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Cincuenta Años de Pensamiento en La CEPAL

Este documento describe la historia de 50 años de pensamiento generado en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Explica que el pensamiento de la CEPAL se basa en un método histórico-estructuralista y se ha enfocado en el análisis de la inserción internacional, las condiciones estructurales internas y la acción estatal. Identifica cinco etapas del pensamiento de la CEPAL, cada una de aproximadamente 10 años, centradas en ideas fuerza sobre la industrialización, reformas,

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Cincuenta Años de Pensamiento en La CEPAL

Este documento describe la historia de 50 años de pensamiento generado en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Explica que el pensamiento de la CEPAL se basa en un método histórico-estructuralista y se ha enfocado en el análisis de la inserción internacional, las condiciones estructurales internas y la acción estatal. Identifica cinco etapas del pensamiento de la CEPAL, cada una de aproximadamente 10 años, centradas en ideas fuerza sobre la industrialización, reformas,

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10 CINCU ENTA AÑ O S DE PENSAM IENTO EN LA CEPAL

la historia de las ideas generadas en ella construida a partir de la suce­


sión de "ideas fuerzas" o "m ensajes" que orientaron esa producción.
A continuación, se hace una breve descripción de la pieza analítica
central al pensam iento generado en la c f .p a l , el m étodo histórico-
estructuralista. Por último, en las secciones siguientes se reseñan las tesis
cepalinas de cada período.

II. CARACTERIZACIÓN: PRINCIPALES PLANOS ANALÍTICOS Y


ETAPAS DEL PENSAMIENTO

El punto de partida para entender la contribución de la c e i ’a l a la historia


de las ideas económicas debe ser el reconocimiento de que se trata de un
cuerpo analítico específico, aplicable a condiciones históricas propias de
la periferia latinoamericana. Tal vez sea por eso que cuando se busca el
pensamiento cepalino en los principales com pendios de historia de la
teoría económica son escasas las referencias, circunscritas cuando mucho
a la tesis del deterioro de los términos del intercambio y a la tesis
estructuralista de la inflación. Esa ausencia lleva a veces a desconocer la
fuerza explicativa de ese cuerpo analítico, que deriva de una fértil cruce
entre un método esencialmente histórico e inductivo, por un lado, y una
referencia abstracto-teórica propia — la teoría estructuralista del sub-
desarrollo periférico latinoamericano— por el otro.
Schumpeter, en uno de los capítulos introductorios a su m onum en­
tal historia del análisis económico distingue entre el principal objeto de
estu d io (la historia del an álisis económ ico) y el otro cam po de la
historia del pensam iento económico, el de los sistem as de economía
política, considerados como un "am plio conjunto de políticas económ i­
cas que los autores sustentan fundándose en determ inados principios
unificadores (norm ativos) como los principios del liberalism o económ i­
co, del socialism o, etc". (Schumpeter, 1954, p. 38). La contribución de
la c f p a l —así com o en general las contribuciones de la llam ada econo­
mía del desarrollo— pertenece a ese segundo grupo. Su principio "n or­
m ativo" es la necesidad de que el Estado contribuya al ordenam iento
del desarrollo económico en las condiciones de la periferia latinoam eri­
cana. Se trata, en sum a, del paradigm a desarrollista latinoamericano.
Adolfo Gurrieri (1982) inicia su recopilación sobre la obra de Prebisch
en la cf .p a l con una definición que vale la pena reproducir, porque ayuda
TEXTOS SELECCIO N A D O S 11

a e n t e n d e r e l p e n s a m ie n t o c e p a lin o c o m o u n t o d o e n s u m e d io s i g l o d e
e x is te n c ia :
"N o cabe duda que lo propuesto por Raúl Prebisch en su s primeros
trabajos en la c e p a l es un paradigm a o program a porque constituye un
esquem a ordenado de un cam po problema —el desarrollo latinoameri­
cano— construido en contraposición al entonces predominante, a partir
del cual organiza la búsqueda y acumulación de conocimiento de una
manera colectiva y socialm ente organizada (...) Su program a (...) es
también el fundamento de la creación y consolidación de las institucio­
nes que le servirán de ámbito propicio para el crecimiento y difusión de
su s ideas, y sobre todo, el ariete con que penetra en la realidad para
conocerla y transform arla" (p. 13).
Otra característica de las ideas generadas y divu lgadas por la c e p a l
es el hecho de que nunca fue una institución académica y que su au di­
torio está form ado por los responsables de formular la política (policy­
makers) de América Latina. Por tal motivo, durante mucho tiempo la
unidad y el alcance del "sistem a de economía política cepalino" perm a­
necieron desconocidos. La difícil tarea de reunir las ideas, no siempre
claramente interconectadas, de Prebisch y de la c e p a l la realizó por pri­
m era vez Aníbal Pinto en 1968, con ocasión de celebrarse el vigésim o
aniversario de la Comisión (c e p a l , 1969). Posteriormente, a pedido del
propio Prebisch, Rodríguez (1981) realizó con el mismo objetivo un tra­
bajo mucho m ás minucioso y completo.
La sistem atización que aquí se hace de 50 años de la obra de la c e p a l
se ve facilitada por dos características centrales al pensamiento de la
institución.
Primero, porque el enfoque metodológico es el m ism o independien­
temente del número de etapas en que pueda subdividirse. Lo que se va
m odificando es la historia real objeto del análisis, así com o el contexto
ideológico en que ésta se genera, lo que obliga permanentemente a
m atizar los énfasis y a renovar las interpretaciones, a fin de adaptarse a
los nuevos contextos históricos.
Cabe identificar cuatro rasgos analíticos com unes a los cinco decenios:
El primero se refiere al método, se trata del enfoque histórico-estructuralista,
b asado en la idea de la relación centro periferia;
Los otros dos se refieren a áreas temáticas: Análisis de la inserción
internacional y análisis de los condicionantes estructurales internos (del cre­
cimiento y del progreso técnico, y de las relaciones entre éstos, el em pleo
y la distribución del ingreso).
12 CIN CU EN TA A Ñ O S DE PENSAM IENTO EN LA CEPAL

