La Moda Elegante Cadiz 14-5-1884
La Moda Elegante Cadiz 14-5-1884
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C O N T I E N E 1 O S Ú L T I M O S F I G U R I N E S I L U M I N A D O S D E L A S M O D A S D E P.A.RÍS. P A T R O N E S D E T A M . ^ R O N A T U R A L , M O D E L O S D E T R A B A J O S A LA A G U J A , C R O C H E T , T A P I C E R Í A S DE COLORES.
N O V E L A S . — C J Í O N I C A S . — B E L L A S ARTES.—MÚSICA, ETC., ETC.
S E PUBLICA E N LOS DÍAS O, 14, 22 Y 30 D E CADA MES.
SUMARIO.
Cartera de labor.
Núms. 3 á 5.
Esta linda cartera, ó
bolsa para encerrar la la-
bor, puede hacerse de
i'asQ ó de felpa granate,
fixul 6 verde bronce. Los
bordados cjue la adornan
se c^'pculan con sedas do
colores ;L propf'isito pa-
ni las llores y hojas. El
hordr.do que re]>reson1a
nuestro dibujo 4 se repi-
te en la parte superior y
cín la inferior de la carte-
1.—Traje de taso >• bro:ado. S.—Traje ])ara ¡jeilorilus,
3:ia LA. MODA ELEGAIS^TEJ FEÍ^ICDOICO DE LAS FAMILIAS.
4.—Parlu .".upurinr
)- parle inferitir lie in cjirleri.
(_ Vi-asc e¡ dibujo 3.)
color de m a r f i l y encaje
blanco, es semiabierta, y va
ijuarriecida de solapan de en-
caje y enlredoscs y de un
lazo de o t o m a n o . Cuello
i;rande, de encaje, y entre-
doses bordados. Mangas an-
chas, gnariiccidas de encaje
y de un la^o de olumano.
Cota Fedora.— Núra. 15.
La cola Federa es de nan-
suc y muselina, y se adapta
á la enagua Fedora (véase,
B . ^ l í el ojera. (VMse fí dibujn •;.) más arriba, el dibujo 9). Va
íTuarnecida de tres volantes 3 . — C a d e r a di; Intuir. ( Vciiii.w lo.'. íiibtijos 4 y ^ )
dado, que se ejecuta por nuestro dibujo 7.
Enagua tournure.—Núm. 8. necida de pasamanería bordada de cuentas y
Va guarnecida esta enagua de volantes de encaje.
bordado. Su altura es de 90 centímetros á un Deiiutleru. El delantero va plegado y ador-
metro. nado con un galón de azabache. Lasi mangas,
Enagua Fedora.— N ú m . 9. de forma visita, van fruncidas en el bajo y
Esta enagua es de nansuc fino, y lleva tres guarnecidas ¡le encaje. Aplicaciones de pasa-
volantes guarnecidos de encaje.' Polisón Ó manería en lo alto y en el escote. La parte
iattmitre interior. inferior va j^uarnecida de un volante plega-
do de encaje, mezclado de pasamanería con
Corsé de n o d r i z a . ^ N ú m . 10. cuentas.
E s de dril blanco, y va guarnecido de en- EspiiMa. El centrn de la espalda va guar-
caje valenciennes. necido de unos golpes de pasamanería, y ter-
Paja de descanso.—-NtSm. 11. mina con un tableado liso.
Esta faja es de dril illanco, y Lleva una especie de ciiiLu Trajes para niñas y niños pequeños,—-Núms. 19 á 39.
ron elástico i]iie sii|íríinc la cinta ó cordón. N ú m s . 19 y 20. Chaquetón .í //; inarincra, de íargn de ¡ana,
Dos camisas para niñas de j á ^ anos. EsjKiUJa semiajustada, con aberturas
de dormir en las costuras de los lados. Bolsillos con carteras. Este cha-
para señoras, quetón, que prestará grandes servicios en las excursiones ve-
N.™ l a y 13. niniegas y en
los p a s e o s á
Número 12. orillas del
E s de f u l a r , mar, va cruza-
de floreciilas do por delan-
sobre fo n d o te con dos hi-
b l a n c o , y va leras de boto-
guarnecida de nes de oro ó
festones y ri- plata. Anclas
z a d o s de la ele oro en las
misma tela. e s q u i n a s del
Número 13. cuello.
Esta camisa es
de percal fino Número 31.
ó de nansuc, &.—I,aiJ[ií IIL' I3 Ci;ri(.ra. ( Véase c! dt'biiio •^.) Paleta de viaje
y va festonea- para niñas de
da de azul, y 8 á 10 años.
guarnecida de Es de una es-
encaje ple- pecie de paño
gado. rugoso que
imita el paño
Matinée bui^do- La es-
de s u r a h . palda y los de-
Núm. 14. l a n t e r o s for-
man tablas.
Esta mati- ' -^^^ Cordonadura
née, de siiru/i en el cuello y
9.—Enagua toitrnurf. en la cintura.
Número 22.
