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Altiplano Boliviano

Este documento presenta información sobre la geología y el clima del Altiplano boliviano. Brevemente describe la ubicación y las características climáticas como la marcada diferencia de precipitaciones entre el noreste y suroeste. También resume la geología del área, incluyendo la formación tectónica del Altiplano y la composición del subsuelo. Además, analiza la estructura del Altiplano, dividiéndolo en el macizo noraltiplánico y tres tipos de cuencas sedimentarias.
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Altiplano Boliviano

Este documento presenta información sobre la geología y el clima del Altiplano boliviano. Brevemente describe la ubicación y las características climáticas como la marcada diferencia de precipitaciones entre el noreste y suroeste. También resume la geología del área, incluyendo la formación tectónica del Altiplano y la composición del subsuelo. Además, analiza la estructura del Altiplano, dividiéndolo en el macizo noraltiplánico y tres tipos de cuencas sedimentarias.
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Altiplano Sur

Se considera como sector sur al territorio ubicado entre el Salar de Uyuni y la frontera de la
República Argentina. El límite oriental del Altiplano está dado por la falla San Vicente que lo
separa de la Cordillera Oriental

Ciclo Brasiliano

Según Aranibar (1997), se infiere por estudios sísmicos la presencia de rocas del basamento
precámbrico al W de Julaca y por debajo de la Cordillera Occidental. Según este autor el
basamento se encontraría a profundidades menores a 100 m (áreas: Inés Cobrizos y Rio
Grande de LIpez). Al este, en la subcuenca de Vilque se estima que se encuentra a mayor
profundidad.

Ciclo Tacsariano

En el Altiplano Sur, rocas tacsarianas han sido descritas en las estructuras de Pululus, Alota y a
lo largo de la falla Uyuni-Keniani (Aranibar et al., 1995). Estos sedimentos corresponden a
rocas metamorfizadas, pizarras y metacuarcitas. Según los geólogos de YPFB, están
representados por sedimentos turbiditicos, probablemente correspondientes al Ordovícico
inferior. La ausencia de fósiles diagnósticos dificulta su datación.

En el Altiplano Sur, Barrios (1991) reconocio tres unidades con facies que definen una
tendencia regresiva, con depósitos de transición (miembro inferior) sobre los que progradan
facies de playa o próximos a ella representados por el miembro medio. El miembro superior
representa un retorno a facies ligeramente más profundas y constituye la base de otra
secuencia regresiva que está interrumpida por el fallamiento.

Según Torres-Saravia (1970) en la Serranía de la Minas, y sobre la ruta San Pablo de Lipes – San
Cristóbal, se han distinguido dos potentes secuencias de sedimentitas asignadas
tentativamente al Ordovícico. El conjunto está constituido por intercalaciones de lutitas gris
verduzcas que se intercalan con areniscas marrón verdosas. Las lutitas presentan mucha
fisilidad y representan el 60 % del conjunto. Las areniscas de color negruzco en superficie y gris
verduzco en corte fresco, son algo micáceas, de grano fino y se encuentran muy bien
estratificadas. En medio de las lutitas, intercalan también algunos niveles de ortocuarcitas
grises.

Más al sur, en la Puna argentina, Coira (1996) reconoció un volcanismo de arco submarino no
explosivo, en sus facies cercanas a las zonas de emisión. Bahlburg (1990) diferencio un
complejo turbiditico de facies marinas profundas granocrecientes en la Puna, pasando a facies
de plataforma hacia la Cordillera Oriental. Según este último autor, la cuenca ordovícica
cambio de trasarco en el Arenigiano inferior a cuenca de antepaís en el Arenigiano medio a
superior. El arco volcánico posiblemente fue formado por la colisión del Macizo de Arequipa-
Huarina contra el Cratón Pampeano, y permaneció activo hasta el Arenigiano.

Ciclo Cordillerano

La Formación Cancañiri (Koeberling, 1919) está constituida predominantemente por


sedimentos marinos retrabajados. En el Altiplano corresponden a diamictitas, flujo de detritos,
depósitos de talud y depósitos glaciomarinos heterogéneos. Estas rocas afloran, según Torres-
Saravia (1970) a lo largo de una línea NE-SO que se inicia a 8 km al este de Uyuni y termina en
la confluencia de los ríos Alota y Grande de Lipez, al sur de la población de San Cristobal.
La Formación llallagua (Koeberling, 1919) esta formada por paquetes de arenisca cuarcitica y
fangolitas rítmicas gris oscuras, que corresponde a turbiditas depositadas en abanicos
submarinos, Según Torres-Saravia (1970), estas rocas afloran a lo largo de la ruta Uyuni-
Pulacayo y luego formando el núcleo de un sinclinal comprimido al este de la población de San
Cristóbal de Lipez. Litologicamente, el conjunto esta compuesto por areniscas gris verduzcas
de grano fino, cemento siliceo, bien estratificados en bancos de hasta 2 m de potencia y que
forman farallones escarpados. No hallaron fosiles en esta formación, tampoco niveles peliticos
aptos para las determinaciones palinológicas.
Proyecto Cordillera

Este proyecto, realizado por GEOBOL con financiamiento de NN.UU., comprende dos etapas de
investigaciones:

- La primera, ejecutada por el DTCD y GEOBOL concebida para la exploración del núcleo
y periferie de los batolitos de la Cordillera Andina Septentrional; y
- La segunda, ejecutada por UNDP-GEOBOL, que constituye una continuación del
programa de prospección de las mesetas. Los Frailes y Morococala, ejecutado por el
U.N.D.P. en 1961-1965 (Proyecto Piloto Mineralógico de la Cordillera y el Altiplano).

La parte septentrional de la Cordillera fue investigada con geoquímica (suelos, drenaje y


rocas), mapeo geológico regional convencional, reconocimientos geológicos de detalle y
evaluación de las principales ocurrencias y zonas anómalas.

