Tema 1. de La Prehistoria Al Reino Visigodo
Tema 1. de La Prehistoria Al Reino Visigodo
la Hispania prerromana y
romana, y el reino visigodo
En este tema inicial de la historia de España estudiaremos desde la más Canto trabajado Bifaz
remota Prehistoria hasta el final del reino visigodo de Toledo. En definitiva, un largo
recorrido histórico. Tras analizar la situación geográfica de la Península como
encrucijada de pueblos y de influencias, pasaremos a estudiar de forma breve la
Prehistoria y la España prerromana, centrándonos en la cultura de los pueblos celtas
e íberos. Luego abordaremos la conquista romana, hecho que conllevará importantes
consecuencias visibles incluso en la actualidad. Por último, estudiaremos la etapa del
reino visigodo hasta su desaparición en el año 711 debido a la invasión musulmana.
Raedera Arpón
Situación de encrucijada
de la península ibérica
La sustitución de la piedra por metales para la fabricación de diversos instrumentos (puñales, espadas,
hachas, puntas de flecha y de lanza, herramientas variadas, brazaletes, collares, sortijas) se inició en la península ibérica
entre finales del IV milenio y los inicios del II milenio a. C. En primer lugar se utilizó el cobre, muy abundante en la
península ibérica, lo que contribuyó a que llegaran pueblos procedentes del Mediterráneo oriental (fenicios y griegos) a
las costas del sur y del Levante en busca de este metal y de otros. Serán los llamados “pueblos colonizadores”.
La metalurgia del cobre (3.000-2.000 a. C.) dio lugar a la cultura de Los Millares (Almería). Se trata de un
yacimiento sobre una colina en el que hubo un poblado amurallado con monumentos megalíticos construidos con
grandes bloques de piedra que tenían una función de enterramiento colectivo. Destaca el dolmen (construcción
formada por varias piedras en posición vertical y una o más piedras apoyadas sobre ellas en posición horizontal a modo
de cubierta). Cuando al dolmen se le añade un pasillo que lo conecta con el exterior se le llama tumba de corredor, cuya
cámara puede tener una falsa cúpula hecha con bloques de piedra o haber sido excavada en la roca. Por último, también
se incluyen dentro del megalitismo los menhires o bloques de piedra hincados verticalmente en el suelo.
Es importante señalar que el megalitismo aparece a finales del Neolítico y dura hasta la Edad del bronce,
localizándose en el Mediterráneo occidental y en la Europa atlántica.
Otra faceta singular de la Edad del Cobre es la cultura del vaso campaniforme, objeto cerámico que se
asemeja a una campana invertida. Se discute acerca de su origen (ibérico para unos, oriental para otros), a la vez que se
ignoran los motivos de su amplia difusión por Europa: ¿simple moda decorativa de la cerámica o prueba de unas
intensas relaciones comerciales en la época?
Hacia el 2.000 a. C. se inició la metalurgia del bronce (aleación de cobre y estaño). Ello animó el comercio a larga
distancia y la Península, rica en mineral de cobre y de estaño, se convirtió en uno de los polos de atracción del mundo
mediterráneo. Los hallazgos en la zona del sureste (Almería y Murcia) indican el contacto con navegantes procedentes
del Mediterráneo oriental. Entre los poblados que dieron lugar a una cultura propia está el de El Argar (Almería). Es
un poblado también amurallado situado sobre un cerro. Aquí se han hallado numerosas tumbas individuales
(a diferencia del poblado de Los Millares, donde los enterramientos eran colectivos) bajo las casas en las que el difunto
aparece acompañado de su ajuar. El difunto se entierra en una pequeña cista, monumento megalítico funerario
individual de pequeño tamaño formado por cuatro piedras planas colocadas formando un rectángulo. Sobre ellas se
ponía otra piedra horizontal a modo de tapa. En el interior de la cista se depositaba el difunto, generalmente en posición
fetal, acompañado de su ajuar. El estudio de los ajuares refleja la existencia de una marcada desigualdad social.
Finalmente, otras construcciones megalíticas consideradas más tardías están presentes también en las Islas Baleares,
con formas diferentes a las ya apuntadas, como los talayots, las taulas y las navetas.
pueblos
las cenizas en urnas dedecerámica
indígenas la que
eran enterradas
zona con ajuar,
bajo formado
la GALAICOS
por armas y adornos. El modelo
influencia de los
político más frecuente en el mundo
fenicios y griegos y
ibérico fue la monarquía, mientras
de las tradiciones del
que la sociedad estaba muy
mundo
estratificada, destacando los
tartésico.
guerreros como grupo social más
importante. MuyVivían en
significativas
poblados
fueron también las relaciones de
fortificados,
carácter personal, como la devotio
en
ibérica: se consagraba
lugares elevados.al rey
la vida
con la obligación
La religióndeestaba
protegerlo.
