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González y Otras vs. México

La Corte Interamericana de Derechos Humanos encontró al Estado de México responsable por la violación de derechos de tres mujeres jóvenes que desaparecieron en Ciudad Juárez. Las autoridades mexicanas no realizaron una investigación diligente sobre sus desapariciones a pesar del contexto de violencia contra la mujer en la región. La Corte ordenó al Estado implementar medidas para prevenir la violencia contra la mujer y mejorar los protocolos para investigar casos de desaparición con perspectiva de género.
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González y Otras vs. México

La Corte Interamericana de Derechos Humanos encontró al Estado de México responsable por la violación de derechos de tres mujeres jóvenes que desaparecieron en Ciudad Juárez. Las autoridades mexicanas no realizaron una investigación diligente sobre sus desapariciones a pesar del contexto de violencia contra la mujer en la región. La Corte ordenó al Estado implementar medidas para prevenir la violencia contra la mujer y mejorar los protocolos para investigar casos de desaparición con perspectiva de género.
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Material de estudio: ficha de caso

Corte Interamericana de Derechos Humanos


Caso González y otras vs. México
Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas
Sentencia de fecha 16 de noviembre del 2009

Estándares relevantes: deber de prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres;
deber de prevención de riesgo real e inmediato; consideración del contexto en el que ocurren los
actos de violencia contra las mujeres, niñas y adolescentes; debida diligencia reforzada en la
prevención y protección de la violencia contra niñas y adolescentes; investigación con perspectiva
de género e interseccional.

Hechos: el caso se refiere a la responsabilidad internacional del Estado por la falta de diligencia
en las investigaciones relacionadas a la desaparición y muerte de Claudia Ivette Gonzáles (20
años), Esmeralda Herrera Monreal (15 años) y Laura Berenice Ramos Monárrez (17 años). Sus
familiares presentaron las debidas denuncias de desaparición, pero no se iniciaron
investigaciones correspondientes en tiempo y forma. Las autoridades, además de proferir
comentarios estereotipados sobre las víctimas, se limitaron a elaborar los registros de
desaparición, los carteles de búsqueda y la toma de declaraciones, pero fueron omisos en realizar
una búsqueda e investigación diligente para localizar a las víctimas e identificar a las personas
responsables.

Derechos humanos violados: la Corte Interamericana de Derechos encontró responsable al


Estado de la violación a los derechos a la vida (artículo 4), integridad personal (artículo 5) , libertad
personal (artículo 7), derechos de acceso a la justicia (artículo 8.1) y protección judicial (artículo
25.1) , de la Convención Americana, en relación al deber de no discriminación (artículo 1.1) y la
obligación de adoptar disposiciones de derecho interno contemplada (artículo 2) de la misma
Convención, así como con las obligaciones contempladas en el artículo 7.b y 7.c de la Convención
Belém do Pará.

Puntos relevantes del caso

➢ La Comisión y los representantes se refirieron a lo vivido por las jóvenes González, Ramos y
Herrera como “violencia contra la mujer” y que podrían ser considerados como “crímenes de
odio contra estas niñas y mujeres juarenses, crímenes misóginos acunados en una enorme
tolerancia -e impulso social y estatal- a la violencia genérica contra las mujeres. La Corte
concluyó que las jóvenes fueron víctimas de violencia contra la mujer según la Convención
Americana y la Convención Belém do Pará. Por los mismos motivos, el Tribunal consideró que

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los homicidios de las víctimas fueron cometidos por razones de género y están enmarcados
dentro de un reconocido contexto de violencia contra la mujer en Ciudad Juárez.

➢ La Corte Interamericana estableció que el Estado debió prestar especial atención a las
necesidades y derechos de las presuntas víctimas en consideración a su condición de niñas,
como mujeres que pertenecen a un grupo en una situación vulnerable. En ese sentido, la Corte
consideró que el Estado tenía la obligación de adoptar todas las medidas positivas que fueran
necesarias para garantizar los derechos de las niñas desaparecidas. En concreto, el Estado
tenía el deber de asegurar que fueran encontradas a la mayor brevedad una vez los familiares
reportaron su ausencia, especialmente debido a que el Estado tenía conocimiento de la
existencia de un contexto específico de desaparición de niñas.

➢ Aunque el Estado reconoció que sabía de la situación con respecto a la violencia contra la
mujer, la Corte encontró que la manera de atender este tipo de delitos estaba influenciada por
una cultura de discriminación contra la mujer al desestimar o demorar abrir carpetas de
investigación ante las denuncias o no invertir los recursos necesarios para identificar a
culpables, propiciando un ambiente en el que se enviaba un mensaje de tolerancia a la
violencia contra las mujeres, niñas y adolescentes.

➢ La Corte observó que las y los familiares de las víctimas recibieron comentarios de las
autoridades haciendo referencia a la vida sentimental y social de las mismas con lo que
minimizaron los hechos o desacreditaron las denuncias de los familiares de las víctimas bajo
el pretexto de que eran muchachitas que ‘andaban con el novio’ o ‘andaban de voladas’. La
Corte consideró que los comentarios efectuados por funcionarios demuestran que existía, por
lo menos, indiferencia hacia los familiares de las víctimas y sus denuncias.

