Traducido del inglés al español - www.onlinedoctranslator.
com
Agua Internacional
ISSN: 0250-8060 (Impreso) 1941-1707 (En línea) Página de inicio de la revista:http://www.tandfonline.com/loi/rwin20
Territorios hidrosociales: una perspectiva de la
ecología política
Rutgerd Boelens, Jaime Hoogesteger, Erik Swyngedouw, Jeroen Vos y
Philippus Wester
Para citar este artículo:Rutgerd Boelens, Jaime Hoogesteger, Erik Swyngedouw, Jeroen Vos y Philippus
Wester (2016) Territorios hidrosociales: una perspectiva de la ecología política, Water International, 41:1, 1-14,
DOI:10.1080/02508060.2016.1134898
Para vincular a este artículo:https://doi.org/10.1080/02508060.2016.1134898
Publicado en línea: 28 de enero de 2016.
Envíe su artículo a esta revista.
Vistas del artículo: 4840
Ver artículos relacionados
Ver datos de Crossmark
Artículos citando: 31 Ver artículos citando
Los términos y condiciones completos de acceso y uso se pueden encontrar en
http://www.tandfonline.com/action/journalInformation?journalCode=rwin20
AGUA INTERNACIONAL, 2016
VOL. 41, núm. 1, 1-14
http://dx.doi.org/10.1080/02508060.2016.1134898
EDITORIAL
Territorios hidrosociales: una perspectiva de la ecología política
Rutgerd Boelensa,b, Jaime Hoogestegerb, Erik SwyngedouwC, Jeroen Vosb
y Philippus Westerb,d
aCentro de Investigación y Documentación Latinoamericana y Departamento de Geografía, Planificación y
Estudios de Desarrollo Internacional, Universidad de Amsterdam, Países Bajos;bGrupo de Gestión de Recursos
Hídricos, Departamento de Ciencias Ambientales, Universidad de Wageningen, Países Bajos;
C Escuela de Medio Ambiente, Educación y Desarrollo, Universidad de Manchester, Reino Unido;dCentro Internacional para
el Desarrollo Integrado de las Montañas, Katmandú, Nepal
ABSTRACTO HISTORIA DEL ARTÍCULO
Recibido el 24 de diciembre de 2014
Definimos y exploramosterritorios hidrosocialescomo configuraciones espaciales
Aceptado el 18 de diciembre de 2015
de personas, instituciones, flujos de agua, tecnología hidráulica y el entorno
biofísico que giran en torno al control del agua. La política territorial encuentra PALABRAS CLAVE
expresión en encuentros de diversos actores con intereses espaciales y político- territorios hidrosociales;
geográficos divergentes. Sus proyecciones y estrategias de construcción de gobernanza del agua;
territorio compiten, se superponen y se alinean para fortalecer reclamos gubernamentalidad; ecología
específicos de control del agua. De esta manera, los actores recomponen política; política escalar
continuamente la red hidráulica, los marcos de referencia culturales y las
relaciones político-económicas del territorio. Utilizando un enfoque de ecología
política, sostenemos que las luchas territoriales van más allá de las batallas por los
recursos naturales, ya que involucran luchas por el significado, las normas, el
conocimiento, la identidad, la autoridad y los discursos.
En esta introducción presentamos un marco conceptual para explorarterritorios hidrosociales:
Espacios social, natural y políticamente constituidos que se (re)crean a través de las interacciones
entre prácticas humanas, flujos de agua, tecnologías hidráulicas, elementos biofísicos, estructuras
socioeconómicas e instituciones político-culturales. En este número especial, nuestro objetivo es
explorar cómo los procesos de territorialización en torno al agua están intrínsecamente vinculados
a sistemas de gobernanza del agua diferentes y a menudo divergentes y su impugnación. Nuestro
objetivo es desarrollar una mejor comprensión de cómo las relaciones entre sociedad, naturaleza,
territorio y gobernanza se desarrollan específicamente en el ámbito del agua.
Este número reúne artículos que fueron presentados y discutidos en la Conferencia Internacional de
Paisaje de la Sociedad Internacional de Riego en Valencia, España, entre el 25 y el 27 de septiembre de
2014. Esta conferencia reunió a un grupo interdisciplinario de académicos de todo el mundo para discutir
cómo la noción de territorios hidrosociales puede ayudar a avanzar en una mejor comprensión de los
procesos locales, regionales, nacionales e internacionales interrelacionados de gobernanza del agua y las
cuestiones de equidad y justicia en el control del agua. Esto dio como resultado una rica colección de
artículos, enfoques y conocimientos sobre cómo la perspectiva de los territorios hidrosociales puede
ayudar a desentrañar diferentes procesos centrados en el agua.
Basándose en la literatura más amplia, las contribuciones a este número especial (en la que la
mayoría de los autores aplican un enfoque de ecología política) y las ideas generadas durante el
© 2016 Asociación Internacional de Recursos Hídricos
2 R. BOELENS ET AL.
En la conferencia mencionada anteriormente, esta introducción explora cómo y cuestiona por qué los
actores comúnmente retratan los territorios acuáticos como mera "naturaleza" biofísica. Esto hace que los
problemas del agua y sus soluciones parezcan cuestiones políticamente neutrales, técnicas y/o de gestión
que pueden resolverse "objetivamente" según el conocimiento técnico, el "uso racional del agua" y la
"buena gobernanza". En contraste con tal concepción, que a menudo se utiliza como velo para legitimar
opciones profundamente políticas que protegen y estabilizan órdenes políticos específicos, llamamos a
una repolitización, es decir, al reconocimiento de la naturaleza política de los territorios hidrosociales a
través del estudio del uso cotidiano del agua. práctica.
Para examinar este campo teórico y sus implicaciones para la interpretación de lo
empírico, este número especial aborda las contradicciones, los conflictos y las respuestas
sociales generadas por la configuración de los territorios hidrosociales. Examina cómo los
acuerdos socionaturales y las políticas del agua mejoran o desafían la distribución desigual de
los recursos y el poder de toma de decisiones en la gobernanza del agua: los mecanismos,
estructuras, sistemas de conocimiento y discursos que sustentan su funcionamiento. Además,
la variedad de artículos de este número busca comprender e identificar alternativas que
contribuyan a la creación de propuestas que respondan a cuestiones de justicia
socioeconómica, democracia política e integridad ecológica.
Este artículo introductorio está estructurado de la siguiente manera. Comenzamos por definir los
territorios hidrosociales y sus elementos constitutivos. Luego, esbozamos cuatro temas conceptuales que
están intrínsecamente relacionados con la constitución de territorios hidrosociales: primero, las redes
hidrosociales y la territorialización; segundo, las políticas de reconfiguración territorial escalar; tercero, la
gubernamentalización del territorio; y cuarto, el pluralismo territorial. Finalmente, en la sección final,
ofrecemos una visión general de los temas presentados.
