República Bolivariana de Venezuela
Seminario Bíblico Centro Cristiano Venezuela
San Cristóbal- Edo Táchira
ANTIGUO TESTAMENTO
(Recorrido panorámico)
Materia: Panorama Bíblico
Semestre 1
Yaneth Viviana Sánchez franco V-14985034
Septiembre 2023
Introducción
La Biblia no es un libro sino una compilación de libros: el vocablo griego de
la cual deriva Biblia originalmente significaba “los libros”. Es por ello que, “La
Biblia cristiana contiene dos partes, conocidas familiarmente como el Antiguo
Testamento y el Nuevo Testamento. En el siguiente trabajo se describe un panorama
del antiguo testamento. Iniciando con que El Antiguo Testamento registra cómo los
antiguos israelitas fueron conquistados, llevados al cautiverio y esparcidos por otras
naciones a causa de sus pecados. A través de Sus profetas antiguos, el Señor prometió
reunir a los israelitas dispersos en los últimos días.
En cuanto a su definición se puede decir que El Antiguo Testamento es el
que establece la historia del pueblo judío, sus tradiciones y creencias, antes de la
llegada de Cristo. Es la tradición en la que Jesús se educó y en la que Él estaba muy
versado; de ahí su importancia, tanto para los hebreos como para los cristianos
Por consiguiente, a continuación se describe un panorama o sinopsis del
Antiguo Testamento, donde se revisara todo acerca de los periodos iniciándose por la
Creación. Se dara un recuento del Antiguo Testamento ya que, hoy en día está casi
abandonado por el mundo cristiano, pero que para nosotros permanece como un
testigo de Jesucristo” (“La biblioteca del Señor”, Liahona, julio de 1990, pág. 47).
Por lo tanto, como cristianos, se debe hablar de la Biblia, y con frecuencia
utilizarla para meditación personal, no solo se debe vivir de nuestra fe, sino que se
debe tener que saber dar razón de nuestra esperanza, y para ello puede y debe ayudar-
nos enormemente el conocimiento de esta colección de libros que llamamos Biblia.
El Antiguo Testamento
El Antiguo Testamento contiene los escritos de profetas antiguos y otras
personas que escribieron bajo la inspiración del Espíritu Santo. Es un registro de los
tratos de Dios con Sus hijos, desde la Creación hasta alrededor del año 400 d. C. Al
igual que todas las Escrituras, el Antiguo Testamento enseña y testifica de Jesucristo
y de Su divinidad. Él es Jehová, el Dios del Antiguo Testamento. Las leyes y
ordenanzas que Jesucristo dio a Su pueblo en la antigüedad les ayudaron a tener fe en
Él como su Mesías y Redentor. Un estudio sincero del Antiguo Testamento puede
fortalecer nuestra fe en Jesucristo y ayudarnos a confiar en Sus enseñanzas y Su
Expiación para recibir la salvación.
Antiguo Testamento [A.T.]
La palabra 'Testamento' es una traducción de la palabra hebrea con que se designa 'la
alianza'. Tenemos, por lo tanto, que la Biblia es el conjunto de libros que nos hablan
de la Alianza que estableció Dios con su Pueblo por medio de Moisés [antigua
alianza], y que llevó a su plenitud en Jesucristo [nueva alianza].
El Antiguo Testamento fue escrito casi en su totalidad en hebreo y se
compone de los libros que fueron aceptados como Escritura por los judíos en la Tierra
Santa en la época del ministerio terrenal de Cristo. Esos escritos inspirados incluyen
una historia del pueblo escogido de Dios, desde Adán hasta aproximadamente 400
años antes del nacimiento del Mesías en Belén. La primera parte de la Biblia, el
Antiguo Testamento, es común a los judíos y a los cristianos, pero con algunas
diferencias. Los judíos, seguidos por los protestantes, reconocen sólo los libros
escritos en hebreo: 40. Los católicos añaden 6 más, escritos en griego. Estos últimos
son: Tobías, Judit, Ester, 1º y 2º Macabeos y Baruc. En lo que se refiere al Antiguo
Testamento, la mayoría de las biblias cristianas adoptan el orden inspirado en la
Biblia griega, que clasifica los libros en: - Históricos. - Sapienciales. - Proféticos.
En el Antiguo Testamento, el vocablo testamento representa una palabra
hebrea que significa ‘convenio’. En el contexto del Evangelio, un convenio es un
acuerdo especial entre el Señor y una persona o grupo. El Antiguo Convenio es la ley
que el Señor dio a Su pueblo en la antigüedad. El Nuevo Convenio es la ley que el
Señor, Jesucristo, dio durante Su ministerio terrenal. El Antiguo Testamento contiene
Escrituras que los judíos de Palestina tenían durante el ministerio terrenal del
Salvador.