➢ La Corte destacó que en este caso existen dos momentos claves en los que el deber de
prevención debía ser analizado. El primero es antes de la desaparición de las víctimas y el
segundo antes de la localización de sus cuerpos sin vida. Sobre el primer momento, la Corte
señaló que si bien el contexto de violencia generalizada contra las mujeres le imponían una
responsabilidad reforzada al Estado con respecto a su protección, no había sido demostrado
que el Estado tenía conocimiento de un riesgo real e inmediato para las víctimas de este caso,
por lo que no podía imponerse una responsabilidad ilimitada al Estado frente a cualquier hecho
ilícito en contra de ellas. Sin embargo, la Corte consideró que la ausencia de una política
general de prevención, dado el contexto conocido de violencia generalizada contra las
mujeres, es una falta al deber general de prevención.

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➢ En cuanto al segundo momento, la Corte consideró que, dado el contexto del caso, el Estado
tuvo conocimiento de que existía un riesgo real e inmediato de que las víctimas fueran
agredidas sexualmente, sometidas a vejámenes y asesinadas. La Corte estableció que ante tal
contexto surge un deber de debida diligencia estricta frente a denuncias de desaparición de
mujeres, respecto a su búsqueda durante las primeras horas y los primeros días. Esta
obligación de medio, al ser más estricta, exige la realización exhaustiva de actividades de
búsqueda. En particular, es imprescindible la actuación pronta e inmediata de las autoridades
policiales, fiscales y judiciales ordenando medidas oportunas y necesarias dirigidas a la
determinación del paradero de las víctimas o el lugar donde puedan encontrarse privadas de
libertad. Deben existir procedimientos adecuados para las denuncias y que éstas conlleven
una investigación efectiva desde las primeras horas. Las autoridades deben presumir que la
persona desaparecida está privada de libertad y sigue con vida hasta que se ponga fin a la
incertidumbre sobre la suerte que ha corrido.

➢ La Corte consideró que el Estado no actuó con la debida diligencia requerida para prevenir
adecuadamente las muertes y agresiones sufridas por las víctimas y que no actuó como
razonablemente era de esperarse de acuerdo con las circunstancias del caso para poner fin a
su privación de libertad. Este incumplimiento del deber de garantía es particularmente serio
debido al contexto conocido por el Estado -el cual ponía a las mujeres en una situación especial
de vulnerabilidad- y a las obligaciones reforzadas impuestas en casos de violencia contra la
mujer por el artículo 7.b de la Convención Belém do Pará.

➢ También, la Corte consideró que el Estado no demostró haber adoptado normas o


implementado las medidas necesarias, conforme al artículo 2 de la Convención Americana y
al artículo 7.c de la Convención Belém do Pará, que permitieran a las autoridades ofrecer una
respuesta inmediata y eficaz ante las denuncias de desaparición y prevenir adecuadamente la
violencia contra la mujer. Tampoco demostró haber adoptado normas o tomado medidas para
que los funcionarios responsables de recibir las denuncias tuvieran la capacidad y la
sensibilidad para entender la gravedad del fenómeno de la violencia contra la mujer y la
voluntad para actuar de inmediato.

Medidas de reparación

➢ La Corte estableció que el concepto de “reparación integral” (restitutio in integrum) implica el


restablecimiento de la situación anterior y la eliminación de los efectos que la violación produjo,
así como una indemnización como compensación por los daños causados. Sin embargo,
teniendo en cuenta la situación de discriminación estructural en la que se enmarcan los hechos
ocurridos en el presente caso y que fue reconocida por el Estado, las reparaciones deben tener
una vocación transformadora de dicha situación, de tal forma que las mismas

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tengan un efecto no solo restitutivo sino también correctivo. En este sentido, no es admisible
una restitución a la misma situación estructural de violencia y discriminación.

Entre otras medidas de reparación integral, la Corte Interamericana ordenó al Estado Mexicano
las siguientes medidas:

- Continuar con la estandarización de todos sus instrumentos utilizados para investigar todos
los delitos que se relacionen con desapariciones, violencia sexual y homicidios de mujeres,
conforme al Protocolo de Estambul, el Manual sobre la Prevención e Investigación Efectiva de
Ejecuciones Extrajudiciales, Arbitrarias y Sumarias de Naciones Unidas y los estándares
internacionales de búsqueda de personas desaparecidas, con base en una perspectiva de
género.

- Adecuar el Protocolo Alba, o en su defecto implementar un nuevo dispositivo análogo, para la


adecuada atención de casos de desaparición con perspectiva de género.

- Crear una página electrónica que deberá actualizarse permanentemente y contendrá la


información de todas las mujeres, jóvenes y niñas que desaparecieron en Chihuahua desde
1993 y que continúan desaparecidas.

- Investigar, por intermedio de las instituciones públicas competentes, a los funcionarios


acusados de irregularidades y, luego de un debido proceso, aplicará las sanciones
administrativas, disciplinarias o penales correspondientes a quienes fueran encontrados
responsables.

- Implementar programas y cursos permanentes de educación y capacitación en derechos


humanos y género; perspectiva de género para la debida diligencia en la conducción de
averiguaciones previas y procesos judiciales relacionados con discriminación, violencia y
homicidios de mujeres por razones de género, y superación de estereotipos sobre el rol social
de las mujeres dirigidos a funcionarios.

- Realizar un programa de educación destinado a la población en general del Estado de


Chihuahua, con el fin de superar la situación de discriminación en contra de las mujeres en la
región.

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