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PDF Salles Catherine Los Bajos Fondos de La Antiguedad Compress

Este documento presenta un prefacio para un libro sobre los barrios bajos en la antigüedad. Explica que aunque se conoce mucho sobre las culturas griega y romana a través de la literatura y el arte, hay poca información sobre cómo vivía la gente común. El autor analizó textos menos conocidos que ofrecen vislumbres de la vida en los barrios marginales, incluyendo la criminalidad y el placer. Aunque no se puede generalizar sobre estos lugares en todas las ciudades antiguas debido a las diferencias locales,
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PDF Salles Catherine Los Bajos Fondos de La Antiguedad Compress

Este documento presenta un prefacio para un libro sobre los barrios bajos en la antigüedad. Explica que aunque se conoce mucho sobre las culturas griega y romana a través de la literatura y el arte, hay poca información sobre cómo vivía la gente común. El autor analizó textos menos conocidos que ofrecen vislumbres de la vida en los barrios marginales, incluyendo la criminalidad y el placer. Aunque no se puede generalizar sobre estos lugares en todas las ciudades antiguas debido a las diferencias locales,
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LOS BAJOS FONDOS DE LA ANTIGÜEDAD

C. Salles
Edición original: Robert Laffont, París, 1982
Título original: Les Bas-Fonds de l’Antiquité
Traductor: César
© by Editions AyraLaffont, París, 1982
Robert
© by Ediciones Juan Granica, S.A.
Muntaner, 460, 1ª – 2º, Barcelona, 1983
Producido para Ediciones Juan Granica por Adelphi S.A., Lavalle 1634, 9º, Buenos
Aires
ISBN 950-641-004-6
Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723
Impreso en Argentina – Printed in Argentina

PREFACIO
Imaginad
Imaginad una esce
escenogra
nografía,
fía, la de una tragedia clásica
clásica o una ópera:
ópera: columnas
columnas,, un
templo,
reyes o elreinas;
escorzo
losdeconflictos
un palacio.deSobre el primer
deberes o losplano evolucionan
relatos generales,
de combates oradores,
constituyen lo
esencial de sus discursos. Pero de vez en cuando, al fondo del escenario, se abre una
puerta, se corre una cortina, y por espacio de un segundo el público vislumbra un
espectáculo muy diferente: ya no un palacio, sino tugurios descalabrados; ya no reyes y
generales sino un pueblo heterogéneo, a la vez miserable y peligroso. Ya no relatos
épicos o debates psicológicos, sino quejas y gruñidos.
Este escenario sobre el que se representan al mismo tiempo dos obras tan diferentes,
es el mundo antiguo tal como se nos aparece en los únicos testimonios que nos quedan.
Nuestros estudios, las tradiciones literarias y estéticas, toda la aventura intelectual de la
mayoría de los países occidentales, nos han familiarizado con el pasado glorioso de la
antigüedad greco-romana. ¿Pero qué sabemos de la existencia de aquellos a quienes la
oscu
oscurid
ridad
ad de su cond
condicició
iónn ma
mant
ntuv
uvoo en el an anon
onim
imat
ato?
o? Es ci
cier
erto
to ququee la pa
paci
cien
ente
te
investigación de los arqueólogos ha permitido resucitar muchos aspectos de la vida
cotidiana en las ciudades y campos; pero en ciertos dominios nuestra información es tan
escu
escuet
etaa que
que pare
parece
ce ca
casi
si im
impo
posi
sibl
blee hace
hacers
rsee un
unaa id
idea
ea vi
viva
va de lalass ci
ciud
udad
ades
es de la
Antigüedad, de la complejidad y variedad de sus actividades.

Más imprudente aún es querer franquear el límite que separa el mundo regular de los
ciudadanos del mundo de la sombra, el de los barrios bajos de la ciudad. ¿Cómo po-
dríamos conocer realmente el universo del placer y de la violencia, de la fiesta y del
hampa, cuando la mayor parte de los autores antiguos no se ha dignado abordar en sus
obras
obras esos
esos tem
temas
as con
consid
sidera
erados
dos inf
inferi
eriore
ores,
s, y cua
cuando
ndo no existe
existenn tampoc
tampocoo archiv
archivos
os
policíacos por los que penetrar al ambiente
ambiente de h criminalidad
criminalidad o el placer?
Pero ciertos
ciertos texto
textos,
s, que no pertenecen
pertenecen siempre a la "'gran literatura
literatura"" y que por este
motivo suelen ser dejados de lado, nos dan panoramas fugaces, pero instructivos, de
esos mundos de la marginalidad, de la miseria y la brutalidad. Son esos textos los que
hemos
gen deinvestigado y fue a travésy de
la vida hormigueante ellos que,depoco
misteriosa los abarrios
poco, fuimos formando
populares una ima-
de Atenas, de
Corinto, de Alejandría o de Roma, y se dibujaron las siluetas de los héroes y heroínas, a
vecess pav
vece pavoros
orosos,
os, cas
casii siem
siempre
pre lamenta
lamentable
bles,
s, que pueblan
pueblan ese unive
universo.
rso. Más allá de la
anécdota, lo que transmiten en general esas colecciones de historias, esos diálogos de
teatro, esos fragmentos de discursos o novelas que hemos reunido, es todo un juicio de
un pueblo y una época.
Querer generalizar el estudio del placer y de la violencia en las ciudades de la
Antigüedad sería tan absurdo como pretender encontrar, en nuestros días, las mismas
características en los barrios "calientes" de ciudades tan diferentes como París, Hong
Kong o Chicago. La configuración de la ciudad, la importancia de su población, las
condici
con diciones
ones econó
económica
micass y soc
sociale
ialess de la vid
vidaa cot
cotidia
idiana,
na, son otros tantos factores
factores que
permiten explicar la concentració
concentraciónn de eleme
elementos
ntos turbio
turbioss en este o aquel sector
sector de la
ciudad
ciudad,, la exist
existenci
enciaa de este o aque
aquell tipo de delin
delincuen
cuencia,
cia, las relaciones
relaciones de contacto
contacto
entre los ciudadanos decentes y una población más o menos marginal.
Esta disparidad es notable sobre todo en las ciudades del mundo greco-romano.
¿Cómo reducir a una sola evocación ciudades tan diversas como Atenas, Corinto,
Alejandría o Roma, para no citar sino las principales metrópolis del mundo antiguo? La
importancia política e intelectual que tiene Atenas en la Antigüedad y en la historia del
pensamiento occidental no debe disimularnos el hecho de que era una ciudad pequeña
con escaso número de habitantes, comparada con otras capitales antiguas. El esplendor
del conjunto arquitectónico del Partenón contrasta con él urbanismo mediocre del
conjunto de la ciudad. Muy distinta era Corinto, donde las actividades portuarias hacían
buena combinación
parecidos cony el
entre Atenas placer,construidas
Corinto, en sus formas de prostitución
al ritmo "laica".demográficas,
de las necesidades Había pocos
y Alejandría, ese modelo de urbanismo, edificada íntegra sobre un plano cuadrangular,
y el más grande centro cosmopolita de la Antigüedad, punto de encuentro de todos los
pueblos de Europa, de África y de Asia.Asia. En cuanto a la Roma de fines de la República y
del Imperio, su enorme concentración de población en un espacio demasiado estrecho
creó problemas
problemas permanen
permanentes tes de alojamiento
alojamiento,, aprov
aprovision
isionamie
amiento
nto y seguridad
seguridad,, otras
tantas condiciones favorables al desarrollo de la marginalidad y la delincuencia.
Es evidente entonces que el placer y la criminalidad se desarrollarán de modos muy
distintos en estas ciudades. Durante la época clásica en Grecia, en ciudades donde la
población era relativamente estable, donde las fortunas moderadas moderadas no creaban
creaban
diferencias considerables en el modo de vida, no existía sino una delincuencia primaria.
En Roma, por el contrario, las perturbaciones políticas y sociales causadas por el aflujo
constante de poblaciones móviles y mal provistas hacían que la criminalidad y la
organización de los placeres tomaran proporciones muy distintas que en Atenas o en
Corinto.
Si las ciudades eran diferentes, las costumbres no lo eran tanto. Ya fueran atenienses,
alejandrinos o romanos, los antiguos siempre tuvieron la misma actitud ante quienes no
"calzaban" en las estructuras sociales de sus ciudades. Para evitar repeticiones, hemos
adoptado voluntariamente un punto de vista diferente ante los dos mundos, el griego y
el latino. En el escenario griego los primeros papeles estarán representados por los
indi
indivi
vidu
duos
os,, los
los se
sere
ress huma
humano nos,
s, y seserá
rá el rela
relato
to de la exexis
iste
tenc
ncia
ia de ununoo de es
esos
os
personajes, la prostituta Neera, lo que servirá de hilo conductor
conductor de nuestro recorrido. En
cambio, en las evocaciones del mundo latino la primera actriz será la ciudad de Roma,
la Ciudad tentacular y fascinante, sus mutaciones sucesivas, su vocación de metrópoli
universal.
Ante todo es preciso eliminar cierta cantidad de estereotipos que arrastramos en
nuestrarefinado
dibujo visión dedelaunAntigüedad:
vaso griego,el laplacer en amanerada
belleza Grecia o Roma
de unsuele serdepara
fresco nosotrosuna
Pompeya, el
imagen sutil y liviana en el resplandor de la luz mediterránea, muy apartada de la at-
mósfera pesada y maloliente que tradicionalmente se asocia a los bajos fondos de las
ciudades del norte. En realidad el mundo al que nos hacen penetrar los escritores de la
Antigüedad es brutal y chocante para las conciencias modernas. Estamos lejos de las
representaciones
representacion es edulcoradas, idealizadas o sentimentales que suelen darse del placer en
Grecia y Roma. El "escándalo" suele provenir para nosotros del desnivel existente entre
la visión armoniosa, seductora y depurada del placer, tal como la presentan los es-
critores o artistas de Grecia, y la realidad sórdida tal como la entrevemos en las
alusiones a menudo involuntarias de esos mismos escritores. Contraste banal, se dirá, y
los brocados del Siglo de Luis XIV o las lentejuelas y oros de la Belle Epoque ocultan
no menos miserias, quizás peores. En las civilizaciones antiguas, cuyo humanismo ha
servido de modelo durante siglos, en las que más lejos han llevado la meditación
filosófica y con más profundidad han analizado las ambigüedades del alma humana,
descubriremos la realidad viva del placer, sus luces y sombras.
Es con ese espíritu que hay que entender la mayoría de los textos que hemos citado y
de los que hemos respetado el vocabulario, significativo del juicio que los marginales
les merecían a griegos y romanos. Los antiguos emplean un lenguaje de comerciantes
cuando hablan de aquellos que les procuran placer. Suavizar ese vocabulario sería qui-
tarle toda su fuerza a textos que, más allá de un testimonio sobre la Antigüedad,
proyectan en ocasiones
ocasiones una lu
luzz turbadora sobre nuestros propios instintos.
instintos.
¿Podrá sorprendernos hallar en esos barrios populares de Atenas, de Corinto o de
Roma, las figuras
Belle Epoque, a la vez ingenuas
tan estereotipadas y conmovedoras
que siempre que pueblan
nos sorprende constatarlas
quecanciones de la
esas imágenes
de Epinal coinciden con la realidad: la prostituta de corazón generoso, el joven ingenuo
que por pasión olvida las conveniencias, el bribón de estupidez sólo igual a su perfidia?
Encontraremos a estos antepasados a la vuelta de una esquina en el Cerámico o en
Subura.

1 TRES CIUDADES

Atenas, Corinto, Alejandría, tres ciudades griegas que, cada cual en su género,
simbolizan
económica.para los pueblos
En efecto, de la que
mientras cuenca mediterránea
otras la grandeza
ciudades como Espartapolítica
y Tebas y lajuegan
potencia
un
papel importante en la historia de la Grecia antigua, sólo Atenas, Corinto y Alejandría
gozan de una reputación que hizo de ellas, en épocas diferentes, polos de atractivo para
viajeros venidos de todos los países del mundo "civilizado". Y no son siempre intereses
políticos, comerciales o intelectuales los que empujan a los extranjeros hacia estas
metrópolis; muchos son imantados por los placeres secretos, que sólo las grandes con-
centraciones urbanas pueden ofrecer, y encuentran un atractivo suplementario en los
peligros que pueden
pueden correr en sususs bajos fondos.
Y sin embargo, para los Antiguos la ciudad es ante todo sinónimo de seguridad. En
efecto, la Antigüedad no conoce prácticamente las aldeas, los villorrios, y no hay
intermedio entre las casas dispersas en los campos y las ciudades cuyas fortificaciones
protegen a los habitantes
habitantes de las incursiones
incursiones de pueblos vecinos
vecinos o de bandas
bandas de foragidos
o piratas. Es la degradación progresiva de las relaciones entre ciudadanos la que hace
aparecer en el interior de las ciudades mismas focos de violencia. Motivos políticos,
motivos económicos o sociales se entrecruzan para explicar cómo aparecen en estas
ciudades los barrios "peligrosos", y la geografía del placer y del crimen se conforma
poco a poco,
poco, al ritmo de las perturba
perturbaciones
ciones políticas y las
las transformaciones económicas.
económicas.

ATENAS
Un urbanismo libre
queAlseconsiderar
experimenta el plano
es la dedeconfusión,
la mayoríaanarquía,
de las ciudades
ausenciaantiguas, la primera
de planificación de impresión
conjunto1.
Atenas, incluso en el momento de su apogeo, está lejos de presentar la imagen de una
gran metrópoli. El Agora, la Acrópolis, son los centros políticos y religiosos hacia los
que convergen las actividades de los ciudadanos. A su alrededor se apiñan las casas,
construidas al azar de los accidentes del terreno. Las calles muestran un trazo sinuoso
que sigue el dibujo de las colinas. ¡Y qué calles! Ningún eje principal, sino líneas
irregulares
irregu lares;; las más anchas
anchas no superan
superan los cuat
cuatro
ro metros, y la mayoría
mayoría apenas llega al
metro y medio; callejuelas en pendiente, a menudo muy pronunciada, escalones que
conectan, mal que bien, niveles diferentes, callejones sin salida. No hay pavimento de
ningún tipo en estas calles, y las canalizaciones corren a la vista.
La edificación es a la medida de este urbanismo. En la época clásica, las casas,
pequeñas y bajas, no pasan de los dos pisos superpuestos. No hay ningún orden arqui-
tectónico en estas moradas de paredes de tierra apisonada o ladrillos crudos, y nada
distingue en realidad la casa del rico de la del pobre. Todo lo cual no contribuye, por
cierto, a dar un aspecto majestuoso a esta ciudad de Atenas, mucho más cercana, en el
momento de su mayor gloria, a un caserío tosco que a una verdadera capital. Sólo las
construcciones monumentales de la Acrópolis y los diferentes templos de la ciudad
recuerdan que Atenas es uno de los centros más prestigiosos de la Antigüedad, a la vez
por la solidez de sus instituciones, por su potencia militar y colonial, y por su prestigio
intelectual y artístico2.

La reputación del Cerámico


"Las mujeres, en las esquinas, abordan a los que salen de una cena y les dicen:
'¡Ven a mi casa, hay una muchacha linda esperándote!' Y otra grita desde un piso
alto: '¡Ven a mi casa, la muchacha que tengo aquí es más linda y más blanca!' Y
yo, pintada de albayalde, espero, con mi túnica corta amarilla, sin hacer nada,
canturreo en voz baja para seducir a alguien que pase."3

He aquí una escena familiar a todos los que, por razones profesionales o de otro
orden, tienen ocasión de frecuentar
frecuentar el barrio de Cerámico, al norte de Atenas. En efecto,

1
En la Antigüedad las preocupaciones urbanísticas están subordinadas en general a las
preocupaciones políticas —cf. Roland Martin, L'Urbanisme dans la Gréce antique, París, 1974.
Muy diferentes de las aglomeraciones del tipo de Atenas o de Corinto, ciertas ciudades
presentan un plano de conjunto perfectamente ordenado, que corresponde a las diferentes
funciones de la ciudad. Es el caso del puerto de Atenas, el Pireo, construido en el Siglo V a.C.
por el arquitecto Hippodamos de Mileto según un piano en damero. Esta armonía geométrica
de la ciudad permite una repartición equilibrada entre las diferentes funciones religiosas,
políticas, comerciales o intelectuales.
2
Jean Travlos,
evolución Athénes
de la ciudad au-sus
desde fil du temps, 1972, muestra, mediante una serie de planos, la
orígenes.
3
Aristófanes, La Asamblea de las Mujeres, v. 693-699 y 878-882.
pese a la anarquía que en términos generales ha presidido su construcción, las ciudades
griegas presentan la particularidad de agrupar las profesiones por barrios. Artesanos y
comerciantes se reúnen por especialidad, como sucede hoy día, por ejemplo, en las
ciudades árabes. En Atenas, el más célebre de esos barrios es el de Cerámico, donde tra-tra -
bajan los alfareros, y que se prolonga, más allá de los lími
límites
tes de la ciudad, por caminos
bordeados de tumbas. Es un barrio animado, ruidoso de actividades desde el alba. Es
también hacia Cerámico donde se dirigen, en busca de placer, todos aquellos a quienes
sus escasos recursos no les permiten ofrecerse a domicilio, como hacen los ricos, cor-
tesanas de lujo, bailarinas o flautistas. En efecto, en el barrio de Cerámico se encuentra
la mayoría de las casas de prostitución instituidas por el legislador Solón.
Por cierto que los aficionados a las mujeres bonitas y los placeres fáciles pueden
encontrar su felicidad en otros barrios de Atenas, y, a pocos kilómetros de la ciudad, las
calles de mala fama del Pireo ofrecen a la clientela portuaria los espejismos de sus
diversiones equívocas. Pero tanto el Cerámico como el barrio extramuros de las tumbas
tienen una reputación particular. En las murallas que marcan el límite norte de la
ciudad, se escriben citas o declaraciones de amor, que todavía hoy nos permiten saber
quién era el amante oficial de esta o aquella pensionista de las casas del Cerámico:
"Melitta es hermosa", "Melitta ama a Hermotimus", "Hermotimus ama a Melitta".
Claro que el Cerámico está lejos de ser un barrio "reservado", y su reputación en la
Antigüedad se basa tanto en las producciones especialmente notables de sus talleres de
alfarería como en los placeres fáciles que ofrece a los viajeros, a los comerciantes, a los
extran
extranjer
jeros.
previstasos.
por Per
Peroo islación
en sus ateniense
la legislación
leg calle
ca lless pop
popula
ateniense.. ulares
res se co
conce
ncentr
ntraro
aronn las cas
casas
as de tolera
toleranc
ncia
ia

Una institución del Estado


"Tú, Solón,, has encontrado una ley para todos los hombres. Según lo que se dice,
fuiste el primero en tomar esta medida democrática y saludable, ¡por Zeus! Al ver en
nuestra ciudad a muchos jóvenes que sufrían las urgencias de la naturaleza y se
extraviaban por malos caminos, compró mujeres y las instaló en barrios diferentes,
mujeres dispuestas a recibir a todo el mundo."4
En efecto, fue en Atenas donde se elaboró una organización del placer pago, que
servirá, si así puede decirse, de modelo a las civilizaciones antiguas y modernas. Es el
gran
gran legi
legisl
slad
ador
or Soló
Solónn a qu
quie
ienn los
los gr
grie
iego
goss le at
atri
ribu
buye
yenn la pa
pate
tern
rnid
idad
ad de es
esta
ta
organización. Aun cuando todas las reformas que los griegos le atribuyen a este gran
hombre no hayan sido realizadas efectivamente por él, la tradición ha conservado su
nombre como el del padre de la democracia ateniense, cuyas bases dispuso a comienzos
del siglo VI A.C. Entre las muchas modificaciones que hizo sufrir a las estructuras
sociales de Atenas, repartió a los ciudadanos en clases por censo, y en cierta medida
procedió también a una repartición de las mujeres en la sociedad. No obstante, para las
mujeres la clasificación no se funda en criterios de fortuna, como en el caso de los
hombres, sino en una jerarquía de atribuciones sexuales, lo que evidentemente dice
mucho sobre el papel atribuido a la mujer en la sociedad griega. Esta repartición está
perfectamente indicada
indicada en una fórmu
fórmulala muy repetida en los
los autores griegos:

"Las prostitutas, las tenemos para el placer, las concubinas para los cuidados
cotidianos, y las esposas para tener una descendencia legítima y una guardiana fiel del

4
Filemón, Los Adelfos, citado por Ateneo, XIII, 569.
hogar."5

La legislación soloniana sobre la prostitución se presenta ante todo como una medida
de salubridad pública, destinada en primer lugar a preservar la pureza de la raza. En
efecto, es para servir como derivativo a los ardores de los jóvenes, para proteger la
castidad de las mujeres libres y para garantizar así la pureza de la descendencia de los
ciudadanos, que Solón compra jóvenes esclavas y las instala en las casas repartidas en
los diferentes barrios de la ciudad:

"En el lupanar los jóvenes de nuestra ciudad pueden encontrar bellas muchachas
que pueden verse tomando sol, el pecho desnudo, dispuestas en hileras. Cada cual
puede escoger la muchacha que convenga a sus gustos, delgada o gorda, corpulenta,
pequeña, joven, vieja, fresca o madura... Ellas nos invitan a entrar y nos tratan de
"Padre" si somos viejos o de "Padrecito" si somos jóvenes. Y se puede ir a ver a
cualquiera de ellas sin peligro, sin gastar mucho dinero, de día o de noche, como se
desee."6
La historia agrega que con los beneficios que obtuvo Solón del comercio de estas
mujeres; hizo construir un templo a Afrodita Pandemos, es decir a Afrodita "Común-a-
todos", patrona del amor pago.