Por último,muyindicar que
presente enlosel íberos
conocieron también la escritura.
mundo ibérico. En
La Península antes de la llegada de los romanos.
En cuanto los santuarios
al arte se
ibérico, destaca
la escultura, que varía de acuerdo
con la función desempeñada:
votiva,
votiva,funeraria,
funeraria, etc. Son famosas la Dama de Elche, la Dama de Baza, la Bicha de Balazote, etc.
- Los celtas: procedentes de Europa central, los celtas atravesaron los Pirineos y entraron en la Península en varias oleadas
entre el 1.000 y el 500 a. C. Se establecieron en el centro, norte y oeste de la Península, mezclándose con las poblaciones
autóctonas. Las influencias de fenicios y griegos fueron muy escasas, por lo que su nivel de desarrollo era menor.
Al grupo celta pertenecían los galaicos (asociados a la cultura castreña de poblados fortificados situados en cerros), astures,
cántabros, vascones, lusitanos, vetones, vacceos, carpetanos, etc. No acuñaron moneda, seguían practicando el nomadismo
y la ganadería era su principal actividad, aunque la metalurgia del hierro estaba muy desarrollada. Desde el punto de vista
social, se organizaban en tribus. A su vez, también se incluyen en este grupo los celtíberos, situados entre el Ebro medio y
la zona oriental de la Meseta norte. Eran pueblos celtas que adoptaron rasgos de la cultura ibérica: lusones, pelendones,
arévacos y celtíberos propiamente dichos. La actividad principal era la ganadería, pero también tenía gran importancia el
trabajo del hierro. El poblado celtíbero más importante fue Numancia (Soria). Estaba amurallado y situado sobre un cerro.
c) Las guerras cántabro-astures (29-19 a. C.) y el fin de la conquista romana de la Península: Hispania
Durante el reinado de Octavio Augusto, primer emperador romano, tuvo lugar la definitiva conquista del norte
peninsular. Se necesitaron diez años para someter a los cántabros y astures (29-19 a. C.) debido a su tenaz resistencia y a
la complicada orografía de la España septentrional. Este periodo se conoce como las guerras cántabro-astures.
La conquista definitiva de la Península, a la que Roma llamó Hispania*, contribuyó a dar unidad a los pueblos
que la habitaban. El empleo del latín acabó con los idiomas de los pueblos prerromanos (celtas e íberos), a la vez que la
* Hispania fue134
el nombre dado por los romanos a la península ibérica, cuyo significado puede traducirse como “tierra de conejos” (debido a la supuesta abundancia de este
mamífero en el territorio) o como “tierra donde se forjan metales”. Este último significado estaría justificado por la gran riqueza minera que existía en el sur peninsular.
Además, Hispania sería en realidad una palabra de origen fenicio y no latino.
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cultura romana, la red de carreteras o la fundación de ciudades fueron vehículos para la romanización de la Península.
También lo fue la organización administrativa: en el año 197 a. C., poco después del triunfo sobre los cartagineses, se
hizo la primera división de la Península en dos provincias: Hispania Citerior e Hispania Ulterior. El primer emperador,
Octavio Augusto, la reorganizó en el 27 a. C. dividiendo en dos provincias la Hispania Ulterior, Bética y Lusitania,
mientras que la Citerior pasó a denominarse Tarraconense.
A comienzos del siglo III el emperador Caracalla creó en el noroeste la provincia de Gallaecia, a costa de la
Tarraconense, aunque duró poco tiempo. Por último, a finales del siglo III el emperador Diocleciano volvió a crear la
provincia de Gallaecia y añadió una nueva provincia más, la Cartaginense, separada también de la Tarraconense.
d) La romanización
Los pueblos peninsulares adquirieron la organización política y social, la lengua, las leyes, los modos de
vida, la cultura y religión de Roma; es decir, se romanizaron. Fue un proceso lento que comenzó al mismo
tiempo que la conquista de Hispania y se
extendió desde las costas mediterráneas
y del valle de Guadalquivir (zonas de
más intensa romanización) hasta las
tierras del interior y del norte, donde fue
un proceso más lento e inacabado.
