Desgrabación de teóricos Teoría Psicoanalítica III
Segundo teórico 02-09-2021:
“Hemos visto que todo el trabajo de Lacan de 1953 a 1975 responde a los criterios definidos por Kuhn como
índices de un cambio de paradigma en una disciplina dada” Lacan supone un cambio de paradigma dentro del
psicoanálisis.
El signo lingüístico para Saussure está forma por significante y significado. Para Lacan:
El significante corresponde a lo simbólico
El significado, el sentido pertenece a lo imaginario.
Para Saussure la lengua es un conjunto de signos lingüísticos. Para Lacan el lenguaje es encadenamiento de
significantes. Nosotros escuchamos significantes y puntuamos significantes, nunca se le atribuye significado en
el psicoanálisis. Hay que escuchar los significantes, no intentar atribuir significado, decir “vos quisiste decir tal
cosa”.
Texto Retorno a Freud:
Se sitúan dos momentos importantes en Retorno a Freud. Muchos dicen que el retorno a Freud fue a partir del
53´ con el texto de Función y Campo, llamado Informe de Roma. Y otros consideran que el retorno como
consigna fue el que dio en el 55´ Lacan en Viena. Allí habló de la cosa freudiana, él anuncia por primera vez la
consigna del retorno a Freud, de que hay que retornar a él y se anuncia freudiano.
Lacan sostiene que el psicoanálisis es una disciplina que debe su valor científico a los conceptos de Freud. Es
necesario retomar los conceptos teóricos que Freud forjó, volver a la historia que tienen en la obra de Freud.
Hay que dar cuenta de qué respuestas estaba dando Freud y a qué pregunta.
Uno de los cortes que hizo Lacan en la obra de Freud fue en lo que respecta al lugar de la palabra. Propone un
retorno a Freud de los términos más vivos de su experiencia psicoanalítica, lo inconsciente y lo sexual.
El retorno a Freud sería la justa vuelta al estudio en el que el psicoanalista debería ser maestro. Lacan propone
una justa vuelta al estudio en el que el psicoanalista debería ser maestro, el de las funciones de la palabra. Esto
ante el deterioro del discurso psicoanalítico. Porque parece que desde Freud el campo central de nuestro
dominio, la palabra, ha quedado a un lado. El psicoanálisis debería ser la ciencia del lenguaje habitada por el
sujeto. Le interesa tomar en serio la palabra.
Enajenación: salirse de sí =/ Alienación al Otro: quedar sujeto, tomado por el otro.
El analista es el oyente fundamental, es el que puntúa el discurso, vale más el silencio que la palabra vacía, la
palabra vacía del analista genera frustración, agresión en el analizante. Responder a la palabra vacía (aquel
discurso cotidiano que no posee valor) genera frustración.
La palabra tiene valor de tésera (pieza con inscripciones que los romanos utilizaban como contraseña, o
distinción honorífica, valor de entrada a algo).
La palabra plena, posee valor, indica algo que proviene del inconsciente, es la que hace que advenga el sujeto
del inconsciente, del lenguaje, se accede a la verdad de ese sujeto, es aquella a través de la cual el otro puede
reconocerme, tiene que ver con las palabras que portan una verdad. Es la palabra a través de la cual el deseo es
reconocido, son los fallidos, los olvidos, los chistes, el relato de un sueño, un síntoma. En esa época para Lacan
el análisis implicaba una relación intersubjetiva, por eso habla de interlocución. Habla de locución e inter-
locutario. La realización del sujeto, vía el análisis, tiene que ver con alcanzar un reconocimiento del otro y un
saber respecto de su deseo. La dialéctica del reconocimiento como sujeto se vincula con la palabra plena, por
medio de la cual se hace posible un acercamiento al deseo del sujeto. Va en el eje de una relación simbólica, de
un sujeto a otro (aquí para Lacan el analista es un sujeto, luego dirá que el analista no debe actuar como sujeto,
que su inconsciente no tiene que estar ahí). En este momento en el análisis hay dos sujetos, el analizante y el
analista. En este momento Lacan considera que la palabra dice algo del deseo del analizante, como motor del
psiquismo, luego dirá que no, que algo se podrá decir o saber del deseo, pero que éste es incompatible con la
palabra. Luego dirá que la relación analítica no debe ser intersubjetiva, entre dos sujetos.
Aún la mentira en un discurso, supone un lugar donde la verdad está.
El psicoanalista sabe mejor que nadie que la cuestión en el psicoanálisis es en qué parte del discurso está el
término significativo. Cómo opera el analista en el discurso del paciente: tomando el relato de una historia
cotidiana como una larga prosopopeya (animar algo que se halla inanimado. Afectación en la manera de ser o
hablar- de toda la historia que cuenta sólo se tomará la manera en que se dice-) a la cual deja pasar, y sí toma
como cargado de valor aquellas expresiones repentinas, impremeditadas que dan cuenta del estado de ánimo.
Una historia cotidiana la toma como una fábula moralizante y la deja pasar sin darle importancia, una larga
prosopopeya, aquella afectación en la manera de ser o hablar la tomará como una interjección directa, como una
voz con que se expresa repentina e impremeditadamente un estado de ánimo.
Los lapsus, los silencios también poseen valor de palabra plena. El sentido de lo que el sujeto dice se construye
a partir de la puntuación del analista, el sentido de lo que uno dice lo constituye el otro. Siempre para toda
locución hay un locutario (el que recibe un mensaje), aunque hable a las paredes, es el otro el que le da la
sanción del sentido de lo que uno dice.
Puntos a tener en cuenta del texto: Concepto de verdad, de historia, de inconsciente, palabra vacía,
palabra plena, articulación entre palabra y lenguaje, diferencia entre lenguaje y palabra.
La historia se construye en la palabra dirigida al analista.
Si el sujeto fuera un libro el inconsciente es el capítulo censurado.
Método psicoanalítico: es la asunción del sujeto de su historia, en cuanto está constituida por la palabra
dirigida al otro.
El inconsciente como el capítulo censurado, es aquella parte del discurso concreto en cuanto transindividual
que falta la disposición del paciente para establecer la continuidad de su discurso consciente, es la parte que
falta para reestablecer la continuidad y que todo el discurso sea consciente, es el capítulo censurado.
¿Cuál es el sentido del retorno a Freud que plantea Lacan?
Es el retorno al sentido de Freud, a la novedad que significa Freud por su descubrimiento, en la medida en que
ésta novedad ha sido olvidada por los seguidores de Freud (según lo que Lacan considera). Critica el camino
tomado por la psicología Norte Americana, no es recurrir a un dicho de Freud, sino leer a Freud a la letra para
considerar los dichos a la luz del decir freudiana.
Lacan:
Decir: es el sujeto, el modo enunciativo, desde dónde se dice, en qué contexto.
Dicho: es un enunciado
Tercer teórico 11-09-2021
Unidad II
El niño pequeño realiza, gracias a un espejo y a la contemplación de un otro, la existencia de su unidad corporal
que hasta entonces le faltaba.
En el 46´ Lacan se llama a sí mismo como parte integrante de la segunda generación, de Freud y la segunda
generación de psicoanalistas.
A la conceptualización del estadio del espejo como formador de la formación del yo tal como se nos revela en la
experiencia psicoanalítica, Lacan lo presenta en el 49´ en el decimosexto congreso de la asociación
internacional.
Texto: El estadio del espejo como formador de la función del yo (JE) tal como se nos presenta en la
experiencia psicoanalítica
Lacan no se presenta como fundador o descubridor del fenómeno, lo toma de Valom. Lo interpreta y le da un
nuevo sentido. El estadio del espejo se da entre los 6 y 18 meses, Lacan prefiere llamarlo fase. Esta etapa es el
centro de la constitución del Yo, de la estructura narcisista del yo. Lacan presenta la formación del yo
básicamente constituida en el estadio del espejo y por el estadio del espejo. Esa imagen que lo aliena y forma de
modo primordial refiere al yo.
Transitivismo infantil: remite a confusiones entre el yo (del niño) y un otro.
Investigaciones de etiología: vinculado al concepto de la visión del congénere.
Y también toma conceptos de fisiología humana: Lacan considera la prematuración del nacimiento. Los seres
humanos dependemos de otros.
