Universidad de Panamá
Facultad de Derecho y Ciencias Políticas
Primer Semestre 2020
Trabajo de Investigación 1
Asignatura:
Derecho Procesal
Profesora:
Miriam Amores
Tema:
Los Terceros en el Proceso Civil Panameño
Integrantes:
Almengor, Ana 8-956-371
Arguelles, Nicole 8-938-2447
Helleby, Isabel 8-802-1661
Pérez, Carlos 4-799-152
Grupo:
III E diurno
Fecha de entrega:
Miércoles 10 de junio del 2020.
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Índice
Introducción (pág. 3)
1. Mediación, conciliación y arbitraje (pág. 6)
1.1. Terceros nombrados por el Estado: El Juez (pág. 7)
1.2. Legitimación en la causa respecto a la intervención de un tercero (pág.7)
2. Las partes y los terceros (pág.8)
2.1. Las partes (pág.8)
2.1.1. Concepto de parte procesal (pág.8)
2.1.2. Legitimación procesal (pág.10)
2.2. El tercero en el proceso (pág.11)
2.2.1. Intervención de terceros en el proceso civil (pág.12)
2.2.1.1. Presupuestos de la intervención de terceros (pág.13)
2.2.1.2. Concepto procesal de tercero y tercero legitimado (pág.13)
2.2.2. Los terceros en relación con el proceso (pág.15)
2.2.2.1. Terceros con interés en el proceso y terceros totalmente
ajenos al proceso (pág.15)
2.2.2.2. Terceros principales y terceros accesorios (pág.15)
2.2.2.3. Terceros facultativos y terceros necesarios (pág.16)
2.2.2.4. Terceros con legitimación permanente y terceros
transitorios (pág.16)
2.2.2.5. Terceros de comparecencia obligatoria y terceros
obligatorios (pág.16)
2.2.3. Tipos de intervención de terceros (pág.16)
2.2.3.1. Intervención voluntaria de un tercero (pág.17)
2.2.3.1.1. Intervención coadyuvante (pág.17)
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2.2.3.1.2. Intervención excluyente principal (pág.20)
2.2.3.1.2.1. Presupuestos de la intervención
principal (pág.22)
2.2.3.1.3. Intervención excluyente de propiedad o de un
tercero preferente (pág.22)
2.2.3.1.4. Denuncia de pleito (pág.23)
2.2.3.2. Intervención provocada de un tercero (pág.26)
2.2.3.2.1. Llamamiento en garantía o aseguramiento de
pretensión futura (pág.27)
2.2.3.2.2. Llamamiento posesorio (pág.29)
2.2.3.2.3. Llamamiento en caso de fraude o colusión (pág.30)
Jurisprudencia (caso completo) (pág. 32)
Conclusión (pág.50)
Recomendación (pág.55)
Bibliografía (pág.57)
3
Introducción
Tradicionalmente se consideraba al proceso partiendo del supuesto -más común en la
práctica pero no el único- de que cada una de las posiciones procesales está ocupada por
una parte, de que la pretensión es ejercitada por una única persona y frente a una única
persona. Sin embargo, existen casos en los que se ejercita una pretensión por varias
personas y/o frente a varias personas. Y esto obedece a dos fenómenos procesales muy
distintos: acumulación de procesos y proceso único con pluralidad de partes. En el
presente trabajo nos ocuparemos del papel que juegan los terceros en el proceso civil
panameño.
Ante un proceso único con pluralidad de partes, cuando dos o más personas se
constituyen en él, de tal modo que el Juez ha de dictar una única sentencia, en la que se
contendrá un solo pronunciamiento, la cual tiene como propiedad inherente a la misma
el afectar a todas las personas parte de modo directo. La pluralidad de partes es un
fenómeno consecuencia de la legitimación plural, pero esto no significa que todos
tengan que actuar coordinadas o subordinadas. Esta modalidad se denomina
litisconsorcio, el cual puede ser: necesario y facultativo.
La intervención de terceros en el proceso supone siempre la injerencia de alguien, que
hasta entonces era tercero, en un procedimiento judicial ya en marcha para convertirse
en él en parte. Unas veces la intervención procede una acumulación de procesos y otras
un proceso único con pluralidad de partes. Esta intervención puede producirse de dos
maneras: en forma voluntaria que implica la Coadyuvante, litisconsorcial y la
excluyente principal incluido el de derecho preferente y de propiedad; y en forma
provocada, de oficio o a pedido de parte, que implica el aseguramiento de pretensión
futura, el llamamiento posesorio y el llamamiento en caso de fraude o colusión.
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En este sentido, el presente trabajo hacemos referencia a las partes y terceros, en
donde se desarrolla ampliamente la figura jurídica del litisconsorcio y la de intervención
de terceros propiamente tal.
La autotutela se caracteriza por dos notas esenciales: la ausencia de un tercero distinto
a las partes que pueda resolver el conflicto y la imposición de la decisión de una de
las partes a la otra.
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1. MEDIACIÓN, CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
En estas instituciones se nota la presencia de un tercero designado por la partes o
decidido por éstas, quien no actúa por una parte, en nombre y representación de ella,
supliendo una voluntad, sino designado por ambas para hacerlo en forma imparcial.
Justamente ese elemento, la imparcialidad, va a ser lo que caracteriza a los terceros que
tienen como misión resolver (o ayudar a resolver) el conflicto cuando este se ha
planteado.
El mediador es un tercero que intenta comunicar a las partes entre sí, por propia
iniciativa de éstas o de un tercero que se lo pide; propone medios de solución aceptables
y puede, en consecuencia, lograr el acuerdo de aquellas sobre el punto de discrepancia.
Es un simple particular que impone sus buenos oficios. Sería el caso del abogado que,
muy frecuentemente, busca el acuerdo antes que el pleito. La solución obtenida por el
mediador extrae su eficacia del acuerdo de las partes, en un mero contrato, una
transacción, normalmente, salvo que una de aquellas renuncie a sus pretensiones por
completo.
La conciliación es, en último extremo, una mediación, pues resulta también la
intervención de un tercero que busca un acercamiento de las partes procurando el
acuerdo basado en la voluntad de ellas. Por lo general, el conciliador es un órgano
público, creado especialmente a fin de solucionar, en forma amistosa, los conflictos
jurídicos, para evitar que deriven en un proceso judicial.
El arbitraje implica la composición del conflicto por un tercero, que lo resuelve por su
voluntad y conforme a un procedimiento predeterminado. Puede suponer un órgano
público o privado, nacional o internacional. Generalmente encierra la sumisión
voluntaria de las partes, quienes, a menudo, también lo eligen libremente. El árbitro es
un tercero imparcial y está investido (ya sea por las partes o por la ley) de atribuciones
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idénticas a la de los jueces (jurisdicción), más no de poder y fuerza para ejecutar sus
decisiones. Puede juzgar, pero luego necesita para ejecutar lo juzgado.
1.1. TERCERO NOMBRADO POR EL ESTADO: EL JUEZ.
La otra forma de heterocomposición es el proceso, que es la manera de solucionar los
conflictos que brinda el Estado mediante su función jurisdiccional. Como advierte
COUTURE, el Juez, si bien tiene la facultad de Juzgar, tiene también el deber de
hacerlo; tiene un deber - poder.
El Estado expropia la función sancionadora, y en sustitución de los particulares, debe
organizar un mecanismo necesario para resolver los conflictos y aplicar las sanciones.
Es decir, que el Estado, en el campo jurídico, no solo cumple con la producción y el
establecimiento de las normas jurídicas, sino que la tutela jurídica implica integrar la
función normativa con otra complementaria. El medio para realizar la función
jurisdiccional es el proceso y las normas que lo regulan, el derecho procesal.
1.2. LEGITIMACIÓN EN LA CAUSA RESPECTO A LA INTERVENCIÓN
DE TERCEROS.
UGO ROCCO sostiene: "Las normas de legitimación, no sólo establecen qué sujetos
está jurídicamente autorizados para accionar y para contradecir frente a otros sujetos,
para obtener declaración de certeza o para la realización de una determinada relación
jurídica, sino que determinan también, en la hipótesis de proceder al ejercicio de la
función jurisdiccional a requerimiento de algún interesado, qué sujetos deben participar
o ser llamados a participar con el carácter de actores o demandados en la declaración de
certeza de aquella relación". ROCCO se está refiriendo en la cita anterior al caso del
litisconsorcio necesario. Más adelante agrega: "De manera que, además de los sujetos
que están jurídicamente autorizados para accionar o contradecir en sentido estricto, es
decir, para iniciar el juicio formulando la demanda judicial, hay otra categoría de sujetos
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que están asimismo autorizados por la ley procesal para tomar parte en un juicio
pendiente entre otros sujetos y que, por lo tanto, pueden voluntariamente o por
requerimiento de los sujetos inicialmente en litis, hacer parte en el mismo proceso"
Estimo, dice JAIRO PARRA QUIJANO, que existe legitimación en cabeza de los
terceros que justifiquen su intervención, cuando éstos tienen que hacer valer intereses
jurídicamente tutelados en un proceso dado, o cuando por existir una relación material o
disposición legal, pueden ser llamados de oficio o a petición de parte a éste.
2. LAS PARTES Y LOS TERCEROS
2.1. LAS PARTES.
2.1.1. CONCEPTO DE PARTE PROCESAL.
El proceso es una relación jurídica entre dos partes: la parte demandante y la parte
demandada, que pueden ser personas naturales, jurídicas, patrimonios autónomos, etc.
Cada parte, por otro lado, puede estar constituida por una o más personas, dando lugar a
la figura procesal del litisconsorcio. La idea de parte excluye la de terceros. Se puede
conceptuar que es parte aquel que, en su propio nombre o en cuyo nombre se pide,
invoca la tutela jurisdiccional de algún derecho subjetivo, promoviendo la actuación de
la voluntad de la ley contenida en el derecho objetivo; también es parte aquel contra
quien se formula el pedido. De lo anotado es posible establecer una perfecta distinción
entre el que pide la tutela jurisdiccional y aquel a favor de quien se pide la tutela.
Lo que da la condición de parte (procesalmente hablando) es, entonces, la posición en el
proceso, independientemente de la calidad de sujeto del derecho (sustancial) o de la
acción (pretensión). E independientemente que actúan por sí o por representación.
VESCOVI, en su obra citada nos dice: "En puridad se pueden distinguir, jurídicamente,
tres calidades: PARTE (procesal), SUJETOS DEL DERECHO (de la relación
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sustancial) y LEGITIMADOS PARA PRETENDER (accionar) (legitimación en la
causa).
O sea, que una cosa es ser titular del derecho, de la relación sustancial (el deudor, el
acreedor, el propietario, el vendedor), estar en una situación jurídica activa o pasiva,
haber celebrado un contrato, contraer obligaciones, etc., y otra cosa es tener la necesaria
legitimación para acciones (pretender), puesto que la pretensión (acción) es autónoma,
independiente del derecho. Naturalmente que ambas condiciones son, por lo general,
coincidentes, ya que el que puede (y debe) defender en juicio un derecho es su titular.
Sin embargo, en ocasiones el legitimado, por excepción, es otro. Una tercera cosa es
quién realmente actúa en el proceso, la parte. Lo más frecuente es que las tres categorías
coincidan en la misma persona.
En conclusión, las partes son quienes actúan en el proceso, en la posición de actor o
demandado. El primero es el que demanda y el segundo aquél contra quien el actor
dirige su demanda. Estas afirmaciones no quedan desvirtuadas: a) ni porque intervengan
terceros en el proceso, que al ingresar también serán partes; b) ni porque una parte esté
integrada por varios individuos, cual sucede en la parte compleja o compuesta, como
sucede en la figura del litisconsorcio, que da lugar al llamado proceso con pluralidad de
partes.