Por último, está el plano del Análisis de las necesidades y posibilidades


de acción estatal.
En segundo lugar, la sistematización se ve facilitada por el hecho de
que las ideas son "históricamente determ inadas", casi hasta en su s de­
talles, y porque puede ordenárselas en torno a "m en sajes" transform a­
dores. Pueden identificarse cinco etapas en la obra de la c e p a l , en torno
a "ideas-fuerza" o "m ensajes". Por coincidencia, cada etapa duró aproxi­
madamente un decenio. Com o se verá m ás adelante, éstas siguen de
cerca la evolución histórica de la región latinoamericana.
a) orígenes y años cincuenta: industrialización;
b) años sesenta: "reform as para desobstruir la industrialización";
c) años setenta: reorientación de los "estilos" de desarrollo hacia la
homogeneización social y hacia la diversificación pro exportadora;
d) años ochenta: superación del problema del endeudam iento externo
mediante el "ajuste con crecimiento";
e) años noventa: transformación productiva con equidad.
Obsérvese que las dos prim eras etapas se enmarcan por completo en
el ciclo expansivo mundial de la posguerra y las dos últimas en el perío­
do irregular com prendido entre el fin de ese ciclo, en 1973/1974, y la
actualidad, en el que predominaban el bajo crecimiento mundial y las
grandes incertidumbres. Sólo en los años setenta la correspondencia no
es perfecta, debido a la crisis mundial de m ediados de la década. Sin
em bargo, la crisis no im pidió que la organización del pensam iento
cepalino mantuviera durante la década un grado razonable de unidad en
los temas abordados, pues sólo se introdujeron nuevos énfasis correspon­
dientes a las nuevas condiciones históricas.
El cuadro 1 utiliza ese conjunto de elementos para registrar las tesis
principales que se generaron bajo su impulso. Ofrece una idea de con­
junto del instrumental analítico que proporciona el enfoque, y sirve de
punto de partida para la guía de lectura que se pretende con el presente
texto.
H ay que señalar que la clasificación de las tesis y reflexiones según
los "plan o s" del análisis no significa falta de unidad de pensamiento: los
diferentes planos y las diferentes tesis están perfectamente "am arrad as"
por el método histórico-estructuralista y por las ideas-fuerza que deter­
minaron la producción de las tesis en cada período.
TEXTOS SELECCIO N A D O S 13

C uadro 1

SÍNTESIS DE LOS ELEM ENTOS ANALÍTICOS QUE COM PO NEN F.L


PENSAM IENTO DE LA CEPAL

Elem entos A nálisis histórico-estructuralista


perm anentes

Inserción internacional Condiciones estructurales Acción estatal


(centro-periferia y internas (económicas y sociales
vulnerabilidad externa) del crecimiento/progreso
técnico, y del em pleo/
PtKlOOOS Y distribución del ingreso
T emas

1948-1960 Deterioro de los térmi­ Proceso de industrialización Conducir


(industria­ nos de intercambio; sustitutiva; tendencias perver­ deliberadamente la
lización) desequilibrio estructural sas causadas por la especiali- industrialización
de la balanza de pagos; zación y la heterogeneidad
integración regional estructural: inflación estructural
y desempleo

1960 Dependencia; integración Reforma agraria y distribu­ Reformar para


(re fo rm as) regional; política interna­ ción del ingreso como viabilizar el
cional de reducción de requisito para redinamizar desarrollo
la vulnerabilidad en la la economia; heterogeneidad
periferia; sesgo antiexpor­ estructural; dependencia
tación industrial

1970 Dependencia, Estilos de crecimiento, estruc­ Viabilizar el estilo


(estilos de endeudamiento tura productiva y distributiva que lleve a la
crecimiento) peligroso; insuficiencia V estructuras de poder; homogeneidad
exportadora industrialización que combina social; fortalecer
el mercado interno y el las exportaciones
esfuerzo exportador industriales

1980 Asfixia financiera Ajuste con crecimiento; Renegociar la


(deuda) oposición a los choques del deuda para ajustar
ajuste, necesidad de políticas con crecimiento
de ingreso y eventual conve­
niencia de choques estabiliza­
dores; costo social del ajuste

1990-1998 Especialización exporta­ Dificultades para una traasfor- Ejecutar políticas


(transforma­ dora ineficaz y vulnerabi­ mación productiva eficaz y para para fortalecer la
ción produc­ lidad a los movimientos reducir la brecha de la equidad transformación
tiva con de capitales productiva con
equidad) equidad
14 CIN CU EN TA AÑ O S DE PENSAM IENTO EN LA CEPAL

III. EL MÉTODO HISTÓRICO-ESTRUCTURALISTA, BASADO EN EL


ARGUMENTO DE LA "CO NDICIÓ N PERIFÉRICA"

La c e p a l se desarrolló como una escuela de pensam iento especializada


en el examen de las tendencias económicas y sociales de m ediano y largo
plazo de los países latinoamericanos. Prebisch le im prim ió ese rasgo
fundamental desde sus orígenes. El espacio de esa "cultura" fue ocupado
por una pléyade de intelectuales que reúne a algunos de los principales
historiadores económicos de América Latina3.
Se conoce la motivación original que explica la inclinación cepalina
por las tendencias históricas. El program a de reflexión e investigación
inaugurado por Prebisch en 1949 se desprendía esencialmente del diag­
nóstico de la profunda transición que se observaba en las economías
subdesarrolladas latinoamericanas, que evolucionaban del m odelo de
crecimiento primario-exportador, "hacia afuera", al modelo urbano-in­
dustrial "hacia adentro".
El enfoque histórico fue instrum entalizado poderosam ente por la
teoría "estructuralista" del subdesarrollo periférico de Prebisch4. La pers­
pectiva estructuralista se instaló en el centro de los análisis, como con­
secuencia directa del objeto de reflexión que se proponía la institución.
Se trataba de examinar cómo se daba la transición "hacia adentro" en los
países latinoamericanos, transición que se suponía radicaba en la condi­
ción de que el proceso productivo se movía en el marco de una estruc­
tura económica e institucional subdesarrollada, heredada del período
exportador.
En otras disciplinas de las ciencias sociales, como la lingüistica y la
antropología, donde se origina el "estructuralism o", éste correspondió
típicamente a un instrumental metodológico sincrónico o ahistórico. En
cambio, en el análisis económico cepalino el estructuralism o es esencial­
mente un enfoque orientado por la búsqueda de relaciones diacrónicas,
históricas y com parativas, que se presta m ás al m étodo "inductivo" que
a una "heurística positiva". De ahí provienen los fundam entos esenciales
para la construcción teórica del análisis histórico comparativo de la c e p a l :

3. Pertenecieron a la CfcPAI. o estuvieron bajo su radio directo de influencia autores de libros clásicos
de la historia económ ica de los países de la región, com o Aníbal Pinto, (1956) para Chile, C elso Furtado,
(1959) para Brasil y A ldo Ferrer, (1979) para Argentina.
4. R odríguez (1981) fue el que mejor sistem atizó el análisis fundacional de Prebisch en la CEPAL,
d estacan do s u s elem entos teóricos.
TEX IO S SELECCIO N A D O S 15