En el estadio del espejo: hay un niño frente a un espejo, que se muestra con júbilo (gozo o alegría muy
intensa) y un ajetreo (movimientos muy intensos) que dan cuenta de una asunción jubilatoria al ver su imagen
en el espejo, llegando a una identificación plena. Se alcanza una identificación resolutiva, se constituye el
Yo. El espejo le devuelve al niño una imagen ilusoria que le devuelve una totalidad de la que él no tiene aún
control. Esta imagen le brinda una anticipación de totalidad, se anticipa como unidad, aunque se sienta
fragmentado.
En el ajetreo o asunción jubilatoria Lacan ve el proceso psíquico de la identificación, es signo de la asunción
de la imagen vía la identificación a la imagen, ese soy yo. A lo que se identifica primero es a una imagen
especular que remite a una Gestalt, a una imagen como totalidad, una forma que posee desde el inicio una
propiedad unitaria. A la imagen de la forma total de su cuerpo. Las identificaciones posteriores son a los
semejantes.
Hay dos identificaciones resolutivas:
A la imagen especular, imagen de totalidad que devuelve el espejo. Aquí la insuficiencia de la
prematuración aparece como un momento superado.
Al semejante
¿Cuál es para Lacan la falta biológica que hace que sea necesario este proceso de identificación para formar el
Yo? ¿De qué dato biológico se parte?
Se parte de una prematuración natural, nacemos con una carencia biológica en relación a muchas otras especies,
es lo que Freud llama desamparo original, requerimos de otro asistencial. Debido a la prematuración hay
insuficiencia, no somos suficientes para sobrevivir solos. Cuando el sujeto ve su imagen el espejo anticipa una
unidad para el que no tiene los medios ni neurológicos, ni motores.
Como producto se constituye su imagen, su yo. El yo pertenece al registro imaginario. Lacan ubica en el nudo
borromeo el cuerpo en el registro imaginario, y ahí también el yo.
Para Lacan el Ideal del Yo es simbólico y tiene que ver con los dichos primeros de la madre, estos son
constitutivos del ideal del yo.
Discordia primordial: es como un factor dinámico, una discordia entre el cuerpo real y el cuerpo imaginario,
discordia entre lo que el niño experimenta y el cuerpo reconocido en la imagen. Lo que él experimenta, el poco
control que posee de su estabilidad, de sus movimientos. Discordia entre verse como totalidad y percibir la
fragmentación de sus movimientos.
Lacan dice que el Yo es otro, porque en realidad nos concebimos como “yo soy ese que veo en el espejo” en
base a la confirmación que otro hace de mí, de mi imagen. Yo no soy yo, porque al percibirme por vez primera
en un espejo no pude dar cuenta automáticamente que ese era yo, necesité de la confirmación de otro.
Alienación: estar sujeto a otro, o estar descentrado de la propia imagen. El sujeto se ve donde no es.
Enajenación: fuera de sí.
Imagen como función ortopédica: la imagen subsana lo fragmentario. Porque el niño vive su cuerpo real,
experimentado de manera fragmentada, debido a la imagen de completud como que subsana la fragmentación.
Las sensaciones cenestésicas son de fragmentación, las sensaciones del propio cuerpo. Todas las turbulencias de
los movimientos y las sensaciones de ellos vividos como fragmentarios a partir de este momento que el espejo
le devuelve esa imagen ilusoria él puede dar cuenta de todos los movimientos ya no de forma fragmentaria, la
imagen le devuelve algo unitario, algo de totalidad, en la imagen puede ver todos los movimientos de manera
simultánea, asumiéndolos como propios. Pasa de una vivencia cenestésica, de fragmentación, a vivir los
movimientos como un conjunto que se complementan y que son suyos.
El sentimiento de sí se lo da una imagen, un algo externo, que vino de afuera. La imagen lo cautiva al sujeto. El
sentimiento de sí es lo menos sí. No hay identidad, porque todas las identificaciones se dan en base a rasgos
provenientes del exterior. No existe palabra ni significante que nos dé el ser. La función del desconocimiento,
de dar cuenta que esa imagen no es completa, vela incompletud, la prematuración, nuestras carencias
originarias. Su función es desconocer que nació alienado, identificándose a una imagen que no es él.
Donde en ello estaba Yo debe advenir el Je, el sujeto del incosnciente.
La intervención del análisis va por el lado de la castración, de la falta deseante. De la castración de uno y del
otro. Es como si la liberación fuera por la vía de lo que no tengo, de la castración, de lo que deseo.
Hay dos identificaciones resolutivas, entonces puede decirse que el yo se forma en dos momentos resolutivos
complementarios. Con el estadio del espejo, cuando se identifica a la imagen especular se obtiene el Yo
formado, alienado a la imagen, pero en un mundo narcisista, donde el otro no está. Posteriormente, de manera
progresiva, aparece la imagen del semejante y se empieza a distinguir su imagen especular de la imagen del
semejante principalmente con el drama de los celos, Lacan dice que los celos son el arquetipo de los
sentimientos sociales. Para él los celos son fundadores del yo socializado.
En el estadio del espejo se constituye el yo, el semejante y la realidad.
Texto: Acerca de la Causalidad Psíquica
Transitivismo (concepto tomado de Charlotte Bühler): es una reacción, que nunca se elimina por completo en
el mundo de los hombres, lo vemos en las relaciones de rivalidad. Se confunde el yo y el otro. El niño se
experimenta en el otro, por eso si el otro llora, él también lo hace.
Se comprueba que el niño habla en tercera persona sobre sí. Entonces como que el Yo es otro. Esto, para
Lacan, comprueba que el niño esta capturado por la imagen.
Ambivalencia primordial: el amor y el odio al semejante.
En cuanto a la etiología: cómo la imagen hace de bisagra entre la imagen y lo psíquico. Habla de la imago, y de
lo que pasa con ella en la paloma y en el grillo pelegrino. Habla de la morfogénesis, de cómo la imagen da
forma, la imagen no sólo es una forma sino que produce formas, le da forma al yo y eso lo muestra la etiología,
con los ejemplos de la paloma y el grillo. El objeto propio de la psicología es la imagen (mentales, olfativas,
etc) Lacan dice que la imagen le da forma al yo, posee poder morfogénico.
Lacan toma cosas de la etiología porque la imagen posee poder morfogenético, y la etiología le permitió sacar
datos que argumenten su afirmación, argumentar la importancia de la imagen en el ser humano, y que la imagen
actúa como bisagra entre los neurológico y lo psíquico.
Lacan siguiendo a Hegel dice que el deseo mismo del hombre es bajo mediación porque el deseo mismo del
hombre requiere de un otro. Para Lacan el deseo es el deseo de un deseo, de otro.
Cuarto teórico 16-09-2021
Modelo óptico:
Mayormente se le dice modelo óptico, pero llamarlo esquema óptico también está bien.
En el modelo óptico Lacan retoma la cuestión del estadio del espejo.
Texto: Seminario I, Los escritos técnicos de Freud (1953-1954)
Se realiza una intersección entre el estadio del espejo y SIR (simbólico, imaginario y lo real).
El esquema original es aquel donde hay un jarrón vacío sobre una caja, y un ramillete de flores se halla del
lado de abajo, de forma invertida. Por el efecto que genera el espejo cóncavo el ramillete puede verse, el ojo
humano lo ve del lado de arriba del florero. Dependiendo de dónde se posicione el ojo.
Primera modificación que realiza Lacan:
Deja el ramo de flores del lado de arriba, en la parte visible de la caja.
El florero lo esconde dentro de la caja, de forma invertida.
Esto frente a un espejo cóncavo genera una imagen real, donde el ojo humano (dependiendo de dónde se
posicione) percibe un jarrón arriba de la caja con flores saliendo de él (como si estuvieran dentro del jarrón).
¿Por qué realiza este cambio? Porque él considera que el florero conviene más para metaforizar el cuerpo (lo
que no está integrado es el cuerpo, pero frente al espejo cóncavo, y la imagen que éste produce, aquel se ve
como un todo integrado). Por medio de esto busca metaforizar el estadio del espejo, la constitución del yo y de
la imagen del cuerpo. Sustituye otra cosa, el florero vendría en lugar del cuerpo, el ramillete serían los
instintos/pulsiones y los instintos de deseo. El ojo es el símbolo del sujeto.
