0% encontró este documento útil (0 votos)
47 vistas23 páginas

Viviana Antiguo Testamento

El documento proporciona un panorama del Antiguo Testamento en 3 oraciones: 1) El Antiguo Testamento registra la historia del pueblo judío desde la Creación hasta aproximadamente el 400 a.C. y establece sus tradiciones y creencias. 2) Cubre temas como la Creación, Adán y Eva, el Diluvio, la elección de Abraham y la formación del pueblo de Israel. 3) Los libros del Antiguo Testamento incluyen la ley, libros históricos, poéticos y proféticos.

Cargado por

ledis
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
47 vistas23 páginas

Viviana Antiguo Testamento

El documento proporciona un panorama del Antiguo Testamento en 3 oraciones: 1) El Antiguo Testamento registra la historia del pueblo judío desde la Creación hasta aproximadamente el 400 a.C. y establece sus tradiciones y creencias. 2) Cubre temas como la Creación, Adán y Eva, el Diluvio, la elección de Abraham y la formación del pueblo de Israel. 3) Los libros del Antiguo Testamento incluyen la ley, libros históricos, poéticos y proféticos.

Cargado por

ledis
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 23

República Bolivariana de Venezuela

Seminario Bíblico Centro Cristiano Venezuela


San Cristóbal- Edo Táchira

ANTIGUO TESTAMENTO

(Recorrido panorámico)

Materia: Panorama Bíblico

Semestre 1

Yaneth Viviana Sánchez franco V-14985034

Septiembre 2023
Introducción

La Biblia no es un libro sino una compilación de libros: el vocablo griego de

la cual deriva Biblia originalmente significaba “los libros”. Es por ello que, “La

Biblia cristiana contiene dos partes, conocidas familiarmente como el Antiguo

Testamento y el Nuevo Testamento. En el siguiente trabajo se describe un panorama

del antiguo testamento. Iniciando con que El Antiguo Testamento registra cómo los

antiguos israelitas fueron conquistados, llevados al cautiverio y esparcidos por otras

naciones a causa de sus pecados. A través de Sus profetas antiguos, el Señor prometió

reunir a los israelitas dispersos en los últimos días.

En cuanto a su definición se puede decir que El Antiguo Testamento es el

que establece la historia del pueblo judío, sus tradiciones y creencias, antes de la

llegada de Cristo. Es la tradición en la que Jesús se educó y en la que Él estaba muy

versado; de ahí su importancia, tanto para los hebreos como para los cristianos

Por consiguiente, a continuación se describe un panorama o sinopsis del

Antiguo Testamento, donde se revisara todo acerca de los periodos iniciándose por la

Creación. Se dara un recuento del Antiguo Testamento ya que, hoy en día está casi

abandonado por el mundo cristiano, pero que para nosotros permanece como un

testigo de Jesucristo” (“La biblioteca del Señor”, Liahona, julio de 1990, pág. 47).

Por lo tanto, como cristianos, se debe hablar de la Biblia, y con frecuencia

utilizarla para meditación personal, no solo se debe vivir de nuestra fe, sino que se

debe tener que saber dar razón de nuestra esperanza, y para ello puede y debe ayudar-

nos enormemente el conocimiento de esta colección de libros que llamamos Biblia.


El Antiguo Testamento

El Antiguo Testamento contiene los escritos de profetas antiguos y otras

personas que escribieron bajo la inspiración del Espíritu Santo. Es un registro de los

tratos de Dios con Sus hijos, desde la Creación hasta alrededor del año 400 d. C. Al

igual que todas las Escrituras, el Antiguo Testamento enseña y testifica de Jesucristo

y de Su divinidad. Él es Jehová, el Dios del Antiguo Testamento. Las leyes y

ordenanzas que Jesucristo dio a Su pueblo en la antigüedad les ayudaron a tener fe en

Él como su Mesías y Redentor. Un estudio sincero del Antiguo Testamento puede

fortalecer nuestra fe en Jesucristo y ayudarnos a confiar en Sus enseñanzas y Su

Expiación para recibir la salvación.

Antiguo Testamento [A.T.]

La palabra 'Testamento' es una traducción de la palabra hebrea con que se designa 'la

alianza'. Tenemos, por lo tanto, que la Biblia es el conjunto de libros que nos hablan

de la Alianza que estableció Dios con su Pueblo por medio de Moisés [antigua

alianza], y que llevó a su plenitud en Jesucristo [nueva alianza].

