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Tareas - Revisión Bibliográfica y Organizador Gráfico

Este documento resume los principales postulados y etapas de la vida y obra de Anna Freud. En 3 oraciones: 1) Anna Freud se formó como psicoanalista en Viena bajo la tutela de su padre Sigmund Freud y trabajó principalmente con niños, fundando escuelas infantiles con enfoque psicoanalítico. 2) Tuvo desacuerdos teóricos con Melanie Klein sobre el análisis de niños pequeños y el uso del juego, y durante la Segunda Guerra Mundial lideró el grupo de los "annafreud
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Este documento resume los principales postulados y etapas de la vida y obra de Anna Freud. En 3 oraciones: 1) Anna Freud se formó como psicoanalista en Viena bajo la tutela de su padre Sigmund Freud y trabajó principalmente con niños, fundando escuelas infantiles con enfoque psicoanalítico. 2) Tuvo desacuerdos teóricos con Melanie Klein sobre el análisis de niños pequeños y el uso del juego, y durante la Segunda Guerra Mundial lideró el grupo de los "annafreud
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UNIVERSIDAD LAICA ELOY ALFARO DE MANABÍ

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

CARRERA:
PSICOLOGÍA

MATERIA:

ESCUELA PSICOLÓGICA

TEMA

POSTULADOS DE ANA FREUD.

CURSO

SÉPTIMO SEMESTRE “A”

INTEGRANTE:

EMILY DARIELA MOLINA MARTÍNEZ

DOCENTE:

LIC. VICENTE REYNA MOREIRA MG.

LUGAR-PERIODO ACADÉMICO
MANTA-2022-2
REFERENCIAS BIBLIOGRÀFICAS
POSTULADOS DE ANA FREUD.
La etapa vienesa de Anna Freud: años de formación y despegue
Anna Freud (1895-1982) vino al mundo en Viena el 3 de diciembre de 1895, siendo la sexta y
última hija de Sigmund Freud y Martha Bernays. Annerl, como era conocida familiarmente,
empezó su escolarización a los seis años, luego accedió al Lyceum y posteriormente se formó
como institutriz de escuela primaria, llegando a dominar, además de su lengua materna, el
inglés, el francés y algo el italiano. Durante la Primera Guerra mundial comenzó a frecuentar
las reuniones de la Asociación Psicoanalítica de Viena y cuando dio fin la contienda bélica
trabajó bajo la dirección de Siegfred Bernfeld en un orfelinato de niños judíos, el Instituto
Baumgarten, que fue fundado en Viena en 1919 en el antiguo Hospital Militar (1). Pronto se
integrará en esta institución Wilhelm Hoffer y los tres empezaron a reunirse periódicamente,
grupo al que se sumaría August Aichhorn, que era director de una institución municipal para
reeducar a jóvenes delincuentes, llamada Oberhollabrün, que había sido fundada en 1918.
En octubre de 1918, Anna empieza a psicoanalizarse con su padre, controvertido análisis que
se extendió, en principio, hasta la primavera de 1920, tratamiento que dio comienzo tras haber
abandonado su profesión de institutriz para recuperarse de una tuberculosis pulmonar. En la
primavera de 1924, reemprendió su análisis durante un año más, ya que mostraba un
inadecuado dominio de los fenómenos transferenciales en sus tratamientos (2). Antes de ello,
en 1921, conoció a Lou Andreas-Salomé, iniciando un provechoso contacto personal y de
formación. Lou, por ejemplo, le supervisó la conferencia que pronunció el 31 de mayo de
1922 para ser admitida como miembro en la Asociación Psicoanalítica de Viena, titulada Las
fantasías de flagelación y las ensoñaciones, que tenía un contenido autobiográfico oculto (2).
En torno a 1922 Anna asiste como invitada a la clínica universitaria del profesor Wagner-
Jauregg, donde era el primer ayudante Paul Schilder y el segundo ayudante Heinz Hartmann
(3). En 1923, pensaba instalarse en Berlín para continuar su formación y ejercer como
analista, pero dio la cara el cáncer de paladar de su padre y se quedó para cuidarlo, misión que
no abandonaría hasta su muerte. Por entonces, comienza su práctica psicoanalítica con
pacientes adultos, pero muy pronto se ocupó del campo infantil, ya que por no ser médico
sólo le estaba permitido trabajar con niños.
A finales de 1924, Anna había iniciado el tratamiento de una jovencita de 15 años llamada
Minna, estableciendo paralelamente una sólida amistad con la madre de la chica, Eva
Rosenfeld, con quien fundó una escuela infantil de orientación psicoanalítica, que era dirigida
por Eva. Anna estaba por estos años muy interesada por la experiencia de Vera Schmidt en
Moscú, donde había fundado un Laboratorio-Hogar para Niños en 1921 con el fin de tratar
pedagógicamente a chicos pequeños bajo directrices psicoanalíticas (4). En el otoño de 1925
tomaría en tratamiento a Bob, uno de los hijos Dorothy Burlingham, que sería su gran amiga;
poco después se ocuparía también de sus tres hermanos (Mabbie, Tinky y Mikey).
Cuando en 1925 se crea el Instituto Psicoanalítico de Viena, Anna es nombrada secretaria,
siendo directora Helene Deutsch y director adjunto Siegfried Bernfeld. En el seno de este
Instituto, junto a Hoffer, Aichhorn y Bernfeld, pone en marcha un seminario dedicado al
psicoanálisis infantil (Kinderseminar).
Anna Freud, Dorothy Burlingham y Eva Rosenfeld, convencidas del valor del psicoanálisis
cara a la educación del niño, crean en 1929 una escuela infantil en la casa de la última de
ellas, donde trabajó Erik Erikson, que fue analizado por Anna. Por entonces, Anna Freud
dictó una serie de conferencias para formar al personal que trabajaba en las guarderías de los
barrios obreros de Viena y fue nombrada redactora del Zeitschrift für psychoanalytische
Pädagogik, revista dirigida por Willie Hoffer, que desapareció en 1938 para ser reemplazada
años después por The Psychoanalytic Study of the Child. En conexión con sus intereses de
este período, Anna publica el libro Introducción al psicoanálisis para educadores (5), tratando
de establecer pautas psicoanalíticas adecuadas con fines profilácticos para evitar futuros
trastornos neuróticos en los niños. Con el paso del tiempo, cambiaría de opinión, percatándose
de la necesidad de actuar no sólo educativamente, sino en forma terapéutica para poder llevar
a cabo genuinas prevenciones (6).
En torno a 1935, Anna estaba preocupada por el desarrollo de los hijos de Dorothy, que ya
eran adolescentes. La reflexión que derivó de estas observaciones fue la base de su texto más