La información del proyecto está contenida en varios informes y mapas temáticos y generales.
El proyecto ha recomendado

Antecedentes
IMPORTANCIA DE LA INDUSTRIA MINERA EN BOLIVIA

Breve reseña histórica

La minería ha sido históricamente la columna vertebral del desarrollo económico de Bolivia, ha


jugado un importante rol en su evolución política y es aún una de las industrias más
importantes por el papel que juega especialmente en la generación de divisas.

Marco Teórico

VULNERABILIDAD DE LAS AGUAS SUBTERRANEAS EN EL


ECOSISTEMA DEL ALTIPLANO BOLIVIANO DEBIDO A
TRASVASES

Guillermina Miranda (1) y Jaime Argollo (2)

(1) Centro de Investigaciones en Cambios Globales,


[email protected], Casilla 11152, La Paz-Bolivia. 
(2)Instituto de Investigaciones Geológicas y del Medio Ambiente, UMSA,
[email protected]
DESCRIPCION DE LA ZONA 
 

Ubicación

El altiplano, ecosistema que  está ubicado en Sud América; situado a 3800 m


de altura promedio, se encuentra en el corazón de Los Andes (66-71° de
longitud Oeste y 14-22° de latitud Sur) entre la Cordillera Oriental y
Occidental que culminan a mas de 6000 m. Tres grandes cuencas lacustres
caracterizan a esta vasta depresión: La Cuenca del Lago Titicaca al Norte, la
Cuenca del Lago Poopó al centro y las Cuencas de los Salares de Coipasa y de
Uyuni al Sur. Políticamente comprende parte del  departamento de La Paz,
Oruro y Potosí de la república de Bolivia. 
 

Clima

Hoy en día, las extensiones lacustres (Titicaca, Poopó, Coipasa y Uyuni) son
el reflejo del gradiente pluviométrico muy marcado que existe entre el
Noreste  (Cordillera Oriental, Cuenca del Lago Titicaca) y el Sudoeste del
altiplano (Cordillera Occidental, Cuenca del Salar de Uyuni), las
precipitaciones pasan de 1100 mm/año a menos de 200 mm/año, mientras que
la evaporación estimada alcanza valores cercanos a 1500 mm/año en el Norte
a, 2000 mm/año en el Sur (Miranda et. al., 2000).

El clima del altiplano se caracteriza por ser árido con dos regímenes de
precipitación: una temporada seca y otra húmeda. Si consideramos que el
aporte de vapor de agua para Sudamérica proviene en un 70% del Océano
Atlántico y el restante porcentaje del aporte propio sobre todo de la región
amazónica y además esta humedad es concentrada en época de lluvias por la
ZCIT la cual determina la estación húmeda de Bolivia, incluyendo el
Altiplano. Durante el invierno las precipitaciones que se registran en el
altiplano  se relacionan en menor numero con la incursión  de frentes del sur,
en este caso probablemente el aporte de humedad proviene del Oeste por la
frecuencia de vientos de esta dirección, y también la evaporación de las aguas
del lago Titicaca significa un aporte de humedad para el altiplano con mayor
énfasis para el sector norte (Miranda et. al., 2000).

En base a la información de la estación de Chuapalca ( frontera Bolivia –


Perú),  información corregida y completada para el periodo 1964-90,  se puede
observar la dinámica de la precipitación versus evaporación, lo que indica que
solamente en el mes de enero se tiene humedad en el ambiente el resto de los
meses, es seco. 
 

GEOLOGÍA

El altiplano es una extensa cuenca intramontana de aproximadamente 


110.000 km2, de 150 km de ancho por 800 km de largo, cuya altitud fluctúa
entre 3650 a 4100 m., es interrumpida por serranías aisladas, cuyas alturas
varían entre 4000 y 5350 m. Ubicada entre las cordilleras Oriental y
Occidental coincidente con la provincia geológica del mismo nombre.

En general, en el altiplano existe un control estructural sobre el relieve, ya que


los anticlinales se encuentran formando serranías  y los sinclinales concuerdan
con valles y zonas topográficamente bajas. Gran parte del altiplano forma 
extensas superficies niveladas, cubiertas por depósitos lagunares, glaciales y
aluviales recientes,

La formación del altiplano se inicia en el Paleoceno-Eoceno con el


sobrecorrimiento del Macizo de Arequipa sobre el Cratón  de Guaporé, por
medio de la sutura intratónica ubicada debajo  de la cordillera Real y reflejada
en superficie  en la Zona de Fallas de la Cordillera Real (Martinez et al. 1997).
Este sobrecorrimiento origino el acortamiento progresivo y continuo de las
cuencas altiplánicas.  Los grandes eventos Incaico, Quechua, y otros,
solamente fueron el reflejo de etapas de máxima compresión. (Martínez y
Heuschmidt, 1994)

El precambrico y el paleozoico  actúan como un basamento sísmico


fácilmente interpretable sin lograr su diferenciación  por sistemas. La
cobertura del basamento está conformada por rocas del Cretásico, paleógeno y
Neógeno, a su vez  afectada por pliegues y fallas, que en varios sectores del
altiplano pueden ser excelentes trampas petrolíferas. (Aranibar et al.,1995). 
 

SINTESIS ESTRUCTURAL

Según Martinez, 1997. El altiplano está conformado por el macizo


noraltiplánico y por tres tipos de cuencas cenozoicas  desarrolladas sobre un
substrato paleo  y mesozoico. Adyacente con el macizo noraltiplánico, estas
cuencas conforman un mosaico de grandes bloques distintos, separados por
accidentes mayores : NW-SE, NE-SW, WNW-ESE Y ENE-WSW.
   Las cuencas del norte y del centro del altiplano  están relacionadas con un
sobreescurrimiento progresivo hacia el este del Macizo precámbrico
noraltiplánico (mediante la zona de falla de San Andrés, convergencia hacia el
este).