La capacidad de ser parte en el proceso implica en principio aptitud de ser titular de los
derechos materiales o sustantivos en controversia, o mejor, aptitud para afirmar en un
proceso que se tiene la calidad de titular de tales derechos.
2.1.2. LEGITIMACIÓN PROCESAL.
La capacidad es una calidad del sujeto jurídico mientras que la legitimación consiste en
una relación entre el sujeto y el objeto (jurídicos).
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La capacidad nos dice quiénes pueden actuar en cualquier proceso (por sí mismos) por
tener la aptitud psicofísica requerida por la ley. Sin embargo esto no basta para poder
ejercer válidamente los derechos o deducir determinadas pretensiones, sino que es
necesaria una condición más precisa y específica referida al litigio de que se trata.
La legitimación procesal, entonces, es la consideración legal, respecto del proceso, a las
personas que se hallan en una determinada relación con el objeto del litigio y en virtud
de la cual se exige, para que la pretensión de fondo pueda ser examinada, que dichas
personas figuren como tales partes en el proceso. (Alfonso es un sujeto plenamente
capaz (capacidad procesal) pero, para demandar desalojo, debe demostrar o que es
arrendador, o subarrendador, o titular de un derecho real de goce, por ejemplo. Para
reivindicar debe ser propietario. Esa es la legitimación activa. A su vez, para ser
demandado deberá ser arrendatario, subarrendatario, etc., o poseedor, ésta es la
legitimación pasiva).
La legitimación, entonces, puede definirse como la posición de un sujeto respecto al
objeto litigioso que le permite obtener una providencia eficaz.
La legitimación que consideramos es la que se refiere a la titularidad del derecho
respecto del objeto del proceso. Es, por lo tanto, una peculiar situación jurídica que
tiene el sujeto que actúa en el proceso respecto del objeto que se controvierte, que es lo
que lo autoriza a pretender en forma eficaz. O, por parte del demandado, a contradecirla
hábilmente.
La legitimación, entonces, es un presupuesto de la sentencia de mérito; el juez,
previamente a la decisión, debe analizar si las partes que están presentes en el proceso
son las que deben estar, esto es, aquellas que son los titulares de los derechos que se
discuten.
2.2. EL TERCERO EN EL PROCESO.
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Desde Roma se mantiene el principio de que los efectos del proceso, en especial la cosa
juzgada, no alcanzan a los terceros. Por eso los romanos no admitieron la figura de
terceros en el proceso, fenómeno que solo aparece en la práctica judicial medieval,
desde donde llega hasta los derechos positivos latinoamericanos.
En la actualidad se admite, en principio, la intervención de un tercero en el proceso,
además de las partes, cuando tiene un interés propio (cierto y actual) en la litis que se
desarrolla.
En definitiva, digamos que en derecho moderno, pese a atenerse al aforismo romano de
que la cosa juzgada no afecta a los terceros, se acepta, sin embargo, la intervención de
estos cuando demuestran tener un interés directo en la causa que se controvierte en el
pleito entre otras partes, así como su llamada cuando legalmente pueden ser
responsables de la pretensión deducida (llamada en garantía, etc.).
En estos casos, el tercero, una vez admitido en el proceso, se convierte en parte y tendrá
los derechos, deberes y cargas de esta.
2.2.1. INTERVENCIÓN DE TERCEROS EN EL PROCESO CIVIL.
La intervención de terceros importa una acumulación subjetiva sucesiva, pues con
posterioridad a la notificación con la demanda al emplazado se incorporan al proceso
otros sujetos. De por medio está el interés y la legitimidad de los terceros para pretender
incorporarse voluntariamente al proceso o para ser incorporados a él, ya sea de oficio,
por el juzgador, o a petición de parte. Esto significa que cualquier tercero no puede
incorporarse al proceso. Por lo pronto se debe precisar que la denuncia civil constituye
un mecanismo procesal para incorporar a terceros al pleito.
Se sostiene que la decisión que se emita en un proceso sólo debe afectar a los que hayan
intervenido en él: actor y al demandado. No obstante, que en un proceso intervienen el
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actor y el demandado -litigantes originarios o partes originarias-, hay situaciones,
circunstancias y justificaciones por las cuales se hace imperativo el ingreso de terceros
en el proceso. ATILIO C. GONZÁLES, escribe lo siguiente: "La intervención de los
terceros en el proceso es uno de los temas más preocupantes de la doctrina; pues, por
principio, el proceso comprende a las dos partes entre los que habitualmente tramita -el
actor y el demandado- y únicamente a ellos aprovechan o perjudican los límites
subjetivos de la cosa juzgada que la sentencia definitiva es susceptible de adquirir. No
obstante lo cual, las relaciones jurídicas suelen ser de tal complejidad que con
frecuencia la litis afecta derechos de terceros; quienes, de ese modo, se encuentran
vinculados en un proceso en el cual no han intervenido -por lo menos inicialmente- y
cuya sentencia es susceptible, no obstante la expresada circunstancia, de generarles un
perjuicio. Allí nace, precisamente, le necesidad de regular el instituto de la intervención
de terceros en el proceso civil.
2.2.1.1 PRESUPUESTOS DE LA INTERVENCIÓN DE TERCEROS.
El tercero puede entrar al proceso siempre que se den ciertos presupuestos, los cuales
deben ser verificados por el Juez, ya que se trata de un caso de excepción, pues, en
principio, el proceso es una relación entre dos partes.
El primer presupuesto es la conexidad, esencia de todo proceso acumulativo. Es decir
que la pretensión del tercero tiene que ser conexa con el objeto del proceso para permitir
(o determinar) que se trata y resuelva juntamente con ésta. En principio, no puede
admitirse que el tercero deduzca una nueva pretensión, sino que debe ser conexa con la
que las partes controvierten en el proceso en curso, sea coincidentemente o excluyente,
pero siempre relacionada con aquella.
En segundo término, debe alegar un interés propio y actual en el proceso. Esto
resulta de la necesaria conexión referida. En primer lugar, que se requiera un interés
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propio y cierto para evitar la intervención de un tercero que alegue un derecho ajeno al
que se debate en el proceso; luego, que se actual, lo que no implica que no pueda ser
eventual, pero sujeto a una eventualidad cierta, esto es, que se trate de algo que
acaecerá, no una simple probabilidad.
Según algunos, el interés invocado debe ser legítimo, esto es, basado en el derecho,
pues no basta el simple interés. En realidad, la pauta la debe constituir la misma
condición que permita ejercer legítimamente una acción independiente.
En último término, se requiere que haya un proceso pendiente.
2.2.1.2 CONCEPTO PROCESAL DE TERCERO Y TERCERO LEGITIMADO.
Se llama tercero en el campo procesal a todo aquel que no es parte en el proceso, es
decir, a todo aquel ajeno absolutamente a la relación jurídico - procesal que se produce
en él. Una persona puede ser calificada como tercero con relación a un proceso dado;
sin embargo, puede tener vinculación con la relación material, con el derecho
sustantivo, caso en el cual se le califica como parte material. Claro está que, como en la
relación procesal hay terceros totalmente extraños a ella, en la relación sustantiva
existen también terceros totalmente ajenos a ella. Tercero, en términos absolutos, será
aquel ajeno totalmente a ambas relaciones. Quien no tiene vinculación alguna con la
relación material siempre tendrá la condición de tercero en atención a que no tendrá la
legitimidad o el interés legítimo para tener participación en el proceso correspondiente.
Un tercero que se considera facultado para intervenir en un juicio dado debe estar
necesariamente vinculado a la materia en controversia, ya sea por interés directo o
indirecto, propio o ajeno, concurrente o excluyente, respecto al interés de las partes en
litigio. Si se admite la intervención de un tercero en el proceso, por cuanto el Juez ha
encontrado que tiene legitimidad para participar en él, ese tercero recibe la
denominación de tercero legitimado.
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La figura denominada proceso, puede producir efectos erga omnes en la sociedad.
Quienes son o pueden ser afectados directa o indirectamente por el litigio, reciben el
nombre de terceros.
Los terceros no son partes formales en el proceso al momento de constituirse la relación
jurídico-procesal, pero esos terceros tienen la posibilidad jurídica de intervenir en la
disputa.
Para regular la noción de terceros, los Códigos de procedimiento Civil, han creado
institutos tendientes a resguardar los intereses de quienes pueden llegar a ser partes en el
proceso, o sin serlo coadyuvan a éstas en la contienda.
Se entiende por terceros, en cuanto al proceso, a todas las personas naturales o jurídicas
que no son partes. Ahora bien, los terceros eventualmente pueden convertirse en partes.
2.2.2. LOS TERCEROS EN RELACIÓN CON EL PROCESO
En cuanto a las partes, estas son dos, demandante y demandado, independientemente de
la cantidad de personas naturales o jurídicas que compongan cada una. Sin embargo,
puede existir una purisubjetividad de personas, lo que nos lleva a la figura del
litisconsorcio. Con respecto a los terceros ya estamos al corriente que son todos
aquellos que no son parte (demandante o demandado) en un proceso civil; pero sucede
que un tercero eventualmente puede llegar a ser parte.
2.2.2.1. Terceros con interés en el proceso y terceros totalmente ajenos al proceso
El primero tiene el derecho o el deber de intervenir en el proceso y la decisión final lo
afecta directamente. En el segundo presupuesto, el tercero no va a beneficiarse ni a
perjudicarse con el resultado del proceso.
2.2.2.2. Terceros principales y terceros accesorios
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Una vez que se inicia la relación procesal el tercero involucra una pretensión
incompatible con las partes o bajo la existencia de una cotitularidad con una de las
partes. En este caso estamos en presencia de litisconsorcio ya que el tercero tiene una
pretensión propia. Bajo este prisma jurídico podemos manifestar que el litisconsorcio y
la intervención ad excludendum (artículo 604 del código judicial) son ejemplos de
intervención principal.
Cuando el tercero no tiene una pretensión propia sino que hace valer pretensiones
ajenas, se dice que es accesorio o secundario. No tiene disposición del objeto en litigio
(artículo 603 del código judicial)
2.2.2.3. Terceros facultativos y terceros necesarios
En algunas ocasiones la necesidad de proferir una decisión de fondo obliga a que se cite
a terceros en el proceso. En otras oportunidades se podrá dictar sentencia aun sin la
concurrencia de un tercero.
2.2.2.4. Terceros con legitimación permanente y terceros transitorios
Cuando el tercero interviene en parte del proceso, estamos frente a un tercero con
legitimación parcial. Por lo contrario, si el tercero participa en todo el proceso se dice
que es un tercero de carácter permanente.
2.2.2.5. Terceros de comparecencia obligatoria y terceros voluntarios
El tercero puede ser citado de oficio como interviniente en forma obligada o a
instancia de parte. Por citación del juez tenemos el llamamiento ex oficio y a
instancia de parte al tercero se le impone una situación pasiva en el proceso
(llamamiento en garantía y denuncia del pleito). También puede suceder que la parte
pasiva del proceso quiera desligarse del mismo y que el tercero lo reemplace totalmente
(laudatio o nomintio auditoris).
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A continuación, en los tipos de intervención de terceros, explicaremos a groso modo la
intervención voluntaria de un tercero y la intervención provocada de un tercero, con sus
respectivas subclasificaciones.
