Aplicacion de Leyes Extranjeras en Guatemala Hoja de Trabajo 27-9-2022
Aplicacion de Leyes Extranjeras en Guatemala Hoja de Trabajo 27-9-2022
Al igual que Guatemala, el resto de los países del mundo también se ha encargado de crear, ordenar y
jerarquizar sus propias normas jurídicas. A persas de que estas normas no sean ordenamientos
originarios y muchas veces sean derivados a partir de ideas de otros juristas alrededor del mundo, estas
son dadas por los mismos Estados y no a través de ningún otro.
Por lo que la aplicación de leyes extranjeras en Guatemala, básicamente hace referencia a permitir
dentro de su ámbito espacial de validez, la utilización de una norma distinta a su ordenamiento jurídico
interno, para que esta tenga plena efectividad en su territorio. Para que este supuesto suceda es
necesario que previamente exista un elemento extranjero que, de origen a esta situación, siendo los más
comunes la persona y el objeto.
Estatuto Personal
El objeto del Derecho Internacional Privado, como se mencionó con anterioridad es solventar conflictos
en donde sea aplicable dos o más leyes que pertenezcan a distintos Estados. Es decir, “ofrecer un sistema
de reglamentación jurídica a las relaciones de índole jurídico-privada que se desenvuelven en
comunidades jurídicas distintas”.
Pero es de suma importancia mencionar, que la razón por la cual surge el conflicto de leyes, es porque
existen elementos de extranjería. Entiéndase por estos elementos de extranjería la persona, objeto o
lugar de creación o cumplimiento del acto o negocio jurídico.
Estos elementos de extranjería se conectan a través de puntos de conexión, que tienen como fin
demostrar al juzgador la verdadera naturaleza jurídica del caso concreto para que este aplique la ley
adecuada y pertinente. Es decir, “elige y determina el derecho aplicable al supuesto contemplado en su
tipo legal”.
El estatuto personal inicia desde las antiguas escuelas, en donde sugerían que la ley debía acompañar a
la persona no importando donde esta estuviera. Es posible definir el estatuto personal como: “el
conjunto de materias sometidas a la ley que persiguen a la persona”.
El estatuto personal contiene una serie de elementos, que a su vez han sido utilizados como
sistemas para la aplicación de leyes extranjeras en Guatemala, estos forman parte del estatuto
personal. Dentro de los más importantes es necesario mencionar:
1. Nacionalidad
La nacionalidad entonces, es aquel vinculo juridico-politico que posee una persona con un determinado
Estado. También es definida como: “una verdadera necesidad social para todo individuo que, al asociarse
a la obra de un Estado, busca la eficaz protección de sus actividades en la complicada rueda de la vida
contemporánea”.
El apreciar la importancia de la nacionalidad permite descubrir lo trascendente que es para una persona
esa relación que existe con un Estado, en cuanto a la protección de sus derechos y en las demás
relaciones jurídicas en que pudiera verse implicada.
Ya que esta es “el estado propio de la persona nacida o naturalizada en una nación”.
El concepto de nacionalidad fue creado por parte de los romanos. Estos consideraban que únicamente
ciertas categorías de personas podían ejercer con toda plenitud sus derechos y también obligarse en sus
relaciones jurídicas. Es por eso que Fuentes Navarro afirma que: “el ordenamiento jurídico romano solo
otorgaba protección a los miembros de la civita romana. Es decir, únicamente a los ciudadanos
romanos con ciudadanía plena, podían llegar a gozar de todos los derechos que otorgaba el imperio a
sus súbditos o nacionales. Esta condición se fue atenuando con el paso del tiempo, al concederse a los
extranjeros ciertos derechos civiles”.
Desde ese momento de la historia es donde la nacionalidad comienza a conllevar una gran importancia
para el Estado. Esto se da a que amplia o restringe la capacidad de ejercicio de las personas ya que este
elemento regulaba las clases de obligaciones que podían contraerse y los derechos que podían
ejercitarse. Actualmente la nacionalidad sigue siendo importante para las personas. El pertenecer a
determinado Estado trae por consiguiente ventajas no únicamente en un plano personal sino que a nivel
internacional, ya que es decisivo tanto en asuntos migratorios como en asuntos políticos.
Es posible concluir que la existencia de un Estado es primordial para que surja el elemento de la
nacionalidad, este es un prerrequisito. El legislar los límites de la nacionalidad es un principio primordial
y necesario para la eficaz protección de la soberanía estatal.
Dentro de los principios de la ciudadanía que deben respetarse se encuentran “el interés individual, la
defensa de la familia y el interés general del Estado”.
El interés individual hace referencia a la libertad que posee un individuo de decidir que nacionalidad
desea adoptar. Es cierto que al momento de nacer automáticamente opera la nacionalidad como
elemento de la personalidad, pero es decisión de esta persona el continuar formando parte de ese
vínculo o sustituirlo por otro.
La protección a la familia es una garantía que el propio Estado le otorga atendiendo a sus obligaciones.
Este elemento hace especial énfasis en la mujer casada y los hijos menores de edad. Este beneficio es
con el propósito de no perjudicar una institución social que funciona como la base de la sociedad.
El interés general del Estado y la protección del mismo, se manifiesta de distintas maneras, como lo es
legislar la manera de obtención, pérdida y rompimiento del vínculo entre la persona y el Estado mismo.
Como se mencionó con anterioridad esto le permite cuidar su soberanía y evitar que exista abuso en
cuanto a la personalidad.
Dentro de los efectos que es posible mencionar de la nacionalidad se encuentran: “otorgar derechos
políticos, imponer deberes militares, capacita para ciertas funciones públicas, da derecho a un
pasaporte, da derecho a invocar en ciertos casos la protección diplomática, posibilita la repatriación, da
derecho a ciertas concesiones estatales, etc.”