conocido y citado, editado el año siguiente, El yo y los mecanismos de defensa (7), en el que
se da una gran importancia a la función adaptativa de algunas defensas del yo, sentando las
bases de la psicología del ego.
En 1937, junto a Burlingham, y con el fin de ayudar psicoanalíticamente a los niños pobres y
desamparados, Anna abrió en Viena la guardería Jackson, donde se ocupaba de los hijos
menores de tres años de las obreras judías. Esta iniciativa se vio pronto frustrada, pues el 12
de marzo de 1938 los nazis clausuraron el centro y la Gestapo detuvo a Anna durante unas
horas, episodio que convenció a Sigmund Freud de la necesidad de marcharse a Londres, cosa
que hizo junto con parte de su familia el 4 de junio de 1938.
Los iniciales enfrentamientos teóricos y técnicos con Melanie Klein
Toda la experiencia que Anna había adquirido en su trabajo con chicos sirvió para la
elaboración de otra obra fundamental, Psicoanálisis del niño (8), donde mostraba claras
diferencias teórico-técnicas con el modelo que estaba proponiendo Melanie Klein a partir del
Congreso Psicoanalítico de Salzburgo de 1924. Los enfrentamientos eran particularmente
fuertes en lo que tocaba a los fenómenos transferenciales y al análisis precoz, negando Anna
la existencia de una genuina neurosis de transferencia en los niños pequeños (por estar aún
muy ligados a sus padres, lo que imposibilitaría el desplazamiento al analista de las actitudes
y afectos que conforman la primitiva neurosis) y por tanto la posibilidad de un verdadero
psicoanálisis en ellos, lo que obligaba al terapeuta a comprometerse con el fortalecimiento del
inmaduro yo infantil, así como ayudar al establecimiento de un superyó armónico a través de
acciones educativas o de apoyo. Además, no aceptaba el juego como equivalente de la
asociación libre, calificando de salvajes las interpretaciones de Klein, criticando su excesivo
interés por la realidad psíquica subjetiva con abandono de la realidad objetiva. Klein (9)
defendía la presencia de particulares angustias y defensas desde momentos muy precoces del
desarrollo, las cuales invadirían las fantasías de los juegos infantiles en el encuadre
psicoanalítico por ella definido, manteniendo con tenacidad su convicción de la realidad de
los fenómenos transferenciales de sus pequeñísimos pacientes y resaltando la necesidad de
interpretarlos analíticamente para lograr la cura, excluyendo todo matiz pedagógico.
La etapa británica: las "Grandes Controversias"
Tras la muerte de Sigmund Freud en Londres, el 23 de septiembre de 1939, Anna se dispuso a
continuar su trabajo psicoanalítico, aunque la Segunda Guerra mundial vino a complicar las
cosas. Por entonces, los kleinianos eran dueños de la Asociación Psicoanalítica Británica y
vivieron mal la presencia de Anna, pues pensaban que podía alterar la autonomía alcanzada
respecto a los psicoanalistas centroeuropeos. Estos enfrentamientos abocarían en las llamadas
Grandes Controversias que se extendieron desde 1941 a 1945, que llevaron a confrontaciones
muy intensas entre los annafreudianos y los kleinianos.
Por otro lado, en 1941, Anna y su grupo crean una guardería y residencia en el n1 13 de la
calle Wedderburn, zona de Hampstead, destinadas a los niños del East End que habían vividos
terribles experiencias de bombardeos en la guerra y que se encontraban en una indigencia
absoluta. Así mismo puso en marcha un centro de evacuación cerca de Essex para chicos
mayorcitos, en una casa de campo llamada New Barn, además de una institución para bebés
en el n1 5 de Netherhall Gardens, llegando a atender allí a más de ciento veinte niños. Estas
experiencias llevaroron a Anna Freud y Dorothy Burlingham, que vivían juntas en Maresfield
Gardens 20, a percatarse que las reacciones psicopatológicas de los niños a los bombardeos
estaban determinadas sobre todo por las formas en que actuaban sus madres ante tales
eventos, así como por la acción traumática dada por la separación de los padres, sobre todo si
era brusca o brutal y si existían sentimientos edípicos ambivalentes. Algunas de estas ideas,
así como la importancia que tenía para los niños criarse en un entorno familiar y no en
instituciones (tesis que Aichhorn había defendido con ahínco) fueron recogidas en dos
trabajos, junto a Burlingham, titulados La guerra y los niños (10) y Niños sin familia (11),
donde se subraya que las primeras relaciones niño-madre determinaban todas las ulteriores.
Años después Anna profundizará en este tema en el artículo titulado Madre rechazante (12),
producto de una conferencia que había pronunciado en Estados Unidos.
En la guardería de Hampstead se preparaba al personal en temas muy variados acerca de la
infancia (salud física y mental, desarrollo emocional y cognoscitivo, educación según el