El triunfo de la romanización se vio
posibilitado por el establecimiento de
colonos llegados de Italia, el
asentamiento de soldados veteranos tras
concluir sus servicios en el ejército o por
la atracción que ejercían las riquezas de
Hispania sobre las gentes que vivían
fuera de la Península.
La sociedad hispanorromana del periodo republicano y de los primeros siglos del Imperio romano, etapa
denominada Alto Imperio, puede definirse como “esclavista”, al diferenciarse entre hombres libres y esclavos. Otra
fórmula es la de considerarla como una “sociedad de órdenes” que se organizaba en grupos sociales cerrados a los
que se pertenecía por nacimiento o por concesión imperial. El orden superior era el senatorial, un pequeño número de
miembros de familias ilustres, muy ricas y dueñas de grandes latifundios que residían normalmente en Roma.
Además, desempeñaban los altos cargos de la Administración. Le seguía el orden ecuestre o de los caballeros, con
mayor presencia en Hispania, y que desempeñaban cargos superiores en el ejército o en la Administración. Muchos
tenían propiedades de tamaño medio o eran comerciantes y manufactureros. El tercer grupo era el orden decurional,
formado por los decuriones, que eran los miembros de las oligarquías municipales y quienes desempeñaban cargos
inferiores en la Administración municipal o estatal, o bien, cargos inferiores en el ejército.
Naturalmente, por debajo de estos tres órdenes se encontraba la mayor parte de la población libre o plebe,
caracterizada por su diversidad ante la riqueza. Había, en efecto, pequeños propietarios de tierras, dueños de
Crisis del siglo III: causas y algunas consecuencias. talleres artesanales en los que trabajaban
con la ayuda de su familia y de un
pequeño número de esclavos, empleados
Golpes de en las minas o en los servicios públicos
Estado militares y/o privados, etc.
Como en el resto del Imperio romano, la crisis del siglo III provocó cambios en la sociedad hispanorromana.
A lo largo del siglo III, en efecto, el Imperio romano vivió un periodo de crisis que afectó a su sistema político,
económico y social. El fin de las grandes conquistas territoriales provocó una disminución del número de esclavos
disponibles, con la consiguiente reducción de la mano de obra para la producción agrícola y minera. A su vez, creció
mucho la inflación (subida de los precios), mientras que simultáneamente los emperadores tuvieron que aumentar los
impuestos para mantener el ejército. Todo ello se tradujo en un empeoramiento del nivel de vida de la población.
En lo político, comenzaron las primeras incursiones de los pueblos germánicos en las fronteras del Imperio
romano situadas en los ríos Rhin y Danubio, sin que el ejército romano pudiera rechazarlas. Los pueblos germánicos
procedían originariamente de las costas del mar Báltico, de Dinamarca y del norte de Alemania. Practicaban el
nomadismo y estaban organizados en tribus dirigidas por un rey. Los romanos los llamaban bárbaros porque pensaban
que sus costumbres y su forma de vida eran inferiores a las romanas. Los pueblos germánicos más importantes eran
los visigodos, los ostrogodos, los suevos, los alanos, los vándalos, los francos, los anglos y los sajones. En sus
movimientos por Europa los pueblos germánicos se enfrentaban unos con otros. Las tribus vencidas tenían que
abandonar sus territorios y buscar otros nuevos en los que instalarse. Así, por ejemplo, la llegada del pueblo de los
hunos, temibles jinetes de origen mongol dirigidos por Atila, provocó los mayores movimientos de población.
Las incursiones de los pueblos germánicos aumentaron a su vez la inseguridad y paralizaron los intercambios
comerciales, lo que se tradujo en una importante disminución de los ingresos del Imperio romano.
Además, la inestabilidad política en el Imperio romano también aumentó debido a las continuas
proclamaciones de generales romanos como emperadores usurpadores. De hecho, muchos emperadores gobernaron
poco tiempo porque eran asesinados. Los continuos golpes de Estado militares provocaban guerras civiles que
agravaban la inestabilidad política e impedían que las incursiones de los pueblos germánicos fueran rechazadas.