A hrigo para
niñas de $ á •}
años. Espalda
9 . — E n a g u a Feílora. ceñida en los
1 0 . — C u r s i (le noiin'í 1.—Bordudo de encima de la rcldjera., ( Véase el dibujo (\.) 1 I.—Faja de descanso,
jjA JAoüA ^L^GAKT^-, pEHIÓDICO DE LAS P A M I L I A S . 139
coatados; pliegues gruesos, añadidos por detras, Tormando Pticdc llevarse este vestídito con trasparente ó .'íin é(,
falda. Delanteros cruzados con dos hileras de ¡botones, Niim. 31. lyaj'c para niñas de 5 á Sanos. Chaqueta de
líoisillo-escarcela en e! costado, sujeto con una cinta (¡ue coteUna ó de lanilla lisa, abierta poi" delante, con solapas ríe
rodea el talle. terciopelo. Chaleco wn poco bullonado de crespón de la In-
Xiim. 23. Aóri^'o de. paño liso ó de mczdiHn ,para niñón de dia, ¡]ordado de felpiila. Falda fnmcida formando bullón
(-1 á % fíñox. Espalda ceñida. Falda de abrigo, plegada á lodo sobre un tableadilo de surah. Capota de batista,
el rededor. Esclavina íiuarnecicia de un tableado. Cuello Niun. 32. Visiido'hliísa, de batista, saljMcada do margaii-
vuelto, y broche. (as bordadas, Cuello marino de batista lisa, bordado en
Núm. 24. Affnj[o ancho. Va fruncido en la; cintura con cada pico. NfanS'i^ con puños abrochados con dos botones.
iin c o r d on grueso. Faja larga de balista
Golpe de pasamane- lisa.
r a en el escote ; bol- N ú m . 33. Paii'tó ilú
sillos y manf^aB frun- verano para niñas de
cidos. Hombros lige- 3 lí 5 años. Es lie ra-
r a m e n t e ahuecados. so inglés color crema
Núm. 25. CkíUjué y bordado del mismo
eslilo de saüre, para color. Espalda de ra-
niñas de 4 á 6 tiiios. so, ceñida hasta la
E s de paño EÍSD Ó de cintnia. Bordado ple-
mezclilia genero in- gado formando falda.
glés. Cuello recto, de Bolsillos grandes de
terciopelo, con una raso, guarnecidos ;t
sola solapa de tercio- todo el rededor con
pelo, ribeteada á lo- un bordado más es-
do el rededor de un trecho. Esclavina de
' , I •&.—Cola. J''i;dora. bordado enteramente
galón de seda. Bolsi-
llos y cuello ribetea- fiuncida. Lazo gran-
dos de lo mismo. de de cinta otomana
un'..bordado sobre gasa de seda, Falda color crema. Sombre-
Números 26 y 27. montada sobre corpino interior, cwy.\ fal- ro de paja forma re-
Traje de ceremonia pu- da se compone de tres volantes de borda- donda, guarnecido de
ra niñasde 7 á \Qa¡ios. do. Banda de otomano ó suyuh, puesta al cinta otomana.
Chat|ué de terciopelo través sobre la faliia. Sombrero de paja in-
\\ otomano con clior- glesa fina, guarnecido de plumas. Xi'im. 34. Vístitiiío
rera de encaje ó de Niím. 2%. Chaqué largo para ñiflas di 5 in-^iis escotado para ni-
íi daños. Es de sargaasíul ó Manca. Va un
poco abierto en los costados v lleva itn
cuello de terciopelo. Se le llevaabjochado
ó fioLante.
Núm. 29, Traje bretón para niñas d¿ 6
ii S añí's. Es de tela cambiante ó tornaso-
lada. Falda plegada. Chaqué medio ceñi-
do, adornado con una sola]ia grande y dos
hileras de botones de metal amarillo ó
blanco. Botones iguales en las carteras.
Chaleco de surah bullonado,
Núm. 30, Vestido de bordado crudo para
niños de 2 lí 4 años. Corpino en forma de
blusa, fruncido en torno de la cintura.
Falda igualmente íruncida. Cinta que se
anutia en el lado izquierdo.
• •.—Chaquetón 6. la maririLTa > 1 . — P a l e l ó ún viaje 2 Í . — A b r i g i i jiara nifias Í 3 . —Abrigo úf pnñii l i w XA.—Abrigo ancho, S O . — C l ; a iludan á la marintia ÍS,—CILHIUL- estilo du sastre
para ñiflas du y á 9 años. Kspalda. [lara nifias de 8 n 10 alias. dt 5 ri. 7 ufiüs. ó de mezclilla para ñiflas du 7 Ü9 aflús. IJtianiuro. paia ninas du 4 á 6 aJios. " -
i^ExplU. y píit., fiúitt. II!. ñgs. 12 { Exflic. y pal,, «iitn. ¡V. fíes. iS para niñas de 6 á S anos. \Kxplií:y pat., ttüvi. IH, fig^. 11
í¡ 17 de la Hoja-Su])li;nieniij.) J 34 t/í íií Huja-biipieini;nlu.) á i'j de lif Hoja-SupJcmeiiio.)
a a . — P a k i i j d t vtrano 3 4 — " \ ' e s i i d i l o ineliis escolado 3 * . — P a k i ó plegaJo. 3 6 . — V e s t i d o de mañana. 3 1 . — V e s t i d o alto 3 S . — P a l u t ó de dril para niñas 3 B , — T r a j e de dril, cuarnecldo
pnrj. ninas de j á 5 aiiDs, p.ita niños ptquenos. para ninas iji; 4 á 6 afios. ó nifios du 1 á 3 anos. de encajü, pura ninas de 7 á B anos.
• l o . — T r a j e de vtíviir 4 - 1 . — P a k t ó para niños 4 2 . — T r a j e para niños 4 3 . — T r a j e para niños H . — P a l e l ó paru. niños K í . — T r a j e pura niños 4 B . — B l u s n j- ca'zOTí Je p.ina -
ira niños du S ¡1 I D al^os. lis B á 10 años, de 4 á 5 anos. de S anas. de 7 á g aflos. de 7 á if inos. de í-erano.