A las mujeres de estas casas públicas se las llama porné, lo que, etimológicamente,
significa
al hecho "vendida"
de que en osu"en venta",
gran mayoríaalusión
eran no al oficioy degradante
esclavas, de estas
en consecuencia mujeres,en
se vendían sino
el
mercado. La palabra no tarda en tomar, en Atenas, un sentido peyorativo, así como
todas las que se forman sobre ella, y ya no se designa con este término porné sino a las
prostitutas de menor categoría.
categoría. En cambio se prefiere dar a la mayoría
mayoría de las cortesanas,
cuyos servicios se alquilan, el bonito nombre de hetairas, o sea "acompañantes". ¡ Y
qué decir de la cantidad de términos obscenos o de argot, en los que tan rica es la lengua
griega, para designar a las, o los, que viven del comercio de su cuerpo!
Esta participación del Estado en las casas de prostitución es una de las características
de la vida
vida aten
atenie
iens
nse,
e, y su inst
instit
ituc
ució
ión,
n, que
que susurg
rgee or
orig
igin
inal
alme
ment
ntee de la nenece
cesi
sida
dadd
aristocrática de preservar la raza, termina por corresponderse con una filosofía de la
vida y del placer sin riesgo, fácil y barato:

"Esas aves de cantos armoniosos, que sirven de señuelos para apoderarse de


vuestro dinero,
dinero, esas pollas de Afrod
Afrodita
ita bien vestid
vestidas,
as, dispuestas en hileras,
hileras, desnudas,
desnudas,
sentadas sobre finos tapizados... De ellas puedes obtener sin peligro placer por un bajo
precio... Esperan desnudas, para no engañarte: míralas en todos sus detalles. ¿No te
sientes en forma? ¿Algo te aflije? ¡Vé a verlas! La puerta está siempre abierta. ¿El
precio? Un óbolo. Apúrate a entrar. No hay discusiones ni tonterías; la muchacha no
se niega, hace inmediatamente lo que le pides, y tal como se lo pides. Cuando has
terminado, te marchas. ¡Puedes mandarla a ahorcarse, ella no es nada para tí!"7

5
Sobre
Sobre la funció
función
n ac
acord
ordada
ada a la mujer
mujer en la socied
sociedad,
ad, cf. L'Hist
L'Histoir
oire
e Mon-(l
Mon-(lial
iale
e de la
Femme.
6
Xenarco, El Pentatlón, citado por Ateneo, XIII, 568.
7
Eubolos, La Velada y Filemón, Los Adelfas, citados por Ateneo, XIII, 568 y 569.
Una filosofía del deseo
Placer fácil, poco costoso, una definición que, sobre todo, podría aplicarse a otras
épocas y a otras civilizaciones. Pero hay que tener en cuenta las ideas peculiares de los
griegos sobre el amor, el deseo y el placer. Los filósofos más famosos, de Platón a
Plutarco, han disecado largamente las razones del atractivo que pueden experimentar
hombres y mujeres unos por otros. Su defición del amor es tributaria en gran medida del
lugar que la sociedad griega le asigna a la mujer. El "amor griego", como se sabe, tiene
por objetoson
eromenés preferente a los
uno de los jóvenes,
rasgos y las parejas deformadas
más característicos porel los
la vida en eras
erasté
mundo téss y los
griego. Y
esta costumbre ha inspirado la muy alta concepción del Amor "celeste", considerado
como una parte de la armonía del mundo8:

"(El Amor), principio de orden para el conjunto de los dioses así como para los
hombres; el más bello y mejor director de coro, al que debe seguir todo hombre,
cantando su parte con armonía y participando en esta sinfonía por la que este mago
encanta el espíritu de los dioses y de los hombres." 9
Esta tradición explica por qué, en la época clásica, el deseo que puede experimentar
un hombre por una mujer es rebajado generalmente al rango de las tendencias vulgares
y despreciadas por los hombres cultivados:

'El verdadero Amor no encuentra su lugar en el gineceo, y afirmo que no es amor lo


que sentís por las mujeres
mujeres o las muchachas.
muchachas. Sería igualmen
igualmente
te absurdo llamar amor lo
que sientan las moscas por la leche, las abejas por la miel o los ganaderos o cocineros
engordan."10
por las vacas o las gallinas que engordan."
Las costumbres han evolucionado desde la época homérica, donde la mujer ocupaba
un lugar privilegiado en la sociedad, lugar del que se conserva un recuerdo en las
tragedias de Esquilo, Sófocles y Eurípides. En el siglo V y en los siglos siguientes, las
cosas han cambiado, y muchos atenienses se encuentran en la situación de este inter-
locutor de un diálogo de Plutarco, que no teme afirmar:

"Es muy natural desear con medida y moderación el pan y los alimentos; pero un
apetito excesivo toma el nombre de glotonería y de gula. Del mismo modo, el placer
que se dan hombres y mujeres entre sí está dentro de la naturaleza humana-, pero
cuando el deseo que nos mueve se vuelve tan violento y poderoso que no podemos
cont
controlarl
rolarloojóvenes
las almas más, yay no
bienmere
merece
ce llamarse
nacidas y que, aAmor.
travésEn
de efecto, el Amor
la amistad, es lo quea nos
nos conduce une a
la virtud.
Por el contrario, el deseo por las mujeres, aunque llegue a buen puerto, no permite
obtener más que un placer físico."

Y este personaje de Plutarco cita en apoyo de su tesis la respuesta del filósofo


Aristipo a quien le decía que Lais no lo amaba:

"¡No creo que el vino o el pescado me amen, y sin embargo hago uso de ambos con
placer!”11

8
Ver al respecto
respecto el libro de Robert Flaceliére,
Flaceliére, L'Amour
L'Amour en Gréce, París. El sentido
sentido de las
palabras subrayadas se precisa en el glosario colocado al final del volumen.
9
10Platón, El Banquete, 197 d.
e
Plutarco, Del Amor, 750
11
Ibíd.
Lo que equivale a reducir el amor por una mujer a la simple satisfacción de los
instintos sexuales, y Platón hace el mismo razonamiento cuando opone a la Afrodita
"Urania" o celeste la Afrodita "Pandemos" o popular, y considera que esta última es la
patrona de los amores
amores vulgares, eess decir los dirigidos a la
lass mujeres:

"De ahí que el amor perteneciente a Afrodita Pandemos es realmente 'popular', pues
trabaja el azar. Este amor es el de los hombres vulgares. Esa gente empieza amando
tanto a las mujeres como a los muchachos; después, prefiere amar los cuerpos más que
las almas; por último, elige las más estúpi
estúpidas
das que encuentra
encuentra.. No se preocupa más que
por el acto, sin interesarse en hacerlo bien o mal. Por lo cual termina
termi na haciéndolo bien
12
o mal, al azar."
"Muj
"M ujer
er",
", "cue
"cuerp
rpo"
o",, "e
"est
stup
upid
idez
ez":
": la yuxt
yuxtap
apos
osic
ició
iónn de esesto
toss tres
tres té
térm
rmin
inos
os es
significativa de las concepciones griegas, y es fácil comprender que la reglamentación
de la prostitución por Solón sea una prueba del desprecio general que suscita el sexo
femenino. Si las esposas gozan de una cierta consideración en la medida en que traen al
mundo futuros ciudadanos, las prostitutas son relegadas, al menos en teoría, a la
categoría de objetos de placer, desprovistas de toda personalidad.

Ganancias del Estado y de los particulares


Fundadas en nombre del interés público, las casas públicas de Atenas quedan bajo
control del Estado. En efecto, pagan un impuesto especial, el Pornikón, que, igual que
los demás impuestos atenienses, es arrendado todos los años por la Boulé a cobradores
que se encargan de reunirlo. 13 Y, como buen proxeneta, el Estado ateniense se encarga
asimismo de proteger en cierta, medida los intereses de las prostitutas, o más bien de los
gerentes de las casas públicas.
En efecto, estas casas son dirigidas por hombres o mujeres que, con frecuencia, las
administran en nombre de respetables ciudadanos atenienses. Un rico contemporáneo
del orador Iseo, el ateniense Euktémon, posee en el Pireo un inmueble que hace
administra
admi nistrarr por una de sus liber
libertas
tas experta en forma
formarr jóvenes
jóvenes prostitutas.
prostitutas. Una de esas
jóvenes pensionistas,
pensionistas, al pasar la eda
edadd en que puede ccomplacer
omplacer a los clientes,
clientes, es instalada
a su vez por Euktémon como administradora de un inmueble del Cerámico, cerca del
merc
me rcad
adoo de vi vino
nos.
s. Así
Así la mu muje
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pudo
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clie
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elaa en
entr
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loss
vitivinicultores del Ática, que venían a Atenas a vender su producción.

No hay
cuente nada
entre susde envilecedor
numerosas en que
fuentes deuningresos
ciudadano honorable que
las ganancias y rico
le como Euktémon
procuran varias
casas de prostitución. En efecto, se trata de una forma del trabajo servil y un propietario
puede obtener
obtener de sus esclav
esclavos
os el provecho qque
ue quiera, de la m
manera
anera que quiera.
quiera.
Si los ciudadanos, propietarios de las "casas" de Atenas, no son objeto de críticas
particulares, en cambio los administradores mismos, si bien ejercen una profesión
reconocida por la ley, son muy mal considerados y provienen de las filas de libertos o
ciudadanos de ínfima categoría. Se trata de uno de los oficios considerados "infames"
por los Antiguos, igual
igual que los cobra
cobradores
dores de impues
impuestos
tos o los pregoneros
pregoneros públicos.
Aristófanes habla en varias ocasiones de uno de esos gerentes de casas públicas, un
cierto Filóstrato, a quien los atenienses han apodado por su astucia y avaricia "Perro-
12
Platón, El Banquete, 181 b.
13
En una inscripción de la isla de Cos, que enumera los diferentes impuestos cobrados en
esta isla, se menciona uno a "los cuerpos femeninos". Es cierto que el término "cuerpos"
sirve en general en Grecia para designar a los esclavos, cualesquiera que sea su actividad.
No obstante, en este caso particular, podría tratarse del impuesto pagado por las casas de
prostitución, lo que explicaría la precisión "femeninos".
zorro". Deshonestidad y amor por el lucro son dos de los reproches que a través de los
siglos se aplicarán siempre a quienes se dediquen a esta rama del comercio.
Estos administradores-proxenetas dirigen casas públicas y se encargan de formar,
eligiéndolas de entre las más dotadas de sus pupilas, músicas y bailarinas que alquilan
para banquetes. El Estado interviene también en la reglamentación de estas actividades:
en efecto, diez comisarios de policía, los astynomos, cinco en el Pireo y cinco en la
misma Atenas, vigilan que las flautistas o citaristas no sean contratadas por más de dos
dracmas. Y si varias personas se disputan la misma música, los astynomos tiran la
moneda y entregan la muchacha al favorecido por la suerte.
Estos magistrados están entonces a la cabeza de la policía de costumbres: orden
moral, buena conducta en público, son cuestiones pertenecientes a su jurisdicción. Y,
por su función, velan porque la tranquilidad de los atenienses no se vea perturbada
excesivamente por la clientela con frecuencia bullanguera de los barrios reputados por
sus distracciones. Los astynomos vigilan también a los concesionarios y someten a la
justicia a quienes no respetan las tarifas fijadas por el Estado. Y las penas
correspondientes a los defraudadores son graves: el ateniense Diognidas y el meteco
Antidoro, acusados de haber alquilado flautistas más caras de lo permitido por la ley,
son atacados
atacados por el orad
orador
or Hipéride
Hipéridess segú
segúnn el proc
procedim iento de eisang
edimiento eisangelia,
elia, es decir
como si hubieran atentado contra la seguridad del Estado.
La legislación de Solón, que había previsto todo, fija también límites a observar para
el reclutamiento de pensionistas, hombres o mujeres, o más bien, como veremos,
jovencitos y muchacha
consecuencia, muchachas. s. Pertenecen
les corresponden generalmente
las leyes al rigen
generales que mundo delalos
para esclavos y,Esta
servidumbre. en
legislación particular no obedece tanto a la necesidad de protección de estas personas,
como a la protección de los hombres y las mujeres libres. En efecto, le corresponde una
multa de veinte dracmas al que prostituye a una mujer libre, e incluso está prevista la
pena de muerte para los que prostituyen a un niño nacido libre. Del mismo modo, son
muy severamnete castigados y condenados a muerte los proveedores "clandestinos", los
que no declaran sus transacciones a la policía, pues escapan al control de precios
previsto por la ley y además
además no papagan
gan el impuesto a la prostitución.
Como se ve, todo está previsto desde el comienzo de la época clásica en Atenas para
reglamentar actividades que parecerían exigir cierta clandestinidad.
clandestinidad. Y esta preocupación
de querer ordenar lo que parece corresponder al mundo de lo irracional es algo muy
característico de la mentalidad griega.

Los placeres "salvajes"


Sería ingenuo creer que la prostitución en Atenas se practica sólo en las casas
fundadas por el Estado, vigiladas y protegidas por magistrados, y que pagan regular-
ment
me ntee su tribu
tributo
to al Te
Teso
soro
ro Pú
Públ
blic
ico.
o. De hech
hecho,
o, en At
Atenenas
as y el Pi
Pire
reoo ap
apar
arec
eció

rápidamente una prostitución "salvaje", ocasional o no. De un modo general, muchos
oficio
oficioss eje
ejerci
rcidos
dos por muj
mujere
eress se pre
presta
stann a la so
sospe
specha
cha:: todos
todos los griego
griegoss sab
saben
en
perfectamente bien que las vendedoras de flores instaladas en el Agora no se contentan
con ofrecer sus ramos o sus coronas a los que pasan junto a ellas. En un discurso legal,
un ateniense reivindica la virtud de su madre que, a causa de su profesión de vendedora
de cintas, ha sido sospechada de librarse a actividades poco honestas. ¿Y qué decir de
los jóvenes o las mujeres que vagan por las calles en busca de quien les dé un poco de
dinero? Esas aventuras no carecen de peligro, como Iq prueba lo que le sucedió al gran
escritor Sófocles: un día cedió a las invitaciones de un joven que lo abordó, y la pareja
encontró un refugio provisorio en la sombra de las murallas ele Atenas. Pero, después
del breve encuentro,
encuentro, el much
muchacho
acho se apod
apodera
era del costoso
costoso manto de Sófocles
Sófocles y huye
dejándole al escritor su manto corto de niño. Naturalmente el caso fue muy comentado
en Atenas, donde el regreso a su casa del gran escritor con ropa de niño no podía pasar
desapercibido.

Una delincuencia "primaria"


¿Era Atenas una ciudad peligrosa? Por cierto que no, si la comparamos con Roma,
donde la delincuencia y la organización de bandas de malhechores crecen en la medida
de las enormes masas ociosas y hambrientas que pueblan la capital italiana. Nada
semejante hay en Grecia. Ya lo hemos dicho: en la Antigüedad los peligros se presentan
en los campos y en el mar, no en las ciudades. Es arriesgado lanzarse sin escolta por un
camino que atraviese regiones aisladas, aunque sea un trayecto corto; mucho menos lo
es deambular por las calles de Atenas. Es cierto que el paseante solitario se expone a
recibir la agresión de quienes puedan verse tentados por su ropa o su bolsa. Con
frecuencia es la ocasión la que hace al ladrón, y no hay testimonios que nos hablen de
una criminalidad organizada, como sucederá en Roma.
El motivo es simple: Atenas en la época clásica no conoce prácticamente los grandes
movimientos demográficos, los aflujos repentinos de población, salvo quizás durante la
guerra del Peloponeso. En consecuencia los responsables políticos de la ciudad no
tienen que resolver el problema causado por una población móvil, sin recursos. De
hecho, la deshonestidad parece ser algo mucho más corriente en la vida política
ateniense que en los barrios populosos del Cerámico o del Píreo.
Además, en Atenas hay pocas tentaciones para los delincuentes. Los atenienses
llevan un tren de vida muy modesto, y aun aquellos cuya prodigalidad se ha vuelto
legendaria no tienen mucho más que lo estrictamente necesario. Alcibíades, cuyo lujo
parecía escandaloso a sus contemporáne
contemporáneos,
os, tiene por todo mobiliario en su casa de
Atenas unos pocos cofres y elementos necesarios a la vida cotidiana. Una inscripción
nos da el detalle de todo el mobiliario de ese célebre pródigo, y el total apenas bastaría
para equipar la casa de un romano pobre. En Atenas la modestia
modestia de las posesiones hacía
que los ladrones no se sintieran tentados.
Pero de todos modos, los hay: y se los llamaba "abridores de muros" porque les

bastaba hacer unateniense


La legislación agujero en
es las
muyparedes
severadecon
barro paraladrones
estos introducirse en una en
capturados casael yhecho:
robar.
corrían el riesgo de la muerte por el suplicio de la "plancha", un modo de ejecución
comparable con el de la cruz. Dada la pobreza de lo que había para robar en las casas,
incluso en la de los ciudadanos más ricos, es fácil suponer que los "abridores de muros"
pertenecían a las capas más miserables de la población. Robar para subsistir, y no para
enriquecerse, es seguramente lo que mueve a la mayoría de estos ladrones, demasiado
ínfimos para aparecer en los discursos legales que han sobrevivido.