2.2.3. TIPOS DE INTERVENCIÓN DE TERCEROS.
ANA MARIA ARRARTE ARISNABARRETA nos dice: "Las diversas formas de
intervención de terceros estarán determinadas por la legitimidad del interés jurídico que
sea invocado, es decir, mientras más cercano esté de la relación material involucrada en
el proceso, las facultades de las que gozará el tercero legitimado serán mayores. A
manera de precisión resulta pertinente indicar que al analizar cada una de las
modalidades de terceros, podremos apreciar que, en estricto, dos de ellas (la
intervención coadyuvante y la litisconsorcial) formarán parte del sub-género de los
litisconsorcios facultativos o cuasi necesarios - al haber descartado la posibilidad que un
tercero sea parte en el proceso, hemos excluido también que un tercero pueda ser
considerado litisconsorte necesario-, mientras que las modalidades de terceros
excluyentes (sea principal, de derecho preferente o de propiedad) pertenecerán al género
que será simplemente la acumulación subjetiva sucesiva, en la medida que estaremos
frente a supuestos donde se pretende evitar la multiplicidad de procesos respecto a
temas vinculados".
2.2.3.1. INTERVENCIÓN VOLUNTARIA DE UN TERCERO.
2.2.3.1.1. Intervención Coadyuvante.
Es coadyuvante cuando su participación tiene por objeto ayudar a una de las partes,
colaborar con él en el litigio, sin incorporar pretensión alguna al proceso.
Su intervención puede admitirse incluso durante el trámite en segunda instancia,
entendiéndose que como el trámite en la segunda instancia no termina normalmente con
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la sentencia que se emita en ese nivel, el tercero adherente está en aptitud procesal de
interponer el recurso de casación correspondiente.
La intervención coadyuvante es calificada como accesoria en atención a que ella no
importa la inclusión al proceso de una pretensión propia del tercero, sino que su tarea se
concreta a defender el derecho que sustenta la pretensión de la parte a quien coadyuva
en la defensa. Esta intervención servirá asimismo para evitar que el actor y el
demandado acudan al fraude procesal.
Es pertinente añadir, dice el Maestro CARRION LUGO, que a nuestro criterio el tercero
coadyuvante tiene la calidad de parte en la relación procesal y no tiene la calidad de
parte en la relación material subyacente en el proceso.
Esta institución que también recibe el nombre de coadyuvancia, se caracteriza por la
intervención del tercero.
En el proceso con el fin de obtener un resultado favorable para una de las partes, ya que
tiene con ésta una relación material que puede verse afectada. La relación sustancial del
tercero con la parte, en principio es ajena a los efectos de la resolución, pero en forma
indirecta (el tercero) puede ser afectado por la declaración jurisdiccional. El
interviniente no se convierte en parte, pero busca el triunfo de la parte con quien
coadyuva, por lo tanto, tiene que apoyarlo.
Esta figura se encuentra regulada en el artículo 603 del Código Judicial y sus
características son:
1.-Solamente procede en procesos contenciosos, en cualquiera de las instancias y desde
la notificación de la demanda. Si la intervención se realizó antes de notificar la
demanda, deberá resolverse con posterioridad a dicho acto tribunalicio, Jorge Fábrega
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estima que de conformidad con el artículo 1423.2 del Código Judicial también procede
en procesos no contenciosos.
2.-El interviniente adhesivo no puede ejecutar actos que impliquen disposición del
derecho en litigio, pero puede oponerse a éstos (transacción, allanamiento, etc.).
Solamente puede coadyuvar al demandante o al demandado, pero no disponer del objeto
del proceso.
3. El tercero adhesivo puede efectuar todos los actos procesales propios de la parte a la
que ayuda, en cuanto no se oponga a ésta ni disponga de lo discutido.
4.-Debe existir un interés real, el cual se le tiene que probar al Juez en la solicitud.
5.-La solicitud formal deberá contener los hechos, el fundamento legal y las pruebas,
pero no se requiere que sea propiamente una demanda.
6.-El tercero se encuentra subordinado a un proceso originario (principal) en el cual no
es parte.
7.-Aun cuando nuestro estatuto procesal no lo dice expresamente, estimamos que el
coadyuvante puede abandonar el proceso en cualquier momento.
Si bien algunos autores, como Parra Quijano, estiman que el interviniente adhesivo es
parte en el proceso ya que hacen una abstracción en cuanto al litigio y al proceso,
consideran que no es parte en el litigio (la relación material que se discute en juicio),
pero si es parte en el proceso entendido en su aspecto formal; en nuestro concepto, el
tercero coadyuvante no es parte en virtud que si bien es cierto la sentencia lo puede
afectar, no lo hace en forma directa. Por ejemplo, si la parte a la que coadyuva es
condenada en costas, el tercero no tiene que pagarlas, o si coadyuva con el demandado y
este es condenado en la sentencia a pagar una suma de dinero, el coadyuvante no está
obligado.
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Un ejemplo de intervención litisconsorcial sería el caso de un proceso especial de
alimentos promovida por la segunda esposa (que no tiene hijos); la ex esposa, con quien
el demandado si tuvo descendencia y a los que pasa una pensión voluntaria, puede
intervenir como coadyuvante en favor de su ex marido, demostrando incluso que la
esposa actual no tiene necesidad de alimentos, ya que de fijarse alimentos para la
demandante se podrían ver disminuidos los ingresos que ella recibe voluntariamente de
su ex esposo.
2.2.3.1.2. Intervención Excluyente Principal.
Se presenta cuando alguien pretenda su incorporación al proceso a fin de hacer valer
dentro de él su propia pretensión procesal, que se supone opuesto a las pretensiones de
las partes en el proceso.
Aceptada como tal y sólo si se presenta antes de la expedición de la sentencia de
primera instancia, actuará como una parte más en el proceso, dando lugar a un caso sui
géneris en el cual habrá tres partes intervinientes en el proceso con sendas pretensiones
procesales. Su intervención no suspende el proceso sino la expedición de la sentencia.
Esta forma de intervención de terceros también recibe el nombre de intervención
principal o excluyente y acontece cuando un tercero demanda total o parcialmente la
cosa o derecho controvertido en un proceso. El tercero pretende que con audiencia del
demandante y del demandado, se le reconozca su pretensión en el mismo proceso.
Para evitar colusión o fraude procesal, el Juez cuenta con plenos poderes. El artículo
604 del Código Judicial regula la intervención principal de la siguiente manera:
"Artículo 604. Quien pretenda, en todo o en parte, la cosa o el derecho controvertido,
podrá intervenir formulando su pretensión frente a demandante y demandado, para que
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en el mismo proceso se le reconozca. La oportunidad de tal intervención precluye con la
sentencia de primera instancia.
El interviniente deberá presentar demanda con los requisitos legales, que se notificará a
las partes o a sus apoderados como dispone este Código para toda demanda, y de ella se
dará traslado por el término señalado para la demanda principal. El auto que acepte o
niegue la intervención, es apelable en el efecto devolutivo.
Si el término de prueba estuviere vencido y en la demanda del interviniente o en las
respuestas de las partes se solicitare la práctica de pruebas, se fijará no adicional que no
podrá exceder de aquél, a menos que demandante y demandado acepten los hechos
alegados y éstos sean susceptibles de prueba de confesión.
La intervención se tramitará conjuntamente con el proceso principal, y con ella se
formará cuaderno separado.
En la sentencia que decida sobre la demanda inicial se resolverá en primer término,
sobre la pretensión del interviniente.
Cuando en la sentencia se rechace en su totalidad la pretensión del interviniente, éste
será condenado a pagar al demandante y demandado, además de las costas que
corresponda, multa de cien balboas (B/. 100.00) a quinientos balboas (B/. 500.00) y a
indemnizar los perjuicios que les haya ocasionado la intervención, que se liquidarán
mediante incidente.”
Las características procesales de intervención principal son las siguientes:
1. El tercero se convierte en demandante del actor y del demandado en el mismo
proceso.
2. La oportunidad procesal para intervenir precluye con la sentencia de primera
instancia.
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3. La demanda debe contener los requisitos legales comunes a todo proceso.
4. Cuando la intervención se produzca precluido el término probatorio, se fijará
uno adicional que no podrá exceder al primero.
5. En la sentencia que decide la demanda principal se resuelve la pretensión del
interviniente.
Es importante que la pretensión inicial se encuentre correlacionada con la pretensión
original o con una de las partes originales, existiendo una relación con la cosa u objeto
de la demanda principal y que el interviniente pretenda en todo o en parte dicha cosa.
Un ejemplo de intervención principal es: A demanda a B alegando que el vehículo que
conduce el demandado es de su propiedad, por lo que solicita su restitución.
Posteriormente aparece C quien aduce que el auto en mención no es de propiedad ni de
A ni de B si no suya (como puede observarse existe una clara acumulación de
pretensiones, puesto que se acumula la pretensión de A y de C.)
2.2.3.1.2.1. Presupuestos de la intervención principal.
1) El interviniente debe tener la calidad procesal de tercero.
2) Debe pretender total o parcialmente la cosa o el derecho que es objeto del
proceso. Es decir que concurra la incompatibilidad.
3) Que exista un proceso pendiente.
4) El procedimiento para el proceso que plantea el interviniente debe ser el mismo
del proceso en curso.
5) El Juez o magistrado que conoce el proceso debe ser competente para la
demanda del interviniente.
2.2.3.1.3. Intervención excluyente de propiedad o de derecho preferente.
21
Puede intervenir en un proceso quien pretende se le reconozca su derecho en oposición
al de los litigantes como consecuencia de alguna medida cautelar ejecutada sobre un
bien de su propiedad o sobre el cual tuviera un mejor derecho que el titular de la medida
cautelar. Para la viabilidad de la intervención del tercero, en este caso, se supone la
existencia de una medida cautelar dictada dentro de un proceso, incompatible con el
derecho de propiedad o de algún otro derecho de un tercero (tercerista) respecto al bien
gravado; en este caso, el tercero puede intervenir en el proceso con el propósito de
obtener una declaración judicial sobre la prelación de su derecho.
Tratándose de la tercería excluyente de propiedad, la demanda correspondiente puede
interponerse en cualquier momento antes de que se inicie el remate del bien. Debe
reunir los requisitos legales y debe presentar la prueba que acredite el pretendido
derecho, consistente en documento público o privado de fecha cierta, así como prestar
garantía suficiente por los daños y perjuicios que la tercería pudiera irrogar. Admitida a
trámite, se suspenderá el proceso si estuviera en la etapa de ejecución, aunque esté
ejecutoriada la resolución que ordena la venta de los bienes.
Tratándose de la tercería preferente de crédito la demanda debe proponerse antes que se
realice el pago al acreedor. Admitida la demanda, se suspende el pago al acreedor hasta
que se decida en definitiva sobre la preferencia.
2.2.3.1.4. DENUNCIA DE PLEITO
Es una intervención forzada por llamamiento al proceso y surge de la propia relación
sustancial. En la denuncia del pleito un tercero es llamado al proceso para ayudar a una
de las partes a conseguir una sentencia favorable, sin que se proponga en el mismo
proceso la condena del denunciado. El denunciado en un pleito, tiene facultades para
denunciarlo como demandante o como demandado. A pesar que el Código Judicial no
22
lo dice, consideramos que si por la no comparecencia del llamado se pierde del pleito,
este puede ser demandado por negligente.
La denuncia del pleito encuentra su razón de ser en la figura del saneamiento por
evicción regulado en el Código Civil. El vendedor tiene la obligación de entregar
saneada la cosa vendida y en ese sentido responderá ante el comprador por la posesión
pacífica y legal de la cosa y por los vicios o defectos ocultos (artículos 1231 y 1244). En
concordancia con lo anterior el artículo 1245 del Código Civil señala que la evicción se
presentará cuando se prive al comprador por sentencia firme y en virtud de un derecho
anterior a la compra de todo o parte de la cosa vendida.
