o colusión.

Cuando en cualquier etapa del proceso se presuma fraude o colusión entre las partes, el

Juez, de oficio, ordenará la citación de las personas que puedan resultar perjudicada con

ese proceso, a fin de que hagan valer sus derechos, suspendiendo, para tal efecto, el

proceso por un plazo no mayor de treinta días.

En estos casos el problema que se presenta es cuando el Juez no tiene ningún elemento

de juicio para establecer el domicilio de los terceros que pudieran ser afectados por el

proceso en curso, ya que no estaría en condiciones, por ejemplo, de ordenar la

notificación por edictos. Esa es la dificultad que encuentran los jueces en procesos

fraudulentos. En el supuesto que se conociera el domicilio del tercero y se le notificara

haciéndole conocer del proceso fraudulento en trámite: ¿cuál sería la condición de ese

29
tercero? ¿Será emplazado con la demanda? ¿Se le autorizará pedir la nulidad de todo lo

actuado aduciendo fraude y el archivamiento del proceso? ¿Intervendrá en el proceso

para rechazar los fundamentos de la demanda? ¿Será un interviniente principal ya sea

excluyente o litisconsorcial? Dependerá del interés que tenga el tercero sobre el derecho

en debate en el proceso fraudulento. Sin embargo el Juez debe tener cuidado con la

calificación, pues, puede tratarse de un litisconsorcio necesario, en el cual, para la

existencia válida de una relación jurídico procesal, debe obligatoriamente incorporarse

al proceso al litisconsorte. Es que en el proceso fraudulento se presupone la existencia

de una relación jurídica procesal válida y lo que se cuestiona es la conducta procesal de

los participantes como partes en él.

El llamamiento que ahora nos ocupa puede producirse en cualquier estado del proceso,

empero, dada la naturaleza del derecho en debate, consideramos que el llamamiento no

tendría objeto si se produjera después de emitida la sentencia de primera instancia.

30
Jurisprudencia.
La Licenciada A.L.C. de B., actuando en su condición de apoderada judicial de la

sociedad ALAQUA CORP., Tercero interesado y admitido dentro de la ACCIÓN

DE AMPARO DE GARANTÍAS CONSTITUCIONALES instaurada por

GANADERA EL TECAL, S.A., ha propuesto Recurso de Apelación en contra de la

Resolución s/n de tres (3) de diciembre de 2009, dictada por el PRIMER TRIBUNAL

SUPERIOR DEL PRIMER DISTRITO JUDICIAL DE PANAMÁ.

En el caso que nos ocupa se advierte, que dicho Tribunal a través de la referida

resolución dispuso CONCEDER la Acción de Amparo de Garantías Constitucionales

propuesta por la sociedad Ganadera El Tecal, S.A. y, en su defecto, REVOCAR el Auto

No.1000/211-99 de 27 de junio de 2006, proferido por la señora Juez Cuarta de Circuito

de lo Civil del Primer Circuito Judicial de Panamá, dictado dentro de la Solicitud de

Llamamiento de Tercero al proceso en la figura de la sociedad denominada Jones

Forest & Development Corp. S.A., en el proceso ordinario de mayor cuantía que

ante ese despacho se ventila entre Alaqua Corp. y la amparista.

Con el propósito de poder ponderar la decisión apelada por Alaqua Corp., y que es

sometida a nuestro conocimiento en esta ocasión, el Pleno de esta Corporación

considera conveniente en estas circunstancias, hacer una breve relación cronológica de

los antecedentes del presente caso.

En primer lugar tenemos, que se trata de un Proceso Ordinario de Mayor Cuantía, en

este caso incoado por la sociedad Alaqua Corp. en contra de Ganadera El Tecal, S.A.,

en el cual ésta última ha llamado como tercero al proceso a Jones Forest &

Development Corp. S.A., a quien mediante Auto Nº1089/211-99 de 3 de julio de 2003

(ver fojas 102 del cuadernillo de Llamamiento de Tercero), se le corrió traslado por el

31
término de cinco (5) días, como consecuencia de la admisión de tal llamado; resolución

esta que fue impugnada vía el recurso vertical de apelación y remitida al respectivo

superior jerárquico mediante el oficio No.1554/211/99 de 18 de septiembre de 2003 (fs.

165 del referido cuadernillo), quien al entrar a decidir la alzada, dispone mediante

resolución s/n de 15 de marzo de 2004 (fs. 172-181), CONFIRMAR el Auto

Nº1089/211-99 de 3 de julio de 2003.

Luego de haber reingresado el cuaderno contentivo del Llamamiento de Tercero al

juzgado primario, dicho Tribunal emite el Auto Nº1000/211-99 de 27 de junio de 2006,

resolución esta que resulta ser la génesis de la presente acción que se constituye en

aquel medio previsto por nuestra Carta Magna para salvaguardar las garantías

fundamentales previstas en ella, por medio del cual la Juez Cuarta de Circuito Civil del

Primer Circuito Judicial de Panamá, admite las pruebas aducidas por el Tercero llamado

y declara extemporáneas aquéllas presentadas por la sociedad amparista que resultaban

adicionales a las aducidas con el libelo del escrito de llamado, bajo el concepto de que

el término para que las partes involucradas en el juicio las aportaran, había precluido en

exceso.

RESOLUCIÓN IMPUGNADA

Mediante resolución s/n de 3 de diciembre de 2009, el Primer Tribunal Superior del

Primer Distrito Judicial, al conocer el fondo de la presente Acción de Amparo de

Garantías Constitucionales, resolvió CONCEDER la medida y por tanto, REVOCÓ el

Auto Nº1000/211-99 de 27 de junio de 2006, proferido por la Juez Cuarta de Circuito de

lo Civil del Primer Circuito Judicial de Panamá, a través del cual se admitían las

pruebas aducidas por la sociedad Jones Forest & Development Corp., S.A., en su

calidad de tercero llamado al proceso y se declaraba la extemporaneidad del escrito de

32
"pruebas " y de "objeción de pruebas" introducidos por el denunciante respecto al

cuadernillo contentivo de la solicitud de llamamiento en garantía.