las estructuras subdesarrolladas de la periferia latinoamericana condicio­


nan —m ás que determinan— comportamientos específicos, de trayecto­
rias desconocidas a priori. Por tal motivo, merecen y exigen estudios y
análisis en los que la teoría económica con el sello de la universalidad
só lo p u e d e e m p le arse con reserv as, p ara p o d er in co rp o rar e sa s
especificidades históricas y regionales.
En otras palabras, el enfoque histórico-estructuralista cepalino impli­
ca un método de producción del conocimiento m uy atento al com porta­
miento de los agentes sociales y a la trayectoria de las instituciones, que
se aproxima m ás a un proceso inductivo que a los enfoques abstracto-
deductivos tradicionales.
Liberado de marcos deductivos rígidos y esquem áticos, el pensam ien­
to cepalino tiene así la capacidad de adaptarse con facilidad a la evolu­
ción de los acontecimientos, a través de continuas revisiones de su s
interpretaciones, lo que no significa la pérdida de coherencia político-
ideológica o de consistencia analítica. A su vez, parte de la investigación
cepalina es una reflexión crítica basada en una visión introspectiva de
su s propios desarrollos analíticos.
La riqueza del método cepalino reside, pues, en una fértil interacción
entre el m étodo inductivo y la abstracción teórica form ulada original­
mente por Prebisch.
La oposición entre "periferia" y "centro", que desem peñó un doble
papel analítico, ilustra este punto.
Primero, sirvió para afirmar que la estructura mencionada determina­
ba un patrón específico de inserción en la economía mundial como "p e­
riferia", productora de bienes y servicios con una dem anda internacional
poco dinámica, im portadora de bienes y servicios con una dem anda
interna en rápida expansión y asim iladora de patrones de consum o y
tecnologías adecuadas para el centro pero con frecuencia inadecuadas
para la disponibilidad de recursos y el nivel de ingreso de la periferia.
Segundo, derivó en la idea de que la estructura socioeconóm ica
periférica determ ina un m odo sin gular de industrializar, introducir el
progreso técnico y crecer, así com o un m odo peculiar de absorber la
fuerza de trabajo y distribuir el ingreso. O sea, en su s características
centrales, el proceso de crecimiento, em pleo y distribución del ingreso
en la periferia sería distinto del que ocurre en los países centrales. Las
diferencias deben hallarse en el hecho de que las econom ías periféricas
poseen una estructura poco diversificada y tecnológicamente hetero­
16 CIN CU EN TA A Ñ O S DE PENSAM IENTO EN I.A CEPAL

génea, que contrasta con el cuadro observado en los países centrales. En


éstos, el aparato productivo es diversificado, tiene una productividad
homogénea durante toda su extensión y m ecanism os de creación y di­
fusión tecnológica y de transm isión social d e su s frutos qu e son
inexistentes en la periferia.
N o se trataba de com parar el subdesarrollo periférico con la historia
pretérita de las economías centrales, como quería Rostow (1956), sino de
identificar los desdoblam ientos históricos singulares de la especificidad
de su s experiencias, en los que cabía esperar secuencias y resultados
distintos de los que se dieron en el desarrollo céntrico. Ya en su texto
inaugural de 1949, Prebisch alertaba sobre la especificidad del proceso de
crecimiento en las circunstancias estructurales y periféricas de los países
de América Latina, y exigía un espacio analítico para estudiarla (c e p a l ,
1951a, p. 4). "U na de las fallas m ás ingentes de que adolece la teoría
económica general, contemplada desde la periferia, es su falso sentido de
universalidad (...) No hay que confundir el conocimiento reflexivo de lo
ajeno con una sujeción mental a las ideas ajenas, de la que muy lenta­
mente estam os aprendiendo a liberarnos" (p. 4).
Furtado fue el intelectual que m ás se dedicó a revestir el análisis
cepalino con el ropaje de la legitimación histórica. Sus libros sobre his­
toria económica brasileña y latinoamericana (1959 y 1970) —seguram ente
los dos textos de historia económica de la región m ás leídos en todo el
m undo— son obras prim ordiales del m étodo estructuralista cepalino,
que tuvieron como función deliberada defender la importancia de enten­
der el subdesarrollo como un contexto histórico específico que exige
teorización propia. En el libro "D esarrollo y subdesarrollo" escrito a fines
de los años cincuenta (Furtado, 1971, texto 5). que es el momento prin­
cipal dedicado explícitamente a la conceptualización de la problemática
histórica del subdesarrollo, la idea se expresa con toda intensidad:
"El subdesarrollo no constituye una etapa necesaria del proceso de
formación de las economías capitalistas m odernas. Es, en sí, un proceso
particular, resultante de la penetración de las em presas capitalistas
m odernas en las estructuras arcaicas. El fenómeno del subdesarrollo se
presenta en formas variadas y en distintas etapas. (...) Com o fenómeno
específico que es, el subdesarrollo requieren un esfuerzo de teorización
autónomo. La falta de ese esfuerzo ha m ovido a m uchos econom istas a
explicar, por analogía con la experiencia de las economías desarrolladas,
problemas que sólo pueden ser debidam ente planteados en base a una
TEXTOS SELECCIO N A D O S 17

comprensión adecuada del fenómeno de) subdesarrollo (pp. 1176-1177)*.


Cabe recordar que el método histórico-estructuralista, eminentemente
inductivo, se benefició de la formulación analítica de la teoría del su b ­
desarrollo periférico de Prebisch, cuyos rasgos principales se resumen
m ás adelante. Así, el método fue instrumentalizado mediante la utiliza­
ción sim ultánea y complementaria de los tres planos analíticos mencio­
nados, o sea, la inserción internacional, las tendencias y contradicciones
internas del crecimiento en la periferia y la acción del Estado. Las sec­
ciones siguientes están orientadas a mostrar la presencia de esos planos
en la evolución del pensamiento cepalino.

IV. INAUGURACIÓN Y LOS A ÑOS CINCUENTA:


LEGITIM ANDO Y ORIENTANDO LA INDUSTRIALIZACIÓN

1. E l c o n t e x t o h i s t ó r ic o

En los años que siguieron a la segunda guerra mundial las economías


latinoam ericanas estaban en pleno proceso de industrialización y urba­
nización, prom ovido por un rápido crecimiento económico de 5.8% anual
entre 1945 y 1954 y por una relajación de la restricción externa que
permitió la expansión de las importaciones en 7.5% anual, en ese mismo
período. Esto abría un esp acio al fortalecim iento de la id eología
industrializante, que comenzaba recién a despertar en la región. A su
vez, se difundía la idea de que las exportaciones tradicionales tendían a
recuperar terreno con la vuelta a la norm alidad en la posguerra, lo que
estim ulaba la restauración de la ideología liberal dominante hasta los
añ os treinta, fundam entada, desde el punto de vista académico, en la
teoría de la división internacional del trabajo b asada en las ventajas
com parativas ricardianas o en las ventajas em anadas de la dotación