  - La cuenca noraltiplánica está situado entre la zona de falla de San andrés y


la zona de subducción continental  transcurrente de tipo inverso sinestral,
ubicada en la vertical  de la zona de fallas de la Cordillera Real. La geometría
de la cuenca noraltiplánica es algo simétrica, presentando fallas inversas y/o 
sobrescurrimiento de vergencias opuestas  (hacia el este: falla de San Andrés y
fallas relacionadas: hacia el oeste: falla de Corocoro). El proceso progresivo 
de acercamiento de ambos bordes de la cuenca está marcado  en las muchas
discordancias sucesivas observadas desde muy  temprano. Provoca el
hundimiento del centro de la cuenca y el levantamiento de los bordes con
resedimentación progresiva de los productos de erosión: del Cenozoico
inferior y, luego, una vez despejados, del Mesozoico, del Paleozoico y del
Precambrico.

  - La cuenca central altiplánica (o de Sevaruyo) es  disimétrica. El Bloque del


macizo noraltiplánico se superpone al bloque oriental de
Pleozoico/Precambrico (borde occidental de la cordillera oriental) y lo hace
inclinar. Así la cobertura del cretácio superior post-Aroifilia de este bloque
oriental desliza hacia el oeste. El deslizamiento es Paloceno-Eoceno. Luego,
se superponen como en el norte, las deformaciones sucesivas del proceso
general de acortameinto oligo-mioceno.

  - Las cuencas suraltiplanicas corresponden a una sucesión  este-oeste de


cuencas sobre bloques imbricados (Lipez, al este; Julaca, al oeste) las zonas
positivas que las separan, son progresivamente  erosionadas y sus productos
resedimentos. Pero, a veces, estas zonas positivas son fosilizadas (región de
Pululus). Las discordancias sucesivas indican, al igual como en el norte, la
continuidad del acortamiento.

El proceso global corresponde a un acercamiento progresivo del Escudo 


brasileño y del Macizo noraltiplanico. Por lo tanto, la comprensión en las
cuencas es, más o menos continua, produciéndose desde el Paleoceno - 
Eoceno (probablemente ya desde el Cretácico). En el norte, el acercamiento es
oblicuo a la dirección  de los Andes, eso implica una fuerte componente
senestral-inversa en la Cordillera Oriental (Real) y norte del altiplano.

Hacia el sur, la dirección de acortamiento es casi perpendicular a la dirección


de las estructuras. Predominan las fallas inversas y los bloques imbricados. En
la zona de subducción continental del escudo brasileño, que pasa por las
inmediaciones de Sucre, forma un sobreescurrimiento  hacia el este, de escala
cortical, el cual puede compararse al sobreescurrimiento del Macizo
noraltiplánico. Las fallas transversales, ubicadas entre los grandes bloques,
tienen un papel de transcurrencia y guían la deformación (falla Sevaruyo-
Incapuquio: FSI, por ejemplo).

Toda la evolución tectónica del altiplano está en relación  con el esquema


global de subducción de placa de Nazca-Continente, Escudo brasilero-
Litosfera andina, y sus repercusiones a nivel de los bloques menores (Macizo
noraltiplánico).

Según Aranibar y Martinez el altiplano  de Bolivia puede ser dividido en los


dominios tectónicos norte, centro y sur, cada uno con su estilo tectónico y
evolución estratigráfica distinta.  Y estructuralmente el altiplano se puede
dividir longitudinalmente en dos partes, una occidental y otra oriental, la
primera caracterizada por hemigrábens neógenos, formados a lo largo de
fallas transcurrentes sinistrales de rumbo N – S, que formaron estructuras por
inversión tectónica durante la comprensión andina, con buenas condiciones
estructurales para el entrampamiento. Los depósitos asociados de relleno son
sinorogénicos continentales  y tienen como fuente de aporte la Cordillera
Occidental de carácter volcano-sedimentario. La secuencia estratigráfica de
esta parte occidental, comprende al Paleozoico indiferenciado, Cretácico,
Paleógeno y Neógeno, secuencia que descansa sobre el Proterozoico. 
La Parte oriental está caracterizado por un sistema de cabalgamientos  con
vergencia oeste, y cabalgada por la Cordillera Oriental, con la acumulación 
de gran cantidad de conglomerados neógenos sinorogénicos con clastos
paleozoicos procedentes del este. La secuencia estratigráfica comprende al
Ordovícico, Silúrico, Devónico, Carbonífero, Pérmico, Triásico, Cretásico,
Paleógeno y Neógeno (el Devónico – Triásico en el sector del lago Titicaca).
El Cretásico está bien desarrollado y expuesto al oeste y sur del lago Poopo.
Los anticlinales formados por la orogenia andina en esta área oriental, son
generalmente de baja amplitud con fallas de buzamiento este. En el sector sur,
existen también trampas complejas formadas por transpresión sobre fallas de
rumbo, afectadas por diapirismo y fallamiento (Suarez, s/f).

Los estudios existentes (Servant, Fontes y de Bergger, citados en el plan


Dirrector Binacional) muestran que durante el Pleistoceno superior se
sucedieron varias fases glaciares que determinaron una progresiva reducción
de la superficie lacustre, que al comienzo del Plesitoceno se nivelaba
alrededor de 200 m por encima de su nivel actual, con un área de más  de
50.000 km2 contra los aproximadamente 8.000 actuales. Los lagos más
antiguos del Cuaternario (Mataro y Cabana) ocupaban todo el altiplano, el
cual ya conformaba  una cuenca endorréica. Los posteriores lagos Ballivian, al
norte, y Escara, al sur, estaban separados por el paso de Ulloma Callapa. sin
embargo , en la época del lago Minchín toda el área comenzó a tributar hacia
los salares de Coipasa y de las otras depresiones meridionales. Durante el
descenso del nivel correspondiente al lago Tauca, el paso de Ulloma pudo
haber retomado su función de divisoria, pero pudo haberse  reabierto durante
un posterior ascenso del nivel del Titicaca, quizás gracias a la acción del río
Mauri, cuando se generó la divisoria de Aguallamaya.