El Antiguo Testamento fue escrito casi en su totalidad en hebreo y se

compone de los libros que fueron aceptados como Escritura por los judíos en la Tierra

Santa en la época del ministerio terrenal de Cristo. Esos escritos inspirados incluyen

una historia del pueblo escogido de Dios, desde Adán hasta aproximadamente 400

años antes del nacimiento del Mesías en Belén. La primera parte de la Biblia, el

Antiguo Testamento, es común a los judíos y a los cristianos, pero con algunas
diferencias. Los judíos, seguidos por los protestantes, reconocen sólo los libros

escritos en hebreo: 40. Los católicos añaden 6 más, escritos en griego. Estos últimos

son: Tobías, Judit, Ester, 1º y 2º Macabeos y Baruc. En lo que se refiere al Antiguo

Testamento, la mayoría de las biblias cristianas adoptan el orden inspirado en la

Biblia griega, que clasifica los libros en: - Históricos. - Sapienciales. - Proféticos.

En el Antiguo Testamento, el vocablo testamento representa una palabra

hebrea que significa ‘convenio’. En el contexto del Evangelio, un convenio es un

acuerdo especial entre el Señor y una persona o grupo. El Antiguo Convenio es la ley

que el Señor dio a Su pueblo en la antigüedad. El Nuevo Convenio es la ley que el

Señor, Jesucristo, dio durante Su ministerio terrenal. El Antiguo Testamento contiene

Escrituras que los judíos de Palestina tenían durante el ministerio terrenal del

Salvador.

Cuando se recopiló el Antiguo Testamento, los libros no siempre se colocaron

en orden cronológico sino que se agruparon de acuerdo con el tema que incluían. Los

libros están agrupados dentro de cuatro categorías principales:

1. La Ley. A los libros de Génesis a Deuteronomio a menudo se los llama “la ley”.

Debido a que fueron escritos por Moisés, a veces se los denomina el Pentateuco o los

“cinco libros de Moisés”. Génesis comienza con la Creación del mundo y Adán y

Eva, y Deuteronomio concluye con el final de la vida de Moisés. Estos cinco libros

describen los convenios que Dios realizó con los antiguos israelitas y los

mandamientos que ese pueblo necesitó para cumplir su parte del convenio.
2. Los históricos. Los libros desde Josué hasta Ester continúan relatando la historia de

los hijos de Israel durante más de 600 años después de Moisés. Comúnmente, a esos

libros se los llama “históricos”. En general, están colocados en orden cronológico; sin

embargo, 1 y 2 Crónicas son esencialmente la versión de otro escritor de la misma

historia que se halla en 1 y 2 Samuel y 1 y 2 Reyes.

3. Los Poéticos. Los libros desde Job hasta Eclesiastés están llenos de enseñanzas y

revelaciones que están escritas en forma poética; por lo tanto, los libros que

componen esta sección se conocen como “poéticos”. Cantar de los Cantares de

Salomón también figura en la sección de poesía; sin embargo, de acuerdo con el

profeta José Smith, no es un libro inspirado (véase la Guía para el Estudio de las

Escrituras, “Cantares de Salomón”). El libro de los Salmos contiene las palabras de

varias piezas de música sagrada.

4. Los Profetas. Los libros desde Isaías hasta Malaquías contienen las enseñanzas de los

profetas cuyos ministerios ocurrieron durante la época en que los reyes gobernaron

sobre los hijos de Israel o después de ella. Dichos libros no están en orden histórico.

Los profetas advirtieron a los hijos de Israel acerca de sus pecados y testificaron

sobre las bendiciones que se reciben debido a la obediencia a los mandamientos del

Señor. Ellos profetizaron concerniente a la venida del Mesías, Jesucristo, quien

expiaría por los pecados de quienes se arrepientan, reciban las ordenanzas de

salvación y guarden los mandamientos de Dios.


Creación

De acuerdo a GÉNESIS, Dios creó el universo de la nada; durante cinco días puso

orden en lo creado, el sexto día creó al hombre, el único ser de la creación hecho “a

su imagen y semejanza” y destinado a “dominar” el resto de la creación; al séptimo

descansó. Es decir, que Dios crea esta tierra y su cielo y todas las formas de vida en

seis días, se describen los hechos de cada día de la Creación: Dios crea al hombre,

varón y hembra, a su propia imagen, se da dominio al hombre sobre todas las cosas, y

se le manda multiplicarse y henchir la tierra.

Asimismo, en Génesis, se encuentra que Dios descansa el séptimo día,

explica la creación espiritual previa, Adán y Eva son puestos en el Jardín de Edén,

donde se les prohíbe comer del árbol de la ciencia del bien y del mal y Adán da

nombre a toda criatura viviente, siendo Jehová Dios quien une a Adán y a Eva en

matrimonio. Luego, la serpiente (Lucifer) engaña a Eva, los cuales participan del

fruto prohibido, su Simiente (Cristo) herirá la cabeza de la serpiente y les explica el

papel de la mujer y el del hombre de ahora en adelante y Adán y Eva son echados del

Jardín de Edén; resultando Eva embarazada quien llega a ser la madre de todos los

vivientes.