Lacan utiliza la triada de los Simbólico, lo Imaginario y lo Real (SIR)
El florero allí abajo, que representa el cuerpo, queda dentro de lo real. Queda inaccesible a la mirada porque la
imagen que el espejo genera es la del florero ya con el ramillete, es la del cuerpo ya como totalidad junto con
los instintos de deseo y las pulsiones. Simboliza la forma unitaria imaginaria del cuerpo
Flores remiten a lo real del cuerpo, los instintos/pulsiones en constante puja fragmentando el cuerpo. Son el
desorden de las pulsiones parciales.
El ojo, que es símbolo del sujeto queda dentro de lo simbólico. El sujeto se determina por el orden simbólico, él
nunca va a tener aprehensión más que imaginaria de su cuerpo, el cuerpo real se pierde en el estadio del espejo.
La imagen real del cuerpo, la imagen ilusoria que produce el espejo cóncavo se sitúa entre el sujeto y el
espejo.
Tipos de imágenes:
Imágenes virtuales: es la que da el espejo plano, da una imagen virtual de una imagen real. En las
imágenes virtuales los rayos no convergen en ningún momento, el ojo formará la imagen en el punto
desde donde parecieran provenir, pero es virtual porque no es allí, donde el ojo forma la imagen, de
donde provienen realmente los rayos.
Imágenes reales: son las que provienen de los espejos cóncavos. Son las que se comportan en ciertos
aspectos como objetos. En este caso sería el jarrón con las flores. La imagen real remite a imagen de tres
dimensiones. La imagen se forma en los puntos donde efectivamente los rayos convergieron. Entonces,
es real porque la imagen se forma en el punto donde realmente convergen los rayos.
Segunda modificación:
Introducción del espejo plano.
Con esta introducción Lacan puede diferenciar el Ideal del Yo, del Yo Ideal.
De la inclinación del espejo plano depende que veamos más o menos perfectamente la imagen. El espejo plano
es un espectador, el espectador se sustituye con el espejo plano, y representa el lugar del Gran Otro (aquel de los
cuidados primordiales como la madre). La inclinación del espejo plano está dirigida por la voz del Otro. El ojo,
el sujeto se ve en lo que la madre le refleja. El simbólico, el gran Otro determina el lugar de no ya sólo del
sujeto, sino también del sujeto virtual (de cómo uno se ve en un espejo), el cómo uno se ve en el espejo depende
de cómo nos miraron. El ideal del yo le viene de la madre, y determina su yo ideal, lo condiciona. La
constitución de lo imaginario por lo simbólico, la constitución de nuestra imagen la determina lo simbólico,
cómo el Otro me miró. La realidad para Lacan es una construcción imaginaria y simbólica, pero lo simbólico
determina lo imaginario, el mundo que nos constituimos para habitar depende siempre de lo simbólico.
En este momento Lacan considera que lo simbólico posee primacía.
Ideal del Yo y Yo Ideal.
La palabra del Otro va a definir el grado o no de perfección de la imagen del sujeto.
El yo ideal está constituido y condicionado por la imagen que el Otro tiene de uno. Necesitamos ser dichos,
pero también necesitamos luego de sujetarnos de los dichos de los Otros, des-alienarnos. Empezar a ver cómo
uno quiere ser, y construirnos en base a lo que nosotros mismos elijamos. Hay que dejar caer los ideales que los
Otros pusieron sobre nosotros.
El narcisismo primario tiene dos fuentes.
Autoerotismo: siente placer sin recurrir a otros objetos (ej: chuparse el dedo)
El discurso de los padres (que lo hablan bien).
Con el simbólico, el imaginario y lo real (SIR) en el espejo se obtiene el Yo Ideal y el Ideal del Yo.
El Yo Ideal es el efecto del espejo cóncavo, el ojo no lo ve, el espejo da una imagen virtual de una imagen real,
entonces el Yo Ideal queda del lado izquierdo del esquema. Y el Ideal del yo queda del lado derecho donde dice
SV (sujeto virtual) opera en el plano simbólico, es el ideal del otro.
El Yo Ideal es la imagen ilusoria, la que hace que el florero esté arriba. Es imaginario.
Para la óptica la imagen real es aquella que se comporta como un objeto. Y para Lacan es la imagen del cuerpo
del Yo Ideal, es imaginaria.
Para Lacan el cuerpo real es lo que está fragmentado, la cual mediante a la identificación a la unidad, a la
imagen en el espejo produce la constitución del Yo.
Quinto teórico 30-09-2021
Curso de Lingüística
Lo de necesidad, demanda y deseo ya es parte de la célula elemental.
¿Qué es lo arbitrario del signo?
Se da una arbitrariedad entre el significante y el significado. Se considera que no es tan estricta la relación.
Lacan considera que la significación está construida, creada por la combinatoria de significantes, por el
encadenamiento de significantes. Depende del contexto, de qué significantes le preceden y cuáles les prosiguen.
El signo forma parte de un sistema de relaciones. Entre significante y significado hay una relación positiva de
valor, el lazo que los une es arbitrario donde el significante es inmotivado, es arbitrario en relación al
significado. El significante no guarda ningún tipo de lazo natural con el significado.
Los estudiantes de las clases de Saussure dicen que también hay relaciones negativas y diferenciales entre un
signo y otro, hay una relación de oposición recíproca (ej: si digo lentes no digo anteojos).
Para Saussure y para Lacan la lengua es un sistema de signos arbitrarios, que está basado en la oposición de los
signos, los signos serían las unidades concretas de la lengua. Saussure dice que es una serie de signos que
coexisten en una época al servicio de los hablantes, conforma un sistema de elementos. El habla es la forma en
la que la lengua se concreta.
La lengua mínimo es un sistema de signos arbitrarios, sistema porque los elementos están interrelacionados y
sobre todo se interrelacionan en la oposición (si yo digo LA no digo EL).
Cuando se habla de signo se habla de la unión entre significado y significante.
El objeto de estudio de la lingüística es la lengua. Los signos lingüísticos son las entidades concretas que
estudia esta ciencia. Los signos no existen solos, siempre hay una relación de oposición con otros signos, el
signo es la asociación entre significado (arriba) significante (abajo).
Otras formas con las cuales llama Saussure al significado y significante:
Significado: concepto
Significante: imagen acústica, huella psíquica, representación sensorial de la palabra, imagen sensorial
de la palabra.
A cada concepto le corresponde una imagen acústica. La unidad lingüística sería la combinación de un trozo de
sonoridad, al que le corresponde un cierto concepto que es el significado, y que requiere de los significantes que
le preceden y que le prosiguen en la cadena hablada.
La imagen acústica no es el sonido material como lo percibe la física, también puede ser la huella psíquica
(cuando uno está pensando pone en juego imágenes acústicas las cuales no necesariamente ingresan por el
oído). Remite a la representación sensorial de la palabra, la imagen sensorial, la huella psíquica.
Se descarta que el signo lingüístico sea una cosa y un nombre, la cosa no está, no es la relación entre la cosa y
un nombre, es la relación entre un concepto y una imagen acústica.
El otro es un grupo, un conjunto, una batería de significantes. El otro es la estructura del lenguaje, un
encadenamiento de significantes. Nos estructuramos por al menos dos significantes.
El inconsciente es una cadena de significantes.
Lacan va a dar vuelta lo que Saussure dijo, y va a poner Significante (arriba) y Significado (abajo). Porque el
significante determina el significado.
Relaciones entre los signos
Sintagmáticas: son aquellas que se realizan cuando se arma una frase. En el discurso escrito u oral las
palabras se concapenan, las que se ponen en juego cuando se arma una frase y se fundan en un carácter
lineal, la lengua tiene un carácter lineal que imposibilita decir u escribir dos palabras a la vez. Son
aquellas relaciones que hay entre los elementos que se van encadenando, alineando uno detrás del otro
en la cadena del habla. Deben haber dos o más unidades. Se desarrollan en un plano de sucesión, de
extensión. Aquí es donde Lacan ubicará la diacronía (evolución de las palabras a través del tiempo), la
metionina (sustitución o transposición de una palabra por otra, las cuales poseen entre sí significados
similares y están cercanos dentro del discurso). Sintagma, sucesión, diacronía, metionimia,
desplazamiento (del que habla Freud)
Paradigmáticas: remite a que, al margen del discurso, las palabras que ofrecen algo en común se
asocian en la memoria y así forman grupos (ej: la palabra enseñanza hace surgir otras como educación,
aprendizaje) estas coordinaciones que no tienen apoyo en la extensión, se producen en el plano del
sistema no en el de la sucesión. Unen términos que están en ausencia (si digo lentes no digo anteojos, si
digo aprendizaje no digo enseñanza). Aquí se halla la sincronía, y la metáfora, asociación,
simultaneidad, la condensación (de la que habla Freud).