5. Posteriormente, el autor mejoraría la formulación integrándola a la idea d e que el subdesarrollo


corresponde a una torm a "cu ltu rar' históricam ente determ inada de uso del "excedente so cial", en que
los patrones d e consum o d e la s econom ías centrales —e, inevitablem ente, los patrones tecnológicos que
los acom pañan — son abso rbido s por la elite local, pero no logran d ifun dirse al gru eso de la población,
deb ido a la insuficiencia del ingreso v la productividad. La bibliografía relativa a esa idea figura en una
au toe valuación hecha por el autor en una recopilación del Banco M undial (Furtado, 1984).
18 CIN CU EN TA AÑ O S DE PENSAM IENTO EN LA CEPAL

relativa de factores.
Frente a la ideología liberal, la defensa del desarrollo mediante la
industrialización tenía, en el período inmediato de la posguerra, el incon­
veniente de encontrarse poco instrumentalizada desde el punto de vista
analítico. Para los defensores de la industrialización, había una especie
de "vacío teórico", y el escepticism o respecto de la teoría económica
existente generaba perplejidad frente a la falta de teorías que pudieran
adaptarse a las realidades económicas y sociales que se procuraba enten­
der y transformar.
Había pues, una cierta discordancia entre la historia económica y
social y la construcción de su contrapartida en el plano ideológico y
analítico6.
La teorización cepalina cumpliría ese papel en América Latina. Sería
la versión regional de la nueva disciplina que se instalaba con vigor en
el m undo académico anglosajón siguiendo la estela "ideológica" de la
hegemonía heterodoxa keynesiana, o sea, la versión regional de la teoría
del desarrollo. Los años cincuenta fueron para la cepa l . los del auge de
la creatividad y de la capacidad de osar e influenciar. Prebisch y la osadía
intelectual son sinónimos en América Latina. Apoyándolo, en el seno
mismo de la c e p a l o en su s cercanías, estarían nada menos que Celso
Furtado, José Medina Echavarría, Regino Botti, Jorge Ahumada, Juan
N oyola V ázquez, Aníbal Pinto, O svald o Sunkel y otros conocidos
cultores del conocimiento sobre la realidad latinoamericana.
Los mensajes eran innovadores y fértil el cam po para divulgarlos. En
el plano de la conveniencia histórica, la ideología cepalina encajaba
perfectamente con los proyectos políticos de varios gobiernos del conti­
nente. En el plano analítico, el mensaje general estaba plenamente sin­
tonizado con el meollo de la nueva "teoría del desarrollo": los países
subdesarrollados merecían una formulación teórica independiente o a lo
menos adaptada, ya que en aspectos relevantes funcionaban en forma
diferente a los desarrollados.
En el fondo, con diferentes conceptos y maneras de formular la cues­
tión, todos exponían el mismo mensaje central, el de la necesidad de
realizar políticas de industrialización como forma de superar el subde-
sarrollo y la pobreza. La c e p a l se manejó admirablemente en ese contex-

6 Aníbal Pinto destaca este punto en un texto qu e no revela su autoría, titulado El pensamiento de
ta CEPAL (1969) una recopilación de textíxs clásicos d e la s d o s prim eras d écad as d e la institución.
TEXTOS SELECCIO N A D O S 19

to. No sólo se tornó en una referencia indispensable cuando se hablaba


de América Latina, sino que desarrolló una teorización propia en la que
combinó en forma consistente un buen número de innovaciones concep­
tuales.
O bsérvese que no siempre el terreno ideológico era favorable. Lo era
en el ámbito académ ico y, en cierta forma, también en el circuito de los
organism os internacionales, en el que se incluía una actitud de sim patía
del Banco M undial a la perspectiva desarrollista —que perduraría ade­
más hasta fines de los años setenta, cuando Chenery fue sustituido por
Anne Krueger en la dirección de su consultoria económica. Sin embargo,
según relata Pollock (1978), las ideas de Prebisch y de la co pa l eran vistas
con mucha desconfianza por el Departam ento de Estado del gobierno
estadounidense, sobre todo durante el auge macartista de la guerra fría.
A unque eso no haya im pedido la difusión del pensamiento cepalino, es
probable que explique el tono casi siem pre cauteloso con que se redac­
taban las ideas.

2. L a c o s e c h a i n a u g u r a l v s u s e x t e n s i o n e s

La Com isión Económica para América Latina y el Caribe se estableció en


1948, en virtud de una decisión aprobada por la A sam blea General de las
N aciones Unidas en 1947. Su creación se dio en el contexto de las quejas
latinoam ericanas por haberse excluido a la región del Plan Marshall, y
de la falta de acceso a los "dólares escasos", lo que dificultaba la repo­
sición de los d esgastad os aparatos productivos de la región. A pesar de
ese "incentivo" transitorio, había al parecer una percepción generalizada
de que la nueva organización estaría destinada a convertirse en uno más
d e las in n u m erab les o rg a n ism o s in te rn ac io n ale s in e x p re siv o s y
burocratizados ya existentes. Empero, con Prebisch su historia iba a ser
muy distinta.
El ex gerente general del Banco Central argentino, Raúl Prebisch, sólo
pasó a ser Secretario Ejecutivo en 1950, pero llegó a Santiago en 1949
como consultor encargado de contribuir al "Estudio Económico" corres­
pondiente a 1948. Según relata Celso Furtado en su "Fantasía organiza­
d a " (1985), en un momento dad o del primer semestre de 1949 Prebisch
retiró apresuradam ente una primera versión del texto que acababa de
preparar para integrar dicho "E stu dio". Pasó algún tiempo encerrado en
20 CIN CU EN TA A Ñ O S DE PENSAM IENTO EN LA CEPAL

su oficina, exam inando sin duda los datos recién publicados por las
Naciones Unidas sobre el deterioro de los términos de intercambio. A
continuación, divulgó la obra que Hirschman denominaría "M anifiesto
latinoamericano". Se trataba de "I£l desarrollo económico de la América
Latina y algunos de su s principales problem as" (Prebisch, 1949, texto 1).
A lgunos m eses después, todavía en 1949, volvería a presentar las
m ism as ideas con pequeñas modificaciones en la parte conceptual del
"Estudio Económico de América Latina, 1949" (c e p a i , 1951a, texto 2),
prim er documento dedicado a realizar un balance de las tendencias
económ icas de los prin cipales p aíses latinoam ericanos. Y en 1950,
Prebisch redactaría los cinco primeros capítulos del Estudio Fconómico
de América Latina, 1950, que recibirían el nombre de "Problem as teóricos
y prácticos del crecimiento económico" (c f p a l , 1951b, texto 3).
Ese conjunto d e documentos contenía ya todos los elementos que
figurarían com o la gran referencia ideológica y analítica para los
desarrollistas latinoamericanos.
Primero, sostiene que la industrialización espontánea en curso tenía
un significado especial en la historia de la hum anidad, porque represen­
taba la posibilidad de que la vasta región subdesarrollada latinoameri­
cana captara los frutos del progreso técnico mundial, hasta entonces
confinados esencialmente a los países industrializados.
Segundo, presenta los elementos de la matriz analítica de la que
"arranca" el pensam iento cepalino. En ellos se encuentran tanto el aná­
lisis de la inserción internacional de las economías periféricas y de la
vulnerabilidad externa consiguiente, como el análisis de las condiciones
problemáticas y de las tendencias "perversas" con que se procesa inter­
namente el crecimiento en la periferia latinoamericana.
Por último, realiza una primera incursión en la temática de la inter­
vención estatal, que surge fortalecida al argum entarse la naturaleza pro­
blem ática de la in du strialización en las con dicion es estru ctu rales
periféricas, que el mercado no tendría cómo resolver espontáneamente.
a) l-o inserción internacional. Cabe recordar que el análisis cepalino
tiene como uno de su s instrumentos básicos la didáctica del contraste
entre el m odo en que el crecimiento, el progreso técnico y el comercio
internacional se dan en las estructuras económicas y sociales de los países
"periféricos" y el m odo en que se dan en los países "céntricos".
En el caso del análisis del comercio internacional, el contraste se presta
para d estacar las in terdepen den cias entre el com portam ientos del
TEX IO S SELECCIO N A D O S 21