El Código Judicial señala que:
“Artículo 605. Quien de acuerdo con la ley sustancial tenga derecho a denunciar el
pleito que promueva o que se le promueva, deberá ejercitarlo en la demanda dentro del
término para contestarla, según fuere el caso. El escrito de denuncia acompañará la
prueba siquiera sumaria del derecho a formularla y la relativa a la existencia y
representación que fueren necesarias. El denunciado en un pleito tiene a su vez facultad
para denunciarlo en la misma forma que el demandante o demandado”.
Para Devis Echandía la litis denuntiatio o denuncia del pleito como “… el llamamiento
en garantía se consideran como una misma institución procesal; para extenderla tanto a
la garantía real como a la personal de origen contractual o extracontractual. La denuncia
del pleito no se limita al caso de evicción de derechos reales, sino que se refiere, en
general, a los casos en que tenga el derecho a denunciar el pleito conforme a la ley
sustancial. Pero esto no significa que sea necesaria una disposición legal que
expresamente hable de denuncia del pleito, pues es suficiente que de su contenido se
deduzca tal derecho.”
23
Estimamos que en el segundo supuesto, o sea, el de las obligaciones personales, más
que ante una denuncia del pleito estaríamos en presencia de una llamamiento en
garantía. Para Jairo Parra Quijano la distinción entre denuncia del pleito o del litigio y el
llamamiento en garantía es de carácter procesal y no sustancial. Estima este autor que
mientras que en la primera el llamado o denunciado llega a ayudar al llamante para que
gane el pleito y no para ser condenado; en la segunda (llamamiento en garantía) el
llamado resulta vinculado con la parte y puede ser condenado en la sentencia.
En el caso de aceptar la denuncia del pleito como consecuencia directa del saneamiento
por evicción podríamos colocar como ejemplo el siguiente: A compra a B una
fotocopiadora. Con posterioridad el comprador demanda al vendedor reclamando el
saneamiento por la evicción. Por su parte B denuncia el pleito a C que es el distribuidor
de esa marca de fotocopiadoras como Alvarado Velloso se trata de una defensa en
común para ganar el pleito.
El artículo 606 del Código Judicial exige que el escrito de denuncia contenga los
siguientes requisitos:
1. El nombre del denunciado y el de su representante si aquél no puede comparecer por
sí al proceso;
2. La indicación del domicilio del denunciado o, en su defecto, de su residencia, y la de
su habitación u oficina y los de su representante, según fuere el caso, o la manifestación
de que se ignoran, lo último bajo juramento, que se entiende prestado por la sola
presentación del escrito;
3. Los hechos en que se basa la denuncia y los fundamentos de derecho que se
invoquen; y
24
4. La dirección de la oficina o habitación donde el denunciante y su apoderado recibirán
notificaciones personales.
La denuncia del pleito se deberá interponer en la demanda o en la contestación de la
demanda y si el juez la admite la correrá en traslado al denunciado por un término de
cinco días y hasta un término no mayor de diez días. El denunciado será litisconsorte
del denunciante. El denunciado en un pleito tiene a su vez derecho para denunciarlo a su
vez en la misma forma que el demandante y el demandado.
Aun cuando el Código Judicial no dice nada, estimamos, siguiendo la jurisprudencia
colombiana, que la denuncia debe realizarse en escrito separado a la demanda o a la
contestación (siempre dentro de los términos de éstas) y debe exigir una prueba sumaria
preconstituida que sustente la citación del tercero.
Las características procesales son:
1. Se deberá hacer la denuncia en la demanda o en la contestación
2. el denunciado será considerado como litisconsorte del denunciante y tendrá las
mismas facultades que éste.
3. Cuando fuere pertinente en la sentencia se resolverá sobre la situación sustancial
entre denunciante y denunciado.
2.2.3.2. INTERVENCIÓN PROVOCADA DE UN TERCERO.
La intervención de un tercero es provocada u obligatoria cuando alguna de las partes
solicita o el propio Juez dispone su incorporación al proceso. La intervención del tercero
en este caso no proviene de su voluntad, sino que se ve impelido para intervenir en el
litigio como consecuencia de un llamamiento formulado por el Juez, ya sea de oficio o a
petición de alguna de las partes mediante la denuncia civil correspondiente.
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La denuncia civil como una forma de llamamiento de terceros al pleito, desde una
visión genérica, constituye una forma de propiciar una intervención obligada de un
tercero en el proceso. Es un mecanismo procesal mediante el cual una de las partes en el
litigio solicita la incorporación de un tercero al proceso, además de él o en su lugar, por
tener alguna obligación o responsabilidad en el derecho discutido, para lo cual debe
denunciarlo indicando su nombre y domicilio a fin de que, si el Juez considera
procedente, sea emplazado con las formalidades establecidas para la notificación con la
demanda. La denuncia civil constituye un mecanismo de intromisión de un tercero en el
proceso.
El llamamiento del tercero que hace el Juez en caso de fraude o colusión procesal es un
llamamiento sui generis, ya que tiene como sustento la conducta fraudulenta de las
partes y tiene como propósito dar la oportunidad al tercero para defender su derecho
discutido en el proceso fraudulento o que pueda ser afectado.
En rigor, no se trataría del llamamiento a un litisconsorte necesario, por cuanto el
Código faculta al acreedor reclamar el cumplimiento de la obligación a cualquiera de
los deudores solidarios y no necesariamente a todos. En todo caso, la denuncia civil
servirá para conocer y, consecuentemente, emplazar al litisconsorte necesario, que se
supone no conocía el actor.
2.2.3.2.1. Llamamiento en garantía o aseguramiento de pretensión futura.
La parte que considere tener derecho para exigir de un tercer una indemnización por el
daño o perjuicio que pudiera causarle el resultado de un proceso, o considere tener
derecho a repetir contra dicho tercero lo que debiera pagar en ejecución de sentencia,
puede solicitar el emplazamiento del tercero con el objeto que en el mismo proceso se
resuelva además la pretensión que tuviera contra él.
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Este instituto procesal constituye una especie de denuncia civil previsto para aquellos
casos en los cuales las partes consideren estar facultados para exigir a un tercero el
cumplimiento de alguna prestación como consecuencia de la decisión que en su contra
se produzca en el proceso.
Cualquiera de las partes pueden pedir el emplazamiento del tercero, planteando
realmente una pretensión procesal cono todas las formalidades que señala el
ordenamiento procesal civil, para que el Juez, en el mismo proceso, decida sobre dicha
pretensión. El amparo o no de la pretensión planteada contra el tercero está subordinada
a la suerte de la pretensión originaria propuesta contra la parte que solicita la
incorporación del tercero al proceso, cualquiera que sea el sentido de la decisión, porque
supongamos que prospere la pretensión del demandante, ello no necesariamente
conducirá a que la pretensión del demandado propuesta contra el tercero prospere, ya
que ésta dependerá que sus fundamentos se acrediten en el proceso, especialmente la
conexidad que sustenta la subordinación entre la pretensión del demandado contra el
tercero respecto de la pretensión originaria. Asimismo, si no prospera la pretensión del
demandante, la pretensión del demandado contra el tercero tampoco prosperará. Por
tanto la pretensión propuesta por el demandado contra el tercero mediante el
aseguramiento de pretensión futura no tiene el carácter de autónomo.
El instituto en estudio, en el fondo, no sólo importa una denuncia civil para lograr la
consecuente incorporación del tercero al proceso, sino también propende a garantizar la
pretensión del demandado que va a surgir precisamente como consecuencia del
resultado negativo del proceso, es decir, cuando el demandado es vencido en el litigio
(por ejemplo: en el caso que se le prive al demandado de su propiedad; en el caso que al
demandado se le mande pagar, como avalista, el importe de la letra de cambio, etc.,),
consiguiendo que el propio Juez ampare la pretensión procesal del demandado frente al
tercero incorporado. Aquí, en efecto, se ve claramente la vigencia, como sustento del
27
instituto, de los principios de economía procesal y de la congruencia de las decisiones
judiciales que no permite sentencias contradictorias.
Para que el tercero llamado al proceso responda por la pretensión propuesta por el
solicitante éste debe hacer uso de la denuncia civil de aseguramiento de pretensión
futura o llamamiento en garantía. Con este tipo de denuncia no se persigue que el
denunciado reemplace a la parte denunciante, sino se busca que el tercero responda a
favor del demandado de las consecuencias del proceso originario en que ha sido
vencido.
2.2.3.2.2. Llamamiento posesorio.
Supongamos que Alfonso dirige una demanda de desalojo contra Luis, que no es la
persona que verdaderamente está en posesión del bien cuya restitución reclama, siendo
simplemente un tenedor del inmueble en nombre de otro. En este caso Luis, al contestar
la demanda, debe expresar su verdadera situación, indicando el nombre y domicilio real
del verdadero poseedor. Esto importa una denuncia civil especial que dará lugar a que el
proceso se suspenda hasta el momento del emplazamiento del denunciado. Aquí se
pueden presentar dos situaciones:
1) Si el denunciado comparece y reconoce su condición de poseedor, será
emplazado con la demanda con las formalidades de ley y reemplazará al demandado
originario, quien será apartado del proceso.
2) Si por el contrario el denunciado no comparece al proceso, o haciéndolo niega
ser poseedor, el proceso seguirá en curso contra ambos, esto es, contra el demandado
originario y contra el denunciado en su condición de litisconsorte, a quien
necesariamente se le debe notificar con la demanda con las formalidades de Ley, caso
en el cual la sentencia, si ampara la demanda, afectará a los dos, si las pruebas lo
ameritan.
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El Código Procesal Civil regula el llamamiento posesorio en la forma expuesta, con la
atingencia de que en caso de silencio u omisión del demandado, éste será conminado a
indicar el domicilio del verdadero poseedor bajo apercibimiento de ser condenado en el
mismo proceso a pagar una indemnización por los daños y perjuicios que su silencio
cause al demandante.
Esta figura procesal del llamamiento posesorio tiene relación con la legitimidad para
obrar del demandado, que constituye una de las condiciones para un adecuado
pronunciamiento sobre el fondo de la controversia, pues con ella se evitará que el
proceso se siga contra una persona que realmente no debe ser demandada, dando lugar a
un proceso inútil. Por ello es viable también que el emplazado, que es demandado
atribuyéndosele una condición que realmente no tiene (aducir que es poseedor sin serlo
realmente), deduzca perfectamente la excepción de falta de legitimidad para obrar del
demandado, la que si se ampara conducirá a la suspensión del proceso y, eventualmente,
a la nulidad de lo actuado y conclusión del mismo..
2.2.3.2.3. Llamamiento en caso de fraude o colusión.
Cuando en cualquier etapa del proceso se presuma fraude o colusión entre las partes, el
Juez, de oficio, ordenará la citación de las personas que puedan resultar perjudicada con
ese proceso, a fin de que hagan valer sus derechos, suspendiendo, para tal efecto, el
proceso por un plazo no mayor de treinta días.
En estos casos el problema que se presenta es cuando el Juez no tiene ningún elemento
de juicio para establecer el domicilio de los terceros que pudieran ser afectados por el
proceso en curso, ya que no estaría en condiciones, por ejemplo, de ordenar la
notificación por edictos. Esa es la dificultad que encuentran los jueces en procesos
fraudulentos. En el supuesto que se conociera el domicilio del tercero y se le notificara
haciéndole conocer del proceso fraudulento en trámite: ¿cuál sería la condición de ese
29
tercero? ¿Será emplazado con la demanda? ¿Se le autorizará pedir la nulidad de todo lo
actuado aduciendo fraude y el archivamiento del proceso? ¿Intervendrá en el proceso
para rechazar los fundamentos de la demanda? ¿Será un interviniente principal ya sea
excluyente o litisconsorcial? Dependerá del interés que tenga el tercero sobre el derecho
en debate en el proceso fraudulento. Sin embargo el Juez debe tener cuidado con la
calificación, pues, puede tratarse de un litisconsorcio necesario, en el cual, para la
existencia válida de una relación jurídico procesal, debe obligatoriamente incorporarse
al proceso al litisconsorte. Es que en el proceso fraudulento se presupone la existencia
de una relación jurídica procesal válida y lo que se cuestiona es la conducta procesal de
los participantes como partes en él.