Por lo tanto, con la crisis del Imperio romano comenzó otra etapa llamada el Bajo Imperio: al disminuir los
intercambios comerciales las ciudades entraron en decadencia y se despoblaron. El Imperio romano se ruralizó
(la gente se fue a vivir al campo, donde podía obtener alimentos de la agricultura), lo que favoreció a los grandes
propietarios de tierras y la consolidación de una economía de subsistencia. En cambio, la situación de
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A diferencia de lo que ocurrió en el resto de reinos germánicos surgidos en Europa tras la caída del Imperio romano
occidental, la evolución del reino visigodo no continuó debido a la invasión musulmana en el siglo VIII.
En el año 409, después de saquear la Galia durante varios años sin que el ejército romano pudiera
impedirlo, algunos pueblos germánicos, en concreto los suevos, los vándalos y los alanos, cruzaron los Pirineos
y entraron en Hispania. Tras saquear las tierras que atravesaban, terminaron finalmente por asentarse: los suevos
en Gallaecia (noroeste de Hispania), los alanos en la Lusitania y la Cartaginense, y los vándalos en la Bética.
Asimismo, los visigodos, otro pueblo germánico originario de Suecia pero muy romanizado, se habían
instalado en la región del mar Negro tras una larga migración. Presionados por los hunos, habían penetrado luego
en el Imperio romano y se habían asentado en Tracia (los Balcanes). Sin embargo, pronto surgieron los
enfrentamientos con los romanos, lo que provocó que los visigodos se sublevasen y saqueasen Roma en el año 410.
Sin embargo, a la larga el proceso de unificación se impuso. Los monarcas visigodos se propusieron
extender su soberanía sobre el territorio de la antigua Hispania romana. El rey Leovigildo (568-586) dio un
gran paso hacia la unificación territorial cuando en el 585 conquistó el reino suevo de Gallaecia. No pudo,
en cambio, acabar con las guarniciones bizantinas del litoral sur y sureste, instaladas en el siglo VI por el
emperador bizantino Justiniano en su campaña de reconstruir el Imperio romano en occidente. Justiniano llegó
a conquistar el sur y sureste de Hispania, el reino vándalo del norte de África y el reino ostrogodo de Italia. Por
fin, a comienzos del siglo VII, el rey visigodo Suintila logró expulsar a los bizantinos de Hispania.
Con anterioridad, se había dado un gran avance hacia la unificación religiosa al abandonar el
arrianismo y convertirse al catolicismo el rey Recaredo, hijo y sucesor de Leovigildo, en el III Concilio de
Toledo (589). A partir de la conversión de Recaredo, los Concilios de Toledo (asambleas de obispos
celebradas en Toledo entre los años 397 y 702) trataron, además de temas religiosos, asuntos relacionados con
el gobierno del reino. Los judíos, al quedar fuera de la unidad religiosa, fueron perseguidos y ello explica a la
larga el apoyo que prestaron a los musulmanes al iniciarse la conquista de la península ibérica en el año 711.
Como inicialmente cada pueblo mantenía sus leyes, el proceso de unidad avanzó con la unidad
legislativa que se obtendrá gracias al rey Recesvinto cuando, en el 654, promulgó el Liber Iudiciorum,
código de leyes único tanto para visigodos como para hispanorromanos.
El rey estaba auxiliado en el gobierno por el Officium Palatinum, un consejo de los principales
nobles. También estaba obligado a respetar las sugerencias del Aula Regia, una asamblea de nobles más
amplia. La fortaleza del reino visigodo, que parecía incuestionable a causa de este proceso de unidad, escondía
una gran debilidad interna: la evolución hacia una sociedad feudal con fuerte predominio de la nobleza (laica
y eclesiástica), que iba acumulando cada vez un poder mayor que restaba autoridad a la monarquía visigoda,
la cual tenía un carácter electivo y no hereditario. La lucha por el poder entre las grandes familias de la
nobleza, convertidas en facciones rivales que combatían entre sí por entronizar a su respectivo candidato a la
muerte de cada rey, causaba inestabilidad política, guerras civiles y debilitaba en última instancia a la
monarquía visigoda. Por contra, la nobleza laica y eclesiástica se volvió muy poderosa.
Muerto el rey Witiza (710), éste quiso transmitir el reino a su hijo Ákila, pero la facción rival se
impuso y entronizó a don Rodrigo (710-711). Los witizanos, entonces, llamaron en su ayuda a los
musulmanes que acababan de finalizar la conquista de todo el norte de África. En el 711 desembarcó junto a
Gibraltar un ejército musulmán. Don Rodrigo acudió a frenarlos, pero en la batalla de Guadalete (Cádiz) fue
derrotado y muerto, debido en parte a la deserción que en la batalla realizó el bando de los witizanos. Era el
fin de la dominación visigoda de la Península. En cuanto al arte visigodo, destacaron pequeñas iglesias
(San Juan de Baños y San Pedro de la Nave) y también la orfebrería: coronas y cruces votivas del tesoro de
Guarrazar (Toledo) hechas de oro y piedras preciosas.