"centro" y el de la "periferia", y los problem as que generan para esta


última.
Prebisch ya utilizaba la expresión "p aíses periféricos" mucho antes
de ingresar a la c e p a l (Love, 1 9 8 0). La categoría le servía hasta entonces
para analizar la vulnerabilidad latinoam ericana a la crisis cíclica de los
añ os treinta, que derivaba en procesos inflacionarios con un fuerte
componente exógeno y tendencias a las contracciones internas que, po­
líticamente, fomentaban soluciones m acroeconôm icas poco recomen­
dables7.
Fn la c e p a l , el argum ento cobró luego peso en los textos inaugurales,
porque se acom pañó de la tesis de la tendencia al deterioro de los tér­
m inos de intercambio, que se oponía al postulado liberal de las virtudes
del libre comercio internacional. Al contrario de lo que prometía la teoría
de las ventajas com parativas, durante el siglo XX la mayor lentitud del
progreso técnico de los productos primarios en relación con los indus­
triales no estaba prom oviendo el encarecimiento de los primeros respecto
de estos últimos.
La tesis tuvo dos versiones, am bas estructuralistas v am bas centradas
en la idea de las ventajas com parativas dinám icas de la producción in­
dustrial —o de las desventajas com parativas dinám icas de la especiali-
zación en bienes primarios. En el manifiesto latinoamericano ésta se
vinculaba a los ciclos, y a la forma como la estructura subdesarrollada
de producción y empleo impedía que la periferia retuviera los frutos de
su progreso técnico, a diferencia de lo que ocurría en el "centro". En este
último, los sindicatos organizados y una estructura productiva concen­
trada lograban impedir la caída nominal de precios de los bienes indus­
triales durante la "baja cíclica" com pensando así con creces las ganancias
que la periferia obtenía, en el auge cíclico, con los bienes prim aries’*.
La segunda versión surge en el segundo de los tres textos menciona­
d o s y se ve reforzada en el tercero. Contem plaba la tendencia "potencial"

7. La violenta contracción de la capacid ad para im portar en los artos treinta y su s repercusiones


sobre las econom ías latinoam ericanas constituyeron la referencia histórica principal para que Prebisch
elaborara la distinción e n ta ’ el m odo de funcionam iento d e las econom ías d e li>s p aíses in dustrializados
y el que se observaba en las econom ías e sp e cializadas en bienes prim arios, j. I (odara (1987), reseña las
ideas d e Prebisch contenidas en los inform es anuales del Banco Central de la República Argentina entre
1936 y 1942. l e Iip e P a/o s (1983) caracteriza a los artos treinta y cuarenta com o la fase del pensam iento
latinoam ericano orientado a las políticas m onetarias anticíclicas.
8. En form a sim ultánea e independiente. Singer (1950) presentaba el m ism o análisis.
22 CINCU ENTA A Ñ O S DE PENSAM IENTO EN LA CEPAL

al deterioro debida al exceso de mano de obra en la agricultura subde-


sarrollada de la periferia — no transferible a los países céntricos cerrados
a la inmigración— cuyo em pleo eventual en actividades exportadoras
llevaría a la expansión de la oferta que deprim iría los precios inter­
nacionales, resultando en un valor menor a pesar del mayor volumen
producido9.
Con ese argum ento defendía la "econom icidad" de la industria y
justificaba el recurso al proteccionismo: aunque la eficiencia de la pro­
ducción industrial fuera menor en la periferia, era superior a la eficiencia
de aplicar los recursos productivos en la agricultura.
A continuación, sostenía que el proceso de industrialización no ate­
nuaría la vulnerabilidad externa, porque durante mucho tiempo la peri­
feria latinoamericana se mantendría como exportadora de productos
primarios, de dem anda inelástica en los países céntricos, y como impor­
tadora de productos industriales, de alta elasticidad de la dem anda en
la periferia. Señalaba que mientras el proceso de industrialización no
concluyera enfrentaría siempre una tendencia al desequilibrio estructural
del balance de pagos, ya que el proceso sustitutivo "aliviaba" la dem an­
da de importaciones por un lado, pero imponía nuevas exigencias, de­
rivadas tanto de la nueva estructura productiva que creaba como del
crecimiento del ingreso que generaba. Por esa razón, sólo se alteraba la
composición de las importaciones, renovándose continuamente el pro­
blema de la insuficiencia de divisas.
Esa formulación sobre la tendencia al desequilibrio estructural del
balance de pagos figura en el centro de varios planteamientos cepalinos
de la época.
Primero, subordina el concepto m ism o de industrialización al de
"sustitución de im portaciones". El argumento es elaborado a cabalidad
en un texto muy posterior por Maria da Conceição Tavares (1964) (texto
4), pero ya aparece en los textos inaugurales. La dinámica sustitutiva
consiste en la forma cómo la economía reacciona a los estrangulam ientos
sucesivos del balance de pagos. Debido a la compresión progresiva de la
lista de importaciones, la industrialización va pasando de sectores de
instalación "fácil", poco exigentes en materia de tecnología, capital y

9. El m ism o argum ento lo desarrollaría luego con elegancia Lew is (1960), en su texto clásico sobre
la oferta ilim itada de m ano de obra. S ólo m ucho d esp u és, Prebisch (1959) al parecer estim ulado por
Chenerv, haría una versión académ icam ente rigurosa de la idea.
TEXTOS SELECCIO N A D O S 23

escala, a segm entos cada vez m ás sofisticados y exigentes"’.