El llamamiento que ahora nos ocupa puede producirse en cualquier estado del proceso,
empero, dada la naturaleza del derecho en debate, consideramos que el llamamiento no
tendría objeto si se produjera después de emitida la sentencia de primera instancia.
30
Jurisprudencia.
La Licenciada A.L.C. de B., actuando en su condición de apoderada judicial de la
sociedad ALAQUA CORP., Tercero interesado y admitido dentro de la ACCIÓN
DE AMPARO DE GARANTÍAS CONSTITUCIONALES instaurada por
GANADERA EL TECAL, S.A., ha propuesto Recurso de Apelación en contra de la
Resolución s/n de tres (3) de diciembre de 2009, dictada por el PRIMER TRIBUNAL
SUPERIOR DEL PRIMER DISTRITO JUDICIAL DE PANAMÁ.
En el caso que nos ocupa se advierte, que dicho Tribunal a través de la referida
resolución dispuso CONCEDER la Acción de Amparo de Garantías Constitucionales
propuesta por la sociedad Ganadera El Tecal, S.A. y, en su defecto, REVOCAR el Auto
No.1000/211-99 de 27 de junio de 2006, proferido por la señora Juez Cuarta de Circuito
de lo Civil del Primer Circuito Judicial de Panamá, dictado dentro de la Solicitud de
Llamamiento de Tercero al proceso en la figura de la sociedad denominada Jones
Forest & Development Corp. S.A., en el proceso ordinario de mayor cuantía que
ante ese despacho se ventila entre Alaqua Corp. y la amparista.
Con el propósito de poder ponderar la decisión apelada por Alaqua Corp., y que es
sometida a nuestro conocimiento en esta ocasión, el Pleno de esta Corporación
considera conveniente en estas circunstancias, hacer una breve relación cronológica de
los antecedentes del presente caso.
En primer lugar tenemos, que se trata de un Proceso Ordinario de Mayor Cuantía, en
este caso incoado por la sociedad Alaqua Corp. en contra de Ganadera El Tecal, S.A.,
en el cual ésta última ha llamado como tercero al proceso a Jones Forest &
Development Corp. S.A., a quien mediante Auto Nº1089/211-99 de 3 de julio de 2003
(ver fojas 102 del cuadernillo de Llamamiento de Tercero), se le corrió traslado por el
31
término de cinco (5) días, como consecuencia de la admisión de tal llamado; resolución
esta que fue impugnada vía el recurso vertical de apelación y remitida al respectivo
superior jerárquico mediante el oficio No.1554/211/99 de 18 de septiembre de 2003 (fs.
165 del referido cuadernillo), quien al entrar a decidir la alzada, dispone mediante
resolución s/n de 15 de marzo de 2004 (fs. 172-181), CONFIRMAR el Auto
Nº1089/211-99 de 3 de julio de 2003.
Luego de haber reingresado el cuaderno contentivo del Llamamiento de Tercero al
juzgado primario, dicho Tribunal emite el Auto Nº1000/211-99 de 27 de junio de 2006,
resolución esta que resulta ser la génesis de la presente acción que se constituye en
aquel medio previsto por nuestra Carta Magna para salvaguardar las garantías
fundamentales previstas en ella, por medio del cual la Juez Cuarta de Circuito Civil del
Primer Circuito Judicial de Panamá, admite las pruebas aducidas por el Tercero llamado
y declara extemporáneas aquéllas presentadas por la sociedad amparista que resultaban
adicionales a las aducidas con el libelo del escrito de llamado, bajo el concepto de que
el término para que las partes involucradas en el juicio las aportaran, había precluido en
exceso.
RESOLUCIÓN IMPUGNADA
Mediante resolución s/n de 3 de diciembre de 2009, el Primer Tribunal Superior del
Primer Distrito Judicial, al conocer el fondo de la presente Acción de Amparo de
Garantías Constitucionales, resolvió CONCEDER la medida y por tanto, REVOCÓ el
Auto Nº1000/211-99 de 27 de junio de 2006, proferido por la Juez Cuarta de Circuito de
lo Civil del Primer Circuito Judicial de Panamá, a través del cual se admitían las
pruebas aducidas por la sociedad Jones Forest & Development Corp., S.A., en su
calidad de tercero llamado al proceso y se declaraba la extemporaneidad del escrito de
32
"pruebas " y de "objeción de pruebas" introducidos por el denunciante respecto al
cuadernillo contentivo de la solicitud de llamamiento en garantía.
En ese sentido, dicha resolución en su parte medular respecto a la presente acción
determinó lo siguiente:
"... Siendo que la juez acusada declaró extemporáneo el escrito de pruebas presentado
por la demandada, GANADERA EL TECAL, S.A., en el cuaderno del Tercero en
Garantía dentro del proceso propuesto por ALAQUA S.A. contra GANADERA EL
TECAL, S.A., ha infringido el debido proceso al tenor de lo dispuesto en el artículo 604
del Código Judicial, el cual permite que en estos casos, tanto al interviniente como las
partes, soliciten "práctica de pruebas", por tanto, la actuación de la Juez resulta
violatoria del artículo 32 de la Constitución Política; en consecuencia, es procedente
conceder la acción de amparo propuesta y revocar la resolución demandada."
RECURSO DE APELACIÓN
La Licenciada Ana Cal de Borrell, en su condición de apoderada judicial de la sociedad
ALAQUA CORP., Tercero admitido como interesado en la presente acción de amparo,
al sustentar la alzada emitió ciertas argumentaciones detalladas en los siguientes
términos.
Entre otras cosas expresó, que el punto álgido o confusión de esta controversia
radica en que se han confundido las figuras del Tercero Interviniente Principal con
la del Llamamiento de Tercero en Garantía y su intervención en el proceso. Sobre
ellos expuso, que ambos son terceros en el proceso civil, sin embargo, pese a que su
naturaleza resulta similar, las mismas están claramente definidas en el
ordenamiento positivo, en la doctrina y por la jurisprudencia.
33
En ese orden de ideas la recurrente expresó, que en el caso del Tercero
Interviniente Principal y al cual se le aplica el artículo 604 del Código Judicial, éste
es aquel que tiene una pretensión frente al demandante y al demandado con la
posibilidad de que se le aplique el término amplio para las pruebas y que el mismo
acude por voluntad propia al proceso. Y con relación a la figura del Llamado Tercero
en Garantía, su comparecencia obedece al hecho de que se le llama al proceso, no
por iniciativa propia, sino porque el demandado, sí tiene una pretensión frente a él,
en el evento de que el referido denunciante resulte vencido en el proceso para así
poder tener la acción reversiva o de regresión contra dicho tercero.
Establece la recurrente, que incidiendo en el concepto de aplicabilidad del artículo 604,
dicho precepto se refiere al tercero que interviene de manera voluntaria y no como ha
operado en este caso en especial, en el cual, la sociedad Jones Forest & Development
Corp., S.A., ha sido llamado por Ganadera El Tecal, S.A., que en su calidad de
amparista y analizando la tesis por ella presentada, pretende retrotraer el proceso, lo
cual, a juicio de la promotora del recurso de apelación, sí viola el debido proceso legal
intentando aportar pruebas del proceso principal que no aportó en la fase oportuna a tal
acto.
Otro argumento expuesto por parte de la recurrente se dirige a la concepción de que la
acción no debió siquiera ser admitida, por cuanto Ganadera El Tecal, S.A., proponente
de la medida de salvaguarda de las garantías fundamentales, no está legitimada para
intervenir en favor de Jones Forest & Development Corp., S.A.
Así también, la letrada Cal de B., menciona que el amparista se basó en la percepción
sobre la inminencia del daño, por cuanto la resolución contra la cual se ha ejercido tal
acción está allí y sus efectos no se han materializado, porque la Juez no ha emitido
pronunciamiento alguno sobre las pruebas que presentara el demandado en la solicitud
34
de Llamamiento de Tercero en Garantía. Por otro lado, también señala que el accionante
de este mecanismo se fundamentó en que el Tribunal donde se ventila la causa no ha
practicado pruebas y tampoco ha valorado el fondo de la controversia, ya que
simplemente se ha emitido un pronunciamiento de extemporaneidad.
En ese lineamiento, expresó la recurrente que el supuesto daño inminente que pudiere
causar la resolución atacada en amparo, es a todas luces falso, ya que dicha resolución
quedó sin efecto al momento en que se profirió el Auto No.595/211-99 de 6 de junio de
2008, a través del cual se procedió a señalar nuevas fechas para la evacuación de las
pruebas establecidas inicialmente por medio del Auto No.1000/211-99 de 27 de junio de
2006. Esta aseveración se funda en la apreciación que tiene la promotora del recurso
que nos ocupa, basada en que el Auto No.595 en donde se fijan las nuevas fechas para
evacuar la prueba admitida inicialmente con la resolución que dio origen a esta acción,
reemplazó a la misma y que, consecuentemente, ha operado entonces sobre esta acción
el fenómeno de la sustracción de materia.
En iguales circunstancias reveló la concurrente en grado de apelación, que no es cierto
que la Juez de instancia, no se haya pronunciado en la resolución cuestionada por esta
vía regulatoria de los derechos fundamentales, con relación a las pruebas presentadas
por el demandado-amparista dentro del cuadernillo contentivo del Llamamiento de
Tercero en Garantía, pues, a su juicio, sí hubo pronunciamiento al respecto; mismo que
se constituyó al declararse extemporáneas las mismas.
Considera la empleadora de la acción constitucional, que se declararon extemporáneas
las pruebas del demandado, sobre la base de que el mismo no está facultado para aducir
pruebas que no guarden estricta relación con el Tercero, figura de la cual se hizo valer
para, según expone, introducir al expediente aquellas que no pudo presentar en el
momento procesalmente oportuno.
35
Concluye la recurrente señalando a esta Corporación, que mantener en todas sus partes
la resolución por ella impugnada, sí constituiría una violación al debido proceso,
además de vulnerar con ello, principios procesales como el de igualdad que merecen
todas las partes, ya que tal declaratoria de extemporaneidad de las pruebas obedeció
sencillamente a que estas no guardaban relación con los argumentos vertidos por el
Tercero Llamado en Garantía, sino, con la demanda principal. Por lo tanto, solicitó se
denegara la Acción de Amparo de Garantías Constitucionales propuesta por la sociedad
Ganadera El Tecal, S.A.
OPOSICIÓN A LA APELACIÓN
Los representantes de la sociedad Ganadera El Tecal, S.A., inician su exposición de
motivos citando un extracto de la resolución dictada el día 12 de marzo del año 2009,
por esta misma Corporación de Justicia, y dejando claro que la resolución antes descrita
mostró la posición del Pleno respecto a la presente controversia y de la mayoría del
Tribunal Superior.
En ese orden de ideas, aseveran que resulta injustificado y hasta irrespetuoso que la
sociedad recurrente, pretenda que se siga discutiendo sobre la decisión adoptada por
esta Corte Suprema de Justicia, ante la cual, ahora, se promueve este recurso de
apelación con cuestionamientos que inciden en lo ya considerado y decidido por el
propio organismo que le toca resolver el medio de impugnación en referencia.