Cuando se recopiló el Antiguo Testamento, los libros no siempre se colocaron
en orden cronológico sino que se agruparon de acuerdo con el tema que incluían. Los
libros están agrupados dentro de cuatro categorías principales:
1. La Ley. A los libros de Génesis a Deuteronomio a menudo se los llama “la ley”.
Debido a que fueron escritos por Moisés, a veces se los denomina el Pentateuco o los
“cinco libros de Moisés”. Génesis comienza con la Creación del mundo y Adán y
Eva, y Deuteronomio concluye con el final de la vida de Moisés. Estos cinco libros
describen los convenios que Dios realizó con los antiguos israelitas y los
mandamientos que ese pueblo necesitó para cumplir su parte del convenio.
2. Los históricos. Los libros desde Josué hasta Ester continúan relatando la historia de
los hijos de Israel durante más de 600 años después de Moisés. Comúnmente, a esos
libros se los llama “históricos”. En general, están colocados en orden cronológico; sin
embargo, 1 y 2 Crónicas son esencialmente la versión de otro escritor de la misma
historia que se halla en 1 y 2 Samuel y 1 y 2 Reyes.
3. Los Poéticos. Los libros desde Job hasta Eclesiastés están llenos de enseñanzas y
revelaciones que están escritas en forma poética; por lo tanto, los libros que
componen esta sección se conocen como “poéticos”. Cantar de los Cantares de
Salomón también figura en la sección de poesía; sin embargo, de acuerdo con el
profeta José Smith, no es un libro inspirado (véase la Guía para el Estudio de las
Escrituras, “Cantares de Salomón”). El libro de los Salmos contiene las palabras de
varias piezas de música sagrada.
4. Los Profetas. Los libros desde Isaías hasta Malaquías contienen las enseñanzas de los
profetas cuyos ministerios ocurrieron durante la época en que los reyes gobernaron
sobre los hijos de Israel o después de ella. Dichos libros no están en orden histórico.
Los profetas advirtieron a los hijos de Israel acerca de sus pecados y testificaron
sobre las bendiciones que se reciben debido a la obediencia a los mandamientos del
Señor. Ellos profetizaron concerniente a la venida del Mesías, Jesucristo, quien
expiaría por los pecados de quienes se arrepientan, reciban las ordenanzas de
salvación y guarden los mandamientos de Dios.
Creación
De acuerdo a GÉNESIS, Dios creó el universo de la nada; durante cinco días puso
orden en lo creado, el sexto día creó al hombre, el único ser de la creación hecho “a
su imagen y semejanza” y destinado a “dominar” el resto de la creación; al séptimo
descansó. Es decir, que Dios crea esta tierra y su cielo y todas las formas de vida en
seis días, se describen los hechos de cada día de la Creación: Dios crea al hombre,
varón y hembra, a su propia imagen, se da dominio al hombre sobre todas las cosas, y
se le manda multiplicarse y henchir la tierra.
Asimismo, en Génesis, se encuentra que Dios descansa el séptimo día,
explica la creación espiritual previa, Adán y Eva son puestos en el Jardín de Edén,
donde se les prohíbe comer del árbol de la ciencia del bien y del mal y Adán da
nombre a toda criatura viviente, siendo Jehová Dios quien une a Adán y a Eva en
matrimonio. Luego, la serpiente (Lucifer) engaña a Eva, los cuales participan del
fruto prohibido, su Simiente (Cristo) herirá la cabeza de la serpiente y les explica el
papel de la mujer y el del hombre de ahora en adelante y Adán y Eva son echados del
Jardín de Edén; resultando Eva embarazada quien llega a ser la madre de todos los
vivientes.
Por lo tanto, Eva da a luz a Caín y a Abel. A pesar que ellos ofrecen
sacrificios Caín mata a Abel y es maldecido por Jehová, quien además pone una
marca sobre él, se multiplican los hijos de los hombres, donde Adán engendra a Set y
Set engendra a Enós. Siendo las generaciones de Adán son: Adán, Set, Enós, Cainán,
Mahalaleel, Jared, Enoc (quien caminó con Dios), Matusalén, Lamec y Noé (quien
engendró a Sem, a Cam y a Jafet).