Por lo tanto, Eva da a luz a Caín y a Abel. A pesar que ellos ofrecen

sacrificios Caín mata a Abel y es maldecido por Jehová, quien además pone una

marca sobre él, se multiplican los hijos de los hombres, donde Adán engendra a Set y

Set engendra a Enós. Siendo las generaciones de Adán son: Adán, Set, Enós, Cainán,
Mahalaleel, Jared, Enoc (quien caminó con Dios), Matusalén, Lamec y Noé (quien

engendró a Sem, a Cam y a Jafet).

Dentro de este periodo se encuentra que los hijos de Dios se casan con las

hijas de los hombres, los hombres se vuelven inicuos; la tierra se llena de violencia y

toda carne se corrompe. Se anuncia el Diluvio, Dios establece Su convenio con Noé,

quien construye un arca para salvar a su familia y a diversos seres vivientes. Por lo

tanto, la familia de Noé y diversos animales y aves entran en el arca, llega el Diluvio

y las aguas cubren toda la tierra, donde todos los demás seres vivientes son

destruidos.

Luego, cesa el Diluvio, Noé envía una paloma, la cual regresa con una hoja

de olivo, Noé hace salir del arca a todo ser viviente y ofrece sacrificios, se aseguran la

siembra, la siega y las estaciones. De igual manera, se manda a Noé y a sus hijos

multiplicarse y henchir la tierra, se les da dominio sobre todas las formas de vida, se

decreta la pena de muerte por asesinato, y se da la promesa de Dios que nunca

volverá a destruir la tierra por medio de un diluvio, pero Canaán es maldecido; Sem y

Jafet son bendecidos.

En este mismo orden de ideas, se puede acotar, que los descendientes de Noé

son: Jafet, cuyos descendientes son los gentiles; Cam, cuyos descendientes incluyen a

los cananeos; y Sem, de quien vino Peleg, en cuyos días se dividió la tierra. Todos los

hombres hablan el mismo lenguaje, ellos construyen la torre de Babel, Jehová

confunde su lenguaje y los dispersa sobre toda la tierra.


Periodo patriarcal

Con respecto, al periodo patriarcal, el pacto abrahámico lo encontramos por primera

vez en Génesis 12:1–3. Señala el comienzo, tanto de la elección que Dios hace del

hombre por medio de quien librará a todo el mundo si la humanidad creyera, como

del comienzo de la historia de Israel y la teología. Por supuesto, Abraham ocupó el

lugar central en el clímax de la revelación. Sin embargo, no se deben desperdiciar los

momentos que guiaron a esto como insignificantes ni siquiera inexistentes. El texto se

mueve a todo lo ancho y largo de la creación al provincialismo y las reprensiones

resultantes de los pecados sucesivos de la humanidad. Aunque también se mueve de

la condición problemática tripartita del hombre como resultado de la caída, el diluvio

y la fundación de Babel, a la nueva provisión universal de Dios de salvación para

todo hombre mediante la simiente de Abraham.

Esta época tuvo tanta importancia que Dios la promulgó como el «Dios de los

patriarcas» (es decir, «padres»), o el «Dios de Abraham, Isaac y Jacob». Además, se

consideraron a los patriarcas como «profetas» (Gn 20:7; Sal 105:15). Al parecer, fue

así porque recibieron la Palabra de Dios personalmente. A menudo la palabra del

Señor «vino» de manera directa a ellos (Gn 12:1; 13:14; 21:12; 22:1) o Dios se les

«apareció» en una visión (12:7; 15:1; 17:1; 18:1) o en la persona del Ángel del Señor

(22:11, 15).

La vida de Abraham, Isaac y Jacob dan forma a otro período en la corriente de

la historia. ¡Estos tres privilegiados que recibieron la revelación, vieron,

experimentaron y oyeron tanto o más durante sus dos siglos de vida que todos los que
vivieron en el milenio anterior! Por lo tanto, podemos señalar a Génesis 12–50 como

nuestro segundo período histórico en el despliegue de la teología del AT, igual que

hicieron las generaciones posteriores que tuvieron el registro de las Escrituras.

Es por eso, que es importante resaltar cada uno de estos acontecimientos, de

los cuales tenemos que entre las generaciones de Sem, se cuenta a Abram, cuya

esposa fue Sarai, y Abram sale de Ur y se establece en Harán. Donde Abram llegará

a ser una gran nación. Él y su descendencia bendecirán a todas las familias de la

tierra, él viaja de Harán a la tierra de Canaán, debido a la hambruna, Abram

desciende a Egipto. Donde Abram y Sarai son puestos a prueba en la corte de Faraón.