Alega el opositor, que este recurso es evidentemente dilatorio porque pretende que los
Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, que sobre este caso ya dieron sus
consideraciones, según alegan éstos, ahora hagan el mismo análisis con la idea de que
varíen su propio criterio ya planteado y lo que es peor, que se lleve a cabo en
consideración a posiciones que no guardan ninguna relación con este proceso.
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Siguiendo ese orden, solicitaron se mantenga en todas sus partes la resolución recurrida,
que fuera emitida por el Primer Tribunal Superior el 3 de diciembre de 2009.
CONSIDERACIONES DEL PLENO
Una vez expuestos los argumentos del Tercero recurrente, del Primer Tribunal Superior
de Justicia en su resolución que hoy es impugnada y de la parte opositora, entra el Pleno
a considerar el recurso de apelación presentado.
Vemos entonces, que la Acción de Amparo de Garantías Constitucionales sobre la cual
se pronunció el Primer Tribunal Superior en el fallo (cuyo recurso de apelación nos
ocupa) calendado 3 de diciembre de 2009, dispuso conceder la misma y,
consecuentemente, revocar el Auto No.1000/211-99 de 27 de junio de 2006, dictado por
la Juez Cuarta de Circuito del Primer Circuito Judicial de Panamá, mediante el cual se
admitían las pruebas aducidas por el Tercero Llamado en Garantía y se declaraban
extemporáneos los memoriales denominados "escritos de pruebas" y "escrito de
objeción de pruebas" presentados por la sociedad Ganadera El Tecal, S.A.
Debemos señalar que en este caso, la decisión que viene en apelación ante el Pleno de
esta Corporación se sustentó innegablemente en el fallo de 12 de marzo de 2009,
emitido por esta instancia al momento en que se resolvía el recurso de apelación
anunciado y sustentado respecto a la resolución de fecha 5 de diciembre de 2007, por
medio de la cual el Tribunal A-quo no admitió la acción de amparo propuesta por la
sociedad Ganadera El Tecal, S.A.
Cabe destacar que en ese entonces, si bien esta Corporación realizó las argumentaciones
en que se apoyaba para revocar la resolución de 5 de diciembre de 2007, y en su lugar
ordenó la admisión de la misma, ello no se originó con la intención de establecer
parámetros que debiera seguir el A-quo para resolver el fondo. Es importante señalar
que en toda actuación debe prevalecer el principio de la independencia judicial
37
consagrado en el artículo 210 de nuestra Carta Magna así como en el artículo 2 del
Código Judicial y en modo alguno debe considerarse que una resolución proferida por
este Máximo Tribunal de Justicia, está dirigida o encaminada o generar los lineamientos
legales en que se amparen los inferiores al momento de desatar sus controversias, pues,
con ello, evidentemente, estaríamos frente al quebrantamiento de ese principio de
independencia judicial que deben gozar todas las actuaciones que aquí se viertan en las
distintas causas que son sometidas a nuestro conocimiento en las instancias
correspondientes.
Esta acotación deriva del advertido uso de ese criterio esbozado por este Pleno al
resolver anteriormente, otro recurso de apelación dentro de esta misma Acción de
Amparo de Garantías Constitucionales, en cuyo momento sólo se determinó la
revocatoria para instruir al inferior a que admitiese y consecuentemente procediera a
resolver en el fondo el presente mecanismo destinado a la salvaguarda de las garantías
constitucionales.
Corresponde entonces, analizar si en el acto recurrido y sometido al conocimiento de
este Máximo Tribunal, al decidirse el fondo de la presente acción de amparo, el inferior
determinó a cabalidad el quebrantamiento del principio del debido proceso recogido por
nuestra Constitución Política en su artículo 32, al cual se ha referido el amparista en el
libelo de tal acción y que es el motivo de este estudio.
Observamos entonces, que la orden cuestionada por este mecanismo constitucional lo
es, como antes expresáramos, el Auto No.1000/211-99 del 27 de junio de 2006, que
negó los escritos denominados "escritos de pruebas" y "escrito de objeción de pruebas"
ingresados al proceso por parte de la sociedad Ganadera El Tecal, S.A.; mismo que
fuera dictado en el cuadernillo de Llamamiento de Tercero en Garantía, figura
promovida por parte del amparista para lograr la comparecencia al proceso de la
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sociedad Jones Forest & Development Corp., S.A., a quien se le llamaba para que, en
caso de que se emitiere un fallo condenatorio, se resolviera sobre la responsabilidad que
a este tercero le correspondía para la parte que lo constituyó en uno más de los
conformantes de la controversia.
Pero bien, como ya se indicó, la génesis de esta causa protectora de derechos
fundamentales, radica en la supuesta violación por parte de la Juez Cuarta de Circuito
Civil del Primer Circuito Judicial de Panamá, del principio del debido proceso que todo
ciudadano merece al momento en que se resuelven sus pretensiones; ello por supuesto,
sobre la base de la negación de las pruebas y objeciones presentadas por el denunciante
del llamado (en este caso Ganadera El Tecal, S.A.) respecto de aquellas introducidas por
este tercero al momento de su comparecencia.
Sin lugar a dudas, el amparista considera que con tal actuación se le limitó a poder
aportar además de las pruebas ya ingresadas al proceso en el momento en que se
formula la solicitud, otras adicionales y contraprobar también las introducidas por el
tercero al contestar el llamado y objetar las mismas.
De la resolución recurrida resulta notorio el concepto que se generó el Tribunal A-quo,
luego de citar un extracto de la resolución de 12 de marzo de 2009 emitida por el Pleno
en esta misma acción de amparo, al indicar que "de lo anterior emerge que en el
presente caso debe atenderse al procedimiento establecido en el artículo 604 del Código
Judicial...", lo que nos revela que sobre los criterios expuestos en ese momento se basó
para decidir el conceder tal acción constitucional.
Para esta Corporación resulta imprescindible que se haga la distinción correspondiente
en cuanto a la figura del tercero que aquí resulta palpable su presencia, pues, sentimos
que existe una confusión respecto a la misma y los trámites procesales que la ley prevé
para cada una de ellas.
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En primer lugar tenemos, que la intervención en causa que se da en este tipo de
procesos de conocimiento puede clasificarse de la siguiente manera: 1) la intervención
coadyuvante o adhesiva, regulada por el artículo 603 del Código Judicial; 2) la
intervención principal, regulada por el artículo 604 del mismo texto de leyes; 3) el
llamamiento en garantía, regulado por el artículo 608 del referido cuerpo normativo; 4)
la denuncia de pleito pendiente a la que se refiere el artículo 605 del Código de
Procedimiento Civil; 5) el llamamiento ex-oficio tratado en el artículo 609 y el laudatio
nominatio autoris de que trata el artículo 610 del mismo compendio de Leyes.
Cada una de estas intervenciones cuenta como lo hemos expresado en el párrafo
anterior, con una regulación y a cada una de estas figuras les resultan características
similares pero no iguales en su totalidad. Nótese que respecto a la intervención
coadyuvante o adhesiva, el artículo 603 es claro al precisar que en este supuesto, la
figura consiste en la intervención de dicho tercero que colabora con la pretensión de una
de las partes, cuya suerte tiene interés personal, pero que no le afecta jurídicamente.
El procesalista panameño J.F. en su obra titulada "Estudios Procesales", Tomo I, año
1989, expone sobre esta figura lo siguiente:
"Consiste en la intervención de un tercero que colabora con la pretensión de una de las
partes, cuya suerte tiene interés personal, pero que no le afecta jurídicamente. El tercero
es parte, pero accesoria o subordinada."
Sobre dicha figura el citado autor es claro al precisar que existen diversas condiciones
para el interviniente adhesivo o coadyuvante como lo son: "la necesidad de que exista
un proceso pendiente; que el interviniente tenga interés personal o real, no meramente
académico, en la pretensión o en la defensa de una de las partes principales; éste puede
intervenir en cualquiera de las instancias y; no es necesaria una demanda, pues, basta
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con una solicitud que contenga los hechos, fundamento de derecho y se acompañen las
pruebas correspondientes.
La finalidad de esta intervención regulada por el artículo 603 del Código Judicial, es
permitirle a ese tercero que pueda ser afectado por una sentencia, proteger sus intereses
ayudando al demandante o demandado descuidado. Además, esta intervención
voluntaria no retrotrae el proceso, ya que el tercero, al incorporarse, lo hace en el estado
en que se encuentre el proceso, de allí que resulte permisible incluso, que pueda darse
en cualquiera de las instancias.
Es importante resaltar que la condición de mantenerse el proceso en el avance de sus
fases procesales y no retrotraerlo, es básicamente porque de no hacerlo, estaríamos
presenciando un gran efecto de dilación injustificada y que sin lugar a dudas
perjudicaría a las partes que inicialmente eran los conformantes de la controversia.
Por otro lado, en lo que respecta a la intervención principal a la que se refiere el artículo
604 del Código de Procedimiento Civil, en este caso el tercero se apersona al proceso
invocando un derecho sobre la cosa objeto del litigio, pues, el mismo ejerce en esta
condición una pretensión contra el demandante y el demandado.
Para esta figura, el ya citado autor panameño en la referida obra estableció las siguientes
condiciones: "como es obvio, debe haber un proceso; debe ejercerse una pretensión
respecto al objeto litigioso, total o parcial; el tribunal que conoce el proceso original
debe ser competente para conocer de la pretensión que ejerce el interviniente; la
intervención sólo ha de solicitarse en la primera instancia; el interviniente no entra al
proceso en el estado en que se encuentra, pero, si el término probatorio estuviere
vencido, y el interviniente solicitare la práctica de pruebas, se señalará un término
adicional y; en la intervención se pueden ejercitar, además, derechos personales.
41
Esta figura regulada por el artículo 604 del citado texto de procedimiento, responde
evidentemente, a razones de economía procesal en estos procesos y al marco de
incertidumbre que resultaría existente y que surge cuando ese tercero advierte que una
cosa o derecho suyo, es discutido por y entre otras personas sin haberlo considerado
para tal propósito.
Ahora bien, el Llamamiento de Tercero o Llamamiento en Garantía, es precisamente la
figura objeto de la génesis de esta causa, pues, es la que utilizó el amparista Ganadera El
Tecal, S.A., para lograr la concurrencia de Jones Forest & Development Corp., S.A., a
quien se le exige que en caso tal de resultar responsable por sentencia dictada en el
proceso ordinario incoado por Alaquo Corp. contra Ganadera El Tecal, S.A., este
tercero responda e indemnice en caso tal.
El llamamiento de tercero o llamamiento en garantía es regulado por el artículo 608 del
Código Judicial, y surge como antes se expresó, en aquellos casos en que una de las
partes tiene el derecho de exigir la indemnización de un tercero o el reembolso total o
parcial del pago que tuviere que hacer como resultado de la sentencia.
Acerca de este llamado forzado que rinde tributo al principio de economía procesal, el
procesalista F.P., acotó en la obra citada que con esta "se evita la necesidad de una
nueva litis para ejercer el llamado derecho de regresión o de reversión, entre quien
sufrió la condena y la persona legal o contractualmente obligada a correr con sus
consecuencias."
En torno a la denuncia de pleito recogida por el artículo 605, el connotado autor se
refiere a que en este caso prevalece el criterio de que la denuncia se regula
expresamente porque contempla citaciones específicas distintas de la del llamamiento
en garantía, ya que, mientras la denuncia de pleito se refiere a situaciones muy
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concretas, el llamamiento de tercero es mucho más amplio e incluye pretensiones
personales.