Las diversiones de la juventud


En cambio, de noche las calles de Atenas están lejos de ser tranquilas. Los paseantes
suelen ser víctimas de bandas de ebrios que al salir de los banquetes encuentran cual-
quier pretexto para caer sobre ellos, apalearlos y eventualmente desvalijarlos. Tal fue la
desventura de un buen joven, Aristón, una noche, cerca del Agora, en el año 343 A.C.
"Como tengo por costumbre, me paseaba de noche por el Agora con uno de mis
camaradas, Fanóstrates. El hijo de Conon, Ctésias, completamente ebrio, cruzó a
nuestro encuentro a la altura del templo de Leokorion, cerca de la casa de Pythodoro.
Al vernos se puso a gritar y, como un ebrio, nos lanzó un discurso sin que pudiéramos
comprender una palabra de lo que decía. De inmediato se dirigió hacia el barrio de
Melito, donde se habían reunido a beber en casa del colchonero Panfilo, como nos
enteramos después, Conon, un cierto Teótimo, Arquebíades, Spintaros, Teógenes y
much
mu chos
os otro
otros.
s. A pedi
pedido
do de Ctés
Ctésia
iass se leva
levant
ntar
aron
on y vini
vinier
eron
on con
con él al Agor
Agora.a.
Fanóstrates y yo,
y o, después de haber llegado al santuario de Perséfone, volvíamos sobre
nuestros pasos y pasábamos ante el templo del Leokorion cuando cayeron sobre noso-
tros."14
Para comprender mejor el contexto de este pasaje, hay que recordar que el joven
Aristón ya había sido víctima de malos tratamientos por parte de los hijos de Conon,
con los que había efectuado su servicio militar. Ya en esa época la mala conducta de
Ctésias y de su hermano habían provocado graves desórdenes en la guarnición. Al
volver a Atenas, forman con algunos amigos una banda cuyas principales actividades
son el placer y la violencia. Es una costumbre relativamente frecuente en Atenas entre
jóvenes de familias ricas, y los apodos que se adjudican estos atenienses revelan
perfectamente sus preocupaciones:
preocupaciones: Conon, el adversario de Aristón, ha formado parte
en su jur ventud de la banda de los "Tribalos", que ha adoptado el nombre de un pueblo
tracio famoso por la grosería y el desenfreno de sus costumbres. Otros se han bautizado
los
esta"Itifálicos" o "Libertinos".
juventud dorada de Atenas,Estos
a la apodos
que no provocativos indican
vacilan en unirse sin duda
adultos comoposible
Conon,quese
reúne en primer lugar para divertirse. Las distracciones cotidianas de estos hombres son
los banquetes y las sesiones de bebida. No se detienen ante el sacrilegio, y profanan san-
tuarios y devoran comidas consagradas, por puro desafío a las leyes divinas y humanas.
Conon y sus amigos son acusados por Demóstenes de haber saqueado las ofrendas
hechas a la temible Hécate, protectora de las potencias infernales. El famoso
f amoso episodio de
la mutilación de los "hermes", antes de la partida de la expedición a Sicilia, es obra de la
banda de Alcibíades, quien también se entregó a parodias injuriosas de los venerables
misterios de Eleusis.15

"Somos la banda de los Itifálicos, hacemos el amor, golpeamos y estrangulamos a


quien se nos antoja."

Tal es, según Demóstenes, la divisa de los camaradas de Conon. Además de las
provocacioness sacrílegas, estas ban
provocacione bandas
das se entregan tamb
también
ién a diversiones más peligrosas
peligrosas
aun para sus conciudadanos. La continuación de la historia de Aristón nos provee un
buen ejemplo de estos ataques nocturnos, obra ddee estos jóvenes
jóvenes descarriados:

"Me atacaron Conon, su hijo y Teógenes; primero me arrancaron el manto y


después me arrojaron al barro. Me patearon hasta lastimarme los labios y los ojos. Me
dejaron en tal estado que no podía levantarme ni pronunciar palabra. Tendido en el
barro, los oí decir horrores tales que no me atrevería a repetirlos aquí. El hecho
14
Demóstenes, Contra Conon, 7
15
Recordemos en dos palabras de qué se trató el escándalo de los hermes. En 415, pocos
días antes de la partida de una expedición ateniense a Sicilia, el jefe de esta expedición,
Alcibíade
Alcib íades,
s, con sus compañero
compañeros,s, mutilaron,
mutilaron, durante una noche de orgía,
orgía, los herme
hermes,
s, que
eran los postes alzados en las esquinas de la ciudad y adornados con una cabeza de Hermes
y órganos genitales. La banda de Alcibíades también había parodiado los misterios sagrados
de Eleusis. La acusación dirigida contra Alcibíades puso fin momentáneamente a su carrera
política.
siguiente probará que Conon es el responsable de todo este asunto: en efecto, imitaba
al gallo vencedor,
vencedor, y los otros festejab
festejaban
an al verlo golpea
golpearse
rse las costillas
costillas con los codos
codos,,
como si fuera
fuerann alas. Después me encon
encontraron
traron unas gentes que pasaban, desnudo, pues
estos delincuentes me habían robado el manto, y me llevaron a mi casa en una litera."

Seguramente el robo del manto de Aristón no es más que el pretexto para el ataque
del que es víctima. La banda de los Itifálicos no se interesa en un manto, y es más bien
el placer de la violencia por la violencia misma lo que explica la agresión. Varios siglos
más tarde encontraremos a un joven emperador, Nerón, permitiéndose las mismas di-
vers
versio
ione
ness no
noct
ctur
urna
nass en la
lass call
calles
es de Roma
Roma.. Po
Porr su
supu
pues
esto
to,, Cono
Cononn y su
suss amig
amigos
os
pertenecen a familias lo bastante honorables como para evitar los castigos aplicables a
los salteadores. Es justamente esta cuasi impunidad lo que los vuelve peligrosos, y sólo
se los puede llevar ante los tribunales cuando sus diversiones van demasiado lejos.
Estas
Estas bru
brutal
talida
idade
des,
s, que par
paraa cie
cierta
rta juv
juvent
entud
ud consti
constituy
tuyen
en divers
diversion
iones
es lle
llenas
nas de
encanto, se encuentran también en los fragmentos de un discurso de Lisias contra cierto
Tisis. Todo comienza con una querella en la palestra entre dos jóvenes, Arquipo y Tisis;
el tono no tarda en subir; a las burlas siguen las injurias. Pero todo habría quedado en
eso si Tisis no hubiera tenido un tutor, Piteas, un tutor que también es su amante. Para
serle agradable a su pupilo bienamado, Piteas prepara una trampa para hacer caer en ella
a Arquipos. Con el pretexto de la reconciliación, un día de fiesta se invita a Arquipos a
una sesión nocturna de bebida. No bien entra a la casa de Tisis, Arquipos es atado a una
columna, golpeado
al alba, otra sesión ferozmente y después
de flagelación, de la encerrado en una
que Arquipos salehabitación.
gravementeAl herido.
día siguiente,
Todo
esto, nos dice Lisias, porque Tisis, que no es más que un burgués enriquecido, quiere
imitar a los jóvenes ricos de la ciudad y comportarse como uno de esos ociosos cuyas
picardías son registradas
registradas todos los días
días por la crónica lo
local.
cal.
En resumen, es una imagen un poco esfumada de Atenas la que surge de los pocos
textos que poseemos. Los escritores griegos se interesaron poco en las manifestaciones
de actividades marginales, y las pocas riñas de las que hemos encontrado huellas
parecen demasiado insignificantes para darnos una idea precisa del espectácuespectáculo
lo que
presentaban las calles de los barrios
barrios ' 'calientes" de Atena
Atenas.
s.

CORINTO
Corinto es el gran puerto del mundo griego clásico, o más bien los puertos, puesto
que la situación geográfica de la ciudad le permite controlar los dos golfos a ambos
lados del istmo de Corinto. Lugar de encuentro de negociantes, de viajeros de Oriente y
Occidente, es también un punto de pasaje obligado para todos los que circulan entre la
Grecia del norte y el Peloponeso. Comercio, industria, actividades portuarias, todo esto
contribuye a hacer de Corinto una ciudad particularmente animada. Las riquezas de sus
habi
habita
tant
ntes
es,, su vida
vida feli
felizz y depr
deprav
avad
ada,
a, so
sonn céle
célebr
bres
es en to
todo
doss lo
loss pu
pueb
eblo
loss de la
Antigüedad, y, mientras la reputación de Atenas es sobre todo política e intelectual, la
de Corinto está ligada a la voluptuosidad y al desenfreno.
Pero Corinto es sobre todo, para los Antiguos y los Modernos, la ciudad de la
prostitución sagrada. Sin duda las relaciones comerciales que mantuvo la ciudad desde
muy temprano con los países asiáticos explican el establecimiento, sobre el Acrocorinto,
de prostitutas sagradas. Esta costumbre, que debía hacer la celebridad de Corinto, no
desapareció hasta el año 146 A.C., cuando la ciudad es destruida por los ejércitos
romanos.
Prostitución sagrada y religiones orientales
Si hay un fenómeno de la Antigüedad que haya excitado la imaginación de los
hombres, es el de la prostitución sagrada. Sería peligroso querer hacerse una idea de ella
en base a la lectura de novelas como la Afrodita de Pierre Louys, y es preciso reconocer
queSinuestras informaciones
bien esta costumbre sealintegró
respecto se reducen a amuy
perfectamente pocadecosa.
la vida ciertas ciudades griegas
como Corinto, no pertenece propiamente a la civilización helénica, y corresponde a una
concepción de la divinidad que es de origen extranjero. Por otro lado, no hay que
exagerar su importancia en el mundo griego, pues no fue practicada sino en escaso nú-
mero de localidades: Corinto, Pafos, o el Monte Eryx en Sicilia.
La práctica de la prostitución sagrada en cambio está mucho más ampliamente
atestiguada en Asia Menor, en Persia o incluso en Egipto, donde formó parte del culto a
cierta
ciertass div
divini
inidad
dades,
es, asi
asimil
milad
adas
as más tartarde
de en Afr
Afrodi
odita.
ta. Es dif
difíci
ícill ap
apreh
rehend
ender
er las
intenciones profundas de esta prostitución sagrada, pues los historiadores y geógrafos
antiguos, griegos en general, que han hablado de ella, han sido muy prudentes, debido al
carácter escandaloso que presentan estas prácticas a sus ojos de profanos. La signi-
ficación profunda del rito les interesa muy poco, y las explicaciones que dan suelen ser
fantasiosas.
Además, según los pueblos las motivaciones cambian. En Lidia, en Armia, en la
Tebas egipcia, se trata de jovencitas que se consagran, vírgenes, a la divinidad. Como
las Ouled-Nail de Argelia, deben ganarse la dote prostituyéndose hasta el matrimonio:

"Los armenios veneran particularmente a Anaitis (o Anahita) y le han dedicado


numerosos
numer osos templos, sobre todo en Akilisene. Le consag
consagran
ran esclavos jóvenes de ambos
sexos. Y, lo que es más notable, los hombres más eminentes del país le consagran a sus
hijas todavía vírgenes: la ley quiere que se entreguen a la prostitución largo tiempo en
beneficio de la diosa, antes de ser dadas en matrimonio, y a nadie le parece indigno
casarse con ellas después."16

Según Heródoto, las hijas de los lidios amasan su dote del mismo modo. En otros

divinidadlasy hieródulas
pueblos, ejercen todao cortesanas
su vida susagradas
oficio forman
dentro parte del "clero"
del templo permanente
de la diosa, al de
quela
corresponden los pagos que hacen los "fieles".17
Tambi
Ta mbién
én es dif
difíci
ícill pro
pronun
nuncia
ciarse
rse co
conn ce
certe
rteza
za sobre
sobre la signif
significa
icació
ciónn exacta
exacta de la
costumbre, sea permanente o temporaria. Sin duda ha de verse en ella un rito destinado
a favorecer la fecundidad. Heródoto, en un pasaje por otro lado más pintoresco que
rigurosamente exacto, evoca las actividades de las hieródulas de la diosa babilónica
Bélit-Ishtar, cuyo nombre deforma en Mylitta:
16
Estrabón, Geografía, XI, 14, 16. Anahita es la gran diosa de las aguas, de la fertilidad, de
la procreación. Correspondiente a la Ishtar babilónica, es adorada por los armenios y los
persas. Forma una tríada con los dioses Mazda y Mitra.
17
Único entre los pueblos de Canaán, para los cuales la prostitución sagrada es un rito
capital de fecundidad, Israel se distingue por una condena formal a estas prácticas: "No
habrá cortesana sagrada entre las hijas de Israel; no habrá prostituido sagrado entre los hijos
de Israel. No llevarás nunca a la casa del señor tu Dios, para una ofrenda votiva, la ganancia
de una prostituta
prostituta o el salario
salario de un 'perro', pues tanto una como otro son una abominación
abominación
para
para el señor
señor tu Dios."
Dios." (De
(Deute
utero-n
ro-nomi
omio,
o, 23, 18-19
18-19).
). "Perro
"Perro"" design
designa
a un hom
hombre
bre que se
entrega a la prostitución sagrada.
"He aquí la más vergonzosa costumbre de los babilónicos. Es preciso que toda mujer
del país, una vez en su vida, se una a un hombre extraño, en el templo de Afrodita.
Muchas desdeñan mezclarse con otras babilónicas y se jactan de sus riquezas: es así
como van al santuario en carros cubiertos, seguidas por numerosos servidores. Dentro
del templo, hay gran cantidad de mujeres sentadas, con una corona de cuerda en la
cabeza. Unas llegan, otras se van. Entre ellas hay corredores en línea recta en todas
direcciones, que les permiten a los extraños circular para elegir.

"Cuando una mujer está sentada allá, debe esperar, para volver a su casa, a que un
extrañoo le haya arroj
extrañ arrojado
ado dinero sobre las rodilla
rodillass y se haya unido a ella en el interior
interior
del templo. Al arrojarle el dinero el hombre debe decir: 'Te llamo en el nombre de la
diosa Mylitta', que es el nombre asirio de Afrodita. La cantidad de dinero es voluntaria,
y la mujer no tiene de ningún modo el derecho de rechazar al hombre, pues el dinero es
sagrado y ella debe seguir al primero que le arroje algo. Después de haberse unido al
hombre,
homb re, ya ha cumplido con su deber papara
ra con la diosa y puede volver a su casa. Las
que son bellas y bien forma
formadas
das pueden volv
volver
er pronto, pero las feas se ven obliga
obligadas
das a
que darse mucho tiempo, sin poder satisfacer la ley. Algunas permanecen tres o cuatro
años."18

Es fácil darse cuenta de que, en su explicación, Heródoto mezcla distintas formas de


prostitución
social deben sagrada: la que
prostituirse paraexiste
amasarentre los pueblos
la suma necesariadonde las jóvenes de
a la constitución de su
todo origen
dote, y la
costumbre de las hieródulas dedicadas al servicio de la divinidad. No obstante, el gran
viajero que fue Heródoto seguramente visitó, el vasto "mercado de mujeres" que debía
de ser el santuario de la diosa Bélit-Ishtar. Su descripción, muy colorida, nos permite
imaginar el espectáculo extraño que reina en el gran interior del templo, las idas y
venidas de las hieródulas y los visitantes, las hileras de mujeres inmóviles como
mercancías, y con una cuerda en la frente simbolizando su esclavitud.

"No todos pueden ir a Corinto..."


"Hospitalarias jóvenes, servidoras de Persuasión, en la rica Corinto, vosotras que
hacéis arder
madre celestelas
degotas doradas
los deseos del incienso,
amorosos, vuestros
Afrodita, pensamientos
que os vuelan
permite, niñas, hacia en
recoger la
19
vuestros lechos placenteros los frutos de vuestra tierna juventud."

Es así, como, con humor y poesía, Píndaro evoca a las habitantes más célebres de
Corinto, las hieródulas de Afrodita y de su sirvienta, Persuasión. A la vez sacerdotisas,
esclavas y prostitutas, estas jóvenes contribuyen a dar a Corinto un lugar aparte en el
mundo de las ciudades griegas. Esta forma particular del culto de Afrodita en Corinto o
en la isla de Chipre se explica por influencias orientales bien representadas en estas
regiones. Se trata de un fenómeno esporádico que saca provecho sobre todo de la mala
reputación de Corinto. La actividad importante de los dos puertos, la cantidad elevada
de viajeros que pasan por la ciudad por negocios o por placer, no pueden sino sacar
provecho del templo de Afrodita instalado en la cima de la Acrocorintia. A este
santuario en lo alto de la colina escarpada se viene a adorar a la diosa representada bajo
18
Heródoto, Historia, I, 199. Ishtar es en Babilonia a la vez diosa del amor y la guerra.
19
Píndaro, Elogios, 3.
la forma de una estatua vestida con armadura y "servida" por prostitutas sagradas:

"El santuario de Afrodita era tan rico que poseía más de mil prostitutas sagradas,
ofrecidas a la diosa por hombres o mujeres. En razón de ellas, la ciudad estaba muy
poblada y se enriquecía considerablemente, pues los dueños de barcos se arruinaban
allí fácilmente, de lo que salió el célebre proverbio: 'No cualquiera puede desembarcar
en Corinto'."20

La fama de estas esclavas sagradas es grande en todo el mundo antiguo, y, como lo


explica Estrabón, son ofrecidas a la diosa por sus devotos. En cierto modo, son ex-votos
vivientes. Un cierto Jenofonte de Corinto, atleta vencedor en los Juegos Olímpicos de
464 A.C., ofrece como agradecimiento a la Afrodita de Corinto cincuenta prostitutas, y
hace conmemorar el suceso por el poeta Píndaro:

"Oh soberana de Chipre, he aquí que en tu santuario de Corinto, Jenofonte ha


introducido una tropilla de jóvenes mujeres, cincuenta cuerpos dedicados a tu servicio,
en su alegría por haber visto realizados todos sus anhelos."21

Sobre el Monte Eryx, en Sicilia donde está instalado en un sitio especialmente


impresionante, en la cima de una roca a pico, un santuario de Afrodita, son también los
devotos quienes, con sus donaciones, proporcionan hieródulas a la diosa:

"La
"La coli
colina
na elev
elevad
adaa de ErEryx
yx está
está habi
habita
tada
da y poseposeee un temp
templo
lo de Af
Afro
rodi
dita
ta
especialmente venerado, antaño lleno de esclavas sagradas que los sicilianos y los
extranjeros ofrecían por la realización de sus votos." 22