Por lo tanto, Abram regresa de Egipto. Él y Lot se separan, pero Jehová hará

la descendencia de Abram tan numerosa como el polvo de la tierra y Abram se

establece en Hebrón. Lot es capturado en las batallas de los reyes, siendo luego

rescatado por Abram, Melquisedec administra pan y vino, y bendice a Abram, este

paga los diezmos y se niega a aceptar el botín de la conquista. Y Abram desea tener

progenitores, Jehová le promete una descendencia tan numerosa como las estrellas

del cielo, Abram cree en la promesa, su descendencia será extranjera en Egipto.

Entonces, después de cuatro generaciones, ellos heredarán Canaán. Sarai da

su sierva Agar por esposa a Abram, pero Agar huye de Sarai. Es cuando un ángel

manda a Agar que vuelva y sea sumisa a Sarai, donde Agar da a luz a Ismael.

Se manda a Abram ser perfecto, Él será padre de muchas naciones, Se le

cambia el nombre por el de Abraham y Jehová hace convenio de ser el Dios de

Abraham y de su descendencia para siempre. Además, Jehová le da la tierra de


Canaán en heredad perpetua, la circuncisión llega a ser una señal del convenio

sempiterno entre Dios y Abraham. Asimismo, se le cambia el nombre a Sarai y se le

da el de Sara, ella concebirá a Isaac, con quien Jehová establecerá Su convenio,

Abraham y los varones de su casa son circuncidados.

Abraham atiende a tres hombres santos, los cuales prometen que Sara tendrá

un hijo, y Abraham mandará a sus hijos a ser justos. Jehová se le aparece y conversan

sobre la destrucción de Sodoma y Gomorra.

Jacob narra la aparición de Dios a él en Luz. Adopta a Efraín y a Manasés

como sus propios hijos. Jacob bendice a José, Pone a Efraín antes que a Manasés y la

descendencia de Efraín formará multitud de naciones. Los hijos de Israel volverán a

la tierra de sus padres. Jacob bendice a sus hijos y a su descendencia, Rubén, Simeón

y Leví son castigados. Judá legislará hasta que Siloh (Cristo) venga. José es una rama

fructífera junto a una fuente. Sus vástagos (los nefitas y los lamanitas) han de

extenderse sobre el muro. El Pastor y Roca de Israel (Cristo) bendecirá a José

temporal y espiritualmente. Jacob desea ser sepultado con sus padres en Canaán y

Jacob expira y es reunido con sus padres.

El cuerpo de Jacob es embalsamado, José lo sepulta en Canaán y consuela a

sus hermanos. Los hijos de Israel se multiplican y José promete que Dios sacará a

Israel de Egipto y lo llevará a Canaán. Luego José muere en Egipto y es

embalsamado.

Éxodo
El Libro del Éxodo, es la historia de la salida y liberación del Pueblo de Israel

de su esclavitud en Egipto, su marcha por el desierto y la Alianza de Dios con su

Pueblo en el monte Sinaí. El personaje más importante de esta historia es Moisés,

nombre que según la tradición significa "salvado de las aguas".

El Éxodo es el segundo libro del Pentateuco es el que narra la esclavitud

sufrida por los hebreos en Egipto y la marcha de estos hacia la Tierra Prometida tras

la liberación conseguida por Moisés. El libro de Éxodo es el segundo de los cinco

libros de Moisés. En Éxodo leemos acerca del nacimiento de Moisés, de su

llamamiento de profeta y de cómo guió a los hijos de Israel fuera de Egipto. Éxodo

significa “salida” o “alejamiento”.

El esquema del Éxodo: salida, travesía y entrada en la tierra, es el paradigma o

modelo de lo que es nuestra vida. Este libro consiste en un relato del nacimiento y de

los primeros años de la vida de Moisés; las diez plagas; el viaje desde Egipto hasta el

Sinaí; la entrada de la ley; y una descripción del tabernáculo.

Moisés guió al pueblo de Israel durante 40 años por el desierto hasta la Tierra

Prometida y pasó 40 días de oración en el monte Sinaí antes de recibir las Tablas de

la Ley (Deuteronomio 9, 9-11). De Moisés reza la Biblia que vivió 120 años (Dt

34,7), una vida que San Esteban dividió en tres etapas (Hch 7, 20-40): 40 años en

Egipto, otros 40 como pastor en la tierra de Madián y 40 años de travesía por el

desierto.