Tema 1. La Prehistoria, la Hispania prerromana y romana, y el reino visigodo.
La estructura de la sociedad visigoda es una prolongación de la hispanorromana del Bajo Imperio. Tiene un
carácter rural y siguen predominando la agricultura y ganadería, por lo que se mantiene la decadencia de la vida
urbana y del comercio.
El grado más bajo en la escala social lo ocupaban los esclavos y libertos, obligados a continuar al servicio de
su anterior amo. La nobleza englobaba a los herederos de la aristocracia senatorial hispanorromana y a los
nobles visigodos, que al asentarse en Hispania se
adueñaron de grandes latifundios, donde los colonos
dependían cada vez más estrechamente de la autoridad
de los dueños de la tierra.
Al desarrollarse en la España visigoda los lazos de
dependencia personal se estaba avanzando hacia la
implantación de una sociedad feudal característica de
la Edad Media. Por eso se habla de prefeudalismo.
La nobleza, teóricamente, debía fidelidad al rey, que era
quien concentraba supuestamente todo el poder político
en el Estado visigodo. Los nobles desempeñaban los
altos cargos administrativos y militares, por lo que el
rey les entregaba grandes extensiones de tierras en pago
a sus servicios militares y administrativos.
Aunque en un principio esta cesión de tierras solo
Fotografía de satélite donde vemos los apenas implicaba su uso y disfrute (no la propiedad), los nobles
15 kilómetros que separan a la Península del norte de terminaron apropiándose de ellas de forma vitalicia y
África, lugar donde a principios del siglo VIII estaban hereditaria, llegando a gobernarlas prácticamente con
asentados los musulmanes. total independencia del rey.
Por lo que respecta al clero, su importancia aumentará también considerablemente con la unidad religiosa tras la
conversión al catolicismo de Recaredo en el III Concilio de Toledo (589). A partir de este hecho, la Iglesia
católica se convirtió en una institución muy poderosa, ya que controlaba el poder legislativo en el Estado visigodo
mediante el monopolio que tenía en los Concilios de Toledo (asambleas integradas por obispos donde se
aprobaban leyes o se trataban asuntos religiosos). Poco a poco la Iglesia católica fue también adueñándose de
numerosas tierras donadas por los reyes y adquirió un poder económico comparable al de la nobleza laica.
En resumen, la nobleza adquirió un gran poder económico y político capaz de rivalizar con el del propio rey. Si a
ello sumamos que la monarquía visigoda era electiva (la elección del rey recaía en la nobleza laica y eclesiástica)
tenemos un caldo de cultivo perfecto para el continuo estallido de guerras civiles. Ello debilitaba cada vez más al
Estado visigodo. Esta problemática facilitó enormemente que la conquista musulmana de la península ibérica
fuese rápida y sin apenas resistencia, lo que ratifica la tesis de que el Estado visigodo sufría una profunda crisis
interna que progresivamente lo había ido autodestruyendo. La invasión musulmana solo fue la puntilla final.
Iglesia de San Juan de Baños (Palencia). Construida en el El tesoro de Guarrazar (Toledo) es un tesoro de orfebrería
siglo VII, presenta una puerta exterior con un arco de compuesto por coronas y cruces de oro y piedras
herradura característico de la arquitectura visigoda. La preciosas que varios reyes visigodos ofrecieron en su día
iglesia es de planta basilical con tres naves y tres ábsides. como exvoto (ofrenda hecha a Dios).
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Las pinturas rupestres cantábricas se localizan desde el suroeste de Francia hasta el norte de España (Asturias, Cantabria,
País Vasco) durante el Paleolítico Superior (40.000-10.000 a. C.), mientras que las pinturas rupestres levantinas se
localizan en Cataluña y la Comunidad Valenciana durante el Mesolítico y el Neolítico (8.000-3.000 a. C.).
Por lo que respecta a la ubicación, las pinturas cantábricas se sitúan en el interior de las cuevas (Altamira, La Pasiega,
Tito Bustillo...), mientras que las pinturas levantinas se sitúan en abrigos rocosos (Valltorta, Cogull, la Araña…).