Los efectos que produce la nacionalidad en el mundo jurídico son amplios, con los pocos enumerados
con anterioridad es posible deducir que si existiera la falta de ese vínculo se restringirán incluso hasta
derechos humanos en el individuo, siendo las consecuencias contraproducentes para el mismo. Entonces
nos encontramos ante una de las finalidades de la nacionalidad, que es ocasionar un beneficio para la
persona.
Es por eso que la ley aplicable, en varias ocasiones, es la del país en donde tiene el individuo su
nacionalidad. Esto debido a que cada Estado creo su propio ordenamiento atendiendo a las
circunstancias y diversos usos que existen entre su población. Sin embargo, en reiteradas ocasiones la
determinación de la nacionalidad de una persona no es siempre posible debido a que no es posible
encuadrar al individuo en una sola.
Existe también la clasificación del derecho de suelo y la del derecho de sangre. Exponiendo ambos
conceptos, Larios Ochaita explica que: “Los Estados hoy en día se dividen entre aquellos que determinan
la nacionalidad por el lugar de nacimiento y aquellos que determinan la nacionalidad por la nacionalidad
de los padres”.
En Guatemala, existe la combinación de ambas tendencias. Así también, el Estado de Guatemala es muy
restrictivo al establecer que únicamente reconoce la nacionalidad guatemalteca, haciendo como única
excepción la nacionalidad de los centroamericanos.
Domicilio
El domicilio de una persona natural es un elemento que está revestido de gran envergadura y
consideración en el Derecho internacional privado debido a la consideración que este tiene en un caso
concreto determinado.
Para que una resolución jurisdiccional internacional tenga plena validez y fuerza ejecutiva, debe haber
sido dictada por un juzgador con competencia en el ámbito internacional. Por lo que, atendiendo a
nuestro ordenamiento interno, para entablar acciones debe atenderse al ámbito territorial del que
dependa la relación jurídica. Es por esa razón que tanto la nacionalidad como el domicilio, deben ser
observados por el órgano jurisdiccional para revestirse de la potestad de juzgar el asunto puesto a su
disposición. Es por esa razón que el domicilio ha sido estudiado a lo largo del tiempo por varios juristas
para la resolución de conflicto de ley. Por lo tanto, el domicilio “es la relación existente entre una
persona y el lugar donde esta persona es, en cuanto al ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de
sus obligaciones, siempre considerada presente.” Es decir, que esta persona señala por razones
circunstanciales o personales un asiento estable para las derivaciones que puedan suscitar de sus
relaciones jurídicas.
Esto permite determinar con certeza la ley del Estado que es aplicable en cuanto a la capacidad de la
persona, elemento que se desarrollara a continuación; y el estado civil de la persona. Este elemento va
directamente relacionado con lo es la persona individual.
Según el jurista Larios Ochaita, los principios que rigen el domicilio son:
2) Toda persona puede tener más de un domicilio, en un lugar tener su domicilio y en otro su domicilio
legal.
4) El domicilio de los menores e incapaces es el de las personas que ejercen la patria potestad o la
tutoría sobre ellos.”
Capacidad
La capacidad es uno de los elementos más importantes a tomar en cuenta en las relaciones jurídicas. La
falta de este invalida la eficacia y validez de cualquier negocio o acto entre individuos. Por lo que dentro
del Derecho internacional privado ha sido motivo de estudio en cuanto a las incidencias que pudieran
suscitarse al no presentarse este elemento.
Para su amplio entendimiento, la capacidad se define como el elemento de la personalidad que: “toda
persona, por el hecho de serlo, posee; supone la aptitud de un sujeto para la mera tenencia y goce de los
derechos. También supone la aptitud para ser titular de derechos y obligaciones. Es, en realidad, una
posición estática del sujeto”.
El pleno ejercicio de la capacidad, está ligado a la mayoría de edad, las aptitudes mentales y la utilización
de estupefacientes o ingesta de alcohol. Cuando haga falta el primer elemento, la capacidad está sujeta a
una relatividad, es decir puede ejercerse únicamente en determinados asuntos previstos por la ley.
Mientras en el segundo y tercer supuesto, para que exista su limitación, debe existir primero una
resolución judicial que así lo ordene. En cuanto a la posición estática del sujeto que se menciona en la
definición anterior, esta hace referencia a la característica de permanencia. Esto quiere decir que la
capacidad en el ser humano únicamente finalizara con la muerte, no es posible eliminarla de un
individuo bajo ninguna otra circunstancia. La capacidad, dentro del ordenamiento normativo interno
guatemalteco, es regulada dentro de varios cuerpos normativos siendo el más importante el Código Civil.
Cabe recalcar dos artículos importantes, que permiten apreciar la importancia de la capacidad en las
relaciones jurídicas.
El artículo 8 del Código Civil establece que: “La capacidad para el ejercicio de los derechos civiles se
adquiere por la mayoría de edad. Son mayores de edad los que han cumplido dieciocho años. Los
menores que han cumplido catorce años son capaces para algunos actos determinados por la ley.”
Asimismo, dentro del artículo 1251 del Código Civil, se establece lo siguiente: “el negocio jurídico
requiere para su validez: capacidad legal del sujeto que declara su voluntad, consentimiento que no
adolezca de vicio y objeto licito.”
Estos elementos, son los presupuestos necesarios para que cualquier acto o negocio jurídico tenga plena
validez dentro del territorio de Guatemala. Como se mencionó con anterioridad, los distintos
ordenamientos jurídicos de otros Estados poseen distintos lineamientos para la eficacia de estos actos.
Por lo que en este caso, estos atienden únicamente al ámbito espacial de las normas internas.
En cuanto a la capacidad en el artículo 1251 del Código Civil, el jurista Rubén Contreras puntualiza que:
“es obvio que la exigencia de capacidad civil se refiere a la aptitud o idoneidad para comparecer y actuar
por sí mismo, para contraer obligaciones y cumplirlas, así como para ejercitar derechos de crédito, sin
necesidad de asistencia o auxilia de ninguna otra persona. Es decir, se trata de la llamada capacidad de
obrar”.