Hay dos grandes dimensiones del significante:
Dimensión sincrónica del significante donde se encuentra la batería significante, la estructura
significante, lo que Lacan llamará el Gran Otro.
Dimensión diacrónica del significante que supone el encadenamiento, la sucesión por contigüidad.
Hasta acá Saussure, luego Lacan toma cosas de él y cambia cosas igual.
Cambios que Lacan le hace al signo lingüístico de Saussure:
Lo invierte, pone Significante (arriba) y Significado (abajo). Porque el significante determina el
significado.
Refuerza la barra que dividía significante y significado.
Establece la primacía del significante, porque éste determina el significado.
Saca las flechitas porque un significante no corresponde con uno y sólo un significado. Saca la
bionumosidad.
Saca la elipse que garantizaba la unidad del signo la bionumosidad, el círculo porque para él la
estructura del lenguaje, la estructura del significante es un encadenamiento de significantes, no hay que
ni mencionar el significado porque éste es efecto de aquel. Para Lacan la estructura del lenguaje es S1…
S2… es la combinación de dos o más significantes. Una significación siempre remite a otra, nunca se da
cerrada, nunca da cuenta de un significado cerrado, puede ser una cosa, pero también otra cosa.
Lacan resalta que un significante puede significar muchísimas cosas. Soussure ya sabía que depende el contexto
los significados de un significante se modificaban, pero Lacan lo resalta más.
Hay dos grandes dimensiones del significante ambas se ponen en juego al mismo tiempo:
• Dimensión sincrónica del significante donde se encuentra la batería significante, la estructura
significante, lo que Lacan llamará el Gran Otro. Simultaneidad.
• Dimensión diacrónica del significante que supone el encadenamiento, la sucesión por contigüidad.
S1…S2 esto es la estructura del lenguaje, del significante, es una cadena. El sujeto no esta ni en S1, ni en
S2. El sujeto se ubica en los puntos suspensivos (entre dos), ahí está el objeto, ahí está el deseo (d) y ahí va
estar el objeto A (a) y el sujeto (barrado).
Un significante si representa al sujeto es para otro significante. Y el sujeto es lo que representa un significante
para otro significante.
El sujeto barrado: esta barrado porque es un sujeto dividido que no tiene todos los significantes, que es efecto
del significante, pero ninguno de ellos lo representa, por ser sujeto del significante perdió el ser, hay falta en ser,
pérdida de identidad. Hay pérdida en ser por ser sujeto del lenguaje. Es el sujeto del psicoanálisis. Es una falla
que presenta lo simbólico, y que vía identificaciones, vía lo imaginario tratamos de cubrir con la imagen la falta
en ser, somos sujetos divididos en cuanto al saber y al ser, falta al ser y falta al saber.
El sujeto en psicoanálisis no es el de carne y hueso, no es el que habla y sufre, sino que se trata del sujeto de la
palabra, el Parlette, el que emerge del discurso, de la palabra, el que emerge en los fallidos, cuando aparece algo
del inconsciente, algo que aparece y desaparece.
Sujeto dividido también significa sujeto deseante, sujeto del inconsciente, falta en ser, falta en saber. Si un
sujeto está en falta es lo mismo que decir sujeto deseante, porque uno desea porque algo le falta.
S1…S2 los tres puntos suspensivos significan hiancia significante o elisión significante. Las identificaciones y
el ideal del yo es una formación que viene a ese lugar, al lugar del sujeto, y en eso es a lo que refiere a las
coordenadas inconscientes del yo. Con la constitución del ideal del yo uno busca salvarse del entre dos, pero se
vuelve a caer en él.
El sujeto está barrado porque sufre de entrada la estructura del lenguaje, porque queda preso del significante,
del discurso del otro.
El síntoma se encuentra del lado de la metáfora, es una formación sustitutiva, un representante por otro, una
representación inconciliable por una representación sustituta por falso enlace. La metáfora es la sustitución de
un representante por otro con un efecto de sentido.
El deseo se ubica en la metonimia, porque siempre remite a otra cosa, es deseo de otra cosa.
El muro del lenguaje se encuentra en la relación imaginaria de a y a´. Frena y hace de muro a la palabra plena.
Sexto teórico 02-10-2021
Segunda clase teórica sobre la unidad III. La bibliografía seleccionada es: La significación del falo (parte de la
que habla de necesidad, demanda y deseo), y Subversión del sujeto (principalmente lo que refiere al grafo de la
célula elemental).
Arrancamos con subversión del sujeto, luego con la significación del falo y luego con subversión del sujeto
nuevamente (si alcanza el tiempo).
Subversión del sujeto
Frase (página 787) “Lo dicho primero decreta, legisla, “aforiza”, es oráculo, confiere al otro real su oscura
autoridad”
“Tomemos solamente un significante como insignia de esa omnipotencia, lo cual quiere decir de ese poder
todo en potencia, de ese nacimiento de la posibilidad, y tendremos el trazo unario que, por colmar la
marca invisible que el sujeto recibe del significante, enajena (aliena) a ese sujeto en la identificación
primera que forma el ideal del yo”.
Se trata de una frase que da cuenta de la constitución del ideal del yo, el cual se escribe I(A). La “I” se lee como
el ideal del otro, porque el ideal del yo nos viene del otro, se constituye por las insignias, las marcas que el otro
nos da el otro. El ideal del yo implica tomar un significante del otro, pero un significante que habla de la
omnipotencia del otro, aquí el otro está sin tachar, sin barrar, sin falta, con toda su potencia.
El ideal del yo se constituye con aquellas primeras insignias del otro. No es del todo acertado tomar dichas
insignias como un significante, porque las primeras remiten a UN SOLO significante, es uno y sólo uno, e
incluso hay quienes consideran que no llega a ser un significante, si lo es entonces es uno sólo que no se articula
con otro. Pero se dice que lo llega a ser porque un significante siempre remite a otro significante. Una insignia
sería un S1 que no remite a un S2.
Al decir “lo dicho primero” está refiriéndose a los significantes de la madre, del Gran Otro, de quien esté a
cargo de los cuidados primordiales. El “otro real” sería el gran otro, la madre, quien encarna el lugar del otro del
lenguaje. Todo el orden simbólico estaría dentro de este gran otro, por eso sería el otro sin barrar porque no le
falta nada, porque sería el otro completo.
Aforsimo: sentencia breve y doctrinal, el dicho de la madre es una sentencia breve y doctrinal que se propone
como regla.
Oráculo: afirmación decisiva y tajante que se admite sin discusión por la gran autoridad de quien la emite.
Cuando se dice que la madre posee una oscura autoridad se dice porque el poder está inscripto en un solo
significante aislado, y al estar aislado ya no hay posibilidad de remitirse a otro significante, a un S2 que lo
aclararía, sino que su poder está porque su palabra vale sólo como S1. Si no se articula es oscuro, porque no se
puede saber qué dice, a qué refiere.
Un análisis implica abrir cadena, poner a trabajar los significantes que nos determinan, poder encadenar,
articular los significantes S1 aislados, y articularlos con S2, S3…
Rasgo unario: es la primera marca que permite la inscripción de los significantes y la diferenciación de un
significante con otro. Un significante no tiene identidad por sí mismo, un significante siempre remite a otro.
¿Qué mecanismos forma el ideal del yo? Por vía de los ideales se intentan colmar la división estructural, el ideal
del yo y el yo ideal son intento de sacar al sujeto del “entre dos” significantes, de aquellos puntos suspensivos
que se encuentran entre S1 y S2, ya que por el simple hecho de ser sujetos del significado somos desde el inicio
sujetos barrados, recibimos la marca del invisible, la colmamos vía identificación primaria, pero en esa
identificación nos alienamos a ella y así al Otro. Un significante, remite a otro y a otro, y a otro en un intento de
colmar la barra, pero nunca lo logra, y por es algo que se da constantemente.