Definiendo territorios hidrosociales
Los territorios, aunque a menudo se consideran naturales, se construyen activamente y se producen
históricamente a través de las interfaces entre la sociedad, la tecnología y la naturaleza. Son el resultado
de interacciones en las que los contenidos, los supuestos límites y las conexiones entre la naturaleza y la
sociedad son producidos por la imaginación humana, las prácticas sociales y los sistemas de conocimiento
relacionados. Esto se manifiesta claramente en cómo la gestión de las cuencas fluviales, los flujos de agua,
los sistemas de uso del agua y los ciclos hidrológicos están mediados por estructuras de gobernanza e
intervenciones humanas que entrelazan lo biofísico, lo tecnológico, lo social y lo político. Por lo tanto
conceptualizamos un 'territorio hidrosocial' como
la controvertida materialización imaginaria y socioambiental de una red multiescalar espacialmente ligada
en la que los seres humanos, los flujos de agua, las relaciones ecológicas, la infraestructura hidráulica, los
medios financieros, los acuerdos jurídico-administrativos y las instituciones y prácticas culturales se
definen, alinean y movilizan interactivamente a través de métodos epistemológicos. sistemas de creencias,
jerarquías políticas y discursos naturalizadores.1
Los territorios hidrosociales (imaginados, planificados o materializados) tienen funciones, valores y
significados en disputa, ya que definen procesos de inclusión y exclusión, desarrollo y marginación, y la
distribución de beneficios y cargas que afectan a diferentes grupos de personas de distintas maneras. Por
ejemplo, los proyectos de intervención y gobernanza del agua predominantes comúnmente responden a
las crecientes necesidades de agua urbana, a la globalización de la agricultura de exportación comercial y
a los sectores de crecimiento industrial (véanse las contribuciones en
AGUA INTERNACIONAL 3
este problema; Duarte-Abadía, Boelens, & Roa-Avendaño,2016; Swyngedouw,2015). Esto
conduce a procesos de acumulación de recursos y al despojo simultáneo de grupos
vulnerables de sus medios de vida (Crow et al.,2014; Martínez Alier,2002; Vos y Boelens,
2014), creando desigualdades sociales y ambientales (Bridge & Perreault,2009; Harris &
Roa-García,2013; Roa García,2014). Por lo tanto, es fundamental la cuestión de cómo,
por qué actores, a través de qué estrategias y con qué intereses y consecuencias se
conceptualizan y materializan los límites "naturales" y "sociales" de los territorios
hidrosociales a través de elementos naturales, sociales y tecnológicos interrelacionados
(Baviskar ,2007; Damonte-Valencia,2015; cf. panadero,2010; Latour,1993).
Socionaturaleza, redes hidrosociales y territorialización.
La noción de que la sociedad y la naturaleza están intrínsecamente vinculadas y son
interdependientes es común entre los geógrafos (por ejemplo, Castree,2008; Perreault,2014;
Swyngedouw, 2007). Las personas están fuertemente involucradas en la producción y
reproducción cotidiana del entorno en el que viven, aunque no necesariamente en la forma
que prevén, planifican o desean (cf. Agnew,1994; baletti,2012; Ganador,1986). Como Duarte-
Abadía y Boelens (2016), Hulshof y Vos (2016), y Seemann (2016) muestran en este número,
las personas inscriben sus mundos de vida, en particular los entornos biofísicos, usándolos,
habitandolos y/o gestionándolos de acuerdo con sus ideologías, conocimientos y poder
socioeconómico y político. Al hacerlo, las personas generan entornos, sistemas de
conocimiento ambiental y territorio.
Crear territorios hidrosociales implica humanizar la naturaleza y construir aguas
humanizadas a partir de visiones sociales, políticas y culturales del mundo que es y del
mundo que debería ser (Boelens,2015; Swyngedouw,2015). Por lo tanto, la (re)creación
de territorios (y agua) hidrosociales debe analizarse en el contexto de sus entornos
históricos, culturales y políticos (ver también Bury et al.,2013; Lansing,1991; Orlove y
Caton,2010). En consecuencia, pensar en los territorios hidrosociales y los procesos de
su constitución y (re)configuración requiere ir más allá de presentaciones
dicotomizantes que separan (o 'purifican' – Latour,1993) naturaleza de la sociedad. Más
bien, deberían verse como híbridos que encarnan simultáneamente lo natural y lo social;
lo biofísico y lo cultural; el hidrológico y el hidráulico; lo material y lo político. Como
Haraway (1991), Latour (1993), Herrero (1984) y Swyngedouw (1999,2007), entre otros,
han elaborado, esto también va más allá de una perspectiva de profunda interrelación
entre los ámbitos de la naturaleza y la sociedad. De hecho, “la dialéctica entre naturaleza
y sociedad se vuelve interna” (Swyngedouw,1999, pag. 446), interpretando a la
naturaleza como una parte indivisa del proceso de producción social o más bien
“socionatural” (Haraway,1991; Latour,1993; Lefebvre,1991).
El agua y las tecnologías del agua entrelazan la ecología y la sociedad. El agua fluye a través de
paisajes, tecnologías y ciudades, conectando lugares, espacios y personas. Las variaciones
naturales y/o inducidas por el hombre en su flujo crean, transforman o destruyen vínculos sociales,
espacios vividos y fronteras a medida que producen nuevas configuraciones sociales, de tierra y
agua (cf. Hoogesteger,2013; musgo,2008). Estos, a su vez, crean y transforman jerarquías,
conflictos y formas de colaboración sociales y políticas. Por tanto, agua, tecnologías, sociedad y
naturaleza son elementos intrínsecamente interrelacionados y mutuamente determinantes que en
conjunto se organizan como redes socionaturales específicas. las redes de
4 R. BOELENS ET AL.
Las relaciones que constituyen territorios hidrosociales pueden denominarse “redes
hidrosociales” (Wester,2008, pag. 21). Estas redes se configuran intencional y recursivamente
en torno al agua y su uso; son resultados precarios y reversibles de modos de ordenamiento
(Ley,1994). Negrita (2004) define dos características críticas de las redes hidrosociales: luz y
durabilidad. La extensión se refiere al alcance o extensión espacial, social, material e
institucional de una red hidrosocial y puede abarcar desde un único canal pequeño hasta la
interconexión de varias cuencas fluviales. Esto depende de la escala del análisis y de las
asociaciones que se estén rastreando. La durabilidad se refiere a la fuerza de una red
hidrosocial, a qué tan fuertes y estabilizadas están las asociaciones entre los elementos
heterogéneos que forman la red. También se refiere a la dimensión temporal de la red, a
cuánto tiempo permanece unida antes de desmoronarse. Sin agua la red literalmente se seca.
En términos de Latour (1993), el agua y las tecnologías del agua sonactantesen una red de
actores. Y es común encontrar cosmovisiones y posiciones epistemológicas que expresan cómo el
agua posee muchas propiedades y rostros: poderosa, productiva, destructiva; diseñados, naturales
y sobrenaturales (ver, por ejemplo, Boelens,2014; Illich,1986; Linton y amigos, 2014). Por lo tanto, el
agua es simultáneamente un actante físico y social en los procesos culturales y políticos y puede,
por ejemplo, “ser y convertirse en una frontera, un recurso para la regeneración, una base para el
imperio, un medio para la construcción de una nación y un vínculo material entre el pasado y el
presente”. (Barnes y Alatout,2012, pag. 485). Por lo tanto, el examen de los flujos de agua, la
distribución del agua, la infraestructura hidráulica, la producción basada en el agua, la seguridad
hídrica y los procesos históricos, geográficos y técnico-políticos que los crearon y transformaron
ofrece una visión profunda de quiénes –y en base a qué– imaginarios y conocimientos. sistemas –
diseña(ed), controla(ed) y tiene(d) el poder de (re)producir redes y territorios hidrosociales
específicos (Boelens & Post Uiterweer,2013; kaika,2005; meehan, 2013; Wester, Merrey y De Lange,
2003).