La conclusión a la que se llega con el elemento de la capacidad dentro del Derecho internacional privado,
es que es necesario para el perfeccionamiento de los negocios o actos jurídicos en donde existan
elementos de derecho extranjero. En los varios casos concretos, debe observarse la capacidad de los
individuos, para declarar la validez de sus actos y proceder luego a aplicar una norma de acuerdo a la
circunstancia.
La incapacidad de alguna de las partes, atendiendo a las circunstancias, conlleva en la mayoría de los
casos, la nulidad del negocio o acto jurídico.
Es un tema polémico, por varias razones, dentro de los cuales las más importantes a recalcar son: que
cada Estado tiene su propia manera de resolver los conflictos que de normas extranjeras se deriven y no
siempre es permitido la aplicación de una ley extranjera por razón del territorio, objeto o relación.
Es por eso que dentro de las mejores propuestas la unificación de legislaciones y figuras legales, han
pretendido ser la solución a los conflictos negativos de jurisdicción. Esto no se ha logrado conseguir aun
y no existe una propuesta clara de un cuerpo normativo uniforme de esa magnitud.
A lo largo de la historia, una gran cantidad de juristas ha debatido sobre la naturaleza jurídica de la
aplicación de leyes extranjeras. Argumentando varios aspectos sobre si la aplicación es un hecho o es un
derecho. Dentro del gran debate se han consolidado dos grandes vertientes que son las: Teorías
Normativistas y las Teorías Realistas.
1.Teorías Normativistas
La invocación del derecho extranjero para su aplicación extraterritorialmente, es decir fuera del
ordenamiento que la creo, ha prevalecido como un derecho, esto aludiendo que no puede negarse su
procedencia en los casos en que fuera aplicable.
Es por eso que estas teorías normativistas “consideran que el Derecho extranjero es derecho, por lo
tanto el llamado formulado por la norma de conflicto del juez está dirigido al orden jurídico extranjero,
en cuanto al conjunto de normas”.
Esto quiere decir que la norma creada con el fin de dirimir los conflicto de leyes debe remitirse
directamente al ordenamiento jurídico extranjero para que sea aplicable esta al caso concreto.
Asimismo, se configura la tesis de la apropiación e inserción del derecho extranjero. Esta basándose en
que el derecho extranjero debe de proveérsele el método para su integración en el ordenamiento
jurídico interno, para que su aplicación no suscite un conflicto de leyes.
Existen factores variables que no permiten la plena utilización de la teoría normativista, en especial
porque de ella derivan situaciones que no son posibles de resolver bajo sus fundamentos. Dentro de los
cuales podemos mencionar que: “su carácter imperativo no es el mismo que el del Derecho nacional, ya
que solamente resalta de la fuerza de la norma de conflicto que lo declara aplicable.
Es por esa razón, que la aplicabilidad del derecho extranjero como si fuera nacional no es posible en su
totalidad. Siempre van a existir las ordenanzas de probar la aplicabilidad de una norma jurídica en el
ordenamiento interno.
El considerar el ordenamiento extranjero implicaría realizar un cambio completo en las normas internas.
Esto sería una consecuencia directa de dicha a acción debido a que es necesario regular de la misma
manera las figuras legales extranjeras con las nacionales.
2. Teorías Realistas
En contraposición de las teorías normativistas, las teorías realistas consideran el derecho extranjero
como un hecho. Es decir, un suceso que provee de consecuencias jurídicas a la persona por el hecho de
encontrarse en una situación con elementos extranjeros pertenecientes a otros Estados.
El debate que se ha suscitado entre si es un hecho o un derecho, permite formular que en definitiva es
“un hecho, naturaleza que le es atribuida como resultado de la extraterritorialidad, y que tiene la
virtualidad de transformar lo que es derecho en hecho al trasponerse las fronteras de los Estados”.
Con anterioridad se realizó un análisis de la Escuela Holandesa, esta permite fundamentar esta teoría al
afirmar que la aplicación del derecho extranjero es meramente una cortesía internacional.
Al realizar un cotejo entre la escuela antigua y la teoría realista es posible descifrar que en realidad el
propio Estado permite la aplicación de una norma, no creada ni emanada por sus órganos, y aun así
permite su aplicación dentro de su territorio, siempre y cuando así lo haya determinado. Sin esta
autorización la aplicación de dicha norma no sería posible.
El uso jurídico, es otro elemento que le ha permitido defender sus principios e ideales a la teoría realista.
Este hace una referencia a la resolución que dictaría un juzgador al momento de someterse a un derecho
extranjero.
La jurista Biocca hace énfasis en explicar que el uso jurídico, es tomado como elemento decisivo por
parte de la norma jurídica cuando analiza “la sentencia de fondo que con mayor grado de probabilidad
dictaría el juez extranjero sobre el particular sometido a su derecho, en la hipótesis de que le hubiera
toca resolverlo”.
Esto con razón de entender el espíritu plasmado en la norma extranjera para la resolución de conflictos.
Este elemento decide conllevar a tomar la decisión más justa agregando la experiencia del juzgador
acostumbrado a la aplicación de ese ordenamiento jurídico.
La pluralidad de doctrinas y argumentos que existen en ambas teorías no analizan el problema de fondo
que en este caso atiende directamente a “la posición del juez cuando tiene que aplicar un Derecho
distinto del suyo. No se trata ya de la discusión acerca de si el Derecho extranjero que resultara aplicable
debe ser considera como un hecho o como Derecho. De lo que se trata es de la polémica sobre si ese
Derecho es efectivamente Derecho foráneo o por el contrario, o es simplemente, parte del propio
ordenamiento nacional por haberse incorporado al mismo, en virtud del mandato realizado por la norma
de conflicto”.
En Guatemala, es posible encontrar que el derecho foráneo en gran parte se adecua y encarga de regular
el derecho extranjero. Como se ha ido explicando con anterioridad es aplicable la ley del foro, o en su
defecto, lex fori. Es aquí en donde se encuentra la aplicación del derecho extranjero como un hecho.
