¿EXISTEN CÓDIGOS SECRETOS EN LA
BIBLIA?
Por Mario A Olcese
¿Códigos secretos Revelados en los días finales?
En estas últimas décadas se ha venido pregonando que en la Biblia hay
“códigos secretos” que podemos descubrir gracias al avance de la ciencia y la
tecnología. Los estudiantes de la Biblia creen que justamente en los últimos
tiempos—tal como lo profetizó Daniel—la ciencia, es decir, el conocimiento en
general, incluyendo el bíblico sería aumentado. Creen que gracias a la
invención de la computadora es posible por fin descubrir cosas secretas en la
Biblia: Datos, hechos históricos, y fechas de eventos importantes que acaecerán
en el mundo en los últimos tiempos. Pero, ¿fue eso exactamente lo que Daniel
quiso decirnos en Daniel 12:4? Notemos que Daniel dijo que sería aumentada la
ciencia, ¿pero acaso hasta el punto de revelarnos lo que nos depara el futuro en
la forma de códigos secretos?
Secretos que siempre pertenecerán a Dios
Sin duda alguna Dios no tiene la intención de revelarnos todo lo que Él tiene
planeado para el futuro. Hay muchas cosas secretas que permanecerán secretas
en Dios. Dice Deuteronomio 29:29: “Las cosas secretas pertenecen á Jehová
nuestro Dios: mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos por
siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley (torah)”. Aquí
vemos que a Moisés se le dijo que las cosas secretas de la Torah pertenecen a
Yahweh, pero “las cosas ya reveladas son para nosotros y para nuestros hijos
para siempre”. De modo que en la torah está todo aquello que Dios quiso
revelarlos. Algunos rabinos ultra conservadores y ortodoxos creen que aún
permanecen cosas secretas que pueden ser reveladas por la Torah hoy con la
ayuda de los avances tecnológicos. Pero esto no es lo que la Biblia dice. ¡Las
cosas secretas que están escondidas en Dios no pueden ser descifradas por el
hombre porque pertenecen a Yahweh!
Dios revelaba “su secreto” a los Profetas
Algunos maestros bíblicos tanto del judaísmo como del cristianismo creen que
“Yahweh no hará nada sin que revele su secreto a sus siervos los profetas”
(Amós 3:7). Sin embargo, acá tenemos dos puntos por aclarar. El profeta Amós
está hablando de UN SECRETO en particular, y segundo, de “SUS
PROFETAS”.
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Hoy vemos que personas comunes y corrientes que son simples investigadores
de la Biblia están descifrando supuestos “códigos secretos” en la Biblia
(especialmente en la torah) como si fueran verdades reveladas de Dios. Habría
que preguntarse si aun hoy Dios sigue teniendo profetas y maestros dentro de su
pueblo al estilo de Daniel y Ezequiel para anunciar eventos del futuro que han
permanecido ocultos por milenios usando una computadora.
Pablo dijo que sólo conocemos en parte
El apóstol Pablo dijo “Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos” (1
Cor. 13:9). Esto quiere decir que aún quedan muchas cosas por conocer. Pero,
¿cuándo se conocerían? ¿Acaso con el avance de la ciencia y del conocimiento?
No! El mismo apóstol da una respuesta contundente en el siguiente versículo
(10) cuando escribió lo siguiente: “Mas cuando venga lo perfecto, entonces lo
que es en parte se acabará”. Es decir, este conocimiento parcial que tenemos
ya revelado del plan de Dios para el presente y el futuro del mundo se volverá
perfecto o completo sólo cuando el Mesías se haga presente en este mundo.
