REPÚBLICA DEL ECUADOR
COMANDO CONJUNTO DE FF.AA.
DIRECCIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL
EL ECUADOR HA SIDO ES
Y SERÁ PAÍS AMAZÓNICO
DISCURSO DIA DE LA BANDERA NACIONAL DEL ECUADOR
Fecha: 26 de septiembre de 2021
Somos embajadores de una patria llena de historia, herederos de
todo un legado que hoy nos constituye como ecuatorianos.
Cobijados en nuestros símbolos patrios, sentimos orgullo por el
flameante tricolor que encierra victorias y tristezas; siempre
ondulante en los cielos, sinónimo de grandeza y perseverancia.
La Bandera Nacional es uno de los tres símbolos patrios que
representan al Ecuador y, como tal, celebra su día cada 26 de
septiembre. En esta fecha del calendario cívico ecuatoriano,
instituciones públicas y privadas de nuestro país, rinden homenaje
al lábaro patrio, a esta bandera que representa fuerza, bravura,
valentía, y es el compendio de valores y sentimientos que nos
merecen respeto y admiración.
Nuestra bandera significa mucho más que una conjunción de los
tres colores: amarillo, azul y rojo. Simboliza los ideales de todo un
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pueblo, como la eterna recompensa de quienes ofrendaron su vida
por verla flamear vigorosa y triunfante en las alturas.
Los tres colores de nuestra histórica Bandera, han sido
compendiados horizontalmente en el amarillo, que representa todo
el oro, la abundante riqueza de nuestro suelo y sus recursos
naturales. El azul, simbolizando el diáfano y claro cielo que cubre
cada rincón de nuestro territorio; y el rojo, como la sangre vertida
por los héroes que nos dieron una patria libre y soberana.
Es un honor referirse al sagrado tricolor porque es nuestro mayor
símbolo nacional. Es la bandera de todos los ecuatorianos y la que
flamea orgullosa siempre sobre nuestras sienes. Con sus virtuosos
colores, cobija a nuestro pueblo soberano y democrático, para
enaltecernos desde lo alto; es el emblema sin mancha, que flota
altiva, erguida y galana, por todas las regiones de la nación
ecuatoriana.
Los colores de sus tres franjas destellan brillante luz, en ondas y
giros relucientes, bajo el aire puro, de pureza infinita, como el que
los hijos de una nación libérrima y sagrada respiramos, bajo el
luminoso sol, símbolo sagrado de nuestros antepasados.
Cronistas de la época de la conquista refieren que el primer
emblema que expresó la resistencia de nuestro pueblo, en lo que
hoy es el actual territorio ecuatoriano, fue una bandera blanca que
las tropas quiteñas de Quisquís y Calicuchima colocaron, bien sola
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o adornada con una pluma dorada de curiquingue, en la fortaleza
cusqueña de Sacsayhuamán, como presencia del régimen de
Atahualpa.
En 1900, siendo presidente de la República el general Eloy Alfaro,
el Congreso Nacional estableció la bandera patria por decreto del
31 de octubre, que en su artículo segundo dispone: “El Pabellón
Nacional será, sin alteración alguna, el que adoptó Ecuador desde
que proclamó su independencia, cuyos colores son: amarillo, azul
y rojo, en listas horizontales, en el orden en que quedan
expresados, de superior a inferior, debiendo tener la franja amarilla
el doble de los otros colores”.
Este decreto legislativo, según reza la historia, fue promulgado por
el ejecutivo el 7 de noviembre de 1900 y se mantiene hasta la
actualidad.
Este símbolo patrio forma parte de la identidad de todos nuestros
soldados y de cada uno de los ecuatorianos, como la piel misma
de nuestro país, de la patria que reclama de nosotros grandes
aspiraciones y constantes glorias; patria que nos conmueve el
alma con sus recuerdos impregnados en la historia.
El calendario cívico no puede olvidar el 26 de septiembre, para
recordarnos siempre que nuestro país necesita del trabajo,
esfuerzo, generosidad y amor de todos sus hijos, como el deber y
la responsabilidad permanente que tenemos nosotros, los
soldados profesionales, herederos de las glorias de nuestros
héroes y defensores de la soberanía e integridad del territorio
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nacional, a fin de construir juntos un país de paz, de unidad y
progreso para todos los ecuatorianos.
Señoras y señores.