Capítulo 12
Fuga, deuda y neoliberalismo
Alejandro Vanoli y Lucas Gobbo
1. Introducción
Históricamente en nuestro país los distintos procesos neoliberales se
caracterizaron por incentivar la desregulación financiera. Como con-
secuencia, esto generó: un circuito de endeudamiento, apreciación
del tipo de cambio real, déficit de cuenta corriente y valorización
financiera; lo cual, termina desembocando en una dolarización de
activos, fuga de capitales y fuertes procesos de devaluación e inflación.
Ello ocurrió en la primera fase neoliberal de la Dictadura Militar
con un proceso de fuerte endeudamiento público y privado que
estalló en 1980 con una grave crisis financiera. Esto arrastró a la
quiebra a los bancos privados más importantes y desembocó en una
mega devaluación, acompañado de una hiperinflación y default, a
raíz el estallido de la “tablita” de Martínez de Hoz.
Luego de una década los 80 de alta inflación e inestabilidad, la
Convertibilidad implicó la segunda fase del modelo neoliberal. Al
finalizar la fase inicial de crecimiento con exclusión social, se des-
embocó en fuertes déficits gemelos y endeudamiento. Este modelo
implosionó en 2001 cuando el FMI tomó la determinación de cor-
tar el crédito al país, generando la peor crisis económica y financiera
en 70 años. Como consecuencia nuevamente se derivó en una mega
devaluación y default.
La gestión de Mauricio Macri a partir de diciembre de 2015 tam-
bién se caracterizó por una fuerte apertura comercial y financiera, que
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derivó en un profundo déficit fiscal y de cuenta corriente cubierto
con endeudamiento. En esa fase se produjo una colosal especulación
financiera con fuertes ingresos de capital especulativo. Cuando el ni-
vel de endeudamiento del país se tornó insostenible, con una deuda
de 100% del PBI, nivel superior a 2001, la valorización financiera se
tornó en una fuerte devaluación y salida de capitales con una dupli-
cación de la inflación y una fuerte recesión. Sólo la irrupción del FMI
con un voluminoso apoyo financiero pudo mantener una precaria
calma financiera en el segundo trimestre de 2019 que parece disiparse
en una nueva fase de dolarización e inestabilidad.
Como es de esperar el tercer modelo neoliberal de Macri, sigue
el mismo terrible derrotero de las dos experiencias anteriores, con
una combinación explosiva de inflación y recesión. Luego de más de
tres años y medio de gobierno, la gestión de Cambiemos ha agrava-
do el conjunto de las variables económicas y sociales, lo que dejará
como herencia un endeudamiento insostenible.
Las tres fases neoliberales implican un serio retroceso productivo
que incrementa la desigualdad y mina la capacidad de pago del país.
En todos los casos, el ingreso de capitales especulativos y el propio
excedente del país se van por la puerta giratoria de una fuga de capi-
tales descontrolada que aumenta la vulnerabilidad externa del país.
Así la propia agencia de noticias financiera Bloomberg1 ha señalado
que la Argentina es el país más vulnerable del mundo por su nivel de
endeudamiento en moneda extranjera, de corto plazo y por el fuerte
déficit de cuenta corriente agravado por la apertura importadora y el
peso de los intereses de la deuda.
El modelo de endeudamiento y fuga genera una aparente parado-
jal restricción externa derivada de la insuficiencia de divisas genuinas
para atender los pagos de importaciones, utilidades y dividendos, in-
tereses y fuga de capitales que termina dilapidando las reservas in-
ternacionales del país. Como puede verse, el endeudamiento y fuga
1 Daoud, Z. & Johnson, S. (2019, 24 de julio). Emerging crisis from Turkey - Tragedy
but not farce. Blomberg, https://www.bloomberg.com/news/articles/2019-07-24/
emerging-markets-less-at-risk-from-turkey-this-time-round-chart
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de capitales son las dos caras de un mismo modelo neoliberal de va-
lorización financiera y salida del país, quedando el país inerme y sin
instrumentos para proteger la estabilidad financiera y cambiaria.
La renuncia a emplear instrumentos macro-prudenciales de re-
gulación cambiaria, utilizados por todos los países y aceptados por
el Banco de Basilea (BIS) y hasta por el propio FMI, impiden evitar
presiones sobre el mercado de cambios generando un círculo vicioso
de dolarización, devaluación, inflación y mayores presiones cambia-
rias. Como consecuencia hoy nos encontramos en una situación de
extrema delicadeza e imprevisibilidad a futuro.
