Caso final
Pedro de 25 años, asiste a consulta pues se ha dado cuenta que tiene problemas
sociales, especialmente para relacionarse con gente nueva. Él recuerda que esto
se da desde su adolescencia, cuando tenía que interactuar con otros y sentía mucha
vergüenza y cuidaba todo lo que decía o hacía por si se burlan de él. Para evitar
esto, su madre no lo enviaba al colegio cuando tenía exposiciones o algo que tenga
que ver con actuar frente al público. Incluso, su padre prefería ir a comprar a la
tienda para que su hijo no se vea expuesto a nuevas personas. Sin embargo, ahora
ya vive solo y se siente desprotegido. El añora la época en que su madre lo cuidaba
toda la noche cuando era niño “podía quedarse a dormir conmigo para no tener
miedo”. Es hijo único. Ahora que está lejos de sus padres, extraña especialmente
a su madre con quien tiene una relación muy cercana. Con su padre la relación
también es buena, incluso desearía ser como él “es un tipo autosuficiente, puede
hacer cosas solo”. Pero esta crisis se ve desde su independencia, Pedro dice que
ellos (Pedro y sus padres) estaban juntos todo el tiempo y las discusiones eran
mínimas “era como si pensáramos lo mismo”. Él tuvo que independizarse por un
tema laboral, ya que le salió un trabajo a tres horas de Cajamarca. Inicialmente
iba y regresaba de manera diaria pero se convertía en un gasto económico y físico
que no pudo soportar, por lo que optó por quedarse en el lugar de trabajo y regresar
los fines de semana para estar con sus padres. Sin embargo, durante la semana y
después del trabajo (es supervisor de obras en una Municipalidad), dice que no
sabe qué hacer pues se siente solo “sin mis padres, no puedo hacer nada”, además
que se ha dado cuenta que cuando experimenta dolor como que se “tranquiliza”.
Una vez se dio un golpe de manera casual y los pensamientos de soledad
desaparecieron “por eso cuando siento que estoy muy desesperado, llego a
golpearme”. Sus padres le han ofrecido ir a vivir con él un tiempo, aunque asume
que eso no sería bueno “Qué vergüenza que se enteren que mis padres vienen
conmigo”, aunque revela que curiosamente era lo que él deseaba al inicio pero no
lo consideró adecuado. Ahora, en el trabajo siente que puede fallar “todos los días
me levanto pensando que me irá mal” aunque en los dos meses que lleva
trabajando ha sido reconocido por su desempeño. “Me ayuda mucho que no tenga
que interactuar con otros”. Pedro no tiene pareja y no considera necesario tenerla
“mis padres me dijeron que los 30 años es una buena edad para pensar en
enamorada y creo que tienen razón” Es por esto que hasta la actualidad no ha
tenido experiencias de enamoramiento. “Con eso debo ser muy cuidadoso, la
mujer con la que me case debe estar pendiente de lo que hago y ayudarme cuando
lo necesite y si alguna vez me falla (en no ayudar) lamentablemente tendré que
terminar la relación”. Cuando se le plantea objetivos de trabajo, Pedro considera
que desea “ser más independiente” “no dejar que las ideas de fracaso lo invadan”
1.-Interpretar desde el psicoanálisis (1,5 pts) Debe ser algo preciso e incluyendo
términos de la teoría.
2.-Interpretar desde el humanismo (1,5 pts) Debe ser algo preciso e incluyendo
términos de la teoría.
3.-Proponer una intervención desde el enfoque cognitivo conductual ( 4 pts) Puede
ser una (bien detallada) o varias técnicas. Considerar el objetivo de trabajo para la
estrategia.
Interpretación
1. Desde el psicoanálisis: se podría interpretar que Pedro tiene una fijación en la
etapa oral, que se caracteriza por una dependencia excesiva de los padres,
especialmente de la madre, y una baja autoestima. Pedro no ha logrado
desarrollar su autonomía y confianza, y busca constantemente la protección y el
cuidado materno. Su ansiedad social se debe a un temor a ser rechazado o
humillado por los demás, lo que refleja una falta de seguridad en sí mismo y una
baja tolerancia a la frustración. Pedro también presenta un mecanismo de
defensa llamado regresión, que consiste en volver a un estado anterior de
desarrollo cuando se enfrenta a situaciones estresantes o amenazantes. Así,
Pedro recurre al dolor físico como una forma de aliviar su angustia emocional y
evocar el afecto materno. Pedro tiene una relación edípica con su madre, a quien
idealiza y desea inconscientemente, y con su padre, a quien admira y teme al
mismo tiempo. Pedro no ha podido resolver este conflicto y establecer su
identidad sexual y social.
2. Desde el humanismo: se podría interpretar que Pedro tiene una baja
autoactualización, que es la tendencia natural de las personas a desarrollar su
potencial y expresar sus capacidades. Pedro no ha podido satisfacer sus
necesidades básicas de seguridad, pertenencia y estima, lo que le impide
alcanzar un nivel superior de crecimiento personal. Pedro tiene una imagen
distorsionada de sí mismo, que no coincide con su yo real ni con su yo ideal.
Pedro se percibe como un ser incapaz, inferior y dependiente, lo que le genera
una incongruencia entre lo que es y lo que quiere ser. Pedro también tiene una
falta de congruencia entre lo que siente y lo que expresa, lo que le dificulta
comunicarse auténticamente con los demás. Pedro necesita desarrollar su
autoconocimiento, su autoaceptación y su auto responsabilidad, para poder
asumir el control de su vida y buscar su realización personal.
3. Desde el enfoque cognitivo conductual: se podría proponer una intervención
basada en la
Terapia cognitiva de Beck: y la terapia de exposición gradual. La
terapia cognitiva de Beck consiste en identificar y modificar los
pensamientos automáticos negativos que generan emociones y
conductas disfuncionales. En el caso de Pedro, se podría trabajar en
cuestionar sus creencias irracionales sobre sí mismo, los demás y el
mundo, tales como “sin mis padres no puedo hacer nada”, “todos los
días me levanto pensando que me irá mal” o “la mujer con la que me
case debe estar pendiente de lo que hago”. Se podría ayudar a Pedro a
reemplazar estos pensamientos por otros más racionales, positivos y
adaptativos, tales como “soy capaz de resolver mis problemas por mí
mismo”, “tengo habilidades y recursos para desempeñarme bien en mi
trabajo” o “la mujer con la que me case debe ser mi compañera y
respetar mi autonomía”.
La terapia de exposición: gradual consiste en enfrentar
progresivamente al paciente a las situaciones que le provocan ansiedad
o miedo, hasta que logre habituarse a ellas y reducir su respuesta
emocional negativa. En el caso de Pedro, se podría elaborar una
jerarquía de situaciones sociales que le generan incomodidad o
vergüenza, desde las menos hasta las más temidas, y exponerlo
gradualmente a cada una de ellas, brindándole apoyo y refuerzo positivo.
Se podría empezar por situaciones simples como saludar a un
desconocido o pedir algo en una tienda, hasta llegar a situaciones más
complejas como hacer una exposición o tener una cita romántica.