Conquista
En el libro se relata la historia de cómo Dios cumplió el pacto, o convenio,

que había hecho con los hijos de Israel de darles la tierra prometida de Canaán. En

hebreo, “Josué” significa “Jehová salva”, o “Jehová da la victoria”. El nombre en

griego traducido al español es “Jesús”. Este nombre tiene un simbolismo interesante

dado que el libro de Josué es el registro de Josué, el que guió a los hijos de Israel a la

tierra prometida, de la misma forma que Jesucristo nos guía a nosotros a la “tierra

prometida”, o sea, a la vida eterna.

Y aconteció después de la muerte de Moisés, siervo de Jehová, que Jehová

habló a Josué hijo de Nun, ayudante de Moisés, diciendo: Mi siervo Moisés ha

muerto; levántate pues ahora, y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la atierra

que yo les doy a los hijos de Israel. Yo os he entregado, como lo había dicho a

Moisés, todo lugar que pise la planta de vuestro pie. Desde el desierto y el Líbano

hasta el gran río Éufrates, toda la tierra de los heteos hasta el amar Grande, donde se

pone el sol, será vuestro territorio.

Los acontecimientos relatados en el libro de Josué ocurrieron cuando los

diferentes territorios peleaban en nombre de su respectivo dios. Es por eso que, al

triunfar los israelitas sobre los cananeos mediante el poder de Jehová, su victoria era

un testimonio de que Él es el Dios verdadero y viviente. Advertirás que casi todos los

relatos de los libros de Josué y de Jueces muestran cómo los israelitas ganaron las

batallas de forma milagrosa, y lo hicieron de manera tal, que ni a los israelitas ni a sus

enemigos les quedó la menor duda de que había sido Dios el Señor quien había
ganado la batalla, y no ningún hombre ni estrategia. Además, el Señor no permitió

que Israel se enriqueciera al quedarse con el botín de los pueblos que conquistaba

La leyenda dice que durante siete días consecutivos, los israelitas, conducidos

por Josué, dieron una vuelta a la muralla de Jericó acompañados por los sacerdotes

que hacían sonar trompetas, mientras los habitantes de la ciudad se burlaban de este

ridículo método de conquista.

Finalmente en este periodo de conquista, Josué nos enseña a confiar en las

promesas de Dios, a buscar su guía en todas las circunstancias ya permanecer fieles

incluso ante los desafíos. La vida de Joshua es un ejemplo inspirador de liderazgo

espiritual y devoción a Dios, dejando un legado duradero para todos los que buscan

seguir los caminos del Señor.

Apostasía:

Jueces

Jueces narra la historia de Israel desde la muerte de Josué hasta el tiempo de

Samuel. Este periodo, durante el cual el pueblo desobedeció y se alejó de Dios

repetidamente, lo cual se convirtió en uno de los tiempos más oscuros de su historia.

Cuando ellos se arrepentían de sus pecados y se volvían a Dios, Él levantaba líderes,

llamados jueces, quienes los libraban de sus enemigos.

El periodo de los jueces marca el principio de la edad de hierro. Israelitas

vivieron pobres y en opresión por causa de rechazar a Dios y sus principios,

mezclando la verdad con idolatría, toda una corrupción. Rechazaron a Dios, por

humanismo, sincretismo, una corrupción total, como consecuencia o maldición por su


pecado. Esto Dios se lo dijo a Moisés antes; no obedecieron en echar de la tierra

prometida, a sus enemigos

El escenario de este libro se desarrolla en una época difícil para Israel donde

la decadencia, la apostasía y el pecado alejaban al pueblo de Dios. El Señor levantó

jueces para superar dichas crisis. En este contexto de declinación surgen los jueces

como libertadores. Un total de doce jueces, y Debora, gobiernan más de 300

turbulentos y sombríos años de la historia de Israel. Jueces finaliza con la instalación

del santuario en Dan, el desorden abominable de la nación y el deterioro político.

Rut

El libro de Rut narra la historia de una familia que vivió durante la época en la

que el pueblo de Israel tuvo jueces. Rut era una joven nacida en el país de Moab, por

tanto no pertenecía al pueblo de Israel. Noemí era israelita. Dicho libro de Ruth

cuenta la historia extraordinaria de la fidelidad de Dios para Israel en la vida y el

trabajo de tres personas comunes: Noemí, Rut y Booz.