En algunos períodos del Plesitoceno, el lago Titicaca alcanzó niveles bastante


más bajos que los actuales, de manera especial durante las glaciaciones
(algunos autores hablan de hasta 60 m). En el Holoceno, las investigaciones
arqueológicas  y los datos de espesor de aluviones  muestran que el nivel del
lago alcanzó  fluctuaciones cercanas a los 30 m. hace 500 años el nivel del
lago era mayor  que el actual en unos pocos metros. Durante los períodos de
descenso el clima era seco y el Desaguadero no llevaba agua afuera de la
cuenca endorreíca del Titicaca. La divisoria  con las cuencas del sur se
encontraba en la zona de Aguallamaya. Los ríos que tributaban  al Titicaca
presentanban lechos erosionados y formaban canales que penetraban en el
lago actual  varias centenas de metros. Evidencias de tales canales se
encuentran en el fondo del lago, a profundidades de 10 y 20 m frente a las
desembocaduras actuales ( en el lado peruano se ha encontrado una formación
arcillosa lacustre con paleocauces colmatados a 30 m de profundidad con
respecto  al nivel actual, debajo de un relleno de limos, arenas y gravas).
Evidentemente, durante los períodos de bajos niveles, el río Desaguadero
vertía al lago mismo, al igual que los flujos de todas las napas localizadas
aguas arriba de Aguallamaya. Al sur  de esta divisoria, los flujos se dirigían
hacia el Desaguadero y los lagos del Sur. La erosión no ha podido rebajar
totalmente el fondo del río en el sector de Aguallamaya, a lo cual se debe que
este tramo se forme continuamente en el lecho del río una barrera de lodo y
arena, justo en el tramo donde se encuentra un cambio de pendiente que
coincide aproximadamente con la antigua divisoria (TDPS).

De forma general se puede indicar que durante el Cuaternario, la evolución


del altiplano ha estado ligada fundamentalmente a los cambios del clima. La
alternancia de períodos húmedos y secos, cálidos y glaciares, ha determinado
en la cuenca endorreíca del altiplano el desarrollo de lagos sucesivamente más
amplios o más reducidos que los actuales. A estas diferentes situaciones
hidrológicas corresponden diferentes depósitos que van desde morrenas
glaciares en las cordilleras, a sedimentos fluviáles entre el pie de monte y la
planicie, y a formaciones lacustres y evaporíticas en la parte central de la
llanura 
  
  

GEOMORFOLOGÍA

Desde el punto de vista geomofológico, representa una extensa depresión


interandina de relleno, controlada tectónicamente  por bloques hundidos y
elevados, tanto transversal como longitudinalmente, con una evolución
compleja y un fuerte reajuste morfogenético andino (Aranibar, 1984). La
región posee una red de drenaje endorreica, con extensos salares como el de
Uyuni y Coipasa al sur, y grandes lagos como el Titicaca y Poopó  al norte.

El altiplano constituye un conjunto unitario e interconectado, dentro del cual


es posible reconocer cinco cuencas primarias con características
geomorfológicas y dinámica fluvial diferentes: del lago Titicaca, del río
Desaguadero, del lago Poopo, del salar de Coipasa y del salar de Uyuni.

La región del altiplano ha sufrido una evolución estructural larga e intensa que
llega hasta tiempos muy recientes, con fenómenos de levantamientos y
vulcanismos aún activos. El altiplano es el resultado del relleno de una fosa
tectónica cuyos orígenes se remontan al Cretáciso, la cual ha recibido grandes
volúmenes de materiales clásticos, en gran parte continentales y vulcano
sedimentarias, dispuestos en gruesos depósitos pocos cimentados. La
actividad estructural reciente ha deformado estos depósitos, dando lugar a las
serranías que se encuentran al interior del altiplano, conformadas por
materiales poco resistentes, y a zonas endorreícas de acumulaciones sujetas a
inundaciones.

Este levantamiento reciente y actual ha generado una densa red hidrográfica


bien organizada y zonas deprimidas variables en el tiempo y en el espacio, a
través de las cuales se realizan tanto los fenómenos de erosión como de
deposición.  En estos procesos, los depósitos recientes, poco consolidados, son
los que sufren el ataque erosivo más intenso. El clima contrastado, con lluvias
breves, intensas y concentradas en unos pocos meses, favorece una fuerte 
erosión de las vertientes y lechos y un alto transporte de materiales que genera
inundaciones y depósitos en áreas deprimidas. Durante la estación seca y fría,
en cambio, el agua tiende a embalsarse en zonas llanas y las heladas favorecen
la desgregación de las rocas y el debilitamiento de la cobertura vegetal,
dejando el suelo expuesto a los fenómenos erosivos.

Dentro de este marco general, las unidades geomorfológicas se pueden


organizar en cinco grandes grupos: llanuras y depresiones actuales y recientes
(33.5%), depósitos de vertiente (5.3 %), colinas, mesetas volcánicas (19.5 %),
montañas (33.3 %) y superficies de agua (8.4 %) (Plan Director Binacional,
1995).

HIDROGEOLOGÍA

López, 2000, indica que en el altiplano, mas propiamente en la provincia de


Pacajes, del departamento de La Paz, colindante con el Perú, se tiene: 
  
 - Acuífero libre 
Este tipo de acuíferos están localizados en gran parte en los abanicos
aluviales, se desconoce el espesor por falta de tecnología mecanizada que
permita atravesar cantos rodados y gravas. La recarga se produce durante la
época de precipitación.

- Acuífero confinado 
Tienen está característica todos los pozos profundos, la capa impermeable se
encuentra a una profundidad promedio de 35 m. El espesor del acuífero en el
área, es de 12 a 15 m constituido por arena de tamaño de gran medio a fino
(0.25 – 0.125 mm), a partir de los 50 m se encuentra otro horizonte  arcilloso
de 1 a 2 m, constituyendo una intercalación  de horizontes arcillosos con los
de arena.

CARACTERISITICAS DE LAS AGUAS SUBTERRÁNEAS

- Mapa de isopiezas del acuífero libre 


El mapa de isopiezas nos muestra diferentes direcciones de flujo, en la zona
NW tienen relación con la red de drenaje superficial regulados por los
abanicos aluviales que confluyen  en un lineamiento de drenaje de dirección
NNW, dando lugar a la formación de zonas pantanosas o vadosas.