El lunes 13 de agosto -posterior a las elecciones Primarias Abier-
tas, Simultáneas y Obligatorias- el Presidente de la Nación tomó
la determinación de culpabilizar a la sociedad por la elección que
quedó plasmada en el escrutinio provisorio del día anterior. Alegó
que las consecuencias de esa elección son el 40% de devaluación que
se visualizaba en un solo día. Sin embargo, las causas por las cua-
les se llegó a esa situación son muchas y estructurales; producto de
medidas irresponsables que tenían el objetivo de favorecer a sectores
concentrados de poder, pero no al conjunto de la población.
Al mismo tiempo existió una intencionalidad en el gobierno
de que esa devaluación se lleve a cabo después de intentar frenar
el tipo de cambio como ancla nominal para disminuir las tasas de
inflación. A modo de adoctrinamiento, el BCRA tomó la decisión
de intervenir por menos de la mitad de lo pautado con el FMI una
vez que el dólar supere la banda superior de $51,45. Inclusive se le
había dado la potestad a las autoridades del BCRA de que en caso de
emergencia el tope de intervención de U$S250.000 millones pueda
ser superado. Así también, la cotización en el Banco Nación superó
por uno o dos pesos a la de la City y otros bancos privados el día
lunes y martes, a lo largo de las jornadas cambiarias.
Hoy, una semana después del lunes negro, las expectativas a fu-
turo son graves y generan preocupación en el mercado financiero,
pero por sobre todo en el conjunto de la población. Las expectati-
vas de inflación para agosto ya se prevén en torno al 6% (cuando
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previamente era del 2%), en el tercer trimestre se espera un fuerte
aumento de la pobreza y debido a la pérdida de poder adquisitivo
también aumentará la desocupación.
Sin embargo es importante remarcar que más allá de las decisio-
nes que se tomaron en estas semanas, hay una economía que tiene
problemas estructurales. El descontrol financiero y económico que
actualmente atraviesa la Argentina es el desenlace anunciado luego
de las medidas tomadas a lo largo de estos tres años y medio. La fuga
de capitales y el endeudamiento forman parte de un modelo más
complejo donde estos dos factores son solo parte necesaria, pero no
suficiente.
2. Fuga de capitales y escasez de divisas
Desde la llegada de Macri al poder se tomaron un conjunto de
decisiones que nos llevaron a la situación de crisis que atraviesa el
país al momento de escribir este capítulo. Una de las más relevantes
fue la libre circulación de capitales que permitió la fuga que se dio
en estos 3 años y medio. Ya en enero de 2016 el Banco Central
(BCRA) instauró las Letras del Banco Central (LEBACS) con tasas
superiores al 38% cuando la inflación proyectada era del 20% y el
dólar ya estaba devaluado. Esto generó una galopante entrada de ca-
pitales golondrina para poder generar ganancias extraordinarias, sin
generar ni un nuevo puesto de trabajo. El problema es que cuando
estos capitales sienten que la rentabilidad futura se ve amenazada.
Es ahí cuando inicia la fuga sin ningún tipo de costo para ellos y
con grandes consecuencias para el conjunto de la población. Así se
llevan muchas más divisas que las que trajeron, justamente gracias a
las altas tasas pagadas por el BCRA.
En estos tres años y medio la fuga de capitales alcanzó los
U$S72.234 millones. La apertura del mercado de capitales permi-
tiendo la libre entrada y salida de los mismos fue clave en este desenla-
ce. Y no solo hubo libertad sino también incentivo, como sucedió en
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el caso de las LEBACS mencionado anteriormente y posteriormente
con las Letras del Tesoro (LETES) que llegaron a dar una tasa de in-
terés en dólares del 6% anual, las LECAPS y las Letras de Liquidez
del BCRA (LELIQ). Después de las corridas y fugas de junio de 2018
se empezó a desarmar la cartera de LeBacs para terminar creando las
LELIQ en octubre de ese año.
Gráfico 1. Formación de activos externos entre diciembre de
2015 y junio de 2019 (en millones de U$S)
Fuente: Elaboración propia en base a datos del BCRA.
Hoy uno de las mayores erogaciones que enfrenta el Estado na-
cional es la especulación financiera y la fuga de capitales. Actual-
mente el gasto financiero más fuerte financiado por el Estado se
realiza a través del BCRA con sus Letras de Liquidez (LELIQ). Al
14 de agosto de este 2019 el stock de ººº ascendía a $1,174 billones.