Dentro de este periodo se encuentra que los hijos de Dios se casan con las
hijas de los hombres, los hombres se vuelven inicuos; la tierra se llena de violencia y
toda carne se corrompe. Se anuncia el Diluvio, Dios establece Su convenio con Noé,
quien construye un arca para salvar a su familia y a diversos seres vivientes. Por lo
tanto, la familia de Noé y diversos animales y aves entran en el arca, llega el Diluvio
y las aguas cubren toda la tierra, donde todos los demás seres vivientes son
destruidos.
Luego, cesa el Diluvio, Noé envía una paloma, la cual regresa con una hoja
de olivo, Noé hace salir del arca a todo ser viviente y ofrece sacrificios, se aseguran la
siembra, la siega y las estaciones. De igual manera, se manda a Noé y a sus hijos
multiplicarse y henchir la tierra, se les da dominio sobre todas las formas de vida, se
decreta la pena de muerte por asesinato, y se da la promesa de Dios que nunca
volverá a destruir la tierra por medio de un diluvio, pero Canaán es maldecido; Sem y
Jafet son bendecidos.
En este mismo orden de ideas, se puede acotar, que los descendientes de Noé
son: Jafet, cuyos descendientes son los gentiles; Cam, cuyos descendientes incluyen a
los cananeos; y Sem, de quien vino Peleg, en cuyos días se dividió la tierra. Todos los
hombres hablan el mismo lenguaje, ellos construyen la torre de Babel, Jehová
confunde su lenguaje y los dispersa sobre toda la tierra.
Periodo patriarcal
Con respecto, al periodo patriarcal, el pacto abrahámico lo encontramos por primera
vez en Génesis 12:1–3. Señala el comienzo, tanto de la elección que Dios hace del
hombre por medio de quien librará a todo el mundo si la humanidad creyera, como
del comienzo de la historia de Israel y la teología. Por supuesto, Abraham ocupó el
lugar central en el clímax de la revelación. Sin embargo, no se deben desperdiciar los
momentos que guiaron a esto como insignificantes ni siquiera inexistentes. El texto se
mueve a todo lo ancho y largo de la creación al provincialismo y las reprensiones
resultantes de los pecados sucesivos de la humanidad. Aunque también se mueve de
la condición problemática tripartita del hombre como resultado de la caída, el diluvio
y la fundación de Babel, a la nueva provisión universal de Dios de salvación para
todo hombre mediante la simiente de Abraham.
Esta época tuvo tanta importancia que Dios la promulgó como el «Dios de los
patriarcas» (es decir, «padres»), o el «Dios de Abraham, Isaac y Jacob». Además, se
consideraron a los patriarcas como «profetas» (Gn 20:7; Sal 105:15). Al parecer, fue
así porque recibieron la Palabra de Dios personalmente. A menudo la palabra del
Señor «vino» de manera directa a ellos (Gn 12:1; 13:14; 21:12; 22:1) o Dios se les
«apareció» en una visión (12:7; 15:1; 17:1; 18:1) o en la persona del Ángel del Señor
(22:11, 15).
La vida de Abraham, Isaac y Jacob dan forma a otro período en la corriente de
la historia. ¡Estos tres privilegiados que recibieron la revelación, vieron,
experimentaron y oyeron tanto o más durante sus dos siglos de vida que todos los que
vivieron en el milenio anterior! Por lo tanto, podemos señalar a Génesis 12–50 como
nuestro segundo período histórico en el despliegue de la teología del AT, igual que
hicieron las generaciones posteriores que tuvieron el registro de las Escrituras.
Es por eso, que es importante resaltar cada uno de estos acontecimientos, de
los cuales tenemos que entre las generaciones de Sem, se cuenta a Abram, cuya
esposa fue Sarai, y Abram sale de Ur y se establece en Harán. Donde Abram llegará
a ser una gran nación. Él y su descendencia bendecirán a todas las familias de la
tierra, él viaja de Harán a la tierra de Canaán, debido a la hambruna, Abram
desciende a Egipto. Donde Abram y Sarai son puestos a prueba en la corte de Faraón.
Por lo tanto, Abram regresa de Egipto. Él y Lot se separan, pero Jehová hará
la descendencia de Abram tan numerosa como el polvo de la tierra y Abram se
establece en Hebrón. Lot es capturado en las batallas de los reyes, siendo luego
rescatado por Abram, Melquisedec administra pan y vino, y bendice a Abram, este
paga los diezmos y se niega a aceptar el botín de la conquista. Y Abram desea tener
progenitores, Jehová le promete una descendencia tan numerosa como las estrellas
del cielo, Abram cree en la promesa, su descendencia será extranjera en Egipto.