¿Prostitutas o sacerdotisas?
¿Qué son
¿Qué son exac
exacta
tame
mentntee las
las hi
hier
eród
ódul
ulas
as?? Pr
Pros
osti
titu
tuta
tas,
s, po
porr ci
cier
erto
to,, pe
pero
ro ta tamb
mbié
iénn
sacerdoti
sacerdotisas,
sas, pues amba
ambass funci
funciones
ones es
está
tánn es
estre
trech
cham
amenente
te lig
ligad
adas
as.. Como
Como la lass de
demá
máss
sacerdotisas del mundo griego, participan oficialmente en todas las ceremonias donde es
necesaria su intervención "sagrada". Es así que, cuando cuando la invasió
invasiónn de Grecia
Grecia por los
persas
persas,, se pide a las hieródula
hieródulass de la Afrodita corintia que hagan plegarias
plegarias públicas
públicas y
ofrez
ofrezca
cann sacr
sacrifi
ifici
cios
os poporr la salva
salvaci
ción
ón de loslos gr
grie
iego
gos.
s. Como
Como su suss pl
pleg
egar
aria
iass fufuer
eron
on
aparen
apa rentem
temente
definitiva entela eficace
por eficaces,
s, pues
coalición puesto
to que griegas,
de ciudades el ejérc
ejército
ito y la flotaponen
los corintios de Jerjes fueron de
en el templo derrot
derAfrodita
rotado
adoss en
un
ex-v
ex-vot
oto,
o, estatu
estatuas,
as, y una lista de todas
todas las prost
prostituta
itutass inspirado
inspiradoras
ras de la vi
vict
ctor
oria
ia.. Un
epigrama de Simónides, grabado a continuación de este catálogo, rinde homenaje a la
eficacia de las hieródulas y de su patrona, Afrodita:

"Estas mujeres han sido consagradas para mediar ante la divina Cypris, en favor de
los griegos
griegos y de sus ciudadan
ciudadanos
os valeroso
valerososs en el combate
combate.. Pues la diosa Afrodita
Afrodita no ha
querido que la ciudadela de los griegos sea librada a los arqueros persas." 23
Un episodio de este tipo prueba que las hieródulas ocupan un lugar respetado en el
mundoo grieg
mund griegoo y permi
permite
te com
compre
prende
nderr mej
mejor
or la act
actitu
itudd contra
contradic
dictori
toriaa que los Antiguos
Antiguos
tuvieron siempre respecto de la prostitución. Las prostitutas "laicas" eran consideradas
20
Estrabón, Geografía, VIII, 378.
21
22 Píndaro, Olímpica XIII.
Estrabón, Geografía, VI, 272.
23
Simónides, citado por Ateneo, XIII, 573 d.
insignificantes, y ya hemos visto cómo justificaba Solón su papel en la sociedad. Pero la
co
conv
nvicc
icción
ión de que
que su
suss ac
activ
tivida
idade
dess perte
pertene
nece
cenn al domin
dominio
io sagrado
sagrado de Afrodita
Afrodita nunca
nunca está
completamente ausente. Es un razonamiento de este género el que permite el perdón de
la célebre Friné. El episodio es conocido: amenazada de ser condenada a muerte por una
acusación de impiedad, es salvada por su abogado, el orador Hypérides, quien tiene la
idea de desnudar el cuerpo de su.cliente ante el tribunal. Los heliastas indultan a Friné
porque la belleza de la joven los ha conmovido; pero también los mueve el temor
supersticioso de destruir a esta sacerdotisa de Afrodita cuyo cuerpo espléndido muestra
con tanta claridad el sello de la divinidad.
Aunque ningún documento nos da más datos sobre la organización de la prostitución
sagrada en las ciudades griegas, es fácil imaginarse que el santuario corintio debía
presentar muchos parecidos con el de Bélit-Ishtar en Babilonia. Pero no sabemos nada
de la vida de las hieródulas corintias. ¿Viven en el interior del templo? ¿Están consa-
gradas de por vida, o tienen la posibilidad de liberarse del oficio comprando su libertad?
Los antiguos, si han sido poco explícitos sobre estas sirvientas de Afrodita, han hablado
menos aún sobre sus clientes. ¿Habrá que imaginarse grupos de peregrinos, en tren de
devoción, o, más prosaicamente, devotos ocasionales, muy satisfechos de combinar
deberes religiosos y placer?
La presencia de ese millar de mujeres dedicadas a la diosa del amor contribuye a
darle a Corinto la reputación de ciudad de los placeres fáciles, y no tiene nada de sor-
prendente que la prostitución "laica" haya adquirido una extensión considerable en la
ciudad. Los traficantes
efecto, sabían que aquí de esclavos
habría traían aposibilidades
las mejores este puerto sus
de más bellasricos
encontrar "mercancías". En
compradores
a la busca de muchachas lo bastante bellas como para ser consagradas a Afrodita. Es así
como Lais, una de las más famosas cortesanas de fines del siglo V A.C., es llevada muy
niña como esclava de Sicilia a Corinto y ofrendada a la diosa; su destino da un giro
decisivo cuando conoce al pintor Apeles, quien la "lanza" en los medios artísticos e
intelectuales de Atenas.

Neera, cuya carrera


carrera seguiremos en
en detalle, también co
comenzó
menzó a trabajar
trabajar en Corinto.
Hasta su destrucción bajo los romanos en 146 A.C., Corinto siguió siendo una de las
ciudades más fastuosas del mundo griego, pues el placer y el lujo se desarrollaron
naturalmente en esta capital de la prostitución sagrada y profana. Destruida por los
romanos, después reconstruida por César, no perdió nunca su reputación de ciudad
disoluta, incluso después de la desaparición de sus hieródulas y del culto "escandaloso"
a Afrodita en la Acrocorintia. Para los antiguos, Corinto siguió siendo el símbolo de la
corrupción, y conocemos las epístolas que el apóstol Pablo se vio obligado a enviar a la
joven Iglesia de Corinto para ponerla en guardia contra la atmósfera disoluta que reina-
ba en este puerto
puerto aún a comie
comienzos
nzos de la era ccristiana.
ristiana.
No obstante, Corinto no es toda Grecia, y la prostitución sagrada es algo excepcional
en el mundo greco-romano. Si bien en ciertas ciudades es posible localizar barrios
particularmente especializad
especializados
os en la explotación del placer, evidentemente no tienen
nada que ver con la congregación de hieródulas dentro de un templo, originalidad de
Corinto.

ALEJANDRÍA
ALEJANDRÍA
Aunque no nos quedan sino unos pocos vestigios de la ciudad antigua de Alejandría,
sabemos de todos modos que ofrecía un espectáculo muy diferente al de Atenas.
Construida según un plano geométrico, afectaba la forma del manto griego, la clámide:
"Una larga avenida corta por así decir en dos la ciudad, y es una maravilla tanto
por sus dimensiones como por su belleza. De una puerta a la otra, mide cuarenta
estadios (alrededor de 7 kilómetros), tiene un pletro de ancho (casi 30 metros) y está
adornada
adorn ada por constr
construccion
ucciones
es suntu
suntuosas,
osas, templos y mansi
mansiones
ones particular
particulares.
es. Alejandro
Alejandro
hizo edificar asimismo un palacio sorprendente por su tamaño y su abundancia en
obras de arte. Y casi todos los reyes de Egipto después de Alejandro y hasta nuestra
época, han sumado palacios de magnífica construcción. La ciudad se ha desarrollado
tanto en los siglos siguientes que todos la consideran como la más importante ciudad
del mundo habitado. Por su belleza, sus dimensiones, la importancia de sus riquezas,
placeres sensuales, es la primera de las ciudades."24
por todo lo que concierne a los placeres

Efectivamente, Alejandría es una ciudad sorprendente, y sorprende sobre todo a los


griegos, habituados al entrecruzamiento confuso de las callejuelas de Atenas. El rigor
geométrico de la capital de Alejandro, el modernismo de su concepción, el esplendor
arquitectónico de las construcciones públicas y de las casas particulares, suscitan a justo
título la admiración. Pero toda la concepción de la vida urbana opone igualmente a
Atenas y Alejandría. En Atenas, aunque los oficios tengan tendencia a reagruparse en
barrios especializado
especializadoss como el del Cerámico, eso no es una necesidad absoluta, y el
centro vital de la ciudad, el Agora y las laderas de la Acrópolis, son invadidas por las
barracas de pequeños comerciantes y por tabernas donde se apiña la multitud.
Alejandría, en comparación con Atenas, pierde en pintoresco lo que gana en esplendor.
Se suponeletras
primeras que la
delciudad
alfabetoestaba dividida
griego. en cinco barrios
Los alejandrinos están denominados
repartidos en con las cinco
función de su
clase social y de su origen étnico en cada uno de esos barrios. El que nos es mejor
conoci
con ocido barrioo Delta, donde se instala la comunidad judía de Alejandría y se
do es el barri
transforma
trans forma,, con el corre
correrr de los siglo
siglos,
s, en un verdadero
verdadero ghetto. Mientras que el barri
barrioo
llamado Basileia o Brwchion alberga las construcciones más prestigiosas de la ciudad,
Palacio, Museo y Biblioteca, el barrio de Rhacotis, construido en el emplazamiento de
la ciudad egipcia sobre el que Alejandro fundó su capital, es mucho más popular.
Es ahí, en efecto, donde se apiñan los inmigrantes originarios de toda el Asia Menor
y del Mediterráneo oriental, los campesinos egipcios desertores que huyen de las cargas
abrumadoras impuestas por el poder real al mundo rural. Todos estos desarraigados,
estos clandestinos, se refugian en el anonimato del barrio ruidoso y superpoblado de
Rhacotis. Y naturalmente es de este barrio, cuya población está mal controlada por las
auto
autorid
ridad
ades
es,, de dodond
ndee papart
rten
en todo
todoss los
los mo
movi
vimi
mien
ento
toss de ag
agit
itac
ació
iónn po
popu
pula
lar,
r, la
lass
sediciones, los motines, que con éxito diverso oponen el pueblo alejandrino a sus reyes.
A ciudad monumental, población enorme: Diodoro de Sicilia estima que Alejandría
cuenta más de 300.000 hombres libres, lo que lleva indudablemente la cifra global de
habitantes de la ciudad a un millón; otra diferencia apreciable con la población de
Atenas, que nunca debió superar los 400.000 habitantes. Y es además una población
cosmopolita: egipcios, griegos, sirios, judíos, se codean en Alejandría en comunidades
que se oponen hasta llegar a veces a enfrentamientos violentos.
Una superficie considerable, una población desmesurada, son otros tantos factores de
admiración para los antiguos, que no cesan de verter elogios ante el espectáculo que
ofrece Alejandría:

"La ciudad es más grande


grande que un contin
continente
ente entero y la cantida
cantidadd de sus habitant
habitantes
es

24
Diodoro de Sicilia, Biblioteca Histórica, XVII, 52, 2-5. Una buena evocación de Alejandría
puede leerse en la obra de André Bcnard, Alexandrie la Grande, París, 1966, y en la de P. M.
Fraser, Ptolemaic Alexandria, Oxford, 1972.
es superior a un pueblo
pueblo entero", exclama el héroe de una novela griega.
griega. "Si miraba la
ciudad, pensaba que nunca se encontrarían habitantes suficientes para poblarla toda;
pero si miraba a los habitantes, no podía concebir que existiera una ciudad capaz de
contenerlos."25
Alejandro había querido hacer de su nueva ciudad la capital del lujo. Es así que
Alejandría y sus ciudades satélites del delta del Nilo se vuelven, para los habitantes del
Mediterráneo oriental, los centros de una "vida deleitosa". Allí es posible satisfacer
todos los deseos, cuenta una vieja alcahueta de un mimo de Herondas:

"Allí es donde vive Afrodita. Pues todo lo que existe puede encontrarse en Egipto:
riquezas, poder, clima agradable, gloria, espectáculos, filósofos, joyas de oro, jóvenes
bellos, templos de dioses hermanos, un rey excelente, Museo, vino, todos los placeres
que deseas, mujeres tan numerosas
numerosas que, por Proserpi
Proserpina,
na, el cielo no puede jactarse de
tener estrellas
estrellas en tal número
número,, ni tan bellas como las diosas que tomaro
tomaronn a París como
26
juez de su belleza."

Estos aficionados a los placeres variados han hecho la celebridad de Canopo. Situada
a una veintena de kilómetros de Alejandría, esta ciudad constituye en cierto modo una
dependencia consagrada
consagrada exclusivamente a la fiesta:

"Hay una multitud de festejantes que descienden de Alejandría a Canopo por el


canal,
bailan ysin
bailan hayni sobre
ningún las
ngún barcas
pudo
pudor mucha
r y con
con extregente,
extrema lihombres
ma licen
cencia y mujeres,
cia.. Los
Los habi
habita
tantque
es tocan
ntes Cala
de Cano flauta
nopo hany
po han
establecido, a lo largo del canal, locales donde todo está dispuesto para la diversión y
el placer."27

Este "complejo" de diversiones que ofrece Canopo a los habitantes de Alejandría y a


los viajeros extranjeros puede parecer sorprendente, pues esta ciudad debe su reputación
primordialmente a sus peregrinos; en efecto, vienen muchos enfermos a su templo de
Serapis para pedir la curación a los dioses. Quizás es la proximidad de Alejandría la que
hacee que Canopo
hac Canopo ofrofrez
ezca
ca a estestaa multit
multitudud de peregr
peregrinoinoss distra
distracci
ccione
oness muy poco
poco
religiosas. Y qué espectáculo extraordinario el de esas barcas amarradas a lo largo del
canal, que ofrecen, a los aficionados a los espectáculos equívocos, flautistas desnudas y
bellos bailarínes afeminados, los cina cinaed
edi,i, cuya reputación da la vuelta al mundo
antiguo:
antig uo: Canopo "la prosprostituid
tituida"
a" como la llam llamaa el poeta latino
latino Propercio,
Propercio, es sin duda,
como su vecina Naucratis, uno de los raros ejemplos de ciudades griegas donde todo
está dispuesto en vistas al placer de los visitantes.
Tres ciudades, cada una con su personalidad, su configuración, su originalidad. Y, en
estass ciuda
esta ciudades,
des, una pobl
població
aciónn de la que una parte está perfecta perfectamente
mente integrada
integrada en el
sistem
sistemaa ins
institu
titucio
cional
nal del Estado;
Estado; son los ciu ciudad
dadano
anoss y sus famil
familias.
ias. Y además
además está
estánn
aquellos
aque llos que no eran en los cuacuadros
dros so
sociales
ciales,, aquel
aquellos
los que ppara
ara subvenir
subvenir a sus
sus necesidades
necesidades se
venn ob
ve obli
liga
gado
doss a de
depe
pend
nder
er de otro
otross (y en la ant antigü
igüeda
edadd eso signif
significa
ica genera
generalme
lmente
nte
esclav
esc lavitu
itud)
d) o bie
bienn a obt
obtene
enerr din
dinero
ero de los despre
despreven
venido
idos.s. En amb
ambosos ca
casos
sos,, es una
una
situación más que incómoda para ellos: la violencia, ya sea que la padezcan o la inflijan,
constituye la trama de su existencia cotidiana.

25
26 Aquiles Tacio, Leukipé y Clitofón, V. 1.
Herondas, Mimo I, La Alcahueta, v. 26-35.
27
Estrabón, Geografía, XVII, 1, 17.
2 EL UNIVERSO DE LOS NIÑOS PERDIDOS

¿Qué mejor guía, para adentrarnos en este universo equívoco, donde a menudo la
más profunda miseria se codea con el lujo más insolente, que una de esas niñas que
desde su más tierna edad ha conocido todas las etapas de la prostitución y terminado
con los aires de una respetable burguesa? La vida de Neera es lo bastante "ejemplar"
como para mostrarnos el camino en el mundo de la prostitución y la vida galante. Su
historia es banal, y, aunque tiene por escenario a Corinto, habría podido suceder
igualmente en Atenas o en Alejandría.

Esplendor y miseria de las cortesanas


¿Nerea? Nos es conocida por un discurso falsamente atribuido a Demóstenes. En el
momento del proceso que le hacen en Atenas hacia el 340 a.C., aparece como una buena
burguesa de cincuenta años largos, casado con un honorable ciudadano conocido por
sus actividades políticas. Además, tiene por yerno al arconte-rey de Atenas.
De hecho. Esta respetabilidad disimula un pasado más que dudoso. Nerea y su
marido Stephanos,
prohíbe en efecto,
a los ciudadanos hancon
casarse contravenido
extranjeras ay una
extranjeras hacerley. La los
pasar legislación
hijos de ateniense les
tal unión por
legítimos. En virtud de esta ley, Nerea es acusada, en tanto extranjera, de haber casado
con Stephan
Stephanos,
os, quie
quienn a su vez es culpa
culpado
do de habe
haberr introd
introduc ido en su fratría niños
ucido
extranjeros y por haber dado en matrimonio a un ciudadano ateniense la hija de una
prostituta.
No se trata aquí de evocar en detalle los motivos reales de este proceso intentado
contra la pareja por un tal Apolodoro; con toda verosimilitud se trata de una venganza
del partido de los "Pacíficos", del que el marido de Neera, Stephanos, es uno de los
dirigentes. En efecto, el discurso es pronunciado en plena "güera fría" entre Filipo de
Macedonia y Atenas, y todos los argumentos sirven en la lucha que opone a los
partidarios de la resistencia y los de la colaboración. La acción intentada contra Neera
es sin
sin duda
duda un buenbuen pret
pretex
exto
to para
para el parti
partido
do "n"nac
acio
iona
nalis
lista
ta"" de Demó
Demóst sten
enes
es de
desprestigiar al adversario, pues a través de Neera es obviamente a su marido a quien
sus adversarios políticos atacan.
Lo interesante de este discurso es el modo en que el acusador evoca con gran lujo de
detalles todas las etapas de la vida de Neera. Para abrumar a sus adversarios, Apolodoro
ha llevado a cabo una verdadera investigación sobre el pasado de Neera, pasado que,
preciso es decirlo, tiene mucho de interesante. Ha reconstruido pacientemente la carrera
amorosa de esta mujer y recogido con todo cuidado los testimonios de sus ex amantes.
Sorprendente investigación que recupera casi cincuenta años de la carrera de una
prostituta. Se tr
trata
ata sin duda alguna de una requisitoria,
r equisitoria, y los diferentes episodios de la
vida de Neera son evocados sin indulgencia, casi con excesiva saña; pero es una pintura
sin equivalentes de la existencia desconocida, alternativamente espléndida y miserable,
de los excluidos de la sociedad.

El Arte de elegir a las niñas


"Nicareta, liberta del heleno Charisios y esposa del famoso cocinero Hippias,
compró siete niñitas muy pequeñas. Era experta en juzgar la belleza futura de las
niñas, y sabía perfectamente criarlas y educarlas mejor que nadie. Conocía bien el
oficio con el que se gana
ganaba
ba la vida. Las hacía pasar por sus propias hijas y decía que
eran libres de nacimiento para extraerle sumas mayores a aquellos con quienes las
prostituía. Cuando hubo sacado
sacado todo el provecho posible de la juventud de cada una de
estas niñas, las revendió a las siete juntas: Anteia, Strátola, Aristocleia, Metanira,
Phila, Isthmias y Neera.”28
De modo que Neera comienza su carrera en Corinto, plaza privilegiada para la
prostitución, y sus comienzos son conform
conformes
es a todos los testimonios
testimonios que tenemos
tenemos por
otrass fuen
otra fuentes
tes sobre la "cria
"crianza
nza"" de las jóvenes
jóvenes esclava
esclavass destinadas
destinadas a la vida galante.
galante.
Forma parte de un "lote" de siete niñas, adquiridas por una proxeneta, seguramente a un
comerciante especializado en el tráfico de esta categoría de esclavos. ¿De dónde han
salido estas niñitas, seguramente de muy corta edad? En el momento en que las compra
Nicareta, no tienen más de cuatro o cinco años, la edad más favorable para una perfecta
iniciación en el oficio que les espera. Raptadas, encontradas o compradas, estas niñas
son de hecho víctimas del más grande tráfico que haya conocido la Antigüedad, el de
seres vivos, tráfico que está en el origen de la forma de criminalidad más representativa
de la cuenca mediterránea, la piratería.
Muchas de esas niñitas son recogidas por los traficantes en las calles donde sus
padres las abandonan al nacer. El abandono de recién nacidos suele ser una necesidad
para las
hija familias de sino
no representa recursos
unademasiado
boca inútilmodestos. Para los
a alimentar, por más pobres,
lo que estáendestinada
efecto, una
al
abandono, aun antes de nacer. Un obrero egipcio que trabaja en Alejandría le escribe a
su mujer encinta, que ha quedado en el Alto-Egipto:

"Cuando des a luz, si es un varón consérvalo; si es una niña déjala en la calle."

