Estudios Demográficos y Urbanos
vol. 34, núm. 2 (101), mayo-agosto, 2019, pp. 443-450
ISSN 0186-7210; e ISSN 2448-6515; doi: http://dx.doi.org/10.24201/edu.v34i2.1927
Reseñas y comentarios bibliográficos
Giglia, Angela (2018). Renovación urbana, modos
de habitar y desigualdad en la Ciudad de México.
México: Universidad Autónoma Metropolitana /
Juan Pablos Editor
Adrián Hernández Cordero*
El libro se compone de once apartados y resulta estimulante para los estudios
urbanos en diferentes escalas. En el ámbito local, los autores presentan una
serie de reflexiones teóricas y metodológicas que invitan a cuestionar los
fenómenos socioterritoriales que ha vivido la Ciudad de México desde hace
por lo menos tres décadas. Mientras que, en una perspectiva internacional,
el texto permite identificar las transformaciones de la capital mexicana en el
contexto del urbanismo neoliberal.
El volumen es provocativo debido a su apuesta metodológica. A partir
de trabajo etnográfico, presenta diferentes ventanas para mirar a la Ciudad de
México. Ésta es una propuesta arriesgada debido a que en nuestro país
los abordajes para estudiar la ciudad se fundamentan principalmente en los
enfoques cuantitativos y aplicados. Sin embargo, el libro coordinado por
Giglia muestra lo contrario: las perspectivas cualitativas podrían ser la dife
rencia para lograr políticas de regeneración urbana exitosas y socialmente
comprometidas.
En este marco teórico y metodológico, a continuación se presentan seis
ejes analíticos a partir de la realización de una lectura transversal de la obra
en cuestión.
Nota del autor. Texto comentado durante la presentación de la publicación en la Feria del
Libro Universitario de la Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa, mayo de 2018.
* Profesor investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa. Dirección
postal: San Rafael Altixco 186, Leyes de Reforma, Ira. Sección, 09340, Ciudad de México.
Correo electrónico: [email protected]
D.R. © 2019. Estudios Demográficos y Urbanos
Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar (CC BY-NC-ND) 4.0 Internacional
444 HERNÁNDEZ CORDERO
1. ¿Renovación urbana o gentrificación?
Uno de los debates que ha causado más polémica en los últimos años en los
estudios urbanos es el vinculado con la gentrificación. Para unos, es un tér
mino de moda que se utiliza para explicar un tema antiguo: la exclusión
socioespacial. Para otros, es una voz potente que sirve para evidenciar los
efectos perversos del neoliberalismo en las ciudades. Por lo mismo, es un
concepto con carga política que ha sido vetado de ciertos ámbitos políticos
y académicos. Fuera del mundo anglosajón, el debate se centra en el colo
nialismo intelectual, puesto que se asegura que es un concepto importado
que nada tiene que ver con las realidades hispanoparlantes.
Los partidarios que adoptan a la gentrificación por su carácter subver
sivo, sostienen que el término ha sido sistemáticamente sustituido por pala
bras como renovación y regeneración urbana. Éstas representan voces neu
trales que sirven para emprender procesos de cambio social.
En el libro reseñado se utiliza el vocablo renovación urbana, aunque
tiene un enfoque claramente crítico. Las autoras muestran la manera en que
se diseñan e implementan ciertas políticas públicas y los efectos negati
vos que conllevan hacia los menos favorecidos. Asimismo, no consideran que
la renovación urbana y la gentrificación sean intercambiables, sino que la
segunda deriva de la primera. En otros términos, la gentrificación se consti
tuye como uno de los efectos no deseados de una estrategia renovadora.
Respecto de la gentrificación, llama la atención que cuando se hace
referencia a ésta, se considera como un proceso fallido. La gentrificación en
las ciudades mexicanas se expresa sobre todo en el mercado inmobiliario,
en el cambio de la estructura comercial y, en menor grado, en la sustitución
de los pobladores de menores ingresos. Por lo tanto, se argumenta que exis
te una gentrificación sin desplazamiento o una gentrificación light. A partir
de esta afirmación surgen varias preguntas: ¿se está hablando de gentrifica
ción o de otros fenómenos?, ¿la gentrificación en México es diferente a las
de las ciudades de los países ricos? En caso afirmativo, ¿estamos ante una
gentrificación a la mexicana?
Las autoras también mencionan que una de las carencias de los incipien
tes estudios sobre gentrificación en México es la utilización de métodos
cuantitativos, la cual, en los próximos años, deberá ser solventada por los
estudiosos de lo urbano con objeto de comprobar y conocer la magnitud del
fenómeno.