En ese sentido, dicha resolución en su parte medular respecto a la presente acción

determinó lo siguiente:

"... Siendo que la juez acusada declaró extemporáneo el escrito de pruebas presentado

por la demandada, GANADERA EL TECAL, S.A., en el cuaderno del Tercero en

Garantía dentro del proceso propuesto por ALAQUA S.A. contra GANADERA EL

TECAL, S.A., ha infringido el debido proceso al tenor de lo dispuesto en el artículo 604

del Código Judicial, el cual permite que en estos casos, tanto al interviniente como las

partes, soliciten "práctica de pruebas", por tanto, la actuación de la Juez resulta

violatoria del artículo 32 de la Constitución Política; en consecuencia, es procedente

conceder la acción de amparo propuesta y revocar la resolución demandada."

RECURSO DE APELACIÓN

La Licenciada Ana Cal de Borrell, en su condición de apoderada judicial de la sociedad

ALAQUA CORP., Tercero admitido como interesado en la presente acción de amparo,

al sustentar la alzada emitió ciertas argumentaciones detalladas en los siguientes

términos.

Entre otras cosas expresó, que el punto álgido o confusión de esta controversia

radica en que se han confundido las figuras del Tercero Interviniente Principal con

la del Llamamiento de Tercero en Garantía y su intervención en el proceso. Sobre

ellos expuso, que ambos son terceros en el proceso civil, sin embargo, pese a que su

naturaleza resulta similar, las mismas están claramente definidas en el

ordenamiento positivo, en la doctrina y por la jurisprudencia.

33
En ese orden de ideas la recurrente expresó, que en el caso del Tercero

Interviniente Principal y al cual se le aplica el artículo 604 del Código Judicial, éste

es aquel que tiene una pretensión frente al demandante y al demandado con la

posibilidad de que se le aplique el término amplio para las pruebas y que el mismo

acude por voluntad propia al proceso. Y con relación a la figura del Llamado Tercero

en Garantía, su comparecencia obedece al hecho de que se le llama al proceso, no

por iniciativa propia, sino porque el demandado, sí tiene una pretensión frente a él,

en el evento de que el referido denunciante resulte vencido en el proceso para así

poder tener la acción reversiva o de regresión contra dicho tercero.

Establece la recurrente, que incidiendo en el concepto de aplicabilidad del artículo 604,

dicho precepto se refiere al tercero que interviene de manera voluntaria y no como ha

operado en este caso en especial, en el cual, la sociedad Jones Forest & Development

Corp., S.A., ha sido llamado por Ganadera El Tecal, S.A., que en su calidad de

amparista y analizando la tesis por ella presentada, pretende retrotraer el proceso, lo

cual, a juicio de la promotora del recurso de apelación, sí viola el debido proceso legal

intentando aportar pruebas del proceso principal que no aportó en la fase oportuna a tal

acto.

Otro argumento expuesto por parte de la recurrente se dirige a la concepción de que la

acción no debió siquiera ser admitida, por cuanto Ganadera El Tecal, S.A., proponente

de la medida de salvaguarda de las garantías fundamentales, no está legitimada para

intervenir en favor de Jones Forest & Development Corp., S.A.

Así también, la letrada Cal de B., menciona que el amparista se basó en la percepción

sobre la inminencia del daño, por cuanto la resolución contra la cual se ha ejercido tal

acción está allí y sus efectos no se han materializado, porque la Juez no ha emitido

pronunciamiento alguno sobre las pruebas que presentara el demandado en la solicitud

34
de Llamamiento de Tercero en Garantía. Por otro lado, también señala que el accionante

de este mecanismo se fundamentó en que el Tribunal donde se ventila la causa no ha

practicado pruebas y tampoco ha valorado el fondo de la controversia, ya que

simplemente se ha emitido un pronunciamiento de extemporaneidad.

En ese lineamiento, expresó la recurrente que el supuesto daño inminente que pudiere

causar la resolución atacada en amparo, es a todas luces falso, ya que dicha resolución

quedó sin efecto al momento en que se profirió el Auto No.595/211-99 de 6 de junio de

2008, a través del cual se procedió a señalar nuevas fechas para la evacuación de las

pruebas establecidas inicialmente por medio del Auto No.1000/211-99 de 27 de junio de

2006. Esta aseveración se funda en la apreciación que tiene la promotora del recurso

que nos ocupa, basada en que el Auto No.595 en donde se fijan las nuevas fechas para

evacuar la prueba admitida inicialmente con la resolución que dio origen a esta acción,

reemplazó a la misma y que, consecuentemente, ha operado entonces sobre esta acción

el fenómeno de la sustracción de materia.

En iguales circunstancias reveló la concurrente en grado de apelación, que no es cierto

que la Juez de instancia, no se haya pronunciado en la resolución cuestionada por esta

vía regulatoria de los derechos fundamentales, con relación a las pruebas presentadas

por el demandado-amparista dentro del cuadernillo contentivo del Llamamiento de

Tercero en Garantía, pues, a su juicio, sí hubo pronunciamiento al respecto; mismo que

se constituyó al declararse extemporáneas las mismas.

Considera la empleadora de la acción constitucional, que se declararon extemporáneas

las pruebas del demandado, sobre la base de que el mismo no está facultado para aducir

pruebas que no guarden estricta relación con el Tercero, figura de la cual se hizo valer

para, según expone, introducir al expediente aquellas que no pudo presentar en el

momento procesalmente oportuno.

35
Concluye la recurrente señalando a esta Corporación, que mantener en todas sus partes

la resolución por ella impugnada, sí constituiría una violación al debido proceso,

además de vulnerar con ello, principios procesales como el de igualdad que merecen

todas las partes, ya que tal declaratoria de extemporaneidad de las pruebas obedeció

sencillamente a que estas no guardaban relación con los argumentos vertidos por el

Tercero Llamado en Garantía, sino, con la demanda principal. Por lo tanto, solicitó se

denegara la Acción de Amparo de Garantías Constitucionales propuesta por la sociedad

Ganadera El Tecal, S.A.