Mientras que su tasa de interés es del 75%. En este sentido, su costo
anual es de aproximadamente $880.543 millones.
El stock de las LELIQ y su tasa representan un peligro para la
macroeconomía Argentina y eso se vio el lunes 12 de agosto luego
de las elecciones. Con vencimientos de $250 mil millones, solo se
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renovaron $90 mil millones por lo que el stock de estas letras bajo
de $1,28 billones a $1,13 billones. De esta manera se expandió la
base monetaria un 11% en un día, la más alta desde que existe este
esquema. Gran parte de la corrida tiene su correlato en esta bomba
de tiempo que representan las LELIQ. Son corridas que operan
sobre las expectativas futuras y suponen que los rendimientos en
moneda extranjera bajaran por la devaluación, por lo que salen de
su “posición” en pesos y se resguardan en los dólares.
Gráfico 2. Letras de Liquidez y Base Monetaria en 2019 hasta
el 16 de agosto (En millones de U$S y en %)
Fuente: Elaboración propia en base a datos del BCRA.
Otro factor que nos llevó a esta situación es la escasez de divisas
que sufre el mercado local por la falta de liquidaciones de dólares
provenientes de las exportaciones. En dicho sentido, como se ob-
serva en el siguiente gráfico solo en dos meses desde 2018 hubo
liquidaciones por encima de las exportaciones y fue en enero de
2018 y 2019. En total, el acumulado en ese periodo de exportacio-
nes no liquidadas es de U$S15.400 millones. Inclusive a lo largo
de 2018 tampoco se liquidó la totalidad de las exportaciones a
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pesar de la fuerte devaluación que se llevó a cabo en mayo y luego
en septiembre de ese año. Por lo tanto, las expectativas de que a
raíz del aumento de las exportaciones para este año, se incremente
entrada de divisas, no son tan lineales. Y esta es solo otra medida
del gobierno que nos llevó a esta situación.
Gráfico 3. Exportaciones y liquidaciones mensuales entre ene-
ro de 2018 y julio de 2019 (En millones de U$S)
Fuente: Elaboración propia en base a datos del INDEC y el BCRA.
En este sentido también se puede observar cómo, si bien en estos
seis primeros meses de 2019 las exportaciones crecieron, no lo hicie-
ron así las liquidaciones de las mismas. Estas son las que realmente
tienen un efecto sobre el tipo de cambio. Por ende, el rebote de las
exportaciones provenientes del agro, no necesariamente se transfor-
men en un factor que coopere a la estabilidad financiera. Mayo fue
el único mes en que la liquidación de divisas fue positiva respecto al
año anterior. Mientras que en el acumulado, cuando las exportacio-
nes subieron más de un 2,4% las liquidaciones cayeron un 0,8%.
Ahora se deberá observar de qué manera se comporta la economía
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luego de la fuerte devaluación que se llevó a cabo en los últimos días.
Es probable que debido al incremento de la competitividad-precio y
la caída de las importaciones por el derrumbe del consumo haya un
respiro en la cuenta comercial. Pero esto claramente no bastará para
revertir la caída económica ni la inestabilidad financiera, teniendo
en cuenta que la cuenta corriente continua deficitaria por efecto del
peso de los intereses de la deuda.
Ahora bien, ya desde las corridas cambiarias que se dieron lugar
desde mediados de 2018 que las reservas no paran de caer, ya sea para
cubrir vencimientos de deuda o para intervenir en el mercado cam-
biario de forma ineficiente garantizando la fuga de capitales a precios
cuidados. Esta situación se agravó a tal punto que se debió realizar un
acuerdo Stand By con el Fondo Monetario Internacional para no caer
en un default por falta de divisas. Hasta el mes de agosto de 2019 ya
se desembolsaron U$S 40.000 millones, a lo que se le suma un SWAP
por casi U$S10.000 millones. Hoy (agosto de 2019) a pesar de estos
salvatajes financieros, las reservas netas del BCRA se calculan en tor-
no a los U$S13.000 millones. Una coyuntura de extrema delicadeza
dado las corridas cambiarias que se están llevando a cabo. Sin dejar de
remarcar además que esto funciona como un círculo vicioso en el que
las corridas exigen divisas del BCRA, si se quiere mantener el tipo de
cambio y no generar fuertes devaluaciones. Y que al mismo tiempo si
las reservas netas siguen cayendo, las expectativas del mercado empeo-
rarán, pujando aún más fuerte sobre el tipo de cambio para generar
nuevas devaluaciones (ver gráfico 4).