El llamamiento ex-oficio por su parte, tiene como objeto primordial el impedir la
realización de actos fraudulentos o dolosos y el laudatio o nominatio autoris, consiste en
que, el que teniendo una cosa a nombre de otro, sea demandado como poseedor de ella,
deberá expresarlo así en la contestación de la demanda, indicando el domicilio o
residencia de la habitación y oficina del poseedor, so pena de ser condenado en el
mismo proceso a pagar los perjuicios que su silencio cause al demandante.
En el caso bajo estudio, la mecanismo legal empleado por el amparista para hacer llegar
al proceso a un tercero lo fue la figura del "Llamamiento de Tercero" o "Llamamiento
en Garantía" prevista por el artículo 608 del Código de Procedimiento Civil, el cual
sugiere que el mismo se sujete a los dos (2) artículos anteriores, es decir, al 606 y 607,
que también regulan la denuncia de pleito. Sin embargo, en este caso en donde la figura
está bien definida y donde no hay lugar a confusión con las otras especies de terceros
por ser regulada específicamente por disposiciones concretas, la presentación de la
solicitud de llamamiento obedeció a la percepción que tenía el demandado en el proceso
ordinario incoado por Alaqua Corp. contra Ganadera El Tecal, S.A., respecto a las
obligaciones que tendría Jones Forest & Development Corp., S.A. para con ella, si fuere
vencido en el proceso.
Es de vital importancia anotar que el procedimiento del Llamamiento de Tercero, tal
como lo apuntó el M.M.E. en su Salvamento de Voto, no implica que dentro de la
consecución del mismo opere un nuevo período para aportar pruebas, contrapruebas y
objeciones. En tal caso, cuando el denunciante presenta su solicitud, aduce y aporta
aquellos elementos que lo relacionen con la persona a la cual se llama, elementos estos
que como señala el artículo 605 del mismo texto de procedimiento, deben reflejar el
43
derecho a formular tal petición y acreditar tal cual se dio en este caso, la existencia y
representación de la sociedad llamada para tener precisado en la figura de quién ha de
recaer la notificación de este llamado, la cual, por mandato del artículo1002 numeral 5
del Código Judicial, ha de notificarse personalmente.
Cierto es que el artículo 608 del referido compendio hace alusión a que este tipo de
llamado en garantía se regulará de conformidad a los dos artículos anteriores, pero,
coincide el Pleno con la recurrente en el sentido de que esta sujeción debe abarcar lo
establecido inclusive, en el artículo 605 del Código de Procedimiento, por cuanto como
ejemplo de ello, si tenemos a una sociedad llamada como tercero al proceso, es
indispensable que se acredite su personería como lo establece dicha normativa en
concordancia con el artículo 593 (Párrafo Segundo) del compendio legal antes citado,
situación que implicaría tener un término fatal para realizar tal llamado, es decir, que el
demandado y hoy amparista contaba con el plazo para contestar la demanda para
hacerlo; no obstante, es evidente que esta situación fue de conocimiento del A-quo en el
momento en que en su calidad de A-quem conoció del recurso de apelación que
impetrara la apoderada de Alaqua Corp., contra el auto admisorio de tal llamado dictado
por la Juez Cuarta de Circuito Civil de Panamá, en la que al resolver tal inconformidad
estipuló que no era aplicable al llamado en garantía el artículo 605 del Código Judicial.
Sobre esta posición acerca del término oportuno en el cual se pueda formular el
"Llamamiento de Tercero" o "Llamamiento en Garantía", el autor J.P.Q. (Profesor de
las Universidades Nacionales de Colombia, Externado y del Rosario), en su reconocida
obra titulada "Los Terceros en el Proceso Civil", Quinta Edición, pág., 236, al citar un
extracto de sentencia dictada por la Corte Suprema de Colombia, se refirió en los
siguientes términos:
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"La oportunidad para proponer el llamamiento en garantía, es el término que tiene el
demandado para contestar la demanda, pues si el artículo 57 ordena que aquel se
sujetará a lo dispuesto en los dos artículos anteriores, que se refieren a la denuncia del
pleito, deben serle aplicadas las normas de ésta; que no obedezcan a su propia
configuración sustancial, siendo una de ella la que no debe hacerse dentro de dicho
término."
Nuestro ordenamiento procesal contempla de manera clara y que no permite concepción
distinta a ello (ver art. 608 C.J.), que el llamamiento de tercero se sujetará a los artículos
606 y 607 del Código Judicial, sin embargo, las normativas relacionadas a dicha figura
no regulan en su totalidad este mecanismo legal. Prueba de ello lo constituye, que en el
caso de la denuncia de pleitos estipula un plazo perentorio para realizar la misma, en
este caso, en la contestación de la demanda; en el caso de la intervención adhesiva o
coadyuvante, esta puede ser aceptada tanto en la primera como en la segunda instancia
y; en el plazo de la intervención voluntaria de que trata el artículo 604, el término es en
la primera instancia.
Obviamente, sólo en el caso de la figura del Tercero Llamado en Garantía, las
normativas que lo regulan (arts. 606, 607 y 608 C.J.), mantienen un vacío en cuanto al
período en que puede formularse dicho llamado, lo que impone al juzgador la aplicación
del artículo 470 del Código Judicial, sobre las normas que regulan casos análogos, pues,
no puede quedar y dejarse además en la incertidumbre jurídica el plazo en el cual se
pueda formular el "Llamado de Tercero al Proceso".
Pero bien, como este no es el tema de esta acción de amparo sino la de determinar si la
Juzgadora emisora del acto impugnado a través del presente mecanismo se alejó del
principio del debido proceso al momento de proferir el Auto Nº1000/211-99 de 27 de
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junio de 2006, sobre el estudio y análisis del mismo procederemos a señalar el efecto
causado.
Claro está, la resolución atacada vía amparo resuelve declarar extemporáneos los
memoriales denominados "escrito de pruebas" y "escrito de objeción a pruebas",
presentados por el denunciante luego de haberse admitido el llamado de tercero en
garantía, situación que como bien se expuso en el Salvamento de Voto de la resolución
hoy recurrida, en modo alguno el acogimiento de tal llamado provoca
consecuentemente, que el proceso se retrotraiga nuevamente a los inicios para los
cómputos de los períodos de pruebas, contrapruebas y objeciones.
Si analizamos de manera cuidadosa podremos advertir, que el artículo 606 del Código
Judicial, sobre esta figura establece que el escrito de denuncia deberá contener los
hechos en que se basa la denuncia y los fundamentos, entre otros requisitos, para que en
el evento de que sea admitida por el juzgador, se ordene citar al denunciado señalándole
el término respectivo para que éste intervenga, es decir, para que conteste el llamado.
La posición siguiente a esta fase procesal, lo es sencillamente la contestación a tal
llamado en donde se aplica entonces lo que establece el artículo 470 antes citado, para
llenar los vacíos existentes con normas análogas. Nos referimos en este caso, a que si
estamos corriendo en traslado al denunciado para notificarlo de manera personal como
ordena el numeral 5 del artículo 1002 del Código Judicial exclusivamente del llamado
que se le formula; consecuentemente, corresponderá esperar a que el denunciado
conteste en este lapso la denuncia formulada en su contra, caso en el cual que no lo
haga, según expuso el referido autor P.Q., "el guardar silencio respecto del llamamiento
no constituye indicio en su contra", entendiéndose respecto al llamado para con el
denunciante, pues, aun guardando silencio, existe la necesidad de referirse a tal relación
al momento de proferir la sentencia.
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Al respecto, el artículo 606 y 607 del texto citado no establecen los mecanismos
siguientes en este caso, sólo prevé que la citación no dure más de tres meses, lo que
impone la necesidad de dirigirnos o remitirnos a las normas que regulan la contestación
de la demanda, ello, en consideración a que la normativa aludida (art. 607), dispone que
"si el denunciado comparece al proceso, será considerado como litis consorte del
denunciante y tendrá las mismas facultades que éste", es decir, que no habiendo la
normativa regulado sobre la oportunidad para aportar pruebas en un período especial,
este llamado se sujeta a la voluntad del ordenamiento jurídico de que se incorporen los
medios probatorios que la Ley pone en manos de quienes se ven envueltos en
contiendas jurídicas en un período específico.
Por un lado, corresponderá al denunciante aducir o incorporar pruebas con su solicitud
conforme lo ordena el artículo 605 aplicado en consideración a lo que expone el 470,
ambos del mismo cuerpo normativo y, el denunciado por su parte, conjuntamente con el
libelo de la contestación como permite el artículo 681 del cuerpo procedimental tantas
veces citado, también aplicado por analogía en razón del vacío que muestra la norma
para tal propósito, y ello dada la imposibilidad de retrotraer el proceso, que equivaldría
a una dilación abiertamente improcedente por no estar prevista por el ordenamiento
positivo. Es así entonces, como han quedado demostradas las etapas en las cuales se
pueden aducir las pruebas, ya sea para el caso del denunciante o el denunciado.
Así tenemos que el Auto No.1000/211-99 atacado por la vía del amparo, al declarar
extemporáneas los memoriales denominados "escrito de pruebas" y "escrito de objeción
de pruebas", en modo alguno trastoca el principio del debido proceso recogido en el
artículo 32 de la Constitución Política, pues, en efecto, la juez se amparó en los trámites
legales previstos por nuestra legislación para este caso en particular, ya que no existe
período adicional para aportar pruebas en los llamamientos en garantía, que no sean
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para el denunciante, al momento de presentar su solicitud y de manera conjunta a ella y;
para el denunciado, al momento de dar contestación a la misma.
Sin embargo, en la Acción de Amparo de Garantías Constitucionales propuesta por
Ganadera El Tecal, S.A., eran dos las razones por las cuales se atacaba el Auto
No.1000/211-99; la primera de ella, basada en la declaratoria de extemporaneidad de las
pruebas y objeciones presentadas, a su juicio, en el término legal para ello y, la segunda,
la ausencia de pronunciamiento de los medios probatorios aducidos conjuntamente con
el libelo de la denuncia del llamado en garantía y al momento de definir el fondo del
mismo, sólo se emitieron consideraciones dirigidas a los escritos declarados
extemporáneos, situación que se dio en estricto apego a la ley y que en modo alguno
vulneró el derecho de defensa de la parte denunciante.
Por lo tanto, como quiera que al emitirse el acto atacado por esta vía no se consideró
definir la procedencia o no de las pruebas aportadas y aducidas con la denuncia, ya
fuere que se admitieran las mismas o se rechazaran por alguna causa legal, queda
evidenciado en este supuesto que sí se transgredió la norma constitucional, lo que
equivale a confirmar la viabilidad de la acción pero por causas distintas a las
establecidas por el Tribunal A-quo en la resolución recurrida.
Por las consideraciones antes expuestas, la CORTE SUPREMA DE JUSTICIA,
PLENO, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley,
CONFIRMA la resolución de fecha 3 de diciembre de 2009, dictada por el Primer
Tribunal Superior del Primer Distrito Judicial, pero por causas distintas a las
consagradas en dicha resolución dictada en la Acción de Amparo de Garantías
Constitucionales promovida por la sociedad Ganadera El Tecal, S.A., respecto al Auto
Nº1000/211-99 de 27 de junio de 2006, dictado por la Juez Cuarta de Circuito de lo
Civil del Primer Circuito Judicial de Panamá en el proceso ordinario de mayor cuantía
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instaurado por ALAQUA CORP. Contra GANADERA EL TECAL, S.A., en donde ha
sido llamado como tercero la sociedad JONES FOREST & DEVELOPMENT CORP.,
S.A.
Notifíquese
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Conclusión
Existe legitimación de los terceros que justifiquen su intervención, cuando éstos tienen
que hacer valer intereses jurídicamente tutelados en un proceso dado, o cuando por
existir una relación material o disposición legal, pueden ser llamados de oficio o a
petición de parte a éste.