modelo Montessori, tareas de gestión, etc.), organizándose pequeñas familias con cuatro o
cinco chicos y una mamá (pues no había suficiente personal masculino para proporcionar
padres sustitutos), mostrando tal modelo unos excelentes y rápidos resultados terapéuticos. La
residencia se cerró en febrero de 1942, por falta de medios económicos, dedicándose el
edificio sólo a guardería, que también hubo de clausurarse al finalizar la guerra. Por ello,
Anna y Dorothy crearon y desarrollaron a partir de 1947, con fondos aportados desde los
Estados Unidos, la Clínica Hampstead (que hoy se llama Centro Anna Freud), con el fin de
formar a un amplio personal en el campo psicoanalítico y atender terapéuticamente a los niños
y a sus familias.
Por estos años se inician las antes citadas Grandes Controversias en el seno de la Asociación
Británica de Psicoanálisis, que colocaron a los annafreudianos y los kleinianos ante una
confrontación aparentemente científica, pero tras la que latía una lucha por el control y el
poder (13). De entre los datos más significativos de los conflictos habidos, destacamos que en
una reunión del 29 de julio de 1942 se tomó la decisión de propiciar un encuentro mensual
para discutir las diferencias científicas entre las dos tendencias psicoanalíticas citadas, cuyo
programa de trabajo habría de correr a cargo de Edward Glover, Marjorie Brierley y James
Strachey. Tras ello, la reunión del 21 de octubre de 1942 marcó el auténtico comienzo de los
enfrentamientos, planteando Anna Freud que las dos teorías que se ponían a discusión, la
freudiana y la kleiniana, no podían coexistir, especialmente en lo que tocaba al narcisismo
primario, las relaciones precoces con el objeto, la introyección, la proyección, el papel de la
pulsión de muerte, la llamada posición depresiva y la existencia de conflictivas neuróticas en
los niños desde los seis meses de edad.
Las diversas comunicaciones de algunas de las discípulas de Klein, que se fueron presentando
en sucesivas reuniones, trataban de demostrar que la aportación de ésta no era sino un
desarrollo del freudismo. De entre los trabajos discutidos, fue fundamental el presentado por
Isaacs, titulado La naturaleza y función de la fantasía (14), que dio lugar a interesantísimas
aportaciones ulteriores. En la sesión del 7 de abril, Anna Freud expresó su posición,
insistiendo en no aceptar la existencia de relaciones objetales precoces, que para ella
aparecerían tras una fase narcisista y autoerótica, donde el niño sólo se preocupaba de su
bienestar, sin amar, odiar, desear, atacar o desmembrar a la madre, la cual sólo sería
importante en la medida en que sirve a su bienestar o lo perturba. El 9 de mayo, tras la
discusión del citado trabajo de Susan Isaacs, que resaltaba la existencia de una fantasía precoz
cargada de elementos libidinales y tanáticos en las relaciones objetales, Paula Heimann (15)
presentó una comunicación en torno a las funciones de la introyección y la proyección en la
primera infancia, ocupándose de la descripción del yo primitivo y de las relaciones objetales
precoces, estableciendo una distinción entre la identificación introyectiva y la introyección, lo
que conducía al esclarecimiento de matices importantes en la formación del yo y del superyó,
estableciendo novedosas líneas de explicación del desarrollo humano.
Tras interminables y duros debates, votaciones más o menos manipuladas y críticas
personales feroces, así como algunas inesperadas dimisiones como la de Edward Glover (que
estaba aliado con Melitta Schmideberg, hija de Melanie Klein y enfrentada a ésta), los
conflictos se calmaron en mayo de 1944 y dieron fin en noviembre de 1946 con la firma de un
documento que aceptaba dos tipos de formación psicoanalítica, la constituida por el
denominado curso A, que acogería a los kleinianos y a los independientes (middle group), y el
llamado curso B, que agruparía a los annafreudianos, estando ambos cursos bajo la
supervisión de un único Comité de Formación, responsable de la selección, formación y
calificación de los candidatos. Habría, además, seminarios y conferencias comunes al margen
de los dedicados a la técnica, a los que debían asistir todos los estudiantes, pudiendo acudir
como invitados a los de técnica que no fueran de su afiliación teórica, aunque a partir del
tercer año de formación todos debían estar presentes en el conjunto de las actividades
dedicadas a la técnica (13). Todo ello supuso un beneficio para Klein, pues pudo organizar
desde entonces una escuela en cierta forma autónoma (16). Con el paso de los años, y sobre
todo tras la muerte de Melanie Klein en 1961, los referidos acuerdos fueron modificándose,
atenuándose más y más las diferencias entre ambos grupos, hasta que llegó a aplicarse una
formación común para todos los alumnos a partir de 1967 (13).