O bsérvese que es totalmente equivocada la idea, muy difundida por
los econom istas liberales, de que lo que proponía la c e p a l era una "a u ­
tarquía". Al contrario, había una reiteración recurrente de que el proceso
sustitutivo sólo alteraba la composición de las importaciones. M ás aún,
el crecimiento económico generaría una presión inevitable para la expan­
sión de las m ism as y los países céntricos sólo podían ganar con la indus­
trialización de la periferia y con una m ayor apertura a la importación de
productos originados en ella. Por lo tanto, se sostenía que había una
am plia "solidaridad intrínseca" entre la industrialización y la expansión
del comercio internacional” . Y, como se sostiene más adelante, a partir
de los años sesenta la c e p a l pasaría a defender reiteradamente la nece­
sidad de implementar políticas de estím ulo y diversificación de las ex­
portaciones.
Segundo, y también a diferencia de lo que m uchas veces se supone,
la preocupación por el desequilibrio externo llevó a que, desde su s orí­
genes y sobre todo a partir de los años sesenta, la c e p a l destacara la
importancia de estim ular las exportaciones.
En ese terreno la c e p a l tuvo un papel intelectual central en dos ini­
ciativas institucionales de gran envergadura. En el segundo lustro de los
años cincuenta participó en la creación de la Asociación Latinoamericana
de Libre Comercio ( a l a l c ). Y, en los primeros años del decenio de 1960,
el propio Prebisch sería el personaje protagónico en la creación de la
C onferencia d e las N acion es U n idas sobre C om ercio y D esarrollo
( u n ic t a d ).
La argumentación cepalina a favor de la a l a l c contenía la idea de
iniciar un proceso de diversificación de las exportaciones por esfuerzo
propio, por la vía teóricamente m ás fácil del comercio intrarregional. Y
lo que es más importante, conforme se lee en las secciones introductorias

10. P ar mucho tiem po reinó en el pensam iento latinoam ericano la idea absoluta d e que la "su sti­
tución d e im p o rtacion es" era la form a de in du strializar en A m érica Latina, y que la "d in ám ica
sustitu tiv a" era el m odelo d e crecim iento d e la región. Alrededor de m ed iados de los años setenta la
escuela d e C am p in as en Brasil, constituida poi intelectuales d e origen cepalino, se o p u so p or prim era
v ez a la equivalencia entre los conceptos d e "ind ustrialización " y "sustitución d e im portaciones": el
proceso d e industrialización sería portador de una lógica y de un dinam ism o independientes de la mera
sustitución d e im portaciones, ya que se proyectaba debido a decisiones de acum ulación de capital
o rientadas a la form ación d e una capacidad de oferta sin "u n a dem anda reprim ida por restricciones a
la im portación".
11. Con respecto a las criticas e qu ivocadas a la CfcPAL, véase, por ejem plo, A ssael <1984).
24 CIN CU EN TA A N O S DE PENSAM IENTO EN LA CEPA1

del texto cepalino inaugural sobre el tema (c e p a l , 1959, texto 9), redacta­
do por Prebisch, el mercado común latinoamericano tendría la virtud de
am pliar el tamaño del mercado de los sectores industriales exigentes en
materia de escala, facilitando la profundización del proceso sustitutivo.
La U N C T A D nacía de ideas debatidas en los años treinta y cuarenta,
relacionadas con la necesidad de atenuar la vulnerabilidad cíclica de los
países periféricos aplicando mecanism os de intervención internacional
concertados de común acuerdo con los países centrales. Al momento de
su nacimiento el énfasis en la necesidad de diversificar y am pliar las
exportaciones — incluso las industriales— se estaba extendiendo del
ám bito restringido del mercado regional al otro, m ás am bicioso, del
mercado mundial. El documento que Prebisch (19t>4. texto 10) presentó
en la segunda conferencia de la nueva entidad es, tal vez, el momento
en que la idea de la cooperación internacional para reforzar el desarrollo
de la periferia mediante acuerdos de comercio internacional tiene su
mayor peso.
Tercero, la idea del estrangulam iento perm anente del balance de
pagos también es central a la tesis de la inflación estructural. La tesis fue
desarrollada por Juan Noyola Vásquez (1957, texto 7) y depurada por
O svaldo Sunkel (1958, texto 8) y Aníbal Pinto (1960). El desequilibrio
estructural de la balanza de pagos aparece en esos textos como la causa
estructural "b ásica" de la inflación junto con la rigidez de la oferta agrí­
cola, lo que desencadena un proceso alimentado por "factores de acum u­
lación" y por "m ecanism os de propagación".
Cuarto, en 1954, frente a las dificultades crecientes de balance de
pagos determ inadas por el término de la guerra de Corea, reaparece la
idea del estrangulamiento externo vinculada con la discusión sobre la
conveniencia de estim ular la entrada de capitales extranjeros privados,
es decir, de no restringirse a la búsqueda de capitales provenientes de
recursos públicos. Prebisch defendía este estímulo, pero llamaba la aten­
ción al peligro de expandir los pasivos externos de los países y someter­
los exageradam ente al peso de su servicio, por lo que estimaba m ás
prudente am pliar el financiamiento de los organism os oficiales. El texto
sobre La cooperación internacional en la política de desarrollo latinoamericano
( c e p a l , 1954) es la primera incursión en un tema que tendría larga vida
en America Latina.
Con variaciones que se adaptan a los diferentes contextos del comer­
cio mundial y a las diversas condiciones de financiamiento internacional,
TEXTOS SELECCIO N A D O S 25

el argum ento de la vulnerabilidad externa acom paña a las cinco décadas


de la reflexión cepalina. En los años sesenta se denominaría "dependen­
cia financiera y tecnológica" y en los setenta habría un enriquecimiento
analítico de la "dependencia", mediante el examen del papel de las
em presas transnacionales en las econom ías periféricas. En los años
ochenta la vulnerabilidad externa equivaldría en la práctica a la "asfixia"
financiera provocada por la deuda externa y, en los años noventa, la
vulnerabilidad se trataría como un problema doble, es decir, especializa-
ción productiva y tecnológica con poco dinam ism o en el mercado mun­
dial y excesiva exposición al endeudam iento externo, sobre todo de corto
plazo.
b) Condiciones estructurales intérims. Volvamos ahora a los textos inau­
gurales a fin de identificar en ellos el marco analítico relativo a los
condicionantes estructurales "internos" del crecimiento y del empleo.
Aquí también se utilizaba el contraste con las economías industrializadas
para analizar las econom ías latinoamericanas.
Cabe recordar que al mismo tiempo en que la industrialización espon­
tánea era saludada como un acontecimiento de gran significado en la
historia de la difusión mundial del progreso técnico, se estimaba que el
proceso era intrínsecamente problemático ya que se realizaba sobre la
base de estructuras económicas e institucionales subdesarrolladas.
El argumento se fundaba en dos características centrales de esas es­
tructuras. Primero, que se heredaba una base económica especializada en
pocas actividades de exportación, poco diversificada y con una comple-
m entariedad intersectorial e integración vertical extremadamente reduci­
das. Había serias limitaciones para com pensar esas deficiencias. Las
nuevas exigencias en materia de importaciones no podían satisfacerse
dada la escasez de exportaciones y de financiamiento externo. Y las
exigencias en materia de esfuerzo interno tropezaban con un ahorro
insuficiente para generar sim ultáneam ente todas las inversiones que
requería la industrialización.
La otra característica era la baja productividad de todos los sectores,
excepto el exportador. Esa "heterogeneidad estructural" —la expresión
sólo sería acuñada en los años sesenta por Aníbal Pinto, pero se aplica
a la formulación de los años cincuenta— comprendía un gran excedente
real y potencial de mano de obra, y una baja productividad media
per cápita reducía la posibilidad de elevar las tasas de ahorro en esas
economías, limitando la acumulación de capital y el crecimiento. La si­
26 CINCU ENTA AÑ O S DE PENSAM IENTO EN l.A CEPAL