Las reservas del Banco Central cayeron luego de las elecciones pri-
marias más de 13 mil millones de dólares en solo un mes. El viernes
anterior a las elecciones primarias, las reservas brutas alcanzaban los
U$S 66.309 millones, mientras que al 2 de septiembre este monto
descendía a 53.146 millones, es decir, 13.150 millones menos, lo que
representa una caída de casi el 20%. Sumado a esto, el BCRA debió
cubrir el pago de un Repo con bancos internacionales debido a que
se cayó la garantía en base a bonos argentinos, por el desplome en sus
valores.
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Gráfico 4. Reservas internacionales del BCRA (en millones de
U$S)
Fuente: Elaboración propia en base a datos del BCRA.
A raíz de esta situación el gobierno debió tomar dos conjuntos
de medidas que se contradicen entre ellas. La primera, luego de la
renuncia del Ministro de Hacienda Nicolás Dujovne y con la llega-
da de Hernán Lacunza, fue la declaración de default selectivo sobre
las Letras del Tesoro. El reperfilamiento de los vencimientos de esta
deuda de forma compulsiva, genera un incumplimiento en los pa-
gos. Como consecuencia los mercados se alteraron aún más al día
siguiente generando otra fuerte corrida, haciendo bajar el precio de
los bonos y llevando el riesgo país por encima de los 2500 puntos.
Debido a las circunstancias generadas por esta decisión se avanzó
sobre medidas más estructurales e intervencionistas. Sin embargo, estas
fueron contradictorias con el reperfilamiento que se llevó a cabo unos
días antes dado que una de las nuevas medidas fue la de establecer un
control de cambios de hasta U$S10.000 por mes por persona. Tenien-
do en cuenta que la reperfilación se dio sobre letras en pesos (atadas al
dólar pero en moneda local) con el objetivo que ante una baja tasa de
renovación esos capitales no se tornen hacia la divisa extranjera, esa me-
dida dejó de tener sentido una vez que se estableció este nuevo “cepo”.
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Otras medidas que se tomaron en este contexto, como el nuevo
control sobre el giro de dividendo de los bancos o la obligatoriedad
de liquidación de divisas proveniente de las exportaciones, son por
un lado la declaración de un nuevo fracaso del modelo neoliberal.
Por otra parte, son disposiciones que se tomaron fuera de tiempo y
con la soga al cuello. Son medidas útiles para el mediano plazo que
se tendrían que haber tomado al menos hace un año pero que no
soluciona la situación coyuntural.
Sin embargo, como se menciona anteriormente, esta inestabi-
lidad no es nueva. Es producto de un conjunto de medidas que
favorecieron la fuga de divisas y, en consecuencia, su escasez para
poder afrontar las obligaciones futuras. Obligaciones que son cada
vez más elevadas por la toma de deuda indiscriminada que se llevó
a cabo a lo largo de estos 4 años y que al momento de escribir este
artículo alcanza casi al total del PBI Argentino, cifra superior a la de
2001. Una marca registrada en los gobiernos neoliberales pero que
este supo superar, transformándose en uno de los gobiernos que más
nos endeudó en la historia de nuestro país.
3. Endeudamiento insustentable
La deuda contraída por el gobierno de Mauricio Macri hizo que la mis-
ma se torne insostenible. Por un lado, esto se debe a los niveles en los
que se incrementó el stock de deuda a lo largo de estos 3 años y medio.
Por otra parte, la composición de la deuda cada vez es más delicada. En
este contexto de devaluación el hecho de que la deuda en moneda ex-
tranjera sea cada vez mayor hace que la situación sea aún más compleja.
Estas líneas están siendo escritas mientras se vive una inestabilidad cam-
biaria enorme posterior a las PASO y cuando el dólar futuro se ubica
en torno a los $80 para diciembre de este año en el mercado ROFEX.
Si esos valores se confirman, el stock de deuda pasará a representar para
fines de 2019 cerca del 110% del PBI con una inflación en torno al
55% anual y una caída de la actividad del 3,5% en todo el año.