El enfrentamiento entre Anna Freud y Melanie Klein puede entenderse si se ahonda en las
ideas centrales de una y otra: téngase en cuenta que aquélla partía de una concepción de la
transferencia según el modelo que había establecido su padre, esto es, una reedición en el
encuentro analítico de las conflictivas pulsionales que habían quedado enquistadas en el
aparato psíquico desde un momento relativamente tardío de la infancia (neurosis primitiva),
mientras que para Klein el niño ponía en marcha desde el mismo nacimiento su preponderante
fantasía inconsciente (representación psíquica de lo pulsional), cargada de conflictos, lo que
ocurriría tanto en la relación con los objetos internos, como con los padres o cualquier otro
objeto externo, como sería el caso del analista cuando el niño es tratado. La transferencia no
sería, pues, la reedición de una neurosis anterior, sino la aparición de una conflictiva
permanente (posiciones no bien superadas, particularmente la posición depresiva) que se vive
en el momento actual y que puede invadir cualquier relación presente, como es el caso de la
situación analítica. De aquí que Klein hablara de situación transferencial y no de neurosis
transferencial (17). Por otro lado, dado que Klein mantenía la presencia en el niño pequeño de
un superyó precoz muy sádico y cruel, toda actuación sobre éste, en el sentido pedagógico
preconizado por Anna Freud, sólo abocaría en un empeoramiento del estado del conflicto
inconsciente del niño en tratamiento, puesto que fortalecería la rigidez y los excesivos
controles de tal instancia psíquica. Melanie insistía, pues, en un análisis en toda regla desde
los tres años aproximadamente, con interpretaciones de la transferencia en el marco de las
primitivas ansiedades y defensas, aunque, en un momento dado, Klein (18) señaló que debían
analizarse las fantasías inconscientes que el paciente pone en marcha en su vida actual más
allá del aquí y ahora de la sesión, lo que superaba las posturas que había sostenido con
anterioridad.
Pionera de la psicología del ego
Aunque fueron sin duda Alfred Adler y Wilhelm Reich quienes pusieron las bases para la
psicología del ego, tales aportaciones no se aceptaron en el seno del psicoanálisis hasta que
Anna Freud dio al yo un lugar fundamental en la formación y disolución de las neurosis, en el
sentido de señalar el papel adaptativo de las defensas, lo que recogió en El yo y los
mecanismos de defensa (10), que estaba inserto en la perspectiva estructuralista de la segunda
tópica freudiana y en las principales ideas de Reich (19), aunque matizando que el análisis de
las defensas no tenía porque ser algo sistemático, sino que tal trabajo debía oscilar entre el yo
y el ello en función del estado metapsicológico en que se encontrase el conflicto activado. En
tal línea, Anna subrayó que algunas de las defensas del niño no se organizan contra las
pulsiones procedentes del ello, sino como formas más o menos adaptativas del yo ante las
presiones de los padres o del entorno. Por otro lado, aportó interesantes novedades en torno a
la psicología de la adolescencia, esclareciendo peculiares procesos defensivos tales como la
intelectualización y el ascetismo, que explicaban variadas y contradictorias conductas y
rasgos caracteriales de los jóvenes, antes escasamente comprendidos.
Al citado libro de Anna Freud siguió la famosa monografía de Hartmann La psicología del
ego y el problema de la adaptación (20), donde se distinguieron dos componentes en el yo
(ego), uno que tendría que ver con los conflictos y otro fruto de la maduración, el cual en
principio estaría libre de ellos. Además, se referían dos clases de conflictivas intrapsíquicas,
las intersistémicas (entre el yo y el ello/superyó) y las intrasistémicas (entre distintas partes
del ego, especialmente entre el área conflictiva y el área libre de conflictos), todo lo cual
permitió la organización de interesantes matices técnicos con una adecuada fundamentación
teórica. En esta misma línea, tres artículos simultáneos sobre la interpretación, uno de
Rudolph Löwenstein (21), otro de Ernest Kris (22) y un tercero del propio Heinz Hartmann
(23) representaron la aplicación técnica de las innovaciones teóricas. Más tarde, en Ensayos
sobre la psicología del ego (24), Hartmann matizó que el elemento primordial de la cura
radicaba en la neutralización de las energías sexuales y agresivas por medio de la
interpretación, pues de tal cosa depende la instauración del principio de realidad y la adecuada
adaptación.
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1 Anna Freud, La etapa Mi. https://scielo.is Artículos González
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conocimiento y
formación y 0211- s
a la ayuda despegue 573520020001
psicológica del 00006.
niño.