OPOSICIÓN A LA APELACIÓN

Los representantes de la sociedad Ganadera El Tecal, S.A., inician su exposición de

motivos citando un extracto de la resolución dictada el día 12 de marzo del año 2009,

por esta misma Corporación de Justicia, y dejando claro que la resolución antes descrita

mostró la posición del Pleno respecto a la presente controversia y de la mayoría del

Tribunal Superior.

En ese orden de ideas, aseveran que resulta injustificado y hasta irrespetuoso que la

sociedad recurrente, pretenda que se siga discutiendo sobre la decisión adoptada por

esta Corte Suprema de Justicia, ante la cual, ahora, se promueve este recurso de

apelación con cuestionamientos que inciden en lo ya considerado y decidido por el

propio organismo que le toca resolver el medio de impugnación en referencia.

Alega el opositor, que este recurso es evidentemente dilatorio porque pretende que los

Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, que sobre este caso ya dieron sus

consideraciones, según alegan éstos, ahora hagan el mismo análisis con la idea de que

varíen su propio criterio ya planteado y lo que es peor, que se lleve a cabo en

consideración a posiciones que no guardan ninguna relación con este proceso.

36
Siguiendo ese orden, solicitaron se mantenga en todas sus partes la resolución recurrida,

que fuera emitida por el Primer Tribunal Superior el 3 de diciembre de 2009.

CONSIDERACIONES DEL PLENO

Una vez expuestos los argumentos del Tercero recurrente, del Primer Tribunal Superior

de Justicia en su resolución que hoy es impugnada y de la parte opositora, entra el Pleno

a considerar el recurso de apelación presentado.

Vemos entonces, que la Acción de Amparo de Garantías Constitucionales sobre la cual

se pronunció el Primer Tribunal Superior en el fallo (cuyo recurso de apelación nos

ocupa) calendado 3 de diciembre de 2009, dispuso conceder la misma y,

consecuentemente, revocar el Auto No.1000/211-99 de 27 de junio de 2006, dictado por

la Juez Cuarta de Circuito del Primer Circuito Judicial de Panamá, mediante el cual se

admitían las pruebas aducidas por el Tercero Llamado en Garantía y se declaraban

extemporáneos los memoriales denominados "escritos de pruebas" y "escrito de

objeción de pruebas" presentados por la sociedad Ganadera El Tecal, S.A.

Debemos señalar que en este caso, la decisión que viene en apelación ante el Pleno de

esta Corporación se sustentó innegablemente en el fallo de 12 de marzo de 2009,

emitido por esta instancia al momento en que se resolvía el recurso de apelación

anunciado y sustentado respecto a la resolución de fecha 5 de diciembre de 2007, por

medio de la cual el Tribunal A-quo no admitió la acción de amparo propuesta por la

sociedad Ganadera El Tecal, S.A.

Cabe destacar que en ese entonces, si bien esta Corporación realizó las argumentaciones

en que se apoyaba para revocar la resolución de 5 de diciembre de 2007, y en su lugar

ordenó la admisión de la misma, ello no se originó con la intención de establecer

parámetros que debiera seguir el A-quo para resolver el fondo. Es importante señalar

que en toda actuación debe prevalecer el principio de la independencia judicial


37
consagrado en el artículo 210 de nuestra Carta Magna así como en el artículo 2 del

Código Judicial y en modo alguno debe considerarse que una resolución proferida por

este Máximo Tribunal de Justicia, está dirigida o encaminada o generar los lineamientos

legales en que se amparen los inferiores al momento de desatar sus controversias, pues,

con ello, evidentemente, estaríamos frente al quebrantamiento de ese principio de

independencia judicial que deben gozar todas las actuaciones que aquí se viertan en las

distintas causas que son sometidas a nuestro conocimiento en las instancias

correspondientes.

Esta acotación deriva del advertido uso de ese criterio esbozado por este Pleno al

resolver anteriormente, otro recurso de apelación dentro de esta misma Acción de

Amparo de Garantías Constitucionales, en cuyo momento sólo se determinó la

revocatoria para instruir al inferior a que admitiese y consecuentemente procediera a

resolver en el fondo el presente mecanismo destinado a la salvaguarda de las garantías

constitucionales.

Corresponde entonces, analizar si en el acto recurrido y sometido al conocimiento de

este Máximo Tribunal, al decidirse el fondo de la presente acción de amparo, el inferior

determinó a cabalidad el quebrantamiento del principio del debido proceso recogido por

nuestra Constitución Política en su artículo 32, al cual se ha referido el amparista en el

libelo de tal acción y que es el motivo de este estudio.

Observamos entonces, que la orden cuestionada por este mecanismo constitucional lo

es, como antes expresáramos, el Auto No.1000/211-99 del 27 de junio de 2006, que

negó los escritos denominados "escritos de pruebas" y "escrito de objeción de pruebas"

ingresados al proceso por parte de la sociedad Ganadera El Tecal, S.A.; mismo que

fuera dictado en el cuadernillo de Llamamiento de Tercero en Garantía, figura

promovida por parte del amparista para lograr la comparecencia al proceso de la

38
sociedad Jones Forest & Development Corp., S.A., a quien se le llamaba para que, en

caso de que se emitiere un fallo condenatorio, se resolviera sobre la responsabilidad que

a este tercero le correspondía para la parte que lo constituyó en uno más de los

conformantes de la controversia.

Pero bien, como ya se indicó, la génesis de esta causa protectora de derechos

fundamentales, radica en la supuesta violación por parte de la Juez Cuarta de Circuito

Civil del Primer Circuito Judicial de Panamá, del principio del debido proceso que todo

ciudadano merece al momento en que se resuelven sus pretensiones; ello por supuesto,

sobre la base de la negación de las pruebas y objeciones presentadas por el denunciante

del llamado (en este caso Ganadera El Tecal, S.A.) respecto de aquellas introducidas por

este tercero al momento de su comparecencia.

Sin lugar a dudas, el amparista considera que con tal actuación se le limitó a poder

aportar además de las pruebas ya ingresadas al proceso en el momento en que se

formula la solicitud, otras adicionales y contraprobar también las introducidas por el

tercero al contestar el llamado y objetar las mismas.