Sin embargo, la aplicación de leyes extranjeras en Guatemala conlleva otra serie de aspectos a evaluar. El
jurista Eduardo Tellechea Bergman comenta respecto a la aplicación del derecho extranjero en la
doctrina que: “Las posiciones acerca del tratamiento a conferir al derecho extranjero son diversas y
admiten variedad de matices, pudiendo con cierta generalidad ser englobadas en dos grandes
corrientes:
Aquellas que afirman que el derecho extranjero debe ser alegado y probado por las partes, que es la
concepción tradicional, y la que estima que el derecho ajeno debe aplicarse de oficio, que es la
concepción moderna.”
Es debido a esa razón que, en el ámbito procesal del Derecho internacional privado, es necesario evaluar
dos grandes posiciones doctrinarias respecto a la aplicación del derecho extranjero, siendo estas las
siguientes:
Dentro de los argumentos más importantes en esta corriente, se encuentra que “sea que el juez aplique
sus propias reglas o las de un país extranjero, realiza siempre la función tantas veces comparada con la
solución de un silogismo, en el cual la norma actúa como premisa mayor y los hechos que estima
probados como premisa menor”.
Esto quiere decir que el juez debe siempre velar por que sea aplicado en la resolución jurisdiccional el
derecho como máximo exponente y no los hechos como lo definitivo del caso concreto.
La no aplicación de leyes extranjeras, para algunos juristas, se considera desnaturalizante para el proceso
jurídico, ya que consideran que es posible su aplicación sin que exista el conocimiento pleno del Derecho
extranjero.
El Código de Derecho Internacional Privado, en su artículo 408 establece que: “Los jueces y tribunales de
cada Estado contratante aplicaran de oficio, cuando proceda, las leyes de los demás, sin perjuicio de los
medios probatorios a que este Capítulo se refiere”.
La obligación de aplicar leyes extranjeras en Guatemala de oficio, es un principio que rige varios otros
Estados, lo cual crea una gran discusión en cuanto al principio consistente en que el juez conoce el
Derecho, es decir el principio de Iuria Novit Curia.
Este principio consiste en que el juzgador debe aplicar la norma correcta al caso concreto, de acorde a
sus conocimientos. El juez guatemalteco, independiente de la materia correspondiente a su
competencia, debe realizar la correcta aplicación del Derecho que mejor resuelva la contienda.
Dicho de otra forma, el principio Iuria Novit Curia “constituye aquella presunción de derecho según el
cual el Juez conoce mejor el derecho que las partes, razón por la cual el juzgador se encuentra en la
obligación de aplicar la norma jurídica que corresponda a la situación concreta”.
La crítica en cuanto a este corriente sostiene que el juzgador no puede aplicar una norma jurídica
extranjera, en un proceso sometido a su competencia, debido a que este no posee el conocimiento
especializado para su correcta aplicación.
De lo mencionado con anterioridad es posible deducir que el juez, lo que en realidad hace, es invocar el
derecho extranjero oficiosamente dentro del proceso. Pero para la aplicación del mismo este necesita de
actos de obtención emanantes de las partes, es decir, actos que tiendan a lograr por parte del órgano
jurisdiccional el cumplimiento de la pretensión procesal. De conformidad con la oficiosidad por parte del
juez es congruente mencionar que se le da a las normas extranjeras una categoría de derecho y no de
mero hecho.
Sin embargo, en lo que refiere a la oficiosidad en la aplicación de leyes extranjeras el juzgador antes de
proliferar una resolución puede acudir a la vía diplomática, con motivo de imposición del Derecho
extranjero. Este supuesto se encuentra regulado en la Ley del Organismo Judicial.
Esta corriente establece que la única forma de considerar el derecho extranjero escomo un mero hecho.
Esto se alude a través del traspaso de fronteras entre distintos territorios, que permite la pluralidad de
normas validas aplicables simultáneamente a una situación determinada.
Por consiguiente, “este sistema resulta ser la derivación de las corrientes tradicionalmente apoyadas en
la comitas gentium, según la cual los Estados no se encuentran obligados a aplicar las leyes extranjeras, y
si deciden hacerlo es en virtud de la cortesía internacional y la reciproca utilidad que con ello persiguen”.
La teoría de aplicación a instancia de parte es ampliamente desarrollado por parte dela escuela
holandesa en donde era decisión de cada Estado la posibilidad de aplicación de normas extranjeras por
las partes en el proceso. El problema radicaba en que se permitía o prohibía atendiendo a un interés
personal y no a un interés social.
El jurista Henri Batifol y Paul Lagarde argumentan al respecto que “cuando el juez determina el
contenido y el sentido de la ley extranjera hace una operación diferente a la que le incumbe en la
determinación de su propia ley: él no busca lo lógico, justo o útil, sino lo que es admitido de su propia
ley: él no investiga lo que debe ser, sino lo que es. La causa de esta diferencia se encuentra en que el juez
es exterior al sistema jurídico extranjero.”
En definitiva el jurista le otorga un carácter de mero hecho a la aplicación a instancia de parte, ya que es
ahí en donde el juez depende de los actos adquisitivos de las partes para continuar el proceso.
El Código de Derecho Internacional Privado, en su artículo 409 establece que: “La parte que invoque la
aplicación del derecho de cualquier Estado contratante en uno de los otros, o disiente de ella podrá
justificar su texto, vigencia y sentido, mediante certificación de dos Abogados en ejercicio en el país de
cuya legislación se trate, que deberá presentarse debidamente legalizada.”
La mayoría de juristas afirman que por medio de esta corriente es posible alcanzar los principios
procesales de objetividad (imparcialidad procesal) y el principio dispositivo. En cuanto al principio de
objetividad se argumenta de que al no realizar la invocación de determinada ley no se beneficia ni se
perjudica a ninguna de las partes. Mientras que el principio dispositivo se da mediante la invocación por
medio de las partes de las normas jurídicas extranjeras aplicables al proceso, es decir que queda a
disposición de ellos la utilización de las mismas dentro del caso concreto.