Cuando se habla de falo en psicoanálisis no se habla del pee, se habla de un significante que falta, de la falta, de
que no hay una cadena completa, es el significante que representa que tengamos que remitirnos siempre a otro
significante, y a otro y a otro.
Texto: Significación del falo. (minuto 29)
Frase: “Pues es el significante destinado a designar en su conjunto los efectos del significado, en cuanto el
significante los condiciona por su presencia de significante”.
El significante condiciona, determina, crea el significado. El falo simbólico es un significante, está destinado a
significar en su conjunto los efectos del significado porque es el significante que por faltar hace que siempre
una significación tenga que remitir a otra y a otra. Determina el significado, pero por falta hace que se mantenga
la renitencia siempre a otro significante, al articularse un significante con otro se produce una articulación entre
significación.
Por la relación del sujeto al lenguaje, al significante el falo se constituye como pérdida, la primera, por el hecho
de ser hablados. El falo como tal, como falta hace necesaria la renitencia siempre a otro significante. Es porque
el significante falo falta es que se va a constituir el objeto del deseo. Deseamos porque el falo falta.
La génesis del deseo sería el querer volver a la vivencia primaria de satisfacción donde supuestamente había
completud. Ahí se genera el deseo, a partir de que no es posible repetir la vivencia de satisfacción primaria, en
el intento de retornar y alcanzar la completud.
Cuando se dice que el niño es el falo imaginario de la madre, quiere decir que es su objeto de completamiento.
Falo simbólico= I con un circulito en el medio.
El falo no es el objeto del deseo, es el significante del deseo, que por faltar está señalando que no hay objeto del
deseo, está perdido el objeto.
Cuando se habla del significante de la falta en el otro, en el grafo del deseo, el significante de la falta en el otro
es el falo porque es el significante que le falta al Otro (A tachado).
El falo marca que hay un deseo en el otro, un deseo enigmático.
Castración simbólica: supone la constitución del falo simbólico, como significante, como indicador de falta de
objeto del deseo. La castración simbólica es la que se produce por ser hablados por ser sujetos del lenguaje.
Subversión del sujeto.
En el grafo del deseo arranca con el sujeto barrado, luego termina con el ideal del yo I (A) como que el ideal del
yo viene a ocupar el lugar del sujeto barrado, viene a rescatarlo, a salvar al sujeto que quedó barrado entre dos
significantes. El sujeto se abraza a esta identificación primaria, al ideal del yo porque da cierta consistencia. Los
sujetos surgimos por una versión del otro, por el dicho del otro, cada paso que uno haga vía el ideal nos hace
cada vez más otro y menos uno, hace que nos desconozcamos más.
¿Qué dos cuestiones determinan al yo?
Lo imaginario: desde acá por una alienación (imaginaria) que es a la imagen yo ideal que también le
viene del otro.
Lo simbólico: por lo simbólico por una alienación simbólica porque se aliena a los significantes del otro,
a los dichos del Otro, constituyéndose sujeto barrado. Y por la identificación al ideal del yo.
Por eso se dice que el yo tiene función de desconocimiento porque desconoce esta doble causalidad que lo
determina, está determinado por el pequeño otro y por el gran otro. El yo intenta ocultar esta división, esta
alienación, doble determinación, él se pregona autónomo.
La significación del falo Lacan anuncia los efectos que tiene la presencia del significante en un sujeto.
“Son en primer lugar los de una desviación de las necesidades del hombre por el hecho de que habla, en
el sentido de que en la medida en que sus necesidades están sujetas a la demanda, retornan a él
enajenadas ALIENADAS. Esto no es el efecto de su dependencia real (…), sino de la conformación
significante como tal y del hecho de que su mensaje es emitido desde el lugar del Otro” página 670.
Alienación: alude a estar sujeto a un otro. Enajenación: estar fuera de sí.
La consecuencia de la demanda (del grito, del llanto) se produce una desviación de las necesidades (estar
alimentado, abrigado, higienizado, etc) Lacan dice que esas necesidades ya están trastocadas, alienadas,
desfiguradas, porque quedan alienadas, sujetas a cómo las interprete el otro, los significantes a las demandas,
necesidades se los atribuye el Otro, son necesidades interpretadas por un otro. La necesidad pasa por los
desfiladeros del significante, pasa por los significantes del otro, y se constituyen en demanda, pero en demanda
del otro, porque es cómo el otro interpreta y lee la necesidad del bebé. Se desnaturalizan las necesidades.
Frase: “Lo que se encuentra así alienado en las necesidades constituye una Urverdrängung por no poder,
por hipótesis, articularse en la demanda pero que aparece en un retoño, que es lo que se presenta en el
hombre como el deseo (das Begehren)”.
Lo alienado, lo perdido va a una represión primordial, sufre el efecto de una represión primordial. Y algo de eso
retornará, lo que de las necesidades no se pudo poner en significantes, que no se constituyó en demanda (porque
una demanda es una articulación significante) va a quedar reprimido primordial pero va a retornar de algún
modo, retornará como deseo. Esas necesidades que no pasaron por el desfiladero del significante quedan
reprimidas, no pueden articularse en demanda, reaparecen en un retoño en lo que en el hombre se presenta como
deseo. Para Lacan el deseo es el retoño de las necesidades que no pasaron por el significante.
Frase: “La demanda en sí se refiere a otra cosa que a las satisfacciones que reclama. Es demanda de una
presencia o de una ausencia. Cosa que manifiesta la relación primordial con la madre, por estar preñada
de ese Otro que ha de situarse más acá de las necesidades que puede colmar. Lo constituye ya como
provisto de “privilegio” de satisfacer las necesidades, es decir del poder de privarlas de lo único con que
se satisfacen. Ese privilegio del Otro dibuja así la forma radical del don de lo que no tiene, o sea lo que se
llama su amor.
Es así como la demanda anula la particularidad de todo lo que puede ser concedido trasmutándolo en
prueba de amor, y las satisfacciones incluso que obtiene para la necesidad se rebajan a no ser ya sino el
aplastamiento de la demanda de amor”
La demanda se refiere a otra cosa que lo que pide, no se trata sólo de la demanda que se interpreta, sino de la
necesidad de la presencia del otro. Pedir la teta no implica sólo necesidad de alimento, sino también necesidad
de calor, de satisfacción, de algo más allá del alimento. Demanda la presencia o ausencia del Otro, de la madre,
que es la preñada del Otro, que porta todos los significantes. Lo que el niño demanda al Otro en relación a sus
necesidades no es la satisfacción de las necesidades necesariamente sino la presencia del Otro. La demanda del
niño a la madre es pedido de presencia.
Esta la demanda y más allá de la demanda va a aparecer el deseo. El más acá de la demanda es la necesidad, el
más allá de la demanda es el deseo.
El deseo es efecto de lo simbólico, no pertenece necesariamente al registro del significante. Es efecto del
significante, pero no son significantes reprimidos que retornan. Son las necesidades que no pasaron por el
significante. Lo que de la necesidad no pasó por el significante aparece como deseo.
El Gran Otro tiene el privilegio de satisfacer o no las necesidades del bebé, eso le da poder.
Para Lacan amor es dar lo que no se tiene, es dar la falta, buscando completud.
La demanda anula toda la particularidad del objeto de necesidad, que en el recién nacido es la leche materna.
Por la presencia de la demanda la particularidad del objeto de la necesidad se anula y en su lugar el sujeto pasa a
demandar una prueba de amor, pide amor más que leche, y esa prueba de amor es que el otro esté presente, que
esté.
Frase: “Hay pues una necesidad de que la particularidad así abolida reaparezca más allá de la demanda
(como deseo). Reaparece efectivamente allá, pero conservando la estructura que esconde lo
incondicionado de la demanda de amor”
Aquí habla de una necesidad lógica, no biológica (hambre, calor, etc.). Hay una particularidad del objeto de la
necesidad, la demanda es incondicionada y el deseo es condición absoluta.
Cuando se habla de necesidad se habla de la particularidad de la necesidad de la especie, del objeto particular
que se pierde porque se pone en juego el don de amor.