142 LA MODA EL£GA]S[TF, PEÍ^IÓDICO DE LAS FAMILIAS.
ñus peqjtems: Es de raso inglés ó dril lisiado, y va frunci- Micky continuaba protestando en su puesto. Su instrumento debia, sin duda, hacerle
do en la cintura con una cinta que se anuda por detrás y de la debilidad de que le acusaban, compañía, porque nunca lo abandonaba; pero las cuerdas
por delante, I3crta de bordado azul marino, encarnado ó y abrochando su abrigo con la ma- parecían baherse contraído también al soplo helado del in-
crema. jestad de un procónsul romano. vierno, y no respondían sino con chirridos estridentes á
— P e r o , mi querido Micky, los llamamientos del artista.
Núm. 35. Paletopk^rado, de lanilla. Pliegues gruesos por
detras formando falda; pliegues en los costados bajo los i vais :Í enfadaros contra la anciana — El violin está resfriado y le falta la voz — dijo (iot-
madre que daria por vos entram- lieb;^—bailemos un poco si no queremos quedarnos helados.
bolsillos. Los picos van doblados por delante pira dejar ver bos ojos? Pues que, ¿no sé que Y agregando la acción á la palabra, Gotlieb ejecutó luuts
un poco la falda. Este paleto va guarnecido de tiras bor- sois el muchacho más listo de la vueltas de vals, seguidas por Micky, en quien este ejerci-
dadas. comarca, el de conducta más ejem- cio revivió el abatido ánimo.
Núm, 36. Vestido tic iiiirímiii!. E s de dril crudo ó listado. plar y el que mostró más arrojo el Hacia la media noche, Gotlieb devolvió á Micky su vi-
Espalda formando tablitas. Falda tabicada igiudmcnle y dia de la inundación? ¿ N o sé lam- sita ; pero ya el pobre muchacho, sintiéndose helado hasla
^'uarnecida á todo el rededor con un bordado estrecho. bieii que la médula de los huesos, no luchaba contra el sueño sino
Cinturon redondo. — Me m a r c h o — i n t e r r u m p i ó con eí valor de la desesperación. El viejo violinista no tra-
Núm. 3 7. Vestido silto paru iiiítus de 4 lí ó HIUK';. E S de ba- Micky, ¿quien la amenazante enu- tó ya de hacerle bailar, pero le contó maravillosas histo-
lista azul celeste salpicada de margaritas de color crudo. meración de sus heroicidades lle- rias, con las cuales logró tenerle despierto.
V;s fruncido y sujeto al talle eon una cinta. naba de confusión.— Sobre todo, Después de la partida del buen hombre, que tenia que
no os preocu])eis de mi ; me calen- cuidar también de sus hogueras, la situación se hizo muy
Núm. 38. PfíJctó de dril para niñas ó niños de i á 3 años. taré junto á las hogueras. critica para el novicio vigilante nocturno. N o se atrevía á
EK de dril inglés blanco ó crema, que se lava perfecta- Después de darle un abrazo ma- sentarse por temor á quedarse dormido, y se sentía tan fa-
mente. Pliegues huecos por detras. Cuello, bolsillos y ternal , la señora Glintly, sin cesar de gemir, dejó partir á tigado, que apenas podía arrastrarse de una hoguera á otra.
mangas adornados con un bordado inglés bastante ancho. su hijo. T-os minutos le piu'ecian horas, y las horas siglos; como
Núm. 39. Traje de dril para niñas de 7 á S uñes. E s de Los tubos (') «traga-aceites», como les llaman en la Amé- que era la primera vez en su vida que pasaba una noche en
dril azul ó color de rosa y va guarnecido de tiras bordadas. rica del N o r t e , se extienden en una distancia de muchas ^•ela. «¿Por Í|UC no me han advertido que se hacia el tiem-
Chaleco buElnnado. Falda fruncida. Chaqué guarnecido de millas, trasportando el aceite de petróleo desde los pozos po tan !argo?)i se decia con amargura. Y luego, aquel frío
tiras bordadas, con cuello, carteras y bolsillos. de donde se extrae, hasta las diveisas estaciones de los intensísimo le hacia pensar en que muy bien podía suce-
caminos de hieiTo. En tiempos excepcionahnente frios se der que se realiziiran los temores de su madre.
Trajes y abrigos para niñas de 4 á lO años. encienden hoguenis debajo de los tubos para evitar su con- La luna salía lentamente de entre una masa de nubes,
N ú m s . 40 á 46, gelación, y estas hogueras necesitan ser vigiladas y ali- que Micky comparaba en sus adeiUros á pilas de nieve, y
mentadas toda la noche. El señor Ludlow, jefe de la fábrica las estrellas brillaban como oíios tantos clavos de hielo so-
Nüm. 40. Ti'íije de vesíiy para iiiñii?, de S lí 10 nñíH. Es de donde trabajaba Micky, habíale propuesto para esta comi- bre la sombría bóveda, cuando Miclcy, después de haber
diagonal con vueltas de seda del mismo color de la tela y sión, en reemplazo de un obrero que se hallaba enfermo. murmurado : o ¡ Creo que el cielo está tan helado como la
g;ilon de lana. Se compone de pantalón corto, chaleco alto N o sólo lisonjeó grandemente á Micky esta distinción, que tierra ! >J, perdió la conciencia de si mismo, para no recupe-
y chaqueta larga abrochada con un solo botón. le colocaba al nivel de los más antiguos operarios, sino rar los sentidos sino en brazos del viejo Gotlieb, cjue le
que concibió en su mente la idea de que aquella noche d e sacudía violentamente. Tan pronto como estuvo en dispo-
Núm. 41. Piiteto pura niños de 8 á 10 <im>?.. Este paleto es velada había de deslizarse para él, á despecho del frió, con sición de comprender lo qiLC le decían, Gotlieb le invitó á
semiajustado y va abrociíado con inuí sola hilera de boto- la rapidez de un dia de placer,
nes. Cuello cha!, bolyillos de estilo sastre.