Argumentar que los territorios hidrosociales son "naturalezas humanizadas" o "socionaturas" es
insistir en que no son entidades territoriales fijas, delimitadas y espacialmente coherentes. Más
bien, plantea que el territorio y los procesos de territorialización son –y deben ser examinados
como– redes socionaturales espacialmente ligadas, construidas por sujetos, producidas por actores
que colaboran y compiten en torno a la definición, composición y ordenamiento de este espacio en
red (Rodríguez -de-Francisco & Boelens,2016; Swyngedouw y Williams,2016; ver también Agnew,
1994; elden,2010; escobar,2008). Por tanto, “el territorio no es externo a la sociedad que lo formó,
sino que es su sustancia, encarna también las contradicciones, los conflictos y las luchas de esa
sociedad” (Baletti,2012, pag. 578).
Las nociones y estrategias decómohacer que el territorio diverja profundamente entre los actores, al
igual que las 'territorialidades' que se producen. Por esta razón, como señalan Hoogesteger, Baud y
Boelens (2016), Perramond (2016), Romano (2016) y Seemann (2016) muestran en este número, el desafío
para los colectivos de base que se esfuerzan por construir y defender sus territorios basados en el agua,
como las cuencas locales y los sistemas de riego y agua potable, es a menudo complejo. Aparte de las
amenazas que plantean los poderosos externos (es decir, agencias estatales, cadenas de agroexportación,
empresas mineras), enfrentan la necesidad de resolver los conflictos por el agua dentro de sus colectivos.
Al construir y defender su territorio hidrosocial, un colectivo de usuarios del agua, aunque internamente
diferenciado, requiere una identidad colectiva conectada a sus fuentes de agua y a su sistema de
infraestructura sociotécnica –un sistema normativo compartido y un sistema hídrico territorial físico,
natural y humano-.
AGUA INTERNACIONAL 5
espacio de control (Boelens,2015; Hoogesteger,2013). La territorialización de base es, por lo
tanto, un proceso conflictivo que construye y recrea la dependencia mutua a través de la
cooperación y la movilización de sus partes hacia un objetivo común de control de recursos
(cf. Hoogesteger & Verzijl,2015).
La política de reconfiguración territorial escalar
Un enfoque en las redes hidrosociales resalta las relaciones sociales que conectan a los actores
humanos y actantes no humanos locales a escalas políticas, económicas, culturales y ecológicas
más amplias. Estas escalas no son naturales ni fijas, sino que se producen a través de fricciones
entre la práctica social, los procesos ambientales y las fuerzas estructurales (Bridge y Perreault,
2009; Heynen y Swyngedouw,2003). Las escalas espaciales –es decir, los “niveles” geográficamente
constituidos de interacciones e interconexiones sociales (por ejemplo, hogar, comunidad, cuenca,
región, nación, globo)– se producen, cuestionan y reconfiguran a través de innumerables acciones
estatales, de mercado, de la sociedad civil e individuales. y prácticas cotidianas (Neumann,2009;
Swyngedouw,1999; Warner, Wester y Hoogesteger,2014).
Los territorios hidrosociales a una escala específica existen y están profundamente entrelazados
con otros territorios que existen y operan a escalas administrativas, culturales, jurisdiccionales,
hidrológicas y organizativas más amplias, superpuestas, contrapuestas y/o jerárquicamente
integradas. En la (trans)formación de territorios hidrosociales, las escalas y las formas en que se
conectan requieren una reproducción continua y, por lo tanto, están sujetas a negociación y lucha
(por ejemplo, Ferguson y Gupta,2002; molle,2009; Saldías, Boelens, Wegerich y Speelman,2012). Los
grupos con intereses territoriales divergentes luchan por definir, influir y controlar escalas
particulares de gobernanza de recursos, y por determinar las formas en que éstas se conectan
mutuamente en una coyuntura socioespacial determinada. Como Swyngedouw (2004, pag. 33)
observa: “Las escalas espaciales nunca son fijas, sino que se redefinen, cuestionan y reestructuran
perpetuamente en términos de su extensión, contenido, importancia relativa e interrelaciones”.
Que la reestructuración de la escala de los territorios realmente se lleve a cabo de acuerdo con los
deseos e intereses de un grupo particular de actores depende no sólo de la calidad de las
propuestas territoriales, sino también, de manera crucial, del apoyo y el poder de una coalición
multiescalar entrelazada. que proporciona el soporte técnico, científico y discursivo a esta
reconfiguración (Swyngedouw,2007,2015).
Diferentes planes y proyecciones escalares sobre cómo organizar el territorio hidrosocial visualizan
formas muy diferentes de modelar los medios de vida locales, la producción y el desarrollo económico y
socionatural regional. Estas proyecciones sobre cómo están y deberían organizarse estos territorios, su
agua y su gente pueden conducir comúnmente al empoderamiento de ciertos grupos de actores y al
mismo tiempo desempoderar a otros, y ofrecer espacios para la formulación de reclamos y la
impugnación. Hoogesteger et al. (2016) muestran cómo las escalas organizacionales de los
administradores y usuarios del agua en la Sierra Ecuatoriana determinan cómo los usuarios del agua
reclaman participación en la toma de decisiones sobre cómo y quién gestiona el agua en diferentes
territorios hidrosociales. Vos e Hinojosa (2016) muestran cómo, en contextos de creciente importancia de
las cadenas productivas de exportación y del comercio virtual internacional de agua, nuevas formas de
regulación del agua a escalas local y nacional remodelan los territorios hidrosociales de las comunidades.
Las configuraciones hidrosociales resultantes comprometen la representación política, la seguridad
hídrica y las estructuras de propiedad de las comunidades locales y las empresas privadas de maneras
fuertemente divergentes.
6 R. BOELENS ET AL.
Estos casos ilustran que si bien los impactos de la desterritorialización y la reestructuración de
los territorios hidrosociales pueden ser sentidos principalmente por individuos, hogares o
colectivos y organizaciones de uso del agua a nivel local, los procesos están profunda y
dinámicamente interconectados en varias escalas. Por lo tanto, como también muestran Romano,
Hulshof y Vos, Perramond y Seemann en sus contribuciones, los territorios hidrosociales en
diferentes escalas interrelacionadas son sitios de contestación política en los que la producción de
nuevas (y la defensa de las existentes) relaciones socionaturales es crucial; está en juego la
transformación de los acuerdos tecnológicos, legales, institucionales y simbólicos existentes. En
otras palabras, estas luchas y conflictos hidroterritoriales responden a procesos específicos de un
lugar “a través de los cuales se forjan formaciones simbólicas, se inscriben grupos sociales y se
entrelazan y mantienen procesos naturales y 'cosas'” (Swyngedouw,2007, pag. 10).
Gubernamentalización del territorio: de la naturaleza humanizada a las 'naturalezas
naturalizadas'
Como se muestra para los territorios del altiplano colombiano (páramos)por Duarte y Boelens (2016), las
comunidades rurales nicaragüenses que utilizan el agua por Romano, los planes e infraestructura de
desalinización españoles por Swyngedouw y Williams, las tierras altas ecuatorianas por Rodríguez-de-
Francisco y Boelens, y elacequiasEn Nuevo México por Perramond, los territorios hidrosociales
dominantes combinan sociedad y naturaleza de maneras que se corresponden con verdades particulares
sobre el agua y afirmaciones de conocimiento. En otras palabras, los territorios hidrosociales poderosos
prevén posicionar y alinear a los humanos, la naturaleza y el pensamiento dentro de una red que apunta a
transformar los diversos mundos acuáticos socionaturales en un sistema de gobernanza dominante (cf.