De la resolución recurrida resulta notorio el concepto que se generó el Tribunal A-quo,

luego de citar un extracto de la resolución de 12 de marzo de 2009 emitida por el Pleno

en esta misma acción de amparo, al indicar que "de lo anterior emerge que en el

presente caso debe atenderse al procedimiento establecido en el artículo 604 del Código

Judicial...", lo que nos revela que sobre los criterios expuestos en ese momento se basó

para decidir el conceder tal acción constitucional.

Para esta Corporación resulta imprescindible que se haga la distinción correspondiente

en cuanto a la figura del tercero que aquí resulta palpable su presencia, pues, sentimos

que existe una confusión respecto a la misma y los trámites procesales que la ley prevé

para cada una de ellas.

39
En primer lugar tenemos, que la intervención en causa que se da en este tipo de

procesos de conocimiento puede clasificarse de la siguiente manera: 1) la intervención

coadyuvante o adhesiva, regulada por el artículo 603 del Código Judicial; 2) la

intervención principal, regulada por el artículo 604 del mismo texto de leyes; 3) el

llamamiento en garantía, regulado por el artículo 608 del referido cuerpo normativo; 4)

la denuncia de pleito pendiente a la que se refiere el artículo 605 del Código de

Procedimiento Civil; 5) el llamamiento ex-oficio tratado en el artículo 609 y el laudatio

nominatio autoris de que trata el artículo 610 del mismo compendio de Leyes.

Cada una de estas intervenciones cuenta como lo hemos expresado en el párrafo

anterior, con una regulación y a cada una de estas figuras les resultan características

similares pero no iguales en su totalidad. Nótese que respecto a la intervención

coadyuvante o adhesiva, el artículo 603 es claro al precisar que en este supuesto, la

figura consiste en la intervención de dicho tercero que colabora con la pretensión de una

de las partes, cuya suerte tiene interés personal, pero que no le afecta jurídicamente.

El procesalista panameño J.F. en su obra titulada "Estudios Procesales", Tomo I, año

1989, expone sobre esta figura lo siguiente:

"Consiste en la intervención de un tercero que colabora con la pretensión de una de las

partes, cuya suerte tiene interés personal, pero que no le afecta jurídicamente. El tercero

es parte, pero accesoria o subordinada."

Sobre dicha figura el citado autor es claro al precisar que existen diversas condiciones

para el interviniente adhesivo o coadyuvante como lo son: "la necesidad de que exista

un proceso pendiente; que el interviniente tenga interés personal o real, no meramente

académico, en la pretensión o en la defensa de una de las partes principales; éste puede

intervenir en cualquiera de las instancias y; no es necesaria una demanda, pues, basta

40
con una solicitud que contenga los hechos, fundamento de derecho y se acompañen las

pruebas correspondientes.

La finalidad de esta intervención regulada por el artículo 603 del Código Judicial, es

permitirle a ese tercero que pueda ser afectado por una sentencia, proteger sus intereses

ayudando al demandante o demandado descuidado. Además, esta intervención

voluntaria no retrotrae el proceso, ya que el tercero, al incorporarse, lo hace en el estado

en que se encuentre el proceso, de allí que resulte permisible incluso, que pueda darse

en cualquiera de las instancias.

Es importante resaltar que la condición de mantenerse el proceso en el avance de sus

fases procesales y no retrotraerlo, es básicamente porque de no hacerlo, estaríamos

presenciando un gran efecto de dilación injustificada y que sin lugar a dudas

perjudicaría a las partes que inicialmente eran los conformantes de la controversia.

Por otro lado, en lo que respecta a la intervención principal a la que se refiere el artículo

604 del Código de Procedimiento Civil, en este caso el tercero se apersona al proceso

invocando un derecho sobre la cosa objeto del litigio, pues, el mismo ejerce en esta

condición una pretensión contra el demandante y el demandado.

Para esta figura, el ya citado autor panameño en la referida obra estableció las siguientes

condiciones: "como es obvio, debe haber un proceso; debe ejercerse una pretensión

respecto al objeto litigioso, total o parcial; el tribunal que conoce el proceso original

debe ser competente para conocer de la pretensión que ejerce el interviniente; la

intervención sólo ha de solicitarse en la primera instancia; el interviniente no entra al

proceso en el estado en que se encuentra, pero, si el término probatorio estuviere

vencido, y el interviniente solicitare la práctica de pruebas, se señalará un término

adicional y; en la intervención se pueden ejercitar, además, derechos personales.

41
Esta figura regulada por el artículo 604 del citado texto de procedimiento, responde

evidentemente, a razones de economía procesal en estos procesos y al marco de

incertidumbre que resultaría existente y que surge cuando ese tercero advierte que una

cosa o derecho suyo, es discutido por y entre otras personas sin haberlo considerado

para tal propósito.

Ahora bien, el Llamamiento de Tercero o Llamamiento en Garantía, es precisamente la

figura objeto de la génesis de esta causa, pues, es la que utilizó el amparista Ganadera El

Tecal, S.A., para lograr la concurrencia de Jones Forest & Development Corp., S.A., a

quien se le exige que en caso tal de resultar responsable por sentencia dictada en el

proceso ordinario incoado por Alaquo Corp. contra Ganadera El Tecal, S.A., este

tercero responda e indemnice en caso tal.

El llamamiento de tercero o llamamiento en garantía es regulado por el artículo 608 del

Código Judicial, y surge como antes se expresó, en aquellos casos en que una de las

partes tiene el derecho de exigir la indemnización de un tercero o el reembolso total o

parcial del pago que tuviere que hacer como resultado de la sentencia.

Acerca de este llamado forzado que rinde tributo al principio de economía procesal, el

procesalista F.P., acotó en la obra citada que con esta "se evita la necesidad de una

nueva litis para ejercer el llamado derecho de regresión o de reversión, entre quien

sufrió la condena y la persona legal o contractualmente obligada a correr con sus

consecuencias."