Biddy reapareció con los cubos vacíos ; sus manos y sus
Núm. 42. Traje para niños de 4 á ^ años. Se hace este brazos estaban de color de cangrejo cocido.
traje de pañete liso, cotelina ó casimir. Falda separada y
chaqué con chaleco abrochado con una sola hilera de boto- —El frió no es tan grande como dicen; nuestro buen Mic-
nes. Sombrero marino de paja inglesa. ky hace bien en querer afrontai'lo, ponjue asi se espabilará.
— Vos, Biddy, no tenéis el coraz(ur sensible, ni com-
N ú m . 43. Trajcpnra vinos de S años. Es de tliagona!, y prendéis t]ue una noche tan cruda como ésta puede matar
se compone de un chaqué con dos hileras de botones, sin al pobre Micky ; ¡ me lo han asesinado!
cuello por detras, y pantalón abrochado con hebilla en ¡as — ¡ Bah ! Micky no es tan ende-
rodillas. ble como creéis — replicó desdeño-
Núm. 44. Piíietopnra niños de 7 á y años. Este paleto es samente Biddy, mientras prepara-
de forma ceñida y va cruzado con dos hileras de botones. ba la comida de Tabhy, el gran ga-
Cuello de seda ó surah. Carteras y bolsillos iguales. to negro que ocupaba el segundo
kigar en sus afecciones.
Núm. 45. Truje fiara niños de 7 á y años. Esta forma ple- Pei^o tan pronto como su ma-
gada es muy á propósito para loi niños delgados. Los plie- dre, echándose el delantal por enci-
gues de la blusa van sujetos á toda su altura ; el cinturon ma de la cabeza á guisa de capu-
se quita á voluntad. Se emplea el cinturon de piel. chón, se hubo refugiado en casa
N ú m , 46. Blusa ¿y ealzon de paño de nernno. Esta blusa va de la simpática vecina Honoi'ia
ajustada al talle con un cinturon de piel ó de tela igual. Cassidy, Biddy se dirigió hacíala
Pantalón corto, abrochado por debajo de las rodillas. Som- ventana, cuyos cristales estaban
brero marino. cubiertos de una espesa escarcha, y
su iisonomía lomó una expresión
ansiosa, muy extraña en su cara,
fresca y redonda, de nariz reman-
HISTORIA V E R Í D I C A gada y ojos claros y brillantes.
•—¡Qué friol—dijo—no he que-
DEL GATO EMIÍlíUJAnO. rido dejárselo c<imprender á mi madre, por no aumentar
- í ^ -T _ J sus temores; pero me siento inquieta. ¡Si al menos ilu-
diera yo hacer la guardia en vez del pobre Micky!
AMOS á tener ima noche t e r r i b l e , Micky,
amigo mió. El barómetro ha bajado tanto, Mientras tanto, el pobrecillo muchacho se dirigía alegre-
tanto, según acaba de decirme el señor Jon- mente hacia su puesto, que era la colina Sugar , tlonde de-
. ningí que han tenido que ponerle por el pié bia preparar y vigilar las hogueras. La noche era despe- que cuanto antes se fuera á su casa, si no ijuería sucumbir
' una barra de hierro para detenerle Con jada, y las estrellas' brillaban por millares en las oscuras á los ataques del frío, complicados con los de su compañe-
el viento tan fuerte que sopla, atraparéis el profundidades del firmamento. Micky hahia cenado per- ro el sueño.
gran constipado; es cosa seguía. En vuestro fectamente y se burlaba del frío ; pero lo cierto era que No eran todavia las cinco de la madrugada, perofiollieb
lugar, mi querido Micky, y o no iria. éste aumentaba de minuto en minuto, y que Micky tuvo se comprometía á cuidar de las hogueras hasta el amane-
— Después de haber dado palabra á mi principal, que echar á correr, temiendo que los tubos del jjetróleo cer. Micky, amargamente humillado por haberse dejado
no quiero faltar á ella por un poco de frío m a s ó estuvieran ya helados cuando él llegara. sorprender dtu'mido cerca de sus hogueras medio alaga-
menos, La leña estaba preparada de antemano, y en un abrir y das, protestó que no quería abandonar su puesto y su oblí
Y Micky, muchacho pequeñísimo á pesar de sus cerrar de ojos nuestro héroe obtuvo una hoguera capaz de gacíon como un holgazán, Sin embargo, tuvo que ceder
quince años , enderezó su estatura de pigmeo con un aire rivalizar con todas l a s q u e relucían por todas afjuellas in- ante las instancias de Gotlieb, quien se esforzaba en reani-
de virilidad completamente risible. mediaciones. marlo, ejecutando en su violin las sonatas más alegres de
— Nunca hubiera creido que el señor Ludlow tuviese ¡Qué placer el su rei>ertorio. Pe-
tan mal corazón para vos, hijo único de una pobre viuda; de calentarse los i'o fué inútil este
— gimió la señora Mac-Glintly con acento cada vez más e n t u m e c i d o s de- benévolo esfuer-
lastimero. dos á aquel fuego zo : Micky trope-
— Soy tan robusto como cualquier otro muchacho de vivificante! zaba á aida paso,
rni edad, y me desagrada oir esas representaciones como -ELW/rtí-(pe- y sintiéndose in-
si yo fuera nn/iuitoc/ie—replicó Micky con el tono de una so d u r o ) lio será vadido por un es-
pasión herida en su dignidad. muy difícil de ga- tupor irresistible,
— ¡Si :i lo menos fueseis tan robusto como Biddy! n a r — s e decia exclamó lleno de
Y al decir esto, la señora Mac- Micky con Intima angustia :
Glintly echó una ojeada impregna- satisfacción. — ¡ A h ! ¡Nun-
da de orgulh) hacia su hija mayor, i h.\\¡ desgracia- ca p o d r é llegar
que atravesaba apresuradamente el do Micky! no te- h a s t a mi c a s a ,
palio, con un cubo en cada mano, nias presente que nunca!