Baviskar,2007; escobar,2008; kaika,2005; Lansing,1991; musgo,2008; Zwarteveen y Boelens,2014), con un
"dominio" caracterizado a menudo por divisiones étnicas, de género, de clase o de casta, frecuentemente
sostenidas por convenciones científicas modernistas sobre el agua. En palabras de Foucault (1991/1978),
tales proyectos e imaginarios hidroterritoriales apuntan a “conducir la conducta” de poblaciones sujetas
específicas (lo que él enmarcó como “gubernamentalidad” – mentalidad y/o racionalidad gubernamental;
véase también Scott,1998).
Los procesos que "gubernamentalizan" el territorio y, por lo tanto, producen espacios con
relaciones jerárquicas nuevas o reforzadas entre los gobernantes del agua y los actores y actantes
sujetos al agua, tienen profundas consecuencias socioambientales y políticas. Las nuevas
configuraciones territoriales comúnmente entrelazan redes de conocimientos tecnológicos,
industriales, administrativos estatales y científicos que mejoran las transferencias locales-globales
de productos básicos, la extracción de recursos y el desarrollo/conservación en respuesta a
intereses económicos y políticos no locales (Büscher & Fletcher,2014; Yacoub, Duarte-Abadía y
Boelens,2015). Para hacerlo, comúnmente restringen la soberanía local y crean un orden político
que hace que estos espacios locales sean comprensibles, explotables y controlables (Bebbington &
Bury,2013; Rodríguez de Francisco y Boelens,2015).
Los proyectos de gubernamentalización territorial buscan alterar fundamentalmente la identificación
de los usuarios locales del agua con la comunidad, el barrio, el parentesco o la organización federativa
solidaria para cambiar las formas de pertenencia y comportamiento de los usuarios del agua, según
nuevas categorías identitarias y jerarquías. Hacer estos 'nuevos sujetos' requiere que estos usuarios del
agua encuadren sus visiones del mundo, necesidades, estrategias y relaciones de manera diferente,
construyendo y creyendo en nuevos modelos de agencia, causalidad, identidad y responsabilidad. Al
mismo tiempo, tales marcos excluyen otras opciones y así “delimitan el universo de
AGUA INTERNACIONAL 7
mayor investigación científica, discurso político y posibles opciones políticas” (Jasanoff &
Wynne,1998, pag. 5). Como lo muestran Duarte-Abadía et al.(2015), Hulshof y Vos (2016),
y Swyngedouw y Williams (2016), gubernamentalizar territorios a través de 'nuevos'
discursos e ideologías crea formas específicas de conciencia que son convocadas
(presumiblemente de manera evidente) para defender políticas, autoridades, jerarquías
y prácticas de gestión del agua particulares.
La imposición sutil (o un adoctrinamiento menos sutil) de perspectivas particulares sobre territorios
hidrosociales puede verse como una política de la verdad que legitima ciertos conocimientos, prácticas y
formas de gobernanza del agua y desacredita otros. Separan las formas "legítimas" de conocimiento,
derechos y organización del agua de las formas "ilegítimas" (Forsyth,2003; Foucault, Sellenart y Burchell,
2007). Como resultado, la producción de conocimientos y verdades sobre el agua –y las formas en que
estos informan la configuración de artefactos, reglas, derechos y estructuras organizativas particulares
del agua– se concentra en la cuestión de cómo alinear a los usuarios y medios de vida locales con el agua
multiescalar imaginada. -jerarquías de poder (Boelens,2015). Los discursos sobre el 'territorio hidrosocial'
unen poder y conocimiento (Foucault,1980) para asegurar un orden político específico como si fuera un
sistema naturalizado, estableciendo vínculos fijos y relaciones lógicas entre un conjunto específico de
actores, objetos, categorías y conceptos que definen la naturaleza de los problemas así como las
soluciones para superarlos.
La territorialidad hidrosocial, como batalla de discursos o narrativas divergentes (dominantes y
no dominantes), tiene como objetivo central la consolidación de un orden particular de cosas.
Aunque están completamente mediatizados en la praxis cotidiana, los grupos gobernantes
despliegan estratégicamente discursos que definen y posicionan lo social y lo material en una red
humano-material-natural para dejar el orden político indiscutido y estabilizar sus formas de
“conducir la conducta de las poblaciones sometidas” (Foucault,1980,1991/1978).
Como lo demuestran varias contribuciones en este número, los proyectos de gubernamentalidad
territorial no necesariamente apuntan a eliminar territorialidades alternativas. Muy a menudo, las tácticas
modernas de territorialización apuntan a "reconocer", incorporar y disciplinar las territorialidades locales,
integrando normas, prácticas y discursos locales en su racionalidad gubernamental dominante y su
organización espacial/política. Esta sutil estrategia para incorporar y marginar territorialidades existentes
localmente en proyectos territoriales dominantes hace uso del multiculturalismo "gestionado" o
"neoliberal": a través de estrategias "participativas" reconoce lo "conveniente" y deja de lado las culturas e
identidades del agua "problemáticas".
Pluralismo territorial, 'territorios-en-territorio' cuestionados y formas alternativas
de ordenamiento
Nuevos territorios hidrosociales resultan de la intersección y confrontación de proyectos
territoriales divergentes y la realización de imaginarios político-económicos y socioambientales en
disputa. Tales imaginarios, aquí, pueden entenderse como las visiones y aspiraciones
socioambientales del mundo sostenidas por grupos sociales particulares, como el patrón deseado
de los mundos territoriales materiales y ecológicos con y a través de los correspondientes valores,
símbolos, normas, instituciones y relaciones sociales. Como Steger y Paul (2013, pag. 23) sugieren,
“los imaginarios son convocatorias modeladas del todo social. Estos modos de comprensión
profundamente arraigados proporcionan parámetros en gran medida prerreflexivos dentro de los
cuales las personas imaginan su existencia social”. Son las construcciones históricas a través de las
cuales actores particulares definen y pretenden dar forma a sus objetivos deseados.
8 R. BOELENS ET AL.
conjunto territorial, a menudo en confrontación con las imágenes contrastantes a las que se
adhieren grupos temáticos en competencia. Como consecuencia, la política cotidiana sobre el
orden territorial encuentra expresión en los encuentros de diversos proyectos políticos y
geográficos, como las formas de organización estatal, el control espacial sobre el agua y las
relaciones de poder entre alianzas políticas y económicas nacionales y globales. Todos ellos
compiten, se superponen y fomentan sus intereses territoriales para fortalecer su control del agua.
De este modo, transforman continuamente la red hidráulica, los marcos de referencia culturales,
las estructuras de base económica y las relaciones políticas del territorio. Estos proyectos
hidropolíticos superpuestos tienden a generar un "pluralismo territorial" y hacer diversos
"territorios-territorios", es decir, configuraciones hidroterritoriales superpuestas, a menudo
cuestionadas e interactuantes en un mismo espacio, pero con diferentes contenidos materiales,
sociales y simbólicos y diferentes contenidos. interconexiones y fronteras.