En sus labores en medio de la dificultad económica y la prosperidad, vemos la

mano de Dios claramente en su trabajo de producción agrícola, en la administración

generosa de los recursos para el bien de todos, en el trato respetuoso entre

compañeros de trabajo, en la creatividad para enfrentar la necesidad y en la

concepción y crianza de los hijos. A lo largo de toda la historia, la fidelidad de Dios

hacia ellos crea oportunidades para trabajar de forma fructífera y su fidelidad a Dios

trae la bendición de la provisión y la seguridad entre ellos y con el pueblo a su

alrededor.
Los eventos del libro de Rut ocurren durante la fiesta de la siega de cebada

(Rut 1:22; 2:17, 23; 3:2, 15, 17), en la que se celebraba el vínculo entre la bendición

de Dios y el trabajo del ser humano. El origen del festival se encuentra en dos pasajes

de la Torá: Guardarás la fiesta de la siega de los primeros frutos de tus labores, de lo

que siembres en el campo. (Éx 23:16; énfasis agregado)

Entonces celebrarás la fiesta de las semanas al Señor tu Dios con el tributo de

una ofrenda voluntaria de tu mano, la cual darás según el Señor tu Dios te haya

bendecido. Y te alegrarás delante del Señor tu Dios, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu

sierva, el levita que habita en tus ciudades, y el forastero, el huérfano y la viuda que

están en medio de ti, en el lugar donde el Señor tu Dios escoja para poner allí su

nombre. Y te acordarás de que tú fuiste esclavo en Egipto; cuídate de guardar estos

estatutos. (Dt 16:10–12; énfasis agregado)

Reino Unido

El Reino Unido de Israel , fue la (Monarquía Unida) o Reino de Israel (en

hebreo: ‫ל ממלכת‬ , Mamlejet Isra'el) es un reino bíblico. Según el Tanaj (Antiguo

Testamento), el primer rey fue Saúl quien unificó las tribus de Israel en un solo

estado. Luego fue sucedido por David, que expande el reino significativamente

El Reino Unido es uno de los períodos más fascinantes y relevantes en la

historia de Israel. Durante este tiempo, vemos la unión de las tribus de Israel bajo un

solo rey y el auge del poder y la influencia de este reino. En la Biblia, este período

está marcado por los reinados de los reyes Saúl, David y Salomón, tres figuras

históricas y religiosas importantes. Cada uno de estos reyes tuvo un reinado de


aproximadamente 40 años, sumando unos 120 años en total. Sin embargo, para

comprender completamente el Reino Unido, debemos retroceder un poco y explorar

la historia anterior de Israel.

Antes de que el Reino Unido existiera, la tierra de Israel estaba gobernada por

una serie de líderes conocidos como jueces. Estos jueces eran elegidos por Dios para

proteger y gobernar a Israel en tiempos de crisis. Sin embargo, a medida que la tierra

de Israel crecía y se desarrollaba, los israelitas comenzaron a desear tener un rey

como las naciones vecinas. Dios concedió la solicitud de los israelitas y escogió a

Saúl como el primer rey de Israel. Saúl fue un líder fuerte y victorioso en la batalla,

pero también tuvo debilidades y desobediencias. Su reinado sentó las bases para la

monarquía en Israel, pero no fue hasta el reinado de David que el Reino Unido

alcanzaría su máximo esplendor.

El Rey David y la unificación del Reino de Israel: David fue uno de los

personajes más importantes e influyentes en la historia de Israel. Él comenzó como

un modesto pastor, pero fue elegido por Dios para ser rey sobre su pueblo. David

derrotó a gigante Goliat con una sola piedra y se convirtió en un héroe nacional.

Después de la muerte de Saúl, David se convirtió en el segundo rey de Israel. Durante

su reinado, unificó las tribus de Israel bajo su liderazgo y estableció a Jerusalén como

la capital del Reino Unido. David llevó a cabo muchas conquistas militares y

expandió los límites del reino.

Pero más allá de sus logros militares, David fue conocido por ser un hombre

según el corazón de Dios. Escribió muchos salmos en la Biblia y tenía una profunda
relación con el Señor. Dios estableció un pacto con David, conocido como el

Convenio Davídico o Pacto Davídico, en el que Dios prometió que su linaje reinaría

para siempre y que el Mesías provendría de su descendencia.

El Rey Salomón y la edad de oro del Reino Unido: Después de la muerte de

David, su hijo Salomón se convirtió en el tercer rey de Israel. Salomón gobernó

durante un período de paz y prosperidad sin precedentes, conocido como la Edad de

Oro del Reino Unido. Durante su reinado, Salomón construyó el Templo de

Jerusalén, nombrado también, en su honor, el Templo de Salomón, considerado una

de las maravillas del mundo antiguo.

Salomón era conocido por su sabiduría y su reinado atrajo a numerosos

visitantes y comerciantes de todas partes del mundo conocido. Su sabiduría se hizo

famosa y se dice que dictó miles de proverbios y que escribió tres mil canciones. Sin

embargo, Salomón no fue inmune a los pecados y finalmente se apartó de Dios, lo

que llevó a la división del Reino Unido.