Un autor cómico del Siglo III expresa con más crudeza aún esta actitud de rechazo
ante las niñas, considerada
consideradass cargas superfluas:

"Un hijo siempre es criado, aunque los padres sean pobres; una hija siempre es
abandonada, aunque s ean ricos."29
aunque los padres sean

Y las niñitas así destinadas al abandono son colocadas, recién nacidas, en una
esquina, junto a un montón de basura. Se tiene el cuidado de colocarlas dentro de un
cacharro o una marmita, precaución irrisoria para protegerlas de los perros vagabundos.
vagabundos.
A veces los padres lamentan (siempre demasiado tarde) haber abandonado así a su
progenitura, como lo testimonia este diálo
diálogo
go de una come
comedia
dia de Terencio:
Terencio:

—Sóstrata (a su marido): ¿Recuerdas, cuando yo estaba encinta, que proclamaste


con vigor que, si daba a luz a una niña, no la reconocerías?
—Cremés: Ya veo lo que has hecho: ¡la hashas criado a escondidas!
—Sóstrata: No. Pero vivía con nosotros una vieja corintia muy honesta. Le di la
criatura para que la abandonara.
—Cremés: ¡Qué estupidez!... Piensa en las consecuencias de tu decisión: tu hija,
que le entregaste a esa vieja, ahora será una prostituta, o habrá sido vendida en el

28
Demóstenes, Contra Neera, 18-19.
29
Posidippos de Cassandra, El Hermafrodita.
mercado.30

Estos niños abandonados, salvo que sean recogidos por una pareja que desee un hijo,
tienen por destino seguro la esclavitud, pues quienes los recogen los venden a los
mercaderes de esclavos que recorren las ciudades y el campo para renovar su stock.
Algunos los crían para obtener ellos mismos una ganancia. Muchos ven una fuente de
ganancias sustanciales en la prostitución de sus pequeños protegidos, puesto que el
oficio con frecuencia lo practican esclavos de muy corta edad, niñas y varones. A
diferencia de otros esclavos que son criados por las familias griegas o romanas, en este
caso no es necesario esperar a la adolescencia del expósito para obtener de él una
ganancia apreciable.

Los piratas, buenos proveedores

Los proxenetas, como la liberta Nicareta que ha comprado las siete niñitas, también
pueden procurarse su "mercancía" de los traficantes de esclavos, cuyos principales
proveedores son los piratas.
piratas. En efecto, desde tiempos inmemoriales
inmemoriales y hasta el Siglo I A.
C, las islas y costas del Mediterráneo son sistemáticamente saqueadas por "sociedades"
organizadas de piratas que roban hombres, mujeres y niños para los que siempre hay
demanda en los mercados de esclavos. Los niños o adolescentes de ambos sexos, evi-
dentemente, son la presa favorita de estas bandas armadas.
Esta forma de piratería se remonta muy atrás en el tiempo: en la Odisea, una sidonia,
hija de un rico propietario, cuenta que fue raptada por piratas y vendida como esclava
en la isla de Syros. Corrompida por piratas fenicios, a su vez ella rapta al niño confiado
a sus cuidados y se embarca con él para volver a su país natal. El niño en cuestión es
Eumeo, quien después de numerosas desventuras es comprado por el padre de Ulises y
pasa a ser su porquerizo.
Esta vieja tradición de la piratería también es atestiguada por Tucídides, quien
escribe a propósito de los primeros griegos:

"Los griegos
continente o en de
lasantaño y los bárbaros
islas, cuando empezó que estaban instalados
a mantenerse en laspor
una relación costas
mar,del
se
entregaron a la piratería. Sus jefes eran hombres audaces que buscaban ganancias
para ellos y alimento para los débiles. Atacaban ciudades sin fortificación, o aldeas, y
practicaban el saqueo y la toma de prisioneros, de quienes obtenían sus medios de
vida. Esta actividad en aquel entonces no era considerada deshonrosa, sino que más
bien daba gloria."31
Actividad de subsistencia en su origen, y ligada a un código de honor en vigor quizás
en la Edad Media griega, la piratería en la época clásica se reduce a una actividad
lucrativa en manos de verdaderas organizaciones, cuyos cuarteles generales se sitúan en
puntos estratégicos del Mediterráneo, el Bosforo, el Quersoneso de Tracia, o, en el otro
extremo de la cuenca mediterránea, en las islas de Hyéres. Es tradicional atribuir a estos
piratas la nacionalidad samia o etolia; en la época romana, del mismo modo, todos los
piratas serán "ilirios", y, en el Siglo XIX, albaneses. Se trata evidentemente de simples
30
Terencio, Heautontimoroumenos, v. 62o ss.
31
Tucídides, I, 5.
nombres genéricos, y ni samios ni etolios detentaban el monopolio de la piratería.
Simplemente, estos pueblos se entregaron, en épocas muy antiguas, a expediciones
sobre territorios ajenos, y su nacionalidad quedó durante siglos como sinónimo de
piratería.
En tanto las ciudades griegas no tienen flotas suficientes para proteger sus costas
contra las incursiones de los piratas, estos realizan con toda impunidad sus actividades.
Algunos atacan desde tierra firme los barcos anclados en un puerto o rada natural, como
hicieron los bandoleros egipcios sobre las alturas que dominan las desembocadura del
Nilo:

"El día empezaba a sonreír y el sol iluminaba la cresta de las montañas. Hombres
ar
arma
mado
doss co
como
mo pira
pirata
tass apar
apareci
eciero
eronn en lo alto
alto de las
las coli
colina
nass que
que domi
domina
naba
bann la
desembocadura del Nilo llamada 'boca de Heracles'. Se detuvieron un instante y
recorrieron con la vista el mar a sus pies. Después de haber comprobado que las aguas
no mostraban ningún barco susceptible de ser saqueado, llevaron sus miradas a la
costa cercana."32

Con mucha más frecuencia, los piratas lanzan sus expediciones por mar sobre las
costas, donde raptan a los individuos aislados o desarmados que encuentran. Una
inscripción de la isla de Amorgos, una de las Cicladas, nos informa en detalle de los
episodios de una expedición de este tipo que, gracias al valor de dos jóvenes, tuvo un
final feliz para las víctimas:
"Los piratas atacaron la región durante la noche y se apoderaron de muchachas, de
mujeres y de cierta cantidad de personas libres o esclavas, en total más de treinta
personas; destruyeron los barcos anclados en el puerto y no conservaron más que el
barco de Dorios, sobre
sobre el que partie
partieron
ron llevánd
llevándose
ose las víctimas y los bienes de los que
se habían apoderado.
"Desp
"D espué
uéss de esesto
toss acon
aconte
teci
cimi
mien
ento
tos,
s, lo
loss hijo
hijoss de Heg
Hegesí
esístr
strat
atos
os,, Hegesi
Hegesipo
po y
Antipappos, que formaban parte de los prisioneros, persuadieron a uno de los piratas,
Socleidas, de que liberara a los prisioneros de nacimiento libre y a algunos de los
libertos y esclavos. Propusieron servir de rehenes a cambio de estos prisioneros,
haciendo una cuestión de honor impedir que ciudadanos y ciudadanas se vieran
expuestos a ser vendidos como esclavos y vivieran en la miseria y el sufrimiento.
Evitaron que desapareciera un solo ciudadano, y, gracias a ellos, los prisioneros
fueron liberados sanos y salvos."

El acto de valor de Hegesipo y de Antipappos, que se ofrecen como rehenes, es


excepcional: con mucha más frecuencia, las víctimas terminan en los mercados de
esclavos del Mediterráneo. Sólo algún acto de generosidad individual puede evitar que
terminen su existencia en las peores condiciones. Dos mujeres de Teángela, ciudad de
Caria cerca de Halicarnaso, en el Asia Menor, son capturadas con sus hijos por piratas y
vendidas en el gran mercado de esclavos de Délos. Gracias a la generosidad de un
habitante de Délos que las compra y las trata como mujeres libres, no conocen la
esclavitud y sus hijos reciben la misma educación que los niños libres. Del mismo modo
un trezeniano, Cármades, es salvado de la esclavitud por un generoso teangeliano,
Arístides:

"E
"Ell tea
teang
ngel
elia
iano
no Ar
Arís
ísti
tide
des,
s, hijo
hijo de Ne
Neón
ón...... al ente
entera
rarse
rse de que
que el treze
trezeni
nian
anoo
32
Heliodoro, Etiópicas, I, 1.
Cármad
Cárm ades,
es, hech
hechoo pr
pris
isio
ione
nero
ro por
por et
etol
olio
ios,
s, se enco
encont
ntrab
rabaa en la reg
regió
ión,
n, se mostr
mostróó
especialmente generoso a causa de la nobleza de sus sentimientos: después de haber
comprado a título privado a Cármades, lo alojó y lo alimentó durante cierto tiempo,
para después enviarlo a su costa de regreso. ¡Que los dioses lo protejan!"33

A primera vista, estas generosidades de simples particulares parecen sorprendentes y


poco conformes a sus intereses. Pero no son actos aislados, y participan de todo un
movimiento de solidaridad entre los griegos: en efecto, nadie está seguro de que no será
víctima de un rapto de esta naturaleza, y todos pueden tener necesidad algún día de
encontrar a un hombre tan generoso como Arístides.
Los pri
prisio
sioner
neros
os sol
solven
ventes
tes tam
tambié
biénn pue
pueden
den pagar
pagar un resca
rescate
te a los pirata
piratass para
para
recuperar su libertad. Obviamente, es necesario pertenecer a una familia lo bastante rica
como para pagar las sumas importantes exigidas
exigidas por los piratas. Para todos los otros, los
que no tienen fortuna ni protector, la esclavitud es casi inevitable. Y es lo que amenaza
en especial a los niños, víctimas preferidas de los traficantes de esclavos.
Incluso en tierras del interior, el rapto de hombres, mujeres y niños libres es algo
temido por la población. En los archivos de Zenón, un griego de Egipto que vivió en el
Siglo III A.C., se encuentra una carta de un carrero que se queja de actividades de dos
asociados de Zenón: recorren la Palestina raptando adolescentes que después, venden
como prostitutas.
Es cierto que este tráfico de individuos libres presenta peligros para quienes lo
realizan, y laallegislación
más graves, ateniense
mismo nivel que laen particular
alta traición clasifica estos hechos
o el sacrilegio. entre
La pena delos crímenes
muerte está
prevista para quienes
quienes reducen a la esclavitud a hom
hombres
bres libres.
La venta de prisioneros de guerra es asimilable a los hechos de piratería. Los
guerreros vencidos en combate y capturados son distribuidos casi siempre por el general
vencedor a sus soldados. Del mismo modo, los habitantes de ciudades sitiadas corren el
riesgo de terminar en un mercado de esclavos, si no pueden rechazar al sitiador. Tal fue
la suerte de la cortesana Lais: niña aún, formó parte del botín de guerra tomado en
Hyccara, ciudad de Sicilia, por los ejércitos del ateniense Nicias, y, como vimos, fue
vendida en Corinto para formar parte de las hieródulas de la Acrocorintia.
¿Y qué decir de las razzias que los soldados, solos o en grupo, hacen en las regiones
que atraviesan? Por supuesto, les es más fácil saquear las casas y llevarse ganado o
alimentos que cargar con cautivos. De todos modos, a veces se apoderan de niños o de
mujeres, de quienes esperan obtener buenos precios. Los traficantes nunca están lejos de
los ejércitos en campaña, y, sin correr ellos mismos el peligro, saben sacar provecho del
botín conquistado
conquistado por otros.

El precio del mercado


Niñas, recogidas en la calle, víctimas de los piratas, de los traficantes o de los
militares, la pequeña Neera y sus seis compañeras son vendidas en el gran mercado de
esclavos de Corinto. ¿Es necesario precisar que todas estas pequeñas víctimas de los
piratas son reservadas
reservadas primordialmente para la prostituc
prostitución?
ión? En efecto, entre las much
muchas
as
actividades reservadas a los esclavos en la Antigüedad, ésta es quizás la única que le
33
Inscripción hallada en Teangelia, ciudad de Caria (Asia Menor), fechada en el Siglo n
A.C. Sobre el tráfico de personas en el mundo antiguo, véase P. Ducrey, Le traitement des
prissonniers de guerre dans la Gréce antique des origines a la conquéte romaine, París, 1968,
y H. A. Ormerod, Piracy in the Ancient World —an essay in mediterranean History, Chicago,
1967.
procura al amo un beneficio inmediato, y el niño no debe seguir un aprendizaje a
menudo largo y oneroso, como es el caso de la mayoría de las profesiones ejercidas por
esclavos.
¿Cuál es el precio pagado por los futuros amos que adquieren estos niños ofrecidos
en los mercados de Delos, de Corinto o de Atenas? Nada más variable que el precio de
los esclavos, y son tantos los elementos que entran en consideración (edad, sexo, raza,
cualidades físicas e intelectuales) que no sorprende constatar enormes diferencias entre
las cifras pagadas.
El Griego Zenón, del que hemos hablado antes, compra por 50 dracmas una pequeña
esclava babilónica.

"Nicanor, hijo de Jenocles, habitante de Cnido, al servicio de Tobías, le vendió a


Zenón, hijo de Agreofón, habitante de Caunos, al servicio del gobernador Apolonio,
una niña babilónica, llamada Sfragis, de alrededor de siete años, por la suma de 50
dracmas."34

Sin duda es más o menos el mismo precio pagado por la corintia Nicareta para
volverse propietaria de Neera.
Las adolescentes que capturan los asociados de Zeón para hacer de ellas prostitutas,
les reportan sumas variables, de 150 a 300 dracmas. Una estela encontrada en el Atica
nos da el detalle de una venta de esclavos que tuvo lugar a fines del Siglo V A.C.: los
niños
cuestanson200
vendidos
dracmas.a 70 dracmas,
Cuando mientras
el filósofo que los
Platón hombres,como
es vendido mercadería
esclavomuy cotizada,
en Egina, su
comprador paga un precio mucho más elevado: 20 ó 30 minas, o sea 2.000 ó 3.000
dracmas. Es una suma considerable, que corresponde a las cualidades excepcionales,
físicas o intelectuales, de ciertos esclavos.
50 dracmas es el precio del niño no formado, al que hay que criar y educar,
operac
ope racion
iones
es prolon
prolongad
gadas
as y cos
costos
tosas;
as; 3.0
3.000
00 dra
dracm
cmas
as es el precio
precio de adulto
adultoss cuyo
cuyo
renombre justifica el encarecimiento.
encarecimiento.

Proxeneta de oficio o de ocasión


El lote de niñitas, vendidas en el mercado de Corinto, pasa a ser propiedad de la
esposa de un cocinero, Nicareta, que ejerce el oficio de proxeneta sin declararlo
ofic
oficia
ialm
lmen
ente
prostituidate.
. Es
por muy
muy prob
su antiguopramo,
obab
able
le qu
quee en
el eleno su ju
juve
Carisios. vent
ntud
Una ud
vezNi
Nica
care
reta
ta ha
liberada, haya
ya sigue,
ella si
sido
do según
ta
tamb
mbié
ién
lan
costumbre, pagándole a su ex amo una parte de los beneficios que obtiene de la
prostitución de sus propios esclavos.
esclavos.
Nicareta tiene además la oportunidad de disponer de un marido cocinero, lo que le
permite encontrar fácilmente clientes para las niñas que cría. En efecto, el cocinero, en
la Antigüedad, es una especie de empresario que se hace presente con sus marmitas,
cacerolas y otros instrumentos, en casas particulares para quienes organiza festines. Los
banquetes suelen ser alegrados con la presencia de músicas y bailarinas, de hecho
prostitutas. Nicareta ejerce
ejerce entonces uuna
na actividad com
complementaria
plementaria a la de su marido.
El "oficio" de Nicareta exige cierta competencia, y según el acusador Apolodoro, a
esta mujer no le falta. Ante todo, posee un don precioso, la facultad de discernir en una
niña muy pequeña sus aptitudes para hacer una carrera fructuosa en la prostitución. Sin
duda también es una buena "pedagoga" y forma perfectamente a las niñas para su futuro
34
Para permitir una mejor comprensión de los valores de los precios que mencionamos,
damos un cuadro de equivalencias en los apéndices.
trabajo.
Madres o amantes como Nicareta, estas proxenetas en Grecia son casi siempre
mujeres, mientras que los administradores de casas públicas por lo general son hombres.
Las primeras, en efecto, son capaces de formar cortesanas destinadas a llevar una
existencia fácil con hombres ricos. En las casas públicas, en cambio, no se encuentran
sino adolescentes o mujeres de categoría "inferior", apenas buenas para el pueblo
menor, los marineros, incluso los esclavos. Para ellas la formación, la educación, no son
necesarias.
Madres o abuelas, son numerosas en las ciudades de la Antigüedad las que inculcan a
su progenie los buenos principios de la vida galante. El oficio a menudo se transmite de
una generación a otra: la madre que envejece aprovecha los encantos de su hija para
retener su clientela; la hija aprovecha la reputación de su madre para formar una
clientela. Es así que en Atenas, todo el mundo conoce a la pareja formada por
Gnathaena y su hija Gnathaenion, tan célebres una como la otra por su belleza y su
talento conjugados para desvalijar a los ricos.
Estas mujeres con frecuencia no tienen otro medio de vida, y su única riqueza es la
juventud de su hija. En las ciudades antiguas es más que difícil encontrar el sustento
coti
cotidi
dian
ano.
o. Mu
Muchchos
os,, entr
entree los
los meno
menoss favo
favore
reci
cido
dos,
s, bu
busc
scan
an an
ante
te to
todo
do as
aseg
egur
urar
ar su
alimentación. Una niña cuya familia no pertenezca al cuerpo de ciudadanos y no posea
fortuna, será sacrificada en muchos casos para permitir que los suyos coman. He aquí
cómo una madre trata de convencer a su hija para que se lance en la "carrera":