Como señalan Hoogesteger et al. (2016) muestran, la compleja interacción entre, por ejemplo,
territorios definidos por el estado y los territorios hidrosociales de colectivos de usuarios locales
puede expresar una confrontación abierta, una alineación dócil u obediencia, pero también un
reconocimiento mutuo dinámico. Con respecto a esto último, en muchos lugares del mundo, las
estrategias oficiales y consuetudinarias de gestión del agua están profundamente entrelazadas en
un “matrimonio fortuito” (Boelens,2009, pag. 315). Los modos estatales y consuetudinarios de
ordenamiento territorial dependen uno del otro de maneras complicadas (y a menudo conflictivas).
Incapaz de proporcionar agua a todos los sectores de la sociedad, el Estado depende de normas,
infraestructuras y organizaciones informales/ilegales que tienen la capacidad de suministrar agua a
la ciudadanía, como lo demuestra, por ejemplo, Ioris (2016), Meehan (2013), Romano (2016), y Vos,
Boelens y Bustamante (2006). El "reconocimiento" de la infraestructura hidrosocial consuetudinaria
y sus soluciones específicas al contexto garantiza la legitimidad y la estabilidad del Estado. Por lo
tanto, en la política cotidiana de gobernanza del agua, la represión abierta de la territorialidad
hidrosocial local, vernácula e ilegal coexiste con la concesión y el reconocimiento estratégicos.
Algunas reglas locales, derechos e infraestructura ilegal están institucionalizados, a expensas de la
mayoría de los demás y al costo de intensificar la represión de normas e instituciones
hidroterritoriales más polémicas, desafiantes y desleales.
En las políticas de hidroterritorialización, es común encontrar que esta legalización y deslegitimación
simultánea de los derechos locales elimina importantes protecciones para los colectivos locales y, en
ocasiones, transferencias masivas de recursos a los nuevos actores que intervienen (ver, por ejemplo,
Boelens & Seemann,2014; Perramond,2016; Seemann,2016). Las luchas territoriales, por lo tanto,
entrelazan batallas por los recursos naturales con luchas por el significado, las normas, el conocimiento, la
autoridad para tomar decisiones y los discursos. Por esta razón, las luchas de los colectivos territoriales
locales tienen que ver con el agua y los recursos económicos para sostener sus medios de vida tanto
como con los discursos que respaldan sus reclamos de autodefinir sus propias reglas del agua, valores
naturales, significados territoriales e identidades de usuarios.
Con la intensificación de políticas universales de formalización estatal que apuntan a "reconocer" y
reorganizar los sistemas de derechos locales, y mayores esfuerzos basados en el mercado para expandirse a
nuevos territorios, los territorios hidrosociales "consuetudinarios" locales se convierten cada vez más en sitios de
movilización política y resistencia a la dominación externa. Dado que los agentes estatales, las empresas
agrocomerciales, las empresas mineras, los conglomerados hidroeléctricos y otros actores dominantes expanden
sus actividades a "nuevas" áreas que a menudo son intensamente utilizadas por sus habitantes locales, las
comunidades y asociaciones "locales" también buscan respuestas.
AGUA INTERNACIONAL 9
que se extienden más allá de sus dominios de origen. Cada vez más, organizan y persiguen sus objetivos
en una variedad de escalas.
Las políticas de los actores dominantes (que intentan alinear las comunidades de usuarios con
sus marcos, reglas y jerarquías escalares de poder), así como las estrategias de resistencia de los
grupos locales (que pretenden localizar el acceso a los recursos y el poder de toma de decisiones)
están fundamentalmente relacionadas con sus intereses. poder para componer o manipular
patrones de múltiples escalas (Swyngedouw,2004,2009; véase también Bebbington, Humphreys-
Bebbington y Bury, 2010; Hoogesteger y Verzijl,2015). Por lo tanto, los colectivos marginados de
usuarios de agua a menudo desafían las 'escalas manejables' a las que están confinados,
“intentando liberarse de estas limitaciones de escala impuestas aprovechando el poder y los
instrumentos en otras escalas. En el proceso, se produce escala activamente” (Jonas, 1994, pag. 258,
citado por Swyngedouw,2004, pag. 34). Por ejemplo, Hoogesteger et al. (2016) y Boelens et al. (2014
) muestran cómo las organizaciones comunitarias y regionales de campesinos e indígenas en el
Altiplano Ecuatoriano han podido promover sus reclamos sobre el agua gracias a sus conexiones
con redes multiescalar de organizaciones de desarrollo, ambientales y de derechos humanos. Sus
redes hidrosociales, en parte, se convierten en “contrageografías” (Brenner,1998, pag. 479; véase
también Bridge y Perreault, 2009; Hoogesteger,2012; Romano,2016). Como consecuencia, la
reorganización permanente de los territorios, sus configuraciones y escalas espaciales “son parte
integral de las estrategias sociales y sirven como escenario donde se libran las luchas por el control
y el empoderamiento” (Swyngedouw,2004, pag. 33).
Al analizar las luchas, se presta mayor atención a los flagrantes conflictos por el agua y a la invasión de
recursos y poderes de toma de decisiones. Pero la acción social cotidiana puede ser mucho más influyente
(cf. Scott,1998). Muchos colectivos de usuarios extienden redes informales como corrientes subterráneas
en gran medida invisibles que desafían activamente la dominación. Estas "resacas" permiten la acción a
escalas políticas más amplias, constituyendo redes translocales flexibles. “Ellos evitan el patrullaje de los
poderes dominantes y formales, mientras practican y extienden materialmente sus propios derechos de
agua y construyen discursivamente sus contranarrativas.…defender los derechos locales y luchar contra la
invasión, la vigilancia y la represión” (Boelens,2015, pag. 250). Esta creación de un territorio hidrosocial
integrado localmente está en el centro de la acción colectiva en muchos lugares y espacios de control del
agua, dando sutilmente a "agua", "territorio", "derechos" e "identidad" (nuevos) significados locales. Como
'portainjertos', estas formas de hidroterritorialidad se conectan bajo tierra y producen brotes arriba y
raíces abajo –operando alternativamente al aire libre y bajo la superficie–, lo que las hace difíciles de
entender, contener y captar para los funcionarios y otros poderes dominantes (Boelens,2015; ver también
Bebbington,2012; meehan,2013). Los resultados de estas intersecciones, conflictos y reordenamientos
hidroterritoriales no están predeterminados y, como señala Swyngedouw (2007, pag. 24) explica, “celebrar
las visiones de las redes de élite, revelar las cicatrices sufridas por los desempoderados y alimentar las
posibilidades y los sueños de visiones alternativas”.
Observaciones finales
Como hemos explorado aquí, y como lo ilustran y examinan con más detalle las diversas contribuciones a
este número especial, comprender la gobernanza del agua y los sistemas de planificación territorial
basados en políticas socionaturales brinda oportunidades para examinar críticamente los contenidos
cargados de poder de los regímenes y redes hidrosociales prevalecientes. Él
10 R. BOELENS ET AL.
También ofrece ideas sobre formas alternativas de conceptualizar y construir relaciones
naturaleza-sociedad-poder, permitiendo formas de gobernanza más equitativas que, entre
otras cosas, se basan en conocimientos transdisciplinarios y modos de toma de decisiones
más ascendentes.