tuación se complicaba con la insuficiente capacidad de ahorro del sector


público debido a una estructura fiscal obsoleta y, respecto al ahorro del
sector privado debido a los patrones de consum o suntuoso practicados
por las clases ricas, un hábito que tendería a agravarse como resultado
de la acentuación de los "efectos de dem ostración".
En sum a, las economías periféricas se enfrentaban con graves proble­
mas de insuficiencia de ahorro y de divisas. D esde su s orígenes, ese
"m odelo de d o s brechas" orientó la reflexión cepalina, aunque la expre­
sión no figurara en los textos principales, ni tampoco se le diera el tra­
tamiento formal que le darían posteriormente Chenery y otros'-.
1.a continuidad del "nuevo estadio de difusión del progreso técnico"
estaría siempre amenazada por el conjunto de problemas que son carac­
terísticos de las economías periféricas. Dados los dos rasgos distintivos de
las estructuras productivas de esas economías, o sea, especialización y
heterogeneidad tecnológica, el proceso en curso provocaría tres tendencias
perversas que desempeñarían un papel básico en el contexto dinámico: el
desequilibrio estructural del balance de pagos, la inflación y el desempleo.
Cabe recordar que el desequilibrio estructural del balance de pagos
emanaba de las exigencias de importación de economías en vías de in­
dustrialización especializadas en unas pocas actividades exportadoras y
con una baja elasticidad de la dem anda de su s exportaciones. Precisa­
mente, por ser poco diversificadas sufrían la presión permanente de
expandir las importaciones m ás allá de lo perm itido por el crecimiento
de las exportaciones.
La tendencia a la inflación derivaba tanto del desequilibrio de la
balanza de pagos como de las dem ás insuficiencias que el proceso de
industrialización enfrenta en econom ías poco diversificadas (rigidez
agrícola, escasez de energía y transporte, etc.).
La mayoría de los desarrollistas rechazaba las políticas de estabilización
que implicaban ajustes recesivos —sim bolizadas por la actuación del f m i

12. Los econom istas de Id CEPAL siem pre coincidieron entre sí respecto al tratam iento analítico de
la brecha externa, pero no siem pre coincidieron en el análisis de la brecha del ahorro Por un lado,
Prebisch, Furtado, y tal vez una fracción m ayorilan a enfatizaban la brecha com o barrera fundam ental
al crecimiento. Por otro, los econom istas que trabajaban en la línea de Aníbal Pinto preferían destacar
los problem as d e "financiam iento" de la inversión, recusando "keyn esianam en le" la idea de que había
ahorro insuficiente. Entre éstos, se destacan los influyentes cepalinos brasileños que estuvieron en la
CEPAL «i com ienzos d e los añ o s sesenta bajo la orientación de Pinto, o sea, C onceição Tavares, Antonio
Barros de C astro y C arlos Lessa. Los d o s últim os son coautores de la obra titulada ¡ntroiiti\ão à economia,
urna alwrilagcm estruturalista (Castro y Lessa, 1%7), prologada por Pinto.
TEXTOS SELECCIO N A D O S 27

en la región— pues creían que éstas obstruían el desarrollo económico en


curso, considerado como una transformación histórica fundamental. Como
se sabe, en las frecuentes situaciones en que había simultáneamente alzas
de precios y desequilibrio externo, el fmi no vacilaba en recomendar que
se desvalorizara fuertemente el tipo de cambio y se tratara de neutralizar
el etecto inflacionario de esa medida con drásticas contracciones fiscales y
monetarias. Los estructuralistas, adem ás de contraatacar con sugerencias
heterodoxas —tipo de cambio múltiple, por ejemplo— ofrecían, con la
mencionada teorización de Noyola (1957) y Sunkel (1958) un arma analí­
tica que en esa época tuvo una importante influencia en la postura que se
oponía a las recom endaciones de estabilización con ajuste recesivo.
Conforme a la visión estructuralista, la moneda se expande casi siempre
pasivamente como respuesta de las autoridades monetarias a las alzas de
precios de origen estructural, siendo por tanto incorrecto considerarla
causa de la inflación. La única manera de evitar la inflación sería alterar
las condiciones estructurales que la provocan, y esto debería hacerse
mediante un esfuerzo de crecimiento continuo y planificado. Las políticas
crediticias y fiscales restrictivas no sólo fracasan en el tratamiento de la
inflación, sino que al causar recesión refuerzan las tendencias inflacionarias
estructurales que se manifiestan en cuanto repunta el crecimiento.
Por último, el desem pleo obedecía tanto a la incapacidad de las ac­
tividades exportadoras para absorber el excedente de mano de obra como
a la insuficiente capacidad de absorción de las actividades modernas
destinadas al mercado interno.
Para que estas últim as fueran capaces de absorber a los subemplea-
dos, se necesitarían tasas de formación de capital y de crecimiento que,
en las condiciones de la economía periférica, representaban un desafío
extraordinario: la heterogeneidad estructural limitaba la capacidad de
generar excedentes, ya que sólo en una pequeña fracción de la economía
se operaba con una productividad elevada. La especialización limitaba la
capacidad de exportar y determinaba tuertes presiones im portadoras;
por último, según el argumento, las técnicas productivas im portadas de
los países centrales no absorberían adecuadam ente la mano de obra (m ás
tarde el argum ento se am pliaría a fin de incorporar la idea de que la
nueva com posición de la producción industrial tendía también a la
menor absorción de mano de obra).
En cada una de esas dimensiones, así como en el análisis de la vul­
nerabilidad externa, el pensamiento cepalino evolucionaría y se sofis­
28 C IN C U E N IA AÑ O S DE PENSAM IENTO EN LA CEPAL