llevando su pitanza á dos aprecia- desde las siete de
hles marranilios cuyos gruñidos de la noche hasta las 11.
impaciencia se oian á lo lejos. seis de la nuuiana
—Escuchadla—prosiguió la viu- van muchas horas. Tampoco la se-
da— ¿que vale el sonido melifluo Micky, sentado ñora Glintly dur-
de vuesta vocecilla al lado de un ór- junto á su hogue- mió aq u e l l a no-
gano semejante.? ra, e n c o n t r ó al che. Su corazón
Efectivamente, Biddy, ya enoja- principio t|uc sn estaba con el po-
da con el ruido que hacian los cer- sit u a c i o n era la bre M i c k y , allá
dos, les apostrofaba en estos tér- más c o n f o r t a b l e sobre la colina he-
minos : del mundo; pero no tardó en apercibirse d e q u e si se estaba lada : asf, pues, desde antes que amaneciera, se ocupó con
—^¡Os callareis, bribones? ,Jno asando el rostro y las manos, en cambio el p e n d r a n t e vien- Riddv en los preparativos necesarios para acoger con re-
veis que corro todo lo que jue per- to le helaba las espaldas, mientras el resto del cuerpo se le gocijo el regreso del ausente. La chimenea se iluminó con
miten mis piernas? iba poniendo rígido. Levantándose á t o d a prisa, corrió con una brillante llama, destinadas calentar los ateridos miem-
Biddy veslia un ligero traje de percal: iba con las man- cuanta velocidad pudo en busca de Gotlieb Meisel, un vie- bros del muchacho, á la vez que á cocer su almuerzo liivo-
gas remangadas hasta el codo, y llevaba la cabeza desnuda. jo tocador de violin, el cual, por su inveterada costumbre rito, t é , salchichas fritas y puré de [jatatas.
No debia ser accesible á los rigores de la temperatura, de permanecer largas horas en ]>i¿ en las íieslas y los bai- Dieron las seis, las siete, las ocho y Micky no pare-
porque ni siquiera parecia apercibirse del tremendo frió les, era muy solicitado para cuidar de noche las hogueras, cia. La señora Glintly habia recorrido ya la vecindad, pre-
que tanto asustaba :i su madre. porque se tenía la seguridad de que no había de dormirse guntando á todo el mundo si habian visto á su hijo. j N a -
LA MODA ELEGAISCTH:, PEÍ^IÓDICO DE LAS PAMILÍAS. 143
" i iü ]i:ibiii visto iltísiie la víspera! Biddy se encaminó lí la Níck en j'-ersona ; pero Micky velaba cuidadosamente por do que estaba prohibida la entrada en la mina, por consi-
'-"olina Silgar, que encontró abandonada. El frió había dis- los dias de Tubby, á quien prodigaba las mayores muestras derarse como peligrosa.
ninuido, haciendo ¡nnccii;íarías las hofíiieras. Dirigióse en- de afección. La valerosa muchacha encendió la linterna de que se
onces a l a casa de Gotlieb Me Ucl, á quien conocia como La edad de la madurez llegó al fin para el turbulento habia provisto, y penetró en aquellas profundidades Cene-
•iiTiigo de su hermano ; pero Gotlieb tampoco sabia nada de Takhy, el cual, gordo y reluciente, grave de íisonomla y
"UGíitro joven, desde las cinco de la madrugada en que le serio de aspecto, pareció haber olvidado las locuras de su
i^bia visto tomar el camino de su casa, entumecido de juventud ; pero los vecinos inovian la cabeza con aire mis-
'""'^ y de .sueño. terioso cuando hablaban de él. y decian i^tque tenia unas
Media docena de vecino.s se habian reunido á Biddy maneras extrañas en un gat<i. "
píira buscar al desaparecido, pero sin encontrar sus huellas N o faltaba quien sostuviera luiue era un brujo dis-
'^°l,V'"Suna parte. fraziidofl, creencia de que participaba la misma señora
Háciu la tarde habia ya muchas per^innas en la aldea, Glintly.
*-^c>nvencidas de que ¡\Iicky se habia t\igado. ¿Cómo expli- Lo indudable eitiquc Tnhhy sabía mostrarse reconocido,
^^"^"^ esta determinación en un muchacho tan juicioso? i Co- y sobre este punto su sabiduría era superior á la de mu-
i^asdüi mundo! chos cristianos.
Era ya bien entrada la noche, cuando la señora Glintly Decíamos que Tnbhy estaba instalado sobre el cofre, fi-
^Olviri ;i ¡^u ciefiiei-ta casa. I-OÍ pequeños Glintly, que .se Ha- jando obstinadamente sus pupilas amarillas en el rostro de
blaban Patty y .fohny, Katie y liaríhelemy, se habían su dueña.
^pi'Ovcchado de la libertad extraordinaria que habían dís- — ¡ Oh mi pobre Tabhy \ ¿por qué dicen que eres brujo?
'utado todo el día, pwva ])egarso, revotcar.se ¡lor el cslíér- ¡Ojalá lo fueras verdaderamente, y sabríamos dónde está
^^'' y cometer cuantos nuestro querido Micky!