Este artículo y la mayoría de los autores que contribuyen al número especial utilizan un enfoque
de ecología política. Esto mejora la comprensión de cómo la formulación e implementación de
nuevos modos de gobernanza del agua y la reconstrucción de territorios hidrosociales a menudo
pueden resultar en costos y beneficios desiguales para diferentes actores. También apoya la
comprensión de cómo las formas dominantes de conceptualizar estas configuraciones
socionaturales y de "conocer los problemas y soluciones ambientales" despolitizan activamente
formas de desigualdad socioeconómica, desconocimiento y exclusión política. Por lo tanto, las
contribuciones buscan mostrar la naturaleza política de los mecanismos de acceso y distribución
del agua que están integrados en la planificación hidroterritorial, las relaciones que dan forma a los
derechos y reglas con respecto a la toma de decisiones sobre el agua, y los discursos que sustentan
las políticas hídricas y la reforma territorial hidrosocial.
Como lo muestran varios artículos, la mayoría de las luchas territoriales y por los recursos en los
sistemas de control del agua tienen sus raíces en cómo las nuevas propuestas de gobernanza del agua
socavan, transforman, incorporan y/o reordenan las formas locales existentes de autogobierno colectivo y
autonomía territorial. Las políticas clásicas “orientadas a la exclusión” y las modernas “orientadas a la
inclusión” (e híbridas) apuntan a involucrar a las comunidades y territorios locales de usuarios de agua en
las proyecciones y racionalidades hidroterritoriales de los grupos gobernantes y así dar forma o reforzar
el orden hidroterritorial dominante. La alineación con estos esquemas supuestamente más racionales y
eficientes generalmente legitima la autoridad y la supremacía cultural de los grupos de poder político-
económico externos y profundiza la distribución desigual del agua, así como la extracción insostenible de
excedentes y recursos de las comunidades locales.
Sin embargo, los artículos también muestran que muchos usuarios de recursos y colectivos de
gestión 'locales' (vernáculos) o marginados desafían y responden activamente a las normas,
conocimientos, patrones de distribución, formas de gobernanza e identidades que se les imponen.
A menudo, un componente fundamental de estas luchas es el esfuerzo por "rediseñar" y remodelar
las redes, unidades y artefactos hidráulicos que subyacen a la estructura y la lógica de los
territorios hidrosociales dominantes (estos últimos frecuentemente se basan en género, etnia,
clase, casta u otros factores). desigualdades y contradicciones. Esto implica transformar el mundo
de las normas culturales y distributivas y las relaciones políticas incorporadas en la tecnología,
incluidas las definiciones correspondientes de funcionamiento adecuado, aptitud social y eficiencia
técnica. Luego, estas luchas por una territorialidad alternativa a menudo implican la construcción y
participación en nuevas redes multiescalar, que vinculan a las comunidades locales con actores y
alianzas translocales. A través de la política escalar, los colectivos de base emplean prácticas
materiales y discursivas para impugnar las políticas de reterritorialización dominantes y reclamar la
redistribución económica, el reconocimiento cultural, la legitimidad política y la democracia. Como
tales, los territorios hidrosociales vernáculos y no dominantes a menudo son espacios físicos,
culturales, sociojurídicos y políticos que permiten a los usuarios del agua maniobrar en mundos
acuáticos locales, así como en redes políticas más amplias que determinan el control del agua. Que
los agentes dominantes u opuestos tengan éxito en producir, reforzar o reordenar los territorios
hidrosociales que imaginan depende de su capacidad para movilizarse y ejercer el poder,
imponiendo la negociación y el cambio a través de alianzas estratégicas, en qué medida y de qué
manera.
AGUA INTERNACIONAL 11
Nota
1.Sistemas de creencias epistemológicasexpresar la naturaleza y alcance del conocimiento; conceptualizan
qué es el conocimiento y cómo se puede adquirir.Naturalizar los discursosentrelazar afirmaciones de
conocimiento y prácticas sociales y materiales con poder y legitimidad para dar forma a 'verdades' (o
'regímenes de verdad') particulares y así 'representar la realidad' estratégicamente; Su objetivo es explicar
de manera convincente (como si fuera "natural") cómo debe entenderse y experimentarse la realidad
socionatural, eliminando así modos alternativos de representar la realidad.
Agradecimientos
Las investigaciones, debates y reflexiones en las que se basa este artículo y número especial forman parte
de las actividades organizadas por la alianza internacional Justicia Hídrica/Justicia del Agua (www.
justiciahidrica.org). Los autores desean agradecer a los miembros académicos, activistas y de base de la
alianza por compartir sus experiencias, ideas y reflexiones, que han contribuido de manera importante a
esta publicación.
Los puntos de vista e interpretaciones de esta publicación son los de los autores y no son
necesariamente atribuibles a sus organizaciones.
Referencias
Agnew, J. (1994). La trampa territorial: los supuestos geográficos de las relaciones internacionales
teoría.Revista de economía política internacional, 1(1), 53–80. doi:10.1080/09692299408434268 Bakker, K. (
2010).Privatizar el agua. El fracaso de la gobernanza y la crisis mundial del agua en las zonas urbanas.Ítaca,
Nueva York: Cornell University Press.
Baletti, B. (2012). Ordenamento Territorial: el neodesarrollismo y la lucha por el territorio
en la baja Amazonía brasileña.Revista de estudios campesinos, 39 (2), 573–598. doi:10.1080/
03066150.2012.664139
Barnes, J. y Alatout, S. (2012). Mundos acuáticos: Introducción al número especial de Estudios Sociales
de Ciencia.Estudios sociales de la ciencia, 42 (4), 483–488. doi:10.1177/0306312712448524 Baviskar, A. (
2007).Paisajes acuáticos. La política cultural de un recurso natural.Delhi: Permanente
Negro.
Bebbington, A. (2012). Ecologías políticas subterráneas: la segunda conferencia anual del
Grupo de especialidad en ecología cultural y política de la Asociación de Geógrafos Americanos.
Geoforo, 43(6), 1152-1162. doi:10.1016/j.geoforum.2012.05.011
Bebbington, A., Humphreys-Bebbington, D. y Bury, J. (2010). Federando y defendiendo:
Agua, territorio y extracción en los Andes. En R. Boelens, DH Getches y JA Guevara-Gil
(Eds.),Fuera de la corriente principal: derechos de agua, política e identidad (págs. 307–
328). Londres: Earthscan.
Bebbington, A. y Bury, J. (eds.). (2013).Luchas subterráneas: Nuevas dinámicas de la minería, el petróleo,
y gas en América Latina.Austin: Prensa de la Universidad de Texas.
Boelens, R. (2009). La política de disciplinar los derechos del agua.Desarrollo y cambio, 40(2),
307–331. doi:10.1111/j.1467-7660.2009.01516.x
Boelens, R. (2014). Política cultural y ciclo hidrosocial: agua, poder e identidad en el
tierras altas andinas.Geoforo, 57,234–247. doi:10.1016/j.geoforum.2013.02.008
Boelens, R. (2015).Agua, energía e identidad. Las políticas culturales del agua en los Andes.Londres:
Exploración de la Tierra, Routledge.