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Para visualizar el incremento de la deuda en estos años se pue-
de realizar una comparación entre la deuda bruta que existía en el
4to trimestre de 2015, en comparación al 2do trimestre de 2019
(el último dato disponible a la hora de realizar este capítulo). En
este sentido mientras la deuda en el último trimestre de 2015 era
de U$S222.703 millones, ahora es de U$S337.235 millones. Esto
representa un incremento del 51% de la deuda en dólares en solo
tres años y medio. Además, la participación de la deuda en moneda
extranjera pasó a ser del 67% al 78% por lo que estas devaluaciones
son aún más perjudiciales que lo que se observa en la economía real
del corto plazo.
Gráfico 5. Deuda Bruta y composición por moneda (En millo-
nes de U$S y cómo % del total)
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Sec. de Finanzas
En línea con lo mencionado anteriormente, se llevó a cabo un
fuerte incremento de la deuda bruta respecto al PBI a raíz de la políti-
ca de endeudamiento. Es decir que la riqueza que produce el país cada
vez es menor en comparación a lo que debe. Así también aumentó el
porcentaje de deuda externa en relación al PBI. En este último caso se
triplicó, pasando de solo el 14% al 44% del PBI y en el caso de la deu-
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da total se pasó de un 53% a un 88% entre 2015 y el primer trimestre
de 2019. Aclarando, además, que el hecho de que la deuda externa
haya sido la que más aumentó le agrega una cuota de insustentabili-
dad y peligrosidad para negociaciones futuras. No es lo mismo deuda
en moneda soberana y deuda en moneda extranjera, y tampoco es lo
mismo que el acreedor sea nacional o extranjero.
Gráfico 6. Deuda Bruta y Deuda Externa (En % del PBI)
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Sec. de Finanzas.
En relación a lo expresado anteriormente, se llega ahora a una
situación en la que existe una incapacidad de cubrir los pagos futuros
de deuda sino se realiza una renegociación sobre los vencimientos. La
consecuencia es un mercado que tiene una previsión negativa sobre
el futuro de nuestra nación y por ende, no tiene la determinación de
generar inversiones reales para crear puestos de trabajo y motorizar la
economía. Por el contrario, debido a la inestabilidad macroeconómi-
ca y a la falta de credibilidad, se elevan las tasas de interés y las únicas
inversiones que llegan son las especulativas al corto plazo.
Como se mencionó anteriormente, en la actualidad no estamos
atravesando un escenario de default total debido a la intervención
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del FMI en la economía argentina. Pero la Argentina tiene el cré-
dito externo cortado y los precios de los activos reflejan un virtual
“default”. De no haberlo hecho hoy ya estaríamos con las reservas
brutas del BCRA cercanas a cero. Sin embargo, esos desembolsos
deberán ser devueltos, en su mayoría, en los próximos cuatro años.
No siendo el único perjuicio la madurez de la deuda, sino también
los efectos que esta tuvo en la economía debido a las políticas que
se debieron profundizar a raíz de las condiciones que establecía
dicho acuerdo. Consecuentemente, la dificultad mayor ahora sub-
yace en la necesidad de poder cubrir esos vencimientos que fueron
pautados al corto plazo.
El próximo gobierno deberá afrontar vencimientos por más de
U$S180.000 millones según los datos disponibles hasta el segundo
trimestre de 2019. Es decir que, si se realizan el resto de los des-
embolsos, el próximo gobierno debería afrontar vencimientos (al
finalizar el 2019) por más de U$S200.000 millones. Esto demanda
negociaciones que debería iniciar en este momento el Poder Eje-
cutivo si quiere realmente tranquilizar a los mercados, teniendo en
cuenta que fue un acuerdo llevado a cabo por la actual administra-
ción. Hasta el momento se deberán afrontar pagos por U$S48.686
millones (de los cuales el 30% son intereses) en 2020, U$S44.953
millones en 2021, U$S 46.499 millones en 2022 y U$S37.801 mi-
llones en 2023. Esto sin contar las deudas a corto plazo que se ven-
cen a lo largo del segundo semestre de 2019 y deben ser renovadas,
cuyos vencimientos se sumaran a los del 2020 (ver gráfico 7).
En términos de sustentabilidad y perjuicios reales al conjunto de
la sociedad, estos pagos que deben realizarse a raíz del fuerte endeuda-
miento que se llevó a cabo tienen como consecuencia un ajuste en otras
partidas presupuestarias. Esto al mismo tiempo conlleva a una política
contractiva dado que los pagos de deuda no son un gasto que tenga un
efecto multiplicador en la economía. Tal es así que lo que significan los
pagos de servicios de deuda en relación a los recursos tributarios hoy,
es similar al porcentaje que había en el 2001. En contraposición es más
del doble de lo significaba en el 2015. Esto también muestra la insus-
370
tentabilidad de la deuda, además del perjuicio que esto significa para la
sociedad. Si lo correspondiente al 85% de los recursos tributarios deben
destinarse al pago de servicios de deuda, significa que hoy de cada $10
que los argentinos pagan de impuestos $8,50 son correspondientes a
pagos de intereses de deuda. En 2015 la relación era solo del 39%.