En torno a la denuncia de pleito recogida por el artículo 605, el connotado autor se

refiere a que en este caso prevalece el criterio de que la denuncia se regula

expresamente porque contempla citaciones específicas distintas de la del llamamiento

en garantía, ya que, mientras la denuncia de pleito se refiere a situaciones muy

42
concretas, el llamamiento de tercero es mucho más amplio e incluye pretensiones

personales.

El llamamiento ex-oficio por su parte, tiene como objeto primordial el impedir la

realización de actos fraudulentos o dolosos y el laudatio o nominatio autoris, consiste en

que, el que teniendo una cosa a nombre de otro, sea demandado como poseedor de ella,

deberá expresarlo así en la contestación de la demanda, indicando el domicilio o

residencia de la habitación y oficina del poseedor, so pena de ser condenado en el

mismo proceso a pagar los perjuicios que su silencio cause al demandante.

En el caso bajo estudio, la mecanismo legal empleado por el amparista para hacer llegar

al proceso a un tercero lo fue la figura del "Llamamiento de Tercero" o "Llamamiento

en Garantía" prevista por el artículo 608 del Código de Procedimiento Civil, el cual

sugiere que el mismo se sujete a los dos (2) artículos anteriores, es decir, al 606 y 607,

que también regulan la denuncia de pleito. Sin embargo, en este caso en donde la figura

está bien definida y donde no hay lugar a confusión con las otras especies de terceros

por ser regulada específicamente por disposiciones concretas, la presentación de la

solicitud de llamamiento obedeció a la percepción que tenía el demandado en el proceso

ordinario incoado por Alaqua Corp. contra Ganadera El Tecal, S.A., respecto a las

obligaciones que tendría Jones Forest & Development Corp., S.A. para con ella, si fuere

vencido en el proceso.

Es de vital importancia anotar que el procedimiento del Llamamiento de Tercero, tal

como lo apuntó el M.M.E. en su Salvamento de Voto, no implica que dentro de la

consecución del mismo opere un nuevo período para aportar pruebas, contrapruebas y

objeciones. En tal caso, cuando el denunciante presenta su solicitud, aduce y aporta

aquellos elementos que lo relacionen con la persona a la cual se llama, elementos estos

que como señala el artículo 605 del mismo texto de procedimiento, deben reflejar el

43
derecho a formular tal petición y acreditar tal cual se dio en este caso, la existencia y

representación de la sociedad llamada para tener precisado en la figura de quién ha de

recaer la notificación de este llamado, la cual, por mandato del artículo1002 numeral 5

del Código Judicial, ha de notificarse personalmente.

Cierto es que el artículo 608 del referido compendio hace alusión a que este tipo de

llamado en garantía se regulará de conformidad a los dos artículos anteriores, pero,

coincide el Pleno con la recurrente en el sentido de que esta sujeción debe abarcar lo

establecido inclusive, en el artículo 605 del Código de Procedimiento, por cuanto como

ejemplo de ello, si tenemos a una sociedad llamada como tercero al proceso, es

indispensable que se acredite su personería como lo establece dicha normativa en

concordancia con el artículo 593 (Párrafo Segundo) del compendio legal antes citado,

situación que implicaría tener un término fatal para realizar tal llamado, es decir, que el

demandado y hoy amparista contaba con el plazo para contestar la demanda para

hacerlo; no obstante, es evidente que esta situación fue de conocimiento del A-quo en el

momento en que en su calidad de A-quem conoció del recurso de apelación que

impetrara la apoderada de Alaqua Corp., contra el auto admisorio de tal llamado dictado

por la Juez Cuarta de Circuito Civil de Panamá, en la que al resolver tal inconformidad

estipuló que no era aplicable al llamado en garantía el artículo 605 del Código Judicial.

Sobre esta posición acerca del término oportuno en el cual se pueda formular el

"Llamamiento de Tercero" o "Llamamiento en Garantía", el autor J.P.Q. (Profesor de

las Universidades Nacionales de Colombia, Externado y del Rosario), en su reconocida

obra titulada "Los Terceros en el Proceso Civil", Quinta Edición, pág., 236, al citar un

extracto de sentencia dictada por la Corte Suprema de Colombia, se refirió en los

siguientes términos:

44
"La oportunidad para proponer el llamamiento en garantía, es el término que tiene el

demandado para contestar la demanda, pues si el artículo 57 ordena que aquel se

sujetará a lo dispuesto en los dos artículos anteriores, que se refieren a la denuncia del

pleito, deben serle aplicadas las normas de ésta; que no obedezcan a su propia

configuración sustancial, siendo una de ella la que no debe hacerse dentro de dicho

término."

Nuestro ordenamiento procesal contempla de manera clara y que no permite concepción

distinta a ello (ver art. 608 C.J.), que el llamamiento de tercero se sujetará a los artículos

606 y 607 del Código Judicial, sin embargo, las normativas relacionadas a dicha figura

no regulan en su totalidad este mecanismo legal. Prueba de ello lo constituye, que en el

caso de la denuncia de pleitos estipula un plazo perentorio para realizar la misma, en

este caso, en la contestación de la demanda; en el caso de la intervención adhesiva o

coadyuvante, esta puede ser aceptada tanto en la primera como en la segunda instancia

y; en el plazo de la intervención voluntaria de que trata el artículo 604, el término es en

la primera instancia.

Obviamente, sólo en el caso de la figura del Tercero Llamado en Garantía, las

normativas que lo regulan (arts. 606, 607 y 608 C.J.), mantienen un vacío en cuanto al

período en que puede formularse dicho llamado, lo que impone al juzgador la aplicación

del artículo 470 del Código Judicial, sobre las normas que regulan casos análogos, pues,

no puede quedar y dejarse además en la incertidumbre jurídica el plazo en el cual se

pueda formular el "Llamado de Tercero al Proceso".

Pero bien, como este no es el tema de esta acción de amparo sino la de determinar si la

Juzgadora emisora del acto impugnado a través del presente mecanismo se alejó del

principio del debido proceso al momento de proferir el Auto Nº1000/211-99 de 27 de

45
junio de 2006, sobre el estudio y análisis del mismo procederemos a señalar el efecto

causado.