"Croby
"Cro byla
la:: Es
Escú
cúch
cham
ame,
e, te diré
diré lo que
que debe
debess hace
hacerr y cómo
cómo co
comp
mpor
orta
tart
rtee co
conn los
los
homb
hombres
res.. Pu
Pues
es no tene
tenemo
moss otro
otross me
medi
dios
os de subs
subsist
isten
enci
cia,
a, hija
hija mí
mía,
a, y no pued
puedes
es
imaginarte cuánta miseria hemos pasado estos dos años desde que tu padre (¡que los
dioses tengan su alma!) murió. Cuando él vivía, teníamos todo lo necesario. Era
herrero, y lo conocían bien en el Píreo; hasta el día de hoy todo el mundo dice que
nunca habrá mejor herrero que Filinos. Después de su muerte, primero vendí por dos
minas sus pinzas, su fragua, su martillo, y con eso pudimos vivir siete meses. Después,
impedí penosamente que muriéramos de hambre tejiendo e hilando. Y te he alimentado,
hija mía esperando que mis deseos se realicen... He calculado que al llegar a la edad
que tienes ahora, te será fácil alimentarme y procurarte a ti misma fortuna, ropas y sir-
vientas.
Corina: ¿Cómo? ¿Qué quieres decir?
Crobyl
Cro byla:
a: Yendo
Yendo a ver a jóv
jóvene
enes,
s, beb
bebien
iendo
do con ellos y aco
acostá
stándo
ndote
te con ellos por
por
dinero.
Corina: ¿Corno Lyra, la hija de Dafnis?
Crobyla: Sí.
Corina: ¡Pero es una prostituta!
Crobyla: ¿Y qué? ¡No tiene nada de terrible! Serás rica como ella, y tendrás muchos
enamorados. ¿Por qué lloras, Corina? ¿No ves qué numerosas son las prostitutas, y
qué apreciadas? ¿No ves todo el dinero que ganan? Qué Némesis me proteja, yo he
visto a esa hija de Dafnis vestida con harapos, cuando era pequeña, y mírala ahora,
con sus joyas, sus ropas de todos colores y sus cuatro sirvientas." 35
Los personajes de este diálogo, la mujer y su hija, pertenecen a una honorable familia
de artesanos del Pireo, a quienes la muerte del jefe de familia ha hundido en una miseria
imposible de superar. A diferencia de Nicareta que goza, gracias al oficio de su marido,
de una honorable holgura, y para la cual la "crianza" de las pequeñas no constituye sino
una actividad de ampliación de negocios, la madre de Corina debe resolver el problema
35
Luciano, Diálogo de las Cortesanas, 6.
que enfrenta la mujer sola en las sociedades antiguas: la ausencia de protectores
naturales significa la impotencia absoluta. Crobyla subsiste al comienzo vendiendo las
herramientas de su marido, después trata de hacerse un oficio con el trabajo de la lana.
Pero, en una sociedad donde el trabajo servil basta para subvenir a las necesidades de
las familias o para poblar los talleres, una mujer tiene pocas posibilidades de vivir con
las ganancias de sus tejidos. Y probablemente es porque ella ya no conserva su frescura
juvenil que debe esperar a que Corina tenga ocho o diez años para convencerla
convencerla de
iniciarse en esta actividad lucrativa que es la prostitución. Al comienzo del diálogo nos
enteramos de que la niña ha ganado por su "primera noche" una mina, es decir la mitad
de la suma que les había permitido a las dos mujeres, no morirse de hambre durante
siete meses.
Otra madre, para convencer a su hija de ho separarse del joven que la mantiene, usa
argumentos que dan testimonio también de las condiciones de vida particularmente
difíciles de muchas mujeres:

"¿No comprendes, hija mía, que estamos en la miseria? Recuerda todo lo que hemos
recibido de tu amante. ¿Cómo habríamos sobrevivido al invierno pasado, si Afrodita no
nos lo hubiera enviado?"36

En efecto, las mujeres no pueden contar más que con los hombres de su familia para
asegurar su manutención. Un interlocutor de Sócrates cuenta que, durante el gobierno
de los Treinta
Atenas Tiranos, en
para refugiarse en el
el momento en quepor
Píreo, él queda, la mayoría
la fuerzadedelos
losciudadanos han huido
acontecimientos, de
como
el único protector de las mujeres de su familia, hermanas, sobrinas y primas. Debe
asegurar la manutención de catorce personas de condición libre. Pero no todas las
mujeres tienen un hermano, un tío o un primo. Y esto explica que haya tantas Crobylas
y Corinas en las ciudades de la Antigüedad.

La edad de la inocencia
La existencia de una pequeña Neera, de una pequeña Corina, por chocante que sea
para las sensibilidade
sensibilidadess modernas, es muy banal en el mundo antiguo. La prostitución
infantil
difere
diferentees
s perfectamente
ntes cor
cortes
tes que pue admitida
pueden
den efe cuando
efectuarsee enloselniños
ctuars con notoson
conjun
junto dellibres
discude
rsonacimiento.
discurso Los
Contra Neera,
indican que ésta tiene alrededor de seis años, quizás menos, cuando su "madre" empieza
a utilizarla para obtener ganancias.
Según un procedimiento que no tiene nada de original, Nicareta hace pasar a las
niñitas por sus propias hijas, y pretende en consecuencia que son libres de nacimiento.
En efecto, puesto que su marido y ella misma son libertos, sus hijos, si lo fueran, serían
libres. ¿Por qué le da Nicareta esta precisión a los clientes eventuales? Simplemente
porque eso le permite
permite en cierto modo "subir el precprecio",
io", y obtener así una su
suma
ma muy alta.
Engañar a los clientes sobre la condición social de los niños le permite, además,
practicar el chantaje, al que recurrirá mucho más tarde Neera con los amantes de su
propia hija. En efecto,
efecto, la ley es seve
severa
ra con los que pprostituyen
rostituyen niños de nacimiento libre:

"La ley dice en términos precisos que si un padre o un hermano o un tutor o


cualquiera que posea una autoridad entrega un niño para prostituirlo, no debe haber
36
Luciano, Diálogo de las Cortesanas, 3.
acciones contra el niño mismo sino contra quien lo ha entregado y quien lo ha tomado,
y ambos sufren la misma pena. Cuando el niño haya alcanzado la edad adulta, no
estará obligado a alimentar a su padre ni darle alojamiento, puesto que éste lo ha
entregado para prostituir. Sólo estará obligado a darle sepultura y observar los ritos
funerarios cuando haya muerto... ¿Qué otr otraa ley se ha establecido para salvaguardar a
nuestros hijos? La del proxenetismo, que prevé las mayores penas para quienes
prostituyan a un niño o a una mujer libres."37
Se trata en este caso de la legislación de Atenas, pero es muy probable que las otras
ciudades importantes de Grecia, como Corinto, tengan leyes similares para garantizar la
seguridad de los niños y mujeres libres por nacimiento. Se toman todas las precauciones
para salvaguardar la pureza de raza. Por las mismas razones, el ciudadano ateniense
acusado de haberse prostituido es apartado de todos los cargos políticos, civiles y
religiosos. Con toda verosimilitud, Nicareta trabaja sobre una legislación comparable a
la de Atenas para extraer el máximo de dinero de aquellos hombres atraídos por sus
niñas. Hace valer los peligros que corren prostituyendo niñas "libres" e, hipócritamente,
hace pagar cara esta "ilegalidad" que en realidad no es tal.
Hay muchos ejemplos que nos prueban que Neera y sus compañeras, pese a su muy
tierna edad, no son excepciones en el mundo antiguo. Lais es apenas una niña cuando es
llevada a Corinto para formar parte de la cohorte de prostitutas sagradas. El discípulo de
Sócrates, Fedón, que era de nacimiento servil, es obligado por su amo a prostituirse en
plena infancia. El hijo del general Foción se enamoró de una niña, pensionista de una
casa pública, y tomando al pie de la letra las lecciones de su maestro, el filósofo
Teodoro de Cirene, que predicaba la compra de las prostitutas, hizo adquisición de la
niña.

Belleza e instrucción
Al mismo tiemp
tiempoo que la inici
iniciación
ación amoros
amorosa,
a, Nicareta da a las niñas una educació
educaciónn
destinada a hacer de ellas cortesanas "cotizadas" en el mercado de Corinto o de otras
ciudades. Se afirma con frecuencia que las cortesanas griegas recibían una educación
intelectual superior a la de las mujeres libres; y se citan los casos de Lais, de Aspasia o
de Friné, que formaron parte del cortejo de los hombres más inteligentes de su época y
dieron muchos ejemplos de su ingenio y cultura. De hecho, es mucho más probable que
estas
culturapocas mujeres,endelos
intelectual un medios
destino que
excepcional en el mundo
frecuentaban, cuandogriego, hayan
ya eran adquirido
conocidas en su
el
mundo de la vida disipada.
La educ
educac
ació
iónn de las
las pe
pequ
queñ
eñas
as pros
prosti
titu
tuta
tass se
segú
gúnn to
toda
da ve
vero
rosi
simi
mili
litu
tudd fu
fuee más
más
pragmática que intelectual: ante todo saber utilizar el cuerpo, conocer los secretos de
embellecimiento, los maquillajes y artificios. Estos secretos de belleza suponen de parte
de la alcahueta toda una serie de "trucos" para mejorar el físico de sus protegidas, Ante
todo hay que dar a la adolescente un cuerpo ideal, o al menos su apariencia. Todos los
artificios son utilizados para lograr un "porte de reina" que, a los ojos de los Antiguos,
es preferible a un rostro bonito:

"Toman en sus casas jóvenes prostit


"Toman prostitutas
utas que hacen sus primeros pasos en el oficio
oficio..
Las remodelan completamente, tanto que estas jóve jóvenes
nes no conservan ni sus modales ni
su físico
físic o original. ¿Una de ellas es demasiado pequeña? Se le cose bajo el zapato una
suela de corcho. ¿Otra es demasiado grande? Usa zapatos sin taco y camina con la
37
Esquino, Contra Timarco, 9-14.
cabeza hundida en los hombros, lo que la disminuye. ¿Aquella no tiene caderas? Se
cose un relleno en la falda, y los que se cruzan con ella silban de admiración
admiración ante sus
hermosas ancas. ¿Una tiene el vientre prominente? Para eso hay senos postizos, como
los que usan los actores; deja colgar suelta la túnica y de ese modo oculta el vientre." 38

No se olvidan los afeites, con los cuales las prostitutas jóvenes obtienen una belleza
estereotipada que las distingue de las mujeres honorables:

"La que tiene las cejas rojas se las tifie con negro de humo.
humo. La que tiene la tez muy
oscura se la aclara con albayalde. La que es demasiado pálida se pone carmín en las
mejillas."39

En la época clásica, el maquillaje sigue reservado a las prostitutas, y los colores


violentos que adornan su rostro designan, sin duda posible, el oficio que ejercen:

"Por Zeus, ( las mujeres casadas) no se pintan de blanco de albayalde y no tienen,


como ustedes (las prostitutas) las mejillas pintadas con jugo de moras. Cuando ustedes
salen un día de verano, dos surcos de tinta caen de sus ojos y el sudor que les corre por
las mejillas traza marcas rojas en el cuello. Los cabellos pegados al rostro parecen
empolvadas."40
grises por el albayalde con que están empolvadas."

Por último, a la novicia se le inculca todo un arte de la postura y la presentación :

"La
"La que
que tien
tienee un
unaa part
partee de su cuer
cuerpo
po na
natu
tura
ralm
lmen
ente
te be
bell
lla,
a, se la
lass ar
arre
regl
glaa pa
para
ra
desnudarla. La que tiene lindos dientes debe reír, para que todo el mundo pueda
apreciarle la boca. Y si no sabe reír, debe, como las cabezas de chivos en el mostrador
de la carnicería, tener entre los labios una ramita de mirto, lo que hace que mantenga la
boca entreabierta
entreabierta le guste o no."

También es preciso que las niñas aprendan a bailar, a cantar, a tocar la flauta o la lira,
esos complementos indispensables de la prostitución en la Antigüedad. En una obra de
Terencio, un joven enamorado de una joven prostituta y sin medios para contratar sus
servicios, se ubica todos los días ante la escuela del profesor de cítara, al que acude su
bienamada para
para su lección cotid
cotidiana.
iana.
La continuación del diálogo de Luciano que empezamos a citar más arriba, da
muchos datos, con una tranquila conciencia en paz, sobre la existencia de las pequeñas
prostitutas. La lección que da Crobyla a su pequeña Corina nos permite imaginar la que
recibían las pequeñas pensionistas de Nicareta. A Corina, que, seducida por las ventajas
que le enumera su madre, le pregunta cómo ha obtenido sirvientas, vestidos y joyas su
vecina Lyra, Crobyla responde:

"Crobyla: Ante todo, se ha vestido con cuidado y buen gusto. Es alegre con todos los
hombres, sin estallar en carcajadas por cualquier cosa como haces tú; por el contrario,
ella sonríe de un modo encantador, dulcemente. Luego conversa amigablemente
amigablemente con los
38
Alexis, La Buena Carga, citado por Ateneo, XII, 568.
39
Los afeites más utilizados en la Antigüedad son el albayalde o polvo blanco, obtenido a
partir del carbonato de plomo, y el rojo sacado de las plantas o de algas. Pueden verse
numerosos detalles sobre la composición de los maquillajes y su utilización en B. Grillet, Les
Femmes et les jarás dans l'antiquité grecque, Lyon, 1975.
40
Eubolos, Las Vendedoras de Coronas, citado por Ateneo, XIII, 557.
homb
hombre
res,
s, no enga
engaña
ña con
con una
una su
supu
pues
esta
ta vi
virt
rtud
ud a sususs vi
visi
sita
tant
ntes
es o ac
acom
ompa
paña
ñant
ntes
es,,
perotampoco se arroja sobre ellos. Si ha sido contratada para participar en un banquete,
no se emborracha, pues es ridículo, y los hombres detestan a las mujeres ebrias.
Tampoco come demasiado,
demasiado, pues es señal de mala educación
educación.. Toma los alimentos con la
punta de los dedos; come sin hacer ruido y sin llenarse los carrillos. Bebe lentamente,
no de un trago sino de a sorbos.
Corina: ¿Aun si tiene sed, mamá?
Crobyla: Especialmente si tiene sed, Corina."

¡Qué bue
¡Qué buenos
nos pri
princi
ncipio
pioss de edu
educac
cación
ión!! Sac
Sacada
adass de su co
conte
ntexto
xto,, las palabr
palabras
as de
Crobyla podrían encontrarse en un manual destinado a la educación de las jovencitas de
buena familia. Pero la realidad que disimula este discurso maternal es muy diferente, ¿y
acaso su aspecto más terrible no es esa alusión al hambre de la niña, ese apetito que
justifica el comercio al que se entrega la madre? Y, en una época en que la prostitución
y el hambre van de la mano, el "chic" supremo es no tener aspecto famélico, y saber
comportarse en la mesa es la prueba de la buena educación de la cortesana:

"¡Qué elegante es en la mesa! No imita a esas mujeres que se llenan la boca con
frutas, o devoran la carne de una manera repugnante. Toma de a pequeños bocados, y
es tan refinada como una joven milesia."41
Y la buena educación en estas niñas, por último, es admitir desde la más tierna edad
las reglas ineluctables del oficio al que están destinadas:
"Crobyla: No habla demasiado, no se burla de la gente presente y no mira sino al que
ha pagado por ella. En razón
r azón de esa conducta, los hombres la aprecian. Después, cuando
hay que ir a la cama, no es ni demasiado indecente ni demasiado fría, sino que procura
solamente seducir al hombre y enamorarlo. Es por eso que todos la felicitan. Y si
aprend
aprendes
es bie
bienn tod
todoo eso
eso,, nos
nosotr
otros
os tambié
tambiénn ser
seremo
emoss fel
felice
ices,
s, pues
pues tú tie
tienes
nes tan
tantas
tas
cualidades como esta Lyra.
Corina: Dime, mamá ¿todos los hombres que me contraten serán como ese Eucritos
con el que me acosté ayer?
Crobyla: No todos. Algunos son más apuestos; otros ya son hombres. Hay otros que
no son tan agradables de aspecto.
Corma: ¿Y tendré que acostarme con ellos?
Crobyla: Por supuesto, hija mía, pues son los que mejor pagan. Los bellos no quieren
dar más que su belleza. Ocúpate de ganar más, si quieres que todas las mujeres te
señalen con el dedo diciendo: '¿Has visto a Corina, la hija de Crobyla? ¡Cómo rueda
sobre el oro y hace feliz a su madre!' "

Por supuesto, un texto de esta naturaleza puede admitir distintas lecturas. Para los
contemporáneos
contemporáne os de Luciano, la realidad evocada en esta conversación es banal. La edad
de la pequeña Corina no choca a los lectores y le permite simplemente al autor una
variación de sus efectos literarios. En efecto, se divierte manifiestamente en jugar con
los consejos de la madre que combinan las reglas del saber vivir con las del oficio al que
destina a su hija. Todos estos detalles, que nosotros no podemos leer sin incomodidad,
los griegos o romanos no los percibían del mismo modo; eran sensibles más bien al
encanto de esta escena de género, conforme al gusto alejandrino, y la ingenuidad de la
niñita constituye un toque de sabor suplementario.
Esta educación da sus frutos cuando la adolescente ha asimilado suficientemente las
41
Eubolos, El Jorobado, citado por Ateneo, XIII, 571.
técnicas del encanto, de la gentileza, en una palabra, las cualidades que le permitirán
triunfar en el oficio para el que está destinada a menudo desde su nacimiento:
nacimiento:

"¿Una hetaira no es más amable que una mujer casada? Evidentemente, mucho
más, y es natural. La esposa, en efecto, aun cuando muestre desprecio por su marido,
no puede ser expulsada del hogar por éste. En cambio la prostituta sabe que debe
ganarse al hombre con sus bondades.
bondades. Si no, tendrá que buscarse otro."42
buscarse

Los secretos de las


l as "matronas"
"Beber durante tres días una poción hecha con tres óbolos de semillas de amapola y
semillas de mirto, una dracma de mirra y dos gramos de pimienta blanca, o bien beber
un óbolo de semillas de mostaza y medio óbolo de berza (= planta umbelífera)
mezclados con miel fermentada."43
Una poción entre tantas otras, de la que Nicareta transmite sin duda la receta a sus
pequeñas pensionistas.
pensionistas. Pues la educa
educación
ción de las jóvenes prostitutas comp
comporta
orta también el
arte de preparar drogas y cremas, y dominar las técnicas que le permitirán no quedar
embarazadas. Los procedimientos son múltiples y, en el secreto de los gineceos, hay un
activo tráfico de recetas, algunas de ellas sorprendentes. Los sabios griegos o latinos
que nos han dado el detalle de estos anticonceptivos, han mezclado en sus listas los
procedimientos mágicos y las preparaciones químicas.44 En ssuu Historia de los
Animales, Aristóteles ya habla de métodos anticonceptivos, y aconseja a las mujeres el
uso local de aceite de cedro adicionado o no con albayalde o incienso, antes de la
relac
relación
ión sex
sexua
ual.l. En los es
escri
critos
tos hipoc
hipocra
ratic
ticos
os,, en la
lass ob
obras
ras de los sa sabio
bioss gri
griegos,45
egos,
numerosas
numeros as listas de drogas y otros tratamientos atestiguan la variedad de procedimientos
utilizados
utilizados por las muje
mujeres
res en Grec
Grecia
ia y en Roma. La mayo
mayoríaría de estos
estos sabio
sabioss dan poco
valor al empleo de amuletos por parte de las mujeres que no desean tener hijos: raíces
de plantas de virtud mágica, fragmentos de úteros de animales y otras monstruosidades.
Plinio el Viejo da incluso el consejo de colocar sobre la mujer un saquito de piel de
ciervo, y dentro de él dos gusanos hallados en el interior de una tarántula, la gran araña
italiana.
Las drogas, destinadas a asegurar durante un período más o menos largo una
esterilidad provisoria,
o los médicos utilizanson de composición
en proporciones variada: para confeccionarlas,
cuidadosamente las "matronas"
dosificadas numerosas plantas
(ruda, helécho, perejil, hojas de sauce, corteza de pino. ..), frutas (granadas, higos...) o
sustancias químicas (alumbre, azufre, sulfato de cobre...). Las aplicaciones locales,
antes o después del contacto sexual, de ungüentos a base de aceite, miel o goma
balsámica, atestiguan un conocimiento bastante acertado de las virtudes de esos
productos La acción del aceite, especialmente,
especialmente, sobre los espermatozoides es reconocida

42
Amphis, Athamas, citado por Ateneo, XIII, 559
43
Soranos de Efeso, Gynecología, 63.
44
Muchas obras científicas de la Antigüedad enumeran de manera más o menos detallada
estas
estas técnic
técnicas
as antico
anticonce
ncept
ptiva
ivas.
s. Entre
Entre las obras
obras recien
recientes
tes consag
consagrad
radas
as al estudi
estudio
o de la
anticoncepción y el aborto en las sociedades griega y romana, citemos los libros de Norman
E. Himes, Medical History
History of Contraception
Contraception,, nueva edición,
edición, Nueva York, 1970,
1970, y de Enzo
Nardi, Procurato aborto nel mondo greco-romano, Milán, 1971.
45
Dioscórides, originario de Anazarbos en Sicilia (Siglo i D.C.), Soranos de Efeso (Siglo
nD.C.)) y Aetios
nD.C. Aetios de Amida
Amida (siglo VI D.C.).
D.C.). Estos autores retoman en sus obras científicas
científicas las
tesis ginecológicas admitidas durante siglos.
por la medicina moderna.
moderna.
De modo que hay muchas recetas, pintorescas o con pretensiones científicas. ¿Eran
realmente seguras? Es difícil decirlo. Digamos sólo que Neera trajo al mundo por lo
menos tres o cuatro hijos, lo que nos deja escépticos sobre la eficacia de los métodos
que la joven prostituta pudo aplicar.