Entonces, después de cuatro generaciones, ellos heredarán Canaán. Sarai da
su sierva Agar por esposa a Abram, pero Agar huye de Sarai. Es cuando un ángel
manda a Agar que vuelva y sea sumisa a Sarai, donde Agar da a luz a Ismael.
Se manda a Abram ser perfecto, Él será padre de muchas naciones, Se le
cambia el nombre por el de Abraham y Jehová hace convenio de ser el Dios de
Abraham y de su descendencia para siempre. Además, Jehová le da la tierra de
Canaán en heredad perpetua, la circuncisión llega a ser una señal del convenio
sempiterno entre Dios y Abraham. Asimismo, se le cambia el nombre a Sarai y se le
da el de Sara, ella concebirá a Isaac, con quien Jehová establecerá Su convenio,
Abraham y los varones de su casa son circuncidados.
Abraham atiende a tres hombres santos, los cuales prometen que Sara tendrá
un hijo, y Abraham mandará a sus hijos a ser justos. Jehová se le aparece y conversan
sobre la destrucción de Sodoma y Gomorra.
Jacob narra la aparición de Dios a él en Luz. Adopta a Efraín y a Manasés
como sus propios hijos. Jacob bendice a José, Pone a Efraín antes que a Manasés y la
descendencia de Efraín formará multitud de naciones. Los hijos de Israel volverán a
la tierra de sus padres. Jacob bendice a sus hijos y a su descendencia, Rubén, Simeón
y Leví son castigados. Judá legislará hasta que Siloh (Cristo) venga. José es una rama
fructífera junto a una fuente. Sus vástagos (los nefitas y los lamanitas) han de
extenderse sobre el muro. El Pastor y Roca de Israel (Cristo) bendecirá a José
temporal y espiritualmente. Jacob desea ser sepultado con sus padres en Canaán y
Jacob expira y es reunido con sus padres.
El cuerpo de Jacob es embalsamado, José lo sepulta en Canaán y consuela a
sus hermanos. Los hijos de Israel se multiplican y José promete que Dios sacará a
Israel de Egipto y lo llevará a Canaán. Luego José muere en Egipto y es
embalsamado.
Éxodo
El Libro del Éxodo, es la historia de la salida y liberación del Pueblo de Israel
de su esclavitud en Egipto, su marcha por el desierto y la Alianza de Dios con su
Pueblo en el monte Sinaí. El personaje más importante de esta historia es Moisés,
nombre que según la tradición significa "salvado de las aguas".
El Éxodo es el segundo libro del Pentateuco es el que narra la esclavitud
sufrida por los hebreos en Egipto y la marcha de estos hacia la Tierra Prometida tras
la liberación conseguida por Moisés. El libro de Éxodo es el segundo de los cinco
libros de Moisés. En Éxodo leemos acerca del nacimiento de Moisés, de su
llamamiento de profeta y de cómo guió a los hijos de Israel fuera de Egipto. Éxodo
significa “salida” o “alejamiento”.
El esquema del Éxodo: salida, travesía y entrada en la tierra, es el paradigma o
modelo de lo que es nuestra vida. Este libro consiste en un relato del nacimiento y de
los primeros años de la vida de Moisés; las diez plagas; el viaje desde Egipto hasta el
Sinaí; la entrada de la ley; y una descripción del tabernáculo.
Moisés guió al pueblo de Israel durante 40 años por el desierto hasta la Tierra
Prometida y pasó 40 días de oración en el monte Sinaí antes de recibir las Tablas de
la Ley (Deuteronomio 9, 9-11). De Moisés reza la Biblia que vivió 120 años (Dt
34,7), una vida que San Esteban dividió en tres etapas (Hch 7, 20-40): 40 años en
Egipto, otros 40 como pastor en la tierra de Madián y 40 años de travesía por el
desierto.
Conquista
En el libro se relata la historia de cómo Dios cumplió el pacto, o convenio,
que había hecho con los hijos de Israel de darles la tierra prometida de Canaán. En
hebreo, “Josué” significa “Jehová salva”, o “Jehová da la victoria”. El nombre en
griego traducido al español es “Jesús”. Este nombre tiene un simbolismo interesante
dado que el libro de Josué es el registro de Josué, el que guió a los hijos de Israel a la
tierra prometida, de la misma forma que Jesucristo nos guía a nosotros a la “tierra
prometida”, o sea, a la vida eterna.