Por medio del principio de objetividad procesal, se logra completar los fines del proceso, es que la
obtención de una resolución eficaz, valida y justas para las partes que se encuentran sometidos al
mismo.
Ahora bien, el principio dispositivo, para su entendimiento se define como aquel mediante el cual “se
confía a la actividad de las partes tanto el estímulo de la actividad judicial como la aportación de
materiales sobre los cuales ha de versar la decisión del juez.”
Es comprensible que se busque revestir al proceso con el principio dispositivo debido a que este
dependerá directamente de los actos jurídicos que realicen las partes. Por consiguiente, las partes
podrán argumentar sus premisas que serán valoradas por parte del juez en la toma de la resolución
judicial final.
A pesar de existir dos grandes vertientes en cuanto a la invocación y aplicación de leyes extranjeras,
estas no son las únicas ya que existen otros métodos adecuados para hacerlo. Estos se encuentran
también situados en el Código de Derecho Internacional Privado. Como, por ejemplo, en su artículo 410,
que establece que: “Afalta de prueba o si el juez o tribunal por cualquier razón la estimaren insuficiente,
podrán solicitar de oficio, antes de resolver por la vía diplomática, que el Estado de cuya legislación se
trate proporcione un informe sobre el texto, vigencia y sentido del derecho aplicable.”
Este artículo hace referencia a la invocación de leyes extranjeras por medio de la vía consular o
diplomática. Esto permite otra opción para cualquiera de las partes para utilizar dentro de un proceso el
Derecho extranjero, esto proporciona una solidaridad dentro de la comunidad internacional para dirimir
conflictos de jurisdicción negativos.
Aplicación de Leyes Extranjeras según la Ley del Organismo Judicial Guatemala posee dentro de su
ordenamiento jurídico interno previsto varias circunstancias en donde existen simultáneamente normas
jurídicas aplicables al mismo caso concreto. En su mayor parte se encuentran dentro de la Ley del
Organismo Judicial, Decreto 2-89 y sus reformas.
Es de suma importancia, hacer mención del artículo 35 del mismo cuerpo normativo, que establece: “Los
tribunales guatemaltecos aplicarán de oficio, cuando proceda las leyes de otros Estados. La parte que
invoque la aplicación de derecho extranjero o que disienta de la que se invoque o aplique justificará su
texto, vigencia y sentido mediante certificación de dos abogados en ejercicio en el país de cuya
legislación se trate la que deberá presentarse debidamente legalizada. Sin perjuicio de ello el tribunal
nacional puede indagar tales hechos de oficio o a solicitud de parte por la vía diplomática o por otros
medios reconocidos por el derecho internacional.”
Esta norma jurídica posee dentro de si los imperativos correspondientes a la aplicación de oficio del
Derecho extranjero; la invocación a instancia de parte; la vía diplomática o consular y así también
cualquier otra disposición internacional al respecto. Esto a favor de la sociedad internacional del cual
forma parte.
El jurista Eduardo Tellechea afirma que “admitida la naturaleza jurídica del derecho ajeno, resulta
aplicable entonces el aforismo iuria novit curia. No obstante que su actuación debe presentar matices
más restringidos que en relación al derecho local, a causa de las dificultades que existen para acceder al
conocimiento de la regla foránea.”
Como se delimito con anterioridad, dicho principio va dirigido a que el juzgador debe utilizar los medios
a su alcance para determinar la norma adecuada a aplicar y los efectos de la misma. Asimismo, este debe
utilizar todas las herramientas y normas conflictuales para sobrepasar obstáculos existentes en su
aplicación.
En el artículo cuando hace mención de que es posible utilizar cualquier otra ordenanza internacional que
rija la aplicación de leyes extranjeras, esto no contraviene la soberanía del Estado de Guatemala. Debido
a que la soberanía no se refiere a una exención de someterse a las reglas del derecho internacional, sino
que hace referencia a respetar la comunidad internacional y por consiguiente sus ordenanzas.
En cuanto a las normativas internacionales, estas obligan a los Estados. Existe una gran cantidad de
circunstancias en donde el Estado debe permitir al derecho internacional hacerse cargo del caso
concreto y abstenerse de utilizar su ordenamiento interno. Un ejemplo de esta circunstancia son
embajadores y cónsules, a pesar de que se encuentran situación en el ámbito espacial guatemalteco,
este se debe abstener de aplicar sus disposiciones internas.
El artículo 35 de la Ley del Organismo Judicial posee grandes críticas de diversos juristas ya que
únicamente utiliza fragmentos de artículos en otros cuerpos normativos y tiene una naturaleza jurídica
confusa tanto para el juzgador como para el abogado litigante.
Otro problema que se deriva del mismo artículo es el principio de objetividad, es decir imparcialidad
procesal, en cuanto la aplicación de oficio de una ley extranjera ya que esta puede beneficiar o
perjudicar a alguna de las partes, evitando así que el proceso jurídico se encuentre revestido de las
garantías adecuadas establecidas en ley.
En cuanto a las condiciones que establece el artículo 35 de la Ley del Organismo Judicial para la
aplicación de leyes extranjeras, el jurista Larios Ochaita menciona que es: “la existencia de una relación
jurídica que reclama la aplicación de una ley extranjera; una situación conflictiva en la cual una de las
partes o las dos reclaman que el problema se resuelva haciendo aplicación de una ley sustantiva. La
segunda condición, en algunos es la prueba de la ley.”
La existencia de una relación jurídica se remonta directamente a los puntos de conexión que permiten
vincular normas jurídicas de distintos Estados, esto debido a que se presentan elementos de extranjería.
Estos pueden ser diversos, como lo es el estatuto personal, el objeto o el cumplimiento de una
obligación.