Cuando se habla de la demanda es incondicionada porque a la madre no se le pueden poner condiciones.
Cuando se habla del deseo, se habla de que él es condición absoluta. Le pone condiciones al otro.
Frase: “A lo incondicionado de la demanda, el deseo sustituye la condición “absoluta”: esa condición
desanuda en efecto lo que la prueba de amor tiene de rebelde a la satisfacción de una necesidad. Así, el
deseo no es ni el apetito de la satisfacción, ni la demanda de amor, sino la diferencia resulta de la
sustracción del primero a la segunda, el fenómeno mismo de su escisión”
¿Por qué será la demanda del Otro incondicionada? Porque el sujeto no le puede poner límites a la demanda del
otro, queda tomado por la interpretación del otro, que hace de nuestra necesidad. La demanda es incondicionada
porque nada le pone límites, nada la colma, es insatisfecha por estructura. Toda demanda, según Lacan es
demanda de amor. Porque no se trata de ningún objeto de la satisfacción, se demanda amor.
Algo de la particularidad de la necesidad va a aparecer en lo particular y singular del deseo. Va a aparecer en
otra particularidad que es en el deseo como condición absoluta.
El deseo es condición absoluta (sin medida, sin ninguna proporción con la necesidad del objeto), es absoluto el
deseo porque anula la dimensión del Otro como omnipotente. El deseo de uno es más alá del Otro, se constituye
en relación al Otro, pero a la vez le pone freno al gran otro. El deseo le pone condiciones al Otro. El deseo es el
resto, ese algo de la necesidad que no pasó por la demanda. Sus propiedades son la particularidad (particular
ideal del sujeto, no de la especie como lo era la leche), y que es condición absoluta.
La demanda es incondicionada en el sentido de que el sujeto no le puede poner condiciones a lo que la madre
demanda.
Séptimo teórico 07-10-2021
Unidad 5. Angustia, objeto a, pulsión, síntoma y fantasma.
El seminario 10. La angustia. Capítulo 7, punto 3. Página 111.
Figura topológica cross-cap, Lacan hace un corte de esta figura, en el que sale un disco circular, con un agujero
circular en el centro y una banda de moebius. Al cortar el coss-cap nos entrega como una hostia el objeto a.
Frase: “Esta parte residual aquí está, la he construido para ustedes, la hago circular. Tiene su pequeño interés,
porque, permítanme que se los diga, esto es el a. Se lo doy como una hostia, porque luego se servirán de él. El a
minúscula está hecho así.
Está hecho así cuando se ha producido el corte, cualquiera que sea, ya sea el corte del cordón, el de la
circuncisión, y aún algunos otros que deberemos designar. Queda, tras el corte, algo comparable a la banda de
Moebius, que no tiene imagen especular”.
Los objetos a son objetos reales causa del deseo.
Pecho
Voz
Mirada
Objeto anal (eses)
En cada objeto causa del deseo hay un corte, el destete, el corte de la separación del nene con el pecho.
El objeto a queda tras el corte, y no tiene imagen especular.
El objeto a es el objeto que causa el deseo, que sostiene el deseo. Es real y por tanto no es un elemento de la
cadena significante, se encuentra en la hiancia significante (en los tres puntos suspensivos entre S1…S2). Es
efecto de un corte.
Lacan hace un grafo de la división subjetiva, para explicar la constitución subjetiva, en el cual realiza una
división obteniendo como resto el objeto a, éste es un resto. Del sujeto en relación al otro se constituye el objeto
a.
Los cuatro objetos a son el pecho, la mirada, la voz y las heces, los cuales se constituyen como perdidos,
siguiendo a Lacan. Luego el deseo tendrá que ver con objetos sustitutos de esos objetos perdidos. Luego la
satisfacción tendrá que ver con rodear objetos, pero no estos objetos a, sino a los objetos señuelos, los que
vendrán al lugar del objeto perdido.
El objeto oral, el pecho, se constituye como perdido por la demanda al Otro, a la madre, en ese juego con la teta
que la agarra y la suelta y que descubre que la deja, para Lacan el niño se desteta. En cambio, el objeto anal se
constituye como perdido por la demanda del Otro.
Estos objetos caídos, perdidos dejan un lugar vacío, a ese lugar vacío se instalarán objetos señuelos, otros (ej:
comida).
Lacan dice que hay dos clases de objetos
Los que se pueden compartir
Los que no se pueden compartir, equivalente al falo, incluso que le preceden, el escíbalo (heces) y el
pezón. Los objetos a no son objetos intercambiables. Así como el objeto voz y el objeto mirada
(escópito).
La angustia aparece con la presentificación del objeto a, cuando en determinadas circunstancias algo del objeto
a, del colmamiento de él, uno lo siente posible sobreviene la angustia.
Una de las definiciones de angustia es cuando se presentifica el objeto a, no el sustituto. Porque de completarse
el deseo, se dejaría de desear y ahí viene la angustia.
Los cinco objetos a (falo, escíbalo, voz (invocante), pecho, mirada (escópita)) corresponden a cinco formas de
pérdida, cinco objetos perdidos.
En la página 114 dice que el objeto a debe concebirse como causa del deseo, está detrás del deseo, no adelante.
Si yo deseo es porque hay detrás un objeto a causando ese deseo.
El objeto a se constituye a partir del otro, por la relación del sujeto con el Otro quedando como resto.
Con el objeto a nos enfrentamos por una parte al deseo porque el objeto a causa el deseo, y por otro lado la
angustia, porque nos angustiamos cuando se presentifica el objeto a. Nos enfrentamos con ello en la angustia, en
un momento anterior al que lo hacemos con el deseo. ¿Por qué? Porque Lacan dice que hay angustia cuando se
pierde el objeto a, en el momento en que se corta el objeto a, hay angustia. Cuando hay una cesión de objeto, se
cede el objeto, deja la teta (ejemplo), en segundo momento va a aparecer como causa del deseo.
Cuando se cede, se pierde el objeto a es un momento de angustia, y también cuando aparece.
En la histeria se privilegian dos objetos a el oral y la voz ¿?. Y en la neurosis obsesiva el anal y la mirada.
FORMAS DEL OBJETO a FÁLICO
ANAL ESCÓPICO
ORAL VOZ
Un objeto a voz es el super yo (voz que nos corrige, nos vigila, nos critica) el super yo es uno de los objetos a
voz.
El objeto a es un objeto cesible, se cede, se deja ir. Es un pedazo separable del cuerpo.
El deseo es efecto, basado y constituido en la función de la falta. Si deseamos es porque algo nos falta, somos
sujetos en falta.
Objeto oral, destete página 354.
Anorexia del lactante: niño que rechaza el pecho, porque está tan tomado por la demanda de la madre y el
capricho materno, que hace y deshace con él lo que quiere, que rechaza el pecho con el fin de poner un freno a
esa madre omnipotente.
Quedó cortado el video.
Octavo teórico 16-10-2021
El seminario 10. Unidad V.
Control de esfínteres. Objeto anal.
Capítulo XXI “El grifo de Piaget” (pp: 314)
La educación de esfínteres es una demanda del Otro.
Capítulo XXII “De lo anal al ideal” Punto 3
Los dos tiempos de la demanda materna, del Otro es ese “Aguanta y dalo” “Guardalo. Dalo”.
La angustia del destete es el primer momento de la angustia. Página 338.
De lo que se trata la angustia es que el sujeto cede el objeto a, en este primer momento él cede el pecho (no es
que se lo quiten). Él lo cede como una parte de sí mismo, por más que la teta esté adherida a la madre. La teta es
mucho más que un objeto, es el propio sujeto.
Cuestión del modelo óptico simplificado (página 49)
i(a)= imagen real. Es una imagen libidinizada.
i´(a)= imagen virtual.
A= el Otro
(-p-phi)= representa el falo imaginario, la castración imaginaria. El falo es una reserva operatoria, y del lado
derecho falta, por eso está el “- (menos)”
S= sujeto, ahí está el ojo.
El falo imaginario (-p) aparece bajo la forma de una falta.
Hay una cantidad de libido que queda reservada y que no investirá la imagen especular.
En el seminario I Lacan habla de dos narcisismos (no primario, ni secundario). El primer narcisismo es la libido
en el yo, cuando forme la imagen, se inviste esa imagen. El segundo es cuando la libido va a los semejantes.