Existen diferencias también en los temas representados. En la zona cantábrica son predominantes los animales aislados:
caballos, bisontes, ciervos, propios de la abundante fauna existente, así como signos tectiformes (abstractos) y escasa
representación de la figura humana (vulvas, manos en negativo…). En la zona levantina predominan más las
representaciones narrativas, con escenas en las que aparece de forma preferente la figura humana asociada con distintos
animales en escenas de caza o de recolección.
Por último, podríamos hablar del aspecto formal. En la pintura cantábrica existe un mayor estatismo en la
representación, con figuras individualizadas, generalmente quietas y aisladas entre sí. Destaca el uso de la policromía
(ocres y negros) y un gran naturalismo, acentuado por el aprovechamiento de las irregularidades de las rocas para
dar volumen a las figuras. En la pintura levantina la representación es mucho más dinámica, buscando incluso una mayor
profundidad (colocan las figuras superpuestas o en diagonal), con figuras muy esquemáticas y usando un solo color, por
lo que son monocromas.
Estándar Explica las diferencias entre la economía y la organización social del Paleolítico y del Neolítico, y
las causas del cambio
PALEOLÍTICO NEOLÍTICO
(1,2 millones de años- 5.000 a. C.) (5.000-3.000 a. C.)
Inexistencia de un poder político organizado Existencia de un poder político más fuerte y jerarquizado que
desembocará en el surgimiento de los primeros Estados
Nomadismo. Solían habitar estacionalmente en Sedentarización. Solían habitar en poblados al aire libre
cuevas. Seguían las migraciones de las manadas próximos a los campos de cultivo
de mamíferos de las que se alimentaban
Trabajo de la piedra mediante la técnica de la Trabajo de la piedra mediante la técnica del pulimento para
talla para fabricar diversos instrumentos fabricar diversos instrumentos. Invención de la cerámica, arado
y rueda
Escasa estratificación social Estratificación social debido a la división del trabajo. Diferentes
grupos sociales
En cuanto a las causas del cambio, señalar que en el 10.000 a. C. comenzó el Holoceno (época geoclimática actual), lo
que provocó un aumento de la temperatura global de la Tierra. Esto supuso la progresiva extinción de varias especies
de grandes mamíferos herbívoros (mamut, ciervo gigante, bisonte estepario) que hasta entonces habían constituido la
base de la dieta de los grupos humanos. Debido a esto, los grupos humanos intentaron obtener alimentos por otras vías.
De esta forma, pasaron de una economía depredadora (basada sobre todo en la caza) a otra productora gracias a la
invención de la agricultura y la ganadería, se volvieron sedentarios, etc. Así acabó el Paleolítico y surgió una nueva
etapa dentro de la Prehistoria: el Neolítico. La “revolución neolítica” (tal y como la definió el arqueólogo Childe)
apareció primeramente en la zona del Próximo Oriente, y desde ahí se expandió hacia Europa mediante un lento
proceso de difusión cultural. En la península ibérica el Neolítico comenzó hacia el 5.000 a. C.
LAS ETAPAS DE LA HISTORIA
PREHISTORIA 2,3 Aparición del 3.500 a.C. Invención de la Edad de la Piedra (Paleolítico y Neolítico)
millones género Homo escritura
de años Edad de los Metales (Cobre, Bronce y Hierro)
EDAD ANTIGUA 3.500 a.C. Invención de la 476 Caída del Imperio Grandes civilizaciones de Egipto, Mesopotamia,
escritura romano occidental Grecia y Roma
EDAD MEDIA 476 Caída del Imperio 1492 Descubrimiento de Se crea el Imperio carolingio
romano occidental América Se establece el feudalismo en Europa
Aparecen el arte románico y gótico
Se consolida el cristianismo en Europa
Aparece el Islam
EDAD MODERNA 1492 Descubrimiento de 1789 Revolución francesa Los turcos conquistan Constantinopla en 1453
América Se coloniza América
Aparece el arte del Renacimiento
Se consolida el Estado Moderno (monarquía
autoritaria) y el Absolutismo
EDAD 1789 Revolución francesa Hasta el día de Se produce la Revolución francesa y se elimina el
CONTEMPORÁNEA hoy Absolutismo
Se establecen el sistema económico capitalista y
el sistema político liberal
Se producen la I y II Revolución industrial
Se producen la I y II Guerra Mundial
Se produce la Revolución rusa
Se produce la Guerra Fría