Claro está, la resolución atacada vía amparo resuelve declarar extemporáneos los

memoriales denominados "escrito de pruebas" y "escrito de objeción a pruebas",

presentados por el denunciante luego de haberse admitido el llamado de tercero en

garantía, situación que como bien se expuso en el Salvamento de Voto de la resolución

hoy recurrida, en modo alguno el acogimiento de tal llamado provoca

consecuentemente, que el proceso se retrotraiga nuevamente a los inicios para los

cómputos de los períodos de pruebas, contrapruebas y objeciones.

Si analizamos de manera cuidadosa podremos advertir, que el artículo 606 del Código

Judicial, sobre esta figura establece que el escrito de denuncia deberá contener los

hechos en que se basa la denuncia y los fundamentos, entre otros requisitos, para que en

el evento de que sea admitida por el juzgador, se ordene citar al denunciado señalándole

el término respectivo para que éste intervenga, es decir, para que conteste el llamado.

La posición siguiente a esta fase procesal, lo es sencillamente la contestación a tal

llamado en donde se aplica entonces lo que establece el artículo 470 antes citado, para

llenar los vacíos existentes con normas análogas. Nos referimos en este caso, a que si

estamos corriendo en traslado al denunciado para notificarlo de manera personal como

ordena el numeral 5 del artículo 1002 del Código Judicial exclusivamente del llamado

que se le formula; consecuentemente, corresponderá esperar a que el denunciado

conteste en este lapso la denuncia formulada en su contra, caso en el cual que no lo

haga, según expuso el referido autor P.Q., "el guardar silencio respecto del llamamiento

no constituye indicio en su contra", entendiéndose respecto al llamado para con el

denunciante, pues, aun guardando silencio, existe la necesidad de referirse a tal relación

al momento de proferir la sentencia.

46
Al respecto, el artículo 606 y 607 del texto citado no establecen los mecanismos

siguientes en este caso, sólo prevé que la citación no dure más de tres meses, lo que

impone la necesidad de dirigirnos o remitirnos a las normas que regulan la contestación

de la demanda, ello, en consideración a que la normativa aludida (art. 607), dispone que

"si el denunciado comparece al proceso, será considerado como litis consorte del

denunciante y tendrá las mismas facultades que éste", es decir, que no habiendo la

normativa regulado sobre la oportunidad para aportar pruebas en un período especial,

este llamado se sujeta a la voluntad del ordenamiento jurídico de que se incorporen los

medios probatorios que la Ley pone en manos de quienes se ven envueltos en

contiendas jurídicas en un período específico.

Por un lado, corresponderá al denunciante aducir o incorporar pruebas con su solicitud

conforme lo ordena el artículo 605 aplicado en consideración a lo que expone el 470,

ambos del mismo cuerpo normativo y, el denunciado por su parte, conjuntamente con el

libelo de la contestación como permite el artículo 681 del cuerpo procedimental tantas

veces citado, también aplicado por analogía en razón del vacío que muestra la norma

para tal propósito, y ello dada la imposibilidad de retrotraer el proceso, que equivaldría

a una dilación abiertamente improcedente por no estar prevista por el ordenamiento

positivo. Es así entonces, como han quedado demostradas las etapas en las cuales se

pueden aducir las pruebas, ya sea para el caso del denunciante o el denunciado.

Así tenemos que el Auto No.1000/211-99 atacado por la vía del amparo, al declarar

extemporáneas los memoriales denominados "escrito de pruebas" y "escrito de objeción

de pruebas", en modo alguno trastoca el principio del debido proceso recogido en el

artículo 32 de la Constitución Política, pues, en efecto, la juez se amparó en los trámites

legales previstos por nuestra legislación para este caso en particular, ya que no existe

período adicional para aportar pruebas en los llamamientos en garantía, que no sean

47
para el denunciante, al momento de presentar su solicitud y de manera conjunta a ella y;

para el denunciado, al momento de dar contestación a la misma.

Sin embargo, en la Acción de Amparo de Garantías Constitucionales propuesta por

Ganadera El Tecal, S.A., eran dos las razones por las cuales se atacaba el Auto

No.1000/211-99; la primera de ella, basada en la declaratoria de extemporaneidad de las

pruebas y objeciones presentadas, a su juicio, en el término legal para ello y, la segunda,

la ausencia de pronunciamiento de los medios probatorios aducidos conjuntamente con

el libelo de la denuncia del llamado en garantía y al momento de definir el fondo del

mismo, sólo se emitieron consideraciones dirigidas a los escritos declarados

extemporáneos, situación que se dio en estricto apego a la ley y que en modo alguno

vulneró el derecho de defensa de la parte denunciante.

Por lo tanto, como quiera que al emitirse el acto atacado por esta vía no se consideró

definir la procedencia o no de las pruebas aportadas y aducidas con la denuncia, ya

fuere que se admitieran las mismas o se rechazaran por alguna causa legal, queda

evidenciado en este supuesto que sí se transgredió la norma constitucional, lo que

equivale a confirmar la viabilidad de la acción pero por causas distintas a las

establecidas por el Tribunal A-quo en la resolución recurrida.

Por las consideraciones antes expuestas, la CORTE SUPREMA DE JUSTICIA,

PLENO, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley,

CONFIRMA la resolución de fecha 3 de diciembre de 2009, dictada por el Primer

Tribunal Superior del Primer Distrito Judicial, pero por causas distintas a las

consagradas en dicha resolución dictada en la Acción de Amparo de Garantías

Constitucionales promovida por la sociedad Ganadera El Tecal, S.A., respecto al Auto

Nº1000/211-99 de 27 de junio de 2006, dictado por la Juez Cuarta de Circuito de lo

Civil del Primer Circuito Judicial de Panamá en el proceso ordinario de mayor cuantía

48
instaurado por ALAQUA CORP. Contra GANADERA EL TECAL, S.A., en donde ha

sido llamado como tercero la sociedad JONES FOREST & DEVELOPMENT CORP.,

S.A.