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2. Centralidades
En un primer momento, Giglia y sus colegas abordan como zona de estudio
el Centro Histórico de la Ciudad de México. Presentan una cartografía de
diferentes espacios que han experimentado fenómenos de renovación urba
na: la calle Francisco I. Madero, la Plaza del Zócalo, la Plaza Garibaldi, la
Alameda y el barrio de San Juan. Al ubicar estos puntos en un mapa, se
puede apreciar que todos se localizan del centro al poniente. Ninguna casua
lidad. Es en este sector en donde las políticas de renovación urbana se han
implementado con fuerza debido a la importancia económica que tiene el
occidente para la ciudad, ya que se ha constituido un corredor económico
entre el Centro Histórico, el Paseo de la Reforma y Santa Fe.
En el mapa imaginario trazado queda un vacío -una terrae incognitae-
al oriente del casco antiguo. Es la zona “conflictiva” (con la presencia de
comercio informal, prostitución, pobreza, viviendas deshabitadas y conver
tidas en bodegas, así como carteles de narcotraficantes) en la que los intentos
de renovación urbana han tenido efectos tibios debido a la complejidad social
y a la resistencia vecinal. No obstante, en los últimos años se ha intensifica
do la voluntad para generar transformaciones urbanísticas, sobre todo to
mando como referencia a los mercados de La Merced, aunque sus efectos
todavía están por verse.
El Centro Histórico remite a una centralidad simbólica marcada por su
relevancia política y patrimonial. La siguiente dimensión de centralidad que
se estudia en el libro es la Ciudad Central. Ésta alude a una escala más gran
de que se define por su funcionalidad. Generalmente se entiende como el
área de transición entre el Centro Histórico y la periferia urbana. En este
contexto, en el libro se estudian procesos de renovación urbana en las colo
nias Roma, Santa María la Ribera, Extremadura y las inmediaciones de la
estación del metro Canal del Norte.
Usualmente se considera que la ciudad central se conforma por las de
legaciones Cuauhtémoc, Benito Juárez, Venustiano Carranza y Miguel Hi
dalgo. Sin embargo, en el libro se omite la última y se incluye a Alvaro
Obregón. Cuestión trascendental, ya que es allí en donde desde los años
noventa del siglo pasado se ha construido, en un antiguo tiradero de basura
(como lo aborda el capítulo de Laura Ortiz), un exitoso distrito financiero
que se ha convertido en una potente centralidad económica. La ZEDEC
Santa Fe se ha conformado como un clúster de empresas multinacionales en
el que confluyen edificios propios de la arquitectura espectáculo y se ha
instaurado un entorno aséptico y securitizado. Santa Fe conecta a la Ciudad
de México con las principales redes de la economía global, intentando dis
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putarle al arcaico y problemático casco antiguo parte de sus actividades y de
su centralidad funcional.
3. Políticas de renovación urbana planificadas y espontáneas
El punto central del libro consiste en mostrar la forma en la que diferentes
administraciones locales han implementado políticas de renovación urbana.
Éstas tienen como intención reconvertir zonas generalmente degradas de la
ciudad en productos dignos de reinsertarse en los circuitos de producción
económica.
La obra en cuestión se centra en las últimas dos administraciones gu
bernamentales de la Ciudad de México. Pareciera que las políticas de reno
vación urbana son recientes. Sin embargo, no es así: provienen de los años
noventa del siglo pasado cuando los tecnócratas priistas asumieron el control
de la ciudad. La mayor parte de esas ideas y proyectos se implementaron en
ese entonces y se enfocaron en la transformación de Santa Fe y la Alameda
(casos analizados en los capítulos de Giglia, Moctezuma y Ortiz). Debido a
la crisis económica de 1994 se paralizaron. No obstante, los tecno-priistas
se reciclaron y continuaron en los altos cargos gubernamentales cuando
llegó la democracia al entonces Distrito Federal. Con las administraciones
del PRD se consolidaron y culminaron los megaproyectos urbanos. Hay
indicios de que ha existido una continuidad con la idea de ciudad que se
planteó durante el fin del milenio. ¿Se podría hablar de un proyecto de ciudad
neoliberal que trasciende las diferentes administraciones de la Ciudad de
México? Esta perspectiva la echo en falta en el libro, ya que principalmente
se enfoca en las últimas dos administraciones gubernamentales.
En este contexto, el Centro Histórico ha sido el espacio con mayores
intervenciones de renovación urbana. Allí se han volcado los intereses pú
blicos y privados para remozarlo. Se ha utilizado el patrimonio como un
recurso físico y simbólico que ha justificado las intervenciones (véase el
capítulo de Lanzagorta). Las élites económicas y políticas han buscado, a
partir del revanchismo urbano (Smith, 1996), reconquistar el espacio en el
cual se erige el mito de la fundación del Estado mexicano.