ANNA FREUD - LA PSICOLOGÍA INFANTIL Y DEL YO


El más grande aporte de Anna Freud fueron los mecanismos de defensa y su trabajo del
psicoanálisis para niños. Anna amplió y perfeccionó las ideas y teorías de su padre,
adaptándolas un tanto a la psicología infantil y del adolescente. En su extensión de los
mecanismos de defensa Anna refina y establece más claramente los cimientos de la psicología
del ego. La psicología del yo se basa en la capacidad de este de decidir y enfrentar su entorno
físico e intrapersonal. El ello está constantemente atacando al yo y esta psicología lo que
busca es reducir ese estado de ansiedad o tensión para que el sujeto logre tener un dominio de
su vida. Cuando un individuo no llega a cumplir los retos, los conflictos que trae consigo el
desarrollo comparándolo con lo que rodea (por el exterior) al ego se llama identificación
significativa. Se centra en la niñez ya que cree que esta implica la base del desarrollo
cognitivo, emocional y conductual. Creía que si se actuaba y corregía algún conflicto antes de
la etapa de maduración, entonces no habría problemas en las etapas posteriores. Anna Freud
cambia las razones por las cuales un individuo debía ser tratado por un psicoanalista, al inicio
una persona necesitaba una intervención cuando tenía síntomas neuróticos explícitos o alguna
patología, pero ella alegó que con el simple hecho de que el yo se encuentre amenazado ya era
necesaria la ayuda analítica.
Como trabajó con niños, tuvo que ser más cuidadosa al abordarlos ya que ellos recién están
construyendo su yo, por lo tanto, si no propiciaba un buen ambiente y una buena sesión el
niño se vería afectado en el futuro e incluso dejaría la intervención psicoanalista porque no se
siente cómodo. Ella tenía pasos para hacer a un niño analizable, primero se concentraba en
que la relación entre ellos dos sea recíproca, es decir, que hubieran respuestas activas y que el
niño mostrara interés. Lo descubrió gracias a su labor como maestra escolar. Luego, Freud
mencionaba que vital que evaluaran al niño (evaluación metapsicológica) lo que hizo a través
de la observación y los informes de otras personas sobre el niño. Después de captar el interés
del niño en la terapia y hacer que el psicoanalista sea una figura confiable de respeto para él,
tenía que lograr que el niño se preocupe en sí mismo. Es una etapa larga y hay que posees
mucha paciencia hasta que el niño este totalmente comprometido. Anna afirmaba que el
analista debía ser el yo ideal de niño para que el tratamiento logre su objetivo. También
incursionó en el mundo fantástico del niño interpretando sus sueños y fantasías a través de
juegos y los reportes verbales que daba el niño. Era imprescindible que se convirtiera en la
protección del niño, para que este pudiera confiar en ella y muchas veces para esto, tenía que
ir en contra de la autoridad de los padres para poder hacer sentir al niño que su vínculo es
fuerte y que ella es confiable.
Anna Freud postuló diez defensas del yo, lo que se conoce como los mecanismos de defensa.
1. Represión: es el olvido motivado, cuando no existe un control de impulsos que son
considerados como inadecuados. Es la base de todos los demás mecanismos.
1.1. Negación: es cuando la persona no acepta, no quiere volverse consciente de algún
hecho, relación u objeto que desequilibre su yo.
2. Ascetismo: se observa más en adolescentes y es disminuir o inhibir los placeres y deseos
no satisfaciendo las necesidades.
3. Proyección: Brindar a otros los deseos o impulsos que nos pertenecen que nos parecen
inadecuados.
3.1. Renuncia altruista: cuando una persona se proyecta de tal manera que solo se satisface
con el éxito de otros, es posible que deje sus ideales para que el otro los logre.
3.2. Desplazamiento: es una reorientación del impulso, dirigir nuestra conducta hacia otra
persona u objeto.
4. Volverse contra el Yo: el individuo ataca a su yo, sus deseos o impulsos son dirigidos al
interior.
5. Formación reactiva: tendencia obsesiva a transformar un impulso o deseo en todo lo
contrario.
5.1. Reversión: tiene cierta semejanza en volverse contra el yo, es descrito como la
conversión de activo a pasivo o viceversa.
6. Sublimación: es dejar que el impulso se manifieste, pero a través de una conducta
socialmente aceptable.
7. Introyección: hacer y tomar como nuestras conductas, creencias o características de otras
personas u objetos.
7.1. Identificación con el agresor: adoptar los rasgos que no se desean para uno mismo (rasgos
temidos).
8. Aislamiento: quitarle a algún evento importante su significado emocional.
9. Deshacer: cuando el individuo elimina por completo de su memoria alguna acción antes de
que la tome como suya.
10. Regresión: es regresar a una etapa psicológica anterior en la cual el yo se sentía más
cómodo y no amenazado.