Una
Y laseducación sentimental
pequeñas prostitutas también deben aprender indiferencia. Deben saber preferir
al enamorado de su edad el rico protector que pueda mantenerlas a ellas y a sus familias.
En uno de sus Diálogos, Lu Luci
cian
anoo po
pone
ne en es esce
cena
na al pe pequ
queñ
eñoo Musa
Musari
rium
um
apasionadamente enamorado de la joven Chereas. En lugar de pedirle dinero, ella le da
el producto de su trabajo y las joyas que le regalan otros clientes. A su madre, que se lo
reprocha, le responde con ingenuidad:

"¡Pero es hermoso, y todavía imberbe! Me dice que me ama, con lágrimas en los
ojos. Es hijo de Dinomaqué y de Laques el aeropagita y me dice que se casará conmigo
cuando su padre haya cerrado los ojos."

A lo cual su madre replica:

"¿Crees que siempre tendrás dieciocho años, Chereas? ¿O que Musarium tendrá los
mismos sentimientos cuando sea rico y su madre le concilie un matrimonio ventajoso?
¿Crees que recordará sus lágrimas, sus besos, sus juramentos, cuando vea una dote de
cinco talentos?"

El aprendizaje del placer


En pocos años Nicareta les ha dado a sus niñas una "educación" suficiente para
volverlas astros refulgentes en el mercado del placer. No tienen mucho más de diez
años, y su renombre ya está bien asentado en los medios galantes ateniense
ateniensess y corintios,
como lo atestigua esta evocación de la vida fácil que llevan a la edad en que otras
todavía juegan con las muñecas.

"El amante de Metanira, Lisias el sofista, quiso, además de los gastos que tenía en
ella, pagarle la iniciación a los Misterios de Eleusis. Pensaba en efecto que todo lo que
gastaba era en provecho de la propietaria de Metanira, mientras que el costo de la fiesta
y de la iniciación sería realmente un regalo para la pequeña prostituta. Le pidió entonces
a Nicareta que fuera a Eleusis con Metanira y la hiciera iniciar, y prometió hacerse
cargo de los gastos de la iniciación. Cuando llegaron a Atenas, Lisias no las llevó a su
casa, pues eso le habría traído problemas con su esposa, la hija de Brachyllos, que
también era su sobrina, y con su madre, ya muy anciana, que vivía con él. De modo que
instaló a Metanira y a Nicareta en casa de un amigo suyo soltero y joven, Filóstrato, del
demos de Colono. Neera los acompañaba, y aunque todavía no era nubil ya ejercía el
oficio de la prostitución. En otra ocasión Simos el tesaliano vino a Atenas con Neera y
Nicareta para asistir a las Grandes Panateneas y las instaló en casa de Ctesippo, hijo de
Glaucónides, del demos de Kydantydes. En esa casa Neera, como lo hacen siempre las
prostitutas, compartió la bebida
bebida y los ban
banquetes
quetes con num
numerosos
erosos invitado
invitados."
s."

Las relaciones que se establecen entre estas niñas y sus "amantes" o protectores son
perfectamente representativas de lo que sucede en el mundo de la galantería en Corinto
o Atenas. En efecto, estos hombres, que vienen a lo de Nicareta para frecuentar a sus
jóvenes pensionistas, son personalidades políticas, literarias o artísticas de los primeros
años del Siglo IV A.C. Casi todos ellos son atenienses. En efecto, Atenas está situada a
escasa distancia de Corinto, ciudad esta última que en los Siglos V y VI es la capital de
los placeres. Y naturalmente los atenienses que poseen fortuna prefieren a las vulgares
prostitutas de Cerámica o del Pireo las cortesanas refinadas de Corinto. Claro que cues-

tan másgriego
mundo caras, acuden
pero hanaficionados
alcanzado aunCorinto,
alto grado dede
y uno perfección en suprotectores
los primeros trabajo. Dedetodo el
Neera
es originario de la lejana Tesalia.
Entre los frecuentadores de la casa de Nicareta encontramos en primer lugar a Lisias,
uno de los más célebres oradores áticos de su época. Tiene unos sesenta años cuando
viene a casa de Nicareta para encontrarse allí con la joven Metanira. Isócrates, otro gran
orador de Atenas, de la misma generación de Lisias, también es amante de Metanira.
Neera contará entre sus clientes a un gran poeta, un actor de renombre, y a un sobrino
de Demóstenes. Otros tantos hombres que, por sus riquezas y notoriedad, ocupan un
sitio prominente en la sociedad ateniense
ateniense..
Estos "protectores" contribuyen a la manutención de las niñas cuyos favores se
aseguran mediante una suerte de contrato. En efecto, para volverse amante titular de una
prostituta es preciso entregar una suma más o menos importante, ya sea a la interesada,
ya sea a su proxeneta. Esta suma le garantiza al caballero la posesión, sin compartir, de
la niña o joven por un período más o menos largo. Y, por supuesto, se cuenta también
con el protector para encargarse de los diferentes gastos de la casa, para pagar cuentas
suntuarias y ofrecer con generosidad ropas, joyas y distracciones.
El cumplimiento de estos contratos da lugar a rencillas muy violentas Una larga
rivalidad enfrentó a un ateniense anónimo con un cierto Simón. Este último había
pagado una suma de 300 dracmas para "comprar" un joven prostituido, Teodoto, y su
adversario intentó salirse de las reglas del juego para llevarse al joven a su casa:

"Uno y otro, los dos deseábamos a un joven de Platea, Teodoto. Yo pensaba hacerlo
mi amigo tratándolo bien, mientras que Simón lo obligaba con brutalidad a hacer lo
que deseaba. Sería demasiado largo contar todo lo que le hizo, y baste con decir que
obró mal. Supo que el joven estaba en mi casa y, completamente ebrio, vino a
increparnos.
increp arnos. Despué
Despuéss de haber echad
echadoo abajo las puerta
puertas,
s, hizo irrup
irrupción
ción en el gineceo
donde estaban mi hermana y mis sobrinas, niñas tan púdicas que enrojecían cuando las
miraban los hombres de su familia. Este Simón estaba tan sobreexcitado que se negaba
a marcharse. Escandalizados, los asistentes e incluso los que lo habían acompañado, lo
expulsaron por la fuerza del cuarto de estas jóvenes. No mostró ningún arrepentimiento
por sus violencias; más aun, cuando descubrió la sala donde cenábamos hizo una cosa
insensata e increíble, pero conforme a su locura: me llamó para hacerme salir de la
casa,.y no bien estuve afuera comenzó a golpearme. Como me defendí, retrocedió para
lanzarme piedras. No me acertó, pero sí golpeó con una piedra en plena frente a uno de
sus propios compañeros, Aristocrito."46
Avergonzado por esta aventura, el acusado resuelve abandonar Atenas con el joven
Teodoto durante un tiempo. Después vuelven los dos al Píreo. Simón prepara entonces
una trampa para recuperar a Teodoto, quien a su juicio sigue siendo de su propiedad. El
joven logra escapar de sus agresores y se refugia en el taller de un batanero. Se
desencadena una batalla en forma entre los agresores y los pasantes indignados, que

46
Lisias, Contra Simón, 5-7.
incierta..47
quieren proteger al niño. La conclusión del caso es incierta
Los sentimientos que los dos hombres experimentan por el joven explican en parte el
desarrollo de la aventura. Pero el afecto no es el único elemento en juego: Simón ha
pagado una suma relativamente importante para volverse propietario temporario del
pequeño prostituido, y se considera (con justicia, según la legislación de la época)
lesionado en sus intereses pecuniarios.

Compañías decorativas
El término más adecuado para designar a estos niños, varones y mujeres, cuyo futuro
está trazado ineluctablemente desde la infancia, es el de objetos. Son bonitos juguetes,
destinados a dar placer y a procurar a sus poseedores temporarios una "imagen de
marca" satisfactoria. En efecto, la compañía de una bella adolescente es, con mucho, un
signo exterior de riqueza; su belleza y educación son indicios visibles del tren de vida
del hombre al que acompaña. Eso puede verse en las ocupaciones de las pensionistas de
Nicareta: son alquiladas para participar junto a sus amantes en todas las actividades de
esto
estoss úl
últi
timo
mos;
s; los
los si
sigu
guen
en a los
los banq
banque
uete
tes,
s, está
estánn junt
juntoo a el
ello
loss en es
esas
as gr
gran
ande
dess
manifestaciones colectivas que son las Panateneas. Los griegos dan a estas cortesanas
de lujo el nombre eufemístico de hetairas, lo que significa "compañeras", nombre que
indica a las claras lo que representan en la sociedad antigua:

"Esta prostituta
prostituta tenía un caráct
carácter
er de oro, era una verdade
verdadera
ra 'compañera' (hetai
(hetaira).
ra).
Todas las otras mujeres de su profesión degradan con sus modales este nombre que es
tan bello."48
No hay ninguna prohibición referida a la edad ni al sexo de estas jóvenes personas
prostituidas; sólo su condición social, su pertenencia o no a la clase de los ciudadanos,
hace una diferencia entre lo que es lícito y lo que no lo es. Los textos citados
precedentemente
precedenteme nte aportan una prueba significativa: el amante anónimo de Teodoto se
indigna de que Simón haya podido penetrar en el gineceo de su casa y asustar a sus
pequeñas sobrinas; Lisias y los otros clientes de Nicareta, con la más limpia de las
conciencias, mantienen niñas sin duda de la misma edad que las sobrinas de ese
ateniense. Unas pertenecen a una familia de ciudadanos, las otras no son más que
objetos destinados a volver más agradable la existencia cotidiana de esos mismos
ciudadanos.
Seducir
la pena a un niño
de muerte, de los
pero origen libre,
demás hijo esclavos
niños, o hija deounextranjeros,
ciudadano,pueden
es un delito pasible sin
frecuentarse de
correr ningún riesgo. Siempre que se respeten los derechos de propiedad y se pague el
precio exigido, todo es lícito y no implica ningún deshonor. La mujer legítima es
encerrada en el gineceo con sus sirvientas y sus hij'os, y nunca acompaña a su marido en
público. Las concubinas están más o menos en las mismas condiciones que las esposas
legítimas. De modo que sólo la hetaira goza de la libertad de acompañar en público al
hombre del que depende, y suele vérsela a su lado. Tratada efectivamente como un
obj'eto, sigue a su protector en numerosas manifestaciones de la vida política y a nadie
se le ocurre ofuscarse cuando un hombre político, un filósofo o un notable se muestra en
lugares oficiales en compañía de esos niños o mujeres.
Su presencia tiene tan pocas consecuencias que incluso se las suele instalar en la
47
Ignoramos cuál de los dos adversarios se quedó con el niño. Cuatro años después de los
hechos, Simón presentó contra su rival una acusación por golpes y herida con intención de
provocarle la muerte.
48
Antífanes, La Vasija, citado por Ateneo, XIII, 572.
casa. La delicadeza de Lisias, que no quiere imponer a su joven esposa y a su madre la
presencia de su pequeña hetaira, es anotada como algo excepcional.
excepcional. El viejo enamorado
enamorado
de Teodoto
Teodoto no tien
tienee el mismo pudor, puesto que es en su propia
propia casa,
casa, dond
dondee viven su
hermana y sus sobrinas, donde ha alojado al muchacho. Es una práctica de la que
quedan testimonios numerosos: el orador Hipérides, quien gracias a su gran fortuna
pudo satisfacer gustos dispendiosos, llevó su refinamiento al punto de mantener una
hetaira en cada una de sus tres casas, en Atenas, el Pireo y Eleusis; y según la tradición,

para instalar
expulsado en su casa de aAtenas
tranquilamente a Myrrhina,
su propio hijo. la prostituta más cara de la ciudad,
ciudad, habría
La may
mayorí
oríaa de estos
estos hom
hombre
bress no enc
encuen
uentra
tra siquie
siquiera
ra oposic
oposición
ión en su
suss propia
propiass
familias, cuando les impone la cohabitación con cortesanas. Sin embargo, sabemos que
hubo una esposa legítima que se rebeló contra este hábito: Hipareta, la esposa de
Alcibíades, no pudo soportar la presencia continua de las prostitutas atenienses o extran-
jeras que vivían con su
su marido, y abandonó
abandonó el domicilio conyuga
conyugall intentando una acc
acción
ión
legal de divorcio. Pero su marido, que seguramente temía perder la dote de su esposa, la
hizo volver a la fuerza.

Nadie, en Atenas, en Corinto o en otros sitios, siente la menor vergüenza por vivir
públicamente con una de estas mujeres que todos pueden comprar. A Diógenes, que le
aconseja abandonar
abandonar a la famosa Lais, el filósofo socrático Aristipo le replicó:

"¿Tee pa
"¿T parec
recee intole
intolerab
rable,
le, Dió
Dióge
genes
nes,, viv
vivir
ir en una ca
casa
sa don
donde
de han vivido
vivido otros
otros
hombres?" "En absoluto." "¿O navegar en un barco donde han navegado otros hombres
antes?" "No." "Entonces, convendrás en que tampoco tiene nada de indecente vivir con
una mujer a la que muchos han frecuentado."

A Nicetas, que le reprocha no exigirle a Lais una cierta fidelidad, el mismo Aristipo
responde con desdén:

"Mantengo dispendiosamente a Lais para gozar de ella, no para impedir que otros
gocen de ella."

Y Aristipo hace esta última observación a propósito de Lais:

"Poseo a Lais, pero no soy poseído por ella."

Afirmación imprudente, pues es famosa la tiranía que Lais podía llegar a imponer
sobre sus amantes.
Sin duda alguna el papel de importancia creciente que juegan las hetairas respecto de
los hombres de Estado, de las más altas personalidades del mundo político o intelectual,
constituye uno de los aspectos más sorprendentes del mundo griego. Sólo una actitud
excesivamente provocativa puede suscitar la indignación de los habitantes de Atenas o
de Corinto. Según una tradición quizás fantasiosa, Temístocles, el vencedor de Jerjes en
Salamina, tuvo un día la idea descabellada de enjaezar a su carro cuatro prostitutas, sus
compañeras del momento, y atravesó con tan extraño tiro el Agora de Atenas llena de
gente.49
Algunos incluso utilizan la belleza de esas hetairas para favorecer su política. Una

49
El emperador
emperador romano Heliogábalo
Heliogábalo se entregó
entregó durante su reinado
reinado a una excentricidad
excentricidad
semejante a ésta de Temístocles. Un camafeo de la Biblioteca Nacional de París guarda su
recuerdo.
jonia, Thargelia, recibe un pago del rey de Persia para hacer propaganda persa en
Grecia. Gracias a su belleza e inteligencia, lleva a cabo muy bien su misión y gana para
la causa persa a muchos griegos, entre los más poderosos. Según se dijo en la época, fue
la responsable de gran parte de la política externa griega. Aspasia, la amante de Pericles,
según nos dice Plutarco, tomó como modelo la carrera de excelente "agente secreto" que
hizo Thargelia.
Sorprende no encontrar más alusiones, en los textos antiguos, a estos choques entre

la política
viven y el placer.
en compañía Muchos que,
de hetairas hombres,
segúnresponsables de la política
los acontecimientos, pasan de
de sus
unosciudades,
a otros.
Dadas las rivalidades que no dejan de oponer a las ciudades griegas, sus alianzas segui-
das por rupturas, puede asegurarse que el papel secreto de estas jóvenes no ha de haber
sido insignificante en la vida política.
Los filósofos también suelen tener a su lado a hetairas, compañeras de sus discípulos
o discípulas ellas mismas. Varias de estas mujeres forman parte de la pequeña comu-
nidad reunida en el "Jardín" de Epicuro. Leontina, la propia amante del filósofo, sigue
sus cursos sin dejar de mantener su actividad lucrativa con sus condiscípulos.50

Una educación religiosa


Una educación tan cuidada como la recibida por Neera y sus compañeras no se
concibe sin una iniciación a los ritos religiosos.
La piedad es una virtud corriente entre las cortesanas, que manifiestan una gran
devoción por su patrona, la Afrodita "Prostituida". Después del asedio de Samos en 440
A.C. las prostitutas atenienses que acompañan al ejército de Pericles consagran el dinero
que han ganado durante el sitio a la edificación de un templo dedicado a la Afrodita "de
las Cañas". Las hetairas no dejan de celebrar las fiestas religiosas que les están
reservadas, las Adonías y sobre todo las Afrodisias de Corinto, durante las cuales
pueden organizar
organizar festines.
Todas tienen la ambición de hacerse iniciar en los misterios de Eleusis. Y tal es el
regalo apreciable que le hace el orador Lysias a la pequeña Metanira. En efecto, los
cultos "con misterios" prometen a quienes se inician en ellos la felicidad en el más allá,
sin distinción de clase social o de sexo. Religión individual y no oficial, promesa de su-
pervivencia, supresión de las distinciones que ha establecido la jerarquía social,
esperanza de compensación en un más allá dichoso, todo eso explica por qué estos
misterios toman
naturalizados, tal importancia
prostitutas para los excluidos
y otros marginales de laen
constituyen, sociedad. Esclavos,
buena medida, bárbaros
el grueso de
los devotos ansiosos por pasar la iniciación.
En Grecia, los misterios de Eleusis, dedicados a las diosas de la fertilidad Démeter y
Coré, dan lugar, en el mes de setiembre, a fiestas espectaculares. Procesiones solemnes,
ritos de purificación, se suceden durante diez días y la intensidad religiosa llega a su
culminación durante las dos noches de iniciación, cuyos ritos son tan secretos que no
sabemos nada de ellos. Metanira participó en los Pequeños Misterios que preceden
obligatoriamente a las pruebas de Eleusis, y su amante le permite llegar al grado
supremo de iniciación, pagando la suma que debe entregar el misto para ser admitido
entre los "epoptes" o iniciados de rango superior.
Muchas prostitutas griegas, cuando disponen de medios financieros suficientes y

50
Estas prostitutas contribuyeron en cierta medida a difundir la falsa idea de que el
epicureísmo era una filosofía que permitía la satisfacción de los instintos más bajos. De
hecho,
hecho, la busca
busca del
del “plac
“placer”
er” para
para un ep
epicú
icúreo
reo es una ascesis
ascesis person
personalal que impli
implica
ca un
desprendimiento completo de los deseos carnales
gozan de protecciones influyentes, pasan a ser mistos de Eleusis. La belleza de una de
ellas, Friné, causó sensación cuando bajo la mirada de todos los griegos reunidos se
soltó la cabellera y levantó las ropas, para penetrar al mar en el momento de la
ce
cere
remo
moni
niaa de purif
purific
icac
ació
ión.
n. El pint
pintor
or Ap
Apel
eles
es,, qu
quee as
asis
iste
te a la es
esce
cena
na,, qu
qued
edaa ta
tann
impresionado que se inspira en ella para uno de sus cuadros más famosos, "Afrodita
saliendo del mar".