Y aconteció después de la muerte de Moisés, siervo de Jehová, que Jehová
habló a Josué hijo de Nun, ayudante de Moisés, diciendo: Mi siervo Moisés ha
muerto; levántate pues ahora, y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la atierra
que yo les doy a los hijos de Israel. Yo os he entregado, como lo había dicho a
Moisés, todo lugar que pise la planta de vuestro pie. Desde el desierto y el Líbano
hasta el gran río Éufrates, toda la tierra de los heteos hasta el amar Grande, donde se
pone el sol, será vuestro territorio.
Los acontecimientos relatados en el libro de Josué ocurrieron cuando los
diferentes territorios peleaban en nombre de su respectivo dios. Es por eso que, al
triunfar los israelitas sobre los cananeos mediante el poder de Jehová, su victoria era
un testimonio de que Él es el Dios verdadero y viviente. Advertirás que casi todos los
relatos de los libros de Josué y de Jueces muestran cómo los israelitas ganaron las
batallas de forma milagrosa, y lo hicieron de manera tal, que ni a los israelitas ni a sus
enemigos les quedó la menor duda de que había sido Dios el Señor quien había
ganado la batalla, y no ningún hombre ni estrategia. Además, el Señor no permitió
que Israel se enriqueciera al quedarse con el botín de los pueblos que conquistaba
La leyenda dice que durante siete días consecutivos, los israelitas, conducidos
por Josué, dieron una vuelta a la muralla de Jericó acompañados por los sacerdotes
que hacían sonar trompetas, mientras los habitantes de la ciudad se burlaban de este
ridículo método de conquista.
Finalmente en este periodo de conquista, Josué nos enseña a confiar en las
promesas de Dios, a buscar su guía en todas las circunstancias ya permanecer fieles
incluso ante los desafíos. La vida de Joshua es un ejemplo inspirador de liderazgo
espiritual y devoción a Dios, dejando un legado duradero para todos los que buscan
seguir los caminos del Señor.
Apostasía:
Jueces
Jueces narra la historia de Israel desde la muerte de Josué hasta el tiempo de
Samuel. Este periodo, durante el cual el pueblo desobedeció y se alejó de Dios
repetidamente, lo cual se convirtió en uno de los tiempos más oscuros de su historia.
Cuando ellos se arrepentían de sus pecados y se volvían a Dios, Él levantaba líderes,
llamados jueces, quienes los libraban de sus enemigos.
El periodo de los jueces marca el principio de la edad de hierro. Israelitas
vivieron pobres y en opresión por causa de rechazar a Dios y sus principios,
mezclando la verdad con idolatría, toda una corrupción. Rechazaron a Dios, por
humanismo, sincretismo, una corrupción total, como consecuencia o maldición por su
pecado. Esto Dios se lo dijo a Moisés antes; no obedecieron en echar de la tierra
prometida, a sus enemigos
El escenario de este libro se desarrolla en una época difícil para Israel donde
la decadencia, la apostasía y el pecado alejaban al pueblo de Dios. El Señor levantó
jueces para superar dichas crisis. En este contexto de declinación surgen los jueces
como libertadores. Un total de doce jueces, y Debora, gobiernan más de 300
turbulentos y sombríos años de la historia de Israel. Jueces finaliza con la instalación
del santuario en Dan, el desorden abominable de la nación y el deterioro político.
Rut
El libro de Rut narra la historia de una familia que vivió durante la época en la
que el pueblo de Israel tuvo jueces. Rut era una joven nacida en el país de Moab, por
tanto no pertenecía al pueblo de Israel. Noemí era israelita. Dicho libro de Ruth
cuenta la historia extraordinaria de la fidelidad de Dios para Israel en la vida y el
trabajo de tres personas comunes: Noemí, Rut y Booz.
En sus labores en medio de la dificultad económica y la prosperidad, vemos la
mano de Dios claramente en su trabajo de producción agrícola, en la administración
generosa de los recursos para el bien de todos, en el trato respetuoso entre
compañeros de trabajo, en la creatividad para enfrentar la necesidad y en la
concepción y crianza de los hijos. A lo largo de toda la historia, la fidelidad de Dios
hacia ellos crea oportunidades para trabajar de forma fructífera y su fidelidad a Dios
trae la bendición de la provisión y la seguridad entre ellos y con el pueblo a su
alrededor.