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2 Anna Freud - la Mecanismos mcperso http://mcperso Pagina Blog
psicología infantil de defensa en nalidad.b nalidad.blogsp web persona
del yo niños logsp ot.com/2013/0 l Julio
Teoría de la 6/anna-freud- 2013
personalidad la-psicologia-
infantil-y-
del.html
ANNA FREUD Y SU OBRA DESPUÉS DE SIGMUND FREUD.
La importancia de las relaciones tempranas
Ann Freud defendió a lo largo de toda su vida la necesidad de cuidar y atender las las
relaciones tempranas de un niño como mecanismo esencial para su correcto
desarrollo. Sus trabajos sobre los pequeños que habían sufrido abandono o negligencia
extrema, por ejemplo, sentaron las bases para múltiples investigaciones posteriores.
Asimismo, otra iniciativa pionera fue la recomendación de que los niños no debían estar
hospitalizados más de lo necesario, ni permanecer un tiempo excesivo en orfanatos en caso de
orfandad o abandono. Los niños necesitan la cercanía familiar y la figura materna. Toda
distancia del seno familiar (figuras de referencia) ocasiona estrés, miedo, y tiene un impacto
en la mente del niño y en su desarrollo psíquico.
Anna Freud pretendió que el funcionamiento de sus centros de acogida se basara en las
“unidades de familia”. De ese modo, toda criatura abandonada o traumatizada por los efectos
de la guerra encontraba en estas instituciones otros compañeros (hermanos) y una madre
suplente o psicoterapeuta que trataba los traumas y las pesadillas recurrentes de aquellos
pequeños.
El “demonio negro”, como la llamaba su padre por su carácter a instantes fuerte y algo
excéntrico, no traicionó la herencia teórica de Sigmund Freud; de hecho, la mejoró. Gracias a
ella se pudo pulir ese arista, ese cabo suelto y descuidado que dejó su progenitor al no
ahondar demasiado en la educación infantil.
La práctica terapéutica de Anna Freud se volcó exclusivamente en los niños, y no solo eso. Su
propia vida quedó dedicada al amparo de los pequeños que carecían de cuidados básicos. Creó
múltiples guarderías residenciales, una clínica y un centro de formación de psicoterapeutas en
psicoanálisis infantil.
Miss Freud murió a la edad de 82 años, habiendo cumplido su misión. Fue la madre del
psicoanálisis y la persona que veló por su continuidad.