Gráfico 7. Vencimientos de deuda desde el segundo semestre
de 2019 (En miles de U$S)
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Sec. de Finanzas.
Gráfico 8. Pago de los servicios de deuda (En porcentaje de los
recursos tributarios)
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Sec. de Finanzas.
371
Es por lo expuesto hasta aquí que se puede concluir que el mo-
delo de fuga y sobreendeudamiento que se llevó a cabo en estos 3
años y medio significó un nuevo fracaso histórico. A pesar de que se
desee atribuir a la situación actual que atraviesa el país factores exó-
genos, externos y políticos; lo cierto es que la economía argentina se
encuentra en un contexto de debilidad absoluta. Esta debilidad se
debe a las políticas que se aplicaron y lograron empeorar todos los
indicadores económicos y sociales en menos de 4 años. Políticas que
permitieron que la deuda que, ahora deberá afrontar el conjunto de
la sociedad, se fugue fácilmente en mano de capitales especulativos.
4. Propuestas
Como vimos la apertura indiscriminada de la economía gene-
ró un endeudamiento de la economía. La contracara del endeuda-
miento fue la valorización financiera y la fuga de capitales sin que
tuviera una contrapartida productiva. (Vanoli, 2017) Así se genera-
ron déficits gemelos fiscales y externos que hicieron de la Argentina
según el ránking de la agencia Bloomberg al 24 de julio de 2019
como “la economía más vulnerable del mundo”
La base de cualquier acción que se realice en el futuro debe ser
la de instalar un modelo productivo. Salarios reales a la baja, ines-
tabilidad financiera constante y aumento del costo de servicios; son
conceptos antónimos de un modelo de estas características. La úni-
ca manera de hacer frente a la realidad que actualmente atraviesa el
país es poner todos los esfuerzos en alcanzar la realización de una
economía fuerte, sustentable y con justicia social.
Para esto es necesario dividir las políticas en dos etapas. La pri-
mera será la de estabilización económica donde exista un acuerdo
entre distintos sectores de la economía y firmen un acuerdo progra-
mático en el que se defina entre otras cosas el proceso de recons-
trucción salarial y la normalización de los precios relativos en la
economía. En una segunda instancia se dará a lugar un conjunto
372
de medidas en torno a un plan de desarrollo que permita a nuestro
país crecer de forma sustentable y venciendo las barreras externas e
internas del mediano plazo.
4.1. Estabilización financiera
En lo que respecta a este capítulo, consideramos vital que en pri-
mera instancia se debe hacer una renegociación con el Fondo Mo-
netario Internacional. Esta negociación se debe dar en los términos
de lograr brindar previsibilidad a los mercados, demostrando que el
país estará capacitado para hacer frente a los vencimientos futuros de
deuda. Al mismo tiempo se debe revisar las condiciones del acuerdo
Stand By, para poder ingresar en una nueva senda de crecimiento.
Para esto deben finalizar las políticas contractivas, empezando a reali-
zarse un esquema de medidas que generen apalancamiento crediticio
y se priorice el crecimiento con equidad para recuperar la solvencia.
Los plazos de los perfiles de vencimiento deben acomodarse a
la generación de recursos genuinos en el marco de un crecimiento
sostenido que logre generar divisas. En este sentido, también debe
reimplementarse la obligatoriedad de la liquidación de exportaciones.
Como se mencionó anteriormente, por esa medida llevada a cabo por
este gobierno en un año y medio ya se perdieron más de U$S15.400
millones. Es por esto que es necesario dar marcha atrás con esta de-
cisión tomada por el gobierno de Mauricio Macri para recuperar lo
perdido y garantizar una mayor entrada de divisas para el futuro.
Finalmente, esta medida debe ser acompañada de una política que
busque una balanza comercial superavitaria para que efectivamente se
genere ese ingreso de divisas y poder afrontar las obligaciones futuras.