Los eventos del libro de Rut ocurren durante la fiesta de la siega de cebada
(Rut 1:22; 2:17, 23; 3:2, 15, 17), en la que se celebraba el vínculo entre la bendición
de Dios y el trabajo del ser humano. El origen del festival se encuentra en dos pasajes
de la Torá: Guardarás la fiesta de la siega de los primeros frutos de tus labores, de lo
que siembres en el campo. (Éx 23:16; énfasis agregado)
Entonces celebrarás la fiesta de las semanas al Señor tu Dios con el tributo de
una ofrenda voluntaria de tu mano, la cual darás según el Señor tu Dios te haya
bendecido. Y te alegrarás delante del Señor tu Dios, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu
sierva, el levita que habita en tus ciudades, y el forastero, el huérfano y la viuda que
están en medio de ti, en el lugar donde el Señor tu Dios escoja para poner allí su
nombre. Y te acordarás de que tú fuiste esclavo en Egipto; cuídate de guardar estos
estatutos. (Dt 16:10–12; énfasis agregado)
Reino Unido
El Reino Unido de Israel , fue la (Monarquía Unida) o Reino de Israel (en
hebreo: ל ממלכת , Mamlejet Isra'el) es un reino bíblico. Según el Tanaj (Antiguo
Testamento), el primer rey fue Saúl quien unificó las tribus de Israel en un solo
estado. Luego fue sucedido por David, que expande el reino significativamente
El Reino Unido es uno de los períodos más fascinantes y relevantes en la
historia de Israel. Durante este tiempo, vemos la unión de las tribus de Israel bajo un
solo rey y el auge del poder y la influencia de este reino. En la Biblia, este período
está marcado por los reinados de los reyes Saúl, David y Salomón, tres figuras
históricas y religiosas importantes. Cada uno de estos reyes tuvo un reinado de
aproximadamente 40 años, sumando unos 120 años en total. Sin embargo, para
comprender completamente el Reino Unido, debemos retroceder un poco y explorar
la historia anterior de Israel.
Antes de que el Reino Unido existiera, la tierra de Israel estaba gobernada por
una serie de líderes conocidos como jueces. Estos jueces eran elegidos por Dios para
proteger y gobernar a Israel en tiempos de crisis. Sin embargo, a medida que la tierra
de Israel crecía y se desarrollaba, los israelitas comenzaron a desear tener un rey
como las naciones vecinas. Dios concedió la solicitud de los israelitas y escogió a
Saúl como el primer rey de Israel. Saúl fue un líder fuerte y victorioso en la batalla,
pero también tuvo debilidades y desobediencias. Su reinado sentó las bases para la
monarquía en Israel, pero no fue hasta el reinado de David que el Reino Unido
alcanzaría su máximo esplendor.
El Rey David y la unificación del Reino de Israel: David fue uno de los
personajes más importantes e influyentes en la historia de Israel. Él comenzó como
un modesto pastor, pero fue elegido por Dios para ser rey sobre su pueblo. David
derrotó a gigante Goliat con una sola piedra y se convirtió en un héroe nacional.
Después de la muerte de Saúl, David se convirtió en el segundo rey de Israel. Durante
su reinado, unificó las tribus de Israel bajo su liderazgo y estableció a Jerusalén como
la capital del Reino Unido. David llevó a cabo muchas conquistas militares y
expandió los límites del reino.
Pero más allá de sus logros militares, David fue conocido por ser un hombre
según el corazón de Dios. Escribió muchos salmos en la Biblia y tenía una profunda
relación con el Señor. Dios estableció un pacto con David, conocido como el
Convenio Davídico o Pacto Davídico, en el que Dios prometió que su linaje reinaría
para siempre y que el Mesías provendría de su descendencia.
El Rey Salomón y la edad de oro del Reino Unido: Después de la muerte de
David, su hijo Salomón se convirtió en el tercer rey de Israel. Salomón gobernó
durante un período de paz y prosperidad sin precedentes, conocido como la Edad de
Oro del Reino Unido. Durante su reinado, Salomón construyó el Templo de
Jerusalén, nombrado también, en su honor, el Templo de Salomón, considerado una
de las maravillas del mundo antiguo.
Salomón era conocido por su sabiduría y su reinado atrajo a numerosos
visitantes y comerciantes de todas partes del mundo conocido. Su sabiduría se hizo
famosa y se dice que dictó miles de proverbios y que escribió tres mil canciones. Sin
embargo, Salomón no fue inmune a los pecados y finalmente se apartó de Dios, lo
que llevó a la división del Reino Unido.
El significado histórico y espiritual del Reino Unido
El Reino Unido es un período clave en la historia de Israel tanto desde un
punto de vista histórico como espiritual. Este período vio la unificación de las tribus
de Israel y el establecimiento de una monarquía fuerte y próspera. Los reinados de
David y Salomón trajeron un tiempo de paz, desarrollo cultural y expansión del
territorio. Desde un punto de vista espiritual, el Reino Unido representa la relación
de Dios con su pueblo y sus promesas. Dios eligió a David como rey y estableció un
pacto con él, prometiéndole que su linaje reinaría para siempre. Esta promesa se
cumplió en Jesús, quien es descendiente de David y es conocido como el Rey de
reyes y el hijo de David.