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3 Anna freud y su Importancia de La mente https://lamente Articulo Valeria
obra después de las relaciones maravill esmaravillosa. científico Sabater
sigmund freud tempranas osa com/anna- (14
freud-obra- julio
despues- 2029)
sigmund-freud
/
Anna Freud y los mecanismos de defensa
Una de las principales aportaciones de Anna Freud al psicoanálisis infantil y la psicología del
yo fue su definición de los mecanismos de defensa o la lucha psicológica del ser humano ante
hechos dolorosos. En su libro, 'El yo y los mecanismos de defensa', la pequeña de los Freud
entendía estos mecanismos como procesos automáticos. Algunos de ellos eran la represión, la
regresión, la anulación, la vuelta contra uno mismo o la transformación en lo contrario. Si
Sigmund Freud es el padre del psicoanálisis, Anna Freud puede ser considerara la madre del
psicoanálisis. A finales de los años 30, la familia Freud se ve obligada a huir a Reino Unido.
Huían del ejército de Hitler que ya les había interrogado en varias ocasiones. Una vez allí,
Anna aplicó sus conocimientos para ayudar a los niños que estaban padeciendo los traumas de
la guerra. En 1982, Anna Freud padeció un ataque cerebral que afectó a su motricidad y
lenguaje, pero no a su lucidez mental. Falleció en octubre de ese mismo año. Anna Freud se
convierte en otro de los personajes históricos conmemorados por el gigante de internet. Otras
figuras de gran relevancia ya disfrutaron antes de su propio doodle, como Nelson Mandela.
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ráfica
4 Anna Freud y La favorita de Tecnolog https://cinco Revista Nelson
los mecanismos Sigmund ía días. elpais.c Mandela
de defensa Freud El om/cincodia ,
Comité de los s/2014/12/0 Octavio
Paz o
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Dian
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ANNA FREUD: BIOGRAFÍA Y OBRA DE LA SUCESORA DE SIGMUND FREUD


En los años 30, Anna Freud empezó a revisar la teoría freudiana sobre las estructuras
psíquicas del ello, el yo y el superyó. A diferencia de Sigmund Freud, muy interesado en el
ello, lo inconsciente y los mecanismos ocultos y misteriosos que según él gobiernan la
conducta, Anna Freud era mucho más pragmática y prefería centrarse en aquello que nos hace
adaptarnos a los contextos reales y las situaciones cotidianas.
Este tipo de motivaciones hicieron que centrase sus estudios en el yo, que según Sigmund
Freud y ella misma es la estructura de la psique conectada directamente con el entorno, la
realidad. Dicho de otra forma, si Sigmund Freud proponía explicaciones sobre cómo el yo y el
superyó tenían el papel de evitar que el ello impusiera sus intereses, Anna Freud entendía el
yo como lo más importante de la psique, al ser la parte que actúa como árbitro entre el
superyó y el ello. De este planteamiento surgió poco después la llamada psicología del yo,
cuyos representantes más importantes fueron Erik Erikson y Heinz Hartmann.
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5 Anna freud: Teoría Psicología https://psicol Articulo Arturo
biografía y obra freudiana y mente ogiaymente.c científico Torres
de la sucesora om/biografias (2016)
de sigmund /anna-freud
freud

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