Así también deben desarmarse los $1,3 billones que actualmente
hay en stock de LELIQ. Que como se mencionó anteriormente, esto
genera -con una tasa del 75%- costos anuales mayores a los $950.000
si se mantiene en el tiempo. Esto es comparable a todo el presupuesto
de la provincia de Buenos Aires. Aunque también es cierto que esa
base de LELIQ funciona como una aspiradora de pesos de la eco-
373
nomía y tiene cierto efecto sobre el tipo de cambio. Por esto se debe
buscar un instrumento paralelo que busque cumplir este rol pero sin
implicar semejante gasto y cambiando la visión de la banca privada.
En este último año el crédito estuvo frenado y las ganancias de
los bancos se basaron en estas grandes tasas establecidas por el Banco
Central. Lo que proponemos es que las Letras de Liquidez emitidas
por el BCRA sean reemplazadas por encajes remunerativos a una tasa
del 5% mayor las expectativas inflacionarias relevadas por el REM
para ese año. Los encajes sobre los depósitos serán obligatorios pero
remunerativos, con el objetivo no desarmar la intermediación finan-
ciera que generaría un posicionamiento en dólares por parte de los
ahorristas. Al mismo tiempo deben existir políticas públicas activas
para impulsar el crédito privado y que la ganancia de los bancos sea
en beneficio del apalancamiento de la inversión privada.
4.2. Políticas para el desarrollo
Finalmente, deben implementarse políticas en el mediano plazo
con el objetivo de generar un modelo sustentable de endeudamien-
to y de control de entrada y salida de capitales para garantizarle
estabilidad financiera al crecimiento económico. Si estas políticas
se implementan de forma responsable y ordenada, se puede garan-
tizar una reserva de divisas necesaria para un contexto de restricción
externa. Y teniendo en cuenta que la escasez de monedas de liqui-
dez internacional será un problema desde el minuto uno para el
próximo gobierno, es importante tomar las medidas necesarias que
garanticen el cuidado de las mismas.
Por este motivo proponemos que se establezca un plazo mínimo
de “estadía” para los capitales golondrina que ingresen al país. Al
igual que se hizo en junio de 2003, se debe establecer por un plazo
determinado la prohibición de que estos puedan fugarse generando
un perjuicio al conjunto de la sociedad. En ese momento se decidió
que el plazo mínimo sea de 180 días, en esta coyuntura considera-
mos correcto que sea por un año.
374
Al mismo tiempo, y en relación a lo mencionado anteriormente
respecto al desarme de las LELIQ, se debe aumentar el porcentaje de
encajes no remunerativos en relación a los depósitos de los bancos.
Entonces, sumado a la creación de los encajes remunerativos se debe
establecer por obligatoriedad un coeficiente del 30% de los depósitos
en encajes no remunerativos. De esta forma también se genera una
mayor fiabilidad en el sistema financiero además de disminuir el peso
de las corridas realizadas por las mismas entidades bancarias.
Por otra parte se debe iniciar un proceso de desdolarización
progresiva y voluntaria. Para lograr esto se debe implementar un
esquema en el que el tipo de cambio tenga una variación previsible
en torno a la inflación mensual. Logrado esto, se debe impulsar
una tasa de interés pasiva que sea levemente superior a la inflación
estimada anual (y menor a esa estimación + 5% establecida para los
encajes). En un inicio el impulso se debe realizar sobre los plazos
fijos de carácter mensual, que paguen un interés levemente mayor a
la inflación general de precios medida por el IPC del INDEC. De
esta manera se puede volver a generar una mayor confianza en la
moneda nacional al largo plazo y lograr el último cometido que es
que haya una renacionalización de las divisas y una pesificación de
los ahorros.
Esto debe complementarse con el desarrollo de un mercado
de capitales nacional que provea instrumentos adecuados para los
ahorristas y que permitan dar financiamiento a las empresas na-
cionales. Un sistema financiero orientado al desarrollo, la única
forma de conciliar crecimiento sostenido, inclusión social y sol-
vencia financiera.
Además se debe reperfilar de manera voluntaria la deuda pública
adecuando el pago de capital e intereses a las posibilidades del país
y generando además mediante operaciones de crédito público un
proceso gradual de desdolarización de la deuda pública, para que
el financiamiento público sea mediante licitaciones públicas en mo-
neda local y bajo ley y jurisdicción nacional como hacen los países
mas desarrollados.