En cuanto al término de prueba tiene mucho a confundirse debido a que es utilizado en dos materias
distintas. En uno de los ámbitos se utiliza como medio de convicción para dilucidar hechos
controvertidos, mientras que en el Derecho internacional privado se utiliza el término para obtener la
interpretación correcta de una norma jurídica extranjera.
De lo anterior se desprende que “el término prueba del derecho extranjero no es correcto, ya que se
presta a confusiones porque alguien puede entender que el derecho extranjero es un elemento de
hecho en el proceso, que es la solución contraria a la aceptada por la Conferencia en la Convención
sobre Normas Generales de Derecho Internacional Privado.”
La prueba de la ley extranjera debe versar sobre el texto, la vigencia y el alcance o sentido. Esto con el
fin de su correcta aplicación por parte del juzgador.
Lo que pretende el juzgador es la utilización correcta del Derecho para la resolución del caso concreto.
Este debe prestar debida atención a los elementos de derecho extranjero que se encuentran inmersos
en la relación jurídica que completan los presupuestos para la utilización de norma jurídica adecuada.
La prueba de la ley extranjera debe versar sobre el texto, la vigencia y el alcance o sentido. Esto con el fin
de su correcta aplicación por parte del juzgador. En lo que respecta a la labor del juez, este último, al
Es por esa razón que, con motivo de emplear una cooperación entre Estados, se han formulado varias
convenciones para solución de controversias que pudieran llegar a suscitarse. Con motivo de ilustración
se mencionan como las más importantes:
Esta convención fue adoptada por el Estado de Guatemala en el año 1979. La finalidad de la misma era
establecer lineamientos uniformes para que fuera posible la utilización de normas solucionadoras de
conflictos de ley. Posee la característica de revestir al Derecho internacional privado de una jerarquía
superior al ordenamiento jurídico interno.
Esto se encuentra regulado en el artículo 3 que establece: “Cuando la ley de un Estado Parte tenga
instituciones o procedimiento esenciales para su adecuada aplicación y no estén contemplados en la
legislación de notro Estado Parte, este podrá negarse a aplicar dicha ley, siempre que no tenga
instituciones o procedimientos análogos.”
La Convención busca reguardar tanto de seguridad jurídica como de fraude de ley a los Estados
contratantes ya que permite evitar la aplicación de una norma extranjera si esta no se encuentra
apegada a Derecho. También realiza la salvedad en cuanto a establecer presupuestos de la aplicación de
la Convención en Estados que poseen dos o más territorios con iguales o distintos sistemas jurídicos,
siempre a criterio del país firmante.
La resolución de conflictos que proporciona esta Convención es eficaz, ya que otorga iguales privilegios a
todos los Estados obligados. Elimina por completo el principio de una cortesía internacional por lo que
no permite que exista la invocación y aplicación del Derecho extranjero por afinidad.
Durante la Segunda Conferencia Especializada sobre Derecho internacional privado en el año 1979 se
adoptó esta Convención. El fin de la misma consiste en que los Estados contratantes se comprometan a
brindar los informes y pruebas, cuando les sea solicitado, de sus propios ordenamientos.
La vigencia, texto y el alcance o sentido son los lineamientos que el juzgador debe observar al momento
de realizar la aplicación de una norma jurídica extranjera. Es por esa razón que la Convención permite, a
través de informes, el intercambio de esos elementos para su pronta apreciación por el Estado
solicitante.
En cuanto a los medios idóneos, que permite para su valoración la Convención, el artículo 3 de dicho
cuerpo normativo, establece que: “La cooperación internacional en la materia de qué trata esta
Convención se prestara por cualquiera de los medios de prueba idóneos previstos, tanto por la ley del
Estado requerido como por la del Estado requirente. Serán considerados medios idóneos a los efectos de
esta Convención, entre otros los siguientes:1) la prueba documental, consistente en copias certificadas
de textos legales con indicación de su vigencia, o precedentes judiciales; 2) la prueba pericial,
consistente en dictámenes de abogados o expertos en la materia; 3) los informes del Estado requerido
sobre el texto, vigencia, sentido y alcance legal de su derecho sobre determinados aspectos.”
Es preciso indicar que la convención no está siendo limitante en cuando a los medios idóneos que
establece la Convención. El permitir que cualquiera de los dos Estados, tanto el requerido como
requirente, utilice los medios establecidos en sus propios ordenamientos, es un indicio de la flexibilidad
y armonía que pretende este instrumento internacional.
Para comprender el artículo 35 de la Ley del Organismo Judicial, Decreto 2-89 del Congreso de la
República y realizar el análisis jurídico correspondiente, es necesario la utilización de instrumentos
dentro de la investigación que mejor se adecuen a los objetivos de la misma.
Debido a esa razón, fue necesario obtener los resultados por medio de entrevistas sostenidas a cuatro
abogados y dos jueces, con el fin de obtener información respecto a la manera más frecuente de
invocación de leyes extranjeras. Asimismo, se sostuvieron entrevistas con dos jueces y dos magistrados,
para delimitar la manera más frecuente de aplicación de leyes extranjeras.
Los abogados entrevistados fueron: JOSE PABLO HERRERA, VIVIAN CHICAS, PAMELA CASTRO Y
FRANCISCO ELEGANCIA (nombres ficticios). Tres de ellos se dedican al litigio, mientas que el otro labora
en Registro Nacional de las Personas. Estos sujetos poseen la experiencia y el conocimiento necesario
para ser sujetos de la presente investigación.
Los juzgadores entrevistados fueron: Salvador Lopez y Juan Hernandez. Ambos son jueces del ramo civil
y mercantil de la ciudad de Guatemala y poseen una gran trayectoria dentro de la carrera judicial. Sus
conocimientos y decisiones permitirán aportar grandes resultados a la presente investigación.
De las entrevistas realizadas a los abogados litigantes, se logró determinar que efectivamente la
invocación de leyes extranjeras no es un acto procesal que ellos realicen dentro del litigio. Debido a ese
motivo desconocen las maneras en que es posible la aplicación de una norma foránea dentro de un
proceso.