Relación narcisista del sujeto con su yo, y una relación de yo a yo.
El objeto a en este seminario 10 es real, no es especularizable, no es imaginario, no es narcisista, no se ve en el
espejo. El objeto a está sustraído de la dimensión especular. No toda la libido del sujeto irá a investir su imagen
especular, va a quedar una reserva operatoria que es el menos phi abajo, del lado izquierdo. El objeto a no se
refleja en la imagen, aparecerá como un blanco, como algo que no es parte de ella. A la vez esa imagen, que es
narcisista, velará la falta que el objeto a produce. La imagen especular es aquella imagen ilusoria de totalidad,
que encubre algo, encubre una falta y eso que falta es el objeto a, éste no se refleja en la imagen y si apareciera
en la boca del jarrón es porque aparece representando la presencia de angustia.
En el narcisismo se habla de un investimiento especular, se inviste la imagen especular, se identifica a ella y la
inviste. Pero no todo el investimiento libidinal va a parar a dicha imagen, queda un resto de libido. Queda una
reserva libidinal.
Aquí el esquema está más simplificado, el espejo curvo ya no está.
El menos phi actúa como reserva libidinal, es libido invistiendo el cuerpo propio pero no la imagen.
Lacan con estos esquemas busca dar cuenta que la angustia no es sin objeto, la angustia aparece cuando el
objeto a se presenta en la boca del jarrón. Hay angustia ante lo real. La angustia se presenta ante el deseo del
otro, porque uno no sabe qué lugar ocupa en el otro y eso angustia.
La angustia aparece primero ante el enigma deseo del otro, hay angustia también cuando se ceden los objetos a,
también hay angustia cuando los objetos a se presentifican (cuando se cree que se está por alcanzar un
completamiento y la falta va a faltar), cuando se siente que queda en el lugar de objeto para el otro, y cuando
vacila el fantasma
Si no se funciona el menos phi, esa reserva libidinal no se constituyen los objetos a. Los objetos a están como
perdidos porque está menos phi, porque hay reserva libidinal.
En la imagen especular, de la derecha tiene que haber una ausencia, una falta, se caracteriza por eso. Es en ese
lugar de la falta donde algo puede aparecer.
Esa reserva libidinal está investida en el propio cuerpo del narcisismo, no en la imagen especular de uno. Esa
investidura propia sirve para el goce autista, para el autoerotismo el goce con uno mismo.
La dirección del tratamiento del análisis implica duelar la imagen yo ideal injuriada por el Otro. Faltó el
discurso su majestad el bebé y sus variantes.
El nudo borromeo muestra que hay un agujero en lo real, en lo simbólico y en lo imaginario. En lo real el
agujero lo hace lo simbólico, es desde lo simbólico que puede decirse que algo falta en lo real. El nudo
borromeo son tres redondeles de cuerda y cada uno de ellos tiene un agujero. Hay agujero en lo simbólico= falo
simbólico, hay agujero en lo imaginario= falo imaginario, menos phi. Y el agujero en lo real es desde lo
simbólico.
El neurótico, que posee su primer angustia debido al enigma del deseo del otro. El neurótico intenta completar
al otro, responder a todas sus demandas para que no aparezca la falta en el otro ni la falta en él. Busca el
completamiento en el otro, pero a la vez le teme a ese completamiento, lo angustia saber que falte la falta.
La cuestión paradojal es lo que se teme y se anhela al mismo tiempo. Se anhela completar al Otro, pero cuando
esa completud se acerca se teme que haya falta de la falta, pérdida del sujeto deseante, o porque se siente que se
quedó en lugar de objeto del Otro.
Frase Subversión del sujeto. Página 794.
“Por eso la cuestión de el Otro que regresa al sujeto desde el lugar de donde espera un oráculo, bajo la etiqueta
de un ¿Che vuoi? ¿qué quieres?, es la que conduce mejor al camino de su propio deseo, si se pone a reanudar,
gracias al svoir-faire (saber hacer) de un compañero llamado psicoanalista, aunque fuese sin saberlo bien, en el
sentido de un: ¿Qué me quiere?”
Esta frase indica que el sujeto primero pregunta por su deseo al Otro(el cual está constituido a la par de la
pregunta por el deseo del Otro). De el Otro, en vez de una respuesta le viene un ¿Qué quieres’”
Es una frase que tiene tres tiempos, el sujeto se dirige al Otro, del Otro le viene la pregunta ¿Qué quieres? Y con
el analista se trabajará el ¿Qué me quiere?
Por eso Lacan dice que el primer momento lógico de la angustia es cuando se constituye el deseo del sujeto en
relación al Otro.
El neurótico antes de llegar al psicoanálisis, reformula la pregunta que le volvió y la convierte en un ¿Qué
quiere el Otro de mi? Y establece que lo que el Otro quiere de él es lo que le demanda, y entonces se aboca a
satisfacer las demandas del Otro, para así completarlo.
El fantasma es la respuesta del sujeto al deseo del Otro, es la posición subjetiva del sujeto respecto a lo que cree
que el Otro demanda de él,
Si se dice que vía el deseo podemos deshacernos del deseo del Otro, entonces quiere decir que poseemos un
deseo que no es el del Otro, que se diferencia de él.
Noveno teórico 21-10-2021
Seminario 11. Capítulo 13 y 14.
Definición clásica de Freud de pulsión: la investidura que parte del cuerpo buscando su satisfacción, dando un
rodeo sobre el objeto. La pulsión es algo que está en el límite entre lo anímico y lo somático, entre el cuerpo y
el psiquismo. La pulsión es un concepto límite y fronterizo entre lo inconsciente y el cuerpo.
En este seminario 11 Lacan ya tiene la formalización del objeto a (realizada en el seminario 10). Aquí Lacan
desprende la pulsión del lado de lo orgánico y lo deja del lado del inconsciente, de lo psíquico.
La pulsión para Lacan es un tipo de demanda. Es por la demanda del Otro que la pulsión aparece en el sujeto, a
nivel de la pulsión se está hablando de los significantes del Otro, es efecto de la significación significante,
supone el juego de la estructura significante, de los significantes del Otro. Para Lacan la pulsión es introducida
por el Gran Otro. Pero del lado del sujeto la pulsión es muda, no se articula en palabras.
La pulsión es un tipo de demanda a la que nada la detiene. Es algo que se satisface en el sujeto. Por eso se dice
que es un montaje pre-subjetivo, porque aparece aún cuando el sujeto del inconsciente no se ha constituido, se
opone al fantasma que es subjetivo es una construcción del sujeto.
Cuando se dice que la pulsión supone una subjetividad acéfala, o que es acéfala, remite a que la pulsión se
satisface, no hay un sujeto que la domine. La pulsión muchas veces se satisface a pesar de uno, a pesar de la
voluntad de uno (ejemplo: morderse los dedos, las uñas, etc.)
En el fantasma el sujeto quedará identificado a un objeto que se hace hacer (que se hace mirar, chupar, defecar,
escuchar). El fantasma determina e incide sobre la satisfacción pulsional de cada uno. El modo de gozar de cada
uno, de satisfacerse es regulado y ordenado por el fantasma de cada uno.
Lacan no hablará de las pulsiones yoicas de conservación, él dirá que las verdaderas pulsiones son las sexuales.
El montaje remite a aquello que no es natural, a aquello que es armado.
Para Lacan la pulsión no es bisagra entre lo orgánico y lo psíquico.
Lacan dice que la pulsión es el montaje a través del cual la sexualidad participa de la vida psíquica. La pulsión
articula lo sexual y el psiquismo, no lo orgánico y el psiquismo como decía Freud. La pulsión es la participación
de lo sexual en el psiquismo.
Cuatro términos de la pulsión:
Drang: empuje: es la tendencia a la descarga, posee una constancia que impide que se asimile al empuje
de la pulsión con cualquier función biológica, porque éstas si tienen un ritmo determinado. El empuje se
diferencia de los estímulos externos, el empuje de la pulsión es producto de un estímulo dentro de un
órgano. De un estímulo externo se puede huir, pero de la pulsión no.
La Quelle: la fuente:
El objekt: el objeto: es el objeto a.