Además, la sabiduría y los escritos de David y Salomón, como los salmos y
los proverbios, siguen siendo una fuente de inspiración y enseñanza espiritual para
millones de personas en todo el mundo. Estos textos bíblicos nos hablan de la
grandeza y el amor de Dios, así como de la importancia de buscar la sabiduría y la
justicia. Aunque el Reino Unido se dividió más tarde en el Reino de Israel y el Reino
de Judá, su legado continúa siendo relevante hoy en día. El pacto con David y las
enseñanzas de sabiduría de David y Salomón siguen siendo fuentes de inspiración
para muchas personas en todo el mundo.
En definitiva, el Reino Unido dejó una marca imborrable en la historia de
Israel y en la Biblia. Nos enseña sobre la grandeza y el amor de Dios, así como sobre
la importancia de buscar la sabiduría y la justicia en nuestras vidas.
Reino dividido
Después de la muerte de Salomón, su hijo Roboam se convirtió en el cuarto
rey de Israel. Sin embargo, su gobierno fue opresivo y desató el descontento entre las
tribus del norte. Esta tensión llevó a la división del Reino Unido en el Reino de Israel
y el Reino de Judá. Jeroboam, un oficial del reino, se rebeló contra Roboam y se
convirtió en el primer rey del norte o Reino de Israel, que incluía las diez tribus del
norte. Aunque el Reino de Israel tuvo varios reyes a lo largo de su historia, nunca
recuperó la grandeza y la influencia que tuvo durante el Reino Unido. Finalmente, fue
destruido por Asiria y sus tribus dispersas, por lo que las conocemos como las diez
tribus perdidas de Israel.
Por otro lado, el Reino de Judá, o reino del sur, que incluía las tribus de Judá y
Benjamín, continuó siendo gobernado por los descendientes de David. El Reino de
Judá duró más tiempo y tuvo reyes notables, pero también se enfrentó a su propia
decadencia y al exilio final en Babilonia.
La Deportación
Por aproximadamente seiscientos años, Israel había sido esencialmente un
pueblo libre, con la libertad de adorar al Dios de sus padres Abraham, Isaac y Jacob;
pero los israelitas se olvidaron de su Dios y fueron llevados cautivos y dispersados
entre quienes no adoraban al Dios verdadero y viviente. La deportación tenía como
objetivo la ocupación y rehabilitación de tierras no cultivadas o de ciudades
destruidas.
Es decir, que el exilio en Babilonia puso a Israel en contacto con una cultura
muy cosmopolita que fomentó el pensamiento y la reflexión, como se ve en la propia
literatura bíblica. Todo esto favoreció una nueva expresión de su identidad, así como
la posibilidad de integrar lo diferente, en lugar de rechazarlo violentamente. Sin
embargo, carecemos de testimonio alguno que nos haga suponer la existencia de un
templo levantado en el territorio del exilio para mantener el culto de la ciudad de
Jerusalén.
El retorno
El libro de Esdras nos da un relato del regreso de algunos de los exiliados de
la cautividad y la reedificación del templo. La tarea de reedificar el lugar de
adoración, llevada a cabo en un ambiente de hostilidad y paganismo, fue demorada
también por la frialdad del pueblo.
Relata el regreso de la cautividad de algunos exiliados guiados por Zorobabel
y Esdras; y también registra las reformas de este último. En esta etapa se construye el
templo. La tarea de reedificar el lugar de adoración, llevada a cabo en un ambiente de
hostilidad, tomó 20 años. Lo más destacable es la restauración de la verdadera
adoración del pueblo. Junto con Crónicas y Nehemías constituyen una unidad
temática.
El primer retorno tiene lugar bajo Zorobabel. Este gran descendiente real
condujo a unas cincuenta mil personas de regreso desde Babilonia a Jerusalén. La
historia de ese retorno la encontramos en los dos primeros capítulos. Cuando llegaron
a Jerusalén, era el séptimo mes del año, justo a tiempo para celebrar la Fiesta de los
Tabernáculos de los judíos. Esta Fiesta de los Tabernáculos (también conocida como
la Fiesta de la Reunión) fue el tiempo en el que el pueblo de Israel vivió en ramadas
para recordarles su naturaleza como peregrinos. Por cierto que esta fiesta se celebra
como anticipación de la reunión de Israel de la enorme dispersión a escala mundial,
que tendrá lugar durante el milenio, pero también es la fiesta en la que se mezclan las
lágrimas de dolor al contemplar el pueblo cómo se vuelven a colocar de nuevo los
cimientos del templo.