En cuanto a los principios del Derecho que se pudieran ver violentados por la aplicación de oficio de
leyes extranjeras, los juristas consideran que efectivamente ese hecho procesal puede afectar las
garantías inmersas dentro del proceso.
Las reformas que consideraron necesarias para el artículo 35 de la Ley del Organismo
Judicial, Decreto 2-89 del Congreso de la Republica radican en ampliar los presupuestos para la
aplicación de leyes extranjeras y delimitar la procedencia de los métodos de aplicación e invocación del
Derecho extranjero.
Los juzgadores estimaron que la invocación se sujeta a la vigencia de la norma extranjera en su país de
origen y la aplicación a la sujeción de la misma a las leyes nacionales y contemplar supuestos para su
posible utilización sin afectar la soberanía del Estado.
En cuanto a los principios del Derecho, consideran que los alcances de la norma extranjera deben ser
congruentes con el ordenamiento interno y la oficiosidad en cuanto a la aplicación puede vulnerar
objetividad ya que la norma jurídica que regula lo pertinente en cuanto a ese hecho procesal no es clara
y precisa. Es necesario precisar que, a pesar de ser una norma positiva en el sistema jurídico
guatemalteco, la misma no se ve utilizada con frecuencia dentro de casos concretos en los que se han
visto involucrados los sujetos sometidos a las entrevistas, ya que desconocen las formas de realizarlo o
no son ha sido clara la viabilidad de la utilización de las mismas.
La legislación guatemalteca, establece que la invocación de una ley extranjera es potestad únicamente
de las partes. Por lo tanto, el juzgador al tener la obligación de aplicar y no de invocar, pierde la
valoración que este podría darle a la norma jurídica dentro del proceso y se convierte en una obligación
de utilizar el derecho extranjero.
La invocación idealmente debe ser un acto, proveniente de las partes dentro de un proceso, con el
objeto de proporcionar al órgano jurisdiccional el conocimiento de una norma jurídica extranjera que
forma parte de la pretensión procesal. Esto al ser valorada proporcionaría una posible aplicación futura.
Por medio del instrumento de investigación utilizado se pudo constatar que la mayoría de sujetos, no
conocen el concepto de invocación y consideran que es un sinónimo de aplicación. La invocación del
Derecho extranjero no es un acto frecuente ni transcendente en los procesos jurídicos guatemaltecos.
Es por lo tanto que la aplicación de una ley extranjera, permite la aplicación de una norma fuera de su
ámbito de validez espacial. Esto al haber llenado los presupuestos establecidos en ley para su
procedencia.
A pesar de que la jurisdicción de los tribunales extranjeros no abarca el territorio nacional, sus normas
jurídicas traspasan barreras y acompañan al individuo por razón del objeto, nacionalidad, estado, etc.
Durante el proceso, el juzgador debe evaluar los puntos de conexión que le permitirán determinar la
norma aplicable a la situación. Al evaluar los distintos aspectos que se le presentan, este debe superar
los conflictos de jurisdicción que pudieran suscitarse durante los actos procesales. Por lo que al realizar
el análisis del caso concreto es posible que utilice una norma extranjera, que es la que mejor resuelve la
controversia.
La vigencia, texto, interpretación y alcance de una ley extranjera debe proporcionársele al juez para que
este enriquezca su conocimiento para la correcta aplicación de la norma jurídica. Sin embargo, el
principio de Iuria Novit Curia se encuentra violentado por medio de esas acciones, el juez no puede
desconocer el derecho que va a aplicar.
El juzgador no debe utilizar el derecho extranjero, sin el conocimiento especializado para la efectiva
aplicación de la norma jurídica. Sin embargo, nuestra legislación establece que el juez debe ser receptor
de la prueba del Derecho extranjero, para que este pueda aplicar correctamente la ley.
distintas. Gracias a varios esfuerzos conjuntos distintas Convenciones fueros creadas con el fin de ser
herramientas para la facilitación de la prueba extranjera.
A pesar de que el principio del derecho Iuria Novit Curia no se encuentra satisfecho a su totalidad, el juez
debe utilizar todos los métodos necesarios para la obtención de los elementos necesarios para la
correcta aplicación del Derecho extranjero. La cooperación entre Estados facilita solventar conflictos de
leyes de forma acertada y eficiente.
En cuanto al instrumento utilizado, la mayoría de sujetos concordaron que el principio Iuria Novit Curia
consiste no en conocer el Derecho extranjero, sino que conocer la obligación de aplicar el mismo. Es
necesario que para su valoración las partes obligatoriamente deben de haberlo invocado con
anterioridad.
Asimismo, otro de los criterios resaltados por los entrevistados consistió en que el juez debía aplicarlo de
oficio, tal y como señala la Ley del Organismo Judicial, el no proceder de esa manera significaría el
incumplimiento de su deber.
Es posible concluir, que el principio consistente en el conocimiento del juez sobre el derecho, en esta
disposición en particular, se ve manifestado parcialmente en cuanto a la obligación de aplicar leyes
extranjeras por disposición de la ley más no tener la obligación de conocer su contenido. Por lo que el
juzgador debe recurrir a informes de autoridades internacionales con el fin de conocer el alcance,
vigencia, texto e interpretación de la ley que se pretende aplicar.
Una de las críticas más frecuentes que recibe en la doctrina la aplicación de leyes extranjeras es la falta
de imparcialidad en dicho acto judicial. Esto se deriva de que el aplicar el Derecho extranjero conlleva un
beneficio o un perjuicio para alguna de las partes dentro del proceso. Por eso mismo, la oficiosidad en
cuanto a la aplicación no debería de imperar para algunos juristas.
La mayoría de los entrevistados afirmaron que la aplicación de leyes extranjeras dentro de un proceso
debe ser debidamente invocada por las partes interesadas. Esto debido a que el órgano que conoce del
caso o del conflicto tiene la consecuente obligación de conocer y aplicar las normas legales nacionales e
internacionales que el estado ha adoptado. Por consiguiente, las disposiciones normativas de otro
Estado, son distintas al conocimiento de los jueces o funcionarios nacionales, por lo que la aplicación de
oficio sería totalmente una violación al principio de objetividad procesal.