Debemos seguir Escudriñando las Escrituras
En Juan 5:39 Jesús mandó a los suyos a que investigaran o escudriñaran las
Escrituras existentes (el AT) “porque ellas dan testimonio de mí”. Es decir,
debemos escudriñar las Escrituras para saber quién es Jesús y cómo es él el
cumplimiento de lo revelado por los profetas de antaño. Jesús no tenía en mente
que investigáramos las Escrituras para descifrar códigos ocultos o secretos que
nos puedan revelar eventos cruciales catastróficos que acaecerían en el mundo
poco antes de su venida. Repito, su intención al decirnos que escudriñáramos
las Escrituras inspiradas no era para que supiéramos de antemano cuándo sería
asesinado un primer ministro, o la fecha y hora exactas de la destrucción de un
par de edificios enormes de una ciudad importante, o el lugar y fecha de un
terrible Tsunami que arrasaría cientos de miles de vidas humanas. El propósito
básico del escudriñamiento de las Escrituras era confirmar lo que ya se había
revelado a través de los profetas sobre Jesús. En Hechos 17:11 tenemos a los
bereanos escudriñando las Escrituras “para ver si estas cosas eran así”. Es
decir, los nobles bereanos investigaban las Escrituras con un espíritu de
confirmación, para saber si lo enseñado por el apóstol del Señor era cierto o
falso. Sólo unas pocas profecías, como la de las 70 semanas de Daniel 9,
podrían ser escudriñadas para saber la fecha en que se cumpliría un evento
crucial en el futuro. En este caso, la fecha exacta de la entrada triunfal de Cristo
en Jerusalén y de su muerte en la cruz del calvario. ¡Esto fue algo claramente
revelado por Dios para nosotros! ¡Y esto fue algo importante que Dios quiso
que supiéramos de antemano para que creyésemos en su Hijo Unigénito!
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Tiempos y Sazones
Una de las preguntas que le hicieron a Jesús sus discípulos era si en el tiempo
en que estaban viviendo se restauraría el Reino de Dios, un evento muy
importante y crucial que era anhelado por todo el pueblo Hebreo y la iglesia del
Señor. Jesús pudo haber sabido que la fecha para el cumplimiento de ese evento
crucial estaba escondido en forma de código en la Torah o en algún libro de los
profetas y que en el futuro se podría conocer a través de los adelantos
científicos predichos por Daniel. Pero no, Jesús no tuvo esa esperanza en mente.
Al contrario, él les dijo a sus discípulos que “No os toca a vosotros saber los
tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad” (Hechos 1:6). Así
que la fecha para ese gran y crucial evento anhelado por todos los fieles sería
conocida sólo por el Padre, pero desconocida por los hombres y aun por Su
propio Hijo hasta el día de su cumplimiento (Marcos 13:32). Hoy, los falsos
profetas modernos nos dicen que la Biblia nos puede revelar la fecha del fin del
mundo, o lo que es lo mismo decir, la fecha de la venida de Cristo para
inaugurar el milenio. ¡Cuán falsa es toda esta pretensión!
Eventos anunciados y revelados como antesala del fin del mundo
Jesús reveló eventos claros y terribles que ocurrirían en la tierra hasta su venida
en gloria cuando él estuvo con sus discípulos en el Monte de los Olivos. En
ningún momento—y eso es significativo—Jesús da indicios de fechas para cada
uno de los eventos predichos y que ocurrirían antes de su venida y del fin de la
era. En realidad, al no haber ningún indicio de fechas precisas en Mateo 24,
Lucas 21, y Marcos 13, los cristianos de todas las épocas siempre pensaron que
su generación sería la última, dado que “siempre” hubo guerras, terremotos,
pestes, hambres, etc, etc. desde que Jesús dejó la tierra hace dos milenios. Jesús
no reveló fechas, ni siquiera en clave o códigos secretos, porque él quiso
mantener a sus discípulos siempre alertas y pendientes de su parusía en gloria.
El haber dado fechas hubiera desalentado la fe y la esperanza de sus discípulos,
y máxime, si éstas apuntaban a miles de años por delante. Ellos siempre
pensaron que Cristo estaba “a las puertas”. De hecho, hay muchísimos tiempos
y sazones que permanecerán guardados en Dios y nunca podrán ser conocidos
por expertos en informática.
El Peligro de la Fechas
El peligro de dar fechas es que si no se cumple lo que se supone está claramente
profetizado, va a desanimar a los creyentes y entonces éstos pensarán que la
Palabra de Dios es falsa, o en el mejor de los casos, poco confiable. La
intención de Jesucristo es que velemos porque “no sabemos cuándo vendrá
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vuestro Señor” (Mat.24:42; 25:13; Mar. 13:33,35). Sencillamente es imposible
saberlo. Nadie puede con seguridad decir que Cristo vendrá mañana, dentro de
un año, diez años, cien años o mil años…pero sospechamos que está muy
próximo. ¡Ojalá sea cierto!
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