- Mapa de isopiezas del acuifero cautivo 


El mapa de isopiezas nos muestra que la mayoría de las direcciones del flujo
tienden a la zona central de la cuenca en las coordenadas N 8150000,
E511500. Lugar donde se observa  una zona de drenaje, caracterizándose por
ser una subcuenca endorreica cuya característica es la de no tener circulación 
hidráulica para la renovación de oxigeno, consecuentemente condicionan
ambientes reductores. El agua de estos pozos tienen un olor a descomposición
orgánica por falta de aireación.

En la zona Sud y Sud Oeste se observa otra divisoria de aguas, con tendencias
de las direcciones de flujo hacia el río  Jacha Jahuira y al río desaguadero, esto
se explica porque la recarga principal del acuífero se encuentra en el lago
Titicaca, que ejerce mayor presión hidráulica  que los ríos  antes mencionados,
la porosidad de las areniscas en dos muestras determinados por el método de
absorción de agua reportó para la muestra Nº1, por ejemplo, una arena de
tamaño de grano de medio a grueso con un rango de permeabilidad entre 1.2 *
10 –1 – 9.2 * 10-1 m/día.

De la superposición de los mapas piezométricos se observa que las divisorias


de aguas coinciden  en la parte sud de la cuenca, advirtiendo diferencias al
centro de la cuenca y el escurrimiento superficial, tiene relación directa con
las direcciones de flujo del acuífero libre (pozos Noria), que están regulados
por el relieve topográfico. Las zonas vadosas coinciden con los ejes de drenaje
(López, 2000).

AGUAS SUBTERRANEAS

Los acuíferos más importantes se localizan en las cuencas medias y bajas de


los ríos Ramis y Coata, en la cuenca baja del Ilave y en una faja que se
extiende, bordeando la Cordillera Oriental, desde el Lago Titicaca hasta
Oruro. Acuíferos débiles o con agua salobre se encuentran a la salida del
Desaguadero, entre el Puente Internacional y Calacoto, y en las zonas que
rodean el Lago Poopó y el Salar de Coipasa  (Plan Director Binacional, 1995).

 Condiciones hidrogeológicas

Los terrenos del Paleozoico y del Mesozoico, e incluso gran parte de los
elementos del Terciario, pueden ser considerados como poco o nada
permeables, a excepción de zonas muy fracturadas o porosas donde pueden
crearse acuíferos confinados a lentes, cuya importancia es normalmente escasa
dentro del contexto general de los recursos, a pesar de que puede ser
determinante para algunos problemas locales. Los elementos volcánicos,
presentes en la parte occidental de la región (Cordillera Occidental), muestran
una permeabilidad discontínua por porosidad, con diafragmas impermeables y
constituyen acuíferos confinados sobre los niveles menos permeables, además
de que representan la única fuente de aprovechamiento con obras de captación
cuyos caudales van desde algunos litros hasta varias decenas de litros por
segundo.

Los terrenos plio-pleistocénicos y recientes que generalmente rellenan los


valles y las planicies aluviales, constituidos por materiales poco o nada
consolidados de origen glaciar, fluvial y lacustre y, en la parte sur, por
terrenos eólicos, presentan una granulometría muy variable tanto en sentido
vertical como horizontal y por tanto su permeabilidad también varía desde
muy elevada a muy baja (según dominen las gravas o las arcillas). En
consecuencia, los únicos acuíferos importantes se encuentran en los valles y
áreas de depósitos cuaternarios cercanos a la red hidrográfica, constituidos por
materiales detríticos.

Los espesores del Cuaternario son variables, según el desarrollo de cada


cuenca como consecuencia de los procesos de erosión, transporte y
sedimentación. Las investigaciones permiten señalar que los depósitos
aluviales de interés hidrogeológico no superan los 150 m de profundidad, de
los cuales los primeros 60 a 80 presentan las mejores condiciones para el
aprovechamiento de los recursos hídricos subterráneos, como lo demuestran
algunas perforaciones existentes en algunas regiones altiplánicas del Perú y
Bolivia.

Las fuentes de recarga de los acuíferos están casi exclusivamente localizadas


en las zonas pedemontanas, donde se encuentran los componentes más
gruesos (de origen fluvioglaciar) de los depósitos continentales. Es en estas
zonas donde, en función de la intensidad de las lluvias, llega la escorrentía
superficial se origina la infiltración, que en el norte de la región puede llegar a
ser muy fuerte. En la llanura de la puna la permeabilidad superficial es muy
baja y se puede pensar que la posibilidad de recarga esté limitada solamente a
las zonas donde no hay manto superficial arcilloso lacustre. En la parte
meridional de la región, la recarga es más débil y se concentra en las zonas
pedemontanas de la Cordillera Oriental, de particular interés para la región de
Oruro. Más al sur y al oeste, zona del Salar de Coipasa, la recarga es muy
débil debido al déficit de lluvia, excepto en las zonas altas, donde la
precipitación líquida y quizá la nieve son un poco más fuertes que en la
llanura.

En la Cordillera Occidental, en áreas volcánicas, hay una infiltración


suplementaria en los valles intramontañosos, la cual origina bofedales y/o
manantiales cuya agua regresa después a la red hidrográfica superficial.

Proporcionalmente a la intensidad de la lluvia, el agua de infiltración entra en


las formaciones porosas de las series continentales cuaternarias y se subdivide
en varios acuíferos superpuestos, de los cuales los superiores son freáticos y
los inferiores artesianos. Dado que los depósitos cuaternarios, posiblemente
acuíferos, se presentan encajonados, como los depósitos fluvioglaciares entre
laderas de lomas terciarias y mesopaleozoicas impermeables, las napas
fréaticas y artesianas son completamente independientes, siendo el nivel de las
napas artesianas siempre más alto que el de las fréaticas.