Boelens, R., Hoogesteger, J. y Rodríguez-de-Francisco, JC (2014). Mercantilizar el territorio hídrico
Historias: El choque entre las culturas andinas de derechos de agua y las políticas de pago por servicios
ambientales.Capitalismo Naturaleza Socialismo, 25(3), 84-102. doi:10.1080/10455752.2013.876867
12 R. BOELENS ET AL.
Boelens, R. y Post Uiterweer, Carolina del Norte (2013). Héroes hidráulicos: las ironías del hidraulismo utópico
y su política de autonomía en el Valle del Guadalhorce, España.Revista de Geografía Histórica, 41,
44–58. doi:10.1016/j.jhg.2012.12.005
Boelens, R. y Seemann, M. (2014). Compromisos forzados: seguridad hídrica y derechos locales
Formalización en Yanque, Valle del Colca, Perú.Organización humana, 73(1), 1–12. doi:
10.17730/humo.73.1.d44776822845k515
Boelens, R. y Vos, J. (2014). Pluralismo jurídico, creación de propiedad hidráulica y sostenibilidad: La
naturaleza materializada de los derechos de agua en sistemas gestionados por los usuarios.COSTO, 11,55–62. doi:10.1016/
j.cosust.2014.10.001
Negrita, A. (2004).En agua caliente (tesis doctoral). Universidad de Wageningen, Países Bajos.
Brenner, N. (1998). Entre la fijeza y el movimiento: acumulación, organización territorial y la
Geografía histórica de escalas espaciales.Medio Ambiente y Planificación D: Sociedad y Espacio, 16,
459–481. doi:10.1068/d160459
Bridge, G. y Perreault, T. (2009). Gobernanza ambiental. En N. Castree, et al. (Eds.),
Compañero de geografía ambiental (págs. 475–397). Oxford, Reino Unido: Blackwell.
Bury, J., Mark, BG, Carey, M., Young, KR, McKenzie, JM, Baraer, M. French, A. y Polk,
mh (2013). Nuevas geografías del agua y cambio climático en el Perú: transformaciones
naturales y sociales acopladas en la cuenca del río Santa.Anales de la Asociación de Geógrafos
Americanos, 103(2), 363–374. doi:10.1080/00045608.2013.754665
Büscher, B. y Fletcher, R. (2014). Acumulación por conservación.Nueva economía política, 20(2),
273–298. doi:10.1080/13563467.2014.923824
Castree, N. (2008). Naturaleza neoliberalizante: Las lógicas de la desregulación y la reregulación.
Medio Ambiente y Planificación A, 40(1), 131-152. doi:10.1068/a3999
Crow, B., Lu, F., Ocampo-Raeder, C., Boelens, R., Dill, B. y Zwarteveen, M. (2014). Santa Cruz
Declaración sobre la crisis mundial del agua.Agua Internacional, 39(2), 246–261. doi:10.1080/
02508060.2014.886936
Damonte-Valencia, G. (2015). Redefiniendo territorios hidrosociales: control hídrico en el valle
de Ica, Perú (1993–2013),Cuadernos de Desarrollo Rural. 12(76), 109-133. doi:10.11144/
Javeriana.cdr12-76.rthc
Duarte-Abadía, B., & Boelens, R. (2016). Disputas sobre límites territoriales y divergencias.
Lenguajes de valoración: El territorio hidrosocial del altiplano de Santurban en Colombia.Agua
Internacional, 41(1), 15-36. doi:10.1080/02508060.2016.1117271
Duarte-Abadía, B., Boelens, R., & Roa-Avendaño, T. (2016). Energía hidroeléctrica, invasión y
Remodelación del territorio hidrosocial: El caso de Hidrosogamoso en Colombia.Organización
humana, 74(3), 243–254. doi:10.17730/0018-7259-74.3.243
Elden, S. (2010). Tierra, terreno, territorio.Progreso en geografía humana, 34 (6), 799–817.
doi:10.1177/0309132510362603
Escobar, A. (2008).Territorios de diferencia: Lugar, movimientos, vida, redes.Durham Carolina del Norte: Duque
Prensa universitaria.
Ferguson, J. y Gupta, A. (2002). Estados espacializadores: hacia una etnografía del neoliberalismo
gubernamentalidad.Etnólogo estadounidense, 29 (4), 981–1002. doi:10.1525/ae.2002.29.4.981
Forsyth, T. (2003).Ecología política crítica. La política de las ciencias ambientales.Londres:
Rutledge.
Foucault, M. (1980). Poder/conocimiento. En C. Gordon, (Ed.).Foucault. Poder/conocimiento: Seleccionado
entrevistas y otros escritos 1972-1978.Nueva York, Nueva York: Pantheon Books.
Foucault, M. (1991[1978]). Gubernamentalidad. En G. Burchell, C. Gordon y P. Miller (Eds.),El
Efecto Foucault: Estudios en gubernamentalidad (págs. 87-104). Chicago: Prensa de la Universidad de
Chicago. Foucault, M., Sellenart, M. y Burchell, G. (2007).Seguridad, territorio, población.Nueva York, NY:
Palgrave Macmillan.
Haraway, D. (1991).Simios, cyborgs y mujeres: la reinvención de la naturaleza.Nueva York, NY:
Rutledge.
Harris, L. y Roa-García, MC (2013). Olas recientes de gobernanza del agua: reforma constitucional
y resistencia a la neoliberalización en América Latina (1990-2012).Geoforo, 50,20–30. doi:
10.1016/j.geoforum.2013.07.009
AGUA INTERNACIONAL 13
Heynen, N. y Swyngedouw, E. (2003). Ecología política urbana, justicia y política de escala.
Antípoda, 34(4), 898–918.
Hoogesteger, J. (2012). democratizando la gobernanza del agua desde las bases: el desarrollo
de Interjuntas-Chimborazo en los Andes ecuatorianos.Organización humana, 71(1), 76–86. doi:
10.17730/humo.71.1.b8v77j0321u28863
Hoogesteger, J. (2013). Transformar el capital social en torno al agua: organizaciones de usuarios del agua,
derechos de agua y organizaciones no gubernamentales en Cangahua, los Andes ecuatorianos.
Sociedad y recursos naturales, 26(1), 60–74. doi:10.1080/08941920.2012.689933
Hoogesteger, J., Baud, M. y Boelens, R. (2016). Pluralismo territorial: multiescalar de los usuarios del agua
Luchas contra el orden estatal en la sierra del Ecuador.Agua Internacional, 41(1), 91-106. doi:
10.1080/02508060.2016.1130910
Hoogesteger, J. y Verzijl, A. (2015). Política escalar de base: perspectivas del agua campesina
Luchas en los Andes ecuatorianos y peruanos.Geoforo, 62,13–23. doi:10,1016/j.
geoforo.2015.03.013
Hulshof, M. y Vos, J. (2016). Realidades divergentes: cómo son los marcos, los valores y la gestión del agua
entretejidas en el humedal de la Albufera de Valencia, España.Agua Internacional, 41(1), 107-124. doi:
10.1080/02508060.2016.1136454
Illich, I. (1986).H20 y las aguas del olvido.Londres: Marion Boyars.
Ioris, A. (2016). Escasez de agua y ciudad excluyente: La lucha por la justicia del agua en Lima, Perú.
Agua Internacional, 41(1), 125-139. doi:10.1080/02508060.2016.1124515
Jasanoff, S. y Wynne, B. (1998). Ciencia y toma de decisiones. En S. Rayner y EL Malone
(Eds.),La elección humana y el cambio climático (págs. 1–87). Columbus, Ohio: Battelle Press. Jonás, A. (1994).
La política de escala de la espacialidad.Medio Ambiente y Planificación D: Sociedad y Espacio,
12(3), 257–64.
Kaika, M. (2005).Ciudades de flujos. Modernidad, naturaleza y ciudad.Londres: Routledge. Lansing, S. (
1991).Sacerdotes y programadores: tecnologías de poder en el paisaje diseñado de
Bali.Princeton: Prensa de la Universidad de Princeton.