En la actualidad se admite, en principio, la intervención de un tercero en el proceso,
además de las partes, cuando tiene un interés propio en la litis que se desarrolla. En
estos casos, el tercero, una vez admitido en el proceso, se convierte en parte y tendrá los
derechos, deberes y cargas de esta. La intervención de terceros importa una
acumulación subjetiva sucesiva, pues con posterioridad a la notificación con la demanda
al emplazado se incorporan al proceso otros sujetos. De por medio está el interés y la
legitimidad de los terceros para pretender incorporarse voluntariamente al proceso o
para ser incorporados a él, ya sea de oficio, por el juzgador, o a petición de parte. Esto
significa que cualquier tercero no puede incorporarse al proceso. Se sostiene que la
decisión que se emita en un proceso sólo debe afectar a los que hayan intervenido en él:
actor y al demandado. No obstante en un proceso intervienen el actor y el demandado -
litigantes originarios o partes originarias-, hay situaciones, circunstancias y
justificaciones por las cuales se hace imperativo el ingreso de terceros en el proceso.
El tercero puede entrar al proceso siempre que se den ciertos presupuestos, los cuales
deben ser verificados por el Juez, ya que se trata de un caso de excepción, pues, en
principio, el proceso es una relación entre dos partes, estos presupuestos son, entre
otros: la conexidad, tener interés propio y actual; y existir un proceso pendiente. Un
tercero que se considera facultado para intervenir en un juicio dado debe estar
necesariamente vinculado a la materia en controversia, ya sea por interés directo o
indirecto, propio o ajeno, concurrente o excluyente, respecto al interés de las partes en
50
litigio. Si se admite la intervención de un tercero en el proceso, por cuanto el Juez ha
encontrado que tiene legitimidad para participar en él, ese tercero recibe la
denominación de tercero legitimado.
La intervención de un tercero es coadyuvante cuando su participación tiene por objeto
ayudar a una de las partes, colaborar con él en el litigio, sin incorporar pretensión
alguna al proceso. La intervención coadyuvante es calificada como accesoria en
atención a que ella no importa la inclusión al proceso de una pretensión propia del
tercero, sino que su tarea se concreta a defender el derecho que sustenta la pretensión de
la parte a quien coadyuva en la defensa. El tercero coadyuvante tiene la calidad de parte
en la relación procesal y no tiene la calidad de parte en la relación material subyacente
en el proceso.
La intervención de un tercero es litisconsorcial cuando alguien que se considere titular
de una relación jurídica substancial, a la que presumiblemente deban extenderse los
efectos de una sentencia y que por tal razón estuviera legitimado para demandar o haber
sido demandado en el proceso, puede intervenir como litisconsorte de una de las partes,
con las mismas facultades de ésta. La intervención litisconsorcial importa que el
interviniente lleve al proceso una pretensión procesal jurídicamente conexa y paralela
con la de las partes originarias por sustentarse en un mismo título, en una misma causa
jurídica o en una misma relación material, de modo que el resultado del proceso afectará
tanto a la parte originaria como al sujeto consorcial.
La intervención excluyente principal se presenta cuando alguien pretenda su
incorporación al proceso a fin de hacer valer dentro de él su propia pretensión procesal,
que se supone opuesto a las pretensiones de las partes en el proceso.
La intervención excluyente de propiedad y de derecho preferente, supone la
intervención en un proceso de quien pretende se le reconozca su derecho en oposición al
51
de los litigantes como consecuencia de alguna medida cautelar ejecutada sobre un bien
de su propiedad o sobre el cual tuviera un mejor derecho que el titular de la medida
cautelar. Para la viabilidad de la intervención del tercero, en este caso, se supone la
existencia de una medida cautelar dictada dentro de un proceso, incompatible con el
derecho de propiedad o de algún otro derecho de un tercero respecto al bien gravado; en
este caso, el tercero puede intervenir en el proceso con el propósito de obtener una
declaración judicial sobre la prelación de su derecho.
La intervención de un tercero es provocada u obligatoria cuando alguna de las partes
solicita o el propio Juez dispone su incorporación al proceso. La intervención del tercero
en este caso no proviene de su voluntad, sino que se ve impelido para intervenir en el
litigio como consecuencia de un llamamiento formulado por el Juez, ya sea de oficio o a
petición de alguna de las partes mediante la denuncia civil correspondiente. Es un
mecanismo procesal mediante el cual una de las partes en el litigio solicita la
incorporación de un tercero al proceso, además de él o en su lugar, por tener alguna
obligación o responsabilidad en el derecho discutido.
Cuando en cualquier etapa del proceso se presuma fraude o colusión entre las partes, el
Juez, de oficio, ordenará la citación de las personas que puedan resultar perjudicada con
ese proceso, a fin de que hagan valer sus derechos, suspendiendo, para tal efecto, el
proceso por un plazo no mayor de treinta días.
La intervención de los terceros cuando demuestran tener un interés directo en la causa
que se controvierte en el pleito entre otras partes, así como su llamada cuando
legalmente puede ser responsable de la pretensión deducida. En estos casos, el tercero,
una vez admitido en el proceso, se convierte en parte y tendrá los derechos, deberes y
cargas de esta.
52
En definitiva, podemos decir que los terceros en estos procesos, tienen como misión
resolver el conflicto cuando este se ha planteado. La conciliación y mediación, es la
intervención de un tercero que busca un acercamiento de las partes procurando el
acuerdo basado en la voluntad de ellas.
En los últimos años, los métodos alternos de solución de conflictos han tenido un
desarrollo considerable en Panamá y en todo el mundo, surgiendo la mediación,
conciliación y Arbitraje como la técnica o procedimiento más adecuado para resolver
conflictos en diferentes esferas.
Las partes, de manera voluntaria, deciden someter sus controversias a un proceso
pacífico, y confiriéndole potestad a un tercero para que facilite la solución del conflicto.
Esto viene a las partes estando todos claros, en lo que es acogerse a estos procesos, el
cual puede surgir también como resultado de una cláusula de contrato previamente
suscrito o por un acuerdo voluntario de las partes.
El tercero no tiene vinculación alguna con la relación material toda vez que no tendrá la
legitimidad o el interés legítimo para tener participación en el proceso correspondiente,
esta intervención servirá asimismo para evitar que el actor y el demandado acudan al
fraude procesal.
Los conflictos, sin importar donde ocurran, siempre serán entre seres humanos, por lo
que debemos preservar que las relaciones no se deterioren, que los sentimientos no se
lastimen, que la comunicación se desarrolle con valores, incluyendo el respeto al tiempo
y al dinero, dejando el egoísmo, ira, amenazas y orgullo fuera del proceso de mediación.
En este orden de ideas, podemos decir que estos procedimientos (la mediación,
conciliación y arbitraje) se ejecutan donde las partes se reúnen con un tercero, que se
encarga de restablecer o formar las vías de comunicación a fin de que los involucrados
53
pueden definir y delimitar el conflicto y de esta forma, identificar la solución del
mismo.
Puede intervenir en un proceso quien pretende se le reconozca su derecho en oposición
al de los litigantes como consecuencia de alguna medida cautelar ejecutada sobre un
bien de su propiedad o sobre el cual tuviera un mejor derecho que el titular de la medida
cautelar.
Es nuestro deber como ciudadanos Panameños, sanar nuestra sociedad y apoyar
diferentes formas de llevar la justicia a nuestras comunidades, empresas y familias. Una
justicia que devuelva el sentido de negociar, de emprender y de vivir, que les dé las
facultades y enseñe a resolver sus propios conflictos de forma pacífica y la posibilidad
invaluable de la reconciliación.
El tercero que se incorpora al proceso lo hará adquiriendo la condición de parte, no
realizándose distinción a este respecto entre los intervinientes adhesivos
litisconsorciales y los simples; una condición que le permitirá ejercer una actuación
autónoma en el proceso respecto a su litisconsorte, en defensa de sus derechos. Sin
embargo, las concretas facultades de las que gozará el interviniente se verán
condicionadas por la legitimación que aduzca cada uno, así, éstas se verán limitadas en
el caso de aquellos que, no ostentando la titularidad sobre la relación jurídica debatida
en juicio, resultaran afectados de un modo reflejo por la sentencia
Finalmente concluimos en que la regulación de la intervención del tercero en el proceso
responde a una necesidad de la administración de justicia, a fin de que en lo sucesivo no
se repita aquella desmotivada providencia.
54
Recomendaciones
1. La figura es poco manejada, por lo que se recomienda un manejo más amplio de
la misma, y por lo tanto, se profundice más en el estudio de estas formas de
intervención.
2. Se haga una investigación de campo en la esfera circuital civil en aras de
determinar cuál de esas formas de intervención de terceros es más frecuente en
el proceso.
3. La figura se confunde con la tercería coadyuvante, la tercería excluyente, por lo
que se recomienda un estudio a fondo de las mismas para eliminar dichas
confusiones.
4. Dar a conocer la importancia y la posibilidad que existe que terceros puedan
intervenir al proceso civil, para que colabore a dirimir la controversia y a su vez,
favorezca a las partes.
5. Uno de los retos más importantes que enfrenta el abogado de hoy, es conservar
una buena formación especializada que le permita brindar una debida
orientación y mantener una escucha activa. Con esto, nos referimos a brindar
una total atención al cliente, manteniendo celulares y el uso de aparatos
tecnológicos fuera del alcance, para garantizar una excelente empatía. Recordar
tomar notas de los señalamientos expresados por el cliente. Luego de haber
comprendido el conflicto y crear acción conjunta con el cliente, el autorizado
debe plantear las posibles formas para resolver el conflicto. Por supuesto, la
primera opción siempre será la vía ordinaria o solicitar el contrato marco que
originó la disputa.
Mantener un discurso motivador y ganador, es lo que en la primera reunión el
cliente quiere escuchar. No debemos olvidar que el cliente es un ser humano con
55
problemas que resolver, con deudas que pagar y con metas que cumplir. Es por
ello, por lo que recomendamos velar por la integridad de ese ser humano que
vive una vida de estrés, recomendando la mediación como la mejor alternativa
costo tiempo para toda clase de conflictos, ya que muchas veces, perdiendo algo
mínimo, ganamos más.
6. Con respecto a los problemas que confrontan la sociedad actualmente en materia
de Negociación, Mediación y Arbitraje podemos recomendar que se planteen
mecanismos para mayor conocimiento de la existencia y aplicación de los
métodos de resolución de conflictos. Como también más aclaración de la
Legitimidad de los acuerdos y de los resultados.
También se debería hacer una reunión previa en la que tendría lugar la
delimitación del objeto del proceso, y en la que las partes dejarían fijados los
hechos sobre los que no existe controversia y aquel sobre los que sí existe la
misma.
7. Deberían existir más lugares en Panamá donde se practican estos procesos, se
debería resaltar más los beneficios de esta clase de procesos. Es necesario
formar más profesionales para solución de conflictos en áreas familiares,
civiles, comerciales, laborales, etc.
56
Bibliografía
Para la elaboración del presente trabajo, hemos utilizado las siguientes fuentes:
Barsallo, Pedro. Derecho Procesal I. Volumen II
Fernández, Oswaldo. La Acción, la pretensión y las partes en el Proceso Civil
Panameño
López-Fragoso, Tomas. La intervención de terceros a instancia de parte en el
proceso civil español. Madrid: Marcial Pons. 1990.
Oromí Vall-Llovera, Susana. Intervención voluntaria de terceros en el proceso:
Facultades procesales del interviniente. Barcelona: Marcial Pons. 2000
Robles Garzón, J. A (Dir.- Coord.). Conceptos de Derecho Procesal Civil.
Madrid: Tecnos, 2017.
Monografías.com
Prezi.com
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