El significado histórico y espiritual del Reino Unido

El Reino Unido es un período clave en la historia de Israel tanto desde un

punto de vista histórico como espiritual. Este período vio la unificación de las tribus

de Israel y el establecimiento de una monarquía fuerte y próspera. Los reinados de

David y Salomón trajeron un tiempo de paz, desarrollo cultural y expansión del

territorio. Desde un punto de vista espiritual, el Reino Unido representa la relación

de Dios con su pueblo y sus promesas. Dios eligió a David como rey y estableció un

pacto con él, prometiéndole que su linaje reinaría para siempre. Esta promesa se
cumplió en Jesús, quien es descendiente de David y es conocido como el Rey de

reyes y el hijo de David.

Además, la sabiduría y los escritos de David y Salomón, como los salmos y

los proverbios, siguen siendo una fuente de inspiración y enseñanza espiritual para

millones de personas en todo el mundo. Estos textos bíblicos nos hablan de la

grandeza y el amor de Dios, así como de la importancia de buscar la sabiduría y la

justicia. Aunque el Reino Unido se dividió más tarde en el Reino de Israel y el Reino

de Judá, su legado continúa siendo relevante hoy en día. El pacto con David y las

enseñanzas de sabiduría de David y Salomón siguen siendo fuentes de inspiración

para muchas personas en todo el mundo.

En definitiva, el Reino Unido dejó una marca imborrable en la historia de

Israel y en la Biblia. Nos enseña sobre la grandeza y el amor de Dios, así como sobre

la importancia de buscar la sabiduría y la justicia en nuestras vidas.

Reino dividido

Después de la muerte de Salomón, su hijo Roboam se convirtió en el cuarto

rey de Israel. Sin embargo, su gobierno fue opresivo y desató el descontento entre las

tribus del norte. Esta tensión llevó a la división del Reino Unido en el Reino de Israel

y el Reino de Judá. Jeroboam, un oficial del reino, se rebeló contra Roboam y se

convirtió en el primer rey del norte o Reino de Israel, que incluía las diez tribus del

norte. Aunque el Reino de Israel tuvo varios reyes a lo largo de su historia, nunca

recuperó la grandeza y la influencia que tuvo durante el Reino Unido. Finalmente, fue
destruido por Asiria y sus tribus dispersas, por lo que las conocemos como las diez

tribus perdidas de Israel.

Por otro lado, el Reino de Judá, o reino del sur, que incluía las tribus de Judá y

Benjamín, continuó siendo gobernado por los descendientes de David. El Reino de

Judá duró más tiempo y tuvo reyes notables, pero también se enfrentó a su propia

decadencia y al exilio final en Babilonia.

La Deportación

Por aproximadamente seiscientos años, Israel había sido esencialmente un

pueblo libre, con la libertad de adorar al Dios de sus padres Abraham, Isaac y Jacob;

pero los israelitas se olvidaron de su Dios y fueron llevados cautivos y dispersados

entre quienes no adoraban al Dios verdadero y viviente. La deportación tenía como

objetivo la ocupación y rehabilitación de tierras no cultivadas o de ciudades

destruidas.

Es decir, que el exilio en Babilonia puso a Israel en contacto con una cultura

muy cosmopolita que fomentó el pensamiento y la reflexión, como se ve en la propia

literatura bíblica. Todo esto favoreció una nueva expresión de su identidad, así como

la posibilidad de integrar lo diferente, en lugar de rechazarlo violentamente. Sin

embargo, carecemos de testimonio alguno que nos haga suponer la existencia de un

templo levantado en el territorio del exilio para mantener el culto de la ciudad de

Jerusalén.
El retorno

El libro de Esdras nos da un relato del regreso de algunos de los exiliados de

la cautividad y la reedificación del templo. La tarea de reedificar el lugar de

adoración, llevada a cabo en un ambiente de hostilidad y paganismo, fue demorada

también por la frialdad del pueblo.

Relata el regreso de la cautividad de algunos exiliados guiados por Zorobabel

y Esdras; y también registra las reformas de este último. En esta etapa se construye el

templo. La tarea de reedificar el lugar de adoración, llevada a cabo en un ambiente de

hostilidad, tomó 20 años. Lo más destacable es la restauración de la verdadera

adoración del pueblo. Junto con Crónicas y Nehemías constituyen una unidad

temática.

El primer retorno tiene lugar bajo Zorobabel. Este gran descendiente real

condujo a unas cincuenta mil personas de regreso desde Babilonia a Jerusalén. La

historia de ese retorno la encontramos en los dos primeros capítulos. Cuando llegaron

a Jerusalén, era el séptimo mes del año, justo a tiempo para celebrar la Fiesta de los

Tabernáculos de los judíos. Esta Fiesta de los Tabernáculos (también conocida como

la Fiesta de la Reunión) fue el tiempo en el que el pueblo de Israel vivió en ramadas

para recordarles su naturaleza como peregrinos. Por cierto que esta fiesta se celebra

como anticipación de la reunión de Israel de la enorme dispersión a escala mundial,

que tendrá lugar durante el milenio, pero también es la fiesta en la que se mezclan las

lágrimas de dolor al contemplar el pueblo cómo se vuelven a colocar de nuevo los

cimientos del templo.