Latour, B. (1993).Nunca hemos sido modernos.Cambridge, MA: Harvard University Press. Ley, J.
(1994).Organizando la modernidad.Oxford: Editores Blackwell. Lefebvre, H. (1991).La
producción del espacio.Oxford: Blackwell.
Linton, J. y Budds, J. (2014). El ciclo hidrosocial: definición y movilización de un
enfoque relacional-dialéctico del agua.Geoforo, 57,170–180. doi:10,1016/j.
geoforo.2013.10.008
Martínez-Alier, J. (2002).El ambientalismo de los pobres.Cheltenham: Edward Elgar. Meehan,
K. (2013). Disciplinar el desarrollo de facto: robo de agua y orden hidrosocial en
Tijuana.Medio Ambiente y Planificación D: Sociedad y Espacio, 31,319–336. doi:10.1068/d20610 Molle, F.
(2009). Planificación y gestión de cuencas hidrográficas: la vida social de un concepto.geoforo,
40,484–494. doi:10.1016/j.geoforum.2009.03.004
Mosse, D. (2008). Epílogo: Las políticas culturales del agua Una perspectiva comparada.Diario de
Estudios de África Meridional, 34 (4), 939–948. doi:10.1080/03057070802456847
Neumann, RP (2009). Ecología política: teorización de la escala.Progreso en geografía humana, 33 (3),
398–406. doi:10.1177/0309132508096353
Orlove, B. y Caton, Carolina del Sur (2010). Sostenibilidad hídrica: enfoques y perspectivas antropológicas.
Revista Anual de Antropología, 39,401–415. doi:10.1146/annurev.anthro.012809.105045
Perramond, E. (2016). Adjudicación del territorio hidrosocial en Nuevo México.agua internacional,
41(1), 173–188. doi:10.1080/02508060.2016.1108442
Perreault, T. (2014). ¿Qué tipo de gobernanza para qué tipo de equidad? Hacia una teorización de
Justicia en la gobernanza del agua.Agua Internacional, 39(2), 233–245. doi:10.1080/
02508060.2014.886843
Roa-García, MC (2014). Equidad, eficiencia y sostenibilidad en la asignación del agua en los Andes:
Compensaciones en un mundo lleno.Alternativas de agua, 7(2), 298–319.
Rodríguez de Francisco, JC y Boelens, R. (2015). Pago por servicios ambientales:
Movilizar una comunidad epistémica para construir una política dominante.Política ambiental,
24(3), 481–500. doi:10.1080/09644016.2015.1014658
14 R. BOELENS ET AL.
Rodríguez-de-Francisco, JC y Boelens, R. (2016). Territorios hidrosociales de PSA:
Desterritorialización y reestructuración de los espacios de control del agua en la sierra andina.
Agua Internacional, 41(1), 140-156. doi:10.1080/02508060.2016.1129686
Romano, S. (2016). Discursos democratizadores: concepciones de propiedad, autonomía y 'el
Estado' en la gobernanza del agua rural en Nicaragua.Agua Internacional, 41(1), 74–90. doi:10.1080/
02508060.2016.1107706
Saldías, C., Boelens, R., Wegerich, K. y Speelman, S. (2012). Perder el foco divisorio: una mirada
en complejos sistemas de riego gestionados por comunidades en Bolivia.Agua Internacional, 37(7),
744–759. doi:10.1080/02508060.2012.733675
Scott, JC (1998).Ver como un estado.New Haven: Prensa de la Universidad de Yale.
Seemann, M. (2016). Las políticas inclusivas de reconocimiento y la lucha por los territorios hidrosociales en
dos comunidades del altiplano boliviano.Agua Internacional, 41(1), 157-172. doi:10.1080/
02508060.2016.1108384
Smith, N. (1984).Desarrollo desigual.Blackwell: Oxford.
Steger, MB y Paul, J. (2013). Niveles de globalización subjetiva: ideologías, imaginarios,
ontologías.Perspectivas sobre el desarrollo y la tecnología globales, 12(1–2), 17–40. doi:10.1163/
15691497-12341240
Swyngedouw, E. (1999). Modernidad e hibridación: naturaleza, regeneracionismo y producción.
del paisaje acuático español, 1890-1930.Anales de la Asociación de Geógrafos Americanos, 89
(3), 443–465. doi:10.1111/0004-5608.00157
Swyngedouw, E. (2004). ¿Globalización o 'glocalización'? Redes, territorios y reescalado.
Revista de Cambridge de Asuntos Internacionales, 17(1), 25–48. doi:10.1080/0955757042000203632
Swyngedouw, E. (2007). Revoluciones tecnonaturales: la política escalar de la hidrosocialidad franquista
sueño para España, 1939?1975.Transacciones del Instituto de Geógrafos Británicos, 32(1), 9–28. doi:
10.1111/tran.2007.32.edición-1
Swyngedouw, E. (2009). La economía política y la ecología política del ciclo hidrosocial.
Revista de investigación y educación sobre el agua contemporánea, 142,56–60. doi:10.1111/jcwr.2009.142.
número-1
Swyngedouw, E. (2015).Energía líquida: hidromodernidades disputadas en 20thEspaña del siglo.
Cambridge, MA: MIT Press.
Swyngedouw, E. y Williams, J. (2016). Del estancamiento hidroeléctrico en España a la solución a la desalinización.
Agua Internacional, 41(1), 54–73. doi:10.1080/02508060.2016.1107705
Vos, HD, Boelens, R., y Bustamante, R. (2006). Ley formal y control local del agua en el
Región andina: un campo ferozmente disputado.Revista Internacional de Desarrollo de Recursos
Hídricos, 22(1), 37–48. doi:10.1080/07900620500405049
Vos, J. y Boelens, R. (2014). Normas de sostenibilidad y la cuestión del agua.Desarrollo y
Cambio, 45(2), 205-230. doi:10.1111/dic.12083
Vos, J., & Hinojosa, L. (2016). Comercio virtual de agua y la disputa por territorios hidrosociales.
Agua Internacional, 41(1), 37–53. doi:10.1080/02508060.2016.1107682
Warner, J., Wester, P. y Hoogesteger, J. (2014). Luchando con las escalas: revisando los límites
de la gestión de cuencas fluviales.Revisiones interdisciplinarias de Wiley: agua, 1 (5), 469–481. doi:10.1002/
wat2.2014.1.edición-5
Wester, P. (2008).Derramando las aguas: cambio institucional y control del agua en el río Lerma-
Cuenca de Chapala, México (Tesis doctoral), Universidad de Wageningen.
Wester, P., Merrey, DJ y De Lange, M. (2003). Límites del consentimiento: representación de las partes interesadas.
ción en la gestión de cuencas fluviales en México y Sudáfrica.Desarrollo Mundial, 31(5),
797–812. doi:10.1016/S0305-750X(03)00017-2
Ganador, L. (1986).La ballena y el reactor: una búsqueda de límites en una era de alta tecnología.
Chicago: Universidad de Chicago. Prensa.
Yacoub, C., Duarte-Abadía, B. y Boelens, R. (Eds.). (2015).Agua y Ecología Política.Quito:
Abya-Yala.
Zwarteveen, M. y Boelens, R. (2014). Definir, investigar y luchar por la justicia del agua:
Algunos pilares conceptuales para la investigación y la acción.Agua Internacional, 39(2), 143-158. doi:
10.1080/02508060.2014.891168