375
5.- Conclusiones
Es interesante remarcar que dichas políticas tienen un correlato en la
teoría del marginalismo liberal. Los gobiernos neoliberales se basan en
la teoría de que el ahorro (y así la inversión) son los motores que acti-
van el crecimiento en las economías. Por lo tanto, se concibe que para
alcanzar un crecimiento sostenido se debe distribuir el ingreso de for-
ma regresiva, bajar los salarios reales y achicar el Estado lo más posible
para lograr estos cometidos. En un contexto globalizado la estrategia
se traduce en generar una apertura total de capitales y desregularizar
el mercado en su totalidad. En el terreno de los salarios los que deben
bajar son los salarios en dólares. Por el lado del ahorro, este se logra
con capitales golondrina que vienen a financiar empresas nacionales
adquiriendo acciones, trayendo dólares para engrosar las reservas y de
esa manera financiar el crecimiento. Con estas condiciones las inver-
siones reales se deberían multiplicar, generando las condiciones para
un crecimiento económico sustentable que generará numerosos pues-
tos de trabajo y consecuentemente finalizará con un efecto derrame
producto de la plena ocupación.
Pero esto es solo la teoría, como se mostró a lo largo de estas
páginas, en la practica la situación es completamente diferente. La
desregulación del mercado de capitales y del sistema de liquidación
de divisas provenientes de las exportaciones, la apertura comercial,
la destrucción del salario, la distribución regresiva del ingreso y el
sobreendeudamiento solo nos llevaron a una crisis estructural. Una
recesión de la que aún no se visualiza su horizonte.
La crisis de los modelos neoliberales puede producirse por facto-
res globales o por la implosión de un modelo no sustentable. En el
caso del primer neoliberalismo se produjo por la violenta suba de la
tasa de interés de EE.UU a fines de los años 70 que hizo impagable
pagar el elevado endeudamiento. Ese impacto provocó el default de
numerosos países en desarrollo. El derrumbe económico de 2001
siguió a crisis similares de México en 1994, Asia 1997-1998 Rusia
1998 Brasil 1999 y Turquía 2001 que tenían idénticas caracterís-
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ticas de desregulación financiera, apreciación cambiaria y elevado
endeudamiento.
En la gestión de Macri la crisis no deriva de la pesada herencia,
dado que el país había reducido su deuda del 140% del PBI en
2002 al 40% al 10 de diciembre de 2015. Tampoco es producto de
una recesión global, porque salvo Argentina y Turquía que tuvieron
fuertes devaluaciones, otros países casi no se vieron impactados por
la leve suba de tasas de EEUU. Que además se elevó desde niveles
bajos y que a la fecha está bajando, aunque eso no impacta en un
riesgo país que crece velozmente.
La Argentina pudo atravesar en 2008 una colosal crisis financiera
de Europa y EEUU con políticas de crecimiento y defensa del em-
pleo, protección del superávit comercial, acumulación de reservas y
desendeudamiento. La Argentina de Macri es el país más vulnerable
con una devaluación de más del 100% en 2018, mientras que los
países vecinos no sufren ninguna crisis de consideración. Así, si bien
recesiones importantes en el centro generan efectos en los países en
desarrollo por los canales del comercio y el canal financiero, hay
resultados diferenciales en función de las políticas efectuadas. En
muchos casos las crisis derivan de políticas inconsistentes y afectan
a los pocos países que dependen del endeudamiento.
Por lo tanto, es imprescindible una inserción internacional inte-
ligente, que evite una apertura importadora en un mundo protec-
cionista, políticas de regulación financiera sobre el capital especula-
tivo, evitar el endeudamiento con el exterior en moneda extranjera
e inversores especulativos que no promueva inversiones o mayores
exportaciones. Así solo una política de desarrollo nacional permite a
los países inmunizarse o al menos atenuar los efectos de crisis finan-
cieras que afectan a los países que promueven apertura y endeuda-
miento y toleran la fuga del excedente nacional por la vía de canales
financieros sin ningún tipo de control.
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6. Referencias bibliográficas
Basualdo, E. M. (Ed.). (2017). Endeudar y fugar: un análisis de la
historia económica Argentina, de Martínez de Hoz a Macri.
Siglo XXI Editores Argentina.
Damill, M., Frenkel, R., & Rapetti, M. (2005). La deuda argentina:
historia, default y reestructuración.
Galasso, N. (2002). De la banca Baring al FMI: historia de la deuda
externa argentina. Ediciones Colihue SRL.
Vanoli, Alejandro. (2017) Patria o Dólar Editorial Colihue