El silencio

“Dios es silencio”. Parecería que el silencio de Dios en la Biblia expresa dos

actitudes diferenciadas en Dios. Por una parte, el silencio de Dios está cargado de

amor. Su silencio es como la antesala de la gran efusión de amor que es su Palabra.

Así el Génesis nos presenta el silencio del caos que precede a la palabra creadora:

“Todo era un silencio informe” (Gen 1, 2). A ese silencio se contrapone la

exuberancia de la Palabra creadora y amorosa de Dios que no cesa de decir: “hágase”.

Silencio de Dios fue también lo que experimentó Noé durante el diluvio. Tras

la indicación divina de construir el arca, Dios enmudece, calla. Pasaban los días y el

Patriarca abría la ventana de su corazón para escuchar la palabra divina que es vida, y

no recibía respuesta. Este silencio del diluvio precedió a la nueva creación y a la

promesa divina de mantener siempre su obra creadora.

Como silencio es presentado también la esclavitud del pueblo escogido bajo el

dominio egipcio. Durante este período, Dios es silencioso y parece ausente de la

historia de su pueblo. Pero el silencio de Dios es sólo aparente. Él contemplaba a su

pueblo. “Dios miró” (Ex 2, 25) y decidió actuar. Con su mirada de amor dio inicio los

prodigios de la historia de la liberación.

El exilio babilónico es considerado también como un tiempo en el que Dios

estuvo mudo. “Mucho tiempo callé, estuve en silencio, me contuve” (Is 42, 14). Se

trata de un silencio reprimido de Dios que evoca, como la imagen del parto usado por

el profeta, la nueva época histórica que está por iniciar en la que “tornaré en luz las

tinieblas” (Is 42, 16).


Un silencio que prepara la revelación

Todos estos silencios de Dios terminan en una efusión del amor divino que

bendice con la abundancia de su Palabra la sequía a la que parecía estar sometida el

alma durante su silencio. Quizá fuera esto lo que Dios quiso enseñar a Moisés cuando

éste quiso ver el rostro de Dios: “al pasar mi gloria, te pondré en una hendidura de la

peña y te cubriré con mi mano hasta que yo haya pasado. Luego apartaré mi mano,

para que veas mis espaldas; pero mi rostro no se puede ver”. (Ex 33, 22-23). El

misterio divino conlleva dos presencias de Dios: por delante va su lado invisible, su

rostro siempre oculto que precede a su lado visible, pero siempre de espaldas a

nosotros. Son las dos vertientes de lo divino: silencio y revelación.

Conclusión

En síntesis se puede inferir, que el Antiguo Testamento contiene profecías

acerca de la obra que Jesucristo hará en los últimos días antes de Su segunda venida.

El Antiguo Testamento registra cómo los antiguos israelitas fueron conquistados,

llevados al cautiverio y esparcidos por otras naciones a causa de sus pecados. A

través de Sus profetas antiguos, el Señor prometió reunir a los israelitas dispersos en

los últimos días. Ellos llegarían a tener conocimiento del Evangelio y serían

restaurados a sus tierras de heredad. Estamos viviendo en los días en que muchas de

esas promesas se están cumpliendo.

El Antiguo Testamento también contiene algunos de los relatos más conocidos

de la historia. A medida que nos familiarizamos más con ellos, podemos encontrar un
mayor significado al estudiar pasajes del Nuevo Testamento, del Libro de Mormón y

de Doctrina y Convenios que hacen referencia a esos relatos. Por ejemplo, podemos

comprender mejor las enseñanzas en Juan 3:14–15; 1 Nefi 17:40–42; Alma 33:18–22;

y Helamán 8:14–15 al estudiar el relato de cuando Moisés alzó una serpiente de

bronce en Números 21:4–9. Pero debemos hacer algo más que tan sólo aprender las

historias de esos relatos; debemos también aprender las doctrinas y los principios que

se enseñan en los relatos y después aplicarlos en nuestra vida.

A medida que estudies con diligencia el Antiguo Testamento, podrás sentir

que el Espíritu Santo te toca el corazón y te ayuda a reconocer maneras de aplicar

esas doctrinas y principios en tu vida. El actuar sobre esas impresiones ayudará a que

tu testimonio del Evangelio crezca.

Referencias

Versión Dios habla hoy, Biblia en español actual, edición interconfesional, edición

básica (2002), Sociedades Bíblicas Unidas y Sociedad Bíblica de España.

También podría gustarte