ticaría en las décadas siguientes, adm itiendo acom odos a las nuevas
circunstancias históricas. Sin embargo, permanecería como eje central del
discurso la forma diferente en que el crecimiento y el progreso técnico
se procesan en las estructuras económicas e institucionales de los países
subdesarrollados y la forma diferente en que impactan el comercio inter­
nacional y el empleo.
c) Planificación. Desde los orígenes de la c e p a l los trabajos se centra­
ban en las políticas. (polic\/ oriented). La acción estatal en apoyo del pro­
ceso de desarrollo aparece en el pensamiento cepalino como corolario
natural del diagnóstico de problem as estructurales en materia de produc­
ción, em pleo y distribución del ingreso en las condiciones específicas de
la periferia subdesarrollada.
En los años cincuenta, el concepto clave utilizado para otorgar cohe­
rencia y sistem aticidad a las proposiciones de política fue el de "plani­
ficación" o "program ación "11. En ese entonces, y en cierta medida tam ­
bién en los años sesenta, el énfasis en la planificación tenía un significado
adicional, que era suplir las inm ensas deficiencias técnicas en la mayoría
de los gobiernos de la región.
F.1 punto de partida para prestar apoyo técnico a los gobiernos en
materia de planificación fue la elaboración de orientaciones técnicas de
programación, acom pañada en varios países de ensayos de aplicación de
dichas técnicas14. En 1953 se divulgaría un "Estudio preliminar sobre la
técnica de programación del desarrollo económico", que fue revisado en
el documento Introducción a la técnica de programación ( c e p a l , 1955, texto
6). Conforme se explica en la introducción al docum ento de 1955, la
programación consistía en la "etapa lógica" que seguía al reconocimiento
de los problem as del desarrollo, vale decir, d e la necesidad de conferir
racionalidad al proceso espontáneo de industrialización en curso.
El autor principal de la parte conceptual de esos documentos sobre
programación fue Celso Furtado. Se iniciaba entonces una tradición que
difundirían Jorge Ahum ada, Pedro Vuscovic y otros econom istas que a
principios de los años sesenta ayudaron a Prebisch a crear, bajo la égida

13. Una prim era incursión en este tem a, que ya diseña las bases J e la planificación, consta en el
texto ya citado Prvbh'uu i> Icórict* i/ práctico* ¡U’l inxim irnto tro nomico (Prebisch, N52).
14 En el c a so brasileño, C elso Furtado realizó la labor en lV53-lñ54, en colaboración con Regino
Botti, en la dependencias del recién creado Banco N acional de Desarrollo Económ ico (D\PE), en Rio de
Janeiro. En esa ocasión se torm o con tal objetivo el G rupo M ixto CíTAl-BN'DE.
I EX TOS SELECCIO N A lX tS 2S

de la c e i ’a i . el Instituto I atinoamericano de Planificación Económica y


Social ( i l p e s ) y que tendrían un papel central en la influyente trayectoria
de esa entidad en la formación de cuadros técnicos gubernam entales en
toda América Latina'\
Vista desde la perspectiva actual, la orientación contenida en el do­
cumento sobre técnicas de programación parece trivial. Indica, primero,
cómo realizar ejercicios de consistencia macroeonómica a fin de contar
con un punto de partida para la program ación, o sea, la definición de
las tasas de crecimiento posibles d ad as las restricciones previsibles del
ahorro y del balance de pagos; adem ás, da indicaciones sobre la realiza­
ción de proyecciones de dem anda sectorial b asadas en la elasticidad-
ingreso —que sólo en textos posteriores se recomendaría instrumenta­
lizar con la matriz de insumo-producto; una vez en posesión del m apa
del consum o futuro, el program ador debería proceder a seleccionar sec­
tores y proyectos de sustitución de importaciones de acuerdo con el
criterio de "productividad social marginal del capital".
Sin embargo, si uno se sitúa en el contexto latinoamericano de los
años cincuenta, eso nada tenía de trivial. Faltaban las estadísticas econó­
micas básicas, no se contaba siquiera con sistem as mínimos de cuentas
nacionales y los gobiernos operaban las econom ías con gran desconoci­
miento de su s tendencias básicas. 1.a orientación dada por las técnicas de
program ación de la c i p a l hacían tomar conciencia de esas insuficiencias
y de la importancia de otorgar un mínimo de previsibilidad al contexto
macroeconómico en que descansaría el proceso de crecimiento deseado.
A p a r t ir d e e n t o n c e s , en el c u r s o d e to d a s u h is t o r ia , la c f p a i . y el u p e s
p r o d u c ir ía n u n s in n ú m e r o d e t e x t o s d e r e c o m e n d a c ió n d e p o lític a e c o ­
n ó m ic a — y u n s in n ú m e r o d e m is io n e s d e a s is t e n c ia té c n ic a a lo s p a í s e s
l a t in o a m e r ic a n o s — en lo s m á s v a r i a d o s c a m p o s d e la a c t i v i d a d e c o n ó ­
m ic a y s o b r e lo s m á s v a r i a d o s t e m a s q u e c o m p o n e n la p r o b le m á t ic a d e l
d e s a r r o l lo .

15. En la bibliografía d el u n s sobre planificación consúltense, e n tre o íro s, lo s libros D feeuniones


<obrc planificación, (Hí’í.S, iv>66) y Experiencia* problema* ilc ¡a planificación cu America Latina (li.PfcS
1974), la referencia bibliográfica principal sobre Jorge A hum ada e s su libro Obran Lscagitia* (A hum ada,
1986).
30 CINCU ENTA A Ñ O S DE PENSAM IENTO EN LA CEPAl.

V. LOS A ÑOS SESENTA: REDISTRIBUIR PARA CRECER

1. E l c o n t e x t o h is t ó r ic o

La historia latinoamericana del segundo lustro de los años cincuenta tuvo


tres elementos que incidieron radicalmente en la evolución del pensa­
miento cepalino —y latinoamericano en general— en los años sesenta.
Primero, el crecimiento de la mayoría de los países, pese a ser persis­
tente (5.7% anual, entre 1955 y 1959), se daba en m edio de una creciente
inestabilidad macroeconômica, motivada en buena medida por proble­
m as de restricciones a las importaciones —que sólo crecieron 2.1% anual
en el mismo período, y 0.3% anual entre 1960 y 1964. En ese contexto de
aguda restricción externa, varios países enfrentaban acentuadas presio­
nes inflacionarias.
Segundo, el proceso de industrialización seguía im poniéndose como
tendencia histórica, pero la urbanización consiguiente se traducía en un
empobrecimiento creciente de la población y la tugurización de las ciu­
dades, síntom as de la incapacidad de absorción de la fuerza trabajadora
proveniente de la zona rural por las actividades productivas modernas
y con lo que se extendía en forma muy manifiesta la pobreza rural a los
centros urbanos. Simultáneamente, la democracia se consolidaba y una
insatisfacción creciente se traducía en presiones sociales ejercidas me­
diante la vida política y sindical cotidiana.
Tercero, la revolución cubana de 1959 tendría una profunda repercu­
sión sobre la actitud norteamericana frente a tales presiones y frente al
movimiento político que se propagaba en América Latina. En la esfera
diplomática, la reacción frente a Cuba se apartaba por completo de la
actitud desconfiada del período macartista y se expresaba en el progra­
ma de la Alianza para el Progreso, dirigido por la Organización de los
Estados Americanos ( o e a ). Tal como se expuso en la famosa Carta de
Punta del Este (o e a , 1961), firmada por los Estados Unidos y por la gran
mayoría de los países de la región, el tono político de la nueva posición
norteamericana tenía una clara orientación "socialdem ócrata".
El escenario exigía que la c e p a l se reorientara a fin de incluir en su s
estudios aportes de carácter sociológico. Se encontraba preparada para
ello, gracias al privilegio de contar entre sus cuadros, desde los años
cincuenta, con José Medina Echavarría. La expresión más acabada de la

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