-Características hidráulicas:

La morfología de los acuíferos, establecida a partir de las curvas


hidroisohipsas, muestra que los flujos de agua subterránea siguen sentidos
impuestos por la configuración de los acuíferos, la localización de las áreas de
recarga y sus niveles de base. Así en las cuencas tributarias del Lago Titicaca,
las napas escurren hacia el lago con gradientes hidráulicos medios de 0,1 a 1
% Lo mismo sucede a lo largo del Desaguadero. El flujo subterráneo que
realmente llega al sistema hídrico superficial es limitado en razón de la baja
transmisibilidad y del bajo gradiente. Además, algunos río como el Ramis y el
Desaguadero sufren en sus valles bajos una importante disminución de sus
caudales de estiaje (y también de crecida en el caso del Desaguadero) por
infiltración y posterior evaporación desde los acuíferos aluviales. Los
acuíferos artesianos también tienen una dirección de flujo hacia el sistema
hídrico superficial.

Las características hidrodinámicas de los acuíferos explorados, determinadas a


partir  de las pruebas de bombeo realizadas, muestran que en algunos
acuíferos las transmisividades alcanzan valores del orden de 120 a 5.600
m2/día (1,4 x 10-3 a 6,5 x 19-2 m2/s) en el norte y en el sur se tiene un rango
de 1 a 750 m2/dia (10-5 a 8,7 x 10-3 m2/s). Los valores de los coeficientes de
almacenamiento, establecidos para las cuencas que se encuentran en Bolivia,
corresponden a acuíferos confinados a semiconfinados, y también libres con
un rango de 10-2 a 10-10 .

Los resultados de los ensayos a caudal variable muestran que los rendimientos
óptimos de los acuíferos  varían desde 4 a más de 100 l/s, con capacidades
específicas de 0.3 a 5 l/s/m; en el norte y en el sur los rendimientos van de 2 a
75 l/s, con capacidades de 0,3 a 4 l/s/m.

Los estados de confinamiento o semiconfinamiento que se presentan en uno o


más niveles de profundidad de los acuíferos, propician niveles piezométricos
que alcanzan la superficie del suelo o la superan hasta en mas de 2 m de
altura, como ocurre en la cuenca del Río Catari.

El agua que circula en los acuíferos y que se mueve hacia la red hidrográfica
se pierde en parte por evaporación. El caudal total de agua que desde el
subsuelo pasa al sistema hídrico superficial, no supera los 3m3/s.

Los anteriores datos se refieren a los recursos subterráneos renovables. Los


recursos fósiles o no renovables, contenidos en las capas arenosas profundas
de las formaciones terciarias y cretáceas, no son conocidos aún y su
explotación debe darse sólo en función de las necesidades y de acuerdo con
criterios mineros (Plan Directorio Binacional, 2000).

-Presiones y conflictos sobre las aguas superficiales:

Las principales presiones sobre los recursos hídricos del Sistema TDPS tienen
que ver con las necesidades de trasvase hacia los vecinos departamentos de
Arequipa y Tacna, en Perú y la demanda de agua para nuevos proyectos de
riego.

1. Trasvases de agua

   Perú ha planteado la necesidad de trasvasar agua de la cuenca del Titicaca


hacia los vecinos departamentos de Arequipa, Moquegua y Tacna, los cuales
conforman una de las zonas económicamente más importantes del sur del país,
cuyo desarrollo se ha visto frenado por la falta de agua y energía. Esta
situación  viene limitando seriamente el impulso de los planes de inversión y 
expansión de las zonas francas de Tacna e llo y de la propia zona franca de
Bolivia, así como los proyectos de desarrollo agrícola. La insuficiencia de
agua hace que, en las épocas secas, sea necesario racionar severamente el agua
y la energía en dichas ciudades, a pesar del trasvase de Uchusuma (afluente
del sistema Mauri-Desaguadero) y de la zona de bombeo de Ayuro.

Dado que la zona de Arequipa cuenta con un complejo de aprovechamiento


del Río Chili (embalses y centrales hidroeléctricas) y la zona de Tacna
también dispone de un sistema de  aprovechamiento de los recursos hídrico de
las cuencas de los ríos Locumba y Caplina, dentro de la cual la Laguna
Aricota desempeña un papel muy importante, aunque su excesivo y obligado
uso ha reducido su volumen durante los últimos 25 años de 804 a 45 x 106
m3  se ha propuesto trasvasar agua del Sistema TDPS hacia estas cuencas,
mediante la ejecución de los siguientes proyectos:

* Proyecto Kovire, destinado a afianzar la Laguna Aricota y las cuencas de los


ríos Caplina y Locumba, mediante la derivación de recursos hídricos de
algunas cabeceras del Ilave, mediante una serie de obras civiles y
electromecánicas, las cuales convergerán en el Túnel Korive (en
construcción), de 8,2 km de longitud. Este proyecto pretende desviar 1,9 m3/s
de las cabeceras del Río Ramis, y de 3,6 m3/s de las cabeceras del Río
Cabanillas (afluente del Río Coata), para un total de 5,4 m3/s. 
* Proyecto Vilavilani, destinado a afianzar el sistema Caplina Moquegua
Aricota, mediante la desviación ulterior de 2,3 m3/s de las cabeceras del Ilave
(Río Huenque). 
* En la cuenca del Río Desaguadero también se ha propuesto la alternativa de
desviar hacia la vertiente occidental unos 2,8 m3/s de las cabeceras del Río
Mauri. Se esta trasvasando unos 0,80 m3/s de los ríos Catari, Condoriri y
Huayna Potosí (SE del Lago Titicaca) hacia el Río Choqueyapu, con el fin de
aumentar las disponibilidades de agua para el acueducto de la ciudad de La
Paz.

En total, la demanda de agua para trasvase hacia cuencas peruanas es de 18,5


m3/s (15,6 de la cuenca del Titicaca y 2,9 de la cuenca del Desaguadero),
mientras que hacia otras cuencas bolivianas es de 0,80 m3/s del Titicaca, para
un gran total de 19,3 m3/s.

-Cuenca del Lago Titicaca

En el caso de la cuenca del Titicaca, la demanda total se estima en 95,37 m3/s


con un consumo neto de 74,41 m3/s. Ahora bien, aunque los aportes al lago
por sus afluentes se estiman en 201 m3/s, la realidad es que no es posible
utilizar todo este caudal, pues la mayor parte del mismo se consume en el
mantenimiento del propio lago. La salida neta por el Desaguadero, que es un
indicador del rendimiento total de la cuenca, es apenas de 35 m3/s. Este
caudal tampoco puede utilizarse en su totalidad, pues la fluctuación de nivel
se acentuaría, dando como resultado niveles mínimos más bajos que los
históricos.