.'^'^^ííuisados estuvieron Tabby contestó con
^^u ¡ilcance. un maullido prolongado.
"iddy se apoderó de — No, Tabhy: mi her-
'^^ «-'tilpables, y á despe- mano no ha podido caer-
no (le ¡^yj^ rabiosas pro- se en e! rio, porque la
estas^ procedió á un la- costra de hielo es muy
^•ado general de su-s per- espesa, y los carros han
^'^"as, tan c o m p l e t o rodado sobre ella todo
como necesario ; ¡es di<» el dia; tam]ioco se ha es-
"•^ cenar y les acostó, capado como dicen; ha brosas, que hubieran impuesto pavor á más de un hombre.
f-n cuanto á la señora muerto, ó hubiera vuel- El aire era tibio y húmedo como el de una estufa; las
hntly, no bÍKO masque to á su casa. enormes vigas que sostenían la bóveda parecían prontas á
tomar una taz;i de t é , y desplomarse sobre !a intrépida mu-
\^ marchó á buscar con- chacha; grandes masas de tierra y ro-
^"elos ¡i casa de la vecí- ca sobresalían de aquella techumbre,
"•' Honora, como retenidas por un poder irresi.s-
,. i-a casa está dema- tibie.
Mado triste — decia !a A cada paso í¡ue daba por el estre-
üuena señora; — me mo- cho sendero, trazado cuando la mina
^'p''^ si permaneciera en estaba en explotación, gi'itaba ; «¡Mi-
cky , Micky ! B Pero el eco sólo le res-
-L^espuBii de la partida pondía.
2 su madre, Biddy se puso á contemplar fijamente los car- Dio ;ilgunos pasos más, ya algo ar-
^'les inflamados, como si ellos pudiesen darle la clave del repentida de haberse fiado de los gui-
^ ' ' ^ l enigma (]ue la torturaba. ños de un gato, cuando se encontró en-
-ÍITM]', C[ gran gato negro, estaba instalado sobre el co- frente de un reciente desmoronamien-
"^ de madera, teniendo bajo su cuerpo un viejo paleto de to de tierra que le interceptaba el
paso. ¿Estaría sepultado Micky debajo
de aquellos escombros? A este pensa-
miento la pobre Biddy sintióse desfa-
llecer, y apenas encontró fuerzas para
lanzar un úllimo llamamiento:
— ¡Micky, mi pobre Micky!
Parecióle que una débil voz habia
Micky, que le respondido á la suya. ¿ E r a realidad
servía de col- ó una ilusión producida por el eco del
chón. Tabby túnel ?
g u s t a b a mu- EI gato abandonó su co- Llamó de nuevo, pero con una voz. que hubiera desper-
cho de acos- fre para ir á colocarse á los tado á los siete durmientes de la leyenda árabe,
tarse sobre lo pies de Biddy, sin cesar de — ¡ Aqui! ¡ socorro!—respondieron.
blando; pero mil-arla fijamente. No habia duda posible ; era la voz de Micky, qne estaba
especialmente — ¡Pobre gato mío prisionero tras el montón de tierra.
adoraba hacer continuó diciendo la joven; — ¡Animo, t|ucr¡do hermano m í o ; voy á buscar au-
su c a m a de —¿estás triste por la ausen- xilios !
cualquier cosa cia de tu amo, que le tjuiere Y Biddy emprendió una vetligim>sa carrera hasta llegar
q u e pertene- tanto? ¿Dónde está? Díme- á casa de ios buenos amigos Cosey y lieadon , quienes al
ciera al joven lo ? i Se habrá metido para punto volvieron con ella á la mina acompañados de hábiles
Mick^ *y, de quien era muy querido desde cierta noche de in- calentarse en la antigua mina abandonada que está al pié obreros. N o tardaron éstos en abrirse camino hasta donde
'ercio, hacia siete años, en que apareció en el umbral de de la colina Sugar? yacía el infortunado Micky, encerrado en un estrecho hue-
j?; P"C'"t;i, extraviado, Haco, con el pelo erizado y el inau- Tnbhy empcKÓ á guiñar los ojos gravemente, pero con co, donde no podía hacer el menor movimiento. Doce ho-
Qo débil y lamentable. Micky le acogió con caricias 3^ ras habia pasado en aquel calabozo, que le habían parecí-
rara persistencia. do doce siglos.
•J^partÍQ con él aquella noche su cena y su cama, — ¡Los santos tengan piedad de nosotros! i Será verdad
^t-reyói^g íil principio que el nuevo huésped tenia el ca- N o hay para qué decir si fué grande el regocijo en casa
^^cter serio y melancólico, pero pronto se adquirió la con- de la viuda. Tabby, arrellanado con profunda satisfacción
cion de que aí[nelIo no era sino la consecuencia pasajc- sobre las rodillas de su a m o , escuchaba gravemente á Bid-
^s privaciones tan crueles como prematuras, pues bajo dy, que explicaba á su madre de qué modo S Í habia decidi-
la inlluencia del bienestar se do á ir á la mina, en vista de los repetidos guiños del
le vio convertirse rápidamente gato.
en una es[>ecie de hola negra y Todo el mundo contemplaba al animal con un respeto
ágil, poseída, según todas las mezclado de esc tenior que inspira lo sobrenatural, v las
apariencias, del demonio de-la viejas recordaban la opinión, que tantas veces habían
malicia, Tabby se bebía los jar- emitido, sobre las prácticas mágicas de aquel misterioso
ros de leche, se comía los pas- personaje forrado de negro.