Notifíquese

49
Conclusión
Existe legitimación de los terceros que justifiquen su intervención, cuando éstos tienen

que hacer valer intereses jurídicamente tutelados en un proceso dado, o cuando por

existir una relación material o disposición legal, pueden ser llamados de oficio o a

petición de parte a éste.

En la actualidad se admite, en principio, la intervención de un tercero en el proceso,

además de las partes, cuando tiene un interés propio en la litis que se desarrolla. En

estos casos, el tercero, una vez admitido en el proceso, se convierte en parte y tendrá los

derechos, deberes y cargas de esta. La intervención de terceros importa una

acumulación subjetiva sucesiva, pues con posterioridad a la notificación con la demanda

al emplazado se incorporan al proceso otros sujetos. De por medio está el interés y la

legitimidad de los terceros para pretender incorporarse voluntariamente al proceso o

para ser incorporados a él, ya sea de oficio, por el juzgador, o a petición de parte. Esto

significa que cualquier tercero no puede incorporarse al proceso. Se sostiene que la

decisión que se emita en un proceso sólo debe afectar a los que hayan intervenido en él:

actor y al demandado. No obstante en un proceso intervienen el actor y el demandado -

litigantes originarios o partes originarias-, hay situaciones, circunstancias y

justificaciones por las cuales se hace imperativo el ingreso de terceros en el proceso.

El tercero puede entrar al proceso siempre que se den ciertos presupuestos, los cuales

deben ser verificados por el Juez, ya que se trata de un caso de excepción, pues, en

principio, el proceso es una relación entre dos partes, estos presupuestos son, entre

otros: la conexidad, tener interés propio y actual; y existir un proceso pendiente. Un

tercero que se considera facultado para intervenir en un juicio dado debe estar

necesariamente vinculado a la materia en controversia, ya sea por interés directo o

indirecto, propio o ajeno, concurrente o excluyente, respecto al interés de las partes en


50
litigio. Si se admite la intervención de un tercero en el proceso, por cuanto el Juez ha

encontrado que tiene legitimidad para participar en él, ese tercero recibe la

denominación de tercero legitimado.

La intervención de un tercero es coadyuvante cuando su participación tiene por objeto

ayudar a una de las partes, colaborar con él en el litigio, sin incorporar pretensión

alguna al proceso. La intervención coadyuvante es calificada como accesoria en

atención a que ella no importa la inclusión al proceso de una pretensión propia del

tercero, sino que su tarea se concreta a defender el derecho que sustenta la pretensión de

la parte a quien coadyuva en la defensa. El tercero coadyuvante tiene la calidad de parte

en la relación procesal y no tiene la calidad de parte en la relación material subyacente

en el proceso.

La intervención de un tercero es litisconsorcial cuando alguien que se considere titular

de una relación jurídica substancial, a la que presumiblemente deban extenderse los

efectos de una sentencia y que por tal razón estuviera legitimado para demandar o haber

sido demandado en el proceso, puede intervenir como litisconsorte de una de las partes,

con las mismas facultades de ésta. La intervención litisconsorcial importa que el

interviniente lleve al proceso una pretensión procesal jurídicamente conexa y paralela

con la de las partes originarias por sustentarse en un mismo título, en una misma causa

jurídica o en una misma relación material, de modo que el resultado del proceso afectará

tanto a la parte originaria como al sujeto consorcial.

La intervención excluyente principal se presenta cuando alguien pretenda su

incorporación al proceso a fin de hacer valer dentro de él su propia pretensión procesal,

que se supone opuesto a las pretensiones de las partes en el proceso.

La intervención excluyente de propiedad y de derecho preferente, supone la

intervención en un proceso de quien pretende se le reconozca su derecho en oposición al

51
de los litigantes como consecuencia de alguna medida cautelar ejecutada sobre un bien

de su propiedad o sobre el cual tuviera un mejor derecho que el titular de la medida

cautelar. Para la viabilidad de la intervención del tercero, en este caso, se supone la

existencia de una medida cautelar dictada dentro de un proceso, incompatible con el

derecho de propiedad o de algún otro derecho de un tercero respecto al bien gravado; en

este caso, el tercero puede intervenir en el proceso con el propósito de obtener una

declaración judicial sobre la prelación de su derecho.

La intervención de un tercero es provocada u obligatoria cuando alguna de las partes

solicita o el propio Juez dispone su incorporación al proceso. La intervención del tercero

en este caso no proviene de su voluntad, sino que se ve impelido para intervenir en el

litigio como consecuencia de un llamamiento formulado por el Juez, ya sea de oficio o a

petición de alguna de las partes mediante la denuncia civil correspondiente. Es un

mecanismo procesal mediante el cual una de las partes en el litigio solicita la

incorporación de un tercero al proceso, además de él o en su lugar, por tener alguna

obligación o responsabilidad en el derecho discutido.

Cuando en cualquier etapa del proceso se presuma fraude o colusión entre las partes, el

Juez, de oficio, ordenará la citación de las personas que puedan resultar perjudicada con

ese proceso, a fin de que hagan valer sus derechos, suspendiendo, para tal efecto, el

proceso por un plazo no mayor de treinta días.

La intervención de los terceros cuando demuestran tener un interés directo en la causa

que se controvierte en el pleito entre otras partes, así como su llamada cuando

legalmente puede ser responsable de la pretensión deducida. En estos casos, el tercero,

una vez admitido en el proceso, se convierte en parte y tendrá los derechos, deberes y

cargas de esta.

52
En definitiva, podemos decir que los terceros en estos procesos, tienen como misión

resolver el conflicto cuando este se ha planteado. La conciliación y mediación, es la

intervención de un tercero que busca un acercamiento de las partes procurando el

acuerdo basado en la voluntad de ellas.

En los últimos años, los métodos alternos de solución de conflictos han tenido un

desarrollo considerable en Panamá y en todo el mundo, surgiendo la mediación,

conciliación y Arbitraje como la técnica o procedimiento más adecuado para resolver

conflictos en diferentes esferas.

Las partes, de manera voluntaria, deciden someter sus controversias a un proceso

pacífico, y confiriéndole potestad a un tercero para que facilite la solución del conflicto.