En consecuencia, el principal factor limitante de la explotación de los recursos


hídricos no será la falta de agua en las cuencas, sino las restricciones
impuestas por los niveles del Lago Titicaca y por la propia supervivencia del
mismo. Los estudios de simulación efectuados dentro del marco del Plan
Director Binacional han demostrado que el caudal potencialmente utilizable
en la cuenca del Titicaca podría esta de 20 a 25 m3/s. Se ha definido como
nivel mínimo en el Lago Titicaca para la protección de los recursos
hidrobiológicos la cota  3.808,25 msnm. Ahora bien, las curvas presentadas
indican que los niveles medios se verán poco afectados por las extracciones y
que siempre respetarían esta restricción (3.808 msnm con frecuencia de
aparición del 98 % para extracción de 25 m3/s). No así los niveles mínimos,
los cuales son inferiores a dicho nivel de referencia aun bajo condiciones
naturales.

Además, las diferencias entre las distintas alternativas de extracción no son


muy grandes (entre 5 y 16 cm para extracciones de 20 y 25 m3/s) por lo cual
la decisión entre los posibles niveles de extracción debe considerar otras
variable. Por ejemplo la extracción de 20 m3/s (con garantía del 82 %)
requeriría la confirmación de que la mayor parte de los aportes del
Desaguadero entre Puente Internacional y Calacoto provienen de los
tributarios en este sector; la extracción de 25 m3/s (con garantía del 75 %)
requerirían además la confirmación de que la precipitación no varía con los
niveles, así como el afinamiento del balance hídrico del lago.

- Cuenca del Desaguadero

La demanda total en la cuenca del Desaguadero se ha estimado en 29,7 m3/s,


con un consumo neto de 22,5 m3/s. Dado que existen en la cuenca, aguas
debajo de Aguallamaya, recursos adicionales no regulados significativos (51,9
m3/s en Calacoto, 77,1 m3/s en Ulloma y 89 m3/s en Chuquiña), su
variabilidad anual y plurianual que tienen,  impide la satisfacción garantizada
de las demandas sin regulación.

Para satisfacer las demandas consideradas en el eje Desaguaderos (incluyendo


la preservación de las lagunas Soledad y Uru Uru) con garantías aceptables y
utilizando al máximo los recursos no regulables existentes, será necesario
contar con un caudal nominal promedio del Lago Titicaca de 9 m3/s (sin
Sankata) y de 8 m3/s (Con Sankata).
En la ejecución de los proyecto de riego debe tenerse en cuenta los caudales
necesarios para la conservación de los lagos, así  se tiene:

Lago Poopó: Para mantener una explotación sostenible, cono la lograda en


los años 1987-1991, con niveles entre 3.686 y 3.687 msnm, se requeriría un
caudal promedio anual de 68,5 m3/s. El nivel mínimo de supervivencia del
lago, en condiciones extremadamente precarias, se hay estimado en 3.684,.5
msnm, para cuyo mantenimiento se requiere un caudal de 38 m3/s.

Lago Uru Uru: El nivel normal de explotación de este lago estaría entre las
cotas 3.696,5 y 3.697,0 msnm, a las que correspondería un caudal de 4,4 m3/s,
pues el nivel máximo está limitado por la presencia de la laguna de aguas
negras de la ciudad de Oruro.

Laguna Soledad: El nivel mínimo de supervivencia (considerando 2 m de


profundidad) sería de 3.710,30 msnm, el cual podría ser mantenido con un
caudal de 3,65 m3/s. Los niveles de explotación normales estarían entre las
cotas 3.710,5 y 3.711,0 msnm, a las que correspodnería un caudal de 4,4 m3/s.

Sin embargo, en los casos de los lagos Uru Uru y Soledad es necesario aportar
caudales suplementarios para mantener la calidad del agua; la sola
compensación de los caudales de evaporación no garantizada el
mantenimiento del grado de salinidad en ellos, pues debido a la alta salinidad
del Desaguadero (entre 1 y 2 g/l), la salinidad en los lagos se incrementaría
significativamente con el correr de los años. En consecuencia, se considera
necesario prever una renovación de las aguas de estos dos cuerpos de agua,
para lo cual se requeriría doblar los caudales de mantenimiento. Esto implica
aumentar los caudales de aporte a los lagos para evitar que se conviertan en
salares.

AGUAS SUBTERRÁNEAS: PRESIONES DE USO Y CONFLICTOS

-Situación Actual

Los inventarios que se han realizado hasta el presente han identificado 822
explotaciones de agua subterráneas (fuentes de agua) en todo el altiplano. Las
perforaciones o pozos profundos incluyen tanto pozos exploratorios como
pozos de producción de agua para distintos fines. Los primeros alcanzan
profundidades de hasta 201 m, mientras que los segundos escasamente
superan los 110 m, con rendimiento de 3,6 a 100 l/s en el sector peruano y de
2 a 75 l/s en el lado boliviano. Algunos pozos presentan urgencias naturales,
son alturas piezométricas mayores de 2,6 m sobre la superficie del suelo, por
estar emplazados en acuíferos bajo presión, especialmente en el sector
boliviano (Plan Directorio Binacional, 1995).
En la actualidad los mayores volúmenes de explotación de agua subterránea
corresponden a los pozos profundos. Del total de pozos profundos
inventariados, los que se encuentran funcionando con regímenes de bombeo
intensivo son de uso doméstico poblacional  e industrial (abastecimiento de
ciudades como el Alto y Oruro). Los pozos someros a tajo abierto, revestido 
con anillo de concreto y/o mampostería e piedra, atraviesan los primeros
metros de los acuíferos superficiales con profundidades no mayores de 10 m y
con diámetros de 1  a 2 m. En su gran mayoría estos pozos se utilizan para
consumo doméstico,  comunal o familiar, extrayéndose el agua subterránea
manualmente o con bombas manuales (Plan Directorio Binacional, 1995).