En aquel momento Tabby miró á su amo y empezó á
guiñar el ojo con aire solemne, al ver lo cual, la señorita
Patty Mac-Glintly, joven irlandesa de ocho años, de cabe-
llos rojos y lengua expedita, gritó súbitamente :
— 1 El gato no hace más que guiñar los ojos desde que
mi hcrmanita Katie le
''f'^fW^ echó la espuerta del car-
teles y ro- bón por la cabeza!
baba en ca- — ¡ Calla, pues es ver-
sa del car- dad \—exclamaron todos
nicero las chule- que eres brujo y quieres decirme que realmente Micky está llenos de asoinbro.
tas más sucnlen- en la antigua mina? En cí acto procedióse
. Hasta estranguló El gato se encaramó de un salto sobre las rodillas de á extraer los pedacillos
\ vezmediadocena de carbón que el gato te-
Biddy, y empezó á guiñar el ojo derecho con un aire so- nia dentro de los ojos,
pollitos recien na lemne.
cidos. Sus dientes, finos operación que se llevó á
Biddy se persignó con devoción. cabo con felicidad, gra-
V agudos , destrozaban — Si es un brujo — se decia á si misma — va á saltar por cias á la resignación del
despiadadamente cuanto la ventana.
caía bajo su alcance. Los p:Lcientc, que la soportó
Pero en vez de hacer semejante cosa, el gato guiñó el con la mayor entereza.
perros huían de él por ojo derecho tres veces seguidas, con intervalos regulares.
t e m o r á sus aceradas Biddy ya no dudó; envolviéndose rápidamente en su ca- Luego, uno de los con-
ufSaí, Su vidaestaba ame- puchón', echó á correr en dirección á la mina que pasaba currentes dijo con aire
nazada diariamente, ya bajo la colina Sugar, y, sin dejar de correr, se hacia esta sentencioso :
por el rencor de las veci- reíiexíon : — Naturalmente, tos ¡Jedacillos de carbón eran tos que
nas, ya por el de la mis- — El pobre Micky ha debido refugiarse en la mina, sa- molestaban á este animal.
ma señora Glintly, quien biendo que allí hay siempre un poco de calor. ¡ Sabe Dios Todos deseciiaron tas ideas de brujería, á excepción de
estaba persuadida d e q u e lo que le habrá sucedido! la viuda Lannigan, que era una persona aferrada á sus con-
aquel gato era el diablo
Y el corazón de Biddy se llenaba de angustia, recordan- vicciones. La buena señora sacudió la cabeza, se bebió una
144 LA MODA ELEGAN^TE, PEI^IÓOICO DE LAS PAAVILIAS.
copita cíe ron , y concluyó emitiendo esie profuudo pensa- muchedumbre se apiñaba bajo el ptirtico de los Campos que la mayor parte de tas obras que hoy se ponen en esce-
miento : Elíseos. No íbamos á asistir á una ceremonia imponente, na, fué bastante aplaudida, y El 15," regimiento de Hiisares
— Dirán todo lo que quieran: pera esc no es un gato sino á un trojiel. puede contiir con una larga serie de representaciones.
como los rieniiis. E r a el dia del barnizado. Una de las resurrecciones es la de los Fourchantbaidt, la
SüFÍA S^\•l;•]••I•. Un e.'ítranjero que llegase á París sin haber tomado an- mejor obra quizás de Emilio Augier. X o analizaré los cinco
tes ciertos informes sobre los usos y costumbres de la ca- actos de esta comedia, cjue todo el mundo conoce. Su in-
pital, quedaría singularmente sorprendido al oir este vo- terpretación , por los principales actores del teatro Francés,
cablo, que guarda hoy tan poca relación con la cosa á que ha sido, como la primera vez, inmejorable.
se rehere,
• El extranjero, admirado al oírlo rejietir por calles y pla-
zas, abriría su Diccionario porlátti, y leeria :
lÍAKNiZAiJO : Acción de barnizar. E! acontecimiento teatral de la quincena puede decirse
Y observando luego, á la puerta del Palacio de la Indus- que ha sido la lepresentacion de Anlonv, celebre drama de
tria; !a prolongada filade carruajes y de gente á pié, la Alejandro Dutnas, padre, en el teatro del Odeon. Esta
muchedumbre abigarrada de privilegiados, cuyo número cdira, no representada hace cerca de cuarenta años, se halla
aumenta sin cesar, nuestro extranjero comprendería difí- tan distante de las tendencias literarias modernas, como el
cilmente que todas aquellas damas, en trajes vistosos, cor- traje de hoy lo está del que se usaba en JÍi^o.
riesen á manejar, en semejante traje, la brocha de bar- Sin embargo, como, después de todo, el fondo de las co-
ni;;ar. ' sas es el mismo de entonces, los espectadores han seguido
Pero las lectoras de su ilustrado periódico saben lo que con vivísimo interés acjuellas peripecias de la pasión más
es un dia de barniz, ceremonia que ha sido ya descrita en exaltada.
este lugar, para que yo me detenga á explicársela. N o sé quién ha dicho (|ue desde ei dia en que Eva se
. El programa de este año ha sido el mismo de siempre, hizo un vestido de hojas de higuera ó de parra, sus hijos
con lasóla diferencia de que el gentío era inmenso, dos no han hecho otra cosa que volveí-, revolver, embellecer,
veces más numeroso que los años anteriores. La Sociedad alargar, y á veces acortar la hoja primitiva. Esta definición
de Artistas ha rejiartido este año con prodigalidad inaudi- humorística de la moda puede aplicarse á la literatura : el
ta las esquelas de convite. Se habla de treinta w//Ventradas, amor, que constituye el tema principa! de la vida, reside
sin contar los e.\ponentes. en el fondo de toda obra dramática, y las violencias de
NUEVA PRIMAVERA. .-lw/(>;y'no son jnás que las formas características de una
Era difícil ver nada claramente al través de la nube de época.
polvo que levantaba aquella innumerable legión de faldas
Yii vuelven á florecer tos iiinoneros m a s ó menos msanles, y la circulación era casi imposible La obra maestra de Alejandro Dumas (el bueno), y po-
Que el soplo desnudó del cierzo frió, en medio de semejante tropel. dría decirse la obra maestra del romanticismo, ba sido ad-
Si cojttinúa progresando este afán de asistir á todo tran- mirablemente interpretada por Paul Monnet, Rafael Duf-
Y á poblai-se de lul^ndog luceros llos y H m e . Teissandier.