Sin embargo, las políticas de renovación urbana se han quedado en el
casco antiguo de la ciudad. Resulta complicado considerar que éstas se hayan
implementado en la Ciudad Central, concretamente en colonias como Roma
(véase el capítulo de Reyes), Condesa, Doctores, Santa María la Ribera
(consúltese el apartado de Valeriano) y otras más. Allí no han existido es
fuerzos gubernamentales integrales de regeneración, sino que la incidencia
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pública se ha centrado en la (des)regulación del suelo, que ha sido impulsa
da y aprovechada por iniciativas empresariales. De esta manera, se ha lleva
do a cabo una transformación del parque habitacional, generando una reno
vación urbana que se puede calificar como espontánea (Quiroz y Cadena,
2015), con la anuencia pública, pero con recursos privados.
4. Tolerancia cero y (auto) control social
Las autoras consideran que la renovación urbana no solamente consiste en
un conjunto de acciones urbanísticas que reconstruyen un sector de la ciudad.
En diversos capítulos se muestra que la renovación también incluye un con
junto de elementos intangibles que buscan transformar los modos de habitar
mediante la violencia física y simbólica.
Para reafirmar esta idea es preciso volver al tema del revanchismo ur
bano (Smith, 1996), el cual se entiende como la forma en que las élites urba
nas toman por la fuerza el espacio que consideran que les pertenece, en este
caso el Centro Histórico. Para lograr su cometido, los dirigentes capitalinos
replicaron modelos policiales estadounidenses (consúltese el capítulo de
Ruiz) y ejecutaron políticas de limpieza social, fundamentadas en la aporo-
fobia y en el racismo. De esta manera, los pobres, indígenas, migrantes
campesinos, mariachis, botelleros, vendedores callejeros y homeless han sido
desplazados del espacio sagrado que profanaron.
No se debe dejar de mencionar que las estrategias públicas no solamen
te han tenido en su punto de mira a los habitantes menos favorecidos, sino
que las clases medias (habitantes y visitantes) de las zonas renovadas han
visto cómo se les ha intentado imponer la política del buen ciudadano. El
gobierno de la ciudad, a partir de una serie de campañas cívicas y educativas
(véase los capítulos de Castillo y Ruiz), ha generado medidas de (auto)
control social. Se expresa en dos niveles: individual y colectivo. El primero
concierne a las actividades que cada uno debe evitar hacer; por ejemplo, no
tirar chicles al piso o no meterse a bañar a las fuentes. Mientras que el se
gundo concierne en acusar ante las fuerzas de seguridad a los otros por su
incorrecto desempeño. Por lo tanto, estas estrategias biopolíticas tienen la
intención de mantener el orden y la imagen urbana adecuadas para el correc
to desarrollo de las actividades sociales y económicas. Sin embargo, aquí es
cuando el modelo copiado de países ricos se tambalea, debido a que en
México muchas situaciones prohibidas se pueden tolerar con un soborno a
la policía, como en el caso de la Plaza Garibaldi (véase el apartado de Quin-
tanilla).
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5. Resistencias a la renovación urbana
El urbanismo neoliberal se ha impuesto en las áreas centrales de la Ciudad de
México. No obstante, diversos grupos sociales afectados por estas políticas
no se han cruzado de brazos. Al contrario, han mostrado su desacuerdo y han
encontrado resquicios para conformar acciones colectivas de resistencia.
En el libro hay algunas muestras de confrontación al urbanismo neoli
beral. Por un lado, el colectivo de mariachis de la Plaza Garibaldi (véase el
capítulo de Quintanilla) que intentó paralizar las obras del Museo del Tequi
la y Mezcal, debido a que el recinto lo desplazaría de su tradicional espacio
de vida y trabajo. Ante la presión, el Gobierno de la Ciudad tuvo que modi
ficar parcialmente el proyecto. Sin embargo, después de las protestas, la idea
original se mantuvo y los músicos callejeros resultaron afectados. Por otro
lado, aparece la movilización vecinal de habitantes de la colonia Extrema
dura, quienes lograron detener la construcción de un edificio en el área del
Parque Hundido (véase la colaboración de Villarraza). La oposición generó
la articulación del vecindario, trascendió su objetivo principal y se conformó
una asociación vecinal.