El silencio
“Dios es silencio”. Parecería que el silencio de Dios en la Biblia expresa dos
actitudes diferenciadas en Dios. Por una parte, el silencio de Dios está cargado de
amor. Su silencio es como la antesala de la gran efusión de amor que es su Palabra.
Así el Génesis nos presenta el silencio del caos que precede a la palabra creadora:
“Todo era un silencio informe” (Gen 1, 2). A ese silencio se contrapone la
exuberancia de la Palabra creadora y amorosa de Dios que no cesa de decir: “hágase”.
Silencio de Dios fue también lo que experimentó Noé durante el diluvio. Tras
la indicación divina de construir el arca, Dios enmudece, calla. Pasaban los días y el
Patriarca abría la ventana de su corazón para escuchar la palabra divina que es vida, y
no recibía respuesta. Este silencio del diluvio precedió a la nueva creación y a la
promesa divina de mantener siempre su obra creadora.
Como silencio es presentado también la esclavitud del pueblo escogido bajo el
dominio egipcio. Durante este período, Dios es silencioso y parece ausente de la
historia de su pueblo. Pero el silencio de Dios es sólo aparente. Él contemplaba a su
pueblo. “Dios miró” (Ex 2, 25) y decidió actuar. Con su mirada de amor dio inicio los
prodigios de la historia de la liberación.
El exilio babilónico es considerado también como un tiempo en el que Dios
estuvo mudo. “Mucho tiempo callé, estuve en silencio, me contuve” (Is 42, 14). Se
trata de un silencio reprimido de Dios que evoca, como la imagen del parto usado por
el profeta, la nueva época histórica que está por iniciar en la que “tornaré en luz las
tinieblas” (Is 42, 16).
Un silencio que prepara la revelación
Todos estos silencios de Dios terminan en una efusión del amor divino que
bendice con la abundancia de su Palabra la sequía a la que parecía estar sometida el
alma durante su silencio. Quizá fuera esto lo que Dios quiso enseñar a Moisés cuando
éste quiso ver el rostro de Dios: “al pasar mi gloria, te pondré en una hendidura de la
peña y te cubriré con mi mano hasta que yo haya pasado. Luego apartaré mi mano,
para que veas mis espaldas; pero mi rostro no se puede ver”. (Ex 33, 22-23). El
misterio divino conlleva dos presencias de Dios: por delante va su lado invisible, su
rostro siempre oculto que precede a su lado visible, pero siempre de espaldas a
nosotros. Son las dos vertientes de lo divino: silencio y revelación.
Conclusión
En síntesis se puede inferir, que el Antiguo Testamento contiene profecías
acerca de la obra que Jesucristo hará en los últimos días antes de Su segunda venida.
El Antiguo Testamento registra cómo los antiguos israelitas fueron conquistados,
llevados al cautiverio y esparcidos por otras naciones a causa de sus pecados. A
través de Sus profetas antiguos, el Señor prometió reunir a los israelitas dispersos en
los últimos días. Ellos llegarían a tener conocimiento del Evangelio y serían
restaurados a sus tierras de heredad. Estamos viviendo en los días en que muchas de
esas promesas se están cumpliendo.
El Antiguo Testamento también contiene algunos de los relatos más conocidos
de la historia. A medida que nos familiarizamos más con ellos, podemos encontrar un
mayor significado al estudiar pasajes del Nuevo Testamento, del Libro de Mormón y
de Doctrina y Convenios que hacen referencia a esos relatos. Por ejemplo, podemos
comprender mejor las enseñanzas en Juan 3:14–15; 1 Nefi 17:40–42; Alma 33:18–22;
y Helamán 8:14–15 al estudiar el relato de cuando Moisés alzó una serpiente de
bronce en Números 21:4–9. Pero debemos hacer algo más que tan sólo aprender las
historias de esos relatos; debemos también aprender las doctrinas y los principios que
se enseñan en los relatos y después aplicarlos en nuestra vida.
A medida que estudies con diligencia el Antiguo Testamento, podrás sentir
que el Espíritu Santo te toca el corazón y te ayuda a reconocer maneras de aplicar
esas doctrinas y principios en tu vida. El actuar sobre esas impresiones ayudará a que
tu testimonio del Evangelio crezca.
Referencias
Versión Dios habla hoy, Biblia en español actual, edición interconfesional, edición
básica (2002), Sociedades Bíblicas Unidas y Sociedad Bíblica de España.