La extracción actual de aguas subterráneas se estima en 997 l/s, de los cuales


912 son para consumo doméstico y 85 para riego (Plan Directorio Binacional,
1995).

El Plan Directorio Binacional, 1995, indica que aunque en la actualidad la


relación explotación recursos no es crítica en la mayoría de las zonas (salvo
quizá en El Alto y Oruro), cuando entren en funcionamiento los pozos
inactivos, ubicados en la parte media y baja de las cuenca, dicha relación
tenderá a ser crítica si la explotación no se hace con buen criterio, lo que
exigirá un control de los acuíferos. Sin embargo como factor compensatorio
de esta relación se podría considerar que el mayor gradiente de escurrimiento
inducirá una mayor recarga de los acuíferos ubicados en las partes bajas de las
cuencas y además se reducirían las pérdidas por evaporación que ocurren al
estar los niveles freáticos muy cerca de la superficie del suelo. En
consecuencia, cada proyecto especifico y puntual de explotación de agua
subterránea debe ser evaluado tomando como referencia el marco general y
evaluando para cada zona los recursos, las utilizaciones en curso y las reales
posibilidades de obtener los caudales deseados.

IMPACTO AMBIENTAL DE LA EXPLOTACIÓN DE LAS AGUAS


SUBTERRANEAS

En las zonas altas del altiplano se encuentran numerosas zonas húmedas o


depresiones de diversos tamaños, denominados bofedales o humedales de
altura y que son áreas de regulación natural de escorrentía,  las cuales son
ocupadas frecuentemente por turberas de gran importancia florística,
faunística e hidrológica. Desde el punto de vista económico estas zonas
húmedas constituyen zonas de pastos muy ricos explotados por el ganado
vacuno, ovino y principalmente, camélidos. Una sobreexcitación de las aguas
subterráneas en sectores cercanos podría llevar  a  un drenaje incontrolado de
los bofedales, con los consiguientes impactos negativos sobre los ecosistemas
y la economía local.
Si el agua subterránea se extrae a una velocidad mayor que su velocidad de
recarga natural, aumentará la profundidad del nivel freático y el recurso se
sobreexplota, indica  Canter, L.W. (1997).

Y Davis, S.N. y Wiest R., (1971) menciona  que todos los suelos, excepto los
más permeables, impiden el paso de la recarga cuando el conjunto de la
precipitación anual es inferior a 125 mm o incluso a 250 mm. La cifra exacta
depende de la permeabilidad del suelo, de su capacidad de retención
específica y de la distribución de las lluvias con relación a la temperatura.

Lo que llevaría  a una pérdida del capital natural debido principalmente a


procesos de salinización,  inundaciones, sequías, contaminación y otros.

En Bolivia no se tienen leyes que regulen el uso de las aguas subterráneas, se


ha hecho el intento con la última propuesta de  Ley de aguas, pero que fue
rechazada por la población porque no contempla los derechos
consuetudinarios. 
 

VULNERABILIDAD DE LAS AGUAS SUBTERRANEAS EN EL


ALTIPLANO BOLIVIANO

La vulnerabilidad de las aguas subterráneas y de las superficiales del


ecosistema del altiplano esta dado por:

1.Origen antropogénico

-Trasvase de las aguas de los cursos de agua superficial y de las aguas


subterráneas,  de la cuenca hacia la cuenca del Pacifico, influirá en la cantidad
y calidad de las aguas superficiales y subterráneas del ecosistema del
altiplano. 
- Contaminación de deshechos del hombre, por la falta de letrinas o/pozos
sépticos en los principales poblados. 
- Generación de basura doméstica, generalmente contiene metales pesados,
debido al empleo de enlatados especialmente de sardina. 
- Mataderos clandestinos, un porcentaje de la producción de camélidos,
vacunos, ovejas se destina a la venta en pie a los comerciantes que asisten a
las ferias en los principales pueblos, otro porcentaje se  destina a los
“mataderos “, las operaciones de matanza y limpieza de los animales
sacrificados produce grandes cantidades de sangre, principalmente.

2. Origen natural
- De acuerdo a su historia geológica, el altiplano tiene elementos  químicos en
demasía, como el  boro, arsénico,  cadmio y otros de menor importancia
debido a que su concentración es mínima.

Ambos contaminantes (natural y de origen antropogénico), alteran la calidad y


la cantidad de las aguas superficiales y subterráneas, los sedimentos,  el suelo
circundante a los ríos y a los bofedales (humedales de altura); afectando de
esta forma  a las personas que habitan en los lugares adyacentes a los cursos
de agua, por la siguiente razón: La toxicidad de los contaminantes,
especialmente si estos son metales pesados, causa la inactivación de enzimas, 
puede alterar la permeabilidad de la membrana celular y así influir en el
transporte de sustancias. También pueden alterar los genes y causar cáncer,
sustituir al Ca, llegando a deformar y ablandar los huesos; se acumula en el
hígado y riñón de los mamíferos y aves.

Por otro lado, las substancias tóxicas influyen en el equilibrio sensible de


funciones físicas, químicas y biológicas, sobre los que se basa la fertilidad de
los suelos.

Concentraciones altas influye en las plantas, pero que comparadas con el


hombre pueden crecer en forma normal. Por ejemplo los metales pesados se
acumulan a nivel de las raíces y hojas viejas, bajo ciertas circunstancias puede
estar presente en los frutos.

RECOMENDACIONES

Se considera que este documento, basado en estudios teóricos y algunos


prácticos,   pueda servir de base para realizar investigaciones en mas detalle,
donde se contemple la parte cualitativa y principalmente la parte cuantitativa
de los estratos encima de la zona saturada y por debajo de la zona saturada, el
tipo y la calidad de recarga que presenta, la clase y la incidencia de los
contaminantes, tanto espacialmente como su dinámica en el tiempo. Con estas
investigaciones se podrá brindar mayor protección a los acuíferos y en su caso
buscar medidas de mitigación.

BIBLIOGRAFIA

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Mauri.

Aranibar, O.  et.al (1995). Bloque Colchani - Corregidores. Documento


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