Cabe preguntarse, ¿por qué unos actores sí lograron incidir en los pro
yectos de renovación urbana y otros no? Una posible respuesta es que el
grado de organización social, el capital cultural, la clase social y la voluntad
pública son factores que pueden incidir en la arena política para dirimir los
conflictos. El hecho de que las preocupaciones de los mariachis hayan sido
atendidas parcialmente y que en el Parque Hundido se haya logrado respetar
la voluntad vecinal, muestra las desigualdades estructurales a las que se
enfrentan los habitantes de diferentes clases sociales de esta ciudad. Queda
claro que quienes tienen mayores ingresos son más proclives a resistir de
manera más o menos exitosa a los intereses públicos y privados.
En este marco, resulta necesario volver a los clásicos, sobre todo para
las generaciones jóvenes en las que el concepto clase social fue estigmati
zado por los teóricos posmodernos. El libro permite comprender que el es
pacio urbano está marcado por el conflicto de clases sociales. Por un lado,
la oligarquía pretende rescatar las viejas zonas centrales a partir de imagina
rios patrimoniales (véase el apartado de Lanzagorta) y expulsar a los pobres,
quienes mediante diferentes estrategias buscan permanecer en estos espacios.
Mientras que, por otro lado, las clases medias se escandalizan cuando un
grupo de jóvenes indígenas se recrean en su parque predilecto (capítulo de
Reyes), generándoles cierta incomodidad a ambos bandos. Dichos ejemplos
permiten volver a poner el foco en las desigualdades y en las tensiones que
se producen en la ciudad.
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6. Temporalidad y emociones
Los geógrafos humanistas han mostrado la forma en que las experiencias
vitales generan lazos afectivos (apego, rechazo e indiferencia) con el espacio
en sus diferentes escalas (lugar, espacio, territorio, región, paisaje...). El
libro es un buen ejemplo de ello, ya que en diversos apartados se muestra la
manera en que la renovación urbana tiende a alterar la relación entre el ha
bitar, las emociones y las temporalidades.
Una primera muestra es la añoranza que sienten los habitantes por el
pasado, es decir, la nostalgia vivida. Los vecinos de San Juan rememoran un
pretérito idealizado, que, aunque fue precario, ofrecía una vida tranquila y
comunitaria (véase el capítulo de Téllez). Dichos elementos se trastocaron
a partir de la regeneración urbana que ha experimentado el Centro Histórico.
No es el único arquetipo melancólico, también se identifica otro tipo de
nostalgia: aquella que tienen los nuevos pobladores de Santa María la Ribe
ra (consúltese la sección de Valeriano), que entre los motivos para elegir
dicho barrio echaron mano de una imagen romántica del pasado. Aunque en
este caso es una nostalgia imaginada, ya que no fue vivida por ellos, pero
fundamenta su imaginario en la vida de los barrios tradicionales.
En el tiempo presente surge otra figura temporal-emocional: el arraigo,
entendido como el sentimiento de permanencia en un sitio a partir de su
apropiación física y simbólica. Un buen ejemplo son los mariachis de la
Plaza Garibaldi, quienes, a partir de la noción de pertenencia, emplearon una
serie de estrategias para no ser desalojados. Mientras que las mujeres de
Santa Fe (véase el capítulo de Ortiz) presentan otro tipo de arraigo. Desde
el presente rememoran el esfuerzo para autoconstruir sus casas e introducir
los servicios públicos en sus colonias. Esto las lleva a estar ancladas simbó
licamente con su vecindario y valorar su permanencia, a pesar de las impli
caciones negativas (aumento del tráfico vehicular, incremento del valor del
suelo, discriminación, etc.) que ha traído el distrito financiero. Se puede
hablar de que gozan de un arraigo insatisfecho. Otro ejemplo es el caso de
los recién llegados a Santa María la Ribera, quienes construyen el arraigo
no por su tiempo de residencia, sino desde la inmediatez a partir de prácticas
de ocio y consumo.
Respecto al futuro, puede manifestarse que en los habitantes de sectores
populares existe un sentimiento compartido de incertidumbre, debido a que
los procesos de renovación urbana tienden a generar su desplazamiento. Por
lo tanto, están ante una situación incierta y que les resulta amenazante.
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Bibliografía
Quiroz, H. y Cadena, A. (2015). Una reflexión de las formas de transforma
ción de la ciudad a partir de la experiencia del Taller Internacional sobre
Gentrificación en México y Alemania. En I. Díaz, V. Delgadillo y L.
Salinas (coords.), Perspectivas del estudio de la gentrificación en Mé
xico y América Latina (pp. 73-90). Ciudad de México: Universidad
Nacional Autónoma de México.
Smith, N. (1996), The new urban frontier. Gentrification and the revanchist
city. Londres: Routledge.
Recepción: 7 de junio de 2018.
Aceptación: 13 de junio de 2018.
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