Esto viene a las partes estando todos claros, en lo que es acogerse a estos procesos, el

cual puede surgir también como resultado de una cláusula de contrato previamente

suscrito o por un acuerdo voluntario de las partes.

El tercero no tiene vinculación alguna con la relación material toda vez que no tendrá la

legitimidad o el interés legítimo para tener participación en el proceso correspondiente,

esta intervención servirá asimismo para evitar que el actor y el demandado acudan al

fraude procesal.

Los conflictos, sin importar donde ocurran, siempre serán entre seres humanos, por lo

que debemos preservar que las relaciones no se deterioren, que los sentimientos no se

lastimen, que la comunicación se desarrolle con valores, incluyendo el respeto al tiempo

y al dinero, dejando el egoísmo, ira, amenazas y orgullo fuera del proceso de mediación.

En este orden de ideas, podemos decir que estos procedimientos (la mediación,

conciliación y arbitraje) se ejecutan donde las partes se reúnen con un tercero, que se

encarga de restablecer o formar las vías de comunicación a fin de que los involucrados

53
pueden definir y delimitar el conflicto y de esta forma, identificar la solución del

mismo.

Puede intervenir en un proceso quien pretende se le reconozca su derecho en oposición

al de los litigantes como consecuencia de alguna medida cautelar ejecutada sobre un

bien de su propiedad o sobre el cual tuviera un mejor derecho que el titular de la medida

cautelar.

Es nuestro deber como ciudadanos Panameños, sanar nuestra sociedad y apoyar

diferentes formas de llevar la justicia a nuestras comunidades, empresas y familias. Una

justicia que devuelva el sentido de negociar, de emprender y de vivir, que les dé las

facultades y enseñe a resolver sus propios conflictos de forma pacífica y la posibilidad

invaluable de la reconciliación.

El tercero que se incorpora al proceso lo hará adquiriendo la condición de parte, no

realizándose distinción a este respecto entre los intervinientes adhesivos

litisconsorciales y los simples; una condición que le permitirá ejercer una actuación

autónoma en el proceso respecto a su litisconsorte, en defensa de sus derechos. Sin

embargo, las concretas facultades de las que gozará el interviniente se verán

condicionadas por la legitimación que aduzca cada uno, así, éstas se verán limitadas en

el caso de aquellos que, no ostentando la titularidad sobre la relación jurídica debatida

en juicio, resultaran afectados de un modo reflejo por la sentencia

Finalmente concluimos en que la regulación de la intervención del tercero en el proceso

responde a una necesidad de la administración de justicia, a fin de que en lo sucesivo no

se repita aquella desmotivada providencia.

54
Recomendaciones
1. La figura es poco manejada, por lo que se recomienda un manejo más amplio de

la misma, y por lo tanto, se profundice más en el estudio de estas formas de

intervención.

2. Se haga una investigación de campo en la esfera circuital civil en aras de

determinar cuál de esas formas de intervención de terceros es más frecuente en

el proceso.

3. La figura se confunde con la tercería coadyuvante, la tercería excluyente, por lo

que se recomienda un estudio a fondo de las mismas para eliminar dichas

confusiones.

4. Dar a conocer la importancia y la posibilidad que existe que terceros puedan

intervenir al proceso civil, para que colabore a dirimir la controversia y a su vez,

favorezca a las partes.

5. Uno de los retos más importantes que enfrenta el abogado de hoy, es conservar

una buena formación especializada que le permita brindar una debida

orientación y mantener una escucha activa. Con esto, nos referimos a brindar

una total atención al cliente, manteniendo celulares y el uso de aparatos

tecnológicos fuera del alcance, para garantizar una excelente empatía. Recordar

tomar notas de los señalamientos expresados por el cliente. Luego de haber

comprendido el conflicto y crear acción conjunta con el cliente, el autorizado

debe plantear las posibles formas para resolver el conflicto. Por supuesto, la

primera opción siempre será la vía ordinaria o solicitar el contrato marco que

originó la disputa.

Mantener un discurso motivador y ganador, es lo que en la primera reunión el

cliente quiere escuchar. No debemos olvidar que el cliente es un ser humano con

55
problemas que resolver, con deudas que pagar y con metas que cumplir. Es por

ello, por lo que recomendamos velar por la integridad de ese ser humano que

vive una vida de estrés, recomendando la mediación como la mejor alternativa

costo tiempo para toda clase de conflictos, ya que muchas veces, perdiendo algo

mínimo, ganamos más.

6. Con respecto a los problemas que confrontan la sociedad actualmente en materia

de Negociación, Mediación y Arbitraje podemos recomendar que se planteen

mecanismos para mayor conocimiento de la existencia y aplicación de los

métodos de resolución de conflictos. Como también más aclaración de la

Legitimidad de los acuerdos y de los resultados.

También se debería hacer una reunión previa en la que tendría lugar la

delimitación del objeto del proceso, y en la que las partes dejarían fijados los

hechos sobre los que no existe controversia y aquel sobre los que sí existe la

misma.

7. Deberían existir más lugares en Panamá donde se practican estos procesos, se

debería resaltar más los beneficios de esta clase de procesos. Es necesario

formar más profesionales para solución de conflictos en áreas familiares,

civiles, comerciales, laborales, etc.

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Bibliografía
Para la elaboración del presente trabajo, hemos utilizado las siguientes fuentes:

 Barsallo, Pedro. Derecho Procesal I. Volumen II

 Fernández, Oswaldo. La Acción, la pretensión y las partes en el Proceso Civil

Panameño

 López-Fragoso, Tomas. La intervención de terceros a instancia de parte en el

proceso civil español. Madrid: Marcial Pons. 1990.

 Oromí Vall-Llovera, Susana. Intervención voluntaria de terceros en el proceso:

Facultades procesales del interviniente. Barcelona: Marcial Pons. 2000

 Robles Garzón, J. A (Dir.- Coord.). Conceptos de Derecho Procesal Civil.

Madrid: Tecnos, 2017.

 Monografías.com

 Prezi.com

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