Niños en busca del placer


El gusto por los placeres se inicia temprano en Grecia. Si las prostitutas suelen ser
poco más que niñas, se encuentra también, entre quienes las frecuentan, a adolescentes
adolescentes
de buenas familias, con frecuencia de tan poca edad como ellas. Esos niños van en
busca de placeres todavía prohibidos, de voluptuosidades
voluptuosidades que los excitan tanto más
cuan
cuanto
to está
están,
n, en prin
princi
cipi
pio,
o, proh
prohibibid
idas
as a los
los me
meno
nore
res.
s. El mund
mundoo de la fi
fies
esta
ta es
incomparablemente más seductor que el de la escuela, y todos los medios son buenos
para penetrar, clandestinamente
clandestinamente o no,
no, en este unive
universo
rso lleno de placeres.
placeres.
Un caso especialmente notable de la precocidad de ciertos adolescentes o niños, es el
del hijo del famoso Alcibíades. Este niño, separado desde su nacimiento de su padre
condenado al exilio, no espera a la edad viril para imitar sus peores desenfrenos. Desde
la edad de once años escandaliza a todos los atenienses participando en banquetes con
los individuos más depravados de la ciudad, reuniéndose con prostitutas, y, lo peor, en
pleno día, lo que constituye una ccircunstancia
ircunstancia agrav
agravante.
ante.

"Imitaba a sus ancestros y pensaba que no podría ser famoso cuando llegara a
adulto si, en su infancia, no se comportaba como el peor de los picaros."51
Y al parecer sus tutores no pueden impedirle estas hazañas.
Este niño, encantador por otra parte, no se limita a participar activamente en las
orgías atenienses. Prepara una maquinación para traicionar a su padre, que sigue en el
exilio; a los doce años, pierde toda su fortuna a los dados; elimina compañeros molestos
arrojándolos al mar; y para coronar sus hazañas juveniles, viola a su hermana. Nos
sentimos tentados de creer que hay una gran parte de exageración en estas acusaciones
formuladas por Lisias contra el joven Alcibíades. Pero difícilmente el orador podría
deformar la realidad en este discurso que pronuncia públicamente contra el joven: éste
es
no bien conocido enPor
las aceptarían. Atenas,
otra yparte,
si laselacusacione
acusacioness fueran demasiado
joven Alcibíades, fantásticas
al frecuentar los jueces
los medios más
disolutos de Atenas, no hace sino conformarse a una tradición familiar, y su compor-
tamiento parece calcado sobre el de su padre. Pero éste tenía quizás más encanto que su
h|jo en la ejecución de sus excesos.

La juventud de Timarco
Timarco, un hombre político atacado por Esquino en 346 A.C. en un discurso que se
hizo famoso, es tan precoz como Alcibíades el Joven. Curioso personaje este Timarco,
cuyo nombre se volvió en Atenas sinónimo del prostituido de la peor especie, apenas
bueno para pasar
pasar su vida en la casa de tole
tolerancia.
rancia.
Nacido en una familia honrada, provisto de una fortuna aceptable, Timarco lleva una

existencia "en zig-zag", siempre a la busca de placer. Jugador inveterado y en con-


51
Lisias, Contra Alcibíades, 25.
secuencia dispuesto a todos los compromisos con tal de hallar el dinero recesarte a su
vicio, frecuenta los medios más escabrosos de Atenas, y motivado a la vez por el deseo
sensual de todas las voluptuosidades y por la sed del juego, se entrega, por debilidad y
por lujuria, a todo lo que
que en la sociedad
sociedad griega se res
reserva
erva a los seres m
más
ás despreciados.
despreciados.
Las tribulaciones de Timarco nos permiten echar un vistazo sobre los ambientes más
sospechosos de Atenas. Adivinamos las transacciones clandestinas que se anudan en el
fondo de las tabernas, el comercio sórdido que une a los jóvenes de la nobleza con
individuos
apoderarse poco
de susrecomendables
fortunas. Másque
quesacan provecho
Alcibíades, cuyadecarrera
su ascendiente
comportasobre
toda ellos para
una serie
de escándalos sucesivos, cometidos generalmente por el gusto gratuito de la provo-
cación, Timarco es representante de la depravación de toda una juventud.52
Timarco
Tima rco comienz
comienzaa a frecu
frecuenta
entarr los ambien
ambientes
tes bajos de Atenas
Atenas a los trece o catorce
catorce
años, aprovechando su belleza para poder gozar, sin gastar un dracma, de todos los
placeres que deberían estarle prohibidos. Igual que Alcibíades el Joven, está privado de
padre, lo que le da sin duda una autonomía mayor que la de un niño corriente, que
depende de la autoridad paterna:

"Timarco, apenas salido de la infancia, se estableció en el Pireo, en el gabinete


médico de Eutídico, y se hacía pasar por estudiante de medicina. En realidad, prefería
prostituirse, como lo mostrará su historia. En esa época se acostaron con él muchos
comerc
com ercian
iantes
tes,, ex
extra
tranje
njeros
ros o ate
atenie
niense
nses..
s.... ¿Qu
¿Quéé puede
puede decirs
decirsee de un jov
jovenc
encito
ito qu
quee
abandona su hogar para pasar sus noches en casas extrañas, sobre todo cuando se hace
notar
notar por su bel bellez
lezaa ex
excep
cepcio
cional
nal?? Par
Partic
ticipa
ipaba
ba en festin
festines
es suntuo
suntuosos
sos sin pa
pagar
gar un
centavo; tenía a su disposición flautistas y prostitutas, las más costosas; jugaba a los
dados, pero no se hacía cargo de sus pérdidas y dejaba que otros pagaran por él."

La carrera de Timarco comienza en la casa de un médico, uno de los sitios donde, en


Grecia, se favorece la prostitución masculina, lo mismo que la palestra o los baños. Los
gabinetes médicos gozan, con razón o sin ella, de una sólida reputación de libertinaje.
Las idas y venidas con diferentes pretextos, por ejemplo los estudios médicos, la
presencia de "enfermos" más o menos desnudos, nada más favorable a los encuentros,
las transacciones "comerciales", el intercambio de citas o el esbozo de uniones más
dura
durabl
bles
es.. Ad
Adem
emás
ás la casa
casa de EuEutí
tídi
dico
co,, situ
situad
adaa en el Pi
Pire
reo,
o, co
cons
nsti
titu
tuye
ye un lu
luga
garr
privilegiado para conocer a comerciantes extranjeros que, recién desembarcados
desembarcados en el

puerto, andan a la busca de aventuras


aventuras equívo
equívocas.
cas.

Lo que condenan Esquino y sus compatriotas en el comportamiento de Timarco,


ciudadano ateniense, es que vende su belleza, como lo hacen las prostitutas que llenan
las calles del Cerámico o el Pireo, en lugar de limitarse a las relaciones entre erastés y
eromen
ero menés,
és, perfectamente admitidas por todo el mundo. Pero Timarco, que ya le ha
tomado el gusto a los placeres, quiere sacar de su belleza todos los beneficios posibles
y, después de algunas aventuras efímeras, se deja tentar por una relación más sólida con
un ateniense, Misgolas, seguramente un joven de unos veinte años.

"Un cierto Misgolas, hijo de Naucrates, del demos de Collytos, hombre de buen
nacimiento al que, en más de un sentido, no tenía nada que reprocharle, sentía una gran
atrac
atracció
ciónn por las rel
relac
acion
iones
es par
partic
ticula
ulares
res y viv
vivía
ía rodead
rodeadoo de cantor
cantores
es y mús
músico
icos.
s.
52
El proceso a que es sometido en 346 A.C. tiene por objeto hacer declarar su atimia, es
decir la cesación de sus derechos de ciudadano.
Comprendió de inmediato por qué Timarco pasaba el tiempo en la casa del médico, y le
propuso una cantidad
cantidad de dine
dinero
ro para acompañ
acompañarlo.
arlo.
"Llevó a su casa a ese niño bien formado, ya vicioso, y complaciente en prestarse a
todo lo que deseara Misgolas. Timarco no vaciló en seguirlo y ceder a él, aunque no lo
hacía por necesidad; en efecto, su padre le había dejado una buena fortuna, que él
dilapidó después. Si actuaba de este modo era por ser esclavo de las pasiones más
despreciables, por el atractivo que ejercían sobre él las comidas refinadas, los festines
lujosos,
seducir alasunflautistas, las protitutas,
hombre libre el juego,
y noble. Este en una
individuo palabra, todo
repugnante lo que
no tuvo no debería
vergüenza en
abandonar la casa paterna para ir a vivir con Misgolas, que no era un amigo de su
familia ni uno de sus camaradas, ni tu tutor, sino un extraño, mayor que él y sin ningún
freno ante la belleza del muchacho."

En estos ambientes, los sicofantes o denunciadores profesionales, operan a gusto. Se


conoce sobre todo sus actividades culpables en el mundo político. Pero también caen
sobre
sob re los hij
hijos
os de buenas
buenas fam
familia
ilias,
s, a qui
quiene
eness ext
extors
orsion
ionan
an cuando
cuando sorpre
sorprende
ndenn en
situaciones comprometedoras. También hacen pagar a las familias de los jóvenes,
amenazandoo con divulgar en la plaza pública las hazañas de sus vastagos. Atenas es una
amenazand
aldea, y se vuelve muy difícil ocultar las ocupaciones poco compatibles con la dignidad
de ciudadano.

3 HETAIRAS, GIGOLOS Y GRANUJAS

Libres o esclavos
"Neera trabajó después abiertamente
abiertamente en Corinto, y se hizo una gran reputación. Entre
sus clientes tuvo al poeta Jenóclides y al comediante Hiparco."

Siendo todavía una niña, Neera comenzó a ejercer su oficio en la clandestinidad;


adolescente, acompaña a sus protectores, siempre bajo la protección de su "madre". No
bien llega a la edad adulta, ingresa oficialmente a los ambientes corintios de la vida
fácil. Esto no significa, por lo menos al comienzo, que Neera haya cambiado de con-
dición social. En efecto, sigue trabajando en Corinto como esclava de Nicareta, y es su
ama la que se guarda las cantidades que ella gana. El trabajo de Neera y de sus
compañeras sirve al mantenimiento de la casa. Aunque no tenemos dato alguno sobre el
tren de vida de las protegidas de Nicareta, sin duda alguna es muy lujoso. Las elegan-
cias y excentricidades de las mujeres de vida alegre siempre suscitaron admiración o
crítica entre los Antiguos.
No todas las hetairas son esclavas ni dependen de un proxeneta. En efecto, entre las
"hermanas" de Neera se encuentran mujeres de condición libre, a veces nacidas en la
clase de los ciudadanos. Generalmente carecen de protectores naturales, lo que en la
sociedad antigua, como ya hemos visto, significa un desamparo total; la prostitución se
vuelve entonces para estas mujeres un camino ineludible. Un personaje de una comedia
de Antífanes se enamora de una prostituta que vive cerca de su casa: nacida en la clase
de los ciudadanos, ella ha perdido al padre y al tutor, por lo que se ve obligada a ejercer
la prostitución.
Durante la expedición de Alejandro Magno a Persia, uno de los soldados, Euríloco,
se hace inscribir en la lista de los enfermos, aun cuando no sufre de ningún mal.
Alej
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investigación y descubre el secreto de su defección. Euríloco no quiere separarse de una
prostituta, Telesippa, que parte hacia el mar con los enfermos y heridos. Ésta Telesippa
forma parte del grupo de cortesanas de condición libre. De modo que Alejandro no
puede solucionar el 'problema comprándola para ofrecérsela a Euríloco. A falta de una
vía legal, Alejandro sólo encuentra un medio de conservar a su soldado: persuadir a
Telesippa,
Sinopé ymediante regalos,
Fanostraté, para que secitadas
dos prostitutas quede por
conDemóstenes
el ejército. en uno de sus discursos,
pertenecen también
también sin duda a la categoría de mujeres libres. El orador acusa, en efecto,
a su adversario Androtion de haber practicado una extorsión contra estas dos mujeres,
que no le deben ninguna contribución al Estado; cosa que puede explicarse fácilmente
suponiéndolass de condición libre.
suponiéndola
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seguramente no representan si no una minoría. Las instituciones griegas, por cierto, han
previsto la mayoría de los casos en que una mujer de condición libre se encuentra sola,
y la ley le garantiza "tutores" capaces de subvenir a sus necesidades. Por lo que es
excepcional que una mujer libre se encuentre enteramente privada de sostenes naturales,
y son raras las que, siendo hijas de ciudadanos atenienses o corintios, se vean obligadas
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muchedumbre de esclavas o libertas cuyo trabajo da ganancias a un amo o a un patrón.

El arte del "enganche"


Encontrar clientes es, sin duda, una de las principales ocupaciones de las cortesanas y
de sus proxenetas. Es cierto que los pensionistas de las casas públicas, controladas por
el Estado, no tienen casi que preocuparse por la elección: su clientela se recluta
esencialmente entre las capas más miserables de la población, y las casas del Cerámico
o del Píreo son frecuentadas esencialmente por gente que no dispone más que de unos
pocos óbolos. En cambio los proxenetas con protegidas famosas por su belleza o su
talento, las cortesanas célebres del mundo mediterráneo, como las famosas Lais, Friné o
Thais, tienen una clientela reclutada entre las personalidades del mundo político o
intelectual. Pero todas aquellas cuyo renombre no ha pasado las fronteras de su barrio o
de su ciud
ciudad,
ad, deben practic
practicar
ar el "enganc
"enganche"
he" para llevar
llevar hasta sus lechos a los clientes
clientes
ricos. Los puertos, evidentemente, constituyen su terreno de caza favorito:
"Las prostitutas tienen el hábito de enviar al puerto a sus pequeñas esclavas, a sus
criadas jóvenes. Si entra un barco extranjero al puerto, preguntan de qué región viene
y a quién pertenece. Inmediatamente abordan al capitán del barco, se pegan a él y, si
logran hacerlo caer en sus redes, le extraen hasta su último centavo. Son verdaderos
navios piratas que esperan en el puerto."53
Los muelles están permanentemente habitados por emisarios de las prostitutas a la
busca de clientes. Cada llegada de un barco provoca una curiosidad interesada entre las
bellezas griegas. Cada una de ellas tiene la ambición de "aherrojar" a los ricos
comerciantes extranjeros que, ellas lo saben bien, están dispuestos a gastar fortunas en
diversiones "a la griega". Los conciudadanos de dos de las rameras más célebres de
Samos las apodan "Chalupa" y "Balandra" pues, como naves piratas, esperan en el
puerto a los capitanes de los barcos y los despiden despojados de todos sus bienes.
Otros "piratas de Afrodita", Eufro, Thais, Boidion y Pythias, desvalijan a los ricos
53
Plauto, Los Meneemos, v. 338-344.
marinos que desembarcan en Alejandría; lo que les permite ofrecer a su patrona,
Afrodita, magníficos ex-votos.
Algunas encuentran métodos originales para atraer la atención: se ha encontrado el
modelo en bronce de una sandalia cuya suela está provista de clavos que escriben en el
suelo la palabra "Sigúeme", y no puede haber duda sobre la profesión de las usuarias de
este tipo de calzado. Muchos siglos más tarde, Clemente de Alejandría se indigna
tambié
tam biénn con
contra
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cierto
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calza
lzados
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eninos
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imprim
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tierra
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eróticas con
cinturón clavos
de una colocados
hetaira en lasensuelas.
lleva bordado ¡Invitaciones
letras de a clientes
oro esta divisa, llena depotenciales!
filosofía: El

"Ámame, y no te preocupes si otro me posee."

En Efeso, huellas de pies grabadas en la calle conducen al lupanar de la ciudad.

El precio del placer


¿Qué precios debe pagar el ateniense, el corintio, o el extranjero en busca de
placeres? 2 óbolos, 1 dracma, 5 dracmas, son las sumas que piden por lo común las
prostitutas. Un poeta agrega cínicamente que por esa suma el cliente no sólo goza de la
muchacha sino que en invierno recibe además un lecho y el calor de un brasero. Para
alquilar una flautista en Atenas, como ya hemos visto, se necesitan dos dracmas.
Cuando se sube en la jerarquía de la galantería, los precios se vuelven considerables.
El más extravagante sin duda es el que le exige la bella Lais a Demóstenes: 10.000
dracmas por una noche. Disgustado, el orador cambia de idea, y, vuelto prudente por la
avaricia, se marcha diciendo: "No compraré un arrepentimiento por diez mil dracmas".
Es que para la mayoría de las cortesanas griegas es necesario encontrar hombres que
paguen sumas cada vez más importantes.
importantes. De ese modo podrán alzarse en la jerarquía de
la galantería, y el sueño de toda pequeña prostituta es poder un día, como Lais, exigir
10.000 dracmas como si se tratara de 2 óbolos. Myrtal, una de las heroínas del Diálogo
de las Co
Corte
rtesa
sana
nass de Luciano, abandona al capitán del barco Dorion por un rico
comerciante bitinio y compara los regalos modestos del marino con la magnificencia del
extranjero: Dorion, economizando sobre sus ganancias, ha podido regalarle a la bella
sandalias de 2 dracmas, un frasco de perfume de 2 dracmas, 5 dracmas en alimentos di-
versos,
óbolos acebollas, anchoas,
la sirvienta. higos,debizcochos
La suma todo estoyno
queso, 2 dracmas
es gran a la proxeneta
cosa, apenas poco másy de
2 o103
dracmas, justo el mínimo necesario para el mantenimiento de la casa de Myrtal; y sin
embargo, como lo observa tristemente el pobre Dorion: "Es toda la fortuna de un
marino".
¿Cómo podría soportar la comparación con el rico bitinio, que viene regularmente a
Atenas por negocios y cubre a Myrtal de regalos suntuosos? Un vestido, un collar con
esmeraldas, una alfombra que vale 200 dracmas; en su esplendidez, también ha pagado
las deudas de la casa de Myrtal. La historia de Myrtal muestra bien cómo, exigiendo
siempre más de sus clientes, una prostituta puede elevarse en el mundo de la galantería.
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proverbialmente ricos, los capitanes que vuelven cargados con el botín de una campaña
victoriosa, constituyen los clientes preferidos de las prostitutas. Todas se esfuerzan por
vender sus servicios a estos millonarios durante el período de su permanencia en la
ciudad, y, por avidez, no conocen límites en sus exigencias. Gnathanion, una de las más
célebres hijas de Atenas, es solicitada un día por un señor persa, muy viejo, a quien sus

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