El firmamento lóbrego y sombría, ce al ensayo general del Salón, es de temer q u e , dentro de
pocos años, tendremos que registrar alguna catástrofe por
Ya tornan las viajeras golondrinas el estilo de las que se producen en las grandes fiestas po-
A fabricar su nido en ¡as techumbres, pulares : unos cuantos asfixiados por falta de aire y sobra Cada dia se baila menos en los salones. Pero un órgano
Y ii vestirse de flores las coünas, de empujones. de la h!í(h Ufa nos anuncia que las damas principian á cor--
El prado ameno y las erguidas cumbres. rer Honni soit qui nial y pense.'
Yii vuelven los nocturnos ruiseñores Según el mencionado órgano, una de las distracciones á
Y alguna de sus lectoras preguntará: ^lEs posible que la inoda es el s,port ])edestre. Se hacen apuestas, en lo que
A modLdar sus férvidos cantares, llegue hasta ese e x t r e m o , hasta la asfixia inclusii'e, la afi- llaman el gran mundo, sobre quién recorrerá mavor núme-
Y á embiilsamar al viento en stis olores ción á las artes, del pueblo francés i* ro de kilinnetros, Cítase una de nuestras elegantes que va
Los naranjos cubiertos de azahares. Mucho había qué decir sobre este entusiasmo, y si pu- á almorzar á Versálles y vuelve á comer á París.
diéranuis consagrarnos al examen de los móviles que guian Ida y vuelta á pié, por supuesto.
"i'a tornan las inquietas mariposas á ios que acuden al barnizado, se vería que no todos eran
A engalanar los ]5l:icidos verjeles, Hablase, por fin, de una audaz que se dispone á hacer el
guiados por la afición ií las artes. viaje á Niza, á pié, á razón de diez leguas diarias.
Y á dcs])ed¡r las entreabiertas rosas No hablo de los artistas. Para ellos se trata de una fiesta
El blando olor de sus fragantes mieles. Confieso que no atino con el encanto de esa gimnasia,
profesional. La fiesta de las murmuraciones, ¡ E s tan grato ni para las que se consagran á ella, ni para los espectado-
Ya vuelve á renacer la primavera murmurar de su compañero }• amigo, en tanto que se as- res, El mérito principal de la mujer reside en la gracia v en
Destrenzando sus crespos brilladores ; pira tieliciosamente el humo del incienso! la dulzura. Dejemos ¡a fuerza al hombre con todas sus ven-
Ya tórnase á escuchar en la ]>[-adera ¡ Singular contradicción de la naturaleza h u m a n a ! Cada tajas é inconvenientes.
La algazara feliz de los pastores. cual sabe por ex])erienci;\ propia cuan poco \-alen las alaban-
zas que se cosechan , v esto no obstante, la alabanza acaricia
i Y á la vivida luz con que tus ojos los oídos de los que la reciben. El mismo íjue estaba ocu- Se ha hablado estos dias del matrimonio que va á con-
Verfííienza dan al esplendor del diaj ]iado en criticar á un compañero, cuando este comjiañero traer ]\[me. Nouma Hau'a, domadora insigne, cu\'o pri-
Vuel\'tí á nacer de lánguidos despojos pasa, lánzase á su encuentro exclamando : mer marido fué devorado en Ginebra por una leona, que
La miiei'ta ilor de la esperanza mia ! — ¡Muv bien ; es uno de vuestros mejores cuadras! Se la viuda ha conservado, sin duda, como recuerdo con-
lo digo sin lisonja. yugal. ,
GoNZ.\LO Picox FEiíKr:;t Y por consecuencia, el ([ue acaba de dar esta prueba de
í VeneioJnno,)
N o se cita el nombre del futuro esposo; pero sí pertene-'
sinceridad, deberia suponer, cuando su camarada le de- ce, como el difunto, á la benemérita clase de domadores de
vuelve el cumplido, que poco antes estaba ocupado en vi- fieras, debe mirar con cierto recelo los recuerdos amorosos
lipendiarlo. Poco importa; los cumplimientos, por falsos de su dulce mitad.
que sean, son siempre gratos al oido.
ECO. Pero volvamos á nuesti'o asunto. : París, S de Mayo de 1854.
X. X.
Impreso sobre múgaiMB déla casa P, ALAUZET, de l'iirisjl'usaaíjeStaulslasa 4. !Í¿^^ Tintas de la fábrica Lorllleus y C (10, ruo Buger, Taris).
R e s e ñ a d o s todos los dereciios de propiedad arUstita- y lileraiia. M A D R I D . —iiSlobkcimienici T i p o ^ á í i t o du lus Sucesores de RivaJuneyra,
iruiirobOie» ilü ;«. Kuid CiiBn,
1; Paseo de San Vicente- 2.0, .:, :
^.. cáuSf
]-T° \7 G 4-
kím^k umm^i
Administración C a r r e t a s \Z prál, . -
MAPT^ID
'rS^-/¿l.fHi