El Ziel: la meta: es la satisfacción de la pulsión. La función de la pulsión es poner en tela de juicio la
cuestión de la satisfacción.
Estos cuatro términos aparecen disyuntos, separados, distantes.
En los síntomas se satisface una pulsión. El síntoma está entre real y simbólico, lo real de un síntoma es que
conlleva a goce, goce de que una pulsión se satisface. Cuando el síntoma no interfiere con la vida cotidiana el
síntoma forma parte del registro del imaginario. Y cuando aparece como un malestar en la cotidianidad del
sujeto, y aparece la queja y la demanda analítica es parte del registro de lo simbólico.
Para Lacan hay una serie continua entre satisfacción e insatisfacción, se satisface la pulsión y automáticamente
hay insatisfacción. Por eso es paradójica, porque la satisfacción siempre culmina en la insatisfacción.
Hay dos murallas de lo imposible en la satisfacción, una de ellas es la satisfacción porque esta siempre culmina
en insatisfacción. La otra muralla de lo imposible es el principio de placer, porque alcanzar el placer es
imposible, ningún objeto satisface la pulsión.
Frase página 175. Capítulo 13. “Al dar con su objeto la pulsión se entera, precisamente, de que no es así como
se satisface”.
El objeto de la pulsión es el objeto a causa de deseo, ese que está perdido, que sólo se encuentran de él objetos
señuelos. jeto a causa de deseo, ese que está perdido, que sólo se encuentran de él objetos señuelos. Y la
pulsión le da vuelta, lo cortonea a esos objetos señuelos que buscan ocupar el lugar del objeto a.
La fuente de la pulsión son las zonas erógenas que se diferencian por su estructura de borde, como la zona
erógena oral (boca, los labios, los dientes), anal, las orejas, etc. La fuente es el punto de partida de la ´pulsión,
nacen allí.
Los cuatro elementos de la pulsión son cuatro elementos disyuntos, montados al azar, ajustados, armados en
función de la pulsión. Estos montajes pulsionales poseen un carácter de collage surrealista (se ensamblaron los
distintos elementos de la pulsión en un todo, que no tiene forma realista alguna). Se diferencia de la
invariabilidad de los montajes instintuales de las especies animal, porque si los hubiera en los animales no
habría gran variación de ese montaje en una misma especie, porque depende meramente de los instintos. En
cambio, en nosotros, los seres humanos el montaje varía totalmente de un momento a otro y de un sujeto a otro,
el empuje, la meta, la satisfacción, el objeto difiere de un sujeto a otro y de un momento al otro, por eso lo del
montaje con un carácter de collage surrealista, porque hay una variación constante no se trata de un objeto,
meta, empuje definido, estático e igual todo el tiempo, ni en todos.
La pulsión es el eco en el cuerpo del hecho de que hay un decir. Es por la demanda del Otro que se introduce la
pulsión.
Para Lacan las pulsiones son parciales. No hay posibilidad de sexo natural, será siemre por la vía del
significante, lo que no pasa por las redes del significante, lo natural sería como sexualidad perdida.
La pulsión tiene dos objetos, el objeto señuelo mediante el cual la pulsión se cierra (el que rodea el objeto) y el
objeto eternamente faltante que es el objeto a.
Teórico N°11
En el cross-cap el objeto a es el casquete de abajo. La banda moebius es el sujeto.
La compulsión a la repetición genera goce, que es satisfacción a la pulsión de muerte. Repetición de una
posición que pone en riesgo al sujeto (ejemplo el excesivo consumo de cigarrillos, hay un goce vinculado a lo
mortífero, a satisfacer la pulsión de muerte).
El goce regulado por el fantasma siempre es masoquista.
El sujeto es efecto del discurso, del corte que el significante produce. El significante supone la pérdida de goce.
El sujeto de goce, del primer piso, pierde goce al inscribirse en el deseo del Otro, para poder darse lugar como
sujeto deseante. Introducirse en el campo del Otro implica perder algo de aquel goce mítico. Se está doblemente
en falta, falta en ser y falta en goce.
Se renuncia al goce porque operó la castración simbólica, que le hace dar cuenta al sujeto que no hay goce
completo, que algo de eso se perdió, así como también algo del ser. Es imposible volver al primer piso mítico
donde había completud. El neurótico esto no lo acepta y quiere volver al primer piso, quiere ser uno con el Otro.
Pero eso implicaría que sobrevenga la angustia porque se dará cuenta que ha quedado como objeto ante el deseo
del Otro. Por ser sujetos del significante estamos castrados, hemos perdido falo simbólico.
Siempre se aspira a querer alcanzar aquel goce mítico primero, pero es imposible, no podrá nunca alcanzarse la
completud.
El goce fálico es el que se articula con la castración, el que permite seguir deseando. El que se adquiere en el
síntoma, o el que puede ser obtenido vía los objetos a. El goce fálico posee una flexibilidad de goce y de
castración y permite seguir deseando.
El fantasma tiene un goce masoquista, él se hace hacer.
Página 48, 50, 51 articula principio de placer y goce. En el seminario 17. El goce desborda la tensión que
intenta mantener siempre en al mínimo el principio de placer. El principio de placer intentará siempre mantener
al mínimo la tensión del goce. El deseo le hace de barrera al goce, el deseo limita el goce. Gracias a que el
objeto a irremediablemente perdido nunca puede ser encontrado, y que el deseo mantiene al sujeto remitiéndose
constantemente a diversos objetos sustitutos del objeto a, es que el goce se mantiene limitado y no desborda el
principio de placer porque de esta forma no podrá alcanzarse nunca aquel goce mítico completo, sólo se goza de
forma regulada debido al deseo y a que el objeto a está irremediablemente perdido.
En la repetición hay goce, en la medida que algo es repetido constantemente se va adquiriendo goce, pero a la
vez hay pérdida del mismo porque cada vez que algo es repetido también algo fue perdido, porque aunque se
crea que se está repitiendo lo mismo en realidad no lo es, algo de lo anterior fue perdido y con ello también algo
del goce.
En Freud la disminución de la tensión es el placer, y el aumento de tensión es displacer.
La esencia de la teoría psicoanalítica es un discurso sin palabras. La esencia de la teoría psicoanalítica es la
función del discurso, discurso que supone la estructura del lenguaje, se trata de un discurso sin palabras pero no
sin significantes. Se trata de un discurso que no está unido a palabras, es lo escrito sin palabras (S1S2a$)
Lacan construye cuatro discursos.
Discurso del amo
Discurso universitario
Discurso histérico
Discurso del analista
Se tratan de discursos que poseen cuatro letras las cuales nunca ocuparán más de cuatro lugares. Hay cuatro
lugares para cada una de las letras, las cuales remiten a una serie fija y así también habrán cuatro fases.
La serie es S1S2a$
S1: significante amo. La orden del amo es que S2 siga sabiendo (ejemplo: a quienes ordenan y manejan
las cuestiones curriculares, burocráticas que remiten a la universidad sólo les interesa que el que S2
(profesor) que posee el saber siga sabiendo más y más para que la cosa funcione, a esto refiere la tiranía
del amo en el discurso universitario)
S2: batería significante. El saber. El otro es el S2.
a: objeto a, objeto perdido, objeto a ser llenado (con el saber)
$: sujeto barrado
Los cuatro lugares son:
Agente (lugar dominante, del orden y del mando, lugar del saber); otro (a quien se dirige el discurso), verdad
(reprimida, de donde verdaderamente proviene el saber/poder), producción (lo que el discurso produce, tiene
como efecto).
AGENTE OTRO
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VERDAD PRODUCCIÓN
Lacan el discurso del inconsciente, la estructura significante del inconsciente la ubica como el discurso amo.
Porque la estructura significante es:
S1…S2 y entre ambos significantes se produce y encuentra un $ y el objeto a, como producto de la estructura
significante, por la significación del Otro. Lo mismo ocurre con el discurso del amo, está el S1 (amo) y el S2
(esclavo), pero entre estos significantes también hay un $ (que remite a la falta del amo, a su verdad) y hay un
objeto a que se pierde por ser sujeto del significante S1 (que será la plusvalía obtenida del esclavo, y el plus de
goce que posee el esclavo debido a su saber hacer).
Un sujeto es lo que representa un significante para otro significante. Un sujeto e representado por un
significante para otro significante.