Otro de los criterios a valorar dentro de las entrevistas consiste en aplicar leyes extranjeras únicamente
en aquellos casos concretos en donde el ordenamiento interno guatemalteco no posea una disposición
legal aplicable por razón de elementos foráneos.
Cabe resaltar que el Derecho extranjero en Guatemala es considerado un hecho y no un derecho. Esto
dirige al juzgador a analizar la situación detenidamente y concluir en el hallazgo de elementos de
extranjería que llenan los presupuestos necesarios para aplicar una disposición fuera de su ámbito
espacial El juzgador no puede resolver de manera arbitraria, su labor consiste en emitir un criterio
discrecional que conlleve el análisis jurídico del conflicto de leyes que se le presente. El principio de
objetividad debe ir íntimamente entrelazado con la legalidad y razonabilidad en cuanto a la apreciación
de la situación.
El Derecho extranjero jerárquicamente no puede ser superior al ordenamiento interno, con excepción de
ciertos casos específicos. Sin embargo, es la misma legislación guatemalteca la que debe permitir la
introducción de normas foráneas en los procesos de su jurisdicción.
El juez al invocar el derecho extranjero debe utilizar las herramientas a su alcance para determinar su
texto, vigencia y alcance de las disposiciones. Es en ese momento en donde se debe cotejar la norma
jurídica extranjera y la norma jurídica interna para determinar su procedencia en cuanto a las partes y
situaciones que estén inmersas en el proceso.
A pesar de la oficiosidad en cuanto a la aplicación de leyes extranjeras, el juzgador debe auxiliarse de las
partes en el hecho de recabar la prueba de la norma jurídica foránea y la correcta aplicación de la
misma. Es por ese motivo que debe existir la colaboración entre todos durante el proceso.
La invocación de leyes extranjeras a instancia de parte se encuentra regulado en la ley del Organismo
Judicial al establecer que las partes pueden alegar la utilización de una norma foránea para ser utilizada
en el caso concreto. Esta invocación a instancia de parte se realiza por medio de certificaciones de dos
abogados extranjeros. Estas certificaciones deben llenar las autenticaciones correspondientes para su
validez en Guatemala.
Otro de los métodos para la invocación de normas jurídicas extranjeras es la vía consular o diplomática.
La posibilidad de solicitar por parte del juzgador la prueba del Derecho extranjero a las embajadas o
cuerpos diplomáticos en el país, es factible y se encuentra establecido en ley.
Las entrevistas indicaron que la mayoría de juristas desconocen los métodos de aplicación de leyes
extranjeras, esto fue argumentado por el hecho de que nunca se han encontrado en una situación en
donde haya sido necesaria utilizarla. Pocos de los entrevistados recordaban que en la Ley del Organismo
Judicial se encontraba la aplicación de oficio, a instancia de parte y la vía diplomática.
De todos los sujetos sometidos a la entrevista, únicamente uno encontró dentro de su ámbito
profesional una situación en donde se ha aplicado una ley extranjera. Esta consistió en relación a la
excepción de arraigo en donde dos abogados en ejercicio justificaron que no aplicaba la disposición legal
en el país de origen de la parte demandante.
Es por ese motivo que medir la efectividad de las disposiciones normativas en cuanto a la correcta
aplicación de leyes extranjeras es complejo, debido a que en Guatemala genera confusiones la forma
correcta de interpretar el artículo 35 de la Ley del Organismo Judicial.
CONCLUSIONES
1. El origen del Derecho Internacional Privado en Guatemala tiene su origen en la necesidad de
establecer disposiciones legales que solventen conflictos de leyes que puedan suscitarse a raíz de
diversas normas jurídicas aplicables a un mismo caso concreto.
2. La calificación autárquica empírica como solución a los conflictos negativos de jurisdicción no permite
encontrar una acepción universal para todas las figuras jurídicas inmersas en los distintos ordenamientos
legales.
5. La aplicación de leyes extranjeras dentro del sistema de justicia guatemalteco, es un acto procesal de
muy poca frecuencia. No existe dentro de la doctrina legal guatemalteca un número significante de
resoluciones judiciales, ni en la Corte de Constitucionalidad ni en la Corte Suprema de Justica. Esto no
permite medir la efectividad de las ordenanzas de la legislación guatemalteca.
medio de una certificación que en su país de origen los guatemaltecos no están sujetos a dicho acto
procesal.
7. Los presupuestos que deben cumplirse para la aplicación de una ley extranjera recaen sobre puntos de
conexión, es decir versan sobre el objeto, nacionalidad, domicilio, estado civil y negocio jurídico a que
estén sometidos las partes y que remitan a otro Estado.
10. La diferencia entre invocación y aplicación de una ley extranjera debe ser clara para el juzgador,
legislador y las partes. La confusión de conceptos ha ocasionado su poca utilización y ha conllevado a no
aplicar normas jurídicas foráneas.
11. La forma correcta de interpretar el artículo 35 de la Ley del Organismo Judicial, Decreto 2-89 del
Congreso de la Republica, consiste en la aplicación oficiosa de una ley extranjera cuando esta haya sido
invocada y valorada en cuanto a su texto, vigencia y alcance a instancia de las partes o por medio de la
vía diplomática. En otros términos, si una norma extranjera no es invocada por alguna de las partes, el
tribunal está imposibilitado de aplicarla, aun cuando lo estimare necesario.
12. La invocación de una norma jurídica extranjera puede realizarse únicamente cuando se encuentren
involucrados puntos de conexión que remitan al ordenamiento jurídico de otro Estado. El caso concreto
debe ser valorado por el juzgador para la aplicación de la norma extranjera que mejor lo resuelva y se
adapte a su naturaleza jurídica.